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Revista Mexicana de Psicología ISSN: 0185-6073 [email protected] Sociedad Mexicana de Psicología A.C. México RIBES-IÑESTA, EMILIO; RANGEL, NORA E.; LÓPEZ-VALADÉZ, FRANCISCO ANÁLISIS TEÓRICO DE LAS DIMENSIONES FUNCIONALES DEL COMPORTAMIENTO SOCIAL Revista Mexicana de Psicología, vol. 25, núm. 1, junio, 2008, pp. 45-57 Sociedad Mexicana de Psicología A.C. Distrito Federal, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=243016300003 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Revista Mexicana de Psicología

ISSN: 0185-6073

[email protected]

Sociedad Mexicana de Psicología A.C.

México

RIBES-IÑESTA, EMILIO; RANGEL, NORA E.; LÓPEZ-VALADÉZ, FRANCISCO

ANÁLISIS TEÓRICO DE LAS DIMENSIONES FUNCIONALES DEL COMPORTAMIENTO SOCIAL

Revista Mexicana de Psicología, vol. 25, núm. 1, junio, 2008, pp. 45-57

Sociedad Mexicana de Psicología A.C.

Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=243016300003

Cómo citar el artículo

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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Revista Mexicana de Psicología, Junio 2008Volumen 25, Número 1, 45-57

1 Dedicado a la memoria de Isaac Seligson, amigo entrañable y ser social por excelencia. Dirigir correspondencia al primer autor: Centro deEstudios e Investigaciones en Comportamiento, Francisco de Quevedo 180 (Col. Arcos Vallarta), 44130, Guadalajara, México. Correo electrónico:[email protected].

ANÁLISIS TEÓRICO DE LAS DIMENSIONES FUNCIONALESDEL COMPORTAMIENTO SOCIAL

A THEORETICAL ANALYSIS OF THE FUNCTIONAL DIMENSIONS OF SOCIAL BEHAVIOR

EMILIO RIBES-IÑESTA1, NORA E. RANGEL Y FRANCISCO LÓPEZ-VALADÉZ

Universidad de Guadalajara, México

Resumen: Se propone que el comportamiento social es exclu-sivamente humano y que está determinado por la naturalezadel medio de contacto que posibilita las interacciones socialescomo relaciones cuyas consecuencias son diferidas en tiempoy espacio. El medio de contacto de lo social, a diferencia deotros medios de contacto (el físico-químico y el ecológico) esde carácter convencional, históricamente cambiante e infinita-mente diferenciado. Se trata de un medio de contacto articula-do en la forma de lenguaje y mediado por él, cuyos elementosconstitutivos son las instituciones, como sistemas de relacionesde convivencia dados por las costumbres características de unacultura. Sus dimensiones funcionales son el poder, el intercam-bio y la sanción. Se examina la estructura funcional de estasdimensiones y sus interrelaciones, y se argumenta la necesidadde caracterizarlas en cada tipo de formación social para poderanalizar experimentalmente el comportamiento social comointeracciones entre individuos.Palabras clave: medio de contacto convencional, comportamien-to social, poder, intercambio, sanción

Abstract: It is proposed that social behavior is the exclusivedomain of humans. This fact is determined by the nature ofthe contact medium, which allows for social interactions re-lated to consequences postponed in time and space. In con-trast to physiochemical and ecological contact media, socialcontact medium is conventional, changes through history, andis infinitely differentiated. It is a contact medium articulated inthe form of language and mediated by it, whose constitutiveelements are institutions, defined as coexistence relations char-acteristic of the customs of a given culture. The functional di-mensions of any social contact medium are power, exchange,and sanction. The functional structure of these dimensions andtheir interrelationships are examined in this article. It is ar-gued that it is necessary to characterize these dimensions forevery type of social formation in order to carry out an experi-mental analysis of social behavior in terms of interactionsamong individuals.Key words: conventional contact medium, social behavior,power, exchange, sanction

Tradicionalmente, la psicología ha abordado el proble-ma del comportamiento social desde la perspectiva del“número”, por decirlo de manera coloquial. La identi-ficación de un comportamiento como comportamientosocial radica en la clave “más de uno”. De este modo,usualmente se concibe que una conducta individual sevuelve social cuando se cumple con uno de dos crite-rios: primero, que el individuo forme parte de un gruporelativamente estable en tiempo o, segundo, que se tra-te de una interacción entre dos individuos, en el con-texto o no de un grupo. Este criterio, compartido tantopor las aproximaciones cognoscitivistas, como por lasetológicas y conductistas (Etkin, 1964; Maier &Schneirla, 1964; Pierce, 1991; Secord & Backman, 1974;

Skinner, 1953, 1962; Wilson, 1975), supone que lainteracción o relación de dos o más individuos constitu-ye un episodio social, independientemente de la estruc-tura funcional del ambiente en que dicha relación ointeracción tiene lugar. Se considera que la naturalezasocial de la interacción es una propiedad emergentenatural del hecho de que un individuo interactúe conotro, o respecto de un grupo presente. Una suposiciónadicional, la más de las veces implícita, es la de que lascontingencias sociales surgen inevitablemente, de mane-ra necesaria, como resultado de la interacción entre doso más individuos. En otras palabras, el medio o am-biente social no preceden a la interacción social, sinoque son un resultado de ella. De esta manera, se identi-

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fica la cualidad de la interacción con el número de indi-viduos participantes.

Previamente (Ribes, 2001), se ha argumentado queeste criterio para identificar el comportamiento social esdeficiente e inadecuado. La conducta entre individuos osiguiendo a un grupo constituye, indudablemente, un pre-cedente filogenético y funcional del comportamiento so-cial, pero no puede identificarse como tal por cuatrorazones fundamentales: 1. Es conducta no convencional,determinada por factores situacionales momentáneos,usualmente de carácter ecológico. 2. No considera la na-turaleza cultural e institucional de la conducta social y,por consiguiente, las características específicas del am-biente social. 3. Se supone que las propiedades “socia-les” de la conducta están dadas por características fijas opermanentes, propiedad de o atribuidas a los otros indivi-duos. 4. Soslaya que el ambiente social está basado en unmedio de contacto constituido por instituciones y en ladivisión social del trabajo y de las tareas (Ribes, 1985; Lull& Micó, 2007), funciones altamente diferenciadas queasumen los individuos en distintos momentos y situacio-nes, sin relación con determinantes biológicos propiosde la especie, como ocurre en las llamadas sociedades deinsectos (Thompson, 1958).

Los orígenes de la conducta genuinamente social ydel homo sapiens están inseparablemente vinculados(Mithen, 1996). En todas las especies no humanas en lasque pueden identificarse conductas entre individuos orespecto del grupo, las conductas conespecíficas –paradistinguirlas de las conductas sociales– desempeñan unafunción crítica para la supervivencia y reproducción delos miembros del grupo. En cierto sentido, estas conduc-tas relacionadas con la alimentación, la crianza, la defen-sa y la reproducción constituyen protoformas de unadivisión de funciones que, posteriormente, en las organi-zaciones sociales, se transforman en una división del tra-bajo y de tareas especializadas. Sin embargo, en lasespecies no humanas, está división de funciones o tareasno representan una verdadera organización social, dadoque su desempeño es fijo para cada miembro-tipo de laespecie, de acuerdo a características biológicas predeter-minadas. En cambio, en los humanos, el desempeño dedistintas funciones sociales, aunque tiene restricciones im-puestas por características biológicas obvias, como el sexoy la edad, no está determinado por dichas características.Por ejemplo, funciones supuestamente dependientes delsexo, como la maternidad, ahora pueden ser desarrolla-

das por individuos de cualquier sexo. Esto es posibledebido a dos consecuencias históricas que ha tenido eldesarrollo del lenguaje como función exclusiva de la es-pecie humana (Weiss, 1926):

Primero, permitió la división social del trabajo en laforma de intercambio diferido de distintos bienes o ser-vicios. En su forma más simple, el trueque, alguien reali-za un trabajo aquí y ahora para intercambiar sus productos(bienes) o resultados (servicios) por los productos y servi-cios del hacer de otros individuos en otro lugar y/o enotro momento. El intercambio diferido, que caracterizala dimensión económica de toda sociedad, determina quelos bienes y servicios producidos sean distribuidos, apro-piados y consumidos con base en contingencias (o cir-cunstancias) que emergen a partir de las condicionesparticulares de con quién, qué, cómo, cuándo y dóndeson intercambiados dichos bienes y servicios. El carácterno inmediato del intercambio de productos y resultadosdel hacer humano ha sido posible debido al desarrollosimultáneo del lenguaje, comportamiento convencionalque permite mediar los acontecimientos en tiempo y es-pacio relativos al hacer y sus productos de diferentes in-dividuos (Ribes & López, 1985). La división social deltrabajo desliga los productos o resultados transformadosde su consumo o uso inmediatos y les imprime su valorde uso y de cambio social en la medida en que son com-partidos colectivamente. Esto es posible solamente median-te el lenguaje, que como comportamiento convencionalpermite a los individuos desligar sus actos de trabajo delas circunstancias particulares en que estos actos tienenlugar, relacionándolos con las actividades prácticas de otrosindividuos en otras circunstancias.

Segundo, auspició el surgimiento de instituciones,como sistemas compartidos de relaciones diferenciadasentre individuos miembros de una misma colectividad.Las instituciones constituyen sistemas de relaciones prác-ticas compartidas mediadas por el lenguaje. Por ello, cons-tituyen el medio que posibilita determinada forma derelaciones interindividuales, y funcionan con base en cri-terios compartidos que estipulan y regulan los roles so-ciales que desempeñan diversos actos en determinadascircunstancias. El surgimiento de instituciones diversifi-cadas y diferenciadas es un signo de evolución y comple-jidad social. Un mayor número de instituciones distintasposibilita funciones sociales múltiples para los actos delos individuos en sociedad. Puede decirse que las contin-gencias comunes y compartidas que afectan a los miem-

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bros de una organización social son, en sentido estricto,la actualización interindividual de las instituciones comosistemas complejos de relaciones convencionales.

MEDIO DE CONTACTO CONVENCIONAL YCONTINGENCIAS INSTITUCIONALES

El comportamiento social tiene lugar en un medio decontacto convencional articulado por el lenguaje y en unambiente representado por la cultura, como actividadescon sentido compartido y objetos construidos o concep-tuados. A diferencia del medio de contacto ecológico queposibilita las interacciones conductuales relativas a la su-pervivencia (Ribes, 2007), el medio de contacto conven-cional posibilita el comportamiento relacionado con laconvivencia. Justamente, la diferencia entre las conduc-tas presociales de los grupos animales y el comportamien-to social humano radica en la naturaleza de los mediosde contacto que posibilitan a unas y otras.

El medio de contacto ecológico es una categoría rela-cionada con la posibilitación de funciones vinculadas ala vida en especie y, por consiguiente, se relaciona con lapertinencia que tienen ciertas propiedades del ambienteespecífico y del comportamiento de otros organismos parala supervivencia de los individuos. El medio de contactoecológico es un concepto aplicable al análisis del com-portamiento de organismos pertenecientes a algunasespecies de artrópodos y a diversas clases de vertebrados.Requiere de un hábitat estable y, cuando menos, de pa-trones de reproducción interactivos en los individuos dela especie. Debido a que los factores que constituyen elmedio de contacto ecológico tienen que ver con las pro-pias relaciones entre conespecíficos, la posibilitación dela supervivencia opera a partir del apego del individuo asus conespecíficos, condición indispensable para recono-cer aquellas circunstancias que involucran propiedadesy acciones funcionales para distinguir a los miembros dela propia especie así como a los depredadores. El apegoa los conespecíficos proporciona la reactividad funcionalintra e interespecífica pertinente para la reproducción yla conservación, que incluye la defensa, la delimitación yreconocimiento del territorio y la alimentación (Thorpe,1963).

El medio de contacto convencional se supraordina,pero no excluye, al medio de contacto ecológico. El me-dio de contacto convencional es exclusivamente huma-

no, dado que las interacciones que posibilita están ar-ticuladas a partir de y como lenguaje en la forma de con-vivencia (Ribes, 2006a). Convivencia y supervivencia noson sinónimas. Aunque en todas las culturas, como am-bientes creados por las formaciones sociales, se puedenidentificar algunas prácticas vinculadas a la superviven-cia, la mayor parte de los artefactos y costumbres que lasconforman no se relacionan directamente con ella. Elsentido de toda cultura es una forma de convivencia, esdecir, una forma de vivir unos con otros, relacionesinterpersonales y entre grupos que trascienden a los cri-terios biológicos de supervivencia. Alimentarse, corte-jarse, construir habitaciones, vestirse, compartir espaciosy tiempos constituyen prácticas que van más allá de lamera reducción del hambre, la reproducción, cubrirsede los elementos climatológicos y resguardarse de otrasespecies. Las costumbres que auspicia, y que a su vezpermiten la convivencia no constituyen actos determi-nados por la necesidad. En la medida en que son relati-vamente autónomas de la satisfacción inmediata de lasurgencias vitales, las costumbres, como actos de convi-vencia, son quizá la primera expresión de la libertad hu-mana respecto a su propia condición biológica. Por estarazón, no se pueden examinar las relaciones sociales entreindividuos en términos de la supervivencia de las culturas(Glenn, 1991). En principio, la supervivencia es una cate-goría aplicable a las especies y organismos biológicos, yconstituye un error lógico aplicarla a las culturas.

El medio de contacto convencional está formado porlos sistemas de relaciones prácticas entre los humanos,sistemas de relaciones que, en tanto costumbres, repre-sentan instituciones de diverso orden y alcance, infor-males o formales. Desde un punto de vista psicológico,las instituciones siempre se actualizan en la forma de com-portamientos específicos, diferenciados y acotados de losindividuos. Las instituciones no son entidades abstrac-tas. Son siempre interrelaciones prácticas vinculadas aldominio, la complementación y el acotamiento de losactos y productos sociales. La convivencia resulta posi-ble porque el medio de contacto convencional delimitala pertinencia de las interacciones que se ajustan a la acep-tación de una determinada forma de vida social y suscriterios (Wittgenstein, 1953).

El medio de contacto convencional, además de posibi-litar relaciones entre personas, también delimita los crite-rios que regulan la pertinencia de las interacciones entrepersonas y objetos del ambiente, no sólo de los objetos

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genuinamente naturales, sino también de aquellos queaparecen como “naturales” pero que en realidad constitu-yen artefactos, tan convencionales como los otros objetosconvencionales denominados “símbolos”. Los artefactos,son objetos creados por el hombre cuyo sentido dependede sus usos sociales específicos. El ambiente humano, comocultura, es un ambiente natural transformado, dirigido,entremezclado con objetos convencionales y con prácti-cas convencionales compartidas en la forma de costum-bres. El medio de contacto posibilita la convivencia acordecon ciertas “formas de vida” y no con otras, y lo hace deli-mitando, para cada ámbito institucional, formal o infor-mal, la pertinencia funcional del comportamiento ensituación. Esta delimitación se realiza a través del lengua-je, con base en las categorías que determinan la “lógica”de las prácticas lingüísticas y no lingüísticas respecto a per-sonas, acciones, acontecimientos y objetos en situación.Las categorías (y los conceptos) como entidades lingüísticas,no son propiedades de las cosas o de la persona (ya seacomo esquemas o como repertorios). Las categorías cons-tituyen las fronteras funcionales del medio de contactoconvencional que se identifican a partir de los criterios delo que es y lo que no es, lo que pertenece o lo que nopertenece, lo que es apropiado o lo que no es apropiado(Ribes, 2006b). Las categorías no son independientes delas prácticas sociales. Se originan en ellas y posteriormen-te las fundamentan, como basamento de nuestras creen-cias y conocimiento (Wittgenstein, 1969).

El medio de contacto convencional está conformadopor instituciones, formales e informales, que abarcan uni-versos de individuos en relación de distinta extensión,como puede serlo una institución religiosa como la IglesiaCatólica o bien un club constituido por tres personas. Entodo caso, lo que define a las instituciones es que se identi-fican como sistemas de relaciones especiales entre indivi-duos que, como conjuntos estructurados de prácticas,trascienden en tiempo a cualquiera de los individuos queparticipan en dichas relaciones. Las instituciones, porconsiguiente, implican siempre interacciones entre indi-viduos con distintas funciones y atribuciones especiales.Las instituciones no son representaciones abstractas deestructuras sociales. Son siempre individuos interactuandocon otros individuos de acuerdo con criterios colectivos.Las instituciones se actualizan siempre en la forma deinteracciones interindividuales que se ajustan a criteriosde intercambio de funciones, atribuciones, servicios yproductos, basado en relaciones jerarquizadas y acota-

das. Cada individuo difiere en funciones en distintosámbitos institucionales y, por ello, sus características so-ciales son siempre contingentes, es decir, circunstancialesa dichos ámbitos. En esa medida, se puede caracterizar alas funciones institucionales, que involucran siempre cuan-do menos a dos individuos en relación, como contingen-cias con atribuciones sociales diferentes en situacionesdeterminadas. Desde esta perspectiva, toda conducta so-cial implica la interacción entre funciones de estímulo yde respuesta institucionales, ejercitadas por distintos in-dividuos en cada episodio (Kantor, 1929, 1982).

INSTITUCIONES Y RELACIONES SOCIALES

Las instituciones pueden ser caracterizadas como sistemasde contingencias sociales que regulan las interaccionesentre individuos, en el contexto de las tres dimensionesfuncionales en las que se sustenta toda relación posible enun medio de contacto convencional: el poder, el intercam-bio y la sanción. El poder tiene que ver con logros dedominio, el intercambio con logros de complementación,y la sanción con logros de acotamiento. Las tres dimensio-nes funcionales mencionadas ocurren siempre de maneraentrelazada y conjunta, pero son susceptibles de segrega-ción con propósitos analíticos.

El medio de contacto convencional es a la vez crea-ción y fundamento de toda actividad humana. Las prime-ras instituciones humanas, si es que podemos designarlasde tal manera, surgieron como parte de un largo procesohistórico entre el 50,000 y el 20,000 antes de nuestra era(A.N.E.). Este extenso periodo constituye un momentocrítico en la evolución, no sólo de la especie humana,sino también de su medio de contacto. Este periodo com-prende la transición de un medio ecológico regulado porla vida en grupo para asegurar la supervivencia, a unmedio convencional articulado por el lenguaje en el quesurgen las primeras formas propiamente sociales de con-vivencia. En el 20,000 A.N.E. surgieron las primeras co-lectividades de recolectores sedentarios en lo que ahoraconstituye el Asia Menor (Mithen, 2004). Los factores quefavorecieron el sedentarismo de los recolectores fueroncondiciones excepcionales de clima, agua, vegetación yfrutos, y especies animales que procuraron alimentaciónsuficiente y materiales adecuados para la construcciónde los primeros poblamientos. De este modo, el mediogeográfico propició que, mediante el sedentarismo, las

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habilidades técnicas instrumentales, las habilidades deempatía y comunicación, así como el conocimiento delmedio natural desarrollados por los recolectores y caza-dores nómadas durante miles de años (Mithen, 1996),pudieran trascender las circunstancias de supervivencia,momento a momento, que caracterizaron a los homoshabilis, erectus, y sapiens arcaico. Plejanov (1974, traduc-ción castellana) enfatizó que en la evolución de las for-maciones sociales “el desarrollo de las fuerzas productivasque, en definitiva, determina el de todas las relacionessociales, depende de las propiedades del medio geográ-fico” (p. 67). La diversidad y estabilidad del medio geo-gráfico auspició, mediante el sedentarismo, ladomesticación vegetal y animal, los antecedentes direc-tos de la agricultura y la ganadería, la disponibilidad demateriales para el desarrollo de nuevos instrumentos, yla construcción de núcleos habitacionales, así como laacumulación de excedentes de alimentación que sirvie-ron de elementos de trueque entre poblamientos cerca-nos. En este sentido, Marx (1894, traducción castellana1946) comentaba que eran la diferenciación y variedadde los productos naturales del suelo las que constituían labase natural de la división social del trabajo y las que“empujaban” al hombre a variar sus necesidades y capa-cidades, sus medios y modos de producción.

La aparición de poblamientos sedentarios y el poste-rior desarrollo de la agricultura y ganadería alrededordel 10,000 A.N.E. constituyeron la circunstancia que po-sibilitó la articulación de las diversas actividades prácti-cas a través de las habilidades de comunicación en laforma de lenguaje, como una inteligencia generalizada yno una inteligencia especializada, empleando los térmi-nos de Mithen (1996) para dar cuenta de la evolución delas funciones psicológicas. Hablar de una inteligenciageneralizada es referirse al desarrollo de las funciones nocomunicativas del lenguaje, relacionadas con la sustitu-ción de contingencias extrasituacionales y, posteriormen-te, con la aparición de la escritura, con la sustitución decontingencias transituacionales.

El surgimiento de poblaciones sedentarias permitióla acumulación de bienes, la diferición de su consumo,su intercambio por otros bienes, y la domesticación delos cultivos y los animales. La diferenciación y extensiónde la temporalidad funcional de los intercambios consti-tuyó la circunstancia que permitió que las prácticas deintercambio superaran la relación recolección-consumo-almacenamiento, y se establecieran tareas diferenciadas

socialmente que culminaron en formas de organizaciónsocial basadas en la división del trabajo. Al diferenciarlas funciones genéricas de los individuos en la vida eco-nómica de la población, la división social del trabajo yde las tareas incidió no sólo en posteriores diferencias enla propiedad de los medios de producción (incluyendola tierra y las aguas), que pasaron de ser comunales a serprivadas, sino también a la diferenciación del procesoproducción-consumo en otros momentos económicoscomo la distribución y la apropiación. La aparición delos nuevos momentos económicos implicó no sólo la apro-piación individual de los medios de producción original-mente compartidos, sino también la apropiación de lafuerza de trabajo social y su transformación en una for-ma de mercancía. El valor de los bienes y el trabajo dejóde basarse en su uso y se convirtió en valor de cambio.Es precisamente en el momento histórico en que en lasdistintas formaciones sociales surgen asimetrías o desigual-dades entre la producción y la apropiación y consumode los bienes, satisfactores o mercancías entre colectivi-dades, que aparece el Estado como institución generalque abarca a la sociedad entera, y que explicita los dere-chos y deberes sociales de los individuos, decidiendo eimponiendo las relaciones de dominación económica deuna colectividad sobre otras en la forma de relacionespolíticas y de sanción (Lull & Micó, 2007). En las socie-dades sin Estado pueden identificarse también condicio-nes de desigualdad y explotación del trabajo de unos porotros, pero se dan como relaciones entre individuos y noentre colectivos, ya sea dentro de o entre instituciones,como pueden ser las relaciones de dominación en la fa-milia o entre clanes. Son relaciones de dominacióncasuísticas y circunstanciales, y al no ser estables no re-presentan por sí mismas contingencias institucionales ensentido estricto. En estos casos, la dominación se ejercedirectamente mediante el poder de la fuerza. Otras for-mas de dominación, como poder carismático y de rique-za, se formalizan a partir de la constitución del Estado.

En la medida en que las relaciones sociales entre indivi-duos dependen de factores extraindividuales, es incorrectosuponer, como lo hacen las diversas aproximaciones psi-cológicas, que dichas relaciones ocurren siempre comouniversales, indistintamente de la estructura institucionalde cada tipo de formación social. Es incorrecto suponerque la ocurrencia de distintas y variadas formas de com-portamiento en las relaciones de intercambio, como sonel altruismo, la competencia, la mal llamada cooperación

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y otras más, dependen exclusivamente de variablesespecificables en un nivel conductual, independientementede la historia social y de las funciones institucionales quedesempeñan en la vida real. Es incorrecto también supo-ner que las variables “económicas” relacionadas a la con-ducta son universales y que reflejan procesos individuales,biológicos y/o psicológicos. Es incorrecto, en fin, suponerque las variables pertinentes en el análisis de lasinteracciones individuales son determinantes o explica-tivas de las relaciones sociales (políticas y económicas)de las que forman parte dichos individuos, hasta llegar alsupuesto de que las mentes o formas de pensamiento“primitivas” son responsables de organizaciones socialesigualmente “primitivas”. Por el contrario, es plausiblesuponer que el tipo de interacciones que pueden obser-varse cuando se investigan relaciones de intercambio (ode poder y/o sanción también) son específicas de unaformación social determinada y de su organización eco-nómica, política y jurídica, y que dichas relaciones varia-rán dependiendo de la estructura del medio de contacto yde la funciones que delimitan la dominación, la comple-mentación y el acotamiento como logros sociales. Es ne-cesario superar las concepciones actuales que identificanla “conducta económica” o “la conducta política” con baseen un esquema simplista de la mal llamada economía demercado y del Estado capitalista industrial y post-indus-trial. En todo caso, se trata de observaciones o inferenciascuyo valor empírico queda restringido a las funcionesespecíficas que caracterizan a este tipo de formación so-cial y a la muestra de funciones posibles en el segmentode población estudiada, los que así considerados no jus-tifican ni validan interpretaciones con pretensiones“universalistas”.

UN ANÁLISIS DE LAS CONTINGENCIAS DEPODER, DE INTERCAMBIO Y DE SANCIÓN

¿Qué alcances y propósitos tiene un análisis de lasinteracciones de los individuos en los distintos tipos derelaciones sociales? Esta pregunta incide directamente enla delimitación de los objetos de conocimiento de la psi-cología y las ciencias sociales (sociología, economía ypolitología), y en el papel de la llamada psicología social.En lo que toca a esta última, se ha cuestionado su legitimi-dad como un campo de conocimiento distinto de la psico-logía o la sociología (Ribes, 1988). En todo caso, se le

puede concebir como un campo de intersección multi-disciplinario de ambas ramas del conocimiento, al igualque la economía conductual o la psicología política.

El objeto de estudio de las diversas ciencias socialesson los sistemas de relaciones desarrollados históricamenteentre colectivos o clases de distintas formaciones sociales.A pesar de que dichos colectivos o clases tienen existenciareal sólo en referencia a las prácticas de los individuos quelos conforman, el análisis de los sistemas de relacionespuede realizarse sin la necesidad de considerar a las prác-ticas de dichos individuos, en tanto tales. Por su parte, lapsicología tiene como objeto de conocimiento las interac-ciones de los individuos con otros individuos u objetosindividuales, dado un medio de contacto determinado. Enel caso del comportamiento humano, dada la naturalezaconvencional de su medio de contacto, no tiene sentido ladistinción entre comportamiento individual y comporta-miento social. Todo el comportamiento humano es socialy lingüístico por naturaleza. Sin embargo, no todo el com-portamiento de una persona afecta de manera directa alde otra persona o a sus circunstancias, sino que en muchasocasiones su influencia o efectos pueden ser indirectos onulos. Para distinguir entre ambas condiciones del com-portamiento humano es conveniente referirse a dos tiposde contingencias: contingencias sociales o compartidas, ycontingencias individuales o no compartidas. Se trata decontingencias sociales o compartidas cuando el compor-tamiento de un individuo afecta las circunstancias de otro(s)individuo(s), mientras que en las contingencias individua-les, el comportamiento del individuo sólo afecta al propioindividuo directamente. La psicología estudia ambos ti-pos de contingencias, aunque con distintas implicaciones.Mientras que el estudio de las contingencias individualesinforma acerca de la estructura del medio ambiente hu-mano y los criterios que regulan y prescriben la ontogeniay funcionalidad del comportamiento, el estudio de las con-tingencias sociales informa acerca de las relacionesmoleculares que caracterizan el funcionamiento prácticode las instituciones sociales. Esta segunda vertiente de aná-lisis convierte a la psicología en la ciencia experimental delas formaciones sociales.

Antes de proseguir con el análisis de las contingenciassociales y las dimensiones funcionales del medio de con-tacto que las posibilitan, es conveniente aclarar el concep-to de contingencia. Dicho término es equívocamenteempleado como sinónimo de contigüidad o de consecuen-cia. En realidad, ser contingente significa ser dependiente

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de, circunstancial a, o condicional a. Toda interacción psi-cológica constituye un relación de elementos interdepen-dientes o contingentes unos de otros en un doble sentido:contingentes unos de la ocurrencia de otros y contingen-tes unos de la función de otros (Ribes, 1997). De este modo,cualquier sistema de relaciones interactivas entre indivi-duos y de individuos con objetos puede ser examinado entérminos de contingencias. En las contingencias individua-les, las condicionalidades de ocurrencia y de función delos acontecimientos que afectan a un individuo son, porasí decirlo, “propiedad” del comportamiento de ese indi-viduo. En cambio, en las contingencias sociales, lascondicionalidades de ocurrencia y de función de los acon-tecimientos que afectan a un individuo son “propiedad”compartida con el comportamiento de cuando menos otroindividuo.

Todas las contingencias sociales son relaciones queinvolucran, inevitablemente, a las dimensiones funciona-les de todo medio de contacto convencional y, por consi-guiente, de toda institución: el poder, el intercambio y lasanción. Estas dimensiones corresponden a logros socia-les fundamentales: la dominación, la complementación yel acotamiento o delimitación, y se relacionan con los cam-pos de conocimiento de la ciencia política y la sociología,la economía y la ciencia jurídica. El análisis de lasinteracciones individuales como parte de un sistema deconvivencia implica siempre que el individuo, por cir-cunstancia biológica o por coerción física de algún tipo,ha elegido o ha sido forzado a participar en dicho siste-ma. La pertenencia a un sistema se manifiesta en la acep-tación de sus criterios de funcionamiento a través de laconformidad. La inconformidad representa el rechazo dealgunos o todos los criterios del sistema y, por consi-guiente, la confrontación entre sectores, confrontaciónque puede tener lugar como un reajuste de los criteriosde acotamiento en la forma de conflicto jurídico, o biencomo un reajuste de los criterios de dominación en laforma de conflicto político.

Históricamente, las contingencias de poder y de san-ción surgieron a partir del desarrollo de asimetrías en lascontingencias de intercambio, especialmente en la co-rrespondencia entre producción y apropiación. Sin em-bargo, a partir de dichas asimetrías en las relaciones deintercambio, las contingencias de poder, de intercambioy de sanción operan siempre de manera simultánea eíntimamente vinculadas unas a otras. De hecho, podríaafirmarse que las contingencias de poder y de sanción

son subsidiarias y sustentantes a la vez de las contingen-cias de intercambio, pues la razón misma de ser de unarelación social se basa en la división del trabajo y éstaimplica, en el sentido más amplio del término, una ope-ración conjunta o compartida, es decir, cooperación. Esen este sentido, en el de pertenecer a una colectividadque requiere para su funcionamiento de la labor conjun-ta, con mayor o menor especialización, de todos y cadade sus miembros participantes, que toda interacción so-cial es, por definición, cooperativa. Con el objeto de es-tar en condiciones de categorizar funcionalmente a lasinteracciones y episodios sociales posibles, se examinarála estructura funcional de las contingencias de intercam-bio, de poder y de sanción por separado. Los tres tiposgenerales de contingencias se fundamentan en el hechode que los individuos participantes forman parte de unsistema de convivencia (Figura 1), y de que cada indivi-duo constituye una persona, es decir, una identidad so-cialmente singular (Mead, 1934). El carácter singular decada persona es el que permite que un mismo individuopueda tener distintas funciones sociales en el contexto decriterios institucionales diversos.

A diferencia de las aproximaciones psicológicas domi-nantes, que suponen modelos no explícitos de democra-cia representativa y de economía capitalista de mercadocomo esenciales para la representación de fondo o es-cenario de cualquier episodio social, en el análisis quese presenta se incluyen componentes funcionales de di-versos sistemas económicos, políticos y jurídicos, demodo que puedan explorarse diferencialmente las ca-racterísticas funcionales que determinan diversas formasy maneras de ocurrir de las interacciones sociales entreindividuos. Este proceder tiene dos ventajas. Por una par-te, permite delimitar las propiedades de los fenómenosexaminados en el marco de las características sistémicas,por así decirlo, de las contingencias evaluadas experi-mentalmente. Por otra parte, permite desarrollar análo-gos experimentales de contingencias típicas de diversossistemas políticos y económicos, y evaluar comparativa-mente las propiedades y características de las interaccio-nes sociales resultantes.

La Figura 2 representa las diversas funciones y recur-sos/productos que pueden distinguirse en las contingen-cias de intercambio. Los distintos elementos descritos noagotan todas las posibilidades, ni tampoco son constituti-vos de un solo sistema de contingencias. Pueden o no for-mar parte de un sistema determinado, y a su vez pueden

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diferenciarse en funciones y recursos/productos más es-pecíficos. Sin embargo, este diagrama de las contingen-cias de intercambio, así como los que presentaremos másadelante sobre las de poder y de sanción, cumplen el pro-pósito de procurar un mapa conceptual de los distintoscomponentes funcionales (y sus relaciones) que puedenenmarcar una determinada interacción social entre indi-viduos. Se contraponen dos formas iniciales de intercam-bio, una de las cuales puede ser absorbida por la otra:compartir y apropiar. La primera está vinculada a mediossociales colectivos de recolección-producción, mientras quela segunda está ligada a medios sociales de recolección-producción propiedad de individuos, especialmente por-que los medios sociales de producción pueden ser

apropiados por particulares. Mientras que compartir tienecomo función el bienestar, apropiarse tiene como funciónla riqueza. La subordinación del primero al segundo se daa través de formas específicas del proceso recolectar-pro-ducir. El resto de los componentes funcionales describenuna u otra forma de contingencias derivadas de la apro-piación individual o corporativa de los medios sociales deproducción y de la producción o acumulación de riqueza.Destacan los procesos de acumulación y de distribucióncomo intermediarios funcionales entre la producción y elconsumo, y a partir de la disponibilidad de excedentes, yasea por sobreproducción o por acumulación, surgen otrosprocesos como la intermediación por moneda, el comer-cio, el acaparamiento, la especulación, la renta, la usura,

Figura 1. Logros sociales fundamentales de cada una de las dimensiones funcionales del comportamiento social como parte de unsistema de convivencia.

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la transferencia de bienes y servicios y, en el momentohistórico que vivimos, la globalización corporativa (Klein,2007). En el contexto de estas contingencias de intercam-bio pueden estudiarse experimentalmente distintas formasde interacción social entre individuos como el altruismo,el altruismo parcial, la competencia, la inequidad, la reci-procidad, el fraude, la explotación, el robo, el acuerdo,etc. Sin embargo, cada uno de estos fenómenos ocurredeterminado diferencialmente por variables relativas acada sistema específico de contingencias de intercambio,

por lo que su carácter funcional y su cualidad resultan dis-tintos en cada uno de ellos.

La Figura 3 describe un diagrama de las distintas fun-ciones y condiciones que incluyen las contingencias depoder. Las relaciones basadas en el poder son paralelas aotro tipo de relaciones en donde no se establecen rela-ciones de obligatoriedad entre los individuos. En esta fi-gura se muestran las contingencias de poder como unsistema paralelo e independiente a lo que hemos deno-minado contingencias de influencia o facilitación social.

Figura 2. Diversas funciones y recursos/productos que pueden distinguirse en las contingencias de intercambio.

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Figura 3. Distintas funciones y condiciones que incluyen las contingencias de poder.

En estas últimas contingencias, la autoridad se da en laforma de liderazgo, con carácter moral y por prestigio,sin obligatoriedad ni sanción impuestas, y tiene lugar enforma personal e impersonal, como seguimiento o noseguimiento de ejemplares sociales, así como por elcumplimiento o no cumplimiento de peticiones, criterioso requisitos. Por su parte, las contingencias de poder siem-pre se originan en fuentes como la riqueza, la fuerza y/o elconocimiento, y operan por medio de dos procesos, nonecesariamente incompatibles o mutuamente excluyen-tes: por acuerdo o convención (dominación implícita),y/o por coacción (dominación explícita). Las contingen-cias de poder tienen lugar en cuatro modalidades que

pueden actuar simultánea o separadamente, estipulandofunciones y procurando consecuencias relativas al des-empeño de acciones sociales en el marco de las diversasinstituciones y al conjunto del colectivo, tenga o no elcarácter de Estado. Estas cuatro modalidades son las con-tingencias de prescripción, regulación, supervisión y ad-ministración. El ejercicio del poder se delega enautoridades ante las que se tiene la obligatoriedad de ac-tuar en conformidad y de ser sancionados directamentepor ellas, ya sea por acción o por omisión. Dependiendodel proceso mediante el cual se ejercita el poder y suautoridad, se puede ser legítimo, paralegítimo o ilegíti-mo, con base en el grado de conformidad del colectivo.

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La autoridad legítima puede ser racional, ajustarse a latradición y/o poseer carisma (Weber, 1964-traduccióncastellana), mientras que la autoridad paralegítima siem-pre es unipersonal, al igual que la ilegítima, distinguién-dose esta última por operar con base en criterios decoerción-sumisión. Tanto la autoridad legítima como laparalegítima pueden ejercer su poder de manera tantopersonal como impersonal. En el caso personal, el poderse ejerce mediante relaciones petición-cumplimiento uorden-obediencia, y en el caso impersonal mediante re-laciones de disposición-acatamiento. La estructura de con-tingencias descrita en la Figura 3 permite distinguir cuatrotipos funcionales de conducta ante la autoridad del po-der: seguimiento, cumplimiento, obediencia y acatamien-to, usualmente confundidas en la literatura psicológica.

La Figura 4 describe las contingencias de sanción.Históricamente, las contingencias de sanción surgierony operan siempre como procesos de justificación y man-tenimiento de la convivencia bajo órdenes políticos yeconómicos determinados. La función definitoria de lascontingencias de sanción es delimitar y acotar preventi-vamente los actos de los individuos y su impacto, así comoestipular las consecuencias de su comisión u omisión conbase en normas identificadas con la tradición o costum-bre, o bien con normas explícitas en la forma de códigoso leyes. La operación de las contingencias de sanciónsiempre tiene lugar mediante el juicio o valoración delajuste o no ajuste de los actos de los individuos a las nor-mas, y de su sanción (positiva o negativa) por omisión ocomisión en ambos casos. La transgresión es el resultado

Figura 4. Contingencias de sanción ante el ajuste a una norma y ante los actos de transgresión en distintos ámbitos de convivencia.

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de un acto no ajustado a la norma, y su sanción (siemprenegativa) puede darse en el ámbito de diversas institu-ciones o criterios. La sanción y su aplicación son usual-mente atribuciones de distintas autoridades, aunque enalgunas ocasiones pueden ser ejercidas por una mismaautoridad. En esta figura se identifican algunas de las san-ciones impuestas a los actos de transgresión en distintosámbitos de convivencia, las cuales siempre involucranformas de privación parcial o total de la libertad de ac-ción y/o de los bienes acumulados o disponibles. Entrelas sanciones destacan la amonestación, la reconvención,la suspensión, el extrañamiento, la expulsión, la ratifica-ción o rectificación de derechos y obligaciones, el resar-cimiento de bienes, la multa, la exención, la anulación,la compensación o indemnización, la reinstalación, elcese, la restitución, la privación de libertad, la privaciónde riqueza, la privación de la vida, la penitencia y la se-paración, entre otros. Por otra parte, la impunidad,como omisión de actos de autoridad, ejemplifica la faltade sanción a la transgresión.

COMENTARIOS FINALES

La aproximación que se ha presentado para el estudiodel comportamiento social tiene varios propósitos. Unode ellos, sin lugar a dudas, es ubicar el análisis de lasinteracciones sociales entre individuos, como fenómenopsicológico, en su relación con el ámbito de conocimien-to de las ciencias sociales. Otro es el desarrollo de unametodología de investigación experimental y observa-cional, que permita el estudio sistemático de diversasvariables en el contexto de los sistemas de relaciones quele dan sentido social a la conducta de los individuos queinteractúan entre sí. Los resultados obtenidos sobre elparticular avalan la pertinencia de la preparación expe-rimental diseñada con estos propósitos (Ribes & Rangel,2002; Ribes, Rangel, Carvajal, & Peña, 2003; Ribes,Rangel, Casillas, Álvarez, Gudiño, Zaragoza, & Hernán-dez, 2003; Ribes, Rangel, Juárez, Contreras, Abreu,Gudiño, & Casillas, 2003; Ribes, Rangel, Magaña, López,& Zaragoza, 2005; Ribes, Rangel, Zaragoza, Magaña,López, & Hernández, 2006). Finalmente, se debe desta-car el papel heurístico de los conceptos y método plan-teados, que permiten visualizar dos horizontes deinvestigación independientes. Por una parte, es posibleanalizar la estructura interactiva de las relaciones socia-

les con base en el examen empírico sistemático de lasdiferentes combinaciones que se dan entre las dimensio-nes de contingencias compartidas-no compartidas, derespuestas compartidas-no compartidas, y de consecuen-cias compartidas-no compartidas. Por otra parte, se pue-den diseñar análogos experimentales, reproduciendo lascaracterísticas funcionales descriptivas de distintas for-maciones sociales, con base en los criterios de intercam-bio, de ejercicio del poder, y de sanción bajo las que tienenlugar las interacciones entre individuos. No sólo es posi-ble estudiar empíricamente las relaciones entre individuosen formaciones sociales ya “superadas” históricamente,sino que es posible también evaluarlas en formacionessociales que, por su carácter supuestamente utópico, nohan podido consolidarse.

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