alemania. arquitectura barroca

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ÍNDICE

Introducción 3

Residencias señoriales, castillos, palacios e iglesias en Schleswig-Holstein,

Mecklemburgo, Hamburgo y Baja Sajonia 3

La arquitectura en la jurisdicción del elector de Westfalia 4

Berlín, la metrópoli de Prusia 5

Potsdam y la arquitectura de Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff 5

El barroco en Sajonia 6

Construcciones de paredes entramadas en el barroco 8

Residencias e iglesias en Franconia 8

Castillos de Alemania suroccidental e iglesias de la Alta Suabia 10

El barroco en Baviera 11

Bibliografía y créditos fotográficos 12

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En Alemania las únicas zonas en las que el arte barroco resulta homogéneo son Suabia,

Baviera y Franconia (aunque administrativamente ésta entre dentro de la segunda).

Pero además, se pueden citar a Dresde y Potsdam como brillantes obras de arte total

barroco. En otras regiones se registran evoluciones singulares, como las residencias

señoriales de Schleswig-Holstein, las iglesias entramadas de Vogelsberg o los castillos

con fosos de agua de la cuenca de Münster. De todos modos, esto no representa en

absoluto a la “Alemania como región cultural barroca”. Tan sólo es una aproximación

general.

En este trabajo se va a hablar de la arquitectura barroca con criterios geográficos. No

se pierde la visión histórica precisamente porque el contexto histórico explica por qué

en determinadas zonas la red barroca es más tupida y en otras está más presente de

forma esporádica. También hay que tener en cuenta que el barroco se desarrolló en

Alemania más tarde que en el resto de países debido a la Guerra de los Treinta Años

que la mantuvo aislada. Hasta finales del siglo XVII los clientes civiles y eclesiásticos

potenciales no dispusieron de recursos económicos para desplegar una actividad

constructora intensa al servicio del absolutismo y la Contrarreforma.

Residencias señoriales, castillos, palacios e iglesias en Schleswig-Holstein,

Mecklemburgo, Hamburgo y Baja Sajonia

El paisaje barroco de Schleswig-Holstein está marcado por las residencias señoriales de

los siglos XVII y XVIII. Como en toda Europa, también en los ducados, condados y

señoríos de Schleswig-Holstein la arquitectura barroca servía a intereses políticos.

Entre 1698 a 1703 se construyó, cabría decir como

palacio independiente, el impresionante ala sur del

castillo de Gottorf. Los Gottorf recurrieron a Suecia

para defenderse de los daneses, de ahí que no sea

una casualidad que la estructura del castillo sea

similar a la del castillo de Estocolmo. Muchas

residencias señoriales de Schleswig-Holstein

parecían italianas, y por tanto conscientemente

“antidanesas”. Aquí también destaca la residencia

señorial del Hasselburg con su precioso vestíbulo en

el que llama la atención una “falsa planta” superior.

Para simular arquitectura se utilizan con

refinamiento recursos de perspectiva.

En Schleswig-Holstein trabajó intensamente Ernst Georg Sonnin, pero su obra maestra

fue la reconstrucción de la iglesia de St. Michael de Hamburgo. En esta obra, Sonnin

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muestra sus brillantes dotes de técnico y de especialista en estructuras al alzar la torre

sin armadura. Esta torre se ha convertido en el símbolo de la ciudad hanseática, y

desde ella se puede observar una bonita panorámica de Hamburgo. Junto a la

Frauenkirche de Dresde, la iglesia de St. Michael de Hamburgo es la iglesia protestante

más recargada del barroco.

En lo que respecta a Baja Sajonia se tiene que nombrar a Bückeburg. Actualmente el

palacio no proporciona una impresión de unidad, puesto que está compuesto de

elementos pertenecientes a distintas épocas, sobre todo al Renacimiento. Aún así, en

Bückeburg se puede contemplar una de las construcciones totalmente barrocas de

Alemania.

Mientras en Bückeburg, el palacio ampliado se integraba arquitectónicamente en la

estructura urbana, en Ludwigslust (Mecklenburgo) un pequeño pabellón de caza se

convirtió en toda una planta urbana barroca.

La arquitectura en la jurisdicción del elector de Westfalia

El arquitecto barroco más importante de Westfalia fue Johann Conrad Schlaun. Estudió

en Wurzburgo con Balthasar Neumann, quien acababa de empezar la construcción de

la residencia. Poco después tuvo que elaborar el proyecto más interesante de su

carrera. Clemente Augusto, elector y arzobispo de Colonia, le encomendó en 1724 la

construcción del castillo de Augustusburg en Brühl, cerca de Colonia. Estudió a fondo

el edificio medieval anterior con el fin de reutilizarlo. Pero Schlaun fue relevado por

Cuvilliés desde Múnich, que modificó el tipo tradicional del castillo en una residencia

moderna con carácter de palacio de recreo según el modelo francés. En 1741 llegó a

Brühl Balthasar Neumann y proyectó la

espectacular escalera. Es una pena que en la

visita turística no esté permitido fotografiar

el asombroso interior de este palacio.

Tuvieron que pasar más de cuarenta años

para que se terminara el edificio, en el que

se mezclan elementos estilísticos de

destacadas construcciones barrocas de

Italia, Francia y Alemania meridional.

Otras construcciones destacables de la zona son el pabellón de caza de Clemenswerth

con bonita escalera dotada de un techo con escenas de caza, el Erbdrostenhof de

Münster con su espectacular salón y el palacio del príncipe obispo también de

Münster.

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Berlín, la metrópoli de Prusia

Justo después de que Berlín se convirtiera en la capital del reino, el elector la convirtió

en una ciudad barroca. El escultor y arquitecto que más destacó fue Andreas Schlüter,

que se hizo cargo de las obras de Nering a su muerte. Se trataba, entre otras cosas, de

la remodelación del palacio de la ciudad de Berlín. Aparecieron varias deficiencias

arquitectónicas en este edificio. Además, en la Segunda Guerra Mundial fue

totalmente destruido y sus ruinas se retiraron en 1950. Actualmente existe un costoso

y polémico proyecto de reconstrucción de este

palacio.

El arquitecto Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff

creó también destacables edificios como la Ópera

de Berlín y el palacio de Charlottenburg.

Charlottenburg era la vivienda y residencia oficial

del rey.

Potsdam y la arquitectura de Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff

Cuando en 1664 el príncipe Juan Francisco de Nassau-Siegen, en el curso de una visita

al “Gran Elector” Federico Guillermo, dijo “Toda la isla debe ser un paraíso”, se estaba

refiriendo a la isla de Potsdam.

Federico Guillermo, que cuatro años antes había adquirido la ciudad de Potsdam y las

aldeas próximas, hizo de Potsdam su segunda residencia junto a Berlín. En Potsdam el

prusianismo se traduce en imágenes y en símbolos. Las primeras medidas

arquitectónicas adoptadas por el Gran Elector entre 1664 y 1670 estuvieron

relacionadas con el palacio de la ciudad, que sustituiría a una fortaleza medieval

construida para proteger el paso del Havel. En los años noventa, el hijo del Gran

Elector, el elector Federico III, que en 1701 se hizo coronar rey con el nombre de

Federico I, convirtió el castillo en una construcción de tres alas. El castillo no quedó

totalmente remodelado hasta 1744-1752

cuando accedió al poder el rey Federico II. Para

estas obras contrató a Georg Wenzeslaus von

Knobelsdorff. Para el rey, una de las tareas

principales fue la terminación del palacio de la

ciudad de Potsdam. Knobelsdorff y su equipo

de decoradores y escultores convirtieron los

interiores en el punto culminante del rococó

federiciano.

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En el año 1744, en un llano creado artificialmente, se creó un viñedo con seis terrazas

curvas y una escalera central. Aquel fue el lugar elegido por Federico II para su

residencia de verano. La construcción y el palacio de Sanssouci, incluidos los extensos

jardines, corresponden también a los planos de Knobelsdorff, en los que, como indican

los esbozos, intervino también Federico. Dos años después de iniciarse las obras

comenzó la decoración de los interiores bajo la dirección de Knobelsdorff. Casi cien

años después, Ludwig Persius y Ferdinand von Arnim agregaron las alas laterales. El

palacio es inconfundible por su edificio central ovalado, que incluye las salas

principales, como la sala del mármol, cubierta por una cúpula.

El barroco en Sajonia

En el “período augusteo”, Dresde pasaba por ser la ciudad más bella de Alemania. El

adjetivo no sólo hacía referencia a los bellos palacios e iglesias, sino también a las

colecciones de arte, que eran extraordinariamente ricas.

Federico Augusto I el Fuerte, el popular príncipe del período barroco, y su hijo Federico

Augusto II transformaron Dresde y Sajonia en un fabuloso tesoro barroco.

En los años ochenta del siglo XVII llegaron a Dresde tres artistas: Marcus Conrad Dietze

de Ulm, Blathasar Permoser, que acababa de llegar de Italia, y Matthäus Daniel

Pöppelmann de Westfalia. Tras el acceso al poder de Augusto el Fuerte en el año 1694

y tras su proclamación como rey de Polonia tres años después, el escultor y arquitecto

Dietze se hizo cargo de la planificación de una nueva residencia. El soberano hizo sus

propios esbozos. Dietze concibió una construcción en forma de herradura, el primer

elemento de lo que sería el “Zwinger”. En 1704 el arquitecto murió y Augusto el Fuerte

designó como sucesores a Pöppelmann y a Permoser. El rey quería una plaza para

fiestas espaciosa y autónoma, sin relación urbanística en el palacio. El Zwinger de

Dresde es una muestra del carácter muchas veces improvisado y teatral del palacio

barroco. Se inspira en edificios con tribunas franceses, también por su forma de

omega. La escultura y la arquitectura forman en el Zwinger una unidad indisoluble.

Ambas están al servicio de la representación y de las celebraciones.

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Entre 1720 y 1723 Pöppelmann trabajó en un

proyecto muy parecido por concepción y por

situación topográfica: el palacio de Pillnitz, junto al

Elba. Una vez que la propietaria del viejo castillo, la

condesa de Cosel, perdió a favor de la Corte,

Augusto el Fuerte ordenó la construcción de un

palacio de recreo para fiestas de parque y agua.

Pöppelmann concibió un tramo alargado a la orilla

del Elba con techo curvos en consonancia con la moda china del momento.

Inmediatamente después de terminadas las obras de Pillnitz, Pöppelmann fue llamado

a Moritzburg para remodelar, en colaboración con Longuelune, en estilo barroco el

castillo renacentista allí situado. Los muros exteriores fueron derribados y cuatro

salones de gala y más de doscientas habitaciones fueron suntuosamente decorados.

Una de las iglesias más importantes de Sajonia, la Fruenkirche de Dresde, fue

construida por un carpintero, Georg Bähr. En el 1705 Bähr alcanzó la condición de

“maestro carpintero” y cuando recibió el encargo de la iglesia protestante fue

nombrado “gobernador arquitecto”. Bähr pensó en una planta cuadrada de cruz griega

inscrita y escaleras en los ejes diagonales, un octógono interior que por medio de arcos

se abre a un círculo central a partir del cual se alza una poderosa cúpula con linterna.

La creciente importancia de la música religiosa, provocada por la proximidad de Bach y

Händel, influyó seguramente en estos planos. En total la iglesia tenía cinco coros altos

y podía acoger a 5.000 fieles. La gigantesca cúpula, rematada por la linterna, fue

terminada una vez muerto Bähr. El inspector de la obra desconfiaba de la solución

propuesta por Bähr y fue retrasando la terminación de la cúpula. Sin embargo, el

edificio resistió las bombas prusianas y también la noche del bombardeo de 1945,

aunque se desplomó dos días más

tarde. Hoy, una vez reconstruida,

luce flamante de nuevo como

símbolo de la fraternidad y de la

ciudad de Dresde con la posibilidad

de subir a la espectacular cúpula

desde la que se tiene una bonita

panorámica de toda la ciudad

barroca.

En el año 1719 Federico Augusto II

se convertía al catolicismo en la

región protestante de Sajonia, con el fin de poder acceder al trono polaco. Como

elector protestante y rey católico, quiso hacer muestra de su equilibrio religioso

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ordenando la construcción en Dresde de la iglesia católica Hofkirche, la iglesia de la

Corte. El italiano Gaetano Chiaveri, que hasta poco antes había trabajado en la

planificación de San Petersburgo, se enfrentaba al reto de construir un edificio que

diera la réplica a la protestante Frauenkirche.

Construcciones de paredes entramadas en el barroco

En el período carolingio la construcción de iglesias de piedra al norte y al nordeste de

los Alpes era más bien la excepción. Predominaban las construcciones de madera.

La construcción con paredes entramadas no es una característica destacada de la

arquitectura barroca, pero no hay que dejarla a un lado puesto que revela nuevos

aspectos de la cultura del barroco.

La singular concentración en Hesse de iglesias con paredes entramadas debe

analizarse en el contexto de la Reforma. Muchas aldeas, que hasta la fecha carecían de

iglesia propia, fueron autorizadas a construir una iglesia o una capilla propia. Como

eran las mismas comunidades locales las que se encargaban de sufragar los gastos, se

construyeron edificios sencillos y sin pretensiones y basados en la arquitectura local

con paredes entramadas.

Residencias e iglesias en Franconia

Aunque administrativamente la región de Franconia esté dentro del estado federado

de Baviera, creo que desde el punto de vista histórico y del barroco merece sin duda

una mención aparte.

La arquitectura barroca se asocia especialmente

con una ciudad y un nombre, concretamente con

Wurzburgo y con Blathasar Neumann. Puede que

así no se haga justicia a la variedad de la cultura

barroca en esta región, pero sí se muestra un rasgo

específico de la arquitectura barroca en Alemania.

Neumann nació en el período de los Schönborn, en

el que se produjo una brillante y deslumbrante

actividad constructora y artística en Franconia.

Como príncipes obispos de Wurzburgo y Bamberg

encargaron varias obras a varios artistas o

maestros constructores. Sin duda, la más

destacada fue el encargo del palacio más

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importante, la residencia de

Wurzburgo, a Neumann junto a

varios colaboradores.

Las obras de la residencia se iniciaron

en 1720. Durante unos años la

actividad estuvo paralizada al haber

muerto el príncipe obispo. Hasta que

no llegó el segundo príncipe obispo

sucesor del que hizo el encargo, no

se continuaron las obras de la

residencia. En 1737 ya se pudo

empezar a trabajar en la escalera. La

bóveda se terminó en 1742. El mismo

año se terminaron también las

grandes bóvedas de la sala imperial y

del salón blanco, y en 1744 se

terminaba el cuerpo del edificio

después de 25 años de obras.

Napoleón lo calificó como la mayor

corte parroquial de Europa, y es que

sólo se puede equiparar a los

importantes palacios de Versalles y

de Schönbrunn. El techo abovedado sin apoyos es realmente espectacular y, además,

alberga al fresco más grande del mundo obra del famoso Tiepolo. Se puede observar

en la portada de este trabajo. Tiepolo fue a pintar los frescos de la sala imperial y los

trabajos le mantuvieron ocupado durante 2 años. Durante ese tiempo el pintor pudo

recorrer la caja de la escalera cada día y observar con asombro la bóveda que todavía

estaba inacabada, de 600 metros cuadrados. Tiepolo pudo estudiar detenidamente las

variaciones de la luz a lo largo de las estaciones del año. Neumann tuvo en cuenta el

precioso palacio de Weisenstein de Pommersfelden para actuar de un modo

absolutamente distinto. Dientzenhofer y de Hildebrandt constuyeron el palacio de

Pommersfelden en un tiempo récord de 5 años. Aquí la caja de la escalera es parte de

un recinto monumental y se remata con una gran bóveda. Por el contrario, la caja de la

escalera de Neumann sería un cuerpo espacial independiente. El famoso pintor de

frescos veneciano (Tiepolo) aprovechó las las posibilidades dramatúrgicas de la caja de

escalera. El espectador que descubre mientras sube poco a poco el enorme techo,

tiende a interpretar literalmente paso a paso sus figuras. Tiepolo no concibió los

frescos de la bóveda como una composición global integrada, sino como un mapa que

hay que recorrer. Están representados los cuatro continentes conocidos hasta la

época.

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Mientras trabajaba en el palacio, Neumann llevaba entre manos otras obras como la

iglesia de Gaibach. Esta iglesia destaca por la estructura totalmente nueva de su

planta y de su bóveda. Por las mismas fechas, Neumann proyectó el espectacular

santuario de los Catorce Santos, cerca de Bamberg. Aquí Neumann pudo desarrollar a

la perfección sus ideas arquitectónicas. En ella se concentra teatralmente una densa

malla de luz, de arquitectura y de estucado.

Neumann se encargó también de la reconstrucción de la iglesia de la abadía de

Neresheim. Aquí pudo llevar a cabo su concepción de la interpretación de recinto

longitudinal y del recinto centralizado, concepto arquitectónico que tiene el arco entre

el barroco tardío y el clasicismo temprano.

Castillos de Alemania suroccidental e iglesias de la Alta Suabia

Las guerras que marcaron el período barroco en el suroeste de Alemania destruyeron

Heidelberg, Mannheim, otras ciudades del Palatinado y del margraviato de Baden y en

concreto algunos edificios como el Carlsburg de Durlach y el Neue Schloss de Baden-

Baden. No tardaron en construirse nuevos castillos y en este mismo contexto se

crearon también nuevas capitales. Cerca de Stuttgart se construyó el castillo de

Ludwigsburg, pero todavía quedaba por reconstruir el pabellón de caza de Erlachhof.

Más tarde que convertiría en un palacio al estilo italiano, añadiendo las alas.

Posteriormente se construyeron edificios para jinetes, galerías, capilla, teatro y salón

de fiestas. La arquitectura construida se prolongaba en los frescos del techo en forma

de “arquitectura celestial”. La iglesia conventual de Weingarten, cerca de Ravengsburg,

en la Alta Suabia, fue pintada entre 1718 y 1720 por Cosmas Damian Asam. Asam

había residido en Roma y había podido estudiar cómo artistas de esa ciudad

desarrollaban el espacio de la ilusión a partir del espacio real mediante perspectivas

calculadas con total precisión. En la cúpula de la basílica de Weingarten pintó salas con

columnas y con cúpula, escaleras y pilares y así logró crear una fascinante arquitectura

de la fantasía como prolongación de la arquitectura de la iglesia. Uno de los motivos

preferentes de la arquitectura de la ilusión es el de la escalera, que se adapta a la

forma del arco fajón de la bóveda y que se eleva hacia lo alto en una suave curva.

Franz Joseph Spiegler desarrolló variantes poco habituales de este motivo. En la

catedral de San Fridolino de Bad Säckinger integró repetidamente la escalera en su

arquitectura celestial. Con este concepto de escalera pudo resolver la composición del

fresco en la espectacular iglesia de Zwiefalten, de casi 500 metros cuadrados. Este

desbordante dinamismo y este exuberante juego de pilastras ascendentes son

característicos de la riqueza de variantes del estilo rococó en la zona del suroeste de

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Alemania. Todo esto alcanza un nivel todavía más alto en el santuario de la Virgen de

Birnau, en el lago Constanza.

El barroco en Baviera

La iglesia de S. Miguel de Múnich construida a finales del siglo XVI, en el umbral del

barroco, sirvió de modelo para muchas iglesias barrocas posteriores. Fue una especie

de edificio guía. A partir de ella se construyeron varias iglesias, pero poco después

empezaban en Múnich las obras de una iglesia en estilo italiano. Se trataba de la iglesia

de los Teatinos. Pero en el sur de Alemania esta construcción fue una excepción. Los

arquitectos nativos como los hermanos Asam se fueron imponiendo en Múnich poco a

poco frente al estilo italiano.

Entre los mayores proyectos de la arquitectura barroca del sur de Alemania está la

reconstrucción de la iglesia de la abadía benedictina de Ottobeuren. La historia de los

planos es confusa. Se puso la primera piedra en 1737, pero no se aceptaron planos de

arquitectos famosos como Dominikus Zimmermann. Las obras se adjudicaron a un

arquitecto suabo menos famoso llamado Simpert Kraemer, quien tuvo que someter su

proyecto a los retoques del arquitecto de la corte del elector de Baviera Joseph Effner.

En 1748 se llamó a Johann Michael Fischer, que mantuvo la planta pero suavizó la fría

severidad de Effner. Fischer concentró los efectos espaciales en el crucero central, que

se remataba con una poderosa cúpula. Los frescos, creados casi a la vez que los

estucados, se desarrollan en perspectiva a partir de la arquitectura construida. Una

característica singular de la arquitectura barroca bávara es el doble cascarón. El

exterior y el interior no siempre coinciden. Así, en Ottobeuren desde fuera no se es

capaz de imaginar la escenografía del interior.

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Los que crearon incomparables ilusiones espaciales fueron sobre todo los hermanos

Asam. Un claro ejemplo de este espectacular ilusionismo fue la iglesia de San Juan

Nepomuceno, llamada “Iglesia de los Asam”. La luz difusa, la arquitectura

abruptamente ascendente y la decoración plástica

hacen que se difuminen los límites entre la

arquitectura real y la arquitectura pintada. Los Asam

también crearon algo realmente ilusionista con la

construcción de la abadía benedictina de

Weltenburg.

A efectos espaciales totalmente distintos llegó

Dominikus Zimmermann cuando se le encargó la

Wieskirche, hoy Patrimonio de la Humanidad. Se

trata de un pequeño santuario con un dramatismos

muy acentuado. Como estuquista, Zimmermann

concibió la arquitectura en relación con la

decoración arquitectónica.

BIBLIOGRAFÍA

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http://www.alemania-turismo.com , German National Tourist Board. Frankfurt, 2010.

VV. AA., El Barroco (1600-1770): El arte europeo. Electa 2005. Madrid, 2005.

León Alonso, Aurora, El Barroco: Arquitectura y Urbanismo. Grupo Anaya. Madrid,

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Bauer, H., Barock. Kunst einer Epoche. Berlín, 1992.

Freeden, M. H. von, Balthasar Neumann, Leben und Werk. Múnich, 1981.

Bednorz, Achim, Barroco y rococó: arquitectura, pintura y escultura. Feierabend

Verlag. Colonia, 2003.

CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS: Jorge Castro Gómez.