alberto preciado - el beso de dios

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Alberto Preciado  Psicólogo  (507) 6551-2795 1 EL BESO DE DIOS Por: Alberto Preciado 9 de febrero de 2015 El beso de Dios Despierto. La voz de mi hijo de cuatro años ha entrado como una suave brisa por las ventanas del silencio de mi alma y ha hecho vibrar sus cristales. Son las 5:00 de la mañana. Mi corazón se levanta antes que yo y me extiende las manos. Yo las tomo y me incorporo también. Vamos juntos hasta la cama de mi pequeño. Él ha dicho papá, pero aún duerme. Parece que, en una remota cita en su mente, él y yo participamos de una reunión familiar inusitada; no ha despertado aún, pero ya nos hemos encontrado. Beso su frente en tanto la noche expectante me observa a su lado, meditando, sin saber el por qué. Es en esos momentos mágicos cuando suelo cavilar sobre cómo un niño construye psíquicamente el mundo y la forma en que llega a comprender las dimensiones de la vida que no se pueden medir con los sentidos. Descubro, asimismo, la posibilidad infinita de acercarnos también a ese sueño; a ese niño, a esa niña interior, que todavía reclina sus anhelos en el pecho de nuestra memoria, y que nos llama, mientras dormimos, buscando espacios para soñar. Para soñarnos desde adentro, en los sueños que olvidamos soñar. Fanny Berger, psicóloga uruguaya, especialista en psicología clínica de niños y adolescentes, narra en su libro “Papis, miren qué me pasa”, el recuerdo de una niñ a muy creativa criada por una madre, que se sentía molesta cuando ella cantaba y bailaba. La reprimía pues lberto Preciado Psicólogo C.I.P.: 1904 Correo electrónico: [email protected] Teléfono: (507) 6551-2795 Dirección: Altos del edificio APACH, San Mateo, David, Chiriquí, República de Panamá   Nunca una noche ha vencido al amanecer, y nunca un  problema ha vencido a la esperanza  . Bernard Williams.

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Page 1: Alberto Preciado - El Beso de Dios

 

Alberto Preciado – Psicólogo – (507) 6551-27951

EL BESO DE DIOS

Por:

Alberto Preciado 

9 de febrero de 2015

El beso de Dios

Despierto. La voz de mi hijo de cuatro años ha entrado como una suave brisa por lasventanas del silencio de mi alma y ha hecho vibrar sus cristales. Son las 5:00 de la mañana.Mi corazón se levanta antes que yo y me extiende las manos. Yo las tomo y me incorporotambién. Vamos juntos hasta la cama de mi pequeño. Él ha dicho papá, pero aún duerme.Parece que, en una remota cita en su mente, él y yo participamos de una reunión familiarinusitada; no ha despertado aún, pero ya nos hemos encontrado. Beso su frente en tantola noche expectante me observa a su lado, meditando, sin saber el por qué.

Es en esos momentos mágicos cuando suelo cavilar sobre cómo un niño construyepsíquicamente el mundo y la forma en que llega a comprender las dimensiones de la vidaque no se pueden medir con los sentidos. Descubro, asimismo, la posibilidad infinita deacercarnos también a ese sueño; a ese niño, a esa niña interior, que todavía reclina susanhelos en el pecho de nuestra memoria, y que nos llama, mientras dormimos, buscandoespacios para soñar. Para soñarnos desde adentro, en los sueños que olvidamos soñar.

Fanny Berger, psicóloga uruguaya, especialista en psicología clínica de niños y adolescentes,narra en su libro “Papis, miren qué me pasa”, el recuerdo de una niña muy creativa criadapor una madre, que se sentía molesta cuando ella cantaba y bailaba. La reprimía pues

lberto Preciado

PsicólogoC.I.P.: 1904

Correo electrónico: [email protected]

Teléfono: (507) 6551-2795

Dirección: Altos del edificio APACH,

San Mateo, David, Chiriquí, República de Panamá

“  Nunca una noche ha vencido al amanecer, y nunca un

 problema ha vencido a la esperanza” .

Bernard Williams.

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Alberto Preciado – Psicólogo – (507) 6551-27952

necesitaba silencio absoluto. Esta niña a través de dichas actividades creaba y daba riendasuelta a su rica imaginación, para escapar de una realidad familiar muy difícil. La madre seenojaba con ella cuando dibujaba y pintaba pues temía que ensuciara la casa. Describecomo la niña comenzó a inhibir a su niña interior tan creativa e imaginativa para sobreviviren su medio familiar. Lo más negativo para su crecimiento fue el sentimiento de que todolo creativo que partiera de ella misma sería una molestia, un estorbo para los otros.Finalmente expresa como empezó a sentirse carente de todo valor. Su herida principal fuesentirse una molestia… sin que los oídos espirituales de su madre atendieran el clamor desu ser interior.

Como ser humano, como padre y como profesional de la psicología puedo dar cuenta de lasmúltiples situaciones por las que nos hemos exiliado de nosotros mismos; ya seasocializados por sistemas familiares, educativos, o culturales disfuncionales, o por lasmarcas del abuso, el maltrato y el abandono, para vivir alguna otra vida, quitándonos elaliento que nos impulsa para elevar la conciencia a nuestro más sublime destino orobándonos la inocencia para descender amorosamente a las hondas emociones de un niñoque nos busca, palpando nuestra imagen en el palio de sus párpados.

Por eso me levanto de esta larga noche; porque todos somos llamados a despertar paraatender al niño que nos llama en sus sueños, a escucharle y darle el respeto que se merece.Amarle incondicionalmente, resaltar lo positivo, sus potencialidades, suplir susnecesidades; enseñarle a encontrase, también, en el dolor de sus heridas, y a descubrir,como un tesoro, sus dones y habilidades.

La marchitez de la esperanza de un hombre o de una mujer no es más que el descuido delos tiernos brotes del alma de su niñez que llama, desde lo arcano de la tierra de la psique,a la luz de la parentalidad divina para poder vivir, crecer y amar. Ignorar su voz es delegarnuestros propios ojos a la oscuridad.

Hoy los invito a intuir el maravilloso misterio de ese delicado batir de alas, que poseen lossueños que se abren paso desde nuestra infancia, en el efluvio transparente del tiempo yentre las quimeras de la madrugada. Sólo si sabemos acudir a ese milagro, no paradetenerlo en la conciencia, sino para contemplarlo plenamente cuando pasa, estaremoslistos para el encuentro y el abrazo, con los niños interiores del mundo, con nosotrosmismos y con nuestros hijos… esperando, junto a la hoguera de tantas estrellas, el cálidobeso de Dios en el alba.