alberto haro

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ALBERTO HARO Pianista, director de orquesta, personaje protagónico de la movida limeña en las décadas de los 40s y 50s y, además, un compositor fundamental de nuestro criollismo. Para muestra un vals de antología: Hilda. El puerto de Chimbote lo vio nacer el 8 de abril de 1926. Al llegar a Lima empezó a tocar música americana y a escribir canciones criollas. “Yo tenía una vitrola y me conseguía los discos de Jesús Vásquez y Los Trovadores del Perú que eran famosos en Argentina. Me gustaba el estilo que estos tenían de tocar el piano, muy complicado. No entendía cómo podían hacerlo. Hasta que me di cuenta que eran dos pianos, Miguel Paz y Jorge Huirse. Un piano le hacía la segunda voz al otro, por eso ese sonido agudito, medio norteño”. A decir del mismo maestro Haro, su vals Hilda “tocó todos los nervios musicales”. Hizo más valses y boleros, pero no les dio mucha importancia porque “mi obligación era trabajar”. No le tomó mucho tiempo escribir Hilda, vals que se impuso en la versión avasalladora de Los Embajadores Criollos. Entre sus mejores valses, cita: Prenda mía, Tiéndeme la mano, Frente a frente, Hilda y Tú y yo. Trata de explicar su calidad literaria bajo el argumento de que en el colegio se leía mucha poesía, que como no había televisión era normal agarrar un libro.

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Perfil del maestro Alberto Haro, pianista, director de orquesta, personaje protagónico de la movida limeña en las décadas de los 40s y 50s y, además, un compositor fundamental de nuestro criollismo. Para muestra un vals de antología: Hilda.

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Page 1: ALBERTO HARO

ALBERTO HARO

Pianista, director de orquesta, personaje protagónico de la movida

limeña en las décadas de los 40s y 50s y, además, un compositor

fundamental de nuestro criollismo. Para muestra un vals de antología:

Hilda.

El puerto de Chimbote lo vio nacer el 8

de abril de 1926. Al llegar a Lima

empezó a tocar música americana y a

escribir canciones criollas. “Yo tenía

una vitrola y me conseguía los discos

de Jesús Vásquez y Los Trovadores

del Perú que eran famosos en

Argentina. Me gustaba el estilo que

estos tenían de tocar el piano, muy

complicado. No entendía cómo podían

hacerlo. Hasta que me di cuenta que

eran dos pianos, Miguel Paz y Jorge

Huirse. Un piano le hacía la segunda

voz al otro, por eso ese sonido

agudito, medio norteño”.

A decir del mismo maestro Haro, su vals Hilda “tocó todos los nervios

musicales”. Hizo más valses y boleros, pero no les dio mucha

importancia porque “mi obligación era trabajar”. No le tomó mucho

tiempo escribir Hilda, vals que se impuso en la versión avasalladora de

Los Embajadores Criollos.

Entre sus mejores valses, cita: Prenda mía, Tiéndeme la mano, Frente

a frente, Hilda y Tú y yo. Trata de explicar su calidad literaria bajo el

argumento de que en el colegio se leía mucha poesía, que como no

había televisión era normal agarrar un libro.