albert einsten
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VIDA Y OBRAS DE ALBERT EINSTEINTRANSCRIPT
ALBERT EINSTEN Ulm, Imperio alemán, 14 de marzo de 1879 - Princeton, Estados Unidos, 18 de abril de 1955) Fue un físico alemán de origen judío, nacionalizado después suizo y estadounidense. Es considerado como el científico más conocido y popular del siglo XX.
En el siglo XVII, la sencillez y elegancia con que Isaac Newton había logrado explicar las leyes que rigen el movimiento de los cuerpos y el de los astros, unificando la física terrestre y la celeste, deslumbró hasta tal punto a sus contemporáneos que llegó a considerarse completada la mecánica. A finales del siglo XIX, sin embargo, era ya insoslayable la relevancia de algunos fenómenos que la física clásica no podía explicar. Correspondió a Albert Einstein superar tales carencias con la creación de un nuevo paradigma: la teoría de la relatividad, punto de partida de la física moderna.
Albert Einstein en 1947
En tanto que modelo explicativo completamente alejado del sentido común, la relatividad se cuenta entre aquellos avances que, en los albores del siglo XX, conducirían al divorcio entre la gente corriente y una ciencia cada vez más especializada e ininteligible. No obstante, ya en vida del físico o póstumamente, incluso los más sorprendentes e incomprensibles aspectos de la relatividad acabarían siendo confirmados. No debe extrañar, pues, que Albert Einstein sea uno de los personajes más célebres y admirados de la historia de la ciencia: saber que son ciertas tantas ideas apenas concebibles (por ejemplo, que la masa de un cuerpo aumenta con la velocidad) no deja más opción que rendirse a su genialidad.
Un mal estudiante
Albert Einstein nació en la ciudad bávara de Ulm el 14 de marzo de 1879. Fue el hijo primogénito de Hermann Einstein y de Pauline Koch, judíos ambos, cuyas familias procedían de Suabia. Al siguiente año se trasladaron a Munich, en donde el padre se estableció, junto con su hermano Jakob, como comerciante en las novedades electrotécnicas de la época.
El pequeño Albert fue un niño quieto y ensimismado, y tuvo un desarrollo intelectual lento. El propio Einstein atribuyó a esa lentitud el hecho de haber sido la única persona que elaborase una teoría como la de la relatividad: «un adulto normal no se inquieta por los problemas que plantean el espacio y el tiempo, pues considera que todo lo que hay que saber al respecto lo conoce ya desde su primera infancia. Yo, por el contrario, he tenido un desarrollo tan lento que no he empezado a plantearme preguntas sobre el espacio y el tiempo hasta que he sido mayor».
En 1894, las dificultades económicas hicieron que la familia (aumentada desde 1881 con el nacimiento de una hija, Maya) se trasladara a Milán; Einstein permaneció en Munich para terminar sus estudios secundarios, reuniéndose con sus padres al año siguiente. En el otoño de 1896 inició sus estudios superiores en la Eidgenossische Technische Hochschule de Zúrich, en donde fue alumno del matemático Hermann Minkowski, quien posteriormente generalizó el formalismo cuatridimensional introducido por las teorías de su antiguo alumno.
Einstein con Elsa, su segunda esposa
El 23 de junio de 1902, Albert Einstein empezó a prestar sus servicios en la Oficina Confederal de la Propiedad Intelectual de Berna, donde trabajó hasta 1909. En 1903 contrajo matrimonio con Mileva Maric, antigua compañera de estudios en Zúrich, con quien tuvo dos hijos: Hans Albert y Eduard, nacidos respectivamente en 1904 y en 1910. En 1919 se divorciaron, y Einstein se casó de nuevo con su prima Elsa.
La relatividad
Durante 1905, publicó cinco trabajos en los Annalen der Physik: el primero de ellos le valió el grado de doctor por la Universidad de Zúrich, y los cuatro restantes acabarían por imponer un
cambio radical en la imagen que la ciencia ofrece del universo. De estos cuatro, el primero proporcionaba una explicación teórica, en términos estadísticos, del movimiento browniano, y el segundo daba una interpretación del efecto fotoeléctrico basada en la hipótesis de que la luz está integrada por cuantos individuales, más tarde denominados fotones. Los dos trabajos restantes sentaban las bases de la teoría restringida de la relatividad, estableciendo la equivalencia entre la energía E de una cierta cantidad de materia y su masa m en términos de la famosa ecuación E = mc², donde c es la velocidad de la luz, que se supone constante.
El esfuerzo de Einstein lo situó inmediatamente entre los más eminentes de los físicos europeos, pero el reconocimiento público del verdadero alcance de sus teorías tardó en llegar; el Premio Nobel de Física, que recibió en 1921, le fue concedido exclusivamente «por sus trabajos sobre el movimiento browniano y su interpretación del efecto fotoeléctrico». En 1909 inició su carrera de docente universitario en Zúrich, pasando luego a Praga y regresando de nuevo a Zúrich en 1912 para ser profesor del Politécnico, en donde había realizado sus estudios.
Einstein tocando el violín, una de sus aficiones favoritas
En 1914 pasó a Berlín como miembro de la Academia de Ciencias prusiana. El estallido de la Primera Guerra Mundial le forzó a separarse de su familia (por entonces de vacaciones en Suiza), que ya no volvió a reunirse con él. Contra el sentir generalizado de la comunidad académica berlinesa, Einstein se manifestó por entonces abiertamente antibelicista, influido en sus actitudes por las doctrinas pacifistas de Romain Rolland.
En el plano científico, su actividad se centró, entre 1914 y 1916, en el perfeccionamiento de la teoría general de la relatividad, basada en el postulado de que la gravedad no es una fuerza sino un campo creado por la presencia de una masa en el continuum espacio-tiempo. La confirmación de sus previsiones llegó en 1919, al fotografiarse el eclipse solar del 29 de mayo; The Times lo presentó como el nuevo Newton y su fama internacional creció, forzándole a multiplicar sus conferencias de divulgación por todo el mundo y popularizando su imagen de viajero de la tercera clase de ferrocarril, con un estuche de violín bajo el brazo.
Hacia una teoría unificadora
Durante la siguiente década, Einstein concentró sus esfuerzos en hallar una relación matemática entre el electromagnetismo y la atracción gravitatoria, empeñado en avanzar hacia el que, para él, debía ser el objetivo último de la física: descubrir las leyes comunes que, supuestamente, habían de regir el comportamiento de todos los objetos del universo, desde las partículas subatómicas hasta los cuerpos estelares, y agruparlas en una única teoría "de campo unificado". Tal investigación, que ocupó el resto de su vida, resultó infructuosa y acabó por acarrearle el extrañamiento respecto del resto de la comunidad científica. A partir de 1933, con el acceso de Hitler al poder, su soledad se vio agravada por la necesidad de renunciar a la ciudadanía alemana y trasladarse a Estados Unidos; Einstein pasó los últimos veinticinco años de su vida en el Instituto de Estudios Superiores de Princeton (Nueva Jersey), ciudad en la que murió el 18 de abril de 1955.
Einstein dijo una vez que la política poseía un valor pasajero, mientras que una ecuación valía para toda la eternidad. En los últimos años de su vida, la amargura por no hallar la fórmula que revelase el secreto de la unidad del mundo hubo de acentuarse por la necesidad que sintió de intervenir dramáticamente en la esfera de lo político. En 1939, a instancias de los físicos Leo Szilard y Paul Wigner, y convencido de la posibilidad de que los alemanes estuvieran en condiciones de fabricar una bomba atómica, se dirigió al presidente Roosevelt instándole a emprender un programa de investigación sobre la energía atómica.
Después de las explosiones de Hiroshima y Nagasaki, Einstein se unió a los científicos que buscaban la manera de impedir el uso futuro de la bomba y propuso la formación de un gobierno mundial a partir del embrión constituido por las Naciones Unidas. Pero sus propuestas en pro de que la humanidad evitara las amenazas de destrucción individual y colectiva, formuladas en nombre de una singular amalgama de ciencia, religión y socialismo, recibieron de los políticos un rechazo comparable a las críticas respetuosas que suscitaron entre los científicos sus sucesivas versiones de la idea de un campo unificado.
Albert Einstein sigue siendo una figura mítica de nuestro tiempo; más, incluso, de lo que llegó a serlo en vida, si se tiene en cuenta que aquella fotografía suya en que exhibe un insólito gesto de burla (sacando la lengua en una cómica e irreverente expresión) se ha visto elevada a la dignidad de icono doméstico después de ser convertida en un póster tan habitual como los de los ídolos de la canción y los astros de Hollywood. Sin embargo, no son su genio científico ni su talla humana los que mejor lo explican como mito, sino, quizás, el cúmulo de paradojas que encierra su propia biografía, acentuadas con la perspectiva histórica. Al Einstein campeón del pacifismo se le recuerda aún como al «padre de la bomba»; y todavía es corriente que se atribuya la demostración del principio de que «todo es relativo» precisamente a él, que luchó encarnizadamente contra la posibilidad de que conocer la realidad significara jugar con ella a la gallina ciega.
Se hizo famoso
En 1919 Einstein ya era conocido y respetado en el mundo científico. Había sido propuesto varias
veces para el premio Nobel, que ganaría dos años después, las universidades más prestigiosas se
lo disputaban, había pasado por las universidades de Berna, Zúrich, Praga, la importante Escuela
Politécnica de Zúrich, donde él había estudiado, y finalmente había sido elegido miembro
numerario de la Real Academia Prusiana de Ciencias, la más prestigiosa del mundo, con sede en
Berlín, y catedrático en la universidad de Berlín.
En esa época Einstein, que contaba 40 años, había efectuado ya sus mayores descubrimientos,
pero en ese año se produce un acontecimiento que hace que el nombre y la característica figura
de Albert Einstein sobrepasen el ámbito científico y penetren en los círculos populares de todo el
planeta, convirtiéndolo en una de las personas más famosas del mundo y sea elevado a la
categoría de mito, con multitudes aclamándolo por todas las partes del mundo por las que viajó en
un caso que no tiene comparación en la historia de la ciencia.
Ese acontecimiento fue el eclipse de Sol ocurrido en 1919. Según lo que comentábamos en el
artículo precedente (“La ecuación más famosa de la ciencia”), la energía transportada por
un rayo de luz lleva asociada una masa dada por la famosa ecuación y, ya se sabía desde Newton y
su Ley de gravitación universal, que las masas se atraen.
De esta forma cuando un rayo de luz pase cerca de una gran masa (como el Sol) será atraído por
éste y se desviará de su trayectoria rectilínea. Einstein había pensado en el Sol para que la
desviación fuese apreciable y había elegido el acontecimiento de un eclipse para que la luz emitida
por una estrella de las denominadas fijas próximas as Sol pudiese verse y no fuera deslumbrada
por la luz del Sol.
Gran Bretaña envió dos expediciones al mando del astrónomo real sir Arthur Eddington; una a
Sobral (Brasil) y otra a la isla portuguesa de Príncipe en la costa atlántica africana. El 29 de mayo
de 1919 las expediciones tomaron fotografías y los resultados confirmaron la predicción de la
desviación de 1,7” de arco que había efectuado Einstein con suficiente precisión.
A partir de ese momento, a cualquiera (aunque no supiera nada de ciencia) le resultaba conocido
el nombre de Einstein. La noticia apareció en toda la prensa y Einstein fue considerado como un
héroe capaz de predecir que la luz se iba a curvar al pasar cerca del Sol. Eddington escribió a
Einstein diciéndole que toda Inglaterra hablaba de su teoría, y que había sido un acontecimiento
muy bueno para mejorar las relaciones científicas entre Inglaterra y Alemania.
OBRAS
El significado de la relatividad Sobre la teoría de la relatividad especial y general Sobre el humanismo El socialismo y el futuro de la humanidad La mentalidad militar Mi visión del mundo Cien años de relatividad Así lo veo yo Notas autobiográficas La teoría de la relatividad ¿Por qué la guerra? Mis creencias Mis ideas y opiniones Correspondencia con Michele Besso (1903-1955)
Alfred NobelQuímico sueco que inventó la dinamita y fundó los premios que llevan su nombre (Estocolmo, 1833 - San Remo, Italia, 1896). Pasó gran parte de su juventud en San Petersburgo (Rusia), donde su padre -que era ingeniero- instaló una fábrica de armamento que quebró en 1859. Regresó a Suecia en 1863, completando allí las investigaciones que había iniciado en el campo de los explosivos: en 1863 consiguió controlar mediante un detonador las explosiones de la nitroglicerina, inventada por el italiano Ascanio Sobrero; en 1865 perfeccionó el sistema con un detonador de mercurio; y en 1867 consiguió la dinamita, un explosivo plástico resultante de absorber la nitroglicerina en un material sólido poroso, con lo que se reducían los riesgos de accidente (las explosiones accidentales de la nitroglicerina, en una de las cuales había muerto su propio hermano Emil, habían despertado fuertes críticas contra Nobel y sus fábricas).
Alfred Nobel
Aún produjo otras invenciones en el terreno de los explosivos, como la gelignita (1875) o la balistita (1887). Nobel patentó todos sus inventos y fundó compañías para fabricarlos y comercializarlos desde 1865 (primero en Estocolmo y Hamburgo, luego también en Nueva York y San Francisco). Sus productos fueron de enorme importancia para la construcción, la minería y la ingeniería, pero también para la industria militar (para la cual habían sido expresamente diseñados algunos de ellos, como la balistita o pólvora sin humo); con ellos puso los cimientos de una fortuna, que acrecentó con la inversión en pozos de petróleo en el Cáucaso.
Por todo ello, Nobel acumuló una enorme riqueza, pero también un cierto complejo de culpa por el mal y la destrucción que sus inventos pudieran haber causado a la Humanidad en los campos de
batalla. La combinación de ambas razones le llevó a legar su fortuna a una fundación -la Fundación Nobel, creada en 1900- con el encargo de otorgar una serie de premios anuales a las personas que más hubieran hecho en beneficio de la Humanidad en los terrenos de la Física, la Química, la Medicina, la Literatura y la Paz.
Tales premios eran reflejo de la preocupación de Nobel por la paz mundial y de sus ideas progresistas y contrarias a la violencia; él mismo fue un cosmopolita, viajero incansable, que cambió de país de residencia varias veces (después de Rusia y Suecia, pasó a vivir en Alemania y en Francia, de donde hubo de emigrar a Italia por la impopularidad que le causó la adopción de la balistita por el ejército italiano para su munición).
Los Premios Nobel, que gozan de un alto prestigio internacional, se han venido otorgando anualmente desde 1901, con la excepción de los dos periodos de guerra mundial (1914-18 y 1939-45). La atribución de los cinco premios instituidos se dejó en manos de varias academias científicas suecas y del Comité Nobel de Noruega (que otorga el premio de la Paz). En 1968 el Banco de Suecia decidió añadir bajo el nombre de Nobel un sexto premio de Economía, que se ha venido otorgando anualmente desde 1969
Premio Organismo que lo otorga
Física Real Academia Sueca de Ciencias
Química Real Academia Sueca de Ciencias
Fisiología o Medicina Asamblea Nobel de Karolinska
Literatura Academia Sueca
Paz Comité Nobel de Noruega
Economía Real Academia Sueca de Ciencias
En la fecha de su fallecimiento dirigía fábricas para la elaboración de explosivos en diversas partes del mundo. Leía, hablaba y escribía en cinco idiomas con fluidez: sueco, ruso, inglés, francés y alemán.
Alfred Nobel murió a causa de un ataque cardíaco en San Remo, Italia, el 10 de diciembre de 1896.
En su testamento firmado el 27 de noviembre de 1895 en el Club Sueco-Noruego de París, instaura
con su fortuna un fondo para premiar a los mejores exponentes en la Literatura, Fisiología o Medicina, Física, Química y la Paz. Se calcula que su fortuna era de 33.000.000 coronas, de las que legó a su familia 100.000, el resto se destinó a los Premios Nobel.
Testamento de Alfred Nobel
"El que suscribe, Alfred Bernhard Nobel, declaro por este medio tras profunda reflexión, que mi última voluntad respecto a los bienes que puedo legar tras mi muerte es la siguiente:
Se dispondrá como sigue de todo el remanente de la fortuna realizable que deje al morir: el capital, realizado en valores seguros por mis testamentarios, constituirá un fondo cuyo interés se distribuirá anualmente como recompensa a los que, durante el año anterior, hubieran prestado a la humanidad los mayores servicios. El total se dividirá en cinco partes iguales, que se concederán: una a quien, en el ramo de las Ciencias Físicas, haya hecho el descubrimiento o invento más importante; otra a quien lo haya hecho en Química o introducido en ella el mejor perfeccionamiento; la tercera al autor del más importante descubrimiento en Fisiología o Medicina; la cuarta al que haya producido la obra literaria más notable en el sentido del idealismo; por último, la quinta parte a quien haya laborado más y mejor en la obra de la fraternidad de los pueblos, a favor de la supresión o reducción de los ejércitos permanentes, y en pro de la formación y propagación de Congresos por la Paz.
Los premios de Física y Química serán otorgados por la Academia de Ciencias sueca; los de Fisiología o Medicina por el Instituto Carolino de Estocolmo; los de Literatura por la Academia de Estocolmo y el de la obra por la Paz por una comisión de cinco personas que elegirá el Storthing (Parlamento) noruego. Es mi voluntad expresa que en la concesión de los premios no se tenga en cuenta la nacionalidad, de manera que los obtengan los más dignos, sean o no escandinavos.
Como ejecutores de estas disposiciones testamentarias designo al señor Ragnar Sohman, con domicilio en Befors, Verlandia, así como al señor Rudolf Lilljequist, con residencia en Malmskildnadsgatan 31, Estocolmo, y Bengtfors en las proximidades de Uddevalla.
A partir de ahora, es éste el único testamento con valor legal. Con él quedan sin efecto todas las disposiciones testamentarias anteriores que puedan aparecer después de mi muerte.
París, 27 de noviembre de 1895.
Mario Bunge(Buenos Aires, 1919) Físico y filósofo de la ciencia argentino. Tras realizar sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires, se doctoró en Física y Matemáticas por la Universidad de La Plata, y estudió Física Nuclear en el Observatorio astronómico de Córdoba. Compaginó ya por entonces su dedicación a la ciencia con el interés por la filosofía, fundando la revista Minerva en 1944. Fue profesor de Física (1956-1958) y de Filosofía (1957-1962) en la Universidad de Buenos Aires, y desde 1962 fue profesor de Filosofía en la McGill University de Montreal. En 1982 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Humanidades.
Interesado principalmente por la lógica de la ciencia y los problemas del conocimiento científico, ha tratado de construir una filosofía científica (más precisamente, una metafísica) que tuviera en cuenta tanto el conocimiento elaborado por la ciencia como el método utilizado por quienes la practican, entendiendo que este último es un proceso que no está exclusivamente supeditado ni a la experiencia ni a la teoría.
Aunque la concepción de la ciencia elaborada por Bunge concede importancia al desarrollo de la investigación científica en la historia, su orientación está principalmente dirigida al análisis formal de dicho desarrollo, y se aparta de la insistencia en los aspectos históricos, psicológicos y sociales propia de enfoques como los de Thomas S. Kuhn y Paul Feyerabend.
Defensor de un realismo crítico basado en una ontología materialista y pluralista, ha mantenido una actitud beligerante ante el psicoanálisis, al que considera una pseudociencia supeditada a la
aceptación acrítica de la doctrina de Freud como argumento de autoridad; en un sentido análogo, considera que el marxismo no ha conseguido superar la condición ideológica de sistema de creencias a causa de su repetición también acrítica de las enseñanzas de Marx.
Entre sus ensayos más destacados cabe citar Racionalidad y realismo (1985), en el que, desde una perspectiva cientificista y proclamando la supremacía de la ciencia sobre todos los demás tipos de conocimiento, Mario Bunge se propone defender el ámbito de la racionalidad y del realismo científico de los ataques siempre renovados de que fueron objeto durante siglos. Bunge arremete contra el fenomenismo de filósofos y científicos, oponiéndoles un contundente realismo gnoseológico inherente a la investigación científica y técnica, que consiste en estudiar y modificar el mundo real y no en crear mundos imaginarios.
El autor pasa revista crítica al antirrealismo a lo largo de la historia: la tradición fenomenista restaurada por Kant, y que dio origen al ficcionismo y al pragmatismo, en cuya genealogía también se inscribe Nietzsche. El ficcionismo afirma que sólo podemos saber de una cosa A que se comporta como si fuese una cosa B, es decir, que nuestro conocimiento de A es ficticio. Los neoficcionistas de este siglo afirman que las teorías científicas no son más que analogías o metáforas, a lo que opone Bunge que el pensamiento analógico sólo tiene valor heurístico. Según el pragmatismo, no podemos perseguir la verdad sino el éxito, por lo que el pragmatismo es psicológica y metodológicamente falso, además de poco práctico. Otros desafíos al realismo, el sociologismo (la comunidad científica crea los hechos que investiga), la doctrina de Kuhn de las revoluciones científicas y el anarquismo gnoseológico de Feyerabend, son sucesivamente acusados de infidelidad a la historia y a la metodología científica.
Obras
Temas de educación popular (1943); La edad del Universo (1955); Causalidad: el principio de causalidad en la ciencia moderna (1959); La ciencia, su método y su filosofía (1959); Ética y ciencia(1960); Intuición y ciencia (1962); El mito de la simplicidad (1963); La ciencia(1963); La investigación científica, su estrategia y su filosofía (1967); Los fundamentos de la física (1967); Teoría y realidad (1972); Filosofía de la física(1973); Semántica (1974); Tecnología y filosofía (1976); Epistemología (1980); El problema mente-cerebro (1980); Ciencia y desarrollo (1980); Materialismo y ciencia (1981); Economía y filosofía (1982); Lingüística y filosofía (1982);Controversias en física (1983); Intuición y razón (1986); Filosofía de la psicología(1987) y Mente y sociedad. Ensayos irritantes (1989).Su sistema filosófico está expuesto en los ocho volúmenes que integran su Tratado de filosofía básica (1974-1989), titulados respectivamente Sentido y referencia (1974); Interpretación y verdad (1974); El mobiliario del mundo (1977); Un mundo de sistemas (1979); Explorando el mundo (1983); Comprendiendo el mundo (1983); Filosofía de la ciencia y la tecnología (1985) y Ética: lo bueno y lo justo (1989).
Enfoque filosófico
La concepción filosófica de Bunge puede describirse, tal como él mismo lo ha hecho en varias
ocasiones, recurriendo a una conjunción de varios «ismos», de los cuales los principales son el
realismo, el cientificismo, el materialismo y el sistemismo.
El realismo científico de Bunge abarca los aspectos ontológicos (las cosas tienen existencia
independientemente de que un sujeto las conozca), gnoseológicos (la realidad es inteligible) y
éticos (hay hechos morales y verdades morales objetivas) de su pensamiento. El cientificismo es la
concepción que afirma que el mejor conocimiento sobre la realidad es el que se obtiene a través
de la aplicación del método de investigación científica. El materialismo, que sostiene que todo lo
que existe es material (por ejemplo, para Bunge la energía es una propiedad de la materia).
El sistemismo, finalmente, es la perspectiva de que todo lo que existe es un sistema o parte de un
sistema.
A este cuarteto hay que añadir dos ismos más. El emergentismo, que está asociado al sistemismo,
y se caracteriza por la tesis de que los sistemas poseen propiedades globales, sistémicas o
emergentes que sus partes componentes no poseen y son, por tanto, irreducibles a propiedades
de niveles de organización inferiores. Y el agatonismo, la concepción bungeana de la ética, que se
guía por la máxima «Disfruta de la vida y ayuda a otros a vivir una digna de ser disfrutada» y
supone que a cada derecho le corresponde una obligación y viceversa.
Vocabulario
Insoslayable: Que no puede ser evitado o rehuido. Relatividad:
Teoría según la cual las leyes físicas se transforman cuando se cambia el sistema de referencia; se demuestra que es imposiblehallar un sistema de referencia absoluto y que todo movimiento es relativo: la teoría de la relatividad fue formulada por el físico alemánEinstein en 1905.
Albores: principios, comienzos. Ininteligible: Que no puede ser entendido o comprendido. Ensimismado: persona que ocupa su atención en sí misma aislándose de su entorno Antibelicista: Que se opone a la guerra. Doctrinas: es un conjunto coherente de enseñanzas o instrucciones. Suscitaron:
Provocar o causar una cosa, especialmente sentimientos de duda, curiosidad o interés o acciones que implicanagitación u oposición, como comentarios, polémicas o discusiones
Gelignita: es un explosivo gelatinoso utilizado habitualmente en canteras, minas y en voladuras bajo agua. Su composición es de un 60% de nitroglicerina, 4% de nitrocelulosa o algodón pólvora, 8% de aserrín y 28% de nitrato de potasa (salitre).
Balistita: Explosivo hecho de nitroglicerina y otros componentes, de llama brillante, que no produce humo.
Pseudociencia: es una disciplina, determinada por un conjunto de prácticas, creencias, conocimientos y metodologías no científicos, pero que reclaman dicho carácter. Algunos ejemplos son: la astrología, la homeopatía, la ufología, el psicoanálisis, el feng shui, el tarot, la numerología, la parapsicología, etc.
Análogo: Que tiene analogía o similitud con una cosa.
Opinión
Albert Einstein: Me parece un gran científico ya que trabajo mucho, fue una persona dedicada a la investigación y a la vez preocupada por la paz; defendió sus ideas y en su vida personal a pesar de ser en la niñez no un gran estudiante llegó con el tiempo a ser un gran científico con muchos aportes para el mundo gracias a sus estudios y dedicación.
Alfred Nobel: Alfred Nobel sin duda nos dejó un gran invento como es la dinamita que puede tener muchas utilidades pero sin embargo se hizo mucho de dinero con la utilización de esta para fines militares. Por otro lado se interesó por las obras sociales, la paz y fundó los premios Nobel para reconocer los buenos aportes para el mundo.
Mario Bunge: Mario Bunge es un filósofo reconocido argentino, tiene una gran carrera y ha escrito muchos libros acerca de investigación, es un trabajo realmente bueno ya que es algo que en nuestro país sería bueno cultivar, se tendría una mejor educación y en general se tendría más conocimientos.