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RESUMEN
―LA CONTRIBUCIÓN DE LOUIS WERE RESPECTO DE LA PROFUNDIZACIÓN DE
LA HERMENÉUTICA ESCATOLÓGICA ADVENTISTA, Y SUS IMPLICACIONES
EN EL DEBATE ACTUAL‖.
por
Edgardo Daniel Iuorno
Consejero: Carmelo Martines
RESUMEN DE TESIS
Universidad Adventista del Plata
Facultad de Teología
Título: ―LA CONTRIBUCIÓN DE LOUIS WERE RESPECTO DE LA
PROFUNDIZACIÓN DE LA HERMENÉUTICA ESCATOLÓGICA ADVENTISTA, Y
SUS IMPLICACIONES EN EL DEBATE ACTUAL‖.
Nombre del investigador: Edgardo Daniel Iuorno
Nombre y título del director de Tesis: Carmelo Martínes, Doctor en Teología.
Fecha de terminación: febrero de 2018
Propósito de la investigación
El propósito de esta investigación es describir el aporte que hiciera Louis Were a la
hermenéutica escatológica adventista y sus implicaciones en el debate actual en la materia,
de modo que se discierna si es viable una modernización de la interpretación escatológica
adventista.
Problema
El problema que da origen a esta investigación es la pregunta acerca de si los
aportes hermenéutico-escatológicos que hiciera en su momento Louis Were hacen
necesaria una modernización o una profundización de la hermenéutica escatológica
adventista actual.
Metodología
La modalidad de la investigación será de carácter bibliográfico, dentro del área de la
Teología Histórica. La materia prima de este estudio se hallará en fuentes primarias tales
como los escritos de Elena y Jaime White, U. Smith, Louis Were y demás teólogos
adventistas que abrevaron de estos autores. Asimismo, se revisará la influencia de estos en
sus contemporáneos para calcular el impacto de sus enseñanzas entre los estudiosos que los
sucedieron. Se escogerán los pasajes más representativos de cada posición escatológica, se
analizará la hermenéutica empleada, su correspondencia histórica, y sus implicaciones en el
debate actual.
Conclusiones
Esta investigación demuestra que cuando la teología no discierne el sentido
histórico de la profecía es mal aplicado y puede traer escollos a la evangelización. La
contribución de Louis Were, más que corregir pequeños defectos en las ideas originales de
Uriah Smith, fue la de impulsar un retorno a la hermenéutica iniciada por los White, y
profundizarla teológicamente mediante un enfoque cristológico-eclesiológico. Este
enfoque, aunque inicialmente resistido, fue ganando terreno y cundió entre los teólogos
posteriores a Were. Aunque actualmente se proponen diferentes enfoques hermenéuticos
para la escatología adventista, motivados algunos en el deseo de mayor relevancia en el
ámbito erudito, sigue siendo necesaria una profundización teológica del historicismo para
alentar la proclamación evangelizadora adventista, y reforzar su sentido de misión e
identidad.
Universidad Adventista del Plata
Facultad de Teología
―LA CONTRIBUCIÓN DE LOUIS WERE RESPECTO DE LA PROFUNDIZACIÓN DE
LA HERMENÉUTICA ESCATOLÓGICA ADVENTISTA, Y SUS IMPLICACIONES
EN EL DEBATE ACTUAL‖.
Tesis
Presentada en cumplimiento parcial
de los requisitos para el título de
Magíster en Teología
por
Edgardo Daniel Iuorno
Febrero de 2018
iii
TABLA DE CONTENIDO
Capítulo:
I. INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 1
Trasfondo del Problema .......................................................................................... 1
Formulación del Problema ...................................................................................... 4
Propósito de la Investigación .................................................................................. 4
Objetivos de la Investigación .................................................................................. 5
Metodología ............................................................................................................. 5
Importancia de la Investigación .............................................................................. 6
Delimitaciones ......................................................................................................... 6
Presuposiciones ....................................................................................................... 6
II. PROBLEMAS HERMENÉUTICOS DE URIAH SMITH ..................................... 8
Surge el libro ―Daniel y Apocalipsis‖ de U. Smith ............................................... 10
Razones para la gran difusión del libro Daniel y Apocalipsis .............................. 16
Una hermenéutica arbitraria .................................................................................. 18
Uriah Smith abre la puerta a filtraciones hermenéuticas defectuosas ................... 20
Visión política o religiosa de la profecía ............................................................... 23
Daniel 11 según U. Smith ...................................................................................... 24
Jaime White enfrenta a Uriah Smith por sus nuevas ideas escatológicas ............. 25
El Concilio Bíblico de 1919 posterga la solución ................................................. 31
Los aciertos de U. Smith ....................................................................................... 33
III. LOUIS WERE RECUPERA Y PROFUNDIZA LA HERMENÉUTICA
DE LOS WHITE ........................................................................................................ 37
Breve reseña biográfica de Louis Were ................................................................ 37
Principios hermenéuticos de Were más influyentes .............................................. 42
Sucesores de las ideas de Smith ............................................................................ 43
Resistencia a Were en Australia, su país natal ...................................................... 46
Controversia entre Were y A. W. Anderson ......................................................... 47
Crece la controversia entre Were y otros dirigentes australianos ......................... 49
Were hace públicas sus ideas ................................................................................ 49
iv
Comité de estudio rechaza las ideas de Were ........................................................ 51
Se suman adherentes a las posiciones de Were ..................................................... 52
Costo político de la hermenéutica de Were ........................................................... 55
Were aceptado en EE. UU. aunque resistido en Australia .................................... 56
La encrucijada de N. Wilson ................................................................................. 56
La visita de Louis Were a los Estados Unidos y el crecimiento del
énfasis cristocéntrico en la interpretación profética .............................................. 57
Cambios inevitables en la hermenéutica ............................................................... 60
Errores hermenéuticos impiden la correcta interpretación profética ..................... 61
El futurismo desactiva el mensaje del tercer ángel ............................................... 62
El enemigo, interesado en desvirtuar la hermenéutica adecuada .......................... 65
Una hermenéutica consistente ............................................................................... 66
Ninguna verdad se basa en un solo texto .............................................................. 67
El tipo y antitipo en la profecía ............................................................................. 68
Las guerras literales del AT y el conflicto espiritual ............................................. 68
Un conflicto espiritual enfocado en las profecías ................................................. 71
La magnitud del conflicto final ............................................................................. 72
Razones contra un Armagedón militar .................................................................. 72
La continuidad del AT en el NT, importante clave hermenéutica ........................ 74
La transición AT-NT: clave hermenéutica promovida por Were .......................... 76
Comparar lo espiritual con lo espiritual ................................................................ 77
Textos claves en la hermenéutica de Were ........................................................... 80
El rey del norte según Were .................................................................................. 80
La historia vindica la hermenéutica correcta ......................................................... 81
Efecto ―boomerang‖ por el énfasis evangélico en las profecías ........................... 82
El puente hermenéutico de Were ........................................................................... 83
IV. CONTINUIDAD Y REFINAMIENTO DE LA HERMENÉUTICA
DE WERE .................................................................................................................. 85
Cautela hermenéutica ante la Segunda Guerra Mundial ....................................... 85
Vaivenes en la interpretación del Armagedón ...................................................... 86
La Conferencia Bíblica de 1952 consolida el cambio ........................................... 88
El Comentario Bíblico Adventista y la merma en la influencia del libro
―Daniel Y Apocalipsis‖ .......................................................................................... 89
El peregrinaje teológico de Hans LaRondelle y la influencia de Louis
Were en su pensamiento ........................................................................................ 90
Hans LaRondelle inserta el énfasis cristológico en la identidad
profética adventista ................................................................................................ 92
El historicismo según Hans LaRondelle ............................................................... 94
Continuidad teológica de los principios recuperados por Were ............................ 99
Influencia de Were en otros teólogos posteriores ............................................... 100
La teología sistemática adventista contemporánea avala
un Armagedón espiritual ..................................................................................... 106
Teólogos sudamericanos reafirman la Hermenéutica Adventista ....................... 107
Daniel 11 en la interpretación profética actual: continuidad y variantes ............ 109
v
Falencias en la obra de Were ............................................................................... 109
V. REVISIONISMO PROFÉTICO E HISTORICISMO EN LA IASD ................. 113
Razones para el descrédito del historicismo en algunos ámbitos ........................ 113
Surge el revisionismo profético adventista ......................................................... 114
Cambio de las tendencias hermenéuticas desde 1970 ......................................... 120
Cambio de enfoques en el transcurso del tiempo ................................................ 122
Condiciones sociológicas para el enfriamiento apocalíptico .............................. 122
La tensión entre escatología y responsabilidad social ......................................... 125
La interpretación profética idealista ................................................................... 128
Símbolo vs. alegoría ............................................................................................ 129
¿Debe actualizarse el adventismo? ...................................................................... 130
Continuidad del historicismo millerista en la IASD ........................................... 131
Daniel y Apocalipsis, esenciales para la identidad adventista ............................ 133
La contribución determina el enfoque ................................................................. 134
Factores que explican el éxito del movimiento adventista .................................. 134
Validez de los nuevos enfoques hermenéuticos en el estudio
del Apocalipsis .................................................................................................... 135
Historicismo, misión e iglesia ............................................................................. 136
La evangelización y la correcta interpretación de la profecía ............................. 138
Valor de las profecías en la evangelización ........................................................ 139
Un Apocalipsis diferente del anunciado por el secularismo ............................... 142
VI. RESUMEN, CONCLUSIÓN Y RECOMENDACIONES ..................................... 145
Resumen .............................................................................................................. 145
Conclusión ........................................................................................................... 148
Recomendaciones ................................................................................................ 152
BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................................... 153
1
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
Trasfondo del problema
La Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD) desarrolla una misión divina
predicando el evangelio eterno a un mundo en continuo cambio. Por entenderse a sí misma
como un movimiento profético, desde sus inicios se interesó en las profecías para su
estudio, enseñanza y evangelización, y ellas reorientan la vida cotidiana de cada miembro.1
En este quehacer afrontó la dificultad de interpretar los eventos anunciados mayormente en
Daniel y Apocalipsis, y discernir cuáles se estaban cumpliendo en sus días y cuáles aún no.
La interpretación mayoritaria de la IASD, orientada por la influencia de Elena y
Jaime White, era que el papado ocupaba el centro del escenario profético, siendo funcional
a los engaños del fin del tiempo. Sin embargo, en 1872 Uriah Smith, durante la herida de
muerte del papado, terminó haciéndose eco de las interpretaciones populares de sus días, e
influido por la creencia premilenialista británica que estaba en boga2 comenzó a sugerir que
Turquía cumplía con las características delineadas en Daniel 11: 36-39.3
Unos años después, con la publicación del libro ―Pensamientos sobre Daniel y
Apocalipsis‖ de Smith, se popularizó en la iglesia su punto de vista. Los predicadores
1 Marisa Louise Peeters, ―Living with the End of Times: An Analysis of American Seventh-Day Adventism‖
(University of California, San Diego, 2009).vi.
2 Hans LaRondelle, ―Cuatro fases claves para la interpretación del Armagedón‖, en Historia del desarrollo de
las doctrinas adventistas, Alberto Timm, (ed.) (Cuba: Seminario Teológico de Cuba, 2010).249.
3 Jerry Allen Moon y Denis Fortin, ―Turquía‖.The Ellen White Encyclopedia (Hagerstown, MD: Review and
Herald Publishing Association, 2014).
2
basaron allí muchos de sus sermones, series de evangelización1 y publicaciones
misioneras2. Y al difundirse este tomo como libro de colportaje, pasó a ser la visión
―oficial‖ de la iglesia sobre el tema.
Por otra parte, U. Smith ocupaba una posición de influencia como editor de la
revista oficial de la iglesia, la Review and Herald, de modo que sus opiniones eran muy
respetadas. Y al morir Jaime White en 1881, su punto de vista quedó sin contrapeso. 3 Al
fallecer Smith, en 1903 comenzó una tercera fase en la interpretación adventista del
Armagedón de la cual W. A. Spicer fue el promotor. Este influyente editor de la Review
and Herald (luego presidente de la Asociación General) defendió la creencia de que los
espíritus malignos de Apocalipsis 16:13-14 estaban ahora yendo rápidamente por todo el
mundo para unir a los reyes de la tierra para la batalla del Armagedón (primera guerra
mundial). El declaró ―Ante nuestros ojos la profecía se está cumpliendo‖.
Involuntariamente él hizo de los eventos actuales la norma guía para la comprensión de la
profecía.4
Con el colapso del imperio turco en 1922, algunos adventistas re examinaron su
posición en relación a Daniel 11 y se comenzó a reavivar la posición que centra en el
papado lo que se pensó que cumplirían los turcos.
1 Benjamin McArthur, A. G. Daniells: Shaper of Twentieth-Century Adventism (Nampa, Idaho: Pacific Press
Publishing Association, 2016), 362. Howard B. Weeks, Adventist Evangelism in the Twentieth Century
(Hagerstown, MD: Review & Herald Pub. Association, 1969). 77.
2 John Norton Loughborough, ―Turkey in Asia‖, Signs of the Times, 9 de julio de 1874.5. Extensas porciones
del libro “Daniel y Apocalipsis” de U. Smith solían ser republicadas en la revista Signs.5. Uriah Smith,
―Thoughts On The Book Of Daniel. Chapter XI—Continued.‖, Signs of the Times, 30 de mayo de 1878. 4. 3 Uriah Smith, ―The Eastern Trouble‖, Review and Herald, 25 de julio de 1882.8.
4 LaRondelle, ―Cuatro fases claves para la interpretación del Armagedón‖, 251.
3
A todo esto, faltaba re establecer la hermenéutica escatológica subyacente en los
escritos de Elena y Jaime White. Esa labor pendiente la desarrolló casi medio siglo después
el objeto de este estudio, Louis F. Were.
Louis Were, oriundo de Australia, fue evangelista en aquel país. Interesado en
presentar temas coherentes en sus series de evangelización, notó la inconsistencia entre el
desarrollo histórico de los tiempos, las posiciones heredadas de U. Smith, y las enseñanzas
de los escritos de Elena de White acerca del desenlace del gran conflicto1. Dedicado
estudioso de las profecías y de los escritos de tal autora, percibió una línea completamente
diferente y comenzó a indagar en ella. Al hacerlo advierte una hermenéutica
completamente diferente que la aplicada por Smith en sus interpretaciones escatológicas.
De esta manera comienza a sentar las bases de una hermenéutica escatológica,
cristocéntrica y espiritual antes que política y literal. En la actualidad, muchos de los
intérpretes adventistas estaban cometiendo el mismo error que los literalistas judíos
contemporáneos del primer advenimiento de Cristo, y los dispensacionalistas modernos2
1 Daniel Mora, ―Elena G. de White y el ‗rey del norte‘ en Daniel 11‖, Berit Olam, volumen 13, numero 2,
2016. 55,56.Según Mora ―Elena de White da algunas características que tiene el rey del norte, citando Daniel
11:31, junto a otros textos: (1) ataca el santuario, (2) quitará el continuo, (3) implantará la abominación
desoladora, (4) perseguirá al pueblo de Dios, (5) actuará con mayor fuerza en los tiempos finales. Mientras
que el remanente se caracterizará por: (1) guardar los mandamientos de Dios, en especial el sábado que ha
sido distorsionado por un sistema religioso, (2) buscará predicar el triple mensaje angélico, (3) teniendo un
reavivamiento y reforma; (4) preparándose para el inminente regreso de Cristo. En sus escritos no se
encuentra una referencia, o insinuación, en que el conflicto final será entre naciones, desatándose una especie
de tercera guerra mundial. Más bien, las naciones se unirán para perseguir al remanente, alineados en la
última batalla en las filas de Satanás‖. Es digno de notar que aunque Elena de White coincidiera con Miller y
Litch respecto del papel de Turquía en la secuencia profética de las trompetas, se diferencia de Smith al no
identificar con esta nación al rey del norte. Ellen G. White, The Great Controversy, White Estate
(Washington, D.C, 1888), http://centrowhite.org.br/files/ebooks/egw-
english/books/The%20Great%20Controversy%201888.pdf. 344,335.
2 Louis F. Were, El Propósito Moral de la Profecía (Libertador San Martín, Entre Ríos: Editorial CAP, s. f.).
Todo el capítulo 3 desarrolla estas ideas.
4
Una vez que Were creyó recuperar la hermenéutica escatológica de los White,
comienza a emplearla como herramienta en el estudio de los pasajes escatológicos de la
Biblia. Y un horizonte infinito se abre delante de sus ojos, por lo cual comienza a escribir
extensamente.
Formulación del Problema
La inclinación a revisar la hermenéutica escatológica adventista sigue latente. Algunas
voces se levantan hoy en este sentido.1 ¿Debe haber una modernización de la interpretación
escatológica adventista? ¿Las herramientas que empleó L. Were han quedado pueden ser
superadas o siguen vigentes? ¿El desarrollo histórico de los tiempos demanda una revisión
actual, tal como la que encaró Were en su momento? ¿El mensaje profético adventista debe
ser adaptado a los nuevos tiempos y demandas sociales? ¿Hay un horizonte teológico
diferente del contemplado hasta el momento, o aún no se ha capturado del todo el sentido
de ―la palabra profética más segura‖?
Propósito de la investigación
En virtud de estos interrogantes el propósito de esta investigación es el de explorar
la contribución hermenéutico-escatológica realizada en su momento por Louis Were, y si
de acuerdo con ella es necesaria una modernización de la interpretación escatológica
adventista. Además, se analizarán las herramientas hermenéuticas que empleó L. Were, y
se examinará si el desarrollo histórico de los tiempos demanda una revisión o una
ratificación del rumbo de la escatología adventista y su proclamación evangelizadora.
1 Loren Seibold, "Letting Roman Catholics Off the Hook: Seven Reasons for Rethinking Our Enemies List".
Adventist Today, (winter 2010), 22–23.
5
Objetivos de la investigación
Se analizarán los postulados hermenéuticos de L. Were, de qué manera éstos
demostraron la inviabilidad del sistema interpretativo de U. Smith, la coherencia de su
método con el método subyacente en la inspiración profética, y su correspondencia con el
desarrollo histórico de los tiempos. Al hacerlo será posible sopesar la real contribución de
L. Were a la hermenéutica escatológica adventista y sus implicaciones en el debate actual.
Metodología
La materia prima de este estudio se hallará en fuentes primarias tales como los
escritos de Elena y Jaime White, U. Smith, Louis Were y demás teólogos adventistas que
abrevaron en estos autores. Asimismo, se revisará la influencia de estos en sus
contemporáneos, para calcular el impacto de sus enseñanzas entre los estudiosos de sus
días. Se escogerán los pasajes más representativos de cada posición escatológica, se
analizará la hermenéutica empleada y su correspondencia histórica.
Luego de planteada esta introducción, el capítulo 2 estudiará los problemas
hermenéuticos de Uriah Smith que motivaron la posterior reacción de Were. Se han de
referir las circunstancias que dieron origen al surgimiento del libro ―Daniel y Apocalipsis‖,
su difusión y postulados arbitrarios, las filtraciones hermenéuticas defectuosas que
permitió, y la visión político religiosa que planteó Smith particularmente en Daniel 11.
Seguidamente se ofrece la réplica de Jaime White, la irresolución del Concilio Bíblico de
1919 y las numerosas objeciones de Louis Were.
El capítulo tres reseña cómo Were recupera y profundiza la hermenéutica de los
esposos White. Luego de presentar una breve reseña biográfica suya, revela cuales de sus
colegas continuaban comulgando con las ideas de Smith en Australia, la resistencia que
6
ofrecieron a los desafíos teológicos de Were, cómo él difunde sus perspectivas, y cómo
fueron rechazadas. Además, se comenta la manera como las ideas de Were comenzaron a
germinar en Norteamérica, y el detalle de los principios de interpretación que comienzan a
emanar de sus escritos.
En el capítulo cuatro se muestra la continuidad, refinamiento y diseminación de las
propuestas de Were, mientras que en el capítulo cinco se plantea la tensión hermenéutica
actual entre revisionismo profético e historicismo, de modo que se constate la situación
presente con la que experimentó Were, constatando eventuales disrupciones.
Con el capítulo seis llega un resumen, conclusión y recomendaciones del estudio.
Importancia de la Investigación
El autor cree que este estudio puede contribuir a ratificar, rectificar o ajustar el
enfoque evangelizador de la Iglesia Adventista, en un tiempo de resurgimiento y aparente
modernización del papado. Si el papado ―cambia‖, ¿los adventistas debieran cambiar?
Delimitaciones
Este trabajo solo estudiará la posición escatológica de U. Smith, los esposos Jaime y
Elena White, y L. Were en relación con Daniel 11:40-45 y la batalla de Armagedón
referida en Apocalipsis 16:12-16, rastreando las consecuencias hermenéuticas y
misiológicas subsiguientes.
Presuposiciones
El autor profesa la fe adventista del séptimo día, y es ministro religioso de la
denominación. En consecuencia, presupone que la Biblia es inspirada por Dios, sus
7
profecías son autoritativas, el don profético se manifestó en la vida y ministerio de Elena de
White, y el movimiento adventista ha sido suscitado por Dios con el objeto de preparar un
pueblo para la segunda venida de Cristo, a la vez que se revelen los engaños religiosos de
los últimos días.
8
CAPÍTULO II
PROBLEMAS HERMENÉUTICOS DE URIAH SMITH
Uriah Smith (1832-1903), editor, autor y profesor, era un muchacho de doce años
en el momento de la Decepción de 1844, y se convirtió en adventista del séptimo día en
1852, ocho años después. Desechando un atractivo cargo docente prefirió sumarse al
equipo de la pequeña editorial que se iniciaba, convirtiéndose en editor de la Review and
Herald en 1855 casi ininterrumpidamente por medio siglo.
Uriah era un individuo extremadamente versátil y creativo. Algunas de sus
contribuciones menos conocidas incluyen su trabajo como poeta, escritor de himnos,
inventor, y grabador. Patentó una pierna artificial con un tobillo móvil y un escritorio de
escuela con un asiento plegable mejorado, entre otros inventos y mejoras. Al formarse la
Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día en 1863, Smith fue elegido como
su primer secretario, desempeñando esta misma posición en cinco diferentes oportunidades.
También durante un período fue elegido tesorero.1
En setiembre de 1852 asistió a una conferencia de los adventistas sabatarios en
Washington, New Hampshire. Las cosas que oyó allí comenzaron a convencerlo de que el
cuarto mandamiento todavía demandaba la observancia del séptimo día como el día de
reposo. Después de doce semanas de estudio, decidió convertirse en un adventista
observador del sábado. En mayo del año siguiente, poco después de cumplir 21 años, Uriah
se unió a su hermana Annie en la oficina de la Review and Herald en Rochester. En ese
1 Gary Land, Historical Dictionary of Seventh-Day Adventists (Scarecrow Press, 2005).276,277.
9
tiempo, su poema de 35 mil palabras titulado “The Warning Voice of Time and Prophecy”
(La Advertencia del Tiempo y la Profecía) fue publicado, por partes, en la revista. Al
contar con Smith, Jaime White pudo viajar y predicar más. Uriah pasó muchas horas
cortando a portaplumas los bordes de los folletos, hasta ampollarse las manos.1
Una vez que se convirtió en editor estable Smith llevó la responsabilidad principal
de la publicación, contando con la ayuda de "editores corresponsales" como J. N. Andrews,
James White, J. H. Waggoner, R. F. Cottrell, y Stephen Pierce. En verdad todos los
primeros líderes adventistas, excepto Joseph Bates, eran jóvenes, por lo que no se
consideró inusual que Smith se convirtiese en el editor del periódico de la iglesia con tan
solo 23 años. Además, él ya había dado pruebas de tener un juicio maduro y los talentos
necesarios para la función2. Fue ordenado al ministerio en 1874.
Cuando las iglesias de Michigan fueron organizadas en una conferencia en 1861
Smith fue nombrado su primer secretario. Y cuando la Asociación General se organizó en
1863, con John Byngton como primer presidente, Smith fue elegido como el primer
secretario. Por un corto tiempo también se desempeñó como tesorero de la Asociación
General (1876-1877). Fue igualmente el primer maestro de Biblia en el Colegio de Battle
Creek. Como se ve, inauguró variadas e importantes funciones.
Smith era un hombre de fuertes convicciones, y se diferenció a veces de James
White, entre otros. Durante un tiempo, sus relaciones con Elena de White fueron
igualmente tensas, distinguiendo él entre sus "testimonios" y sus "visiones", y durante un
tiempo se negó a aceptar algunos de sus consejos a él. Esta actitud de cierta independencia
1 Richard W. Schwarz, Floyd Greenleaf, y General Conference of Seventh-Day Adventists Department of
Education, Portadores de luz: historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires: ACES,
Asociación Casa Editora Sudamericana, 2002), 78.
2 Uriah Smith, ―Editorial Staff‖, Review and Herald, 4 de diciembre de 1855.1.
10
respecto del testimonio profético puede haber sido la causa de sus errores hermenéuticos
más crasos. Lo cierto es que en 1881 predicó el sermón fúnebre de James White, con quien
tuvo una relación extensa y plena de altibajos.1 Y en 1891, cuando Smith confesó su actitud
equivocada hacia el espíritu de profecía, la armonía se restableció.2
La escatología adventista se iba desarrollando lenta pero sólidamente desde el
chasco millerita en adelante. Las conferencias sabáticas fueron estableciendo pilares en
torno a los cuales se fueron agrupando los creyentes adventistas que sobrevivieron a
tamaña decepción. Sin embargo, aunque las creencias eran aceptadas y promulgadas aún
no se contaba con un libro que las agrupara o tratara sistemáticamente. Esa fue la tarea
que emprendió Uriah Smith a las instancias de Jaime White.
Surge el libro “Daniel y Apocalipsis” de U. Smith
En los primeros años de la década de 1860, Uriah Smith era maestro de escuela
sabática en la IASD de Battle Creek, y Jaime White uno de los miembros de la clase. El
sábado 17 de mayo de 1862, comenzó la reunión con un estudio versículo por versículo
del libro del Apocalipsis. Debido a la casi total unanimidad de opinión, Jaime White
comenzó a publicar un comentario versículo por versículo basado en las lecciones de
Smith. Sin embargo, las cargas del liderazgo de la iglesia durante la guerra civil
norteamericana, viajar entre iglesias, y la dirección de la Review and Herald ocupaban
mucho de su tiempo, haciéndole difícil continuar. En consecuencia, White pidió a Smith
que continuara con sus comentarios en la revista de la iglesia. Smith consintió en concluir
1 Kevin Burton, ―The Adventist Leadership Controversy of the 1870s: A Brief Historical Overview‖,
disponible en: https://www.academia.edu/7425812/The_Adventist_Leadership_Controversy_of_the_1870_
A_Brief_Historical_Overview.,1, (consultado el 24 de febrero de 2015).
2 Le Roy Edwin Froom, Movement of Destiny (Hagerstown, MD: Review and Herald Publishing Association,
1971), 157,158.
11
el libro, comenzando con el capítulo diez.1
En abril de 1867, Smith informó que el manuscrito de sus comentarios sobre
Apocalipsis estaba en la imprenta. Pero después de haber escrito un comentario sobre
Apocalipsis, era casi inevitable asumir la tarea de escribir sobre Daniel. Ese libro fue
publicado en enero de 1869 bajo el título de "Reflexiones sobre el libro de Daniel".
George King, el primer colportor adventista, instó a los líderes de la iglesia a
preparar una edición con ambos libros combinados. Este volumen de 840 páginas con 11
páginas de ilustraciones fue el primer esfuerzo adventista en preparar un libro para el
público en general. El libro fue un éxito de ventas desde su comienzo. King llegó a vender
1500 copias en pocos meses. A causa de su éxito más hombres y mujeres se unieron al
pionero en la venta de este material. Poco después los estudiantes de los colegios se
costeaban sus becas con la misma tarea. Esta obra fue la cuña de entrada del adventismo en
muchos países de ultramar, un medio para la ganancia de almas y un método eficaz para la
movilización de la hermandad.2 Por tantos beneficios que trajo a la iglesia, el libro llegó a
ser muy estimado3 , al punto que fue el único libro, descontando los de Elena de White, que
siguió publicándose por un siglo. Tanto afecto por el libro probablemente haya impedido
1 Debido a que los ministros adventistas estaban constantemente en gira de reuniones, y dado que la
denominación estaba experimentando cambios y expansión constante, no fueron muchos los pioneros dados
a la contemplación, la investigación y la escritura. Sólo a editores como Uriah Smith y Joseph Waggoner se
les pagaba para escribir. Gary Land, Adventism in America (Berrien Springs, MI: Andrews University
Press, 1998), 74.
2 Eugene F. Durand, Yours in the Blessed Hope, Uriah Smith (Review and Herald Pub. Association, 1980),
216-219.
3 Michael B. Campbell, ―The 1919 Bible Conference and Its Significance for Seventh Day Adventist History
and Theology‖ (Andrews University, 2007). 143.
12
un examen más crítico de alguno de sus contenidos.1 Incluso, de alguna manera, hasta
impidió innovaciones en el tema.2
Aunque se hicieron periódicas revisiones, las posiciones erróneas de Smith fueron
consolidándose con el tiempo y resistieron a las actualizaciones periódicas.3 De hecho, los
problemas estructurales de la hermenéutica de Smith solo serían advertidos por Louis
1 En la década de 1880 hubo una considerable discusión entre los líderes de la iglesia al preparar la traducción
del libro a otros idiomas, dado que algunos colegas de Smith, entre ellos W. C. White, no concordaban con
algunas de sus conclusiones. White no tenía ninguna duda de que un nuevo libro sobre las profecías podría
mejorar la obra de Smith, pero el pastor J.H. Waggoner, por ese entonces misionero en Europa, no estaba
ansioso por escribir un comentario que lo reemplazara. En consecuencia W. White entendía que lo mejor
para la iglesia y la tarea de los colportores era que Smith recibiera amablemente las críticas de sus
colaboradores, y actualizara el contenido del libro de manera que pudiera ser traducido a los idiomas
europeos y distribuidos en el viejo continente sin temor a objeciones. Uriah Smith no estaba dispuesto a
encarar tamaña tarea de revisión exhaustiva como para satisfacer todas las críticas hechas al libro. Y en
algún punto hasta el mismo W. White terminó reconociendo que, si la escritura del libro había demandado
tanto tiempo, no se tendría el tiempo necesario como para una buena revisión. Además, algunos
simpatizantes de Smith sentían que modificar algo de un texto largamente aprobado por los pioneros y hasta
constituido en libro de texto de los ministros jóvenes sería interpretado como una admisión de error que
terminaría debilitando la influencia de los predicadores y las publicaciones ante el público, además de
socavar la confianza de los colportores en un libro que vendían con tanto éxito. Se argumentó que ―no
debemos reclamar infalibilidad en nuestras publicaciones con el fin de asegurar el respeto de la gente".
Finalmente, Smith defendió hábilmente sus posiciones originales, aunque consintió en hacer unas treinta
correcciones. Ibíd., 221. Dana Garrett, ―An Examination of the Textual Variations Between the 1882 and
1944 Edition´s of the Uriah Smith´s Thoughts on Daniel‖ (Berrien Springs, MI, 1978).17.
2“Daniel y Apocalipsis continuó siendo la base para una literatura profética más denominacional. La alta
estima por los libros de Smith lo convirtió en el estándar bajo el cual los líderes adventistas monitorearon
todas las nuevas publicaciones, y eso dejó poco espacio para innovaciones‖. Ver Reinder Bruinsma,
Seventh-Day Adventist Attitudes toward Roman Catholicism, 1844-1965 (Berrien Springs, MI: Andrews
University Press, 1994), 213.
3 Joseph Marra, ―An Analysis and Critique of the Hermeneutical Principles of Uriah Smuth and Louis Were
with Respect to the Seventh Last Plagues‖ (Berrien Springs, MI, Andrews University, 1980).20-22.
13
Were1 varias décadas después, y desde ese entonces las revisiones posteriores fueron
suavizando más las declaraciones controversiales de Smith.2
Los mayores defectos del libro no fueron evidentes de entrada. ¿Cómo hubiera
reaccionado Jaime White al percatarse de cómo Smith llegó a interpretar Apocalipsis
16:12-16 si hubiera estado menos preocupado con otros asuntos? Como redactor de la
Review and Herald ¿le hubiera permitido presentar en la revista de la iglesia una
interpretación sustancialmente diferente de la posición que adoptaba la mayoría de los
adventistas hasta ese momento? Lo que se sabe es que cuando Smith llegó a ese texto
declaró que el Éufrates era Turquía, nación por la cual fluía el río, y que el Armagedón se
lucharía en Jerusalén.3 Smith propuso que el rey del norte era Turquía cuya desaparición se
mencionaba en Daniel 11:45. La profecía era una predicción de la expulsión de ese país de
Europa y del establecimiento de su capital en Jerusalén. El punto crítico de la exposición de
1 Louis Were no fue el primero en expresar dudas acerca de las ideas de Smith. Daniel 11 también
proporciona un campo de batalla para los expositores adventistas. ―En el período posterior a la Primera
Guerra Mundial la identificación de Turquía como una fase del "rey del norte" fue cada vez más criticada.
M.C. Wilcox, durante más de un cuarto de siglo el editor de Signs of the Times, fue una de los primeros
críticos de la explicación tradicional de Turquía como el rey del norte, y estaba convencido de la corrección
de la visión de James White que Daniel 11 es paralelo a las profecías de los capítulos 2, 7 y 8, y por lo tanto
así mismo culmina en una presentación simbólica del papado‖. Bruinsma, Seventh-Day Adventist Attitudes
toward Roman Catholicism, 1844-1965, 222.Sí se ha reconocido que Were fue el primero en advertir los
errores hermenéuticos del pionero, y proveer una alternativa sólida para resolverlos.
2 Ibíd., 224.
3―El sexto ángel derrama su copa sobre el gran río Éufrates. Este es un símbolo del imperio otomano, y el
agotamiento de sus aguas denota el consumo total y el derrocamiento de ese poder. Y parece ahora todo
preparado para esa consumación. Bajo esta plaga, tres espíritus inmundos salen del dragón, la bestia y el
falso profeta, es decir, el paganismo, el Papado, y el protestantismo apóstata. En esto contemplamos la obra
de espiritismo que ya ha hecho tales progresos en el mundo. Algunos incluso han llegado a la conclusión de
que ya estamos bajo esta sexta plaga debido a la disminución del poder turco, y el trabajo de espiritismo.
Pero antes de que el Éufrates pueda ser consumido por completo, tiene que haber un proceso de
agotamiento de sus aguas, y antes de que los espíritus pueden salir de la boca del dragón, la bestia y el falso
profeta, deben abrirse camino en los corazones de estos poderes. Ahora vemos los movimientos
preparatorios de cara al futuro: la fuerza, los recursos, la influencia del poder turco están creciendo cada vez
menos, y los espíritus de demonios están haciendo su camino‖.James White y Uriah Smith, The Biblical
Institute. (Brushton, New York: TEACH Services, Inc., 2012), 231.
14
Smith descansaba sobre la aseveración de que la retirada de Turquía de Europa sería una
señal de que estaba por ocurrir el retomo de Cristo a la tierra.1
En la Review and Herald del 5 de noviembre de 1867, mientras trabajaba en sus
comentarios semanales sobre Daniel, Smith sugirió que era posible otra interpretación
de Daniel 11:45.2 Su razón para el cambio parecía influida por las noticias de los
diarios. Escribiendo en esa edición, dijo: ―Garibaldi [el patriota y soldado italiano] está
decidido a obtener la posesión de Roma‖. Si esto sucedía, concluyó Smith con cierta
cautela, ―el poder temporal [del papado]… probablemente nunca será revivido‖ .3
Desde entonces los comentarios de Smith sobre Daniel habían estado apareciendo
cada semana en la Review and Herald con sistemática regularidad. Por entonces estaba
escribiendo sobre los últimos versículos de Daniel 11. En sus explicaciones de estos
1 Schwarz, Greenleaf, y Education, Portadores de luz, 608. Para un eco posterior de esta idea ver W.R.
French, ―Gibbon‘s July 27, 1299, Date Sustained‖, Ministry Magazine, accedido 1 de abril de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1933/02/gibbons-july-27-
1299-date-sustained.. ―Los adventistas de finales del siglo XIX mantuvieron viva la conciencia de que la
segunda venida de Cristo era inminente. A diferencia de los Milleritas de la década de 1840, cuya mala
interpretación de Dan 8:14 precipitó dos decepciones en relación con la segunda venida, los adventistas del
siglo XIX pusieron el énfasis en acelerar el ritmo de los acontecimientos que los rodeaban. Ellos entendían
los desarrollos como el cumplimiento de las profecías con respecto al segundo advenimiento. Pero lo más
importante, la necesidad de prepararse para el climax -la segunda venida de Cristo- fue crucial para los
adventistas en vista de su creencia de que las profecías del Ap. 14 estaban siendo cumplidas‖.Roy
McGarrell, ―The historical development of Seventh-day Adventist eschatology, 1884-1895‖ (Tesis
Doctoral, Andrews University, 1989), 129.
2 Uriah Smith, ―The Hour of Expectation‖, Review and Herald, 5 de noviembre de 1967.8. Los primeros
expositores adventistas de Daniel 11 básicamente concordaron sobre la interpretación de los versículos 5-
35, siguiendo la interpretación dada por William Miller. Así los versículos 5-13 se entenderán como
referidos a los Ptolomeos (sur) y seléucidas (norte) tras la muerte de Alejandro y de la ruptura de su
imperio. Los versículos 14-28 se aplicaron a la Roma imperial, los versículos 29, 30 a la división de Roma,
y los versículos 32-35 para el período de la supremacía papal. Sin embargo, los adventistas, desde Smith no
concordaban sobre la identidad del rey del norte en los versículos 36-45. ―King of the north‖. Moon y
Fortin, The Ellen White Encyclopedia.
3 Ibíd. Es interesante notar que las ideas de Smith que alimentaron las discusiones entre los líderes
adventistas, profesores y editores durante varias décadas, no afectaron de manera significativa la
comprensión adventista del papel de la religión católica en la historia y de los acontecimientos futuros tales
como se esbozan en Apocalipsis 12-14, 17 y 18. Pese a que Smith anticipara el ocaso del papado estas ideas
no se arraigaron demasiado. Bruinsma, Seventh-Day Adventist Attitudes toward Roman Catholicism, 1844-
1965, 223
15
versículos continuó permitiendo dos interpretaciones posibles: el último poder de Daniel
11 podía ser el papado o podía ser Turquía. Esta ambivalencia podía deberse,
probablemente, a la interpretación que Smith tenía acerca de las consecuencias del
Concilio Vaticano I. Lo cierto es que al hacer sus comentarios finales de este capítulo
dijo que el tiempo determinaría el asunto.1 Una vez que Francia perdió la guerra franco-
prusiana, consideró que ya nadie defendería al papado y en consecuencia este poder no
debía ser el rey del norte, sino Turquía.2 Su tratamiento del libro fue tan popular entre los
lectores de la Review and Herald que se le instó a que publicara sus artículos en forma de
un libro. Y así salió de la prensa por el mes de mayo de 1867.3
En el primer campestre adventista celebrado en Battle Creek, Michigan, en
septiembre de 1878, Uriah Smith presentó su opinión de que guerra turco-rusa de entonces
era el comienzo del Armagedón.4
1 Bruinsma, 29.
2 Ibíd., 31. Smith vio una correlación entre Daniel 11:45 y Apocalipsis 16: 12-21, considerando ambos textos
como referencias a la última guerra, Armagedón. Además, leyó una interpretación literal del río Éufrates en
Daniel 11:45 identificando Turquía, el origen geográfico del Éufrates, con el rey del norte (Review and
Herald, 18 de junio 1857; Review and Herald, diciembre 2, 1862). En esto siguió a una mayoría de los
contemporáneos y predecesores de William Miller que también había identificado el Éufrates y el último
poder de Daniel 11 con el imperio "turco-musulmán". Para muchas personas, entre las que se incluía Elena
de White, la importancia de Turquía en la profecía ya había sido establecido por la predicción que hizo en
1838 Josías Litch acerca de la derrota del Imperio Otomano en agosto de 1840 (en base a su aplicación del
principio de día por año a la sexta trompeta de Apocalipsis 9). Pero Smith no siguió su interpretación con
confianza hasta después de 1871, con la derrota de los franceses en la guerra franco-prusiana. Los franceses
habían sido los partidarios del Papado desde el principio, y su derrota en esta guerra fortaleció su
expectativa de que el Papado se convertiría en irrelevante. ―King of the north‖, Denis Fortin y Jerry Moon,
The Ellen G. White Encyclopedia.
3 Donald Mansell, Los adventistas y el Armagedón (Buenos Aires: ACES, Asociación Casa Editora
Sudamericana, 2006), 28. Mansell escribió este libro debido a que ―la reciente guerra en el Medio Oriente
(1967) ha renovado el interés en nuestro pueblo en relación con nuestras enseñanzas sobre el Armagedón y
el rey del norte‖. Donald Mansell, ―What Adventists Have Taught on ARMAGEDDON and the KING of
the NORTH (Part II)‖, Ministry Magazine, accedido 31 de marzo de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1967/12/what-adventists-
have-taught-on-armageddon-and-the-king-of-the-north.
4 Robert Olson, ―Pluralism? How Much?‖ (White Estate, 1 de junio de 1986). 4.
16
Smith tenía unos cien comentarios sobre Daniel y Apocalipsis en su propia
biblioteca, y de manera hábil se valió de lo mejor producido por sus antecesores para darle
una forma armoniosa, aunque aceptó alguna de esas posiciones sin demasiado rigor crítico.
La interpretación protestante generalizada vio el Éufrates como símbolo del poder turco o
del imperio otomano. En 1857, Uriah Smith había insinuado ya la misma identificación,
indicando que, si bien muchos adventistas diferían en esto, la mayoría de los protestantes
concordaba. Con el tiempo, llevó a la iglesia a esta posición.1 De esta manera sintetizó lo
principal de la interpretación profética adventista, elaborada a lo largo de los años, y esto
fue comprobado por su vigencia de 70 años,2 pese a sus falencias hermenéuticas.
Razones para la gran difusión del libro Daniel y Apocalipsis
Según G. Quispe, el gran éxito de la difusión del libro ―Daniel y Apocalipsis, de U.
Smith, se debió a seis principales factores:
1. La estima de Elena de White por el libro, recomendando su lectura y permanente
publicación.
2. Smith era el escritor adventista más apropiado para hacer un comentario como el
que se editó.
3. Su libro fue el primero en ser impreso para el colportaje.3
1 William Miller creyó que el Armagedón se lucharía en América y que el "rey del norte" era el papado. En
1840 sugirió que la batalla se llevaría a cabo en el Medio Oriente como una guerra general entre las
naciones justo antes del advenimiento, y que este sería el lugar donde Cristo reuniría a sus santos. Durand,
Yours in the Blessed Hope, Uriah Smith, 209. Schwarz, Greenleaf y Education, Portadores de luz, 168.
2 Ibíd., 206.
3 Gary Land explica que en realidad fue el primer libro doctrinal vendido por los colportores: ―Un elemento
importante en la expansión de las publicaciones adventistas fue el desarrollo de la venta de libros puerta a
puerta por parte de colportores. Probablemente el primer libro que se vendiera de forma sistemática de esta
manera fuera un tomo de John Harvey Kellogg sobre higiene y medicina doméstica, publicado en 1880. A
través de los esfuerzos de George A. King, que vendió con éxito el volumen de Kellogg, se produjo una
edición en un solo volumen de Pensamientos sobre Daniel y Apocalipsis, de Uriah Smith, en el año 1882, el
17
4. Su libro fue apoyado por los dirigentes de la iglesia.1
5. Se estudió en grupos hogareños.
6. Una declaración de Elena de White, diseminada por algunos aunque
posteriormente desmentida por Arthur White,2 en la que declaró ver un ángel guiando la
escritura del libro.3
Como se ve, las circunstancias favorecieron la larga vigencia del libro de Smith, y
pese a sus falencias perduró en el tiempo.4 Smith sistematizó el pensamiento de los
principales expositores adventistas y no adventistas de sus días,5 y agregó a ello sus
perspectivas particulares.
Aunque se hicieron algunas propuestas hermenéuticas diferentes, tales como las de
Daniel T. Bordeau y la Conferencia Bíblica de 1919, no se modificó demasiado la línea
interpretativa de Smith.6 De hecho, cuando se revisó el libro por primera vez, en 1944, se
cual se convirtió en el primer libro adventista doctrinal vendido de esta manera‖. Gary Land, Historical
Dictionary of Seventh-Day Adventists (Lanham, Md: Scarecrow Press, 2005), 240. Durante su vida, los
libros de Smith vendieron más de un millón y medio de copias, impresos en varios idiomas. Una cifra quizá
no muy impresionante para los estándares de hoy en día, pero altísima cuando hace un siglo la población, la
tasa de alfabetización, el dinero, y el tiempo para la lectura no eran los actuales. Durand, Yours in the
Blessed Hope, Uriah Smith, 1980, 195.
1 McArthur, A. G. Daniells, 366.
2 Gluder Quispe, The Apocalypse in Seventh-Day Adventist Interpretation (Ñaña, Lima: Imprenta Unión,
2013), 9,10.
3 Froom, Movement of Destiny, 423. William C. White, ―Thoughts on Daniel and Revelation‖ (White Estate,
22 de febrero de 1934), 2. Arthur L White, ―King of the North-Turkey‖ (White Estate, 14 de abril de 1958),
2.
4 Recién en 1945 se realizaron los cambios más sustanciales en el libro. William H. Hessel, "Resources in
Adventism and development of an Adventist collection". American Theological Library Association
Summary of Proceedings 35 (1 de enero de 1981): 23.
5 Ibíd., 63.
6 Ibíd., 70.
18
corrigieron algunas ideas semi-arrianas del libro, pero ninguna de las principales opiniones
interpretativas del autor,1 aunque algunas de ellas ya se estaban comenzando a cuestionar.2
Una Hermenéutica arbitraria
Hay métodos definidos de interpretación que permiten avizorar las profecías de
cumplimiento futuro.3 Pero U. Smith decidió arbitrariamente que Turquía era el rey del
norte, y al eludir los métodos bíblicos de interpretación fue repitiendo errores en todo el
curso de su pensamiento en este tema. De esta manera, su interpretación profética en este
ítem fue criticada como humana y superficial antes que divina y espiritual.4 Si este escritor
hubiera permitido a la Biblia ser su propio intérprete, en lugar de dejar que la interpretación
fuese determinada por novedades periodísticas y autores no adventistas, el resultado
hubiera sido otro. Además, al considerar pasajes como Ez 26:7 y Jer 25:9 hubiera
identificado al rey del norte con el rey de Babilonia.
Como se desarrollará luego, pasado el tiempo Louis Were advierte sobre el peligro,
patente todavía en sus días, de leer la Biblia de manera que la imaginación cabalgara
desbocada sobre ella, viendo cosas que el Espíritu Santo jamás pretendió revelar, como así
también el riesgo de acudir a ella con ojos ciegos y escépticos que no vean lo que Dios ha
1 Froom, Movement of Destiny, 424.
2 Ibíd., 427. Durante la Segunda Guerra Mundial se revisó el libro de Daniel y Apocalipsis, en gran medida
porque allí se conectaba el fin del mundo con la desaparición del Imperio Otomano. La caída de este poder
en 1922 echaba por tierra esta interpretación. En la defensa del autor, sin embargo, el comité de revisión
afirmó que "en algunos puntos de importancia secundaria, como Armagedón ... [y] algunas partes o Daniel
11…Uriah Smith no era tan dogmático como algunos pensaban‖. Esta revisión, sin embargo, mantuvo en
gran medida la opinión del autor en cuanto a Turquía, por ser mayoritaria en ese momento. Durand, Yours
in the Blessed Hope, Uriah Smith, 1980, 211.
3 Raymond F. Cottrell, ―Pioneers Views on Daniel Eleven‖ (Biblical Research Fellowship, 1951), 3
4 Ibíd., 4
19
manifestado claramente.1 Sin embargo, Cristo como el intérprete divino de la profecía la
relaciona consigo de manera que nadie deba quedar esperando un cumplimiento nebuloso
de la misma.
Desde que Smith introdujo su interpretación en el medio adventista, la misma
resultó una fructífera fuente de falsos pronósticos, y terminó por casi remover los pilares de
fe ya establecidos por sus antecesores en la denominación. De esto se entiende que nunca
una verdad se encuentra establecida del todo, a menos que la generación que la recibe la
comprenda bien y la profundice.
Por estar fascinados con el desarrollo de la guerra entre Rusia y Turquía, Smith y
otros líderes estaban, sin proponérselo, removiendo los pilares con los que en su momento
concordaron. Smith ofrecía el mismo conflicto bélico como evidencia primaria de su
novedosa interpretación, y esperaba que este suceso confirmara la fe en el pronto fuerte
pregón y la terminación del mensaje.2 Es evidente que el defecto estribaba en esperar que la
interpretación fuera confirmada por algo ajeno a la misma Inspiración. De hecho, la
historia no determina la interpretación, sino que en todo caso la confirma. Es la misma
inspiración la que debe autorizar una interpretación antes de que la misma historia la
confirme.
Por esta razón también, una vez que Jaime White se percató del problema, levantó
grandes reparos que tenían que ver con la validez del nuevo método de considerar la
historia contemporánea como la base para interpretar la profecía, antes que sustanciar
posiciones anteriormente determinadas sobre la base de la evidencia bíblica. Temía que en
1 Louis F. Were, The Mystic Number of Palmoni, Or the Trinity and the Number Three In Scripture In Their
Relation to the Message of Revelation 14 (Australia: Louis Were, 1935).
2 Louis Fitzroy Were, Pastor James White and Unfulfilled Prophecy (Melbourne, Australia: Louis F. Were,
s. f.), 6.
20
lugar de dar gran confirmación al mensaje se terminara en decepción y gran pérdida de
almas. De hecho, éste fue el costo que terminó pagando la iglesia décadas después.
Uriah Smith abre la puerta a filtraciones
hermenéuticas defectuosas
Las ideas Uriah Smith fueron, de hecho, las que allanaron el camino para que los
evangelistas y escritores adventistas se plegasen a un espectro más amplio de comentaristas
religiosos y seculares que veían la primera guerra mundial como el Armagedón o su inicio.
Incluso el presidente de la Asociación General, Arthur G. Daniells, escribió en 1916, en
una edición extra de la Review and Herald titulada "La Cuestión de Oriente" que la
inminente caída de Turquía como "Reino del Norte" prepararía el camino para la batalla de
Armagedón.1 Daniells dijo claramente que "el enfrentamiento que provocaría el final de
Turquía sería el Armagedón, la batalla del gran Dios Todopoderoso anunciada por Juan en
Apocalipsis 16: 13-17. Seguidamente vendría el tiempo de angustia de Jacob predicho por
el profeta Daniel. En 1917 Daniells fue un poco más allá al comentar que "los puntos de
similitud entre la profecía sobre el Armagedón y esta lucha gigantesca son tan
impresionantes que es fácil concluir que esta guerra no es otra cosa que el Armagedón o su
preludio‖.
Sin embargo, en 1917, cuando las fuerzas británicas en lugar de Turquía entraron en
la antigua ciudad de Jerusalén, la interpretación de Uriah Smith sobre Daniel 11 ya no
parecía de tan pronto cumplimiento como sus seguidores pensaban. En ocasión de la
1 Desde joven Daniells admiraba a Smith y promovía fervorosamente la venta de sus libros. Albert Dittes,
Three Adventist Titans: The Significance of Heeding Or Rejecting the Counsel of Ellen White (Brushton,
N.Y: TEACH Services, Inc., 2013), 44. Además utilizaba con gran éxito las ideas de Smith sobre
Armagedón en sus conferencias de evangelismo, con gran éxito. Howard Weeks, ―Adventist Evangelism in
the Twentieth Century-2‖, Ministry Magazine, accedido 2 de abril de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1966/03/adventist-
evangelism-in-the-twentieth-century-2.
21
famosa Conferencia Bíblica de 1919, M.C. Wilcox,1 A. O. Tait y algunos otros ya estaban
convencidos de que el papado debía entenderse como el rey del norte. Wilcox, director de
la Review and Herald, expresó en voz alta su desconcierto respecto a las interpretaciones
de Smith. Considerando el contexto de los versículos bajo estudio, Tait pensó que el
interrogante era mayor que lo que permitía la explicación de Smith. Wilcox vio la lucha
que el profeta Daniel describió en la que finalmente se destruía al rey del norte, como
eventos terrenales en una fase del conflicto espiritual entre fuerzas del bien y del mal.
Wilcox publicó su punto de vista antes de la Primera Guerra Mundial, pero cuando algunos
evangelistas adventistas observaron el papel que Turquía jugaba en ese conflicto se
convencieron de que después de todo Uriah Smith tenía razón.
Del otro lado del debate, Spicer y Daniells incluso publicaron libros al respecto. C.
M. Sorenson,2 decano de teología en el Washington Missionary College, y C. S. Longacre,
director de libertad religiosa de la Asociación General, estuvieron de acuerdo con Daniells
y Spicer. Pero los eventos finales de la Primera Guerra Mundial no coincidieron con sus
anticipaciones. Turquía se retiró de algunos lugares, pero no de Europa como Smith lo
había predicho. Nuevamente, la exposición de Wilcox ganó la atención. Tait y Daniells, en
lados opuestos de la discusión, finalmente concordaron en que nadie quedaría fuera del cie-
lo por su fracaso en entender todos estos asuntos. Algunos adventistas continuaron
predicando sobre la cuestión del Oriente hasta mediados del siglo XX, pero su lugar en el
evangelismo adventista llegó a ser progresivamente menos importante.3
1 Milton C. Wilcox, ―The King of the North: Suggestive Outline Study of Daniel 11‖ (Biblical Research
Fellowship, 1910), 14. Esto representa un giro en su posición original de 1910.
2 G.M. Sorenson, ―G. M. Sorenson on the Eastern Question‖ (Bible Conference, 1919).19.
3 Schwarz, Greenleaf, Portadores de luz, 610, 611. ――El significado profético de la nación de Turquía o la
"cuestión de Oriente", como se le llamaba, había sido un tema favorito de los expositores proféticos
22
Lo cierto es que en el período que siguió a la Primera Guerra Mundial, el
Armagedón1 continuó siendo interpretado como un importante conflicto militar entre el
Oriente y el Occidente a ser disputado en la llanura de Esdraleón, Israel, con Turquía como
el elemento clave, debido a la ubicación estratégica de esta nación entre ambos hemisferios
en pugna.2
Llama la atención que Uriah Smith aún hoy es citado como un referente del
futurismo en relación con Armagedón. Nótese esta llamativa cita:
adventistas, pero los cambios en Europa les exigieron reexaminar sus interpretaciones‖.Campbell, ―The
1919 Bible Conference and Its Significance for Seventh Day Adventist History and Theology‖.p.x.
1 ―Probablemente los eventos mundiales contribuyeron a este punto de vista más que la exégesis bíblica.
Entre los escritores seculares de ayer y de hoy el Armagedón se convirtió en un símbolo del conflicto que
destruiría la civilización. Daniells enseñó que el Armagedón emergería de la rivalidad política para
controlar el territorio entre Estambul y el Golfo Pérsico. El ascenso de Asia como se observó en el
fortalecimiento de Japón, en el sentimiento antioccidental de China, en la creciente tensión entre Oriente y
Occidente, todo ello inspiró a los evangelistas adventistas a concordar con Daniells en que el Armagedón
sería un gigantesco choque militar en Palestina entre el Oriente y el Occidente‖. Ibíd., 611.
2 Alberto Timm, ―Escatologia Adventista Do Setimo Dia 1844-2004,‖ In O Futuro: A Visao Adventista Dos
Últimos Acontecimentos. Arti- Gos Teológicos Apresentados No V Simpòsio Bíblico-Teológico Sul-
Americano Em Homenagem A Hans K. Larondclle (Engenheiro Coelho, SP: Unaspress, 2004), 278. Es de
notar la ambivalencia en relación con el significado real de Armagedón. El director de la Review and
Herald, F.M. Wilcox, escribió: "No podemos predecir con confianza el resultado de la lucha actual. No
sabemos si esta guerra va a terminará en el Armagedón, o si será por un tiempo un cese de las hostilidades‖.
Esta cautela fue de nuevo manifestada cuando los Estados Unidos entraron en la guerra en 1917. "No
pongamos en peligro nuestra reputación ... por hacer declaraciones arriesgadas ", aconsejó Wilcox. Las
profecías bíblicas "tratan con el transcurso de las naciones en líneas generales… ellas no revelan cómo los
acontecimientos irán sucediendo hasta llegar a su conclusión final‖. Pero casi tan pronto como la guerra
había terminado, Wilcox publicó un pequeño libro titulado Frente A La Crisis: Condiciones Actuales Del
Mundo A La Luz De Las Escrituras. Aquí, en el contexto de un mundo relativamente pacífico, Wilcox se
mostró, paradójicamente, mucho más pesimista acerca de los tiempos. Anteriormente, no podía decir si la
Gran Guerra anunció Armagedón, pero ahora creía en que "la creciente agitación en todos los países en
preparación para la guerra podría terminar en el último gran conflicto, cuando las naciones sean reunidas en
Armagedón‖. La ironía también fue evidente en las páginas de Signs of the Times. En abril de 1914, un
artículo de primera página dijo que los preparativos de la guerra terminarían en Armagedón. Cuando la
guerra llegó seis meses después, de inmediato se sostuvo que el conflicto actual no podría ser la batalla final
escatológica. Malcolm Bull y Keith Lockhart, Seeking a Sanctuary: Seventh-Day Adventism and the
American Dream (Bloomington, IN: Indiana University Press, 2007), 63. Estos vaivenes argumentativos se
debían, evidentemente, a la carencia de una hermenéutica clara acerca de las profecías no cumplidas.
23
Implementos de guerra moderna, como bombas estruendosas, llamas escupiendo
destrucción, tanques en tierra, aviones sobrevolando las cabezas, y hombres matando
otros hombres son parte de esta fantástica posición (Uriah Smith, Las Profecías de
Daniel y Apocalipsis, p. 696 -698). Albertus Pieters resume esta posición declarando
que los escritores de esta escuela consideran uniformemente a la Bestia como
representando al anticristo personal de los últimos días, y que su ejército será una
fuerza militar literal traída a la tierra de Palestina para la guerra contra los judíos,
quienes en ese tiempo habrán recuperado la posesión de la tierra.1
Como se ve, no se diferencia a el futurismo parcial de Smith del futurismo pleno de
ayer y hoy. Para los autores evangélicos, el futurismo parcial equivale al futurismo pleno,
porque esta hermenéutica se emplea completa o no se emplea. Para algunos autores
adventistas el futurismo parcial infectó algunas interpretaciones de Uriah Smith colocando
el razonamiento humano por encima de la revelación divina2.
Esto da que pensar acerca del pretendido uso selectivo de hermenéuticas aleatorias a
la clásica hermenéutica histórico-profética. ¿Es tan útil como aparenta, o el riesgo es mayor
a los pretendidos beneficios de la misma? ¿La visión que el mundo cristiano en general
percibe acerca de las posiciones adventistas resulta clara o confusa?
Que Uriah Smith aún hoy sea contado entre los futuristas más representativos,
aunque solo tocó parte de ese terreno, puede ser una advertencia para aquellos que
pretenden iluminar la escatología adventista con enfoques variopintos.
Visión política o religiosa de la profecía
Carmelo Martines escribe que ―con anterioridad a la década de 1950, Louis F.
Were hizo notar que a partir de las interpretaciones de Uriah Smith los autores adventistas
1 Morris Glen Bowers, St/sup State: ...the Unspoken Foreign Policy of the United States of America
(iUniverse, 2005), 430.
2 Heidi Heiks, Satan’s Counterfeit Prophecy (TEACH Services, Inc., 2013). Por cierto aún algunos
dispensacionalistas actuales han moderado su posicion, reconociendo la continuidad entre Israel y la iglesia
Cristiana. Ver Norman R Gulley, ―Progressive Dispensationalism: A Review Of A Recent Publication‖,
Andrews University Seminary Studies, spring-summer de 1994.44.
24
se habían alejado de la posición de los pioneros en materia escatológica. Este entendía que
los acontecimientos finales predichos en la Biblia son de naturaleza religiosa, pero de
alguna manera los autores modernos se concentraron en la interpretación política de dichos
acontecimientos‖.1
Esta misma idea, presente en la escatología evangélica contemporánea, desconoce
la realidad del gran conflicto como el marco de referencia de toda la historia del pueblo de
Dios y de las profecías bíblicas. En consecuencia, enfoca la interpretación en una dirección
diferente de la que los escritos de Elena de White lo hicieron.
Las ideas hermenéuticas de Smith y las de quienes polemizaron con el deben ser
ejemplificadas. A continuación, veremos qué idea tenía Smith de los últimos versículos de
Daniel 11.
Daniel 11 según U. Smith
En la opinión de Smith, la profecía del tiempo del fin (Dn 11:40) comenzó en 1798.
El interpreta el enfrentamiento entre el rey del norte y el rey del sur como el cumplimiento
de un conflicto que surgió entre Egipto y Francia, y entre Francia y Turquía en 1798. En
ese tiempo, una vez que Turquía ocupó lo que fue el norte del antiguo imperio de
Alejandro Magno, llegó a convertirse en el rey del norte.2
Smith afirma que "el rey" de Dn 11:36 no se podría aplicar a la Roma papal, porque
la Francia atea cumple esta profecía. Sostiene que los reyes del norte y del sur entran de
nuevo en conflicto en 11: 40-45. Esta aplicación de la profecía prevé un conflicto entre
1 Carmelo Martines, El Remanente Fiel, Un Debate Contemporáneo (Libertador San Martín, Entre Ríos:
Universidad Adventista del Plata, 2013), 102.
2 Hotma Saor Parasian Silitonga, ―Continuity and Change in World Rulers: A Comparative Study and
Evaluation of Seventh Day Adventist Interpretations of Daniel 11‖ (Adventist Institute International
Studies, 2001). 57, 58.
25
Egipto y Francia, y entre Turquía y Francia desde 1798 lo cual marca el comienzo del
tiempo del fin. Se aplica el rey del norte geográfico a "Turquía". Aunque su comentario
sobre 11:45 indica que el rey del norte "llegara a su fin, y no tendrá quien le ayude" no
informa cómo, cuándo ni dónde llegará su fin, sino que esto será manifestado en su
momento por la Providencia. Al ver la falta de correspondencia histórica con las ideas de
Smith, con buen tino Francis Wilcox declaró que ―es mejor que esperemos con paciencia
el desarrollo de la historia humana en el desenvolvimiento del plan de Dios, que correr
adelante de su providencia y hacer declaraciones que el tiempo puede demostrar que han
sido solo una especulación ociosa‖1.
En virtud de estas ideas extrañamente novedosas, era de esperarse una reacción
como la que encabezó Jaime White, el primero en percibir las falencias de la posición de
Smith.
Jaime White enfrenta a Uriah Smith por sus
nuevas ideas escatológicas
Al desarrollarse las interpretaciones proféticas de Jaime White, se llegó a creer que
la batalla del Armagedón era el choque decisivo entre las fuerzas del bien y del mal, que
culminaba en la segunda venida, en la cual el sábado sería el gran punto en disputa. Otros
pioneros siguieron rápidamente esta posición, entre ellos líderes como John Nevins
Andrews2, David Arnold3, H.L.Hastings1, Horace Bowen2, J. H.Waggoner3, y hasta el
mismo Smith4.
1 Wilcox, Francis, ―The Fall Of Jerusalem‖, Review and Herald, 20 de diciembre de 1917. Mansell, Los
Adventistas y el Armagedón, 58.
2 John Nevins Andrews, ―The Three Angels of Revelation 14:6-12‖, Review and Herald, 6 de febrero de
1855.2. 3 David Arnold, ―Rapology Explained. Or The Oriwin, Character, Works, And Final Destiny Of Satan And
His Followers; And A Sketch Of The Restitution.‖, Review and Herald, 21 de julio de 1853.
26
Uriah Smith se unió al cuerpo de redactores en 1853, y por cuatro años mantuvo
puntos de vista escatológicos idénticos a los que sostenía Jaime White y los otros líderes
de la iglesia. Sin embargo, en el año 1857 su posición sobre la escatologia había
comenzado a cambiar de su interpretación original, bajo la influencia aparente de las
visiones populares futuristas de sus días sobre el Armagedón.5
Con la cautela propia de quien había sufrido el chasco de 1844, en la Review and
Herald del 15 de noviembre de 1877 Jaime White ofreció unas palabras de advertencia casi
exclusivamente dirigidas a Smith:
Están los que piensan más en la verdad futura que en la verdad presente. No ven sino
poca luz en la senda en la que caminan, pero piensan que ven gran luz delante de
ellos. Las posiciones adoptadas sobre la cuestión de oriente6 se basan sobre profecías
1 H.L. Hastings, ―The Last Days‖, Review and Herald, 8 de octubre de 1957.3.
2 Horace Bowen, ―To the Remnant Scattered Abroad‖, Review and Herald, 27 de diciembre de 1855.7
3 J.H. Waggoner, ―The Nature and Tendency of Modern Spiritualism‖, Review and Herald, 28 de enero de
1958.2. 4 Uriah Smith, ―The Warning Voice Of Time And Prophecy‖, Review and Herald, 4 de agosto de 1853.1
5 Ibíd., 22. Es interesante la manera en que Uriah Smith sigue siendo elogiado aún hoy por escritores
futuristas: ――Urías Smith escribió un libro que hasta el día de hoy es una de las obras de referencia primarias
más respetados sobre Daniel y el Apocalipsis. Fue un erudito cuidadoso e investigador. Se sumergió en la
historia para ver cómo se relacionaba con este capítulo 11. Hay quienes han llegado a otras conclusiones
sobre estos versos, pero el análisis de Urías Smith acerca de ellos ha resistido la prueba del tiempo y sigue
siendo, en opinión de este autor, la explicación más lógica y razonable de este pasaje clave en la Biblia.
Armoniza con el mejor registro de la historia y lo que vemos desarrollarse en nuestro mundo de hoy, sobre
todo el aumento y creciente papel del Islam‖. John C. Witcombe, Jerusalem Caliphate and the Third Jihad
(Oregon: Grants Press). A esto añade F. Hardy que ―Lo que Smith escribió sobre Turquía en las páginas.
40-45 de su libro Daniel y Apocalipsis mostró una comprensión fundamentalmente inadecuada de la
dirección que la historia estaba tomando en ese momento y, con el énfasis exagerado que puso en la Turquía
secular y el papel continuo de la Palestina literal en la profecía, su pensamiento en este punto parece estar
más influenciado por el futurismo popular de la prensa religiosa en su época que por los principios
historicistas que tan cuidadosamente desarrolló en otros lugares.Así El trabajo de Smith no sólo es
incorrecto, sino incongruente también. A lo largo de las páginas 36-45 sus posiciones son incorrectas, pero
en las páginas 40-45 están equivocadas y fuera de tono con el resto de su marco exegético‖. De alguna
manera Smith se había negado a sí mismo. Frank Hardy, ―An Historicist Perspective on Daniel 11‖
(Andrews University, 1983).262.
6 Desde aquí se diferencian dos escuelas de pensamiento, divididas sobre la naturaleza de Armagedón. Este
debate fue conocido entre los adventistas como la "cuestión de Oriente". Smith creía que Armagedón sería
una guerra literal entre las naciones y ejércitos terrenales. Esperaba que los turcos trasladaran su capital de
Constantinopla a Jerusalén, después de lo cual el poder turco habría llegado a su fin (Daniel 11:45). El
Armagedón se lucharía en Jerusalén, contra las potencias del "oriente" (Apocalipsis 16:12), potencias
islámicas. Otro intérprete adventista, A.T. Jones, propuso un punto de vista ligeramente diferente,
declarando que estos poderes orientales serían los ejércitos occidentales estacionados en el Lejano Oriente.
The Great Nations of To-Day (Paradise View, 1901), 88. James White, por su parte, creía que el
27
que aún no [tuvieron] su cumplimiento. Aquí debemos ir con cuidado, y tomar
posiciones con toda prudencia, no sea que nos encontremos removiendo los hitos
completamente establecidos en el movimiento adventista. Puede decirse que hay un
acuerdo general sobre este tema, y que todos los ojos están vueltos hacia la guerra
que ahora está en desarrollo entre Turquía y Rusia como el cumplimiento de esa
porción de la profecía que dará gran confirmación de fe en el fuerte clamor que está
cercano y la terminación de nuestro mensaje. Pero cuál será el resultado de este
dogmatismo acerca de la profecía no cumplida si las cosas no salen como tan
confiadamente se las espera es una cuestión angustiosa. (Traducción del autor)
Como Smith mantuvo su posición se inició una controversia entre ambos en el
congreso de 1878. Aunque en otros asuntos unieron fuerzas,1 en esta ocasión se hallaban en
veredas opuestas. La refutación de J. White duró setenta minutos y en lo esencial consistió
en lo siguiente:
Si los pies y los diez dedos de la estatua metálica [de Daniel 2] son romanos, si la
bestia con los diez cuernos que es entregada a las llamas del gran día es la bestia
romana, si el cuerno pequeño que se levantó contra el Príncipe de los príncipes es
Roma, y si el mismo espacio y distancia están cubiertos por estas cuatro cadenas
proféticas, entonces el último poder del capítulo 11 [de Daniel] que va ―a llegar a su
fin y no tendrá quien le ayude‖, es Roma. Pero si es Turquía, como algunos enseñan,
entonces los dedos de la imagen del capítulo 2 son Turquía, la bestia con los diez
cuernos del capítulo séptimo representa a Turquía, y fue Turquía la que se levantó
contra el Príncipe de los príncipes en el capítulo octavo de Daniel‖.2
Otro de los fuertes argumentos de Jaime White se encuentra en la Review and
Herald del 21 de enero de 1862, donde declaró sin dejar lugar a dudas que ―la gran batalla
no es entre nación y nación sino entre la tierra y el cielo‖, durante la cual las naciones serán
destruidas por la ―terrible gloria ardiente‖ del segundo advenimiento. ―En cuanto al lugar
Armagedón sería una guerra religiosa-espiritual entre los poderes del cielo y de la tierra. ―King of the
north‖. Fortin y Moon, The Ellen G. White Encyclopedia. ―King of the north‖. Fortin y Moon.
1 Beverly Beem y Ginger Hanks Harwood, ―‗Your daughters shall prophecy‘: James White, Uriah Smith, and
the ‗triumphant vindication of the right of the sisters‘ to preach‖, Andrews University Seminary Studies 43,
no 1 (1 de marzo de 2005): 41–58.
2 Kraid Ashbaug, Studies on Daniel and Revelation (Brushton, N.Y: TEACH Services, Inc., 2004).,68.
28
de reunión‖, escribió, ―en este momento solo deseamos decir que pensamos que hay buenas
razones para situarla donde Cristo haga su descenso en su segunda venida‖.1
En opinión de Jaime White, el Armagedón no era evidentemente un conflicto
armado entre las naciones en algún lugar de Palestina que sería interrumpido por la
segunda venida de Cristo, sino la destrucción de las fuerzas del mal por parte de Cristo y
su ejército celestial en su segunda venida.2
El pastor White advierte que U. Smith se hallaba equivocado cuando identificaba al
rey del norte de Daniel 11 con Turquía. White procuraba que Smith y sus seguidores no
experimentaran un chasco similar al que él mismo había vivido junto a tantos adventistas
en 1844.3 Las advertencias del pastor White no se proponían desanimar la verdadera
interpretación de las profecías por cumplirse, lo cual él hacía profusamente, sino cuidar a la
iglesia de errores que la avergonzaran y estorbaran su misión. Como líder y organizador de
la iglesia sopesaba el impacto que las innovaciones pudieran tener en el rumbo general de
la causa.
La experiencia de un hombre curtido en los ―dolores de parto‖ del movimiento, sin
embargo, no fue considerada por el joven Smith. La lección de prudencia que había
aprendido Jaime aún no la había comprendido Uriah. Hasta su muerte, no obstante, J.
White enseñó que el poder de la bestia referido en Ap 13 era el rey del norte en Daniel 11.4
Su hermenéutica siguió siendo la misma hermenéutica millerita. De hecho, está
1 Louis F. Were, What Is Armageddon (Adelaide, Australia, 1942). 23.
2 Ibíd., 26.
3 James White, Review and Herald, 29 de noviembre de 1877.
4 Louis F. Were, Pastor James White and Unfulfilled Prophecy (Melbourne, Australia, s. f.), 2
29
comprobado que los adventistas, al seguir utilizando la misma hermenéutica,1 descubrieron
enseñanzas que Miller no llegó a encontrar.
Jaime White sostenía que el papado como rey del norte era uno de los pilares
sólidamente establecidos por el movimiento adventista.2 Remover un detalle de la
estructura teológica adventista era peligroso, y de hecho lo fue. Elena no obstante aconsejó
a su esposo evitar la confrontación directa con Smith, para no desalentar a los hermanos y
mostrar un frente unido. Si había que elegir entre dos males, era preferible optar por el mal
menor, pero resguardar la unidad de la iglesia.
En realidad, Jaime estaba preocupado por algo más que la hermenéutica de Smith.
Lo preocupaban las consecuencias que su interpretación podía tener. El alarmismo de
Smith podía perjudicar las finanzas de una iglesia en rápida expansión.3
Otro ejemplo claro que distingue claramente el enfoque profético de White respecto
del de Smith se nota en el debate generado en tiempos de la Guerra Civil Norteamericana.
¿Era esta guerra señal de algún cumplimiento profético especial? Muchos adventistas
consideraban que el conflicto era una distracción innecesaria para su principal objetivo de
prepararse para la Segunda Venida. Pero Uriah Smith vio las hostilidades como
conducentes al Armagedón. J. White señaló que Apocalipsis 6:15 era prueba de que la
esclavitud continuaría hasta que Cristo volviese.4
1 Jeff Crocombe, ―‗A Feast of Reason‘: The Roots of William Miller‘s Biblical Interpretation and its
Influence on the Seventh-Day Adventist Church.‖ (Tesis Doctoral, University of Queensland, 2011), 206.
2 Cottrell, ―Pioneers Views on Daniel Eleven‖, 4.
3 Arthur L White, Alan Forquer, And Woolsey. Raymond H. Ellen G. White (Washington, DC; Hagerstown,
MD: Review and Herald Publishing Association, 1981), 96.
4 Gerald Wheeler, James White: Innovator and Overcomer (Review and Herald Publishing Association,
2003), 143.
30
Además de agitar la delicada cuestión de cuál debía ser la posición adventista
acerca de la guerra, las opiniones de J. White alejaron a la mayoría de los miembros de la
opinión de Uríah Smith, quien veía en la Guerra Civil el anticipo del Armagedón.1 ―Las
actuales turbulencias‖, predijo Uriah Smith en 1861, culminarán ―en la gran batalla de
Armagedón‖.2
Aquí se nota una vez más la tendencia alarmista algo apresurada de Smith3 frente a
la posición criteriosa y cautelosa de White, más preocupado por el rumbo general de la
causa y el cumplimiento de la misión profética de la iglesia que por amplificar cada detalle
como si fuera una clara señal de algún desarrollo notable. Por cierto, Smith desarrolló su
misiología lenta y penosamente.4
Volviendo al asunto del rey del norte, se sabe que Jaime no fue autorizado a tensar
demasiado la controversia con Smith. Advertido por Elena acerca de que la unidad era más
importante que la disputa por una interpretación controversial5 Jaime no siguió con el
tema.6 Pero Smith nunca respondió los argumentos presentados por Jaime White.
1 Ibíd., 144.
2 Douglas Morgan, Adventism and the American Republic: The Public Involvement of a Major Apocalyptic
Movement (Knoxville: University of Tennessee Press, 2001), 31.
3 Smith reprendía a algunos de sus hermanos en la fe por sus "nociones especulativas" ya que las profecías
futuras deben tratarse con cuidado, según advertía. Por desgracia, no siempre siguió su propio consejo. A
veces fue demasiado rápido para ver en los acontecimientos contemporáneos el cumplimiento profecías
específicas, y para averiguar en detalle cómo se cumplirá una determinada profecía. Durand, Yours in the
Blessed Hope, Uriah Smith, 207.
4 Stefan Höschele, From the End of the World to the Ends of the Earth: The Development of Seventh-Day
Adventist Missiology (Nürnberg: VTR, 2004), 18,19.
5 Dores Robinson, ―Did Mrs. White Define the King of the North?‖ (White Estate, 16 de febrero de 1943).4.
Robinson puntualiza que no había ninguna declaración de la Sra. White que garantizara a ningún interprete
la validez de su opinión. Lo que ella señaló como una dificultad en esto, como en otras diferencias de
interpretación, era el espíritu de debate y egoísmo enfatizando diferencias en puntos no esenciales de la
fe.Arthur L White, ―Differences in Doctrinal Views Held by Uriah Smith and James White (King of the
North)‖ (White Estate, 11 de marzo de 1966), 6.
6 Mansell, Los Adventistas y el Armagedón, 36. Elena de White comentó Daniel 11 en sólo tres lugares en
todos sus escritos (véase Review and Herald 24 de noviembre de 1904; Testimonios o la Iglesia, 9:14; Carta
31
El Concilio Bíblico de 1919 posterga la solución
Los problemas implicados en las ideas de Smith se fueron haciendo evidentes con el
correr del tiempo. Se fue gestando entonces la idea de una reunión de estudio especial de la
Biblia.
La Conferencia Bíblica de 1919 se produjo durante el apogeo de una serie de
conferencias proféticas celebradas en los Estados Unidos por los evangélicos
conservadores hacia el final y poco después de la Primera Guerra Mundial. Estas
conferencias proféticas llamaron la atención sobre el regreso inminente de Jesús,1 pero la
mayoría de los adventistas que asistieron a estas reuniones no podían aceptar sus opiniones
dispensacionalistas. A pesar de las diferencias escatológicas que tuvieron, los líderes
adventistas reconocieron que las conferencias proféticas fueron una inspiración para su
propia reunión.
En total hubo 65 personas que asistieron acompañadas de entre 7 y 9 taquígrafos.
La Conferencia fue el primer encuentro académico de su tipo, en el cual un número
significativo de los participantes tenían una formación avanzada en teología, historia y
lenguas bíblicas.2
103, 1904, en Manuscript Releases, 13: 394). Era su convicción de que casi todo el capítulo se había
cumplido por completo. Ella coloca claramente a la iglesia de sus días cerca del final de Daniel 11 y por lo
tanto cerca del final de la historia. Pero ella nunca se aventuró en más detalles, y fue aparentemente
silenciosa en cuanto a la identidad del rey del norte. No entró en la polémica contemporánea en torno a este
tema. Al parecer, la única vez que llegó incluso cerca de la controversia fue cuando se le mostró en visión
que su esposo cometió un error de confrontar Uriah Smith públicamente con respecto a su interpretación del
rey del norte. Wheeler, James White, 183 nota 10. Puede ser significativo que tres de sus comentarios sobre
Daniel 11 aparecieran impresos sólo después de que su marido había muerto. El fechado de estos
comentarios puede mostrar su determinación para evitar la apariencia de parcialidad. ―King of the north‖.
Fortin y Moon, The Ellen G. White Encyclopedia.
1 James H. Moorhead, World Without End: Mainstream American Protestant Visions of the Last Things,
1880-1925 (Bloomington, IN: Indiana University Press, 1999), 173.
2 Robert Olson, ―The 1919 Bible Conference and Bible and History Teachers Council‖ (White Estate, s. f.).1.
32
La iniciativa específica provino de la Pacific Press, donde A. O. Tait se
desempeñaba como editor. Ya en 1913, M. C. Wilcox, entonces editor de la Signs of the
Times, abogaba por tal reunión similar a los institutos bíblicos de antaño. Wilcox recordó
que en el pasado ninguno temía que alguien enseñara herejía por tener una opinión
ligeramente diferente.1
El Concilio de Profesores de Biblia e Historia de 1919 fue convocado como una
reunión que uniría los maestros, teólogos y administradores adventistas en un todo
coherente a fin de terminar la obra para que Cristo viniese. Pero tales metas elevadas no se
realizaron, porque pequeños detalles de interpretación profética condujeron a la
polarización teológica, siendo la primera vez en la historia adventista cuando se
pronunciaron los términos "liberal" y "conservador".2 El debate giró hacia explicar el
fracaso de la ―interpretación turca‖ de Daniel 113. Sin embargo, la falta de consenso4 sobre
el tema no permitió un cambio de rumbo en esa fecha. En un momento, los problemas eran
tan divisivos que el presidente de la Asociación General, A. G. Daniells prohibió la
discusión a menos que estuviera presente en la sala para dirigir los debates. Hasta llegó a
comentar su deseo de ―colocar tomar todos estos temas en un globo, y dejar que ellos se
1 Bert Haloviak, ―In the Shadow Of The ‗Daily‘: Background and Aftermath Of The 1919 Bible And History
Teachers‘ Conference‖ (A Paper Presented at the Meeting of Seventh-day Adventist Biblical Scholars, New
York, 14 de noviembre de 1974), 4.
2 Campbell, Michael B., ―The 1919 Bible Conference and Theological Polarization‖, AdventistHistory.org,
accedido 29 de marzo de 2015, http://www.adventisthistory.org/2014/10/17/the-1919-bible-conference-and-
theological-polarization/.
3 Were, God Speaks And Israel Triumphs, 60. Es probable que la influencia de Daniells, uno de los mayores
defensores de la postura de Smith, haya inclinado la balanza hacia mantener la posición de éste, pese a que
la mayoría de los oradores favorecía la identificación del papado con el rey del norte. Donald Mansell,
―Armagedón: Puntos de Vista Cambiantes Sobre la Batalla Final‖, Dialogo Universitario, 1993.15.
4 Michael B. Campbell, ―Adventist Review: Sifting Through the Past‖, disponible en:
http://archives.adventistreview.org/article/3094/archives/issue-2010-1503/sifting-through-the-past,
(consultado el 24 de marzo de 2015).
33
alejan flotando‖.1 La iglesia no estaba preparada para asumir el error,2 probablemente
porque nadie aún había explicado hermenéuticamente la falla de Smith, dando una
alternativa contundente a esto. Esa fue la necesidad que Louis Were intentó suplir.
Los aciertos de U. Smith
No todo fue negativo en las enseñanzas de Smith. El tema de esta investigación
enfoca mayormente sus problemas hermenéuticos, pero no debe quedar en el lector la
sensación de rechazo total a lo que Uriah Smith escribiera. La iglesia confiaba plenamente
en sus capacidades, al punto que le confió la tarea de redactar la primera declaración de las
creencias adventistas.3 El mero hecho de que asumiera la responsabilidad de escribir el
primer comentario bíblico adventista habla a las claras de su capacidad e iniciativa,4 y que
perdurara como la obra insignia de la interpretación profética por setenta años habla a las
claras de que no fue fácil encontrar a un autor que superara lo que Smith había logrado, o
que las ideas de Smith contara con el beneplácito de los administradores de la Asociación
General. Su posición en la historia adventista es ilustre, y con todo derecho debe ser
llamado ―el decano de la interpretación profética adventista‖.
1 Michael B. Campbell, ―The 1919 Bible Conference and Theological Polarization‖.
2 F. M. Wilcox enunció una verdad relevante en 1915. Declaró que ―algunos en la iglesia de Dios, hoy como
en todas las épocas, tienden a ser demasiado rápidos. Otros tienden a ser demasiado lentos. Dios en su
providencia vinculó al impulsivo Pedro con gente más seria y conservadora. En su providencia, Dios
permite que diversos temperamentos se asocien con el fin de que cada uno puede aprender del otro, y para
que la deficiencia de uno pueda ser fortalecida por la abundancia de otro‖. W.W. Prescott, a quien muchos
en su momento colocaron en la categoría de "demasiado rápido", observó que ―la verdad y el error caminan
muy cerca. Si tenemos la sabiduría suficiente como para tener el beneficio completo de la verdad y no
deslizarnos hacia el error, nuestra posición será mejorada‖. Haloviak, ―In the shadow of the ‗daily‘:
Background and aftermath of the 1919 Bible and history teachers‘ Conference‖. Pese a estos anhelos de
entendimiento, no obstante, en 1919 se produjeron más dudas que certezas en relación a los problemas de
interpretación profética.
3Joe Kidder, ―Creeds and statements of belief in early Adventist thought‖, Andrews University Seminary
Studies 47, no 1 (1 de marzo de 2009): 101–16, 112.
4 Allen Roesch, The New World Order: Part of Adventism? (Brushton, N.Y: TEACH Services, Inc., 2004),
33-37.
34
Entre los principios hermenéuticos que se encuentran en los escritos de Smith no
todo fue erróneo, sino que se hallan saludables pautas de interpretación profética que
influyeron en sus seguidores de manera positiva. Entre ellas se destacaban los siguientes:
• La Biblia es divinamente inspirada.
• Los dispositivos literarios como figuras y símbolos son empleados por la
Escritura.
• La porción figurativa de la Escritura debe ser definida por las porciones literales.
• La revelación es progresiva.
• La Biblia es el estándar para la fe y la creencia.
• La Biblia está libre de errores esenciales.
• El historicismo como principio de interpretación profética.1
Las arriba mencionadas eran las reglas de interpretación a las cuales llamaba
constantemente la atención de los lectores la Review and Herald2, reglas sostenidas en
principio por Uriah Smith.3 Los pioneros adventistas eran conscientes de que si diferían en
sus reglas de interpretación habrían de diferir en sus conclusiones.4
La entrega de Smith a su ministerio de escritor fue encomiable. En su segunda casa
había un estudio al lado del comedor, donde escribía libros conferencias y cartas después
de la jornada de trabajo en la revisión, trabajando desde las 21 hasta la medianoche o
1 Dean Davis, ―Hermeneutical Principles of Early Adventist Interpreters‖ (Berrien Springs, MI, 1976).30, 31.
Joseph Baker, ―The Two Covenants‖, Review and Herald, 7 de febrero de 1954.2. John Nevins Andrews,
―How To Preach‖, Review and Herald, 23 de enero de 1979.4.
2 James White, ―Call to Remembrance the Former Days.‖, Review and Herald, 16 de setiembre de 1851.2.
D.P. Hall, ―From Bro. Hall‖, Review and Herald, 20 de setiembre de 1953.7. James White, ―Rules of
Interpretation‖, Review and Herald, 12 de junio de 1855.5. 3 Uriah Smith, ―Not Stepping in the Dark‖, Review and Herald, 4 de octubre de 1853.4. En otro editorial
Smith declaraba que ―la armonía y unión son en todo momento más agradables y deseables; pero
no podemos por el bien de estos, o por popularidad, o conveniencia, por la amistad del mundo, o
la estima de amigos, violar nuestras propias conciencias, o las reglas de interpretación establecidas‖. Uriah
Smith, ―New And Enormous Arguments For Sunday-Keeping‖, Review and Herald, 17 de diciembre de
1857.1. De hecho Smith cada tanto recordaba a los lectores las reglas de interpretación establecidas por W.
Miller. Uriah Smith, ―William Miller. His Rules of Interpretation.‖, Review and Herald, 31 de marzo de
1968.4. 4 D.P. Hall, ―The Mortality Of Man: The Only Shield Against The Seductions Of Modern Spiritualism.‖,
Review and Herald, 29 de agosto de 1854.1.
35
incluso las dos de la mañana. Un vecino declaró que ―cuando todas las casas del barrio
están oscuras, la luz de Smith aún arde‖. La hora de la cena era el único momento que
pasaba en familia. Esto, más que revelar alguna naturaleza antisocial, simplemente era un
signo de la devoción que tenía por su trabajo.1
Un acierto involuntario de Smith fue haber popularizado la región de Turquía entre
los adventistas, lo cual generó una ola de simpatía por la reconstrucción de la obra en ese
país luego de terminado el conflicto.2
Los tiempos en los cuales Smith abrió el camino de los intérpretes adventistas
fueron tiempos de grandes limitaciones educativas.3 Con lo que tuvo a mano, Uriah Smith
logró mucho.
Encomiando la labor de Smith, Arthur White destaca que:
El pastor Smith preparó sus manuscritos como lo haría un escritor erudito,
estableciendo puntos de vista denominacionales sobre las grandes líneas de la
profecía claramente presentadas en Daniel y Apocalipsis. Pero cuando él emprendió
la exposición verso-por-verso de estos dos libros, llegó a muchos textos de la
Escritura a las cuales nosotros como pueblo no habíamos dado mucho estudio, y en
tales casos él siguió a menudo puntos de vista de los mejores comentaristas
disponibles, empleando libremente las líneas de discusión con buen juicio al
seleccionar el material.4
―Estudió fielmente, oró fervientemente, buscó el consejo de sus hermanos, e hizo lo
mejor que pudo para tratar con estos puntos, y el resultado fue un libro que ha sido un gran
servicio a esta denominación y ha llevado a cientos de personas a la luz de la verdad‖.5
1 Durand, Yours in the Blessed Hope, Uriah Smith, 197
2 Baldur Pfeiffer, The European Seventh-day Adventist Mission in the Middle East 1879-1939 (Frankfurt:
Peter Lang, 1981), 43.
3 Otto Bettmann, The Good Old Days: They Were Terrible! (New York: Random House, 1974), 155-169.
4 Arthur L White, ―Thoughts on Daniel and the Revelation‖ (White Estate, mayo de 1966), 7.
5 Arthur L White, ―The Standing of Elder Uriah Smith‖ (White Estate, marzo de 1962), 7.
36
El legado perdurable de Smith, según su compañero J. N. Loughborough, debe ser
medido a largo plazo. Aseguró que cientos de personas que se regocijan en la luz de la
"verdad presente" fueron despertadas al estudiar atentamente Daniel y Apocalipsis, o
algunos otros de sus libros. De manera que, más allá de los defectos de su tarea, la misma
fue un valioso instrumento en la causa que amó.1
1 Durand, Yours in the Blessed Hope, Uriah Smith, 209.
37
CAPÍTULO III
LOUIS WERE RECUPERA Y PROFUNDIZA LA HERMENÉUTICA
DE LOS WHITE
Como ya se ha anticipado, Louis Were fue el hombre que desactivaría la
hermenéutica errada de Smith explicando en qué consistieron sus errores, y proveería las
bases para una hermenéutica más sólida y fiel a la Escritura. Antes de adentrarnos en las
ideas teológicas de Were y sus controversias correspondientes conviene trazar una breve
reseña de su vida y ministerio.
Breve reseña biográfica de Louis Were
Louis Fitzroy Were nació en Prospect, en el sur de Australia, el 29 de abril de
1896.1 Fue el cuarto hijo y el tercer varón de Albert y Maud Were. Albert fue constructor,
por cual él y su familia se trasladaban donde el trabajo los llevara. Ya en su adolescencia se
encontraban ubicados en el norte de Adelaida, donde Louis se unió al Club de Natación
Amateur. En 1913, a la edad de diecisiete años, Louis ganó una carrera de larga distancia
en el tiempo de cuarenta y cinco minutos y treinta segundos. En 1915 ganó el evento por
1 Para una completa historia de la familia de Were ver Eric Were, The House That Were Built: The History of
the Were Family In Australia, 1880-1980 : With A Study Of Origins In England And «Cousins» Abroad (E.
Were, 1980).
38
segunda vez, nadando la distancia en treinta minutos y diez segundos.
El adventismo estaba bien arraigado en la familia antes del inicio de la Primera
Guerra Mundial. Alrededor de 1880 el abuelo de Louis, Walter Were, se había establecido
en el sur de Australia después de emigrar con su esposa y niños desde Bristol, Inglaterra. A
fines del siglo anterior Walter ya se había convertido en adventista del séptimo día. Sin
embargo, el padre de Louis, Albert, no compartía las mismas convicciones.
Albert se ofreció voluntariamente para el servicio militar, pero lo decepcionó
amargamente que dos de sus hijos, Albert Jr., y Louis, se negaran a acompañarlo por ser
objetores de conciencia. Los jóvenes se quedaron en Adelaida y continuaron con el negocio
familiar de albañilería. Sin embargo, Louis no fue insensible ni indiferente a los tiempos
que vivía. De hecho, la Primera Guerra Mundial dejó marcadas impresiones en su mente.
Él, como muchos otros, fue estimulado a pensar en el significado de los acontecimientos a
la luz de la Escritura.1
Aparentemente fue Albert Jr. quien, habiéndose convertido en adventista, persuadió
Louis a aceptar las mismas enseñanzas. Poco después, Louis se casó con Jessie Blanche
Henderson, una joven de Adelaida, apenas unos meses mayor que él. El pastor C. P.
Michaels llevó a cabo la ceremonia nupcial en su casa el 11 de noviembre de 1915. Jesse
había sido bautizada previamente por el pastor W. J. Westerman ese mismo año.
La pareja recién casada se mudó a Cooranbong, para que Louis asistiera al colegio
de Avondale y se preparara como misionero. Las perspectivas eran halagueñas por la obra
bíblica en Australasia o el servicio en el extranjero a pesar de la encarnizada guerra en el
1 Milton Hook, ―Louis Were‖ (Australia, 1986) ,4.
39
otro lado del mundo.1
El profesor de Biblia durante la estadía de Louis en Avondale fue el pastor Robert
Hare. A veces los pastores A. Smart y F. L. Sharp, el preceptor, asistían a Hare en sus
clases. Algunos de los compañeros de la pequeña camada de Were prestaron servicio en el
extranjero, como por ejemplo el pastor J. B. Conley que sirvió en la India, y más tarde
trabajó en la obra de evangelización en Australia. Were permaneció en Australia y se
desarrolló como un prominente evangelista.2 Hizo campañas en Nueva Zelanda, Victoria,
Nueva Gales del Sur, Australia del Sur, y brevemente en Brisbane.3
Su estadía en Nueva Zelanda fue memorable por una serie de razones. Allí nació su
única hija, Nancy en mayo de 1922. Además, en 1924 fue ordenado al ministerio, siendo
uno de los más jóvenes en recibir este voto de confianza hasta ese momento.
De repercusiones duraderas en su pensamiento fue el estudio bíblico que tuvo con
un ministro protestante, quien demostró algunas inconsistencias en sus presentaciones
bíblicas. Luego de ese apuro, Were se prometió a sí mismo no volver a ser avergonzado. Se
embarcó en un curso personal de estudio de la Biblia para pulirse a sí mismo. Su amplia
lectura y análisis sobre temas proféticos más tarde lo llevaron a controversias con el
pensamiento adventista tradicional de sus días, pero esto no le restó éxito como
evangelista. Estaba muy bien considerado por muchos administradores, y fue designado
como delegado especial a los Consejos anuales de la Australasian Union Conference, entre
1 Ibíd., 5.
2 Acerca de la estrategia evangelizadora de Were ver Louis F. Were, ―The Better Workman‖, Ministry
Magazine, accedido 31 de marzo de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1933/11/the-better-
workman. (consultado el 31 de marzo de 2015). Louis F. Were, ―Reaching the People‖, Ministry Magazine,
accedido 31 de marzo de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1932/11/reaching-the-
people.
3 Ibíd., 6.
40
1932 y 1935.1
El período entre las dos guerras mundiales fue, en términos generales, una época de
efervescencia en la interpretación profética. Were no se apresuró a escribir sus incipientes
perspectivas de la profecía. Sus primeros artículos aparecieron en la revista denominacional
Signs of the Times,2 del 8 al 20 de julio de 1931. Ellos fueron aparentemente encaminados
para contrarrestar algunos elementos del futurismo que veía presentes en las enseñanzas de
la iglesia, por ejemplo, en los escritos del pastor A. Anderson. Cuando el libro de
Anderson, Through Turmoil to Peace, se publicó en 1932, Were no calló su desacuerdo
con los capítulos que hablaban del papel de Gran Bretaña, Turquía, Rusia y las naciones
del Lejano Oriente en el cumplimiento de la profecía bíblica. Estas diferencias teológicas
nunca se resolvieron. De hecho, la mayoría de sus compañeros y los ministros aún más
jóvenes que se graduaban de Avondale hasta finales de la década de 1950 siguieron las
líneas tradicionales de interpretación que se encontraban en la exposición de Uriah Smith,3
Después de una larga y dolorosa lucha contra el cáncer, su esposa Jessie, falleció el
6 de enero de 1942, en Adelaida. El Presidente de la Asociación del Sur de Australia,
pastor W.M.R Scragg, junto al pastor N. A. Ferris, llevaron a cabo el funeral. A pesar del
trauma personal continuó lo mejor que pudo con el evangelismo en la ciudad. El diálogo
con sus colegas sobre las diferencias teológicas también continuó. De hecho, se creó "La
Comisión de Estudio Especial", con el propósito específico de examinar estas diferencias.
Were fue miembro de la subcomisión especial y presentó sus puntos de vista sobre el
1 Ibíd., 7.
2 Por su misma naturaleza, la revista Signs of the Times, tanto en su edición americana como en la
australiana, tendía a ser más popular. Paul B. Ricchiuti, Arthur S. Maxwell: Remembering an Adventist
Legend (Nampa, Idaho:Pacific Press Publishing Association, 2009), 50. La popularidad de Signs era un
arma de doble filo, porque los errores interpretativos que se filtraran en ella afectaban directamente la
imagen de la iglesia ante el público en general.
3 Milton Hook, ―Louis Were‖, 8.
41
Armagedón y temas relacionados. Las reuniones del Comité se celebraron en varias
ocasiones durante 1941 y 1942, pero la gran mayoría de los miembros del comité
rechazaron las interpretaciones de Were. Solo los pastores Kranz y Scragg concordaban
con algunos de sus puntos de vista.1
Were, rechazado por sus compañeros, denostado por algunos, y traumatizado por la
pérdida personal, se encontró en una situación vulnerable en 1942. Una mujer enajenada y
con dos hijos, la señora D. E. Jacobs, desarrolló un interés romántico en Were. Ella era la
hija de una pareja de ancianos en el distrito de las colinas de Adelaida. Eran conversos
recientes de la iglesia. La mujer deseaba casarse de nuevo, proveyendo así un padre
adoptivo para sus hijos. Sin embargo, Were eligió de manera diferente, y se casó con la
señorita Alma Belle Preuss, de Victoria, en 1943. Ella había servido a la iglesia como
instructora bíblica, pero actualmente ayudaba en el negocio de su familia. De cuna bautista,
asistió al Colegio de Avondale, y posteriormente se convirtió en adventista del séptimo día.
La Sra. Jacobs, celosa porque Were se había casado con otra mujer, diseminó
versiones difamatorias contra Were, las cuales motivaron su despido. Más tarde ella
escribió al presidente Scragg confesando que había inventado las historias que comenzaron
los rumores. "Dios sabe que no se rompió la ley moral, Were está sufriendo por algo que no
hizo". Lo cierto es que el 9 de marzo de 1943, la Junta de la Asociación votó a favor de
destituir a Were. El presidente, Scragg, se opuso y escribió a la sede de la Unión para que
se reconsiderara el caso. En respuesta, el Comité Ejecutivo votó que la Junta de la
Asociación definiera el tema. Were, en consecuencia, no fue reincorporado.
Él y Alma se trasladaron a Melbourne, donde realizó trabajos de oficina. Alma,
trabajó en un floreciente negocio de ropa de su hermana. Louis, no obstante, no fue
1 Milton Hook, ―Louis Were‖, 9.
42
desglosado de la iglesia. Asistió regularmente a la iglesia de Auburn y su devoción por su
mujer y su iglesia nunca menguó. Aunque la recepción inicial de la iglesia de Auburn fue
fría, la relación finalmente se descongeló. Louis continuó ganando almas, dirigió la Escuela
Sabática, una clase bíblica los sábados de tarde y fue elegido anciano. Louis se embarcó en
la carrera de escritor y llegó a ser un autor prolífico.1 Como tal, por veinte años sacó casi un
libro o tratado por año, mayormente sobre escatología.2 Falleció de un ataque cardíaco el 2
de abril de 1967, a la edad de 71 años. Su funeral fue dirigido por su amigo de años, el
pastor J. W. Kent, quien lo despidió recordando cómo abandonó una promisoria carrera de
nadador por predicar el evangelio, su condición de gran evangelista en Nueva Zelanda,
Victoria, Nueva Gales del Sur y el Sur de Australia, sus cientos de almas ganadas y sus
memorables escritos.3 Kent concluyó diciendo que Were vivió ―una vida activa y fructífera,
llena de un servicio digno para Dios y sus semejantes.4
Principios hermenéuticos de Were más influyentes
El legado de Were fue perdurable. En su tesis doctoral, G. Quispe concuerda en que
los tres principios hermenéuticos que más influyeron en la interpretación adventista
subsiguiente fueron los así denominados:
1. Cristológico: ―La interpretación debe revelar a Cristo y hacer de Él el centro‖.
2. El tipo y antitipo enfocado en la experiencia de Israel y su continuidad, la iglesia.
1 Milton Hook, ―Louis Were‖, 11.
2 Ibíd., 12.
3 J. W. Kent, ―A Tribute: L. F. Were‖, Australasian Record, (15 de mayo de 1967), 10,12.
4 J. W. Kent, ―Until the Day Break‖, Australasian Record, (15 de mayo de 1967), 11.
43
3. Las profecías literales y geográficas de Israel en el pasado se repiten a mayor
escala a nivel mundial y espiritual.1
Entre fines de 1940 y principios de 1950, cuando los escritos de Were fueron más
difundidos entre los eruditos de Norteamérica, comenzaron a aparecer varios importantes
comentarios del Apocalipsis, escritos por R. Cottrell, George Mc Cready Price, Taylor
Bunch y Roy Allan Anderson2.
Sucesores de las ideas de Smith
Las ideas de Smith acerca de un Armagedón literal crecieron en popularidad, y
continuaron en autores tales como por D. H. Lamson3, E. Hillard4, A. Smith5, Daniel T.
Bordeau6, William Penniman7, A. G. Daniells8 y C. M. Snow9 entre muchos otros.
Además de estos autores destacados, un suceso notable que propagó las ideas de
Smith hasta mitad del siglo XX fue la publicación del libro Bible Readings for the Home,
un manual de estudios bíblicos frecuentemente estudiado en los cultos de familia y las
iglesias, y consultado continuamente en el evangelismo público y personal. Uno de sus
1 Quispe, The Apocalypse in Seventh-Day Adventist Interpretation, 137
2 Ibíd., 138.Raymond F. Cottrell, ―The Prophecies of Daniel and the Revelation: Part II—Revelation‖ s. f.;
George Mc Cready Price, ―‗The Greatest of the Prophets: A New Commentary of the Book of Revelation‘‖
(Loma Linda, California, 1951); Taylor Bunch, ―Bible Lessons: The Book of Revelation‖ (Loma Linda,
California, College of Medical Evangelists, 1952); Roy Allan Anderson, Unfolding the Revelation (Nampa,
ID: Pacific Press Publishing Association, 1961).
3 D.H. Lamson, ―Armageddon‖, Review and Herald, 14 de abril de 1885.3.D.H. Lamson, ―Turkey: His Rise
and Fall‖, Review and Herald, 21 de abril de 1885.3. 4 E. Hilliard, ―Importance of Prophecy‖, Signs of the Times, 25 de febrero de 1886.5.
5 A. Smith, ―Last Day Tokens-4‖, Review and Herald, 18 de octubre de 1887, 3. ; A. Smith, ―The Eastern
Question‖, Review and Herald, 17 de noviembre de 1891.2 6 D. Bordeau, ―Another Crusade To The Holy Land‖, Review and Herald, 11 de octubre de 1892.2.
7 William Penniman, ―The Battle Of Armageddon‖, Review and Herald, 28 de noviembre de 1893.3.
8 Arthur Grosvenor Daniells, A World in Perplexity (Washington, D.C: Review & Herald Pub. Association,
1918). 9 Hook, ―Louis Were‖, 17.
44
capítulos estudia la así llamada ―Cuestión Oriental‖,1 y contiene las principales ideas
promovidas por Smith en su libro Daniel y Apocalipsis.
Otro factor que añadió vigencia a las ideas de Smith tuvo que ver con los
acontecimientos de la Primera Guerra Mundial, que aumentaron las aplicaciones literales
de las profecías del tiempo del fin. Típico de esto fue el artículo de Snow publicado en
1914 bajo el título "¿Es este el Armagedón?" Armagedón, escribió, es un lugar real donde
"las fuerzas de las naciones se reúnen ... para librar una batalla literal por la posesión de
una ciudad literal a unas cincuenta millas desde ese lugar. Se reúnen en Armagedón; la
batalla se llevará a cabo en torno a Jerusalén". Del mismo modo, el Valle de Josafat (Joel
3: 9-14), se veía como el escenario de la batalla de los últimos tiempos.2
Los adventistas del séptimo día, quienes enfatizan los servicios del santuario literal
y su importancia, junto a las ideas de que el templo literal de Jerusalén tiene su contraparte
literal en el cielo, eran naturalmente receptivos a las aplicaciones literales de la escatología
centradas en la Palestina literal. Cuando Palestina cayó en manos de los ingleses y el
Estado de Israel se estableció posteriormente, haciendo improbable que los turcos
establecieran su capital en Jerusalén, algunos adventistas comenzaron a buscar diferentes
explicaciones de las profecías. Louis Were fue uno de esos hombres. La mayoría, sin
embargo, persistió en la escatología de Smith.3
Por supuesto, las predicciones, interpretaciones y expectativas de que la Primera
1 Bible Readings for the Home (Review and Herald Publishing Association, s. f.), 261. Este eufemismo de
alguna manera suaviza el tórrido debate que perduró por décadas. Paul Petersen y Ross Cole, Hermeneutics,
Intertextuality and the Contemporary Meaning of Scripture: Intertextuality and the Contemporary Meaning
of Scripture (ATF Press, 2013), 130.
2 IbÍd., 21. Acontecimientos posteriores en la escena internacional reforzaron este punto de vista entre los
adventistas. La guerra ítalo-turca (1911-1912), el ingreso de Turquía en la Primera Guerra Mundial en
1914, y la guerra greco-turca volvieron al papado aparentemente irrelevante (Mansell, Review and Herald,
5 de noviembre de 1871), 39. Fortin y Moon ―King of the north‖, The Ellen G. White Encyclopedia.
3 IbÍd., 19
45
Guerra Mundial podría culminar en una batalla literal de Armagedón, previa a la Segunda
Venida de Cristo, no se realizaron. En las reinterpretaciones, los escritores
denominacionales seguían contemplando los informes publicados en los periódicos y su
presunta vinculación con textos de la Escritura.1
Después de la Primera Guerra Mundial, A.W. Anderson también estuvo entre los
que reinterpretaron los tiempos de la profecía. Antes de convertirse en adventista,
Anderson era un hombre de negocios en Melbourne. Sin ningún entrenamiento formal en
teología se convirtió en editor y pastor de la denominación gracias a su habilidad natural,
especialmente su don para la escritura y la oratoria. En 1925, Anderson escribió un artículo
en el que explicaba que cómo el papado era un poder debilitado,2 Satanás fue en busca de
nuevos caminos para esclavizar a la gente. Anderson propuso que el sindicalismo
obligatorio era el testaferro del diablo de la década de 1920. Posteriormente publicó dos
libros más que añadieron más confusión que claridad.3
Were, en diálogo con un ministro protestante en Nueva Zelanda, fue alertado del
futurismo filtrado en la iglesia adventista. Cuando trató de demostrar los errores de su
colega éste le hizo notar la afinidad de los puntos de vista de Smith con los de su iglesia,
1 Hook, ―Louis Were‖, 24.
2 El tema de un papado supuestamente debilitado se repitió muchas veces en los editoriales mensuales de
Smith en la Review and Herald. Él creía que el papado declinaría notablemente antes del fin del mundo, y
que esto mismo estaba ocurriendo en sus días. Llama la atención como esta posición peculiar perdurara
tanto tiempo. El editor se diferenció de otros teólogos adventistas que comprendían que la "herida mortal"
del papado había comenzado sanarse con la elección de un nuevo papa en el año 1800. Después de la
muerte de Smith, en 1929, aconteció el concordato del papa con Mussolini, que marcó la restauración del
poder temporal y la curación de la herida. La fascinación de Smith por Turquía quizá lo encandiló como
para no ver el rol del papado en sus días. Incluso en ocasiones el pastor Smith parece haber pasado de
expositor a profeta, construyendo alusiones bíblicas fragmentarias sobre las cuales erigía escenarios
detallados. Anderson fue uno de sus sucesores en esta tendencia. Durand, Yours in the Blessed Hope, Uriah
Smith. 208. Irónicamente, el asunto de una ―Roma inofensiva‖ ha retornado hoy. Loren Seibol, "Letting
Roman Catholics Off the Hook", disponible en: http://www.adventistonline.com/forum/topics/ letting-
roman-catholics-off (consultado el 26 de marzo de 2015).
3 Hook, ―Louis Were‖, 28.
46
junto con algunas inconsistencias de este autor. Una vez que Were leyó los libros y
artículos de revistas denominacionales que destilaban futurismo empezó a esforzarse para
desviar la tendencia, y presentar las aplicaciones espirituales de los pasajes escatológicos
de la Escritura.
Resistencia a Were en Australia, su país natal
Milton Hook reseña algunos motivos de la resistencia a los postulados de Were en
Australia. Declara que:
los supuestos subyacentes en las posiciones doctrinales son significativos. Muchos
miembros de la iglesia, entre ellos ministros, no estaban entrenados para pensar de
forma analítica ni fueron forzados a examinar sus supuestos del escenario
escatológico cuando los aceptaron y comenzaron a enseñar. La resistencia al cambio
se debió en parte a este factor. Otros factores que consolidaron esta resistencia fueron
la fe en el punto de vista mayoritario, el literalismo prevaleciente en la iglesia, los
elemento futuristas aceptados, la falta de voluntad para adoptar una actitud pluralista
respecto de las profecías no cumplidas; el aislamiento geográfico de las tendencias
progresistas de pensamiento dentro de la iglesia en Norteamérica, la práctica de tener
comités de investigación compuestos mayormente por hombres sin entrenamiento
teológico formal y la persistente tendencia a mirar la profecía por medio del
periódico en lugar de entenderla a través de los ojos de su propios escritores. La
historia ilustra la multiplicidad de interpretaciones proféticas. Al mirar al pasado se
aprecia la necesidad de cautela al predicar sobre el futuro.1
De esta manera Hook señala las razones por las cuales Were resultaba incómodo.
Sus ideas eran vistas como progresistas, aunque en realidad intentaban retrotraer el
pensamiento profético adventista a su rumbo original. Sin embargo, las convicciones de
Were, al ser sólidas y bíblicas resistieron la incomprensión inicial en Australia, y se
abrieron paso a otros lugares del mundo. Para algunos, no fue ―profeta en su tierra‖, pero
para muchos fue un gran intérprete. Incomprendido cerca, pero aceptado lejos, su
contribución fue más lejos en el tiempo y en el espacio de lo que el mismo imaginó.
1 Hook. 66,67
47
Controversia entre Were y A. W. Anderson
En 193, Were envió un artículo al editor de la revista Signs of the Times, C. M.
Snow. No se refirió directamente a la escatología de Anderson. Optó, en cambio, por atacar
el futurismo en general. Los que enseñan el futurismo, escribió, "luchan contra la verdad,
se rebelan contra la Palabra de Dios, resisten el testimonio del espíritu de profecía,
dificultan el trabajo de la Reforma, promueven el progreso de la apostasía, se oponen a
Cristo, y ayudan al Anticristo‖. El artículo, reimpreso en forma de folleto por la Signs
Publishing Company, trazó la historia del futurismo, reveló sus debilidades, e insistió en
que solo el papado era el Anticristo.1
Poco después de esto, en 1932, sale de la misma imprenta Through Turmoil to
Peace,2 de A. W. Anderson. Were no publicó nada inmediatamente como para contrarrestar
directamente la opinión de Anderson, pero inició discusiones en Victoria e hizo públicas
sus objeciones a las ideas de Anderson. Algunos consideraron esto como un acto de
valentía, otros como un acto algo temerario en vista de que Were era un joven ministro y
Anderson uno de los líderes de la Unión de Australasia, y figura de larga data en la
administración de la iglesia. Were no era de amedrentarse fácilmente ni de retroceder en
sus convicciones.3 Su oposición al libro de Anderson inició una larga ―guerra fría‖ entre
ambos. A finales de 1933 Anderson escribió a Were justificando su escatología con el
argumento de que su largo y exitoso ministerio demostraba que sus enseñanzas no podían
1 Hook, ―Louis Were‖, 35. Louis F. Were, ―Futurism and the Antichrist of Scripture-1‖, Signs of the Times
Australia, 8 de junio de 1931.Were desarrolla su argumento en una serie de siete articulos.
2 A. W. Anderson, Through Turmoil to Peace... Divine Plan in Nature and Revelation (Warburton, Australia:
Signs Publishing Company, 1932)..
3 Noel Clapham, Seventh-Day Adventists in the South Pacific 1885-1985: Australia, New Zealand, South-Sea
Islands, Australasian Division of the Seventh-day Adventist Church (Warburton, Australia: Signs
Publishing Company, 1985).52.
48
ser erróneas.1 Anderson no percibió que los buenos resultados como ministro son evidencia
de la obra del Espíritu Santo en el trabajo, no de una perfecta teología. El Espíritu Santo se
digna a obrar pese a una teología imperfecta.2
Sin embargo, el giro de los acontecimientos fue contra la opinión de Anderson y
pareció reivindicar la posición de Were. Antes de que la Segunda Guerra terminara, Were
empezó a levantar el perfil. Comprensiblemente, Anderson se mantuvo relativamente
callado en cuanto a los temas candentes. Los que secundaban a Anderson en la escuela
tradicional de pensamiento, aún influidos por las ideas de Smith, se sentían cada vez más
incómodos con Were, pero el punto más álgido de la controversia llegaría una década
después de la publicación del libro de Anderson.
Pero Anderson no estaba sin compañía. Ideas similares a las suyas también se
encontraban pululando en Norteamérica, como, por ejemplo, en la obra escrita en 1937 por
Gwynne Dalrymple, titulada The Hour of Destiny: Awakening of the Orient.3
Como ya fue dicho, las circunstancias de la Segunda Guerra Mundial habían puesto
en duda algunos aspectos del escenario escatológico tradicional. Ante estos eventos, Were
tomó nuevos bríos en la expresión de sus aplicaciones espirituales de las profecías4.
Anderson, por su parte, persistió en sus interpretaciones personales. Al término de una
reunión entre ambos, el pastor Kranz solicitó a los administradores de la iglesia un comité
"para investigar la verdad de Daniel 11 y dar alguna orientación sobre este asunto de la
1 IbÍd., 36.
2 Noel Clapham, 37.
3 Gwynne Dalrymple, The Hour of Destiny: Awakening of the Orient (Mountain View: Pacific Press, 1937).
4 Jon Paulien, ―Elena de White y el Libro de Apocalipsis‖, Estrategias para el cumplimiento de la misión,
junio de 2016.99. Paulien señala que aunque Elena de White se afilia al historicismo como perspectiva
interpretativa, también consideró posible extraer aplicaciones espirituales mediante la lectura de Apocalipsis.
Precisamente esa senda fue la que encontró y recorrió Were.
49
especulación y las nuevas teorías". Un subcomité especial se estableció inmediatamente
para estudiar los puntos de vista opuestos. Las reuniones se llevaron a cabo en julio de
1941 en Warburton, Victoria, y en Wahroonga, en septiembre de ese mismo año. Tanto
Anderson y Were estaban entre los doce miembros de la comisión, pero solo una minoría
tenia preparación teológica formal.1
Crece la controversia entre Were y dirigentes australianos
Un hecho que caldeó los ánimos en contra de Were fue que él comenzara a predicar
sus puntos de vista en marzo de 1942, alentado por algunos colegas. Quizá dando por
sentado que la mayoría de la comisión especial de estudio estaba de su lado, o que el
presidente de su campo misionero era de mente abierta sobre el tema, o quizás forzando la
cuestión después de una década de debate privado, lo cierto es que comenzó a publicar sus
ideas correctas antes de que los dirigentes de la iglesia estuvieses preparados para
apoyarlas. Su alma de evangelista, al ver que los acontecimientos bélicos habían
desacreditado algunos de los puntos de vista tradicionales, lo llevo a reevaluar y publicar
sus ―nuevas‖ interpretaciones. Seguramente se haya sentido de alguna manera reivindicado
al hacerlo. Cualquiera haya sido su motivación, lo que siguió atrajo la atención
internacional y tuvo repercusiones duraderas.2
Were hace públicas sus ideas
En el contexto de la guerra y la especulación de una eventual invasión japonesa se
llevaron a cabo tres conferencias públicas en el Ayuntamiento de Adelaida en marzo, abril
y mayo de 1942. Aunque era difícil convocar una audiencia en tiempos de guerra, Were
1 Dalrymple, 39.
2 Hook, ―Louis Were‖, 67.
50
logró reunir interesados mediante la capitalización de la inminente invasión japonesa. El 22
de marzo y el 17 de mayo Were hizo caer sus bombas atómicas figurativas. Fue un impacto
en la audiencia.1
Esta interpretación espiritual de Armagedón iba en contra de la tradicional y fue
criticada por los colegas de Were. Su primera conferencia fue, sin embargo, la que
encendió la explosión inicial. La conferencia se tituló "El Peligro Amarillo‖, planteando las
preguntas. ¿Hacia dónde va Japón? ¿Irá a Palestina a través de la India? ¿Son los
japoneseslos " reyes de Oriente"? ¿Cumplirá Japón la profecía? Todas las preguntas que un
tradicionalista respondería afirmativamente, serían rotundamente refutadas por Were.
Concluyó su conferencia diciendo que: ―La Biblia no dice nada sobre Japón, y no dice nada
acerca de sus conquistas en cualquier dirección‖. La importancia de esta disertación no
puede ser subestimada. Por primera vez se esbozó públicamente su respuesta a los
elementos del futurismo filtrados en la escatología adventista.2
Las interpretaciones de Were chocaron estruendosamente con la larga lista de
expositores tradicionales de la iglesia, pero se alinearon con las de Miller y Jaime White. A
pesar de ser acusado de remover los hitos de la fe en realidad los estaba restaurando a su
lugar.3
1 Hook, ―Louis Were‖, 44.
2 Ibíd., 45. Una vez finalizada la segunda guerra mundial lo que anticipó Were fue reconocido. Ver Andrew
Nelson, ―Japan and the Kings of the East‖, Ministry Magazine, accedido 1 de abril de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1946/06/japan-and-the-
kings-of-the-east.consultado el1 de abril de 2015).
3 Hook, ―Louis Were‖, 47.
51
Comité de estudio rechaza las ideas de Were
El Comité volvió a reunirse luego de las conferencias de Were, pero ratificó las
inconsistencias tradicionales, indicando que los símbolos podrían aplicarse literalmente,
espiritualmente, o incluso de ambas maneras. Su decisión fue trascendental, ya que sentó
las bases para un manifiesto posterior que procuró ser la palabra final sobre este asunto.1 En
el documento declararon que:
1. En nuestra opinión la afirmación del pastor Were en el sentido de que "los reyes
del Oriente" son "los santos de Cristo y sus ángeles y resucitados" es insostenible, y
no tiene apoyo ni en las Escrituras ni en el Espíritu de Profecía. Deseamos ofrecer los
siguientes motivos de esta opinión: (a) Que el Oriente no es el sitio de la Presencia de
Dios, sino que bíblicamente Oriente es oriente de Palestina. (b) Que no hay razones
ni en las Escrituras ni en el espíritu de profecía para creer que los Reyes de Oriente
son "celestiales". (c) Que dicha interpretación es totalmente contraria al estilo general
y el carácter del libro de Apocalipsis en que el escritor muestra a Cristo. 2.
Recomendamos que, en armonía con el consejo del Espíritu de Profecía esta
interpretación no sea enseñada, ya que creemos que la exposición de esta enseñanza
confundirá en lugar de edificar a la gente.2
Los miembros del Comité regresaron a sus diversas áreas de trabajo llevando con
ellos las mismas convicciones que tenían antes. Un tratado destacando la visión tradicional
se preparó y distribuyó ampliamente en toda Australasia. Poco después, Were quedó
cesante de su empleo denominacional.
De alguna manera su despido lo liberó de las restricciones anteriores. Pronto
publicó un folleto titulado: ―¿Qué es el Armagedón?‖. Antes de que terminase la Segunda
Guerra Mundial, había publicado dos folletos más en relación con este tema.3 Estos folletos
fomentaron el debate sobre el tema entre los miembros de la iglesia. En un intento de
sofocar la creciente aceptación de las enseñanzas de Were, especialmente en Melbourne,
1 Hook, ―Louis Were‖, 48.
2 Ibíd., 55.
3 Ibíd.
52
los pastores Conley, Fastor y A. H. Piper realizaron cuatro reuniones. Pero la serie de
reuniones de Melbourne resultaron contraproducentes para los tradicionalistas, porque
despertaron aún más interés en los puntos de vista de Were. El pastor A. Davies, cuñado
del ex presidente de la Asociación General, el pastor C. H. Watson, escribió al pastor W. G.
Turner, presidente de la Unión, pidiendo que la administración revisara las ideas de Were,
pero Turner respondió que el tema ya se había estudiado y definido.1
Se suman adherentes a las posiciones de Were
Mientras tanto los postulados de Were ya eran leídos por muchos en Australia y en
el extranjero. Se sumaban artículos en la Review acumulando evidencia contra el futurismo
de algunos grupos cristianos. 2 S. Lindt, profesor en Walla Walla, enseñaba lo mismo. Su
posición, tomada independientemente de Were al menos quince años antes, al parecer tuvo
su contraparte en Estados Unidos entre algunos maestros de Biblia3. Noticias sobre el
gradual interés en estos puntos de vista poco a poco fueron ganando la simpatía de los
1 Hook, ―Louis Were‖, 56.
2 Varner Johns, ―Will the Jewish Nation Be Restored?‖, Review and Herald, 25 de diciembre de 1941.5.
3 Un ejemplo de la hermenéutica de Lindt, muy similar a la de Were lo encontramos en sus conclusiones
acerca de la identidad de los reyes del oriente. ―Satanás empezó esta gran controversia en el cielo y la
continuará siempre que el tiempo dure. En los días finales de la historia de la tierra va a suplantar a Cristo y
venir como un ángel de luz, exigiendo el homenaje del mundo. Un homenaje que el remanente se niega a
dar, y por lo tanto quedan marcados para la destrucción. La batalla referida en la sexta plaga no se nombra
en la Escritura como la batalla de Armagedón, sino más bien la batalla de aquel gran día del Dios
Todopoderoso. (Apocalipsis 16:14). Los reyes de la tierra se juntarán por los espíritus inmundos, y se
reunieron para hacer guerra contra el Cordero (Apocalipsis 17:14). Esto lo puede hacer sólo porque se
rebela contra el pueblo de Dios. Los reyes del oriente se establecen en contraposición con los reyes de la
tierra en Apocalipsis 16, porque son un grupo independiente y distinto, y no se los puede considerar como
una parte de este mundo. Así nos vemos obligados a la conclusión de que estos reyes del sol naciente son,
en realidad, el pueblo de Dios, y en respuesta a sus oraciones, y para reprender a los impíos el Señor abre la
vía de escape para ellos como lo hizo con Israel a través del Mar Rojo‖.S. H. Lindt, Los Reyes del Oriente:
Un detallado estudio de la Sexta Plaga (Washington: College Place,: s. f.). Aunque la posición de Lindt no
está exenta de críticas respecto de su exactitud tipológica, se nota en él un interés similar al de Were por
indagar en la teología de la profecía.
53
líderes de la iglesia en Estados Unidos. Esto fue desconcertante para la mayoría de
dirigentes australianos debido a la posición inflexible adoptada por ellos en 1942.1
El intercambio de cartas entre los administradores australianos y estadounidenses
durante los siguientes años deja ver el esfuerzo australiano para contener o erradicar las
creencias de Were. La reacción norteamericana fue inicialmente negativa a la aplicación
espiritual. En otras ocasiones, se mostró evasiva, paternalista e incluso conciliadora, hasta
el punto donde se obtiene la impresión de que la nueva opinión ya contaba con apoyo en
América.2
Algunos profesores americanos comenzaron a escribir cartas de apoyo y gratitud a
Were. Mientras tanto en Australia las enseñanzas de Were eran aceptadas por muchos
pastores y miembros de iglesia. El pastor Joseph Harvey fue movido a publicar su propio
folleto titulado, El Armagedón del Apocalipsis. Cuando empezó a distribuir el folleto fue
asesorado por Neal Wilson, el nuevo presidente de la Unión de Australasia, para que deje
de hacerlo. Harvey, ofendido, escribió a la Asociación General una carta de queja. Wilson
escribió también para informar de la situación. Roenfeldt, actuando como defensor de la
visión tradicional, respondió a Harvey diciendo que "la denominación no acepta sus
opiniones particulares sobre el tema... Lo correcto es que usted guarde silencio sobre este
tema ... Si Dios tiene nueva luz, o luz adicional, para su pueblo, no va a limitar la entrega
de esa luz a una sola persona‖. Eso precisamente estaba pasando con hombres como Were,
Kranz, Scragg, Price, Lindt, Wolfkill y muchos más. Roenfeldt estaba en condiciones de
1 Hook, ―Louis Were‖, 57.
2 Hook, ―Louis Were‖, 60.
54
saber eso, pero se resistía a hacerlo.1 Harvey también perdió su empleo a causa de sus
ideas.2
Esta interna entre tradicionalistas y progresistas (definidos los primeros como los
continuadores de la posición de Smith, y los segundos como los críticos a su posición
respecto de Turquía y Armagedón) se caracterizó por una preparación académica escasa en
unos y por la natural profundidad de pensamiento, propia de los académicos, en los otros.3
Were, no obstante, proseguía su lucha porque consideraba que el futurismo minaba
el adventismo. Creía, como ya vimos, que el énfasis del futurismo en Palestina sacaba del
centro de atención al papado y por lo tanto era una distracción satánica del Mensaje del
Tercer Ángel. La batalla espiritual de los últimos días sería acerca del sábado en lugar de
una lucha literal entre naciones en Palestina. Were enseñó que el séptimo día, el sábado,
debía ser sostenido por el Israel espiritual. Es decir, que no era sólo una institución para el
Israel literal. Además, la interpretación de la denominación de los mensajes de los tres
ángeles se basa en una aplicación espiritual de los acontecimientos literales en los tiempos
del Antiguo Testamento. Por ejemplo, "la hora del juicio de Dios... es el antitipo del día de
la expiación en la economía antigua literal de Israel."4 Were era muy consciente de que el
futurismo socavaba algunos de los fundamentos del adventismo.5
Las ideas de Were fueron ganando terreno. Incluso los hombres que regresaban a
Australia luego de estudiar en el Seminario de Washington que se sumaban a su lado.
1 Ibíd., 61.
2 Ibíd., 63.
3 Hook, ―Louis Were‖, 63
4 Louis F. Were, La Certidumbre Del Mensaje Del Tercer Ángel Probado Por Principios Importantes De
Interpretación Profética Armagedón Antes Y Después Del Milenio (Victoria, Australia: edición del autor,
1945).71. 5 Ibíd., 64. Louis F. Were, ―Futurism and the Antichrist of Scripture-2‖, Signs of the Times, 15 de junio de
1931. 9. Were presenta una serie de siete artículos donde germina su posición anti futurista.
55
Luego del Congreso de la Asociación General de 1950, se realizó un Concilio de
Profesores de Biblia. Aunque Were no tomó parte visible, los eruditos le estaban
agradecidos por sus conversaciones esclarecedoras en privado. Durante el Consejo de
Profesores, un participante presentó un documento titulado "La enseñanza de temas
polémicos". R. F. Cottrell propuso una encuesta anónima que se distribuyera luego de su
presentación para que los oyentes expresaran sus puntos de vista en relación a temas
polémicos como el Armagedón, el rey del norte, y el río Éufrates. Las respuestas se
recopilaron y tiempo después publicaron los resultados en el informe del Consejo.1 Los
resultados indicaron que los profesores mayormente creían en la aplicación espiritual en
relación con el Armagedón. Were, comprensiblemente, estaba exultante y regresó a
Australia sintiéndose reivindicado.2
Costo político de la Hermenéutica de Were
Si L. Were hubiera sido políticamente correcto, sus ideas se hubieran extinguido en
la lejana Australia, donde algunos dirigentes prominentes se le oponían. Sin embargo, no
renunció a sus posiciones teológicas sino que las siguió profundizando, predicando y
escribiendo, aún después de quedar cesante, de manera que sus enseñanzas influenciaron a
los adventistas de Europa y Norteamérica.3
Lo cierto es que en todo tiempo la iglesia ha enfrentado voces divergentes. Tanto en
el tiempo de Were como en el anterior y en el actual se han suscitado crisis y voces
1 General Conference of Seventh Day Adventists, Our Firm Foundation: A Report of the Seventh-day
Adventist Bible Conference Held September 1–13, 1952, in the Sligo Seventh-day Adventist Church,
Takoma Park, Maryland. 2 vols (Takoma Park, Maryland: Review & Herald Pub. Association, 1952).
2 Hook, ―Louis Were‖, 65.
3 Quispe, The Apocalypse in Seventh-Day Adventist Interpretation. 135. Sobre el costo político de las
interpretaciones similares a la de Were ver Mansell, Los Adventistas y el Armagedón, 66 Nota 41.
56
divergentes que impactaron con mayor o menor fuerza en la vida de la iglesia. Sin
embargo, la historia también da testimonio de la aparición de las ―personas correctas en el
lugar correcto, y en el momento correcto‖. Personas con convicciones que pagaron el
precio de las mismas siendo fieles a su conciencia del deber, las cuales influyeron en el
rumbo de la denominación. Were, en su momento, fue una de ellas.
Were aceptado en Estados Unidos, aunque
resistido en Australia
Arthur Patrick recuerda que en sus años como estudiante del seminario de Teología:
no era políticamente correcto…mencionar el nombre de Louis Were o ser visto con
sus libros. Pero cuando llegué al Seminario Teológico Adventista de la Universidad
Andrews pronto encontré una actitud muy diferente hacia Were. De hecho, Hans
LaRondelle recomendaba sus libros a sus estudiantes de seminario, para ser leídos
junto con los apuntes de clase.1
La encrucijada de N. Wilson
Sintiendo que perdía el control del problema, N. Wilson escribió una carta
angustiada al pastor W.H. Branson, presidente de la Asociación General, y al pastor A.V.
Olsen, secretario general. Wilson describió su situación como una en la que se encontraba
atrapado entre el tradicionalismo intransigente de los australianos y el aparente pluralismo
que reinaba en América. Los administradores americanos aparentemente estaban
permitiendo que la aplicación espiritual en relación con el Armagedón siguiera su curso. Si
Wilson hacía lo mismo temía ser desleal con el "manifiesto" de 1942. Para empeorar las
cosas algunos crujientes tradicionalistas australianos estaban poniendo presión sobre
Wilson para acabar con la propagación de las ideas de Were de una buena vez.
1 Quispe, 174.
57
Wilson reiteró su preocupación en otra carta, afirmando sentirse "muy
avergonzado" porque parecía que los maestros de Biblia de Norteamérica habían
renunciado a la vieja posición sobre el Armagedón. Los líderes americanos intentaron
tranquilizarlo asegurándole que el tema no era esencial para la salvación, y que lamentaban
las molestias que esto le ocasionaba en su liderazgo en Australia.
La visita de Louis Were a los Estados Unidos y el
crecimiento del énfasis Cristocéntrico en la
interpretación profética.
Como se ha visto hasta aquí, un importante punto de inflexión en el desarrollo de la
escatología adventista del séptimo día fue promovido por los conceptos escatológicos
cristocéntricos del australiano Louis Were.1 Vimos también que ya en la década de 1930
Were defendía el concepto de que el Armagedón debía ser considerado como la última
batalla cósmica entre las fuerzas del bien y el mal. Otros más lo fueron acompañando en
este cambio de tendencia.2
A pesar de la oposición que enfrentó en Australia y en otros lugares, Were asistió
por su cuenta a la sesión de la Asociación General de 1950 en San Francisco, California, y
permaneció por algún tiempo en los Estados Unidos. Sus ideas fueron bien aceptadas en
ese momento por varios miembros de la Biblical Research Fellowship. Louis Were, al
presentar un documento en esa reunión, aportó diciendo que el Gran Clamor no vendría
como pueblo hasta que los adventistas entendieran la verdadera enseñanza sobre los reyes
del Oriente. Dios era deshonrado por la presentación pública de Apocalipsis 16:12
1 Hans LaRondelle divide en cuatro fases la interpretación adventista sobre Armagedón: el período pionero, el
período Smith, el período Spicer y el período cristocéntrico, lo cual sería el redescubrimiento de la fase
primera, que propulsó Were. LaRondelle, ―Cuatro Fases Claves para la Interpretación del Armagedón‖.253.
2 Delafield, D. A., ―Profecía No Cumplida‖ (Pasadena, California, de setiembre de 1959), 1.
58
declarando que el secamiento del Éufrates se refería a la terminación de Turquía. A. O. Tait
apoyó esta línea de pensamiento1, otros comenzaron a ver la necesidad de regresar a una
interpretación en armonía con las demás cadenas proféticas del libro de Daniel2 y algunos
otros comenzaron a suavizar su posición otrora cercana a la de Smith.3 Algunos resistieron
en una posición cerradamente pro-palestina.4
Algunos de los libros de Were fueron más tarde republicados y distribuidos en los
Estados Unidos y otros países por Hans K. LaRondelle, profesor del Seminario de Teología
de la Universidad Andrews. La comprensión que Were tenía de los conceptos de ―norte‖ y
―Armagedón‖ se convertirían posteriormente en la comprensión adventista básica del
asunto. Esta tendencia ayudó a restaurar el foco cristocéntrico de la escatología adventista,
previamente expuesto por James White y Ellen G. White.
Para impulsar el nuevo énfasis cristocéntrico fue también importante la exposición
de W. E. Read acerca de "El Gran Conflicto" en la Conferencia Bíblica de 1952,
disertación basada en una interpretación consistente de la Biblia y los escritos de Elena G.
White,5 aunque no aún provista de un estudio más sistemático y exegético.6 Su presentación
lo recomendó para escribir sobre Apocalipsis 12 al 16 en el Comentario Bíblico
Adventista.7
1 Gregory P. Nelson, ―A Historical-Developmental Analysis Of Daniel 11:45 And Armageddon‖ (Berrien
Springs, MI, term paper, Andrews University, 1978).11.
2 Jean Vuilleumier, ―The King of the North Daniel 11:40-45‖ (Biblical Research Fellowship, 1950), 7.
3 Edwin R. Thiele, ―The Papacy in Daniel 11‖ (Biblical Research Fellowship, s. f.), 24.
4 G.B. Wilkinson, ―A Reply to the New Interpretations of Daniel 11‖ s. f. 37.
5Timm, ―Escatologia Adventista Do Setimo Dia 1844-2004‖, 280
6 LaRondelle, ―Cuatro Fases Claves para la Interpretación del Armagedón‖, 252.
7 Gluder Quispe, Alberto Timm, y Merlin D. Burt, Legado Adventista: un panorama histórico y teológico del
adventismo (Ñaña, Lima: Universidad Peruana Unión, 2013), 194.
59
Explicando los movimientos hermenéuticos que viraron hacia un enfoque
cristocéntrico, LaRondelle sintetiza diciendo que:
Un estudio profundo del Armagedón en el contexto bíblico fue la primera
preocupación del evangelista australiano, Louis F. Were, y el tema de varios de sus
libros: La Certeza Del Mensaje Del Tercer Ángel (1945), El Rey Del Norte En
Jerusalén (1949), Los Reyes Que Vienen Del Oriente (1951), La Mujer Y La
Resurrección De La Bestia (1952), y La Sra. E. G. White, Uriah Smith Y El Rey Del
Norte (1955). La Asociación General no demoró mucho en designar un comité para
el estudio y revisión de la interpretación tradicional de Daniel 11. Este reporte,
publicado en la revista Ministerio, tomó temas de Uriah Smith sobre las
interpretaciones de Daniel 11:36-39 (como predicción de la revolución francesa) y
del 11:40-45 (refiriéndose a Turquía). Ellos encontraron ambas aplicaciones
desviadas de nuestra creencia pionera. El comité concluyó unánimemente que sobre
Daniel 11:36-45 ―Uriah Smith… reflejaba el protestantismo popular y un punto de
vista secular‖ y permitió el mismo ser influenciado demasiado por las corrientes
político-religiosas de los eventos de su tiempo. El comité restauró la creencia pionera
que el papado era el poder referido en Daniel 11:36-39. El pasaje de Daniel 11:40-45
fue considerado en su mayor parte como una profecía no cumplida. El reporte
aconseja no intentar dogmatizar la historia humana. ―A fin de que no asumamos el
papel de ser profetas nosotros mismos‖.1
Otra contribución importante del período 1950-1970 en el estudio de la escatología
adventista fue la aparición del Comentario Bíblico Adventista, publicado entre 1952 y
1957. Su interpretación del Armagedón sigue de cerca las ideas de Elena G. de White y
Louis Were, aunque en algunas ocasiones, como en el caso de la interpretación de los
144.000 (Ap 7: 1-8; 14: 1-5), considera más de una posición como aceptable. Mientras que
algunos estudiosos consideran que esa era la mejor manera de evitar conclusiones y
controversias dogmáticas, otros consideraron que fue el primer paso hacia una lectura más
pluralista de las profecías bíblicas.2
A fines de la década de 1960, se produjeron tensiones escatológicas dentro del
marco hermenéutico adventista. Pero ya se verá que a principios de la década 1970 una
1 LaRondelle, ―Cuatro Fases Claves para la Interpretación del Armagedón‖, 253.
2 Timm, ―Escatologia Adventista Do Setimo Dia 1844-2004‖, 281.
60
nueva generación de revisionistas adventistas desafió este marco explícitamente, tratando
de reemplazarlo con otras alternativas hermenéuticas. Una nueva fase era así introducida en
la historia de la escatología adventista.
Cambios inevitables en la Hermenéutica
¿Era inevitable que se produjeran cambios en la interpretación profética? Sí. En
primer lugar, existen precedentes en abundancia de que tal desarrollo podía acontecer.
Además, los puntos de vista de Smith, que se habían convertido en norma para la
iglesia, siguieron un razonamiento particular. Al concluir las cadenas proféticas, como por
ejemplo en los versículos finales de Daniel 11, los acontecimientos históricos hacían
evidente que el camino hermenéutico era el errado. Tal situación provocó que la gente
pensante intentara laboriosamente desandar algunos pasos para descubrir donde habían
hecho un giro equivocado.1 Era imperioso examinar las hipótesis e incluso el método
mismo de interpretación.
Pero cuando se enfrenta un dilema siempre hay personas a las que les resulta
demasiado exigente caminar penosamente hacia atrás a lo largo de la carretera del
razonamiento. A cambio, la objetividad dolorosa se cambia por la reafirmación de la
tradición, un rasgo a menudo condenado por la denominación, pero persistente en la
naturaleza humana. En lo más íntimo del alma todo el mundo debe enfrentarse alguna vez a
la autoridad de la dirigencia, a la subjetividad, y al statu quo. Algunos optan por anular su
conciencia. Otros reorientan sus energías en asuntos menos candentes. Algunos agitan los
prejuicios. Por otro lado, el reformador, caracterizado por una apertura al Espíritu y por la
voluntad de volver sobre los pasos y recorrer un camino diferente, se ve generalmente
1 Hook, ―Louis Were‖, 68.
61
confinado a una minoría de personas muy agudas en lo mental y sensibles en lo moral. En
un momento del debate teológico, es inevitable que algunos reaccionen mediante la
adopción de puntos de vista que son más contextuales, coherentes y objetivos. Pagan el
precio de la profecía, el costo de mantenerse fieles a la interpretación correcta de la Palabra
de Dios. Pueden ser combatidos en su tiempo, pero sin duda son vindicados en el futuro por
las generaciones posteriores.1
Si Were no hubiera agitado vientos de cambio, otros finalmente hubieran
precipitado un fenómeno similar debido a que un escenario escatológico especulativo era
muy evidente. Las permanentes llamadas de alerta profética llevaron a Were a analizar el
escenario ya por la década del 30. A excepción de unos pocos, hubo relativamente poco
desgaste entre los ministros o miembros de la iglesia como resultado de las opiniones de
Were. Esto fue, sin duda, en gran parte debido al apoyo creciente de los líderes en América
y su ortodoxia en las posiciones adventistas fundamentales como el día de reposo, el
santuario y el don de profecía.
Errores hermenéuticos impiden la correcta
interpretación profética
Al estudiar el motivo apocalíptico de ―los reyes del oriente‖, Louis Were explicó
que escribió del tema para ―ventilar algunas de las razones por las cuales tantos profesores
adventistas del séptimo día y eruditos de la Santa Escritura no creen y no podrán creer que
los reyes del Oriente puestos en posición prominente en el delineamiento profético en la
1 H. H. Meyers, Colin D. Standish y Russell R. Standish, The Evangelical Dilemma (Dogwood LN, Rapidan,
VA: Hartland Publications, 1996), 145. En una carta dirigida al president de la División Australasiana,
fechada en setiembre de 1978, el pastor W. Scragg, uno de los que apoyó la posición de Were durante la
controversia de 1942, manifestaba que uno de los factores que explicaba el éxito en la ganancia de almas en
el Pacífico Sur era el despojarse de las antiguas enseñanzas de Uriah Smith sobre temas como el
Armagedón y el Rey del Norte.
62
hora culminante de la tierra, no hagan referencia a las naciones orientales de la tierra, sino
más bien a la venida de los ejércitos celestiales para librar al pueblo de Dios y destruir sus
opresores babilónicos‖.1 De esta manera, ya vamos percibiendo que el disparador de los
escritos de Were fue el deseo de remover el obstáculo hermenéutico que impedía que los
autores posteriores a Smith entendieran la profecía correctamente, sin desviarse de la senda
trazada por los pioneros del mensaje. Ellos se ajustaron a reglas hermenéuticas intrínsecas
en la Escritura.
El futurismo desactiva el mensaje del Tercer Ángel
Desde el 18 de mayo de 1931 se vino anunciando en la revista Signs of the Times
australiana una serie de artículos de L. Were acerca del futurismo y el anticristo2. En el
primero de la serie Were comienza criticando la desmesurada expectativa que rodeaba los
acontecimientos acaecidos en Palestina. Según Were era el plan del enemigo anticipar el
cumplimiento de las profecías por medio de la difusión de falsas interpretaciones de la
misma, de modo que el mundo y aún la iglesia remanente fueran cegados a la verdad
presente. Were argumentaba que toda interpretación surgida de Roma en defensa propia, tal
como la futurista, debía ser evitada por cualquiera que se llamara protestante3. El futurismo
realmente condena tantos mártires del papado4. Destruye lo que el preterismo también
surgido de Roma no logra derribar. Es imposible que Dios no haya dejado instrucción para
su pueblo durante su oscura lucha contra las tinieblas medievales.5 Otro defecto del
1 Louis F. Were, Los reyes que vienen del oriente, (Libertador San Martín, Entre Ríos: Editorial CAP, s.f.).
Prefacio.
2 C.M. Snow, ―Satanic Antagonism to Bible Prophecy‖, Signs of the Times Australia, 18 de mayo de 1931.12.
3 Were, ―Futurism and the Antichrist of Scripture-1‖.9,10.
4 Were, ―Futurism and the Antichrist of Scripture-2‖.14.
5 Louis F. Were, ―Futurism and the Antichrist of Scripture-3‖, Signs of the Times Australia, 22 de junio de
1931.9,12.
63
futurismo es que hace perder el interés en la relevancia actual de la profecía1, y abate la
vigencia de la ley divina2 y del sábado como día de reposo3. Aceptar el futurismo a causa
de la popularidad de sus días, declaraba Were, llevaría a repetir el error de los judíos
quienes rechazaron a Cristo por seguir las erradas interpretaciones de su tiempo4. Para
Were el futurismo se basaba en sus propias normas interpretativas más que en las
subyacentes en el mismo texto bíblico5.
Pero Were también percibía una razón subyacente en el uso del futurismo por parte
del mundo cristiano en general. El futurismo ha sido alentado por el papado debido a que
señala a un anticristo militar, una persona real que surgirá en Palestina en el futuro. Esto
desvía la atención del papado como la organización espiritual señalada en la Biblia.6
El cristiano desprevenido, que no estudia el significado profundo de las profecías
que resumen el ataque del papado contra la ley de Dios, no es alcanzado por las solemnes
advertencias de Apocalipsis. Ellas advierten que el conflicto final será en torno a la ley de
Dios, pero el futurismo desvió el sentido del mensaje hacia un sistema palestino-céntrico,
1 Louis F. Were, ―Futurism and the Antichrist of Scripture-4‖, Signs of the Times Australia, 29 de junio de
1931.8. 2 Louis F. Were, ―Futurism and the Antichrist of Scripture-5‖, Signs of the Times Australia, 6 de julio de
1931.9. 3 Louis F. Were, ―Futurism and the Antichrist of Scripture-6‖, Signs of the Times Australia, 13 de julio de
1931.10. 4 Ibid.
5 Louis F. Were, ―Futurism and the Antichrist of Scripture-7‖, Signs of the Times Australia, 20 de julio de
1931.12. 6 Louis F. Were, Armageddon, The Time of Spiritual Israel´S Deliverance (Melbourne, Australia, s.f.), 10.
―Con el fin de contrarrestar la Reforma protestante en su identificación del papado como la ramera de
Apocalipsis y el cuerno pequeño en el libro de Daniel, la Iglesia Católica tuvo que ofrecer un método
alternativo para enfocar las profecías de Daniel y Apocalipsis fuera de sí misma. En 1590 un sacerdote
jesuita, Francisco Rivera, puso en marcha la interpretación futurista: todas las profecías han de ser
cumplidas en el final de tiempo. De esta manera el poder papal de Roma no podía ser identificado como el
Anticristo. Este contraataque jesuita interpreta todo en la Escritura en su contexto "literal local". En otras
palabras, Babilonia, entonces, ya no es la Babilonia mundial y espiritual sino la Babilonia literal, hasta la
segunda venida, y así todo lo espiritual es literalizado. Algunos elementos del futurismo afectaron las ideas
de William Miller, Josíah Litch y Uriah Smith, haciendo que el razonamiento humano sustituyera la
revelación divina‖. Heidi Heiks, Satan’s Counterfeit Prophecy (Brushton, N.Y: TEACH Services, Inc.,
2013), 120
64
lo cual contrarresta el mensaje del tercer ángel. Sin medias tintas Were declaraba que
millones han sido enceguecidos respecto del mensaje del tercer ángel por medio de este
sistema satánico de interpretación.1
Correctamente entendidas, sin embargo, las mismas profecías tan mal aplicadas a lo
militar benefician nuestra vida cristiana al hacernos mirar, como en una visión panorámica,
la grandeza e intensidad del conflicto que se libra a cada momento.
Los adventistas aseveran ser lo que son gracias a su interpretación de ciertas
profecías. Por eso deben examinar cada una de sus posiciones, no sea que sin desearlo
terminaran junto al enemigo quitándole poder a las profecías por desviarse en alguna
interpretación.2
Aunque el espíritu de profecía relaciona la batalla del Armagedón con ciertos
elementos religiosos del tiempo de la venida de Jesús,3 cuando algunos autores adventistas
enseñaron que Armagedón es una batalla militar entre naciones de Palestina, confundiendo
así las enseñanzas del mensaje del tercer ángel con las del futurismo. En la medida que la
enseñanza correcta sea aceptada y proclamada, el estilo de vida asociado a la difusión de
estas verdades será mantenido, y las profecías serán mensajes vibrantes del Salvador que
purificarán el alma y la alistarán para resistir en la batalla del día del Señor (Eze. 13: 5). El
problema evidente es que la interpretación incorrecta determina una preparación incorrecta.
1 Were, The Spirit of Prophecy and Armageddon, 7.
2 Were, The Spirit of Prophecy and Armageddon, 10.
3 Louis F. Were, Armageddon and the Advent (Melbourne, Australia, N.D.).
65
Cualesquiera sean los conflictos militares entre las naciones, estos no tienen
relación con lo que concierne al Armagedón, porque esta es una batalla entre el cielo y el
mundo entero que se libra en ocasión de la venida de Jesús, no antes.1
Este enfoque permeaba hasta la misma música de los pioneros, como lo rezan las
estrofas del himno ―Armagedón‖, del año 1852, identificándolo como una batalla de Dios
contra los impíos en el momento de la segunda venida.2
Cualquier magnificación de un supuesto Armagedón entre las naciones disminuye
la grandeza de la doctrina de la segunda venida de Cristo.3 Pero al verla como corresponde,
este conflicto cobra su verdadera relevancia.
El enemigo, interesado en desvirtuar la
hermenéutica adecuada
Como se ha visto, Louis Were consideraba que el enemigo intentaba ocultar el
verdadero mensaje de advertencia y aliento contenido en Daniel 11 a través de una contra-
interpretación que desviara las mentes de muchos a lo mundano y sin valor espiritual. De
esta manera, las personas enfrentarían el desafío final sin la preparación necesaria para
―las cosas que deben suceder pronto‖.
Sabiendo el diablo por miles de años de experiencia que el fiel estudio de la Palabra
de Dios lleva a la purificación del alma, el enemigo despoja a la Palabra de Dios de su
poder vivificador a través de una interpretación errónea4
1 Ibíd., 4.
2 Louis F. Were, Armageddon and the Advent, 5
3 Ibíd., 6. Un eco reciente de esta idea se encuentra en Michael Oluikpe Ikechukwu, ―Christus victor:
Armageddon and atonement in the Apocalypse‖, Ministry Magazine, disponible en:
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/2014/10/christus-victor,
(consultado el 1 de abril de 2015).
4 Louis F. Were, The Spirit of Prophecy and Armageddon (Victoria, Australia, N.D.), 9.
66
Dios desea que la revelación de su íntimo conocimiento hecha a sus hijos acerca de
todo lo que va a acontecer en el mundo les dé la fortaleza y confianza suficiente como para
soportar las pruebas venideras con la seguridad de que Dios conoce todo y los sostendrá.1
Las profecías no se proponen satisfacer a los curiosos sino preparar a los hijos de Dios para
la crisis venidera.
Una hermenéutica consistente
Las profecías por cumplirse no pueden separarse de las que se están cumpliendo
hoy.2 El riesgo de los que introducen explicaciones foráneas al texto bíblico es que fallarán
en ver los acontecimientos que sí están predichos en la revelación profética. Esperando ver
lo que imaginan, perderán de vista lo que ya ha sido revelado.
En este sentido se aprecia que la base de la interpretación de Smith se cimienta en la
territorialidad literal, lo cual es inapropiado ya que las profecías anticipan el conflicto entre
el bien y el mal implicando al Israel de Dios, el Israel espiritual, su iglesia.3 La
interpretación literal del Armagedón en Palestina era inviable aún desde el punto de vista
militar, ya que el espacio territorial sería insuficiente, y esta idea es contraria al sentido
común.4 Por el contrario, los que sí capturan el verdadero principio de Daniel 11 son
capaces de seguir la historia presente del rey del norte y entender el significado de los
eventos y destino de este poder. La adivinación no es necesaria, porque el correcto
entendimiento es posible ya que los principios adecuados provistos por la Biblia abarcan el
1 Were, God Speaks and Israel Triumphs, 85
2 Cottrell, ―Pioneers Views on Daniel Eleven‖, 8
3 Ibíd., 10
4 Louis F. Were, Europe And Armaggedon (Melbourne, Australia, N.D.), 80.
67
pasado, el presente y el futuro. Después de todo, la misma Biblia nos advierte contra ser
―agoreros o adivinos‖ (Lev. 19:26).
Ninguna verdad se basa en un solo texto
En su infinita sabiduría, el Señor ha repetido varias veces las verdades de la Biblia
de manera que podamos, comparando un pasaje con otro, ser guiados en nuestro
entendimiento de las Escrituras. Ninguna verdad se basa en un solo texto. Esta es una de las
principales reglas de interpretación. Dios no nos deja librados a conjeturar acerca del
significado de su Palabra y nos advierte contra dar por sentado lo que carezca de una sólida
evidencia del ―está escrito‖.1
Louis Were enfrentó varias falsas aplicaciones de la profecía, alguna de ellas
realmente fantasiosas, como que la entrada del rey del norte en la tierra gloriosa significaba
la irrupción del papado en la iglesia adventista por medio de falsas enseñanzas.2 La
arbitrariedad de postulaciones semejantes no merece mayores explicaciones.
Pero Smith era consciente de la hermenéutica adecuada, aunque a veces no la
aplicara correctamente. Comentando Ap 9:11 dijo que al insertar el nombre hebreo del
lugar en el texto griego de Apocalipsis, ―los dos lenguajes introducidos hacen evidente que
el carácter antes que el nombre de ese poder, es lo que se quiere representar‖. ¡El mismo
argumento debe servir para Armagedón!3
1 Were, The King of the North: Not In The SDA Church.
2 Ibíd., 5.
3 Uriah Smith, Daniel and Revelation (Abrams WI: Lighthouse Publishing, 1998), 479.
68
El tipo y antitipo en la profecía
El mensaje del tercer ángel toma las cuestiones del antiguo pacto de su ámbito
original, literal y típico y revela en un sentido antitípico que el cumplimiento de las cosas
de Israel debe ser aplicado en un sentido mundial y espiritual. En esto no solamente
encontramos la completa verdad de Dios sino además la salvaguarda contra los errores de
los últimos días respecto de los conceptos de ―Israel‖, ―tierra de Israel‖ y Armagedón1.
Were enseñó que cualquier profecía de Apocalipsis tiene que ser entendida como
una triple aplicación de Israel. En primer lugar Israel como la antigua nación del Antiguo
Testamento, en segundo lugar como el Israel espiritual, la iglesia en el Nuevo Testamento
(NT), durante la dispensación del Santo Espíritu, y en tercer lugar la aplicación literal del
reino eterno. Armagedón es la guerra que ha comenzado en el cielo con la rebelión de
Lucifer contra Dios y su Ley, guerra que se trasladó al planeta a través de la historia, la
cual alcanzará su clímax espiritual antes del milenio, cuando se impondrá la marca de la
bestia (el domingo) en lugar de la señal sabática de Dios, y que llegará a su final después
del milenio, cuando en una reunión literal, Satanás y sus seguidores traten de invadir la
Ciudad Santa, para luego ser totalmente destruidos.2
Las guerras literales del AT y el conflicto espiritual
Louis Were explica su teología del gran conflicto argumentando que algunas
grandes guerras son predichas en la Biblia y el espíritu de profecía, pero no se deben
aplicar las profecías referidas a un conflicto espiritual contra la iglesia como significando
1 Were, ―What is Armaggeddon‖, 61-71.
2 Hector Jurado, ―Uriah Smith, Louis Were And Ellen G. White: Views Of Armageddon‖ (Berrien Springs,
MI, 1978).17,18.
69
una guerra literal entre naciones. El conflicto espiritual está situado en un marco palestino a
causa de que la iglesia, el Israel espiritual, ha tomado el lugar del Israel nacional, y por lo
tanto los enemigos literales de aquel Israel son ahora símbolos de los enemigos espirituales
de este Israel.1
Mucha confusión sería evitada en el pueblo de Dios si se pudiera discernir la
diferencia entre las guerras literales, brevemente mencionadas en varias profecías, y el
conflicto espiritual que es descrito largamente en toda la Biblia. Las reyertas militares no
están desconectadas del conflicto espiritual.
Desde la primera promesa de la Biblia se menciona que el Señor estaría junto al
hombre en el conflicto contra el mal. En la Palabra de Dios, a través de los siglos se puede
trazar el desarrollo de esa controversia. Allí el cristiano es presentado como quien está
llamado a un campo de batalla.
La palabra bíblica guerra o batalla describe la controversia entre Cristo y Satanás
desde que este ángel fue expulsado del cielo hasta que el conflicto termine al fin del
milenio. La Biblia fue escrita para que el hijo de Dios sea sabio en este conflicto espiritual,
y encuentre fortaleza al pelear la buena batalla de la fe.2 Los vaivenes políticos y militares
de la humanidad solo tienen peso profético en relación con el pueblo de Dios y el gran
conflicto. Este conflicto es tan real como cualquier guerra entre naciones.
El mal avanza en proporción a la poca visión espiritual que se tenga al interpretar
las metáforas de guerra en el Apocalipsis. El enemigo procura debilitar la iglesia al
1 Were, The King of the North: Not in the SDA Church, 5. Carlos Mora observa la manera en que Were asocia
el sitio donde el rey del norte coloca sus tiendas con ―el lugar‖ de Ap 16:16. Carlos Mora, ―Los Posibles
Significados de las Expresiones ‗La Tierra Gloriosa‘ y ‗El Monte Glorioso y Santo‘ en el libro de Daniel,
Particularmente 8:9; 11:16,41,45 y su Connotación Escatológica.‖ (Universidad Adventista del Plata,
2005).204, nota 2.
2 Ibíd., 83.
70
diseminar falsas interpretaciones que no informen al cristiano de su propio papel en este
conflicto, y de qué lado se encuentra en esta lucha.1
Si Armagedón fuera solamente un conflicto militar futuro en Palestina, no tiene
valor espiritual presente ni futuro para el creyente, ni afecta su experiencia cristiana. Pero
por ser la conclusión del gran conflicto, sí tiene un mensaje muy definido para los que
ahora están involucrados en esa guerra. Las profecías concernientes a eventos futuros del
gran conflicto ya tienen una bendición espiritual para el presente.
Los principios básicos de cada lado del conflicto son los mismos en cada una de las
etapas del mismo, por lo tanto, lo que aconteció antes sirve para entender lo que está
sucediendo ahora y en el futuro. La mención de guerras literales en la Biblia es solo
incidental, porque ella es una revelación acerca del conflicto espiritual.2
Dado que Israel está involucrado en este drama, lo que le pasará al pueblo de Dios
en los últimos días tiene que ver con el Israel de Dios, la iglesia, y no la nación judía literal
que habita en Palestina.3
Puesto que desde Ap 12:7 se viene hablando de la gran controversia entre Cristo y
Satanás que comenzó en el cielo, y se desarrolla el tema hasta la consumación de la guerra
luego del milenio (20:8-9), sería un giro inapropiado pasar a hablar de la guerra militar
entre dos naciones reales en el medio de esta sección.4
1 Ibíd., 84. En su estudio comparativo sobre la hermenéutica de Smith y Were respecto de las siete últimas
plagas Marra advierte la necesidad de principios hermenéuticos saludables al interpretar la Escritura,
especialmente en relación a la profecía no cumplida. A tono con la preocupación de Were advierte que una
comprensión apropiada de la batalla del Armagedón haría que los cristianos en los últimos días no fueran
barridos por falsas ideas acerca de las profecías. Marra, ―An Analysis and Critique of the Hermeneutical
Principles of Uriah Smith and Louis Were with Respect to the Seventh Last Plagues‖, 42-44.
2 Were, The King of the North: Not in the SDA Church, 85
3 Ibíd., 86.
4 Ibíd., 87.
71
Entonces cabe preguntarse sobre qué bases los expositores antiguos interpretan el
Éufrates como Turquía en Ap 16:12. No se encuentran mayores esfuerzos en probar
semejante posición, sino que saltan hacia la conclusión sin sopesar la evidencia contraria.1
El método que emplea el enemigo para esconder la verdad es ocultándola debajo de
interpretaciones erradas.2
Cualquier enseñanza que declara que el Armagedón es una batalla entre naciones
que ocurre antes de la venida de Cristo contradice la enseñanza de la Biblia y el espíritu de
profecía.3 Nunca se apoya la idea que es un conflicto a ser desarrollado en Palestina.
En resumen, las metáforas de guerra de la batalla de Armagedón deben ser
entendidas simbólicamente en relación a la batalla entre el bien y el mal, y no literalmente
en relación a asuntos militares.4 El espíritu de profecía en armonía con la Biblia hace
silencio acerca de acerca de una concentración de fuerzas militares en Palestina para
Armagedón.
Un conflicto espiritual enfocado en las profecías
Las fuerzas espirituales, detrás de escena, van reuniendo tropas para la crisis final
sobre el sábado y la lealtad al gobierno de Dios.5 Es decir que hacia el final del tiempo se
da el mismo fenómeno que se ve en las guerras de la Biblia. El enemigo de turno puede
1 Ibíd., 142.
2 Were, The King of the North: Not in the SDA Church, 144.
3 Were, The Spirit of Prophecy and Armageddon.Smith aplica el mismo símbolo a todo mientras que Were
advierte que el símbolo debe examinarse según el contexto. Pone como ejemplo que la misma mujer de Ap
12 no es la de Ap 17. Louis F. Were, The Certainty of the Third Angel Message (Berrien Springs, MI: First
Impressions, 1979), 241. Marra, ―An Analysis and Critique of the Hermeneutical Principles of Uriah Smuth
and Louis Were with Respect to the Seventh Last Plagues‖, 14. Llama la atención que lo mismo parece
haber hecho Elena de White al sostener la importancia de Turquía en Apocalipsis 9 pero no quedar presa de
la misma nación en Daniel 11. Ver nota 1 p. 3.
4 Ibíd., 4.
5 Louis F. Were, Preparaing for the Close of Probation (Melbourne, Australia, s. f.), 12.
72
cambiar su fachada, pero siempre es el mismo. El gran conflicto se libra entre Dios,
Satanás, y los seres humanos que controle cada uno.
El marco palestino de Daniel 11 es interpretado en Ap 16 como mundial en el
contexto de la iglesia. La interpretación literal es inviable, pero la espiritual contiene un
mensaje acerca del amor de Dios respecto de su iglesia.
La ventaja de la interpretación cristológico-eclesiológica de la profecía es que no
solo alumbra el futuro, sino que alienta al pueblo de Dios, con mensajes acerca del cuidado,
la providencia y el poder divinos para guiarlo hasta el final.
La magnitud del conflicto final
Uno de los rasgos destacados de las profecías de los últimos días es la magnitud de
los hechos en ellas descritos. No afectan solo un lugar, sino todos a la vez.1 El enemigo
busca minimizar la magnitud del advenimiento de Cristo literalizando el marco simbólico
de Ap 16:12 al 16. Pero solo puede restringir el conflicto final a un solo lugar quien no
conoce lo que se ha revelado en relación a esto.
Cuando la iglesia volvió a estudiar el libro El Gran Conflicto como debía, encontró
la causa hermenéutica de sus errores y pudo retomar el camino.
Razones contra un Armagedón militar
Were vio que el espíritu de profecía, en armonía con la Biblia, habla de guerras en
general, pero guarda silencio en relación a un Armagedón militar en Palestina.2 Armagedón
en verdad es la destrucción de todos los que hacen guerra contra Dios, su ley y su iglesia.
1 Were, Europe And Armaggedon, 82.
2 Were, Armageddon, The Time of Spiritual Israel´s Deliverance, 2.
73
La salida de la iglesia desde Babilonia y su congregación en la tierra de Israel es
espiritual. Consecuentemente los enemigos que el pueblo de Dios tuvo antes, ahora deben
ser entendidos como los enemigos espirituales de la iglesia, y los pasajes que presentan
semejanzas de guerra son metafóricos de los peligros y triunfos de la iglesia. Esa es la
razón por la cual el Revelador, al describir el conflicto venidero, habla del lugar simbólico
donde los enemigos de Israel eran ejecutados. Así como la iglesia se congrega
espiritualmente en la tierra de Israel, así son reclutadas espiritualmente las naciones que
intentarán un ataque espiritual contra el pueblo de Dios.1
Es incongruente interpretar el Éufrates como simbólico y Meguido como literal
cuando ambos están unidos en la profecía. Lo más obvio y lógico es entenderlos a ambos
simbólicamente.2
El trasfondo histórico original del término debe ser estudiado de modo que se
entienda la referencia antitípica de Meguido en Ap 16:16. Todos los lugares proféticos,
nombres propios, y designaciones de Apocalipsis son empleados simbólicamente y en
conexión con Cristo y su iglesia o los enemigos de ellos.3
Así como con las siete iglesias, Meguido es mencionado en relación con el
significado de su nombre y la historia vinculada a ese lugar: un sitio de conflicto entre
Israel y las fuerzas del mal.
Armagedón es mencionado en Apocalipsis a causa de su importancia para la iglesia.
Las naciones y batallas específicas del pasado son mencionadas en la Biblia solo en
relación con el conflicto presente y futuro del pueblo de Dios.
1 Were, The King of the North: Not in the SDA Church, 3.
2 Ibíd., 8.
3 Ibíd., 9.
74
El Armagedón, entendido correctamente, se enmarca en la esfera religiosa, aunque
el final del conflicto entre el bien y el mal sea retratado como una escena de guerra. La
guerra involucra la adoración a Dios en contraposición a la adoración de la bestia.1
La continuidad del AT en el Nuevo Testamento,
importante clave hermenéutica
Es imposible entender el mensaje del tercer ángel sin aplicar el principio de tipo-
antitipo, la aplicación espiritual que el NT hace de las cosas literales del AT. El literalismo
resquebraja la continuidad intrínseca de ambos testamentos y priva a la escatología de todo
su fundamento previo.2
La Biblia es una unidad porque el Espíritu Santo inspiró y supervisó su escritura, y
por lo tanto cada parte debe ser leída en relación con las demás. Lo que no cuadre con esto
resulta en una interpretación privada,3 es decir, una interpretación no autorizada por la
inspiración.
Luego del rechazo de la nación hebrea como pueblo de Dios, y el llamado a que la
iglesia sea el Israel espiritual, todas las promesas y profecías del Israel antiguo pasan a ser
heredadas por la iglesia. Esto complica a algunos sinceros buscadores de la verdad, en
particular en lo tocante a la última parte de Daniel 11. Algunos han supuesto que los
eventos militares literales cercanos a Jerusalén que son descriptos en la primera parte de
1 Were, The King of the North: Not in the SDA Church, 11.
2 El locus teológico de la escatología futurista es Israel, no la iglesia cristiana. David Gullón, ―Surgimiento y
desarrollo de la escuela futurista de interpretación profética: su influencia en el premilenarismo y en la
escatología evangélica del siglo XIX y XX‖, en Como el Resplandor del Firmamento: Festsschrift a los
Dres D. Gullón y H. Treier, Victor Armenteros y Raul Quiroga (Libertador San Martín, Entre Ríos:
Universidad Adventista del Plata, 2014), 16.
3 Louis F. Were, 144000 Sealed! ¿When? ¿Why?”, (Melbourne, Australia, s.f.), 5. Carlos Mora apunta que
Were, luego de presentar 68 ejemplos bíblicos, demuestra que los escritores del NT aplicaron las cosas
literales y nacionales de Israel de modo espiritual y mundial. Mora, ―Los posibles significados de las
expresiones ‗la tierra gloriosa‘ y ‗el monte glorioso y santo‘ en el libro de Daniel, particularmente 8:9;
11:16,41,45 y su connotación escatológica‖, 190, nota 1.
75
Daniel 11 son prueba de que al final del capítulo también se habla de algo similar.
Evidentemente el problema de la transición de lo geográfico y local a lo espiritual y
universal es el nudo de esa dificultad.
Cuando Israel era la nación escogida, y Palestina era su hogar y el sitio donde eran
concedidas las bendiciones de Dios, entonces todas las profecías debían ser entendidas
literalmente: Israel era una nación literal, Jerusalén una ciudad literal, y asimismo el
templo, el santuario y los sacrificios realizados en su medio. La tierra de Israel era un país
literal con enemigos literales que le atacaban con ejércitos reales, y el pueblo hebreo se
defendía de la misma manera. Pero el NT es explícito en el sentido que esas mismas cosas
son ahora aplicadas espiritualmente a la iglesia, aunque el lenguaje sea precisamente el
mismo. Dios habla en el mismo lenguaje, pero la aplicación es diferente. No hay cambios
en la terminología empleada, sino una aplicación diferente de las mismas palabras. Cuando
no se capta este hecho tan elemental se produce una lamentable falta de discernimiento
acerca de cómo el NT interpreta el AT, confundiendo el sentido de las metáforas.1 De esta
manera, perdiendo la secuencia de la profecía, el resultado de la interpretación causa
confusión y frustración más que ánimo y certeza.
Si tomamos en cuenta el principio antedicho, cada profecía del AT que encuentra su
cumplimiento en la era cristiana y en particular en el fin del tiempo hallan su aplicación
espiritual y mundial solo en relación al pueblo de Dios.2
Se aprecia en algunos casos del AT que Dios alivió a su pueblo permitiendo que
una fuerza maligna se opusiera a otra similar que lo estaba afligiendo.3 En el curso de la
1 Louis F. Were, 144000 Sealed! ¿When? ¿Why?”, 20.
2 Were, God Speaks and Israel Triumphs, 19.
3 Were, 144000 Sealed! ¿When? ¿Why?”, 15.
76
historia, Dios mide la prueba y junto con ella envía la salida para que su pueblo pueda
soportar. Las historias del AT aplicadas al Nuevo alientan a la iglesia de cara al conflicto
final.
La transición AT-NT: clave hermenéutica
promovida por Were
Se ha visto que debido a que desaprobaron sus posiciones, Were fue considerado un
hereje cuando en realidad había utilizado la misma hermenéutica de los pioneros y la había
aplicado al tema de Armagedón y el rey del norte.1
Una de las mayores contribuciones hermenéuticas de Were quizá haya sido explicar
por qué al pasar a la era cristiana, hay una transición automática de la Babilonia literal a la
espiritual; de la Jerusalén literal a la espiritual; de las tierras literales de Israel y Babilonia a
sus antitipos espirituales. Es decir que lo relativo a Jerusalén ahora se refiere a la iglesia, y
el rey del norte y el Armagedón tienen connotaciones espirituales. Además, Were creía que
la puesta en ejecución de las leyes dominicales cumpliría la profecía de Daniel 11:45.
Enseñó que el ―monte glorioso y santo‖ se refiere a la iglesia de Dios.2 Argumentó que
―Edom, Moab y la mayoría de los hijos de Amón‖ son almas que en el fuerte clamor salen
de entre las filas de los enemigos de Dios y serán salvadas, almas que se pondrán del lado
del pueblo de Dios y así escaparán de la mano del papado.3 Enseñó que el comunismo era
una de las barreras más grandes entre el papado y su objetivo. Esta barrera la consideró
como un obstáculo serio para la adquisición del control del mundo por parte de Roma. Las
Escrituras declaran que el papado vencería esa barrera tremenda, y que ―no escapará el país
1 Mansell, Los Adventistas y el Armagedón, 69.
2 Ibíd., 72.
3 Ibíd., 73.
77
de Egipto‖; los países que han adoptado el comunismo no escaparán del control papal.1
Basado en los escritos de Elena de White y en Apocalipsis 13:3 declaró que la profecía
señalaba a Roma, Europa y el apoyo de América del Norte. En consecuencia, cualquier
guerra militar que hubiera de pelearse entre las diversas naciones y aun si alguna lucha
tuviera lugar en Palestina, incluso en el valle de Josafat o en Meguido, esas guerras no
tendrían relación directa con el ―Armagedón‖.2
En otras palabras, Were encontró las razones bíblicas profundas que avalaban las
declaraciones de la Sra. White en El Gran Conflicto. Pareciera como que fue el primero en
captar los principios hermenéuticos del espíritu de profecía y aplicarlos, a manera de
ejemplo, al estudio de Daniel 11 y el Armagedón.
Comparar lo espiritual con lo espiritual
Para establecer la base sobre la cual atacaría el futurismo literalista, L. Were
escribió El Propósito Moral de la Profecía, donde resume sus principios hermenéutico-
escatológicos fundamentales3, que fueron luego ampliados y ejemplificados en sus demás
publicaciones. Detallamos a continuación algunos de sus argumentos.
Were propuso que las profecías relacionadas con Armagedón fueron escritas para
alentar a la iglesia, puesto que allí se traerá la liberación de la misma y la destrucción de
sus enemigos.4 También enseñó que al estudiar las profecías debemos comparar lo
1 Were, Europe And Armaggedon, 74.
2 Ibíd., 76.
3 Louis F. Were, El Propósito Moral De La Profecía (Libertador San Martín, Entre Ríos, s.f.). Todo este libro
resume la comprensión histórico-espiritual que Were tiene de las profecías del fin.
4 Were, Armageddon, The Time of Spiritual Israel´s Deliverance, 12.
78
espiritual con lo espiritual. Pero la iglesia en ocasiones resultó ser influida por aquellos que
no saben que es estar como Juan ―en el espíritu en el día del Señor‖.1
Dado que la iglesia no se encuentra solo en Palestina sino en todo el mundo, es
evidente que el conflicto no debe abarcar solo ese lugar sino todo el planeta. Las guerras
aumentarán, pero ellas no tienen una relación específica con Armagedón.
Las profecías solo pueden ser entendidas bajo la luz que brilla desde la cruz del
Calvario. Correctamente entendida, toda la Biblia es una revelación de Jesucristo como
Salvador de los que ponen su confianza en Él como destructor del mal. Por lo tanto, bien
comprendido, el Armagedón ha de revelar a Jesucristo como Libertador de su pueblo y
Destructor de sus enemigos, no a Rusia, Inglaterra, América, las naciones orientales, etc.
Apocalipsis es un mosaico de citas del AT y las expresiones o metáforas del
Revelador pueden ser entendidas solo cuando se vuelve a su fuente veterotestamentaria.2 A
través de todo el AT señalan de manera limitada al gran día del Señor, cuando la gracia
divina cesará y la ira contra los impíos se derramará en todo el mundo.
Armagedón es la guerra especial que el cielo luchará contra las multitudes
irregeneradas del mundo, unidas en su lucha contra El por rehusar obedecer su ley y
perseguir a su pueblo.3
En esto se nota la costumbre de los antiguos profetas de señalar a una calamidad o
evento local como una miniatura de algo de carácter mundial en tiempos del Mesías. Por
cierto, la plenitud del evangelio fue anticipada en el AT4. Jesús mismo usó este principio
1 Louis F. Were, Armageddon, The Battle of The Great Day of God Almighty, 1977, 4.
2 Ibíd., 7.
3 Ibíd., 8.
4 Were, La Certidumbre Del Mensaje Del Tercer Ángel, Probado Por Principios Importantes De
Interpretación Profética. Armagedón Antes Y Después Del Milenio.17. ―En el Apocalipsis no hay aplicación
79
cuando habló de la destrucción de Jerusalén como anticipo de la destrucción de un mundo
que, al igual que la nación hebrea, rechazaría el mensaje final de Dios acerca del plan de
salvación. Considerando esto, no debiera sorprender si otros lugares son simbólicamente
mencionados en relación a la futura destrucción de los impíos.1
También es un principio consistentemente empleado por los profetas bíblicos hablar
de eventos mundiales como si sucedieran en Palestina. La historia completa de la salvación
emplea una fraseología similar. Todos los eventos locales y literales de la economía
mosaica anticiparon eventos mundiales vinculados a la iglesia cristiana. Del rechazo de
este principio surgen los errores de la iglesia romana.2 El futurismo pertenece al mismo
sistema que entiende lo espiritual como literal.3
Con la falsa enseñanza del Armagedón palestino, el enemigo ciega a las personas al
hecho de que ahora debemos estar siendo reunidos con Cristo en su lucha contra el mal.4
Es una interpretación errónea de las profecías aquella según la cual los paganos de
la profecía son las naciones orientales. Nada apoya esta teoría, y esta idea no debe
utilizarse para fomentar la opinión de que las naciones orientales invadirán Palestina en
ocasión de Armagedón.5
anti típica específica de Elías en el último mensaje de Dios a punto de sonar ahora con su fuerte pregón…
Pero el mismo hecho de que en Apocalipsis 2:20 se aplique a Jezabel, la oponente de Elías, en un sentido
anti-típico, es bastante suficiente para ver que todos los factores involucrados en la presentación del Antiguo
Testamento sobre el conflicto entre Elías y las fuerzas de la adoración del sol en sus días, deben ser aplicadas
anti típicamente en los últimos días en conexión con el conflicto espiritual en todo el mundo‖. 1 Louis F. Were, Armageddon, The Battle of The Great Day of God Almighty, 9.
2 Ibíd., 11.
3 Ibíd., 12.
4 Ibíd., 24. Un eco posterior de esta idea se encuentra en Kenneth Brown, ―‗Gathering‘ for Armageddon‖,
Ministry Magazine, accedido e1 de abril de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1974/08/gathering-for-
armageddon.1 de abril de 2015).
5 Were, What Is Armageddon, 10.
80
Las interpretaciones secularesde una supuesta guerra en la lejana Palestina pueden
entretener a las personas, pero no serán el importante mensaje de advertencia y salvación
que necesitan. Todos debemos tomar nuestra decisión en este conflicto, y al hacerla se
determinará de qué lado estaremos en la definicion de Armagedón.1
Textos clave en la hermenéutica de Were
Were no tuvo que retroceder hasta Daniel 2 para encontrar ―la punta del ovillo‖.
Desde Daniel 11 y Apocalipsis 16, observando la interacción de la historia política y
religiosa contemporánea, abogó por una reinterpretación del escenario escatológico.
Aceptó gran parte de los argumentos tradicionales de la iglesia, pero reaccionó ante los que
tendían a la especulación derivada de la literalidad y una forma de futurismo.
El rey del norte según Were
Were concentra su discusión en las actividades del rey del norte en Jerusalén (Dn
11: 40-45). Aplica los reyes del norte y el sur geográficamente a las divisiones del imperio
griego (11: 5-13). Él sostiene que "Turquía" no puede ser el rey del norte de Daniel 11: 36-
45. Se aplica la figura " rey del norte", en primer lugar, a los seléucidas, y luego a la Roma
pagana y el Papado. Se refiere, además, al rey del norte como el "Anticristo" de 2
Tesalonicenses 2: 3-10, y aduce que ese poder funcionó basado en los principios de la
soberbia de Lucifer (Is 14: 12-14). Subraya que la profecía de Daniel 11: 40-45 describe las
experiencias del Israel espiritual, no se refiere a los acontecimientos en Palestina2. Como
1 Were., 33.
2 Parasian Silitonga, ―Continuity and Change in World Rulers: A Comparative Interstudy and evaluation of
Seventh Day Adventist Interpretations of Daniel 11‖, 65.
81
vimos, según Were el rey del sur es el poder ateo1 y los que escapan de la mano del rey del
norte, ―Edom, Moab, y la mayoría de los hijos de Amón‖, representan a los que se pasan al
remanente al con el último clamor del mensaje.2
La mayoría de los historicistas en la actualidad sostienen que Daniel 11:40-45 tiene
cumplimiento futuro y que el Armagedón representa una contienda espiritual y mundial, no
geográfica ni literal.3
La historia vindica la hermenéutica correcta
La interpretación escriturística presentada por Were acerca del comunismo cuando
éste se hallaba en la cresta de su poder, publicada en sus libros “The King of The North at
Jerusalem” y “Europe and Armageddon”, fueron justificadas rápidamente por los sucesos
acaecidos años después.4 El enfoque sistemático de Elena de White proseguido por Were
fue con el tiempo confirmado por los desarrollos históricos subsiguientes.
En las primeras diez páginas del libro Preparing For The Close Of Probation se ve
un buen ejemplo de cómo interpretó Were los sucesos de sus días en el marco de la
profecía. Es cierto que el suponía que el ataque del papado hacia el comunismo era el
impulso final de Roma hacia la dominación mundial y la persecución del pueblo de Dios.5
Pero, aunque esperaba que los eventos sucedieran más rápidos de lo que luego
acontecieron, estaba en la línea interpretativa adecuada.
1 Ibíd., 259.
2 Ibíd., 262.
3 Ibíd., 268.
4 Were, Preparing For The Close Of Probation, 5.
5 Ibíd., 11
82
Es inevitable que el intérprete se deje llevar por sus emociones cuando ve que la
profecía se está cumpliendo delante de sus propios ojos. En ese entusiasmo busca nuevos
elementos que afirmen sus convicciones. Sin embargo, la virtud fundamental en la
escatología no es el entusiasmo sino la cautela.
El problema de Smith, más que su entusiasmo por lo que consideraba el
cumplimiento de las profecías, fue muy diferente, fue estructural. Él modeló parte de su
interpretación en base a los sucesos de su tiempo. Su estructura hermenéutica, viciada por
ideas ajenas al historicismo, lo llevó a mirar más a la actualidad de sus días que al propio
testimonio inspirado.
Efecto boomerang por el énfasis evangélico
en las profecías
Las malas interpretaciones de la profecía se dan cuando son entendidas
independientemente de la obra de salvación realizada por Jesús.1 Frecuentemente, las
profecías son vistas como meros ítems de interés, como la habilidad divina de leer eventos
futuros, o estimulantes mentales de la curiosidad intelectual. Estas falsas aproximaciones
dividen la línea entre el evangelio y las profecías, y fallan en discernir el evangelio en las
profecías.2
Un estudio adecuado de las profecías ha de revelar el amor y la bondad de la
Deidad, y revelará el evangelio tanto como las demás porciones de la Biblia.3 Este énfasis
evangélico en las profecías, no obstante, inició una tendencia que se fue profundizando
1 Were, Europe And Armaggedon, 139.
2 Ibíd., 141.
3 Ibíd., 87.
83
hacia lo que algunos ven como una espiritualización peligrosa de la profecía. ¿Hasta dónde
debe ser extendida la aplicación espiritual? ¿Cuál es el límite entre cumplimiento y
espiritualización? ¿Cómo se relacionan los conceptos con los cumplimientos en el
historicismo?
El puente hermenéutico de Were
La interpretación literalista de la Biblia versus la simbólica figuraba también en los
debates sobre la cuestión del Oriente y el Armagedón. Estaba en juego una diferencia
fundamental en la comprensión bíblica. Muchas de estas cuestiones doctrinales se
concentraban en profecías. La iglesia misma nació del estudio de las profecías y no era de
sorprenderse que los primeros dirigentes adventistas proyectaran una dilatada influencia
mientras sus puntos de vista continuaban impactando a teólogos posteriores. Los estudios
proféticos, especialmente los pasajes apocalípticos de la Biblia, se convirtieron en el sello
distintivo de la integridad de la iglesia.
Como el principal estudiante de las profecías dentro del adventismo, la influencia
de Uriah Smith fue enorme y a veces él le asignó un crédito desproporcionado a sus puntos
de vista. Cuando aparecían interpretaciones diferentes, y a veces equivocadas, algunos
feligreses se sentían abochornados y se preguntaban si existían otros errores que todavía se
ignoraban. Surgió el temor de que nuevos puntos de vista derribarían toda la estructura
profètica como un castillo de naipes, y que la iglesia se desmoronaría.
Un resultado significativo de estos debates fue que se llegó a la conclusión de que
les iba a resultar imposible a los adventistas alcanzar la unanimidad en estas cuestiones,
aunque diesen gran importancia a una interpretación bíblica exacta. Con suma cautela
podemos atrevernos a afirmar que los teólogos adventistas del siglo XIX parecían
84
considerarse responsables de alcanzar un conocimiento correcto de todas las profecías. El
deseo de ser teológicamente correctos, de tener un conocimiento exacto de todos los
detalles bíblicos era la fuerza impulsora de su pensamiento. Tales convicciones, loables en
sí mismas, produjeron no obstante un ambiente legalista para el adventismo.
Sin negar la necesidad de una comprensión exacta de las profecías, los adventistas
emergieron de estas discusiones con un mejor aprecio de la importancia de comprender por
experiencia las enseñanzas centrales del adventismo, que giraban en tomo a la muerte
expiatoria de Cristo.1
En este sentido, Louis Were tendió un puente hermenéutico entre la tradición
profética adventista y el énfasis en la justificación por la fe, haciendo ver que las profecías
tienen mensajes sobre cumplimientos históricos futuros en lenguaje propio del pasado, pero
de relevancia y ánimo para la vida cotidiana.
1 Schwarz, Greenleaf, y Education, Portadores de luz, 612.
85
CAPÍTULO IV
CONTINUIDAD Y REFINAMIENTO DE LA
HERMENÉUTICA DE WERE
Cautela hermenéutica ante la Segunda Guerra Mundial
Comparando la primera con la segunda guerra mundial puede decirse que hubo una
reacción relativamente tranquila por parte de los evangelistas y escritores adventistas.1
Después de la Primera Guerra Mundial continuó el compromiso adventista con la
evangelización, pero hubo un cambio en el énfasis. En lugar del Armagedón, los
evangelistas hablaban de un tiempo de paz en el cual advertir al mundo del pronto regreso
de Jesús.2 En contraste con el enfoque casi predictivo de A. G. Daniells en ocasión de la
Primera Guerra Mundial,3 el presidente de la Asociación General, J. L. McElhany y otros
advirtieron a sus lectores acerca de ser cautos a la hora de anticipar eventos. ―Nuestras
1 Esto se debió a que ―en la recién concluida la Primera Guerra Mundial, los adventistas se habían
decepcionado al ver que Turquía no cumplía su papel apocalíptico como el "Rey del Norte" que daría paso a
la cadena de acontecimientos finales, tal como la mayoría de los expositores adventistas habían predicho‖.
Ver Campbell, ―The 1919 Bible Conference and Its Significance for Seventh Day Adventist History and
Theology‖, 216.
2 Schwarz, Greenleaf, y Education, Portadores de luz, 338.
3 Arthur Grosvenor Daniells, A World in Perplexity (Washington, D.C: Review & Herald Pub. Association,
1918), 101.
86
palabras debieran ser pocas, elegidas, y bien ponderadas‖.1 El ideal de Smith, después de la
Primera Guerra Mundial, desapareció repentinamente. Sus ideas, no obstante, se siguieron
defendiendo hasta, por lo menos, 1959 cuando el brasileño A. S. Mello, publicó su libro ―A
Verdade Sobre as Profecías do Apocalipse” y brotaron una vez más en el año 20042 y
2011.3 No obstante, desde 1950 comenzó a notarse la restauración de la comprensión de
Jaime White sobre el Armagedón como una batalla cósmica entre Satanás y Dios, y entre la
Tierra y el Cielo. La semilla plantada por Were fue muy bien cultivada por Hans K.
LaRondelle.
Vaivenes en la interpretación del Armagedón
Hans K. Larondelle declara que la historia de las interpretaciones adventistas sobre
Armagedón revela una sucesión de posiciones diferentes en cuanto a la interpretación de la
profecía no cumplida. Debe entenderse de que manera las mismas surgieron y se
1 L. H. Christian, ―Proper Attitudes in Our Publications‖, Ministry Magazine, disponible en:
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1939/12/proper-attitudes-in-
our-publications, (consultado el 2 de abril de 2015). Hans K. LaRondelle, "Minha Jornada e Minhas
Descobertas em Escatologia Apocalíptica", en O Futuro: A Visao Adventista dos Últimos Acontecimentos.
Arti- gos teológicos apresentados no V Simpòsio Bíblico-Teológico Sul-Americano em homenagem a Hans
K. LaRondclle (Engenheiro Coelho, SP: Unaspress, 2004), 279. En la tensión entre el enfoque
sensacionalista de las revistas evangelísticas y la cautela de la Review and Herald, ésta posición resultó ser
la más válida. La guerra mundial había llevado a la iglesia a un determinado curso de presentación e
interpretación profética arriesgado. Sólo el tiempo dirá cuánto se ha aprendido de esta experiencia. Ver
Gary Land, ―‗The Perils of Prophecying: Seventh-day Adventists Interpret World War One,‘‖ Adventist
Heritage, 1974, 56.
2―Cuando Dios habló del fin del rey del norte, no habló nada de la devastación total como con Babilonia o
Tiro. Simplemente dijo que cuando el rey del norte (el Imperio Otomano) llegara a su fin, no le ayudaría. Es
sorprendente la precisión con esto se ha cumplido según lo registrado por Uriah Smith en sus comentarios
sobre el Imperio Otomano en el capítulo 9 de Reflexiones sobre el Apocalipsis. Uriah Smith no vincula Dan.
11:45 con el Rev. 9, pero la conexión es obvia‖. Roderick L. Yip, Daniel’s Difficulties Resolved -
Revelation’s Secrets Revealed (Brushton, N.Y: TEACH Services, Inc., 2004), 32.
3 Tim Roosenberg, Islam & Christianity In Prophecy (Review and Herald Publishing Association, 2011).
87
popularizaron de manera de no repetir el error de tomar los acontecimientos presentes
como norma directriz de la interpretación profética.1
Las cuatro fases que LaRondelle detalla son las siguientes:
1. Período de los pioneros: entre 1844 y 1862, armonía básica sobre Armagedón y
el rey del norte. Armagedón era entendido como el conflicto final entre Cristo y Satanás, y
hasta 1871 el rey del norte era identificado con el papado.
2. Período de Smith: Desde 1871, en el ocaso político del papa, U. Smith introduce
en el adventismo el punto de vista de los premilenaristas británicos, los cuales consideraban
a la Turquía moderna como el rey del norte.2 Al morir Jaime White, quien discrepaba con
esta posición, se consolida la postura de Smith y predomina por 70 años. Además Smith
consideraba que Armagedón significaba una lucha de potencias políticas y militares por la
posesión de Tierra Santa.
3. Período de Spicer: entre 1903-1952 se considera el Armagedón como una pugna
secular entre Oriente y Occidente por la supremacía mundial y el dominio del petróleo.
4. Período actual: Desde 1952 se retorna a la posición tradicional por medio de
W.E.Read, quien expone sistemáticamente el punto de vista de Elena de White, no un
estudio exegético y sistemático de la Biblia. Encarar ese estudio profundo fue la inquietud
de Louis F. Were, quien publica varios libros en los que desnuda las especulaciones
injustificadas de sus días y mejor aún, la causa de las mismas. Con el se inicia la tarea
1 Holbrook, Frank B., Simposio Sobre Apocalipsis-II (Colombia: Gema Editores, 2011), 541.
2 General Conference of Seventh-day Adventists y Gordon M. Hyde, eds., A symposium on Biblical
hermeneutics (Washington, D.C: Printed by Review and Herald Publishing Association, 1974), 248, nota 4.
88
inconclusa de establecer principios hermenéuticos neo-testamentarios adecuados de
interpretación profética adecuados.1
En cada una de las etapas antedichas se aprecia un compromiso con el
historicismo. Por caminos acertados o equivocados se pretendía fortalecer la identidad
profética del adventismo y su mensaje ante el mundo. Hasta este momento el historicismo
no se hallaba en discusión, sino que se discutía su mejor aplicación.
La Conferencia Bíblica de 1952 consolida el cambio
La Conferencia Bíblica de 1952 marcó un cambio de rumbo en la interpretación de
la escatología adventista, por lo menos en tres aspectos: destacó el aumento de las señales
desde los días de los pioneros, advirtió contra el avance de la alta crítica, y descartó la
interpretación política de la escatología bíblica por no ser acorde a las Escrituras ni a la
posición de los pioneros.2
En esto se aprecia al aporte y contribución de Were al reencauzar el rumbo
hermenéutico-escatológico de su denominación.
En esta Conferencia Bíblica, celebrada en Estados Unidos del 1 al 13 de septiembre
de 1952, algunos descontentos con la visión tradicional tomaron la palabra, y empezaron a
presentar documentos sobre el Armagedón, el rey del Norte, y Daniel 11. A principios de
1954 apareció un informe de sus hallazgos. Se describieron las opiniones pertinentes de
Miller, Jaime White y Smith, optando por retornar a la posición original y desacreditando
la opinión de Smith sobre Daniel 11: 36-39. El informe dijo que, "... le pareció al Comité
1 Ibíd., 541-549.
2 Martines, El Remanente fiel, un debate contemporáneo, 104.
89
que estos versículos necesitan ser estudiados a la luz de los acontecimientos actuales y
pueden referirse justamente a un conflicto mayor y más extenso que un asunto local entre
Egipto [el rey del sur] y Turquía [el rey del norte]‖.
Estos desarrollos sepultaron el escenario escatológico de Smith, un escenario que
contó con la Revolución Francesa, con Egipto, Turquía y Rusia como los antagonistas
principales en una batalla literal de un Armagedón centrado en Palestina. De ello se
desprende que también fueron desacreditados los desarrollos posteriores del escenario de
Smith, promovidos por Spicer, tales como la incorporación de las conquistas de Japón.
También el futurismo más flagrante de Anderson cayó en desgracia. Con pocas
excepciones, los principales principios de interpretación de la Escritura adoptados por
Were fueron ampliamente aceptado en su iglesia junto con sus conclusiones alcanzadas en
relación con los conceptos de "el rey del norte", "los reyes del Oriente", "Armagedón‖ y el
―Éufrates‖. Para su satisfacción, vivió lo suficiente como para observar la aceptación de sus
ideas en su alma máter, el colegio de Avondale, y en el extranjero.1
El Comentario Bíblico Adventista y la merma en la
influencia del libro “Daniel y Apocalipsis”
El cambio de enfoque y la merma en la influencia del libro de Smith se enfatizaron
con la aparición del Comentario Bíblico Adventista. G. Quispe enumera nueve factores
para el éxito del Comentario Bíblico Adventista: (1) Fue uno de los más grandes proyectos
publicado por la editorial R& H .; (2) la Asociación General publicó en un solo volumen
los comentarios de Daniel y Apocalipsis como libro de texto para los colegios dela iglesia
(3) El comentario fue traducido en otros idiomas; (4) La Conferencia Bíblica de 1952 inició
1 Hook, ―Louis Were‖, 70.
90
un camino de diálogo franco para el estudio de la Biblia. (5) el aporte de J. D. Snider, que
inició la gesta, y (6) F. Nichol, que la guió hasta buen puerto. (7) el apoyo de la Review
and Herald, (8) el trabajo del personal de la editora (9) el énfasis de los adventistas en el
estudio de la Biblia.1
El peregrinaje teológico de Hans LaRondelle y la influencia
de Louis Were en su pensamiento
Pero la tarea de Were fue completada por uno de sus discípulos: Hans K.
LaRondelle. El mismo da testimonio del impacto que las enseñanzas de Were tuvieron en
su pensamiento teológico. La siguiente cita, aunque extensa, merece ser considerada para
ponderar el impacto espiritual y teológico de Were en LaRondelle.
Poco después de mi bautismo en 1949, a la edad de veinte años, comencé a asistir al
recién creado Seminario Adventista de Utrecht. No había allí ningún profesor con la
preparación formal en teología, como yo esperaba. Frustrado por eso comencé a leer
el libro Bible Readings For The Home Circle, junto a algunos libros de Elena de
White. Esto me satisfizo, pero eso proveía del conocimiento especializado en teología
que anhelaba. Esperaba tener una comprensión más completa de la Biblia más tarde,
cuando tuviera la oportunidad de leer cada libro de la Biblia en su contexto, en lugar
de sólo emplear textos-prueba para sostener las doctrinas de la Iglesia y el carácter
único de su mensaje.2
Mi primer descubrimiento provino de una fuente inesperada. Una hermana de la
iglesia, que trabajaba en las oficinas holandesas de La Voz de la Esperanza, me
entregó un libro que había recibido de un amigo en Australia. Ese libro fue ―The
Certainty of The Third Angel Message‖, publicado en 1945 por su propio autor,
Louis F. Were, quien había sido un exitoso evangelista adventista en Australia. Su
libro presentaba una revolucionaria lista de principios bíblicos de interpretación de la
Escritura que hacían de Cristo el propósito moral de todo tipo de profecías. Con esto
1 Quispe, The Apocalypse in Seventh-Day Adventist Interpretation, 14
2 Hans K. Larondelle, ―Minha Jornada E Minhas Descobertas Em Escatologia Apocalíptica,‖ In Ofuturo: A
Visao Adventista Dos Últimos Acontecimentos. Arti- Gos Teológicos Apresentados No V Simpòsio Bíblico-
Teológico Sul-Americano Em Homenagem A Hans K. Larondclle (Engenheiro Coelho, SP: Unaspress,
2004), Xxi-Xxviii.
91
descubrí la inspiración continua de las Escrituras y la unidad espiritual del Antiguo y
el Nuevo Testamento. Al reavivar el estudio de la tipología bíblica.1
Were demostraba la naturaleza cristocéntrica de las promesas escatológicas
efectuadas a Israel. Esto demostraba la consistencia de la Biblia, y me atrajo tanto
espiritual como intelectualmente. Era el "eslabón perdido" en el adventismo, y fue
para mí una iluminación que me dio un nuevo compromiso con el mensaje
adventista, exaltando a Cristo como el centro de todas las profecías y doctrinas de la
Iglesia.
Were había descubierto lo que pocos adventistas habían visto: la razón por la cual el
secamiento del río Éufrates era aplicado a la Turquía moderna, y el Armagedón a la
primera o segunda guerras mundiales, lo cual era predicado por los evangelistas
adventistas, eran falsas interpretaciones proféticas. Were descubrió la causa del
fracaso hermenéutico del literalismo geográfico. Mostró convincentemente que Uriah
Smith y Elena de White aplicaban diferentes principios interpretativos en las
expresiones territoriales de las profecías bíblicas. Llegó a la conclusión de que todas
las aplicaciones del Armagedón como una batalla escatológica literal por el santo
sepulcro en Palestina, o el "oro líquido del valle del Eurfrates" violentaban la
hermenéutica fundamental del evangelio y del Nuevo Testamento. Sostuvo que
nuestras aplicaciones de la profecía bíblico-geográficas al Medio Oriente no eran otra
cosa que adaptaciones del futurismo dispensacional.
Esto me convenció de establecer el descubrimiento hermenéutico de Were sobre la
base de la Biblia misma, sin necesidad de utilizar a Elena de White como autoridad
interpretativa, de manera que nuestro mensaje profético pudiera tener una influencia
más amplia. Elegí esto como mi contribución a la escatología adventista y lo
desarrollé en forma sistemática durante mis veinticinco años como profesor en el
Seminario de la Universidad Andrews. Esta hermenéutica cristológica se presenta en
mi libro ―El Israel de Dios en la Profecía. Principios de Interpretación Profética‖.
Además, aplico la hermenéutica del evangelio al Armagedón, como la última guerra
santa de Dios en favor de sus fieles seguidores, en mi libro ―Carrozas de Salvación‖.2
1 Este ―reavivamiento tipológico‖ fue fundamental para la teología adventista. De hecho, se reconoce aún hoy
que ―para los adventistas del séptimo día el significado de tipología no es sólo una cuestión de investigación
histórica. Ella ha demostrado ser una fuerza determinante en la teología, el pensamiento, y a veces incluso
en la práctica adventista. Desde la primera aparición de la tipología a principios del adventismo, ha
proporcionado ayuda a la comprensión de la Escritura, pero también ha sido la fuente de mucho
malentendido. La necesidad de explorar su naturaleza, características y aplicación ha sido una preocupación
constante para el adventismo y debe seguir siéndolo‖. Erick A. Mendieta Soza, ―Typology and Adventism‘s
Eschatological Identity: Friend or Foe?‖, AUSSJ: Andrews University Seminary Student Journal 1, no 1 (1
de febrero de 2015), 43. https://www.andrews.edu/openjournal/index.php/aussj/article/view/11.
2 Larondelle, ―Minha Jornada e Minhas Descobertas em Escatologia Apocalíptica‖, xxviii.
92
Hans LaRondelle inserta el énfasis cristológico en la
identidad profética adventista
El viejo literalismo escatológico de Uriah Smith fue reemplazado gradualmente por
la escatología cristocéntrica de Louis Were. Pero ella no habría tenido el mismo impacto en
la Iglesia mundial sin la contribución de Hans K. LaRondelle, quien no sólo republicó los
libros de Were sino que amplió y profundizó los conceptos escatológicos de este autor. Es
de destacar el hecho de LaRondelle construyó y consolidó un marco escatológico que
combina la identidad profética adventista con el nuevo énfasis cristocéntrico.1
Es este retorno a nuestras creencias originales, y la comprensión más completa del
significado de que la Biblia es su propio expositor, llevó a Hans LaRondelle a compilar
cinco importantes principios hermenéuticos para las interpretaciones bíblicas:
1. Cristo Jesús es su propio intérprete.
2. El Nuevo Testamento enseña el cumplimiento cristológico-eclesiológico de las
profecías del reino del Antiguo Testamento en dos fases, centradas en las dos venidas de
Cristo.
3. Las muchas promesas del pacto a la casa de Israel y la casa de Judá en el Antiguo
Testamento han encontrado un cumplimiento inicial después del exilio asirio-babilónico,
están encontrando un cumplimiento perfecto en la reunión de creyentes judíos y gentiles en
la iglesia de Cristo, y encontrarán su futuro cumplimiento en la reunión universal de todos
los creyentes judíos y gentiles desde todos los confines de la tierra hasta el visible regreso
de Cristo.
1 Ron Du Preez, Ed., Prophetic Principles: Crucial Exegetical, Theological, Historical & Practical Insights
(Lansing, MI; Berrien Springs, MI: Michigan Conference of Seventh-Day Adventists; Printed By Lithotech
Graphic Services, 2007), 189.
93
4. La aplicación de las promesas de recolección del Antiguo Testamento al Nuevo
Testamento elimina todas las limitaciones étnicas y geográficas incluso cuando se conserva
la terminología e imágenes del Antiguo Testamento.
5. Al aplicar las profecías del Antiguo Testamento al post-milenio, Apocalipsis las
relaciona ya no con la Jerusalén Vieja, sino con la Nueva Jerusalén, la novia del cordero,
que descenderá de Dios desde el cielo en la tierra al final Del milenio. Esta es la
consumación final de todas las profecías apocalípticas, centradas en Cristo y Su ciudad
santa, la capital de la nueva tierra.1
Se ha reconocido que la exposición más importante para la comprensión adventista
de Israel en las profecías bíblicas es la obra de LaRondelle titulada ―El Israel de Dios en la
Profecía‖. Bajo el presupuesto de que la Biblia es su propio intérprete y de que Cristo es el
verdadero intérprete de la Biblia hebrea LaRondelle argumenta que el Nuevo Testamento
es la interpretación divina y autoritativa del Antiguo Testamento. Esto implica que el
cumplimiento de la misión de Israel debe ser la misión de la Iglesia cristiana, que el Nuevo
Testamento universaliza las promesas territoriales de Israel, lo cual deja sin justificativo la
idea de una alianza de Dios con el Israel territorial.2
LaRondelle propone redefinir el historicismo según parámetros más bíblicos que
históricos. A continuación, se expresan y evalúan sus principales ideas al respecto.
1 Tim Gebhardt, A Brief History of SDA Interpretation on the Battle of Armageddon (Berrien Springs, MI:
Term Paper, 1977), 17,18.
2 Tim Gebhardt, A Brief History of SDA Interpretation on the Battle of Armageddon, 293.
94
El historicismo según Hans LaRondelle
LaRondelle señala que ―es necesario definir el historicismo cuidadosamente antes
de que podamos discutir su validez y límites‖.1 Por esto analiza algunos de los supuestos
historicistas propuestos por LeRoy Froom e instalados en el adventismo, por ejemplo, que
el historicismo es "el cumplimiento progresivo y continuo de la profecía, en secuencia
ininterrumpida, desde los días de Daniel y el tiempo de Juan, hasta la segunda venida y el
fin del mundo".
Para LaRondelle la definición de Froom implica una cierta exégesis teológica, que
él no identifica, como hilo conductor de su comprensión de lo que constituye un
cumplimiento de la profecía. Un cumplimiento verdadero debe corresponder al significado
previsto por el profeta y por lo tanto, requiere una exégesis de la Escritura en su contexto
literario e histórico. Incluso la Cruz no se explica por sí sola y necesita de una
interpretación divina (ver 1 Co 1: 22-25; 15: 3; Ro 3:25, 26.).
Esto nos lleva a preguntarnos por el origen bíblico del historicismo; es decir, por la
revelación profética que periodiza la historia en épocas sucesivas que conducen hasta el
establecimiento del reino de Dios. Ese origen, según el consenso mayoritario, es el libro
apocalíptico de Daniel, cuyas visiones proceden de su propio tiempo hasta el final de la
historia del mundo, enfocadas de continuo en la historia de la salvación. Se centran en
Israel como el pueblo del pacto de Dios y en sus futuras experiencias. Daniel mismo
proporciona así el criterio teológico por el cual un cumplimiento de la profecía debe ser
evaluado.
1 Hans K. LaRondelle, ―The heart of historicism‖, Ministry Magazine, disponible en:
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/2005/09/the-heart-of-
historicism.html, (consultado el 31 de marzo de 2015).
95
Sobre la base de estas vinculaciones neotestamentarias de las profecías de Daniel
con la era de la iglesia, LaRondelle recuerda que la Enciclopedia Adventista del Séptimo
Día concluye que "el historicismo como método de interpretación se encuentra en la Biblia
misma, y proporciona la clave para la interpretación de los libros apocalípticos de Daniel y
Apocalipsis‖.
La clave hermenéutica que la misma Escritura ofrece, que permite que todos los
creyentes puedan estar al tanto de la norma bíblica para la interpretación de las profecías y
de la veracidad de las aplicaciones históricas es el cristocentrismo. Solamente los
cumplimientos que incumben a Cristo y su pueblo del nuevo pacto aumentarán nuestro
conocimiento de Daniel y Apocalipsis (cf. Dn 12: 4).
Las tradiciones historicistas del pasado tienen que ser probadas según su veracidad
exegética, de acuerdo con la perspectiva bíblica de la historia. Esta calificación teológica
de un verdadero cumplimiento de la profecía debe ser reconocida como el principal
responsable del historicismo. Si profesamos el principio Sola Scriptura, ¿cómo podemos
nosotros, al mismo tiempo alegar, como Froom, que "la historia" como tal "es el verdadero
y último intérprete"?
Nuestra confianza en el fundamento exegético apropiado de las interpretaciones
"historicistas" de la Escritura no puede darse por sentado. Dar cuenta de nuestras
interpretaciones proféticas es una condición bíblica previa a aceptar la responsabilidad
individual por su veracidad (véase 1 P 3:15). Pablo pone todas las manifestaciones del
Espíritu en la iglesia bajo la necesidad de pruebas sobre su veracidad: "No desprecien las
profecías. Examinadlo todo, retened lo bueno" (1 Ts 5:20, 21, NVI.).
96
Si la historia de salvación es el foco de las profecías apocalípticas, debemos probar
y purificar el historicismo mediante la perspectiva bíblica de la historia del pacto. Tenemos
que definir que es un "cumplimiento" histórico, de acuerdo con el tema de la controversia
cósmica en Daniel y Apocalipsis. El Nuevo Testamento nos da la norma cristológica por el
cual hemos de probar cada aplicación histórica de la profecía. La aplicación de esta norma
centrada en Cristo engendra credibilidad a nuestras proclamaciones públicas de las
intenciones divinas de la profecía.
Si nos desentendemos de la historia bíblica del pacto, no podemos evaluar la
veracidad de las reivindicaciones historicistas anteriores. Es nuestro deber como intérpretes
cristianos reexaminar nuestro método de interpretación y aplicación profética para definir
una hermenéutica cristológica consciente y consistente.
El historicismo necesita la reflexión disciplinada de exégetas y teólogos
sistemáticos para afirmar su propia credibilidad teológica y exegética. La verdad de la
Biblia no se establece por una visión de la mayoría de los intérpretes piadosos, sino por una
exégesis veraz, contextual de la Escritura. Esto exige una cooperación de todas las
disciplinas teológicas de la iglesia para que todos los buscadores de la verdad puedan
experimentar una progresiva comprensión de la profecía, basado en los principios del
Evangelio del Nuevo Testamento.
La conexión bíblica del evangelio apostólico con las interpretaciones apocalípticas
sigue siendo el tema crítico para el historicismo adventista. ¿Puede el evangelio tener una
influencia transformadora en nuestras interpretaciones apocalípticas? Si se pasa por alto la
prioridad del evangelio en la interpretación profética, el escollo de la literalidad casi no se
puede evitar. El literalismo, reconocible por sus aplicaciones étnicas y geográficas de
97
Medio Oriente de la profecía, usurpa inmediatamente el lugar primario de Cristo como la
norma decisiva para la interpretación profética. Esta hermenéutica moderna exige
vigilancia renovada en cada generación para salvaguardar la prioridad del evangelio eterno
en las interpretaciones apocalípticas (ver Ap 12:17; 14:12; 20: 4).
Sólo ha comenzado la tarea de un examen honesto del historicismo adventista a
través de una sana exégesis de la Escritura. El problema principal sigue siendo una
definición de los principios del Nuevo Testamento de la interpretación de la Escritura que
se apliquen por igual a las profecías cumplidas y no cumplidas.1 Una prueba tal de nuestras
suposiciones y aplicaciones tradicionales puede conducir a una proclamación más bíblica y
creíble que moverá otra vez el corazón. Algunos teólogos adventistas de vanguardia han
comenzado a reafirmar el principio motivador del protestantismo: ecdesia reformata
semper reformanda, que significa "una reforma que nunca se completa una vez y para
siempre, sino que se renueva y volver a aplicar de generación en generación, a la luz de las
Escrituras‖.
Las ideas de LaRondelle son útiles en su justa medida. Pero el enfoque exegético-
contextual que no atiende con igual interés a ―las cosas que deben suceder pronto‖ deja la
profecía en un terreno más cercano a la homilía que a la proclamación urgente que
despierta a un mundo mostrándole lo que pasó y preparándolo para lo que viene.
Por otra parte, la reforma continua no necesariamente significa cambio continuo.
¿Será posible profundizar sin cambiar, o la reforma requiere la remoción de los hechos
1 D. A. Delafield, ―Verdad Futura y Presente‖ (White Estate, agosto de 1959), 1. Con muy buen tino
Delafield declara que ―cuando se cumple la profecía, tenemos una verdad presente en la cual regocijarnos.
Pero cuando la profecía aún no se cumple, ello es verdad futura, no presente. No obstante, algunas personas,
como una vez lo señalara Jaime White en un editorial de la Review and Herald, creen más en la verdad
futura que en la verdad presente‖.
98
establecidos en el pasado? ¿Las bestias de Apocalipsis son las mismas siempre, o van
cambiando según el tiempo? ¿Daniel y Apocalipsis son evangelios, eslabones de un todo
evangélico, o libros proféticos?
Acerca de los cumplimientos históricos, como por ejemplo los acaecidos en 1755 y
1833, ¿deben entenderse como eventos casuales, mal entendidos como cumplimiento
profético, o señales concretas anunciadas en el pasado de manera concreta? ¿Cuál sería la
norma que distinga el cumplimiento cristológico del cumplimiento histórico?
No se duda que el literalismo geográfico debe ser vigilado, y mucho más siendo
mayoritario hoy en día. Pero un descuido de lo histórico en detrimento de lo exegético-
contextual no parece ser la mejor solución.
Además, que un historicismo ―evangélico‖ sea mejor para evangelizar no está
garantizado. Más bien la Palabra bien trazada, manifestada y cumplida en los tiempos fue
la esencia de la predicación apostólica, y dinamiza el adventismo hasta la fecha.1
Lamentablemente la apelación de LaRondelle en favor de un historicismo
purificado permite cuestionamientos de parte de los oponentes de este enfoque.2
1―Hay elementos en varias profecías bíblicas concretados en la experiencia adventista. Tal evidencia dispara
la dinámica del adventismo, impulsando la iglesia hacia adelante en las partes más remotas del mundo para
cumplir la tarea profética. Jesucristo, el Autor de todas las cosas y el Redentor de los hombres, está pronto a
volver en majestad para inaugurar su reino de gloria. Las profecías cumplidas dan urgencia a la predicación
actual y aseguran la certeza del triunfo futuro. La historia, en efecto, ofrece pruebas convincentes de que la
obra del evangelio, propugnada por los adventistas como su principal preocupación entre todas las empresas
terrenales, es verdaderamente la obra de Dios‖.George Reid, ―History confirms the divine call‖, Ministry
Magazine, disponible en:
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1982/12/history-confirms-
the-divine-call, (consultado el 31 de marzo de 2015).
2 Eduard Hanganu, ―Adventist Historicism Reexamined and Critiqued Basic Draft‖, disponible en:
https://www.academia.edu/11151060/Adventist_Historicism_Reexamined_And_Critiqued_Basic_Draft,
(consultado el 9 de marzo de 2015).
99
Continuidad teológica de los principios
recuperados por Were
LaRondelle toma, refina y desarrolla los principios hermenéuticos de Were,
desnudando las especulaciones modernas sobre cumplimientos proféticos, la verdadera y la
falsa profecía en el antiguo Israel del Nuevo Testamento, y la presencia del remanente fiel
de Israel que será protagonista de los eventos escatológicos finales.1
En lo que probablemente sea su obra cumbre, una especie de manual hermenéutico
para la profecía bíblica, LaRondelle desarrolla técnicamente los principios vislumbrados
por Were medio siglo antes. Estudia el foco cristocéntrico de la Escritura, la clave
interpretativa del AT, los defectos de las interpretaciones literales y alegóricas, la
naturaleza de la interpretación tipológica, la interpretación cristológica y el protagonismo
del remanente en el Nuevo Testamento. En resumen, en esta obra se pule el método
cristológico-eclesiológico vislumbrado por Were desde 1930.2 El impacto de esta obra
excedió las fronteras de la teología adventista.3
En un golpe argumentativo lapidario, LaRondelle señala que ―desde la perspectiva
de la unidad de ambos testamentos, parece claro que cualquier interpretación del
Armagedón no centrada en el Dios de Israel o su Mesías Jesús de Nazaret transforma la
profecía en un ejercicio de adivinación‖.4
1 Hans K Larondelle, Armagedom: O Verdadeiro Cenário Da Guerra Final (Tatuí, SP: Casa Publicadora
Brasileira, 2004).
2 Hans K. Larondelle, The Israel Of God in Prophecy: Principles of Prophetic Interpretation (Berrien
Springs, Mich: Andrews University Press, 1983).
3 Michael J. Vlach, Has the Church Replaced Israel?: A Theological Evaluation (B&H Publishing Group,
2010).
4 Hans K Larondelle, Armagedom: O Verdadeiro Cenário Da Guerra Final 7.
100
―La idea filosófica detrás del literalismo profético es que las profecías del AT deben
tener un cumplimiento literal incondicional en los tiempos del NT, sin considerar el
impacto fundamental de la primera venida de Cristo en la profecía bíblica‖.1
―Las promesas de bendición del AT son cumplidas en la comunidad mesiánica de
fe, no en el pueblo judío como entidad política o étnica‖.2
Una vez establecida su hermenéutica, LaRondelle aplica y ejemplifica el enfoque
cristológico-eclesiológico en el estudio de las profecías escatológicas, e intenta probar que
tanto Jesús como Pablo interpretaron así los escritos de Daniel.3 Con estas herramientas
comenta consistentemente las principales profecías del Apocalipsis. De este modo
LaRondelle actualiza y afirma la viabilidad de la hermenéutica redescubierta por Were. Sus
libros, artículos en la revista Ministry, y clases de posgrado en todo el mundo extendieron
la influencia de la obra de Were mucho más lejos en el espacio y en el tiempo de lo que el
escritor australiano hubiera imaginado.
Influencia de Were en otros teólogos posteriores
Entre los teólogos que reconocen haber sido influenciados en alguna medida por
Were, además de Hans LaRondelle, se encuentra Jon Paulien. Así como LaRondelle
reconoce a Were haber demostrado la naturaleza cristocéntrica de la profecía y la
orientación escatológica de las promesas del pacto de Dios con Israel,4 Paulien reconoce
que Were le contagió su pasión por una comprensión adventista de la profecía orientada al
1 Ibíd., 14.
2 Ibíd., 21.
3 Hans LaRondelle, Las Profecías Del Fin (CreateSpace Independent Publishing Platform, 2015).
4 Quispe, The Apocalypse in Seventh-Day Adventist Interpretation, 155.
101
evangelio y a la vez relevante para la vida cotidiana.1 Además, Paulien recomienda que en
el estudio de las profecías se tenga en cuenta de qué manera el evangelio transforma las
metáforas del Antiguo Testamento a la luz de lo que Cristo ha hecho.2
A tono con su recomendación, Jon Paulien interpreta el secamiento del Éufrates y la
irrupción de los reyes del oriente con los mismos elementos hermenéuticos que proveyera
Were, llegando a las mismas conclusiones que el australiano.3 Por cierto, declara lo
siguiente ―¿Entonces cuál es el objetivo de Apocalipsis 16:15? En medio del texto que
refiere a la batalla del Armagedón, hay una referencia a la preparación espiritual para la
venida de Jesús. La preocupación primaria del libro de Apocalipsis no está puesta en
hechos políticos y militares, sino en cómo afectan al pueblo de Dios‖.4 El conflicto
venidero, Armagedón, será versus un espiritismo que aglutinará todo contra los fieles de
Dios.5
Jon Paulien, como Were en su momento, percibe la necesidad de profundizar el
historicismo. Intentando un acercamiento con la erudición evangélica, Paulien reconoce
que el historicismo como método para interpretar Apocalipsis ha sido marginado y, a
veces, incluso ridiculizado en el proceso académico.6 Sin embargo, declara que Apocalipsis
1 Ibíd., 219.
2 Jon Paulien, The Deep Things of God (Hagerstown, MD: Review and Herald Publishing Association, 2004),
144.
3 Jon Paulien, Las Siete Claves del Apocalipsis (Mexico: Gema Editores, 2012), 105-115.
4 Ibíd., 118.
5 Jon Paulien, Armageddon at the Door: Is Your Armor On? (Autumn House Publishing, 2008).173.
Kwabena Donkor, ―Evolutionary Thought, Spiritualism, and The End of The Time‖, en The Great
Controversy and the End of Evil, Biblical Research Institute (Silver Spring, MD: Pacific Press Pub.
Association, 2015), 233.
6 F. Kermode, luego de referir el chasco millerista, declara que ―estas operaciones fundamentalistas están
muy lejos del estudio docto del apocalipsis; los especialistas pueden interesarse en lo apocalíptico popular,
pero ya no hacen sus propias predicciones numéricas; aunque podemos recordar que John Napier, quien
inventó los logaritmos, y Newton, quien explicó los desplazamientos planetarios, dedicaron gran parte de su
102
Apocalipsis es una obra multivalente que trasciende un enfoque exclusivo. Un enfoque
adventista puede aportar ideas importantes a los estudios evangélicos.1
El historicismo remozado que propone Paulien:
se basa en el significado natural de la intención de Juan, pero llega a ver un propósito
divino más profundo a través de la confirmación de la historia y / o posterior
revelación. Hay una analogía para esto en el NT en sí mismo. Los escritores del NT
vieron el AT con la sabiduría del tiempo pasado y vieron la mano de Dios en esos
textos de una manera que los autores humanos de esos textos no percibieron en su
momento. ¿No deberíamos estar preparados para una expansión similar del
significado de nuestra propia perspectiva del tiempo transcurrido?2
También William Shea refiere a la batalla espiritual de Armagedón como un
conflicto final que debe ser visto ulterior y esencialmente como una lucha espiritual en el
que los personajes principales son sobrenaturales, Cristo y su archi-antagonista, "el gran
dragón, esa serpiente antigua, que se llama el Diablo y Satanás, el engañador del mundo
entero" (Ap 12: 9), y el desafío del pueblo de Dios será similar al que afrontó el pueblo
frente a Elías en el monte Carmelo‖.3
En lo que tiene que ver con el mundo de habla hispana se destaca la continuidad de
las ideas de Were en los libros de Antolín Diestre Gil, en Europa, y en alguna medida en la
extensa docencia de Humberto R. Treiyer.4
tiempo a esta actividad. Pero ha prevalecido el escepticismo. Las instituciones eclesiásticas establecidas han
descubierto desde hace tiempo que hablar del fin resulta algo embarazoso‖. Frank Kermode, ―Aguardando
el Fin‖, en La Teoría Del Apocalipsis y los Fines del Mundo, Malcolm Bull (Oxford: Blackwell Publishers,
1995), 296, 297. Paulien intenta acercar la posición escatológica adventista a la prejuiciada erudición
contemporánea.
1 Jon Paulien, ―The End of Historicism? Reflections on the Adventist Approach to Biblical Apocalyptic—Part
Two‖, Journal of the Adventist Theological Society (2006): 208.
2 Jon Paulien, ―The End of Historicism? Reflections on the Adventist Approach to Biblical Apocalyptic—Part
One‖, Journal of the Adventist Theological Society (2003): 43.
3 William Shea, ―The location and significance of Armageddon In Rev 16: 16‖, Andrews University Seminary
Studies 2 (1980): 162.
4 El Dr. H. Treiyer ejerció la docencia en instituciones universitarias de Argentina tales como la Universidad
Adventista del Plata y el Instituto Superior del Profesorado; en la Universidad Adventista de Centroamérica,
Costa Rica; en la Universidad Adventista de Colombia; y en Filipinas, en el Adventist International Instítute
103
En su libro Enigmas Descifrados,1 H. Treiyer abunda en los conceptos de Louis
Were (hay 5 libros del australiano en la bibliografía final de la obra). De hecho, este autor
fue quien trajo sus materiales desde Australia a la Argentina. Por ejemplo, analiza la
transición de lo literal a lo simbólico con estas palabras:
La crucifixión de Jesucristo marcó un gran cambio en la identificación de lugares,
puntos cardinales y referencias geográficas en las profecías; de hecho, la literalidad
de estas referencias geográficas caducó con ese trascendental evento. ¿Qué queremos
decir con esto? Que hasta la cruz el pueblo de Dios, los judíos, ocupaban un lugar
geográfico definido, lugar qu el mismo Dios les había asignado despojando a los
pueblos corruptos y extremadamente crueles que habitaban ese territorio. Hasta la
muerte de Cristo en la cruz, el gran centro del planeta, el gran punto focal de
referencia de toda la Biblia, era un monte literal, el Monte Moria, más conocido
como Monte Sión, una Sión literal, una Jerusalén literal, y, por extensión, una
Palestina literal, una Babilona literal (sic), un Éufrates literal, un Egipto literal, un
Norte, un Este y un Sur literales, etc. Sin embargo, todas las referencias geográficas
proféticas se volvieron simbólicas o espirituales a partir de la cruz. ¿Por qué este
cambio? Como ya se mencionó, a causa del rechazo que habría de experimentar el
pueblo judío como nación escogida de Dios‖ (Mateo 23:38)‖.2
No sorprende, en consecuencia, que H. Treiyer siga muy de cerca toda la
interpretación que Were hace de Daniel 11. Quizá su mayor diferencia estribe en que
Treiyer considera la tierra gloriosa como una mención al poder norteamericano aliado al
papado en el fin del tiempo, presentando cinco argumentos en apoyo de esto.3
of Advanced Studies. Adicionalmente dictó cursos en el Instituto Adventista de Ensino (Brasil); en la
Universidad Adventista de Chile; en el Colegio Adventista de Sagunto (España) y en Solusi University
(Zimbabwe).
1 H. R. Treiyer, Enigmas descifrados: conozca los fascinantes misterios de Daniel capítulos 11 y 12
(Mayaguez PR: Antillian College Press, 2006).
2 Ibíd., 26.
3 (1) Esa ―tierra" comenzaría a hacer sentir su presencia en mundo hacia fines del siglo XVIII; (2) En esa
tierra se conservaría, como en ningún otro país de ese entonces, la revelación de Dios en su pureza; (3) Con
el paso del tiempo esa pureza se iría perdiendo dando lugar a una generalizada apostasía [el texto paralelo lo
anticipa con claridad meridiana al indicar que el ―rey del Norte‖ habría de entenderse ―con los que
abandonen el santo pacto" (11:30)]. (4) Precisamente en tiempos de esa apostasía esa nación habría de
transformarse en una superpotencia mundial única ya que de lo contrario no podría ayudar al ―rey del
Norte‘ a lograr el dominio mundial descripto en los vv. 41 a 43. (5) EI verbo ‗entrar‘ utilizado en la
expresión clave ―entró en la tierra gloriosa‘‘, parecería anticipar que no habría de ser conquistada por el
―rey del Norte‖ por medio de fuerza, sino que esa estrecha colaboración implìcita entre ambos habría de ser
resultado de un proceso de acercamiento y entendimiento paulatino y pacífico. En otras palabras, sería la
104
Como demostración del impacto de las ideas de Were más allá del mundo
angloparlante se hallan los voluminosos libros del español Antolín Diestre Gil, quien
continúa el legado hermenéutico de Were y LaRondelle y lo aplica a las profecías de
Daniel y Apocalipsis, documentándolo históricamente con particular detalle. Su
contribución especial consiste en expresar en buen castellano las ideas de Were y
LaRondelle, y añadirle profusa y actualizada evidencia histórica1, quizá más que la
necesaria.
Al analizar Daniel 11, Diestre Gil admite la influencia de Were y LaRondelle.
Declara que LaRondelle ―nos ha legado una contribución que tiene que ver con la correcta
hermenéutica de los pasajes que estamos estudiando, y que sirve para otros relativos a
promesas y profecías escatológicas del Antiguo Testamento. Lo logra ―después de haber
estudiado a otro precursor, Louis F. Were, quien pone en práctica el método que
posteriormente LaRondelle sistematizará‖.2
Al sentar las bases de su exposición de Daniel 11, Diestre Gil resume los puntos de
la hermenéutica que establece Were, y posteriormente desarrolla y sistematiza LaRondelle:
la significación teológica del nombre Israel, ―junto al concepto de Israel de Dios‖, y su
aplicación cristocéntrica en el NT.3
Otro teólogo influido por Were, cuya docencia extendió por muchos años los
apostasía de la ―tierra gloriosa" la que abriría las puertas a la entrada pacífica del ―rey del Norte‖ en ella.
Ibíd., 163. Esta posición es original de Treiyer y ha sido criticada en recientes publicaciones Carlos Elías
Mora. H. se advierte que Treiyer penduló entre los enfoques de Were y Smith.
1 Antolín Diestre Gil, El Sentido De La Historia Y La Palabra Profética: Un Análisis De Las Claves
Históricas Para Comprender El Pasado, Presente Y El Futuro Político-Religioso De La Humanidad Desde
La Civilización Babilónica Hasta El Nuevo Orden Mundial (Terrassa, Barcelona: Editorial CLIE, 1995),
763-809.
2 Diestre Gil, El Sentido De La Historia y La Palabra Profética, 326.
3 Ibíd., 326-337.
105
postulados principales de este autor entre los estudiantes de teología del cono sur
americano, es David Gullón. Al introducir un artículo sobre el Armagedón, David Gullón
declara que:
A esta guerra varias veces milenaria la denominamos la guerra escatológica, y en esta
investigación presentaremos el alcance de la escatología apocalíptica, lo que la Biblia
dice acerca de esta guerra, los principios de interpretación que seguiremos y la
identidad de la escatología del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, y por
consiguiente la unidad y continuidad de la guerra escatológica.1
En este artículo Gullón trazará los principios de Were con ejemplos de ambos
testamentos. Reconoce que ―el alcance de la escatología apocalíptica es muy amplio y no
se centra únicamente en los eventos de los días finales, sino que comprende todo el tiempo
que abarca la Revelación, es decir los tiempos del Antiguo y del Nuevo Testamento. El
conflicto entro el bien y el mal es el centro y la columna vertebral de la profecía
escatológica y por lo tanto la historia ocupa un lugar importante en su alcance y
desarrollo‖.2 Declara que ―el alcance de la escatologia apocalíptica es cristocéntrico y no
meramente geográfico, y se centra sobre Israel ya que en las profecías de los días finales
Israel aparece en el centro del conflicto entre el bien y el mal‖ colocando así en la misma
posición planteada por Were, a quien cita tres veces en su artículo.3 Con claridad señala que
―la interpretación cristológica consistente del Antiguo Testamento por el Nuevo
Testamento, tiene implicaciones hermenéuticas de largo alcance para la escatología.
Podemos decir que, a semejanza de una elipse con sus dos centros, las dos venidas de
Cristo constituyen los dos centros de la escatología del Nuevo Testamento. Cristo y el
pueblo del pacto de todas las edades son la norma para el cumplimiento final de las
1 David Gullón, ―Identidad y continuidad de la guerra escatológica,‖ Enfoques (1976): 69.
2 Ibíd.
3 Gullón, ―Identidad Y Continuidad De La Guerra Escatológica‖, 89,90.
106
promesas y las maldiciones del pacto‖.1 En cuanto a la relación con la tipología y la
escatología afirma que ―los tipos genuinos del Antiguo Testamento son realidades, sean
personas, eventos o cosas del Antiguo Testamento, que más tarde, escritores inspirados
muestran que tienen una correspondiente realidad espiritual que reemplaza al hecho
histórico. Con frecuencia tienen significado espiritual tanto para el tiempo cuando fueron
dados como para el futuro‖.2 Finalmente, asombrado, escribe que ―lo sorprendente del
apocalipticismo del Nuevo Testamento es que reinterpreta básicamente lo apocalíptico del
Antiguo Testamento; mantiene el mismo simbolismo, fraseología y centro, pero con una
interpretación cristocéntrica‖.3 De esta manera, D. Gullón se ajusta también a la
hermenéutica propuesta por Were treinta años antes de la publicación de este artículo. Sin
ella, se pasa totalmente por alto la era cristiana, la comprensión de Cristo acerca de las
profecías de Daniel y la enseñanza paulina sobre el misterio de la iniquidad.4
La teología sistemática adventista contemporánea avala
un Armagedón espiritual
Norman Gulley concuerda en que el Armagedón, contrariamente a lo que se cree
hoy mayoritariamente en el mundo protestante, no es una lucha económica ni política sino
religiosa, en un mundo polarizado entre dos bandos: los que están con Dios y los que se le
oponen. En la Biblia, un suceso local puede tipificar algo a escala mundial. Esto es realidad
también en relación con el Armagedón, ya que muchas batallas bíblicas fueron definidas
por Dios cerca de esa zona. En esos eventos se veían tres elementos comunes: (a) el
1 Ibíd., 73.
2 Ibíd., 75.
3 Ibíd., 79.
4 Gullón, ―Surgimiento y desarrollo de la escuela futurista de interpretación profética: su influencia en el
premilenarismo y en la escatología evangélica del siglo XIX y XX‖.17.
107
enemigo excedía en número al pueblo de Dios: (b) pero fue completamente destruido por
Dios para que de ese modo (c) su pueblo fuera totalmente liberado.1
Las naciones encuentran su lugar en la Biblia solo si tienen que ver con el pueblo de
Dios, ya sea por apoyar al pueblo de Dios o por combatirlo.2
El Armagedón no vendrá antes de la ley dominical o el decreto de muerte, porque
ocurre durante la sexta plaga.3
Aunque la etimología precisa del término sigue siendo debatida, lo cierto es que hay
consenso acerca del sentido de esta batalla como significando la definición del gran
conflicto de las edades.4
Teólogos sudamericanos reafirman la
hermenéutica adventista
Otro hito importante para la escatología adventista fue el V Simposio Bíblico
Teológico Sudamericano, celebrado en Ingeniero Coelho, en 2002. Allí se dejó expresado
que:
1. El elemento escatológico es una parte esencial de la profecía bíblica, hallando su
centro y clímax en la persona de Jesucristo y su obra redentora.
2. El elemento profético de las Escrituras es genuinamente predictivo y se cumple a
lo largo de la historia humana.
3. El historicismo es el método bíblico de interpretación profético-apocalíptico.
1 norman r gulley, cristo viene!: un enfoque cristocéntrico de los eventos de los últimos días (Buenos Aires:
Asociación Casa Editora Sudamericana, 2003), 589-591.
2 Ibid., 592.
3 Ibid., 593
4 Angel Rodríguez, ―The Battle Over Armageddon‖, Advenist Review, s. f. disponible en:
http://archives.adventistreview.org/2001-1506/story3.html, (consultado el 24 de marzo 2015).
108
4. El principio día-año debe ser utilizado en la interpretación de los elementos que
figuran en las profecías apocalípticas en las que se utilizan los símbolos para describir
entidades más amplias.
5. Las 2300 tardes y mañanas de Daniel 8:14 representan 2300 años, los cuales
comenzaron en el año 457 a.C. y terminaron en 1844 d.C. cuando comenzó en el Santuario
Celestial el juicio investigador previo al advenimiento.
6. La doctrina de la inmortalidad condicional del ser humano y la noción correcta de
la destrucción final de los impíos es el fundamento para la comprensión de la escatología
bíblica.
7. La segunda venida de Cristo se describe como un solo evento, literal y visible,
cuando los justos de todas las edades serán llevados al cielo, donde reinarán con Cristo mil
años.
8. No hay base bíblica para cualquier teoría alternativa, como ser el arrebatamiento
secreto de la Iglesia antes de la parusía o un reino judío-mesiánico en la tierra durante el
milenio.
9. Hay señales que indican el inminente regreso de Cristo, pero conviene ser
cuidadosos para no atribuir significados escatológicos a eventos no claramente
determinados en las Escrituras.
10. La iglesia adventista del séptimo día es la comunidad escatológica a la que Dios
encomendó la tarea de proclamar al mundo mediante el poder del Espíritu Santo el
evangelio eterno en el contexto del mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12.1
1 Ron Du Preez, ed., Prophetic Principles: Crucial Exegetical, Theological, Historical & Practical Insights
(Lansing, MI; Berrien Springs, MI: Michigan Conference of Seventh-day Adventists ; Printed by LithoTech
Graphic Services, 2007.)301; Alberto Timm, Amin Rodor, y Vanderlei Dorneles, O Futuro: A Visao
109
Daniel 11 en la interpretación profética actual:
continuidad y variantes
Se ha entendido que el rey del Norte o Seléucida que gobernó Siria y Babilonia, en
el tiempo del fin atañe a la Babilonia espiritual (Ap 14:8, 17:5; 18), y que el rey del Sur o
Ptolomeo que gobernaron Egipto, en el tiempo del fin representa al Ateísmo. Estos poderes
antagónicos son parte de la misma bestia ya que ambos luchan contra el ―pacto santo‖.
Diestre Gill afirma: ―El ‗Norte‘ alude a lo ‗religioso‘ hasta el extremo de actuar como si
fuera Dios, mientras que el Sur apunta a lo puramente ‗humano‘ apoyándose en sí mismo,
no tiene en cuenta las directrices divinas‖.
Carlos Mora se diferencia de Were en el detalle de que Edom, Moab y Amón
abandonan el remanente en lugar de unirse a éste.1 Más allá de pequeñas variantes ambos
se ajustan a la misma hermenéutica de Were y LaRondelle.2
Falencias en la obra de Were
La reacción de Arthur White al visitar Australia fue decididamente negativa, ya que
acusaba a Were de destruir la confianza de la iglesia en buenos dirigentes, y de desacreditar
en Australia todo lo que hubiera escrito Smith.3 Esto desagradaba a White ya que
Adventista dos Últimos Acontecimentos. Artigos teológicos apresentados no V Simpòsio Bíblico-Teológico
Sul- Americano em homenagem a Hans K. LaRondclle (Sao Paulo: Unaspress, 2004). xv.
1 Carlos Mora, Dios Defiende A Su Pueblo (México: Adventus, 2012), 180. Mora, ―Los Posibles Significados
de las Expresiones ‗La Tierra Gloriosa‘ y ‗El Monte Glorioso y Santo‘ en el libro de Daniel,
Particularmente 8:9; 11:16,41,45 y su Connotación Escatológica‖, 198, nota 2.
2 Carlos Mora, Dios Defiende A Su Pueblo, 3-9.
3 Arthur L White, ―Louis Were in Australia‖, 6 de agosto de 1959.1.
110
Pensamientos Sobre Daniel y Apocalipsis había sido instrumental en la penetración del país
con el mensaje adventista.1
Arthur White, describe el modus operandi de Were luego de la cesación de su
empleo denominacional como subrepticio, entregando sus libros en los campestres de la
iglesia y evitando a los dirigentes que se oponían a su labor. Además, veía que Were hacía
de la cuestión de entender el Armagedón un punto esencial para la salvación, tildando de
herejes a los que pensaban diferente, lo cual asustaba a las personas y dividía a las iglesias.2
En algunos lugares, además, se movía de manera reservada y celebraba reuniones de
carácter secreto, recibiendo fondos de sus simpatizantes y a veces diezmos. A. White veía
malos frutos en la obra de Were.3
R. Eldrige, un obrero que simpatizaba con Were, a quien Arthur White pedía no
recomendar los libros del australiano, respondía que las obras eran de buen tono y
erudición, y los informes que se daban respecto de él no eran veraces. Eldrige aseveraba no
haber leído ningún estudio tan serio de los escritos de Elena de White a no ser los del
mismo White Estate.
1 Bruce Manners, ―Publish or Perish: A study of the role of print in the Adventist Community‖ (Tesis
Doctoral, Monash University, 2004).5. ―Al principio, los primeros predicadores adventistas celebraron
pocas reuniones. Su prioridad era la distribución de literatura. Así que comenzaron a distribuir
extensamente tanto folletos como las dos grandes apologías adventistas, El Gran Conflicto de la Sra. White
y Pensamientos de Daniel y Apocalipsis de Uriah Smith. Estos libros se vendían a menudo de casa en casa
antes de comenzar las reuniones para despertar el interés en su mensaje‖.
2 Robinson, ―Did Mrs. White Define the King of the North?‖ 5. Robinson declara que ―los principales
pioneros podían trabajar juntos sin estar de acuerdo hasta en el mínimo asunto ¿no podemos permitirnos la
misma libertad al afrontar divergentes puntos de vista de la profecía no cumplida, sin acusar a nadie de
presentar peligrosas herejías‖? Esta actitud no se advierte en algunos reparos de Arthur White respecto de
las polémicas suscitadas por Were.
3 White, ―Louis Were in Australia‖.
111
Eldrige daba testimonio de que Were se había esforzado por utilizar los canales de
publicación regulares, pero al no tener éxito, había decidido publicar por su propia cuenta.1
Remataba su carta de defensa citando Testimonios Para los Ministros, página 70:
―El Espíritu Santo, de tanto en tanto, revelará la verdad a través de sus propios
organismos elegidos; y ningún hombre, ni siquiera un sacerdote o gobernante, tiene
derecho a decir: No darás publicidad a tus opiniones, porque yo no las creo. Ese
maravilloso "yo" puede tratar de derribar las enseñanzas del Espíritu. Los hombres
pueden intentar durante un tiempo ahogar y matar a la verdad; pero eso no hará que
el error sea la verdad, o la verdad error‖.
Were era un orador dinámico y evangelista éxito. Su estilo de escritura, sin
embargo, tendía a ser verborrágico. Por otra parte, no examinó del todo algunos supuestos
en otras áreas de su teología por estar preocupado mayormente con las opiniones de la
iglesia referentes a la escatología entre las dos guerras mundiales. Además, sus modos no
resultaban demasiado suaves.
George R. Knight solía decir en sus clases que debiera haber un undécimo
mandamiento: no harás teología contra tu prójimo. La razón es simple: cuando una
persona defiende su posición, en realidad tiende a crear polarización teológica. Casi
inconscientemente la persona se refugia en una postura defensiva y predispone a que otros
alrededor hagan lo mismo.2
Probablemente la teología de Were haya predispuesto a mayor polarización en el
adventismo de sus días, y algo de eso se haya trasvasado hasta nuestros días. Además, no
todas sus opiniones escatológicas eran acertadas.3 Incluso Louis Were sigue siendo
1 R. M. Eldridge, ―Louis Were in Australia‖, 14 de octubre de 1959, 1,2.
2―The 1919 Bible Conference and Theological Polarization‖.
3 Marc Alden Swearingen, Tidings out of the Northeast: a general historical survey of Daniel 11 (Coldwater,
MI: Remnant Publications, 2006), 49,75. El consenso actual no favorece la sucesión de siete reyes que en su
momento propuso Were: Egipto-Asiria-Babilonia-Medopersia-Grecia-Roma pagana-Roma papal. Were
omite de la secuencia a Francia, mientras que en otras publicaciones destaca su condición de bestia. Louis
F. Were, The King of the North at Jerusalem: God’s People Delivered (St. Maries, ID: L.M.N. Publishing
112
republicado por algunos grupos disidentes de la organización adventista, lo cual tiende a
rebajar el valor de sus escritos.1 Pero Were consideraba que los pequeños detalles futuristas
en las ideas de Smith respecto de Daniel 11 y Armagedón representaban una grieta en el
todo teológico adventista, lo cual era peligroso desatender. El consenso en el error suele ser
más nocivo que el disenso en busca de la verdad.
No obstante, a diferencia de otros contemporáneos que polemizaron con los
dirigentes adventistas australianos, Were permaneció en la iglesia hasta su fallecimiento.2
International, Incorporated, 2002), 66. Louis F. Were, The Woman and the Beast in the Book of Revelation:
Studies in Revelation12-20 (First Impressions, 1983), 165.
1 Louis F. Were, ―The Twelve Tribes of Israel‖, Our Firm Foundation (2011): 5.
2 Hook, ―Louis Were‖, 68-71.
113
CAPÍTULO V
REVISIONISMO PROFÉTICO EN LA IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DÍA
Aunque la hermenéutica historicista resultó fortalecida por los aportes de Louis
Were, en los últimos años este enfoque interpretativo ha sido discutido ya no solamente
desde fuera del adventismo sino desde algunos sectores internos. En este capítulo se
detallarán las críticas realizadas a la hermenéutica escatológica y a los efectos de la misma
tocante al mensaje y misión de la iglesia. ¿Los nuevos aportes están profundizando y
confirmando, o diluyendo y desviando? ¿Qué similitudes o diferencias se pueden establecer
entre el revisionismo hermenéutico de Were y el de algunos académicos contemporáneos?
Razones para el descrédito del Historicismo
Luego del Gran Chasco la estructura hermenéutica del fijado de fechas quedó
completamente desacreditada fuera del pequeño círculo del grupo millerita sobreviviente, y
en Norteamérica la sociedad le dio la espalda a la especulación milenarista por una
generación.1 Esta consecuencia, esperable entre quienes no aceptaron la validez de la fecha
1 Martin Ballard, End-Timers: Three Thousand Years of Waiting for Judgment Day (Santa Barbara,
California: Praeger, 2011), 142. Además, la reinterpretación de este traumático evento por parte de los
114
del 22 de octubre de 1844 como inaugural del juicio previo al advenimiento, dejó al
historicismo casi como una pieza de museo. El mundo erudito quedó disociado de este
enfoque.
Surge el revisionismo profético adventista
Hubo un tiempo en el que los intérpretes adventistas del séptimo día estaban
monolíticamente comprometidos con el método historicista de interpretación profética, aun
con diferentes abordajes hermenéuticos. Actualmente la IASD está explorando una variedad de
enfoques hermenéuticos en su aproximación a los libros de Daniel y Apocalipsis, y algunos
de ellos relativizan la importancia de la escuela historicista de interpretación profética.
Probablemente a causa de la creciente presión del mundo académico,1 la apocalíptica
adventista, según lo perciben algunos observadores internos2 y externos, se ha venido
fragmentando.3 Y esta misma fragmentación, como si retroalimentara un círculo vicioso,
produce dispares interpretaciones que generan nuevas críticas.4
creyentes que lo sobrevivieron fue objeto de miradas inquisidoras diversas. Ver Leon Festinger, Henry W.
Riecken, y Stanley Schachter, When Prophecy Fails (Minneapolis: University of Minnesota Press, 1956). 1 Kenneth G. C. Newport, Apocalypse and Millennium: Studies in Biblical Eisegesis (Cambridge University
Press, 2000). Este libro es un notable ejemplo de las acusaciones que el mundo académico contemporáneo
hace a la hermenéutica adventista. Es probable que las mismas generen una especie de ―timidez
hermenéutica‖ con la consecuente dilución escatológica.
2 Alberto Timm, ―‗Hermenéutica ASD: 1844-1999. Un Breve Panorama Histórico‘.‖, En Entender la
Palabra. Hermenéutica Adventista para el Nuevo Siglo (Cochabamba, Bolivia: Editoria UAB, 2000)19-48. Según Timm, a lo largo de la historia se aprecian al menos cuatro períodos definidos de desarrollo
hermenéutico: el período de las definiciones hermenéuticas, de 1844 a 1863, el período de la consolidación
hermenéutica, de 1863 a 1915, el período de perfeccionamiento hermenéutico, de 1915 a 1970, y el período
de los desafíos y refinamientos hermenéuticos, entre 1970 y 1999.
3 Thomas Robbins y Susan J. Palmer, Millennium, Messiahs, and Mayhem: Contemporary Apocalyptic
Movements (Psychology Press, 1997), 213.
4 En su crítica al historicismo, E. Hanganu observa apropiadamente que la definición adventista de este
método hermenéutico está fragmentada en varios formulaciones irregulares que en su conjunto ha
producido interpretaciones proféticas desiguales. Hanganu, ―Adventist Historicism Reexamined And
Critiqued Basic Draft‖, 73.
115
Algunos autores adventistas no están dispuestos a afrontar un debate hermenéutico
contra una mayoría de teólogos opuestos al historicismo1. Los promotores del nuevo
enfoque revisionista no dudan en restringir su enfoque escatológico al mundo
contemporáneo, considerando obsoleta la comprensión adventista historicista respecto de
cumplimientos específicos de la profecía en toda la historia humana.2 Este enfoque, de ser
aceptado, no sólo generaría una ruptura significativa con la hermenéutica historicista, sino
que eclipsaría la identidad profética de la iglesia como un movimiento fundado en los
cumplimientos proféticos del siglo del siglo XIX.3
E. Mueller plantea que los desafíos a las doctrinas establecidas y la interpretación
profética adventista son de esperar4. Probablemente todas las denominaciones cristianas e
incluso religiones no cristianas tienen que experimentar el fenómeno de que sus principios
sean cuestionados por parte de sus propias comunidades. Hasta un cierto
punto esto puede ser beneficioso, ya que es bueno que la gente luche con cuestiones
teológicas y no sean indiferentes o acepten las doctrinas establecidas
con ―fe ciega‖.
La verdad tiene que pasar la prueba. A veces los desafíos a las interpretaciones
bíblicas pueden ser correctos y deban formularse mejores explicaciones. Además los
1 André Reis, ―Perspective: 1844 - Pillar of Faith or Mortal Wound?‖, Spectrum, 22 de octubre de 2015,
https://spectrummagazine.org/article/2015/10/22/perspective-1844-pillar-faith-or-mortal-wound. 2 Valga como ejemplo la siguiente declaración: ―No importa nuestra interpretación, si se transmite el mensaje
de que Dios está en control, entonces tal vez no tenemos que estar de acuerdoen todo. En cuanto a mí, creo
que cuando me encuentro con Jesús, me llevará al cielo sea que pueda o no pueda identificar con precisión
quién era el rey del norte‖. Loren Seibol, ―Islam in Bible Prophecy‖, Spectrum, 18 de octubre de 2012,
http://spectrummagazine.org/article/column/2012/10/18/islam-bible-prophecy.
3 Ofuturo: A Visao Adventista Dos Últimos Acontecimentos. Arti- Gos Teológicos Apresentados No V
Simpòsio Bíblico-Teológico Sul-Americano Em Homenagem A Hans K. Larondclle (Engenheiro Coelho,
SP: Unaspress, 2004), 282.
116
desafíos a las interpretaciones adventistas a menudo han llevado a una mayor investigación
y han confirmado y fortalecido la posición de la Iglesia. Por lo tanto, hay aspectos
positivos.
Sin embargo, también se detectan aspectos negativos. Si alguien lucha por
entender y está abierto al consejo, si alguien con toda humildad sugiere otra interpretación
de un pasaje bíblico sin ser dogmático acerca de sus puntos de vista, es una cosa. Pero es
distinto cuando se critica vehementemente a la Iglesia. Si son atacadas las principales
posiciones de la Iglesia el asunto puede resultar bastante incómodo. Todo ello puede
conducir a algunos miembros de la iglesia por mal camino, ocupar indebidamente a
pastores, administradores y teólogos, y distraer a la Iglesia de su misión1.
Por ejemplo, en 1974, Jack W. Provonsha, profesor de filosofía y ética cristiana en
la Universidad de Loma Linda, argumentó que todas las intervenciones de Dios en la
historia y la vida personal de cada uno son algo así como ―segundas venidas‖. Esta idea,
confortadora como parece, es un alejamiento de la creencia adventista en una parusía tan
histórica como lo fue el primer advenimiento de Cristo.2
En su tesis doctoral, Kai Arasola, entonces presidente de la Asociación del Este de
Finlandia sotuvo que luego del chasco millerita el historicismo cayó en descrédito y fue
suplantado por el dispensacionalismo3. Sin embargo, esta posición fue refutada más tarde
por P. Gerard Damsteegt,4 y otros.1
1 Ekkehardt Mueller, ―Challenges to the Adventist Interpretation of Apocalyptic Literature‖, Journal of Asia
Adventist Seminary 13, no 1 (julio de 2010): 49–70.
2 Jack Provonsha, God with Us (Washington: Review and Herald, 1974), 143.
3 Kai Arasola, The end of historicism: Millerite hermeneutic of time prophecies in the Old Testament
(Uppsala: K. Arasola, 1990). 4―La Profecía No Cumplida Asestó Un Golpe Fatal Para El Corazón De La Identificación Del Movimiento
Millerita Pero No Puso Fin Al Adventismo Milenarista‖. Ver Jerry L. Walls, Ed., The Oxford Handbook Of
117
Poniendo la base para su apelación a un mayor ―desarrollo doctrinario‖ Rolf Pohler
reclama que ―hay algunas preguntas que necesitan ser abordadas:
¿Qué le ha pasado al movimiento adventista desde el momento de su nacimiento?
¿Estamos todavía en camino, continuando la acción reformadora con vigor y celo?
¿O quizá ya la hemos completado, alcanzando el punto de inflexión después de lo
cual no hay más verdades para ser descubiertas, ni doctrinas que reformar, ni
comportamiento que cambiar? ¿Acaso seguiremos los pasos de nuestros predecesores
por dormirnos en los laureles, satisfechos con lo que hemos logrado, sin mayor
crecimiento, resistiendo el avance de la verdad, convirtiéndonos en aburridos
tradicionalistas? ¿Acaso estamos prometiendo más de lo que realmente podemos
ofrecer? ¿Somos guardianes de la llama o simplemente preservadores de cenizas?2
En el mismo sentido Schantz y Bruinsma declaran que ―por extraño que parezca es
exactamente tratando de preservar una valiosa tradición que los eventuales reformadores de
las tradiciones eclesiásticas se han convertido a sí mismos en rígidos tradicionalistas‖.3
Nótese que Pohler no habla de profundizar las verdades que tenemos sino de
descubrir nuevas verdades. El mismo autor agrega que estudios recientes de la historia
teológica adventista han demostrado que los adventistas han mejorado y ajustado su
teología en varias ocasiones con el transcurso del tiempo. Es de esperar que también se lo
haga en el futuro, a menos que dejamos de crecer en la fe y nos negamos a seguir
avanzando en nuestras creencias. En tal caso nos convertiríamos en tradicionalistas, al igual
que otros a los que evaluamos críticamente.4
Eschatology, Oxford Handbooks In Religion And Theology (New York ; Oxford: Oxford University Press,
2010).
1―El hecho de que la mayoría de los comentaristas de los últimos 150 años hayan abandonado su propio
patrimonio historicista no justifica seguirlos por el acantilado del futurismo o sumergirse en el estanque del
preterismo‖. R. Steven III Norman, ―Elder Edward Earl Cleveland Memory and Recognition of a Life of
Service‖, accedido 31 de marzo de 2015, http://eeclevelandministries.org/life.php.
2 Borge Schantz and Reinder Bruinsma, Exploringthe Frontiers of Faith: Festschrift in Honour of Dr. Jan
Paulsen (Lueneburg, Germany: Advent-Verlag, 2009), 158.
3 Ibíd., 159.
4 Ibíd., 165.
118
Añade que hay una diferencia crucial entre la estima de la propia tradición, y la
reverencia casi idólatra de ella que va en detrimento de la iglesia y su avance. Sin perder la
riqueza de la experiencia y puntos de vista de nuestros predecesores espirituales, la
tradición sin duda que es una invalorable fuente de información, inspiración y motivación.
Pero nunca debe ser usada para impedir estudios más profundos de la verdad, o para ahogar
el progreso intelectual de los creyentes, o para obstaculizar el crecimiento doctrinal de la
iglesia.1
Se arguye que honrar el pasado significa avanzar en el espíritu de los predecesores,
imitando su actitud, principios y aprendiendo de sus experiencias sin dejar de avanzar
constantemente en el entendimiento y aprecio de la verdad revelada.2
Se sugiere que quizá la misión hoy no sea la misma que hace 150 años, que la
iglesia fracasó en su énfasis en la segunda venida, dado que las iglesias evangélicas han
tomado la delantera en este sentido (que incluye su idea de rapto), y que no se conoce
personaje renombrado que haya sido ganado para la observancia del sábado.3 Se aboga por
un enfoque más político-económico y ecológico en la misión, de manera que se gane en
relevancia.4
A estos clamores revisionistas se agrega R. Osborn argumentando que la vitalidad
del adventismo primitivo estribó precisamente en la creatividad y efervescencia que siguió
al chasco de 1844, y a la determinación que tuvieron algunos milleristas de volver a
estudiar los textos bíblicos para encontrar una nueva palabra profética dirigida a los
1 Borge Schantz and Reinder Bruinsma.160.
2 Ibíd., 167.
3 J. David Newman ―Are the Three Angels Message Still Relevant?‖ Adventist Today, winter 2014, 7.
4 Sigve Tonstad, ―The Core of Adventism‖ Adventist Today, winter 2014, 12
119
"principados y potestades" de su tiempo y lugar. Las grandes decepciones pueden conducir
a grandes despertares y a la recuperación de las percepciones más vitales. Tal fue la
experiencia de los pioneros adventistas y puede ser que sea la experiencia de los
adventistas contemporáneos. Pero en sus esfuerzos por preservar los pilares teológicos que
se recibieron de los pioneros, los adventistas contemporáneos han perdido de vista el
espíritu más profundo de su propia tradición, su relevancia teopolítica y su urgencia crítica.
Al congelar de manera permanente su herencia milenarista del siglo XIX y los métodos
historicistas ha sido incapaz de enfrentar los aspectos angustiantes de su propia historia
para ser una verdadera voz profética ante las desconocidas bestias políticas, religiosas y
económicas del presente.1
Debe subrayarse que Osborn considera al historicismo el factor ―congelante‖ de la
apocalíptica adventista. Por otra parte, en su comentario subyace la idea de que la profecía,
más que señalar desarrollos históricos concretos y específicos apunta a tendencias que van
cambiando según la época, de modo que las bestias del siglo XIX no son las del siglo XXI.
Sin ir tan lejos como Osborn, Jon Paulien señaló en 2006 que suponer, como
muchos adventistas lo han hecho, que todo el libro de Apocalipsis debe ser leído como
"histórico apocalíptico", registrando una secuencia de eventos a lo largo de la historia
cristiana, no es un enfoque adecuado para los estudiosos. Es importante destacar que, sin
embargo, Paulien no reniega completamente del enfoque historicista, aunque practica un
enfoque mucho más matizado2.
1 Ronald E. Osborn, ―The Theopolitics of Adventist Apocalypticism: Progressive or Degenerating Research
Program? The Theopolitics of Adventist Apocalypticism‖, Modern Theology 30, no 2 (2014): 219–50,
doi:10.1111/moth.12077. 2 Paulien, The Deep Things of God.29. Paulien declara que el enfoque historicista suele ser árido y deja al
lector sin el real mensaje del libro apocalíptico.
120
Representando el mismo enfoque Ranko Stefanovic declara que ―Es importante
recordar que la lectura del Apocalipsis no debe ser controlada por un método particular de
interpretación. La interacción con el texto debe estar controlada por el principio de dejar
que el texto mismo gobierne el método de interpretación. Si el texto en estudio se refiere a
eventos que ocurren a lo largo de la historia, una interpretación sensata requiere del
enfoque historicista del texto. Sin embargo, el historicismo no debe ser asumido aparte de
los indicadores dentro del texto más de lo que uno asumiría a priori como preterista o
futurista. Se necesitan pruebas sólidas para demostrar que las escenas y símbolos en el
texto están asociados con eventos que ocurren a lo largo de la historia en lugar de eventos
sucedidos principalmente en el tiempo de Juan o en el tiempo final‖.1
Cambio de las tendencias hermenéuticas desde 1970
Desde Kenneth Strand en la década de 1970 se instó al análisis literario del
Apocalipsis, que propone una estructura quiástica del libro. Como resultado, algunos
eruditos adventistas han tendido a restar importancia a la aplicación histórica, incluso sin
mencionar fechas específicas. También se observa que los autores adventistas después de
Uriah Smith y hasta alrededor de 1970 citaban más frecuentemente los escritos de Elena G.
de White. Desde 1970 también se observa una tendencia creciente a no señalar al papado
como cumplimiento histórico de la profecía. Por otro lado, hay una tendencia a ser más
cristocéntricos, y poner mucho más énfasis en buscar alusiones, ecos e imágenes del
Antiguo Testamento2.
1 Ranko Stefanovic, ―Book Review: Doukhan, Jacques B. Secrets of Revelation: The Apocalypse Through
Hebrew Eyes. Hagerstown, MD: Review and Herald, 2002.‖, Andrews University Seminary Studies, spring de
2005.219. Ranko Stefanovic, Revelation of Jesus Christ (Berrien Springs, MI: Andrews University Press,
2002).12. 2 Ronald E. Osborn.
121
El énfasis bíblico-teológico1 tiende a mantener a Cristo en el centro de la
interpretación de las profecías, lo cual probablemente responda a una sentida necesidad de
la feligresía2. Sin embargo, el enfoque bíblico-teológico también puede tender a
"espiritualizar" el mensaje del Apocalipsis, algo parecido al enfoque idealista.3 La segunda
tendencia, la bíblico-exegética, se inclina a enfocarse en el primer siglo y adquiere cierto
matiz preterista. Ambos énfasis, involuntariamente, se han alejado del historicismo clásico.
La tendencia de muchos estudiosos adventistas de Apocalipsis en los últimos años parece
estar lejos del método historicista4.
Jon Paulien insiste en que la recuperación del significado original que el texto de
Apocalipsis tuvo para con los primeros lectores hace más claro el sentido de las verdades
que debemos extraer hoy.5 Pero según G. Reid:
Sin negar la valiosa contribución de los enfoques bíblicos teológicos y bíblico-
exegéticos, parece que la identidad adventista está más directamente enraizada en la
interpretación historicista de las profecías de Daniel y Apocalipsis. Es el
cumplimiento historicista de las profecías en fechas, eventos y poderes religiosos y
políticos específicos lo que afirma la identidad adventista como pueblo divinamente
suscitado con la misión de proclamar la "verdad presente" al mundo, lo cual fue
confirmado mediante el don de profecía manifestado en Ellen G. White. Por el
contrario, una desviación del método historicista contribuye a la pérdida de la
identidad adventista como un pueblo con una misión en el mundo.6
1 Quispe, The Apocalypse in Seventh-Day Adventist Interpretation. En los cap 3 y 4 se presentan las
diferencias de matices entre los enfasis teológico y exegetico de interpretación profetica en la IASD. 2 Bull y Lockhart, Seeking a Sanctuary.100.
3 Donald Mansell, ―Armagedón y Turquía‖ (White Estate, 13 de setiembre de 1976), 7. Al menos desde 1976
algunos intérpretes hablaban del Armagedón como un mero conflicto espiritual no escatológico.
4 Roy Naden, The Lamb Among The Beasts (Hagerstown, MD: Review & Herald Pub. Association, 1996);
Charles Scriven, The promise of peace: dare to live the advent hope (Nampa, ID: Pacific Press Publishing
Association, 2009). 5 George Reid (Ed.), Compreendo As Escrituras: Uma Abordagem Adventista (Engenheiro Coelho, SP:
Unaspress, 2007.).
6 George Reid, 270, 271.
122
Algunos comentarios recientemente publicados intentan un enfoque holístico, o
ecléctico, según algunos lo han catalogado. Al comentar un texto lo analizan exegética,
teológica, histórica y espiritualmente.1 La porción histórica está, pero se le da un
tratamiento más bien tangencial o secundario. Podría decirse que el resultado es similar al
que se tendría escribiendo un comentario de los evangelios.
Cambio de enfoques en el transcurso del tiempo
Desde 1970, entonces, el énfasis en la interpretación ha sido múltiple, ya no
histórico como en el período dominado por Smith, ni teológico como cuando el Comentario
Bíblico Adventista hizo lo propio, sino más bien exegético y variado. Las publicaciones de
Kenneth Strand, quien propone un abordaje hermenéutico literario-estructural, las
conferencias bíblicas de 1974 y las reuniones de Glacer View suscitaron el desarrollo de
variadas y numerosas publicaciones.2
Condiciones sociológicas para el enfriamiento apocalíptico
Michael Barkun estudia los movimientos actuales que vinculan teorías proféticas y
especulativas, y afirma que pese a que las mismas parezcan fantasiosas no por ello son
inocuas o indignas de escrutinio, dado que generan nuevas ortodoxias de devastadores
1 Zdravko Stefanovic, Daniel: wisdom to the wise: commentary on the book of Daniel (Nampa, Idaho: Pacific
Press Pub. Association, 2007); Stefanovic, Revelation of Jesus Christ.
2 Quispe, The Apocalypse in Seventh-Day Adventist Interpretation, 16. Mervyn Maxwell, God Cares: The
Message of Daniel for You and Your Family, vol. 1 (Mountain View, California: Pacific Press Publishing
Association, 1985); Hans K LaRondelle, Chariots of Salvation: The Biblical Drama of Armageddon
(Hagerstown, MD: Review & Herald Publishing Association, 1987); Hans K LaRondelle, How to
Understand the End-Time Prophecies of the Bible: The Biblical-Contextual Approach (Sarasota, Florida:
First Impressions, 1987); Jon Paulien, The Book of Revelation: Too Good to Be False (Washington, D.C:
Review and Herald Pub Assoc, 1990); Paulien, The Deep Things of God; Paulien, Armageddon at the Door;
Paulien, Las Siete Claves del Apocalipsis; Alberto R. Treiyer, Apocalypse Seals & Trumpets: Biblical and
Historical Studies (edicion del autor, 2005).
123
efectos.1 Es probable que en el sincero interés de diferenciarse de los que generan
especulaciones en base al mal uso de la profecía bíblica diluya el mensaje histórico-
profético del movimiento adventista. Pero el mismo Barkun diferencia al movimiento
millerita de los demás al afirmar que careció de elementos especulativos, y mantuvo
buenos vínculos con el resto de la sociedad hasta muy cerca de la fecha del gran chasco.2
Louis Were reaccionó ante la especulación profética de sus días3 encauzando la
corriente hacia un enfoque cristológico-eclesiológico, el cual fue enfatizado por dos
décadas.4 En la actualidad este enfoque es solo uno de tantos, y conviven múltiples
abordajes diferentes, algunos de ellos combinando a su vez elementos diversos de
diferentes perspectivas.5 Aunque estamos lejos de la especulación a la que reaccionó Were
1 Michael Barkun, A Culture of Conspiracy: Apocalyptic Visions in Contemporary America (Berkeley,
California: University of California Press, 2003), 189.
2 Ibíd., 9.
3 ―Un predicador, tratando de explicar Apocalipsis 14:20 afirmó que los 1.600 estadios equivalían a 200
millas (lo cual es correcto), y que, viajando en automóvil de Jerusalén a Meguido se sorprendió al observar
que el velocímetro registraba exactamente 200 millas. Esto le hacía pensar que en la gran Armagedón
habría un río de sangre literal, de 200 kilómetros de largo y entre cinco y seis pies de profundidad‖. Ver
J.A. Stevens, ―Fantastic Theories and Interpretations‖, Ministry Magazine, accedido 1 de abril de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1940/07/fantastic-theories-
and-interpretations.1 de abril de 2015). Dan Goddard, ―The SDA Security Blanket‖, Ministry Magazine,
accedido 1 de abril de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1976/12/the-sda-security-
blanket.Tiempo después se recomendaba mayor cautela al predicar para no experimentar chascos
innecesarios a la hora de corregir posiciones infundadas, como por ejemplo las que se tuvieron respecto de
Armagedón. E.W. Erickson, ―Quote, Unquote‖, Ministry Magazine, accedido 2 de abril de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1956/02/quote-unquote.
(consultado el 2 de abril de 2015).
4 Esta tensión adventista entre especulación y cautela es descripta de la siguiente manera desde una
perspectiva ajena a la denominación: ―La Primera Guerra Mundial produjo una avalancha de declaraciones
apocalípticas en publicaciones como Signs of the Times, y Watchman Magazine, en las cuales se prestó
especial atención al papel de Turquía en el conflicto, un país vinculado con el "rey del norte " de Daniel 11.
Algunos adventistas especularon que la guerra podría ser un paso hacia el Armagedón, pero otra voces
advirtieron contra afirmaciones proféticas específicas‖ Bernard McGinn, John J. Collins, y Stephen Stein,
The Continuum History of Apocalypticism (Bloomsbury Publishing, 2003), 507.
5 Como A. Hernández cabe preguntarse qué tipo(s) de diversidad pueden ser aceptables sin perder o poner en
peligro la identidad teológica y escatológica de la Iglesia. Abner F. Hernandez, ―Adventist Eschatological
Identity and the Interpretations of the Time Periods of Daniel 12:11-12‖, AUSSJ: Andrews University
Seminary Student Journal 1, no 1 )2015): 84. Disponible en:
124
y de la cual advierte Barkun, se corre el peligro de diluir demasiado el mensaje histórico-
profético que hizo del movimiento adventista lo que es. La excesiva cautela resultaría en
ese caso tan mala como la excesiva especulación.
E. Mueller enumera cinco razones de carácter filosófico para el enfriamiento del
interés por el historicismo. En primer lugar el individualismo. La gente está interesada
principalmente en su propio mundo y tiende a no tener en cuenta el aspecto social del
cuerpo de Cristo. Las personas son impulsadas por el deseo de ser absolutamente
autónomas. Las normas y reglamentos que les sean impuestos por otros serán normalmente
rechazados. Por lo tanto pueden desoír a los demás, incluso al tratar de interpretar las
Escrituras. Desean obtener la aprobación de sus postulados de parte de la Iglesia o sus
instituciones pero desprecian las correcciones sugeridas. En segundo lugar el pragmatismo.
Esta filosofía se interesa por lo que es factible y que beneficia al individuo. El
conocimiento sobre el desarrollo histórico puede parecer menos relevante que lo que
sucede en la actualidad. Por lo tanto, las interpretaciones de los textos proféticos debieran
atender la realidad política presente, o la actual situación económica o eclesiástica, por más
que el texto indicara otra cosa. En tercer lugar el pluralismo, según el cual todas las
opiniones son iguales. Esto incluye puntos de vista religiosos y diversas interpretaciones de
la Biblia y especialmente textos proféticos. Por lo tanto, diferentes enfoques de la profecía
apocalíptica pueden aplicarse simultáneamente a un libro de la Biblia. Por caso, algunas
personas someten el libro de Apocalipsis a una interpretación de dos niveles, es decir un
enfoque historicista y un enfoque futurista, aunque tal procedimiento viole la naturaleza
misma de la literatura apocalíptica. En cuarto lugar el ecumenismo, ya que aquellos que
https://www.andrews.edu/openjournal/index.php/aussj/article/view/3.
125
siguen una agenda ecuménica se resisten a asociar ciertas imágenes proféticas con las
entidades religiosas de nuestros días y traten de mantener la corrección política. En quinto
y último lugar el emocionalismo. Las decisiones se toman sobre la base de lo produzca
bienestar, no sobre la base de lo que puede estar bien o ser correcto. Lo que cuenta son las
experiencias personales. Esto puede también afectar directa o indirectamente a la
interpretación profética. La experiencia personal, sin duda puede ser útil, pero no deben ser
empleada contra la Escritura para forzar una así llamada interpretación relevante de la
Biblia1.
La Tensión entre Escatología y Responsabilidad Social
En la actualidad algunos comienzan a criticar las expectativas escatológicas porque
ocupan más a las personas en el mundo venidero que en el presente, y descuidan la
responsabilidad social que demanda un mundo con problemas de explosión demográfica,
agotamiento de los recursos naturales, escalada en el armamento y calentamiento global.2
Se argumenta que la falta de respuestas y compromiso en este sentido acarreará la tan
temida tribulación sobre el mundo que comparten tanto creyentes como incrédulos.3
1 Mueller, ―Challenges to the Adventist Interpretation of Apocalyptic Literature‖.35,36.
2 La razón de este desinterés en la responsabilidad social se explica en que la rigidez con que los adventistas
han mantenido su panorama apocalíptico en el siglo XX contribuyó a una estrechez de la visión que ha
limitado las maneras en las que han actuado por la libertad. Preocupados por las leyes dominicales, han
tenido poco que decir acerca del desempeño norteamericano en materia de derechos humanos en su política
exterior, o en relación con la radicalización política, los derechos de las mujeres y las minorías raciales. Las
penetrantes críticas acerca de los desvíos gubernamentales de los ideales de la nación, tal como se la
encuentran en las protestas del siglo XIX contra la esclavitud y el imperialismo eran raramente expresadas
un siglo después. Douglas Morgan, "Adventism, Apocalyptic, and the Cause of Liberty", Church History
63, no 2 (1994): 249.
3 Martin Ballard, End-Timers: Three Thousand Years of Waiting for Judgment Day (Santa Barbara, Calif:
Praeger, 2011), 205,206. Es de notar que algunas voces adventistas critican que el proyecto de distribución
mundial del Conflicto de los Siglos costara diez millones de dólares más que el presupuesto anual de la
agencia humanitaria adventista (ADRA). Osborn, ―The Theopolitics of Adventist Apocalypticism‖, 249.
126
Como se ve, la presión de algunos pensadores en relación con el compromiso social
está produciendo una re-evaluación de los énfasis distintivos de la escatología adventista.
Dado que el tiempo se prolonga y el planeta y la sociedad se degradan, ¿es aún relevante el
mensaje profético de la Iglesia Adventista? ¿No debe ser ―aggiornado‖ o re-enfocado? De
hecho, algunos pensadores adventistas ―progresistas‖ sostienen que de la misma manera en
que la iglesia superó sus interpretaciones proféticas erróneas, debe mantener la verdad
―presente o actualizada‖, dando un mensaje directo en relación con los problemas del
mundo presente.1
Pero, en verdad, la tensión adventista con la sociedad ha ido oscilando. Marcó sus
mismos inicios, cuando el adventismo desafió el sueño americano del siglo XIX,2
desarrollando una identidad única en su relación con la República y la escatología de sus
días. Sería este grupo y no la nación americana el vehículo de la redención mediante la
presentación y promoción de un nuevo estilo de vida, una experiencia diferente y una
nueva señal de la alianza. De esta manera los adventistas del séptimo día rechazaron el
sueño americano y cambian el papel redentor de la nación. Las alternativas al sueño
americano forjaron una identidad peculiar: (1) políticamente, con un marcado escepticismo
con respecto a la política y; (2) socialmente, mediante la creación de una nueva búsqueda
de la felicidad en un sistema alternativo destinado a actuar como un puerto seguro para una
experiencia social auténtica; (3) religiosamente, mediante el desarrollo de una plataforma
teológica sólidamente diseñada para proporcionar un marco práctico para una nueva
experiencia de fe, donde el desarrollo personal y la templanza eran vistos como
1 Loren Seibol, ―A Dinamic Theology‖, Spectrum, disponible en: http://spectrummagazine.org/node/3779,
(consultado el 2 de febrero de 2012).
2 Osborn, ―The Theopolitics of Adventist Apocalypticism‖, 235.
127
ingredientes clave; y (4) escatológicamente, al desafiar los paradigma postmilenialistas tan
populares y la adopción de una visión del mundo radicalmente premillennialista.1
La presión de la sociedad menguó paulatinamente una vez que la distinción entre
pre y postmilenialismo, tan bruscamente dibujada en las primeras décadas del siglo XIX, se
hizo cada vez más borrosa por la segunda mitad de la década del siglo XIX. Varios factores
parecen responsables de la convergencia: en primer lugar, las lecturas premilenialistas del
texto bíblico fueron recuperando el respeto intelectual. Además, la confianza en el
mejoramiento humano gradual se había convertido en un virtual artículo de fe entre los
estadounidenses de todas las creencias religiosas. Por último, e irónicamente, el pesimismo
en los círculos intelectuales y artísticos hizo de las visiones catastróficas un lugar común y
remanido.2
Desde finales del siglo XX y en los comienzos del XXI, la sociedad vuelve a
cuestionar al adventismo sobre cómo puede transformar el mundo ―socialmente‖ y ponerlo
al servicio de lo que quiere ser y de la manera en que anhela vivir.3
Carmelo Martines sostiene que debe estudiarse la manera en la que el remanente
puede incorporar a su misión la acción social cristiana sin abandonar su expectativa
mesiánica y escatológica.4 Los reclamos de la sociedad y del adventismo progresista deben
ser escuchados, sin renunciar por ello al enfoque original y distintivo de la denominación.
1 Sorin Petrof, ―The Eschatological Identity of Adventism: A Paradigm Shift in the 19th Century America‖,
disponible en: https://www.academia.edu/11397183/The_Eschatological_Identity_of_Adventism_A_
Paradigm_Shift_in_the_19th_Century_America.16 (29 de marzo de 2015).
2 Ronald Edsforth y Larry Bennett, Popular Culture and Political Change in Modern America (SUNY Press,
1991), 35.
3 Marcelino Rivas, "Replanteamiento Crítico De La Ciencia A Partir De La Hermenéutica". Avatares 8, n
º 24
(2005): 21
4 Carmelo Martines, El Remanente Fiel, Un Debate Contemporáneo (Libertador San Martín, Entre Ríos:
Universidad Adventista Del Plata, 2013), 184.
128
La misma dinámica de un adventismo cuya esperanza escatológica ha motorizado
numerosas iniciativas educativas, sociales y de salud1 parece ser la base para el reclamo de
un compromiso cada vez mayor en este sentido. El dilema a resolver es cuánto abocarse, y
cuál es el límite entre las demandas sociales y la misión peculiar y escatológica.
La interpretación profética idealista
La escatología adventista está adoptando en la actualidad, poco a poco, el método
ideológico de interpretación que proviene de otras teologías en boga en el mundo cristiano.
En lugar de buscar cumplimientos históricos específicos y concretos de las profecías
apocalípticas, muchos están buscando cumplimientos idealistas, filosóficos o teológicos,2
espiritualizando y debilitando de esta manera el cumplimiento histórico. Poco a poco, todas
las referencias bíblicas simbólicas están siendo espiritualizadas, remodelando (o aún
vaciando) los mensajes apocalípticos de su aplicación histórica definida. Cada vez que se
quiere identificar el poder (político, religioso, etc), claramente representado en una
determinada visión del libro del Apocalipsis, esos nuevos enfoques les hacen recordar que
esa visión tiene que ver con conceptos más amplios, de tal manera que, en esencia, la
visión no se liga necesariamente a un evento histórico específico.
Esto, se insiste, no tiene nada que ver con una aplicación simbólica de algunas
profecías del AT en el NT. Está claro que algunos reinos del AT como Israel y Babilonia se
1 Thomas S. Bremer, Formed from This Soil: An Introduction to the Diverse History of Religion in America
(John Wiley & Sons, 2014).,294-296. R. Osborne argumenta que ―Sociológicamente, el rechazo adventista
de la religión civil estadounidense llevó a la denominación a imitar muchas de las funciones sociales de los
Estados Unidos mediante el desarrollo de una impresionante red paralela de instituciones como escuelas,
hospitales, y editoriales orientadas a permitir que los adventistas vivan como un fiel "remanente" dentro del
vientre de la bestia sin ser completamente absorbido por ella‖. Osborn, ―The Theopolitics of Adventist
Apocalypticism‖, 239.
2 Stefanovic, Zdravko, ―Adventist Review : Making Sense of Daniel 11‖, disponible en:
http://archives.adventistreview.org/article/2629/archives/issue-2009-1516/making-sense-of-daniel-11,
(consultado el 24 de marzo de 2015,). Hernandez, ―Adventist Eschatological Identity and the Interpretations
of the Time Periods of Daniel 12‖, 77-79.
129
vuelven símbolos de la Iglesia y de Roma. En el NT, esos reinos se proyectan a entidades y
reinos específicos. El problema es que esta nueva tendencia idealista se interesa más y más
en conceptos ideológicos en lugar de proyectar un cumplimiento específico en eventos
históricos definidos. Tiene que ver con una espiritualización del cumplimiento
apocalíptico. De este modo la identificación escatológica de los sellos, de las trompetas y
de las bestias, se vuelve más y más ambigua, vaga, indefinida e imprecisa.
En todos estos enfoques espiritualizadores, el claro testimonio del Espíritu de
Profecía es descuidado. A veces se recurre a algunas de sus declaraciones, desprovistas de
su verdadero contexto, y sin que se den el trabajo de juntar todo lo que Elena de White
escribió sobre una visión apocalíptica en particular.
Nuestro legado profético es de esta forma tirado por la borda mediante la
introducción de ideas y criterios que ponen el énfasis en conceptos más que en
cumplimientos históricos concretos. Al espiritualizarse el cumplimiento profético, todo se
torna cada vez más vago e impreciso.
Tinieblas espirituales han cubierto la tierra y densa oscuridad las naciones… Hay en
muchas iglesias escepticismo e infidelidad en la interpretación de las Escrituras… El
razonamiento humano y las imaginaciones del corazón humano están socavando la
inspiración de la Palabra de Dios, y lo que debiera ser aceptado de por sí, se cubre
con una nube de misticismo. Nada permanece en líneas claras y distintas, sobre una
base de rocas. Esta es una de las señales distintivas de los últimos días (1 MS 15).
Símbolo vs. alegoría
Es probable que algunos intérpretes actuales estén confundiendo símbolo con
alegoría. La hermenéutica adventista ya ha establecido la diferencia entre ambos, pero
logró comprenderla a un alto costo. Por algo en su el libro ―O Israel de Deus Na Profecía‖,
Hans K. LaRondelle afirma que ―contra toda espiritualización o alegorización abstracta,
130
afirmamos un cumplimiento literal e histórico de la profecía veterotestamentaria.
Deberíamos ser cuidadosos, con todo, para no quedar atrapados en un falso dilema, como si
tuviésemos que elegir entre dos posiciones extremas: literalismo o alegorismo‖.1 Las
interpretaciones especulativas de la profecía, que convirtieron lo simbólico en alegórico,
obstaculizaron la evangelización y provocaron apostasías. Vale mantener siempre presente
la diferencia entre ambos.
¿Debe actualizarse el adventismo?
Quienes soplan vientos de cambio lo hacen por razones hermenéuticas, misionales y
teológicas, dejando de insistir en los aspectos apocalípticos, proféticos, escatológicos y
apologéticos que caracterizan la denominación desde la época de sus pioneros.2 Quizá la
idea subyacente sea que el perfil original del adventismo fue un subproducto de sus
tiempos más que de la intervención divina o la revelación profética. En ese caso, el
problema a discutir sería ante todo ontológico. ¿Qué es, en definitiva, el adventismo?
¿Cómo surgió? ¿Ha quedado desfasado y desactualizado? ¿O está fundamentado sobre
bases más sólidas que el devenir de los tiempos y los cambios socio-culturales?
En 1976 una serie de Spectrum, ―Escatología Adventista Hoy ", sugirió un
revisionismo crítico del mensaje adventista a fin de tener más atractivo para el mundo
escatológico contemporáneo. Jonathan Butler, argumentó que la misma fe apocalíptica, sin
duda, puede ser condenada a la obsolescencia.3 ¿Es ese el peligro del adventismo?
1 LaRondelle, O Israel de Deus Na Profecía, 73.
2 Carmelo Martines, El Remanente Fiel, Un Debate Contemporáneo (Libertador San Martín, Entre Ríos:
Universidad Adventista Del Plata, 2013).,163.
3 Stephen Bohr, Futurism’s Incredible Journey (Amazing Facts, 2009), 121.
131
Continuidad del historicismo millerista en la Iglesia Adventista del Séptimo Día
Durante el siglo XIX una intensa agenda nacional, social, económica, política y
religiosa en Norteamérica anuló la sombría visión puritana acerca de la pecaminosidad e
incapacidad congénita de la humanidad para producir su redención y giró hacia un rumbo
más racionalista y perfeccionista que persiguió un potencial ilimitado en una era de
esperanza escatológica. La confrontación entre la tesis milenarista optimista y la opuesta
comprensión pesimista que el millerismo tenía de la historia allanó el camino para una
nueva síntesis escatológica en la forma más notoria e innovadora del movimiento
adventista.1
La influencia de Miller en el enfoque hermenéutico de algunos grupos cristianos
contemporáneos ha sido poco reconocida en el pasado. Sin embargo, su influencia es
omnipresente entre las denominaciones que continuaron empleando un enfoque historicista
en la interpretación de la Biblia, en particular la Iglesia Adventista del Séptimo Día. En el
siglo XXI los Adventistas del Séptimo Día siguen haciendo hincapié en los principios
milleritas tales que ―la Escritura interpreta la Escritura‖; ―La Biblia es perspicaz‖; la
importancia de la lectura literal de las Escrituras; la armonización de los pasajes de la
Biblia; y la necesidad de una comprensión ―espiritual‖.2
La Iglesia Adventista del Séptimo Día, desde su formación hasta el día de hoy, se
ha basado en el método historicista de interpretación bíblica, sobre todo en referencia a los
libros de Daniel y Apocalipsis3 Como Reimar Vetne señala: ―Hoy la Iglesia Adventista del
1 Petrof, ―The Eschatological Identity of Adventism‖, 1.
2 Crocombe, ―‗A Feast of Reason‘: The Roots of William Miller‘s Biblical Interpretation and Its Influence on
the Seventh-Day Adventist Church‖, 206.
3 Hans LaRondelle, ―The Historicist Method in Adventist Interpretation‖, Spes Christiana, 2010.79-89.
132
Séptimo Día es la única denominación oficial importante que sigue el enfoque historicista‖.
Mientras que algunos recientes eruditos adventistas actuales han cuestionado la aplicación
simplista de métodos historicistas de interpretación, particularmente a la interpretación de
Apocalipsis, el método sigue siendo dominante en la corriente principal de los Adventistas
del Séptimo Día1
Ese compromiso se ha reforzado en su último congreso mundial celebrado en 2010.
Al votar sus líderes mundiales, la Iglesia Adventista ajustó su compromiso con la
cosmovisión apocalíptica basada en la hermenéutica historicista del Apocalipsis, rechazada
por la mayoría de los teólogos y biblistas.2 De hecho, al rechazarse el historicismo, si es
que alguna vez sucediera, se alterará radicalmente el adventismo al debilitar o destruir su
propia identidad. Por lo tanto, se podría esperar que la oposición mayoritaria de la iglesia
mundial a cualquier intento de reemplazar nuestro sistema de interpretación profética.3
Una razón obvia para el uso continuado de los métodos historicistas es que ciertas
creencias adventistas no pueden ser apoyadas desde el texto bíblico si se emplea cualquier
otro enfoque. Lo más obvio de ellos es la continua importancia del 22 de octubre 1844. Al
igual que Miller, los adventistas contemporáneos calculan esta fecha de Daniel 8:14
utilizando el principio de día por año.4 Aunque el fechado profético5 ha sido considerado
1 Paulien, The Deep Things of God.29.
2 Ronald E. Osborn, «The Theopolitics of Adventist Apocalypticism: Progressive or Degenerating Research
Program? », Modern Theology 30, no 2 (2014): 219-50, doi:10.1111/moth.12077., 220.
3 Angel Rodríguez, ―Wrestling with theological differences‖, Ministry Magazine, accedido 31 de marzo de
2015, https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1999/04/wrestling-with-
theological-differences.31 de marzo de 2015). 4 Crocombe, ―‗A Feast of Reason‘: The Roots of William Miller‘s Biblical Interpretation and its influence on
the Seventh-day Adventist Church.‖, 200.
5 Solo un puñado de adventistas se mantuvo en las fechas establecidas después del Gran Chasco. De ellos
surge el adventismo del séptimo día. McGinn, Collins, y Stein, The Continuum History of Apocalypticism,
500. ―A pesar de su notoriedad, el Millerismo sigue siendo en algunos aspectos un camino diferente en la
historia de la creencia profética de Norteamérica. La cronología de Miller involucra un enfoque historicista
133
peligroso,1 es esencial para el historicismo, y ha sido preservado casi únicamente por los
adventistas del séptimo día.2
Daniel y Apocalipsis, esenciales para la identidad adventista
Daniel y Apocalipsis son seminales para el adventismo desde sus mismos orígenes
milleristas.3 Al definir el adventismo, Frank Holbrook declara lo siguiente:
¿Qué es un Adventista del Séptimo Día? Una descripción común es que un adventista
del séptimo día es un cristiano que observa el sábado y se prepara para la segunda
venida del Salvador. Eso es correcto, pero el panorama es más amplio. El verdadero
marco distintivo adventista es su comprensión de las profecías de Daniel y
Apocalipsis. En estas profecías apocalípticas, los adventistas hallan descriptos el
momento en el que viven, su identidad y su misión‖.4
En Sudamérica los comentarios clásicos de Daniel y Apocalipsis, tendientes al
enfoque histórico, se siguen republicando5. Evidentemente aún son los que más interesan a
la feligresía adventista y los que generan mayor confianza en la identidad y compromiso
con la misión de la iglesia.
arcaico que desapareció casi por completo después de 1844. Además, con excepciones ocasionales, los
escritores de profecía posteriores evitaron la tentación del ajuste de la fecha, citando las advertencias de
Jesús halladas en Mat. 24:36 y Hechos 1: 7. De hecho, la secuela más duradera del Millerismo, aparte de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día, ha sido el ejemplo contundente acerca de los peligros del fijado de
fechas‖. Paul Boyer, When Time Shall Be No More: Prophecy Belief in Modern American Culture (London,
England: Harvard University Press, 2009), 82.
1 John Joseph Collins y John J. Collins, The Oxford Handbook of Apocalyptic Literature (Oxford, Inglaterra:
Oxford University Press, 2014), 10.
2 Robert C. Fuller, Naming the Antichrist: The History of an American Obsession (Oxford, Inglaterra: Oxford
University Press, 1995), 106.
3 Josep Antoni Alvarez, El Cristianismo: Unidad y Diversidad (Barcelona: Aula7Activa, 2014), 129.
4 Frank B. Holbrook, ―What Prophecy Means To This Church‖, Ministry, julio de 1983., 21.
5 Mervyn Maxwell, Apocalipsis: Sus Revelaciones (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana,
2017); Mervyn Maxwell, El Misterio del Futuro Revelado (Buenos Aires: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 2017).
134
La contribución determina el enfoque
Edilson Valiante argumenta en favor de enfoques hermenéuticos adecuados a la
misión:
Los adventistas del séptimo día son un pueblo con un mensaje especial para un
momento especial. Ninguna otra iglesia cristiana ha tenido este mensaje en el pasado
y no hay otra iglesia que lo tenga hoy en día. Por estas simples razones los
adventistas tienen una contribución única que hacer en los estudios teológicos
actuales de la escatología. Por lo tanto, debemos utilizar enfoques únicos para
abordar al mundo; estableciendo las razones distintivas para explicar cuándo y cómo
volverá Jesús. Tal imagen del futuro estará en marcado contraste con la expuesta por
otros que ahora proclaman la inminencia o incluso la cercanía del Advenimiento.1
Si bien es discutible que la hermenéutica deba adecuarse a la misión, sí es cierto
que la hermenéutica tiene sus efectos en el pensamiento y la acción de la iglesia, de modo
que también respecto del abordaje interpretativo vale aquello de ―por sus frutos los
conoceréis‖.
Factores que explican el éxito del movimiento adventista
Entre los factores externos que George Knight enumera para el éxito del
movimiento adventista se encuentran los siguientes:
1. Combinación de reavivamiento, milenarismo y pietismo.
2. Factores ambientales como crisis climáticas y económicas.
3. Ortodoxia doctrinaria.2
Los factores internos son los siguientes:
1. Noción de la verdad, la cual apela a la razón de las personas.
1 Edilson Valiante, ―Principais Distracoes A Escatologia Adventista‖, Parousia, segundo semestre de 2001.
33. 2 George R. Knight, If I Were the Devil: Seeing Through the Enemy’s Smokescreen: Contemporary
Challenges Facing Adventism (Hagerstown, MD: Review and Herald Pub, 2007), 236,237.
135
2. Enseñanzas distintivas, que hacen clara la diferencia entre el mundo y la iglesia.
3. Estructura organizativa enfocada en la misión.
4. Conciencia de una misión profética, para terminar lo comenzado por el
movimiento millerita.1
5. Emplear todos los medios disponibles para el desarrollo de la misión
6. El liderazgo de Elena de White.2
G. Knight advierte que si el adventismo rinde la visión profética de sí mismo y
olvida su herencia profética estará apagando la ―fiebre milenarista‖ que le dio éxito y
desactivará su misión.3
Validez de los nuevos enfoques hermenéuticos en
el estudio del Apocalipsis
G. Quispe destaca las limitaciones de los nuevos enfoques aplicados al Apocalipsis.
Reconoce que ―el énfasis histórico tiende a descuidar algunos aspectos del texto bíblico, y,
por otro lado, que los énfasis teológicos y exegéticos han tendido a pasar por alto algunos
aspectos de la aplicación histórica‖4. A continuación, va al meollo del dilema
hermenéutico-apocalíptico actual declarando que ―para corregir este énfasis defectuoso,
algunos estudiosos recientes han enfatizado la exégesis para interpretar el Apocalipsis. Sin
embargo, existe un problema importante y es la aplicación al Apocalipsis de los mismos
1 Ibíd., 238-245.
2 ―Algunas comunidades fundadas en períodos apocalípticos anteriores continuaron su crecimiento constante,
como por ejemplo los adventistas del séptimo día, liderados por Elena G. de White. Ella pasó sus últimos
años, después de regresar de sus viajes por Europa y Australia, dando conferencias, escribiendo y
participando en el gobierno de la comunidad. Hizo hincapié en el evangelismo y el cumplimiento de la
comisión de Cristo de ir por todo el mundo con el evangelio. Los adventistas utilizan todos los medios a su
alcance para lograr ese objetivo, incluida la prensa y la radio‖. McGinn, Collins, y Stein, The Continuum
History of Apocalypticism, 507, 529; John M. Court, Approaching the Apocalypse: A Short History of
Christian Millenarianism (London: I. B. Tauris, 2008), cap XI.
3 Knight, If I were the devil..., 248.
4 Quispe, The Apocalypse in Seventh-Day Adventist Interpretation.266.
136
principios exegéticos que se usan en la interpretación de los libros bíblicos que no son
apocalípticos‖.
El problema reside en que:
Mientras que la exégesis de los libros no-apocalípticos se centra en el momento del
anuncio del profeta (análisis de las palabras, las frases, contexto histórico, entorno
geográfico, etc.) y a partir de ello aplica el significado para los lectores de hoy, en
cuanto a los libros apocalípticos, ¿qué pasa con el tiempo transcurrido entre el profeta
y los lectores actuales? ¿La profecía predictiva se da especialmente para los lectores
que viven en el momento del cumplimiento de la profecía, o que otra cosa sino fuera
ésta es la profecía predictiva?
Para Quispe con el énfasis exegético las opiniones comenzaron a dividirse. Tres
autores principales (Maxwell, LaRondelle y Paulien) parecen haber influido en este
cambio, aunque no todos ellos publicaron un comentario versículo por versículo sobre el
Apocalipsis‖.1
Cabe peguntarse si los enfoques históricos, teológicos y exegéticos son
complementarios o excluyentes. En el caso que sean complementarios ¿cuál debiera ser el
enfoque principal, y cuales los complementarios? Sin necesidad de sacrificar la exegesis en
el altar de la eclesiología y la misiología, es indudable que la eclesiología y misiología
adventistas dependen del historicismo. En consecuencia cualquier enfoque debiera tender
al fortalecimiento del enfoque principal del historicismo, no a su debilitamiento. Los tres
engranajes debieran moverse unidos y armoniosamente.
Historicismo, misión e iglesia
La apocalíptica bíblica fue la matriz en la que los adventistas formaron su sentido
de identidad y misión en relación con las fuerzas religiosas y políticas circundantes,
1 Quispe, The Apocalypse in Seventh-Day Adventist Interpretation, 266,267. Ranko Stefanovic sí emprendió
esta tarea en su libro Revelation of Jesus Christ.
137
permitió interpretar las profecías de Daniel y Apocalipsis según la escuela historicista, y
entender que las visiones apocalípticas de la Escritura constituyen un avance cronológico
codificado de la historia del conflicto entre el pueblo de Dios y las fuerzas del mal, que se
extienden desde la época del escritor bíblico hasta la segunda venida de Cristo.1
Los pioneros, al adoptar el método histórico para la interpretación de las profecías…
percibieron a un Dios actuando en toda la historia y hasta el fin de la misma,
llamando y levantando al remanente final, comunicándose con Él mediante el don
profético y recibiendo la comisión para una obra de restauración de las verdades
olvidadas y de la predicación del evangelio a todo el mundo… su preocupación
fundamental consistió en un compromiso de participación activa como testigos de
Dios en los momentos finales de la historia.2
De esto se desprende que entrelazado al entendimiento historicista de las profecías
se hallan aspectos teológicos, eclesiológicos y misiológicos. Cualquier cambio de enfoque,
en consecuencia, afectaría inseparablemente los demás aspectos. Cabe preguntarse, en ese
caso, cuál sería el costo o beneficio teológico, eclesiológico y misiológico para una
innovación semejante.
Es irónico descubrir que desde un marco no adventista se elogia lo que algunos
adventistas pretenden actualizar, revisar o modificar.
La adhesión a su interpretación de la historia ha ayudado a los adventistas mantener
un sentido claro de misión e identidad en el juego de las fuerzas religiosas y políticas
circundantes. La convicción de ser especialmente colocados en la historia como un
remanente fiel, llamado a defender los ‗mandamientos de Dios y la fe de Jesús‘ ha
contribuido a la capacidad de resistencia de su compromiso con su misión
fundamental.3
1 Douglas Morgan, "Adventism, Apocalyptic, and the Cause of Liberty", Church History 63, n
o 2 (1994):
236.
2 Carmelo Martines, El Remanente Fiel, Un Debate Contemporáneo (Libertador San Martín, Entre Ríos:
Universidad Adventista Del Plata, 2013), 71.
3 Morgan, ―Adventism, Apocalyptic, and the Cause of Liberty‖, 249.
138
De manera que el mundo reconoce que el secreto de la perdurabilidad del
adventismo está en ser fiel a su esencia.
La evangelización y la correcta interpretación de la profecía
En la página 77 de su libro evangelístico Europe and Armageddon se encuentra un
ejemplo de cómo Louis Were relacionaba la evangelización con las profecías. Si bien es
cierto que los adventistas han utilizado la incertidumbre generada por la guerra como una
oportunidad para el evangelismo,1 Were no consideraba lícito transmitir un mensaje no
garantizado por la Inspiración. Llamaba la atención de las profecías pertinentes a lo que sí
1 Campbell, ―The 1919 Bible Conference and Its Significance for Seventh Day Adventist History and
Theology‖, 28. ―El enfoque de "crisis" de los evangelistas adventistas durante los años de la guerra logró
atraer una avalancha de nuevos conversos. El incremento anual de membresía alcanzó un pico en 1917 de
casi el 10 por ciento con respecto al año anterior‖. Howard Weeks, ―Witnesses to a World at War‖, Ministry
Magazine, accedido 1 de abril de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1966/04/witnesses-to-a-
world-at-war.1 de abril de 2015). Este enfoque, por lo tanto, era lo que se recomendaba a los pastores y
evangelistas. Ver S.G. Joyce, ―Adapting Evangelism to War‖, Ministry Magazine, accedido 1 de abril de
2015, https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1942/11/adapting-
evangelism-to-war.(consultado el 1 de abril de 2015). El tópico del Armagedón, por su interés candente en
tiempos de guerra, se recomendaba predicar al momento de transferir la audiencia del salón público al
templo, o en los momentos en que se consolidaba la audiencia, tanto en lugares populosos como rurales.
Ver Merle Mills, «Evangelistic Objectives And Technique: Transfer From Hall to Church», Ministry
Magazine, disponible en: https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/ archive/
1950/02/transfer-from-hall-to-church (consultado el 1 de abril de 2015). J.W. Kent, ―Preaching Our
Distinctive Message" nº 1‖, Ministry Magazine, disponible en: https://www.ministrymagazine.org/https://
www.ministrymagazine.org/archive/1937/04/preaching-our-distinctive-message, (consultado el 1 de abril
de 2015). J. G. Cammack, ―Reaching Neglected Villages and Towns‖, Ministry Magazine, disponible en:
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1947/05/reaching-neglected-
villages-and-towns, (consultado el 1 de abril de 2015). Incluso hasta se sugería cómo promover el tema en
los folletos, carteles promocionales y programas de radio. Andrew Fearing, ―Streetcar Ads Are Effective‖,
Ministry Magazine, disponible en: https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/
archive/1944/03/streetcar-ads-are-effective, (consultado el 1 de abril de 2015). Richard E. Harris, ―Sidewalk
Poster Billboard‖, Ministry Magazine, disponible en: https://www.ministrymagazine.org/https://
www.ministrymagazine.org/archive/1945/11/sidewalk-poster-billboard (consultado el 1 de abril de 2015).
Reuben Nightingale, ―Tying Radio to the Campaign‖, Ministry Magazine, disponible en:
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1944/01/tying-radio-to-the-
campaign, (consultado el 2 de abril de 2015). Tiempo después se reconocía que promover tales temas
ganaban un tipo de audiencia que no perseveraría en el conocimiento de la Biblia, y hasta que no debía
promoverse por parecer un tanto frío para el lector promedio de la publicidad. Harry Lundquist, ―How to
Secure and Hold Attention‖, Ministry Magazine, disponible en: https://www.ministrymagazine.org/https://
www.ministrymagazine.org/archive/1968/02/how-to-secure-and-hold-attention, (consultado el 1 de abril de
2015). Daniel Guild, ―What Subjects Shall We Advertise?‖, Ministry Magazine, disponible en:
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archive/1965/02/what-subjects-shall-
we-advertise, (consultado el 2 de abril de 2015).
139
sucedía, pero clarificaba cuales de entre los sucesos contemporáneos no se aplicaban a la
profecía bíblica. Esto de alguna manera lo diferenciaba de la tendencia generalizada de
explotar evangelísticamente todo suceso militar contemporáneo, relacionándolo
rápidamente con alguna profecía bíblica1. En el afán evangelizador no todo sirve, ni todo
vale. Lo que no convence a los más exigentes, ni soportará la prueba de la prudencia y el
paso del tiempo, debe descartarse.
El evangelista y el intérprete de la profecía deben estar alerta para ver las señales de
los tiempos y llamar la atención de las personas a ellas, pero no deberían tratar de ver
correspondencia histórica donde no la hubiere,2 ni predicar lo que la misma Biblia no
autoriza. De hecho, la interpretación apocalíptica adventista se ha desarrollado
continuamente y ha cambiado, siendo corregida a la luz de los acontecimientos (o, más a
menudo, a la luz de lo que no aconteció).3
Valor de las profecías en la evangelización
A 150 años de surgido el adventismo algunos ven defectos en su urgencia
apocalíptica4. Con el paso del tiempo se torna difícil para cualquier movimiento mantener
1 Land, Adventism in America, 119.
2 Were, Europe And Armaggedon, 77
3 Fritz Guy, Thinking Theologically: Adventist Christianity and the Interpretation of Faith (Andrews
University Press, 1999).,88. Una vez que se corrigió la interpretación acerca de Armagedón, los principales
evangelistas de la iglesia la popularizaron. Ver Edward Cleveland, ―The Leaping Frogs of the Revelation‖,
Ministry Magazine, disponible en: https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/
archive/1968/02/the-leaping-frogs-of-the-revelation (consultado el 1 de abril de 2015).
4 En esto pueden haber incidido las críticas del resto del mundo cristiano al enfoque kerigmático de la
denominación. E. Hanganu declara que ―la obsesión adventista con las profecías escatológicas en Daniel y
Apocalipsis ha causado daños colaterales en los círculos adventistas. La mayoría de sus reuniones
evangelísticas parecen tener un enfoque singular, que no es el evangelio, sino las extrañas bestias de Daniel
y Apocalipsis. El énfasis grandilocuente y triunfalista sobre los "eventos finales" y la "inminente" segunda
venida, que se considera la "verdad presente" ha reemplazado al evangelio cristiano y causado el fracaso
inexcusable en llegar con el mensaje a un mundo hambriento de la verdad. Ver Hanganu, ―Adventist
Historicism Reexamined And Critiqued Basic Draft‖, 74.
140
candentes sus creencias escatológicas. Se reconoce el crecimiento en membresía; un mejor
arraigamiento en la sociedad y el establecimiento de muchas instituciones. Todo este
desarrollo no significa que los adventistas hayan abandonado su escatología. Aunque que
en los países desarrollados las creencias escatológicas a menudo se han colocado en un
segundo plano, todavía siguen siendo enseñadas.1
Declara A. V. Olsen: ―Por un número de razones nuestro mensaje es impopular,
dado que reclama una separación completa del mundo con sus placeres, vicios y sus
ambiciones. Configura a sus seguidores como peculiares, debido a la modestia en el vestir
y a sus hábitos de temperancia. También los distingue debido a la observancia de un reposo
diferente del resto del mundo cristiano.
A pesar de estas características impopulares de nuestro mensaje, se está haciendo un
impacto en el mundo. El adventismo aún gana muchos conversos. Una de las excepcionales
razones de ello es su precisión en la enseñanza profética. Hay poder en las profecías por la
manera como apelan a las personas, bajo la influencia del Espíritu, que lleva a las personas
a humillarse ante Dios. Su valor en nuestro trabajo nunca puede ser exagerado‖. 2
Los adventistas de antaño siempre tuvieron en claro la singularidad de su
movimiento, y esa peculiaridad más que una desventaja fue apreciada como una gran
virtud.3 Además, en la interpretación y proclamación de la profecía vieron un poder
1 Richard G. Kyle, Apocalyptic Fever: End-Time Prophecies in Modern America (Eugene, Oregon:Wipf and
Stock Publishers, 2012), 315.
2 General Conference of Seventh Day Adventists, Our Firm Foundation: A Report of the Seventh-day
Adventist Bible Conference Held September 1–13, 1952, in the Sligo Seventh-day Adventist Church,
Takoma Park, Maryland. 2 vols..
3 ―El crecimiento y el poder de la Iglesia Adventista del Séptimo Día se debe al hecho de que tiene creencias
distintivas, divinamente establecidas, gracias a las cuales la iglesia percibe estar divinamente comisionada
para la evangelización. Hay un atractivo especial en el hecho de sentir que la verdad divina confiada a la
141
especial, que daba relevancia y urgencia a su predicación, a la vez que motivaba a los
prosélitos a sumarse a ellos. Esta tarea no ha caducado.1
Pero el mundo ya no percibe tanta inminencia en la evangelización adventista como
antes. Se hace notar que ―aunque se retrata un escenario escatológico adventista sombrío,
para muchos evangelistas adventistas todavía esto es futuro. El acceso irrestricto a las
ventajas modernas, a los medios de comunicación y la satisfacción con la buena imagen
lograda por sus instituciones en la sociedad, dejan ver cierto amoldamiento al mundo
actual‖.2 ¿Será que la institucionalización y las comodidades actuales menguan el fuego de
la inminencia en la predicación del mensaje adventista?3
iglesia, y esto ha motivado un espíritu de sacrificio especial para adelantar la proclamación‖.James E. Bear,
"The Bible and modern religions: The Seventh-Day Adventists", Interpretation 10, no 1 (1956): 48.
1 Boyer, When Time Shall Be No More.,7. Compárese con la posición de O´Leary acerca de la inviabilidad de
la apelación profética al grueso de la sociedad luego de 1844. Stephen D. O‘Leary, Arguing the Apocalypse
(Oxford, Inglaterra: Oxford University Press, s. f.), 208.
2 Robbins y Palmer, Millennium, Messiahs, and Mayhem, 215.
3 Precisamente esta tensión entre la inminencia de la parusía y las responsabilidades actuales es vista como la
clave del éxito adventista. ―El adventismo contiene elementos pre y postmilenialistas. A nivel teológico, la
tierra no será purificada hasta después del milenio, lo cual refleja en parte al postmilenialismo. Pero la
mayor confusión viene en el plano práctico. El adventismo es premilenial pero se comporta como si fuera
postmilenial. El premilenialismo tiene una visión pesimista de la naturaleza humana, aunque los adventistas
del séptimo día mantienen una impresionante presencia global. Su número ha aumentado
significativamente. A nivel mundial, se han establecido muchas instituciones educativas, incluidas las
universidades, seminarios, escuelas secundarias y más de 4.500 escuelas primarias‖. Este equilibrio entre lo
que se podría denominar ―premilenialismo profético‖ y ―posmilenialismo institucional‖ es lo que ha
desarrollado el movimiento a escala global. Kyle, Apocalyptic Fever, 317. Este rasgo es peculiar del
adventismo en comparación con otros movimientos apocalípticos. ―Podríamos esperar que cualquier iglesia
que espera que el mundo termine en cualquier momento se concentraría en las preocupaciones puramente
religiosas. Esto es lo que hacen los Testigos de Jehová; no tienen hospitales, hogares para ancianos,
orfanatos, colegios ni clínicas. Su único interés parece ser advertir a la humanidad acerca de la inminente
batalla de Armagedón. No es así con los adventistas. Su creencia urgente en la Segunda Venida no ha
disminuido su compromiso con la educación, la atención médica o el servicio a los demás‖. William
Whalen, ―Why the Seventh-day Adventists are Succeeding‖, Ministry Magazine, disponible en:
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/ archive/ 1966/04/why-the-seventh-
day-adventists-are-succeeding (consultado el 2 de abril de 2015).
142
Pero el valor de las profecías no tiene que ver solamente con la evangelización sino
también con la identidad, confirmación y crecimiento del creyente adventista.1 Dado que el
evangelismo adventista enfatiza la escatología, los conversos suelen sentirse atraídos por
este tema. Algunos, cuando se unen a las congregaciones adventistas, encuentran que sus
pastores suelen dar menos énfasis a los temas escatológicos que los evangelistas.2 En los
países desarrollados, la especialización teológica adventista ha ido en detrimento del
énfasis escatológico clásico del adventismo.3 Este importante descuido quizá merme la
identificación del creyente como parte de un pueblo peculiar y disminuya su compromiso
con la predicación de un mensaje especial y urgente.
Un apocalipsis diferente del anunciado por el secularismo
Un conjunto de teorías sobre la causa del milenarismo sostiene que las visiones de
destrucción universal y renovación posterior apelan más a menudo a las personas que se
encuentran privadas material o políticamente. Pero estas teorías arrojan poca luz sobre el
millerismo. Los milleritas no se encontraban desposeídos ya sea material o políticamente.
No sólo no hay evidencia de pobreza general entre los adventistas, sino que hay indicios
fuertes de que la mayoría de ellos estaban en una posición de cierta holgura económica. Sin
embargo, el anhelo pietista del cielo, el hábito de contrastar la tristeza y el dolor terrenal
con la felicidad futura y la unión con Dios, sí hace ver que se sentían espiritualmente
privados. El millerismo también tenía una tendencia liberadora que benefició a los hombres
1 ―Las características duraderas del perfil adventista tomaron forma en un crisol apocalíptico. A pesar de
importantes modificaciones de tono y el énfasis, la interpretación de la historia que surgió en la década de
1850 y la identidad particular y la misión que conlleva, no ha dejado de impulsar y orientar a los adventistas
a través de su historia. Se ha apuntalado la persistencia de una identidad rigurosamente separatista‖.
Morgan, ―Adventism, Apocalyptic, and the Cause of Liberty‖, 239.
2 Robbins y Palmer, Millennium, Messiahs, and Mayhem.
3 Ibíd., 216.
143
y especialmente a las mujeres que descubrieron por sí mismos un papel público activo a
través del adventismo, o que los liberó del autoritarismo doctrinal de las iglesias formales.
El fervor se trasladó gradualmente a través del país mientras la gente trataba de
crear un nuevo sentido de comunidad en su propio tiempo, una comunidad de valores
pietistas tradicionales. El millerismo ofreció la esperanza de renovación cósmica y
liberación del pecado. Con los valores tradicionales desintegrándose delante de ellos, los
adventistas rechazaron los principios del mundo de una manera piadosa y amena.
El chasco no puso un fin permanente a este proceso; sino que el fervor fue variando
su ubicación. Uno no necesita ser adventista para notar que la apocalíptica no es ni
primitiva ni poco creíble en esta era nuclear donde las imágenes del Apocalipsis son
impresionantemente relevantes.1 Si los catastrofistas seculares aparecen como más
racionales que sus colegas religiosos también son más sombríos, ya que carecen de la
visión optimista de la redención humana. En comparación su apocalipsis es más pobre,
porque presenta como la visión del fin de los tiempos un páramo desolado, y esto
empalidece al lado de la Nueva Jerusalén en todo su esplendor.2
Si los autores seculares reconocen el poder del historicismo adventista, en
consecuencia, es llamativo que pretenda ser revisado o actualizado por autores adventistas.
1 Raymond F. Bulman, The Lure of the Millennium: The Year 2000 and Beyond (Maryknoll, NY: Orbis
Books, 1999), 137-139; Court, Approaching the Apocalypse, 179; Russell Chandler, Doomsday: The End of
the World, a View through Time (Servant Publications, 1993), 90; David S. New, Christian
Fundamentalism in America: A Cultural History (Jefferson, NC–London: McFarland, 2012), 180-182. Los
desprendimientos fanáticos del adventismo no se pueden negar, pero han sido mínimos desde sus inicios y
no debieran empequeñecer el mensaje adventista para este tiempo. Richard Connors y Andrew Colin Gow,
eds., Anglo-American millennialism, from Milton to the Millerites, Studies in the history of Christian
thought, v. 113 (Leiden ; Boston: Brill, 2004), 191.
2 David L. Rowe, Thunder And Trumpets: Millerites And Dissenting Religion In Upstate New York, 1800-
1850, Studies In Religion / American Academy Of Religion 38 (Chico, California: Scholars Press, 1985),
161-164.
144
El peligro parece residir en el hecho de diluir en lugar de profundizar. Tal como lo declara
Stefan Hoschele:
Independientemente de las corrientes teológicas que uno pueda favorecer, si la Iglesia
Adventista del Séptimo Día continúa haciendo hincapié en sus principios teológicos
peculiares mientras está en contacto constante y estrecho con diversas realidades a su
alrededor, puede evitar los peligros tanto del fundamentalismo como de la pérdida de
identidad. Así seguirá desarrollando una teología misionera que buscará comunicar
de múltiples maneras el "evangelio eterno a todas las naciones‖.1
En términos generales, Were fue un buen ejemplo de profundización confirmatoria
del historicismo, desde un ángulo teológico. Su compromiso con el historicismo quedó
fuera de toda duda, y demostró que la defensa de esta escuela de interpretación no obliga a
la híper-referencialidad histórica. Surgen dudas acerca del compromiso historicista de
algunos revisionistas actuales. Cuando la profundización o revisión hermenéutica no
confirma, termina desviando o disolviendo la identidad y la misión de la iglesia.
1 Stefan Höschele, From the End of the World to the Ends of the Earth: The Development of Seventh-Day
Adventist Missiology (Malawi: Kachere Series, 2004), 51.
145
CAPÍTULO VI
RESUMEN, CONCLUSIÓN Y RECOMENDACIONES
Resumen
Uriah Smith inauguró caminos en muchos sentidos, pero cometió errores que
perduraron por casi 70 años y pusieron escollos a la evangelización. Cuando estas falencias
fueron advertidas por algunos pensadores en el Concilio Bíblico de 1919, se postergó la
resolución de las mismas por temor al costo que representaran. Sin embargo, una vez que
las complicaciones fueron resueltas años después, la iglesia resultó bendecida y fortalecida
en la comprensión y proclamación de las profecías.
Al estudiar el asunto en 1954, una comisión designada para el análisis de Daniel 11
propuso las siguientes razones para el giro de Smith y su diferenciación del pensamiento de
Jaime White sobre el rey del norte: (a) La pérdida total del poder temporal del papado en
1870; (b) La convicción expresada en la prensa secular y religiosa de que el papado había
caído para no volver a levantarse más; (c) Los ejércitos rusos parecían a punto de avanzar a
Constantinopla, y la prensa mundial llena de declaraciones anunciando que Turquía, el
146
"hombre enfermo de Oriente‖, pronto sería expulsado de Europa; (d) Comentadores
protestantes, como Isaac Newton, Adam Clarke y otros que habían sostenido generalmente
que el Imperio Otomano era uno de los poderes designados en Daniel 11: 40-45.1
Cuando la teología falla, el sentido histórico de la profecía es erróneamente
aplicado. El aporte invalorable que otorgó a su iglesia Louis Were fue establecer las
interpretaciones proféticas historicistas sobre bases teológicas sólidas y afines con el
pensamiento de Elena de White.2 Were detectó defectos en algunas ideas de Smith en
relación al rey del norte en Daniel 11 y la naturaleza del conflicto de Armagedón referido
en Apocalipsis 16: 12-16. L. Were atacó las ideas de Smith calificando su hermenéutica
como arbitraria, literalista, secular, fantasiosa y peligrosa, ya que podía traer descrédito a la
iglesia y pérdida de feligreses, como ciertamente ocurrió luego de los fracasados
pronósticos hechos antes de la Primera Guerra Mundial.3 Al hacerlo, completó la polémica
iniciada en su momento por Jaime White, aunque dio una respuesta mucho más profunda y
sistemática que este pionero.
Louis Were era un convencido de la belleza, poder y originalidad del mensaje del
tercer ángel, la verdad de Dios a ser proclamada en el fin del tiempo. Además, se erigió en
un firme defensor de la necesidad de atender la orientación de los escritos de Elena de
1 Committee of Biblical Study and Research, ―Research-Report on the Eleventh Chapter of Daniel‖, Ministry
Magazine, disponible en: https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/ archive/
1954/03/research (consultado el 1 de abril de 2015). 2 Raul Quiroga, ―Identificando el Sistema Teológico de Elena de White: Una Propuesta‖, en Elena de White:
Manteniendo Viva la Visión. Documentos del I Simposio Bíblico-Teológico del Seminario Teológico
Adventista de Venezuela, Hector Martín y Daniel Mora eds. (Aragua, Venezuela: Setaven, 2015), 101.
Quiroga argumenta que en los escritos de E. White hay temas recurrentes y organizadores de su
comprensión teológica. Esos micro temas son tratados sobre la base de temas mayores que constituyen la
plataforma inamovible de las creencias adventistas. Ella establece un sistema totalizador de comprensión,
una de cuyas columnas es el tema del conflicto de los siglos.
3 Gary Land, ―The Perils of Prophecying‖, Adventist Heritage, enero de 1974, 56. Land declara que en la
tensión entre el enfoque sensacionalista de las revistas de evangelización y la precaución de la Review and
Herald, la posición de la Review and Herald resultó validada. Sin embargo, la respuesta al defecto
interpretativo no fue dada hasta la aparición de Were.
147
White, aplicando su misma hermenéutica al estudio de la Biblia. Al emprender esta tarea
Were logra discernir profundidades no exploradas hasta entonces en relación al vínculo
entre las profecías del AT y su aplicación al NT y el resto de la historia cristiana. Por esa
razón, los libros y panfletos que publicó resultaron creativos y originales, y hasta el día de
hoy vigentes y de lectura atrapante.
Al comenzar a agitar el tema y refutar ideas firmemente instaladas se dio origen a
cierta controversia en su Australia natal. Were no era políticamente correcto, sino más bien
enfático y hasta algo agresivo al defender sus opiniones y atacar los errores ajenos. En
consecuencia, pese a que su teología era sólida y sus argumentos irrebatibles, el pagó un
alto costo profesional y personal. No pudo ser profeta en su tierra.
En Estados Unidos, sin embargo, los vientos de cambio soplaban con más fuerza, y
las ideas de Were fueron recibidas y estudiadas con mayor interés. Allí, los teólogos
adventistas ya se habían percatado de la inviabilidad de la hermenéutica de Smith, por lo
cual las condiciones eran propicias para el desarrollo de las ideas de Were, de lo cual se
encargó Hans Larondelle. Por cierto, poco se investigaría hoy de Were si no fuera por la
construcción sistemática y académica que hizo LaRondelle en base a las obras del
australiano. Por cierto, LaRondelle reconoce haber sido afianzado en su fe e interesado en
la interpretación profética, la carrera de su vida, por las obras del evangelista australiano.
Iniciado con Were, y desarrollado por Hans LaRondelle, el enfoque cristocéntrico
en la interpretación profética se instaló con fuerza en el mundo adventista. Se captó que
Cristo y su pueblo pasaron a ser los destinatarios de los oráculos del AT, así aplicados por
los autores del NT. La profecía ya no fue entendida como una especie de adivinación
riesgosa de carácter político-militar, sino como mensajes de aliento en relación con el
148
futuro victorioso de la iglesia de Cristo. Tal como abogaba Were, la profecía llegó a ser
principalmente alentadora. Dios procura preparar a su pueblo mediante las profecías, no
satisfacer toda curiosidad.
El aporte del tándem Were-LaRondelle llegó a ampliar la base escriturística de la
interpretación adventista en relación a Daniel 11, Apocalipsis 16 y otros pasajes
escatológicos. Mejor aún, se logró elucidar cuándo y cómo opera la transición entre las
profecías nacionales y literales del Israel del AT y las profecías espirituales y universales
del Israel de Dios en el NT. La cruz de Cristo es la gran frontera entre una y otra
aplicación. Todo el NT llegó a ser explicado como una interpretación espiritual y universal
de las experiencias y conflictos aplicados del Israel nacional, y los símbolos y términos
fueron así proyectados en Cristo a una dimensión diferente.
Conclusión
El legado de Louis Were, extendido por Hans LaRondelle, demuestra la vigencia y
vastedad del historicismo. No estaba todo dicho en los días de Smith, aunque en su
momento sus ideas parecieron ser el final de la discusión. La comprensión de la verdad
divina es progresiva, y nada pierde la verdad con ser investigada.
De la misma manera, el desarrollo teológico del historicismo adventista no tiene por
qué darse por concluido ni agotado con el aporte que en su momento iniciara Were. De
hecho, gracias a LaRondelle las ideas de Were alcanzaron a dos generaciones posteriores a
su muerte, y fueron así establecidas sobre una base más sistemática y académica. El camino
que transitó Were y continuaron otros demuestra la necesidad de aplicar y estudiar continua
y persistentemente la hermenéutica escatológica en torno al gran conflicto mientras
149
transcurre el tiempo y se discierne mejor el escenario profético. Esta senda, sin embargo,
parece ser poco valorada en algunos ámbitos adventistas actualmente. Fue necesario, en
consecuencia, examinar en qué situación se ubica el quehacer teológico del historicismo
adventista actual. ¿ Han sido superadas las ideas de Were? ¿Hay un enfoque diferente al
que él propuso en su momento Were? Si lo hubiera, ¿fortalece o debilita las contribuciones
realizadas por dicho autor?
Al observar el abanico de posiciones escatológicas más influyentes que se ofrecen
actualmente en el adventismo, se advierte estructuralismo, idealismo y alegorismo y un
énfasis netamente exegético que procura casi exclusivamente reconstruir el sentido que
Daniel y Apocalipsis tuvieron para su audiencia original. En algún sentido el enfoque
teológico que iniciara Were parece haber quedado donde LaRondelle lo dejó. Hay
pluralidad de pensamiento, pero esa pluralidad puede corroer el aporte de Were,
especialmente en las regiones donde más popularidad alcanzó.
Más allá de que en su momento Louis Were fuera necesario para resolver un
conflicto hermenéutico y evangelizador, su aporte trascendió la mera polémica con el
literalismo de Smith. Su mayor contribución parece haber sido ejemplificar cómo funciona
la hermenéutica del gran conflicto en el estudio bíblico. En este sentido Were no fue
original en sí mismo, pero sí demostró cómo estudiar la Biblia bajo la orientación del
espíritu de profecía, y al hacerlo sus resultados fueron creativos, esclarecedores y
novedosos.
En un sentido inverso, éste parece haber sido el pecado de Uriah Smith, la
emancipación hermenéutica del espíritu de profecía, lo cual lo desvió al literalismo
eisegético. Al desviarse de la línea señalada por el pensamiento de Elena de White terminó
150
asimilando ideas extrañas y dejando como legado a dos generaciones una aplicación
profética de carácter militar-literalista que primero resultó sensacional y popular, pero
luego avergonzante y desalentadora para quienes las predicaron.
Precisamente en esto radica la importancia y necesidad de la profundización
teológica del historicismo: si algo va a ser predicado con poder ante el mundo, antes debe
ser examinado en profundidad. La predicación y el estudio no pueden estar divorciados,
sino que deben avanzar inseparablemente unidos en la experiencia de la iglesia. Así como
Were lo fue, el teólogo debe ser evangelista, y el evangelista debe ser teólogo.
Esta investigación también deja ver la necesidad de escuchar a todas las voces de la
iglesia, porque un cuerpo guiado por un mismo Espíritu puede ser bendecido desde
cualquiera de sus miembros. Louis Were entró en controversia teológica con un influyente
dirigente de sus días, y esa polémica le trajo sinsabores de carácter personal. Sin embargo,
las ideas no se matan ni se definen por escalafón, de modo que es necesario atender y
aplicar las posiciones bien fundamentadas que traigan soluciones a la misión de la iglesia.
La experiencia y el aporte de Were también dejan ver que el estudio y la
proclamación de las profecías tienen su costo. A lo largo de este estudio ha sido claro que
los pioneros pagaron un alto precio por ser el pueblo singular que la profecía reclamaba.
Smith pagó el precio del mensaje cuando sus manos se ampollaban cortando los primeros
ejemplares de la Review and Herald, o cuando permanecía escribiendo hasta las dos de la
mañana. J. White pagó el precio cuando, quemado por su propio fuego, acortó su vida
haciendo él mismo el trabajo de tres personas, lo cual la Sra. White desaprobó
expresamente. Louis Were, asimismo, pagó el precio cuando por sus posiciones
hermenéuticas, en su momento controvertidas, fue incomprendido y rechazado entre sus
151
pares de la lejana Australia. También pagó su precio Hans LaRondelle, invirtiendo su vida
entera en refinar y desarrollar el legado de Were. Así suele ocurrir con cada uno de los
hombres que estudiaron, estudian y proclaman el mensaje de Dios para este tiempo.
No todos, sin embargo, están dispuestos a asumir el elevado costo de la profecía. Si
el precio para ser escuchado ante algunas audiencias es el de abandonar el historicismo
adventista, ese precio no debe ser pagado. Después de todo, el adventismo sostiene que ha
sido suscitado por Dios para predicar la última amonestación al mundo, aunque al hacerlo
se halle en franca minoría.
Según la escatología adventista tradicional, cada vez resultará más costoso
mantener la singularidad esperada del remanente, lo cual se logre probablemente al precio
del aislamiento y el desprecio crecientes. Aunque algunas voces del adventismo subrayen
la necesidad de una mayor relevancia, responsabilidad social, y la mitigación de las
posiciones controvertidas respecto de algunos poderes mundiales delineados en la profecía,
un adventismo fiel requiere fidelidad a su esencia, siempre más inclinada a lo profético,
escatológico y misiológico, sin descuido del ―verdadero ayuno‖. Otras cuestiones
importantes tienen su lugar, pero Dios se las ha confiado a otros grupos humanos como su
misión particular. Lo que el adventismo no cumpla no será asumido por otro movimiento
diferente.
Siguen siendo necesaria una profundización teológica del historicismo como la
proclamación más fervorosa de los eventos finales. Al ocuparse en esta tarea el adventismo
se estará preparando a sí mismo y a quienes oigan su mensaje para los eventos anunciados
en la profecía.
152
Recomendaciones
Al concluir la investigación se recomiendan algunas áreas no exploradas por este
estudio, pero de valor y utilidad para desarrollos posteriores.
1. La dimensión escatológica de la justificación por la fe en el pensamiento de
Louis Were. Como se ha explicado Were postula que la profecía tiene un propósito moral y
espiritual. Sería bueno explorar la manera en que él vincula la justificación por la fe y el
desenlace del conflicto escatológico.
2. La contribución escatológica de Hans LaRondelle. Si bien se ha mencionado algo
en relación a la extensión teológica que LaRondelle hace de las ideas seminales de Were,
un estudio profundo de sus propios aportes, más académicos y sistemáticos que los de
Were, puede ser de gran valor.
3. El enfoque exegético en la interpretación profética adventista contemporánea. El
enfoque exegético es el más promovido entre algunos intérpretes adventistas influyentes en
la actualidad. Conviene evaluar la relación entre la exégesis adventista actual y el
historicismo, y eventuales contribuciones o tensiones entre ambas.
4. Los cambios de enfoque teológico y su impacto en la evangelización pública
Adventista. Sería importante indagar acerca del vínculo entre los énfasis teológicos, su
impacto en la predicación misional y los resultados de ésta en la ganancia y conservación
de feligreses.
5. Fricciones entre el historicismo tradicional y el revisionismo profético adventista.
Podría ser un buen aporte el hecho de contrastar ambas posiciones y explicar las razones
hermenéuticas que explican las divergencias.
153
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