ajedrez infantil- juego de pillos o transmisor de valores

4
AJEDREZ INFANTIL: ¿JUEGO DE PILLOS O TRANSMISOR DE VALORES? Otoño del 2015. Cuarta ronda de las seis de que consta un torneo de ajedrez local de rápidas. En una de las mesas, un atento anciano del pueblo juega contra una prometedora niña de 9 años de edad. La partida se va decantando poco a poco hacia el lado del anciano, hasta que de repente la niña levanta la mano reclamando al árbitro, ante la asombrada mirada de su veterano oponente… -“¡Ilegal! ¡El señor mayor ha coronado un peón y ha pulsado el reloj antes de haber puesto la dama en el punto de coronación…! - Dice la niña… El árbitro hace acto de aparición y confirma la versión con los dos jugadores. Aplicando el reglamento, da ganadora de la partida a la niña, por jugada ilegal. El sorprendido anciano, no entiende lo que ha pasado, le da la mano a su joven oponente, y acepta resignado su suerte en la partida… En el resto de las partidas que juega, su cara ya no es la mismaVerano del 2014. Campeonato autonómico sub8. Dos jóvenes ajedrecistas disputan la partida de la última ronda, con el aliciente de ganar para quedar entre los 20 primeros del torneo. El jugador que va ganando la partida roza con la manga el rey, cuando va a hacer su movimiento. Su contrincante levanta la mano inmediatamente… -“¡Arbitro! ¡Ilegal, ha movido el rey y después ha querido mover otra pieza! ¡Debe mover el rey! Dice vehementemente el jugador que iba perdiendo… - ¡Qué dices! ¡He movido el alfil, y al mover he rozado el rey con la manga sin darme cuenta, pero ya había movido! Se defiende su oponente… Poco a poco la voz de ambos jugadores se va elevando, y los demás jugadores fijan su mirada en la mesa objeto de la polémica. El árbitro decide que se siga jugando sin sanción para nadie. Dos jugadas más tarde, vuelve a producirse una queja del mismo jugador… - ¡Arbitro! ¡Otra vez lo ha vuelto a hacer! ¡Ha movido la dama y después ha movido otra pieza...! Se queja de nuevo el jugador que va perdiendo. La voz de ambos jugadores vuelve a elevarse… Nuevamente el árbitro interviene y vuelve a decidir que sigan jugando, sin sanción para nadie. Tres veces más se sucede la queja del mismo jugador, y el jugador acusado ya no aguanta más… Sus 7 años no le permiten aguantar más. Empieza a subir la voz y a llamar tramposo a su contrincante. Pierde los nervios, no le quiere dejar la planilla a su marrullero oponente, y empieza a sollozar… Finalmente sucumbe ante la presión y pierde la partida. Entre sollozos da la mano a su contrincante y se va corriendo a buscar a sus padres. El jugador ganador, con una indisimulable sonrisa de satisfacción en su rostro, va corriendo a buscar a los suyos y a contarles la increíble remontada que acaba de realizar... Campeonato de España sub10, segunda ronda. Dos pequeños jugadores se sientan uno frente al otro justo antes de empezar la partida. El jugador de blancas ofrece su mejor sonrisa a su oponente y le tiene la mano, a la vez que le dice de forma espontánea y sincera: “¡Suerte!”. Su oponente le aprieta la mano con la mayor fuerza que puede y se acerca a su lado, susurrándole al oído: “¡Te voy a machacar, nene…!” El asustado jugador de blancas pierde. No ha sido capaz de mirar a la cara a su contrincante durante toda la partida…

Upload: lucatoni

Post on 28-Jan-2016

213 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Ajedrez Infantil Juego de Pilllos o Transmisión de Valores.

TRANSCRIPT

Page 1: Ajedrez Infantil- Juego de Pillos o Transmisor de Valores

AJEDREZ INFANTIL: ¿JUEGO DE PILLOS O TRANSMISOR DE VALORES?

Otoño del 2015. Cuarta ronda de las seis de que consta un torneo de ajedrez local de

rápidas. En una de las mesas, un atento anciano del pueblo juega contra una

prometedora niña de 9 años de edad. La partida se va decantando poco a poco hacia el

lado del anciano, hasta que de repente la niña levanta la mano reclamando al árbitro,

ante la asombrada mirada de su veterano oponente…

-“¡Ilegal! ¡El señor mayor ha coronado un peón y ha pulsado el reloj antes de haber

puesto la dama en el punto de coronación…! - Dice la niña…

El árbitro hace acto de aparición y confirma la versión con los dos jugadores. Aplicando

el reglamento, da ganadora de la partida a la niña, por jugada ilegal. El sorprendido

anciano, no entiende lo que ha pasado, le da la mano a su joven oponente, y acepta

resignado su suerte en la partida… En el resto de las partidas que juega, su cara ya no es

la misma…

Verano del 2014. Campeonato autonómico sub8. Dos jóvenes ajedrecistas disputan la

partida de la última ronda, con el aliciente de ganar para quedar entre los 20 primeros

del torneo. El jugador que va ganando la partida roza con la manga el rey, cuando va a

hacer su movimiento. Su contrincante levanta la mano inmediatamente…

-“¡Arbitro! ¡Ilegal, ha movido el rey y después ha querido mover otra pieza! ¡Debe

mover el rey! – Dice vehementemente el jugador que iba perdiendo…

- ¡Qué dices! ¡He movido el alfil, y al mover he rozado el rey con la manga sin darme

cuenta, pero ya había movido! – Se defiende su oponente… Poco a poco la voz de

ambos jugadores se va elevando, y los demás jugadores fijan su mirada en la mesa

objeto de la polémica. El árbitro decide que se siga jugando sin sanción para nadie. Dos

jugadas más tarde, vuelve a producirse una queja del mismo jugador…

- ¡Arbitro! ¡Otra vez lo ha vuelto a hacer! ¡Ha movido la dama y después ha movido

otra pieza...! – Se queja de nuevo el jugador que va perdiendo. La voz de ambos

jugadores vuelve a elevarse…

Nuevamente el árbitro interviene y vuelve a decidir que sigan jugando, sin sanción para

nadie.

Tres veces más se sucede la queja del mismo jugador, y el jugador acusado ya no

aguanta más… Sus 7 años no le permiten aguantar más. Empieza a subir la voz y a

llamar tramposo a su contrincante. Pierde los nervios, no le quiere dejar la planilla a su

marrullero oponente, y empieza a sollozar… Finalmente sucumbe ante la presión y

pierde la partida. Entre sollozos da la mano a su contrincante y se va corriendo a buscar

a sus padres. El jugador ganador, con una indisimulable sonrisa de satisfacción en su

rostro, va corriendo a buscar a los suyos y a contarles la increíble remontada que acaba

de realizar...

Campeonato de España sub10, segunda ronda. Dos pequeños jugadores se sientan uno

frente al otro justo antes de empezar la partida. El jugador de blancas ofrece su mejor

sonrisa a su oponente y le tiene la mano, a la vez que le dice de forma espontánea y

sincera: “¡Suerte!”.

Su oponente le aprieta la mano con la mayor fuerza que puede y se acerca a su lado,

susurrándole al oído: “¡Te voy a machacar, nene…!”

El asustado jugador de blancas pierde. No ha sido capaz de mirar a la cara a su

contrincante durante toda la partida…

Page 2: Ajedrez Infantil- Juego de Pillos o Transmisor de Valores

Invierno del 2010. Campeonato municipal sub8. En la cuarta ronda de un total de seis

juegan en el primer tablero dos chicos. La partida avanza hasta el juego medio. La

partida se alarga y deciden poner un reloj con 5 minutos de tiempo. Uno de los

jugadores se bloquea porque nunca ha jugado con límite de tiempo. A su lado el árbitro

le explica que tiene que mover y que si no lo hace, perderá por tiempo. Ante la negativa

del jugador a mover, el árbitro le impone una cuenta atrás…

- “¡Cinco, cuatro, tres, dos, uno! ¡Mueve!” – Dice el árbitro. El niño se echa a llorar y

se derrumba sobre sus brazos encima de la mesa.

- “¡Tienes que mover o perderás la partida! ¡Se te agota el tiempo! ¡Cinco, cuatro,

tres, dos, uno! ¡Mueve!” – Vuelve a decir el árbitro, esta vez elevando la voz…

El niño no es capaz de mover. Ni tan siquiera es capaz de dejar de llorar y de levantar la

cabeza de la mesa. No estaba preparado para jugar con reloj, no esperaba que nadie le

obligara a mover. Ni el abrazo de sus padres, ni sus dulces palabras consolándolo

pueden evitar que el niño deje de jugar el campeonato y se vaya a su casa cabizbajo.

Durante una semana no puede dormir recordando lo que pasó. Ese año deja las clases de

ajedrez y no vuelve a jugar hasta dos años después…

¿Qué está pasando con el “Noble Juego”? ¿Cómo tienen que actuar los padres o los

entrenadores de un menor de corta edad al que le sucede algo así? ¿Qué pensará el

anciano, que disfrutaba jugando al ajedrez con sus amigos en el salón social de su

pueblo? ¿Cómo recordará ahora ese mismo salón, donde una niña le acaba de humillar

ganándole por un resquicio legal del reglamento?

¿Qué valores le está transmitiendo el ajedrez a la sociedad con ejemplos como estos?

Dice Garry Kasparov en la web de su Fundación de Ajedrez para Hispanoamérica, que

“El ajedrez es conocido como el noble juego. Y es por eso que el alumno que está

dando sus primeros pasos empieza y termina su batalla intelectual ofreciéndole la mano

a su rival, respetando al “contrario” y reconociendo, de este modo, la validez de unas

reglas que son incuestionables”.

¿Qué ha pasado con los valores cívicos en el Ajedrez? ¿Sigue siendo el Ajedrez ese

juego que todos respetábamos porque era el único en el que nuestro contrincante tenía la

cortesía de avisarnos de su ataque?

Mi curiosidad como modesto jugador aficionado y padre de niños jugadores de ajedrez

me ha hecho investigar en las Leyes del Ajedrez (2015) actualmente vigentes, para

encontrar sorprendentes resultados:

Las palabras “caballerosidad” y “respeto” no aparece en ningún caso.

Tampoco hay ni rastro de la expresión “buenos modales” o “educación”.

¡Sin embargo, las palabras “reclamar” y “reclamación” aparecen hasta en 37

ocasiones!

Además, buceando en la historia del ajedrez desde que se creó la FIDE en 1929, para

buscar razones a esta pérdida de valores, mi sorpresa ha sido todavía más grande, tan

grande como lo era mi desconocimiento…

Después de 1929 nunca ha sido obligatorio saludar al contrincante antes y

después de las partidas.

Nunca ha sido obligatorio avisar del jaque.

En el siglo XX lo más parecido al código de respeto que los jugadores de mi

generación hemos asociado al ajedrez es una cita de H. J. R. Murray, en su libro

“A History of Chess”, escrito en 1913, en la que dice textualmente: “En partidas

informales, es costumbre anunciar "jaque" al hacer un movimiento que pone al

Page 3: Ajedrez Infantil- Juego de Pillos o Transmisor de Valores

rey del oponente en peligro. Sin embargo, en las competiciones oficiales, el

jaque se anuncia raramente”. Ni rastro de la obligatoriedad de avisar el jaque en

las distintas Leyes del Ajedrez de la época.

Para encontrar testimonios escritos de la obligatoriedad de avisar del jaque al

rey, debemos remontarnos al 1749, cuando el gran François Phillidor, en su obra

“Análisis del Ajedrez” propugna oficialmente la obligatoriedad de avisar del

jaque, y por primera vez se traduce su obra a varios idiomas, “regularizando”

oficialmente las normas del ajedrez.

¿Qué pasó después? ¿Por qué poco a poco se ha perdido esta noble regla que hacía

diferente a este juego? Tal vez los nuevos tiempos y la puesta en valor de la

competición han acabado con esta distinción que sólo tenía el Noble Juego.

Dice Juan Carlos Chacón, psicólogo y técnico deportivo de ajedrez que “se debe tener

en cuenta en la enseñanza del juego de ajedrez que es una herramienta educativa muy

poderosa. Transmite técnicas de trabajo y valores, conceptos para aprender, actitudes

de compañerismo e incide en el aprendizaje para la elaboración de estrategias, entre

otros beneficios”. Desde mi humilde punto de vista, no podría estar más de acuerdo con

sus palabras. Por eso, basándome en mi experiencia como ajedrecista, jugador

aficionado y padre de jugadores infantiles asiduos a torneos, les propongo reflexionar

sobre posibles soluciones morales que vuelvan a separar al “Noble Juego” de otros

juegos de estrategia en los que las malas artes y la pillería son característicos. A ver que

les parecen:

1. Avisar el jaque al rey debe volver a ser obligatorio: Debemos acostumbrar a

nuestros hijos a ser honrados y afrontar sus retos de frente, sin engaños. Si el

ajedrez pretende prepararlos para la vida, no hay mejor ejemplo que este para

transmitirles los valores que se necesitan.

2. En competiciones con los más pequeños no se usará reloj salvo que ambos

jugadores quieran: La presión y la responsabilidad ante el paso del tiempo no

puede imponerse de forma tan estricta a niños de corta edad. En el ajedrez a

estas edades debe de prevalecer su lado lúdico, y cuando haya que decidir una

partida, en ningún caso se utilizará la limitación de tiempo de un reloj, salvo que

ambos jugadores así lo quieran. Una solución perfectamente válida para niños

que se bloqueen o que se nieguen a jugar podría ser dar por finalizada la partida

y dar como ganador al jugador con ventaja material o posición ganadora. Otra

posibilidad sería dar perdedor al jugador que se niega a mover. Ya ocurre en

otros deportes como el Balonmano (pasividad) o el Baloncesto.

3. A cortas edades el premio debe ser solidario: Es razonable que todos los

menores quieran ganar sus partidas, pero la ambición del ganador por una copa o

por un regalo no debe producirle desánimo al resto. Es razonable que se

destaquen los méritos de cada uno en la clasificación final de la competición,

pero el premio debería ser el mismo para todos.

4. Demasiadas normas para reclamar y muy pocas para ayudar: Las jugadas

ilegales en el ajedrez no pueden ser en ningún caso signo de buena educación.

Sin embargo los descuidos normativos existen y no pueden suponer la pérdida

de una brillante y peleada estrategia para ganar. Al menos en competiciones para

menores no deberían existir ilegales. Toda decisión que se tome por los jueces

debe anteponer la educación en valores y el sentido común, a la rigidez de la

norma.

Page 4: Ajedrez Infantil- Juego de Pillos o Transmisor de Valores

5. El respeto al ajedrez y al rival, tan importante como la victoria: El sentido

común, la generosidad, el respeto y la buena educación deben volver a ser el eje

del juego. Un jugador de la tercera edad tiene un mérito enorme cuando se sienta

frente a un tablero a competir contra otros. Existen muchos paralelismos entre la

práctica del ajedrez en las personas mayores y la práctica en los niños, ya que

ambos colectivos se enfrentan por primera vez a un reto: el del niño es entrenar

y desarrollar sus capacidades en inicio; el del anciano es luchar por primera vez

por que esas capacidades no empiecen a desaparecer.

6. En el ajedrez, como en la vida, el fin no debe justificar los medios: Si existe

una carencia en valores, en respeto, en educación al contrario, probablemente no

merezca la pena sentar a dos jugadores para compartir una partida. Eso, en todo

caso, debe decidirlo el sentido común del árbitro.

7. ¿Suerte, jaque, gracias, enhorabuena, de nada, perdón?, Cualquiera de estas

palabras es cada vez más difícil de escuchar. Ya casi nadie da las gracias por las

cosas, ya nadie pide perdón por causar alguna molestia a otro. El ajedrez no debe

caer en la misma ausencia de valores en la que nuestra sociedad lleva inmersa

demasiado tiempo. Bueno sería que los educadores y los monitores de ajedrez

dieran el mismo valor a estas palabras que a una brillante combinación que

conduzca al mate.

Si queremos ver crecer a nuestros hijos hasta hacerse ciudadanos felices, sanos, capaces,

responsables, con valores, debemos dar ejemplo en todos los ámbitos de nuestra

sociedad. Nuestro deporte no debe descuidar los principios que lo hacían diferente, y

mucho menos si esos principios además pueden hacer de nuestros hijos mejores

estudiantes, mejores ciudadanos y sobre todo, mejores personas…

Roberto Morales González.

Padre, profesor de secundaria y ajedrecista aficionado.