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Aguas subterráneas y medio ambiente; oportunidades y problemas. Las aguas subterráneas en la Gestrión y Planificación de los Recursos Hídricos JUSTO MORA ALONSO-MUÑOYERRO Comisión de Medio Ambiente. Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. 265

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Aguas subterráneas y medio ambiente;oportunidades y problemas.

Las aguas subterráneas en la Gestrión y Planificación de los Recursos Hídricos

JUSTO MORA ALONSO-MUÑOYERRO

Comisión de Medio Ambiente. Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.

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1 . INTRODUCCIÓN: RECURSOS HIDROGEOLÓGICOS Y MEDIO AMBIENTE

Los suministros de agua que ofertan los sistemas de explotación de los recursos(art. 7, Real Decreto 927/1988) y que satisfacen la demanda, o una parte de ella, congarantía suficiente, constituyen los recursos disponibles o disponibilidades del sistema.Ello requiere infraestructurasde transporte y distribución desde la fuente del recursohasta donde se localicen las demandas. Frecuentemente es necesaria una reserva o al-macén de agua que permita modular los suministros de agua de acuerdo con la distri-bución temporal de la demanda. Esta circunstancia es particularmente acusada en nues-tro país, cuyo irregular régimen hidrológico se caracteriza por estiajes acusados en elperiodo en el que, precisamente, el volumen de la demanda es más alto.

La gestión y planificación racional de los recursos hídricos debe hacerse desde laperspectiva del ciclo hidrológico, buscando en cada caso la solución óptima, en la queno deben menoscabarse las singularidades de su fase subterránea. La u b i c u i d a d de lasaguas subterráneas y las r e s e r v a s almacenadas de forma natural en los a c u í f e r o s p u e-den suponer, en muchos casos, importantes a h o r r o s en infraestructuras de transportey regulación, con las consiguientes economías, no sólo en términos estrictamente pre-supuestarios, sino a m b i e n t a l e s al evitarse el desfavorable impacto asociado a dichaso b r a s .

Por otro lado, la s o b r e e x p l o t a c i ó n de las aguas subterráneas puede causar, entreotros, importantes daños a los ecosistemas ligados a los humedales o a los cursos de aguaalimentados por las descargas naturales de los acuíferos, así como la salinización, a ve-ces irreversible, de las Unidades Hidrogeológicas costeras.

Es preciso dar una nueva orientación a la gestión y planificación hidrológica, subra-yando su enfoque medioambiental, acorde con las directivas de la nueva normativa co-munitaria europea.

El fomento del uso conjunto, la ordenación de las extracciones en zonas sobreexplo-tadas y la protección de las aguas subterráneas frente a la contaminación constituyen al-gunos de los instrumentos más eficaces para la utilización sostenible de los recursos hí-dricos en armonía con el medio ambiente.

2 . LA GESTIÓN INTEGRAL DEL CICLO HIDROLÓGICO

«El agua constituye un recurso unitario que se renueva a través del ciclo hidrológi-co y que conserva a efectos prácticos una magnitud casi constante dentro de cada unade las cuencas hidrográficas.

Consideradas pues como recurso, no cabe distinguir entre aguas superficiales y sub-terráneas. Unas y otras se encuentran íntimamente relacionadas, presentan una identi-dad de naturaleza y función, y en su conjunto deben estar subordinadas al interés ge-neral y puestas al servicio de la nación.»

Esta es la declaración que la Ley 29/1985 de aguas formula en su preámbulo en re-lación con el carácter unitario de los recursos hídricos. Así, en el artículo 2 de su tex-to refundido (Real Decreto Legislativo 1/2001) se definen las aguas continentales comobienes integrantes del dominio público del Estado, incluyéndose en ellas tanto las su-

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perficiales como las subterráneas renovables con independencia del tiempo de renova-ción.

Con ello se incorporan al demanio público las aguas subterráneas, no incluidas enel mismo en la anterior ley de 13 de junio de 1879.

Para evitar perjuicios sobre derechos preexistentes, las disposiciones transitorias dela nueva ley contemplan un régimen especial para aquéllos que fueran titulares de al-gún derecho sobre aguas privadas, conforme a la legislación derogada.

La promulgación de este principio puso fin al anterior régimen jurídico-adminis-trativo regulador de esta materia, en virtud del cual la fase subterránea y la fase super-ficial del ciclo hidrológico era administrada y gestionada de forma independiente, comosi de dos recursos diferentes se tratara. La falta de una visión globalizadora del sistemaimpedía su adecuada coordinación y la posibilidad de un adecuado control de las inter-acciones río-acuífero. Ello ha conducido históricamente a una delicada situación deafecciones a terceros, alteración del régimen hidrológico superficial —y viceversa— y,en muchos casos, de deterioro de zonas húmedas, como en el episodio ya conocido delas Tablas de Daimiel fomentado por la sobreexplotación del acuífero de La ManchaOccidental.

Este precepto figura como uno de los principios generales a los que debe someter-se el Estado en el ejercicio de sus funciones en materia de aguas, estableciendo especí-ficamente el artículo 13.2 de la ley el respeto a la unidad de la cuenca hidrográfica, delos sistemas hidráulicos y del ciclo hidrológico.

Estos enunciados, que con cierta antelación ha sabido incorporar nuestro ordena-miento jurídico, han venido siendo aceptados en los foros internacionales como cuer-po doctrinal en la materia. Concretamente, en la propuesta del Consejo relativa al Pro -grama de Acción para la Protección y Gestión Integrada de las Aguas Subterráneas d eseptiembre de 1996, se formulan cuatro líneas generales de actuación, subrayándose enla segunda la necesidad de una gestión integral del recurso donde se tengan en cuentalas interacciones entre la fase subterránea y la fase superficial del ciclo.

Por otro lado, la Directiva 2000/60/CE del Parlamento Europeo y del Consejo paraestablecer un Marco Comunitario de Acción en el Ambito de las Políticas de Agua,manifiesta la necesidad de un aprovechamiento sostenible de las aguas, estableciendocomo objetivos primordiales el suministro de agua, tanto potable como para otras ne-cesidades económicas, la protección del medio ambiente y la atenuación de los efectosadversos de inundaciones y sequías. Como medios principales para el logro de estosobjetivos se menciona la creación de un marco general para la actuación integrada delas distintas autoridades implicadas y establecer una sólida base informativa sobre elestado de la calidad del agua en el ámbito comunitario, dando publicidad y difusióna éste.

3 . SINGULARIDADES DE LA FASE SUBTERRÁNEA Y OPORTUNIDADES DE USO

Pero si bien es cierto que los recursos hidrogeológicos no pueden contemplarse deforma independiente y ajena al resto de los recursos hidrológicos, es justo reconocerque la fase subterránea del ciclo hidrológico participa de una serie de propiedades sin-

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gulares que ofrecen unas oportunidades de uso y aprovechamiento muy específicas ycaracterísticas y que por tanto merecen una consideración especial.

En primer lugar, la recarga-descarga natural (particularmente la descarga) de losacuíferos se realiza de forma extraordinariamente lenta en términos comparativos. Porel contrario, ofrecen un volumen de almacenamiento muy importante. Aunque el vo-lumen de las reservas hidrogeológicas almacenadas es objeto de controversia, las esti-maciones más fiables apuntan a valores del orden de los 125.000 hm3 de agua explo-tables económicamente en condiciones ventajosas a profundidades inferiores a los 200m y referidas a todo el territorio nacional. Estas cifras contrastan con la capacidad deembalse superficial que alcanza una cifra del orden de los 54.000 hm3. Por tanto, losacuíferos subterráneos gozan, de forma espontánea y natural, de unas condiciones idó-neas para la regulación hidrológica.

Otro aspecto singular es el de la ubicuidad de las aguas subterráneas de tal maneraque las mismas están presentes casi sin excepción en cualquier punto del territorio.

En España, no obstante, se considera que son hidrogeológicamente interesantes aestos efectos del orden de 175.000 km2 del territorio nacional constituido por superfi-cies permeables que engloban del orden de 411 unidades hidrogeológicas de las cuales19-20 (17 según el PHN) de ellas corresponden a ámbitos compartidos por varias cuen-cas hidrográficas.

La definición de estas unidades hidrogeológicas corresponde a los planes hidroló-gicos de cuenca, por lo que estas cifras están sujetas actualmente a revisión a la vistadel contenido de los mismos.

De esta superficie cubierta por las formaciones permeables, aproximadamente unas98.000 ha corresponden a formaciones detríticas, unas 70.000 a formaciones carbona-tadas, y el resto a formaciones volcánicas.

La recarga media anual que se produce sobre estos afloramientos permeables, se es-tima en el orden de 20.000-21.000 hm3 anuales. El territorio no cubierto por unidadesdelimitadas como unidades hidrogeológicas son formaciones en general de baja o muybaja permeabilidad.

La recarga total en el conjunto del territorio nacional es lógicamente mayor te-niendo en cuenta otras extensiones en las que no hay acuíferos catalogados como ta-les, pero que en su conjunto pueden incrementar la anterior cifra hasta el orden de los28.000 hm3 anuales.

Otro aspecto singular a considerar en relación con las aguas subterráneas, es el dela calidad natural que éstas en general ofrecen debido al lento proceso de infiltraciónque en la recarga sufren las mismas, propiciando el desarrollo de fenómenos de oxi-rreducción y depuración biológica natural.

Esta calidad natural del agua subterránea está condicionada por diversos factores,fundamentalmente la naturaleza geológica del acuífero y su funcionamiento hidrogeo-lógico. La composición del agua natural puede ser alterada por factores externos, es de-cir, por la contaminación. Siendo diversos los grados de vulnerabilidad natural los queofrecen los acuíferos frente a este riesgo de contaminación.

En general las aguas de mejor calidad y aptas para casi todos los usos son las delas facies bicarbonatadas cálcicas y magnésicas. Las aguas de las unidades detríticas se

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caracterizan por su gran variabilidad. Debido a que en estas zonas aluviales la concen-tración urbana suele ser mayor, también están sometidas en general a una mayor con-taminación.

Los problemas de calidad más habituales en las aguas subterráneas son las motiva-das por la presencia de compuestos nitrogenados, cloruros y sodio. Las primeras sonfundamentalmente por el desarrollo agrícola intenso y en el segundo, en los acuíferoscosteros sometidos a procesos de intrusión marina.

4 . APROVECHAMIENTO DE LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS Y RIESGOS DERIVADOS DE UNA GESTIÓN INADECUADA

El gran volumen de aguas subterráneas almacenadas tanto en términos absolutoscomo en términos relativos en referencia con su recarga media anual, unido a la cali-dad intrínseca natural de estas aguas propician un uso que se ha venido denominandoestratégico de estos recursos hidrogeológicos. Este uso estratégico supone que durantelos ciclos secos se pueden movilizar importantes volúmenes de estas reservas, inclusoalcanzando la sobreexplotación transitoria de estas unidades hidrogeológicas, lo quepermite cubrir la demanda en situaciones que de otra manera serían deficitarias y per-mitiendo durante los periodos húmedos y normales la recuperación piezométrica de es-tos acuíferos.

Así, el Canal de Isabel II optó para el abastecimiento de agua al área metropolita-na de Madrid (Bernardo López Camacho 1995) durante los dos años de la sequía 92-93 por la búsqueda y suministro de otras fuentes alternativas como el bombeo desde elrío Alberche que alcanzó la cantidad de 194 hm3, en ambos años y las extracciones deaguas subterráneas que alcanzaron la cifra de unos 81 hm3 en el mismo periodo.

Este ejemplo demuestra cual es el uso estratégico de estos recursos hidrogeológicosque, movilizados en volúmenes relativamente modestos, permiten cubrir situacionesque de otra manera hubiesen sido calificables de críticas o muy críticas para el abaste-cimiento de un área metropolitana tan importante como la de Madrid con un suminis-tro próximo a los 5.000.000 de habitantes.

Independientemente de esta utilización estratégica, las aguas subterráneas se vienenutilizando de una forma relativamente intensa, sobre todo a partir de los años 50 cuan-do en nuestro país se introdujeron nuevas técnicas de perforación y se generalizó el usode bombas sumergibles, lo que permitió su crecimiento. El uso directo de las aguas sub-terráneas —es decir, las que se realizan con aguas artificialmente alumbradas median-te pozos en ríos, sondeos o galerías— y su distribución por cuencas hidrográficas y ti-pos de utilización —abastecimiento urbano, agrícola o industrial— puede apreciarse enel cuadro adjunto.

Las aguas subterráneas contribuyen de forma sustancial a la satisfacción de las de-mandas actuales. Esta aportación es muy variable según la cuenca hidrográfica de laque se trate, siendo particularmente importante en el Júcar por la proporción de sumi-nistro de agua de origen subterráneo.

En cuanto al uso urbano, más de 12.000.000 de habitantes son abastecidos con re-cursos hidrogeológicos, lo cual supone el 32% del total. Más difícil es determinar quéparte de los riegos utilizan aguas subterráneas, ya que una fracción importante utiliza

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aguas de ambas procedencias. En estos momentos la superficie total de regadíos en Es-paña supera las 3.300.000 ha. de las que aproximadamente 700.000 se riegan exclusi-vamente con aguas subterráneas y algo más de 300.000 de forma mixta.

Las aguas subterráneas son objeto, en general, de un uso más eficiente, correspon-diéndoles unas dotaciones inferiores, tanto en el caso de riegos, como en el de abasteci-miento. El motivo de esta mayor eficiencia hay que buscarlo, en primer lugar, en el ori-gen privado de la financiación de un porcentaje muy importante de las infraestructurasque emplean aguas subterráneas, lo cual asegura en gran medida su rentabilidad. Asi-mismo, la extracción lleva normalmente asociado un coste energético por elevación, loque fomenta su óptimo empleo evitando el despilfarro inútil del recurso. Por el contra-rio, y en particular en el caso de los regadíos con aguas superficiales, obedecen general-mente a iniciativas públicas que en muchos casos se orientan más hacia la búsqueda deun interés social no siempre acompañado de una clara rentabilidad económica directa.

Pero frente a estas oportunidades de aprovechamiento que ofrecen los recursos hi-drogeológicos hay que citar también los problemas derivados de su mal uso, tales comola sobreexplotación, la intrusión salina y la contaminación, cuyos efectos han sido rei-teradamente descritos en la literatura especializada.

El Reglamento del Dominio Publico Hidráulico considera que un acuífero se en-cuentra sobreexplotado o con riesgo de estarlo cuando se está poniendo en peligro in-mediato la subsistencia de los aprovechamientos existentes en el mismo como conse-cuencia de venirse realizando extracciones anuales superiores o muy próximas alvolumen medio de los recursos anuales renovables o que se produzca un deterioro gra-ve de la calidad del agua. La existencia de riesgo de sobreexplotación también está pre-sente cuando la cuantía de las extracciones referidas a los recursos renovables del acu-ífero genere una evolución de éste que ponga en peligro la subsistencia a largo plazode sus aprovechamientos.

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Figura 1. Mapa de afloramientos permeables. Fuente: Tomada del Libro Blanco del Agua en Es-paña, Ministerio de Medio Ambiente, 2000.

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Las consecuencias de la sobreexplotación son de diversa índole tanto económicas—al incrementarse los costes por bombeo— como ambientales por sus efectos sobre losecosistemas asociados a las descargas naturales del acuífero, así como a su influencia so-bre la vegetación freatofítica. Tampoco deben olvidarse otros problemas geotécnicos de-rivados de la sobreexplotación como los fenómenos de subsidencia y hundimiento deterrenos.

La artificial alteración del régimen hidrogeológico de funcionamiento de un acuífe-ro, puede tener también consecuencias de intrusión salina, por la modificación que delflujo natural puede producir el bombeo excesivo de estas aguas. En particular, en acu-íferos próximos a la costa puede originarse la intrusión de agua marina en el acuíferoal desplazarse la interfase que separa agua dulce-agua marina hacia el interior.

Otro capítulo importante entre los problemas que afectan a las aguas subterráneas esel de la c o n t a m i n a c i ó n tanto directa, es decir, introducida directamente en la zona satu-rada en el terreno, como indirecta, que se produce migrando los agentes contaminantesa través de la zona no saturada. Esta puede ser de diversos orígenes, bien por activida-des agropecuarias que utilizan fertilizantes, plaguicidas, ganadería intensiva. Asimismo,la contaminación puede ser por actividades urbanas o industriales que en general cons-tituyen unas fuentes localizadas de contaminación, contrariamente a lo que ocurre conla contaminación de origen agrario que constituye una fuente difusa de contaminación.

Para combatir este problema es necesario poner en práctica diversos tipos de me-didas, bien códigos de buenas prácticas agrarias para el caso de contaminación por ni-tratos, planes de saneamiento y depuración dirigidos a evitar el vertido directo a caucey acuíferos, y acciones que eviten la contaminación puntual de origen industrial.

A estos problemas que tradicionalmente se vienen exponiendo de forma sistemáticahay que añadir otros no menos importantes y que no siempre han sido tan extensamentetratados como son los relacionados con la gestión y el control de las aguas subterráneas.

La ubicuidad del recurso hidrogeológico, al que anteriormente hacíamos mención,ofrece singulares oportunidades de aprovechamiento pero, a su vez, supone una mayordificultad para el adecuado control de la utilización de las aguas subterráneas, ya queel recurso puede ser extraído desde cualquier punto del territorio sin que la Adminis-tración Hidráulica pueda ejercer un seguimiento del mismo si no es con la colabora-ción del usuario pues se estima que en España existen más de 500.000 aprovecha-mientos de aguas subterráneas.

5 . PRINCIPIOS Y DIRECTRICES DE LOS FOROS INTERNACIONALES

Las actuaciones en el campo de las aguas subterráneas deben inscribirse en una es-trategia orientada hacia el uso racional y sostenible del recurso, muy en particular enla fase subterránea del ciclo hidrológico, dentro del contexto creado en ese sentido enla Unión Europea y otras comunidades internacionales (Libro Blanco de las Aguas Sub-terráneas en España, MOPTMA MINER 1994):

— Comunidad Europea

■ Quinto Programa de política y actuación en materia de medio ambiente y de-sarrollo sostenible.

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■ Declaración de La Haya, como resultado de la reunión interministerial sobreprotección de las aguas subterráneas (CEE, 1991 y 1992).

■ Directiva 91/676/CEE, sobre nitratos procedentes de actividades agrícolas.■ Propuesta del Consejo de un Programa de Acción para la Protección y Ges-

tión Integradas de las Aguas Subterráneas.■ Directiva 2000/60/CE para establecer un Marco Comunitario de Actuación en

el Ámbito de la Política de Aguas.

— Organización de las Naciones Unidas

■ Declaración de Dublín sobre el agua y el desarrollo sostenible como conclu-sión de la Conferencia Internacional sobre el agua y el medio ambiente (26-31 de enero de 1992).

■ Carta para la gestión de las aguas subterráneas, adoptada por la ComisiónEconómica para Europa (CEPE) en su 44 Sesión (1989).

— Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico

■ Recomendaciones del Consejo sobre el uso de instrumentos económicos en lapolítica ambiental (31 de enero de 1991).

Las ideas y recomendaciones contenidas en los acuerdos reseñados constituyen unvalioso complemento a la Ley de Aguas y a la planificación hidrológica, como referen-cia para la ordenación de las aguas subterráneas.

Como directrices generales a subrayar y que se desprenden de las anteriores mani-festaciones es destacable; el principio de uso sostenible de las aguas subterráneas, en elsentido de un aprovechamiento de las mismas que no imposibilite su utilización ade-cuada por las generaciones venideras; la gestión coordinada de las aguas superficiales ysubterráneas integrando tanto los aspectos cuantitativos como cualitativos; el principiode prevención de contaminación y acción sobre la fuente; y el de responsabilidad com-partida, donde la administración realiza una importante labor de tutela, pero que debeser compartida con los usuarios y otras administraciones.

Finalmente la necesidad de armonizar la gestión de los recursos hídricos con la p r o -tección de medio ambiente y otras políticas sectoriales especialmente la agrícola, la in-dustrial y de ordenación del territorio.

Mención especial merece la reunión interministerial celebrada en La Haya en no-viembre de 1991 relativa a las aguas subterráneas, en la que se declaran a éstas comoun recurso natural de gran valor ecológico y económico que debe ser protegido y gestio-nado de un modo sostenible, iniciativa que finalmente desembocó en la propuesta delConsejo para un Programa de Acción para la Gestión Integrada para los Recursos delas Aguas Subterráneas (1996).

6 . USO CONJUNTO: DEFINICIÓN Y VENTAJAS DEL USO CONJUNTO

Por utilización conjunta de recursos superficiales y subterráneos se entiende el usoplaneado y coordinado de ambas fuentes para la satisfacción de la demanda. Las pro-porciones en que se combinan las cantidades de agua de una y otra procedencia parael suministro a la demanda son variables en función de la época del ciclo hidrológico

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anual, de las reservas existentes en el sistema de almacenamiento superficial y en losacuíferos, y de la calidad disponible en cada uno (Integración de los Acuíferos en los Sis -temas de Explotación, Ministerio de Medio Ambiente, junio de 1997).

En definitiva se trata de aprovechar las características complementarias entre losacuíferos y los embalses superficiales. Los primeros ofrecen una capacidad elevada dealmacenamiento de reservas cuyas descargas naturales, en su caso, se producen de for-ma lenta y fácil de controlar, o bien mediante extracciones artificiales gobernadas a vo-luntad. Los segundos disponen de un volumen capaz de retener las escorrentías gene-radas en episodios de corta duración. El uso conjunto permite aprovechar al máximola capacidad de los embalses —reduciendo la frecuencia de los vertidos por corona-ción— con la confianza que brinda la posibilidad de movilizar los recursos subterrá-neos cuando el volumen de las reservas superficiales así lo requiera.

El servicio a la demanda está garantizado si se crea la capacidad de extracción nece-saria. Durante los periodos húmedos en los que no sea necesaria la utilización intensa delacuífero, puede reducirse su explotación permitiendo la recuperación de sus reservas.

La complementariedad se intensifica cuando el esquema posibilita la recarga artifi-cial del acuífero con agua superficial. Si se suelta agua del embalse para que sea infil-trada aguas abajo, se libera capacidad en el primero, dejándola disponible para retenerfuturas avenidas. También sucede a veces que el embalse tenga fugas importantes porpercolación a través de su lecho, lo cual puede imponer la explotación del acuífero re-ceptor para conseguir el aprovechamiento de los recursos infiltrados.

En algunos esquemas de uso conjunto la complementariedad pretendida radica enla diferente calidad del agua. Mediante la mezcla en origen de ambas fuentes (recargaartificial) o en destino (depósitos o canales) puede conseguirse una calidad de conjun-to adecuada que algunas de las fuentes no posee.

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Figura 2. Mapa de situación de algunos esquemas de uso conjunto en España. Fuente: Toma-da del Libro Blanco del Agua en España, Ministerio de Medio Ambiente, 2000.

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La implantación del uso conjunto supone el establecimiento de una serie de criteriospara el mejor aprovechamiento de los recursos (Integración de los Acuíferos en los Siste -mas de Explotación, Ministerio de Medio Ambiente, junio de 1997):

■ Determinación de los recursos disponibles en el sistema en la hipótesis de usocoordinado y comparación con la situación actual.

■ Identificación de las infraestructuras requeridas: presas, campos de pozos, prin-cipales conducciones, instalaciones de recarga artificial, con indicación de sus ca-racterísticas básicas. Se diferenciarán las infraestructuras de uso exclusivo parauna o varias clases de demanda, y las de uso compartido.

■ Reglas básicas de operación de las infraestructuras, es decir, las conclusiones ge-nerales que puedan extraerse respecto al reparto de las extracciones entre em-balses y acuíferos para atender a las diferentes demandas, respecto a las decisio-nes sobre recarga artificial, volúmenes de reserva deseables, y otras específicas decada esquema concreto.

■ Valores medios de ciertas variables de trascendencia económica, como cantidadmedia anual de agua que cada demanda utiliza de cada fuente, volúmenes me-dios anuales explotados de cada acuífero o zonas de un acuífero, cantidad mediaanual recargada, y en general, todas aquellas magnitudes que puedan servir comobase para distribuir los costes de creación y operación de las infraestructuras en-tre los distintos usuarios.

■ Efectos externos inducidos, como pueden ser la modificación en la disponibili-dad de recursos aguas abajo del sistema estudiado, afecciones a zonas húmedaso zonas de interés ecológico o las modificaciones inducidas a usuarios de aguassubterráneas no integrables de uso conjunto.

7 . AGUAS SUBTERRÁNEAS Y ZONAS HÚMEDAS. PROBLEMAS AMBIENTALESDERIVADOS DE LA SOBREEXPLOTACIÓN Y SALINIZACIÓN DE ACUÍFEROS

No existe una definición universalmente utilizada para definir el concepto de hu-medal. No obstante, puede aceptarse la establecida por la Convención Ramsar (1971)según la cual debe entenderse por zonas húmedas «áreas de marjales, pantanos, turbe-ras o de aguas naturales o artificiales, permanentes o temporales con agua estancada ofluyente, dulce, salobre o salada, incluyendo áreas de agua marina cuya profundidad noexceda de seis metros en marea baja».

Existen diversas clasificaciones de zonas húmedas. Atendiendo a sus condicioneshídricas, pueden establecerse los siguientes grupos (Aguas Subterráneas y Humedales,Emilio Custodio. Papeles del Proyecto de Aguas Subterráneas, octubre de 2001):

■ Áreas de aguas someras estancadas o que fluyen lentamente.■ Áreas con el nivel freático poco profundo, accesible a las raíces de las plantas fre-

atofitas.■ Áreas con evapotranspiración superior a la precipitación que reciben aportes de

agua (superficial o subterránea) de otras zonas.

Muchas de estas zonas dependen, total o parcialmente, de las aguas subterráneas.Las condiciones hidrodinámicas del flujo y sus características hidroquímicas puedenverse alteradas por la explotación de los acuíferos, afectando al régimen de descargashidráulicas, piezometría y posición del nivel freático y calidad del agua, comprome-

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tiendo la propia supervivencia del humedal y de los ecosistemas asociados.

El organismo de cuenca puede declarar que los recursos hidráulicos subterráneosde una zona están sobreexplotados o en riesgo de estarlo lo que supone, entre otras co-sas, la paralización de nuevas captaciones o de la modificación de las existentes, laconstitución forzosa de la Comunidad de Usuarios y la aprobación de un Plan de Or-denación de las extracciones.

Hasta la fecha se han declarado quince acuíferos sobreexplotados, de los cuales sólodos están declarados definitivamente sobreexplotados.

El Ministerio de Medio Ambiente realizó un catálogo de acuíferos con problemas desobreexplotación o salinización (Ministerio de Medio Ambiente, Serie Monografías, Pro-grama de Ordenación de Acuíferos Sobreexplotados/Salinizados, 1998).

Para la elaboración del catálogo se tuvieron en cuenta otros acuíferos con proble-mas de sobreexplotación/salinización, además de los formalmente declarados sobreex-plotados.

A estos efectos se definieron unos índices de priorización que consideran pondera-damente seis (6) aspectos agrupados en tres conceptos:

a) Afección al acuífero:

■ Disminución de las reservas.■ Deterioro de la calidad.■ Descensos de niveles.

b) Aspectos socioeconómicos:

■ Incidencia en el abastecimiento.■ Incidencia la agricultura.

c) Impacto ambiental.

En total se incluyeron en el Catálogo 77 acuíferos sobreexplotados, de los que 15 co-rresponden a afecciones medioambientales muy importantes sobre ecosistemas o espaciosnaturales dependientes a través de cursos de agua, manantiales o descargas vinculadasa las aguas subterráneas.

La superación de la situación de sobreexplotación requerirá, en general, la adopciónde un plan de ordenación de extracciones. Para ello las fases a desarrollar, son las si-guientes (Ministerio de Medio Ambiente, Serie Monografías, 1998):

■ Identificación y evaluación física del problema.■ Análisis y clasificación de los derechos existentes sobre los aprovechamientos de

aguas.■ Estudio de las futuras alternativas.

En cuanto a las actuaciones para corregir la situación, éstas pueden ser:

— Reducción de las extracciones.

■ Determinación de la explotación sostenible.■ Utilización del agua subterránea. Estudio del volumen y usos a los que se des-

tina el agua.■ Redistribución espacial de las extracciones.

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— Ahorro y uso eficiente del agua.

— Reutilización de aguas residuales.

■ Caracterización de efluentes y régimen de producción (estudio de disponibi-lidades).

■ Estudios y anteproyectos de las infraestructuras y los dispositivos necesariospara la reutilización de las aguas residuales.

— Utilización de recursos externos.

■ Excedentes de otras unidades hidrogeológicas (estudios de disponibilidades).■ Importación de recursos superficiales (estudio de disponibilidades).■ Estudios y anteproyectos de las infraestructuras y los dispositivos necesarios

para el aprovechamiento de recursos externos.

9 . C O N C L U S I Ó N

La gestión de los recursos hídricos debe realizarse dentro del respeto a la unidaddel ciclo hidrológico. No obstante, la fase subterránea reúne unas características espe-cíficas, complementarias en muchos aspectos de las de la fase superficial, que debenaprovecharse coordinadamente para una utilización racional y sostenible del recurso.

Una gestión adecuada de las aguas subterráneas puede resultar, en muchos casos,una alternativa con menor coste económico y ambiental que los correspondientes a unasolución basada en la regulación de aguas superficiales que garantice una disponibili-dad hidráulica equivalente. Asimismo, el uso conjunto permite alcanzar unas garantías

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Figura 3. Mapa de unidades hidrogeológicas con declaración provisional o definitiva de sobre-explotación en las cuencas intercomunitarias. Fuente: Tomada del Libro Blanco delAgua en España, Ministerio de Medio Ambiente, 2000.

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de suministro superiores a las que se obtendrían mediante el aprovechamiento de aguassuperficiales y subterráneas de forma separada.

Estas estrategias pueden completarse con otras como la reutilización, métodos máseficientes en la aplicación del agua, políticas tarifarias que persuadan del despilfarro,evitación de pérdidas en redes de transporte y distribución, desalación de agua de mar,etc., como alternativas a tener en cuenta frente a soluciones convencionales de otros ti-pos de obras hidráulicas.

Frente a estas oportunidades de uso surgen otros riesgos derivados de una utiliza-ción abusiva o inadecuada, tales como sobreexplotación, salinización, contaminación,etc. Éstas situaciones pueden producir graves afecciones medioambientales, entre otrasconsecuencias negativas. Un caso particular de éstas son las consecuencias de la sobre -explotación de los acuíferos sobre los humedales dependientes de aguas subterráneas, loque requiere la adopción de medidas que reconduzcan el aprovechamiento de los re-cursos hacia un uso sostenible de los mismos.

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