agricultura como actividad empresarial

8/17/2019 Agricultura Como Actividad Empresarial

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La agricultura como actividad empresarial

El eje agricultura-desarrollo

Cuando en la actualidad se plantea la problemática del desarro-

llo económico de un país emergente, todavía surge como un eje

alternativo de dicho desarrollo la explotación de las potencialida-

des que en el sector agrícola podría tener aquel país, por su diver-

sidad medio ambiental o por su experiencia adquirida en ciertos

cultivos a través de los años; para algunos, esto sería un anacro-

nismo, pues se asume que en el comercio internacional ahora se

intercambian mayoritariamente bienes industriales y, de manera

creciente, servicios.

Sin embargo, hay que aclarar que la agricultura es una activi-

dad que provee productos finales que sirven para la alimentación y

la salud. También la agricultura produce materias primas e insumos

para la industria, especialmente para la llamada agroindustria. Por

último, tenemos que determinados productos agrícolas pueden ser-

vir para desarrollar una rama industrial a partir de la utilización

de sus componentes químicos; nos estamos refiriendo, por ejemplo,

al camu camu, el que, por poseer una potencia mayor en términos

de ácido ascórbico que el limón, puede constituirse en una plata-

forma para desarrollar empresas farmacéuticas, de alimentación y

de otros productos derivados.

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Sabemos que una tendencia importante en los negocios

globales está relacionada con los cuidados de la salud, de la belle-

za y de una alimentación sana; entonces, se puede aprovechar esta

tendencia abasteciendo el mercado global con un producto origi-

nario de la agricultura, a la cual se le incorpora un conocimiento

que es resultado de la investigación científica y tecnológica prove-

niente de muchos siglos atrás, pero que no se le ha convertido to-

davía en una oportunidad de negocios. En otras palabras hay un

potencial de conocimientos que se engarza con las tendencias de

los negocios globales; por supuesto que la condición es vincular

el conocimiento ancestral con las nuevas tecnologías aplicables a

los productos de origen agrícola.

En consecuencia, si bien es correcto aducir que un país no po-

drá desarrollarse, en el actual contexto de globalización, produ-

ciendo y exportando bienes agrícolas, es pertinente señalar que la

investigación científica y tecnológica puede permitir obtener a par-

tir de aquellos bienes agrícolas productos con accesibilidad al mer-

cado global; un ejemplo es el maíz morado, el cual, si fuera expor-

tado como una bebida refrescante, no tendría mayor futuro en el

mercado global; pero si se lo utilizase para producir medicamen-

tos que curen los efectos de la hipertensión arterial, entonces, dada

la expansión de esta enfermedad en los países desarrollados, po-

dría posicionarse en el mercado global.Por otro lado, una agricultura desarrollada como una activi-

dad exportadora vinculada al proceso de globalización no tiene

que ser necesariamente depredadora de los recursos y del medio

ambiente; al contrario, no es posible encarar el desarrollo agrícola

en las actuales circunstancias sin incorporar un elemento sosteni-

ble, que no es otra cosa que impedir que las actividades económi-

cas signifiquen el deterioro del medio ambiente; además, se debe

planificar y gerenciar los proyectos agrícolas con una perspectiva

de conservación y protección de los recursos y de ahorro de ener-

gía, utilizando preferentemente fuentes energéticas renovables que

no produzcan CO2, a lo que se debe agregar un manejo racionalde los residuos contaminantes.


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Varias son las vías transitables para lograr una actividad agrí-

cola competitiva en el mercado global y a la vez respetuosa del equi-

librio ecológico. Las más importantes de éstas son el control de la

sociedad civil y la transparencia de la información sobre los facto-

res, los procesos y las tecnologías que involucran la actividad agrí-

cola. Otro aspecto fundamental es la investigación de la susten-

tabilidad en términos de recursos disponibles en los espacios eco-

nómicos, buscando siempre mantener el equilibrio ecológico; es cier-

to que hay muchos que opinan sobre la supuesta contradicción an-

tagónica entre la competitividad y la ecología; en otras palabras,

hay quienes erradamente condenan a las economías, a las socie-

dades y a los Estados a decidir entre crecimiento o contaminación.

No hay duda de que aspectos tan importantes como la trans-

parencia y el control de la sociedad civil se pueden obtener a par-

tir del hecho de que la agricultura es una actividad desconcen-

trada y descentralizada. Sabemos que ésta se encuentra en reali-

dad esparcida por todo el territorio; por lo tanto, hay una partici-

pación de numerosos agricultores, los que necesitan organizarse

para presentar propuestas sobre problemas que afectan no sola-

mente su actividad económica sino también su forma de vida. Es

que los agricultores perciben la actividad económica como su par-

ticular manera de existencia, y justamente por esta razón hay difi-

cultades para que el Estado promueva una cultura empresarial.El resultado de esta situación es que existen condiciones para

contar con la participación masiva de los agricultores en un pro-

yecto de desarrollo, pero persisten factores materiales (propieda-

des pequeñas, baja productividad, técnicas ancestrales de produc-

ción) que dificultan el avance del enfoque empresarial de la acti-

vidad agrícola. En consecuencia aparece una nueva contradicción,

esta vez entre las posibilidades de consolidar la democracia eco-

nómica basada en la participación masiva de pequeños propieta-

rios y las dificultades materiales para convertir a los agricultores

en empresarios con visión para generar negocios agrícolas.

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