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Agradecimientos

Agradezco a todas las personas que me apoyaron durante el desarrollo de este trabajo,

especialmente a Lucy y Lucas, que en todo momento demostraron un gran interés en su

desarrollo; a mis padres, sin los cuales jamás hubiera podido llegar hasta aquí; a mis

colegas, quienes me tuvieron una paciencia infinita, particularmente a Mauro, que actuó

en papel de corrector; y, en último lugar, pero no por eso menos importantes, a mis

tutoras de la tesina, que me guiaron en este camino y disiparon en todo momento mis

dudas.

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Abstract

Ser or not Estar: The Question of Spanish Speakers

The purpose of this thesis is to discover whether the dichotomy of Ser/Estar in Spanish, in contrast

with the verb To Be in English represents not only a different view of the world of their speakers, but

also a difficulty in the translation of said verbs. In order to find an answer, this work was divided in

different sections for a more comprehensive analysis of all its variables.

First of all, a section regarding the history of the copulas and the languages in question was

provided, in order to identify their origins, development throughout time, among other factors. The

aim of this analysis was to discover why both languages differed in their copulas, given that it would

seem English speakers never found themselves in the need to make a distinction so obvious in

Spanish. The following step was an overview of the philosophical value of ser, as explained by

many well-known thinkers of all periods. The purpose of the overview was to further comprehend a

very important difference between ser and estar, as well as to compare them with their English

equivalent. Another subject studied in this section was the importance of language in the

construction of reality. This was also important due to the fact that, throughout history, the views

regarding the world, the society and people themselves have changed progressively; and said

evolution, in turn, affected and was affected by the language.

After setting forth these baselines, texts from different periods, both in English and Spanish were

analyzed. This served to examine the evolution of the uses and spelling of the three verbs during

the different times in history, and corroborate and expand the results found in the first stage of this

work. Within this section there was also an analysis of difficult cases regarding the translation of

these verbs, taking different popular examples, among which was the famous soliloquy To be or not

to be. The results obtained provided a framework to find methods to facilitate the translation of ser,

estar and to be, both from Spanish into English –which was particularly problematic- and vice versa.

It was concluded that even if there were not two separate words in English to represent both

Spanish copulas, the language had evolved to provide different resources to make the differences

clearer; resources which could be of much use in the translation of problematic cases.

Key words: ser, estar, to be, philosophic value of the being, construction of reality,

socio-historic analysis of the copulas, translation of the copulas.

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INTRODUCCIÓN

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“To be or not to be, that is the question.”1

William Shakespeare

1.A Dicotomía ser/estar

La dicotomía ser/estar ha sido siempre objeto de interés de quienes se aventuraron al

aprendizaje de nuevos idiomas. Para los hispanohablantes, en particular, resulta llamativo

que sólo con el verbo to be se puedan expresar ambos. Es esta curiosidad la que impulsa

el presente trabajo: ¿por qué el castellano realiza tal distinción mientras que la mayoría

–incluso algunos de los romances- no? Si bien ambos verbos cumplen mayormente una

función copulativa, se diferencian uno del otro en más de un aspecto. Es cierto, sin

embargo, que en muchos casos comparten su función y las líneas divisorias no siempre

son claras. Será en la primera parte de la tesina donde se atisbe una respuesta a tales

fenómenos.

Sobre esta base entonces se desprende el primer interrogante: ¿cómo es posible que casi

ningún otro idioma se haya visto en la necesidad práctica de crear una diferenciación tan

clara en el castellano? O, visto desde la vereda contraria: ¿por qué desarrolló el

castellano dos verbos distintos para expresar lo que en otros idiomas parece ser la misma

idea?

Una primera aproximación se podría realizar desde el punto de vista histórico-lingüístico.

De esta manera, se comenzará con un recorrido histórico por los idiomas en cuestión: el

castellano y el inglés; y con la etimología de los verbos que competen a la investigación:

ser, estar y to be.

Si bien el caso del to be es en teoría más complejo, ya que sus conjugaciones provienen

de las conjugaciones de distintos verbos del indo-europeo (idioma fuente de la mayoría de

las lenguas occidentales modernas); el ser y el estar representan un desafío mayor. Esto

se debe a que, aunque provienen de distintos verbos (ser principalmente de est, estar de

stare), sus acepciones se fueron entrelazando a medida que el castellano comenzó a

desprenderse del latín vulgar.

1 Hamlet, Acto III, escena III

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Otro de los interrogantes propuestos será, por tanto, ¿cuál fue el momento de la historia

en el que empezaron a adquirir el valor y sentido que tienen en la actualidad y qué

funciones cumplían en sus respectivas etapas históricas?

Estas preguntas abren el terreno a la investigación en una segunda instancia, y de ellas

se desprenderán otras, ya más aplicadas, que harán al contenido en sí.

Para esta sección, la bibliografía a la que se acudirá será en gran parte La Andadura del

Español por el mundo, de Humberto López Morales, Lengua hablada en la Romania:

español, francés, italiano, de Peter Koch, y A History of the English Language, de Albert

C. Baugh y Thomas Cable.

Además, a medida que se avance en el trabajo, se analizarán textos de distintas índoles y

distintas etapas en el desarrollo de ambos idiomas. Entre ellos: El Cantar del Mio Cid, de

alrededores del 1200; la General Estoria, escrita por el propio Alfonso X, el Sabio, a partir

de 1270; la Gramática de Nebrija, que data del año 1492. En lo que concierne a los textos

en inglés, se tomará Beowulf, como exponente del inglés antiguo; The Grave, un poema

escrito durante la transición al inglés medio; y el Brut de Layamon, perteneciente al inglés

medio, entre otros.

Este proceso permitirá una investigación situada en los contextos correspondientes, que

sin duda tendrán una correlación con las etapas históricas en las que tuvieron lugar las

diferentes formas y funciones de los verbos en discusión; y por tanto, una comprensión

más rigurosa de las implicancias de tales características.

1.B Sobre el efecto del lenguaje en la vida del hombre

Todos los hombres son conscientes de que el lenguaje tiene un rol fundamental en la

comunicación y, por ende, en la forma de relacionarse con los demás. Es el lenguaje el

que permite identificarse como un ser individual y dentro de la sociedad. Mediante las

palabras se construyen las realidades personales, y a menudo se ha dicho que el idioma

es una de las representaciones más cabales de una civilización.

Sobre esta base se propone otro interrogante, mediante el cual se intentará descubrir

cómo aplica este concepto a la propuesta de trabajo: ¿afecta esta disyuntiva la

cosmovisión de los hispanohablantes y de los anglohablantes de formas distintas?

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Como punto de partida en este respecto, se recurrirá en gran parte a la Construcción

social de la realidad, de Peter E. Berger y Thomas Luckermann, y otros textos

ensayísticos y monográficos de la misma índole.

Dentro de esta segunda instancia, también se propone la siguiente pregunta: en lo que

respecta a los idiomas mismos, ¿es apreciable un cambio de cosmovisión resultado del

desarrollo de las distintas funciones de las cópulas propuestas o se mantiene ésta

invariable a través del tiempo?

Las respuestas a estos nuevos interrogantes se podrán apreciar tanto en los ejemplos de

los textos de cada época, así como en las traducciones que se proponen llegando al fin

del trabajo. Si bien pueden no resultar tan mensurables como los resultados de las

cuestiones anteriores, son tan válidas como aquéllas y representan una parte igual de

importante.

1.C Sobre el valor filosófico del ser

La incógnita anteriormente descrita se relaciona, a su vez, con otro punto fundamental de

la tesina: el valor filosófico del ser. Este concepto, que existe desde los comienzos de la

filosofía (y desde antes también), plantea otro problema: la dificultad a la hora de

traducirlo y de comprender las distintas acepciones y características que éste presenta,

especialmente en la literatura filosófica.

Para intentar entender de lleno las implicancias de este concepto filosófico, se recurrirá a

distintos autores (Platón, Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, Heidegger, entre otros), en

un brevísimo recorrido cronológico por las propuestas de algunos de los filósofos más

prominentes que se ocuparon del ser.

De la misma forma que con el punto anterior, el producto de esta exploración será

apreciable en los resultados del análisis de los ejemplos propuestos; y este enfoque

resultará especialmente útil cuando se tome el ejemplo del dasein, es decir, lo que

Heidegger considera el ser, y se cuestione la exactitud de la traducción al castellano. Este

caso permitirá, a su vez, sentar una base sobre la cual se podrá comenzar el estudio de

los siguientes ejemplos, que serán ya más aplicados al tema principal de la investigación,

y proponer traducciones alternativas si así se requiriera.

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1.D Sobre la traducción de los verbos en cuestión

Por último, como ya se ha expresado brevemente, se contempla una propuesta

relacionada a la traducción que surge de las múltiples cuestiones que se plantearán en

esta disertación: ¿qué dificultades aparecen a la hora de traducir los verbos mencionados,

tanto de inglés a español como viceversa? ¿Cómo se podrán superar estas dificultades

que se presentan tan a menudo, por ser estos verbos de uso constante y permanente en

todos los idiomas?

Son estas últimas dos preguntas hacia donde apunta el trabajo en su totalidad, los

interrogantes principales y definitivos que representan el objetivo real de la tesina;

mediante ellas se podrá ofrecer una solución real a un problema real.

Los potenciales problemas de traducción serán apreciables mediante varios ejemplos,

entre los cuales se encontrará el famoso To be or not to be, que plantea desde su primera

traducción un desafío que aún hoy parece no haber sido superado. Éstos serán

analizados desde su significado, luego se cuestionará la precisión de sus traducciones ya

establecidas y, de no resultar satisfactorias, se propondrán otras alternativas.

1.E Hipótesis y objetivos

En vista de lo expuesto, se puede entonces proponer como hipótesis el siguiente

enunciado: La existencia de una única palabra en inglés (así como en la mayoría de los

demás idiomas, incluso algunos de los romances) equivalente a los verbos ser y estar en

castellano afecta no sólo la cosmovisión de sus hablantes sino también el nivel de

dificultad en la traducción.

Los objetivos, por su parte, serán los siguientes: en primer lugar, discernir en qué punto

de la historia los verbos ser y estar comenzaron a adquirir los significados que poseen en

la actualidad y cuáles eran sus significaciones en los distintos momentos de la historia.

Una segunda arista dentro del mismo tema es descubrir cuáles fueron los motivos para

que la cópula en castellano tomara una dualidad que no se aprecia en la mayoría de los

demás idiomas.

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Se espera también averiguar si esta diferencia afecta la cosmovisión de los hispano y

anglohablantes de distintos modos.

El cuarto objetivo será determinar si la carga filosófica propia del ser representa una

dificultad considerable en lo que respecta a su traducción, y cómo se podría superar.

Finalmente, se intentará identificar los problemas típicos que surgen durante la traducción

de estos verbos, independientemente del idioma del cual se parta, y encontrar las raíces

de los mismos; para así proponer soluciones a estos problemas basadas en los

resultados que puedan extraerse del desarrollo de la tesina.

Antes de entrar de lleno en el trabajo, sin embargo, cabe realizar algunas aclaraciones:

los términos castellano y español se utilizarán de forma indistinta. Esto se debe a que,

como se podrá observar en el Capítulo 2, el castellano fue el idioma que, por distintos

motivos, comenzó a imponerse en España alrededor del siglo XIII y logró hacer a un lado

a los demás desprendimientos del latín en la región ibérica hasta que se convirtieran en

meros dialectos.

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SER Y ESTAR ENCONTEXTO

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2.A Consideraciones iniciales

Los verbos ser y estar, tal como se analizarán en este trabajo, son principalmente

copulativos; es decir que su función es la de nexo entre sujeto y predicado. Con ellos (y

otros verbos en menor medida) se componen las oraciones atributivas, en las cuales el

predicado resulta una cualidad del sujeto. En estas oraciones, el predicado es nominal; es

decir que se expresa esencialmente con un nombre, adjetivo o sustantivo.

Naturalmente, ambos verbos tienen una gran cantidad de acepciones. Es importante

entonces distinguir las definiciones que mejor se adaptan a la hipótesis de trabajo. La

Real Academia Española define que el verbo ser se utiliza para "afirmar del sujeto lo que

significa el atributo". Este verbo es el copulativo que sirve para calificar o clasificar,

aunque unido con el participio de ciertos verbos pierde su significación propia y sólo

cumple la función auxiliar de verbo en voz pasiva. En este caso, la acción del participio

ocurre en el tiempo del auxiliar; es decir que significa la acción misma como sufrida por el

sujeto. Otra posible acepción, también de gran importancia, listada en el Diccionario de la

Real Academia es la de haber o existir. Vale remarcarla, ya que se hará hincapié en ella

durante el desarrollo del trabajo.

Por otro lado, la RAE define estar de la siguiente manera: "dicho de una persona o de una

cosa: Existir, hallarse en este o aquel lugar, situación, condición o modo actual de ser".

Estar significa situación y estado, aunque unido al gerundio de otro verbo también pierde

su significación y sólo sirve como auxiliar para expresar la acción del otro verbo en su

duración. Sin embargo, si este verbo se utiliza junto a un participio, la acción de éste es

anterior al tiempo del auxiliar; es decir que significa el resultado de la acción o de un

estado consecuencia de la acción. Se utiliza estar cuando se piensa que la cualidad es

resultado de un devenir, un become, real o supuesto. Este verbo se emplea cuando los

juicios dependen inmediatamente de la experiencia personal. Cuando los verbos to feel o

to look pueden sustituir a to be, debe emplearse estar en español.

En general, unos verbos conjugan con ser y otros con estar, aunque en ciertos casos,

ambos matices de significación caben en un mismo verbo. Además, se puede afirmar que

ser tiende a unirse con los verbos permanentes y estar, con los desinentes. En el caso de

los adjetivos, cuando se utilizan con ser, significan la cualidad inherente al sujeto; cuando

se utilizan con estar, pueden significar un estado alcanzado o contemplar una

comparación implícita con la cualidad que se estima normal en el sujeto.

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Las frases con ser tienen un claro carácter imperfectivo, mientras que las que se

construyen con estar, un carácter perfectivo.

En la antigüedad, el verbo ser se empleaba también para indicar situación local en

competencia con estar. Estar, por su parte, ha heredado del latín estare (estar de pie,

mantenerse) su sentido local de situación o posición, material o figurada. Este uso

originario se ha consolidado cada vez más, aunque en textos antiguos existen abundantes

ejemplos de ser para expresar situación, como en las demás lenguas romances. Para el

siglo XVI este empleo de ser casi no se utilizaba, aunque existieron casos aislados hasta

muy entrado el siglo XVII.

La definición del verbo to be, por consiguiente, no puede diferir mucho de la de los verbos

ser y estar. Según el diccionario de Cambridge, tal verbo se utiliza para "decir algo sobre

una persona, objeto o estado, para señalar una cualidad o estado permanente o

temporario, empleo, etc". Esta acepción correspondería al uso de ser, mientras que una

segunda acepción listada haría referencia a estar: "utilizado para señalar la posición de

una persona u objeto en el espacio o en el tiempo". Como se observa, ambas definiciones

no distan en absoluto del castellano y permiten clasificar al verbo to be como el verbo

copulativo por excelencia en inglés.

2.B Etimologías

Los verbos ser y estar encuentran sus raíces en tres verbos del latín:

Sum, es, esse, fui : v. Ser, existir, haber || Haber existido, dejar de existir, morir || Hay,

hubo || Estar, hallarse (en un lugar, situación, estado, etc.) || Estar de parte de, a favor de,

etc. || Estar a disposición de, ser propiedad de || Verbo copulativo ser.

Dio lugar a muchas de las formas del verbo ser.

Sedeo, sedere, sedi, sessum: v. Estar sentado, sentarse, posarse || Estar quieto, inmóvil,

ocioso || Ocupar un puesto || Detenerse, pararse; sitiar, ocupar, penetrar || Estar detenido,

echar raíces, arraigar, tomar consistencia, quedar decidido || Sentar, caer.

Dio lugar al resto de las formas del verbo ser, incluyendo el futuro, el condicional, los

presentes del subjuntivo e imperativo, y de las formas impersonales. En castellano se

debilitó su sentido hasta convertirse en un sinónimo de estar y luego de ser.

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Sto, stare, steti, statum: v. Estar de pie, estar firme, estar inmóvil || Estar alrededor

(circumstare) || Estar a favor o en contra de uno (pro aliquo stare/adversus aliquem stare)

|| Estar sobre (superstare).

Dio lugar a las formas del verbo estar.

El verbo to be, por su parte, es un conjunto de paradigmas relacionados de varios

orígenes históricos que provienen de derivados del proto-indo-europeo (PIE).

Hies-: Se utilizaba como cópula en el PIE y de esta raíz deviene el presente simple de la

tercera persona, is.

B(h)uH-: Esta raíz probablemente significaba crecer y convertirse y es la fuente del

infinitivo be y el participio been.

Wes-: Se cree que originalmente significaba vivir y en inglés se puede ver reflejada en el

pasado simple de la tercera persona, was.

Hier-: Cópula de la cual derivaron las segundas personas en principios del inglés

moderno, art, e inglés moderno, are.

2.C Breve recorrido por los inicios y el desarrollo del español

Se puede afirmar con seguridad que el desarrollo del español fue considerablemente más

simple que el del inglés, aunque no por eso menos interesante. Como ya se sabe, las

llamadas lenguas romances partieron del latín vulgar y se las denomina de tal forma

debido a que eran los idiomas hablados en el entonces territorio de Romania. Cabe

aclarar desde ahora que el castellano fue la variante que terminó por predominar entre las

disputantes que podían encontrarse en lo que ahora se considera España.

El auge de estas ramificaciones (el ástur-leones, el navarro-aragonés, el gallego-

portugués, catalán y el mismo castellano) dio como resultado la paulatina desaparición del

latín popular en la antigua Hispania. Sin embargo, los romances que se hablaban en la

Península Ibérica alrededor del año 800 no aparecían en modo alguno en el ámbito de la

distancia2; es decir que podían considerarse de existencia sincrónica.

2 Koch y Oesterreicher explican en Lengua hablada en la Romania dos conceptos interdependientes enrelación a los idiomas: el del ámbito de la distancia y el del ámbito de la inmediatez. Éstos dependen de unavariedad de factores: oralidad y escritura, grado de publicidad, de familiaridad entre los interlocutores, deimplicación emocional, campo referencial, etc.; y de acuerdo con estos criterios, se pueden determinar un grannúmero de formas de comunicación.

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Fue recién hacia el año 1000 aproximadamente que aparecieron los primeros

monumentos lingüísticos en los diferentes idiomas iberorromances. Inicialmente, ninguno

de éstos gozaba de prioridad alguna. Cabe señalar que aunque para esta época no se

transmitieran de forma escrita, existen documentos en árabe y latín que contienen reflejos

de estas lenguas, apreciables en la fonética, la fonología, la morfosintaxis y el léxico. Es

importante también tener en cuenta que los romances peninsulares en su conjunto eran

relativamente elaborados, independientemente de si luego se registrarían o no por escrito.

El proceso de elaboración del idioma cobró fuerza durante el siglo XIII y se desarrolló de

forma policéntrica; de un modo tal que la imitación de tradiciones discursivas latinas y

arabigo-hebreas, así como de modelos de otras lenguas romances condujo a una

multiplicación de los géneros e impulsó una aceleración de la elaboración extensiva. Al

existir tal diversidad de géneros, cada uno de los cuales manifestaba un perfil

concepcional específico, se planteaban exigencias muy diferentes para la competencia de

emisores y receptores.

Puede fecharse simbólicamente el año 1252 como el momento en que se comenzaron a

codificar los empleos lingüísticos del dialecto castellano y ya en la época de Fernando III

los códices escritos no eran pocos (dado que la Cancillería regia había producido textos

en castellano aún cuando la tradición sólo reconocía al latín); aunque sería su hijo,

Alfonso X, el sabio, quien impulsaría realmente este proceso.

Fue así como comenzó a afianzarse el castellano en la lengua literaria, en las obras

historiográficas y en importantes textos jurídicos. Ya desde antes, la Escuela de

Traductores de Toledo vertía al castellano importantes obras filosóficas y científicas

procedentes de la cultura griega y de la árabe. Tal trabajo estuvo lejos de decaer en la

época de Alfonso X (cuyo reinado se extendió entre 1252 y 1284), quien hizo suyo dicho

idioma en sus obras y lo elevó a lengua oficial de la Cancillería regia, relegando el latín

sólo a las comunicaciones con países extranjeros.

Fue Alfonso quien dispuso la traducción y compilación de obras jurídicas, históricas y

científicas, las cuales permitieron que la prosa castellana alcanzara la precisión,

flexibilidad y variedad para poder transformarse en una lengua de la distancia completa.

Éste se involucró personalmente y durante algo más de tres décadas, impulsó

ampliamente el castellano. Tal variante se convertía entonces en la lengua de la Corte,

relegando así a las demás lenguas del reino.

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Es probable que el empleo del castellano en el ámbito jurídico surgiera de la necesidad de

regulación legal causada por la repoblación de los territorios fronterizos, debido a que el

latín quedaba descartado en relación con los nuevos pobladores. Como consecuencia de

estos procesos se castellanizó también la lengua notarial leonesa; y más tarde serían

Navarra y Aragón los que también atravesarían este proceso.

Un hecho fundamental que terminó por imponer la supremacía de la producción textual en

castellano en la región ibérica en los siglos XIV y XV fue el papel preponderante de

Castilla en la Reconquista del centro y del sur de la península. Durante los últimos años

de este extenso proceso gobernó Castilla Isabel, la Católica, que sería una figura clave en

el afianzamiento del castellano como lengua oficial. Isabel y Fernando compartían un

proyecto de unión dinástica de ambas Coronas, que apuntaba a la unidad de España,

factor muy significativo en el desarrollo e imposición del idioma.

Fue entonces la Reconquista la que provocó que se expandiera el radio de comunicación

en todo el territorio, lo cual dio como resultado una unificación de la lengua hablada en las

tierras colonizadas. Además, se terminó por extinguir el mozárabe y se marginaron el

astur-leonés y el navarro-aragonés.

Debido a la caída de Granada (último enclave árabe) en 1492 y la unificación de Castilla y

Aragón, el proceso de estandarización por encima del resto de las variedades se dio por

concluido en el siglo XVI. Todo el resto de las variedades quedaron marginadas; y de esta

manera, el castellano se convirtió en el español.

Un suceso que contribuyó en gran medida a este proceso fue la propagación del español

en América. Se puede afirmar que gracias a la temprana constitución y estandarización de

la lengua oficial en España, existe hoy una relativa uniformidad en todo el territorio de

Hispanoamérica. Otro factor importante fue la preponderancia política y militar de la que

gozaba España en los siglos XVI y XVII, época en la que también experimentaba un

desarrollo cultural incomparable.

Sin embargo, el latín seguía siendo un importante correctivo para los autores del

renacimiento que favorecían la lengua vulgar. Por ende, fue una gran influencia en la

fonética, la sintaxis y el léxico, durante una época en la que el español era tan susceptible

debido a estar atravesando una elaboración interna. Durante la época de la expansión de

la imprenta se intentó lograr una codificación, que incluía la pronunciación y la ortografía.

Así aparecieron la Gramática (1492) y el Vocabulario (1495) de Nebrija. Más adelante,

también se publicó el Tesoro de la lengua castellana o española de Covarrubias (1611); y

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el aporte de la Real Academia mediante distintos diccionarios (que se introdujeron en

todas las clases de gramática) en el siglo XVIII resultaría decisivo. También se trató de

formular ideales estilísticos y de ofrecer reglas para el buen uso lingüístico; sobre el cual

se propuso el ideal de llaneza, es decir, un estilo natural y sin afectación.

2.D Breve recorrido por los inicios y el desarrollo del inglés

Del indo-europeo al germánico

En este proceso de transformación, se pueden apreciar varios cambios importantes.

Originalmente, existía un sistema sintáctico mucho más complejo que el que devino,

debido a que el germánico sólo contemplaba dos tiempos verbales: el presente y el

pasado. El indo-europeo tenía también un sistema de acentuación flexible, en el que el

acento cambiaba de sílaba en las distintas formas de una palabra; lo cual dio lugar a que

en el germánico se acentuara generalmente la primera sílaba.

El inglés antiguo

Los primeros habitantes de Gran Bretaña fueron los celtas, quienes vivieron en ese

territorio durante varios siglos, antes de la invasión romana que llevó a cabo Julio César

en el año 55 a.C. Sin embargo, muchos de los habitantes continuaron hablando su propia

lengua, que no se vio realmente amenazada hasta cinco siglos más tarde, cuando la isla

fue invadida por los Anglos, los Sajones, los Jutos y los Frisios. De este modo, la mayor

parte de la población se transformó en angloparlante y tal inglés comenzó a distinguirse

de su equivalente continental.

Se puede afirmar que los conquistadores pertenecían a varias tribus germánicas del norte

de Alemania, por lo que hablaban una cantidad de dialectos germánicos muy similares.

Cuando San Agustín llegó a convertirlos al cristianismo durante el siglo VI, dominaban ya

prácticamente todo el actual territorio de Inglaterra.

Poco tiempo más tarde, los cristianos descendientes de los conquistadores que se habían

apoderado de Gran Bretaña sufrieron la opresión por parte de otros invasores de

germánicos en lo que fueron la primera y segunda conquista vikinga. La primera comenzó

a principios del siglo VIII, cuando los atacantes vikingos saquearon varias iglesias y

monasterios.

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Más allá de la enemistad y los ataques, existía un sentimiento de familiaridad entre los

ingleses y los invasores, debido a que compartían las mismas raíces. Aunque uno de los

motivos principales para asentarse en Inglaterra por parte de los escandinavos era el

deseo de saquear; los conquistadores del norte, en los siglos X y comienzos del XI

parecían más interesados en la colonización. Por tanto, los daneses se asentaron de

manera relativamente pacífica y vivieron a la par de los ingleses.

En lo que concierne a la asimilación lexical, los lenguajes hablados por ambos pueblos

tenían una gran cantidad de palabras en común, entre ellas man (hombre), wife (esposa),

house (casa), thing (cosa), etc. Una diferencia con el inglés moderno se encuentra en las

inflexiones: era mucho más abundantes, tanto en sustantivos y adjetivos como en

pronombres demostrativos e interrogativos.

Luego de la conversión al cristianismo hacia finales del siglo VI, Inglaterra se transformó

en un centro cultural muy importante, en el cual los monasterios cumplirían un rol

fundamental. El gran movimiento académico al que pertenecía Bede (quien escribió sobre

el cristianismo en Inglaterra y contribuyó significativamente al desarrollo cultural de la

región) fue responsable en gran medida de la preservación de la cultura clásica.

Hubo una gran cantidad de poesía durante esta época, aunque la prosa también tuvo una

gran relevancia. El inglés fue ciertamente una de las lenguas vernáculo de aparición más

temprana en Europa, y mediante su vocabulario se podían expresar las sutilezas con las

que contaba el latín. La cultura inglesa era la más avanzada de toda Europa Occidental.

Durante un período de alrededor de seis siglos, convivieron cuatro dialectos principales: el

sajón occidental, el kéntico, el mercio y el northumbrio.

El inglés medio

El inglés medio fue un período de transición entre el antiguo y el moderno, y es por eso

que las fechas de comienzo y finalización, aunque pueden parecer arbitrarias,

representan momentos en el tiempo en los cuales dos cambios en el lenguaje se hicieron

muy notorios: cambios gramaticales, alrededor del 1100, y fonéticos, alrededor del 1500.

Ambas fechas también coinciden aproximadamente con sucesos históricos que tuvieron

efectos muy significativos en el lenguaje.

Casi al final del período del inglés antiguo, los Normandos invadieron y conquistaron

Inglaterra. Durante mucho tiempo luego de la Conquista Normanda, Inglaterra fue

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trilingüe: el latín era el idioma de la Iglesia; el francés normando, el del gobierno; y el

inglés, el de la mayoría de la población.

Para el siglo XIV, distintos hechos, como la ruptura en los vínculos con Francia,

provocaron un fomento en el uso del inglés. La Guerra de los Cien Años terminó de

establecer una enemistad acérrima entre ambos países que daría fin al ya escaso uso del

francés en Inglaterra.

John Wycliffe, por su parte, desafiaba la autoridad de la Iglesia, dentro de un movimiento

que traducía la Biblia al inglés y popularizaba doctrinas que anticiparon la Reforma. Para

fines del siglo XIV apareció una poesía sin rima que partió de la tradición narrativa de

versificación que se remonta a los tiempos anglo-sajones.

Hacia esta época también se comenzó a escribir los documentos y registros legales en

inglés, y Enrique IV lo utilizó para reclamar el trono en 1399.

Durante este período, el latín continuó siendo una influencia importante dentro del

vocabulario inglés. Por su parte, el mayor impacto de la Conquista Normanda en el idioma

inglés se manifestó principalmente en el vocabulario, aunque también existieron algunos

cambios en la gramática y la lengua.

El inglés medio tenía una gran diversidad de dialectos en los cuales los autores

escribieron hasta fines del siglo XV. Sin embargo, no resulta llamativo que el dialecto

hablado en Londres llegara a convertirse en el estándar para toda Inglaterra, ya que

durante siglos, había sido una cuidad de gran tamaño, próspera, y por tanto importante.

Entre los cambios más relevantes del idioma en este período, se pueden encontrar

diferencias en la ortografía, la mayoría debidas a la influencia anglo-normanda. Además,

las vocales no acentuadas se fusionaron en un mismo sonido, hecho que produjo que los

sufijos de inflexión se redujeran drásticamente. Esto, a su vez, provocó la pérdida del

género gramatical, un cambio estructural de gran importancia.

Aunque en la literatura en inglés medio -así como del inglés antiguo- todo tipo de

variaciones en el orden del sujeto, verbo y complemento eran posibles, esto se debía a

que la mayor parte de la literatura era en verso. La prosa de ese período comparte casi

íntegramente el orden oracional de la prosa en el inglés moderno.

El inglés moderno

Existieron tres maneras en las que el vocabulario creció vastamente durante este período.

A medida que aumentaba alfabetización, se hizo clara la necesidad de mejorar y ampliar

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el vocabulario. Los ingleses que viajaban al exterior se encontraban con nuevas cosas

para las cuales necesitaban palabras y, a medida que viajaban, conocían gente que

hablaba otros idiomas, de quienes tomaron nuevos términos.

Durante el Renacimiento se utilizaban muchas palabras del latín y el griego, pero sólo en

el ámbito escrito. La influencia de los idiomas clásicos se mantiene hasta la actualidad.

También el francés continuó siendo una de las fuentes principales, a las cuales se

incorporaron el español y el portugués, especialmente debido a la conquista de América.

Muchos otros idiomas contribuyeron al vocabulario inglés: celta, escandinavo, italiano,

alemán (que incluyó al idish), etc.

Las colonias americanas comenzaron a influir en el vocabulario general tempranamente

mediante préstamos de tanto los idiomas de los amerindios como de otros colonos en el

Nuevo Mundo. Además, estos últimos cambiaron el uso de algunas palabras inglesas y

llevaron esas alteraciones de regreso a Gran Bretaña.

Si bien hacia fines del inglés medio existieron cambios radicales en la pronunciación, se

mantuvo la ortografía que se usaba hasta ese momento. El valor fonológico de muchas de

las letras se modificó drásticamente.

Durante la primera parte del período del inglés moderno se estandarizó el lenguaje escrito

que se conoce en la actualidad. Este proceso se debió a la necesidad del gobierno de

regular los procedimientos mediante los cuales desarrollaba sus funciones, llevar los

registros y comunicarse con los ciudadanos.

En esta época, los diccionarios y las gramáticas comenzaron a obtener un alto nivel de

idoneidad. Distintos motivos dieron lugar a su desarrollo. El inglés había reemplazado al

francés como el idioma del gobierno y al latín, como el de religión después de la Reforma.

De esta manera, se comenzó a utilizar nuevamente en el ámbito secular luego de casi

tres siglos y en el ámbito sagrado por primera vez. Éste fue un estímulo importante para

lograr un inglés correcto. Además, los ingleses estaban descubriendo su lugar en el

ámbito internacional, tanto político como cultural, lo cual alentó el deseo de convertir al

inglés en un idioma más copioso.

Más adelante, especialmente durante el siglo XVIII, se pudo apreciar un cambio

importante del poder del rey hacia el parlamento, y de la aristocracia a la clase media

mercantil. Este último grupo no compartía la visión del lenguaje de las clases altas, sino

que quería saber qué era lo "correcto", por lo necesitaban guías en cuanto a la lingüística

y otros asuntos, que los gramáticos y lexicógrafos se encargaron de proveer.

20

Inicialmente aparecieron las glosas interlineares (series de explicaciones cortas que

contenían además la traducción a otro idioma y que se encontraban entre líneas en los

textos originales) en documentos en latín y francés; más tarde se produjeron glosarios

bilingües para la enseñanza de otros idiomas, particularmente latín, francés, italiano y

español. La primera obra dedicada expresamente a definir las palabras inglesas para la

población anglohablante fue la Table Alphabeticall (1604), escrita por Robert Cawdrey.

Más tarde, en el siglo XVIII, se publicó el Diccionario de Johnson, que constituyó uno de

los sucesos más importantes del período en discusión. En cierta medida, "corrigió" la

ortografía y estableció un estándar para el uso de las palabras.

Al formularse las gramáticas, se tuvo en cuenta en gran medida la gramática latina,

incluso hasta en la terminología. En este aspecto, el inglés no difería mucho, ni del que se

hablaba durante el período del inglés medio, ni del que se habla en la actualidad.

2.E El ser como concepto filosófico

El ser es objeto de análisis desde hace miles de años. Ya Parménides3 plantea en La vía

de la verdad que existen dos conceptos irreconciliables: el de ser y el de no-ser. Su

axioma, "el ser es; el no-ser no es", implica que la única realidad es el ser.

Además, dice que es imperecedero, ya que podrán alterarse aspectos del ser a través del

tiempo, pero no el ser en sí; y que existe desde siempre, porque el ser jamás podría haber

sido no-ser. De esta reflexión se desprende que el ser sea inmutable; debido a que si no

existe fin ni comienzo, es completo e inmóvil.

Por tanto, el ser es uno, indivisible y homogéneo. No existe nada fuera del ser y todo es

continuo, debido a que el ser está en contacto con sí mismo. Una diferencia notable con

respecto a sus predecesores en entonces que Parménides admite la existencia de un solo

ser universal y no de muchos seres.

Platón4, por su parte, y manteniéndose fiel a su Teoría de las ideas, sostiene que el ser

verdaderamente real es el de las ideas subsistentes, y concluye que existen muchas

realidades -es decir, muchas ideas- aunque admita un orden y una jerarquía entre ellas.

3 Parménides de Elea (530- 444 a.C., Elea), filósofo que escribió un poema filosófico en verso épico.

4 Platón, Teetetes: El sofista.

21

En contraste, Aristóteles5, mucho más realista que Parménides y Platón, propone que no

existe un mundo de ideas subsistentes, sino que el hombre forma las ideas en su intelecto

a partir del conocimiento sensorial de las cosas. De ellas se obtiene una abstracción de

las ideas universales e inmutables. Mediante su Teoría de la abstracción, defiende el valor

tanto del mundo de las ideas como del de las cosas materiales.

Aristóteles no está de acuerdo con que el ser sea inmutable, por el contrario, considera

que surge de la potencia o capacidad (en griego dínamis) de otro ser. El cambio es

entonces el paso de la potencia a la existencia. Sobre esta base distingue dos estados: el

ser en acto y el ser en potencia (el poder ser). La potencia es una forma de ser y no-ser al

mismo tiempo. Vale aclarar que éstas están determinadas por la naturaleza de cada

sustancia.

Respecto de la filosofía de Santo Tomás de Aquino, se puede afirmar que toma la bases

Aristotélicas, pero las adapta al ideal cristiano. Una diferencia notable, como señala la

Diócesis de Cartagena-Murcia en su Síntesis escolástica de Santo Tomás de Aquino6, es

que "La existencia, pues, no es ni materia ni forma; no es ni una esencia ni parte de una

esencia; es el acto por el cual la esencia es o tiene ser. Esse7 denota un cierto acto;

porque no se dice que una cosa sea (esse) por el hecho de que sea en potencia, sino por

el hecho de que es en acto".

Para Hegel8, el ser es puro e indeterminado. Por su vacío y la incapacidad de intuirlo, este

filósofo considera que ser es en realidad la nada, ni más ni menos que ésta. Dice que la

nada genera lo mismo que el ser, debido a que tampoco se puede determinar.

En lo que respecta a Nietzsche, explica Lluís Pifarré9, el ser no es más que un término

introducido y forjado por una simple utilidad práctica que lleva más de dos milenios, y que

sirve para proyectar en un inexistente más allá, esencias e ideas inmutables y

universales, que no son más que pretendidas pseudorealidades opuestas a la facticidad

cambiante de los acontecimientos vitales. Por eso dirá Nietzsche que la creencia en el ser

5 Aristóteles, Metafísica.

6 Diócesis de Cartagena-Murcia, La síntesis escolástica de Santo Tomás de Aquino.

7 Concepto filosófico con distintas acepciones, como ser (“A posse ad esse”, “De la potencia al ser”), existir(“Esse est percipi”, “Existir es ser percibido”) y acto (“In esse”, “En acto”).

8 G. W. F. Hegel, Ciencia de la lógica. Ediciones Solar.

9 L. Pifarré, El Itinerario del ser: resumen histórico. Editorial PPU, 1989.

22

ha surgido por la falta de fe y desconfianza en el devenir, por el recelo y la sospecha

respecto a la fluencia evolutiva de lo real fenoménico.

Sin embargo, Heidegger, en su obra Ser y Tiempo10, comienza con una reflexión sobre

las concepciones de los filósofos que lo precedieron, y dice que se cree que el concepto

del dasein (el ser) es el más universal y vacío, por lo que opone resistencia a todo intento

de definición. Pero la universalidad del dasein sobrepasa toda universalidad genérica. El

dasein no es derivable definitoriamente desde conceptos más altos, ni puede ser

explicado mediante conceptos inferiores. El dasein es evidente por sí mismo.

2.F El papel del lenguaje en la construcción de la realidad

La lengua es la base sobre la cual sus usuarios construyen y expresan su cultura y su

identidad. Las palabras están íntimamente ligadas a los códigos que representan. Por

tanto, la lengua es lo que da una visión personal del mundo que caracteriza a los

individuos. Mediante el lenguaje, éstos se pueden relacionar y hasta formar parte de

comunidades, grupos o sectores determinados.

En la construcción de la identidad, la lengua juega un rol primordial, ya que determina y

favorece en las personas la sensación de que existe una variedad lingüística propia y

característica de su grupo, que a su vez los distingue de los demás. Por contraste,

también se podría sostener que la identidad haya sido determinante en el surgimiento de

las distintas lenguas.

Wilmer Zambrano Castro11 afirma que tratar de identificarse con determinado sector

social es una necesidad; los individuos pueden tanto eliminar las diferencias en sus

propios discursos para convertirse en parte de un grupo que les convenga, como resaltar

esas diferencias exageradamente hasta lograr nuevos rasgos que los distingan de grupos

que no les convienen.

Dice también que la identidad no se adquiere de forma mecánica sino como resultado de

un complejo proceso de actos psicológicos, pues mientras algunas relaciones de este tipo

se dan de forma inconsciente, otras ocurren deliberadamente. La identidad es un

10 M. Heidegger, Ser y Tiempo. http://www.heideggeriana.com.ar

11 W. Z. Castro, La lengua: espejo de la identidad.

23

fenómeno de distintas índoles, entre ellas étnica, sexual, profesional, etaria, etc. Además,

evoluciona durante el transcurso de la vida de cada individuo.

Los hablantes de un dialecto se identifican entre sí y se produce la sensación de

diferencia con respecto a las demás comunidades; un individuo orgulloso e identificado

con su grupo dialectal no querrá disimular o eliminar rasgos de su habla, por el contrario,

buscará reforzarlos cuando esté frente al otro; caso inverso es el de quien no se siente

conforme con su dialecto pues se sentirá avergonzado y evitará a toda costa seguir

ciertos patrones (léxicos, fonéticos, entonativos, sintácticos, etc.) que lo identifiquen como

miembro de su comunidad y, en consecuencia, tratará de eliminarlos o sustituirlos

asimilando los de la comunidad que represente para él mayor prestigio.

Por su parte, Saussure12 señala que el lenguaje es un instrumento fundamentalmente

comunicativo. Los signos están compuestos de significado y significante, que están

relacionados estrechamente y constituyen una unidad indivisible. El significado es el

contenido, mientras que el significante es su expresión.

La lengua está más allá de los individuos, y se define como la correspondencia entre

imágenes auditivas y conceptos; quien habla utiliza esos códigos abstractos para

comunicarse. Por ende, la lengua es completamente pasiva.

De esta manera, el código lingüístico se constituye como una multitud de signos aislados,

cuyos significados individuales están íntimamente relacionados entre sí y sólo pueden

cobrar sentido por oposición.

En el diálogo Gorgias13, Platón dice que la palabra es distinta de lo real, que no es lo

existente. Lo visible no puede llegar a ser audible y viceversa; las palabras no tienen

realidad fuera de los individuos que las pronuncian.

La palabra se origina a partir de las cosas del mundo exterior en cuanto se presentan a

las personas. De esta forma, de la presencia de una experiencia adquirida mediante los

sentidos se puede extraer la palabra relativa a tal cualidad. Por este motivo, la palabra no

representa el mundo exterior sino que es el mundo exterior el que vuelve significativa a la

palabra. Los cuerpos visibles son diferentes de las palabras porque son captados por

distintos medios. Por ende, la palabra no capta la mayor parte de las cosas reales, del

mismo modo que éstas no manifiestan su recíproca naturaleza.

12 F. Saussure, Curso de Lingüística General. Editorial Lozada. Buenos Aires, Argentina.

13 Platón, Obras completas. Edición de Patricio de Azcárate, tomo 5, Madrid.

24

En La Construcción de la Realidad14 se explica que el lenguaje se utiliza

fundamentalmente con relación a la vida cotidiana. Si bien, naturalmente, se puede usar

para describir otras realidades, está arraigado en la del sentido común de este tipo de

vida. El lenguaje impone reglas a las que la sociedad debe adecuarse, debido a que en él

se encuentran las estructuras mediante las cuales pueden expresar sus experiencias.

Experiencias tipificadas por éste, lo que permite incluirlas en categorías amplias en cuyos

términos adquieren significado para todas las personas de una esfera social. A su vez,

estas experiencias se vuelven anónimas, debido a que pueden ser repetidas por cualquier

persona.

De tal manera, el lenguaje trasciende fronteras espaciales y temporales y conecta

distintas partes de la realidad; conecta a distintos individuos que no pertenecen a las

mismas partes. El lenguaje hace presente una diversidad de objetos que están ausentes.

Sin embargo, el alcance del lenguaje no se limita a la vida cotidiana; puede también

abarcar zonas aisladas de la realidad, como los sueños.

Dentro de los campos semánticos que pertenecen a cada esfera social se posibilita la

objetivación, retención y acumulación de la experiencia biográfica e histórica. La

acumulación siempre es selectiva, sea tanto en la experiencia de los individuos como en

la de la sociedad. Así, se produce un acopio social de conocimiento que se transmite de

generación en generación y está al alcance del individuo en la vida cotidiana. Todos los

individuos están conscientes de que los demás comparten con ellos conocimientos

similares a los propios, y las interacciones de las personas se ven afectadas por tal

comprensión.

Otra característica importante es que existen distintos grados de familiaridad con respecto

a los conocimientos y situaciones sociales. Las personas tienen conocimientos complejos

y detallados sobre lo que tratan frecuentemente, y otros mucho más vagos respecto de

sectores más alejado de sí. Es imposible que alguien sepa todo lo que hay por saber;

siempre existirá alguien que conozca más sobre un tema, y alguien que conozca menos.

Las competencias se limitan a las esferas de actividad de cada uno, entre las cuales se

encuentran las rutinas importantes de la vida cotidiana, que incluyen las tipificaciones de

todo tipo de hechos y experiencias, tanto sociales como naturales.

14 Berger & Luckmann, La Construcción de la Realidad. Amorrortu editores, Argentina, 2001.

25

El mundo de cada individuo se estructura de acuerdo con rutinas que se aplican en

circunstancias propicias o adversas, lo que permite "saber qué hacer" frente a esas u

otras eventualidades de la vida cotidiana. La validez de este tipo de conocimiento está

establecida hasta que surgen problemas que no pueden resolverse en esos términos. Si

el conocimiento de una persona funciona como lo desea, se suspenden las dudas

potenciales respecto a la veracidad de tales competencias.

Sólo se pueden ver ciertos aspectos de la realidad, aquellos que correspondan a la

experiencia personal; siempre existirán cosas que suceden "a espaldas" de los individuos.

El conocimiento se estructura en términos de relevancia, en ocasiones determinadas por

los propios intereses pragmáticos inmediatos y, en otras, por la situación en la que las

personas se encuentran dentro de la sociedad. Naturalmente, el conocimiento de cada

uno se entrecruza con el de los demás, permitiendo así que existan temas y

competencias en común y que se puedan crear lazos entre las personas.

Finalmente, cabe mencionar que el cúmulo social de conocimiento en conjunto tiene su

propia estructura de relevancias; así como el conocimiento aparece distribuido

socialmente, es decir que diferentes individuos y tipos de individuos lo poseen en distintos

grados.

26

LAS HUELLAS LITERARIASDE LOS VERBOSCOPULATIVOS

27

3.A Sobre la evolución de los verbos ser, estar y to be

Como se estipuló en la Introducción, en esta sección se analizarán distintos ejemplos de

cada época, tanto en inglés como en castellano; para determinar no sólo cómo

evolucionaron los verbos ser y estar en su escritura desde el latín vulgar (y el to be desde

sus raíces del PIE), sino también cómo cambió su uso y significado desde entonces.

3.A.a To Be

Beowulf

El ejemplo de inglés antiguo que se ha seleccionado en esta ocasión es Beowulf15. Este

poema sobre el héroe homónimo ofrecerá la base sobre la cual se podrá determinar el

uso de este verbo en esa primera aproximación a lo que se convertiría en el inglés que se

conoce hoy.

Vale señalar, para comenzar, que la variedad en su conjugación era mucho mayor a la

que existe en la actualidad; los ejemplos que se verán a continuación lo reflejarán

claramente.

Además, por lo que se puede extraer del texto, la convención no estaba demasiado

establecida, por lo cual se aprecian distintas conjugaciones para un mismo verbo, con una

misma persona, en un mismo modo y tiempo. Tal es el caso de were, es decir, el pretérito

simple de las tres personas plurales y la segunda singular en modo indicativo. Conjugado

ambas veces con they (la tercera persona plural) se encuentra tanto como wæs y como

waéron en los siguientes versos:

“(...) Þær wæs madma fela” (“(...) había muchas riquezas”16)

“(...) hwæt þa men wæron.” (“(...) lo que eran estos hombres”)

También se puede apreciar este fenómeno con la conjugación de la tercera persona

15 Poema anónimo cuya fecha de composición se sitúa entre los siglos VIII y XII d. C

16 Es válido aclarar que el verbo haber en inglés está compuesto por la palabra there más el verbo to be conjugado. Es por eso que se incluye este ejemplo.

28

singular del verbo en pretérito (también indicativo), was, que se encuentra

predominantemente como wæs, pero que también figura como waére y como wearð:

“(...) þæt wæs god cyning!” (“(...) que era un buen rey”)

“(...) þæt hyre Ealdmetod este wære.” (“(...) que con ella, el Dios del Tiempo era

benévolo”)

“(...) þæt hit wearð ealgearo” (“(...) que estaba terminado por completo”)

Es muy notable, sin embargo, que esta última aparece en otros contextos con otra

significación. Un ejemplo claro es el siguiente:

“(...) forðam secgum wearð undyrne cuð” (“(...) por lo tanto, para los hombres se dio a

conocer con claridad”17)

En el presente del modo indicativo sucede algo similar con la tercera persona singular; se

encuentra tanto como is (que dicho sea de paso, se escribe de la misma forma que en la

actualidad) y como bið:

“(...) soð is gecyþed” (“(...) la verdad es conocida”)

“(...) forþan bið andgit” (“(...) por lo tanto, la comprensión es(...)”

Este, a su vez, se presenta en el subjuntivo:

“Wel bið þæm þe mot” (“Desdichado sea quien(...)”

y en aquellas oraciones con carácter futuro18:

“Ne bið þe nænigra gad” (“(...) no habrá deseo”)

Otro aspecto para señalar es que las oraciones pasivas, que en la actualidad se

construyen con el verbo to be, como sucede en castellano, solo existían como tales en

contados casos, por lo cual este verbo no aparece en las oraciones que hoy se

expresarían de dicha forma:

“(...) hine gearwe geman” (“(...) se lo recuerda fácilmente”)

“(...) ongyton mihton” (“(...) eran capaces de entrever”)

17 La traducción al inglés moderno de ese wearð sería became (convirtió), que al agregarle known, se podría traducir como se dio a conocer o se conoció.

18 Vale recordar que en inglés antiguo no existía el tiempo futuro, y por ende se expresaba en presente.

29

En este respecto, también llama la atención que el verbo poder, que en inglés se expresa

tanto como can o como be able to (literalmente ser capaz de), dependiendo del tiempo

verbal y el caso específico, aparezca reiteradas veces como conjugaciones de miht, verbo

cuya acepción remite particularmente a una capacidad física o celestial.

“(...) geseon mihte” (“(...) era capaz de ver)

“Gæþ eft se þe mot” (“Un hombre será capaz de regresar”)

Una peculiaridad del inglés antiguo es que la negación generalmente se construía de

forma distinta a la actual (be + not/be+n’t); si la palabra empezaba en vocal se agregaba

una n al comienzo, y si empezaba con consonante, se reemplazaba esta primera letra por

una n:

“(...) nis þæt seldguma” (“(...) éste no es un mero recipiente”)

“Næs Beowulf ðær” (“Bewolf no estaba allí”)

En lo que respecta a la primera persona singular en presente de indicativo, am, se

utilizaba eom:

“(...) nu ic eom siðes fus” (“(...) estoy ahora deseoso de esta aventura”)

Por otra parte, las formas de are, conjugación de la segunda persona singular y de las

tres plurales en presente indicativo, también variaban visiblemente; algunas construidas

con la raíz syn- y otras con hier-:

“We synt gumcynnes” (“Somos la gran tribu”)

“(...) þæt hie sint wil cuman” (“(...) que (ellos) son bienvenidos”)

“Hwæt syndon” (“¿Qué son ustedes?”)

“Eart þu se Beowulf” (“¿Eres tú Beowulf?”)

Para finalizar con esta primera etapa, se puede señalar una conjugación ya mencionada,

que también se utilizaba al dar sentido de condicional:

“(...) hlaford wære” (“(…) he would be a lord”).

The Grave19

Este poema corto escrito durante la transición entre el inglés antiguo y el inglés medio ya

19 The Grave (La tumba), poema anónimo escrito durante fines del período de inglés antiguo y principios del medio.

30

muestra un claro avance hacia lo que sería el idioma que se utiliza en la actualidad.

Incluso algunas de las conjugaciones se presentan escritas de igual manera; tal es el

caso de were, en esta ocasión en modo subjuntivo, como se aprecia en el siguiente

extracto:

“(...) er þu iboren were” (“(...) antes de que nacieras20”)

Y como condicional:

“(...) hu long hit þe were .” (“(...) cuánto tiempo debería llevarte 21 ”)

Otro ejemplo de similares características es el del is que, como se ha señalado, ya

existía como tal en el inglés antiguo:

“(...) and dearc hit is wiðinnen” (“(...) y adentro está oscuro”)

Sin embargo, en la misma línea aparece is nuevamente, esta vez utilizado con sentido de

tener:

“Dureleas is þet hus” (“La casa no tiene puerta”)

Por otro lado, se puede apreciar que se mantiene en uso el bið que, aunque conserva su

significación de ser en tercera persona de singular en el presente del modo indicativo, en

la mayoría de los casos presenta un sentido de futuro:

“Ladlic is þet eorð-hus” (“La casa de barro es detestable”)

“Ne bið no þin hus ~ healice itinbred (“Tu casa no tendrá techos altos,

hit bið unheh and lah” será baja y nivelada”)

Otra conjugación que ya se aprecia como similar a la utilizada en el inglés moderno es la

de was (wes) en los próximos ejemplos, que a su vez permiten apreciar el comienzo de un

uso de la voz pasiva tal como se conoce en la actualidad:

“Ðe wes bold gebyld” (“Una casa fue construida para tí”)

“Ðe wes molde imynt” (“La tierra fue concebida para tí”)

“Nu me þe bringæð” (“Ahora te trajeron22”)

20 El verbo nacer se construye en inglés con el to be más el participio born.

21 La traducción al inglés moderno de esa oración sería “(...)how long it should be for you”; una traducción más literal podría ser “cuánto tiempo debería ser (con sentido de tardar) para tí”. Se observa nuevamente que el verbo be tiene una connotación relativamente distinta.

22 Una traducción literal sería “Ahora fuiste traído”.

31

Una peculiaridad es el uso del beoð con sentido de ser en tercera persona del plural en

presente de indicativo, conjugación que en la actualidad dista bastante (are):

“Ðe hele-wages beoð lage” (“Las paredes del fondo son bajas”)

De igual forma aparece el bist, utilizado como segunda persona del singular en presente

de indicativo, también conjugado en inglés moderno como are:

“Ðær þu bist feste bidytt” (“Estás encerrado allí con firmeza”)

Se mantiene además otra característica del inglés antiguo que ya se había mencionado:

la anteposición de la n para formar los negativos del verbo to be. Tal es el caso de:

“Ac hit nes no idihit” (“Pero no estaba preparada”)

Brut23

Tal como ya se ha dicho, el inglés medio fue más una época de transición que de

desarrollo per se y sus límites pueden considerarse arbitrarios, por lo cual los textos

escritos a principio de este período difieren considerablemente de aquellos de fin de

época. El primer ejemplo que se contemplará es el Brut de Layamon, mucho más cercano

al inglés antiguo que al moderno.

Algunas conjugaciones como la de was se mantienen como en el ejemplo anterior, The

Grave; y otras avanzan tímidamente hacia el inglés actual, como en el caso del were:

“A king wes in Ierusalem” (“Un rey estaba en Jerusalén”)

“(...) þat ofte weoren bisie.” (“(...) que a menudo estaban ocupados”)

Se aprecia aquí también el uso de were con sentido de subjuntivo:

“(...) swulc hit a liun weore” (“(...) como si fuera un león”)

y su conjugación negativa:

“(...) þat ((hire)) neuere sæl neore.” (“(...) que nunca fuera feliz”

Nuevamente se encuentran conjugaciones en presente con sentido de futuro; tales son

los casos de beoð y de beon, conjugados con la primera persona plural:

“Ælles we beoð alle dæde” (“Todos moriremos24”)

23 Poema en inglés medio compilado por el clérigo inglés Layamon.

32

“(...) þine holde men beon.” (“(...) seremos hombres fieles”

Y el caso de bið, para la tercera:

“Æuere hit wæs; & a hit bið” (“Siempre lo fue y siempre lo será”)

Este ejemplo también permite señalar otra forma de escritura del was (fue), forma que,

como ya se ha demostrado, era utilizada también en inglés antiguo.

La conjugación is se mantiene escrita de la misma forma y acompaña a las mismas

personas en el mismo tiempo que en la actualidad:

“(...) nu hit is al a mire hond.” (“(...) ahora está todo en mi mano”)

“(...) wurðe he is milze” (“(...) él es merecedor de misericordia”)

Se aprecian algunos ejemplos de voz pasiva, en presente y en pasado:

“We habbeoð ænne witeye; Mærlin is ihaten” (“Tenemos un profeta, es llamado Merlin”)

“Þer wes iuulyed Octa” (“Allí, Octa fue bautizado”)

Resulta llamativo que are, que en inglés moderno se utiliza para todas las personas del

plural en presente de indicativo, se encuentre conjugado de distintas maneras con la

primera y tercera persona del plural:

“& alle ure laue; nu us sunde laðe.” (“Y ahora, todas nuestras creencias son para

nosotros odiosas”)

“(...) for laðe we beoð Drihten.” (“(...) por detestables que somos para el Señor”)

De forma similar al ejemplo expuesto referido a poder o ser capaz de, en este poema

aparecen distintas conjugaciones del verbo lettan, que se puede traducir como permitir,

pero que en ese contexto su significación se acerca más a causar que fuera/n, como en

los siguientes casos:

“He letten stronge walles; he lette bulden halles,” (“Causó que las paredes se fortificaran,

causó que se construyeran salones25”)

24 Una traducción más literal que contemplara la cópula sería “Todos estaremos muertos”.

25 Es importante recalcar que el idioma inglés utiliza la voz pasiva con mucha más frecuencia que el castellano, por lo cual una versión más literal de ese extracto sería “Causó que las paredes fueran fortificadas, causó que salones fueran construidos”.

33

Piers Plowman26

Este poema, aún exponente del inglés medio, permite notar la gran evolución del idioma

durante dicho período, extenso y heterogéneo, de la historia anglosajona. La redacción y

el vocabulario generales son mucho más accesibles al lector que el ejemplo que se

expuso anteriormente; y, en éste, ya son apreciables conjugaciones modernas del to be,

tales son los casos del was en indicativo y el were en subjuntivo:

“(...) whan softe was the sonne” (“(...) cuando el sol estaba ténue”)

“Ther preched a pardoner as he a preest were” (“Allí predicaba un perdonador27 como si

fuese cura”)

Por su parte, el were del indicativo aparece conjugado con la tercera persona del plural

como weren:

“(...) that hire parisshes weren povere” (“(...) que (los miembros de) su feligresía eran

pobres”)

Una característica llamativa es que la conjugación are aparece aquí escrita de una

manera mucho más similar a la actual (y, se podría agregar, completamente distinta a la

de los ejemplos que se han explorado anteriormente):

“And outher while thei arn elliswhere” (“Y en otro momento están en otro lugar”)

E inclusive se presenta en versión final:

“(...) dulle are thi wittes.” (“(...) que poca es su inteligencia28”)

“For thise are men on this molde” (“Porque éstos son hombres de este mundo”)

Is, por supuesto, se mantiene de igual forma:

“For she is fayn of thi felaweshipe” (“Ya que ella es de buen trato con mi comunidad”)

Y el verbo en infinitivo también aparece como en el inglés moderno:

“To be cursed in consistorie” (“Ser maldecida por el comité”)

Además, hay en este texto ejemplos de voz pasiva:

26 Piers Plowman, poema alegórico escrito por William Langland en versos sin rima.

27 Perdonador (pardoner) era un miembro de la Iglesia autorizado para vender indultos.

28 En inglés se utiliza wits, que es una palabra en plural, por tanto se conjuga con are.

34

“And how Mede was ymaried” (“Y como Mede estaba casada”)

“(...) that [lady] is thus ywedded.” (“(...) y que por tanto, la dama está casada”)

Sin embargo, un detalle que no pasa inadvertido, tanto en este ejemplo como en los

anteriores, es la falta de verbos conjugados en tiempos compuestos. Si bien para esta

época ya existían los gerundios, prácticamente no existen registros del verbo to be

acompañado por este tipo de palabras.

Hamlet29

Si bien Hamlet está escrita en inglés moderno, pertenece a los comienzos de esta era. Es

por eso que aún aparecen diferencias en la escritura de ciertas conjugaciones y, en

menor medida, en el uso de este verbo.

En lo que refiere a ortografía, las diferencias se encuentran en las conjugaciones con la

segunda persona:

“Thou art a scholar” (“Eres un erudito”)

Existen otras variaciones con respecto al inglés moderno, que se encuentran en otras de

las obras de Shakespeare; como en el caso de Enrique V30:

“If ever thou beest mine” (“Si alguna vez fueras mía”)

Y Romeo y Julieta31:

“Thou wast never with me” (“Nunca estuviste conmigo”)

3.A.b Ser y Estar

Cantar del Mio Cid32

29 Hamlet, tragedia escrita por William Shakespeare entre 1599 y 1602.

30 Enrique V, obra histórica escrita en 1599.

31 Romeo y Julieta, tragedia escrita entre 1591 y 1595.

32 Cantar de gesta anónimo que data de alrededores del 1200

35

Naturalmente, al provenir de un mismo idioma fuente, las conjugaciones de los verbos ser

y estar varían mucho menos que las del to be. Sin embargo, sus usos parecen haber

evolucionado considerablemente durante la historia del idioma castellano, por lo que su

estudio tampoco tiene desperdicio.

A la luz de un primer análisis, uno de los aspectos que se aprecian al leer literatura de

esta época, en la que el idioma todavía no se había despegado por completo del latín

vulgar, es el prolífico uso de la voz pasiva. Éste probablemente haya devenido de los

tiempos continuos en oraciones pasivas en latín, que se conjugaban con sum. Por otro

lado, al igual que el inglés, tanto los tiempos continuos y las pasivas, cuando no se

encontraban concentradas ambas en un mismo verbo, tenían conjugaciones propias; es

decir, dentro del mismo verbo se expresaba tanto número, persona, tiempo, calidad (si

eran tiempos perfectos o imperfectos) y si se encontraban en voz activa o pasiva.

No obstante, si se realiza una relectura con mayor atención, se puede observar que la

cópula se utiliza con mucha frecuencia con sentido de tiempo continuo. Esto se puede

apreciar claramente en los siguientes ejemplos:

“Vençudo es el campo…” (“Vencido ha sido en el campo...”)

“Ydo es a Castiella Albar Fanez Minaya” (“Albar Fanez Minaya ha ido a Castilla”)

“Por siempre vos faré ricos, que non seades menguados” (“Que os tengo que hacer

ricos y nada habrá de faltaros”)

Otro uso de estas estructuras pasivas que en la actualidad ha disminuido

considerablemente se presenta en aquellos casos en los que en castellano moderno se

utiliza una voz activa sin especificar quién es el sujeto que lleva a cabo la acción:

“(...) ca echados somos de tierra” (“(...) de nuestra tierra nos echan”)

Así como otros de pasiva con se:

“Çiento e quinze caualleros todos iuntados son.” (“Se juntan muchos guerreros, más de

ciento quince son.”)

En lo que respecta a ortografía, la mayoría de las conjugaciones son iguales o similares:

“Los primeros fueron grandes, mas aquestos son miiores.”

“(...) por que fue acusado.”

“Del dia que fue (fui) conde non yanté tan de buen agrado”

“Mas dezid nos del Çid, de que será pagado”

36

“Si les yo visquier, seran duennas ricas.”

“E nos uos aiudaremos, que assi es aguisado”

“Tu eres rey de los reyes e de todel mundo Padre”

“Longinos era çiego que nunquas vio alguandre”

“Ca mientra que visquiessen refechos eran amos.”

“Si uos, assi lo fizieredes e la uentura me fuere conplida”

“Myo Çid querra lo que sea aguisado”

“Que si antes las catassen que fuessen periurados”

“Merçed Canpeador, en ora buena fuestes (fuiste) nado”

“¡Yo só (soy) Ruiz Días, el Cid Campeador!”

“Esta quinta por quanto serié (sería) conprada”

“Pues comed, conde, e quando fueredes (fueras) iantado”

Una conjugación que dista más de la actual es la de eres/sos:

“Commo sodes muy bueno, tener la edes sin arch”

Un uso particular que resulta llamativo es el de ser como marcador de progresión; es

decir, una conjugación particular de esa cópula más el verbo en gerundio:

“(…) sin dubda les fueron dando.”

Respecto a las significaciones superpuestas de los verbos ser y estar, es importante

señalar que el único uso del segundo refería a ubicación física, de modo que se mantenía

la acepción antigua del verbo stare:

“E a todas sus duennas que con ellas estan.”

“Tres reyes veo de moros derredor de mi estar.”

“Myo Çid con esta ganançia en Alcoçer esta”

“I estava doña Ximena con cinco dueñas”

“Estando en la cruz…”

Asimismo, este verbo también figura cuando se habla de Dios:

“Grado a ti Sennor Padre que estas en alto,”

“Ya, Sennor Glorioso, Padre que en çielo estas,”

Sin embargo, también se encuentra el ser con sentido de locación geográfica:

37

“(…) el Sennor que es en çielo”

“(…) el que es sobre Fenares”

“Cerca es el rey Alfonsso e buscar nos verna.”

Así como también con sentido de estado general de personas y objetos. Los siguientes

ejemplos permiten observar que en la antigüedad este verbo carecía de (o al menos

atenuaba) el carácter imperfectivo con que se lo utiliza en la actualidad:

“Refechos son todos esos christianos con aquesta ganançia.”

“Non se abre la puerta, ca bien era çerrada.”

“Dios commo fue alegre todo aquel fonssado!”

“Antes seré con uusco que el sol quiera rayar.”

General Estoria33

Si bien en términos generales se aprecia una gran evolución entre el castellano que

presenta este libro y el de Cantar del Mio Cid, los verbos ser y estar no sufren mayores

alteraciones.

Permanecen algunas conjugaciones no completamente desarrolladas (ortográficamente),

como los casos de fuesse/n y serién:

“Como si entonces fuessen e que lo sopiessen”

“Algunas alegrías de tales como aquellas que buenas serién”

“(…) non puede omne seer cierto”

Aunque sí aparece el infinitivo tal como existe hoy en día en otro fragmento:

“E quiere esto ser”

Otras se presentan en modos distintos a los que utilizaríamos hoy en día, por ejemplo:

“E tanta fuera (fue) la fuerça de la fundición que torcieron los metales”

Una característica que se mantiene es la del uso excesivo de la voz pasiva para oraciones

que en la actualidad se construirían con pasivas con se:

33 Obra historiográfica, también denominada Grande e general estoria, escrita a partir de 1270 por Alfonso X el Sabio.

38

“(...) como es dicho”

“(…) que es dicho tierra”

“Por esta razón fueron fallados los órganos”

“Caim cuando esto oyo ovo miedo que sabido era el su pecado”

Así como con tiempos compuestos:

“Andados seis días de cuando el mundo fuera criado (hubiera sido) fue fecha la mujer”

“(...) en el tiempo que es (ha) de venir”

Sin embargo, se pueden apreciar casos de tiempos compuestos, incluso con la cópula:

“Contra el logar donde avié a ser levado”

Por supuesto, hay también múltiples casos en los que el ser se utiliza con el sentido

general estar:

“Eran Adam e Eva desnuyos amos”

“Non es bien que ell omne sea solo”

“(…) a mi marido, que es aun bivo”

“(…) e era muy triste”

E incluso se puede señalar un caso en el que se utiliza con el sentido latino de estar, es

decir, referido a la ubicación geográfica:

“(…) que su sepulcro es cerca el sepulcro de Darmeça”

No obstante, en este texto ya se encuentran muchos más ejemplos de estar en todas sus

acepciones:

“Que numcua pudiesse estar quedo en un logar”

“Si non quel semejaba que estava ý cosa viva”

“(…) porque en sus coraçones non estavan…”

“(…) o que non está queda”

También se observan algunos casos en los que se utiliza nuevamente el ser con sentido

de progresión:

“Segund que fueron viniendo”

39

Gramática34

La Gramática de Nebrija guarda ya una gran similitud con el castellano actual, tanto en

vocabulario como en sintaxis general (aunque no se puede decir que esta última haya

cambiado radicalmente desde el latín vulgar).

El verbo estar se utiliza con mucha más frecuencia que en los textos anteriores y

prácticamente no existen ocasiones en las que se vea reemplazado por su par. Algunos

ejemplos pueden ser:

“Todo aquel tiempo que los judíos estuvieron en tierra de Egipto”

“Nunca estuvo tan empinada cuanto en la edad de Salomón”

“Yo estuve en Toledo, ciudad de España”

“Los miembros de España estauan por muchas partes derramados”

“Las cuales por aver estado debaxo de...”

“Yo estoy bien quisto cerca de ti”

“De ahí donde tú estás”

“De allí donde alguno está”

Debido a que este libro no es más que un manual de gramática, el verbo ser aparece –

fortuitamente- conjugado en todos sus tiempos y modos. No es necesario incurrir en

detalles, debido a que esta configuración resulta muy similar a la que se utiliza en la

actualidad, pero sí se pueden señalar algunas conjugaciones que aún diferían de las

modernas:

En pretérito imperfecto del subjuntivo, todas las conjugaciones son con doble s

(fuesse, fuesses, fuesse, etc.);

En presente del indicativo, la primera persona singular continúa como so;

las segundas personas plurales tienen una terminación distinta –pero consistente– en

la mayoría de los tiempos (del indicativo, pretérito imperfecto: érades; del subjuntivo,

presente: fuéssedes; pretérito imperfecto: fuérades; del potencial, seríades; etc.).

34 Gramática castellana de Antonio de Nebrija, publicada en 1492, fue la primera obra que se dedicó al estudio de la lengua castellana y sus reglas.

40

3.B Sobre la traducción de los verbos ser, estar y to be

En esta parte se analizarán ejemplos concretos (y algunos más abstractos) de traducción

de los verbos que competen al trabajo y, en aquellos casos en los que ésta resultara

inadecuada o insuficiente, se propondrán versiones alternativas. El objetivo de esta

sección es encontrar pautas o parámetros que permitan descubrir qué lleva a la elección

de uno u otro verbo en la traducción y ofrecerlos como estrategias de traducción para

resolver estos problemas.

El ser-para-la-muerte

Si bien, en origen, tal concepto no se elaboró, ni en castellano, ni en inglés, vale

comenzar con una frase de Heidegger: sein zum Tod35. Se ha seleccionado este ejemplo

debido a que, en primer lugar, permite explorar en cierta medida el aspecto filosófico de

los verbos ser y estar y, en segundo lugar, existe una traducción exacta al inglés, que no

da lugar a errores de interpretación (being-towards-death).

La palabra sein representa el mismo inconveniente que el to be: se puede traducir como

ser y como estar. Este problema se presenta debido a que en alemán tampoco existe

equivalente de la cópula más perfectiva.

En Ser y Tiempo, Heidegger habla del dasein, es decir, el ser-ahí. Con este concepto se

refiere al hombre como ente material en el mundo, no como idea general o abstracta. Lo

que dice este filósofo, como bien explica José Pablo Feinmann36 es que el ser está

arrojado al mundo, está arrojado a sus posibles. Y dentro de estos posibles, existe uno

que es común a todos los hombres: la muerte.

Se podría argumentar, por tanto, que el dasein solo apunta hacia su fin, que es un ente

transitivo, pasajero, inconstante. Esta reflexión lleva a reconsiderar la traducción de la

frase, y podría elaborarse, a tientas, una segunda propuesta de traducción que sería, por

ende: estar-para-la-muerte.

35 Martin Heidegger (1927). Ser y Tiempo.

36 Filosofía aquí y ahora. Episodio 4, El ser-para-la-muerte.

41

Sin embargo, el verbo estar no tiene el peso filosófico o incluso semántico suficiente para

representar el concepto propuesto. Una nueva alternativa, como resultado, puede ser:

existir-para-la-muerte.

Se propone la palabra existir debido a que, aunque no denota una inherente transitoriedad

como estar, tampoco lo hace con la intransitoriedad que devendría de ser.

No obstante, y aunque puede utilizarse válidamente en otros contextos, este verbo no

resulta completamente adecuado en este caso. Se aprecia una característica, también

presente en el soliloquio de Hamlet que se analizará más adelante, que frustra la

utilización de existir. En el dasein existe la función de ser como afirmar el atributo. Y es

que este atributo no viene expresado por ningún complemento, sino que se encuentra en

el verbo mismo; es ser todo aquello que implica ser humano. Ciertamente, no es eso lo

único que representa sein; el sentido de existir o de vivir también está implícito en él. Pero

el verbo ser ofrece, a su vez, esa significación tan particular, cuando no se utiliza como

cópula, sino como verbo de valor completo por sí mismo.

No obstante, parecería que el inconveniente inicial referido a la transitoriedad que implica

el dasein que no se ve reflejada por el ser se mantiene. Ante esto, se puede sugerir que la

vida de una persona es la única certeza que tiene, y nada que suceda antes o después

formará parte de su existencia; es decir, su vida es absoluta y todo lo que suceda dentro

de ella pasará a ser transitorio, pero no la vida misma. Es por eso que la traducción como

ser-para-la-muerte resulta acertada.

Ni están todos los que son, ni son todos los que están37

Este dicho popular, encontrado en Cuerdos y locos38, se refiere a la cantidad de personas

con algún tipo de trastorno mental que andan por las calles y que son consideradas

cuerdas o normales y no están en centros de salud mental; mientras que otras tantas, que

sí están internadas, son consideradas insanas sin justa razón.39

Se ha seleccionado este ejemplo debido a que permite apreciar la disyuntiva que

presentan estos verbos en castellano, que en un primer análisis o intento de traducción no

37 Dicho popular proveniente de Cuerdos y locos.

38 Ramón de Campoamor (1887).

39 La verdad de los refranes. http://www.anecdonet.com/2007/07/24/la-verdad-de-los-refranes/

42

podría resolverse, debido a que ambos verbos se traducen de la misma forma. Es un caso

como muchos otros en los que ambas cópulas aparecen con acepciones diferentes en

una misma oración.

Existen propuestas variadas como traducciones de esta frase, pero se aprecia a simple

vista que ninguna de ellas tiene en cuenta, ni el contexto, ni la significación real del dicho.

Así pues, se encuentran versiones como:

“Neither every one of them is here nor anyone here is one of them"

Esta traducción no es completamente incorrecta, pero hace referencia a un them (ellos)

que se pierde por completo en la traducción y cuya significación dista bastante de la del

original.

Otra traducción posible sería la siguiente:

“Those who should be there aren't, and those who shouldn’t are”

Esta versión, por su parte, respeta mucho más el sentido del dicho, pero incurre en un

error grave, al generalizar que aquellos que se encuentran allí no deberían estarlo, y

aquellos que no se encuentran allí, sí. Ésta es una afirmación que no se corresponde con

la original, debido a que esta última no generaliza, ni a todos aquellos que no están, ni a

todos aquellos que sí están; simplemente señala que algunos de ellos (los cuerdos) están

y algunos de ellos (los locos) no.

Antes de proponer una versión propia, y con el objetivo de clarificar hasta cierto punto el

significado del dicho, se puede proponer entonces una paráfrasis para llegar a su análisis

semántico y así encontrar una forma alternativa de traducirlo:

“Ni se encuentran aquí todos aquellos que presentan determinada característica, ni todos

aquellos que se encuentran aquí presentan determinada característica”

Por lo tanto, una traducción exacta de esta nueva frase sería:

“Neither all who are here have this particular feature, nor all who have this particular

feature are here”

Ahora bien, esa traducción no es del dicho original, sino de la paráfrasis. Sin embargo,

esta nueva estructura es útil para sentar bases, y así poder llegar a una reinterpretación

en el otro idioma.

Teniendo estos factores en consideración, se formula la siguiente versión:

43

“Neither all here are this way, nor all who are this way are here”

Y su traducción literal sería:

“Ni todos los que están aquí son de esta forma, ni todos los que son de esta forma están

aquí”

En el caso de la primera suboración, debido a que los que están aquí es un modificador

del sujeto, en inglés se puede omitir la cópula y evitar la cacofonía sin mayores

problemas. En la segunda suboración se complica, pero como el inglés es un idioma

repetitivo por naturaleza y este dicho se mantiene en esa línea, la repetición del verbo

to be no representa inconvenientes.

De este segundo ejemplo, entonces, se puede extraer que, para darle el tinte específico

en inglés de cada una de las dos cópulas castellanas, se puede agregar complementos

(sean de lugar, de modo, etc.). Es probable que la traducción no resulte exactamente

equivalente en tales casos, pero hay que recordar que sólo en contadas ocasiones

existen equivalentes perfectos cuando se pasa de un idioma a otro, en particular cuando

se trata de dos lenguas, como ya se ha detallado, con desarrollos tan distintos.

Vale remarcar que la traducción ofrecida soluciona tanto los problemas de sentido como

los de significado encontrados en las otras versiones.

To be or not to be40

Como la mayoría sabrá, Hamlet es la historia del joven príncipe de Dinamarca a quien se

le aparece el fantasma de su padre para comunicarle que fue envenado por su hermano

para así heredar el trono. Hamlet se debate entonces entre la disyuntiva de si tomar

acción contra su tío, ahora desposado con su madre, y cómo proceder para obtener la

venganza que demanda el fantasma de su padre. Dentro de esta obra emblemática de la

literatura mundial se encuentra también uno de los soliloquios más famosos de la historia:

ser o no ser, he aquí el dilema. Esta autointerpelación por parte de Hamlet pone en

palabras una de las grandes cuestiones del hombre: el miedo a la existencia de algo más

allá de la muerte. Como bien explica el protagonista, líneas más abajo:

40 Shakespeare (S. XVII). Hamlet, Acto III Escena III.

44

“Es el miedo a los sueños que podamos tener al abandonar este breve hospedaje lo que

nos hace titubear, pues a través de ellos podrían prolongarse indefinidamente las

desdichas de esta vida.”

“Es lo que inmoviliza la voluntad y nos hace concluir que mejor es el mal que padecemos

que el mal que está por venir.”

Es en este contexto entonces donde se debe ubicar la pregunta que se realiza el joven

príncipe. ¿Es mejor vivir o quitarse la vida? Y ante la reflexión que continúa, Hamlet toma

su decisión. Pero el dilema permanece para todos aquellos que quieran realizar una

interpretación de la obra.

Naturalmente, antes de adentrarse en una nueva propuesta de traducción de tan célebre

frase, se deben analizar distintas versiones ya existentes, para extraer de ellas los puntos

más sobresalientes y útiles.

La primera traducción de Hamlet que se conoce en la actualidad es la de Leandro

Fernández de Moratín41, realizada en 1798. Resulta, sin duda, tardía; si se tiene en cuenta

que la obra fue escrita entre 1599 y 1601 y obtuvo inmediatamente una gran popularidad

en su país de origen. Este primer acercamiento al texto puede resultar foráneo para la

mayoría, debido a que la versión actual se encuentra ya tan instituida en el inconsciente

colectivo que una alternativa anterior puede llegar a sonar incluso ridícula. Sin embargo,

vale señalar que el traductor realizó una buena labor, debido a que no tomó las palabras

de forma literal e intentó transmitir el sentido real. Moratín escribió:

“Existir o no existir, ésta es la cuestión”

Si bien su traducción es cuestionable, tiene en cuenta lo que el autor expresa en tan

poéticas palabras. No obstante, al igual que en la traducción de ser-para-la-muerte, existir

no resulta completamente adecuada en este contexto, ya que ser cubre todos los

aspectos semánticos y filosóficos de su equivalente en inglés, mientras que existir, no.

41 Leandro Fernández de Moratín (1760-1828), dramaturgo y poeta español.

45

Una versión posterior bastante interesante es la de Guillermo Macpherson42, de 1873. Si

bien años más tarde realizaría ediciones a su traducción original en la que modificaría la

parte en cuestión y traduciría –al menos esas seis palabras- de la misma forma en la que

se traducen en la actualidad, su primer acercamiento dista levemente. No es la cópula en

sí la que difiere en su interpretación, sino la forma en la que lo expresa. Macpherson

realiza una adición digna de análisis:

“Ser o dejar de ser, he ahí el problema.”

Resulta bastante llamativa esta distinción que no se encuentra en el original. Dejar de ser

implica una decisión o un acto consciente cuya intencionalidad se pierde cuando solo se

traduce como no ser. Es ésta una intencionalidad que puede entenderse por contexto,

pero que parece quedar más clara en inglés que en castellano; dado que nadie puede

elegir no ser, no existir, uno es por el simple motivo de haber sido concebido. Sin

embargo, sí se puede elegir si continuar siendo o dejar de ser, es decir, terminar con su

propia existencia. Es por esto que resulta tan acertada esta traducción, que tiene en

cuenta la decisión que existe al cometer suicidio.

Por otro lado, un resultado que sí se puede cuestionar de esta versión es el hecho que no

se mantiene por completo el paralelismo entre ambas opciones. Al cambiar el verbo

principal de la cláusula, se está alterando y debilitando un recurso muy poderoso, en

particular en una oración como que se está analizando.

Quizás a raíz de este cuestionamiento, sus versiones posteriores se adaptaron más al

texto original en el paralelismo descripto:

“Ser o no ser, que la cuestión es ésta”

“Ser o no ser, la alternativa es ésta”

Existen muchas versiones modernas que, aunque difieren en distintos aspectos, siempre

se mantienen en la línea de ser o no ser. A ese propósito, se escogió la versión de José

María Ruano de la Haza43, como una de tantas: “Ser o no ser. Esa es la cuestión”

El uso del verbo es correcto, como ya se ha determinado; sin embargo, carece de la

distinción que se realiza en el ejemplo anterior. Se propone no ser como si ésta fuera una

42 Guillermo Macpherson y Hemas (1824-1898), diplomático, traductor, naturalista y arqueólogo nacido en Gibraltar.

43 José María Ruano de la Haza, catedrático de la Universidad de Ottawa.

46

opción. Ser o no ser no son dos opciones que se les ofrecen a los hombres, sino que

indefectiblemente se les atribuye el ser y para modificar tal calidad, se debe tomar acción

consciente y definitiva.

Ahora bien, se estableció también que el dejar de representaba la pérdida del paralelismo

que tan importante resulta. ¿Cómo se puede mantener las estructuras paralelas sin omitir

la diferenciación, innecesaria quizás en inglés, aunque significativa en castellano? En este

trabajo se propone la siguiente versión, que intenta contemplar las pautas propuestas,

basadas en el análisis que se ha realizado: “Ser o ya no ser. Esa es la cuestión”.

Ser y estar acompañados de adjetivos calificativos

Si bien no se tomará ninguna frase famosa para ejemplificar este punto, su análisis puede

resultar igual de fructífero, debido a su extensivo uso en todos los ámbitos de la vida. Es

también uno de los ejemplos más claros de la dicotomía que presentan estos verbos y la

dificultad más común a la hora de traducir de castellano a inglés.

Uno de los usos principales de ser y estar es el de nexo entre sujeto y predicativo

subjetivo obligatorio. Más precisamente, aquellos casos en los que el núcleo de este

predicativo es un adjetivo o frase adjetival. La dualidad en castellano pasa así a

representar un problema.

Un ejemplo básico de esta dualidad de significados podría ser el siguiente:

Ana es linda.

Ana está linda.

En el primer caso, sin duda se afirma que el ser linda es una cualidad inherente a Ana,

que no depende en absoluto de las condiciones particulares en las que se realiza la

aserción.

En el segundo caso, por el contrario, se establece que en un momento determinado

(como es el presente, en este ejemplo), Ana presenta tal cualidad. El hecho que presente

esa cualidad puede darse como una peculiaridad (Ana no es linda, pero esta ocasión es la

excepción), o simplemente señalar una característica inherente al sujeto que resalta

particularmente al momento de la acción.

Se presenta entonces el dilema de traducción, debido a que solo existe un verbo en

inglés; sin embargo, esta dificultad es bastante más sencilla de superar que las anteriores.

Ser se traduce generalmente como to be, es decir, este último prácticamente siempre

47

cumple el rol de afirmar un atributo del sujeto. Es estar, por tanto, el que puede registrar

cambios en su traducción.

No existe una sola estrategia ante estos casos; puede utilizarse un verbo distinto como

look (lucir) o agregarle complementos a la oración para denotar la transitoriedad que se

pierde al traducirlo genéricamente con to be. Así serían ambas traducciones:

Ana looks pretty. (Ana luce linda.)

Ana is particularly pretty today. (Ana está particularmente linda hoy.)

Sin duda, cuanto menos contexto tenga el traductor a su disposición más, complejo le

resultará el trabajo, pero este tipo de abordajes le permitirán cumplir su labor

satisfactoriamente.

48

CONCLUSIÓN

49

Como se ha podido apreciar, a través de la historia, el verbo estar ha tomado mucho más

protagonismo que el que inicialmente tenía. En los comienzos del castellano, apenas se

apreciaba como verbo de locación y, en aún más escasos ejemplos, de estado, en un

sentido más abstracto. El verbo ser era el utilizado en la mayoría de los casos, incluso

cuando las oraciones tenían un carácter perfectivo, calidad que en la actualidad las haría

inconsistentes.

Esta particularidad, que evolucionó a lo largo de siglos, es entendible desde un punto de

vista histórico. La cópula por definición en latín era sum/es/esse/fui, que no sólo se

utilizaba con sentido de ser, sino también con el de existir. Debido a que el castellano

actual mantiene humildemente esa connotación, el ser persiste como concepto cargado

de significación filosófica. Dicha significación se encuentra, a su vez, muy relacionada con

la religión y la búsqueda del hombre de sentido respecto del mundo que lo rodea. Por su

parte, al no tener un rol tan significativo en latín, es razonable que el estare no

trascendiera desde este punto de vista; aunque no sería justo afirmar que no es un

concepto fundamental de la lengua castellana.

A medida que sobrevino el Renacimiento, el equilibrio que existía entre ambas cópulas

comenzó a cambiar notablemente, hasta llegar a tener el estar las funciones y

connotación que tiene en hoy en día. Incluso el gerundio, que en sus inicios no se

conjugaba siquiera con el ser sino que servía sólo para denotar la simultaneidad de dos

acciones, empezó a aparecer acompañado por la cópula perfectiva; y así permitió que se

distinguiera entre ambos tipos de oraciones: perfectivas e imperfectivas. Si bien este

acontecimiento no suena particularmente relevante, vale recordar que la lengua es una

parte fundamental de la cultura, y es sobre su base que se construye la realidad. El hecho

que en ese momento no existiera o no resultara clara esta distinción representa un

paradigma un tanto diferente por parte de todas aquellas personas que hablaban el

castellano antiguo.

Algo similar sucede cuando se oponen los verbos en castellano con el to be. La

cosmovisión del mundo cambia en cierta forma, debido a que los complementos que se le

puedan agregar a la oración para darle un sentido particular no tienen la connotación

suficiente como para reemplazar por completo la diferencia entre ser y estar. Si bien

50

resultan útiles para mantener significación, parte del sentido se pierde indefectiblemente

en la traducción.

En ocasiones, se tiende a olvidar la importancia de estos dos verbos, que representan

una gran parte de la lengua de los hispanohablantes. Pero son las cópulas las que

permiten, no sólo crear oraciones en las que el objeto es a quien se le puede atribuir la

acción, sino también darle relevancia a las cualidades del sujeto y no hacer del verbo la

parte fundamental de la oración.

En lo que respecta exclusivamente a la cópula castellana, un uso llamativo de la

imperfectiva era el de auxiliar en el caso de los tiempos continuos, que probablemente

devino de los tiempos continuos en oraciones pasivas en latín, que se conjugaban con

sum. En castellano, se aprecia que, incluso en sus comienzos, los verbos ya no

denotaban calidad ni voz, como sí lo hacían sus equivalentes latinos. La voz pasiva, por

su parte, resulta muy prolífica en los primeros ejemplos de castellano antiguo, y ya

aparece entonces conjugada como en la actualidad, con el verbo ser. Sin embargo, y

como se esperaría, no se utilizaba aún la pasiva con se, que parece ser una creación del

castellano más actual, debido a que no se encuentra siquiera en los ejemplos más

modernos del castellano no completamente desarrollado.

Si bien es cierto que la ortografía no se ha modificado sustancialmente, vale recordar que,

aunque la significación del verbo ser proviene casi exclusivamente del sum, sus

conjugaciones salen, además, de otro verbo: sedeo. Ya en los primeros casos analizados

aparecen ejemplos de esta índole y sientan las bases para lo que serían las

conjugaciones actuales provenientes de este otro verbo.

En relación al desarrollo del to be, éste fue, sin lugar a dudas, mucho más sustancial. En

sus comienzos existían muchas conjugaciones distintas de tiempos y personas que en la

actualidad comparten escritura (sea el caso de was, que se utiliza tanto para las terceras

personas como para la primera del singular); también se encontraban casos en los que el

verbo to be tenía una significación diferente a la analizada.

51

Sólo una conjugación se mantiene como en los primeros tiempos, y es la de is, es decir, la

que corresponde a la tercera persona singular del presente simple del indicativo. Sin

embargo, también se aprecia una escritura alternativa para este mismo caso, que era bið.

Una característica digna de mención es la falta de formas propias para expresar la

mayoría de los tiempos verbales que existen en la actualidad: sólo existían el presente

simple y el pretérito simple.

Es posible, no obstante, atribuirle a ciertos verbos en ambos tiempos sentido de otros,

anteriores o posteriores. Es decir, el presente simple podía expresar, en determinadas

ocasiones, sentido de futuro, así como el pasado cumplía distintos roles, como el de

condicional, pretérito perfecto, etc. Es importante recordar siempre la importancia que

tiene el idioma en la construcción de la realidad, así como a la inversa: la importancia de

la realidad en el idioma. Este desarrollo, que fue desde sólo dos tiempos al abanico que

existe en la actualidad, denota con claridad la forma en la que la necesidad de expresar

nuevos conceptos y puntos de vista da lugar a la creación y evolución de equivalentes

lingüísticos que puedan adaptarse a la realidad de la época.

Por otro lado, y a diferencia de lo que sucedió en castellano, la voz pasiva generalmente

se mantenía dentro del mismo verbo, sin necesidad de la utilización del to be. Sin

embargo, este último uso se apreciaba en contadas ocasiones.

La negación, en el caso del inglés, también sufrió modificaciones. En la antigüedad, ésta

se formaba mediante la adición de una n al comienzo del verbo en caso de que

comenzara con vocal, o el reemplazo de la primera letra (también por n) en caso de que

comenzara con consonante. En la actualidad, esto no sucede, sino que se agrega not

luego del to be o la contracción n’t directamente al final de la palabra.

Se puede afirmar que durante el inglés medio hubo un avance bastante significativo en lo

que respecta a la escritura del verbo en cuestión. Para esta época ya se aprecia incluso la

escritura de ciertas conjugaciones idéntica a la actual, como es la de were, y otras muy

similares, como la de was (wes). En este aspecto, también se puede señalar que las

52

conjugaciones se hicieron más uniformes y ya no existió la gran cantidad de variantes

para una misma persona en un mismo tiempo y modo.

Sin embargo, el verbo to be aparece también, como en el caso del inglés antiguo, en

algunas ocasiones, con otros significados que no se restringen a ser y estar (y existir).

En lo que respecta a la voz pasiva, se presenta ya más frecuentemente que en la etapa

anterior, conjugada con la cópula.

En referencia a los comienzo del inglés moderno no hay mucho que remarcar; la escritura

del verbo en cuestión era muy similar a la actual, con la excepción de muy contados

casos, todos ellos relativos a la segunda persona.

En vista de lo expuesto, la traducción tanto directa como inversa sin dudas ofrecerá

distintas dificultades. Para comenzar, se analizó un caso en el que el concepto

presentaba una carga filosófica muy importante, como no es inusual encontrar. En dicha

ocasión se analizó el dasein, y se llegó a la conclusión que la versión propuesta y

aceptada es la correcta: ser-para-la-muerte. Se llegó a este resultado debido a que, por

su peso filosófico, que, como se ha establecido, deviene del sentido de existir del verbo

sum en latín, el ser cumple con todos los requisitos para ser una equivalencia exacta y

además mantener el sentido del original.

Esto también sucede en el caso del famoso To be or not to be; la importante carga que

refiere, no sólo a la vida sino también a la existencia, se mantiene intacta mediante el uso

del ser. Dicho sea de paso, en estos ejemplos el verbo no cumple una función copulativa

como la que se venía analizando, sino que rescata el sentido de verbo completo por sí

mismo y no lleva ningún tipo de predicativo.

Otro de los ejemplos analizados, ya en lo que respecta a traducción inversa, es el de Ni

están todos los que son, ni son todos los que están. Éste presenta uno de los mayores

desafíos: la presencia de ambos verbos en la misma oración, con gran proximidad entre

53

sí. Para resolver este problema, se recurrió al uso de complementos para darle el tinte

específico a cada verbo. Éste es un método muy común a la hora de marcar la

diferenciación (e incluso en casos en los que aparecen individualmente) entre ambas

cópulas.

Dicho método se puede utilizar también en aquellos casos en los cuales el ser y el estar

están acompañados de adjetivos calificativos. Dado que el primero es de carácter

imperfectivo, mientras que el segundo es de carácter perfectivo, suele ser necesario un

marcador que deje en claro esta característica en cada caso.

Para este propósito, también suelen utilizarse otros verbos que denotan más claramente

la transitoriedad o intransitoriedad de la acción. En general, el verbo que suele ser

reemplazado por otros es el estar, mientras que el ser tiende a mantenerse como to be en

la mayoría de las circunstancias, aunque puede estar acompañado de algún complemento

que deje más en claro el carácter del predicado. En el primer caso, algunos de los verbos

que se pueden utilizar, aunque sólo en aquellos casos en los que las circunstancias lo

permitan, son look, feel, seem.

Sobre esta base, es posible afirmar que, en coincidencia con el orden de las definiciones

del verbo to be según el diccionario de Cambridge, es ser la traducción principal del

verbo, mientras que estar corresponde a una traducción secundaria.

Por otro lado, en la traducción directa es inusual encontrar dificultades a la hora de elegir

un verbo u otro (vale recordar que el caso del soliloquio de Hamlet iba más allá de los

verbos como copulativos y por tanto resulta un ejemplo atípico).

Esto puede deberse a que el inglés generalmente se estructura de una forma que permite

al receptor comprender el carácter de la oración sin necesidad de realizar un esfuerzo

adicional. Tal fenómeno sucede debido a que, a lo largo del tiempo, este idioma adquirió

sus propias formas de realizar la distinción en cuestión, sin el uso de dos verbos distintos.

Este proceso tuvo lugar, sin duda, inconsciente e incidentalmente a lo largo de la

evolución de dicho idioma.

54

En conclusión, si bien existe una brecha importante en la traducción debido a la falta de

dos verbos distintos en inglés que equivalgan a ser y estar, fenómeno que se debe a los

diferentes orígenes y desarrollo de ambos idiomas (influidos indefectiblemente por las

condiciones sociales existentes a lo largo de más de diez siglos), dicha brecha puede ser

superada a través del uso de algunos métodos que facilitan la traducción, en particular en

aquellos casos de traducción inversa. Sin embargo, existen pocos casos en los que la

traducción contemplará absolutamente el sentido e implicaciones del original. Esto es algo

con lo que los traductores se enfrentan a diario, y representa el tipo de concesiones que

se debe realizar a la hora de afrontar un trabajo.

55

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Wilmer Zambrano Castro. La lengua: espejo de la identidad.

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Índice

Agradecimientos __________________________________________________ Pág. 3

Abstract _________________________________________________________ Pág. 4

1. Introducción _______________________________________________ Pág. 5

2. Ser y estar en contexto ______________________________________ Pág. 11

2.A Consideraciones iniciales __________________________________ Pág. 12

2.B Etimologías _____________________________________________ Pág. 13

2.C Breve recorrido por los inicios y el desarrollo del español _________ Pág. 14

2.D Breve recorrido por los inicios y el desarrollo del inglés ___________ Pág. 17

2.E El ser como concepto filosófico ______________________________ Pág. 21

2.F El papel del lenguaje en la construcción de la realidad ____________ Pág. 23

3. Las huellas literarias de los verbos copulativos _________________ Pág. 27

3.A Sobre la Evolución de los verbos ser , estar y to be ______________ Pág. 28

3.Aa To be _____________________________________________ Pág. 28

3.Ab Ser y e star _________________________________________ Pág. 35

3.B Sobre la traducción de los verbos ser, estar y to be_______________Pág. 41

4. Conclusión ________________________________________________ Pág. 49

Bibliografía _______________________________________________________Pág. 55

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