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INTENSIFICACIÓN HO RTÍCOLA EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES, ARGENTINA: EL CASO DEL PARTIDO DE GENERAL PUEYRREDON Daga, Daiana Yael 1 ; Zulaica, Laura 2 y Vazquez, Patricia 3 1 Becaria Doctoral CONICET, Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP), Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUD), Instituto del Hábitat y del Ambiente (IHAM); 2 Investigadora Adjunta CONICET, UNMdP, FAUD, IHAM; 3 Investigadora Adjunta CONICET, Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires (UNICEN), Facultad de Ciencias Humanas (FCH), Centro de Estudios Sociales de América Latina (CESAL). Resumen Durante las últimas décadas, en la provincia de Buenos Aires se han producido importantes transformaciones tecnológico- productivas que aumentaron la producción hortícola y modificaron significativamente los agroecosistemas. Dichas transformaciones se asocian fundamentalmente a la difusión del cultivo bajo cubierta plástica, uso de variedades mejoradas, incorporación de híbridos, incremento en la aplicación de agroquímicos y eficiencia en el uso de agua para riego. El partido de General Pueyrredon refleja el proceso de intensificación de la producción hortícola de la región, y a principios de la década del ’90 aumenta la adopción de invernáculos. Beneficiado por condiciones agroecológicas óptimas se posiciona como una de las principales abastecedoras de hortalizas de hoja y fruto al resto del país, pero este nuevo esquema basado en la filosofía productivista de la llamada “Revolución Verde”, ha acentuado el impacto ambiental de estos sistemas de producción. En este marco, el presente trabajo plantea tres objetivos principales: examinar la situación general de la horticultura en la provincia de Buenos Aires en cuanto a superficie ocupada por los distintos cultivos para establecer la importancia del partido de General Pueyrredon en el contexto provincial; analizar la evolución de la actividad en los últimos 25 años en

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INTENSIFICACIÓN HORTÍCOLA EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES, ARGENTINA: EL CASO DEL PARTIDO DE GENERAL PUEYRREDON

Daga, Daiana Yael1; Zulaica, Laura2 y Vazquez, Patricia3

1Becaria Doctoral CONICET, Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP), Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUD), Instituto del Hábitat y del Ambiente (IHAM);

2Investigadora Adjunta CONICET, UNMdP, FAUD, IHAM; 3Investigadora Adjunta CONICET, Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires (UNICEN), Facultad de

Ciencias Humanas (FCH), Centro de Estudios Sociales de América Latina (CESAL).

Resumen

Durante las últimas décadas, en la provincia de Buenos Aires se han producido importantes transformaciones tecnológico-productivas que aumentaron la producción hortícola y modificaron significativamente los agroecosistemas. Dichas transformaciones se asocian fundamentalmente a la difusión del cultivo bajo cubierta plástica, uso de variedades mejoradas, incorporación de híbridos, incremento en la aplicación de agroquímicos y eficiencia en el uso de agua para riego.El partido de General Pueyrredon refleja el proceso de intensificación de la producción hortícola de la región, y a principios de la década del ’90 aumenta la adopción de invernáculos. Beneficiado por condiciones agroecológicas óptimas se posiciona como una de las principales abastecedoras de hortalizas de hoja y fruto al resto del país, pero este nuevo esquema basado en la filosofía productivista de la llamada “Revolución Verde”, ha acentuado el impacto ambiental de estos sistemas de producción.En este marco, el presente trabajo plantea tres objetivos principales: examinar la situación general de la horticultura en la provincia de Buenos Aires en cuanto a superficie ocupada por los distintos cultivos para establecer la importancia del partido de General Pueyrredon en el contexto provincial; analizar la evolución de la actividad en los últimos 25 años en el Partido mencionado, especialmente en lo referido a cultivo bajo cubierta; e identificar los problemas ambientales más significativos de la expansión e intensificación hortícola en el periurbano marplatense.Para alcanzar los objetivos, se realizó una recopilación de estudios antecedentes referidos a las transformaciones generadas en la horticultura de la región y del partido en estudio. Luego, se tabularon datos estadísticos provenientes de diferentes Censos Hortícolas y estimaciones oficiales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, para analizar la evolución de la superficie de la actividad y de los cultivos en particular. Por último, se efectuaron entrevistas a informantes calificados, para evidenciar los problemas ambientales aparejados a este sistema de producción.En la provincia de Buenos Aires, considerando los últimos datos censales de 2005, predomina la actividad hortícola a campo por sobre la realizada bajo cubierta, que ocupa un 3,87% del total. Por la superficie ocupada General Pueyrredon, se destaca como el principal partido hortícola de la Provincia. Los cultivos más importantes son lechuga y tomate, siendo el primero el que ocupa la mayor superficie sembrada en todos los casos.

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Al considerar la superficie cultivada, el partido de General Pueyrredon lidera hacia el año 2005 con 4.948 ha, abarcando un 14,25% a la horticultura provincial. En este caso, el sistema bajo cubierta no sustituye el sistema a campo, sino que lo complementa. De todas formas, la superficie destinada al mismo aumentó desde el año 1994 hasta la actualidad un 2.457%. En consecuencia, se manifiestan numerosos impactos ambientales, tales como la impermeabilización de la superficie, inadecuado uso de agroquímicos, uso intensivo de agua para riego, intoxicaciones en los trabajadores, precariedad en las formas de contratación, trabajo infantil, entre otros.Finalmente, se espera que este trabajo tienda al logro de una conciencia ambiental respecto a los sistemas hortícolas y se profundicen estudios respecto de los problemas enunciados.

Palabras clave: censos hortícolas; cultivos bajo cubierta; expansión hortícola; problemas ambientales.

Introducción

En Argentina, la capacidad productiva de la región pampeana ha llevado a la sustitución extensiva de los pastizales por agroecosistemas, evidenciando un importante nivel de degradación y un escaso grado de conservación. Ese proceso se ha intensificado en las últimas décadas como consecuencia de fuertes cambios agroproductivos que se manifiestan tanto en la agricultura extensiva como en la intensiva.El sector hortícola pampeano ingresa al proceso de cambio tecnológico en la década del `60 con la incorporación del tractor y la creciente mecanización de las labores. En los `70 continúa con la incorporación de los plaguicidas que permiten controlar plagas y enfermedades, luego con los híbridos en los ´80 lo que posibilita incrementar la calidad y cantidad de hortalizas producidas en la región, y en la década del ´90 aparecen los invernáculos como el último eslabón del cambio tecnológico (Bocero, 2003) hasta ese momento. Con posterioridad al año 2000, el modelo de intensificación se profundiza incrementándose aún más la superficie bajo cubierta.Entre las provincias argentinas, Buenos Aires se destaca por la superficie ocupada por la horticultura que alcanzaba hacia el año 2002 el 19,7% del total (INDEC, 2002). A su vez, es importante considerar la variedad de producciones que muestran los cinturones hortícolas de Buenos Aires, albergando alrededor de 16 tipos de hortalizas (Ministerio de Educación de la Nación, 2010).En el ámbito del cinturón hortícola de la provincia de Buenos Aires los invernáculos se incorporan en la segunda mitad de los ´80, en primera instancia entre horticultores empresarios y luego entre productores familiares, y principalmente para producir apio, tomate y pimiento. De todas formas, es necesario destacar que los primeros en utilizarlos fueron los floricultores en las décadas del ´40 y del ´50 (Bocero, 2003).Es importante mencionar que una crisis de sobreproducción hacia los años 80 en el área hortícola bonaerense llevó a una alteración de la regulación tradicional de los cultivos, que se apoyó en la producción de determinadas especies (Benencia et al., 1997), y con el fin de aumentar la rentabilidad de las explotaciones, algunos productores empresariales decidieron intentar la experiencia de producir bajo cobertura plástica.

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Dentro de los partidos bonaerenses, General Pueyrredon lidera hacia el año 2005 con 4.948 ha cultivadas en total, siendo el que aporta un 14,25 % a la horticultura provincial (CHFBA, 2005). Como se adelantó anteriormente, los cultivos protegidos se convierten en el símbolo del progreso técnico a partir de la década del ´90. La expansión de los cultivos protegidos en dicho partido se dio casi en forma exclusiva a través de la combinación con la actividad hortícola a campo. La adopción del cultivo bajo cubierta introdujo diferenciaciones en el campo laboral. Las tareas culturales son mayores y requieren de precisión y prolijidad; se produce una mayor estandarización de los trabajos, basándose en pautas más estrictas que provienen del asesoramiento agronómico (Bocero y Prado, 2007). En relación con los problemas ocasionados por la intensificación hortícola, diversos autores afirman que éstos son consecuencia de la propia filosofía de la revolución verde (Caporal, 2009; Porto Gonçalves, 2012; Toledo, 2005). La visión cortoplacista, productivista y tecnicista constituye otra de sus principales características. En este sentido, se utilizan pocas variedades de alto rendimiento y muy dependientes de insumos, considerando como exitosa la incorporación ilimitada de tecnología. Por último, se puede citar la destrucción del capital natural y social, su socialización del costo y la privatización de la ganancia (Sarandón y Flores, 2014).En este contexto, el presente trabajo plantea tres objetivos principales: examinar la situación general de la horticultura en la provincia de Buenos Aires en cuanto a superficie ocupada por los distintos cultivos para establecer la importancia del partido de General Pueyrredon en el contexto provincial; analizar la evolución de la actividad en los últimos 25 años en el Partido mencionado, especialmente en lo referido a cultivo bajo cubierta; e identificar los problemas ambientales más significativos de la expansión e intensificación hortícola en el periurbano marplatense. El Cinturón Hortícola del partido de General Pueyrredon (Figura 1) se localiza en el periurbano de Mar del Plata, en una franja de 25 km principalmente en torno a las rutas 226 y 88 (Bocero y Prado, 2007) y presenta características ecológicas que brindan condiciones óptimas para el desarrollo de la actividad.

Figura 1. Partido de General Pueyrredon

Fuente: Elaboración personal.

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Materiales y Métodos

Para llevar a cabo los objetivos propuestos, en primera instancia se realizó una recopilación de estudios antecedentes referidos a las transformaciones sufridas por la horticultura en las últimas décadas y la situación actual en la región (Ringuelet, 2008; Benencia, 2012; Selis, 2012; Alegre, 2016) y en el partido en estudio (Bocero y Prado, 2007; Zulaica et al., 2012; Daga et al., 2016).En segundo lugar, se tabularon datos estadísticos provenientes de diferentes Censos Hortícolas: Censo Hortícola del partido de General Pueyrredon 1993/1994, Censo Hortícola Bonaerense 2001, Censo Hortiflorícola de Buenos Aires del año 2005; y estimaciones oficiales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Esto se realizó con el motivo de identificar la superficie destinada a la actividad en los principales partidos hortícolas de la provincia de Buenos Aires, como así también para analizar la evolución de la superficie de la horticultura y de los cultivos en el partido de General Pueyrredon. Luego, a partir de una imagen de satélite Landsat 8, sensor OLI de 2015, se digitalizaron utilizando un Sistema de Información Geográfica (ArcGis 10.1) las áreas hortícolas a campo, sobre la base del estudio realizado por Daga et al. (2016), en el cual se delimitaron las áreas bajo cubierta.Por último, se revisaron estudios antecedentes y se prosiguió a realizar entrevistas a informantes calificados, principalmente técnicos del INTA y docentes universitarios, para evidenciar los problemas ambientales más significativos observados en el partido, relacionados a la intensificación de este sistema de producción.

Resultados

Caracterización de la horticultura: contexto nacional y bonaerense

La producción de hortalizas en Argentina se realiza en casi todo su territorio debido a su diversidad climática. Sin embargo, la producción comercial que abastece a los principales centros urbanos de consumo, se localiza en determinadas regiones. Éstas se han definido por sus condiciones agroecológicas adaptadas para cada especie hortícola y sobre la base de ventajas competitivas comerciales obtenidas a partir de su cercanía al mercado, infraestructura, tecnología disponible y la presencia de productores con conocimientos sobre la producción de estos cultivos. En orden de importancia, las provincias de Buenos Aires (22%), Córdoba (16%) y Mendoza (13%) concentran la mitad del total del volumen producido en el país (Lozano, 2012). Considerando los datos del Censo Hortiflorícola de Buenos Aires, hacia el año 2005 dicha provincia poseía 31.606,17 ha dedicadas a la horticultura de las cuales 30.380,50 ha se producían a campo y 1.225,67 ha bajo cubierta.Esta actividad se desarrolla en zonas especializadas para el caso de productos extensivos, como papa y cebolla, y alrededor de las ciudades para cultivos intensivos. Ambas situaciones están presentes en la provincia de Buenos Aires. Por un lado, la zona del sudeste concentra el 35% y 34% de la superficie total nacional destinada a papa y cebolla respectivamente (INDEC, 2002). Por otra parte, existen grandes entramados de huertas dedicadas a cultivos altamente intensivos en el uso de mano de obra y capital (verduras de hoja y hortalizas de estación) que

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abastecen a ciudades de alta densidad poblacional como La Plata y Mar del Plata (Víteri et al., 2013).Debido a que en la provincia de Buenos Aires las producciones hortícolas tienen características diferenciales, Lozano (2012) plantea la existencia de seis subregiones, descriptas en la Tabla 1.

Tabla 1. Subregiones de la horticultura de Buenos AiresSubregión Localización Principales características

Norte de Buenos Aires

Localidades de Santa Fe (Villa Constitución y Rosario) y Buenos Aires (San Nicolás,

Ramallo, San Pedro y Baradero)

Producción de arveja para industria del enlatado (arveja seca y verde) y para

exportación (seca), y de lenteja.

Cinturón hortícola del Gran Buenos

Aires

Partidos de La Plata, Florencio Varela, Berazategui, Almirante Brown, Esteban

Echeverría, La Matanza, Merlo, Moreno, Cañuelas, General Rodríguez, Luján, Marcos

Paz, Pilar y Escobar

Destina su producción al mercado interno (consumo fresco).

Central Bonaerense

Partidos de Ayacucho, Azul, Bolívar, Daireaux, Gral. Alvear, Gral. Belgrano, Gral. Lamadrid, H. Irigoyen, Laprida, Las Flores,

Olavaria, Saladillo, Tandil, Tapalqué y 25 de Mayo

La superficie destinada a campo es de 800 ha, mientras que hay 15 ha cultivadas con

invernaderos. En estos se cultivan pocas especies (tomate y pimiento en verano, y

lechuga en invierno), en cambio a campo hay una amplia diversidad.

Sudeste de Buenos Aires

Productores de papa: partidos de General Pueyrredon, Balcarce, Lobería, Tandil y

General Alvarado

se dedican solo a este cultivo y, en algunos casos, también producen cereales, oleaginosas

y/o productos ganaderos.

Productores de hortalizas: Cinturón Hortícola de Mar del Plata (partido de

General Pueyrredon)

La producción tiene como destino el mercado local y el área de influencia y también los mercados más grandes de Argentina con hortalizas como lechuga, zanahoria, apio,

frutilla, espárrago y otras.

Cinturón hortícola de

Bahía BlancaPartido de Bahía Blanca

Se caracteriza por una gran diversidad de especies y la comercialización se realiza

mayoritariamente para abastecer la demanda de la ciudad.

Sur de la provincia de Buenos Aires

Partidos de Villarino y PatagonesLa superficie destinada a la actividad hortícola es de 10.000 ha y se destaca por la producción

de cebolla (mercado interno y exportación).Fuente: Elaboración personal sobre la base de Lozano (2012).

La historia reciente de la producción hortícola bonaerense desde los años ´80, partió de una crisis de sobreproducción debida a diversos factores: la modernización técnica, aumento de productividad, la formación de un mercado nacional, el sobredimensionamiento del ciclo comercial y la demanda decreciente, entre otros. En principio, la inversión permitió a los sectores medios productivos un crecimiento relativamente cómodo. Se aceleraron los cambios técnicos y estas tecnologías representaron en general una elevación del costo de producción para el productor y la mejora básica en la cantidad y calidad del producto final. En la década de 1990, este crecimiento se fue frenando. Los productores se vieron inmersos en una situación más exigente, la cual los empujó hacia una reconversión técnico -

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organizativa, dentro de un formato de mercado más rígido. En el contexto de la convertibilidad, los productores familiares tradicionalmente "en negro", entraron al circuito formal mediante el endeudamiento. Continuó el desarrollo técnico y se expandió el cultivo bajo cobertura plástica (Ringuelet, 2008). Como se puede observar, la actividad hortícola se caracteriza por su alto grado de intensidad en cuanto a la utilización de los factores de producción tierra, trabajo, capital y tecnología. Si se compara con el sector agropecuario en su totalidad, demanda 30 veces más mano de obra, 20 veces mayor uso de insumos y 15 veces más inversión en maquinaria y equipos por unidad de superficie (Lozano, 2012).

Situación de la horticultura en los principales cinturones verdes de Buenos Aires

En los últimos años se comprueba el incremento de la concentración productiva en pocas regiones geográficas. Los cinturones de los partidos de La Plata y General Pueyrredon intensificaron la actividad hortícola respecto de otros cinturones verdes cercanos a la ciudad de Buenos Aires, donde la urbanización tuvo una dinámica de desplazamiento de las actividades productivas (Barsky, 2005). Así también, el partido de Florencio Varela se ve inmerso en los procesos de intensificación y especialización de la actividad. En este contexto, los principales partidos hortícolas considerados en el presente trabajo son: General Pueyrredon, La Plata y Florencio Varela. La suma de la superficie destinada a la horticultura en dichos partidos es de 6.705,18 ha, y representa el 21,21% del total provincial.Para ser tomados en cuenta en el trabajo, se planteó como condición poseer una superficie dedicada a la actividad superior a las 744 ha (según datos censales del año 2005) y una producción fundada en una diversificación de cultivos, que no se base únicamente en cultivos extensivos tales como la papa y la cebolla. De esta forma, partidos como Villarino (4.238,05 ha), Patagones (2.669,80 ha) y Balcarce (2.057,64 ha) quedan excluidos del análisis a pesar de tener una amplia superficie destinada a cultivos hortícolas.Según datos del Censo Hortiflorícola de Buenos Aires, hacia el año 2005 el partido de General Pueyrredon contaba con 3.352,75 ha destinadas a la horticultura; La Plata poseía 2.608 ha y Florencio Varela, por su parte, 744,42 ha (CHFBA, 2005). Si bien la participación de La Plata se incrementa significativamente en el total de la superficie destinada a horticultura del Gran Buenos Aires, su superficie hortícola se reduce casi un 40% entre 1998 y 2005. Esta disminución se registra también en el partido de Florencio Varela (- 40%) (Víteri et al., 2013).Es posible aseverar que el partido de General Pueyrredon lideraba hacia el año 2005, en relación a la superficie que poseía destinada a la actividad (Figura 2). No obstante, la superficie ocupada por invernáculos es aún mayor en el partido de La Plata, y según datos actuales, ocuparían el 75% del total de la superficie hortícola (Staviski, 2010), mientras que en General Pueyrredon el valor sigue representando aproximadamente un 6% (INTA, 2015). La utilización de cubiertas plásticas artificializa radicalmente los agroecosistemas, mediante la modificación del ambiente y el uso de un paquete tecnológico basado en semillas de alto potencial de rendimiento y un intenso uso de insumos (Selis, 2012). Esta situación demuestra también la importancia de llevar a cabo estudios en partidos como La Plata, donde el sistema de cultivo predominante se encuentra representado por el empleo de invernáculos.

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Figura 2. Comparación de la superficie hortícola (ha) entre los partidos en estudio

Fuente: Elaboración personal en base a CHFBA (2005).

Además, otra característica que comparten los mencionados partidos, se refiere a las diferenciaciones en el campo laboral que introduce la adopción del cultivo bajo cubierta. Las tareas culturales son mayores, requieren de precisión y prolijidad y se produce una mayor estandarización de los trabajos, basándose en pautas más estrictas que provienen del asesoramiento agronómico (Bocero y Prado, 2007).En el año 2014, un relevamiento efectuado por la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) contabilizó 329 productores hortiflorícolas en el partido de Florencio Varela, de los cuales cerca de la mitad son de nacionalidad boliviana y acceden a la tierra a través del arriendo (Benencia et al., 2014). El uso intensivo del factor trabajo (en especial familiar), la pequeña extensión, la diversidad del cultivo de hortalizas, la propiedad como principal régimen de tenencia de la tierra y la informalidad y la precariedad de las condiciones de trabajo constituyen otros rasgos que caracterizan la fisonomía de la agricultura de la localidad, como así también de los partidos de La Plata y General Pueyrredon (Bocero y Prado, 2007; Blandi et al., 2015).Respecto de los cultivos que predominan en la horticultura bonaerense, la provincia posee la mayor superficie nacional dedicada a lechuga tanto a campo como bajo cubierta (36% y 87% respectivamente) y es la segunda en importancia en la producción de tomate bajo invernáculo (INDEC, 2002). Su relevancia fue constatada por Víteri et al. (2013) al analizar los volúmenes ingresados en el Mercado Central de Buenos Aires, el principal centro de concentración de frutas y hortalizas del país. En este mercado, los productos bonaerenses representan el 92% y 41% del volumen total comercializado de lechuga y tomate en 2011.De la misma manera, en los tres partidos analizados se destacan la lechuga y el tomate. Asimismo, se cultivan zanahoria, maíz dulce, acelga, espinaca, pimiento y en Florencio Varela, en particular, se destacan el zapallo y el brócoli (Figura 3).En 2005, el partido de La Plata registró 395 ha de tomate, General Pueyrredon unas 258 ha y Florencio Varela apenas 56 ha. La Plata muestra una mayor productividad respecto de General Pueyrredon (19 y 17,8 ton/ha respectivamente). Esto puede estar vinculado con la mayor dedicación de superficie bajo cubierta para tomate en La Plata. En cuanto a la producción de lechuga, el partido de General Pueyrredon (2.046 ha) concentra la mayor cantidad de hectáreas dedicadas a este cultivo en la provincia de Buenos Aires. Su

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importancia obedece a las condiciones agroecológicas que permiten continuar la producción a campo de hortalizas de hoja en el período estival. Le siguen en importancia La Plata con 1.349 ha y Florencio Varela, con unas 433 ha.

Figura 3. Principales cultivos en los tres partidos

Fuente: Elaboración personal en base a CHFBA (2005).

Es importante mencionar que, a mediados de 1990 en el partido de General Pueyrredon, los principales cultivos bajo cobertura plástica, en capillas de madera poco tecnificadas, eran el tomate y pimiento. Como en el resto de las áreas de producción hortícola, las especies de hoja (lechuga y espinaca) se incorporan como especies de ciclo corto que permiten amortiguar el costo de la inversión, obteniendo 3 cultivos por año sobre una misma superficie (Bocero y Prado, 2007).En el caso de La Plata, los modos de producción desarrollados para tomate y lechuga varían de acuerdo al tipo de productor. Si bien existen productores de hortalizas de hoja altamente tecnificados, se observa un grupo heterogéneo de horticultores que combinan alternativas productivas y comerciales con escaso uso de tecnologías innovadoras. Además de llevar sus producciones a los mercados mayoristas, también utilizan otros canales de venta (puesto propio en mercados locales, integran comercio minorista, venta en ferias, entre otros). En el caso del tomate, la gran mayoría incursiona en cultivos bajo cubierta basados en conocimientos empíricos y posibilidades económico-financieras. Esta situación genera un panorama productivo heterogéneo con diversos grados de tecnificación, racionalidad, poder financiero, expectativas y actitudes frente a transformaciones tanto locales como nacionales en cada trama económica (García, 2012).En definitiva, es posible afirmar que los tres partidos mencionados se encuentran inmersos dentro una realidad relativamente tecnificada, intensificada y precarizada en términos laborales, que caracteriza a la horticultura bonaerense.

Últimos 25 años: evolución de la horticultura marplatense

Hacia fines de los años ´80 comienzan los primeros cultivos bajo cubierta en Mar del Plata. En este contexto, dicha producción surge en primera instancia a partir de la utilización de estructuras ociosas destinadas a la producción de flores. Su amplia difusión es atribuida a la seguridad de cosecha al minimizar los efectos climáticos, a una cierta desestacionalidad que

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se logra al modificar el microclima dentro del invernáculo, y a los mayores rendimientos y precios que se obtienen frente a la producción a campo, como así también a la mejora de calidad comercial. De todas maneras, la producción bajo invernáculo no viene a sustituir a la producción a campo, sino que la complementa, ya que la expansión de estos cultivos protegidos se dio casi en forma exclusiva a través de la combinación con la actividad hortícola a campo (Bocero y Prado, 2007).Como en el resto de la región, inicialmente se comienza a producir tomate y pimiento bajo cubierta, para luego incorporar otras especies. Es importante señalar que no se trata de invernáculos de alta tecnología, sino que predominan aquellos del tipo capilla, con estructura de madera y cobertura plástica. No puede considerarse un fenómeno masivo, sino más bien asociado a aquellos productores de perfil empresarial, con cierta capacidad para realizar inversiones (Jaén et al., 1997).La mayor difusión de este tipo de cubierta se debe a sus menores costos, a que posee una tolerancia aceptable a las adversidades climáticas (Bocero, 2003), a que provee oferta desestacionalizada, mejor calidad, especialización de la mano de obra, mayores rendimientos por hectárea cultivada (Jaén et al., 1997) y se consideraban desde sus inicios como una opción prometedora para la horticultura de la región en los años siguientes.Desde los años ´90 Mar del Plata ya se perfilaba como uno de los principales centros de producción hortícola del país, debido a la amplia superficie cultivada, la diversidad, la calidad y rendimientos obtenidos, así como el momento de producción y la amplia red de mercados que abastece.Si se considera la superficie cultivada, el partido de General Pueyrredon lidera al año 2005 con 4.948 ha cultivadas en total, siendo el que aporta un 14,25 % a la horticultura provincial (34.718,336 ha cultivadas) (CHFBA, 2005). Se diferencia de la superficie hortícola mencionada anteriormente, ya que se trata de la cantidad de hectáreas que realmente se dedican a la horticultura debido a que se realizan más de un cultivo por año en la misma superficie. Según estimaciones oficiales, al año 2015 posee alrededor de 10.750 ha cultivadas (INTA, 2015).Ahora bien, considerando la superficie hortícola, el Partido aumentó entre los años 1993 y 2015, un 3.185,71% su área bajo cubierta y un 49,24% la dedicada a campo (Figura 4). En este sentido, se evidenció específicamente el área ocupada por invernáculos con datos obtenidos mediante la digitalización de los mismos sobre una imagen satelital Landsat 8 del año 2015, realizado por Daga et al. (2016). En esa oportunidad, se identificaron unas 640 ha cubiertas por invernáculos, coincidiendo con los datos aportados por INTA (2015).La situación actual respecto de la superficie ocupada por cultivos hortícolas al aire libre y bajo cubierta en el partido de General Pueyrredon, se presenta en la Figura 5.En los últimos 25 años, como se mencionó en secciones anteriores, los cambios en el tipo de producto bajo cobertura plástica muestran una cierta especialización en la zona de dos productos: tomate y lechuga. Si bien actualmente esto es así, en el año 1993 la lechuga se cultivaba solo a campo. Considerando los datos más antiguos, el tomate aumentó desde el año 2001 un 370% y la lechuga un 971,4%, a pesar de que el tomate siempre fue uno de los principales cultivos bajo cobertura plástica. De todas maneras, es importante aclarar que aún existen muchos horticultores que produzcan lechuga a campo, ocupando al año 2015 el 72,7% de la superficie total de lechuga. En cambio, los productores de tomate (en general

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más capitalizados) han optado casi exclusivamente por la tecnología de invernáculo, ya que actualmente en Mar del Plata, el 87% de la superficie con tomate se cultiva bajo cubierta.

Figura 4. Evolución de la superficie hortícola (ha) en partido de General Pueyrredon

Fuente: Elaboración personal sobre la base de INTA (1994), CHB (2001), CHFBA (2005), INTA (2015).

Figura 5. Áreas hortícolas a campo y bajo cubierta

Fuente: Elaboración personal.

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El empleo de los sistemas bajo cubierta impacta de forma positiva en la rentabilidad comparada con el cultivo al aire libre (García, 2015), pero además artificializa los agroecosistemas, impermeabiliza el suelo y conlleva un intenso uso de insumos, entre otros problemas.

Problemas ambientales derivados del modelo

De acuerdo a las entrevistas realizadas y los antecedentes recabados, es posible afirmar la existencia de numerosos problemas ambientales provenientes de un incorrecto manejo y control, de las explotaciones hortícolas del partido de General Pueyrredon. Estos problemas son comunes a otros suscitados en el resto de los partidos hortícolas de la provincia de Buenos Aires. Sarandón et al. (2013) establecieron indicadores de peligrosidad relacionados a los sistemas hortícolas de la Provincia en cuestión, tomando en consideración esencialmente las cantidades de principios activos de los plaguicidas utilizados por hectárea por año, y la categoría toxicológica de los mismos. En el informe, evidenciaron que de los 15 partidos con mayor peligrosidad en la Provincia, La Plata y General Pueyrredon alcanzaron valores significativamente mayores que los restantes. En ambos partidos el cultivo de tomate (tanto bajo cubierta como a campo) fue el que más contribuyó porcentualmente a la peligrosidad total.Los problemas ambientales identificados, afectan tanto a la sustentabilidad ecológica como a la sustentabilidad social del sistema de producción. Se determinaron, además, aquellas acciones impactantes negativas que originan los problemas. Entre ellas, se mencionan: impermeabilización de superficie (principalmente por la utilización de invernáculos), inadecuado uso de agroquímicos, uso intensivo de agua para riego, laboreo excesivo del suelo, escasa planificación en la rotación de cultivos e incorrecto manejo de residuos plásticos.De la mano de la utilización de invernáculos, se realiza una plena ocupación del suelo, tratando de mantenerlos con cultivos durante todo el año. Como ya fue señalado con anterioridad, existe un reemplazo de cultivos de fruto (tomate y pimiento) en verano, por cultivos de hoja (lechuga o espinaca) en invierno, pero en general no se realizan rotaciones planificadas. En las entrevistas, se menciona que esta falta de rotación genera que no se interrumpa el ciclo biológico de las plagas y enfermedades. La labranza agresiva, el alto uso de agroquímicos y un inapropiado manejo de las rotaciones, provoca que las propiedades biológicas se vean severamente afectadas, generando una inadecuada protección del hábitat de los organismos del suelo (Blandi et al., 2015), como así también que se alteren propiedades físicas y químicas del suelo. Respecto al uso de agroquímicos (plaguicidas y fertilizantes), se plantea la falta de asesoramiento profesional, ocasionando incorrectas dosificaciones y falta de planificación del momento de aplicación. Los principales problemas evidenciados fueron la contaminación del suelo y el agua superficial y subterránea, y el daño sobre polinizadores y otras especies. Se identifica, además, el efecto residual de plaguicidas sobre el cultivo siguiente en la rotación y que los problemas mencionados se potencian en condiciones cerradas, es decir bajo invernáculo.

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En este sentido, Leiva (2009) identificó que un alto porcentaje de los establecimientos analizados en Sierra de los Padres, localidad ubicada dentro del cinturón hortícola en estudio, utilizan agua para consumo con riesgo para la salud humana. Esta situación se plantea como consecuencia de la contaminación con nitratos o bacterias coliformes debida a fuentes no puntuales, como es la aplicación continua de abono orgánico en estos sistemas de producción.Estudios realizados en el Partido (Miglioranza et al., 2003; González et al., 2003), detectan en la zona de la Laguna de los Padres y su área de influencia, la presencia de organoclorados (entre ellos DDT) en suelos, productos frutihortícolas y en la fauna de la laguna.De acuerdo a los problemas que afectan a la sustentabilidad social, se destacaron aquellos que impactan en la salud (alergias e intoxicaciones) de los aplicadores de agroquímicos y vecinos. Entre los productos más utilizados, Burmester (2004), señala los siguientes: Bromuro de metilo, gas altamente tóxico, irritante para la piel; organoclorados, ocasionan trastornos sensoriales y depresión de los centros vitales y organofosforados, producen depresión de la respiración constituyendo la causa de muerte más frecuente por intoxicación. Por su parte, Bedmar et al. (2015) realizaron un estudio de riesgo de contaminación del agua subterránea con plaguicidas en el arroyo El Cardalito, localizado en el cinturón hortícola marplatense. Establecieron un ranking según el cual los que presentan mayor riesgo de lixiviación son picloram, s-metolacloro, carbofuran y oxicloruro de cobre.Es importante enfatizar, que los agroquímicos en general se almacenan en galpones o en espacios compartidos con otros elementos, y a la hora de su utilización, las aplicaciones no son realizadas con el equipo de protección adecuado. Los envases de plástico se queman en la explotación y los de vidrio se destruyen y entierran, o en algunos casos, son arrojados con el resto de la basura domiciliaria. Con respecto al triple lavado, una práctica que debe realizarse para quitar restos del producto, es citado por un número reducido de productores, y se asocia más a una práctica que permite recuperar el remanente del producto en el envase que a la necesidad de evitar riesgos para la salud y el ambiente (Souza y Bocero, 2008).Finalmente, en las entrevistas se plantea que la precariedad en las formas de contratación de los trabajadores genera situaciones de trabajo infantil dentro de la explotación, como así también en los propios hogares donde los niños quedan a cargo de tareas domésticas, ya que para obtener ingresos suficientes deben trabajar todos los integrantes de la familia. En síntesis, es fácilmente detectable que los peligros en muchos casos son conocidos, pero sin embargo se asumen para poder continuar trabajando.

Conclusiones

Considerando la producción hortícola bonaerense, en el presente trabajo se destacan los partidos de General Pueyrredon, La Plata y Florencio Varela. El primero, contaba en el año 2005 con 94,24% de tierras hortícolas dedicadas a los cultivos a campo y un 5,75% bajo cubierta. El segundo, destinaba 70,66% a campo y 29,35% bajo cobertura plástica, y Florencio Varela un 86,77% y 13,22% respectivamente. En relación a los principales cultivos, los partidos mencionados, se dedican en su mayoría a la producción de lechuga y tomate.

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La horticultura marplatense se identifica con el proceso de cambio tecnológico del sector hortícola de la provincia de Buenos Aires y evidencia un avance de los sistemas de cultivo bajo cubierta en un 3.185, 71% desde el año 1993 a la actualidad.Si bien el progreso tecnológico vino acompañado de mayor rentabilidad, es importante destacar que el escaso control y la toma de conciencia respecto de los peligros derivados de la utilización inadecuada y creciente de insumos, pone en riesgo tanto la salud de la población expuesta como del sistema ecológico en general. En este sentido, se destacan problemas tales como contaminación del recurso hídrico y del suelo, afecciones a la fauna benéfica, proliferación de plagas y enfermedades, trabajo infantil, intoxicaciones, entre otros.Por último, se espera que el presente trabajo sirva como base para evaluar y gestionar de manera integral el sistema hortícola del partido de General Pueyrredon, como así también de aquellos otros cinturones verdes que presenten características similares, con el fin de lograr una producción ambientalmente sustentable.

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