adg la animación como educación no formal

I.E.S. Sanchis GuarnerDepartamento de Educación Física

LA ANIMACIÓN COMO EDUCACIÓN NO FORMAL.

1. Concepto y evolución del tiempo libre

2. Objetivos y modalidades de la Animación Sociocultural

3. Fundamentos teóricos de la Animación Sociocultural

4. La pedagogía social como instrumento de intervención

5. Pedagogía del ocio

6. Campos de intervención

El término educar ha sido definido de maneras muy diversas por la

pedagogía y la intelectualidad de todas las épocas. Se le atribuyen dos raíces

latinas:

- educare: amamantar, criar, nutrir

- exducere: extraer de dentro, sacar fuera de sí.

Su identificación con los aprendizajes escolares se impuso en el s. XIX

tras la revolución Industrial y así se mantuvo hasta bien entrado el s. XX,

cuando se extendió la idea de educación permanente. Este concepto amplia

su significado y excede los límites del ámbito escolar, incluyendo todos los

procesos de aprendizaje que empiezan con el nacimiento de una persona y

duran toda la vida.

El concepto de educación, entendido como educación permanente,

engloba todas las modalidades educativas:

- educación formal. Es aquella organizada institucionalmente

por los gobiernos en el sistema educativo. Se caracteriza por estar estructurada

en niveles educativos que se imparten en un lugar y en un tiempo definido por

ley, y que da derecho a un título con validez oficial. En nuestro país empieza

por el nivel de educación infantil y se prolonga hasta los estudios universitarios.

- educación no formal. Comparte con la educación formal el

hecho de ser intencionada y sistematizada, por tanto se trata de una

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intervención planificada. Se diferencia de la anterior por no estar reglada y por

impartirse en función de las posibilidades y necesidades de los usuarios. Se

puede impartir en los lugares más diversos: ludoteca, club infantil, centro cívico,

casas culturales, centros de estudios, etc.

La animación sociocultural, de forma genérica, se puede englobar dentro

de esta categoría.

- educación informal. Es aquella que se recibe de una forma

espontánea a través de la interacción con el entorno físico y social, de forma no

intencionada y sin que haya ninguna planificación. Las personas reciben

constantemente la influencia de todos los contextos en los que se desenvuelve:

la familia, las amistades, las personas del trabajo, el barrio donde vive, la

ciudad, los medios de comunicación, etc.

Pero ante todo, la educación es un proceso global; en la vida real los

contenidos de las tres modalidades se entrecruzan.

1. CONCEPTO Y EVOLUCIÓN DEL TIEMPO LIBRE Y DE OCIO

En el último siglo, se han transformado profundamente el ocio y el

tiempo libre en las sociedades occidentales. De ser privilegios de minorías, las

actividades de ocio y tiempo libre han pasado a ser un logro, y una necesidad,

de toda la población. Atrás quedaron las jornadas laborales de catorce horas

de los primeros trabajadores industriales, y aunque todavía el consumo

ostentoso sea privilegio de la burguesía y de la aristocracia, como ya

denunciaba Vebien en su Teoría de la clase ociosa (1971, c.o. 1899), lo cierto

es que la semana laboral de menos de cuarenta horas es una realidad en todas

las sociedades occidentales, y por supuesto lo es también en la sociedad

española de finales del siglo xx, y un logro de las clases trabajadoras como

reivindican los líderes sindícales. Y todo ello al tiempo que el consumo de

masas ha hecho posible que amplios sectores de la población accedan a

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actividades tenidas por «ostentosas» con anterioridad, como por ejemplo,

viajes, turismo o deporte.

Primeramente analizaremos y clasificaremos el uso del tiempo en la

sociedad actual, sin perder de vista el hecho de que existen diferentes análisis

y clasificaciones del mismo. Así pues el tiempo lo dividiremos básicamente en

tres grupos; tiempo para las necesidades vitales, tiempo para las necesidades

sociofamiliares y tiempo libre.

NECESIDADES VITALES

FISIOLÓGICAS OBLIGATORIAS DERIVADAS

Sueño.

Comida.

Higiene.

Trabajo.

Actividad escolar.

Limpiar.

Comprar.

Transporte.

Deberes.

NECESIDADES SOCIOFAMILIARES

TRADICIONALES COMPLEMENTARIAS

Visitas familiares.

Reuniones.

Música.

Deportes.

Idiomas.

TIEMPO LIBRE

OCIOSIDAD OCIO

Actividad no formativa (no hacer

nada).

Actividad formativa.

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A) NECESIDADES VITALES

Son las necesidades que tiene cada persona por pertenecer a los seres

vivos y encontrarse en un período de formación e instrucción.

Fisiológicas: Actividades realizadas por ser persona.

Obligatorias: Actividades realizadas en el trabajo, en el colegio o instituto.

Derivadas: Relacionadas con las dos anteriores

- Fisiológicas: Limpiar, comprar, lavar…

- Obligatorias: Hacer los deberes, estudiar, ir al repaso….

B) NECESIDADES SOCIOFAMILIARES

Necesidades que debe cumplir una persona por pertenecer a una

familia, respetando sus normas, valores y costumbres. Son actividades que

dependen de la familia.

Tradicionales: Actividades religiosas, políticas, sociales.

Complementarias: Actividades que ayudan a la formación y desarrollo de los

hijos a juicio de los padres.

C) TIEMPO LIBRE

Cualquier actividad de ocio se realiza dentro del tiempo libre, pero no

toda actividad del tiempo libre es ocio.

Ocio: actividades que enriquecen a la persona y la forman (deportivas,

musicales,…)

Ociosidad: no hacer nada.

De esta manera podríamos definir lo que es tiempo libre y lo que es ocio.

Tiempo libre: aquella parte del tiempo disponible por las personas, en el cual

éstas realizan las actividades que les gustan de forma voluntaria.

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Ocio: manera de disfrutar, vivir el tiempo libre de forma creativa.

Según Dumazedier, J.

Define el ocio como conjunto de ocupaciones a las cuales el individuo puede

dedicarse voluntariamente, sea para descansar, para divertirse, para su desarrollo

integral, siempre que antes haya conseguido liberarse de todas las OBLIGACIONES,

profesionales, familiares o de cualquier otra índole.

No debemos confundirnos a la hora de utilizar los términos “tiempo libre”

y “ocio”, ya que en muchos casos se usan indiscriminadamente y las

diferencias son difíciles de discernir. De esta manera nos encontramos con que

no todo el tiempo libre es tiempo de ocio y tampoco todo el ocio es parte del

tiempo libre.

Queda claro que existen circunstancias en las que el individuo puede

“vivir” su tiempo de trabajo, tal cual si fuera tiempo de Ocio y, al mismo tiempo,

existen momentos en el tiempo libre en los que no se realiza ninguna actividad

de ocio, simplemente no se hace nada.

Por otro lado en el momento de elegir las actividades de tiempo libre,

existen una serie de limitaciones:

Edad y "Sexo"; Cada vez se supera mas la barrera del sexo.

Ecológicas; Dependiendo del lugar donde habitamos, resulta más

difícil realizar algunas actividades (submarinismo, pesca…).

Familiares; Por problemas económicos, culturales y sociales.

El sociólogo español García Ferrando, M. realiza diferentes estudios que

ayudan a comprender los cambios que están teniendo lugar en las formas de

ocio preferidas por los españoles.

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Las actividades con la familia siguen siendo el núcleo de las actividades

de ocio de la mayor parte de la población, y el televisor el centro que acapara

buena parte de la atención, interesada o distraída, de los componentes de la

familia. Oír la radio y escuchar música complementan el ocio “pasivo” en el

hogar, sin olvidar la lectura de revistas y libros, que absorbe una parte

importante del ocio “sedentario” de la vida en familia. Frente a este modelo

familiar y hogareño de empleo del tiempo libre “poco activo y sedentario”, que

se ha ido consolidando a lo largo de la década de los años 80, ha ido cobrando

paulatinamente importancia la práctica deportiva, como actividad dinámica y,

en cierto modo, equilibradora del sedentarismo. Asimismo, la televisión araña

constantemente audiencia a los espectáculos deportivos y al cine, ya que hoy

día las transmisiones deportivas y el cine son los dos ingredientes

fundamentales de la programación televisiva.

El tiempo libre es un bien del que siempre han gozado las personas,

aunque vivido de forma distinta en cada sociedad y época.

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- Antes de la Revolución Industrial, era un bien escaso y estaba ligado a los

ciclos de la naturaleza y a las fiestas tradicionales relacionadas con estos

ciclos.

- Después de la Revolución Industrial, el tiempo libre ha ido creciendo

progresivamente.

A finales de los años 70, y durante toda la década de los 80, la crisis

industrial y social provoca un nuevo cambio cualitativo, que tiene como

resultado la identificación entre tiempo libre y tiempo desocupado. Hoy en día,

el parado, el jubilado, no optan “libremente” por el ocio: la desocupación se les

impone. Esto implica un cambio cultural y de utilización del tiempo y de los

espacios en las ciudades.

Por el contrario, la persona con ocupación laboral dispone de un tiempo

desocupado que reparte entre:

Actividades de consumo: Televisión, vídeo, cine...

Actividades de desarrollo personal: Práctica deportiva, actividades

artísticas, estudio de idiomas...

Todo ello conlleva una multiplicación espontánea y voluntaria del

volumen de actividades desarrolladas. No hay tiempo de inactividad, “ocioso”.

En este contexto, el Estado del Bienestar ha asumido la responsabilidad

de atender al ocio de toda la población, lo que ha conducido a la multiplicación

de la oferta pública de actividades de recreo, distracción y entretenimiento de

variada índole. El deporte, como espectáculo y como práctica, se ha

convertido en elemento importante de esta oferta de las administraciones

públicas, y resulta difícil encontrar en España la celebración pública de una

festividad cualquiera, que no vaya acompañada de juegos, espectáculos y

actividades deportivas.

El deporte aparece siempre como una actividad física de ocio que ocupa

un lugar central en nuestra civilización industrial. Por eso en la actualidad

nadie niega la evidente relación entre ocio y deporte. Las actividades de ocio

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se realizan en el tiempo libre, esto es, en el tiempo de no trabajo, y las

actividades deportivas, tanto como espectadores que como participantes, y

salvo en el caso de los deportistas profesionales y de alta competición, se

realizan en el tiempo libre, como actividades de ocio. Se puede decir, junto con

Kelly (1982), que el deporte es un tipo especial de ocio, con sus propias formas

y funciones, al igual que con su propio contexto y orientaciones.

Sin lugar a dudas, y aceptando esta premisa que nos dice que la

sociedad del futuro dispondrá de mucho tiempo libre, las actividades físicas y

recreativas serán uno de los ejes sobre los que girarán las actividades de ocio

de la población.

La animación-sociocultural surge como un método de intervención social

centrada en la dinamización de colectivos humanos a partir de sus propias

necesidades e intereses, distanciada de un tiempo libre pasivo y consumista,

donde se impone el objetivo básico de disfrute y participación en la actividad.

2. OBJETIVOS Y MODALIDADES DE LA ANIMACIÓN

SOCIOCULTURAL

La expresión animación sociocultural, de origen francés, es

relativamente reciente. Se difundió a partir de los años sesenta como un tipo de

Intervención educativa que trataba de dar respuesta, a través de la cultura, a

las necesidades de participación de los ciudadanos en la vida social, política y

económica de la comunidad.

J. Trilla propone la siguiente definición de animación sociocultural:

Del análisis de esta definición se pueden extraer tres elementos

intrínsecos: la educación, la participación y la transformación.

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Conjunto de acciones realizadas por individuos, grupos o instituciones sobre

una comunidad y en el marco de un territorio concreto, con el propósito

principal de promover en sus miembros una actitud de participación activa en

el proceso de su propio desarrollo tanto social como cultural.


- La educación. La animación sociocultural supone la acción de unos

sujetos o animadores con el fin de promover una actitud participativa.

Por tanto, se trata de un acto participativo e intencionado.

- La participación. Es el motor por excelencia de la animación

sociocultural. Cualquier actuación tendrá como objetivo promover la

participación activa del grupo al que va destinada la intervención.

- La transformación. Las intervenciones desde la animación

sociocultural siempre pretenden una transformación destinada a

avanzar y a crecer, en el sentido de evolucionar social y culturalmente.

Ámbitos de actuación de la animación sociocultural

En función de los objetivos a trabajar se reconocen tres ámbitos

prioritarios de actuación de la animación sociocultural:

EL ÁMBITO CULTURAL

Las intervenciones de animación en este ámbito se dirigen al desarrollo

de la cultura, a la igualdad de oportunidades ante ella, a facilitar la expresión y

creación artística y a respetar la diversidad cultural. Se ubica en museos,

bibliotecas, centros y fundaciones culturales, talleres artísticos, etc.

EL ÁMBITO SOCIAL

Se orienta hacia dos vertientes:

- El desarrollo comunitario, desde el que se intenta desarrollar las

relaciones humanas favoreciendo la participación y el asociacionismo.

- La asistencia social, en este caso el objetivo es paliar los problemas o

conflictos de un determinado colectivo, intentando que éste sea capaz

de reconocer sus problemas y encontrar soluciones de una forma

autónoma y autogestionada.

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El marco de actuación de la animación en el ámbito social suele ser:

asociaciones, movimientos ciudadanos, centros cívicos, etc.

EL ÁMBITO EDUCATIVO

Engloba aquellas intervenciones que hacen hincapié en la formación

integral de la persona: potenciar su autonomía, favorecer la formación de un

espíritu crítico, desarrollar su capacidad para expresarse y participar en la vida

social; en definitiva, aquella que intenta dinamizar los recursos personales de

cada individuo.

Los espacios propios de este tipo de animación son las escuelas de

adultos, las universidades populares, los centros de enseñanza, los centros de

formación ocupacional, los equipamientos de ocio tales como ludotecas, etc.

No obstante, no se debe olvidar que toda animación sociocultural,

prescindiendo de la modalidad o intencionalidad, es un tipo de intervención

educativa, entendiendo la educación como concepto global.

En este contexto la animación sociocultural se ha catalogado

generalmente como un tipo de educación no formal. La oferta es muy amplia

y se dirige a todos los sectores de la población, desde la infancia hasta la

vejez. También los sectores en los que actúa son muy diversos: la naturaleza,

el turismo, el deporte, la educación extraescolar, el tiempo libre, la educación

de adultos, actividades de ocio en clubes de jubilados, etc. Las modalidades

que utiliza son variadas: talleres, charlas, cursos organizados en centros

cívicos, casas culturales, cajas o bancos, etc.

Sin embargo, no se debe encorsetar la animación sociocultural

exclusivamente como intervención educativa no formal, pues podemos

encontrar múltiples ejemplos en otros niveles:

- a nivel informal son ejemplos de intervención sociocultural los

proyectos desarrollados en espacios urbanos como fiestas populares o

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campañas para sensibilizar a los ciudadanos sobre temas de preocupación

social, de carácter reivindicativo... Otro ejemplo son los proyectos de las

ciudades educativas, que son aquellas que se comprometen a educar a sus

ciudadanos con los elementos que les son propios: elementos urbanos (calles,

plazas, edificios), patrimonio cultural, fiestas, folklore y todo aquello que sirva

para conocerla ciudad, para asimilarla y disfrutarla.

- en el contexto formal la animación sociocultural ha motivado a

personas adultas para que obtengan el certificado de estudios primarios o para

que se enrolen en los cursos de acceso a la universidad para mayores de 25

años. Además, últimamente desde empresas de animación sociocultural se

ofrece la posibilidad de programar los créditos de síntesis de la Educación

Secundaria Obligatoria fuera del ámbito escolar a través de campos de

aprendizaje, en escuelas de la naturaleza, en casas de colonias, etc.

3. FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL

Con todo lo visto, se puede observar que la animación sociocultural

abarca un abanico muy amplio y variado de prácticas, las cuales se

fundamentan en diversas ciencias sociales como la psicología, la sociología y

la pedagogía, y particularmente en la pedagogía social y en la pedagogía del

ocio.

La pedagogía social informa a la animación sociocultural sobre los

procesos de socialización que se dan en el seno de los grupos y sobre las

dinámicas y relaciones que en ellos se establecen.

La pedagogía del ocio proporciona a la animación sociocultural

diferentes recursos para organizar las acciones en éste ámbito y evitar que el

ocio se convierta en un consumo compulsivo, potenciando el desarrollo máximo

de las capacidades de las personas.

4. LA PEDAGOGÍA SOCIAL COMO INSTRUMENTO DE

INTERVENCIÓN.

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No será hasta principios del s. XX cuando se despierte entre la

pedagogía la conciencia de los aspectos sociales de la educación y se le

considere como una nueva ciencia.

En este sentido la animación sociocultural, como instrumento de

intervención, se pone a disposición de la pedagogía social.

Según J. M. Quintana, la pedagogía social se ha orientado básicamente

hacia dos vertientes:

- la educación social, relacionada con los procesos individuales de

socialización y con los contextos donde estos se desarrollan. Ámbitos

en los que intervienen los educadores sociales son: la educación

infantil (en algunos países europeos son ellos los responsables); la

educación no formal de adultos; educación extraescolar; formación de

formadores en empresas; intervenciones en el tiempo libre y de ocio,

etc.

- el trabajo social, relacionado con la atención a las necesidades y

carencias de sectores de la población marginados, socialmente

problemáticos y de nivel socioeconómico bajo, con el fin de hacer

llegar a esta población los servicios sociales necesarios. Ejemplos de

actuación de los trabajadores sociales son: gestionar y seguir la tutela

de menores; jóvenes excluidos del sistema educativo y con problemas

de adaptación social; regularización de la situación laboral de

emigrantes; asistencia a personas mayores que viven solas...

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Así, la pedagogía social ha pasado a ocuparse de la educación social de los

individuos, en contextos no escolares y de forma especial de los sujetos y

colectivos en situación de inadaptación o conflicto social.


5. LA PEDAGOGÍA DEL OCIO

Dada la importancia que el ocio tiene para la formación integral de la

persona y para su desarrollo personal y social, la pedagogía del ocio se va a

centrar en su vertiente educativa. Desde esta perspectiva se persiguen tres

objetivos:

Vivir el tiempo libre de una manera enriquecedora

Colaborar con el desarrollo integral de la persona

Desarrollar valores, actitudes y destrezas tales como la

creatividad, la solidaridad, la tolerancia, el disfrute de lo cotidiano, etc.

Según Erich Weber la persona necesita ser educada para utilizar su ocio

y tiempo libre de una forma gratificante y con sentido. Para ello recomienda

realizar actividades relacionadas con uno de estos cuatro grandes apartados:

- Actividades que tienen un componente físico: paseos, excursiones,

deportes, etc.

- Actividades prácticas: bricolaje, jardinería, manualidades, cocina,

etc.

- Actividades culturales: radio, televisión, cine, teatro, música,

museos, etc.

- Actividades de carácter social y colectivo: tertulias, fiestas, vida,

familiar, etc.

Principios de la pedagogía del ocio

La pedagogía del ocio apunta una serie de principios prácticos útiles

para contribuir a que la educación para el ocio sea lo más eficiente posible para

las personas:

No polarizar los tiempos. Tanto el tiempo libre como el tiempo de

trabajo deben proporcionar satisfacción al individuo.

Liberar tiempo para el ocio formativo. Para ello se debe mejorar la

distribución y aprovechamiento del tiempo libre.

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Formar a las personas para conseguir un ocio mejor. La familia, la

escuela y la sociedad tienen la responsabilidad de educar a las personas

para que su tiempo libre no se convierta en un tiempo malgastado y

dotarlas de valores, hábitos, destrezas y recursos (intelectuales, lúdicos,

artísticos,...) orientados a un uso adecuado del tiempo libre.

No aburrir. Sería malgastar el tiempo y los recursos.

Respetar la autonomía en el qué y en el cómo. El individuo decide

qué actividad realiza y cómo la ejecuta. Las actividades estrictamente

planificadas para divertir limitan la autonomía del interesado

convirtiéndose en actividades de consumo que no favorecen la

creatividad.

Conjugar diversión, creación y aprendizaje.

Respetar la contemplación. No hacer nada. Hay que evitar el activismo

frenético en el que a veces se cae al organizar el ocio, activismo muy en

consonancia con el ritmo de nuestra sociedad. La persona tiene derecho

a no hacer nada, lo cual además de ser una fuente de aprendizaje,

puede tener un efecto terapéutico.

No evaluar con criterios utilitarios. Centrar la evaluación en el

proceso de la actividad y en la satisfacción que esta actividad produce, y

no en su utilidad.

Potenciar el placer de lo cotidiano. Recuperar el sentido placentero de

la vida cotidiana como las tareas del hogar, la compra, las relaciones

vecinales, et.

Potenciar lo extraordinario. Es bueno romper el ritmo y la rutina de

cada día. Las festividades y las actividades con aires de aventura son un

ejemplo de ello.

Hacer compatibles el ocio individual (meditación, lectura,

colecciones...) con el ocio compartido (tertulias, juegos, intercambios).

Beligerancia contra los ocios negativos a través de la crítica y la

formación. Se trata de crear un sistema de valores en el que los ocios

nocivos no tengan cabida, creando un rechazo hacia ellos. (Botellón,

carreras ilegales, etc.)

6. LA INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN MATERIA DE OCIO.

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El contexto en el que se desarrolla el individuo es de vital importancia, ya

que tiene una gran influencia en la formación para el ocio. Padres, educadores

y animadores son los agentes que posibilitan esa formación.

La familia ejerce una influencia notable en la organización del ocio. Los

padres han de contribuir a la creación de diversos estímulos, a la propuesta de

distintas alternativas y a la mediación entre ellas y sus hijos. La familia tiene la

responsabilidad de organizar el tiempo no escolar de sus hijos y es importante

que en ese tiempo haya actividades de ocio.

La escuela es una institución educativa que no aborda el ocio

directamente aunque puede educar a los alumnos para el disfrute y el buen

aprovechamiento del tiempo libre. Se trata de organizar los momentos del

tiempo libre escolar, como de colaborar, ayudar y orientar a los niños a que

ellos mismos organicen sus juegos y actividades individuales y colectivas.

Por último, en la educación para el ocio el animador juega un papel

fundamental. Su función no es configurar en el sujeto un proyecto de vida

acerca de sus gustos y preferencias, sino capacitarle para que pueda conseguir

lo que se proponga. De este modo, la responsabilidad del educador del ocio es

animar a que se manifiesten las diversas opciones de los sujetos respecto a las

posibilidades que les ofrece el entorno y ayudar a clarificarlas.

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adg la animación como educación no formal

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