acto día del estudiante

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ACTO DÍA DEL ESTUDIANTE Estamos en primavera. Como todas las primaveras, el tiempo no se fija demasiado en el almanaque . Tiene su ritmo propio. Es que la primavera, como la juventud, tiene mucho por estrenar; y si la juventud nos sorprende muchas veces con sus reacciones inesperadas o exageradas, es porque la vida busca sus propios cauces, y no siempre los límites de la razón o la prudencia consiguen canalizar tanta riqueza en la dirección que corresponde. La primavera es un estímulo a crecer, a reverdecer, a florecer. Los jóvenes crecen, con el gozo y el dolor de todo lo que se transforma. Junto al desarrollo físico, sobre todo en la adolescencia, van ampliando horizontes de crecimiento espiritual. Los jóvenes florecen en todo cuanto representan ideales que merecen descubrirse y abrazarse con renovado amor y esfuerzo. La juventud, como la primavera, es tiempo de preparar la tierra, sembrar, cultivar, desmalezar, proteger, transitando desafíos del presente y esperanza fundada en el futuro. Muchos adultos piensan que los jóvenes deben parecerse a los adultos. Otros piensan que los adultos deben parecerse a los jóvenes. Los jóvenes deben ser la vela, los adultos el timón. Los jóvenes, la corriente de agua que empuja hacia delante; los adultos, el cauce que permite el agua seguir un curso sin desbordes. Los jóvenes necesitan saber que el mundo ya existía cuando llegaron. Los adultos necesitan conocer que el mundo no terminará cuando se vayan. El poeta francés Paul Valéry escribió una curiosa reflexión acerca de la juventud: “La juventud es una manera de equivocarse que cambia demasiado rápidamente en una manera de ni siquiera poder equivocarse....

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Page 1: Acto Día Del Estudiante

ACTO DÍA DEL ESTUDIANTE

Estamos en primavera. Como todas las primaveras, el tiempo no se fija demasiado en el almanaque . Tiene su ritmo propio.Es que la primavera, como la juventud, tiene mucho por estrenar; y si la juventud nos sorprende muchas veces con sus reacciones inesperadas o exageradas, es porque la vida busca sus propios cauces, y no siempre los límites de la razón o la prudencia consiguen canalizar tanta riqueza en la dirección que corresponde. La primavera es un estímulo a crecer, a reverdecer, a florecer.

Los jóvenes crecen, con el gozo y el dolor de todo lo que se transforma. Junto al desarrollo físico, sobre todo en la adolescencia, van ampliando horizontes de crecimiento espiritual. Los jóvenes florecen en todo cuanto representan ideales que merecen descubrirse y abrazarse con renovado amor y esfuerzo. La juventud, como la primavera, es tiempo de preparar la tierra, sembrar, cultivar, desmalezar, proteger, transitando desafíos del presente y esperanza fundada en el futuro.

Muchos adultos piensan que los jóvenes deben parecerse a los adultos. Otros piensan que los adultos deben parecerse a los jóvenes. Los jóvenes deben ser la vela, los adultos el timón. Los jóvenes, la corriente de agua que empuja hacia delante; los adultos, el cauce que permite el agua seguir un curso sin desbordes. Los jóvenes necesitan saber que el mundo ya existía cuando llegaron. Los adultos necesitan conocer que el mundo no terminará cuando se vayan. El poeta francés Paul Valéry escribió una curiosa reflexión acerca de la juventud: “La juventud es una manera de equivocarse que cambia demasiado rápidamente en una manera de ni siquiera poder equivocarse....”

En este día tan especial para ustedes, nuestros alumnos, sus profesores y personal no docente del colegio San José, les deseamos que pasen un feliz día del estudiante.