actividad 28 de nov

2
“Seiscientos cerebros de avestruz, con chícharos y granos de oro: este fue uno de los platillos servidos en un banquete del emperador Heliogábalo. (…) La extravagancia de los banquetes romanos es legendaria (…) las grandes cenas eran uno de los placeres en la vida de los hogares adinerados. Mientras que los pobres se alimentaban con una dieta de pan y un potaje de trigo llamado puls, los ricos convirtieron los festines en un arte. Sus banquetes se prolongaban durante horas, desde las tres o cuatro de la tarde hasta la madrugada. Entre platillos, la fiesta era animada por acróbatas, bailarines, enanos, músicos y payasos. Batallones de esclavos atendían a los invitados: les quitaban los zapatos al entrar y les calzaban sandalias; los ventilaban con abanicos de plumas de pavorreal para ahuyentar a las moscas (…) El banquete tenía lugar en el triclinium (salón donde comían), iluminado con velas, y luego de invocar a Júpiter y a los dioses domésticos. La cena consistía en aperitivos, platillos principales y postres.” Fuente: Reader’s Digest. Hábitos y costumbres del pasado. Reader’s Digest Mexico S.A., México, 1996. “Seiscientos cerebros de avestruz, con chícharos y granos de oro: este fue uno de los platillos servidos en un banquete del emperador Heliogábalo. (…) La extravagancia de los banquetes romanos es legendaria (…) las grandes cenas eran uno de los placeres en la vida de los hogares adinerados. Mientras que los pobres se alimentaban con una dieta de pan y un potaje de trigo llamado puls, los ricos convirtieron los festines en un arte. Sus banquetes se prolongaban durante horas, desde las tres o cuatro de la tarde hasta la madrugada. Entre platillos, la fiesta era animada por acróbatas, bailarines, enanos, músicos y payasos. Batallones de esclavos atendían a los invitados: les quitaban los zapatos al entrar y les calzaban sandalias; los ventilaban con abanicos de plumas de pavorreal para ahuyentar a las moscas (…) El banquete tenía lugar en el triclinium (salón donde comían), iluminado con velas, y luego de invocar a Júpiter y a los dioses domésticos. La cena consistía en aperitivos, platillos principales y postres.”

Upload: valeria-leyton

Post on 14-Apr-2017

5 views

Category:

Education


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Actividad 28 de nov

“Seiscientos cerebros de avestruz, con chícharos y granos de oro: este fue uno de los platillos servidos en un banquete del emperador Heliogábalo. (…) La extravagancia de los banquetes romanos es legendaria (…) las grandes cenas eran uno de los placeres en la vida de los hogares adinerados. Mientras que los pobres se alimentaban con una dieta de pan y un potaje de trigo llamado puls, los ricos convirtieron los festines en un arte. Sus banquetes se prolongaban durante horas, desde las tres o cuatro de la tarde hasta la madrugada. Entre platillos, la fiesta era animada por acróbatas, bailarines, enanos, músicos y payasos. Batallones de esclavos atendían a los invitados: les quitaban los zapatos al entrar y les calzaban sandalias; los ventilaban con abanicos de plumas de pavorreal para ahuyentar a las moscas (…) El banquete tenía lugar en el triclinium (salón donde comían), iluminado con velas, y luego de invocar a Júpiter y a los dioses domésticos. La cena consistía en aperitivos, platillos principales y postres.”

Fuente: Reader’s Digest. Hábitos y costumbres del pasado. Reader’s Digest Mexico S.A., México, 1996.

“Seiscientos cerebros de avestruz, con chícharos y granos de oro: este fue uno de los platillos servidos en un banquete del emperador Heliogábalo. (…) La extravagancia de los banquetes romanos es legendaria (…) las grandes cenas eran uno de los placeres en la vida de los hogares adinerados. Mientras que los pobres se alimentaban con una dieta de pan y un potaje de trigo llamado puls, los ricos convirtieron los festines en un arte. Sus banquetes se prolongaban durante horas, desde las tres o cuatro de la tarde hasta la madrugada. Entre platillos, la fiesta era animada por acróbatas, bailarines, enanos, músicos y payasos. Batallones de esclavos atendían a los invitados: les quitaban los zapatos al entrar y les calzaban sandalias; los ventilaban con abanicos de plumas de pavorreal para ahuyentar a las moscas (…) El banquete tenía lugar en el triclinium (salón donde comían), iluminado con velas, y luego de invocar a Júpiter y a los dioses domésticos. La cena consistía en aperitivos, platillos principales y postres.”

Fuente: Reader’s Digest. Hábitos y costumbres del pasado. Reader’s Digest Mexico S.A., México, 1996.

“Seiscientos cerebros de avestruz, con chícharos y granos de oro: este fue uno de los platillos servidos en un banquete del emperador Heliogábalo. (…) La extravagancia de los banquetes romanos es legendaria (…) las grandes cenas eran uno de los placeres en la vida de los hogares adinerados. Mientras que los pobres se alimentaban con una dieta de pan y un potaje de trigo llamado puls, los ricos convirtieron los festines en un arte. Sus banquetes se prolongaban durante horas, desde las tres o cuatro de la tarde hasta la madrugada. Entre platillos, la fiesta era animada por acróbatas, bailarines, enanos, músicos y payasos. Batallones de esclavos atendían a los invitados: les quitaban los zapatos al entrar y les calzaban sandalias; los ventilaban con abanicos de plumas de pavorreal para ahuyentar a las moscas (…) El banquete tenía lugar en el triclinium (salón donde comían), iluminado con velas, y luego de invocar a Júpiter y a los dioses domésticos. La cena consistía en aperitivos, platillos principales y postres.”

Page 2: Actividad 28 de nov

Fuente: Reader’s Digest. Hábitos y costumbres del pasado. Reader’s Digest Mexico S.A., México, 1996.