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ACTA CIENTÍFICA ASOCIACIÓN DE MAESTROS DE PUERTO RICO ISSN. 1940-1148 VOL. 17 NÚM 1-3, 2003

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ActaCientífica

ASOCIACIÓN DE MAESTROS DE CIENCIA DE PUERTO RICO____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

ACTA CIENTÍFICA es la revista multidisciplinaria de la Asociación de Maestros de Ciencia de Puerto Rico.ACTA considera para su publicación, trabajos originales en cualquier área de la ciencia, a saber, física, química, bioquímica,zoología, botánica, ecología, biomédica, medicina, ciencias terrestres, ciencias atmosféricas, psicología del comportamiento,tecnología farmacéutica o matemáticas. Un artículo describe un estudio completo y definitivo. Una nota es un proyectocompleto, pero más corto, que se refiere a hallazgos originales o importantes modificaciones de técnicas ya descritas. Unensayo trata aspectos relacionados con la ciencia, pero no está basado en resultados experimentales originales. Una revisiónes un artículo que comenta la literatura más reciente sobre un tema especializado.

Los manuscritos deben ser enviados en triplicado al Editor, quien los someterá a revisión crítica de revisores en elárea de ciencia concernida. La aceptación de trabajos debe ser escritos en español e inglés. El requisito de manuscritosenviados para publicación que el mismo no es ni ha sido presentado a otra revista científica. Contribuciones a la revistadeberán ser dirigidas al Editor.

Ariel E. LugoEditor Acta Científica

Instituto Internacional de Dasonomía TropicalServicio Forestal

Departamento de Agricultura de los Estados UnidosPO Box 25000

Río Piedras, Puerto Rico 00928-5000

Para asegurar la consideración de su manuscrito, se aconseja prepararlo de acuerdo a las siguientes INSTRUCCIONESPARA AUTORES:

- Los trabajos deben ir acompañados de un resumen en español y un abstract en inglés, escrito a doble espacioy en hojas separadas, encabezadas por el título completo del trabajo traducido al español y al inglés en cadacaso. El título debe ser informativo y corto, generalmente no más de 12 palabras. El autor debe indicar un títulomás breve (no más de 40 letras), en el mismo idioma del trabajo, para ser utilizado como encabezamiento de cadapágina (running head).

- Las figuras y fotografías deben identificarse en el reverso a lápiz con el número que le corresponde, el nombredel primer autor y título del trabajo. Debe presentarse una lista de figuras junto con las leyendas de cada una,mecanografiadas a doble espacio en hojas separadas del artículo.

- Las tablas deben: mecanografiarse a doble espacio, presentarse cada tabla en hojas separadas, enumerarseconsecutivamente, tener un título breve, y ser precisas. No deben repetir material en tablas y en figuras.

- Los autores deben usar el sistema métrico para sus medidas. Consúltese el Sistema Internacional de Unidades(SI) como guía en la conversión de sus medidas. Al redactar texto y preparar figuras, nótese que el sistemainternacional de unidades requiere: (1) el uso de términos masa o fuerza en vez de peso; (2) cuando una unidades expresada en denominador, se debe utilizar el sólido (e.g., g/m2); para dos o más unidades en un denominador,use el sólido y un decimal (e.g., g/m2 .d); y, (3) use la “L” como el símbolo de litro.

- Compagine las partes de su manuscritos en este orden: página de título, abstracto, texto, agradecimiento,literatura citada, anejos, tablas, leyendas de figuras, y figuras: Enumere todas las páginas.

En general recomendamos a los autores acompañar el texto del trabajo con una lista de todos los anejos, figuras,fotografías, tablas, etc.

ACTA proveerá 25 separatas de cada artículo libre de costo. El autor principal recibirá las separatas y podrá ordenarcopias adicionales al momento de devolver las pruebas de galeras.

El editor es responsable de los comentarios y editoriales que aparezcan sin firma. Las opiniones expresadas no sonnecesariamente aquellas de la Asociación de Maestros de Ciencia de Puerto Rico, ni obligan a sus miembros. Los lectoresestán cordialmente invitados a expresar sus opiniones en la sección Cartas al Editor. Esta revista no tiene propósitoscomerciales y no produce beneficio económico alguno a sus editores.

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EditorAriel E. Lugo

Editor de producciónEvelyn Pagán

Editor técnicoMigdalia Álvarez

Oficial administrativoMildred Alayón

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PORTADA

La portada presentaimágenes nocturnascaptadas por el satéliteDMSP-OLS, de lasaturación de luzpromedio en Puerto Ricopara los años 1992-93 y2000. Para más detallesver el artículo en laspáginas 3-8 de estaedición.

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ASOCIACIÓN DE MAESTROS DE CIENCIA DE PUERTO RICOJUNTA DE DIRECTORES 2005-2006

Presidenta Prof. Lizzette ColónPresidenta electo Jacqueline LópezPresidenta saliente Prof. Edwin CarrasquilloSub-secretaria Prof. Tere de Lourdes HernándezSecretaria ejecutiva Prof. Lucy GasparTesorero Prof. Jorge L.Acosta

REPRESENTANTES DE CAPÍTULOS REGIONALESArecibo Prof. Mayra Colón/Prof. Camille ValleBayamón Prof. Linda B. Santiago/Prof. Carmen G. MartínezCaguas Prof. Carmen ReyesFajardo Prof. Elizabeth Pabón/Prof. Elena Hernández/

Prof.Marisol EsquilínHumacao Prof. Tere de Lourdes HernándezMayagüez Prof. Rosa M. Batista/Prof. Samanta ChardónMorovis Prof. Jorge L. Acosta/Prof. Noel CuevasPonce Prof. Frances Nadal/Prof. Jacqueline MatteiSan Germán Prof. Lucy Ramírez/Prof. Gladys E. CruzSan Juan Vacante

MIEMBRO EX-OFICIO MIEMBRO HONORABLEProf. Luis Jiménez Prof. Alice El Koury

COMITÉ ASESOR COLABORADORESDr. Herminio Lugo Lugo Dra. Elena MaldonadoDr. Héctor Joel Álvarez Dra. Marta FortisDra. María AguirreDra. Josefina ArceProf. Acenet BernacetDr. Ariel E. Lugo

Para comunicarse con la Asociación de Maestros de Ciencia o subscribirse a Acta Científica comuníquesecon:

Prof. Lizzette ColónAsociación de Maestros de Ciencia

Apartado 22044, Estación UPRSan Juan, Puerto Rico 00931

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EDITORIAL_________________________________________________________________________________

Como es costumbre en esta revista, este volumen de Acta contiene una variedad amplia de tópicos.El primer ensayo contiene una síntesis histórica de las actividades de conservación en Puerto Rico.Como allí se demuestra, el país se encuentra en un momento de crisis al estar en juego el futuro delos recursos naturales no-patrimoniales, como lo son el agua y la zona marítimo-terrestre. Esimperativo que los maestros de ciencia entiendan la naturaleza del patrimonio público y su relacióncon la salud pública y la calidad de vida. La conservación depende ahora, y dependerá más y másen el futuro, de las actitudes y acciones de ciudadanos académicamente preparados y conocedoresde lo que es el patrimonio natural de Puerto Rico y de cómo funciona. Dos de las cuatro contribucionesdel historiador Carlos M. Domínguez Cristóbal demuestran la importancia histórica de dos bosquespúblicos de la Isla. Por un lado, se documenta el uso económico del Bosque Seco de Guánica y porotro, las circunstancias que apoyan la repatriación de los manglares en la base naval de RooseveltRoads. El científico norteamericano Frederick N. Scatena presenta las razones para incorporar elbosque los Tres Picachos al sistema de bosques estatales de Puerto Rico. Las áreas protegidas enPuerto Rico sólo suman siete por ciento del territorio e impera mantener un ojo avizor para aumentarel acervo natural formalmente protegido por ley como patrimonio público de Puerto Rico. Laconservación de los bosques tiene valor económico, además de su valor ecológico. Esto lo demuestrandos artículos en este número de Acta. Primero, Frederick N. Scatena presenta el valor económicodel bosque los Tres Picachos y segundo, Summer C. Kartcher presenta los resultados de encuestassobre el uso recreativo del Bosque Nacional del Caribe (el Yunque). Este trabajo es particularmenteinformativo por la información que se obtuvo de las personas que se recrean en los ríos y quebradasdel bosque. Finalmente, le expresamos nuestro profundo agradecimiento a Irma Ivette QuiñonesMaurás por su continuo apoyo a Acta Científica. Este número contiene su índice para los volúmenes11 al 15. Gracias a Irma, hemos publicado índices para los primeros 15 volúmenes de Acta Científica.

Ariel E. LugoEditor

Acta Científica 17(1-3):1, 2003

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MANTO DE OSCURIDAD NOCTURNA: PATRIMONIO NATURAL OLVIDADO

Olga M. RamosInstituto Internacional de Dasonomía Tropical

Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América1201 Calle Ceiba, Jardín Botánico Sur, Río Piedras, Puerto Rico 00926-1119

INTRODUCCIÓN

Desde finales de los 90, un grupo deinvestigadores de la NOAA y la NASA utilizaimágenes satelitales para captar el resplandor de lasluces nocturnas proveniente de fuentes artificialesen la superficie terrestre (NGDC-NOAA 2006).Esto ha permitido obtener impresionantes vistasnocturnas del planeta que muestran, por primera vez,cómo las actividades humanas iluminan la noche,dibujando contornos de luz que conectan continentes,regiones, ciudades y poblados (Elvidge et al. 1997,2001; Imhoff et al. 1997). Una sola mirada al Caribebasta para descubrir que Puerto Rico se distinguede las islas vecinas por la gran cantidad de luz queemite, asociada a un gran consumo de energía ydesarrollos urbanos desparramados (Figuras 1, 2,Portada y Contraportada); una clara muestra de lasactividades y forma de vida de los puertorriqueños.Al momento de preparar la portada de esta ediciónde Acta Científica decidimos profundizar un pocomás en el uso de este tipo de imágenes para introducirel fenómeno de la pérdida de oscuridad nocturna ensu dimensión poco discutida: la contaminaciónlumínica.

FUENTES DE DATOS Y METODOLOGÍA

La portada presenta imágenes nocturnascaptadas por el satélite DMSP-OLS de la saturaciónde luz promedio en Puerto Rico para los años 1992-93 y 2000. Los valores posibles de saturación de laluz van de 0 (oscuridad absoluta) a 63 (saturaciónmáxima). Para calcular los cambios entre los años,restamos a la información digital del año 2000, la del1992-93. En adición, sobrepusimos las imágenes aun modelo en tres dimensiones para visualizar lasáreas con influencia de luz urbana en la periferia

montañosa del El Yunque. En este último paso ypara generar las vistas del artículo utilizamos elprograma de sistemas de información geográficaArcGIS 9.0 y el procesador de imágenes digitalesErdas Imagine 8.7. Las imágenes originales estánaccesibles en http://www.ngdc.noaa.gov/dmsp/download_world_change_pair.html.

DEFINICIONES

Se define la contaminación lumínica como laalteración de la luminosidad natural nocturna queimpacta adversamente el ambiente y la salud de losseres vivientes. Implica cambios en la pureza naturalde la oscuridad de la noche que afectan susparámetros químicos y físicos (Cinzano y Elvidge2004). Su fuente principal proviene del tipo deluminarias (ej. focos, postes de luz, lámparas) queutilizamos en el alumbrado eléctrico. Podemospercibirla como el resplandor luminoso o cieloincandescente de color blancuzco o anaranjadoformado en las noches sobre los cascos urbanos dela isla (Cassaude 2004). Este resplandor causacontaminación lumínica astronómica y ecológica.

La contaminación lumínica astronómica nosafecta directamente al reducir el número de estrellasy objetos celestes que podemos observar en la noche.El fenómeno está siendo ampliamente estudiado porcientíficos y aficionados debido a sus impactos enobservaciones astronómicas a través del mundo(Schwarz 2003, IDA 2006). En cambio, lacontaminación de luz nocturna de tipo ecológico noes tan evidente y apenas se están empezando aestudiar sus alcances. Longcore y Rich (2004) ladescriben como alteraciones en la luminosidad naturalde la noche que perturban de manera crónica,periódica o inesperada los ciclos de vida y habitáculos

Acta Científica 17(1-3):3-9, 2003

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FIGURA 1. Detalle de la región caribeña tomado del Primer Atlas de Resplandor Artificial Nocturno(Cinzano et al. 2001).

FIGURA 2. Detalle del Primer Atlas de Resplandor Artificial Nocturno mostrando a Puerto Rico(Cinzano et al. 2001).

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naturales de flora y fauna. Como consecuencia,animales, plantas y el hombre pueden experimentaraumentada orientación o desorientación y atraccióno rechazo a la luz artificial impactando patrones decomportamientos críticos de forrajeo, reproduccióny comunicación. En adición, el exceso de iluminaciónartificial en la noche puede trastornar lasinteracciones entre especies que han evolucionadoa partir de ciclos diarios de luz y oscuridad conimplicaciones considerables para las comunidadesen el ecosistema.

RESULTADOS

Tanto en el año 1992-93 como en el 2000, esnotable que en Puerto Rico no existan áreas conoscuridad absoluta. Toda la isla está influenciada enmayor o menor grado por el resplandor de la luzartificial (Portada y Figura 2). Los valores mínimospara el 2000 se acrecientan de 5 a 7 en las regionesmás oscuras (Figura 3). Resaltan en las imágenesvarios cascos urbanos en las montañas del centro-oeste de Puerto Rico como Lares, Utuado, Adjuntasy Jayuya. En el Área Metropolitana de San Juan(AMSJ), corredores urbanos costeros y pueblos más

densamente poblados o urbanísticamentedesparramados, observamos que la saturación de luzartificial aumenta y se maximiza en extensionesconsiderables. El histograma en la figura 3 nosmuestra cómo el satélite ha captado este cambiohacia cielos nocturnos más brillantes en el 2000.Aunque en ambos años pueden advertirse bolsillosde oscuridad en Vieques y Culebra (valor digital iguala cero), es posible atribuir esto a intermitencias en lacobertura y a la resolución del satélite. Para el año2000 no se percibe disminución de luz artificial enningún lugar de Puerto Rico.

La expansión del AMSJ y otros corredoresurbanos crean círculos alrededor de áreasmontañosas producto de la infraestructura griscreada para nuestras actividades. Tanto en laperiferia de El Yunque como en la región montañosadel oeste, estos círculos se observan más cerradosen el año 2000. El modelo en tres dimensiones ilustracómo la influencia de luz artificial sube montañaarriba impactando las laderas del El Yunque (Figuras4a y 4b). Igualmente, notamos que la influencia dela luz artificial llega fuera de la línea de costa.

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FIGURA 3. Histograma de cambios en valores digitales captados por el satélite DMSO-OLS, años1992-93 y 2000.

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FIGURAS 4A Y 4B. Vistas del noreste de Puerto Rico ilustrando la cobertura de luz artificial nocturnasobre un modelo en tres dimensiones, año 2000.

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DISCUSIÓN

Los cambios presentados señalan que elfenómeno de contaminación por luz artificial nocturnaen Puerto Rico ha ido en aumento. Las áreas conbaja contaminación lumínica (noches con cielos másoscuros) se encuentran en las zonas montañosasmientras que la mayoría de los valles en la Islamuestran valores medios y altos de contaminaciónpor luz (cielos más brillantes). Hay lugares menosperturbados en el Valle de Lajas, el este de Viequesy en Culebra. Nuestras zonas metropolitanas, cascosurbanos y corredores en valles costeros son fuentey a su vez reciben, el mayor impacto decontaminación lumínica, alcanzando valores máximosde saturación.

La presente publicación de Acta Científica serealiza 6 años después de la adquisición de lasimágenes. Indudablemente que al presente, elproblema de la contaminación lumínica se hadeteriorado aún más, debido al aumento poblacional,el desarticulado desparrame urbano y el uso deluminarias no apropiadas. No es difícil constataresto si comparamos la abundancia de objetos celestesque podemos observar de noche en diferenteslocalidades de la Isla. Por ejemplo, en zonas urbanasy moderadamente suburbanas de San Juan y pueblosvecinos es prácticamente imposible ver lasnubosidades de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Solose observan un número reducido de estrellas, planetasy la Luna. Un claro indicio del impacto de lacontaminación de luz en esa zona. Sin embargo, enlocalidades más rurales o de poca densidad urbana/suburbana como en Vieques, Jayuya, o Santa Isabel,la abundancia de objetos celestes aumentadramáticamente y la Vía Láctea se hace plenamentevisible.

La influencia de la luz artificial nocturna emitidaen la Isla alcanza fuera de la costa extendiéndose almar. Utilizando datos de este mismo satélite,científicos italianos y estadounidenses handesarrollado el primer modelo de propagaciónatmosférica de luminosidad artificial nocturna aescala global (Cinzano et al. 2001). Los resultadosde este estudio se presentan en un Atlas que incluyea Puerto Rico y que reproducimos aquí en las figuras1 y 2 para ilustrar este punto.

En términos ecológicos, especialmente paraPuerto Rico y el trópico en general, el campo estáabierto a más investigaciones científicas (Longcorey Rich 2005). Algunos ejemplos de cómo lacontaminación lumínica produce resultados adversosson:

1) Efectos de atracción al brillo o resplandorproveniente de fuentes artificiales nocturnas enplayas de anidaje de tortugas marinas. El brillodesorienta a las tortugas recién nacidas interfiriendocon su regreso a la orilla del mar, haciéndolas másvulnerables a depredación y/o mortandad. La figura4b muestra áreas costeras impactadas por luzartificial nocturna entre Luquillo y Fajardo, donde sesabe hay actividad de anidaje.

2) Es conocido que el plancton exhibemovimientos verticales dentro de la columna de agua.Se ha encontrado que este movimiento puede estarrelacionado al ciclo de luminosidad lunar (Moore2000). Cambios introducidos en este movimientovertical por una iluminación artificial que simulecondiciones de una luna llena perpetua podrían alterareste ritmo, impactando organismos dependientes delrecurso para su alimentación (Longcore y Rich2004).

3) El brillo cegador combinado con la altura delos edificios aumenta el peligro de colisiones fatalestanto en aves migratorias y como locales.

CONCLUSIÓN

Estamos perdiendo aceleradamente, sindiscusión pública o científica, nuestro manto deoscuridad nocturna olvidando que es parte importantede nuestro patrimonio natural. Es muy escasa laregulación real existente que tome en cuenta losefectos causados por la contaminación lumínicanocturna. Hay un claro reflejo del desparrameurbano y del gasto energético público y privado dePuerto Rico en el fenómeno. Nos beneficia a todosconocer más sobre este tipo de contaminación y susimplicaciones para actuar con estrategias que ayudena reducir sus impactos. Por un lado la contaminaciónlumínica astronómica nos priva de una visión ypercepción sana del universo al que pertenecemos.

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Por el otro, podemos estar impactando adversamentenuestros ecosistemas introduciendo desequilibriosserios para la supervivencia de organismos sensiblestanto localmente como para ecosistemas distantes.

Afortunadamente, este es un problema quepuede atenderse con modificaciones en el consumoeléctrico y en el tipo de luces que utilizamos. Almomento de tener que cambiar las luminarias obombillas existentes, es posible reemplazarlas porotras que minimicen la contaminación lumínica.Podemos seguir el ejemplo de otras jurisdicciones ypaíses que ya están actuando para salvar estepatrimonio universal. Ellos han calculado que, nosolamente mejoran su calidad ambiental, sino quetambién hace sentido pues reduce gastos energéticosen beneficio del erario público y su economía.

Cuando hay un apagón o luego del paso de unhuracán, rescatamos, como por arte de magia,nuestra ventana natural nocturna al cielo. Entoncesla noche nos ofrece su perspectiva visual de la Tierraen el universo. Siendo la población de la isla 70 porciento urbana, gran parte de nuestros hijos e hijasestán perdiendo la oportunidad de disfrutar conasombro de noches colmadas de estrellas y objetoscelestes. Pero hay remedio, solo tenemos queempezar por cambiar las bombillas. Es uno de lospocos problemas ambientales que podemos resolveractuando individual y colectivamente. Generacionesfuturas nos agradecerán por el legado de un cielonocturno plenamente y espectacularmente estrellado.

¿QUÉ PODEMOS HACER?

La contaminación lumínica puede reducirsedrásticamente reemplazando o eliminando luminariasdirigidas hacia arriba. También utilizando bombillascon más eficiencia energética y largos de onda quereduzcan el resplandor o brillo cegador nocturno(Mizon 2002). Las acciones que podemos tomarincluyen:

Educarnos, preguntar y exigir cambios en elalumbrado eléctrico municipal y estatal que ayudena cortar los efectos de la contaminación lumínica yel gasto energético público y privado. Por ejemplo,peticionar que se reemplacen las luces en las callescon bombillas más apropiadas al momento que haya

que cambiarlas o en instalaciones nuevas (IDA 2006);muy especialmente para desarrollos costeros por suinfluencia lumínica en nuestras playas. Estasgestiones redundarán en mejoras a la economía yecosistemas en Puerto Rico, al igual que en el planeta.

Salir y mirar hacia arriba de noche con elpropósito de disfrutar de las noches estrelladas endiferentes localidades de la Isla. Notar diferenciasen la calidad del cielo nocturno y abundancia deobjetos celestes como estrellas, planetas y visibilidadde nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Estaactividad es beneficiosa para el esparcimiento delespíritu y ayuda a obtener una perspectivarefrescante de lo pequeño pero valiosos que podemosser en el Universo. La Sociedad de Astronomía dePuerto Rico frecuentemente auspicia salidas alcampo en la noche para realizar observacionesastronómicas. El itinerario sus actividades estáaccesible a través del portal http://www.astronomiapr.org.

AGRADECIMIENTOS

Este estudio se realizó en colaboración con laUniversidad de Puerto Rico. Agradecemos a ArielE. Lugo, Sebastián Martinuzzi, Sandra Molina Colóny Evelyn Pagán por su ayuda en la revisión delmanuscrito.

BIBLIOGRAFÍA

Cassaude, A. 2004. Light Pollution in Puerto Rico. Acceso en

portal de Internet: http://www.armandocaussade.com/

astronomy/light_pollution.html.

Cinzano, P., F. Falchi y C.D. Elvidge. 2001. The first world

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Elvidge, C., K.E. Baugh, E.A. Kihn y E.R. Davis. 1997.

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Elvidge C.D., M.L. Imhoff, K.E. Baugh, V.R. Hobson, I. Nelson

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IDA. 2006. International Dark-Sky Association. Acceso en

portal de Internet: www.darksky.org.

Imhoff, M.L., W.T. Lawrence, D.C. Stutzer y C.D. Elvidge.

1997. A technique for using composite DMSP/OLS “city

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Longcore, T. y C. Rich, (editores). 2005. Ecological

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Mizon, B. 2002. Light pollution: responses and remedies.

Patrick Moore’s Practical Astronomy Series. London; New

York : Springer. 216 p.

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www.ngdc.noaa.gov/dmsp/index.html.

Schwarz, H.E., (editor). 2003. Light Pollution: the global

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Dordrecht; Boston: Kluwer Academic Publishers.

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LA UTILIZACIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES DE PUERTO RICO

Ariel E. Lugo y Blanca I. RuizInstituto Internacional de Dasonomía Tropical y Bosque Nacional del Caribe

Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América1201 Calle Ceiba, Jardín Botánico Sur, Río Piedras, Puerto Rico 00926-1119

INTRODUCCIÓN

En Puerto Rico se han dado eventos que ubicanla Isla a la vanguardia en los esfuerzos deconservación de los recursos naturales tropicales.En el año 1876 El Yunque fue designado comoreserva natural, siendo una de las más antiguas delhemisferio occidental. De igual modo, la fundacióndel Servicio Forestal Puertorriqueño antecedió el delos Estados Unidos de América. De hecho, laconciencia ambiental en Puerto Rico se manifestóaños antes (1966) de que se celebrara el primer Díadel Planeta Tierra en los Estados Unidos (1970) conun llamado ciudadano al gobierno para conservarlos recursos naturales de la Isla (The San Juan Star,31 de enero de 1966).

Los años subsiguientes a este evento han estadomarcados por logros y retrocesos. Entre los logrospodemos señalar el establecimiento de las dosagencias reguladoras y fiscalizadoras del uso ymanejo de los recursos naturales: la Junta de CalidadAmbiental y el Departamento de Recursos Naturalesy Ambientales. También, se destaca la implantacióndel proceso de evaluación ambiental como requisitoprevio a la aprobación de grandes proyectos dedesarrollo. Sin embargo, estos adelantos se han vistoempañados por la burocratización e ineficienciafuncional de estas agencias y el gradual menosprecioal proceso de evaluaciones ambientales.

El resultado combinado de éstos y otros factoresha sido un desarrollo urbano desmedido que haconsumido y transformado la tierra que habitamoscon la cual se ha comercializado. El manejo de losrecursos naturales ha sido tan inadecuado que sumarcado deterioro se está reflejando en la pobrecalidad de vida que experimentamos. Más quenunca, Puerto Rico necesita de una estrategia de

conservación y manejo que conduzca la Isla a unestado económico y ecológico balanceado ysaludable.

Este trabajo está dirigido a proveerle al lectorun resumen histórico de las interacciones humanascon el ambiente que nos han llevado al presenteestado de deterioro ambiental en Puerto Rico.Además, pretende esbozar el esfuerzo requeridopara mejorar esta situación ambiental. Aunque lamisma es alarmante, existen las herramientas pararevertir algunos daños, para mejorar y minimizar losmismos en otros casos, además de tomar medidaspreventivas para evitar o reducir al mínimo el impactofuturo sobre los sistemas naturales.Desafortunadamente, en algunos casos el impactohumano sobre el medioambiente isleño ya espermanente. Nuestro empeño, como ciudadanosconcientes del estado de nuestro entorno natural,debe consistir en reconocer estas circunstancias paraque no se repitan o amplíen y en establecer criteriosde manejo que guíen a una mayor armonía lainteracción humana con su medioambiente.Debemos promulgar el que se establezca unprograma de conservación, preservación y manejoexitoso que conduzca a Puerto Rico a un estadoambiental saludable.

La Isla Continente

El gobierno de Puerto Rico ha promovido confines turísticos los recursos naturales de la Isla en elexterior con campañas publicitarias basadas enmetáforas. En 1990 la Compañía de Turismo usó laimagen de “El Continente de Puerto Rico” pararepresentar la diversidad de oportunidadesrecreacionales en la Isla. A pesar de que la “IslaContinente” en referencia a Puerto Rico es unacontradicción intrínseca en el estricto sentidogeográfico, hay una chispa de verdad en la metáfora.

Acta Científica 17(1-3):11-38, 2003

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En 1986, uno de nosotros dictó una conferencia sobrebiodiversidad en el Smithsonian Institute, en la cualse encontraba el Dr. Raymond Fosberg, el famosoecólogo experto en las islas de Micronesia. El Dr.Fosberg sorprendió a todos al plantear que él siemprehabía considerado a Puerto Rico como una islacontinental. Aclaró que, contrario a las aisladas ypequeñas islas oceánicas del Pacífico estudiadas porél, Puerto Rico posee una alta complejidadtopográfica y está lo suficientemente cerca a doscontinentes por lo cual sus ecosistemas son másdiversos y se comportan mucho más parecidos a loscontinentales. En especial se refería a que losrecursos naturales de Puerto Rico son ricos ydiversos. Lo anterior es muy cierto, pero a su vez,la Isla es pequeña. El resultado de esta combinaciónes una isla que tiene un poco de muchos ecosistemas,pero ninguno de gran extensión territorial.

Los sistemas naturales en Puerto Rico estáníntimamente interconectados y los efectos en uno,ya sean positivos o negativos, se reflejan casi deinmediato en los otros. Por todo lo anterior, losrecursos naturales requieren una administración sabiay muy sensitiva ya que toleran poco margen de error.Una utilización no juiciosa puede eliminar, a cortoplazo, la totalidad de un recurso o de un ecosistemaisleño. La conservación y el sabio uso de los recursostiene que ser el principio ordenador indispensable enPuerto Rico. La “Isla Continente” es una isla sobretodo, y una pequeña isla además. No puede seradministrada como un continente por más que lodeseemos.

La Isla Estrella

La otra imagen de Puerto Rico fue promulgadaen los años 80 por otra pasada administración quellamó a la Isla “The Shining Star of the Caribbean.”Aunque es obvio que Puerto Rico no es una estrella,las imágenes de satélite hacen evidente que de noche,la Isla brilla más que ningún otro punto en el Caribe.¡De hecho, brilla más que la mayoría de los paísessobre la tierra! Esta brillantez es el resultado de laintensa utilización de energía por nuestra población.La Brillante Estrella del Caribe tiene una altadensidad poblacional (1,200 personas/mi2) y unenorme consumo de energía que genera la potenciapara que la Isla brille, noche tras noche, como se ve

en las imágenes de satélite. Es de notar aquí, quecomo la imagen de satélite se basa en la intensidadde la luz reflejada, la Isla luce proporcionalmentemucho más grande de lo que realmente es.

Contrario a Japón y Estados Unidos de América,donde energía y economía ($PNB) han crecido a unritmo similar, el uso de la energía en Puerto Ricocreció mucho más que la economía, sobre todo hastala década del 1970 (Figura 1). A mayor cantidad deenergía mayor daño ambiental, lo cual quiere decirque en Puerto Rico, por usarse relativamente másenergía se daña más el ambiente al producirse cadadólar de la economía. Sin embargo, nótese en lagráfica que en la década del 1980 el uso de la energíase redujo drásticamente pero la economía siguiócreciendo al mismo ritmo. Esto demuestra que esposible mantener el mismo ritmo de crecimientoeconómico con menos daño ambiental (MoralesCardona et al. 1994). El mantener esta tendenciade los 80 y el utilizar energía “verde” producida pormedios de generación no contaminantes y así reducirnuestra dependencia en el petróleo debe ser unameta prioritaria en la Isla.

La población continua aumentando, aún cuandoen los últimos años, la tasa de incremento se hareducido levemente. Este número creciente depersonas, que va acompañado por un crecimientoparalelo de animales domésticos, demanda mayorconsumo de energía y ocupa cada vez más terrenos.El ser humano, al igual que cada una de las otrasespecies, requiere una determinada cantidad de áreamínima para su sostenimiento. La cantidad de áreadisponible para apoyar las necesidades de cadapuertorriqueño ha disminuido con el aumentopoblacional. Al presente, en Puerto Rico, hay menosde media cuerda de terreno para cada persona (0.46cda/persona).

Para empezar a comprender lo que esto significa,podemos referirnos al cálculo que hizo E.P. Odum(1971) para determinar el espacio de terrenonecesario para mantener la calidad de vida en elestado de Georgia en Estados Unidos. Él concluyóque una persona necesitaba una cuerda para vivir,una cuerda para producir su alimento, una cuerdapara depositar sus desperdicios y dos cuerdas paragozar de áreas naturales que le provean recreación

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y otras amenidades. Esto significa, que idealmentedebe existir una proporción de cinco cuerdas porpersona, lo que representa un marcado contraste ala media cuerda nuestra. Esta situación se tornaaun más crítica si consideramos que lospuertorriqueños consumimos más agua que elciudadano promedio de Estados Unidos, acumulamosmás basura que en países más desarrollados comoEspaña y tenemos uno de los consumos de energíamás altos del mundo. Resulta evidente que se estáexcediendo la capacidad natural de la Isla paraproveer el sustento necesario para la vida, si es queya no se ha excedido.

Por consiguiente, se ha visto seriamente afectadala calidad de vida. Esto se manifiesta diariamenteen los embotellamientos (“tapones”) que paralizanel tránsito constantemente, la falta de áreas paravertederos, la escasez de áreas verdes, el deterioro

de las playas, la pérdida de arrecifes de coral y demuchos otros recursos naturales, la marcadareducción en la pesca y la consecuente vida socialagitada y deteriorada en cualquier lugar de la Isla.Gran parte de los efectos negativos de estos excesosno son tan evidentes ya que son paliados con losenormes subsidios de energía y de recursos externosque recibimos. Se hace necesario continuar lainvestigación de estos aspectos a fin de mantener aldía y cubrir otros sectores de la “Isla continente”, la“Brillante Estrella del Caribe”: ¡nuestra querida islade Puerto Rico!

Este nivel de actividad humana y consumo deenergía tiene consecuencias sobre los recursosnaturales de Puerto Rico. Vamos a examinar elimpacto de éstos sobre ciertos aspectos de la basede recursos naturales en Puerto Rico.

FIGURA 1. Gráfica del consumo de energía en Puerto Rico (Morales Cardona et al. 1994). La flechaindica la década del 80 cuando el consumo de energía bajó rápidamente.

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Fragmentación de los Recursos Naturalesy sus Consecuencias

Fragmentación es la segmentación sistemáticade los recursos naturales de suerte que las áreasoriginales se transforman a fragmentos aislados yde poca extensión. Por ejemplo, los cambios en lacobertura de bosques en la Isla es un ejemplo clásicode fragmentación. Puerto Rico estaba casitotalmente cubierto de bosques a la llegada deCristóbal Colón a nuestras costas. El proceso dedeforestación ha sido uno largo y complejo(Wadsworth 1950; Lugo y Brown 1981a,b, 1982;Domínguez 1989a-f). La actividad de la colonizaciónespañola resultó en la destrucción del 99 por cientode los bosques vírgenes o primarios y la remocióndel 90 por ciento de toda la cubierta forestal de PuertoRico para el 1824 (Domínguez 1989a-f). En laprimera parte del siglo XX un uso agrícola intensivomantuvo grandes extensiones de terrenos encultivos. Además, el uso de carbón vegetal y leñacomo combustible impedían la recuperación de losbosques. Considerando esta situación, en 1859mediante una circular emitida por la Corona, se

prohibió el corte de los mejores árboles para carbónrequiriendo su conservación para otros usos másimportantes. A partir de la década del cincuenta secomienza la promoción del sector industrial que traecomo consecuencia el abandono de la agricultura yla movilización de la población a las áreas urbanas.Es así, como se comienza una gradual recuperaciónde los terrenos de cultivo abandonados, que porprocesos naturales vuelven a reforestarse. Porconsiguiente, al presente hay cerca de un 50 porciento de áreas cubiertas de bosques en la Isla(Helmer 2004).

Al presente, el total de las áreas naturalesprotegidas y los terrenos públicos forestadosrepresenta solo el 7 por ciento de la Isla. El BosqueNacional del Caribe (El Yunque) es el área protegidamás grande del país con 28,000 cuerdas (11,030 ha),seguido por el Bosque Estatal de Mona con 11,000cuerdas (4,333 ha) y el sistema del caño Tiburonesque en su totalidad cubre 7,000 cuerdas (12,758). Eltamaño medio de las reservas naturales es de tansolo 60 cuerdas (236 ha) equivalente al tamaño deuna gran urbanización (Figura 2).

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FIGURA 2. Área de las reservas naturales de Puerto Rico presentadas en orden de tamaño (Lugo1994).

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No hay ecosistema natural que se escape de lafragmentación. Los ríos se fragmentan con tuberías,represas de agua o canalizaciones, lo cual mata amillones de organismos acuáticos y evita susmigraciones naturales del estuario a la montaña.Cuenca arriba de las represas predominan lasespecies exóticas y desaparecen las nativas. Lasdunas de arena se han fragmentado tanto que yacasi no existen, por eso las marejadas de inviernocausan graves daños cada año en la zona costaneradel norte de la Isla. Los manglares y humedales deagua dulce que han sido cortados y rellenados paradar lugar a desarrollos en áreas inundables, sepretenden sustituir con proyectos no viables demitigación de inundaciones. Los mogotes estánsiendo decimados uno tras otro a medida que eldesarrollo urbano se expande hacia el noroeste dePuerto Rico. La construcción, los rellenos y lasalteraciones a la hidrología cada día fragmentan másbosques. Todas estas son las áreas que proveen losservicios gratuitos necesarios para la supervivenciay para garantizar la calidad de vida.

Ya para el 1916 Louis S. Murphy, investigadorforestal del Departamento de Agricultura de losEstados Unidos de América, identificó la existenciade esta situación al señalar que:

“los bosques de Puerto Rico están alpresente tan fragmentados y son tanlimitados en extensión y han sidomaterialmente tan modificados por laacción del hombre durante varios siglosque se prestan muy poco para unaclasificación o descripción”

La fragmentación tiene el efecto de limitar lacapacidad ecológica óptima de funcionamiento deestas áreas. Específicamente, con la fragmentaciónse reduce la capacidad de proveer recreación yespacios abiertos para el esparcimiento de lospuertorriqueños, se limita la cantidad y calidad deagua que pueden producir para suplir las demandasde consumo tan altas y se reducen las oportunidadespara sostener la vida silvestre. Además, lafragmentación de las escasas áreas silvestres lasabre a invasiones por especies exóticas y contribuyeal deterioro de la calidad de los suelos, el agua y elaire. En resumen, la fragmentación interrumpe las

conexiones necesarias para los intercambios denutrientes y energía entre ecosistemas que mantienenla conectividad y la salud de sus recursos naturales.Cuando esto sucede, no sólo se afectan los sistemasnaturales, sino que también se afecta la economía yse pierde la salud y el bienestar social de las personas.

Como ya mencionáramos, esta fragmentaciónes causada por el desparramamiento de laconstrucción desmedida y poco sabia de viviendas ycomercios, pero principalmente por los ajustesnecesarios para acomodar la crecienteinfraestructura del país. En este último renglón, elmayor componente son los caminos, carreteras yexpresos. Puerto Rico tiene la red más densa decarreteras en este hemisferio, con más de seis millasde carretera por milla cuadrada de terreno. Estadensidad de carreteras resulta insuficiente porque elgobierno insiste en promover el automóvil como elprincipal medio de transporte. Tenemos dos millonesde autos, que en estacionamiento solamente ocupan5,000 cuerdas de terreno (1,970 ha). A lafragmentación causada por la infraestructura vial hayque añadirle el impacto causado por las redes deltendido de líneas de transmisión eléctrica ycomunicaciones, las tuberías de acueductos y otrasobras de infraestructura como las canalizaciones ylas represas.

Tres Ejemplos de Impactos porFragmentación y Deforestación

Pasemos a considerar tres ejemplos de lasconsecuencias de la deforestación y la fragmentaciónen nuestra Isla. Un ejemplo dramático del efecto dela fragmentación sobre los organismos, es lo ocurridoa la cotorra puertorriqueña. Se estima que hace 150años la población de la cotorra era de un millón deindividuos. Para el 1972 esta población se habíareducido a 12 individuos (Figura 3), registrándose unaumento en años subsiguientes, gracias a losesfuerzos de un programa interagencial deinvestigación y recuperación dirigido a estos fines.1

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1Este esfuerzo es llevado a cabo por: el Servicio de Pesca y VidaSilvestre del Departamento de lo Interior de los Estados Unidos; elServicio Forestal del Departamento de Agricultura de los EstadosUnidos y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales dePuerto Rico.

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Al presente se están reproduciendo cotorras en dosaviarios, el del Bosque Nacional del Caribe y elAviario José Vivaldi en el Bosque Estatal de RíoAbajo. La pregunta que procede es, si existirán áreasde bosque del tamaño requerido para poder sostenerlas poblaciones de cotorras cuando éstas estén listaspara liberarse. El proyecto de construcción de lacarretera P.R. 10 que dividió el Bosque de Río Abajo,fragmentándolo aún más y tornándolo más vulnerablea deslizamientos, nos hace dudar de la viabilidad deéste como opción futura para hábitat de la cotorra.Actualmente la cotorra se encuentra solamente enla Sierra de Luquillo, donde los bosques vírgenesfueron protegidos en suficiente extensión paraofrecer alimento y albergue a la especie.

Como segundo ejemplo de los efectos causadospor los impactos humanos sobre recursos naturalesimportantes, podemos considerar el área de losmanglares de San Juan y el volumen de las aguas desus bahías que ha cambiado dramáticamente a travésdel tiempo (Figura 4). En su estado natural, las bahías,lagunas y caños de San Juan eran sistemas llanos,rodeados de humedales, con aguas de alta calidad e

increíblemente productivos. Tanto así, que deSanturce se exportaban mariscos a los EstadosUnidos. El secreto de la alta productividad delsistema radicaba en su poco volumen de agua quepermitía la penetración de la luz solar hasta casi elfondo y la buena circulación de sus aguas a pesar delas débiles mareas de la región.

Sin embargo, el área de manglares que hoy díabordea estos sistemas continúa disminuyendoaceleradamente a pesar de la política públicagubernamental existente para su protección. A lamisma vez, el volumen de agua en las bahías continúaaumentando debido al dragado de las mismas y comoresultado de mayor escorrentía por la pavimentacióny desarrollo de los terrenos que la circundan. Estapavimentación a lo largo de los márgenes tambiéntiene como resultado que los sistemas biológicosterrestres que las bahías sostienen seandesconectados de sus aguas, reduciéndose en tamañohasta eventualmente desaparecer. Los cambiosmorfológicos en estos sistemas, inducidos porgeneraciones de funcionarios públicos y empresariosignorantes de estas realidades ecológicas, los han

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FIGURA 3. Cambios en la población de la cotorra puertorriqueña. Los datos son de varias fuentes en elInstituto Internacional de Dasonomía Tropical. La escala poblacional es logarítmica para acomodar eldescenso de un millón a 12 individuos en el 1972.

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FIGURA 4. Cambios históricos en el área de manglares (a) y volumen de agua (b) de las bahías delestuario de San Juan.

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convertido en cuerpos de aguas profundas,estancadas, pestilentes e improductivas. Las bahíasya han sido tan alteradas que perdieron su capacidadde funcionar como sistemas ecológicos naturales yson incapaces de mantener la calidad de sus aguasy de proveer los servicios naturales que antessostenían la vida silvestre y proveían calidad de vidaa las personas.

Un tercer ejemplo, considerado típico de losucedido en otras áreas similares del resto de la Isla,ilustra los efectos causados al alterar la hidrologíade un lugar por usos agrícolas. La historia de lasdescargas de agua a través del canal de Patillas y elcanal de Guamaní en la costa sur de Puerto Ricorefleja claramente el aumento y luego el abandonode la actividad agrícola en el área. Estos humedalesfueron destruidos mediante relleno para sembrarlosde cultivos o por la extracción de agua para riego.Además, fueron afectados por las canalizaciones deríos y quebradas que reducían significativamente elagua que les llegaba. Con la disminución en laactividad agrícola, las descargas de agua a travésde estos canales se redujo significativamente. Comoresultado de lo anterior, el agua estuvo disponiblepara recargar los acuíferos subterráneos y para otrosusos. Al restaurarse la hidrología, estos hábitatsvolvieron a ser colonizados por las plantas y animalesoriginales. Por lo tanto, un resultado dramático delabandono de la agricultura al sur de la Isla ha sido elrestablecimiento de los humedales costaneros.

Sin embargo, no siempre los ecosistemas puedenrestaurarse a su forma original. Si los impactos hansido tales que la hidrología del lugar se alterapermanentemente, puede haber conversiones de untipo de sistema a otro. Un ejemplo es el cañoTiburones que pasó de un sistema de agua dulce auno estuarino, siendo las especies que se encuentranallí hoy en día diferentes a las originales. Si el cambioes muy drástico, el ecosistema acuático puede pasara uno terrestre muy deteriorado con una gran pérdidade especies.

La historia del uso y abuso de los recursosnaturales de Puerto Rico ha conducido a dramáticoscambios en la extensión de los ecosistemas, sufuncionamiento y en su estado de conservación. Losrecursos naturales se caracterizan por un estado de

cambio constante en sus condiciones como respuestaa las fuerzas externas que les afectan. Lo que vamosa examinar a continuación es la forma en que lospuertorriqueños se han relacionado con estosrecursos diversos, pero escasos.

La Utilización de los Recursos Naturalesen Puerto Rico

La utilización de los recursos naturales en PuertoRico ha sido producto de diferentes paradigmas através de su rica historia de habitación humana. Acontinuación esbozaremos las característicassalientes de cada uno de estos paradigmas en tresépocas diferentes. La tercera época se subdivideen dos partes para destacar el periodo más reciente(1992-?) por su gran significado y por representarnuestra condición actual.

Época Precolombina (?-1491)

Los habitantes originales de la Isla, desde losarcaicos hasta los taínos, dependían total ydirectamente de la naturaleza para su supervivenciay utilizaban sus recursos con respeto y reverencia.Aunque su capacidad para alterar el ambiente eralimitada, los indígenas contribuyeron a la extinciónde aves y mamíferos y a la introducción de especiesexóticas en las islas del Caribe, incluyendo PuertoRico. Sin embargo, con la exepción de las extincionesde especies, el alcance de este impacto fue mínimo,ya que existían grandes extensiones de hábitatforestado y prístino. De acuerdo a sus mitos, losindígenas consideraban algunos lugares comosagrados o fuente de poderes sobrenaturales y, porlo tanto, de particular valor religioso. Ellos creíanque en ciertos árboles residían los espíritus de losdioses y los de sus ancestros, por lo cual los protegíany reverenciaban. Ocupaban mayormente las zonascostaneras y los llanos y sus asentamientos solíanestar cerca de los estuarios, ríos u otros cuerpos deagua. La ocupación de estas áreas donde convergenlos márgenes de varios ecosistemas les ofrecía mayoraccesibilidad a una abundancia de flora y fauna, asícomo ventajas para la agricultura.

La Colonización Española (1492-1898)

El imperio español utilizó a Puerto Rico comopunto estratégico para fines militares y económicos,

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proliferando el desarrollo de asentamientos urbanospermanentes. Su acercamiento al nuevo mundo fueuno de explotación de sus riquezas para beneficiode la madre patria, prevaleciendo la visión de dominioy superioridad del ser humano sobre la naturaleza.Los exploradores también se consideraban superioresa los indígenas y lo eran por lo menos en tecnología,lo que les permitió subyugarlos y usarlos para suspropósitos de explotar oro, plata y todo tipo deriquezas.

España para esta época, al igual que el resto deEuropa, se encontraba casi totalmente deforestada.Las maderas del nuevo mundo vinieron a suplir lasdemandas de la aristocracia de la metrópoli y lasnecesidades de los militares. Por consiguiente, lacolonización española se puede caracterizar comouna época de explotación intensa de los recursos yde gran deforestación. Las especies de árboles degran valor maderero o estratégico, tales como elausubo (Manilkara bidentata), el guayacán(Guaiacum officinale y Guaiacum sanctum), y ellaurel sabino (Magnolia splendens) fueronintensamente explotadas.

Ya al final de su dominio en Puerto Rico ysiguiendo las iniciativas de la metrópoli, dictada porla urgente necesidad de reforestar Europa, losespañoles comenzaron a esbozar una política deconservación y uso sabio de los recursos. Para estaépoca Alemania era pionera en este campo y Españahabía establecido una relación con ese país paraadiestrar a sus dasónomos, los que se llamaronIngenieros de Montes. Surgen las primeras leyespara la utilización y conservación de los recursosnaturales (1824) y se organiza el primer Cuerpo deInspección de Montes en Puerto Rico (1839).También, se designan las primeras reservas forestalesdel nuevo mundo, incluyendo la Sierra de Luquillo(1876), con el propósito de proteger las cuencashidrográficas y la producción económica de losrecursos madereros. Con estos enfoques deavanzada comienza, al inicio del siglo XIX, la filosofíadel manejo de los recursos naturales en Puerto Rico,mucho antes que en los Estados Unidos de Américay precediendo por mucho el establecimiento en el1905 del Servicio Forestal allí (Apéndice).

Dominio Norteamericano (1898-?): de unPaís Agrícola a uno Urbano

Cuando ocurre el cambio de soberanía y EstadosUnidos toma posesión de la Isla, la joven naciónamericana comienza su etapa expansionista fuerade los límites continentales. Los norteamericanoscomparten con los españoles su visión desuperioridad cultural sobre los nativos, igualmenterefrendada por su superioridad técnica. Reciben delos españoles mapas específicos de las áreasprotegidas y de los terrenos patrimoniales designadospor ellos, así como de los inventarios existentes delos recursos naturales y económicos y los censos yregistros poblacionales que meticulosamentellevaban. Sobre esta base, y bajo control militar,Estados Unidos comienza su propio inventario derecursos de la Isla, llevado a cabo por encomiendadel Presidente y el Congreso.

La curiosidad sobre el valor real y estratégicode esta nueva posesión y la necesidad deinformación para poder administrarla para suprovecho económico, hace que se promueva eldesarrollo de una serie de expediciones científicaspara tomar inventario y describir los recursosnaturales de la Isla y el funcionamiento de susecosistemas. Entre estos se destacan lasexpediciones de Nathaniel Lord Britton (1913-1945)para producir en sus propias palabras “A physicaland natural survey of Puerto Rico.” Este proyectode la Academia de Ciencias de Nueva York, se logrócon la cooperación y apoyo de la Universidad dePuerto Rico, en particular el Recinto de Mayagüezy su Estación Experimental Agrícola y lasasignaciones de fondos anuales por su duración dela Legislatura de Puerto Rico. Los estudiosproducidos por estas investigaciones se recogen en20 volúmenes que cubren la geología, metereología,arqueología, botánica y zoología isleña y que ademásincluyen temas culturales y antropológicos sobrediversos aspectos folklóricos del país tales como:cuentos, adivinanzas, ritmos, baladas y canciones.Para 1934, Britton con orgullo señala (Baatz 1996,p. 13):

“nearly all the information broughttogether, through field, laboratory,museum and library work, on which these

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volumes are based, has been broughttogether ... through the cooperation ofover fifty expert investigators, who haveworked without remuneration; this is aremarkable achievement; no other partof Tropical America has had its naturalfeatures, plants and animals so completelystudied.”

Al mismo tiempo que se estudian sus recursos,se comienza en la Isla un amplio esfuerzo deamericanización y modernización de la estructuraeconómica y social. Se hacen universales losservicios sociales básicos como la educación y losservicios de salud ambiental y personal. Se comienzael desarrollo de la infraestructura pluvial, eléctrica yde comunicaciones. Se establecen rutas de tren paratransportar principalmente la caña, aunque tambiénsirven a la ciudadanía. Se construyen los primerosembalses (1907-1946) para la producción de agua,la generación de energía eléctrica y el riego agrícola.Con estas estructuras comienzan a transformarselos ríos, quebradas y estuarios. El uso intensivo delagua disminuye significativamente el flujo de aguadulce a los estuarios, produciendo aumentos en lasalinidad y pérdida de productividad de éstos. Lasconstrucciones de las represas interrumpen lasmigraciones de organismos acuáticos de la montañaal estuario, además del flujo de sedimentos y materiaorgánica.

A principios del siglo XX la agricultura era elprincipal sector generador de ingresos y dependíade cuatro cosechas principales: café, tabaco, azúcary frutos menores. Sin embargo, los huracanes, juntoa otros eventos naturales de principio de siglo,afectaron adversamente las cosechas, en particularel café y los frutos menores. Esto, entre otrosfactores, dio pie al cambio hacia la producciónazucarera a gran escala y a la industrialización de laagricultura. Para viabilizar el monocultivo azucarerose deforestaron grandes extensiones de terreno, serellenaron humedales y se canalizaron ríos yquebradas para obtener la gran cantidad de aguanecesaria para el riego. Estos cambios produjerongrandes impactos ambientales, sobre todo en lasáreas costaneras. Además, las centralesdescargaban sus afluentes directamente a los ríos ycuerpos de aguas, creando problemas decontaminación y mortandades de peces.

Esta industrialización de la agricultura además,desplazó a muchos trabajadores y sacó fuera decompetencia a gran parte de la pequeña burguesíalocal. El monocultivo agrícola estacional resultabarentable para los exportadores del producto que teníansus cuotas garantizadas y los precios fijos, pero fuefatal para los trabajadores que pasaban mesescompletos sin empleo. Para esta época de extremapobreza, la población era mayoritariamente rural yutilizaba carbón vegetal como combustible,exacerbando el problema de la deforestación.

Cambios mundiales en la demanda del azúcarhacen que esta cosecha vaya perdiendo importancia.A su vez, surge el establecimiento de unaadministración local con el primer gobernador electopor refrenda popular (1948). Ante la difícil situaciónde la agricultura, el nuevo gobierno opta por un fuerteempuje hacia la industrialización como medio demodernizar y desarrollar la economía. A partir de1947 comienza “Operación Manos a la Obra” y seestablece la Compañía de Fomento Económico,diseñándose un atractivo sistema de incentivos parapromover el establecimiento de industriasnorteamericanas en la Isla. Entre los incentivos seprovee el desarrollo de parques industrialesconstruidos por Fomento, con toda la infraestructuranecesaria donde las industrias podían localizarse yempezar a operar inmediatamente.

Este esfuerzo, que en sus inicios empiezapromoviendo industrias de mano de obra intensiva,de poco impacto al ambiente, tales como la de laaguja, cambia dramáticamente a partir de la décadade los 60. Para entonces se comienzan a incentivarlas compañías de alta tecnología, en particular lasfarmacéuticas y petroquímicas que sí tienen un efectoambiental importante. Más aún, para esta épocatodavía no existen las agencias de protección ygerencia ambiental que puedan supervisar lasacciones de las industrias y hacer cumplir las leyesambientales. Es precisamente esta falta de controllo que resulta ser el “incentivo escondido” quepromueve la proliferación de las compañías altamentecontaminantes, tales como las farmacéuticas, lasatuneras y las petroquímicas. Las operaciones deestas industrias producen contaminantes altamentetóxicos y peligrosos, además de los orgánicos, quecontaminan el agua superficial y subterránea, el aire,

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el mar y las zonas costaneras (Cavallaro 1997). Asu vez, estas industrias crean altas demandas deenergía y de agua, de infraestructura decomunicaciones y de transportación cuyos costosde desarrollo recaen en el gobierno.

La década del 60 al 70 registra el más rápidocrecimiento urbano, sobre todo en el área de SanJuan y los municipios aledaños. Este crecimiento seda en forma horizontal hacia las afueras de loscentros urbanos tradicionales. Es precisamente estedesparramamiento urbano lo que causa la expansiónde la red de carreteras y la construcción de máscalles, nuevas demandas por servicios de agua,electricidad, comunicaciones y demandas portransportación colectiva difíciles de suplir por lamisma forma del desarrollo. Esta situación generala “necesidad” del auto como medio masivo detransportación, que a su vez utiliza muyineficientemente gran cantidad de combustible fósil,contamina y congestiona las carreteras y generademandas por más y más amplias vías de rodaje.Además, este tipo de urdimbre urbana propicia eldesarrollo de centros comerciales y recreacionalespor doquier, otro uso insensato del escaso recursotierra.

Para la década del 70 se promueven elsuperpuerto, la explotación de las minas de cobre yel establecimiento de otras petroquímicas en la costasur de la Isla. Para el apoyo de estas propuestas secomienza a desarrollar a toda velocidad lainfraestructura necesaria, incluyendo el proyecto dela construcción del expreso P.R. 10 para conectar aArecibo, Utuado y Ponce. Esta carretera divide endos la reserva forestal de Río Abajo y atraviesa lazona cársica del país, lugar principal de recarga delos acuíferos del norte, los más extensos y productivosde la Isla. Su construcción, que viene a completarseen 1996 a un costo elevadísimo por lo inadecuadodel terreno para este tipo de proyecto, tienedesastrosas consecuencias ambientales (Antonetti1998a-b). Peor aún, el mismo resultó totalmenteinnecesario, ya que cambios de demanda en elmercado mundial y una fuerte militancia ambientallocal hicieron que los proyectos que le dieron origense abandonaran antes de comenzarse. En estemismo período también se proliferan lasconstrucciones de torres de comunicaciones en los

picos de las montañas, eliminando el bosque elfino,que es uno de lento crecimiento y lenta recuperación.

El sector de servicios, con especial énfasis en elturismo, se empieza a promover ya para fines de los70 y continúa hasta el presente. La visión para elturismo ha sido una de gran escala. Esta aúncontinúa vigente, a pesar de los fracasos de tantoshoteles y de las tendencias mundiales del sector queseñalan al ecoturismo y a los desarrollos a pequeñaescala como las preferencias de un número crecientede viajeros. Los desarrollos turísticos impactanmayormente la zona costanera y los mismos recursosnaturales de los cuales dependen y que se suponesean su mayor atractivo.

Dominio Norteamericano (1898-?): Era delMega-Desarrollo (1992-?)

Dentro de la época del dominio norteamericanoes importante destacar un período caracterizado porcambios aún más acelerados que los anteriores, degran magnitud y de consecuencias ambientales casiirreversibles. Entrando al siglo XXI, Puerto Ricopuede considerarse para todos los efectos y sinninguna duda, como una isla totalmente urbana(Sepúlveda 1990). Los bosques, las áreas protegidasy los terrenos patrimoniales son asediados por eldesarrollo desmedido y la falta de protección de lasagencias gubernamentales concernidas. Lasasignaciones gubernamentales a las agenciasambientales van en continuo descenso, mientras quelas asignaciones para la expansión de lainfraestructura sube a niveles multimillonarios.2

A partir de los años 90 la economía dependepredominantemente de los sectores de industria yde servicios, con un mayor énfasis en el turismo(Junta de Calidad Ambiental 1998). Se promueve elecoturismo para atraer a los visitantes a la vez quese continúan desarrollando mega-resorts y camposde golf a costa de rellenar humedales y destruirecosistemas costaneros. Estos desarrollos demandangran cantidad de agua y energía incidiendo en la yacrítica situación con respecto a estos recursos.

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2Para 1996 el presupuesto de DRNA representaba menos del 1 porciento del presupuesto operacional total del gobierno.

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El problema del abasto de agua es uno crítico ycausado mayormente por la falta de mantenimientodel sistema de embalses y de distribución que pierdeel 50 por ciento del agua purificada y por los usosinadecuados de los terrenos en las cuencas. A estose le añade la excesiva contaminación de los cuerposde agua superficiales y subterráneos. De acuerdoal inventario de calidad de agua de la Junta de CalidadAmbiental, el 83 por ciento de los estuarios, ríos yquebradas de Puerto Rico no son aptos para sostenerla vida acuática y el 79 por ciento o más no sonaptos para nadar en ellos (Junta de Calidad Ambiental1998). Estos mismos indicadores señalan que el 70por ciento de los lagos no son aptos para sostener lavida acuática y que el 55 por ciento no son adecuadospara nadar. Recordemos que estos son los embalsesque también nos suplen de agua potable. Resultaasombroso que, al compararnos con el estado deNueva York, éste tenga indicadores decontaminación de ríos y estuarios que son una décimaparte o menos de los nuestros (0-8 por ciento).

Los contaminantes presentes en el agua hoy endía, son mucho más peligrosos y difíciles de tratarpues incluyen metales pesados, aceites ycombustibles, entre otros. Esta contaminación,producto de una variedad de fuentes dispersas, esmayormente causada por la erosión del terreno enlas áreas en construcción y la disposición inadecuadade desechos por comercios e industrias (Junta deCalidad Ambiental 1998). La falta de planificaciónintegral del recurso agua y las múltiples jurisdiccionesque intervienen en su administración, sonimpedimentos para un manejo racional del recurso ysugieren que la situación futura empeorará en vezde mejorarse (Lugo y García Martinó 1996). Lacontaminación del aire ha disminuido algo, pero aúnpersisten los focos de contaminación industrial y degeneración de energía.

La importación de animales exóticos haproliferado ya que es un negocio provechoso y endemanda, mientras que los medios para supervisar ycontrolar el proceso de venta y la posesión son casiinexistentes. Las poblaciones de especies exóticasya establecidas han aumentado y desconocemos losposibles impactos a largo plazo que esto tendrá.Como señaláramos con anterioridad, de una Islaoriginalmente poblada por especies nativas

inofensivas, el Puerto Rico de hoy tiene especiesque pueden incluso causar la muerte a las personastales como: los caimanes, las abejas africanizadas,serpientes exóticas de gran tamaño o venenosas ylos perros Pitbulls. Es de notar que estas poblacionesde animales exóticos también exigen para su sustentorecursos naturales y espacios abiertos en un momentoen que éstos se reducen drásticamente para dar pasoal desarrollo de viviendas e infraestructura.

La acumulación de desperdicios sólidos y tóxicossigue aumentando sin estar disponibles los lugaresadecuados para disponer de ellos (Banco Popularde Puerto Rico 1995). No se hace nada por implantarmedidas de reducción en el punto de origen y dereciclaje en el proceso de mercadeo y en la etapa deconsumo. El consumerismo, en vez del ahorro,continúa siendo promovido como estilo de vida dandopie a la cultura de lo “desechable”.

La expansión urbana en forma horizontalcontinúa extendiendo la ciudad hasta unirse con elcampo. Como ya dijéramos, Puerto Rico es casitotalmente urbano, sólo nos quedan las pocas áreasprotegidas y algunas “manchas verdes” en manosprivadas, que cada vez más sucumben a la presiónurbanizadora. Ejemplo muy ilustrativo de lo anteriores toda la controversia sobre la designación delbosque urbano de San Juan en el área aledaña alJardín Botánico (Rivera 1997) y las constantes pre-siones para desarrollar el área de manglar más grandeque nos queda en Piñones-Vacía Talega (Reguero1993, 1994; Covas Quevedo 1996). El desarrollourbano va acompañado por el desarrollo de unainfraestructura de enormes proporciones que conllevaun impacto ambiental altísimo (Torres 1997b). Latopografía se transforma nivelando el terreno conpoderosas y enormes máquinas que consumenmogotes, cerros y montañas y rellenan manglares ypantanos. Ya no existe ni un solo río que transcurraininterrumpido y prístino de montaña a mar, todoshan sido canalizados, represados, alterados en sucurso, explotados para tomas de agua o utilizadospara descargas de aguas negras y contaminantes.

Las costas se poblan vertiginosamente de diques,rompeolas, muelles y embarcaciones comerciales yrecreacionales, mientras que las edificaciones tapanla vista y obstruyen el acceso a las playas. Efecto

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de lo anterior es una “privatización” de las playas, aléstas quedar fuera del acceso de la población, encontraposición al derecho a libre acceso que disponenlas leyes y reglamentos. El Departamento deRecursos Naturales y Ambientales contribuye a laprivatización de las playas con su confuso manejo ydeslinde de la zona marítimo terrestre.

Las implicaciones a los recursos naturales deldesarrollo urbano de un kilómetro cuadrado se ilustranen la Figura 5. Cada kilómetro cuadrado urbanorequiere varias veces su área para obtener losinsumos necesarios para apoyar la actividad en esekilómetro cuadrado (agua, energía, etc.) y para diluirlos desechos y efectos de la actividad humanagenerada en ese pequeño espacio. Si recordamosaquí nuestra condición de isla pequeña, es obvio queel problema presente y futuro de Puerto Rico es unode sobre desarrollo y, que si no fuera por los altossubsidios energéticos y económicos que recibimos,el sistema ya se habría colapsado.

Para verlo aún más claramente, no hay nadamás que recordar que al principio del nuevo mileniohabía menos de media cuerda (1,812 m2) de terreno

por persona para suplir todas sus necesidades. Ovisto de otra forma, un kilómetro cuadrado en PuertoRico contiene: 450 personas, 115 automóviles, 1,740animales domésticos y 3.75 kilómetros de carretera.Este kilómetro cuadrado tiene que: absorber el aguade lluvia para las 450 personas y sus 1,740 animales;proveer espacio para vivienda y trabajo; absorberlos desechos líquidos y sólidos; proveer recreación;proveer refugio contra los desastres naturales;proveer alimentación y albergar el resto de la flora yfauna.

Finalmente, el país confronta dos cosmovisionesencontradas: la del gobierno junto a una pequeñaélite económicamente poderosa y la del resto delpueblo que siente de cerca los negativos efectosambientales y sociales. El gobierno adopta la visiónpost-liberal imperante en la metrópoli, que se traduceen un énfasis en la privatización de los medios deproducción y de los servicios, con nefastasconsecuencias para la mayor parte de la población.Es así como al sector privado se le venden adescuento, y hasta se le regalan, bienes patrimonialesdel estado y bienes no patrimoniales del pueblo paradesarrollos turísticos y urbanos. Con el mismo fin,

FIGURA 5. Impactos en los sistemas naturales producidos por la creación de un km2 de ciudad europeay por la actividad generada en éste. Las áreas a la izquierda de la ciudad representan el espacionecesario para satisfacer las necesidades de consumo. Las áreas a la derecha de la ciudad son lasnecesarias para disponer los desechos de la ciudad. Si se suman todas las áreas se obtiene la cantidadde espacio necesario para sustentar un kilómetro cuadrado de una ciudad.

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se tratan de privatizar las corporaciones públicas acargo de las utilidades y las comunicaciones, losservicios de salud y hasta la educación (EFE NewsAgency 1998a-c).

Mientras el gobierno persiste en la visión demenosprecio de los recursos naturales que yadescribiéramos para la era anterior, el pueblo estácada vez más conciente de los desastres ecológicos,sus consecuencias y su relación con la salud física,emocional, económica y social de todos lospuertorriqueños. Ante un pueblo cada vez másactivo y militante en los asuntos ambientales, se tratade desacreditar y tildar a los activistas de “eco-terroristas” que atentan contra el crecimientoeconómico del país (Delgado 1996a-c). Se introducenprácticas administrativas para obviar la participaciónciudadana e incumplir con las leyes y reglamentosambientales, tales como el famoso procesamientoacelerado (fast-track) para la evaluación yaprobación de proyectos de desarrollo por lasagencias gubernamentales (Gerard Delfín 1998,Carrasco 1998b).

El resultado de todo lo anterior es que lascomunidades afectadas tienen que recurrir cada vezmás al tribunal como medio de hacer que el gobiernocumpla con las leyes y reglamentos. Sin embargo,los litigios son sumamente costosos y en casosgrandes y prolongados el gobierno tiene más recursospara resistir, perseverar y prevalecer. El momentode la acción es otro factor importante, ya que muchasveces cuando se llega a obtener resultados por elmedio legal los recursos ya han sido degradados enformas irreversibles. Dado este despertar, elgobierno también quiere impedir la acción ciudadanapor el medio legal. Por lo tanto, al presente, lalegislatura está proponiendo enmendar la legislaciónambiental vigente, en particular la Ley Núm. 9 (Leyde Política Pública Ambiental), que exige laparticipación ciudadana en la toma de decisionessobre proyectos de impacto ambiental para dejarla

casi inoperante.3

Ante esta situación, se necesita de la acciónconcertada de todos los ciudadanos para demandar

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3Ley núm. 9 del 18 de junio, 1970, 12 L.E.P.R.A. §1121 et seq.

(exigir) acciones preventivas y juiciosas del gobiernoy para convertirse en una voz activa en la toma dedecisiones. En la última parte de este capítulo sesugieren algunas áreas en las que, a nuestro juicio,se debe concentrar ese esfuerzo. Los lectores y losciudadanos con sentido de responsabilidad ambientalen la Isla tendrán mucho más que aportar.

La Historia de la Conservación y laGerencia Ambiental

Esfuerzos institucionales en pro del ambiente

Como señaláramos con anterioridad, la historiade la gerencia y conservación del ambiente en PuertoRico comienza a partir de la época de los españoles.Con la promulgación de legislación, la creación deagencias, junto al auge en la participación de laciudadanía, la Isla ha logrado situarse a la vanguardiaen el mundo moderno. Es importante conocer estaevolución para ubicar en justa perspectiva nuestrasituación de hoy y la acción ciudadana futuranecesaria. Entre otras cosas, es necesario tenerclaros los logros alcanzados para no perderlos yreconocer que la acción ciudadana ha sido crucialen la defensa de nuestro patrimonio natural. Sobretodo, este entendimiento debe animarnos a la acciónconcertada, urgente y necesaria que estos últimosaños de crisis ambiental exigen.

Pasemos ahora a la historia de la conservacióna partir del 1898. En el escenario de la conservaciónocurren cosas importantes en la temprana etapa detransición al dominio norteamericano. En 1902 secomienza a proclamar bajo el gobiernoNorteamericano las áreas protegidas heredadas delos españoles y en 1917 se comienza su administracióncomo parte del sistema de Bosques Nacionales delos Estados Unidos. En ese mismo año se nombrael primer Supervisor Forestal del entoncesdenominado Bosque Nacional de Luquillo. Además,se crea el Servicio Forestal de Puerto Rico dentrodel Departamento de Agricultura y Trabajo pero bajola administración del Supervisor Forestal federal.

Entre el 1920 y 1933 se hacen siembrasexperimentales con 53 especies de las cuales 28 erannativas y se establece el primer vivero en la isla. Apartir del 1931 este esfuerzo de reforestación estuvo

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a cargo del Dr. Leslie Holdridge, dasónomo graduadode la Universidad de Maine, que trabajó con elBosque Nacional del Caribe hasta el 1939. Bajo sudirección se sembraron más de 10,000 cuerdas deplantaciones, para las cuales se usaron semillaslocales y recolectadas en Haití, Panamá yVenezuela. Holdridge estuvo a cargo de adiestrar alos jóvenes de los Cuerpos Civiles de Conservación(CCC) en las técnicas para la preparación de viverosy la producción y siembra masiva de plántulas enterrenos adquiridos como reservas forestales paracontrol de erosión en las cuencas hidrográficas.

Holdridge y sus dos ayudantes principales, LuisE. Gregory y José Marrero, se convirtieron enexpertos en los árboles de Puerto Rico y establecieronun herbario para conocimiento y referenciaprofesional. En 1939 se crea la EstaciónExperimental de Bosques Tropicales (hoy el InstitutoInternacional de Dasonomía Tropical y de ahora enadelante el Instituto) y Holdridge se incorpora comocientífico a este nuevo programa, trayendo consigoel herbario. Durante su incumbencia colabora conel Jardín Botánico de Nueva York llevando a caboinvestigaciones en varias islas del Caribe. Además,fundó la revista técnica y trilingue “CaribbeanForester” cuya publicación se mantuvo por 24 añosconsecutivos gracias a los esfuerzos del Dr. FrankWadsworth. En colaboración con José Marrero,Holdridge escribió dos volúmenes descriptivos de losárboles de Puerto Rico (Holdridge 1942, 1943). En1941, éste se marchó a Haití y luego a Costa Rica acontinuar sus trabajos.

Se precisa destacar los múltiples trabajos einvestigaciones del Dr. Frank Wadsworth, del ServicioForestal de los Estados Unidos y su contribución ala protección y administración de los recursosnaturales en Puerto Rico. Su excelente tesis doctoral(1942) provee información histórica de gran valorademás de la de los ecosistemas naturales quedescribe. Ya en este documento el Dr. Wadsworthdeja planteada su inquietud con respecto al futurode la cotorra puertorriqueña dado a la notablereducción en su población.

La restauración de terrenos degradados comomedio de conservación, fue practicado por primeravez en Puerto Rico y con gran éxito por el Servicio

Federal e Insular de Bosques, bajo la dirección delServicio Forestal Federal de 1935 a 1960. Duranteeste periodo se desarrollaron los programas de laPRRA (Puerto Rico Reconstruction Administration)y también se organizaron los Cuerpos Civiles deConservación en los Bosques Estatales y Federales.Los jóvenes participantes de este programa fueronlos que construyeron las carreteras, veredas y áreasrecreativas en estos lugares y sembraron miles decuerdas de terreno con especies nativas y exóticas.

De 1934 al 1946 se lleva a cabo una intensareforestación de los bosques estatales donde sesiembran 18,000 cuerdas (7,091 ha). El Instituto, aligual que sus predecesores la Estación ExperimentalTropical (1939) y el Instituto de Dasonomía Tropical(1962), han tenido como misión principal el llevar acabo investigación científica. Sus estudios han hechodel Bosque Nacional del Caribe uno de los bosquestropicales mejor estudiados del mundo. Estosconocimientos, a su vez, proveen la base y facilitanel desarrollo de nuevas investigaciones y proveeninformación científica valiosa para la administraciónde sus recursos y para su conservación.

En 1942, Wadsworth y José Marrero eran losresponsables de la silvicultura en los bosquesestatales y federales de Puerto Rico. A partir del1953 la administración de los bosques estatales pasóal Departamento de Agricultura de Puerto Rico ysolo los bosques de Luquillo y Toro Negro quedaronbajo jurisdicción del Servicio Forestal Federal. JoséMarrero concentró sus esfuerzos en el desarrollo deplantaciones en los bosques federales y Wadsworth,su supervisor, continuó sus investigaciones sobrebosques tropicales y trabajó en la restauración delos bosques nativos. Trabajando en estrechacolaboración, ambos contribuyeron al desarrollo delos fundamentos de la dasonomía tropical e hicieronavances en las técnicas de siembra y en el estudiosistemático del crecimiento de especies tropicales.Los estudios sobre el crecimiento de árboles deWadsworth aún continúan y son los más antiguos desu clase en los trópicos de este hemisferio. A basede sus resultados, Wadsworth desarrolló métodosde manejo de bosques tropicales que se hanimplantado en América Latina, África y Asia y quese recogen en su libro “Forest Production forTropical America” publicado en el 1997 por elServicio Forestal de los Estados Unidos de América.

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Bajo la dirección de Wadsworth, el Instituto seconvirtió en el centro de adiestramiento dedasónomos tropicales y en un centro de generacióny distribución de información sobre dasonomíatropical. Entre el 1959 y el 1970 se adiestraron másde 200 dasónomos tropicales procedentes de todoslos continentes y muchos de ellos se convirtieron enlíderes forestales en sus países. Durante este mismoperiodo, se llevaron a cabo experimentos con másde 400 especies de árboles tropicales, se publicaronlibros sobre las propiedades de las maderas tropicalesdel Caribe así como 16 volúmenes del “CaribbeanForester”. Además, el Instituto estableció unabiblioteca especializada en dasonomía tropical yconsiderada al presente como la más extensa en laregión. Estos logros y los cientos de publicacionesde esta institución, convirtieron a Puerto Rico en lavanguardia de la dasonomía tropical de estehemisferio.

Wadsworth también ayudó al desarrollo de laconciencia ambiental en Puerto Rico y a laconservación de los bosques y recursos naturalesdel país. Cabe señalar aquí algunos ejemplos queilustran la magnitud de su contribución en este ámbito.En 1973, él ayudó a identificar 72 áreas naturalescríticas a ser conservadas por la Junta dePlanificación. En su gestión con esta agencia,desarrolló el concepto de zonificación especial delas áreas aledañas a El Yunque, como instrumentopara proteger la integridad del paisaje alrededor deeste recurso natural. Presidió la Comisión delgobernador que recomendó la creación de la Juntade Calidad Ambiental y luego la del Departamentode Recursos Naturales. Estudió en detalle y elaboróplanes de conservación para la isla de Mona. Susvaliosas contribuciones a la educación ambiental enel país se desarrollaron en muchas vertientes, peroen particular a través de dos instituciones: el Conciliode Niños Escuchas y la Sociedad de Historia Natural,de la cual fue miembro fundador y fuerza motora.De sus muchos años de aportación al escutismo y aluso del campamento de Guajataca para la educaciónambiental, surgieron varios dasónomospuertorriqueños que hoy en día sirven al país ycontinúan su labor de defensa del ambiente.Finalmente, es preciso señalar que ayudó a redactarla Ley de Bosques vigente en Puerto Rico y que esel responsable del inicio del programa de recuperaciónde la cotorra puertorriqueña.

En 1979 uno de los autores (Lugo) fue nombradopara dirigir los esfuerzos de investigación delInstituto. Gracias a la existencia de los datossistemáticamente recopilados por tantos años y a laexistencia de los trabajos de ecología pionerosllevados a cabo por H.T. Odum y colaboradores eneste bosque, era el momento adecuado paraprofundizar más en las investigaciones para buscarlas causas de los resultados de los esfuerzosanteriores de reforestación y de manejo de losbosques. Estas causas descansan en las influenciasdel clima, el suelo y las relaciones entre las muchasespecies de plantas y animales, además de losimpactos humanos en los ecosistemas. A tal fin, seestableció el programa de Estudios Ecológicos aLargo Plazo vigente hasta el presente en el BosqueExperimental de Luquillo como se conoce el BosqueNacional del Caribe en el ámbito de la ciencia. Esteprograma, al igual que su precursor, no se ciñó alámbito del Bosque Nacional del Caribe. Tiene unenfoque comparativo y global aún cuando su énfasissea en la América Tropical y el Caribe. Se apoya enuna extensa colaboración con científicos y entidadeseducativas y de investigación de todas partes delmundo que enriquecen el liderato ofrecido por loscientíficos del Instituto.

Un hito importante en la protección de losrecursos naturales en Puerto Rico ocurre en 1956con la ratificación de la constitución del Estado LibreAsociado. En el preámbulo la misma dice:

“será política pública ambiental delEstado Libre Asociado el conservar,desarrollar, y utilizar sus recursosnaturales en la forma más eficaz posiblepara el bienestar de la comunidadgeneral”.

Es así como la Isla se convierte en uno de lospocos lugares del mundo que otorgan a la proteccióndel ambiente rango constitucional. Sin embargo, apesar de lo anterior, los esfuerzos de conservaciónno se institucionalizan hasta la década del ’70 con elestablecimiento de agencias gubernamentalesdedicadas exclusivamente a esta gestión, creandograndes expectativas para la Isla. En el 1970 surgela Junta de Calidad Ambiental y en el 1972 seestablece el Departamento de Recursos Naturales

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(ahora Departamento de Recursos Naturales yAmbientales), que hasta entonces había sido unadivisión dentro del Departamento de Obras Públicas.La Agencia de Protección Ambiental de los EstadosUnidos comienza a operar en la Isla en el 1973. Encoordinación con otras agencias ya establecidas,como la Junta de Planificación de Puerto Rico y elServicio de Conservación de Suelos delDepartamento de Agricultura de los Estados Unidos(ahora Servicio de Conservación de RecursosNaturales), se desarrollaron planes para laconservación de las áreas naturales críticas, el agua,los suelos y el aire de Puerto Rico. La mayor partede estos planes no se implantaron por las razonesque discutiremos más adelante. Peor aún, elprocedimiento estipulado por la Ley de PolíticaPública Ambiental, (Ley Núm. 9 del 18 de de juniode 1970) para la determinación de impactosambientales, que prometía ser un instrumento tanvalioso para la protección ambiental, ha sidodevaluado.

Esfuerzos Ciudadanos en Pro del Ambiente

Uno de lo primeros ejemplos de acción ciudadanapara la protección del ambiente es ofrecido por ClaraLivingston, norteamericana que se establece en elpueblo de Dorado para principios de siglo y quientuvo un papel importante en la conservación de untipo de bosque tropical único en el pueblo de Dorado.Ella y su esposo, el doctor Livingston, invitaron a loscientíficos H.A. Gleason y Mel Cook a visitar supropiedad en Dorado cuando éstos se encontraban,en la década del 20, realizando sus famosos trabajospioneros sobre la ecología de los bosques de PuertoRico. Gleason y Cook quedaron fascinados con lavegetación típica de las arenas blancas silícias deeste lugar y publicaron un escrito describiendo estetipo de asociación vegetativa y destacando cuanespecial y único era. Más tarde, al morir el Dr.Livingston, el gobierno trató de expropiar los terrenospara desarrollarlos. La señora Livingston desafió ylogró detener los designios de desarrollo del gobierno,protegiendo así la conservación de este tipo deasociación vegetativa en su propiedad. Figueroa etal. (1984) documentó esta sucesión vegetativa pero,a pesar de esto, en la década del 90 el gobiernopermitió la destrucción de casi todos los bosques enesa región de Dorado. Aunque en esta instancia las

fuerzas de destrucción prevalecieron, los esfuerzosde la señora Livingston son un ejemplo temprano decompromiso ciudadano que favorece la conservaciónsobre la conversión de recursos únicos y críticos.

La participación ciudadana en la conservaciónera muy limitada para la década de los 50. En 1966,un grupo de prominentes ciudadanos de la Isla,publicaron en el periódico “The San Juan Star”,“Un llamado urgente...”. Este llamado fueactualizado, reformulado y retomado por más de 200personas y publicado en El Nuevo Día en 1990(Morales Cardona et al. 1994). En Puerto Rico,desde sus inicios, la acción ciudadana en pro delambiente se ha considerado subversiva o motivadapolíticamente, dado que, algunos prominentes líderesde la gestión ambientalista en las décadas del 60 al70 eran a su vez independentistas. Muchos de ellosfueron perseguidos, tanto por sus ideas políticas comopor sus gestiones en pro del ambiente. Aún hoy endía, los ciudadanos que llevan a cabo estas accionesde protección ambiental son perseguidos,amenazados en su seguridad personal, o en el mejorde los casos, ridiculizados, tachados de “enemigosdel progreso económico” y de “comunistas”. Loanterior queda evidenciado en el artículo publicadopor El Nuevo Día en 1996 en el cual se refería a losgrupos de acción ciudadana como “eco-terroristas”(Delgado 1996a-c). A pesar de estas presiones, através de los años se han destacado individuos cuyasejecutorias consecuentes han logrado estableceracciones puntuales decisivas en el desarrollo de laconcienciación y la acción ambiental.

A medida que se ha aumentado la concienciaambiental, la participación ciudadana se ve reflejadaen la creación de múltiples grupos de accióncomunitaria. Esto queda evidenciado en la recientepublicación de un directorio de organizacionesambientales que incluye 49 grupos. Este auge engrupos comunitarios se debe en gran medida alfracaso de las agencias ambientales gubernamentalesen cumplir con su encomienda ministerial. Estosesfuerzos organizados comenzaron con la iniciativade Misión Industrial en el 1969 con el propósito deque las industrias multinacionales promovidas porFomento Económico y aquí establecidas, seresponsabilizaran por la contaminación del ambientecausada por sus operaciones de producción ycompensaran de alguna forma esos impactos.

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Las leyes, los reglamentos, la política pública yhasta las disposiciones constitucionales sonconstantemente violadas por el gobierno, lasempresas y los ciudadanos. Es menester destacarque las violaciones por el gobierno son inexcusables,dado que son los custodios del patrimonio natural.Como resultado de la ineficiencia funcional de lasagencias, los ciudadanos con conciencia ambientalde todas las ideologías políticas, han tenido que acudira los tribunales para obligar a las agencias a cumplircon las leyes ambientales. Sin embargo, debido alos costos de estos procedimientos, se ha creado unasituación de “indigencia legal” que eventualmenteprovoca que el gobierno prevalezca en su desprecioen el cumplimiento de las leyes ambientales adetrimento del pueblo afectado. No obstante, eneste renglón la lucha ambiental ha tenido importanteslogros legales que han establecido precedentes.

En el Puerto Rico de hoy, con excepción de lasdrogas, el crimen, y la corrupción gubernamental,los problemas más serios son todos ambientales. Losproblemas ambientales a su vez, impactan laeconomía y la estructura social y a veces soncausados por la corrupción gubernamental queenvuelve la violación de las leyes y reglamentosambientales, sobre todo los de zonificación y lospertinentes a la extracción de agua y materiales dela corteza terrestre (Quiñones Rivera 1997, Franco1998a,b). La basura, la calidad y la cantidad de agua,los desperdicios tóxicos, las inundaciones, los peligrosdebidos a catástrofes naturales y la calidad del aire,son todos problemas ambientales que requierenatención urgente. Por tal razón, la ciudadanía y laprensa están más alertas que nunca antes a losasuntos ambientales, pues sufren sus consecuenciasdirectas diariamente. La raíz de todos estosproblemas es el mal uso de la tierra causado pornuestro menosprecio de este recurso. El desarrollourbano está consumiendo los terrenos agrícolas, yexcediendo la capacidad de la infraestructura y delgobierno para prestar servicios.

Este conflicto entre la explotación y el sabiomanejo de los recursos naturales se debe a que lamayoría de las personas que tienen el poderdecisional sobre éstos continúan trabajando bajo laobsoleta visión mecanicista del mundo del siglo XVIIIque hace énfasis en el dominio del ser humano por

medio de la tecnología sobre la naturaleza y quejustifica la depredación de ésta. Sin embargo, esimprescindible que prevalezca un nuevo paradigmaque permita el desarrollo de una sociedad sustentable.Este tiene necesariamente que ser uno holístico ytransdisciplinario donde se perciba al mundo comouna red viva de relaciones y se base en el principiode la totalidad. Esto implica que todos loscomponentes del planeta están vivos y relacionados.Debe entenderse que el ser humano y el mundonatural son extensiones mutuas y dependientes (Ruiz1997).

El desarrollo sustentable se ha estadoproponiendo como una importante alternativa paralos problemas regionales y globales de nuestro planetadesde la Conferencia de Nairobi en el 1984. Lasustentabilidad implica un balance entre tresimperativos globales: integridad ambiental, eficienciaeconómica y bienestar social. Más aún, para que loanterior ocurra se requiere que haya paz y justiciapara todos a nivel global. Dado la importancia ytrascendencia de estos planteamientos en el manejode nuestros recursos naturales, los mismos han sidoretomados y reforzados en las distintas cumbres anivel mundial sobre el estado del planeta (Conferenciade Educación Ambiental UNESCO en Río deJaneiro en 1992).

Solo la acción humana concertada puede lograreste equilibrio en nuestras comunidades. A nivel local,como un ejemplo de la implantación de esta nuevavisión de desarrollo socio-ambiental se destacan losesfuerzos del Taller de Arte y Cultura Casa Pueblode Adjuntas (Massol González 1995). Laperseverancia en la organización y accióncomunitaria de este grupo logró, luego de 15 años delucha, la designación del Bosque del Pueblo en 1996donde se reclamaron 730 cuerdas (276 ha) de terrenoobjeto de exploración minera (oro, plata y cobre) ypor años consideradas para la explotación. Este logroes bien significativo por dos razones: primero, porquedesde el 1943 no se habían proclamado áreasforestales en la Isla, y segundo, por ser esta laprimera instancia en que el manejo forestal se estáefectuando con participación igualitaria entre losciudadanos y el gobierno.

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El Futuro Incierto: Turismo, DesarrolloUrbano y Globalización

Como hemos visto, los recursos naturales dePuerto Rico y por ende, su economía, son muyvulnerables. El pequeño tamaño de la Isla, lacomplejidad para el manejo ambiental que presentansus condiciones ambientales tan diversas, su granvariedad de recursos naturales, su topografíaescarpada, su alta densidad poblacional, su alto nivelde vida y los impactos de fenómenos naturalesperiódicos, contribuyen a esta vulnerabilidad. Unmanejo adecuado de estas condiciones requiere una

conservación rigurosa de los recursos naturales parala protección de la población isleña de los recurrenteseventos catastróficos que la afectan: inundaciones,sequías, tormentas, huracanes, deslizamientos,terremotos y marejadas de tormenta y de fondo.Una acción concertada, un fuerte sentido de direccióny propósito y la perseverancia son requisitosindispensables para el uso sustentable de los recursosnaturales de Puerto Rico.

Desafortunadamente, el manejo y laconservación de los recursos naturales de PuertoRico está muy lejos de ser uno óptimo. La acción

TABLA 1. Agencias con ingerencia en el manejo del recurso agua en Puerto Rico.________________________________________________________________________________

Agencias Insulares

Administración de Reglamentos y Permisos (ARPE)Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA)Autoridad de Carreteras (AC)Autoridad de Energía Eléctrica (AEE)Autoridad de los Puertos (AP)Autoridades y Agencias Municipales (AAM)Departamento de Agricultura (DA)Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA)Departamento de Salud (DS)Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP)Instituto de Recursos de Agua, Universidad de Puerto Rico RUM (IRA/UPR)Junta de Calidad Ambiental (JCA)Junta de Planificación de Puerto Rico (JP)

Agencias Federales

Administración Nacional del Manejo de la Atmósfera y los Océanos (NOAA)Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos de América (EPA)Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA)Agencia Federal para el Desarrollo Rural (RDA)Negociado de Reclamación del Departamento de lo Interior de los Estados Unidos de América (BLM)Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos de América (ACOE)Departamento de Transportación de los Estados Unidos de América (DOT)Servicio de Conservación de Recursos Naturales del Departamento de Agricultura de los Estados Unidosde América (NRCS)Servicio Geológico de los Estados Unidos de América (USGS)Servicio de Guardacostas de los Estados Unidos de América (USCG)Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos de América (USFWS)Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América (USDA ForestService)______________________________________________________________________________

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gubernamental está fragmentada, los recursos semanejan aisladamente en vez de en sincronía conlos demás. Por ejemplo, hay 25 agencias públicasque tienen que ver con la administración yconservación del agua (Tabla 1). Todas tienen algúntipo de ingerencia con el recurso, pero ninguna asumela responsabilidad total e inclusive, en ocasiones,toman decisiones encontradas. Esto es así, aúncuando la ley que creó al Departamento de RecursosNaturales (ahora Departamento de RecursosNaturales y Ambientales, DRNA) y la Ley de Aguasde Puerto Rico establecen que le corresponde adicha agencia la responsabilidad primaria del manejodel agua en Puerto Rico. La Ley de Aguas (Ley136 del 3 de junio del 1976) indica en su preámbulo:

“declara las aguas de Puerto Ricopatrimonio y riqueza del Pueblo dePuerto Rico” y “otorga al Secretario deRecursos Naturales facultades paraplanificar y reglamentar el uso yaprovechamiento, la conservación y eldesarrollo de las aguas de Puerto Rico ypara implementar la política pública y losreglamentos y normas pertinentes a lasaguas de Puerto Rico”.

Por consideraciones políticas y falta depresupuesto, el DRNA se ve imposibilitado de asumirel liderato que le corresponde y las demás agencias,en particular la Autoridad de Acueductos yAlcantarillados (AAA), se resisten a responder a lacoordinación y dirección del DRNA.

Son muchos los ejemplos del uso desacertadode los recursos naturales isleños. Por ejemplo, elturismo rutinariamente destruye humedales y otrosrecursos naturales que constituyen la base mismade lo que atrae a los turistas. La zona marítimo-terrestre, un bien de dominio público, reconocido yprotegido por muchas leyes que datan desde el tiempode los españoles, se está privatizando sinconsideración a los efectos ambientales y socialesde tales acciones. La ley de Municipios Autónomosestá fomentando la expansión urbana a toda suextensión territorial, sin consideración a los bosques,humedales, ríos o estuarios. El manejo territorial sehace en función a los límites políticos municipalesque no guardan relación alguna con la extensión delos ecosistemas naturales.

Lo anterior adquiere más relevancia ante losinevitables impactos de la economía global. Estosimpactos pueden resultar en enormes gananciaseconómicas para los ganadores y en dañosigualmente grandes a los perdedores. En términosambientales esto quiere decir que los intereseseconómicos que propician que nuestra isla secontamine, se deforeste, se sobreuse, se rellene debasura y de desperdicios tóxicos, se irán a otro lugardejándonos el desastre ambiental para que los nativoslo limpiemos y resolvamos, si es que se puede.

Algunos de estos problemas ya son evidentesen Puerto Rico. El gobierno subsidia proyectos ahoteles y farmacéuticas, entre otros, a expensas delos ríos, estuarios, acuíferos y de las necesidades deagua de las comunidades locales. El número de áreasafectadas por la acumulación de basura y por losdepósitos de desechos tóxicos aumenta diariamentey no hay nadie que se responsabilice por el costo delimpiarlas.

La economía isleña es incapaz de producir losalimentos necesarios para sus habitantes y ni siquieratiene una producción significativa agrícola, o de otraíndole, que pueda intercambiar con otros países poralimentos en el caso que se terminen los subsidiosdel gobierno federal. Estos subsidios sonsignificativos: el 80 por ciento de las familias en laIsla reciben cupones de alimentos y uno de cadacinco dólares en nuestra economía proviene de unatransferencia directa del gobierno de los EstadosUnidos. La destrucción ambiental nos lleva a unacreciente y continúa dependencia de importacionesde energía, alimentos, amenidades y todo tipo deproductos requeridos para mantener una economíamoderna. Es obvio, que a mayor dependencia, mayores la vulnerabilidad del sistema a las fluctuacionesexternas y presiones internas.

¿Qué Podemos Hacer?

Puerto Rico tiene una gran biodiversidad y unalocalización privilegiada que la dota de condicionesambientales favorables. No obstante, debemosreconocer que sus ecosistemas nativos son pequeñosy muy suceptibles a desaparecer por las presionesnaturales y humanas a que están constantementesujetos. En muchas instancias, ya hemos excedido

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la capacidad de sostenimiento de los mismos. Nopodemos detener el progreso de Puerto Rico, perosí podemos ordenarlo. Al presente, se crecedesordenadamente, cada cual por su lado, haciendoobras a conveniencia particular sin pensar en elefecto que este desorden causa a la Isla como untodo. La Junta de Planificación, como agenciareguladora encargada del ordenamiento de losterrenos y la planificación integral del país, deberetomar firmemente esta responsabilidad. De estemodo, se conservarían áreas extensas deecosistemas naturales saludables y operantes concapacidad para proveer los servicios y subsidiosambientales necesarios para sostener la calidad devida y el progreso del país. Esto incluye, entre otrascosas, el poder coleccionar agua, diluir aguas usadasy contaminantes, amortiguar los efectos de lasinundaciones, tener refugio en las tormentas yproveer recreación y esparcimiento a la poblaciónde manera sustentable.

Por lo tanto, hay que reconocer el valor de latierra como recurso natural y la necesidad de utilizarcada metro cuadrado de terreno de la manera másracional y sabia posible. Ya los inflados precios enel mercado de valores de bienes raíces reflejan elencarecimiento de este recurso para desarrollosurbanos. Esto a su vez, pone aún más presión paraque se truequen para desarrollo sus otros valiososusos tales como: bosques, protección de vida silvestre,recarga de los acuíferos, agricultura, recreación,esparcimiento espiritual y belleza del paisaje, entreotros. Tenemos que conservar los pocos terrenosprotegidos que nos quedan y añadir otros. Losdesarrollos urbanos deben hacerse concentrando lasdensidades de las áreas ya impactadas y noañadiendo nuevas áreas para estos fines.

La importancia de tener agua en cantidad ycalidad adecuada es reconocida por todos lospuertorriqueños. Pero hay que actuar para conservareste recurso, desde su uso juicioso hasta la protecciónde las cuencas, los bosques, el control de erosión ytodo lo que sea necesario, incluyendo un diseño decasas y comunidades que ahorren este recurso. Hayque exigirle al gobierno una planificación abarcadoray a largo plazo que coordine las acciones de todaslas agencias gubernamentales para lograrlo. Hayque reconocer que los abastos de agua, lasinundaciones y la contaminación del agua son todos

aspectos relacionados que hay que tratar encoordinación y no por separado. Es preciso lograrla acción concertada de las 25 agenciasgubernamentales que tienen ingerencia en el uso yconservación de este recurso (Tabla 1).

En Puerto Rico hay muchas leyes y reglamentosambientales, tanto locales como federales, paraproteger adecuadamente sus recursos. Es necesarioque todos obedezcamos las leyes, reglamentos ypolíticas públicas existentes. Hay que exigirle algobierno, y sobre todo a las agencias ambientales,que las cumplan y las hagan cumplir. Es inconcebibleque permitamos que se enmienden las leyes yreglamentos para permitir la destrucción impune delos recursos para beneficio económico a corto plazode unos pocos privilegiados.

Se precisa que todos sepamos cuáles sonnuestros bienes comunes, que nos pertenecen a todosy el gobierno solo los administra, para así poderprotegerlos. Esto es lo que se llaman bienes dedominio público no patrimoniales. Es necesario quese mantengan de dominio público y no se vendan yprivaticen.

Debemos exigir la profesionalización de laagencias ambientales y su despolitización, ademásde un serio compromiso de parte del ejecutivo deasignar los recursos necesarios para una buenagerencia ambiental. Es primordial que el ejecutivorespete y apoye las posiciones y tome en cuenta lasrecomendaciones de las agencias para la protecciónde los recursos. Se requiere continuidad en laadministración de los recursos naturales. Se precisaque se fomente una mayor y más efectivaparticipación ciudadana en la búsqueda de consensopara los asuntos ambientales.

Como ciudadanos, debemos exigir y estardispuestos a participar en un diálogo efectivo con elgobierno sobre los planes y políticas de desarrollo acorto y largo plazo para la Isla. Esta discusión tieneque basarse en la formulación de modelos dedesarrollo alternos, que enfoquen en el mejoramientode la calidad de vida y promuevan un desarrollosustentable. Esto requiere una visión clara y a largoplazo del futuro del país, que incluya los cambiosglobales que están ocurriendo y como éstos nosafectan.

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Para lograr lo anterior se necesita la mayorparticipación posible de todos los sectores del puebloen las decisiones que nos afectan, respeto a laopinión ajena y destrezas para lograr consenso. Senecesitan ciudadanos responsables, educados yactivos en la formación de un mejor mañana. Cadauno de nosotros tiene y debe ser partícipe de esteesfuerzo. El compromiso individual es indelegable,urgente y necesario para nuestra supervivencia y lade las futuras generaciones.

AGRADECIMIENTOS

Este trabajo se hizo en colaboración con laUniversidad de Puerto Rico. Ivelisse Ruiz, MildredAlayón, Gisel Reyes, Jorge Morales y AndreaHandler editaron y contribuyeron con el manuscrito.

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APÉNDICE. Leyes, ordenes y reglamentos para la utilización y protección de los recursos ambientalesde Puerto Rico: 1510-1898. Fuentes: Bagué (1962) y Domínguez Cristóbal (1989b).

____________________________________________________________________________Ley, Ordenanza o Reglamento Disposiciones_____________________________________________________________________________Ley de Indias, Ley 8va de 1510 “Nuestra voluntad es hacer, y por la presente

hacemos, los montes de fruta silvestre comunes,y que cada uno pueda coger, y llevar las plantaspara poner en sus heredades y estancias yaprovecharse de ellos como cosa común”.

Leyes de Indias, Ley 1era del 1513 Establece las reglas por las cuales se puedendistribuir las tierras para aprovechamientoagrícola entre los residentes de la Isla. Limitala tenencia a 170 acres y establece requisitos deresidencia en la propiedad y cultivo de la misma.

Leyes de Indias, Ley 7ma de 1533 El Trono ordenó “que los montes y pastos de lastierras de señorío sean también bienescomunes.” Esta disposición se refería a “losterrenos contenidos en las mercedes queestuvieren hechas o hiciéramos de señoríos enlas Indias que deben ser comunes a losespañoles e indios”.

Leyes de Indias, Ley 11ma del 1536 “Todos los residentes a quienes se les dieretierra están obligados dentro de los próximostres meses a tomar posesión y sembrar saucesy árboles a lo largo de sus guardarrayas, si seajusta la estación, de modo que al colocar elterreno en condiciones buenas y propicias sepueda usar la madera que necesite, y si no seplantaren al expirar dicho periodo perderánel derecho a la tierra, de la cual se podrádisponer o entregar a otro colono, todo lo cualse aplica también a los pueblos y las zanjas a lolargo de los confines de las ciudades y villas”.

Leyes de Indias, Ley 1era de 1541 Reafirma “Que los pastos, montes, aguas yterrenos sean comunes en las Indias y lo que seha de guardar en la Isla Española.” Esta leycubría a los que ya se habían establecido y losque viniesen y por primera vez la Coronaespecifica una penalidad por incumplimiento:“cualquiera que estorbase incurre en pena decinco mil pesos de oro.” El Gobernador brigadierde Puerto Rico, Meléndez Bruna el 29 de marzode1816 Reglamentó “el corte y extracción demaderas de los montes y bosques”.

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Determinación de la Corona del 1818 Creación de la Junta Superior para elRepartimiento de Terrenos Baldíos, agenciadel gobierno español que interviene en ladeforestación con fines agrícolas.

Gobernador, Teniente General Don Miguel Primera ley de conservación de bosquesde la Torre, Circular Núm. 493 de 1824 para para proveer la conservación del agua.la conservación de aguas, suelos y árboles Establecía que: “En las cabeceras de los

ríos y quebradas bajo ningún pretexto sepermitirá hacer desmontes ni descubrir elnacimiento de las aguas”. “A las orillas de losríos y quebradas con media cuerda de uno yotro lado, no se permitirá tampoco el corte deárboles, conservándolos para la frescura ypermanencia de aquéllas”. “En las cabecerasde los ríos y quebradas y en las orillas queestuviesen descubiertas, obligarán los alcaldesa los propietarios a sembrar estacas de aquellosárboles cuyo crecimiento en el país se conozcamás rápido para subsanar periódicamente deeste modo el perjuicio que ya se padece por nohaber con tiempo ocurrido se a evitar estacalamidad”. “A los ríos cuyas orillas se hallenlimpias se les dará quince varas de monte porcada lado y diez a las quebradas”.

Real Orden de 29 de agosto de 1839 Dispone la creación de una Junta para protegerla cría de maderas de construcción y el comerciode cabotaje y pesca de la Isla. “para el manejoy replobación forestal y una Ley de Bosquesmás abarcadora que la vigente”.

Circular Núm. 34 de 1844 de Don Rafael Urgió a los alcaldes a la conservación dede Arísteguí y Vélez, Conde de Marisol y bosques y arboledas y a plantar árboles “porGobernador de Puerto Rico cuenta de sus respectivos fondos, a las orillas

de todos los caminos que parten de suspoblaciones a la distancia de diez varas,dentro de su término municipal”. Ordenó elestablecimiento de guardamontes, los cuales elGobierno Superior nombraría a propuesta delos Ayuntamientos.

APÉNDICE. Leyes, ordenes y reglamentos para la utilización y protección de los recursos ambientalesde Puerto Rico: 1510-1898. Fuentes: Bagué (1962) y Domínguez Cristóbal (1989b).(continuación).

____________________________________________________________________________Ley, Ordenanza o Reglamento Disposiciones_____________________________________________________________________________

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1850 Se ordena que las tierras que revertieran a laCorona por no haber sido cultivadas, si seprestaban para bosques se les retendría paratal fin sin venderlas y se pondrían bajo laadministración de un ingeniero de montes oficial.

Real Orden del 10 de noviembre de 1853 Ordena preparación de una Ley de Montes,deslinde de tierras de la Corona y recogido deinformación en cuanto a la cantidad de árbolesexistente y los métodos de corta. Se nombranlos ingenieros de montes para que llevasen acabo esta labor en un periodo de tres años. Seestablece sembrar tres árboles por cada unoque se corte. Contiene instrucción facultativapara los trabajos y memoria de reconocimientoque han de practicar en las Antillas losIngenieros de Montes y señalando una cantidadpara la adquisición de instrumentos para esteservicio. Especifica en gran detalle todo lo quedebe incluir el inventario y como se presentarásu informe.

Real Orden del 13 de septiembre de 1855 Ordena enviar las colecciones producidas por elinventario a España a la Escuela Especial deIngenieros de Montes de Odón (fundada en 1842por Bernardo de la Torre). Se comienza elreclutamiento de estudiantes por convocatoria aexámenes de ingreso a dicho plantel docente. Elcurso cubría 4 años de estudios con loscorrespondientes turnos de práctica en losdistritos forestales y requería aprobación de unexamen final de todas las asignaturas estudiadas,aprobado lo cual, se les otorgaba el título deIngeniero de Montes.

Orden del Gobernador Coronel del 12 Se prohibió la corta, sin permiso previo de lade febrero de 1859 autoridad local, del cedro, úcar, capá, algarrobo,

tortugo y aceitillo. Estas maderas servían parafabricar barcos de la Armada por lo cual se lesconsideraba muy necesarias y habían mermadoconsiderablemente por su corta para exportaciónal extranjero.

APÉNDICE . Leyes, ordenes y reglamentos para la utilización y protección de los recursosambientales de Puerto Rico: 1510-1898. Fuentes: Bagué (1962) y Domínguez Cristóbal (1989b).(continuación).

____________________________________________________________________________Ley, Ordenanza o Reglamento Disposiciones_____________________________________________________________________________

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1860 Primera asignación presupuestariagubernamental para la implantación de la Leyde Bosques por los Ingenieros de Montes.

1866 Se establece la Inspección de Montes dePuerto Rico.

Juan Fernández Ledón, Ingeniero Se publica “Inventario de los Montes Públicosde Montes 1870 de la Isla de Puerto Rico”. En este primer

inventario forestal el autor da constancia de latopografía, calidad del terreno, condición delbosque, vestigios de abuso, y anota las especiesde árboles que hay en cada parcela estudiada.

1870 Se suprime la Inspección de Montes dePuerto Rico.

Decreto del General Sánz del 1875 Prohíbe la quema o tala de montes, tanto parti-culares como del Estado, sin previa autorizacióndel gobierno. Recuerda en este decreto a losalcaldes que están obligados a seguir lasinstrucciones de los inspectores de montes.

25 de enero de 1875 Se restablece la Inspección de Montescompuesta por un Ingeniero Jefe y dos Ayudantes, para “la conservación, mejora yaprovechamiento de los montes públicos”.

Ley de Montes de Alfonso XII, 1876 Esta Ley regía en Cuba, Puerto Rico y lasFilipinas, así como en la Península y otrosdominios españoles. Era una pieza legalabarcadora que comprendía todos los aspectosde la sivicultura. Se encuentran en ésta medidaspara el control de la erosión de los suelos, parala conservación del nivel de los pozos, laregulación de los ríos, estímulo a las lluvias ydefensa contra los vientos. Reconocía bosquespropiedad de los pueblos, los que segregóponiéndolos bajo administración de los Alcaldes.Los bosques llamados del estado, quedaron bajola jurisdicción exclusiva del Ingeniero de Montesque estaba a cargo de los trabajos forestales detoda la Isla.

APÉNDICE . Leyes, ordenes y reglamentos para la utilización y protección de los recursosambientales de Puerto Rico: 1510-1898. Fuentes: Bagué (1962) y Domínguez Cristóbal (1989b).(continuación).

____________________________________________________________________________Ley, Ordenanza o Reglamento Disposiciones_____________________________________________________________________________

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APÉNDICE. Leyes, ordenes y reglamentos para la utilización y protección de los recursos ambientalesde Puerto Rico: 1510-1898. Fuentes: Bagué (1962) y Domínguez Cristóbal (1989b).(continuación).

____________________________________________________________________________Ley, Ordenanza o Reglamento Disposiciones_____________________________________________________________________________

1876 Se proclama la Reserva Forestal de la Sierra deLuquillo (El Yunque) con 13,400 acres.

1877 Se aumentan las obligaciones de la Inspecciónde Montes al traspasarle la administración de losmanglares.

1879 Creación de un reglamento para la repoblaciónde los montes.

1883-1888 Publicación de la obra del Dr. Agustín Stahl“Estudios sobre la flora de Puerto Rico”.

1885 Se establecen, oficialmente, las primerasregiones forestales de Puerto Rico: Luquillo,Cayey, Utuado y Yauco. Se crea el sistema deMontería Forestal (vigilancia a cargo de laGuardia Civil montada).

Real Decreto del 5 de febrero de 1888 Extiende a Puerto Rico la aplicación d la Leyde Aguas pasada por el Congreso español el13 de junio de 1879 con el propósito de atajarla corta de árboles en los nacimientos de loscuerpos de agua y a lo largo de sus márgenes.En Puerto Rico ya se había pasado una Circularen 1824, por Don Miguel de la Torre con reglasdetalladas a este respecto, adelantándose alGobierno Central por 62 años.

1889 Se suprime la Inspección de Montes dePuerto Rico.

3 de mayo 1897 Se celebró por primera vez en Puerto Rico laFiesta del Árbol en la Plaza de la Lealtad enConmemoración del primer centenario del sitioInglés en 1797.

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RECREATIONAL USE OF MONTANE STREAMS OF THECARIBBEAN NATIONAL FOREST

Summer C. KartchnerUtah State University

at Logan, Utah

INTRODUCTION

As the population of the small island of PuertoRico increases, so do the number of recreationists innatural areas. With increasing pressure on finiteresources, managers must understand how humansare using these resources in order to conserve withoutlimiting the satisfaction of visitors.

Much of the outdoor recreation of Puerto Ricotakes place in the Caribbean National Forest (CNF),known locally as El Yunque and also as the LuquilloExperimental Forest. Recent studies show thataquatic habitat may be in danger due toanthropogenic influences and alterations (García andHemphill, unpublished manuscript). The primary useof the forest’s resources today is recreation,especially along rivers and streams. Another use isfishing, which is often a form of recreation. Thisputs stress on the aquatic system and could havepotentially damaging effects on aquatic fauna.

The CNF is managed by the United StatesDepartment of Agriculture, Forest Service (USDAFS). Its forested mountains, crystal streams, andclose proximity to the metropolitan and urban areasmake the CNF a prime location for weekend andday-use recreation. As the only tropical forest inthe US National Forest System, it is also a populartourist destination for both islanders and tourists.

The Forest Service has created an extensive trailsystem for visitor use along highway 191, the mainaccess road within the forest. There are designatedparking areas and information stations at thetrailheads; many of the trails are paved for safe andeasy use. Several of these trails lead to areas wherestream recreation is possible. In addition to thesedesignated access areas, there are other locations

where river access is convenient due to a bridge orclose proximity of the river to the road. Some otherfrequently visited river access sites are located justoutside the CNF boundaries. These areas are underthe jurisdiction of the Puerto Rican “Departamentode Recursos Naturales y Ambientales” (DRNA).Due to their small size and obscure locations, theyreceive less attention than other sites. Whiledesignated river use areas are highly managed andmaintained, these other access points are not.

Although the Forest Service and otherorganizations perform a wide variety of research inthe forest, only two studies have provided informationconcerning human use. The first was a visitor surveyconducted by a graduate student in 1986, whichprovided “information on the human aspects of forestmanagement in the CNF” (Dougherty 1988). Thesecond was an evaluation of “the customer” doneby the Forest Service (1992). While both of thesestudies provided valuable information to the ForestService, they focused on access points on highway191, which are primarily used by tourists.

During the summer of 2001, two visitor usestudies were conducted on two rivers that runthrough the CNF. These studies included two siteswithin the forest and two sites with similarcharacteristics that were near, but not within CNFboundaries. The purpose of the first study was todescribe the basic attributes of recreationists andfrequency and types of river use. The second studywas an attempt to classify fishermen and their habits.In addition to the four study sites, this study includeddata collected from a broad range of locations alongthe two rivers. Both studies were used to look atthe possible effects of human use of aquaticecosystems on aquatic fauna and to makesuggestions for possible management and educationstrategies.

Acta Científica 17(1-3):39-57, 2003

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Recreation is currently the primary human useof the CNF. As the number of recreationistsincreases, forest managers must understandrecreation trends and use this knowledge to conservenatural resources while allowing the public a qualityrecreation experience. People are naturally drawnto aquatic recreation sites, especially in the tropicalclimate of Puerto Rico.

The purpose of this study was to learn moreabout aquatic recreation on the Mameyes and EspírituSanto rivers found in the tropical northeastern regionof Puerto Rico. This was done by defining the basicattributes of recreationists, their activities, andattitudes. This information was then used to predictpossible effects of humans on aquatic wildlife, andto give suggestions for possible improvements ineducation.

DESCRIPTION OF STUDY AREA

The CNF is located in the northeastern cornerof Puerto Rico, the most densely populated part ofthe island (Figure 1). The two rivers used in this

study, the Mameyes and Espíritu Santo, originate inthe Luquillo Mountains of the CNF and run throughthe forest and small towns before emptying into theAtlantic Ocean. The Mameyes River is on the eastside of the forest, which is frequented by thousandsof tourists each year. The Espíritu Santo is on thewest side of the forest, which is not as well known.

Four sites were used in the studies, two on eachriver. One was a higher-elevation site inside theCNF boundaries, and the other was a lower-elevationsite just outside the CNF. Three of the four siteswere near bridges where a road crossed the rivercreating easy access for recreationists. At one site,a bend in the river was adjacent to a road, alsoproviding easy access.

The upper site on the Mameyes was calledPuente Roto, a bridge that is labeled on many mapsof the forest and was the most popular of the foursites. The lower was called the Dajao and waslocated just outside the forest boundaries near thesmall town of Palmer on the highway 191. Thehigher-elevation site on the Espíritu Santo was the

FIGURE 1. Map of Puerto Rico and the Caribbean National Forest (CNF) with close-up of area ofstudy sites.

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Salto de Agua, the smallest of the four sites, foundon the highway 186 running through the forest tothe other side of the mountain. The lower-elevationsite was called El Verde, located on the same roadin the small community of El Verde.

METHODS

One hundred seventy-six surveys wereconducted across the four study sites. Surveys wereconducted in Spanish by the author of this paper anda native Puerto Rican. At each site the surveyorsattempted to talk to at least one person in each groupexcept when the number of recreationists wasexceedingly large, in which case they spoke with asmany groups as possible. The sample was not trulyrandom, therefore the results may be biased to somedegree. However, results still provide usefulinformation about recreationists.

Surveys consisted of six short questionsregarding the recreationists themselves and river use.These questions included current residence,frequency and type of river use, knowledge of aquaticfauna, and opinions about environmental education.Respondents were also free to give additionalcomments.

In addition to the surveys, a census was takentwice a week at each site, once on a weekday andonce on a weekend. Counts of people and vehiclesat the site were taken at the beginning and end of ahalf-hour or one hour period and then averaged.People were separated into two groups-in the waterand out of the water-in order to provide informationuseful for predicting the impact humans might behaving on the aquatic system. The vehicle countwas taken so that future estimates of river userscan be made by counting vehicles, which is muchquicker. All research was performed during thesummer months (June-August).

Results were calculated using Microsoft Exceland SPSS statistical software. Calculations includedescriptive statistics, frequencies, crosstabs, and chi-square tests. Qualitative information was categorizedand used to support statistically significant resultsand to point out important factors that were notincluded in quantitative variables.

RESULTS

Residence, Site, and Frequency

Recreationists surveyed in this study weredivided into three groups based on place of residence:Metropolitan San Juan, Rural Near Forest, and other.Rural areas also include many suburbanneighborhoods just outside the San Juan Metropolitanarea. Categories were created using the USFSclassification in their 1992 survey of CNF users(1992). In this study the “Other” category wascreated to include people from other metropolitanareas, other rural areas, and the United States. Thesegroups were combined due to the relative lack ofrespondents from those areas.

Of the 176 recreationists surveyed, 101 (57.4percent) were from the Metropolitan San Juan area,54 (30.7 percent) were from rural areas near theforest, and 21 (11.9 percent) fell into the “Other”category. Only five people (2.8 percent) werecurrently residing in the United States, thus studyresults primarily represent Puerto Ricans thatcurrently inhabit the island.

The census information (Figure 2) shows thedistribution of recreationists at the different sites.Puente Roto was by far the most frequently visitedsite followed by the Dajao, El Verde, and the Saltode Agua. At all sites visitor use was highest on theweekends. Total numbers were highest in June andJuly and tapered in August due to weather conditionsand social factors. The average number of peopleper car was 3.71.

Table 1 shows the percentage of people in thewater versus those out. This information, combinedwith overall use data provides a good description ofuse at each site. At Puente Roto and El Verde thenumbers were almost even meaning that about halfof visitors were in the water and about half wereout. Puente Roto had the highest total numbers, witha maximum of 490 people there on Sunday at theend of June. At the Dajao a greater percentage ofpeople were found in the water, probably due tocalmer, shallow water that was the most easilyaccessible of all the sites. The numbers of visitorsthere ranged from 2 on a rainy day to 181 on the

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weekend. The Salto de Agua site had the highestnumber of people out of the water due to difficultaccessibility of the channel and steep bedrock. Thissite also had the lowest total number of visitors dueto its small size and relatively unknown location. Theminimum number of visitors at all sites was betweenzero and seven. These lows were recorded on daysof severe rainstorms.

FIGURE 2. Visitor use of recreation sites on the Mameyes and Espíritu Rivers on weekends andweekdays during summer months.

TABLE 1. Average percentage of visitors in the water versus out of the water at each studysite.________________________________________________________________________________________

People in Water vs. People out of Waterpercent in percent out

______________________________________________________________________Puente Roto 46 54El Dajao 61 39El Verde 46 54Salto de Agua 22 78

______________________________________________________________________________________

Place of residence was a determining factor inwhich site recreationists visited (Table 2). All groupshad high numbers at Puente Roto, the largest andmost popular site. Very few rural residents visitedthe Espíritu Santo sites.

The majority of recreationists (72.7 percent) saidthey visit the river at least once a week (1-2/month

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or more) during the summer months (Table 3). Mostpeople go 1-5 times a months (60.8 percent), while asmall group (11.9 percent) go more than five times amonth. Some people in this group reported visitingthe river up to four times a week during the summer.Only 8.5 percent said it was their first visit, and (18.8percent) said they go less than once a month.Residence and sampling location were not associatedwith the frequency of visits (Chi-Square: 4.8, p=.78;Chi-Square: 14.5, p=.27).

TABLE 2. Percentage of recreationists at each site in relation to their current residence.______________________________________________________________________________________

Percent Site vs. ResidenceRural Near Forest San Juan Metropolitan Other

________________________________________________________________________________________Puente Roto 53.6 45.5 52.4El Dajao 38.9 16.8 19.0El Verde 5.6 23.8 14.3Salto de Agua 1.9 13.9 14.3Total 100 100 100_________________________________________________________________________________________Pearson’s Chi-Square: 20.2, p=.003.

TABLE 3. Frequency of river visitation by recreationists.______________________________________________________________________________________

How often do recreationists visit the river?(June, July, and August)

______________________________________________________________________________________Frequency Percent

First time 15 8.5<1/month 33 18.81-2/month 49 27.83-5/month 58 33.0>5/month 21 11.9Total 176 100

_______________________________________________________________________________

Recreation Activities

Two questions in the survey dealt withrecreational activities that people participate in atthe river. First, people were specifically asked abouttwo activities, getting in the water and eating, whichwere perceived to be the most popular pastimes.They were also given the opportunity to state any

other activities they thought of or were doing at thetime of the survey. Just because someone did notspecifically state a certain activity does not meanthey do not participate in it. The results of theseresponses can be found in Figure 3.

As would be expected, almost all peoplesurveyed said one of their primary purposes for goingto the river was to get in the water (94.9 percent).The majority also went to eat (74.4 percent). Other

activities include relaxing, drinking alcohol, spendingtime with family, playing games, enjoying nature,having fun, listening to music, cooling off and gettinga massage from the river, therapy by getting out ofthe city, and special occasions.

The second question about activities dealt withfishing. Of the 176 people surveyed, 16 (9.1 percent)

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FIGURE 3. Common recreation activities on the Mameyes and Espíritu Santo Rivers.

said that they or someone in their party fishes. Whilewhere people live did not seem to be a significantfactor in whether they fished or not (Chi-Square:439, p=.803), people who fish are significantly morelikely to visit the rivers frequently (Table 4).

The question about fishing also elicited a notableamount of additional comments. Most of thesecomments were related to perceived fishing policiesin these recreation areas. Many people believedthat the Forest Service and DRNA prohibited fishingin these rivers, though most people did not havesubstantial evidence to back that belief. Some peoplealso mentioned concern about the used of toxicchemicals like bleach to kill and capture aquaticwildlife.

Knowledge of Aquatic Fauna

There are approximately eleven species ofaquatic fauna that live in the Mameyes and EspírituSanto rivers, including fish, shrimp, snails, and crabs.This number varies with altitude, as some speciesdo not live at higher altitudes above large waterfalls.Recreationists were asked an open-ended questionabout which animals that live in the rivers they werefamiliar with.

Figure 4 shows the percentage of people whorecognized each animal. The category “none”represents the people who stated that there were noanimals living in the river. “Don’t know” means thatthey knew there were animals in the river, but theydidn’t know what they were. The “Other” categoryrepresents people who named animals that are notfound in the rivers in this study such as blue crabsand other fish species.

Few people believed in the complete absence ofaquatic wildlife (2.8 percent), while 10.8 percent fellinto the “don’t know” category. The most commonlyrecognized animals were the largest, with the mostwell known being the large shrimp (Macrobrachiumssp, 63.6 percent). The only other animals that werelisted by at least one-third of the people were themountain mullet (Agonostomus monticula, 39.8percent) and the crab (Epilobocera sinuatifrons,33.3 percent). Almost a quarter of the people knewthere was some type of fish in the river. The rest ofthe animals were relatively unknown. It isnoteworthy to mention that 10.2 percent of peoplesurveyed named at least one animal not actually foundin these rivers.

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There was a strong correlation betweenfrequency of visitation and knowledge of aquaticfauna (Table 5). People who visited the river moreoften knew more about the animals that live there.No one who visited the river less than once a monthknew more than three animals, while almosteveryone who visited more than five times a monthknew at least one animal.

Education

When asked if the government should educatePuerto Ricans on how to use the rivers in a moreecological and safe manner, 98.3 percent agreed thatthis was necessary. The 1.7 percent who disagreedeither did not care or felt that the people should takethe responsibility upon themselves to be educatedrather than relying on the government.

This question spurred a number of additionalcomments, the most common being a concern withthe large amount of trash at recreation sites. Onehundred fifteen people out of 179 (65.3 percent) saidthat there was too much trash along the rivers. Manyfelt that the government should educate the peoplenot to litter and enforce laws that prohibit littering.Others felt that the government should be more activein cleaning the trash up. Once again the apparentuse of toxic chemicals by fishermen was mentioned.Some people cited littering as an inherent culturalproblem of Puerto Ricans.

Other reasons people gave in favor of increasededucation were the dangers of being at the river, theneed for knowledge of the animals and ecology ofthe river system, and conservation. Of these threetopics, the most frequently mentioned were thedangers of the river. Some people are unaware ofthe danger of flash floods during or after storms and

TABLE 4. Percent of visitors whi fish versus how often they visit the river.______________________________________________________________________________________

Fishing vs. Frequency of VisitationFirst time <1/month 1-2/month 3-5/month >5/month Total

______________________________________________________________________________________Fish 0.0 0.0 12.4 56.3 31.3 100Don’t Fish 9.4 20.6 29.4 30.6 10.0 100________________________________________________________________________________________Pearson’s Chi-Square: 14.7, p=.005.

many people who visit the rivers do not know howto swim. They feel the need for increased educationin these areas in order to make the recreationexperience safer and more enjoyable.

A relatively small number of people talked aboutthe need for increased knowledge of aquatic systems,and most felt this action should be taken in publicschools or training courses offered by thegovernment. Of the people who commented onconservation, most said that they have been visitingthese rivers for a number of years and they havenoticed a decrease in the biota and increaseddegradation of the sites in question.

DISCUSSION

From these results, we see that the majority ofriver-users are inhabitants of metropolitan andsuburban areas near the rivers. They go to the riverwith friends and family to get away from the rigorsof life. They tend to visit locations near their homes,and while there they participate in relaxing activities.Visitor use is high during the summer months, dueto climatic and sociocultural conditions. This is thehottest time of year and people are looking for away to cool off and relax. Children are out of schooland several holidays are celebrated during thesemonths. Use tapers off toward the end of thesummer as people return to the routine of life andviolent rainstorms become more frequent.

Puente Roto is the most well known and crowdedof the four sites due to its location, size, features,and representation on forest maps. Recreationistswho go there are aware that they are likely toencounter large crowds, a factor that may evenencourage them to choose this site. The Dajao is acalmer version of Puente Roto. The Salto de Agua

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is a small, unknown site in a part of the forest andreceives the least use. The Espíritu Santo river passesthrough the town of El Verde, therefore many peoplehave access to the river via their backyard or theirneighbor’s backyard. This prevents them fromhaving to use the bridge river-access sites in orderto recreate and is probably the reason rural residentsmade up a smaller percentage of users at this site.

The majority of river-users visit these sites oneto five times a month, meaning that these people goonce a week or more. A second category consistsof new or low-use visitors who go to the river lessthan once a month or the time of this study was theirfirst time there. These infrequent visitors sometimesreported that they were accompanying friends orwere there for a special event such as a birthday orholiday. The most frequent visitors go more thanfive times a month, or at least once a week. Theseare the people who value their leisure time andrecreate as often as possible. Some of them aremothers who take their children to the river to batheand play. Some of them are friends who go to theriver to drink, have fun together, and relax.

Almost everyone goes to the river to eat, cooloff, and have fun with friends and family. They don’tseem to care how many other people are around,and most activities are passive, like sitting in a smallpool and eating while the water flows over the rocksin a massaging motion. Higher levels of activity arealso possible like playing on rope swings andswimming in deeper pools. Some activities, likeplaying dominoes, are cultural manifestations thatare taken to the river setting. Many people go to the

TABLE 5. Recreationists’ knowledge of aquatic fauna based on frequency of river use._______________________________________________________________________________________

Frequency of Visits vs. Knowledge of Aquatic Faunano animals 1-3 animals >3 animals Total

_______________________________________________________________________________________First time 26.7 73.3 0.0 100<1/month 21.2 78.8 0.0 1001-2/month 12.2 65.3 22.4 1003-5/month 13.8 56.9 29.3 100>5/month 4.8 47.6 47.6 100

______________________________________________________________________________________Pearson’s Chi-Square: 25.3, p=.001.

river for special occasions showing that they valuethese sites even if they do not use them frequently.

The relatively low percentage of fishermenamong recreationists could have several explanations.The first is that not very many people fish in theserivers. The second is that fishermen are not foundin these areas with high densities of people becauseit reduces the likelihood of catching anything, andfishing is more of a solitary activity. Lack of positiveresponse to the fishing question may have also beena result of the belief that fishing in these areas isillegal. A more extensive fishing survey wasconducted with people who said they fish. Thoseresults will be discussed further in the followingchapter.

Among recreationists, people who fish tend tobe those who go to the river more often. This couldbe due to the fact that people who go to the rivermore often are more aware of its resources and howto use them. It could also be that people who are atthe river all of the time look for a variety of activitiesto entertain themselves, though they do notnecessarily expect to catch anything.

All recreationists who are familiar with anyanimals of the river recognize the largest aquaticfauna with the greatest ease. These animals are themost visible and easiest to remember. People whovisit the river more often are more familiar withaquatic fauna. Some people may not have mentionedthe smaller animals, like the snails, because they donot think of them as aquatic wildlife or because theydo not know that they exist. Of the animals named

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that do not live in these rivers, the majority are foundin other parts of Puerto Rico. People who namedthose were probably naming any aquatic wildlife theyare familiar with and may not have been sure exactlywhich ones lived at that particular site.

With regards to ecological and safety problems,most recreationists seemed more concerned withsafety issues and aesthetics than with the ecologicalquality of the aquatic environment. They want thesafest and most enjoyable recreation experiencepossible in the beauty that surrounds them; most donot concern themselves with how this environmentis sustained. Comments on the dangers of flash floodsand not knowing how to swim were valid concernsfor people spending time in aquatic areas. Theexpressed need for easier river access and morefacilities reflects the desire for a part-like recreationexperience and not an exploration of the greatoutdoors.

Trash was cited mainly as an aesthetic problem,and not for possible effects on the environment. Mostpeople blamed others for the trash problem andexpected others, in particular the government, to takecare of it. People agreed with the need for increasedecological education, although it is unclear whetheror not this was a result of the way the question waspresented. Few people mentioned nature or theaquatic system when asked what they do at the river.The lack of knowledge of the majority of aquaticspecies suggests a need for increased education inthis area and the overall positive response ofrecreationists in favor of education is encouraging.

Comparisons with Hispanic Recreationin the United States

While little research has been done concerningoutdoor recreation in Puerto Rico and the Caribbean,a substantial number of studies have been conductedin the United States regarding ethnicity and recreationhabits. The majority of these studies have takenplace in the Southwest/California and Chicago, placeswhere large Hispanic populations exist includingMexicans, Central and South Americans, and peoplefrom the Caribbean. The most common finding isthat Hispanics are more likely than Anglos to visitnatural areas to spend time with large groups offamily and friends.

Irwin et al. (1990) found that Mexican-Americans at a campground in New Mexico tendedto have larger party sizes and were closer togetherthan Anglos. This study also found that Mexican-Americans appreciated campground facilities andmore highly developed areas than Anglos. Both ofthese findings denoted special subcultures thatmanagement should be aware of.

Two studies point out an increasing trend ofrecreation near urban areas (Carr and Williams 1993,Baas et al. 1993). The purpose of this type ofrecreation is to get away from the pressures of lifewithout having to travel long distances. In his studyof urban parks in Chicago, Hutchinson (1987) foundthat Hispanic groups participated in more stationeryactivities than Anglos and Blacks. They also tendedto have larger group sizes and participated in moregroup activities. Another study of parks in Chicagofound that Hispanic recreationists were more likelyto stay on trails in large groups of mixed ages thanother ethnic groups. They also spend more timepicnicking and watching soccer games (Gobster1991).

This recreation study conducted in Puerto Ricoencountered parallels to all of these studies.Recreation areas were near metropolitan andsuburban areas and were frequented by people fromthese areas for easy day-use access. At all sites inthe study, the majority of recreationists were foundin large groups that were close together. Up to 490people were encountered on one small stretch ofriver surrounding a bridge, while miles of river layvirtually unvisited. Most people participated inactivities that did not require leaving a relativelysmall area and in many cases the recreationists werestationery. People cited the need for more structuredwalkways for easy access to popular areas and morefacilities for easier use of these areas.

Education and Management

Because recreationists along the montanestreams of the Puerto Rican rainforest are primarilypeople from metropolitan and suburban areas seekinga park-like experience, they are often unaware ofthe ecosystem they are affecting. People seem tohave a general interest in learning more about the

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environment and many understand the need for thistype of knowledge. The questions that remain are1) What would be the most useful knowledge forthese people to have?; and 2) Who is going to give itto them?

Currently the USDA FS is actively involved inthe management of the Mameyes and Espíritu Santorivers. The extension of an American agency intothe Caribbean has provided important resources andtechnology that would not have been availableotherwise. However, resource managers must keepin mind the differences in resource managementbased on cultural distinctions in Puerto Rico.

In the CNF, the majority of management effortsfocus on the areas developed for tourists alonghighway 191. However, the sites surveyed in thisstudy are not as much tourist sites as getaways forlocal Puerto Ricans. Education efforts in the CNFare based at El Portal, the Forest Service visitor’scenter. This is an excellent facility that is visited bythousands of people each year; however, theseefforts are not reaching a certain vital portion offorest-users.

Because the Dajao and El Verde sites arelocated outside the CNF boundaries, they are underthe care of the “Departamento de RecursosNaturales y Ambientales” (DRNA) and not theUSFS. The DRNA is responsible for numerous forestand natural reserves and wildlife refuges throughoutthe island. It is responsible for the management ofall the natural resources of the island, including manymarine sites. This is a large job for one agency anddoes not leave time or money for small-scalemonitoring and maintenance like river crossings insmall towns.

Since it is unlikely that these two agencies willmake an effort to work with recreationists on acommunity level, a local effort could be an effectiveapproach to increase education. The most likely placeto start would be in public schools in the communitieswhere the majority of these recreationists comefrom. Education about the natural areas of PuertoRico usually focuses on popular or endangeredspecies like the coqui tree frogs and the Puerto Ricanparrot. In the case of recreationists on the rivers,

user-groups must be targeted and educated on a morecomprehensive level. Children should be taught aboutthe aquatic ecosystem and its importance with relationto clean water and beauty. They should also betaught safety tips for using natural areas and thenthey could be taken on field trips to some of thesesites.

Litter seemed to be the primary concern of therecreationists surveyed. Touching on this subjectmight be a good way to catch the attention of themost people. This could be done through aneducational billboard at the sites with the highest use.This would be an easy and efficient way to inform alarge number of people. The sign would presentinformation about the effects of littering on theenvironment and the recreation experience. Thiswould include effects of trash and harmful chemicalson aquatic wildlife, and the decreased satisfactionof recreation caused by an unclean environment.Another way to reinforce the negative impacts oftrash would be for Forest Service personnel toenforce existing policies that can fine people up to$1000 for littering on Forest Service land like PuenteRoto.

Accessibility of Forest Service and DRNApersonnel to the public would clear upmisconceptions that recreationists have and wouldmake them more aware of the environment. Forexample, the Forest Service discourages fishing andlets the people think that it is illegal. This may be thecause of unsafe fishing practices that are havingnegative impacts on the aquatic ecosystem. If theForest Service educated the people about actualpolicies and gave tips for safer, sustainable fishing,these problems might be alleviated or avoided.

Finally, recreationists are found in large groupsthat are close together and they want safer, easieraccess to few areas. River managers could takeadvantage of this situation by providing accessramps to these areas and picnic facilities. This wouldprevent erosion and degradation of riparianvegetation. It would also encourage use in theseareas, which could protect other areas.

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CONCLUSION

Recreation along the Mameyes and EspírituSanto rivers is not solely a tourist activity. Membersof communities near the rivers and the San JuanMetropolitan area are the main users of aquaticrecreation sites where access to these rivers is closeto a road. These recreationists go to the river torelax and have fun with large groups of family andfriends during the hot summer months. Their primaryactivities are getting in the water and eating.

These people have a limited knowledge of theaquatic fauna of the areas they recreate in andindicate a desire for increased education of ecologicaland safety issues associated with the river. Thegoverning agencies of these areas, the USFS andPuerto Rican DRNA, have not focused in on thisparticular population of river-users. In order toincrease awareness of environmental issues andprotect aquatic fauna, education efforts should beundertaken locally in the communities where theserecreationists live. Also, public policy and regulationsconcerning river use should be more readily availableto the people at these sites.

In order to more fully understand the recreatingpublic, a more extensive study should be conductedover a longer time period. The fact that people areconcentrated in small areas should make this styleof recreation relatively easy to manage for on thecondition that managers keep in mind the social andcultural attributes of recreationists.

FISHING

The montane streams and rivers of the CNF innortheastern Puerto Rico are prime recreation sitesfor a growing number of people. Increased use leadsto a need to understand how humans are affectingaquatic animal populations. Fishing and shrimpingare two such uses that have the potential to affectstream ecosystems. As forest use increases, it isunclear whether or not aquatic wildlife extractionalso rising or who might be participating in thisactivity.

Extensive research has been conducted on thelife history, habits, population dynamics, and effects

of natural disturbances on aquatic fauna in the CNF,especially decapod crustaceans (Covich et al. 1996,Covich et al. 1999, Crowl et al. 2001). However,human impacts on these animals remain largelyunkown. Understanding fishing and shrimping habitscan help us more fully understand the effects ofhuman use of rivers on aquatic ecosystems. Thisstudy was performed in order to describe thefishermen populations on the Mameyes and EspírituSanto rivers, what they catch, what they do with it,and their motivations for fishing. This informationcan provide insights to possible impacts on the aquaticecosystem, and possibilities for improvedmanagement and education.

METHODS

Twenty-five interviews were conducted by theauthor of this paper and a native Puerto Ricanbetween June and August 2001. Interviews tookplace at four sites along the Mameyes and EspírituSanto rivers. In addition to these sites, fishermenwere encountered on the Sonadora, a tributary ofthe Espíritu Santo, and by word-of-mouth. Thepeople interviewed were local community membersand anyone else found fishing along any reach ofthese streams during this time period. All were nativePuerto Ricans. Due to the wide distribution offishermen and the lack of knowledge of fishing habits,truly random sampling would have producedinsufficient results. However, these interviewsprovide valuable information that can be used tobetter understand river use and to aid in management.

The interviews consisted of nineteen questionsincluding a fisherman description, fishing habits, andbiological knowledge of the river system. Alsoincluded in the data analysis are four partial interviewsof fisherman and four interviews with Forest Servicemanagement personnel. The results section refersto the twenty-five complete interviews and fourpartial interviews with information from the latterincluded where available. Forest Service interviewsare discussed in the section concerning current fishingregulations. For the purposes of this paper, the termfishing will be used to include all aquatic animalextraction including, but not limited to fishing,shrimping, and snail capturing.

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RESULTS

The Fishermen

The majority of fishermen on the Espíritu Santoand Mameyes can be classified as adult Puerto Ricanmales. Twenty-eight of the twenty-nine peopleinterviewed were males and ages ranged from 15 to75. Average age was 40.52 and median age was37. Nineteen of the interviewees said that their familyhas a history of fishing. This means that their fathers,grandfathers, uncles and/or other relatives fish(ed)in Puerto Rico and passed this tradition on.

Following classifications used by the USDA FSin a 1992 survey of CNF users, geographic origin offisherman was placed in to four categories: San JuanMetropolitan Area, Other Metropolitan Area, andOther. The Other category includes fishermen fromother metropolitan and rural areas. These categorieswere combined due to the lack of responses in eithercategory. Results of fishermen origin are found inTable 6. Eight of these people grew up somewhereother than their current residence, six in other partsof Puerto Rico and two in the United States. All but

TABLE 6. Current residence of people found fishing along the Mameyes and Espíritu Santorivers._________________________________________________________________________

Fishermen According to Residence__________________________________________________________________________

San Juan Metropolitan Area 9 .31Rural Area Near Forest 15 .52Other 5 .17Total 29 1

__________________________________________________________________________

TABLE 7. Number of individuals and average number of times per month that they fish._________________________________________________________________________________

Fishing Frequency_____________________________________________________________________________

Frequency (per months) First time 1-2 3-5 >5 TotalYear Round 2 7 3 4 16Summer Only (3 mos.) 8 1 0 9

______________________________________________________________________________

three lived at their current residence for eleven yearsor longer.

Frequency and Location

Answers to the open-ended question “How oftendo you fish?” varied in units so all answers wereconverted to fishing trips per month for comparison(Table 7). In order to determine how much fishingactually occurs in these rivers, fishermen were alsodivided into categories of those who fish throughoutthe year and those who fish only during the summer(three months, usually May, June, and July). Fishingvaries according to when a person perceives is thebest time to catch a particular animal.

Of the twenty-nine people interviewed, ten saidthey fish only in the Espíritu Santo, five fish only inthe Mameyes and fourteen fish in both. Fifteenpeople also stated that they fish in other rivers thatwere not mentioned or in the ocean. Fishermen onthe Mameyes and Espíritu Santo rivers usually begina fishing trip near a bridge or anywhere a roadcrosses the river or one of its tributaries. The seriousfishermen then make their way upstream and cover

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a mile of river or more in one trip. Some go at nightto avoid crowds of recreationists or to take advantageof what they believe to be better fishing conditionsdue to climate or the position of the moon. Theylike to be alone or in small groups of two to four.One fisherman said that when he goes fishing hewalks far distances along the river and likes to bealone while he does it because that is his opportunityto find peace in nature.

What Fishermen Catch

Knowing how many fishermen look for eachaquatic species is crucial to understanding possibleeffects of fishing on aquatic wildlife. Figure 5 showsaquatic species that fishermen seek in the Mameyesand Espíritu Santo rivers and the percent offishermen who catch them. Almost all fishermenlook for the large shrimp (Macrobrachium spp).These shrimp present the biggest challenger to thefisherman and also provide the most meat. Crabs(Epilobocera sinuatifrons) are the next most soughtafter animal, but are much less commonly seen andare therefore caught in smaller quantities. Thesemay also be caught by default when fishermen arelooking for large shrimp because many of themethods for catching the shrimp and crabs are thesame.

The only fish that grows large enough to be eatenis the mountain mullet (Agonosomous monticula),which is the most popular catch after large shrimpand crabs. The remaining aquatic wildlife are caughtless frequency. Small and medium shrimp(Xiphocaris elongate and Atya spp) are lessdesirable because most people do not eat them andcatching them is not as easy or eventful as with thelarger animals. Eel are relatively large, but are notseen very often and are very difficult to catch, somost fishermen tend not to pursue them, although ifthey come across one most fishermen will try to catchit. Twenty-four percent said they catch some fishother than the mullet.

Only five people (17 percent) were found tocatch and eat one of the snail species (Neritinapunctulata). Since they are incredibly slow-movingcreatures there is little effort involved in the catchand non-fishermen have been observed collecting

cans of snails, therefore it is unclear how much snailextraction actually occurs in relation to other aquaticspecies. The majority of fishermen said they eatwhat they catch (90 percent) and only one fishermensaid he sells some of what he catches. About half(48 percent) said that they throw back or do notcatch small shrimp, and one person said hesometimes gives large shrimp away.

Motivation

The majority of people surveyed fish for fun oras a hobby and the resulting catch is a special mealfor them (Figure 6). Many go out without expectingto catch a large amount of fish, shrimp, or otheranimals. This is why few fishermen fish for a regularfood supply and only one person claimed to sell anyof his catch. Other reasons for fishing includelearning more about nature, measuring skill as afisherman, therapy or relaxation, and tradition.

Among the fifteen people who said they fish inthe ocean or in rivers other than the Espíritu Santoand Mameyes, many said that they go to those placeswhen they are more concerned about obtaining alarge catch. There are bigger and more aquaticwildlife in the ocean and in some of the larger riverssuch as the Loíza. Visits to the Espíritu Santo andMameyes rivers fulfill different expectations.

Fishing Methods

A complete list of fishing methods encounteredand/or described in interviews, the resultingcatch, and when the method can be used is found inTable 8. The method describes what type of tooland/or activity the fisherman uses to catch an animal.The second column lists all of the animals that canpotentially be caught using each method. The lastcolumn indicates whether each method istraditionally used during the day or at night. Eachfisherman may use more than one method.

The most popular methods of fishing are hookand line and nets. These methods are most commonlyused to catch the mountain mullet, crabs, and largeshrimp, which are the animals most fishermen lookfor. Almost everyone who catches smaller shrimpuses traps, but since fewer fishermen pursue small

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shrimp, fewer overall use this method. Traps canalso be used to catch large shrimp and crabs,however fewer people know about this method. Ofthe fishermen who stated hands or arms as a fishingmethod, many were recreationists who were not atthe river for the sole purpose of fishing and thereforedid not have any other means of catching anything.Others were fishermen with additional equipmentwho used their hands and arms instead when thatwas most effective. Spears, spear guns, and gigswere used by only the most experienced fishermen.

Fishing methods play a large role in determiningthe type of fisherman a person is. Popularity anduse of different methods correlate with intentionsand expectations. Few people use traps becausethey are unaware of them or because this takes awayfrom the experience. People fish as a social activitywant to do something where they are out on theriver for an extended period of time, and traps aresimply set in the water and left for a few hours or

FIGURE 6. Reasons that people fish in these rivers and the percent of fishermen who states eachreason.

until the next day. Some people were observed withfishing poles on higher-elevation sections of the riverswhere there are no fish large enough to catch usingthis method. These people would be considered verycasual recreation fishermen and probably do notcatch much.

Though no one claimed to fish by putting toxicchemicals such as Clorox in the river, 79 percent ofthe fishermen interviewed had either heard of, orseen the effects of poisoning events in these rivers.Eighty-five percent said they understand thedamaging effects of these actions on the aquaticsystem. Poisoning kills everything in the immediatevicinity of the chemicals can have more extensivenegative impacts depending on the quantity ofchemicals released into the water. Most fishermenagreed that this is an unsafe fishing method, thoughit is still unclear how many people actually participatein these activities.

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Biological Knowledge

With very few exceptions, fishermen recognizethat there is some diversity among fish and shrimpspecies living in the Espíritu Santo and Mameyesrivers. Only five people stated that there was noshrimp diversity (one or fewer species) and one said

TABLE 8. Summary of fishing methods, including animals that can be caught using each method, and time ofday that the method is used.______________________________________________________________________________________

Fishing MethodsMethod Catch When

_____________________________________________________________________________________Hand, arm Large shrimp, crab, burgao Day

(snail)

Trap Large and small shrimp Set at night, pick in day(depending on trap size), crab

Branch (with chicken guts) Large shrimp, crab Day

Hook and line Mountain mullet (with Daycheetos), other fish, largeshrimp, eel

Fishing pole Mountain mullet, other fish Day

Naza (pole with large net Large and small shrimp, Day and nighton the end) fish, crab, eel

Taralla (large net) Large and small shrimp, Day and nightfish, crab, eel

Gig Large shrimp Day and night

Spear Large shrimp Day and night (withsnorkel mask)

Spear gun Large shrimp Day and night (withsnorkel mask)

Bamboo trap Fish ?(ancient method)

Poison (chlorox, pesticides, etc) Kills everything Day______________________________________________________________________________________

he didn’t know. This means that 76 percent offishermen knew that there were at least two differenttypes of shrimp living in the rivers. Also on a positivenote, 88 percent of fishermen said they recognizegravid female shrimp. However, only 38 percentsaid they knew that the shrimp were diadromous.This is an important factor to consider since shrimp

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migration is an important part of the reproductivecycle and fishermen could have a negative effect onpopulations if they do not know this.

Education and Government Control

Fishermen were asked a question abouteducation similar to that on the recreation survey.They were asked whether or not the governmentshould educate people about how to fish more safelyand ecologically. Like recreationists, the favorableresponse rate was high with 96 percent of fishermenagreeing that increased education is necessary.However, fishermen also voiced concern for the waythat the government is managing these rivers.

When asked whether or not the governmentshould fishing by requiring licenses, limits onallowable catches, or some other form of regulation,only 41 percent agreed, while 59 percent said no.Some fishermen say that licenses would not beeffective because management agencies would haveto pay for enforcement, and that money would bebetter used for increased education. Others say thatthere should not be limits on the resources peopleare allowed to use. Those in favor of moregovernment control are worried that shrimp and fishpopulations are declining and that this might be theonly way to ensure healthy populations in the future.Almost everyone agreed that the government shouldprevent poisoning events in the rivers.

The most common comment by fishermen wasthat there used to be more large shrimp and fish inthese rivers than there are now. This commentincreased in importance when it was given byfishermen who have been using these rivers for manyyears and whose fathers or uncles fished for yearsbefore them.

Current Fishing Regulations

Although people have been extracting wildlifefrom the streams and rivers of the CNF for centuries,a scientific assessment of aquatic wildlife was notmade until the mid- 1980s by the research branch ofthe Forest Service. Contrary to popular belief,fishing within national forest boundaries is not illegal,although it is not encouraged. On the Forest Service

website (www.southernregion.fs.fed.us/caribbean/index.htm) under “Recreation: Fishing” it states “Dueto this unique environment and our goal to maintainthe ecosystem process, we ask that no fishing beallowed on the Caribbean National Forest.”

Some Forest Service employees believe thatfishing in the forest causes ecological problems. Forexample, it is believed that many fishermen catchand keep gravid female shrimp and crabs on a regularbasis. Also, the streams are relatively small,therefore a very small portion of the aquatic wildlifeis large enough to catch and eat. If a large numberof people are extracting a relatively small number oflarge aquatic wildlife, there is great potential forecological damage.

Another problem the Forest Service must dealwith in regards to the health of aquatic wildlife isthe poisoning of rivers. Some monitoring of shrimprecovery rates after a poisoning event in one reachof the Sonadora tributary has been done, but the long-term effects of poisoning on the aquatic ecosystemsis still largely unknown (E. Greathouse, personalcommunication). Insufficient funding for monitoringor enforcement of existing policies when the effectsof such actions are unclear also presents a problem.One member of the Forest Service management teamdescribed a policy that allows forest visitors adesignated quantity of forest goods each year,including fish, shrimp, etc., and that after taking theirallotted quantity they must pay a fee. No publishedevidence or verification by other Forest Serviceemployees of this policy was obtained and noenforcement is currently taking place. In general,there is no monitoring of fishing within the CNF bythe Forest Service.

As stated in the previous chapter, the othermanaging agency of these rivers, the Puerto Rican“Departamento de Recursos Naturales yAmbientales” (DRNA), has little impact on a localscale. This agency deals with natural resourcemanagement throughout the island on a large scaleand does not have the resources to deal with small-scale problems.

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DISCUSSION

The typical fishermen in the study area is amiddle-aged Puerto Rican male who lives near theplace where he fishes. The majority of fishermengrew up in or near the region of the forest and learnedto fish from a friend or family member. Frequencyof fishing trips varies greatly from person to person.No one depends on the food they catch forsubsistence, therefore there were no fishermen whowere obligated go frequently or on a regular basis.The group of fishermen that fishes most often isrelatively small. Fishermen like to go out and have agood time and try to catch enough food for a specialmeal. In general, fishermen know that there is someaquatic species diversity and they use differentmethods depending on what they want to catch.They believe that the government should educatepeople about safe and ecological fishing practices,but they are divided concerning actual governmentregulation.

Two Types of Fishermen

Fishermen can be divided into two generalcategories: the recreation fishermen and the seriousfisherman. These categories represent the extremeson opposite ends of a continuum. Individuals varyalong the continuum.

The recreation fisherman fishes as a hobby. Heenjoys going out into nature, cooling off, andrelaxing. He does not always go to the river for thesole purpose of fishing, and often his fishingtechniques are not as refined as the seriousfisherman. For this reason he most likely does notcatch as many animals and does not depend on themas a food resource. He is more likely to fish duringthe day when there are other people around and canoften be found at the river with friends and family.

The serious fisherman is usually someone whogrew up near the area where he fishes. He hasfamily members who fish or have a history of fishingand he knows the refined techniques of fishing. Hisecological knowledge is higher than that of therecreational fisherman. While he enjoys being closeto nature, the serious fisherman does not fish just toget out of the house, but because of tradition, for the

food value, or for other more personal reasons. Hedesires solitude or the company of a few close friendsor family members. He is very familiar with hissurroundings and is more difficult to locate. Theserious fisherman fishes throughout the year, not justduring the summer months. He knows whendifferent animals are “in season” and takes advantageof this knowledge.

Comparison with other Special ForestProducts Extraction

Many people have a misconception that non-Anglo ethnic groups use natural resources for purelycommercial or subsistence purposes. This is not thecase with Puerto Rican fishermen. A recent studywith many parallels to Puerto Rican fishingconcerned fern extraction by Asian fern extractionby Asian-Americans in the San Bernardino NationalForest (Anderson et al. 2000). This research showsthat, contrary to common perception, extraction wasnot occurring primarily for commercial use.

As with the fern-gatherers, fishing is primarily aconsequence of social and environmental factors.These include spending time with friends or familywho share this hobby, being in a familiar environment,and enjoying the activity. The whole process fromextracting the resource to taking it home and using itis socioculturally important. As with the Asian fern-pickers, most Puerto Ricans consider fishing to befun, not work.

The overriding evidence that special forestproduct use is a cultural activity and not commercialis that people do not sell their product. Of thefishermen surveyed, only one said that he sells anyof his catch. Most fishermen talked how they cookthem and when and where they eat them.

Education and Management

As with recreationists, increased education offishermen is important. However, due to their smallnumbers and relatively small impact on the aquaticsystem, it is not as crucial to target this specific usergroup. Fishermen who do not visit recreation sitesalong the river would be the most difficult to contact.Fishermen education concerning aspects of river use

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that are most critical to healthy wildlife populationscould be improved, including the reproduction cycleof diadromous animals and the importance ofthrowing back gravid females. They shouldunderstand that by following these guidelines, theywould be ensuring healthy wildlife populations forthe future.

Fishermen should also learn more about theeffects of chemicals like Clorox on the animals theycatch and on the entire aquatic system. They shouldbe aware that damaging the river for short-term gaincould have harmful effects far into the future. Thisaffects not only the ecology of the system, but alsothe ability of humans to us a desired resource.Managers should consider fishermen opinions whencreating fishing policies and should then ensure thatfisherman are aware of these policies.

CONCLUSION

While it is still unclear how much fishing actuallyoccurs along the Espíritu Santo and Mameyes rivers,this study indicates that fishermen populations arerelatively small and most likely do not have asignificant impact on aquatic fauna. Most fishermenare out on the river to enjoy themselves and to bealone or with a small group of friends. The animalsthey catch are an important part of the activity, butthey are not a vital food source. For some fishermenthe activity carries a stronger traditional meaning,but they still do not depend on the animals for food.

In general, fishermen were relativelyknowledgeable about the area they were fishing in.However, there are a few areas in which educationcould improve. It is interesting to note the numberof fishermen who stated that there are less largeshrimp and fish in the rivers than there used to be.There could be many reasons for this, including otheranthropogenic influences on the aquatic system, andthis should be considered by river managers in orderto ensure a sustainable aquatic ecosystem. In orderto gain a better understanding of this unique groupof river-users, a more extensive study needs to beconducted.

Recreational use of the streams and rivers ofthe CNF plays an important role in sustainability of

this ecosystem. While current research ofrecreational use of the forest remains limited, it isprincipally confined to tourist use. Another importantgroup of recreationists exists along the Mameyesand Espíritu Santo rivers. These people are almostexclusively local Puerto Ricans and they showdefinite patterns of river use and knowledge of theecology of the system recreate in. Fishermen are aspecial sub-population of river-users whose effectsshould also be more fully researched. Informationprovided by these people can aid managementdecisions and help ensure healthier and moresustainable systems in the future.

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A PRELIMINARY ESTIMATE OF THE NATURAL AND SOCIAL VALUEOF LOS TRES PICACHOS

Frederick N. ScatenaInternational Institute of Tropical Forestry

United States Department of Agriculture, Forest Service1201 Calle Ceiba, Jardín Botánico Sur, Río Piedras, Puerto Rico 00926-1119

Quantifying the economic and social value of anatural resource like Los Tres Picachos is a difficult,if not impossible task. Nevertheless, the value ofprotecting the area from further development canbe evaluated by considering it’s present contributionto the Island and by evaluating the environmentaland economic costs associated with developing thearea. Preliminary estimates of these values and costsare given below to provide a foundation for furtheranalysis of the costs and benefits associated withproviding special protection to this unique naturalresource.

SITE DESCRIPTION

Los Tres Picachos (LTP) is one of the few areasof upper montane forest in Puerto Rico that isundisturbed by either roads or urban development.The LTP area, as defined by Commonwealth roads149, 533, and 141, includes approximately 1,800 haand ranges in elevation from 500 to 1205 metersabove sea-leval (masl). It is part of the Island’s“Rainy Western Central Mountain” physiographicprovince (Picó 1974) and has a steeply slopinglandscape that is underlain by volcanoclastic andgrandiorite bedrock. The area is within thesubtropical wet, moist, and wet lower montane lifezones and has an average annual rainfall rangingbetween 2000 and 4000 mm/yr. (Ewel and Whitmore1973). While most of the area is forested, agricultureis common along the lower slopes. In many places,particularly along the río Saliente near Rt. 144, thisagriculture has caused an extensive network of gulliesand rills that deliver sediment directly to the streamchannel.

HYDROLOGY

Approximately 15 streams drain LTP, includingthe headwaters for the río Grande de Manatí andthe río Grande de Arecibo, two of the principaldrainages in the north coast of Puerto Rico. Thesedrainages are also the principal water supplies ofthe extensive north coast reservoir system, the new30 million dollar Super-Aqueduct water distributionsystem, and the caño Tiburones wetland ecosystem.

The upper montane forested areas like LTP areparticularly valuable water supplies not only becausethey receive large amounts of precipitation, butbecause their annual stream flows, as a percentageof incident rainfall, are among the highest of alltropical forests (Bruijnzeel and Proctor 1995).Important hydrologic features of these ecosystemsare their low rate of water use by plants and theadditional water they receive from cloud drip asmoisture from passing clouds condenses on the forestvegetation. These factors, in addition to the highmoisture holding capacity of the soils in old-growthareas, interact to help sustain stream flows duringextended rainless periods. Because of the highquality and consistent quantity of stream water thatleaves ecosystems like LTP, many tropical countrieshave developed special legislation to protect themand their water resources (Hamilton et al. 1995).Moreover, forested areas similar to LTP have hadspecial protection in the Philippines since 1979, andin Honduras since 1987. Costa Rica, Columbia, andseveral countries in Africa and Asia also havenational legislation specifically designed to providespecial protection to these unique forestedecosystems.

Acta Científica 17(1-3):59-61, 2003

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Although there are no climate or hydrologicmeasuring stations within the designated area, datafrom similar ecosystems on the Island indicate thatthe 1,800 ha area receives on average approximately39 million gallons per day (MGD) of rainfall and cloudmoisture. Approximately 25 MGD of this rainfallends up in streams and reservoirs. Allowing forinstream flow needs and other ecological andhydrological abstractions, approximately 50 percentof this water, or 12 MGD is available forconsumptive uses. At average domestic prices, thiswater has a market value of approximately 6.6 milliondollars per year ($18,000 per day) and is sufficientto meet the needs of over 150,000 Island residents.If this water is also used for the generation ofhydroelectric energy, recreation or other non-consumptive uses before it is appropriated forconsumptive purposes it’s net value will beconsiderably greater.

RECREATION

Because of their lush vegetation and coolclimates, upper montane areas like Los Tres Picachosare highly valued recreation areas (Hamilton et al.1995). In Puerto Rico, the Caribbean National Forestand the Commonwealth forests of Toro Negro, Carite,and Maricao are examples of highly used and valuedupper montane recreation areas. Presently andhistorically, LTP has been widely used by residentsfor swimming, hiking, and camping and the recreationvalue of it’s large variety of native plants, wildlife,and panoramic views has been recognized for decades(Soil Conservation Service 1974). The tree-linedroads that surround the area and their connectionwith the existing “artesian route” also increase therecreation value of the area. Because mostrecreational uses of these upper montane areas arenon-consumptive (hiking, nature watching, visitationto experience cool misty climate) most recreationaluses of these areas can be managed withoutdetriment to the other natural values of the area; i.e.water supply, conservation.

ENVIRONMENTAL IMPACTSASSOCIATED WITH DEVELOPMENT

In addition to the existing contributions providedby LTP, the environmental cost of developing the

area must also be considered. Due to their steepslopes, erosion prone soils, intense rainfalls, andrelatively slow growing forest, development of theseareas is often prone to adverse environmental impactsthat can take centuries to recover from (Hamilton etal. 1995, Scatena 1995). Furthermore, these impactscan reduce the existing recreational and water supplyvalues for decades or centuries (Scatena 1995).

The soils in the LTP area are in the Humatas,Pellejas, and Mucara series (Acevido 1982). All ofthese soils are considered to be poorly suited forcultivation because of their medium to low fertilityand their high susceptibility to erosion (Acevido1982). In addition, these soils do not meet the SoilConservation Service requirements for primefarmland soils (Acevido 1982) and their susceptibilityto erosion has been known for decades (Roberts1942). Further development in this area willaccelerate erosion and downstream environmentaldegradation, including reservoir sedimentation.While proper protection and management of the LTParea will not insure the protection of the existingreservoir and water supply systems, it is certain thatfurther development of the area will increasedownstream degradation and damage to existinginfrastructure.

In addition to being highly susceptible toagricultural erosion, LTP soils are also highlysusceptible to road related landslides (Acevido 1982).An indication of the problems and costs associatedwith road construction in areas like LTP can beobtained from experience in other parts of the Island(Scatena 1995). In the 1960’s a road was built tothe East Peak communication center in the CaribbeanNational Forest in an environment that is similar tothe upper elevation portions of LTP. Unfortunately,the project was plagued with landslides and otherconstruction related problems. The final road took 3years instead of 8 months to complete, cost morethan twice the original estimate, and resulted inextensive litigation between the contractor and theUS Government. After 30 years the road is stillplagued with landslides and has recently requiredextensive reconstruction.

In addition to agriculture, telecommunicationfacilities and media transmitting stations are a

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common landuse in tropical montane forests likeLTP. Unfortunately, numerous detrimentalenvironmental impacts have also been linked to theseinstallations. Not only do they result in a visualblight in these scenic landscapes, they also result inthe removal of vegetation and accelerated soilerosion. In both Luquillo and Nicaragua oil leaksfrom communication facilities on mountain peaks likeLTP have caused long-term damage to both soil andvegetation. Fortunately, there are manycommunication facilities on the mountain peaks nearLTP and with the proper management of moderncommunication technology there should be no needinstall additional facilities on LTP.

In summary, LTP is an important naturalresource that not only harbors many native speciesbut also provides important water resources andrecreational opportunities to the Island’s residents.Given the high costs associated with developing thearea and the potential losses from existing benefitsthat would accrue if the area were developed, specialprotection of this natural resource is warranted.

LITERATURE CITED

Acevido, G. 1982. Soil survey of the Arecibo area, northernPuerto Rico. USDA Soil Conservation Service. 169 p.

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Natural and social value of Los Tres Picachos 61

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ANÁLISIS PRELIMINAR DE ASPECTOS RELEVANTES A LA DESIGNACIÓN DE LOSTRES PICACHOS COMO BOSQUE ESTATAL

Frederick N. ScatenaInstituto Internacional de Dasonomía Tropical

Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América1201 Calle Ceiba, Jardín Botánico Sur, Río Piedras, Puerto Rico 00926-1119

INTRODUCCIÓN

En Puerto Rico, la presión demográfica, eldesarrollo desmedido y no planificado, así como lafalta de visión respecto a la importancia y funciónde los recursos forestales y ambientales, ha resultadoen una dramática reducción y fragmentación denuestros bosques. La mayoría de estos bosques estánen terrenos privados. Los bosques en terrenospúblicos comprenden alrededor de 85,388 cuerdas(33,600 ha), de estas 27,954 cuerdas (11,000 ha)pertenecen al Bosque Nacional del Caribe (elYunque) y 57,433 cuerdas (22,600 ha) son manejadaspor el Departamento de Recursos Naturales yAmbientales. El área de los Tres Picachos, dealrededor de 4,500 cuerdas (1,800 ha) representauna de los remanentes boscosos íntegros noprotegidos por el estado que aún conserva áreas decomposición boscosa prístina. En Puerto Rico,alrededor del 0.35 por ciento de nuestra tierra aúncontiene bosque prístino (Wadsworth 1950). La crisisde nuestros abastos de agua representa un graveproblema para el desarrollo y la salud de nuestropueblo. La producción de agua es uno de losprincipales recursos de esta región montañosa. Lacubierta arborescente de los Tres Picachos contribuyeesencialmente a controlar la sedimentación y por endela calidad y producción de agua. La designación deBosque Insular para la región de Los Tres Picachoses esencial para conservar los recursos existentespara el beneficio integral, económico, social yambiental de nuestro pueblo.

IMPORTANCIA Y RAZONES PARALA DESIGNACIÓN

Tamaño del Área

El Departamento de Recursos Naturales yAmbientales, administra y maneja 14 bosques. En

su mayoría estos bosques son unidadesfragmentadas. Estos segmentos están influenciadospor la magnitud de los desarrollos circundantes,industrias, viviendas, carreteras, caminos y laactividad agrícola. Estas condiciones influyengrandemente sobre el microclima, por ende laestructura y composición del componente biótico delbosque. Este efecto es más intenso en los bordesdel bosque, donde el tamaño y carácter integral delárea determinan la condición natural del bosque. LosTres Picachos representan un área no fragmentada,de por lo menos 4,500 cuerdas (1,800 ha), este hechoresalta la importancia de Los Tres Picachos. EnPuerto Rico quedan muy pocas áreas boscosas desimilar composición y magnitud. Únicamente cuatrode los bosques insulares existentes poseensegmentos de mayor magnitud a los Tres Picachos,estos son: Guánica, Maricao, Río Abajo y Carite.

Estado Natural

El área de Los Tres Picachos (Figura 1)comprende dos zonas de vida, bosque muy húmedosubtropical y bosque montano bajo muy húmedosubtropical (sensu Holdridge 1967). En nuestra Isla,estas dos zonas corresponden a la región alta y centralde la cordillera comprendida desde Orocovis hastaMaricao, la Sierra de Cayey y la Sierra de Luquillo.Estas zonas de vida representan el 22.6 y 1.2 porciento respectivamente de nuestro territorio. En estaszonas, la precipitación promedio anual es de 2,000-4,000 mm (160 a 180 pulgadas/año) y lastemperaturas promedios varían entre 18 y 24oC (64.4a 75.2oF).

El área boscosa de Los Tres Picachos seencuentra ubicada entre 600 a 1,205 m de elevación.Un muestreo arbóreo que cubrió 1.79 cuerdas

Acta Científica 17(1-3):63-68, 2003

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(0.7 ha), hecho entre 760 y 800 m de elevaciónmuestra que esta área del bosque contiene una floraarbórea muy singular e importante de nuestracordillera alta correspondiente al bosque prístino.

En esta parte del bosque la densidad es de 1,010árboles/ha (404 árboles/cuerda) y poseen un áreabasal de 32.33 m2/ha (12.9 m2/cuerda) (Figura 2).Estos valores comparan con los de una parcela deinvestigación del Bosque Experimental de Luquilloen el área de El Verde. Esta parcela representativadel bosque Tabonuco y perteneciente a la zona devida muy húmeda (sensu Holdridge 1967) posee unadensidad de 856 árboles/ha (342 árboles/cuerda) yel área basal 42.45 m2/ha (16.98 m2/cuerda). EnPuerto Rico, el bosque secundario de la zona húmeda

FIGURA 1. Área propuesta par el Bosque de los Tres Picachos.

y muy húmeda subtropical tiene una densidad de 532árboles/ha (212.8 árboles/cuerda) y un área basalde 13.84 m2/ha (5.54 m2/cuerda), (Birdsey Weaver1982). Ambas áreas, Los Tres Picachos y El Verdeposeen una densidad arbórea y área basalsignificativamente mayor a la del bosque secundario.La composición de especies arbóreas en ambasáreas (Tabla 1) varía respecto a la del bosquesecundario. Tanto El Verde como Los Tres Picachosposeen especies endémicas de distribuciónrestringida, entre ellas podemos citar las siguientes:Dacryodes excelsa (tabonuco), Magnoliaportoricensis Bello (jaguilla), Ocotea moschata(Meissn.) (nuez moscada), Ilex sideroxyloides var.occidentales (Macfad.) Loes., Byrsonimawadsworthii Little.

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La palma de sierra (Prestoea montana (R.Graham) Nichols) forma parte del sotobosque en elbosque Tabonuco y es la especie arbórea másabundante, la cual posee una densidad deaproximadamente 243 individuos/ha (137 árboles/cuerda) (árboles mayores de 9.1 cm de diámetro ala altura de 1.37 m). La palma de sierra ocupa vallesy vertientes expuestas al viento donde por lo generalfluye gran cantidad de agua, formando parchoscontinuos donde ésta domina totalmente el escenario.Estos suelos, generalmente son inestables saturadosde agua y sujetos a continuos deslizamientos. Estascondiciones edáficas son apropiadas para laexistencia y abundancia de esta especie. Porconsiguiente no adecuadas para el uso agrícola.

Aunque no se ha cuantificado la magnitud delbosque nublado en Los Tres Picachos, cerca de lospicos a 950 m de elevación, el área posee bosqueenano. En el mundo la extensión de este ecosistemaestá sumamente limitada y amenazada. Unaevaluación de la FAO (1993) estimó que la taza anualde deforestación de estos sistemas es de 1.1 porciento anual, esta es mayor que los restantes biomasforestales tropicales, donde la deforestación es 0.8

FIGURA 2. Área basal por hectárea de dos bosques de la zona de vida muy húmeda y húmeda subtropi-cal de Puerto Rico. El valor para bosques secundarios incluye árboles de diámetro mayor o igual a 5cm; 9 cm o más para las otras áreas.

por ciento anual. En Centro América y el Caribe losbosques nublados están desapareciendo más rápidoque cualquier otro ecosistema forestal (LaBastille yPool 1978). Son sistemas frágiles, donde la humedadrelativa es excesivamente alta en la atmósfera.Frecuentemente están cubiertas por nubes y lossuelos están saturados de agua. En Puerto Ricoeste ecosistema existe en la Sierra de Luquillo yciertos picos de la Cordillera Central. Su integridady estabilidad en la Isla ha sido amenazada por lapráctica de colocar antenas de comunicación y radio.Dicha práctica, altera irreparablemente la vegetacióny el valor escénico del área. El manejo y operaciónde estas antenas ha ocasionando derramamiento deaceites en El Yunque. Esto ha ocasionando la muertede la vegetación, contaminando el suelo y los cuerposde agua.

Historia de la Designación de Bosquesen Puerto Rico

Nuestros bosques insulares surgen de laaprobación de la Ley de Bosques del 22 de noviembrede 1917. Esta ley faculta al Gobernador para quedeclare como bosques públicos aquellos terrenos del

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Estado cuya mejor utilidad fuere bosques(Domínguez 1989). La primera proclama ocurrió el28 de mayo de 1918 a través del boletín número143. Dicha proclama declara como bosques insulareslos sistemas de manglares de la costa (Bagué 1962).La segunda proclama ocurrió a través del boletínnúmero 159 del 22 de diciembre de 1919, siendoMaricao el primer bosque insular de la altura. Lasunidades forestales de Piñones, Ceiba, Aguirre,Boquerón, las islas de Mona, Monito al igual queMaricao fueron creadas y consolidadas por estasprimeras proclamas.

El 27 de abril de 1921, la Ley de Bosques fueenmendada; uno de los aspectos introducidos fue elestablecimiento de bosques insulares por medio decompra, donación, legado, y expropiación conformea la Ley. Bajo la enmienda a la Ley y la creación dela Administración de Reconstrucción de Puerto Rico(PRRA, por sus siglas en inglés) el 28 de mayo de1935 se crean mediante transferencias y compra depropiedad una serie de bosques adicionales. Losmismos fueron creados principalmente con el fin deproducción de madera y protección de cuencashidrográficas. Estos bosques son: Carite, Río Abajo,Guilarte, Guajataca y Susúa; bosques mayormentebosques húmedos de la montaña.

Desde los años 1951 y 1952, cuando la Autoridadde Tierras de Puerto Rico cedió en usufructuo lastierras que hoy forman los bosques de Vega yCambalache, ningún gobernador puertorriqueño hadesignado área boscosa alguna como Bosque Insular.Hay que indicar que el bosque de Toro Negro fuetransferido al sistema de bosques públicos el 21 demayo de 1962, sin embargo, este formaba parte delsistema federal del Bosque Nacional de Carite,conocido como la unidad de Toro Negro.

Este año después de más de 40 años, fueestablecido otro bosque estatal. En los terrenos delárea de las minas entre Utuado y Adjuntas, 720cuerdas manejadas por la Administración deTerrenos fueron transferidos al Departamento deRecursos Naturales y Ambientales. Para el manejode este recurso se ha establecido un sistemainnovador donde el estado y comunidad tienenfunciones y responsabilidades compartidas. Losterrenos que albergan los Tres Picachos están en

manos privados, por tal razón la designación tendríaque se precedida a través de compra y/o expropiación.La legislatura mediante un proyecto de Ley podríaasignar fondos para esos propósitos igualmente.

Ecoturismo

En Costa Rica, el 60 por ciento de los turistas semuestran motivados en visitar los Parques Nacionales(Boo 1990). En el 1986 divisas por concepto turísticosprodujeron $138 millones y la tendencia ha continuadoen ascenso. En Ecuador, específicamente en lasIslas Galápagos, el ecoturismo produjo $180 millonesen divisas (Healey 1988). En Puerto Rico el BosqueEl Yunque, recibe entre 620 mil a un millón depersonas al año. El interés mundial en los bosquestropicales en el mundo ha provocado que laecoturismo sea una alternativa para el turista.Desarrollado adecuadamente, el ecoturismo podríaser una alternativa económica, sostenible yrelativamente simple. Sin embargo, dependeestrictamente de la protección y conservación delrecurso, de otra forma no podría sobrevivir.

Recreación

Paralelamente con el creciente urbano y lacontinua desaparición de áreas verdes, existe unatendencia de la búsqueda del hombre con lanaturaleza y la recreación del aire libre. El valorescénico de los bosques es de suma importancia parael turista y el ciudadano local. Entre las actividadesde mayor popularidad al aire libre podemos citar:caminatas y excursiones, fotografía escénica comotambién de flora y fauna, reconocimiento de aves,escalar montañas, acampar, pescar y reconocimientobotánico. Los lugares más visitados por ecoturistasson: Nepal, Kenya, Tanzania, China, Méjico, CostaRica y Puerto Rico (Ingram and Durst 1987).

Hidrología

La reducción y pérdida en la capacidad dealmacenaje de los embalses de la Isla, añadido a lapérdida del 40 por ciento del líquido potable en lastuberías de acueducto y el aumento poblacional,exigen que conservemos y protejamos áreas de granproductividad de agua que aún se conserven enbosque. Alrededor de 15 afluentes nacen en estas

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montañas. Sus afluentes se unen en la parte nortecon los ríos Toro Negro y Cialitos que a su vezconvergen con el río Grande de Manatí. Hacia elsur afluyen al río Saliente, río Grande de Jayuya, ríoCaonillas, lagos Caonillas y Dos Bocas y el río Grandede Arecibo. Estudios realizados en zonas deequivalencia climatológica en la Isla, indican que elárea recibe alrededor de 39 millones de galonesdiarios de lluvia y condensación de humedadatmosférica. Aproximadamente 25 millones degalones diarios de este volumen pasa a formar partede los cuerpos de agua. Usando el 50 por ciento deesta producción, habría disponible alrededor de 12millones de galones diarios para consumo humano.En Puerto Rico el consumo de agua diario porpersona se estima en 48 galones (Díaz et al. 1995) yel renglón comercial en Puerto Rico consume 53millones de galones de agua diariamente (Díaz et al.1995).

Emisiones de CO2 y Contribución del Bosque

Alrededor de 6 petagramos año-1 de C (Pg = g x1015) es puesto en circulación mayormente por elresultado de actividades antropogénicas, como lo es,la quema de fósiles de carbón para producir energía,3.4 Pg año-1 se acumula en la atmósfera (Lugo 1992).Los bosques tienen la capacidad de actuar comodepósitos naturales de C, pueden capturar ointercambiar un por ciento sustancial de C encirculación del producto neto de CO

2 atmosférico,

contribuyendo a aminorar el problema global deinvernadero. El ciclo de C está intrínsicamenterelacionado a la actividad fisiológica y biomasa de lavegetación y por lo tanto al bosque y sus suelos. Seha evidenciado que bosques tropicales maduros enel sureste de Asia, están continuamente acumulandoC (Iverson et al. 1994). Brown y Lugo (1992),demuestran que la influencia del bosque tropical enla apropiación de C es relevante. La zona cafetalerade la Isla esta localizada mayormente en la regióncentral, donde a partir del 1980 el cultivo de café alsol ha incrementado. En el censo agrícola de café(Departamento de Agricultura 1993) había enproducción 72,765 cuerdas (28,633 ha), 37,182cuerdas (14,631 ha) en sombra y 35,583 (14,001 ha)al sol. Esto representa un cambio potencial en lasfuentes de emisiones de CO

2, donde un sistema de

mayor biomasa es sustituido por uno de menor

biomasa. Al momento la taza de crecimiento delcafé al sol continúa. En la medida en queconservemos áreas como Los Tres Picachos comobosque, estaremos contribuyendo a contrarrestar elincremento de CO

2 atmosférico.

CONCLUSIÓN

Al igual que el Yunque, Los Tres Picachos esparte importante de nuestro patrimonio natural. Elvalor económico, social y natural de Los TresPicachos requiere de la atención inmediata deinstituciones y agencias pertinentes para suprotección. Esto es necesario para promover el usoadecuado y sostenible de este recurso. El ecoturismomuy bien podría ser una de las alternativaseconómicas para el área. La zona consta conremanentes importantes de la flora prístina de lacordillera y elementos de bosque enano. Uno desus principales atributos lo son sus tres picos, siendouno de ellos el tercero de más elevación en la Isla,tan sólo precedidos por Cerro Punta (1,337 m) yCerro Rosas (1,260 m). Ambos picos, al igual queLos Tres Picachos están localizados en los municipiosde Ciales y Jayuya. El estado natural del área, supotencial hidrológico y su geomorfología son tan sóloalgunos de los elementos importantes que podríandesarrollar investigación científica. El beneficiosocial y económico del recurso agua, exige suconservación. El alto costo social que implica eldesarrollo no adecuado del área, requiere suinmediata protección.

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SOBRE MOSCAS, PSEUDODOXIA Y LA ENSEÑANZA DE LA CIENCIA

Alexis A. Rodríguez Valentín1, Valeria Colón1 y Armando Rodríguez Durán2

1Wesleyan Academy2Decano de Artes y Ciencias de la Universidad Interamericana de Puerto Rico

Recinto de Bayamón

RESUMEN

Un remedio casero comúnmente utilizado para espantar moscas es la colocación de recipientesplásticos transparentes llenos de agua. Se examinó la efectividad de este remedio para espantar lasmoscas. Los resultados indican que las botellas con agua no son efectivas espantando moscas. Sediscuten las razones que podrían llevar a la difusión de estas creencias y se usa el experimentocomo ejemplo de un ejercicio sencillo que puede contribuir a mejorar el entendimiento del métodocientífico.

INTRODUCCIÓN

Las leyendas y tradiciones de un pueblo leconfieren su carácter y le dan parte del colorido quenos lleva a querer visitar tierras extrañas. Noobstante, y como señalaramos antes parafraseandoa Sir Thomas Browne (Rodríguez Durán 2003b), lapseudodoxia, es decir, las leyendas y supersticionesque nacen de teorías incorrectas sobre la naturaleza,funcionan como impedimentos reales al desarrollodel conocimiento. Las sociedades industrializadasmantienen su viabilidad mediante el desarrollo desistemas de educación general regulados por elestado. El progreso continuo, indispensable para lasupervivencia de estas sociedades, sólo es posiblemediante la fluidez social propiciada por estaeducación general (Gellner 1983). La necesidad dereforzar el componente de ciencias en estaeducación general queda evidenciado por lapseudodoxia epidémica que aqueja a la sociedadmoderna (Rodríguez Durán 2003 a,b).

En este trabajo utilizamos una manifestación dela epidemia de pseudodoxia para ilustrar cómo elmétodo científico contribuye a distinguir entrerealidad y superstición. La creencia de que una bolsao recipiente transparente lleno de agua es un medioefectivo para espantar moscas, está generalizada envarios países (Carlson 2002), incluyendo a Puerto

Rico. El hecho de que la creencia rebase fronteraspolíticas y lingüísticas nos podría llevar a pensar quela misma está basada en una verdad natural.

La manera en que las moscas se orientan tienecomponentes visuales (Guillot 1980, Netter 2004,Srinivasan et al. 2004) y olfativos (Krieger y Breer1999). Si aceptáramos que un recipientetransparente con agua espanta moscas, nuestrahipótesis podría ser que los efectos del agua sobre laluz, tales como difracción y refracción, de algunamanera desorientan a las moscas reduciendo suactividad en los alrededores de los recipientes. Otrasexplicaciones más coloridas o folclóricas, que hemosescuchado o leído, sugieren que las moscas se venaumentadas en el recipiente y se asustan, o queconfunden el recipiente con el nido de algúndepredador. Independientemente de la explicaciónque se le dé, el asunto es que muchos aseguran queel remedio funciona, y lo podemos ver instalado encuchifritos, cafeterías al aire libre y fiestas de patio.Cuestionados sobre la efectividad del remedio,aquellos que lo utilizan aseguran que si no hubiesencolgado el recipiente el lugar estaría lleno de moscas.

El propósito del experimento realizado fueexaminar la efectividad de este método de controlde moscas. El trabajo se desarrolló como unproyecto de feria científica, aunque este reportecontiene algunas elaboraciones ulteriores.

Acta Científica 17(1-3):69-73, 2003

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FIGURA 1. Montaje delpescado en presencia de labotella.

FIGURA 2. Moscas ymimes visitando elpescado en presencia dela botella.

70 Alexis A. Rodríguez Valentín, Valeria Colón y Armando Rodríguez Durán

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Moscas Moscas Moscas MoscasObservación con botella sin botella Observación con botella sin botella

______________________________________________________________________________________________________1 0 1 20 2 12 0 2 21 2 43 1 2 22 3 04 3 0 23 3 15 2 3 24 1 06 3 6 25 0 07 1 1 26 1 48 3 0 27 1 39 1 3 28 2 0

10 3 1 29 2 211 2 0 30 1 -12 3 1 31 0 -13 2 1 32 1 -14 0 0 33 7 -15 1 1 34 5 -16 2 1 35 5 -17 0 0 36 2 -18 1 0 37 0 -19 0 2 38 1 -

_____________________________________________________________________________________________

TABLA 1. Número de moscas contadas en cada observación en presencia y ausencia de la botella plásticallena de agua._______________________________________________________________________________________________

METODOLOGÍA

El experimento se realizó en tres localidadesdistintas de la zona metropolitana de San Juan(Greater San Juan). En cada localidad se colocó unpedazo de pescado en estado de descomposiciónsobre un platillo expuesto. Cada 15 minutos, duranteuna hora, se observó el pescado y se determinó elnúmero de moscas sobre el mismo. El procedimientose repitió colocando cerca del platillo una botellaplástica transparente llena de agua (Figura 1). Elexperimento se realizó iniciando con la botella,iniciando sin la botella, en la mañana y en la tarde.

RESULTADOS

El orden Díptera, al que pertenecen las moscas,es sumamente diverso. Las moscas no secoleccionaron para identificación, y fue evidente queal menos dos especies de moscas visitaron el pescado(Figura 2). Se contabilizaron sólo aquellos dípterosde tamaño mediano a grande que podían ser descritosmejor como “moscas” que como “mimes”.

En promedio 1.76 +1.56 (DE) moscas visitaronel pescado en ausencia de la botella mientras que enpresencia de la misma el promedio fue de 1.37 +1.52 (DE) moscas (Figura 3). Esta pequeñadiferencia no resultó significativa al aplicársele unMann-Whitney U-Test (p = 0.238). En adición, elnúmero de ocasiones en las que no se observóninguna mosca fue mayor en ausencia que enpresencia de la botella, mientras que en presenciade la botella se vio el mayor número de moscasregistradas en una observación, con siete moscas almismo tiempo (Figura 4). Las variables “hora deldía” y “orden de ejecución de los experimentos” nose evaluaron estadísticamente. Un examen visualnos sugirió que estos factores no son importantes.

DISCUSIÓN

Los resultados de este experimento demuestranque las botellas plásticas transparentes llenas de aguano son efectivas espantando moscas. El origen dela historia sigue siendo un misterio, pero el problemade pseudodoxia epidémica (Rodríguez Durán

Enseñanza de la ciencia 71

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FIGURA 3. Número promedio de moscas por visita bajo cada tratamiento. La diferencia es muypequeña para adjudicarse a otro factor que no sea el azar.

FIGURA 4. Distribución de la actividad de moscas con botella primera columna y sin botella segundacolumna.

72 Alexis A. Rodríguez Valentín, Valeria Colón y Armando Rodríguez Durán

Sin Botella

Con Botella

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

1.2

1.4

1.6

1.8

2

Tratamiento

Núm

ero

prom

edio

de

mos

cas

0

2

4

6

8

10

12

0 1 2 3 4 5 6 7

Número de moscas

mer

o d

e o

bse

rvac

ion

es

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2003a,b) sin lugar a dudas contribuye a ladiseminación de esta y otras leyendas inverosímiles.Algunas de estas explicaciones populares inclusoreclaman que las moscas al ver el agua se asustan,“pensando” que se van a mojar. El experimento sellevó a cabo en la época de menor actividad demoscas, y tal vez valdría la pena realizarlo cuando lacantidad de moscas fuera mayor, así como examinarel efecto de la hora del día.

Experimentos como este, o como el experimentode Redi de falsación de la generación espontánea,en el contexto de un curso de ciencias, representanejercicios sencillos que contribuyen de variasmaneras a la alfabetización científica: 1. Ilustran alestudiante sobre el método científico; 2. Permitenfalsar teorías incorrectas sobre la naturaleza; 3.Proveen la estructura necesaria para involucrar alestudiante en el diseño de experimentos. Este últimocomponente es especialmente importante si sepretende que la población en general no sólo aprendaalgunos datos científicos, sino que entienda cómofunciona la ciencia (McNeal et al. 1998, McNeal yD’Avanzo 1997). Es muy importante que, en nuestrasociedad democrática e industrializada, las bases delconocimiento científico lleguen a toda la población.

AGRADECIMIENTOS

Adeliz Hernández aportó algunas de lasobservaciones utilizadas en este trabajo.

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Enseñanza de la ciencia 73

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PROTECCIÓN AMBIENTAL PARA EL SIGLO 21: LA PERSPECTIVA DEL PAISAJE

José Juan Terrasa SolerEscuela Graduada de Diseño

Universidad de Harvard

Han transcurrido ya 30 años del establecimientode las leyes fundamentales de protección ambiental,tanto en Estados Unidos como en Puerto Rico.Tenemos leyes federales, como las de Aire Limpio,Aguas Limpias y la Ley de Especies en Peligro deExtinción; y leyes puertorriqueñas, como la de PolíticaPública Ambiental, la Ley de Vida Silvestre y la Leyde Bosques. Luego de todos estos años y todasestas leyes, ¿Qué hemos logrado en cuanto aprotección ambiental se refiere?

La respuesta es un poco complicada, pero paraser justos, la respuesta corta es que hemos logradomuchísimo. El sistema estuarino de la Bahía de SanJuan, por ejemplo, está mucho más limpio de lo queestaba hace 30 años. Hemos logrado conservaráreas de gran valor natural y cultural. Y nuestrasobras de infraestructura las planificamos y diseñamosde forma distinta, poniendo ahora mayorconsideración a su impacto sobre el ambiente.

Además, la ciudadanía en general está muchomás consciente del impacto sobre el ambiente de lasactividades humanas y mucho más dispuesta a utilizarlas herramientas legales disponibles para exigir undesarrollo sostenible. En fin, definitivamente noscomportamos de forma distinta con respecto anuestro entorno, como individuos y como sociedad,de como lo hacíamos hace 30 años.

A pesar de los avances que hemos hecho paraproteger el ambiente, nos enfrentamos hoy a retossignificativos para poder alcanzar el desarrollosostenible que todos queremos. Por ejemplo, todavíano hemos logrado manejar nuestras aguasefectivamente, tanto desde el punto de vista decantidad como del de calidad. De otra parte, nosqueda mucho por hacer para manejaradecuadamente los desperdicios sólidos. Y asísiguiendo, podríamos enumerar unos cuantos retosmás. Sin embargo, el reto ambiental más importante

al que nos enfrentamos en el siglo 21 es lafragmentación y pérdida de hábitat de vida silvestrey sus efectos sobre el paisaje.

La fragmentación y pérdida de hábitat tieneconsecuencias muy serias para el conjunto deespecies que habita nuestras Islas y para la integridadecológica de nuestro ambiente. La fragmentaciónde un hábitat ocurre, por ejemplo, cuando seconstruye una carretera que atraviesa un bosque ose construye una represa en el cauce de un río.También ocurre cuando en el mosaico de usos delterreno los sistemas naturales son rodeados por usosdel terreno que son incompatibles con ellos o cuandoson aislados de otros ecosistemas similares. En todosestos casos se crea una barrera artificial que impideel libre fluir de animales, semillas, agua, nutrientes,etc. Estas barreras afectan los procesos naturalesde los ecosistemas y pueden tener el efecto deempobrecer su riqueza biológica. Además, lafragmentación puede afectar el funcionamientogeneral de los sistemas naturales y reducir lacapacidad y variedad de los servicios que losecosistemas nos proveen (por ejemplo, la asimilaciónde desperdicios). El problema de la fragmentaciónde hábitat existe porque las leyes y controlesambientales que tenemos no están diseñados paraprevenirlo; pero más importante aún, el problemaexiste porque no usamos en nuestra planificación laperspectiva del paisaje.

El “paisaje”, en sentido técnico, es el conjuntode los elementos físicos, biológicos y culturales(edificados) de una región geográfica amplia. Es elentretejido de ríos, valles, montañas, bosques, flora,fauna, costas, edificios, carreteras, parques y todolo demás, junto con las relaciones mutuas entre todosestos elementos. El paisaje es, por lo tanto, viviente,dinámico y está en constante transformación debidoa causas naturales y sociales.

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El paisaje se puede conceptuar como un conjuntode parches y corredores que conectan a los parchesentre sí, y una matriz sobre la cual los parches ycorredores se diferencian. Un paisaje urbano, porejemplo, puede estar formado por conjuntos deedificios y áreas comunes (como parques y calles)conectados entre sí por avenidas o carreteras(corredores), y sobre una matriz que pudiera sercampo agrícola, cuerpos de agua, bosque o pastizal.Un paisaje montuno, de otra parte, podría estarformado por parches de bosque, conectados entre sípor bosques de galería a lo largo de ríos y quebradas,y sobre una matriz de pastos y humedales en laspartes más llanas.

Aún cuando hay infinidad de paisajes posiblesen islas tropicales como las nuestras, todo paisajepuede ser estudiado sobre la base del concepto deparches, corredores y matriz. El utilizar laperspectiva del paisaje significa que empecemos aver en nuestro entorno estas unidades y lasconexiones y relaciones entre ellas. Significa queempecemos a pensar con amplitud geográfica;significa que consideremos los efectos que sobre elpaisaje puede tener la acumulación de accionesindividuales pequeñas.

El planificar nuestro país o prevenir los impactosambientales de cierta obra utilizando la perspectivadel paisaje requiere que atendamos las relacionesentre todos los elementos de una región geográficaparticular y entendamos las consecuencias quenuestros planes o acciones podrían tener a una escalamás amplia. Una buena aproximación inicial paradefinir “una escala más amplia” es utilizar los límitesde la cuenca hidrográfica donde ubica el sitio que seestudia. Sin embargo, hay muchos procesosecológicos dentro de un paisaje que pueden rebasarlos límites de la cuenca hidrográfica. Lo que hace ladiferencia en la perspectiva del paisaje es tenerconciencia de las consecuencias de cierta acción avarias escalas tempo-espaciales.

Desgraciadamente, estamos acostumbrados aplanificar y a estudiar las consecuencias de accionespropuestas a una escala muy fina, generalmenteestablecida por los límites del proyecto propuesto oel municipio concernido y en el momento presente o

el futuro inmediato. Esta ausencia de la perspectivadel paisaje en nuestra planificación y desarrolloproduce paisajes que no funcionan ni para los sereshumanos ni para los demás organismos que loshabitan. Estos paisajes que no funcionan son paisajesfragmentados y empobrecidos que han perdido nosólo riqueza ecológica sino también belleza.

A pesar de todo, estamos a tiempo para revertirestas tendencias y afrontar los nuevos retos de laprotección ambiental. Es mucho lo que podemoshacer, por ejemplo, en cuanto a restauraciónecológica se refiere. Podemos utilizar la oportunidadal construir nueva infraestructura para que se propiciey restablezca la conexión entre las áreas naturalesde un paisaje. Al seleccionar la ruta de una carreterapodemos analizar su impacto sobre la conformacióndel paisaje y evitar fragmentar parches significativosde hábitat. Podemos también utilizar el concepto de“parkways” o parques lineales para mantener ymejorar la conexión entre elementos apropiados delpaisaje. Esto se hace, por ejemplo, dedicando partede la servidumbre de paso a áreas boscosasplanificadas y diseñadas para que funcionen comocorredores entre parches de bosque. Laconstrucción de parques lineales es también unamagnífica oportunidad para ayudar a restaurar laintegridad ecológica de áreas naturales dentro yalrededor del mosaico urbano.

Los ríos y quebradas, por ejemplo, son corredoresecológicos de especial importancia en el paisaje. Surestauración y protección debe tener una prioridadalta en nuestros esfuerzos de planificación yprotección ambiental de cara al nuevo siglo. Losríos restaurados pueden servir para unir áreasnaturales, parques y espacios abiertos, y asírestablecer la conectividad del paisaje y revertir losefectos de la fragmentación. Esta oportunidad esespecialmente importante en Puerto Rico, cuyospaisajes cuentan con numerosos ríos y quebradas.Para lograr ese objetivo ambiental, sin embargo, esimportante planificar y diseñar bien estos corredoresde modo que además de su belleza escénica tengantambién funcionalidad ecológica.

Hoy en día contamos con muchas herramientasque no teníamos antes para estudiar el paisaje yanalizar los impactos potenciales de nuestras acciones

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y planes. Los sistemas de información geográfica(GIS, por sus siglas en inglés), por ejemplo, nos danahora una capacidad enorme para hacer análisiscomplejos del paisaje e indagar las relaciones entrelos diferentes elementos de regiones geográficasamplias. La disponibilidad de imágenes de satélite,con la variedad de sensores que estos satélites tienen,nos da acceso a mucha información valiosa sobre elpaisaje. Estas y otras herramientas que tenemosactualmente hacen posible el que utilicemos laperspectiva del paisaje para mejor planificar, diseñary proteger nuestro ambiente. Tenemos la tecnología,el conocimiento y la información; sólo nos restacambiar el paradigma de análisis y planificación, yutilizar la perspectiva del paisaje para afrontar losretos ambientales del nuevo siglo.

Si bien es cierto que hemos avanzadosignificativamente en proteger y mejorar el ambienteen los últimos 30 años, el siglo 21 nos presenta nuevosretos que se resisten a ser tratados con los viejosparadigmas que todavía tenemos. El reto ambientalmás importante al que nos enfrentamos hoy, lafragmentación y pérdida de hábitat, es esencialmenteel reto de armonizar mejor la naturaleza con lasociedad humana, lo natural con lo edificado. Cuánexitosos seamos al afrontar este reto dependerá decuán exitosos seamos en promover paisajes que seanbellos y que a la vez funcionen para los sereshumanos y para los demás organismos que loshabitan. No hay duda de que la clave para lograresto está en integrar los principios de la ecologíapaisajista y la perspectiva del paisaje en laplanificación y diseño de nuestros espacios exterioresy de nuestras ciudades.

Protección ambiental para el siglo 21 77

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ANTECEDENTES HISTÓRICO-FORESTALES DELBOSQUE ESTATAL DE GUÁNICA (1875-1889)

Carlos M. Domínguez CristóbalInstituto Internacional de Dasonomía Tropical

Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América1201 Calle Ceiba, Jardín Botánico Sur, Río Piedras, Puerto Rico 00926-1119

Los antecedentes histórico-forestales de lo quehoy día conocemos como el Bosque Estatal deGuánica guardan una relación directa con eldesmantelamiento de la Junta Superior para elRepartimiento de los Terrenos Baldíos y elrestablecimiento de la Inspección de Montes en 1875,las Ordenanzas de Montes de 1876, la creación delas reservas forestales Manglar del Barrio de Guánicay su puerto y el monte de los barrios de Guánica,Susúa, Barina Baja de Yauco y Boca de Guayanillaen los inicios del segundo lustro de la década del1870 y el advenimiento de la Comarca Forestal deYauco en 1885.

Desde la creación de la Junta Superior para elRepartimiento de los Terrenos Baldíos en Puerto Ricoen 1818 hasta el año de 1875 los terrenos baldíosfueron concedidos a sus solicitantes con la finalidadde desmontarlos y convertirlos en zonas agrícolas oen pastos cultivados. Para lograr ese objetivo, eldesmonte a efectuarse debía llevarse a cabo dentrode los siguientes requisitos de tiempo: un 10 por cientoa partir del momento de la otorgación de título, un 25por ciento a los cuatro años siguientes y de un 50por ciento al transcurrir una década (ArchivoHistórico Nacional 1876-1877). Eventualmente, laJunta revisaba tales concesiones pues de nocumplirse con esa obligación se desarrollaba unainvestigación que por regla general concluía con larecuperación de las tierras de parte del Estado.

Uno de los mecanismos utilizados en el país paraefectuar el desmonte requerido lo constituía la quemade la vegetación. Entre los factores que motivabantal práctica se ubicaban la escasez de instrumentospara realizar el desmonte y de que la quema era unsistema de suma rapidez y de bajo costo. Ante esasituación, miles de cuerdas de bosque virgendesaparecieron ante el fuego abrasador.

A medida que avanzaba el siglo XIX las quejasde los efectos de tales prácticas de desmontecomenzaron a agudizarse entre la documentacióndel gobierno colonial de la Isla. Entre esas quejas seubicaban la disminución de la calidad y cantidad delas aguas y los problemas de erosión. Por otro lado,hacia la medianía del siglo decimonónico ya secuestionaba si el sistema de distribución de losterrenos baldíos estaba cumpliendo con los propósitospara los cuales fue creado. Ante ese escenario, enla década del 1850, le correspondió a las primerascomisiones forestales destinadas a Puerto Rico elcomenzar a identificar aquellos terrenos cuyo mejoruso era el destinarlo a reservas forestales.Eventualmente, en la década del 1860, las comisionesforestales se modificaron para dar paso aladvenimiento de la Inspección de Montes en PuertoRico. No obstante, dicha agencia gubernamentalfue desmantelada en 1870 ante la crisis económicaque sufría el gobierno colonial de la Isla. Por otrolado, se propuso que para la solución de la crisisfinanciera de las arcas gubernamentales eranecesario la venta de aquellas propiedadespertenecientes en la isla a la Corona española(Archivo General de Puerto Rico 1866-1873). Entreellas fueron ubicadas algunos de los montes queposeían un gran potencial como reservas forestalesy que habían sido catalogados como públicos en elinventario de 1867.

Al iniciarse el último cuarto del siglo XIX elgobierno metropolitano estableció varias medidasencaminadas para lidiar con la crisis fiscal y hacerfrente a la problemática forestal del país. Entre esasmedidas se ubicaban las siguientes:desmantelamiento de la Junta Superior para elRepartimiento de los Terrenos Baldíos, elrestablecimiento de la Inspección de Montes de

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Puerto Rico y el establecimiento de un sistema deventa de los terrenos de la Corona cuyo mejor usofuese el destinarlos a fines agrícolas. No obstante,estas tres medidas funcionaron de maneraentrelazada entre si.

El traspaso de los archivos de la Junta Superiorpara el Repartimiento de los Terrenos Baldíospermitió a la Inspección de Montes de Puerto Rico,la cual era dirigida por el Ingeniero de Montes, Césarde Guillerna y de las Heras, identificar aquellosterrenos cuyo mejor uso era el agrícola o forestal.Adjunto a ello, se facultó a la Inspección de Montespara establecer investigaciones conducentes adeterminar si se habían cumplido o no con lasconcesiones de la Junta y tomar acción sobre ello(Archivo Histórico Nacional 1876-1877). Por otrolado, se auxiliaría en el establecimiento de un sistemade venta en composición con la Hacienda de aquellosterrenos de la Corona o de los revertidos al Estadopor incumplimiento de las concesiones de la Juntacuyo mejor uso fuese el destinarle a fines agrícolas.Dentro de esa perspectiva, la Inspección de Montesfue reconociendo e incautando cientos de cuerdasde terrenos que fueron integrando el conjunto dereservas forestales que se estaban estableciendo.La desventaja a esos proyectos lo constituía el quemayor parte de los terrenos destinados a reservasforestales no estaban deslindados y de que se carecíade un buen sistema de vigilancia al respecto. Portanto, las reservas forestales estaban a merced delos intereses de muchos individuos que con diversospropósitos incursionaban en ellas. No obstante, laInspección de Montes reconoció que para que lasOrdenanzas de Montes fueran efectivas y viablesen Puerto Rico se requería de algunasmodificaciones de la misma pues la realidad forestalde España distaba mucho de la respectiva situaciónen suelo boricua.

De Guillerna, luego de examinar los expedientesde la Junta Superior para el Repartimiento de losTerrenos Baldíos y de efectuar un examen ocularde reconocimiento, estableció dos reservas forestalesque hoy día constituyen los antecedentes histórico-forestales del Bosque Estatal de Guánica. Ante esasituación, era necesario el crear un mecanismo paraefectuar la vigilancia de las mismas y de queestuvieran sujetas a unos planes de aprovechamiento

forestal. Por otro lado, estas tres reservas forestalespasaron a constituir parte integrante de la ComarcaForestal de Yauco cuando ésta se estableció en 1885.

Los planes de aprovechamiento forestal de laInspección de Montes estaban constituidos por laredacción de un documento de vigencia anual basadoen la mejor utilización racional de los montes delEstado clasificados como reservas forestales(Archivo General de Puerto Rico 1877-1883). Entrelos parámetros utilizados en la redacción de losmismos se encontraban su ubicación, extensión,especie predominante y subordinadas así como sudistribución y la influencia climatológica para con suzona de ubicación y zonas aledañas. Por otro lado,para la redacción de esos planes era necesario deque con anterioridad el Inspector de Montes realizaraun reconocimiento ocular de los mismos.

La elaboración de los planes de aprovechamientoforestal requerían del cumplimiento de cada una delas especificaciones descritas en las Ordenanzas deMontes. Ante esa consideración, una vez redactadoel mismo era necesaria la aprobación del Gobernadory la celebración de un sistema de subastas públicas.No obstante, éstas se efectuaban en el Ayuntamientodonde se ubicaba el monte a ser aprovechado bajola supervisión de un empleado de la Inspección deMontes. Por otro lado, los aprovechamientos de losrenglones bajo consideración debían de llevarse acabo desde el primero de julio al 30 de junio del añosiguiente. La corta se efectuaría desde principiosde noviembre al 31 de enero siguiente y la sacafinalizaría el 31 de marzo (Archivo General de PuertoRico 1877-1883). No obstante, también quedódescrito la no admisión de prórrogas, laresponsabilidad del rematante de cualquier infraccióna las Ordenanzas de Montes dentro del área bajoaprovechamiento y de que si el rematante no cumplíacon el pliego de condiciones de la subasta, éste perdíasus derechos y el Estado quedaba a beneficio delmismo. Sin embargo, a pesar de toda ladocumentación generada por los planes deaprovechamiento forestal en muy pocas ocasioneséstas se efectuaron exitosamente. Cuando ellosucedía, se procedía a la convocatoria de una segundasubasta reduciéndose los importes económicos enun 33 por ciento (Archivo General de Puerto Rico1877-1883). De no asistir nuevamente licitadores,

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ésta se declaraba desierta y se proponía por laInspección de Montes para el siguiente año forestal.Es muy probable que ante la falta de un buen sistemade vigilancia era más viable y económico elaprovechamiento de las reservas forestales deaquellos interesados siempre y cuando no fueransorprendidos por los monteros o delatados porcualquier particular. De ahí una de las posiblesrazones para que las subastas de losaprovechamientos forestales no resultaran exitosas.

Los antecedentes histórico-forestales de la zonahoy día denominada Bosque de Guánica secircunscriben a lo que en el último cuarto del sigloXIX lo constituían una extensión de 1,642.75 haubicadas en los barrios de Guánica, Susúa, BarinaBaja de Yauco y Boca de Guayanilla (ArchivoGeneral de Puerto Rico 1876, 1876-1885). Delanálisis de los planes de aprovechamiento forestalde ellos y de los documentos relativos aflora un caudalde información que nos ilustra y nos permitereconstruir parte de lo que constituía una de las cuatrocomarcas forestales del Puerto Rico del siglo XIX.

El manglar denominado “Manglillo, Afligidos yPuerto de Guánica”, el cual también era conocidocon el nombre de “Manglar del Barrio de Guánica ysu puerto” estaba constituido por 70.75 ha (180cuerdas aproximadamente) de manglepredominantemente colorado o zapatero(Rhizophora mangle) (Archivo General de PuertoRico 1877-1878). Durante el último cuarto del sigloXIX fue la única zona de mangle del barrio Guánicade Yauco bajo la jurisdicción de los planes deaprovechamiento forestal.

La inclusión del Manglar del barrio de Guánicay su puerto en los planes de aprovechamiento forestalde la Inspección de Montes de Puerto Rico causóun malestar entre la “gente de mar”, así como de loshacendados del azúcar y otros colindantes. Paraellos, era uso y costumbre la utilización gratuita delmanglar que concedía la Comandancia de la Marinasin necesidad de responder económicamente a lasarcas gubernamentales ni mucho menos el de asistira una subasta pública para obtener, de ser concedido,el aprovechamiento del mismo. La inherencia de laComandancia de la Marina sobre los asuntosrelativos al manglar emanaba de la ubicación misma

de ese ecosistema, o sea, en la zona marítimo-terrestre. Ante esa perspectiva, la vigilancia y losaprovechamientos del manglar eran administradospor la Comandancia de la Marina.

El advenimiento de las Ordenanzas de Montesde 1876 provocó la pérdida de la autoridad de laComandancia de la Marina sobre losaprovechamientos del manglar, pero no así de suvigilancia. Las Ordenanzas no vislumbraban lainclusión del manglar dentro de su marco de accióndebido a que no eran reconocidos como “montes”.Ante esa situación, de Guillerna, inició una polémicaque le fue favorable ante las autoridadesgubernamentales para que el manglar fuerareconocido bajo la categoría de “monte” y de quepor tanto debían estar sujetos a los planes deaprovechamiento forestal (Archivo HistóricoNacional 1876-1877). Ante esa situación, finalizabala autoridad de la Comandancia de la Marina sobrelos aprovechamientos del manglar.

Dentro del marco escénico del manglar, losparámetros para la inclusión de éstos en los planesde aprovechamiento forestal eran más estrictos paracon el mangle rojo o zapatero. Esa era la situaciónpara con el Manglar del Barrio de Guánica y su puerto.Por décadas el mangle rojo venía sufriendo de formaintensiva de un corte abusivo y desmedido de partede aquellos que le utilizaban como material curtienteasí como el ser empleado como material decombustible en las chimeneas de las haciendasazucareras. Por otro lado, a pesar de que el manglarestaba ubicado en la zona marítimo-terrestre éstossolían concederse o venderse ante la finalidad o elcompromiso de desecarlos para luego ser dedicadosa fines agrícolas. Adjunto a ello, sobrepesaba almanglar la negativa visión para con losrepresentantes de la salud pública de que los mismoseran un centro de propagación de variasenfermedades tales como la malaria.

El monte de los barrios Guánica, Susúa y BarinaBaja de Yauco y Boca de Guayanilla estabacompuesto de 1,572 ha (3,999 cuerdasaproximadamente) en las cuales la especie dominanteera la tea (Amyris elemifera) y el tachuelo (Pictetiaaculeata) (Archivo General de Puerto Rico 1878-1879). Para los efectos de los planes de

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aprovechamiento forestal estaba dividido en veintesecciones (tranzones) en las cuales cada una de ellasposeía un área de 78.60 ha (Archivo General dePuerto Rico 1878-1879). El deslinde de este monte,el cual se efectuó a fines de febrero de 1877, requirióde que los dueños de las fincas colindantes formaranparte del proceso: Eduardo y José María Arenas,María Asunción y Margarita Vizcarrondo,Buenaventura Quiñones, Valentín Ayala, AntonioPadial, Federico Más y Miguel Ventura (ArchivoGeneral de Puerto Rico 1876-1885). A éstos les fuerequerido, entre otra documentación, el quepresentaran evidencia que acreditase que dichaspropiedades colindantes les correspondíanlegítimamente y de que no los habían usurpado alEstado. Por otro lado, en el proceso de deslindetambién estuvieron involucrados una serie deindividuos que ocupaban parte de este monte: JuanCarreras, José María Quiñones, Juan Ramón Vegay Jerónimo Lluveras (Archivo General de PuertoRico 1876, 1876-1885). No obstante, dada lacercanía del antiguo hato denominado Criollo tambiénafloró la historia de la tenencia y uso de esas tierras.De esa documentación se desprende la aportacióntoponímica para con estos lares. Ejemplo de ello,entre otras, son las siguientes voces: Criollo,Lluveras, Ojo de Agua, Cobanas, Picúas, La Hoya,Hoya Honda, Caña Gorda, Maniel, Jaboncillo, Ballenay Manglillo.

Territorialmente este monte estaba dividido entres secciones las cuales se denominaban oreconocían a base del barrio donde radicaban. Lasección correspondiente al barrio Guánica de Yaucoestaba compuesto de 943 ha de “monte bajo en sumayor parte y medio en el resto” (Archivo Generalde Puerto Rico 1876-1885). Colindaba hacia lamedianía de la década del 1870 por el norte con JoséMaría Quiñones y José María Arenas; por el estecon José Ramón Vega y Jerónimo Lluveras; por elsur con el mar y la Sucesión de Federico Más y porel oeste con las Señoras Vizcarrondo de Castro,Buenaventura Quiñones, José María Arenas y elmar.

La sección correspondiente a los barrios deSusúa y Barina Bajas de Yauco estaba compuestade 471.64 ha de monte medio y bajo (ArchivoGeneral de Puerto Rico 1876-1885). Esta sección

del monte fue finalmente recuperada para el Estadoen virtud de un proceso de reversión que efectuó laInspección de Montes de Puerto Rico el 30 de enerode 1879.

La sección más pequeña de este monte seubicaba en el barrio Boca de Guayanilla. Estabacompuesto de 157 hectáreas de monte bajo y medio(Archivo General de Puerto Rico 1876-1885). Estasección fue finalmente recuperada para el Estadomediante el proceso de reversión que efectuó laInspección de Montes de Puerto Rico el primero defebrero de 1879. Según el inventario de montespúblicos y privados de 1867 el Estado poseía en dicholugar 280.7 ha en las cuales existía un monteclasificado como “bajo”, zarzales y juncos (ArchivoHistórico Nacional 1867).

Del estudio de los planes de aprovechamientoforestal de la Inspección de Montes de Puerto Ricodurante los años de 1877-1878 a 1888-1889 sedesprende que los únicos montes con antecedenteshistórico-forestales para con el hoy Bosque Estatalde Guánica se circunscribían al Manglar del Barriode Guánica y su puerto (1877-1878 a 1888-1889) yel monte del barrio Boca de Guayanilla (1879-1880a 1888-1889).

Los planes de aprovechamiento del Manglar delBarrio de Guánica y su puerto para el período antesdescrito debían de reportar a las arcasgubernamentales de efectuarse la totalidad de talessubastas 1,740.72 pesos (Archivo General de PuertoRico 1877-1889). Este ingreso se desglosaría de lasiguiente forma: 57.95 por ciento (1,008.72 pesos)correspondían a las esteras de leñas y un 42.05 porciento (732 pesos) a las cortezas del mangle rojo(Tabla 1).

La única especie viva sujeta a los planes deaprovechamiento del Manglar del Barrio de Guánicay su puerto lo constituía el mangle rojo. Las cortezasdescritas en estos planes eran aquellas que procedíandel descortezado de aquellos ejemplares de esaespecie que poseían un diámetro mínimo de unossiete centímetros al nivel de las aguas o del suelosegún fuere el caso (Archivo General de Puerto Rico1878-1879). Ante esa perspectiva, este manglardebía de producir unos 60,000 kilogramos de cortezas

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TABLA 1. Relación económica anual (pesos) de los planes de aprovechamiento forestal de la Inspección deMontes de Puerto Rico para con las leñas y cortezas del Manglar del Barrio de Guánica y su puerto deYauco durante los años de 1877-78 a 1888-89.____________________________________________________________________________________________

Importe Importe ImporteAño Esteras económico Kilogramos económico total

forestal de leñas (pesos) de cortezas (pesos) (pesos)1877-78 128 80 2,300 30 1101878-79 128 40 4,600 60 1001879-80 128 40 4,600 60 1001880-81 128 79.36 5,000 60 139.361881-82 150 79.36 5,000 60 139.361882-83 150 90 5,500 66 1561883-84 150 90 5,500 66 1561884-85 150 90 5,500 66 1561885-86 150 90 5,500 66 1561886-87 150 90 5,500 66 1561887-88 400 120 5,500 66 1861888-89 400 120 5,500 66 186

Total 2,212 1,008.72 60,000 732 1,740.72Fuente: Archivo General de Puerto Rico, Obras Públicas, Propiedad Pública, cajas 302 (1877-1878 a 1879-1880), caja 314(1880-1881 a 1883-1884), caja 315 (1884-1885 a 1888-1889). Planes de aprovechamiento forestal de la Inspección deMontes de Puerto Rico para el Manglar del Barrio de Guánica y su puerto durante los años de 1887-1878 a 1888-1889.

de 1877-1878 a 1888-1889 en los cuales a partir de1880-1881 el precio promedio fue de 0.012 pesos/kilogramo de corteza (Tabla 1).

Las esteras de leñas constituían un importanterenglón que no solo reportaban los planes deaprovechamiento forestal relativos al manglar. Anteesa circunstancia, una estera (carga) de leña fuedefinida como 720 kilogramos de leña seca sinconsiderar la especie arbórea a la que se pertenecía(Archivo General de Puerto Rico 1877-1883). Noobstante, para el caso específico del mangle rojo éstaincluía las que se producían en el descortezado deesa especie. En lo referente al Manglar del Barriode Guánica y su puerto este renglón debía reportarpara el período bajo estudio 2,190 esteras las cualesrepresentaban un importe económico de unos1,008.72 pesos (Tabla 1). Por otro lado, vale destacarque las esteras de leñas de este manglar fueronexperimentando una reducción en el precio de laestera de leñas durante la década de 1880, o sea, de0.62 pesos de 1880-1881 a 0.30 pesos en 1887-1888.

Los planes de aprovechamiento forestal para elMonte de los barrios de Guánica, Susúa y BarinaBaja de Yauco y Boca de Guayanilla proyectaron

cubrir la totalidad de este monte durante un períodode veinte años. A tales efectos este monte fuedividido en veinte tranzones los cuales los númerosasignados iban en ascenso de este a oeste. Anteesta circunstancia los dos primeros tranzones seubicaban en el barrio Boca de Guayanilla (ArchivoGeneral de Puerto Rico 1879-1889). La movilidadal siguiente tranzón era determinada por si en el añoanterior había ocurrido la subasta delaprovechamiento en el tranzón previo. Ante esacircunstancia, los planes de aprovechamiento de estemonte se ubicaron solamente en el primer tranzóndel barrio Boca de Guayanilla. Éstos solo incluyerona los siguientes renglones: esteras de leñas, pastos ycocos. De efectuarse la totalidad de las subastasproyectadas para estos renglones en los planes deaprovechamiento forestal propuestos por laInspección de Montes este monte debía de aportara las arcas gubernamentales durante los años de1879-1880 a 1888-1889 el siguiente ingreso: 13,948pesos (Archivo General de Puerto Rico 1879-1889).De éstos el 15.90 por ciento (2,218 pesos) lecorrespondían a las esteras de leñas, el 21.51 porciento (3,000 pesos) al importe de los frutos de lapalmas de cocos y un 62.59 por ciento (8,730 pesos)a pastos (Tabla 2).

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TABLA 2. Relación económica anual (pesos) de los planes de aprovechamiento forestal de la Inspección deMontes de Puerto Rico para con las leñas, pastos y cocos en el Monte del barrio Boca de Guayanilla durantelos años forestales de 1879-80 a 1888-1889._____________________________________________________________________________________________

Cocos Pastos ImporteImporte importe importe económico

Año Esteras económico económico total totalforestal de leñas (pesos) (pesos) (pesos) (pesos)

______________________________________________________________________________________________1879-80 400 250 300 990 1,5401880-81 400 248 300 990 1,5381881-82 400 248 300 990 1,5381882-83 400 248 300 990 1,5381883-84 400 248 300 990 1,5381884-85 400 248 300 990 1,5381885-86 400 248 300 990 1,5381886-87 400 160 300 600 1,0601887-88 800 160 300 600 1,0601888-89 800 160 300 600 1,060Total 4,800 2,218 3,000 8,730 13,948

Fuente: Archivo General de Puerto Rico, Obras Públicas, Propiedad Pública, caja 302 (1879-1880), caja 314 (1880-1881 a 1883-1884), caja 315 (1884-1885 a 1888-1889). Planes de aprovechamiento forestal de la Inspección deMontes de Puerto Rico para el Monte de los barrios de Guánica, Susúa, Barina Baja de Yauco y Boca de Guayanilladurante los años forestales de 1879-1880 a 1888-1889.

La carencia de árboles maderables en el monteantes descrito motivó que el Inspector de Montespropusiera el aprovechamiento de las leñas sin excluirespecie alguna. Ante esa situación en el tranzónnúmero uno del barrio Boca de Guayanilla seprovecharían de 1879-1880 a 1888-1889 unas 4,800esteras de leñas cuyo precio fue disminuyendo 0.625pesos en 1879-1880 a 0.20 pesos en 1888-1889(Tabla 2).

El aprovechamiento de los frutos de la palma decoco (Cocos nucifera) se circunscribió a la zonadenominada El Arenal de la Ballena el cual selocalizaba en el barrio Boca de Guayanilla (ArchivoGeneral de Puerto Rico 1879-1889). En dicho lugarel Inspector de Montes estimó la existencia de unas2,000 palmas de coco asignándole un importe dequince centavos por cada palma. Comoconsecuencia de esa consideración cada año ElArenal de la Ballena debía de aportar a las arcasgubernamentales unos 300 pesos (Tabla 2). Noobstante, entre las condiciones que regulaban estetipo de aprovechamiento se señalaba que los cocosa ser aprovechados debían de haber llegado a lamadurez y de que las palmas no debían sufrir“heridas ni desgajes”.

El aprovechamiento de los pastos en el primertranzón del monte del barrio Boca de Guayanillaconstituía el renglón más importante a ser subastadode esta sección del monte (Archivo General dePuerto Rico 1879-1889). Luego de un examen ocularde Guillerna describió que en mismo se encontrabanaunque no igualmente distribuidos ciertos parajesdonde abundaban los pastos los cuales según suscálculos podían sostener anualmente a unas 300cabezas de ganado vacuno o caballar o unas 1,200cabezas de ganado lanar. Ante esas proyeccioneseste tranzón debía de reportar 990 pesos de 1879-1880 a 1885-1886 anuales mientras que de 1886-1887 a 1888-1889 éste se redujo a 600 pesos anuales(Tabla 2).

Del análisis de las subastas de aprovechamientoforestal proyectadas en los montes con antecedenteshistórico-forestales en el Bosque Estatal de Guánicaresulta que sólo una subasta fue efectuada de formaexitosa. No obstante, ésta fue realizada en unasegunda convocatoria. Ésta le fue otorgada a DiegoCapó en 1886-1887 cuando propuso 104 pesos parael aprovechamiento de las leñas y cortezas delManglar del Barrio de Guánica y su puerto (ArchivoGeneral de Puerto Rico 1886-87). Por otro lado,

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cabe destacar, que a este monte le correspondíaaportar a las arcas gubernamentales por conceptode ingresos de las subastas de los planes deaprovechamiento forestal bajo el período de estudio13,948 pesos, o sea, el 88.85 por ciento del total delas reservas forestales con antecedentes histórico-forestales de este bosque (Tabla 3).

El sistema de vigilancia forestal que secontemplaba desde el advenimiento de lasOrdenanzas de Montes de 1876 se hizo realidad enPuerto Rico cuando mediante legislación ultramarinade fecha del 10 de Julio de 1885 se hizo extensiva ala Isla la organización de un servicio de monteríaforestal. Dentro de esa perspectiva, en Puerto Ricose crearon cuatro comarcas forestales: Luquillo,Utuado, Cayey y Yauco (Archivo General de PuertoRico 1885). No obstante, el servicio de monteríaforestal sería efectuado por una sección de la GuardiaCivil (Archivo General de Puerto Rico 1877).

Entre los requisitos requeridos para el desempeñode una plaza de montero figuraban las siguientes:edad entre 25 a 40 años, apariencia física sana yrobusta, acreditación de buena conducta, saber leery escribir, conocimiento de las cuatro reglas dearitmética así como del sistema métrico decimal(Archivo General de Puerto Rico 1885). Si elaspirante ya pertenecía a la Guardia Civil susposibilidades de desempeñar tal posición aumentabanconsiderablemente. Por otro lado, era necesario queel aspirante poseyera caballo y montura en buenascondiciones ya que la vigilancia forestal se efectuabaa caballo. De ahí el término “montero”. Una vez elaspirante era seleccionado el Estado le proveía, entreotras cosas, el siguiente equipo: machete, tercerolao revólver, uniforme y placa distintiva. No obstante,al finalizar el montero sus funciones ya fuere porrenuncia u otra situación le correspondía el hacerentrega bajo inventario de ese equipo.

TABLA 3. Relación económica anual (pesos) de los planes de aprovechamiento forestal de la Inspección deMontes de Puerto Rico para con los montes con antecedentes histórico-forestales en el hoy día denominadoBosque Estatal de Guánica durante los años de 1877-1878 a 1888-1889._______________________________________________________________________________________________

Monte de losbarrios de Guánica, Manglar del

Susúa, Barina Barrio de GuánicaAño Baja (Yauco) y y su Puerto Total

forestal Boca de Guayanilla (Yauco) (pesos)______________________________________________________________________________________________________________

1877-78 110 0 1101878-79 110 0 1101879-80 100 1,540 1,6401880-81 139.36 1,538 1,677.361881-82 139.36 1,538 1,677.361882-83 156 1,538 1,6941883-84 156 1,538 1,6941884-85 156 1,538 1,6941885-86 156 1,538 1,5941886-87 156 1,060 1,2161887-88 186 1,060 1,2461888-89 186 1,060 1,246Total 1,750.72 13,948 15,698.72

_______________________________________________________________________________________________Fuente: Archivo General de Puerto Rico, Obras Públicas, Propiedad Pública, cajas 302 (1877-1878 a 1879-1880), caja 314(1880-1881 a 1883-1884), caja 315 (1884-1885 a 1888-1889). Planes de aprovechamiento forestal de la Inspección deMontes de Puerto Rico para el Manglar del Barrio de Guánica y su puerto y el Monte de los barrios de Guánica, Susúay Barina Baja de Yauco y barrio Boca de Guayanilla.

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Adjunto al sueldo anual de unos 500 pesos elmontero tenía derecho a un incentivo económico queera determinado a base del particular desempeño desus funciones (Archivo General de Puerto Rico 1883-1889). Ese incentivo económico se basaba en el 33por ciento del importe de las multas impuesta por élen virtud de las denuncias efectuadas así como el 20por ciento de lo que produjeran las ventas de lasmaderas y leñas incautadas por éste al serconducidas sin la correspondiente guía. A juzgarpor los expedientes redactados por el montero de laComarca Forestal de Yauco, éste se encontraba muyactivo en el desempeño de tales funciones. Porconsiguiente, su situación económica mejoraríasignificativamente.

El 30 de septiembre de 1885 Justo FernándezSerrano se convirtió en el primer montero de laComarca Forestal de Yauco (Archivo General dePuerto Rico 1885-1888). Ésta cubría unas 4,006 haaproximadamente de las cuales 3,271 de ellas (81.65por ciento) le era requerido una vigilancia de tipopermanente. Dentro de esta perspectiva, el librodiario de Fernández Serrano constituye uno de losrecursos más valiosos para el estudio de la situaciónforestal de aquellas tierras que poseen antecedenteshistórico-forestales para con el Bosque Estatal deGuánica. Ante ese marco escénico vale destacarque el Manglar del Barrio de Guánica y su puertoasí como el monte de los barrios de Guánica, Susúa,Barina Bajas de Yauco y Boca de Guayanilla recibíanun tipo de vigilancia permanente. Por otro lado, esteúltimo era el monte de mayor extensión de toda esacomarca (1,572 ha, o sea un 39.24 por ciento de lamisma).

LITERATURA CITADA

Archivo General de Puerto Rico. 1866-1873. Obras Públicas,Propiedad Pública, caja 312. Expediente sobre si deben ono cesar las concesiones de los terrenos baldíos existentesen la isla de Puerto Rico.

Archivo General de Puerto Rico. 1876. Obras Públicas,Propiedad Pública, caja 301. Expediente de deslinde delMonte del Estado en los barrios de Guánica, Susúa yBarina Baja de Yauco.

Archivo General de Puerto Rico. 1876-1885. Obras Públicas,Propiedad Pública, caja 301. Expediente de deslinde delMonte del Estado sita en los barrios de Susúa y BarinaBajas de aquella jurisdicción (Yauco) y Boca de Guayanilla.

Archivo General de Puerto Rico. 1877. Obras Públicas,Propiedad Pública, caja 311. Proyecto para el Reglamentode Servicio de la Guardería Forestal.

Archivo General de Puerto Rico. 1877-1878. Obras Públicas,Propiedad Pública, caja 301. Plan de aprovechamientopara el Manglar que ocupa la costa del barrio de Guánica ysu puerto.

Archivo General de Puerto Rico. 1877-1883. Obras Públicas,Propiedad Pública, caja 302. Expediente sobredisposiciones generales referentes al aprovechamiento demontes.

Archivo General de Puerto Rico. 1877-1889. Obras Públicas,Propiedad Pública, caja 302 (1877-1878 a 1879-1880),caja 314 (1880-1881 a 1883-1884), caja 315 (1884-85 a1888-1889). Planes de aprovechamiento que la Inspecciónde Montes de Puerto Rico propone para los montes delEstado durante los años forestales de 1877-1878 a1888-1889.

Archivo General de Puerto Rico. 1878-1879. Obras Públicas,Propiedad Pública, caja 313. Expediente sobre el plan deaprovechamiento de las leñas, pastos y frutos de los barriosde Guánica, Susúa y Barina Bajas de Yauco y Boca deGuayanilla.

Archivo General de Puerto Rico. 1879-1889. Obras Públicas,Propiedad Pública, caja 302 (1879-1880) caja 314 (1880-1881 a 1883-1884) caja 315 (1884-1885 a 1888-1889).

Archivo General de Puerto Rico. 1883-1889. Obras Públicas,Propiedad Pública, caja 302. Expediente general delpresupuesto del ramo (Segunda Pieza).

Archivo General de Puerto Rico. 1885. Obras Públicas,Propiedad Pública, caja 315. Expediente sobreestablecimiento y organización del servicio de monterosen Puerto Rico.

Archivo General de Puerto Rico. 1885-1888. Obras Públicas,Propiedad Pública, caja 315. Expediente sobre monteríaforestal.

Archivo General de Puerto Rico. 1886-1887. Obras Públicas,Propiedad Pública, caja 304. Expediente de subastas deaprovechamiento para el Manglar del barrio de Guánica ysu puerto.

Archivo Histórico Nacional (Madrid, España). 1867. Ultramar,Fomento de Puerto Rico, Legajo 347, Expediente 14Documento “Relación de los montes de Puerto Rico”.

Archivo Histórico Nacional (Madrid, España). 1876-1877.Ultramar, Fomento de Puerto Rico, Legajo 350,Expediente 6 Documento 2 y Expediente 10,Documento 14.

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El DERECHO DEL PUEBLO DE PUERTO RICO SOBRE LOS MANGLARESDE LA BASE NAVAL DE ROOSEVELT ROADS

Carlos M. Domínguez CristóbalInstituto Internacional de Dasonomía Tropical

Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América1201 Calle Ceiba, Jardín Botánico Sur, Río Piedras, Puerto Rico 00926-1119

Desde hace varios años los medios noticiososde nuestro país han estado informando sobre laeventual situación de la Base Naval de RooseveltRoads (BNRR) si esta instalación militar finalizaralas funciones para con las cuales fue creada. Anteesa perspectiva, han surgido en Puerto Rico una seriede ideas las cuales están orientadas hacia los posiblesusos de los terrenos y edificaciones de dicho lugarasí como de su eventual tenencia de tierras.

El establecimiento de un megapuerto así comola opción del turismo han resultado en dosalternativas, las cuales desde sus orígenes, hancobrado un matiz político partidista (Santiago 2003).Pedro Rosselló González, Ex Gobernador de PuertoRico por el Partido Nuevo Progresista (PNP)favorece la transformación de la BNRR en unmegapuerto. Juan Cancel Alegría, Ex Senador delDistrito de Carolina, y Gerardo Cruz, Ex Alcaldedel pueblo de Ceiba, ambos líderes del PartidoPopular Democrático, favorecen el desarrolloturístico de la BNRR de manera que el litoralnordeste y este de la Isla se convierta en la “meca”del turismo. No obstante, Cruz señala que sí es viableel uso de la BNRR como un puerto de carga marítimay para barcos cruceros. Por otro lado, este líder hapropulsado un proyecto ecoturístico el cual junto alServicio Forestal del Departamento de Agriculturade los Estados Unidos de América (EUA) podríaincluir un parque ecoturístico con un paseo tablado,el desarrollo de tres balnearios y la limpieza ydescontaminación de la isla Piñero. Aunque lapasada administración gubernamental del país nodescartó la opción de un puerto comercial de carga,Milton Segarra, Ex Secretario de DesarrolloEconómico y Comercio, señala que la opción de unmegapuerto de trasbordo a escala internacional no

es viable en la BNRR debido a que ésta no posee unamplio calado (Penchi 2003).

La discusión que ha surgido en Puerto Rico enreferencia al futuro cercano de la BNRR hacontribuído para que en la esfera congresional seconsidere una consulta al Gobierno de Puerto Rico(GPR) para que presente un plan de desarrolloeconómico para los terrenos y edificaciones en casode que dicho complejo militar cierre sus operaciones(Delgado 2003). Dicha sugerencia fue motivada porel congresista Jerry Lewis, quien se desempeñabacomo el Presidente del Subcomité de Defensa de laCámara de los EUA. En su opinión debía deincluirse en el informe un lenguaje que ordenara ala Marina consultar con el GPR respecto a ese plan.Por otro lado, en Puerto Rico también se hangenerado diversas opiniones en relación a la eventualtenencia de esas tierras.

La temática de la eventual tenencia de la BNRRse ha concentrado en las opciones de unacompraventa y el reclamo de que las mismas nodeben de representar costo alguno al GPR. Ante laposibilidad de que se realice una compraventa, lacual se otorgaría en mercado abierto al mejor postor,ha motivado a que el GPR comience a laborar en unplan para con el uso de esos terrenos (Torres Gotay2003a). Ante la participación del Departamento deDesarrollo Económico y Comercio en la redaccióndel plan se esperaba que éste finalizara paradiciembre del 2003. Por su parte, varios líderes delPNP ya habían manifestado cierta oposición a dichoplan. Entre ellos se ubicaba el hoy ComisionadoResidente en Washington, Luis Fortuño. Dado quela tasación preliminar de esos terrenos y lasedificaciones estaban valorados entre $1,700-$3,000

Acta Científica 17(1-3):87-96, 2003

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millones aproximadamente Fortuño señaló que elGPR no contaba con los recursos económicos parala compra en mercado abierto si esa fuera la situaciónpara la adquisición de los terrenos de la BNRR(Rodríguez Sánchez 2003). Por su parte, el Lic.Rubén Berríos Martínez (Torres Gotay 2003b) y elEx Gobernador Pedro Rosselló González (RodríguezSánchez 2003) han postulado la recuperación de esastierras sin que ello represente un costo económico alGPR. Ante esa circunstancia, Rosselló Gonzálezdescribe que ya se había estado laborando en elCongreso para que esas tierras fueran transferidasal GPR, pero que ello requería de que se elaboraraun plan visionario a nivel internacional de maneraque resultaran beneficiados los EUA y Puerto Rico.

La eventual utilización de los terrenos de laBNRR guarda una relación directa con la naturalezamisma de los terrenos de que ésta se compone.Dentro de esa circunstancia se describe que de las8,600 cuerdas de que se compone dicho complejomilitar cerca de unas 4,000 cuerdas estánconstituidas por humedales, o sea, un sistemaecológico en los cuales el suelo está saturado de agua(Lugo y García Martinó 1996). Bajo la clasificaciónde humedales se ubican, entre otros, los pantanos,las ciénagas y los manglares. Los humedales poseenuna importancia hidrológica ya que, entre otrasfunciones, almacenan, purifican y conservan agua,evitan y ayudan a controlar las erosiones, sonproductores de materia orgánica adjunto a serhabitáculo para la vida silvestre y la vegetación.Ante esa situación la presencia de humedales en laBNRR ejerce una influencia significativa aconsiderar sobre los planes para un eventualdesarrollo de naturaleza industrial o comercialdebido a que esos terrenos poseen un valor ecológicoy turístico de grandes proporciones.

Dentro del marco escénico de los humedales dela BNRR se ubican los manglares, o sea, un bosqueinundable de agua salada la cual se ubica en la zonacostera (Lugo y García Martinó 1996). Por otro lado,los manglares también son estuarios ya que en ellosse mezcla el agua dulce con el agua salada. Entrelas funciones del manglar en su desempeñohidrológico se ubica el actuar de amortiguador delos vientos e inundaciones de la zona costera, laprotección contra las marejadas y la contribución

para con la purificación de las aguas del litoral.Adjunto a ello, son un ecosistema de una altaproductividad orgánica ya que sostienen la vidasilvestre así como a las especies marinas de la costa,el mar y la zona montañosa. No obstante, hay quedestacar que los manglares que hoy día se ubican enla BNRR poseen una extensa evidencia histórico-forestal y legislativa que indica que el GPR posee elderecho de que éstos le sean transferidos. Sinembargo, ha sido ese tipo de evidencia el granausente dentro de la discusión que se ha generadosobre la tenencia y los eventuales usos de los terrenosy edificaciones de la BNRR. Dentro de esaperspectiva, la Ley número 54 del 26 de abril de1941 constituye el principal documento de estudiopara la determinación del procedimiento a seguirpara con los manglares que se ubican en la BNRRuna vez se determine el final de las operaciones deese complejo militar.

Mediante la Ley número 54 del 26 de abril de1941 unas 2,160.12 cuerdas de manglar queformaban parte de la Unidad Forestal de Ceibafueron transferidas a la Marina de los EUA(Gobierno de Puerto Rico 1941) (Tabla 1). Anteesa situación la exposición de motivos de dicha leyrequiere ser evaluada como uno de los documentosa considerarse en los eventuales planes para el usode los terrenos de la BNRR. Los motivos que recogeesa ley son los siguientes: la necesidad del Congresode los EUA para con el establecimiento de una basenaval y otras facilidades militares en la zona delCaribe, la urgente necesidad del Departamento dela Marina de los EUA de ciertos terrenos, ciénagasy cuerpos de agua propiedad del Pueblo de PuertoRico situados en y adyacentes a las costas sureste yeste del país para fines de defensa nacional y el deseodel Pueblo de Puerto Rico en cooperar en la defensanacional de los EUA (Gobierno de Puerto Rico1941). Esta Ley también especificó que de noutilizarse dichos terrenos con fines militares o deque estas actividades finalizaran serían devueltos alPueblo de Puerto Rico. Dicho proceso comenzó en1945 cuando unas 509.28 cuerdas de manglarubicadas en los barrios Quebrada Vueltas de Fajardoy Daguao de Naguabo fueron devueltos al Pueblode Puerto Rico. Ante esa circunstancia comenzabaa materializarse lo contemplado en dicha Leyestableciéndose el precedente para la eventualidad.

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TABLA 1. Relación de los manglares que pertenecían a la Unidad Forestal de Ceiba y que en virtud de la Leynúmero 54 del 26 de abril de 1941 fueron transferidos a la Marina de los EUA y que para el año 2003 seubican en la BNRR.________________________________________________________________________________________________

Pueblo Barrio Denominación Extensión (acres)____________________________________________________________________________________________

Naguabo Daguao Oriente (Parcela 4) 496.77Ceiba Guayacán Guayacán (Parcela 5) 422.10Ceiba Río Arriba Parcela 6 196.67Ceiba Machos Salitral (Parcela 7) 139.70Ceiba Río Arriba Parcela 8 191.59Ceiba Río Arriba Medio Mundo (Parcela 11A) 163.67Ceiba Río Arriba La Puerca (Parcela 11B) 401.32Ceiba Machos Santa María (Parcela 15A) 146.05Ceiba Machos Santa María 2.25

____________________________________________________________________________________________Fuente: (Puerto Rico) USDA Forest Service 1948. Tropical Forest Experimental Station, Insular Forest Atlas, p. 2. Lasdenominaciones de los manglares según la Ley 54 del 26 de abril de 1941 corresponden a las siguientes denominacionesde los manglares de la ley 22 del 22 de noviembre de 1917: Parcela 4 (Oriente) al manglar de la Boca del Daguao del barrioDaguao de Naguabo (496.77 acres); Parcela 5 (Guayacán) al manglar del barrio Guayacán de Ceiba (422.1 ha); Parcela 6al manglar de la Ensenada Honda del barrio Río Arriba de Ceiba; Parcela 7 (Salitral) al manglar del Puerto y Playa de LosMachos de Ceiba; Parcela 8 a los manglares del barrio Río Arriba de Ceiba; Parcela 11 (Medio Mundo) y 11B (La Puerca)al manglar los Cañuelos y Aguas Claras de Ceiba y las parcelas 15A y 15B (Santa María) a los manglares del barrioMachos de Ceiba.

El derecho del Pueblo de Puerto Rico para conlos manglares ubicados en la BNRR se contemplaen el contenido de la Ley 54 del 26 de abril de 1941.Los manglares descritos constituían parte integralde la Unidad Forestal de Ceiba desde 1918. Antelos usos militares y navales en esos manglares laUnidad Forestal de Ceiba perdió la continuidadgeográfica y administrativa la cual estaba enmarcadaen la Ley 22 del 22 de noviembre de 1917. Elloasemeja a lo ocurrido en el territorio de la isla deVieques a consecuencia de la Marina de los EUA.Luego de unos 62 años de la ruptura de la tenenciay uso forestal de los manglares de la BNRR lecorresponde al hoy Departamento de RecursosNaturales y Ambientales como sucesor delDepartamento de Agricultura y Comercio el reclamoy la devolución de esas tierras para de esa formarecuperar, entre otras cosas, la integridad paisajistade un bosque que para la década del 1920 estabacatalogado, según el Supervisor de Bosques dePuerto Rico, William P. Kramer (1930) como elmejor de los escenarios del manglar en Puerto Rico.Por otro lado, Brush (1925) destaca que fue en unaplaya a orillas de uno de los manglares del pueblode Ceiba donde luego de establecerse el ServicioForestal se estableció la primera plantación de

árboles forestales la cual consistía de pino australiano(Casuarina equisetifolia). Adjunto al derecho delPueblo de Puerto Rico para con los manglaresubicados en la BNRR dichos manglares poseen unariqueza documental que data de 1875 el cual muybien merece ser examinada para el reconocimientode que la Marina, primero la española y luego laestadounidense han poseído una influencia directa ysignificativa sobre los manglares del pueblo de Ceiba.

El restablecimiento de la Inspección de Montesde Puerto Rico mediante un Decreto Real de AlfonsoXII el 25 julio de 1875, luego de un lustro deausencia por índole de recortes presupuestarios,marcó el inicio de un nuevo capítulo en la historiaforestal del país (Archivo General de Puerto Rico1875a). Aunque en Puerto Rico ya existía laInspección de Montes desde la década del 1860 laIsla carecía de una ordenanza para el establecimientode una política forestal. Ante esa situación, lasdirectrices y prioridades forestales emanaban de lasinquietudes o preocupaciones más apremiantes deUltramar o de los representantes del gobierno colonialde la Isla. Uno de los ejemplos más significativos deese panorama lo constituyó el “Decreto pararegularizar el aprovechamiento de los montes de

Los manglares de la base naval de Roosevelt Roads 89

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Puerto Rico” del Gobernador José Laureano Sánz yPossé.

El “Decreto” para regularizar elaprovechamiento de los montes de Puerto Rico lacual fue emitido en 1875 requirió de una evaluaciónultramarina para que fuera implantado en la Isla(Archivo General de Puerto Rico 1875b). Una delas principales preocupaciones en Ultramar consistíaen los conflictos que pudieran surgir entre laadministración gubernamental del “Decreto” y lasreacciones de los propietarios particulares de monteso de terrenos arbolados ya que se procedía a limitarel derecho de los tales a disponer de los mismossegún ellos lo estimaran conveniente. Ante esasituación, Ultramar recomendó que para subsanaresto era necesario una explicación de los beneficiosa obtenerse tanto para el Estado y la propiedadparticular al adoptarse el “Decreto”. No obstante,la definición de “montes del Estado” no tuvo reparoalguno. A éstos se les definió como “los terrenosbaldíos que no hayan sido concedidos o aquellosen que a pesar de estar concedidos no hallan llenadolas condiciones de las concesiones por lo que éstaquedaba nula” (Archivo General de Puerto Rico1875a). Las condiciones de la concesión de losterrenos baldíos estipulaba que el agraciado debíade tener desmontado y cultivado al año un 10 porciento, a los dos años un 25 por ciento y a los diezaños un 50 por ciento so pena de ser revertidos losterrenos no cultivados al Estado. Para contrarrestarla tala o quema del arbolado como una medida rápiday barata de efectuar el desmonte éstas fueronprohibidas a menos que mediare una autorizaciónsuperior.

El advenimiento de las Ordenanzas de Montespara las provincias de Cuba y Puerto Rico y quefuera emitida por Alfonso XII el 21 de abril de 1876promovió el que las mismas se convirtieran en eleje de la política forestal a desarrollarse en PuertoRico (Archivo Histórico Nacional 1876). Ante esacircunstancia, la Inspección de Montes pasó aconstituirse en la “agencia” gubernamentalresponsable de la implantación de la política forestala desarrollarse. No obstante, el Inspector de Montes,César de Guillerna, reconoció que dichas Ordenanzasno correspondían totalmente con la realidad forestalpuertorriqueña y de que la misma requería de ciertas

modificaciones. Dentro de esa perspectiva, deGuillerna destacó dos situaciones muy particulares:que los manglares fueran reconocidos como montesdel Estado y la supresión de la Junta Superior parael Repartimiento de los Terrenos Baldíos.

El reconocimiento de los manglares comomontes del Estado que de Guillerna ostentaba estababasado en la definición misma que las Ordenanzasseñalaban sobre ese particular.

“Bajo la denominación de montes, para losefectos de estas Ordenanzas, se comprenden todoslos terrenos destinados particularmente a laproducción de maderas y leñas y las tierras depastos no cultivadas…Se respetarán públicos los delEstado, de los pueblos y de las corporacionesdependientes del Gobierno de S.M., y aquellos enque el Estado; los pueblos; o las corporacionespúblicas tengan comunidad de disfrutes concualquier otro propietario”. (Archivo HistóricoNacional 1876).

La disputa generada en diciembre de 1876 porla definición de “montes” entre la Inspección deMontes de Puerto Rico y la Comandancia de laMarina finalizó el primero de julio de 1877 cuandose reconoció que los manglares serían clasificadoscomo montes del Estado y de que por ende estabancircunscritos en las Ordenanzas de Montes (ArchivoHistórico Nacional 1877). El reconocimiento de losmanglares como montes del Estado significaba parala “gente de mar” la finalización del uso gratuito deque disfrutaban de ese ecosistema. Hasta esemomento éstos gozaban de ese derecho como unreconocimiento gubernamental a base de losservicios prestados en los buques del Estado. Noobstante, la Comandancia de la Marina conservabael derecho de la vigilancia de ese ecosistema debidoa que éste se ubicaba en la zona marítimo-terrestre.Sin embargo, fueron los planes de aprovechamientoforestal los que motivaron ciertas incomodidades nosolo entre la “gente de mar”, sino también entre loshacendados azucareros pues éstos estabanacostumbrados a la explotación de los manglaressin necesidad de rendirles cuenta al gobierno.

Durante los años de 1877-1878 a 1888-1889 laInspección de Montes de Puerto Rico realizó a tono

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con las facultades que le confería la Ordenanza deMontes unos planes de aprovechamiento forestal(planes de manejo) cuyo objetivo consistía en lograrla mejor explotación racional de los montes del Estadoadscritos a dichos planes (Archivo General de PuertoRico 1877-1889). Dentro de esa perspectiva seubicaban los manglares que hoy día estáncircunscritos a lo que conocemos como la BNRR.Sin embargo, no todos los montes del Estado estabansujetos a los planes de aprovechamiento forestal dela Inspección de Montes de Puerto Rico. De hecho,muchos de ellos, entraron en un proceso decomposición con la Hacienda cuando la Inspecciónde Montes les enagenaba ya que no era necesariosu reservación de parte del Estado.

Los planes de aprovechamiento forestal de laInspección de Montes de Puerto Rico estabanconstituidos por la redacción de un documento devigencia anual basado en la mejor utilizaciónracional de los montes del Estado (Archivo Generalde Puerto Rico 1877-1889). Entre los parámetrosutilizados en la redacción de éstos se encontrabansu ubicación, extensión, distribución de especies(dominantes y subordinadas) así como ladeterminación de la influencia climatológica queeste ecosistema ejercía en su área de ubicación yzonas adyacentes. Por otro lado, para la redacciónde esos planes era necesario de que con anterioridadel Inspector de Montes realizara un reconocimientoocular de cada manglar. No obstante, dichos planesrequerían de la aprobación del Gobernador y de quese cumpliese con todos los requisitos de lasOrdenanzas de Montes relativos al tema.

Entre los requisitos de los planes deaprovechamiento forestal figuraban las subastaspúblicas y de que éstas una vez otorgadas seefectuasen dentro de un lapso de tiempo so pena deperder los derechos adquiridos en tal proceso(Archivo General de Puerto Rico 1877-1889). Sinembargo, en muy pocas ocasiones dichas subastasse efectuaban. La carencia de un buen sistema devigilancia forestal contribuía a que los montes delEstado fueran usurpados constantemente. Comomedida para contrarrestar dicha situación seestableció un sistema de guías. Este sistema sebasaba en la otorgación de un documento en el cualse describía la naturaleza cualitativa y cuantitativa

de las especies arbóreas autorizadas para sertransportadas de su lugar de procedencia a su destinode uso. La carencia de este documento ante lasolicitud de las autoridades policiales conllevaba,entre otras, un delito y multa.

La otorgación anual de los aprovechamientosforestales se efectuaba a través del sistema desubasta pública otorgada al mejor postor. Estasubasta se efectuaba en el Ayuntamiento donderadicaba el monte público a ser subastado bajo lapresencia de un empleado de la Inspección deMontes. Al otorgarse la subasta, el aprovechamientoforestal anual cubría el período comprendido desdeel primero de julio al 30 de junio del año siguiente(Archivo General de Puerto Rico 1877-1889). Noobstante, la corta debía de efectuarse entre los mesesde noviembre a enero y la saca debía de finalizar el31 de marzo. Dentro de esa perspectiva los únicosproductos del manglar sujetos a los planes deaprovechamiento forestal estaban constituidos porlas leñas y las cortezas del mangle rojo (Rhizophoramangle) así como de todas las demás leñas que seencontraran disponibles en el manglar subastado.

Dentro del marco escénico del manglar, losparámetros para la inclusión de éstos en los planesde aprovechamiento forestal eran más estrictos paracon el mangle colorado. Por décadas este tipo demanglar, el cual es el más expuesto al oleaje marinovenía sufriendo de un corte intensivo, abusivo ydesmedido de parte de aquellos que le utilizaban comomaterial curtiente. Por otro lado también fueempleado como material combustible en laschimeneas de las haciendas azucareras así como elser apetecido por los pescadores ya que empleandoun extracto de sus raíces lograban teñir sus redes ala misma vez que las preservaban (Little et al. 2001).Por otro lado, debido a la ubicación de este ecosistemaen la zona marítimo-terrestre éste solía venderse oconcederse su uso ante la finalidad o el compromisode ser desecado para luego ser dedicado a finesagrícolas. Esa perspectiva del gobierno colonial dela Isla con referencia al manglar era estimulado porlas autoridades de la salud pública debido a que esteecosistema era considerado como un foco depropagación de varias enfermedades tales como lamalaria (Arana 1978). De hecho, fue esa la visiónque prevaleció en las primeras décadas del siglo XX.

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Los manglares adscritos a la actual BNRRestuvieron sujetos a los planes de aprovechamientoforestal de la Inspección de Montes de Puerto Ricodurante los años de 1879-1880 a 1888-1889. Dentrode la jurisdicción municipal de Ceiba bajo esaconsideración se ubicaron los siguientes manglarescon sus respectivas extensiones aforadas: LosCañuelos y Aguas Claras 117.9119 ha, EnsenadaHonda 90.4 ha y el Del Puerto y Playa de los Machos47.1649 ha (Archivo General de Puerto Rico 1879-1889a). En esos manglares la especie dominanteera el mangle rojo el cual también se conocía con losnombres de colorado o zapatero. No obstante, apesar de que el manglar de la Boca del Daguao lacual constaba de unas 231.5824 ha aforadas y deque poseía parte de su extensión en Ceiba para losefectos de los planes de aprovechamiento forestaléste se circunscribía a Naguabo (Archivo Generalde Puerto Rico 1879-1889b).

El servicio de vigilancia forestal así como elproceder para con los planes de aprovechamientoforestal adquirieron un nuevo giro el 10 de julio de1885 al hacerse extensivo a Puerto Rico el Serviciode Montería Forestal (Archivo General de PuertoRico 1885-1889a). Como consecuencia de ello enPuerto Rico advinieron cuatro regiones o comarcas:Luquillo, Cayey, Yauco y Utuado. Las comarcasforestales de Puerto Rico abarcaban una extensióntotal de 25,985.3105 ha aforadas. La extensión decada una de ellas era la siguiente: Comarca deLuquillo 10,632.4020 ha, Comarca de Utuado6,837.7904 ha, Comarca de Cayey 4,509.1848 ha yla Comarca deYauco 4,005.3133 ha (ArchivoGeneral de Puerto Rico 1885-1889a). Resultallamativo de que independientemente de la extensiónque cubría cada montero el sueldo básico estabaconstituido por unos 500 pesos anuales. No obstante,existían ciertos beneficios marginales a los cualeslos monteros tenían derecho.

El Servicio de Montería Forestal el cual era unafacción de la Guardia Civil era el responsable de lacustodia de los montes públicos del país. Dado quela Guardia Civil actuaba como un sistema derepresión política en Puerto Rico existían ciertosrecelos sobre su participación en la vigilancia delas comarcas forestales. Cada región forestal ocomarca era dirigida por un montero el cual tenía

que cumplir, entre otros, con los siguientes requisitos:miembro de la Guardia Civil, apariencia física sanay robusta, edad entre 25 y 40 años, saber leer yescribir y poseer conocimiento de las cuatro reglasbásicas de las matemáticas así como del sistemamétrico decimal (Archivo General de Puerto Rico1885-1889a).

Dado de que el servicio de montería forestal erade carácter montada era obligatorio que el monterocontara con un caballo y una montura en buenascondiciones. Por su parte, cada aspirante a monteroera evaluado en un examen escrito y práctico demanera que se pudieran verificar los conocimientosseñalados en la solicitud del empleo. Por otro lado,al aprobar dichos exámenes el Estado le proveía de,entre otras cosas, de un uniforme, una placadistintiva, un machete y una tercerola pudiendoutilizar un revólver. Sin embargo, cabe destacar,que el tipo de vigilancia ofrecido a los montes delEstado no era de carácter uniforme. La vigilanciapermanente se reservaba mayormente a los montesde la altura mientras que en el manglar ésta era decarácter eventual.

El conocimiento de los linderos de los montesdel Estado era uno de los parámetros que influía enel tipo de vigilancia que se le ofrecía a éstos. Anteesa situación los manglares resultarondesfavorecidos en relación con los montes de laaltura. Los manglares, dada la naturaleza misma deese ecosistema y debido a su ubicación en la zonamarítimo-terrestre propiciaba el que fueranconocidos sus linderos de forma natural sinnecesidad de ser deslindados. Por tal motivo almanglar se les ofrecía un tipo de vigilancia eventual,o sea, ocasional. No obstante, dicho sistema devigilancia no podía ser efectivo pues un solo monteropor comarca forestal aun cuando era auxiliado porlas autoridades policiales de los pueblos erainsuficiente. Esta situación era mucho más críticaen la Comarca Forestal de Luquillo.

La Comarca Forestal de Luquillo, cuyo primermontero fue Joaquín Vega Calanas, estabacompuesta por 10,632.4020 ha aforadas de las cuales10,057.7194 de ellas poseían un tipo de vigilanciapermanente y unas 574.6826 hectáreas recibían unavigilancia de tipo eventual (Archivo General de

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Puerto Rico 1885-1889b). Dentro de esaperspectiva, un 54.12 por ciento, o sea, 311.0325 haaforadas de los manglares que pertenecían a lajurisdicción de la Comarca Forestal de Luquillo hoydía se ubican en la BNRR: los Cañuelos y AguasClaras 117.9119 ha; del Puerto y Playa de los Machos47.16 ha; la Ensenada Honda 90.4 ha; el islote deCabra de Afuera 31.5782 ha y las 23.9824 ha de laBoca del Daguao (AGPR 1885-1889b). De esosmanglares el islote Cabra de Afuera era el únicoque no estaba incluido en los planes deaprovechamiento forestal de la Inspección de Montesde Puerto Rico.

Hacia la medianía de 1889 la Inspección deMontes de Puerto Rico enfrentó una reorganizaciónfuncionalmente no significativa. Para esa épocaocupaba la dirección de esa agencia gubernativa enforma interina Ramón García Saénz, el ayudanteprimero del Inspector de Montes. La reorganizaciónmotivó que la Inspección de Montes fuera suprimidadenominacionalmente para que pasara a formar parteintegrante de una nueva agencia o negociadogubernamental, el Negociado de ConstruccionesCiviles, Puertos, Montes y Minas. No obstante, elproceder funcional y burocrático en el manejo delos asuntos forestales permaneció prácticamenteinalterado. Por otro lado, cabe destacar, que fueésta la agencia gubernamental responsable de losasuntos forestales de Puerto Rico al efectuarse elcambio de soberanía.

Los sucesos que condujeron al conflicto militarentre España y los EUA surtieron un efecto directosobre los montes públicos de Puerto Rico. A talesefectos y como consecuencia del Tratado de Parísel 10 de diciembre de 1898 los montes públicos ypor consiguiente los manglares pasaron a manos dela jurisdicción norteamericana debido a que éstosfueron considerados a base del artículo octavo deese documento como correspondientes a la Coronade España (Figueroa 1977). Por otro lado, según lasección primera de la Ley del Congreso de los EUAdenominada “Ley autorizando al Presidente parareservar terrenos y edificios públicos en la Isla dePuerto Rico, para los usos del pro común y cediendootros terrenos y edificios públicos al gobierno dePuerto Rico y otros fines” la cual fue aprobada elprimero de julio de 1902 facultó al Presidente

Roosevelt para ordenar según lo creyera necesarioque los terrenos y edificios públicos pertenecientesa los EUA en Puerto Rico fueran reservados para,entre otros usos, los militares y navales (Coll y Toste1924). Ante ese lapso de tiempo la zona este delpaís fue una de las de mayor discusión al respecto.

La situación que emergió ante esa consideraciónlegislativa del Congreso de los EUA motivó que laDivisión Forestal del Departamento de Agriculturade los Estados Unidos enviara a la Isla a John C.Gifford para que determinase cuales de los terrenospúblicos del país podían ser destinados a finesforestales. Como resultado de esa iniciativa Gifford(1905) recomendó, entre otras cosas, elestablecimiento de la Reserva de los Bosques deLuquillo y el que el gobierno insular y la Divisiónde Bosques del Departamento de Agricultura de losEUA laboraran mutuamente para que se efectuaseuna clasificación y administración de sus bosques,especialmente en los de la zona este del país yVieques. Gifford también recomendó que laDivisión de Bosques del Departamento deAgricultura de los EUA y la Fuerza Navalcooperaran con el desarrollo de la isla de Culebraen caso de que ésta fuera utilizada con fines navales.Entre esos planes se ubicaba el establecimiento deplantaciones de árboles valiosos y efectivos contralos vientos y la protección de las aguas.

Al evaluarse las recomendaciones de Gifford,el Presidente Roosevelt designó la devolución alGPR de, entre otras, de las siguientes propiedades:manglar del Puerto y Playa de los Machos 119.75acres; manglar de los Cañuelos 400 acres; manglarde Ensenada Honda 225 acres; manglar de la Bocadel Daguao 50 acres; el islote Cabra de Afuera 97.75acres y el islote Garzas 10 acres (Archivo Generalde Puerto Rico 1905). Eventualmente, el Pueblo dePuerto Rico fue adquiriendo otras zonas de mangleen la zona este del país pues ello se desprende delos manglares que en 1918 pasaron a formar partede la Unidad Forestal de Ceiba.

El nuevo orden establecido desde la llegada delos norteamericanos motivó que los terrenospúblicos pertenecientes al Pueblo de Puerto Ricoquedaran bajo la jurisdicción del Comisionado delInterior (García Martínez 1982). Éste era a su vez

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miembro del Consejo Ejecutivo así como del gabinetedel Gobernador. Dentro de la estructura organizativadel Departamento de lo Interior le correspondió a laDivisión de Terrenos Públicos y Archivos, entre otrasfunciones, el cuidado y arrendamiento de las tierraspertenecientes al Pueblo de Puerto Rico. Noobstante, no fue sino hasta el advenimiento de laLey de Bosques del 22 de noviembre de 1917 quemuchos de los terrenos de la Isla los cuales estabanbajo la jurisdicción del Departamento del Interiorpasaron eventualmente a integrar las diversasunidades forestales del país (Gobierno de Puerto Rico1917). Por otro lado, el Servicio Forestal Insularquedó subordinado al Servicio Forestal delDepartamento de Agricultura de los EUA. Elloacaeció como consecuencia de un acuerdo demanera que el Supervisor del Bosque Nacional deLuquillo también sería el jefe del Servicio ForestalInsular.

La primera proclama hecha en Puerto Rico luegode la aprobación de la Ley 22 del 22 de noviembrede 1917 se efectuó el 28 de mayo de 1918 cuando elGobernador Arthur Yager a través del Boletínnúmero 143 señaló que “set apart as Insular Forestall the mangroves on the coasts of the island andadjacent islands, belonging to the people of PortoRico.” Como consecuencia de ello unas 14,546.94acres correspondientes a los manglares del paíspasaron a constituir varias unidades forestales(Archivo General de Puerto Rico 1918). Ante esaperspectiva unas 1,870.25 acres pasaron a constituir

la Unidad Forestal de Ceiba (Archivo General dePuerto Rico 1918) de las cuales 1,339.75 acres, osea, un 71.63 por ciento, pasó a integrareventualmente la zona del manglar de la BNRR(Tabla 2). A partir de entonces, el Departamentodel Interior comenzó a mensurar los manglaresreportando en muchas ocasiones una diferencia muysignificativa para con los datos existentes. Talsituación era de esperarse pues los manglares nuncahabían sido mensurados, o sea, que la extensiónseñalada en los documentos era aforada o estimada.

Durante la década del 1920 los manglares de laUnidad Forestal de Ceiba, la cual se componía deunas 1,870.25 acres poseía una serie departicularidades (USDA Forest Service, TropicalForest Experimental Station 1948). William Kramer(1930) el Superintendente General de Bosques dePuerto Rico, señalaba que aunque dicha unidadposeía los mejores manglares del país el desarrollode una administración forestal que resultara efectivavenía dificultándose por la contínua reclamación delos títulos de propiedad de muchos de loscolindantes. Tales reclamos de propiedad, entreotros factores, motivó que la División de TerrenosPúblicos y Archivos del Departamento del Interiorhubiere mensurado ya para 1919-1920 unas 672.44cuerdas de los manglares ubicados en la zona estedel país (Kramer 1930). Ante esa perspectiva, lamensura facilitaba el arrendamiento pues para finesde la década del 1920 la Unidad Forestal de Ceiba,la cual ya empleaba un guardabosque, poseía en

TABLA 2. Relación de los manglares incluidos en el Boletín núm. 143 del 28 de mayo de 1918 los cualespasaron a integrar la Unidad Forestal de Ceiba y que en virtud de la Ley núm. 54 del 26 de abril de 1941fueron transferidos a la Marina de los EUA y que para el año 2003 se ubicaban en los terrenos de la BNRR._______________________________________________________________________________________________

Extensión aforadaPueblo Barrio Denominación (acres)

_____________________________________________________________________________________________Naguabo Daguao Boca del Daguao 60Ceiba Guayacán Manglares 230Ceiba Río Arriba Ensenada Honda 230Ceiba Machos Puerto y Playa de los Machos 300Ceiba Río Arriba Cañuelos yAguas Claras 400Ceiba Machos Manglares 120

_______________________________________________________________________________________________Fuente: Archivo General de Puerto Rico 1918. Boletín Administrativo número 143. Obras Públicas, Propiedad Pública,caja 353.

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arrendamiento 350.5 acres los cuales se dedicabana la manufactura del carbón (Kramer 1930). Sinembargo, aun con la presencia del guardabosquecontinuaron reportándose usos ilegales de losrecursos de la Unidad Forestal de Ceiba pues éstaera ya reconocida como un suplidor de leñas de lazona este del país. Por otro lado, las autoridadessanitarias vigilaban muy de cerca la efectividad delos incentivos de desecación del manglar por laproblemática que representaban éstos como un focode propagación de la malaria. Dicha vigilancia surtiósu efecto ante la alta incidencia de malaria que afectóal país en 1937, unos cuatro años de que sematerializara la Ley 54 del 26 de abril de 1941 (RibesTovar 1973).

LITERATURA CITADA

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Archivo General de Puerto Rico. 1879-1889b. Obras Públicas,Propiedad Pública (Naguabo), cajas 159-161. Planes deaprovechamiento forestal de la Inspección de Montes dePuerto Rico en el manglar de la Boca del Daguao de Naguabodurante los años forestales de 1879-1880 a 1888-1889.

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Archivo General de Puerto Rico. 1885-1889b. Obras Públicas,Propiedad Pública, caja 315, Guardería Forestal.

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EL PROGRAMA DE CONSERVACIÓN DEL AMBIENTE DESDE EL PUNTO DEVISTA DEL INSTITUTO INTERNACIONAL DE DASONOMÍA TROPICAL:

RETOS Y POSIBILIDADES EDUCATIVAS

Carlos M. Domínguez CristóbalInstituto Internacional de Dasonomía Tropical

Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América1201 Calle Ceiba, Jardín Botánico Sur, Río Piedras, Puerto Rico 00926-1119

El Instituto Internacional de Dasonomía Tropical(IIDT), el cual es una dependencia del ServicioForestal del Departamento de Agricultura de losEstados Unidos de América, ha jugado un papel muydestacado en el desarrollo de varios programaseducativos de conservación del ambiente y de susrecursos naturales. Dentro de esa perspectiva ycomo iniciativa de su director, el Dr. Ariel E. Lugo,el IIDT ha asumido el liderato en el desarrollo eimplantación de una serie de investigacionesforestales en varias escuelas superiores e intermediasdel Departamento de Educación de Puerto Rico.

La experiencia adquirida desde el 1986, desdela perspectiva del bosque como un laboratoriomultidisciplinario ha contribuido de forma notable ala generación de una información muy vital para eleventual desarrollo de un currículo educativo ymodelo a ser desarrollado, con sus respectivasmodificaciones, por el Departamento de Educaciónde Puerto Rico. Dentro de ese marco escénicofiguran, entre otros, un bosque de palma de sierra(Prestoea montana) en la Torrecilla en Barranquitas,una finca de café (Coffea arabica) abandonada enel sector Jácanas del barrio Caguana de Utuado, unbosque de tulipán africano (Spathodeacampanulata) cercano a la zona urbana deNaranjito, un bosque urbano en los predios de unaescuela intermedia de Guaynabo y un mogote de lazona kársica del sector La Vázquez del pueblo deFlorida. Por otro lado, hemos obtenido experienciasenriquecedoras en un corredor urbano aledaño al ríoPiedras en University Gardens así como en unasección forestada del hoy Museo del Niño enCarolina.

Durante cerca de dos décadas de ardua perofructífera labor varios miles de estudiantes handesfilado por nuestros laboratorios vivientes para deesa forma dejar sus huellas y llevar consigo uncúmulo de conocimientos y experiencias que leacompañarán durante toda su vida. En ocasionesvarios hermanos, primos o conocidos de una mismafamilia se han transmitido tales inquietudes entre sí.Naturalmente, unos han sido más impactados queotros, pero todos, sin lugar a dudas, guardan en sucofre de recuerdos estudiantiles un sitial destacadopara con sus respectivos bosques de estudio, susprofesores y el personal colaborador del IIDT y laUPR (Recinto de Río Piedras), entre otros. Entrelos miembros colaboradores se han destacado comomaestros líderes los siguientes: Noemí MéndezIrizarry (Escuela Superior Vocacional Luis MuñozRivera de Utuado); Elsa Torres, Awilda Santos, ClaraAbbad e Ivette Palomino (Escuela SuperiorVocacional Pablo Colón Berdecía de Barranquitas);Aúrea Berríos e Hilca Nieves (Escuela SuperiorFrancisco Morales de Naranjito); Elliot LópezMachado (Escuela Superior Juan Ponce de León deFlorida); Héctor Quintero (Escuela SuperiorUniversity Gardens de Río Piedras); Gladys Maessoy Mayra Rivera (Escuela Superior Luz A. Calderónde Carolina); y Magda López (Escuela IntermediaRafael Martínez Nadal de Guaynabo).

Junto al IIDT han contribuido de formasignificativa el Recinto de Río Piedras de laUniversidad de Puerto Rico (Instituto de Estudiosde Ecosistemas Tropicales y el Centro de Recursospara las Ciencias e Ingeniería) y, naturalmente, elPrograma de Ciencias del Departamento deEducación de Puerto Rico. Dentro de esaperspectiva el rol de cada componente es definido

Acta Científica 17(1-3):97-99, 2003

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en un documento que se denomina “Acuerdocooperativo”. Por otro lado, la presencia de lacomunidad, aledaña o distante al predio escolar,constituye un integrante fundamental para con el logrode los objetivos contemplados. En ese sentido,merecen reconocimiento los dueños de las fincasprivadas que facilitan o disponen de forma gratuitade un predio de bosque de su propiedad para lafinalidad educativa: Familia Báez Soto (Utuado);Dr. José Domingo Pagán (Barranquitas); FamiliaOrtega Cosme (Naranjito); Municipio de Carolina(Museo del Niño); Urbanización University Gardens(Río Piedras); Departamento de Educación de PuertoRico (Escuela Intermedia Rafael Martínez Nadal deGuaynabo); y varios propietarios en Florida.

Los directores de escuelas, los maestros deciencias y matemáticas (principalmente) y losestudiantes constituyen una parte esencial para eldesarrollo de un programa de conservación delambiente y de sus recursos naturales. Dentro deesa perspectiva el apoyo de los padres es un requisitoprimordial. Por consiguiente, en Florida, un mogotede la zona kársica espera ansiosamente porensanchar sus abras y ofrecerle una calurosabienvenida a cada grupo de investigación que añotras año bajo el liderato del profesor Elliot LópezMachado se internan en el mismo para aprender deel y así reconocer parte de las maravillas de lanaturaleza. En Naranjito, un bosque secundario enel cual la especie dominante es el tulipán africano(Spathodea campanulata) comienza a desbordarseen datos que ilustran sobre sus positivos efectospara con el reconocimiento que esta especie arbóreaguarda con la eventual aparición de varias especiesnativas. En Barranquitas, un bosque de palma desierra (Prestoea montana) expone su diversidad eimpacto de los huracanes pero conservando su sitialde especie dominante. En Utuado, una finca de café(Coffea arabica) abandonada expone una grandiversidad de especies arbóreas entre las cuales lapomarrosa (Eugenia jambos) se ha coronado comola especie dominante del sotobosque. En Guaynado,un grupo de adolescentes, estudian detenidamente,entre otras cosas, varios parámetros de crecimientode un bosque urbano establecido por ellos en unpredio baldío de la escuela.

El éxito del programa de conservación delambiente y de sus recursos naturales aunque puedeevaluarse de forma generalizada posee su fortalezaprincipal en cada estudiante que ha participado enmayor o menor grado de este proyecto piloto. Enprimera instancia, la opción de un laboratorio viviente,un bosque aledaño o distante del salón de clases,provee al estudiante de un nuevo marco escénicoque a su vez posee un dinamismo constante deparámetros los cuales se relacionan los unos con losotros.

En ocasiones, sorprende de manera significativa,la escasa relación de las nuevas generaciones paracon la naturaleza y el dinamismo que ésta representa.Es probable que las prioridades se encuentrenubicadas en otros intereses o de que el ambienteque nos rodea o no lo descubrimos o pasadesapercibido. De repente ese escenario adquierevitalidad cuando por ejemplo se hace presente unaproblemática de corte ambiental que afecta lacomunidad en que vivimos.

Relacionarse con los bosques a través de susmúltiples posibilidades de estudio representa unagama de oportunidades por descubrir. El mundo dela botánica es solo un claro ejemplo de ese conjuntode conocimientos que podemos adquirir. Los estudiosde crecimiento de la vegetación, la mortalidad, ladescomposición de las maderas, la caída libre dehojarasca y las medidas de temperatura y humedadson algunas de las posibilidades de estudio. Lapresencia de aves, insectos y reptiles es otro marcoescénico que también ofrece el bosque. Cada lugardel bosque representa una oportunidad de estudio,es una ventana que se nos abre a todos un escenariode posibilidades. Poco a poco, la diversidad delbosque va enamorando de forma experimental a susvisitantes y algunos son capturados para siempre porel encanto mismo del bosque. Se inicia así el génesisde un posible científico del futuro, de un maestro deciencias como también de una gama de profesiones.Eventualmente el bosque puede representar la opciónde una carrera profesional o de alguna otrarelacionada a las ciencias forestales. Por otro lado,si de ese contacto directo con el bosque el estudiantedefine que las ciencias naturales o forestales no sonsu opción tendrá pues un marco de referencia real yexperimentada para su decisión. Después de todo,

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no todos seremos científicos. Pero la elección debeser sabia como tan sabio debe ser el uso racional denuestros recursos naturales.

Independientemente de la opción a seguir elestudiante palpa y vive la experiencia de un mundointerdisciplinario a través del estudio de los bosques.Allí se mezclan los estudios sociales con la historia ytenencia de la tierra, las estadísticas en lasmatemáticas, la redacción en los idiomas español einglés, la educación física en las tareas a ejecutarseen el bosque, el trabajo en equipo y naturalmente lasciencias. De ese carácter interdisciplinario sefortalece de forma significativa el Departamento deEducación de Puerto Rico.

El éxito del programa de conservación delambiente y de los recursos naturales podría definirseen el número de estudiantes que prosiguen estudiosuniversitarios en las ciencias naturales. No obstante,ese éxito se circunscribe antes que nada, en latransformación de la forma de pensar y relacionarsede las nuevas generaciones con su medio ambiente.El reconocer que somos el recurso más valioso deun país, que los países no se miden por su extensiónterritorial sino por la grandeza de sus hombres, deque el progreso es compatible con la sabia utilizaciónde los recursos naturales, entre otros, son pilaresfundamentales de cualquier programa encaminadoa la conservación del ambiente y de sus recursosnaturales.

La divulgación de los resultados del proceso deinvestigación forestal en revistas tales como ActaCientífica (Revista de la Asociación de Maestrosde Ciencias de Puerto Rico) ubica a los estudiantesa poseer mejores oportunidades de carrerasuniversitarias. Ejemplo de ello ocurrió en 1999 cuandodicha revista le dedicó un volumen especial a lasescuelas pioneras del proyecto (Escuela SuperiorPablo Colón Berdecía de Barranquitas; EscuelaSuperior Luis Muñoz Rivera de Utuado). Es éste unvalioso recurso accesible del mundo de las cienciasque apenas ha sido utilizado por nuestros estudiantesy maestros. Adjunto al expediente académico y lascartas de recomendación, la publicación de artículosen investigación, en este caso el forestal, podríaconstituir un criterio adicional que facilite la entradaal inicio de una carrera universitaria.

En el Puerto Rico contemporáneo el desarrollode estudiantes soldados en pro del ambiente y desus recursos naturales es una necesidad apremiante.El advenimiento de más programas de esa naturalezaen las diversas instituciones universitarias dentro yfuera del país es un claro ejemplo de la magnitud delproblema a la cual nos enfrentamos cada día. Noobstante, las bases de esa ardua tarea descansan engran medida en el Departamento de Educación dePuerto Rico. En esa dirección va encaminado elprograma de conservación del ambiente y de susrecursos naturales que posee el IIDT. En esadirección pretende aglutinar aún aquellos que noprosiguen estudios universitarios y de que su prioridades establecer una familia, la base de la sociedad.Aún en ellos, la semilla está depositada. Solo escuestión de tiempo. El futuro inmediato, en cuestiónde años, nos demostrará si esa semilla fue depositadaen tierra fértil, en pedregales o junto al camino.Después de todo lo importante es que al germinaresas semillas y proseguir su desarrollo no estén amerced de otros intereses que atentan contra elambiente, con la sabia utilización de los recursosnaturales y con los verdaderos estilos de vida de unpueblo honrado y trabajador.

AGRADECIMIENTO

Agradezco la colaboración del Instituto deEstudios de Ecosistemas Tropicales y al Centro deRecursos para las Ciencias y la Ingeniería del Recintode Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico asícomo al Programa de Ciencias del Departamentode Educación de Puerto Rico (Escuela Superior LuisMuñoz Rivera de Utuado, Escuela Superior PabloColón Berdecía de Barranquitas, Escuela SuperiorFrancisco Morales de Naranjito, Escuela SuperiorJuan Ponce de León de Florida, Escuela SuperiorUniversity Gardens de Río Piedras, Escuela SuperiorLuz. A. Calderón de Carolina y a la EscuelaIntermedia Rafael Martínez Nadal de Guaynabo) enla planificación y elaboración del proyecto.

A las familias Báez Soto de Utuado, OrtegaCosme de Naranjito, al Sr. Luis Quiles (Florida); Dr.José Domingo Pagán (Barranquitas); a EvelynIrizarry (Directora de la Escuela Intermedia RafaelMartínez Nadal de Guaynabo); a la Asociación deResidentes de la Urb. University Gardens de RíoPiedras y al Municipio Autónomo de Carolina por

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PRESENCIA DEL HIGÜERO EN EL ACONTECER HISTÓRICO DE PUERTO RICO

Carlos M. Domínguez CristóbalInstituto Internacional de Dasonomía Tropical

Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América1201 Calle Ceiba, Jardín Botánico Sur, Río Piedras, Puerto Rico 00926-1119

El higüero (Crescentia cujete) es una de lasespecies arbóreas que ha jugado un papel dedestacada importancia en el acontecer histórico dePuerto Rico. Entre los factores que han propiciadoesa situación se ubican el ser una especie nativa, latoponimia, el empleo de su fruto en la fabricación deinstrumentos musicales o caseros, las artesanías, suutilización en los planes de reforestación y su uso denaturaleza medicinal.

El higüero es un árbol pequeño, siempre verde,de pocas ramas largas y extendidas las cuales formanuna copa amplia y abierta. (Little et al. 2001). Entresus características más llamativas se ubican la formaacucharada de sus hojas y la presencia de frutosgrandes, duros y ovalados los cuales nacen del troncoy las ramas del mismo. (Little et al. 2001).

Es un árbol nativo, pero está ampliamentedistribuido en la América tropical. (Little et al. 2001).Entre los países donde se ubica se les conoce conlos siguientes o con otros nombres: higüero en laRepública Dominicana, cujete en Méjico, calabaceroen Costa Rica, tótumo en Venezuela, Panamá yColombia. (Little et al. 2001). En Puerto Rico alfruto del higüero se le denomina como higüera.(Hernández Aquino 1977). No obstante, es muycomún el referirse a esta especie con la voz “jigüera”.

Higüera es una voz indígena aplicada a estaespecie arbórea la cual ha permanecido en uso hastanuestros días. (Hernández Aquino 1977). Los variossiglos de permanencia de los taínos en el mundoantillano les permitió a éstos el ir recopilando unamplio conocimiento de la flora. Estos conocimientosfueron empleados, entre otros, en la elaboración deuna serie de utensilios u objetos así como para sususos medicinales. (Gómez Acevedo y BallesterosGaibrois 1980). Ejemplo de ello lo constituye el uso

del fruto de esta especie arbórea la cual era utilizadapor los taínos en la elaboración de una serie deutensilios tales como cazuelas, calabazos o en unabandeja o plato grande de forma circular y oblongadenominada batea. (Álvarez Nazario 1990). Adjuntoa ello, los taínos fabricaban el fruto del higüeroescudillas y copas para beber. (De Hostos 1941).

Ante las contínuas dificultades de caráctereconómico los primeros pobladores españoles fueronincorporando muchos de los conocimientos de laflora habían adquirido de los taínos. (Coll y Toste1979). Dentro de ese escenario se circunscribía elhigüero. Eventualmente, para fines del siglo XVIIIel uso del fruto de esta especie arbórea era muygeneralizado. (Abbad 1979).

“La jigüera o árbol tótumo, lo suelen tenercerca de sus casas, pues le provee de buenavajilla. Este árbol no es muy grande, su tronco yramas son torcidas y nudosas; tiene pocahoja…su fruto es de forma oval… su cortezaverde claro y lisa es muy compacta, pero flexible;estando en el árbol de dan diferentes figuras conmoldes; de ellos se sirven para platos, jarras,cucharas y otros usos… la carne es blanca,esponjosa… La usan en las contusiones y caídaspara evitar la coagulación de la sangre y laformación de apostemas…” (Abbad 1979).

El uso del fruto del higüero se fue extendiendoen Puerto Rico durante el siglo XIX y comenzó amermar hacia mediados del siglo XX. Ello ocurrecomo consecuencia del proceso de transformaciónde la isla de una sociedad agraria y rural a una denaturaleza industrial y urbana. Por tal motivo es usualque nuestros jíbaros conserven en su vocabulariovoces relativas a árboles o arbustos con nombrestaínos “los cuales en buena parte resultan

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extraños, sino desconocidos, del todo en el oídode crianza urbana”. (Álvarez Nazario 1990).

La higüera también guarda una relación directacon el escenario taíno a través de sus festividades,areytos o prácticas mágico religiosas. Dentro de esemarco escénico adviene, la maraca, un instrumentomusical el cual se elaboraba del fruto de la higüera.(Crescioni Niggers 1986). Para elaborar la maracaera necesario liberar su endocarpio y colocar en suinterior unas piedrecitas silíceas (Coll y Toste 1979).El mango lo constituía un palillo el cual atravesada elfruto del higüero. No obstante, los taínos “usabanuna sola maraca, como ocurre igualmente en el bailede bomba.” (Malaret Vega 1992). El empleo o usode dos maracas parece que posee su génesis en lastradiciones afroindígenas de Cuba. (Malaret Vega1992). Por otro lado, se ha descrito, según loscronistas españoles, que el behíque o curandero enel escenario taíno “recitaba plegarias sagradas juntoal enfermo mientras sonaba su maraca, hecha demadera o de higüera.” (Alegría 1988).

Resulta llamativo de que a pesar de la estrecharelación histórica de esta especie arbórea conaquellas clases sociales de escasos recursoseconómicos el que las voces “higüera” o “higüero”no figuren nombres de los barrios de Puerto Rico.(Torrech San Inocencio 1998). No obstante, sí figuracomo una sección de los siguientes barrios rurales:Hato Puerto Abajo de Villalba, Jacaboa de Patillas yPalo Seco de Cataño. (Hernández Aquino 1977).Por otro lado, figura en Comerío como el nombre deuna quebrada en el barrio Doña Elena la cual esafluente al río La Plata así como el haber sido elnombre de una antigua quebrada en el pueblo dePatillas. (Hernández Aquino 1977). Por otro lado,con la denominación “higüera” se conoce a unaquebrada en la jurisdicción de Aibonito. (HernándezAquino 1977).

El higüero es una de las especies arbóreas quees utilizada en los proyectos de reforestación que seefectúan en Puerto Rico. (USDA, Forest Service1995). Dentro de ese panorama es muy común suubicación en parques y otras áreas públicas talescomo en las intersecciones de las carreterasprincipales del país con sus respectivas avenidas.

Por otro lado, ante la circunstancia de ser una especiearbórea nativa, queda circunscrita en la recientecampaña que es estimulada por el Fideicomiso deConservación de Puerto Rico por promover lasiembra de árboles nativos. (Pérez 2005).

El íntimo contacto con la naturaleza permitió quelos conocimientos de la flora existente en el país sefueran legando de generación en generación. Dentrode esa perspectiva se destacaban los conocimientosmedicinales tras siglos de experiencia. Ante laescasez de médicos titulados y la dificultad queexperimentó gran parte de la población del paíspropició el florecimiento de remedios de diversos tiposlos cuales se basaban en el empleo directo de laflora. Dentro de ese marco escénico figuraba elhigüero. No obstante se especificaba que la variedadmás apreciada como medicinal era aquella en la cualel fruto era más pequeño y globoso, o sea, de untamaño aproximado al de una naranja. (NúñezMeléndez 1992). Entre los usos medicinales de estaespecie arbórea figuran el empleo de la cortezainterna para contrarrestar las diarreas y lashemorroides y la utilización de las hojas machacadaso de sus renuevos como un antihemorrágico. (NúñezMeléndez 1992).

Ante los cambios que han ocurrido en elescenario del país debido a la reorientación de unaeconomía de naturaleza agrícola y rural a una denaturaleza urbana e industrial la flora ha idoreclamando aquellos lugares que una vez lecorrespondieron no necesariamente con la mismacomposición de las épocas anteriores. Dentro esaperspectiva diversos ejemplares de un gran númerode las especies arbóreas escaparon de la voráginedel progreso o del hacha en mano de aquellosdispuestos a cortarle con diferentes propósitos odirectrices. Frente a tal panorama emergen hoyárboles que por el ancho de su copa, altura y diámetroson reconocidos como árboles campeones. Ante esacircunstancia el pueblo de Sixto Escobar, Barceloneta,posee el árbol campeón de higüero el cual se ubicaen la carretera estatal número 682 en el kilómetro 5hectómetro. A éste como a los demás existentes enesa jurisdicción, el Centro Cultural de Barcelonetales rinde un reconocimiento. (Francis 2000).

102 Carlos M. Domínguez Cristóbal

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LITERATURA CITADA

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Alegría R., (editor). 1988. Temas de historia de Puerto Rico.San Juan, Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico yEl Caribe. p. 44.

Álvarez Nazario, M. 1990. El habla campesina del país: orígenesy desarrollo del español en Puerto Rico. Río Piedras,Editorial Universidad de Puerto Rico. p. 335.

Coll y Toste, C. 1979. Prehistoria de Puerto Rico. San Juan dePuerto Rico. Pp. 215 & 243.

Crescioni Niggers, G. 1986. Breve introducción a la culturapuertorriqueña. Madrid, Editorial Playor, S.A. p. 15.

De Hostos, A. 1941. Anthropological Papers. San Juan. Pp.135-136.

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Little E.L. Jr., F.H. Wadsworth y J. Marrero. 2001. Árbolescomunes de Puerto Rico y las Islas Vírgenes. Río Piedras,Editorial de la Universidad de Puerto Rico. Pp. 604-606.

Malaret Vega, P. 1992. Historia de la canción popular en PuertoRico 1493-1898. Ponce, Puerto Rico. p. 99.

Núñez Meléndez, E. 1992. Plantas medicinales de Puerto Rico.Río Piedras, Editorial de la Universidad de Puerto Rico. p.209.

Pérez, J.J. 2005. “Empeño por promover la siembra de árbolesnativos” en El Nuevo Día, 15 de abril. p. 28.

Torrech San Inocencio, R. 1998. Los barrios de Puerto Rico.San Juan, Fundación Puertorriqueña de las Humanidades.p. 176.

USDA Forest Service, Southern Region. 1995. Guía de siembrade árboles para Puerto Rico y para otros países del Caribe.Forestry Report R8-FR-19.

El higüero en el acontecer histórico de Puerto Rico 103

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ÍNDICE DE ACTA CIENTÍFICA, VOLÚMENES 11-15 (1997-2001)

Irma Ivette Quiñones MaurásBibliotecaria

Universidad de Puerto RicoRecinto de Ciencias Médicas

INTRODUCCIÓN

Nuevamente nos damos a la tarea de analizar elcontenido de la Revista Acta Científica de laAsociación de Maestros de Ciencia. La riqueza delquehacer científico local nos continúa motivando atrabajar con esta fuente informativa. Nosreafirmamos en la importancia de desarrollar losíndices para facilitar el acceso a la valiosainformación que se publica en Acta. Como es lousual, incluimos las secciones de autores, títulos ymaterias.

El Volumen 11 (1997) marca el comienzo de unasegunda década de vida de la revista. Dicho ejemplarconsta de siete artículos en los que se discutendiversos aspectos relacionados con la dasonomía ylos recursos naturales de Puerto Rico. El Volumen12, números 1-3 (1998) presenta la evidenciafotográfica del esfuerzo humano. Se incluyenimágenes, de gran relevancia histórica, de personasque trabajaron en los bosques públicos de la isladurante la depresión. Además, un artículo acercade los insectos de Puerto Rico. Otros trabajosincluidos en este volumen son: el artículo del Dr.Ernesto Medina el cual representa una aportaciónen el campo de la eco-fisiología y un interesanteescrito acerca del traspaso del manglar. El Volumen13 (1999) es muy especial. En él se incluyenartículos producto de investigaciones realizadas porestudiantes de escuela superior y los maestros. ElVolumen 14, números 1 y 2 (2000) incluyen artículosque tratan acerca de una diversidad de temasrelacionados con la ecología de la isla de Mona. Losmismos están agrupados de acuerdo a los subtemasde plantas, animales y manejo. El Volumen 14,número 3 (2000) incluye una variedad de temas comoun trabajo de las diatomeas bentónicas de Isla deMona, la relación entre el trasfondo socio académicode los estudiantes y su aprovechamiento en el curso.

También se incluye un artículo acerca de lacontroversia relacionada con los símbolos nacionalesde flora y fauna y una amena revisión de un libro,entre otros. El Volumen 15, número 1 (2001), muestraun análisis histórico-dasonómico delaprovechamiento de los manglares de Cabo Rojo alfinal de siglo 19. El trabajo principal de este númeroes el resumen de las características del karso. ElVolumen 15, números 2 y 3 (2001), refleja la variedadde temas incluidos en la Revista: propuestas para ladesignación de ave nacional, y para la creación deuna nueva autoridad ambiental, el Jardín Botánicode Puerto Rico, el coquí común, carruchos y quitones.En este volumen se publicó el Índice a los volúmenes6-10.

HERRAMIENTAS PARA INDIZAR

Una vez más, recurrimos a muchas“herramientas” de indización. Las mismas nos guíanpara escoger el vocabulario y diseñar las estrategiasde análisis de este archivo de conocimiento. Muchasde las fuentes de referencia se usaron en los índicesanteriores. Estos últimos también son nuestro marcode referencia: Presentan el patrón a seguir y muchosde los términos que han de incluirse.

El catálogo electrónico del Sistema de Bibliotecasde la Universidad de Puerto Rico (www.bib.upr.edu)nos sirvió de referencia para incluir las principalesmaterias que se incluyen en este trabajo.

ESTILO

Seguiremos las mismas líneas de estilo del índiceanterior:

Quiñones Irma. “Índice de Acta Científica,Volúmenes 6-10 (1992-1996).” 15, no. 2-3(2001): 127-147.

Acta Científica 17(1-3):105-121, 2003

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Entre éstas se encuentran las siguientesconsideraciones:

• No se indizan citas, ilustraciones ni listasbibliográficas.

• Se incluyen los nombres propios y científicoscuando son tema principal de los artículos.

• Se utiliza una combinación de términosobtenidos de las listas de materias y delvocabulario natural.

• En las sección de autores, se incluye unaentrada por cada autor.

No obstante, cada índice es distinto puesresponde a los documentos que en él se incluyen.Por lo tanto, siempre afloran temas nuevos.

Esperamos que el mismo sea de gran utilidad yque aporte a los procesos de investigación, enseñanzay aprendizaje.

BIBLIOGRAFÍA

1. Cleveland Donald y Ana D. Cleveland.Introduction to Indexing andAbstracting. 2da ed. Englewood Co.:Libraries Unlimited.

2. Multilingual Thesaurus of Geosciences.1985. Nueva York: Pergamon Press.

3. Quiñones Irma. “Indice de Acta CientíficaVolúmenes 1-5.” 8, no. 1-2 (1994): 75-102.

4. Turabian Kate. 2000. A Manual for Writersof Term Papers, Thesis andDissertations. Chicago: University ofChicago Press.

5. Universidad de Puerto Rico. 2005. DatabaseUniversidad de Puerto Rico (UPRBIB)Recuperado en: http://www.bib.upr.edu/webpac-bin/wgbroker?new+-access+uprbib

ÍNDICE DE AUTORES

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Acevedo Pedro, Migdalia Álvarez y Myrna Vázquez.“Quantitative description of the structure anddiversity of the vegetation in the limestone forestof Río Abajo, Arecibo-Utuado, Puerto Rico.” 11,no. 1-3 (1997): 21-66.

Álvarez Alberto O., Miguel García y Carlos E. Diez.“El control de los cabros y cerdos en la Isla deMona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 83-87.

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Álvarez Migdalia, Pedro Acevedo y Myrna Vázquez.“Quantitative description of the structure anddiversity of the vegetation in the limestone forestof Río Abajo, Arecibo-Utuado, Puerto Rico.” 11,no. 1-3 (1997): 21-66.

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Brynne Brian, Shannon Lugo, Luis Reyes y ArielLugo. “Riparian vegetation of a subtropical urbanriver.” 15, no. 2-3 (2001): 59-72.

Burrowes Patricia y Miley C. Oliveras. “Relaciónentre el trasfondo socio académico de losestudiantes y su aprovechamiento en un cursointroductorio de biología en la Universidad dePuerto Rico.” 14, no. 3 (2000): 145-149.

Colón Camilo, Awilda Santos, Carlos Domínguez,Nathaniel Popper, Noemí Méndez, Elsa Torres,Ariel Lugo, Zilka Rivera, Bairá Soto, MarisolSantiago, Idaliz Loucil y Luis Zayas. “Acomparison of two secondary forests in thecoffee zone of central Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 27-41.

Delgado Johanna. “Abundancia relativa ydistribución de lagartos en la Isla de Mona, PuertoRico.” 14, no. 1-2 (2000): 61-66.

106 Irma Ivette Quiñones Maurás

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Despiau Alexander. “Distribución de las especiesarbóreas de acuerdo al gradiente en topografíaen el Bosque de Río Piedras, Puerto Rico, luegode 60 años de abandono agrícola.” 11, no. 1-3(1997): 3-20.

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Diez Carlos E. y Robert P. van Dam. “Sex ratio ofan immature Hawksbill Turtle (Eretmochelysimbricata) aggregation at Mona Island, PuertoRico.” 14, no. 1-2 (2000): 77-82.

Domínguez Carlos. “El inventario de los montespúblicos de Puerto Rico (1870).” 11, no. 1-3(1997): 93-95.

Domínguez Carlos. “El traspaso del manglar: de lacomandancia de la marina a la inspección demontes.” 12, no. 1-3 (1998): 67-72.

Domínguez Carlos, Nathaniel Popper y AwildaSantos, Noemí Méndez, Elsa Torres, Ariel Lugo,Zilka Rivera, Bairá Soto, Marisol Santiago, IdalizLoucil, Luis Zayas y Camilo Colón. “Acomparison of two secondary forests in thecoffee zone of central Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 27-41.

Domínguez Carlos, Ariel Lugo, Awilda Santos y ElsaTorres. “Nutrient return and accumulation inlitter of a secondary forest in the coffee regionof Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 43-74.

Domínguez Carlos. “Apuntes en torno al procesode selección oficial del árbol, la flor y el ave dePuerto Rico.” 14, no. 3 (2000): 160-170.

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Domínguez Carlos, Ariel Lugo y Noemí Méndez.“Biomasa y nutrientes en raíces y brinzales deun bosque secundario en la zona cafetalera deUtuado.” 13, no. 1-3 (1999): 75-87.

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Goenaga Carlos. “Viaje al arrecife-balneario deBuyé, Cabo Rojo.” 14, no. 3 (2000): 157-158.

Juncos María. “El karst de Puerto Rico.” 15, no.1(2001): 13-44.

Lasso de Paulis Eloísa. “Cambios en la comunidadde arrecifes de coral de la Isla de Mona, PuertoRico debido al paso de embarcaciones.” 14, no.1-2 (2000): 89-99.

Lavandero Carlos. “Campamentos de ciudadanospara conservación en Puerto Rico.” 12, no. 1-3(1998): 43-57.

Índice 107

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Loucil Idaliz, Awilda Santos, Carlos Domínguez,Nathaniel Popper, Noemí Méndez, Elsa Torres,Ariel Lugo, Zilka Rivera, Bairá Soto, MarisolSantiago, Luis Zayas y Camilo Colón. “Acomparison of two secondary forests in thecoffee zone of central Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 27-41.

Lugo Ariel y Sandra Brown. “Tropical Forests:supporting Latin America and the world in tothe 21st century.” 11, no. 1-3 (1997): 97-102.

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Lugo Ariel, Awilda Santos, Carlos Domínguez,Nathaniel Popper, Noemí Méndez, Elsa Torres,Zilka Rivera, Bairá Soto, Marisol Santiago, IdalizLoucil, Luis Zayas y Camilo Colón. “Acomparison of two secondary forests in thecoffee zone of central Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 27-41.

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Lugo Ariel, Carlos Domínguez y Noemí Méndez.“Biomasa y nutrientes en raíces y brinzales deun bosque secundario en la zona cafetalera deUtuado.” 13, no. 1-3 (1999): 75-87.

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Lugo Ariel, Shannon Lugo, Brynne Brian y LuisReyes. “Riparian vegetation of a subtropicalurban river.” 15, no. 2-3 (2001): 59-72.

Lugo Shannon, Brynne Brian, Luis Reyes y ArielLugo. “Riparian vegetation of a subtropicalurban river.” 15, no. 2-3 (2001): 59-72.

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Navarro Ángel, Charyn Micheli y J. Nelson Navarro.“Benthic diatoms of Mona Island (Isla de Mona),Puerto Rico.” 14, no. 3 (2000): 103-143.

108 Irma Ivette Quiñones Maurás

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Ramírez Juan, Ariel Lugo, Miriam Salgado e IvettePérez. “Estructura y composición delsotobosque de plantaciones en el arboreto delBosque Experiental de Luquillo.” 13, no. 1-3(1999): 89-105.

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Rivera Zilka, Awilda Santos, Carlos Domínguez,Nathaniel Popper, Noemí Méndez, Elsa Torres,Ariel Lugo, Bairá Soto, Marisol Santiago, IdalizLoucil, Luis Zayas y Camilo Colón. “Acomparison of two secondary forests in thecoffee zone of central Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 27-41.

Ruiz Blanca. “Educación y sustentabilidad.” 11,no. 1-3 (1997): 67-83.

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Sabat Alberto y Néstor Pérez. “Population status ofthe rock ground iguana (Cyclura cornutastejnegeri) in Mona Island, Puerto Rico.” 14,no. 1-2 (2000): 67-76.

Salgado Miriam, Ariel Lugo, Juan Ramírez e IvettePérez. “Estructura y composición delsotobosque de plantaciones en el arboreto delBosque Experiental de Luquillo.” 13, no. 1-3(1999): 89-105.

Santiago Marisol, Awilda Santos, Carlos Domínguez,Nathaniel Popper, Noemí Méndez, Elsa Torres,Ariel Lugo, Zilka Rivera, Bairá Soto, MarisolSantiago, Idaliz Loucil, Luis Zayas y CamiloColón. “A comparison of two secondary forestsin the coffee zone of central Puerto Rico.” 13,no. 1-3 (1999): 27-41.

Santos Awilda y Elsa Torres. “Enfoque deinvestigación en el curso de Biología: estudioecológico de un Bosque Secundario enBarranquitas.” 13, no. 1-3 (1999): 5-9.

Santos Awilda, Carlos Domínguez, Nathaniel Popper,Noemí Méndez, Elsa Torres, Ariel Lugo, ZilkaRivera, Bairá Soto, Marisol Santiago, IdalizLoucil, Luis Zayas y Camilo Colón. “Acomparison of two secondary forests in thecoffee zone of central Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 27-41.

Índice 109

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Santos Awilda, Carlos Domínguez, Ariel Lugo y ElsaTorres. “Nutrient return and accumulation inlitter of a secondary forest in the coffee regionof Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 43-74.

Soto Bairá, Awilda Santos, Carlos Domínguez,Nathaniel Popper, Noemí Méndez, Elsa Torres,Ariel Lugo, Zilka Rivera, Marisol Santiago, IdalizLoucil, Luis Zayas y Camilo Colón. “Acomparison of two secondary forests in thecoffee zone of central Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 27-41.

Torres Elsa y Awilda Santos. “Enfoque deinvestigación en el curso de biología: estudioecológico de un Bosque Secundario enBarranquitas.” 13, no. 1-3 (1999): 5-9.

Torres Elsa, Awilda Santos, Carlos Domínguez,Nathaniel Popper, Noemí Méndez, Elsa Torres,Ariel Lugo, Zilka Rivera, Bairá Soto, MarisolSantiago, Idaliz Loucil, Luis Zayas y CamiloColón. “A comparison of two secondary forestsin the coffee zone of central Puerto Rico.” 13no. 1-3 (1999): 27-41.

Torres Elsa, Awilda Santos, Carlos Domínguez yAriel Lugo. “Nutrient return and accumulationin litter of a secondary forest in the coffee regionof Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 43-74.

Torres Juan. “Los mitos en el pensamiento críticode Máximo Cerame Vivas.” 14, no. 3 (2000):171-188.

Torres Juan y Silverio Medina. “Los insectos dePuerto Rico.” 12, no. 1-3 (1998): 1-3.

Van Dam Robert P. y Carlos E. Diez. “Sex ratio ofan immature Hawksbill Turtle (Eretmochelysimbricata) aggregation at Mona Island, PuertoRico.” 14 no. 1-2 (2000): 77-82.

Vázquez Myrna, Pedro Acevedo y Migdalia Álvarez.“Quantitative description of the structure anddiversity of the vegetation in the limestone forestof Río Abajo, Arecibo-Utuado, Puerto Rico.” 11,no. 1-3 (1997): 21-66.

Wadsworth Frank. “Una Autoridad de las Montañas:la necesitamos.” 15, no. 2-3 (2001): 81-98.

Warren Matthew. “A comparison of understory plantdiversity between a plantation and native standin the coastal lowlands of Mona Island, PuertoRico.” 14 no. 1-2 (2000): 13-19.

Warren Matthew. “Stand characteristics of threeforest types on Mona Island: composition,structure and biomass distribution.” 14, no. 1-2(2000): 3-12.

Zayas Luis, Santos, Awilda, Carlos Domínguez,Nathaniel Popper, Noemí Méndez, Elsa Torres,Ariel Lugo, Zilka Rivera, Bairá Soto, MarisolSantiago, Idaliz Loucil y Camilo Colón. “Acomparison of two secondary forests in thecoffee zone of central Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 27-41.

Zuluaga Anabella. “Distribución y Abundancia deepífitas en tres tipos de bosque en la Isla deMona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 21-28.

ÍNDICE DE TÍTULOS

ABUNDANCIA RELATIVA YDISTRIBUCIÓN DE LAGARTOS EN LAISLA DE MONA, PUERTO RICODelgado Johanna. 14, no. 1-2 (2000): 61-66.

APUNTES EN TORNO AL PROCESO DESELECCIÓN OFICIAL DEL ÁRBOL, LAFLOR Y EL AVE DE PUERTO RICODomínguez Carlos. 14, no. 3 (2000): 160-170.

ALGUNOS ASPECTOS DEL PARASITISMOY SUS EXPRESIONES EN EL CARIBEMaldonado José. 11, no. 1-3 (1997): 89-91.

ATLANTEA TULITA (DEWITZ, 1877): APANGEAN BUTTERFLY RELIC IN PUERTORICO?Ramos Stuart. 14, no. 3 (2000): 151-155.

UNA AUTORIDAD DE LAS MONTAÑAS:LA NECESITAMOSWadsworth Frank. 15, no. 2-3 (2001): 81-98.

110 Irma Ivette Quiñones Maurás

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EL AVE NACIONAL DE PUERTO RICOPérez Raúl. 15, no. 2-3 (2001): 77-79.

BENTHIC DIATOMS OF MONA ISLAND(ISLA DE MONA), PUERTO RICONavarro Ángel, Charyn Micheli y J. Nelson Navarro.

14, no. 3 (2000): 103-143.

BIOMASA Y NUTRIENTES EN RAÍCES YBRINZALES DE UN BOSQUESECUNDARIO EN LA ZONA CAFETALERADE UTUADOLugo Ariel, Carlos Domínguez, y Noemí Méndez.

13, no. 1-3 (1999): 75-87.

LOS BOSQUES Y LAS ÁREAS NATURALESDE PUERTO RICO: ESPACIOS PARA LACONTEMPLACIÓN Y RECREACIÓNDomínguez Carlos. 14, no. 3 (2000): 163-164.

CAMBIOS EN LA COMUNIDAD DEARRECIFES DE CORAL DE LA ISLA DEMONA, PUERTO RICO DEBIDO AL PASODE EMBARCACIONESLasso de Paulis Eloísa. 14, no. 1-2 (2000): 89-99.

CAMPAMENTOS DE CIUDADANOS PARACONSERVACIÓN EN PUERTO RICOLavandero Carlos. 12, no. 1-3 (1998): 43-57.

CARACTERÍSTICAS DE LASCOMUNIDADES DE PLANTAS Y SUSPOLINIZADORES EN LA ISLA DE MONA,PUERTO RICOMorales Mariely. 14, no. 1-2 (2000): 29-44.

CINCO NUEVOS INFORMES DE ESPECIESDE QUITONES (MOLLUSCA:POLYPHACOPHORA) EN PUERTO RICOGarcía Cedar. 15, no. 2-3 (2001): 115-126.

A COMPARISON OF LITTERMACROARTHROPOD DIVERSITY AMONGTHREE HABITATS IN MONA ISLANDBarberena María Fernanda. 14, no. 1-2 (2000):

51-59.

A COMPARISON OF UNDERSTORY PLANTDIVERSITY BETWEEN A PLANTATIONAND NATIVE STAND IN THE COASTAL

LOWLANDS OF MONA ISLAND, PUERTORICOWarren Matthew. 14, no. 1-2 (2000): 13-19.

A COMPARISON OF TWO SECONDARYFORESTS IN THE COFFEE ZONE OFCENTRAL PUERTO RICOPopper Nathaniel, Carlos Domínguez, Awilda Santos,

Noemí Méndez, Elsa Torres, Ariel Lugo, ZilkaRivera, Bairá Soto, Marisol Santiago, IdalizLoucil, Luis Zayas y Camilo Colón. 13, no. 1-3(1999): 27-41.

EL CONTROL DE LOS CABROS Y CERDOSEN LA ISLA DE MONA, PUERTO RICOGarcía Miguel A., Carlos E. Diez y Alberto O.

Álvarez. 14, no. 1-2 (2000): 83-87.

DISTRIBUCIÓN DE LAS ESPECIESARBÓREAS DE ACUERDO AL GRADIENTEEN TOPOGRAFÍA EN EL BOSQUE DE RÍOPIEDRAS, PUERTO RICO LUEGO DE 60AÑOS DE ABANDONO AGRÍCOLADespiau Alexander. 11, no. 1-3 (1997): 3-20.

DISTRIBUCIÓN Y ABUNDANCIA DEEPÍFITAS EN TRES TIPOS DE BOSQUE ENLA ISLA DE MONA, PUERTO RICOZuluaga Anabella. 14, no. 1-2 (2000): 21-28.

LA EDUCACIÓN GLOBAL COMO UNAALTERNATIVA PARA LA CONSERVACIÓNDEL AMBIENTEOtero Jaime. 15, no. 1 (2001): 49-55.

EDUCACIÓN Y SUSTENTABILIDADRuiz Blanca. 11, no. 1-3 (1997): 67-83.

EFECTO DEL TAMAÑO DE LAS POZASINTERMAREALES EN LA COMPOSICIÓNY ABUNDANCIA DE ESPECIES EN DOSLOCALIDADES DE LA ISLA DE MONA,PUERTO RICOAcevedo Jenny. 14, no. 1-2 (2000): 45-50.

ENFOQUE DE INVESTIGACIÓN EN ELCURSO DE BIOLOGÍA: ESTUDIOECOLÓGICO DE UN BOSQUESECUNDARIO EN BARRANQUITASSantos Awilda y Elsa Torres. 13, no. 1-3 (1999): 5-9.

Índice 111

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EL ENTENDIMIENTO CONCEPTUAL YOTROS DESAFÍOS DE LATRANSFORMACIÓN EDUCATIVAMolina Ángeles. 15, no. 1 (2001): 45-48.

ESTRUCTURA Y COMPOSICIÓN DELSOTOBOSQUE DE PLANTACIONES EN ELARBORETO DEL BOSQUEEXPERIMENTAL DE LUQUILLOLugo, Ariel, Miriam Salgado, Juan Ramírez e Ivette

Pérez. 13, no. 1-3 (1999): 89-105.

FIELD TRIP TO THE SOUTHWESTGoenaga Carlos. 14, no. 3 (2000): 165-168.

FOOTPRINTS ON THE FOREST TRAIL: ATRIBUTE TO THE CAREER ANDACCOMPLISHMENTS OF DR. FRANKWADSWORTHMurphy Peter. 11, no. 1-3 (1997): 85-87.

ÍNDICE DE ACTA CIENTÍFICA,VOLÚMENES 6-10 (1992-1996)Quiñones Irma. 15, no. 2-3 (2001): 127-147.

LOS INSECTOS DE PUERTO RICOTorres Juan y Silverio Medina. 12, no. 1-3 (1998):

1-3.

EL INVENTARIO DE LOS MONTESPÚBLICOS DE PUERTO RICO (1870)Domínguez Carlos. 11, no. 1-3 (1997): 93-95.

EL JARDÍN BOTÁNICO DE PUERTO RICO(1853-1949)Domínguez Carlos. 15, no. 2-3 (2001): 59-72.

EL KARST DE PUERTO RICOJuncos María. 15, no.1 (2001): 13-44.

METODOLOGÍA PARA ESTIMAR ELALMACENAJE Y FLUJO DE NUTRIENTESEN HOJARASCA Y SUELO DE BOSQUESSECUNDARIOSLugo Ariel. 13, no. 1-3 (1999): 11-26.

LOS MITOS EN EL PENSAMIENTOCRÍTICO DE MÁXIMO CERAME VIVASTorres Juan. 14, no. 3 (2000): 171-188.

NUTRIENT RETURN ANDACCUMULATION IN LITTER OF ASECONDARY FOREST IN THE COFFEEREGION OF PUERTO RICOLugo Ariel, Carlos Domínguez, Awilda Santos y Elsa

Torres. 13, no. 1-3 (1999): 43-74.

LOS PLANES DE APROVECHAMIENTOFORESTAL DE LA INSPECCIÓN DEMONTES DE PUERTO RICO EN LOSMANGLARES DE CABO ROJO DURANTELOS AÑOS DE 1877-78 A 1889-89Domínguez Carlos. 15, no. 1 (2001): 3-11.

PLASTICITY OF CRASSULACEAN ACIDMETABOLISM (CAM) AND BIOMASSALLOCATION OF THE PANTROPICALKALANCHOE PINNATA (LAM.) PERS.Medina Ernesto. 12, no. 1-3 (1998): 59-66.

POPULATION STATUS OF THE ROCKGROUND IGUANA (CYCLURA CORNUTASTEJNEGERI) IN MONA ISLAND, PUERTORICOPérez Néstor y Alberto Sabat. 14, no. 1-2 (2000):

67-76.

PRIMER INFORME DE STROMBUSRANINUS NANUS BALES, 1942(GASTROPODA: STROMBIDAE) PARAPUERTO RICOGarcía Cedar y Migdalia Álvarez. 15, no. 2-3 (2001):

111-114.

QUANTITATIVE DESCRIPTION OF THESTRUCTURE AND DIVERSITY OF THEVEGETATION IN THE LIMESTONEFOREST OF RÍO ABAJO, ARECIBO-UTUADO, PUERTO RICOÁlvarez Migdalia, Pedro Acevedo y Myrna Vázquez.

11, no. 1-3 (1997): 21-66.

RELACIÓN ENTRE EL TRASFONDOSOCIO ACADÉMICO DE LOSESTUDIANTES Y SU APROVECHAMIENTOEN UN CURSO INTRODUCTORIO DEBIOLOGÍA EN LA UNIVERSIDAD DEPUERTO RICOBurrowes Patricia y Miley C. Oliveras. 14, no. 3

(2000): 145-149.

112 Irma Ivette Quiñones Maurás

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RIPARIAN VEGETATION OF ASUBTROPICAL URBAN RIVERLugo Shannon, Brynne Brian, Luis Reyes y Ariel

Lugo. 15, no. 2-3 (2001): 59-72.

SEX RATIO OF AN IMMATUREHAWKSBILL TURTLE (ERETMOCHELYSIMBRICATA) AGGREGATION AT MONAISLAND, PUERTO RICODiez Carlos y Robert P. van Dam. 14, no. 1-2 (2000):

77-82.

STAND CHARACTERISTICS OF THREEFOREST TYPES ON MONA ISLAND:COMPOSITION, STRUCTURE, ANDBIOMASS PRODUCTIONWarren Matthew. 14, no. 1-2 (2000): 3-12.

STAND DYNAMICS OF A SOUTH COASTMANGROVE FOREST IN PUERTO RICORuiz Ivelisse y Ariel Lugo. 13, no. 1-3 (1999): 107-

119.

TAXONOMIC AND ECOLOGICALPROFILE OF THE BOQUERON FORESTAVIFAUNA OF SOUTHWESTERN PUERTORICODelanoy Carlos. 14, no. 3 (2000): 159-161.

EL TRASPASO DEL MANGLAR: DE LACOMANDANCIA DE LA MARINA A LAINSPECCIÓN DE MONTESDomínguez Carlos. 12, no. 1-3 (1998): 67-72.

TROPICAL FORESTS: SUPPORTINGLATIN AMERICA AND THE WORLD IN TOTHE 21ST CENTURYLugo Ariel y Sandra Brown. 11, no. 1-3 (1997): 97-

102.

VARIACIÓN EN LA ABUNDANCIA DELCOQUÍ COMÚN, ELEUTHERODACTYLUSCOQUI, EN UN BOSQUE NATIVO Y EN UNAPLANTACIÓN DE EUCALYPTUS ROBUSTADelgado Johanna. 15, no. 2-3 (2001): 105-110.

VIAJE AL ARRECIFE-BALNEARIO DEBUYÉ, CABO ROJOGoenaga Carlos. 14, no. 3 (2000): 157-158.

ÍNDICE DE MATERIAS

ABANDONO AGRÍCOLA

Despiau Alexander. “Distribución de las especiesarbóreas de acuerdo al gradiente en topografíaen el Bosque de Río Piedras, Puerto Rico, luegode 60 años de abandono agrícola.” 11, no. 1-3(1997): 3-20.

ACTIVIDADES RECREATIVAS

Domínguez Carlos. “Los bosques y las áreasnaturales de Puerto Rico: espacios para lacontemplación y recreación.” 14, no. 3 (2000):163-164.

ACTIVIDADES RECREATIVAS (IMPACTOAMBIENTAL)

Lasso de Paulis Eloísa. “Cambios en la comunidadde arrecifes de coral de la Isla de Mona, PuertoRico debido al paso de embarcaciones.” 14, no.1-2 (2000): 89-99.

AGUA DULCE

Wadsworth Frank. “Una Autoridad de las Montañas:la necesitamos.” 15, no. 2-3 (2001): 81-98.

APRENDIZAJE

Molina, Ángeles. “El entendimiento conceptual yotros desafíos de la transformación educativa.”15, no. 1 (2001): 45-48.

ÁRBOLES

Despiau Alexander. “Distribución de las especiesarbóreas de acuerdo al radiente en topografíaen el Bosque de Río Piedras, Puerto Rico, luegode 60 años de bandono agrícola.” 11, no. 1-3(1997): 3-20.

ARRECIFES

Goenaga Carlos. “Viaje al arrecife-balneario deBuyé, Cabo Rojo.” 14, no. 3 (2000): 157-158.

Índice 113

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ARTRÓPODOS

Barberena María Fernanda, “A comparison of litterMacroarthropod diversity among three habitatsin Mona Island.” 14, no. 1-2 (2000): 51-59.

ATLANTEA TULITA

Ramos Stuart. “Atlantea tulita (Dewitz, 1877): apangean butterfly relic in Puerto Rico?.” 14,no. 3 (2000): 151-155.

AVES

Pérez Raúl. “El ave nacional de Puerto Rico.” 15,no. 2-3 (2001): 77-79.

BALNEARIO DE BUYÉ-CABO ROJO

Goenaga Carlos. “Viaje al arrecife-balneario deBuyé, Cabo Rojo.” 14, no. 3 (2000): 157-158.

BIOLOGÍA, ENSEÑANZA DE LA

Burrowes Patricia y Miley C. Oliveras. “Relaciónentre el trasfondo socio académico de losestudiantes y su aprovechamiento en un cursointroductorio de biología en la Universidad dePuerto Rico.” 14, no. 3 (2000): 145-149.

Santos Awilda y Elsa Torres. “Enfoque deinvestigación en el curso de Biología: estudioecológico de un Bosque Secundario enBarranquitas.” 13, no. 1-3 (1999): 5-9.

BIOMASA

Lugo Ariel, Carlos Domínguez y Noemí Méndez.“Biomasa y nutrientes en raíces y brinzales deun bosque secundario en la zona cafetalera deUtuado.” 13, no. 1-3 (1999): 75-87.

Warren Matthew. “Stand characteristics of threeforest types on Mona Island: composition,structure and biomass distribution.” 14, no. 1-2(2000): 3-12.

BOSQUE ESTATAL DE GUILARTE

Delgado Johanna. “Variación en la abundancia delcoquí común, Eleutherodactylus coqui, en unbosque nativo y en una plantación de Eucalyptusrobusta.” 15, no. 2-3 (2001): 105-110.

BOSQUE EXPERIMENTAL DE LUQUILLO

Lugo Ariel, Miriam Salgado, Juan Ramírez e IvettePérez. “Estructura y composición delsotobosque de plantaciones en el arboreto delBosque Experimental de Luquillo.” 13, no. 1-3(1999): 89-105.

BOSQUE DE RÍO ABAJO

Álvarez Migdalia, Pedro Acevedo y Myrna Vázquez.“Quantitative description of the structure anddiversity of the vegetation in the limestone forestof Río Abajo, Arecibo-Utuado, Puerto Rico.”11, no. 1-3 (1997): 21-66.

BOSQUE DE RÍO PIEDRAS

Despiau Alexander. “Distribución de las especiesarbóreas de acuerdo al gradiente en topografíaen el Bosque de Río Piedras, Puerto Rico, luegode 60 años de abandono agrícola.” 11, no. 1-3(1997): 3-20.

BOSQUE SECUNDARIO-BARRANQUITAS

Santos Awilda y Elsa Torres. “Enfoque deinvestigación en el curso de Biología: estudioecológico de un Bosque Secundario enBarranquitas.” 13, no. 1-3 (1999): 5-9.

BOSQUES SECUNDARIOS

Lugo Ariel. “Metodología para estimar el almacenajey flujo de nutrientes en hojarasca y suelo debosques secundarios.” 13, no. 1-3 (1999): 11-26.

Lugo Ariel Carlos Domínguez, Awilda Santos y ElsaTorres. “Nutrient return and accumulation inlitter of a secondary forest in the coffee regionof Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 43-74.

114 Irma Ivette Quiñones Maurás

Page 110: ACTA CIENTÍFICA ASOCIACIÓN DE MAESTROS DE … · literatura citada, anejos, tablas, leyendas de figuras, y figuras: Enumere todas las páginas. ... Ariel E. Lugo Editor de producción

Lugo Ariel, Carlos Domínguez, y Noemí Méndez.“Biomasa y nutrientes en raíces y brinzales deun bosque secundario en la zona cafetalera deUtuado.” 13, no. 1-3 (1999): 75-87.

Popper Nathaniel, Carlos Domínguez, Awilda Santos,Noemí Méndez, Elsa Torres, Ariel Lugo, ZilkaRivera, Bairá Soto, Marisol Santiago, IdalizLoucil, Luis Zayas y Camilo Colón. “Acomparison of two secondary forests in thecoffee zone of central Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 27-41.

Santos Awilda y Elsa Torres. “Enfoque deinvestigación en el curso de Biología: estudioecológico de un Bosque Secundario enBarranquitas.” 13, no. 1-3 (1999): 5-9.

BOSQUES DE ISLA DE MONA

Warren Matthew. “Stand characteristics of threeforest types on Mona Island: composition,structure and biomass distribution.” 14, no. 1-2(2000): 3-12.

Zuluaga Anabella. “Distribución y Abundancia deepífitas en tres tipos de bosque en la Isla deMona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 21-28.

BOSQUES TROPICALES

Lugo Ariel y Sandra Brown. “Tropical Forests:supporting Latin America and the world in tothe 21st century.” 11, no. 1-3 (1997): 97-102.

BROMELIAS-ISLA DE MONA

Zuluaga Anabella. “Distribución y abundancia deepífitas en tres tipos de bosque en la Isla deMona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 21-28.

CABROS-ISLA DE MONA

García Miguel, Carlos E. Diez y Alberto O. Álvarez.“El control de los cabros y cerdos en la Isla deMona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 83-87.

CAMPAMENTOS DE CIUDADANOS

Lavandero Carlos. “Campamentos de ciudadanospara conservación en Puerto Rico.” 12, no. 1-3(1998): 43-57.

CAREY-ISLA DE MONA

Diez Carlos E. y Robert P. Van Dam. “Sex ratio ofan immature Hawksbill Turtle (Eretmochelysimbricata) aggregation at Mona Island, PuertoRico.” 14 no. 1-2 (2000): 77-82.

CARPINTERO DE PUERTO RICOvéase además MELANERPESPORTORICENSIS)Pérez Raúl. “El ave nacional de Puerto Rico.” 15,

no. 2-3 (2001): 77-79.

CARRUCHOS véase STROMBIDAE

CARSO

Juncos María. “El karst de Puerto Rico.” 15, no.1(2001): 13-44.

CAZA-ISLA DE MONA

García Miguel, Carlos E. Diez y Alberto O. Álvarez.“El control de los cabros y cerdos en la Isla deMona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 83-87.

CERDOS-ISLA DE MONA

García Miguel, Carlos E. Diez y Alberto O. Álvarez.“El control de los cabros y cerdos en la Isla deMona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 83-87.

COMUNIDADES DE APRENDIZAJE

Lavandero Carlos. “Campamentos de paraconservación en Puerto Rico.” 12, no. 1-3(1998): 43-57.

Ruiz Blanca. “Educación y sustentabilidad.” 11,no. 1-3 (1997): 67-83.

Índice 115

Page 111: ACTA CIENTÍFICA ASOCIACIÓN DE MAESTROS DE … · literatura citada, anejos, tablas, leyendas de figuras, y figuras: Enumere todas las páginas. ... Ariel E. Lugo Editor de producción

COMUNIDAD ARRECIFAL-ISLA DEMONA

Lasso de Paulis Eloísa. “Cambios en la comunidadde arrecifes de coral de la Isla de Mona, PuertoRico debido al paso de embarcaciones.” 14, no.1-2 (2000): 89-99.

CONSERVACIÓN DE LA NATURALEZA

Lavandero Carlos. “Campamentos de ciudadanospara conservación en Puerto Rico.” 12, no. 1-3(1998): 43-57.

Otero Jaime. “La educación global como unaalternativa para la conservación del ambiente.”15, no. 1 (2001) 49-55.

Wadsworth Frank. “Una Autoridad de las Montañas:la necesitamos.” 15, no. 2-3 (2001): 81-98.

COQUÍ véase ELEUTHERODACTYLUSCOQUÍ

CORTEZA

Zuluaga Anabella. “Distribución y abundancia deepífitas en tres tipos de bosque en la Isla deMona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 21-28.

CYCLURA CORNUTA STEJNEGERI

Pérez Néstor y Alberto Sabat. “Population status ofthe rock ground iguana (Cyclura cornutastejnegeri) in Mona Island, Puerto Rico.” 14,no. 1-2 (2000): 67-76.

DIATOMEAS BENTÓNICAS-ISLA DEMONA

Navarro Nelson, Charyn Micheli y Angel Navarro.“Benthic diatoms of Mona Island (Isla de Mona),Puerto Rico.” 14, no. 3 (2000): 103-143.

DIVERSIDAD DE ESPECIES-ISLA DEMONA

Lasso de Paulis Eloísa. “Cambios en la comunidadde arrecifes de coral de la Isla de Mona, PuertoRico debido al paso de embarcaciones.” 14, no.1-2 (2000): 89-99.

DIVERSIDAD DE LA VEGETACIÓN

Álvarez Migdalia, Pedro Acevedo y Myrna Vázquez.“Quantitative description of the structure anddiversity of the vegetation in the limestone forestof Río Abajo, Arecibo-Utuado, Puerto Rico.” 11,no. 1-3 (1997): 21-66.

Warren Matthew. “A comparison of understory plantdiversity between a plantation and native standin the coastal lowlands of Mona Island, PuertoRico.” 14, no. 1-2 (2000): 13-19.

EDUCACIÓN

Burrowes Patricia y Miley C. Oliveras. “Relaciónentre el trasfondo socio académico de losestudiantes y su aprovechamiento en un cursointroductorio de biología en la Universidad dePuerto Rico.” 14, no. 3 (2000): 145-149.

Molina Ángeles. “El entendimiento conceptual yotros desafíos de la transformación educativa.”15, no. 1 (2001): 45-48.

Otero Jaime. “La educación global como unaalternativa para la conservación del ambiente.”15, no. 1 (2001): 49-55.

Ruiz Blanca. “Educación y sustentabilidad.” 11,no. 1-3 (1997): 67-83.

EDUCACIÓN AMBIENTAL

Otero Jaime. “La educación global como unaalternativa para la conservación del ambiente.”15, no. 1 (2001) 49-55.

Ruiz Blanca. “Educación y sustentabilidad.” 11,no. 1-3 (1997): 67-83.

Santos Awilda y Elsa Torres. “Enfoque deinvestigación en el curso de Biología: estudioecológico de un Bosque Secundario enBarranquitas.” 13, no. 1-3 (1999): 5-9.

ELEUTHERODACTYLUS COQUI

Delgado Johanna. “Variación en la abundancia delcoquí común, eleutherodactylus coqui, en un

116 Irma Ivette Quiñones Maurás

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bosque nativo y en una plantación de Eucalyptusrobusta.” 15, no. 2-3 (2001): 105-110.

EPÍFITAS

Zuluaga Anabella. “Distribución y Abundancia deepífitas en tres tipos de bosque en la Isla deMona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 21-28.

ERETMOCHELYS IMBRICATA

Diez Carlos E. y Robert P. van Dam. “Sex ratio ofan immature Hawksbill Turtle (Eretmochelysimbricata) aggregation at Mona Island, PuertoRico.” 14 no. 1-2 (2000): 77-82.

ESPONJAS-ISLA DE MONA

Lasso de Paulis Eloísa. “Cambios en la comunidadde arrecifes de coral de la Isla de Mona, PuertoRico debido al paso de embarcaciones.” 14, no.1-2 (2000): 89-99.

ESTUDIANTES

Burrowes Patricia y Miley C. Oliveras. “Relaciónentre el trasfondo socio académico de losestudiantes y su aprovechamiento en un cursointroductorio de biología en la Universidad dePuerto Rico.” 14, no. 3 (2000): 145-149.

Molina Ángeles. “El entendimiento conceptual yotros desafíos de la transformación educativa.”15, no. 1 (2001): 45-48.

ESTUDIOS DE VEGETACIÓN-PUERTORICO

Goenaga Carlos. “Field trip to the Southwest.” 14,no. 3 (2000): 165-168.

Lugo Shannon, Brynne Brian, Luis Reyes y ArielLugo. “Riparian vegetation of a subtropicalurban river.” 15, no. 2-3 (2001): 59-72.

EUCALYPTUS ROBUSTA

Delgado Johanna. “Variación en la abundancia delcoquí común, Eleutherodactylus coqui, en unbosque nativo y en una plantación de Eucalyptusrobusta.” 15, no. 2-3 (2001): 105-110.

FAUNA-ANTILLAS MAYORES

Ramos Stuart. “Atlantea tulita (Dewitz, 1877): apangean butterfly relic in Puerto Rico?.” 14,no. 3 (2000): 151-155.

FOROFITO

Zuluaga Anabella. “Distribución y abundancia deepífitas en tres tipos de bosque en la Isla de Mona,Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 21-28.

FRANK H. WADSWORTH

Murphy Peter. “Footprints on the forest trail: a tributeto the career and accomplishments of Dr. FrankH. Wadsworth.” 11, no. 1-3 (1997): 85-87.

HISTORIA-RECURSOS NATURALES-PUERTO RICO

Domínguez Carlos. “El traspaso del manglar: de lacomandancia de la marina a la inspección demontes.” 12, no. 1-3 (1998): 67-72.

Domínguez Carlos. “Los planes de aprovechamientoforestal de la inspección de montes de PuertoRico en los manglares de Cabo Rojo durante losaños de 1877-78 a 1889-89.” 15, no. 1 (2001):3-11.

Domínguez Carlos. “El Jardín Botánico de PuertoRico (1853-1949).” 15, no. 2-3 (2001): 59-72.

HOJARASCA-ISLA DE MONA

Barberena María Fernanda. “A comparison of littermacroarthropod diversity among three habitatsin Mona Island.” 14, no. 1-2 (2000): 51-59.

IGUANAS-ISLA DE MONA

Pérez Néstor y Alberto Sabat. “Population status ofthe rock ground iguana (Cyclura cornutastejnegeri) in Mona Island, Puerto Rico.” 14,no. 1-2 (2000): 67-76.

INSECTOS-ISLA DE MONA

Morales Mariely. “Características de lascomunidades de plantas y sus polinizadores en

Índice 117

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la Isla de Mona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000):29-44.

INSECTOS-PUERTO RICO

Torres Juan y Silverio Medina. “Los insectos dePuerto Rico.” 12, no. 1-3 (1998): 1-3.

INSTITUTE OF TROPICAL FORESTRY

Murphy Peter. “Footprints on the forest trail: a tributeto the career and accomplishments of Dr. FrankH. Wadsworth.” 11, no. 1-3 (1997): 85-87.

ISLA DE MONA

Acevedo Jenny Patricia. “Efecto del tamaño de laspozas intermareales en la composición yabundancia de especies en dos localidades de laIsla de Mona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000):45-50.

Barberena María Fernanda. “A comparison of littermacroarthropod diversity among three habitatsin Mona Island.” 14, no. 1-2 (2000): 51-59.

Delgado Johanna. “Abundancia relativa ydistribución de lagartos en la Isla de Mona,Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 61-66.

Diez Carlos E. y Robert P. van Dam. “Sex ratio ofan immature Hawksbill Turtle (Eretmochelysimbricata) aggregation at Mona Island, PuertoRico.” 14, no. 1-2 (2000): 77-82.

García Miguel, Carlos E. Diez y Alberto O. Álvarez.“El control de los cabros y cerdos en la Isla deMona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 83-87.

Lasso de Paulis Eloísa. “Cambios en la comunidadde arrecifes de coral de la Isla de Mona, PuertoRico debido al paso de embarcaciones.” 14, no.1-2 (2000): 89-99.

Morales Mariely. “Características de lascomunidades de plantas y sus polinizadores enla Isla de Mona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000):29-44.

Navarro Nelson, Charyn Micheli y Angel Navarro.“Benthic diatoms of Mona Island (Isla deMona),Puerto Rico.” 14, no. 3 (2000): 103-143.

Pérez Néstor y Alberto Sabat. “Population status ofthe rock ground iguana (Cyclura cornutastejnegeri) in Mona Island, Puerto Rico.” 14,no. 1-2 (2000): 67-76.

Warren Matthew. “Stand characteristics of threeforest types on Mona Island: composition,structure and biomass distribution.” 14, no. 1-2(2000): 3-12.

Warren Matthew. “A comparison of understory plantdiversity between a plantation and native standin the coastal lowlands of Mona Island, PuertoRico.” 14 no. 1-2 (2000): 13-19.

Zuluaga Anabella. “Distribución y abundancia deepífitas en tres tipos de bosque en la Isla deMona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 21-28.

EL JARDÍN BOTÁNICO DE PUERTO RICO

Domínguez Carlos. “El Jardín Botánico de PuertoRico (1853-1949).” 15, no. 2-3 (2001): 59-72.

KALANCHOE PINNATA

Medina Ernesto. “Plasticity of Crassulacean acidmetabolism (CAM) and biomass allocation ofthe pantropical Kalanchoe pinnata (Lam.)Pers.” 12, no. 1-3 (1998): 59-66.

LAGARTOS

Delgado Johanna. “Abundancia relativa ydistribución de lagartos en la Isla de Mona,Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 61-66.

MACROALGAS-ISLA DE MONA

Lasso de Paulis Eloísa. “Cambios en la comunidadde arrecifes de coral de la Isla de Mona, PuertoRico debido al paso de embarcaciones.” 14, no.1-2 (2000): 89-99.

118 Irma Ivette Quiñones Maurás

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MANGLARES-PUERTO RICO

Domínguez Carlos. “El traspaso del manglar: de lacomandancia de la marina a la inspección demontes.” 12, no. 1-3 (1998): 67-72.

Domínguez Carlos. “Los planes de aprovechamientoforestal de la inspección de montes de PuertoRico en los manglares de Cabo Rojo durante losaños de 1877-78 a 1889-89.” 15, no. 1 (2001):3-11.

Goenaga Carlos. “Field trip to the Southwest.” 14,no. 3 (2000): 165-168.

Ruiz Ivelisse y Ariel Lugo. “Stand dynamics of asouth coast mangrove forest in Puerto Rico.”13, no. 1-3 (1999): 107-119.

MÁXIMO CERAME VIVAS

Torres Juan. “Los mitos en el pensamiento críticode Máximo Cerame Vivas.” 14, no. 3 (2000):171-188.

MELANERPES PORTORICENSIS véaseademás CARPINTERO DE PUERTO RICO

Pérez Raúl. “El ave nacional de Puerto Rico.” 15,no. 2-3 (2001): 77-79.

MOLLUSCA: POLYPHACOPHORA

García Cedar. “Cinco nuevos informes de especiesde quitones (Mollusca: Polyphacophora) enPuerto Rico.” 15, no. 2-3 (2001): 115-126.

MONTAÑAS

Wadsworth Frank. “Una Autoridad de las Montañas:la necesitamos.” 15, no. 2-3 (2001): 81-98.

MONTES PÚBLICOS-PUERTO RICO

Domínguez Carlos. “El inventario de los montespúblicos de Puerto Rico (1870).” 11, no. 1-3(1997): 93-95.

NERITA TESSELLATA

Acevedo Jenny Patricia. “Efecto del tamaño de laspozas intermareales en la composición yabundancia de las especies en dos localidadesde la Isla de Mona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2(2000): 45-50.

NUTRIENTES

Lugo Ariel, Carlos Domínguez y Noemí Méndez.“Biomasa y nutrientes en raíces y brinzales deun bosque secundario en la zona cafetalera deUtuado.” 13, no. 1-3 (1999): 75-87.

NUTRIENTES-ALMACENAJE

Lugo Ariel. “Metodología para estimar el almacenajey flujo de nutrientes en hojarasca y suelode bosques secundarios.” 13, no. 1-3 (1999):11-26.

Lugo Ariel, Carlos Domínguez, Awilda Santos y ElsaTorres. “Nutrient return and accumulation inlitter of a secondary forest in the coffee regionof Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 43-74.

NUTRIENTES-FLUJO

Lugo Ariel. “Metodología para estimar el almacenajey flujo de nutrientes en hojarasca y suelo debosques secundarios.” 13, no. 1-3 (1999): 11-26.

Lugo Ariel, Carlos Domínguez, Awilda Santos y ElsaTorres. “Nutrient return and accumulation inlitter of a secondary forest in the coffee regionof Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 43-74.

ORQUÍDEAS

Zuluaga Anabella. “Distribución y abundancia deepífitas en tres tipos de bosque en la Isla deMona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 21-28.

PARASITISMO-CARIBE

Maldonado José. “Algunos aspectos del parasitismoy sus expresiones en el Caribe.” 11, no. 1-3(1997): 89-91.

Índice 119

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POLINIZADORES

Morales Mariely. “Características de lascomunidades de plantas y sus polinizadores enla Isla de Mona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2(2000): 29-44.

POZAS INTERMAREALES

Acevedo Jenny Patricia. “Efecto del tamaño de laspozas intermareales en la composición yabundancia de las especies en dos localidadesde la Isla de Mona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2(2000): 45-50.

PURPURA PATULA

Acevedo Jenny Patricia. “Efecto del tamaño de laspozas intermareales en la composición yabundancia de especies en dos localidades dela Isla de Mona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000):45-50.

QUITONES véase MOLLUSCA:POLYPLACOPHORA

RAZÓN SEXUAL

Diez Carlos E. y Robert P. van Dam. “Sex ratio ofan immature Hawksbill Turtle (Eretmochelysimbricata) aggregation at Mona Island, PuertoRico.” 14, no. 1-2 (2000): 77-82.

REFORESTACIÓN-PUERTO RICO

Lavandero Carlos. “Campamentos de ciudadanospara conservación en Puerto Rico.” 12, no. 1-3(1998): 43-57.

RÍOS-PUERTO RICO

Lugo Shannon, Brynne Brian, Luis Reyes y ArielLugo. “Riparian vegetation of a subtropicalurban river.” 15, no. 2-3 (2001): 59-72.

ROCAS CARBONATADAS

Juncos María. “El karst de Puerto Rico.” 15, no.1(2001): 13-44.

SEDIMENTACIÓN

Lasso de Paulis Eloísa. “Cambios en la comunidadde arrecifes de coral de la Isla de Mona, PuertoRico debidio al paso de embarcaciones.” 14,no. 1-2 (2000): 89-99.

SÍMBOLOS NACIONALES

Domínguez Carlos. “Apuntes en torno al procesode selección oficial del árbol, la flor y el ave dePuerto Rico.” 14, no. 3 (2000): 160-170.

Pérez Raúl. “El ave nacional de Puerto Rico.” 15,no. 2-3 (2001): 77-79.

SÍMBOLOS NACIONALES-LEGISLACIÓN

Pérez Raúl. “El ave nacional de Puerto Rico.” 15,no. 2-3 (2001): 77-79.

STROMBIDAE

García Cedar y Migdalia Álvarez. “Primer informede Strombus raninus nanus Bales, 1942(Gastropoda: Strombidae) para Puerto Rico.” 15,no. 2-3 (2001): 111-114.

STROMBUS RANINUS NANUS

García Cedar y Migdalia Álvarez. “Primer informede Strombus raninus nanus Bales, 1942(Gastropoda: Strombidae) para Puerto Rico.” 15,no. 2-3 (2001): 111-114.

SUSTENTABILIDAD

Ruiz Blanca. “Educación y sustentabilidad.” 11,no. 1-3 (1997): 67-83.

SWIETENIA MAHAGONI

Warren Matthew. “Stand characteristics of threeforest types on Mona Island: composition,structure and biomass distribution.” 14, no. 1-2(2000): 3-12.

TORTUGAS-ISLA DE MONA

Diez Carlos E. y Robert P. van Dam. “Sex ratio ofan immature Hawksbill Turtle (Eretmochelys

120 Irma Ivette Quiñones Maurás

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imbricata) aggregation at Mona Island, PuertoRico.” 14, no. 1-2 (2000): 77-82.

ZONA CAFETALERA-PUERTO RICO

Lugo Ariel, Carlos Domínguez, Awilda Santos y ElsaTorres. “Nutrient return and accumulation inlitter of a secondary forest in the coffee regionof Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 43-74.

Lugo Ariel, Carlos Domínguez, y Noemí Méndez.“Biomasa y nutrientes en raíces y brinzales deun bosque secundario en la zona cafetalera deUtuado.” 13, no. 1-3 (1999): 75-87.

Popper Nathaniel, Carlos Domínguez, Awilda Santos,Noemí Méndez, Elsa Torres, Ariel Lugo, ZilkaRivera, Bairá Soto, Marisol Santiago, IdalizLoucil, Luis Zayas y Camilo Colón. “Acomparison of two secondary forests in thecoffee zone of central Puerto Rico.” 13, no. 1-3 (1999): 27-41.

ZONA SUBTRÓPICA SECA

Zuluaga Anabella. “Distribución y Abundancia deepífitas en tres tipos de bosque en la Isla deMona, Puerto Rico.” 14, no. 1-2 (2000): 21-28.

Índice 121

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ERRATA

Se omitió la última página del artículo de Cedar I. García Ríos y Mgdalia Álvarez Ruiz. 2001. Primer informede Strombus raninus Bales, 1942 (Gastropoda: Strombidae) para Puerto Rico. Acta Científica 15(2-3):114.

Clench, W.J. y R.T. Abbott. 1941. The genus Strombus in thewestern Atlantic. Johnsonia 1:1-15.

De Jong, K.M. y H.E. Coomans. 1988. Marine gastropodsfrom Curaçao, Aruba y Bonaire. E.J. Brill, Leiden.261 p.

Humfrey, M. 1975. Sea shells of the West Indies: a guide tothe marine molluscs of the Caribbean. Taplinger PublishingCompany, Nueva York. 351 p.

Nowell-Usticke, G.W. 1959. A check list of the marine shellsof St. Croix, U.S. Virgin Islands with random annotations.G.W. Nowell-Usticke, Christiansted, St. Croix, U.S. VirginIslands. 90 p.

Ortiz Corps, E. 1985. An annotated checklist of the recentmarine Gastropoda (Mollusca) from Puerto Rico. En:Memorias del Sexto Simposio de la Fauna de Puerto Ricoy el Caribe, Universidad de Puerto Rico, ColegioUniversitario de Humacao, Departamento de Biología,Humacao. 220 p.

Ortiz Corps, E.A.R. 1998. The recent marine mollusca ofPuerto Rico. Tesis doctoral. Universidad de Puerto Rico,Mayagüez, Puerto Rico. xlviii + 744 p.

Walls, J.G. 1980. Conch, tibias and harps: a survey of themolluscan families Strombidae and Harpidae. T.F.H.Publications Inc., Neptuno City, New Jersey. 191 p.

The following row was left out of Table 9, page 67 of Lugo, A.E., C. Domínguez Cristóbal, A. Santos, and E.Torres Morales. 1999. Nutrient return and accumulation in litter of a secondary forest in the coffee region ofPuerto Rico. Acta Científica 13(1-3):43-74.

Guánica 97 99 6056 6076 123 134 Lugo et al. 1986

Errata 122

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ACTA CIENTÍFICA_______________________________________________________________

TABLA DE CONTENIDO_______________________________________________________________

EDITORAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

ARTÍCULOS

Manto de oscuridad nocturna: patrimonio natural olvidado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3Olga M. Ramos

La utilización de los recursos naturales de Puerto Rico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11Ariel E. Lugo y Blanca I. Ruiz

Recreational use of montane streams of the Caribbean National Forest . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39Summer C. Kartchner

NOTAS

A preliminary estimate of the natural and social value of los Tres Picachos . . . . . . . . . . . . . . . 59Frederick N. Scatena

Análisis preliminar de aspectos relevantes a la designación de los Tres Picachoscomo bosque estatal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63Frederick N. Scatena

ENSAYOS

Sobre moscas, pseudodoxia y la enseñanza de la ciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69Alexis A. Rodríguez Valentín, Valeria Colón y Armando Rodríguez Durán

Protección ambiental para el siglo 21: la perspectiva del paisaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75José Juan Terrasa Soler

REVISIONES

Antecedentes históricos-forestales del Bosque Estatal de Guánica (1875-1889) . . . . . . . . . . . . 79Carlos M. Domínguez Cristóbal

El derecho del pueblo de Puerto Rico sobre los manglares de la base naval deRoosevelt Roads . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87Carlos M. Domínguez Cristóbal

El programa de conservación del ambiente desde el punto de vista delInstituto Internacional de Dasonomía Tropical: retos y posibilidades educativas . . . . . . . . . . . . . 97Carlos M. Domínguez Cristóbal

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Páginas

Presencia del higüero en el acontecer histórico de Puerto Rico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101Carlos M. Domínguez Cristóbal

Índice de Acta Científica, Volúmenes 11-15 (1997-2001) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105Irma Ivette Quiñones Maurás

Índice de autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106Índice de títulos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110Índice de materias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113

Errata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122

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_______________________________________________________________________________________________

ACTA CIENTÍFICA is the multidisciplinary journal of the Puerto Rico Science Teachers Association. ACTApublishes research papers in any scientific field, i.e., physics, chemistry, biochemistry, botany, zoology, ecology,

biomedics, medicine, behavioral pyschology, pharmaceutical technology, and/or mathematics. An article describes

a complete and definite study. Notes describe a complete project, shorter, and usually referring to original findings or

important modifications of previously described techniques. Essays discuss general scientific problems but are not

based on original experimental results. Reviews discuss the most recent literature on a given subject.

Manuscripts should be sent in triplicate to the Editor, who will submit them for review to a referee in the field

of science involved. Acceptance of papers will be based on their scientific content and presentation of material

according to ACTA’s editorial norms. Manuscripts can be presented in English or Spanish. Papers submitted for

publication should be concise and appropriate in style and use of abbreviations. Submission of a manuscript implies

it has not been published nor is being considered for publication by any other journal.

Ariel E. Lugo

Editor Acta Científica

International Institute of Tropical Forestry

USDA Forest Service

PO Box 25000

Río Piedras, Puerto Rico 00928-5000

In order to ensure due consideration to each manuscript, authors are advised to consult the following

INSTRUCTIONS TO AUTHORS:

- Manuscripts should be accompanied by a summary in Spanish and an abstract in English, double-spaced

and on separate pages, headed by the complete title of the paper translated into English/Spanish in each

case. The title should be informative and short, generally no longer than 12 words, a shorter title (no more

than 40 letters) in the paper’s original language should be included for use as a running head.

- Figures and photos should be identified on the reverse side by sequential number, first author’s name,

and manuscript title. A list of figures with corresponding legends should be typed double-spaced on

separate pages.

- Tables should be typed double-spaced, presented on separate pages, numbered consecutively, have a

short title, and be precise. Do not repeat the same material in figures and tables.

- Authors should use the metric system for their measurements. Consult the International System of Units

(S I) as a guide in the conversion of measurements. When preparing text and figures, note in particular

that S1 requires: (1) the use of the terms “mass” or “force” rather than “weight”; (2) when one unit

appears in a denominator, use the solidus (e.g., g/m2); for two or more units a denominator, use one

solidus and a period (e.g., g/m2.d); (3) use the a capital “L” as the symbol for litre.

- Assemble the parts of the manuscript in this order: title page, abstract, text, acknowledgements, literature

cited, appendices, tables, figure legends, and figures. Number all pages.

We recommend authors accompany the manuscript text with a list of all appendices, figures, photos, tables, etc.

ACTA provides authors with 25 reprints of each article, free of cost. Additional reprints can be ordered at the

time of receiving the galleys.

The Editor is responsible for unsigned comments and editorials. The Science Teachers Association of Puerto

Rico does not necessarily agree with any opinions expressed in ACTA nor do these opinions represent those of any

individual member. Readers are cordially invited to make comments by sending letters to the Editor. This journal

serves no commercial interest and does not provide economic benefit to its editors.

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Page 121: ACTA CIENTÍFICA ASOCIACIÓN DE MAESTROS DE … · literatura citada, anejos, tablas, leyendas de figuras, y figuras: Enumere todas las páginas. ... Ariel E. Lugo Editor de producción