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ACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL

ARQUIDIÓCESIS DE ACAPULCOA V I C T I M A S D E L A S V I O L E N C I A S E N L A

Construcción de Paz de cara a la crisis humanitaria en México.

Ruta para iniciar un acompañamiento a víctimas de las violencias: la experiencia de la Arquidiócesis de Acapulco”Por : Jean Mendienta Jímenez

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Mente, Manos y Corazón al servicio de las víctimas y la paz.Por : Jean Mendienta Jímenez


“Ruta para iniciar un acompañamiento a víctimas de las violencias: la experiencia de la Arquidiócesis de Acapulco”



Por : Jean Mendienta Jímenez

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“Ruta para iniciar un acompañamiento a víctimas de las violencias:

la experiencia de la Arquidiócesis de Acapulco”Por : Jean Mendienta Jímenez

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Acompañamiento Integral a Víctimas de las Violencias en la

Arquidiócesis de Acapulco. Construcción de Paz en cara a la crisis

humanitaria en México.

“Ruta para iniciar un acompañamiento a víctimas de las violencias: la

experiencia de la Arquidiócesis de Acapulco”

Este libro fue escrito por Jean Mendieta Jiménez en colaboración con el Equipo Coordinador Local de la Arquidiócesis de Acapulco, Comisión Episcopal para la Pastoral Social, Universidad Loyola

del Pacífico A. C. y Catholic Relief Services.

VIII

Presentación 1Propósito del documento. 2Consideraciones. 3Descripción del Proyecto o del Viaje: dónde, cómo, qué, por qué, para qué y quiénes. 6

4.1 El Dónde 64.2 El Qué 74.3 El Por qué 84.4 El Para qué 84.5 El Cómo 9

4.5.1 Basados en tres principios fundamentales. 94.5.2 Acompañando Integralmente y con enfoque de proceso. 94.5.3 Nuestro enfoque pedagógico es el de la educación transformadora y las metodologías participativas. 11

4.6 El Quién. 124.6.1 A Quién acompañamos. 124.6.2 Quiénes Acompañan. 13

La Ruta. 155.1 Nivel Arquidiocesano o Diocesano. 16

5.1.1 Elementos Fundamentales: los puntos de salida. 165.1.2 Estructura y Planeación. 185.1.3 Plataformas, redes y aliados estratégicos. 215.1.4 Formación de Capacidades. 235.1.5 Otros. 235.1.6 Resumen 24

5.2 Nivel Parroquial. 25

CONTENIDOS

CAPÍTULO I

IX

5.2.1 ¿Por dónde comenzar?: Elementos fundamentales o puntos de salida. 255.2.2 ¿Qué perfil requiere una parroquia para acompañar a las víctimas?: Perfil Parroquial. 265.2.3 ¿Cuándo es que una parroquia está lista para dar acompañamiento a las víctimas?: Perfil o condiciones mínimas. 295.2.4 ¿Cuál es la posible ruta que puede seguir una parroquia para acompañar a las víctimas?: Ruta de aprendizaje y acción. 30

A modo de cierre: Testimonios de los Equipos Levadura Parroquiales y las víctimas acompañadas. 40Herramienta para Matriz de Cambio (Redactada por la Arquidiócesis de Acapulco) 42

CAPÍTULO 2

1

El Proyecto de Acompañamiento a Víctima (PAVV) de las violencias en Acapulco constituye el proyecto piloto de construcción de paz de la Iglesia Católica en México, fue asesorado y acompañado muy cercanamente por el Secretariado Nacional de la Iglesia Católica de Colombia y contó con el apoyo económico de Catholic Relief Services (CRS) (Promoción de una Cultura de Paz, 2013; 6).

La importancia de este proyecto recae precisamente en su condición de proyecto piloto o primero, ya que compartir cómo se fue desarrollando y cuáles son sus principales retos, aprendizajes y mejores prácticas, es decir su sistematización, es fundamental para que otras Diócesis conozcan de qué trata y aprovechen del camino ya andado.

La intención de este documento de sistematización es que invite y motive a otras diócesis, parroquias, presbíteros y laicos a acompañar a las víctimas y a implementar proyectos de construcción de paz desde sus propias realidades, necesidades y capacidades.

En palabras de los Obispos en la Exhortación Pastoral “Que en Cristo Nuestra Paz, México tenga Vida Digna” a que facilite en la tarea de ser “constructores de la paz en los lugares donde vivimos y trabajamos” y a “que no falte la cercanía fraterna ni la atención personal a quienes más sufren por causa de la violencia” (CEM, 2010; Numeral 177 y 230)

Deseamos, de corazón, que este documento ayude a quienes deciden acompañar a aquellas personas que necesitan consuelo, les oriente a hacerlo desde sus propios contextos

y capacidades. Sabemos que en este asunto no hay recetas que ofrecer. Solo compartimos nuestro aprendizaje hasta el día de hoy como un punto de referencia que facilite este valioso servicio a quienes sufren.

Presentación

CAPÍTULO 3

2

Cuando alguien desea iniciar un viaje es prudente planear el viaje, conocer el mapa, trazar una ruta y, de estar disponibles, conocer las “bitácoras de viaje” que narren las experiencias, reflexiones y aprendizajes de aquellos que ya lo han realizado. A algunos viajeros les toca andar por rutas antes no exploradas y ser quienes abren camino para los que vendrán después; creemos que ese es el caso de la Arquidiócesis de Acapulco en su camino de acompañamiento a víctimas de las violencias.

Durante la sistematización de su experiencia consideraron que la implementación de este proyecto además de responder a una realidad urgente que atender, era importante porque de ella podría emanar una ruta de acompañamiento integral a las víctimas con el potencial de dar luces a otros

actores y regiones del país (Taller de Teoría de Cambio, 2014).

A la fecha, después de dos años de andar, la sistematización de esta experiencia, busca contribuir a la planeación del viaje de aquellos nuevos viajeros que están iniciando o pensando iniciar un viaje similar, ofreciendo la descripción de la ruta que siguieron y las “bitácoras de viaje” que contiene los frutos de la reflexión de un camino ya andado.

Propósito del documento.

CAPÍTULO 4

3

El proyecto de Acompañamiento Integral a Víctimas de las Violencias de Acapulco es un proyecto de construcción de paz basado en la fe católica. Está basado en las enseñanzas del Evangelio interpretadas para responder a los tiempos actuales y al mismo tiempo está basado en conocimientos y teorías de otros ámbitos del conocimiento como la pedagogía, la psicología y la sociología.

El reto de este documento es presentar el modelo de acompañamiento a víctimas y la ruta que la Arquidiócesis de Acapulco siguió para implementarlo en un lenguaje comprensible para todos aquellos que no profesan la fe católica, permaneciendo fiel a la identidad religiosa de este proyecto. Adicionalmente tratamos de resaltar los aspectos, elementos y recursos que pueden ser útiles o aplicables en los

ámbitos de otras religiones o en los ámbitos seculares.

Esta ruta fue recuperada del análisis y la sistematización de la experiencia concreta de la Arquidiócesis de Acapulco. Ésta de ningún modo sustituye el discernimiento, análisis de la realidad, toma de decisiones colectiva y reflexionada y planeación que una arquidiócesis, parroquia y grupo de laicos debe hacer antes o después de tomar la decisión de iniciar el camino de acompañar a las víctimas en un proyecto de estas dimensiones y características.

Lo descrito en este documento no es una receta que pueda replicarse exactamente igual, es la descripción del camino que la Arquidiócesis de Acapulco siguió para implementar un proyecto de este tipo y que puede ser útil como guía para aquellos equipos de Iglesia o laicos que tengan la inquietud de iniciar o continuar un proceso de acompañamiento a

víctimas de las violencias similar al que se desarrolló en Acapulco.

Un principio básico de construcción de paz dice que los procesos y proyectos deben ser diseñados basados en el contexto específico en el que se van a desarrollar y deben ser apropiados localmente. Por lo tanto, los proyectos de acompañamiento a víctimas con enfoque de construcción de paz se recomienda pensarlos como resultado de un diagnóstico y análisis de los lugares específicos donde se va a implementar, así como reflexionar y planear con los actores que van a estar involucrados para que estos se los apropien.

Dado lo inadecuado y riesgoso que significa replicar proyectos estandarizados a modo de receta, es más recomendable basarse en principios y orientaciones para diseñarlos. En los últimos años académicos y practicantes

Consideraciones.

CAPÍTULO 4

4

han establecido algunos principios básicos de construcción de paz, mismos que compartimos y recomendamos considerar al pensar en proyectos de construcción de paz y en este caso en aquellos de acompañamiento a víctimas con enfoque de construcción de paz

La construcción de paz (Tschirgi, 2014 y CRS en Rogers et al. 2008; 5):

◊ Es un proceso multidimensional y holístico,

◊ Es un compromiso de largo plazo pero se enfoca en realidades de corto plazo,

◊ Está basado en un contexto específico,

◊ Se basa en necesidades definidas por las comunidades,

◊ Es apropiado localmente,

◊ Fortalece las capacidades locales para la resolución de conflictos y la paz,

◊ Trabaja con los actores clave y escucha a todas las voces locales,

◊ Genera espacios de diálogo e intercambio y

◊ Crea esperanza.

Otro aspecto sumamente importante a resaltar es que el diseño del PAVV se basó en el Modelo de Construcción de

Paz Integrado1 de Juan Pablo Lederach (1997), este modelo provee principios generales sobre el cambio y sus distintos niveles para asistir en la planeación de proyectos de transformación social (Lederach et al, 2006; 45).

Es una herramienta de planeación que estimula la imaginación de los constructores de paz a que piensen cómo sus actividades pueden afectar diversos niveles de intervención e impactar diferentes momentos de la acción, desde el corto hasta el largo plazo (Lederach et al, 2006; 45).

Lo valioso del modelo es que resulta en planteamientos estratégicos, holísticos e integrados y recomendamos utilizarlo como referencia para el diseño de los

1 Para más información sobre este modelo y cómo fue aplicado para diseñar el PAVV consultar el documento de Sistematización en los puntos 3 y 6. Adiciona-lmente puede solicitarse información a CEPS o a la Arquidiócesis de Acapulco o descargar el manual de Construcción de Paz Reflexiva de Juan P. Lederach (en inglés) en http://kroc.nd.edu/sites/default/files/reflective_peacebuilding.pdf

CAPÍTULO 4

5

proyectos de construcción de paz, ya sea de acompañamiento a víctimas o de otra índole.

Antes de comenzar, una última consideración sería que aunque para efectos de claridad y didáctica presentamos las rutas de manera linear, en la realidad esta no sucede así, nuestra misma experiencia en Acapulco nos ha enseñado que puede haber cambios en el entorno o en las parroquias mismas que hacen que haya que regresar dando algunos pasos hacia atrás y volver a empezar el camino o probar rutas diferentes.

CAPÍTULO 5

6

Esta sección describe de manera muy general en qué consiste el proyecto de acompañamiento a víctimas de las violencias que fue implementado en la Arquidiócesis de Acapulco. Para conocerlo con más profundidad se recomienda leer el documento completo de la sistematización o al menos su versión pedagógica.

El propósito de esta descripción es dotar de elementos para el análisis y la reflexión de aquellas arquidiócesis, parroquias o grupos de laicos que tengan la inquietud de iniciar un camino o viaje de acompañar a las víctimas de las violencias en sus

propias comunidades parroquiales.

En este sentido saber cómo se desarrolla este caminar, con qué propósito se realiza, quiénes lo desarrollan y en qué tipo de contextos se está desarrollando puede dar luces para discernir si este proyecto puede ser o no un modelo útil para adecuar a nuestra realidad y si hechas las debidas adecuaciones pude ser replicable o no en nuestro contexto.

Adicionalmente permitirá comprender con mayor claridad la ruta que se sugiere para la implementación de un proyecto de este tipo.

El proyecto de acompañamiento a víctimas se desarrolla en el Estado de Guerrero en 15 parroquias focalizadas2

de la Arquidiócesis de Acapulco en sus tres regiones: Costa Grande, Costa Chica y Acapulco. Cada una de estas regiones tiene particularidades distintas en cuanto a los tipos de violencia y de victimización que experimentan.

Sin embargo, en su mayoría, las parroquias que están acompañando a las víctimas están insertas en contextos de extrema violencia relacionada con los cárteles de la droga. Además, este tipo de violencia confluye y se conjunta con otros tipos de violencias heredadas del pasado de esta región como la violencia intrafamiliar, de género y la estructural3.

Finalmente, el contexto en el que se desarrolla el proyecto está ligado al contexto más amplio de algunas regiones de Latinoamérica, México y el Estado

Descripción del Proyecto o del Viaje: dónde, cómo, qué, por qué, para qué y quiénes.

4.1 El Dónde

2 Una parroquia focalizada es aquella en la que por sus condiciones y características se ha implementado el PAVV. Más adelante se detallarán cuáles son estas condiciones y características, cómo se focaliza una parroquia, quién toma la decisión de focalizarla y bajo qué criterios.3 Violencia estructural es aquella que emana de las estructuras que generan injusticia social como la pobreza y la marginación.

CAPÍTULO 5

7

de Guerrero: un contexto de violencia armada generada por grupos del crimen organizado luchando por el control del mercado ilegal de drogas, sumado a altos niveles de pobreza y desigualdad entre muchos otros factores4.

La violencia en las comunidades donde se localizan las parroquias es padecida en una gran diversidad de formas: asaltos, robos, extorciones, secuestros, cobros de cuota, amenazas, violaciones, desapariciones y asesinatos. Los hechos que más les han marcado son los crueles asesinatos a jóvenes que se niegan a participar en la violencia, los homicidios realizados con muestras de brutal violencia como descuartizamientos y decapitaciones y la complicidad o incapacidad de las fuerzas de seguridad locales.

Como resultado de esta violencia la vida comunitaria en estos lugares se ha transformado: procuran no salir de noche y han cambiado sus horarios de salida y desplazamiento. La convivencia ha sido afectada por la desconfianza: los niños salen a jugar menos a las calles y el modo en que se realizan las celebraciones y fiestas ha cambiado.

En algunas de estas comunidades parroquiales hay cambios drásticos, ya que algunas familias han sido desplazadas forzadamente o se han visto en la necesidad de cambiar de ciudad o de colonia. En general el tejido social se ha ido deteriorando y en algunas parroquias la migración ha aumentado.

Algunos de los sentimientos experimentados por los miembros de

estas comunidades son desconfianza entre los miembros de la comunidad y hacía las autoridades y los desconocidos. También sienten tristeza por los cambios que la violencia ha traído a su vida comunitaria e impotencia por sentir que no pueden hacer nada por cambiarlo. Las comunidades se sienten aisladas y viviendo con mucho miedo y temor

El objetivo del Proyecto de Acompañamiento a Víctimas de las Violencias es potenciar nuestra capacidad (de la Arquidiócesis) de aportar a la construcción de la paz a partir del trabajo con víctimas y comunidades afectadas por las violencias y la inseguridad. El proyecto tiene tres objetivos que se relacionan y se complementan entre ellos (Respuesta Humanitaria en Crisis por violencia en

4 Para conocer con mayor detalle el contexto en el que se desarrolla puede consultarse el documento de Sistematización del Proyecto de Acompañamiento a Víctimas de las Violencias de la Arquidiócesis de Acapulco.

4.2 El Qué

CAPÍTULO 5

8

México, 2012; 9 y POA, 2013).

El primero es fortalecernos en nuestra capacidad para afrontar el fenómeno de la violencia e implementar herramientas de respuesta a la crisis mediante el acompañamiento a víctimas de las violencias y comunidades afectadas.

En segundo lugar, crear alianzas estratégicas y vinculación con actores eclesiales y de sociedad civil para analizar la realidad, coordinar respuestas, posicionar en las agendas públicas y privadas los fenómenos de las violencias y las víctimas y crear condiciones favorables para la transformación de la realidad.

Y en tercer lugar, que las víctimas y comunidades atendidas se reconocen parte de la espiral de violencia y como agentes de cambio.

El acompañamiento responde al llamado de la Exhortación Pastoral “Que en Cristo Nuestra Paz, México Tenga Vida Digna” que nos invitó a comprometernos en “implementar medidas curativas a los efectos de la violencia, particularmente en el cuidado y atención de las víctimas de la violencia, acompañándolas en el proceso cristiano del duelo o del perdón” (CEM, 2010; núm. 216).

Surge de la necesidad urgente de ser presencia compasiva, de consolar y de estar compartiendo la vida con las personas y las comunidades que han sido afectadas por las diferentes formas de violencia. Además, las víctimas de las violencias son un sector muy vulnerable de la sociedad que no está siendo atendido, para nosotros las víctimas de hoy representan las bienaventuranzas del evangelio (Taller de Teoría de Cambio, 2014).

Atendemos a las víctimas para romper el círculo vicioso de la violencia, ya que creemos que en cada víctima hay un potencial victimario y en cada victimario hubo antes una víctima. Trabajar con y por las víctimas es prevenir nuevas violencias, ayudarles a que no se queden en el resentimiento y trasciendan los daños recibidos (Ramírez 2013; 97)

Consideramos también que el acompañamiento a víctimas es un lugar privilegiado para recuperar la verdad, mantener la memoria y trabajar por la justicia. Es pues, una oportunidad de ayudar a documentar la realidad desde las víctimas, para que en un momento donde haya condiciones favorables a la reparación, la Iglesia sea centinela de la verdad y pueda brindar su aporte al acceso a la justicia” (Respuesta Humanitaria en Crisis por violencia en México, 2012; 10).

4.3 El Por qué 4.4 El Para qué

CAPÍTULO 5

9

Además pensamos que es un camino para contribuir a la sanación social, que restaure la dignidad de las víctimas y que abra un camino hacia la reconciliación (Taller de Teoría de Cambio, 2014).

Acompañamos a las víctimas de manera integral y a modo de proceso y nos basamos en tres principios fundamentales. Además nuestro enfoque pedagógico es el de las metodologías participativas y tenemos mecanismos para ser cuidadosos, auto cuidarnos y actuar sin hacer daño.

Las parroquias se organizan en grupos de agentes parroquiales conformados en Equipos Levadura Parroquiales que acompañan integralmente a las víctimas. En algunas de estas parroquias existen Centros de Escucha (CE) que son espacios físicos en donde se da acompañamiento a las víctimas de manera discreta y segura.

En primera instancia el acompañamiento está centrado en la persona (1), en este caso en las víctimas y en sus propios procesos. Este proyecto mira a las víctimas de las violencias en toda su dignidad de persona humana y sus derechos. Las concibe como seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios, creadas para la perfección, como seres racionales y libres, limitadas en sus realizaciones y ricas en sus potencialidades (González, 1986; 5-6).

También se basa en la pastoral de la esperanza (2) que tiene como propósito ayudar a las víctimas a ver con ojos nuevos la propia realidad, ayudarles a ver que siempre hay luces aun en las circunstancias más oscuras. Después de conocer, mediante la escucha profunda,

la realidad de aquellos que se acompaña, es posible ayudarles a recordar cuáles son sus propios recursos, esos con los que han contado aún en los momentos más difíciles del hecho violento (Ramírez, 2012).

Finalmente, la pastoral del consuelo (3), que atiende al apostolado de los laicos que nos invita a que “donde quiera que haya hombres… afligidos por la desgracia… allí debe buscarlos y encontrarlos la caridad cristiana, consolarlos con diligente cuidado”. Además creemos que todos, como seres humanos alguna vez necesitamos de consuelo y todos somos capaces de consolar (Apostolicam actousitatem, 8 y P. R. Delgado).

Acompañamos a las víctimas, es decir estamos presentes activamente a lado

4.5 El Cómo 4.5.1 Basados en tres principios fundamentales.

4.5.2 Acompañando Integralmente y con enfoque de proceso.

CAPÍTULO 5

10

de ellas en su camino y comprometidos con ellas creando espacios seguros y confiables para escucharlas y acogerlas. Creemos que el acompañamiento implica reconocer que ellas saben qué es lo que necesitan y que el primer paso es escucharlas evitando el consejo y el juicio (Ramírez, 2014).

Acompañarlas implica también aclararles qué de lo que necesitan podemos proveerles y de orientarles en su búsqueda de aquello que no podemos atender. Además, siguiendo el principio de subsidiariedad, el acompañamiento que les damos no suplanta ni su dignidad ni su capacidad, sino les ayuda a recordar y fortalecer lo que ya tienen (Ramírez, 2014).

En el reconocimiento de la integralidad del ser humano, el acompañamiento que propone la Iglesia es un acompañamiento integral, holístico, es decir, que contempla

las diferentes dimensiones y esferas de la persona. Se acompaña integralmente a las víctimas en cuatro dimensiones: pastoral, espiritual, psicosocial y jurídica.

El acompañamiento pastoral son todas aquellas acciones de orden litúrgico o sacramental que son dirigidas a las personas que son parte de la Iglesia Católica. Este acompañamiento se realiza a través de servicios eclesiales y es para la Iglesia la puerta de entrada para un acompañamiento más integral. Algunos ejemplos son vigilias de oración, rosarios, procesiones, horas santas, misas y viacrucis con enfoque de acompañamiento a víctimas.

El acompañamiento espiritual son todas aquellas acciones que permiten que las víctimas contacten con su propia dimensión trascendente y/o espiritual, independientemente de la fe que ellas profesen y/o de la religión a la que

pertenezcan. Algunos ejemplos de este acompañamiento son los talleres de sanación y conversaciones con los sacerdotes.

El acompañamiento psicosocial son todas aquellas acciones que ofrecemos para permitir que las víctimas reconozcan y gestionen sanamente todas las emociones, ideas y comportamientos que hayan experimentado durante y después del hecho violento en relación con ellas mismas, con los otros y las otras, con el entorno y con Dios. Algunos ejemplos de este tipo de acompañamiento son talleres de sanación, atención psicosocial individual y familiar (Promoción de una Cultura de Paz, 2012).

El acompañamiento jurídico son todas las acciones relacionadas a los procesos de acceso, exigibilidad y defensa de la justicia. Este trabajo exige el reconocimiento y la promoción de los Derechos Humanos

CAPÍTULO 5

11

como base fundamental de todo proceso de justicia y de la verdad de las víctimas como una forma de hacer justicia. Algunos ejemplos de acciones de este acompañamiento son documentación de casos, capacitación en derechos humanos y vinculación con Instancias Gubernamentales (Promoción de una Cultura de Paz, 2012).

El acompañamiento en cada una de estas dimensiones puede funcionar de manera independiente, pero son complementarias y todas ellas se encuentran inspiradas por los principios fundamentales. El acompañamiento, desde cualquier dimensión, se entiende como un proceso y no como acciones aisladas.

Las diferentes actividades y momentos con las víctimas y las comunidades se conciben como espacios en el que las experiencias son compartidas en un ambiente de confianza y en ellos se estimula a las personas a participar activamente y a construir sobre sus propias experiencias, sus conocimientos y su cotidianeidad (Lederach y Chupp, 1995; 7-16).

Este enfoque pedagógico coincide con el principio fundamental de la centralidad de la persona, pues los participantes en este enfoque son desde el principio vistos “como personas creativas, inteligentes y con la capacidad de actuar”. Por lo tanto el papel del que acompaña, es el papel de un facilitador (Lederach y Chupp, 1995; 7-16).

Creemos que la mejor manera de aprender es a través de la reflexión de la propia experiencia, cuando los contenidos tienen

significado para la vida de las personas y cuando uno se apropia del conocimiento y lo hace suyo en la práctica. Considerando esto es como concebimos y planeamos todos los espacios donde se da el acompañamiento, ya sea talleres, visitas, vigilias de oración o documentación de casos.

El acompañamiento a las víctimas requiere de ser cuidadosos y de cuidarse a uno mismo, específicamente en este proyecto, hemos establecido protocolos de seguridad, espacios de autocontención y la acción sin daño.

Un protocolo es una herramienta que nos ayuda a identificar los riesgos presentes en un proyecto o en la vida cotidiana, además nos ayuda a establecer acciones orientadas a la prevención o disminución de estos riesgos. Los protocolos ayudan a los constructores de paz y a los que

4.5.3 Nuestro enfoque pedagógico es el de la

educación transformadora y las metodologías participativas.

CAPÍTULO 5

12

acompañan a víctimas a implementar acciones con menor riesgo y menor posibilidad de causar daño.

Para poder acompañar a las víctimas es necesario definir estrategias para cuidarse de sí mismo, generar los espacios para hacerlo y que se genere un compromiso de realizarlas pues son tan importantes como cualquier otra. El objetivo de la autocontención es “prevenir el agotamiento mental, físico, emocional y espiritual al que se está expuesto” en la realización de estas actividades y está orientado a cuidar la salud integral de las personas y los equipos dedicadas al acompañamiento (Ramírez, 2012; 87 y ELA, 2014).

Finalmente, la acción sin daño implica estar conscientes de que toda intervención ya sea en desarrollo, alivio en emergencias o construcción de paz, por mejor intencionada que sea tiene el

potencial de generar algún tipo de daño y también “implica que el proyecto incluya el conocimiento sobre el contexto y tome medidas para no potenciar los conflictos existentes o generar conflictos nuevos, y tampoco provocar mayor violencia” (Vela et al, 2011; 12).

El quién se divide en dos grandes grupos: a quiénes acompañamos y quiénes acompañan. Sin embargo, estas dos categorías no son propiamente “puras” ya que todos aquellos que vivimos en contextos de violencia hemos sido directa o indirectamente víctimas de la misma, además algunas víctimas después de ser acompañadas se suman al proyecto y acompañan a otras víctimas. Aun así, para efectos de claridad los dividimos en estas dos categorías.

Acompañamos a víctimas directas de violencia intrafamiliar y víctimas directas e indirectas de la delincuencia organizada (Ramírez, 2013; 101-107).

Las víctimas de violencia intrafamiliar son mujeres, jóvenes, niños y niñas de diversas edades que vivían problemas de desintegración familiar, adicciones y vulnerabilidad física y emocional. Se consideró prioritaria la atención de estas víctimas en términos de prevención de futuras violencias, ya que esta victimización es caldo de cultivo ideal de nuevos victimarios y perpetúa la tendencia de normalizar la violencia (Ramírez, 2013; 101-107).

Las víctimas de la delincuencia organizada habían sido objeto de secuestros, desapariciones, extorsiones, asesinatos, exposición a balaceras y fuegos cruzados

4.6 El Quién.

4.6.1 A Quién acompañamos.

CAPÍTULO 5

13

o al encuentro de cuerpos con señas de tortura o brutal violencia (Ramírez, 2013; 101-107).

La mayoría de las víctimas directas son jóvenes y adultos entre los 15 y 40 años. También hay casos de mujeres abusadas sexualmente u obligadas a trabajar como informantes de los grupos de delincuencia (Ramírez, 2012; 101-107).

Muchas de estas víctimas tienen pérdidas de su vida, de su patrimonio o de su trabajo o se veían obligadas a desplazarse a otras regiones o estados. En términos emocionales, la gran mayoría manifiesta sentimientos de resentimiento, rabia y deseos de venganza (Ramírez, 2013; 101-107).

Continuando con esta descripción, las víctimas de las violencias manifiestan diversos síntomas como: Intensos sentimientos de culpa, por lo que hizo

o dejó de hacer con el ser querido, pensamientos de suicidio para reunirse con el ser querido, desesperación extrema ante la idea de no poder recuperar una vida que valga la pena vivir, depresión prolongada, síntomas físicos como pérdida de peso u opresión en el pecho, ira incontrolada, bajo rendimiento en el trabajo y deserción escolar o incapacidad de ocuparse de las tareas cotidianas y abuso de sustancias (ELA, 2012; 19).

Por otro lado, en cuanto a fortalezas, muchas de estas víctimas se sienten acompañadas y apoyadas por sus familiares y son capaces de buscar o recibir ayuda material y espiritual. Además, muchas de ellas sienten confianza en la Iglesia (Ramírez, 2013; 106).

Finalmente y lo más importante es que a las víctimas que se les da acompañamiento son en primera instancia personas, seres humanos a las que se les mira y respeta

en toda su dignidad.

Para acompañar a las víctimas las parroquias se organizan en Equipos Levadura Parroquiales (ELP). Éstos son los equipos conformados por agentes parroquiales que llevan a cabo el acompañamiento a víctimas de las violencias y hay uno en cada parroquia focalizada.

Estos equipos son un recurso invaluable para la construcción de paz, se trata de laicos comprometidos y con espíritu de servicio, sin mayor motivación que su fe traducida en solidaridad para las víctimas. Además están enraizados en las comunidades más afectadas por la violencia y en privilegiada cercanía con las víctimas.

La mayoría de los agentes pastorales

4.6.2 Quiénes Acompañan.

CAPÍTULO 5

14

que se involucran en los ELP y quienes acompañan a las víctimas en este proyecto no son terapeutas, psicólogos o abogados sino, como ya se dijo antes, laicos comprometidos y solidarios. Los ELP se han capacitado para ofrecer un acompañamiento integral, profesional y ético basado en herramientas psicosociales, jurídicas, pastorales y espirituales.

Los integrantes de los ELP sueñan con caminar libremente por sus colonias y comunidades y que sus niños y jóvenes no corran peligro, que la violencia y las armas se transformen en paz y dialogo, que se recupere la confianza en las autoridades y entre los miembros de la comunidad, convivir sana y fraternalmente y donde cada uno pueda realizar su proyecto de vida. Y en sus propias palabras, “que regrese la alegría a nuestras colonias y nuestras calles y que todos volvamos a sonreír” (Tercer taller de sistematización,

2014).

Además de los ELP, se está capacitando a los presbíteros de todas las parroquias para acompañar a las víctimas integralmente.

CAPÍTULO 6

15

Para efectos de claridad, se presenta esta ruta en dos distintos niveles de la estructura eclesial en los que se desarrolló este proyecto: los niveles Arquidiocesano (o Diocesano) y el nivel parroquial. El nivel que no se explora aquí es el del nivel más alto del Consejo del Episcopado Mexicano (CEM) y de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (CEPS) y cuál fue la ruta que la Iglesia en México siguió para articular su estrategia nacional de construcción de paz.

La Iglesia, dice Lederach, “tiene ventajas naturales para los constructores de paz, debido a su estructura y presencia horizontal y vertical”. Tiene, por tanto, una “capacidad horizontal” de conectar y relacionar a las personas de un espectro y otro de la sociedad y la “capacidad

vertical” de conectar a las personas entre los diferentes niveles de la sociedad (Lederach en Headley y Neufeldt, 2010; 13,Lederach, 2005; 79, Lederach en Schreiter et al, 2010; 29).

Y es precisamente el aprovechamiento de esta presencia ubicua la que hizo posible el acompañamiento a las víctimas en Acapulco. La historia del proyecto nos revela cómo la colaboración entre organismos eclesiales y civiles, locales, nacionales e internacionales contribuyó a que existieran las condiciones para su realización, a asesorar para que las acciones fueran estratégicas y bien dirigidas, a fortalecer los procesos ya existentes o a potenciar su posibilidad de incidencia.

Así que, aunque estas dos rutas aquí se presentan separadas, en la realidad están

interconectadas5, esto, sin embargo no quiere decir que sean completamente paralelas o interdependientes. Es decir, que sí es posible que cualquiera de los dos niveles inicie sin que el otro nivel esté caminando.

Una vez dicho esto, es altamente recomendable un trabajo coordinado de los dos ya que tiene mayor potencial de impacto y alcance y de preferencia una estrategia articulada desde la Diócesis o Arquidiócesis. Cuando esto no sea posible, se sugiere que al menos se utilicen los canales de comunicación entre ellos para mantenerse informados sobre lo que estos niveles están haciendo de manera independiente.

La Ruta.

5 Esta ruta y su complejidad pueden ser leídas en la historia del proyecto narrado en el documento de Sistematización en la sección 10.1

CAPÍTULO 6

16

En primera instancia, a nivel Arquidiócesis (o Diócesis), habrá que considerar cuáles fueron los elementos fundamentales que en su combinación son la base para la implementación de un proyecto de este tipo. En el caso de Acapulco, Jimena Esquivel, Secretaria de la Dimensión Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política de la CEPS, considera que fueron tres: un Arzobispo con disposición e interés, una realidad urgente que atender y la capacidad de respuesta de la Iglesia local.

Cuando se planteó la posibilidad de iniciar un proyecto piloto de construcción de paz el Arzobispo de Acapulco, Monseñor Carlos Garfias planteó que había las condiciones para que se implementará un proyecto de acompañamiento a víctimas con enfoque de construcción de paz y

5.1 Nivel Arquidiocesano o Diocesano.

5.1.1 Elementos Fundamentales: los puntos de salida.

5.1.1 Elementos Fundamentales: Los puntos de salida.

Relalidad urgente que

atender

Elementos fundamentales o puntos de arranque

Iglesia local con capacidad

de reacción

Niveles jerárquicos

altos interesados

CAPÍTULO 6

17

mostró su disposición e interés para implementarlo.

Así mismo, la ciudad, catalogada desde 2011 como una de las más violentas del país y el mundo, era una realidad urgente que atender. Adicionalmente, la iglesia local, formada en doctrina social de la Iglesia, ya acompañaba a las víctimas de manera empírica en al menos dos parroquias.

Siguiendo la ruta de Acapulco, el que parece el punto de salida para un proyecto de acompañamiento a víctimas a nivel arquidiocesano es el análisis y discernimiento sobre el estado de estos elementos en la Arquidiócesis en donde se desea implementar un proyecto de

estas dimensiones. Es decir ¿Existe una realidad urgente que atender? ¿Las altas jerarquías muestran disposición e interés? ¿Nuestra iglesia local tiene capacidad para responder?

Para contestar a la primera pregunta, un análisis de la realidad o de contexto de la Arquidiócesis donde el acompañamiento a víctimas se va a desarrollar es fundamental no sólo para determinar si es urgente atenderla o no, sino también para determinar si hay condiciones de seguridad para implementar un proyecto de acompañamiento a víctimas de este tipo.

Los parámetros o criterios para decidir esto último no fueron identificados en

la sistematización de la experiencia de Acapulco y no sabemos si enunciarlos sea un ejercicio responsable. Sólo podemos compartir cuál era la realidad que vivía Acapulco en esos momentos en que se tomó la decisión de iniciar el acompañamiento a las víctimas y las características que este acompañamiento tiene en un contexto así6.

Vale la pena clarificar la última pregunta: a qué nos referimos con capacidad para responder. Basados en la experiencia de Acapulco la respuesta sería que se cuente con una potencial levadura crítica7 de laicos y presbíteros con la disposición a ser presencia compasiva8 y acompañar a las víctimas. Adicionalmente y de manera ideal, que esta Iglesia cuente

6 Sugerimos leer el documento de Sistematización en sus secciones 6 y 10.1 para conocer más a detalle el contexto y la historia del proyecto en Acapulco. Así como contactar a la Coordinación Nacional ubicada en la Secretaría de la Dimensión Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política de la CEPS en búsqueda de acompañamiento para el proceso de discernimiento de esta decisión. 7 La levadura crítica responde a la pregunta “… en un escenario dado, ¿Quiénes, si se les reúne, tendrían la capacidad de hacer que las cosas vayan hacia el objetivo deseado?” (Lederach, 2005; 258).

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18

con una capacidad organizativa mínima (desarrollada para otros apostolados) y en su conjunto formación básica en doctrina social cristiana, derechos humanos y una disponibilidad para hacer las adaptaciones pastorales hacia una pastoral del consuelo y de la esperanza.

Ahora bien, qué sucede si en una Arquidiócesis no se cuenta con alguno o ninguno de estos elementos fundamentales. A nuestro parecer, la ausencia de estos puntos de salida no significa que los procesos de construcción de paz no puedan iniciar. Y dependiendo de aquella que haga falta, se podría iniciar un proceso de previo para lograr estos elementos fundamentales o puntos de salida.

Por ejemplo, en algunos casos cuando el interés en acompañar a las víctimas o involucrarse en proyectos de construcción de paz no esté completamente manifiesto o logrado, el trabajo puede consistir en hacer una labor de sensibilización dirigida a los que toman las decisiones a nivel Arquidiócesano.

En otros casos, poco probables, cuando se considere que la Iglesia local no tiene capacidad de respuesta puede pensarse poner en marcha mecanismos para fortalecer a párrocos y laicos para ir adquiriendo esta capacidad e ir ubicando esa potencial levadura crítica.

En los lugares en los que, afortunadamente, los niveles de violencia o victimización no ameriten una intervención de este

tipo (curativo o intervención en crisis) puede pensarse en intervenciones de construcción de paz de tipo preventivo9.

Otro elemento que formó parte de la ruta que siguió la Arquidiócesis de Acapulco fue la gradual adecuación estratégica de sus planes de trabajo y su estructura para incorporar y hacer de la construcción de la paz parte central de su quehacer. Normalmente en las organizaciones las estructuras se transforman para responder a los cambios en los objetivos y planes de las mismas y este fue el caso en Acapulco.

Planeación

8 La presencia compasiva es la cualidad de aquellas personas que con la mano en el corazón y en momentos de urgente necesidad se “dan cuenta” y extienden la mano para ayudar y para proveer algo que no puede proveerse el otro (Lederach, 2012; 76).9 Consultar con la Coordinación Nacional ubicada en la Secretaria de la Dimensión Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política de la CEPS. Revisar el documento de Sistematización o contactar a la Arquidiócesis de Acapulco para conocer el Proyecto Ampliado de Construcción de Paz.

5.1.2 Estructura y Planeación.

CAPÍTULO 6

19

A su llegada a la Arquidiócesis, dos años antes de la puesta en marcha del PAVV, Monseñor Garfías, guiado por la Exhortación Pastoral, promueve que en el Plan Diocesano de Pastoral 2009-2017 se integre la Construcción de Paz como eje transversal. Esto significa dar este enfoque a toda la pastoral, así como la creación de estructuras pastorales y la puesta en marcha de proyectos específicos de construcción de paz.

En 2011 se elabora el primer plan de acción de construcción de paz. Este plan incluye construcción de paz en las parroquias, la celebración anual de la Jornada Diocesana de la Paz y el incipiente proyecto de Acompañamiento a Víctimas de las violencias. El plan contó con la participación de la CEPS, el

financiamiento de Catholic Relief Services (CRS) y la asesoría del Centro Lindavista10 (Proceso de Construcción de la Paz de la Arquidiócesis de Acapulco, 2013; 9-11).

En el 2012 se escribe el plan estratégico del PAVV en conjunto con Cáritas Colombia y CEPS. Después del primer año del proyecto se llega a la conclusión de que es necesario robustecer la actuación de la Iglesia en construcción de paz. Lo anterior, dado que se descubre que para darle integralidad a un proyecto de acompañamiento a víctimas, ésta debe enmarcarse en un proyecto de construcción de paz más amplio. Por tanto, en 2013, se planea la implementación del Proyecto Ampliado de Construcción de Paz11.

La figura 2 muestra la incorporación gradual de la construcción de paz en la planeación de la Arquidiócesis de Acapulco.

Estructura

En el 2011 se constituye la Comisión de Justicia, Paz y Reconciliación (CJPR) de la Arquidiócesis de Acapulco. La CJPR es un organismo diocesano que forma parte de la Pastoral Social diocesana y su objetivo es hacer un aporte desde la Iglesia local a la grave situación de violencia e inseguridad que se vive en la región de la Arquidiócesis de Acapulco.

Las funciones principales de la CJPR fueron promover las redes y plataformas de construcción de paz y la

10 Para más información sobre este primer plan de construcción de paz, solicitar a la Arquidiócesis de Acapulco el documento titulado Proceso de Construcción de la Paz de la Arquidiócesis de Acapulco. 11 Para conocer la complementariedad entre el PAVV y el Proyecto Ampliado leer el documento de Sistematización en su sección 6.11.4

CAPÍTULO 6

20

sensibilización de la Iglesia local en los temas de acompañamiento a víctimas y construcción de paz. Además, fue responsable de la Jornada Diocesana por la Paz y de promover la construcción de paz en las parroquias.

Un semestre antes del lanzamiento del proyecto de acompañamiento a víctimas se creó el Equipo Levadura Arquidiocesano. Este equipo se creó con

la finalidad de conducir el PAVV, dicho equipo se compone por varios sacerdotes y laicos comprometidos provenientes de las diferentes comunidades parroquiales. Este equipo busca ser el fermento de la masa, es la formalización de un equipo que servirá como levadura crítica.

Al iniciar del proyecto se conforma el Equipo Coordinador Local (ECL) que inicialmente se compone por un

promotor local y una psicóloga. Su función es acompañar los procesos de los ELP y coordinar el trabajo coordinado entre las parroquias focalizadas.

Son estos dos equipos, el ELA y el ECL, más los Equipos Levadura Parroquiales (ELP) de las primeras siete parroquias focalizadas las que recibieron la capacitación de la asesora de Cáritas Colombia12.

Año 1Transversalización de

la Construcción de Paz en Plan Diócesano de

Pastoral

Año 4Proyecto de

construcción de Paz(Incluye Observatorio)

Año 3Proyecto Integral de Acompañamiento a

Víctimas de las Violencias con enfoque de CP

Año 2Plan de Construcción de Páz

(Incluye atención a las víctimas)

5.1.1 Elementos Fundamentales: Los puntos de salida.

12 Más adelante se describen los contenidos de esta capacitación.

CAPÍTULO 6

21

Más adelante, en el 2013, se crea el Observatorio de Paz y Violencia dentro de la Arquidiócesis de Acapulco. Su objetivo es contar con “información confiable para generar estrategias efectivas en los procesos de construcción de paz y para buscar la incidencia social y política que se requiere para transformar la realidad”. La información que se monitorea y genera desde éste sirve para alimentar el PAVV y adecuarlo a la realidad cambiante a la que responde13.

Para arrancar el Proyecto de Construcción de Paz se crea la figura de Coordinador de Proyecto Ampliado con el objetivo de generar, articular y facilitar la realización de los 10 subproyectos adicionales al PAVV.

A largo de cuatro años, la estructura fue adaptándose a las necesidades de los objetivos estratégicos y la planeación de la Arquidiócesis de Acapulco. Dicha planeación respondía a la Exhortación Pastoral “Qué en Cristo Nuestra Paz, México Tenga Vida Digna” y a la estrategia nacional de la Iglesia en Construcción de Paz derivada de esta Exhortación.

Una conclusión de la sistematización del PAVV es que a lo largo de toda la historia de este proyecto la colaboración con otros organismos eclesiales, locales, nacionales e internacionales y con Universidades y Organizaciones de la Sociedad Civil han contribuido ya sea a que existieran las

condiciones para la realización de este proyecto, a asesorar para que las acciones sean estratégicas y bien dirigidas, a fortalecer los procesos ya existentes o potenciar su incidencia.

A decir del Coordinador de Pastoral Social de la Arquidiócesis de Acapulco, es fundamental que a nivel de los Obispos se haga la interlocución con las elites políticas y económicas y los párrocos con los niveles intermedios para posicionar el acompañamiento a víctimas de las violencias. En palabras de Juan Pablo Lederach, es estratégico aprovechar esta presencia ubicua de la iglesia para transformarla en plataformas de construcción de paz14 coordinadas, cohesionadas y estratégicamente robustas (En entrevista con la ULP, 2014).

13 El Observatorio forma parte del Proyecto Ampliado de Construcción de Paz.14 Las plataformas de Construcción de Paz, según Lederach, son “espacios sociales y de relaciones continuas; en otras palabras, personas con relaciones mutuas que generan procesos, iniciativas y soluciones creativas a los modelos destructivos más profundamente arraigados y al flujo y reflujo del conflicto social” (Leder-ach, 2005, 182).

5.1.3 Plataformas, redes y aliados estratégicos.

CAPÍTULO 6

22

La Arquidiócesis de Acapulco promovió y tejió relaciones y participó en la generación de plataformas a nivel nacional, regional y local, así como una plataforma eclesial al interior de la Arquidiócesis, primero para hacer posible el acompañamiento a las víctimas y posteriormente para robustecerlo o aumentar su espectro de impacto15.

La plataforma eclesial consiste en el proyecto ampliado de construcción de paz, la plataforma regional es construida con las Diócesis vecinas de la Provincia de Acapulco y la plataforma local hasta el momento se ha concentrado en la red Acapulco por la Paz16.

En la opinión de una funcionaria de CRS en México, Acapulco fue el escenario

donde se dio “un trinomio clave que en su conjunción permitió que se detonara un proceso con mucho más impacto: La Arquidiócesis de Acapulco, la Universidad Loyola del Pacífico y espacios civiles [como la red Acapulco por la Paz]”. Es decir, una plataforma con una conjunción de actores eclesiales, académicos y civiles trabajando juntos en construcción de paz.

A través de la participación en esta plataforma local y las relaciones que se establecieron en ella se generaron iniciativas como el Diplomado en Ciudadanía para la Paz y Resolución de Conflictos que fue un espacio de profesionalización importante para el Equipo Levadura Arquidiocesano. Además éste es un espacio en el que se posiciona regularmente la urgente

necesidad de acompañar a las víctimas en los foros en los que participa esta red y en los documentos que ésta genera.

Finalmente, en este mismo tejido de relaciones se pueden hacer alianzas estratégicas. En el caso de Acapulco un aliado estratégico fue el Centro de Investigación y Apoyo a la Cultura17, quien ha impulsado las redes de colaboración locales como Acapulco por la Paz y los espacios de formación de capacidades como el Diplomado en Ciudadanía para la Paz y Resolución de Conflictos. Además ha proporcionado asesoría metodológica y técnica a la plataforma local y eclesial.

15 Para un recuento detallado de estas plataformas referirse al documento de Sistematización en su sección 9.16 Acapulco por la Paz es una red de organizaciones civiles, académicas y eclesiales. No tiene fines de lucro ni afiliación partidista o religiosa. Tiene el objetivo de promover y facilitar iniciativas de construcción de paz en Acapulco y fue creada en agosto de 2011 y promovida por la Universidad Loyola y el Centro Lindavista.17 Conocido como Centro Lindavista y con sede en el Distrito Federal.

CAPÍTULO 6

23

La formación de capacidades es central en la ruta de la Arquidiócesis de Acapulco. Ésta constituye además el segundo momento lógico de la acción dentro del Modelo Integrado de Transformación Social de Juan Pablo Lederach, en cuyo modelo está basado el diseño del PAVV.

Durante la revisión de la historia del proyecto, hubo un periodo de doce meses entre abril del 2012 y abril del 2013 dedicado intensivamente a la formación de capacidades.

Este periodo consistió en la participación en un taller intensivo de construcción de paz impartido por representantes de Cáritas Mexicana, Cáritas Colombia y el Centro Lindavista. En él participan

agentes pastorales y presbíteros de las tres regiones de la Arquidiócesis: Acapulco, Costa Chica y Costa Grande además, el Vicario de Pastoral, el Coordinador de Pastoral Social, la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación y el promotor local del proyecto de construcción de paz.

Después de este taller se realizan otros cuatro talleres de dos días en los meses de junio, julio, agosto y septiembre facilitados por una asesora de Colombia. A estos talleres asistieron el ELA, el ECL y los miembros de los Equipos Levadura Parroquiales de las primeras siete parroquias focalizadas.

En octubre de este año inicia el Diplomado en Ciudadanía para la Paz y Resolución de Conflictos ofrecido por la Universidad Loyola del Pacífico, el Centro Lindavista, la

Escuela Joan B. Kroc de Estudios de Paz y Justicia de la Universidad de San Diego (USD), el Iteso e Incide Social. Participan en este Diplomado treinta laicos, cuatro sacerdotes y dos seminaristas.

Este Diplomado consistió en 17 sesiones de nueve horas cada una, con expertos a nivel nacional e internacional en construcción de paz, derechos humanos, resolución de conflictos, no violencia, análisis de la realidad nacional e internacional, seguridad ciudadana, acompañamiento a víctimas de violencias, ciudadanía, poder y participación entre otros18.

Además de lo anterior, se integraron al mecanismo de comunicación social de la

5.1.4 Formación de Capacidades.

5.1.5 Otros.

18 Para conocer del contenido de las sesiones y de los expertos que participaron pueden solicitarse las memorias de este Diplomado a la Universidad Loyola del Pacífico.

CAPÍTULO 6

24

Arquidiócesis estrategias para comunicar y posicionar el acompañamiento a las víctimas y la realidad que ellas están viviendo y para promover la construcción de la paz como la ruta para superar la violencia en México.

Algunas estrategias de comunicación fueron la publicación de artículos en el periódico de la Arquidiócesis “Mar Adentro” y la realización de ruedas de prensa periódicas de Monseñor Carlos Garfias.

Además, se diseñó un protocolo de seguridad a nivel arquidiócesano al inicio de la implementación del PAVV para identificar los riesgos y establecer acciones orientadas a la prevención o disminución de los mismos.

En caso de que una Arquidiócesis (o Diócesis) este contemplando o considerando iniciar un proceso de acompañar a las víctimas de las violencias o poner en su lugar un proyecto de construcción de paz y basados en la experiencia de la Arquidiócesis de Acapulco como proyecto piloto estas son las recomendaciones:

1. Análisis y discernimiento sobre el estado de estos elementos en la zona de influencia en donde se desea implementar un proyecto de estas dimensiones. Es decir ¿Existe una realidad urgente que atender? ¿Las altas jerarquías muestran disposición e interés? ¿Nuestra iglesia local tiene capacidad para responder? Y en caso de que una de estas condiciones no se dé:

a. Si no hay una realidad urgente que atender puede optarse por construir paz en proyectos de prevención.

b. Si no hay una disposición de las altas jerarquías, puede iniciarse un proceso de sensibilización con ellas.

c. Si no hay capacidad de la Iglesia local puede focalizarse una levadura crítica e ir generando la capacidad organizativa mínima y sensibilización.

2. La gradual adecuación estratégica de sus planes de trabajo y su estructura para incorporar y hacer de la construcción de la paz parte central de su quehacer.

3. Promover la creación y participar en plataformas a nivel nacional, regional y local, primero para hacer posible el acompañamiento a las víctimas y posteriormente para robustecerlo o

5.1.6 Resumen

CAPÍTULO 6

25

aumentar su espectro de impacto.

4. Invertir tiempo y recursos a la formación intensiva y estratégica de capacidades.

5. Diseñar mecanismos de comunicación social y protocolos de seguridad.

Esta sección está escrita tratando de contestar a la siguiente pregunta: Si un párroco o un grupo de agentes de pastoral quiere iniciar un proceso de acompañamiento a víctimas de las violencias, similar al que se puso en marcha en Acapulco, en su parroquia: ¿Por dónde comienza? ¿Cuál es la ruta que puede seguir?, ¿Qué perfil debe tener una parroquia para acompañar a las víctimas?, ¿Qué capacidades necesita desarrollar para acompañarlas?, y

¿Cuándo es que una parroquia está lista para dar acompañamiento a las víctimas?

Es pertinente recordar que el proyecto de acompañamiento a víctimas de las violencias no es un modelo a seguir tal cual, es un proyecto piloto cuya sistematización pretende invitar y motivar a otras diócesis, parroquias, presbíteros y laicos a acompañar a las víctimas y a implementar proyectos de construcción de paz desde sus propias realidades, necesidades y capacidades.

Cada proyecto, lugar y espacio está invitado a diseñar y moldear sus acciones y procesos de acompañamiento y de construcción de paz según su contexto y aprovechando las capacidades propias de los equipos, la identidad cultural de la región y la creatividad.

Al igual que en el nivel arquidiocesano (diocesano), con sus matices para adecuarlo a una parroquia, todo comienza con el análisis y discernimiento sobre el estado de los elementos fundamentales en la comunidad parroquial en donde se desea implementar un proyecto de estas características.

Es decir, habría que comenzar por preguntarse si ¿existe una realidad urgente que atender, cómo es esta realidad y cuál es la posibilidad de acción que esta realidad nos permite?

Si se trata de un grupo de agentes de pastoral los que quieren promover el acompañamiento habría que preguntarse si ¿el párroco muestra disposición e interés?

5.2 Nivel Parroquial.

5.2.1 ¿Por dónde comenzar?: Elementos fundamentales o

puntos de salida.

CAPÍTULO 6

26

Y finalmente, sean agentes de pastoral o un párroco, si ¿nuestra parroquia tiene capacidad para responder?

Para aquellas parroquias en las que el párroco no esté completamente convencido, es necesaria una labor de sensibilización y convencimiento previa. En la experiencia de Acapulco, el compromiso e involucramiento del párroco es fundamental para la realización de este proyecto.

Para aquellas parroquias en las que no se esté seguro de que haya condiciones en el contexto para arrancar el acompañamiento a las víctimas, sugerimos contactar a la Coordinación Nacional ubicada en CEPS para solicitar asesoría y acompañamiento para discernir este punto.

Las fases descritas a continuación aplican para aquellas parroquias en las que al menos la pregunta uno y dos son

afirmativas y a la tercera se responda así: hay un pequeño grupo de agentes parroquiales interesados y dispuestos a ser presencia compasiva y acompañar a las víctimas de las violencias.

Donde hay un grupo de personas con potencial de ser levadura crítica, ahí hay una oportunidad invaluable de acompañar a las víctimas y construir paz y es para un grupo de personas con esta disposición para las que están pensadas las siguientes secciones.

Antes de comenzar, hagamos una revisión breve de conceptos. Un perfil es el conjunto de características que se requieren en una persona u organización para llevar a cabo satisfactoriamente las actividades y objetivos de un proyecto. En

el caso de personas, estas características se dividen en tres: conocimientos, habilidades y actitudes. Cuando se trata de organizaciones se le agrega una cuarta que es: la infraestructura.

Es en estas categorías (conocimientos, habilidades, actitudes e infraestructura) como se describe a continuación cuál es el perfil que idealmente se recomienda que una parroquia tenga para acompañar a las víctimas de las violencias. Es importante recordar que lo ideal es un valor deseable que es alcanzable.

Además es importante recordar que una parroquia está conformada por su comunidad parroquial, por tanto el perfil parroquial corresponde a la suma de todos los dones y los talentos de los individuos que conforman esta comunidad y todos los recursos a los que esta tiene acceso.

Finalmente, de manera breve, a

5.2.2 ¿Qué perfil requiere una parroquia para acompañar a las

víctimas?: Perfil Parroquial.

CAPÍTULO 6

27

continuación presentamos definiciones sencillas de los elementos contenidos en un perfil:

◊ Conocimiento: son las capacidades relacionadas con los conceptos o las ideas. Pertenecen al ámbito del saber o cognitivo.

◊ Habilidades: son las capacidades relacionadas con la realización de acciones y destrezas. Son del ámbito psicomotriz o del saber hacer.

◊ Actitudes: son las capacidades relacionadas con los sentimientos y las emociones. Pertenecen al ámbito afectivo o del ser.

◊ Infraestructura: conjunto de elementos o servicios que se

consideran necesarios para el funcionamiento de una organización o para el desarrollo de una actividad.

Este perfil está escrito con la información recabada en un taller participativo en el que se reunieron algunos miembros de 15 Equipos Levadura Parroquiales, provenientes de parroquias de las tres regiones de la Arquidiócesis de Acapulco, de zonas urbanas y rurales. En este taller se les preguntó directamente cuáles creían que eran las características19 que idealmente una parroquia debía tener para acompañar a las víctimas20.

Además se les preguntó cuáles son las dificultades con las que se han encontrado hasta el día de hoy para acompañar a las víctimas. Basados en la respuesta a estas dos preguntas, así como los contenidos

de la capacitación recibida de los asesores de Cáritas Colombia y el análisis de la sistematización de este proyecto, este fue el perfil al que se llegó (Figura 3).

Este perfil es el horizonte al que las parroquias que lo diseñaron aspiran y para el que continúan en un proceso de formación y capacitación. Cada día y con cada nueva capacitación se acercan más a él, como también con cada cambio en el contexto surgen nuevas capacidades necesarias para responder a él.

Muchas de ellas se apoyan del ECL y del ELA, así como de otros ELP para acompañar a las víctimas y para en su conjunto reunir todas estas características. Por ejemplo, algunos talleres de sanación que son actividades que requieren una amplia gama de

19 Conocimientos, habilidades, actitudes e infraestructura.20 En el contexto de un proyecto como en el que ellos participan en la Arquidiócesis de Acapulco.

CAPÍTULO 6

28

Perfil ParroquialConocimientos: Derechos Humanos. Violencia y víctimas. Matriz de Cambio. Principios de construcción de paz. Conceptos básicos: verdad, justicia, reconciliación, paz, sanación y perdón. Metodologías participativas y educación transformadora. Principios básicos de Doctrina Social Cristiana: persona humana, solidaridad, subsidiariedad, bien común, etc. Acción sin daño.

Actitudes: Acogedora Confiable Abierta a conocer la realidad parroquial Cercana a los más necesitados. Escucha a sus feligreses. Solidaria, sensible y comprometida. Diálogo como vía para transformar los conflictos Esperanza Motivada Creativa

Habilidades: Escucha Empática Consuelo y cómo consolar Manejo del duelo Entrevista psicológica Análisis de la realidad No violencia Autocontención Vive como comunidad de aprendizaje Documentación de casos con enfoque psicosocial Manejo del miedo. Hablar en público Hábito de lectura. Capacidad de organizarse y trabajar en equipo Facilitación de talleres.

Infraestructura: Plan de trabajo participativo diseñado con la Matriz de Cambio . Inventario de las capacidades de la comunidad parroquial Centros de Escucha Protocolos de seguridad Red de comunicación

Espacios adecuados propios o disponibles (para el acompañamiento y para talleres y reuniones)

Otras características: Espiritualidad y oración. Párroco sensible y comprometido. Realidad urgente y posible de atender. Vínculos con otras parroquias.

Fig. 3 - Perfil Parroquial

CAPÍTULO 6

29

habilidades, actitudes y conocimientos son facilitados por equipos conformados por agentes parroquiales provenientes de diferentes ELP. Y así, en su conjunto, logran conformar un equipo que se acerca mucho al perfil ideal anteriormente descrito.

Para poder alcanzar un horizonte, hay que iniciar un camino y se hace camino al andar. Y es que alcanzar este perfil lleva tiempo y un proceso para desarrollarse, un proceso que hay que iniciar en algún punto si es que se quiere alcanzar ese horizonte y al que hay que entrar con paciencia y con mucho ánimo.

Ahora bien, una vez iniciado un proceso de formación de capacidades con la mira de iniciar un acompañamiento a las víctimas surge la pregunta:

Para responder a ella, se le preguntó al mismo grupo de agentes parroquiales de los ELP ¿Cuáles serían los conocimientos, habilidades, actitudes e infraestructura mínima que una parroquia requiere para iniciar un proceso de acompañamiento a víctimas?

Basados en su respuesta robustecida por el ECL, el análisis de la sistematización y las características de este proyecto, este es el perfil mínimo al que hay que se recomienda aspirar en una primera etapa (Figura 4).

Este perfil corresponde al primer horizonte, a un primer paso en la ruta del acompañamiento a víctimas y las capacidades mínimas que según

la experiencia de las parroquias en Acapulco se requieren para iniciar un acompañamiento de manera responsable y para evitar en la medida de lo posible una acción con daño, ya sea para los agentes parroquiales como para las víctimas.

Este perfil mínimo también está diseñado considerando que muchas de las habilidades y actitudes necesarias para el proyecto se consiguen con la práctica, es decir en el acompañamiento a las víctimas. Por ejemplo, muchos agentes parroquiales narran cómo un taller o lectura sobre consuelo no son suficientes para aprender a consolar, sino que es consolando como se aprende a consolar.

Igualmente, la sensibilidad y la solidaridad hacia las víctimas y la capacidad de ser presencia compasiva crece cuando los agentes parroquiales están en contacto con ellas y acompañándolas.

5.2.3 ¿Cuándo es que una parroquia está lista para dar

acompañamiento a las víctimas?: Perfil o condiciones mínimas.

CAPÍTULO 6

30

Ahora bien, si ese es el horizonte deseado, la siguiente pregunta que surge es:

Según la experiencia de la Arquidiócesis y la revisión de su experiencia en la sistematización, la ruta recomendada es un proceso de formación de capacidades dirigido a las personas que van a acompañar a las víctimas. La formación va a acompañado de una ruta paralela de acción para echar a andar un proceso de acompañamiento a víctimas.

La formación de capacidades que recomendamos es un proceso transformador y de empoderamiento, un proceso de aprendizaje colectivo y participativo en el que las personas descubren en ellas las capacidades que ya

Perfil ParroquialConocimientos: Violencia y víctimas. Principios de construcción de paz. Principios básicos de Doctrina Social Cristiana: persona humana, solidaridad, subsidiariedad, bien común, etc.

Actitudes: Acogedora Confiable Cercana a los más necesitados. Ser presencia compasiva.

Habilidades: Consuelo y cómo consolar Análisis de la realidad Autocontención Evangelizar cara a cara

Infraestructura: Plan de trabajo sencillo. Inventario de las capacidades de la

22 Más información sobre un Centro de Escucha se puede consultar el documento de Sistematización o su versión pedagógica.

comunidad parroquial Centros de Escucha Protocolos de seguridad Red de comunicación Espacios adecuados propios o disponibles para el acompañamiento y para talleres y reuniones o un Centro de Escucha22

Otras características: Párroco sensible y comprometido. Realidad urgente y posible de atender. Anunciar, celebrar y vivir la palabra de Dios.

Fig. 4 - Perfil Parroquial Mínimo

5.2.4 ¿Cuál es la posible ruta que puede seguir una parroquia para

acompañar a las víctimas?: Ruta de aprendizaje y acción.

CAPÍTULO 6

31

Ruta de Aprendizaje

Ruta de Acción

Identificar levadura crítica

Conformar Equipo Levadura

Ir generando la infraestructura

Análisis y

Planeación

Documentación

Caracterización y

Diagnóstico inicial

Diseño de plan de formación para

alcanzar el perfil minimo

Proceso de Formación

Iniciar el acompañamiento

a las víctimasPráctica Práctica

Reflexión y

aprendizaje para meorar la

tienen y desarrollan nuevas capacidades para acompañar a las víctimas.

La ruta que presentamos a continuación consiste en dos rutas paralelas, la del aprendizaje y la acción. Estas rutas paralelas se convierten en una sola cuando inicia el acompañamiento a víctimas y cuando el equipo levadura se conforma en una comunidad de aprendizaje.

Esta es la figura que representa estas rutas y sus correspondientes etapas, seguida de esta figura se encuentra la descripción de las etapas (Figura 5)

Documentación:

Consiste en hacerse llegar de materiales y documentos que contengan información de construcción de paz y acompañamiento a víctimas. CEPS y la Arquidiócesis de

Acapulco cuentan ya con un pequeño acervo de materiales que documentan la experiencia no sólo de Acapulco sino de otras iglesias como la de Colombia.

Recomendamos revisar los materiales, tomar notas y aprender de las otras experiencias de acompañamiento.

Fig. 5 - Rutas de Aprendizaje y Acción.

Ruta de Aprendizaje

Ruta de Acción




Análisis y

Planeación

Documentación

Caracterización y







Reflexión y


Ruta de Aprendizaje

Ruta de Acción




Análisis y

Planeación

Documentación

Caracterización y







Reflexión y


CAPÍTULO 6

32

Identificar la levadura crítica:

Consiste en ir identificando un grupo de personas para conformar la levadura crítica o lo que en Acapulco se llaman Equipos Levadura Parroquiales. ¿Quiénes son las personas que reunidas pueden hacer posible acompañar a las víctimas en esta comunidad parroquial?

Como parámetro para identificar a estas personas al final de esta sección se incluye el perfil de agente parroquial, esto para conocer cuáles son las características (conocimientos, habilidades y actitudes) que esta persona requiere desarrollar idealmente para acompañar a las víctimas.

Considerar este perfil no significa que las personas deban “cumplir” con este él para ser identificadas como potencial levadura. Los perfiles son horizontes ideales a los que se aspira después de un proceso de formación.

Sin embargo, recomendamos revisar con detenimiento la sección de actitudes de este perfil y tomarlas en cuenta al identificar a los posibles integrantes del equipo levadura. Esto porque las actitudes son más difíciles de desarrollar que las habilidades y los conocimientos (Figura 6).

Conformar Equipo Levadura Parroquial:

Invitar a agentes parroquiales a conformar un equipo levadura para acompañar a las víctimas. Hacer una o dos reuniones iniciales a modo de inducción para compartir la información que se ha recabado en la etapa de documentación.

En esta etapa no empieza el aprendizaje formalmente, la información que se comparte no es detallada ni profunda. El objetivo es presentarles a los agentes convocados, de manera general, a qué se les está invitando y darles así elementos

para decidir si tienen la disposición para involucrarse o no.

Pueden aprovecharse estas sesiones para que los agentes se vayan conociendo entre ellos (si no se conocen de antes) y para ir construyendo confianza.

Diagnóstico Inicial:

Sesión o sesiones participativas de diagnóstico de capacidades con el objetivo de conocer con qué herramientas se cuentan y cuáles faltan para iniciar un proceso de acompañamiento. En estas sesiones se identificarán cuáles son los conocimientos, habilidades y actitudes con los que, en colectivo, se cuenta para el acompañamiento.

Además de esto, el objetivo será conocer qué tiene nuestra parroquia, tanto en infraestructura como en actitudes, que puedan facilitar u obstaculizar el

CAPÍTULO 6

33

acompañamiento a las víctimas.

Diseño del proceso de formación:

Diseñar un proceso de formación implica contestarnos las siguientes preguntas:

a) ¿Qué queremos lograr con este proceso de aprendizaje? La respuesta a esta pregunta serían los objetivos de formación.

Basados en la experiencia de la Arquidiócesis de Acapulco, recomendamos que en los objetivos de formación se haga énfasis en el fortalecimiento de la levadura crítica (grupo de agentes parroquiales)23:

◊ En su capacidad de soñar con esperanza en un futuro deseado y en el manejo del miedo,

◊ En su capacidad de trabajar Fig. 6 - Perfil de Agente Parroquial

Perfil De Agente ParroquialConocimientos Habilidades Actitudes

Conocer el proyecto de acompañamiento

Pastoral.Herramientas Psicosociales.

Saber leer y escribir.Análisis de la realidad.

Metodología.Construcción de Paz.Víctimas y violencia.Derechos Humanos.Principios básicos de

DSC.

Empatía.Trabajo en equipo.

Escucha.Discreción.Diálogo.

Saber consolar.Autocontención.Escucha atenta.Ser observador.Autocontención.

Adaptabilidad al cambio.

Responsable.Confiable.

Compasivo.Disposición de tiempo.

Puntual.Amable.Sensible.Solidario.

Comprometido con el proyecto.

Hábito de lectura.Discreción y prudencia.

Ser positivo.Profunda espiritualidad.

Apertura a nuevos conocimientos.

Creativos.No violencia.

CAPÍTULO 6

34

colectivamente y de dialogar como vía para resolver los conflictos,

◊ En su capacidad para acompañar integralmente a las víctimas de las violencias y

◊ En su capacidad para construir la paz y tener respuestas creativas y no violentas frente a la violencia.

b) ¿Qué queremos aprender a hacer, a ser y a sentir para lograr nuestros objetivos de formación? La respuesta a esta pregunta equivale a los contenidos o temas.

Para determinar los contenidos recomendamos contrastar el perfil ideal parroquial con el resultado del diagnóstico, aquellos conocimientos,

habilidades y actitudes que estén en el perfil pero no aparezcan en el diagnóstico del grupo se convierten en los contenidos del plan de formación. Es importante revisar que con los contenidos propuestos se cumplen los objetivos de formación.

c) ¿Cómo lograr los objetivos de formación? La respuesta a esta pregunta equivale a las actividades de formación.

Esta parte del plan dependerá de los recursos (materiales y humanos) con los que se cuente. Se puede lograr través de grupos de estudio, de talleres (vivenciales o a distancia), de estudio de subsidios o manuales.

Este punto implicará un reto para aquellas parroquias que inicien un camino propio

y en el que no haya una estrategia Arquidiocesana y las plataformas que esta provee. Sin embargo, puede pensarse en cuáles son los recursos que se tienen al alcance.

Por ejemplo, en Acapulco algunas parroquias iniciaron el acompañamiento a las víctimas antes de que la estrategia Arquidiocesana estuviera lista. Lo hicieron con recursos al alcance como la pastoral de la consolación, comenzaron a capacitarse de manera autodidacta en este tema y así contar con al menos un pequeño grupo de personas que supieran cómo brindar consuelo a las víctimas.

Esta misma parroquia hizo contacto con el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad quien les brindó capacitación en

23 Estos puntos se infieren cuando se les preguntó a los ELP cuáles habían sido sus principales obstáculos y sus principales fortalezas al hacer el acompañamiento a las víctimas. Se emiten como recomendaciones para enfatizar en el plan de formación para dotarles de herramientas para enfrentar los obstáculos que han enfrentado como: el miedo, los conflictos internos y la desmotivación entre otros.

CAPÍTULO 6

35

documentación de casos con un enfoque psicosocial y en derechos humanos.

También puede pensarse en presbíteros y laicos que cuenten con formación en los contenidos de nuestro plan de formación, por ejemplo psicólogos o abogados, y solicitarles el servicio de dar algunos talleres.

La Arquidiócesis de Acapulco y CEPS publicaron una serie de subsidios en construcción de paz y herramientas para acompañar a las víctimas, éstos pueden servir para este propósito. Así mismo el documento de Sistematización y su versión pedagógica pueden ser fuentes de conceptos y teoría. Puede contactarse a CEPS o la Arquidiócesis de Acapulco para solicitar los subsidios, la Sistematización o la impartición de

talleres de capacitación.

Se recomienda poner por escrito el plan de formación con fechas concretas para organizar su realización. Además, se recomienda iniciar una primera etapa que contenga los contenidos con los que se logra el perfil mínimo para iniciar el acompañamiento a víctimas.

A continuación un ejemplo de cómo quedaría escrito un plan de formación sencillo (Figura 7.)

Generar la Infraestructura

La infraestructura necesaria según el perfil parroquial mínimo consiste en al menos en dos cosas: espacio seguro y confiable para acompañar a las víctimas y un protocolo de seguridad. Antes de

iniciar el acompañamiento se tienen que generar esta infraestructura en la parroquia donde va a iniciarse un proyecto de acompañamiento24.

Desarrollar el Plan de Formación

Dedicar tiempo, recursos y energías a llevar a cabo el plan de formación para ir generando las capacidades para acompañar a las víctimas de las violencias.

Análisis de la Realidad y Planeación

Análisis de la Realidad

Para poder acompañar a las víctimas es indispensable conocer la realidad de nuestras colonias. Conocer la realidad nos permite saber a qué tipo de violencias

24 Para más información sobre Protocolos de Seguridad y las características de un espacio para acompañar a las víctimas se sugiere revisar el documento de Sistematización.

CAPÍTULO 6

36

EJEMPLOObjetivos de formación:1.2.3.4.

Contenidos(Temas)

Actividad de Formación Fecha y lugar Facilitador

Escucha empática

Construcción de Paz

Taller de 4 horas

Presentación del Párroco

15 de marzo, Casa doicesana Padre José

Miguel

Doña MargaritaConsuelo Grupo de estudio 23 de marzo, atrio de la iglesia

padre JorgeAnálisis de la realidad Taller de un día 15 de mayo, salón de usos múltiples

Derechos Humanos Curso (4 sábados) 3 horas

7, 14, 21, 30 de junio, Casa Diocesana Lic. Murillo

Hermanas Sonia y Conchita de la Arquidiócesis de

AcapulcoHerramientas Psicosociales Taller intensivo de 3 días 5, 6, 7, de julio en Casa de

retiro La Esperanza

Principios de doctrina social de la Iglesia:

subsidiariedadVideo del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana

30 de marzo, casa de Miguel

5 marzo, salón de usos múltiples Psic. Lucero

Primera etapa

Segunda etapa

Fig. 7 - Ejemplo de Plan de Formación sencillo.

CAPÍTULO 6

37

están expuestas las víctimas, cuáles son los tipos de victimización más frecuentes, cuáles son las raíces de la violencia y las consecuencias que esta trae.

Analizar nuestra realidad nos permite diseñar un proceso de acompañamiento adecuado a las necesidades de las víctimas en nuestra zona y a elegir las acciones de manera más estratégica. Para más información y material de cómo hacer un análisis de la realidad referirse a la Arquidiócesis de Acapulco o a CEPS.

Plan de Trabajo

Una vez que se ha hecho un análisis de la realidad, que se va avanzado en un proceso de formación y que se conoce sobre otras experiencias de acompañamiento es recomendable escribir un plan de trabajo.

Una versión sencilla de hacer un plan

de trabajo consiste en contestar a las preguntas ¿Qué queremos hacer? ¿Cómo lo vamos a hacer? ¿Cuándo lo vamos a hacer? Y ¿Quién lo va a hacer? ¿Qué se necesita para hacerlo?

Los planes de trabajo pueden hacerse para un periodo determinado por el que planea, de seis meses, de un año, de lo que se determine. Para hacer este plan de trabajo recomendamos que en la documentación se revise la Sistematización del PAVV, particularmente la sección de Artesanos de Paz.

A continuación un ejemplo de un plan de trabajo (Figura 8.)

Iniciar el Acompañamiento a Víctimas

Una vez que se ha completado la primera etapa del plan de formación o que se cuenta con el perfil mínimo parroquial y una vez que se cuente con

la infraestructura necesaria podemos comenzar a acompañar a las víctimas de las violencias.

Echando a andar el plan de trabajo comienza un proceso que no es fácil porque el camino de las víctimas de las violencias y de quienes les acompañan es largo y doloroso. Sin embargo, quienes han optado por este camino encuentran esta experiencia extraordinaria.

Comunidad de Aprendizaje

Una vez iniciado el acompañamiento, el aprendizaje continúa y se vuelve permanente. Se recomienda continuar con el proceso de formación en una segunda etapa y conformarse como una Comunidad de Aprendizaje.

Esta segunda etapa consistiría en continuar el proceso de formación para llegar al perfil parroquial ideal,

CAPÍTULO 6

38

así como incorporar a este proceso de formación elementos que ayuden a los equipos a superar los retos con los que se encuentren en el acompañamiento.

En cuanto a las comunidades de aprendizaje, un aspecto básico de estas, es que todos están involucrados en un esfuerzo colectivo por comprender y aprender. (Bielaczyc y Collins, 1999).

La práctica de la construcción de la paz se potencializa por la reflexión y el aprendizaje regulares. El aprendizaje, como actividad grupal u organizacional ayuda a la habilidad para analizar, reaccionar y aplicar información o lecciones a la práctica de la construcción de la paz (Lederach et al, 2006).

Por lo tanto, se recomienda incorporar espacios específicos de reflexión sobre las propias prácticas para aprender de ellas y mejorarla, en este caso para mejorar el

PLAN DE TRABAJO

EJEMPLO

Objetivo ( ¿Qué queremos lograr? ): Acompañar integralmente a las victimas y las comunidades afectadas por las vilencias...

Actividades(¿Como lo vamos a hacer?)

Fechas(¿Cuando lo vamos a hacer?)

Responsable(¿Quién lo va a hacer?)

Recursos(¿Qué se necesita para hacerlo?)

Visitas a domicilio

Misa con enfoquede construcción de

paz

Viacrucis con enfoque de

acompañamiento a víctimas

Revisión delViacrucis

Primer Domingo decada mes

Cuando se requiera.

Semana Santa2015

Una semanadespués.

ELP

ELP

Entre semana: Padre Luís

BibliaLibro de Oraciones.Un Contacto que

conozca a lavíctima.

y Doña Cristina. En fin de semana:

Rosario y Don Miguel

Doña Cristinay Doña Lorenza

PeticionesGlobos Blancos.

Fig. 8 - Ejemplo de Plan de Trabajo

CAPÍTULO 6

39

acompañamiento. Aunque en la figura anterior este proceso se muestra linear, en realidad es circular y se vería como se expresa en la Figura 9.

Un ejemplo de cómo puede hacerse esta reflexión que mejora la práctica es incorporar al plan de trabajo espacios de revisión de las actividades contestándonos sencillas preguntas como ¿Qué salió bien en el viacrucis? ¿Qué aprendimos hoy de esta visita parroquial? ¿Qué podríamos mejorar para la próxima misa de construcción de paz?

Así mismo, al concluir cada espacio de formación, se puede concluir con una pregunta muy sencilla ¿Cómo es que lo que aprendí hoy me ayuda a mejorar el acompañamiento que hago a las víctimas?

Práctica Práctica

Reflexión y

Aprendizaje

Reflexión y

Aprendizaje

mejorar la

mejo

rar l

a

Fig. 9 - Práctica de la Construcción de Paz

CAPÍTULO 7

40

Al inicio de esta ruta compartíamos lo difícil y doloroso que puede ser la experiencia de acompañar a las víctimas de las violencias, pero también lo extraordinario que puede ser. Para concluir compartimos cuáles han sido los sentimientos de aquellos que al día de hoy han optado por este servicio, así como de aquellas víctimas que han sido acompañadas.

En este camino de acompañamiento dicen los agentes pastorales “nos hemos sentido satisfechos, optimistas y

alegres y a veces temerosos, frustrados, desanimados y tristes… A veces muy tristes porque nos pesa el dolor de las familias pero felices porque hemos logrado mitigar un poco su dolor” (Tercer Taller de Sistematización, 2014).

Después de la reflexión de su experiencia, a través de la sistematización, la mayoría de los Equipos Levadura Parroquiales concluyen “que todos podemos brindar un acompañamiento sin importar nuestro nivel económico, cultural, académico y social, que si pudieran regresar el tiempo volverían a elegir este servicio y que guardan la esperanza de que algún día volveremos a vivir en paz” (Tercer Taller de Sistematización, 2014).

Cuando se le pregunta qué les ha

significado este acompañamiento, víctimas25 como “Lorenza”26 contestan: “me he sentido muy bien, me ha servido mucho (…) yo antes me sentía muy agobiada, solo yo sabía mis penas, si me preguntaban me quedaba callada y yo decía: sólo yo sé lo que sufro”.

Para muchas de ellas el acompañamiento significa espacios de aceptación y desahogo y en los que se encuentran con otras y otros que están viviendo lo mismo y se sienten menos solas en su experiencia de dolor. También descubren que son capaces de consolar al otro y de ser empáticas con el dolor ajeno.

Las víctimas acompañadas reconocen los cambios que el acompañamiento ha generado no solo a nivel individual,

A modo de cierre: Testimonios de los Equipos Levadura Parroquiales y las

víctimas acompañadas.

25 Las entrevistas fueron realizadas por CRS México. Los nombres de las víctimas han sido cambiados por confidencialidad.26 Esta es la narración de “Lorenza”, ella es madre de seis hijos adultos, asesinaron a su esposo y desde entonces vive sola y trabaja como empleada doméstica para subsistir.

CAPÍTULO 7

41

sino a nivel de sus familias. “Ricarda27” comparte “me siento un poco mejor… se ve reflejado en mis hijos, ya no lloraba tanto, tanto odio y resentimiento… les estaba haciendo daño con todo lo que yo sentía… no sé, ellos ven un cambio grande porque fue totalmente diferente, ya no me la pasaba en los rincones llorando”.

Para finalizar, reiteramos nuestro deseo de que esta experiencia que compartimos les facilite en la tarea de ser “constructores de la paz en los lugares donde vivimos y trabajamos” y a “que no falte la cercanía fraterna ni la atención personal a quienes más sufren por causa de la violencia” (CEM, 2010; Numeral 177 y 230).

27 “Ricarda” es una joven madre de dos niños pequeños cuyo esposo fue asesinado.

CAPÍTULO 8

42

El presente documento tiene como finalidad apoyar metodológicamente el desarrollo del trabajo que vienen ejecutando los equipos levaduras parroquiales y el grupo de decanos de la Arquidiócesis.

La información contenida en ésta herramienta se enmarca en conceptos previamente trabajados en diversos momentos del proyecto de Construcción de paz que desarrolla la Arquidiócesis y en diversos momentos de éste mismo proyecto AVV.

Una de las pretensiones de la misma es

entonces ayudar a los equipos levadura a observar y fortalecer tal relación directa entre ambos proyecto. Lo anterior debido a la orientación dada insistentemente por Monseñor Carlos Garfias de visibilizar la relación directa del PAVV con el proyecto de CP y entendiendo que es desde ésta relación que se puede garantizar un mayor impacto y sostenibilidad del PAVV en el nivel Arquidiocesano.

En todo caso recuerden siempre que, el fin último de ésta matriz de cambios es servir como eje orientador y articulador de todas las acciones que se desarrollen desde cada parroquia en el PAVV.

BREVE RECUENTO DEL MARCO CONCEPTUAL Y METODOLÓGICO QUE ABORDA ÉSTA HERRAMIENTA.

Para realizar nuestra “Matriz de cambios”, debemos volver a mirar diversos conceptos y herramientas ya vistos y aprovechar toda la información que hayamos conocido a través de la implementación de algunas de las herramientas en nuestras parroquias. Entonces:

1. Recuerden que todo nuestro trabajo está sustentado en la teoría de la transformación social y que, por lo tanto, todas y cada una de las intervenciones que desarrollamos en nuestro proyecto deben estar orientadas a promover cambios sostenibles y sustentables en múltiples niveles, dimensiones y tiempos de la realidad. En éste sentido, todo lo que promovemos desde nuestro proyecto debe ayudar

Herramienta para Matriz de Cambio (Redactada por la

Arquidiócesis de Acapulco)

28 En nuestro próximo encuentro hablaremos de los 5 principios que rigen nuestra intervención en CP, los cuales ayudan a comprender más ampliamente la forma como la teoría de la transformación social sustenta nuestra intervención.

CAPÍTULO 8

43

a transformar ampliamente diversos aspectos de la realidad28.

2. Tengan presente que el centro de todas nuestras acciones somos las personas y nuestras relaciones.

3. Recuerden y asegúrense de comprender como equipo todos los elementos que contiene el Marco conceptual integrado para la Construcción de paz. (Niveles de respuesta y momentos lógicos de acción).

4. Estamos pensando en personas en el sentido que nos lo proponen diversos documentos del magisterio y, en particular la Exhortación Pastoral elaborada por los señores Obispos.

Asegúrense entonces de conocer y comprender como equipo las 4 dimensiones básicas a las que nos estamos refiriendo cuando hablamos de Desarrollo Humano Integral (los 4 cuerpos).29

Antes de empezar a elaborar “la matriz de cambios” háganse todas las preguntas y aclaraciones que consideren necesarias acerca de éstas bases conceptuales del trabajo en Construcción de paz y la forma como las mismas enmarcan nuestro trabajo de acompañamiento a víctimas.

DESARROLLO METODOLÓGICO DE LA MATRIZ

Para la elaboración de ésta herramienta estarán siempre presentes dos niveles

de análisis:

1. El nivel de intervención con las víctimas (partiendo de lo que ellas son, tienen y necesitan). Y,

2. El nivel de intervención con nosotros y nosotras como equipo 30 (partiendo de lo que somos, tenemos y necesitamos como personas y como equipo para acompañarlas).

Ahora bien, para la implementación de ésta herramienta vamos a recurrir a la ayuda de dos de las herramientas indicadas en trabajos anteriores:

1. La elaboración del futuro deseado (por niveles de análisis, en los diferentes momentos lógicos de

29 “Que en Cristo nuestra paz México tenga vida digna”. Numeral 184 “… El desarrollo humano es…; es una llamada trascendente que requiere una respuesta libre y responsable… para asumir una responsabilidad común: impulsar a los hombres a «hacer, conocer y tener más para ser más». Esto implica que el desarrollo humano sea integral, es decir, que promueva a todos los hombres y a todo el hombre…” 30 Equipo levadura parroquial, equipo de decanos o equipo operativo y directivo del proyecto, según sea el caso.

CAPÍTULO 8

44

acción y en todos los niveles de respuesta).

Es decir, antes de elaborar la matriz necesitamos haber pensado en ¿cómo nos gustaría estar –como equipo levadura- en nuestros niveles personal –recordando las 4 dimensiones-, relacional, organizacional y estructural de aquí a 3 años (corto plazo), 8 años (mediano plazo), 12 años (largo plazo) y 15 años (realización del futuro deseado)? Y ¿cómo nos gustaría que estén nuestras víctimas en los mismos niveles- qué necesitan en

nuestro acompañamiento para estar así?

Puede ser de utilidad que ejecuten primero el análisis de uno de los dos niveles (o el de ustedes o el de las víctimas) y luego el análisis del otro. Hagan inicialmente una lluvia de ideas sobre el futuro deseado que se imaginan. (Una lluvia de ideas para su futuro deseado como equipo levadura y otro para el futuro deseado de las víctimas que acompañan).31

Y, plasmen sus respuestas en un pliego de papel bond para cada nivel de

análisis, intentando ubicar tales ideas en los diferentes niveles de respuesta y momentos lógicos de acción.32

Algunas de las preguntas orientadoras para éste ejercicio son las siguientes (Figura 10.)

Para el caso de los decanos y demás personas que sean líderes de grupos de líderes, el tipo de preguntas se debe orientar al trabajo que desarrollan para acompañar y potenciar el trabajo de los líderes que acompañan. Entonces serían

31 La lluvia de ideas sobre el futuro deseado de las víctimas que acompañan puede hacerse con un grupo ampliado de la parroquia, en el que pueden incluirse también algunas víctimas a fin de hacer más rico éste ejercicio inicial.

Y la lluvia de ideas sobre el futuro deseado de ustedes como equipo levadura (o de decanos) puede hacerse con un grupo también ampliado de la parroquia – o con un grupo representativo de sacerdotes de los diferentes decanatos- (aunque más reducido que el anterior puesto que para éste nivel de análisis resulta de gran importancia que las personas que les apoyen en la lluvia de ideas conozcan su trabajo y, en todo caso, éste nivel de análisis dependerá básicamente de sus propias necesidades y creencias como equipo).

32 De aquí en adelante el trabajo corresponde únicamente a su nivel de análisis como equipo levadura o de decanos.

33 Otros ejemplos de preguntas para éste punto fueron dados en el taller de Julio (ver memoria).

CAPÍTULO 8

45

Nivel de respuesta ymomento lógico de acción

Para equipos levadura Para el acompañamiento de los equipos a las víctimas

2 años (momento lógico: intervención en crisis). Nivel personal

3 a 8 años: momento lógico mediano plazo. Nivel relacional

De aquí a 2 años ¿Cómo nos gustaría estar a las personas de nuestro equipo levadura, frente al

acompañamiento a víctimas, (teniendo en cuenta las 4 dimensiones: es decir, cómo queremos que

sean nuestros cuerpos, cómo nuestro afrontamien-to emocional frente a lo que escucharemos y viviremos, cómo queremos que sean nuestras

tendencias comportamentales como personas…?

34 Otra variable podría ser que reúnan un grupo representativo de las víctimas –o de los sacerdotes- que esperan acompañar y preguntarles a ellas mismas como se sueñan en sus diferentes niveles y en los distintos tiempos. Esa podría ser una estrategia de acompañamiento que se promueva como pastoral de la esperanza por ejemplo.

De aquí a 8 años ¿Cómo nos gustaría que estén las relaciones con y entre nosotras y nosotros mismos,

con los demás (amig@s, familia, pareja, compañeras y compañeros de la parroquia, del

trabajo, etc.) y con el medio ambiente?

De aquí a 2 años ¿Cómo queremos que sea el acompañamiento a las víctimas en nuestra parroquia, en su nivel personal? (teniendo

presentes también las 4 dimensiones del desarrollo humano integral).

Para responder ésta pregunta debemos tener presente también el sueño que tenemos sobre lo

que queremos que las víctimas vivan.34

Con base en eso respondernos lo que desde nuestro acompañamiento nosotros y nosotras como equipo

debemos hacer para acompañarlas a lograr su sueño.

De aquí a 8 años ¿Cómo queremos que estén las relaciones de las víctimas que acompañamos y qué tipo de acompañamiento necesitarán ellas de parte

de nuestro equipo, para lograr esto? (ver las relaciones de las víctimas con ellas mismas, con sus

familias, amigos, etc.).

Fig. 10- Preguntas orientadoras.

CAPÍTULO 8

46

preguntas del tipo:

De aquí a 3 años en el nivel organizacional ¿Cómo nos gustaría que estén las organizaciones que tenemos en la Arquidiócesis, para apoyar nuestro trabajo como decanos en éste proceso de acompañamiento a sacerdotes que acompañan víctimas? ¿Cómo nos gustaría que estén las organizaciones que trabajan con víctimas en las parroquias de nuestros decanatos? ¿Cómo nos gustaría que sea nuestro acompañamiento a nuestros sacerdotes para apoyarlos en el fortalecimiento de sus organizaciones con víctimas?

2. El análisis ampliado de la realidad (igualmente por niveles de análisis): revisen lo que dice su análisis de

realidad respecto a la situación en la que actualmente se encuentran las víctimas y sus equipos levadura para acompañarlas. Ese es su punto de partida para la realización del futuro deseado. Es a partir de ese punto de la realidad que vamos a empezar a realizar cambios orientados a la consecución del futuro deseado.

Es posible que la información que hemos obtenido en el análisis de realidad no sea suficiente para conocer nuestro punto de partida en los diferentes niveles de respuesta para los dos niveles de análisis. Esto porque tenemos usualmente dos tendencias:

Por un lado solemos hacer el análisis de realidad de la situación de las víctimas, olvidando incluirnos a nosotras y

nosotros como equipo que hace parte de esa realidad.

Por otro lado solemos hacer el análisis de realidad centrado en los niveles relacional y personal, desde categorías socioeconómicas y políticas que olvidan incluir las diferentes dimensiones del ser humano integral (es probable entonces que en nuestro análisis hablemos de la pobreza de las víctimas, sin embargo olvidamos mencionar que ésta pobreza afecta la dimensión corporal de éstas personas puesto que muchas de ellas cuentan con un déficit de alimentación y que ésta misma pobreza afecta la dimensión espiritual de ellas porque muchas de ellas se encuentran peleadas con Dios al sentirse injustamente ofendidas y así sucesivamente).

35 Lo más importante aquí es entender la lógica del tipo de preguntas a realizar. Cada equipo pueda reelaborar las preguntas, haciéndolas en el lenguaje que les resulte más adecuado para obtener la información requerida. Y en el caso de los decanos ubicándose desde su lugar de acompañantes de quienes acompañan. El sueño de ustedes es sobre el acompañamiento a sus sacerdotes, no sobre el acompañamiento directo a las víctimas.

CAPÍTULO 8

47

El reto entonces es ampliar éste análisis de realidad, incluyéndonos a nosotros y nosotras mismas como equipo y teniendo presente la forma como las diferentes situaciones que hemos nombrado en el análisis impactan los diversos niveles de respuesta (y dimensiones) tanto de las víctimas como de nosotras y nosotros como equipo levadura y de los grupos de trabajo parroquiales.36

Algunas de las preguntas orientadoras para éste ejercicio son las siguientes (Figura 11.)

Ahora sí… ¡Vamos a la matriz ¡

Una vez hayamos elaborado éstos pasos previos estamos listos para preguntarnos por los cambios que son necesarios para alcanzar aquello que soñamos. Podemos entonces empezar a preguntarnos (siempre pensando en los dos niveles de análisis)37:

¿Cuáles son los cambios que deben darse en las personas, relaciones, organizaciones y estructuras a fin de lograr el futuro deseado?

En éste momento la lógica de nuestro

análisis es del siguiente tipo:

Queremos que a XX años las víctimas38, en su nivel personal, relacional, organizacional y estructural sean XXX (por eso es importante haber elaborado previamente una o varias descripciones del sueño por cada nivel de respuesta).

Sabemos que en éste momento las víctimas39, en cada uno de esos niveles están XXX (igualmente por eso es importante tener el análisis ampliado de la realidad con una o varias descripciones para cada nivel de respuesta).

36 Recuerden que las diversas herramientas que componen el análisis de realidad pudieron ser aplicadas previamente con sus equipos ampliados en la parroquia. Es decir con la participación de diferentes agentes de pastoral y personas de la parroquia que pudieran ayudarles en éstos ejercicios de análisis (incluyendo vícti-mas). En cambio, éste otro nivel de profundidad en el análisis corresponde específicamente al trabajo que ustedes como equipo levadura desarrollen a nivel interno.37 Sugiero iniciar éste momento por el nivel de análisis de los cambios que requieren las víctimas puesto que éstos seguramente nos darán información acerca de algunos de los cambios que requerimos nosotras y nosotros como equipo de acompañantes para su proceso (en términos de habilidades o condiciones que tal vez necesitemos para potenciar los cambios en ellas).38 O los sacerdotes acompañados por los decanos.39 Ídem.

CAPÍTULO 8

48

Nivel de respuesta Sobre la realidad de los equipos levadura y de decanos

Sobre la realidad de las víctimas que acompañamos (o de los

sacerdotes que acompañan los decanos)

Nivel personal

Nivel relacional

¿Cómo estamos hoy las personas de nuestro equipo levadura, frente al acompañamiento a víctimas, (teniendo en cuenta las 4

dimensiones: es decir, cómo están nuestros cuerpos, cómo nuestro afrontamiento emocional frente a lo que escuchamos y vivimos,

cuáles son nuestras tendencias comportamentales como personas hoy?

¿Cómo estamos hoy las personas de nuestro equipo de decanos, frente al acompañamiento a los sacerdotes que acompañan a

víctimas, (teniendo en cuenta las 4 dimensiones: es decir, cómo están nuestros cuerpos, cómo nuestro afrontamiento emocional

frente a lo que escuchamos y vivimos, cuáles son nuestras tendencias comportamentales como personas hoy?

¿Cómo están nuestras víctimas hoy, en las 4 dimensiones de su nivel personal?

¿Cómo están nuestros sacerdotes que acompañan a víctimas hoy, en las 4 dimensiones de su nivel

personal?

Cómo están las relaciones de las víctimas que acompañamos?40 (Con y entre ellas mismas, con

sus familias, amigos, etc.).

40 O de los sacerdotes

¿Cómo son hoy nuestras relaciones con y entre nosotras y nosotros mismos, con los demás (amig@s, familia, pareja, compañeras y

compañeros de la parroquia, del trabajo, etc. O entre decanos, con otros sacerdotes, con Monseñor, etc.) y con el medio ambiente?

Fig. 11- Preguntas orientadoras.

CAPÍTULO 8

49

¿Qué cambios tendrían que producirse en las víctimas (en las sacerdotes o en nosotros, según el nivel de análisis en que estemos) para que se encuentren como las estamos soñando en el año XXX?

Recuerden que:

Los cambios se escriben siempre en positivo, como situaciones ya dadas, es decir en tiempo presente y que obedecen a un nivel superior al de las actividades.

Un cambio es un estado del ser y por tanto es independiente de las diferentes actividades que desarrollemos. Una ayuda para saber si estamos o no pensando en clave de cambios es preguntarnos si eso que hemos dicho hace parte del nivel del ser o del hacer.

Teniendo en cuenta que un cambio se refiere a un estado del ser, podríamos entonces plantear como cambio algo tan amplio como “en el 2027 las víctimas y sus familias son felices”. Sin embargo, estratégicamente es importante identificar cambios más específicos, concretos o medibles.

En el ejemplo anterior vemos que “la felicidad” es un concepto tan amplio que puede volverse ambiguo. Y, en ese caso, sirve preguntarnos cosas como ¿A qué nos referimos cuando hablamos de personas felices, cómo podemos saber que las víctimas son felices? (a veces ayuda respondernos esto haciendo una mirada más específica desde cada uno de los niveles de respuesta).

El fin último de ésta matriz de cambios es orientar nuestra planeación estratégica41.

Sin embargo, para efectos de ésta primera fase de ejecución del proyecto bastará con que logremos identificar como equipos algunos de los cambios a los que principalmente nos estamos encaminando como equipo levadura (o de decanos42), a fin de que todas las acciones que desarrollemos a través de nuestras diversas modalidades de acompañamiento, le apunten a los diversos cambios identificados.

Entonces para finalizar el desarrollo metodológico de ésta herramienta tenemos dos momentos:

1. Hagan primero una lluvia de ideas

41 Posteriormente podrían hacer la distribución de tales cambios en los diferentes momentos lógicos de acción, es decir distribuyendo los cambios identificados en la matriz dada como marco conceptual integrado para la CP (uno o varios cambios según el nivel de respuesta en cada uno de los momentos lógicos de acción). Sin embargo por ahora no es necesario llegar hasta éste nivel de análisis de la herramienta.42 Que también son levadura para la masa, que en éste caso serían sus sacerdotes.

CAPÍTULO 8

50

sobre todos los cambios requeridos (asegúrense de que sean cambios, no actividades) y luego, si lo desean, intenten ubicarlos en cada nivel de respuesta, es muy probable que un solo cambio identificado responda a diversos niveles al mismo tiempo).

2. Pregúntense cómo, desde las diferentes modalidades de acompañamiento del proyecto, podrían ustedes como equipo, promover de manera efectiva el desarrollo de tales cambios.

Aquí la lógica debe ser la misma que tenemos al identificar los cambios: Hacer más con menos.

Es decir, traten de identificar pocas

líneas y/o acciones estratégicas que, desde las diversas modalidades de acompañamiento, les permitan apostarle al logro de varios cambios al mismo tiempo.

Las preguntas orientadoras en éste caso serían del tipo…

Si uno de los cambios que identificamos es: “Las víctimas43 son personas desarrolladas a nivel integral”. Y encontramos como una de las situaciones de la realidad de las víctimas hoy su déficit nutricional, la pregunta sería:

¿Cómo podemos promover, a partir de nuestras acciones de acompañamiento pastoral44, el desarrollo integral de nuestras víctimas, en éste primer momento de

intervención?

Eviten responder a ese “cómo” a través de actividades puntuales como “darles mercado”, puesto que ésta “actividad” resuelve tan solo una de las necesidades inmediatas de las víctimas. E intenten buscar más bien acciones y/o líneas estratégicas de intervención que les ayuden a responder de manera rápida y al mismo tiempo sostenible a ésta necesidad de las víctimas.

En éste caso una actividad más estratégica quizás sería: “El equipo levadura acompañará a las víctimas para que mediante acciones de exigibilidad de derechos el DIF les garantice acceso a mercados suficientemente nutritivos”.

43 O los sacerdotes de cada decanato.44 Para el caso de los decanos es necesario definir cuáles son las modalidades de acompañamiento que serían necesarias para acompañar a sus sacerdotes, cuáles de esas modalidades les corresponde implementar a los decanos y cuáles corresponderían más bien a otras instancias de la Arquidiócesis.

CAPÍTULO 8

51

La tendencia que tenemos es a pensar en clave de actividades y por éste motivo muchos de nuestros proyectos están llenos de cosas que hacemos con buenas intenciones y sin muchos resultados duraderos (solemos hacer muchas cosas al mismo tiempo, con distintas finalidades aparentes cada una, olvidando revisar las posibles relaciones de unas y otras acciones a favor de un fin común).

Pensar en clave de cambios nos ayuda a reducir el número de actividades y a trazar más bien algunas líneas estratégicas con las cuales podemos atinarle, al mismo tiempo, a diversos cambios que responden a más de un nivel de respuesta en diferentes momentos lógicos de acción.

A continuación presentamos un cuadro (Figura 12) que intenta resumir, a

manera de ejemplo, la lógica de todo el ejercicio hasta aquí propuesto (orientado especialmente al nivel personal, porque se trata solo de un ejemplo, pero esto debe ser aplicado también a los niveles relacional, organizacional y estructural.)

Haber desarrollado al mismo tiempo éste tipo de análisis para nuestro propio equipo nos permitirá ver cuáles son los cambios que efectivamente nos corresponde implementar desde nuestro propio nivel de intervención y cuáles en cambio no son parte de nuestra responsabilidad directa y debemos más bien transferir a otras instancias para que los asuman45.

Para continuar utilizando el cuadro ejemplificado arriba podríamos decir que:

A través de la realización de un análisis

desde ésta perspectiva de la matriz de cambios, en lugar de hacer las 3 acciones mencionadas como ejemplo en el cuadro anterior, podríamos trazar, a futuro, una línea estratégica de nuestro proyecto parroquial, que no solo atendería al nivel personal de las personas sino que, al mismo tiempo podría atender diversos cambios del nivel relacional y organizacional de las mismas en diferentes momentos lógicos de acción.

Y podríamos pensar en una línea estratégica denominada “Promoción del desarrollo integral” (que realice acciones estratégicas desde las diversas modalidades de acompañamiento). Así:

Dentro de ésta línea estratégica nuestro equipo levadura podría proponer como una actividad estratégica la “escuela para el desarrollo autosustentable”,

45 En ese caso nos apoyaríamos en el Mapa de actores, sectores y relaciones que ya tendríamos previamente elaborado también.

CAPÍTULO 8

52

donde a corto plazo ejecutaríamos acciones de exigibilidad de derechos para que el DIF ofrezca mercados, realice atención psicológica y capacite a las víctimas en temas como el manejo del duelo y a mediano plazo se formaría a las víctimas en temas como: huertas para el autoconsumo, auto aceptación y gestión de emociones y espiritualidad de la esperanza46.

Veamos lo anterior en el siguiente cuadro (Figura 13) que ejemplifica un ideal de trabajo con víctimas, pensado en clave de cambios.

Si bien para efectos del ejemplo anterior hemos dejado mencionado en el cuadro únicamente el análisis de realidad y el

Futuro deseado en el nivel personal

Análisis de realidad en el 2012

Formulación de respuestas del equipo levadura en clave de

cambios

Formulación de respuestas del equipo levadura en clave de actividades (formu-lación incorrecta)

Dimensión corporal del nivel personal: Personas

con altos niveles de desnutrición.

En el 2013 todas las víctimas que atendemos recibirán ayuda del DIF.

En el 2013 al menos el 70% de las víctimas que

atendemos habrán recibido talleres de herramientas

psicosociales.


atendemos estarán en los diferentes grupos

parroquiales.

En el 2013 todas las víctimas que atendemos tendrán una

nutrición adecuada.


atendemos serán capaces de afrontar sus experiencias de

dolor y frustración como experiencias de transfor-

mación que enriquecen su vida y la de sus comunidades


atendemos Son líderes espirituales de la comunidad.

Dimensión emocional y comportamental del nivel

personal: Cuentan con pocas habilidades psicosociales para

afrontar los altos niveles de dolor y frustración a los que se encuentran

expuestas.

En el 2027 las víctimas serán

personas plenamente

desarrolladas a nivel integral.

Dimensión espiritual del nivel personal: Cuentan

con una amplia capacidad para emplear

todos los recursos espirituales que hay en la

parroquia.

Fig. 12- Ejemplo de matriz de identificación de cambios

46 En la misma lógica los decanos podrían pro-gramar líneas y acciones estratégicas para el acom-pañamiento a sus sacerdotes, para de ésta manera incrementar el impacto de su acompañamiento.

CAPÍTULO 8

53


Análisis de realidad en el

2012

Línea estratégicaAcciones en los diferentes

momentos lógicos.

En el 2027 las víctimas serán personas plena-

mente desarrolladas a nivel integral.

Personas con altos niveles de desnutrición, pocas

habilidades psicosociales para afrontar los altos

niveles de dolor y frustración a los que se encuentran expuestas y con una amplia capaci-dad para emplear todos los recursos espirituales

que hay en la parroquia.

“Promoción del desarrollo integral”

Actividad estratégica de ésta línea: “Escuela para

el desarrollo justo y autosustentable”

A corto plazo: El equipo levadura acompañará a las víctimas para que mediante acciones de

exigibilidad de derechos el DIF les garantice acceso a mercados suficientemente nutritivos, les de

atención psicológica y capacite a las víctimas en temas como el manejo del duelo (modalidad de

acompañamiento jurídico).

A mediano plazo: Las víctimas se formarán víctimas en temas como: huertas para el autocon-sumo, auto aceptación y gestión de emociones y espiritualidad de la esperanza (modalidades de

acompañamiento espiritual y psicosocial).

A largo plazo: Las víctimas tendrán empresas familiares de producción de alimentos sanos y sus servicios son contratados para diferentes eventos

arquidiocesanos.


Análisis de realidad en el

2012

Línea estratégicaAcciones en los diferentes

momentos lógicos.

En el 2027 las víctimas serán personas plena-

mente desarrolladas a nivel integral.

Personas con altos niveles de desnutrición, pocas

habilidades psicosociales para afrontar los altos

niveles de dolor y frustración a los que se encuentran expuestas y con una amplia capaci-dad para emplear todos los recursos espirituales

que hay en la parroquia.

“Promoción del desarrollo integral”

Actividad estratégica de ésta línea: “Escuela para

el desarrollo justo y autosustentable”

A corto plazo: El equipo levadura acompañará a las víctimas para que mediante acciones de

exigibilidad de derechos el DIF les garantice acceso a mercados suficientemente nutritivos, les de

atención psicológica y capacite a las víctimas en temas como el manejo del duelo (modalidad de

acompañamiento jurídico).

A mediano plazo: Las víctimas se formarán víctimas en temas como: huertas para el autocon-sumo, auto aceptación y gestión de emociones y espiritualidad de la esperanza (modalidades de

acompañamiento espiritual y psicosocial).

A largo plazo: Las víctimas tendrán empresas familiares de producción de alimentos sanos y sus servicios son contratados para diferentes eventos

arquidiocesanos.

Fig. 13- Perfil de Agente Parroquial

en temas como: huertas para el autoconsumo

CAPÍTULO 8

54

futuro deseado que habíamos identificado en el nivel personal, cabe destacar cómo la actividad estratégica trazada desde ésta línea podría atender múltiples niveles de respuesta y momentos lógicos de acción.

Ahora si…. ¡Manos a la obra!

Y recuerden en todo caso que:

Esta es una herramienta que integra múltiples variables conceptuales y lo más importante para ésta fase de nuestro proyecto es ir comprendiendo y aplicando según nuestros propios ritmos y condiciones de trabajo el tipo de lógica que debe orientar todas nuestras acciones.

Quizás su equipo solamente logre realizar algunos de los pasos de la metodología aquí propuesta o quizás necesite adaptar algunos o volver a preguntar a terceros lo que significan varias de las cosas antes

vistas. Está bien que avancen hasta donde les sea posible, afianzando sobre todo en entender la lógica del trabajo indicado, cambiando la lógica de pensar siempre en los resultados.

Acompañamiento Integral a víctimas de las violencias en la

Arquidiócesis de Acapulco Construcción de Paz de cara a la

crisis humanitaria en México

Versión: Mente, Manos y Corazón al servicio de las víctimas y la paz

Se terminó de imprimir el mes de Enero 2015

con un tiraje de 2,000 ejemplares en los talleres de Imprenta Santa Cruz.

acompaÑamiento integral arquidiÓcesis de...

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