acerca de la propuesta caldera de Ñireco en el …

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177 INTRODUCCIÓN Numerosos trabajos han abordado desde distintas perspectivas el estudio del volca- nismo Plio-Cuaternario del retroarco inter- no andino entre los 38° los 39°S (Muñoz y Stern 1988, Stern 1989, Tunstall y Folguera 2005, Lara y Folguera 2006, Folguera et al. 2007). Las manifestaciones de este volca- nismo se encuentran muy bien representa- das a lo largo de la depresión de Loncopué y el alto de Copahue-Pino Hachado (Fig. 1a). Entre los sectores donde mejor y con mayor intensidad se manifiesta, se destaca aquel comprendido en torno a los 38°30'S, en las cercanías del limite internacional. Tunstall y Folguera (2005) elaboraron un análisis de este complejo efusivo, al que consideraron uno de los más importantes de los Andes a estas latitudes. Destacan su integración por un elevado número (9) de Revista de la Asociación Geológica Argentina 67 (2): 177 - 185 (2010) ACERCA DE LA PROPUESTA "CALDERA DE ÑIRECO" EN EL CENTRO-OESTE DE LOS ANDES NEUQUINOS (38º50'S - 70º50'O) Emilio F. GONZÁLEZ DÍAZ 1 y Ezequiel GARCÍA MORABITO 1,2 1 Departamento de Ciencias Geológicas, Facultad de Ciencias Exactas, Universidad de Buenos Aires y Naturales, Ciudad Universitaria, Pabellón II. Buenos Aires. 2 Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) RESUMEN En el tramo austral del alto estructural de Copahue-Pino Hachado, a la latitud de la cuenca lacustre Moquehue-Aluminé y cer- canías del límite argentino-chileno, ha sido distinguido un conjunto anómalo de nueve calderas resultantes de la actividad vol- cánica del Plioceno-Cuaternario. La "caldera de Ñireco", parte integrante de este conjunto, es motivo del presente trabajo. Los autores objetan el reconocimiento de tal componente morfoestructural a partir de un análisis geomorfológico, estructural y es- tratigráfico del área. A partir de ello, se reconoce una correspondencia entre los propuestos límites de dicha caldera, y la situa- ción de los principales valles resultantes del proceso erosivo fluvial, cuyo desarrollo estuvo controlado por fallas inversas y li- neamientos regionales. No existen evidencias que faciliten el reconocimiento de un aparato volcánico que teóricamente alber- gue la sugerida depresión caldérica, o remanentes de sus flancos externos e internos. En el sector central de la propuesta "cal- dera de Ñireco" se dan las mayores alturas topográficas de la región (± 2.900 m s.n.m.), valores que superan ampliamente a los de la Cordillera Principal a estas latitudes. La estratigrafía local de la propuesta área de la caldera está compuesta esencial- mente por las rocas más antiguas de la zona (granitoides del Paleozoico superior y secuencias volcánicas y volcaniclásticas del Triásico) y no guarda coincidencia temporal alguna con la actividad volcánica del Plioceno-Cuaternario, la que se halla bien re- presentada inmediatamente al norte y sur del sector analizado. La zona de estudio se enmarca por el contrario dentro de una faja plegada y corrida de piel gruesa y vergencia occidental, en donde la inversión tectónica jugó un rol central. Palabras clave: Caldera, alto de Copahue-Pino Hachado, Catan Lil. ABSTRACT: The "Ñireco Caldera" in the central-western Neuquén Andes (38º50'S - 70º50'O). In the southern segment of the Copahue- Pino Hachado block, next to the Moquehue-Alumine lacustrine basin, an anomalous concentration of calderas, resulting from a Pliocene-Quaternary volcanic activity was recognized. The Ñireco caldera, which was proposed as part of this caldera com- plex, is the reason of the present work. The authors object the interpretation of such a morphostructural feature on the basis of a detailed geomorphologic, structural and stratigraphic analyses of the area. The limits of the proposed caldera coincide mostly with fluvial valleys that seem to be controlled by previous structures like faults and regional lineaments. There are no evi- dences that could suggest the presence of a volcanic complex that theoretically contains such a depression, or for its external and internal flanks. The central sector of the proposed caldera presents the highest altitude values of the region (± 2,900 m a.s.l.), which highly surpass those of the Principal Cordillera at these latitudes. The local stratigraphy of the area, is domina- ted by the oldest rocks of the region (Upper Paleozoic granitoids and Triassic volcanic and volcaniclastic sequences), and shows not temporal coincidence with the Pliocene-Quaternary volcanic activity, well represented immediately to the north. The study area falls on the contrary into a thick-skinned west-verging fold-and-thrust-belt, where tectonic inversion played a central role. Keywords: Caldera, Copahue-Pino Hachado Block, Catan Lil..

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177

INTRODUCCIÓN

Numerosos trabajos han abordado desdedistintas perspectivas el estudio del volca-nismo Plio-Cuaternario del retroarco inter-no andino entre los 38° los 39°S (Muñoz yStern 1988, Stern 1989, Tunstall y Folguera

2005, Lara y Folguera 2006, Folguera et al.2007). Las manifestaciones de este volca-nismo se encuentran muy bien representa-das a lo largo de la depresión de Loncopuéy el alto de Copahue-Pino Hachado (Fig.1a). Entre los sectores donde mejor y conmayor intensidad se manifiesta, se destaca

aquel comprendido en torno a los 38°30'S,en las cercanías del limite internacional.Tunstall y Folguera (2005) elaboraron unanálisis de este complejo efusivo, al queconsideraron uno de los más importantesde los Andes a estas latitudes. Destacan suintegración por un elevado número (9) de

Revista de la Asociación Geológica Argentina 67 (2): 177 - 185 (2010)

ACERCA DE LA PROPUESTA "CALDERA DE ÑIRECO" EN EL CENTRO-OESTE DE LOS ANDES NEUQUINOS (38º50'S - 70º50'O)

Emilio F. GONZÁLEZ DÍAZ1 y Ezequiel GARCÍA MORABITO1,2

1 Departamento de Ciencias Geológicas, Facultad de Ciencias Exactas, Universidad de Buenos Aires y Naturales, Ciudad Universitaria,Pabellón II. Buenos Aires.2 Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)

RESUMEN En el tramo austral del alto estructural de Copahue-Pino Hachado, a la latitud de la cuenca lacustre Moquehue-Aluminé y cer-canías del límite argentino-chileno, ha sido distinguido un conjunto anómalo de nueve calderas resultantes de la actividad vol-cánica del Plioceno-Cuaternario. La "caldera de Ñireco", parte integrante de este conjunto, es motivo del presente trabajo. Losautores objetan el reconocimiento de tal componente morfoestructural a partir de un análisis geomorfológico, estructural y es-tratigráfico del área. A partir de ello, se reconoce una correspondencia entre los propuestos límites de dicha caldera, y la situa-ción de los principales valles resultantes del proceso erosivo fluvial, cuyo desarrollo estuvo controlado por fallas inversas y li-neamientos regionales. No existen evidencias que faciliten el reconocimiento de un aparato volcánico que teóricamente alber-gue la sugerida depresión caldérica, o remanentes de sus flancos externos e internos. En el sector central de la propuesta "cal-dera de Ñireco" se dan las mayores alturas topográficas de la región (± 2.900 m s.n.m.), valores que superan ampliamente alos de la Cordillera Principal a estas latitudes. La estratigrafía local de la propuesta área de la caldera está compuesta esencial-mente por las rocas más antiguas de la zona (granitoides del Paleozoico superior y secuencias volcánicas y volcaniclásticas delTriásico) y no guarda coincidencia temporal alguna con la actividad volcánica del Plioceno-Cuaternario, la que se halla bien re-presentada inmediatamente al norte y sur del sector analizado. La zona de estudio se enmarca por el contrario dentro de unafaja plegada y corrida de piel gruesa y vergencia occidental, en donde la inversión tectónica jugó un rol central.

Palabras clave: Caldera, alto de Copahue-Pino Hachado, Catan Lil.

ABSTRACT: The "Ñireco Caldera" in the central-western Neuquén Andes (38º50'S - 70º50'O). In the southern segment of the Copahue-Pino Hachado block, next to the Moquehue-Alumine lacustrine basin, an anomalous concentration of calderas, resulting froma Pliocene-Quaternary volcanic activity was recognized. The Ñireco caldera, which was proposed as part of this caldera com-plex, is the reason of the present work. The authors object the interpretation of such a morphostructural feature on the basis ofa detailed geomorphologic, structural and stratigraphic analyses of the area. The limits of the proposed caldera coincidemostly with fluvial valleys that seem to be controlled by previous structures like faults and regional lineaments. There are no evi-dences that could suggest the presence of a volcanic complex that theoretically contains such a depression, or for its externaland internal flanks. The central sector of the proposed caldera presents the highest altitude values of the region (± 2,900 ma.s.l.), which highly surpass those of the Principal Cordillera at these latitudes. The local stratigraphy of the area, is domina-ted by the oldest rocks of the region (Upper Paleozoic granitoids and Triassic volcanic and volcaniclastic sequences), andshows not temporal coincidence with the Pliocene-Quaternary volcanic activity, well represented immediately to the north.The study area falls on the contrary into a thick-skinned west-verging fold-and-thrust-belt, where tectonic inversion played acentral role.

Keywords: Caldera, Copahue-Pino Hachado Block, Catan Lil..

calderas y cuerpos dómicos, que componenun plateau volcánico cuya superficie exce-de los 2.550 km2, y lo relacionan con la ac-tividad volcánica de finales del Cenozoico(Plioceno-Cuaternario), asociada a una re-activación de estructuras del basamento.Estos autores distinguen una faja de cincocalderas occidentales, que ordenadas denorte a sur denominan: Galletué (Chile),Meseta del Arco, Nacimientos del Aluminé,Moquehue y Llamuco, cuyo reconocimien-to descartara González Díaz (2008). Al na-ciente reconocen otras cuatro: Pino Ha-chado, Las Lajas, Lonco Luan y Ñireco. Detodas las depresiones caldéricas mencio-nadas, sólo hay una detallada descripciónde la de Pino Hachado (Tunstall 2005).La integración del análisis de imágenessatelitales, modelos de elevación digital, yfotografías aréas, con observaciones de su-perficie realizadas a lo largo de la porciónaustral del alto de Copahue-Pino Hachado(Muñoz y Stern 1988, Pesce 1989), permi-tieron reinterpretar la configuración mor-foestructural de una parte de este sector.Estas observaciones han permitido a su vezobjetar la definición de una entidad mor-

fovolcánica en el área, la "caldera de Ñi-reco" (Tunstall y Folguera, 2005) sobre labase de criterios geomorfológicos y estruc-turales. Los límites sugeridos para la "caldera deÑireco", se ubican inmediatamente al estedel curso del río Aluminé, entre los 38°50´y los 39°15´S y los meridianos 70°40´ y71°00´O, e incluyen una importante por-ción de la cordillera de Catan Lil. Los falde-os occidentales de la cordillera del Chachilhan sido a su vez definidos como límiteoriental de la caldera (Tunstall y Folguera2005) (Fig. 1b).

METODOLOGÍA

Se realizó una interpretación geomorfoló-gica y estructural del área con fotogramasa escala aproximada 1:60.000, complemen-tada mediante el análisis de imágenes sate-litales y modelos de elevación digital de lazona. A ellos se le sumaron un estudio re-ciente de carácter geomorfológico de la re-gión adyacente al lago Aluminé (GonzálezDíaz y Folguera 2009), como también ob-servaciones de superficie realizadas a lo lar-

go de la zona (García Morabito y Ramos2008 a y b, García Morabito et al. 2010,García Morabito 2010).

MARCO GEOLÓGICO REGIONAL

El área abarcada en el presente estudio for-mó parte del desarrollo y evolución pos-terior de la cuenca Neuquina, por lo queuna buena parte de su estratigrafía está in-tegrada por algunas de las sucesiones sedi-mentarias mesozoicas depositadas en esecontexto. El cuadro estratigráfico lo com-pletan exposiciones discontinuas de basa-mento, rocas ígneas del Cretácico Supe-rior-Paleógeno, y secuencias volcanosedi-mentarias terciarias de distribución y espe-sor variable. Actualmente la zona repre-senta niveles de exposición profundos dela faja plegada y corrida del sur neuquino,expresados en los afloramientos del basa-mento, en las sucesiones del synrift, y enlas sedimentitas marinas del Grupo Cuyoexpuestas en torno a los principales ele-mentos topográficos del sector (Fig. 2).Las rocas más antiguas corresponden a las

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Figura 1: Ubicación delárea de estudio: a)Configuración tectónicay principales unidadesmorfoestructurales delos Andes entre los 37ºy 40ºS; b) Modelo deelevación digital entrelos 38º30' y los 39º30´S.Las trazas discontinuascorresponden a los lí-mites de algunas de lascalderas propuestos porTunstall y Folguera(2005) para la zona; c)Topografía exagerada alo largo de una transec-ta este-oeste ubicada alos 39ºS.

179Caldera de Ñireco en los Andes Neuquinos

metamorfitas de bajo y mediano grado ex-puestas en la cuesta de Rahue y el cordónde la Piedra Santa, asignadas por Franzese(1995) al Complejo Piedra Santa. El basa-mento premesozoico de la región se com-pleta con los granitoides neopaleozoicosdel Complejo Plutónico del Chachil (Lean-za 1990), los cuales constituyen el núcleode las cordilleras de Catan Lil y del Chachil(Fig. 2).Las secuencias volcanosedimentarias co-rrespondientes al ciclo precuyano marcanel inicio del desarrollo de la cuenca. Estasse caracterizan por espesores variables desucesiones volcanosedimentarias acumula-das en profundos depocentros limitadospor fallas normales (Vergani et al. 1995,Franzese y Spalletti 2001), los cuales se en-cuentran bien representados en la zona ubi-

cada al este del río Aluminé (García Mo-rabito 2010). Las sedimentitas marinas delGrupo Cuyo se ubican estratigráficamen-te por encima y en relación de discordan-cia, conformando potentes sucesiones quese disponen en torno a los principales ele-mentos positivos del sector. El resto delregistro sedimentario mesozoico, lo confor-man las sedimentitas de los grupos Lotenay Mendoza, expuestas en sectores adyacen-tes ubicados inmediatamente al este y alsur. Estas secuencias mesozoicas son in-truidas por una serie de cuerpos subvol-cánicos de composición andesítica-dacíti-ca (García Morabito 2010). Sus fases ex-trusivas asociadas se disponen mayormen-te en relación de discordancia por encimade los depósitos mesozoicos. Estas seriesabarcan un amplio rango temporal que va

desde el Cretácico Superior al Eoceno(Zamora Valcarce et al. 2006, García Mo-rabito 2010). Dentro del registro Neógeno se destacanlas sucesiones volcanosedimentarias mio-cenas (Formacion Chimehuin y BasaltoRancahue), como también una sucesión debasaltos neógenos ampliamente extendidalo largo de la zona de estudio. Las prime-ras corresponden a una serie de depósitoscontinentales fuertemente vinculados a unaactividad volcánica coetánea, expuestos demanera discontinua a lo largo de los prin-cipales valles de la zona. Corresponden adepósitos sinorogénicos acumulados enuna serie de depresiones intermontanas,cuya génesis se vincula al levantamientofinal de los principales elementos topo-gráficos del sector durante el Mioceno su-perior (García Morabito y Ramos 2008b,García Morabito et al. 2010, García Mora-bito 2010). Los basaltos plio-cuaternariosse presentan conformando extensos cam-pos volcánicos, como también planiciesestructurales lávicas formadas por relievede mesetas, remanentes de previas coladasmás extensas.En la región, el Cuaternario se halla fun-damentalmente representado por depósi-tos glaciarios, especialmente por el till demorenas marginales. La remoción en masaalcanza mayor relevancia sobre ambos la-terales del valle del río Aluminé, bajo laforma de flujos y deslizamientos rotacio-nales con una fase distal de corriente de tie-rra. Acumulaciones propias de deslizamien-tos rotacionales son asimismo frecuentesen las márgenes de las planicies estructu-rales lávicas de los basaltos neógenos.

MARCO TECTÓNICOY CONFIGURACIÓN ESTRUCTURAL REGIONAL

El sector comprendido en el presente tra-bajo se enmarca en el segmento sur de unbloque precordillerano, de buena expre-sión morfológica entre los 38º y los39º30'S, que ha recibido la denominaciónde alto de Copahue-Pino Hachado (Pesce1989). Se extiende con un rumbo generalnornoroeste por más de 180 km y consti-

Figura 2: Mapa geológico del área. Geología modificada de Galli (1969), Turner (1973, 1976) yLeanza (1990). Estructura modificada de García Morabito y Ramos (2008), García Morabito(2010) y García Morabito et al. (2010).

tuye una divisoria de aguas regional a es-tas latitudes.Entre los 38º55' y los 39º30'S, el extremoaustral de este bloque está representadopor las cordilleras de Catan Lil y del Cha-chil, las que provocan un marcado quie-bre topográfico a lo largo de una transec-ta este-oeste. Ambas cadenas presentancotas topográficas superiores a las de laCordillera Principal y están separadas pordecenas de kilómetros del arco volcánicoholoceno más oriental (Fig. 1c).Dichos cordones corresponden a bloquesde basamento ascendidos en sucesivospulsos a partir del Cretácico Superior, yasociados en gran medida a la inversiónde fallas normales de orientación domi-nante NO a NNO (García Morabito yRamos 2008 a y b, Garcia Morabito et al.2010, García Morabito 2010) . La interac-ción entre las fallas normales mesozoicas,y los posteriores períodos de contracciónsobreimpuestos, resultó en una gran va-riedad de estructuras de inversión, y fallasy pliegues menores asociados, dando lu-gar a una alta complejidad estructural. A pesar de ello se destaca en el cuadro es-tructural del área, el predominio de unsistema de fracturas escalonadas de rum-bo NO a NNO y en menor medida unsistema complementario de orientaciónNE. Este patrón refleja en gran medidala disposición de las fallas extensionalestriásicas y de las zonas de transferencia, lascuales condicionaron fuertemente el pos-terior desarrollo de las estructuras másjóvenes relacionadas con la compresiónandina y la red hidrográfica principal. Lazona ha quedado configurada así en dife-rentes bloques separados por amplios va-lles dispuestos según una geometría róm-bica en planta, lo que refleja la geometríade las estructuras en profundidad.La deformación polifásica de buena re-presentación en el área, ha dado así lugara una faja plegada y corrida de piel grue-sa y vergencia occidental, en donde la in-versión tectónica jugo un rol central a par-tir de la reactivación contraccional de aque-llas estructuras NNO, destacándose a suvez el desarrollo de corrimientos de orien-tación norte-sur.

En el sector considerado en el presentetrabajo, es posible agrupar las principalesestructuras en dos conjuntos principalesde fallas que controlaron el ascenso delos principales elementos topográficos delsector: a) La Cordillera del Chachil constituye unode los elementos topográficos más signi-ficativos de la región, destacándose loscerros Chachil (2.838 m) y La Atravesada(2.590 m) a lo largo de su línea de altascumbres. Esta se encuentra segmentadapor una serie de estructuras de orientacióndominante NO-NNO, las que junto conuna serie de rasgos de orientación NE yen menor medida N, integran el sistemade fallas del Chachil (García Morabito et al.2010). Este tiene su mejor expresión enlas inmediaciones del cerro homónimo,estando particularmente bien desarrolladoa lo largo de todo el flanco occidental dela cordillera homónima. Algunas de las es-tructuras que integran este sistema de fa-llas, fueron descriptas en los trabajos pio-neros de Lambert (1948) en las nacientesdel río Catan Lil.Dentro de este conjunto de estructurasse destaca la falla Casa Mayor. Correspondea una estructura de primer orden de orien-tación general NNO que se extiende des-de los faldeos sudoccidentales del cerroChachil hasta las inmediaciones del cerroLa Atravesada, reconociéndose práctica-mente de manera continua a lo largo dela mayor parte de la vertiente oriental dela cordillera del Chachil (Fig. 3). Entre elTriásico Tardío y el Jurásico Temprano,esta falla controló la generación de espa-cio de acomodación a lo largo del depo-centro Chachil-La Atravesada, uno de losde mejor desarrollo en la región (GarcíaMorabito 2010), cuyo sector sudoccidentalfuera estudiado por Franzese et al. (2006).Esta estructura fue invertida controlandoel ascenso de la cordillera del Chachil comoun bloque de vergencia occidental (GarcíaMorabito et al. 2010). Es posible recono-cer sin embargo diferencias en la cantidadde inversión a lo largo de las estructurasque controlaron el ascenso de la cordille-ra del Chachil, como también diferentesmecanismos a partir de los cuales se resol-

vió la misma (García Morabito et al. 2010,García Morabito 2010).Las fallas de orientación N pertenecien-tes a este sistema, involucran asimismo albasamento en la deformación y correspon-den mayormente a fallas de atajo desarro-lladas en el bloque yacente y asociadas a lasestructuras principales en profundidad.b) Entre las estructuras que controlaronel ascenso de la cordillera de Catan Lil, sedestacan una serie de fallas oblicuas deorientación NNO que segmentan a estecordón montañoso lo largo de su rumbo(García Morabito 2010). Estas constitu-yen estructuras de primer orden que ge-neran cambios en la topografía y en la es-tratigrafía a lo largo de su traza, como tam-bién discontinuidades en la expresión mor-fológica de este cordón a lo largo de surumbo. Estas características permiten in-terpretarlas como reactivaciones contrac-cionales de fallas normales correspondien-tes a la etapa de rift mesozoica (García Mo-rabito 2010).A lo largo de los faldeos occidentales dela cordillera de Catan Lil, pueden recono-cerse a su vez una serie de estructuras deorientación N y vergencia occidental (Fig.3). Estas se expresan en aquellos sectoreslibres de cubierta vegetal y/o volcánica,y representan fallas de un orden jerárqui-co menor que sobreponen las rocas debasamento y las secuencias de synrift a lassucesiones terciarias expuestas a lo largode la vertiente oeste de la cordillera, pro-pagando a su vez la deformación dentrode las mismas.En los sectores ubicados al este y al nor-te del área de estudio -donde el volcanis-mo terciario-cuaternario cubre la mayorparte del área- es posible reconocer unarelación entre las principales líneas es-tructurales inferidas y la localización delos aparatos volcánicos y centros de emi-sión monogénicos neógenos. Su disposi-ción en planta sigue un patrón geométri-co similar al que se observa en el sectorde las cordilleras del Chachil y Catan Lil.La continuidad de los principales elemen-tos topográficos del sector se ve interrum-pida hacia el norte contra una serie defracturas transversales a la cadena andina

180 E. F. GONZÁLEZ DÍAZ Y E . GARCÍA MORABITO

de orientación dominante E-O y E-NE.Este sistema habría condicionado el ascen-so y colapso de bloques a partir del Plio-

ceno, como también la distribución delvolcanismo plio-cuaternario del sector. El alto de Copahue-Pino Hachado, y su

prolongación austral en las cordilleras deCatan Lil y Chachil, comienza a perderexpresión al sur de los 39º35'S, con una

181Caldera de Ñireco en los Andes Neuquinos

Figura 3: Rasgos morfoestructurales y tectónicos regionales de las cordilleras de Catan Lil, Chachil y áreas aledañas. Modelo de elevación digital,contornos topográficos (equidistancia: 50 m) y mapa estructural sobreimpuesto (Modificado de García Morabito y Ramos 2008, García Morabito2010 y García Morabito et al. 2010).

disminución gradual de las cotas topográ-ficas, producto de una estructuración me-nos intensa caracterizada por la inversiónparcial de hemigrábenes de orientaciónNNO a NO, bien representada al este delcurso inferior del río Catan Lil (GarcíaMorabito y Ramos 2008 b, García Mora-bito et al. 2010, García Morabito 2010).

GEOMORFOLOGÍA DE LAREGIÓN ANALIZADA

El relieve de la región (Fig. 4), situado enel sector sur del alto estructural de Copa-hue-Pino Hachado, ha sido conformadoestructuralmente mediante un complejomecanismo de compresión y extensióndurante el Cenozoico. Es en esencia, unpaisaje compuesto y multicíclico, resul-tante del accionar de un prolongado pro-ceso fluvial dominante y más limitado delglaciario. Este último es una consecuen-cia de su levantamiento y el drástico cam-bio de las condiciones climáticas duranteel Pleistoceno. El paisaje volcánico pri-mario tiene reducida expresión en el áreadel estudio, ya que ha soportado marcadadegradación.El alto estructural de Copahue-Pino Ha-chado alcanza sus mayores alturas en laoccidental Cordillera de Catan Lil (cerroCachil 2.558 m s.n.m.) y en la orientalCordillera de Chachil (cerro Chachil 2.839m s.n.m.). Estas elevaciones superan losvalores de la Cordillera Principal a la mis-ma latitud.El régimen de los cursos es permanente.Prevalece el diseño dendrítico y ocasional-mente con cierto control estructural local(fracturas, diaclasas), hasta rectangular-an-gular. El radial divergente se reconoce enrelación con aislados conos volcánicos yel convergente en algunas lagunas, comola de Casa de Piedra u otras depresionesmenores, como las halladas en la planicielávica del cerro Come Yegüas.La morfología estructural del área, poneen evidencia un desmembramiento localdel "alto" en una serie de irregulares blo-ques romboédricos, limitados por sistemasde fallas o lineamientos, que han controla-do la disposición espacial de los principa-

les valles y aun de algunos tributarios im-portantes.Entre los valles principales (troncales) quemuestran un notorio control estructuralpor falla se halla el Casa Mayor. Aquellosdel Chachil, Aluminé, Kilka, Puruve-Pe-huen, Cochicó Grande, están condiciona-dos presuntivamente por fallas y linea-mientos regionales.El valle del río Aluminé es de origen flu-vial (González Díaz y Folguera 2009) y elmás importante. Sólo en un pequeño tra-mo (± 3 km) adyacente a la zona de afluen-cia del lago Aluminé y que se extiende has-ta el cerro La Atravesada se reconoce mor-fología glaciaria. Su configuración del va-lle agua abajo, es afín al tipo garganta. Enaquellos de menor jerarquía que desaguanal río Aluminé (Rahué, Panquecó, Vilunco,Llamuco) o al Kilka (Quilachanquil, Li-menco, Cochicó Chico), se hace obvio elcontrol de su distribución (o tramos exten-sos) por parte de un sistema estructuralE-O.En áreas de las unidades mesozoicas de-formadas y plegadas es posible identificarcursos genéticamente subsecuentes y vallesmenores del tipo longitudinal ó de rumbo,paralelos a la orientación de los estratos,particularmente los localizados en fajas derocas débiles de sus secuencias. Tambiénse observan valles homoclinales resultantesdel fenómeno de migración homoclinal,controlados por la inclinación de los es-tratosLa morfología glaciaria cuaternaria se con-centra en las altas serranías del Chachil yCatan Lil. A lo largo de su extensa pro-yección austral, alcanza el cerro Lonqueo.El tipo del englazamiento local es el alpi-no o de valle. También está presente en lascabeceras de los arroyos Cochicó Chico yGrande. En éste ultimo numerosos circosglaciarios y cortos glaciares tributarios, ge-neraron un extenso glaciar que ocupó suvalle, con su término cercano a su descar-ga en el río Kilka.Sus geoformas erosivas coinciden con suszonas de alimentación hoy inactivas (cir-cos glaciarios), las que aparecen distribui-das en las cumbres de los faldeos orientalesde las citadas sierras, en sus respectivas

"zonas del ubac" o de menor insolación.Suelen verse algunos circos dispuestos enescalera, indicio evidente de una sucesivaelevación de la línea de neveé, durante esostiempos.Los circos de Chachil suelen albergar pe-queñas lagunas, generadas por el endica-miento de un cierre morénico (Alicia, Cha-chil, Las Mellizas, Las Dos Hermanas, Isa-bela). Esta última es la de mayor tamaño.Otra concentración de circos glaciarios sedispone, también con distribución meri-dional, entre las nacientes del arroyo PicúnLeufú al sur y el cerro Atravesado al nor-te. Inmediatamente al norte de éste último,se halla la amplia laguna de La Atravesada,de origen similar y obstruida por una mo-rena frontal. Las artesas o valles glaciariostienen escasa extensión.La agradación glaciaria está representadapor y estrechas morenas marginales (fron-tales y laterales). Su morfología es corrien-te en la parte alta de del flanco este de lacordillera del Chachil y presenta buenaconservación. Sus mejores ejemplos se ha-llan en las lagunas Las dos Hermanas ca-racterísticas de sus elementos componen-tes y en la zona de cabeceras del arroyoLas Piletas.De acuerdo a características morfológicasde sus componentes, el paisaje volcánicopuede ser diferenciado en dos sectores.Uno de ellos se localiza en la región cen-tral del área de estudio, dentro de los lí-mites de la propuesta "caldera Ñireco"(Tunstall y Folguera 2005). No son geo-formas volcánicas primarias, sino relictos,remanentes, de previas coladas básicas demayor extensión. Son definidas como pla-nicies estructurales lávicas (Fig. 4). Su dis-posición en el paisaje apunta a conside-rarlas además como ejemplos de inver-sión del relieve, particularmente en aque-lla desmembrada y paralela al valle delarroyo Casa Mayor.El otro sector es marginal y austral al cita-do límite. Se distribuyen numerosos e indi-viduales campos de lavas, muy degradadosdistalmente (en particular aquellos cuyodrenaje tiene como nivel de base al río Alu-miné. Es corriente reconocer el o los conospiroclásticos que los originó (cerros Colo-

182 E. F. GONZÁLEZ DÍAZ Y E . GARCÍA MORABITO

183Caldera de Ñireco en los Andes Neuquinos

Figura 4: Carta geo-morfológica del áreade estudio.

rado, de la Campana, Lonqueo, Panquecó,Rahué, Mesa). Componen las pampas delos lugareños (del León, de Rahué) y co-rresponden geomórficamente a planiciesestructurales lávicas. En algunos casos, suposterior erosión ha dado lugar a la inver-sión del relieve, como se observa en la pla-nicie lávica que margina por el norte elarroyo Cochicó Chico.Pequeños cuerpos intrusivos y aislados,de composición andesítica-riodacítica so-bresalen abruptamente en el paisaje circun-dante. Un buen ejemplo de su morfolo-gía, es el áspero relieve de las llamadas agu-jas del cerro Cachil (2.558 m s.n.m.).El proceso de la remoción en masa se hacepresente especialmente a lo largo del valledel río Aluminé (González Díaz y Folguera2009), bajo la forma de flujos (corrientesde tierra y debris flows). En las márgenes dealgunas planicies estructurales lávicas seobservan deslizamientos rotacionales conuna facies distal de corriente de tierra. Selas reconoce en el cerro Lonqueo, en lasadyacencias del Establecimiento Patria yen el extremo sur de la pampa de LoncoLuan. Turner (1976) interpretó éstos últi-mos depósitos como correspondientes aun piedemonte agradacional (GonzálezDíaz y Folguera 2009).

DISCUSION Y CONCLUSIONES

Tunstall y Folguera (2005) incluyen a la"caldera de Ñireco" dentro de un comple-jo de calderas desarrollado en torno a los38º30'S, próximo a la divisoria de aguas yal este del arco volcánico holoceno.El análisis detallado del sector permiterefutar la existencia de la misma sobre labase de criterios geomorfológicos y estruc-turales. Es probable que una configuraciónsemicircular en planta, reconocible en imá-genes satelitales y modelos de elevacióndigital, haya conducido a los autores a in-terpretar estos rasgos como evidencia mor-foestructural de las márgenes de una depre-sión caldérica (Fig. 1b)Los lindes o periferias formuladas para lacaldera no responden a las característicaspropias de las escarpas internas de este tipo

de depresiones, sino que se vinculan a for-mas de erosión asociadas a rasgos estruc-turales. Coinciden mayormente con tramosde fallas y lineamientos, a lo largo de loscuales la erosión fluvial excavó profun-dos valles, aprovechando las zonas de de-bilidad estructural que estos rasgos repre-sentan.Su borde oriental coincide con la traza dela falla Casa Mayor, una estructura deorientación NNO desarrollada a lo largode los faldeos occidentales de la cordille-ra del Chachil. Esta estructura, habría fa-vorecido la instalación del curso del arro-yo Cashue Mello Hué a lo largo de su tra-za, desarrollando un valle de falla o longi-tudinal (Fig. 3). El extremo austral del lí-mite propuesto coincide por otra parte conun quiebre topográfico vinculado a unafalla de atajo de vergencia al oeste y orien-tación NNE a N (Fig. 3), vinculada a lafalla Casa Mayor en profundidad.Sus bordes septentrional y occidental coin-ciden asimismo con valles fluviales vincu-lados a rasgos estructurales de importan-cia regional. En el primer caso, su dispo-sición estaría controlada por un lineamien-to transversal de orientación este-oeste, elcual constituye un rasgo significativo quese enmarca dentro de una serie de fractu-ras transversales a la cadena andina deorientación similar, bien expresadas in-mediatamente al norte y al sur del área deestudio. Este sistema de fracturas puedecorrelacionarse a aquellas reconocidas porChotin (1978) en los Andes Australes apartir de la interpretación de imágenessatelitales. El margen occidental de rumbo N, seajusta al desarrollo del valle fluvial del ríoKilca, cuya distribución coincide con ellineamiento de nombre homónimo e igualorientación. Los rasgos geomórficos yestructurales de superficie, no aportan porotra parte elementos de juicio que avalenla presencia de esta depresión caldérica.En su morfología, carece de los faldeos pe-riclinales exteriores (o remanentes de ellos)propios de un aparato volcánico que al-berga una caldera. No se reconoce tampo-co la correspondiente depresión que con-duce a la definición de este rasgo morfo-

lógico volcánico. Por el contrario, en elinterior de los límites de la interpretada"caldera de Ñireco" se destaca la cordille-ra de Catan Lil, con alturas que superan los2.500 m s.n.m. El núcleo de este elemen-to topográfico está integrado por grani-toides del Paleozoico superior y secuenciasvolcánicas y volcaniclásticas correspon-dientes al ciclo precuyano. Estas unidadesson a su vez temporalmente ajenas a la ac-tividad volcánica pliocena - cuaternaria quefuera propuesta por Tunstall y Folguera(2005).Puede agregarse además la ausencia de evi-dencias asociadas a ciertos procesos pro-pios de la génesis de una caldera: subsiden-cia, colapso, o evidencias de una gran ex-plosión, que permitan interpretar la ge-neración de una depresión de este tipo.Tampoco se detectan indicios de actividadvolcánica interna (resurgencia, hidroterma-lismo o mineralización póstuma). Careceasimismo de antecedentes acerca del re-conocimiento de una asociación petroló-gica característica. Solo se observan inter-namente a los límites sugeridos por Tuns-tall y Folguera (2005) y bajo la forma deplanicies estructurales lávicas, pequeñosremanentes de muy degradadas coladas debasaltos neógenos.Hacia el norte y el sur del área de estudio,y alejadas de los límites de la propuestacaldera de hallan extensas manifestacioneslávicas basálticas correspondientes a losbasaltos neógenos, los que ocasionalmentemuestran sus bocas de emisión.Sobre la base de los criterios morfológi-cos y estructurales expuestos, se ha podi-do descartar la presencia de una calderade edad terciaria en el área. Los propues-tos límites coinciden mayormente con ras-gos estructurales que se enmarcan dentrode una faja plegada y corrida de piel grue-sa y vergencia occidental, en donde la in-versión tectónica jugó un rol central, dan-do lugar a una serie de elementos topo-gráficos de cotas superiores a las del ejede la cordillera a estas latitudes.

AGRADECIMIENTOS

Los autores desean agradecer a las auto-

184 E. F. GONZÁLEZ DÍAZ Y E . GARCÍA MORABITO

ridades del Servicio Geológico MineroArgentino (SEGEMAR), por facilitar lasfotografías aéreas e imágenes satelitalesde la zona de estudio.

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Recibido: 18 de marzo, 2009 Aceptado: 10 de agosto, 2010

185Caldera de Ñireco en los Andes Neuquinos