acción humana y explicación teleológica

18
Acción humana y explicación teleológica 1. INTRODIJCCION No cabe duda de que el esquema hempeliano de la explicación científi- ca ha venido constituyendo, desde la publicación del trabajo de Hempel y Oppenheim en 1948’, un punto de referencia obligado para toda la filosl’ia de la ciencia, hasta nuestros mismos días. Ni siquiera los tratamientos más relevantes y recientes de la explicación que las ciencias proporcionan. como los que debemos a Woodward. Salmon, Brody. Van Fraassen o Achinstein, han dejado de contar con el modelo noinológico-deductivo, aunque no fuera más que en tanto blanco de sus ataques. Para ese repre- sentante tardío del Empirismo Lógico que fue Hempel, como sabemos, la explicación es una argumentación deductiva, cuya conclusión es el enun- ciado explanadum, E, y en cuyas premisas, que constituyen el explanans se pueden distinguir leyes generales. Lí, L2 Ln, y otros enunciados, Cl, C2 Cn. que hacen asertos acerca de hechos concretos. De forma que la información proporcionada por explicaciones tales implicada deductivamente el enunciado explanandum, con lo que ofrece- dan una base suficiente para esperar que se produzca el fenómeno que se trata de explicar 2. Nos encontramos, así, con el principio neopositivista de la simetría entre explicación y predicación. Lo que importa es no pasar por alto que el énfasis recaia sobre esas leyes que conforman la premisa mayor del razonamiento: Hempel llegada a poner de manifiesto la mismidad de su poderoso modelo, tanto si figurasen en él leyes de estricta forma univer- sal, como si contuviera generalizaciones de carácter estadistico. En cuat- 1. Hempel. C. Ci.. y Oppenheim. P.: «Studies in the Logie of Explanation» (1948), en Aspeas of Scieníific Explanation. The Free Press, New York, 1965, 245-29! Pp. 2. QIr. Hempel. C. Ci.: Filosofía de la Ciencia Natural (1966). Trad. A. Deaño. Alianza, Madrid. 1973. pp. 79-85. balo del Seminario de Mcta/Afta Núm. Extra. Homenaje a 5. Rñl,adc< Ed. Complutense. 1992

Upload: dinhtuyen

Post on 11-Feb-2017

238 views

Category:

Documents


4 download

TRANSCRIPT

Acción humana y explicación teleológica

1. INTRODIJCCION

No cabedudadequeel esquemahempelianode laexplicacióncientífi-caha venidoconstituyendo,desdelapublicacióndel trabajode HempelyOppenheimen 1948’,un punto de referenciaobligadoparatodala filosl’iade la ciencia,hastanuestrosmismosdías.Ni siquieralos tratamientosmásrelevantesy recientesde la explicaciónque las ciencias proporcionan.como los que debemosa Woodward. Salmon,Brody. Van FraassenoAchinstein,han dejado de contarcon el modelo noinológico-deductivo,aunqueno fuera másqueen tantoblancode sus ataques.Paraese repre-sentantetardíodel EmpirismoLógico quefue Hempel,como sabemos,laexplicaciónes unaargumentacióndeductiva,cuyaconclusiónes el enun-ciadoexplanadum,E, y en cuyaspremisas,queconstituyenelexplananssepuedendistinguir leyesgenerales.Lí, L2 Ln, y otros enunciados,Cl,C2 Cn. quehacenasertosacercade hechosconcretos.

De forma que la información proporcionadapor explicacionestalesimplicada deductivamenteel enunciadoexplanandum,con lo queofrece-danunabasesuficienteparaesperarquese produzcael fenómenoquesetratade explicar2.Nosencontramos,así,conel principio neopositivistadela simetríaentreexplicacióny predicación.Lo queimportaesno pasarporalto queel énfasisrecaiasobreesasleyesqueconformanla premisamayordel razonamiento:Hempelllegadaaponerde manifiestola mismidaddesu poderosomodelo,tanto si figurasenen él leyesdeestrictaforma univer-sal, como si contuvierageneralizacionesde carácterestadistico.En cuat-

1. Hempel. C. Ci.. y Oppenheim. P.: «Studies in the Logie of Explanation» (1948), enAspeas of Scieníific Explanation. The Free Press, New York, 1965, 245-29! Pp.

2. QIr. Hempel.C. Ci.: Filosofía de la Ciencia Natural (1966). Trad. A. Deaño. Alianza,Madrid. 1973. pp. 79-85.

balo del Seminario de Mcta/Afta Núm. Extra. Homenaje a 5. Rñl,adc< Ed. Complutense. 1992

454 RodríguezGonzález,Al L.

quiercaso,todoinduciaacreerquelaexplicacióncientificahabiaadquiri-do al fin un sentidoprecisoy de reconocimientouniversal...

Sin embargo,las leyesempíricasqueparael neopositivistaexpresanmerasregularidades,requierenasimismoexplicación:y son las teoriaslasencargadasde suministrarla,al invocarentidadesy procesosquesubya-cedana lo observable,y quevendrian regidos por leyes peculiares,lasleyesteóricas.Es asicomo la ciencianaturalterminapor abrimosun unt-versodiferentedel cotidiano,a lavez edificándosesobrela imagenmani-fiestadela realidad,y rompiendoepistemológicamenteconella. Y deaquisurgió, una vez más, la necesidadde la reflexión filosófica, puestoque elcélebreenigmade las dos mesasde Eddingtonexige decidir si la imagenmanifiestay la imagen científicadel hombre-en-el-mundoson dos des-cripcionescompatiblesde «lo mismo»,comopor ejemplo,afirma Ryle, osí, por elcontrario,la unaes rival de la otra,debiéndosedeclararfalso, enúltimo término, todo el mundo que nos entregala «filosofía perenne».comoparecepensarSellars3.

El problemaes real: aunqueafectesóloa la fisicade partículaselemen-tales,no se puededudardequeestesectordc la investigaciónse ha revela-do fundamentalparatodaslascienciasnaturales.Además,pormuchoquese quierasubrayarla primacíadela imagencientífica,no sepuedeolvidarquees la imagenmanifiestala quenosproporcionael marcoconceptualdelaspersonas y desusacciones,algode lo queseriacasi imposible prescindir.en casodequetuvieraalgúnsentidointentarlo.En efecto,los objetosdelatmagenmanifiestason primariamentepersonas,mientrasque la revolu-ción científicamodernase hallaantetodovolcadasobrela explicacióndelacontecernatural. Precisamente,el asunto del presentetrabajo puedetomarcomopunto departidaexpositivoun problemaal queapuntaninte-rrogantescomoestos:¿Cómoexplica la Psicologíala acciónhumana?Porotra parte.¿tienelugar, en el cursode la explicaciónpsicológica,la men-cionadarupturaepistemológicacon el conocimientocotidiano?Intentan-do respondera estascuestionesiniciales, esperamosponerde manifiestotoda unaproblemáticacrucialparala Filosofía de la Psicología.

En principio, lo quepodemosllamar el«imperialismo»del modeloN.-D. se traduceen el diseño hempelianode la explicación nwtívaciona¿ pro-puestoya hacecasi treinta años:

Explanandum:«el agenteX llevó a cabo(performed~el acto A».Explanans: 1. «X deseabaE».

2. «X creía que hacerA era el mejor o el único medio delograr E».

3. (Jr. Ryle. Ci.: Dilemmasi Camhridge Univ. Pres, 1954. (.7=Sellars, W.. «Philoso-phy and the Scientiíic Image of Man», en Science Perception ar¡d Realirv. Routledge andKegan Paul, London, 1962.

Acción humanay explicaciónteleológica 455

3. «Siemprequeun agentedeseaalgo,y cree quela ejecu-ción dedeterminadoactoes, dadaslas circunstancias,unmedio de satisfacersu deseo.él lleva a cabotal acto»4.

Peroa semejantehomologacióndelaexplicaciónde la acciónhumanacon la científico-natural,es precisoobjetar,entreotrascosas,que

1. No se apreciaposibilidadalgunade llegar, por estecamino,a unateodacientíficaen sentidoestricto(o sea:deromperconel sentidocomún).

2. Muy escasocarácterlegal tendrian unas supuestasleyes que serefieren exclusivamentea individuos, y a individuos en momentosmuydeterminados.Davidsonllama nuestraatenciónsobreel hechodecisivodeque la explicación N.-D. predice incondicionalmentelo que explica yademáspredicecondicionalmenteun conjunto infinito de otrascosas,locual no pareceser evidentementeel caso de la explicaciónde la acciónhumanaquemencionalas razonesdel agente5.

3. Másen general,las recientesdiscuMonessobrela naturalezade laexplicación,centradasen los aspectosilocucionariosdel aplaining act,parecenconcluir estableciendotanto la imposibilidadcuantola inconve-niencia de unassupuestas«instruccionesuniversales»queconstituyerancondiciones necesariasde las explicacionescientíficamenteválidas.Achinstein.por ejemplo,reconoceque«pareceno haberun modelo no-arbitrario de correccióncientíficamínima»6.

Por consiguiente,a ¡osojosdela actualfilosofía dela ciencia,resultariadetodopunto innecesariala insistenciahempelianaen las leyesuniversa-les,yenla relacióndeductivaentreexplanansy explanandum.Llegamosasía unasituaciónde impasscde la quesólo pareceríapodernossacarla con-sideraciónde la acciónhumanapropiade lapsicologiacientíficacontem-poránea.

2. ?SICOLOGIA DE LA ACCION HUMANA

Pareceobligadocomenzarporel (‘onductismo,y ello no sólo a la vistade unaconsideraciónhistóricade la psicologíacientíficacontemporánea,sino también, y sobretodo, si partimosdel hechode queconstituyeuna

4. Hempel, (2. Ci.: «Rational Action,>, en Proceedings and Addreses of the AmericanPhilosophic’al Association, Ihe Antioch Pres>. Yellow Springs, Ohio, 1962.

5. Cf,-. Davidson. O.: «1-tempel on Explaining Action» (1975). en Essays on Actionsand Lvent.v Clarendon Press. Oxford. 198<>, 261-277 Pp.

6. Achinstein, Peter: Ihe Nature of Explanation. Oxford tJniv. Press, New York-Ox-(ord, 1982. p. 192.

456 RodríguezGonzález,M. L.

filosofladela cienciadelcomportamientohumano, cuyaimplantaciónha sidocasigeneralen los mediosacadémicosinternacionales,desdelos seguido-resdeWatsona Skinner.Precisamente,el singularmanifiestoqueen 1974publicarael brillante investigadordcl condicionamientooperante,denun-ciaba el malentendidosegún el cual el conductismono da lugar a la«intencionalidado el propósito»’.Y en principio. se podría pensarqueelestudiode la conductaoperantees especialmenteproclive a verterseen undiscursoen que términossemejantesocuparanun lugarcentral.

No pretendemosque la obra de Skínner compendiey agotetodas lasposibilidadesdel conductismo,en absoluto.Lo quenos resultaindudableesquesu manifiestodefrauda.esdefrctive,comodicenlos ingleses.en rela-ción con esadenunciainicial. Y no podíaser de otro modo,puestoquelamptura con el sentidocomúnqueel planteamientowatsonianopretenderepresentarse ¡ocalizasobretodo en la decisiónde prescindirde la tesispara la cual los estadosmentalesson causas.(A partir de ahora,por lodemás.el problemade lo mental va a trazarel horizonteontológico quecorrespondea la explicaciónteleológicade la acciónhumana).Y. comocuadraal chato«conductismometodológico».la razón aducidaconsisteen quela visióncotidianade ¿cm accionesno esoperativaen la prediccióny elcontrol de la conducta8.Sin dudaresulta atinadala ecuaciónqueel mismoautorno tardaen establecer.

«El conductismo metodológico podría ser concebido como una versión psicoló-gica dcl Positivismo Lógico o dd OperacionismoY’.

Peroocurrequeel lenguajequehablamosestáempapadodementalis-mo. y por esoconsistirála tareabásicadel filósofo conductisíaen introdu-cirnos. por medio de la traducción, en la imagencientífica de la acciónhumana.El sentidocomúnconsíguiriatranquilizarsecuando,a la pregun-ta de «¿porquéhacesesto?»,se responde«porquequiero hacerlo»;mien-tras que la curiosidad del hombre de ciencia, siempre metódicamenteorientada,no se aquietaríahastallegar a unareferenciaúltima, definitiva,a las circunstancias externas de la acción, que son las únicasquesatisfacen,diriamospor nuestraparte.el apriórícointeréstécnicodel psicólogo.

De maneraque,porejemplo.el término«querer»describiríaun déficit:«un hombrehambrientoquierealimento» no significa sino que necesitaalimento.Lo quemueveen todocasoes la carencia,no la mcta representa-da de antemano.Puesla carenciaincrementariala probabilidadde emitirla respuestapreviamentereforzadacon alimento. De lo que se trata es detnvertir el esquemaexplicativo del conocimientocotidiano: los estadosy

7. CIr. Skinner. B. E.: Sobre cl Conductistno (19741. rrad. E. Barrero. Fontanella. Bar-celona. 1975. p. 13.

8. cjr. Skinner. B. F.: lot. cm, pp. 19-20.9. SI<inner, B. E.: loe, ch., p. 23.

Acción humanay explicaciónteleológica 457

procesosinternosno seríancausas,stno,al revés,representacionesde tosefectosdel refuerzo.No pensemos,porotro lado,queesteanálisisse aplicasólo a lasdimensionesprimariasdela conducta.Tambiénabarcaelámbi-to delo quela tradicióndenominaba«actividadvoluntaria»:si unaperso-na actúaconelfin de quesucedaalgo,susmotivosy propósitosno pasaríande ser,asimtsmo,efectosde los refuerzos.El discursode la voluntadse re-duceasí a laconfesiónde la ignoranciade la causainmediataquedesen-cadenóla acción.Cuandola razón engullea lacausa, se trata,parael filó-sofoconductista.depuraincapacidadcomprensivadel sentidocomún,delabismoquelo separadel esclarecimientocientífico.

En definitiva. se podría afirmar que la traducciónconductistade laexplicaciónteleológicaen términos de explicaciónfisicalista es todavíamásradical que la ensayadapor Hempel.La debilidad filosófica de unSkinnerdeja másde manifiesto,en efecto,el sentidoúltimo de semejantetraducción,queno seríaotro queel de la absolutasupeditaciónde lacien-cia de la conductaal interéstécnicodel conocimiento.

Si nosvolvemos,a renglónseguido,haciaPiagety su escuela,el pano-ramacambiaapreciablemente.Es cierto quelas reflexionesepistemológi-casdel ginebrinoparecendírigirsesobretodoa la dualidadde descripcióny explicación,y a la necesidadde superarel simple nivel fenomenista.Además,en su clasificaciónde los modelosexplicativospsicológicosbrillapor su ausenciala explicaciónteleológicade la acción humana.Sin em-bargo.la decepciónno tienetiempode aparecer:la epistemologíagenéticallegapor fin avincular elparalelismo psicofisico, al quePiagetse adhiere,alisomorfismoentrecausalidade implicación,dos de sus «descubrimientosfilosóficos»másimportantes.

Estaconexiónexpresa,unavez más.el intentode resolverel problemade la explicaciónpsicológicamediantela previa decisiónontológica decontestaren un sentidoprecisola preguntaqueterminapor hacerseinsos-layableal filósofo dela Psicología:«¿quérelaciónexisteentrela concien-cia y los procesosorgánicoso materiales?»’».El Conductismohabíapres-cindido de la concienciaa través de un curioso empleo de la reflexiónconsciente.Piaget.porel contrario,reconocela realidadde un lenguajedela concienciaal ladodel lenguajedel cuerpo.Ambos serianindependien-tes,pero isomórficosy complementarios:

«C..) el isomorfismo (en el sentido de una correspondencia entre estructuras.haciendo abstracción de los contenidos). deberia buscarse entre dos series deacontecimientos complementarios pero descritos en lenguajes esencialmentediferentes>,’’.

10. Piaget. .1.: da explicación en Psicología y el paralelismo psicofisiológico». p.179. en Fraissc, P.. y Piaget, J..’ Tratado de psicología experimentaL 1. Historia y método dela psicologia experimental (1963-1970). Trad. MY leresa Cevasco. Editorial Paidós.Buenos Aires. 1976. Pp. 151-197.

II. Piaget. J.: Loc. cii. p. 185.

458 RodríguezGonzález,M. L.

Puesbien,si el lenguajedelcuerpoes el delas causasy losefectos,el dela concienciaes el lenguajede la implk’ación. La acciónde un estadodeconcienciasobreotro estadode concienciano correspondea la categoríade causalidad:unono causaotro, sino queuno implica el otro. Es sabidoque la categoría piagetiana de implicación entraña una complejidadsemánticacapazdeenglobardesdela implicaciónlógica a la implicaciónmoral.Pero¡oquea nosotrosnos interesaes quela relaciónqueseestable-ceentrefin y medios,caracteristicade la acciónpropiamentehumana,esincluida asimismoen (a categodade implicación.

Y no nos extrañatal inclusión, desdeel momentoen que se reconoceaquíqueel carócterfundamentaldefa concienciaconsisteen tenersign~ficacio-n&s siendoel modopropiodeconexiónentrelos fenómenosconscienteselde la implicación significante. De la accióncomoefrcto del retuerzohemospasadoa la accionsignificativaen el mundo,implicada porla mctaquenosrepresentamos.y es este elemento del sentido cl que imposibilita todointento de hacerpasar la explicación teleológicade la acción por meraexplicacióncausal,no digamosya todo intento de reducir.eliminándola.aquéllaa ésta.

Creemosnecesariaen estepunto la referenciaa dos hitos de la teoriapsicológica,particularmenterelevantespara nuestrotema. En efecto, lapublicación,en 1960,de la obra de Miller, (ialantery Pdbram.Plansancídic Structure0/’ Behavior, contribuyóa la recuperaciónde la concienciaporpartede la ciencia de la conducta,y, en lógica consecuencia,supusoelpunto final parael monopoliodela causalidadlineal. En palabrasdelpro-fesorPinillos. «los planese intencionesdel sujeto se asimilanasía mode-los de procesamientode la información, más centradossobreel valortnformativo del estímuloque sobresu acción causal»’. Dicho de otromodo: el conceptode retroalimentación hacíapor fin posibleconceptuali-zarla autoposesióncognitivay prácticapropia dela subjetividadhumana.A partirde entonces,los psicólogoscobijadosbajoel modelocomputado-nal hanvenidodesarrollandoanálisis funcionalesqueponende manifies-to la crisis del Neopositivismoy del Conductismo,en relaciónconla expli-caciónpsicológicasobretodo. Entreotrascosas.se ha reducidola tenden-cia a pensarquelas explicacionescientíficasseandiscontinuasconrespec-lo a las del conocimientocomún,cuandomenosen la esferapropia de laPsicología.El tan denostadomentalismoseria,porejemplo,paraun autorcornoFodor. tan inevitable comocorrecto.

Pero no vamosa consideraraquíla «solución»al problemade lo men-tal queel Funcionalismorepresenta.nosalejaríade nuestrotemaen exce-so.sino quepasaremosa dejarconstanciadel segundodeesoshitos dequehablábamos.En 1964 vio la luz The Explanationof Behaviour, obra en la

12. Pinillos.]. L.: Las lunciones de la conciencia. Real Academia de Ciencias Moralesy Politicas. Madrid, 1983, p. 53.

Acción humana y explicación teleológica 459

queCharlesTaylordefendía,frenteal conductismotodavíadominante,laespecificidadde esavariedadde explicaciónteleológicaqueconstituyelaexplicación en términosdepropósitode la acciónhumana.Además,la legiti-mídadde suempleoen la ciencia de la conductase fundamentaríaen latesisde queexisteuna linea decontinuidadentrela explicacióndel senti-do comúny la propiamentecientifica.

¿Cuálesserianlasobjecionesa esteplanteamientomásfrecuentementeesgrimidaspor susadversarios?En primerlugar, se consideraqueexplicarunaconductamediantela referenciaa un objetivo perseguidointencional-menteequivaldríaal absurdode explicarun acontecimientopresenteporotro acontecimientofuturo. La obra de Taylor. y así lo subrayabaesteautorunosseisañosdespués.respondíaa la objeciónllevandoa cabounaauténticareformulaciónde la lógica propia de estetipo de explicación:

«Una explicación es teleológica si da cuenta de los fenómenos que han de serexplicados del modo siguiente:

Si E es el fin “en virtud del cual” se dice que tienen lugar los sucesos: Bel sucesoque hay que explicar: y S la situación-de-hecho que rige con anterioridad a E:entonces E se explica por el hecho de que 5 era tal que requería B para que Etuviera lugar» ‘3.

En suma,lo quedefinecomotal unaexplicaciónteleológicano es stnola formade su antecedente,vaciándosede sentidola objecióntradicional.

Por otro lado,la psicologíaacadémicaconvencionalfundamentabaelcarácterespuriodc estaexplicaciónen el hechodequelos propósitosy laspropiedadesintencionalesen generalson inobservables,y. encima,lo queaquíse pretendees quetienenefectosobservables.Taylor declara,enrela-ción con esta segundaobjeción,que la proposiciónde que lo mental esinobservableno es en absolutoevidentepor si misma:yo puedoobservarlacóleraola tristezadelotro’4. Además,parasalvarelescollodel interaccionis-mo. por lo generaldc aspectopococientífico. el autornosesbozaladeno-minadateoríade la expresión,comosolución tentativaal problemamente-cuerpoquepuedefundamentarontológicamente,a su juicio. la legitimi-dadde la explicaciónporpropósitos:paraquese déun cambiodel estadomentalA alestadomentalB, ha de darseun cambioenel sistemaneuroló-gico quepuedeser entendidocomo su expresión.No habría,por tanto,relacióncausal,sino «expresión»neurológica’5.

Pero lo másimportantepara nosotrossería, sin duda, la decisióndeconvertirla explicaciónporpropósitosen elmodelomásadecuadoparael

13. Taylor. Ch.: «Ihe Explanationof Purposive Behavinur». en Borger. R., y Cioffi.E.: Explanation in ¡he Behavicural Selences CambridgeUniv. Press,1970.49-80 pp.. p. 55.

14. Taylor. Ch.: Loa cfr, p. 61.15. (jr.. Loa ca?, pp. 68 y 70-73.

460 RodríguezGonzález,M L.

comportamientohumano.La conductaes plástica. hay improvisación.novedad.Estadecisiónconlíeva.nadamásy nadamenos,queelpsicólogose haceporfin cargodel modoen queelagentese ve a sí mismoy contem-pía supropia actuación.Es decir, se reconocequela explicaciónpsicológi-cade suacciónen elmundono tienemásremedioqueatenderal significa-do que tiene parael sujeto.

En la actualidad,continuandopor elcaminodcTaylor. no pocosteóri-cosde la Psicologíasiguenponiendosuempeñoen «resquebrajarel endu-recidocaparazónpositivista»,si empleamosla metáforade Harré,quehaencerradoel estudioempirico de la accióndurantelos últimos cuarentaocincuentaaños.Entrelos queinvestiganla acciónhumanase impone asiel principio segúnelcual ésta«deberíaserconsideradaen los términosdeun formatobásicomedios-fin»’6. Mientras que la meraconductaseríaunfenómenomásdel mundofisico. un nudo másen la red de la causalidad.Una categorizacióncomoesta no impide,desdeluego.queel psicólogodela acciónsiga concediendomayor importanciaa la comprensiónpúblicade la misma quea la narraciónde las intencionesprivadasdel agente.

En cuantoa los esquemasqueconcretanla explicaciónteleológicadela acción,el másinfluyentehasido sin dudael de want-behefdesarrolladopor pensadorescomo Davidson.y que parecemuy próximo al sentidocomún.Ello no quieredecir, sin embargo.queno planteeaúnhoy algunosproblemasa los filósofos de la Psicología’7.

En suma,todoesteimportantesectordela psicologíaactualentiendelaexplicaciónintencionalcomoun diseñorealista de la acciónhumana,y nocomouna simplemanerade hablar.Y a ello ha contribuidola investiga-ción empírica,quereconoceen laactualidada la conciencia,a la atención.unafunción de control que se haríapatente,sobretodo, cuandose dierac’erto grado de confusiónen relacióncon los fines de un sistema,o tam-biénen el momentoen quesurgieraalgún problemaen lo ~‘eferentea losmediosparaalcanzarun fin previamentedado’8.Las diferentesfuncionesquese atribuyenhoy a la conciencia—síntesisy adaptación.básicamente.perotambiénlas propiasdel proyectobiográfico,dc la concienciahistóri-cay de la concienciapersonal—suponentodasellas la capacidadde dis-tanciarsede la situaciónestimularinmediata.Ahorabien,en palabras,denuevo,del profesorPinillos:

«Esta posibilidad (le distanciamienbo se manifiesta, asimismo, en la forma snti-cipatoria con que la conciencia se adelanta a sus determinaciones futuras. pre-

6. Harre, R.: «Iheoretical Prelirninaries to the Study of Action». en Von Cranach.lvi.. y Harre. R. (edsj: The Analvsis ofAction. Recent Yheoretical and Empirical Advan-ces. Cambridge Iiniv. Pres.s. Editions de la Maison des Sciences de l’Homme. 1982. 5-35PP. P 10.

17. Hay incluso quienes han propuesto, por este motivo, la alternativa de un esque-ma conceptual adaptado de las cuatro causas aristotélicas.

18. Cfr Harre. R.: Op. en., p. 31.

Acción humana y explicación teleológica 461

viéndolas o previniéndolas por virtud de una actividad propositiva que excededel marco de la causalidad eficiente y se sitúa en el de la finalidad»’9.

Por último, parecequela posiciónmáscoherenteconestoshechos,enrelacióncon el problemade lo mental,no seriaotra que la del emergentis-mo, entendiendoen este contexto por «emergencia»,«la aparición dedeterminacionesnuevasen el seno de un mismo procesode origina-ción»2<>.

3. FIIOSOFIA DE LA ACCION: RAZONES Y CAUSAS

En lo quesigue,dentro de esteapartado.nosvamosa volver hacia lafilosofia de la accióndesarrolladamedianteel análisisdel lenguajeordi-nario: estáclaroque las nocionesfilosóficasde acto y acción no son dife-rentesde las usadasen éste.Podríaparecerquesemejanteprocedimientoprejuzgala cuestiónde la relaciónentre explicacióncientíficay conoci-~nientocotidiano,perotenemosla disculpadeque,en la actualidad,inclu-so la filosofía de la ciencia naturalestá siguiendolos derroterosseñaladospor el segundoWittgensteiny suscontinuadores.Porotra parte,estadeci-sión nuestrano implica en absolutodespreciarlo conseguidoen otrasáreasdel pensarcontemporáneo:somosconscientesde la importanciadelPragmatismode James.Dewey y Peirce, al convenir el contextode laacciónen auténticotribunal supremoparala totalidaddelos sectoresdelareflexión filosófica, MetafísicayTeoríadel Conocimientoincluidas;comotambién reconocemosla radicalidaddel planteamientofenomenológicode un Merleau-Ponty,quehacedel cuerpovivencial eseyo-puedoorigina-rio, llamadoa superarlasaporiasdela filosofía modernadel conocimien-to. No ignoramos.asimismo,la profundasignificación ontológicaqueelexistencialismosartreanoacertó a revelar en [a acción genuinamentehumana...

Lo quesi implica la opciónelegidaes laconstataciónde queha sidoelanálisis del lenguajede la acción, desarrolladopor la filosofía de lenguainglesa.el que másha influido en la psicologíacientíficacontemporánea:no seríadificil señalar,en esteterreno,la huellade un procesomuy similaral anteriormenteesbozado.Un hechocomoesteno deja de resultarnatu-ral: las restanteslíneasde la reflexión contemporáneahanconfluido, sinduda,sobreesadimensiónde laPsicologíaen la quese sitúanlas diversasalternativasal estrictométodocientífico-positivo.

Y los análisis másdestacables.en estatradición, hancontribuido aorganizarcl problemafilosófico de la acción humanaen las cuestiones

¡9. Pinillos. J. L.: Op. ciii. p. 42.20. Pinillos. 1. L.: Op. ciii, p. 69.

462 RodríguezGonzález,Al L.

capitalesde la naturaleza, la descripcióny la explicación de la misma.Noscentraremos,obviamente,enestaúltima, aunqueno estaríade másrecogerantesdosconclusionesquehacenreferenciaa las primeras:por un lado.parecefracasadoel intentode Hart y sus seguidoresde analizarla acciónhumanadesdeel punto devista jurídico (nopodemosafirmarque,cuandodecimosqueX es unaacción humana.estemosatribuyendoa alguien laresponsabilidadde un sucesoen vez de describiralgoquesucedió,puestoquecabela posibilidadde llevar a caboaccionesdc las que, en rigor, noseamosresponsables);tambiénparecenobviaslas dificultadesa quenosconducela caracterizacióntradicional de las accionesen términosde susantecedentescontingentes.los actosvoluntarios(los tníbajosde Meldenconstituyenun verdaderomuestrariodelas aporiaslógicasqueaquíseori-ginan, lo cual no dejade guardarrelaciónconla mínimapresenciadel tér-mino «voluntad»en la literaturapsicológicacontemporánea).En vistadetodoello, se concluyepor lo generalafirmandoque«un sucesoparticulares unaacción,si es elejerciciodeun poderquedeterminalo quesucede»2’.

En segundolugar,en el terrenode la acciónresultamuy dificil señalarunafronteraclaraentrela meradescripcióny la explicación:no cabedudade quese puededescribirun actoen términosexplicativos,comotambiénes perfectamenteposiblequela explicaciónde unaaccióntome la formade unaredescripciónsuya.

En el orden histórico,por último, sería imperdonableno citaraquí losdecisivostrabajosal respectode Austín («En Defensa de Las Excusas».1957).presentacióndel tratamientolingílistico del problemafilosófico dela acción,a la vez queprogramacuasi inauguralde su estudio:Anseombe(«La Intención»,1957). investigaciónpreliminarsobrela disparidaddelosjuegosde lenguajecausaleintencional;y Omito («AccionesBásicas»,1965:Filavifía Analíticadela Acción, 1973). trabajosestosúltimos quesuponenunagotadorensayode formalizaciónlógicadel campopráctico.a partir de susupuestaanalogíacon el cognoscitivo.

Peropasemosya a nuestrapreocupacióncentral.la explicaciónde laacción.Vamosa partirdel hechodeque,en el lenguajequehablamos,éstareviste, por lo común, o bien la forma de una apelacióna factoresqueexplicarían«a la manerade las leyes»(por ejemplo,costumbres,disposi-ciones...).o bien la forma de unaapelacióna factoresquepodriamoslla-mar «teleológicos»(deseos,propósitos.intenciones...).Se trataría,en defi-nitiva. de una dualidadparecidaa la queentrañael término «motivo»:segúnelGran Diccionario Inglésde Oxford, y recurroa él sólo porquelo citaUrmsonen sutrabajodc 1952,«Motivos y Causas».«aquelloquemueveoinduce a unapersonaa actuarde cierta manera,un deseo,un temoru otraemoción,o unaconsideracióndc la razónqueinfluye o tiendea influir en

21. White. A. It: «Introducción» a White, A. R. (cd.): La Filoso/hz de/a Acción (¡9681.Trad. S. Block. ECE.. México-Madrid. 1976. 7-31 pp., p. 17.

Acción humanay explicaciónteleológica 463

la volición de unapersona».Parecidatambién,cómono,ala queseñalaladistinción aristotélicaentreapetito(epithymía)y voluntad(boúltsis).

Es decir, en la explicaciónde las accionesde los hombreshay ingre-dientescausalese ingredientesteleológicos,y el problemaclásicode lafilosofía de la acción,a esterespecto,no seríaotro queel de determinarelpuestoy las relacionesmutuasdeunosy otros~.Vamosasía pararalacues-tión decisivade las causasy las razones.

Sin dudaes recordaralgo de todos sabido,decirque el tratamientohumeanode la causalidadha venidosiendodeterminantehastanuestrosmismosdiasparatodala filosofía de la ciencia.Y, sinembargo,en elcasode nuestrotema su aceptacióninvolucrada,nadamásy nadamenos,laimposicióngeneralde la tesisqueafirma la incompatibilidaddel lenguajede causasy el lenguajede intenciones.Porqueunacausadeberásersiem-pre lógicamenteindependientedesusupuestoefecto,mientrasquelospro-pósitosy las voliciones no seríandescriptiblessi hacemosabstraccióndela accióna la quese refieren,y pretendenexplicar.En su trabajosobrelavolición. Meldense muestratajantea esterespecto:las causasdela accióndebenpoderdescribirsecon independenciadeésta22.Con lo queacabaríapor imponersetambiénel rechazode la legitimidadcientíficade la teleolo-gía en el ámbito de la explicaciónpsicológica.Rechazoqueotros argu-mentostradicionalescontribuiríana confirmar, como, por ejemplo,el deque ni las actitudesni las creenciasson sucesos,sino disposicioneso esta-dos.por lo quede ningún modopodríanseridentificadascomocausasdela acción.O el de que el conocimientoprivilegiado,«incorregible»,queuno tienede sus propiasrazonesal actuar,no tiene nadaquever con eltipo deconocimientoquepodemosllegara tenerdelascausassensustricto.

Late en la tesisde la incompatibilidad,muya menudo,el propósitodesalvaguardarla diferenciaqueseparala accióndel merosuceso,la mismaquedistinguiría a la personadel autómata.Y sinembargo,¿porquétenemosla tendenciatanpronunciadaa tratar los motivoscomosiJiwran causas?Desdeel punto de vista del funcionamientoefectivode nuestrolenguaje,la tesisdela incompatibilidadpecaría,sin duda,de intelectualismo.Es el innega-ble intelectualismode análisiscomoel de Melden lo queenturbiala evi-denciade la inevitabledualidaddel conceptode motivo. Vienen aquiennuestraayudalas palabrasde Ricoeur.decididasa ponerde relievequeenla motivaciónse ligan esencialmentelas ideasdefuerza y sentido:

«Este confin de lo natural y lo cultural, de la fuerza y del sentido, es el deseo;finalmente. ese1 status del cuerpo propio, en la frontera de la causalidad naturaly de la motivación, lo que funda la continuidad entre causa y motivo»23.

22. (4 Melden. A. E.: «La Volición,,, en Wliite, A. It (cd.): Op. ciii. 104-115 pp.: ytambién Frrec Action. Routledge and Kegan Paul, I.ondon. 1961.

23. Ricocur. 1’.: El Discurso de la Accion (1977). Trad. deP. Calvo. Cátedra, Madrid.1981. p. 56.

464 RodríguezGonzález,41. L.

A pesarde las sospechasquepuedaseguirsuscitandoen la psicologíacientífico-positiva,la explicaciónpsicoanalíticajamáspasó por alto estacontinuidad,puestoque, como atestiglia el mismo Ricoeur, siempre semovió a lo largo de la frontera mencionada.Tal vez habríaquedar larazón al pensadorfrancéscuandoseñalajusto en este punto crucial ellímite propio del análisis lingilistico de 1’a acción. Pero, ciertamente,nohacejusticia a un pensadorencuadradoen esta tradición filosófica, quesin dudahabríaacedadoa reconocerla continuidadde queél nos habla.E, incluso,dandopor buenoel tratamientohumeano.Este analitico queiría másallá del análisisno es otroqueDavidson,cuyaaportacióna nues-tro temaconsideraremosa continuaciónpararematarel presenteaparta-do.

En su trabajode 1963, «Acciones.Razonesy Causas»,cuyainfluenciaenla Filosofía dela Psicologíaresultadificil exagerar.Davidsonse oponea la tesisde la incompatibilidad,afirmandoresueltamenteque «dar unarazónprimaria paraunaacciónes lo mismo queexponersu causa»24.Laintenciónpolémicadeesteescritose hacepatenteen unareflexiónposteriorde su autor,en la quereconoceque «fue una reaccióncontra la doctrina,ampliamenteaceptada.de quela explicaciónde unaacciónintencionalentérminosdesus motivoso razonesno podiarelacionarrazonesy accionescomocausasy efectos».ContraMelden y Hampshire.y apoyándosenadamenosqueen la autoridadde Aristóteles,se hacedel deseo,y del querer(wantingj un factorcausal.

Paraentenderla posturade Davidsonse haceprecisoteneren cuentasu análisisde la razónprimaria o intención del agente:paraél. conocerlarazónpor La queun agenteactuésignificaconocerla intenciónconquelaacciónfue ejecutada.Es decir,conocersu actitudjk.zvorable(traducciónéstahabitualde la expresióninglesa«pro-attitude»,queabarcarladeseos,pro-pósitos,fines,principios morales.principios estéticos...):y conocerademássucreencia~beliefl,relativaen estecasoal mediomásadecuadodc alcanzarel fin propuesto.Y esteconocimientoracionalizaríala acción llevada acaboal proporcionarnossu causa. Es decir, para Davidson,la explicaciónque racionalizala acción,al manifestarnoslas intencionesdel agente,seríaunaespeciede explicacióncausal,como afirman,por lo demás,la tradi-ción y el sentidocomún.Si la razónde unaacciónfuncionacomúnmentecomo unajustificación de la misma, ello se haceposible por la funciónexpLicativo-causaldela razón,quees en todocasosu función primaria. Elhechode quela razónde unaacciónconstituyaunadeterminadainterpre-tación de la misma,porotra parte.o una nuevadescripciónquela tornainte-ligible al encajarlaen un modelo quenos es familiar, no invalidaría enabsoluto,a juicio de Davidson.su polémica tesis.

Los argumentosen contra,algunosde los cualeshcmos mencionado

24. Davidson. D.: «Action.. Reasons aud Causes». p. 12, en o¡x ciii. 3-19 Pp.

Acción humana y explicación teleológica 465

antes,tendriantodosellos estedenominadorcomún: la ignoranciade ladiferenciaentrela lógica extensionaly la intensional.desdeel momentoen quees precisamenteestaúltima la queestmcturay rige el lenguajepro-pio de las explicacionesintencionales.La verdadde la aserción«quiseencenderla luz», por poner un ejemplo, n~ implica en absolutola de(<encendíla luz», comoocurriríaen el discursoextensional25.En el discur-so intensionalel valor de verdadde la proposicióncompuestano es fun-ción del delas proposicionesintegrantes.Paranuestroasunto,de todoestosedesprendequeentrerazonesy accionesno haypropiamenteconexiónlógica,sino, todo lo más,lo quepodríamosllamar con Davidson«conexióngra-matical».Por otra parte.refiriéndonosahoraa la otra objeciónclásica,ladel conocimientoincorregible,la mismaPsicologíahabríademostradosinlugar a dudas,al parecerde nuestropensador,queunopuedeequivocarsecompletamenteen lo referentea las razonesque le han llevado a actuar.

PeroDavidsonacepta.como hemosdicho, el análisisde Hume. Y, deacuerdocon el filósofo empirista.causalidadimplica generalización.Deestaaceptaciónpartela segundade las tesisdefendidaspor el americanoen su célebretrabajo: en las explicacionescausalescorrientes,las de lascienciasnaturales,el papel de las leyeses esencial,mientrasque en lasracionalizacionestal cosano ocurre,como señalábamosen la introduc-ción de estetrabajo.Lasconsecuenciasde estaposiciónparecencompro-meterelestatutocientífico dela propia Psicologia:la explicaciónteleológi-cade la acción,si bien modalidadde la causal,no resultaríacomparableala quees característicade la ciencia natural,puestoque.en ella, las leyesno desempeñanningúnpapelesencialPor lo tanto, la explicaciónteleoló-gica seríala másadecuadaala acciónhumana,y seríatambiénentendidacomo una variedadde la causal.Pero no tendría derechoa salirse delámbito del simple sentidocomún: una conclusiónmuy parecidaa la deaquellosautoresqueDavidsonhabíacomenzadopor atacan

Es.pues.natural,quelos teóricosdela Psicologíaqueestánempeñadosen sostenerel caráctercientífico deestadisciplina, y queal mismotiemporeconocen las limitaciones del conceptode comportamientopropio delConductismo,hayanatacadocon vehemenciael análisishumeanode lacausalidad.A juicio dc Robinson,por ejemplo,seríajustamentela esferade la acciónintencionalla que invalidaría el fenomenismohumeanodebase26.No cabe duda,en suma,de queen la generalizaciónse localiza el

25. Ya Chisholm había llamado la atención, en su trabajo de 1958 «Asercionessobre creencias», sobre eí hecho deque la proposición «Cathy cree que al nivel del marel agua hierve a 100 grados Celsius» puede ser verdadera, y. sin embargo, no serlo<‘Cathy cree que al nivel del mar el agua hierve a 212 grados Eahrenbeit». los contextosde las actitudes proposicionales. en cuyos términos habría que analizar la intencionali-dad, son, en definitiva. «referencialmente opacos».

26. (jr Robinson. O. N.: Phi/osopkv o¡Psycho/ogr Columbia Univ, Fress. New York.1985, Pp. 29-31.

466 RodríguezGonzález,Al L.

principal escollo de la legitimidadcientifica de la teleologíaen el ámbitode la acciónhumana.En el 170 del Treatise, Hume escribió:

«Podemos definircausa como “objeto precedente y contiguo a otro, de modo quetodos los objetos semejantes al primero estén situados en relaciones parecidas deprecedencia y contiguidad con respecto a los objetos semejantes al últirno”>0~.

4. CONCLUSION: EXPLICAR Y COMPRENDER

Unosdiez añosdespués.trasunafrustradacarreracomopsicólogoex-perimentalen eí dominio de la teoría de la decisión racional. Davidsonradicalizó esta conclusión destructiva, y la fundainentóen la posturadenominada«monismoanómalo»:sornas incapacesde descubrirleyespsi-co/hicasdeterministas.Aunquereconozcamosquelos fenómenospsicológi-cos.tomadosunoa uno,sondescriptiblesen términosfísicos,sin embargo.sm los describimosen términosespecíficamentepsicológicosno puedensersubsumidosenleyesestrictas.No se trataríade ningúnabismoontológico,sino másbiende unacaracterísticapeculiardel lenguajedel pensamientoy de la acción.

La explicaciónintencionalracionalizaunaacción,al inferir el sistemadecreenciasy motivos del agentea partirde la evidenciadisponible.Auto-res como Elster reconoceríanque esta modalidad explicativa define laesferacaracterísticade las disciplinassociales,distinguiéndolasasídc lascienciasfísicas y biológicas.Tambiénestánde acuerdoen quela mencio-nadateoria de la decisiónracionalconstituyeel mnejor modelode aproxi-macion científicaa la acciónhumana,a pesarde quetodavíase enfrentahoy a numerososproblemasteóricos.En el marcode estemodelo,la expli-caciónteleológicade la acciónpareceasumirun aspectorespetablementecientífico: se consideraquecualquierejemplode comportamientohuma-no puedeconsiderarseel productofinal de dos dispositivossucesivosdefiltro. El primeroconsisteen un conjuntode restriccionesestructuralesquelimita la gamade posiblescursosde acción,reduciéndolaa un repei’toriomucho más restringido de accionesfactibles: tales restriccionesestándadasy escapanal control del agente.El segundodispositivode filíro seríapropiamenteel queespecificael miembrodel repertoriofactible queserápuestoen obra.

«Las teorias de la decisión racional afirman que este mecanismo consiste en laopción deliberada e intencional que obedece al propósito de optimizar algunafunción objetiva, ya sea real o meramente nocional»~>.

27. Hume. 1).: Tratado de/a NaturalezaHumana. 170 Ed. a cargode U. Duque. Edito-ra Nacional, Madrid. 1977. p. 297.

28. Líster. J.: tllváwes and the Sirensx Studies in Rationality and lrralionality. Cam-

Acción humana y explicación teleológica 467

Perola críticade Davidsonseñalaqueestateoría,nacidaenlostraba-os de Ramsey.von Neumanny Morgenstern.terminaen un estrepitosofracaso,puestoqueno sólo estánlos datossiempreabiertosa másde unaforma de interpretación.5jno, sobretodo, nos vemosobligadosa imponerlescondicionesdecoherenciay racionalidad Losmismoscientíficossocialesnoshablan de un aprióricoprincipie of charity, que,para Davidson,abreunverdaderoabismoentreel lenguajedel pensamientoy la accióny el len-guajede los fenómenosfisicos.

Noshemosdemoradoen la consideracióndel lúcido escepticismodelfilósofo americano,porquesu trayectoriaparecedesdeel comienzodirigi-da a descubrirel carácter hermenéuticode la explicación teleológica de laaccionhumana.En efecto,al señalarlas inconsistenciasde la simplehomo-logaciónde la teleologíaconla causalidad.Davidsonconcluyeconvirtien-do laconductaverbalen la paradigmadetodocomportamientoespecífica-mentehumano:

«La interpretacrnon de la conducta verbal muestra, por lo tanto, los mismos ras-gos sobresalientes que la explicación de la conducta humana en general: nopodemos tomar las partes una a una (las palabras y las frases), porque sólo en elcontexto del sistema (lenguaje) se hace posible especificar su papel»

29.

Nosencontramos,siemprey de antemano,guiadospor la necesidaddever a los demáscomo nos vemosa nosotrosmismos.Esto es.y dentro deciertos límites,verlos comoagentesracionales.

En definitiva,y a estoqueríamosllegar. la polémicaen torno ala expli-cación dela acciónhumanaterminaporreplantear,agudizado,el debatede explicar y comprender.Advertimos de pasocómo confluyenen estepunto la tradición hermenéuticay los recientesdesarrollosdel análisisfilosófico. Porque.de algún modo,lo queocurre en este terrenoes queelmodelohermenéuticose acabageneralizando,e invadiendoinclusola re-flexión sobrela cienciasnaturalesmismas.Ahí estála célebreobradel fin-landésVon Wright.queno tuvo ningúnempachoen convertirla interferen-cia intencional en el curso de la naturaleza en el paradigmamismodelo quesignifica «haceralgo». En estecasotan significativo,la reflexión,quenosrecuerdala kantianade la terceraantinomía,partede la teoríageneraldesistemas,y se dirige a establecerla diferenciay la compatibilidaddeexplica-ción ycomprensión,de lascualesdaríatestimonioel trabajodel investiga-dorexperimentaldela naturaleza.No vendríamal traeraquía considera-ción un texto de la «Antinomia de la RazónPura»:

«Por libertad —dice Kant—, en sentido cosmológico, entiendo, por el contrario.la capacidad de iniciar por sí mismo un estado. No se trata, pues. de una causali-

bridge ¡miv. Press Fditions de la Maison des Sciences de l’homme, London-New York-Paris, 1979. p. 113.

29. Davidson. D.: «Psychology as Philosophy». p. 52. en Brown. S. C. (cd.): Philoso-pkv of Psvchologv. Macmillan. London. 1974. 41-52 Pp.

468 RodríguezGonzález.M. L.

dad que se halle, a su vez, bajo otra causa que. siguiendo la ley de la naturaleza.la determine temporalmente»~>.

Lo quela obrade VonWrighl añade,aunquesólosea en el mododelasugerencia,es que la acciónorientadaa un fin constituyela misma vndi-clón deposibilidad de la situaciónexperimentalde la quearrancala expli-cacióncientífico-natural.Es decir: la acciónesconceptualmenteanteriorala causa.Se requiere,en definitiva, unaacción del hombreparaaislar ycerrarun sistema,posibilitandoasí su estudiopor el científico de la natu-raleza31.

Podemosdecir,entonces,quelo quede verdadhacela explicaciónteleoló-gtca es explicitar la comprensiónintencional. Dc ahí su obstinadaresistenciaa ser entendidasimplementecomo unavariedadde la explicacióncausal(de ahí elescepticismodavidsonianoen lo querespectaa su cíentificidad«natural»).Tal escepticismoseñalabaen la direccióndecisiva,sin ciubar-go. Porqueel análisisde Taylor manifestaríaen forma máso menoslegal,invírtiéndola,la argumentaciónprácticaaristotélica.En suma,y acudien-do de nuevoa laspalabrasde Von Wright. «paraserteleológicamenteexplica-ble, puededecirse,la conductadebeseren primer lugar comprendidaen el¡nodo intencional»32.

Es esta solidaridadde comprensióny explicación teleológica la queRicocursubrayócuandosedecidióa poneren piede igualdadla teoríadeltextoy la teoría dela acción,llegandoademás,a travésde operaciónseme-jante,a la tesisquellama de la «interpenetracióndialéctica»entreexplica-ción y comprensión.No setrataría,en modoalguno,dedoscamposepiste-mológicosdesconectados,comosi estuvieranreferidosa dos modosde serirreductibles33.Por lo demáslas reflexionesde Dilthey sobrelos métodosde la cienciapsicológicatambiénjustificabanel empleocomplementariode ambosprocedimientoscognoscitivos~.Enfrentadosa la acciónhumana,comoenfrentadosconun texto,sabemosqueresultaposibley necesarialamediaciónde la comprensiónpor la explicación, y que, por otro lado,nohayexplicaciónqueno remateen la comprensión,y que no la suponga.Locual daríatestimoniodelascontinuasinterferenciasquetienenlugarentre

30. Kant, 1.: K.rV A 533/E561. Trad. deP. Ribas. Alfliguara. Madrid. 1978. pp. 463-64.

31. Cfr Von Wright, O. H.: Explanaxion ant! Understanding. Cornelí Lmniv. Press. Ita-ca-New York. l97l.

32. Von Wright. O. H.: Op. ciii, p. 121.33. Cfr Ricoeur. P..’ «Expliquer et comprendre. Sur quelques connexions remarqua-

bIes entre la théorie du texte. la théorie de laction cila théorie dc Ihistoire». en RevuePhilosophique de Lauvain, 75(1977). 126-147 Pp.

Acción humana .v explicaciónteleológica 469

el juego lingílístico de las causasy el de las razones.Los corolariosantro-pológicosdeestasoluciónintegradora.por otrolado,casi resultanobvios:

«El fenómeno humano se situaría en el entre-dos (entre deux~. entre una causali-dad queexige ser explicada antes que comprendida. y una motivaciónque surgede una comprensión puramente racional»>4.

Es la irreductibledualidadquehabíamosconstatadoen el motivo laqueahorareencontramosen el deseo,la dualidadde fuerzay sentido,endefinitiva. La teoría de la acción despejaríala misma dialéctica de com-prensióny explicaciónque la teoría del texto.

Pero,naturalmente,la interpretaciónsólo esposibledesdela diferencia:la que se da entreexplicar y comprender.Erklñren y Verstehen,que es lamismaquedistinguelascienciassocialesdelas naturales,y que.desdelue-go. caracterizamejor la situaciónquela meradistinción entreformasdeexplicación diversas.Pensamosque semejantediferencia aludiria. antetodo, a diferentescuestionesconductoras,y a diferentesinteresescognoscitivos.Estadiferenciaconstituiríalo humanocomotaL y una de susexpresionesmásllamativasseríasin duda la continuidaddelas cienciassocialesconelsentidocomún,continuidadquehabíamosconstatadodesdeel comienzocomorasgosobresalientey problemáticode la explicaciónintencionalenPsicología.El análisislógico de los tipos de explicacióndeja entoncesvíalibre a un planteamientomuchomássustantivo,solidarioconel puntodevista propiamentetrascendentaL Entre la comprensiónhermenéutica,metódicamentedirigida, y la comprensiónprecientíficadel mundo(lo queApel. por ejemplo, llama Weltvorver.s’tdndnis,),tendría lugar la relacióndecorrecciónmutuacaracteristicadel denominado«círculo hermenéutico»:

«Las Humanidades, o ciencias sociales hermenéuticas, no están constituidas enel mismo sentido en que lo están las ciencias naturales explicativas.., es decir.por una peculiar transición de la relación práctica a la relación teórica con elmu n do»’>

Mientras que la relaciónpropiamenteteóricavendríaexigida por elinterés tecnológico,la proximidad a la vida prácticaes impuestapor elinteréscomunicativo.De maneraqueno seríamuyexageradoafirmar,conGadamer.quela Hermenéuticaconstituyela basemetodológicadelas lla-madasetencíasdel espíritu,ademásde representarun aspectouniversaldela Filosofia’6.

34. Ricocur. P.: Op. cii., p. 135.35. Apel. K. O.: «Causal explanation, motivational explanation. and the hermeneu-

tical understanding. (Remarks on (he recent stage of the explanation-understandingcontroversy).’>. en Ryle. O. (ed.): (‘ontemporary Aspects of Philosophv. Ariel Press. Stocks-jeíd, 1976. p. 170.

36. Gadamer. 1-1. 0.: Wahrhei undMnhode. Grunztige einer philosophischen Ha-meneutik. J. C. E. Mohr (Paul Siebeck). Túbingen. 1965 (2.a). p. 451.

470 RodríguezGonzález,M. L.

En Psicología, la tensión permanenteentre estos dos poíos básicosresulta evidente.Y tal vez no tenga mucho sentido intentar eliminarla.Comonosenseñóelviejo Aristóteles—y. sin duda,su análisisdel concep-to de intenciónen eL Libro 32 de la Etica a Nicónioto constituyela másvaliosa aportaciónquepodamosimaginaral estudiode la naturalezadelaacción humana—la virtud sólopuedeaplicarsea los actos voluntarios; y eneste terreno,el psicólogose muevesiempreen el terrenode investigacióndelimitado por el par sujeto-sujeto.Pero tambiénestánlasdiversasespe-cies de «cosasinvoluntarias»,y aquíel parsujeto-objetoharíadela cienciade la conductauna cienciaexplicativa. Sin olvidar que.paramayorcom-plicación, los dos interesescognoscitivosse daríancita en las «acctonesmixtas»,si seguimosempleandola terminologíadel estagirita:hayhábitosde acciónquasi-naturales.quedemandanexplicacionesquasi-causalcs.

En conclusión,la alternativaa la causalidadque la intencionalidadrepresenta,nos ha llevado al fin a la alternativa de la comprensión.habiendopartido de la simple disparidadde los modos de explicación.Ambas,explicacióny comprensión,secomplementandesdesudiferencia.Y también se interfieren de continuo, incluso si hacemosde la compren-sión condiciónde posibilidadde la explicación.La eficaciaproductiva,ensuma,es compartidapor factoresmúltiples:

«La naturaleza, la necesidad, el azar, es cierto que pueden ser causas dc muchascosas; pero es preciso contar, además, con la inteligencia y todo lo que se pro-duce por la voluntad dcl hombre. Los hombres deliberan, cada cual en su esfera,sobre las cosas que se creen capaces de poder hacer»”.

Mariano L. RODRíGUF.Z.GONZÁLEZ(13CM.)

37. Aristóteles:Etica a Nicómaco, III, 5. 1112 a.