absorción de gases
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Absorción de gases
La absorción es una operación unitaria de transferencia de materia que consiste en poner en
contacto un gas con un líquido, para que este se disuelva determinados componentes del gas,
dejándolo libre de los mismos. La absorción puede ser física o química, según que el gas se
disuelva en el líquido absorbente o reaccione con él dando un nuevo compuesto químico. La
desorción es la operación unitaria contraria a la absorción, en ella, un gas disuelto en un líquido
es arrastrado por un gas inerte, siendo eliminado del líquido.
Estas operaciones se pueden llevar a cabo en columnas de platos y de relleno y también en
torres de pulverización, que son columnas vacías en las que el líquido entra a presión por un
sistema de ducha, circulando al gas en sentido contrario. La absorción se emplea en la industria
para la eliminación de gases ácidos (CO2, SO2) en corrientes gaseosas, mediante distintas
corrientes líquidas (agua, disolución de sosa, aminas).
Figura 1.1 descripción del proceso de transferencia de masa en absorción y desorción.
Un aparato que se utiliza con frecuencia en la absorción de gases y en otras operaciones es la
torre empacada. El dispositivo consiste en una columna cilíndrica, o torre, equipada con una
entrada de gas y un espacio de distribución en la parte inferior; una entrada de líquido y un
distribuidor en la parte superior; salidas para el gas y el líquido por la parte superior e inferior,
respectivamente; y una masa soportada de cuerpos sólidos inertes que recibe el nombre de
torre empacada. El soporte del empaque consiste por lo general en una criba o tamiz corrugado,
para darle fuerza, con una gran fracción de área libre de forma que no se produzca inundación
en el soporte. El líquido entrante, ya sea disolvente puro o una solución diluida del soluto en el
solvente, y que recibe el nombre de licor débil o de muy baja concentración, se distribuye sobre
la parte superior del empaque mediante un distribuidor y, en la operación ideal, moja de manera
uniforme la superficie del empaque.
El gas que contiene el soluto, o gas rico, entra en el espacio de distribución situado debajo del
empaque y asciende a través de los intersticios del empaque en contracorriente con el flujo del
líquido. El empaque proporciona una gran área de contacto entre el líquido y el gas,
favoreciendo así un íntimo contacto entre las fases. El soluto contenido en el gas rico es
absorbido por el líquido fresco que entra en la torre, y el gas diluido o agotado sale de la torre
por la parte superior. El líquido se enriquece en soluto a medida que desciende por la torre y el
líquido concentrado, llamado licor concentrado, sale por el fondo de la torre a través de la salida
de líquido.
Los empaques de la torre se dividen en tres principales tipos: aquellos que son cargados de
forma aleatoria en la torre, los que son colocados a mano, y aquellos que se conocen como
empaques ordenados o estructurados.
Figura 1.2 Columna típica de absorción
Las torres empacadas, o torres de relleno, utilizadas para el contacto continuo del líquido y del
gas tanto en el flujo a contracorriente como a corriente paralela, son columnas verticales que se
han llenado con empaque o con dispositivos de superficie grande. El líquido se distribuye sobre
éstos y escurre hacia abajo, a través del lecho empacado, de tal forma que expone una gran
superficie al contacto con el gas.
Empaques de torres de absorción
El empaque de la torre debe ofrecer las siguientes características:
1. Proporcionar una superficie interfacial grande entre el líquido y el gas. La superficie del
empaque por unidad de volumen de espacio empacado am debe ser grande, pero no en el
sentido microscópico.
2. Poseer las características deseables del flujo de fluidos. Esto generalmente significa que el
volumen fraccionario vacío, o fracción de espacio vacío, en el lecho empacado debe ser grande.
El empaque debe permitir el paso de grandes volúmenes de fluido a través de pequeñas
secciones transversales de la torre, sin recargo o inundación; debe ser baja la caída de presión
del gas.
3. Ser químicamente inerte con respecto a los fluidos que se están procesando.
4. Ser estructuralmente fuerte para permitir el fácil manejo y la instalación.
5. Tener bajo precio.
Elección del disolvente para la absorción
Si el propósito principal de la operación de absorción es producir una solución específica, el
disolvente es especificado por la naturaleza del producto. Si el propósito principal es eliminar
algún componente del gas, casi siempre existe la posibilidad de elección. Por supuesto, el agua
es el disolvente más barato y más completo, pero debe darse considerable importancia a las
siguientes propiedades:
1. Solubilidad del gas. La solubilidad del gas debe ser elevada, a fin de aumentar la rapidez de la
absorción y disminuir la cantidad requerida de disolvente. En general, los disolventes de
naturaleza química similar a la del soluto que se va a absorber proporcionan una buena
solubilidad. Para los casos en que son ideales las soluciones formadas, la solubilidad del gas es
la misma, en fracciones mol, para todos los disolventes. Sin embargo, es mayor, en fracciones
peso, para los disolventes de bajo peso molecular y deben utilizarse pesos menores de estos
disolventes. Con frecuencia, la reacción química del disolvente con el soluto produce una
solubilidad elevada del gas; empero, si se quiere recuperar el disolvente para volverlo a utilizar,
la reacción debe ser reversible.
2. Volatilidad. El disolvente debe tener una presión baja de vapor, puesto que el gas saliente en
una operación de absorción generalmente está saturado con el disolvente y en consecuencia,
puede perderse una gran cantidad. Si es necesario, puede utilizarse un líquido menos volátil para
recuperar la parte evaporada del primer disolvente.
3. Corrosión. Los materiales de construcción que se necesitan para el equipo no deben ser raros
o costosos.
4. Costo. El disolvente debe ser barato, de forma que las pérdidas no sean costosas, y debe
obtenerse fácilmente.
5. Viscosidad. Se prefiere la viscosidad baja debido a la rapidez en la absorción, mejores
características en la inundación de las torres de absorción, bajas caídas de presión en el bombeo
y buenas características de transferencia de calor.
6. Otros. Si es posible, el disolvente no debe ser tóxico, ni inflamable, debe ser estable
químicamente y tener un punto bajo de congelamiento.
Efecto de las condiciones de operación
Realizando un balance del componente transferible A
𝐺𝑣1𝑃
𝑅𝑇∗ 𝑦𝐴1 + 𝐿2 ∗ 𝑥𝐴2 =
𝐺𝑣2𝑃
𝑅𝑇∗ 𝑦𝐴2 + 𝐿1 ∗ 𝑥𝐴1
Agrupando términos semejantes
𝐺𝑣1𝑃
𝑅𝑇∗ 𝑦𝐴1 −
𝐺𝑣2𝑃
𝑅𝑇∗ 𝑦𝐴2 = 𝐿1 ∗ 𝑥𝐴1 − 𝐿2 ∗ 𝑥𝐴2
Reagrupando y suponiendo que L1 = L2 = L
(𝐺𝑣1 − 𝐺𝑣2)𝑃
𝑅𝑇∗ (𝑦𝐴1 − 𝑦𝐴2) = 𝐿 (𝑥𝐴1 − 𝑥𝐴2)
Despejando yA1
𝑦𝐴1 = 𝐿𝑅𝑇
(𝐺𝑣1 − 𝐺𝑣2)𝑃 (𝑥𝐴1 − 𝑥𝐴2) + 𝑦𝐴2
Esta ecuación representa la ecuación de la línea de operación, en esta ecuación se observa que
a medida que aumenta el valor de P la pendiente se hace más pequeña, lo cual implica que la
altura de la torre disminuirá.
En cuanto al caudal del líquido alimentado, entre más grande sea el caudal que se alimenta a la
torre existirá mayor área de contacto entre la fase liquida y la fase gas lo cual se traduce en una
mayor transferencia del componente que se desea absorber del gas, dicho esto en palabras más
simples, un mayor caudal de fase liquida alimentada implica una altura menor de la torre de
absorción.
Aumentar el caudal de líquido significa también incrementar los costes de bombeo, (mayor
tamaño de bomba y mayor consumo energético), y, obviamente, los costes asociados al
consumo del propio disolvente. Existirá, pues, un caudal de líquido óptimo que ofrezca el mejor
balance económico.
En cuanto a la presión, el aumentar ésta también implica aumentar las fuerzas impulsoras
individual y global, con lo que la altura de contacto necesaria se reduce. Para incrementar la
presión sería necesario aumentar la energía mecánica cedida al gas aguas arriba de la torre de
absorción. Generalmente no resulta rentable incrementar la presión para reducir la altura de la
torre.
Efecto de la temperatura
La solubilidad de cualquier gas depende de la temperatura, y depende en la forma descrita por
la ley de van ‘t Hoff para el equilibrio móvil: “si se aumenta la temperatura de un sistema en
equilibrio, ocurrirá un cambio durante el cual se absorberá calor”. Generalmente, pero no
siempre, la disolución de un gas tiene como resultado la evolución de calor; por ello, en la
mayoría de los casos, la solubilidad de un gas decrece al aumentar la temperatura. Al disminuir
la solubilidad del gas en la corriente liquida la transferencia de masa disminuye lo cual tiene
como consecuencia un aumento en la altura de la torre con el fin de compensar la disminución
de la solubilidad del gas con un tiempo mayor de contacto entre las fases con la finalidad de
lograr la transferencia deseada.