I ^ I 1^11'^

MADRID

ENERO 1957

N." 1 - 57 H

Abonospara hortalizns

,losé M.p Mateo BoxINGENIERO AGRONOMO

Del Instituto de Semillas Selectas

MINISTERIO DE AGRICULTURA

DIRECCION GENERAL DE COORDINACION, CREDITOY CAPACITACION AGRARIA • SECCION DE CAPACITACION

La aplicación de los abonos en el cultivo de lashortalizas es un tema poco estudiado en nuestro país.Generalmente no se concede la importancia que re-quiere a la fertilización de las tierras dedicadas a cul-tivos forzados e intensivos, limitándose a incorporarestiércol y"amoníaco" en cantidades y dosis arbi-trarias. No se hace uso adecuado y racional de losabonos, tanto naturales como químicos, por desco-nocer muchos horticultores los efectos de estos pro-ductos desde el punto de vista económico y técnico.

Así, por ejemplo, es corriente encontrar huertascon suelos cultivados intensivamente desde muy an-tiguo y aparentemente fértiles. Sin embargo, el hor-telano nu consigue obtener determinado productohortícola con resultados realmente económicos. Elloslo achacan ,a causas estacionales climáticas, a las con-diciones del suelo, o a las semillas; verdaderamenteuna apreciación ligera parece confirmar esta opinión.

Sin embargo, un análisis más completo del proble-ma descubre otros hechos bien demostrativos. Enefecto, no es raro encontrar que el estiércol empleadocomo único abono, si bien es suministrado en c,anti-dades elevadas, procede ^de cuadra (caballos, mtilas,asnos) y el análisis químico revela que, general-mente, este tipo de estiércol es algo escaso en ácidofosfórico. Naturalmente que el empleo reiterado deese estiércol establecerá un déticit en fósforo cada vezmás patente.

Según enseña la "ley del mínimo", basta que unode los principios fertilizantes falte en el suelo, o estéen ,scasa proporción, para que la tierra no rinda loqu^ con una aportación de ese principio pudiera pro-duc:r, aunque exista cantidad suficiente de los demás.En este caso concreto sería suficiente, casi con segu-ridad, añadir a ese suelo algún abono químico fos-fatado adicional para que los rendimientos re^tilta-ran económicos.

ABONOS PARA HORTALIZAS

Los principios nutritivos.

N o pocíemos entrar en el detalle de la química del suelo,ni de la composición de las plantas cultivadas, pero sí consi-deramos necesario recordar que lcs llamados pri7ticipios rau-tritivos o f erti^lizantes son cuerpos químicos (simples o com-puestos) que integran las plantas. Los elementos químicosmás importantes que entran en la composición de los vege-tales son : carbcno, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo,potasio, calcio, magnesio, azuf re, hierro, manganeso, cinc,cobre y boro. Todos ellos son indispensables para la vida dela planta, pero los que juegan un papel preponderante sonlcs siete primeros.

El carbono, el hidrógeno y el oxígeno los extraen losvegetales del medie que les rodea. El nitrógeno de las salesminerales del suelo y, en algunos casos (leguminosas), delaire, mediante una curiosa simbiosis bacteriana.

El fósforo, el potasio y el calcio los obtienen las plantasde las sales de estos elementos existentes en el suelo.

Así, pues, en cuanto al carbono, el hidrógeno y el oxíge-no no hay que preocuparse, pues las plantas tienen en laNaturaleza fuentes inagotables siempre a su disposición. Noocurre lo mismo para el nitrógeno, el fósforo, el potasio y elcalcio. Si el terreno de cultivo carece de ellcs en cantidadsuficiente será preciso suministrarlos a las plantas en formade abo^ios, que son materias que se incorporan al sueloagrícola para restituirle ttno o varios elementos que las co-sechas precedentes extrajeron o para dotarle de les que na-turalmente le falten.

Desde el punto de vista práctico, el fósforo, el potasioy el calcio, por razones de facilidad en el manejo de los aná-lisis, se expresan en forma de compuestos químicos de ellos,como priucij^i,os nutritivos o ferti,lizantes. Estas formasson :

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Elemento Fósforo, expresado en ¢nhúlrid.o fosfórico (P^O^), al que, tomer-cialmente, suele llamarse ácido fosfórico.

Elemento Potasiq expresado en potasa ('Ke0).Elemento Calcio, •expresado en cal (Ca0).

La riqtteza de los abonos se mide, pues, en las unidadesde estos principios nutritivos, entre los cuales también seincluye al elemento Nitrógeno (N).

Según su natttraleza, los abonos pueden ser orgánicoso minerales. I_os abonos orgánicos son aquellos que proce-den de los seres vivos, de sus residuos o de sus deyecciones.

Los abonos minerales o químicos son productos más omenos elaborados por la industria y cuya materia primaprocede del suelo. Generalmente encierran, en pequeño volu-men, proporciones considerables de principios fertilizantes.

A continuación damos el siguiente cuadro de composi-ción dtútnica de los principales aboncs minerales :

CLASb: 1)I: .1130v0N-

P,Os Fa0 Ca0 Rcacciónfisiologi-

Por 100 Por 100 Por 100 Por 100 C^

NITROGENADOS:

Nítricos :

Nitrato sódico (nitrato de Chile)...... I;-i6 - Alcalina.

Nitrato cálcico .............................. I j' j 8 Alcalin;l.

_Amo^ni•aaales :

Sulfato amóuico ............... ............... 2I - - Acida.

(:ianamida cálcica ........ ................... 2o-2I - 60-65 Alcailua.

Nítriao,.vmo^n ŭac•a^l^es :N itrato amónico ............................ 3-I - Acida.

Amonitro ....................................... zo'5 - Neutra.

Nitrosulfato amónico ........................ 26 - Acida.

FosrnTnnos:

Superfosfato de cal ........................... - 18-20 - z5 Neutra.

Escorias Thomas o de desfosforación... - 18-20 - 45-55 Alcalin3.

Fosfatos minerales ............................. - 25-30 - 4^-5o Alcalina.Fosfatos de huesos ........................... 4 IS-25 - ;o Alcalina.

POTÁSICOS :

Sulfato potásico ................................. - 48-52 - Neutr,l.

Cloruro potásico ................................. - 55-60 - :^'eutra.

Silv;nita ............................................ - I,^_15 - i^^eutra.

La composición del e.rtiércol varía segím sea fresco o estémás o menos hecho, aparte de su origen. Indicaremos las

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siguientes cifras: agua, 60$o por ioo; materia orgánica,2i por ioo; nitróg^eno total, 0'45 por too; nitrógeno, 0'4-0'6por loo; anhídrido fosfórico, o'z-o'3 por loo; potasa, 0'4-0'6 por ioo; cal, 0'5-0'^ por ioo.

Empleo práctico de los abonos.

La incorporación de los abonos debe ser correcta paraque den todo su rendimiento.

Así haremos notar que los abonos fosfatados y los po-tásicos deben ser enterrados por una labor al ser aplicados,las raíces de las plantas qtte se vayan a cttltivar y mayorproporción de arcilla tenga el terreno.

Los abonos nítricos deben aplicarse en cobery^te^t^a, es de-cir, directamente sobre la tierra sin cttbrir por una labor,,pues fácilmente penetran en el suelo. Los amoniacales nece-sitan apenas una labor superficial.

A veces será conveniente stu^^inistrar los abonos en for-ma concentrada, en las cercanías de las plantas, para conse-guir que las pérdidas en materias fertilizantes sean mínimas;y que los principios nutritivos aportados por los abonos es-tén lo más cerca po^sible de las matas.

Sin embargo, estas ventajas evidentes pueden acarrear;,a veces, riesgos si se hace mal la operación, ya que mttchos;abonos aplicados de esa forma perjudican a las plantas y a..las semillas sembracías en contacto demasiado directo. Las.condiciones de httmedad, tanto del suelo como de la atmós-fera, juegan un importante papel en esta cuestión. Así, porejemplo, el daño es máximo en suelos arenosos y en tiempo^seco, porque es más fácil alcanzar concentraciones peligro-sas de los fertilizantes en las disoluciones del suelo. Las de-ficiencias de cal aumentan el peligro indicado.

Los fertilizantes más peligrosos en este sentido son 1^.cianamida cálcica y las sales potásicas, que deben ser aplica-dos algún tiempo antes de las siembras. Las leguminosas sornmás susceptibles a este riesgo que otras plantas..

Otras veces los abonos, al ser extendidos en cobertera so=

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bre las plantas, quedan adheridos al follaje, produciendo que-maduras en las hojas y demás órganos aéreos. Estas que-maduras pueden ser más graves si hay rocíos intensos segui-dos de calor y tiempo seco. El empleo de abonos en f ormagranulada puede atenuar este peligro.

La aplicación racional de los abonos también depende deotros factores. Así, por ejemplo, la familia botánica a quepertenece un cultivo debe tenerse en cuenta: Los abonos f.os-fatados tienen una marcada acción sobre las leguminosas degrano ; los nitrogenados sobre las plantas de mucho desarro-llo foliar; los potásicos sobre los cultivos de raíces y tubércu-los.

Para elevar el contenido en proteínas de los forrajes y delas semillas deben aplicarse dosis bien estudiadas de abonosnitrogenados con relación a la cantidad de los fosfatacíos ypotásicos.

La actividad fisiológica de la especie vegetal que se cul-tive tiene gran influencia en la clase de abonos a emplear.Así, por ejemplo, las crucíferas (repollos, coliflores, brócu-lis, etc.) y las leguminosas (habas, judías, etc.) extraen elácido fosfórico de los aboncs por medio de stts raíces conintensidad superior a otras especies.

F_1 lugar que ocupe un cttltivo en la alternativa debe sertambién tenido en cuenta. Por ejemplo, se deben suministrarlos abonos orgánicos a las plantas de escarda con anteriori-dad a las siembras y mejcr aun en el cttltivo anterior; sedeben usar con prudencia los abonos nitrogenados despuésde haber cultivado leguminosas, etc.

Las propiedades típicas de la variedad influyen notable-mente en la aplicación de los abonos. Por ello en los tiposprecoces será preciso anticipar la aplicación de fertilizantesmás fácilmente abserbibles por las raíces ; las plantas anua-les deben recibir abonos de acción más rápida que las pe-rennes.

Fórmulas abreviadas y normas de abonado.

Se utilizan cada vez más las fórmulas de tres cifras paraindicar la composición en principios fertilizantes de los abo-

nos compuestos. Así, por ejemplo, se puede encontrar la si-guiente recomendación para determinado cultivo : 5-io-io.Estas cifras indican que la proporción de nitrógeno, ácidafostórico y potasa en los abonos que se han cíe aplicar de-ben ser de 5 partes de nitrógeno, io partes de ácido fosfó-rico y io partes de potasa por cada ioo partes en peso deIabono compuesto. Así, pues, la primera cifra indica el por-centaie de ari^tróge^to total, la segunda el de ácido fosfóricoy la tercera de potasa. La suma total de esas cifras indicala riqueza del abono compuesto en principios fertilizanteseSumas superiores a a5 corresponden a abones concentrados.

Damos a continuación unas normas para la aplicación deabonos a los diferentes grupos que con los cultivos hortíco-las establecemos segttidamente. Hacemos la advertencia deque, debido a lo conciso de este tipo de publicaciones, no da-remos más due un ejemplo para cada grupo, aparte de lasnormas generales para todas las demás especies.

Plantas cultivadas por sus hojas y tallos.

En este grupo se incluyen las siguientes especies : AceL-ga,, Alcachofa, Apio, Berza, Borraja, Col de Bruselas, Colde Milán, Escarola, Espárragos, Espinacas, Lechuga, Pe-rejil y Repollo. Son, todas ellas, plantas con grandes exigen-cias en principios fertilizantes.

No es ccnveniente aplicar, poco antes de las siembras oplantaciones, estiércol poco descompuesto ; pero como, a pe-sar de ello, precisan en cierto grado de dicha materia, espreciso estercolar el terreno con cierta anticipación o, mejor,en el cultivo precedente.

En el momento de las siembras requieren fuertes aplica-ciones de principios fertilizantes en forma de abonos quími-cos. En este momento el nitrógeno debe incorporarse en for-ma amoniacal (sulfato amónicc, nitrosulfato amónico, etc.),pues solamente es necesario para mantener el equilibrio en-tre esos principios y muy poca canticíad más para las pri-meras necesidades de las plantas.

Esta aportación de fertilizantes en el momento de las

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siembras o plantaciones debe hacerse con abonos corl^puestosde gran riqueza en principios nutritivos, con fórmulas quesumen más de 20. La cantidad de nitrógeno depende de lanaturaleza del terreno y de las necesidades de cada horta-^iza.

Para siembras o plantaciones de primavera, en terrenosfértiles que han recibido estercoladura abundante en cosechaanterior y para plantas esquilmantes, resultarán adecuadas

I,as hortalizas cultivadas por sus hojas, como las coles, lechugas y repollos,^recisan abundantes abonos nitrog,enados. No les conviene el estiércol fresco y,

por eso, la estercoladura debe hacerse al cultivo precedente.

^órmulas de abonos del tipo a-IO-B, 2-I2-8, segítn sean lasnecesidades de fósforo.

Para siembras o plantaciones de verano u otoño, en te-^-renos menos buenos, habrá que elevar algo la cifra de ni-trágeno, como, por ejemplo, 5-I2-8.

Para siembras en terrencs escasos en principios fertili-zantes y en condiciones de clima desfavorables pueden resttl-tar adecuadas fórmulas de tipo: 5-IO-5 en cantidades no in-

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feriores a i.ooo lcilogramos por hectárea, o sea io kilogra-mos por área (1).

Después de este abono compuesto deben casi siempre apli-carse nitrogenados durante la época de mayor desarrollo delas hojas o tallos y antes de la floración. Estos abonados de-ben hacerse con nitratos y en cobertera, teniendo muy encuenta las normas generales ya dadas. La cantidad de estosabonos es variable y específica de cada cultivo, pero puedeser adecuado en general la aplicación de Zoo-3oo kilogramospor hectárea.

C1TLt2710 f^1^70: LECHUGA.

Cultivo poco esquilmante y que puede hacerse variosaños sobre el mismo terreno (2). No le conviene la materiaorgánica poco descompuesta, por lo que debe estercolarseel suelo en el cultivo precedente. En la preparación del te-rreno se debe suministrar una mezcla de :

Superfosfato de cal t8-2 por ioo ........................... 3;0

Su!fato potásico 5o por ioo .................................... iso

Sulfato amónico 2i por ioo .................................... zoo

Es un cultivo mtry sensible a los abonos nitrogenado^s.Cuando las plantas están bien enraizadas, después del tras-plante, se debe incorporar algún abono nítrico en coberteraa razón de a^o-3oo kilogramos por hectárea, si es en prima-vera, y en dc;s veces por lo menos. Si es en otoño o inviernose deberá echar con más moderación este abono.

Plantas cultivadas por sus frutos.

Figuran en este grupo los siguientes cultivos : Beyenje-na, Calabacín, Ca^labaza, Melón, Pe^iitiio, Pintiiento, Sandíay Tol^iate.

Es un grupo de plantas muy e^igentes pero no puedenconsiderarse realmente como esqttilmantes. Precisan de

(t) Como es sabido, la hectárea tiene ioo áreas y el área es un cuadrado dero metros de lado equivalente a ioo metros cuadrados.

(z) Salvo el caso d.e presentarse enfermedades que aconsejen lo contrario.

grandes cantidades de materia orgánica que debe ser sumi-nistrada con esplendidez antes de las siembras o plantacio-nes. Deben preferirse siempre estiércoles muy hechos y conbastante volumen.

No tienen grandes necesidades en principios ntttritivosdurante las primeras etapas de su desarrollo, bastando ími-camente mantener el equilibrio entre el nitrógeno, el ácidofosfórico y la potasa. Los dos últimos principios son espe-cialmente necesarios en esa época para el vigor, la sanidady el buen sabor de los productos.

Desde que florecen hasta la maduración comercial de losfrutos es muy necesario que las plantas tengan a su dispo-sición todo el nitrógeno que precisan en forma lo más fácil-mente asimilable posible y en cantidades crecientes.

La acidez del suelo debe ser baja, para lo cual los sueloscon falta de cal deben ser corregidos de este defecto, con losencalados precisos.

En este tipo de cultivos es importante que no falte hu-medad a la tierra en ningún momento con el fin de que lasdisoluciones del suelo no lleguen a ser excesivamente con-centradas, con peligro para las plantas. Esto es especialmen-te importante en aquellas zonas donde el clima seco determi-na una intensa evaporación y transpiración y donde even-tualmente pueda llegar a faltar el agua de riego. Debe pre-verse, pues, que una vez aplicados los abonos no falte elagua, sobre todo en el momento del trasplante, que es el máscrítico. De ahí también la conveniencia de que el suelo estébien provisto cle humus, tan necesario para mantener la ca-pacidad de agua del suelo.

Las fórmulas de abonos compuestos difieren bastante en-tre sí, según los cultivos, pues las necesidades son muy dis-tintas. La cantidad de ácido fosfórico debe ser siempre, sinembargo, elevada, en relación a los otros principios, princi-palmente con respecto al nitrógeno.

CZLlt27J0 t21J0: TOMATE.

Si el contenido del terreno en materia orgánica es bajo,conviene aplicar estiércol bien descompuesto poco antes de

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la plantación. Si hay cantidad suficiente o excesiva de hu-mus habrá que equilibrar con abonos químicos convenien-temente aplicados, especialmente fosfóricos y potásicos, puesun exceso de nitrógeno conduce a una producción anormal

131 tomate, como las otras hortalizas cultivadas por sus frutos, requieren grancantidad de estiércol bien hecho y elevada proporción de abonos fosíóricos, Si ^el

terreno es pobre en cal, debe corregirse este defecto.

de follaje a expensas de los frutos, lo que supone retrasoen la maduración y pérdidas en cantidad.

El nitrógeno, en cantidades convenientes, mejora la pro-ducción y la calidad; el fósforo contribuye al desarrollo deun sistema radicular vigoroso y adelanta la producción almismo tiempo que alarga la temporada de recogida de fru-tos; la potasa retarda el marchitamiento de las hojas y dacolor a los frutos.

El punto más delicado, en cuanto a la aplicación de abo-nos al tomate, es la correcta aplicación del nitrógeno. La can-tidad de este elemento asimilable debe ser baja al principio

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de la vegetación y poco a poco aumentada hasta el comienzode la f ructificación. En esta época y conf orme vayan aumen-tando en número y en peso los f rutos, las cantidades de ni-trógeno asimilable que se deben poner a disposición de lasplantas son mucho mayores.

En condiciones normales debe aplicarse a este cultivofórmulas de abonado del tipo: 4-i2-ç, 5-ro-5 ó 5-io-io, se-gún las exigencias del inedio, y en cantidades no inferioresa 80o kilogramos por hectárea.

En los suelos arcillosos un exceso de abonos químicospuede ser muy perjudicial, sobre todo si la época del tras-plante coincide con algím período de sequía. En los suelosligeros, el abono químico debe ser incorporado en variasveces : el 75 pcr ioo en la preparación de la tierra y el restoen dos veces durante la época de mayores exigencias, encobertera.

Además de esta fertilización fundamental es muy conve-niente aplicar cierta cantidad de abonos nitrogenados enf orma nítrica tnás algo de potasa sobre la zona cercana acada planta, a golpes, durante la madurez de los f rutas.

Una fórmula adecuada segím las normas anteriores pue-de ser, por hectárea :

Kg.

Sulfato amónico zi por roo ....................................... 250Superfosfato r8-2o por ioo .................................... 450

Sulfato potásico 5o por roo . ...................................... t5o

para abonado f undamental.

El abonado suplementario en la fructificación puede ser:

I: g.

Nitrato sódico t6 por ioo ....................................... 2^0

Cloruro potásico so por ioo ..................................... ioo

Si la tierra tiene excesiva acidez, debe corregirse estareacción por medio de encalados hasta conseguir que el suelotenga un pH superior a 6'5.

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Pl,antas cultivadas por sus inflorescencias.

Consideramos dentro de este apartado las coliflores y

los bróculis o brecoleras.Son plantas con excepcionales exigencias en materia or-

gánica. También es un punto muy importante en estos cul-tivos la cantidad de cal del suelo; los terrenos escasos en esteprincipic son propensos a la "potra", y por ello deben en-calarse o bien emplear abonos químicos ricos en caliza. Unafórmula muy útil en esos casos es:

Escorias Thomas i8-ao por ioo .............................. óco

Cianamida cálcica 2o por ioo ................................. 350

Suifato potásico go por roo .................................... 300

En la fertilización de estas plantas, los abonos nítricosdeben manejarse con cierta precaución, sobre todo en otoñoe invierno, para no provocar el desarrollo excesivo de lasplantas en esa época. En cobertera se pondrá especial cuida-do en que los abonos químicos no quemen las pellas o inflo-rescencias.

Fórmulas de abonado muy variables, según las especiesy variedades así como la época, pero siempre concentradas,del tipo 4-io-iz.

La potasa es particularmente importante para la buenafortnación de las pellas.

Cti[112710 t2-fJO: COLIFLOR.

Requieren suelos fértiles, abundantemente provistos dentateria orgánica. Son plantas especialmente sensibles a lasequía, que no permiten alteraciones en el contenido de aguadel suelo. Así, cuando las raíces no encuentran humedad su-ficiente en los primeros estados de su desarrollo, especial-mente después del trasplante, pueden suceder anormalidadesque terminen con las características comerciales del produc-to, como, por ejemplo, formació^n de pellas adventicias oanormalmente desarrolladas.

Se debe inccrporar estiércol en cantidad no inferior a 40toneladas por hectárea al tiempo de preparar la tierra para

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el trasplante. También se debe suministrar al suelo en estaépoca una fórmula de abonado consistente en :

Sulfato amónico 2i por ioo .................................... 2^0Sup^erfosfato z8-2o por roo .................................... qooSulfato potásico 5o por ioo .................................... izs

enterrándolo bien con ttna labor.

Brécoles y coliflores son hortalizas que exigen mucho estiércol además de abonosconcentrados, Precisau cal y la potasQ es también muy importante para la buena

formación de las pellas.

E1 abono de cobertera ideal para estas plantas es el ni-trato cálcico a razón de 25o kilogramos por hectárea, entrelas plantas y en dos veces con unos veinte días de separa-ción.

Plantas cultivadas por sus raíces o tubérculos.

Incluímos dentro de este grupo los siguientes cultivos :

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r^ia^ho; patata; yába^ios; re7si-olaclz^s azucare^^a, f orrajera yde ^nesa; zanahoricc.

Plantas llamadas vulgarmente de escarda, con rendi-mientos intty elevados en unidades nutritivas. Por ello estasplantas exigen para su buen desarrollo ser abonadas enabtmdancia.

Son en general de buenas condiciones en cuanto a la asi-milación rápida de los abonos, sobre todo hacia la initad desu ciclo, aunque continíian asimilando hasta muy avanzadosu desarrollo. En la época más templada del año estos culti-vos necesitan gran cantidad de principios fertilizantes, sobretodo orgánicos, debido al aun^ento de actividad de la floranlicrobiana del suelo.

Necesitan cantidades importantes de estiércol, nunca in-feriores a zo toneladas por hectárea. La escasez de materiaorgánica hace, en general, antieconómico^ el cultieo.

C^iltivo tipo: PaT.aTA.

Precisa grandes estercoladttras, particttlarmente en lossuelos fuertes, para mejorar las condiciones físicas del te-rreno ^^ favorecer los fenómenos biológicos, además de en-rique^cer en principio^s fertilizantes las tierras dedicadas aeste culti^ a Se debe incorporar el estiércol al suelo con mu-cho adelanto sobre la plantación, para dar tiempo a que ac-tíien los inicroorganisn^os de la tierra en su labor de des-composición de las sustancias tan complejas que contieneel ^bono orgánico por excelencia.

Donde no sea posible esterc^lar abundantenlente p^^r ca-rencia de estiércol debe prepararse el terreno ccn abonosverdes.

El estiércol no basta, sin embargo, para proporcionar alsuelo las cantidades de principios nutritivos que precisan laspatatas. Sobre todo el nitrógeno que el estiércol pone a dis-hosición de las plantas en la época de la bretación no es su-ficiente, debido a la poca cantidad de ese elemento que enforma asimilable proporciona este abono orgánico. Es siem-pre preferible que el nitrógeno necesario sea proporcionado

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en formas más rápidamente absorbibles, por ello se reco-mienda el empleo del sulfato amónico, c de nitrosulfato amó-nico, antes de la plantación.

El empleo de la cianamida cálcica como abono nitrogena-do en el cultivo de estos tubérculos se está extendiendo cadavez más, sobre todo en los terrenos que tienden a descalcifi-carse. En los regadíos intensivos conviene aplicar la ciana-mida antes de la plantación y después de un riego^, para evi-tar tener que regar inmediatamente después de extendidoeste abono. Se debe aplicar mezclándole al terreno con unalabor superficial y a razón de 30o kilogramos por hectárea.

Sin embargo, las patatas no precisan de los abonos ni-trogenados en exceso, porque los tubérculos toman coioranormal y las plantas disminuyen su resistencia a las enfer-medades. El correcto abonado de este cultivo consiste, sobretodo, en la justa aplicación de I^s abonos nitrogenados, sinpasar de la cantidad estrictamente necesaria.

La potasa debe ser administrada racionalmente, ya quede su juicioso^ empleo depende, en gran parte, el éxito del cul-tivc. Así, cuando mejores sean las condiciones del medio tan-to más necesitarán las patatas de este principio fertilizante.Se debe preferir la forma de cloruro potásico aplicado antesde la plantación, por lo menos con dos semanas de anticipa-ción y con labor profttnda. En plantaciones de primavera esa veces preferible el empleo del sulfato petásico en vez delcloruro.

Algunos sostienen que, a ser posible, siempre se debeevitar el empleo de abonos de reacción alcalina, que favore-cen el desarrollo de ciertos hongos parásitos. De aquí que seprefiera el sulfato amónico al nitrato sódico como abono ni-trogenado.

Los abonos fosfatados son los menos necesarios, aunqueno debe dejarse de tener en cuenta que, si el suelo es pobreen ácido fosfóricc, o se cultivan variedades tempranas queexigen un crecimiento rápido, es imprescindible suministrareste principio en cantidades convenientes.

Una fórmula apropiada para terrenos y circunstancias

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de tipo medio es la 4-6-15 ó también 5-8-i6. Esta íiltimapuede ser suministrada por :

sulfato a[IIÓIliCO 2I pOr I00 .................................... 200^uperfosfato 18-zo por Ioo ...................................... 300Su!fato potásico 5o por Ioo .................................... 300

Plantas cultivadas por sus bulbos.

Se incluycn en este. grupo los ajos, las ce(^ollas y lo^s pttie-YYO.S.

Son cultivc,s muy exigentes en materia orgánica, princi-palmente para mantener una textura conveniente del sueloy asegttrar así un buen desarrollo cle los bttlbos. ^in embar-go, la incorhoración de los abonos orgánicos debe ser muytemprana, a ser posible en cosecha anterior, para evitar elcontacte directo del estiércol con los bulbos.

El nitrógeno debe ser suministrado en el momento opor-tuno v no en cantidades eacesivas. En muchos sttelos ricosen materia orgánica apenas se aprecia en estos cultivos elempleo de abonos nitrogenados. En general, los mejores re-sultaclos en la aplicación del nitrógeno se obtienen en cober-tera; en primaveras ]luviosas pueden ser más asimilados losnitrogenados.

La cantidad de potasa depende de que en cosechas ante-riores hayan sido aplicados fertilizantes potásiccs y en quécantidad.

C9flfl'Z^O Í1^0: CEBOT,LA.

Siempre que sea posible se debe incorporar al suelo ma-teria ^rgánica en forma de estiércol ; en caso de ser itnposi-ble usar este abono se debe bacer un abonado sideral.

Es mejer suministrar el estiércol en cosecha precedente,en closis no inferiores a 30.00o kilogramos por hectárea.

A este abono orgánico se debe añadir una fórmula com-pleta de fertilizantes químicos.

En suelos arcillosos no suele ser preciso el empleo depotasa y fórmulas del tipe 6-r2-o, 6-^8-o y 5-i 5-o dan btte-

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nos resultados según los casos y en dosis de ó0o a 90o kilo-gramos por hectárea.

La primera fórmula puede suministrarla la siguientemezcla :

xg.

5ulfato a^mónico 2i por too . ................................... t8oSupcrfosfato [8-2o por [oo .................................... 360

En suelos arenosos, o arenasos silíceos, los abonos quími-

Las cebollas y otros bulbos requieren una estercoladura abundante al cultivoanterior. En tierras fértiles se puede '[ncluso prescindir del abono nitrogenado

pero no de la potasa.

cos producen mejores y más rápidos resultados. En estetipo de suelos es además menos necesario el ácido fosfóricoen relación al nitrógeno, por lo que puede dar buenos resul-tados una fórmula 6-to-o. En primavera se puede añadiruna aplicación de loo kilogramos por he^ctárea de nitrato só-dico.

En tierras muy fértiles, con abundancia de materia or-gánica, puede no precisarse el empleo de nitrogenados aun-

c^uc ^ie^n^^re ^c »ecesita ina^r^x^rar i^^ ^tasa. Entr^i^ce^ pue<le^rr útil la f^"^rn^ula o-TO-12 en ^}oo ltiilotiran^^^s por hectárca.

I^n ^uel^s n^ineralizados p^^r el e^nple^^ reiterado de ni-trat^^ s^ídicr, Intede convenir e^nplear el sulfat^ amónic^ encanticla<l n^^ inferior a^oo kilu^ram<^s p^^r hectárea, siendof^^rnttll<t^ ^ulectt^tdas l^ara este cas^^ las (-c^-h ^- 6-10-^.

I^n ^uel^» c^m manifiesta rare»cia ^le ácici^ f^.f^^rico

Las Icguminosas de grano, como guisaubes, habas y alubias, res^^onden e,peci;il-mentc a los abonos fosforados y pot^^sicos.

cleb^^ darse ^^i-eferencia a e,te hrincipi^^ co^i f^^rmt^las ^lel til>oi(- ^^-o e^1 ^oo kil^^^rail^os h^t- hc°ct^trea.

Plantas de la familia de las leguminosas.

];u este apartacl^^ se eo»sid^ran los ĉ̂ r^iscrntes, las h^rb^rs }-las jrrclíns o crl^iUi^7s. Estas Plantas enridueeen el terreno eilnitrúáerio clebido a la simbiosis que realizan sus raíces conciertas bacterias ^lue sintetizan sustancias nitro _̂ enadas al^artir del nitr ĉígeno, del aire.

En g^eneral, l^^s abunos ttitrogenados deben emplcarse cunprecaución y en escasas canticlacles, reduciéndolos en iuu-chos casos al principio de su desarrollo, cuand^^ las nud^^-sidades de las raíces no están completamente formadas.Cuando estas bacterias empiecen a ceder nitróg^enu a laplanta (es decir, cuaiido la simbiosis legumin.osa-hacteriacomienza a funciunar), las plantas no necesitarán, c•n lamayor parte de los casos, tontar nitrógeno del suelo.

En esa época de comienzo del desarrollo, un lig•eru abu-nado nitrogenado puede ser beneficiuso para estitnular elcrecimiento. Dosis de ioo kilugrantus pur hectárea de ni-tratcs en cobertera pueden scr eficaces.

La experiencia ha demostraclo que esta, i^lartta^ r^spun-den principalmente al ácido fusfórico y a la potasa, esl^^ecial-mente a este últitno principiu.

Los mejores resultados se obtienen incorpuraudu al ,ue-lo, después de las labures de preparación del terreno, abc:nusrosfatadus fácilmente asimilables, mezclados con potásicus.Las Escurias Thotnas a dosis de 40o kilogramos por hectá-rea unidas a sulfato potásico a razón de Z5o kil^^grarn^;s estma fórmula adecuada para mttchos terrenos.

Las fórmulas de abonado varían algo de uua^ especie^a otras debido a las preferencias y exigencias en relacióncon la acidez o basicidad del suelo. Así las judías l^rrfie•ret^suelos neutros, los guisante^ ligeraniente ácidos ^^ lri^ h^il^^,ligeramente alcalin^^s.

Cesechas caracterizadas l^^or ser muy ► uej^^rant^^: dc^ lascondiciones del suelo y que, pur tanto, tienen una euurtne uti-lidad no solamente por ^u^ a^^ru.^cchamientu^. ^ino p^^r la nu-table fertilidad que reportan al terreno en nitrógcnu. Go-zan, pues, de puesto preponderante en las alternativas v^ al-gunas especies de esta importante familia botánica dehenfigurar .5ietnpre en toda alternativa de huerta.

^wlcir.as uauiw• u•^e^^