abcempresa - renta 4 banco€¦ · abcempresa domingo, 22 de marzo de 2020 /nº 541...
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ABCEMPRESADomingo, 22 de marzo de 2020 /Nº 541 /abc.es/economía
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CORONAVIRUS La España que no
puede quedarse en casaAgricultura, distribución, alimentación, banca, energía...
Repasamos el día a día de los sectores que siguen trabajando a pie de calle para que nuestro país mantenga
los servicios esenciales y conserve el pulso económico
ARTÍCULOS DE: Antonio Garamendi (presidente
de CEOE), Lorenzo Amor (presidente de ATA) y Pepe Álvarez
(secretario general de UGT)
DANIEL CABALLERO
«Haremos lo
que haga fal-
ta, donde
haga falta y
cuando haga
falta». Pedro
Sánchez no es Mario Draghi pero estas
semanas se ha enfundado su traje. El
expresidente del BCE tiene ya unas
cuantas líneas en la historia por su fa-
moso «whatever it takes...» («Lo que
A fondo
Los hombros que aguantan el día
a día de una España al ralentí
sea necesario») y el jefe del Ejecutivo
español está por seguir sus pasos, a pies
juntillas, para lanzar el mensaje de que
todo está previsto y cubierto. Las pala-
bras del banquero luxemburgués bas-
taron para levantar a los mercados; no
ha ocurrido tanto así con Sánchez, pese
a su ahínco. Repetición, repetición y re-
petición, sin el efecto esperado. Por el
camino, en su «whatever it takes» a la
española, se han quedado la Bolsa, los
autónomos, los empleados en ERTE...
España se para; España se va a casa; Es-
paña teletrabaja. Aunque hay quien no
puede permitirse bajar de revoluciones
el motor. El estado de alarma tiene sus
héroes entre la sanidad pero hay mu-
chos otros invisibles (¿invisibilizados?)
que mueven las ruedas del país, aun-
que sea a base de empujar. Son los agri-cultores, los ganaderos, los cajeros, los
«gasolineros», los banqueros de ofici-
na, los camioneros, los «riders», los car-
niceros... Sobre ellos está el día a día de
esta España al ralentí.
ABC ha contactado con esos traba-
jadores que impiden el frenazo com-
pleto y con sus patronales. El mensaje
de todos ellos es idéntico en el fondo
de sus palabras: el servicio y el abaste-
cimiento están garantizados. No por el
Gobierno sino por ellos, por su esfuer-
zo diario de tener que ir a trabajar para
que el ciudadano de a pie pueda seguir
adelante. Y también todos ellos piden
más apoyo económico, fiscal y laboral
del Ejecutivo en estos tiempos de in-
certidumbre, más allá del último de-
creto económico que en muchos ámbi-
tos se queda a medias –dicen– para con
Alimentación, transporte, energía, banca... son
algunos de los sectores que mantienen vivo el
país cubriendo las necesidades más básicas
Estos gremios temen la incertidumbre por
encima de todo y denuncian la falta de
protocolos y ayudas por parte del Gobierno
estos sectores. Si abren oficinas y tien-
das pero apenas hacen facturación, el
drama está servido, cuentan. Sin olvi-
dar la falta de protocolos para cada ám-
bito de actividad concreto, aunque sí
hay una guía general del Ministerio de
Industria, Comercio y Turismo. Todo forma parte de una cadena bien
engrasada que empieza en las tierras y
que suma más de 2,5 millones de tra-
bajadores.
TRABAJADORES A PIE DE TIERRA El campo es el primer eslabón. Miguel
Blanco, secretario general de la Coor-
dinadora de Organizaciones de Agri-
cultores y Ganaderos (COAG), da bue-
na cuenta de su inquietud: «Lo estamos
viviendo con mucha preocupación por-
que es una pandemia que nos afecta a
todos, a la salud pública. Los hombres
y mujeres del campo, del medio rural,
están en lugares más aislados y tienen
una transmisión del virus más lenta,
pero también contamos con que hay
mucha gente mayor en el sector agra-
rio. Son personas de mayor riesgo y la
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EMPRESA
MAYA BALANYA
preocupación es bastante grande». Con-
cretamente, hay 793.900 trabajadores
del campo, según la última EPA del cuar-
to trimestre de 2019. Desde 2008 la fuer-
za laboral de este sector se ha reduci-
do un 8,76%, y los mayores de 55 años
solo lo ha hecho en un 1,33%. Cada vez
son más los de edad avanzada. Además,
a ello se le une que tienen ya dificulta-
des para incorporar empleados que vie-
nen de fuera debido a las restricciones
y que tan importantes son para la re-
colección.
Así las cosas, el representante de la patronal del ramo destaca la necesidad
de garantizar el suministro de alimen-
tos: «No podemos añadir a un proble-
ma sanitario tan grave, un problema
alimentario, lo que sería un problema
monumental». Por ello, han solicitado
al Ministerio de Agricultura vía libre
para acudir a sus puestos trabajo y, es-
pecialmente, el mantenimiento de los
suministros como piensos, fertilizan-
tes, etc. necesarios para el campo.
LA CARRETERA SIEMPRE CUMPLE Tras las tierras aparecen las ruedas. Los
transportistas, especialmente esos ca-
mioneros que se echan a las carreteras
españolas y foráneas para llevar la ma-
teria prima al supermercado. Juan José
Gil, secretario general de la Federación
Nacional de Asociaciones de Transpor-
te de España (Fenadismer), señala que
el decreto aprobado no da solución a
los problemas del día a día. Por ejem-
plo, en el gremio se siguen quejando de
que no pueden comer caliente ni asear-
se por el cierre de estaciones de servi-
cio, que ya se ha ido solucionando pau-
latinamente. Algo menos de medio mi-
llón de camioneros que creen que están
poco considerados por la sociedad, y
por el presidente del Gobierno. Han pe-
dido un plan de seguridad para el sec-
tor y eliminar las obligaciones de des-
canso, una petición –esta última– que
ya ha sido atendida. «Realizamos una
labor esencial y garantizamos el trans-
porte en toda España», clama Gil. Asi-
mismo, desde UNO, la patronal logísti-
ca, reclaman al Ministerio de Sanidad
que los transportistas sean considera-
dos como el segundo gran grupo, tras
los sanitarios, receptor de mascarillas,
guantes y geles; de lo contrario, tal como
avisaron el jueves, podría llegarse a una
situación de cortes en la cadena por fal-
ta de seguridad sanitaria.
Desde la Confederación Española de
Empresarios de Estaciones de Servicio
(Ceees), su presidente Jorge de Benito
echa un capote a esos transportistas
–que son más de un millón sumando
tierra, mar, aire y servicios auxiliares–:
«Más allá de haber abierto todos los
aseos, muchos de nuestros compañe-
ros han tenido que cerrar la cocina; lo
que están haciendo son bocadillos para
los transportistas. Funcionamos a ple-
no rendimiento con todo
lo que se nos pide». Otros 65.000 empleos que, por
ejemplo, en Cantabria es-
tán lavando gratis los
vehículos de servicios
esenciales. Lo que no qui-
ta para que también vi-
van su particular crisis:
«Un compañero de Extre-
madura nos dijo que en
un día había vendido
nada más que 100 litros de combusti-
ble, cuando lo normal está entre 5.000-
6.000 litros diarios». Por ello, reclaman
ayudas económicas ante el desplome
de la demanda mientras siguen abier-
tos por ser «fundamentales».
COMPRAR CON MODERACIÓN Una vez recogida la comida del campo
y transportada por el frío y desierto as-
falto, llega a las grandes ciudades como
Madrid, la urbe con mayor incidencia
por el coronavirus. Supermercados y
comercios tradicionales/especializados
son de las pocas tiendas abiertas. Las
imágenes de una marabunta de gente
comprando en los supermercados abrie-
ron todos los medios de comunicación.
«Han ocurrido dos cosas: un cambio de
hábitos de vida, porque antes comías
fuera y ahora tienes en casa incluso a
los niños; y luego la reacción por cierto
miedo, que también ha justificado ese
pico», explica Felipe Medina, secretario
general técnico de la Asociación Espa-
ñola de Distribuidores, Autoservicios y
Supermercados (Asedas). Desde la pa-
tronal destacan el compromiso de los
trabajadores del gremio: «Un médico
está preparado toda su vida para estar
ahí si vienen mal dadas pero un emplea-
do de supermercado quizás nunca hu-
biera imaginado trabajar en estas cir-
cunstancias; no han tenido tiempo para
prepararse psicológicamente, aunque
han reaccionado con una entrega y una
vocación de servicio enormes».
La misma «psicosis» ocurrió, por
ejemplo, en carnicerías de barrio. Alu-
viones de gente en busca de llenar la
despensa con cuanto más mejor. Carlos
Rodríguez, presidente de la Confedera-
ción Española de Detallistas de la Car-
ne (Cedecarne), destaca que esa situa-
ción ya no se está dando, aunque sí de-
tectan un aumento importante de
pedidos a domicilio y una
ligera explosión del canal online. La población tie-
ne miedo y prefiere no sa-
lir de casa. Así, en este es-
cenario, desde la patronal
de la carne se quejan de
que han dejado tirados a
muchos autónomos y que
les falta un protocolo de
actuación para su gremio.
Tiran como pueden, dicen,
y reclaman su pastel de reconocimien-
to: «Se han olvidado de nosotros», cuen-
ta Rodríguez.
Todos los sectores a una para que
España pueda seguir comiendo; para
que España pueda seguir funcionando;
para que España pueda salir con fuer-
za. Mauricio García de Quevedo, direc-
tor general de la Federación Española
de Industrias de Alimentación y Bebi-
das (FIAB), lo pone de manifiesto: «La
industria de alimentación y bebidas tie-
ne una importancia vital. Podemos de-
cir que hay casi una empresa del sec-
tor en cada ciudad y pueblo de España
y nuestra actividad está muy arraiga-
da en todo el territorio». La mercancía
está garantizada, dicen, y exigen al Go-
bierno facilidades para poder trabajar.
La España que sigue a pie de tienda, a
pie de tierra, a pie de camión, que con-
fía en el «whatever it takes» del presi-
dente Sánchez.
La banca es otro de los sectores que no paran por su condición de esencial. Sin efectivo, especialmente los mayores, no hay compras. Cada entidad financie-ra ha tomado sus propias decisiones de reducción de horarios y personal en oficina pero, en general, mantienen su actividad y servicio al público. Sedes centrales en teletrabajo pero oficinas abiertas. En este sentido, ya se han dejado notar los primeros efectos en su operativa presen-cial. Fuentes del sector financiero apuntan a que las entidades han reducido entre un 60 y un 70% su actividad presencial. Los
usuarios ya no acuden tanto al establecimiento físico sino que se ha aumentado particularmente el servicio por teléfono y por internet. «La principal prioridad de los bancos es mantener el servicio a sus clientes y ayudarlos ante la compleja situación
actual derivada del coronavirus, al mismo tiempo que se refuerza la seguridad de sus
empleados. Los bancos garantizan el acceso a los servicios financieros bajo los diferentes canales alternativos que ofrecen los bancos», explican fuentes de la Asociación Española de Banca.
La banca ve reducida su actividad en al menos un 60%
El
sector
financiero ha
aumentado su
actividad online
y telefónica
Empleos Más de 2,5
millones de trabajadores
forman la cadena de suministro de
alimentación
DOMINGO, 22 DE MARZO DE 2020WWW.ABC.ES/ECONOMIA
ABC EMPRESA
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A fondo
FRANCISCO JAVIER ROMERO DIRECTOR DE OFICINA EN
RENTA 4 BANCO
«El cliente es humano y tiende a salir corriendo»
D. C.
En estado de alarma se piensa en
supermercados, panaderías, carni-
cerías... como establecimientos que
sí o sí tienen que estar abiertos. No
tantos piensan en los bancos pero
lo cierto es que son un servicio esen-
cial, particularmente para los más
mayores que solo utilizan efectivo.
«Tenemos que dar servicio a quien
lo necesite», comenta Francisco Ja-
vier Romero, director de oficina en
Renta 4 Banco. Y prosigue: «El com-
portamiento de los clientes está
siendo bueno. Incluso algunos se
extrañan de que estés en la oficina.
Seguimos y seguiremos haciendo
nuestro trabajo de forma profesio-nal y dando servicio como siem-
pre». Un «como siempre» referido
a que el usuario podrá realizar cual-
quier operación; el sistema finan-
ciero sigue su curso habitual y, para
ello, es fundamental el funciona-
miento diario de los bancos, tan las-
trados estos días en Bolsa.
Así las cosas, sí que hay temor a
una posible reacción que pulula en
buena parte de las entidades finan-
cieras: los movimientos de capital
precipitados. Que los clientes sa-
quen todo su dinero sumidos en el
pánico: «Entendemos que tenemos
que estar cerca de los clientes, dar-
les atención y hacerles un análisis
racional para que comprendan que
todos somos humanos. Hay que ha-
cerles ver de forma racional que no
deben hacer movimientos de los que
luego se puedan arrepentir. Les re-
comendamos una filosofía de pru-
dencia, paciencia, movimientos de
inversión con cuidado... El cliente,
que es humano, con miedo tiende a
salir corriendo y es un error», seña-
la este banquero, responsable de una
oficina que cumple con las recomen-
daciones habituales de seguridad,
además de que no van al estableci-
miento todos los trabajadores, sino
solo uno por día o los que hagan fal-
ta para atender a los usuarios.
Bajo este panorama, la presen-
cia de clientes en oficina se ha re-
ducido de manera drástica. No así en el caso de las llamadas telefóni-
cas o las operaciones online. Estas
dos últimas se han incrementado
estos días, cuenta Romero, quien
hace hincapié en su vocación de ser-
vicio incluso en estos tiempos difí-
ciles. «Nos necesitan», dice. Una
función no tan vistosa estas sema-
nas como podría ser la del cajero de
supermercado o el sanitario que
atiende a los enfermos en un hos-
pital pero igualmente necesaria. Jó-
venes y ciudadanos de mediana
edad manejan con soltura las tar-
jetas y el entorno virtual; no así
nuestros mayores, habituados a tra-
tar cara a cara con el banquero, su
banquero de toda la vida.
ABC Francisco Javier Romero
JESÚS HERNÁNDEZ CAJERO DE SUPERMERCADO
JOSÉ MARÍA GIL YAGÜE RESPONSABLE DE TIENDA EN DIA
«Una persona no puede llevarse 30kg de arroz»D. C.
A pie de supermercado, que se diría,
lo vivido en la semana del 9 de mar-
zo era algo sin precedentes. La po-
blación acudiendo en masa a vaciar
los establecimientos y llenar sus des-
pensas. «Fue un descontrol, la gen-
te llevándose comida que no necesi-
taba», se queja Jesús Hernández, ca-
jero en una empresa de Guadalajara
de la que prefiere no dar el nombre. El cambio ha sido muy notable des-
de la declaración del estado de alar-
ma. «Ahora es verdad que se
trabaja con más seguridad.
En mi tienda, aparte de
facilitarnos mascarillas,
guantes, hidrogel... han
limitado el aforo para que
no haya concentraciones
de gente y han reducido
los horarios», cuenta este
trabajador. La distancia
de más de un metro se da por supues-
to, y van más allá: «Los encargados
nos dicen que racionemos la comi-
da porque una sola persona no pue-
de llevarse 30kg de arroz». No van a
permitir de nuevo la psicosis de hace
unos días y en ello trabajan para con-
cienciar a los clientes. «Veo bien que
sigamos abiertos porque la pobla-
ción tiene que comer», destaca este
cajero, pese a tener que estar expues-
to al virus durante su jornada labo-
ral. El riesgo cero no existe. «Se ha-
bla mucho del personal sanitario, que
tiene todo el mérito y realiza una la-
bor alucinante, pero hay otros sec-
tores que también estamos expues-
tos. No igual que ellos pero también
nos arriesgamos porque la gente vie-
ne a comprar y hay quien no pone cuidado», clama Hernández.
José María Gil Yagüe también tra-
baja en un supermercado pero
sus tareas son bien distintas.
Él es responsable de tienda
en un establecimiento DIA
y, como tal, tiene responsa-
bilidades de gestión para
que todo fluya, incluso en es-
tos tiempos. «El día a día
está siendo muy intenso,
todo ha cambiado. Somos
conscientes de que tenemos un pa-
pel fundamental en la sociedad; des-
de que entramos por la mañana es-
tamos intentando que todo salga bien,
atender al cliente, que no le falte de
nada...», dice este trabajador. Y va
más allá: «El cliente para mí es el rey,
desde siempre».
JJEESÚS H
JESÚS HERNÁNDEZ
HÉCTOR MERINO «RIDER» Y PRESIDENTE DE ASORIDERS
ÓSCAR PRIETO CAMIONERO
«Es la situación más dura que he vivido en 22 años»
D. C.
De nada sirve un supermercado sin
nadie que lo surta de alimentos. Esa
es la función que cumplen camione-
ros como Óscar Prieto, que atiende
a ABC precisamente en un transpor-
te desde Francia. «Es el primer día
en 22 años y medio que lo estoy pa-
sando realmente mal; es la situación
más dura que he vivido. He salido al
extranjero, he estado incluso meses
fuera de casa y todo esto se lleva con
otro tipo de angustia», detalla. Ni
para asearse o comer caliente en ca-
rretera tenían los primeros días de
estado de alarma; ahora, por suerte,
sí disponen al menos de baños abier-
tos. «Somos lo último de lo último.
El problema es que no se nos valora
hasta que hay una necesidad, como
la de comer. Todos los días estás al-rededor de 15 horas activo; paras el
camión, cenas algo, das un paseo y
duermes lo que te queda», explica.
En su caso lleva guantes, masca-
rilla y gel, pero nada les exime de es-
tar expuestos. Como consolación,
dice, que esto se hace por el bien de
todos porque aunque no lleve comi-
da un día, sí transporta materias pri-
mas para que una empresa no cierre
por desabastecimiento. Así las cosas,
constata que afrontan un gran ries-
go: «No conozco al que me entrega
la mercancía, no sé a quién le ha dado
la mano, con quién ha estado... Esta-
mos en un peligro constante». Y aña-
de: «Entre mi asiento y el del copilo-
to no tengo ni un metro. Yo no pue-
6
EMPRESA
Ahora que tenemos días a nues-
tra espalda para poder ver los
efectos del Covid-19 con más
perspectiva comprobamos que
nuestras rutinas y modos de vida se
han interrumpido, nuestros proyectos
se han suspendido y nuestra incerti-
dumbre le ha comido el terreno a la se-
guridad con la que, en mayor o menor
medida, solemos vivir. Pero también que hay una idea que no podemos de-
jar de repetirnos: todo esto es y debe
ser temporal.
Para que todo vuelva a su cauce es
necesario que permanezcamos unidos
y serenos, para evitar que muchas ac-
tividades se paren de manera irrever-
sible. España no se puede parar.
Es necesario que los enfermos noten
el calor de todos y que los servicios sa-
nitarios se sientan arropados en su ta-
rea indispensable. Pero tan importan-
te como esto es que todas las cadenas
de producción puedan permanecer en-
sambladas y lo hagan a la espera de que
las cifras de avance de la pandemia nos
digan que todo remite o que la econo-
mía comience a sentir la efectividad de
las medidas económicas puestas en mar-
cha por el Gobierno.
Por eso, desde la CEOE y Cepyme
hemos tratado por
todos los medios de
acordar con el Go-
bierno y los sindica-
tos medidas encami-
nadas lo primero a
garantizar la salud
de los ciudadanos en
estos momentos de
crisis sanitaria, pero
también a evitar esa
segunda crisis eco-
nómica, para intentar que todo que-
de en un paréntesis y poco más.
Eso explica, dentro de nuestro papel como empresarios, la demanda de ava-
les, para que el crédito siga fluyendo a
las empresas, para que sigan en mar-
cha y puedan atender al pago de esos
créditos y al de sus gastos mientras dure
la alerta. Y eso explica que hayamos pe-
dido inmediatez y cobertura económi-
ca en la tramitación de los expedientes
temporales de regulación de empleo
(ERTEs), para que este desajuste sea
temporal y que la gente se quede en casa
para cuidarse y que no lo tenga que ha-
cer desde el desempleo.
El objetivo es que, a la mayor bre-
vedad, todas las actividades vuelvan
a ponerse en marcha habiendo logra-
do capear este dramático paréntesis
sin echar definitivamente el cierre y
que los empleados puedan volver a sus
puestos de trabajo, tanto los que aho-
ra trabajan desde sus casas, como los
EMPRESARIOS, MÁS QUE
NUNCA EL MOTOR ECONÓMICO
«Para que todo vuelva a su cauce es
necesario que permanezcamos unidos y
serenos, para evitar que muchas actividades
se paren de manera irreversible»
ANTONIO
GARAMENDI
PRESIDENTE DE LA CEOE
que se hayan podido haber visto afec-
tados por un ERTE.
Ese creemos que es un matiz impor-
tante, porque el grueso de la economía
aún resiste y no ha descansado. Desde
sus hogares, los empresarios y sus plan-
tillas siguen trabajando intensamente
a la espera de volver a reunirse en los
centros de trabajo. Ese esfuerzo colec-
tivo es el que nos permitirá mirar hacia
adelante y lograr superar este bache
temporal desde la unidad.
Con todo, hay una parte de este mo-
tor económico que son las empresas que
merece especial mención. Es la de aque-
llos que no pueden dejar de trabajar por-
que son vitales para nuestra subsisten-
cia, porque para ellos no existe el tele-
trabajo y porque,
muchas veces a la som-
bra, son la espina dor-
sal.
Me refiero a los pes-
cadores, agricultores y
ganaderos, que nos
proveen de alimentos;
a los transportistas que
los distribuyen, a los
supermercados que los
comercializan. Y entre
ellos, también las farmacias, los ban-
cos… Cada vez que levantan el cierre y
abren un día más nos ofrecen otra jor-
nada con el motor encendido, para que el resto podamos seguir con mayor o
menor normalidad nuestra rutina, y po-
damos seguir trabajando.
Si alguna vez logramos que toda la
sociedad en su conjunto entienda como
nosotros lo que es ser un empresario,
creemos que sería importante empezar
por ahí, por los que nunca pueden des-
cansar ni echar el cierre.
En estos días de incertidumbres y
miedos, pero también de homenajes,
somos más conscientes de la labor de
estos sectores clave y es importante
que sigamos su ejemplo y tomemos
conciencia de la necesidad de perma-
necer unidos para estar a la altura de
ese esfuerzo. Por nuestra parte, los em-
presarios seguiremos ejerciendo con
responsabilidad nuestro papel de mo-
tor económico.
Los que no descansan «Si logramos que la
sociedad en su conjunto entienda como nosotros
lo que es ser empresario, sería
importante empezar por los que nunca
pueden echar el cierre»
En este sentido, las dudas sobre el
abastecimiento son recurrentes.
Clientes que preguntan y otros a los
que se les nota por el lenguaje cor-
poral. Cada uno lo expresa a su ma-
nera. «Ahora con esto tendré que
atender de otra manera, y el cliente
se tiene que ir feliz. Si no encuentra
un producto concreto, ya le explica-
ré qué alternativas le puedo dar», de-
talla Gil Yagüe.
En su caso sí que se sienten reco-
nocidos por la sociedad. La interac-
ción con los usuarios se ha reducido
a la mínima expresión pero también
recibe señales de gratitud con una
sola mirada. Basta una caída de ojos
o una sonrisa a través de la mascari-
lla para dejar ver que sin ellos Espa-
ña se quedaría sin comer. «Si los clien-
tes salen con una sonrisa es que lo
habremos hecho bien», cuenta.
Lo cierto es que en estos momen-
tos cada vez hay más pedidos a do-
micilio. Y el online también se em-
pieza a potenciar. Tanto Hernández
como Gil Yagüe explican que ahora
los consumidores se han conciencia-
do. Una suerte de buen comporta-
miento para que todo el mundo pue-
da comprar. Aquellos carros con de-
cenas de kilos de un producto no
volverán a ocurrir si de ellos depen-
de esa situación.
ABC José María Gil Yagüe
Héctor Merino Óscar Prieto
do hacer ejercicio o andar como la
gente en su casa».
Sin embargo, en el sector del trans-
porte hay más gremios. Uno de ellos
es el de los «riders» que reparten co-
mida a domicilio a través de Delive-
roo, Glovo, Uber Eats... Héctor Meri-
no es presidente de Asoriders y tra-
baja de ello: «En tres horas he hecho
dos pedidos. Hay que tomar concien-
cia de dónde estamos y la responsa-
bilidad que tenemos». Asimismo, re-
clama también su reconocimiento por
la labor que realizan. «Nosotros to-
mamos un riesgo por el resto de la
gente. Somos un servicio esencial pero
nos sentimos vulnerables», señala Me-
rino. Y lo que más le disgusta es el es-
tigma que por redes sociales se inten-
ta imponer a quienes piden por estas
plataformas por ser «antiético». Este
«rider» responde: «Si paramos, no ga-
namos. Somos autónomos. Y estamos
evitando que la gente salga a la calle».
DOMINGO, 22 DE MARZO DE 2020WWW.ABC.ES/ECONOMIA
ABC EMPRESA
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A fondo
Estamos ante una situación
de crisis sin precedentes en
la época moderna. Para ha-
cerle frente son necesarias
medidas de todo tipo, algunas de las
cuales ya han sido puestas en mar-
cha por el Gobierno. Pero esas medi-
das no servirían para nada sin el va-
lor y la fuerza de las personas traba-
jadoras que sostienen el tejido
productivo de este país. Cada maña-
na –o cada noche, depende de su tur-
no– se levantan, y mientras se pre-
paran para ir al trabajo, seguro que
se preguntan a sí mismos: ¿por qué no me quedo en casa, tranquilo y se-
guro? Y se contestan que hay que
mantener a la familia. Pero también
advierten que su trabajo es impor-
tante, que gracias a él otras perso-
nas reciben los productos y servicios
que necesitan, se mantienen los su-
ministros esenciales, se limpian las
calles, se atiende a los pacientes, etc.
Estas personas trabajadoras hacen
posible que nuestra sociedad no se
derrumbe y para ello asumen ries-
gos personales. Por eso tenemos la
obligación de dotarles de los medios
adecuados para que puedan hacer su
trabajo con la mayor seguridad po-
sible. Y, en esto, ningún esfuerzo es
demasiado.
Pero tenemos otra obligación: la
de reflexionar y actuar en consecuen-
ENSEÑANZAS DOLOROSAS
PARA UNA SOCIEDAD MEJOR
PEPE
ÁLVAREZ
SECRETARIO GENERAL DE UGT
esta crisis tenemos que salir con una
mentalidad diferente todo el mun-do, sea cual sea nuestra posición po-
lítica. Porque ha quedado demostra-
do que la existencia de una potente
intervención pública en ciertos sec-
tores como el sanitario es priorita-
ria, ya que, en caso contrario, ante
los simples balbuceos de una crisis
todo el sistema se pone en cuestión.
En estos duros momentos adverti-
mos con total nitidez los riesgos de
que nuestros recursos básicos estén
en manos de aquellos que ponen por
delante la obtención de un beneficio
inmediato a la garantía de la salud
para toda la población.
Las personas que están trabajan-
do día a día frente a una enfermedad
que no deja de extenderse tienen de-
recho a que les aseguremos un futu-
JUAN CARLOS SAN CAYO GERENTE DE CARNICERÍA SAN CAYO
«Los mayores piden a domicilio por miedo»
D. C.
La alimentación no es exclusiva de
los supermercados. Aún persisten
los comercios tradicionales y espe-
cializados como el de Juan Carlos
San Cayo, gerente de sus pro-
pias carnicerías, que es-
tos días, más que nunca,
sabe que presta un ser-
vicio esencial: «Nos ha
sobrepasado a todos un
poco, pero lo llevamos bien. Tenemos que tirar
del carro entre todos.
Existe el miedo a poder
contagiarnos y llevarlo
a nuestras casas», cuen-
ta. Para minimizar ries-
gos, ya trabajan con guantes, mas-
carillas y separación entre perso-
nas de más de un metro.
«El cliente se está comportan-
do, ahora, perfectamente. Los clien-
tes mayores sí que nos llaman para
que les llevamos el producto a su
casa porque tienen miedo; estamos
doblando los pedidos a domicilio»,
dice. Además, muchos otros usua-
rios lo que hacen es levantar el te-
léfono, hacen el pedido y se pasan
al establecimiento solo a recoger
la compra. «No quieren estar mu-
cho tiempo en la calle», afirma San
Cayo.
Pese a todo, lo vivido estos últi-
mos días nada tiene que ver
con la semana del 9 al 15
de marzo. «Se vendió
muchísimo. Aquello
parecía una Navidad a
lo grande. Fue la psi-
cosis de que podría fal-tar producto», explica.
Ahora el clima se ha des-
tensado. Los consumi-
dores llegan con más
calma y las ventas han
bajado mucho. La cor-
dura se impone entre los usuarios
y este carnicero no duda de que el
abastecimiento está garantizado;
así como la seguridad. En su tien-
da, por ejemplo, solo dejan entrar
un cliente por cada dependiente.
Y también pone en valor a aque-
llos que le permiten a él seguir
abierto: «Hay personas como los
transportistas que hacen una la-
bor muy grande».
CHARO ARREDONDO GANADERA
ANDRÉS GÓNGORA AGRICULTOR
«Seguimos produciendo, no os va a faltar comida»
D. C.
Todo empieza en los pueblos. Y las
ciudades son las que se lo comen.
Las baldas del supermercado están
llenas gracias a toda una cadena que
se inicia en los agricultores, gana-
deros y pescadores españoles. Sin
los productores, la sociedad no so-
brevive. Más aún en este estado de
alarma que todo lo engulle y en el que se hace más necesario que nun-
ca contar con un abastecimiento su-
ficiente de alimentos. «La gente se
ha dado cuenta de lo necesario que
es en este momento la alimentación
en el día a día. La mayoría de ciuda-
danos considera cotidiano llegar a
una tienda y tener de todo; ahora se
percatan de que hay que llenar la
despensa y reconocen el esfuerzo del
sector», dice Andrés Góngora, agri-
cultor de hortalizas de Almería. Y
añade: «Asumimos nuestra respon-
sabilidad como ciudadanos. No me
considero un héroe, pero hay mo-
mentos en los que los agricultores
tenemos que seguir aportando, y aho-
ra todavía más si cabe».
En esta misma línea se pronuncia
también Charo Arredondo, ganadera
de vacuno de Cantabria. La leche es su
producto y con voz cansada pero el vi-
gor intacto lanza un mensaje a los con-
sumidores: «Por nuestra parte no se
va a reducir la cantidad ni la calidad
de lo que producimos. Las vacas dan
lo que dan, y tenemos garantizados
los piensos y veterinarios. Si esto con-
tribuye a tranquilizar a la gente, pue-
ERÍA CHCC ARO
ro mejor. Un futuro con una sanidad
pública capaz de afrontar las dificul-
tades que tenemos; con una indus-
tria española y europea potente que
no dependa de una competencia ba-
sada en la explotación de las perso-
nas; con un nivel de intervención e
inversión pública en ciencia, tecno-
logía e investigación que posibilite
el desarrollo sostenible; y con una
dotación de recursos básicos que ase-
guren el reforzamiento y manteni-
miento de un Estado Social, Demo-
crático y de Derecho como reza nues-
tra Constitución, que no esté a los pies de especuladores y vaivenes bur-
sátiles ante las amenazas.
Esta crisis la vamos a superar, uni-
dos, con el esfuerzo de todas las per-
sonas e instituciones. Pero va a ser
muy dolorosa y dañina. Y debemos
tomar enseñanzas de ella. La prime-
ra, que es urgente que impulsemos
un cambio de mentalidad que nos per-
mita constituir, con el mayor consen-
so, un tejido social y productivo pre-
parado para hacer frente a nuevas cri-
sis, y a aquellas que ya tenemos
instaladas y no hemos sabido afron-
tar, como la climática. No podemos
dejar a nadie fuera porque el coste se-
ría terrible y los trabajadores y tra-
bajadoras de este país reclaman res-
puestas que solo una sociedad justa
y equilibrada puede darles.
Andrés Góngora
cia. Necesitamos una sociedad me-
jor. Ya estamos viendo con claridad
a dónde nos conduce una política que
deja en manos del libre mercado, de
la competencia salvaje en salarios y
costes, aspectos estratégicos de nues-
tra economía y nuestro estado de bie-
nestar, como el sistema de salud. De
«Es urgente que impulsemos un cambio de
mentalidad que nos permita constituir, con el
mayor consenso, un tejido social y productivo
preparado para hacer frente a nuevas crisis»
Juan Carlos San Cayo
8
EMPRESA
do decir que no tienen que preocu-
parse porque vamos a seguir produ-
ciendo como siempre. No os va a fal-
tar comida».
Esta ganadera destaca que a ella
también le gustaría quedarse en casa
pero tiene unas obligaciones. Ade-
más de que es consciente de que en
los pueblos como en el que ella vive
el coronavirus no ha llegado con la
misma virulencia que a las ciudades.
«No puedes pensar que la leche sale
del brick, o que el melocotón sale de
una lata. Tenemos una riqueza tan
grande que deberíamos valorar más
y esperemos que cuando pase todo
esto así sea. ¿De qué te vale tener mu-
cho dinero si no tienes buena alimen-
tación?», resume Arredondo.
Sumado a ello, tal como destaca
Góngora, ha habido ciertos cambios
en la cadena de suministro por el alu-
vión de demanda de estas últimas se-manas. Los supermercados se han
visto desbordados, aunque ahora las
colas parecen haberse moderado. Así,
este agricultor señala a ABC que sus
intermediarios y los supermercados
han solicitado a los productores ma-
yor cantidad de mercancía; incluso,
que se ha solicitado adelantar pedi-
dos que estaban previstos para den-
tro de varias semanas.
«Todos tenemos que arrimar el
hombro. Nadie se va a quedar en su
casa, aunque son momentos en los
que tendremos mucho cuidado. To-
dos estamos comprometidos con
cumplir las normas: vamos de casa
a la finca y de la finca a casa», expli-
Charo Arredondo
LORENA GÓMEZ EXPENDEDORA DE GASOLINERA
«Esto era un caos, estábamos a reventar»
D. C.
En las ciudades, en los pueblos o en
medio de la carretera. En cualquier
sitio nos podemos encontrar una es-
tación de servicio para repostar. La
gasolina también se ha convertido
en un bien preciado; tanto, que su-
frieron la llegada en masa de la gen-
te en busca de gasolina la semana pa-
sada. «Las ventas han bajado, aun-
que los dos primeros días (sábado y
domingo) fueron un caos: no podía
ser que estuviéramos aislados y esto
a reventar. A partir del lunes bajaron las ventas, en cuestión de combusti-
ble, mientras que la venta de la tien-
da sí que se sostiene un poco más»,
explica Lorena Gómez, «gasolinera»
o, técnicamente, expendedora en una
estación de servicio de barrio.
En su caso también se han toma-
do medidas de seguridad. Guantes,
mascarillas, geles... y una mampara
de metacrilato a través de la que aten-
der a los clientes. Operan a través de
una ventanilla, como si todo el día
fuera horario nocturno. «Vivimos la
situación con desconcierto. Estamos
viviendo el día a día porque van sa-
liendo cosas diferentes. En mi pues-
to de trabajo sí que me encuentro se-
gura. Tengo miedo, pero me siento
segura al mismo tiempo», cuenta.
Gómez es consciente de que rea-
liza un «trabajo esencial» que no se
puede parar. Todo el mundo que sale,
especialmente los transportistas, ne-
cesitan combustible. «Me siento pri-
vilegiada por ir a trabajar y prestar
mi servicio, me siento hasta útil», de-
talla esta «gasolinera». Al mismo
tiempo, el trato con el cliente es una
de las cosas que más le gratifica: «Hay
clientes que nos dan las gracias por
estar abiertos. Vemos que la gente
nos da ánimos y eso se agradece».
Lorena Gómez
Y a ha pasado más de una sema-
na desde la declaración del es-
tado de alarma. Más de siete
días desde que se nos pidió, por
primera vez en nuestra vida, que cerrá-
ramos nuestros negocios; o bien que si-
guiéramos trabajando pero desde nues-
tros domicilios; o que, en ciertas activi-
dades de primera necesidad, nos
arriesgásemos a contraer el coronavirus
para atender a los ciudadanos. Hemos
aplaudido, de todo corazón y por abso-
luta justicia, al personal sanitario, a las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Es-
tado y a los trabajadores que siguen lim-piando nuestras calles. Yo, desde aquí,
quiero empezar este mensaje aplaudien-
do en nombre de toda la sociedad a los
3,3 millones de autónomos que hay en
España. A los que llevan ya más de sie-
te días sin ingresar un euro, a los que si-
guen al pie de sus negocios o conducien-
do camiones para que podamos com-
prar el pan cada día y a los que, en una
absoluta muestra de responsabilidad,
han decidido quedarse en casa para no
contagiarse y no provocar más conta-
gios, a sabiendas de que sus negocios
podían irse a pique. Para todos y cada
uno de ellos, vaya un gran aplauso.
Y, tras ese reconocimiento, quisiera
pedirles que mantengan el ánimo. Yo soy
autónomo y conozco la angustia que se
te mete en el cuerpo cuando no sabes si
vas a tener dinero en la cuenta para pa-
AUTÓNOMOS, NO
ESTAMOS SOLOS
LORENZO
AMOR
PRESIDENTE DE ATA
trabajadores a su cargo que no realicen
ERTEs y los autónomos en pluriactivi-
dad, aún estando en su domicilio sin tra-
bajar, no podrán acceder a ella. Ambos
suman un tercio de los 3,3 millones de
autónomos. Para ellos seguimos pidien-
do que se les suspenda la cuota porque
no tiene sentido cotizar cuando sus in-
gresos son cero. Nunca está en el ADN
de un autónomo hacer ERTEs.
No me olvido de las administracio-
nes autonómicas y locales, que empie-
zan a aprobar importantes ayudas.
No estáis solos. También en ATA no
hemos descansado ni un solo día. Acti-
vamos líneas de teléfono gratuitas, no solo para socios, sino para todos los au-
tónomos porque no es hora de construir
capillitas, sino de ofrecer el máximo de
ayuda. Nos vimos desbordados por las
casi 25.000 llamadas recibidas y tuvi-
mos que reforzar el equipo de asesores.
Lo importante es que esta crisis sea solo
un paréntesis y para ello es esencial que
los autónomos nos recuperemos pron-
to y volvamos a generar empleo.
No estamos solos. Esta epidemia pue-
de tener también algo positivo. Cada día
vemos cómo se recupera este sentimien-
to de unidad y de solidaridad que siem-
pre ha sido característico de nuestra so-
ciedad. Únicamente queda desear que
esta epidemia acabe y, sin embargo, la
cooperación que estamos demostrando
perdure y no se vuelva a perder nunca.
gar el alquiler, impuestos, la letra del co-
che... Y aún más grave, cuando se acer-
ca el momento de pagar las nóminas. Es
más que probable que vengan tiempos
difíciles, como otros que hemos pasado.
Pero desde aquí quería decirles que, en
esta ocasión, no estamos solos.
No estamos solos. La sociedad se ha
dado cuenta de la importancia que te-
nemos para que todo funcione bien, lo
necesarios que son los millones de ne-
gocios que vertebran nuestra economía.
También lo saben los bancos y las gran-
des empresas de las que muchos autó-
nomos son sus proveedoras. Me alegra
saber que las gran mayoría de las enti-
dades financieras y de las grandes cor-
ca el agricultor. Asimismo, todo este problema de salud pública por la pan-
demia del coronavirus ha coincidi-
do con las movilizaciones del cam-
po: «Un país no se puede permitir el
lujo de no tener sector agroalimen-
tario. A veces se piensa que en un
mercado globalizado las importacio-
nes pueden resolverlo todo, y no es
así. Las importaciones pueden ser un
elemento que no resuelva el abaste-
cimiento en situaciones de crisis
como esta», comenta Góngora. Por
lo pronto, el campo español grita alto
y claro que España seguirá teniendo
comida suficiente mientras esté en
su mano.
poraciones se han acercado a ATA para
preguntar en qué podían ayudar.
No estamos solos. El Gobierno ha im-
plementado las medidas sanitarias ade-
cuadas para luchar contra la epidemia.
También ha aprobado una serie de ini-
ciativas que ofrecerán liquidez a las em-
presas. Y para con los autónomos ha ido
adecuando soluciones a los problemas
que podíamos tener y, aunque aún nos
gustaría que aprobara alguna medida más como la exoneración de la cuota
para los autónomos que quedan fuera
del cese de actividad, ha mejorado re-
cientemente esta prestación para que
se puedan beneficiar más autónomos
que han visto caer en picado sus ingre-
sos. Como ya he dicho en otras ocasio-
nes, la ley que regula esta prestación no
está bien formulada y su rigidez ha im-
pedido durante años que muchos tra-
bajadores pudieran cobrarla a pesar de
que todos estamos cotizando por ella.
Pero las recientes aclaraciones introdu-
cidas permitirán que muchos autóno-
mos accedan a ella. Calculo que serán
cerca de 1,2 millones quienes acaben so-
licitándola. Animo a pedir la prestación
a cuantos consideren que la van a nece-
sitar. No obstante, los autónomos con
DOMINGO, 22 DE MARZO DE 2020WWW.ABC.ES/ECONOMIA
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