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ABC. VIERNES 30 BE A B S U p-E 1971. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 96. gatos fie la defensa no hay objetividad. Encierran casi siempre una acusación con- tra los ejecutores de Mussoíiiá. Se advierte la voluntaria concesión del autor a un pen- samiento que no es el suyo, en las manifes- taciones del acusador. Lo que impide que esta pieza ambiciosa, atrevida, alcance ple- nitud es la debilidad dialéctica de los per- sonajes. Lo que no es anécdota no alcanza a ser categoría. Presenciarnos hechos his- tóricos, vistos desde un ángulo general- mente favorable a Mussolini. No llega a establecerse una discusión político-filosó- fica que nos valga para comprender el pasado, para apreciar lo futuro. José María Loperena ha hecho un a gran proeza con el montaje de esta obra, muy difícil, recibida desde prejuicios inevitables, porque en ella, quiérase o no, h¡an de ver- se circunstancias que no pueden sernos ajenas. Sin duda, ha estudiado Loperena cuidadosamente los mantajes que de «La indagación» han hecho grandes realizado- res como Piscator. Ingmar Bergman, Vir- ginio Puecher o Starowieysja. Ha optado par un espacio escénico abierto, no rígido como el de Piscator, sino más flexible, fraccionado en tres subespacios mareados par las luces y por los niveles, como con- viene a la estructura ternaria del drama. El logro es evidente. Es sobrio y hondo el juego de realidades que se nos muestra. La iluminación aclen- sa ios tiempos que en un mismo espacio se interpenetran. El ritmo consigue la solem- nidad de lo ineluctable porque ya es pa- sado, en la fluencia de un estar siendo que lo reactualiza. Y los personajes son mo- vidos con rigor, con naturalidad que da realismo a esta evocación de fantasmas. Ai recurrir a las proyecciones cinemato- gráficas, arbitrio renunciado después de largo estudio por Piscator y Schmückle al montar la pieza de Peter Weiss, Loperena ha logrado aunar esa visión del pasado his- tórico con la situación temporal de un presente reconstruido en la carra central. Y ésa es una hazaña de director que corro- bora un evidente y acreditado talento. ios figurines, las luces, los efectos mu- sicales y sonoros están medidos y combi- nados con segura mano. La pieza cobra así coasistencia, corporeidad teatral que supe- ra a su debilidad dialéctica interna. El tra- bajo de Guillermo Marín, lleno de dificul- tades, es sobresaliente. Logra una expresión veraz, una aproximación física al estilo nrassoliniano y nos da con sencillez y non- ti ra los matices que van del héroe del bal- cón de la plaza Venecia al vencido, al •£-•• seguido de Dongo. Un buen trabajo no £<>lo por la seguridad en la declamación, so por la finura y la elocuencia de la expresión corporal. José Luis Pellicena y Andrés Magrdaieno expresan con pulcra e'ocuencia dos tipos contrapuestos de gue- rrilleros. Pellicena; el idealista, puro, en el fondo débil, Bellini; Magdaleno, el in- flexible ejecutor Audisio. Pos actores cons- treñidos a un rigor dramático adecuado a situaciones épicas, aunque no brechtianas, de la obra. Natural y honda, Cándida Lo- sada. Discreta, Lola Cardona. Ajustados, Esíanis González, Boberto Martín, Sonsoles Benedicto, Antonio Medina y bien empas- tados en el ritmo escénico todos los de- más, lo que confirma la segura y estudiosa mano de José María Loperena. Burman ha hecho un espacio escénico hondo, interpo- la!, aprovechando las paredes del escena- rio, que está muy bien iluminado. La in- formación de cinemateca es excelente. La\ música, de Tomás Marco, expresiva y ade- cuada. Todo ello da una dignidad induda- ble a esta primera representación de «Pro- ceso de un régimen», primera obra de tea- tro documental y político español sobre un | ; m que pareciendo ajeno tiene entresi- .Í3S nuestros, de nuestra historia, en su textura. La honestidad de brindar al es- pectador la formulación de sentencia no es perfecta. A su pesar, Luis Emilio Calvo Soteló, al contar a su manera la historia que nos cuenta, la condiciona.—Lorenzo LÓPEZ SANCHO. TREINTA Y SIETE OBRAS AL Y FESTI- VAL DE SITGES Sitges (Barcelona) 28. Treinta y siete obras, procedentes de todas las regiones es- üül 7 >^ : TEATRO CÓMICO ?W^ IMPRORROGABLES 3 ÚLTIMOS WiÉBStmím JULIETA TIENE UN DESLIZ i^ililli ÍÍ^|ÍÍ|PASIONÁÍ| ; W Cartaúe un á : Empresa: fsairección^iXíón ra do Blanco 7 IiililSIlilli :•• ••-• ,-•:••<•.*?*Í ; : i- ; ; : ÍÍÍ.EÍÍÍ " ; : *•-••• :,-^ -O í:' : ; "•ÍÍ •;•$•; * : |^RNAN^-?|ÉBRÍÍA ; N9' •' ;•• ; ' ; ' : : % a «Es muy difícil que las grandes! H actrices extranjeras encargadas de M m encarnar este personaje hayan po- M m máo hacer algro mejor que caanté ü m hizo anoche AÍJKORA BAUTISTA.» g. H Alfredo Marqueríe («Puebo») S8 ABC (Madrid) - 30/04/1971, Página 96 Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de lo contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposició como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.

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ÍÍ^|ÍÍ|PASIONÁÍ| ; W Cartaúe un á TEATRO CÓMICO TREINTA Y SIETE OBRAS AL Y FESTI- VAL DE SITGES Sitges (Barcelona) 28. Treinta y siete obras, procedentes de todas las regiones es- 7 >^ : ?W^ a «Es muy difícil que las grandes! H actrices extranjeras encargadas de M m encarnar este personaje hayan po- M m máo hacer algro mejor que caanté ü m hizo anoche AÍJKORA BAUTISTA.» g. H Alfredo Marqueríe («Puebo») S8 ABC. : Empresa: fsairección^iXíón ra do Blanco 7

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A B C . V I E R N E S 30 BE A B S U p-E 1971. EDICIÓN DE LA MAÑANA. • PAG. 96.

gatos fie la defensa no hay objetividad.Encierran casi siempre una acusación con-tra los ejecutores de Mussoíiiá. Se adviertela voluntaria concesión del autor a un pen-samiento que no es el suyo, en las manifes-taciones del acusador. Lo que impide queesta pieza ambiciosa, atrevida, alcance ple-nitud es la debilidad dialéctica de los per-sonajes. Lo que no es anécdota no alcanzaa ser categoría. Presenciarnos hechos his-tóricos, vistos desde un ángulo general-mente favorable a Mussolini. No llega aestablecerse una discusión político-filosó-fica que nos valga para comprender elpasado, para apreciar lo futuro.

José María Loperena ha hecho una granproeza con el montaje de esta obra, muydifícil, recibida desde prejuicios inevitables,porque en ella, quiérase o no, h¡an de ver-se circunstancias que no pueden sernosajenas. Sin duda, ha estudiado Loperenacuidadosamente los manta jes que de «Laindagación» han hecho grandes realizado-res como Piscator. Ingmar Bergman, Vir-ginio Puecher o Starowieysja. Ha optadopar un espacio escénico abierto, no rígidocomo el de Piscator, sino más flexible,fraccionado en tres subespacios mareadospar las luces y por los niveles, como con-viene a la estructura ternaria del drama.El logro es evidente.

Es sobrio y hondo el juego de realidadesque se nos muestra. La iluminación aclen-sa ios tiempos que en un mismo espacio seinterpenetran. El ritmo consigue la solem-nidad de lo ineluctable porque ya es pa-sado, en la fluencia de un estar siendoque lo reactualiza. Y los personajes son mo-vidos con rigor, con naturalidad que darealismo a esta evocación de fantasmas.Ai recurrir a las proyecciones cinemato-gráficas, arbitrio renunciado después delargo estudio por Piscator y Schmückle almontar la pieza de Peter Weiss, Loperenaha logrado aunar esa visión del pasado his-tórico con la situación temporal de unpresente reconstruido en la carra central.Y ésa es una hazaña de director que corro-bora un evidente y acreditado talento.

ios figurines, las luces, los efectos mu-sicales y sonoros están medidos y combi-nados con segura mano. La pieza cobra asícoasistencia, corporeidad teatral que supe-ra a su debilidad dialéctica interna. El tra-bajo de Guillermo Marín, lleno de dificul-tades, es sobresaliente. Logra una expresiónveraz, una aproximación física al estilonrassoliniano y nos da con sencillez y non-ti ra los matices que van del héroe del bal-cón de la plaza Venecia al vencido, al•£-•• seguido de Dongo. Un buen trabajo no£<>lo por la seguridad en la declamación,s o por la finura y la elocuencia de laexpresión corporal. José Luis Pellicena yAndrés Magrdaieno expresan con pulcrae'ocuencia dos tipos contrapuestos de gue-rrilleros. Pellicena; el idealista, puro, enel fondo débil, Bellini; Magdaleno, el in-flexible ejecutor Audisio. Pos actores cons-treñidos a un rigor dramático adecuado asituaciones épicas, aunque no brechtianas,de la obra. Natural y honda, Cándida Lo-sada. Discreta, Lola Cardona. Ajustados,Esíanis González, Boberto Martín, SonsolesBenedicto, Antonio Medina y bien empas-tados en el ritmo escénico todos los de-más, lo que confirma la segura y estudiosamano de José María Loperena. Burman hahecho un espacio escénico hondo, interpo-la!, aprovechando las paredes del escena-rio, que está muy bien iluminado. La in-formación de cinemateca es excelente. La\música, de Tomás Marco, expresiva y ade-cuada. Todo ello da una dignidad induda-ble a esta primera representación de «Pro-ceso de un régimen», primera obra de tea-tro documental y político español sobre un| ; m que pareciendo ajeno tiene entresi-.Í3S nuestros, de nuestra historia, en sutextura. La honestidad de brindar al es-pectador la formulación de sentencia noes perfecta. A su pesar, Luis Emilio CalvoSoteló, al contar a su manera la historiaque nos cuenta, la condiciona.—LorenzoLÓPEZ SANCHO.

TREINTA Y SIETE OBRAS AL Y FESTI-VAL DE SITGES

Sitges (Barcelona) 28. Treinta y sieteobras, procedentes de todas las regiones es-

üül7 >^:

TEATRO C Ó M I C O?W^

IMPRORROGABLES 3 ÚLTIMOS

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JULIETA TIENE UN DESLIZ

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ABC (Madrid) - 30/04/1971, Página 96Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de loscontenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposicióncomo resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de losproductos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.