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Unidad de Investigación Aplicada A A A n n n á á á l l l i i i s s s i i i s s s c c c r r r í í í t t t i i i c c c o o o d d d e e e l l l a a a p p p r r r e e e n n n s s s a a a h h h o o o n n n d d u u u r r r e e e ñ ñ ñ a a a 1 1 1 9 9 9 9 9 9 6 6 - - - 2 2 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 6 Responsable de la investigación: Dr. Héctor M. Leyva Universidad Nacional Autónoma de Honduras Con la colaboración de: Andrés Kennedy Linda María Cortés Lara Alegría Lourdes Raudales David Brizuela Noviembre de 2001 Tegucigalpa, M.D.C. Honduras, C.A La Unidad de Investigación Aplicada de FIDE genera investigaciones sobre la realidad económica, política, social y cultural de Honduras con el propósito de contribuir con información confiable e independencia a potenciar el desarrollo del país.

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Unidad de Investigación Aplicada

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Responsable de la investigación: Dr. Héctor M. Leyva Universidad Nacional Autónoma de Honduras

Con la colaboración de: Andrés Kennedy

Linda María Cortés Lara Alegría Lourdes Raudales

David Brizuela

Noviembre de 2001 Tegucigalpa, M.D.C. Honduras, C.A

La Unidad de Investigación Aplicada de FIDE genera investigaciones sobre la realidad económica, política, social y cultural de Honduras con el propósito de contribuir con información confiable e independencia a potenciar el desarrollo del país.

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Índice

Introducción 5 1. Marco Conceptual 8 2. Reseña histórica de la prensa en Honduras 13 3. Situación actual de la operación de la prensa 25 Circulación y consumo de prensa 25 Derecho a la información y a la libre expresión 31 Oferta informativa de la prensa escrita 34 Retos y perspectivas 41 4. Análisis cuantitativo de contenido 44

Objetivos 45 Definición y operacionalización conceptual 47 Muestra 55 Contribución de la prensa a la fijación de la Agenda Pública 56 Frecuencia de temas y actores en la prensa 57

5. Análisis crítico de editoriales y caricaturas 82 Objetivos 82 Marco conceptual 83 Procedimientos de análisis 87 Muestra 87 La izquierda y la derecha en el cambio del milenio 90 Tendencias de opinión 94 La Tribuna 95 El Heraldo 101 La Prensa 106 Tiempo 112 Disensiones y consensos en el horizonte de la opinión pública 116 Representaciones gráficas y humorísticas de las tendencias de opinión 119

La Tribuna 120 El Heraldo 122 La Prensa 124 Tiempo 128 6. Conclusiones 132 Bibliografía 136 Anexos 141

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Resumen

Este documento recoge los resultados de una investigación que describe y analiza la prensa hondureña en el marco de su contribución al fortalecimiento y consolidación de la democracia y consecuentemente a la gobernabilidad y al desarrollo sostenible del país. El trabajo desarrolla una argumentación crítica con datos generados por la propia investigación y por otras en torno a: 1) la evolución histórica y la situación actual de la prensa nacional; 2) la contribución de la prensa a la conformación de la agenda pública en lo que se refiere a la participación de los distintos actores sociales y los distintos temas de interés nacional; y 3) las tendencias políticas e ideológicas dominantes en el espacio periodístico nacional. El estudio encuentra en la revisión histórica dos fenómenos arraigados en la tradición periodística nacional: a) la diatriba política y b) el sensacionalismo. Mientras lo primero representa un rezago de la etapa originaria del periodismo nacional, lo segundo se encuentra ligado a las formas de narración de actualidad del periodismo moderno, a la manipulación comercial de la información, y a las preferencias de un público lector con bajos niveles educativos mayoritariamente. En la actualidad, a juicio de editores, periodistas y académicos, estos fenómenos siguen ejerciendo poderosa influencia en la conformación de la oferta informativa y, además, destacan la extensión de prácticas de corrupción vinculadas al control de los medios por parte de las elites políticas y económicas, y la existencia de una legislación que en aspectos centrales coarta el derecho a la información y a la libre expresión. Estas percepciones críticas con respecto al ejercicio informativo de la prensa contrastan en gran medida con la percepción general de la población que otorga a estos medios de comunicación los más altos niveles de confianza sólo superados por los que reconoce a las iglesias, lo cual constituye, probablemente, uno de los principales potenciales de contribución al desarrollo del país de estas instituciones. El análisis cuantitativo de contenido ofrece evidencia con respecto a un fuerte control del ejercicio informativo sobre los asuntos de interés general en la prensa por parte de los actores estatales en contra de la participación de los demás actores nacionales e internacionales. Particularmente, el estudio hace evidente la necesidad de que las organizaciones de la sociedad civil, (asociaciones de la empresa privada, organizaciones no gubernamentales, iglesias, etc.) desarrollen y consoliden centros de generación y difusión de información que contribuyan, con experticia comparable a la de los administradores del estado, pero desde puntos de vista independientes, a analizar y encontrar vías alternativas de reflexión y solución a los problemas nacionales. Junto al protagonismo de los actores estatales, el análisis cuantitativo hace ver que es constante la atención de la prensa a problemas de la administración pública como la corrupción, la ineficiencia, los abusos de autoridad, la impunidad, y otros, lo que puede tomarse como manifestación de un importante papel de monitoreo del gobierno que desempeñan los medios de comunicación, y que contribuyen a la extensión de formas de rendición de cuentas en el orden democrático actual.

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Igualmente el análisis cuantitativo ofrece evidencia con respecto a un fuerte predominio de los temas de seguridad ciudadana en contra de los demás temas de interés nacional que difunde la prensa, lo cual se halla asociado no solamente a un aumento real en las tasas de criminalidad del país sino también a las prácticas sensacionalistas de la prensa cuyo recurso permanente a la nota roja o nota policial con fines comerciales puede estar contribuyendo a la desfiguración de la agenda pública. El análisis crítico de los editoriales y caricaturas encuentra, por su parte, que las corrientes de opinión dominantes en los periódicos consiguieron desplegar hasta fechas recientes un espectro de posiciones políticas e ideológicas que fueron desde la derecha conservadora hasta la izquierda radical, aunque ha prevalecido una tendencia a una hegemonía de derecha y a un cierre de espacios contestatarios. El análisis muestra consensos importantes en: a) la defensa y promoción de las instituciones democráticas, b) en el cuestionamiento abierto de la figura de los políticos; y c) en la aceptación tácita aunque muchas veces inconforme de la economía de libre mercado. Así mismo el análisis encuentra posiciones fuertemente encontradas en a) rechazo a priori de los actores sociales adversos (empresarios/trabajadores, gobierno/movimientos sociales); b) disputa de derechos sociales; y c) resguardo de beneficios económicos privados.

Finalmente, el análisis encuentra un consenso particularmente fuerte en los diarios en destacar la necesaria conjunción de derechos y deberes de la ciudadanía como uno de los retos más importantes para todos los sectores sociales, cuya potencial influencia en la opinión pública podría ser favorable para el desarrollo del país.

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Introducción

“La prensa es el espejo fiel de la cultura de un pueblo” Julián López Pineda Es este un documento que recoge los resultados de una investigación que describe y analiza la prensa hondureña en el marco de su contribución al fortalecimiento y consolidación de la democracia y consecuentemente a la gobernabilidad y al desarrollo sostenible del país. La investigación parte por considerar la prensa como una realización cultural, como lo señalaba Julián López Pineda, que conforma sus características en estrecha relación con su público y con la sociedad. De modo que describir y analizar aunque sea parcialmente, como se hace en este estudio, los flujos de información que atraviesan estos medios supone aproximarse a las mentalidades, a las ideas, los valores, los intereses y los conflictos de la sociedad hondureña.

“La potencialidad y el adelanto de un país, -señalaba Julián López Pineda-, se juzga por su prensa, porque en ella palpitan las actitudes todas del espíritu humano: la política, la religión, la ciencia, el arte, la literatura, las luchas por el perfeccionamiento de las instituciones y por la conquista del bienestar de la colectividad. La prensa es el espejo fiel de la cultura de un pueblo. Pero también es el monitor, el propulsor, el promotor, el vigilante, el observador, el intérprete de la vida nacional” (López Pineda, J., 1969.).

Con estas palabras el periodista hondureño buscaba destacar sin duda la importancia de los medios escritos pero probablemente también los enjuiciaba. ¿Hasta qué punto la prensa actual es un reflejo fiel de la cultura hondureña?, ¿qué es lo que en realidad muestran sus páginas?, ¿cómo están contribuyendo estos medios de comunicación al desarrollo del país? López Pineda consideraba que la contribución de la prensa era decisiva para la construcción de las instituciones y la consecución del bien común, porque en ella se manifestaban los esfuerzos colectivos por alcanzar estas metas. Además encontraba igualmente decisivas sus funciones de vigilancia crítica de la conducción de la sociedad y de propulsora de iniciativas concretas de progreso, con todo lo cual ponía en primer orden de importancia el papel que juega la prensa escrita en la política. A pesar de ser antiguo en el país este reconocimiento de las significativas funciones de la prensa, las investigaciones sobre los periódicos y el periodismo hondureños no han avanzado mucho hasta ahora. Probablemente sus correspondencias con las características mejor estudiadas de la prensa en otros países favorecieron las generalizaciones a costa de descuidar lo que debería ser un análisis permanente de uno de los fenómenos más relevantes de la vida política, económica, social y cultural de la nación. En años recientes, se ha visto resurgir la atención sobre la prensa y el periodismo nacionales en un proceso vinculado sin duda al de la transición a la democracia del país, dentro del cual se ha revaluado su peso político y se ha discutido con cierto apasionamiento en torno a fenómenos disociadores como la coerción de la libertad de expresión y la corrupción de los profesionales

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de la comunicación1. En alguna medida esta investigación, como otras que se sabe que están en proceso, han surgido teniendo como propósito conocer mejor y esclarecer las funciones que están cumpliendo actualmente los medios de comunicación en la Honduras actual. La década de los noventa fue un período de rápidas y profundas transformaciones que se vieron asociadas al desastre provocado por el huracán Mitch de forma que todavía ahora el país atraviesa un difícil y delicado proceso de reacomodo y de reconstrucción de sus estructuras económicas, sociales, políticas y culturales, sin que sea necesariamente claro que el proceso esté conduciendo hacia el desarrollo sostenible, y sin que se pueda descartar la posibilidad de retrocesos o de rupturas de la cohesión social. Se vive un proceso de consolidación de las instituciones democráticas del país, lo que incluye la apertura de vías para la resolución de conflictos y para la discusión de alternativas de desarrollo, pero la regresión a formas autoritarias de gobierno, incluso con el beneplácito de la población no parece del todo alejada de lo posible. Se vive un proceso de inserción de la economía nacional en la internacional en el que se han puesto muchas esperanzas, pero que se ha visto acompañado de ajustes bruscos, pérdidas del poder adquisitivo y aumento de la informalidad, sin que se haya conseguido superar sustancialmente los problemas de extrema pobreza. Se viven cambios en la cultura, algunos de los cuales tienen que ver con la ampliación de las posibilidades de participación de las personas en las decisiones públicas, sin que se pueda asegurar que esto haya supuesto cambios concretos en los aportes de la democracia al bienestar general. A eso se ha sumado el deterioro en distintos ámbitos de la vida social provocado por el huracán Mitch al finalizar la década y cuyas consecuencias no parecen haberse superado plenamente. En este contexto resulta necesario conocer mejor las dinámicas en que la sociedad se configura, en las que se reconstituyen los vínculos del tejido social, así como la naturaleza y la calidad de esos vínculos. Existe conciencia de la necesidad de fortalecer las instituciones democráticas para contrarrestar las fuerzas desestructurantes de los cambios y crear las condiciones de estabilidad que requiere un desarrollo sostenible. Es por eso que se empeñan esfuerzos en la reforma del Estado pero el espacio de “lo público” debe ser visualizado más allá de “lo estatal”, y la dinámica de la sociedad más allá de las instituciones o políticas públicas en las relaciones que vinculan a las personas en torno a los intereses colectivos. En una sociedad como la actual, caracterizada por su alto nivel de diferenciación funcional, su complejidad y su dependencia de los flujos de información, cualquier iniciativa tendiente a ilustrar el devenir futuro del proceso democrático y de las posibilidades reales del desarrollo sostenible debe considerar a la principal instancia de mediación entre los ciudadanos: los medios de comunicación de masas. Como se decía antes, históricamente se ha reconocido en los medios de comunicación instrumentos poderosos para la difusión de ideas y de propuestas políticas para la búsqueda del bien común. Pero al mismo tiempo han sido conocidos siempre los fines empresariales y comerciales que persiguen estos medios. Puede comprenderse que para estas empresas es una prioridad su rentabilidad, lo que en la práctica crea sin duda conflictos entre las noticias que venden y las que son de interés público.

1 Un ejemplo de este resurgir del interés en la prensa lo ofrece la celebración por parte de organizaciones de la

sociedad civil de lo que se llamó el Primer Diálogo Nacional por el derecho a la Información y la libre expresión realizado en Tegucigalpa en junio del 2001.

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El dilema de estas empresas, por tanto, no es simple, situadas entre las trayectorias no siempre convergentes de sus propios intereses económicos, y también políticos, sociales y culturales, y las demandas de contribución al desarrollo de la sociedad. En este contexto es posible preguntarse, por tanto, cómo se configura ese espacio público que despliega la prensa en Honduras, qué ofrece, qué se debate y quiénes participan; cuáles son las ideas y propuestas políticas que promueven los distintos diarios; y cómo podrían estar influyendo los intereses comerciales en la configuración de ese espacio de información y comunicación. Las interrogantes podrían ser más numerosas y complejas, pero no podrá avanzarse en el proceso de investigación de los medios de comunicación en el país si antes no se intenta responder a las preguntas más básicas que se asumen en este estudio. De ahí que las distintas aproximaciones a la prensa que se ensayan en esta investigación tengan un carácter exploratorio y descriptivo, según el caso, y que el análisis y la argumentación se vean limitados al conocimiento de los fenómenos más simples aunque principales de la prensa. Se tiene presente que a este análisis de la oferta informativa de los diarios le falta uno correspondiente sobre el consumo de esa información por parte de los ciudadanos, lo que sólo parcialmente y con un énfasis comercial y no político ha comenzado a hacerse por parte de los propios diarios. Aunque se llegue a conocer qué es lo que ofrece la prensa a los ciudadanos, se avanzará poco en el conocimiento de sus repercusiones en la vida social si no se indaga con respecto a las respuestas de los lectores frente a esas informaciones, y su relación con las actitudes y prácticas ciudadanas de los mismos. El estudio recoge cinco aproximaciones al conocimiento de la prensa hondureña desde distintos ángulos. El primer apartado delinea el marco conceptual que ha orientado el estudio en su conjunto y que ofrece los puntos de referencia teóricos del análisis. El segundo apartado establece el marco histórico de la prensa escrita e intenta reconocer las etapas de su evolución. El tercer apartado intenta determinar la situación actual de operación de los medios de comunicación escrita recurriendo a los estudios disponibles y especialmente a entrevistas a conocedores de la materia tanto de la academia, como de los medios de comunicación y de la sociedad civil, quienes ofrecieron su visión sobre el momento que vive el periodismo escrito, sus retos y perspectivas. El cuarto y quinto apartados son los que ofrecen los aportes principales del estudio. En ellos se presenta un análisis cuantitativo de contenido de una muestra representativa de la prensa hondureña con el que se buscó conocer su contribución a la fijación de la agenda pública y determinar algunos de los perfiles característicos del ejercicio informativo de los distintos diarios. Como complemento de lo anterior, en el quinto apartado se presenta un análisis crítico de las páginas editoriales y las caricaturas que tuvo como propósito determinar los perfiles ideológicos de esos mismo diarios.

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1. Marco Conceptual Este estudio parte de la premisa de considerar la centralidad de la democracia para el desarrollo del país, entendida la democracia no como un conjunto de mecánicas formales sino como la dinámica de responsabilidades compartidas entre el Estado y la población de la que depende la conducción de la sociedad (Dahl, R., 1992). Durante largo tiempo los esfuerzos por el desarrollo han buscado incidir especialmente en las estructuras productivas del país sin que los resultados hayan sido del todo satisfactorios. Actualmente se ensayan reformas en el aparato Estatal bajo el supuesto cierto de que el marco jurídico e institucional de la democracia viabiliza y garantiza el desarrollo sostenible. Pero el fundamento real de las democracias se encuentra en las personas que son las que dan vida y legitiman las instituciones y los procesos sociales. Esta investigación busca considerar un ámbito de vital importancia para la dinámica social como es el que liga a los medios de comunicación con la ciudadanía, en el que se encuentra en juego no solamente la opinión pública que incide de forma decisiva en asuntos coyunturales sino percepciones y valoraciones ideológicas, políticas y sociales que se difunden a través de estos medios y que influyen a largo plazo en la vida del país. De modo que en lugar de preguntarse por las limitaciones o posibilidades del sistema económico o político, el estudio se pregunta por los obstáculos y potencialidades que presenta para el desarrollo del país el espacio de información y debate que despliega la prensa en Honduras. Se considera que si bien el país ha avanzado en la reforma del Estado, hace falta profundizar la democracia más allá del Estado, en instituciones sociales como la prensa que se encuentran imbricadas en la vida política, económica y social del país y que raras veces caen bajo el análisis de su contribución al desarrollo.

En la antigua Grecia, fundamentalmente en Atenas, los problemas de la comunidad que eran de interés general, se discutían en el foro público. El ejercicio de la ciudadanía remitía, precisamente, a ese tipo de participación, que era motivado más que nada por un imperativo ético esencial: el ejercicio de la virtud en la búsqueda del bien común2. Si bien la escala, magnitud y complejidad de las sociedades actuales torna impensable ese “foro público”, lo cierto es que persiste en las democracias modernas ese interés de discutir lo más ampliamente posible los problemas que aquejan a la sociedad. De hecho, la idea de profundización democrática refiere a ello en la medida en que la participación de las personas en los asuntos públicos se encuentra asociada a la disponibilidad y al efectivo acceso a la información sobre los mismos. La diferenciación de los espacios público y privado en la época moderna, y puntualmente en la actualidad, es tan abismante, que ya sólo pueden aludir al viejo oikos y polis griegos en un sentido metafórico. Sin embargo, hay que seguir ocupándose de los problemas y del futuro de la sociedad. Para hacer frente a ello, se han creado instituciones especializadas. La más

2 Tal como ha expresado el historiador Peter Riesenberg “los griegos no fueron los primeros en dirigir y organizar la

existencia civil, pero fueron los primeros en desarrollar esto a partir de su propia práctica política, en examinar esto de modo crítico, y en establecer instituciones que perpetuarían sus ideas” en Citizenship in the Western Tradition (1992), Chapel Hill, p. VIII.).

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importante de todas ha sido el Estado moderno con sus propios espacios de debate y sus estructuras de poder. Pero el Estado es una instancia puramente formal –la nación políticamente organizada según reza la clásica definición- que si bien a veces formaliza espacios de participación, no siempre promueve vías de comunicación, motiva a la participación y, menos aún, procura la información plena de la población -son innumerables los ejemplos en la historia reciente en que ha sido en la dirección contraria. Por otra parte, se encuentran aquellos espacios fuera del Estado surgidos hacia fines del siglo XVIII, relevados políticamente a partir de las reflexiones de J. Habermas (y en los historiadores en que se apoya) bajo la noción de “opinión pública”.3 Así, poco a poco y esencialmente en el siglo XX con los avances técnicos, el espacio de la “opinión pública” fue siendo copado por el avance de los medios de comunicación de masas (MCM): primero por la prensa escrita -al alero de la cual nace-, luego por la radio y finalmente por la televisión abierta. Más recientemente, la televisión cerrada y el avance del internet han venido a generar nuevas y cada vez más numerosas, rápidas y complejas posibilidades de flujos comunicativos. Estos hacen técnicamente factible trascender la relación cara a cara, que era condición base del ejercicio de la ciudadanía en las ciudades Estado de Grecia. Si en las sociedades antiguas se dependía de la experiencia directa (co-espacialidad, co-temporalidad, etc.) para conformar ideas sobre las personas y los hechos -y la narrativa oral constituía un recurso limitado para la ampliación de esa experiencia-, en las sociedades modernas la información y el conocimiento se encuentran mediatizados -dependen en mayor medida de experiencias indirectas, vividas y contadas por otros como las que ofrece la prensa, el libro, la televisión, el cine o internet. Y esta mediatización influye en las personas no sólo por el volumen de información que hace disponible sino por los esquemas comprehensivos de la realidad que difunde (convenciones, tipologías, axiologías, etc.). En tal sentido, la mediatización de la sociedad es una realidad ineludible. Más aún en nuestros países, el propio rol de los MCM, y los avances vertiginosos en la informática, resultan fundamentales en la generación de escenarios, visiones, estereotipos y realidades colectivas de país. Con independencia de las alternativas más convenientes para el desarrollo del país, en cuyo debate se fundamenta la democracia y que deben considerarse para cada problema, lo importante aquí es, sobre todo, las predisposiciones y actitudes, tanto de los medios como de la ciudadanía, para guiar sus prácticas cotidianas en esa dirección. Desde la teoría social, los medios de comunicación han sido presentados como un espacio en el que además de gestarse la opinión de los ciudadanos sobre la realidad social, se debaten aquellos asuntos de interés público. Es un espacio cuya relevancia se encuentra más allá del entretenimiento y el espectáculo que a veces parecen dominarlo, en la posibilidad que ofrece para el encuentro de las ideas sobre la sociedad y los proyectos políticos de los distintos grupos sociales, cuya discusión contribuye a la formulación de las agendas nacionales.

3 Especialmente su Historia y crítica de la opinión pública (1962), Ediciones G.Gili, México, 1994.

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Desde este punto de vista John B. Thompson destaca que la expresión a través de los medios supone una acción y un ejercicio de fuerza que busca influir en el curso de los acontecimientos sociales. Al poder coercitivo de una sociedad, al poder económico y político, es necesario sumar señala Thompson el “poder simbólico” que se ejerce a través de los medios de información y comunicación. La idea de que la comunicación supone solamente un paso de información es desechada en favor de la que la asume como un acto social. Cuando los sujetos se expresan actúan socialmente y el poder que ejercen dispone de sus propios recursos (medios de producción, fijación y transmisión de mensajes) y de sus propias instituciones (la Iglesia, la escuela, las industrias de medios) comparables con los recursos y las instituciones de las otras formas de poder social. Thompson plantea que los medios producen formas simbólicas que los individuos emplean junto con otros recursos con el fin de llevar a cabo acciones que podrían interferir en el decurso de los acontecimientos y desencadenar consecuencias de varios tipos. Las acciones simbólicas podrían dar lugar a un incremento de las reacciones, podrían llevar a otros a actuar o responder de determinadas maneras, y dar preferencia a un tipo de acción más que a otro, para creer o dejar de creer, para afirmar su apoyo a asuntos de Estado, o implicarse en una revuelta colectiva (Thompson, B., 1998: 34). De este papel de los MCM se ha derivado una atención especial a la forma como los distintos grupos sociales, particularmente a través de los medios, interactúan para colocar los propios temas en la lista de prioridades sociales. Las investigaciones parten del supuesto de que las posibilidades de acceso a la fijación de temas de agenda son desiguales y que dependen de factores como la clase, el statu social, el género, la filiación étnica, etc. Un estudio reciente sobre estructuración de agenda realizado en Chile, y basado en estos planteamientos reconoce tres tipos de agenda: 1) la político institucional, que incluye al aparato estatal, los partidos políticos y los organismos de crédito internacional, 2) la ciudadana, que incluye las asociaciones gremiales, sindicatos, ONG y movimientos sociales, y 3) la de los medios de comunicación cuyos actores son los propios dueños, editores y anunciantes (Arrau, A. et al, 1999). Más adelante se considerará el papel de los actores sociales en Honduras, por ahora, interesa destacar que los medios no sólo poseen y difunden su propia agenda, sino que es a través de ellos que las agendas de los demás grupos sociales consiguen legitimarse. Para que un asunto o punto polémico adquiera el reconocimiento público, sus partidarios deben tener acceso a los MCM o los recursos necesarios para llegar a la comunidad. Cuando se afirma que los MCM, y particularmente la prensa, fundan una realidad e influyen en la vida política, económica y social, se intenta destacar la importancia de que las agendas del país se configuren a través de dinámicas de este tipo. En cuanto a las investigaciones sobre los influjos de los medios en las personas, su desarrollo ha sido más extenso y controvertido, aunque para los fines de este estudio son sus aportes básicos los que más interesan. El punto de partida de estas investigaciones en la década de 1930 fue una sobrevaloración del poder de los media, que les atribuía capacidades homogeneizadoras de las mentalidades y consideraba a las audiencias como masas receptoras pasivas. Desde mediados de la década

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de 1950 las investigaciones comenzaron a relativizar la idea de este poder y dieron paso a las tesis sobre los efectos limitados, según las cuales, las respuestas a los influjos mediáticos son complejas y se encuentran asociadas a mecanismos discriminatorios individuales y conectadas con procesos socio comunicativos más amplios. Las investigaciones demostraron, -al considerar, por ejemplo, los efectos de los contenidos de violencia de los mensajes-, que los influjos se orientaban más en la dirección del reforzamiento de actitudes y opiniones que en la de su producción o cambio. Investigaciones del Senado de los EE.UU. han debatido ampliamente estos temas y la opinión científica se ha inclinado hacia la idea de que los medios proponen y ejercen una relativa presión sobre las audiencias, las cuales, sin embargo, reaccionan de modo diverso dependiendo de su personalidad, sus competencias, su nivel educativo, y en general del lugar que ocupan en la dinámica sociocultural (Wolf, M.,1994). En la década de 1970, una corriente de investigaciones se inclinó por considerar los efectos a largo plazo de los medios mediante su contribución a la configuración de imágenes de realidad, a la conformación del conocimiento y de la cultura en las sociedades modernas. Un aspecto que interesa destacar aquí, por sus efectos erosivos del tejido social, es el que tiene que ver con el sensacionalismo que las investigaciones han presentado como un tipo de ejercicio informativo de intereses comerciales que valiéndose de la exageración y de otros recursos comunicativos, alimenta la inseguridad y la desconfianza ciudadana. Se sabe que los medios, además de comunicar información y de servir de espacio de debate público, ponen en circulación bienes culturales con fines económicos. Bajo la forma de fotografías y textos los medios facilitan mercancías cuya fruición se ofrece a las audiencias como artículo de consumo. Las informaciones sensacionalistas satisfacen una amplia diversidad de la demanda del público (que va desde el sexo y la violencia, hasta el ocultismo) pero que tienen como las demás noticias implicaciones con respecto a las interpretaciones que se difunden de la realidad social y política. Algunas de estas noticias han llamado la atención de las investigaciones por el efecto de “pánico moral” que persiguen. Se trata de informaciones que presentan “un hecho” (una situación, un evento, una persona o un grupo de personas) “como una amenaza a los valores e intereses sociales” (Cohen, S., 1972: 9). Los hechos que se prestan para el manejo sensacionalista suelen haber existido en las sociedades con anterioridad a su “descubrimiento”, generalmente la información es insuficiente o mal fundamentada o no es probatoria de la decadencia social que difunden. Se trata, la mayoría de las veces, de la subordinación de las noticias a un interés comercial que, sin embargo, obliga a los ciudadanos a lidiar cotidianamente con temores y visiones negativas. Una vez definidos los ámbitos conceptuales de la investigación, es posible volver ahora sobre las áreas de interés que se busca conocer a través del análisis de la prensa. En condiciones ideales la prensa como uno de los principales MCM debería ofrecer un espacio propicio para el fortalecimiento de la democracia y para el debate de las mejores alternativas de desarrollo del país. Los ciudadanos deberían poder encontrar la información necesaria en los periódicos para seguir los asuntos de interés público, para emitir juicios políticos y para ejercer funciones de vigilancia sobre la administración pública. Una multiplicidad de factores, sin embargo, puede contribuir a distorsionar la información y el espacio público que despliega la

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prensa, algunos de carácter técnico y otros éticos, o de ambas clases como la falta de profesionalismo por parte de quienes cubren la información, o el peso de los intereses creados de índole política o económica, y aún otros como el influjo de la cultura y de la forma como los hondureños ven la realidad política y social del país, que alcanza a reflejarse en los medios. Si la vida social depende de la generación, circulación y participación de la información ¿cuál es la situación en Honduras?, ¿qué ofrecen los medios de comunicación?,¿cuáles son los contenidos y cuál el tratamiento de la noticia?. ¿Cubren con igual propiedad los distintos asuntos de interés público?, ¿se favorecen algunos contenidos por intereses comerciales?, ¿cuáles son los problemas principales del país que reconoce la prensa?, ¿cuáles son los temas nacionales prioritarios según la prensa?, ¿cuáles son sus tendencias ideológicas?, ¿qué imágenes estereotípicas de la vida social y del país hacen circular los medios?, ¿cuál es el papel del sensacionalismo?. En los apartados inmediatamente siguientes se intentará esbozar tanto el proceso histórico que ha seguido la prensa para llegar a convertirse en lo que es, como destacar los puntos más relevantes de su dinámica de operación en la actualidad y los problemas, retos y perspectivas que se le plantean.

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2. Reseña histórica de la prensa en Honduras La historia de la prensa escrita no ha sido debidamente sistematizada en Honduras todavía. Los estudios publicados de que se dispone no son consistentes o se encuentran desactualizados; los más importantes ofrecen visiones panorámicas muy generales sobre la base de inventarios de nombres de impresos y cronologías de operación; algunos otros son breves reseñas sobre la operación de uno u otro medio impreso, pero centradas más en los datos anecdóticos que en el proceso histórico social propiamente dicho.

Si los periodistas y la prensa han sido los segunderos del reloj de la historia -como se les suele llamar a veces- ha hecho falta quien fuera dando las horas, los meses y los años de su propia historia. Por esa razón, la reseña histórica que se ofrece a continuación ha debido recurrir a la escasa bibliografía disponible y a la conversación con conocedores del proceso, y posee de consiguiente un carácter provisional y un alcance muy limitado.

La historia de los medios de comunicación en Honduras debe considerarse que comienza con la llegada de las primeras prensas al país y la publicación de la primera Gaceta del Gobierno en el año de 1829. La Gaceta apareció el 25 de mayo de ese año con el cometido de dar a conocer las actuaciones gubernamentales y los asuntos de la administración pública. A partir de entonces aparecieron en el país numerosas publicaciones periódicas, de las que en su mayoría se tiene registrado el nombre y la fecha de su primera edición; de algunas pocas se dispone de una breve indicación sobre sus motivaciones ideológicas o políticas, que falta para las demás; y de casi ninguna se tienen referencias detalladas sobre sus características gráficas, sus líneas editoriales, sus contenidos, o de sus cantidades de ejemplares, o de lectores.

Entre 1829 y 1900 salieron a la luz 172 publicaciones periódicas en las principales ciudades del país, entre revistas mensuales y semanarios, lo que puede tomarse como una cantidad importante para una sociedad de menos de 500 mil habitantes como era Honduras en esa época. No obstante, se trató la mayoría de las veces de publicaciones de cortos tirajes y corta duración (rara vez duraban más de un año), hechas muchas veces por motivos políticos, literarios o personales de carácter circunstancial o coyuntural. En algunos casos fueron el resultado de la iniciativa de poetas e intelectuales, deseosos de dar a conocer su producción, o de grupos políticos en respaldo de una determinada candidatura, o de opositores de los gobiernos o de cabecillas de revueltas armadas en defensa de sus causas. En más de alguna ocasión un individuo aislado publicó volantes para difundir ideas contestatarias o en otros casos fueron pequeños comerciantes que vendieron como una mercancía informaciones de interés local.

Una publicación de esta época, con una duración considerable, fue La Juventud Hondureña (1890-1897) en la que se difundieron artículos científicos y literarios, y en la que figuraron los escritores más destacados del país. A pesar de su importancia intelectual, no fue propiamente, sin embargo, una publicación periodística en el sentido de que las noticias como hechos recientes de interés público y su divulgación social no constituyeron su razón principal.

La cantidad de publicaciones periódicas aumentó considerablemente con el inicio del siglo. Entre 1901 y 1950 se registran alrededor de 641 títulos entre los que comenzaron a aparecer las primeras publicaciones periodísticas modernas y permanentes como El Cronista (1912), aunque prevalecieron durante largo tiempo las costumbres decimonónicas de esta cultura impresa.

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Un rasgo distintivo de la prensa de Honduras que aparece con las primeras publicaciones periódicas y que se extiende a lo largo del siglo XX hasta nuestros días, ha sido la motivación política que les ha servido de soporte y a la que han debido su existencia.

El historiador Marvin Barahona señala que muchos de los periódicos aparecidos en Honduras en sus primeros tiempos estuvieron relacionados con los Clubes Políticos que se organizaban cuando se acercaban las elecciones presidenciales y legislativas, y desaparecían al concluir el proceso electoral. Los mismos eran organizados por los candidatos presidenciales en casi todos los departamentos y localidades principales del país, y se encargaban de difundir propaganda de su candidato y de despertar una animosidad negativa contra su contendiente o contra el gobierno (Barahona, M., 1996).

En el registro de 845 publicaciones comprendidas entre 1829 y 1953 elaborado por Rafael Heliodoro Valle se cuentan 40 de ellas que fueron acompañadas de anotaciones sobre su contenido. De estas publicaciones anotadas 32 permiten identificar motivaciones políticas de distinta naturaleza, 3 son anotaciones sobre contenidos religiosos y 5 sobre asuntos diversos.

Aunque estas anotaciones azarosas de Heliodoro Valle no pueden tomarse como datos concluyentes, sí permiten ilustrar una situación relevante que se perpetuó en el tiempo y que bajo otras formas es posible apreciar aún hoy en día en el periodismo nacional.

Como puede apreciarse en el Cuadro 2.1, las publicaciones periódicas con motivaciones políticas de acuerdo con las anotaciones de Heliodoro Valle se orientaron principalmente a postular candidaturas presidenciales o vicepresidenciales (17), aunque también se orientaron a la defensa o ataque de presidentes (6), o dieron a conocer movimientos insurreccionales (4) o fueron los órganos de divulgación de los partidos políticos (5).

Las elecciones del año de 1902 parecen haber sido unas de las más importantes en cuanto al papel jugado por los periódicos en la contienda ideológica y política. Heliodoro Valle registró 10 periódicos entre 1899 y 1902 publicados por los distintos candidatos presidenciales en distintos lugares del país.

Heliodoro Valle juzgó este predominio de la política en la prensa hondureña como uno de los retos que debía superar el periodismo moderno. Escribió:

“...aún no es posible librar al periódico de los impactos de un medio ambiente en que la política tradicional es la fuente más abundante para producir el editorial o la revista...” “Muchos periódicos han preparado la matanza fraterna, reavivando el odio y abriendo la compuerta al vocabulario procaz (hasta de pseudo universitarios) sin que la ley de imprenta haya sido defendida por los gobernantes que con solo aplicarla habrían podido dar una lección de decencia. Odios que se creían extintos han aflorado para dar penosos espectáculos que, por fortuna, no han resonado al otro lado de las montañas, debido al reducido número de ejemplares de los periódicos eventuales.” (Valle, H.: 26 y 40).

Heliodoro Valle apuntaba hacia la necesidad de un periodismo que ofreciera informaciones útiles y educara al pueblo, que estuviera más atento a la situación internacional, y que tuviera mayor calidad científica y literaria.

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Cuadro 2.1

Año Título Lugar Motivación ideológica o política

1839 Termómetro político oficial Comayagua Defensa de las reformas antifederalistas de Juan José de Aycinena

1840-1848 El redactor oficial de Honduras Comayagua Antiunionista, difamación del general Francisco Morazán

1871 La patria Comayagua Defensa del presidente José María Medina1858 El vigilante Tegucigalpa Defensa de la reelección presidencial del General Guardiola 1862 Boletín de noticias Comayagua Con motivo del asesinato del General Guardiola1887 Boletín religioso Tegucigalpa1887 El círculo católico Tegucigalpa1891 El combate Tegucigalpa Defendía la candidatura del General Ponciano Leiva1892 El libertador Trujillo Ofrece la proclama del rebelde Leonardo Nuila del 23 de junio1897 La revolución Fue el órgano de la rebelión de 1897

1897 Boletín de noticias Tegucigalpa Relata los sucesos de la invasión por La Esperanza y Puerto Cortés

1899-1901 La propaganda Santa Bárbara1899-1901 La verdad Santa Bárbara

1900 La luz Santa Bárbara Semanario de información y acción católica1902 El diablo Danlí Para defender el amor libre y atacar a la iglesia católica

1902 El debate San Pedro Sula

1902 El heraldo Tegucigalpa1902 Patria Santa Bárbara1902 El elector Tegucigalpa1902 El orden Santa Bárbara

1902 La prensa San Pedro Sula

1902 La paz Tegucigalpa

1902 La razón San Pedro Sula

1905 El juicio final Choluteca Periódico humorístico

1907 Boletín de la guerra Choluteca Órgano de los ejércitos aliados de El Salvador y Honduras [liberales insurrectos]

1911 Centro-América La Ceiba Postulaba la candidatura del General López Gutiérrez

1914 El heraldo San Pedro Sula Periódico unionista, pacifista, que ha luchado contra concesiones indebidas a empresas extranjeras

1914 Paz y unión Tegucigalpa En defensa de la candidatura para vicepresidente del Dr. Francisco Bertrand

1919 El demócrata San Pedro Sula

1919 La tribuna San Pedro Sula

1919 La voz del norte San Pedro Sula Postulaba la candidatura del General López Gutiérrez

1919 Juventud liberal Tegucigalpa Semanario de orientación política [liberal]

1924 Boletín de la defensa nacional Tegucigalpa En protesta por el desembarco de marinos norteamericanos

1932 El dictamen San Pedro Sula Postulaba la candidatura del General Tiburcio Carías Andino

1933 Diario Comercial San Pedro Sula Defensor de los intereses de la Tela Rail Road Co.

1933 La época Tegucigalpa Órgano del Partido Nacional

1935 Azul y blanco San Pedro Sula Defendía el continuismo del presidente Carías Andino

1946 Vanguardia San Pedro Sula Órgano democrático revolucionario hondureño

1949 El pueblo Tegucigalpa Órgano del Partido Liberal

Motivaciones ideológicas y políticas de algunas publicaciones periódicas hondureñas registradas por Rafael Heliodoro Valle, 1829-1953

Postulaba la candidatura del Dr. Nazario Soriano

Aparentemente son las primeras publicaciones periódicas católicas

Postulaba la candidatura presidencial del Dr. Juan Angel Arias

Postulaba la candidatura presidencial del General Bonilla

Postulaba la candidatura presidencial del Dr. Marco Aurelio Soto

Postulaba la candidatura del General Terencio Sierra

1953 Opinión democráica Comayagüela Órgano del movimiento nacional reformista

Fuente: Elaboración propia con base en Valle, Heliodoro (1960). “El periodismo en Honduras. Notas para suhistoria”, en Historia de la Cultura Hondureña. Tegucigalpa. Editorial Universitaria. 1981.

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El vínculo estrecho entre la política y el periodismo influyó en las relaciones entre los gobiernos y las publicaciones periódicas, permitiendo o constriñendo, según los casos, la libertad de prensa.

La Constitución de 1880 consignó como una de las conquistas más importantes la libre emisión del pensamiento escrito, aunque pronto se vivieron interrupciones de este derecho como consecuencia de la agitación política de la época. Tuvieron resonancia distintos actos de represión del derecho a la libre expresión como la condena a trabajos forzados del poeta y temido periodista Juan Ramón Molina por el presidente Terencio Sierra (1900); o el cierre del diario El Cronista por disposición del presidente Francisco Bertrand en 1919; o el encarcelamiento en el Castillo de Omoa del periodista Paulino Valladares por el gobierno de Rafael López Gutiérrez; o la expulsión de periodistas del país como Abel García Cáliz y Salatiel Rosales durante el gobierno del mismo López Gutiérrez; igual que tuvieron resonancia las expulsiones del país de Miguel Ángel Navarro, Matías Oviedo y Alfonso Guillén Zelaya durante la dictadura del general Tiburcio Carías Andino; o el encarcelamiento del historiador Medardo Mejía también por orden de este último.

Paulino Valladares, uno de los periodistas más destacados de la primera mitad del siglo XX, juzgó como irregular la historia del periodismo hondureño con respecto a las libertades de pensamiento y expresión:

“En la centuria recorrida, por modo intermitente se ha consentido el irrestricto vuelo de la idea. Cuando se verifica un cambio político por medio de las armas, a veces se deja hablar a los que figuran en la falange vencedora. Los caídos enmudecen tétricos. Pero poco a poco esos mismos gobernantes surgidos de la revuelta, van creyendo en su habilidad y en su fuerza, y la prensa veraz es amordazada cuando el privilegio caciquista se siente herido. Así hemos pasado los cien años, cayendo y levantando. Hay progreso material en las empresas tipográficas, pero el ambiente moral y político no se ha diferenciado mucho del que flotaba en la era de Fernando VII (Cit. en Valle, H.: 41).

Posteriormente volvieron a darse situaciones semejantes a las señaladas por Heliodoro Valle y Paulino Valladares con el cierre del diario La Prensa en la década de 1960; con la persecución de intelectuales y periodistas durante la década de 1980; e incluso en años más recientes con las permanentes denuncias sobre la coerción de la libertad de expresión como se comentará más adelante.

La historia del periodismo en Norteamérica y Europa, en el paso del siglo XIX al XX, experimentó una evolución de formas dominadas por el debate ideológico y político, hacia formas centradas en la narración de acontecimientos recientes, y posteriormente hacia formas integradoras del registro e interpretación de la actualidad. El periodismo en Honduras no fue ajeno a este proceso aunque su evolución sin duda ha presentado variaciones locales y rezagos.

José Luis Martínez Albertos reconoce las tres etapas del periodismo moderno (1850-1973) en la sucesión de un periodismo ideológico, de un periodismo informativo y de un periodismo de explicación, aunque con una tendencia clara a la permanencia de las formas periodísticas antiguas en las etapas siguientes. Según este autor, el periodismo ideológico dura hasta el fin de la Primera Guerra Mundial, caracterizado por motivaciones "doctrinales y moralizadoras", al servicio de ideas políticas o religiosas, y se corresponde con una etapa histórica de "partidismos políticos y luchas ideológicas”. “Formalmente”, -añade-, es de "pocas informaciones y muchos comentarios”.

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La etapa del periodismo informativo surge alrededor de 1870 y coexiste con el ideológico hasta finales de la Primera Gran Guerra. Se caracterizó por ser una forma nueva de hacer periodismo basada fundamentalmente en la narración o relato de hechos. Se perfila primero en Inglaterra y adquiere vigor en Estados Unidos. Desde 1920 se impone esta nueva prensa en todo el mundo occidental, apoyada por la progresiva tecnificación de la industria periodística, hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. Su mejor época, señala el autor, se encuentra entre 1920 y 1950, cuando la prensa ideológica tiende a desaparecer y triunfan la crónica y el reportaje.

En la tercera etapa -y en paralelo a los otros dos periodismos-, a partir de la paz de 1945, surge el periodismo de explicación, cuya característica es la profundidad. A la prensa sensacionalista de corte popular se le opone un periodismo de calidad, de explicación o interpretativo. Mediante un uso equilibrado del relato y el comentario ofrece una nueva perspectiva al lector, dando juicios y orientaciones además de los hechos objetivos (Martínez Albertos, J.: cit en .Román, E., 2000).

Independientemente de las fechas fijadas por Martínez Albertos, el proceso que reseña plantea la historia del periodismo como una evolución cualitativa en el paso de un tipo de periodismo a otro y de una etapa a otra.

En Honduras podría decirse que el periodismo ha conocido las tres etapas aunque la primera no se ha superado, la segunda se alcanzó con mucha lentitud y la última aunque apareció en fechas incluso anteriores a las señaladas por Martínez Albertos no ha sido desarrollada plenamente todavía.

Como se ha dicho antes, el periodismo ideológico dominado por la política partidista, que Martínez Albertos reconoce como la etapa primaria del periodismo, se encuentra plenamente vigente todavía en Honduras. En cierto modo los periódicos actuales siguen siendo dominados por los vaivenes de la política vernácula, como podrá apreciarse al presentar los resultados de los análisis de contenido de este estudio; siguen siendo instrumentos de un partido o de un candidato presidencial y siguen teniendo las mismas columnas y gacetillas para exaltar o difamar a las figuras políticas o a los adversarios.

En lo que respecta a la segunda etapa, como también se dejó dicho antes, desde principios del siglo XX se comenzó a ejercer en Honduras un periodismo informativo con atención a los hechos noticiosos diarios, nacionales e internacionales, en un formato semejante al de la prensa norteamericana de la época. No obstante, puesto que el reporte de acontecimientos de actualidad, depende en alto grado de la incorporación de los avances tecnológicos de la comunicación, su desarrollo fue lento en el país. En 1960 Heliodoro Valle se quejaba de no haberse podido incorporar aún el servicio de teletipos y telefotografía, aunque señalaba que se aprovechaban ya los servicios de las agencias noticiosas norteamericanas (Op. Cit: p43).

El periodismo explicativo, en cambio, no debió esperar en Honduras al fin de la segunda Guerra Mundial, el trabajo de notables periodistas como Paulino Valladares o Alfonso Guillén Zelaya desde las décadas de 1920 y 1930 muestra las características de un estilo que registra la actualidad y ofrece interpretaciones razonadas de la misma. No obstante, se ha tratado de casos excepcionales de forma que aún actualmente entre las demandas sociales que se dirigen a los medios, y son reconocidas por sus directores, se plantea la falta de profundidad y la necesidad de orientar e ilustrar a los lectores o al auditorio con análisis oportunos y fundamentados.

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El reconocimiento del proceso de evolución de las prácticas intelectuales y comunicativas del periodismo que propone Martínez Albertos, no debe impedir percibir las transformaciones y mutaciones que cada uno de esos modelos de periodismo sufrió al ser incorporado a las dinámicas sociales propias del país. El periodismo del siglo XIX se vio pronto subsumido en las anárquicas disputas políticas de la Honduras de entonces, del mismo modo como, por ejemplo, el interés por lo actual del periodismo informativo se prestó casi de inmediato para la infidencia y el escándalo.

Un precursor del periodismo moderno fue el Diario de Honduras que apareció por primera vez en 1891. Fue el primero con esta periodicidad, incluyó por primera vez las noticias, en el sentido actual del término, y el uso del fotograbado. Contó además entre sus empleados con el poeta Juan Ramón Molina quien a juicio de Heliodoro Valle, le imprimió gracia y vivacidad a las informaciones, aunque a costa de propagar como una costumbre periodística las agresiones verbales contra políticos y vecinos.

Debe decirse que cuando el Diario de Honduras incorporaba el modelo moderno de noticia, lo hacía ajustándolo a las necesidades y gustos locales, dentro del formato desordenado de hojas volantes de propaganda comercial que incluían especialmente rumores y chismes. El historiador hondureño Víctor Cáceres Lara destacó estas características de estos diarios:

“Estos periódicos del siglo pasado, ya fueran semanarios o diarios, se caracterizaban por su falta de movilidad y la mala disposición y ordenamiento de materiales. Ordinariamente las páginas primera y cuarta se destinaban sólo a anuncios y en las páginas interiores se insertaban los más variados y disímiles comentarios que las personas de aquel tiempo tienen que haber leído con deleite porque constituían la comidilla diaria...(Cáceres, V.: 13[).

A manera de ejemplo Cáceres Lara citaba varias notas del Diario de Honduras entre las que se puede transcribir la del 17 de enero de 1900:

“Bueno es que la policía haga bajar de las aceras a las mujeres que caminan en ellas, llevando enormes canastos en la cabeza. Caso se ha dado que un gringo deje la mitad de su respetable barba prendida entre los mimbres del cesto; y hace poco que a un alemán medio bizco, que acababa de llegar a la ciudad, le sucedió el percance de que un gallo, sacando el cuello por sobre el borde del canasto que llevaba una mujer, le diera un picotazo en uno de los ojos, creyendo que era un grano de maíz. (Cáceres, V.: 13[).

Es importante destacar estas características con las que surge el periodismo en Honduras, por sus conexiones posibles con el extendido sensacionalismo que actualmente puede constatarse en los diarios. Estas notas de murmuración poseen sin duda una intención satírica, mientras que las notas policiales –que son las que más se prestan en la actualidad al sensacionalismo- apuntan a suscitar pánico, pero puede sostenerse que ambas surgen de un mismo gusto por el escándalo, por aquello que causa asombro o pasmo.

En la década de 1930 ya fue evidente en el país que el sensacionalismo se convertía en uno de los peligros que amenazaban la prensa. Víctor Meza en un estudio reciente que se comentará más adelante, señala que un congreso organizado en 1930 para celebrar el centenario de la prensa en Honduras, los delegados declararon:

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“Se condena como inmoral la sujeción de la prensa a intereses particulares, la difamación, personalización de los debates y uso del lenguaje violento, publicación de injurias, anuncios en que se engañe al público, notas escandalosas sobre crímenes o sucesos sociales, aceptación de subvención de compañías extranjeras” (Cit en Meza, V., 2001: 16-17).

Víctor Meza destaca los riesgos políticos que ya se vislumbraban contra la independencia de la prensa, pero los delegados al congreso consideraron de comparable importancia el riesgo del sensacionalismo.

Al parecer este fenómeno había comenzado a aparecer en el periodismo local por influencia de la prensa mexicana, y fue combatido desde sus inicios por los intelectuales nacionales. En un editorial de 1931, Alfonso Guillén Zelaya, por entonces editor de El Pueblo, comentaba un artículo del doctor Manuel G. Zúñiga dirigido a la Asociación de Prensa Hondureña en el que éste recomendaba “no realzar los delitos con informaciones sensacionales”, y aconsejaba firmemente que su estilo fuese “lacónico” y “parco” para evitar la emulación de los crímenes y hechos de sangre por parte de personas predispuestas a ello en la población (Guillén Zelaya, A.: 54).

Los historiadores nacionales reconocen como iniciador del periodismo moderno a El Cronista, que fue inspirado ya plenamente por los rotativos norteamericanos de la época y que se convirtió en el periódico de más larga vida en el país hasta ahora. Habiendo comenzado como un quincenario en 1912, se convirtió en diario en 1913, y a pesar de más de un cierre temporal se mantuvo en operación hasta la década de 1980 en que desapareció frente a la competencia de nuevos periódicos.

La figura principal de El Cronista fue Paulino Valladares, un distinguido periodista que con su labor en ocasiones favoreció al Partido Nacional y en ocasiones fue crítico del mismo. Según el historiador Mario Argueta durante la campaña de 1923 Paulino Valladares tejió desde este periódico una red de alianzas favorables a la candidatura nacionalista a la presidencia de Tiburcio Carías Andino, y en cambio lo atacó duramente por el mismo medio entre 1925 y 1928 cuando fueron evidentes las tendencias personalistas del caudillo (Argueta, M., 1990).

Aunque el propio Paulino Valladares fue nacionalista, otros de los directores de El Cronista fueron liberales como Alfonso Guillén Zelaya, quien lo fue entre 1926 y 1929, lo que respaldó el carácter independiente del diario.

Dentro del cuerpo de publicaciones periódicas de breve duración que siguieron apareciendo durante la primera mitad del siglo XX debe hacerse referencia a aquellas que defendieron ideas antiimperialistas, de carácter obrero o socialistas.

Es bien conocido en el país el caso de las publicaciones del escritor nacional Froylán Turcios, el Boletín de la Defensa Nacional (1924) surgido en protesta por la invasión norteamericana de ese año y Ariel (1925-1943) que aunque ofrecía información diversa se caracterizó por difundir un americanismo antiimperialista que tuvo resonancia continental. Publicaciones de carácter obrero como El látigo (1926), El obrero (1926) o La voz del obrero (1927) fueron frecuentes hasta antes de 1932 en que accedió al poder Tiburcio Carías Andino. Estas publicaciones y otras de los liberales como El Pueblo (1931-1932) dirigida por Alfonso Guillén Zelaya desaparecen durante la dictadura como consecuencia de la virtual suspensión de la libertad de expresión por parte del régimen. Es significativo, sin embargo, que al final de la dictadura se volviera a publicar El Pueblo (1949) ahora reconocido como el diario del Partido Liberal, y se

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conociera en San Pedro Sula la publicación Vanguardia Revolucionaria (1946) que fue un órgano de expresión del ala izquierda del partido liberal (Partido Revolucionario Democrático de Honduras) y que divulgó ideas marxistas y socialistas entre intelectuales y trabajadores de la Costa Norte. (Euraque, Darío, 1997).

El hecho de que haya existido en el país una cierta continuidad de publicaciones periódicas ya sea de oposición a los gobiernos o de izquierda, aunque sea de forma intermitente y con escasos tirajes, puede ser interpretado como una evidencia de que a pesar de las dificultades y de los regímenes represivos no ha faltado quien reivindicara la libertad de expresión, lo que viene a ser un mérito de los ciudadanos que parecen haber interiorizado este derecho y lo han hecho valer en beneficio de la vida democrática del país.

El diario El Día, aparecido por primera vez en 1948 bajo la dirección de Julián López Pineda, fue el principal rival de El Cronista durante treinta años. No obstante, en contraste con la relativa independencia de El Cronista, El Día surgió para apoyar la candidatura y la presidencia de Juan Manuel Gálvez y continuó siendo un defensor de los intereses del Partido Nacional hasta su cierre.

En 1954 El Día pasó a apoyar la presidencia también nacionalista de Julio Lozano Díaz; fue opositor del gobierno liberal de Ramón Villeda Morales (1958-1963) quien impulsó significativas reformas sociales en el país; apoyó la dictadura militar-nacionalista de Oswaldo López Arellano desde su inició en 1963 y cerró operaciones por dificultades financieras en 1975.

Tanto El Día como El Cronista cerraron sus operaciones por su incapacidad para modernizarse frente a los retos que la situación del mercado informativo les planteó a partir de la década de 1960. Con el aumento de los lectores de periódicos y con la aparición de nuevos competidores que recurrían a las nuevas tecnologías en disputa de un mercado también en crecimiento, los viejos periódicos se vieron confrontados a renovar sus estructuras de funcionamiento y sus prácticas de impresión. Todavía en los setenta ambos periódicos imprimían en linotipia y en tamaño tradicional cuando los nuevos periódicos lo hacían en offset, con riqueza de fotografías y en tamaño tabloide.

Por otra parte, la diversidad de fuentes que cada vez más debían cubrirse, y de informaciones que debían ofrecerse en una sociedad que crecía y se volvía más compleja, dejó obsoletos los modelos personalistas de conducción de los periódicos (centrados en la figura del director) que habían predominado hasta entonces. Los nuevos periódicos debieron aumentar considerablemente las planillas de personal y aumentar la autonomía y especialización de los reporteros, columnistas y editorialistas, lo que sin duda facilitó la cobertura informativa aunque en detrimento de la coherencia o de la propiedad en las opiniones o de la unidad de estilo.

Es una opinión general, que los periódicos y el periodismo han perdido calidad en las últimas décadas en el país, lo que en parte podría explicarse por estos cambios, por la ampliación de lectores entre las clases populares, las que parecen haber influido con sus gustos en el material informativo, y en los últimos años también con cambios que han tenido que ver con la extensión de prácticas de corrupción como se comentará más adelante. En todo caso, puede sostenerse que esos cambios tanto en la oferta como en la difusión de la información a partir de los años sesenta y setenta, plantearon nuevos problemas al periodismo que todavía actualmente las direcciones de los diarios intentan resolver.

Otro fenómeno significativo que parece haber ocurrido con la aparición de los nuevos diarios de coberturas masivas, es la aparente disminución de la cantidad de publicaciones periódicas

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independientes. Roselina Raudales, quien continuó el inventario iniciado por Heliodoro Valle, encontró en los archivos y hemerotecas nacionales sólo 97 publicaciones de este tipo entre 1951 y 1979, cuando para un período equivalente de 28 años, de 1915 a 1943, Heliodoro Valle había encontrado 374 publicaciones. Naturalmente, estas diferencias pueden deberse a múltiples factores (a los modos distintos de investigación, a deficiencias en el acopio y conservación del material en las hemerotecas, a una disminución del rigor investigativo, etc.). No obstante, cabe dentro de lo posible que la amplia difusión de los nuevos diarios, ahora en competencia con los medios de comunicación radiales, haya inhibido las iniciativas individuales que antes conducían a sacar a luz publicaciones propias (Raudales, R., 1981).

De los medios escritos que se encuentran en circulación actualmente La Prensa (1964) es el más antiguo. Surgió con dificultades en su primer año de funcionamiento, pero se vio fortalecido al pasar a ser propiedad de un grupo de empresarios de San Pedro Sula que lo convirtió en vocero de sus intereses en los nuevos contextos que se vivieron bajo la dictadura militar de Oswaldo López Arellano.

De acuerdo con el historiador Darío Euraque este diario comenzó a ser el órgano de expresión de un sector de la burguesía sampedrana aliada con un sector de la izquierda democrática del Partido Liberal que a través del mismo comenzó a ejercer una fuerte oposición contra la dictadura militar-nacionalista de Oswaldo López Arellano. Este grupo de empresarios y políticos sampedranos reaccionaba contra las imposiciones del Mercado Común Centroamericano que iban en detrimento de sus intereses y contra el fraudulento gobierno de facto que en connivencia con el Partido Nacional se había convertido en una larga dictadura (Euraque, D., 1997: 235-237).

El 19 de septiembre de 1968 La Prensa fue ocupada militarmente y cerrada por orden de Oswaldo López Arellano, en las fechas previas a lo que iba a ser una inédita “huelga del capital”. La Cámara de Comercio e Industrias de Cortés y una de las principales federaciones obreras (FESITRANH) se habían puesto de acuerdo para lanzar una huelga general que paralizaría la actividad económica y comercial en San Pedro Sula. No obstante, una intervención represiva temprana del régimen frustró los logros de tal protesta y llevó al encarcelamiento del Comité de Huelga, del líder obrero Céleo González y del empresario Jaime Rosenthal Oliva, lo mismo que llevó al exilio a Edmond L. Bográn, uno de los principales líderes intelectuales del movimiento y reconocido banquero sampedrano (Euraque, D.: Id).

Esta abierta represión de un medio que había optado por enfrentarse contra el gobierno debió tener consecuencias significativas en un periodismo nacional débil que probablemente se extienden hasta el presente.

Oswaldo López logró debilitar completamente La Prensa al dirigir un ataque especial disuasorio contra los empresarios de origen árabe y judío que formaban parte del mismo. En un comunicado oficial amenazó veladamente “a los elementos foráneos de la burguesía sampedrana”, señalando “que en este país han hecho su vida y hasta acumulado riquezas bajo los auspicios del ambiente acogedor y fraternal que sin miras a contraprestación material alguna les ha dispensado siempre el noble pueblo hondureño…”. Igualmente envió un emisario que se entrevistó personalmente con cada uno de ellos para hacerles ver las graves consecuencias que su actitud podría acarrearles. Estos empresarios, tradicionalmente aprehensivos en un país ajeno, depusieron sus reclamos y se plegaron a los dictados del gobierno (Euraque, D., 1997). Es ilustrativo de las repercusiones de estos actos, la resolución del propietario principal de La Prensa, Jorge J. Larach, quien aceptó las condiciones lesivas contra la libertad de expresión de

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López Arellano para autorizar la reapertura del diario, y convino en reestructurar la junta editorial del periódico y rebajar el perfil de sus críticas al gobierno. (Euraque, D.: 264). De hecho La Prensa pasó a convertirse en un periódico conservador, y Jorge J. Larach y sus sucesores, quienes se convertirían en los principales empresarios de la prensa escrita en el país, mantendrían estas posiciones no conflictivas con los gobiernos independientemente de los cambios políticos y sociales de las décadas que han transcurrido desde entonces. Luego de la reapertura de La Prensa se dio una ruptura de un grupo de accionistas por diferencias surgidas a raíz del cierre y de las posiciones claudicantes asumidas por su propietario principal. La dirección del diario no quiso publicar el informe que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) había realizado y tampoco defendió a los líderes procesados del movimiento de protesta. Esto provocó la salida de Edmond L. Bogran, Jaime Roshental y Reginaldo Panting, quienes luego fundaron el diario Tiempo (Raudales, 1981). Tiempo se publica en San Pedro Sula desde el 7 de noviembre de 1970. Al momento de su nacimiento el diario se declaró como una publicación independiente, sin nexos con ningún partido, pero desde entonces resultó evidente su orientación política favorable a sectores modernizadores del Partido Liberal. Durante las décadas de 1970 y 1980, en los momentos más críticos de la guerra fría que se vivieron en Honduras, Tiempo fue un diario moderadamente crítico de la dictadura militar y defensor de los derechos humanos. Durante la década de 1990, una vez superados los conflictos de los ochenta y relativamente consolidada la vuelta al orden democrático, el diario comenzó a ser utilizado como instrumento de propaganda política por su propietario principal, para ese entonces el banquero y empresario Jaime Rosenthal Oliva. En todo momento, sin embargo, el diario ha sido liberal aunque durante unos años sostuviera posiciones propias de una izquierda democrática, y ahora posiciones más bien propias de una derecha conservadora. El papel de la prensa escrita en defensa de los derechos humanos en Honduras durante la década de 1980, fue reconocido en el Informe sobre los desaparecidos del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos dado a conocer en 1994. Los reportes minuciosos y permanentes de todos los periódicos y especialmente de Tiempo, sobre abusos de las fuerzas de seguridad en contra de los ciudadanos, permitieron al Comisionado elaborar una detallada cronología de los hechos relacionados con las desapariciones forzosas en estos años. En las conclusiones de este Informe se lee:

“Debemos destacar la labor de la prensa de Honduras. A diferencia de los medios de comunicación de otros países del área que, ante la violencia voltearon la cara o aparentaron no ver, los dueños de los medios de comunicación y los periodistas tuvieron un rol destacado mostrando los hechos. La prensa ha dejado constancia de las denuncias y de la necesidad de detener la barbarie” (Honduras. Comisionado Nacional de los derechos humanos. 1994).

El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos consideró que la prensa escrita, había representado una de las principales “reservas morales” de la sociedad en unos años en que la represión orillaba al silencio a los ciudadanos. Debe tomarse en cuenta al juzgar estos elogios, sin embargo, que la mayor parte de las informaciones que después fueron de gran utilidad para el Comisionado, aparecieron como reportes de hechos de sangre no muy distintos de otras noticias policiales.

En el periodismo reciente el sensacionalismo que apareciera de forma incipiente desde principios del siglo XX, sería convertido en uno de los recursos principales para ganar lectores.

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Actualmente los directores de periódicos y periodistas consideran, que fue La Noticia, un periódico fundado por el empresario de la prensa Jorge J. Larach en 1973, el que explotó comercialmente el sensacionalismo y lo convirtió en uno de los contenidos noticiosos de competencia entre los medios. En su momento, este recurso junto con las innovaciones técnicas de impresión, constituyó uno de los elementos de la estrategia para disputar los lectores de El Cronista y de El Día que seguían apegados al estilo periodístico y al formato tradicionales en el país. En 1977 La Noticia desapareció por problemas laborales internos, y en sustitución de la misma su propietario publicó El Heraldo que en un principio tuvo las mismas características, y que terminó por convertir la nota roja o policial en uno de los principales componentes de la prensa escrita nacional. Durante la década de 1970 aparecieron El Heraldo y La Tribuna que junto con La Prensa y Tiempo son los principales diarios que se encuentran en funcionamiento hasta la fecha. La Tribuna fue fundada en 1976 por Oscar A. Flores, un veterano del periodismo nacional desde los mejores tiempos de El Cronista, y destacado liberal, que en breve puso el medio a disposición de su hijo, Carlos Roberto Flores, quien sería primero diputado liberal a la Asamblea Constituyente, después Presidente del Congreso Nacional (1994-1997) y posteriormente Presidente de la República (1998-2001). Ligada a la trayectoria política de su principal propietario, La Tribuna se convirtió en un órgano de expresión de su corriente liberal y de sus propios intereses como figura pública. El Heraldo se publicó por primera vez el 26 de noviembre de 1979 para hacer competencia a La Tribuna, que por entonces había pasado a ser el único diario de Tegucigalpa. Como se decía antes surgió a iniciativa del empresario Jorge J. Larach propietario también de La Prensa. Como La Prensa, El Heraldo en sus primeros años fue un diario de derecha aunque particularmente singular por su sensacionalismo. Estas características cambiarían durante la década de 1990, cuando el periódico pasó a abrir espacios a sectores de izquierda, del movimiento ecologista y de sectores independientes de la sociedad civil, al tiempo que disminuyó su sensacionalismo al menos al mismo nivel que los demás diarios. Roselina Raudales caracterizó las tendencias de opinión que fomentaban estos cuatro diarios en 1981, de forma que es posible apreciar el espectro ideológico o político que desplegaban en

l país en ese momento. e

Cuadro 2.2

Periódico Orientación político-ideológica

La Prensa

Es un periódico de derecha que concentra sus esfuerzos en mantener el statu quo . Es notoria su simpatía por la política de Estado del gobierno norteamericano y su fobia a cualquier movimiento nacionalista o socialista.

Diario Tiempo

Ha demostrado estar a favor del Partido Liberal. Es un periódico desarrollista, apoya las campañas emprendidas por campesinos, obreros y estudiantes de tendencias socialistas. En última instancia, sin embargo, es un periódico que defiende los intereses de la clase empresarial.

La Tribuna

Se proclama independiente, no obstante, en la práctica demuestra ser vocero oficial del Partido Liberal, especialmente del Movimiento Liberal Rodista que tiene como uno de sus líderes a Carlos Roberto Flores

El Heraldo Es un periódico de derecha, defiende los intereses de la clase empresarial aunque se define como independiente.

Orientación político-ideológica de los diarios nacionales en 1981

Fuente: Raudales, R., 1981. El periodismo en Honduras. Tegucigalpa. UNAH. Tesis de licenciatura.

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Estas apreciaciones no descansan en un análisis crítico de los textos, sino en percepciones que se consideraron comunes en la sociedad, lo que, sin embargo, les da otro valor no menos importante.

Si estas apreciaciones son ciertas, podría considerarse que los diarios nacionales en 1981 tenían una tendencia predominantemente de derecha, de defensa de los intereses empresariales en tres de cuatro periódicos y de los intereses del Partido Liberal en dos de esos cuatro periódicos. Una excepción a esa hegemonía ideológico política, la representaba entonces Tiempo cuya labor, al mismo tiempo a favor de los sectores populares y empresariales, podría considerarse social demócrata. Igualmente relevante resulta observar que el Partido Nacional, aunque representante de la derecha conservadora del país no disponía, como no dispone todavía de su propio órgano de expresión.

Más adelante se volverá sobre este asunto cuando se considere el funcionamiento actual de los diarios y cuando se presenten los resultados del análisis crítico desarrollado en el presente estudio. De momento puede adelantarse, sin embargo, que estas orientaciones ideológicas de 1981 no son las mismas para cada uno de los periódicos actualmente. A finales de la década de los noventa y principios de la de los dos mil, la prensa hondureña ha conocido una significativa diversificación de sus posiciones políticas e ideológicas aunque al final han terminado por cerrarse ciertos espacios a la izquierda y restablecerse una hegemonía de derecha.

Durante la década de 1990 surgieron dos diarios más, que buscaron ampliar y diversificar el mercado informativo con escaso éxito pues ambos desaparecieron con el final de la década. El Nuevo Día (1993) intentó pasar a un segundo plano la nota roja y destacar informaciones económicas, ambientales y políticas, y El Periódico (1993) se planteó originalmente como un órgano de expresión de un grupo de miembros del Partido Nacional. Pero a pesar de lo innovador o políticamente útil de sus propuestas, éstas no consiguieron subsistir dentro de las condiciones imperantes en el mercado informativo. Mayor éxito han tenido, aunque su circulación es limitada, Honduras This Week y Tiempos del Mundo, ambos semanarios con propuestas informativas originales.

Honduras This Week es un periódico en inglés con noticias de interés político, económico, social y cultural para los residentes internacionales en el país, sean funcionarios, personas de negocios o turistas. El periódico equilibra una perspectiva crítica con una de realce de valores y aspectos positivos del país. Tiempos del Mundo es un periódico internacional que se edita en Honduras con una portada y varias páginas de noticias nacionales. Como Honduras This Week, Tiempos del Mundo relega el sensacionalismo y favorece los reportajes y el periodismo de investigación aunque se cuestiona en el país su vinculación con la Iglesia del reverendo Moon, la Federación de Familias Unidas por la Paz Mundial.

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3. Situación actual de la operación de la prensa Una vez reseñada la trayectoria histórica de la prensa en el país, es posible considerar algunos de los aspectos centrales de la operación de estos medios de comunicación en el presente que permitan establecer el contexto inmediato de los análisis que siguen en los apartados siguientes. Con base en los aportes más relevantes de investigaciones recientes y mediante la realización de una serie de entrevistas a directores de medios, periodistas y representantes de la sociedad civil, se ofrece a continuación información y datos sobre: a) la circulación y el consumo de prensa, b) el derecho a la información y a la libre expresión, c) la oferta informativa y, d) los retos y perspectivas del periodismo escrito. Circulación y consumo de prensa En cuanto a circulación y consumo de prensa, los datos que ofrece UNESCO permiten ubicar la situación de Honduras en el contexto global.

Gráfico 3.1

Estimados de circulación de periódicos por 1000 habitantes, 1996

0

50

100

150

200

250

África Sudesteasiático yOceanía

Países endesarro llo

Asia M undial Latinoaméricay el Caribe

Honduras Norteamérica Paísesdesarro llados

Fuente: Elaboración propia con base en UNESCO. 1999. UNESCO Statistical Yearbook 1999 [http://unescostat.unesco.org/en/stats/stats0.htm]; Honduras, Banco Central de Honduras. 2001. Boletín estadístico de Honduras. [www.bch.hn/download/boletín_ estadístico.pdf]. El dato para Honduras corresponde a 1997.

Como puede apreciarse, de acuerdo con la tasa anual de circulación de periódicos por 1000 habitantes que ofrece la UNESCO, Honduras ocupa un lugar por encima del promedio de los países latinoamericanos, más próximo a Norteamérica y los países desarrollados que a

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cualquier otra región, lo que hace ver, en cierto modo, el lugar preponderante que juega este medio de comunicación en la vida social del país. La producción de periódicos es monitoreada anualmente en Honduras por el Banco Central de Honduras, aunque solamente uno de los cuatro periódicos nacionales, La Prensa, ofrece información auditada sobre las cantidades de ejemplares de sus tirajes –los cuales oscilan alrededor de 50,000 ejemplares diarios. Como puede apreciarse en el Gráfico 3.2 el Banco Central de Honduras estimó una producción promedio anual de 6.4 millones de ejemplares de periódicos en el país entre 1997 y 2000.

Gráfico 3.2

Producción anual de periódicos en millones de ejemplares, Honduras 1997-2000

53.395

62.221 63.745 65.856

0

10

20

30

40

50

60

70

1997 1998 1999 2000

Fuente: Elaboración propia con base en Honduras, Banco Central de Honduras. 2001. Boletín estadístico de Honduras. [www.bch.hn/download/boletín_ estadístico.pdf]

Uno de los estudios académicos más recientes que recabó datos sobre la circulación y el consumo de prensa en el país, reafirma la idea de su importancia en la vida nacional. Mitchell Seligson de la Universidad de Pittsburg, en su estudio de opinión sobre Gobernabilidad y Transparencia en Honduras realizado en el curso del presente año 2001 encontró que en una muestra nacional de 3,000 adultos en edad de votar el 49.5% de los encuestados reconoció que acostumbraba a leer periódicos.

Esto supone que casi la mitad de los encuestados opinó que su consumo de prensa es lo suficientemente frecuente como para considerarlo una costumbre. No se trata de que casi la mitad de la población lea diariamente la prensa sino que lo hace a menudo, lo cual supone identificar la población que es alcanzada por este medio de comunicación, aunque sin precisar periodicidad exacta. Al respecto debe tenerse en cuenta que la lectura de periódicos es menor que el consumo de la población de noticias por radio (72.3%) y por televisión (56.9%), lo que supone tener en mente un contexto de alto consumo de información a través de los medios de comunicación en el país.

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Gráfico 3.3

¿Acostumbra a leer Usted algún periódico? Honduras 2001

Sí49%No

48%

No sabe3%

Periódicos leídos en Honduras, 2001

La Tribuna20.5%

El Heraldo23.2%

La Prensa46.8%

Tiempos del Mundo0.1%

Tiempo9.5%

Fuente: Seligson, Mitchell A. 2001. Gobernabilidad y transparencia en Honduras después del huracán Mitch. Tegucigalpa. Casals & Associates/USAID.

El estudio también recabó información acerca de los periódicos que los lectores leen más frecuentemente. Los resultados muestran que La Prensa es por mucho el periódico más leído en el país, seguido por El Heraldo y La Tribuna en un distante segundo y tercer lugar.

Gráfico 3.4

Fuente: Seligson, Mitchell A. 2001. Gobernabilidad y transparencia en Honduras después del huracán Mitch. Tegucigalpa. Casals & Associates/USAID.

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Los resultados de Seligson establecen un orden de preferencias a escala nacional con un predominio de La Prensa con un 46.8% de los lectores seguida por El Heraldo con un 23.2%, La Tribuna con un 20.5%, Tiempo con un 9.5% y Tiempos del Mundo con 0.1%. Las diferencias regionales que no muestra el estudio de Seligson, sin embargo, son muy significativas de modo que en la práctica La Tribuna y El Heraldo se disputan el mercado de la región central del país cuyo epicentro es Tegucigalpa, y La Prensa y Tiempo la Costa Norte cuyo epicentro es San Pedro Sula. La cantidad proporcionalmente mayor de lectores de La Prensa a escala nacional muestra que es el diario que está consiguiendo romper los límites regionales. En un estudio de mercado realizado el 2000 por Urban & Associates por encargo de La Prensa y El Heraldo, se encontró que en el Valle de Sula (incluidas las ciudades de San Pedro Sula, El Progreso, La Lima y Puerto Cortés) la audiencia de lunes a sábado en una muestra de 648 personas mayores de edad mostró ser para La Prensa de 69% y para Tiempo de 32%, mientras para La Tribuna y El Heraldo sólo del 2% para cada uno. En cambio en la región central (incluidas las ciudades de Tegucigalpa y Choluteca) la audiencia de lunes a sábado en una muestra de 592 personas mayores de edad mostró repartirse un 67% para La Tribuna, un 42% para El Heraldo, un 9% para La Prensa y un 7% para Tiempo (Urban & Associates, Inc., 2000). Este estudio dedicado a dos de los principales diarios del país ofrece valiosa información para precisar no solamente la distribución regional de los periódicos sino para conocer otros aspectos del consumo de noticias, algunos de los cuales serán comentados después. El estudio de Seligson recabó también datos sobre el perfil de los lectores de prensa y estableció correlaciones con distintos factores socioeconómicos. Encontró que el factor de más peso en la lectura de periódicos es la educación aunque encontró que influyen también el ingreso familiar y el grado de urbanización.

Gráfico 3.5

Impacto de la educación en la lectura de periódicos, Honduras 2001

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

0 a 3 4 a 6 7 a 11 Universidad

Educación

% q

ue le

e pe

riód

icos

Fuente: Seligson, Mitchell A. 2001. Gobernabilidad y transparencia en Honduras después del huracán Mitch. Tegucigalpa. Casals & Associates/USAID.

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

El gráfico 3.5 muestra que mayor es el nivel de educación mayor es el porcentaje de lectores de periódicos dentro de cada grupo de escolaridad. De acuerdo con el estudio por cada año de educación, la lectura de periódicos aumenta en un 3.5%. Gracias a que el profesor Seligson facilitó a través del Centro para la Promoción e Investigación de los Derechos Humanos (CIPRODEH) las bases de datos de su investigación, fue posible precisar aún más el perfil educativo de los lectores de periódicos. De acuerdo con estos datos, los porcentajes de lectores aumentan con cada nivel educativo como lo muestra el Cuadro 3.1. De los entrevistados con educación primaria sólo un 42% manifestaron ser lectores frecuentes; de los entrevistados con educación secundaria un 71%; y de los entrevistados con formación técnica o universitaria un 74%.

Cuadro 3.1

Primaria o menos 42%Secundaria parcial o completa 71%Tec. Uni. Incompleto 74%Univ. Completa 74%

Nivel EducativoPorcentaje de

lectores

Porcentajes de lectores de periódicos por nivel educativo, 2001

Fuente: Elaboración propia con base en Seligson, Mitchell A. 2001. Gobernabilidad y transparencia en Honduras después del huracán Mitch. Tegucigalpa. Casals & Associates/USAID.

Debe hacerse la observación, sin embargo, que aunque la lectura de diarios aumenta según el nivel de educación, el grupo de lectores más numeroso de los diarios según los datos de la investigación de Seligson se ubica en los sectores de menor educación esto relacionado con el hecho de que estos sectores también representan la mayoría de la población del país. En el Gráfico 3.6 se presenta la distribución del total de los entrevistados que manifestaron ser lectores frecuentes de los diarios de acuerdo con su nivel educativo.

Gráfico 3.6

|

Fuente: Elaboración propia con base en Seligson, Mitchell A. 2001. Gobernabilidad y transparencia en Honduras después del huracán Mitch. Tegucigalpa. Casals & Associates/USAID.

Nivel educativo de los lectores de periódicos, 2001

Primaria o menos60%

Secundaria o menos21%

Tec. Univ. incompleta17%

Univ. Completa2%

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

El gráfico muestra que del total de los entrevistados que manifestaron ser lectores frecuentes un 60% tenían nivel de primaria o menos, un 21% tenían nivel de secundaria, un 17% tenían formación técnica o universitaria incompleta y un 2% formación universitaria completa. Si se ponen en relación ambos datos sobre educación y lectura de periódicos, puede decirse que es mayor la cantidad neta de lectores con bajos niveles educativos, aunque los porcentajes de lectores por cada nivel sean mayores según los niveles educativos sean más altos. Este dato es significativo porque permite conocer no sólo el consumo de diarios según los niveles educativos sino perfilar el mercado mayoritario de los mismos. Esto permite considerar las posibles influencias de los lectores en la conformación de algunas de las características de los medios impresos. De hecho, como se verá más adelante, los periodistas y editores de periódicos consideran que su oferta informativa (con escaso desarrollo del periodismo de investigación e importante presencia del sensacionalismo) se encuentra condicionada por su mercado. En tal caso se trataría de un amplio mercado de consumidores de información con bajos niveles de educación influyendo en los tipos de cobertura y modos de presentación de las noticias. Una última información de mucho interés se encuentra incluida en la base de datos de la investigación de Seligson y es la que tiene que ver con la confianza en las instituciones y en los medios de comunicación. Como otros estudios anteriores, el de Seligson corrobora los altos grados de confianza que los ciudadanos conceden a los medios de comunicación.

Gráfico 3.7

Confianza en instituciones, en los periódicos y en los políticos, Honduras 2001

86%

68% 65%57%

41%

29%

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

Iglesias Periódicos Gobierno Policía Sindicatos Políticos

Fuente: Elaboración propia con base en Seligson, Mitchell A. 2001. Gobernabilidad y transparencia en Honduras después del huracán Mitch. Tegucigalpa. Casals & Associates/USAID.

Como puede apreciarse los entrevistados atribuyeron el mayor nivel de confianza a las iglesias seguidas de los periódicos, que con ello se ubican por encima de los niveles de confianza atribuidos al gobierno, la policía, los sindicatos y los políticos.

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Este nivel de confianza del cual gozan los periódicos resulta alto con respecto a las demás instituciones a pesar de ser relativamente bajo comparado con los niveles de confianza atribuidos por la población a los demás medios de comunicación. Según los datos de la investigación de Seligson un 73% de los entrevistados manifiesta tener confianza en la radio, un 70% en la televisión y un 68% en los periódicos. Como se verá después la confianza en la prensa que el estudio de Seligson encontró en la población hondureña, contrasta notablemente con la desconfianza que hacia la misma manifiestan los propios profesionales de la comunicación y algunos grupos de la sociedad civil, que se consideran mejores conocedores de sus dinámicas. Esto no impide apreciar, sin embargo, que en estos altos grados de confianza de la población puede encontrarse uno de los mayores potenciales de la prensa para aumentar su contribución al desarrollo del país. Derecho a la información y a la libre expresión La legislación nacional reconoce el derecho a la libertad de expresión que se encuentra contemplada en la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (1948) y en la Convención Americana de Derechos Humanos (1969) pero al mismo tiempo establece limitaciones contradictorias. La situación es poco clara en lo que se refiere al derecho a la información que ha sido contemplado en distintos acuerdos y resoluciones de las Naciones Unidas, así como en interpretaciones de la Convención Americana de Derechos Humanos pero que no se encuentra refrendado de forma explícita en las leyes nacionales. Mientras el derecho a la libertad de expresión, de acuerdo con la declaración de la ONU y la Convención Americana, considera que "todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión” y que incluye “el derecho de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión", el derecho a la información considera el derecho colectivo a recibir cualquier información y a conocer la expresión del pensamiento ajeno. La Corte Interamericana de Derechos Humanos considera que ambas son dimensiones complementarias de un mismo derecho, en el sentido de que la primera reconoce la dimensión individual y la segunda la dimensión colectiva de una misma garantía de libertad. Además la Corte Interamericana ha sostenido que en virtud de esta relación complementaria e interdependiente entre ambas dimensiones de este derecho, la restricción de la una supone la restricción de la otra.

“Cuando la Convención proclama que la libertad de pensamiento y expresión comprende el derecho de difundir informaciones e ideas por cualquier procedimiento está subrayando que la expresión y la difusión del pensamiento y de la información son indivisibles, de modo que una restricción de las posibilidades de divulgación representa directamente, y en la misma medida, un límite al derecho a expresarse libremente”(Cit en Pinto, Mónica, 1997).

El vínculo entre la libertad de expresión, el derecho a la información y la consolidación de la democracia es considerado por este tribunal interamericano cuando puntualiza que para el ciudadano común tiene tanta importancia el conocimiento de la opinión ajena o de la información de que disponen otros como el derecho a difundir la propia y cuando enfáticamente afirma que la libertad de expresión es una piedra angular en la existencia misma de una sociedad democrática.

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

“La libertad de expresión es indispensable para la formación de la opinión pública. Es también conditio sine qua non para que los partidos políticos, los sindicatos, las sociedades científicas y culturales, y en general, quienes deseen influir sobre la colectividad puedan desarrollarse plenamente. Es, en fin, condición para que la comunidad, a la hora de ejercer sus opciones, esté suficientemente informada. Por ende, es posible afirmar que una sociedad que no está bien informada no es plenamente libre”. (Pinto, Mónica, 1997.).

En Honduras la Ley de Emisión del Pensamiento de 1958 reconoció el derecho a la libre expresión, en su dimensión individual sin que hasta la fecha se haya pronunciado con respecto al derecho a la información. No obstante, siendo el país suscriptor de la Convención Americana de Derechos Humanos desde 1981 se encuentra bajo la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de sus disposiciones. En el último Informe de la Relatoría para la Libertad de Expresión, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se contemplan denuncias importantes de situaciones que coartan el ejercicio del derecho a la información y a la libre expresión en el país. En el Informe de abril del 2001 la Relatoría eleva denuncias de amenazas y procesos intimidatorios contra periodistas llevados a cabo desde instancias gubernamentales (tribunales de justicia, Ministerio Público y Presidencia de la República); así como de denuncias de atentados criminales contra la vida de periodistas por causas aún no suficientemente esclarecidas. Igualmente la Relatoría denuncia la legislación que crea el Colegio de Periodistas por limitar el libre ejercicio del periodismo y distintos artículos del Código Penal que establecen penas de cárcel contra periodistas que menoscaben la imagen del presidente y de los funcionarios públicos (Artículos 323, 325, 345). (Organización de los Estados Americanos. Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2001). Denuncias semejantes han aparecido en los informes de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y en los de distintas organizaciones de derechos humanos de Honduras. El Informe de la SIP del 2000 incluye denuncias de persecución de periodistas por vías judiciales y extrajudiciales como consecuencia de la divulgación de informaciones sobre corrupción gubernamental y narcotráfico, e igualmente incluye denuncias sobre atentados criminales de causa desconocida contra la vida de periodistas. El Informe de la SIP del 2001 se hace eco de la percepción ciudadana de que el gobierno de la república manipula a un sector de los medios de comunicación y de los periodistas; señala como un problema la escasa profesionalización de los periodistas, y como situaciones que coartan la libertad de expresión la ley del Colegio de Periodistas y los artículos del Código Penal antes señalados. Además este último informe denuncia fallos arbitrarios de los tribunales en contra de periodistas y restricciones al acceso a documentos públicos violatorias del derecho a la información (Sociedad Interamericana de Prensa, 2001). Más amplias y detalladas que estas denuncias de violaciones del derecho a la información y la libre expresión, lo han sido las que han hecho organizaciones no gubernamentales y de derechos humanos nacionales. El Comité para la Defensa de los Derechos Humanos (CODEH) y el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, (COFADEH) denunciaron la existencia de sistemas de espionaje gubernamentales contra líderes de la oposición, empresarios, y algunos funcionarios, y el hostigamiento y despido de periodistas bajo presiones oficiales durante la campaña electoral del 2001 (COFADEH, 2001).

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El Centro de Documentación de Honduras (CEDOH), por su parte, publicó en septiembre del 2001 un libro que recoge los resultados de una investigación colectiva en la que participaron cientistas sociales, analistas políticos, escritores y periodistas, y en la que se entrevistaron empresarios, políticos, funcionarios y exfuncionarios de gobierno, y profesionales de la comunicación. En el libro predominan las percepciones e interpretaciones de un sector de la sociedad civil que cuestiona con informaciones y argumentos el papel de la prensa. El libro denuncia la escasa contribución a la democracia de la prensa por encontrarse plegada a los intereses del gobierno y de los grupos económicos y políticos hegemónicos mediante diversos mecanismos de cooptación y corrupción, los cuales narra históricamente y detalla con pormenores (Centro de Documentación de Honduras, 2001). En este libro, en el ensayo principal de Víctor Meza, se destaca la corrupción como uno de los mecanismos desarrollados en el contexto de la democracia para neutralizar y controlar la prensa. En lugar de la represión o la censura abiertas características de los regímenes autoritarios, sostiene el autor, la corrupción en los regímenes democráticos consigue con eficacia anular la actitud crítica y subordinar a grupos de periodistas que operan como propagandistas y como fuerzas de choque. Aunque el posicionamiento político natural de la prensa debería estar en la sociedad civil, en tanto que formalmente no es parte del Estado, el alineamiento de la prensa con los intereses gubernamentales que ocurre en Honduras ha debilitado su contribución a la vigilancia y el control social del ejercicio del poder (Meza, V., Op. Cit: 5-46). En el mismo libro el ensayo de Lucila Funes reproduce entrevistas con exfuncionarios y conocedores de los medios de comunicación que hacen ver que la relación entre el poder y los medios se da por dos vías: mediante una alianza económica superior, de intereses comunes y negocios, y mediante una alianza económica inferior de compra de voluntades a los comunicadores sociales. Las informaciones aportadas destacan que en el fenómeno de la corrupción no es menos importante el papel de los propios periodistas, en la medida en que el chantaje de estos a los políticos y funcionarios públicos es la contraparte de los mecanismos mejor conocidos del soborno por parte de los últimos. La autora identifica cuatro formas mediante las cuales el poder político influye en los medios de comunicación: a) la concesión o cancelación de contratos de publicidad; b) el trabajo conciliatorio y de difusión de las versiones oficiales realizado por las oficinas de relaciones públicas de las distintas instituciones; c) el abuso por parte del gobierno de las cadenas de radio y televisión obligatorias para todos los medios; y d) el establecimiento de un régimen doloso de beneficios directos y componendas con periodistas corruptos. En caso de fallar estos mecanismos, señala la autora, el poder político recurre a la coacción mediante los despidos indirectos y la persecución judicial de aquellos comunicadores que se resisten a ser controlados (Funes, L., Op. Cit.: 47-102). En otro ensayo Leticia Salomón analiza las columnas anónimas de chismes para hacer ver que por la vía de informaciones sin fundamento, rumores y especulaciones, y por la vía de ataques personales, amenazas, burlas, elogios y autoelogios estas columnas desvían y degradan el debate político, deforman los valores éticos, promueven la irracionalidad y el autoritarismo, así como difunden los antivalores de la corrupción, la ignorancia y la vulgaridad (Salomón, L., Op. Cit.: 141-204). En otros textos incluidos en el libro, Carlos Méndez destaca las repercusiones éticas del abuso del poder de la prensa como fuente de enriquecimiento ilícito, y Julieta Castellanos distingue dos prácticas del periodismo que van en contra del profesionalismo en la prensa: a) el ejercido por personas con escasas capacidades para interpretar los hechos y comunicarlos adecuadamente y con corrección; y b) el ejercido por personas que deliberadamente

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tergiversan, desinforman y engañan a la audiencia por encontrarse identificados con personas o instituciones, ya sea por mediar vínculos de corrupción o de otro tipo (Op. Cit.). Estas denuncias apuntan hacia una situación gravemente comprometida de la prensa con el poder político que los autores consideran que constituye el principal problema de la prensa en el país. En este presente estudio se asume esta situación como uno de los factores que podría explicar algunas de las características generales que presenta la prensa nacional aunque no se desconsideran tampoco otros factores que podrían explicar otras características como se expondrá más adelante. De momento puede decirse que la consideración de que una porción importante de las noticias de la prensa se encuentra virtualmente dominada por la coerción y la corrupción, no debe ser obstáculo para considerar el ejercicio informativo en su conjunto y las noticias en general como la masa de información mediante la cual los periodistas y los periódicos ejercen cotidianamente funciones comunicativas con consecuencias diversas sobre la dinámica social. En otras palabras, el fenómeno de la corrupción y coerción aún reconociendo su centralidad, no debería impedir percibir el resto de problemas y retos que enfrenta la prensa en el país. Oferta informativa de la prensa escrita Con el propósito de conocer la dinámica de operación de la prensa desde la perspectiva de distintos actores involucrados, se presentan aquí opiniones de profesionales del periodismo, columnistas y directores de periódicos así como de miembros de la sociedad civil, conocedores todos de la oferta informativa nacional, quienes fueron entrevistados para ilustrar cuatro aspectos clave de esta dinámica: a) el concepto de hecho noticioso que prevalece en el ejercicio informativo; b) el papel del sensacionalismo en los medios escritos; c) la contribución de la prensa en los procesos de fijación de la agenda pública; y d) las tendencias, políticas, ideológicas o de opinión predominantes en los diarios nacionales.

En su calidad de directores de medios impresos se entrevistó a los señores Adán Elvir, Manuel Gamero y Nelson Fernández de los diarios La Tribuna, Tiempo y La Prensa respectivamente; en su calidad de profesionales de prensa se consultó a los periodistas Manuel Torres, Juan Pablo Carías, Noé Leiva, a los profesores universitarios Vilma Gloria Rosales, Juan Ramón Durán y Ramiro Sierra, y al columnista Juan Ramón Martínez. Como representantes de grupos de la sociedad civil se consultó a Doris Gutiérrez, Gladys Lanza y Víctor Meza, y como representante de los grupos intelectuales del país al poeta Oscar Acosta.

a) Concepto de hecho noticioso

Existe un reconocimiento tanto en los directores de medios como en los profesionales del periodismo y en la sociedad civil del sesgo comercial que influye en la determinación de los hechos noticiosos. Un hecho es relevante para ser cubierto por la prensa en la medida en que despierta o atrae el interés de los lectores, lo que hace de la venta de los periódicos uno de los indicadores de importancia de las noticias.

Esto compromete diariamente a los profesionales de la información a decidir entre lo que podría reconocerse como los genuinos intereses del país y los intereses de lectura de los compradores de periódicos que no necesariamente se corresponden.

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Adán Elvir expresa que existe una carrera competitiva por ganar lectores entre los diarios en contra de una siempre necesaria ponderación crítica.

“De repente este espíritu de competencia lleva a cubrir todo lo que sea noticia, de repente sin ser racionales en algunas cuestiones, en el manejo y tratamiento de algunas noticias. Creo que este sentido comercial que prevalece ha llevado a descuidar un poco el tratamiento de algunas noticias, el caso de las maras, de la criminalidad que abate hoy en día al pueblo. Los medios escritos no están respondiendo a lo que debe ser un periodismo más constructivo, quizás el hecho de informar indiscriminadamente nos lleva a cometer excesos. Creo que tenemos esa pequeña deuda con la sociedad, hoy en día” (Kennedy, A., 2001).

Adán Elvir hace ver que siempre es relevante para la prensa la cobertura de los temas de interés nacional, pero que los lectores influyen fuertemente en la conformación de la oferta informativa en direcciones que tienen que ver más con las preferencias (“las pasiones” y “los gustos”) de las personas en cuanto que consumidores de información.

El tema de la problemática social ocupa un primer lugar en nuestros medios, consecuentemente todo lo que tiene que referirse a la realidad del país, violencia, pobreza, necesidades de la población. La economía, por supuesto. El tema político es importante porque el pueblo está politizado, como también lo es el deporte que es una pasión popular. Ahora se le está dando mucha importancia en los medios impresos a la vida de la sociedad, el periodismo rosa. Hay una exigencia del lector por ver qué es lo que pasa en la alta sociedad, paradójicamente, a pesar de los problemas graves del país. Esto se comprueba porque empiezan a tener éxito los suplementos dedicados a la sociedad, las revistas dedicadas a la sociedad, las revistas del corazón, con temas locales. Otra cosa importante es el entretenimiento. Los lectores nos están obligando a manejar lectura especializada de este tipo los fines de semana (Idem).

Los profesionales de prensa y los miembros de la sociedad civil coinciden en la opinión de que la relevancia de un hecho se mide por el impacto que pueda tener en el público en términos de ventas, pero destacan en ello la responsabilidad de los empresarios por las concesiones a los lectores en contra de los intereses del país, y cuestionan el lugar excesivamente relevante de la “nota roja” o policial en detrimento del tratamiento de temas de salud o educación, por ejemplo. Manuel Torres señala que “una buena noticia debería ser valorada por su contenido, no por sus repercusiones”; mientras Gladys Lanza señala que muy frecuentemente “los medios de comunicación no consideran los acontecimientos que tienen fundamento para la vida política del país” (Id).

b) Sensacionalismo

El sensacionalismo es tal vez una de las manifestaciones más claras de la deformación del ejercicio periodístico por intereses comerciales. Tanto los directores de medios como los profesionales del periodismo y los representantes de la sociedad civil, reconocen la extendida presencia de estas noticias en el cuerpo informativo de los diarios y la necesidad de contrarrestarla.

Manuel Torres señala que el sensacionalismo es uno de los principales problemas del periodismo hondureño:

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“[El sensacionalismo] es una de sus principales debilidades y está afectando a todo el conjunto de la prensa hondureña. El sensacionalismo hay que entenderlo como una práctica periodística que exagera la importancia de determinados elementos noticiosos en función de intereses del periódico o del medio y no en función de intereses de la ciudadanía.

Sensacionalismo no solo tiene que ver con la proliferación de la nota roja, sino también con todas las noticias.

Se tiene la lógica de que el medio adquiere más audiencia en la medida en que explota más ese tipo de información. Parten de un criterio objetivo, los medios más sensacionalistas son los que aparentemente sostienen más su circulación y la multiplican, sin embargo, ese sensacionalismo va en una vía contraria a la credibilidad de la información, a la credibilidad del medio.

Podemos tener un fenómeno de una sociedad bombardeada por mucha información, pero que a pesar de todo no está informada, no es capaz de generar conocimiento a partir de la información y que además es objeto de una manipulación muy abierta” (Kennedy, A., 2001.Op.Cit.).

Desde la perspectiva de Manuel Torres, el sensacionalismo es un tipo de manejo informativo con consecuencias negativas para todos los implicados en la comunicación de noticias: para el propio periódico, que aunque ve aumentar sus ventas pierde credibilidad y consecuentemente amenaza su sostenibilidad; para los lectores que son víctimas de desinformación y en consecuencia ven mermadas sus competencias de conocimiento e independencia de juicio para desenvolverse adecuadamente en la dinámica social; e igualmente son negativas para la sociedad, por cuanto estas prácticas informativas escamotean o desnaturalizan las noticias de verdadero interés para el conjunto de los ciudadanos.

Es significativo el que Manuel Torres haga ver que el manejo sensacionalista se extiende a todo tipo de noticias, en cuanto que virtualmente cualquier hecho es susceptible de ser enfocado desde una perspectiva que deforme o tergiverse su sentido. Esto tiene consecuencias más graves de las que generalmente se le atribuyen a este fenómeno por cuanto si, como se ha mostrado antes, el sensacionalismo opera buscando provocar pánico moral y para ello cualquier motivo puede ser bueno, el debate político tanto como la discusión de los temas sociales o el ejercicio de funciones de control y vigilancia de la administración pública o cualquier otro hecho o circunstancia sin importar la naturaleza de su interés común, quedan igualmente sujetas a este riesgo.

Isolda Arita, en declaraciones reproducidas en el libro antes comentado del CEDOH, plantea así lo que ella llama el problema del “amarillismo” de los periódicos nacionales:

“El amarillismo es la práctica tendenciosa, encaminada a llamar la atención del público mediante escándalos fabricados y destacando los aspectos más negativos de las personas y de los hechos. La utilización del morbo, los gritos, las palabras fuera de tono y las imágenes macabras, son algunas de las manifestaciones del amarillismo que ejercen presión sobre el público, que se vuelve temeroso ante la eventualidad de verse como protagonista de una información emitida bajo esos parámetros...” (Citada en Funes, L., 2001. Op. Cit 123).

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Aunque generalmente se asocia el sensacionalismo con la satisfacción de las demandas de un público con estas preferencias, desde el punto de vista de la práctica periodística constituye una técnica informativa susceptible de ser usada con distintos fines. Lo expresado por Isolda Arita en el texto citado se aplica al tipo de coacción que sufren los funcionarios públicos por parte de periodistas corruptos que amenazan con el recurso a esta técnica para informar sobre asuntos que les competen a dichos funcionarios. Debe tomarse en cuenta, que a diferencia de la corrupción que es ejercida por un sector minoritario de periodistas, el sensacionalismo es un fenómeno extendido en la prensa hondureña, como habrá oportunidad de mostrar más adelante, que a juicio de Isolda Arita puede estar contribuyendo no sólo a fomentar la misma corrupción, al ofrecer un contexto noticioso favorable a este tipo de noticias, sino desnaturalizando el debate público que se produce a través de los medios y creando un recelo general con respecto a la necesaria libertad de circulación de la información. Es común la opinión con respecto a que los más importantes asuntos del país se debaten y se resuelven en los medios sin la debida propiedad, y muy frecuentemente en contra de los intereses generales o en contra de las atribuciones de las instituciones del Estado competentes. Los directores de prensa sostienen que en los últimos años sus periódicos han bajado los niveles de sensacionalismo, refiriéndose en particular a la presencia de la nota roja o policial en sus páginas. No obstante, como se sostiene en este estudio, la ausencia de análisis de los medios nacionales ha impedido hasta ahora monitorear las informaciones de la prensa, sean sensacionalistas o de cualquier otro tipo. El columnista Juan Ramón Martínez señala que la prensa ha disminuido en los últimos años el sensacionalismo de la nota roja, advertida de la gravedad real de los problemas de violencia y criminalidad en el país. Su influjo, sin embargo, no ha dejado de ser importante en la conformación de la agenda nacional como hace ver Juan Pablo Carías quien señala que las noticias sensacionalistas siguen desplazando de las portadas a las de verdadero interés nacional (Kennedy, A.: Op.Cit).

c) Fijación de temas de agenda pública

El asunto más controversial en lo que se refiere al papel político y social de la prensa, probablemente lo sea el que tiene que ver con las posibilidades reales que los distintos actores sociales manifiestan tener para fijar temas de agenda pública a través de los periódicos nacionales.

Los directores de medios consideran que el problema justamente ha sido la ausencia de agendas propias de los periódicos que habrían podido dar consistencia a su contribución al desarrollo y a la democracia del país. Los profesionales de la comunicación sostienen que existe efectivamente una cierta apertura de los medios escritos a la participación de los distintos actores en la fijación de temas, pero al mismo tiempo reconocen que dicha apertura es limitada por dos razones: a) un progresivo cierre de las agendas de los periódicos vinculado al predominio de los intereses económicos y políticos de los propietarios, y b) la falta de iniciativas y de estrategias informativas por parte de los propios actores minoritarios en el país. Por el contrario, los representantes de organizaciones de la sociedad civil sostienen que los espacios

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periodísticos se encuentran cerrados para ellos y que cuando se abren es por presiones de sus propias organizaciones.

Nelson Fernández, entre los directores de medios, señala que la prensa ha contribuido a mantener la estabilidad del sistema democrático, pero que no ha conseguido emprender una labor de desarrollo del país propiamente dicha. Esto debido en parte a la falta de una agenda propia de los periódicos que muchas veces se ven manejados por actores con agendas preconcebidas que encuentran expresión a través de sus páginas. Adán Elvir señala que la apertura que existe actualmente en los medios nacionales permite algunos vicios como el anonimato, desde el cual se lanzan ataques o se merma la reputación de las personas. Por su parte, Manuel Gamero se refiere al aspecto más problemático de este asunto cuando señala que existe en el país una pugna de sectores minoritarios por encontrar un posicionamiento dentro de los medios que no tienen dentro de la sociedad (Kennedy, A.: Op. Cit.).

Esta última afirmación plantea la cuestión sobre los derechos sobre el espacio informativo de los medios en relación con el derecho de libre expresión y la representatividad social de los actores. En el ordenamiento jurídico actual, el espacio informativo es propiedad de los dueños de los medios de comunicación, aunque en consideración de ser un espacio de interés público, idealmente podría esperarse que garantizaran el juego democrático y la libre participación de los distintos actores sociales.

Sin duda la apertura es lo que más favorece al debate democrático mientras el cierre o la limitación de espacios plantea difíciles dilemas que en su caso tienen que ser resueltos por los medios de comunicación con sus consecuentes implicaciones políticas y sociales. Porque ¿cómo diferenciar la importancia política y social de un actor respecto de otro?, ¿puede esgrimirse un argumento cuantitativo de representatividad social en contra de uno de calidad en lo que se refiere a la libre expresión del pensamiento?, ¿qué consideración habría de merecer el contenido de las propuestas de los distintos actores en función de su contribución al desarrollo del país?, ¿quién podría estar facultado para establecer estas diferencias, y en caso de ser posible establecerlas, cómo determinar las cantidades de espacio informativo que en virtud de lo anterior podrían corresponder a cada actor social?

Un acceso más equitativo al espacio público de los medios de comunicación podría favorecer a la larga a todos los actores, al facilitar el debate y la gestación libre e informada de la opinión pero, como señalan algunos de los entrevistados, requeriría de la voluntad de los propietarios y directores de conceder mayor independencia a los periódicos para cumplir sus funciones públicas.

En contra de lo que opinan los directores de medios antes citados, los profesionales de la comunicación entrevistados sostienen que existe actualmente una tendencia a cerrar espacios en los medios a distintos actores sociales. Vilma Gloria Rosales sostiene:

“La información refleja muy poco las contradicciones sociales que se están dando en la sociedad hondureña.

El problema es complejo, porque en la medida en que los medios se están cerrando, tanto los escritos como los electrónicos, se está pasando a una etapa de un férreo control sobre los mismos. Hay mucha intervención a partir del sistema político en los medios de comunicación y mucha intervención a partir de intereses económicos. Eso significa que se cierran los espacios para ciertos actores sociales, por ejemplo, cuando la temática que están abordando entra en conflicto con los intereses de la cúpula política.

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Los diferentes actores sociales tendrán la oportunidad de verse reflejados en los medios de comunicación en la medida que haya más profesionalismo en los mismos; en la medida en que los dueños de esos medios y los que están dentro de los medios comprendan que su función es informar y orientar y que esos medios reflejen las contradicciones sociales. Pero en la medida en que los dueños de medios y los periodistas se nieguen a que en esos medios reflejen las contradicciones sociales en esa medida van a ser negados estos actores”. (Kennedy, A.: Op. Cit.).

Desde el punto de vista de los profesionales de la comunicación, esta tendencia al cierre de espacios a actores en los medios puede ser contrarrestada por mayores demandas de democratización desde la sociedad. De hecho, los periodistas consideran que no existen medios de comunicación homogéneamente abiertos o cerrados, y que existen posibilidades de ampliación de los espacios de participación de los distintos actores.

Los periodistas plantean que la situación de competencia informativa vinculada con las disputas de mercado tiene el beneficio de provocar la apertura de los medios que se ven obligados a dar cobertura a todas las informaciones independientemente de los actores involucrados, a riesgo de encontrarse en desventaja con respecto a los demás periódicos.

Los periodistas plantean, sin embargo, que la situación actual requiere de los actores marginados de los medios de comunicación un mejor conocimiento de la lógica de las empresas informativas y de los requerimientos de la sociedad mediática. A juicio de los profesionales de la comunicación hace falta que estos actores desarrollen estrategias que incluyan el procesamiento adecuado y la difusión oportuna de sus propias informaciones y propuestas

Para los representantes de organizaciones de la sociedad civil entrevistados, la situación es abiertamente hostil para ellos en los medios informativos. Desde su punto de vista las participaciones que obtienen en los mismos son del todo insuficientes, se producen muchas veces por la vía de filtraciones, gracias a la colaboración de profesionales desde el interior de los medios, o como resultado de fuertes labores de incidencia o acciones de repercusión pública.

De acuerdo con lo expresado por Doris Gutiérrez y Gladys Lanza las informaciones de las organizaciones de la sociedad civil son consideradas de poca importancia en la prensa y ocupan lugares secundarios; quienes colaboran con estas organizaciones desde los medios corren el riesgo de perder sus trabajos; y si se obtiene cobertura de los medios muy frecuentemente es a riesgo de ser tergiversadas las informaciones o ridiculizadas sus propuestas (Kennedy, A.: Op. Cit).

d) Tendencias, políticas, ideológicas o de opinión.

En cuanto a las tendencias políticas, ideológicas o de opinión que caracterizan a los distintos medios escritos, las opiniones se encuentran también divididas aunque no representa para ninguno un asunto conflictivo o un motivo de controversia.

Los directores de medios entrevistados consideran que las distinciones ideológicas que pudieron existir en el pasado han perdido vigencia a favor de una mayor apertura a columnistas de distintas tendencias de opinión, y consideran que actualmente los periódicos se encuentran más inmersos en la competencia comercial y en la conquista de mercados de lectores que en el desarrollo de líneas editoriales o informativas (Kennedy, A.: Op. Cit).

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Los periodistas entrevistados consideran que efectivamente la oferta informativa se diferencia muy poco entre sí en la medida en que la mayor parte de los contenidos se repiten en un periódico y en otro, y sólo una porción muy pequeña de informaciones, en las páginas editoriales o de opinión, podría permitir establecer distinciones. Pero desde su punto de vista debe reconocerse que existe un posicionamiento político e ideológico de los medios a favor de los grupos que ostentan el poder político y económico en el país (Kennedy, A.: Op. Cit). Manuel Torres señala que los periódicos representan a grupos que no cuestionan el modelo económico ni tampoco su ideología; que rehúsan ser beligerantes o mantener una posición critica, y que lo hacen solamente cuando hay coyunturas excepcionales de conflictos de intereses entre sus propietarios y el poder público, lo que en cierto modo favorece la expresión de otras opiniones y puntos de vista durante ciertos períodos de tiempo (Kennedy, A.: Op. Cit). El columnista Juan Ramón Martínez sostiene que existe una cierta hegemonía de derecha en los medios de comunicación escrita y una defensa del Estado como institución benefactora.

El tema de la diferenciación ideológica en los periódicos no ha llegado, eso no es ninguna sorpresa, porque la discusión ideológica en la sociedad hondureña todavía es muy elemental, apenas nos hemos despertado de la sorpresa de que la clasificación de izquierda y de derecha ya no tiene los linderos que tenía hace algunos años.

No es fácil clasificar ideológicamente a los periódicos hondureños, porque la mayoría de ellos carecen de visiones filosóficas, de visiones políticas y en consecuencia carecen de ideología, lo que tienen son posturas.

A la derecha La Prensa y un poco a Tiempo, diría; en el centro derecha habría que poner a El Heraldo y La Tribuna. Con lo cual concluiríamos que todos los periódicos están inclinados a la derecha y que la izquierda, entendiendo izquierda no la defensa de posturas marxistas, sino la izquierda como la que busca las reformas, la transformación, el avance, la modificación de las relaciones entre los individuos, el Estado y la sociedad, está desierta.

En el caso de los escritos hay una visión muy conservadora, en la que se cree que una de las cosas que hay que conservar es la posición del Estado como fuente generadora de bienes y servicios para la población, no una visión ideológica en la que el Estado es un reflejo de la sociedad civil y mucho menos una expresión de las necesidades de la gente. El concepto de la democracia como una opción para la participación de la gente, todavía no la manejan todos los medios de comunicación.

No creo que ninguno de los periódicos del país tenga la idea, o maneje la idea de manera generalizada de que el Estado ha sido creado para servicio de la gente y para servicio de la sociedad civil. Algunas personas dentro de esos medios manejan esos conceptos, pero en términos generales los medios de comunicación funcionan con unas visiones muy conservadoras de lo que es la vida.

Los periódicos afortunadamente no tienen unidad interna, mientras en las paginas noticiosas se manejan las cosas de una óptica, en las paginas editoriales hay otra óptica (Kennedy, A.: Op. Cit.).

Estas afirmaciones serán discutidas más adelante cuando se presente el análisis de las páginas editoriales de los diarios nacionales. Aquí es importante destacar que existe la percepción entre los profesionales de la comunicación entrevistados de que los medios de comunicación se encuentran plegados a las elites hegemónicas del país, y que existe una ausencia de perspectivas críticas o de clara oposición en esos espacios.

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Los representantes de las organizaciones de la sociedad civil entrevistados concuerdan con este planteamiento reseñado de los profesionales de la comunicación y columnistas pero desde su punto de vista los periódicos carecen de un cuerpo coherente de ideas políticas o sociales y se limitan a la defensa de los intereses económicos de los grupos económicos propietarios de los medios. Reconocen, sin embargo, que hasta muy recientemente diario El Heraldo mantuvo una relativa apertura a los puntos de vista de las organizaciones de la sociedad civil en sus páginas de opinión, situación que consideran que cambió drásticamente con los despidos de periodistas ocurridos en ese medio durante el año 2000 (Kennedy, A.: Op. Cit.).

Retos y perspectivas Las preguntas finales que fueron planteadas a los entrevistados que colaboraron con la realización de este estudio tuvieron que ver con la identificación de los retos y perspectivas de la prensa hondureña. Al respecto cada uno de los grupos de entrevistados destacó unos u otros tópicos relativos al ejercicio informativo que ponen de manifiesto un panorama diverso, pero destaca la convergencia de todos en el punto que se refiere a la demanda ética planteada por la sociedad al periodismo nacional.

Entre las limitaciones generales de la prensa señaladas por los directores de medios escritos destaca lo señalado por Manuel Gamero director de diario Tiempo quien indica que una de las principales es la tendencia a la autocensura, la cual se produce a su juicio “por razones de mediatización política, razones de tipo económico y porque en el nivel no solo de gobierno, sino que en el campo de la comunicación existe casi un entente que presiona fuertemente para que se produzca una casi esterilización de los medios de comunicación, en el sentido que no haya protesta, que no haya denuncia, confrontación” (Kennedy, A.: Op. Cit). Adán Elvir, director del diario La Tribuna, señala que una limitante de los diarios nacionales es que no pueden hacer periodismo de investigación, “primero por razones culturales y también por las limitaciones legales que impiden exigir a los funcionarios públicos la exhibición de ciertos documentos”. Por su parte Nelson Fernández director de La Prensa señala que hay dos tareas pendientes de primera importancia desde los propios medios: una es mejorar la remuneración económica de los periodistas y otra combatir la corrupción (Kennedy, A.: Op. Cit). Entre las limitaciones mencionadas por los profesionales de la comunicación se cuentan: la falta de profesionalismo, la vulnerabilidad de la información a los intereses económicos de los diarios, las presiones políticas y la corrupción.

Vilma Gloria Rosales hace ver que la falta de capacidades profesionales que se observa en los periódicos nacionales no es un problema de los individuos solamente, ni solamente de la formación universitaria sino sistémico: “Un periodista puede llegar a los medios con muchos ideales y ocurre que el sistema es otro, entonces la persona tiene dos posibilidades, salir del sistema o adaptarse al sistema. Termina ocurriendo que el sistema absorbe, porque la persona tiene que sobrevivir en el medio y la sobrevivencia significa eso, literalmente. Entonces muchos terminan adaptándose, acoplándose, siendo absorbidos” (Kennedy, A.: Op. Cit). Manuel Torres indica que los medios de comunicación cada día son más caros, más costosos, y por lo tanto están sujetos al mercado clásico, a los anunciantes y al poder, y no a la información misma. Además señala que la corrupción está imponiendo en el momento actual la agenda básica de la información, lo que supone una grave limitante en cuanto que conlleva el divorcio entre la ética y la profesionalidad en el ejercicio informativo (Kennedy, A.: Op. Cit).

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Entre los representantes de grupos de sociedad civil entrevistados se señalaron como limitaciones los prejuicios y la escasa apertura de los medios a los sectores populares, lo mismo que la falta de ética de algunos periodistas (Kennedy, A.: Op. Cit).

En lo que respecta a este punto de convergencia de la demanda ética al periodismo, el columnista Juan Ramón Martínez sostiene que “hay una especie de doble ética en los medios de comunicación, una formal, discurso para consumo de los oídos más inocentes y otra ética de la realidad, en la que en la medida que el medio de comunicación es usado por sus dueños para chantajear a la sociedad o al gobierno le está enviando un discreto mensaje a sus reporteros para que hagan otro tanto” (Kennedy, A.: Op. Cit).

Juan Ramón Martínez indica además que los problemas que atraviesan los medios son una expresión de un fenómeno extendido en la vida social, económica y política del país, y que “no se debe creer que el periodismo es una célula cancerosa aislada, porque si ese fuera el problema solo habría que extirparla” (Kennedy, A.: Op. Cit).

Los retos que enfrentan actualmente los medios de comunicación en Honduras se vinculan la mayoría con la superación de las limitaciones antes planteadas, aunque los entrevistados destacaron algunos otros de particular relevancia que se citan a continuación.

El director de diario La Tribuna, Adán Elvir, expresa que el reto principal de los medios de comunicación nacionales “es lograr un acuerdo para hacer algo positivo para el país. Si nosotros con nuestra indiferencia, nuestra apatía, permitimos que la descomposición social se nos vaya de nuestras manos no tendría sentido seguir en esto” (Kennedy, A.: Op. Cit).

Manuel Gamero expresa que los medios escritos en el país tienen una perspectiva difícil en el futuro inmediato por la competencia de la televisión, por lo que el reto que enfrentan actualmente es el mejoramiento de la calidad y un replanteamiento de lo que es la función de los medios de comunicación en el desarrollo económico y social de un país: “Si los dueños de los medios, los que dirigen los medios no están conscientes de eso, definitivamente se vienen días, muy pero muy difíciles para los medios de prensa en el mediano y largo plazo” (Kennedy, A.: Op. Cit).

El grupo de los profesionales de prensa entrevistados señala también la necesidad de vincular los medios de comunicación a los retos de la democratización y del desarrollo del país.

Manuel Torres señala que “se habla mucho de transparencia, auditorias sociales, gobernabilidad, descentralización, equidad de género, pero no se habla de los medios, los que han sido mantenidos como una especie de isla al margen del resto de la dinámica, creo que ese es el principal desafío, esos medios tienen que ser incorporados, tiene que ser un objeto de preocupación general, sumados al esfuerzo por la construcción de un estado de derecho ” (Kennedy, A.: Op. Cit).

Juan Ramón Martínez señala que debe cuestionarse el tipo de relaciones que hay entre la propiedad del medio y la dirección del medio, en el sentido de que los propietarios deben dejar en libertad a los medios de comunicación para cumplir sus funciones públicas. Recomienda la inclusión de un defensor del lector (Ombudsman), que desde el interior del diario y costeado por el diario ejerza con autonomía las funciones de defensor de los ciudadanos (Kennedy, A.: Op. Cit).

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Vilma Gloria Rosales puntualiza que el reto de los medios de comunicación en Honduras sigue siendo el de cumplir con su función de informar y orientar en forma objetiva a la sociedad y de convertirse en garantes de la vigencia del derecho a la información.

La libertad de prensa y expresión es señalada por Gladys Lanza como el gran reto de los medios de comunicación en Honduras actualmente, “porque si no hay libertad de expresión difícilmente se puede mantener informada a la población y difícilmente se puede decir que hay democracia porque no hay espacio para los diferentes pensamientos” (Kennedy, A.: Op. Cit). El poeta Oscar Acosta indica que los periódicos deben buscar no solo ser empresas mercantiles, sino tener unos propósitos más generosos, más hondureños, como afianzar la democracia, darle una dignidad al país en todos sus niveles, interno y externo, analizar las cosas buenas de Honduras y darle su merecida recompensa (Kennedy, A.: Op. Cit).

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4. Análisis cuantitativo de contenido La revisión y análisis de las percepciones, juicios e interpretaciones de conocedores de la prensa nacional permite identificar aspectos centrales de sus condiciones de operación pero al mismo tiempo permite visualizar algunos de los puntos más conflictivos y controversiales. Es notable la coincidencia en el reconocimiento de las condicionantes comerciales de la oferta periodística y de la extensión negativa del sensacionalismo, así como es importante la coincidencia en la demanda ética y de profesionalismo al periodismo, lo mismo que en la denuncia de la corrupción y de la coerción desde el poder político y económico. Son divergentes las opiniones, sin embargo, en lo que se refiere a la apertura de los medios para los distintos actores, como también lo son en lo que se refiere a los temas prioritarios de la agenda de los medios o a las tendencias políticas, ideológicas o de opinión. Incluso podría decirse que en aspectos sobre los que existe consenso hace falta también conocer con más detalle sus características o su extensión como es el caso del sensacionalismo o de los niveles de profesionalismo. Esto autoriza en alguna medida el esfuerzo por ofrecer evidencia que permita apoyar la reflexión y la discusión sobre estos asuntos, que es lo que se hace en este capítulo y en el siguiente. Una de las formas de acotar el espacio especulativo en que se discute con respecto al papel de la prensa en el país, lo ofrece el análisis detallado de su oferta informativa. Para conocer el flujo de informaciones que hace circular la prensa, sus características, los asuntos recurrentes o los protagonistas de las noticias, hace falta identificar, analizar e incluso medir los contenidos y la presencia de los sujetos en esas noticias. El análisis cuantitativo de contenido ofrece un método de estudio que permite aproximarse a estas áreas de interés. El método se basa en la cuantificación y análisis estadístico de unidades semánticas. Es un modelo desarrollado en Norteamérica desde la década de 1940 que ha servido tanto para estudiar los cambios en la política internacional, como los fenómenos de discriminación racial, de discriminación de género, la violencia o las características de las imágenes del terrorismo en los medios de comunicación (Riffe, Daniel; Stephen Lacy; Frederick G. Fico, 1998). Básicamente el modelo procede mediante la definición conceptual y operativa de aquellas unidades de contenido que se pretende rastrear en los medios de comunicación de forma que permitan orientar su posterior identificación y cuantificación. Así puede determinarse, por ejemplo, la frecuencia con que un tema o un actor social han ocupado la atención de la prensa en un tiempo determinado, como se ha hecho en este estudio. A diferencia del método de análisis crítico de contenido que se expondrá y aplicará más adelante, el análisis cuantitativo no procede mediante la interpretación integral de los textos de prensa, sino a través del simple conteo de elementos de contenido manifiestos, los cuales se toman como indicadores de procesos socio comunicativos más complejos. Para los efectos de este estudio, por ejemplo, la mayor o menor frecuencia de aparición de determinados temas o actores sociales, es considerada indicativa de su grado de presencia en la discusión pública que despliegan los medios. Como se verá más adelante este simple ejercicio ofrece datos de importancia para la consideración del papel social de la prensa aunque evidentemente quedan

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por fuera problemas substanciales del contenido de los periódicos que requieren de mayor investigación y análisis. El método de análisis cuantitativo requiere definir un procedimiento analítico y establecer una muestra representativa del asunto a investigar. A continuación se presentan los elementos básicos que orientaron el análisis cuantitativo de prensa realizado dentro del presente estudio, y seguidamente se ofrece un resumen crítico de sus resultados. Objetivos Los objetivos general y específicos del análisis cuantitativo de prensa se presentan en el cuadro siguiente.

Cuadro 4.1 Objetivos del Análisis Cuantitativo de Prensa

Objetivo general Objetivos específicos

Describir la oferta informativa en el marco del debate sobre los asuntos de interés nacional o de agenda pública que despliegan los medios de comunicación escrita

Determinar algunos elementos que distinguen el papel social de la prensa escrita con base en la identificación de características propias de su ejercicio informativo

Investigar en qué medida la dinámica de operación de la prensa escrita está contribuyendo al fortalecimiento y profundización de la democracia

Dado que el objetivo general del estudio ha sido investigar en qué medida la dinámica de operación de la prensa escrita está contribuyendo al fortalecimiento y profundización de la democracia, con el análisis cuantitativo se buscó describir la oferta informativa en el marco del debate público sobre los asuntos de interés nacional que despliegan estos medios. En este sentido, el ejercicio es comparable a estudios similares sobre fijación de agendas públicas en los medios de comunicación, que se reseñaron antes, cuyo propósito principal es determinar cuáles son los temas de dicha agenda y quiénes son y en qué medida intervienen los distintos actores sociales para fijarla. Dos aclaraciones, sin embargo, son pertinentes: 1) la cuantificación de la presencia de temas y actores en la prensa escrita debe considerarse como un indicador de un proceso más complejo de fijación de las agendas públicas sobre el que no puede dar cuenta por sí sólo el análisis de prensa; y 2) queda excluida del foco de análisis la valoración cualitativa de la presencia de temas y actores en la prensa. Esto supone tener en mente que la sola presencia de temas o actores en la prensa no hace de ellos sujetos y objetos de la agenda pública del país, aunque pueda contribuir a hacerlo, ni permite determinar la importancia relativa de cada uno aunque contribuya también a ello, por cuanto, las relaciones jerárquicas entre los actores tanto como el establecimiento de prioridades de los temas dependen naturalmente no solo de su manifestación en la prensa escrita sino de relaciones de poder y valoraciones sociopolíticas que ocurren y se definen en el conjunto de la dinámica social.

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En consecuencia, las observaciones del análisis cuantitativo sólo pueden considerarse como una aproximación exploratoria a la contribución de la prensa a la conformación de la agenda pública nacional, que no puede ser concluyente en ausencia de estudios sociopolíticos convergentes con respecto al mismo asunto. Un segundo objetivo específico complementa en cierto modo el anterior y tiene que ver con la intención de conocer el papel social de la prensa escrita con base en el análisis de su propio ejercicio informativo. Se considera que la forma particular como la prensa identifica y presenta los hechos bajo la forma de noticias puede revelar perfiles característicos de sus formas de operación y de sus fines institucionales. En este trabajo se consideró de interés conocer algunas de las concepciones que rigen el ejercicio informativo de la prensa en Honduras mediante el análisis del tratamiento que cada uno de los periódicos da a los elementos de agenda pública, así como mediante la consideración de los modos de cobertura noticiosos distintivos de cada uno. La frecuencia y el espacio de aparición de temas y actores que caracterizan a cada uno de los diarios pueden contrastarse entre sí para determinar similitudes o diferencias en las prácticas informativas. Las portadas, por su parte, que constituyen en sí mismas la manifestación de un proceso de jerarquización informativa, pueden permitir establecer comparaciones para determinar los criterios y temas dominantes en su conformación y deducir de ello los elementos centrales de lo que los editores consideran un hecho noticioso de primer interés, que como tal lo proponen a su público. Finalmente, las distintas modalidades de cobertura y de presentación de las noticias, entre las que se consideran las de comunicación, investigación y sensacionalismo, pueden permitir estimar grados de profesionalismo o de rigor informativo. En el Cuadro 4.2 se presentan las áreas de interés del estudio, las preguntas específicas de la investigación que se desprendieron de las mismas y los indicadores que se consideraron para capturar la información mediante el análisis cuantitativo de contenido.

Cuadro 4.2 Áreas de Interés, preguntas de investigación e indicadores del análisis cuantitativo de

prensa

Asuntos de Interés Preguntas de investigación Indicadores¿Cuáles son los temas de interés público que se tratan con mayor frecuencia en la prensa escrita?

¿Cuáles son los actores sociales que intervienen con mayor frecuencia en la comunicación de temas de interés público?

Ejercicio informativo ¿Qué perfiles distinguen a unos diarios de otros en cuanto a los modos de jerarquización y de cobertura de las noticias?

Frecuencia, espacio, portada marcadores de procesos de investigación, comunicación o sensacionalismo

Fijación de Agenda Pública

Frecuencia de aparición

Como puede apreciarse en el Cuadro 4.2, la contribución de la prensa a la fijación de agenda pública se consideró con base en la frecuencia de aparición de temas y actores en los periódicos. Por su parte, para la caracterización del ejercicio informativo de la prensa se recurrió

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a una gama más amplia de indicadores (frecuencia, espacio, aparición en portada, marcadores de procesos de investigación, comunicación o sensacionalismo) con el propósito de hacer más sensible el análisis a las posibles variaciones en el tratamiento informativo de cada uno los periódicos. Definición y operacionalización conceptual Como se ha dicho antes, el análisis cuantitativo de contenido requiere delimitar el espacio conceptual y explicitar las marcas y reglas de identificación de cada uno de los elementos semánticos cuya presencia se pretende medir en los medios de comunicación. Dos son los espacios conceptuales que debieron definirse para esta investigación: 1) el que tiene que ver con Agenda Pública, particularmente en lo que se refiere a temas y actores sociales; y 2) el que tiene que ver con el Ejercicio Informativo característico de los diarios, y especialmente con los modos de cobertura de la noticia que antes se han dejado mencionados: comunicación, investigación y sensacionalismo.

Agenda Pública Por Agenda Pública se entiende los temas o asuntos de interés nacional reconocidos según prioridades (Arrau, A. et al, 1999). Estos temas generalmente aluden a problemas que vive la sociedad o a dilemas que enfrenta para su desarrollo. Como quedó dicho antes, en este estudio se pretende explorar la contribución de la prensa a la fijación de esta agenda mediante el estudio de los temas de las noticias. Para la identificación de los temas en la prensa se definió una matriz conceptual de la que se derivó un listado de descriptores. El Cuadro 4.3 muestra las definiciones de las cuatro categorías y subcategorías temáticas que reconoció el estudio. Las cuatro grandes categorías temáticas que reconoció el estudio fueron Economía, Política, Sociedad y Medioambiente. Dentro de Economía se reconocieron como subtemas las actividades productivas o de negocios y las finanzas públicas. Dentro de Política se reconocieron los distintos procesos que tienen que ver con el ejercicio del poder y la autoridad en la sociedad: el sistema político, el gobierno y la administración pública, el sistema de justicia, la defensa nacional y las relaciones políticas internacionales. Como subtemas de Sociedad se reconocieron las relaciones sociales entre grupos humanos, la seguridad, la educación, la salud y la cultura. Y como Medio Ambiente los biosistemas naturales, los construidos artificialmente por el hombre (asentamientos, centros de producción, etc.), y los procesos de gestión y manejo de ambos. Estas categorías temáticas y sus subtemas debieron ser detalladas a través de un inventario de descriptores que permitió identificarlas con mayor precisión. Se siguió, por lo tanto, un procedimiento comparable al de la elaboración de un Thesaurus o diccionario ideológico, que organiza de forma sistemática un conjunto de unidades léxicas. En cuanto a los conceptos de tema, subtema y descriptores, estos fueron definidos de acuerdo con la lingüística. Teodor Lewandowski define como tema: a) el núcleo o la base semántica de un texto, b) el tópico sobre el que versa un comentario que puede ser un sujeto o una situación y c) el asunto que origina o motiva la coherencia del texto (Levandowski, T. 1982: 342).

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Cuadro 4.3

: Relativo a la riqueza pública,

Matriz conceptual de la clasificación temática Economía Actividad Económica : actividades productivas o de negocios.conjunto de ejercicios y de intereses asociados a : Hacienda, caudales o bienes del Estado. aFinanzas públicas

Sistema Político: Relaciones formalizadas entre el Estado y los ciudadanos del que depende el poder, el mando o autoridad. Incluye el sistema electoral y de partidos y la cultura Política. b

. Gobierno: Régimen de mando o autoridad.a Gobierno y administración públicaAdministración Pública: Acción del gobierno al dictar y aplicar las disposiciones necesarias para el cumplimiento de las leyes y para la conservación y fomento de los intereses públicos a.

: gobierno del Estado; actividad En Honduras comprende los órganos centralizados (poder ejecutivo, presidencia, consejo de Políticaministros y secretarías de Estado), los órganos descentralizados (instituciones autónomas y de los que rigen o aspiran a regir los municipalidades) y todos los procedimientos o actos en que estas instituciones incurran.asuntos públicos a

Sistema de justicia: Conjunto de instrumentos, procedimientos y operadores que tienen como responsabilidad o función aplicar las leyes.

Defensa nacional : Defensa de la integridad territorial y la soberanía de la República, mantenimiento de la paz y el imperio de la constitución. c

Relaciones políticas internacionales : Relaciones entre los estados nacionales.

Relaciones sociales : Modos de interacción social determinados por razones de género, edad, comunidad, intereses económicos, identidad étnica u otras circunstancias sociales.

Seguridad : Condiciones materiales, sociales y culturales que permiten que las personas puedan satisfacer sus necesidades y disfrutar plenamente de sus bienes tangibles e intangibles. Incluye la seguridad alimentaria y la seguridad ciudadana. d

Sociedad : Relativo a relaciones sociales, Educación : Instrucción por medio de la acción docente; desarrollo de las facultades a la educación, la salud, la religión y la intelectuales y morales. avida en comunidad fSalud : Estado en que el ser orgánico ejerce normalmente todas sus funciones; condicionesfísicas del organismo; bien público o particular de cada uno. a

Cultura : Conjunto de realizaciones prácticas e intelectuales que caracterizan el modo de vida de un grupo humano. Incluye los usos y costumbres , la religión, el arte y la literatura, la historia y la tradición.e

: Conjunto interactuante Medio Ambiente Gestión ambiental : Conjunto de acciones normativas, administrativas y operativas, de sistemas naturales, construidos y realizadas para alcanzar un desarrollo sustentable.g socioculturales que se está modificando

Medio ambiente natural : El medio ambiente natural es aquel componente en que los históricamente por la acción humana y elementos se dan naturalmente, sin intervención humana.gque rige y condiciona todas las

posibilidades de vida en la tierra, en Medio ambiente construido : El medio ambiente construido es el que comprende el especial la humana, al ser su hábitat y ambiente modificado por los seres humanos (artificializado) y el medio ambiente social que fuente de recursos g incluye a los seres humanos organizados en sociedad.g

Fuente: Elaboración propia con base en: a Real Academia española. 1992. Diccionario. Madrid. 21 ed. b Cálix, Álvaro. 2001. Aspectos conceptuales para el estudio de los sistemas electorales. Tegucigalpa. FIDE-PNUD. c Honduras. 1982. Constitución de la República. Tegucigalpa. Art. 272. d PNUD. 1998. Informe sobre desarrollo humano. Tegucigalpa. e Leyva, Héctor. 2000. Hacia una dinámica cultural del desarrollo. Tegucigalpa. FIDE-PNUD. f Universidad Complutense de Madrid. 2001. Diccionario Crítico de Ciencias Sociales.

[http://www.ucm.es/info/eurotheo/terminog.htm] g Hajek, Ernst R. 2001. Conceptos de ecología y medioambiente [http://web.interactiva.cl/~ehajek/concept1.htm] Para los efectos de esta investigación, y en concordancia con lo anterior se entiende por tema aquel asunto o materia principal de que trata una noticia y que le da coherencia, y por subtemas aquellos asuntos comprendidos en el tema general.

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Los descriptores, por su parte, son definidos por Lewandowski como representaciones de conceptos individuales o nombres propios que permiten caracterizar algo (Lewandowski, T. 1982: 94). De acuerdo con esto, los descriptores se entienden en esta investigación como conceptos que individualizan una dimensión o un elemento de un tema, de modo que uno o una secuencia de descriptores pueden ser usados para identificarlo. Para ilustrar la integración de la matriz temático conceptual con los descriptores, puede considerarse, el caso de la categoría temática de Economía. Dentro de esta categoría se comprenden los subtemas de Actividad Económica y Finanzas públicas, que cubren entre sí el espacio conceptual que tiene que ver con la generación y administración de la riqueza pública. Ese espacio conceptual, a su vez, es identificado mediante un listado de descriptores organizado también según niveles que son inclusivos los unos de los otros. Así por ejemplo, para el subtema de Actividad Económica, se reconocen los sectores primario, secundario y terciario de la economía y dentro de cada uno las distintas actividades que les son características como se presenta en el siguiente cuadro:

Cuadro 4.4

Fragmento del listado de descriptores para Economía 1 2 3 4 5 6

Economía: Relativo a la riqueza pública, conjunto de ejercicios y de intereses asociados Actividad Económica: actividades productivas o de negocios

AgropecuariaAgricultura

Granos básicosAvicultura

PollosHuevos

TabacoBananosNaranjasPalma AfricanaCaféHortalizas y vegetalesPapayaMangoSandíaMarañónMelónOtros

GanaderíaGanadería PorcinaGanadería Bovina

Carnes

Leche no pasteurizada

Ganado LanarPropiedades agrícolas

AcuaculturaCamarones

Caza y pescaLangostas

Minería y canteras

Sector Primario: Actividades que se realizan directamente sobre la base de los recursos naturales.

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El listado de descriptores se organizó en siete columnas: en la primer columna se situaron las categorías temáticas más generales (temas); en la segunda los subtemas de estas categorías, y en las columnas siguientes los descriptores propiamente dichos. Las columnas se presentan en un orden inclusivo y con distintos niveles cada una. Esto supone que cada tema incluye sus respectivos subtemas y cada subtema incluye los descriptores en las columnas subsiguientes y en los niveles subordinados a su nivel (Economía incluye a Actividad Económica y ésta a Sector Primario; Sector Primario a Agropecuaria y ésta a Agricultura, etc.). El listado así concebido complementa y detalla la matriz conceptual ofreciendo un amplio repertorio de elementos identificadores o descriptores temáticos que guiaron el proceso de lectura y codificación de los periódicos. Cada descriptor fue numerado para su codificación y se elaboraron listados ordenados alfabéticamente para su uso rápido en el proceso de codificación. Un proceso semejante se realizó para identificar los actores sociales, los cuales se definieron primero conceptualmente y se operacionalizaron en una matriz codificada. Con base en una revisión de bibliografía especializada, se consideraron como actores sociales aquellos grupos de personas integradas en organizaciones por compartir intereses comunes con fines corporativos o de incidencia político nacional, que ejercen una presencia social a través de los medios de comunicación o de otros espacios públicos, y que expresan discursivamente estos intereses y fines bajo la forma de propuestas, críticas o informaciones (Touraine, Alain. 1987.; Garretón, Manuel Antonio. 1984). Esta definición tiene aquí un carácter instrumental aunque no se ignoran los vínculos del concepto de actores sociales con concepciones más amplias de la dinámica social. Se tiene en cuenta, especialmente, el aporte que supone con respecto a las limitaciones del concepto de clases sociales basado en la concepción de una mecánica política, social y económica que actúa con independencia de los sujetos y de su voluntad. En su lugar se asume la idea de una dinámica social en la que colectivos de personas interactúan de forma diversa de acuerdo con valores, propósitos y necesidades que pueden ser específicos o compartidos con otros colectivos. Igualmente, se considera que el concepto de actores sociales pone de relieve la complejidad y multidimensionalidad de la dinámica política y social, y que reconoce el papel del Estado como espacio de intermediación (Touraine, A. 3-6). Cuando se habla de actores sociales, sin embargo, no se habla de sujetos individuales, sino de sujetos colectivos relevantes. Se trata de sujetos portadores de una acción colectiva que apelan en su discurso o en su comportamiento a principios de estructuración, conservación o cambio de la sociedad. En este sentido son actores los individuos organizados, que además se proyectan o buscan influir en la dinámica socio política. Esta acción colectiva puede darse desde el espacio corporativo, centrado en los intereses de un gremio o de un determinado grupo social, o puede darse desde el espacio político, es decir, en el campo de las decisiones globales o de la acción estatal (Garretón, M.A.: 6-9). Así definidos los actores sociales, pueden reconocerse sus distintos tipos en la sociedad y distinguirse de los sujetos individuales como se hace en el Cuadro 4.5.

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Cuadro 4.5

Político Institucionales: aparato estatal y partidos políticos

Sociedad Civil: organizaciones no gubernamentales, organizaciones laborales, organizaciones de auxilio mutuo, organizaciones de la empresa privada, organizaciones de derechos humanos y medioambiente, organizaciones comunales e iglesias

Actores internacionales: gobiernos extranjeros, organizaciones de estados nacionales, organizaciones de cooperación internacional, organizaciones de crédito internacional

Medios de comunicación: dueños de medios, consejo editorial, columnistas y redactores y reporteros, y anunciantes.

Ciudadanos y empresas particulares: vecinos de una comunidad, testigos de un hecho o afectados por él, dueños o representantes de establecimientos comerciales, empresas privadas particulares, estudiantes individuales, etc.

Sujetos individuales: personas naturales o jurídicas que actúan a su propio nombre o por iniciativa individual

Actores sociales: grupos de personas integradas en organizaciones por compartir intereses comunes con fines corporativos o de incidencia político nacional, que ejercen una presencia social a través de los medios de comunicación o de otros espacios públicos, y que expresan discursivamente estos intereses y fines bajo la forma de propuestas, críticas o informaciones

Matriz conceptual de la clasificación de Actores Sociales Como puede apreciarse se reconocen tres tipos de actores sociales: a) los político institucionales que incluyen al aparato estatal con todas sus dependencias e instituciones y los partidos políticos; b) los actores de la sociedad civil que incluyen las organizaciones no gubernamentales, las laborales, de auxilio mutuo, de la empresa privada, de derechos humanos y medio ambiente, las organizaciones comunales y las iglesias de las distintas denominaciones; y c) los actores internacionales que incluye a aquellos que tienen injerencias en la dinámica política y social nacional entre los que se cuentan los gobiernos extranjeros, las organizaciones de estados nacionales, las organizaciones de cooperación internacional y las organizaciones de crédito internacional. Estos actores sociales se distinguen de sujetos individuales que también intervienen en el espacio público que crea la prensa: a) en primer lugar se distinguen los dueños de los medios, el consejo editorial, los columnistas y los reporteros, que aunque se encuentran integrados dentro del cuerpo laboral de cada periódico, en rigor sólo pueden considerarse que representan a ese periódico y que actúan a iniciativa del mismo, aunque a veces se asuma de forma muy general que son órganos de expresión de la opinión pública; b) en segundo lugar se reconoce el conjunto que conforman los demás ciudadanos y empresas particulares que eventualmente se expresan a través de los medios, ya sea en su calidad de vecinos de determinada comunidad, o como testigos o afectados de un hecho.

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Esta matriz conceptual fue operacionalizada mediante el inventario y clasificación de los nombres particulares de cada uno de actores sociales. En el cuadro siguiente se muestra el orden clasificatorio del inventario de actores.

Cuadro 4.6 Orden Clasificatorio de Actores Sociales

Político Institucionales De la Sociedad Civil

Aparato Estatal

Organizaciones de Convergencia de la sociedad civil

Poder EjecutivoOrganizaciones laborales

Ministerio Público Asociaciones campesinasPoder legislativo Asociaciones profesionalesTribunal Nacional de Elecciones Sindicatos

Poder JudicialAsociaciones de obreros y campesinos

Administración Pública Centralizada

Organizaciones de auxilio mutuo

Subsector descentrado CooperativasAdmon. Pública DescentralizadaGobiernos Locales

Partidos Políticos

Organizaciones ciudadanas de derechos humanos

Internacionales Organizaciones de MujeresGobiernos extranjeros Organizaciones IndígenasOrganizaciones de Cooperación Internacional

Organizaciones de protección de los derechos del niño

Agencias de cooperación de países donantes

Organizaciones Medioambientales

Agencias multilaterales de cooperación

Organizaciones no gubernamentales de desarrollo

Organizaciones internacionales no gubernamentales de desarrollo Iglesias

Organismos de Crédito Internacional Iglesia EvangélicaOrganización de estados nacionales Iglesia Católica

Otras organizaciones religiosasOrganizaciones comunales

Organizaciones de servicio a la comunidadOrganizaciones vecinalesOrganizaciones estudiantilesOrganizaciones de padres de familia

De los Medios de Comunciación CiudadanosDueños de los medios AhorrantesConsejo Editorial CampesinosColumnistas DeportistasRedactores y reporteros Empleados de empresas no sindicalizadosAnunciantes Etcétera

Actores Sociales

Sujetos individuales

Como se puede apreciar, a las categorías generales de actores sociales formuladas en la matriz conceptual se añadieron subcategorías clasificatorias. Así, por ejemplo, para los actores político

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institucionales del Aparato Estatal se reconocieron las distintas ramas del mismo que permitieron situar sus distintas instituciones. Entre los Actores Internacionales se distinguieron especialmente las representaciones de Gobiernos Extranjeros y las de Organizaciones de Cooperación Internacional, y entre los Actores de la Sociedad Civil se reconocieron las distintas organizaciones laborales, de auxilio mutuo, comunales y de derechos humanos activas en el país. En cuanto a los Sujetos individuales, la clasificación reconoció los tipos de ciudadanos que aparecen más frecuentemente en la prensa. Antes se han definido los actores sociales como aquellos grupos organizados de personas o de instituciones que comparten propósitos o funciones sociales y que ejercen una presencia social a través de los medios de comunicación y de otros espacios públicos. Para los efectos de esta investigación se consideró como indicador del actor social al sujeto de la enunciación o sujeto del discurso a que se refiere el texto noticioso. 4 Dado que muchas noticias se presentan como producto de las declaraciones de una o varias personas, en cuyo caso el periodista asume la figura de transcriptor (reportero o redactor), se considera que son esos sujetos del discurso a quienes se atribuye la información que se divulga los que pueden ser considerados actores sociales, si intervienen en nombre de un grupo social o de una institución a la que representan. En otras palabras, la presencia de los actores sociales se reconoció por la intervención de sus voceros en las páginas de la prensa. No se desconoce que es éste un indicador problemático, por cuanto, los voceros de una información tanto como los actores que representan, pueden a su vez ser instrumentos de otros actores sociales que no intervienen de forma explícita en la prensa y que por consiguiente permanecen desconocidos. Podría ser el caso de informaciones ofrecidas por funcionarios públicos que representan a instituciones del Estado, pero que en realidad responden a directrices o mandatos de los organismos internacionales de crédito; o de reporteros que escriben a solicitud de empresas o instituciones particulares y en su beneficio. En este sentido, el análisis sólo puede ser válido para actores sociales discursivos o manifiestos en la prensa, y excluye cualquier posible identificación con los actores reales sobre los que no es dable establecer su identidad a través del análisis cuantitativo. Ejercicio informativo Como se ha dicho antes, además de explorar la potencial contribución de la prensa a la fijación de la agenda pública, se buscó establecer algunos perfiles característicos del modo como los medios practican el periodismo. Las tres modalidades de cobertura noticiosa analizadas en el estudio se definieron tomando en consideración las técnicas o recursos utilizados para recabar y presentar la información.

4 Un sujeto de la enunciación o del discurso es en primera instancia una figura gramatical,

independientemente de su referencia a seres u objetos reales. En una noticia el sujeto que se expresa puede que no lo haya hecho, lo cual cae fuera del alcance del análisis. El sujeto es una palabra o conjunto de palabras en nominativo que determinan gramaticalmente al predicado en una frase (Lewandowski, T.: 338).

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Cuadro 4.7 Matriz Conceptual de la clasificación del Ejercicio Informativo

Tipos Indicadores

Comunicación: Transmisión de información por medio de un código b

Frecuencia y espacio de noticias en las que la prensa sirve de canal de información

Investigación: Empleo de los medios necesarios para aclarar o descubrir algo b

Frecuencia y espacio de noticias que incluyen consultas bibliográficas o con especialistas del tema

Cobertura de la noticia: Conjunto de medios técnicos y humanos que hacen posible una información a

Sensacionalismo: Tendencia a producir sensación, emoción o impresión con noticias o sucesos a

Frecuencia y espacio de noticias destacadas que aluden a desastres, caos, anarquía o degradación moral; uso de fotografías que pueden asociarse con estos sentidos; uso de palabras vulgares, entrecomillados, o signos de admiración en titulares.

a Real Academia española. 1992. Diccionario. Madrid. 21 ed. b S y M (Editores) 1999. Clave. Diccionario de Uso del español. Madrid. Edición.

En los procesos de cobertura de la noticia se pueden reconocer grados de profesionalismo según la prensa se limite a comunicar una determinada información o si además de esto busca aclarar o explicar el hecho comunicado mediante un proceso investigativo. Puede considerarse que este segundo modo de cubrir la noticia es más profesional, en el sentido de que se emplean capacidades que se consideran propias de la profesión y se emplean esfuerzos suplementarios para lograrlo. En cambio, se considera menos profesional recurrir a la exageración de la noticia o manipular su presentación con el propósito de crear una importancia artificial en torno a ella. Aunque por sus características estas formas de cobertura parecen distinguirse con claridad, no ocurre así, sin embargo, en la práctica. Muchas noticias recurren tanto a la manipulación retórica como al esfuerzo explicativo. De ahí que resulta preciso restringir el espacio conceptual muy general que se le reconoce convencionalmente a la investigación y al sensacionalismo. Para el primer tipo de cobertura se estableció como indicador las consultas a expertos o referencias bibliográficas explícitas; para el segundo tipo se estableció como indicador el recurso al pánico moral; y para todas las demás, la ausencia de una u otra marca. Dentro de la variedad de técnicas a que puede recurrir el periodismo investigativo, las consultas a autoridades en la materia de que tratan las noticias pueden considerarse indicativas de un esfuerzo informativo suplementario y tienen la ventaja de que exigen ser registradas de forma explícita en el texto. Por su parte, las noticias sensacionalistas, como se ha dicho antes, comprenden especialmente aquellas que incitan de forma infundada a tomar determinados hechos como pruebas de la destrucción o degradación de la sociedad y se valen para ello de recursos retóricos visuales o discursivos dirigidos a tocar la sensibilidad y llamar la atención del lector. Evidentemente, además del sensacionalismo y la investigación, el periodismo reconoce muchas otras formas de cobertura que no se consideraron en el estudio. Para ellas se reservó el calificativo indiferenciado de comunicación, en el sentido de comunicación no marcada ni por el sensacionalismo ni por la investigación, aunque toda noticia sea por su propia naturaleza comunicativa.

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Muestra Se seleccionaron para el análisis los cuatro diarios nacionales: La Prensa, La Tribuna, El Heraldo y Tiempo, y se definió como el bloque informativo de interés las portadas, la sección de noticias nacionales y las páginas de opinión. Las demás secciones (la información internacional, deportiva, comercial, vida social, etc.) se excluyeron de la muestra. Se considera que en las secciones seleccionadas se concentran las noticias que cada uno de los periódicos considera más relevantes cada día, sobre los distintos temas de economía, política, sociedad y medioambiente, y que en dichas páginas también se registran las intervenciones más relevantes de los actores sociales que figuran en la vida del país. Para el diseño de la muestra se consideraron las orientaciones generales que siguen las investigaciones recientes de análisis cuantitativo de contenido de medios y que son reseñadas en el texto: Riffe, Daniel et al (1998) Analyzing Media Messages. Using Quantitative Content Analysis in Research, New Jersey, Lawrence Erlbaum Associates, Publishers. La experiencia en este tipo de investigaciones ha llevado a considerar en el diseño de la muestra las características particulares de la prensa escrita, que se ve influida por su aparición diaria, por ciclos semanales y anuales. Pruebas hechas para distintas investigaciones de contenido de prensa han establecido los procedimientos de muestreo y consecuentemente las cantidades de ejemplares que deben ser analizadas para obtener óptimos resultados. Se ha encontrado que las pruebas al azar que consideran la periodicidad de la prensa son las más adecuadas y se han establecido cantidades mínimas de ejemplares a analizar considerando el límite a partir del cual mayores cantidades de ejemplares analizados no conducen a diferencias significativas en las conclusiones. Con base en estas orientaciones, se definió una muestra estratificada al azar con las siguientes características: Período de estudio: 1996 a 2000 (5 años) Unidad de análisis: cuatro periódicos de circulación nacional de lunes a sábado Universo: 6340 periódicos en cinco años Procedimiento de muestreo: dos semanas construidas por año seleccionando al azar 2 lunes, 2

martes, 2 miércoles, etc. (12 ejemplares por año por 4 títulos por 5 años = 240 periódicos analizados)

Fechas: La serie de fechas escogida al azar fue la misma para los cuatro

periódicos

Cuadro 4.8 Fechas seleccionadas para el Análisis Cuantitativo de Contenido

LUNES 15-Abr 22-Jul 13-Ene 10-Mar 13-Abr 16-Nov 22-Mar 27-Sep 11-Sep 09-OctMARTES 02-Ene 16-Jul 01-Abr 07-Oct 20-Ene 25-Ago 27-Abr 30-Nov 30-May 24-OctMIÉRCOLES 03-Abr 22-May 26-Mar 28-May 08-Abr 29-Jul 16-Jun 20-Oct 01-Mar 15-NovJUEVES 22-Ago 12-Dic 07-Ago 10-Jul 18-Jun 23-Jul 11-Mar 01-Abr 03-Ago 26-OctVIERNES 24-May 27-Sep 31-Ene 22-Ago 23-Ene 30-Oct 30-Abr 03-Dic 07-Abr 12-MaySÁBADO 16-Mar 10-Ago 23-Ago 11-Oct 18-Abr 01-Ago 06-Feb 06-Nov 26-Feb 30-Dic

20001996 1997 1998 1999

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Confiabilidad

Al inicio y al final de la investigación se realizaron pruebas de confiabilidad del proceso de análisis y codificación de los periódicos. La confiabilidad de los datos en las investigaciones cuantitativas de contenido depende del grado de acuerdo con el que el equipo de codificadores identifica las noticias en el proceso de lectura con referencia a las matrices conceptuales y de descriptores definidas previamente. Puesto que una misma noticia puede ser leída o interpretada de distintas formas por distintos lectores, en estas investigaciones se busca reducir el margen de discrepancia, que en condiciones no controladas suele ser muy alto, mediante la elaboración y validación de los instrumentos de análisis, y mediante procesos de capacitación de los miembros del equipo. En el siguiente Cuadro se muestran los resultados de la prueba final de acuerdo entre las tres codificadoras que trabajaron en esta investigación cuyos nombres son Linda María Cortés, Lara Alegría y Lourdes Raudales.

Cuadro 4.9

Codificadoras Temas Cobertura Actor SocialLinda y Lara 59% 68% 79%Linda y Lourdes 76% 72% 64%Lara y Lourdes 66% 85% 76%Promedio 67% 75% 73%

Grado de acuerdo simple entre codificadorasen porcentajes

Estas pruebas muestran un grado de acuerdo promedio de 72% que puede considerarse aceptable, si se toma en cuenta que un acuerdo del 80% es el estándar en investigaciones de este tipo (Riffe, Daniel et al 1998). Puede apreciarse igualmente que el grado de acuerdo es mayor en lo que se refiere a la identificación de los distintos tipos de Cobertura y de Actores sociales, y ligeramente menor en lo que se refiere a la identificación de los Temas. Estas diferencias pueden explicarse por las diferencias en el grado de complejidad que requirió el análisis de cada una de las variables y por el grado de precisión de los instrumentos utilizados. Contribución de la prensa a la fijación de la Agenda Pública A continuación se presentan los resultados del análisis cuantitativo de contenido orientado a la determinación de la contribución de la prensa a la fijación de la Agenda Pública. En el apartado se presentan los resultados del análisis de frecuencia de aparición de temas y actores sociales en la muestra y los índices correspondientes.

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Frecuencia de temas y actores en la prensa El Gráfico 4.1 ofrece un resumen de todos los registros de noticias realizados durante la investigación, agrupados por los temas más generales que se consideraron en el análisis.

Gráfico 4.1

Frecuencia de registros por tema general, 1996-2000

0

200

400

600

800

1,000

1,200

1,400

1,600

1996 1997 1998 1999 2000

Sociedad Política Economía

Para cada año se realizó un promedio de 3356 registros que se distribuyeron en un 37.7% de temas de sociedad, un 37.5% de temas de política y un 24.7% de temas de economía. Su evolución a través del tiempo muestra trazados irregulares en política y sociedad y un trazado más consistente pero en descenso en economía. El Gráfico 4.1 apunta hacia la consideración de significativas variaciones en la presencia de los distintos temas lo que podría asociarse a variaciones en el interés y la cobertura que suscitaron en su momento cada conjunto de temas. Por su parte la consistencia de la línea de temas de economía demuestra su menor vulnerabilidad a las irregularidades que afectan a las otras dos, aunque su descenso relativo podría suponer una perdida progresiva de interés. A favor de la idea de que las líneas se corresponden en buena medida con las curvas de interés de la cobertura de prensa puede observarse lo siguiente: 1) los temas políticos ascienden en el gráfico en 1997 que fue año electoral y descienden durante 1998 que fue el primer año de gobierno de la administración Flores y del impacto del huracán Mitch. En cambio, ese mismo año de 1998 ascienden las noticias de temas sociales para ser nuevamente relevadas por los temas políticos el año 1999 que coincidió con las campañas internas de los partidos políticos y la disputa en torno al caso del entonces precandidato Ricardo Maduro. El análisis más detallado de las frecuencias al interior de cada una de las agrupaciones o categorías de temas permite desarrollar más elementos de juicio. En el gráfico siguiente se presenta la contribución porcentual de los distintos subtemas en el total de registros de Política para los distintos años considerados.

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Gráfico 4.2

Distribución de frecuencia de subtemas de Política 1996-2000

0%10%20%30%40%50%60%70%80%90%

100%

1996 1997 1998 1999 2000

Sistema políticoGobierno y administración públicaRelaciones políticas internacionalesSistema de justiciaDefensa nacionalOtros

Puede apreciarse en el gráfico que es el subtema Sistema Político (que incluye el sistema electoral, los partidos políticos y la cultura política), junto con el subtema Gobierno y Administración Pública (que incluye representatividad, eficiencia, probidad y administración de recursos públicos) los que contribuyen con mayores porcentajes a la conformación del total de registros de Política. En 1996 la contribución de los registros de Sistema Político fue del 30% mientras que la de los de Gobierno y Administración Pública fue del 24%; en 1997 esa contribución aumentó a un 32 y un 34 por ciento respectivamente; en cambio disminuyó considerablemente en 1998 a un 15 y un por ciento respectivamente. Esto muestra, como se señalaba antes, que las variaciones en los registros de Política aumentan en los años de elecciones internas de los partidos o de elecciones nacionales, y descienden en el primer año de gobierno de una administración. La misma tendencia se observa en el aumento de estos registros en el año 2000 que volvió a ser de elecciones internas. La contribución al total de registros del subtema de Relaciones Políticas Internacionales, como puede apreciarse, es la que más crece entre todas las demás al pasar del 10% en 1997 al 22% en 1998, esto influido sin duda por la atención despertada por la cooperación internacional como consecuencia del huracán Mitch. Por su parte las contribuciones de los subtemas de Sistema de Justicia, de Defensa y Otros resultan más estables que las de las demás, aunque se evidencian aumentos considerables en 1998 sin otra razón aparente que el efecto compensatorio creado por la disminución de los registros de Sistema Político en ese año. El análisis de este gráfico coincide en parte con la percepción extendida de que la prensa se encuentra dominada por la política electoral y partidaria, en detrimento de los demás temas de interés social. Los cambios drásticos de los registros de Sistema Político de un año a otro, ponen de manifiesto que el interés de la prensa en estos temas constituye un fenómeno de

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opinión pública muy sensible a las valoraciones contingentes, lo mismo que constatan el carácter de tribuna política que históricamente ha distinguido a la prensa escrita en el país. Por otra parte, el análisis muestra que los registros de Gobierno y Administración Pública no son menos importantes que los de Sistema Político, y que en comparación con ellos sus curvas son más estables. Esto apunta hacia un interés más constante hacia lo que puede considerarse una atención permanente de los temas que tienen que ver con el ejercicio de la autoridad central y la gestión de los recursos públicos por parte de las distintas administraciones del Estado. Es importante destacar que en buena medida estos datos van en contra de la idea de que la prensa se encuentra plegada plenamente al poder político. Si se analiza con mayor detalle la distribución de los registros temáticos sobre Gobierno y Administración Pública, se encuentra que efectivamente un 52% de los descriptores en promedio durante el período de tiempo estudiado tienen que ver con noticias que monitorean la calidad de la gestión pública.

Gráfico 4.3

Distribución de frecuencia promedio de descriptores de Gobierno y Administración Pública, 1996-2000

Corrupción24%

Ineficiencia10%

Abuso de autoridad7%

Malversación de fondos

6%

Inmunidad3%

Impunidad2%

Otros48%

Como puede apreciarse en el Gráfico 4.3 mientras un 48% de los descriptores de esta categoría temática apuntan hacia asuntos generales de Gobierno y Administración Pública, como la ejecución de políticas, programas y proyectos por parte de las distintas instituciones del Estado, el restante 52% apunta hacia asuntos que tienen que ver con corrupción (24%), ineficiencia (10%), abuso de autoridad (7%), malversación de fondos (6%), inmunidad de los funcionarios públicos (3%), e impunidad de esos mismos funcionarios (2%). De modo que, en el contexto de la sociedad nacional esta atención vigilante puesta sobre la administración del Estado podría suponer una de las contribuciones más significativas de la prensa a la difusión de prácticas de rendición de cuentas y consecuentemente a la consolidación de la democracia. Son necesarias más investigaciones, sin embargo, para determinar si este encuentro entre unos temas que despiertan el interés general y al mismo tiempo son de importancia para el avance democrático, no están produciendo también efectos secundarios negativos en la vida social al difundir formas de la desconfianza que contrarrestan los esfuerzos puestos en la consolidación

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del Estado. Hace falta especialmente determinar si el seguimiento de la corrupción, por ejemplo, es llevado a cabo con la debida prestancia y si la prensa efectivamente está contribuyendo a combatir dicho fenómeno o si se limita a la finalidad primordial de ganar lectores. El análisis de los subtemas de Sociedad muestra también datos que deben ser interpretados con cautela. Comparados con los registros de Política, los de Sociedad presentan unas curvas de evolución mucho más estables como puede apreciarse en el Gráfico 4.4.

Gráfico 4.4

Distribución de frecuencia de subtemas de Sociedad, 1996-2000

0%

20%

40%

60%

80%

100%

1996 1997 1998 1999 2000SeguridadRelaciones sociales SaludCulturaEducaciónOtros

En este caso es el subtema de Seguridad el que más contribuye al total de registros de Sociedad con un 42% como promedio en el período; Relaciones Sociales, (que incluye descriptores de género, edad, comunidad etnias, migraciones y otras) contribuye con un 17%; Salud con 14%, Cultura con 13%, Educación con 10%; y los restantes subtemas reconocidos como Otros contribuyen con 4%. Es importante tomar en cuenta en este punto que las mayores cantidades de registros de Seguridad, entre los que se incluyen todas las formas de delincuencia y criminalidad, accidentes y contingencias fatales, etc., representan el núcleo de lo que la prensa reconoce como la “nota roja”; esto es, hechos sociales que por sus características propias se prestan al sensacionalismo. La pregunta que surge tiene que ver con el hecho de si existe correspondencia entre la importancia que le otorga la prensa a estos temas y la situación social real vivida en la sociedad. Si se consideran las encuestas de opinión pública puede encontrarse desde 1996 que la seguridad ciudadana es uno de los principales problemas sociales que la ciudadanía reconoce que enfrenta el país. No obstante, no puede saberse cuánto de esa opinión se debe a la influencia de los propios medios de comunicación. Por otra parte, si se consideran las cifras de criminalidad, puede observarse que en efecto han aumentado en los últimos años en el país. La

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tasa nacional de homicidios intencionales por 100 mil habitantes, que es el indicador estándar para estimar el comportamiento de la delincuencia y criminalidad, ha aumentado en un 23% en Honduras al pasar de 35.44 a 46.31 entre 1996 y 2000 (Leyva, Héctor. 2001. Delincuencia y criminalidad en las estadísticas de Honduras 1996-2000. Tegucigalpa. FIDE-PNUD). Cabe dentro de lo posible, entonces, que la situación actual de un difundido sentimiento de inseguridad responda a un círculo vicioso en el que mayores niveles de delincuencia generen mayor atención sensacionalista de la prensa y esto a su vez percepciones de mayor inseguridad en las personas. Como se verá más adelante, los indicadores investigados en este estudio apuntan hacia la existencia permanente en los diarios de técnicas sensacionalitas. De los tres temas considerados, los de Economía (Gráfico 4.5) muestran que sus curvas han sido las más estables, más incluso que las de Sociedad y mucho más que las curvas de bruscas variaciones de Política.

Gráfico 4.5

Distribución de frecuencia de subtemas de Economía, 1996-2000

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

1996 1997 1998 1999 2000Sector TerciarioFinanzas PúblicasSector PrimarioEmpleo y SalariosSector SecundarioMedioambienteDesarrolloOtros

Como puede apreciarse la mayor contribución de registros a los temas de Economía la aportan las noticias del Sector Terciario con un 39% de promedio e incluye aspectos relativos al comercio nacional e internacional, la banca, el turismo, el transporte, los combustibles y otros. Los registros del subtema de Finanzas Públicas contribuyen con un 13% como promedio e incluyen referencias a las cuentas nacionales, y al financiamiento interno y externo del gobierno; le siguen los registros sobre Empleo y Salarios con un 11% como promedio, los del Sector Primario de la economía (agropecuaria, minería y canteras) con un 10% como promedio; los del Sector Secundario (industria y agroindustria) con un 8%; los de Medioambiente y Desarrollo con un 8% y un 4% respectivamente; y finalmente la clasificación miscelánea de Otros que incluye registros diversos con un 7% como promedio en el período estudiado.

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Puede observarse que es el Sector más moderno de la economía y el que contribuye más a la formación del Producto Interno Bruto del país, el que cuenta con los registros más numerosos de este conjunto de subtemas. Como se sabe el Sector Terciario ha contribuido en las dos últimas décadas con más del 50% como promedio al PIB, mientras los Sectores Primario y Secundario lo han hecho con entre un 20% y un 30% como promedio en el mismo período (Ramos, Miguel. 2000. El nuevo modelo económico de Honduras. Tegucigalpa. FIDE-PNUD). En este caso la atención puesta por la prensa en el Sector Terciario muestra corresponderse con su protagonismo en la economía de acuerdo con los datos de este sector. Más discutible es el caso de Finanzas Públicas (que incluye especialmente Deuda Externa) que refleja una relativamente mayor atención por parte de la prensa que la que se concede a los demás sectores de la economía, aunque las opiniones con respecto a su relevancia son muy divergentes entre los sectores del gobierno, la banca y la empresa privada o la sociedad civil. Mientras para la administración pública este es un tema de primera prioridad por cuanto el propio desempeño gubernamental depende de los acuerdos con los organismos internacionales de crédito, para la sociedad civil lo es por cuanto supone desviar recursos que podrían ser invertidos en el desarrollo. En cambio, para el sector privado es más importante el aumento de la inversión y la productividad que a su juicio es la clave para resolver los problemas económicos del país. Sin la intención de tratar de resolver esta interrogante pero con el propósito de hacer ver que probablemente se encuentra sobrevaluado el tema de la deuda externa en la prensa nacional, puede citarse el Informe sobre desarrollo humano del PNUD del 2000, que considera ambos aspectos, el escaso crecimiento productivo y la deuda externa como dos problemas centrales para el desarrollo del país. Así, por un lado afirma que “la economía no crece a las tasas necesarias para erradicar la pobreza o mejorar sustancialmente el nivel de vida de los hondureños”; y por otro añade: ”El servicio de la deuda absorbe 39 por ciento de los ingresos tributarios del gobierno, lo que es un gran escollo para que éste pueda realizar mayores inversiones para fortalecer las capacidades de la gente.” PNUD, 2000: 53 y 64). Si como señala el PNUD ambos problemas son importantes, lo óptimo sería esperar un tratamiento más equitativo en la prensa como no ocurre. Esto podría suponer que el tema de la inversión y la necesidad de estimular el crecimiento de la economía se encuentra invisibilizado en alguna medida y que requiere ser construido como hecho de interés y como noticia tanto por la prensa como por los actores sociales más conscientes del asunto. Un fenómeno incluso más notable de invisibilización en la prensa lo constituyen los asuntos medio ambientales que sólo representan un 8% del total de registros de Economía. Dada la relevancia de los temas ecológicos en las corrientes de pensamiento actuales, en este estudio se planteó originalmente una categoría temática independiente para estos y de igual relevancia que las categorías temáticas de Política, Sociedad y Economía como se puede apreciar en la Matriz Conceptual presentada antes. No obstante, a la vista de los escasos registros temáticos de Medioambiente se optó por situarlos dentro de los de la categoría de Economía como se aprecia en el Gráfico 4.5. Esta reubicación de los registros de Medioambiente en los de Economía, aunque altera nuestro marco conceptual, favorece la apreciación del fenómeno de invisibilización que afecta a estos temas. Como es sabido, los problemas medioambientales afectan a la sociedad en su conjunto y no solamente a su dinámica económica. No obstante, son los esfuerzos puestos en aumentar

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la productividad y satisfacer las necesidades de la sociedad (Economía), los principales agentes de la transformación y la degradación del medioambiente natural y del medioambiente humano o construido (asentamientos, centros de producción, etc). De modo que si una determinada visión de desarrollo ignora sus impactos medioambientales compromete su sostenibilidad en el mediano o largo plazo. Y esto es lo que parece proyectar la prensa y que se ve reflejado en la Gráfica 4.5, en la medida en que comparados con los registros de economía, los de medioambiente son prácticamente insignificantes. En cuanto a la frecuencia de aparición de actores sociales y sujetos individuales, el Gráfico 4.6 muestra la evolución en las cantidades de registros por año para cada uno de los tipos considerados entre 1996 y 2000.

Gráfico 4.6 Frecuencia de registros de actores sociales y sujetos individuales,

1996-2000

0

200

400

600

800

1000

1200

1996 1997 1998 1999 2000

Político Institucionales Medios de Comunicación Sociedad CivilInternacionales Ciudadanos

Para cada año se realizó un promedio de 2345 registros de intervenciones de actores sociales y sujetos individuales, que se distribuyó en un 45% de actores político institucionales, un 30% de sujetos individuales de los medios de comunicación (redactores, reporteros, columnistas, etc.), un 11% de actores de la sociedad civil, un 9% de intervenciones de ciudadanos, y un 6% de actores internacionales. Su evolución a través del tiempo muestra trazados relativamente regulares, de forma que aunque se dan fluctuaciones, se mantiene el mismo orden en los niveles de registro para los cinco años. El Gráfico 4.6 apunta principalmente a reconocer el fuerte predominio en la prensa de las intervenciones de los actores político institucionales, entre los que se incluyen los titulares o portavoces de las distintas oficinas de gobierno y de los partidos políticos, con respecto a la limitada participación de los actores de la sociedad civil, los actores internacionales y los ciudadanos que en conjunto alcanzan sólo el 26% de intervenciones como promedio. Debe observarse que los registros de intervenciones de los sujetos individuales de los medios de comunicación, se refieren a aquellas noticias en las que no se identificó una persona o un actor social que fuera fuente de la información y protagonista de la noticia, y en consecuencia se atribuyó la responsabilidad completa de la misma a los reporteros (se sobrentendió en los

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

demás casos la participación del personal del periódico en la elaboración de los textos). Esto supone que sólo la propia prensa, como institución social y como empresas comerciales, rivalizan con las fuentes gubernamentales en la difusión de información con un 30% de registros de intervenciones por cuenta propia. Si bien antes se ha visto que son muy importantes en la prensa los temas de monitoreo y vigilancia de la calidad del gobierno, los datos del Gráfico 4.6 podrían respaldar la idea antes considerada de que la prensa es un instrumento de expresión del poder político. Podría discutirse que puesto que los temas de gobierno son todos de interés público, resulta natural que los titulares y portavoces del poder político dominen la plataforma de discusión que ofrece la prensa. No obstante, el que existan diferencias tan importantes pone de manifiesto que los demás actores sociales apenas intervienen o es marginal su participación en el debate público que ocurre en la prensa. No pueden conocerse a ciencia cierta de momento las causas de esta marginación, pero no parece que deba considerarse tan sólo que sea producto de la coerción gubernamental, como ha sido señalado antes por algunos profesionales de la comunicación y ciertas organizaciones de la sociedad civil. Por el contrario, es posible que este fenómeno responda en buena medida a una de las deficiencias mejor conocidas de las sociedades en transición a la democracia que se halla en el insuficiente desarrollo en estas sociedades de fuentes alternativas de información frente a las tendencias monopolizadoras de la misma por parte del gobierno. Robert Dahl ha señalado la necesidad ineludible de las sociedades con democracias jóvenes de impulsar y fortalecer espacios independientes de generación y discusión de información sobre los asuntos públicos, en la medida en que de la adecuada y libre comprensión de los mismos depende la participación efectiva y las posibilidades reales de los ciudadanos de influir en la agenda. En las condiciones actuales, señala Dahl, en que ha aumentado la escala de las sociedades y se ha incrementado la complejidad de la economía y la política, se han visto limitadas las posibilidades de que las personas por sí solas comprendan en cada momento y frente a cada problema cual alternativa, estrategia o política conduce al bien social. Cuando las variables que intervienen en un determinado fenómeno social se multiplican, las capacidades para interpretarlo requieren de un mayor nivel de experticia, de modo que sólo ciertos individuos o grupos en la sociedad son los que por su formación y especialización podrían en principio hacerlo. Pero si estos grupos o núcleos de generación de pensamiento y de opinión faltan, o se coartan sus funciones en una sociedad, entonces se limita el desarrollo del proceso democrático en su conjunto (Dahl, R. 1992). Dahl habla de la necesidad de grupos o asociaciones independientes que cumplan la función de ilustrar a los ciudadanos frente al predominio de una sola fuente de información:

Al igual que la libertad de expresión, la disponibilidad de fuentes de información alternativas e independientes es exigible por algunos de los criterios democráticos básicos. Tomemos la necesidad de comprensión ilustrada: ¿cómo es posible que los ciudadanos adquieran la información que precisan para comprender los diferentes asuntos si el gobierno controla todas las fuentes de información; o, lo que es lo mismo, si un único grupo goza de un monopolio informativo? Los ciudadanos deben pues tener acceso a fuentes de información alternativas que no estén bajo el control del gobierno o dominadas por cualquier otro grupo o concepción política específica.

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O si consideramos los requisitos de la participación efectiva y la posibilidad de influir en la agenda: ¿cómo podrían los ciudadanos participar efectivamente en la vida política si toda la información que pueden obtener proviene de una única fuente, el gobierno, por ejemplo, o para el caso, un partido, facción, o interés único? …Así, contrariamente a lo que ocurre en una ciudad o población pequeña, la gran escala de la democracia en un país hace que las asociaciones políticas sean a la vez necesarias y deseables. Estas asociaciones independientes son una fuente de educación cívica e ilustración. Dotan a los ciudadanos de información, y también de oportunidades para la discusión, la deliberación, y la adquisición de habilidades políticas.” (Dahl, R.: 112-114.)(Dahl, Robert. 1999. La democracia. Una guía para los ciudadanos. Madrid. Taurus).

Sin pretender restar importancia al influjo coercitivo gubernamental, parece pertinente aquí llamar la atención hacia la responsabilidad de los ciudadanos, de las organizaciones de la sociedad civil, de la prensa y del gobierno de fortalecer y desarrollar centros de generación y difusión de información que desde perspectivas independientes sirvan de contrapunto y de complemento a las informaciones gubernamentales. En Honduras esta tarea apenas se ha comenzado y mientras los centros de investigación universitarios han disminuido su actividad, los centros semejantes en las organizaciones de la sociedad civil son débiles y sus contribuciones limitadas con respecto al amplio espectro de la problemática del país. Como se puede comprender, estas condiciones pueden verse reflejadas en la prensa, en la medida en que la falta en la propia sociedad de una competencia informativa frente al monopolio del gobierno limita el desempeño profesional de los periodistas. A continuación se presentan las distribuciones de registros para cada uno de los tipos de actores sociales considerados. En primer lugar se presenta la distribución de frecuencia de las intervenciones de actores político institucionales, tanto del aparato estatal como de los partidos políticos, y seguidamente las de actores de la sociedad civil y de actores internacionales. En el Cuadro 4.10 se presenta la distribución de frecuencia de los registros de actores del aparato estatal según las principales ramas de la administración pública en porcentajes promedio para el período estudiado.

Cuadro 4.10

Ramas de la Administración Pública Porcentaje promedio

Administración Pública Central 85%Administración Pública Descentralizada 12%Subsector Descentrado 3%Total 100%

Distribución de frecuencia de registros de actores del aparato estatal central, 1996-2000

Como puede apreciarse el 85% de los registros de intervenciones de actores estatales provienen de la Administración Pública Central, un 12% de la Administración Pública Descentralizada y un 3% del Sector Descentrado. Conviene, por tanto, considerar en detalle las intervenciones de la Administración Pública Central.

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Instituciones del Estado Porcentaje promedio

10.5%Poder Legislativo 10.3%Poder Judicial 9.6%Poder Ejecutivo 8.5%

8.0%Ministerio público 7.2%

obiernos locales 6.9%Relaciones exteriores 6.1%Defensa nacional 4.6%

ras públicas, transporte y vivienda 3.9% comercio 3.5%

obernación y justicia 3.2%ibunal Nacional de Elecciones 3.1%nanzas 3.1%

2.7%Agricultura y ganadería 1.9%Recursos naturales y ambiente 1.4%Despacho presidencial 1.0%

ondo Hondureño de Inversión Social 0.9%Secretaría Técnica de Cooperación 0.8%

abajo y seguridad social 0.7%1.6%

100%

Distribución de frecuen

Seguridad

Salud

G

ObIndustria yGTrFiEducación

F

TrOtrosTotal

e actores del aparato estatal central, 1996-2000

cia de registros dCuadro 4.11

Como puede apreciarse las intervenciones de actores del aparato central del Estado no se concentran especialmente en ninguna de sus instituciones, aunque éstas son más numerosas para la Secretaría de Seguridad, el Poder Legislativo y el Poder Judicial que en conjunto representan el 30.5% de las intervenciones promedio de este tipo de actores en el período. El Poder Ejecutivo, junto con la Secretaría de Salud, el Ministerio Público y los Gobiernos locales, participan con intervenciones ligeramente menos numerosas cada una que en conjunto representan el 30.6% de las intervenciones promedio de actores estatales para el período. Las Secretarías de Relaciones Exteriores, Defensa Nacional, Obras Públicas Transporte y Vivienda, Industria y Comercio y Gobernación y Justicia participan con aún menores intervenciones que en conjunto representan el 21.2% de las intervenciones promedio de actores estatales para el período. El resto de actores del aparato estatal participa con escasas intervenciones que en conjunto representan el 17.2%. Dos observaciones son relevantes con respecto a los Cuadro 4.10 y 4.11: a) una gran parte del aparato estatal se encuentra invisibilizado en la prensa como consecuencia de sus escasas o nulas intervenciones en la misma en el período de referencia, y b) el orden de los actores del aparato estatal central por cantidad de intervenciones promedio en la prensa para el período de referencia no se corresponde con las jerarquías que les atribuye el Estado o la práctica de gobierno. Con respecto a la primer observación, debe hacerse ver en el Cuadro 4.10, que el 15% que corresponde a los sectores descentrado y descentralizado de la administración pública agrupa

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una gran cantidad de instituciones que incluye los bancos públicos y las universidades nacionales, las instituciones de servicios públicos y asistencia social y otras, que por la importancia de su gestión habría sido de esperar una mayor figuración. El que esto no ocurra llama la atención hacia el déficit de información que prima en la prensa sobre estas instituciones y sobre los asuntos de su competencia. Con respecto a la segunda observación destaca que el primer lugar de intervenciones promedio para el período analizado corresponda a la Secretaría de Seguridad por encima de cualquiera de los tres poderes del Estado. Esto sin duda en relación con la constante y amplia cobertura que como se ha visto antes brinda la prensa a los temas de seguridad ciudadana y demás hechos policiales, lo que pone de manifiesto otra posible consecuencia del sensacionalismo. Igualmente es notable el lugar que ocupa la Secretaría de Finanzas, que en la práctica es la Secretaría con mayor peso sobre las demás, por controlar y vigilar la asignación presupuestaria, cuyo porcentaje promedio de intervenciones en el período de referencia, sin embargo, resulta más bien bajo con respecto a los del conjunto de instituciones del aparato estatal. En cuanto a los actores político institucionales de los partidos políticos, en el Gráfico 4.7 se presenta la distribución de frecuencias de registros de intervenciones de los mismos para el período de estudio.

Gráfico 4.7 Distribución de frecuencia de actores de los partidos políticos, 1996-2000

0%

20%

40%

60%

80%

100%

1996 1997 1998 1999 2000Partido Nacional de HondurasPartido Liberal de HondurasPartido de Innovación y Unidad NacionalPartido de Unificación DemocráticaDemocracia CristianaPueblo Unido Bloque por HondurasPartidos políticos

En el Gráfico se aprecia que las mayores cantidades de registros de intervenciones en la prensa corresponden al Partido Nacional con un promedio de 46.6% para el período y al Partido Liberal con un promedio de 37.2%, los cuales sumados representan el 83.7% del total. Sigue muy de lejos a los dos grandes partidos, el Partido de Innovación y Unidad con un 6% de registros de intervenciones promedio en el período, el Partido de Unificación Democrática con 4.8%, el Partido Demócrata Cristiano con 2.9%, el Partido Pueblo Unido Bloque por Honduras con 0.4%, y las intervenciones conjuntas de los Partidos Políticos con un 2.2%. Pueden apreciarse variaciones en las curvas del Gráfico 4.7 especialmente acentuadas en 1998, cuando se ve descender substancialmente la contribución porcentual de los registros de intervenciones de la mayoría de los Partidos Políticos, excepto del Nacional y del de Innovación y Unidad. De hecho en ese año los registros netos de intervenciones en la prensa de este tipo

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de actores se reducen en conjunto en 53%, aunque su tendencia es a recuperarse entre 1999 y 2000. Resulta paradójico observar en el Gráfico 4.7 que el Partido Nacional presente proporcionalmente mayores intervenciones en la prensa que el Partido Liberal, siendo éste último el partido mayoritario en el país y siendo dos de los cuatro periódicos propiedad de destacados líderes liberales. Es posible que en esto haya influido una mayor atención de los liberales a su principal adversario que a los propios correligionarios, y en los últimos años es posible que haya influido el interés despertado por el muy discutido caso del candidato nacionalista Ricardo Maduro. No obstante, también puede observarse que la participación porcentual de los liberales repunta en el año 2000 al aproximarse los nuevos comicios electorales. En cuanto a los partidos minoritarios es destacable el que sus cuotas de participación en la prensa sean muy semejantes al tamaño de estos partidos -en términos de los votos que han obtenido en los comicios electorales. Si esto es así en parte puede deberse a las cuotas de participación efectiva en la conducción de los asuntos públicos que estos partidos han obtenido en los comicios electorales, y no necesariamente al reflejo de políticas comunicativas de los periódicos. Por otra parte, la proximidad de los partidos en cuanto a los porcentajes de participación en la prensa y sus porcentajes de votos en las elecciones nacionales podría considerarse no necesariamente como un signo de la apertura democrática o ecuanimidad de la prensa, sino más bien, como una limitación, sobre la base de que todos los partidos idealmente deberían participar en igualdad de condiciones en la contienda electoral. Los partidos minoritarios podrían demandar, como de hecho demandan, mayores cuotas de participación en los medios de comunicación, como a ello se hizo referencia antes en este estudio cuando se consideraron las opiniones de representantes de dichos partidos. A continuación se considera la distribución de frecuencias de registros de intervenciones de actores de la sociedad civil en la prensa para el período de estudio como aparece en el Gráfico 4.8.

Gráfico 4.8

Distribución de frecuencia de registros de actores de sociedad civil, 1996-2000

0%10%20%30%40%50%60%70%80%90%

100%

1996 1997 1998 1999 2000Organizaciones laboralesAsociaciones de la empresa privadaIglesiasOrganizaciones ciudadanas de derechos humanosOrganizaciones comunalesOrganizaciones no gubernamentales de desarrolloOrganizaciones de Convergencia de la sociedad civilOrganizaciones de auxilio mutuoOtros

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Como puede apreciarse las mayores cantidades de registros de intervenciones de actores sociales de la sociedad civil en la prensa corresponden a Organizaciones laborales con un promedio de 38.3% para el período y a Asociaciones de la empresa privada con un promedio de 22.4% para el mismo período, lo que representa en conjunto un 60.8% de todos los registros de este tipo. El restante 39.2% de registros promedio de intervenciones de actores de la sociedad civil para el período se distribuye en 13.5% para las Iglesias, 12.5% para Organizaciones ciudadanas de derechos humanos, 6.4% para Organizaciones comunales, 2.8% para Organizaciones no gubernamentales, 1.7% para Organizaciones de convergencia de la sociedad civil, 1.9% para Organizaciones de auxilio mutuo, y 0.4% en otras organizaciones diversas. En consecuencia, es significativo observar en el Gráfico 4.8 la preponderancia en la prensa de los actores generalmente conocidos como tradicionales, las Organizaciones laborales (que incluyen organizaciones sindicales y campesinas, y asociaciones profesionales) y las Asociaciones de la empresa privada (que incluye asociaciones de empresas industriales y agrícolas y de instituciones bancarias). E igualmente significativo es observar el muy relevante protagonismo de las Iglesias y la minoritaria pero creciente figuración de nuevos actores agrupados en Organizaciones ciudadanas de derechos humanos (que incluyen las de promoción de derechos de mujeres, niños, e indígenas y también las organizaciones medioambientalistas), de Organizaciones no gubernamentales y de las Organizaciones comunales (que incluye las de servicio a la comunidad como la Cruz Roja Hondureña y organizaciones vecinales). Es notable también en el Gráfico 4.8 la variación conjunta de los distintos actores en 1998, con un decrecimiento de la contribución de los registros de intervenciones en la prensa de las Organizaciones laborales y las Asociaciones de la empresa privada de 5.7 y 8.7 puntos porcentuales con respecto al promedio del período, y un aumento de la contribución de los registros de intervenciones de las Iglesias, las Organizaciones ciudadanas de derechos humanos y las Organizaciones comunales de 8.4, 7.3 y 1.8 puntos porcentuales respectivamente con respecto al promedio del período. En 1999 puede observarse igualmente que aumenta la contribución de las intervenciones de Organizaciones de Convergencia de la Sociedad Civil (que incluye el Foro Nacional de Convergencia, Foro Ciudadano, Interforos y Bloque Popular), de Organizaciones de auxilio mutuo (Cooperativas, Cajas de Ahorro e Instituciones de previsión social) y las de Organizaciones no gubernamentales en 3.3, 2.5 y 0.3 puntos porcentuales respectivamente con respecto al promedio del período. En 1998 probablemente como consecuencia del desastre provocado por el huracán Mitch la preponderancia de los actores tradicionales de la sociedad civil se ve disminuida y favorece la de los demás. Esto probablemente también asociado con la participación de estas organizaciones en las tareas de auxilio y reconstrucción aunque para el año 2000 los actores tradicionales muestran haber recuperado su protagonismo mientras los registros de intervenciones en la prensa de las Iglesias y las Organizaciones de derechos humanos muestran descender a niveles incluso más bajos que los del año 1998. Por su parte, los registros de intervenciones en la prensa de las Organizaciones de convergencia de la sociedad civil son los que más crecen en el período en su conjunto como también lo hacen las Organizaciones comunales, las Organizaciones no gubernamentales y las Organizaciones de auxilio mutuo aunque sus cantidades netas sean reducidas.

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Al contrario de lo que generalmente se cree, por tanto, los datos muestran que los actores tradicionales no han sido desplazados como interlocutores sociales, al menos del espacio público de la prensa, y que, en cambio, el espacio que ocupan los nuevos actores aunque crece es aún muy reducido. Los datos presentados no permiten conocer las causas de esta reducida aunque creciente participación pero entre ellas debe contarse, como ha quedado dicho antes, una posible tendencia al cierre de los medios ante estos nuevos actores y el escaso desarrollo en sus organizaciones de centros generadores y difusores de información alternativa. Finalmente puede considerarse la distribución de frecuencia de los registros de intervenciones de actores internacionales en la prensa como se presenta en el Gráfico 4.9.

Gráfico 4.9 Distribución de frecuencia de actores internacionales, 1996-2000

0%

20%

40%

60%

80%

100%

1996 1997 1998 1999 2000Gobiernos extranjerosOrganizaciones de Cooperación InternacionalOrganismos de Crédito InternacionalOrganización de estados nacionalesOtros

En el Gráfico 4.9 se aprecia que las mayores intervenciones en la prensa de actores internacionales corresponden a los representantes de gobiernos extranjeros con una contribución de 60.3% como promedio en el período; seguidos por las Organizaciones de cooperación internacional con 20.3%, los Organismos de crédito internacional con 10.6%, las Organizaciones de estados nacionales con 7.4% y Otros con 1.4%. Como en los gráficos anteriores puede apreciarse en éste cambios importantes en 1998, un año en el que debe señalarse que aumentaron en un 80% los registros netos de intervenciones de actores internacionales en la prensa. El mayor aumento se produce en las intervenciones de los Organismos de crédito internacional, aunque este decrece en una proporción semejante en 1999. Desde ese año, sin embargo, parecen consolidarse tendencias de aumento para las Organizaciones de Cooperación Internacional y las Organizaciones de estados nacionales (ONU, OEA, PARLACEN, SIECA, etc.). Puede decirse que el Gráfico 4.9 apunta a considerar la relevancia de las delegaciones de gobiernos extranjeros en el país, las cuales intervienen frecuentemente en la prensa por los distintos motivos que vinculan a Honduras con la comunidad internacional, ya sean estos de cooperación, de relaciones comerciales o de otra naturaleza. E igualmente significativo es

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

reconocer en el Gráfico 4.9 el aumento que se produce de estas participaciones de actores internacionales en la prensa a raíz del desastre del huracán Mitch, que como es sabido atrajo ayuda de distintos gobiernos y organizaciones internacionales.

Índices de cobertura periodística de la agenda pública

En el proceso de lectura y codificación de los periódicos desarrollado durante la investigación se cuantificó la frecuencia de aparición de temas y actores, y el espacio en centímetros cuadrados que se concedía a cada noticia. Eso permitió en la fase de análisis comparar los datos de estas mediciones para los distintos elementos de la agenda pública y aproximarse con mayor precisión a las características del ejercicio informativo de los periódicos nacionales.

La comparación de las series de datos de frecuencia y espacio se realizó a partir de la elaboración de índices de base cien, en los que la cifra máxima indica la mayor frecuencia o el mayor espacio registrado para determinado tema, subtema o actor social en el total de registros del período considerado, y las demás cifras representan la distancia relativa que separa a los demás datos del mismo tipo. Es necesario, en primer lugar, considerar los índices de frecuencia de aparición de temas y actores que permiten ofrecer una visión integrada de los datos presentados hasta aquí, y seguidamente pasar a considerar los índices de espacio.

Cuadro 4.12

Temas generales IndiceSociedad 100Política 99.5Economía 65.5

Subtemas Indice

Seguridad 100Gobierno y administración pública 61.4Sistema político 60.7Sector Terciario 59.7Sistema de justicia 43.7Relaciones sociales (género, edad, comunidad, etni 40.6Relaciones políticas internacionales 40.1Salud 32.1Cultura 31.4Educación 22.4Finanzas Públicas 20.6Defensa nacional 20.1Empleo y Salarios 16.3Sector Primario 15.1Sector Secundario 12.9Medioambiente 12.5Desarrollo 6.6

Indice de frecuencia de temas de agenda pública en la prensa, 1996-2000

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

En el Cuadro 4.12 se presenta el índice de frecuencia para los temas y los subtemas considerados en el análisis. Como puede apreciarse son los registros del tema de Sociedad los que alcanzan la máxima frecuencia, seguidos muy de cerca por los registros de Política y a considerable distancia por los registros de Economía. En cuanto a los subtemas son los registros de Seguridad los que alcanzan la frecuencia máxima, separados por más de 40 puntos porcentuales de los demás. Con respecto a los registros de Seguridad, los de Gobierno y administración pública obtienen una frecuencia de 61.4%, los de Sistema político 60.7%, los del Sector terciario de la economía 59.7% y el resto menos del 50% cada uno. Esto supone que los registros de Seguridad no son sólo mayoritarios dentro de los temas de Sociedad sino dentro del conjunto completo de subtemas considerados. Los registros de los subtemas de Gobierno y administración pública y los de Sistema político siendo importantes en la prensa, presentan una frecuencia que puede calificarse de mucho menor, con respecto a la de los registros de Seguridad, lo que contribuye a apoyar la idea de una preferencia predominante de la prensa por estos últimos.

Cuadro 4.13

Tipos de actores sociales ÍndicePolítico Institucionales 100Sociedad Civil 23.5Internacionales 13.5

Actores sociales ÍndiceAparato Estatal 100Partidos Políticos 17.6Organizaciones laborales 10.6Gobiernos extranjeros 9.6Asociaciones de la empresa privada 6.2Iglesias 3.7Organizaciones ciudadanas de derechos humanos 3.5Organizaciones de Cooperación Internacional 3.2Organizaciones comunales 1.8Organismos de Crédito Internacional 1.7Organización de estados nacionales 1.2Organizaciones no gubernamentales de desarrollo 0.8Organizaciones de auxilio mutuo 0.5Organizaciones de Convergencia de la sociedad civil 0.5

Índice de frecuencia de actores sociales en la prensa hondureña, 1996-2000

En el Cuadro 4.13 se presenta el índice de frecuencia de aparición de actores sociales en la prensa en el período de análisis. De los tres tipos de actores considerados son los registros de los actores Político Institucionales los que presentan la frecuencia máxima en la prensa, seguidos a gran distancia por los registros de los actores de Sociedad Civil (23.5%) y por los Actores Internacionales (13.5%). Cuando se consideran los actores incluidos dentro de cada tipo, se encuentra que son los actores del aparato estatal los que presentan la frecuencia máxima seguidos a gran distancia

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por los actores de los Partidos Políticos (17.6%), las Organizaciones laborales (10.6%), y los demás actores nacionales e internacionales.

Esto reafirma la idea de que existe una predominancia notable de los actores estatales en detrimento de la participación de los demás actores sociales en el espacio informativo de la prensa, lo mismo que respalda la idea de un control informativo estatal de los asuntos públicos. En cuanto a los índices de espacio, el análisis reveló diferencias poco significativas con respecto a los índices de frecuencia. De acuerdo con el mismo procedimiento antes mencionado, se calcularon índices de espacio de base cien, en los que la cifra máxima representa el mayor espacio concedido a un tema, subtema o actor social en el total de registros del período considerado y las demás cifras la distancia relativa de separación con respecto a la primera.

Cuadro 4.14

Temas generales Indice de frecuencia

Indice de espacio

Diferencia Frecuencia

EspacioSociedad 100.0 89.9 -10.1Política 99.5 100.0 0.5Economía 65.5 55.7 -9.9

SubtemasSector Primario 15.1 13.8 -1.4Sector Secundario 12.9 11.5 -1.3Sector Terciario 59.7 52.5 -7.2Empleo y Salarios 16.3 12.2 -4.1Finanzas Públicas 20.6 17.9 -2.7Medioambiente 12.5 12.5 0.0Desarrollo 6.6 8.9 2.3Sistema político 60.7 79.9 19.3Gobierno y administración pública 61.4 56.2 -5.2Relaciones políticas internacionales 40.1 43.4 3.3Sistema de justicia 43.7 38.4 -5.3Defensa nacional 20.1 20.3 0.2Seguridad 100.0 100.0 0.0Salud 32.1 27.4 -4.7Relaciones sociales (género, edad, comunidad, etnias, m 40.6 38.0 -2.6Cultura 31.4 33.0 1.5Educación 22.4 22.6 0.2

Comparación de los índices de frecuencia y espacio de cobertura de temas de agenda pública en la prensa, 1996-2000

En el Cuadro 4.14 se presenta una comparación entre los índices de frecuencia y espacio de cobertura de temas de agenda pública en la prensa para el período de análisis. La diferencia promedio es de -6.5 puntos porcentuales en el caso de los temas generales y de -0.4 puntos porcentuales en el caso de los subtemas, lo que puede considerarse poco significativo. Las diferencias son significativas, sin embargo, en el caso de los subtemas de Sistema Político que alcanzan los 19.3 puntos porcentuales e influyen en las diferencias entre los temas generales. Esto supone que el índice de espacio sitúa el subtema de Sistema Político 19.3 puntos porcentuales por encima de donde lo sitúa el índice de frecuencia. De modo que a diferencia de

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

lo que ocurre con los demás subtemas, en el caso de los subtemas de Política el espacio que se les concede en los periódicos es considerablemente mayor al que en promedio corresponde a los demás. En cuanto a los actores sociales, las diferencias entre los índices de frecuencia y espacio son aún más pequeñas que las observadas en los temas y subtemas. En el Cuadro 4.15 se presentan estas diferencias.

Tipos de actores sociales Índice de frecuencia

Índice de espacio

Diferencia Frecuencia

EspacioPolítico Institucionales 100.0 100.0 0.0Sociedad Civil 23.5 22.6 -0.9Internacionales 13.5 13.8 0.4

Actores socialesAparato Estatal 100.0 100.0 100.0Partidos Políticos 17.6 21.4 3.8Organizaciones laborales 10.6 9.8 -0.8Asociaciones de la empresa privada 6.2 6.2 0.0Organizaciones comunales 1.8 1.9 0.2Iglesias 3.7 4.1 0.4Organizaciones no gubernamentales de desarrollo 0.8 0.9 0.1Organizaciones de Convergencia de la sociedad civil 0.5 0.6 0.1Organizaciones ciudadanas de derechos humanos 3.5 3.2 -0.8Organizaciones de auxilio mutuo 0.5 0.5 0.0Gobiernos extranjeros 9.6 9.7 0.2Organizaciones de Cooperación Internacional 3.2 3.8 0.5Organismos de Crédito Internacional 1.7 1.9 0.2Organización de estados nacionales 1.2 1.3 0.1

Comparación de los índices de frecuencia de parición y espacio de coberturade actores sociales en la prensa, 1996-2000

Cuadro 4.15

La diferencia promedio entre los índices de frecuencia y espacio es de 0.3 puntos porcentuales, por lo que puede considerarse poco significativa, y no se presentan casos que se desvíen en una medida considerable de ese promedio. Como, puede apreciarse el índice de espacio no altera grandemente el orden que presenta el índice de espacio. Esto supone que los periódicos conceden en promedio un espacio proporcional a la frecuencia de aparición de los actores, y que las jerarquías se mantienen en los dos índices. Es necesario volver a considerar, sin embargo, las diferencias en el tratamiento de los temas y subtemas, que tienen consecuencias de alguna magnitud. El que pueda decirse, que las noticias del Sistema Político presentan un mayor desarrollo en términos de espacio en la prensa que las demás, es indicativo de la importancia que se les concede, y mueve a reconsiderar la jerarquía de interés entre todos los demás subtemas.

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Con el propósito de estimar con mayor precisión la jerarquía entre los distintos subtemas considerados, se agregaron los índices de frecuencia y espacio en uno sólo que se llamó Índice de Cobertura Periodística. Este índice se elaboró como un índice agregativo simple, sumando los valores del índice de espacio a los de frecuencia y encontrando su media aritmética. En el Gráfico 4.10 se presenta este Índice de cobertura periodística para los primeros diez subtemas en el período considerado.

Gráfico 4.10 Índice de cobertura periodística, 1996-2000

0

20

40

60

80

100Sector Terciario

Sistema político

Gobierno y administración pública

Relaciones políticas internacionales

Sistema de justicia

Seguridad

Salud

Relaciones sociales

Cultura

Educación

Como puede apreciarse el valor máximo del Índice de cobertura periodística, en términos de frecuencia de aparición y espacio expositivo de los subtemas de agenda pública, corresponde a Seguridad y en segundo lugar al Sistema Político que alcanza el valor de 70. Estos subtemas son seguidos por los de Gobierno y administración pública (59), Sector terciario de la economía (56), Relaciones políticas internacionales (42), Sistema de justicia (41), Relaciones sociales (39), Cultura (32) y Educación (23). Puede observarse que el Índice de cobertura como los de frecuencia y espacio, se encuentra fuertemente dominado por el subtema de Seguridad, que es seguido de lejos por los demás. No obstante, al considerar el factor de espacio, el subtema de Sistema Político pasa a ocupar la segunda posición que en el índice de frecuencia correspondía a Gobierno y Administración Pública. Esto sitúa a la seguridad ciudadana y a la política partidaria y eleccionaria como los principales asuntos en la agenda pública que difunden los medios de comunicación escritos.

Perfiles del ejercicio informativo de los diarios Una vez expuestos los resultados del análisis conjunto de la prensa, es posible considerar los perfiles del ejercicio informativo de cada uno de los periódicos que permitan aproximarse con mayor precisión a las concepciones noticiosas y al tratamiento informativo que distingue la operación de los mismos.

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Para este análisis se utilizó el Índice de Cobertura Periodística de temas y actores de agenda pública desagregado por periódico, y se desarrolló el Índice de Frecuencia de Temas y Subtemas en Portada que añade más elementos de juicio. Además se consideraron los modos de cobertura noticiosa de acuerdo con las marcas de comunicación, investigación o sensacionalismo que se asignaron a cada noticia en la etapa de lectura y codificación.

Gráfico 4.11 Índice de cobertura periodística de La Tribuna 1996-2000

0

20

40

60

80

100Sector Terciario

Sistema político

Gobierno y administración pública

Relaciones políticas internacionales

Sistema de justicia

Seguridad

Salud

Relaciones sociales

Cultura

Educación

El índice de cobertura periodística de La Tribuna se presenta en el Gráfico 4.11, y muestra que en este diario los subtemas del Sistema Político obtienen el valor máximo del índice (96), y que relegan a un segundo lugar los de Seguridad (83). En orden descendente le siguen Gobierno y administración pública (63), Sector Terciario de la economía (62), Relaciones políticas internacionales (49), Sistema de justicia (47), Relaciones sociales (41), Salud (36), Cultura (29) y Educación (20).

Gráfico 4.12 Índice de cobertura periodística de El Heraldo 1996-2000

020406080

100Sector Terciario

Sistema político

Gobierno y administración pública

Relaciones políticas internacionales

Sistema de justicia

Seguridad

Salud

Relaciones sociales

Cultura

Educación

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

El índice de cobertura periodística de El Heraldo se presenta en el Gráfico 4.12, y muestra que en este diario los subtemas del Sistema Político obtienen -como en La Tribuna- el valor máximo del índice (98), y que relegan también a un segundo lugar los de Seguridad (84). En orden descendente le siguen Gobierno y administración pública (75), Sector Terciario (59), Relaciones sociales (46), Relaciones políticas internacionales (45), Sistema de justicia (40), Salud (33), Educación (27) y Cultura (24). Comparados los índices de La Tribuna y El Heraldo se encuentran semejanzas importantes sobre todo en la relevancia que muestran los subtemas de Sistema Político y el desplazamiento a un segundo lugar de las noticias de Seguridad. Estas características contrastan con las de La Prensa y Tiempo, en los que ocurre lo contrario: disminuyen los valores del índice para los temas de Sistema Político y aumentan los de Seguridad.

Índice de cobertura periodística de La Prensa 1996-2000

020406080

100Sector Terciario

Sistema político

Gobierno y administración pública

Relaciones políticas internacionales

Sistema de justicia

Seguridad

Salud

Relaciones sociales

Cultura

Educación

Gráfico 4.13

El índice de cobertura periodística de La Prensa se presenta en el Gráfico 4.13, y muestra que en este diario los subtemas de Seguridad obtienen el valor máximo del índice (98), y que los de Sistema Político se ven disminuidos considerablemente. En orden descendente le siguen el Sector Terciario de la economía (38), Gobierno y administración pública (35), Sistema de justicia (30), Relaciones políticas internacionales (28), Sistema político (26), Relaciones sociales (25), Cultura (24), Salud (21) y Educación (14). Resalta en el índice de cobertura de La Prensa el fuerte sesgo que le imprimen a su perfil informativo los registros del subtema de Seguridad. Aunque en los demás periódicos son altos también los valores que alcanzan en el Indice de Cobertura el subtema de Seguridad, las cantidades de frecuencia y espacio que estos registros presentan en La Prensa son tan altas que hacen descender los valores de los demás subtemas en el índice. Y mientras puede apreciarse un fuerte descenso de los registros del subtema de Sistema Político con respecto a los otros periódicos, no se ve en La Prensa un aumento semejante en otro subtema que pudiera atenuar el peso relativo de las noticias de Seguridad. Cuando se consideran los registros netos del subtema de Seguridad, se encuentra que los de La Prensa duplican en promedio los registros de los demás periódicos, y cuando se revisa este tipo de informaciones en los ejemplares de los periódicos se encuentra que solamente La

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Prensa carece de una sección especial de sucesos o noticias policiales (lo que implica que se encuentran mezcladas con las demás noticias nacionales). El Índice de Cobertura de La Prensa muestra un interés por destacar las noticias del Sector Terciario de la economía, como lo hace ver el hecho de que los registros de este subtema pasan a ocupar el segundo lugar después de los de Seguridad. No obstante, su peso relativo es insuficiente para compensar la también notable disminución de la atención a los subtemas del Sistema Político. Y finalmente, el que La Prensa no separe las noticias de seguridad en una sección especial hace que éstas abulten los registros de las noticias de la sección de nacionales que son las que se consideraron como muestra en este estudio. Finalmente puede considerarse el índice de cobertura periodística de Tiempo en el Gráfico 4.14.

Índice de cobertura periodística de Tiempo, 1996-2000

020406080

100Sector Terciario

Sistema político

Gobierno y administración pública

Relaciones políticas internacionales

Sistema de justicia

Seguridad

Salud

Relaciones sociales

Cultura

Educación

Gráfico 4.14

En el índice de cobertura de Tiempo los registros del subtema de Seguridad alcanzan el valor máximo (100), mientras el segundo lugar lo ocupan los registros del subtema de Sistema político (65). Estos subtemas son seguidos en el índice por los del Sector Terciario (60), Gobierno y administración pública (59), Cultura (45), Sistema de justicia (41), Relaciones políticas internacionales (41), Relaciones sociales (40), Educación (28) y Salud (27). Esto supone que el perfil informativo de Tiempo, como el de La Prensa, muestra un pronunciado sesgo hacia las noticias de Seguridad, y una inclinación a aumentar la cobertura de los temas del Sector Terciario de la economía que ocupan un tercer lugar en el índice. Existen, por lo tanto, afinidades relativas entre los perfiles informativos de los periódicos de Tegucigalpa (La Tribuna y El Heraldo) que se inclinan por situar en primer lugar las noticias de Sistema político, en segundo lugar las de Seguridad y en tercer lugar las de Gobierno y Administración pública, y los perfiles informativos de los periódicos de San Pedro Sula (La Prensa y Tiempo) que se inclinan por situar en primer lugar las noticias de Seguridad, y por aumentar la cobertura del Sector Terciario de la economía que ocupan el tercer y el segundo lugar respectivamente, mientras en los diarios de Tegucigalpa este último subtema ocupa el cuarto lugar.

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Índice de frecuencia en portada

Los datos presentados hasta aquí, permiten destacar características distintivas del ejercicio informativo de los distintos periódicos. Un fenómeno en particular se impone a la consideración general y es el de la cuantiosa presencia de los registros de noticias de Seguridad, que como se ha comentado antes puede estar vinculada con la utilización comercial por parte de los periódicos de estas noticias. Esta idea se ve respaldada al considerar la frecuencia de temas de agenda pública en las portadas de los periódicos que muestra el gran peso que las noticias de Seguridad tienen también en su conformación. Como es sabido, en las portadas los editores colocan aquellas noticias que consideran que son las más relevantes del día y las que mayor interés pueden despertar en el público. En consecuencia son el resultado de un proceso deliberado de jerarquización de las noticias realizado por los propios periódicos aunque influido por los gustos y hábitos de consumo de los lectores.

Para analizar la frecuencia de temas en portada, se desagregaron los datos de frecuencia para las distintas secciones consideradas (portada, nacionales y opinión), y para los distintos periódicos. Luego se elaboraron índices de base cien como los antes comentados, y se hicieron las comparaciones. En el análisis se encontró una gran semejanza entre las formas de componer las portadas de los distintos periódicos, lo que hace innecesario ahora presentar los gráficos para cada uno y en su lugar se presenta uno solo unificado. En el Gráfico 4.15 se presenta el índice promedio de frecuencia de temas de agenda pública en portada para los cuatro periódicos en el período considerado.

Gráfico 4.15

Indice de frecuencia en portada de temas de agenda pública en la prensa hondureña, 1997-2000

020406080

100Sector Terciario

Sistema político

Gobierno y administración pública

Relaciones políticas internacionales

Sistema de justicia

Seguridad

Salud

Relaciones sociales

Cultura

Educación

Como puede apreciarse, el Índice muestra un fuerte sesgo hacia los registros de noticias del subtema de Seguridad, que en todos los diarios alcanza el valor máximo de100. A continuación siguen Gobierno y administración pública (32), Sector Terciario (31), Sistema de justicia (23),

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Relaciones políticas internacionales (22), Relaciones sociales (21), Sistema político (18), Cultura (18), Salud (13), y Educación (7). Debe señalarse que la coincidencia entre los cuatro periódicos en cuanto a este perfil de portada es importante. Las diferencias con respecto al promedio pueden calificarse de poco significativas y son para La Tribuna de –0.26 puntos porcentuales, para El Heraldo de –0.015 puntos porcentuales, para La Prensa de 0.14 puntos porcentuales y para Tiempo de 0.10. Son necesarias más investigaciones para explicar por qué los periódicos encuentran las noticias de Seguridad como un hecho noticioso del primer interés, pero puede suponerse que no es poco importante la rentabilidad de estas noticias que cuando aparecen en portada aseguran determinados niveles de ventas. Esta es, al menos, la explicación que ofrecieron los propios profesionales de la comunicación cuando fueron preguntados al respecto en la ronda de entrevistas realizadas en el marco de este estudio y hacia ella apuntan los datos sobre las preferencias de lectura que se encuentran disponibles en los estudios sobre el consumo de prensa en el país. Los profesionales de la comunicación y los académicos señalan que la conformación de portadas en el país no responde a políticas bien definidas de los periódicos sino al criterio del jefe de redacción, que evalúa el contenido total del periódico y los volúmenes de ventas de cada día. Por su parte, el estudio de Urban & Associates, Inc. realizado el año 2000 para El Heraldo y La Prensa indicó con claridad la preferencia notable de los lectores de estos periódicos por las noticias de sucesos.

Cuadro 4.16

Secciones El Heraldo La PrensaNacionales 97% 88%Sucesos 86% 84%Deportes 80% 72%Internacionales 78% 75%Opinión Editorial 70% 52%

Lectura por secciones de El Heraldo y La Prensa

Fuente: Urban & Associates, Inc. 2000. Las actitudes de los consumidores hacia los medios [en Honduras]. Boston

El Cuadro 4.16 indica que los lectores de El Heraldo y La Prensa leen con mayor frecuencia las noticias Nacionales y las de Sucesos, incluso con mayor asiduidad que las noticias de deportes o que cualquier otro tipo de noticias. Aunque hacen falta más investigaciones para generalizar a los demás periódicos la situación observada en El Heraldo y La Prensa, puede considerarse, como se decía antes, que no es poco importante la influencia que esta preferencia de los lectores por las noticias de sucesos esta ejerciendo en la conformación de la oferta informativa.

Modos de cobertura noticiosa En la operacionalización conceptual, desarrollada al principio de este apartado, quedaron definidos los modos de cobertura de comunicación, investigación o sensacionalismo

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

considerados en la investigación y los indicadores que permitieron reconocerlos. De modo que es posible pasar a presentar los datos sobre este aspecto del análisis del ejercicio informativo, en el que como en los otros señalados antes las coincidencias entre los cuatro periódicos nacionales son mayores que sus divergencias. El Cuadro 4.16 presenta en porcentajes los registros de noticias según los modos de cobertura característicos que fueron identificados durante el proceso de lectura y codificación de los periódicos de la muestra durante el período considerado.

Cuadro 4.16

Periódicos Comunicación Investigación SensacionalismoLa Tribuna 74% 4% 22%El Heraldo 81% 3% 16%La Prensa 82% 2% 16%Tiempo 79% 3% 18%

Registros de noticias según los modos de cobertura en la prensa hondureña 1996-2000

Como puede apreciarse las diferencias entre los periódicos son escasas. En promedio los registros de noticias se distribuyen en un 79% de comunicación, un 3% de investigación y un 18% de sensacionalismo. Las diferencias con respecto a estos promedios para cada periódico oscilan entre 1% y 4%, por lo que pueden calificarse de poco significativas. Esto supone que en el proceso de lectura y codificación de los periódicos se identificó la mayoría de las noticias como cumpliendo funciones simplemente comunicativas, y que frente a una cantidad significativa de noticias sensacionalistas se encontró una cantidad mínima de noticias de investigación. A la vista de las similitudes en cuanto a los modos de cobertura noticiosos de los cuatro periódicos puede afirmarse, entonces, que los niveles de profesionalismo son igualmente semejantes para todos, que el periodismo investigativo es mínimo y que son considerables los niveles de sensacionalismo.

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

5. Análisis crítico de editoriales y caricaturas Las caricaturas y los editoriales deben tenerse por espacios privilegiados en la prensa para la cristalización de ideas, de valoraciones y propuestas que pueden ser vistos como testimonios de representaciones de la realidad o de posiciones asumidas por sus autores o por los periódicos en conjunto (como es el caso de los editoriales) en el debate ideológico y político de la sociedad sobre los temas de interés general. El discurso de los medios de comunicación puede encontrarse vinculado con las formas de pensar de cualquier grupo social dentro de la sociedad, aunque en la práctica suele ser más frecuente encontrarlos ligados a los de las elites políticas y económicas. Esta tendencia denunciada ampliamente en Honduras, no debería impedir el análisis detallado de la dinámica ideológica de los diarios. No siempre se tiene en cuenta que los medios se desenvuelven en una situación confusa y contradictoria en consonancia con la movilidad y el cambio sociales, y, que muchas veces, las posiciones ideológicas o políticas suelen ser contingentes y suscitadas frecuentemente como respuesta a los fenómenos sociales, más que como expresión de un ideario predefinido. En ocasiones puede ocurrir que algunos periódicos mantengan durante un tiempo o permanentemente un papel contestatario de las elites o del gobierno, o que busquen establecer alianzas con determinados sectores de la sociedad, o que se sitúen en contra o a favor de determinada política económica o de determinada institución o modelos de instituciones. De modo que resulta útil conocer las ideas y opiniones de los distintos periódicos y las características más o menos orgánicas o funcionales con respecto a las trayectorias de determinados sectores o grupos sociales y con respecto a las instituciones y la democracia, si se quiere tener una visión más completa de su papel en la vida política y social del país. Por estas razones se consideró pertinente desarrollar un análisis de una muestra representativa de editoriales y caricaturas que aportara elementos sobre las tendencias de opinión de los diarios, y sobre sus cambios en los últimos años. El análisis se planteó así como un intento por determinar las posiciones ideológicas y políticas desde las que se están debatiendo los temas nacionales y las concepciones típicas que se están conformando sobre la realidad política, económica social del país en la prensa. Objetivos Los objetivos general y específico del análisis de editoriales y caricaturas fueron los siguientes: Objetivo General:

1. Identificar algunas de las tendencias de opinión y algunas concepciones de la realidad política, económica y social manifiestas en la prensa escrita en Honduras.

Objetivos Específicos:

1.1 Establecer algunas de las características de las tendencias ideológicas (creencias y valores de naturaleza económica, política y social) de los principales diarios escritos del país

1.2 Determinar algunas de las características que cobra la representación de los ciudadanos, de las instituciones, de las políticas públicas y de las condiciones

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sociales que se viven en el país, en las caricaturas y en los editoriales de la prensa escrita en Honduras

1.3 Establecer algunas de las formas y contenidos comunes de interrelación entre la prensa escrita y distintos grupos o sectores de la ciudadanía, o entre la prensa escrita y distintas instituciones y políticas del gobierno o del estado.

Marco conceptual La investigación se realizó dentro del marco teórico y metodológico aportado por lo que se conoce en los ámbitos académicos como Análisis Crítico del Discurso (ACD) que ofrece un encuadre general para el análisis ideológico del discurso aplicable a los textos de prensa. Complementariamente se incorporaron elementos de la semiótica que permitieron desarrollar de forma integrada el análisis de las caricaturas. El ACD como corriente de investigación se desprende de planteamientos básicos de la epistemología y la lingüística en la obra de autores como Michael Foucault o M.A.K. Hallyday que destacaron en los discursos sociales su función conformadora o modeladora de mentalidades y representaciones de mundo. Para Foucault la escritura, los textos y los discursos, constituían un fenómeno constructivo que modelaba las identidades y las prácticas de los sujetos humanos. De forma que, por ejemplo, la organización de los asilos para enfermos mentales, lo mismo que de las prisiones para delincuentes o las escuelas para pupilos dependió, según Foucault de la configuración histórica de discursos que consiguieron construir nuevas o diferentes clases de seres humanos (Foucault: 7). Esta idea de que los discursos y los textos se encuentran vinculados con contextos sociales complejos fue desarrollada paralelamente en la pragmática y en la teoría de los actos de habla. De acuerdo con estas teorías los textos no son simples instrumentos de comunicación sino formas de acción mediante los cuales se interviene en la dinámica social. Trabajos como los de la lingüística sistémica funcional de Halliday, llevaron a considerar las funciones sociales e ideológicas desplegadas por los discursos, y estimularon desarrollos teóricos e instrumentales que permitieron pasar del análisis del lenguaje al de la ideología (Halliday: 237). Desde esta perspectiva, el Análisis Crítico del Discurso se define como un estudio de los discursos en su conexión con los actores e instituciones sociales, y se interesa especialmente en determinar cómo las relaciones sociales, las identidades, el conocimiento y el poder se construyen a través de los textos escritos y orales en la vida social (Luke, A.: 1). Este modelo analítico tiene en su origen una fuerte inspiración marxista, no por sus vínculos más bien débiles con los exponentes de la Teoría Crítica Social de la Escuela de Frankfurt, sino por el reconocimiento explícito en algunos de sus autores fundadores de intentar contribuir a la “lucha contra la dominación y la opresión en sus formas lingüísticas” (Fairclough: 1). Siguiendo a Fairclough, Teun A. Van Dijk definió el ACD como “un tipo de investigación analítica del discurso que estudia primordialmente la forma en que el abuso del poder social, la dominación y la inequidad son puestos en práctica, reproducidos o resistidos por los textos y el habla en los contextos políticos” (Van Dijk: 1). Estos autores desarrollaron estudios concienzudos sobre las formas que cobraba en el leguaje el racismo y las distintas formas discriminación por razones de sexo, edad, clase social,

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procedencia, etc. A pesar de los límites políticos que establecieron estos autores al ACD, las posibilidades del modelo analítico han permitido desarrollar estudios de índole y propósitos diversos en las áreas de la educación, la medicina y las ciencias políticas. Esto en parte debido a que el modelo, más allá de su inspiración contestataria, se planteaba una finalidad muy general como señalaba Fairclough “elucidar las determinaciones y los efectos sociales del discurso” (1998: 28). Básicamente el modelo plantea que las (micro) estructuras y prácticas discursivas se encuentran encajadas dentro de las (macro) estructuras sociales, y mantienen entre sí unas relaciones de interdependencia de tal modo que las primeras se encuentran condicionadas por las segundas, y estas últimas son en buena medida consecuencia de las primeras. Esto supone que los eventos discursivos son modelados por las condiciones sociales, y que éstas a su vez son reproducidas en los encuentros discursivos. El ACD puede contribuir a revelar esos vínculos, particularmente entre los sujetos del discurso y las instituciones sociales. Las instituciones son vistas como “comunidades de habla”, que “construyen sus sujetos ideológicos y discursivos” y les imponen “restricciones” o “condiciones” para calificarlos como tales (Fairclough: 28, 37-39). Desde el punto de vista de Fairclough “el lenguaje es una forma material de la ideología”; la ideología encierra concepciones de mundo muchas veces implícitas e inconscientes que soportan o contribuyen a reproducir las relaciones de poder social y que se manifiestan en prácticas cotidianas, en el arte, en el derecho, en la economía, en la vida individual o colectiva (Fairclough: 17, 73-77). Esta visión de la ideología como dominación o control mental de las clases o grupos subordinados fue relativizada por el propio Fairclough y los demás autores del ACD. Fairclough se apoyó en el concepto gramciano de hegemonía para sostener que el control ideológico se ejercía mediante la capacidad de ejercer distintas formas de liderazgo y consenso. “La hegemonía trata de construir alianzas y de integrar a las clases subordinadas mediante concesiones o ganando su consentimiento más que simplemente ejerciendo la dominación” (pg.76). Van Dijk destacó el carácter mucho más complejo de las relaciones entre el poder social y las instituciones, por un lado, y el discurso por otro; así como entre el discurso, los procesos cognitivos y la dinámica política de la sociedad. “Hay muchas contradicciones. No hay siempre una imagen clara de un grupo dominante (clase o institución) que oprime a otra mediante el control del discurso público, ni puede decirse que ese discurso controla directamente la mente de los dominados. Hay muchas formas de colisión, consenso, legitimación e incluso de producción conjunta de formas de inequidad en el discurso. Miembros de grupos dominantes pueden convertirse en disidentes y situarse del lado de los grupos dominados y viceversa –miembros de los grupos dominados pueden tomar y defender las opiniones que corresponden a las elites dominantes. Las elites pueden adoptar estratégicamente discursos de oposición o simplemente es posible que los discursos y sus posiciones políticas e ideológicas cambien, como en el caso de la ecología” (Van Dijk, 1998: 10). De acuerdo con esta visión compleja de la ideología, Van Dijk la define desde una concepción más amplia y menos comprometida como una determinada forma de ejercicio del poder: “es un sistema de creencias y valoraciones, típicamente compartidas por un grupo social, que subyacen las actitudes de un grupo”, y que “se modelan en la lucha y el conflicto social” (1996:15-16).

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Deborah Tanen planteó lo que puede tomarse como una de las conclusiones provisionales del ACD en torno a las relaciones que se asumen entre el discurso y las formas de poder social. Para esta autora “el poder no es algo que algunos tienen y otros no. Más bien en el discurso la gente accede a diferentes formas de poder y las ejerce de diferentes maneras, que pueden cambiar dinámicamente como respuesta al comportamiento de otros.” (Cit en Van Dijk, 1998: 19). Desde el punto de vista del ACD, el poder se manifiesta en las prácticas discursivas tanto en las asimetrías entre participantes como en la desigual capacidad para controlar la producción, distribución y consumo de los textos y consecuentemente de los modelos conceptuales que difunden. La función ideológica puede encontrarse en el amplio espectro de propiedades de los textos incluido el estilo, formas de vocabulario, metáforas, giros gramaticales, presuposiciones, implicaciones o convenciones. En el plano más superficial el ACD se ocupa de la textura, organización y estructuras lingüísticas del texto, en el plano inmanente se ocupa de las concepciones políticas o culturales preconstruidas que se encuentran de forma implícita en el texto (Faircloug: 1-6). Los textos se consideran espacios sociales en los que simultáneamente ocurre un proceso cognitivo o de representación del mundo, y una interacción social. En su función ideacional los textos constituyen sistemas de conocimiento y creencias, y en su función interpersonal contribuyen a constituir sujetos sociales (distintas identidades y distintas formas del yo) y relaciones sociales entre categorías de sujetos (Fairclough: 6). Los medios de comunicación y particularmente la prensa escrita han sido unos de los tipos de textos que mayor atención han recibido del ACD. En especial se ha destacado el papel de “mediación” que desempeñan los textos entre los hechos o fuentes de información y la audiencia. Los comunicadores traducen los puntos de vista oficiales y la información técnico científica sobre los hechos al idioma del público, lo que no solamente los hace más accesibles a los no iniciados, sino que los inviste de fuerza y resonancia popular incorporándolos a los horizontes de comprensión de las mayorías (Fairclough: 61). Un papel muy particular cumplen los Editoriales en la conformación de opiniones y en la reproducción de ideologías. Convencionalmente los editoriales se definen como textos que formulan las opiniones del periódico como institución con respecto a hechos noticiosos recientes (Van Dijk, 1996: 19, 25). Se asume igualmente que las personas que los leen lo hacen para reconsiderar los hechos del país y del mundo aunque desde perspectivas que pueden ser a veces coincidentes y otras contrarias a las de los autores de esos textos (Van Dijk, 1996: 1). Van Dijk define las opiniones como un tipo de creencias y a éstas como las unidades básicas de las representaciones mentales. Las opiniones son generalmente entendidas como aquellas creencias que no pasan la prueba del criterio de conocimiento. Esto supone que son creencias que alguna gente tiene pero que son de tal naturaleza que otros pueden estar en desacuerdo o que pueden ser falsas. Mientras el conocimiento factual de la realidad sólo acepta los calificativos de verdadero o falso según un criterio científico, las opiniones encuentran especialmente su lugar en la dimensión evaluativa de la realidad, de forma que aceptan el acuerdo o el desacuerdo según sistemas distintos de normas y valores. Las opiniones, así, tienen que ver más con los evaluadores y sus formas de pensar, que con los hechos o acontecimientos propiamente dichos (Id: 7-8). Cuando se consideran las acciones o acontecimientos de acuerdo con normas y valores se emiten juicios valorativos; y cuando el establecimiento de la verdad se hace sobre la base de la

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comprobación se realiza una evaluación verificativa. En ambos casos, para establecer la verdad o la validez de lo que se afirma, se requiere generalmente aportar elementos externos al propio discurso que lo apoyen. En el caso de conocimientos factuales deben aportarse evidencias y pruebas; en el caso de juicios valorativos debe demostrarse que las normas y valores propios o personales descansan sobre una base de normas y valores socioculturales compartidos (Id: 9-11). Aunque conceptualmente es posible distinguir los conocimientos factuales de las opiniones, en la práctica suele imbuirse el uno en el otro, de forma que lo que sabemos sobre un determinado asunto (el robo, la corrupción, etc.) se encuentra generalmente asociado a su valoración. Los textos editoriales no tienen una forma prefijada y sus características pueden variar sensiblemente de un periódico a otro, pero se ha generalizado ampliamente un esquema discursivo que incluye tres partes principales aunque en orden variable: 1) Resumen de los hechos noticiosos de referencia; 2) Evaluación de los hechos, especialmente de las acciones y de los actores; y 3) Conclusiones prácticas, recomendaciones, advertencias, etc.. Como se ha dicho antes, los editoriales se plantean como una forma de interpretar y valorar hechos recientes de interés. Esto obliga a mencionar y destacar los aspectos relevantes de los hechos que interesan; consecuentemente se espera que el editorial evalúe lo sucedido en términos de lo que se encuentra mal o bien, de lo que fue un error o de lo que se constituye como una amenaza, etc.; y finalmente se espera una conclusión con orientaciones prácticas para la acción, generalmente dirigidas al gobierno pero también a las instituciones, a determinados sectores de la sociedad o a los ciudadanos. En cuanto a las caricaturas, su estudio se ha desarrollado dentro de los marcos más generales del análisis semiótico de la imagen visual. Se considera que constituyen un subtipo de los discursos periodísticos, comparable al de los editoriales y las columnas de opinión pero con características propias. Generalmente se asume que las caricaturas buscan entretener o divertir a los lectores con ilustraciones gráficas de la opinión pública. Desde un punto de vista semiótico esto supone que las caricaturas concretizan conceptos abstractos y pretenden expresar consensos simbólicos socialmente compartidos (Morris, R. Cit en Mazid, B. 2000). La intencionalidad humorística, generalmente reconocida a las caricaturas, ha hecho que sean consideradas además como un tipo de sátira mediante la cual se ridiculiza a individuos o a colectivos (Press, C. 1981 cit en Mazid B. 2000). Esta función humorística, recurre, al igual que los editoriales, a convenciones socioculturales. Descansa en la revelación de incongruencias al interior de estereotipos y esquemas cognitivos sea referidos a conceptos, objetos, sujetos, comportamientos o circunstancias que se asume que forman parte del saber y la memoria colectivos (Mazid, B., 2000). Las contradicciones que muestran las caricaturas han sido clasificadas en dos tipos principales: 1) al interior de un esquema cognitivo, cuando un hecho reflejado en las caricaturas no encaja dentro de las expectativas del esquema; y 2) entre esquemas, cuando dos o más esquemas cognitivos opuestos o incompatibles son activados por la caricatura. Un ejemplo simple del tipo 1 podría ser el que en una caricatura se representara a una mujer comportándose como un hombre; y un ejemplo del tipo 2 podría ser que se representara a un grupo de empleados jugando a la pelota en su sitio de trabajo. El humor o la broma surge de la resolución de las contradicciones por parte del lector (Deckers and Buttram cit en Mazid, B. Pg. 502).

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Así, aunque valiéndose de un lenguaje gráfico y motivadas por propósitos humorísticos, puede decirse que las caricaturas cumplen una función semejante a la de los editoriales al explicitar contenidos socioculturales. El análisis de las caricaturas requiere de un tratamiento diferente en cuanto a su lenguaje -dado que involucra signos de distintos tipos de códigos-, pero igualmente crítico en lo que se refiere a sus contenidos ideológicos. Procedimientos de análisis El estudio de los editoriales de prensa consideró los distintos niveles de configuración del sentido del discurso en cada uno de los momentos del análisis. Se apegó por lo tanto al modelo de análisis textual y contextual del discurso en la línea desarrollada especialmente por Teun Van Dijk y M.A.K. Halliday, que requiere del análisis de la manifestación verbal, de su componente lingüístico estructural, tanto como de sus presupuestos no verbales, situacionales y socio culturales. Investigaciones recientes sobre los medios desarrolladas bajo el modelo del ACD han destacado distintos aspectos en los diferentes planos de configuración del sentido de los textos. En el plano de la manifestación verbal (estructuras de superfice) se ha estudiado la carga ideológica en la prensa de determinadas palabras y cuerpos de palabras; se han estudiado las implicaciones ideológicas de determinadas figuras de expresión, giros sintácticos, metáforas, tropos; e igualmente otros recursos lingüísticos, ortográficos y de composición (Van Dijk , T.,1998). En el plano del análisis de los contenidos implícitos de los textos y de sus vínculos con modelos cognitivos, ideológicos y socioculturales, las investigaciones han puesto de relevancia que estos se manifiestan como concepciones preconstruidas. Lo no dicho pero presupuesto en un texto de prensa puede estar conectado con conceptos, estructuras conceptuales o conjuntos de creencias producto del pensamiento religioso, económico, político, etc. Fairclough ha destacado los procesos de intertextualidad mediante los cuales el sentido de un texto viene dado por el conjunto de sus relaciones con otros textos externos y previamente elaborados (1998: 6 y ss). Tres etapas se siguieron para la realización de este trabajo. En primer lugar se delimitó la muestra y se hizo una descripción completa con precisiones con respecto al contenido de cada uno de los textos y a su orientación ideológica; en segundo lugar se hizo el análisis por conjuntos o grupos más o menos homogéneos de textos que permitieron establecer correspondencias de contenido y reconocer tendencias de opinión al interior de cada uno de los periódicos; y finalmente se presentan ahora los resultados con ejemplos escogidos y comparaciones entre periódicos. Muestra Para el diseño de la muestra se siguieron los mismos criterios utilizados para el análisis cuantitativo de contenido reseñados antes. El diseño de la muestra fue el siguiente: Unidad de análisis: Los cuatro periódicos nacionales (La Tribuna, El Heraldo, La Prensa y

Tiempo) Muestra: Editoriales y caricaturas de una muestra aleatoria de los cuatro

principales periódicos del país de los años 1997 y 2000.

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Criterio de muestreo: Dos semanas de lunes a sábado construidas al azar de cada periódico (12 X 4 X 2= 96 periódicos en total).

Fechas: Con la intención de comparar las tendencias de opinión de los periódicos en dos momentos diferentes y en dos situaciones políticas distintas se escogieron los años de 1997 y 2000. La serie de fechas fue escogida al azar y fue la misma para los cuatro periódicos.

Cuadro 5.1

Fechas seleccionadas para el

Análisis Crítico de Editoriales y caricaturas

LUNES 13-Ene 10-Mar1997

11-Sep 09-Oct2000

MARTES 01-Abr 07-Oct 30-May 24-OctMIÉRCOLES 26-Mar 28-May 01-Mar 15-NovJUEVES 07-Ago 10-Jul 03-Ago 26-OctVIERNES 31-Ene 22-Ago 07-Abr 12-MaySÁBADO 23-Ago 11-Oct 26-Feb 30-Dic

La descripción de la muestra de editoriales se realizó en fichas prediseñadas que consideraron los siguientes aspectos:

a) Datos generales del editorial: nombre del periódico, título del texto, fecha. b) Contenido: tópico del discurso o tema, y proposición básica del texto. La proposición, se

definió en los términos del ACD como aquella frase o secuencia de frases que resume la información primordial del texto y de la que es posible derivar las secuencias parciales del mismo. Para el establecimiento de la proposición de cada editorial se tomaron en cuenta las consideraciones de Van Dijk respecto de su esquema primordial: 1) Resumen de los hechos noticiosos de referencia; 2) Evaluación de los hechos, especialmente de las acciones y de los actores; y 3) Conclusiones prácticas, recomendaciones, advertencias, etc.

c) Orientación ideológica: posicionamiento del texto respecto de los actores sociales las instituciones, políticas públicas o condiciones sociales implicados en el asunto en cuestión. Puesto que se entiende como ideología “un sistema de creencias y valoraciones, típicamente compartidas por un grupo social” (Van Dijk, Op. Cit.), y puesto que se partió por establecer las proposiciones (“ideas”) del texto, se recurrió seguidamente al establecimiento de las relaciones de identificación / diferenciación que establece dicho texto con respecto a los actores implicados, y las de respaldo / oposición con respecto a los demás elementos considerados. Se buscó determinar, entonces, la identidad y la posición que se auto atribuyen los textos editoriales y las representaciones de la realidad que difunden. Fueron útiles para este propósito la observación de los distintos niveles del texto (estructuras verbales de superficie, estructuras profundas, asociaciones con el contexto, implicaciones pragmáticas).

En cuanto al tratamiento de las caricaturas el procedimiento general fue semejante al del análisis de los textos editoriales. Se realizó una descripción de cada una de ellas en fichas predefinidas y posteriormente se analizaron en conjuntos. Como se dejó dicho antes, el modelo semiótico de análisis de las caricaturas, permitió abordar como signos los distintos elementos representados en los dibujos. Los elementos significantes

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de las caricaturas pueden pertenecer a distintos códigos, sea de la propia vida social (como los del vestido, de los gestos y las posturas), como de la representación de la realidad y la comunicación (como los signos de la composición gráfica, de la pintura, del dibujo) o del propio código de las caricaturas (indicaciones de movimiento, de diálogos, de orden de lectura, etc.) o también pueden pertenecer al código lingüístico, (cuando se incluye palabras, rótulos, emblemas o diálogos). Por su forma de manifestación en la caricatura, el análisis reconoció dos conjuntos de signos: a) modalidad visual, todos aquellos signos que constituyen la representación gráfica o dibujo, y b) modalidad verbal aquellos que aparecen bajo la forma de palabras o frases en grafemas (títulos, emblemas, diálogos, etc.). La presencia de distintos tipos de signos, sin embargo, no supone perder de vista la integridad de la caricatura como un conjunto coherente, es decir, como un tipo de texto. De hecho se asumió que los elementos significantes en una caricatura no funcionan de forma aislada sino en relación con los otros elementos, dentro de los códigos a que pertenecen y en el marco de un contexto social y cultural. Las relaciones entre elementos significantes pueden ser paradigmáticas (basadas en principios de selección) o sintagmáticas (basadas en principios de combinación). La relación entre un elemento significante y su sentido (el significado) puede ser icónica (si su relación se produce por semejanza como en la fotografía), indexical (si su relación se produce por asociación causal, como el humo que indica fuego), o simbólica (si su relación o asociación es arbitraria y convencional como las luces del semáforo). La descripción de la muestra de caricaturas se realizó para las mismas fechas del mismo año de la muestra de textos editoriales y los parámetros generales de interpretación fueron semejantes.

a) Datos generales: nombre del periódico, título de la caricatura, fecha, autor. b) Contenido: tema o tópico de la caricatura. c) Descripción: paráfrasis verbal del contenido gráfico de la caricatura y descripción i de la

misma. Se describieron los distintos tipos de signos en su manifestación visual y verbal, y se interpretaron con respecto a sus códigos respectivos.

d) Orientación ideológica: representación e identificación de actores y proyección de puntos de vista. Como en el caso del análisis de los textos editoriales, resultó de principal relevancia no solamente las concepciones comunes o estereotipos de actores sociales y de modos de relación social representados en las caricaturas, sino especialmente las relaciones de identificación o de diferenciación, de aproximación o rechazo con respecto a determinados actores. En el análisis de las caricaturas el punto de vista se definió con respecto a los actores sociales implicados en la misma y especialmente tomando en consideración la forma en que son tratados. Puesto que la caricatura es una invitación a la risa, fue de utilidad para el análisis determinar: i) quienes son los actores objeto de risa, ii) quienes son los actores que despiertan simpatía o antipatía, y iii) quiénes son los antagonistas y quiénes los protagonistas de las caricaturas.

e) Comentario: Finalmente se buscó determinar los vínculos de integración de los signos entre sí y con el contexto socio cultural, y establecer el sentido unitivo del texto-caricatura. Fue de especial interés aquí explicitar los esquemas cognitivos y socioculturales que las caricaturas expresaban, sus contradicciones y los motivos de interés humorístico.

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La izquierda y la derecha en el cambio del milenio Antes de proceder al análisis pormenorizado de los editoriales y las caricaturas de prensa es preciso considerar aunque sólo de forma rápida y esquemática las transformaciones históricas que han sufrido en las últimas décadas las corrientes ideológicas dominantes como preciso contexto a la discusión de las tendencias de opinión y representaciones de la realidad social de los diarios hondureños. La caída del muro de Berlín y la disolución del socialismo en los países del este europeo representan hitos históricos que están llevando todavía a replantear los paradigmas del pensamiento social y político. En este proceso en el que no ha sido menos importante la extensión hegemónica de la economía de libre mercado y los procesos de globalización, los individuos, los grupos sociales, los partidos políticos y las sociedades en su conjunto se han visto confrontados a adoptar o a reformular sus posiciones políticas e ideológicas. Anthony Giddens en un libro relativamente reciente ha hecho ver la necesidad de repensar los principios en que se sostenían las antiguas distinciones ideológicas, ante la evidencia de las distintas respuestas que se han dado a estos fenómenos. Los antiguos linderos entre la izquierda y la derecha y entre el conservadurismo y el radicalismo, señala Giddens dejaron de ser claros y se han producido mutaciones significativas. (Giddens, Anthony, 1998).

“El conservadurismo, en las vertientes que más influyen actualmente en Europa –dice Giddens- y, hasta cierto punto, el resto del mundo, ha pasado a adoptar con mayor o menor exactitud lo que, en otro tiempo pretendía repudiar: el capitalismo competitivo y los procesos de cambio espectacular y de largo alcance que aquel suele provocar... El conservadurismo hecho radical se enfrenta al socialismo hecho conservador. Con la caída de la Unión Soviética, muchos socialistas han pasado ha concentrar sus energías en la protección del Estado de bienestar frente a las presiones a las que se ve sometido... los socialistas en su mayoría han retrocedido a la defensiva, con su posición de “vanguardia de la historia” reducida a la tarea más modesta de proteger las instituciones de bienestar... Los radicales de izquierda [por su parte] disponen [ahora] de otra dirección hacia la que dirigir la mirada: los nuevos movimientos sociales, como los que se ocupan del feminismo, la ecología, la paz o los derechos humanos...” (Giddens, Anthony: 12).

Giddens propone reconocer que los antiguos conservadores han dejado de serlo o lo son contradictoriamente cuando abrazan la causa de la extensión del capitalismo y del libre mercado como las fuerzas universales que han de gobernar la historia; por su parte los socialistas han devenido en conservadores una vez perdida la bandera de conductores revolucionarios de esa historia y reducidos sus planes a la protección de los beneficios sociales del Estado de bienestar; y, por otra parte, hace ver Giddens, se asiste al surgimiento de otras formas del radicalismo en torno a los nuevos movimientos sociales del feminismo, el ecologismo, el pacifismo, los derechos humanos, etcétera. Esta recomposición del espectro político actual, Giddens la visualiza en función de dos ejes paradigmáticos que estructuran los espacios ideológicos de las tendencias políticas actuales (ver Cuadro 5.2). Por una parte reconoce el paradigma clásico de la política: la izquierda y la derecha como actitudes orientadas la una a la búsqueda de la igualdad y la emancipación, y la otra a la seguridad, el orden y la perfectibilidad humana; y por otra parte, el paradigma no

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menos importante de las actitudes con respecto a la historia que distingue a los radicales como aquellos que confían en las posibilidades de cambiar y conducir la historia, de los conservadores que aspiran a preservar los modos de vida y las tradiciones como un bien heredado del pasado.

Historia Política

Radicalismo: busca provocar cambios y controlar dichos cambios para hacer avanzar la historia

Conservadurismo: deseo de conservar la tradición como sabiduría heredada del pasado

Izquierda: orientada a la búsqueda de la igualdad y la emancipación

Nuevos movimientos sociales : Feminismo, ecologismo, pacifismo, lucha por los derechos humanos.

Socialismo : protección del Estado de bienestar

Derecha: orientada a la búsqueda de la seguridad, el orden y la perfectibilidad humana

Neoliberalismo : desencadena procesos radicales de transformación, estimulados por la constante expansión de los mercados y por un individualismo agresivo.

Fundamentalismo : defensa a ultranza de la identidad y la tradición que no requiere ni acepta la discusión racional

Posiciones políticas actuales, según Anthony Giddens 1994Cuadro 5.2

Si se acepta que es posible pensar la política con referencia a estas actitudes o puntos de vista básicos, entonces es posible reconocer las posiciones políticas actuales según como se articulan a las mismas. Los Nuevos Movimientos sociales (feminismo, ecologismo, pacifismo, lucha por los derechos humanos) se sitúan como grupos de izquierda radical porque buscan ampliar el espacio de derechos y libertades, y cambiar o reconducir el rumbo de la historia tanto en lo que se refiere a las relaciones de los seres humanos entre sí como entre estos y la naturaleza. Los partidarios del Neoliberalismo deben por su parte considerarse radicales de derecha en la medida en que de la defensa se ha pasado a la promoción del modelo económico hegemónico como proyecto histórico universal. Los socialistas, como se ha señalado antes, reducidos al papel de protectores de los beneficios sociales del Estado tienen que ser reconocidos como conservadores de izquierda; mientras los fundamentalistas que defienden la identidad y la tradición a ultranza como conservadores de derecha. Como puede advertirse, el esquema de Giddens no considera una amplia gama de posiciones políticas posibles las que, sin embargo, de acuerdo con sus propuestas podrían situarse en sus lugares respectivos con respecto a los paradigmas básicos. El propósito de Giddens, sin embargo, es del todo contrario al de dar nueva vigencia a un sistema clasificatorio de la política. Desde su punto de vista, las distinciones antes rígidas y excluyentes están dando paso y a su juicio deben hacerlo, hacia posiciones políticas complejas y en parte contradictorias que buscan rescatar de cada una los elementos más valiosos y fundirlos en una nueva síntesis. De hecho Giddens revisa las posiciones políticas actuales para hacer ver los elementos distintivos tanto como las contradicciones y potencialidades de cada una. En cuanto a las tendencias de derecha Giddens hace ver las contradicciones que alberga al agrupar a los antiguos conservadores con los promotores radicales del capitalismo, porque si algo trae consigo la intensificación del libre mercado es justamente el desajuste o la ruptura con modos de vida y prácticas tradicionales para viabilizar la productividad y la competitividad económicas, lo que contradice el propósito de resguardar el status quo y las herencias valiosas del pasado (Id: 18).

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Los neoconservadores norteamericanos, a juicio de Giddens, encarnan esta contradicción cuando por un lado reconocen la influencia omnipresente que el capitalismo y la democracia liberal tienen actualmente, pero por otro consideran que el orden burgués está destruyendo los símbolos y prácticas tradicionales en los que se basa una existencia social llena de significado.

“El neoconservadurismo tiene un entusiasmo moderado por el capitalismo democrático liberal y considera que una economía predominantemente de mercado es una condición necesaria, pero no suficiente, para tener una buena sociedad. Los neoconservadores creen que el crecimiento económico es deseable, pero no como un fin en sí mismo; es necesario para la estabilidad social y política en las condiciones modernas... Están a favor de una intervención moderada del gobierno en la economía [pero] se oponen al liberalismo (norteamericano) no sólo porque [estos] quieren una intervención masiva del gobierno en el mercado sino porque combinan dichos programas de intervención con una actitud de laissez-faire en materia de moral y costumbres...” (Id: 41).

En este sentido los neoconservadores ponen un claro énfasis en la importancia de la renovación social y moral como elementos de su programa político para la sociedad. Los que por su parte promueven el neoliberalismo, lo hacen porque consideran que un sistema competitivo de mercado no sólo aumenta la eficacia económica sino que constituye la principal garantía de libertad individual y solidaridad social. A diferencia del viejo conservadurismo los neoliberales admiran el individualismo económico y opinan que dicho individualismo es la clave del éxito de las democracias actuales. Dice Giddens:

La sociedad posee en cierto sentido una cualidad orgánica; pero ésta procede de la coordinación espontánea e inintencionada de muchos individuos que actúan por motivos propios. El ejemplo fundamental lo constituyen los mercados que funcionan bien, que forman la gran ancla institucional del orden social espontáneo. Dicho orden social no se limita al terreno económico, sino que surgen estructuras complejas y elaboradas en otras áreas de la vida humana como resultado inesperado de la cooperación de un gran número de individuos que persiguen cada uno su propio interés (Id: 43).

Esta visión de mercados interconectados y autorregulados, en la que los beneficios individuales conducen al beneficio general, anima una fuerte tendencia a la reducción del Estado a sus funciones y dimensiones mínimas, y consecuentemente al desmantelamiento del Estado de bienestar. Los socialistas reaccionan ante esta visión estrictamente económica e individualista de la dinámica social y en su lugar, relevan la importancia de valores éticos fundados en la necesidad de una acción y un bien universales.

La única característica común de las doctrinas socialistas es su contenido ético. El socialismo es guiarse por unas ideas de cooperación social, bienestar universal e igualdad, conceptos reunidos mediante la condena de los males e injusticias del capitalismo. Se basa en la crítica del individualismo y depende de una “creencia en la acción y la participación de grupo y la responsabilidad colectiva respecto al bienestar socia. (Id: 79).

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El socialismo se ha afirmado representa los valores de la libertad, la igualdad, la comunidad, la fraternidad, la justicia social, la sociedad sin clases, la cooperación, el progreso, la paz, la prosperidad, la abundancia, la felicidad... Los socialistas se oponen a la opresión, la explotación, la desigualdad, la disensión, la guerra, la injusticia, la pobreza, la miseria y la deshumanización (Id: 60).

Desde el punto de vista de los viejos socialistas, la tarea que debía afrontar la humanidad era la de hacerse con su propio desarrollo y dirigirlo de forma consciente. El libre mercado a su juicio perpetuaba la explotación del hombre por el hombre y la democracia liberal no era suficiente para contrarrestarlo, ni era en su esencia democrática, porque la distribución muy desigual de los beneficios económicos hacía perder significado a los derechos formalmente reconocidos en las leyes. Muchos marxistas rechazaron la posibilidad de crear formas reales de bienestar dentro del capitalismo, bajo el presupuesto de que era preciso primero acabar con ese modelo económico. Los socialistas, de carácter más reformista, se apartaron de las posiciones marxistas en este punto y sostuvieron que las libertades formales de participación política, pueden producir un cambio real en la distribución de recursos y en el poder sin que se produzca necesariamente una revolución. Es sobre todo desde esta perspectiva, señala Giddens que los socialistas actuales, aunque perdida la confianza en ser la vanguardia de la historia, defienden el Estado de bienestar y la intervención en la economía como recursos políticos frente a los embates del neoliberalismo. Considerado este estudio de Giddens con respecto a las opiniones de otros cientistas sociales puede apreciarse cómo sus afinadas distinciones de las posiciones políticas actuales, van en contracorriente de la tendencia más general de considerar que el derrumbe del socialismo real trajo consigo una especie de debacle o disolución de las ideologías. Jean-François Revel sostiene que en la práctica los gobiernos y los partidos políticos se ven obligados todos a aceptar la lógica de la evolución económica del libre mercado y la globalización, aunque algunos en el discurso sigan apelando a las ideas del marxismo en calidad de utopías. Desde el punto de vista de Revel el espacio de maniobra que permitiría distinguir a unos partidos de otros se ha reducido a la determinación de los modos de aplicar el capitalismo: con mayor o menor intervención del estado, con más o menos impuestos, con una u otra forma de redistribución de los ingresos, etc. (Cit en Apuleyo Mendoza, P., 2001). En Latinoamérica el enfoque del problema en algunos autores ha compartido esta visión de la pérdida del peso real de las ideologías como parte de un proceso general de crisis de la representatividad en la región, aunque el fenómeno se ha visto asociado especialmente al surgimiento de una pujante sociedad civil con nuevas formas de propuesta.

César Cansino encuentra que en América Latina, más que en cualquier otra parte, la política institucional ha dejado de articular a la sociedad, y el Estado se halla desbordado por iniciativas independientes de la sociedad civil, que con sus acciones está encabezando una auténtica revolución democrática. Esta visión constituye a su juicio una opción que anteponer a los esquemas normativos, liberales y neomarxistas, que han dominado el pensamiento político y social de la región. Hasta ahora señala, el análisis de la política ha estado dominado por intelectuales apegados a la izquierda, identificada en Latinoamérica con el marxismo, o por intelectuales vinculados a la derecha, identificados por su aceptación de la democracia liberal y

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el capitalismo, sin que sus resultados hayan sido satisfactorios para la explicación de la realidad política actual de la región (Cansino, C., 1998).

Alaine Touraine sostiene igualmente el agotamiento del paradigma izquierda/derecha en Latinoamérica, aunque sus argumentos tienen que ver con el simplismo inherente a esta concepción que reducía la dinámica de la sociedad al enfrentamiento de dos clases antagónicas. De acuerdo con ese esquema, dice Touraine la derecha representaba la defensa de los intereses de los grupos de poder existentes y los mecanismos de mercado, mientras la izquierda representaba los grupos desposeídos y los asalariados, pero quedaban por fuera del encuadre político las clases medias que han pasado a ser los grupos sociales más numerosos en la región. Por otra parte, señala Touraine, la crisis de representación está haciendo que la dinámica política se resuelva ahora no con referencia a sistemas ideológicos integrados sino muchas veces como resultado de simples corrientes de opinión:

“En el momento actual, esas palabras [izquierda-derecha] han perdido mucho de su sentido... Nadie puede decir hoy claramente quién representa a quién. Por ello se dice muchas veces que vivimos la crisis de la desaparición de la democracia representativa y que ingresamos a un sistema de democracia de opinión, que tiene una significación menos estructural. Existen corrientes de opinión [que hacen que] la televisión, la radio, los diarios, un individuo, un grupo, un líder carismático tengan más influencia que un partido político...” (Santiago, C., 2000).

Aunque se dé por cierto el desdibujamiento de los modelos político e ideológicos integrados y el crecimiento de un espacio ecléctico en el centro en el que las distintas opciones mezclan elementos de la antigua derecha e izquierda, no por eso dejan de ser útiles las distinciones de Giddens que permiten interpretar los distintos constituyentes de las propuestas con respecto a las orientaciones básicas de la acción política que encarnan.

A diferencia de los cientistas que hablan de una caída más o menos confusa de las ideologías, Giddens propone reconocer un proceso en el que resurgen o se replantean elementos distintivos y tendencias generales de las posiciones políticas precedentes que permiten comprender esa recomposición actual del espectro político.

Tendencias de opinión El análisis de la muestra aleatoria de 95 periódicos y de 111 editoriales de los cuatro diarios de los años 1997 y 2000 ha permitido reconocer algunas de las posiciones políticas e ideológicas dominantes en las tendencias de opinión de los diarios nacionales. Estas tendencias ocuparon, al menos en esos años, los distintos espacios del espectro político antes definido, desde la izquierda radical hasta la derecha radical aunque con evidentes contradicciones y mezclas eclécticas. Esto supone que los diarios nacionales han podido desplegar efectivamente un debate desde distintas posiciones políticas e ideológicas sobre los temas de interés nacional aunque esto no siempre haya sido percibido por los lectores como pudo constatarse al presentar las opiniones de conocedores de la prensa nacional en el apartado tercero de este estudio. Y supone también, que las antiguas orientaciones de la acción política, lo mismo que viejos elementos de las ideologías han subsistido en los diarios del país y siguen sirviendo como puntos de referencia de la opinión pública.

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Las tendencias de opinión, sin embargo, no se muestran como la confrontación de modelos político e ideológicos orgánicamente integrados sino como reelaboraciones con posiciones o inclinaciones dominantes que incluyen elementos heterogéneos y a veces contradictorios. De hecho ninguno de los periódicos mostró rechazar en bloque el modelo económico de libre mercado, aunque algunos lo promovían como la alternativa de desarrollo del país y otros lo adversaban como un influjo negativo. Igualmente, mientras algunos de los periódicos respaldaban las demandas o los propósitos de los movimientos sociales (del sindicalismo, del movimiento indígena o los derechos humanos), otros los confrontaban o tendían a disuadirlos. El análisis se detiene especialmente en considerar los planteamientos de política económica de los editoriales, su posicionamiento con respecto a los distintos actores sociales –con una atención particular a las relaciones de oposición o respaldo de los gobiernos-, y en los planteamientos con respecto a las instituciones y la cultura que modelan la vida del país. Cuando es pertinente se desarrollan las correspondencias o divergencias entre las posiciones de un periódico en el año de 1997 con respecto a las de ese mismo periódico el año 2000, en especial para considerar las relaciones con las distintas administraciones del gobierno. Las referencias y citas de editoriales se limitan a aquellos que ilustran con particular propiedad una u otra característica de las tendencias de opinión.

La Tribuna

La muestra de editoriales de La Tribuna permite reconocer siete tendencias principales de opinión: a) respaldo moderado o condicionado al modelo de libre mercado; b) apoyo a la intervención del Estado para la protección de derechos sociales; c) crítica de la clase política; d) respaldo de la clase militar; e) disuasión de los movimientos sociales; f) promoción de la democracia y g) evaluación de la cultura y reivindicación de valores religiosos tradicionales. Igualmente puede reconocerse un cambio de la actitud de oposición crítica a la administración del presidente Carlos Roberto Reina a una de apoyo a la del presidente Carlos Roberto Flores siendo ambas liberales; lo mismo que pueden percibirse contradicciones en las respuestas a determinadas demandas sociales. Es particularmente ilustrativo de las posiciones adoptadas con respecto a la economía por este periódico, el editorial ¿Lucro compartido? (23-8-97) en el que se hace la propuesta de emular la experiencia exitosa en otras partes de las empresas con participación conjunta de trabajadores y propietarios en la inversión y en los beneficios de las mismas. La proposición que resume el texto editorial es la siguiente:

Una vía para buscar la paz social tal vez lo constituye la idea de permitir participar a los trabajadores en la inversión y en los beneficios lucrativos de las empresas. Positivo sería el aumento de la productividad y la calidad de los productos como consecuencia de un aumento voluntario en el ritmo de trabajo y el cuidado puesto en su ejecución; pero sobre todo sería positivo por la disminución de las presiones de los trabajadores a los empresarios y la reducción consecuente de los conflictos laborales. Negativo podría ser que al cierre de ejercicio los trabajadores no recibieran el beneficio de su esfuerzo por deficiencias administrativas o problemas comerciales. Este modelo de empresa, sin embargo, depende de la voluntad de las partes para implementarlo, y es posible que algún día se de ese paso ( 23-8-97).

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

La idea central reside en que las empresas económicas podrían y deberían ser para beneficio mutuo de empresarios y trabajadores, en un sano equilibrio que garantizara la paz social y el crecimiento económico. En otros textos puede encontrarse igualmente una defensa del crecimiento económico como la alternativa cierta para el desarrollo, ya sea en contra de quienes colocan las esperanzas en la negociación de la deuda externa (10-7-97) o ya sea cuando defiende las causas de los productores agrícolas nacionales (1-3-00).

El reclamo de una intervención fuerte del Estado en la conducción de los asuntos económicos del país como recurso necesario para la provisión de derechos sociales se hace particularmente patente cuando el editorialista enfoca los problemas laborales en las industrias maquiladoras. En el texto Código de conducta (7-8-97) el editorialista demanda al gobierno la promulgación de un código que ponga límites a los abusos de los empresarios maquiladores en contra de los derechos y la dignidad de los trabajadores. Literalmente el texto dice:

"Aunque hacer negocios y buscar ganancias forma parte de los derechos de los individuos y los grupos en sociedades que han escogido como su camino la vía capitalista, no es menos cierto que este ejercicio no puede ser desvinculado del conjunto de derechos que tienen todos los miembros del cuerpo social".

"Hace falta un código de conducta que obligue a los empresarios maquiladores a normar su conducta en el ejercicio de su libertad para hacer negocios... de esta manera los empresarios maquiladores sabrán a qué atenerse, porque antes que ilimitados en su derecho a hacer lo que les de la gana a cambio de un empleo relativamente bien remunerado, ahora están en la obligación de someterse a un marco preciso de límites..." (7-8-97).

El texto pone de manifiesto la abierta oposición del editorialista hacia las prácticas empresariales irrespetuosas de los derechos laborales y su defensa en este caso de la clase trabajadora.

Pueden encontrarse en otros textos otras intervenciones del editorialista a favor de la provisión del Estado de derechos sociales como cuando invoca el artículo constitucional que obliga al gobierno a transferir el 6% del presupuesto a la Universidad Nacional Autónoma (28-5-97) o cuando propone apoyar con subsidios extraordinarios a los productores agrícolas (1-3-00) o cuando propone redoblar los esfuerzos en la lucha contra el VIH/SIDA (3-8-00). Es ilustrativo de la tendencia a adoptar una posición independiente y apegada a los intereses nacionales en materia económica, el editorial titulado Agricultores (1-3-00) en el que con la idea de proteger la producción agrícola nacional, rechaza las políticas neoliberales impuestas desde el exterior.

"[Los] EEUU [y] la UE tienen buenos modelos de protección [de la producción agrícola] que debemos imitar, evitando hacer lo que ellos dicen que hagamos nosotros..." (1-3-00).

El editorial recomienda una política de subsidios del todo contraria a los modelos neoliberales que consideran que la producción debe quedar libre a las fuerzas de la competencia de mercado, y hace ver la paradoja de que los países desarrollados promuevan en países como Honduras lo que ellos en sus propias economías no cumplen.

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Una actitud especialmente crítica adoptan los editoriales cuando enfocan el gobierno de Carlos Roberto Reina, la cual contrasta con el respaldo e incluso el elogio del gobierno de Carlos Roberto Flores. En uno de los editoriales se cuestiona por su irrealismo el discurso de fin de año del presidente Reina. A manera de introducción el texto del editorial dice:

"Es una soberana tontería el que nos embroquemos, en forma generalizada y visceral, en una actitud negativa contra todo lo que hace o dice el presidente de la república... Más bien sin renunciar a la criticidad a que nos tenemos debido, debemos observar lo que dice y hace con la mayor objetividad. Y si podemos ayudarle a que tenga éxito en lo que se propone, debemos ayudarle..."(13-01-97).

El texto cumple la doble función de contrarrestar las críticas indiscriminadas contra el presidente como la de manifestar que encuentra necesaria la crítica objetiva, la que ofrece con manifestaciones de condescendencia como una “ayuda” al gobernante. El texto con perceptible sarcasmo celebra las metas que el presidente ha propuesto para el año en curso, pero al mismo tiempo señala que son irrealizables y que corren el riesgo de convertirse en las conocidas falsas promesas a que dicho gobierno tiene acostumbrado al país (13-01-97). . Las críticas son frecuentes a acciones y decisiones de los funcionarios de la administración reinista: contra abusos de autoridad de parte de la Secretaría de Finanzas en el manejo del presupuesto nacional (28-0-97); contra la pretensión de manipular el desempeño económico con el fin de conseguir una reducción de la deuda externa (10-7-97); por el estado deplorable del sistema penitenciario (22-8-97); contra acciones irresponsables como las denuncias de corrupción sin aportación de pruebas hechas por algunos funcionarios (7-10-97); y por extralimitación de funciones de algunos otros funcionarios (28-5-97). Resulta ilustrativo de esta oposición al gobierno un pasaje en otro editorial de ese mismo año en el que después de aconsejar ciertas medidas para controlar la inseguridad pública el editorial señala la paradójica posibilidad de que el gobierno sea efectivamente uno de los principales problemas de desarrollo del país.

“En el caso que nuestra petición recibiera el silencio indiferente de los funcionarios llamados a hacer algo, confirmaremos que el gobierno nuestro en vez de servir para el desarrollo es el principal obstáculo para lograrlo" (10-03-97).

El editorialista asume que la actitud "indiferente" del gobierno no cambiará, lo que de ocurrir confirmaría su hipótesis del contrasentido en el que descansan los gobiernos nacionales como el de la administración Reina que en lugar de fomentar el desarrollo lo obstaculizan. En contraposición a estos textos de oposición gubernamental, no se encontraron en la muestra de editoriales del año 2000, textos enteros o pasajes que cuestionaran la figura del presidente Flores o de su gobierno, y en cambio sí fueron frecuentes las manifestaciones de apoyo y los reconocimientos a las labores realizadas.

"Gobernar y hacerlo con prudencia y sabiduría no es nada fácil. Entraña una tarea difícil, llena de complejidades. Entraña enormes responsabilidades, acatamiento a la Constitución y a las leyes; elevada dosis de patriotismo y vocación cívica, virtudes casi desaparecidas..." (12-5-00).

Con ocasión de haber circulado rumores con respecto a pretensiones del presidente de prolongar su mandato más allá de lo establecido por la constitución, el editorial titulado

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Suspicacias y mentiras se da a la tarea de desmentir tales afirmaciones y de hacer ver cómo, por el contrario, ha tocado al presidente Flores frenar las aspiraciones incontroladas de algunos de sus inescrupulosos seguidores. En realidad no habría podido esperarse otra cosa del periódico que servir de portavoz del presidente siendo como lo era de su propiedad. No puede dejar de percibirse, sin embargo, que además de esta función los textos expresan elogios a la figura del presidente. El pasaje citado lleva implícito el reconocimiento de las virtudes de la actuación presidencial, es por lo tanto una apología y una alabanza particularmente reiterativa, en la medida en que cada una de las frases después de la primera repite el sentido de la anterior. Las manifestaciones de apoyo al presidente se repiten: por sus actuaciones en la búsqueda de un acuerdo en materia de combustibles con el gobierno venezolano (1-3-00); por su decisión de desalojar a los indígenas que habían tomado el parque arqueológico de Copán (11-09-00); por su destacada participación en la Cumbre del Milenio de la ONU (11-9-00); y por la apertura de vías de solución al conflicto suscitado por la negativa de inscripción a la candidatura presidencial de Ricardo Maduro (15-11-00). Son también frecuentes las muestras de respaldo a decisiones de funcionarios de la administración Flores: por la intervención enérgica de la Secretaría de Seguridad con ocasión de una convocatoria de huelga general de trabajadores (9-10-00); y por el esfuerzo realizado por la comisión gubernamental encargada de la privatización de Hondutel a pesar del fracaso de la licitación (24-10-00). Particularmente significativo es el último editorial del año 2000 en el que el autor se excusa de evaluar el desempeño del gobierno, como suele ser la costumbre en los editoriales de esa fecha, y en su lugar invita a cada uno de los ciudadanos a que lo haga con respecto al desempeño de cada uno. La proposición que resume el texto es la siguiente:

Al finalizar el año se tiene la tentación de evaluar el desempeño de los titulares de los distintos ministerios y del Congreso Nacional, pero es más útil evaluar cuál ha sido el desempeño de cada uno de nosotros y en qué medida hemos contribuido entre todos a la democratización y al desarrollo del país. Debemos preguntarnos si hemos trabajado más que el año anterior, si hemos usado nuestra capacidad de influir sobre la legislación y sobre la actuación de los políticos, y si hemos contribuido a preservar la unidad y mantener la fortaleza del país. Porque la soberanía, las posibilidades de generar riqueza y la fortaleza de las instituciones residen en el pueblo (30-12-00).

Esto constituye una velada defensa del gobierno, al evadir su crítica y al mismo tiempo llamar la atención hacia la responsabilidad de los ciudadanos por la situación de su sociedad. En cuanto a las posiciones del periódico con respecto a otros actores sociales, se encontraron en la muestra manifestaciones de simpatía y respaldo a los militares: se invita a una reconciliación y a olvidar los atropellos de los mismos cometidos durante la década anterior (10-7-97); y se invita a reconocer como una celebración y no como una ostentación de fuerza o una amenaza a la democracia los desfiles de las Fuerzas Armadas de ese año (7-10-97). En cambio se encontraron múltiples críticas dirigidas a la clase política del país, especialmente a los diputados cuyas actuaciones se consideran dominadas por sus intereses personales y no por el servicio al bien común, lo que constituye un contrasentido con respecto a la función

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pública que ostentan (7-4-00). Acusa a los políticos de demagogos y de emprender campañas sucias de difamación con fines electorales (27-10-97); los califica de malandrines (7-4-00), de visión estrecha y de tradicionalistas (12-5-00); de poca inteligencia y de terquedad (24-10-00). Como se verá después los políticos son los personajes más denostados en los periódicos nacionales. Generalmente se alude con este calificativo a los diputados, pero también a los activistas de los partidos políticos y a los funcionarios públicos. En este sentido la apelación a los políticos puede ser indiferenciada, aunque como en el caso de La Tribuna puede dirigirse claramente a políticos correligionarios del Partido Liberal (12-05-00) o del contendiente Partido Nacional (27-10-97). Una situación contradictoria puede constatarse en el caso del apoyo que primero brindó y después quitó el periódico a los productores agrícolas de Olancho en el año 2000. En un primer editorial, salido a la luz cuando las demandas de estos productores comenzaban a darse a conocer a nivel nacional, el editorialista abogó porque el Estado los auxiliara con recursos extraordinarios (1-3-00); no obstante, cuando meses después los mismos productores comenzaron una serie de tomas de carreteras como protesta por la inacción gubernamental, el editorialista condenó sus movilizaciones (30-5-00). Es evidente en los editoriales de La Tribuna, las funciones de contención de los movimientos sociales que el periódico asume. En este caso de los productores agrícolas de Olancho como en otros textos sobre otros actores sociales, la oposición del periódico se manifiesta en el momento en que las actuaciones de estos actores se convierten en protestas que son interpretadas como amenazas al orden social. Es particularmente ilustrativo de esta actitud, el editorial titulado Marginalidad, escrito con la intención de contener las acciones de los migrantes y pobladores de asentamientos informales que con sus acciones amenazan la propiedad privada.

"Los labriegos, a veces azuzados por políticos demagogos, llegan a las ciudades como peregrinos y se toman las tierras privadas en las que construyen sus flamantes colonias con materiales deplorables como cartón y tabla de orilla. Demás está decir que la legalización de sus predios se ha vuelto un pandemonium. De lo anterior se desprende que es urgente emitir una ley sobre asentamientos humanos. Sólo así se puede poner alto al desorden, a la anarquía... para frenar el movimiento migratorio" (31-01-97).

El editorial apela al gobierno para que interceda con la emisión de una ley que restrinja las acciones de estas personas, lo cual si bien se enmarca dentro de los principios de respeto a la propiedad privada del ordenamiento jurídico, supone también ignorar el derecho a una vivienda y a condiciones sociales mínimas de bienestar que los pobladores reclaman. El periódico se manifiesta también en contra o busca disuadir manifestaciones de protesta de los indígenas chortíes, que se habían tomado el parque de Copán (11-9-00); lo mismo que de las organizaciones obreras que habían convocado una huelga general (9-10-00); y califica de “activistas del odio” a los líderes de estas organizaciones responsables de las movilizaciones (28-5-97). No puede dejar de apreciarse que estas posiciones contrarias a las reivindicaciones de pobladores, obreros, indígenas y campesinos resultan contradictorias con respecto al propósito antes manifiesto del periódico de defender y promover derechos sociales con la intervención del Estado. Pero el que existan estas incongruencias no parece que deba tomarse como prueba de la ausencia de ideología en el periódico, sino como una evidencia de que sus tendencias de opinión son en efecto contradictorias o confusas.

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Desde la perspectiva del Análisis Crítico, puede interpretarse esta situación como las contradicciones que se suscitan en el periódico entre discursos declarativos, en los que se dan a conocer principios, valores y creencias, y los discursos prácticos con los que se interviene directamente en los asuntos sociales y que aunque de forma implícita acarrean también elementos ideológicos. La falta de sujeción a un ideario predefinido hace impredecible la reacción de La Tribuna frente a distintos sucesos, pero así como en los casos revisados parecen imponerse en los editoriales intereses prácticos que contradicen principios antes declarados, en otros puede evidenciarse reacciones ante acontecimientos determinados en los que el periódico interviene apelando a la fidelidad a sus principios y valores. Este es el caso recogido en los editoriales de la muestra de la reacción de La Tribuna ante la crisis provocada por la negativa a reconocer la candidatura de Ricardo Maduro por parte de ciertos sectores del Partido Liberal. El periódico se manifestó en contra de estos sectores, siendo del mismo partido oficial, y abogó por la necesidad de anteponer el cuidado de las instituciones democráticas a los intereses partidistas. Como es sabido, la candidatura del nacionalista Ricardo Maduro encontró una fuerte oposición por haberse discutido su nacionalidad hondureña, uno de los requisitos legales para aspirar a la presidencia de la república. En los primeros editoriales que tocaron este asunto, las posiciones de La Tribuna fueron conciliadoras, como en el titulado Negociación (24-10-00) en el que se planteaba como una salida al impase, el entendimiento y el diálogo, lo que suponía en la práctica deponer los argumentos legales y ceder a la inscripción del precandidato opositor. En pocos días los editoriales de La Tribuna pasaron a comunicar cierta preocupación o alarma por los riesgos para la democracia que a su juicio creaba la agravada crisis suscitada por el caso Maduro. En el editorial Proceso electoral (26-10-00), se considera que la descalificación del precandidato nacionalista amenaza las conquistas de la democracia y que estas deben cuidarse como un bien preciado.

"Hay que cuidar como los ojos de la cara el proceso electoral... No hay que abusar. El sistema político nacional no es a prueba de conflictos o de egoísmos... Porque esta democracia es de todos y no de los políticos..." (26-10-00).

El editorial considera que las consecuencias de la vulneración del proceso electoral podían ser más graves de lo que se había pensado, y advierte a “los políticos”, que en este caso son miembros de su propio partido, de la necesidad de "no abusar", -como alusión a que siendo ellos los primeros beneficiados por la democracia no debían hacerla peligrar. Un mes después los editoriales de La Tribuna tienen ya un carácter de firme oposición, desde la misma argumentación de fidelidad a la democracia y a las fuerzas progresistas que asume que representa. Dos de esos textos dicen:

La resistencia de algunos políticos a resolver el caso de R. Maduro es una muestra evidente de las fuerzas retrógradas que han contrarrestado tradicionalmente los esfuerzos a favor del desarrollo en el país. En cambio una fuerza progresista encabezada por la sociedad civil, el Presidente de la República y varios líderes políticos hacen planteamientos que buscan la apertura de salidas al conflicto. Aunque en el momento la primera fuerza domina el escenario, es de esperar que la situación cambiará en el futuro próximo (15-11-00).

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

La reticencia a solventar el conflicto entre los partidos políticos por el caso Maduro, revela una irracional negativa de los mismos a renovarse de acuerdo con los cambios de la modernidad y revela también una actitud irresponsable frente a los verdaderos problemas de la nación como las dificultades en los mercados internacionales de los productos de exportación, el aumento de los precios del petróleo o los retos de la reconstrucción post-Mitch. En lugar de acordar una estrategia de apoyo a las actuales y difíciles gestiones del gobierno de Flores, los políticos siguen enfrascados en su conflicto y los medios de comunicación, en lugar de ejercer una influencia constructiva, lo aprovechan para generar información amarrillista o presencian de forma indiferente los hechos (15-11-00).

Independientemente de otros intereses que estas posiciones pudieran encerrar, y que no pueden conocerse desde los textos, es relevante destacar como una de las tendencias manifiestas del periódico su defensa de las instituciones democráticas y de los procesos electorales como bases fundamentales de la convivencia social en el país. Con ocasión de otros acontecimientos y, no sólo en el caso Maduro, los editoriales de La Tribuna manifiestan ese mismo propósito de defensa de la democracia ya sea abogando por el fortalecimiento de los mecanismos de representación de los ciudadanos a través de los diputados (09-10-00), o evaluando el potencial de la participación local en la política con respecto al debilitamiento de la figura presidencial (30-05-00). Igualmente puede destacarse como uno de tópicos característicos del periódico el interés por la cultura, la que es vista como otra de las bases sobre las que se construye el futuro del país. Los editoriales en repetidas ocasiones evalúan la conducta de los hondureños con respecto a lo que se considera su personalidad o sus hábitos, y especialmente destacan el papel positivo que la religión puede desempeñar en la conducción de la vida personal y social. En el texto titulado Derrotismo (1-4-97) el editorial cuestiona esta característica que encuentra propia del carácter del hondureño y que a su juicio ha coartado las posibilidades de desarrollo del país; en Pasiones que obnubilan (26-02-00) cuestiona lo que llama una entrega irracional de los hondureños a la política y al fútbol; mientras en Enemigo silencioso (3-8-00) lamenta la poca conciencia de los hondureños con respecto a los problemas más acuciantes y cotidianos del país como el VIH/SIDA. En otros textos los editoriales defienden los valores cristianos frente a la confusión a que conduce la anárquica sociedad de consumo, como en Meditaciones de Semana Santa (24-3-97); mientras en otros presenta la religión como uno de los legados tradicionales más valiosos para la orientación de los ciudadanos y del país que encuentra necesario preservar, como en Suicidio colectivo (1-4-97).

El Heraldo La muestra de editoriales de El Heraldo permite reconocer siete tendencias principales de opinión: a) a favor de una intervención fuerte del estado en la economía; b) demanda de protección del Estado de los grupos sociales desfavorecidos; c) oposición a los gobiernos liberales; d) crítica a la clase política; e) identificación con las clases populares, con los movimientos sociales y las posiciones de los grupos de la sociedad civil; f) defensa de la democracia y del Estado de derecho; y g) evaluación crítica de la cultura.

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Estas posiciones han cambiado recientemente como consecuencia de una reorientación de la política editorial del periódico, manifiesta en una serie de despidos de periodistas, en la que, según denuncias de organizaciones sociales reseñadas en el apartado tercero de este estudio, han intervenido presiones gubernamentales. Independientemente de estos cambios y de las razones que los hayan motivado, el que se hayan encontrado esas posiciones antes enlistadas en la muestra estudiada de los años de 1997 y 2000, supone que al menos entonces hubo la suficiente apertura a las mismas en las páginas editoriales de El Heraldo, aunque supone también que dicha apertura no fue lo suficientemente flexible como para prolongarse más tiempo. La revisión que sigue, por tanto, sirve tanto para registrar ese momento de apertura como de cierre a las posiciones políticas e ideológicas de este diario nacional. A diferencia de las posiciones progubernamentales y conciliatorias con la economía de libre mercado que caracterizan los editoriales de La Tribuna en los años estudiados, los de El Heraldo en esos mismos años se distinguen por invocar la mano dura del Estado en la conducción de los asuntos económicos, por mantener una invariable oposición gubernamental, y por declararse partidarios de los nuevos movimientos sociales, especialmente de las luchas medioambientales y de aquellas a favor de los derechos humanos. Un ejemplo de las posiciones mantenidas en materia económica la ofrece el editorial titulado Deslizamiento al abismo (3-8-00) en el que se enfoca el problema del déficit de la balanza comercial del país, y se invoca una intervención del Estado que no sólo promueva las exportaciones sino que limite las importaciones de artículos suntuarios. El resumen del editorial es el siguiente:

La moneda nacional experimenta una devaluación continua frente al dólar como consecuencia de un desequilibrio entre nuestras exportaciones y nuestras importaciones. Como respuesta a este problema se han promovido en el país las exportaciones, pero ha hecho falta controlar las importaciones, especialmente de artículos suntuarios que presionan fuertemente las reservas internacionales. El costo social de la devaluación no puede recaer sólo en los más necesitados (3-8-00).

Literalmente el texto puntualiza que:

"Lo que se advierte es que mientras la atención se centra en la oferta exportable, hay un silencio sospechoso con respecto a las importaciones. De hecho lo que más crece es lo que compramos, no lo que vendemos... El costo social de la devaluación continua de la moneda es tan alto que amerita medidas a fondo para enfrentarlo. Nadie morirá porque no haya carros de lujo en el mercado, pero sí habrá muertes si no tenemos divisas para comprar medicinas e insumos básicos para producir, ¿pero quién le pone el cascabel al tigre?" (3-8-00).

El editorial demanda al estado una distribución de la carga de la devaluación entre toda la población, especialmente entre los más privilegiados económicamente, presumiblemente mediante mayores gravámenes a las importaciones suntuarias. No obstante, el editorialista hace ver esto como un asunto peligroso o prohibido, en la medida en que toca los intereses de la elite económica y las grandes empresas importadoras. Igualmente es ilustrativo de las políticas de intervención económica estatal que reclama el editorialista el texto titulado Cómo vender la inflación (10-3-97) en el que plantea al gobierno controlar los precios de la canasta básica. El resumen del editorial dice:

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Mientras la inflación encarece los precios, el gobierno no toma medidas para resguardar los productos de la Canasta Básica. La inflación es un fenómeno que engaña tanto a los comerciantes como a los bancos con negocios o ganancias ficticias en una economía que en la práctica se deteriora. El gobierno debe asumir sus obligaciones, debe evitar que los consumidores pasen hambre e intentar controlar la situación, en lugar de dejar que sus consecuencias afecten al conjunto de la sociedad (10-3-97).

Y literalmente el editorialista señala:

"El fácil aumento de los precios hace que el entusiasmo en los negocios patrocine un ambiente triunfalista. Algunos empresarios al ver el aumento en las ventas piden más inventarios... (para almacenar y esperar que los precios suban más y den mayores ganancias)... los bancos resultan atrapados por una burbuja de optimismo y se mantienen listos para renovar y garantizar más préstamos libremente. Pero aunque el crédito mercantil esté en oferta, esta clase de crédito está muy cerca del juego de la especulación...” (10-3-97).

A juicio del editorialista, la inflación es un fenómeno perverso, que afecta a los consumidores y engaña a los comerciantes y los banqueros con ganancias ficticias, pero que puede y debe ser controlado por el Estado sobre todo para evitar el hambre de los más necesitados y la especulación inescrupulosa. En estos y en otros editoriales, puede apreciarse que en el editorialista persiste la visión de una sociedad dividida en clases antagónicas cuyas diferencias siguen siendo el núcleo duro de los conflictos sociales. En esta visión, las elites económicas y políticas son irresponsables, como se hace ver en el editorial titulado En el país de la pobreza que vivan los celulares (31-01-97) y el pueblo es alienado y utilizado por esas clases como se hace ver en los textos titulados La leyenda de un pueblo olvidado (13-01-97) y Los hondureños y el alcohol (30-12-00). De hecho, cuando se analizan las relaciones de los textos con los distintos actores sociales se encuentra una identificación del editorialista con las clases populares. En La leyenda de un pueblo olvidado (13-01-97), el autor lamenta que en la historia de la humanidad el pueblo haya sido siempre un espectador de la política y de las decisiones significativas de los gobiernos, y que igualmente sobre él haya recaído el peso del trabajo y de los tributos. Por el contrario En el país de la pobreza que vivan los celulares (31-01-97) cuestiona el bochornoso espectáculo de unas elites que despilfarran los fondos públicos y ponen en evidencia el oportunismo y la falta de ética de la clase política en el poder. Los señalamientos críticos son permanentes contra las autoridades gubernamentales, lo mismo que contra la clase política del país. Contra la administración Reina se encuentran textos que cuestionan la ‘revolución moral’ pregonada por el presidente y desmentida a juicio del editorialista por sus funcionarios (31-01-97); hay textos que cuestionan decisiones gubernamentales irresponsables como la designación inconsulta de miembros de la comisión de traspaso de la policía al poder civil (22-8-97); o textos que ponen en entre dicho las intenciones gubernamentales en el caso del despido de sindicalistas que habían hecho denuncias de corrupción (23-8-97). También aparecen textos que hacen señalamientos críticos contra la administración Flores: el aumento descontrolado de la criminalidad, que trajo consigo el asesinato de un diputado, hace decir al editorialista que el país vive un vacío de autoridad, en el que falta en particular un presidente (24-10-00); la situación desastrosa del Instituto Hondureño de Seguridad Social, especialmente el estancamiento de sus reformas, las atribuye a los conflictos de intereses entre

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distintas facciones gubernamentales (12-5-00); y las dificultades para la inscripción del Partido Unión Democrática para la última contienda electoral, los atribuye a atropellos deliberados concertados por la presidencia de la república, el Tribunal Nacional de Elecciones y la Secretaría de Gobernación (15-11-00). Las críticas más duras se dirigen, como en el caso de La Tribuna, a la clase política que es vista como un conjunto de personas carentes de principios éticos. En uno de los pasajes de uno de estos editoriales, el autor los define como aquellos “que pelean y sueñan con el poder para un disfrute vulgar y grosero del mismo” (31-01-97); en otro los acusa de desacreditar la democracia por el incumplimiento de demagógicas promesas (10-7-97); mientras en otro los responsabiliza de la degradación del poder judicial por haberlo convertido en una especie de botín de la carrera política (7-4-00). En uno de los pasajes ejemplares de este tipo de críticas, identifica la acción guiada por intereses personales de los políticos como uno de los principales obstáculos para el desarrollo del país.

"La politización de sectores neurálgicos para el futuro de la nación, como el caso del sistema de administración de justicia, la protección y conservación de los bosques o el mismo poder legislativo, es uno de los principales obstáculos para que Honduras aspire a un mejor destino" (12-05-00).

Es significativo en los editoriales de El Heraldo del período estudiado, el predominio de visiones negativas con respecto a la situación actual y al futuro del país. Incluso cuando se asumen las posiciones de los movimientos sociales y de la sociedad civil, los textos lo hacen desde una perspectiva siempre crítica y poco esperanzadora. En uno de los textos antes citado en que se cuestiona al gobierno por haber despedido a un líder sindical que había hecho denuncias de corrupción, el editorialista se identifica con este tipo de acciones surgidas desde las organizaciones sociales pero al mismo tiempo lamenta el que el sindicalismo y la sociedad civil en conjunto no hayan aprovechado la oportunidad que ofrecía la administración Reina para hacer avanzar verdaderamente lo que entonces se llamaba la revolución moral de la administración pública y del país.

“Una de las grandes grietas de la llamada Revolución Moral es que la sociedad civil ha sido testigo de lo que hizo o no hizo el gobierno en la lucha contra la corrupción pero no fue protagonista de la misma. Las agrupaciones sindicales, gremiales y profesionales no asumieron por sí mismas la bandera de la ética y el adecentamiento público y desaprovecharon una magnífica coyuntura" (23-8-97).

Como puede apreciarse el editorial adopta una posición crítica del gobierno desde las posiciones del sindicalismo y la sociedad civil, respecto de las cuales se permite señalar el yerro estratégico de no haber tomado la palabra al gobierno en su propuesta de revolución moral. El afirmar que esta revolución pregonada por el presidente tiene "grandes grietas", supone asumir el deterioro de ese propósito y de la administración en general. En uno de los editoriales en los que se apoya y promueve la causa ecologista, esto se hace en el contexto de una crítica extendida a la producción agrícola y dentro de una visión fatalista del futuro del país. El resumen del editorial es el siguiente:

La intención de empresarios del sur del país de reiniciar el cultivo de algodón en el departamento de Choluteca despertó una inmensa polémica sobre su conveniencia por la contaminación con agroquímicos que este cultivo puede generar en perjuicio de la industria camaronera y los productores de melón y sandía. La preocupación por el efecto

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contaminante de los cultivos de algodón, que requiere del uso de pesticidas y herbicidas en grandes cantidades, es legítima, no obstante, este problema no debe verse de forma aislada sino que deben considerarse también los impactos ambientales de los mismos productores que ahora protestan, especialmente de los camaricultores cuya industria afecta los manglares. La visión correcta que debe prevalecer es la de la conservación integral del medioambiente, considerando la responsabilidad de cada uno en su cuidado (7-8-97).

Hasta aquí el texto plantea la necesidad de llevar las demandas de protección de los recursos más allá de los intereses de un grupo o sector productivo hasta la protección integral del medioambiente. Pero esto como la imperativa opción ante un escenario desolador de la destrucción natural que vive el país.

"Poco a poco hemos ido perdiendo no sólo el paisaje de antaño sino sus recursos. Una de las siete variedades de pino de nuestro país está a punto de extinguirse, y la mayoría de la hondureñidad ni siquiera se percata. Si no paramos esta debacle, el futuro de Honduras será desaparecer como nación, de eso no hay duda." (7-8-97).

En otros editoriales se asume la causa de la lucha por los derechos humanos en un contexto también de crítica contra las condiciones sociales y la cultura predominantes en el país. En uno de ellos se habla de la necesidad de respetar los derechos de los niños en una sociedad en la que imperan los maltratos y los abusos. El resumen del editorial dice:

Las revelaciones de Casa Alianza con respecto a que miembros de la Fuerza de Seguridad Pública y otras autoridades se han visto implicadas en violaciones a los derechos humanos de niños, hace ver la necesidad de que el Estado y la Sociedad hagan valer la nueva ley sobre la niñez. De igual forma, la reciente manifestación en la capital de 40 escuelas en contra del maltrato infantil nos recuerda que aún no ha sido superado este problema ni en las aulas escolares ni en los hogares hondureños donde se sigue pensando que los castigos físicos y psicológicos constituyen formas de una buena educación. Hace falta mayor empeño para aplicar la ley y hacer un esfuerzo conjunto para cambiar la mentalidad de los hondureños en beneficio de los niños. (11-10-97).

La defensa del medioambiente aparece en otro editorial en el que se cuestiona la ubicación de un crematorio municipal (1-4-97); y la defensa de los derechos humanos en uno en que se recuerda la necesidad de tener presente los derechos de los inmigrantes a su paso por México y no solamente los intereses económicos en las negociaciones de acuerdos con la nueva administración de ese país del presidente Fox (11-9-00). Como el diario La Tribuna, El Heraldo también se puso de parte del precandidato Ricardo Maduro y lo consideró una defensa de las instituciones democráticas. El editorial Rompiendo las reglas (9-10-00) plantea con claridad la posición adoptada por el periódico, en el sentido de rechazar como una violación de las normas del juego democrático la pretensión de inhabilitar al candidato del Partido Nacional. El resumen del texto es el siguiente:

La inhabilitación en proceso del candidato R. Maduro debe considerarse a la luz de las relaciones que deben haber entre ética y política, y con respecto a la necesidad de fortalecer la gobernabilidad del país. La clase política hondureña se ha caracterizado por romper las reglas de juego democrático que ella misma ha diseñado. En este caso el partido gobernante rompe esas reglas al pretender inhabilitar al candidato nacionalista diez años después de que iniciara su carrera política. El que el Partido Liberal haya

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recurrido a una persona de dudosa reputación con cargos imputados de injuria para interponer la inhabilitación y el que se apele al "orgullo nacional" y al rechazo de un presunto "expansionismo de la oligarquía salvadoreña" restan validez a la protesta contra el candidato nacionalista. La verdadera causa de esta maniobra política es la pretensión del partido del gobierno de perpetuarse en el poder. Ahora hay que esperar la posición que adoptará el Poder Ejecutivo, la que aún es incierta (9-10-00).

Este rechazo a lo que se presenta como una manipulación de los liberales, es consecuente con la oposición contra el partido oficial observada por el periódico desde la administración Reina. Es singular, sin embargo, que dicho respaldo provenga desde ciertas posiciones de la sociedad civil que los editoriales de El Heraldo representaban entonces. Esto supone que la defensa de la candidatura nacionalista y de las instituciones democráticas que suscitó el caso Maduro provinieron no sólo de los grupos conservadores de derecha, tradicionalmente asociados al Partido Nacional, sino de todo el espectro político, incluidos los propios liberales y la sociedad civil. Como La Tribuna, El Heraldo también cuestiona los modos de ser y las costumbres de los hondureños, aunque se consideran especialmente desde el ángulo de los problemas que la cultura propia del país plantea al desarrollo. En Narcotráfico y certificación (1-03-00) el editorialista identifica el gran desconocimiento de los problemas del narcotráfico en el país, con una especie de ignorancia y candor que encuentra característicos de la población. Esta idea de un pueblo alienado que desconoce su realidad, se repite en otros editoriales. En Los hondureños y el alcohol (30-12-00) que es el último texto del año 2000, el editorialista saca a relucir que es en las fechas navideñas cuando se consumen mayores cantidades de bebidas alcohólicas lo que a su juicio evidencia un grave problema de salud en una gran parte de la sociedad hondureña, con efectos nocivos en la vida familiar y productiva del país. Esta costumbre la interpreta como una de las consecuencias de la manipulación mental a que históricamente ha sido sometido el pueblo por las elites gobernantes:

"...este hábito fue fomentado tanto por los colonizadores como por los caudillos de turno que hicieron de las 'guacaladas' de guaro un instrumento de control político y social sobre las masas de la población, especialmente la indígena y la rural" (30-12-00).

La Prensa La muestra de editoriales de La Prensa permite reconocer nueve tendencias principales de opinión: a) promoción del libre mercado como la alternativa imperativa para el desarrollo del país; b) a favor de una racionalización del gasto social; c) identificación con la clase empresarial; d) oposición a los gobiernos liberales; e) crítica a la clase política; f) moderada oposición a los movimientos sociales; g) defensa de la democracia; h) evaluación crítica de la cultura; i) promoción de los valores de eficiencia y racionalidad práctica; y j) reivindicación de valores morales y religiosos tradicionales. Aunque La Prensa y El Heraldo son periódicos que publica un mismo grupo económico, sus editoriales ocupan posiciones políticas e ideológicas no siempre coincidentes y en algunos casos del todo divergentes en el período de estudio. Coinciden en su defensa de la democracia, en su oposición a los gobiernos liberales y a la clase política, y parcialmente en su evaluación

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crítica de la cultura, pero se inclinan en direcciones contrarias cuando se identifica La Prensa con la clase empresarial y El Heraldo con las clases populares, y consecuentemente cuando enfocan la economía y los movimientos sociales. La Prensa promueve el modelo neoliberal como no lo hace El Heraldo ni ningún otro periódico; El Heraldo reclama la intervención del Estado para la protección de los más desfavorecidos mientras La Prensa destaca la carga tributaria que dichos gastos suponen para la empresa privada y la ciudadanía; y si El Heraldo se identifica con las reivindicaciones sindicales y el movimiento ecologista, La Prensa se opone a ellos o cuestiona su factibilidad. Evidentemente ambos periódicos se encuentran dirigidos a grupos de lectores distintos que pueden reconocerse como nichos de mercado también distintos. En este sentido, podría considerarse que las diferencias se encuentran asociadas con estrategias de mercado diferenciadas, que en el período de estudio funcionaron como un mecanismo favorable a la apertura a distintas e incluso contradictorias tendencias políticas dentro de un mismo grupo de propietarios de medios. La asunción del neoliberalismo por parte de La Prensa y su promoción como una alternativa de desarrollo puede apreciarse de modo ejemplar en el editorial ¿Cuál es el miedo? (12-05-00) en el que el autor interpela a los empresarios a abandonar sus reservas frente al libre mercado e insta a verlo como el marco ineludible y necesario en el que deben sobrevivir las empresas en las condiciones actuales de la economía global. En ese texto el editorialista considera que los empresarios nacionales se han mostrado hasta ahora recelosos ante la firma del acuerdo comercial con México, e intenta hacer ver que no solamente esas reservas son negativas y prematuras, sino que lo que hace falta es una actitud más agresiva que lleve a competir con mayor productividad y mejores productos en condiciones verdaderas de libre mercado.

"Los mercados cautivos son nocivos y lamentablemente los empresarios hondureños están acostumbrados a esta anacrónica forma de operar. Pero la agroindustria nacional debe estar consciente que esto no funcionará así siempre, esperando siempre el favor del Estado, porque la evolución comercial de libre competencia y formación de bloques económicos es un camino irreversible en el que no debemos quedar rezagados. Quien se queda atrás desaparece... [El Acuerdo con México] es otra puerta que se abre y la única forma de aprovecharla es compitiendo en producción y productividad que se traducen en precio y calidad capaces de abrir y ampliar mercados" (12-05-00).

Esta misma actitud se repite en otros editoriales, aunque los llamados a facilitar la integración al libre mercado se dirigen no sólo a los empresarios sino también y especialmente al gobierno. En Burocracia e inversión (24-10-00), el editorialista reclama con energía al Congreso Nacional un conjunto de reformas al que considera caduco y en extremo intrincado Código de Comercio del país, reformas que a su juicio son cruciales para atraer la inversión, crear empleo y situar a Honduras en una posición competitiva con respecto a los demás países del área centroamericana.

“La globalización llegó pero la ruta hacia ella no ha sido despejada... toda esta maraña [burocrática] no sólo perjudica [por] la pérdida de tiempo [y] el desánimo que infunden, sino sobre todo [por]que en ella se oculta el cáncer que corroe nuestra sociedad: la corrupción... que desaparezcan todos los recovecos que así desaparecerán las ratas" (24-10-00).

A juicio del editorialista, las complicaciones del Código de Comercio no solamente restan competitividad al país sino que operan para favorecer la corrupción, que considera la enfermedad fatal de la sociedad hondureña.

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La identificación con la clase empresarial de La Prensa es evidente en el tratamiento que los editoriales hacen de la economía y especialmente cuando se ocupan de los impuestos. Probablemente uno de los ataques más fuertes registrados en los editoriales de la muestra de este estudio es el que La Prensa dirige al titular de la Secretaría de Finanzas durante la administración Reina por su negativa a reducir el impuesto sobre la renta. La censura del funcionario se extiende al gobierno en su conjunto haciendo ver sus contradicciones y su falta de claridad en la política económica que a su juicio es imperativa para el país.

"Como se sabe, el Impuesto Sobre la Renta en nuestro país es del 42 por ciento para las empresas de mayor éxito, en tanto que en El Salvador es del 25 por ciento. No se necesita tener un doctorado de la Escuela de Negocios de Oxford para saber cuál de los dos países escogería un inversionista... Aprendamos de la experiencia de los que tuvieron éxito. ¿Por qué insistir en el error si es obvio que nos está conduciendo al caos y la destrucción del país?" (13-01-97).

La comparación entre la situación tributaria en Honduras y El Salvador sirve para fundamentar un argumento crítico que es presentado con ironía, pues a juicio del editorialista bastaría con una mínima educación e inteligencia para advertir cuál es la conveniencia del país. Igualmente puede observarse que el texto invita a aprender de las experiencias de los países exitosos, y a evitar lo que considera una conducta irracional por parte del gobierno de insistir en lo que ha sido erróneo. Esto apunta a un reclamo de racionalidad que considera una de las necesidades más apremiantes en la conducción de la sociedad. La oposición a los gobiernos liberales se manifiesta tanto contra la administración Reina como contra la administración Flores. La renuencia a aceptar reformas a la inmunidad de los diputados por parte del Congreso Nacional, es señalada como un hecho que desdice la pregonada revolución moral (22-8-97); las publicitadas medidas propuestas por los órganos contralores del Estado para perseguir la corrupción son puestas en entredicho, pues a su juicio, gracias a su previsible ineficiencia, sus resultados serán muy probablemente contraproducentes (10-3-97). Igualmente encuentra que son acciones erradas del gobierno la aprobación de estatutos que conceden privilegios a maestros y médicos (7-8-97) y las prórrogas al censo electoral (10-7-97). Durante la administración Flores cuestiona el aumento de salarios que los diputados se autoasignaron (26-2-00); ridiculiza lo que considera unas tibias reformas a la inmunidad de los parlamentarios (7-4-00); y protesta airadamente contra los injustificados atrasos de las reformas al poder judicial (26-10-00). Como en los demás periódicos, las críticas más duras se dirigen a los políticos en general y a los diputados en particular. La Prensa se distingue, sin embargo, por cuestionar desde un punto de vista estrictamente práctico la utilidad de estos funcionarios públicos.

"En privado los miembros de la Junta Directiva del Congreso admiten que más pero mucho más de la mitad de esos 128 "legisladores" no aportan nada al debate, no formulan iniciativas ni propuestas, no trabajan en las comisiones y, en muchos casos, ni siquiera se presentan al parlamento excepto, desde luego, el día de pago" (31-01-97).

Si se sabe que muchos de los diputados no contribuyen al debate parlamentario, lo lógico a juicio del editorialista es reducir su cantidad. La oposición a las reivindicaciones salariales de los maestros y los médicos, se fundamenta en lo que los editoriales de La Prensa consideran una necesaria racionalización del gasto social

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por parte del Estado. El editorial titulado Gasto público (7-8-97) ilustra con propiedad estos argumentos:

La aprobación por parte del gobierno de aumentos salariales a los maestros y los médicos va en contra de la política manifiesta de control del gasto, constituye un beneficio pasajero para estos gremios y ejercerá una presión significativa el próximo año sobre la sociedad y sobre el gobierno que deberán honrar estos compromisos. La empresa privada debe tomar en cuenta que los aumentos se deben pagar con los impuestos que generan los sectores productivos del país y que el Código Tributario otorga atribuciones amplias al gobierno para cobrar estos impuestos. Hace falta que la empresa privada analice más detenidamente estos asuntos y se pronuncie con respecto a ellos. Igualmente, los ahora candidatos a la presidencia, deben analizar estas medidas cuyas consecuencias ejercerán una notable presión sobre su mandato en caso de alcanzar el triunfo electoral (7-8-97).

Como puede apreciarse el editorialista no solamente se opone a estos aumentos salariales desde la perspectiva de la carga tributaria que suponen, sino que se dirige a los empresarios y los próximos gobernantes para advertir de los problemas que desde su punto de vista plantearán a la economía. La misma racionalización del gasto social, y consecuentemente de promoción de una actitud vigilante frente a la provisión de derechos sociales por parte del Estado, puede apreciarse en los editoriales que enfocan la crisis del sistema de seguridad social (1-3-00), o las demandas por el 6% del presupuesto nacional de la Universidad Nacional Autónoma (28-05-97). Los editoriales de La Prensa cuestionan también la factibilidad de que el país pueda cumplir con las obligaciones internacionales de protección del medioambiente argumentando el costo insufragable que su cumplimiento supone para economías débiles como la de Honduras. El editorial ¿Quién paga? (11-10-97) planteó lo siguiente:

A cinco años de la reunión de Río de Janeiro y a unos meses de celebrarse la reunión de Tokio sobre medioambiente mundial, países en desarrollo como Costa Rica y Brasil han planteado la necesidad de que los países industrializados paguen por la protección y recuperación de los bosques tropicales. Esta es una medida necesaria habida cuenta que los países industrializados son los que más contaminan la atmósfera, que los costos son muy elevados para las economías del tercer mundo y que los beneficios de semejante labor son para la comunidad internacional en su conjunto. Hace falta llevar a la práctica el principio de convivencia, la responsabilidad personal o nacional por los daños que se infringen a la persona o a la comunidad internacional (11-10-97).

El editorialista reacciona ante lo que asume como una pretensión de los países industrializados de que los costos por la protección medioambiental recaigan en los países en desarrollo. Encuentra, por el contrario, que el costo por asumir la responsabilidad por el medioambiente es muy elevado para países como Honduras. Como La Tribuna y El Heraldo, La Prensa también se pronunció a favor de Ricardo Maduro argumentando la defensa de las instituciones democráticas frente a la pretensión de inhabilitar su candidatura. A diferencia de estos diarios, sin embargo, los cuestionamientos de los editoriales de La Prensa comunicaron pánico, indignación y repudio ante la situación creada por el partido oficial. En el editorial titulado Pedestal y altar (9-10-00) se acusa a los liberales de “poner en vilo a una nación”, de haber conducido al país “a una crisis que puede constituir el tiro de gracia para

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nuestra débil democracia”, y advierte que muchos hondureños temen “un desbarajuste de proporciones insospechables”. Por su parte, el editorial Carta reveladora (15-11-00) presenta como una traición infamante la falta al acuerdo al que se había llegado para resolver el impasse de la candidatura de Ricardo Maduro mediante la intervención de una comisión internacional de juristas. El editorial alude a la carta hecha pública por el jurista español Julio D. González Campos en la que ofreció los pormenores acerca de la contraorden del Partido Liberal cancelando la iniciativa:

"La misiva es reveladora del grado de descomposición de ciertos dirigentes políticos y su calidad moral, pues al tiempo que juran y perjuran en cumplir lo pactado, atentan contra ello como si la palabra empeñada fuese un artículo de mercado y no el reflejo del honor de las personas... [La contraorden del Partido Liberal] desbarata de un plumazo... lo logrado... ese mismo día [del acuerdo] la puñalada iba camino de Madrid..." (15-11-00).

Más allá de la disputa legal con respecto al candidato nacionalista, el incumplimiento del acuerdo al que se había llegado puso de manifiesto las verdaderas intenciones de la dirigencia liberal. El editorial lanza como la más fuerte de las acusaciones la falta a la palabra empeñada, que consideró como un signo del deterioro moral de la dirigencia liberal. El que en esta disputa el editorialista haya subrayado que la lealtad a una promesa es una cuestión de "honor" y no de "mercado", supone sobreponer los valores tradicionales a los modernos. De hecho, pueden encontrarse en otros editoriales este tipo de afirmaciones a favor de los valores morales tradicionales como cimientos de la sociedad. Como en los demás periódicos, también en La Prensa es de relevancia la consideración de los problemas y potencialidades de la cultura para el desarrollo. Los editoriales se inclinan recurrentemente por señalar las debilidades de la cultura de los hondureños con respecto a los retos que plantea la construcción de una ciudadanía responsable y un estado moderno, pero al mismo tiempo invocan la centralidad que los valores tradicionales del honor o de la religión deben tener para los individuos y la sociedad. Los editoriales de La Prensa, como se señaló antes abogan por profundizar la vigencia de una racionalidad práctica en la conducción del Estado y de sus políticas, lo que se encuentra expresado con particular claridad cuando se evalúa el funcionamiento de instituciones públicas como el Instituto Hondureño de Seguridad Social (1-03-00) o la Universidad Nacional Autónoma (28-5-97). A juicio del editorialista, la demagogia en el sentido de falsas convicciones o halagos al pueblo que se hacen por intereses personales o de grupos, es uno de los males culturales principales que hace falta desterrar. Muchos políticos, señala, se entregan a la tarea irresponsable e inútil de fomentar falsas ilusiones en la población:

"Como soñar no cuesta nada, hay quienes se entregan, con el calor y el entusiasmo de las primeras decisiones, a una labor encomiable, pero que resulta escasamente eficiente..." (10-3-97).

Un ejemplo claro de los estragos que a juicio del editorialista la demagogia causa en las funciones públicas queda de manifiesto cuando señala los problemas de la Universidad Nacional Autónoma. El editorial plantea que:

El problema de la UNAH no radica sólo en el presupuesto sino en el anacrónico modelo político administrativo que se presta para la corrupción, el abuso, la incompetencia y el

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caos. Hace falta acabar con la paridad estudiantil, por cuanto es un contrasentido que gobiernen la Universidad quienes están ahí para educarse. Hace falta que las decisiones no se tomen por mayoría política sino con base en criterios técnicos, científicos y gerenciales. Hace falta reducir el cuerpo administrativo que consume los recursos que deberían destinarse para el trabajo académico y de investigación. Y hacen falta, finalmente, exámenes de admisión que permitan seleccionar a los estudiantes con capacidades para desarrollar una carrera universitaria y evitar la numerosa población vegetativa de alumnos en la Universidad (28-5-97).

El acceso universal de los estudiantes, la paridad estudiantil, la toma de decisiones por mayoría política y el crecimiento de la burocracia, se identifican todos como problemas creados por la demagogia en esta institución en la que lo esperable sería que se condujera por los principios de la racionalidad y la academia. En estos señalamientos resalta la crítica a la falsa creencia en la igualdad de capacidades en que descansa la política de libre admisión de la Universidad:

Es una "demagogia absurda [considerar] que todo el mundo puede y debe ser universitario. Debido a ello no hay exámenes de admisión... como sucede en todas las universidades serias del mundo" (28-5-97).

A juicio del editorialista muchas de estas situaciones han sido inducidas por un Estado paternalista que ha hecho del ciudadano un individuo que demanda y se beneficia de derechos pero que ignora sus deberes. En el editorial titulado La Prórroga (10-7-97) el editorialista se lamenta de la conducta irresponsable de los ciudadanos que no habían cumplido con su obligación de inscribirse en el censo electoral de ese año, y del paternalismo de las autoridades que entonces, como en otras ocasiones y con otros propósitos, lo consintieron y promulgaron otra de las famosas prórrogas características de los gobiernos del país.

"Lástima que al hacer hincapié en el derecho se marginen los deberes, que en ésta como en tantas ocasiones, formando ya parte de nuestra idiosincrasia, son soslayados, en aras, dizque, de intereses superiores. Ya es perniciosa costumbre... que la prórroga sea el corolario obligado en todo período establecido para cumplir con deberes ciudadanos. Y cómo no, en un ambiente paternalista como el nuestro en el que hasta para ejercer los derechos tenemos que dar las gracias a los supuestos progenitores [o diputados] como si de ellos y no de la vigencia y el cumplimiento de las leyes dependiese la convivencia civilizada" (10-7-97).

La defensa de una racionalidad económica, técnica, y científica, que en cierto modo representan los valores de la modernidad, se presenta en los editoriales junto a la reivindicación de los valores tradicionales de la moralidad, el honor y la fe cristiana. Los editoriales divulgados con motivo de la Semana Santa del año 1997 son ilustrativos de esta doble apelación. En el texto titulado Saldo trágico (1-4-97) el autor señala la necesidad imperiosa de hacer entrar en razón a los conductores para que no conduzcan sus automóviles en estado de ebriedad:

"Pretender que nuestra gente deje de beber es irreal. Imponer la ley seca es una quimera. Los malos hábitos en este campo están demasiado extendidos para suponer que se pueden alterar, a escala nacional, con la mera emisión de un decreto. Por tanto, lo más que se puede pretender es educar, educar y educar hasta que el mensaje sensato y razonable llegue a la nueva generación..." (1-4-97).

El editorialista asume como una característica distintiva del hondureño su afición a la ebriedad y la dificultad para comprender razones. Como puede apreciarse el editorialista apela en este caso al valor moderno de la educación para la reforma de la conducta, en el editorial Respeto y

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serenidad (26-3-97) apela en cambio a las virtudes personales que fomenta la religión como el recurso principal para contener los numerosos accidentes que suelen ocurrir en estas fechas.

"Respeto, amabilidad y serenidad deberían poder inyectarse en estos días a numerosos hondureños que en loca carrera se lanzan a atrapar el tiempo como si éste fuese a escapar... "In medium consistit virtus" expresaban los clásicos. Valor para ser nosotros mismos en todo instante, en la oficina o en la playa, en la casa o con los amigos... Para muchos la reflexión personal y comunitaria en su fe cristiana dará sentido a estos días... la felicidad está en las personas, no en las cosas..." (26-3-97).

Tiempo La muestra de editoriales de Tiempo permite reconocer ocho tendencias principales de opinión: a) apoyo condicionado al modelo económico neoliberal; b) apoyo a algunas formas de intervención del Estado en la economía; c) identificación con la clase empresarial; d) crítica moderada a los gobiernos liberales; e) crítica a la clase política; f) oposición a la clase obrera y los movimientos sociales; g) defensa de la democracia; y h) evaluación crítica de la cultura. El diario Tiempo, como quedó señalado en el apartado tercero de este estudio, fue elogiado en el país por su defensa de los derechos humanos en la década de los ochenta, y es cuestionado en la actualidad por haberse convertido en un instrumento de comunicación de su propietario, el empresario, banquero y líder del Partido Liberal Jaime Rosenthal Oliva. Como La Prensa, Tiempo defiende y promueve los intereses de la clase empresarial, pero suele anteponer lo que considera los intereses nacionales a su apoyo al neoliberalismo. De ahí que los editoriales suelan invocar la intervención del Estado en la economía ya sea para interceder por los consumidores o por los empresarios. Un buen ejemplo de esta actitud se encuentra en el editorial titulado Desarrollo en el Lempa (26-02-00) en el que el autor evalúa los beneficios para el país del proyecto hidroeléctrico a realizarse en el río que sirve de frontera a Honduras y El Salvador.

Existen factores que llevan a pensar que los beneficios no serán equitativos para Honduras y El Salvador en cuya frontera se construirá la represa. El único beneficio que aprovechará Honduras por el aprovechamiento de su cuenca hidrográfica será una alícuota de energía generada mientras los otros beneficios del reuso del agua descargada por la turbinas serán para beneficio de El Salvador, lo cual no ha sido considerado en la distribución de la carga financiera por el costo de construcción de las instalaciones. En lugar de este Proyecto podría considerarse el aprovechamiento de otros recursos hidrológicos inexplotados en el país que prestarían mejores ventajas para la generación de energía (26-02-00).

Esta evaluación costo-beneficio de corte estrictamente económico es la que se aplica a los demás asuntos de la economía independientemente de sus implicaciones con respecto al ideario neoliberal, de forma que en unos editoriales Tiempo promoverá el libre mercado y en otros invocará la intervención del Estado. Así por ejemplo en el texto Huevos (15-11-00) reclama abrir las fronteras y liberar el mercado de este producto que se presta a la especulación de precios por parte de los avicultores en contra de los intereses de los consumidores.

[Cuando se han cerrado las fronteras a la importación] "lo que ha sucedido inmediatamente es una elevación grosera de los precios de este alimento... los demás

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países centroamericanos han avanzado más rápidamente en su producción avícola, pues han sabido interpretar el curso del nuevo modelo de libre mercado regional... [en el futuro] será más dinámica y fluida la competencia [y] en la medida que la libre competencia vaya estableciéndose plenamente, seguramente los consumidores tendrán... precios más justos" (15-11-00).

En cambio en el caso de la crisis atravesada por los productores agrícolas ese mismo año, el editorialista había invocado una intervención fuerte del Estado para obligar a la banca privada a facilitar la readecuación de la deuda de los mismos. El texto planteaba lo siguiente:

La puesta a disposición de 2,000 millones de lempiras para readecuar la deuda de los productores del agro es crucial para rescatar este sector de la economía. No obstante, la banca privada se muestra reacia a la rehabilitación de los créditos porque no se siente suficientemente segura aún en casos que el gobierno da el aval. El gobierno se verá obligado a buscar una concertación que permita liberar el financiamiento para la producción agropecuaria. El sistema financiero necesita una reestructuración para adecuarlo a un verdadero proceso de rehabilitación económica y de desarrollo integral del país. (3-8-00).

Como es sabido el neoliberalismo propone la reducción al mínimo de la intervención del Estado en la economía y la liberación de las fuerzas de mercado en cuya dinámica autorreguladora se confía que los consumidores vendrán a ser los mayores beneficiados. De ahí que el editorialista se contradiga cuando propone medidas de auxilio gubernamental para los productores agrícolas, las que en otro momento niega a los productores avícolas. Es notorio que el autor justifica su propuesta en aras de lo que considera los intereses nacionales, pero puede igualmente advertirse lo indeterminado y contingente que puede resultar invocar esos intereses en los distintos problemas que puede enfrentar la economía, en tanto que se está diciendo que lo que es bueno para un sector de la economía en un momento dado, no lo es para otro en otro momento. Estas contradicciones y ambigüedades son las que dan pie a los señalamientos referidos a que diarios como Tiempo carecen de ideología y que se limitan a defender los intereses de grupos. No obstante, es ostensible en estos editoriales la intención del editorialista de formular afirmaciones con independencia de criterio, afirmaciones que se sostengan en sus propios argumentos con los riesgos que esto supone. En algunos de estos editoriales el autor incluso busca desplazarse de los planteamientos económicos de los organismos internacionales de crédito, que han sido promotores principales de las reformas neoliberales, hacia unas posiciones que invocan una racionalidad del propio interés y la soberanía. Un buen ejemplo de este tipo de textos es el titulado Tasas y devaluación (10-7-97) en el que rechaza el sometimiento de las autoridades económicas del país a los dictados de estos organismos en contra de los inversionistas y la banca nacional:

Los índices inflacionarios se mantienen bajos, siguiendo el comportamiento de los últimos cinco meses, lo que ha permitido que el Banco Central de Honduras haya empezado a bajar las tasas de interés. La reducción de las tasas de interés influirá en la estabilidad económica y en el incremento de la producción, pues su alto nivel ha sido uno de los peores frenos a la inversión. A pesar de este buen desempeño, resulta incomprensible la política del BCH en cuanto a continuar con la devaluación programada del lempira mediante la subasta de dólares, cuando lo pertinente sería estabilizar la paridad en la misma forma que lo están haciendo otros países de América Central (10-7-97).

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Y añade:

"Al decir de los conocedores de este asunto, esta actitud de la autoridad bancaria obedece al absurdo sometimiento a las directrices del Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras los demás países salen de este cerco incluso para revaluar sus monedas como sucede en Guatemala y en El Salvador" (10-7-97).

Otros casos pueden citarse tanto de la defensa del libre mercado como del rechazo de reformas o principios neoliberales. Por ejemplo, en el texto titulado Pacto Social (10-3-97) el editorialista cuestiona a los funcionarios gubernamentales y a las centrales obreras de pretender controlar los precios de los productos de la canasta básica con fines demagógicos en contra del libre mercado; en cambio en Fiesta nacional (22-8-97) califica de abusivos los aumentos de las matrículas en los colegios privados y señala que la educación no debe ser mercantilizada. Igualmente en el editorial titulado Basura (9-10-00) el autor se declara a favor de la privatización de los servicios públicos, pero no de forma incondicionada sino resguardando la potestad del gobierno de regularlas en beneficio de los usuarios. Y en Tuberculosis (26-3-97) y en Política e Inmigración (1-4-97) culpabiliza al proceso de reformas estructurales de la economía, orientadas por el modelo neoliberal, de la agudización de los males de la pobreza como la propagación de enfermedades que antes habían sido controladas o de las corrientes migratorias a EEUU. En cuanto al posicionamiento de los editoriales de Tiempo con respecto a los distintos actores sociales, se registran críticas moderadas a los sucesivos gobiernos liberales, y relaciones de identificación con distintos grupos empresariales del país. Para ambos gobiernos se encuentran por igual cuestionamientos y manifestaciones de apoyo por la toma de determinadas decisiones o la realización de una u otra acción. Así, con respecto a la administración Reina, el editorial Sabia decisión (23-08-97) censura la designación de la junta de traspaso de la policía al poder civil, mientras Los Patrullajes (28-5-97) celebra las acciones para la prevención y el control de la delincuencia emprendidas por la Secretaría de Seguridad. En lo que toca a la administración Flores, hay manifestaciones explícitas de congratulación para el presidente en el texto Acuerdo energético (11-9-00) por la labor diplomática desempeñada para la consecución de un tratado especial en materia de combustibles con Venezuela; y hay también críticas a instituciones o funcionarios por lo que se considera un mal desempeño como las antes citadas contra el Banco Central en Tasas y devaluación, (10-7-97) o contra la Secretaría de Seguridad en protesta por la anarquía que se juzgaba estaban provocando los comités de vigilancia civil creados por esa dependencia en el texto titulado Inseguridad pública (1-3-00). Antes se ha visto que los editoriales de Tiempo se identifican con los productores agrícolas aunque no con los avícolas, y con los inversionistas aunque no con los banqueros. Estas relaciones de identificación/diferenciación pueden corresponderse con afinidades de intereses privados, las cuales no se encuentran de forma explícita en los textos, aunque en cambio sí suelen establecerse discursivamente las razones de interés público. En este último caso el editorialista intenta aportar argumentos que ganen para su propuesta la comprensión y el apoyo de los lectores en cuanto que ciudadanos interesados por el bien común. Es ilustrativo de este tipo de editoriales el texto antes citado Rescate de la producción agrícola (3-8-00) en el que sus críticas a la banca privada por no facilitar la readecuación de la deuda de los agricultores las fundamenta en un cuestionamiento de su comportamiento empresarial. Desde su punto de vista la banca privada se opone al financiamiento de los productores sin otras razones que una desconfianza infundada: "la banca privada se muestra reacia... aún en los casos en que el gobierno da el aval". Esto a pesar de ser una actitud contraproducente para los propios bancos que necesitan colocar préstamos, cuyos “recursos disponibles actualmente

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se mantienen prácticamente estáticos, conformando una característica situación de sobreliquidez". Y puesto que el capital no está cumpliendo su función social, el editorialista se permite aconsejar, aunque veladamente, una intervención gubernamental que conduzca a su reforma: "[Esto] amerita un análisis a fondo del sistema financiero que como ya hemos dicho en repetidas oportunidades, necesita de una reestructuración" (3-8-00). Contra los políticos Tiempo despliega como los demás periódicos fuertes críticas apelando como ellos a las razones que se consideran de mayor peso. En el editorial Tres papeletas (7-8-97) defiende este recurso de la democracia, que permite a los ciudadanos diferenciar su voto de la elección de presidente del de la elección de diputados y de la de alcaldes, en contra de ciertos políticos que a su juicio querían seguir amparando su escaso liderazgo en la figura de los candidatos presidenciales. Y en el editorial titulado Inmunidad parlamentaria (7-4-00) celebra aunque moderadamente las reformas constitucionales tendientes a restringir la inmunidad de los diputados que hasta entonces se había prestado para impedir procesos legales contra estos ciudadanos por delitos comunes. Una oposición también abierta se registra en los editoriales de Tiempo, contra las clases obreras, así como contra los movimientos magisteriales e indígenas. Es ejemplar de la oposición a las reivindicaciones del sindicalismo el editorial titulado Nacionalidad económica (31-01-97).

Las centrales obreras han vuelto a interpelar al gobierno en demanda de un diálogo amplio que conduzca a un acuerdo sobre seguridad alimentaria y transporte público mediante el control de precios. Esta demanda se suma a las reiteradas exigencias de las cúpulas obreras al presidente Reina que han sido hechas con la pretensión al parecer de usurpar las funciones de gobierno. Sus demandas, aunque algunas de ellas son justas, tienen un cierto matiz demagógico pues carecen de respaldo político, moral y profesional. Esto debido primordialmente a la visión reducida e inmediatista que caracteriza a la dirigencia hondureña. Mientras esto ocurre nadie advierte que la economía está desnacionalizándose al venderse grandes empresas del país a consorcios de los países vecinos. Aunque esto sea una consecuencia inevitable de la globalización, indica que las políticas económicas de nuestros gobiernos han fracasado, y que el sector empresarial y el laboral carecen de capacidades y de sentido nacional. (31-01-97).

El texto presenta las demandas sindicales como presiones que socavan la iniciativa privada y hace explícito que el autor entiende por “sentido nacional” la identificación o respaldo de los empresarios nacionales. Argumentos semejantes se presentan en otros editoriales en los que, por ejemplo, se acusa a los sindicatos de las empresas bananeras de haber forzado la salida de las mismas del país por sus constantes presiones por prebendas laborales (30-05-00); mientras en otro se acusa a las centrales obreras de forzar salidas falsas y demagógicas a los problemas económicos al presionar por lo que se llamó el “pacto social”, para el control de precios de los productos de la canasta básica, en contra de las leyes ineludibles de libre mercado (10-3-97). Contra los movimientos reivindicativos magisteriales, se manifiesta el editorialista al señalar que se trata de gremios “altamente politizados y sin vocación de servicio”, responsables del estancamiento de la educación en el país, que además consumen la práctica totalidad del multimillonario presupuesto educativo (7-10-97). Y contra el movimiento indígena se manifiesta de forma indirecta en un editorial en el que trata de disuadir manifestaciones o protestas con ocasión de celebrarse en el país la Primera Cumbre Indígena de América Central (11-10-97).

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En cuanto al enfoque de las instituciones y la cultura, Tiempo se muestra como los demás periódicos como un defensor de la democracia y un crítico de los elementos culturales que perturban el desarrollo del país. Puede observarse que no aparecen en la muestra de editoriales de este periódico textos que hayan defendido la causa de Ricardo Maduro por su inscripción como candidato presidencial y que en cambio sí aparece uno en que se declara a favor de su exclusión de la contienda electoral (26-10-00). Esto permite reconocer el apoyo que el diario dio a las decisiones de la dirigencia del Partido Liberal en contra de la inscripción del candidato nacionalista, pero su argumentación como la de los que apoyaban a Maduro se fundamentó igualmente en la defensa de las instituciones democráticas cuyas normativas y plazos a su juicio debían ser fielmente cumplidos. En otros editoriales, se repite la defensa de las instituciones democráticas, entre los que es particularmente ejemplar el dedicado a respaldar al presidente Flores en la reestructuración de la institución militar que supuso la reafirmación de las jerarquías institucionales de la democracia en un momento de confusión. El texto planteaba lo siguiente:

Los cambios recientes en las Fuerzas Armadas son consecuencia del proceso de modernización de la institución; refuerzan la institucionalidad y el poder civil y preparan a las propias FFAA para hacer frente a los retos de seguridad actuales.

Y añadía que lo ocurrido era “una clarificación del mando en la entidad militar hondureña” (12-05-00).

El periódico defiende también la democracia cuando respalda el modelo de votaciones en papeletas separadas para los distintos cargos de elección popular (7-8-97), y cuando cuestiona la conducta de los diputados que desdice su función pública (7-4-00). Como La Prensa, Tiempo encuentra que la demagogia es probablemente uno de los principales problemas que la cultura política del país interpone al desarrollo. Es ejemplar en este sentido, el editorial dedicado al Pacto social (10-3-97) en el que denuncia que a sabiendas de que es imposible controlar los precios por decreto, tanto las centrales obreras como el gobierno y los empresarios firmaron un compromiso para hacerlo, con el único propósito de realzar la imagen política de cada uno ante la opinión pública.

Algunas organizaciones sindicales han comenzado a cuestionar el incumplimiento del "pacto social" recientemente firmado por el gobierno, los empresarios y las centrales obreras alegando que fue un acto de demagogia oficial. No obstante, de antemano todos los firmantes sabían que el "pacto" era irrealizable de modo que todos comparten responsabilidades, especialmente la dirigencia del sector obrero que accedió al juego para mantener un liderazgo artificial y un motivo de agitación política. Todos saben que es imposible controlar los precios de los productos de consumo que dependen de las condiciones de producción internas y de las condiciones externas impuestas por el mercado internacional, los precios de los carburantes y los organismos de crédito. Hace falta que los políticos, el gobierno y los empresarios se den cuenta que los problemas económicos y sociales del país no se resuelven con actos demagógicos como lo fue el pacto social (10-3-97).

Disensiones y consensos en el horizonte de la opinión pública Una vez descritas las tendencias de opinión de cada uno de los periódicos es posible hacer un análisis en conjunto de sus orientaciones políticas e ideológicas, y considerar aquellos puntos

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en los que se hallan disensiones y consensos. El análisis es relevante en la medida en que sobre la base de la revisión de una porción significativa del espacio de opinión pública manifiesto en los medios escritos, es posible visualizar corrientes discursivas de confrontación o de convergencia activas en la sociedad cuyos potenciales desarrollos pueden entrabar o favorecer las dinámicas sociales, económicas y políticas del país. En el Cuadro 5.3 que sigue a continuación se muestran las tendencias de opinión de cada uno de los periódicos nacionales analizados, ubicadas de acuerdo con las posiciones del espectro político e ideológico actual identificadas por Giddens.

Cuadro 5.3

Historia Política

Radicalismo: busca provocar cambios y controlar dichos cambios para hacer avanzar la historia

Conservadurismo: deseo de conservar la tradición como sabiduría heredada del pasado

Izquierda: orientada a la búsqueda de la igualdad y la emancipación

El Heraldo: identificación con las clases populares, con los movimientos sociales y las posiciones de los grupos de la sociedad civil.

El Heraldo : a favor de una intervención fuerte del estado en la economía; demanda de protección del Estado para los grupos sociales desfavorecidos. La Tribuna : apoyo a la intervención del Estado para la protección de derechos sociales.

Derecha: orientada a la búsqueda de la seguridad, el orden y la perfectibilidad humana

La Prensa : promoción del libre mercado y la globalización económica como la alternativa para el desarrollo del país; a favor de una racionalización del gasto social; identificación con la clase empresarial; moderada oposición a los movimientos sociales.

La Tribuna: respaldo condicionado al modelo de libre mercado; apoyo al gobierno liberal de Carlos Roberto Flores; respaldo de la clase militar; disuasión de los movimientos sociales y reivindicación de valores religiosos tradicionales.Tiempo : apoyo condicionado al modelo económico neoliberal; apoyo a algunas formas de intervención del Estado en la economía; identificación con la clase empresarial; oposición a la clase obrera y los movimientos sociales. La Prensa : reivindicación de valores morales y religiosos tradicionales.

Tendencias políticas e ideológicas de la prensa de Honduras, 1997 y 2000

Las tendencias divergen las unas de los otras según sus orientaciones sean de izquierda o de derecha, o sus posiciones sean radicales o conservadoras y según resulten más o menos dominantes para cada periódico.5 Puede observarse que un mismo periódico presenta tendencias que se ubican en espacios distintos, lo que manifiesta contradicciones o incongruencias. Las tendencias de El Heraldo se ubican mayoritariamente en la izquierda radical por su identificación con las clases populares, con los movimientos sociales y las posiciones de los grupos de la sociedad civil, aunque en materia económica sus tendencias son conservadoras

5 Debe mantenerse presente que se usa el término “radical” no en el sentido convencional de “extremista”

o “violento” sino en el que le da Giddens como aquella tendencia política que busca transformar y conducir la historia social.

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cuando invoca una intervención fuerte del Estado para la defensa de derechos y beneficios sociales del Estado. La Tribuna es un periódico cuyas tendencias se ubican la mayoría en el eje conservador aunque en ocasiones se orientan a la derecha y en ocasiones a la izquierda. Aunque declarativamente apoya la intervención del estado para la promoción de derechos sociales y cuestiona la clase política, lo que supone defender las conquistas sociales del Estado y ejercer funciones de oposición política, cuando respalda el gobierno de Carlos Flores y la clase militar, lo mismo que cuando busca disuadir las causas de los movimientos sociales, busca cumplir en la práctica funciones de control de la sociedad y de preservación de privilegios del statu quo. La Prensa y El Heraldo son ambos radicales, aunque de orientaciones contrarias. Las tendencias de La Prensa se ubican la mayoría en la derecha radical, por su promoción del neoliberalismo como alternativa de desarrollo para el país, su reclamo con respecto a la necesidad de racionalizar el gasto social y su defensa de los intereses de la empresa privada. Algunas tendencias de La Prensa, sin embargo, son conservadoras cuando reivindica la necesidad de hacer valer en la sociedad valores morales y religiosos tradicionales. Tiempo comparte con La Tribuna el eje conservador pero se orienta plenamente a la derecha. Su apoyo al modelo neoliberal es fuertemente condicionado por la defensa de los intereses de los empresarios y los consumidores nacionales. Defiende la necesidad de una política económica propia para el país aunque presenta reservas con respecto a la provisión de derechos sociales por parte del Estado. De hecho Tiempo se opone a distintas causas de la clase obrera y de los movimientos sociales. Puede señalarse igualmente que es común a todos los periódicos, desde las distintas posiciones y orientaciones políticas e ideológicas la crítica a la clase política, la defensa de la democracia y del Estado de derecho y la evaluación crítica de la cultura. Si se compara este panorama ideológico y político de los diarios nacionales en la actualidad, con el de la década de 1980 reseñado en el apartado segundo de este estudio puede concluirse que dicho panorama se muestra más complejo, en parte como consecuencia de un análisis más detallado y en parte como consecuencia del propio cambio de las tendencias de opinión suscitadas con el fin de la guerra fría. En todo caso destaca el hecho del desplazamiento de Tiempo, que antes era considerado de una izquierda moderada a una derecha conservadora, y de El Heraldo que era considerado de derecha a una izquierda radical, al menos en los años estudiados. Finalmente, las disensiones y consensos de las distintas tendencias de opinión pueden ser vistos con respecto a las potencialidades más o menos favorables que se pueden identificar en ellas con respecto a la dinámica política, económica, social y cultural del país. En el ámbito de la política, hay un consenso explícito en la defensa y promoción de las instituciones democráticas, lo mismo que en el cuestionamiento de la figura de los políticos. Este consenso puede ser favorable a reformas jurídicas e institucionales que profundicen la democracia en el país y que refuercen las funciones de representatividad de la ciudadanía por parte de los políticos, lo mismo que restrinjan las potestades que tienen que ver con la satisfacción de intereses privados.

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En cuanto a la economía, el consenso es tácito en la aceptación del modelo de libre mercado aunque no como una elección sino como una imposición derivada de las condiciones de la economía global. Tanto las tendencias de opinión que representan a los sectores empresariales como las que representan a los sectores obreros y las clases populares manifiestan reservas con respecto a las consecuencias negativas de este modelo de economía. Pero pueden visualizarse puntos no conflictivos de potencial convergencia por intereses comunes en dos sentidos: a) el aumento de la productividad y los niveles de competitividad que aseguran la supervivencia y el crecimiento de las empresas económicas y b) el aumento de puestos de trabajo y mejores condiciones de consumo que pueden beneficiar también de forma creciente al conjunto de la población. Los límites que las tendencias de opinión manifiestan con respecto al libre mercado tienen que ver con aquellos procesos que puedan mermar por un lado los estímulos a la inversión y los beneficios de las empresas para sus propietarios, y por otro, aquellos procesos que repriman o deterioren los derechos sociales vigentes o deseados por las clases trabajadoras y los movimientos sociales. Estos son puntos de conflicto explícitos en las tendencias de opinión respecto de los que no puede visualizarse cambios substantivos. En el mejor de los casos, como se decía antes, la confrontación de clases económicas puede encontrar vías alternativas y constructivas de solución en el espacio no conflictivo manifiesto en los discursos del potencial bienestar económico universal que puede generar la economía de libre mercado. En lo que respecta a las confrontaciones sociales puede observarse de forma explícita la desconfianza y el rechazo a priori de los actores que se consideran antagónicos, lo que evidentemente supone el principal obstáculo para avanzar en el diálogo y la solución de negociada de diferencias. En el ámbito de la cultura hay dos puntos no conflictivos desde los que se articulan las argumentaciones de las tendencias de izquierda y de derecha que potencialmente pueden encontrarse y generar sinergias favorables. Es el caso como se ha visto de la reivindicación de la ética y la moralidad, particularmente subrayada en los discursos de izquierda aunque también en los de la derecha, y la reivindicación del sentido común y la racionalidad práctica propia de la derecha aunque también presente en la izquierda. La conjunción de estos dos tipos de argumentaciones que en principio no son excluyentes, comparten de hecho frentes comunes en los discursos de opinión pública como los de la crítica de la demagogia, de la disfuncionalidad de instituciones o políticas públicas y de otros manifestaciones de la cultura que de desarrollarse más profundamente pueden conducir a resultados favorables para la dinámica social. De igual forma la reivindicación y promoción de la idea de una ciudadanía responsable, de acuerdo con la cual se equilibre la demanda de derechos con el cumplimiento de deberes por parte de las personas, se encuentra manifiesta en las distintas tendencias de opinión y su desarrollo puede ser favorable para el país. Representaciones gráficas y humorísticas de las tendencias de opinión Una vez analizadas las corrientes de opinión dominantes en los periódicos, es posible completar el análisis con una revisión de las caricaturas que suelen acompañar estos textos en las páginas principales.

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Como quedó dicho en el encuadre conceptual de este análisis, generalmente se asume que las caricaturas son expresión de consensos sociales más o menos extendidos sobre determinados asuntos. En la práctica puede apreciarse la familiaridad de los mensajes de los dibujos humorísticos con las posiciones políticas e ideológicas dominantes en el medio social, aunque articuladas desde la visión y el estilo personales de cada autor. La obra de los caricaturistas manifiesta posiciones políticas e ideológicas mediante la recurrencia de tópicos que pueden ser críticos o de empatía hacia distintos actores sociales e instituciones o hacia sus acciones o su desenvolvimiento. Evidentemente las caricaturas no sustituyen la argumentación discursiva ni los metatextos sobre los que se formulan las distintas posiciones políticas e ideológicas pero consiguen expresar mediante el lenguaje gráfico elementos centrales de las mismas y mostrar sus vínculos con los universos afectivos y emotivos. Si las caricaturas ilustran y complementan las corrientes de opinión, el análisis crítico puede determinar las conexiones de sentido entre los dibujos y el corpus discursivo que conforma cada una de las distintas posiciones políticas e ideológicas con que se encuentran asociados. De ahí que en el análisis que sigue se preste particular atención a las correspondencias y divergencias entre los tópicos de sentido predominantes de los caricaturistas y las tendencias antes descritas de los editoriales, sin perder de vista tampoco los perfiles singulares de las obras de cada dibujante. Debe decirse que mientras los editoriales representan la opinión del periódico, aunque sean escritos por personas concretas, las caricaturas son de la completa responsabilidad del autor y sólo representan sus propios puntos de vista que en ocasiones pueden ser distintos de los del periódico. Se analizaron 89 caricaturas que se encontraron en las páginas principales de las ediciones de los cuatro diarios nacionales en la misma serie de fechas en que se analizaron los editoriales.

La Tribuna El caricaturista principal de La Tribuna para el período de estudio es Napoleón Ham, aunque ocasionalmente se encuentran dibujos de otro autor que los firma como Bey. Las posiciones políticas e ideológicas que manifiestan las caricaturas de ambos autores son en términos generales coherentes con las que son propias de los editoriales, especialmente en las relaciones con el gobierno, aunque el peso mayor de los mensajes gráficos se encuentra puesto en la simpatía hacia las clases populares que se representan frecuentemente como las víctimas de la sociedad. Como quedó dicho antes, es muy revelador de las posiciones de una derecha conservadora adoptadas por La Tribuna su cambio de una actitud crítica con respecto a la administración Reina hacia una actitud complaciente y elogiosa de la administración Flores, lo que en cierto modo se manifiesta también en la obra del caricaturista. En la muestra

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de caricaturas no se encuentra ningún tipo de dibujos del Presidente Flores pero sí en cambio y muy críticos del Presidente Reina (13-01-97, 7-8-97).

En la caricatura del 13-01-97 se puede apreciar un ejemplo típico de las críticas dirigidas contra el presidente Reina. La caricatura es alusiva a los argumentos del editorial de ese día que señalaban en la página opuesta que a pesar de sus buenas intenciones, el presidente no había sabido conducir su gobierno, razón por la cual muchas de sus promesas habían quedado incumplidas. De ahí que en la caricatura mientras el presidente se conduce en una cierta dirección (la izquierda a la que apuntan sus propósitos), el gobierno se conduce en otra (su caballo va en sentido contrario a la derecha). Destaca el contraste entre la investidura de héroe cinematográfico ('cowboy') del presidente y el deplorable estado de su cabalgadura (insana y sucia, como indican las moscas). La implícita comparación con el Quijote se muestra en contrapunto con la lamentación del ciudadano, que expresa un sentimiento de piedad por la impostura senil de su presidente, y de desilusión ante quien se supone que es el conductor del destino de los ciudadanos y del país. Las críticas contra los funcionarios y decisiones gubernamentales, por su parte son frecuentes tanto durante la administración Reina (31-01-97, 10-3-97, 24-3-97, 9-7-97, 22-8-97), como durante la administración Flores (3-5-00, 26-10-00). Particularmente fuertes son las críticas dirigidas contra la corrupción del sistema de justicia (9-7-97) y de los abogados (27-10-97), y son frecuentes las críticas contra los políticos (28-5-97, 7-4-00, 3-8-00, 9-10-00). En una de las caricaturas un juez llama sospechosamente a silencio a la testigo principal del sonado caso de corrupción del Chinazo (9-7-97) en el que se vendieron pasaportes hondureños a ciudadanos orientales; en otra, un abogado inescrupuloso se muestra del todo dispuesto a entregar en adopción niños hondureños a cambio de cuantiosas sumas de dinero, con el agravante de que los padres que solicitan la adopción en el dibujo son el señor y la señora Monster de la famosa serie de televisión (27-10-97). Los políticos se presentan en actitudes ridículas, como el precandidato a alcalde que intenta lanzarse como hombre bala de un cañón de circo (28-5-97) o como los diputados que exhiben los calzoncillos después de que les ha sido quitada parte de la armadura medieval que llevaban y que representa la inmunidad de que se hallaban investidos (7-4-00). Aparecen también críticas contra la empresa privada (1-3-00, 3-5-00), contra la política exterior de los EE.UU. (10-3-97, 1-4-97, 23-8-97) y al mismo tiempo contra los movimientos sociales (7-8-97). En una caricatura muy significativa de las funciones de disuasión de los movimientos sociales que asume este periódico, se ridiculiza a los líderes indígenas al representarlos en taparrabos y bailando en un círculo como en las películas del oeste americano (7-8-97). Encaja también con el espíritu conservador del periódico la simpatía que demuestran las caricaturas como los editoriales hacia la clase militar. En una de las caricaturas, puede verse al Jefe de las Fuerzas Armadas implorando que los militares sean reconocidos como hondureños, paradójicamente se trata del General Hung Pacheco una persona con notorios rasgos orientales (7-10-97). Como se decía antes, sin embargo, las caricaturas de este diario se distinguen especialmente por la identificación plena con los ciudadanos pobres.

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La caricatura titulada Aumentos (24-10-00) representa como un atropello por los dos costados la situación de los ciudadanos frente al aumento de los precios del transporte urbano. Este tipo de atropellamiento (el ciudadano trata de detener con pies y manos a los vehículos que lo aprisionan), que no debería ocurrir en condiciones normales está ocurriendo con el aumento de los precios, lo que supone que no hay quien impida estas acciones y que el usuario se encuentra indefenso sin el amparo de las instituciones del Estado.

En esta como en otras caricaturas los ciudadanos son representados como las víctimas principales de la sociedad, de la pobreza, de la demagogia y de las decisiones equivocadas del gobierno, lo mismo que de los abusos de la empresa privada y de la situación económica en general (31-01-97, 1-4-97, 3-5-00, 26-10-00).

El Heraldo El caricaturista principal de El Heraldo para el período de estudio es Allan Mcdonald aunque ocasionalmente aparecen dibujos de Sergio Chiuz. Las posiciones políticas e ideológicas que manifiestan los dibujos son en términos generales coherentes con las que son propias de los editoriales tanto en la función permanente de oposición gubernamental que asumen y en la crítica en bloque de la empresa privada y el neoliberalismo, como en la identificación con los nuevos actores y movimientos sociales. Distingue a las caricaturas de este diario, sin embargo, una demanda radical de moralidad a la sociedad y especialmente al gobierno. Las funciones de oposición crítica al gobierno son constantes durante la administración Reina (10-3-97, 26-3-97) y la administración Flores (26-10-00, 15-11-00). Hay críticas también constantes contra los políticos (10-7-97, 7-4-00, Chíuz 12-5-00, 3-8-00) y especialmente fuertes contra la demagogia practicada en contra de los intereses públicos como se puede apreciar en la caricatura inserta (24-10-00). Esta caricatura titulada Regla #1 representa de forma grotesca a un político que ofrece una lección sobre sus usos de lenguaje. Es un personaje en quien no se puede confiar porque usa las palabras con el sentido de su conveniencia. La gracia se encuentra menos en la ilustración gráfica del político que en el juego de palabras que hace resaltar la actitud siempre complaciente y esquiva de este personaje, cuya norma principal es no desagradar a sus

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interlocutores ante una petición, independientemente de que sus palabras signifiquen algo diferente de lo que piensa y que conlleven hipocresía. La demanda de moralidad se hace extensiva a la sociedad en general en otras caricaturas: en una cuestiona los valores que difunden los medios de comunicación (11-9-00), en otra la pérdida del horizonte valórico de las instituciones y el gobierno (9-10-00) y en otra la corrupción, que como se sabe involucra tanto a los funcionarios públicos como a los ciudadanos (22-8-97, 3-8-00 Chíuz, 26-10-00).

El diálogo de los personajes en la caricatura titulada La cultura S.A. (11-9-00) desarrolla una paradoja: Si lo bueno del ser humano no es noticia y en cambio lo es lo malo, entonces noticia es lo malo del ser humano. Resulta significativo respecto de la apertura a opiniones críticas el que el cuestionamiento de los medios ("alta voces del sistema") se haga desde las páginas de los propios medios. Las caricaturas incluyen críticas también

contra los servicios públicos (31-01-97, 1-3-00 Chíuz), la inseguridad ciudadana (15-11-00) y las conductas irresponsables de los propios ciudadanos (23-8-97). Hay simpatía en las caricaturas hacia el movimiento indígena (7-8-97), hacia el movimiento ecologista (30-5-00) y por la lucha a favor de los derechos humanos (7-10-97). En cambio las críticas son fuertes hacia la empresa privada (11-10-97), los organismos de crédito internacional (1-4-97) y el manejo en general de la economía (Chíuz 26-2-00, 30-12-00). Es representativa del rechazo al modelo neoliberal la caricatura La Teología de la liberación II (1-4-00) en la que se presenta a un representante de la iglesia católica ahuyentando a los organismos de crédito internacional como si se tratara del exorcismo de un demonio. Como es sabido, los organismos de crédito han presionado a los gobiernos de los países pobres a que se incorporen al libre mercado internacional a cambio de préstamos al sector público. Las declaraciones de la Iglesia católica en la proximidad del jubileo 2000 respecto de la necesidad de humanizar el manejo de la deuda externa de los países pobres, se interpretan en la caricatura como una imprecación contra la falta de consideración (o piedad) de los organismos de crédito, lo que les amerita su condena o repudio. Es significativo que estos organismos no sean vistos como instituciones promotoras del desarrollo, sino, como prestamistas ordinarios interesados únicamente en cobrar su dinero. El rechazo al capitalismo es completo en las caricaturas de McDonald y extensivo a los empresarios.

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Como otras caricaturas del autor, la titulada Desarrollo sostenible (11-10-97) se encuentra construida como un juego de palabras e imágenes. El título ofrece la interpretación del dibujo. El "desarrollo sostenible", es identificado como aquella situación en la que el hombre pobre soporta (o sostiene) en sus espaldas al dinero y a los señores del dinero. El humor se encuentra en reinterpretar la expresión "desarrollo sostenible", originalmente asociada con la

conservación de los recursos naturales y aquí puesta en relación con los intereses económicos. Puesto que los señores del dinero son los empresarios privados y los organismos de crédito, la crítica de la caricatura puede verse dirigida a ese concepto de desarrollo sostenible que estos actores difunden en la medida que les es favorable. Vale notar que el caricaturista suele representar con rasgos idénticos a los banqueros e industriales, a los representantes del FMI, y el BM, y a los burócratas: llevan anteojos oscuros que podrían ser interpretados como un signo de la frialdad (distanciamiento) y de la hipocresía (ocultamiento) de los personajes, y llevan también traje y corbata, los que pueden interpretarse como signos de despersonalización y deshumanización. La Prensa Banegas es el caricaturista principal de La Prensa aunque ocasionalmente aparecen dibujos de las oficinas internacionales de noticias. Entre los demás dibujantes, Banegas destaca como un iconoclasta en cuanto que sus caricaturas no respetan un modelo o forma de pensar, y en cambio pueden favorecer o contradecir alternativamente las distintas posiciones y tendencias políticas e ideológicas. Estos mensajes esencialmente contradictorios, parecen buscar atenerse únicamente a los principios del arte del humor gráfico, en el sentido de desarrollar o ilustrar cualquier situación absurda, ilógica o cualquier contrasentido entre los principios y las acciones de cualquiera de los actores o instituciones sociales. En la práctica, la identificación de estas distintas situaciones humorísticas es posible por el desarrollo mudable del dibujante de uno a otro enfoque político e ideológico. Y del mismo modo como no puede identificarse una tendencia de opinión dominante en sus caricaturas, éstas pueden converger o contradecir las tendencias de opinión del periódico. En la muestra analizada aparecen críticas contra la administración Reina (31-1-97, 10-7-97, 22-8-97, 23-8-97), contra la administración Flores (3-8-00, 26-2-00, 3-8-00); contra la burocracia estatal (7-8-97) y contra el sistema de justicia (1-3-97); a favor y en contra de los empresarios (31-1-97, 7-4-00), de simpatía y de antipatía hacia los EEUU (15-11-00,1-4-97); a favor del movimiento ecologista (7-4-00, 30-5-00) y en contra de los movimientos sindicales (22-5-00), así como de simpatía y de crítica hacia los ciudadanos (26-10-00, 30-12-00, 7-10-97, 11-10-97). La actitud hacia el gobierno y el desempeño de los funcionarios e instituciones del estado es predominantemente crítica. Una de las caricaturas que cuestiona la administración Reina, la representa como una situación de patético desgobierno.

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La caricatura titulada Desconcierto (10-7-97) representa la escena de un director de orquesta que dirige a unos músicos ausentes. Hay patetismo en la medida en que el director cuya función es dirigir o conducir no conduce a nadie. El título hace un juego de palabras: en lugar de un concierto, se presencia un "desconcierto", que alude a las disensiones suscitadas entonces entre las organizaciones obreras y empresariales y la administración Reina con respecto al Pacto Social, o acuerdo para el control de precios.

Entre las caricaturas que ilustran las críticas contra los políticos tal vez las de Banegas son las que resulten más fuertes. En la caricatura titulada Les vale... (26-2-00) los diputados son representados como animales cuadrúpedos, muy parecidos a los cerdos, lo cual resulta fuertemente peyorativo. El que expresen que su única razón para actuar son ellos mismos supone una negación de la función que formalmente ostentan de representar al conjunto de los ciudadanos y el interés común.

Prevalece en los dibujos de Banegas la crítica con respecto a que el Estado y sus instituciones complican inútilmente la dinámica social, argumento que es típicamente de corte neoliberal en cuanto que apela a la reducción, simplificación y modernización del Estado. La caricatura Archivotote (1-3-00) se construye sobre la figura de la ironía: muestra que la existencia de muchas leyes no se corresponde necesariamente con un régimen de justicia. El personaje representado expresa un pensamiento para realzar la brecha entre la justicia formal (leyes) y la justicia substantiva (deberes y derechos reales). Estas críticas contra un Estado inoperante son hechas frecuentemente por los empresarios privados, actores hacia los que Banegas muestra señas de simpatía como no se pudo apreciar en los demás caricaturistas del país.

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La caricatura inserta (31-1-97) presenta un contrasentido: alguien ofrece como idea para promover la inversión cerrarle las puertas con un candado gigante. La ironía se encuentra enmarcada en el contexto del debate sobre el impuesto sobre la renta a las empresas privadas en Honduras, impuesto que a juicio del caricaturista, que en esto coincide plenamente con el editorialista, no resulta competitivo con respecto a los de la región. La simpatía hacia la empresa privada,

sin embargo, no parece incondicional en los dibujos de Banegas. De hecho pueden encontrarse en ellos críticas particularmente fuertes contra una empresa privada que antepone sus intereses económicos a la ecología y el bienestar de la población La caricatura Honduras negra (7-4-00) compara la carga de madera de un camión con una carga de muerte y las hace equivalentes. Cortar el bosque con fines comerciales supone negociar con la muerte. El signo de dólar (emblema que se ve al frente del camión) reafirma esta lectura de la escena como una dañina empresa comercial. La risa cínica del conductor puede interpretarse como indicativa de la conciencia en el sector empresarial del daño que está causando sin que eso le mueva a modificar su conducta. La caricatura podría considerarse representativa de un ecologismo conservacionista, cuyos mensajes difunde recurrentemente Banegas, como puede apreciarse también en la siguiente caricatura titulada Réquiem (30-5-00).

La gracia de este dibujo se encuentra en convocar una ausencia. Comunica un sentido no por lo que representa, gráficamente que es un desierto, sino por lo que falta en la representación: los árboles. De ahí la ironía del pie de la caricatura, construida como las dedicatorias destinadas a personas de quienes se desconoce su paradero. La falta de los árboles y el paisaje desértico son signos de un lamento por la destrucción ecológica. Pero aunque las muestras de simpatía hacia las

causas del movimiento ecologista sean reiteradas, no se extienden necesariamente a las de otros movimientos sociales, lo que puede apreciarse en su crítica a las reivindicaciones de los gremios de la salud, como en la siguiente caricatura.

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La caricatura Humor (12-5-00) representa una supuesta escena ocurrida durante un paro de labores de los empleados de los hospitales públicos. El enfoque se centra en los padecimientos que se ven obligados a sufrir los enfermos en esos días en que se ven privados de atención. Es sabido que esta situación es utilizada como un medio de presión por parte de los trabajadores. Por una parte, la caricatura cuestiona esta forma de presión por su insensibilidad ante el sufrimiento humano. De ahí que se acentúen los signos de enojo y consecuentemente la falta de piedad en la postura y en el rostro de la enfermera. Pero por otra parte hay un doble sentido en las palabras de este personaje que le dice al enfermo lo que las autoridades les suelen decir a los huelguistas, que "sea serio" y que "busque otro día para el paro", como si la enfermedad fuese algo que tuviera que ver con el control consciente de una persona. Igualmente inaceptable para los empleados de salud es pedirles seriedad o que busquen otros días para sus paros por cuanto ni las enfermedades de los pacientes ni sus propias necesidades como trabajadores, parece argumentar la enfermera, van a ser diferentes otro día. En otras caricaturas, como en la que sigue titulada El que paga... (26-10-00), se encuentra una manifiesta simpatía hacia los ciudadanos pobres, y aunque antes Banegas defendió principios de las reformas neoliberales y la empresa privada, aquí cuestiona la anarquía de la economía y los organismos de crédito internacional.

Dos situaciones conocidas se superponen en esta caricatura: la del espectáculo circense del lanzador de cuchillos, que sirve de marco metafórico, y la del hombre pobre (el ciudadano) víctima impotente de la inflación, que es lo aludido de forma directa. Llama la atención el que se interprete el comportamiento de la inflación como un producto puro del azar (el personaje lleva los ojos vendados y puede igual herir que no al ciudadano). En este sentido, la inflación es algo que nadie puede controlar y ante lo cual el ciudadano se encuentra indefenso. Si a su vez la "inflación" se toma como representación metonímica del comportamiento de la economía,

puede decirse que la caricatura representa el temor de los ciudadanos hacia las fuerzas incontrolables que imperan en la situación económica del país. También los organismos de crédito internacional son presentados desde una perspectiva crítica fuerte como en la caricatura siguiente del 30-12-00. La relación entre el FMI y los países en desarrollo es representada como la cacería

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de víctimas débiles por parte de temibles aves de rapiña. Como en la caricatura de McDonald comentada antes, en ésta no se considera que el Fondo Monetario Internacional (FMI) sea una institución que promueva el desarrollo sino un tipo de banquero que persigue sólo su interés. Literalmente la imagen apunta a que el FMI es un victimario que se alimenta de su víctima. La simpatía para con los ciudadanos, sin embargo, puede tornarse en crítica acerba cuando sus comportamientos son considerados negativos por el caricaturista. Esto es significativo en las caricaturas de Banegas porque si en los demás caricaturistas aparecen críticas suaves y predomina la complacencia del ciudadano, en las suyas las críticas son extremas.

La caricatura del 11-10-97 es una crítica explícita a los acontecimientos suscitados en el encuentro recién ocurrido entonces entre los equipos Olimpia y Motagua en el que un seguidor motagüense cayó muerto abatido por cuatro balazos, en medio de una discusión bajo los efectos del alcohol. En el dibujo se identifica este tipo de conducta con la barbarie, la ignorancia y la brutalidad que representa el gorila armado.

Finalmente, puede decirse que a diferencia de los demás caricaturistas, distingue a Banegas el tratamiento de temas internacionales como la situación política de regiones lejanas como la del Oriente medio (24-10-00), o el tratamiento de acontecimientos de repercusión mundial como las elecciones presidenciales en los EEUU (15-11-00), la situación internacional del petróleo (9-10-00) o lo que ocurre en el seno de las Naciones Unidas (11-9-00).

Tiempo El caricaturista principal de Tiempo es Doumont aunque ocasionalmente aparecen dibujos de Chávez. Los mensajes de los dibujos resultan en su mayoría coherentes con las tendencias dominantes del periódico, pero las contradicen en dos aspectos centrales: sus constantes críticas a la empresa privada y su simpatía por el movimiento ecologista. Como en los editoriales de Tiempo, las caricaturas expresan críticas moderadas contra las administraciones liberales tanto de Reina (26-3-97, 7-8-97) como de Flores (28-5-97, 26-10-00); cuestionan a los políticos (28-5-97, 7-4-00, Chávez: 23-8-97, 11-10-97, 26-2-00); y coinciden también en manifestar críticas fuertes contra la globalización (22-8-97) y defender los intereses económicos nacionales (13-01-97, 10-3-97). Como se dijo antes es muy característico de Tiempo la discusión de temas de economía con base en argumentos de defensa de los intereses nacionales como se expresa en la el dibujo titulado El respeto al derecho ajeno es la paz (10-3-97). La caricatura se hace eco de las denuncias con respecto a que personas de nacionalidad salvadoreña estaban haciendo cortes de madera en territorio hondureño. El dibujo es directo y

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explícito al representar la oposición de las autoridades hondureñas ante estas acciones. Se advierte, sin embargo, que el propósito no es solamente representar la situación sino enviar un mensaje a los salvadoreños en torno al necesario respeto de la ley y los acuerdos internacionales, reproducidos también de forma explícita en la caricatura. A diferencia de lo que ocurre en los editoriales, no se encontraron en las caricaturas de Tiempo, cuestionamientos que buscaran disuadir el sindicalismo o los movimientos sociales, y en cambio sí críticas contra los empresarios (7-8-97, 1-3-00, 26-10-00) y defensa de las causas ecologistas (10-3-97, 10-7-97, 30-5-00). Es ejemplar de las críticas contra los empresarios, la caricatura ¿Mejores que La Barbie...? (1-3-00) que muestra la férrea resistencia de las empresas a cumplir con sus obligaciones en el pago de servicios públicos, lo que es una de las principales controversias nacionales.

En la caricatura, la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) se encuentra en grandes dificultades para conseguir que los empresarios acepten o paguen los aumentos a las tarifas de energía, como en la escena de fútbol en la que no le será fácil anotar contra el enorme y malhumorado portero que representa a su contrincante. La caricatura sugiere que sólo por un descuido de los propios empresarios sería posible que la débil dependencia del Estado pudiera lograr su propósito. Las frecuentes caricaturas de contenido

ecologista, por su parte, coinciden con los cuestionamientos que se encuentran en los demás caricaturistas en contra de la depredación de los recursos naturales.

La caricatura ¿Nos gustaría? (10-7-97) invierte la situación convencional en que los hombres cortan árboles, por la de un árbol que ha cortado un bosque de seres humanos. El título hace ver que se plantea una situación hipotética con el propósito de que los seres humanos adviertan que no les gustaría padecer lo que se hace padecer a los árboles. El que se encuentren defensas de la causa ecologista en los dibujos de los caricaturistas de los distintos periódicos,

parece indicar que en este asunto existe un consenso de importancia a pesar de las diferencias manifiestas con respecto al mismo asunto entre los editorialistas. Aunque es común a todos los diarios, es notable en Tiempo, el acento que ponen tanto Doumont como Chávez en la defensa de la democracia y del poder civil a través de sus dibujos. Una de las caricaturas ejemplares del tratamiento de este asunto es la realizada por Doumont con motivo de la imposición de la autoridad del presidente del ejecutivo en la organización de mandos del ejército, lo que fue motivo de incertidumbre en su momento con respecto a la

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reacción de los militares. En la caricatura se presenta a los militares derrotados por el poder civil como si hubiesen sido atacados de una fulminante enfermedad estomacal (12-5-00). Chávez por su parte recurre frecuentemente a personajes rurales para poner de manifiesto la caducidad de las prácticas políticas tradicionales (28-5-97, 23-8-97, 11-10-97, 26-2-00, 7-4-00). Es el caso de los comentarios de El Revolucionario uno de sus personajes emblemáticos que suelen revelar las interioridades del poder. Este personaje representa a un hombre del campo incondicional de “su general” que se vale de distintas argucias para mantenerse en el poder y que se preocupa tan sólo de su propio bienestar (23-8-97, 11-10-97). Otros personajes campesinos sirven también a Chávez para mostrar reflexiones populares con respecto al sentido real de la democracia. En la caricatura del 9 de octubre del 2000 se cuestiona el poder de la democracia forzando un contraste entre su sentido literal (formal) y su sentido real (práctico). Cada cuadro se corresponde con uno de estos sentidos a los que corresponden dos posturas o gestos diferentes por parte del protagonista: uno solemne y autosuficiente en el primer caso, y otro angustiado y necesitado en el segundo. El humor se produce al mostrarse una contradicción al interior del concepto convencional de democracia, que puede representar mucho simbólicamente pero poco en términos de beneficios materiales para los pobres. El análisis de las caricaturas de los cuatro periódicos hecho hasta aquí, muestra que las mismas han ilustrado la diversidad de tendencias político ideológicas que se manifiestan en la prensa. Desde posiciones de respaldo hacia causas más o menos universales como la democracia hasta de simpatía por otras más controvertidas como las de la empresa privada o los movimientos sindicales. Destaca especialmente en el análisis, la independencia relativa de los caricaturistas que no se ven siempre subordinados a las tendencias dominantes de opinión de los periódicos y consiguen desarrollar puntos de vista propios y a veces divergentes con respecto a aquellos. Esta independencia parece verse favorecida por el propósito humorístico de los dibujos, que responde a las reglas propias del arte de la caricatura y no necesariamente al de la coherencia ideológica de los autores. Probablemente debido a la relativa libertad de que goza este arte en los periódicos es que pueden observarse correspondencias entre las obras de unos y otros caricaturistas en temas como los del ecologismo, que no se presentan entre los editorialistas, y que podrían apuntar a una vena potencial de consensos sociales. Como se decía al principio, las caricaturas se construyen sobre el supuesto de que expresan puntos de vista socialmente compartidos, de forma que independientemente de las posiciones oficiales de los periódicos, estas caricaturas pueden ser indicativas de percepciones sociales que se encuentran ejerciendo una influencia activa en la vida política del país.

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Como ha podido apreciarse en la obra de los distintos caricaturistas, la fuente privilegiada de la crítica humorística, propia de cada autor pero compartida por sus lectores, son los contrasentidos de la dinámica social, las situaciones absurdas o impropias que asumen los actores sociales o las instituciones con respecto a sus fines o a su razón de ser. En este sentido, la obra de los caricaturistas está aportando una vigilante actitud crítica con respecto a la vida social, al mismo tiempo que está contribuyendo a fomentar y expresar consensos políticos e ideológicos de importancia para la discusión de temas de interés nacional y consecuentemente para el desenvolvimiento democrático y el desarrollo del país. A diferencia de lo que generalmente se dice con respecto al desvanecimiento de las ideologías en la vida social, las caricaturas muestran que las posiciones políticas e ideológicas se encuentran activas y que pueden ejercer una fuerte influencia en los lectores. Como puede apreciarse en las caricaturas analizadas, éstas pueden servir sea para exaltar o execrar a un determinado actor o institución social, con lo cual contribuyen a canalizar o refrenar las corrientes de simpatía y antipatía de las que depende el caudal social de dichos autores e instituciones y de las distintas propuestas políticas e ideológicas que representan.

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6. Conclusiones Al inicio de este documento se recordaban las palabras del periodista hondureño Julián López Pineda quien había llamado la atención acerca de la importancia de la prensa como reflejo de la cultura de un país, en el sentido de que en ella se mostraban las características distintivas de un pueblo, sus afanes y sus luchas por construir una sociedad mejor.

El estudio ha permitido aproximarse efectivamente a algunos de los elementos de la cultura política que se manifiestan en la prensa tanto como a algunas de las características que distinguen el ejercicio informativo de estos medios.

La revisión histórica ha hecho ver el estrecho vínculo que desde sus inicios ha ligado a la prensa con el forjamiento de las instituciones del Estado y el progreso de la democracia, aunque su contribución se ha visto también subsumida en las anárquicas disputas políticas y vinculada igualmente a elementos disociadores del ordenamiento democrático y del avance del país.

En la primera etapa del periodismo, los periódicos estuvieron vinculados a las campañas presidencialistas, de forma que al tiempo que difundieron las proclamas ideológicas y políticas se vieron implicados en la exaltación de sus candidatos y en la descalificación de sus contendientes.

En su segunda etapa el periodismo asume la función de difundir información de actualidad con lo que inicia su importante contribución a la comprensión del entorno económico, político y cultural regional y mundial. Pero al mismo tiempo que prende en el periodismo la dinámica del ejercicio noticioso, atento al acontecer diario, se incorpora el viejo gusto de la cultura local por la infidencia y el rumor que pronto conecta con las prácticas sensacionalistas del periodismo internacional.

En su tercera etapa, aún no desarrollada plenamente, el periodismo asume el compromiso no sólo de informar sino de orientar a la población, lo que se consigue con contribuciones excepcionales como las de Paulino Valladares o Alfonso Guillén Zelaya, pero con altibajos según el paso del tiempo de modo que aún hoy la prensa sigue enfrentando una demanda de mayor profundidad, entendida ésta como la necesidad de mayor análisis y mayor especialización crítica en los temas de interés.

Así, puede decirse que el periodismo de Honduras ha conocido las distintas etapas del periodismo moderno pero experimenta rezagos importantes, manifiestos en el aún fuerte arraigo de la diatriba política, del sensacionalismo y del ejercicio informativo superficial y descontextualizado.

A partir de la década de 1970 los periódicos experimentan cambios notables con el aumento del mercado de lectores, el surgimiento de una competencia informativa y comercial, y la incorporación de innovaciones tecnológicas. Los viejos periódicos impresos en linotipia y artesanalmente presentados no sobrevivieron a los nuevos retos, y unas empresas dinámicas y agresivas comercialmente, aunque no siempre conscientes de su propia labor informativa e ideológica ocupan los espacios del periodismo nacional.

En la actualidad, el consumo de información a través de la prensa y de los distintos medios de comunicación es muy significativo en el país, al grado que una mayoría de la población lo

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considera una costumbre. De hecho las cantidades de impresión de periódicos por habitante son en Honduras ligeramente superiores a la media de los países latinoamericanos que en el contexto internacional es un continente con altos índices de consumo de prensa.

El acceso a la prensa de crecientes cantidades de lectores ha abierto la posibilidad de una contribución sin precedentes para la democracia y el desarrollo del país en la medida que ha supuesto, para la mayoría de la población, beneficiarse de la circulación de ideas e información, pero evidentemente puede estar trayendo también consecuencias adversas, en la medida en que un público con escasos niveles educativos puede encontrarse influyendo en las características que cobra la oferta informativa.

Los periodistas, en todas partes, cumplen la función de incorporar los hechos sociales y de todo tipo a los horizontes de comprensión de sus lectores, lo que en un país con escasos niveles educativos como Honduras puede estar contribuyendo a distorsionar o a malversar la información. La escasez de un periodismo de investigación, la permanencia y extensión de fenómenos como la diatriba política y el sensacionalismo, que representan características distintivas de la prensa nacional pueden estar conectados con los influjos de las preferencias de consumo de un público cuya educación promedio no supera la escuela primaria.

En la ronda de entrevistas realizadas a directores de periódicos, periodistas académicos y representantes de la sociedad civil como parte de este estudio se encontró que las opiniones coincidían en señalar la importancia de los condicionantes comerciales de la oferta informativa y del sensacionalismo. Los entrevistados destacaron además, como uno de los problemas principales del periodismo la extensión de prácticas de corrupción vinculadas con el control de los medios por parte de las elites políticas y económicas.

Con respecto a la situación actual de la prensa y particularmente en lo que se refiere al ejercicio del derecho a la información y a la libre expresión, son importantes las denuncias que el año 2000 fueron elevadas a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La Relatoría para la libertad de expresión denunció procesos intimidatorios contra periodistas llevados a cabo desde instancias gubernamentales, así como atentados criminales de autoría desconocida; y especialmente denunció al Colegio de Periodistas por limitar el libre ejercicio del periodismo y distintos artículos del Código Penal que establecen penas de cárcel contra periodistas que menoscaben la imagen del presidente y de los funcionarios públicos.

Estas percepciones críticas con respecto al ejercicio informativo de la prensa contrastan en gran medida con la percepción general de la población que otorga a estos medios de comunicación los más altos niveles de confianza sólo superados por los que reconoce a las iglesias, lo cual constituye, probablemente, uno de los principales potenciales de contribución al desarrollo del país de estas instituciones.

Posiblemente la población valora positivamente la labor de vigilancia constante de la prensa de las prácticas gubernamentales y de los distintos asuntos de interés colectivo. Y es posible que se considere que los hechos de interés social tarde o temprano salen a relucir en la prensa, de modo que podría decirse que en este aspecto la competencia informativa entre los distintos periódicos favorece la libre circulación de la información y una cierta forma de auditoria social.

El análisis cuantitativo de contenido realizado dentro del marco de este estudio ofrece evidencia con respecto a un fuerte predominio de los actores estatales en el ejercicio informativo sobre los asuntos de interés general en la prensa, en contra de la participación de los demás actores nacionales e internacionales. Particularmente, el estudio hace evidente la necesidad de que las

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organizaciones de la sociedad civil, (asociaciones de la empresa privada, organizaciones no gubernamentales, iglesias, etc.) desarrollen y consoliden centros de generación y difusión de información que contribuyan, con experticia comparable a la de los administradores del estado, pero desde puntos de vista independientes, a analizar y encontrar vías alternativas de reflexión y solución a los problemas nacionales.

Hace falta que los distintos actores sociales, partidos políticos, iglesias, universidades asociaciones profesionales, organizaciones no gubernamentales, etc. consoliden sus propuestas de desarrollo para el país lo mismo que evalúen las propuestas de los demás actores y especialmente las que pone en práctica el gobierno. Mientras los actores sociales no desarrollen una labor de monitoreo y evaluación de las distintas políticas y programas gubernamentales en las distintas áreas de interés público, difícilmente existirá la posibilidad de romper la hegemonía estatal en su discusión a través de los medios y consecuentemente se seguirán viendo limitadas tanto las posibilidades de encontrar vías alternativas de desarrollo como las posibilidades de la población de juzgar las ofertas políticas tanto de los actores nacionales como de los internacionales.

Junto al protagonismo de los actores estatales, el análisis cuantitativo hace ver que es constante la atención de la prensa a problemas de la administración pública como la corrupción, la ineficiencia, los abusos de autoridad, la impunidad, y otros, lo que puede tomarse como manifestación de un importante papel de monitoreo del gobierno que desempeñan los medios de comunicación, y que contribuye a la extensión de formas de rendición de cuentas en el orden democrático actual.

Como se decía antes probablemente la confianza de la población en la prensa tenga que ver con el cumplimiento de estas funciones de vigilancia en las que el interés noticioso de los hechos se encuentra asociado con auténticos intereses nacionales, en un círculo virtuoso. No obstante, deben considerarse también los efectos potencialmente negativos de un ejercicio del periodismo denunciado por la sociedad civil que deliberadamente tergiversa las acciones públicas de los actores sociales con fines sensacionalistas o de otro tipo.

De modo que puede estarse corriendo el riesgo de que los medios ganen confianza a costa de erosionar la confianza en las instituciones y las personas en el país, lo que representaría un grave obstáculo para el avance de la democracia.

Igualmente el análisis cuantitativo ofrece evidencia con respecto a un fuerte predominio de los temas de seguridad ciudadana en contra de los demás temas de interés nacional que difunde la prensa, lo cual se halla asociado no solamente a un aumento real en las tasas de criminalidad del país sino también a las prácticas sensacionalistas de la prensa cuyo recurso permanente a la nota roja o nota policial con fines comerciales puede estar contribuyendo a la desfiguración de la agenda pública. A diferencia de lo que ocurre con los temas de gobierno y administración pública, la presencia permanente y destacada de los temas de seguridad ciudadana puede estar generando un círculo vicioso en el que los mayores niveles de delincuencia y criminalidad podrían estar generando una mayor atención de la prensa, y esto mayores niveles de inseguridad en la población. Puesto que en buena medida la cobertura y presentación de los temas de seguridad se encuentran asociadas a su rentabilidad comercial, podría suponerse que una disminución de este tipo de uso podría favorecer una divulgación más adecuada de estos problemas. El análisis

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ha revelado que la presencia en portada de este tipo de noticias, mejor conocidas en la jerga periodística como “nota roja”, da un fuerte sesgo sensacionalista a los diarios nacionales. Después de los temas de seguridad, son los temas del sistema político (política partidaria, elecciones, candidaturas, etc.) los que dominan las portadas y las secciones de noticias nacionales de los periódicos, lo que revela el persistente vínculo del periodismo escrito con las prácticas políticas tradicionales en detrimento de la cobertura y desarrollo de los demás temas de la agenda pública. Es posible considerar que el actual ejercicio del periodismo está contribuyendo a invisibilizar asuntos de primera importancia para el país. El análisis cuantitativo ha mostrado que la presencia de los temas medioambientales es muy escasa en la prensa nacional, tanto que podría considerarse marginal, lo que compromete sin duda las visiones del país y de su desarrollo que se difunden. De forma semejante, puede decirse que si bien el tema del financiamiento del gobierno y la deuda externa se encuentran ampliamente presentes en los periódicos, no ocurre de igual forma con temas como la inversión privada cuya importancia es crucial para el crecimiento económico. De modo que puede adelantarse como uno de los retos de la prensa no siempre reconocidos, el de la necesidad de construir como hechos de relevancia social aquellos que estando insuficientemente cubiertos deban visibilizarse en consideración de sus implicaciones para el desarrollo del país. El análisis crítico de editoriales y caricaturas mostró, por su parte, que en la prensa se han debatido los problemas sociales desde las distintas posiciones del espectro político e ideológico actual, lo cual refuerza el reconocimiento del papel primordial que ocupan los periódicos como espacio no formalizado de debate público y hace ver una relativa apertura de los mismos a las distintas corrientes de opinión. En contra de la percepción muy difundida de que las ideologías se encuentran difusas o que carecen de relevancia en los periódicos nacionales, el análisis muestra que las apreciaciones con respecto a los distintos asuntos de la vida social del país siguen articulándose desde posiciones políticas e ideológicas que si bien se han transformado en los últimos años permiten reconocer sus tendencias de izquierda o de derecha así como sus inclinaciones radicales o conservadoras. El estudio destaca este aspecto en la medida en que se considera que el reconocimiento y profundización de las propias posiciones políticas e ideológicas de cada uno de los diarios es condición primordial para favorecer los entendimientos entre grupos y sectores sociales. De hecho, es posible señalar algunos de los puntos de consenso y disensión de las distintas corrientes de opinión manifiestas en la prensa que podrían favorecer o entrabar el desarrollo del país. Así por ejemplo son consensos importantes los que se dan en torno a la defensa y promoción de las instituciones democráticas, el cuestionamiento crítico de la figura de los políticos, la asunción aunque con reservas del libre mercado como contexto económico, y especialmente en torno a la necesidad de un ejercicio responsable de los derechos y deberes de la ciudadanía como uno de los requisitos para fortalecer la democracia y consecuentemente el desarrollo del país. El estudio muestra igualmente algunos de los puntos de conflicto entre las corrientes de opinión como el rechazo a priori de los actores sociales adversos, según lo cual se desconocen o niegan entre sí los empresarios y los trabajadores, o el gobierno y los movimientos sociales.

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Igualmente son puntos de controversia permanentes la defensa de los intereses económicos por parte de los empresarios privados tanto como la disputa de derechos sociales por parte las clases populares. De modo que podría decirse que el enfrentamiento entre clases económicas antagónicas persiste como el núcleo duro de los conflictos, aunque igualmente puede reconocerse la posibilidad de arribar a consensos de importancia en muchos aspectos de primer relevancia para el país. No se pierde de vista en el estudio que la relativa apertura a las distintas corrientes políticas e ideológicas durante el período analizado se vio influida por estrategias de mercado de los periódicos, y que dicha apertura muestra una tendencia al cierre en el presente. Es una percepción extendida que la emergencia de una corriente de opinión de la izquierda radical en El Heraldo se halló asociada con el propósito de cubrir un determinado nicho de mercado descuidado por los demás diarios nacionales, en cuyo caso la dinámica de la competencia comercial e informativa habría jugado a favor de la apertura democrática del país. Aunque, por otra parte, el cambio drástico de la corriente de opinión del periódico en el 2001 asociado al despido de un cuerpo de periodistas, podría mostrar que tal apertura era ilusoria o débil. En el contexto actual de consolidación del proceso democrático, no es ajena la posibilidad de retrocesos a formas conocidas en el pasado de coerción y represión de la prensa, como lo han denunciado organizaciones de la sociedad civil, pero a la vista de la experiencia histórica del país en este aspecto, podrían esperarse igualmente nuevos reclamos a favor de la libertad de expresión y la libertad de información.

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Anexos

1996 1997 1998 1999 2000Político Institucionales 1033 1141 1055 1049 968Medios de Comunicación 755 698 730 634 716Sociedad Civil 243 313 233 241 204Internacionales 91 97 175 190 153Ciudadanos 195 213 221 208 171Total 2317 2462 2414 2322 2212

Frecuencia de registros por tipo de actor social, 1996-2000

1996 1997 1998 1999 2000Aparato Estatal 860 941 960 897 802Partidos Políticos 173 200 95 152 166Total 1033 1141 1055 1049 968

Frecuencia de registros de actores político institucionales, 1996-2000

1996 1997 1998 1999 2000Redactores y reporteros 436 353 417 291 328Columnistas 180 187 175 192 238Consejo Editorial 97 118 108 126 124Otros 42 40 30 25 25Dueños de los medios 0 0 0 0 1Total 755 698 730 634 716

Frecuencia de registros de los medios de comunicación según responsables de la información, 1996-2000

1996 1997 1998 1999 2000Organizaciones laborales 108 142 76 72 75Asociaciones de la empresa privada 59 49 32 73 64Organizaciones comunales 15 11 19 15 19Iglesias 17 51 51 32 16Organizaciones no gubernamentales de desarrollo 7 5 5 6 12Organizaciones de Convergencia de la sociedad civil 1 1 2 10 7Organizaciones ciudadanas de derechos humanos 29 48 46 25 6Organizaciones de auxilio mutuo 7 5 1 7 3Otros 0 1 1 1 2Total 243 313 233 241 204

Frecuencia de registros de actores de la sociedad civil, 1996-2000

A. Registros de frecuencia seleccionados del análisis cuantitativo de contenido

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

1996 1997 1998 1999 2000ernos extranjeros 66 66 108 114 72nizaciones de Cooperación

Internacional 12 19 21 54 37nismos de Crédito Internacional 5 7 40 6 17nización de estados nacionales 7 5 6 12 22

Otros 1 0 0 4 591 97 175 190 153

Frecuencia de registros de actores internacionales, 1996-2000

GobiOrga

OrgaOrga

Total

1996 1997 1998 1999 2000on. Pública Central 737 815 814 747 671on. Pública Descentralizada 94 113 117 116 100ector Descentrado 29 13 29 34 31

860 941 960 897 802

Frecuencia de noticias de registros del aparato estatal, 1996-2000

AdmAdmSubsTotal

1996 1997 1998 1999 2000do Liberal de Honduras 58 70 27 66 71do Nacional de Honduras 98 83 51 71 63do de Unificación Democrática 3 19 4 3 9ocracia Cristiana 3 10 2 3 5do de Innovación y Unidad Nacional 10 17 10 5 5lo Unido Bloque por Honduras 0 0 0 0 3dos políticos 1 1 1 4 10

173 200 95 152 166

Frecuencia de registros de los partidos políticos, 1996-2000

PartiPartiPartiDemPartiPuebPartiTotal

1996 1997 1998 1999 2000Seguridad 83 86 68 63 99Salud 47 49 77 62 69Poder Legislativo 55 88 100 90 58Poder Judicial 73 54 99 74 65Poder Ejecutivo 53 83 93 46 45Ministerio público 40 66 40 83 44Gobiernos locales 38 72 52 56 44Relaciones exteriores 64 37 34 52 43Defensa nacional 32 47 33 19 43Industria y comercio 29 40 27 8 29Tribunal Nacional de Elecciones 21 52 17 3 24Obras públicas, transporte y vivienda 41 23 29 32 21Educación 23 20 30 15 14Agricultura y ganadería 2 22 17 18 14Despacho presidencial 0 1 11 13 11Fondo Hondureño de Inversión Social 4 3 5 12 10Gobernación y justicia 31 32 34 16 7Finanzas 42 27 17 24 7Recursos naturales y ambiente 28 1 2 18 5Trabajo y seguridad social 4 1 14 5 4Secretaría Técnica de Cooperación 2 5 10 12 3Cultura, artes y deportes, Secretaría 3 0 2 3 3Turismo 0 1 0 3 0Otros 22 5 3 20 9Total 737 815 814 747 671

Frecuencia de noticias de registros del aparato estatal central, 1996-2000

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Temas 1996 1997 1998 1999 2000Sociedad 1,077 1,469 1,502 1,122 1,162Política 1,313 1,400 1,256 1,333 998Economía 908 891 817 792 742Total 3,298 3,760 3,575 3,247 2,902

Temas 1996 1997 1998 1999 2000Sector Primario 82 96 86 61 82Sector Secundario 71 56 52 99 68Sector Terciario 361 339 328 277 300Empleo y Salarios 92 116 80 68 82Finanzas Públicas 146 94 115 117 82Medioambiente 50 73 69 100 43Desarrollo 28 34 30 44 41Otros 78 83 57 26 44Total 908 891 817 792 742

Temas 1996 1997 1998 1999 2000Sistema político 411 450 183 240 348Gobierno y administración pública 310 483 292 375 193Relaciones políticas internacionales 165 141 271 324 179Sistema de justicia 276 204 337 221 137Defensa nacional 102 79 136 151 74Otros 49 43 37 22 67Total 1313 1400 1256 1333 998

Temas 1996 1997 1998 1999 2000Seguridad 446 578 703 505 458Salud 150 159 165 158 232Relaciones sociales (género, edad, comu 195 308 244 164 182Cultura 135 232 180 149 150Educación 103 144 156 99 101Otros 48 48 54 47 39Total 1077 1469 1502 1122 1162

Frecuencia de registros por tema general, 1996-2000

Frecuencia de registros de economía, 1996-2000

Frecuencia de registros de política, 1996-2000

Frecuencia de registros de sociedad 1996-2000

FIDE, Unidad de Investigación Aplicada 143

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Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

Temas 1996 1997 1998 1999 2000Comercio 137 154 131 93 120Establecimiemientos financieros, seguros 49 42 24 61 61Combustibles, transporte y almacenamien 83 52 92 43 43Electricidad, gas y agua 53 53 34 34 39Comunicaciones 30 31 35 25 22Servicios comunales, sociales y personal 9 7 12 21 15Total 361 339 328 277 300

Temas 1996 1997 1998 1999 2000Cultura política 61 97 79 106 116Sistema de partidos 204 161 30 73 95Sistema electoral 84 117 22 25 93Estado 54 65 44 19 10Sociedad civil 0 1 1 9 4Otros 8 9 7 8 30

411 450 183 240 348

Temas 1996 1997 1998 1999 2000Seguridad ciudadana 367 501 430 355 367Contingencias 62 68 261 138 73Seguridad alimentaría 17 9 12 11 6Otros 0 0 0 1 12

446 578 703 505 458

Temas 1996 1997 1998 1999 2000Corrupción 97 96 43 82 61Abuso de autoridad 14 25 20 20 26Ineficiencia 14 32 45 45 19Inmunidad 1 28 4 0 13Malversación de fondos 11 43 16 35 8Impunidad 1 4 3 8 8Otros 172 255 161 185 58

310 483 292 375 193

Temas 1996 1997 1998 1999 2000Orden público 82 128 122 75 94Delitos varios 93 94 126 137 79Delitos contra la propiedad 49 66 41 56 70Delitos contra la vida 66 93 47 38 49Delincuencia y criminalidad 23 32 32 16 22Secretaría de Seguridad y policía 33 68 32 10 19Otros 21 20 30 23 34

367 501 430 355 367

Frecuencia de registros de seguridad ciudadana 1996-2000

Frecuencia de registros del sector terciario de la economía, 1996-2000

Frecuencia de registros del sistema político, 1996-2000

Frecuencia de registros de seguridad 1996-2000

Frecuencia de registros de gobierno y administración pública 1996-2000

Leyva, Héctor M. 2001. Análisis crítico de la prensa hondureña, 1996-2000

FIDE, Unidad de Investigación Aplicada 144

Temas 1996 1997 1998 1999 2000Comercio 137 154 131 93 120Establecimiemientos financieros, seguros 49 42 24 61 61Combustibles, transporte y almacenamien 83 52 92 43 43Electricidad, gas y agua 53 53 34 34 39Comunicaciones 30 31 35 25 22Servicios comunales, sociales y personal 9 7 12 21 15Total 361 339 328 277 300

Temas 1996 1997 1998 1999 2000Cultura política 61 97 79 106 116Sistema de partidos 204 161 30 73 95Sistema electoral 84 117 22 25 93Estado 54 65 44 19 10Sociedad civil 0 1 1 9 4Otros 8 9 7 8 30

411 450 183 240 348

Temas 1996 1997 1998 1999 2000Seguridad ciudadana 367 501 430 355 367Contingencias 62 68 261 138 73Seguridad alimentaría 17 9 12 11 6Otros 0 0 0 1 12

446 578 703 505 458

Temas 1996 1997 1998 1999 2000Corrupción 97 96 43 82 61Abuso de autoridad 14 25 20 20 26Ineficiencia 14 32 45 45 19Inmunidad 1 28 4 0 13Malversación de fondos 11 43 16 35 8Impunidad 1 4 3 8 8Otros 172 255 161 185 58

310 483 292 375 193

Temas 1996 1997 1998 1999 2000Orden público 82 128 122 75 94Delitos varios 93 94 126 137 79Delitos contra la propiedad 49 66 41 56 70Delitos contra la vida 66 93 47 38 49Delincuencia y criminalidad 23 32 32 16 22Secretaría de Seguridad y policía 33 68 32 10 19Otros 21 20 30 23 34

367 501 430 355 367

Frecuencia de registros de seguridad ciudadana 1996-2000

Frecuencia de registros del sector terciario de la economía, 1996-2000

Frecuencia de registros del sistema político, 1996-2000

Frecuencia de registros de seguridad 1996-2000

Frecuencia de registros de gobierno y administración pública 1996-2000

FIDE, Unidad de Investigación Aplicada 144