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A N T O L O G Í A P O É T I C A d e l a G E N E R A C I Ó N D E L 2 7 1

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A N T O L O G Í A P O É T I C A d e l a G E N E R A C I Ó N D E L 2 7

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1.- F E D E R I C O G A R C Í A L O R C A

( Fuentevaqueros (Granada ), 1898 – Víznar, 1936 )

Poética:

Pero ¿qué voy a decir yo de la Poesía? ¿Qué voy a decir de esas nubes, de ese cielo? Mirar, mirar, mirarlas, mirarle, y nada más. Comprenderá que un poeta no puede decir nada de la Poesía. Eso déjaselo a los críticos y profesores. Pero ni tú ni yo ni ningún poeta sabemos lo que es la Poesía.

Aquí está: mira. Yo tengo el fuego en mis manos. Yo lo entiendo y trabajo con él perfectamente, pero no puedo hablar de él sin literatura. Yo comprendo todas las poéticas; podría hablar de ellas si no cambiara de opinión cada cinco minutos. No sé, puede que algún día me gusta la poesía mala muchísimo, como me gusta ( nos gusta ) hoy la música mala con locura. Quemaré el Partenón por la noche, para empezar a levantarlo por la mañana, y no terminarlo nunca.

En mis conferencias he hablado de la Poesía, pero de lo único que puedo hablar es de mi poesía. Y no porque sea un inconsciente de lo que hago. Al contrario, si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios – o del demonio -, también lo es que lo soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo, y de darme cuenta en absoluto de lo que es un poema.

( Gerardo Diego, Antología, 1934, p. 423 )

BALADILLA DE LOS TRES RÍOS

El río Guadalquivir va entre naranjos y olivos. Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo.

¡Ay, amor 5que se fue y no vino!

El río Guadalquivir tiene las barbas granates. Los dos ríos de Granada uno llanto y otro sangre 10¡Ay, amor que se fué por el aire!

Para los barcos de vela Sevilla tiene un camino; por el agua de Granada 15sólo reman los suspiros.

¡Ay, amor que se fue y no vino!

Guadalquivir, alta torre y viento en los naranjales. 20Dauro y Genil, torrecillas muertas sobre los estanques.

¡Ay, amor que se fue por el aire!

¡Quién dirá que el agua lleva 25un fuego fatuo de gritos!

¡Ay, amor que se fue y no vino!

Lleva azahar, lleva olivas, Andalucía, a tus mares. 30

¡Ay, amor que se fue por el aire!

(Poema del cante jondo , 1931)

CANCIÓN DEL JINETE

En la luna negrade los bandoleros,cantan las espuelas.

Caballito negro.¿Dónde llevas tu jinete muerto? 5

...Las duras espuelasdel bandido inmóvilque perdió las riendas.

Caballito frío.¡Qué perfume de flor de cuchillo! 10

En la luna negrasangraba el costadode Sierra Morena.

Caballito negro.¿Dónde llevas tu jinete muerto? 15La noche espoleasus negros ijaresclavándose estrellas.

Caballito frió.¡Qué perfume de flor de cuchillo! 20

En la luna negra,¡un grito! y el cuernolargo de la hoguera.

Caballito negro.¿Dónde llevas tu jinete muerto? 25

( Canciones, 1927 )

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ROMANCE DE LA LUNA, LUNA

La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira mira. El niño la está mirando.

En el aire conmovido 5mueve la luna sus brazos y enseña, lúbrica y pura, sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, 10harían con tu corazón collares y anillos blancos.

Niño déjame que baile. Cuando vengan los gitanos, te encontrarán sobre el yunque 15con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna, que ya siento sus caballos. Niño déjame, no pises, mi blancor almidonado. 20

El jinete se acercaba tocando el tambor del llano. Dentro de la fragua el niño, tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían, 25bronce y sueño, los gitanos. Las cabezas levantadas y los ojos entornados.

¡Cómo canta la zumaya, ay como canta en el árbol! Por el cielo va la luna 30con el niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos. El aire la vela, vela. el aire la está velando. 35

( Romancero gitano, 1928 )ROMANCE SONÁMBULO

  Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mary el caballo en la montaña.Con la sombra en la cintura 5ella sueña en su baranda,verde carne, pelo verde,con ojos de fría plata.Verde que te quiero verde.Bajo la luna gitana, 10las cosas la están mirandoy ella no puede mirarlas.

  Verde que te quiero verde.Grandes estrellas de escarcha,vienen con el pez de sombra 15que abre el camino del alba.La higuera frota su viento con la lija de sus ramas,y el monte, gato garduño,eriza sus pitas agrias. 20¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde? Ella sigue en su baranda,verde carne, pelo verde,soñando en la mar amarga.

  -Compadre, quiero cambiar 25mi caballo por su casa,mi montura por su espejo,mi cuchillo por su manta.Compadre, vengo sangrando,desde los puertos de Cabra. 30-Si yo pudiera, mocito,este trato se cerraba.Pero yo ya no soy yo,ni mi casa es ya mi casa.-Compadre, quiero morir, 35decentemente en mi cama.De acero, si.puede ser,con las sábanas de holanda.¿No ves la herida que tengodesde el pecho a la garganta? 40-Trescientas rosas morenaslleva tu pechera blanca.Tu sangre rezuma y huelealrededor de tu faja.Pero yo ya no soy yo, 45ni mi casa es ya mi casa.-Dejadme subir al menoshasta las altas barandas,¡dejadme subir!, dejadmehasta las verdes barandas. 50Barandales de la lunapor donde retumba el agua.

   Ya suben los dos compadreshacia las altas barandas.Dejando un rastro de sangre. 55Dejando un rastro de lágrimas.Temblaban en los tejadosfarolillos de hojalata.Mil panderos de cristalherían la madrugada. 60

  Verde que te quiero verde,verde viento, verdes ramas.Los dos compadres subieron.El largo viento dejabaen la boca un raro gusto 65de hiel, de menta y de albahaca.-¡Compadre! ¿Dónde está, dime?¿Dónde está tu niña amarga?¡Cuántas veces te esperó!¡Cuántas veces te esperara, 70cara fresca, negro pelo,en esta verde baranda!

3

  Sobre el rostro del aljibese mecía la gitana.Verde carne, pelo verde, 75con ojos de fría plata.Un carámbano de lunala sostiene sobre el agua.La noche se puso íntimacomo una pequeña plaza. 80Guardias civiles borrachosen la puerta golpeaban. Verde que te quiero verde,verde viento, verdes ramas.El barco sobre la mar. 85Y el caballo en la montaña.

( Romancero gitano, 1928 )

LA CASADA INFIEL

Y que yo me la llevé al ríocreyendo que era mozuela,pero tenía marido.Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso. 5Se apagaron los farolesy se encendieron los grillos.

En las últimas esquinastoqué sus pechos dormidos,y se me abrieron de pronto 10como ramos de jacintos.

  El almidón de su enaguame sonaba en el oídocomo una pieza de sedarasgada por díez cuchillos. 15Sin luz de plata en sus copaslos árboles han crecido,y un horizonte de perrosladra muy lejos del río.

  Pasadas las zarzamoras, 20los juncos y los espinos, bajo su mata de pelohice un hoyo sobre el limo.Yo me quité la corbata.Ella se quitó el vestido. 25Yo, el cinturón con revólver,ella, sus cuatro corpiños.

Ni nardos ni caracolastienen el cutis tan fino,ni los cristales con luna 30relumbran con ese brillo.Sus muslos se me escapabancomo peces sorprendidos,la mitad llenos de lumbre,la mitad llenos de frío. 35Aquella noche corríel mejor de los caminos,montado en potra de nácarsin bridas y sin estribos.No quiero decir, por hombre, 40las cosas que ella me dijo.La luz del entendimientome hace ser muy comedido.Sucia de besos y arenayo me la llevé del río. 45Con el aire se batíanlas espadas de los lirios.

  Me porté como quien soy,como un gitano legítimo. La regalé un costurero 50grande, de raso pajizo,y no quise enamorarmeporque teniendo maridome dijo que era mozuelacuando la llevaba al río. 55

( Romancero gitano, 1928 )

PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIO

Antonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,con una vara de mimbreva a Sevilla a ver los toros.Moreno de verde luna 5anda despacio y garboso.Sus empavonados buclesle brillan entre los ojos.A la mitad del caminocortó limones redondos, 10y los fue tirando al aguahasta que la puso de oro.Y a la mitad del camino,bajo las ramas de un olmo,guardia civil caminera 15lo llevó codo con codo.

  El día se va despacio,la tarde colgada a un hombro,

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dando una larga torerasobre el mar y los arroyos. 20Las aceitunas aguardanla noche de capricornioy una corta brisa, ecuestre,salta los montes de plomo.Antonio Torres Heredia, 25hijo y nieto de Camborios,vienes sin vara de mimbreentre los cinco tricornios.

  Antonio, ¿quién eres tú?Si te llamaras Camborio, 30hubieras hecho una fuentede sangre con cinco chorros.Ni tú eres hijo de nadie,ni legítimo Camborio.¡ Se acabaron los gitanos 35que iban por el monte solos!Están los viejos cuchillostiritando bajo el polvo.A las nueve de la nochelo llevan al calabozo, 40mientras los guardias civilesbeben limonada todos.Y a las nueve de la nochele cierran el calabozo,mientras el cielo reluce 45como la grupa de un potro.

( Romancero gitano, 1928 )

MUERTE DE ANTOÑITO EL CAMBORIO

Voces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.Voces antiguas que cercanvoz de clavel varonil.Les clavó sobre las botas 5mordiscos de jabalí.En la lucha daba saltosjabonados de delfín.Bañó con sangre enemigasu corbata carmesí, 10pero eran cuatro puñalesy tuvo que sucumbir.Cuando las estrellas clavanrejones al agua gris,cuando los erales sueñan 15verónicas de alhelí,voces de muerte sonaroncerca del Guadalquivir.  "Antonio Torres Heredia, Camborio de dura crin, 20moreno de verde luna,voz de clavel varonil:¿ Quién te ha quitado la vidacerca del Guadalquivir?""Mis cuatro primos Heredias 25hijos de Benamejí.Lo que en otros no envidiabanya lo envidiaban en mí.Zapatos color Corinto,

medallones de marfil, 30y este cutis amasadocon aceituna y jazmín."«¡Ay, Antoñito el Camborio,digno de una emperatriz!Acuérdate de la Virgen 35porque te vas a morir.»«¡Ay Federico García,llama a la Guardia Civil!Ya mi talle se ha quebradocomo caña de maíz.» 40

Tres golpes de sangre tuvoy se murió de perfil.Viva moneda que nuncase volverá a repetir.Un ángel marchoso pone 45su cabeza en un cojín.Otros de rumor cansado,encendieron un candil.Y cuando los cuatro primosllegan a Benamejí, 50voces de muerte cesaroncerca del Guadalquivir.

( Romancero gitano, 1928 )

LA AURORA

La aurora de Nueva York tienecuatro columnas de cienoy un huracán de negras palomasque chapotean las aguas podridas.La aurora de Nueva York gime 5por las inmensas escalerasbuscando entre las aristasnardos de angustia dibujada.La aurora llega y nadie la recibe en su bocaporque allí no hay mañana ni esperanza posible. 10A veces las monedas en enjambres furiosostaladran y devoran abandonados niños.Los primeros que salen comprenden con sus huesosque no habrá paraíso ni amores deshojados;saben que van al cieno de números y leyes, 15a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.La luz es sepultada por cadenas y ruidosen impúdico reto de ciencia sin raíces.Por los barrios hay gentes que vacilan insomnescomo recién salidas de un naufragio de sangre. 20

( Poeta en Nueva York, 1929-30 )

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CIUDAD SIN SUEÑO(Nocturno del Brooklyn Bridge)

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.No duerme nadie.Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan /y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas /al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros./

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.No duerme nadie.Hay un muerto en el cementerio más lejanoque se queja tres añosporque tiene un paisaje seco en la rodilla;y el niño que enterraron esta mañana lloraba tantoque hubo necesidad de llamar a los perros para que callase./

No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmedao subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas./Pero no hay olvido, ni sueño:carne viva. Los besos atan las bocasen una maraña de venas recientesy al que le duele su dolor le dolerá sin descansoy el que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.Un díalos caballos vivirán en las tabernasy las hormigas furiosasatacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas./

Otro díaveremos la resurrección de las mariposas disecadasy aun andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos /veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua. /¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente /o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato, /

hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan, /donde espera la dentadura del oso,donde espera la mano momificada del niñoy la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul. /

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.No duerme nadie.Pero si alguien cierra los ojos,

¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!Haya un panorama de ojos abiertosy amargas llagas encendidas.No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.

Ya lo he dicho.No duerme nadie.

Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes, /abrid los escotillones para que vea bajo la lunalas copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.

( Poeta en Nueva York )

LLANTO POR IGNACIO SANCHEZ MEJIAS

I) LA COGIDA Y LA MUERTE

A las cinco de la tarde. Eran las cinco en punto de la tarde. Un niño trajo la blanca sábana a las cinco de la tarde. Una espuerta de cal ya prevenida 5

a las dnco de la tarde. Lo demás era muerte y sólo muerte a las dnco de la tarde.

El viento se llevó los algodones a las cinco de la tarde. 10Y el óxido sembró cristal y níquel a las cinco de la tarde. Ya luchan la paloma y el leopardo a las cinco de la tarde. Y un muslo con un asta desolada 15a las cinco de la tarde. Comenzaron los sones del bordón a las cinco de la tarde. Las campanas de arsénico y el humo a las cinco de la tarde. 20En las esquinas grupos de silencio a las cinco de la tarde. ¡Y el toro solo corazón arriba! a las cinco de la tarde. Cuando el sudor de nieve fue llegando 25a las cinco de la tarde, cuando la plaza se cubrió de yodo a las cinco de la tarde, la muerte puso huevos en la herida a las cinco de la tarde: 30A las cinco de la tarde.

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A las cinco en punto de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama a las cinco de la tarde. Huesos y flautas suenan en su oído 35a las cinco de la tarde. El toro ya mugía por su frente a las cinco de la tarde. El cuarto se irisaba de agonía a las cinco de la tarde. 40A lo lejos ya viene la gangrena a las cinco de la tarde. Trompa de lirio por las verdes ingles a las cinco de la tarde. Las heridas quemaban como soles 45 a las cinco de la tarde. y el gentío rompía las ventanas a las cinco de la tarde. A las cinco de la tarde. ¡ Ay qué terribles cinco de la tarde! 50¡Eran las cinco en todos los relojes! ¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

II) LA SANGRE DERRAMADA

¡Que no quiero verla!

Dile a la luna que venga, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena. ¡Que no quiero verla! 5

La luna de par en par. Caballo de nubes quietas, y la plaza gris del sueño con sauces en las barreras.

¡Que no quiero verla! 10Que mi recuerdo se quema. ¡Avisad a los jazmines con su blancura pequeña!

¡Que no quiero verla!

La vaca del viejo mundo 15pasaba su triste lengua sobre un hocico de sangres derramadas en la arena, y los toros de Guisando, casi muerte y casi piedra, 20mugieron como dos siglos hartos de pisar la tierra. No.

¡Que no quiero verla!

Por las gradas sube Ignacio 25con toda su muerte a cuestas. Buscaba el amanecer, y el amanecer no era. Busca su perfil seguro, y el sueño lo desorienta. 30Buscaba su hermoso cuerpo y encontró su sangre abierta. ¡No me digáis que la vea! No quiero sentir el chorro cada vez con menos fuerza; 35ese chorro que ilumina los tendidos y se vuelca sobre la pana y el cuero de muchedumbre sedienta. ¡Quién me grita que me asome! 40¡No me digáis que la vea!

No se cerraron sus ojos cuando vio los cuernos cerca, pero las madres terribles levantaron la cabeza. 45Y a través de las ganaderías, hubo un aire de voces secretas que gritaban a toros celestes, mayorales de pálida niebla. No hubo príncipe en Sevilla 50que comparársele pueda, ni espada como su espada, ni corazón tan de veras. Como un río de leones su maravillosa fuerza, 55y como un torso de mármol su dibujada prudencia. Aire de Roma andaluza le doraba la cabeza donde su risa era un nardo 60de sal y de inteligencia. ¡Qué gran torero en la plaza! ¡Qué buen serrano en la sierra! ¡Qué blando con las espigas! ¡Qué duro con las espuelas! 65¡Qué tierno con el rocío! ¡Qué deslumbrante en la feria! ¡ Qué tremendo con las últimas banderillas de tiniebla!

Pero ya duerme sin fin. 70Ya los musgos y la hierba abren con dedos seguros la flor de su calavera.

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Y su sangre ya viene cantando: cantando por marismas y praderas, 75resbalando por cuernos ateridos, vacilando sin alma por la niebla, tropezando con miles de pezuñas como una larga, oscura, triste lengua, para formar un charco de agonía 80junto al Guadalquivir de las estrellas. ¡Oh blanco muro de España! ¡Oh negro toro de pena! ¡Oh sangre dura de Ignacio! ¡Oh ruiseñor de sus venas! 85No. ¡Que no quiero verla! Que no hay cáliz que la contenga, que no hay golondrinas que se la beban, no hay escarcha de luz que la enfríe, 90no hay canto ni diluvio de azucenas, no hay cristal que la cubra de plata. No, ¡¡Yo no quiero verla!!

IV) ALMA AUSENTE

No te conoce el toro ni la higuera, ni caballos ni hormigas de tu casa. No te conoce el niño ni la tarde porque te has muerto para siempre. No te conoce el lomo de la piedra, 5ni el raso negro donde te destrozas. No te conoce tu recuerdo mudo porque te has muerto para siempre. El otoño vendrá con caracolas, uva de niebla y montes agrupados, 10pero nadie querrá mirar tus ojos porque te has muerto para siempre. Porque te has muerto para siempre, como todos los muertos de la Tierra, como todos los muertos que se olvidan 15en un montón de perros apagados. No te conoce nadie. No. Pero yo te canto. Yo canto para luego tu perfil y tu gracia. La madurez insigne de tu conocimiento. Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca. 20La tristeza que tuvo tu valiente alegría. Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, un andaluz tan claro, tan rico de aventura. Yo canto su elegancia con palabras que gimen y recuerdo una brisa triste por los olivos. 25 ( Llanto por I. S. Mejías, 1935 )

GACELA DEL AMOR IMPREVISTO Nadie comprendía el perfumede la oscura magnolia de tu vientre.Nadie sabía que martirizabas

un colibrí de amor entre los dientes. Mil caballitos persas se dormían 5en la plaza con luna de tu frente,mientras que yo enlazaba cuatro nochestu cintura, enemiga de la nieve.

Entre yeso y jazmines, tu miradaera un pálido ramo de simientes. 10Yo busqué, para darte, por mi pecholas letras de marfil que dicen siempre,

siempre, siempre: jardín de mi agonía,tu cuerpo fugitivo para siempre,la sangre de tus venas en mi boca, 15tu boca ya sin luz para mi muerte. ( Diván del Tamarit, 1940 )

CASIDA DE LA MUJER TENDIDA

Verte desnuda es recordar la tierra.La tierra lisa, limpia de caballos.La tierra sin un junco, forma puracerrada al porvenir, confin de plata.

Verte desnuda es comprender el ansia 5de la lluvia que busca debil talle,o la fiebre del mar de inmenso rostrosin encontrar la luz de su mejilla.

La sangre sonara por las alcobasy vendra con espadas fulgurante, 10pero tu no sabras donde se ocultanel corazon de sapo o la violeta.

Tu vientre es una lucha de raices,tus labios son un alba sin contorno.Bajo las rosas tibias de la cama 15los muertos gimen esperando turno.

( Diván del Tamarit, 1940 )

ANDA JALEO

Yo me subí a un pino verdepor ver si la divisaba,y sólo divisé el polvodel coche que la llevaba.

Anda jaleo, jaleo; 5ya se acabó el alborotoy ahora empieza el tiroteo.

En la calle de los murosmataron a una paloma.Yo cortaré con mis manos 10las flores de su corona.

Anda jaleo, jaleo;ya se acabó el alborotoy ahora empieza el tiroteo.

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No salgas, paloma, al campo, 15mira que soy cazador,y si te tiro y te matopara mi será el dolor,para mi será el quebranto.

Anda jaleo, jaleo; 20ya se acabó el alborotoy ahora empieza el tiroteo.

( Cantares populares )

2.- R A F A E L A L B E R T I ( Puerto de Sta. María, Cádiz 1902 – 1999 )

Poética: He intentado muchos caminos, aprovechándome a veces, de aquellas tendencias estéticas con las que simpatizaba. Los poetas que me han ayudado, a los que sigo guardando una profunda admiración, han sido Gil Vicente, los anónimos del Cancionero y Romancero españoles, Gracilazo, Góngora, Lope, Bécquer, Baudelaire, Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado.

Antes mi poesía estaba al servicio de mí mismo y unos pocos. Hoy no. Lo que me impulsa a ello es la misma razón que mueve a los obreros y a los campesinos: o sea, una razón revolucionaria. Creo sinceramente que el nuevo camino de la poesía está ahí.

( Gerardo Diego, Antología, 1934, p. 447 )

SI MI VOZ MURIERA EN TIERRA

Si mi voz muriera en tierra, llevadla al nivel del mar y nombradla capitana de un blanco bajel de guerra. ¡Oh mi voz condecorada 5con la insignia marinera: sobre el corazón un ancla y sobre el ancla una estrella y sobre la estrella el viento y sobre el viento la vela! 10

( Marinero en tierra, 1925 )

EL MAR. LA MAR

El mar. La mar.

El mar. !Sólo la mar! ¿Por qué me trajiste, padre,a la ciudad?

¿Por qué me desenterraste 5del mar?

En sueños, la marejadaMe tira del corazón.Se lo quisiera llevar.

Padre, ¿ por qué me trajiste 10acá ?

A FEDERICO GARCÍA LORCA

Sal tú, bebiendo campos y ciudades, en largo ciervo de agua convertido, hacia el mar de las albas claridades, del martín-pescador mecido nido;

que yo saldré a esperarte, amortecido, 5hecho junco, a las altas soledades, herido por el aire y requerido por tu voz, sola entre las tempestades.

Deja que escriba, débil junco frío, mi nombre en esas aguas corredoras, 10que el viento llama, solitario, río.

Disuelto ya en tu nieve el nombre mío, vuélvete a tus montañas trepadoras, ciervo de espuma, rey del monterío.

( Marinero en tierra )

SI GARCILASO VOLVIERA

Si Garcilaso volviera,yo sería su escudero;que buen caballero era.

Mi traje de marinerose trocaría en guerrera, 5ante el brillar de su acero;

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que buen caballero era.

¡Qué dulce oírle, guerreroal borde de su estribera!En la mano, mi sombrero; 10que buen caballero era.Si mi voz muriera en tierra llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera.

Llevadla al nivel del mar 15y nombradla capitana de un blanco bajel de guerra.

¡Oh mi voz condecorada con la insignia marinera: sobre el corazón un ancla 20y sobre el ancla una estrella y sobre la estrella el viento y sobre el viento la vela!

EL NIÑO DE LA PALMA ( Chuflillas )

¡Qué revuelo!

¡Aire, que al toro torillo le pica el pájaro pillo que no pone el pie en el suelo!

¡Qué revuelo! 5  Ángeles con cascabeles arman la marimorena, plumas nevando en la arena rubí de los redondeles. La Virgen de los caireles 10baja una palma del cielo.

¡Qué revuelo!

Vengas o no en busca mía, torillo mala persona, dos cirios y una corona 15tendrás en la enfermería.

¡Qué alegría! ¡Cógeme, torillo fiero! ¡Qué salero!

De la gloria a tus pitones, 20bajé, gorrión de oro, a jugar contigo al toro, no a pedirte explicaciones.

¡A ver si te las compones y vuelves vivo al chiquero! 25

¡Qué salero! ¡Cógeme, torillo fiero!

Alas en las zapatillas, céfiros en las hombreras,

canario de las barreras, 30vuelas con las banderillas. Campanillas te nacen en las chorreras.

¡Qué salero! ¡Cógeme, torillo fiero! 35Te dije y te lo repito, para no comprometerte, que tenga cuernos la muerte a mí se me importa un pito. Da, toro torillo, un grito 40y ¡a la gloria en angarillas!

¡Qué salero! ¡Que te arrastran las mulillas! ¡Cógeme, torillo fiero! (El alba del alhelí, 1926 )

A PABLO NERUDA, CON CHILE EN EL CORAZÓN   No dormiréis, malditos de la espada, cuervos nocturnos de sangrientas uñas, tristes cobardes de las sombras tristes, violadores de muertos.   No dormiréis. 5  Su noble canto, su pasión abierta, su estatura más alta que las cumbres, con el cántico libre de su pueblo os ahogarán un día.   No dormiréis. 10  Venid a ver su casa asesinada, la miseria fecal de vuestro odio, su inmenso corazón pisoteado, su pura mano herida.   No dormiréis. 15  No dormiréis porque ninguno duerme. No dormiréis porque su luz os ciega. No dormiréis porque la muerte es solo vuestra victoria.   No dormiréis jamás porque estáis muertos. 20 (Fustigada Luz, 1978)     CANCIONES

Para algo llegaste, Altair, descendiste de tu constelación en pleno día. Nunca bajó una estrella a enramarse del sol de los olivos, ni la cal de los pueblos 5pasó del blanco puro a ser más blanca ni el viento de esa noche a prolongar su canto más allá de la aurora.

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Nunca se vio a una estrella a pie por los caminos, ni pararse de pronto, detenerse, 10señalando, prendiendo, iluminando algo que no esperaba. Para algo Altair descendió desgajándose de su constelación aquella noche. (Canciones para Altair, 1988)

CATALINA DE ALBERTI, ITALO-ANDALUZA

(Siglo XIX)

Llevaba un seno al aire, y en las manos -nieve roja- una crespa clavelina. Era honor de la estirpe gongorina y gloria de los mares albertianos. Brotó como clavel allá en los llanos 5 de Córdoba la fértil y la alpina, y rodó como estrella y trasmarina perla azul por los mares sicilianos. Nunca la vi, pero la siento ahora clavel de espuma y nácar de los mares 10 y arena de los puertos submarinos. Vive en el mar la que mi vida honora, la que fue flor y norte de mis lares y honor de los claveles gongorinos. ( Marinero en tierra, 1925 )

ELEGÍA DEL NIÑO MARINERO (A Manuel Ruiz Castillo ) Marinerito delgado, Luis Gonzaga de la mar, ¡qué fresco era tu pescado, acabado de pescar! Te fuiste, marinerito, 5 en una noche lunada, ¡tan alegre, tan bonito, cantando, a la mar salada!

¡Qué humilde estaba la mar! ¡Él cómo la gobernaba! 10 Tan dulce era su cantar, que el aire se enajenaba. Cinco delfines remeros su barca le cortejaban. Dos ángeles marineros, 15 invisibles, le guiaban. Tendió las redes, ¡qué pena!, por sobre la mar helada. Y pescó la luna llena, sola, en su red plateada. 20 ¡Qué negra quedó la mar! ¡La noche, qué desolada! Derribado su cantar, la barca fue derribada. Flotadora va en el viento 25 la sonrisa amortajada de su rostro. ¡Qué lamento el de la noche cerrada! ¡Ay mi niño marinero, tan morenito y galán, 30 tan guapo y tan pinturero, más puro y bueno que el pan! ¿Qué harás, pescador de oro, allá en los valles salados del mar? ¿Hallaste el tesoro 35 secreto de los pescados? Deja, niño, el salinar del fondo, y súbeme el cielo de los peces y, en tu anzuelo, mi hortelanita del mar. 40

EL ÁNGEL DE LOS NÚMEROS

Vírgenes con escuadras y compases, velando las celestes pizarras. Y el ángel de los números, pensativo, volando 5 del 1 al 2, del 2 al 3, del 3 al 4. Tizas frías esponjas rayaban y borraban la luz de los espacios. 10 Ni sol, luna, ni estrellas, ni el repentino verde del rayo y el relámpago, ni el aire. Sólo nieblas. Vírgenes sin escuadras, 15 sin compases, llorando.

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Y en las muertas pizarras, el ángel de los números, sin vida, amortajado sobre el l y el 2, 20 sobre el 3, sobre el 4...

( Sobre los ángeles, 1929 )

LOS ÁNGELES COLEGIALES

Ninguno comprendíamos el secreto nocturno de las pizarras / ni por qué la esfera armilar se exaltaba tan sola cuando la mirábamos./ Sólo sabíamos que una circunferencia puede no ser redonda / y que un eclipse de luna equivoca a las flores y adelanta el reloj de los pájaros. Ninguno comprendíamos nada: ni por qué nuestros dedos eran de tinta china y la tarde cerraba compases para al alba abrir libros. Sólo sabíamos que una recta, si quiere, puede ser curva o quebrada / y que las estrellas errantes son niños que ignoran la aritmética./

INVITACIÓN AL AIRE

Te invito, sombra, al aire. Sombra de veinte siglos, a la verdad del aire, del aire, aire, aire. Sombra que nunca sales 5de tu cueva, y al mundo no devolviste el silbo que al nacer te dio el aire, del aire, aire, aire. Sombra sin luz, minera 10por las profundidades de veinte tumbas, veinte siglos huecos sin aire, del aire, aire, aire. ¡Sombra, a los picos, sombra, 15de la verdad del aire, del aire, aire, aire!

( Sobre los ángeles )

EL TORO DE LA MUERTE. ( a Ignacio Sánchez Mejías )

Negro toro, nostálgico de heridas, corneándole al agua sus paisajes, revisándole cartas y equipajes a los trenes que van a las corridas.

¿Qué sueñas en tus cuernos, qué escondidas 5ansias les arrebolan los viajes, qué sistema de riegos y drenajes

ensayan en la mar tus embestidas?

Nostálgico de un hombre con espada, de sangre femoral y de gangrena, 10ni el mayoral ya puede detenerte.

Corre, toro, a la mar, embiste, nada, y a un torero de espuma, sal y arena, ya que intentas herir, dale la muerte.

( Verte y no verte )

CANCION 8

Hoy las nubes me trajeron,volando, el mapa de España.¡Qué pequeño sobre el río,y qué grande sobre el pastola sombra que proyectaba! 5

Se le llenó de caballosla sombra que proyectaba.Yo, a caballo, por su sombrabusqué mi pueblo y mi casa.

Entré en el patio que un día 10fuera una fuente con agua.Aunque no estaba la fuente,la fuente siempre sonaba.Y el agua que no corríavolvió para darme agua. 15 ( Baladas y canciones del Paraná, 1954 )

LA PALOMA?

   Se equivocó la paloma, se equivocaba.

   Por ir al norte fue al sur, creyó que el trigo era el agua.

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   Creyó que el mar era el cielo 5que la noche la mañana.

   Que las estrellas rocío, que la calor la nevada.

   Que tu falda era tu blusa, que tu corazón su casa. 10   (Ella se durmió en la orilla, tú en la cumbre de una rama.)

( Entre el clavel y la espada, 1941 )CON PABLO NERUDA EN EL CORAZÓN

- 1 -

Lo anunciaron primero (lo oí una madrugada): Pablo Neruda ha sido fusilado. Desde muy lejos me mandaba cartas, voces de auxilio, soledad y angustia por encima del mar. 5 Sucede que me olvido del idioma, perdona mis errores. Envíame un diccionario. Un manuscrito un día, una tarde de invierno, como las hojas últimas perdidas del otoño, 10 vino a abrirse en mis manos. Se llamaba: Residencia en la tierra. Como cenizas, como mares poblándose, en la sumergida lentitud, en lo informe, o como se oyen desde lo alto de los caminos 15 cruzar las campanas en cruz.... Era un galope muerto, un corazón batiendo a la distancia, un grito, más que desde la tierra desde las raíces hundidas del fuego, 20 desde el dolor del árbol por nacer todavía, la piedra calcinada por el rayo. Pablo Neruda ha muerto. (Lo oí otra madrugada.) Habían rectificado, aunque daba lo mismo. A través de las lágrimas recuerdo ahora estas cosas. 25 ¿Cómo olvidar aquella mañana en mi azotea, la última nieve al fondo azul del Guadarrama, las primeras palabras del encuentro, su imagen tan lejana al fin hecha presencia? Nos diste entonces todo, 30 tu dulzura de hermano recién aparecido, tus desolados cantos torrenciales y nosotros en cambio te dimos la alegría y con ella la mano que esperabas desde hacía tanto tiempo. Y así tu soledad inmensa fue poblándose, 35 y fue Miguel y fue Manolo, Vicente, Federico.... fue toda la voz lírica de España la que montó las alas de tu caballo verde

porque eran hermosos los vientos que partía y el nuevo resonar de sus cascos en la gastada piedra. - 2 -

Pero un día la sangre bañó el rostro de España, su viejo corazón lo atravesó un cuchillo, una tromba de odio se alzó de las tinieblas y no hubo mar, no hubo puertas ni murallas que impidieran el choque de la luz y la sombra. 5 Preguntaréis por qué su poesía no nos habla del sueño, de las hojas, de los grandes volcanes de su país natal? Venid a ver la sangre por las calles.... Así dijiste entonces 10 y ahora puedo, como lo confesaste tantas veces, decir que cambiaron de pupilas tus ojos, que se te metió España dentro del corazón y ya por ella, tocado de su luz acribillada, saliste nuevamente al mundo con tu canto 15 cubierto por la sangre de las calles. Han pasado los años, han pasado las guerras más feroces, más tristes, han sucedido (pocas veces el sol) la oscuridad y el llanto, ha mandado la noche tanto tiempo con su espada de sombra, mientras tú, Pablo, hermano profundo de la paz, del bien para los hombres, de la palabra desencadenada por encima del mar y de las cordilleras, Pablo de los ríos solemnes y los más finos pétalos, de los cielos australes sin orillas, de la pasión abierta y los justos castigos, cuando eras más la voz de la esperanza, cuando alzabas a cimas la luz para tu pueblo (lo oí una madrugada), te morías de dolor, rodeado de asesinos, mientras corría en Chile la sangre por las calles. Venid a ver ahora su casa violada, sus puertas y cristales destrozados, venid a ver sus libros ya cenizas, a ver sus colecciones reducidas a polvo, venid a ver su cuerpo allí caído, su inmenso corazón allí volcado sobre la escoria de sus sueños rotos, mientras sigue corriendo la sangre por las calles. ( Roma, octubre 1973, en Fustigada luz )

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CITA TRISTE DE CHARLOT

Mi corbata, mis guantes,mis guantes, mi corbata.

La mariposa ignora la muerte de los sastres,la derrota del mar por los escaparates.Mi edad, señores, 900.000 años. 5¡Oh!

Era yo niño cuando los peces no andaban,cuando las ocas no decían misani el caracol embestía al gato.Juguemos al ratón y al gato, señorita. 10

Lo más triste, caballero, un reloj:las 11, las 12, la 1, las 2.

A las tres en punto morirá un transeúnte.Tú, luna, no te asustes,tú, luna, de los taxis atrasados, 15luna de hollín de los bomberos.

La ciudad está ardiendo por el cielo,un traje igual al mío se hastía por el campo.Mi edad, de pronto, 25 años.

Es que nieva, que nieva 20y mi cuerpo se vuelve choza de madera.Yo te invito al descanso, viento.Muy tarde es ya para cenar estrellas.

Pero podemos bailar, árbol perdido.Un vals para los lobos, 25para el sueño de la gallina sin las uñas del zorro.

Se me ha extraviado el bastón.Es muy triste pensarlo solo por el mundo.¡Mi bastón!

Mi sombrero, mis puños, 30mis guantes, mis zapatos.El hueso que más me duele, amor mío, es el reloj:las 11, las 12, la 1, las 2.

Las 3 en punto.En la farmacia se evapora un cadáver desnudo. 35 (Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho

dos tontos, 1935 )

A LA PINTURA

Mil novecientos diecisiete. Mi adolescencia: la locura por una caja de pintura, un lienzo en blanco, un caballete.

Felicidad de mi equipaje 5en la mañana impresionista. Divino gozo, la imprevista lección abierta del paisaje.

Cándidamente complicado fluye el color de la paleta, 10que alumbra al árbol en violeta y al tronco en sombra de morado.

Comas radiantes son las flores, puntos las hojas, reticentes, y el agua, discos trasparentes 15que juegan todos los colores.

El bermellón arde dichoso por desposar al amarillo y erguir la torre de ladrillo bajo un naranja luminoso. 20

El verde cromo empalidece junto al feliz blanco de plata, mas ante el sol que lo aquilata renace y nuevo reverdece.

Llueve la luz, y sin aviso 25ya es una ninfa fugitiva que el ojo busca clavar viva sobre el espacio más preciso.

Clarificada azul, la hora lavadamente se disuelve 30en una atmósfera que envuelve, define el cuadro y lo evapora.

Diérame ahora la locura que en aquel tiempo me tenía, para pintar la Poesía, 35con el pincel de la Pintura.

( A la pintura, 1945 )

RETORNO DE LA INVARIABLE POESÍA.

¡Oh poesía hermosa, fuerte y dulce, mi solo mar al fin, que siempre vuelve! ¿Cómo vas a dejarme, cómo un día pude, ciego, pensar en tu abandono? “.

Tú eres lo que me queda, lo que tuve, 514

desde que abrí a la luz, sin comprenderlo. Fiel en la dicha, fiel en la desgracia, de tu mano en la paz, y en el estruendo triste de la sangre y la guerra, de tu mano. 10

Yo dormía en las hojas, yo jugaba por las arenas verdes de los ríos, subiendo a las veletas de las torres y a la nevada luna mis trineos. Y eran tus alas invisibles, era 15su soplo grácil quien me conducía.

¿Quién tocó con sus ojos los colores, quién a las líneas contagió su aire, y quién, cuando el amor, puso en su flecha un murmullo de fuentes y palomas? 20Luego, el horror, la vida en el espanto, la juventud ardiendo en sacrificio. ¿ Qué sin ti el héroe, que su pobre muerte sin el súbito halo de relámpagos con que tú lo coronas e iluminas? 25

¡Oh, hermana de verdad, oh compañera, conmigo, desterrada, conmigo, golpeado y alabado, conmigo, perseguido; en la vacilación, firme, segura, 30en la firmeza, animadora, alegre, buena en el odio necesario, buena y hasta feliz en la melancolía! ¿Qué no voy a esperar de ti en lo que me falte de júbilo o tormento? ¿Qué no voy 35a recibir de ti, di, que no sea sino para salvarme, alzarme, conferirme?

Me matarán quizá y tú serás mi vida, viviré más que nunca y no serás mi muerte. Porque por ti yo he sido, yo soy música, 40ritmo veloz, cadencia lenta, brisa de los juncos, vocablo de la mar, estribillo de las simples cigarras populares. Porque por ti soy tú y seré por ti sólo lo que fuiste y serás para siempre en el tiempo. 45

(De Retornos de lo vivo lejano.)

BALADA DEL QUE NUNCA FUE A GRANADA . ¡Qué lejos por mares, campos y montañas! Ya otros soles miran mi cabeza cana. Nunca fui a Granada. Mi cabeza cana, los años perdidos. Quiero hallar los viejos, borrados caminos. 5Nunca vi Granada. Dadle un ramo verde de luz a mi mano. Una rienda corta y un galope largo. Nunca entré en Granada. ¿Qué gente enemiga puebla sus adarves? 10 ¿Quién los claros ecos libres de sus aires? Nunca fui a Granada.

¿Quién hoy sus jardines aprisiona y pone cadenas al habla de sus surtidores? Nunca vi Granada. 15 Venid los que nunca fuisteis a Granada. Hay sangre caída, sangre que me llama. Nunca entré en Granada.

Hay sangre caída del mejor hermano. Sangre por los mirtos y aguas de los patios. 20 Nunca fui a Granada. Del mejor amigo, por los arrayanes. Sangre por el Darro, por el Genil sangre. Nunca vi Granada. Si altas son las torres, el valor es alto. 25Venid por montañas, por mares y campos. Entraré en Granada.

( Baladas y canciones del Paraná )

GALOPE

Las tierras, las tierras, las tierras de España, las grandes, las solas, desiertas llanuras. Galopa, caballo cuatralbo, jinete del pueblo, al sol y a la luna. 5

!A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar! A corazón suenan, resuenan, resuenan, las tierras de España, en las herraduras. 10

Galopa, jinete del pueblo caballo de espuma !A galopar, a galopar,

15

hasta enterrarlos en el mar! 15

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie; que es nadie la muerte si va en tu notura. Galopa, caballo cuatralbo, jinete del pueblo que la tierra es tuya. 20

!A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar!

( De un momento a otro, 1937 )

COPLAS DE JUAN PANADERO

Me llamo Juan Panadero,por la tierra y por el mar.El pan que amaso es de harinaQue nadie puede comprar.

Tengo dientes, tengo manos, 5 y en la punta de los pies, puntapiés para el inglés y los norteamericanos. ¡Mueran los imperialistas! Se llamen republicanos 10 o se llamen laboristas. Juan Panadero da pan. Pero lo da al español, no al yanki ni al alemán. …Mas hay español que entiende 15 que lo de Juan Panadero puede robarse, y lo vende. Lo señalo con el dedo, con tres señales que son de sangre, de muerte y fuego. 20 Repito estas tres señales: ¡Franco, fuego! ¡Franco, muerte! ¡Franco, muerte, fuego y sangre! Ayer con Hitler, y ahora, con los que se están llevando 25 hasta la luz de la aurora. ( Coplas de Juan Panadero, 1949 )

3.- L U I S C E R N U D A

( Sevilla, 1902 – México, 1963 )

Poética:“No valía la pena de ir poco a poco olvidando la

realidad para que ahora fuese a recordarla, y ante qué gentes. La detesto como detesto todo lo que a ella pertenece: mis amigos, mi familia, mi país.

No sé nada, no quiero nada, no espero nada. Y si aún pudiera esperar algo, sólo sería morir allí donde no hubiese penetrado aún esta grotesca civilización que envanece a los hombres” ( 1929 ).

Ahora, en 1934, el muchacho que fui, ¿qué relación tiene con el hombre que yo soy? No sé por qué intento justificar esta diversidad de un espíritu que sigue, a lo largo de los días, su destino vital. ¿Afán de exactitud sentimental? Tal vez piense al escribir esto en alguien que no conozco. Y entonces el origen de estas nuevas líneas sería ina tentativa para acercar el deseo, mi deseo, a la realidad. Pero, puedo decirlo, en nadie creo…

¿Soy yo el mismo que escribió aquellas antiguas líneas que antes trasladé? Tal vez no; mas siento fdentro de mí, imperioso y misterioso, el mismo impulso que me llevó a trazarlas. Pienso hoy que si entonces creía odiar a mis amigos, a mis nulos amigos, es porque les amaba demasiado. Y en cuanto a mi país, no me aqueja tristeza o laxitud que no se aclare al pensar que allá en el Sur las olas palpitan al sol sobre las arenas mías, sobre las arenas que sustentan desnudos cuerpos juveniles. Pero el sol, el mar, la juventud, ¿no son los mismos en todo el universo? Entonces yo soy aquél, aquel mismo.

( Gerardo Diego, Antología, 1934, 516 )

TE QUIERO

Te lo he dicho con el viento,jugueteando como animalillo en la arena.O iracundo como órgano tempestuoso.

Te lo he dicho con el sol,que dora cuerpos juveniles 5y sonríe en todas las cosas inocentes.

Te lo he dicho con las nubes,frentes melancólicas que sostienen el cielo,tristezas fugitivas.

Te lo he dicho con las plantas, 10leves criaturas transparentesque se cubren de rubor repentino.

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Te lo he dicho con el agua,vida luminosa que vela en un fondo de sombra;te lo he dicho con el miedo, 15te lo he dicho con la alegría,con el hastío, con las terribles palabras.

Pero así no me basta:más allá de la vida,quiero decírtelo con la muerte; 20más allá del amor,quiero decírtelo con el olvido. (Los placeres prohibidos, 1931)

DONDE HABITE EL OLVIDO

Donde habite el olvido,En los vastos jardines sin aurora;Donde yo sólo seaMemoria de una piedra sepultada entre ortigasSobre la cual el viento escapa a sus insomnios. 5

Donde mi nombre dejeAl cuerpo que designa en brazos de los siglos,Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,No esconda como acero 10En mi pecho su ala,Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento/.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya, / 15Sometiendo a otra vida su vida,Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, 20Disuelto en niebla, ausencia,Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;Donde habite el olvido. (Donde habite el olvido, 1933)

REMORDIMIENTO EN TRAJE DE NOCHE

Un hombre gris avanza por la calle de niebla; No lo sospecha nadie. Es un cuerpo vacío;Vacío como pampa, como mar, como viento,Desiertos tan amargos bajo un cielo implacable.

Es el tiempo pasado, y sus alas ahora 5Entre la sombra encuentran una pálida fuerza;Es el remordimiento, que de noche, dudando;En secreto aproxima su sombra descuidada.

No estrechéis esa mano. La yedra altivamenteAscenderá cubriendo los troncos del invierno. 10

Invisible en la calma el hombre gris camina.¿No sentís a los muertos? Mas la tierra está sorda.

( Un río, un amor; 1929)

UNOS CUERPOS SON COMO FLORES

Unos cuerpos son como flores, Otros como puñales, Otros como cintas de agua; Pero todos, temprano o tarde, Serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden, 5Convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un hombre./ Pero el hombre se agita en todas direcciones, Sueña con libertades, compite con el viento, Hasta que un día la quemadura se borra, 10Volviendo a ser piedra en el camino de nadie.

Yo, que no soy piedra, sino camino Que cruzan al pasar los pies desnudos, Muero de amor por todos ellos; Les doy mi cuerpo para que lo pisen, 15Aunque les lleve a una ambición o a una nube, Sin que ninguno comprenda Que ambiciones o nubes No valen un amor que se entrega. ( Los placeres prohibidos, 1931)

NO DECÍA PALABRAS

No decía palabras,Acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,Porque ignoraba que el deseo es una preguntaCuya respuesta no existe,Un mundo cuyo cielo no existe, 5La angustia se abre paso entre los huesos,Remonta por las venasHasta abrirse de la piel,Surtidores de sueñoHechos carne en interrogación vuelta a las nubes. 10

Un roce al paso,Una mirada fugaz entre las sombras,Bastan para que el cuerpo se abra en dos,Avido de recibir en sí mismoOtro cuerpo que sueñe; 15Mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,Iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Aunque solo sea una esperanza,porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe. 20

( Los placeres prohibidos, 1931 )

PEREGRINO

¿Volver? Vuelva el que tenga,Tras largos años, tras un largo viaje,Cansancio del camino y la codicia

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De su tierra, su casa, sus amigos,Del amor que al regreso fiel le espere. 5Mas, ¿tú? ¿Volver? Regresar no piensas,Sino seguir libre adelante,Disponible por siempre, mozo o viejo,Sin hijo que te busque, como a Ulises,Sin Ítaca que aguarde y sin Penélope 10Sigue, sigue adelante y no regreses,Fiel hasta el fin del camino y tu vida,No eches de menos un destino más fácil,Tus pies sobre la tierra antes no hollada,Tus ojos frente a lo antes nunca visto. 15

( Desolación de la quimera, 1962 )

DIRÉ CÓMO NACISTEIS Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos, Como nace un deseo sobre torres de espanto, Amenazadores barrotes, hiel descolorida, Noche petrificada a fuerza de puños, Ante todos, incluso el más rebelde, 5Apto solamente en la vida sin muros.

Corazas infranqueables, lanzas o puñales, Todo es bueno si deforma un cuerpo; Tu deseo es beber esas hojas lascivas O dormir en esa agua acariciadora. 10No importa; Ya declaran tu espíritu impuro.

No importa la pureza, los dones que un destino Levantó hacia las aves con manos imperecederas; No importa la juventud, sueño más que hombre, 15La sonrisa tan noble, playa de seda bajo la tempestad De un régimen caído.

Placeres prohibidos, planetas terrenales, Miembros de mármol con sabor de estío, Jugo de esponjas abandonadas por el mar, 20Flores de hierro, resonantes como el pecho de un hombre. Soledades altivas, coronas derribadas, Libertades memorables, manto de juventudes; Quien insulta esos frutos, tinieblas en la lengua, Es vil como un rey, como sombra de rey 25Arrastrándose a los pies de la tierra Para conseguir un trozo de vida.

No sabía los límites impuestos, Límites de metal o papel, Ya que el azar le hizo abrir los ojos bajo una luz tan alta, Adonde no llegan realidades vacías, Leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.

Extender entonces una mano Es hallar una montaña que prohíbe, Un bosque impenetrable que niega, 35Un mar que traga adolescentes rebeldes.

Pero si la ira, el ultraje, el oprobio y la muerte, Ávidos dientes sin carne todavía, Amenazan abriendo sus torrentes, De otro lado vosotros, placeres prohibidos, 40

Bronce de orgullo, blasfemia que nada precipita, Tendéis en una mano el misterio. Sabor que ninguna amargura corrompe, Cielos, cielos relampagueantes que aniquilan.

Abajo, estatuas anónimas, 45Sombras de sombras, miseria, preceptos de niebla; Una chispa de aquellos placeres Brilla en la hora vengativa. Su fulgor puede destruir vuestro mundo.

( Los placeres prohibidos, 1931)

SOLILOQUIO DEL FARERO

Cómo llenarte, soledad,Sino contigo misma.

De niño, entre las pobres guaridas de la tierra,Quieto en ángulo oscuro,Buscaba en ti, encendida guirnalda, 5Mis auroras futuras y furtivos nocturnos,Y en ti los vislumbraba,Naturales y exactos, también libres y fieles,A semejanza mía,A semejanza tuya, eterna soledad. 10

Me perdí luego por la tierra injustaComo quien busca amigos o ignorados amantes;Diverso con el mundo,Fui luz serena y anhelo desbocado,Y en la lluvia sombría o en el sol evidente, 15Quería una verdad que a ti te traicionase,Olvidando en mi afánComo las alas fugitivas su propia nube crean.Y al velarse a mis ojosCon nubes sobre nubes de otoño desbordado 20La luz de aquellos días en ti misma entrevistos,Te negué por bien poco;Por menudos amores ni ciertos ni fingidos,Por quietas amistades de sillón y de gesto,Por un nombre de reducida cola en un mundo fantasma,Por los viejos placeres prohibidos,Como los permitidos nauseabundos,Utiles solamente para el elegante salón susurrado,En bocas de mentira y palabras de hielo.

Por ti me encuentro ahora en el eco de la antigua personaQue yo fui,Que yo mismo manche con aquellas juveniles traiciones;Por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos,Limpios de otro deseo,El sol, mi dios, la noche rumorosa, 35La lluvia, intimidad de siempre,El bosque y su alentar pagano,El mar, el mar como su nombre hermoso;Sobre todos ellos,Cuerpo oscuro y esbelto, 40Te encuentro a ti, tu, soledad tan mía,Y tu me das fuerza y debilidadComo el ave cansada los brazos de la piedra.

Acodado al balcón miro insaciable el oleaje,18

Oigo sus oscuras imprecaciones, 45Contemplo sus blancas caricias;Y erguido desde cuna vigilanteSoy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los hombres, /

Por quienes vivo, aun cuando no los vea; 50Y así, lejos de ellos,Ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres,Roncas y violentas como el mar, mi morada,Puras ante la espera de una revolución ardienteO rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo 55Cuando toca la hora de reposo que su fuerza conquista.

Tú, verdad solitaria,Transparente pasión, mi soledad de siempre,Eres inmenso abrazo;El sol, el mar, 60La oscuridad, la estepa,El hombre y su deseo,la airada muchedumbre,¿Qué son sino tú misma?

Por ti, mi soledad, los busque un día; 65En ti, mi soledad, los amo ahora.

SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR

Si el hombre pudiera decir lo que ama, Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo Como una nube en la luz; Si como muros que se derrumban, Para saludar la verdad erguida en medio, 5Pudiera derrumbar su cuerpo, dejando solo la verdad de su amor, /La verdad de sí mismo, Que no se llama gloria, fortuna o ambición, Sino amor o deseo, Yo sería aquel que imaginaba; 10Aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos Proclama ante los hombres la verdad ignorada, La verdad de su amor verdadero. Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien /

Cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío; 15Alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina, Por quien el día y la noche son para mí lo que quiera, Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu Como leños perdidos que el mar anega o levanta Libremente, con la libertad del amor, 20La única libertad que me exalta, La única libertad por que muero. Tú justificas mi existencia: Si no te conozco, no he vivido; Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido. ( Los placeres prohibidos, 1931)

LOS MARINEROS SON LAS ALAS DEL AMOR

Los marineros son las alas del amor,Son los espejos del amor,El mar les acompaña,Y sus ojos son rubios lo mismo que el amorRubio es también, igual que son sus ojos. 5

La alegría vivaz que vierten en las venasRubia es también,Idéntica a la piel que asoman;No les dejéis marchar porque sonríenComo la libertad sonríe, 10Luz cegadora erguida sobre el mar.

Si un marinero es mar,Rubio mar amoroso cuya presencia es cántico,No quiero la ciudad hecha de sueños grises;Quiero sólo ir al mar donde me anegue, 15Barca sin norte,Cuerpo sin norte hundirme en su luz rubia.

( La realidad y el deseo, 1936 )

A UN POETA MUERTO ( F. G. L.)

Así como en la roca nunca vemosLa clara flor abrirse,Entre un pueblo hosco y duroNo brilla hermosamenteEl fresco y alto ornato de la vida. 5Por eso te mataron, porque erasVerdor en nuestra tierra áridaY azul en nuestro oscuro aire.

Leve es la parte de la vidaQue como dioses rescatan los poetas. 10El odio y destrucción perduran siempreSordamente en la entrañaToda hiel sempiterna del español terrible,Que acecha lo cimeroCon su piedra en la mano. 15

Triste sino nacerCon algún don ilustreAquí, donde los hombresEn su miseria sólo sabenEl insulto, la mofa, el recelo profundo 20

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Ante aquel que ilumina las palabras opacasPor el oculto fuego originario.[...]Aquí la primavera luce ahora.Mira los radiantes mancebosQue vivo tanto amaste 25Efímeros pasar juntos al fulgor del mar.Desnudos cuerpos que se llevanTras de sí los deseosCon su exquisita forma, y sólo encierranAmargo zumo, que no alberga su espíritu 30Un destello de amor ni de alto pensamiento.[...]Para el poeta la muerte es la victoria;Un viento demoníaco le impulsa por la vida,Y si una fuerza ciegaSin comprensión de amor 35Transforma por un crimenA ti, cantor, en héroe,Contempla, en cambio, hermano,Cómo entre la tristeza y el desdénUn poder más magnánimo permite a tus amigos 40En un rincón pudrirse libremente.[...]Halle tu gran afán enajenadoEl puro amor de un dios adolescenteEntre el verdor de las rosas eternas;Porque este ansia divina, perdida aquí en la tierra, 45Tras de tanto dolor y dejamiento,Con su propia grandeza nos advierteDe alguna mente creadora inmensa,Que concibe al poeta cual lengua de su gloriaY luego le consuela a través de la muerte. 50

DESPEDIDA

MuchachosQue nunca fuisteis compañeros de mi vida,Adiós.MuchachosQue no seréis nunca compañeros de mi vida, 5Adiós.

El tiempo de una vida nos separaInfranqueable:A un lado la juventud libre y risueña;A otro la vejez humillante e inhóspita. 10

De joven no sabíaVer la hermosura, codiciarla, poseerla;De viejo la he aprendidoY veo a la hermosura, mas la codicio inútilmente.

Mano de viejo mancha 15El cuerpo juvenil si intenta acariciarlo.Con solitaria dignidad debePasar de largo junto a la tentación tardía.

Frescos y codiciables son los labios besados,Labios nunca besados más codiciables y frescos aparecen.¿Qué remedio, amigos? ¿Qué remedio?

Bien lo sé: no lo hay.

Qué dulce hubiera sidoEn vuestra compañía vivir un tiempo:Bañarse juntos en aguas de una playa caliente, 25Compartir bebida y alimento en una mesa,Sonreír, conversar, pasearseMirando cerca, en vuestros ojos, esa luz y esa música.

Seguid, seguid así, tan descuidadamente,Atrayendo al amor, atrayendo al deseo. 30No cuidéis de la herida que la hermosura vuestra y vuestra gracia abrenEn este transeúnte inmune en apariencia a ellas.

Adiós, adiós, manojos de gracias y donaires.Que yo pronto he de irme, confiado,Adonde, anudado el roto hilo, diga y hagaLo que aquí falta, lo que a tiempo decir y hacer aquí no supe.

Adiós, adiós, compañeros imposibles.Que ya tan sólo aprendoA morir, deseandoVeros de nuevo, hermosos igualmenteEn alguna otra vida.

( Desolación de la quimera, 1962 )

4.- V I C E N T E A L E I X A N D R E

( Sevilla, 1898 – Madrid, 1984 )

Poética:

No sé lo que es la poesía. Y desconfío profundamente de todo juicio de poeta sobre lo siempre inexplicable…

Sólo diré que la poesía, unas veces, me parece una servidumbre; otras, salida a la única libertad…Y sin embargo, no puedo menos de acordarme en ocasiones de un consejo de Meredith a los poetas de su tiempo: “Jóvenes, no sintáis; observad”. Sano consejo contra una autofagia que al cabo encuentra su detestable límite en lo exhausto…

Poesía es clarividente fusión del hombre con lo creado, con lo que acaso no tiene nombre; si es identificación súbita de la realidad externa con las fieles sensaciones vinculadas, resuelto todo de algún modo en una última pregunta totalizadora, aspiración a la unidad, síntesis, comunicación o trance…

No, la poesía no es cuestión de palabras.( Gerardo Diego, Antología, p. 494 )

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A DON LUIS DE GÓNGORA

¿Qué firme arquitectura se levanta del paisaje, si urgente de belleza, ordenada, y penetra en la certeza del aire, sin furor y la suplanta?

Las líneas graves van. Mas de su planta 5brota la curva, comba su justeza en la cima, y respeta la corteza intacta, cárcel para pompa tanta.

El alto cielo luces meditadas reparte en ritmos de ponientes cultos, 10que sumos logran su mandato recto.

Sus matices sin iris las moradas del aire rinden al vibrar, ocultos, y el acorde total clama perfecto.

EN LA PLAZA

Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo, /sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido, llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.

No es bueno quedarse en la orilla como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente imitar a la roca./Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha de fluir y perderse, /encontrándose en el movimiento con que el gran corazón de los hombres palpita extendido./

Como ese que vive ahí, ignoro en qué piso, y le he visto bajar por unas escaleras y adentrarse valientemente entre la multitud y perderse. La gran masa pasaba. Pero era reconocible el diminuto corazón afluido. /Allí, ¿quién lo reconocería? Allí con esperanza, con resolución o con fe, con temeroso denuedo, /con silenciosa humildad, allí él también transcurría.

Era una gran plaza abierta, y había olor de existencia.

Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo, un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano, su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba. /

Y era el serpear que se movía como un único ser, no sé si desvalido, no sé si poderoso, pero existente y perceptible, pero cubridor de la tierra.

Allí cada uno puede mirarse y puede alegrarse y puede reconocerse. /Cuando, en la tarde caldeada, solo en tu gabinete, con los ojos extraños y la interrogación en la boca, quisieras algo preguntar a tu imagen,

no te busques en el espejo, en un extinto diálogo en que no te oyes. Baja, baja despacio y búscate entre los otros. Allí están todos, y tú entre ellos. Oh, desnúdate y fúndete, y reconócete.

Entra despacio, como el bañista que, temeroso, con mucho amor y recelo al agua, /introduce primero sus pies en la espuma, y siente el agua subirle, y ya se atreve, y casi ya se decide. Y ahora con el agua en la cintura todavía no se confía. Pero él extiende sus brazos, abre al fin sus dos brazos y se entrega completo./ Y allí fuerte se reconoce, y se crece y se lanza, y avanza y levanta espumas, y salta y confía, y hiende y late en las aguas vivas, y canta, y es joven.

Así, entra con pies desnudos. Entra en el hervor, en la plaza./Entra en el torrente que te reclama y allí sé tú mismo. ¡Oh pequeño corazón diminuto, corazón que quiere latir para ser él también el unánime corazón que le alcanza!

( Historia del corazón, 1954 )

LENTA HUMEDAD

Sombra feliz del cabelloque se arrastra cuando el sol va a ponerse,como juncos abiertos -es ya tarde;fría humedad lasciva, casi polvo-.Una ceniza delicada,la secreta entraña del junco,esa delicada sierpe sin venenocuya mirada verde no lastima.Adiós. El sol ondeasus casi rojos, sus casi verdes rayos.Su tristeza como frente nimbada,hunde. Frío, humedad; tierra a los labios.

( La destrucción o el amor, 1935 )

VIDA

Un pájaro de papel en el pechodice que el tiempo de los besos no ha llegado;vivir, vivir, el sol cruje invisible,besos o pájaros, tarde o pronto o nunca.

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Para morir basta un ruidillo,el de otro corazón al callarse,o ese regazo ajeno que en la tierraes un navío dorado para los pelos rubios.Cabeza dolorida, sienes de oro, sol que va a ponerse;aquí en la sombra sueño con un río,juncos de verde sangre que ahora nace,sueño apoyado en ti calor o vida.

( La destrucción o el amor, 1935 )

EL VALS

Eres hermosa como la piedra,oh difunta;Oh viva, oh viva, eres dichosa como la nave.Esta orquesta que agitamis cuidados como una negligencia,como un elegante bendecir de buen tono,ignora el vello de los pubis,ignora la risa que sale del esternón como una gran batuta.

Unas olas de afrecho,un poco de serrín en los ojos,o si acaso en las sienes,o acaso adornando las cabelleras;unas faldas largas hechas de colas de cocodrilos;unas lenguas o unas sonrisas hechas con caparazones de cangrejos. /Todo lo que está suficientemente vistono puede sorprender a nadie.

Las damas aguardan su momento sentadas sobre una lágrima, /disimulando la humedad a fuerza de abanico insistente.Y los caballeros abandonados de sus traserosquieren atraer todas las miradas a la fuerza hacia sus bigotes. /

Pero el vals ha llegado.Es una playa sin ondas,es un entrechocar de conchas, de tacones, de espumas o de dentaduras postizas. /Es todo lo revuelto que arriba.

Pechos exuberantes en bandeja en los brazos,dulces tartas caídas sobre los hombros llorosos,una languidez que revierte,un beso sorprendido en el instante que se hacía «cabello de ángel», /un dulce «sí» de cristal pintado de verde. Un polvillo de azúcar sobre las frentesda una blancura cándida a las palabras limadas,y las manos se acortan más redondeadas que nunca,mientras fruncen los vestidos hechos de esparto querido.

Las cabezas son nubes, la música es una larga goma,las colas de plomo casi vuelan, y el estrépitose ha convertido en los corazones en oleadas de sangre,en un licor, si blanco, que sabe a memoria o a cita.

Adiós, adiós, esmeralda, amatista o misterio;adiós, como una bola enorme ha llegado el instante,el preciso momento de la desnudez cabeza abajo,

cuando los vellos van a pinchar los labios obscenos que saben. /Es el instante, el momento de decir la palabra que estalla,el momento en que los vestidos se convertirán en aves,las ventanas en gritos,las luces en ¡socorro!y ese beso que estaba (en el rincón) entre dos bocasse convertirá en una espinaque dispensará la muerte diciendo:Yo os amo.

NACIMIENTO DEL AMOR

¿Cómo nació el amor? Fue ya en otoño.Maduro el mundo,no te aguardaba ya. Llegaste alegre,ligeramente rubia, resbalando en lo blandodel tiempo. Y te miré. ¡Qué hermosame pareciste aún, sonriente, vívida,frente a la luna aún niña, prematura en la tarde,sin luz, graciosa en aires dorados; como tú,que llegabas sobre el azul, sin beso, pero con dientes claros, con impaciente amor!

Te miré. La tristezase encogía a lo lejos, llena de paños largos,como un poniente graso que sus ondas retira.

Casi una lluvia fina -¡el cielo azul!- mojaba tu frente nueva. ¡Amante, amante era el destinode la luz! Tan dorada te miré que los solesapenas se atrevían a insistir, a encendersepor ti, de ti, a darte siempresu pasión luminosa, ronda tiernade soles que giraban en torno a ti, astro dulce,en torno a un cuerpo casi transparente, gozosoque empapa luces húmedas, finales, de la tarde,y vierte, todavía matinal, sus auroras.

Eras tú, amor, destino, final amor luciente,nacimiento penúltimo hacia la muerte acaso.

Pero no. Tú asomaste. ¿Eras ave, eras cuerpo,alma sólo? Ah, tu carne traslúcida besabacomo dos alas tibias,como el aire que mueve un pecho respirando,y sentí tus palabras, tu perfume,y en el alma profunda, clarividentediste fondo. Calado de ti hasta el tuétano de la luz,sentí tristeza, tristeza del amor: amor es triste.En mi alma nacía el día. Brillandoestaba de ti, tu alma en mi estaba.

Sentí dentro, en mi boca, el sabor a la aurora.Mis sentidos dieron su dorada verdad. Sentí a los pájarosen mi frente piar, ensordeciendomi corazón. Miré por dentrolos ramos, las cañadas luminosas, las alas variantes,y un vuelo de plumajes de color, de encendidospresentes me embriagó, mientras todo mi ser a un mediodía,raudo, loco, creciente se incendiaba

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y mi sangre ruidosa se despeñaba en gozosde amor, de luz, de plenitud, de espuma.

( Sombra del paraíso, 1944 )

LOS BESOS

Sólo eres tú, continua, graciosa, quien se entrega,quien hoy me llama. Toma,toma el calor, la dicha,la cerrazón de bocasselladas. Dulcementevivimos. Muere, ríndete.Sólo los besos reinan:sol tibio y amarillo,riente, delicado,que aquí muere, en las bocasfelices, entre nubesrompientes, entre azulesdichosos, donde brillanlos besos, las deliciasde la tarde, la cimade este poniente loco,quietisimo, que vibray muere. -Muere, sorbela vida. -Besa. -Beso.¡Oh mundo así dorado!

( Sombra del paraíso, 1944 )

CIUDAD DEL PARAÍSO A mi ciudad de Málaga

Las damas aguardan su momento sentadas sobre una. Colgada del imponente monte, apenas detenida en tu vertical caída a las ondas azules, pareces reinar bajo el cielo, sobre las aguas, intermedia en los aires, como si una mano dichosa te hubiera retenido, un momento de gloria, antes de hundirte /para siempre en las olas amantes.

Pero tú duras, nunca desciendes, y el mar suspira o brama, por ti, ciudad de mis días alegres, ciudad madre y blanquísma donde viví, y recuerdo, angélica ciudad que, más alta que el mar, presides sus espumas. /

Calles apenas, leves, musicales. Jardines donde flores tropicales elevan sus juveniles palmas gruesas. /Palmas de luz que sobre las cabezas aladas, mecen el brillo de la brisa y suspenden por un instante labios celestiales que cruzan con destino a las islas remotísimas, mágicas, que allá en el azul índigo, libertadas, navegan.

Allí también viví, allí, ciudad graciosa, ciudad honda. Allí, donde los jóvenes resbalan sobre la piedra amable. Allí fui conducido por una mano materna. Acaso de una reja florida una guitarra triste cantaba la súbita canción suspendida en el tiempo; quieta la noche, más quieto el amante, bajo la luna eterna que instantánea transcurre.

Un soplo de eternidad pudo destruirte, ciudad prodigiosa, momento que en la mente de un Dios emergiste. /Los hombres por un sueño vivieron, no vivieron, eternamente fúlgidos como un soplo divino.

Jardines, flores. Mar alentado como un brazo que anhela a la ciudad voladora entre monte y abismo, blanca en los aires, con calidad de pájaro suspenso que nunca arriba ¡Oh ciudad no en la tierra!

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Por aquella mano materna fui llevado ligero por tus calles ingrávidas. Pie desnudo en el día. Pie desnudo en la noche. Luna grande. Sol puro. Allí el cielo eras tú, ciudad que en él morabas. Ciudad que en él volabas con tus alas abiertas.

( Sombra del paraíso, 1944 )

SE QUERÍAN

Se querían.Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,labios saliendo de la noche dura,labios partidos, sangre, sangre donde?Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas,a esa amorosa gema del amarillo nuevo,cuando los rostros giran melancolicamente,gira lunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros hondoslaten bajo la tierra y los valles se estirancomo lomos arcaicos que se sienten repasados:caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Se querian de amor entre la madrugada,entre las duras piedras cerradas de la noche,duras como los cuerpos helados por las horas,duras como los besos de diente a diente solo.

Se querian de dia, playa que va creciendo,ondas que por los pies acarician los muslos,cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...se querian de dia, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodia perfecto, se querian tan intimos,mar altisimo y joven, intimidad extensa,soledad de lo vivo, horizontes remotosligados como cuerpos en soledad cantando.

Amando. Se querian como la luna lucida,como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,donde los peces rojos van y vienen sin musica.

Dia, noche, ponientes, madrugadas, espacios,ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,mar o tierra, navio, lecho, pluma, cristal,metal, musica, labio, silencio, vegetal,mundo, quietud, su forma. Se querian, sabedlo.

( La destrucción o el amor,1935 )

NACIMIENTO DEL AMOR

¿Cómo nació el amor? Fue ya en otoño.Maduro el mundo,no te aguardaba ya. Llegaste alegre,ligeramente rubia, resbalando en lo blandodel tiempo. Y te miré. ¡Qué hermosame pareciste aún, sonriente, vívida,

frente a la luna aún niña, prematura en la tarde,sin luz, graciosa en aires dorados; como tú,que llegabas sobre el azul, sin beso, pero con dientes claros, con impaciente amor!

Te miré. La tristezase encogía a lo lejos, llena de paños largos,como un poniente graso que sus ondas retira.

Casi una lluvia fina -¡el cielo azul!- mojaba tu frente nueva. ¡Amante, amante era el destinode la luz! Tan dorada te miré que los solesapenas se atrevían a insistir, a encendersepor ti, de ti, a darte siempresu pasión luminosa, ronda tiernade soles que giraban en torno a ti, astro dulce,en torno a un cuerpo casi transparente, gozosoque empapa luces húmedas, finales, de la tarde,y vierte, todavía matinal, sus auroras.

Eras tú, amor, destino, final amor luciente,nacimiento penúltimo hacia la muerte acaso.

Pero no. Tú asomaste. ¿Eras ave, eras cuerpo,alma sólo? Ah, tu carne traslúcida besabacomo dos alas tibias,como el aire que mueve un pecho respirando,y sentí tus palabras, tu perfume,y en el alma profunda, clarividentediste fondo. Calado de ti hasta el tuétano de la luz,sentí tristeza, tristeza del amor: amor es triste.

En mi alma nacía el día. Brillandoestaba de ti, tu alma en mi estaba.

Sentí dentro, en mi boca, el sabor a la aurora.Mis sentidos dieron su dorada verdad. Sentí a los pájarosen mi frente piar, ensordeciendomi corazón. Miré por dentrolos ramos, las cañadas luminosas, las alas variantes,y un vuelo de plumajes de color, de encendidospresentes me embriagó, mientras todo mi ser a un mediodía,raudo, loco, creciente se incendiabay mi sangre ruidosa se despeñaba en gozosde amor, de luz, de plenitud, de espuma.

(Sombra del paraíso )

5.- P E D R O S A L I N A S

( Madrid, 1891 – Boston, 1951 )

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Poética:

La poesía se explica sola; si no, no se explica.Todo comentario a una poesía se refiere a elementos circundantes de ella, estilo, lenguaje, sentimientos, aspiración,pero no a la poesía misma. La poesía es una aventura hacia lo absoluto. Se llega más o menos cerca, se recorre más o menos camino; eso es todo. Hay que dejar que corra la aventura, con toda esa belleza de riesgo, de probabilidad, de jugada. “Un coup de dés jamais n’abolira le hasard” ( “Una jugada de dados nunca abolirá el azar”, célebre verso del poeta francésMallarmé ).

No quiere decir eso que la poesía no sepa lo que quiere; toda poesía sabe, más o menos, lo que se quiere; pero no sabe tanto lo que se hace…

Cuando una poesía está escrita se termina, pero no se acaba; empieza, busca otra en sí misma, en el autor, en el lector, en el silencio…

( Gerardo Diego, Antología, p. 318 )

PARA VIVIR NO QUIERO

Para vivir no quieroislas, palacios, torres.¡Qué alegría más alta:vivir en los pronombres!

Quítate ya los trajes,las señas, los retratos;yo no te quiero así,disfrazada de otra,hija siempre de algo.Te quiero pura, libre,irreductible: tú.Sé que cuando te llameentre todas las gentesdel mundo,sólo tú serás tú.Y cuando me preguntesquién es el que te llama,el que te quiere suya,enterraré los nombres,los rótulos, la historia.Iré rompiendo todolo que encima me echarondesde antes de nacer.Y vuelto ya al anónimoeterno del desnudo,

de la piedra, del mundo,te diré:«Yo te quiero, soy yo».

( La voz a ti debida, 1934 )

( ALGUNOS VERSOS )

¡Sí, todo con exceso;a luz, la vida, el mar!Plural todo, plural,luces, vidas y mares.

A subir, a ascenderde docenas a cientos,de cientos a millar, a una jubilosa repetición sin fin,de tu amor, unidad.

Tablas, plumas y máquinas,todo a multiplicar, caricia por caricia,abrazo por volcán.

Hay que cansar los números.

Que cuenten sin parar,que se embriaguen contando,y que no sepan yacuál de ellos será el último:¡Qué vivir sin final!

Que un gran tropel de cerosasalte nuestras dichasesbeltas, al pasar,y las lleve a su cima.

Que se rompan las cifras,sin poder calcularni el tiempo ni los besos.

Y al otro lado yade cómputos, de sinos,entregarnos a ciegas- ¡exceso, qué penúltimo!-a un gran fondo azarosoque irresistiblementeestácantándonos a gritosfúlgidos de futuro:“Eso no es nada, aún,buscáos bien, hay más.”

( La voz a ti debida )

- ¡Si me llamaras, sí; si me llamaras! Lo dejaría todo, todo lo tiraría: los precios, los catálogos, el azul del océano en los mapas, los días y sus noches, los telegramas viejos y un amor.

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Tú, que no eres mi amor, ¡si me llamaras! Y aún espero tu voz: telescopios abajo, desde la estrella, por espejos, por túneles, por los años bisiestos puede venir. No sé por dónde. Desde el prodigio, siempre. Porque si tú me llamas «¡si me llamaras, sí, si me llamaras!» será desde un milagro, incógnito, sin verlo. Nunca desde los labios que te beso, nunca desde la voz que dice: «No te vayas». ( vv. 102-126 de La voz a ti debida )AYER TE BESÉ EN LOS LABIOS

Ayer te besé en los labios.Te besé en los labios. Densos,rojos. Fue un beso tan cortoque duró más que un relámpago,que un milagro, más.El tiempodespués de dártelono lo quise para nadaya, para nadalo había querido antes.Se empezó, se acabó en él.

Hoy estoy besando un beso;estoy solo con mis labios.Los pongono en tu boca, no, ya no-¿adónde se me ha escapado?-.Los pongoen el beso que te diayer, en las bocas juntasdel beso que se besaron.Y dura este beso másque el silencio, que la luz.Porque ya no es una carneni una boca lo que beso,que se escapa, que me huye.No.Te estoy besando más lejos.

(La voz a ti debida, 1933 )

EL DOLOR

No. Ya sé que le gustancuerpos recientes, jóvenes,que le resisten bieny no se rinden pronto.

Busca carnes rosadas,dientes firmes, ardientesojos que aún no recuerdan.

Los quiere más. Así su estragono se confundirá con el quemar del tiempo,arruinando los rostrosy los torsos derechos.

Su placer es abrir la arruga en la piel fresca,romper los puros vidriosde los ojos intactoscon la lágrima cálida.

Doblar la derechura de los cuerpos perfectos,de modo que ya seamás difícil miraral cielo desde ellos.

Sus días sin victoriason esos en que quiebrano más que cuerpos viejos,en donde el tiempo yatiene matado mucho.

Su gran triunfo, su júbilotiene color de selva:es la sorpresa, estronchar la plena flor,las voces en la cimadel cántico, los altosmediodías del alma.

Yo sé cómo le gustan los ojos.

Son los que miran lejossaltando por encima de su cielo y su suelo,y que buscan al fondotierno del horizonteesa grieta del mundoque hacen azul y tierraal no poder juntarsecomo Dios los mandó.

Esa grieta, por dondecaben todas las alasque nos están batiendo contra el muro del alma,encerradas, frenéticas.

Yo sé cómo le gustan 26

los brazos. Largos, sólidos,capaces de llevar sin desmayo, entre torrentes de años,amores en lo alto, sin que nunca se quiebrenlos cristales sutilesde distancia y ensueñode que está hecha su ausenciaYo sé como le gustandos bocas que se apartancontra todo su sinode estar besando siempre.

Y por eso las bocasque ya besaron son sus favoritas. Tienenmás vida que quitar;la vida que confierea toda boca el donde haber sido besada.

Yo sé como le gustan las almas. Y por esocuando te tengo aquíy te miro a los ojos,y el ama allí te luce, como un grano de arena celeste, estrella pura,con sino de atraermás que todas la otras, te cubro con mi vida,y aquí en mi amor te escondo.

Para que no te vea.

¿SERÁS AMOR…?

¿Serás, amor,un largo adiós que no se acaba?Vivir, desde el principio, es separarse.En el primer encuentrocon la luz, con los labios,el corazón percibe la congojade tener que estar ciego y sólo un día.Amor es el retraso milagroso de su término mismo:el prolongar el hecho mágico,de que uno y uno sean dos, en contrade la primer condena de la vida.Con los besos,con la pena y el pecho se conquistan,en afanosas lides, entre gozosparecidos a juegos,días, tierras, espacios fabulosos,a la gran disyunción que está esperando,hermana de la muerte, o muerte misma.Cada beso perfecto aparta el tiempo,le echa hacia atrás, ensancha el mundo brevedonde puede besarse todavía.Ni en el llegar, ni en el hallazgotiene el amor su cima:es en la resistencia a separarse

en donde se le siente,desnudo, altísimo, temblando.Y la separación no es el momentocuando brazos, o voces,se despiden con señas materiales.Es de antes, de después.Si se estrechan las manos, si se abraza,nunca es para apartarse,es porque el alma ciegamente sienteque la forma posible de estar juntoses una despedida larga, clara.Y que lo más seguro es el adiós.

( La voz a ti debida, 1933 )

CERO

Invitación al llanto. Esto es un llanto,ojos, sin fin, llorando,escombrera adelante, por las ruinasde innumerables días.Ruinas que esparce un cero —autor de nadas,obra del hombre—, un cero, cuando estalla.

Cayó ciega. La soltó,la soltaron, a seis milmetros de altura, a las cuatro.¿Hay ojos que le distingana la Tierra sus primoresdesde tan alto?¿Mundo feliz? ¿Tramas, vidas,que se tejen, se destejen,mariposas, hombres, tigres,amándose y desamándose?No. Geometría. Abstractoscolores sin habitantes,embuste liso de atlas.Cientos de dedos del vientouna tras otra pasabanlas hojas—márgenes de nubes blancas—de las tierras de la Tierra,vuelta cuaderno de mapas.Y a un mapa distante, ¿quiénle tiene lástima? Lástimade una pompa de jabónirisada, que se quiebra;o en la arena de la playaun crujido, un caracolrotosin querer, con la pisada. Pero esa altura tan altaque ya no la quieren pájaros,le ciega al querer su causacon mil aires transparentes.Invisibles se le vuelvenal mundo delgadas gracias:La azucena y sus estambres,colibríes y sus alas,las venas que van y vienen,en tierno azul dibujadas,por un pecho de doncella.¿Quién va a quererlassi no se las ve de cerca?

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Él hizo su obligación:lo que desde veinte esferasinstrumentos ordenaban,exactamente: soltarlaal momento justo.

Nada.Al principiono vio casi nada. Unamancha, creciendo despacio,blanca, más blanca, ya cándida.¿Arrebañados corderos?¿Vedijas, copos de lana?Eso sería...¡Qué peso se le quitaba!Eso sería: una imagenque regresa.Veinte años, atrás, un niño.

Él era un niño —allá atrás—que en estíos campesinoscon los corderos jugabapor el pastizal. Carreras,topadas, risas, caídasde bruces sobre la grama,tan reciente de rocíoque la alegría del mundoal verse otra vez tan claro,le refrescaba la cara.Sí; esas blancuras de ahora,allá abajoen vellones dilatadas,no pueden ser nada malo:rebaños y más rebañosserenísimos que pastanen ancho mapa de tréboles.Nada malo. Ecos redondosde aquella inocencia dobleveinte años atrás: infanciatriscando con el corderoy retazos celestiales,del sol niño con las nubesque empuja, pastora, el alba.

Mientras,detrás de tanta blancuraen la Tierra —no era mapa—en donde el cero cayó,el gran desastre empezaba…

( Todo más claro, 1949 )

UNDERWOOD GIRLS Quietas, dormidas están, las treinta, redondas, blancas. Entre todas sostienen el mundo. Míralas, aquí en su sueño, como nubes, redondas, blancas, y dentro destinos de trueno y rayo, destinos de lluvia lenta, de nieve, de viento, signos. Despiértalas, con contactos saltarines de dedos rápidos, leves, como a músicas antiguas. Ellas suenan otra música: fantasías de metal valses duros, al dictado. Que se alcen desde siglos todas iguales, distintas como las olas del mar y una gran alma secreta. Que se crean que es la carta, la fórmula, como siempre. Tú alócate bien los dedos, y las raptas y las lanzas, a las treinta, eternas ninfas contra el gran mundo vacío, blanco en blanco. Por fin a la hazaña pura, sin palabras, sin sentido, ese, zeda, jota, i...

( Fábula y signo, 1931 )

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LA FORMA DE QUERER TÚ

La forma de querer tú es dejarme que te quiera. El sí con que te me rindes es el silencio. Tus besos son ofrecerme los labios para que los bese yo. Jamás palabras, abrazos, me dirán que tú existías, que me quisiste: jamás. Me lo dicen hojas blancas, mapas, augurios, teléfonos; tú, no. Y estoy abrazado a ti sin preguntarte, de miedoa que no sea verdad que tú vives y me quieres. Y estoy abrazado a ti sin mirar y sin tocarte. No vaya a ser que descubra con preguntas, con caricias, esa soledad inmensa de quererte sólo yo.

( La voz a ti debida )

QUÉ PASEO DE NOCHE

¡Qué paseo de noche con tu ausencia a mi lado! Me acompaña el sentir que no vienes conmigo. Los espejos, el agua se creen que voy solo; se lo creen los ojos. Sirenas de los cielos aún chorreando estrellas, tiernas muchachas lánguidas, que salen de automóviles, me llaman. No las oigo. Aún tengo en el oído tu voz, cuando me dijo: "No te vayas." Y ellas, tus tres palabras últimas, van hablando conmigo sin cesar, me contestan a lo que preguntó mi vida el primer día. Espectros, sombras, sueños,

amores de otra vez, de mi compadecidos, quieren venir conmigo, van a darme la mano. Pero notan de pronto que yo 11evo estrechada, cálida, viva, tierna, la forma de una mano palpitando en la mía. La que tú me tendiste al decir: "No te vayas." Se van, se marchan ellos, los espectros, las sombras, atónitos de ver que no me dejan solo. Y entonces la alta noche, la oscuridad, el frío, engañados también, me vienen a besar. No pueden; otro beso se interpone en mis labios. No se marcha de allí, no se irá. El que me diste, mirándome a los ojos cuando yo me marché diciendo: "No te vayas."

( La voz a ti debida )

PERDÓNAME POR IR ASÍ BUSCÁNDOTE

Perdóname por ir así buscándotetan torpemente, dentrode ti.Perdóname el dolor alguna vez.Es que quiero sacarde ti tu mejor tú.Ese que no te viste y que yo veo,nadador por tu fondo, preciosísimo.Y cogerloy tenerlo yo en alto como tieneel árbol la luz últimaque le ha encontrado al sol.Y entonces túen su busca vendrías, a lo alto.Para llegar a élsubida sobre ti, como te quiero,tocando ya tan solo a tu pasadocon las puntas rosadas de tus pies,en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendode ti a ti misma.Y que a mi amor entonces, le contestela nueva criatura que tú eras.

( La voz a ti debida )

6.- J O R G E G U I L L É N

( Valladolid, 1893 – Málaga, 1984 )

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Poética:No hay más poesía que la realizada en el poema,

y de ningún modo puede oponerse al poema un “estado” inefable que se corrompe al realizarse y que por milagro atraviesa el cuerpo poemático… Poesía pura es matemática y es química… Poesía pura estodo lo que permanece en el poema después de haber eliminado todo lo que no es poesía.“Pura” es igual a “simple”, químicamente.

( Gerardo Diego, Antología, p. 342 )

LAS DOCE EN EL RELOJ

Dije: Todo ya pleno.Un alamo vibro.Las hojas plateadasSonaron con amor.Los verdes eran grises,El amor era sol.Entonces, mediodia,Un pajaro sumioSu cantar en el vientoCon tal adoracionQue se sintio cantadaBajo el viento la florCrecida entre las mieses,Mas altas. Era yo,Centro en aquel instanteDe tanto alrededor,Quien lo veía todoCompleto para un dios.Dije: Todo, completo.Las doce en el reloj!

( Cántico, Fe de vida,. 1928 )

MUERTE A LO LEJOS

Alguna vez me angustia una certezay ante mí se estremece mi futuro. Acechándole está de pronto un murodel arrabal final en que tropiezala luz del campo. ¿Mas habrá tristezasi la desnuda el sol? No, no hay apurotodavía. Lo urgente es el madurofruto. La mano ya le descorteza. Y un día entre los días el más triste

será. Tenderse deberá la manosin afán. Y acatado el inminentepoder diré sin lágrimas: embiste, justa fatalidad. El muro canova a imponerme su ley, no su accidente.

MÁS ALLÁ, IV

El balcón, los cristales, Unos libros, la mesa. ¿Nada más esto? Sí, Maravillas concretas.

Material jubiloso Convierte en superficie Manifiesta a sus átomos Tristes, siempre invisibles.

Y por un filo escueto, O el amor de una curva de asa, la energía De plenitud actúa.

¡Energía o su gloria! En mi dominio luce Sin escándalo dentro De lo tan real, hoy lunes.

Y ágil, humildemente, La materia apercibe Gracia de Aparición: Esto es cal, esto es mimbre.

( Cántico )

PLAZA MAYOR

Calles me conducen, calles. ¿A dónde me llevarán?

A otras esquinas suceden Otras como si el azar Fuese un alarife sabio Que edificara al compás De un caos infuso dentro De esta plena realidad.

Calles, atrios, costanillas Por donde los siglos van Entre hierros y cristales, Entre más piedra y más cal.

Decid, muros de altivez, Tapias de serenidad, Grises de viento y granito, Ocres de sol y de pan: ¿Adónde aún, hacia dónde Con los siglos tanto andar?

De pronto, cuatro son uno, Victoria: bella unidad.

(Cántico )30

PERFECCIÓN

Queda curvo el firmamento, Compacto azul, sobre el día. Es el redondeamiento Del esplendor: mediodía. Todo es cúpula. Reposa, Central sin querer, la rosa, A un sol en cenit sujeta. Y tanto se da el presente Que el pie caminante siente La integridad del planeta.

( Cántico )

MIRO HACIA ATRÁS

Miro hacia atrás, hacia los años, lejos,Y se me ahonda tanta perspectivaQue del confín apenas sigue vivaLa vaga imagen sobre mis espejos.

Aún vuelan, sin embargo, los vencejos,En torno de unas torres, y allá arribaPersiste mi niñez contemplativa.Ya son buen vino mis viñedos viejos.

Fortuna adversa o próspera no auguro.Por ahora me ahínco en mi presente,Y aunque sé lo que sé, mi afán no taso.

Ante los ojos, mientras, el futuroSe me adelgaza delicadamente,Más difícil, más frágil, más escaso. ( “Que van a dar en el mar”, en Clamor.)

7.- G E R A R D O D I E G O

( Santander, 1896 – Madrid, 1987 )

Poética:

La Poesía es la creación por la palabra medinate la oración, la efusión amorosa, la libre invención imaginativa o el pensamiento metafísico.

La Poesía hace el relámpago, y el poeta se queda con el trueno atónito en las manos, su sonoro poema deslumbrado.

La Poesía es la luminosa sombra divina del hombre.Sin él no existiría, y sin, embargo, le precede y en cierto modo le causa.

La Poesía existe para el poeta en todas partes, excepto en sus propios versos. Es la invisible perseguida que llega siempre demasiado pronto a la cita. En todo poema “ha estado” la Poesía, pero ya no está. Sentimos el calor reciente de su ausencia y el modelado tibio de su carne desnuda.

Creer lo que no vimos, dicen que es la Fe. Crear lo que nunca veremos, esto es la Poesía.

( Gerardo Diego, Antología, p. 397 )

EL CIPRÉS DE SILOS

A Ángel del Río

Enhiesto surtidor de sombra y sueño que acongojas el cielo con tu lanza. Chorro que a las estrellas casi alcanza devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño, flecha de fe, saeta de esperanza. Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza, peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi señero, dulce, firme, qué ansiedades sentí de diluirme y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos, ejemplo de delirios verticales, mudo ciprés en el fervor de Silos.

( Versos humanos, 1925 )

ROMANCE DEL DUERO

Río Duero, río Duero, nadie a acompañarte baja; nadie se detiene a oír tu eterna estrofa de agua.

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Indiferente o cobarde, la ciudad vuelve la espalda. No quiere ver en tu espejo su muralla desdentada.

Tú, viejo Duero, sonríes entre tus barbas de plata, moliendo con tus romances las cosechas mal logradas.

Y entre los santos de piedra y los álamos de magia pasas llevando en tus ondas palabras de amor, palabras.

Quién pudiera como tú, a la vez quieto y en marcha, cantar siempre el mismo verso pero con distinta agua.

Río Duero, río Duero, nadie a estar contigo baja, ya nadie quiere atender tu eterna estrofa olvidada,

sino los enamorados que preguntan por sus almas y siembran en tus espumas palabras de amor, palabras. (1922)

SUCESIVA

Déjame acariciarte lentamente,déjame lentamente comprobarte,ver que eres de verdad, un continuartede ti misma a ti misma extensamente.Onda tras onda irradia de tu frentey, mansamente, apenas sin rizarte,rompen sus diez espumas al besartede tus pies en la playa adolescente.Así te quiero, fluida y sucesiva,manantial tú de ti, agua furtiva,música para el tacto perezosa.Así te quiero, en límites pequeños,aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa,y tu unidad después, luz de mis sueños.

( Alondra de verdad, 1941 )

REVELACIÓN

Era en Numancia, al tiempo que declinala tarde del agosto augusto y lento,Numancia del silencio y de la ruina,alma de libertad, trono del viento.

La luz se hacía por momentos minade transparencia y desvanecimiento,diafanidad de ausencia vespertina,esperanza, esperanza del portento.

Súbito ¿dónde? un pájaro sin lira,sin rama, sin atril, canta, del ira,flota en la cima de su fiebre aguda.

Vivo latir de Dios nos goteaba,risa y charla de Dios, libre y desnuda.Y el pájaro, sabiéndolo, cantaba.

( Alondra de verdad )

GIRALDA

Giralda en prisma puro de Sevilla,nivelada del plomo y de la estrella,molde en engaste azul, torre sin mella,palma de arquitectura sin semilla.

Si su espejo la brisa enfrente brilla,no te contemples -ay, Narcisa- en ella,que no se mude esa tu piel doncella,toda naranja al sol que se te humilla.

Al contraluz de luna limonera,tu arista es el bisel, hoja barberaque su más bella vertical depura.

Resbala el tacto su caricia vana.Yo mudéjar te quiero y no cristiana.Volumen nada más: base y altura.

( Alondra de verdad.)

INSOMNIO

Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes. Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo, y tú, inocente, duermes bajo el cielo. Tú por tu sueño y por el mar las naves. En cárceles de espacio, aéreas llaveste me encierran, recluyen, roban. Hielo, cristal de aire en mil hojas. No. No hay vueloque alce hasta ti las alas de mis aves. Saber que duermes tú, cierta segura-cauce fiel de abandono, línea pura-,tan cerca de mis brazos maniatados. Qué pavorosa esclavitud de isleño, yo insomne, loco, en los acantilados, las naves por el mar, tú por tu sueño

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( 1930 )

8.- D Á M A S O A L O N S O

( Madrid, 1898 – Madrid, 1990 )

Poética:La Poesía es un fervor y una claridad. Un fervor, un

deseo íntimo y fuerte de unión con la gran entraña del mundo y su causa primera. Y una claridad por la que el mundo mismo es comprendido de un modo intenso y no usual.

Poeta es el ser humano dotado en grado eminente de este fervor y esta claridad y de una feliz capacidad de expresión.

Poema es un nexo entre dos misterios: el del poeta y el del lector. El objeto del poema no puede ser la expresión de la realidad inmediata y superficial, sino de la realidad iluminada por la claridad fervorosa de la Poesía: realidad profunda, oculta normalmente en la vida, no intuible, sino por medio de la facultad poética, y no expresable por nuestro pensamiento lógico.

( Gerardo Diego, Antología, 1934, p. 364 )

¿CÓMO ERA?

( ¿Cómo era Dios mío, cómo era? ) J.R. Jiménez

La puerta, franca. Vino queda y suave. Ni materia ni espíritu. Traía una ligera inclinación de nave y una luz matinal de claro día.

No era de ritmo, no era de armonía ni de color. El corazón la sabe, pero decir cómo era no podría porque no es forma, ni en la forma cabe.

Lengua, barro mortal, cincel inepto, deja la flor intacta del concepto en esta clara noche de mi boda,

y canta mansamente, humildemente, la sensación, la sombra, el accidente, mientras ella me llena el alma toda.

( Poemas puros. Poemillas de la ciudad, 1921 )

INSOMNIO

Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas). A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro, y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna. Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla. Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma, por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid, por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre? ¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?

ORACIÓN POR LA BELLEZA DE UNA MUCHACHA

Tú le diste esa ardiente simetría de los labios, con brasa de tu hondura, y en dos enormes cauces de negrura, simas de infinitud, luz de tu día;

esos bultos de nieve, que bullía al soliviar del lino la tersura, y, prodigios de exacta arquitectura, dos columnas que cantan tu armonía.

Ay, tú, Señor, le diste esa ladera que en un álabe dulce se derrama, miel secreta en el humo entredorado.

¿A qué tu poderosa mano espera? Mortal belleza eternidad reclama. ¡Dale la eternidad que le has negado!

( Oscura noticia, 1944 )

MONSTRUOS

Todos los días rezo esta oración al levantarme:

Oh Dios, no me atormentes más. Dime qué significan estos espantos que me rodean. Cercado estoy de monstruos que mudamente me preguntan, igual, igual, que yo les interrogo a ellos. Que tal vez te preguntan, lo mismo que yo en vano perturbo el silencio de tu invariable noche con mi desgarradora interrogación.

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Bajo la penumbra de las estrellas y bajo la terrible tiniebla de la luz solar, me acechan ojos enemigos, formas grotescas que me vigilan, colores hirientes lazos me están tendiendo: ¡son monstruos, estoy cercado de monstruos!

No me devoran. Devoran mi reposo anhelado, me hacen ser una angustia que se desarrolla a sí misma, me hacen hombre, monstruo entre monstruos.

No, ninguno tan horrible como este Dámaso frenético, como este amarillo ciempiés que hacia ti clama con todos sus tentáculos enloquecidos, como esta bestia inmediata transfundida en una angustia fluyente; no, ninguno tan monstruoso como esa alimaña que brama hacia ti, como esa desgarrada incógnita que ahora te increpa con gemidos articulados, que ahora te dice: «Oh Dios, no me atormentes más, dime qué significan estos monstruos que me rodean y este espanto íntimo que hacia ti gime en la noche.»

( Hijos de la ira, 1944 )

MUJER CON ALCUZA

A Leopoldo Panero

¿Adónde va esa mujer,arrastrándose por la acera,ahora que ya es casi de noche,con la alcuza en la mano?

Acercaos: no nos ve.Yo no sé qué es más gris,si el acero frío de sus ojos,si el gris desvaído de ese chal

con el que se envuelve el cuello y la cabeza,o si el paisaje desolado de su alma.

Va despacio, arrastrando los pies,desgastando suela, desgastando losa,pero llevadapor un terroroscuro,por una voluntadde esquivar algo horrible.

Sí, estamos equivocados.Esta mujer no avanza por la acerade esta ciudad,esta mujer va por un campo yerto,entre zanjas abiertas, zanjas antiguas, zanjas recientes,y tristes caballones,de humana dimensión, de tierra removida,de tierraque ya no cabe en el hoyo de donde se sacó,entre abismales pozos sombríos,y turbias simas súbitas,llenas de barro y agua fangosa y sudarios harapientos del color de la desesperanza.

Oh sí, la conozco.Esta mujer yo la conozco: ha venido en un tren,en un tren muy largo;ha viajado durante muchos díasy durante muchas noches:unas veces nevaba y hacía mucho frío,otras veces lucía el sol y sacudía el vientoarbustos juvenilesen los campos en donde incesantemente estallan extrañas flores encendidas.

Y ella ha viajado y ha viajado,mareada por el ruido de la conversación,por el traqueteo de las ruedasy por el humo, por el olor a nicotina rancia.¡Oh!:noches y días,días y noches,noches y días,días y noches,y muchos, muchos días,y muchas, muchas noches.

Pero el horrible tren ha ido parandoen tantas estaciones diferentes,que ella no sabe con exactitud ni cómo se llamaban,ni los sitios,ni las épocas.

Ellarecuerda sóloque en todas hacía frío,que en todas estaba oscuro,y que al partir, al arrancar el trenha comprendido siemprecuán bestial es el topetazo de la injusticia absoluta,ha sentido siempre

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una tristeza que era como un ciempiés monstruoso que le colgara de la mejilla,como si con el arrancar del tren le arrancaran el alma,como si con el arrancar del tren le arrancaran innumerables margaritas, blancas cual su alegría infantil en la fiesta del pueblo,como si le arrancaran los días azules, el gozo de amar a Dios y esa voluntad de minutos en sucesión que llamamos vivir.Pero las lúgubres estaciones se alejaban,y ella se asomaba frenética a las ventanillas,gritando y retorciéndose,solopara ver alejarse en la infinita llanuraeso, una solitaria estación,un lugarseñalado en las tres dimensiones del gran espacio cósmicopor una cruzbajo las estrellas.

Y por fin se ha dormido,sí, ha dormitado en la sombra,arrullada por un fondo de lejanas conversaciones,por gritos ahogados y empañadas risas,como de gentes que hablaran a través de mantas bien espesas,sólo rasgadas de improvisopor lloros de niños que se despiertan mojados a la media noche,o por cortantes chillidos de mozas a las que en los túneles les pellizcan las nalgas,...aún mareada por el humo del tabaco.

Y ha viajado noches y días,sí, muchos días,y muchas noches.Siempre parando en estaciones diferentes,siempre con una ansia turbia, de bajar ella también, de quedarse ella también,ay,para siempre partir de nuevo con el alma desgarrada,para siempre dormitar de nuevo en trayectos inacabables.

...No ha sabido cómo.Su sueño era cada vez más profundo,iban cesando,casi habían cesado por fin los ruidos a su alrededor:sólo alguna vez una risa como un puñal que brilla un instante en las sombras,algún cuchillo como un limón agrio que pone amarilla un momento la noche.Y luego nada.Solo la velocidad,solo el traqueteo de maderas y hierrodel tren,solo el ruido del tren.

Y esta mujer se ha despertado en la noche,y estaba sola,y ha mirado a su alrededor,y estaba sola,y ha comenzado a correr por los pasillos del tren,de un vagón a otro,

y estaba sola,y ha buscado al revisor, a los mozos del tren,a algún empleado,a algún mendigo que viajara oculto bajo un asiento,y estaba sola,y ha gritado en la oscuridad,y estaba sola,y ha preguntado en la oscuridad,y estaba sola,y ha preguntadoquién conducía,quién movía aquel horrible tren.Y no le ha contestado nadie,porque estaba sola,porque estaba sola.Y ha seguido días y días,loca, frenética,en el enorme tren vacío,donde no va nadie,que no conduce nadie.

...Y esa es la terrible,la estúpida fuerza sin pupilas,que aún hace que esa mujeravance y avance por la acera,desgastando la suela de sus viejos zapatones,desgastando las losas,entre zanjas abiertas a un lado y otro,entre caballones de tierra,de dos metros de longitud,con ese tamaño precisode nuestra ternura de cuerpos humanos.Ah, por eso esa mujer avanza (en la mano, como el atributo de una semidiosa, su alcuza),abriendo con amor el aire, abriéndolo con delicadeza exquisita,como si caminara surcando un trigal en granazón,sí, como si fuera surcando un mar de cruces, o un bosque de cruces, o una nebulosa de cruces,de cercanas cruces,de cruces lejanas.

Ella,en este crepúsculo que cada vez se ensombrece más,se inclina,va curvada como un signo de interrogación,con la espina dorsal arqueadasobre el suelo.¿Es que se asoma por el marco de su propio cuerpo de madera,como si se asomara por la ventanillade un tren,al ver alejarse la estación anónimaen que se debía haber quedado?¿Es que le pesan, es que le cuelgan del cerebrosus recuerdos de tierra en putrefacción,y se le tensan tirantes cables invisiblesdesde sus tumbas diseminadas?¿O es que como esos almendrosque en el verano estuvieron cargados de demasiada fruta,conserva aún en el invierno el tierno vicio,guarda aún el dulce álabede la cargazón y de la compañía,

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en sus tristes ramas desnudas, donde ya ni se posan los pájaros?

( Hijos de la ira, 1944 )

HOMBRE Y DIOS

Hombre es amor. Hombre es un haz, un centro donde se anuda el mundo. Si Hombre fallaotra vez el vacío y la batalla del primer caos y el Dios que grita «¡Entro!»

Hombre es amor, y Dios habita dentro de ese pecho y profundo, en él se acalla; con esos ojos fisga, tras la valla, su creación, atónitos de encuentro.

Amor-Hombre, total rijo sistema yo (mi Universo). ¡Oh Dios, no me aniquiles tú, flor inmensa que en mi insomnio creces!

Yo soy tu centro para ti, tu tema de hondo rumiar, tu estancia y tus pensiles. Si me deshago, tú desapareces.

( Hombre y Dios, 1955 )

9.- E M I L I O P R A D O S

( Málaga, 1899 – México, 1962 )

Poética:La Poesía es lo único que nos salva.

POSESIÓN LUMINOSA

Igual que este viento, quiero figura de mi calor ser y, despacio, entrar donde descanse tu cuerpo del verano; irme acercando hasta él sin que me vea; llegar, como un pulso abierto latiendo en el aire; ser figura del pensamiento mío de ti, en su presencia; abierta carne de viento, estancia de amor en alma.

Tú -blando marfil de sueño, nieve de carne, quietud de palma, luna en silencio-,

sentada, dormida en medio de tu cuarto. Y yo ir entrando igual que un agua serena, inundarte todo el cuerpo hasta cubrirte, y, entero, quedarme ya así por dentro como el aire en un farol, viéndote temblar, luciendo, brillar en medio de mí, encendiéndote en mi cuerpo, iluminando mi carne toda ya carne de viento."

CANCIÓN

No es lo que está roto, no, el agua que el vaso tiene: lo que está roto es el vaso y, el agua, al suelo se vierte.

No es lo que está roto, no la luz que sujeta al día: lo que está roto es el tiempo y en la sombra se desliza.

No es lo que está roto, no la sangre que te levanta: lo que está roto es tu cuerpo y en el sueño te derramas.

No es lo que está roto, no, la caja del pensamiento: lo que está roto es la idea que la lleva a lo soberbio.

No es lo que está roto Dios, ni el campo que Él ha creado: lo que está roto es el hombre que no ve a Dios en su campo.

( Llanto en la sangre, 1933-36)

CITA HACIA DENTRO

¿Tanta luz? ¿tanta muerte?¿tanta rosa en el día?...(Curva el sol sobre el tiemposus llamas en sortija.)

Encadenado el mundoa su exacta medida,tanto debe a su fuegocomo a su sombra viva.

Tanta hermosura fuera,de nuestro amor se olvida.No me dará descansopara alcanza la dicha.

Con el sol sobre el cielo,hoy nunca te vería,que pesa más que el hombrela luz que lo ilumina.

La noche, en cambio, tiene36

al sol bajo sus aguas.Sus páginas oscurasviven deshabitadas.

Que soledad nos brinda,para el amor, su estancia!...(Toda la sombra es mundoy, el mundo, tu mirada...)

En el centro del mundo,bajo el sueño - en sus alas -te harás toda silencio, apretada en mialma.

La esfera de la nochea un nuevo amor nos llama...La rosa de lo eternoa los dos nos amarra.

Deja el sol; deja el cuerpo,ya vendrán otras albas...¡Voy a coger el sueño!¡ Te espero en su terrazza!

EL CUERPO EN EL ALBA

Ahora sí que ya os mirocielo, tierra, sol, piedra,como si viera mi propia carne.

Ya sólo me faltábais en ellapara verme completo,hombre entero en el mundoy padre sin semilla de la presencia hermosa del futuro.

Antes, el alma vi nacer y acudí a salvarla, fiel tutor perseguido y doloroso,pero siempre segurode mi mano y su aviso.

Ayudé a la hermosuray a su felicidad,aunque nunca dudé que traicionabaal maestro, al discípulo,más, si aquel daba forma en su libertad al pensamiento de lo bello.

Y así vistió su ropami hueso madurado,tan lleno de dolor y de negrura como noche nublada sin perfume de flor,sin lluvia y sin silencio...

Solo el cumplir mi paso,aunque por suelo tan arisco,me daba luz y fuerza en el vivir.

Mas hoy me abrís los brazos,cielo, tierra, sol, piedra,igual que presentí de niño que iba a ser la verdad bajo lo eterno.

Hoy siento que mi lenguaconfunde su saliva con la gota más tierna del rocíoy prolonga sus tactosfuera de mí, en la yerbao en la obscura raíz secreta y húmeda.

Miro mi pensamiento llegarme lento como un agua,no sé desde qué lluvia o lagoo profundas arenasde fuentes que palpitanbajo mi corazón ya sostenido por la roca del monte.

Hoy sí, mi piel existe,mas no ya como límite que antes me perseguía, sino también como vosotros mismos, cielo hermoso y azul,tierra tendida...

Ya soy Todo: Unidadde un cuerpo verdadero.De ese cuerpo que Dios llamo su cuerpoy hoy empieza a asentirsea, sin muerte ni vida, como rosa en presencia constante De su verbo acabado y en olvidoDe lo que antes pensó aun sin llamarloY temió ser: Demonio de la Nada.

10.- M A N U E L A L T O L A G U I R R E

( Málaga, 1905 – Burgos, 1959 )

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Poétíca:La Poesía puede ser, como toda manifestación

amorosa, un deseo y una creación, y el poeta, como todo enamorado, tiene que mirar con buenos ojos a la avida, que es la mejor musa, y con la que, al fin y al cabo, realizará su obra.

Mi poesía ostenta como principal influencia la de Juan Ramón Jiménez, soporta la de D. Luis de Góngora y se siente hermana menor de la de Pedro Salinas. Además, Emilio Prados, Vicente Aleixandre y Luis Cernuda influyeron personalmente en mi formación literaria y humana…

( Gerardo Diego, Antología, 1934, p. 536 )

PLAYA (A Federico García Lorca )

Las barcas de dos en dos, como sandalias del viento puestas a secar al sol.

Yo y mi sombra, ángulo recto. Yo y mi sombra, libro abierto.

Sobre la arena tendido como despojo del mar se encuentra un niño dormido.

Yo y mi sombra, ángulo recto. Yo y mi sombra, libro abierto.

Y más allá, pescadores tirando de las maromas amarillas y salobres.

Yo y mi sombra, ángulo recto. Yo y mi sombra, libro abierto.

(Las islas invitadas)

ISLA DE LUTO

El tiempo es una llanuray mi memoria un caballo,jinete suyo yo voya oscuras por ese camposin detenerme en recuerdosfugaces como relámpagos.

Mi caminar por el tiempo

tan sólo tiene un descansoen el año de tu muerte - isla de luto y de llanto -.

Plaza de mármoles fríosy luna yerta. Me paro, deteniendo mi memoriadesbocada, con espanto.Junto al ciprés de tu sueño,para verte, descabalgo.

No son recuerdos, que es vida,y verdadero diálogo que contigo tengo, madre,cuando aquí nos encontramos.

( Las islas invitadas )

BESO

¡Qué sola estabas por dentro!

Cuando me asomé a tus labiosun rojo túnel de sangre,oscuro y triste, se hundíahasta el final de tu alma.

Cuando penetró mi beso,su calor y su luz dabantemblores y sobresaltosa tu carne sorprendida.

Desde entonces los caminosque conducen a tu almano quieres que estén desiertos.

¡Cuántas flechas, peces, pájaros,cuántas caricias y besos!

SÓLO SÉ QUE ESTOY EN MÍ

Sólo sé que estoy en míy nunca sabré quién soy,tampoco sé adónde voyni hasta cuándo estaré aquí.

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Vestido con vida o muerteo desnudo sin morir,en los muros de este fuertecastillo de mi vivir,

o libre por los confinessepulcrales de los cielos,desgarrando grises velos,ignorante de mis fines,

no sé qué cárcel esperani la libertad que ansío,ni a qué sueño dará el ríode mi vida cuando muera.

11.- MIGUEL HERNÁNDEZ: ( Un epígono )

( Orihuela, 1910 – Alicante, 1942 )

Poética:

¡ Poesía¡ Yo querríapor un mágico conjuroo un diabólico poder de hechiceríaexpresar sublimemente lo que dice a mi estro oscuroel sonoro nombre puro:¡Poesía¡ …¡Poesía¡ Yo querría definirla con los versos de una estrofa cinceladapor un mágico poder de hechicería;mas la pobre lira míaes muy poco para tanto… Menos … ¡Nada¡

( Poesía, septiembre de 1930 )

TE ME MUERES DE CASTA Y DE SENCILLA

Te me mueres de casta y de sencilla...Estoy convicto, amor, estoy confesode que, raptor intrépido de un beso,yo te libé la flor de la mejilla.

Yo te libé la flor de la mejilla,y desde aquella gloria, aquel suceso,tu mejilla, de escrúpulo y de peso,se te cae deshojada y amarilla.

El fantasma del beso delincuenteel pómulo te tiene perseguido,cada vez más patente, negro y grande.

Y sin dormir estás, celosamente,vigilando mi boca ¡con qué cuido!para que no se vicie y se desmande.

( El rayo que no cesa, 1934-5)

MENOS TU VIENTRE

Menos tu vientretodo es confuso.

Menos tu vientre todo es futuro fugaz, pasado baldío, turbio.

Menos tu vientre todo es oculto, menos tu vientre todo inseguro, todo es postrero polvo sin mundo.

Menos tu vientre todo es oscuro, menos tu vientre claro y profundo.

( Cancionero y romancero de ausencias )

UMBRÍO POR LA PENA, CASI BRUNO

Umbrío por la pena, casi bruno,porque la pena tizna cuando estalla,donde yo no me hallo no se hallahombre más apenado que ninguno.

Pena con pena y pena desayunopena es mi paz y pena mi batalla,perro que ni me deja ni se calla,siempre a su dueño fiel, pero importuno.

Cardos, penas, me ponen su corona,cardos, penas, me azuzan sus leopardosy no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la pena mi personacircundada de penas y de cardos ...¡Cuánto penar para morirse uno!

( El rayo que no cesa, 1936 )39

COMO EL TORO HE NACIDO …

Como el toro he nacido para el lutoy el dolor, como el toro estoy marcadopor un hierro infernal en el costadoy por varón en la ingle con un fruto.

Como el toro lo encuentra diminutotodo mi corazón desmesurado,y del rostro del beso enamorado,como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,la lengua en corazón tengo bañaday llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,y dejas mi deseo en una espada,como el toro burlado, como el toro.

( El rayo que no cesa )

ME TIRASTE UN LIMÓN Y TAN AMARGO...

Me tiraste un limón, y tan amargo,con una mano cálida y tan pura,que no menoscabó su arquitecturay probé su amargura, sin embargo.

Con el golpe amarillo, de un letargodulce pasó a una ansiosa calenturami sangre, que sintió la mordedurade una punta de seno duro y largo.

Pero al mirarte y verte la sonrisaque te produjo el limonado hecho,a mi voraz malicia tan ajena,

se me durmió la sangre en la camisa,y se volvió el poroso y áureo pechouna picuda y deslumbrante pena.

( El rayo que no cesa, 1934 )

ELEGÍA

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se meha muerto como del rayo, Ramón Sijé,con quien tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas,compañero del alma tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas,y órganos mi dolor sin instrumentos,a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento.

Tanto dolor se agrupa en mi costado,

que por doler, me duele hasta el aliento.Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida,un empujón brutal te ha derribado.No hay extensión más grande que mi herida,lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.Ando sobre rastrojos de difuntos,y sin calor de nadie y sin consuelo voyde mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,temprano madrugó la madrugada,temprano está rodando por el suelo.No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta,no perdono a la tierra ni a la nada.En mis manos levanto una tormenta de piedras,rayos y hachas estridentes, sedienta de catástrofes y hambrienta.Quiero escarbar la tierra con los dientes,quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes.Quiero mirar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calaveray desamordazarte y regresarte. Volverás a mi huerto y a mi higuera,por los altos andamios de las florespajareará tu alma colmenera de angelicales ceras y labores. /Volverás al arrullo de las rejasde los enamorados labradores.Alegrarás la sombra de mis cejasy tu sangre se irá a cada lado, disputando tu novia y las abejas.Tu corazón, ya terciopelo ajado,llama a un campo de almendras espumosas,mi avariciosa voz de enamorado.A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, /que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero .

( El rayo que no cesa, 1934-5)

NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha cerrada y pobre.Escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla,hielo negro y escarcha grande y redonda.

En la cuna del hambremi niño estaba.

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Con sangre de cebollase amamantaba.Pero tu sangre,escarchada de azúcar, cebolla y hambre.

Una mujer morena resuelta en lunase derrama hilo a hilosobre su cuna.Ríete, niño,que traigo la lunacuando es preciso.

Alondra de mi casa,ríete mucho.Es tu risa en tus ojosla luz del mundo.Ríete tantoque en el alma al oírtebata el espacio.Tu risa me hace libre,me pones alas. Soledades me quita, cárcel me arranca.

Boca que vuela,corazón que en tus labiosrelampaguea.

Es tu risa la espaldamás victoriosa,vencedor de las flores y las alondras,rival del sol,porvenir de mis huesos y de mi amor.

La carne aleteante,súbito el párpado,el niño como nuncacoloreado.¡Cuánto jilguerose remonta, aletea,desde tu cuerpo¡

Desperté de ser niño; nunca despiertes.Triste llevo la boca;ríete siempre. Siempre en la cuna Defendiendo la risa Pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,tan extendido,que tu carne es el cielorecién nacido.¡Si yo pudieraremontarme al origende tu carrera¡

Al octavo mes ríes

con cinco azahares. Con cinco diminutas ferocidades. Con cinco dientes Como cinco jazminesadolescentes.

Frontera de los besosSerán mañana,Cuando en la dentadura Sientas un arma.Sientas un fuego Correr dientes abajoBuscando el centro.

Vuela niño en la dobleLuna del pecho; El triste de cebolla, Tu, satisfecho.No te derrumbes. No sepas lo que pasaNi lo que ocurre. ( Cancionero y romancero de ausencias, 1938 )ME LLAMO BARRO, AUNQUE MIGUEL ME LLAME

Me llamo barro aunque Miguel me llame.Barro es mi profesión y mi destinoque mancha con su lengua cuanto lame.

Soy un triste instrumento del camino.Soy una lengua dulcemente infamea los pies que idolatro desplegada.

Como un nocturno buey de agua y barbechoque quiere ser criatura idolatrada,embisto a tus zapatos y a sus alrededores,y hecho de alfombras y de besos hechotu talón que me injuria beso y siembro de flores.

Coloco relicarios de mi especiea tu talón mordiente, a tu pisada,y siempre a tu pisada me adelantopara que tu impasible pie desprecietodo el amor que hacia tu pie levanto.

Más mojado que el rostro de mi llanto,cuando el vidrio lanar del hielo bala,cuando el invierno tu ventana cierrabajo a tus pies un gavilán de ala,de ala manchada y corazón de tierraBajo a tus pies un ramo derretidode humilde miel pataleada y sola,un despreciado corazón caídoen forma de alga y en figura de ola.

Barro en vano me invisto de amapola,barro en vano vertiendo voy mis brazos,barro en vano te muerdo los talones,dándole a malheridos aletazossapos como convulsos corazones.

Apenas si me pisas, si me ponesla imagen de tu huella sobre encima,

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se despedaza y rompe la armadurade arrope bipartido que me ciñe la bocaen carne viva y pura,pidiéndote a pedazos que la oprimasiempre tu pie de liebre libre y loca.

Su taciturna nata se arracima,los sollozos agitan su arboledade lana cerebral bajo tu paso.Y pasas, y se quedaincendiando su cera de invierno ante el ocaso,mártir, alhaja y pasto de la rueda.

Harto de someterse a los puñalescirculantes del carro y la pezuña,teme del barro un parto de animalesde corrosiva piel y vengativa uña.

Teme que el barro crezca en un momento,teme que crezca y suba y cubra tierna,tierna y celosamentetu tobillo de junco, mi tormento,teme que inunde el nardo de tu piernay crezca más y ascienda hasta tu frente.Teme que se levante huracanadodel bando territorio del inviernoy estalle y truene y caiga diluviadosobre tu sangre duramente tierno.

Teme un asalto de ofendida espumay teme un amoroso cataclismo.

Antes que la sequía lo consumael barro ha de volverte de lo mismo.

ACEITUNEROS

Andaluces de Jaén,aceituneros altivos,decidme en el alma:¿Quién, quién levantó los olivos?

No los levantó la nada,ni el dinero, ni el señor,sino la tierra callada,el trabajo y el sudor.

Unidos al agua puray a los planetas unidos,los tres dieron la hermosurade los troncos retorcidos.

Levántate, olivo cano,dijeron al pie del viento.Y el olivo alzo una manopoderosa de cimiento.

Andaluces de Jaén, Aceituneros altivos, decidme en el alma: ¿quién, amamantoó los olivos?

Vuestra sangre, vuestra vida,no la del explotadorque se enriqueció en la heridagenerosa del sudor.

No la del terratenienteque os sepultó en la pobreza,que os pisoteó la frente,que os redujo la cabeza.

Árboles que vuestro afánconsagró al centro del díaeran principio de un panque solo el otro comia.

¡Cuántos siglos de aceituna,los pies y las manos presos,sol a sol y luna a luna,pesan sobre vuestros huesos!

Andaluces de Jaén, Aceituneros altivos,pregunta mi alma: ¿de quién, de quién son estos olivos?

Jaén, levántate bravasobre tus piedras lunares,no vayas a ser esclavacon todos tus olivares.

Dentro de la claridad del aceite y sus aromas, indican tu libertadla libertad de tus lomas.

( Cancionero y romancero… )

EL NIÑO YUNTERO

Carne de yugo, ha nacidomás humillado que bello,con el cuello perseguidopor el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta,a los golpes destinado,de una tierra descontentay un insatifecho arado.

Entre estiércol puro y vivode vacas, trae a la vidaun alma color de olivovieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empiezaa morir de punta a puntalevantando la cortezade su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y sientela vida como una guerra,y a dar fatigosamenteen los huesos de la tierra.

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Contar sus años no sabe,y ya sabe que el sudores una corona gravede sal para el labrador.

Trabaja, y mientras trabajamasculinamente serio,se unge de lluvia y se alhajade carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,y a fuerza de sol, bruñido,con una ambición de muertedespedaza un pan reñido.

Cada nuevo día esmás raíz, menos criatura,que escucha bajo sus piesla voz de la sepurtura.

Y como raíz se hundeen la tierra lentamentepara que la tierra inundede paz y panes su frente.

Me duele este niño hambrientocomo una grandiosa espina,y su vivir cenicientoresuelve mi alma de encina.

Le veo arar los rastrojos,y devorar un mendrugo,u declarar con los ojosque por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,y su vida en la garganta,y sufro viendo el barbechotan grande bajo su planta.

¿Quién salvará a este chiquillomenor que un grano de avena?¿De dónde saldrá el martilloverdugo de esta cadena?

Que salga del corazónde los hombres jornaleros,que antes de ser hombres sony han sido niños yunteros.

( Cancionero y romancero… )

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