a la venta el 5 de junio de 2018 · imperativo hablar de estos temas, ... el arte o la cultura ......

12
A la venta el 5 de junio de 2018

Upload: nguyencong

Post on 08-Oct-2018

212 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

A la venta el 5 de junio de 2018

Una celebración de la cultura LGTBQ+

Roberta Marrero Con Prólogo de Paul B. Preciado

El primer gran manifiesto pop que reivindica el papel del colectivo LGTBQ+ en la cultura

de las últimas cinco décadas: un movimiento complejo y vanguardista cuya huella en nuestra historia colectiva se ha mantenido oculta durante demasiado tiempo.

We can be heroes recuerda algo que sabemos pero en lo que es imperante insistir: el mundo no es solo hetero y blanco. Es negro, asiático, indio, gay, lésbico, trans, intersexual, bisexual, rico, complejo, maravilloso, terrible…, humano. Este libro apela al orgullo de ser uno mismo y reivindica una sociedad diversa, plural y auténticamente igualitaria, más allá de las diferencias de género.

Una enciclopedia ilustrada de la aportación del colectivo LGTBQ+ a la cultura que hace un recorrido desde la Edad Media hasta nuestros días analizando la represión franquista, la androginia, el travestismo, la pornografía o lo queer a través de figuras como Madonna, Rocío Jurado, Divine, Bowie, Lorca, Marilyn Manson o Paloma Chamorro.

Roberta Marrero es una artista española cuyo trabajo bebe de muchas fuentes, desde la imaginería religiosa hasta el cómic, pasando por la cultura de masas, las estrellas de Hollywood o el cine independiente americano.

El colectivo LGTBQ+ ha conseguido a lo largo de los años algunas leyes a su favor. Sin embargo, esto no quiere decir que ya esté todo hecho, sino todo lo contrario. Conseguir esas leyes es sólo el principio para un cambio verdadero y profundo en la sociedad. Por ello, sigue siendo necesario e imperativo hablar de estos temas, para visibilizar los problemas a los que se enfrenta un colectivo que sigue siendo perseguido en muchos países (en Chechenia sigue habiendo campos de concentración para gays). En España, las agresiones por diversofobia se cuentan a diario en ciudades como Madrid. Hay que seguir luchando y Roberta Marrero hace uso de una de las armas más poderosas para ello: la cultura. La autora reconoce que “la cultura popular salvó literalmente mi vida gracias a algunos de los ídolos de la música de principios de los ochenta, cuando la ambigüedad sexual de repente era cool: Boy George, Marilyn, Annie Lennox o Pete Burns me abrieron los ojos a una realidad que era bien distinta a la mía, me abrazaban desde su diferencia, eran como «la resistencia» para todos aquellos niños y niñas que no teníamos a donde ir a nivel emocional; eran nuestro hogar”.

We can be heroes es una enciclopedia personal e ilustrada de lo LGTBQ+, un homenaje a todas esas personas que desde las barricadas de lo fronterizo con lo heteronormativo han enseñado a la sociedad que hay otras vidas posibles, otros mundos mejores. Una colección de historias de dioses y diosas antiguos y de algunos nuevos; deidades paganas a las que encomendarse, sobre las que aprender, modelos de conducta, pioneros y pioneras que abrieron el camino a todos los que vinieron después.

Por este provocativo libro desfilan personajes tan dispares como Franco, Juana de Arco, Virginia Woolf, David Bowie, Marlene Dietrich, John Waters, Andy Warhol o Rocío Jurado, para construir un mapa del movimiento LGTBQ+ y su gran aportación al mundo del cine, la música, el arte o la cultura popular. Una reflexión sobre el poder de la cultura para cambiar el mundo, de la necesidad del conocimiento para empoderar a todos aquellos colectivos que se sigan sintiendo oprimidos. Un manifiesto a la diversidad como única forma de libertad.

FRANCISCO FRANCO, REPRESIÓN Y ESPAÑA NEGRA

Franco muere en 1975, pero la Ley de Peligrosidad Social y demás instrumentos de opresión franquista contra homosexuales y transexuales se siguieron ejerciendo durante la transición. En 1978, con la aprobación de la Constitución, la homosexualidad dejará de ser perseguida legalmente en España, aunque la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social seguirá vigente hasta mediados de los años noventa. Las transexuales serán perseguidas por el delito de escándalo público del Código Penal hasta mediados de los años ochenta.

Y bien, esta parte de nuestra historia reciente, ¿dónde nos deja? En un país machista con un hondo sentimiento de violencia y rechazo hacia todo el colectivo LGTBQ+. La democracia nos despenalizó, pero no por ello hizo de nuestra vida un camino de rosas ni muchísimo menos. Franco es sin duda el influencer con más seguidores en España y su maquinaria de castigo nos sigue sometiendo, más de cuarenta años después de su muerte. Aunque ahora tengamos unos ciertos privilegios sociales, España sigue siendo un país homófobo, transfóbico, lesbofóbico y misógino. Todavía tenemos que batallar mucho para ser ciudadanos de primera de verdad, para vivir en una democracia real, para salir a la calle y no toparnos con un autobús de una secta católica financiada por el Estado que te dice que no eres humano, que eres una mierda, que no vales nada. Por otro lado, está el síndrome de Estocolmo que vivimos en este país, con las maricas llamando divinas a las mujeres más fachas de España que hacen comentarios de mal gusto y llenos de violencia verbal sobre el matrimonio igualitario, por ejemplo. Con los gays y las lesbianas de ultraderecha, que obviamente allá cada cual con sus ideas políticas, pero hasta donde yo sé no hay ni una negra del Ku Klux Klan, y si la hay lo siento por ella porque está muy mal de la cabeza.

DIVINE Y JOHN WATERS. DESDE BALTIMORE CON AMOR

Si hay una película amoral y absurda hasta la médula, esa es sin duda Pink Flamingos, una cinta que cuarenta y seis años después sigue escandalizando igual que la primera vez que se proyectó. John Waters creó junto a su musa Divine un film que contiene: bestialismo, pornografía, travestismo, canibalismo, lesbianismo, secuestro, asesinatos, exaltación de la violencia, una escena de un ano que se dilata y se contrae al ritmo de una canción irritante, incesto y, como colofón final, una mítica escena en la que Divine se come una mierda de perro para mayor gloria del celuloide.

(El cine de John Waters) es un monumento a una manera ya casi perdida de hacer cine, desde el mariconeo más subersivo, sin miramientos, ofendiendo, pervirtiendo el sacrosanto mundo del celuloide. La obra de Waters en la década de los setenta, junto a la de cineastas como Kenneth Anger, películas como la orgiástica Flaming Creatures (1963) de Jack Smith, el cine de Warhol o delirios maravillosos como Let Me Die a Woman, pseudodocumental del año 1978 sobre la transexualidad, Glen or Glenda (1953), de Ed Wood, o la espectacular She-Man: A Story of Fixation (1967), de Bob Larck, son artefactos terroristas, el lado oscuro (pero rosa oscuro) de Hollywood, sus hijas bastardas.

DE ANNIE LENNOX A LADY WARHOL. ANDROGINIA Y TRAVESTISMO EN LOS OCHENTA

El travestismo es tan antiguo como el ser humano y en culturas anteriores al cristianismo y el protestantismo en Occidente y sus colonias era moneda corriente en rituales guerreros, religiosos o de iniciación a la vida adulta. (…) En los años ochenta, Annie Lennox, de Eurythmics, se travistió tanto de varón como de mujer. La Lennox, que tiene uno de esos físicos de naturaleza andrógina, ya escandalizó a la MTV americana cuando esta pidió una copia de su partida de nacimiento y se negaban a emitir el videoclip de «Sweet Dreams» por si Annie al final resultaba ser un hombre. La Lennox tomó cartas en el asunto apareciendo travestida de hombre en la entrega de los Premios Grammy del año 1984. La cantante quiso así hacer un statement no solo sobre su género, sino sobre el género en general.

Otro caso destacable es la sesión de fotos que Christopher Makos hizo de Andy Warhol vestido de mujer en 1981. Era una recreación del experimento artístico de 1921 en el que Man Ray retrató a Marcel Duchamp como Rrose Sélavy, una identidad femenina creada para la ocasión. Tanto Andy como Marcel dejaron florecer en estas instantáneas aspectos de su personalidad que normalmente escondían en sus yoes masculinos: vulnerabilidad, sensualidad, cercanía. Como siempre he pensado, todos somos al menos dos personas; el travestismo y la androginia como manera de nadar en la marea de la identidad y no ahogarnos, muy al contrario, flotar plácidamente como en un relajante mar en calma.

MARILYN MANSON. QUEER SUPERSTAR

Marilyn Manson saltó a la fama mundial con su disco Antichrist Superstar, delicioso título que parodia la ópera rock Jesucristo Superstar y que demuestra no solo las intenciones de Manson de criticar a la Iglesia católica como organismo represor, sino que además pone de manifiesto su fino sentido del humor y la ironía. «The Beautiful People», el single más exitoso de este álbum, critica la cultura de la belleza, el poder y el capitalismo, habla de «los débiles que nunca tienen razón y que solo existen para justificar a los fuertes», una sátira sobre la opresión que puede aplicarse a cualquier tipo de injusticia.

América reaccionó con violencia contra este humanista (como él mismo se define) que aboga por la libertad de ideas y el fin de la dictadura del pensamiento único, castrante y ramplón. Fue el enemigo público número uno de Estados Unidos y el héroe de todos aquellos que vimos en él lo que es: un intelectual que habla bien, hace reflexiones muy sensatas y no teme expresar su opinión aunque resulte polémica.

Controversias religiosas aparte, que llegan a ser cansinas y repetitivas, una cosa que me interesa mucho de Marilyn Manson es su fino mariconeo, algo bastante inusual en el un tanto misógino y machista mundo del rock.

ROCÍO JURADO. CAMP, FEMINISMO Y APROPIACIÓN QUEER

En «Notas sobre lo camp», Susan Sontag lo define como «el amor a lo no natural: al artificio y la exageración. Y lo camp es esotérico: tiene algo de código privado, de símbolo de identidad incluso, entre pequeños círculos urbanos». Rocío Jurado es camp, entendiendo este adjetivo desde el punto de vista más maravilloso y menos peyorativo. Es el artificio y la exageración que conecta con un tipo de público queer que adora las personalidades más grandes que la vida, el golpe de efecto, las letras tremebundas cantadas con el coño, entendiendo el coño como un lugar mental, un estado de ánimo, el símbolo de la madre creadora y destructora, la gran Diosa como maestra de ceremonias del drama de la existencia. Rocío es también suma sacerdotisa de ese esoterismo del que habla la Sontag, que nos une a ella a través de algo invisible y sobrenatural, que nos hace vibrar con sus letras, con sus peinados, su maquillaje, su soberbia puesta en escena.

«Yo soy feminista porque ser feminista es defender a las mujeres», otra de las grandes frases de Rocío Jurado, otra gran muestra de valentía en una España en la que el feminismo está todavía mal visto, tiene muy mala prensa. Escuchar esta frase tan simple y tan directa es un bálsamo entre tanta famosa que suelta perlas tipo «no soy feminista porque tengo un hijo hermoso y un marido precioso» o «no soy feminista y nunca lo seré». Mujeres ingratas que parecen olvidar que, independientemente de que sean feministas o no, hoy pueden votar, abortar o coger un avión sin el permiso de un hombre gracias al feminismo.

LA AUTORA: ROBERTA MARRERO

Roberta Marrero (Las Palmas, 1972) es una artista española de difícil clasificación, que lleva años mostrando su personalidad a través de una creatividad artística que abarca muchos ámbitos: las artes plásticas, la interpretación o la música. Estudió diseño gráfico en la Escuela de Artes Aplicadas de Las Palmas de Gran Canaria, pero no fue hasta 2004 cuando empezó a dibujar y a pintar fotografías sobre las que intervenía, creando collages absolutamente personales. En esa época combinaba esta faceta artística con su carrera como solista, DJ y actriz pero en los últimos años se ha centrado exclusivamente en su faceta de artista plástica. La artista califica su obra de “simbolismo pop” y con él ha triunfado siendo reconocida más allá de nuestras fronteras e incluso imitada por grandes marcas que se inspiran (o plagian directamente) su genial reinvención de los iconos de la moda, la cultura rock o pop o la política. Su obra gráfica bebe de muchas fuentes y se mueve entre el arte pop, el surrealismo y el arte conceptual. En ella se asoma la influencia de la imaginería religiosa, el cómic, los ídolos populares, las estrellas de Hollywood y del cine independiente americano o la música contemporánea.

Sus técnicas más habituales son el dibujo manual, las fotografías intervenidas y el collage, piezas únicas que han formado parte de exposiciones como “David Bowie is” en el museo Victoria & Albert de Londres o “Piaf”, una muestra que celebra el centenario del nacimiento de Edith Piaf en la Biblioteca Nacional en París. La mítica estrella de The Factory de Andy Warhol Joe Dallesandro seleccionó una de las obras de Roberta para realizar una edición limitada de camisetas que hoy día se siguen vendiendo en el Museo Andy Warhol de Pittsburgh.

Da conferencias sobre su trabajo tanto en España como en distintos países europeos y expuso en solitario por primera vez en 2016 en la galería La fiambrera de Madrid. Es autora del libro El bebé verde. Infancia, transexualidad y héroes del pop (Lunwerg, 2016). We can be heroes es su nuevo libro. Para saber más de Roberta Marrero: Web: http://robertamarrero.bigcartel.com/ Facebook: facebook.com/Roberta.Marrero.Art/ Instagram: @robertamarrero

La prensa ha dicho de Roberta Marrero EL PAÍS: Sus collages e ilustraciones reformulan imágenes e ídolos de la cultura pop a partir de una mirada revolucionaria, cuestionando continentes y contenidos, mezclándolos... (Este libro) es una novela gráfica en la que habla de su infancia y de cómo sobrellevó la hostilidad e incomprensión de un entorno que no quería aceptarla como una niña encerrada en un cuerpo masculino. VEIN MAGAZINE: Roberta Marrero disfruta con lo que hace, y eso se nota al mirar en sus obras. Trabajos autobiográficos sin finalidad más allá de expresar lo que la polifacética artista siente en el momento. Automatismo psíquico en línea con las corrientes surrealistas que también la influyen. Apariencia de arte pop en un trabajo completamente artesanal. Dulce contradicción en forma de dibujos, fotografías intervenidas y collages. YOROKOBU: Resulta complicado encasillar su obra en un solo estilo. No solo Warhol pasea por sus cuadros. Caravaggio, el Greco, Damien Hirst, Frida Kahlo, los dadaístas, los surrealistas… también asoman en sus obras como referentes artísticos. Y sus ídolos: Bowie, Joey Ramone, Amy Winehouse, Divine…

ABC: Aunque hace de todo –pinta, escribe, diseña, vive–, Roberta Marrero no es una mujer del Renacimiento. Es una mujer muy de su siglo, que atrapa con sus libros y sus «collages». Ella, por méritos propios, ya es de las que «darán que hablar».

EL PERIÓDICO: Marrero es casi un icono del activismo feminista y del colectivo transgénero nacional, una voz disidente que opta por el arte visual como expresión de combate.

RAFA CERVERA, CULTURPLAZA: Admiro a Roberta desde el primer momento en que supe de su existencia. Hay algo en ella que produce ese efecto. Algo que te informa automáticamente sobre un talento alimentado por la voluntad de ser ella misma.

CÓMO HACERSE UN ROSTRO. INSTRUCCIONES DE USO Extracto del Prólogo de Paul B. Preciado

(…) Los retratos de Roberta no se oponen únicamente al calendario de los santos, sino también al archivo médico-legal en el que muchos de los rostros representados aquí hubieran ocupado el lugar del crimen o de la patología: desviados, yonquis, mujeres barbudas, travestis, seropositvos, prostitutas, transexuales... Estos son los contrahéroes modernos a los que Roberta rinde homenaje devolviéndoles un rostro. Los dibujos de Roberta nos muestran que cada rostro es un entramado de códigos culturales escritos una y otra vez sobre nuestra propia piel. Un rostro está hecho de narraciones de ficción, de canciones, de insultos, de mitos, de sueños, de promesas incumplidas y de juramentos. Allí donde la «fisionomía criminal» de Cesare Lombroso enseñaba a leer un rostro como se descifra un lenguaje donde cada gesto era un signo de la desviación, Roberta reescribe literalmente los rostros de los subalternos, tejiéndolos con su propia vida e impidiendo que puedan ser de nuevo borrados y reescritos por la norma.

Esta colección de rostros dibujados y escritos podría ser comparada a un atlas del nuevo lumpen queer del capitalismo tardío, un diccionario de rostros gloriosos que salieron del arroyo y para los que la cultura popular se convirtió en una estrategia de supervivencia y construcción de subjetividad. Se codean en este atlas ilustre de las identidades basura Ocaña, el artista andaluz emigrado a Barcelona y que se dio a conocer paseando desnudo o en chal por las Ramblas, David Bowie, Marlene Dietrich, John Grant, el cantante de T-Rex, Kaka de Luxe, Paloma Chamorro, Alaska y Dinarama, Costus (Enrique Naya y Juan José Carrero), Virginie Despentes, las Vulpes, Iggy Pop, Marilyn Manson… Esta colisión en pintura de nuestras glorias ibéricas a veces casi desconocidas y de los ídolos americanos y anglosajones del pop constituye una nueva narración de la contracultura en la que Ocaña ya no es la prima pobre de Bowie, sino su igual, y en la que Rocío Jurado nada tiene que envidiar a Madonna. Sin embargo, no es este un diccionario de celebridades, sino un himno afectivo y político a aquellos que supieron, inventando estrategias de resistencia a la norma, arrancarse la máscara y construirse un rostro. A veces la estrategia de resistencia se llama moda, otras música, otras maquillaje, otras petardería, otras activismo, otras sexo... De ahí que la mujer barbuda Annie

No es este un diccionario de celebridades, sino un himno afectivo y político a aquellos que supieron, inventando estrategias de resistencia a la norma, arrancarse la máscara y construirse un rostro.

Jones, la drag queen y activista afroamericana Marsha P. Johnson, asesinada en 1992, o el artista Quentin Crisp ocupen el mismo lugar en este atlas de la mitología queer que Frida Kahlo o Madonna.

La belleza de este atlas es que en él Roberta tiene la valentía de conectar la historia política de los subalternos y su propia biografía, dibujando así un autorretrato fractal. El rostro de Roberta se pierde en el de los otros, al mismo tiempo que se construye uno acumulando retratos de aquellos que literalmente le salvaron la vida. Para el lector, el libro funciona como un espejo fragmentado en el que mirarse, como un manual de uso que le permite deshacerse de las máscaras y comenzar la tarea infinita de hacerse un rostro propio.

Ficha Técnica

WE CAN BE HEROES. Una celebración de la cultura LGTBQ+

Roberta Marrero Lunwerg. 2018

19 x 24 cm. / 216 pp. / Tapa dura con sobrecubierta PVP c/IVA: 19,95 €

A la venta desde el 5 de junio de 2018

MÁS INFORMACIÓN PARA PRENSA, IMÁGENES Y ENTREVISTAS CON LA AUTORA:

Lola Escudero - Directora de Comunicación de Lunwerg

Tel.: 91 423 37 11 - 680 235 335 - [email protected]

Facebook.com/lunwerg @lunwergfoto

CÓMO ES EL LIBRO POR DENTRO. EJEMPLOS DE PÁGINAS INTERIORES