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Terceras Jornadas Debates Actuales de la Teora Poltica Contempornea. Buenos Aires, 10 y
11 de Agosto, Buenos Aires, Argentina
Japhet Torreblanca del Carpio
Eje Temtico: Identidades Polticas
CHAMANISMO DELEUZIANO i
(Variaciones polticas de una filosofa del acontecimiento)
En que lugar de los cinco continentes del mundo quien deambula por el espacio de la
muerte podr encontrarse a si mismo?(M. Taussig-Chamanismo, colonialismo y elhombre salvaje)
INTRODUCCIN: (UN HORIZONTE APOLITICO)
En el momento actual del capitalismo tardo y de su ideologa dominante, el liberalismo,
se nos plantea como fundamental problema la produccin cada vez ms urgente, de
apuestas polticas que, sin caer presas de la re-apropiacin que este lleva sobre sus
detractores (en la que, como sostiene Luc Boltanski, aquel se vale de las criticas mismas
para fortalecerse), puedan resistir al peso y la violencia de un realidad encaminada en
un sentido univoco e inevitable, es decir a la clausura de la poltica1misma.
No esta dems recordar la afirmacin de Slavoj Zizek que -aunque tomando cierta
distancia de sus presupuestos-, sostiene que el mximo horizonte de posibilidad del
sujeto de la era pos-ideolgica es el capitalismo: es posible pensar cualquier cosa, una
1 Sobre la nocin de lo poltico dentro de lo que se ha venido a llamar Pensamiento Post-
fundacional-, pueden remitirse al interesante libro de Olivert Marchart, Post-Fundational Poltical
Thought (Political diference in Nancy, Lefort, Badiou and Laclau) , Edinburgh University Press, 2007,
donde el autor hace una sesuda lectura a travs de los derroteros que han acompaado al pensamiento
de la diferencia y a sus representantes ms importantes, a los que seala como nacidos de lo que l
denomina la izquierda Heideggeriana. Partiendo de la problematizacin del concepto de lo poltico
nos remite a la inevitabilidad de una ontologa-polticaque, aunque necesaria no termina de zanjar elproblema de lo infundado de toda prctica poltica, paradoja que hace parte de su esencia misma y que
la clausura se empea en negar.
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catstrofe ecolgica o nuclear, hasta el fin del mundo, pero no un otro del capitalismo2.
Como lo han notado diferentes tericos contemporneos, el efecto de mistificacin que
envuelve el capital se ha apropiado de toda produccin humana, ya sea esta material o
inmaterial y aun de la humanidad misma3.
Es en el carcter inmanente donde radica su poder de apropiacin, el mismo que se
fortaleci al momento de darse, lo que se ha querido entender como el arribo de la
posmodernidad (denotacin que guarda mucho aun de la dialctica de superacin y
apropiacin de la que cree separarse), pues como se sabe, al capitalismo le ha sido fcil
someter bajo sus coordenadas de movimiento esquizoide un mundo que se entenda
como la ltima superacin de si mismo. Un poco parafraseando a Nietzsche, dira, que
la muerte de Dios resulto siendo la interiorizacin de un Dios ms tirnico aun.
Estos cambios se pueden notar a nivel de la gubernamentalidad, en la poltica
internacional y la estructura y funcin misma de los estados: El nacimiento de lo que
2Retomando nociones lacanianas como fantasa, plus del goce y lo real, Zizek da una explicacin del
sentido que pudo tener en Marx la idea de fetichismo de la mercanca, lo que le parece a l lo ms
apropiado a su vez para explicar las paradojas del permisivo capitalismo tardo, donde lejos de imponer
en nosotros una firme coleccin de estandares para la conformidad, el maestro totalitario suspende el
castigo (moral). Su mandato secreto es: T puedes (LRB, Vol.21 N 6, 18 de marzo de 1999, N.Y., 2000).As el sujeto va en la bsqueda de siempre nuevos deseos perversos a los que no slo puedes tener
acceso sino que estas obligado a realizar. La fetichizacin implicara un tipo de axiomtica que supone
una teora trascendental del valor(es decir de la mercanca y por ende del consumo), una naturalizacin
y/o generalizacin tal, que permite al hombre imaginar hasta el fin del mundo por cualquier catstrofe
natural, etc., antes que un ms modesto cambio radical en el capitalismo.3W. Benjamin haba sido uno de los primeros en notar que: Contribuye al conocimiento del capitalismo
como una religin el hacer presente que originalmente los infieles consideraron la religin no como un
elevado inters moral, sino como el ms inmediatamente prctico. En otras palabras: fueron tan poco
conscientes, como el capitalismo actual, de su naturaleza ideal o trascendente, que vieron ms bien
en el individuo irreligioso o heterodoxo de su comunidad, precisamente, a un miembro inconfundible de
ella, igual que la burguesa actual los ve en sus miembros no productivos. Benjamin Walter, El
capitalismo como religin, http://catigaras.blogspot.com/2008/05/el-capitalismo-como-religin-walter.html.Y en un comentario ms reciente, Deleuze ha dicho que: si los flujos descodificados han
sido el terror de todas las otras formaciones sociales, el capitalismo se ha constituido histricamente
sobre algo increble, a saber, lo que era el terror de las otras sociedades, la existencia y la realidad de
flujos descodificados () esto explicara porque el capitalismo es lo universal de toda sociedad en un
sentido muy preciso: en un sentido negativo, sera lo que todas las sociedades han temido por encima de
todo; y tenemos la impresin de que, histricamente, el capitalismo... es lo que, de cierta manera, toda
formacin social intenta conjurar, intenta constantemente evitar, por qu? Porque es la ruina de todas
las otras formaciones sociales. Y la paradoja del capitalismo, es que es una formacin social que est
constituida sobre la base de lo que era lo negativo de todas las otras. Eso quiere decir que el capitalismo
slo ha podido constituirse por una conjuncin, un encuentro entre flujos descodifcados de cualquier
naturaleza. Lo ms temible de todas las formaciones sociales, ser la base de una formacin social que
deber engullir a todas las otras. Lo que era lo negativo de todas las formaciones ha devenido lapositividad misma de nuestra formacin (En
Gilles Deleuze, Anti oedipe et mille plateux-conferencias, Le
cours de Gilles Deleuze,http://www.webdeleuze.com).
http://catigaras.blogspot.com/2008/05/el-capitalismo-como-religin-walter.htmlhttp://catigaras.blogspot.com/2008/05/el-capitalismo-como-religin-walter.htmlhttp://catigaras.blogspot.com/2008/05/el-capitalismo-como-religin-walter.htmlhttp://catigaras.blogspot.com/2008/05/el-capitalismo-como-religin-walter.htmlhttp://catigaras.blogspot.com/2008/05/el-capitalismo-como-religin-walter.html -
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Deleuze llamo sociedades de control4, se explica como una suerte de bio-poltica del
sinptico5 que ejerce su dominio junto a los aun existentes modelos disciplinarios,
cuando hablamos del gobierno de los hombres. Tenemos por otro lado la prdida
efectiva del poder de decisin de los estados-nacin, secuestrada por los grandes
mercados (Se sabe que el 53.8% del PBI mundial esta concentrado en manos de 500
transnacionales)6frente a los que se han visto forzados a declinar, desatendiendo lo que
formalmente justifica su propia existencia, el bienestar social.
El asunto es, como hacer frente a estos cambios en las formas de dominacin, como
responder a la complejidad y el refinamiento cada vez ms creciente de sus
mecanismos. Hasta ahora algunas respuestas parecen ser insuficientes: consideremos
por ejemplo la particular importancia que le ha sido dada al otro, en la perspectiva delos llamados estudios culturales, la que ha desplazado, segn tericos como Slavoj
Zizek, el importante papel critico que jugaba la economa poltica7y que nos lleva a
verificar un tipo de actualizacin del otro, que es sin embargo ms una asimilacin
de la alteridad8 que un activo abrirse a la intrusin de aquel extrao que objeta mis
4Deleuze Gilles, Posdata sobre las sociedades de control, El lenguaje literario, T2, Ed Norma,
Montevideo, 1991.5
El sinptico, posibilita que haya muchos mirando a unos pocos, los cuales devienen, mediante laseduccin, en modelos de privacidad. stos proveen de normas para el comportamiento y fomentan unadeterminada imagen de lo que se entiende por mbito privado. Imaginad los muchos miles de sinpticosque podemos encontrar en los medios de comunicacin: talk shows en los que los invitados son gente, enprincipio comn, que cuenta su excepcional caso al gran pblico; reality shows como Gran Hermanoen todas sus variaciones... programas de prensa rosa y programas que son extraas combinaciones detodos ellos... Todos ellos son mecanismos que generan normas de comportamiento, que nos proporcionaninformacin sobre lo que es importante y lo que no socialmente, y sobre todo, que nos muestran,construyen y reducen el mbito privado a la gestin de impresiones y al simulacro. Eva Gil Rodriguez,Simulacro, subjetividad y Biopoltica: De Foucault a Baudrillard, enhttp://www.observacionesfilosoficas.net/simulacrosubjetividad.html6Ziegler Jean, Entrevista: El odio a occidente.http://www.ambitocultural.es/ambitocultural/cargarFichaEntrevista.do?paginaActual=83
7Aun as, el acercamiento de S. Zizek, constituye a su vez un reduccionismo, que trae de por si otra seriede problemas. Como bien sealaba Jacques Derrida acerca de la fenomenologa y esto esta en estrecharelacin con los presupuestos esenciales de la critica de la economa-poltica, sta:corresponde a unaeconoma restringida; restringida a los valores mercantiles, cabria decir retomando los trminos de ladefinicin, ciencia que trata del uso de las riquezas limitadaal sentido y al valor constituido de losobjetos, a su circulacin. La circularidad del saber absoluto no dominara, no comprendera ms queesta circulacin, el circuito del consumo reproductor. La produccin y la destruccin absolutas delvalor, la energa excedente en cuanto tal, aquella que no puede hacer otra cosa que perderse sin lamenor finalidad, en consecuencia sin ningn sentido, todo eso escapa a la fenomenologa comoeconoma restringida. Jacques Derrida, La escritura y la diferencia,De la economa restringida a laeconoma general (Un Hegelianismo sin reserva), Anthropos, Barcelona, 1989. Ver tambin, JeanFrancois Lyotard,Economa libidinal, Editorial Saltes, 1979, Madrid.
8Sobre este punto especfico, el del papel de lo negativo, se ha generado un debate con importantesresonancias polticas alrededor del libro sobre Deleuze publicado por Zizek bajo el titulo de rganos
http://www.ambitocultural.es/ambitocultural/cargarFichaEntrevista.do?paginaActual=83http://www.ambitocultural.es/ambitocultural/cargarFichaEntrevista.do?paginaActual=83http://www.ambitocultural.es/ambitocultural/cargarFichaEntrevista.do?paginaActual=83 -
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presupuestos de sentido: el otro es aceptado siempre y cuando se someta a la objetividad
inmanente del valor capitalista y a la racionalidad que la sostiene. Hay aqu una
supuesta apertura que se afirma sobre una evidencia de sentido que clausura la poltica
misma9.
Y aunque sus aportaciones resultan sumamente ricas al debate sobre la poltica, veo por
otra parte, que apuestas como la de Imperio10, entre las ms importantes, se encuentran
aun dentro de lo que puede llamarse un pensamiento molar, completamente distinto de
la poltica molecular que es a la que supuestamente apuntan siguiendo a Deleuze,
diferencia en la que me detendr un momento para permitirme explicar primero la idea
sin cuerpo (Sobre Deleuze y consecuencias), donde el escritor Eslovenio trata de dibujar un Deleuze-Lacaniano, que adems est atrapado, por su ingenuidad, en el movimiento de la dialcticaHegeliana. En esta lnea de interpretacin, la de un Deleuze-Hegeliano propuesta por Zizek, puedencontarse Judith Butler (VaseSubjects of Desire: Hegelian Reflections in Twentieth-Century France.New York: Columbia University Press, 1988) y Catherine Malabou (Whos afraid of Hegelianwolves? En Deleuze: a critical reader, Ed Paul Patton, Blackwell publishers Ltd USA, 1996),opuestas a lo que de otro lado Robert Sinnerbrink ha llamado la postura de la separacin radical(Nomadology or ideology, Zizeks critic of Deleuze, Parreshia: Journal of critical PhilosophyN 1,Open Humanities Press, Australia, 2006), la que sostiene que no es posible un compromiso entreHegel y Deleuze, que ms aun el pensamiento de Deleuze marca un radical quiebre con elhegelianismo tout court, posicin asumida por Michael Hardt, Brian Massumi y otros comentadores
Deleuzianos a los que seguimos en este punto especifico:
Zizek parte de una confusin entre los conceptos de virtual y actual en Deleuze que le permiteequiparar la diferencia Deleuziana al universal concreto Hegeliano. Siguiendo la forzada lectura quehace Badiou en el Clamor del ser llega al punto de usar como equivalente de la diferencia enDeleuze la nocin de antagonismo de Ernesto Laclau que reduce las posibilidades de su novedosaaportacin (concepto de diferencia) a la ya desgastada moneda de la oposicin totalizadora hegeliana.La inmanencia hegeliana esta marcada por un irreductible desajuste o ruptura, que podemos llamarnegatividad inherente o inconsistenciay que marca la inmanencia del fenmeno que da lugar a lainevitable ilusin de trascendencia, pero lo que Zizek debera notar es el hecho de que los paraleloscon la argumentacin de Deleuze, -lo que las fuerzas reactivas definen como conocimiento- sondestellos de la ilusin de trascendencia, precisamente porque la dinmica del flujo(Inconsciente) o lainherente inconsistencia de las fuerzas activas comprende ya el plano de inmanencia. A diferencia deHegel la ms perfecta repeticin revela por tanto la diferencia en si misma, la cual es, noprecisamente, una diferencia relacional entre identidades articuladas sino proceso de diferenciacin(acontecimiento). (Considero imposible tratar en este trabajo un tema tan complejo de un modo losuficientemente serio, as que hasta aqu, me resigno a sealar el problema que buscar desarrollarcomo es debido en otro lugar).
Sobre el asunto de la recepcin anglfona de Deleuze y sus diversas interpretaciones omalinterpretaciones pueden verse tambin el interesante libro de Gregg Lambert, Whos afraid ofDeleuze and Guattari?,Continuum International Publishing group, London, 2006.
9 Puede verse: Slavoj Zizek, Multiculturalismo o lgica cultural del capitalismo multinacional, enEstudios culturales, Reflexiones sobre el Multiculturalismo, 1998, pp137-188. Tambin del mismo autor,
De la sujecin a la destitucin subjetiva, en El espinoso sujeto (El centro ausente de la ontologapoltica), Paidos, Argentina, 2001, pp 263-421.10
Michel Hardt- Antonio Negri,Empire, Harvard University Press, Cambridge, Massachusstes, 2000.
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de poltica en Deleuze (Nocin que como el titulo lo sugiere hace parte fundamental de
este trabajo).
Como seala Francois Zourabichvili al hacer referencia al concepto de multitudes y su
diferencia con el pensamiento deleuziano: El potencial poltico () reside en esas
rupturas que desconocen sistemticamente las actitudes prospectivas y retrospectivas,
son ellas las () fuentes de derecho y de agenciamientos econmicos, sociales o
polticos nuevos, es decir de instituciones en sentido amplio (Que tratan de nuevos
derechos, de nuevos vnculos en el trabajo o en la escuela o de nuevas formas de
convivencia, etc)11.
Hardt y Negri no escapan a un modo retrospectivo y/o prospectivo de situarse frente alacontecimiento, lo que los hace tambin susceptibles de una reapropiacin clausurante,
en la confirmacin del modo de efectuacin del poder: Trascendente, absoluto,
dominante, etc. En la apuesta de Imperio vemos un voluntarismo preso de la
descripcin de lo real en el modo de la clsica interpretacin marxista que prescribe lo
inevitable de ciertos hechos, como la deduccin a priori de un gran xodo de la
multituddel mundo capitalista. Cabe notar la diferencia esencial entre los migrantes
de Imperio y los nmadas deleuzianos: En la primera, que estara supuestamente
inspirada en la filosofa poltica de Deleuze, el concepto de multitudesta dotado de
un carcter de subjetividad bajo la consigna de una empresa global de la subversin a
diferencia del nomadismo deleuziano que acta por desestabilizacin local.
Podramos decir, que de un lado tenemos un voluntarismo poltico de las multitudes y
del otro un involuntarismo poltico, de lo que sigue a la vez, como dice Zourabichvili,
que hay una diferencia entre el entusiasmo desencantado de Negri y el pesimismo
alegre de Deleuze.
POLITICA DEL INVOLUNTARISMO
La poltica entonces, no se efecta sino en una relacin radical de fidelidad con el
acontecimiento, lo que paradjicamente significa la ausencia de modelo antecedente y
11Francois Zourabichvili, Entrevista publicada enMultitudes, Revue artistique, politique, philosophique.,Les deux penses de Deleuze et Negri Une richesse et une chance, Multitudes (Traduccin propia) ,
2002/2 n9, pp. 137-141. DOI : 10.3917/mult.009.0137
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de compromiso, como sostiene Deleuze. Esto quiere decir, que la actualizacin de una
potencialidad revolucionaria se explica menos por el estado de causalidad pre-
consciente en el cual esta atrapada, que por la efectividad de un corte libidinal en un
momento preciso, corte esquizo, del que la nica causa es el deseo, es decir, la ruptura
de causalidad que fuerza a reescribir la historia en lo real mismo, produciendo a la vez
un momento extraamente polvoco en el que todo es posible: He ah donde se abre lo
nuevo, donde deviene la poltica. Por el contrario, realizar un proyecto no trae ninguna
novedad al mundo, puesto que no hay diferencia conceptual entre lo posible como
proyecto y su realizacin. Los que pretenden transformar lo real a imagen de lo que
primero han concebido, desestiman la transformacin misma.
La poltica del involuntarismo slo puede entenderse si reparamos primero en lafilosofa del acontecimiento desplegada a lo largo de la obra de Deleuze, en donde la
produccin del sujeto es parte de una relacin de exterioridad radical y efecto de un
juego de fuerzas, lo que nos remite a su vez a la lectura que ste hace de la teora del
modo finito en Spinoza,que propone una teora modal del individuo como composicin
de partes intensivas: un cuerpo no se define por su unidad final ni por su forma o sus
rganos, sino por la relacin concreta y variable que l instituye entre sus materiales
constituyentes, y esto es valido para todos los individuos corporales, orgnicos yculturales. El mtodo se explica en consecuencia, la cartografa geogrfica de los
modos remplaza entonces, a la gnesis histrica de los individuos12.
La poltica en s, es la que asume la exterioridad radical en el modo de produccin del
mundo, que hace de la apuesta (Etico-politica) un acto involuntario, donde no queda
ms que la actualizacin forzosa y constante de una circunstancia que me trasciende y
que me deja entonces sin el abrigo de cualquier justificacin trascendente. La
subjetividad aqu no seria ms que un efecto de superficie forzado a una actualizacin
permanente. Muy a la manera de La Comunidad inoperante (2000) en J. L. Nancy
que no llega sino averindose, mal-funcionando, donde es ms el modo del vnculo
entre el hombre y el mundo lo que importa.
Si nos esta permitido hablar de una utopa poltica deleuziana, seria la de la emergencia
de una conciencia universal minoritaria en esta relacin inoperante con un afuera
12Gilles Deleuze, Diffrence et rptition, p 331, citado por Anne Sauvarnagues, Deleuze (Del animal alarte) , Amorrortu, Argentina, 2006, p 118.
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interior, de multiplicacin de los modos, donde el acontecimiento es el potencial
revolucionario mismo:
Uno no se funda sobre una imagen pre-concebida del pensamiento sin privar, en ese
mismo momento, al pensamiento de su necesidad, condenndolo a moverse
indefinidamente en una insuperable posibilidad. Preformar lo trascendental, abatirlo
sobre una forma originaria, volver a desarrollar las condiciones de una experiencia
posible, y no real. Calcar lo trascendental sobre lo emprico, concebirlo a imagen de lo
actual y de la representacin, evacua de entrada lo nuevo o el acontecimiento del
campo del pensamiento: de entrada se sabe que nada suceder en el pensamiento, slo
una seudo experiencia de la que poseemos la forma, y que no pone en cuestin la
imagen que el pensamiento tenia de si mismo. Todo lo que pensamos confirma quetenemos la posibilidad de pensar, sin testimoniar, sin embargo, un acto efectivo de
pensar. Una experiencia real implica al contrario la afirmacin de una relacin
radical con eso que todava no se piensa () No es distinto en poltica, donde el
pueblo est en situacin de no existir nunca todava: en los dos casos se trata de
afirmar una relacin de exterioridad o de encuentro entre el pensamiento y lo que
piensa, entre el pueblo y el mismo13.
Hasta ah la constitucin del problema: La reapropiacin de las fuerzas y la
inevitabilidad de un nico mundo por existir, esa evidencia de lo real mismo que
entiendo aqu como la clausura de lo poltico . Lo que esencialmente esta en juego
aqu es la posibilidad de un sujeto poltico y de la poltica misma hoy, nociones que veo
imposible tratar por separado14. Estos puntos, marcan el contexto del que quiero partir
para desarrollar el presente trabajo.
13Francois Zourabichvili,Deleuze y lo posible (Sobre el involuntarismo en poltica), en: Gilles Deleuze,Una vida filosfica (Encuentro internacional Gilles Deleuze, Rio de janeiro-Sao Paulo, 1996) , editadocon colaboracin de la sub-direccin de poltica del libro y las bibliotecas del Ministerio de asuntosextranjeros de Francia, Institut Sinthelabo-Paris, revista Se cauto, revista Euphorion, Colombia,2002, pp 137-150.14 Hay una interesante referencia metodolgica en Michel Foucault que considero necesario destacardados los objetivos que se plantea, aunque de reducido alcance, este trabajo: Sustituir la historia de losconocimientos por el anlisis histrico de las formas de veridiccin; sustituir la historia de lasdominaciones por el anlisis histrico de los procedimientos de la gubernamentalidad, y sustituir lateora del sujeto o la historia de la subjetividad por el anlisis histrico de la pragm-tica de s y lasformas adoptadas por ella: sas eran las diferentes vas de acceso mediante las cuales intent
circunscribir un poco la posibilidad de una historia de lo que podramos llamar "experiencias". Y en unanota que no lleg a pronunciar en el mismo curso, encontramos este comentario, apropiado pararesponder a las objeciones/simplificaciones que se han querido oponer a esta necesaria critica:
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Intento entonces, siguiendo la obra de Deleuze y la lectura que sobre el aspecto poltico
de la misma hace Francois Zourabichvili, definir lo que entiendo por efectuacin de lo
poltico, para enganchar esta idea con las bsquedas del ltimo Foucault, en que la
apuesta poltica, valga la redundancia, pasaba primero por una cuidadosa mirada sobre
los procesos de subjetivacin en el mundo antiguo y las distintas actualizaciones del
precepto de cuidado de sientre griegos, romanos y el catolicismo monstico.
Apostar a sumar, usando la figura del chamn, a la creacin(infinita) de un sujeto
poltico, que como seala Frederic Gros15, podra en las bsquedas de Foucault haber
naufragado en costas escpticas; aunque este no desarroll explcitamente en sus
ltimos cursos nada sobre esta importante escuela filosfica de la antigedad -lo que
pone en condicin de fragilidad extrema cualquier interpretacin-, dej algunos signosque podran ayudarnos a emprender por nuestra cuenta el viaje a esas tierras
desconocidas.
FOUCAULT SPINOZISTA
En este punto, me gustara trazar una lnea hasta Spinoza y para ello seguir algunos
comentarios del filsofo brasilero Claudio Ulpiano sobre la articulacin Spinoza-
Foucault16, que permiten en cierta manera, explicar el giro de sus investigaciones hacia
la prctica de produccin de la subjetividad en el mundo antiguo. Como seala
C.Ulpiano, lo que busca Foucault al dar este giro, es entender como el sujeto emerge en
un campo de relaciones de fuerzas (donde la originalidad de los procesos de produccin
A las objeciones que postulan la descalificacin del nihilismo/nominalismo/historicismo, habra quetratar de responder con un anlisis historicista nominalista nihilista de esa corriente. Y con ello quiero
decir: no edificar en su sistematicidad universal esa forma de pensamiento y justificarla en trminos deverdad o de valor moral, sino procurar saber cmo pudo constituirse y desarrollarse ese juego crtico,esa forma de pensamiento." M. Foucault, El gobierno de si y de los otros-Curso en el Collge de France(1982-1983) Clase del 5 de Enero del 83-Primera hora, FCE, Bs Aires, 2009, 17-40pp.15
Michel Foucault, Le retour de la morale, Mayo de 1984, entrevista citada por Frederic Gross en elanexo Situacin del curso enHermenutica del sujeto, p 502, tomada de Dit et ecrits, Tomo IV, N354, pp 697, 1954-1988, Gallimard, Paris, 1994.
16 Claudio Ulpiano Santos Nogueira, Aula sobre Spinoza en:http://www.youtube.com/results?search_query=Aula+de+Claudio+Ulpiano+sobre+Spinoza&aq=f,Outono de 1988, Rio de Janeiro. Puede verse del mismo autor: O pensamiento de Deleuze ou agrandeaventura do espirto, Campinas, SP, 1998. G. Agamben hace tambin un interesante comentario en
relacin al giro que Foucault diera al final de su obra en The process of the subject in Michel Foucaulty The Problem of subjetivity, las dos conferencias dictadas en el European Graduate School en el 2009(http://www.youtube.com/user/egsvideo?ob=0&feature=results_main ).
http://www.youtube.com/results?search_query=Aula+de+Claudio+Ulpiano+sobre+Spinoza&aq=fhttp://www.youtube.com/results?search_query=Aula+de+Claudio+Ulpiano+sobre+Spinoza&aq=fhttp://www.youtube.com/user/egsvideo?ob=0&feature=results_mainhttp://www.youtube.com/user/egsvideo?ob=0&feature=results_mainhttp://www.youtube.com/user/egsvideo?ob=0&feature=results_mainhttp://www.youtube.com/user/egsvideo?ob=0&feature=results_mainhttp://www.youtube.com/results?search_query=Aula+de+Claudio+Ulpiano+sobre+Spinoza&aq=f -
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de la subjetividad entre los antiguos tiene un inters central), algo tambin presente en
Spinoza.
Es ah donde se explica tambin la familiaridad Foucault-Spinoza-Deleuze17, en el
inters sobre los modos de produccin de vida. Puede verse que no se trata de un
acercamiento que busca oponer la poca de opresin cristiana a la mas libertaria de la
antigedad, o de entender solamente el surgimiento de los campos de verdad, sino
adems los procesos de subjetivacin considerados en y por si mismos, los que a su vez
debern pensarse en su mutua interaccin con otros campos no claramente delimitables.
En un punto Foucault llegar a desembocar en lo que l entendi entre los antiguos
como una tica de la inmanencia, la vigilancia y la distancia
18
, hecho que le permitiplantearse la cuestin, -inters que repara esencialmente en la diferencia de los modos
de efectuacin- sobre a partir de que tekhnaise formo el sujeto occidental y se iniciaron
los juegos de verdad y error, libertad y coaccin que lo caracterizan. Sin duda un
replanteamiento radical.
Para Foucault y he aqu ms de su familiaridad con Spinoza y Deleuze, las nuevas
luchas pasaban por liberar al individuo del estado y el tipo de individuacin que se
asocia a l, antes que liberarlo de sus instituciones. Lo que implicaba que la apuesta
girara en torno a la urgencia de crear nuevas y distintas formas de subjetividad, tomadas
en la dimensin relacional que haba descrito con referencia a los antiguos. Surge aqu
17 Deleuze escribi un libro sobre Foucault (Deleuze, Foucault, Paidos, Barcelona, 1987) y era muy
consciente de esta proximidad: Acaso tuvimos tambin una concepcin comn de la filosofa. No noscomplacamos en las abstracciones: el uno, el todo, la razn, el sujeto. Nuestra labor consista enanalizar estados mixtos, lo que Foucault llamaba dispositivos. Lo que necesitbamos no era establecerpuntos sino recorrer y desenmaraar lneas: una cartografa que comporta un micro-anlisis (Lo que
Foucault llamaba micro-fsica del poder y Guattari micro-poltica del deseo). Slo en estascomposiciones pueden encontrarse focos de unificacin, nudos de totalizacin, procesos de subjetivacinsiempre relativos, siempre susceptibles de desanudarse para continuar aun ms una lnea mvil. No setrata de buscar los orgenes perdidos o borrados, sino de tomar las cosas all donde nacen, en el medio,hender las cosas, hender las palabras. Entrevista aparecida en Conversaciones (1972-1990) Deleuze,Pretextos, Valencia, 1995, pp135ss.18Lo que no significa que Foucault idealizara a los antiguos, tan es as, que en un momento llego a decirque toda la antigedad le pareca un profundo error.Esta afirmacin puede explicarse, aunque conuna reduccin abusiva, porque aunque en la Grecia estaba sin duda presente la bsqueda de una ticacomo estilo de existencia y no como normatividad moral, esta se mantena en trminos de una afirmacinde superioridad estatuaria permitida solamente a una elite social. Del mismo modo su rechazo de lafilosofa estoica se explicara al ver que esta en un momento deviene norma universal o moral
obligatoria, situacin que evidencia que lo que se conoce como moral cristiana estaba prefigurado ya enesta moral antigua.
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el problema que da paso a la idea que quisiera enlazar para completar esta intuicin,
pues como ya lo he mencionado, Foucault afirmara su decepcin sobre estas formas al
estar todava atrapadas en el juego autoritario, pero dejando entrever de modo silencioso
una mayor aproximacin hacia el pensamiento escptico, que aunque nunca trato en sus
cursos de modo explicito, refiri indirectamente calificndose a si mismo como un
pensador escptico19.
Es cierto que no queda claro lo que el escepticismo Foucaultiano haya podido significar
y que el acercamiento aqu se muestra un poco forzado, pero no es mi intencin hacer
una critica de este punto tan oscuro sino trazar desde ah una lnea que pueda aportar a
la creacin de un sujeto poltico que las circunstancias que he mencionado hacen
parecer urgente.
Si bien puede decirse que en los escpticos encontramos tambin los ejercicios y la
reflexin propios de la prctica del cuidado de si, hay que notar que a diferencia de
Platon, los estoicos y el cristianismo monastico, ellos estn consagrados a una aparente
prctica de desubjetivacin, lo que hace ver un pequeo ndice de aquella especulacin
sobre su adhesin escptica. Pero de otro lado, se mantiene sumamente ambiguo el
estado en el que queda el sujeto, pues da la impresin de que una subjetividad dura
termina siendo recuperada al oponer todas las representaciones, aunque falsas, a una
conciencia ltima que se mantiene inclume.
HOMBRE-JAGUAR, HOMBRE-PAJARO, CHAMN
Aqu me gustara traer a escena a un personaje familiar, dedicado a una empresa con el
mismo objetivo, la desubjetivacin, pero que pienso asume de forma ms radical la
tarea que tambin el escptico se propone, una apuesta poltica: el chamn amerindio
20
.
19En Le retour de la morale, ltima entrevista dada por M. Foucault, realizada G. Barbedette y A.Scala el 29 de mayo de 1984, la que fue transcrita mientras el autor estaba hospitalizado y aparecidapocos das despus de su muerte en Les Nouvelles Littraires, N 2937, 28 junio-5 de julio de 1984, pp36-41. En espaol, M. Foucault, El retorno de la Moral en Michel Foucault. Esttica, tica yHermenutica,Obras Esenciales-Vol III, Ed. Paids, Barcelona, 1994, p 381..20En la clase del 17 de Marzo de 1982 dictada en el Collge de France, Michel Foucault hace referencia auna antigua controversia entre E. Doods y P. Hadot, a la que se sumaron J. P. Vernant y Joly del lado de
Doods, sobre el origen chamnico de las tcnicas de si, sosteniendo que al entrar los griegos en el sigloVII en contacto con las civilizaciones del nordeste europeo encontraron ellos una cantidad de practicas,de tcnicas propias de esa cultura, entre las cuales haba: regmenes de abstinencia como prueba y como
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Habra que empezar hablando sobre la forma en que un chamn se hace tal: El
chamanismo toma su valor de la brutal exigencia que hace al sujeto, del sacrificio, de la
propia muerte que implica, siendo una experiencia de soledad extrema.El sentido de la
curacin consiste en recordar que ni el cielo ni el infierno son para nosotros.
Habitamos su conexin, la franja desde donde ambos son posibles21.
La posibilidad de esta ruptura tiene a su vez como presupuesto ontolgico el
perspectivismo propio de los amerindios, una reivindicacin de la carne que puede decir
a la manera que sealbamos en Deleuze (En el sentido relacional en el que tambin
incluamos a Foucault), que no hay puntos sobre las cosas, que son las cosas y los
seres los que son puntos de vista.
El cuerpo y el alma no pertenecen a sustantivos independientes o provincias
ontolgicas claras, pertenecen antes que nada a las perspectivas fenomenolgicas
consecuencia de la actualizacin mltiple de lo virtual, pues, no hay formas
(preexistentes), sino relaciones cinemticas entre elementos no formados, no hay
sujetos sino individualizaciones dinmicas sin sujeto.22
Asunto de gran complejidad, en estrecha relacin con las metamorfosis del chamn,
pues si entre los amerindios el cuerpo debe ser pensado a la luz de un perspectivismo
somtico y es slo el chaman quien es capaz de transitar entre las perspectivas, esto
plantea entonces otra serie de problemas respecto a la produccin del individuo, al
parentesco, la intoxicacin y la comunicacin (Que ser necesario pensar en otro
momento con mayor cuidado):Es importante observar que esos cuerpos amerindios no
son pensados bajo el modo del hecho, sino de lo hecho. De ah, el nfasis en los
mtodos de fabricacin continua de los cuerpos, la concepcin del parentesco como
proeza, concentracin del pensamiento, meditacin de la muerte, etc., a las que poda atriburseles unorigen chamnico. Lamentablemente Foucault no desarrolla ms este punto. Ver Michel Foucault, Lahermenutica del sujeto-Curso en el College de France (1981-1982), clase del 17 de Marzo-Primerahora, FCE, 2000, Argentina, p 395.
21Sergio Espinoza Proa, Dos aproximaciones al chamanismo, Revista Aparte Rei, N 22.22
Anne Sauvarnagues,Deleuze (Del animal al arte) ,Amorrortu, Argentina, 2006. Cercano al abordaje deeste libro, es tambin el de B. Buchanan, Onto-Ethologies (The animal environments of Uexkull,Heidegger, Merleau-Ponty and Deleuze), State University of New York Press, EEUU, 2008.
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proceso de asemejamiento activo de los individuos, debido al hecho de compartir los
fluidos sexuales corporales y alimenticios. Y no como herencia positiva.23.
Hay en todo ello una/otra condicin, que se pliega y hace posible la ruptura, la que al
intentar ser rastreada se confunde como en una cinta de moebius, pues a la vez esta
depende de lo que la ruptura misma muestra: El chamanismo es posible gracias a este
perspectivismo, que no debe ser reducido a los relativismos corrientes que tal idea
podra evocar, y a la inversa el perspectivismo no podra ser sin el chamanismo que abre
la comunicacin con lo no humano.
PERSPECTIVAS E INDEMNIDAD: LA APUESTA
El antroplogo brasilero Viveiros Castro, usa el trmino multinaturalismo para sealar
un rasgo fundamental que diferencia a los amerindios de las perspectivas
multiculturalistas modernas, lo que nos lleva a la base ontolgica de uno de los dos
puntos que seal al inicio (Sobre la asimilacin dentro de la lgica multiculturalista en
el capitalismo), y lo explica diciendo: que estas(las del multiculturalismo)se basan en
la implicacin mutua entre la unicidad de la naturaleza y la multiplicidad de las
culturas la primera garantizada por la universalidad objetiva de los cuerpos y de la
sustancia, la segunda por la particularidad subjetiva de los espritus y del significado-,
la concepcin amerindia supondra por el contrario, una unidad del espritu y una
diversidad de los cuerpos24
Esto quiere decir que el relativismo (multi)cultural supone una diversidad de
representaciones subjetivas-parciales de una realidad externa a la que denomina
naturaleza. A diferencia de este el pensamiento amerindio postula una unidad
representativa o fenomenolgica pronominal.
Podemos decir entonces que si hay una nocin virtualmente universal (Nocin poltica
tambin) entre los amerindios, es la de un estado original de indiferenciacin entre
humanos y animales, el que se ejemplifica claramente en sus mitos. No una animalidad
generalizada sino una humanidad universal que se efecta en la perspectiva que lo hace
23Eduardo Viveiros de Castro, Perspectivismo y multinaturalismo en la Amrica indgena , traduccin
del portugus realizada por Rosa Alvarez y Roger Sansi del capitulo 7 del libro del mismo autor Ainconstancia da alma salvagem (Sao Paulo, Cosac y Naify, 2002, pp 345-400).24Ob cit, pp 345-400.
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a uno y a la inversa, pues a su vez es el traje o la composicin material la que produce la
perspectiva. Habra que decir entonces: que es sujeto quien tiene un alma y tiene un
alma quien es capaz de tener un punto de vista25.
Cruzar las barreras corporales y adoptar la perspectiva de subjetividades aloespecificas,
con miras a mediar entre estas y los humanos, es una de sus capacidades, estrechamente
relacionada, como ya lo dije, a la vestimenta y a la intoxicacin en el chamn. Como un
escptico el brujo apuesta por la desubjetivacin pero sin recapturarse en la tierra firme
de la subjetividad que duda, eso es imposible entendiendo el presupuesto esencial de lo
amerindio, su nomadismo constitutivo, el mismo que permite el abordaje molecular, la
cartografa inacabada.
Hasta aqu he querido dar alcance a una pequea intuicin que espero pueda contribuir a
la urgencia poltica de la produccin de nuevas subjetividades. Es en este desierto que
se abre sobre la nada, en esta media noche que deja en situacin de no tener seguridad
dada, donde ni la historia, ni la trans-historia, ni dios, ni el ser humano, ni el
conocimiento pueden acudir a nuestro rescate, que se efecta la apertura hacia la
poltica misma, apertura de lo posible que consiste en captar la situacin actual en su
potencialidad, como campos de posibles, donde lo virtual efectivo (real) toma el
relevo de lo posible (imaginario) por realizar.
i Una versin preliminar de este trabajo fue presentada en las Jornadas de filosofa moderna-2011
organizadas por la U.N.M.P. y publicada en Discusiones en torno a la naturaleza humana (Homenaje a
David Hume), bajo el nombre de Sociologa csmica o el chamn como modelo poltico, compilado
por Romina Pulley y Nahuel Charri. - 1a ed. - Mar del Plata: Universidad Nacional de Mar del Plata,
2011, pp439-452. E-Book.
25
Eduardo Viveiros de Castro,Los pronombres cosmolgicos y el perspectivismo amerindio, Encuentrointernacionales Gilles Deleuze, Rio de Janeiro, Sao Paulo, Edicin: Institut Synthelabo, RevistaEuphorion, Revista Scauto, 1996, pp176-193.