9. quinta parte - capitulo v - 1° parte - capitulo ii

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CAPÍTULO II 2.- ¿HA FRACASADO LA EDUCACIÓN

SUPERIOR EN EL PERÚ?

2.1 REFLEXIONES INICIALES

Una mirada a la Educación Superior de las últimas décadas, tanto universitaria como no universitaria, realizada a través de los prismáticos de los medios de comunicación, cierto número de familias, e incluso los propios alumnos, nos muestra un panorama desalentador. Por otra parte, los estudiosos son también muy críticos en el diagnóstico.

En efecto los alumnos que ingresan, sobre todo a universidades, con frecuencia no logran mantenerse en ella y desarrollar una carrera satisfactoria. Los niveles de rendimiento suelen ser bajos, tanto por la escasa preparación previa como por problemas derivados del tiempo que deben distraer en trabajar, colaborar con el hogar, entre otros. Asimismo, el nivel académico de los profesores de la Educación Superior con frecuencia no es el mejor. Todo esto hace que la preparación técnica o profesional sea insuficiente. Por otra parte, cuando, pese a lo anterior, logran culminar la carrera, no siempre logran titularse ya sea por motivos económicos, porque tienen necesidad de trabajar cuanto antes, o porque se establecen mecanismos para titulación y graduación muy altos. En cualquier caso, existe la percepción de que esta última etapa de la Educación Superior es un gasto medio inútil en tiempo y dinero.

Sabemos también que hay sectores de nuestra población a los que les es todavía muy difícil el acceso a la Educación Superior, ya sea por falta de recursos o por la lejanía de los centros superiores de estudio del lugar donde residen, lo que complica aún más su situación de marginalidad.

En otros casos, muchos alumnos abandonan los estudios porque les es difícil afrontar la vida académica sin una adecuada orientación, una buena base y los hábitos necesarios. En estos casos la voluntad es débil y optan por el mundo del trabajo.

Recientemente observamos que, muchos de los que se llegan a titular son quienes no consiguen trabajo inmediatamente; es más, a veces lo obtienen en un área diferente a la su especialidad inicial. Esta es una de las mayores críticas que se le hace a la formación universitaria.

En cuanto a esto último, el problema en verdad no es la falta de formación, aunque también exista algo de ello, es básicamente un

problema de escasez de puestos de trabajo. El asunto es económico y social antes que educativo. Recordemos que anualmente culminan la educación universitaria unos 70 000 alumnos y se gradúan decenas de miles. A esto hay que sumar los más de 50 000 que terminan sus estudios en institutos de educación superior no universitaria. También se debe tener en cuenta que la mujer, con justificado derecho, ha aumentado su presencia en el mundo laboral y la Educación Superior, sobre todo en los últimos 50 años. Todo ello ha aumentado de manera alarmante la demanda laboral.

Además de todo lo anterior, hay que señalar que las serias deficiencias en infraestructura (bibliotecas, laboratorios y aulas), la alternancia de estudio y trabajo de muchos estudiantes, la politización e ideologización (intensas en décadas anteriores, resurgiendo algo en los últimos tiempos), la insuficiencia de libros, revistas e investigaciones, la falta de profesores bien capacitados y dedicados, las bajas remuneraciones que obligan al multiempleo, explican la problemática de este nivel educativo.

En cuanto a la calidad educativa, sabemos que también hay muchas limitaciones. Sin embargo, el esfuerzo de los últimos años por mejorar los estándares de calidad y la preocupación por la Acreditación, que no debe ser sacralizada para que no se convierta en una camisa de fuerza, indican que se están tomando medidas para corregir los problemas. Lamentablemente, si comparamos los saberes que se ofrecen para las mismas carreras en nuestro país con los de países desarrollados, comprobamos que la distancia es grande.

Todo lo mencionado se da tanto a nivel universitario como no universitario, pero es posiblemente más grave en lo segundo. La educación no universitaria es más asequible, aunque después ofrece más limitaciones laborales y la calidad educativa evidentemente es menor.

Hay también un aspecto que se cuestiona menos, probablemente porque no hay mucho interés en él, pero que es de tanta importancia como los estudios y la preparación laboral. Se trata de la formación personal, así como la ética y ciudadana. En general, la Educación Superior no parece mostrar mayor preocupación por estos aspectos.

Obviamente, nada de lo expresado niega que existan universidades y centros de Educación Superior de excelencia con carreras, diplomados, grados y postgrados de calidad.

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No obstante lo expuesto hasta aquí, consideramos que, tal como afirmamos en el capítulo dedicado a la educación escolar en el Perú, pese a sus múltiples limitaciones y fallas que se señalarán más adelante, la Educación Superior universitaria y no universitaria peruana no ha fracasado, antes bien presenta importantes avances. Lamentablemente, muchos de los análisis que la han condenado negativamente muestran una visión parcial, injusta, insuficiente y, a veces, interesada.

Es necesario insistir también aquí que el mejoramiento de la calidad educativa (conocimientos y valores) en la Educación Superior depende en gran medida del esfuerzo personal de los alumnos, así como de la exigencia y el empeño de los profesores y las instituciones educativas. El financiamiento, la infraestructura y el currículo son importantes, pero menos de lo que se piensa. A lo largo de este trabajo se insistirá al respecto.

2.2 EL AVANCE CUANTITATIVO DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA EN EL PERÚ.

Lo primero que salta a la vista es el incremento cuantitativo de alumnos en la educación universitaria en nuestro país, tal como ha sucedido en toda Latinoamérica y la mayoría de países del mundo en el último siglo, en particular desde hace 50 años.

En efecto, de los menos de mil universitarios en el año 1910 (sin contar las escuelas de Ingeniería y Agronomía) se ha pasado en el 2002 a 461 499. En el 2003, se estima que fueron 498 502. En el 2004 superaron el medio millón: 504 767. Asimismo, las cuatro universidades de hace casi cien años (todas ellas públicas), en 1960 eran 10 y en el 2004, 80. En el 2004, del total de universidades, 33 eran públicas con 288 167 alumnos y 47 privadas con 216 600 alumnos. En el 2005 llegaron a 83 (50 privadas y 33 estatales).

Luego del año 2000, con la creación de universidades en Amazonas y Madre de Dios, todos los departamentos del Perú tienen al menos una universidad y diversas ciudades no capitales de departamento también. Asimismo otras localidades se han beneficiado con la apertura de filiales de universidades.

Si bien es cierto que esto puede ser criticado por algunos, no hay que olvidar que en todas partes hay jóvenes, y no tan jóvenes, deseosos de seguir una carrera universitaria y que ven frustrados sus deseos por la lejanía de éstas respecto de sus pueblos. De todas formas,

cualquiera sea la opinión al respecto, no se puede negar que la creación de nuevas universidades responde a la gran demanda de estudiantes, lo cual es muy positivo.

Recordemos que hace 25 años, en 1978, los universitarios eran 216 000, es decir, menos de la mitad de los de hoy. Y 10 años antes, en 1968, únicamente 93 900.

Por otra parte las mujeres, hace un siglo, tenían una mínima presencia en las universidades, pero en el año 2002, alcanzaron el 44,2% del total de alumnos matriculados (205 851). En el 2003 llegaron a 225 412 contra 273 010 de los varones. Hoy se encuentran en una situación de igualdad práctica con los varones, aunque en la docencia universitaria sólo sean 10 039 frente a 28 175 varones. La población docente universitaria era de 38 214 profesores en el 2002. Hoy pasan los 40 000.

Por otra parte, los ingresantes al sistema universitario en el 2004 fueron 128 408. La mayoría ingresó a universidades privadas, lo que hace suponer que en pocos años este sector será más numeroso que el público. Los postulantes a las universidades ese mismo año llegaron a 384 208. El estimado en el 2003 fue de 388 200.

Es conveniente recordar que los alumnos que culminaron la Secundaria en el 2003 fueron 418 775, pero si sumamos a los postulantes universitarios y no universitarios, el número es mayor. Lógicamente esto se explica porque los egresados que no lograron vacantes en años anteriores vuelven a postular. Otros, en cambio, pasan directamente a trabajar o se encuentran desocupados.

Un aspecto en el cual se ha dado un avance espectacular, respondiendo a la diversidad de la demanda y de los intereses de los usuarios, es la variedad de carreras que han aparecido en los últimos años. La universidad peruana ofrece aproximadamente 130 carreras distintas en pregrado. En el 2003, las carreras ofertadas en las distintas universidades fueron 1 129 (muchas carreras son ofertadas por varias universidades). Las carreras más populares fueron Administración (56 universidades), Contabilidad (54), Educación Secundaria (52), Enfermería (43) y Derecho (46).

Asimismo, en los últimos años, han aumentado los graduados y titulados debido, en parte, a las exigencias laborales y a algunas facilidades brindadas por las universidades. Por ejemplo, en el 2003, hubo 53 545 graduados (27 954 de ellos fueron mujeres) y los titulados llegaron a ser 42 755.

En cuanto al postgrado, a diferencia de las décadas del 70 y 80, las universidades brindan

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hoy numerosas maestrías. Así, si en el año 1996 la oferta de maestrías apenas alcanzaba un total de 267 en las diversas universidades; en el 2004 llegó a 680.

Debido a la preocupación por la especialización, actualmente se ofrecen numerosos diplomados, estudios que pretenden profundizar en ciertas áreas del conocimiento, especialmente en aquellas para las cuales hay más demanda en el mercado laboral.

En cuanto a doctorados, de los 52 que se ofrecían en el año 1996 (30 en universidades públicas y 22 en privadas) se pasó a 77, en el 2004.

Asimismo, en consonancia con la preocupación mundial por una “formación permanente” y “a lo largo de toda la vida”, se han abierto carreras, diplomados, postgrados y cursos de extensión para personas maduras y de la tercera edad.

Entre los 70 y los 90 se crearon muchas universidades. No obstante, actualmente, se tiende a limitar este proceso. De las cuarenta y una universidades que se abrieron en esas décadas, la mayoría son privadas. En realidad, el Estado busca liberarse económicamente de la Educación Superior y procura cederle la posta a la sociedad civil.

Por otra parte, un aspecto poco estudiado por la universidad peruana es el de la deserción. Se sabe que es muy grande y que significa un costo altísimo para el Estado y empresa privada.

Antiguamente se tendía a complejizar el proceso de ingreso, ante la incapacidad de las universidades de atender a todos los alumnos que demandaban una vacante. Actualmente, muchas

universidades, especialmente las particulares, buscan captar a todos los egresados posibles, dejando de lado, muchas veces, el nivel académico.

Sin embargo, hay que rescatar también que hoy en día se piensa más en cómo ayudar al alumno a que no fracase. Por ello, en diversas universidades hay programas de orientación académica que colaboran con los alumnos en los momentos difíciles. A pesar de ser un asunto muy importante, se carece de estadísticas al respecto.

En síntesis, es innegable que la universidad peruana ha avanzado en distintos aspectos. La universidad elitista de las primeras décadas del siglo XX ha dado paso a una más democrática, a la que todos tienen derecho, siempre y cuándo reúnan las condiciones académicas. Evidentemente todavía hay sectores que no tienen pleno acceso a ella. Los campesinos, los más pobres, los miembros de otras etnias no alcanzan el nivel superior, en muchos casos, por la poca calidad de su educación básica o porque sus comunidades están lejanas de estos servicios. De todas formas, no cabe duda de que la universidad, que antes era para un sector muy reducido, ahora es una posibilidad real para la gran mayoría de peruanos.

Por otra parte, se han multiplicado las carreras en consonancia con los intereses de los alumnos y las nuevas necesidades laborales y de investigación de nuestra época. Han aumentado también los centros de enseñanza. Todo ello constituye un gran avance y, pese a algunas limitaciones, no se puede afirmar que este nivel ha fracasado, sino más bien que ha cosechado un éxito cuantitativo inimaginable.

VARIABLES UNIVERSITARIAS 2003

VVARIABLES

UNIV. PUBLICAS

UNIV. PRIVADAS

HHOMBRE

MMUJER

HHOMBRE

MMUJER

HHOMBRE

MMUJER

P Postulantes

2205,362

1172,217

1152,814

1125,851

552,548

446,366

I Ingresantes

668,663

555,671

229,872

221,956

338,791

333,715

MMatriculados

2273,010

2225,492

1164,884

1120,102

1108,126

1105,390

D D

Docentes

30,288

11,153

16,561

5,430

13,727

5,723

NNo Docentes

112,694

99,247

77,624

44,590

55,070

44,657

G Graduados

225,591

227,954

115,842

116,832

99,749

111,122

T Titulados

221,062

211,693

113,700

112,609

77,362

99,084