FORMACION CRISTIANA IGLESIA DE DIOS, Territorio Centro Norte - 1

PROBLEMAS DEL NUEVO CREYENTE

(Primera parte)

Después de recibir los primeros consejos, se hace necesario preparar al nuevo creyente para enfrentar los primeros problemas y dificultades en su "Nueva Vida".

La biblia compara al nuevo creyente como un "Niño en Cristo" (1 CO 3:1). En el nacimiento físico, cada persona debe ser ayudado en todo; la criatura cuando nace debe enfrentar un mundo desconocido para ella que le ocasiona un sin fin de problemas. Lo único que hace es llorar, desconoce sus inconvenientes y dificul-tades, pero avisa y pide ayuda con su llanto.

En la vida espiritual es lo mismo, el nuevo cenvertido se tiene que en-frentar a un mundo desconocido para la persona natural; las primeras dificultades vienen por las dudas, tentaciones, pruebas, sufrimientos, desalientos, desilusiones, cul-pabilidad, pecados, cuentas sin arreglar, dificultades para perdonar, amistades mun-danas, etc.; las cuales analizaremos en este estudio y en el siguiente.

1.-  Las dudas.- (EF 6:16; HE 13:14; 10:38; 12:2; JUD 22). Suele suceder que los nuevos creyentes están expuestos a muchas dudas. Algunas son causa de "falta de conocimiento bíblico y espiritual"; en tales casos, el estudio de la Palabra de Dios y la oración, nos darán la respuesta que necesitamos (JER 33:3 dice: "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces".

Pero otras dudas son ataques del diablo, "dardos de fuego del maligno" (EF 6:16), para lo cual Dios nos da el "escudo de la fe" para apagar esos dardos.

La Palabra de Dios es la respuesta final a las dudas (SAL 119:105; 2 TI 3:16-17). Satanás intentará hacerle dudar acerca del carácter de Dios, de sus propósi-tos, de su salvación, de los hermanos, de las escrituras, etc. Ante la duda, recurra a Dios mediante la oración y el estudio de la biblia.

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Conviene, por otra parte, que pregunte a hermanos antiguos, que sean maduros y de buen testimonio sobre sus dudas; Dios puede traer a través de ellos la respuesta sabia y precisa que usted necesita.

Afírmese en la fe contra las dudas que el enemigo (Satanás con sus de-monios) quiera clavar en su mente; resístalo con firmeza y decisión y tendrá que huir de usted, esa es la promesa del Señor (STGO 4:7; 1 P 5:8-9).

2.- Las tentaciones.- (MT 26:41). Las tentaciones son parte de nues-tra lucha espiritual. Todos los cristianos sufren tentaciones; aún Cristo mismo estuvo enfrentado a la tentación del diablo durante su vida terrenal (LC 4:1-3).

El diablo se encargará de presentarnos diversas tentaciones para hacer-nos caer: tentación de volvernos atrás; de negar la fe cristiana; de cometer diversos pecados, al igual como sucedía antes de conocer al Señor, etc.

Pero, a pesar de todos los ataques diábolicos, Dios "jamás permitirá que seamos tentados más de lo que podamos resistir" y cuando venga la tentación, "él nos dará la salida", para poder soportar (1 CO 10:13).

La "salida" puede ser por medio de la "huída" (1 TI 6:11), o "re-sistiendo" en el lugar mismo de la tentación (STGO 4:7; 1 P 5:8-9).

Es bueno entender la diferencia entre "ser tentado" y "caer en tentación". SER TENTADO NO ES PECADO; pero, "caer en tentación, sí lo es". No podemos evitar que el diablo nos tiente, pero, "no debemos" hacerle caso por ninguna circunstancia, lo que sería caer en tentación.

Cuando esté siendo tentado, recuerde que el Señor le comprende y es poderoso para socorrerle y darle la victoria (HE 2:17-18; 4:15).

3.- Las pruebas y el sufrimiento.- (HCH 14:21-22). Las pruebas y el sufrimiento son parte normal del cristiano (MT 5:10-12; FIL 1:19; 1 P 5:9-10). Algunos pierden amigos cuando nos entregamos al Señor y seguimos firmemente en su camino; otros sufren persecución de su propia familia (MT 10:34-38); calumnias y difamación incluso de hermanos (MT 5:11-12) y aún la muerte (MT 24:9-10). Sin em-bargo, por el amor a Jesucristo y por el poder del Espíritu Santo, "podemos gozarnos" en medio de la tribulaciones, sabiendo que Dios está con nosotros donde quiera que estemos y en cualquiera situación en que nos encontremos (SAL 23:3; MT 5:12; 28:20; RO 5:3; STGO 1:2).

Es por medio del sufrimiento y las pruebas que "nuestra fe crece, se perfecciona, y se purifica" (1 P 1:5-7); alcanzamos paciencia (STGO 1:3); y esper-anza (RO 5:4-5); aunque el cuerpo se va desgastando y debilitando con los sufrimien-tos, "el hombre interior se va renovando" (2 CO 4:15-16); nuestro carácter es mold-eado (2 TI 2:3; HE 12:11).

Todos los creyentes del libro de los Hechos sufrieron bastante (HCH 5:40-41; 9:16; 1 CO 4:9-13; 2 CO 4:7-11; 6:3-10). Sin embargo, ellos fueron triunfantes so-bre el dolor, las enfermedades, la pesecución, las pruebas y las necesidades.

FORMACION CRISTIANA IGLESIA DE DIOS, Territorio Centro Norte - 3 Conocieron la victoria siempre, a pesar de todas las dificultades y problemas (RO 8:35-39).

El sufrimiento no será eterno; acabará y será Dios mismo quien "enju-gará nuestras lágrimas" (AP 21:4); todas las aflicciones que ahora sufrimos no son comparables con la gloria que tendremos cuando estemos reinando con el Señor (RO 8:17-18; 2 TI 2:11-12).

4.- El desaliento.- (DT 31:6; SAL 42:5-6). El desaliento, el abatimiento y la tristeza son "experiencias" que todos los cristianos tienen, aún los más espirituales (HCH 23:11). A veces, las experiencias críticas de la vida, las tragedias, privaciones, enfermedades, etc., nos conducen al desánimo y desaliento. Otras veces, los ataques del diablo, la oposición de los parientes y amigos, la falta de apoyo y comprensión de algunos hermanos, y otras cosas, desaniman el corazón y la mente del creyente, espe-cialmente cuando se está comenzando la vida cristiana y se es débil en la fe (NEM 4:1-12).

Este es el momento de "fortalecerse en el Señor y en el poder de SU fuerza" (EF 6:10). Cuente a Dios su desaliento y todas sus dificultades y preocupa-ciones; es el primero que debe saberlo, porque él quiere ayudarlo (SAL 34:4-6).

También es bueno que abra su corazón a su pastor, líder o hermano de su confianza; siempre que sea un "creyente maduro y fiel al Señor" y Dios traerá por medio de ellos, el ánimo y aliento que usted necesita (1 TI 5:11,14). No cuente su de-saliento a sus familiares, ni a hermanos mundanos, o "cristianos carnales e in-maduros", porque en vez de ayudarle, aacabarán por destruirle.

5.-Las desiluciones.- Un problema común en los nuevos creyentes, es la desilución. Muchos se decepcionan en su fe, cuando "no ven" en los "creyentes más antiguos", lo que ellos esperan ver: amor, comprensión, ayuda, temor a Dios, unidad, santidad, etc.

Casi todo nuevo hijo de Dios piensa que en la iglesia todos son fieles, maduros y constantes; pero, al ver que no es así, muchos se decepcionan, se desalien-tan y no son pocos los que se vuelven atrás.

Las causas de la desilución pueden ser muchas y variadas: "malos ejem-plos" de cristianos más antiguos (MT 18:6-7); "problemas internos" en la congre-gación (HCH 6:1); "divisiones" (1 CO 3:1-40); "murmuraciones" que se convierten en vulgares "chismes" (STGO 4:11; JUD 16); creyentes que se "vuelven atrás" (1 TI 1:19-20); "oposición" e "incomprensión" de hermanos carnales (2 TI 4:14-17); "traiciones " de falsos hermanos (2 CO 11:26; GA 2:4).

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No podemos evitar que estas cosas ocurran (LC 17:1); sin embargo, aunque hay malos cristianos, también los hay "buenos y fieles", a los cuales es digno de imitar, y buscar su amistad para tener buenos consejeros. Dios nos manda pensar en lo positivo y edificante (FIL 4:9) y poner la mira en Jesucristo (HE 12:2). Busque la comunión y compañía de creyentes fieles (RO 12:16) y no de lugar a la desilución y sentimiento de culpa o fracaso; sino, afírmese en la fe y siga adelante, teniendo plena confianza que Cristo, el fundamento de la fe, nunca fallará (2 TI 2:13).

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APUNTES NECESARIOS

¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Para qué?

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