793 espiritual no primero

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    o espiritual no es primero

    A.S. Loizeaux

    De la revista Help and Food, 1940

    Dios no retrocede, aun cuando espera a veces para que madure en nosotros, o en el mundo,una fase de su obra. Por lo regular una promesa suya se cumple varias veces y el ltimocumplimiento es el mayor. La idea general de su proceder est expresada en el comentario en1 Corintios 15.46: Lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

    Hay mltiples ejemplos de esta idea de lo carnal primero y luego lo espiritual:

    el primer Adn, del huerto de Edn, y el postrer Adn, que es Cristo

    Can, el que se ensa contra Dios, seguido por su hermano Abel,quien procedi humildemente por fe

    Ismael, el hijo segn la carne, y luego Isaac, el hijo de la promesa

    Esa, el profano que se interes por el bien inmediato y pasajero,y su hermano Jacob, quien busc la bendicin de Dios

    Sal, el primer rey de Israel, que agradaba al pueblo por sus cualidades fsicas,y despus David, el que Dios escogi

    La creacin misma es un ejemplo: primeramente el mundo contaminado que ahora es, ydespus los cielos nuevos y la tierra nueva en los cuales more la justicia. Israel es otroejemplo: primeramente la nacin desobediente y rechazada, y despus el Israel de Dios.

    El caso ms obvio es, por supuesto, el de la salvacin. Slo los perdidos llegan a ser salvos, ylos salvos nunca proceden a la perdicin. Repetimos: Dios nunca retrocede; su obra essiempre hacia adelante. Fue as cuando nos salv, y ser as cuando nos llevar a estar conl. Y, l quiere que sea as en nuestra vida diaria.

    Dos casos sobresalientes de lo carnal (animal) primero y lo espiritual despus o sea, de

    la progresin espiritualson la obra de Dios en nuestra alma y la obra de Dios en nuestrocuerpo.

    La obra de Dios en nuestra alma

    Cmo llega uno a ser persona espiritual? Todos comenzamos como hombre natural: Lo quees nacido de la carne, carne es, Juan 3.6. El mal se manifiesta como una regla de lanaturaleza humana. Dios contiende con el hombre de diversas maneras, rogndonos en elnombre de Cristo que seamos reconciliados con l. Es aqu el gran escogimiento: Algunosceden ante la invitacin divina, mientras que otros endurecen el corazn. En aquellos queceden, el Espritu hace una obra maravillosa de regeneracin y nace un hombre espiritual.Este es el lenguaje del Nuevo Testamento pero es la historia del Antiguo Testamento

    tambin. El pase de la muerte a la vida espiritual es invisible pero real.

    Pablo el apstol

    Por ejemplo, Saulo llega a ser Pablo. Saulo de Tarso era hombre brillante, religioso enextremo, cumplido en la ley de Moiss, hebreo de los hebreos, lleno de celo por su religin.Saulo era honesto y sincero, pero estaba totalmente equivocado. Cual apstol Pablo, l dirams adelante: Fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad,

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    1 Timoteo 1.13. Fue a ste que Cristo se revel en el camino a Damasco; Saulo le considerun impostor, pero Jess era el Cristo de Dios! Saulo le tena por muerto, pero l habaresucitado y ascendido a la gloria de Dios en los cielos. Quin puede describir el tremendoimpacto de este hecho sobre la mente, conciencia y corazn de Saulo ?

    El punto esencial y crucial es que Saulo cedi de una vez a la gracia que le haba alumbrado.Su clamor fue: Seor, qu quieres que yo haga? y nos dice ms adelante que no fuedesobediente a la visin celestial, Hechos 26.19. Saulo el hombre natural lleg a ser Pablo elhombre espiritual. Cmo? Por el gran poder del Espritu de Dios, obrando en un almadoblegada en arrepentimiento y fe.

    Si estas lneas llegan a ser ledas por una persona que no es salva, que nunca ha tenido laexperiencia de haber recibido al Seor Jesucristo como su Salvador, permtame citar aqu laspalabras contundentes de nuestro Seor: El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino deDios, Juan 3.3. Quien no ha tomado este paso, y por tanto no ha tenido esta experiencia, notiene la vida divina. Est en lo natural, sin haber podido decir, luego lo espiritual.Si stees el caso de quien lee, le ruego que estudie el captulo 3 del Evangelio segn Juan.

    Comienza, entonces, la obra benigna del Espritu de transformar la vida de ste que hanacido de nuevo. En los tres das de ceguera que siguieron la conversin de Saulo, su modode pensar fue transformado. Toda su vida religiosa haba sido demolida por la luz celestial.

    En vez de esa justicia propia, ardan ahora en su alma amor y esperanza; la gracia de Cristohaba conquistado su corazn.

    Posiblemente fue durante los tres aos siguientes, primero en Arabia y despus en laasamblea de Damasco, que Dios desarroll en la mente de Pablo una gran parte de la verdadque este siervo proclamara en su ministerio posterior. No debemos suponer que las doctrinasque Pablo anunci hayan sido recibidas sin ejercicio de alma. Al contrario, el captulo 7 de laEpstola a los Romanos pone de manifiesto la lucha intensa por la cual l pas antes deabandonar sus esfuerzos propios a ser santo, y a descansar confiadamente en Cristo comoaquel que libera de la ley del pecado y la muerte por el poder del Espritu que mora adentro.

    Tomad mi yugo

    La obra de Dios en el alma contina a lo largo de la vida del creyente. El Yo y la viejanaturaleza corrupta se oponen a esta obra del Espritu Santo. El deseo de la carne es contra elEspritu, y el del Espritu es contra la carne, y stos se oponen entre s, Glatas 5.17. Esdecir, lo natural se opone a lo espiritual, pero, bendito sea Dios, el fin del asunto no esinseguro para los que han nacido de Dios en verdad. El que comenz en nosotros la buenaobra, la perfeccionar hasta el da de Jesucristo, Filipenses 1.6.

    Qu debe ser, pues, la actitud del creyente hacia esta obra de Dios en su alma? Debepresentarse de un todo a Dios como instrumento de justicia, Romanos 6.l3. Este es el nicocamino de gozo y paz. Nunca podemos encontrar descanso si rechazamos el yugo del Seor;llevando su yugo y aprendiendo de l, hallamos descanso para nuestras almas, Mateo 11.29.Si somos carnales o sea, si andamos segn los deseos animales haremos las obras

    manifiestas y amargas de la carne, pero si andamos conforme al Espritu, daremos elprecioso fruto del Espritu.

    El carcter cristiano se forma al ocuparse de Cristo y obedecerle a l. Somos transformadosa su imagen gloriosa por el Espritu del Seor, 2 Corintios 3.18. Y qu cristiano verdaderono se emociona ante semejante promesa y posibilidad? El mismo apstol amado es unejemplo brillante de este poder transformador, y resume su vida con estas palabras: ConCristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en m; y lo que ahora

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    vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am y se entreg a s mismopor m, Glatas 2.20.

    Una vida de esta ndole es realmente espiritual y ha triunfado sobre lo natural o animal. Contodo, Pablo no consideraba que haba alcanzado ya, sino que prosegua en su servicio hastaestar con Cristo y ser para siempre como l es, Filipenses 3.12.

    La casa del alfarero(Jeremas 18)

    Contamos con dos ilustraciones de la obra de Dios en nuestra alma: la rueda en el taller delalfarero, y otra tomada de la vida de Jacob.

    Los creyentes pueden decir con los israelitas piadosos: Ahora, pues, Jehov, T eres nuestroPadre; nosotros barro, y T el que nos formaste; as que obra de tus manos somos todosnosotros, Isaas 64.8. Ha visto usted cmo el alfarero forma una vasija sobre su mesagiratoria? l coloca sobre la rueda una mesa de arcilla, y a medida que gira sta, el alfarerola forma hbilmente con la mano. La mesa sube como por magia cuando l aplica presincerca de la base, y expande cuando la aprieta por dentro con la mano o con una herramienta.El resultado es un objeto simtrico y hermoso segn el diseo del alfarero. l ha escogido laarcilla, la velocidad de la rueda, las herramientas y el diseo, todo con el fin de llevar a cabosu propsito.

    As est formando Dios a cada uno de sus elegidos. Las circunstancias giratorias de la vidacambiante constituyen la rueda que usa, y usted es la arcilla sobre esta mesa. La mano deDios est sobre usted en todas sus circunstancias, permitidas ellas por providencia,formndole l como sea su voluntad. Su Palabra es un instrumento de precisin que aparta elpeso superfluo, como son los estorbos y el pecado que le asedia.

    Oh hijo de Dios, se queja por la prueba por la cual est pasando? Acurdese, el ojo de Diosest sobre usted; su mano y su corazn miden esa prueba y determinan sus resultadospreciosos. No se agobie; confe en l. Somtase gustosa y plenamente a la voluntad divina, yel reposo y la paz volvern a su corazn. Tenga por asegurado que, una vez realizada la obraque Dios est efectuando en usted, para siempre le alabar por su habilidad y fidelidad.

    Jacob:De suplantador a prncipe

    En relacin con este estudio de la obra de Dios en el alma del creyente, veamos el trato quetuvo con Jacob. Aun cuando ese hombre reconoci algo del valor de la primogenitura, vemosslo al hombre natural en los mtodos que Jacob emple para obtener el derecho. Se vali deastucia y engao para asegurarse de algo que Dios ya le haba prometido, en vez de esperarque Dios obrara a su tiempo y manera. La vida de Jacob es un ejemplo de la lucha entre lasdos naturalezas: la carne y el Espritu. l amaba a Dios, pero su vieja naturaleza propia,perversa y manipuladora, se adelantaba para lograr sus fines.

    En Bet-el Dios le dio a Jacob la visin celestial de la escalera y los ngeles, y tambinaquella maravillosa promesa de estar con l y guardarle, Gnesis 28.11 al 17. Jacob nunca se

    olvid de eso. Tengamos muy presente que a Dios le agrada atraer y conducir el alma de unopor medio de alguna esperanza espiritual y celestial, y es as que las cosas terrenales vanperdiendo la mitad de su poder sobre uno.

    Por veinte aos en Padan-aram Dios cuida a Jacob en providencia mientras ste se ocupa enser ms taimado, ms astuto, que Labn. La naturaleza pervertida de este hombre no ha sidodomada an, y por lo tanto Dios en gran gracia sale a su encuentro en el vado de Jaboc. Esteacontecimiento Gnesis captulo 32es una de las ms maravillosas manifestaciones deDios al hombre.

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    En la forma de un ngel, Dios lucha toda la noche con Jacob, y al rayar el alba le mutila aldejar su muslo descoyuntado para siempre. Inutilizado, Jacob se aferra al Seor y recibe labendicin divina. Nada gan Jacob con luchar. Una vez que abandon su voluntad propia yaprendi a confiar en el Seor, recibi mucho ms que haba alcanzado por esfuerzo propio.

    Este encuentro constituy la mayor crisis de la vida del patriarca, cuando su nombre fuecambiado de Jacob, el falsificador o suplantador, a Israel, el prncipe ante Dios. De all enadelante l es otro; su misma cojera es smbolo y causa de la dependencia de su poderosoAmigo. Con todo, Dios contina su obra bendita en el alma de Jacob.

    Afligido ya por la supuesta prdida de su hijo Jos, dice: Descender enlutado a mi hijohasta el Seol. Y lo llor. Al perder a Benjamn, declar: Si he de ser privado de mis hijos,salo. As el pesar realiza su obra en el alma de Jacob. Ms adelante Dios le restaur alhombre sus hijos y le revel que todas aquellas pruebas, que l crea estar en contra suya,eran en realidad obra de Dios para su bien.

    La vida de Jacob termina como una gloriosa puesta del sol al final de un da de tempestad.Termina en hermosura espiritual y gloria. l bendice al gran Faran, consciente de su poderespiritual y su dignidad. Recoge a sus doce hijos al torno de la cama y, cual profeta de Dios,les predice qu tiene Dios en mente para sus descendientes en los das postreros. As, Diostriunfa en la vida de Jacob, moldendole pacientemente conforme al consejo de su voluntad

    divina. Jacob, el hombre natural o animal, llega a ser Israel, el hombre espiritual.

    El cambio aun aqu

    Y el Dios de Jacob es el Dios nuestro! Su Espritu mora en cada uno de los suyos paratransformarnos a la imagen de Cristo. Qu estmulo ste! Si l nos permite hacer lo quequeremos por un tiempo, es para convencernos de nuestra imprudencia. Luego nos conduceen el camino de su escogimiento, y tal vez seamos reacios al comienzo pero ms adelanteaprendemos que es bueno y perfecto.

    Dios nos encuentra en las crisis de nuestra vida, somete nuestras pasiones y vence nuestrocorazn. Pueda que le sea necesario mutilar nuestra capacidad natural, pero compensar conabundancia de gracia espiritual. A Pablo, quien suplica que le sea quitado cierto aguijn en

    la carne, dice: Bstate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad, 2 Corintios12.9.

    Amado, aprovchese de su gracia en las dificultades que tiene. Su gracia es suficiente parausted.

    La obra de Dios en nuestro cuerpo

    El cuerpo que el creyente tiene ahora es llamado un cuerpo animal y su cuerpo futuro yresucitado un cuerpo espiritual, 1 Corintios 15.44. Es decir, el cuerpo actual est adaptado alas condiciones de este mundo, a nacer, crecer, reproducirse y realizar las actividades tpicasde la vida aqu, y est sujeto al deterioro y la muerte. El cuerpo espiritual, en contraste, ser

    adaptado a las condiciones del mundo por venir, al cielo. Ese cuerpo responderperfectamente a ese medio ambiente y a las actividades de nuestros espritus a lo largo detodas las edades infinitas de la eternidad.

    La necesidad de un cambio

    Debe quedar evidente a toda mente seria que el vasto cambio en las condiciones de la vidafutura requieren un cambio radical en el cuerpo. En palabras inspiradas se dice en 1 Co-

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    rintios 15.50 que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupcin laincorrupcin.

    Nuestros cuerpos naturales no se adaptaran a las moradas celestiales. Hablando de unamanera prctica, si furamos arrebatados al cielo en nuestra condicin presente, moriramoscongelados antes de dejar esta atmsfera, o bien por falta de oxgeno. Puede haber tambinmuchas otras condiciones a las cuales se adaptarn nuestros cuerpos espirituales pero que nopodran ser toleradas por estos cuerpos naturales o animales. Podemos confiar en que nuestroCreador, quien ha hecho que cada una de sus innumerables criaturas sea idnea para surespectivo medio, disear nuestros cuerpos perfecta y hermosamente para su morada eterna.

    Los hombres mortales se han cado como muertos ante la gloria de las visiones celestiales,pero en nuestros cuerpos glorificados contemplaremos estas glorias con rostro descubierto.All en la gloria estaremos en casa.

    El valor del cuerpo

    Nuestra ciudadana est en los cielos, de donde tambin esperamos al Salvador, al SeorJesucristo; el cual transformar el cuerpo de la humillacin nuestra, para que sea semejanteal cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede tambin sujetar a s mismo todaslas cosas, Filipenses 3.20,21. El cuerpo que tenemos es de nuestra humillacin por cuanto

    est sujeto a la muerte. Es un cuerpo mortal en contraste con el cuerpo espiritual que nuncaconocer la defuncin. Nuestro Seor tom el cuerpo de humillacin que le fue preparado, ysufri la muerte a favor nuestro.

    Su cuerpo natural era de gran valor, como es el del creyente. Jehov enterr a Moiss en elvalle en la tierra de Moab, segn cuenta Deuteronomio 34; no su espritu sino su cuerpo. Elarcngel Miguel contendi con el diablo por ese cuerpo, Judas 9, manifestando que era devalor tanto a los poderes angelicales como infernales.

    Amamos y sustentamos nuestro cuerpo actual, y no queremos dejarlo, pero cun precioso,entonces, ser el cuerpo glorificado con el cual seremos revestidos! El cuerpo natural escomo una tienda que se envejece y algn da tiene que ser desmantelada, pero el cuerpoespiritual es un edificio de Dios, eternal en los cielos. A veces gemimos en este cuerpo,

    como dice el apstol, y as con ms razn deseamos ser revestidos de aquella nuestrahabitacin celestial, 2 Corintios 5.1,2.

    De la corrupcin y servidumbre

    a la inmortalidad y libertad

    No importa cun hermoso y precioso sea el cuerpo humano, tiene dentro de s el principio dela muerte y decadencia. El pecado ha hecho su obra nefasta, y el dictamen divino es que elcuerpo de uno est sembrado en corrupcin pero resucitar en incorrupcin, 1 Corintios15.42.

    La muerte y la descomposicin son un prospecto tenebroso para el hombre natural; son la

    terrible amenaza y pena por su primer pecado. Ahora que Cristo ha muerto y resucitado, lavida y la inmortalidad han salido a la luz por el evangelio, 2 Timoteo 1.10. El cuerpoespiritual ser de una naturaleza tal que ser imposible llevarlo a la esfera de la corrupcin.Cun digno es del Dios incorruptible como es llamado en Romanos 1 conducir sushijos a la conformidad con su propia naturaleza gloriosa!

    Otro contraste bblico entre el cuerpo natural y el espiritual est expresado en las palabrasdel captulo 8 de Romanos: La creacin misma ser libertada de la esclavitud de corrupcin,a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creacin gime a una, y

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    a una est con dolores de parto hasta ahora; y no slo ella, sino que tambin nosotrosmismos, que tenemos las primicias del Espritu, nosotros tambin gemimos dentro denosotros mismos, esperando la adopcin, la redencin de nuestro cuerpo.

    Preciosa es esta promesa! La esclavitud presente a las limitaciones de un cuerpo natural sercanjeada por una libertad gloriosa, y el gemido del da de hoy, producto del dolor, sercambiado por el regocijo y libertad del cuerpo redimido. Nuestro corazn se alegra ante estaesperanza mientras aguardamos pacientemente el momento conocido slo al Padre.

    Las glorias de la obra divina

    Hay una hermosura o gloria peculiar en cada obra de Dios. Una es la gloria del sol, otra lagloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, 1 Corintios 15.40. Pero no slo los orbescelestiales tienen su dignidad; el cuerpo humano tiene tambin su hermosura natural y suesplendor una vez resucitado. La debilidad y la corrupcin de 1 Corintios 15 se refieren a lamuerte y descomposicin del cuerpo, y no a la salud y fuerza que Dios lo ha dado.

    Algunos cientficos que han dedicado sus vidas a la investigacin del cuerpo humanoreconocen que hay muchas maravillas en el mismo que no se pueden explicar. Saben muchode cmo funciona pero poco de por qu es as, confirmando lo que David exclam en elSalmo 139: Maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien.

    Qu diremos, entonces, del cuerpo espiritual? Sabemos que Dios no retrocede en sus obras;en lo que l hace, lo postrero es mejor. Sabemos tambin que seremos semejantes a Cristo:Somos hijos de Dios, y an no se ha manifestado lo que hemos de ser, pero sabemos quecuando se manifieste, seremos semejantes a l, porque le veremos como l es, 1 Juan 3.2.Cuando Jess resucit de entre los muertos l entr en un saln cerrado para manifestarse asus discpulos. En otras ocasiones convers con uno y otro, y desapareci. Finalmente,ascendi a las nubes del cielo mientras algunos de los suyos contemplaban la escena.

    Amados, en vista de los misterios que todava no nos han sido revelados, nos corresponderegocijarnos en lo que s ha sido revelado! Sabemos que seremos semejantes a l.

    Es natural que la mente pregunte cmo se realizar la gran transformacin a estesorprendente cuerpo espiritual. Es muy clara la respuesta dada en 1 Corintios 6.14: Dios, quelevant al Seor, tambin a nosotros nos levantar con su poder. Filipenses 3:21 abunda unpoquito ms: ... transformar el cuerpo de la humillacin nuestra ... por el poder con el cualpuede tambin sujetar a s mismo todas las cosas.

    Todava pregunta la incredulidad: Cmo resucitarn los muertos? Pablo responde con lailustracin del grano que es sembrado en la tierra para luego brotar como un objeto de vida yhermosura. Somos testigos de los misterios de la vida pero los entendemos slo por fe, comoentendemos tambin haber sido constituido el universo por la palabra de Dios.

    Este gran milagro de la transformacin del cuerpo se realizar en la venida del Seor al airepara llevar a los suyos, 1 Tesalonicenses 4.15 al 17. Dios ha hecho saber su propsito al

    decir hacia el final de 1 Corintios 15: Todos seremos transformados, en un momento, en unabrir y cerrar de ojos, a la final trompeta.

    Por mi parte, me regocijo en las declaraciones positivas y dogmticas de la inspiracin: Sesiembra cuerpo animal, resucitar cuerpo espiritual. Cual el terrenal, tales tambin losterrenales; y cual el celestial, tales tambin los celestiales. Y es en este contexto que elapstol hace la afirmacin que hemos usado como tema de esta serie de artculos: Loespiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.