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    L ESCRITUR DE VI JES

    DE

    JU N

    GOYTISOLO

    NIEVES P R DEL LONSO

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    LA

    ESCRITURA

    DE

    VIAJES DE JUAN

    COYTISOLO

    Pudiera parecer que dentro de la ya dilatada obra del novelista

    Juan

    Goyti

    solo -mas de

    2

    ttu los publicados, adems de sus colaboraciones en la prensa

    diaria

    y e n revistas especializadas- sus escritos de viajes ocupan u n lugar menor, que seran

    unos libros-parntesis, desgajados del tono general

    de

    su literatura y escasamente

    representativos de su faceta crea dora , es decir, la narrativa.

    Si los he elegido com o motivo de este artculo, ha sido por d a causas

    princi-

    palmente: primero, por un inters person al hacia la literatura de viajes -como tema

    y fo nn a literarios- y segundo, porq ue considero que una de las s interesantes

    vas de aproximacin a la literatura es lo que podramos denominar un acercamiento

    lateral o esquinado hacia elia.

    Hoy en dia,

    seguir

    preguntndon os qu es novela ya n o tiene ningn valor, pe-

    ro, por el contrario, reflexionar sobre cm o u n autor concreto

    o

    una generacin, se

    acercan al gnero, lo aceptan o lo rechazan, lo modifkan, lo mixtificari ensayan

    nuevas formas de escritura y , e n algn caso, lo destruyen, es la dnica manera de se-

    guir interesados por la literatura, n o y a com o simples lectores, sino como estudiosos

    o criticos de la m isma.

    Tal vez una de las caractersticas de las vanguardias, en u inquietud renova-

    dora, en

    su

    afn

    de romper esquemas dados

    priari

    y

    vistos com o absolutos, sea en

    buena medida un regreso al inicio, a un momento en el que todo estaba mezclado

    y no estaban a n fijados los lmites e ntre los gneros literarios.

    Tomemos como ejemplo la novela, en u denominacin europea,

    rman,

    b a

    sabemos que en castellano se prefxib

    novela

    para designar a la narracin larga pues-

    to que el trmino romance, desde el 4glo XV defia una composicin potica de

    estilo tradicional)

    La palabra roman italiano romanzo, espaol romance) procede

    del adverbio latino romanice, que designaba el uso de una lengua

    romnica, en la conversacion O la escritura, por opasicin ai latn.

    ...) Enromancier, romanzare, romongar significan poner par es-

    crito en una lengua romance un texto, o traducido del latn. Mettre

    en roman, se dice tambin. Es significativa esta relacin del roman-

    cear con el traducir en los comienzos de la literatura europea de

    filiacin latina. Roman tiene en principio un sentido

    uy

    amplio,

    que puede convenir cualquier tipo de narracin pica,

    histdrica

    o hagiografica, sin distinci6n. Slo despus, por oposicin

    tr s

    trminos ms concretos par ejemplo changon de geste, conte, fa-

    bliau, lai, novelle, etc) va restringiendo su sentido hasta designar

    un g6nero literario.

    1)

    G.rRCIA

    GUAL

    Carlos Pri>?ieras

    novelas europeas .

    Madrid Ed Istmo

    1974 pp. 88-89.

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    En principio, novela era slo un texto escrito en lengua vulgar. No se trata-

    ba por tanto de una forma,

    ni

    de un estilo, era simplemente una lengua. Tampoco

    se caracteriz e n sus ori'genes por la utilizacin de

    la

    prosa:

    La novela corts em pi eza par estar escrita en verso, slo des-

    pus, en el siglo XI II, tien e lugar la prosificacibn

    del

    ciclo noveles-

    c o artririco 2

    No se estar hoy volviendo a esta primera in d e te m a c ib n del gnero, en las

    obras de los narradores m s interesan tes, en los novelistas de ahora mismo?

    Goytisolo lo expres claramente:

    Las otras ms significativas del siglo X X son las que se sustraen a

    la tirania conceptual de

    los

    gneros: son a la vez poesia, critica,

    narrativa, teatro, etc .

    Es igualmente significativo que Umberto Eco haya recumdo a la novela para

    po der incluir en ella tod os los temas y estilos que precisaba para configurar el ambien-

    te del siglo X i V En

    El nom br e d e la rosa

    hay de todo: novela gtica, crnica medieval,

    novela policiaca, relato ideolgico en clave y alegora narrativa (segn se dice en

    las tapas).

    L a novela en estos creadores recupera sus orgenes, recobre su caracterstica

    ms definitoria, e s decir, la de su indeterminaci6n formal y tem tica.

    Y

    algo parecido sucede con las artes plsticas -la pintura que regresa al dibu-

    jo y

    al

    color bsico- y con la arqu itectura que huye del barroquismo y la decoracin

    y disea espacios de lneas simples y esquemticas, que desnuda la estructura y la

    muestra a l exterior.

    Volvamos ahora a la literatura de Juan Goytisolo. Para tratar de sealar al-

    gunos p un tos de interds dentro d el apartado ''marginal de su narrativa y tambin

    para m ost rar cm o sus escritos de viajes prefiguraban la inflexin que posteriormen-

    te llevar a cabo (iniciada en Seas de Identidad y Reivindicacion del Conde

    D.

    ju l in he manejado los siguientes libros:

    C am pos de N h r

    Seix

    Barral, Biblioteca Breve de Bolsilio, Barcelona, 1979,

    desde ahora citado como Campos

    ...

    La Chanca

    (Seix Barral, Biblioteca Breve, Barcelona, 1981, citada como

    Chan-

    ca...

    De su otra obra de viaje, Pueblo en Marcha, slo har brevsimas referencias.

    Sern , po r t an to , sus viajes por Esp aa los que cen tren este artculo.

    Jua n Goytisolo emp ez su andadura literaria en 19 54 con el libro juegos de

    manos, en 1982 apareci Paisajes despus de la batalla y en 1985 vea la luz Coto

    vedado, primera parte de una serie autobiogrfica que debe completarse en el futuro.

    2 )

    GARCIA

    GUAL,

    o

    c p .

    56

    3 )

    O R T E G A ,

    Julio Entrevista a

    Juan

    Goytisolo , en Disidencias p. 292.

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    En

    estos 3 aos ha publicado 17 obras narrativas, entre novelas y colecciones de

    cuentos.

    Sin embargo, la obra tot al del escritor n o queda reflejada en estos incmodos

    datos num6ricos. travs de todo eilo

    existe un proceso creador, u n mecanismo de

    bsqueda y abandono, de exigencias temticas y de estilo que concluyen ahora en ese

    ltim o libro aparecido.

    Podemos agrupar esta extensa actividad creativa en dos grandes apartados.

    La

    primera etapa englobara su obra primera -desde ju gos de m nos hasta

    em

    de

    identidad- calificable u n tan to groseram ente com o de realismo social y de estiio na-

    rrativo tradicional, y una segunda eta pa que se inicia con ese itimo libro y se con-

    cluye con Coto vedado, en la que el es tl o avanza en complejidad y diversificacin.

    Sus lii ro s de viaje ocupan u n pu nto intermedio entre ambas etapas, revelan

    caractersticas que los ligan a la primera y adelantan puntos que encontramos en la

    segunda.

    Una rapida enumeracisn nos aclarar 10s puntos de contacto y anticipacin

    a que aluda:

    a) la preocupacin por los desposedos, una contenida y a ratos explosiva

    critica social, la utilizacin de un tiempo tradicional del relato (tiempo que avanza

    continuam ente y n o retrocede o se proyecta), el emp leo de la primera persona y la

    no-mezcla de sujetos son, entre otros, motivos que, presentes en sus primeros liros,

    se con tinan en su ob ra de viajes.

    b) el desplazamiento del pun to de inters hacia el sur es quiz la novedad m&

    sobresaliente de Campos...

    y

    Chanca... Goytisolo marcha a tierras que se sitan en la

    periferia de su pais de origen o, c om o en algn mo me nto dice acerbamente, fuera

    de

    Espaa :

    Hubiera dado cualquier cosa par concentrarm e aclarar

    la

    r zn

    de tanto dolor intil, de tanto s aos sacrificados por nada; por

    agarrar el manual de geografa que estudi en

    el

    colegio

    r y r

    con u n cuch illo la frase ''Aimeria es

    una

    provincia espatiola .

    Chan-

    ca, p . 86)

    Amerfa se convierte as en la puerta de Africa de Marruecos, que, como

    es sabido, ser el interes principal del a uto r en su segunda etapa.

    En resumen, parcialmente el tema y totalmente el estilo miran hacia atrs,

    mientras que la escenografa y la arnbientacin preludian lo posterior.

    Y casi de la mano se nos viene la po siba dad de tomar y dinamizar los rasgos

    sumn ticos de la plabra

    Alrneria para seguir insistiendo en este punto .

    Almera es una palabra de origen rabe que proviene del trmino al-maraya

    y que significa espejo. El viaje por tierras alm erienses es, efectivamente, eso, un espejo

    que refleja y refracta, al que Goytisolo atraviesa -qu fciimente se instala aq u la

    imagen de la Alicia del reverendo Carroll, personaje ste tan querido a l protagonista

    de los Paisajes... para pasar e internarse en

    la cultura y la sociedad del otro lado

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    del Mediterrneo.

    [

    11

    El

    trm ino 'lit er atur a de viajes es el que se utiliza comnmente para desig-

    nar un gnero literario cuyo tema de arranque es un viaje, una salida

    a l

    exterior, pero

    poca informacin suplementaria no s proporciona ta l denominacin; sabemos, s, el

    tema, pero nada indica e l c6m o se plasma esa narracin en el texto.

    La literatura de viajes , el relato de viaje , la escritura de viajes , que son

    algunas de las maneras que podemos emplear para sealar a este tipo de escritos,

    parece constituirse en una especie de

    archigbnero que englobara multitud de formas

    particulares de expresion litera ria, periodstica , ensayistica, filosfica o cientfica,

    dependiendo de momentos cronolgicos, motivaciones e incluso modas detectables

    en un a poca concreta.

    Una rpida ojeada a la historia de los viajes nos permitir agruparlos en ci-

    clos.

    Qu

    es lo que tienen en comn las crdnicas de la conquista espaola de las

    Indias (Las Casas, Sahagiln, Bernal

    Daz ... ,

    las robinsonadas y tod o el gran apartado

    de los viajes fantsticos (Defoe, Stevenson, Swift... , las expediciones cientficas Lin-

    neo, Bougainviile,

    DaM... ,

    os relatos romnticos del

    XIX

    (Borrow, Ford, Flau-

    bert, IXimas, Loti, Gide

    ... ,

    los escritos modernistas (Gomez Carrillo

    ...

    y los moder-

    nos reportajes de carcter costum brista (Daz Plaja) o poltico (Porcel)?

    primera vista nada absolutamente nos sugiere el relacionar unos y otros.

    Algunos entran de lleno en lo que podriamos

    llamar

    mbito literario, otros se proyec-

    tan hacia el texto fdos6fico o el periodstico; en cualquier caso todos revelan una po-

    sicin lateral con respecto a u na consideracin estrictamente literaria.

    Otra caracteristica com partida por la literatura de viajes es la de aparecer com o

    un ti po de tex to muy ideologizado, ya po rque ste fuera el propsito inicial del autor,

    ya por las controversias polftico-culturales que siguieron a

    su

    publicacin. Recudrdense

    las polemicas que motiv -y an motiva- la figura de Bartolom de

    Las

    Casas.

    Tampoco el, en apariencia, ms ingenuo e inocente grupo de la literatura fan-

    tstica escapa a e sta volun tad de crtica social y po ltica. Recordemos los viajes de Gu-

    &ver y sus descripciones de las lejanas sociedades de enanos y gigantes.

    Los viajes, reales esta vez, de los siglos XVII XVIII produ jeron la con tro-

    versia filosfica ent re el hombre na tura l y el civilizado. El afn clasificatorio de la Dus-

    tracin se extendi a las razas humanas y traz un camino de perfeccionamiento del

    gnero humano que, inicihdose en los pueblos salvajes e incivilizados, conclua en

    el hom bre europeo considerndole com o cumbre de este devenir genticocultural.

    esta visi6n ilustrada del ser humano y la cultura se

    ligan,

    por una parte, la

    teoria darwinista de la selecci6n natural y, por otra, el nacimiento de un pensamien-

    to pre-colonial que alcanzar sus ms altas cotas en el siglo siguiente.

    Los viajeros decirnonnicos -franceses, ingleses y , en menor medida, espano-

    les- enviados por sociedades geogrficas o por los gobernadores directamente, actua-

    ron como avanzadilla de la penetracin colonial subsiguiente, pero sus escritos tuvie-

    ron, adems, otros efectos. No se limitaron a informar de lo que vean, intuan o les

    1 2

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    con taban, sino que in-formaron dieron form a) una imagen de lo visitado que subsis-

    te en nuestros dias 4

    a literatura de viajes en sus manifestaciones contemporneas, sobre todo, se

    alza co m o u na prolfica generadora de imgenes-tpicos. Espaa, desde luego, no se

    vio libre de los suyos cara

    al

    exterior: el espaol caballero, generoso e indomable,

    quijote de causas perdidas, ajen o al progreso, visceral en sus reacciones

    y

    la espao-

    la de sangre caliente, peineta al pelo

    y

    navaja en la liga, son algunas de las formas en

    que fuimos reflejados por los viajeros franceses e ingleses del pasado siglo que, ade-

    ms curiosamente, reprod ucan -sobre to do en sus aspectos ms negativos- las

    irnigenes qu e los espaoles de en tonces se traan del mundo del Islam.

    Go ytiso lo n o se -ha visto libre de crticas ideologizadas a sus libros de viaje,

    ms bien dirigidas

    al tema y al to n o de sus escritos y no a la ca lidadlitem ia del texto.

    La Chanca. El m s pintoresco barrio de pescadores del mun do .

    -Me gusta La Chanca. N o ha visto el periodista l o que vio

    algn

    ho mb re de mala fe -que m o j la pluma en el tintero del desprecio-

    en este barrio, una lacra social. NO he visto par ningn lado esa cas-

    ta

    infrahumana que dicen que vive haradando la montaa. ...)

    Mucha mala literatura es o que tiene

    La

    Chanca. Mucho Goyti-

    solo. D nde est la man cha de la rosa? Chanca,

    pp. 124-128

    Lo que sucede e n este caso es que G oytisolo ha sopesado muy bien las posi-

    bilidades que le deparaba este artculo aparecido en el diario

    Pueblo

    y

    en una acti-

    tud

    mu y literaria lo incluy com o apndice a su libro

    Lo Chanca.

    La litera tura de viajes es, por su a sun to, una literatura de relacin que involucra

    un A q u con un All, que liga dos h b i t o s diferentes, a los penonas distintas: el Yo o

    el Nosotros con el Otro. Porque paradjicamente este tipo de escritura que toma

    como pretex to o m otivo lo e xterior, termina constituyndose en textos cuyo destina-

    tario principal es la propia comun ida d de la que sale el viajero. Se sale por descubrir

    o conocer gentes y situaciones nuevas, pero lo que se pretende en muchos casos es

    au

    todescubrkse y reconocerse e n lo nuevo

    y

    en lo-distinto:

    Aque l qu e sale a descubrir, se lleva s m ism o consigo. N o es una

    ficticia obje tividad ne u tral lo que hace que el viajero sea recep tivo a

    lo ex trao;

    sblo la conciencia de la propia parcialidad da lugar a

    que el contacto sea in telectualmen

    te

    fructfero. ...) Slo mediante

    el contacto constantemente renovado

    con

    lo heterogneo, slo a

    travs de u n tener presente -casa que va unida a dicho conta cto-

    aqueilo que separa

    y

    a partir de la tensin que entraa t l

    dispari

    4)

    Goytisolo ha tratado este t ema en diferentes artculos periodsticos er especialmente los

    captulos Cara y

    niz

    del moro en nuestra literatura , Sensualidad y fanatismo: l crea-

    cin de una imagen y hliradas al arabismo espaol de n obra

    rnicas

    smrncinas

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    dad, puede llegarse a una elemental ccununi6n y una armona de

    fondo

    .

    Observamos h oy en dfa u n nucvo intertis hacia la lteratura de viajes. Ree-

    diciones de viejas obras, estudios, ciclos universitarios han puesto otra vez de moda

    este antiguo atractivo que siempre ha ten ido el Hombre por conocer sitios y perso-

    nas de u espacio exterio r, pero tambiCn detectamos cierta curiosidad por ver cmo

    hem os sido reflejados por viajeros extranjeros. Varias causas coinciden en esta revita-

    lizacin: razones de hdole cultural por supuesto, aunque tampoco cae fuera de esta

    &bita reflexion ar sobre e l auge de la literatu ra de evasihn, de aventuras, novela poli-

    ciaca, de ciencia-ficcin, que s plantea en ocasiones como alternativa liidica a una li-

    teratura ms seria .

    Goytisolo se ha interesado tambin por los viajes que hicieron otros: a su pro-

    pia actividad creadora

    h

    aadido la preocupacin terica por el viajar, sus causas y

    consecuencias.

    Esta faceta interpretativa la inici con la publicacin de la Obra inglesa de

    Blanco White en 1972 . Podemos en tender ahora el atractivo que despertaba en nues-

    tro autor la fgura del perseguido y exiliado escritor andaluz.

    Asim ismo en sus Crnicas sarracinas hay captulos que analizan diversas ma-

    nifestaciones de la literatura de viajes.

    Nos seguirnos pregun tando por las razones que llevaron a Goytisolo a empren-

    der los viajes (uno a la isla de Cuba y dos a la provincia de Almera) Nada ms lejos

    de su inquietud que presentar una imagen romntica, simptica y amable de lo

    visitado (especialmente en Campos... y Chanca...), pero s i busca conscientem ente lu-

    gares y gente poco

    y

    mal conocidos, zonas de la geografa espaola que han sufri-

    d o ms intensam ente que otras toda la verborrea oficialista de gobiernos pasados y

    que han sido presentados al exterior como la quintaesencia de lo espaol mientras

    s

    desatendan sus aspiraciones ms elementales.

    Tampoco busca prestar servicios a la ideologa dominante, sino justamente

    to d o lo contrario: pretende rom per la falacia del desarroiismo, desintegrar el dis-

    curso triun falis ta de 1; derecha espaola sobre el bienvivir de Andaluca, su felici-

    dad en la pobreza, su innata alegra que la hacan ponerse a cantar en cualquier mo-

    m en to , a despecho de su desgracia.

    [

    Empezamos esta ltima parte del artculo con unos apuntes cronolgicos en

    los que situar las obras que comentamos. Para un mayor detalle deben consultarse

    las ltimas pginas de Disidencias y, naturalmente, su libro autobiogrfico Coto

    vedado.

    E n 19 56 , fecha de su servicio

    d t a r

    y a la edad de veinticinco aos, viaja por

    primera vez a

    Almeria.

    l

    ao siguiente viaja con

    su

    compaera Monique por Anda-

    luca.'

    5 )

    B m E R L I

    Urs: L o s sa2vajes los civilizados . El enc uentr o

    e

    Europa

    y

    Ultramar.

    Mjico F.c.E.'

    1982 ,

    p. 89

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    En 196 aparece Campos

    e

    Nljar. En

    1961

    se prepara un documental de Pao-

    lo Brunatto y Jacinto Esteba Grewe para la edicin italiana de dicha obra. Durante

    la proyeccin un grupo de fascistas lanza una bomba de humo,

    ...

    y aprovechando

    la confusin reinante en la sala donde tiene lugar el acto, se adueiia dela nica copia

    de la pelf cul a, la cual es presentada das despus,

    en

    una ver4611adlt era da, con aa-

    didos, cortes

    y

    dif ere nte banda sonora en u n programa d e la televisibn espaiiola en

    el que

    se

    le atribuye la paternidad del

    film.

    La prensa entonces le insulta calificxlndole como gnster

    de

    la pluma o gi-

    gold internacional .

    En ese mismo ao viaja a Cuba invitado por la Casa de las Amricas y el diario

    Revolucibn.

    En 1962 recorre toda la isla. Aparece La Chanca Librairie des Editions Espag-

    noles, Pars). Vuelve de nuevo a Cuba y publica en

    Revolucidn

    el repoltaje

    e -

    blo en marcha .

    Los viajes que emprende el autor tienen una intencionalidad polftico-social

    muy clara Cuba, en los primeros aos del gobierno socialista presidido por Fidel

    Castro vive la euforia revolucionaria. Aimeria, en Espaa, sufre con ms virulencia que

    otras zonas del pas un subdesarrollo econmico con sus secuelas de pobreza, enfer-

    medad, incultura, etc.), pero al mismo tiempo podemos detectar una motivacin ms

    personal del escritor a la hora de elegir los momentos y los lugares de sus salidas. Las

    tres obras -desde esta dltirna consideracin- vendran a ser un proceso interior de re-

    cuperacin de sus races.

    Con ueblo

    n

    marcha inicia el reconocimiento de sus races perdidas: u bi-

    sabuelo Agustn emigr6 a Cuba y

    ll

    se estableci iiegando a convertirse en dueo de

    una central azucarera. Cuando se vi obligado a emancipar a sus esclavos negros les

    di su apellido.

    Goytisolo comienza a investigar las huellas de sus antepasados en la isla, le se

    ducen las fotos que conservaba la familia: el bisabuelo junto a los criados, e incluso

    un tren que llevaba grabado

    su

    apellido. Posteriormente, ya en la isla, tiene ocasin

    de conversar con cubanos con quienes comparte, entre otras cosas, el nombre fami-

    liar.

    Campos

    e

    Nl or y La Chanco son el primer paso hacia el conocimiento de sus

    races buscadas. Con una actitud libre y personal -ya no haba abuelos que perseguir-

    Caytisolo se plantea el buscar y encontrar sus propias rafces con las que identificar-

    se, se encamina a una zona en la que puede compartir sentimiento y solidaridad y

    que, como ya hemos visto antes, le conducir casi naturalmente

    al

    otro lado del

    Estrecho.

    El autor rechaza de esta manera la chata opinin de que uno es hijo de donde

    nace y slo

    alli

    se pertenece absolutamente. Esta idea -fruto quiz de un naciona-

    lismo totalitario y expresada por culturas O naciones que llevan muy a mal la posi-

    blidad de lo heterogened es combatida por Goytisolo.

    Pese mis races vascas

    y mi

    nacimiento en Catalua n o m e he iden-

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    tificado nunca con lo vascn ni lo cata1n;no otstante mi larga resi-

    dencia en Francia tampoco he buscado la asimiiacidn lo francs

    De esta manera la cultura es tambikn resultado de una opcin personal,

    in-

    terior

    y

    libre.

    S610

    un

    rasgo de esta cultura escapa a la voluntariedad del escritor: la lengua.

    Mucha abandonan su lengua nativa y orillas del Sena escriben

    en francks. Esto en mi caso resultaba imposible: el escritor pien-

    so yo no escoge la lengua es sta que le escoge

    l

    y para el exiiia-

    do la lengua

    se

    convierte en su patria autntica

    De cualquier forma y, a pesar de la rotuntidad de la frase, Goytisolo expresa

    otras opin iones que parecen desmentir o contrade& esta sumisin a su lengua materna.

    cuando escribo simplemente una carta en babe dialectai por el

    solo hecho de tener que utilizar un a caracteres distintos delos em-

    pleados desde que comenc esaibir siendo nio experimento una

    satisfaccidn semejan te imagino la del que tras cuarenta aios de

    fidelidad monogmica descubre que puede hacer el amor con otra

    persona. En consecuencia ai escribir en

    m

    arabe rudimentario

    llego alcanzar una dicha

    tal

    vez superior la que pueda sentir

    construyendo textos muy elaborados en mi propio idioma. Segu-

    ramen te

    se

    alberga aqu tarn bien una actitud de rechazo ante mi pro-

    pia lengua ante una escritura que he practicado durante demasiado

    tiempo

    De

    la aceptacin

    al

    rechazo, la imbricacin y la ambigedad, aqu podra ini

    ciarse una muy atractiva va de interpretacin de la escritura de Goytisolo, sobre

    tod o e n sus ltimas novelas.

    Pueblo en marcha y La Chanca se inician desde un tiempo exterior y ante-

    rior al viaje en s, dndonos cuenta de cmo y por qu el autor comienza su reco-

    rrido.

    E n el primero de ellos el escritor rem emora sus ideas previas sobre Cuba, so-

    bre su bisabuelo, los esclavos, las plantaciones, hasta que decide ponerse en camino.

    La Chanca arranca de

    su

    vida e n Pars, con sus problemas de adaptacin y co-

    municacin lingstica, con su aoranza de las tierras y los hombres de Espaa hasta

    que , hab lando con Vito rino, decide abandonar Francia y ilegarse a Almera.

    Campos de Nl/or nos introduce, un tanto bruscamente, en el relato: el es-

    critor ya est en Almera y solamente nos informa de que hubo una estancia anterior

    en la ciudad e n la que se encuentra.

    Aun siendo estos iibros muy diferentes unos de otros, especialmente en

    su

    composicin y estructura, existen ciertos rasgos compartidos por los tres: descripci6n

    6 )

    La

    Chanca, veinte aos despus , e n Voces p. 12.

    7)

    Por qu he escogido v v r en Parls? en Voces p.

    10.

    8)

    ULLAN,

    J.

    M. Arabesco para

    l

    transparencia ,

    en Votes. p. 17

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    del paisaje

    y

    de los hom bres que, riaturalmente, es caracterstica general a los libros

    de viajes.

    Cuando el escritor viaja, las primeras impresiones que

    recii e le llegan funda-

    mentalm ente a travs de la vista

    y

    el odo.

    El

    paisaje es descrito de un a manera precisa, aunque obligatoriamente de-

    tenida:

    Ec ha nd o calle abajo por Caadas, el farastero desemboca

    n

    una

    avenida amplia y la vista se despeja. Las chozas faldean la pen-

    diente, escalonndose tal

    u

    colmenar inmenso y, ms arriba, las

    cuevas bostezan con las fauces abiertas, como boc s oscuras, pro-

    fundas y desdentadas.

    Chanca, p.

    3 7 )

    Pero las voces, las diferentes hablas de la gente, le permiten una escritura -o

    un registro- m ucho ms dinmica

    y

    rica en variantes. Goytisolo presta

    su

    atencin

    no slo

    a

    lo que d icen los personajes, sino a c m o lo expresan, el escritor revela una

    volun tad de transmitir el lenguaje de los alrnenenses de la manera ms fiel posible.

    Por ello no entrecomilla

    ni

    marca con caracteres grficos distintos el hablar andaluz.

    El lector agradece esta decisidn porqu e se le hace ver que no es ms verdad

    la norma lingstica que adopta Goytisolo en

    su

    escritura -que todava aq u es la

    tradicional y acadmica- que la que emplean los hombres

    y

    mujeres alrnerienses en

    su

    lenguaje cotidiano.

    Tam poco cae en el error contrario, es decir, en el excesivo prurito ci e n ti f~ ta

    que le hubiera llevado a realizar una transcripcin lingistica estricta, que tambin

    hubiera alejado a l lector del habla reflejada.

    Conserva

    baches ,

    distingue

    b y 'V', j7'y g ,

    mantiene pu ntos

    y

    comas a

    la hora de escribir el dialecto:

    Habla c o m o diez m eses recibimos carta de

    U

    Dijo que no s iba en-

    va unas fotos de

    su

    mu j4 y lo s chiquios, pero se le debi6

    o

    vi

    Chanca, p.

    45)

    En

    La Chanca y Campos e NQar encontramos gran nmero de opiniones de

    la gente, de discursos sobre los ex tranjeros, las mujeres, los andaluces, los habitantes

    de otras tierras de Espaa.

    Al

    lado de

    las

    ideas de la derecha sobre Andaluca, los pro-

    pios andaluces que repiten el tpico:

    En Espaa n o ha y el ad elanto d'otras naciones, pero

    se

    vive mej

    que en ninglin sit io -deca el azacn.

    Los extranjeros, en cuanto pun,

    s

    vienen p'aquf. En An dal uch ,

    con el sol

    y

    u n poq ui to d e n , se las arregla u st y va

    tirando

    Campos, p.

    124)

    O, a propsito de los franceses que llegaron un da a fotografiar la

    mise

    de La Chanca:

    Lueg o vienen y n a s rera tan. Me

    c p

    en sus muertos

    Chanca,

    P.

    67)

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    ul

    es el estar de Goytisolo en todo esto? Es un escritor que pone

    su

    plu-

    m a

    al

    servicio de la descripcin y de los problemas de los dems o, por el contrario,

    se le descubre en el relato, opina, habla de s mismo?

    Aunque

    la

    figura del au tor est presente a lo largo

    e

    toda la narracin, (carac-

    te rh tic a de los escritos de viaje es el empleo de la prime n persona) no es muy pa rti-

    dario de exp oner abiertam ente sus ideas sobre lo que ve o le cuentan. Prefiere dejar ha-

    blar a los dems para mantenerse en la sombra. En ocasiones se le interpela &recta-

    mente y, aun

    asf,

    sus respuestas son inexpresivas

    y

    parcas:

    Qu le parece? -pregunta don Ambrosio cuando llegamos

    a

    la

    cima.

    Gritando

    a

    causa del viento digo que me parece bien.

    (Campos, p. 98)

    Otras veces n o responde siquiera:

    Ust que ha estudia y carrio mucho drg~me: er bueno y hon-

    rao no basta? La pregunta de la abuela flota unos minutos en

    el aire y como nadie la contesta la tension disminuye y al cabo

    todos fin gim s ignorarla.

    (Chanca, p. 80)

    Sin embargo Goytisolo no intenta escapar de las impresiones que le producen

    la

    miseria,

    la resignacibn, el dramatismo de lo que est viendo.

    Es en

    las pginas fina-

    les de los libros cuando, en la noche y ayudado por los efectos del alcohol, rompe

    toda contencion previa y se queja por lo que ha visto y le ha dolido:

    I

    cielo era como un ocano embravecido y en el campo haba

    uno de esos silencios expectantes que preceden

    a

    la explodon de

    la tormenta. ...) Todo anunciaba la inminencia del estallido y a

    medida que el tiempo transcurra aumentaba tarn

    bin

    mi necesi-

    dad de

    desfogame.

    (Campos, p.

    12

    1

    Vitorino -dije- me oyes?

    -S- repuso.

    -Almeria ha perdido el sol.

    Ha

    perdido el aire.

    S

    No quiero verla nunca ms... Hay que conseguir que el aire

    vuel-

    va comprendes?

    (Chanca, p. 93

    La literatura de viajes permite un registro

    ms

    neutro o ms objetivo de

    la realidad que el que podra

    llevar a cabo la llamada literatura de creacin. Desde

    este punto de vista, y en ciertas Cpocas de represion, las obras de viaje pueden llegar

    a actuar como denuncia de algunas situaciones que no es posible expresar de otra-

    manera. Sera similar al papel que el cine documental o testimonial cumple en m e

    m entos parecidos.

    in embargo, y siendo cierto l o que acabamos de sealar, es curioso que este

    tip o de escritura utilice mucho m s que ninguna otra -si exceptuamos la poesa-

    la primera persona. Es

    la

    bsqueda de la objetividad a travs de la m b evidente sub-

    jetividad.

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    Goytisolo termina identificndose con la tierra con los hombres aimenen-

    ses.

    l yo

    del narrador se convierte en un

    nosotros:

    Queda decirles que, si ramos pobres, lo mejar que podimos de-

    sear era

    ser t mhien

    feos; que la belleza nos serva de

    excus para

    cruz rnos de brazos y que para salir de nosotros misnos debimos

    resistir la tentacian de sentirnos tajeta postal o pieza de museo.

    Campos,

    124)

    Se

    adelantan as posiles sohciones para remediar la postraci6n

    y

    el subde-

    desarrollo andaiuz:

    Y o pensaba todava en La Chanca, en la sociedad de hombres des-

    posetdos de La Chanca, y el llanto mudo de la abuela me alcanzaba

    muy hondo. Habla una fuerza inexplotada en nwtros, acaso un

    posibilidad de herosmo. Luciano y el Luiso la haban dcb*ri osin

    nombrarla.Se llamaba solidaridad. Chanca, p. 91)

    Es este el primer paso en su acercamiento hacia los pueblos que sufren la

    in-

    justicia de sus propios gobiernos o de otros, lo que le condujo a una toma poshira

    -muy personal y controvertida- en la llamada cuesti6n rabe .

    Goytisolo no pretende presentamos una h e r a africanizada a toda costa,

    pero la imagen del Africa arabe se

    ftra

    en muchos prrafos de los libros, como un

    rasgo muy difuminado en el paisaje:

    Almeria es ciudad

    nica

    medio insular, medio af ricana.

    Campos,

    P. 10)

    Una chica cubierta cano una mora se asoma ver. Campos, p. 93)

    Hacia meses que n o ola la

    risa

    f ~ s c ae las muchachas ni el vocej6n

    gutural de los homhres, que

    tanto

    recuerda al

    rabe

    Chanca, p. 13)

    La Chanca parece el libro ms elaborado de los que comentamos: en

    lo que

    podra llamarse trama novelesca -bsqueda de Antonio El cartagenero , compli-

    cacion del argumento, aparicion de nuevos personajes siempre al hiio de

    la

    accin

    principal- se compagina con la inclusin de textos de carcter histrico (Apdndice

    : Aimerfa en algunos viajeros por hpaa), noticias periodsticas sobre el barrio

    (ApCndice : Dos testimonios sobre La Chanca y datos de orden econmico-social

    (estadsticas de poblacibn, emigracin, enfermedad, etc.)

    La obra revela la intencion de fundir el discurso subjetivo del escritor con la

    verdad objetiva de cifras y testimonios precedentes, pan llegar a identica conclusi6n:

    Aimeraa no fue siempre msera y desgraciada.

    La Chanca prefigura as, no solo el escenario de su obra posterior, sino tambin

    el estilo: el entremezclamiento o prexntaci6n paralela de escrituras diferentes, hasta

    en idiomas diversos, que haba comenzado en Senas de Identidad.

    En Paisajes despus de la batalla sigue manteniendo este modelo, aunque don-

    de antes habfa confusion hay ahora disgregaci6n: todos los discursos que hasta

    Mak

    bara

    se imbricaban en el texto, se presentan en

    su

    ltima novela, antes de Coto cerra-

    do, de forma atornizada y juxtapuesta.