55459491 pastoreo trashumantico en la puna de atacama chile

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1EL PASTOREO TRASHUMNTICO EN LA PUNA DE ATACAMA (II REGIN, CHILE): IMPLICANCIAS SOCIOCULTURALES DE UN SISTEMA DE ADAPTACIN INTERECOLGICO*

Ulises Crdenas Hidalgo**

RESUMEN Se presentan los resultados de una investigacin etnoarqueolgica que, nutrida con un enfoque cualitativo, pretende acceder a los planos de significacin y sentido que algunos actores sociales mantienen y articulan con una estrategia de movilidad interecolgica caracterizada principalmente por el pastoreo de ganado camlido al interior de la Provincia El Loa, II Regin de Antofagasta, Chile. A travs de esto se mencionan y explican algunos de los factores sociales participes en los procesos de continuidades y cambios experimentados por los grupos humanos que practican esta modalidad de subsistencia, y que en la actualidad corresponden a colectividades tnicamente heterogneas. Lo anterior se realizar por medio del anlisis de la informacin que proporcionan las fuentes bibliogrficas, enriquecido con algunos relatos orales de pastores que habitan en el sector. Por ltimo, se espera potenciar el rol de la investigacin actualstica en arqueologa centrando el anlisis en el estudio de los aspectos sociales involucrados en esta estrategia y del posible uso etnoarqueolgico de esta clase de data en la reconstruccin de los sistemas socioculturales del pasado. INTRODUCCIN El estudio de los sistemas de subsistencia articulados por los grupos humanos asentados en la Puna de Atacama, II Regin de Antofagasta, Chile, ha constituido uno de los principales focos de atencin y anlisis de la arqueologa, ms an si consideramos los aportes que tales estudios han proporcionado en torno a la construccin y esclarecimiento de esquemas histricos-culturales de determinadas regiones o sectores geogrficos. Sin embargo, el nfasis otorgado por los prcticantes de esta disciplina al anlisis de aquellos grupos que basan su subsistencia en torno a la caza y recoleccin de los recursos del medio ambiente circundante, lnea bien desarrollada por algunos arquelogos (v.gr. Binford, 1988), ha generado un singular fenmeno que se ha traducido hasta tiempos recientes en la poca atencin que ha recibido el pastoreo por parte de la arqueologa (Kuznar, 2001), como una estratega de subsistencia actualmente vigente y de forma especial los factores y variables sociales que intervienen en su evolucin y desarrollo. A pesar de este panorama, destacan algunas investigaciones desarrolladas durante la dcada pasada en la subrea altiplano meridional y circumpunea (Nielsen, 1997-1998; 1998; Villaseca, 1998; Yacobaccio et al., 1995;1998), las cuales se han constituido en las primeras referencias de utilizacin de este tipo de ptica en el rea. En este contexto, el presente articulo se plantea desde una perspectiva eclctica en nuestra disciplina, la etnoarqueologa, y proporcionar algunos elementos de anlisis que permitan comprender la actual dinmica social experimentada por los grupos pastoralistas que an subsisten al interior de la Provincia El Loa. De esta forma, tambin se pretende brindar al lector una caracterizacin sucinta del sistema de pastoreo que actualmente se articula en dos espacios discretos de la Provincia El Loa geogrfica y ecolgicamente diferenciables: Salares y Vegas de la zona de Ollage y Quebradas Intermedias*

Trabajo presentado a la Ctedra de Metodologa, Magster en Antropologa, Universidad Catlica del Norte - Universidad de Tarapac. ** Licenciado en Antropologa con mencin en Arqueologa, Universidad de Chile. E-mail: [email protected]

2y Alta Puna de la zona de Talabre, y que corresponden a los lugares de origen de algunos de los entrevistados. Las experiencias de terreno, en las cuales fueron obtenidas las informaciones y datos arquelogicos y etnogrficos, se llevaron a cabo en diferentes fechas y meses. El relevamiento y la recoleccin de informacin etnoarqueolgica en Ollage se desarrollo durante los meses estivales del 2001. Por otra parte, en Talabre, una exploratoria investigacin etnobtanica (Crdenas, 1998), complementada con entrevistas realizadas durante Diciembre del 2002 permiti aunar un set de datos que fue complementado con la participacin en otras actividades rituales desarrolladas en el verano del 2001 ya que desde fines de Diciembre a comienzos de Enero algunos habitantes dedicados al pastoreo efectan la ceremonia denominada Floramiento del ganado, evento que se realiza antes de las fiestas paganas de carnaval y cristianas de cuaresma. En este contexto, la interdigitacin y mezcla de poblaciones oriundas de diversos sectores geogrficos, culturales y lingsticos detectada en la Puna de Atacama (v.gr. Quechuas, Aymaras y Atacameos) y la consecuente articulacin de una acervo cultural de races comunes, constituye un fenmeno caracterstico del sector, especialmente del Ro Loa Superior y Ro Salado (Alto Loa), y se grfica incluso en el cotidiano a travs del conocimiento exiguo de dominios lingsticos diferentes, sean stos quechuas, aymaras o kunza. En todo caso la actual adscripcin tnica de la poblacin de la zona, Quechuas y Atacameos, se ha generado a nuestro juicio, a raz de complejos fenmenos socio-polticos contemporneos, entre las que destacan las actuales dinmicas polticas y jurdicas de nuestro territorio que han producido el reconocimiento legal de esta clase de organizaciones por parte del Estado (Ley 19.253) y de la Sociedad Civil. Por otra parte, la importancia otorgada al pastoreo como el sistema de subsistencia que ser analizado en el presente informe, encuentra su fundamentacin en las escasas aproximaciones que se han realizado de tal fenmeno desde una ptica etnoarqueolgica en nuestro pas (Villaseca, 1998). Lo anterior a su vez se debe a que nuestra rea de estudio posee caractersticas distintivas que permiten realizar tal aproximacin ya que en sta se ha articulado desde tiempos inmemoriales un complejo sistema de aprovechamiento de recursos basado en una particular estratega de movilidad interecolgica, el pastoreo estacional. AREA DE ESTUDIO Localizada al interior de la II Regin, la Provincia El Loa constituye el escenario polticoadministrativo donde fue desarrollada la investigacin. En este sentido, uno de los factores que justifico esta eleccin fue el hecho de que este sector, especialmente su seccin precordillerana y cordillerana an cobija en su interior algunos habitantes que se dedican a labores de subsistencia tradicional, como lo es el pastoreo trashumntico o estacional. Sin embargo, no podemos sealar que estas poblaciones basen su subsistencia exclusivamente en torno a dicha actividad de subsistencia, ya que muchos de estos pastores poseen pequeos huertos de primor, en los principales asentamientos de la zona y en donde son desarrolladas pequeas actividades horticolas que les permiten complementar sus recursos, y por ende su dieta alimenticia. A esta economa tradicional se suma la creciente y emergente poblacin de personas que an mantienen nexos con esta actividad de subsistencia, pero que realiza sus principales actividades laborales en los principales asentamientos urbanos (mineros y tursticos) de la zona debido a profundos procesos migratorios llevados a cabo desde comienzos del siglo XX. Los antecedentes culturales que se manejan provienen de pastores de diversos enclaves de este sector. Por una parte, Ollage, importante asentamiento geopoltico y ltima estacin de ferrocarril hacia Bolivia, es el lugar geogrfico en donde vive el Pastor Quechua-Aymara Donato Gabriel el cul desarrolla faenas laborales para la Municipalidad de Ollage, las cuales complementa con actividades ganaderas desarrolladas en los caseros de Chela, ubicados al suroeste de Ollage. Paulino Flores Inocencio, Pastor de ganado atacameo y Albail oriundo de la localidad de

3Talabre, actualmente vive en los suburbios de San Pedro de Atacama y subsiste del trabajo y la contratacin espordica originada por los llamados pololitos, mientras que su actividad pecuaria es desarrollada en las vegas colindantes al Salar de Tara, espacio en torno al cul articula una serie de rutas de pastoreo y que se ubica a 83 km. al este de la Capital administrativa de la Comuna de San Pedro de Atacama. LA MOVILIDAD PASTORIL EN LA PREHISTORIA REGIONAL En el rea centro-sur andina, el pastoreo, al igual que la caza-recoleccin y agricultura, constituy una de las actividades de subsistencia que ms desarrollo experiment en la poca precolombina Sin embargo, las escasas investigaciones realizadas han considerado esta actividad, desde un plano tagencial, vinculndolo a posibles procesos locales de domesticacin de camlidos (Hesse, 1981; Benavente, 1981; 1982; Nuez, 1992b), complejizacin social (Nuez, 1994) y caravaneo (Nuez & Dillehay, 1979) que si bien pudieron haberse experimentado en la zona han desviado del anlisis un aspecto central del problema, el estudio del modo de vida pastoril y de sus implicancias sociales. En la puna salada, investigaciones suponen que hacia los 2.500 aos a.C. grupos de cazadores arcaicos que articulaban una intensa movilidad trashumntica, debieron generar procesos locales e incipientes de crianza y domesticacin de camlidos (Nuez, 1992a; 1992b), de la cual son testigos una serie de manifestaciones artsticas en donde se grfica un simblico manejo pecuario, de complejas implicancias ideolgicas, tecnolgicas y sociales y que podra estar sealndonos, a travs de un incomprendido ceremonialismo propiciatorio, la transicin desde una economa depredadora hacia un modo de vida productor pastoril (Nuez, 1992b). Posterior a estas tempranas adaptaciones agropastoriles continua un perodo en la prehistoria regional en donde los anteriores logros alcanzados se consolidan permitiendo el asentamiento permanente de los grupos prehispnicos gracias a la articulacin de complejos modos de produccin, ligados a una sistemtica explotacin agropecuaria del entorno, que requirieron y generaron la restriccin de los amplios circuitos de movilidad articulados durante el perodo arcaico (Nuez & Dillehay, 1979). No obstante, se presume que durante este perodo, denominado formativo o intermedio temprano, comenz un fuerte desarrollo del caravaneo que permiti nuevamente concretizar el siempre presente ideal de la complementariedad ecolgica. De esta forma variadas evidencias arqueolgicas apoyan la idea de que los grupos humanos asentados en la subrea circumpunea comienzan a utilizar este peculiar sistema de movilidad con el fin de ampliar las redes de circulacin, distribucin e intercambio, de bienes materiales e inmateriales. Este fenmeno ha sido observado en particulares contextos arqueolgicos de la cuenca del Salar de Atacama (v.gr. Toconao Oriente, Calar, Tulor Algarrobo etc.), en los cuales estn presentes manifestaciones materiales que no slo nos indican la difusin de aspectos tcnolgicos, sino que a la vez demuestran la existencia de un patrn de pensamiento comn, de una concepcin de mundo, compartida socialmente que esta representada en grandes urnas y ceramios a travs de rostros modelados antropomorfos de estilo naturalista (Nuez, 1992a:38; Crdenas, 1999). Paralelamente al desarrollo de esta etapa denominada Toconao (500-100 d.c.), el sector del ro Loa es el escenario natural de una sociedad demogrficamente pequea que ha sido denominada Complejo Vega Alta (800-200 a.c.), de fuerte orientacin pastoril complementada con el cultivo de maz, y que posteriormente da paso al Complejo Loa Tardo caracterizado por un patrn de asentamiento discontinuo marcado por la movilidad estacional entre los valles y quebradas altas del ro Salado, y las vegas de altura (Villaseca, 1998:93). El desarrollo del pastoreo durante el horizonte medio ha quedado plasmado en algunas de las manifestaciones materiales atribuidas a las etapas Quitor (400-700 d.c. ) y Coyo (700-1000 d.c.) y que han sido encontradas en la cuenca del Salar de Atacama. Interpretaciones provenientes de

4algunos modelos explicativos (Nuez & Dillehay; 1979) sealan que durante este perodo la interaccin y movilidad, tildada como giratoria, tuvo su mejor expresin regional a travs de los intercambios y relaciones desarrollados entre los oasis atacameos y el Estado de Tiwanaku (Nez, 1993), que a su vez implicara una mayor capacidad de acceso hacia zonas ecolgicas trasandinas como Calahoyo y Casira (Zona limtrofe Argentino-Boliviana) lugares que debieron haber albergado una especie de colonia o establecimiento atacameo (Fernndez, 1978:25). Inverso a este nutrido panorama es lo que sucede con el sector del Ro Loa, ya que en esta zona slo ha sido observada la presencia de este perodo en contados artefactos (tabletas, tubos, cermica), lo que ha producido una escasa documentacin de este perodo. Si bien lo anterior no significa que estos territorios no hayan estado poblados durante este perodo, somos partidarios, al igual que otros investigadores a considerar que la falta de evidencias podra explicarse por la modalidad predominante de subsistencia de la zona, el pastoreo de camlidos (Aldunate et al., 1986:51) ya que esta condicionara una particular y discontina depositacin del registro material por parte de estos grupos, fenmeno que ha sido analizado en profundidad desde particulares pticas en algunas investigaciones realizadas en el rea centro sur-andina (Villaseca, 1998:249; Yacobaccio & Madero, 1995; Yacobaccio et al., 1998). Hay, no obstante, evidencias de estos grupos de orientacin preferentemente pastoril en localidades como Chiu-Chiu que conformaran la fase I del Complejo Lasana, que gradual y paralelamente se estaran desplazando hacia sectores forrajeros de gran importancia (v.gr. Turi) constituyndose de esta forma, en asentamientos que ocuparon una importante posicin comercial articulndose como centros-ejes intermedios que pusieron en interaccin los oasis de San Pedro de Atacama con el centro socio-poltico de Tiwanaku (Nuez y Dillehay, 1979). Una vez producida la disolucin de los rasgos culturales de Tiwanaku, sigue un perodo que ha sido definido en su base por el traslapo de influencias tiwanaku sobre desarrollos de tradicin local y por la incorporacin al territorio circumpuneo de nuevos grupos altiplnicos (Schiappacasse et al., 1989: 181). Los antecedentes que se poseen en relacin a este periodo, denominado de los Desarrollos Regionales, indican un alto grado de territorializacin de los grupos humanos probablemente vinculado al desarrollo de identidades tnicas ms diferenciadas que han visto con la decadencia de Tiwanaku, la oportunidad para expander sus espacios de explotacin de recursos hacia otros pisos o nichos ecolgicos, fenmeno inserto en la lgica andina de complementariedad. En este sentido, la situacin sealada pudo haberse experimentado en el Pukara de Turi (Schiappacasse et al., 1989:217), sitio que en sus proximidades alberga gran cantidad de recursos forrajeros que debieron haber constituido los factores catalizadores de disputas y enfrentamientos entre grupos humanos adscritos a diferentes tradiciones culturales, la altiplnica (Fase Toconce) y la de tierras ridas (Lasana II). En relacin al desarrollo de la actividad pastoril, las evidencias de este perodo nos proporcionan una imagen dinmica y activa, caracterizada por un intenso trfico caravanero que posibilit el entrecruzamiento de varias esferas de interaccin (Schiappacasse et al. 1989:181; Nuez, 1976:195) que perdura a lo largo del perodo y que esta registrado materialmente a travs de especficos sitios arqueolgicos, artefactos y rasgos culturales (v.gr. apachetas, geoglifos y equipo de carga). Tiempo despus, el rea centro-sur andina tambin formo parte del Imperio Inka. Sin embargo su desarrollo y sus influencias en la zona no afectaron el patrn de vida de las comunidades altoandinas ya que stas continuaron ejecutando sus labores pastoriles. Tal vez, sea sta la causa que produjo la escasa visibilidad arqueolgica de este perodo y aunque las evidencias detectadas den cuenta de la anexin poltica de la que fue objeto la puna de Atacama a travs de ciertos centros administrativos -v.gr. Catarpe y Cerro Verde- la imagen que prevalece sobre este perodo nos indica que el trfico de recuas alcanz un desarrollo sorprendente (Nuez, 1976:195). Por otra parte, durante los primeros momentos de la Colonia, siglo XVI y XVII, an es posible percibir la arraigada tradicin de explotacin de recursos a larga distancia, basada en la lgica de la ecocomplementariedad. En este sentido, antecedentes etnohistricos nos indican que a fines del

5siglo XVII las poblaciones asentadas en el rea atacamea experimentaron diversos procesos de dispersin y movilidad que si bien podan deberse a la presin poltica-econmica de la poca (cobro de tributos), presentaban una serie de caractersticas que permita considerarlos como fenmenos insertos en una tradicin andina de manejos de recursos distantes (Hidalgo, 1984b:423). Sin embargo, sea cualquiera de los dos factores aludidos los responsables de la dispersin y movilidad de la poblacin atacamea, las crnicas confirman la presencia de atacameos en sectores tan distantes como Tucumn, Lpez, Salta y Catamarca, lugares en donde eran explotados recursos ligados a un modo de vida agro-pastoril y minero1. Contraria a esta tendencia centrifuga de dispersin y movilidad de la poblacin, aparentemente motivada por el acceso a recursos lejanos, es la dinmica que se observa en la regin del ro Loa Superior-ro Salado que antiguamente form parte de la doctrina de Atacama la Baja. sta estaba integrada por una serie de lugares ubicados tanto al interior -Chiu-Chiu, Calama, Lasana, Ayquina, Paniri, Caspana, Lequena, Toconce e Inacaliri-, como en la Costa Morro Moreno y Cobija-, que fueron testigos de diversos procesos de movilidad entre grupos humanos provenientes de diversos sectores de los andes centro-sur. Los documentos etnohistricos, complementados con la data etnogrfica indican para estos sectores, especialmente los ubicados en tierras altoandinas, la presencia predominante de personas provenientes de Lpez desde el siglo XVI hasta el XX (Martnez, 1986), presencia al parecer motivada por la bsqueda de nuevos espacios ecolgicos para la consecucin de sus actividades ganaderas. Son estos antecedentes los que nos permiten observar, tanto en trminos sincrnicos como diacrnicos, los procesos socio-culturales que experimentaron las poblaciones pastoriles de la subrea circumpunea, procesos que tuvieron como marco de fondo la articulacin de un amplio patrn de movilidad, el que basado en la idea de complementariedad, permiti a las sociedades pastoriles acceder a zonas ecolgicamente diferenciadas pero que presentaban abundantes recursos (forrajeros y agrcolas) que posibilitaron el mantenimiento no slo de la masa pecuaria sino que de todo un sistema social, que si bien es comn al rea andina en general, presenta singulares particularidades y matices producto de procesos histricos locales. CONSIDERACIONES EN TORNO AL PASTOREO ALTOANDINO El pastoreo de camlidos domsticos, desarrollado en el rea andina se ha caracterizado desde pocas precolombinas, por ser un dinmico sistema de movilidad interecolgica que se ha generado, de acuerdo a la ptica ecologista, debido a las fluctuaciones que presentan los principales recursos naturales participes de este sistema (v.gr. forrajes, agua) a lo largo del ciclo anual (Flores, 1975:301). De esta forma, la marcada estacionalidad condicionara la permanencia no slo de las agrupaciones animales sino que tambin las de las comunidades humanas que basaran su subsistencia bsica en torno al manejo de este recurso pecuario. Situados en este contexto consideramos que es necesario mencionar las principales caractersticas que este sistema de subsistencia presenta, como lo son las particularidades ecolgicas y las caractersticas sociales y culturales de los grupos humanos ligados a esta actividad. Estos antecedentes nos proporcionaran un marco de referencia para observar y analizar esta particular estrategia de subsistencia, es decir al pastoreo altoandino, como un ecosistema o sistema ecolgico especializado, resultado de la interaccin entre la poblacin humana y el espacio de la puna y sus recursos (Flores & Macquarrie, 1995:101) definicin que permite considerar la observacin realizada en el prrafo precedente.1

En la revisita efectuada en Atacama en 1683 se registra, en el ayllu de Solor de Atacama la Alta, el caso de tres tributarios dedicados a actividades ganaderas. Dos de ellos se encontraban en el ro San Len (Lpez) y uno en el ro de San Juan (Tucumn), los que se habran desplazado a esos lugares por la comodidad de los pastos para sus ganados (AGNA, S. IX, L. 7-7-1, f. 22v.) (Sanhueza, 1992:179). Sin embargo, evidencias etnohistricas sealan que en el ro San Juan, Tucumn, llegaron a residir ms de setenta yndios e yndias atacameos, constituyndose de esta forma en una localidad ms grande que algunas de las de la propia atacama llegando a recibir el nombre de ro de San Juan de los Atacamas (Martnez, 1990:44).

6Segn la visin ecologista de la cultura el pastoreo altoandino como modelo operativo esta integrado por dos componentes principales: el medio ambiente altoandino (puna alta) sobre los 3.700 m.s.n.m constituido por comunidades botnicas adaptadas a estas condiciones, que transforman la energa solar en vegetal representado en la cadena alimenticia los productores primarios. Este componente tambin esta integrado por los recursos pecuarios (camlidos) que actan como los consumidores primarios transformando la energa vegetal en carne, fibra, cuero, leche y estircol respectivamente. A este componente se suma el social representado por los pastores que han organizado su sistema sociocultural como respuesta adaptativa a este medio, y que segn la ptica economicsta de tradicin formalista, permitira la utilizacin ptima y racional (maximizacin de los beneficios) de los exiguos recursos energticos de la zona (Op.Cit). Caractersticas Vegetacionales: Uno de los componentes esenciales del medio ambiente altoandino lo constituyen los recursos botnicos, los que cumplen un importante papel en la alimentacin de camlidos y ganado ovicaprino como en los sistemas de conocimiento popular desde donde surgen las prcticas medicinales herbolorias ligadas a este particular modo vida y que dan cuenta del acabado conocimiento que tiene el hombre andino de los recursos vegetales que se desarrollan en su entorno (Aldunate et al, 1981; Wickens, 1993: 297; Negrete, 1997:161; Villagrn & Castro, 1997: 284; Crdenas, 1998:254). Sin embargo, este componente y sus principales caractersticas configurativas (distribucin, densidad, frecuencia, variabilidad, etc.) est directamente relacionado con la zonacin vertical de acuerdo a la gradiente altitudinal que se presenta en gran parte de los Andes y que se genera, en trminos globales, una productividad vegetal muy baja. En este sentido, sendos estudios etnobotnicos realizados en la zona altoandina de la I y II regiones de Chile, han demostrado la existencia de diversas unidades o pisos ecolgicos, tanto zonales como azonales, que cobijan en su interior particulares asociaciones florsticas (Aldunate et al., 1981; Gundermann, 1984). Entre las unidades zonales se han reconocido una serie de pisos ecolgicos que, identificados y categorizados tanto por los cientficos como por los habitantes andinos de forma concordante, han sido denominados, siguiendo el esquema de Villagrn y Castro (1997), como Piso Preandino o Prepuneo caracterizado por la presencia de Atriplex microphyllum, Franseria meyeniana, Acantholippia deserticola, Ambrosia artemisoides y Atriplex imbricata; Piso Subandino o Puneo (Tolar) caracterizado por la dominancia de tolas: Fabiana densa var. Ramulosa, Baccharis boliviensis, Ephedra breana y Diplosthephium meyenii; Piso Altoandino que presenta una estepa arbustiva representada por Gramneas cespitosas perennes, como Festuca orthophylla, Stipa chrysophylla, S. frigida, S. leptostachya; especies en cojn como Azorella compacta, Pycnophyllum molle, P. bryoides; y arbustos como Baccharis incarum y especies del gnero Parastrephia; y Piso Subnival , caracterizado por un semidesierto de altura con vegetacin muy dispersa, principalmente cojines y herbceas en roseta (Op. Cit.: 278-279). Hay, no obstante, antecedentes etnogrficos (v.gr. Gundermann, 1984:109; Castro, MS) que sealan la importancia que han cumplido en las actividades pastoriles las unidades ecolgicas azonales, como por ejemplo los bofedales y vegas, unidades que han sido objeto de una serie de estrategias tecnolgicas (v.gr. quemas, riego) para estimular el crecimiento de nuevos brotes o impedir la desecacin de las asociaciones vegetales. Si bien estas unidades se caracterizan por estar ubicadas en ambientes edficos, ricos en materia orgnica debido a la existencia de una condicin hdrica de saturacin permanente, son muy sensibles a las variaciones qumicas del ambiente, ya que factores como la salinidad provocan el desarrollo de escasas y especficas formaciones vegetales. Lo anterior puede visualizarse claramente en trminos de la distribucin espacial de estas unidades azonales en el norte grande de Chile, zona que se caracteriza ecogeogrficamente por la presencia de dos macrosistemas ecolgicos, la puna seca y puna salada o de atacama respectivamente (Nez y Santoro, 1988). La primera, carente de cuencas salares posibilita el desarrollo de una gran cantidad de bofedales en el espacio altoandino de la I

7Regin, lo que a su vez permitira la realizacin de desplazamientos reducidos por parte de los grupos agropastoriles (Castro, M. MS). Las principales especies vegetales que se desarrollan en esta unidad, aunque varan en funcin de la altitud, conforman cojines duros que estn compuestos principalmente, en el piso altoandino, por Juncceas, Oxichloe andina y Distichia muscoides, entre las cuales crecen Hypsela reniformis, Eleocharis albibracteata, Arenaria serpens, Gentiana sedifolia, Plantago tubulosa, Scirpus deserticola, y varias especies de los gneros Werneria, Ranunculus y Deyeuxia (Villagrn y Castro, 1997:280). Distinta es la situacin que se experimenta en la puna salada, ya que ste sector debido a la escasez de recursos hdricos, elemento clave en la formacin de bofedales, presenta un tipo de unidad azonal conocida como Vega que esta estrechamente ligada a las surgencias hdricas de las cuencas endorreicas salinas de la regin2. Este fenmeno, a diferencia de lo observado para la puna seca, estimulara, debido a los altos niveles de salinidad, una menor diversidad y desarrollo vegetacional, lo que unido a la mayor dispersin espacial de estas unidades ecolgicas, generara circuitos de pastoreo que involucran grandes recorridos en el territorio debiendo la poblacin desplazarse entre los 2.300 y 4.000 m.s.n.m. (Castro, M. MS). Las asociaciones florsticas que se desarrollan en esta unidad varan en relacin a la altitud y grado de salinidad. En ambientes en donde la altitud es media (3.500-4.000 m.) y el contenido salino elevado predomina especies como Distichlis sp. (Chepica), Spircus californicus (Uncu), Tessaria absinthioides (brea). En zonas altoandinas, sobre 4.000 m. con marcada salinidad predominan Catabrosa wedermanni, Triglochin sp., Sarcocornia pulvinata, Patosia cfr. clandestina, Festuca nardifolia, Deyeuxia velutina, Carex sp., mientras que en las riberas de ro se desarrolla un tipo de asociacin florstica, que pese a ser distinta a las antes sealadas, recibe el nombre de Vega presentando especies como Cortaderia atacamensis (cortadera), Atriplex atacamensis (cachiyuyo), Baccharis salicifolia (chilca) (Loc. Cit.). Por otro lado, las vegas ubicadas en el sector de transicin desertica (v.gr. Vega de Turi), se caracterizan por presentar asociaciones florsticas ms homogneas y montonas en la que dominan Juncus balticus y distintas especies de pastos del gnero Distichlis (Villagrn y Castro, 1997:281). Caractersticas Sociales y Culturales de los Grupos Pastoriles: La organizacin social es una ms de las adaptaciones que estas sociedades han tenido que generar para posibilitar su desenvolvimiento exitoso en los espacios altoandinos. Esta se basa en las relaciones de parentesco que se dan a nivel de la familia nuclear, aunque algunos consideran que en la alta puna slo se puede subsistir y tener la suficiente colaboracin para el desarrollo de las actividades pastoriles en base a los vnculos que se generan entre conglomerados familiares extensos y de mayor complejidad social (Flores, 1975:312). Sin embargo existen evidencias etnogrficas que sealan la perduracin de este modo de vida a pesar de la disgregacin que estn experimentando las unidades familiares como consencuencia de la incorporacin de algunos de sus miembros al mercado asalariado (Gundermann & Gonzlez, 1993; Gbel, 1994:47;). Varios autores han sealado que los principales rasgos distintivos de los grupos humanos pastoriles lo constituyen una organizacin patrilineal extensa de tipo exogmico, a la que se suma un patrn de residencia patrilocal (Flores, 1975: 312; Flores y Macquarrie; 1995). No obstante, y debido a las reglas de reciprocidad de las sociedades andinas se ha destacado el papel importante de la bilateralidad en el sistema de parentesco (West, 1988:201; Castro, MS), fenmeno que ha posibilitado un doble acceso a espacios, bienes, recursos y colaboracin que permiten la realizacin y mantenimiento de las principales actividades del modo de vida pastoril3. Lo anterior tambin ha generado la apropiacin por parte de las unidades familiares de algunos espacios de

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Las principales cuencas endorreicas de la regin de Antofagasta son, en direccin N-S, Ollage, Carcote o San Martn, Ascotn, Turi, Atacama y Punta Negra. 3 En trminos del acceso a los espacios forrajeros y sus derechos de uso respectivo, se ha observado en las tierras altas del norte de Chile, que este sistema bilateral, en el caso de conyuges que provienen de distintos pisos ecolgicos, permite la explotacin de diferentes espacios forrajeros estimulando de esta forma la caracterstica movilidad interecolgica de estas poblaciones (Castro, MS).

8pastoreo que se reactivan consuetudinariamente por medio de la realizacin de una serie de ritos propiciatorios ( Merlino y Rabey, 1983:161). Vinculado estrechamente con estas manifestaciones materiales se encuentra una concepcin de mundo, la que da y otorga sentido a la realidad percibida y que se caracteriza en el rea andina en general por presentar un sello fuertemente ritual. Muchos han sido los autores que han sealado la importancia del componente religioso en la vida del pastor andino, ya que este, adems de estimular la interaccin social entre las comunidades andinas a travs de una serie de fiestas y eventos ceremoniales (Inamura, 1986:163), constituye la respuesta cultural creada por el hombre para otorgarle al mundo un orden significativo (Berger, 1984:32). Las principales festividades realizadas en este sentido, como es obvio, se ligan a los aspectos pecuarios, pero presentan contenidos sincrticos que dan cuenta de la convergencia de dos tradiciones de pensamiento distintas, una cristiana impuesta tras siglos de aculturacin y otra nativa que an lucha por subsistir a pesar de los factores antagnicos que impiden su perduracin, pero que posee profundos antecedentes temporales que incluso se remontan a tiempos precolombinos. En este contexto, una de las caractersticas que presenta el pensamiento religioso andino sera la tendencia a percibir el universo o cosmos significativo de manera integrada y ordenada y la relacin de sus elementos constitutivos en constante equilibrio y armona, propiedades que no slo se tratan de expresar en los aspectos sociales sino que tambin constituyen los principios directrices presentes en la relacin hombre-medio ambiente (Merlino y Rabey, 1983:165). Son estas consideraciones y antecedentes las que nos ayudarn a comprender en el marco del anlisis de los testimonios de los sujetos entrevistados, las continuidades y cambios observados en la esfera social, que han generado en la actualidad una variacin y modificacin de las rutas de pastoreo, y de sus implicancias y consecuencias al interior de la estructura misma de estos significativos pero escasos grupos humanos de este territorio. ANLISIS DE LOS ANTECEDENTES Con el objeto de exponer los antecedentes en un marco problemtico que le otorga importancia a los factores sociales que inciden en la articulacin de ciertos patrones de movilidad, se utilizaran algunos fragmentos de la oralidad de estos grupos que sern analizados a la luz de los datos medioambientales y ecolgicos de los sectores estudiados. Son estos discursos, considerados como verdaderos textos documentales, los que nos ejemplificaran los diversos aspectos que participan en la dimensin social del pastoreo. Sin embargo, la importancia otorgada a la variable ecolgica y medio ambiental adems de reflejar la incidencia que juega este factor en la vida del pastor andino, permitir aproximarnos a la profunda conceptualizacin y comprensin del entorno que nos dar atisbos para aproximarnos a la concepcin de espacio y tiempo que presentan estas comunidades indgenas, fuertemente sacrilizada, pero que no ha sido suficientemente estudiada al interior de la zona, a excepcin de algunos estudios exploratorios de carcter general sobre el rea andina (Grebe, 1988). De esta forma, y a partir del testimonio de los propios actores entrevistados, se intentar obtener una panormica general acerca de la organizacin social que conlleva el desarrollo de esta actividad de subsistencia interecolgica, la organizacin territorial destacando las rutas y circuitos de pastoreo articulados por estos pastores, los mecanismos de compra y herencia de ganado, la composicin de la masa ganadera, las enfermedades y los riesgos que implica el desarrollo de esta estrategia para finalmente ahondar los aspectos vinculados al ceremonialismo y la ritualidad y que dan cuenta de la vigencia de una cosmovisin particular que ms all de las contingencias y rearticulaciones tnicas contemporneas, demuestran la profunda adhesin de estos pobladores a una ideologa pastoril panandina, de fuertes antecedentes precolombinos. La dinmica pastoril experimentada en los sectores septentrionales de la Provincia El Loa, y que ha sido observada a travs de los testimonios orales del pastor quechua-aymara, evidencia profusos procesos de reacomodo ecogeogrfico y de cambio cultural que se han correlacionado con los

9eventos histricos que se han desarrollado en la zona, ligados especialmente al apogeo y decadencia de la minera de los azufres y boratos que alberga esta zona cordillerana. La construccin durante principios del siglo XX del ferrocarril Antofagasta-Bolivia tambin constituy un hecho histrico que actu de forma centripeta atrayendo numerosa mano de obra, principalmente de raigambre quechua, fisiolgicamente adaptada a las labores mineras-industriales de altura y que provena de distintas zonas geogrficas, especialmente de las Provincias de Nor y Sud Lipez, Departamento de Potos, Bolivia, quienes encontraron en la Comuna de Ollage el espacio necesario para reproducirse biolgica y culturalmente. La anterior situacin se explicara debido a las ptimas condiciones fisiolgicas de adaptacin que estos grupos humanos presentan en medios geogrficos y climticos extremos y adversos, fenmeno que se traducira en un mejor rendimiento laboral4. Los antecedentes que disponemos del pastoreo de camlidos ejecutado en la puna de Atacama, especficamente en su sector meridional, hasta tiempos recientes eran escasos (Folla, 1988; Castro, M. MS). No obstante, abundan una serie de fuentes bibliogrficas que tangencialmente dan cuenta de la economa tradicional articulada por las comunidades atacameas asentadas en las inmediaciones del Salar de Atacama y aunque se concentren en particulares dimensiones de la vida social de estas poblaciones, problematizando esferas como la economa de subsistencia y la insercin a los mercados asalariados, an no han revertido la poca investigacin desarrollada en torno al pastoreo interecolgico, salvo escasas excepciones, que se han concentrado en los aspectos tecnolgicos y medioambientales involucrados (Morales, 1996; Castro, MS). Sin embargo, en este marco destacan las investigaciones que desarrolladas, desde un enfoque etnoarqueolgico, se han circunscrito en torno a los actuales pisos ecolgicos de la Puna de Jujuy, Noroeste Argentino y que han puesto especial hincapi en torno a los procesos responsables de la generacin del registro arqueolgico material pastoralista, otorgndole especial importancia a los patrones de destazamiento de tales animales desde una ptica zooarqueolgica (Yacobaccio & Madero, 1995; Yacobaccio et al., 1998), como a la configuracin espacial de los diversos asentamientos articulados por esta modalidad de subsistencia (Gbel, MS). Por otra parte, los testimonios del pastor atacameo reflejan la activa movilidad desarrollada por las poblaciones precordilleranas de la zona, quienes en su mayora se ubican en la vertiente occidental de los andes y ocupan una serie de estancias de pastoreo (primarias y secundarias) y paraderos de descanso que forman parte de amplios circuitos de pastoreo que hasta tiempos recientes conectaban diversos pisos ecolgicos y que se desarrollaban de acuerdo a las caractersticas climticas que presentaba la estacionalidad vigente. No hay duda entre los investigadores de la zona, de que estos circuitos y rutas de pastoreo en el pasado debieron haber sido testigos y permitido el desarrollo del Caravaneo, una importante estrategia de intercambio de bienes que desde el II Milenio a.C. esta presente en la zona y que permiti ampliar la base de recursos disponibles ante la imposibilidad de hallar en un solo piso ecolgico algunos recursos considerados claves para la poca (suntuarios, de prestigio). En este sentido, el arte rupestre asociado a esta estrategia se presenta en la zona con una profundidad temporal que principalmente se remite al perodo formativo o temprano y el medio, que coincide con la llegada a la zona de las influencias de Tiwanaku, y que cerca del rea en donde desarrolla la actividad pastoril se grafica en una serie de paneles y representaciones pictogrficas, localizados en las cercanas del pueblo de Talabre (Valenzuela, 2002:35). El desarrollo de la arriera de ganado vacuno proveniente del chaco salteo (Noroeste Argentino), gatillada principalmente por el auge de la explotacin minera de Caracoles, y posteriormente por la extraccin de nitratos y boratos de las pampas intermedias, durante comienzos del siglo XX, conllevara un gran movimiento de gente entre las diversas vertientes de los Andes circumpuneos,4

Se presume que en los grandes minerales de la zona, v.gr. Amincha, llegaron a laborar 170 personas, quienes mayoritariamente eran mineros quechuas bolivianos, provenientes de las localidades de Uyuni, San Agustn, Copacabana, San Juan de Colcha y Santiago (Gundermann & Gonzalez, op.cit). No obstante, hemos constatado la presencia de poblacin quechua-cochabambina en nuestra rea de estudio, constituyndose en un interesante fenmeno que podra compararse con lo sealado por Gonzlez (1995) para las Salitreras de Tarapac.

10y Talabre, poblado de origen de nuestro entrevistado, no estuvo ajeno a tal panorama, considerando incluso que Soncor, asentamiento ubicado en las proximidades de este pueblo, jugo un rol clave en las ruta de trfico de ganado proveniente de la Repblica de Argentina, ya que en este sector los ganaderos deban pagar el talaje de sus cabalgaduras (Bowman, 1924: 253). Producto de esta situacin, muchos de los pobladores establecieron vnculos familiares con los denominados arrierios, e incluso muchos de ellos, con el colapso del arriaraje, motivado entre otros factores por la inauguracin del Ferrocarril Antofagasta-Salta en 1940, migraron a sus lugares de origen (Puna Jujea), evidenciando la vigencia hasta tiempos recientes de algunos mecanismos de explotacin de recursos a larga distancia que ya haban sido observados en la poca colonial a travs de la documentacin histrica (Hidalgo, 1985:161). De esta forma, el testimonio de estos dos entrevistados, que ligan complementariamente sus actividades de subsistencia con el pastoreo de llamas, evidencian diversos procesos de cambios y continuidades en torno a esta estrategia, pero tambin grafican las transformaciones que se han experimentado en los escenarios sociopolticos y econmicos de la zona. Organizacin Socio-Territorial: Para el caso quechua-aymar investigado, los principales asentamientos de pastores se ubican en las localidades de Puquios, Kosca, Quebrada El Inca, Amincha, Ollage, Chela y Cebollar y en conjunto presentan 13 unidades productivas domsticas (Romo, 1998:39) dedicadas a las labores de pastoreo complementadas con una agricultura a pequea escala. Sin embargo y considerando la amplia distribucin geogrfica de estos asentamientos en el espacio, se opto por realizar una caracterizacin etnogrfica que slo abarco a los asentamientos pastoriles que se ubican en las zonas aledaas del Salar de San Martn o Carcote 5, y que son utilizadas por el informante que tiene su rebao en los caserios de Chela. Generalmente estos asentamientos son permanentemente ocupados a lo largo del ciclo anual, constituyndose de esta forma en las bases residenciales o estancias principales. Sin embargo, se ha observado que alguno de los miembros de la unidad pueden ausentarse por algunos perodos de tiempo debido a la actividad pastoril, encontrndose diseminados en algunos de los numerosos asentamientos temporales que existen en la zona y que se localizan tanto en las Riberas del Ro Loa-Volcn Mio, como en la orilla del Salar de San Martn o Carcote. Un fenmeno que destaca en la mayora de las unidades productivas es que su presencia en la zona no supera los treinta aos, a excepcin de la Familia Nina-Limache y Familia Bello que al parecer llegaron a la zona a mediados del siglo XX. En este contexto, muchas de estas unidades se han formado como consecuencia de profundos procesos migrativos originados en Bolivia, principalmente desde las provincias de Nor y Sudlipez, departamento de Potos, y presentan algunas caractersticas culturales (v.gr. lengua) que permiten considerarlos como integrantes de poblaciones quechuas. Sin embargo, la familia, a la que pertenece nuestro informante, realiza sus actividades en la localidad de Chela y proviene del sector de Pampa Lirima, I Regin, reconociendo a sus ancestros como Aymaras aunque en la actualidad se hayan adscritos a la Comunidad Indgena Quechua. Ante este complejo panorama de presencias tnicas, claves son las nociones establecidas por Martnez al hablar de Poblaciones Entretejidas y de territorialidad interdigitada (Martnez, 1992:41), ya que se observa en la zona la convergencia en la zona de diferentes influencias tnicas y culturales, expresadas por sujetos provenientes de distintos sectores geogrficos. Lo anterior se grfica claramente en el relato del sujeto:

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Las Unidades Productivas Domsticas que articulan sus circuitos en torno al Salar de San Martn o Carcote son: Amincha, Familia Quispe-Yucra, Familia Bello; Ollage, Familia Nina-Limache y Familia Anza,; Chela Familia Aymani, y Familia Gabriel.

11 Mi tayta era aymara, mi mam era quechua, mi abuela era de argentina y hablaba tres idiomas quechua aymara y castellano (Ollage, 2001) El caso atacameo, circunscrito a las estancias y caseros cercanos al poblado de Talabre a diferencia del reseado anteriormente, presenta la particularidad de haber sido utilizado por poblaciones que constantemente ocupan ese territorio de acuerdo a patrones de movilidad estacional, condicionado por la abrupta gradiente altitudinal caracterstica de ese sector de los Andes. Si bien el lugar de nacimiento de este informante, estancia Antumpas, cercano a las vegas de Ecar, se encuentra ubicado en una ecozona de transicin entre las quebradas intermedias y la alta puna, forma parte de una red de asentamientos pastoriles que exploratoriamente fue investigado a escala local por Morales (1996) y que an son articulados por algunos de los habitantes de Talabre que an practican esta modalidad de subsistencia. Antes de la instauracin de la Escuela primaria en esa localidad precordillerana, que slo imparta educacin hasta Sexto nivel, hecho que debi haberse efectuado pasado la segunda mitad del siglo XX, muchos de los habitantes del sector vivan estacionalmente en sus estancias y bajaban al pueblo viejo de Talabre y a las estancias prximas durante la poca invernal, ya que en la cordillera las condiciones climticas invernales imposibilitaban la ocupacin y permanencia humana y animal constante del mencionado piso. Actualmente el poblado de Talabre se ha constituido en un fuerte polo de atraccin de los habitantes del sector, ya que ste presenta los servicios y comodidades bsicas que son demandadas por estos habitantes y se presume que en torno a estos factores este enclave precordillerano comenz a ejercer efectos centrpetos sobre la poblacin que resida en el sector. Cabe destacar que el actual poblado, ubicado en el sector de campo azul, fue erigido por los mismos habitantes con apoyo de la I. Municipalidad de San Pedro de Atacama en 1980, quienes ante un fuerte evento aluvional fueron testigos del anegamiento y la destruccin de sus hogares que se ubicaban en la seccin superior de la Quebrada de Talabre, hoy denominado el Pueblo Viejo. Por otra parte, la bsqueda de mejores horizontes y oportunidades laborales fue el motivo que causo, a la temprana edad de 14 aos, el traslado de nuestro entrevistado atacameo a la Repblica de Argentina, especficamente a la localidad de Catua, lugar en donde residan algunos familiares de la lnea materna que haban establecido alianzas matrimoniales con personas oriundas de esa zona trasandina y que se dedicaban a la ganadera de camlidos, complementada con caprinos y ovinos, evidencindonos la perduracin y continuidad de una serie de relaciones de parentesco entre habitantes de diversos sectores de la Puna de Atacama (Incluyendo la Puna Jujea, que slo se separ poltica y administrativamente del naciente territorio Chileno en 1889). Sin embargo un oficio complementario al de pastor lo constituy el trfico de productos vegetales, animales y artculos varios entre las dos vertientes de los Andes: Claro, he arreado tropas, yo arreo mucho [...] fui arriero, llevaba de todos tipos de mercadera, pasas, orejon, las ropas... (San Pedro de Atacama, 2002). Esta actividad, si bien se diferencia de la desarrollada durante comienzos del siglo XX en torno a las remesas de ganado, constitua una reminiscencia de las estrategias de intercambio de productos desarrolladas durante la poca precolombina, pero que a diferencia del caravaneo, que encontraba en la llama, su soporte animal, utilizaba los burros y las mulas como principal medio de transporte, situacin que Sanhueza (1992) observ para la poca colonial pero con matices socioestructurales distintos. De esta forma, el intercambio econmico entre estas zonas se realizaba entre los productos frutcolas de algunos oasis (v.gr. Toconao) con algunas prendas de vestir y elementos suntuarios y de aseo personal -artefactos de tocador (jabones y perfumes)- que eran trados desde la zona trasandina. Por otra parte, a medida que avanza el relato testimonial de esta personaje se aprecian los procesos de cambios que no slo afectaron a su unidad domstica sino que a toda su comunidad. En este sentido y como consecuencia de que la Escuela de la localidad imparte enseanza general

12bsica hasta Sexto ao, Paulino tomo la decisin junto a sus esposa Teresita, de emigrar a San Pedro de Atacama, capital administrativa de la comuna homnima ya que algunos de sus cinco hijos se encontraban en condiciones de continuar sus estudios en la Enseanza Media. Producto de esto, a comienzos de la dcada del noventa se produce el traslado de esta familia a la capital comunal, poblado en el cul nuestro entrevistado debi diversificarse productivamente en una serie de oficios. Paralelamente y a fines de los ochenta, el rebao de su familia, que pastaba en las vegas aledaas a las estancias de Ecar y Ojos de Ecar, al noreste de Talabre, fue entregado a un hermano para que lo cuidara, en trminos de una relacin de compadrazgo que an no ha podido ser bien clarificada. Sin embargo, tiempo despus este Pastor, profundo conocedor de su entorno, opto por llevar la manada de animales a nuevos sectores ecolgicos de pastoreo ubicados en las proximidades de los salares de Aguas Calientes y Tara alta puna- (ver mapa), lugares que hasta el da de hoy cobijan y son el escenario natural de asentamientos, rutas y circuitos de pastoreo que actualmente estn siendo investigados (Crdenas, 2002). De esta forma, resaltan de los testimonios analizados en trminos de la organizacin social algunas constantes. Esta organizacin est basada en relaciones de parentesco flexibles que unen tanto a los conglomerados nucleares como extensos, a pesar de que estos ltimos constituan una forma de organizacin en el cul primaban ms los valores de la solidaridad y cooperacin, caractersticos de las sociedades andinas, y que se han modificado producto de las transformaciones originadas al interior de las unidades productivas domsticas. En este sentido y debido a la fuerte presin de algunos fenmenos vinculados al desarrollismo experimentado en la zona (p.e. educacin de hijos, insercin al mercado laboral), las unidades familiares han sido testigo de migraciones temporales de algunos de sus miembros, desde sus poblados tradicionales, que en la mayora de los casos son definitivas. De esta forma, se ha ido produciendo una reduccin de estos grupos que, como consecuencia de la anterior, se conforman principalmente por los miembros de mayor edad. Esto claramente puede apreciarse en Chela, no as en Talabre que an posee una mano de obra bastante joven. Ante este escenario cobra vital importancia la realizacin de las principales festividades de la zona, tanto tradicionales como cristianas (v.gr. Floramientos, sealadas, Fiesta de San Antonio de Padua, Virgen del Rosario de Andacollo de Coska, Bao ganadero, etc.) ya que en stas se reactivan los lazos de parentesco que vinculan a los miembros de la unidad familiar y que no slo se aprecian en estos poblados sino que en varias comunidades de los andes centro-sur. Una de las caractersticas que ms llama la atencin en relacin a los asentamientos de las unidades productivas domsticas analizadas (Quechua-Aymara/Atacameo) es el hecho de que cas todas ellas poseen una casa en el principal poblado, lo que nos estara indicando la perduracin del antiguo patrn de doble residencia observado por Bowman (1924) y constatado por Hidalgo durante la Colonia (1985). Esta situacin, adquiere matices distintivos para nuestra poca, ya que si bien podra originarse por la conveniencia y la mayor accesibilidad a los servicios de atencin pblica y comercio, refleja el fuerte grado de insercin laboral de los miembros de estas comunidades a la cada vez mayor participacin en los mercados asalariados. Por otra parte, como mencionbamos anteriormente la complementacin de recursos alimenticios es efectuada por medio de las labores agrcolas de autoconsumo. Destacan en este sentido los campos de cultivo y las huertas en donde son cosechados productos tales como habas, papas, lechugas, ajos, zanahorias, cebollas, qunoa y algunos frutos, principalmente nectarines. La divisin sexual del trabajo tambin constituye una adaptacin social al entorno que rodea la vida y el devenir de los pastores cuyos relatos testimoniales han sido analizados y esta se hace notoria en la diferenciacin de gnero en torno a la articulacin de las actividades ligadas a los mbitos productivos, que en la actualidad no slo se circunscriben a la esfera domstica. A travs de la observacin participante destaca que las mujeres son las encargadas de la labores relacionadas con los mbitos cotidianos mientras que los hombres con aquellas propias del quehacer pastoril, aunque muchas veces el pastoreo de ovinos y caprinos es llevado a cabo por mujeres, a diferencia del camlido que es ejecutado por los hombres de la comunidad. Sin embargo y a raz de la incorporacin de estas poblaciones en los mercados asalariados, con la consecuente migracin,

13las mujeres han continuado desarrollando labores en los mbitos domsticos, encargadas de la crianza y cuidado de los nios y ancianos, mientras que los hombres se han incorporado como mano de obra en diferentes oficios ligados a la construccin de obras pblicas y privadas. Adicionalmente estos antecedentes junto con la prctica pastoril, la cul es constantemente vigilada a lo largo del ciclo anual, demuestran la necesaria y exitosa diversificacin de las bases econmicas de estos grupos, quienes desde una economa fundamentada principalmente en la explotacin de recursos tradicionales (vegetales y animales) han evolucionado hacia economas mixtas, que si bien son fuertemente dependiente del mercado, se complementan con los recursos otorgados por las actividades de agricultura y pastoreo de autosubsistencia, que son llevadas a cabo en sus poblados de origen. Por otra parte los pastores entrevistados articulan a lo largo del ao una serie de movimientos trashumnticos que experimentan variaciones en relacin a los lapsus de las ocupaciones, ya que mientras el pastor quechua-aymara vigila peridicamente su manada y la conduce a las diversas vegas y pastizales de los sectores de pastoreo (Alto Loa-Volcn Mio/Chela/Salar de San Martn) ocupando peridicamente la, que espacialmente se ubican a varios km. entre s, el informante atacameo viaja espordicamente a ver su rebao ubicado en la Laguna y Salar de Tara, dejndolo la mayor parte de tiempo solitario, situacin que slo vara en la poca estival que coincide con el perodo de alumbramiento de los ejemplares en gestacin a raz del peligro que representan la presencia permanente de los depredadores ms comunes del sector (v.gr. Pumas, Condores, etc.). Esta poca del ao, tambin coincide con la celebracin de las festividades tradicionales de Floreamiento de Ganado, las cuales son efectuadas los primeros das de Enero en Tara, y antes de las fiestas cristianas de cuaresma en Ollage. Ollage a diferencia de Talabre, se ubica en un sector de gran trfico interregional posibilitado por la presencia del Ferrocarril Antofagasta-Bolivia y de una ruta caminera aledaa al campamento. Sin embargo, en su interior se ubican una serie de asentamientos y caserios que presentan ocupaciones tanto de carcter permanente como temporal, que se articulan principalmente con Ollage ya que este es el centro de convergencia de toda la poblacin de la zona. Talabre por su parte, corresponde a un asentamiento de data reciente, que alberga a 13 familias y que concentra junto al poblado de Camar, ubicado hacia el sector este, a un numero considerable de habitantes que desarrollan labores de pastoreo y agricultura en el sector, sin desconocer la significativa mano de obra vinculada a la explotacin de los boratos y carbonatos de litio del Salar de Atacama.

Rutas y Circuitos de Pastoreo Las rutas de pastoreo que se utilizan en los espacios ecolgicos ocupados por los grupos que practican esta modalidad de subsistencia integran diversos pisos que altitudinalmente se corresponden con especficas formaciones vegetacionales que forman parte de unidades discretas denominadas coloquialmente Tolar y Pajonal. Para el caso del pastor atacameo, su manada compuesta principalmente por camlidos y algunos ovinos y caprinos, utiliza ciertas rutas de pastoreo que se ubican entre estas dos unidades ecolgicas, pero con usos intensivos en algunas pocas del ao, ya que en invierno se utilizan preferentemente las estancias ubicadas en el plateau rioltico caracterstico de las quebradas que bajan por la vertiente occidental de la cordillera de los Andes y que se localizan en las proximidades de Talabre (v.gr. Tumbre, Estancia de Patos, Antumpas, etc.). Inversamente a esta situacin, es lo que se produce durante la poca estival que coincide con la aparicin de tormentas convectivas ligadas al denominado Invierno Boliviano o Altiplnico. A partir de Octubre y hasta comienzos de Mayo, los habitantes de esta localidad practican una fuerte explotacin de los recursos forrajeros ubicados en el sector categorizado como pajonal, que compuesto por diversos pastos del gnero stypa sp., representa una formacin vegetacional que se localiza entre los 3.9004.000 msnm y se extiende slo hasta los 4.400 m.s.n.m. Uno de los hechos que destaca de esta formacin es que a pesar de presentar los ndices precipitacionales ms elevados en comparacin

14con los otros pisos presenta una cubierta vegetacional escasa pero rica en trminos nutricionales (Nez y Santoro, 1988:32). Por otra parte, investigaciones realizadas al norte de la Provincia El Loa han sealado que lo caracterstico de la zona de Ollage es la vigencia de largos circuitos de pastoreo estacional que alcanzan por el norte el Volcn Mio y por el este los pastizales bolivianos (Castro, MS). En este sentido, hemos detectado entre los pastores de Chela la articulacin de una movilidad interecolgica estacional que, como sealabamos anteriormente, comprende vastos sectores geogrficos: Nosotros en el verano pastoreabamos en Chela mismo, y en invierno nos ibamos para el lao del Mio, donde nace el ro Loa, porque hay unas quebradas, no cierto, por la orilla del Loa, por la orilla nos ibamos al Mio, estabamos en Pacopacos, esa son zonas de pastoreo en tiempo de invierno, Pacopacos, el Mio, Collahuasitoy en otras oportunidades cuando eran aos lluviosos nos venamos pal lado de Carcote, hasta Cuchicha, Caichape, Carcote (Ollage, 2001) Esta frase a parte de sealarnos las zonas de explotacin de los recursos forrajeros en las pocas estivales e invernales, planteara la existencia de una variacin en relacin a la utilizacin exclusivamente estival de los sectores vegetacionales aledaos al Salar de San Martn (Romo, 1998:107), ya que esta zona tambin sera utilizada para complementar la falta de forrajes en la poca invernal: Cuchicha se utilizaba en el tiempo de verano, porque son orillas de salares donde crece las vegas y bofedales, pero en invierno igual le usabamos, pero no ah sino que en los cerritos, los faldeos como le dicen, entonces los animales entraban a tomar agua noms y eso porque la vega se quemaen esa poca el animal prefiere el pasto de los cerros hasta que pase el invierno y cuando empezaba a brotar la vega, a verdear la vega de lo quemado que dejo el invierno, en primavera el animal ya empieza a bajar del cerro, a comer en las vegas y bofedales(Ollage, 2001). De esta forma, apreciamos que un mismo sector geogrfico, puede ser utilizado en distintas pocas de ao, pero debido a la fluctuacin de la vegetacin, por causas estacionales, se condicionara una movilidad que permitira postular un modelo de pastoreo que implicara la utilizacin tanto de vegetacin concentrada (vegas), como de vegetacin dispersa (Tolar y Pajonal). Sin embargo, en esta zona no se observa una disminucin de los forrajes concentrados en relacin a los dispersos, aunque factores antrpicos, como la extraccin de aguas desde determinadas vegas (v.gr. Cuchicha) en la poca del desarrollo minero, provocaron la desecacin de algunas reas de esta unidad azonal, fenmeno que ya ha sido observado en otras zonas de la Provincia El Loa (Aldunate, 1985). De esta forma, se podra plantear un modelo que involucra la explotacin de recursos forrajeros de vegas de salares, tolares de la cadena intermontana y vegetacin concentrada ubicada en las cercanas de ros y manantiales. Sin embargo, en este marco inciden fuertemente las caractersticas conductuales y etolgicas de los animales ya que stas condicionan la articulacin de un peculiar sistema de pastoreo de las manadas, especialmente las camlidas, quienes por su marcado comportamiento gregario, se protegen mutuamente lo que permite la prctica de botar a los animales en los espacios ecolgicos (Villaseca, 1998:40) sin mayor cuidado humano, a diferencia de la que se debe utilizar en los rebaos mixtos compuestos generalmente por ganado ovicarprino, ya que estas especies debido a sus caractersticas conductuales dependen constantemente de las atenciones del hombre. Otro sistema complementario, en el pastoreo de camlidos lo constituye el uso de vegas o bofedales en un plan rotativo diario y bajo la vigilancia de un pastor (Op.cit.:41).

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Para el caso del pastoreo desarrollado en la zona atacamea, los antecedentes proporcionados como fruto de la investigacin realizada en Tara son insuficientes para postular un modelo de explotacin de los recursos forrajeros del espacio ecolgico, aunque sta se circunscriben principalmente a las formaciones vegetacionales que se ubican en las inmediaciones del Salar y Laguna de Tara y estn siendo analizados en el contexto de una investigacin en curso (Crdenas, 2002). Medio Ambiente y Clima Uno de los factores que condicionan e inciden en la articulacin de las rutas de pastoreo y en la consecuente eleccin de los espacios ecolgicos que sern utilizados por parte de los grupos pastoriles, sin lugar a dudas lo constituye las variaciones y fluctuaciones que experimenta el medio ambiente, entendido ste como un conjunto de rasgos integrados por las caractersticas configurativas de los regmenes climticos (v.gr, precitaciones, radiacin solar, humedad, etc.) a los que se suman los efectos de stos sobre las formaciones vegetacionales y la ecologa circundante. Climticamente el rea de Talabre corresponde a lo que se define como Clima de desierto marginal de altura o regin tropical marginal y Clima de estepa de altura o tropical de altura (Romero, 1985), regmenes climticos que permiten el desarrollo de especificas cubiertas vegetacionales. De acuerdo a lo anterior, la dinmica climtica de la Puna de Atacama se caracterizara por bajos ndices precipitacionales los que van en aumento de acuerdo a las variaciones altitudinales y estacionales. Por su parte, la zona de Chela, inserta administrativamente en la Comuna de Ollage, presenta caractersticas climticas muy particulares y stas slo pueden ser observadas en ecosistemas que presenten una similar configuracin ambiental (v.gr. Tierras Altas del Tibet). Sin embargo, se postula que son los efectos de la altura los que determinan las condiciones climticas de esta zona. Ests se caracterizan, a nivel de superficie, por niveles bajos de presin atmosfrica (40% inferior al valor observado a nivel del mar) de humedad atmosfrica y de densidad de aire (35% inferior al valor a nivel del mar) (Aceituno, 1997:63), que a su vez generan una menor concentracin de oxgeno atmosfrico, fenmeno causante de diversos efectos fisiolgicos en los seres vivos. La temperatura esta directamente relacionada con los procesos radiativos que se experimentan en este sector, ya que al no poseer la atmsfera local una mayor capacidad de absorcin de la radiacin solar, se produce un fenmeno de exposicin directa a los principales componentes del espectro solar, principalmente los ubicados en el rango infrarrojo (Ibid.:65), lo que a su vez determina una menor contraradiacin atmosfrica y un acelerado enfriamiento nocturno de la superficie. Lo anterior implica el desarrollo de fuertes oscilaciones trmicas durante el ciclo danoche, llegando a presentarse temperaturas que superan los 20 C. en el da y que descienden a valores negativos durante la noche. El viento constituye otro factor de importancia climtica al analizar la dinmica ambiental del altiplano y aunque su rgimen este fuertemente condicionado por la topografa, se ha observado que en verano se desarrolla una circulacin anticiclnica, en direccin E-W como consecuencia del activo desarrollo de la nubosidad convectiva en la parte sur de la cuenca amaznica, mientras que en invierno esta zona quedara expuesta a la influencia de los vientos relativamente secos del oeste. De esta forma, el rgimen de viento estara participando de otros fenmenos, como por ejemplo las precipitaciones, las que se registran intensamente en el denominado verano austral o invierno altiplnico durante horas de la tarde en la forma de intensos chubascos asociados a un rpido desarrollo de nubosidad convectiva (Ibid. 68). Sin embargo, los registros han demostrado que la distribucin espacial de las precipitaciones en el altiplano no es homognea, ya que las zonas ms septentrionales recibiran un flujo mayor de aire hmedo desde el este, mientras que los sectores meridionales recibiran flujos menores los que se traduciran en limitados eventos precipitativos. No es ajena a esta dinmica el fenmeno del Nio ya que diversos estudios han

16establecido que durante el desarrollo de sus eventos la precipitacin en el altiplano suele ser deficitaria (Ibid, 69). Son estos factores conjugados los participantes en las oscilaciones que presenta el rgimen hidrolgico de la zona, ya que ste est fuertemente influenciado por las precipitaciones que caen especialmente en la poca estival y que en algunos casos se presentan en forma slida (nieve y granizo), nutriendo de este modo los delicados nichos ecolgicos que se han desarrollado en torno a particulares cuencas endorreicas (v.gr. salares) y que posibilitan la explotacin pastoril del sector. Estos cambios climticos que se correlacionan con modificaciones en el medio ambiente, tambin han sido observados por los pastores del rea, quienes han observado a lo largo de su vida las transformaciones que se han experimentado en relacin a este factor. El clima ya no es como antes constituye una frase que refleja la percepcin subjetiva, socialmente compartida, de tal fenmeno y que se grfica en la alteracin que han experimentado los ciclos precipitacionales que se desarrollan en la Puna de Atacama, especialmente en los meses estivales: Antes la lluvia empezaba en el mes de diciembre, ya haban las primeras lluvias y hasta diciembre, enero, febrero hasta marzo llova,[] y antes en invierno siempre nevaba (Ollage, 2001). Sin embargo, tambin se observan cambios importantes en las contribuciones hdricas que se efectan durante la temporada invernal: En el mes de junio, julio hasta agosto siempre caa nieve, entonces eso alimentaba a los ros, eso permita que no hubiera merma de agua, como existe ahora, por ejemplo en Caichape, Caichape, el agua, prcticamente se esta secando y slo alcanza a regar la mitad de la vega el resto se murio(Ollage, 2001). Lo anterior obviamente ha generado una serie de desequilibrios ecolgicos, producto de la paulatina sequa que ha afectado a los espacios y nichos ecolgicos en donde son llevadas a cabo las prcticas pastoralistas y ante la cal se han operacionalizado una serie de estrategias tendientes a revertir la perdida progresiva de los sectores que presentan formaciones vegetacionales continas como vegas y bofedales. Una de estas respuestas la constituye la intervencin del sector a travs de zanjas y canales que no cumplen otro propsito que irrigar con los escasos recursos hdricos disponibles los sectores ms afectados por este fenmeno posibilitando la preservacin de la flora y de la vida silvestre asociada. Esta situacin de manejo que podra calificarse de paleohidrulico se visualiza especialmente en las vegas que rodean el sector de Chela (Caichape) y las inmediaciones del Salar de San Martn o Carcote, escenarios que tambin estn siendo potencialmente afectados por la extraccin desmesurada de recursos hdricos subterrneos por parte de algunas compaas mineras de la zona6. Esta situacin de trastornos ambientales, motivados por fluctuaciones en las precipitaciones, no es privativa de los grupos que se ubican al norte de la Provincia El Loa, ya tambin constituye un hecho consensuado entre los habitantes de la Comuna de San Pedro de Atacama, quienes incluso asocian este fenmeno a profundos desequilibrios en la relacin simblica y tradicional que antao articulaban los antiguos likan antais con la naturaleza natural y supranatural como consecuencia de la progresiva aculturacin con la sociedad regional y nacional y que se ha traducido en la perdida de ciertos ritos propiciatorios que simblicamente posibilitan el desarrollo de estos eventos ambientales (v.gr. Ceremonias de Agua mar). La percepcin individual del pastor talabreo, translocalizado en San Pedro, es explicita en cuanto seala la fluctuacin y el trastorno que presenta el medio ambiente en la actualidad y en particular las precipitaciones:6

Esta situacin, claramente observada en el Salar de Ascotn, rea que presenta una profunda alteracin ecolgica a raz de acciones antrpicas ligadas a la explotacin de los recursos hdricos y minerales del sector, amenaza con expandirse en las restantes cuencas endorreicas de la Comuna de Ollage, especialmente el Salar de San Martn o Carcote que es objeto de reiteradas solicitudes de aprovechamiento de recursos hdricos, tanto superficiales como subterrneos que impulsa la Divisin Codelco-Norte. La cuenca del Salar de Atacama no es ajena a este panorama siendo el caso ms ejemplificador el que se desarrolla al sur de este sector, especficamente en el Salar de Punta Negra.

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Si, se nota, llueve menos, y cuando llueve llueve mucho, muy malo, en todo caso no es como era antes, antes no haban lluvias, lluvias que abasteca al ganado, y ahora no, pasan las lluvias locas no ms, y dejan la embarra y listo. (San Pedro de Atacama, 2002). Situados en este contexto, es obvio sealar el profundo conocimiento que estas poblaciones, principalmente las ligadas a las actividades de pastoreo, poseen en relacin a los elementos constitutivos de su entorno, especialmente animales (incluyendo aves y reptiles) y plantas, que han permitido sostener la vigencia de una tradicin de etnoecologa nativa que categoriza y ordena estos fenmenos en un plano espacio-temporal fuertemente simblico y que demuestra la perduracin de patrones cognitivos que seran caractersticos del mundo andino (Grebe, 1988) y que se expresaran en los sistemas ideacionales quechuas y atacameos de la zona. No obstante, este gran conocimiento de los fenmenos del entorno, no slo se circunscribe a la esfera bitica, sino que incluye la integracin de este conocimiento con aquel que emana de los factores abiticos de la naturaleza, especficamente de los fenmenos atmosfricos. De esta forma, presenciaramos la articulacin de un modo de prediccin de los eventos ambientales que entrecruzaran saberes provenientes de diversos campos del reino animal, vegetal y fsico, que nutrido y enriquecido con los contenidos culturales propios de las comunidades indgenas, originara una arraigada tradicin de meteorologa nativa que podramos denominar etnometeorologa. En una de las reas de estudio esta ciencia indgena est estrechamente relacionada con el conocimiento de la etologa de algunas aves y reptiles, ya que la aparicin de especficos comportamientos se vinculara a la aparicin y presencia de algunos fenmenos atmosfricos (v.gr. lluvias). Nosotros predicimos el tiempo en sentido por los animalitos, hay diferentes tipos de pjaros en el campo, entonces cuando sale un tipo de pjaro en el campo nosotros decimos, ahh va a ser viento, pero no hoy maana, ese pjaro se llama el guayrajamachi, que significa viento, guayra es viento en aymar, jamachi es pjaro, entonces cuando aparece ese pajarito hay viento, pero hoy ta todo cambiado, los pjaros no avisan, no predicen, hoy hay harto guayrajamachi pero no sale vientoahora en este tiempo no debera haber huevos de palomita, de guayrajamachi, o del jilgerohay huevos de la chijta,esos pajaritos eran bien sabios en sentido de predecir el tiempo, ese predice el ao lluvioso, el ao lluvioso cuando pone sus huevitos en el tiempo que corresponde...tambin el nequeleque, la tiutura, por ejemplo, es muy probable que este ao no llueva, no he visto a la tiutura, es un animalito como la diuca, as grande y no se ha vistocuando apareca en septiembre o en octubre ese predeca aos lluviososel chipichipi, ese si a las seis de la maana, siete de la maana se para al lao de las estancias, arriba de los montes empiezan a cantar, buen da, caluroso, eso era indiscutible, era seguro (Ollage, 2001). Sin embargo, tambin se advierte una perdida de las capacidades de prediccin de estos grupos humanos sobre los fenmenos ambientales que los afectan, situacin atribuida a los drsticos cambios y trastornos que han afectado a los nichos ecolgicos del sector y que se extienden por la zona meridional de la cuenca del salar de Atacama. Consultado en relacin a esto el pastor atacameo sealaba:

18Cuando estbamos en las vegas y haba un cloar de ranas y de sapos pero inmenso, entonces ese es buen ao deca mi mamita, va a llover, y efectivamente llovapero nosotros ahora estamos perdiendo la prediccin del tiempo, porque nosotros nos guiamos por los animales, pero ya no se puede... (San Pedro de Atacama, 2002). Considerando de esta forma la relevancia que posee el medio ambiente en la articulacin de las estrategias de movilidad pastoril que articulan estas comunidades andinas, se explica el profundo conocimiento que estos grupos poseen de su entorno ecolgico, ante el cul se realiza toda una compleja construccin cultural en el cul se inserta un particular pensamiento simblico expresado en el ceremonialismo y la ritualidad asociada a estas prcticas y que ser detallado ms adelante. Masa Ganadera La arraigada tradicin de pastoralismo de camlidos desarrollada en el rea centro-sur andina, se ha vinculado preferentemente con llamas ya que sta clase de mamfero se ha adaptado exitosamente a las caractersticas ecolgicas de la Puna Salada o de Atacama, que a diferencia de la desarrollada en la primera regin no presenta espacios ecolgicos con constante humedad edfica (bofedales). No obstante este sistema experiment profundas transformaciones durante la poca colonial ya que a raz de la incorporacin del ganado mular, se desplazo este animal a un rol ms secundario y como consecuencia de la introduccin de nuevas especies provenientes del viejo continente, ovinos y caprinos fundamentalmente, la prctica pastoril se diversifica producindose una serie de modificaciones de las estrategias de explotacin forrajera de los espacios ecolgicos y de los patrones de movilidad de acuerdo a la singular etologa de estos nuevos integrantes del sistema pastoril. De esta forma, se incorporan ovinos y caprinos que exitosamente se adaptan a las condiciones climticas y ecolgicas de la zona, pero que debido a su comportamiento gregario y al tipo de alimentacin basada preferentemente en pastos blandos, se concentran en algunas reas como la zona de los oasis que rodean la cuenca de Atacama y los sectores septentrionales de sta. Entre los camlidos que conforman la masa ganadera observada en la zona, la preferencia la posee la llama, animal que probablemente es uno de los resultados de antiguos procesos de domesticacin local que debieron haberse iniciado durante el perodo arcaico tardo (Hesse, 1981; Nez, 1992b). Sin embargo, no hay que desconocer las experiencias fallidas de incorporar en estos territorios a alpacas, animales que adaptados a nichos ecolgicos que se ubican de preferencia en las altiplanicies de la primera regin, han arribado a la puna de Atacama junto a grupos pastoriles que han migrado desde tal sector. Esta situacin, que claramente ha sido observada en la zona, se confirma con uno de los testimonios: Alpacas, no, no se da mucho, hubo perdida aqu, no se porque ser por el terreno, por el lugar, nunca la alpaca hubo progreso, siempre fue bajandodespus me quedaban como diez as que opte por venderlos a la Municipalidad, actualmente las alpacas que eran mas las tiene la Municipalidad en el corral (Ollage, 2001). En este contexto, tambin es necesario sealar que en la zona del Ro Loa Superior-Ro Salado se han ejecutado proyectos de desarrollo productivo pecuario, elaborados por la I. Municipalidad de Calama, que entre sus lneas de accin contemplaban la introduccin de Alpacas pero que no prosperaron debido a las razones sealadas anteriormente7.

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La Corporacin de Cultura y Turismo de Calama ejecut en 1996 un proyecto de desarrollo productivo pecuario financiado por Fundacin Andes que contemplo la adquisicin de 120 alpacas las cuales fueron entregadas a las Comunidades Altolonas para fortalecer sus alicadas actividades pastoriles.

19Por otra parte, la presencia de distintos tipos de animales en los rebaos de los pastores atacameos y quechuas, ha generado particulares mecanismos de manejo pecuario, ya que dependiendo de las caractersticas etolgicas de estos animales y de los singulares hbitos de explotacin de los recursos ecolgicos del entorno, son distintas las respuestas dadas por estas poblaciones con el fin de lograr la preservacin y proteccin del ganado. Mientras que a las llamas se les permite pastorear solitariamente en los tolares y pajonales del sector, con el ganado de menor tamao (ovino y caprino) se ejerce un control ms constante especialmente de su ubicacin, ya que son las especies ms vulnerables de ser atacadas por algunos depredadores. El uso de corrales en este sentido es de vital importancia, ya que en stos son encerrados los ovinos y caprinos durante todas las noches. No obstante, las llamas, que generalmente pecnoctan en las vegas y tolares protegidos de las inclemencias del clima, son conducidas a los corrales durante la poca de la esquila de lana, ya que en este lugar se facilita el manejo de tal animal para efectuar tal labor. Lo anterior, nos seala el multifactico aprovechamiento zootcnico del cul es objeto el camlido en cuestin y entre stos destaca la obtencin de fibras animales para la confeccin de algunas prendas de vestir, as como de los inseparables artefactos que ocupan un papel preponderante en la articulacin de la actividad pastoril (v.gr. hondas y sogas). Talabre en este sentido representa uno de los ms mencionados poblados precordilleranos cuyos habitantes son reconocidos artesanos en las tcnicas del tejido y elaboracin de prendas e implementos tradicionales confeccionados con fibras de camlido. Paulino Flores, el pastor de llamas que ha migrado a San Pedro de Atacama, conoce muy bien las tcnicas de este oficio ya que durante algunos momentos de su vida se dedico de forma complementaria a esta actividad, cuyos productos intercambiaba a travs del arreo que articulaba en el sector trasandino de la puna de Atacama (Catua) y que en tiempos ms recientes, producto del desarrollo turstico, se ha focalizado hacia los principales ncleos urbano-rurales del sector (Toconao y San Pedro de Atacama). Distinto es el panorama que se observa en la zona septentrional del Loa, ya que debido a la crisis que experimenta el pastoreo trashumntico del rea (Crdenas y Ayala, 2000), las prcticas asociadas a este modo de vida, especialmente las ligadas a la artesana textil, han disminuido notoriamente en comparacin con aquella que exista en dcadas pasadas. No obstante, an perduran mecanismos de intercambio de bienes, a travs de ferias, en los cules an son tranzados diversos productos, entre ellos los obtenidos de los camlidos. En este contexto, uno de los ms importantes lo constituyen las fibras animales de las llamas las cuales eran extradas por medio de la esquila con tijeras, prctica que en la actualidad tambin esta en declive: Antes se esquilaba, ahora ya no, antes se esquilabapor ejemplo en Septiembre se empezaba la esquila hasta febrero, mi mam era muy estricta, no se poda botar ni un pelo prcticamente, con razn, acumulaba 70 o 80 sacos y se iba al pueblo de Chiapa en el Norte con veinte burros y con la lana cargando, eso lo haca con burro, ms ante lo haca con llamos, de all traa mercadera, sacos, sacos de harina, sacos de maz, azcar por saco, eso era prcticamente para el ao (Ollage, 2001). Otro de los aspectos de notable relevancia en torno al manejo y control de las caractersticas fenotpicas que presentan los rebaos de camlidos lo constituye la articulacin de determinadas tcnicas reproductivas tendientes a facilitar el apareamiento y la fecundacin de las hembras. En este sentido, cabe sealar que los camlidos sudamericanos presentan ndices productivos bastante bajos, 45 % de natalidad, 30 % mortalidad de cras en aos lluviosos, 16 % mortalidad en aos secos y un 10 % mortalidad en adultos (Raggi, 1997:224), ndices que estn directamente relacionados con algunas de las patologas que los afectan8, y aunque son muy higinicos en sus8

Segn el S.A.G. las principales enfermedades que presentan estas especies son: la caracha o sarna enfermedad muy contagiosa que daa el cuero y la fibra del animal; sarcosporidiosis o arrocillo, producida por un parsito del perro que lo transmite a travs de huevitos que entran al intestino, sangre y msculos; enterotoxemia causada por un microbio productor de txinas que puede diezmar principalmente la poblacin de cras e hidatidosis, enfermedad parasitaria que no slo afecta a los camlidos, sino que tambin a animales

20hbitos alimenticios -nunca comen los pastos que crecen alrededor de sus propios excrementosotros animales pueden transmitirles su parsitos a travs de sus defecaciones. En trminos reproductivos se debe sealar que este aspecto esta fuertemente relacionado con la variacin ambiental estacional, ya que su perodo de apareamiento y pariciones se desarrollan en los meses clidos y hmedos del verano austral, durando la gestacin entre 310 a 350 das (Urquieta, 1997: 229), a diferencia del patrn observado en ovinos de ancestro europeo. Por otra parte el perodo de expresin de los caracteres sexuales secundarios (pubertad) ocurre alrededor del ao de vida en la hembra, mientras que en el macho se expresa posteriormente (2 aos) ya que este presenta una serie de problemas que les impide la cpula normal (p.e. adherencias prepuciales en el pene) que constituyen indicadores de inmadurez sexual. En trminos del apareamiento, se ha observado que este est compuesto por dos fases, una inicial de cortejo seguida por la de cpula (Ibid. 227), perodo en el cual se presentan una serie de cambios conductuales que son ms evidentes en los ejemplares machos que en las hembras (emisin de sonidos guturales). Sin embargo, la intervencin humana en estos ciclos, practicada por algunos grupos pastoriles de la regin, permitira seleccionar rasgos y caracteres fenotpicos que el pastor considera importantes de transmitir y conservar (v.gr. calidad de las fibras, tamao, color, etc.). Esta prctica denominada por los lugareos como Monta Dirigida, que an perdura en algunos poblados de la regin, no tiene otra finalidad que cruzar o emparejar algunos ejemplares machos seleccionados por sus caractersticas con las hembras del rebao, aunque en la actualidad se realiza ms que nada para controlar los ciclos de reproduccin y nacimiento de estas especies y que stos coincidan con las estaciones ambientalmente menos adversas. Mi tayta haca cubrir las llamas en el mes de noviembre, o sea emparejar, hacer la monta, prcticamente era una monta dirigida lo que haca mi taytaen la maana nos levantbamos temprano a las seis de la maana, haba que amarrar cien llamas hembras, mi tayta tena los machos aparte tena 200, 300, llamos aparte, en otro ladomi tayta haca eso porque all en dos meses, en un solo mes que se yo, paran muchos tekesitos, pero cuidado con los cndores, uno tena que estar cerca, se juntaban 3 cndores y se coman la cra (Ollage, 2001). Otra de las estrategias complementaria a la anterior, tendientes a evitar los conflictos y las peleas entre los machos de la manada, originadas principalmente durante el perodo de celo de la hembra, la constituye la extirpacin de las gnadas de los machos ya que los pastores capan a una cantidad significativa de llamos, dejando a los mejores ejemplares como machos reproductores. No obstante, esta tcnica tambin posibilita una mayor produccin de carne y grasa animal ya que debido a los trastornos hormonales y metablicos consecuentes ante tal intervencin, los ejemplares capados presentan una masa corporal ms desarrollada, que es muy estimada por los pastores quienes sacrifican este tipo de ejemplar de manera ms recurrente que a los otros miembros de la manada. Por otra parte, los depredadores que acechan constantemente los rebaos de camlidos y ganado ovi-caprino, constituyen junto al medio ambiente uno de los principales factores de riesgo que inciden en la conservacin de los animales. En las zonas estudiadas, Talabre y Ollage, los principales depredadores son el zorro y el puma, que se ubican generalmente en ambientes precordilleranos, junto a los cndores, que constituyndose en la ms grande ave carroera de la cordillera de los Andes, condicionan singulares respuestas de manejo pecuario por parte de los grupos pastoriles del sector, dependiendo de las particularidades del animal que conforma el rebao:

domsticos, vacunos, ovinos, caprinos y porcinos (S.A.G., 1995).

21A los corderos siempre haba que juntarlos en el corral por el zorro y el puma, a la majada que esta cerca, antes el len mataba que se yo, cinco, seis, por matar no ms, se coma uno pero mataba los mejores, y el zorro pa las cras en la noche mataba, pucha si en la noche, se juntaban 5, 6, 7 zorros, pa las cras, en la noche mataba...El cndor ese ataca de da, ese tambin es peligro en el da, para eso nosotros siempre cribamos perros condoleros (San Pedro de Atacama, 2002). En este contexto, una de las respuestas articuladas por el hombre la constituye la crianza y entrenamiento de caninos domsticos encargados de proteger el rebao y de orientarlos y conducirlos por los espacios de pastoreo del rea. No obstante, muchas veces stos animales tambin originan daos y perdidas de neonatos al interior de las manadas a travs de las mordidas y desgarros efectuados que en algunas ocasiones producen la muerte de los animales. Uno de los factores externos, que no guarda relacin con los factores ambientales, y que producen la merma en el nmero de los ejemplares lo constituye el robo de ganado a que estn expuestos estos grupos pastoriles, y aunque esta es una situacin poco comn para el rea del Salar de Atacama, constitua una prctica que hasta hace poco tiempo se presentaba entre los pastores del sector de Ollage, quienes incluso indican que tales operaciones, estratgicamente planificadas y organizadas, eran lideradas por personas que venan en vehculos motorizados desde los principales centros urbanos-mineros de la II Regin. Por esta zona s, pero en el norte nunca hubo, nunca hubo, por ac s, s, incluso un tiempo cuando empezamos, mi hermano se fue a Calama, el otro se fue a otro lado, yo me fui a Iquique, mi tayta quedo slo, en eso tena como 300 cabezas todava y como estaba slo no pudo, como se llama, pastorear, no poda manejar el ganado y se fueron un tiempo pal lado del Mio como 100 llamas y como la gente vena vea que ese animal estaba abandonado, pasteando solo, subi un camin de Calama y se llevaron como 40, 40 llamas, y vinieron al segundo ataque... (Ollage, 2001). De esta forma, podemos sealar que la masa ganadera esta expuesta a determinados riesgos que hacen fluctuar su nmero, pero que guardan relacin con los factores propios del medio (enfermedades y depredadores) como con los robos que se experimentan por parte de terceros. Mecanismos de Adquisicin del Ganado Reseadas las principales caractersticas de la masa ganadera, uno de los elementos de vital importancia para comprender la formacin de los rebaos de los grupos pastoriles de la Puna de Atacama, compuesto fundamentalmente por camlidos y ganado ovi-caprino, lo constituye el anlisis de los mecanismos de adquisicin de ganado por parte de estos grupos. Una de las modalidades ms comunes para adquirir ganado en la zona la constituye el traspaso de animales por medio de la herencia. sta se realiza, comnmente, al fallecer uno de los patriarcas que lideran el grupo pastoril ya que en este momento son repartidas las propiedades y pertenencias de preferencia entre los hijos varones, ya que las hijas al vincularse parentalmente con otros grupos, pierden algunos derecho. En todo caso, este es un fenmeno que requiere mayor observacin y anlisis en la zona, ya que existiran ciertas pautas consuetudinarias, que se adaptaran a los cambiantes escenarios situacionales del presente, y en donde los bienes heredados no provendran exclusivamente del lado paterno sino que tambin del materno, y en los cuales incluso jugaran un rol importante los otorgados por los parientes en primer grado (Tos).

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En ambas zonas, la herencia tiene plena vigencia como el principal mecanismo que permitira la conformacin de las manadas de animales. Sin embargo, el nmero y la cantidad de ganado que ser entregado a las generaciones subsiguientes vara dependiendo de las caractersticas de los herederos: si este es el hijo primognito o no, s acompao al pastor y mantuvo un estilo de vida asociado a la actividad pastoril, entre otras. Lo reseado anteriormente se podra aplicar especialmente con el caso del ganado camlido, ya que hemos observado en el sector atacameo que el ganado de menor tamao, caprino y ovino respectivamente, pertenece y es cuidado por mujeres e hijos, destacando de este modo que el traspaso de este tipo de ganado depende del lado materno, el cul tambin puede transmitir productos elaborados artesanalmente a partir de los recursos que son extrados de los rebaos (v.gr. fibras animales lanas- y cueros). En este contexto, para los herederos ambas lneas de ascendencia otorgan recursos materiales y transmiten derechos de uso de ciertas propiedades y espacios de pastoreo: Yo creo que para nosotros los dos, por parte de mi tayta yo recib el ganado, mi mam me dejo tejidos, frazadas, aguayos y algunos corderos y cabras (San Pedro de Atacama, 2002). Otro de los mecanismos de adquisicin de ganado detectado en las reas estudiadas, se articula en determinadas ceremonias y ritos tradicionales que se realizan en ocasin de algn acontecimiento importante ligado al ciclo de vida de los habitantes del sector. Entre e