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5.- Los humanismos sin Dios Algunos pensadores, a lo largo de la historia, han entendido que la creencia en Dios impide al ser humano realizarse plenamente. Para ellos, la creencia en Dios envenena la conciencia personal y las estructuras sociales, y lo convierten en un obstáculo que eliminar para conseguir que el ser humano ocupe el lugar que le corresponde. El creyente, sin embargo, ha experimentado que sin Dios es imposible ser plenamente humano. PUNTO DE VISTA El fundamento de la crítica religiosa es: el hombre hace la religión, y no ya, la religión hace al hombre. [...] La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación sin alma. Es el opio del pueblo. Se necesita la abolición de la religión entendida como felicidad ilusoria del pueblo para que pueda darse su felicidad real. La exigencia de renunciar a las ilusiones sobre su condición es la exigencia de renunciar a una condición que necesita de ilusiones. La crítica a la religión es, por tanto, en germen, la crítica del valle de lágrimas, cuyo halo lo constituye la religión. [...] La crítica no arranca de las cadenas las flores imaginarias para que el hombre soporte las sombrías y escuetas cadenas, sino para que se las sacuda y puedan brotar las flores vivas. La crítica de la religión desengaña al hombre para que piense, para que actúe y organice su realidad como un hombre desengañado y que ha entrado en razón, para que gire en torno a sí mismo y a su sol real. La religión es solamente el sol ilusorio que gira en torno al hombre mientras este no gira en torno a sí mismo. La misión de la historia consiste, pues, una vez que ha desaparecido el más allá de la verdad, en averiguar la verdad del más acá. Y, en primer término, la misión de la filosofía, que se halla al servicio de la historia, consiste, una vez que se ha desenmascarado la forma de santidad de la autoenajenación humana, en desenmascarar la autoenajenación en sus formas no santas. La crítica del cielo se convierte con ello en la crítica de la tierra, la crítica de la religión en la crítica del derecho, la crítica de la teología en la crítica de la política. K. MARX, Contribución a la crítica de la filosofía de Hegel ¿Es la religión un engaño para que el ser humano no piense? En tu opinión, ¿sería mejor un mundo sin religión?, ¿por qué? HABLAMOS ¿Qué argumentos esgrimen los que afirman que Dios es un impedimento para la realización del ser humano? ¿Estás de acuerdo con ellos?

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Page 1: 5.- Los humanismos sin Dios - Las Veredillas · Para Friedrich Nietzsche, como para el evolucionismo de Darwin, el hombre sigue también en la moral un proceso evolutivo. La cultura

5.- Los humanismos sin Dios

Algunos pensadores, a lo largo de la historia, han entendido que la creencia en Dios impide al ser humano realizarse plenamente. Para ellos, la creencia en Dios envenena la conciencia personal y las estructuras sociales, y lo convierten en un obstáculo que eliminar para conseguir que el ser humano ocupe el lugar que le corresponde. El creyente, sin embargo, ha experimentado que sin Dios es imposible ser plenamente humano.

PUNTO DE VISTA El fundamento de la crítica religiosa es: el hombre hace la religión, y no ya,

la religión hace al hombre. [...] La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación sin alma. Es el opio del pueblo. Se necesita la abolición de la religión entendida como felicidad ilusoria del pueblo para que pueda darse su felicidad real. La exigencia de renunciar a las ilusiones sobre su condición es la exigencia de renunciar a una condición que necesita de ilusiones. La crítica a la religión es, por tanto, en germen, la crítica del valle de lágrimas, cuyo halo lo constituye la religión. [...]

La crítica no arranca de las cadenas las flores imaginarias para que el hombre soporte las sombrías y escuetas cadenas, sino para que se las sacuda y puedan brotar las flores vivas. La crítica de la religión desengaña al hombre para que piense, para que actúe y organice su realidad como un hombre desengañado y que ha entrado en razón, para que gire en torno a sí mismo y a su sol real. La religión es solamente el sol ilusorio que gira en torno al hombre mientras este no gira en torno a sí mismo.

La misión de la historia consiste, pues, una vez que ha desaparecido el más allá de la verdad, en averiguar la verdad del más acá. Y, en primer término, la misión de la filosofía, que se halla al servicio de la historia, consiste, una vez que se ha desenmascarado la forma de santidad de la autoenajenación humana, en desenmascarar la autoenajenación en sus formas no santas. La crítica del cielo se convierte con ello en la crítica de la tierra, la crítica de la religión en la crítica del derecho, la crítica de la teología en la crítica de la política.

K. MARX, Contribución a la crítica de la filosofía de Hegel

¿Es la religión un engaño para que el ser humano no piense?

En tu opinión, ¿sería mejor un mundo sin religión?, ¿por qué?

HABLAMOS ¿Qué argumentos esgrimen los que afirman que Dios es un impedimento para la

realización del ser humano? ¿Estás de acuerdo con ellos?

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1 EL HUMANISMO Origen de la expresión

La palabra humanismo es todavía joven: la usó por vez primera vez el pedagogo bávaro Friedrich Niethammer en 1808, quien entendía por humanismo el estudio de las lenguas y autores clásicos (latín y griego). Con ese mismo sentido venía usándose ya la palabra humanista desde 1538, para designar con ella a quienes durante el Renacimiento propugnaban la vuelta a los modelos de la Antigüedad clásica (Grecia y Roma) como arquetipos. Los humanistas idealizaron la cultura clásica para liberarla del corsé escolástico y la pusieron al servicio de la educación del individuo. El proyecto didáctico del humanismo contribuyó a cambiar el concepto que el ser humano tenía de sí mismo. Redescubierto el valor de la individualidad, el ser humano se proyecta a sí mismo desde la libertad, y comienza a considerar a la propia razón, en lugar de la

tradición o la autoridad, como guía de interpretación de la naturaleza o de la realidad política. Se trata de un humanismo cristiano en el que, además de constantes referencias a Dios y a la fe cristiana, el ser humano se percibirá a sí mismo como copula mundi, lugar de encuentro entre Dios y la realidad.

El humanismo de los siglos XIX y XX El pensamiento humanista modificará su rumbo

en el siglo XIX. Los avances científicos y la confianza en la razón humana generaron una conciencia de progreso ilimitado, que solo será posible cuando se desenmascare lo que limita la completa realización del ser humano. Surgirá así un humanismo ateo en el que la mayoría de los pensadores, aunque- provenientes de diferentes campos de conocimiento, coincidieron en que solo prescindiendo de Dios era posible engrandecer al ser humano.

Hoy es comúnmente aceptada la definición de humanismo dada por Heidegger en su famosa Carta sobre el humanismo (1946): "Eso es el humanismo: meditar y cuidarse de que el hombre sea humano en lugar de no humano, inhumano, esto es, ajeno a su esencia". CUESTIONES 1. ¿Qué diferencias podríamos establecer entre el humanismo renacentista y el que surge en el siglo XIX? 2. ¿Os parece que el ser humano del siglo XXI ha olvidado la pregunta por Dios?

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2 LUDWIG FEUERBACH. PADRE DEL HUMANISMO ATEO

Su pensamiento

En el epitafio de Feuerbach (1804-1872) figura una inscripción que resume lo esencial de su crítica religiosa: "El hombre crea a Dios a su imagen". En su opinión, las cualidades que la humanidad ha atribuido a Dios desde los tiempos más remotos —un ser sabio, omnipotente, moralmente perfecto, en posesión de la plenitud del amor, etc.— son tan solo las cualidades que debería tener el propio ser humano y no tiene.

El objetivo de Feuerbach no era tanto negar la existencia de Dios como abrir los ojos al ser humano, logrando de este modo que reclame para él todos esos atributos de los que se privó a sí mismo para adornar a Dios. Para Feuerbach el hombre se aliena en Dios, se enajena y anula su humanidad en un ser que se le contrapone y al que obedientemente se somete.

El mecanismo que lleva a la fabricación de Dios por los seres humanos es sencillo para Feuerbach: las personas pobres, aplastadas por su penuria, anhelan un Dios rico que les colmará de bienes; las personas ignorantes se imaginan un Dios que sabe todo y remediará su ignorancia; y así sucesivamente. Tanto

Dios como el cielo, donde saciaremos nuestra sed, no serían otra cosa que una proyección de los deseos humanos. El hombre proyecta fuera de sí las propiedades de su esencia humana en un ser imaginario al que llama "Dios". La religión convierte todo lo que son aspiraciones del ser humano concreto y que definen al hombre en cuanto hombre (creatividad, amor, libertad, justicia) en atributos de Dios y lo desarraigan del ser humano. Esa es, para él, la esencia del cristianismo, como tituló su principal obra. Estaríamos, en definitiva, ante el fenómeno del espejismo: caminando por el desierto tengo tanta sed que "veo" un oasis, las palmeras, una fuente de agua cristalina...

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Respuesta desde la fe Es verdad, desde luego, que el mensaje cristiano "está de acuerdo con los deseos más profundos del corazón humano" (GS 21). Y es verdad también que solo por el hecho de que yo desee intensamente una fuente no tiene por qué existir, pero desde luego tampoco implica que no pueda existir. De la misma manera, una sed intensa no garantiza la existencia de una fuente concreta, pero sí prueba la existencia de eso que llamamos agua. Puede ocurrir que no la encuentre y muera de sed, pero solo puede morir por deshidratación un organismo del que el agua es un constitutivo esencial. El pensamiento de Feuerbach nos advierte de una tentación siempre presente en la fe: fabricarse un dios a la medida de los propios deseos e intereses.

CUESTIONES 1. 3. ¿Qué significa que Dios es una proyección de los deseos humanos?

4 ¿Sería un Dios auténtico el que solo respondiese a nuestros deseos e intereses?

3 KARL MARX. LA ALIENACIÓN RELIGIOSA

Su pensamiento

Karl Marx, tras leer La esencia del cristianismo, se propuso extraer las consecuencias sociales que allí estaban implícitas. En la cuarta de sus once tesis sobre Feuerbach sostiene que, concluida felizmente la crítica de la religión, "queda por hacer lo principal": preguntarse por qué creen en Dios y en la otra vida no los seres humanos abstractos —como hacía Feuerbach—, sino quienes aquí y ahora están oprimidos.

Para Marx toda sociedad se explica y se sostiene sobre una estructura básica compuesta de dos elementos: la base económica (cómo se organiza la generación, producción y reparto de los productos) y la superestructura, que es el conjunto de leyes, ideas y costumbres (la cultura), que surge de dicha forma de producción. La base económica y la superestructura se influyen una y otra. Mantienen una relación dialéctica; es decir, cuando se cae en la cuenta de que la base económica, la estructura, es injusta y anula al ser al ser humano que trabaja, la superestructura genera un mecanismo de defensa al que Marx llama ideología. La ideología es una falsa conciencia, un conjunto de ideas, que justifica y busca mantener la realidad tal y como es haciendo que los individuos formen teorías falsas sobre sí mismos y sobre el mundo, de manera que el ser humano vive desrealizado, alienado.

Una parte importante de esa ideología que aliena al ser humano la conforma la religión. Se produce, según Marx, una alienación religiosa cuando el hombre pone en Dios,

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un ser inventado, aquello que él mismo podría llegar a ser buscando así consuelo para su vida y no cambiando el mundo. La religión nace por la necesidad de la ideología de enmascarar las injusticias; incluso para justificar las desigualdades y opresiones e impedir la rebelión de las clases explotadas. Su famosa respuesta está en la Crítica de la filosofía del derecho de Hegel: la religión "es el opio del pueblo".

Respuesta desde la fe El humanismo marxista, para afirmar la existencia plena del ser humano, niega a Dios y desenmascara el papel de las ideologías como creadoras y cómplices de un sistema económico que consagra la desigualdad entre seres humanos. Marx entiende que para conseguir revertir la situación es necesaria una praxis revolucionaria que modifique el orden establecido. El comunismo ha supuesto un desafío para el cristianismo a la hora de expresar su compromiso con los más necesitados, pero difieren en que el cristianismo afirma que el Dios que se revela en Jesús de Nazaret es un Dios liberador que no anula al ser humano, y en la relación entre medios y fines no acepta la violencia como praxis para revertir el orden social.

CUESTIONES

5. Cómo afecta la ideología a la imagen que el ser humano tiene de sí mismo? 6. ¿Se puede ignorar al prójimo y ser cristiano?

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3.- FRIEDRICH NIETZSCHE. EL SUPERHOMBRE

Su pensamiento

Para Friedrich Nietzsche, como para el evolucionismo de Darwin, el hombre sigue también en la moral un proceso evolutivo. La cultura de Occidente ha estado marcada por la metafísica y la moral cristiana. Según él, se trata de una moral de los esclavos donde lo fundamental es la resignación y el rechazo a la vida. Al estar fundada en la idea de un único Dios —a diferencia del politeísmo griego y romano— ha transmitido la idea de que solo existe una verdad, un

único modo de comportarse, y la idea de que esta vida ha de sacrificarse en aras a una vida futura. Esa moral es, para Nietzsche, antinatural, y es la que está impidiendo el surgimiento de un nuevo modelo de ser humano, el superhombre, destructor del modo de vida anterior y marcado por otros valores que le harán fuerte, instintivo, creador constante que acepta lo trágico de la vida —lo dionisíaco—, su devenir, multiplicidad y sus diversas perspectivas.

Frente a la voluntad de verdad del hombre anterior —apolíneo— se impondrá la voluntad de poder que caracteriza al superhombre —dionisíaco—. Para llegar al superhombre, para afirmar la vida como valor

absoluto, es necesario anunciar la muerte de Dios. Con la muerte de Dios desaparecerán los valores tradicionales, serán nada, de manera que Nietzsche anuncia una nueva época: el nihilismo. El nihilismo es el tiempo de destrucción de lo que ha sido y de la transmutación de los valores para facilitar el surgimiento del superhombre. Nietzsche nunca se preocupó de demostrar teóricamente la inexistencia de Dios. "Es nuestro gusto el que decide contra el cristianismo; no son ya los argumentos" (La gaya ciencia). El superhombre añorado no conoce ninguna esperanza supraterrena. Para cerrar de una vez por todas las puertas del más allá, Nietzsche enunció, en La gaya ciencia, la doctrina del "eterno retorno de lo mismo". De ahí la siguiente exhortación: "¡Os insto, hermanos, a que permanezcáis fieles a la tierra y no creáis a los que os hablan de esperanzas supra-terrenales!" (Así habló Zaratustra).

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Respuesta desde la fe La crítica que hace Nietzsche parte de una forma desviada de entender la humillación de Jesús y la humildad del creyente: una religión que no potencia las energías vitales de la persona, sino que crea seres apocados y frustrados. Denuncia a aquellos que entienden el amor cristiano como una debilidad y refugio de débiles, sin captar toda la fuerza que hay en la entrega libre y soberana de Jesús. El sentido de la vida que propugna es, en el fondo, un sinsentido, una falta de orientación. Adoptarlo dificultaría, por un lado, la construcción de una personalidad estructurada coherentemente, puesto que la persona quedaría a merced de sus instintos vitales; y por otro, la integración solidaria de una colectividad, porque el superhombre, liberado de toda moral, tiende al individualismo y a la imposición de su voluntad.

CUESTIONES ¿Es necesaria la transmutación de valores para que surja el superhombre? ¿Qué valores eliminaría Nietzsche? 8, ¿Hasta qué punto nuestras decisiones morales configuran nuestra identidad?

5 SIGMUND FREUD. FILOSOFÍA DE LA SOSPECHA

SIGMUND FREUD Para Sigmund Freud las ideas religiosas son una

ilusión. Como todos los demás fenómenos psíquicos, su origen se encuentra en las profundidades del psiquismo. De hecho, constata Freud, todos experimentamos deseos de trascendencia, de inmortalidad, pero la realidad frustra esos deseos. Frente a esta situación se desatan ciertos mecanismos defensivos: la religión como consuelo, como narcótico. Las oraciones y ritos religiosos solo persiguen calmar la ansiedad. Para Freud la necesidad psicológica de sentir que vivimos en un mundo protegido, seguro, nos lleva a crear la imagen de una figura paterna: Dios.

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a) Respuesta de la fe La crítica que hace Freud pone en guardia contra los infantilismos con los que, en ocasiones, se vive la fe: refugiarse en ella para no tener que afrontar la maduración personal o las dificultades de la vida. También desenmascara falsas imágenes de Dios: un dios autoritario y represor de los deseos humanos, que oprime a las personas con normas y castigos. Esta idea de Dios no se corresponde en absoluto con el Padre que presenta Jesús en el evangelio.

FILOSOFÍA DE LA SOSPECHA Paul Ricoeur, filósofo francés del siglo xx, llamó a Marx, Nietzsche y Freud filósofos

de la sospecha. El pensamiento de estos autores pone en cuestión la religión, la política, la sociedad y la ética como encubridoras de ideologías que anulan al ser humano. Los humanismos que acabamos de ver eran muy distintos entre sí, pero coincidían en que, prescindiendo de Dios y cuestionando de raíz la organización social, de la moral, de la psicología, llegarían las deslumbradoras luces de la utopía.

Respuesta de la fe La experiencia cristiana muestra que Dios, lejos

de ser un obstáculo para el desarrollo de la vida de las personas, potencia e introduce a las personas en un camino progresivo de liberación. El misterio de nuestra

propia vida se ve iluminado por el misterio de Dios, que se ha hecho uno de nosotros en Jesús. El Dios cristiano se ha acercado a la vida humana para compartirla y, así, mostrar cómo se puede vivir con sentido.

CUESTIONES 9. Sintetiza las coincidencias y las diferencias entre el pensamiento de los filósofos de la sospecha. 10. ¿En qué sentido la fe en Jesús de Nazaret introduce a las personas en un camino progresivo de liberación?