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4.1.3 Orden constructivo.
El estrato elevado de la casa Domínguez reinterpreta uno de los arquetipos de la
Arquitectura Moderna: el pabellón. A diferencia de las pequeñas construcciones
tradicionales que nacen desde la naturaleza del lugar, como el palafito de Venezuela o
el pabellón de té japonés, la ‘caja en el aire’ se configura como un objeto tecnológico,
surgido directamente de la alianza entre hombre e industria: ‘Los tiempos actuales han
determinado el corte decisivo del edificio corriente: técnica del cemento armado o del
acero. Mientras que hasta aquí, a lo largo de milenios, todo eran imposiciones y sujeción,
surge ahora la libertad total: el armazón independiente, la fachada libre, el terreno por
debajo de la casa, liberado, el terreno conquistado sobre la casa’ (60).
El prisma se expresa a través de la envolvente, una superficie metálica de color blanco y
despiece vertical sobre la que se enrasan las superficies de vidrio. Esta solución propone la
incorporación de la tecnología utilizada por la industria de los objetos móviles, convertidos
en canon de belleza y perfección constructiva: ‘En la calidad de los materiales, en el
perfil de las formas, en la precisión de las líneas, hay algo que recuerda el “acabado” de
una carrocería de automóvil o el fuselaje de un avión’ (61). La estructura se apoya sobre
los muros de hormigón que configuran el estrato enterrado, semejando una fina malla
tridimensional de ‘alambre’ sobre la ‘rocosa’ topografía jardín: ‘ el carpintero metálico
se apodera entonces de este nuevo terreno y proyecta hacia el cielo su jaula de loro,
tan endeble como una cuerda y móvil como ella, antes de que pavimentos y terrazas la
cierren y protejan contra los vientos’ (62).
60 Le Corbusier, ‘La casa del hombre’, Barcelona, Ediciones Apóstrofe, 1999, pág. 117.61 Ibidem, págs. 67-68 62 Ibidem, pág. 176.
Orden constructivo: la envolvente como elemento laminado procedente de la industria del automóvil. Fotomontaje MADC.
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4.1.3.1 Piel y armazón.
Estructura.
La estructura portante de la estancia se establece mediante la sucesión unidireccional y
equidistante de tres pórticos adintelados. Los pórticos se organizan linealmente siguiendo
la dirección este-oeste, definiéndose iguales en su configuración y dimensionado los
pórticos norte y sur. Los forjados resuelven la estructura horizontal al tiempo que estabilizan
los pórticos ante la ausencia de elementos específicos de rigidización (63).
Los alzados norte y sur de la estructura corresponden, de manera casi literal, con los alzados
de la primera versión, en la que pilares y vigas encontraban su expresión hacia el exterior;
se propone la misma jerarquía en los elementos estructurales: el pilar contínuo interrumpe
las vigas biapoyadas. Sin embargo, los alzados laterales de la estructura definitiva carecen
de elementos viga, desapareciendo la pretendida retícula estructural y presentando un
pequeño perfil de borde de forjado entre los pilares.
I. Pórticos.
Presentan una longitud total de 11,00m, divididos en dos tramos de 5,50m de luz cada uno.
La altura es de 5,50m para los pilares en fachada este y posición central y 6,10m para los
pilares de la fachada oeste. Los pilares se resuelven a base de perfiles UPN en cajón de
sección variable (entre 140 y 200mm). Las vigas las conforman perfiles IPE longitudinales
de 5,50m de luz, estableciéndose el canto entre 240 y 330mm. Su posición determina la
cota de los diferentes forjados (64): (-0,90m) correspondiente a la cubierta verde sobre
los dormitorios (-3,50); (±0,00m) correspondientes a la plataforma de acceso sobre los
dormitorios (-2,55m); (+2,55m) correspondiente a la estancia; (+5,50) cubierta.
63 Por ejemplo, cruces de San Andrés. 64 El nivel de forjado terminado se encuentra 4cm sobre la cara superior de las vigas.
Estructura: el pórtico sur como alzado de la primera versión. AS.
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Orden constructivo: la estructura de acero se apoya sobre los muros de hormigón del estrato enterrado. Axonométrica E:1/200 MADC.
212
Estructura: plano original de cimentación, 5 de noviembre, 1975, AS. La superfi cie cuadrada del palafi to no aparece resaltada en el documento original.
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A. Pórtico sur.
Establece la fachada sur del palafito y está definido por los pilares nº1, 2 y 3 según la
numeración del plano original de cimentación (65). El pilar nº1 nace sobre el encuentro
entre los muros oeste y sur del estrato enterrado; el nº2 nace sobre el muro de separación
entre los niveles -2,55m y -3,50m (inicialmente se prevé que este pilar arranque desde la
zapata nº2, pero la excavación durante la obra de la bodega (-4,90m), provoca que el
muro baje por debajo de la zapata, por lo que se supone que ésta debió desplazarse hasta
una cota inferior al suelo terminado de la bodega (66)); el pilar nº3 nace sobre el muro de
hormigón Este del estrato enterrado (el tramo de muro desde el pilar hasta la escalera de
acceso de la plataforma (-1,70m) al nivel de dormitorios (-2,55m) funcionaba como muro
de contención de tierras; durante la obra se amplía el cuarto de juegos (-4,00m) hasta
la posición del pilar nº3, dejando de funcionar el muro como contención y pasando a
delimitar la habitación de recreo).
La dimensión de los pilares se refleja en el plano de estructura correspondiente a la
definición de la estructura metálica (67). El pilar nº1 se divide en dos tramos, ambos resueltos
mediante 2UPN140; el nº2 central se divide en cuatro tramos, todos resueltos mediante
2UPN180; el nº3 se divide en tres tramos resueltos con 2UPN140. La dimensión de las vigas
varía entre los dos IPE240 en cubierta hasta los IPE300 del resto, todas salvando la misma
luz establecida en 5,50m.
B. Pórtico norte.
Define la fachada norte de la estancia y lo constituyen los pilares nº10, 11 y 12. El nacimiento 65 Ver plano de Cimientos, E:1/50 de 5 de noviembre de 1975. Apéndice A2. Documentación Existente, DN_PL_66, pág. 529. Fundación Alejandro de la Sota. 66 No se ha encontrado documentación gráfica que recoja las modificaciones producidas y refleje el estado definitivo y último de la estructura. 67 Ver plano de Estructura metálica , E:1/50 de 13 de diciembre de 1975. Apéndice A2. Documentación Existente, DN_PL_67, pág. 530. Fundación Alejandro de la Sota.
Pórticos sur y norte: plano original de estructura metálica, 15 de diciembre, 1975, AS.
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de los pilares se produce de manera similar a la descrita para el pórtico sur: el pilar nº10
nace sobre el muro límte oeste del estrato enterrado; el nº11 nace sobre el muro de
separación entre los niveles -2,55m y -3,50m; y el nº12 nace sobre el muro Este que separa
los dormitorios (-2,55m) del cuarto de juegos infantiles (-4,00m). La dimensión de pilares y
vigas coincide con la descrita en el pórtico sur, respondiendo ambos pórticos a un modelo
único, aunque situados en diferente posición, separados una distancia igual a su longitud
(11,00m).
C. Pórtico central.
Se encuentra situado entre los pórticos norte y sur y está definido por los pilares nº4, 5
y 6. Su condición de elemento central le confiere una mayor responsabilidad portante,
recibiendo proporcionalmente el doble de carga superficial que los pórticos laterales. La
situación del arranque de pilares es similar a la de los pórticos anteriores: el pilar nº4 nace
sobre el muro oeste, el nº5 sobre el muro de separación de niveles y el nº6 sobre el muro
este, coincidiendo con el límite sur de la escalera de ingreso a los dormitorios (-2,55m)
desde la terraza (-1,70m).
La dimensión de los pilares es mayor que en los casos anteriores: el pilar nº4 se divide en
dos tramos, ambos resueltos mediante 2UPN180; el nº5 central del pórtico y único centrado
sobre la planta cuadrada, se resuelve en cuatro tramos, todos resueltos mediante 2UPN200,
el pilar de mayor dimensión de toda la estructura del palafito; el nº6 se divide en tres tramos
resueltos mediante 2UPN180. Las vigas también aumentan su sección respecto los pórticos
norte y sur: la cubierta se resuelve a través de dos perfiles consecutivos IPE300 de 5,50m de
luz; el resto de vigas se solucionan mediante IPE330.
Pórtico central: plano original de estructura metálica, 15 de diciembre, 1975, AS.
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D. Anclajes
Los pórticos nacen sobre los muros de hormigón del estrato enterrado según detalle de
anclaje de pilares: en primer lugar se suelda el pilar sobre una placa de 180x180x10mm
recibida al muro de homigún mediante 4Ø16 de 60cm de longitud; en segundo lugar se
hormigonan los primeros 40cm del pilar continuando con el armado horizontal del muro a
base de cercos Ø8 cada 15cm.
E. Nudos
Los pórticos se forman mediante el encuentro de vigas ‘a tope’ sobre el pilar pasante. El
apoyo de la viga sobre el pilar se resuelve a través de placas de anclaje y angulares de
conexión.
-Nudo en L: encuentro en cubierta entre pilar de extremo y viga. Se propone prolongar
el ala superior del IPE sobre el pilar o bien suplementar el encuentro con pletina de 15mm
de espesor. Dos perfiles angulares 60x60x8mm simétricos, se sueldan al alma del perfil y al
pilar como conectores.
-Nudo en T: encuentro en forjado intermedio de pilar de extremo y viga. Se repite la
solución establecida en el nudo A con la inclusión de una placa de anclaje que asegure la
continuidad del pilar, dividido en tramos según la altura de plantas. Dos nuevos angulares
60x60x8 se sueldan a la cara inferior de la placa y al borde del ala superior del IPE.
-Nudo en X: encuentro en forjado intermedio de pilar central y vigas laterales. Se repite la
solución del nudo en T aumentando la superficie de la placa de anclaje sobre las vigas de
manera proporcional.
Detalle de nudos: plano original de estructura metálica, 15 de diciembre, 1975, AS.
Detalle de anclajes: plano original de cimentación, 5 de noviembre, 1975, AS.
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II. Forjados.
Solución de forjado unidireccional a base de perfiles laminados IPE140 y elementos
aligerados de hormigón tipo ‘Rubiera Staltóm’, con un canto total de 18cm y una capa
de compresión de 4cm que pasa sobre las vigas de los pórticos. La decisión de utilizar un
esquema convencional de ‘viguetas y bovedillas’ no parece coherente con la construcción
de una caja que aspira a procesos aún más industrializados. Una posible alternativa hubiera
sido la construcción en seco mediante la utilización de placas autoportantes de hormigón
prefabricado, colocadas directamente sobre las vigas de canto de los pórticos. Esta
técnica fue empleada por Mies van der Rohe en la construcción de la casa Farnsworth.
En ambos casos el forjado queda oculto. Otra solución industrializada compatible con
la opción vista de la estructura, hubiera sido el forjado de chapa colaborante, utilizado
por Charles & Ray Eames en la CSH#8, o los forjados bidireccionales de hormigón con
encofrado recuperable, utilizados por Corrales y Molezún en alguna de sus casas (68).
La estructura del palafito constituye el elemento central del proyecto. Desde la primera
versión, la estructura presenta una interesante vocación expresiva, limitándose los
materiales de cerramiento a grandes lienzos de vidrio engarzados en la retícula ortogonal:
la estructura es la arquitectura. La segunda y definitiva versión asigna a la estancia la
geometría prismática del cubo y la estructura adquiere un enorme potencial expresivo:
la resonancia con Mies van der Rohe y sus estructuras bidireccionales es palmaria.
Sin embargo, la solución unidireccional finalmente desarrollada no aprovecha las
condiciones geométricas, escalares ni dimensionales de la propuesta, estableciendo una
direccionalidad para la estructura poco coherente con el espacio centrífugo del pabellón
elevado.68 Por ejemplo la casa para Camilo José Cela en Palma de Mallorca, 1961-62.
Forjado a base de placas prefabricadas de hormigón. Mies van der Rohe, casa Farnsworth, Plano, Illinois, 1945-50.
Detalle forjado VUSD, croquis MADC.
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El pilar pasante constituye otra decisión poco acertada. Un cambio en la jerarquía de los
elementos estructurales, con la viga pasante y el pilar virtualmente contínuo gracias a la
exacta posición de conectores verticales, hubiera proporcionado una solución de mayor
limpieza constructiva, además de suponer una importante reducción en el momento de
las vigas y, por tanto, en su dimensionado final (69). La disposición de un acero de mejor
calidad, así como una ejecución especializada de las soldaduras, hubieran permitido un
diseño más acorde con las expectativas presentes en la primera versión. Por otro lado, los
detalles de anclaje de la estructura aparecen como soluciones de diseño poco o nada
refinados: nudos y conexiones formados por múltiples elementos inconexos convierten el
encuentro entre dos elementos lineales, en una colección de chapas de vuelo generoso y
angulares superpuestos. En este sentido llama la atención la duplicación del peso previsto
para la estructura metálica, pasando de 9.258kg en proyecto a 17.127,25kg según la última
certificación de la empresa constructora (70).
La solución construida explica la necesidad de cubrir la estructura mediante una
envolvente contínua, una piel metálica que oculte por un lado la solución porticada,
con una clara descompensación entre las fachadas norte-sur y este-oeste; y por otro, la
colección de despropósitos, remiendos y añadiduras con los que se resuelven nudos y
conexiones. La aparición de la envolvente constituye una decisión dolorosa, una renuncia,
un pequeño fracaso: ‘Cuanto más claras son las ideas, más cuesta conseguir claramente
su materialización’ (71). Aún así, Sota abre un nuevo campo para la experimentación con
un material nuevo, recién descubierto y utillizado en la Caja Postal de Ahorros, Madrid,
1975: el cerramiento metálico de Acieroid.69 El momento teórico de cálculo es M=qL2/8 para vigas biapoyadas y M=qL2/16 para vigas contínuas.70 Ver ‘Kg de acero en perfiles laminados en estructura’. Mediciones y presupuesto, capítulo VII, partida 7.01. Ver CD, CD_01.2, CD_TEX_02.71 Alejandro de la Sota a propósito de la casa Domínguez, ‘Alejandro de la Sota. Arquitecto’, Madrid, Pronaos, 1989, pág. 164.
La viga pasante más conectores verticales como opción a la solución construída: pilar pasante más placa más angulares. Croquis MADC.
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Envolvente.
Superficie exterior a base de perfiles laminados de chapa prepintada de acero recubierta
con película termoplástica Skinplate de Acieroid (72), producto utilizado frecuentemente
en diferentes sectores de actividad: construcción, electrodoméstico (73) e industria. La
chapa prepintada se compone generalmente de un sustrato de acero (laminado en frío
o con recubrimiento metálico a base de zinc), un tratamiento superficial, una capa de
pintura de imprimación y por último como acabado, una capa de pintura o bien una
película colaminada de polímeros. La imprimación se adhiere totalmente al sustrato
metálico con la finalidad de mejorar la adherencia, la flexibilidad y la resistencia a la
corrosión. La capa posterior de acabado Skinplate constituye la película colaminada de
polímeros que aporta las características superficiales requeridas, tales como el acabado
(color, brillo, textura, etc.), resistencia a la radiación ultravioleta, dureza, resistencia al
ensuciamiento, etc.
El espesor de la chapa de acero puede variar entre 0,3-2,0mm y en aluminio entre 0,5-2,5mm
(74). El elemento lama vertical puede alcanzar unas dimensiones máximas de 1.500mm
de ancho y 4.000mm de longitud. La lama utilizada en la casa Domínguez presenta unas
dimensiones de 250 x 3.700mm. El espesor de la película Skinplate oscila entre 0,1-0,9mm
(75) y su acabado puede ser liso o texturado, ofreciendo una amplia variedad cromática.
La solución de A Caeira presenta acabado liso, mate y de color blanco: ‘este revestimiento 72 Actual Arcelor.73 ‘Se utilizan con éxito en productos de “línea blanca” como neveras, lavadoras, etc., así como en pequeños electrodomésticos, hornos microondas, etc’. Catálogo de Aceros Prepintados de Arcelor FCS Commercial, mayo 2003.74 No se han encontrado datos sobre el espesor de la chapa de acero o aluminio empleada en A Caeira, aunque las ‘aguas’ que se observan en la superficie indican un espesor menor de 1mm. La partida correspondiente al recubrimiento metálico no aparece ni en la Medición y Presupuesto del proyecto, ni en la oferta económica de la empresa constructora adjudicataria de las obras (Odein, S.A.) ni en la última certificación emitida por dicha empresa en la que se recojen todos los trabajos facturados. La partida correspondiente a la instalación de la lámina Skinplate se ejecutó directamente por una empresa especializada de Bilbao contratada directamente por la propiedad: ver Apéndice A2. DN_ME_02, pág. 604, entrevista Enrique Domínguez. 75 Ibidem.
Lamas de chapa de acero prepintado recubiertas con película termoplástica Skinplate. Foto MADC.
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gusta de usar. No hay elemento material que se pueda comparar en finura. El material
sirve para todo el edificio y está siempre como un coche bien cuidado. Es un material
cambiante de la arquitectura’ (76).
La solución de recubrimiento exterior, de apenas 3mm, aparece como la hoja exterior
de un cerramiento multicapa que, en su conjunto, asume las exigencias de estabilidad y
aislamiento térmico y asegura las condiciones del confort interior. En el caso del Centro
de Cálculo para la Caja Postal de Ahorros de Madrid, obra inmediatamente anterior a la
casa Domínguez, la fachada se concibe como un muro cortina en el que la subestructura,
a modo de bandejas horizontales, ‘constituyen al mismo tiempo el paramento interior y el
elemento resistente que trasmite directamente las acciones del viento a los soportes de la
fachada’ (77). Se trata de un cerramiento en seco en el que la lámina Skinplate aparece
como acabado exterior.
La casa Domínguez, sin embargo, presenta un cerramiento convencional a base de medio
pie de ladrillo, doble capa de aislamiento térmico, trasdosado de ladrillo hueco doble y
enlucido de yeso. Tanto el medio pie de ladrillo como la doble capa de aislamiento, se
colocan por delante de los pilares metálicos estructurales, eliminando cualquier puente
térmico a través de la estructura. La distancia entre el eje de los pórticos y la línea exterior
de fachada es de 25cm. La industrialización del cerramiento se reduce pues a la última
superficie de acabado, la lámina skinplate, que asume la cualidad pretendida por Sota
para la solución constructiva del cerramiento en su conjunto.
76 Alejandro de la Sota en referencia a la chapa Acieroid del Centro de Cálculo para la Caja Postal de Ahorros de Madrid, conferencia impartida dentro del ciclo ‘Modernidat i avantguarda’, I semana cultural (28 de enero/2 de febrero de 1980). Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Publicada en Puente, Moisés, ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias. Barcelona. Gustavo Gili, 2002, págs. 183-4.77 Publicidad de Acieroid sobre la construcción del Centro de Cálculo para la Caja Postal de Ahorros de Madrid, revista TA, nº213, 1977.
Publicidad de Acieroid en la revista TA, nº213, 1977, publicación del Centro de Cálculo de la Caja Postal de Ahorros, Madrid, 1975, AS.
220
Detalle de cerramiento de la casa Domínguez. Sección E:1/25. MADC
221
Las bandejas verticales de chapa se colocan sobre la totalidad del cerramiento (78),
estableciendo un despiece vertical de 250mm. Los 11,50m de fachada permiten modular
46 lamas idénticas. Sin embargo, la esquina se resuelve mediante una lama de mayor
dimensión, 375mm, coincidente con el lado del cajón metálico que forra los pilares en
planta baja. Por lo tanto, las fachadas se modulan con 43 lamas de 250mm y dos laterales
de 375mm. La pieza lateral forma un elemento angular que vuelve sobre la fachada
adyacente, resolviendo la esquina en una única pieza. El sistema así definido tan sólo se
interrumpe en los límites superior e inferior, así como en su encuentro perimetral con los
huecos acristalados, parte transparente de la envolvente.
I. Encuentro superior.
El límite superior del cerramiento resuelve el encuentro entre las lamas verticales de chapa
y la jardinera perimetral de cubierta. La fábrica de ladrillo se prolonga 30cm sobre el nivel
de forjado de cubierta y se convierte en peto de la jardinera. Las lamas Skinplate alcanzan
la misma cota que el ladrillo, establecida exactamente al nivel de cubierta (+5,50m).
Sobre el peto de ladrillo y el hueco entre éste y la cabeza de las lamas, se establece una
albardilla de chapa plegada de 30cm de ancho con ligera pendiente hacia la jardinera.
Los pliegues realizados en los bordes dan rigidez a la albardilla, resolviendo a un tiempo
el goterón. Sobre la fachada la albardilla aparece como un elemento de cierta entidad:
presenta un frente vertical de 100mm sobre las lamas y el límite inferior dobla hacia el
interior 25mm, proyectando una ligera sombra que resalta el elemento de coronación del
cerramiento. 78 No se han encontrado datos sobre el sistema de fijación de las lamas al cerramiento. En el plano DE_PL_54 aparece pegada directamente sobre el mortero exterior sobre la fábrica; en los planos DE_PL_55-57 aparece con una distancia de 7cm, con la recomendación de definir una distancia mínima por Skinplate. Ver Apéndice A2. Documentación existente, DE_PL_54-57, págs. 517-520. Fundación Alejandro de la Sota.
Remate superior a base de chapa plegada sobre cerramiento y formación de jardinera.Croquis MADC.
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Remate superior a base de chapa de acero y recubrimiento de lámina Skinplate. Croquis original E:1/2 sin fecha. AS.
223
Remate superior con placa de anclaje para recibir barandilla y formación de jardinera enrasada con rastrel de pavimento. Croquis original E:1/20 sin fecha, AS.
Remate superior con placa de anclaje para recibir barandilla y formación de jardinera enrasada con pavimento y delimitada por pletina perimetral. Croquis original E:1/20 sin fecha, AS.
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II. Encuentro inferior.
El límite inferior resuelve el encuentro entre las lamas verticales de chapa y el techo brillante
sobre la plataforma de acceso. El revestimiento metálico, el cerramiento de ladrillo y el
aislante se colocan por delante de las vigas de canto de los pórticos, alcanzando una
altura de 2,05m sobra la plataforma ±0,00 de acceso. Una primera chapa plegada
resuelve el encuentro entre el Skinplate y la fábrica, estableciendo un goterón perimetral.
Una segunda chapa plegada 45º de 375mm de ancho sirve de acuerdo entre el dintel
de los pórticos y la superficie inferior del forjado, estableciendo una superficie horizontal
que organiza el forro de los pilares estructurales. La posición retranqueada de los pilares,
así como su diferente sección (2UPN140, 180 o 200), generan una extraña relación entre el
volumen de chapa superior y los diferentes elementos verticales, extraños por delgados.
Para solucionar esta situación se genera un forro de chapa idéntico para todos los pilares,
un elemento a modo cajón metálico que sirve para regularizar la posición y dimensión
de los pilares estructurales: se define un cajón formado por dos elementos en U que debe
cumplir tres condiciones: sección cuadrada; alineación exterior con fachada; y alineación
interior con pilar más desfavorable, determinando el lado del cajón y la línea de pliegue
de la chapa de remate superior. Los cajones metálicos se separan del suelo mediante un
pequeño pliegue hacia el interior, una solución constructiva que enfatiza la ligereza de
‘la esfera cristalina’ del croquis conceptual. Sin embargo, la proporción de los pilares, de
casi 40cm de lado, les concede una aparente capacidad portante innecesaria para una
edificación de dos plantas: una nueva anástrofe constructiva en la obra de Sota, el pilar
hueco o la columna de aire.
Remate inferior a través de chapa de acero plegada, acabado lámina termoplástica Skinplate. La línea de pliegue defi ne el lado de los ‘cajones’ pilar.Croquis MADC.
225
Encuentro inferior, anotaciones para obra y medidas en función de Skinplate. Croquis original E:1/2, sin fecha, AS.
226
Diferentes soluciones de encuentro inferior a través de chapa plegada o angular metálico. Croquis originales E:1/20 sin fecha, AS.
227
III. Encuentro con los huecos.
Los huecos practicados en los muros constituyen una interrupción en la continuidad de
la chapa de acero Skinplate. El encuentro entre las lamas metálicas y la carpintería de
aluminio varía en función de la sección vertical u horizontal del hueco:
A. Sección vertical.
La carpintería ha de enrasarse con la superficie exterior establecida por las lamas. Para
ello debe proyectarse hacia el exterior más allá de la fábrica de ladrillo, lo que provoca
la aparición de dos perfiles angulares L60.6, superior e inferior, que anclados a la fábrica
soportan el peso de carpinterías y vidrios. Las lamas se colocan por delante de los perfiles,
protegidos por un elemento de chapa plegada que vuela sobre la carpintería a modo de
goterón.
B. Sección horizontal
La longitud de la carpintería de aluminio en planta no se establece en función del ancho
de la lama, por lo que el remate de la sección horizontal de la carpintería provoca
inevitablemente el corte de las lamas 1 y 43 anteriores a las piezas de esquina. La chapa
cortada se coloca ‘a hueso’ contra la carpintería, pasando por delante del precerco de
acero galvanizado. Sota dibuja la sección horizontal representando la lama completa, de
modo que la carpintería de aluminio entesta con el borde plegado de la lama de acero.
Esta situación no se produce en ninguno de los 8 encuentros posibles, ya que en todos ellos
la lama ha de ser cajeada en su encuentro con la carpintería.
Encuentro de la chapa con los huecos: sección horizontal. Croquis original E:1/1, sin fecha, AS.
228
Encuentro de la chapa con los huecos: sección vertical. Croquis original E:1/1, sin fecha, AS.
229
IV. Fachada de vidrio.
La estancia presenta dos zonas en las que la envolvente se desmaterializa y se convierte
en una superficie transparente o translúcida:
A. Ventanales deslizantes.
La estancia presenta carpintería de aluminio Fenzi (79) de hojas correderas, ventanas
‘procedentes de Barcelona, ya que en Pontevedra no se encontraba carpintería de
aluminio en blanco’ (80). Las ventanas de la estancia presentan tres alturas diferentes: 2,27,
1,70 y 0,90m, con una anchura entre pilares de 5,00m, salvo la fachada norte que incorpora
la despensa ciega y por lo tanto sus huecos poseen una anchura de 3,50m en cocina y
3,30m en biblioteca. Los huecos se dividen en cuatro ventanas correderas simétricas: las
centrales se colocan al interior y las laterales al exterior, de tal modo que se permite el
deslizamiento a lo largo de toda la guía interior o exterior. Este mecanismo permite abrir
siempre dos huecos alternos o consecutivos, centrados o laterales, ofreciendo una gran
cantidad de configuraciones de apertura en cada ventana. Como excepción aparecen
la biblioteca, que cuenta con una ventana corredera de dos hojas en fachada Norte, y la
cocina, que cuenta con una ventana corrida en fachada Este dividida en cinco tramos y
otra en fachada Norte dividida en tres ventanas correderas y una fija (81).
El vidrio utilizado se describe como ‘acristalamiento con luna “Thermopane” con cámara
de 12,7mm, una luna de 6mm y la otra cara de Parsol gris de 10mm, calzos de neopreno y 79 La carpintería Fenzi aparece grafiada en los planos de detalle realizados durante la obra. En las Mediciones y presupuesto aparece la definición: ‘ventana de corredera “Carpintería Técnica” o Eclipse en alumio color anodizado y pasivado. Ver CD, CD_01.2. Documentación existente, CD_TEX_02. Mediciones y presupuesto. 80 Enrique Domínguez, ver Apéndice A2. Documentación nueva, DN_ME_02, pág. 604. Entrevista Enrique Domínguez. 81 Sobre la ventana corredera central de la fachada norte de la cocina se ha instalado con posterioridad una unidad exterior de climatización.
Ventanales deslizantes. Posición exterior de las hojas laterales e interior de las centrales. Fotos MADC.
230
sellado con “Thiocol” (82). El velo gris sobre el acristalamiento se aprecia sobre todo en la
fachada norte, resultando imperceptible bajo la luz solar.
Si bien la carpintería se presenta como un perfil monolítico carente de las actuales
tecnologías de rotura de puente térmico, la composición laminar del vidrio, con
tratamiento exterior de factor solar e interior de control térmico, presenta una tecnología
muy avanzada para la época. El cerramiento acristalado se configura como una partida
de enorme calidad, alcanzando un presupuesto elevado, similar al de la estructura.
B. Cerramientos translúcidos.
La envolvente del acceso en planta baja se realiza mediante cerramiento de cristal
pavés, en piezas de 20x20cm con relieve tallado vertical por el exterior y horizontal en el
interior. Diez hiladas definen la altura de la envolvente y de la puerta de acceso, 2,00m
desde la plataforma ±0,00m, salvo el frente sur en el que el tramo entre el pilar central y el
almacén alcanza la cota -0,80m con cuatro hiladas más, iluminando la plataforma -1,27m
perteneciente al tramo de escalera que baja hasta los dormitorios -2,55m. La esquina se
resuelve mediante perfil angular L60.6 acabado en color gris.
82 Ver CD, CD_01.2. Documentación existente, CD_TEX_02. Mediciones y presupuesto.
A c r i s t a l a m i e n t o acabado mediante lámina Parsol gris, muy visible en fachada norte. Foto MADC.
231
Vista del cerramiento de cristal pavés y detalle del angular en encuentro de esquina. Fotos MADC.
Defi nición de planta y alzados de la envolvente de crital pavés. Croquis original E:1/50, sin fecha, AS.
232
El origen disperso y lejano de los materiales refuerza la vocación de prototipo del estrato
elevado: una construcción totalmente desligada del lugar (83). La posición enrasada
entre el Skinplate y la carpintería de aluminio produce una serie de planos tersos con
matices sutiles, como el despiece vertical de la chapa o el velo gris de los vidrios. Visto
en conjunto, el volumen destila el refinamiento frío de obras como el edificio de Correos
y Telecomunicaciones de León. Sin embargo, el palafito se proyecta desde una posición
ajena a las reglas de la construcción industrializada, que exige un enorme esfuerzo de
coordinación previa entre todos los elementos y procesos que se dan cita en la obra:
-Ausencia de modulación: la geometría de la estructura es independiente de las
divisiones de ventanas o de la dimensión de la lama vertical de revestimiento. La modulación
de las ventanas tampoco se relaciona con la medida unidad de la lama de Skinplate, lo
que implica el cajeado parcial de las lamas en su encuentro con las carpinterías.
-Construcción tradicional: el cerramiento no se construye como un elemento en
seco industrializado: se trata de una construcción convencional de ladrillo con un ‘vestido’
metálico (84). El escaso espesor de la chapa provoca pérdida de planeidad en la superficie
de las lamas, apareciendo molestas ondulaciones puntuales sobre la fachada.
-Encuentros improvisados: los pilares aparecen como mochetas en el trasdós de la
envolvente; las carpinterías se proyectan fuera de la estructura y de la fábrica, apoyándose
sobre improvisados elementos metálicos y presentando humedades en el dintel bajo la
cámara; entrega a tope entre lamas y carpintería, provocando pérdida de estanqueidad;
aparición de múltiples remates, chapas y goterones sobre las carpinterías de aluminio, así
como en la línea superior e inferior del volumen prismático.83 La casa era conocida en A Caeira como ‘la fábrica de cerveza’. Ver Apéndice A2. DN_ME_02, pág. 604, entrevista Enrique Domínguez. 84 Ésta sería la última obra en la que Sota utiliza la lámina Skinplate como revestimiento en favor del panel de chapa Robertson, que propone en los proyectos de León, Alcudia, Zaragoza o Aldehuela de los Guzmanes.
Modulación y montaje ‘en seco’ en el edifi cio de Correos de León, 1981, AS.
233
4.1.3.2 Plataformas y sistema de objetos.
El establecimiento de un armazón como soporte estructural del volumen mitad de un
cubo, así como su delimitación a través de una envolvente fría y precisa, constituyen
dos operaciones esenciales en la definición del palafito. En paralelo, coexisten otros dos
mecanismos de proyecto fundamentales e imprescindibles en la formalización del orden
conceptual:
1. Plataformas: establecimiento de cinco planos elevados sobre el jardín, definiendo una
especie de topografía ‘flotante’ simétrica a la del estrato enterrado. Las plataformas
se definen como un plano en el espacio, resolviéndose la estructura mediante mínimos
perfiles metálicos y el pavimento mediante distintos tipos de madera, en función de la
posición interior o exterior de la superficie.
2. Sistema de objetos: se propone, sobre las plataformas, una red objetual procedente
del complejo universo sotiano: barandillas, bancos, escaleras, radiadores o elementos
de mobiliario. Todos ellos poseen como característica común, su capacidad de
desdoblamiento, presentando al menos una función alternativa a la principal. Los
dispositivos que conforman la pequeña escala se engarzan o se posan sobre las distintas
plataformas que constituyen el palafito, formando parte de un único plan.
El conjunto de las estrategias desplegadas determinan el modo de habitar ‘en el aire’,
establecen, dicho de otro modo, una conducta: ‘La importancia de la arquitectura no es
otra que la del ambiente que crea. Un ambiente es conformador de conductas’ (85).
85 Alejandro de la Sota, ‘El pabellón de Barcelona de Mies, Arquitectura 261, julio-agosto 1986. También publicado en Puente, Moisés, ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, pág. 75.
Sistema de plataformas sobre la cota cero. Axonométrica MADC.
234
Plataformas.
I. Terraza intermedia.
La estructura de la terraza intermedia definida en los planos de proyecto sufre una
importante modificación durante el desarrollo de la obra.
A. Estructura de proyecto (86).
Se define mediante un perfil perimetral UPN160 y forjado rectangular de 6,30x2,40m
(15,12m2). El plano se apoya en cuatro puntos del perímetro: dos sobre la estructura vertical
del palafito y dos sobre pilares UPN100, situados en el frente sur. Dado que la distancia entre
ejes de pilares es de 5,0m, el forjado vuela 1,30m sobre la fachada oeste, acercándose
al muro original límite de la finca con el camino de Ruza. Los apoyos sobre el palafito se
producen a través de palastros verticales de acero, mientras que los pilares encuentran el
suelo a cotas bien distintas:
-El pilar Este se apoya sobre la plataforma ±0,00m, presentando una altura de 1,55m.
Desde este nivel, la terraza intermedia se encuentra a la altura de los ojos (1,55-1,75m), de
manera análoga al plano de la estancia de la casa Farnsworth de Mies van der Rohe. La
placa de anclaje se instala sobre el muro de hormigón del estrato enterrado que divide los
niveles -2,55m y -3,50m.
-El pilar Oeste alcanza el patio sur (-2,60m), presentando una altura de 4,15m. La
placa de anclaje se instala sobre una zapata aislada exterior al palafito (87).
86 Ver plano de estructura de terraza intermedia,E:1/50 de junio de 1976. Apéndice A1. Documentación existente, DE_PL_50, pág. 513.87 No se ha encontrado documentación sobre esta zapata, que no se dibuja en los planos estructurales y que tuvo que ser dimensionada en obra al tratarse de un elemento que recibe muy poca carga.
Plano de estructura de terraza intermedia, junio de 1976, original E:1/50. AS.
235
La escalera de acceso se presenta como un elemento independiente, adosado lateralmente
y con 1,0m de anchura. Las zancas se resuelven mediante dos palastros de 160x10mm y
el peldañeado mediante bandejas de chapa plegada de 3mm (88). La zanca interior se
apoya sobre la plataforma ±0,00m, el pilar Este y el perfil UPN160 superior; los dos últimos
apoyos se realizan a través de dos conectores de pletina; la zanca exterior se apoya sobre
la plataforma ±0,00m, mientras que el apoyo superior se propone sobre un palastro en
voladizo soldado sobre la zanca interior. Las zancas arrancan en posición vertical desde
la cota ±0,00m hasta la +0,177, altura del primer peldaño (89); en este punto adquiere una
inclinación de 30º, resolviendo 8 peldaños de 28cm de huella y 17,7cm de contrahuella;
el último tramo establece el noveno y último peldaño a modo de meseta horizontal, de
longitud 1,0m y posición enrasada con la cota de la terraza intermedia (+1,60m).
B. Estructura final.
La estructura definida en proyecto se modifica en dos momentos distintos:
-Antes de la ejecución de la estructura proyectada, Sota advierte que la distancia
entre el plano intermedio (+1,60) y el plano de la estancia (+2,55) es demasiado grande
(95cm) para el establecimiento de la comunicación entre ambas a través de la escalera
banco proyectada (90). Por lo tanto se decide subir el plano intermedio hasta la cota final
(+1,75m), 80cm por debajo de la estancia. La nueva diferencia de cota permite establecer
cuatro peldaños de 20cm de altura entre terraza y estancia.
88 Idéntica solución que la empleada en la escalera central interior.89 Por decisión de la propiedad el primer peldaño fue sustituido por una base de fábrica que oculta el arranque vertical de las zancas.90 En el juego de planos fechado en octubre de 1975 la escalera-banco no se dibuja. Los primeros planos y dibujos aparecen el los planos de junio de 1976.
Vistas de la estructura fi nal: la terraza se amplía hasta el límite sur defi nido por la zanca exterior de la escalera.
236
Axonométrica terraza intermedia, original E:1/50, sin fecha. AS.
237
Axonométrica de la terraza intermedia, E:1/50. MADC.
238
Sección longitudinal por terraza intermedia, E:1/50. MADC.
239
Sección transversal por terraza intermedia, E:1/50. MADC.
240
El primer nivel de la terraza muestra el interés de Sota por la posición intermedia del plano,
+1,60 respecto el jardín y -0,95 respecto la estancia, y evidencia la cualidad dual de la
plataforma intermedia, un dispositivo perteneciente a los dos estratos simultáneamente.
-Después de la ejecución la propiedad advierte que la anchura de la plataforma es
algo escasa y se propone ampliar los 2,40m construidos hasta la línea de la zanca exterior,
es decir 1,10m más (91), hasta alcanzar una anchura total de 3,50m y una superficie de
22,05m2. La modificación se resuelve mediante un forjado en voladizo sobre el perfil UPN160
perimetral. El canto del forjado añadido se reduce a 10cm, incorporando un UPN100
perimetral. La diferencia entre el canto del plano original y el ‘injerto’ aún es visible desde
el patio sur inferior. Se decide prolongar el palastro de 160x10mm de la zanca exterior
de la escalera sobre el canto del forjado añadido, unificando líneas en el alzado sur y
solapándose en el alzado oeste con el canto del UPN 160 existente a modo de refuerzo
estructural del voladizo. Los pilares quedan retranqueados 1,10m respecto el nuevo límite
sur de la plataforma. Su situación en sombra contrasta con la nítida línea blanca que
marca la posición del plano, resultando de la modificación una plataforma sin soportes
aparentes, más ligera y aérea que la inicialmente proyectada.
El pavimento se realiza en madera de elondo de 2cm de espesor, color grisáceo y
acabado mate, con tratamiento para exteriores mediante el sistema VAC VAC (92). Para su
colocación se suelda un angular L40.4 sobre el perfil UPN160 perimetral. El angular recibe
un enrastrelado de cuadradillos de madera de sección 35x35mm colocados en dirección
norte-sur. Sobre éstos se clavan los tablones de madera de elondo endirección este-oeste,
0,5cm por debajo del angular, dejando visto 1,5cm de su espesor. El peldañeado de la
91 La escalera mide 1m de anchura más los 10cm de separación entre zanca interior y UPN160 superior.92 Ver CD, CD_01.2, CD_TEX_02, Mediciones y presupuesto, capítulo XX, revestimiento, partida 20.24, tratamiento sobre madera de elondo.
Pilares retranqueados y en sombra bajo la terraza intermedia.Detalle de la posición original del pavimento de madera de elondo. Croquis MADC.
241
escalera se resuleve de igual forma: angular perimetral L40.4, cuadradillo de madera
35x35mm, en este caso en dirección este-oeste, y tabla de elondo de 2cm de espesor
en dirección norte-sur, siguiendo la proporción del peldaño y quedando visto 1,5cm del
canto de la madera.
El pavimento original ha sido sustituido recientemente por una tarima de ipe, de color
marrón oscuro y acabado al aceite (93). La tabla presenta rebajes laterales en ‘cola de
milano’ para su colocación con el canto oculto. En la terraza, el canto de la tabla se
esconde mediante la instalación de una tapeta de madera que cubre incluso el angular
de 40mm, resultando un borde perimetral excesivamente grueso, de casi 10cm frente a
la línea mínima de 1,5cm prevista inicialmente. El peldañeado de la escalera también se
resuelve con madera de ipe, sustituyendo el enrastrelado de madera original por un sobre
de trámex sobre el que se recibe la tabla.
II. Banco - escalera.
La segunda plataforma se establece en forma de banco en el nivel +2,15m, plano intermedio
situado 40cm sobre la terraza (+1,75m) y 40 cm bajo la estancia (+2,55m). Esta posición
es aprovechada para integrar en el diseño la escalera de comunicación entre terraza y
estancia, convirtiéndose la superficie del banco en un peldaño más. La importancia de
este elemento para Alejandro de la Sota queda patente ante su inusual nivel de definición,
llegando a dibujarse la sección a escala E:1/5 y E:1/1.
93 Acabado algo brillante.
Vistas del remate perimetral del nuevo pavimento de madera de ipe. Fotos MADC.
242
Sección trasversal de terraza intermedia y alzado de banco-escalera. original E:1/10 sin fecha. AS.
Sección longitudinal de banco-escalera y axonométrica detalle constructivo, original E:1/1 y E:1/5 sin fecha. AS.
243
El plano cuenta con una longitud de 5,50m, anchura de 0,60m y 3,3m2 de superficie.
Se posiciona ligeramente retranqueado respecto el borde de la terraza intermedia por
cuestiones de seguridad, alineándose con la esquina suroeste del palafito y con el montante
vertical Este de la carpintería de la estancia (94). Los dos peldaños de comunicación se
posicionan y dimensionan siguiendo la modulación de la carpintería corredera, dividida
en cuatro hojas de 1,25m de longitud cada una (95). A esta distancia respecto el extremo
Este de la carpintería comienzan los peldaños, de 1,25m de anchura total, 30cm de huella
y 20cm de contrahuella (96). La separación de 5cm entre banco y palafito, así como
la independencia entre el plano y las barandillas laterales, convierten al banco en un
elemento autónomo, en contacto con la terraza intermedia sólo a través de los apoyos.
Constructivamente el banco se apoya sobre pares verticales a base de tubo de 50mm
de diámetro separados 1,25m para coincidir con el despiece de la carpintería. Los
perfiles tubulares se unen en cabeza con perfiles en T de 30X30mm. El encuentro inferior
con la madera se resuelve mediante arandelas de 80mm de diámetro y 10mm de canto
que ocultan los taladros de las tablas. Sobre la cabeza del tubo y el perfil T se disponen
longitudinalmente dos perfiles angulares L40.4 que, al igual que en el pavimento de la
terraza, recogen los rastreles de madera a base de cuadradillo de 35x35mm sobre los que
se clava la tabla de madera de elondo, que de nuevo vuelve a mostrar 1,5cm de los 2cm
totales del canto.
94 En los planos de datalle la longitud del banco coincide con la longitud total de la terraza intermedia. 95 Sobre el plano DE_PL_45 se estudia la posibilidad de situar los peldaños simétricamente respecto el eje de la ventana de la estancia, pudiendo acceder a través de las hojas situadas en los extremos a través de dos tramos de peldaños idénticos separados 2,50m. Ver plano de planta, E:1/50 de junio de 1976. Apéndice A1. Documentación existente, DE_PL_45, pág. 508. Fundación Alejandro de la Sota. 96 Sobre los planos DE_PL_46-47 se estudia la posibilidad de acceder a la estancia a través de la fachada oeste, liberando la fachada sur de comunicación directa con la terraza intermedia. La escalera planteada continúa hasta la cubierta, que recupera su aspecto inicial de alfombra verde de la primera versión, sin el casetón central que aparece en la segunda. Ver plano de planta alta y planta de cubiertas, E:1/50 de octubre de 1975. Apéndice A1. Documentación existente, DE_PL_46-7, págs. 509-510. Fundación Alejandro de la Sota.
Independencia de la escalera - banco con el palafi to y las barandillas laterales. Fotos MADC.
244
El peldaño inferior se adosa lateralmente al banco, apoyándose sobre perfil angular
L40.4mm recibido sobre dos perfiles tubulares del propio banco; en el extremo contrario,
dos nuevos tubos de apenas 15cm de altura constituyen los otros dos soportes del peldaño,
constructivamente idéntico al banco. El peldaño superior se apoya por un lado sobre la
prolongación de dos perfiles tubulares del banco, y en lado contrario sobre otros dos
tubos de 15cm de altura. El diseño tiene la virtud de resolver los peldaños con tan sólo dos
apoyos, resolviéndose los otros dos sobre la estructura del banco.
Actualmente la madera de elondo ha sido sustituida por ipe, al igual que la terraza y la
escalera de acceso desde la plataforma ±0,00m, pero conservando el canto de la tabla
visto (97).
III. Estancia.
La estancia constituye el tercer plano del estrato elevado. Se trata de una plataforma
interior, de geometría cuadrada y de más de 100m2 de superficie (98). Constructivamente
se resuelve mediante la instalación de pavimento de tarima de madera maciza de haya
desecada de la marca Junkers, calidad Standard, en tableros de 370x12, 9x2, 2cm, lijado y
barnizado (99). La instalación se realiza por personal especializado procedente de Madrid.
La madera original se mantiene en la actualidad en muy buen estado de conservación
(100). 97 Se recuerda que la madera de ipe muestra las acanaladuras laterales en ‘cola de milano’ para su colocación, constituyendo una solución inadecuada para la posición sobreelevada y el canto visto. La tabla de madera de elondo original procedía directamente del aserradero, no siendo sometida a los procedimientos industriales propios de las maderas comerciales convencionales. 98 El orden funcional y geométrico de la estancia ya han sido analizados.99 Ver CD, CD_01.2, CD_TEX_02, Mediciones y presupuesto, capítulo XX revestimientos, partida 20.5, tarima de haya maciza.100 No se han encontrado las partidas correspondientes a la preparación de la base para la instalación de la tarima. Se entiende que la instalación responde al sistema tradicional: capa de mortero de regularización sobre el forjado, enrastrelado a base de cuadradillo de madera, colocación de aislante térmico entre los rastreles, lámina film de separación y, por último, fijación de la tarima de madera sobre el rastrel mediante clavado oculto, con una altura total de 60-70mm. Las instalaciones discurren bajo el entarimado.
La estancia: refl ejos sobre el pavimento de madera de haya desecada, foto MADC.
245
IV. Escalera interior.
A. Plataformas.
La escalera central no constituye una plataforma, sino varias. Las diferentes mesetas
establecen lugares con iluminación y características propias:
-La meseta (-1,27m) entre el estrato enterrado y el nivel cero de acceso recibe luz
natural de forma lateral a través de la envolvente de cristal pavés que alcanza la cubierta
verde (-0,90m). El lienzo de pavés presenta una altura de 2,80m, desde la cota -0,80m
hasta la +2,00m. El encuentro con la zanca de la escalera se resuelve alineándolo con la
cara exterior del muro de hormigón sobre el que se apoya, estableciendo una distancia de
25cm entre zanca y pavés. El muro formaliza un peto bajo junto a la meseta utilizado por la
propiedad para la colocación de plantas y objetos decorativos. Desde la meseta (-1,27m)
se contempla el vestíbulo de acceso (±0,00m) y la envolvente de pavés. Esta plataforma
constituye un nuevo plano intermedio entre estratos: por un lado se encuentra bajo rasante
y por lo tanto pertenece al estrato enterrado; por otro, participa de las características
espaciales del vestíbulo de acceso, integrándose con él y, por lo tanto, perteneciendo al
estrato topográfico del jardín.
-La meseta entre el vestíbulo de acceso y la estancia se sitúa a la cota +1,27m.
Presenta una iluminación rasante a través del lienzo de pavés que llega hasta la cota
+2,00m, constituyendo un zócalo de luz para la meseta. La participación de la superficie
de vidrio traslúcido, así como la separación con la estancia a través del vestíbulo previo
(+2,55m), convierten esta meseta en un espacio de carácter más cercano al vestíbulo
que a la estancia, de la que participa tan sólo a través del reflejo producido por el espejo
colocado en el vestíbulo (101). 101 Se recuerda que este espejo crea la ilusión del vacío tras el límite Este de la escalera, donde realmente se encuentra la cocina, recuperando en
Perspectiva desde plataforma (-1,27m) y sección por plataforma (+1,27m). Croquis MADC.
246
Plataformas escalera interior. Axonométrica E:1/200, MADC.
247
-La meseta (+3,85m) entre la estancia (+2,55m) y la cubierta (+5,50m) se presenta
como un punto privilegiado desde el que se contempla la estancia, la terraza intermedia
y el jardín (102). Es la única plataforma de la escalera que presenta elementos muebles,
en este caso una estantería para trofeos deportivos y una escultura de madera (103). La
división transparente entre la estancia y la meseta vincula visualmente ambos espacios,
ampliando el límite de la estancia, de este modo convertida en una secuencia de
plataformas descendentes hacia la topografía jardín: meseta +3,85, estancia +2,55, terraza
intermedia +1,75.
apariencia la situación propuesta en la primera versión.102 Ver apartado 4.1.1.4 Articulación e intermedio horizontal: la visión diagonal.103 Los trofeos pertenecen a una de las hijas de los señores Domínguez, tenista profesional. La escultura ha sido realizada por otra de las hijas del matrimonio.
Vista de la plataforma (+3,85m) desde la estancia. Croquis MADC.
248
B. Estructura.
Consta de zancas de palastro 160x10mm soladadas sobre perfil UPN de borde de forjado.
La meseta se suelda en su parte posterior, mediante perfil UPN160 de borde, a dos perfiles
de tubo cuadrado de 60x60mm, que conectan los forjados de cubierta (+5,50m), estancia
(+2,55m) y cubierta verde (-0,90m). El diseño y posicionamiento de las zancas presenta dos
particularidades:
-Las zancas presentan una separación de 4cm con los paramentos laterales y 5cm
en el centro entre sí. Con esta operación la luz resbala por las paredes ininterrumpidamente,
aumentando la sensación de ligereza de la escalera y llevando la luz hasta el estrato
enterrado.
-Las zancas son elementos simétricos respecto la meseta, lo que implica el
adelantamiento del primer peldaño ascendente. Las mesetas presentan la planta en forma
de L, en lugar de la típica rectangular: la planta de la escalera surge del planteamiento
constructivo de la misma, y no a la inversa como es habitual.
Los peldaños se solucionan mediante una chapa contínua y plegada de 3mm de espesor.
La chapa discurre enmarcada entre las zancas estructurales, que sirven de rodapié.
La solución puede presentar problemas acústicos, por lo que Sota decide revestir el
peldañeado mediante el pavimento de moqueta Sommer de lana natural procedente del
estrato enterrado. De este modo, el suelo ‘blando’ del mundo subterráneo asciende hasta
hasta el ‘piano nobile’. Recientemente la moqueta de la escalera ha sido sustituida por
pavimento de madera de haya de características similares al existente en la estancia.
Detalle de la escalera principal, junio 1976, E:1/20, AS. Foto del giro de las zancas en meseta MADC.
249
Detalle de sección de escalera principal, junio 1976, E:1/20, AS.
250
C. Barandilla.
Se propone como un elemento singular, al margen del resto de barandillas de la casa. La
separación de 5cm entre las zancas centrales permite alojar un tubo contínuo de 40mm de
diámetro. El tubo recorre el hueco central de la escalera en toda su altura, soldándose tan
sólo en los cruces con las zancas, único punto de anclaje. El diseño permite situar cuatro
tirantes, formados por barras lisas de 8mm de diámetro, entre el propio tubo pasamanos y
la zanca correspondiente. La separación entre el tirante y la zanca se soluciona mediante
pletina de 25mm. Precisamente en la unión entre tirante y pletina se ubica el pasador
roscado que permite tensar el redondo mediante tuerca-tapón posterior. En el otro
extremo, el tirante se suelda al tubo pasamanos.
Una vez montada la barandilla, la propiedad considera el tubo de acero un elemento
demasiado frío y sugiere la instalación de un pasamanos de madera: ‘Recuerdo alguna
aportación nuestra durante la obra, como el pasamanos de madera en la escalera
principal. A mi mujer no le gustaba el tacto frío del tubo de acero que había puesto
Alejandro, le parecía una barandilla de autopista, así que le sugerimos el pasamanos
de madera y Alejandro lo aceptó’ (104). Precisamente el pasamanos aporta el carácter
doméstico que la propiedad reclamaba: ‘a los tubos de las barandillas se le dio el toque
de “tubo interior” de domicilio, de casa privada, poniéndole una maderita’ (105).
104 Enrique Domínguez, ver Apéndice A2, DN_ME_02, entrevista Enrique Domínguez, pág. 604. 105 Alejandro de la Sota, conferencia impartida dentro del ciclo ‘Modernidat i avantguarda’, I semana cultural (28 de enero/2 de febrero de 1980). Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Publicada en Puente, Moisés, ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias. Barcelona. Gustavo Gili, 2002, pág. 186.
Vistas de la barandilla de la escalera principal. Fotos MADC.
251
Detalle de escalera principal y alzado de barandilla continua, sección E:1/50, MADC.
252
La barandilla en su conjunto guarda una gran similitud con la diseñada para el Centro de
Cálculo de la caja Postal de Ahorros de Madrid, 1975, si bien ésta última no deja espacio
entre las zancas centrales, por lo que el tubo debe doblarse en cada tramo para discurrir
por el interior de la zanca. En este caso el tubo se separa de la zanca, apoyándose mediante
una pletina soldada, para doblar inmediatamente después hacia el tramo superior de
escalera y recibir los tirantes soldados; en la parte superior de cada tramo se colocan los
elementos de conexión entre zanca y tirante: dos cilindros perpendiculares a la zanca
sujetan el redondo y, alineado con éste, el dispositivo de tensión.
V. Cubierta.
La cubierta constituye la última plataforma del estrato elevado. Se trata de un plano situado
a la cota +5,50m desde el que contemplar el paisaje lejano (106). Constructivamente, la
cubierta se presenta como un plano de madera con jardinera perimetral. Una pequeña
construcción de fábrica en forma de L, contiene el hueco de la escalera de acceso, la
maquinaria del ascensor, el hueco para la salida de humos de la caldera y el tiro de la
chimenea de la biblioteca.
A. Plataforma y jardinera.
El pavimento de madera de elondo, idéntico al propuesto para la terraza intermedia, se
coloca sobre rastreles de madera montados sobre elementos cerámicos puntuales a modo
de plots. De este modo se consigue un plano de madera completamente horizontal, al
quedar las pendientes de avacuación de aguas pluviales bajo el plano transitable. Los
rastreles se colocan en dirección norte -sur y las tablas de elondo en dirección este - oeste, 106 El orden funcional y geométrico de la cubierta ya se ha analizado en capítulos anteriores.
Croquis de escalera del Centro de Cálculo, Madrid, 1975, AS. Foto del giro de la barandilla sobre las zancas.
253
al igual que en la terraza intermedia. La solución constructiva descrita en el detalle 76A PLA
38 varía ligeramente durante la ejecución de la obra (107): sobre el forjado se dispone una
capa de 9cm de hormigón ligero de formación de pendientes, sobre la que se colocan dos
capas de aislante térmico de 2cm cada una (108); sobre el aislante se extiende una capa
de 4cm de mortero de regularización e inmediatamente después la impermeabilización a
base de Polibreal de 4kg/m2; el impermeabilizante se vuelve a proteger con una capa de
4cm de mortero sobre la que se apoyan los elementos cerámicos, los rastreles y finalmente
el pavimento de madera de elondo. El encuentro de las tablas de madera con la jardinera
perimetral se resuelve mediante la colocación de un bordillo prefabricado de hormigón
sobre el que se interrumpen las capas de pavimento, rastreles y plots, apareciendo al otro
lado la tierra vegetal. La barandilla se coloca a haces de la cara exterior del bordillo, en
contacto con la tierra y la vegetación. Tanto la barandilla como el bordillo se presentan
como elementos nuevos respecto a lo descrito en el detalle de la cubierta, donde aparece
una pletina de tan sólo 30cm de altura como único elemento de separación entre la
madera y la tierra.
B. Barandillas.
Se proponen cuatro elementos en esquina separados 10cm en su apoyo central, punto
medio de las fachadas del palafito. El tubo contínuo de 50mm de diámetro arranca desde
la jardinera en posición vertical y dobla a la horizontal mediante un arco de 20cm de
radio, alcanzando una altura de 82cm sobre el peto de chapa y una longitud de 4,20m; el
giro de 90º en la esquina se resuelve mediante un arco de 20cm de radio, recorriendo en 107 Ver Apéndice A1, Documentación existente, DE_PL_52-53, págs. 515-516, Fundación Alejandro de la Sota.108 Las mediciones y presupuesto sólo especifican un tipo de aislamiento térmico: la plancha de poliestireno expandido de 3cm, y con una medición demasiado pequeña para el conjunto de la vivienda: 254,00m2.
Detalle 76PLA 38, E:1/20, sin fecha, AS. Foto del encuentro entre pavimento de madera, bordillo y arranque de barandilla. Foto MADC.
254
horizontal un segundo tramo de 4,20m para doblar a la vertical mediante arco de 20cm y
regresar a la jardinera. Los apoyos intermedios se resuelven a través de seis perfiles tubulares
de 20mm de diámetro, colocados tres en cada frente, situados a 1,33m de distancia entre
sí y liberando la esquina. Las divisiones horizontales se realizan a través de tres redondos de
8mm de diámetro colocados a 20cm. Las varillas atraviesan el tubo de 50mm en posición
vertical y se tensan a través de tuerca-tapón posterior.
C. Instalaciones.
La cubierta presenta una serie de instalaciones hábilmente dispuestas para su ocultación:
-Maquinaria del ascensor: se integra en el casetón de la escalera, una construcción de
fábrica enfoscada al exterior (109) con cubierta vegetal sobre la que emergen la antena
de telecomunicaciones, una antena parabóloca, la salida de humos de la caldera y la
ventilación del tiro de la chimenea de la biblioteca, resuelta con una chapa situada a tan
sólo 20cm de la cubierta. La cubierta verde del casetón ha sido colonizada por plantas y
enredaderas que nacen desde una pequeña jardinera perimetral.
-Pararayos. Sobre la esquina suroeste del palafito se instala un gran elemento vertical
que cumple con la función de pararayos. Su altura, cercana a los 4m, hace necesaria la
instalación de dos barras, formando un trípode, sobre las fachadas sur y oeste. El mástil es
muy visible en un primer momento, cuando el roble aún es joven. Pasados casi 40 años la
instalación ha quedado totalmente oculta entre las ramas del árbol.
109 En las fotografías de la obra reción terminada el casetón aparece del color gris propio del mortero, diferenciándose claramente del blanco de la chapa Skinplate, el terracota de la cerámica de Burela o el verde del césped en el jardín: todos los acabados mostraban su color natural. Posteriormente se procede a pintar de blanco este elemento.
Vistas de la barandilla de cubierta: encuentro central y esquina. Fotos MADC.
255
Sistema de objetos.
I. Barandillas.
La casa Domínguez cuenta con casi 140 metros lineales de barandillas, sin contar los casos
particulares de cubierta y escalera interior (110). Sota es un gran apasionado de este tipo
de protecciones, prestándoles especial atención en todos sus proyectos: ‘Como veis gusto
mucho de los tubos y de lo que se puede hacer de barandillas. Que los tubos empiecen
donde se coge uno la mano, todos estos divertimentos no son arquitectura. [...] He cogido
el tema de las barandillas y las escaleras. Como alguien decía de mí, no me acuerdo bien
quién: eres un gran “barandillero”. [...] Los alemanes tienen unas ordenanzas pero aquí
vivimos un poco más libres, y aquí basta con este poco: doblar tubos’ (111).
A pesar de la importancia concedida a la barandilla, al tiempo utilizado en diseñarlas,
materializarlas y después explicarlas detenidamente en cursos y conferencias, Sota
sostiene que no forman parte de la arquitectura: ‘Doblar estos tubos ya se entiende que
no es de proyecto. [...] Esto de las barandillas no tiene tanta importancia, son lo superfluo,
lo frívolo, lo de “quita y pon”, pero quiero decir que si se hace una barandilla, se tiene
que tener el máximo cuidado’ (112). Se piensa que, a pesar de la insistencia de Sota por
declarar la barandilla como un elemento secundario, no existe tal orden de prioridades en
la experiencia arquitectónica: ‘lo pequeño no es lo insignificante ni lo accesorio ni viene
después de lo grande: todo te sacude al tiempo’ (113).
110 En total la medición cuenta con 138,80m/l de ‘barandilla formada con tubo de acero de 11/4” galvanizado en caliente, incluso soportes’, Ver CD. CD_01.2, CD_TEX_02, Mediciones y presupuesto, capítulo 7, partida 7.16 barandilla.111 Alejandro de la Sota en referencia a las barandillas del Centro de Cálculo para la Caja Postal de Ahorros de Madrid, conferencia impartida dentro del ciclo ‘Modernidat i avantguarda’, I semana cultural (28 de enero/2 de febrero de 1980). Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Publicada en Puente, Moisés, ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias. Barcelona. Gustavo Gili, 2002, pág. 184.112 Ibidem, pág. 186.113 Luis Martínez Santa-María, carta personal inédita dirigida al autor de la presente tesis doctoral.
Vista de diferentes modelos de barandilla en la casa Domínguez.Foto MADC.
256
Mapa de los diferentes modelos de barandilla en la casa Domínguez.Axonométrica E:1/200, MADC.
257
A. Modelos de barandilla.
Se identifican tres modelos de barandilla utilizados sobre la topografía jardín y la terraza
intermedia, definidos para su clasificación como T1, T2 y T3. En ocasiones la continuidad
de la barandilla se consigue mediante el enlace de dos modelos diferentes, apareciendo
tres tipos de conexión definidos como encuentro T1-T2, T1-T3 y T2-T3. Cada uno de los
modelos es diseñado para ocupar un lugar específico sobre las plataformas, enlazándose
contínuamente un modelo con otro según la función requerida sobre cada tramo de
tubo:
-T1: Corresponde a la barandilla existente en la cancela de acceso desde la acera (-2,70m)
hasta la terraza (-1,70m), y en la escalera de acceso a la terraza intermedia (+1,75m) desde
la plataforma (±0,00) (114). Consiste en un tubo horizontal de 50mm de diámetro situado
a una altura de 82,5cm del suelo terminado (cuatro tramos de 20cm hasta el eje del tubo
horizontal más 2,5cm hasta la cara superior del tubo). Las divisiones horizontales intermedias
se realizan mediante tres redondos de 8mm de diámetro, colocados cada 20cm, soldados
en un extremo y tensados en el opuesto mediante tuerca-tapón posterior. Los soportes
se establecen mediante tubos verticales de 30mm de diámetro cada 1,5m. El encuentro
con el suelo se produce en la esquina formada por el gres Burela horizontal y vertical a
través de perfil angular L100.50mm. El perfil cumple la doble función de remate lineal entre
paramentos, y anclaje de los elementos verticales de la barandilla. Cuando el pasamanos
gira 90º en planta, los elementos verticales se separan 20cm liberando la esquina. El tubo
horizontal y los redondos intermedios trazan un arco idéntico de 20cm de radio.
114 La barandilla de cubierta se configura como una variación de la T1, con un sistema de apoyo distinto a nivel geométrico y constructivo.
Vista del modelo de barandilla T1 en acceso desde la calle Río Miño. Foto MADC.
258
-T2: Se encuentra localizada sobre la terraza intermedia (+1,75m) y sobre la plataforma
±0,00m en el tramo definido entre dicha terraza y la escalera de acceso desde la terraza
(-1,70m). Se trata de una variación sobre el modelo T1, modificando la posición del tubo
horizontal respecto los elementos verticales: el tubo de 50mm se coloca fuera del plano
vertical definido para todos los elementos del tipo T1, retrasándose 20cm hacia el interior
del espacio al que sirve. Para ello, los montantes verticales de 30mm deben doblar 45º
su tramo superior de 20cm, manteniendo sobre la misma vertical los 60cm inferiores. El
doblez así establecido, permite fijar la posición de los redondos de 8mm en continuidad
con la geometría establecida en el modelo T1. Cuando el pasamanos gira 90º en planta,
los elementos verticales se separan 40cm liberando la esquina. Los redondos intermedios
trazan un arco de 40cm de radio mientras que el tubo superior retranqueado 20cm,
mantiene el arco definido en la T1, de tan sólo 20cm. Los elementos verticales se sueldan
al perfil angular en esquina definido para la T1, salvo en la terraza intermedia (+1,75m), en
la que se sueldan exteriormente sobre el perfil UPN160 perimetral, y la escalera de acceso,
en la que se sueldan sobre el exterior de la zanca de plastro 160x10mm.
T3. Se instala sobre las terrazas -1,70m y -0,80m, así como sobre la plataforma ±0,00m en
el tramo definido entre la terraza intermedia y el límite sur del solado. Se trata de una
barandilla de jardín, más sencilla que los tipos anteriores: tubo horizontal de 50mm sobre
montantes verticales de 30mm cada 1,50m. No precisa redondos intermedios. Presenta
una altura de 62,5cm sobre el suelo (60cm hasta el eje del tubo horizontal más 2,5cm
hasta la cara superior del tubo). Cuando la barandilla gira 90º en planta, los elementos
verticales se separan 20cm liberando la esquina y el tubo horizontal traza un arco de 20cm
de radio.
Vista del modelo de barandilla T2 en terraza intermedia y T3 en la plataforma cero. Fotos MADC.
259
Vista del modelo de barandilla T1 adaptado para la solución de cubierta. Foto MADC.
Detalle del modelo de barandilla T1. Planta, sección y alzado, E:1/20. MADC.
260
Vista del modelo de barandilla T2 adaptado para el apoyo lateral sobre terraza intermedia. Foto MADC.
Detalle del modelo de barandilla T2. Planta, sección y alzado, E:1/20. MADC.
261
Detalle del modelo de barandilla T2. Planta y sección, original E:1/10 sin fecha, AS.
262
Vista del modelo de barandilla T1 adaptado para la solución de cubierta. Foto MADC.
Detalle del modelo de barandilla T3. Planta, sección y alzado, E:1/20. MADC.
263
B. Tipos de encuentro.
-Encuentro T1-T2.
Se produce entre la barandilla T2 de la terraza intermedia (+1,75m) y el tramo T1 de la
escalera de acceso desde la plataforma (±0,00). El encuentro se desdobla en dos
soluciones distintas para las dos barandillas laterales de la escalera: por un lado la zanca
exterior enlaza en el mismo plano con el perfil remate del canto de forjado de la terraza,
por lo que el encuentro se produce retorciendo el pasamanos desde la posición de la T1
hasta la posición retranqueada 20cm establecida por la T2; el diseño permite mantener
la continuidad de los redondos de 8mm intermedios; por otro lado, el enlace de la zanca
interior con la terraza obliga al pasamanos a girar 180º y conectar escalera y terraza: los
elementos verticales se desdoblan liberando la esquina, el tubo se retuerce, gira y sube
solo en voladizo, mientras los redondos intermedios se interrumpen y se tensan sobre los
montantes verticales.
La terraza intermedia condensa la complejidad geométrica y constructiva de la ‘sencilla’
acción de doblar tubos: ‘Para esto hay que coger un alambre frío, como lo llaman,
doblarlo y dárselo al cerrajero y decirle: como éste; no se pueden dibujar. No hay quien
los dibuje’ (115). Los encuentros entre los dos modelos de barandilla alcanzan el grado
máximo de complejidad al introducir la posición inclinada de la escalera, el giro de 180º o
los remates de las barandillas con el palafito: el encuentro Este se retira 10cm de la chapa
Skinplate, mientras que el Oeste cierra el pequeño frente norte prolongando los redondos
intermedios sobre pletina vertical, separada 5cm de la fachada.
115 Alejandro de la Sota en referencia a las barandillas de la casa Domínguez, conferencia impartida dentro del ciclo ‘Modernidat i avantguarda’, I semana cultural (28 de enero/2 de febrero de 1980). Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Publicada en Puente, Moisés, ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias. Barcelona. Gustavo Gili, 2002, pág. 186.
Vista del encuentro entre los modelos de barandilla T1 y T2 en zanca interior escalera de acceso a terraza intermedia.. Fotos MADC.
264
Vista del encuentro entre los modelos de barandilla T1 y T2 en zanca exterior escalera de acceso a terraza intermedia.. Fotos MADC.
Detalle del encuentro entre los modelos de barandilla T1 y T2. Planta, sección y alzado, E:1/20. MADC.
265
-Encuentro T2-T3.
Se produce en el límite Este de la plataforma ±0,00, tramo comprendido entre el palafito
y la terraza de acceso desde la plataforma -0,80m. El pasamanos, retranqueado 20cm y
situado a una altura de 82,5cm del modelo T2, se retuerce bajando 20cm y proyectándose
hacia el exterior otros 20cm hasta alcanzar la altura de 62,5cm y la posición del plano de
la T3, coincidente con el plano de fachada Este de los dormitorios (-2,55m). Los montantes
verticales se separan 60cm. El pasamanos realiza un doble arco, formando una ‘S’ en el
espacio, que permite conectar los dos modelos de barandilla en continuidad. El cambio
de altura en el pasamanos se produce justo en el lugar en el que la altura de caída al nivel
inferior se reduce, pasando de 1,70m (tramo de la T2) a 60cm (tramo de la T3). Pero además,
el cambio de altura del pasamanos transforma la barandilla de altura convencional de la
T2 en un inesperado banco de jardín: ‘Es para poder sentarte. Toda la casa está llena de
objetos que además son asientos, como estos tubos de las barandillas’ (116).
-Encuentro T1-T3.
Se produce en la esquina Noreste de la plataforma -1,70m. La barandilla T1 protege el frente
Norte de la terraza y gira 90º sobre la fachada Este. Tras el giro, el modelo T1 desaparece
y el pasamanos enlaza con el modelo T3. Los montantes verticales se sitúan a 1,50m de
distancia, por lo que el pasamanos recorre en horizontal 50cm a 82,5cm de altura, dobla
45º en el mismo plano para descender hasta la altura de 62,5cm de la T3 y recuperar la
horizontal. Los redondos de 8mm intermedios de la T1, giran 90º sobre la fachada Este
acompañando al pasamanos y mueren sobre el último montante vertical de la T1, a
excepción del redondo superior, que continúa hasta encontrarse con el pasamanos en su
tramo diagonal. 116 Enrique Domínguez en relación al modelo de barandilla T3, ver Apéndice A2, DN_ME_02, pág. 604, entrevista Enrique Domínguez.
266
Vista del encuentro entre los modelos de barandilla T2 y T3 en plataforma cero. Fotos MADC.
Detalle del encuentro entre los modelos de barandilla T2 y T3. Planta, sección y alzado, E:1/20. MADC.
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Vista del encuentro entre los modelos de barandilla T1 y T3 en terraza -1,70m. Fotos MADC.
Detalle del encuentro entre los modelos de barandilla T1 y T3. Planta, sección y alzado, E:1/20. MADC.
268
II. Bancos.
La casa Domínguez se encuentra habitada por numerosos dispositivos que cumplen con
la función de banco, además de la suya propia. Ya se han analizado aquí la escalera-
banco de la terraza intermedia y la barandilla-banco del jardín, elementos que ofrecen
una diferente forma de sentarse según su ubicación: la escalera banco proporciona una
superficie generosa de 60cm de anchura donde sentarse o incluso tumbarse a tomar el sol
(117), mientras que la barandilla-banco se presenta como un elemento donde apoyarse
un corto espacio de tiempo durante la estancia en el jardín. Existen al menos otros dos
dispositivos que cumplen su propio cometido y se desdoblan como asiento:
A. Radiador-banco.
La instalación de calefacción mediante suelo radiante (118) es sustituida por un sistema
convencional de radiadores de hierro fundido (119). El detalle recogido en el plano 76A-
PLA29 de la Fundación Alejandro de la Sota, muestra un cerramiento de madera en L
con aberturas superior e inferior para la circulación natural del aire, un recorrido que
evoca el trazado por Sota en el croquis de la sección del gimnasio Maravillas. La solución
finalmente construida prescinde de la superficie vertical y sustituye el plano horizontal
por una estructura de madera: ménsulas de sección 40x40mm y 250mm de longitud
soportan cuatro listones de sección 70x40mm y longitud variable en función del radiador.
Las ménsulas se colocan a una altura de 38cm sobre el suelo, presentando el plano del
asiento una altura de 49cm (38+4+7).117 Los señores Domínguez han confeccionado unos cojines a medida de la escalera-banco.118 Se recuerda que la primera versión contaba con un sistema de calefacción mediante suelo radiante, al carecer de muros de cerramiento donde instalar los radiadores.119 ‘62m2 de superficie de calefacción en radiadores Roca de hierro fundido de 610 - 460 - 330mm de altura y en paneles radiantes’. Ver CD, CD_01.2. CD_TEX_02, Mediciones y presupuesto, capítulo 17, partida 17.01 Instalación de calefacción.
Vista del banco radiador, fachada este de la estancia. Foto MADC. Croquis diseño original, sin fecha, AS.
269
B. Conducto-banco.
La situación del cuarto de calderas en la zona de servicio del estrato enterrado, fuera
del ámbito del palafito (120), provoca la aparición del conducto de salida de humos
sobre la cubierta verde (-0,90m). Para evitar la posición de la chimenea (121) en un lugar
visible desde el recorrido exterior que conduce al acceso principal, se opta por doblar el
conducto en horizontal y llevarlo hasta el lateral del ascensor en planta baja. Desde ese
punto el conducto sube a plomo hasta la cubierta del casetón de instalaciones.
El tramo horizontal del conducto sobre la cubierta verde se protege mediante muretes
laterales de fábrica y superficie horizontal de madera, configurando el único banco
existente sobre la superficie -0,90m. En la actualidad el banco se encuentra oculto entre la
vegetación de la cubierta verde.
III. Mobiliario.
A. Interior diseñado por arquitectos internacionales.
Los señores Domínguez adquieren las piezas de mobiliario interior en la tienda BD de
Madrid bajo el asesoramiento de Sota. Se trata de piezas valiosas, premiadas en diferentes
y prestigiosos certámenes y diseñadas por conocidos arquitectos internacionales,
pequeñas joyas que constituyen el único aditamento sobre la estancia. Frente a los muros
equipados del estrato enterrado, el mobiliario se propone aquí, no sólo como elemento
de organización espacial, sino como el dispositivo que cualifica el espacio reforzando su
carácter público de aire moderno y distinguido (122).120 En la primera versión el cuarto de calderas se sitúa en el nivel 2 del estrato enterrado, dentro del ámbito del palafito.121 ‘Chimenea “SELKISK’ metal-besta en acero inoxidable, incluso caperuza para lluvias, collar-anti-tormentas, cubreaguas, soportes, adaptadores, toma de registros, etc.’. Ver CD, CD_01.2, CD_TEX_02, Mediciones y presupuesto, capítulo 17, partida 17.02 Chimenea.122 Las piezas de mobiliario constituyen el complemento necesario para generar el ambiente que Sota considera ‘conformador de conductas’: la gran estancia parece demandar elegancia y refinamiento en el ‘estar’ y en el ‘ser’, al contrario que el estrato enterrado, que establece pequeños recintos donde
Vista del conducto banco, fachada norte. Croquis banco radiador, MADC.
270
Las piezas fundamentales de mobiliario de autor forman parte de la selección realizada
por Sota años antes para su propia casa en la avenida de América, Madrid, 1963:
-Sillón LC2 (2 unidades) y sofá LC2, de cuero negro sobre estructura tubular de acero
inoxidable, de Le Corbusier, Pierre Jeanneret y Charlotte Perriand. El sillón se diseñó como
parte del mobiliario de la villa en Ville-d’Avray, y fue expuesto al público por primera vez
en el Salón d’Automne de París de 1929 bajo el nombre ‘Grand Confort’. Recuperado en
1959 por Heidi Weber, que se basa en el prototipo de 1929 para confeccionar la serie LC2
(123). El modelo LC2 se integra perfectamente en la estancia: su estructura a base de tubos
doblados parece continuar el planteamiento establecido sobre las barandillas, el cuero
negro destaca sobre la madera de haya, el volumen prismático reproduce la forma de la
estancia.
-Tea Cart 901, carrito auxiliar para tomar el té diseñado por Alvar Aalto en 1936.
Estructura de abedul y superficie de madera laminada acabada en superficie de linóleo
negro. Fabricado en Finlandia por Artek (124).
-Silla 3107, 12 sillas de comedor en madera terciada moldeada, con terminación
en madera de teca, sobre armazón en tubos de acero cromado. Pertenecen a la Serie 7,
diseñada Arne Jacobsen en 1955. Obtiene el premio de diseño en la Trienal de Milán de
1957.
la vida sucede de manera relajada e informal: la vida pública frente a la vida privada.123 Los sillones y sofá modelo LC2 de la casa Domínguez carecen de estructura tubular de acero inoxidable.124 La esquina suroeste de la estancia presenta un conjunto de mesa cuadrada y cuatro sillas (estructura de madera de abedul, asientos y respaldo a base de correas de lino natural) cuyo diseño pertenece, según el Sr. Domínguez, a Alvar Aalto. Sin embargo, no se han encontrado ni el modelo ni el año de fabricación en los catálogos consultados.
Vista del mobiliario de autor dispuesto en la esquina suroeste de la estancia.
271
Piezas de mobiliario de autor adquiridas por el Sr. Domínguez: sillón y sofá serie LC2 de Le Corbusier; Tea Cart 901 de Alvar Aalto; silla 3107 de Arné Jacobsen.
272
La cualificación del espacio a través del mobiliario aparece como una de las estrategias
de proyecto desarrollada en las casas de Mies van der Rohe. Sin embargo, ninguna
pieza de mobiliario del maestro alemán aparece en la estancia: la huella de Mies se
desdibuja, la aspiración ascética, fría y elegante presente en la primera versión, se acaba
domesticando.
B. Interior diseñado por Alejandro de la Sota.
Sota diseña originalmente cuatro muebles para la estancia. El proceso de diseño y
fabricación será idéntico al seguido en otros proyectos, como el Gobierno civil de
Tarragona: su hermano Jesús y su socio, José Ramón Corés, se encargan de la fabricación,
‘siempre con tablero contrachapado y acabado con diferentes recubrimientos de calidad
(nogal, limoncillo, etc.) (125). Al igual que en el Gobierno Civil, se trata de mobiliario de
lineas muy sencillas, jugando con la geometría cuadrada, los tiradores empotrados de
acabado inox mate y la incorporación de vidrios transparentes, incoloros o tintados. De
todos ellos tan sólo el aparador entre biblioteca y estancia se diseña como un mueble
aislado, un elemento de separación y organización espacial. Los otros tres se proyectan
como espacios de almacenaje apoyados sobre la pared: estantería de biblioteca con
puerta abatible que se convierte en mesa, aparador en estar con puertas de vidrio tintado
y aparador en comedor con grandes puertas de vidrio transparente (126).
125 Alejandro de la Sota, ‘Conversación con Alejandro de la Sota sobre el mobiliario del Gobierno Civil’, Cortés, Juan Antonio, Gobierno Civil de Tarragona, 1957-1964. Alejandro de la Sota, Almería, Colegio de Arquitectos de Almería, 2006. 126 No se han encontrado los planos originales del mobiliario. Según entrevista mantenida con Amparo Corés, viuda de Jesús de la Sota y hermana de José Ramón Corés, toda la documentación se pierde tras el cierre del negocio de Jesús y José Ramón en la calle Jorge Juan de Madrid. Los nuevos propietarios vacían la tienda, incluída toda la documentación, antes de que pueda ser retirada por algún familiar. Se dilapida así un importante archivo documental entorno a las piezas de mobiliario producidas por Alejandro, Jesús y José Ramón desde los años cincuenta y posteriores.
Mobiliario diseñado por Alejandro de la Sota: aparador entre estar y biblioteca. Foto MADC.
273
C. Exterior.
Alejandro de la Sota regala a los señores Domínguez parte del mobiliario exterior de jardín.
El primer elemento en aparecer en la casa es la mesa que Sota coloca inmediatamente en
la terraza intermedia. Su estructura a base de tubos de acero doblados y su color blanco,
parecen haber sido dispuestos para la casa. El sobre circular presenta un hueco central
para el encaje de una maceta, que ocupa una posición enterrada respecto el plano útil.
Las flores ‘emergentes’ se convierten en el único elemento visible sobre la mesa.
El segundo elemento que Sota compra personalmente es el conocido sillón mecedora
denominado ‘Pastille’ o ‘Gyro’, premiado en 1968 con el AID-award y proyectado por
el diseñador finlandés Eero Aarnio. Se trata de una pieza de diseño circular a modo de
‘pastilla’ o ‘grajea’, de la que toma el nombre. Se fabrica en poliéster moldeado reforzado
con fibra de vidrio acabado en color blanco o rojo. Sota adquiera tres unidades en color
blanco (127).
Existe un estrategia no explícita que consiste en colocar exclusivamente elementos de
geometría circular y color blanco sobre la casa. De este modo se integran los lucernarios
de policarbonato sobre la cubierta verde (-0,90m) y la cubierta mirador superior (+5,50m),
los sillones mecedora ‘Pastille’ sobre la plataforma (±0,00), la mesa de la terraza intermedia
(+1,75m) y el resto de mobiliario de exterior: círculos blancos de diferente radio esparcidos
sobre la geometría cartesiana de la topografía jardín o el cuadrado de la estancia.
127 Fue comercializado por ASKO OY, en Finlandia, desde 1968 hasta 1980. Reeditado desde 1981 hasta nuestros días. Fiell, Charlot & Peter, ‘Modern Chairs’, Köln, Benedikt Taschen, 1994.
Sillón mecedora de poliéster reforzado con fi bra de vidrio, modelo ‘Pastille’, 1968, de Eero Arnio.
274
4.2 Naturaleza y artifi cio.
La casa Domínguez constituye un elemento de conexión entre el hombre y la naturaleza,
un interfaz que establece unas determinadas condiciones sobre la percepción del afuera.
Por un lado el paisaje se introduce en la casa, participa de la vida ‘activa’ sobre el estrato
elevado, recuperando el ‘pacto con la naturaleza’ enunciado por Le Corbusier para la
casa Moderna: ‘es necesario inscribir la naturaleza en el arriendo’ (128). Por otro lado,
el hombre se proyecta sobre un territorio físico atemporal, el paisaje de la memoria: ‘La
vista de Pontevedra era maravillosa. Tenía al borde de la ría todo el barrio marinero de
‘La Moureira’ que desapareció, que era una preciosidad, con unas casitas de marineros
preciosas. Te conseguiré unas fotos porque creo que explican muy bien la emoción de
construir ahí en ese momento. La vista dominaba al fondo los montes lejanos sin construir,
después la ciudad histórica de la que sobresalían las torres de las iglesias como Santa
María o La Peregrina, pegado a la ría el barrio marinero de ‘La Moureira’, situado justo en
el meandro donde el río Lérez ya se empieza a convertir en ría, es decir, ahí tenías el mar
cuando subía la marea y el río cuando bajaba: un sitio maravilloso. Pero además toda la
parte de la izquierda de A Caeira eran ‘Las Junqueras’, un paisaje sin construir, una especie
de marisma. Era un lugar realmente maravilloso, limpio. Pontevedra en esa época era algo
muy parecido al paraíso’ (129). La casa dispone de toda una serie de dispositivos que
intentan conectar al hombre con ese paisaje, suprimiendo del campo de visión cualquier
elemento que pueda perturbar la percepción deseada. Es el caso del entorno cercano,
compuesto por casitas bajas posteriores a la casa Domínguez, arrogantes ejercicios de
irritante apariencia tradicional ‘gallega’.
128 Le Corbusier, La casa del hombre, Barcelona, Apóstrofe, 1999, pág. 79.129 César Portela, recuerdos de la infancia. Ver Apéndice A2. Documentación nueva, DN_ME_03, pág. 610. Entrevista a César Portela.
El paisaje desde la casa: la fi nca original de A Caeira en 1948. Imagen aérea cedida por la Cartoteca de la Diputación de Pontevedra.
275
Desde el paisaje, el palafi to aparece como una construcción prismática de carácter
tecnológico, el cubo sobre el que Sota reinterpreta los códigos de la domesticidad. La
geometría establecida se atribuye a procesos de formación geológica, apareciendo
nuevamente el paisaje de la memoria como una suerte de génesis de la propuesta, una
síntesis entre el lenguaje de la naturaleza y el lenguaje del hombre: ‘Antes pensaba (supongo
que sería cuando estudiaba bachillerato) que todos los minerales cristalizaban en cinco
o seis sistemas [...]. A mí esto me parecía prodigioso. Cuando estudiábamos geología e
íbamos al monte, un mineral era un hexágono, otro un cubo; era un hecho maravilloso.
Luego se ha alejado uno y no veía nada; todo era monte’ (130). La casa Domínguez
cristaliza sobre el paisaje original de la fi nca A Caeira: surge siguiendo las mismas leyes
que la naturaleza establece para los minerales, respeta la vegetación autóctona y las
preexistencias de la parcela: ‘No rompe con un muro de piedra que me he encontrado
allí, ni con la naturaleza existente en ese lugar. A la naturaleza se le añade todo esto y no
le pasa nada. Pasa con otras arquitecturas: ¡esas sí que son gallegas!’ (131).
A pesar del forzado origen conceptual o el respeto por las preexistencias y la vegetación
de la parcela, el cubo se presenta como un elemento extraño, no sólo en el medio natural,
sino también en el terreno cultural y social de A Caeira. La implatanción de un dispositivo
ajeno al lugar constituye una de las estrategias de proyecto más utilizadas por Sota: el
trasplante sobre un organismo con la esperanza de que éste no lo rechaze.
130 Alejandro de la Sota en relación a la casa Domínguez, conferencia impartida dentro del ciclo ‘Modernitat y avantguarda’. I semana cultural (28 enero/2 de febrero de 1980), Escuela de Arquitectura de Barcelona. Publicada en Puente, Moisés, Alejandro de la Sota. escritos, conversaciones, conferencias. Barcelona, Gustavo Gili, 2002, pág. 186.131 Ibidem. Esta crítica a las ‘otras casas’ de A Caeira recuerda la vertida por Frank Lloyd Wright sobre las ‘otras casas’ de la urbanización Oak Park de Chicago: “La casa mentía acerca de todo. [...] Era presuntuosa en cualquier estilo. Al limpiar cualquiera de esos llamados ‘hogares’, se habría mejorado el paisaje y limpiado la atmósfera”, Conferencias del Instituto de Arte, Chicago, 1931. Publicada en Lloyd Wright, Frank, ‘El futuro de la arquitectura’, Barcelona, Poseidón, 2008, pág. 162.
La casa desde el paisaje: la introducción de un elemento extraño en el lugar.
276
4.2.1 El paisaje desde la casa.
Sota dispone dos familias complementarias de instrumentos de proyecto en función
del plan de visión u ocultación del paisaje: la primera se basa en el establecimiento de
mecanismos que tratan de conquistar el paisaje lejano desde la estancia; por contra, la
segunda se compone de una serie de dispositivos que tratan de ocultar el entorno cercano,
impidiendo total o parcialmente su visión.
4.2.1.1 Instrumentos de aprehensión del paisaje.
Elevación.
Constituye la acción proyectual primera y esencial en el posicionamiento del hombre
frente al paisaje: ‘El instinto de escalar a los lugares altos desde los cuales puedes mirar
hacia abajo y estudiar tu mundo parece ser uno de los instintos humanos fundamentales.
La aldea más pequeña parece siempre tener una atalaya dominante, normalmente la
torre de la iglesia. Las grandes ciudades tienen cientos de ellas’ (132).
La estancia de la casa Domínguez se posiciona sobre la cota +2,55m, elevándose una altura
de 5,25m (dos plantas) sobre la calle Río Miño (-2,70m) y 3,45m sobre el camino de Ruza
(-0,90m) (133). La panorámica que domina la ría, la ciudad y el paisaje lejano se despliega,
formando un ángulo de 180º, sobre las orientaciones sur, este y oeste, mientras que las
vistas del cercano monte gallego se encuentran a norte (134). La progresiva construcción
de edifi caciones entorno a la casa, han suprimido la visión de la ciudad y de la Ría desde
la estancia, ahora tan sólo perceptibles desde el plano superior de cubierta (135). 132 Christopher Alexander, ‘A Pattern Language: Towns, Buildings, Constructions’, Oxford University Press, Nueva York, 1977, pág. 316.133 Ambas cotas corresponden al punto más bajo de la vía, situado en el extremo norte de la parcela.134 Gran parte del monte ha sido urbanizado y se encuentra en proceso de construcción de viviendas.135 Se recuerda que, según las entrevistas realizadas al Sr. Domínguez y a César Portela, la casa Domínguez fue la primera vivienda unifamiliar construida en la urbanización A Caeira, dominando las vistas de la ciudad y la ría desde la estancia.
La estancia elevada dos plantas sobre la calle Río Miño y una planta sobre el camino de Ruza. Fotos MADC.
277
Plano horizontal.
La segunda operación consiste en el establecimiento de un plano horizontal situado
en la posición elevada previamente defi nida. Se trata de establecer una situación de
dominio espacial sobre el paisaje, una de las actividades más propias y más antiguas de la
arquitectura, desde la Acrópolis de Atenas hasta la Villa Rotonda o la Villa Savoye: desde
Grecia al Renacimiento y al Movimiento Moderno.
El plano horizontal de la estancia se confi gura como un cuadrado de 11,50m de lado. Esta
condición geométrica establece una disposición idéntica para todas las orientaciones: la
visión panóptica sobre el territorio, reforzada por la presencia de la cobertura, un segundo
plano horizontal paralelo e idéntico al primero. La posición elevada de dos planos paralelos
establece una visión contínua de 360º entorno a la estancia, situación propuesta desde la
primera versión de proyecto (136). Esta situación se mantiene en la segunda versión, tan
sólo interrumpida por la posición de la cocina en el cuadrante noreste de la planta.
Ventana continua.
La percepción del afuera como un paisaje ininterrumpido en el espacio y en el tiempo, se
consigue gracias a la instalación de la ventana continua. Se trata de un hueco de 1,70m
de altura, situado 57cm sobre el plano del suelo y 23cm bajo techo. La anchura del hueco
está condicionada a 5,0m por la posición de la estructura en fachada, estableciéndose dos
huecos por frente (137). Existen dos tramos de hueco en los que la altura varía sensiblemente:
por un lado el hueco de la zona de estar situado ante la terraza intermedia alcanza una
altura de 2,27m, posibilitando el acceso al jardín a través de la terraza intermedia; por otro 136 Se recuerda que la primera versión plantea los cerramientos acristalados de suelo a techo en las cuatro orientaciones. 137 A diferencia de la ‘fenêtre en longueur’ de Le Corbusier, que se desarrolla de manera continua a lo largo de los diferentes alzados gracias al retranqueo de la estructura: la fachada libre.
El establecimiento del plano horizontal y la visión panóptica desde la estancia. Croquis y axonométrica, MADC.
278
lado la cocina limita la altura del hueco a 90cm, situándolo 1,37m sobre el suelo, de tal
modo que debajo se pueda instalar el mobiliario correspondiente: la encimera alcanza
una altura de 85cm, presentando un frente vertical hasta la ventana de 52cm (138). El
hueco de la cocina se extiende sobre las fachadas este y norte, independizado del resto
de huecos por elementos de tabiquería perpendiculares a las fachadas. El resto de huecos
se presenta de manera continua sobre los cuatro alzados: desde la biblioteca en fachadas
norte y oeste hasta la estancia, que ocupa los frentes oeste, sur y este.
Los huecos se dividen en cuatro partes iguales de 1,25m mediante elementos de carpintería
corredera, alcanzando cada unidad una proporción rectangula vertical: 2,27x1,25m en
acceso a terraza intermedia y 1,70x1,25m en el resto. La cocina se presenta como una
excepción en cuanto a la división de los huecos: cinco unidades de 0,90x1,0m en fachada
este y tres unidades de 0,90x1,0m en fachada norte más un fi jo lateral de 0,90x0,45m. Esta
disposición, a pesar de la posición de la estructura, propone una gran proporción de hueco
frente a macizo, ofreciendo una percepción del paisaje como elemento continuo (139).
138 Frente alicatado de plaqueta de gres Burela en color blanco.139 Ver Reflexiones, 7. La activación del paisaje, págs. 333-350.
La ventana continua: el paisaje ininterrumpido se enmarca por las líneas de perspectiva. Croquis Le Corbusier.
279
La ventana continua: geometría y posición de huecos; divisiones de carpintería y vidrios. Axonométrica E:1/200, MADC.
280
4.2.1.2 Mecanismos de percepción urbana.
En paralelo a los dispositivos de aprehensión del paisaje lejano, el palafi to establece dos
estrategias elementales de negación del paisaje cercano: por un lado la interposición de
elementos entre el observador y la urbanización, dispositivos establecidos sobre un plano
vertical u horizontal que impiden la visión parcial o total del área deseada; por otro lado, el
aislamiento selectivo y puntual del habitante a través de espacios cuya envolvente, opaca
o traslúcida, impiden la visión directa de la realidad circundante (140).
Interposición de elementos
I. Lineales
Existen dos elementos lineales, establecidos sobre el plano vertical, que limitan la visión del
entorno cercano:
A. Peto del cerramiento.
La estancia presenta una ventana continua de 1,70m de altura situada 57cm sobre el
plano del suelo. En función del tipo de asiento, la altura del ojo se sitúa entre 1,00 y 1,10m,
por lo que la visión se limita sobre la parcela y el entorno cercano y se dirige sobre el
paisaje lejano (141). El ángulo de visión se limita a partir de los 21º sobre la horizontal para
un observador situado a 1m de la envolvente en posición sentado.
B. Barandillas.
La barandilla dispuesta sobre la terraza intermedia (+1,75m) presenta un retranqueo de 20cm
hacia el interior, impidiendo la aproximación del observador al límite sur de la plataforma.
140 Se recuerda que a estos dos mecanismos de proyecto se debe sumar un tercero, establecido en el mundo subterráneo: el enterramiento de los dormitorios sólo permite la contemplación del cielo a través de los taludes verdes de los patios, desapareciendo nuevamente el entorno cercano.141 El hueco frente a la terraza intermedia presenta una altura de 2,27m para permitir el paso, presentando una estrategia diferente de ‘ocultación’ del entorno cercano, analizada en el siguiente apartado: interposición de elementos superficiales.
Interposición de elementos lineales y superfi ciales. Croquis y foto, MADC.
281
Este sencillo mecanismo reduce parcialmente la visión sobre la parcela sin perder superfi cie
útil en la terraza. Este modelo de barandilla (142) se repite sobre la plataforma cero de la
topografía jardín, limitando parte de la visión sobre las plataformas inferiores. El ángulo de
visión se limita a partir de los 70º sobre la horizontal para un observador situado junto a la
barandilla.
II. Superfi ciales.
Existen dos elementos superfi ciales, establecidos sobre el plano horizontal, que limitan la
visión del entorno cercano:
A. Terraza intermedia.
El hueco de la estancia ante la terraza intermedia presenta una altura de 2,27m desde el
suelo, permitiendo la comunicación entre espacio interior y exterior. Esta situación hace
imposible la interposición del peto, apareciendo la terraza intermedia como mecanismo
de percepción complementario: la anchura de la plataforma (3,50m) limita la visión a
partir de los 21º sobre la horizontal para un observador situado una distancia de 1m de
la envolvente en posición sentado. El ángulo no sólo coincide con el establecido para el
peto, sino que también limita la visión de la misma superfi cie para un observador sentado
sobre el banco-escalera de la terraza exterior.
B. Jardinera.
La jardinera perimetral de cubierta, protegida por barandilla modelo T1 (143), impide
al observador alcanzar el borde de la cubierta, situado a una distancia de 120cm. Si
consideramos la posición del ojo a una distancia de 30cm respecto la barandilla, el ángulo
142 Definida como T2 en el apartado 4.1.3.2 Plataformas y sistema de objetos. 143 Ibidem.
Interposición de elementos lineales y superfi ciales. Croquis y esquema, MADC.
282
de visión se limita a partir de los 45º sobre la horizontal, es decir, una distancia igual a la
altura del palafi to sobre la plataforma correspondiente: 5,50m sobre la +0,00, 6,40m sobre
la -0,90m y 7,20m sobre la -1,70m.
Aislamiento a través de la envolvente.
Los dos vestíbulos que anteceden superior e inferiormente a la estancia, especializan su
envolvente de modo que el observador se mantenga aislado respecto al entorno próximo.
Las condiciones de aislamiento establecen dos tipos de situación:
I. Aislamiento total.
Se produce en el vestíbulo de acceso a cubierta. El cerramiento opaco y la ausencia
de huecos de iluminación y ventilación, convierten este espacio en un lugar privado de
cualquier tipo de visión, iluminación y ventilación. Se trata de una superfi cie centrada
en la planta, por lo que la visión del entorno cercano hubiera resultado imposible aún
incorporando un cerramiento de vidrio. Un hueco de iluminación natural hubiera
favorecido una buena visibilidad, reforzado la seguridad en el acceso a la escalera,
profundamente oscurecida por el contraste con la abundante luz de cubierta y estancia.
Un elemento precticable también hubiera sido de gran utilidad a efectos de ventilación
natural, convirtiendo la escalera en un hueco de salida de aire caliente en verano. La
ausencia de huecos o aperturas en este vestíbulo responde exclusivamente a la voluntad
deliberada del arquitecto por crear un espacio de total aislamiento, una cámara oscura
entre la cubierta y la estancia.
Aislamiento total a través de la envolvente opaca: vestíbulo de acceso a cubierta. Croquis y foto, MADC.
283
II. Aislamiento parcial.
Se produce en el vestíbulo de acceso principal en planta baja. El cerramiento se resuelve a
base de pequeñas piezas de cristal pavés, permitiendo la entrada de luz pero impidiendo
la visión de la parcela desde el interior de la casa. Al cruzar la línea que separa el exterior
del interior la percepción sobre el lugar sufre un cambio inesperado: fuera la topografía
del jardín alterna bandejas cerámicas y cubiertas verdes; una vez dentro desaparece
cualquier referencia a la parcela y al entorno próximo, quedando tan sólo la luz fi ltrada
a través del cristal pavés: el hermetismo resultante inquietante. La instalación de un tipo
de vidrio transparente hubiera permitido el control visual de la parcela desde el vestíbulo,
participando la casa ‘sobre la cota cero’ de la topografía jardín. Sin embargo la intención
del arquitecto es precisamente la contraria:
1. Eliminar cualquier uso doméstico del vestíbulo, aún por pequeño e insignifi cante que
pueda resultar, constituyendo el centro deshabitado de casa y parcela.
2. Separar claramente los estratos y, al mismo tiempo, separar con claridad los mecanismos
de percepción del territorio: arriba el paisaje lejano; abajo los taludes verdes y el cielo; en
medio una pequeña urna traslúcida que borra el jardín circundante, un lugar de paso que
empuja al visitante hacia los polos superior (estancia) e inferior (dormitorios).
Aislamiento parcial a través de la envolvente traslúcida: vestíbulo de acceso en plataforma ±0,00m. Fotos MADC.
284
4.2.2 La casa desde el paisaje.
El palafi to se presenta decididamente como un elemento extraño en el lugar. A pesar
del esfuerzo de Sota por sugerir el origen mineral de la forma, la geología como génesis
de la propuesta, la relación entre el cubo de chapa y el entorno gallego se establece,
precisamente, sobre las diferencias existentes entre ambos. El carácter excepcional de
la propuesta, estimula la curiosidad y la mirada indiscreta desde la ‘corta distancia’,
estableciéndose una serie de mecanismos de protección visual y de la privacidad.
4.2.2.1 Entorno e identidad.
La estancia elevada presenta una serie de particularidades que le son propias y que la
hacen reconocible en el paisaje, características que constituyen su identidad. La fi sonomía
del palafi to, y en general de cualquier obra de arquitectura, es siempre interpretada
desde el lugar al que pertenece: el territorio explica el objeto, lo acepta, lo rechaza o
simplemente, lo ignora. La operación proyectual de ‘trasplante’ constituye un argumento
utilizado por Sota en proyectos como el Museo Provincial de León e incluso en la Nueva
Cancillería y Embajada de España ante la OCDE, París: ‘Trasplante de galería de A Coruña
a París y a ver si el organismo no lo rechaza’ (144).
La relación deliberadamente establecida entre palafi to y paisaje, entendido éste como un
conjunto de elementos naturales y artifi ciales, culturales, sociológicos, económicos, etc.,
se basa pues en la diferencia; Sota provoca una situación de fuerte contraste entre la casa
y el lugar, distorsionando el orden geométrico y constructivo de la construcción local.
144 Alejandro de la Sota, conferencia ETS de Arquitectura da Coruña, Departamento de Proxectos e Urbanismo, 14 de julio de 1987. El argumento del ‘trasplante’ también podría ser utilizado en el edificio de Correos y Telecomunicaciones de León e incluso en los juzgados de Zaragoza, ambos entornos históricos en los que se inserta un gran volumen de chapa.
La casa desde el paisaje: carácter, identidad y relaciones con el entorno. Fotomontaje MADC.
285
Orden geométrico.
La aceptación del cuadrado, y por ende el cubo como forma apriorística (145), supone
una primera determinación sobre el lugar. Frente a la tradicional casa gallega, de cubierta
inclinada a dos aguas, el prisma se afi rma en el paisaje a través de su geometría elemental.
Esta primera operación, independiente al orden funcional o constructivo, condiciona
profundamente la percepción de la casa desde el paisaje. De hecho la geometría se
presenta desde el primer momento como una determinación irreversible: ‘El resto es una
zona de estar común, separada de la anterior, casi en el aire. Recibiendo la máxima luz
posible. Con fi nos perfi les metálicos y toda acristalada. ¿Y qué forma tiene esta estancia
acristalada? Da igual. Una cualquiera. Ya está defi nida. La mínima’ (146).
Existe una intención de ligar cubo y lugar a través de resonancias geológicas entorno el
monte gallego. Sin embargo, la cristalización de algunos minerales en el sistema cúbico,
tan sólo visible a través del microscopio, se presenta como una metáfora forzada y
demasiado evidente. El cubo fue utilizado por Sota en lugares muy diversos, al margen de
su condición geológica o geotécnica: Gobierno Civil de Tarragona, Centro de Cálculo
para la Caja Postal de Ahorros de Madrid, sede de Aviaco en Madrid, edificio de Correos
y Telecomunicaciones y Museo Provincial, ambos en León, o la propia casa Domínguez en
Pontevedra.
Orden constructivo.
Existen una serie de disposiciones de orden constructivo que convierten al palafi to en un
elemento singular desde el territorio circundante, un objeto producto del ‘lenguaje del
hombre’ que presenta un caráter dominante sobre la naturaleza:145 Ver apartado 1.1.2 La estrategia formal, págs. 21-25.146 Alejandro de la Sota, ‘Conversación con Alejandro de la Sota desde su propio arresto domiciliario’, entrevista realizada por Mariano Bayón, ARQUITECTURAS BIS nºI, mayo 1974, págs 28-32.
Vista aérea de la urbanización A Caeira en la actualidad. El cuadrado defi ne la forma de la estancia acristalada. Foto Googlemaps.
286
1. Encuentro con el suelo. Frente al apoyo de la casa tradicional, el palafi to se separa
de éste, alcanzando una posición elevada sobre el terreno. Esta situación se ha querido
simplifi car en alguna ocasión, relacionando la posición del palafi to con el hórreo gallego.
Sin embargo nada tiene que ver esta construcción tradicional, almacén perteneciente
al ámbito agrícola, con las premisas establecidas para la elevación de la estancia (147).
Precisamente la posición aérea de la zona activa aparece como una de las premisas
del croquis conceptual, constituyendo una radical diferenciación con cualquier tipo de
construcción de origen vernáculo y relacionándose, más bien, con las casas elevadas
propuestas por Le Corbusier durante los años veinte.
2. Industrialización. El palafi to se presenta como un prototipo industrializado, un objeto
destinado a la seriación de manera similar al coche o al avión. La ligereza de la estructura
metálica y la envolvente de chapa, subrayada por el color blanco de la lámina Skinplate,
contrasta con el manto verde del monte gallego, evidenciando la fractura existente entre
el mundo artifi cial y natural. Las diferencias son importantes si se compara el palafi to con
la tipología de construcción local, habitualmente resuelta a base de muros de carga de
granito (148).
3. Externalización. El origen lejano de sistemas, materiales y piezas de mobiliario, refuerza
el carácter ‘global’ del palafi to, desligando el objeto arquitectónico de la cultura local,
asociada a un ámbito geográfi co acotado y establecida en base a unas normas aceptadas
y reconocidas por una comunidad.
147 El hórreo se utiliza en el ámbito rural como lugar de secado del grano, separado del suelo para evitar la humedad y el contacto del alimento con roedores y otros animales.148 El granito se encuentra con relativa facilidad en toda Galicia. Sin embargo, la mayoría de las viviendas de la urbanización imitan la construcción tradicional en granito mediante chapados que en realidad revisten muros de fábrica de ladrillo.
El palafi to como objeto industrializado frente a las construcciones cercanas de aspecto tradicional. Foto MADC
287
La alternativa propuesta sobre el orden geométrico y constructivo de la vivienda tradicional
supone la generación de un dispositivo artifi cial y singular sobre el paisaje natural, una
construcción aislada, blanca y radiante, claramente visible sobre el arbolado o la pradera:
un posicionamiento análogo al establecido en numerosas villas del Movimiento Moderno
o el Estilo Internacional (149). La casa se presenta como un elemento extraño y lejano
para la cultura popular: ‘La verdad es que en un primer momento la casa sorprendió a
todo el entorno, familiar y vecinal. Una hermana de mi mujer, que era decoradora, se fue
horrorizada cuando vio la obra sin terminar, el estar superior era una estructura desnuda
entre dos forjados de planta cuadrada. Nos costaba imaginar con los planos cómo sería
el resultado fi nal. Aquí en A Caeira sólo estaban construidas las torres de viviendas que
tenemos detrás, y la gente decía que la casa parecía una “fábrica de cerveza”. Algunos
vecinos vinieron a ver la casa una vez terminada intrigados por la forma exterior’ (150).
Si bien no puede hablarse de rechazo de la VUSD por parte del ‘entorno’ propio de la
urbanización A Caeira, la casa ha infl uído en el programa de otras nuevas y en la reforma
posterior de muchas, que ahora incluyen porche generoso y cuarto de juegos para niños,
sí se ha producido una cierta indiferencia, levantándose docenas de casas a su alrededor
(151). La sensación inicial del objeto sobre el paisaje ha dado paso a una cierta fagocitación
de la casa por parte de la urbanización, convertida en una amalgama de construcciones,
estilos y materiales. 149 Sirvan como ejemplos la Villa Savoye de Le Corbusier, Poissy, 1929, o la casa Lovell de Richard Neutra, Los Ángeles, 1927.150 Enrique Domínguez, ver Apéndice A2. Documentación nueva, DN_ME_02, pág. 604. Entrevista a Enrique Domínguez.151 La indeferencia del entorno hacia la casa, entendida como una extravagancia, no parece tan grave como la desidia de la Administración hacia el proyecto y la obra: el Concello de Poio ha perdido la copia original del proyecto, el COAG destruyó los proyectos anteriores a 1985 y el Archivo Provincial de la Diputación de Pontevedra no tiene constancia sobre la existencia del ninguna documentación ‘oficial’. Tampoco la Fundación Alejandro de la Sota, ni el propio Enrique Domínguez, cuentan con una copia completa del proyecto visado. Por otro lado, actualmente la casa no cuenta con ningún tipo de protección y constituye una casa privada más sujeta a las leyes de la propiedad privada y del mercado.
Situación actual de la casa Domínguez: la urbanización continúa creciendo, indiferente ante el objeto ‘extraño’. Foto MADC.
288
4.2.2.2 Privacidad y protección visual.
La casa Domínguez se encuentra situada en el extremo norte de la urbanización A Caeira,
entre el camino de Ruza y la calle Río Miño. A lo largo de los años se han construído
prácticamente todas las parcelas destinadas a vivienda unifamiliar, encantrándose la VUSD
completamente rodeada de pequeñas casitas. En el extremo noreste de la urbanización
se encuentran los bloques en altura que se construyen en primer lugar, el primero con
un desarrollo lineal y el segundo con planta en forma de U. Todas estas edifi caciones,
inexistentes en el momento de la construcción de la casa Domínguez, se presentan ahora
como ventanas indiscretas ante la casa.
Además de las posibles miradas a ‘media distancia’, la proximidad del palafi to a los viarios
públicos límite este y oeste de la parcela, hacen necesaria la instalación de dispositivos de
protección visual (152). Existen dos modos de acometer esta protección:
1. La posición de la edifi cación sobre la parcela discrimina las vistas desde el exterior,
mediante la separación en horizontal o vertical de la acera;
2. La interposición de elementos entre el habitante y el observador, impiden la visión directa
desde el exterior, clasifi cándose estos elementos según su posición vertical u horizontal.
Posición de la edifi cación.
La estancia se encuentra situada sobre la cota +2,55m, elevada una planta sobre el camino
de Ruza y dos plantas sobre la calle Río Miño de acceso. Ésta última constituye la calle
más transitada, si bien la urbanización se presenta como una zona tranquila. A pesar del
carácter principal de la vía, la fachada Este se muestra por completo, sobre todo desde
la cota inferior de la calle. 152 Sobre todo teniendo en cuenta la elevada proporción de hueco frente a macizo en el palafito.
Posición de la casa Domínguez respecto los edifi cios en altura cercanos. ‘Ordenación Solo Urbano’, Plan Xeneral de Poio, 28 de julio 2000.
289
Estado actual de la urbanización A Caeira y posición de la casa Domínguez. Planta E:1/2500, MADC
290
Para matizar la visión desde el exterior Sota dispone tres mecanismos principales: elevación,
retranqueo y disposición del programa, especializándose cada uno en función de la
fachada en que se encuentre:
I. Fachada Este a calle Río Miño.
La estancia se sitúa 5,25m sobre la calle, reduciendo el ángulo de visión a 30º y la distancia
en el interior de la estancia a 2,40m. El palafi to se retranquea 6m respecto la calle, lo que
unido a la gran diferencia de altura, aleja al observador de la posición interior. Sota dispone
en la fachada Este el programa correspondiente a cocina y comedor, contrarrestando de
esta manera su mayor exposición.
II. Fachada Oeste a camino de Ruza.
La estancia se sitúa 3,45m sobre la calle, retranqueada tan sólo 3,70m, es decir, menos
alta y menos retranqueada que la fachada opuesta. Además, en este frente se integran
la terraza intermedia, el estar y la biblioteca, espacios de mayor intimidad de la casa. El
ángulo de visión se amplía hasta los 28º permitiendo la visión de 2,90m de estancia. Sin
embargo la privacidad será mayor que en la fachada anterior gracias a la interposición
de elementos.
Interposición de elementos.
Se disponen una serie de dispositivos, a modo de fi ltros, que aportan diferentes grados
y matices de privacidad sobre la estancia. Se enumeran a continuación desde los más
exteriores hasta los que ocupan una posición interior y son accesobles desde la estancia:
Posición de la estancia respecto las calles adyacentes y ángulos de visión. Croquis MADC.
291
1. Muro original de piedra. La posición del palafi to respecto el camino de Ruza convierte
al muro de piedra original en un elemento de protección visual de la fachada oeste, sobre
todo desde la parte más alta del camino (extremo sur).
2. Elementos vegetales: el roble de la fachada oeste. Se trata de un ejemplar existente en
la parcela en el momento de su compra, por lo tanto con más de 45 años. Su posición en
la esquina suroeste del palafi to garantiza la privacidad sobre estas dos fachadas, a pesar
de encontrarse más cerca del camino de Ruza. El resto de setos situados en la medianera
norte y en el frente de la calle Río Miño, impiden la visión sobre la propia parcela.
3. Altura de los huecos. Tanto la fachada Este como la Oeste presentan un peto de 57cm
de altura que modifi ca los ángulos de visión desde el exterior y la superfi cie de la estancia
sobre la que el habitante puede ser visto: la fachada este presenta un ángulo de 36º y
una distancia de 1,30m; la fachada oeste presenta un ángulo de 34º y una distancia de
1,40m. La cocina presenta un peto de 1,37m, reduciéndose el ángulo a 40º y la distancia
a 25cm.
4. Tratamiento exterior de los vidrios: lámina Parsol color gris al 10%. Este tipo de lámina
matiza la visión del interior al aumentar los refl ejos.
5. Elementos textiles. La instalación de estores plegables de color gris se complementa
con una cortina blanca interior de tejido muy fi no (153). EL estor presenta un sistema de
pliegue del tejido tipo ‘acordeón’ en bandas horizontales de 2cm de ancho, por lo que
su posición cerrada genera un fi no despiece horizontal tras la superfi cie de vidrio. Este
efecto fue utilizado por Sota en numerosas obras, por ejemplo las aulas sobre el gimnasio
Maravillas, Madrid, 1963. Tanto el estor como la cortina se encuentran en todos los huecos
con la única excepción de la cocina.153 Estos elementos son los únicos manipulables por el usuario. La cortina fué instalada posteriormente por parte de los señores Domínguez.
Interposición de elementos verticales: muro de piedra y roble en fachadas sur y oeste; estores en fachada este. Fotos MADC.
292
REFLEXIONES
293
5. EL PROYECTO DOMÉSTICO COMO LABORATORIO.
“Que la vivienda unifamiliar como tema, sea el tubo de ensayo, la preparación microscópica
de las grandes experiencias. Otra validez es nula” (1).
Alejandro de la Sota enuncia en numerosas ocasiones su interés por la vivienda unifamiliar
como ejercicio coyuntural: la oportunidad de explorar los límites de nuevas soluciones
constructivas y materiales. El compromiso experimental con el ejercicio doméstico, se
presenta como común denominador de proyectos y obras pertenecientes a distintos
periodos, aunque circunscritos en un único tiempo sublimado: “El avance tecnológico,
cuestión irrebatible, es la característica histórica de nuestro siglo” (2). La vivienda aislada se
presenta como un instrumento inmejorable para la canalización de este objetivo: la obra
‘pequeña’ permite minimizar el riesgo de inversión ante un escenario de incertidumbre y, al
tiempo, supone un prototipo a escala 1:1 para el desarrollo posterior de edifi cios de mayor
superfi cie y número de plantas, aunque con análogas solicitaciones técnicas: resistencia,
estanqueidad, aislamiento, climatización, protección solar, etc.
El discurso de Alejandro de la Sota identifi ca el acontecimiento doméstico con la oportunidad
experimental del avance tecnológico, y éste a su vez se presenta como la antesala de
la seriación, estandarización y aplicación de las nuevas soluciones a proyectos de gran
envergadura. Sin embargo, esta aspiración abstracta y lineal del discurso ‘heroico’, se
1 Alejandro de la Sota, ‘Casa Varela en Collado Mediano. Madrid”, Hogar y Arquitectura, núm. 69, abril 1967, pág. 13. También publicado en ‘Alejandro de la Sota’, Ábalos, Iñaki; Llinás, Josep; Puente, Moisés; Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, 2009, pág. 290.2 Alejandro de la Sota, ‘Respuesta a una preguntas’, Hogar y Arquitectura 79, noviembre-diciembre 1968. También publicada en ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias’, ‘Tenemos una tecnología’. Edición a cargo de Moisés Puente, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, págs. 101-103.
Le Corbusier: el esqueleto “Dom-ino” (1914-15); y la “Quartier Moderne Frugès”, Pessac, cerca de París (1924-26).
294
encuentra en cada vivienda con particularidades de carácter más ‘prosaico’, llegándose
a invertir en ocasiones el sentido de la aspiración original.
La historia del proyecto doméstico como laboratorio germina durante la segunda década
del Siglo XX, periodo que constituye para Sota el “alfa y omega de la arquitectura” (3). Por
un lado, la publicación de una serie de artículos en la revista ‘L’Esprit Nouveau’, recopilados
bajo el título ‘Vers une Architecture’ en 1923 por Le Corbusier, introduce la industrialización
de procesos y los avances tecnológicos como la verdadera “revolución en el concepto
de la arquitectura” (4). Por otro lado, los ideales de construcción de viviendas de La
Bauhaus, reclaman la reducción del coste de producción mediante la industrialización,
manufactura y montaje posterior, una solución al problema del alojamiento de masas que
supone un ahorro de tiempo y minimiza el margen de error en obra. En este sentido, Walter
Gropius reclama en 1924 “terrenos destinados a la construcción experimental contando
con el apoyo público” (5). Le Corbusier, durante el II Congreso CIAM celebrado en 1929,
“postula la apremiante necesidad de acelerar el proceso iniciado, y tras haber construido
Pessac (1925) y proyectado las casas Loucheaur, pone de manifi esto los nuevos caminos
abiertos a la investigación desde que la retícula estructural, paradigma de la modernidad,
libera el muro de cerramiento de su función estructural, facilitándose en gran medida
la ‘estandarización’ y clasifi cación en ‘tipos’ al especializarse claramente los elementos
estructurales y constructivos” (6).
3 Alejandro de la Sota, ‘Recuerdos y experiencias’, Madrid, Pronaos, 1989, pág. 15.4 Le Corbusier, ‘Hacia una Arquitectura’, Barcelona, Apóstrofe, 1998, pág. 241.5 Walter Gropius, Bauhausbücher, Vol. 3, Ein Versuchshaus des Bauhaus, Albert Lancen Verlag, Munich, 1924. También publicado en Gropius, Walter, ‘Alcances de la arquitectura integral’, Buenos Aires, Ediciones La Isla, 1956, pág. 196.6 Pepa Cassinello, ‘Concurso de viviendas experimentales 1956. Normalización, industria y arquitectura’, publicado en ‘La vivienda experimental’, AA.VV., Fundación Cultural Coam, Madrid, 1997, págs. 63-80.
Le Corbusier: los “cinco puntos de una arquitectura nueva” y las cuatro funciones: “fonder, porter, couvrir, envelopper”.
295
Tanto la especialización de la envolvente, una vez independizada y aislada de su función
portante, como la estandarización de la retícula estructural, son asimiladas por una industria
efervescente, ágil, pragmática. La rentabilidad latente en el hallazgo de un producto
novedoso y con garantías en el precoz mercado de la tecnología de la construcción,
multiplica la fabricación de diversos prototipos de vivienda, con el objetivo empresarial
de su posterior manufactura y trasporte hasta el lugar de instalación y montaje en serie.
Los prototipos se suceden vertiginosamente por todo el mundo, especialmente entre 1925
y 1929, años de auge económico tras la recuperación posbélica (7):
-Europa: los ya mencionados casos de ‘Pessac’ (1925) y ‘Casas Loucheaur’ (1929) o la ‘Casa
experimental’, Walter Gropius, Weissenhofsiedlung, Stuttgart (1927).
-Antigua Unión Soviética: proyecto de Ciudad Jardín ‘R.S.F.S.R.’ (1921-29) o el proyecto de
prototipo ‘Célula Unicámara’ (1927-30) de M. Ginzburg.
-Estados Unidos: casas ‘Lovell’ y ‘VDL’, Richard Neutra, Los Ángeles (1927 y 1932); ‘Casa
Dymaxion’, Buckminster Fuller (1929); casa ‘Aluminaire’ (1931) de Albert Frey & A. Lawrence
Kocher (8).
La casa ‘Aluminaire’ supone un caso paradigmático en la experimentación arquitectónica
de promoción industrial. Se construye en apenas diez días como muestra de los últimos
avances tecnológicos del sector, que fi nancia la producción y el montaje: la estructura
reticular, inspirada en los proyectos europeos de Le Corbusier, la constituyen “seis delgados
pilares de aluminio” que soportan dos plantas de pisos. Los forjados aligerados de chapa
y de montaje rápido, establecen la base del solado, formado por “tablero aislante y una
7 La historiografía occidental suele definir el periodo 1919-1924 como los años de recuperación tras la Primera Guerra Mundial (1915-1918).8 Cabe destacar, aunque algo posterior, la casa en Long Island, New York (1935), de Albert Frey & A. Lawrence Kocher.
“Aluminaire house”, ALbert Frey & A. L. Kocher, Architectural League Show, New York (1931).
296
lámina de linóleo como acabado superfi cial”. El cerramiento, liberado de su función
estructural, se resuelve mediante una subestructura de madera tipo ‘light frame’, de gran
tradición en Estados Unidos, sobre la que se coloca al exterior “un tablero aislante, una
innovadora superfi cie a base de papel como impermeabilizante y un acabado exterior de
planchas de aluminio ‘Alcoa’ atornilladas sobre la subestructura de madera” (9).
Tras la Segunda Guerra Mundial surge en Estados Unidos el programa Case Study Houses,
con el propósito de experimentar sobre distintos modelos de alojamiento económico, ligero
y de montaje rápido (10), de hecho la casa diseñada por Charles & Ray Eames, CSH#8,
1945-1949, fue montada en apenas tres días. Alejandro de la Sota, muy interesado por la
experiencia americana de los años 40 y 50, intenta reproducir en España la empresa de
John Entenza: “Vivo un año de mucho aislamiento. No tengo escuela y no quiero amigos
nuevos. Trabajo poco, porque me satisface también esto, y estoy en conversaciones muy
avanzadas para conseguir la formación de una empresa, creo que importante, para hacer
arquitectura comercial profunda. ¿Un Skidmore en pequeño? Tal vez” (11).
La arquitectura y la industria, la construcción y la tecnología, los fi nes y los medios, el tiempo
y el lugar, se suman y sincronizan para concertar dos momentos de gran intensidad en la
historia de la arquitectura experimental del Siglo XX: los periodos de recuperación posbélica
de la I y II Guerra Mundial ejercieron una poderosa infl uencia sobre Don Alejandro.
9 York, F.R.S., ‘The modern house’, The Architectural Press, Londres, 1943, págs. 203-205. Extracto y traducción, MADC.10 Programa de construcción experimental de viviendas promovido por la revista ‘Arts & Architecture’ durante los años 1945-1966 en EEUU.11 Alejandro de la Sota, carta a Juan Navarro Baldeweg, 1968. Fragmento extraído de la conferencia de Juan Navarro Baldeweg: ‘Alejandro de la Sota: Construir - Habitar’, Círculo de Bellas Artes, Madrid, 13 de junio de 2006; congreso ‘Alejandro de la Sota: dos generacioes después’, CBA, Madrid 12-14 de junio de 2006.
Charles & Ray Eames, Case Study House #8, 1945-49, Los Angeles, California, EEUU.
297
Del catálogo al ‘bricolage’.
Galicia, en las postrimerías de los años 70, constituye un escenario áspero y complejo
para el desarrollo de una revolución tecnológica de raíz abstracta y experimental, ya sea
en el ámbito de la vivienda o, en general, de la arquitectura. En esta época, Alejandro
de la Sota reside en Madrid, un tanto apartado de la realidad gallega y voluntariamente
aislado frente los discursos teóricos del momento (12). Desde su “propio arresto domiciliario”
(13) Sota concentra su interés sobre los catálogos de materiales que recibe en su estudio
de Bretón de los Herreros: “me emociona mucho más recibir un prospecto de un nuevo
material, que me da unas posibilidades inmensas, que toda una lección de no-sé-cuantos
que, a lo mejor, ni me va” (14).
El interés por el descubrimiento, la innovación, el uso de nuevos materiales, la
experimentación del ‘constructeur’ -utilizando el término de Perret-, fraguado desde
el interés por los programas experimentales de los periodos posbélicos tras la Primera y
Segunda Guerra Mundial, así como la distancia con la realidad gallega, favorecen una
suerte de abstracción contextual origen de la obra de Sota en Pontevedra durante los
años 70, propuestas de distinta escala y función que proponen una aproximación a la
construcción industrializada y la prefabricación de elementos: el Pabellón Polideportivo,
las viviendas de la calle Gondomar y la casa Domínguez.
12 Conviene recordar 1972 como la fecha de publicación en castellano de ‘Complejidad y contradicción en la arquitectura’ de Robert Venturi, publicado originalmente por The Museum of Modern Art, Nueva York, 1966.13 Ver “Conversación con Alejandro de la Sota desde su propio arresto domiciliario” realizada por Mariano Bayón, Arquitecturas bis nº1, 1974, págs. 25-27.14 Alejandro de la Sota, conferencia impartida dentro del ciclo ‘Modernitat y avantgarda’. I Semana cultural (28 de enero-2 de febrero de 1980), ETSAB. También publicada en ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias. Edición a cargo de Moisés Puente, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, pág. 186.
Catálogo Skinplate, revestimiento laminar metálico.S.A. Skinplate Español, hacia 1973.
Catálogo Thermopane, producto de doble a c r i s t a l a m i e n t o Cristalería Española, hacia 1970.
298
Alejandro de la Sota, al margen del contexto gallego y las líneas de pensamiento en boga,
mantiene su interés por la realidad, el funcionalismo y la arquitectura surgida desde la
abstracción tecnológica, al tiempo que acepta una cierta difi cultad de interpretación
popular del carácter frío e impersonal de la arquitectura de catálogo(15). Sin embargo, las
difi cultades propias del contexto y la realidad gallega, como el escaso desarrollo industrial
o la falta de mano de obra especializada, cuestiones obviadas o consideradas de menor
importancia, darán como resultado propuestas constructivas más cercanas al bricolaje a
base de elementos industrializados, que a la total seriación de la ansiada arquitectura de
componentes ensamblados en seco.
Arquitectura de catálogo.
La atención sobre los aspectos funcional y constructivo -industrializado- de la vivienda,
sitúa en segundo plano el carácter de la edifi cación, relegando la expresión formal “a
una consecuencia sensible de una lógica en la manera de construirse y de usarse” (16).
La casa Varela, Collado Mediano, Madrid (1964), constituye para Sota la primera gran
oportunidad de abordar el proyecto doméstico como un verdadero laboratorio. Se trata
de una segunda residencia de 115m2 de superfi cie para José Varela, amigo personal de
Sota: “sobre una media ladera construye unos muros de mampostería de la piedra del
lugar, sobre ellos con grandes vigas pretensadas en voladizo, una plataforma horizontal, y
en ella levanta la vivienda solo con paneles pretensados” (17). 15 En “Conversación con Alejandro de la Sota desde su propio arresto domiciliario” realizada por Mariano Bayón, Arquitecturas bis nº1, 1974, págs. 25-27, se cita la reciente visita de Sota a París y su reunión con Jean Prouvé, quedando de alguna manera ‘emparentados’; también en relación a la arquitectura industrializada y la obra gallega de Sota, se cita a Colin Rowe: “¿Un arquitecto que apunta a la experimentación continuada, puede participar del ideal de una arquitectura destinada a ser popular e inteligible?”. 16 Manuel Gallego, ‘La casa Varela’, en ‘Alejandro de la Sota’, Ábalos, Iñaki; Llinás, Josep; Puente, Moisés; Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, 2009, págs. 311-313.17 Manuel Gallego, ‘La casa Varela’, en ‘Alejandro de la Sota’, Ábalos, Iñaki; Llinás, Josep; Puente, Moisés; Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos,
Esquema comercial de montaje del sistema Horpresa y casa Varela, Collado Mediano, Madrid (1964), AS.
299
El sistema de paneles Horpresa resuelve suelos, muros y cubierta, con un único panel de
hormigón prefabricado, contando con aislamiento interior de plástico expandido. En
1964, el arquitecto Julio Garrido explicaba las características técnicas y mecánicas del
panel Horpresa: “El peso del metro cuadrado conseguido con estos paneles es de 130
kilogramos, que consideramos mínimo teniendo en cuenta el material (hormigón) con que
están hechos [...]. Con estos pesos el panel óptimo resulta de unos 12 metros cuadrados
y con él es posible terminar una vivienda de 60 metros cuadrados en 10 operaciones, es
decir, en una hora y a un costo de unas 400 pesetas. Aproximadamente el 0,5 por cien del
costo total de la vivienda, [...] necesitándose un solo transporte para una vivienda de unos
60 metros cuadrados“ (18).
La carpintería exterior de madera cuenta con doble acristalamiento y protección exterior
a base de chapa metálica plastifi cada Skinplate (19). Al interior, el cerramiento se reviste
a base de panel Termotes, un aglomerado de fi bra de madera “que tiene que encerarse
para poder usarlo” (20). El Termotes se coloca embutido entre junquillos de latón que, al
tiempo, resuelven el encuentro con paneles de madera fi jos o móviles, actuando estos
últimos como elementos corredizos o pivotantes de control de la luz natural. El fuerte grado
de industrialización de la estructura y la envolvente, contrasta con el universo interior de
soluciones puntuales diseñadas ‘ex novo’ para cada ventana o cada puerta: un auténtico
ejercicio de bricolaje a base de elementos de procedencia industrial.
2009, págs. 311-313. La solución recuerda bastante a la casa Breuer, New Canaan, Connecticut, 1947-48, Marcel Breuer.18 Julio Garrido, “Breves notas sobre el sistema de prefabricación Horpresa”, Hogar y Arquitectura nº64, mayo-junio 1966, págs. 41-43.19 Utilizada posteriormente como acabado exterior del Centro de Cálculo para la Caja Postal de Ahorros y la casa Domínguez.20 Manuel Gallego, ‘La casa Varela’, en ‘Alejandro de la Sota’, Ábalos, Iñaki; Llinás, Josep; Puente, Moisés; Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, 2009, págs. 311-313.
Detalle de cerramiento Horpresa, AS, hacia 1964; contraventana interior de madera, casa Varela, Collado Mediano, Madrid, 1964.
300
Curiosamente, en la casa Guzmán, Algete, Madrid 1970-75, el bricolaje se produce a la
inversa: mientras la vivienda se resuelve, a nivel constructivo, de forma tradicional (21),
las grandes celosías correderas de alumnio color ‘champagne’, procedentes de la
industria aeronáutica C.A.S.A. (22), se engarzan desde el exterior a modo de ‘diafragma’
industrializado (23), si bien cerramiento y ‘diafragma’ se expresan y materializan de forma
completamente independiente. La casa Domínguez, sin embargo, presenta una solución
de cerramiento tradicional incorporando el elemento industrializado únicamente como
revestimiento exterior, produciéndose, frente a la envolvente ‘de catálogo’, lo que se ha
denominado más adelante como envolvente ‘bricolage’.
21 Cerramiento de bloque de hormigón trasdosado de manera convencional y acabado exterior a base de plaqueta de 10x20cm de gres Burela. El acabado cerámico se extiende por paredes y suelos a modo de revestimiento contínuo. La experimentación constructiva se limita a elementos puntuales: carpintería de aluminio, vidrio Thermopane Parelio y celosías correderas de alumnio.22 Enrique de Guzmán, en relación a las celosías exteriores correderas: “Éstas últimas las fabricaron en Construcciones Aeronáuticas, en una división de construcción que poco después se cerró. Eran de tanta calidad que antes de que cerrasen conseguí que me las fabricaran y fíjate, están como nuevas. Todas las noches cerramos el porche antes de ir a dormir”. Ver apéndice A2. Documentación nueva, DN_ME_05, pág. 616. Entrevista a Enrique de Guzmán.23 La prefección en geometría y acabados de las resplandecientes celosías fabricadas en C.A.S.A., contrastan con la tosquedad de los anclajes a la fábrica de bloque: el superior se resuelve mediante pletina horizontal, generándose una junta entre ésta y el revestimiento cerámico, resuelto mediante un babero impermeabilizante en forma de ‘L’ y relleno de silicona (aspecto actual no reflejado en los detalles inéditos facilitados por el Sr. Guzmán); el apoyo inferior se resuelve mediante un angular metálico que, en algunos casos queda corto en su ala horizontal y, por lo tanto, no soporta la hoja corredera exterior; para dar solución al apoyo de ésta, el angular se suplementa a través de una chapa de poco espesor.
Detalle de celosía exterior de alumnio, 1973, AS; fotografía de encuentro en esquina. Casa Guzmán, Madrid (1972), AS, foto MADC.
301
Piel y armazón.
Si durante los años 60 Alejandro de la Sota se interesa por los catálogos de hormigón
pretensado, como el sistema Horpresa, en los años 70 abandona progresivamente esta
línea de investigación e inaugura una serie de proyectos ascéticos, de matriz isótropa a
modo de armazón metálico, e inmateriales envolventes de vidrio o metal. Si la primera
versión de la VUSD, rechazada en 1970 por el Sr. Guzmán y guardada celosamente por
Don Alejandro, coincide en el tiempo con el concurso para la Sede de Bankunion, Madrid
(1970), la segunda versión, aceptada por el Sr. Domínguez en 1975, se produce el mismo
año en el que se fi nalizan los trabajos en obra del Centro de Cálculo para la Caja Postal
de Ahorros, Madrid (1975): los intereses han cambiado y cualquier tipo de bricolaje parece
ahora inaceptable.
La primera versión de la casa Domínguez supone la oportunidad de construir un
prisma con piel de vidrio sobre esqueleto metálico, que bien pudiera considerarse una
aproximación microscópica de proyectos mayores, como Bankunion. En este sentido,
la documentación seleccionada en ‘Pronaos’ para la propuesta bancaria (24), incluye
imágenes de catálogo correspondientes a empresas dedicadas al montaje de estructuras
metálicas, junto un elocuente anuncio del acristalamiento Thermopane. Una de estas
imágenes presenta una estructura a base de pilares y vigas de acero y forjado de chapa
aligerada, organizando dos plantas o bien una sola elevada sobre el terreno. La estructura
coincide, sorprendentemente, con la establecida, tanto en escala como en proporciones,
en la primera versión de la VUSD. Incluso en las cuestiones de dibujo, el encuentro entre
viga y pilar pasante se reproduce, directamente, desde la imagen del catálogo a la 24 Alejandro de la Sota, Madrid, Pronaos, 1989, pág. 129.
Publicidad estructura metálica, acompaña a Bankunion, Madrid (1970) en Pronaos. Axonométrica de la primera versión VUSD (1970), MADC.
302
representación de los alzados de proyecto (25). Sota acepta literalmente las soluciones de
catálogo y renuncia de forma consciente y deliberada a cualquier tipo de intervención
propia: “la antiarquitectura siempre funcionando” (26).
¿Cabe pensar en la primera versión de la VUSD (1970) como campo de pruebas de
Bankunion? En primer lugar, los dos proyectos surgen al mismo tiempo y bajo las mismas
expectativas tecnológicas: armazón de acero y cerramiento de vidrio Thermopane. Bien es
cierto que en los planos de proyecto de la VUSD, la envolvente se enrasa con la estructura,
mientras que la frágil membrana sin carpintería de Bankunion se separa, mediante el uso
de ménsulas de acero, de la retícula estructural. Pero conviene recordar que el proyecto
de Bankunion no alcanzará su materialización debido, precisamente, a la condición
experimental de la envolvente, sin antecedentes y con un alto grado de incertidumbre en
cuanto a su comportamiento: “Cuando entregué el concurso, me llamaron los banqueros
y me dijeron: ‘realmente nos agrada bastante, pero queremos saber dónde hay otro igual
de donde lo haya copiado. Lo vamos a ver con usted y si nos convence, se hace’. […] Les
dije a los banqueros: “no hay, pero si ustedes quieren ser los primeros…” (27). Las diferencias
entre España y Estados Unidos en cuanto al impulso y promoción de la innovación e
investigación tecnológica, continúan siendo patentes en los años 70.
25 Don Alejandro, a diferencia de Jean Prouvé, no está interesado en una investigación ‘en taller’ sobre elementos industrializados, sino por la aceptación de sistemas previamente establecidos por la industria y determinados por un número finito de elementos, que sin embargo ofrecen un número infinito de posibles combinaciones.26 Ibidem, pág. 156. Sobre el centro de Cálculo para la Caja Postal de Ahorros de Madrid, Madrid, 1975.27 Alejandro de la Sota, conferencia impartida dentro del ciclo ‘Modernitat y avantgarda’. I Semana cultural (28 de enero-2 de febrero de 1980), ETSAB. También publicada en ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias. Edición a cargo de Moisés Puente, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, pág. 177.
Perspectiva interior de Bankunion, Madrid (1970), AS (dibujo de Paco Alonso); alzado sur, primera versión casa Guzmán (1970), AS.
303
La primera versión de la casa Domínguez (1970), propuesta en realidad para la urbanización
Santo Domingo en Madrid, supone la oportunidad de conseguir el encargo, la capacidad
del arquitecto de generar sinergias y congregar dos proyectos en uno. De este modo, una
vez erguida la estructura metálica importada desde el catálogo al ejercicio doméstico,
hubiera resultado muy sencillo el montaje de toda, o parte de la envolvente bancaria,
al menos hubiera ofrecido una muestra de la belleza del espacio abierto a través de las
estructuras desnudas, sin cerramiento: “Un edifi cio en construcción tiene gran belleza y
su interior es libre, mejor si su situación es entre grandes árboles. Se toma esta idea como
básica del proyecto” (28). La idea común a la casa y al edifi cio de ofi cinas.
Tema, serie y variaciones.
El comienzo de la obra de la casa Domínguez, segunda versión, en 1975, coincide con la
fi nalización de las obras del Centro de Cálculo para la Caja Postal de Ahorros de Madrid.
Paradójicamente en este caso, las soluciones ensayadas para el sector terciario en la obra
de gran escala, son incorporadas al proyecto doméstico: “la preparación macroscópica
de las pequeñas experiencias” (29). Concretamente, el Centro de Cálculo anticipa
dos elementos fundamentales en la defi nición de la estancia de la casa Domínguez: la
estructura y la envolvente.
La estructura del Centro de Cálculo se resuelve mediante una retícula de “7x7m. con
pórticos metálicos de pilares C y vigas Boyd. Los módulos de 7x7m. se subdividieron en
28 Alejandro de la Sota, Madrid, Pronaos, 1989, pág. 133. Sobre Bankunion.29 MADC. Inversión de la cita original de Sota: “la preparación microscópica de las grandes experiencias”, Alejandro de la Sota, ‘Casa Varela en Collado Mediano. Madrid”, Hogar y Arquitectura, núm. 69, abril 1967, pág. 13. También publicado en ‘Alejandro de la Sota’, Ábalos, Iñaki; Llinás, Josep; Puente, Moisés; Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, 2009, pág. 290.
Cerramiento a base de chapa Acieroid acabado Skinplate: Centro de Cálculo para la Caja Postal de Ahorros de Madrid y casa Domínguez.
304
otros menores de 2,33 x 2,33m. que son los que verdaderamente defi nen el edifi cio al
hacerlos autónomos respecto al aire acondicionado, luz, servicio de incendios, teléfonos,
etc.” (30). La envolvente se monta en seco a base de paneles modulados siguiendo el
ritmo de la estructura: “Se defi nió igualmente un módulo de cerramiento metálico de
Acieroid, doble chapa con aislamiento incluido el vidrio Themopane Parelio y mamparas
interiores defi niendo espacios” (31). En este caso, la modulación de la estructura determina
no solo la modulación de los paneles metálicos, sino la organización de las instalaciones,
los acabados y el sistema de distribución interior, estableciendo una construcción en
seco absolutamente industrializada a partir de elementos prefabricados independientes:
fachadas, falsos techos, instalaciones, mamparas, etc. El acabado exterior Skinplate
(32), se presenta como una película termoplástica que protege la chapa prepintada de
Acieroid de procesos corrosivos, una solución importada de la industria del automóvil o el
electrodoméstico: “Este revestimiento gusta de usar. No hay elemento material que se le
pueda comparar en fi nura. El material sirve para todo el edifi cio y está siempre como un
coche bien cuidado. Es un material cambiante de la arquitectura” (33).
La importación doméstica de soluciones industrializadas procedentes del seriado e
impersonal edifi cio de ofi cinas, implica una cierta adaptación a la escala de la vivienda,
aunque en el caso concreto del Centro de Cálculo y la Casa Domínguez no solo media
una cuestión de escala. Quizá más relevantes sean las diferencias en cuanto al tipo de
30 Alejandro de la Sota, Madrid, Pronaos, 1989, pág. 152. Sobre el Centro de Cálculo para la Caja Postal de Ahorros de Madrid, Madrid, 1975.31 Ibidem32 Acieroid, actual Arcelor. Para más información sobre las características técnicas de la chapa ver página 218, ‘Envolvente’.33 Alejandro de la Sota, referencia a la chapa Acieroid del Centro de Cálculo para la Caja Postal de Ahorros de Madrid, Madrid, 1975; conferencia impartida dentro del ciclo ‘Modernitat y avantgarda’. I Semana cultural (28 de enero-2 de febrero de 1980), ETSAB. También publicada en ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias. Edición a cargo de Moisés Puente, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, pág. 183-84.
Detalle de cerramiento y vista de la envolvente durante su construcción, Fundación Alejandro de la Sota (web).
305
cliente y los medios disponibles. El cliente de la vivienda unifamiliar presenta un fuerte
vínculo afectivo con todas y cada una de las decisiones de proyecto, incluyendo la
concreción material y constructiva de los elementos que confi guran ‘su casa’. La actitud
vigilante del propietario ante la construcción del hogar modifi ca, en ocasiones, la frialdad
de soluciones importadas directamente de la ‘gran escala’: en la VUSD, entre otras (34),
el armazón de acero se oculta y la envolvente de chapa se trasdosa: lo experimental se
‘domestica’. Sin embargo, la alteración del discurso heroico favorece la aparición, más
prosaica y menos evidente, de la serie, revirtiendo el inicial proceso de experimentación
y búsqueda del ‘tipo’, en un conjunto de soluciones con denominador común: el tema, la
serie y sus variaciones (35).
La envolvente metálica como tema, presenta en la obra de Sota una segunda serie
con sus respectivas variaciones, determinando una familia de proyectos en los que la
solución escogida procede de los catálogos de chapa Robertson (36). Durante los años
80 experimenta con este sistema, primero en edifi os públicos o institucionales, como el
Edifi cio de Correos de León (1981). Posteriormente, este sistema se exporta al proyecto de
viviendas en Alcudia (1984), produciéndose nuevamente el ejercicio macroscópico como
preparación de la pequeña escala, fi nalmente no construida (37). 34 Cabe destacar el pasamanos de madera que reviste y ‘domestica’ la barandilla de la casa Domínguez, una variación del pasamanos te tubo metálico desnudo propuesto en la escalera central del Centro de Cálculo.35 Las relaciones entre la arquitectura de Sota y las ‘variaciones’, propias de la composición musical, han sido tratadas por autores como Juan Navarro Baldeweg: “Otro de los proyectos de Alejandro en el que creo que hay una intención muy explícita de tratar el espacio a partir de una pauta musical, como en una partitura permanente, es el del Colegio-Residencia de la Caja de Ahorros Provincial de Ourense”, Juan Navarro Baldeweg: ‘Alejandro de la Sota: Construir - Habitar’, Círculo de Bellas Artes, Madrid, 13 de junio de 2006; congreso ‘Alejandro de la Sota: dos generacioes después’, CBA, Madrid 12-14 de junio de 2006.36 Edificio de Correos y telecomunicaciones de León (1981) y otros proyectos para Correos, Museo provincial de León (1984 y 1994), Edificio de Juzgados de Zaragoza (1987), concurso de viviendas en la Gran Vía de San Francisco de Madrid (1987) o Cabildo Insular de las Palmas de Gran Canaria (1993-95).37 En el proyecto de Alcudia la fachada se resuelve mediante panel Formawall 1000H de Robertson.
A x o n o m é t r i c a estructura metálica, viviendas en Alcudia, 1984, AS. Detalle Pabellón Postal RENFE, Palencia, 1981, AS.
306
La envolvente ‘bricolage’.
La relación entre los medios disponibles y los fi nes, calibrados y coherentes para la ‘gran
obra’ en Madrid, el Centro de Cálculo, se ve alterada de forma sustancial en A Caeira, una
pequeña obra en la Pontevedra de los años 70. La mano de obra local no dispone de las
herramientas necesarias para el abordaje de una construcción de carácter experimental,
al menos en su estrato elevado, que podría haberse fabricado en taller y montado
posteriormente sobre la topografía artifi cial de cerámica y hormigón ‘in situ’ (38).
La construcción del estrato elevado mediante la superposición de elementos prefabricados
y tradicionales por mano de obra no especializada, implica la recuperación de
procedimientos propios de los años 50 y 60: el bricolaje a base de elementos industrializados.
El cerramiento de la casa Domínguez congrega elementos procedentes de la tradición
y de la industria, fagocita la estructura -desvirtuada durante el proceso de montaje-,
resuelve las exigencias técnicas mediante su composición multicapa y, fi nalmente,
presenta una tersa, ligera y brillante imagen de sí misma (39). La estrategia se presenta
análoga a la desplegada 20 años antes en el Gobierno Civil de Tarragona: su cerramiento
convencional de ladrillo y sus invisibles ‘hilos metálicos’, enmarcan los grandes huecos
desplazados dentro del brillante volumen de piedra, convertida en un plano de mármol
negro sin apenas espesor (40). Claro que en origen, la envolvente del Gobierno Civil era
38 Procedimiento descrito por Sota para la Residencia infantil en Miraflores de la Sierra, Madrid, 1957.39 El revestimiento Skinplate no aparece en las mediciones y presupuesto de proyecto (que corresponde a la primera versión) ni en las certificaciones de obra de la empresa constructora ‘Odein’. La empresa instaladora, procedente del País Vasco, debe facturar los trabajos directamente al Sr. Domínguez, aunque no se ha encontrado documentación al respecto.40 Las imágenes que registran el momento previo a la instalación de la piedra, desvelan el cerramiento de ladrillo y la presencia horizontal de los forjados. El plano exterior de mármol oculta la gramática estructural y constructiva del cerramiento y propone una piel contínua de espesor mínimo, gracias a la oculta subestructura de perfi lería metálica.
Envolvente ‘bricolage’: casa Domínguez, AS, 1975-78 y Gobierno Civil de Tarragona, AS, 1957-64.
307
“de piedra caliza o arenisca” (41), blanca, al igual que la lámina Skinplate de la casa
Domínguez, “el color blanco, que no pesa” (42), último componente del seductor implante
epitelial, el envoltorio, el traje elegante sobre la tradicional gramática constructiva del
cerramiento: la envolvente ‘bricolage’.
41 Alejandro de la Sota, Memoria del Anteproyecto del Gobierno Civil, enero de 1957. Publicado en ‘Gobierno Civil de Tarragona, 1957-1964’, Cortés, Juan Antonio, Almería, Colegio de Arquitectos de Almería, 2006, pág. 28.42 Alejandro de la Sota, ‘Sentimiento sobre cerramientos ligeros’, trascripción de una charla celebrada en el Instituto Torroja de Madrid, incluida en el ciclo titulado ‘Muros Cortina’, marzo de 1963. También publicada en ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias. Edición a cargo de Moisés Puente, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, pág. 157.
Detalle de encuentro entre lámina Skinplate y borde inferior del forjado, croquis y foto MADC.
308
Refl exión crítica.
Al margen del valor incuestionable de las investigaciones técnicas y soluciones
experimentales desarrolladas por Sota para la vivienda en general, y la casa Domínguez en
particular, existen una serie de interferencias y contradicciones entre el discurso ‘heroico’
de “la vivienda como tubo de ensayo” (43) y la realidad construida o proyectada. En los
años 60, la casa Varela (1964) constituye, como se ha visto, un verdadero laboratorio en el
que experimentar nuevas técnicas y soluciones constructivas. Sin embargo, el conocimiento
generado no tiene continuidad en obras posteriores de mayor escala: el complejo turístico
‘Bahía Bella’ (Mar Menor, Murcia, 1965), la urbanización ‘Las Palomeras’ (Málaga, 1965)
y el colegio residencia para la Caja Postal de Ahorros Provincial (Orense, 1967). En 1970,
la tampoco construida primera versión de la casa Guzmán (44), hubiera supuesto una
posibilidad extraordinaria, que Sota habría sabido aprovechar, para la experimentación
de las nuevas soluciones constructivas propuestas en Bankunión, cuestión requerida por
la propiedad para la adjudicación de la obra. Aunque los dos proyectos compartieron
la mesa de Don Alejandro durante 1970, ninguno de los dos fue fi nalmente construido,
quedando interrumpido el ansiado proceso que va desde la vivienda laboratorio al gran
edifi cio, bancario en este caso. La casa Domínguez supone la última vivienda unifamiliar
construida por Alejandro de la Sota (1975-78). Pero en este caso, las soluciones constructivas
fueron ensayadas con anterioridad en un edifi cio de gran escala, el Centro de Cálculo, y
adaptadas posteriormente al proyecto doméstico, invirtiendo el orden de los factores de
la disertación ‘épica’ (45).43 Alejandro de la Sota, ‘Casa Varela en Collado Mediano. Madrid”, Hogar y Arquitectura, núm. 69, abril 1967, pág. 13. También publicado en ‘Alejandro de la Sota’, Ábalos, Iñaki; Llinás, Josep; Puente, Moisés; Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, 2009, pág. 290.44 Se recuerda que las primeras versiones de las casas Guzmán (1970) y Domínguez (1973) corresponden a un proyecto único: ver Descripción –versiones de proyecto- págs. 38-67.45 Idéntica situación se plantea en las viviendas de Alcudia (1984): la estructura y el sistema de cerramiento a base de chapa tipo Robertson proceden
309
El proyecto doméstico de Alejandro de la Sota se encuentra, en general, más cerca del
bricolaje a base de elementos prefabricados y tradicionales, de puesta en obra manual, que
de la preconizada “arquitectura comercial profunda” (46), completamente industrializada
en taller y montada posteriormente en serie (47). La ausencia de un modelo económico
y cultural, así como la inoperatividad de una industria todavía inmadura y sin mano de
obra especializada, convierten las propuestas de Sota en una aventura quijotesca para
clientes, amigos y familiares de posición acomodada: se invierten los medios y se pervierten
los objetivos de las propuestas radicales de los años 20, desarrolladas por una industria
de potente musculatura fi nanciera en búsqueda de prototipos ligeros, económicos y de
montaje rápido para abordar el problema del alojamiento de masas.
Se debe reconocer, sin embargo, el intento infatigable de Sota por superar un modelo
de sociedad inevitablemente heredado, en un ejercicio de inconformismo militante y
sensibilidad pragmática: las viviendas de Alejandro de la Sota trascienden la realidad
económica y cultural áspera, gris y poco estimulante de la España de los años 60 y 70; por
otro lado, las propuestas domésticas se presentan, sin excepción, como una interpretación
madura, nunca una vulgar falsifi cación sobre las tesis y los preceptos del Movimiento
Moderno, aquel modelo total de civilización con el que Sota reconoce el compromiso de
una deuda indeleble.
de la experiencia anterior en el Edificio de Correos y Telecomunicaciones de León, 1981. 46 Alejandro de la Sota, carta a Juan Navarro Baldeweg, 1968. Fragmento extraído de la conferencia de Juan Navarro Baldeweg: ‘Alejandro de la Sota: Construir - Habitar’, Círculo de Bellas Artes, Madrid, 13 de junio de 2006; congreso ‘Alejandro de la Sota: dos generacioes después’, CBA, Madrid 12-14 de junio de 2006.47 Tan solo la casa Varela en Collado Mediano puede ser interpretada como una obra realmente industrializada, al menos en lo relativo a estructura, cerramiento y cubierta.
310
6. CASA VERTICAL Y CASA DOBLE
LA CASA VERTICAL.
“La casa es imaginada como un ser vertical. Se eleva. Se diferencia en el sentido de su
verticalidad. Es uno de los llamamientos a nuestra conciencia de verticalidad” (1).
Una de las mayores transformaciones del espacio doméstico y sus relaciones con el exterior,
se produce al reordenar en altura la tradicional yuxtaposición aditiva de estancias sobre el
terreno. Al margen de evocaciones poéticas y paradigmas vernáculos de enorme interés
(2), serán las nuevas técnicas constructivas, y en especial las estructuras de acero y hormigón
armado, las que permitirán la exploración del proyecto vertical de la casa durante el primer
tercio del siglo XX. Por un lado surge la casa ‘observatorio’, que transforma el espacio
doméstico en una especie de lente fenomenológica ávida de paisajes cada vez más
lejanos; por otro lado, la casa ‘promenade’ aborda nuevos retos funcionales propios de la
reorganización en altura del espacio doméstico, como la asignación programática de los
estratos, su articulación, o la secuencia y disposición del circuito funcional: “Circulación. Es
una gran palabra moderna” (3).
La casa vertical supone, en defi nitiva, una profunda reorganización de las jerarquías de
proyecto que operaban sobre la vivienda tradicional, una re-elaboración de los protocolos
establecidos en torno al hecho de habitar y la acción de construir.
1 Gaston Bachelard, ‘La poética del espacio’, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica de Argentina, 1990, pág. 48.2 Las “casas torre” de Yemen se extienden por todo el país desde el siglo III d.C. y pueden llegar a tener hasta 8 niveles en altura como consecuencia de la idiosincrasia del lugar: geografía, clima, recursos, economía, cultura, etc.3 Le Corbusier, ‘Precisiones. Respecto a un estado actual de la arquitectura y el urbanismo’, Apóstrofe, Barcelona, 1999, pág. 150.
Casa del Pintor Ozenfant, Le Corbusier; (53, Avenue Reille), París, 1922.
311
Filtros versus estratos.
Frente a la casa vertical, la casa horizontal se extiende como una alfombra sobre el
territorio habilitando toda una batería de espacios de transición entre interior y exterior:
la casa horizontal ejerce su libertad de expansión. La delicada secuencia espacial
generada por la intermediación de los fi ltros, constituye una poderosa herramienta de
disolución progresiva entre la casa y la naturaleza: cada espacio tamiz cualifi ca sus límites,
aligerando, tensando, puliendo u oscureciendo una superfi cie, introduciendo el jardín en
la estancia, desentrañando la habitación sobre el paisaje.
La casa Guzmán de Alejandro de la Sota constituye una obra paradigmática en la
exploración de las posibilidades de los fi ltros intermedios del proyecto horizontal (4). Tras
dos propuestas previas, el Sr. Guzmán visita, por indicación expresa de Alejandro de la
Sota, la casa para el rector del colegio mayor César Carlos, aceptando para sí mismo la
tipología horizontal de vivienda en una sola planta de carácter humilde (5). La casa del
rector incorpora un patio exterior ante la estancia principal; entre ambas, una pérgola de
hormigón constituye el único dispositivo intermedio entre el estar y el espacio abierto. La
casa Guzmán, sin embargo, dispone de manera sutil toda una serie de fi ltros espaciales de
transición entre casa y paisaje, diluyéndose ambas entidades en una secuencia magistral
de lugares intermedios:
1. Interior cerrado: espacio propio de la estancia principal, oscurecida decididamente tras
los vidrios de aspecto ennegrecido Parsol (6).4 Ver capítulo 2. Versiones de proyecto, epígrafe 2.1.1 La casa Guzmán, págs. 39-46.5 De hecho el proyecto visado en 1972 se presenta como una adaptación de la casa del César Carlos, reproduciendo incluso el cerramiento visto de bloque de hormigón. Un ejemplar del proyecto visado se encuentra en la Fundación Alejandro de la Sota, tratándose la obra finalmente construida como una modificación puntual del proyecto al añadir la biblioteca en planta alta.6 Vidrio de control solar flotado y coloreado en masa. Curiosamente la posición de los vidrios en esquina del estar, protegidos por el porche y las lonas
La casa como plano horizontal bajo el que se prolongan las curvas de nivel: Casa Guzmán, Alejandro de la Sota. Algete, Madrid 1972.
312
2. Interior abierto: se disponen carpinterías correderas que permiten la apertura del
espacio interior en esquina, desmaterializándose dos de las cuatro paredes e inundando
la luz natural la estancia, aunque nunca de forma directa (luz tamizada y domesticada
por las lonas blancas exteriores; luz refl ejada por la vibrante alfombra cerámica que se
prolonga hasta el jardín).
3. Exterior protegido: porche bajo la cubierta plana de la vivienda. Cuenta con dos
mecanismos de articulación y gestión del ‘afuera’: un sistema de carpinterías correderas
de lamas de aluminio que permiten abrir el porche por completo al jardín; y un pequeño
patio entre el acceso y el estar, que proporciona un punto de luz natural aunque las lamas
correderas se encuentren cerradas.
4. Exterior cubierto: espacio junto al talud verde sobre el que se disponen una serie de
lonas blancas; anudadas sobre fi nos tubos de acero, cuelgan y se balancean suavemente
a modo de ‘nube’ blanca y radiante.
5. Exterior abierto: jardín situado a una cota superior respecto la estancia y los espacios
adyacentes, generándose un talud verde como prolongación natural del solado
cerámico.
Los lugares intermedios en arquitectura convocan el conocimiento simultáneo de lo que
es signifi cativo en los espacios adyacentes, proporcionan el terreno común donde las
polaridades confl ictivas pueden ser fenómenos gemelos. En palabras de Aldo van Eyck:
“La arquitectura debería concebirse como una confi guración de lugares intermedios
claramente defi nidos” (7).exteriores, impide la radiación directa sobre su superficie, por lo que cabe pensar que su oscurecimiento viene a reforzar su condición de espacio interior cerrado.7 Aldo van Eick, Architectural Design 12, vol. XXXII, diciembre de 1962, pág. 602. También publicado en Robert Venturi, ‘Complejidad y contradicción
Filtros interior - exterior: la casa del Sr. Guzmán, Alejandro de la Sota. Algete, Madrid 1972.
313
La casa vertical se establece, por contra, mediante una muy limitada ocupación en planta
baja, organizando en altura su volumen y contenido programático: una arquitectura de
estratos en lugar de fi ltros. En ocasiones la ocupación en planta baja se reduce al máximo,
ampliándose la superfi cie de los niveles superiores en función de su programa, argumento
principal de proyectos como la ‘Casa pequeña’, obra de Sejima y Nishizawa (8). En este
caso la necesidad de aparcar el coche en una pequeña parcela, ‘estrangula’ el volumen
en su encuentro con el suelo: “Hacer que cada nivel responda adecuadamente a su
programa conlleva necesariamente la aparición de distintas superfi cies de planta. […] El
perímetro de cada una de las plantas apiladas va cambiando de forma sutil” (9). La villa
moderna, sin embargo, libera el programa de la planta inferior y muestra con orgullo la
estructura soporte de los niveles superiores: la estancia, el jardín suspendido o el solárium
en cubierta, estableciendo claramente los polos inferior y superior entre los que se confi na
la casa: el vacío-articulación y la cubierta-mirador, sustitutos modernos de los elementos
tradicionales de la estratigrafía doméstica: “la verticalidad es asegurada por la polaridad
del sótano y la guardilla” (10).
La casa vertical moderna.
La casa Cook de Le Corbusier representa uno de los paradigmas de la casa vertical
moderna. Se construye en las afueras de París (1926) atendiendo a un esquema de
organización en altura, como consecuencia de la aplicación de los recién enunciados
“Cinco puntos de una nueva arquitectura” (11). La liberación de la planta baja permite
en la arquitectura’, pág. 131.8 Casa Pequeña, Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa, Tokio, Japón, 1999-2000.9 Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa, ‘Casa Pequeña’, El Croquis nº77[1]+99, pág. 158.10 Gaston Bachelard, ‘La poética del espacio’, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica de Argentina, 1990, pág. 48.11 Le Corbusier y Pierre Jeanneret presentan ‘Los cinco puntos de la arquitectura’ en 1926 como parte del libro publicado para celebrar la apertura de la Weissenhof Siedlung, Stuttgart, 1927.
Estratos vs. fi ltros. La polaridad ‘moderna’ frente la estratigrafía tradicional: habitar - construir. Croquis, Le Corbusier.
314
prolongar el jardín de acceso bajo la casa y hasta el jardín posterior. El pavimento se
reduce a unas pocas losas cuadradas de hormigón junto al acceso y un estrecho camino
sinuoso que conecta la vivienda con la calle: todo es jardín (12). En el centro del frente
principal se sitúa, aislado, el pilar circular de hormigón que habita en todos los niveles,
presentándose como un elemento autónomo respecto a cualquier solución constructiva
o funcional. El estrato intermedio se destina a dormitorios y baños, ocupando una sola
planta, mientras el estrato superior resuelve un estar de altura doble, comedor y cocina,
e incorpora una biblioteca en la parte superior con acceso directo a la terraza sobre el
acceso principal. La azotea se presenta como el fi nal del recorrido, el lugar desde el que
se domina el paisaje lejano, el cénit de la casa vertical. Le Corbusier, consciente de la
trascendencia de la conquista doméstica sobre el paisaje lejano, manipula los límites de
la cubierta y establece una solemne habitación exterior, un templo para la mirada: cuatro
fi nísimos pilares de acero sostienen una marquesina plana de hormigón; el límite interior,
cóncavo y opaco, se proyecta sobre el vacío de la doble altura del estar, formando a
cada lado dos ventanas verticales simétricas; el límite exterior avanza sobre la fachada
y genera un balcón, casi un púlpito sobre el jardín de acceso, con el frente opaco y los
laterales trasparentes para favorecer una visión sesgada de la calle. El resultado es un
espacio clásico, simétrico, un episodio singular anidado en la cubierta, una habitación
exterior santifi cada al noble ejercicio de la mirada.
Las casas horizontal y vertical, más allá de su orden funcional o constructivo, representan dos
modelos de habitar antagónicos: la casa refugio y la casa máquina, la casa existencialista
12 El acceso sinuoso desde la calle es reinterpretado por Rem Koolhaas en la conocida Villa dall’Ava, Saint-Claud, París, 1991. En este caso el camino atraviesa el bosque de pilares inclinados, soporte del volumen de chapa que alberga el dormitorio superior.
La cubierta como templo para la mirada: casa Cook, Le Corbusier, Boulogne-Sur-Seine, París, 1926.
315
y la casa positivista (13). Mientras en la primera es el tiempo el que prevalece sobre el
espacio, “un tiempo largo que viene de orígenes remotos y se desarrolla en el cuidado
de la tierra, donde se nos permitía acceder a un auténtico habitar” (14); en la segunda,
el tiempo se lanza hacia el futuro, hacia una idea de progreso basado en la ciencia y el
conocimiento científi co, quedando el espacio como “la rex extensa de Descartes en la
que se despliega la visibilidad de una familia igualitaria, efi ciente, saludable y trabajadora”
(15). Ante la aparente imposibilidad de conciliar ambos modelos en una entidad única,
surge durante la segunda mitad del siglo XX una arquitectura compuesta mediante el
apilamiento de ‘tipos’: la casa doble.
LA CASA DOBLE.
La casa vertical estructura el programa en estratos superpuestos, estableciendo una
única estrategia proyectual. La casa doble, sin embargo, se defi ne precisamente por la
necesaria e imprescindible aparición de dos proyectos interdependientes, dos sistemas
estructurales y constructivos distintos, dos entidades que incluso se dibujan por separado
con forma y técnica independiente, representando dos formas de habitar distintas aunque
complementarias (16). La identifi cación de la casa doble y la casa vertical en un único
proyecto, se presenta, en principio, como una quimera improbable. Sin embargo, ello
dependerá fundamentalmente de la organización programática y la articulación espacial
entre las arquitecturas apiladas, constituyendo la casa Domínguez de Alejandro de la Sota
una muestra representativa de la casa vertical y doble.13 Ver Ábalos, Iñaki, ‘La buena vida. Visita guiada a las casas de la modernidad’, Barcelona, Gustavo Gili, 2000.14 Ibidem, pág. 47. Sobre la cabaña de Heidegger en Todtnauberg, en la Selva Negra.15 Ibidem, pág. 75. Sobre la casa de los Arpel, Jacques Tati, ‘Mon oncle’, 1957.16 Interesan aquí las casas dobles en las que las arquitecturas se apilan en altura (no se yuxtaponen en horizontal) como ejercicio alternativo o complementario de la casa vertical.
La casa Domínguez de Alejandro de la Sota como paradigma de la casa vertical y doble. Croquis y foto MADC.
+ =
316
Patio y pabellón.
En 1956 Alison y Peter Smithson participan en la exposición ‘This is tomorrow’ en Londres con
una instalación titulada ‘Patio & Pavilion’. La obra representa las dos necesidades básicas
del hábitat del ser humano: “La primera necesidad es la de un trozo de mundo, el patio.
La segunda necesidad es la de un espacio cerrado, el pabellón” (17). En esta época,
elaboran dos proyectos paradigmáticos en la aplicación de la ideas de ‘Patio & Pavilion’,
así como en el establecimiento de una estrategia dual: la casa Bates, Shere, Surrey, 1953-
55; y el pabellón Upperlawn, Tisbury, Wiltshire, 1961-62.
La casa Bates constituye un ejercicio de casa aislada entre campos de cultivo en Borrows
Lee Farm. La estrategia de planta baja consiste en mover tierra y establecer un recinto
propio a modo de cráter artifi cial: “El movimiento de la tierra es una de las formas más
efectivas de moldear el terreno y conseguir que el territorio acomode el hábitat del ser
humano. Su uso dispone un punto de contacto con la prehistoria” (18). Sin embargo, la
planta alta se confi gura mediante una “estructura metálica ligera que desde una base de
hormigón ignífugo vuela gracias a la resistencia que da una epidermis interna y externa
de contraplacado en la que se aplican las técnicas de unión a bisel que durante la guerra
se utilizaron en náutica” (19). Una estrategia similar se aplica en la defi nición del pabellón
Upperlawn, si bien en este caso la estructura ligera de madera tipo ‘balloon frame’ se
apoya sobre los muros de piedra existentes en el perímetro de la fi nca y el hastial de la
chimenea original. De este modo, el nivel inferior se confi gura como un episodio más 17 Alison y Peter Smithson, ‘Cambiando el arte de habitar. Piezas de Mies, Sueños de los Eames, Los Smithson’, Barcelona, Gustavo Gili, 2001, págs.. 108-109.18 Alison y Peter Smithson, ‘Alison y Peter Smithson – from the House of the Future to a house of today’, edición a cargo de Dirk van den Heuvel y Max Risselada, Rotterdam, 010 Publishers, 2004, traducción MADC.19 Alison y Peter Smithson, ‘Alison y Peter Smithson. Work and projects’, Marco Vidotto, Barcelona, Gustavo Gili, 1997, pág. 46.
Patio & Pavilion: A+P Smithson, exposición ‘This is Tomorrow’, Londres, 1956.
317
del complejo mapa funcional de la fi nca: muros, arbolado, vegetación, pozos, huertos,
caminos, empedrados, etc., mientras el nivel superior se confi gura de forma sencilla y
acotada: una pequeña construcción ligera con cerramiento a base de vidrio y revestimiento
de planchas de aluminio. En ambos casos la estrategia proyectual inferior opera desde
la complejidad de la preexistencia, aceptando el tiempo anterior y el mapa territorial
heredado como una parte fundamental del proyecto; la superposición del objeto nítido,
geométrico, industrializado y de carácter experimental, consuma el desdoblamiento
estratégico que supone la casa doble, proceso representado rigurosamente en los planos,
dibujos e incluso las fotografías tomadas durante la construcción. Sin embargo, existen
entre ambos proyectos diferencias notables en cuanto a la distribución programática y la
articulación espacial, cuestiones esenciales en la defi nición de la casa doble.
A. Programa: la casa Bates integra los espacios principales de la vivienda en la planta
superior, reservando el espacio limitado por el cráter en planta baja para las zonas de garaje
y servicio. La situación de la casa, rodeada de cultivos, hace innecesaria la presencia del
convencional ‘jardín’ adyacente, presentando una relación entre hombre y naturaleza
alternativa a la del ‘hotelito’ convencional. Upperlawn se presenta como una inversión de
la casa Bates: la zona pública se sitúa en planta baja en continuidad con la parcela y su
compleja colección de preexistencias superpuestas, evitando de nuevo la disposición de
elementos propios del jardín pequeño-burgués. La zona privada (dormitorio y biblioteca)
se sitúa en la parte superior, a la que se accede desde una pequeña trampilla y escala
de madera prácticamente vertical. La minúscula disposición de hueco y escalera, revela
el carácter privado, íntimo y casi unipersonal del espacio superior, paradójicamente
Alison & Peter Smithson: casa Bates, Shere, Surray (1953-55) y pabellón Upperlawn, Tisbury, Wiltshire (1961-62).
318
acristalado casi por completo: la zona pública se cierra al exterior mientras la zona privada
e íntima se dispone abierta y trasparente como una urna de cristal sobre los campos de
cultivo colindantes: recinto y observatorio.
B. Articulación: la casa Bates dispone el volumen principal elevado creando una cierta
separación, tanto vertical como horizontal, con el cráter artifi cial de tierra extraída en
el centro y trasladada al perímetro. De este modo, la superfi cie del recinto interior se
encuentra más baja que los cultivos adyacentes, actuando el talud sensiblemente oval,
como elemento de acuerdo topográfi co. La altura del talud, aproximadamente de 2m,
impide la visión de los campos de cultivo, presentando la cara interna un tratamiento
vegetal. La altura libre necesaria para resolver la zona de servicios, eleva el volumen superior
‘fl otante’ aproximadamente 1m por encima del talud, generándose un espacio abierto,
en planta y sección, entre la planta cuadrada y la huella oval. Este juego de distancias,
establece una separación física entre ambas estrategias de proyecto, una articulación
espacial apreciable en las fotos de la maqueta realizada por Harm Scholtens en 2003. El sí
construido pabellón Upperlawn, se apoya por uno de sus lados sobre los muros de piedra
de la casa original y el cerramiento de parcela. El respeto por la preexistencia se lleva al
extremo y se rehúsa una posible regularización del muro, adaptando escrupulosamente
la nueva construcción a las distintas cotas de los muros existentes. Sin embargo, el frente
interior queda liberado de la estructura portante, al retranquearse los dos pilares situados
en los extremos y el hastial de la chimenea central. Así, la carpintería pivotante de madera
permite la apertura de la planta baja a la parcela, fl otando el volumen superior sobre la
fi nca.
Alison & Peter Smithson: casa Bates, Shere, Surray (1953-55) y pabellón Upperlawn, Tisbury, Wiltshire (1961-62).
319
La casa invertida.
La organización del programa resulta de capital importancia en la estructura del proyecto
vertical y/o doble. El modelo convencional de vivienda asigna a la planta baja, en relación
directa con el jardín exterior, las zonas públicas de la casa, y reserva los dormitorios para el
nivel superior de carácter más privado. En ocasiones, este orden se invierte y los dormitorios
se sitúan en el nivel inferior, relacionándose el carácter íntimo de la habitación-celda con
el propio terreno, mientras la zona más pública de la casa se eleva sobre la parcela: “He
partido de estudiar una tipología que me parece interesante, la del tipo invertido: los
dormitorios situados abajo y el estar arriba. A la casa se sube, y lo más íntimo de la casa,
los dormitorios, es lo más recogido, y por lo tanto, lo más distante de la fachada. […] Los
dormitorios son recintos muy íntimos, algo que aprendí de una clienta francesa, que me
decía que el dormitorio tiene que estar tres peldaños, como mínimo, más bajo que el
jardín. El dormitorio no es un trono, decía ella, es como el nido de un pájaro, la parte más
íntima de la casa” (20).
La casa doble invertida constituye una tipología poco frecuente, a la que sin duda
pertenecen, entre otras, la casa Domínguez, con los dormitorios semienterrados abiertos
a patios excavados bajo la estancia principal elevada, o la casa das Canoas, Río de
Janeiro, 1952, obra del arquitecto brasileño Óscar Niemeyer. La casa aprovecha el desnivel
de la parcela y la existencia de grandes rocas en superfi cie para organizar en el nivel
superior una plataforma horizontal para la zona pública, abierta al paisaje y la piscina
contigua, y un nivel inferior semienterrado de dormitorios. Cada estrato presenta su propia
estrategia proyectual: la planta superior se resuelve mediante una cubierta horizontal de 20 Fco. Javier Sáenz de Oíza, ‘Disertaciones’, El Croquis 32-33, Edición revisada y ampliada, Madrid, 2002, pág. 21.
La casa invertida: casa das Canoas, Óscar Niemeyer, Río de Janeiro, 1952. Croquis MADC.
320
geometría sinuosa, apoyada sobre delgados pilares circulares de color negro. La cubierta
se proyecta más allá de las voluptuosas curvas de la envolvente, que alterna tramos
opacos y trasparentes conformando los diferentes ambientes interiores a través de la
concatenación de espacios cóncavos perimetrales. La zona de dormitorios, sin embargo,
se encuentra delimitada por gruesos muros de piedra que se adaptan al desnivel y la
presencia de las rocas. La geometría ortogonal confi gura una distribución convencional
de habitaciones y servicios.
La casa das Canoas interesa no solo por su inversión programática, sino también por los
elementos que articulan los niveles inferior y superior. Los pilares circulares se confunden con
la abundante vegetación circundante, cuestión a la que ayudan su sección mínima y color
oscuro; la envolvente transparente permanece en la sombra, protegida por el generoso
vuelo de la cubierta, y permite contemplar a través del espacio interior la abundante
vegetación posterior. Al desaparecer de esta manera los elementos convencionales de
estructura y cerramiento, la cubierta se convierte en un elemento superior autónomo y
alcanza una presencia intensa y a la vez ingrávida. Esta disposición queda subrayada por la
rotunda expresividad de su canto curvilíneo y la continuidad del color blanco, adquiriendo
una cualidad de pieza fi rme e indisoluble. El elemento que articula realmente la cubierta
y los dormitorios, está constituido por la exuberante formación rocosa situada en el centro
de la intervención: confi na el agua del estanque y se introduce en la casa bajo la cubierta
hasta el nivel de los dormitorios, aprovechándose su enorme masa descendente como
límite natural del hueco de comunicación vertical.
La casa invertida: casa das Canoas, Óscar Niemeyer, Río de Janeiro, 1952.
321
Articulación y vacío.
Una de las claves en la confi guración de la casa doble será el establecimiento de la
articulación, espacial y/o constructiva, entre las dos entidades. El apoyo directo resulta una
de las operaciones más frecuentes, si bien en ocasiones puede resultar una operación algo
tosca: la casa Wiley, Philip Johnson, New Canaan, Connecticut, 1953, integra los dormitorios
en un pedestal a nivel de terreno sobre el que apoya, girado 90º, un paralelepípedo
de cristal que alberga una gran estancia de altura superior. Se trata, sin duda, de una
casa doble invertida según los parámetros que se han establecido con anterioridad. Sin
embargo, tanto la situación de los dormitorios sobre el terreno, a modo de ‘cochera’, como
la articulación tangente entre los diferentes volúmenes, confi guran un ejercicio simple en el
sentido más desafortunado del término: “el edifi cio es un esquema demasiado simplifi cado
para vivir una teoría abstracta del ‘o esto o lo otro’. Donde la simplicidad no funciona, el
simplismo funciona. La simplifi cación fl agrante indica arquitectura blanda. Menos, es el
aburrimiento” (21).
La introducción de un pequeño espacio vacío entre las distintas entidades que conforman
la casa doble, constituye un primer mecanismo relevante de articulación espacial: por
un lado facilita la lectura independiente de las partes, y por otro, explicita su gramática
estructural y constructiva. En este sentido, la casa Siesby, Lyngby, Copenhague, 1959, obra
de Arne Jacobsen, dispone de forma paralela a la pendiente del terreno, dos muros
estructurales de ladrillo que delimitan en el nivel inferior un almacén y una biblioteca. Sobre
los muros se disponen una serie de vigas de madera en voladizo sobre las que se apoya el
pabellón superior, de madera y vidrio, que resuelve la vivienda. El espacio generado entre 21 Robert Venturi, ‘Complejidad y contradicción en la arquitectura’, pág. 29. Comentarios sobre la casa Wiley de Philip Johnson.
Articulación y vacío: la casa Wiley, P. Johnson, New Canaan, Connecticut, 1953 y la casa Siesby, Arne Jacobsen, Lyngby, Copenhague, 1959
322
los muros de ladrillo y el pabellón, gracias a la interposición de las vigas de madera y su
proyección en voladizo, resulta esencial en la articulación de ambos volúmenes, fl otando
el pabellón sobre los muros en posición dominante sobre la ladera (22).
El aumento del espacio vacío-articulación hasta el extremo de habilitar un espacio
exterior transitable, representa una solución, desde luego, poco frecuente. Por un lado
plantea la total desconexión entre las distintas entidades que conforman la casa doble,
introduciendo un problema de orden funcional de solución comprometida; por otro lado, la
estructura ha de quedar necesariamente expuesta en el vacío resultante, transmitiéndose
las cargas de la parte superior a la inferior. La casa doble, invertida y articulada a través
de un espacio exterior habitable, representa un tema arquitectónico del que no se han
encontrado muestras, anteriores o posteriores, al caso que nos ocupa: la casa Domínguez
de Alejandro de la Sota.
22 Alejandro de la Sota explica, en relación con la obra de Arne Jacobsen, cómo le interesaron “la simplicidad de sus escuelas” frente al amaneramiento tecnológico posterior. Si la obra de Jacobsen se caracteriza por los edificios de ladrillo y madera durante los años 50, progresivamente irán incorporándose la tecnología del acero y el vidrio, perfeccionándose los acabados hasta un punto que Sota calificaría de “puro barroco actual”. Ver entrevista con Marta Thorné, Quaderns d’Arquitectura i Urbanisme (monográfico sobre arquitectura nórdica), 157, abril-mayo 1983. También publicada en ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias. Edición a cargo de Moisés Puente, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, págs. 104-107.
Articulación y vacío. La casa Domínguez, Alejandro de la Sota. Foto MADC.
Casas Wiley, Siesby y Domínguez, croquis MADC.
323
LA CASA DOMÍNGUEZ: VERTICAL, DOBLE E INVERTIDA
Naturaleza vertical.
El origen de la casa Domínguez es expresado por Sota desde la más abstracta
representación: el croquis conceptual de las esferas, que enuncia la división del espacio
habitable y su reorganización vertical: “Cuanto más se libere el hombre de su pensamiento,
más se separará de la tierra la cristalina semiesfera que, liberada, se convierte en nueva
esfera volante, inalcanzable. Cuanto más grande es la necesidad de reposo, del descanso,
más profunda se enterrará la enterrada semiesfera” (23). La condición vertical y doble del
proyecto doméstico, se presenta como el principal argumento o estrategia proyectual,
una condición previa a cualquier tipo de exploración formal (24). La condición vertical de
la casa se establece en base a dos operaciones de proyecto:
1. El claro establecimiento de los polos inferior y superior: los dormitorios enterrados y la
cubierta jardín. En el estrato enterrado, las celdas equipadas bajo el jardín se iluminan a
través de patios excavados, grietas entre forjados o lucernarios, mientras sobre el palafi to,
la cubierta se presenta como una atalaya sobre el paisaje, la plataforma última de la
villa moderna. Esta primera operación es una consecuencia directa de los planteamientos
conceptuales del croquis de las esferas.
2. La compleja disposición de múltiples estratos y plataformas que organizan y acuerdan
programa y territorio, en una suerte de continuidad vertical en base al desplazamiento
sucesivo de planos horizontales. Esta solución no se encuentra representada en el croquis
conceptual, más al contrario, parece contradecir la radical organización polarizada del 23 Alejandro de la Sota, ‘Casa Domínguez en La Caeyra’, Arquitectura 228, enero-febrero 1981, págs. 58-59.24 Se utilizan aquí de forma intencionada los términos ‘argumento’ (asunto o materia de que se trata en una obra) y ‘estrategia’ (conjunto de las reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento) frente al concepto de ‘idea’ utilizado por Alejandro de la Sota.
Estrategia vertical: croquis conceptual de las esferas y aproximación formal, Alejandro de la Sota, sin fecha.
324
programa. Sin embargo, ya en la primera versión se constatan las numerosas plataformas
y lugares intermedios entre los diferentes estratos: desde la cota ±0,00 se puede acceder
a los dormitorios de la fachada este (-2,60m) a través de la terraza intermedia (-1,70m), o a
los más profundos situados bajo el jardín en el frente oeste (-3,50m), utilizando dos planos
intermedios: la plataforma verde (-0,90m) y el plano intermedio (-2,60m) desde el que se
produce el acceso. El acceso al estrato superior (+2,55m) cuenta con una plataforma
intermedia (+2,05), un plano horizontal entre el jardín y la estancia.
Tanto el establecimiento de los polos, como la estratifi cación del programa y su articulación
mediante la disposición de niveles intermedios, se encuentran representados en la versión
fi nalmente construida. En ésta se produce además un aumento de intensidad en la
defi nición de los extremos, así como un alejamiento de los mismos: durante la ejecución
de la casa se genera una nueva habitación, la bodega, excavada en piedra bajo los
dormitorios de padres e hijas y completamente enterrada (-4,90m); la cubierta mirador
superior, inaccesible en la primera versión, se completa mediante un acceso directo
desde la escalera principal, adquiriendo un carácter de azotea o solárium con pavimento
de madera y jardinera perimetral. A pesar de su vinculación programática y su estratégica
posición elevada sobre el territorio, la cubierta carece de dispositivos espaciales para
la activación del paisaje lejano: tanto los mecanismos utilizados por Le Corbusier en la
cubierta de sus villas modernas, la marquesina o el baldaquino de la casa Cook, como
el periscopio utilizado por el propio Sota en las viviendas de Alcudia, no forman parte del
proyecto de la VUSD (25).
25 La azotea de la casa Domínguez apenas ha participado de la vida familiar. A pesar de la reciente sustitución de pavimentos de madera en terrazas y escaleras exteriores, la cubierta mantiene su solado original en un avanzado proceso de degradación.
Estratos y plataformas: casa Domínguez, Alejandro de la Sota. Maqueta y croquis MADC.
325
Condición doble invertida.
La casa Domínguez constituye el paradigma de la casa doble invertida: el estrato inferior
se establece como una topografía artifi cial semienterrada que integra el programa de
dormitorios, mientras el estrato elevado resuelve los espacios más públicos de la vivienda.
Ambas entidades confi guran proyectos independientes, asimilándose los dormitorios al
búnker de aplacado cerámico y cubierta verde, y la estancia elevada al pabellón ligero
e industrializado. Conviene detenerse en las dos cuestiones analizadas con anterioridad
para la casa Bates y el pabellón Upperlawn de Alison y Peter Smithson: la distribución
programática y la articulación espacial.
A. Programa.
La organización vertical e invertida del programa doméstico estructura toda la
documentación gráfi ca de la primera versión. Bajo la estancia, y en prolongación con
el jardín, la planta baja resuelve garaje y cuarto de juegos infantiles en fachada sur. La
posición del programa intermedio entre la estancia y los dormitorios, manifi esta la condición
vertical de la casa, aunque Sota intente representarla como doble al seccionar por el
lugar adecuado (26). El establecimiento del garaje sobre la cota ±0,00 permite el acceso
rodado desde la calle posterior, el camino de Ruza, que presenta niveles accesibles. Esta
situación permite, por un lado, resolver con un talud natural el desnivel de casi 3m con la
calle Río Miño, y por otro, acceder por un nivel intermedio a la casa vertical, coincidiendo
éste con el jardín. La naturalidad de esta solución de acceso se prolonga en las estrategias
de confi guración de la estancia, que presenta dos terrazas en los frentes norte y sur: la
primera, cubierta y en prolongación del comedor, acoge parte de la cocina y cuenta 26 La única sección en la que no se encuentra programa en planta baja es la “sección 2”. Ver apéndice A2. Documentación nueva, pág 586.
Primera versión VUSD: estratos y plataformas. Casa Domínguez, Alejandro de la Sota. Maqueta y croquis MADC.
326
con excelentes vistas hacia la sierra norte y acceso exterior de servicio desde el garaje; la
terraza sur, abierta, se desplaza hasta una posición intermedia entre el jardín y la estancia;
aunque las vistas no alcanzan más allá de la propia topografía de la urbanización, la
terraza intermedia ocupa un lugar privilegiado ante el jardín de la casa y con orientación
sur.
A pesar de la confi guración vertical de la casa, la estancia encuentra una cierta expansión
horizontal en la dirección norte-sur a través de los dos dispositivos intermedios: la terraza
sur y el porche norte. A su vez, los niveles intermedio e inferior de dormitorios, se prolongan
sobre la parcela a través de patios y terrazas intermedias, alcanzando todos los estratos
algún tipo de prolongación horizontal. El natural acceso a través del nivel intermedio, bajo
la ‘alfombra’ fl otante que establece el nivel superior, termina por establecer un proyecto
vertical equilibrado, convenientemente adaptado a la naturaleza del programa y el
lugar.
La segunda versión suprime cualquier tipo de función en planta baja, sometiendo al
programa a la estrategia polarizada establecida por el croquis conceptual. El garaje y el
cuarto de juegos infantiles se integran en el estrato enterrado, que reordena el programa
y amplía su superfi cie hasta el límite norte de la parcela. El jardín (sur) se extiende bajo
la casa hasta la cubierta verde del garaje y zona de servicios (norte); el espacio abierto
bajo la estancia acoge tan solo el volumen imprescindible para alojar el vestíbulo de
cristal pavés. El estrato elevado se transforma en un prisma de chapa, un objeto preciso
y rotundo que integra, no sin difi cultades, diversas funciones domésticas ligadas a la vida
Primera versión VUSD y evolución del programa elevado 1973-75. Casa Domínguez, Alejandro de la Sota. Croquis y axonométrica MADC.
327
activa (27). Una de las decisiones más comprometidas afectan al cambio en el vial de
acceso: el respeto por el muro de piedra original de la parcela, límite de la fi nca A Caeira
y actual camino de Ruza, limita las posibilidades de acceso a la calle inferior Río Miño
(28). Mientras el acceso rodado y de servicio de produce prácticamente a nivel de calle,
coincidiendo con el estrato inferior, el acceso principal supone la ascensión exterior desde
la calle (-2,70m) hasta la plataforma de acceso y vestíbulo de pavés (±0,00m), desde el
cual accedemos a la vivienda para continuar por el interior hasta la estancia (+2,55m).
Esta disposición del acceso, provoca que el acceso de servicio sea el más utilizado por
la familia durante el transcurso de la vida cotidiana, quedando el acceso principal
reservado para las visitas (29). En cualquier caso, ya sea de forma exterior o interior, se han
de subir dos plantas para alcanzar el nivel de la estancia, cuestión fatigosa e innecesaria
ante la casuística que impone el día a día a los habitantes. Esta imposición programática,
derivada del sometimiento del orden funcional a una abstracción lacónica al borde de
la anorexia conceptual, recuerda los comentarios de Sota sobre una modelo de Cristóbal
Balenciaga: “La modelo, que aparecía retorcida en una difícil postura con las piernas
sujetas por un gran lazo, quizá desearía liberarse de las ataduras, pero si el artista cediera
a esta demanda y no mantuviera su autoridad toda la belleza se quebraría” (30). Esta
especie de refi namiento avieso, que encuentra en la belleza una forma de sometimiento,
explica de alguna manera la involución funcional desde la ‘relajada’ primera versión,
hasta una segunda y defi nitiva “de difícil postura”.
27 Estar, comedor, biblioteca, cocina, oficio, aseo y escalera central.28 El muro original de la finca estaba derruido y Sota decide restaurar su posición original. Esta decisión fue continuada de alguna manera por los propietarios de las fincas colindantes y actualmente el muro de piedra recorre numerosas fincas de manera ininterrumpida.29 El recorrido exterior de acceso no parece en cualquier caso adecuado ante el húmedo y lluvioso clima gallego.30 José Manuel López-Peláez, ‘Recuerdos de Sota’, en ‘Conversaciones en torno a Alejandro de la Sota’, AAVV, Madrid, DPA ETSAM, 1996, pág. 49.
La casa Domínguez: el programa polarizado.Croquis y fotomontaje MADC. Imagen de modelo procedente de catálogo de Cristóbal Balenciaga.
328
B. Vacío articulación.
El vacío instalado en el corazón de la casa Domínguez se confi gura, por un lado, como
fi ltro entre el espacio exterior y el interior, y por otro, como articulación entre los programas
elevado y enterrado. Las soluciones estructurales y constructivas que defi nen los
diferentes estratos, contradicen la idea original de las esferas, revelando una arquitectura
más compleja y heterogénea que la prometida por la radical abstracción del croquis
conceptual. En primer lugar, la estructura del palafi to se enrasa con el cerramiento, solución
poco coherente con la argumentación inicial (31); en segundo lugar, el cerramiento de
chapa reviste los esbeltos pilares estructurales de acero y los convierte en potentes cajones
(de aire) de casi 40cm de lado, una sección sobredimensionada, en apariencia, para
soportar tan solo la estancia elevada. La contradicción entre la idea y la construcción fi nal,
produce una radical transformación en el carácter del vacío, que realmente se establece
como un espacio elevado respecto la calle y delimitado por columnas integradas con
el volumen superior. Surge de este modo el espacio exterior porticado, la logia bajo el
baldaquino. El vacío se confi gura así como un espacio cargado de signifi cación, el lugar
representativo que antecede a la casa: la puerta conceptual.
Este mecanismo de articulación espacial es utilizado desde tiempos remotos a través
de uno de los elementos fundamentales en la gramática espacial y constructiva de la
arquitectura: el pronaos (32). El Panteón de Roma (33) presenta un espacio porticado
exterior independiente, en cuanto a geometría, escala y proporciones, del gran espacio 31 La relación entre estructura y cerramiento resulta esencial en el establecimiento de la percepción de la gravedad. Así Le Corbusier retranquea sus ‘pilotis’ mientras que Mies independiza sus columnas al exterior de los planos rectangulares de los forjados.32 Según el Diccionario de la Lengua Española de la RAE: ‘En los templos antiguos, pórtico que había delante del santuario o cela’.33 Construido en el año 26 D.C. por Agrippa y reconstruido por el emperador Adriano después de sufrir un incendio, 117-126 D.C. A principios del Siglo VII fue consagrado al cristianismo, hecho que le ha permitido su mantenimiento hasta nuestros días.
Vacío articulación: planta detalle de los pilares huecos de chapa, E:1/2. Croquis inédito Alejandro de la Sota.
329
abovedado interior. La planta rectangular de la logia conduce a la gran sala de planta
circular, iluminada dramáticamente a través del óculo central superior. Esta secuencia
espacial se repite de manera reiterativa en la Arquitectura Clásica, como en la Villa
Rotonda (34), y posteriormente durante el Neoclasicismo, como en el Altes Museum (35).
La reinterpretación del neoclasicismo llevada a cabo por Sirgud Lewerentz en la Capilla
de la Resurrección (36) , propone la descomposición del modelo clásico a través de
dos arquitecturas yuxtapuestas: en primer lugar, el pórtico de entrada o pronaos, que
establece el foco representativo como fondo de perspectiva, un ejercicio paradigmático
de aplicación de los órdenes clásicos; en segundo lugar, la capilla propiamente dicha,
una nave rectangular despojada de referencias fi gurativas que se coloca de forma
perpendicular al eje marcado por el recorrido de acceso. La separación física existente
se refuerza a través del delicado diseño de cada uno de los pavimentos: un rectángulo
de piedra defi ne el espacio interior del pórtico, evidenciando a través del despiece las
diagonales, que marcan con exactitud el punto central y revelan el carácter centrífugo
del espacio; la capilla presenta un suelo de mosaico con motivos geométricos, defi niendo
una secuencia de líneas onduladas perpendiculares a la dirección principal de la nave.
La unión entre ambos espacios se produce a través de un pequeño rectángulo de piedra
que, a modo de puente, muestra la total autonomía entre capilla y pórtico. La signifi cación
del espacio vacío en planta baja se transforma radicalmente en las villas modernas de Le
Corbusier. En este caso, se prima la efi ciencia en la disposición de la circulación rodada
y el garaje, es decir, el espacio bajo la casa se destinará principalmente al coche y no al
hombre. 34 Andrea Palladio, 1567-69, Vicenza, Italia.35 Karl Friedrich Schinkel, 1823-30, Berlín, Alemania.36 Cementerio Sur de Estocolmo, 1922-25.
Sirgud Lewerentz, Capilla de la Resurección en el Cementerio Sur, Estocolmo, 1922-25.
Le Corbusier, villa Savoye, Poissy, 1929-31.
330
La lectura de la casa Domínguez desde esta perspectiva revela, más allá de las esferas
elevada y enterrada propuestas por Sota, un espacio único de identidad propia fruto
de la concurrencia de dos dispositivos yuxtapuestos: el podio y el baldaquino. La total
ausencia de programa convierte el vacío articulación en un verdadero ‘pronaos’ de
acceso a la vivienda, un elemento más cercano al pórtico independiente de la Capilla de
la Resurección que a la planta de garaje y servicios de la villa Savoye. La signifi cación del
vacío como puerta y centro conceptual, muestra realmente el grado de complejidad y
sofi sticación de la casa Domínguez a través de un mecanismo espacial nunca explicitado
por Sota, nunca reconocido, más bien eclipsado, por la letanía seductora presente en el
abstracto croquis de las esferas.
La casa Domínguez: el vacío como ‘pronaos’ de acceso a la vivienda. Axonométrica MADC.
331
Refl exión crítica.
Las versiones de proyecto, así como la posterior obra fi nalmente construida como casa
Domínguez, alcanzan en su conjunto un importante grado de complejidad: un desarrollo
de múltiples soluciones concretas, propias del prosaico mundo de la arquitectura y cuyo
verdadero valor se encuentra muy por encima de la epopeya iniciática o ensoñación de
geometría esférica:
Primero: no encuentran cabida en el croquis conceptual cuestiones esenciales como el
respeto por las preexistencias de la parcela o la recuperación de elementos propios de la
fi nca original: la confi guración del recinto alojamiento del pabellón.
Segundo: la secuencia de estratos, jardín, terrazas intermedias y plataformas, confi gura
un continuo desplazamiento a base de medios niveles, desde la cubierta a la bodega,
negando la polaridad fatigada y esquemática del croquis conceptual.
Tercero: la solución de los pilares enrasados con la envolvente, sobredimensionados por
regulares, parece traicionar la idea primera y, sin embargo, supone la aparición del
baldaquino, el acceso ceremonial, un espacio con signifi cación propia y no un simple
hueco entre áreas programáticas destinado a garaje o dependencias de servicio.
Todas estas soluciones concretas aportan un enorme interés y valor al desarrollo de
proyecto y obra y, sin embargo, se encuentran silenciadas ante la repetida epopeya de
las esferas volante y enterrada. Realmente, el discurso heróico se presenta como una
gravosa carga en el orden funcional y como un manual de instrucciones, cuyo idioma
se desconoce, en el orden constructivo. La metáfora biológica introduce un esquema de
funcionamiento extenuante, al situar el acceso dos niveles por debajo de la estancia, en
332
lugar de producirse naturalmente desde el nivel intermedio; el estrato elevado se somete a
un ejercicio intenso de compresión espacial, delimitando el cubo el conjunto de funciones
allí confi nadas como representación de la esfera ‘volante’. El orden constructivo, por otra
parte, hubiera podido acogerse directamente a las categorías esenciales dispuestas en el
esquema conceptual, subrayando la dualidad entre lo ligero y lo pesado, la construcción
local y el montaje industrializado. Sin embargo, la construcción responde a un sistema
‘bricolage’ a base de elementos tradicionales y prefabricados, un conjunto de soluciones
de uso común propias de un entorno poco o nada desarrollado a nivel industrial.
La introducción de piruetas metafóricas es inusual en la obra de Alejandro de la Sota,
arquitecto de reconocida afi ción a la palabra justa o, en su defecto, al silencio (37). Su
arquitectura se articula desde el procesado de múltiples vectores de información ordenados
de manera lógica y su posterior reordenación, o inversión, como consecuencia de la
incesante búsqueda de la solución nueva: así surgen las aulas del gimnasio Maravillas, el
colegio mayor César Carlos o la propia casa Domínguez, tipologías inexploradas, inéditas,
arquitecturas que atienden programas ampliados desde la sensibilidad del autor y su
delicada y compleja interpretación del mundo: “Construir con lo que ‘no es arquitectura’,
darle la vuelta a las cosas y las ideas y hacer de ello una forma seria de ser arquitecto” (38).
La arquitectura del riesgo.
37 Tal vez ese sea el motivo de la adscripción de la cita original a Eero Saarinen, a pesar de que no se han encontrado evidencias de esta declaración por parte del arquitecto americano de origen finlandés. Ver apéndice A2. Documentación nueva, DN_ME_01. Vínculos y relaciones entre la VUSD y Eero Saarinen, págs. 588-603.38 Alejandro de la Sota, introducción al libro ‘Josep Llinàs’, Sevilla, Tanais Ediciones, 1997. También publicada en ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias. Edición a cargo de Moisés Puente, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, pág. 95.
333
LA ACTIVACIÓN DEL PAISAJE
“Parecería teatral si dijera que tengo un altar como casa, pero es que lo tengo. Este sitio
es mi altar. Es aquí donde, con el respeto más profundo, me enfrento a la naturaleza y, con
gran pasión, contemplo el sol y la tierra ante mí” (1).
Alejandro de la Sota despliega una extraordinaria sensibilidad ante el paisaje. Incluso
en sus primeros escritos, se percibe la mirada cultivada, precoz, capaz de distinguir la
naturaleza como territorio o país, de la construcción cultural, y por lo tanto personal y
subjetiva, a la que se denomina paisaje (2): “Tal vez sea presunción de época, pero nos da
la impresión de que hasta nuestros tiempos nunca se habían contemplado los paisajes con
tanta profundidad. Los pintores de hoy, desde los impresionistas, penetraron como nadie
en los paisajes pintando en sus cuadros más las raíces de los árboles que sus propias ramas,
la savia que sus frutos, labrando materialmente surcos en la gorda pintura de color tierra;
[…] llegaron a tener una fuerza extraordinaria estas pinturas; el paisaje de verdad entró en
nuestras casas. Parece absurdo, pero es cierta cosa, que estos cuadros nos enseñaron a
ver el paisaje, tanto que lo que hoy vemos en el campo es distinto: el paisaje es el mismo,
hemos cambiado nosotros. Si es esto cierto, con nuestro íntimo cambio cambiarán también
nuestras obras” (3).
1 JØrn Utzon sobre su propia casa en Can Lis, Mallorca; “Urtzon handmade”, Palma de Mallorca, Colegio Oficial de Arquitectos de Islas Baleares, 2009.2 En palabras de Charles Lalo: “La naturaleza, sin la humanidad, no es ni bella ni fea. Es anestética”; ‘Introduction à l’esthétique’, París, Armand Colin, 1912, pág. 133. También publicado en Roger, Alain, ‘Breve tratado del paisaje’, Edición a cargo de Javier Maderuelo, Madrid, Biblioteca Nueva, 2007, pág. 21.3 Alejandro de la Sota, ‘Algo sobre paisajes y jardines’, Cedro 4, invierno 1954-55. También publicada en ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias. Edición a cargo de Moisés Puente, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, pág. 27.
La acticación del paisaje: “los placeres esenciales”, croquis, Le Corbusier.
334
El cultivo de la mirada sobre el territorio se convierte en una de las más poderosas
herramientas del proyecto arquitectónico: el instrumento de selección o alteración de
las distintas ‘frecuencias’ del lugar. Por un lado, el desplazamiento vertical del punto de
vista desvela progresivamente las sucesivas capas del entorno, produciéndose la mirada
diagonal sobre las nubes desde el espacio enterrado o la mirada horizontal, sobre los
árboles hacia el horizonte, desde el espacio elevado (4); por otro, la confi guración del límite
del propio espacio arquitectónico permite establecer un ‘escenario’, un umbral capaz de
manipular la percepción del observador sobre el entorno en cada estrato o nivel.
Interesa aquí la confi guración espacial del límite como origen de un extenso repertorio
de soluciones concretas: el peto elevado, la ventana profunda, la visera orientada, la
barandilla retranqueada, el estanque, la jardinera perimetral…pequeñas intervenciones
que operan sobre la posición del observador a modo de lentes fenomenológicas sobre la
percepción del afuera.
LA CONFIGURACIÓN DEL LÍMITE
El límite como escenario o fi ltro interpuesto entre la arquitectura y la naturaleza, presenta
dos variables determinantes para su confi guración: la apertura, o las características
geométricas de la superfi cie sustraída al muro o elemento plano vertical; y la profundidad,
la condición espacial del hueco que determina la perspectiva y establece la posición del
espectador con respecto al límite.
4 La variable vertical ha sido desarrollada de manera extensa tanto en el apartado de análisis (3.2 La construcción del paisaje, pág. 122; 4.2 Naturaleza y artificio, pág. 274), como en las reflexiones (6.Casa vertical y casa doble, pág. 310).
La confi guración del límite como escenario: casa propia en Can Lis, Mallorca, 1971-73. Croquis, JØrn Utzon.
335
El plano vertical: apertura.
La cuestión de la geometría de la apertura incide simultáneamente tanto en la variable
perceptiva interior – exterior, como en la iluminación de la estancia y la solución constructiva
vinculante. De este modo, el tradicional hueco vertical, asociado a la construcción de
muros portantes, defi ne un umbral espacial y emocional entre la naturaleza exterior y
el espacio interior en penumbra; por el contrario, el hueco horizontal propuesto por Le
Corbusier durante los primeros años 20, habilita una iluminación homogénea y brillante al
tiempo que representa ‘la fachada libre’, el triunfo de la técnica (estructural y constructiva)
que habilita la independencia entre cerramiento y estructura.
La propuesta del hueco horizontal moderno establece, más allá de cuestiones constructivas,
lumínicas o paisajísticas, una profunda alteración de la tradicional cultura del habitar, en
el sentido antropológico del término. La ‘secularización’ del espacio interior propuesta por
Le Corbusier es motivo de graves y públicas controversias, como la muy conocida entre
el propio arquitecto suizo y el que fuera su maestro, Auguste Perret (5). El intercambio de
ataques viscerales se presenta, convocando un verdadero interés general, en las páginas
del “Paris Journal” durante el mes de diciembre de 1923 (6). Mientras Perret defi ende la
dimensión atávica del hueco llegando incluso a la identifi cación antropomórfi ca de la
proporción vertical, “A window is a man” (7), Le Corbusier responde con un proyecto
paradigmático cuyo único hueco corresponde a una gran ventana horizontal: la ‘Petit
Maison’ a orillas del lago Leman, publicada por primera vez en el propio “Paris Journal”
junto a una caricatura de Perret sentado ante el interminable hueco, evidentemente 5 Ver Blanca Lleó, “Dos esquinas y una polémica”, Circo 41, 1997.6 Ver Bruno Reichlin, “Une petite maison sul lago. La controversia Perret-Le Corbusier”, Lotus Internacional nº60, 1988, p. 58-83.7 Auguste Perret. Ibídem, pág. 63.
El plano vertical: apertura. Controversia Perret - Le Corbusier. Croquis MADC.
336
horizontal, del ‘Palais de Bois’. En la ‘Petit Maison’ Le Corbusier pone en práctica su teoría
del object-outil frente al object-sentiment, es decir el objeto funcional en referencia al
equipamiento de huecos y muros frente a la tradicional distribución de huecos verticales
y mobiliario aislado de carácter fi gurativo.
Al margen de la controversia entre Le Corbusier y Auguste Perret, la proporción del
hueco, así como su posición relativa entre las superfi cies de suelo y techo, introduce una
aproximación al paisaje completamente distinta. Mientras el hueco vertical habilita una
visión progresiva (primer plano, plano medio, paisaje lejano e incluso el cielo), el hueco
horizontal selecciona una franja de territorio y la amplia generando una visión panorámica
de tan solo un fragmento del exterior. En el primer caso se introduce una cierta percepción
antropocéntrica del entorno, alineado desde el observador hasta el horizonte en una
representación vertical del afuera; la ventana horizontal, sin embargo, concede el
protagonismo de la escena al acontecimiento natural; el peto inferior permite la disposición
continua del mobiliario integrado sin interrupción de la vista exterior, una situación que
introduce una panorámica del paisaje en la estancia: “El interior ha tomado el camino de
los campos. La naturaleza verdadera es el lugar de las experiencias auténticas, eufórico
objeto de deseo que libera y consuela. […] La ventana alargada se abre por completo al
paisaje y sitúa al habitante en un extraño estado de ubicuidad visual y psicológica” (8).
El grado de apertura del límite en el espacio exterior presenta paradójicamente un mayor
número de variables a la hora de confi gurar el modelo de aproximación al paisaje. La
apertura de huecos en cerramientos exteriores es habitual en el recinto privado, el patio o 8 Bruno Reichlin. Ibídem, pág. 71. Traducción MADC.
La ventana horizontal y la visión panorámica. La ‘Petit Maison’, Corseaux-Vevey, 1925. Croquis, Le Corbusier.
337
la cubierta, enmarcando o seleccionando fragmentos concretos del territorio. Son válidas
las consideraciones realizadas sobre la geometría de la apertura en el caso del espacio
interior. Así, en la Petit Maison de Le Corbusier, el hueco practicado sobre el muro de
piedra del jardín complementa la fenêtre à longueur interior y compone un gran hueco
cuadrado ligado a un tablero de hormigón realizado en obra a modo de mesa y cubierto
por el espectacular ramaje de una “bella paulonia” (9): una verdadera habitación en
sombra ante el encuadrado paisaje. Por otro lado, la Villa Savoye mantiene la ventana
horizontal en el jardín suspendido, trasladando la visión panorámica interior al patio
elevado en prolongación del estar. Un tercer caso, más allá de la controversia vertical-
horizontal del hueco, se presenta en la cubierta de la Unidad de Habitación de Marsella
a modo de mecanismo evolucionado de aproximación al paisaje: la elevación del peto
hasta la altura de los ojos, estableciendo una visión continua y lineal del paisaje lejano, el
mar y las montañas, bajo la inmensidad de la bóveda celeste. En este caso el hueco no
se establece como una sustracción sobre el plano vertical como muestra de diferentes
fragmentos del territorio (ni horizontal ni vertical); la manipulación en la altura del peto y
su relación con las medidas del hombre, establece un único gran hueco espacial sobre la
cubierta, un observatorio del ciclo solar y las estrellas hasta allí donde éstas se encuentran
con el territorio.
El plano horizontal: profundidad.
Una vez defi nida la geometría del hueco, salvo que éste se enrase con el paramento
interior formando una superfi cie continua sin espesor, la profundidad del límite se presenta
como la otra variable relevante, en este caso espacial, para el establecimiento de una 9 Luis Martínez Santa-María, “El árbol, el camino, el estanque, ante la casa”, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, 2004, págs. 49-59.
Espacio exterior y aproximación al paisaje: la cubierta de la ‘Unité d’Habitation’, Marsella, 1946-52. Fotos MADC.
338
propuesta de aproximación al paisaje. Por un lado, el alejamiento entre hueco y paramento
interior introduce un espacio a modo de umbral interpuesto entre el interior y el exterior; la
percepción del paisaje dependerá de las relaciones entre la geometría y proporciones del
hueco, el umbral intermedio y el espacio interior, resultando especialmente relevantes las
características de la envolvente del espacio umbral, su geometría, pendiente, materialidad,
acabado, etc. La casa que Utzon proyecta para sí mismo sobre un acantilado en Can
Lis (Mallorca, 1971-73), se confi gura como un ‘altar’ ante la naturaleza: cada hueco se
especializa y orienta en busca del mar y el sol, formando una especie de lente intraocular
protegida por el espacio porticado y cubierto exterior. La mirada diagonal se dirige desde
lo alto hacia un horizonte ‘desplazado’ por la intencionada geometría del hueco, que
oculta prodigiosamente los pilares y la carpintería exterior: el pliegue como mecanismo
de activación del paisaje.
La profundidad del muro: pligues en Can Lis, Mallorca, 1971-73, J. Utzon;
339
Al margen de la profundidad o la confi guración del umbral, el espacio exterior presenta
multitud de soluciones en el gobierno del límite, incluso cuando éste está desprovisto de
elementos verticales de cerramiento. En este caso, la superfi cie plana exterior se enfrenta
directamente al paisaje, apareciendo soluciones de borde que establecen la posición
del observador respecto al perímetro: el límite se transforma en una superfi cie horizontal
profunda que determina la percepción del paisaje. Las soluciones concretas que establecen
la verdadera dimensión del límite, se basan en tres mecanismos fundamentales:
1. Interposición de elementos verticales, como barandillas, petos o elementos vegetales
que separan al observador del límite del espacio exterior.
2. Interposición de elementos horizontales, como estanques, láminas de agua o jardineras
que distancian al observador del borde del plano horizontal.
3. Interposición de elementos verticales y horizontales, ejemplo compuesto de carácter
extraordinario y que se presenta en forma de jardinera - barandilla en el perímetro de la
cubierta de la casa Domínguez.
Todos estos mecanismos pueden ir acompañados de coberturas parciales o totales
del espacio exterior a modo de logias, viseras planas y coberturas textiles o vegetales,
completando el complejo universo de instrumentos y mecanismos de observación del
afuera.
Límite equipado y límite profundo: barandilla en la casa Tugendhat, Brno, 1929, Mies van der Rohe; estanque de la Fundación Maeght, S. P. de Vence, 1964, J. L. Sert, foto MADC.
340
FORMAS DE MIRAR
La apertura y la profundidad del límite del espacio arquitectónico establecen, desde la
plural diversidad de la pequeña escala, las formas de mirar e interpretar el paisaje. Se
trata de las herramientas de proyecto que graban, rasgan, horadan, pliegan, en defi nitiva,
manipulan la superfi cie última de la arquitectura con el fi n de acomodar una determinada
experiencia sobre la naturaleza del lugar. En este sentido, cabe establecer dos posiciones
incompatibles, aunque complementarias, de ejercer la ‘mirada’ sobre el territorio: la primera
se repliega sobre sí misma en un ejercicio de recogimiento introspectivo: el paisaje propio;
la segunda propone la proyección del hombre sobre la naturaleza: el paisaje conquistado.
Ambos posicionamientos establecen una propuesta habitacional y material muy diferente,
una relación específi ca entre el hecho de habitar y la acción de construir que trasciende
la confi guración del límite y afecta al hecho arquitectónico en su totalidad.
Paisaje propio.
La construcción del paisaje propio no solo implica el establecimiento de un territorio
interior independiente de la naturaleza exterior: supone la reconstrucción de los elementos
geográfi cos que no se encuentran de manera natural en el emplazamiento. Así, la casa
Huarte de Corrales y Molezún (Puerta de Hierro, Madrid 1966), genera un verdadero
horizonte artifi cial ante la situación de la parcela, alejada de las vistas de la sierra
madrileña y completamente rodeada por viviendas burguesas propias de la zona (10). El
cuerpo principal se separa de las calles adyacentes y la casa se abre al sur a través de tres
10 La casa Huarte lleva años en venta. Llama la atención el desinterés de los potenciales compradores, de alto nivel adquisitivo, ante lo que ellos consideran ‘poca representatividad’ de la vivienda.
Paisaje propio: la construcción del horizonte; casa Huarte, Madrid, 1966, Corrales y Molezún.
341
patios sucesivos: patio principal y mayor; patio estanque-piscina; y patio de dormitorios;
el acceso se produce por el frente norte mientras la zona de servicio se sitúa paralela a
la calle principal de orientación sur, separando y aislando el conjunto de la vía rodada
y las viviendas colindantes; la cubierta escalonada de la zona de servicio se ajardina, y
hacia este talud verde mira la casa al tiempo que, en la otra dirección, la secuencia de
patios, jardineras y láminas de agua completan un tapiz bidireccional de lugares abiertos
y espacios cubiertos en continuidad. La naturaleza se ‘construye’ en el lugar manipulando
el territorio a la vez que se organiza el programa ‘bajo’ y ‘sobre’ el jardín. En este caso
pues, no es el límite el encargado de disponer un mecanismo de aproximación al paisaje,
sino que toda la intervención se proyecta, desde el origen, como una herramienta de
construcción de la naturaleza: el paisaje propio.
La casa Guzmán de Alejandro de la Sota también se confi gura a través de la manipulación
del terreno en orden a establecer un paisaje propio, al abrigo de vientos dominantes y
miradas indiscretas: “…sabiendo que lo que no cuesta nada hoy es mover el terreno. De
ladera nada: las laderas las hago yo. En este sitio sopla mucho el viento que viene de la
sierra de Madrid por lo que la casa se abriga” (11). En lugar de ‘horizonte’ Sota construye
‘ladera’, un territorio artifi cial sobre el que establece la línea de fl otación: “Hay que dejar
que la casa fl ote, suba, baje y quede en su cota; la casa es un sólido fl otando en un
magma y ella sola fi jará esa cota” (12). La casa se hunde en la ladera en su extremo oeste,
punto más elevado de la parcela y encuentro entre los jardines inferior y superior a través
11 Alejandro de la Sota, Conferencia impartida dentro del ciclo ‘Modernitat i Avantguarda’, I Semana Cultural (28 enero/ 2 febrero 1980), Escuela de Arquitectura de Barcelona. También publicada en Puente, Moisés, “Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias”, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, pág. 179.12 Alejandro de la Sota, “Alejandro de la Sota. Arquitecto”, Madrid, Pronaos, 1989, pág. 135.
Paisaje propio: la construcción de una ladera: casa Guzmán, Algete, Madrid, 1972, Alejandro de la Sota. Croquis y foto, MADC.
342
de una leve escalera metálica. A partir de este punto, la casa se encuentra con el jardín
mediante taludes vegetales en los frentes sureste y suroeste, ladera artifi cial hacia la que
mira la casa, ocultando las viviendas colindantes y mostrando sobre su perfi l ondulado la
cíclica proeza cotidiana de la naturaleza (13).
Paisaje conquistado.
Como se ha visto, los mecanismos de activación del paisaje lejano pueden establecerse
desde el límite de la arquitectura manipulando sus dos variables elementales, apertura
y profundidad: la ventana horizontal de la Petit Maison, el muro alto en la cubierta de la
Unité d’Habitation o los huecos direccionales de Can Lis, suponen diferentes operaciones
sobre el elemento límite como instrumento de manipulación del paisaje conquistado. Sin
embargo, interesan aquí las soluciones de proyecto en las que la confi guración del hecho
arquitectónico en su conjunto responde a una determinada posición sobre el paisaje,
trascendiendo el primer ejercicio de confi guración del límite para incidir sobre la obra
en su conjunto. Es el caso de dos proyectos paradigmáticos desarrollados en Alcudia,
Mallorca, por Sáenz de Oíza y el propio Alejandro de la Sota. El primero desarrolla en
1961 un proyecto de 100 apartamentos denominado ‘Ciudad Blanca’: “Las viviendas
se colocan sobre forjados escalonados, descendentes sobre el mar, para ver el mar, lo
aprendí viendo cuadros de la costa, al bajar por la pendiente de la calle, parece que
sube la línea del horizonte” (14). El mecanismo de orientación del hueco propuesto por
Utzon en Can Lis, diez años más tarde, se aplica aquí a toda la vivienda en profundidad:
13 El proyecto visado de la casa Guzmán (1972) se resuelve en una única planta. Durante la obra se incorpora el estudio en la planta superior (1973) que incorpora la ventana en esquina como herramienta de aproximación al paisaje conquistado. Ver Apéndice 1, Documentación Existente, DE_PL_14, pág. 477, casa Guzmán, plano de planta y emplazamiento general (1972).14 Sáenz de Oíza, “Oíza”, Colección Arquitecturas-estudio nº2, Madrid, Pronaos, 1996, pág. 108.
Paisaje conquistado: el espacio doméstico como visor monocular: Ciudad Blanca, Alcudia, 1961, Fco. Javier Sáenz de Oíza.
343
el espacio doméstico se ‘inclina’ hacia el mar y se convierte todo él en un visor monocular
que introduce el mar en la vivienda.
Entre 1983 y 1984 Alejandro de la Sota realiza su propio proyecto de urbanización en
Alcudia: un sistema de tapias, características del paisaje mallorquín, sirve para alojar una
serie de pabellones industrializados de montaje rápido, cosidos a modo de tapiz a través
de las pérgolas y emparrados propios de la casa popular mediterránea (15). Sobre la
nueva urdimbre tejida en ladera, se organiza una red de baldaquinos a modo de lentes,
tantas como viviendas, sobre el paisaje: “Hacemos a la vivienda un periscopio, terraza con
sombra, para ver lejos el mar y el monte” (16). La superposición de periscopios no alineados,
presenta un paisaje de planos horizontales ante el paisaje, hitos transparentes a través de los
cuales todas las viviendas acceden visualmente a la bahía, únicamente interrumpida por
los trazos horizontales de breves cubiertas ladera abajo. La urdimbre inferior se completa
de este modo con una red vibrante de planos ‘suspendidos’ entre el cielo y la tierra, el
lugar de la mirada horizontal y diagonal desde, y a través de, los periscopios, formando la
urbanización en su conjunto una herramienta compleja de aproximación al paisaje lejano
desde un extraordinario paisaje propio.
15 Ver Carmen Martínez Arroyo; Rodrigo Pemjean, “Alejandro de la Sota. Cuatro agrupaciones de vivienda: Mar Menor, Santander, calle Velázquez, Alcudia”, Toledo, Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla la Mancha, 2006, págs. 106-142.16 Alejandro de la Sota, “Alejandro de la Sota. Arquitecto”, Madrid, Pronaos, 1989, pág. 200.
Paisaje conquistado: el periscopio, Alcudia, 1983-4, Alejandro de la Sota. Croquis MADC.
344
LA CASA DOMÍNGUEZ: INSTRUMENTOS DE ACTIVACIÓN PAISAJÍSTICA
La casa Domínguez se confi gura como un verdadero manual de soluciones concretas,
aunque diversas, de activación del paisaje. Por un lado, la condición topográfi ca del estrato
enterrado genera un paisaje propio a través de patios y cubiertas verdes en continuidad
con el jardín exterior: los dormitorios se organizan en torno al silencio y recogimiento de
las celdas, una distribución monástica únicamente abierta, a través de pequeños huecos,
al cielo enmarcado por los taludes verdes: el terreno como “la forma más simple de la
arquitectura” (17). Por otro lado, el pabellón elevado, la cubierta y la terraza intermedia,
incorporan diversos mecanismos de apertura y/o profundidad del límite: los huecos se
especializan en función de la orientación y las vistas; el perímetro exterior de la cubierta y
la terraza intermedia adquieren profundidad variable en la incesante búsqueda de la ría,
la ciudad y, más allá, las montañas: el paisaje conquistado, “uno de los instintos humanos
fundamentales” (18).
Paisaje propio.
El estrato enterrado se construye como un territorio excavado y repuesto posteriormente
a través de plataformas verdes, confi gurando una nueva topografía artifi cial. El trabajo
sobre el terreno establece la ‘línea de fl otación’: la casa se hunde bajo la hierba en el
límite oeste, junto al muro de piedra existente, organizando dos patios de iluminación y
ventilación de los dormitorios de servicio y de chicos; el límite este, junto a la calle Río Miño,
organiza una secuencia de bandejas cerámicas, iluminando los dormitorios de chicas y
17 Frank Lloyd Wright, ‘El futuro de la arquitectura’, Nueva York, Horizon Press Inc., 1953. Edición consultada, Barcelona, Poseidón, 2008, pág. 19.18 Cristopher Alexander, “Un lenguaje de patrones. Ciudades, edificios, construcciones”, Barcelona, Gustavo Gili, 1980.
Paisaje propio: el dormitorio de chicos. La casa Domínguez, 1975, Alejandro de la Sota. Croquis y foto MADC.
345
padres a través de huecos rasgados y grietas horizontales entre forjados.
-Dormitorios de chicos (-3.50m): los huecos se presentan como recortes rectangulares, de
proporción horizontal (1,20x1,00), practicados sobre los muros de hormigón y aplacado
cerámico. La altura sobre el suelo interior es de 1,20m, permitiendo alojar un escritorio ante
la vista del talud verde exterior, el ramaje superior del roble y el cielo (19). Ante las estrictas
dimensiones de la celda, una apertura de proporción vertical hubiera permitido un mejor
aprovechamiento de la pared-cerramiento por parte del mobiliario, habilitando por
arriba una mayor visión del cielo sobre el talud. Por otra parte, a pesar de la profundidad
del hueco derivada directamente del espesor del muro de cerramiento y contención
(cercano a los 60cm), la carpintería se sitúa ocupando una posición central dentro del
hueco, por lo que el fondo queda dividido en dos pequeñas hornacinas interior y exterior:
la herramienta profundidad se desactiva y desaparece el espacio umbral.
-Dormitorios de chicas (-2.55m): presentan una estrategia muy diferente. Las celdas
dormitorio se abren a una galería común de estudio, espacio que consigue una buena
iluminación natural desde la fachada este; la cuidada estrategia en la apertura conduce a
una ventana horizontal que ocupa la totalidad de la longitud de la galería, mientras la altura
se establece en función de la cota de la terraza exterior (-1.70m) y los requisitos funcionales
del espacio interior. Así, el muro alcanza nuevamente 1.20m de altura, permitiendo alojar
un escritorio lineal como lugar de trabajo y enrasar sensiblemente la vista con el plano
horizontal de la terraza exterior. Este mecanismo fue utilizado por Sota en las viviendas 19 La escasa anchura del dormitorio (2,60m), junto con la posición y apertura del hueco (1,20m), hacen que la cama ‘invada’ parte del muro bajo la ventana, encontrándose con el radiador y la mesita de noche. Esta situación desplaza al escritorio al tabique longitudinal frente a la cama, perdiéndose la distribución original de Sota, que integraba hueco, radiador y escritorio en una solución similar a la del dormitorio de chicas.
Paisaje propio: el dormitorio de chicas. La casa Domínguez, 1975, Alejandro de la Sota. Croquis MADC.
346
de la calle Velázquez, Madrid, aunque en este caso el peto alcanza una altura de 1.45m,
enrasando la vista con el plano verde exterior (20); el hueco se proyecta en profundidad,
aprovechando la situación de la ventana para integrar la instalación de calefacción, el
escritorio y una superfi cie auxiliar que, además, integra la iluminación sobre el plano de
trabajo; los estores superiores se enrasan con el paramento interior de la galería, mientras
una persiana exterior permite el total oscurecimiento interior. En defi nitiva, apertura y
equipamiento en profundidad del hueco, determinan no solo un muy adecuado servicio
en cuanto a los requerimientos funcionales, sino que trabajan en el establecimiento del
paisaje propio generado desde la topografía artifi cial.
Paisaje conquistado.
La secuencia ascendente desde la plataforma +0,00m, correspondiente al jardín exterior
y acceso principal desde el vacío articulación, conecta la terraza intermedia, la estancia
y la cocina integrada en el pabellón elevado y, por último, la cubierta. Cada uno de estos
espacios presenta una estrategia específi ca de aproximación al paisaje, especializando
la apertura y profundidad de los huecos en los espacios interiores y generando delicadas
soluciones de borde en función de la elevación de la plataforma exterior.
-La terraza intermedia (+1.75): en este caso la barandilla (21) se repliega e invade el espacio
interior de la plataforma de madera; el pasamanos se retranquea 20cm con el objetivo de
separar al observador del perímetro de la superfi cie horizontal, suspendida entre el jardín y
la estancia. El límite adquiere de este modo una cierta profundidad, no demasiada, pero 20 Ver Carmen Martínez Arroyo; Rodrigo Pemjean, “Alejandro de la Sota. Cuatro agrupaciones de vivienda: Mar Menor, Santander, calle Velázquez, Alcudia”, Toledo, Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla la Mancha, 2006, pág. 87. 21 Barandilla tipo T2. Ver mapa y detalles de barandillas, pág. 255-267.
Paisaje conquistado: la terraza intermedia. La casa Domínguez, 1975, Alejandro de la Sota. Detalle barandilla T2 (E:1/20) y axonométrica MADC.
347
la sufi ciente para ocultar el patio inferior y mostrar el generoso jardín arbolado en la zona
sur de la parcela. El diseño de la barandilla resulta prodigioso: el encuentro con la escalera
retuerce el tubo superior mientras los tensores intermedios se prolongan, la esquina se libera
de montantes mientras pasamanos y tensores mantienen su paralelo distanciamiento: “Los
tubos de las barandillas […] no se pueden dibujar. Hay que coger un alambre frío, como lo
llaman, doblarlo y dárselo al cerrajero y decirle: como éste. No hay quien los dibuje” (22).
-La estancia (+2.55m): separada de la terraza intermedia por la escalera-banco (23),
presenta grandes huecos acristalados en fachadas sur y oeste, si bien el hueco adyacente
y de paso a la terraza intermedia es el de mayor dimensión. En este punto, la casa se
encuentra literalmente entre las ramas del enorme roble situado junto a la esquina
suroeste de la vivienda, proporcionando sombra y privacidad. Los grandes huecos de
vidrio, enrasados con la superfi cie de chapa exterior, introducen la idea original de Sota
de relacionar la estancia con una cierta vida “entre los árboles” (24). La posición de
la terraza intermedia evita la visión del patio inferior, habilitando una mirada diagonal
hacia la parcela con un ángulo de 21º en posición sentada junto a la envolvente. El
roble representa una de las pocas preexistencias en la parcela y fi nca original (25); en el
momento de la construcción de la casa, su menor porte permitía la visión de un entorno
verde, progresivamente construido y a la vez ocultado por el crecimiento del árbol.22 Alejandro de la Sota, Conferencia impartida dentro del ciclo ‘Modernitat i Avantguarda’, I Semana Cultural (28 enero/ 2 febrero 1980), Escuela de Arquitectura de Barcelona. También publicada en Puente, Moisés, “Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias”, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, pág. 186.23 Ver Reflexiones, Dispositivos desdoblados, págs. 351-371.24 Alejandro de la Sota, Conferencia impartida dentro del ciclo ‘Modernitat i Avantguarda’, I Semana Cultural (28 enero/ 2 febrero 1980), Escuela de Arquitectura de Barcelona. También publicada en Puente, Moisés, “Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias”, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, pág. 184.25 Los únicos dos árboles presentes en la parcela antes de la construcción de la casa eran un ‘carballo’ (roble) y un’ teixo’ (tejo), éste último desaparecido.
Paisaje conquistado: la estancia. La casa Domínguez, 1975, Alejandro de la Sota. Esquema de visuales y foto, MADC.
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-La cocina (+2.55m): ocupa una posición diametralmente opuesta respecto la estancia,
fachadas norte y este. En este punto se ubicaban las mejoras vistas en el momento de la
construcción de la vivienda: “el monte densamente poblado de arbolado se teñía de rojo
en otoño y verde en primavera” (26); Sota establece una ventana horizontal en esquina
y en continuidad sobre ambas fachadas, interrumpiéndose la vista exterior únicamente
por la presencia del pilar metálico. El hueco comienza a 1.45m de altura respecto al suelo
y mantiene una altura de 0.90m, enrasando sensiblemente la altura de los ojos con la
vista lejana. En esta línea, el mobiliario de cocina, alojado bajo el hueco lineal, impide
el acercamiento del observador a la envolvente, eliminando completamente cualquier
posibilidad de visión sobre la propia parcela.
El hueco abierto ‘en esquina’ es utilizado por Sota en la biblioteca de la casa Guzmán,
situada en la planta superior; la supresión de cualquier estructura o montante vertical de
carpintería, presenta el paisaje lejano sin interrupción, gracias eso sí a un pequeño alarde
estructural inadmisible en la confi guración del armazón de la VUSD (27). En este caso, la
carpintería se dispone como parte de los huecos que defi nen los pórticos estructurales,
ocupando toda la anchura disponible y variando su altura en función a su posición
respecto a los planos de suelo (variable) y techo (fi ja).
26 Enrique Domínguez, entrevista inédita realizada por MADC en torno a la casa Domínguez. Ver Apéndices, Documentación nueva, DN_ME_02, pág. 604. Entrevista Sr. Domínguez. Las urbanizaciones posteriores han construido el monte progresivamente y la visión actual desde la cocina muestra las numerosas viviendas colindantes y las próximas urbanizaciones en ladera.27 El voladizo en esquina de la casa Guzmán ha cedido con los años y en la actualidad es imposible cerrar la carpintería corredera exterior, ya que se encuentra con el leve desplome del forjado superior. Ver entrevista con el Sr. Guzmán.
Paisaje conquistado: la cocina. La casa Domínguez, 1975, Alejandro de la Sota. Croquis y axonométrica MADC.
349
-La cubierta (+5.50m): es el punto más elevado y el fi nal del recorrido de la casa Domínguez.
Desde lo alto el territorio se despliega como un atlas y se alcanza a divisar, en dirección
sureste, la ría y las torres de las iglesias de Pontevedra, así como las lejanas montañas
tras la ciudad (28). El límite de la cubierta alcanza una profundidad notable (1,50m)
gracias al establecimiento de un mecanismo doble: por un lado la jardinera perimetral
reduce la superfi cie solada del solárium e impide la visión de parte de la parcela y la
casa inmediatamente inferior; el visitante queda separado 1,20m del perímetro; por otro
lado, una barandilla de tubo se sitúa en la parte interior de la jardinera, situando la vista
del observador a una distancia de 0,30m del borde. Esta situación coloca el ‘ojo’ a una
distancia total del perímetro exactamente igual a la altura, 1,50m, generando un ángulo
de 45º en la visual sobre la parcela y el entorno cercano. Esta situación hace ‘desaparecer’
un área de parcela de forma cuadrada y lado idéntico al del palafi to más su altura (29).
Sobre el perímetro de hierba circundante la vista solo alcanza a divisar los extremos norte
y sur de la parcela y, sobre las casas circundantes, el paisaje lejano.
28 “La vista desde ahí de Pontevedra era maravillosa. Tenía al borde de la ría todo el barrio marinero de la ‘Moureira’ que desapareció, que era una preciosidad, con unas casitas de marineros preciosas. Te conseguiré unas fotos porque creo que explican muy bien la emoción de construir ahí en ese momento. La vista dominaba al fondo los montes lejanos sin construir, después la ciudad histórica de la que sobresalían las torres de las iglesias como Santa María o La Peregrina, pegado a la ría el barrio marinero de la ‘Moureira’, situado justo en el meandro donde el río Lerez ya se empieza a convertir en ría, es decir, ahí tenías el mar cuando subía la marea y el río cuando bajaba. Un sitio maravilloso. Pero además toda la parte de la izquierda de A Caeira eran ‘Las junqueras’, un paisaje sin construir, una especie de marisma. Era un lugar realmente maravilloso, limpio. Pontevedra en esa época era algo muy parecido al paraíso”. César Portela, entrevista inédita realizada por MADC en torno a la casa Domínguez. Ver Apéndices, Documentación nueva, DN_ME_03, pág. 610. Entrevista César Portela.29 Lado palafito 11.50m; altura 5,50m; el área ‘invisible’ es de 17 metros cuadrados, que trasladado a la parcela, deja visible tan solo una estrecha banda de 6m en el extremo norte y 22m en el sur, coincidiendo con el jardín ante la casa.
Paisaje conquistado: la cubierta. La casa Domínguez, 1975, Alejandro de la Sota. Croquis y foto MADC.
350
Refl exión crítica
La casa Domínguez, frente al sumatorio funcional de habitaciones y estancias principales
o secundarias, establece una compleja geografía de lugares. Para cada uno de ellos,
se dispone el nivel adecuado, sobre o bajo el territorio, el grado conveniente de luz o
penumbra, la apertura precisa con la profundidad y el equipamiento necesario, una forma
de mirar o propuesta específi ca de ‘construcción’ del afuera. La estrategia no se limita a la
estancia principal de la casa, sino que se desarrolla en todos y cada uno de los rincones
de la vivienda: la activación del paisaje se produce al margen de jerarquías funcionales
en todo espacio interior: desde los dormitorios o la cocina, hasta la estancia o la cubierta
mirador. La precisa y minuciosa manipulación de nivel y límite, permite seleccionar las
distintas ‘frecuencias’ del lugar en función de la posición del observador, generando una
verdadera estratifi cación de paisajes: habitar la sombra ante el talud verde; complacerse
entre el ramaje de ‘o carballo’ bajo la luz ‘domesticada’ por la fronda; contemplar el
horizonte sobre el monte lejano y la ciudad.
El proyecto de arquitectura se establece, por un lado, como construcción de una serie de
límites con la naturaleza exterior: la necesidad de cobijo. Al mismo tiempo, como reverso
indisoluble y complementario de esa acción primera, surge una determinada mirada a
modo de vuelta sobre la naturaleza, pero entonces ésta ya es otra, nosotros la hemos
transformado en paisaje. Y en palabras del propio Alejandro de la Sota: “Quien proyecta
hoy […] paisaje, ama más la naturaleza que su propia obra” (30).
30 Alejandro de la Sota, ‘Algo sobre paisajes y jardines’, Cedro 4, invierno 1954-55. También publicada en ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias. Edición a cargo de Moisés Puente, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, pág. 27.
351
8. DISPOSITIVOS DESDOBLADOS.
“Como veis gusto mucho de los tubos y de lo que se puede hacer de barandillas. […]
Doblar estos tubos ya se entiende que no es de proyecto” (1).
Alejandro de la Sota suscribe a un tiempo su interés por la arquitectura lógica y seriada,
que surge desde la industria, y su prolongación hacia el campo del diseño, que surge
desde la necesidad: “es una prolongación inevitable (de la arquitectura). […] Cuando a
uno le preguntan qué es lo más importante de un diseño, siempre digo que es la necesidad
de él, por encima de otras consideraciones” (2). Sin duda, estas ‘otras consideraciones’
apuntan, entre otras, a una nueva interpretación del elemento conocido: una barandilla,
una puerta, un banco o un lucernario. El discurso ascético de la arquitectura lógica
permanece y uniforma, de alguna manera, esa ‘prolongación inevitable’ que constituye
para Sota la pequeña escala, evitando cualquier connotación orgánica o fi gurativa:
“rechazo cualquier tipo de ornamentación” (3) o “esto de las barandillas no tiene tanta
importancia, son lo superfl uo, lo frívolo, lo de quita y pon” (4).
El análisis atento sobre el diseño de estos dispositivos revela, sin embargo, un interés
extraordinario por el detalle sutil y exquisito, desvela su estimación, más allá de su función, 1 Alejandro de la Sota, Conferencia impartida dentro del ciclo “Modernitat i avantguarda”. I semana cultural (28 enero/2 febrero de 1980). Escuela de Arquitectura de Barcelona. También publicado en Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias; edición a cargo de Moisés Puente, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, págs. 170-186.2 Alejandro de la Sota, “El espíritu de un verdadero moderno”, entrevista con Pilar Rubio, Lápiz nº42, 1987. También publicado en Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias; edición a cargo de Moisés Puente, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, págs. 110-116.3 Ibidem.4 Alejandro de la Sota, Conferencia impartida dentro del ciclo “Modernitat i avantguarda”, I Semana Cultural, 28 enero - 2 febrero 1980, escuela de arquitectura de Barcelona. También publicada en ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias’. Edición a cargo de Moisés Puente, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, págs. 170-186.
Barandilla - banco en la casa Domínguez, 1973-78, Alejandro de la Sota. Encuentro T2-T3. Foto MADC.
352
como componente esencial de la existencia, contradiciendo en cierta manera el carácter
‘secundario’ o frívolo concedido por el propio Sota. En este sentido, el caso particular de
la vivienda, presenta multitud de pequeños requerimientos funcionales, un universo de
retos puntuales al que Sota se entrega desde el entusiasmo visceral, hasta el punto que, en
ocasiones, toda la intensidad y la emoción propia del ejercicio de la arquitectura parecen
concentrarse en el abordaje del elemento paradójicamente ‘menor’: “Tarragona, eso
sí, se hizo chapado. Allí se usó el mármol pulido en el exterior, bruñido en pavimentos y,
recuerdo, tuve la gracia de hacer la mesa del conserje, un pequeño paralelepípedo de
piedra, bruñidas todas sus caras menos la superior que se pulió (para rellenar impresos),
representando la maravilla que un solo material nos ofrece y que hace representativa a
una piedra, aun siendo solamente la mesa del conserje; era la Piedra del Patio de los Reyes
en El Escorial, la última piedra” (5).
Dentro del conjunto de soluciones y diseños producidos por Sota en el ámbito doméstico,
resultan especialmente hábiles los diseños ‘desdoblados’ o elementos de doble función:
artilugios y mecanismos que presentan usos alternativos al funcionamiento convencional.
Puertas, radiadores, barandillas o lucernarios, a veces se integran con otros elementos
para desaparecer y otras se despliegan ante el usuario como en un baile sinuoso, siempre
duplicando su capacidad operativa a través de su diseño desdoblado. Su localización
y cualifi cación, así como las posibles relaciones entre ellos en el espacio doméstico,
confi guran una geografía de pequeños ‘secretos’ reservados para el habitante o el intruso
de mirada certera.
5 Alejandro de la Sota, Palabras en la recepción del premio Pinat, 1988. También publicado en Alejandro de la Sota. Arquitecto, Madrid, Pronaos, 1989, págs. 239-241.
Mapa de barandillas, VUSD, axonométrica MADC; detalle escalera - banco, terraza intermedia, casa Domínguez, E:1/5, A. de la Sota.
353
Puerta y acceso.
Para Alejandro de la Sota la puerta, en general, se aborda desde la cuidada estrategia
de la ausencia, la desaparición del acceso a la vivienda o el dispositivo de comunicación
entre espacios interiores. En el primer caso Sota expresa en numerosas ocasiones su interés
por eliminar el clásico concepto representativo de ‘la entrada’, en favor de un acceso
mínimo y discreto: “¡Si pudiésemos entrar en nuestra casa como entró el Comendador, a
través de los muros, habríamos hecho desaparecer esa otra tonta palabra: la entrada! La
entrada hoy no pasa de ser un acceso, un agujero por donde nos introducimos a la vida
del hogar” (6). En la desaparecida casa para el Sr. Arvesú en la calle Doctor Arce (Madrid,
1955), una incisión sobre el muro permite generar un pliegue a modo de rendija de acceso.
El mecanismo de entrada suprime la visión de la puerta desde la calle, apareciendo la
casa como un sólido rotundo sin huecos ni perforaciones.
Sota mantiene la idea de una casa ‘sin puerta’ durante toda su carrera, si bien las soluciones
concretas evolucionan con la arquitectura del propio autor, voluntariamente sometido a
un intenso proceso de abstracción. Sáenz de Oíza mantiene, sin embargo, una posición
radicalmente opuesta, la poética de la puerta, el lugar sagrado en el que se reconcilian
la vida del hombre como ser social (actividad) y como ser individual (recogimiento): “Por
eso cuando hablamos de la puerta digo que es el centro del mundo en la arquitectura”
(7). Abstracción o poética, trascendencia o éxtasis, representan una vez más la sotiana
organización polarizada del mundo: “En arquitectura no hay términos medios” (8). 6 Alejandro de la Sota, “Vivienda unifamiliar del Sr. Arvesú en la calle Dr. Arce, Madrid, 1955”, Pronaos, Madrid, 1989, pág. 34.7 Francisco Javier Sáenz de Oíza, “Escritos y conversaciones”, Fundación Caja de Arquitectos, Barcelona, 2006, pág. 32. Publicada originalmente en “Entrevista con Vicente Patón y Pierluigi Cattermole, ON, nº68 (1986).8 Alejandro de la Sota, “Teatro al aire libre. Homenaje a Gaudí”, RNA 120, diciembre 1951. También publicado en Puente, Moisés, ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias’, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, pág. 22.
Puerta y acceso: casa del Sr. Arvesú, Av. Doctor Arce, Madrid, 1955. Croquis A. de la Sota.
354
40 años después de la casa para el Sr. Arvesú Sota proyecta la urbanizacón de Alcudia
(Mallorca, 1984). En este caso, el cerramiento a base de panel de chapa Robertson aloja
las celosías correderas en posición abierta, estableciéndose dos prismas metálicos entre los
que se desarrolla la zona activa: “No hay puertas porque o son elementos que quieren estar
siempre abiertos o son otros paneles en el conjunto sin más distinción que su movilidad” (9).
Frente a la hendidura practicada en el sólido de los años 50, Alcudia presenta ligeros planos
deslizantes, abatibles o fi jos, elementos ordenados de forma precisa y unión imperceptible
entre los que el concepto de entrada se desvanece por completo (10).
En algunos casos la puerta se identifi ca y expresa como parte del cerramiento, nunca
un elemento aislado: la hoja aparece como una superfi cie lisa carente de ornamento,
un plano mimetizado con las superfi cies exterior e interior de la envolvente, un camufalje
técnico. En la casa Varela (Madrid, 1964), la puerta de chapa gris se enrasa al exterior
con el panel de hormigón prefabricado Horpresa, incorporando el sentido de apertura
‘hacia afuera’ como sucede, por ejemplo, en los coches (11). El ‘plano’ abatible adquiere
el espesor del panel y se trasdosa mediante un revestimiento interior de madera, parte a
su vez del panelado interior: la puerta se confi gura como un componente abatible del
cerramiento, adquiriendo su espesor y acabados, a la vez que se minimizan las juntas: una
estrategia propia del universo tecnológico del coche, el tren o el avión (12).9 Carmen Martínez Arroyo; Rodrigo Pemjeam, ‘Alejandro de la Sota. Cuatro agrupaciones de vivienda: Mar Menor, Santander, Calle Velázquez, Alcudia, Toledo, COACM Demarcación de Toledo, 2005, pág. 127 10 La entrada a través del estar abierto mediante las grandes carpinterías correderas, produce el efecto de continuidad entre casa y jardín. Esta situación también se plantea en la casa Guzmán, donde el estar queda abierto en esquina y protegido al exterior por celosías correderas. En este caso, una entrada de invierno integra un pequeño vestíbulo con la carpintería de vidrio que delimita el estar y el comedor en la fachada sureste, quedando protegido por las grandes celosías correderas situadas de forma paralela en el exterior. 11 A pesar del goterón superior resuelto en el bastidor de la puerta, la posición enrasada al exterior deja la superficie abatible desprotegida ante las inclemencias meteorológicas. La apertura hacia fuera impide al agua que resbala por el plano exterior, gotear sobre la vivienda cuando la puerta se abre.12 Este mecanismo es también utilizado en las puertas interiores de la zona de estar en las viviendas en Alcudia: el panel de chapa Robertson resuelve el cerramiento exterior y se prolonga al interior integrando las puertas de acceso a los espacios laterales: ver la ‘puerta cicatriz’.
Puerta y acceso: planta de vivienda en urbanización de Alcudia, AS (1984-85). Imagen: puerta de acceso a la casa Varela, A. de la Sota, 1964.
355
La puerta de acceso a la casa Domínguez se reduce a una hoja de chapa lisa de color gris
integrada en el plano de cristal pavés, un elemento discreto alojado en la fachada norte
que pasa prácticamente inadvertido. En este caso, la puerta se encuentra protegida por
el plano superior de la estancia y, por lo tanto, puede abrir hacia el interior de la vivienda.
La defi nición geométrica de la puerta viene determinada por los bloques de 20x20cm de
cristal pavés, alcanzando una altura de 2m, una anchura de 1m y coincidiendo en espesor
con el ‘muro’ de vidrio. La puerta original carece de timbre, situado junto a la cancela
exterior, incorporando un pomo de acero inoxidable como único elemento visible sobre
la superfi cie lisa de la chapa (13). Esta solución recuerda las puertas de las casas para
profesores en la Bauhaus en Dessau, proyectadas por Walter Gropius en 1925, aunque en
este caso se dispone además una ranura para la recepción del correo postal (14).
Al margen de las estrategias conceptuales y constructivas desarrolladas para la
‘desaparición’ de la entrada (Arvesú y Alcudia), o de integración como parte del
cerramiento (Varela, Alcudia y Domínguez), la casa Domínguez presenta un mecanismo
de ingreso de orden superior: el vacío articulación como puerta espacial de acceso.
Recuperando la experiencia clásica, el espacio porticado exterior se presenta como una
puerta amplifi cada, un umbral, una situación compleja de máxima intensidad en la que la
coexistencia entre abstracción y poética se muestra de manera natural: la puerta común
a las posiciones aparentemente irreconciliables de Sota y Oíza.
13 La puerta actual incorpora un timbre y varios cerrojos instalados por la propiedad.14 La casa Domínguez dispone de un buzón exento junto a la cancela de acceso en la calle, una solución típica de muchas ciudades europeas que establecen los casilleros elevados sobre la acera e independientes a la edificación.
Acceso a la casa Domínguez: la puerta lisa de chapa se mimetiza con el volumen de cristal pavés. Plano AS, foto MADC.
356
Puerta cicatriz.
Las puertas interiores de paso suponen para Don Alejandro una segunda oportunidad
en su estrategia de desaparición - desdoblamiento. Para ello dispone de dos soluciones
repetidas en numerosos proyectos: la puerta cicatriz y la puerta doble.
La puerta cicatriz se presenta como parte prácticamente indiferenciada del tabique
en el que se encuentra. En el Gobierno Civil de Tarragona, (1957-64), la puerta altera su
espesor y proporciones convencionales: “Bien…lo que recuerdo es que intentábamos
constantemente que las medidas se acercaran lo máximo posible a la proporción 1:2.
En las puertas teníamos pues, en principio, un metro de ancho por dos de alto. Pero yo
quería que, al ser tratadas como un trozo de tabique, parecieran más anchas, así que opté
por modifi car ligeramente las medidas convirtiéndolas en 1,05x1,95 es decir 1+0,5 y 2-0,5”
(15). En este caso la puerta se resuelve en madera como una interrupción del tabique
convencional: un cerco metálico de sección ‘L’ remata el hueco de fábrica e integra
una o dos hojas abatibles de madera de aproximadamente 10cm de espesor y sentido
de apertura hacia el interior. La puerta incorpora un elegante tirador continuo, realizado
mediante el plegado de una hoja de acero inoxidable, que integra la cerradura a la vez
que oculta el cajeado para su alojamiento: otro ‘pequeño’ dispositivo desdoblado.
Las puertas proyectadas para el acceso interior a las estancias laterales de la vivienda en
Alcudia (1984), se resuelven como parte del cerramiento: el panelado de chapa Robertson
exterior se pliega en la esquina para integrar las celosías correderas que separan la estancia 15 Alejandro de la Sota, “Conversación con Alejandro de la Sota sobre el mobiliario del Gobierno Civil, Juan Antonio Cortés, “Gobierno Civil de Tarragona, 1957-1964”, Almería, Colegio de Arquitectectos de Almería, 2006, pág. 45. Publicado originalmente en Quaderns d’Arquitectura y Urbanisme, nº72, enero-marzo 1987.
La puerta cicatriz: Gobierno Civil de Tarragona, AS (1954-67); detalle puerta interior Alcudia, A. de la Sota (1984-85).
357
central y el jardín, y se prolonga en el interior; las puertas laterales de acceso a cocina y
dormitorios se realizan con el mismo panel de chapa, respetando las juntas horizontales
entre paneles y minimizando la junta vertical. La proporción 0,65x2,15m se altera en
este caso en orden a estilizar el elemento puerta, reduciendo el ancho convencional y
aumentando su altura; el sentido de apertura hacia el exterior (interior del estar) conecta
esta solución con las puertas de las caravanas o los trenes Talgo.
La casa Domínguez incorpora en el plano de la estancia una solución recurrente en la
obra de Sota: la puerta cicatriz ‘bandera’. En este caso, la puerta forma parte de un
tabique formado por una parte opaca y otra transparente, resolviéndose ésta mediante
una hoja de vidrio embutida en un doble junquillo de madera y angular de acero. Un claro
antecedente se encuentra en el propio estudio de Sota en la calle Bretón de los Herreros en
Madrid; en este caso, la puerta reproduce la solución constructiva de Tarragona, pero esta
vez enmarcada junto a una elegante ventana horizontal interior, que conecta visualmente
el despacho con la zona de trabajo. En la casa Domínguez, la ventana horizontal se
prolonga e integra en la propia puerta: una hoja de madera de 10cm de espesor alcanza
1,30m de altura, al igual que los tabiques adyacentes; la puerta se completa con una hoja
de vidrio de 0,65m, idéntica altura que el espejo situado en el tabique perpendicular (16),
alcanzando una altura total de 1,95m y una anchura de 1,05m, proporciones importadas
de Tarragona; sobre la puerta abatible se dispone un fi jo de vidrio de 0,35m de altura,
resultando en total 2,30m de altura de tabique y 1m de ventana interior.
16 La situación estratégica del espejo genera la ilusión de un plano contínuo más allá de la tabiquería existente; la puerta forma parte de un panelado ‘doble’ que se extiende sobre el espacio que ocupa la cocina y que en la primera versión se encontraba libre: la escalera y la estancia estaban separadas por una envolvente de vidrio de suelo a techo y la posición del espejo corresponde al acceso original a la estancia.
La puerta cicatriz: puerta de acceso a la estancia desde la escalera, casa Domínguez. Detalle AS. Croquis y foto MADC.
358
La modifi cación de las proporciones y espesor de la hoja, trasforman el elemento puerta
en un verdadero tabique móvil. Los elementos de división interior se simplifi can y reducen
a una tipología única, el tabique, que presenta sin embargo numerosas variantes: fi jo o
pivotante; transparente u opaco; material igual o diferente. En ocasiones, la tabiquería se
estructura de tal modo que la puerta cicatriz no solo se enrasa en posición cerrada con
el tabique al que pertenece: en posición abierta se integra con el muro perpendicular
gracias al cajeado de éste, llegando incluso a horadar el hueco exacto para alojar el
pomo del trasdós y conseguir la deseada integración de la puerta cicatriz. Es el caso de
las puertas de acceso a los dormitorios de la casa Domínguez desde la terraza -1,70m.
En este caso las puertas de madera se revisten de chapa lisa al exterior y se mimetizan a
nivel cromático con la cerámica gres Burela, mientras al interior se pintan con el mismo
acabado satinado blanco que la tabiquería y se alojan en sendos cajeados del muro
de cerramiento perpendicular. Idéntica solución se produce en la casa Guzmán, aunque
en este caso la puerta se resuelve en madera vista y el cajeado para el pomo se hace
innecesario al ser sustituido por un elemento metálico embebido en la propia puerta.
La puerta cicatriz: accesos a biblioteca (casa Guzmán) y nivel de dormitorios (casa Domínguez). Croquis AS inédito, foto MADC.
359
Puerta doble.
La puerta doble establece un mecanismo a través del cual una sola hoja pivotante sirve
a dos huecos perpendiculares y tangentes, permaneciendo inevitablemente abierto el
uno mientras el otro se encuentra cerrado y viceversa. La casa Domínguez cuenta con dos
puertas de dos hojas ‘dobles’ en el dormitorio de chicas: el dispositivo separa la alcoba de
la galería en posición cerrada, mientras protege el interior de los armarios laterales de la
celda dormitorio en posición abierta.
En este caso, la solución parte de una serie de requerimientos funcionales: alcoba mínima;
espacio para el almacenamiento de ropa; conveniencia de cerrar el armario; conveniencia
de separar alcoba y galería común. Para dar respuesta a estos requerimiento, los dos
armarios se enfrentan y establecen un espacio intermedio entre la alcoba y la galería,
separándose la distancia que marcan exactamente sus puertas abatidas en posición
abierta. Esta condición resulta imprescindible para que ambas hojas confi guren un
elemento de separación entre celda y galería. La falta de un bastidor o montante vertical
se suple mediante la colocación de dos pinzas superiores fi jadas al techo y que retienen
ambas puertas, mientras los resbalones enfrentados permanecen inutilizados (17).
Este mecanismo de puerta doble, aunque de hoja única, fue utilizado por Marcel Duchamp
en su apartamento de la calle Larrey, París, 1927, situando dos marcos con una sola hoja
entre el estudio y el dormitorio, y entre el estudio y el baño, una paradoja espacial ante la
que inevitablemente una estancia siempre permanece abierta a otra contigua.
17 Mientras los pomos se utilizan tanto en la posición de celda como la de armario, los resbalones solo cumplen su función en el armario, ya que al enfrentarse las puertas permanecen ocultos en cada una de las hojas.
D i s p o s i t i v o s desdoblados: la puerta doble de Marcel Duchamp, París, 1927; celda dormitorio VUSD, AS, 1975-78.
360
La puerta doble: celda dormitorio en la casa Varela, AS, 1964-68. Otras soluciones de puerta doble en la obra de Sota, planos MADC.
361
El dispositivo-banco.
Uno de los elementos que cuenta con mayor presencia y variedad en la VUSD es, sin
duda, el banco. Su función principal atiende a la de un elemento de pequeña superfi cie,
interior o exterior, que permite el descanso breve. Sin embargo, su presencia en la VUSD
nunca resulta evidente y para su localización y descubrimiento resulta imprescindible, en
ocasiones, la orientación del propietario. Es el caso de la barandilla exterior del jardín (18),
que se ‘retuerce’ para reducir la altura del pasamanos, ahora banco, hasta los 60cm:
“Toda la casa está llena de objetos que además son asientos, como estos tubos de las
barandillas” (19). La reducción de la altura mínima de la barandilla como elemento de
seguridad ante el riesgo de caídas a un nivel inferior, queda compensada con la presencia
de elementos del jardín en forma de ‘muros vegetales’. De este modo, la reducción en la
altura de las barandillas coincide con un elemento jardinera en el nivel inferior que habilita
la instalación de los setos de protección.
El diseño original de los radiadores presentaba una carcasa a modo de cobertura de
madera en forma de ‘L’ que, además de confi gurar un asiento calefactado para el
invierno, presenta estratégicas aberturas inferior y superior. La menor densidad del aire
caliente provoca alrededor del elemento una succión natural de aire frío (inferior) y salida
de aire caliente (superior), manteniéndose el habitante sobre un verdadero ‘asiento sobre
el aire’ (20). Finalmente el radiador banco se resuelve mediante la instalación de un plano
horizontal, realizado a base de tablones de madera en ‘voladizo’ sobre el elemento
radiador (21). 18 Ver ‘Encuentro T2-T3’, pág. 265.19 Enrique Domínguez, en relación al modelo de barandilla T3, ver apéndice A2. Documentación nueva, DN_ME_02, pág. 604. Entrevista a Enrique Domínguez.20 Ver ‘radiador-banco’, pág. 268. El movimiento del aire recuerda el establecido en el croquis del gimnasio Maravillas.21 La escasa altura de los radiadores (35cm) recuerda la intención original de la primera versión mediante la instalación de suelo radiante: liberar la
D i s p o s i t i v o s desdoblados: radiador y barandilla - banco, VUSD, AS, 1975-78. Croquis y foto MADC.
362
El radiador - banco de Le Corbusier en Marsella
La Unité d’Habitation de Marsella (1946-52), incorpora un interesante doble sistema de
calefacción aire - agua, respondiendo a una combinación de fuentes de energía eléctrica
y fuel-oil. En el apartamento tipo, las instalaciones de control térmico se sitúan bajo los
frentes de cristal en el estar a doble altura y los dormitorios: un sistema de tubos de acero
se utiliza como condución del doble sistema aire-agua y, al mismo tiempo, los propias
canalizaciones confi guran el elemento radiante y soporte del asiento. Las conducciones se
sitúan paralelas a la fachada junto al peldaño de acceso a la terraza, que se remata con
una pieza fi ja de madera; a continuación, un segundo tablón abatible esconde el radiador,
al tiempo que habilita una superfi cie generosa como asiento. La carpintería de madera
se abate hacia el exterior y se integra en los muretes laterales de la terraza, abriendo
completamente el estar (22); el frente incorpora al interior un travesaño horizontal a modo
de apoya-brazos, resolviendo en posición cerrada, un confortable banco calefactado
(23).
El radiador banco de la Unité d’Habitation de Marsella sintetiza el esfuerzo proyectual por
dotar de contenido cada encuentro, cada elemento; cada situación se presenta como
una oportunidad para la construcción del dispositivo desdoblado, el lugar en el que todos
los requerimientos se resuelven a un tiempo de manera natural, silenciosa, inadvertida.
estancia de instalaciones tras el cerramiento, completamente acristalado.22 En la parte inferior la carpintería se enrasa al exterior para liberar espacio habitable y posibilitar el radiador-banco; en la parte superior de la doble altura, la carpintería se enrasa al interior, ocultando la viga de hormigón situada a la altura del forjado intermedio.23 El cierre de la carpintería se resuelve mediante ‘pestillos’ verticales superior e inferior.
El radiador - banco de la Unité d’Habitation: Le Corbusier, Marsella, 1946-1952, Croquis y foto MADC.
363
La escalera - banco.
Sin duda, uno de los elementos-banco más interesante de la casa Domínguez se encuentra
en la terraza intermedia, que cuenta con una brillante solución en el establecimiento del
dispositivo desdoblado: el peldaño-banco (24). De nuevo la diferencia de niveles, en
este caso fruto de la interposición de un plano horizintal entre la estancia y el jardín, sirve
para equipar el límite mediante un dispositivo de función desdoblada: la diferencia de
cota (80cm) entre la estancia y la terraza intermedia, se resuelve mediante la necesaria
intermediación de cuatro escalones de 20cm, aunque peldaños como tal sólo existen dos:
el primero y el tercero. De las tres huellas necesarias, la correspondiente al nivel intermedio
amplía su anchura y longitud hasta convertirse en un banco paralelo a la estancia y la
terraza intermedia. El dispositivo cumple además con otros dos requirimientos menos
evidentes: la protección del hueco existente entre el suelo de la terraza intermedia y la
cara inferior del forjado de la estancia; y la protección de la chapa exterior del cerramiento
ante posibles golpeos de sillas y mesa. La relevancia de este elemento para Alejandro de
la Sota queda patente en el proyecto de defi nición constructiva, E:1/1 (25).
Si la ‘Chaise-Longue’ de Le Corbusier se confi guraba (para el reposo) a base de tubos de
bicicleta y piel de caballo (para el movimiento), aquí el peldaño que habilita y permite
la circulación y el movimiento se convierte en lugar de reposo y contemplación, un
lugar suspendido entre el jardín y el estar, la actividad y el reposo. La escalera-banco se
confi gura como un equipamiento al servicio de los lugares adyacentes, pero al mismo
tiempo constituye un elemento autónomo, separado de la estancia y elevado sobre la
plataforma intermedia, más allá de la articulación espacial, un lugar en sí mismo.
24 Ver ‘escalera-banco’, pág. 241.25 Ver Apéndice A2. Documentación existente; DE_PL_59-62, págs.522-525. Planos de obra, 1975-78.
D i s p o s i t i v o s d e s d o b l a d o s : escalera - banco, VUSD, AS, 1975-78; Alzado sección, AS.
364
El lucernario equipado.
El uso del pequeño lucernario circular es habitual en la obra doméstica de Alejandro de la
Sota (26), sin embargo, el proyectado para la casa Domínguez presenta dos características
singulares que lo convierten en un mecanismo de diseño excepcional: la integración de
la iluminación artifi cial y la disposición de un elemento plano inferior, de vidrio traslúcido y
corte circular, que tamiza la luz cenital. El elemento de vidrio se fi ja a dos pinzas giratorias
situadas en los extremos de un diámetro, sujetando y a la vez permitiendo la rotación del
vidrio (27). La propuesta representa una variación del lucernario como tema recurrente
del universo proyectual de Sota, en realidad, el lucernario experimenta un proceso
evolutivo propio en paralelo al laboratorio doméstico: una ‘lámpara’ de luz cenital y sus
variaciones.
El lucernario se constituye como una perforación vertical sobre la cubierta, un vacío que
permite la entrada de luz, cualifi cándose ésta mediante la interposición de diversos fi ltros
entre el paisaje y la habitación. La cúpula bivalva exterior acabado hielo, resuelve de
forma convencional la necesaria estanqueidad del hueco, además de producir un fi ltrado
uniforme de la radiación solar. Sin embargo, el plano giratorio de vidrio traslúcido genera
ricas y variadas posibilidades en la gestión de la luz natural, emparentando el diseño
de Sota con aquellos huecos cuidadosamente equipados por Eileen Gray en ‘Tempe à
pailla’, Castellar, 1932-34 (28). La ventana circular del comedor incorpora un ingenioso
mecanismo giratorio: un engranaje de fi nísimos tubos metálicos engarzan un círculo de
26 El lucernario circular se asocia a zonas de servicio en casa Guzmán (1972), viviendas en calle Gondomar (1972), casa Domínguez (1975) o viviendas en calle Velázquez (1977).27 Ver pág.110: ‘Lucernario equipado’.28 Ver también la E.1027, ‘Maison en bord de mer’, Eileen Gray y Jean Badovici, 1926-29.
D i s p o s i t i v o s desdoblados: ventana circular, Eileen Gray, ‘Tempe à pailla’ 1932-34, lucernario, VUSD, AS, 1975-78.
365
vidrio traslúcido; el giro se acciona mediante una manivela que cuenta con asidero de
chapa perforada. Estos dispositivos móviles permitan equipar cada hueco “en cada
situación de la forma más efi ciente” (29), permitiendo al usuario fl exibilidad en la creación
interior de ‘atmósferas’: “iluminando con generosidad las piezas, pero sin perder por ello
el culto mediterráneo de la sombra, de la penumbra” (30). En el lucernario del dormitorio,
la penumbra puede convertirse en ‘eclipse’ y oscurecimiento total a través de un nuevo
mecanismo giratorio: un disco de chapa remata una fi na estructura de acero anclada al
techo en un punto que además, constituye el centro de giro del conjunto.
La integración de un sistema de iluminación artifi cial en el interior del tambor del lucernario
de la VUSD, permite su reutilización como lámpara durante la noche, convirtiéndose en un
mecanismo de luz continuada en el estrato enterrado. Esta situación plantea situaciones
de cierta complejidad en el ámbito doméstico: por un lado se propone la alteración del
ciclo solar (día-noche) gracias a la disposición de un artefacto tecnológico que genera
el espejismo de un sol inmutable, mecanismo ilusorio planteado por Sota ese mismo año
para el concurso de Aviaco: “en su interior viviremos iluminados por la luz del día y en la
oscuridad de la noche las mismas paredes nos alumbran” (31); por otro lado, el lucernario
de luz artifi cial establece un refi nado sistema de vigilancia, convirtiendo la cubierta vegetal
en un sofi sticado panel de control: cualquier movimiento producido entre las celdas del
estrato enterrado, es observado desde la estancia a través de la reveladora luz interior del
piloto-lucernario.
29 Carmen Espegel, ‘Aires Modernos. E.1027: maison en bord de mer. Eileen Gray y Jean Badovici 1926-1929’, Madrid, Mairea, 2010, pág. 118. La flexibilidad ante la radiación es una de las principales características de la arquitectura tradicional en climas mediterráneos.30 Ibidem.31 Alejandro de la Sota, Madrid, Pronaos, 1989, pág. 162. Sobre la Sede de Aviaco, Madrid, 1975.
El lucernario equipado: Eileen Gray, ‘Tempe à pailla’ 1932-34 y VUSD, AS, 1975-78.
366
El lucernario equipado: perspectiva a x o n o m é t r i c a seccionada, MADC.
El lucernario equipado y la cubierta como panel de control: foto y fotomontaje MADC
367
Alvar Aalto: evolución del lucernario equipado.
El lucernario equipado es una de las herramientas de proyecto más empleada y
desarrollada sucesivamente por Alvar Aalto. La fría y densa luz del norte de Europa debe
ser gestionada de manera efi caz a través de los huecos practicados en cubierta, que
reciben la luz directa y se transforman en mecanismos de captación, refl exión e incluso
protección de la luz. La incorporación de la luz artifi cial como parte del propio lucernario
se convierte en tema de investigación constante, variando la posición de la luminaria
entre el interior y el exterior del mecanismo.
Aalto se sirve del lucernario para la iluminación de los espacios principales de proyecto,
compensando el escaso diámetro del lucernario unidad con su presencia repetida. En 1928
utiliza por primera vez los lucernarios circulares en las ofi cinas de la editorial del periódico
‘Turun Sanomat’. Se trata de una sencilla perforación cilíndrica cubierta mediante un vidrio
plano circular. Un año antes consigue el primer premio en el concurso para la biblioteca
de Viipuri, construida fi nalmente entre 1930 y 1935. En este caso, el lucernario se multiplica
sobre la sala de lectura en dos niveles, convirtiéndose en un mecanismo de refl exión de
la luz que persigue la homogeneidad y ausencia de sombras en el plano de lectura.
La iluminación artifi cial se integra entre los huecos troncocónicos, es decir, se desplaza
respecto la fuente de luz natural. Esta separación es descrita gráfi camente por Aalto en
un croquis doble: en ‘daylight’ expone el funcionamiento del lucernario como fuente de
luz rebotada en múltiples direcciones; en ‘artifi cial light’ defi ne una serie de proyectores
orientados hacia las paredes laterales, altas y blancas, consiguiendo nuevamente la
multidireccionalidad de la luz (32). Con este mecanismo se anulan las sombras sobre el 32 Ver Aalto, Alvar, Alvar Aalto, Volume 1. 1922-1962, Basel, Birkhäuser, 1999, (1ª edición 1963), Library Viipuri, págs. 44-62.
Lucernarios de la Biblioteca de Viipuri, Alvar Aalto, 1930-35. Sala de lectura, croquis ‘dayligh’.
368
libro, ya sea cerrado en la estantería o abierto sobre la mesa de lectura.
La integración de la luz artifi cial y natural en el mismo elemento lucernario se desarrolla de
manera ingeniosa para el edifi cio comercial y de ofi cinas ‘Rautatalo’ en Helsinki, 1953-1955.
Una red ortogonal de 40 lucernarios ilumina el vestíbulo principal de altura triple, situado
bajo el patio que se genera tras la fachada a la calle principal (33). El lucernario se defi ne
como una abertura troncocónica cerrada exteriormente mediante un elemento plano
de vidrio circular. Sobre el centro del cristal horizontal se dispone al exterior una luminaria
delicadamente suspendida a través de un tubo metálico de extrema fi nura. La misión del
foco artifi cial es doble: por un lado resolver la iluminación nocturna a modo de pequeño
sol electrifi cado e individualizado para cada lucernario; por otro, derretir la abundante
nieve de Helsinki utilizando el propio calor de la lámpara incandescente.
Si bien el propio lucernario expresa el lugar a través de la necesidad de captar luz directa,
la posición exterior de la luminaria refl eja la rigurosa climatología de Finlandia: un ejercicio
de diseño desde el paisaje propio. Esta solución se emplea con éxito en otros proyectos
situados en zonas de clima frío, como por ejemplo el centro cultural de Wolfsburgo,
Alemania, 1959-63 (34).
La integración de la luminaria en el interior del lucernario se reserva sólo para los casos
en los que la dimensión del espacio interior es verdaderamente generosa. Este tipo de
lucernario se constituye como un hito visual dentro del espacio al que sirve, un elemento de
33 Ver Aalto, Alvar, Alvar Aalto, Volume 1. 1922-1962, Basel, Birkhäuser, 1999, (1ª edición 1963), Library Viipuri, 154-60.34 Ver Aalto, Alvar, Alvar Aalto, Volume 2. 1963-1970, Zurich, Les Editions d’Architecture Artemis, 1984 (1ª edición 1971), págs. 58-70.
Lucernario equipado con luminaria exterior, edifi cio ‘Rautatalo’, Helsinki. Alvar Aalto, 1953-55. Cubierta.
369
diseño preciosista a modo de ‘joya’ suspendida entre el interior y el exterior. Es el caso del
lucernario de la librería Stockmann de Helsinki, 1966-1969 (35). El nivel principal, presidido
por un espacio de altura triple, recibe la luz cenital a través de tres grandes lucernarios con
cubierta exterior a base de planos inclinados de vidrio. En el interior del recinto resultante se
aloja un prisma de cristal suspendido sobre la sala, un fanal de luz difusa sobre las portadas
de los libros innumerables. La iluminación artifi cial se integra en el interior del prisma vítreo,
que se convierte de este modo en un farol de tamaño descomunal.
La simplifi cación formal de este modelo conduce al lucernario lineal con cubierta a dos
aguas del edifi cio administrativo para la Empresa Eléctrica Municipal de Helsinki, 1970-
73 (36). En este caso la iluminación artifi cial se propone a base de parejas de luminarias
cilíndricas que cuelgan en el interior del propio lucernario.
35 Ver Aalto, Alvar, Alvar Aalto, Volume 2. 1963-1970, Zurich, Les Editions d’Architecture Artemis, 1984 (1ª edición 1971), págs. 220-224.36 Ver Aalto, Alvar, Alvar Aalto, Volume 3. Projets and Final Buildings, Basel, Birkhäuser, 1995, (1ª edición 1978), págs. 86-92.
Lucernario suspendido entre interior y exterior. Librería Stockman, Helsinki. Alvar Aalto, 1966-69. Sección y vista de la galería principal.
370
Refl exión crítica.
Alejandro de la Sota parece abordar la cuestión del diseño de dispositivos desde una
perspectiva excluyente, considerando los elementos de pequeña escala al margen del
ámbito de la arquitectura: en ocasiones los cataloga como ajenos al proyecto (37), otras
los defi ne como una prolongación inevitable de carácter exclusivamente funcional,
y a veces los considera directamente “superfl uos” (38). Más allá de las comprometidas
apreciaciones circunstanciales y cualitativas sobre el universo de lo minúsculo, más allá
de las palabras, la producción de Alejandro de la Sota revela una fascinación absoluta
por lo que he denominado ‘la belleza del mecanismo’. Por un lado, la pequeña escala
presenta una difi cultad a veces superior a la de, por ejemplo, una estructura, cuyo diseño
se transfi ere generalmente a la retícula: “Decía Mies que es más difícil diseñar una silla que
un rascacielos” (39). El reto del diseño E:1/1 se encuentra sujeto a múltiples requerimientos
funcionales, económicos y culturales, reclamando soluciones específi cas que a menudo
han de materializarse por primera vez. Alejandro de la Sota propone mecanismos precisos,
como la escalera banco, el lucernario equipado o la puerta cicatriz, y dispositivos
orgánicos a base de tubos doblados, como la barandilla banco o la silla tumbona. La
progresiva integración de funciones en elementos desdoblados, supone una propuesta
espacial de radical simplicidad: la arquitectura libre de obstáculos, el espacio ideal de
superfi cies verticales y horizontales sin interrupción, muros y techos ‘equipados’ a base
de mecanismos asistenciales de diferente naturaleza: las puertas se transforman en
37 Alejandro de la Sota, Conferencia impartida dentro del ciclo “Modernitat i avantguarda”. I semana cultural (28 enero/2 febrero de 1980). Escuela de Arquitectura de Barcelona. También publicado en Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias; edición a cargo de Moisés Puente, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, págs. 170-186.38 Ibidem.39 Alejandro de la Sota, Arquitectura nº233, 1981, pág. 51. En referencia a la silla tumbona y las dificultades encontradas en el proceso de diseño y elaboración del prototipo.
371
tabiques, las lámparas se integran en lucernarios, los peldaños se convierten en bancos y
las tumbonas, en realidad son sillas ‘invertidas’.
La transformación ‘sotiana’ de elementos convencionales en dispositivos desdoblados,
permite el abordaje de diseños ajenos al catálogo o los procesos de industrialización,
habilitando el desarrollo de procesos relacionados directamente con la producción
artesanal del elemento único: “Para esto (de las barandillas) hay que coger un alambre frío,
como lo llaman, doblarlo y dárselo al cerrajero y decirle: como éste; no se pueden dibujar”
(5). Alejandro de la Sota es un gran conocedor de los ofi cios tradicionales de carpintería o
cerrajería, cuestión que le permitirá acometer con éxito diseños excepcionales desde los
años 50: los diseños desarrollados para la Avenida de los Toreros, el Poblado de Esquivel o
la casa en la calle Doctor Arce, proponen una suerte de expresionismo orgánico vigente
en dispositivos posteriores, como las barandillas. Tal vez sea éste el último reducto para
el talento de Sota en el trazado libre del gesto plástico, voluntariamente restringido a
los elementos ‘superfl uos’, los accesorios de una gramática ascética heredera de los
dogmas modernos. Sin embargo, el discurso abstracto de carácter heroico centrado en
la arquitectura industrializada (de catálogo), y el diseño ingenioso, entusiasta y cotidiano
de los dispositivos de pequeña escala, coexisten de forma complementaria integrando un
todo unitario y complejo. La experiencia arquitectónica, a nuestro juicio, no entiende de
elementos principales ni secundarios; la arquitectura constituye un hecho indivisible y su
experiencia no resulta de la sumatoria de las partes de que se compone; en palabras de
Luis Martínez Santa-María: “lo pequeño no es lo insignifi cante ni lo accesorio viene después
de lo grande, sino que todo te sacude al tiempo” (40).40 Luis Martínez Santa-María, carta dirigida a MADC, 30 de abril de 2007, inédita.
372
CONCLUSIONES
373
Alejandro de la Sota propone la casa Domínguez como la organización dialéctica de su
propio universo conceptual: un ideario arquitectónico construido sobre una taxonomía de
categorías antagónicas, que se proyecta desde un posicionamiento tan heroico como
maniqueo: intelectual o popular, experimental o tradicional, universal o local, ligero o pe-
sado, principal o secundario, etc.
La casa doble, latente en el croquis de las esferas, establece estadios independientes,
autónomos, liberados de cualquier clase de subordinación o dependencia. El exhaustivo
análisis de proyecto y obra desarrollado a lo largo de la presente tesis, ha conducido, sin
embargo, al cuestionamiento de las ideas de partida, la puesta en valor del hecho arqui-
tectónico frente al discurso de raíz metafórica: la prosa frente la epopeya. En este sentido,
la casa se revela como una experiencia habitacional compleja, única y diversa, compues-
ta por una secuencia vertical de estratos, articulaciones y niveles intermedios que entrete-
jen casa y territorio. Frente a la ‘parábola’ biológica de la cueva y el nido, la arquitectura
responde con una vigorosa estrategia de construcción del paisaje, estableciendo para
cada función el nivel adecuado, sobre o bajo el territorio, el grado conveniente de luz o
penumbra, la apertura precisa con la profundidad necesaria: una forma de mirar, una
propuesta específi ca de manipulación sobre la percepción del entorno. Al mismo tiempo
y como el envés de la estrategia única, se despliega una escenografía alternativa para la
‘habitación’ burguesa: los elementos representativos se suprimen o se reducen a su mínima
expresión, mientras los dispositivos más banales adquieren un excepcional protagonismo,
un ejercicio de reinterpretación del ascetismo elitista del Movimiento Moderno y sus víncu-
los con el espíritu hedonista de la postmodernidad.
374
La aspiración tecnológica del proyecto doméstico como laboratorio, legitimada a través
de los fructíferos periodos posbélicos del Siglo XX, invierte aquí el orden de sus factores; la
casa Domínguez sintetiza anteriores investigaciones, exploraciones materiales desarrolla-
das por el propio Sota para proyectos de mayor envergadura: la preparación macroscópi-
ca del pequeño acontecimiento. En este sentido, los dispositivos ‘desdoblados’ resuelven
desde el ofi cio la interminable casuística de la pequeña escala: inteligentes construcciones
loables hasta el paroxismo, como la puerta doble, el lucernario equipado, la silla tumbona
o la escalera banco, contradicen la desconsideración sotiana del ‘elemento secundario’.
El discurso abstracto de carácter heroico centrado en el ‘laboratorio’ de arquitectura in-
dustrializada, y el diseño ingenioso, entusiasta y cotidiano del ‘mecanismo’, coexisten de
forma complementaria integrando un todo unitario y complejo. La experiencia arquitectó-
nica, a nuestro juicio, no entiende de jerarquías ni graduaciones, elementos principales ni
secundarios: la arquitectura constituye un hecho indivisible y su experiencia no resulta de
la sumatoria de las partes de que se compone: todo te sacude a un tiempo.
La casa Domínguez, más allá de la epopeya y la dialéctica, constituye una entidad única,
un palimpsesto de materia celosamente ordenada que confi gura el límite del aire denso,
espontáneo e insubordinado del habitar. Diríamos, en una palabra, arquitectura.
375
BIBLIOGRAFÍA
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de las Maravillas), 4ª época, núm. 60, 1962, portada, contraportada y págs. 2-22, (núm.
Extraordinario dedicado al gimnasio con motivo de su inauguración), (en diversos números
de la revista, en la sección deportes, aparecen fotografías del gimnasio).
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“Pazo en La Coruña”, pág. 28; “Vivienda unifamiliar en Pontevedra”, pág. 29; “Vivienda del
arquitecto, Madrid”, pág. 31; “Pueblo de Gimenells, Lérida”, pág. 32; “Pueblo de Esquivel,
Sevilla”, págs. 33,42; “Fuencarral B”, pág. 35; “Vivienda en el Viso”, pág. 37; “Vivienda
unifamiliar del Sr. Domínguez”, pág. 37, (nota: sin especifi car el proyecto. El proyecto
publicado no se corresponde con el de otras publicaciones ni con el que defi nitivamente
se construyo); “Detalles de Muros”, pág. 38; “Viviendas en Zamora”, pág. 41; “Viviendas en
391
Salamanca”, pág. 43; “Delegación de Hacienda de Tarragona”, pág. 44; “Delegación
de Hacienda de la Coruña”, pág. 45; “Concurso para una iglesia en Vitoria”, págs. 48-49;
Talleres Aeronáuticos TABSA”, págs. 50-51; “Residencia Infantil en Mirafl ores de la Sierra”,
págs. 52-53; “Gobierno Civil de Tarragona”, págs. 54-59; “Gimnasio Maravillas”, Págs. 60-
63, 65; “Proyecto de Central Lechera”, pág. 66; “Central Lechera CLESA, Madrid”, págs. 66-
67; “Proyecto de Central Lechera, Santander”, pág. 69; Proyecto de Colegio para Orense”,
págs. 70-71; “Conjunto Residencial en el Mar Menor”, pág. 71; “CENIM”, págs. 72-73, 75-77;
“Pabellón de Deportes de Pontevedra”, págs. 78-79; “Colegio Mayor César Carlos”, págs.
80-81; “Proyecto para Bankunión”, págs. 82-83; “Edifi cio para Aulas y Seminarios en Sevilla”,
págs. 84-91, 93; “Proyecto para AVIACO”, pág. 94; “Viviendas en Pontevedra”, pág. 95;
“Dibujos”, pág. 98 (sobre obras de Frank Lloyd Wright); en Hogar y Arquitectura, núm. 115,
noviembre-diciembre 1974, (Monográfi co Alejandro de la Sota).
“Talleres Aeronáuticos en Barajas (Madrid) 1957-58”, págs. 14-17, (texto AS. pág. 15);
“Residencia infantil en Mirafl ores”, págs. 18-21; “Centro Parroquial de Vitoria”, págs. 22-
23, (texto AS. págs. 22-23); “Pabellón de España en la Feria Mundial de Nueva York”, pág.
24; “Instituto del acero”, págs. 24-27; “Vivienda en el Viso (Madrid)”, pág. 28-29, (texto AS.
pág. 28)); “Vivienda en Galicia (1949)”, pág. 29; “Edifi cio de viviendas en Madrid”, (col.
Aburre, Ricardo), pág. 29; “Gobierno Civil de Tarragona”, págs. 30-33; “Exposición de
Ingenieros Agrónomos”, págs. 34-35; “Hotel de verano en Galicia”, pág. 36; “Poblado de
Fuencarral (B)”, págs. 36-37; “Gimnasio del Colegio Maravillas. Madrid 1960-62”, págs. 38-
41; “Tienda para ropa de niño”, págs. 42-43; “Edifi cio para viviendas y almacén comercial
en Zamora”, págs. 42-43, (texto AS. pág. 43); “Escuela para montaña. Alto Aragón, 1949”,
pág. 43; “Central lechera CLESA en Fuencarral, Madrid 1959”, págs. 44-49; “Instituto laboral
en Galicia”, (cols. Carvajal, Javier; Corrales, José Antonio; Vázquez Molezún, Ramón), págs.
50-51; “Hotel de verano en Galicia, 1949”, pág. 51; “Pueblo de Esquivel (Sevilla) 1948-52”,
págs. 52-53; “Pabellón de deportes de Pontevedra”, págs. 54-59; “Conjunto residencial en
la Manga del Mar Menor”, págs. 60-61; “Vivienda Unifamiliar en Collado Mediano”, págs.
62-65; “Pabellón para la Cámara Sindical Agraria de Pontevedra”, págs. 66-67; “Concurso
para Delegación de Hacienda en Tarragona”, págs.66-67; “Concurso para la Delegación
de Hacienda en la Coruña”, (cols. Tenteiro, Antonio; Vázquez Molezún, Ramón), págs. 68-
69; “Edifi cio de aulas y seminarios. Universidad de Sevilla”, págs. 70-77; “Concurso para
edifi cio Bankunión en Madrid (1970)”, págs. 78-79; “Colegio Mayor César Carlos”, portada
y págs. 80-85; “Vivienda Unifamiliar en Santo Domingo”, págs. 86-89; Nueva Forma, núm.
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Alejandro de la Sota”, págs. 18-19; “Edifi cio para Gobierno Civil”, págs. 20-25; “Gimnasio
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volumen V, primer trimestre, marzo 1951, págs. 25-28, (incluye 7 dibujos de AS.), (también
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Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés
Puente, 2002, págs. 15-18).
“La decoración moderna en los interiores”, ABC, 21 octubre 1951, págs. 13, 24, 25, 27,
(también publicado en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias,
discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de
Moisés Puente, 2002, págs. 19-21).
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Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona,
Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002,
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“I Bienal Hispanoamericana”, Boletín de Información de la Dirección General de
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Revista Nacional de Arquitectura, núm. 124, abril 1952, págs. 47-50, (tex. AS. pág. 48),
(también publicado en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias,
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Moisés Puente, 2002, págs. 24-25).
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Edicusa, 1972, págs. 150-151; en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos,
conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili,
edición a cargo de Moisés Puente, 2002, pág. 30).
“Algo sobre paisajes y jardines”, Cedro, Revista del Instituto de Estudios de Jardinería y Arte
Paisajista, núm. 4, invierno 1954-1955, págs. 3-7, (también publicado en Sota, Alejandro de
la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro
de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 27-29).
“Una capilla en el Camino de Santiago. Sesión crítica de arquitectura”(aut. Sáenz de Oiza,
Francisco Javier; Romany, José Luis), Revista Nacional de Arquitectura, núm. 161, mayo 1955,
págs. 12-25, (text. AS. pág. 24), (también publicado en Sota, Alejandro de la, Alejandro de
la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed.
Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 31, 32).
“La arquitectura y nosotros”, (transcripción de una conferencia celebrada en Santiago
de Compostela el 30 de agosto de 1955 dentro del ciclo “La arquitectura y nosotros”), en
Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona,
Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002,
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“Concurso de utilización de la zona del río Manzanares, en Madrid. Sesión crítica de
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AS. págs. 41,43).
“Carta a la dirección de la Revista Nacional de Arquitectura”, texto 27 junio 1956, en
Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona,
Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002,
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“Chillida”, Revista Nacional de Arquitectura, núm. 180, diciembre 1956, págs. 25-28, (tex.
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Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona,
Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002,
págs. 34, 35).
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(nota: conferencia pronunciada en el curso de Jardinería y Paisaje. Folleto de 12 págs. por
la ETSAM), (también publicado en Hogar y Arquitectura, núm. 115, noviembre-diciembre
1974, págs. 101,103; en Grial, núm. 109, enero-marzo 1991, págs. 123-129, art. incluido en
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la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota,
ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 149-155).
“Ha muerto Frank Lloyd Wright”, Arquitectura, núm. 5, mayo 1959, págs. 2-21, (tex. AS.
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Madrid, Ediciones Pronaos, 1989, págs. 224; en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota.
Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo
Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 36, 37).
“Alumnos de Arquitectura”, Arquitectura, núm. 9, septiembre 1959, págs. 3-4, (también
publicado en Hogar y Arquitectura, núm. 115, noviembre-diciembre 1974, pág. 99; en Sota,
Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Arquitecto, Madrid, Ediciones Pronaos, 1989, págs.
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Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés
Puente, 2002, págs. 38-41).
“Tema universal hoy: arquitectura y tecnología”, Arquitectura, núm. 26, febrero 1961,
pág. 32, (art. Incluido en Fernández Alba, Antonio y otros: “para una localización de la
arquitectura española de posguerra”), (también publicado en Hogar y Arquitectura, núm.
115, noviembre-diciembre 1974, pág. 100; en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota.
Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo
Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, pág. 42).
“Aprender e inventar en arte”, sin fecha, en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota.
Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo
Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 44, 45).
“Sentimiento sobre cerramientos ligeros”, (Transcripción de una charla en el instituto Torroja
de Madrid, incluida en el ciclo “Muros cortina”, marzo 1963), en Sota, Alejandro de la,
Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de
la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs.156-159.
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Escuela de Arquitectura de Madrid, Madrid, 1968, pág. 58, (también publicado en Hogar
y Arquitectura, núm. 115, noviembre-diciembre 1974, págs. 100-101 y en AAVV., Escuela
Técnica Superior de Arquitectura 2, anuario 1995/1997, Madrid, ETSAM e Instituto Juan de
Herrera, 1998, pág. 82; en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias,
discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de
Moisés Puente, 2002, pág. 48).
“Sentimiento arquitectónico de la prefabricación”, Arquitectura, núm. 110, febrero 1968,
págs. 11-13, (también publicado en Hogar y Arquitectura, núm. 115, noviembre-diciembre
1974, pág. 101; en Baldellou, Miguel Ángel, Alejandro de la Sota, Madrid, Servicio de
Publicaciones del Ministerio de Educación y Ciencia, 1975, págs. 111-113; en Sota, Alejandro
de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro
de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 46, 47).
“Tenemos una tecnología...”, Hogar y Arquitectura, núm. 79, noviembre-diciembre 1968,
págs. 41-42, (también publicado en Hogar y Arquitectura, núm. 115, noviembre-diciembre
1974, pág. 100 y en Baldellou, Miguel Ángel, Alejandro de la Sota, Madrid, Servicio de
Publicaciones del Ministerio de Educación y Ciencia, 1975, págs. 107-110; en Sota, Alejandro
de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro
de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 101-103).
“Conferencia”, (Trascripción de la conferencia celebrada en la Escuela de Arquitectura
de Pamplona, marzo de 1969), en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos,
conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili,
edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 160-165.
“Comentarios sobre concursos”, Arquitectura, núm. 128, agosto 1969, pág. 17, (también
publicado en Arquitectura, núm. 266, mayo-junio 1987, pág. 107; en Sota, Alejandro de la,
Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de
la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 49, 50).
“La grande y honrosa orfandad”, Arquitectura, núm. 129, septiembre 1969, págs. 2-3,
(también publicado en Hogar y Arquitectura, núm. 115, noviembre-diciembre 1974, pág.
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100; en Nueva Forma, núm. 107, diciembre 1974, pág. 20, en Quaderns d Arquitectura i
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la Sota. Arquitecto, Madrid, Ediciones Pronaos, 1989, págs. 225; en Sota, Alejandro de la,
Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de
la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 51-52).
“La arquitectura como arte y necesidad”, (material didáctico, sin fecha), en Sota, Alejandro
de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro
de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 166-169.
“Enseñanza de la arquitectura”, mayo 1970, (texto mecanografi ado que bajo el título
“Escritos pasados adjuntos”, se acompañaba de una propuesta didáctica sobre los talleres
de proyectos presentados como memoria del curso 1969-1970 de cátedra de elementos
de composición de la E.T.S.A.M), eN Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos,
conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili,
edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 53,54).
“Memoria didáctica de la oposición a la cátedra de Elementos de Composición”, Madrid,
Inédito, 1970, (publicado parcialmente en Sota, Alejandro de la, “Proyecto Docente”,
Textos/ La vuelta al Mundo, núm. 3, Alicante, Escuela Politécnica Superior de Alicante.
Arquitectura, ed. Torres Nadal, J. Mª; en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos,
conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili,
edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 55-62).
“Lección de ética profesional”, Informaciones (Informaciones de las Artes y las Letras), 12
julio 1972, (también publicado en Hogar y Arquitectura, núm. 115, noviembre-diciembre
1974, pág. 101; en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias,
discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de
Moisés Puente, 2002, pág. 63), (sobre Emilio Pérez Piñeiro).
“Nuevos materiales, nuevas arquitecturas”, sin título ni fecha, en Sota, Alejandro de la,
Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de
la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 64-66).
“Arquitectura posmoderna”, sin fecha, en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota.
Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo
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Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 67-69).
Sin título, Arquitectura, núm. 233, noviembre-diciembre 1981, pág. 56, (not: carta a la
redacción), (Monográfi co Alejandro de la Sota).
“Por una arquitectura lógica”, Quaderns d Arquitectura i Urbanisme, núm. 152, mayo-junio
1982, págs. 12-13, (Monográfi co Alejandro de la Sota), (también publicado en Werk, Bauen
und Whonen, num. 9, septiembre 1984, págs. 50-51, en De Diseño, núm. 11,1987, págs. 72-73,
en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Arquitecto, Madrid, Ediciones Pronaos, 1989,
págs. 221-222, en Llano, Pedro de, Alejandro de la Sota. O nacemento dunha arquitectura,
Pontevedra, Servicio de publicaciones Diputación Provincial de Pontevedra, 1995, págs
235-236; en Pizza, Antonio et al., Alejandro de la Sota Arquitecto, Barcelona, C.R.C. Galería
de Arquitectura, 1985, págs. 7-9 y en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos,
conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili,
edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs.70-71).
“Arquitectura y arquitecturas”, sin fecha, en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota.
Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo
Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, pág.74).
Sin título, Arquitectura, núm. 261, julio-agosto 1986, pág. 4, (nota: sobre el Pabellón Alemán
de la Exposición Universal de Barcelona de 1929), (también publicado en Sota, Alejandro
de la, Alejandro de la Sota. Arquitecto, Madrid, Ediciones Pronaos, 1989, pág. 226; en
Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona,
Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002,
pág.75).
“Sobre los concursos en general”, Arquitectura, núm. 262, septiembre-octubre 1986, pág. 4,
(también publicado en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias,
discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de
Moisés Puente, 2002, pág.76).
“El Gobierno Civil de Tarragona revisitado”, Quaderns d Arquitectura i Urbanisme, núm.
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“Carta de Alejandro de la Sota”, (texto escrito en 1965). Arquitectura, núm. 264-265, enero-
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de la Sota. Arquitecto, Madrid, Ediciones Pronaos, 1989, pág. 223; en Sota, Alejandro de la,
Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de
la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, pág. 43).
“Presentación de la exposición A. De la Sota en la Universidad de Harvard” en AAVV,
Alejandro de la Sota, Cambridge, Massachussets, Harvard University, Graduate School of
Design, Ed. Moneo, Rafael, agosto 1987, pág. 1, (también publicado en Sota, Alejandro
de la, Alejandro de la Sota. Arquitecto, Madrid, Ediciones Pronaos, 1989, pág. 232; en
Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona,
Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002,
pág.77).
“Carta a la redacción”, El Croquis, núm. 32-33, abril 1988, pág. 213, (nota: número
monográfi co dedicado a Oiza).
“A Víctor y Carlos”, abril 1988, en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos,
conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili,
edición a cargo de Moisés Puente, 2002, pág. 81).
“Palabras de agradecimiento”, Arquitectos, núm. 108, 1989, pág. 44, (publicado también
en “Palabras en la recepción de la Medalla de Oro de la Arquitectura del Consejo Superior
de los Colegios de Arquitectos de España. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando,
Madrid” en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Arquitecto, Madrid, Ediciones
Pronaos, 1989, págs. 233-234, texto escrito en 1988; en Sota, Alejandro de la, Alejandro de
la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed.
Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 82-83).
“Recuerdos y experiencias” en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Arquitecto,
Madrid, Ediciones Pronaos, 1989, págs. 13-19, (publicado un extracto en Doménech Girbau,
Lluís, “Alejandro de la Sota: un maestro spagnolo”, Casabella, núm. 572, octubre 1990, pág.
33).
Texto manuscrito sobre el gimnasio del colegio Maravillas (marzo 1985), en Sota, Alejandro
de la, Alejandro de la Sota. Arquitecto, Madrid, Ediciones Pronaos, 1989, pág. 74; en
Baldellou, Miguel Ángel, Gimnasio Maravillas, Madrid, 1960-1962, Almería, Colección
Archivos de Arquitectura. España siglo XX, Colegio de Arquitectos de Almería, 1997, pág.
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Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed.
Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, pág. 73).
“Palabras en la entrega de premios de proyectos de fi n de carrera en la E.T.S.A.M.” en
Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Arquitecto, Madrid, Ediciones Pronaos, 1989,
pág. 231, ( texto escrito en 1985, también publicado en Llano, Pedro de, Alejandro de la
Sota. O nacemento dunha arquitectura, Pontevedra, Servicio de publicaciones Diputación
Provincial de Pontevedra, 1995, págs. 236-237; en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la
Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed.
Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, pág. 72).
“Palabras en la recepción del premio PINAT 88” en Sota, Alejandro de la, Alejandro de
la Sota. Arquitecto, Madrid, Ediciones Pronaos, 1989, págs. 235-237, (texto escrito en 1988,
también publicado en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota, Arquitecto, (Debuxos
e proxectos), Santiago de Compostela, Consellería de Cultura e Xuventude, Consello da
Cultura Galega, Colexio Ofi cial de Arquitectos de Galicia, 1990 ,Catálogo de la exposición
celebrada en la Casa da Parra, Santiago de Compostela; en Sota, Alejandro de la,
Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de
la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs.78- 80).
“Alejandro de la Sota. Pronaos 1990. Madrid” en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la
Sota. Arquitecto, Madrid, Ediciones Pronaos, 1989, contraportada, (publicado también en
Arquitectos, núm. 115, 90-1, 1990, págs. 12-13, como reseña del libro).
“Sin título”, en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota, Arquitecto, (Debuxos e proxectos),
Santiago de Compostela, Consellería de Cultura e Xuventude, Consello da Cultura Galega,
Colexio Ofi cial de Arquitectos de Galicia, 1990 (Catálogo de la exposición celebrada en
la Casa da Parra, Santiago de Compostela, carta para la inauguración).
“Aus der Sicht eines spanischen Architekten”, Archithese, núm. 5, vol. 21, septiembre- octubre
1991, pág. 80, (también publicado en “Sobre la arquitectura española”, Arquitectura, núm.
292, julio 1992, págs. 6-7; en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias,
discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de
Moisés Puente, 2002, pág. 84).
416
“Concurso de la Opera: Organización y planning generales” (cols. Y coaut. Vázquez
Molezún, García de Paredes, Aranguren, Corrales), Arquitectura, núm. 292, julio 1992, págs.
12-13.
“Le debo a un reducido...”, en AAVV, Corrales y Molezún. Medalla de oro de la Arquitectura
1992, Madrid, Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, 1993, págs. 86-87,
(también publicado en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias,
discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de
Moisés Puente, 2002, págs.85-86).
“La raya seca”, A&V, núm. 41, mayo-junio 1993, pág 2, (también publicado en Sota, Alejandro
de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro
de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs.90-91).
Sin título, en Ayala, Gerardo, Gerardo Ayala. Arquitecto, Madrid, Munilla-Lería, 1994, pág.
175.
“Presentación de Sota”, en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Arquitecto., Sevilla,
Junta de Andalucía, Consejería de Obras Públicas y Transportes, 1994, Pág. 3, (nota: catalogo
de la exposición celebrada en el Antiguo Convento de Nuestra Señora de los Reyes,
Sevilla, del 17 de marzo al 19 de abril de 1994, (también publicado en Sota, Alejandro de la,
Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de
la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 87-89).
“El único camino”, ABC Cultural (ABC de las Artes), núm. 146, 19 agosto 1994, Vigésimo
quinto aniversario de la muerte de Mies, pág. 31.
“De las restauraciones”, Restauración & Rehabilitación, núm. 0, julio-agosto 1994, págs. 52-
53, (también publicado en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias,
discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de
Moisés Puente, 2002, págs. 92-93).
“Palabras de Alejandro de la Sota na Inauguración da exposición de Barcelona” en Llano,
Pedro de, Alejandro de la Sota. O nacemento dunha arquitectura, Pontevedra, Servicio de
publicaciones Diputación Provincial de Pontevedra, 1995, págs. 237-238, (inauguración en
la Galería de Arquitectura C.R.C., Barcelona, mayo-junio 1985)
417
“Nuevos materiales, nuevas arquitecturas”, Tectónica, núm. 1, noviembre 1995, pág. 2,
(texto extraído del catálogo de Formawall de Robertson, también publicado en Sota,
Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación
Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, pág. 94).
“Sota en León”, Planos, num. 7, diciembre 1996 (nota: trascripción de la conferencia leída en
la E.T.S. Arquitectura de Valencia. Trascripción Lourdes García. Corrección Gines Garrido),
(inédito).
“A veces la amistad llega antes...”, en Llinás, Josep, Josep Llinás, arquitecto, Madrid, Tanais
ediciones, 1997, págs. 10-11, (texto escrito en enero de 1996 también publicado en Llinás,
Josep, Josep Llinás, Nueva York, Whitney Library of Desing, 1997; en Sota, Alejandro de la,
Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de
la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés Puente, 2002, págs. 95-96).
“The problem of Architecture”, en Sota, Alejandro de la; Ábalos, Iñaki; Castañón, Javier;
Curtis, William; López-Peláez, José Manuel; Mostafavi, Mohsen, Alejandro de la Sota. 1913-
1996. The Architecture of Imperfection, Londres, Architectural Association, 1997, págs. 8-15,
(texto de 1970, introducción y comentarios de Castañón, Javier), (editado con motivo de la
exposición en la Architectural Association en Londres del 4 al 21 de junio de 1997).
“Memoria” (texto mecanografi ado fechado en mayo de 1960), en Sota, Alejandro de la,
Alejandro de la Sota. Gimnasio Maravillas. Madrid, edición a cargo de Teresa Couceiro,
Madrid, Fundación Alejandro de la Sota, 2007, págs. 9, 11-13, y 15-19. También publicado
en Ábalos, Iñaki, Llinás , Josep, Puente, Moisés, Alejandro de la Sota, Barcelona, Fundación
Caja de Arquitectos 2009, págs. 184-186.
“Memoria del primer proyecto” (texto mecanografi ado fechado en septiembre de 1963),
en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Colegio mayor César Carlos. Madrid, edición
a cargo de Teresa Couceiro, Madrid, Fundación Alejandro de la Sota, 2008, págs. 9 y 12.
También publicado en Ábalos, Iñaki, Llinás , Josep, Puente, Moisés, Alejandro de la Sota,
Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos 2009, págs. 250-251.
“Sin título” (texto mecanografi ado fechado en marzo de 1964), en Ábalos, Iñaki, Llinás ,
Josep, Puente, Moisés, Alejandro de la Sota, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos
418
2009, pág. 290. Descripción del proyecto de la casa Varela.
“Sin título” (texto mecanografi ado sin fecha), en Ábalos, Iñaki, Llinás , Josep, Puente,
Moisés, Alejandro de la Sota, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos 2009, pág. 342.
Descripción del proyecto de Facultad de Derecho, decanato y edifi cio de estudiantes,
Granada, 1971.
“Sin título” (texto mecanografi ado, 1973), en Ábalos, Iñaki, Llinás , Josep, Puente, Moisés,
Alejandro de la Sota, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos 2009, pág. 384. Descripción
del proyecto de Centro de Cálculo para la Caja Postal de Ahorros, Madrid, 1972-77.
“Sin título” (texto mecanografi ado fechado en Madrid en enero de 1975), en Ábalos,
Iñaki, Llinás , Josep, Puente, Moisés, Alejandro de la Sota, Barcelona, Fundación Caja de
Arquitectos 2009, págs. 424-426. Descripción del proyecto Sede para la compañía aérea
Aviaco, Madrid, 1975.
“Sillas tumbona A y B” (texto mecanografi ado sin fecha), en Ábalos, Iñaki, Llinás , Josep,
Puente, Moisés, Alejandro de la Sota, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos 2009, pág.
435.
“Sin título” (texto mecanografi ado sin fecha), en Ábalos, Iñaki, Llinás , Josep, Puente,
Moisés, Alejandro de la Sota, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos 2009, pág. 442.
Descripción del Edifi cio de Correos y Telecomunicaciones de León, 1981-84.
“Memoria del anteproyecto” (texto mecanografi ado, 1984), en Ábalos, Iñaki, Llinás, Josep,
Puente, Moisés, Alejandro de la Sota, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos 2009, págs.
494-496. Descripción del Museo Arqueológico Provincial, León, 1984, texto parcialmente
publicado en Sota, Alejandro de la, “Alejandro de la Sota. Arquitecto”, Madrid, Pronaos,
1987, págs. 190-191.
“Memoria” (texto mecanografi ado, sin fecha), en Ábalos, Iñaki, Llinás, Josep, Puente,
Moisés, Alejandro de la Sota, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos 2009, pág. 497.
Descripción del Museo Arqueológico Provincial, León, 1984.
“Anteproyecto” (texto mecanografi ado, sin fecha), en Ábalos, Iñaki, Llinás, Josep, Puente,
419
Moisés, Alejandro de la Sota, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos 2009, pág. 506.
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de vivienda contemporánea’, Toledo, Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha,
Demarcación de Toledo, 2004, págs. 66-73. (Nota: publicación elaborada con el material
gráfi co aportado por los alumnos de Proyectos 2 y 3 de la Unidad Docente Manuel de las
Casas, ETSAM, cuatrimestres de otoño y primavera, curso 03/04).
“Casa Domínguez”, Miranda, Antonio, (planta y fotografía en guía de arquitectura, obra
509), en ‘Un canon de arquitectura moderna. 1900-2000’, Madrid, Cátedra, 2005, pág.
389.
“Casa Domínguez en Pontevedra”, AAVV, (texto crítico, planos y fotografía), en ‘Galicien:
Architektur landschaft’, ETH Zürich, 2005, págs. 32-33. (Nota: publicación elaborada con el
material gráfi co aportado por los alumnos del departamento Bautechnik und Konstruktion
de la ETH de Zurich, Sommersemester 2005).
“Casa Domínguez”, López Cotelo, Victor, (texto crítico, planos, maqueta de yeso y
fotografías), en ‘Alejandro de la Sota: raummodelle = maquetas = scale models’, München,
Anton Pustet, 2005, págs. 62-67. (Nota: las maquetas fueron realizadas durante el seminario
realizado en la Cátedra de Proyectos y Protección del Patrimonio de la Escuela de
Arquitectura de la Technische Universität de Munich, titulado ‘Maquetas-Alejandro de la
Sota’).
“Los muros diplomáticos”, Pemjean, Rodrigo; Martínez Arroyo, Carmen, (croquis RPM), en
‘Alejandro de la Sota: cuatro agrupaciones de vivienda: Mar Menor, Santander, Calle
Velázquez, Alcudia’, Toledo, Colegio Ofi cial de Arquitectos de Castilla la Mancha, 2006,
pág. 125; “La secuencia espacio-temporal: de la cueva a la azotea para mirar el paisaje”,
ibidem, (cita y foto), pág. 172.
“Casa Domínguez”, Baldellou, Miguel Ángel, (texto crítico, planos y fotografías), en
‘Alejandro de la Sota’, Madrid, Ayuntamiento de Madrid, Área de Gobierno de Urbanismo,
Vivienda e Infraestructuras, 2006, págs. 92-95.
453
“Lecciones de equilibrio”, Cortés Vázquez de Parga, Juan Antonio, (cita casa Domínguez),
en ‘Gobierno Civil de Tarragona, 1957-1964’, Almería, Colegio de Arquitectos de Almería,
2006, pág. 95.
“Notas sobre la obra de Alejandro de la Sota”, Muro, Carles, (cita casa Domínguez), en
‘Arquitecturas fugaces’, Madrid, Lampreave, 2007, págs. 66-67.
“Casa Domínguez”, Davies, Colin, (texto crítico, planos y fotografías), en ‘Casas
Paradigmáticas del Siglo XX. Plantas, secciones y alzados’, Barcelona, Gustavo Gili, 2007,
págs. 172-173.
“El encuentro con el terreno”, Quintáns Eiras, Carlos, (cita y croquis de las esferas de
Saarinen), Tectónica 23, 2007, págs. 7-8.
“4. Experimentación. La atemporalidad en la obra de Sota”, Burgos, Alberto, ‘Modernidad
Atemporal’, tesis doctoral inédita, capítulos 4.1 ‘Toma de datos’, págs. 261-309; 4.2 ‘Análisis.
Comprobación atemporal’, págs. 309-318, Universidad Politécnica de Alicante, 2009.
“Miedo a tocar tierra”, Puente, Moisés, (texto crítico), en Ábalos, Iñaki, Llinás, Josep, Puente,
Moisés, ‘Alejandro de la Sota’, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, 2009, págs. 422-
423. (Nota: incluye memoria, planos, croquis y amplio reportaje fotográfi co de José Hevia,
págs. 400-421).
454
10.2 OTRAS FUENTES
VIDEOS SOBRE ALEJANDRO DE LA SOTA.
AAVV, Modernitat i avantguarda. Conferencia: “Alejandro de la Sota”, Barcelona, UPC:
ETSAB, 28 enero-2 febrero 1980, (videos β), (también publicada a partir de una trascripción
del editor en Sota, Alejandro de la, ‘Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias, discursos’,
Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de Moisés
Puente, 2002, págs. 170-186).
AAVV, “Conferencia de Alejandro de la Sota”, Madrid, COAM, 1985, duración 110 min.
AAVV, “Alejandro de la Sota: breve justifi cación de su obra”, La Coruña, E.T.S. Arquitectura
da Coruña, 14 julio 1986, duración 198 min.
Salegui, Elena; Ortega, Marta, “Gobierno Civil, Alejandro de la Sota”, Barcelona, ETSAB,
Cátedra de Historia, 1987, (videos β).
AAVV, “Jornadas sobre criterios de intervención en el patrimonio arquitectónico”, Madrid,
Ministerio de Cultura, noviembre 1987.
AAVV, La generación del 80(6): “Últimos proyectos/ Alejandro de la Sota, León y Zaragoza”,
Barcelona, ICE-UPC. ETSAB, 24 febrero 1988, (videos β), (también publicada a partir de una
trascripción del editor en Sota, Alejandro de la, Alejandro de la Sota. Escritos, conferencias,
discursos, Barcelona, Fundación Alejandro de la Sota, ed. Gustavo Gili, edición a cargo de
Moisés Puente, 2002, págs. 187-202).
Núñez, J.M.; Fraguas, M.S. “Alejandro de la Sota”, Madrid, COAM, 1988, (duración 11 min.),
(realizado con motivo de la exposición “Alejandro de la Sota”, inaugurada el 1 de diciembre
de 1988 en las Arquerías de los Nuevos Ministerios, Madrid. Textos de López-Peláez, José
Manuel).
Riera, Félix, “El lugar. Gobierno Civil de Tarragona”, Valencia, B.COM; televisión de Cataluña,
1994, duración 20 min.
455
Marín de Terán, L, “Notas sobre Alejandro de la Sota”, Sevilla, Consejería de Obras Públicas
y Transportes de la Junta de Andalucía, 14 abril 1994, duración 80 min.
Taller de video ETSAM, “Conversaciones en torno a Alejandro de la Sota”, Madrid, ETSAM,
marzo de 1996, (tres videos: 216, duración 97 min.; 217, duración 98 min.; 218, duración 96
min.).
Ayala, Gerardo, “Corredores de Fondo”, Madrid, 2004 (1 DVD: duración 17min). Audiovisual
realizado para el Pabellón de España de la IX Bienal de Arquitectura de Venecia, 2004.
López Peláez, José Manuel, “Presencias Intensas sobre Alejandro de la Sota”, Madrid,
ETSAM, 2008 (1 DVD: duración 101min.).
PONENCIAS EN CONGRESOS.
Congreso “Alejandro de la Sota. Dos generaciones después”, Madrid, Círculo de Bellas
Artes, 12-14 de junio de 2006. Exposición de maquetas y conferencias: 12 de junio: William
J.R. Curtis, “Líneas de pensamiento. Intervalos de signifi cado: las ideas de arquitectura
de Alejandro de la Sota”, Presentado por Juan Miguel Hernández León; 13 de junio: Juan
Navarro Baldeweg “Construir, habitar”, Presentado por Enrique Soberano; 14 de junio:
Mesa redonda con William Jr. Curtis, Enrique Sobejano, Juan Navarro Baldeweg y Ramón
Vilalta.
2º Simposio Fisac, “Cometas y Paraguas. Una relectura de Fisac, Sostres, Coderch, Oíza, Sota
y Bonet”, Toledo, Universidad de Castilla la Mancha, 22-23 octubre de 2009. Ponencias y
debates intergeneracionales: 23 de octubre, jornada entorno a la fi gura de Sota, participan
Josep Ginás, Carmen Martínez Arroyo y Rodrigo Pemjean. Comisario: Carlos Wandosell.
PÁGINAS WEB.
Fundación Alejandro de la Sota, (fundación que conserva y divulga el legado de Alejandro
de la Sota), URL: http://www.alejandrodelasota.org
Archivo de Arquitectos (iniciativa de la Fundación Alejandro de la Sota que pretende
integrar la documentación de los maestros españoles del Siglo XX). URL:http://www.
archivosarquitectos.com/
456
Arquitectura Viva, (extractos de AV nº68, 1997, monográfi co sobre Alejandro de la Sota).
URL: http://www.arquitecturaviva.com/shop/issue/details/182
Videoteca UPC, Modernitat i avantguarda. Conferencia: “Alejandro de la Sota”,
Barcelona, UPC: ETSAB, 28 enero-2 febrero 1980, URL: http://upcommons.upc.edu/video/
handle/2099.2/470
Wikipedia, (biografía y listado de obras), URL: http://es.wikipedia.org/wiki/Alejandro_de_
la_Sota
Sólo arquitectura, (biografía y listado de obras), URL: http://www.soloarquitectura.com/
arquitectos/alejandro_de_la_sota.html
El país de las palabras, (biografía y listado de obras), URL: http://www.epdlp.com/arquitecto.
php?id=36
Biografías y vidas, (biografía y listado de obras), URL: http://www.biografi asyvidas.com/
biografi a/s/sota.htm
Arquitectuba, (biografía y listado de obras), URL: http://www.arquitectuba.com.ar/
arquitectos/alejandro-de-la-sota-biografi a-y-obras/
REDES SOCIALES
Perfi l en Facebook de la Fundación Alejandro de la Sota, URL: https://www.facebook.com/
FundacionAlejandrodelaSota