4.7 valoracion servicios ambientales
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* Artículo generado a partir del proyecto de investigación titulado "Los
instrumentos económicos como incentivos a la internalización de costos
ambientales en empresas floricultoras colombianas", realizado por la primera
autora como requisito para optar al título de Magíster en Administración - MBA, de
la Universidad de Medellín, Colombia. Financiado por la Universidad de Medellín.
** Ingeniera Ambiental, Universidad de Medellín, Colombia. Estudiante Maestría en
Administración-MBA, Universidad de Medellín, Colombia. Docente Gestión
Ambiental, Fundación Universitaria María Cano, Medellín, Colombia. Participación en
proyectos de investigación con el Grupo de Investigaciones y Mediciones
Ambientales (GEMA, categoría C de Colciencias) y Grupo de Economía Aplicada
(GEA, categoría B de Colciencias), de la Universidad de Medellín, Colombia. Correo electrónico: [email protected].
*** Economista y especialista en Evaluación Socioeconómica de Proyectos,
Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. Magíster en Ciencias Económicas,
Área de Economía de la Energía y los Recursos Naturales, Universidad Nacional de
Colombia. Profesor asociado, coordinador del Grupo de Economía Aplicada (GEA) de la Universidad de Medellín, Colombia. Correo electrónico: [email protected].
Recibido/Received/Recebido: 09/11/2009 - Aceptado/Accepted/ Aprovado: 12/04/2010
Resumen
Este artículo tiene como objetivo central presentar la valoración económica de
bienes y servicios ambientales brindados por el recurso suelo vinculado a empresas
floricultoras, la cual se plantea como criterio base para establecer una subvención
ambiental como mecanismo de fortalecimiento de la gestión ambiental empresarial
en Colombia. Así, mediante una revisión bibliográfica analítica, se realiza un
reconocimiento de la normativa ambiental nacional en torno al control de la
contaminación del suelo. Igualmente, se aplica el método de transferencia de
beneficios como mecanismo de valoración económica y se propone un modelo de
gestión ambiental en empresas floricultoras colombianas a través de la subvención
ambiental. Este trabajo concluye que la información asociada al valor económico de
los bienes y servicios ambientales de un recurso natural es relevante porque
permite dar una idea de la importancia de los mismos, al tiempo que es
fundamental en el establecimiento de la tarifa mínima requerida en el instrumento económico.
Palabras clave: Valoración económica, bienes y servicios ambientales, subvención, gestión ambiental.
Abstract
This paper presents the economic valuation of environmental goods and services
provided by soil associated to flower enterprises as a fundamental criterion to
establish an environmental subvention to strengthen enterprise environmental
management in Colombia. An acknowledgment of national environmental normative
is made through an analytic bibliographic review in relation to soil contamination
control. Also, transference method of benefits is applied as economic valuation
mechanism and a model of environmental management model is proposed in
Colombian flower enterprises through environmental subvention. This paper
concludes that information associated to environmental goods and services
economic value of a natural resource is relevant because it allows providing an idea
of their importance, at the same time, it is fundamental in the establishment of the minimum required tariff in the economic instrument.
Keywords: Economic valuation, goods and environmental services, subsidy, environmental management.
Resumo
Este artigo discute a valorização econômica de bens e serviços ambientais
fornecidos pelo recurso do solo, relacionados as firmas floricultoras, como critério
para o estabelecimento de um subsídio para fortalecer a gestão ambiental do
empresariado na Colômbia. A base de uma revisão da literatura analítica, nós
realizamos um levantamento sobre a legislação ambiental nacional em quanto ao
controle da contaminação do solo. Aplica-se o método de transferência de
benefícios, como um mecanismo de avaliação econômica e propõe-se um modelo
de gestão ambiental em empresas de flores da Colômbia mediante um subsídio
ambiental. O documento conclui que a informação associada com o valor econômico
de bens e serviços ambientais de um recurso natural é essencial porque da uma
idéia de sua importância. Além disso, é fundamental para estabelecer a taxa mínima exigida pelo instrumento econômica.
Palavras chave: Valorização econômica, bens e serviços ambientais, subvenção, administração ambiental.
1. Introducción
Los recursos naturales son todos los factores de la naturaleza que el hombre puede
utilizar con el fin de satisfacer sus necesidades, se brindan en forma espontánea y
se caracterizan por poseer una gran riqueza energética, diversidad de especies
animales y vegetales. El aire, el petróleo, los minerales, los vegetales, los animales,
etc., son ejemplos de los recursos naturales que el hombre puede utilizar.
Específicamente, puede decirse que el suelo es un componente esencial del
ambiente en el que se desarrolla la vida; es frágil, de difícil y larga recuperación
(tarda desde miles a cientos de miles de años en formarse), y de extensión
limitada, por lo que se considera como recurso no renovable. Se usa para fines muy
diversos: agricultura, ganadería, pastos y montes, extracción de minerales y de
materiales para la construcción, soporte para las edificaciones, eliminación de residuos; para actividades de ocio y recreo (Dorronsoro, 2007).
El suelo provee importantes bienes y servicios ambientales, dentro de los cuales se
destaca ser el sustento de alimento para las plantas, almacenar nutrientes; poseer
y albergar materia orgáica proveniente de restos de animales y vegetales; ser el
hábitat de diversos organismos que transforman la materia orgánica presente en
él; entre otros factores que lo hacen ser esencial en el desarrollo de los
ecosistemas de los cuales forma parte. Ahora, dentro de los contaminantes con
gran impacto sobre el suelo están los plaguicidas, sustancias formadas por
compuestos tóxicos que se han introducido deliberadamente en el medio ambiente
para combatir plagas y enfermedades de las plantas; pueden acumularse en el
suelo o bien filtrarse en las aguas subterráneas o evaporarse y posteriormente
volver a depositarse en el suelo. Así mismo, pueden afectar la biodiversidad de este
recurso debido a su escasa selectividad, e incorporarse en la cadena trófica,
situación que puede generar la pérdida irrecuperable de los bienes y servicios brindados por dicho recurso.
Así pues, teniendo en cuenta la estrecha relación existente entre los recursos
naturales, las organizaciones y el ser humano, surge la necesidad de crear
regulaciones ambientales que protejan y propendan por un uso adecuado de estos
recursos, pues a partir de ellos, se satisfacen las necesidades vitales de la población
mundial. En consecuencia, en países como Colombia surgen regulaciones
ambientales como el Decreto Ley 2811 de 1974 y la Ley 99 de 19931, a partir de
las cuales se logra incluir la variable ambiental como un factor preponderante en la
supervivencia de la población, puesto que a través de los recursos del medio, se
obtienen las materias primas e insumos requeridos en los procesos productivos de
las organizaciones, concebidas como fuentes fundamentales para la generación de
satisfactores sociales. No obstante, la legislación colombiana aún no ha estipulado
la regulación para cada recurso como tal, en este sentido, sólo se cuenta con un
conjunto de estatutos que han tenido como objetivo fundamental el
aprovechamiento adecuado del recurso hídrico y del aire. En cuanto al suelo, la normativa existente es muy limitada.
De esta manera, es importante resaltar la necesidad de crear políticas públicas y
estrategias de regulación, que permitan disminuir el impacto ambiental negativo
que se produce sobre el suelo (consecuencia de diversas actividades que se realizan
en los procesos productivos de la industria y demás sectores económicos), y
generar una conciencia sobre la importancia de conservar los recursos naturales
presentes en el medio. Ahora, una estrategia para regular permanentemente las
actividades económicas de las empresas, en cuanto a la generación de impactos
ambientales negativos sobre el suelo, es el uso de instrumentos económicos que
puedan incentivar a los agentes productivos para que inviertan en la protección y
conservación de los recursos naturales.
En consecuencia, este artículo tiene como objetivo evidenciar la importancia
económica de los bienes y servicios ambientales brindados por el recurso suelo en
la creación de una subvención ambiental que promueva la inserción de una
adecuada gestión ambiental en empresas floricultoras colombianas. En ese sentido,
la primera sección de éste artículo presenta la problemática asociada al uso
económico del recurso suelo. Por su parte, la segunda sección establece la
valoración económica de bienes y servicios brindados por el suelo. Seguidamente,
en la tercera sección, se presenta el diseño de una subvención ambiental como
mecanismo de fortalecimiento de la gestión ambiental en empresas floricultoras colombianas. Adicionalmente, se presentan conclusiones sobre el tema de estudio.
2. La problemática en el uso económico del recurso suelo
El sistema económico y productivo que hace parte del mundo organizacional no es
cerrado y tampoco auto-sostenido, pues existe una continua influencia recíproca
entre el proceso económico y el medio ambiente en busca de índices crecientes de
bienestar para las comunidades. Esto significa, que las organizaciones reciben
recursos naturales valiosos y generan desperdicios que pueden o no estar sujetos a
costos para su tratamiento y disposición. De lo anterior se desprende que todo
proceso de producción-consumo, toma recursos del medio natural, los aprovecha y
finalmente arroja desperdicios, que si superan la capacidad de carga del ambiente,
terminan necesariamente por degradarlo (Miranda,2001).
En este sentido, se resalta el hecho de que aunque las actividades económicas,
especialmente la agricultura, vienen sustituyendo el uso de sustancias como
plaguicidas y fertilizantes por otras menos contaminantes, el ritmo de sustitución
está por debajo del crecimiento agrícola, por lo cual se presenta un desbalance que
genera un uso intensivo del recurso suelo por parte de las sustancias químicas
mencionadas. Igualmente, otras actividades productivas también realizan un uso
intensivo de este recurso, situación que está conduciendo a una degradación
creciente del suelo, así como a una pérdida irrecuperable del mismo. El uso
inadecuado de este recurso trae como consecuencia la imposibilidad de hacer un
uso óptimo del suelo en la agricultura, la ganadería, la recreación, etc., dado que
éste recurso provee importantes funciones ambientales, dentro de las cuales se
destaca ser el sustento de alimento para las plantas, almacenar nutrientes, poseer
y albergar materia orgánica proveniente de restos de animales y vegetales, ser el
hábitat de diversos organismos que transforman la materia orgánica presente en él,
entre otros factores que lo hacen ser esencial en el desarrollo de los ecosistemas de
los cuales forma parte.
Adicionalmente, puede decirse también que en el caso colombiano, no existen
normas técnicas con valores límites permisibles asociados al recurso suelo, pues los
parámetros tenidos en cuenta por el gobierno nacional consideran en primera
instancia los recursos agua y aire, dejando por último la creación de instrumentos
que regulen el uso y aprovechamiento del suelo como rec urso fundamental para el
desarrollo de actividades productivas. Es importante resaltar que las
aproximaciones existentes en esta temática se refieren, en general, a la disposición
final de residuos sólidos en el suelo y no a la contaminación que pueda generase en
él, de forma directa a través del uso de sustancias como los plaguicidas. De esta
manera, se establece que una forma de controlar la generación de impactos
ambientales negativos en el suelo es a través de la creación de instrumentos
económicos que permitan fortalecer la gestión ambiental organizacional. A
continuación se presentan entonces algunos referentes legislativos asociados al manejo del recurso suelo.
2.1. Normativa ambiental enmarcada en el recurso suelo
La Constitución de 1991 destinó sus primeros 10 artículos para enunciar aquellos
que habría de considerar los primeros orientadores del Estado Colombiano y en su
artículo 8 estatuyó la protección de las riquezas naturales de la Nación como
principio guía de la actuación del Estado y los part iculares: "Es obligación del
Estado y de las personas proteger las riquezas culturales y naturales de la Nación".
No se trata de una simple declaración constitucional o de un enunciado retórico. El
articulo 8 al erigirse como principio se dimensiona como un verdadero instrumento
conductor de la política estatal y como punto obligado de referencia para evaluar la
actuación del Estado y los particulares, produciendo desde luego consecuencias
jurídicas concretas.
El deber de protección del ambiente a cargo del Estado se encuentra reforzado en
el artículo 79 cuyo texto indica que "Es deber del Estado proteger la diversidad e
integridad del ambiente" y "conservar las áreas de especial importancia ecológica...
", por su parte el articulo 80 agrega el deber de prevenir y controlar los factores de
deterioro ambiental, imponer las sanciones legales y exigir la refacción de los daños
causados. Además, la Constitución política hace mención también al deber de
protección del Estado y a la cooperación que a de prestar a otras naciones para la
protección de los ecosistemas situados en las zonas fronterizas. La obligación
Estatal en materia ambiental es tal, que la propia carta política le proporciona al
Presidente de la República una herramienta excepcional para injuriar hechos que
amenacen perturbar en forma grave el orden ecológico del país (Sanclemente, 2000).
Así mismo, como una forma más de garantizar esa protección ecológica, el artículo
361 establece la creación del Fondo Nacional de Regalías, cuyos recursos deberán
ser obligatoriamente destinados, entre otras, a la preservación del medio ambiente.
Preceptúa el artículo 361: "Con ¡os ingresos provenientes de ¡as regalías que no
sean asignados a ¡os departamentos y municipios, se creará un Fondo Nacional de
Regalías cuyos recursos se destinarán a ¡as entidades territoriales en ¡os términos
que señale ¡a ¡ey. Estos fondos se aplicarán a ¡a promoción de ¡a minería, a ¡a
preservación del ambiente y a financiar proyectos regionales de inversión definidos
como prioritarios en ¡os planes de desarro¡¡o de ¡as respectivas entidades territoriales" (Constitución Política de Colombia, 1991).
Igualmente, en materia legislativa, Montes & García (2005) hacen un recuento de
la normativa ambiental existente en Colombia enfocado al tema específico de los
plaguicidas, en donde se plantea que el Código Nacional de Recursos Naturales
Renovables y de Protección al Medio Ambiente, Decreto 2811 de 1974, establece
que para prevenir el deterioro ambiental y los daños a la salud humana, se deben
establecer requisitos y condiciones para la importación, fabricación, transporte,
comercialización, manejo y disposición de sustancias y productos tóxicos o
peligrosos; disposición que ha sido soporte de la normativa sobre plaguicidas y mercancías peligrosas.
Ahora, el Código Sanitario Nacional, Ley 9a de 1979, desarrolla múltiples temas
entre los cuales se destacan los residuos sólidos, emisiones atmosféricas,
sustancias químicas, sustancias peligrosas, sustancias toxicas, plaguicidas, etc. En
relación con los plaguicidas, esta Ley dedica sus artículos 136 a 144 a regular lo
relativo a su transporte, almacenamiento, uso, comercio y distribución,
estableciendo normas para la salvaguarda de la salud y la seguridad de las
personas. Igualmente, establece la obligación de expedir registro en los casos de
importación, fabricación o comercio de cualquier tipo de plaguicidas, consagrando
obligaciones de tipo sanitario para los fabricantes, formuladores, envasadores o
manipuladores de este tipo de sustancias. Por su parte, el Decreto 1843 de 1991
reglamenta el uso y manejo de plaguicidas y es básico en la legislación colombiana
sobre el tema. A lo largo de este decreto se abarcan temas relacionados con las
funciones de la administración pública en materia de plaguicidas, se fijan
parámetros técnicos sobre los niveles de toxicidad, requisitos sobre
experimentación con plaguicidas, licencias para producción, proceso y formulación
de estas sustancias, etc. El objeto de este reglamento es evitar que el uso y
manejo de plaguicidas afecte la salud de la comunidad, la sanidad animal y vegetal
o causen deterioro al ambiente. Crea el Consejo Nacional de Plaguicidas y los
Consejos Seccionales de Plaguicidas, que tienen carácter consultivo y asesor de los
Ministerios de Salud y de Agricultura y de las direcciones seccionales de salud y
agricultura respectivamente y el Consejo Intrasectorial Nacional que tiene carácter
de asesoría técnica permanente del sistema de salud y cuya secretaria está a cargo de la división de sustancias potencialmente toxicas.
Este Decreto, restringe de manera general todos aquellos productos plaguicidas o
sus componentes, en los cuales se observen o se demuestren efectos cancerígenos,
mutagénicos o teratogénicos ocasionados en dos o más especies animales con
metabolismo similar al de los mamíferos; que su uso y manejo constituyan grave
riesgo para la salud de las personas, de la sanidad animal y vegetal o la
conservación del ambiente, según lo determinen los Ministerios de Salud y/o
Agricultura, o que no haya demostrado efectividad o eficacia para el uso que se
propone. En lo relativo a los desechos y los residuos de plaguicidas, establece que
la persona natural o jurídica que los maneja debe dar tratamiento previo a su
evacuación final, de manera que los efluentes no sobrepasen los límites permitidos
oficialmente. Adicionalmente, para el tema de los residuos de plaguicidas la norma aplicable es el Decreto 1443 de 2004.
La Ley 99 de 1993, asigna competencias a las autoridades del sector ambiental y
determina entre las funciones del Ministerio del Medio Ambiente la obligación de
establecer los límites máximos permisibles de emisión, descarga, transporte o
deposito de sustancias, productos, compuestos o cualquier otra materia que pueda
afectar el medio ambiente o los recursos naturales, obligación que también se le
impone a las corporaciones autónomas regionales. Del mismo modo, el Ministerio
debe expedir las regulaciones ambientales para la distribución y uso de sustancias
químicas utilizadas en actividades agropecuarias y dictar regulaciones para impedir
la fabricación, importación, posición y uso de armas químicas, biológicas y
nucleares, así como la introducción al territorio nacional de residuos nucleares y
desechos tóxicos o subproductos de los mismos. Esta Ley también fija las
competencias de los grandes centros urbanos, establece que los municipios,
distritos o aéreas metropolitanas tienen la responsabilidad de ejecutar el control de
vertimientos y emisiones contaminantes, disposición de desechos sólidos y de residuos tóxicos y peligrosos.
Según esta Ley, el Ministerio de Ambiente otorga de manera privativa la licencia
ambiental para la producción e importación de pesticidas, y de aquellas sustancias,
materiales o productos sujetos a controles por virtud de tratados, convenios y
protocolos internacionales. Esta reglamentación se dirige a todas aquellas personas
naturales o jurídicas, públicas o privadas, que fabriquen, formulen, importen,
envasen, distribuyan, comercialicen, empaquen, almacenen y transporten
plaguicidas, así como al consumidor o usuario final de los mismos, y a las personas
que generen y manejen residuos o desechos peligrosos provenientes de
plaguicidas. Finalmente, la Ley establece funciones de control y vigilancia de las autoridades ambientales y sanciones en caso de violación de estas normas.
Continuando con la normatividad aplicable a los plaguicidas, es importante anotar
que el Decreto 1220 de 2005, reglamentario de la Ley 99 de 1993 en cuanto a
licencias ambientales dispone que requerirán de licencia ambiental la importación y
producción de pesticidas y de aquellas sustancias, materiales o productos sujetos a
controles por virtud de tratados, convenios y protocolos internacionales,
determinando que la mencionada importación deberá ajustarse al procedimiento
señalado en la Decisión Andina 436 del Acuerdo de Cartagena y sus normas
reglamentarias; para los cuales da competencia privativa al Ministerio de Ambiente,
Vivienda y Desarrollo Territorial. Las corporaciones autónomas regionales, las de
desarrollo sostenible, los grandes centros urbanos y las autoridades ambientales
creadas mediante la Ley 768 de 2002, son competentes para el otorgamiento de la
licencia ambiental para los proyectos cuyo objeto sea el almacenamiento de sustancias peligrosas, como son los plaguicidas.
La normatividad expedida por la cartera de agricultura, hace referencia a la
prohibición de venta y uso de ciertos plaguicidas únicamente con destino a
determinados cultivos. En este orden de ideas, la Resolución 447 de 1974 prohíbe
el uso y venta de insecticidas clorados con destino al cultivo del tabaco (Aldrin,
Clordano, DDD, Dieldrin, Endrin, Iso-benzán, Melipax y Toxapheno) y la Resolución
209 de 1978 prohíbe el uso de plaguicidas organoclorados en el cultivo del cafeto
(DIH, Lindano, cetonas policíclicas, policlorados y los fenoxiderivados), entre otras
resoluciones.
Otro tema de interés fundamental en el uso de plaguicidas a nivel nacional es la
existencia de exenciones tributarias a los plaguicidas. Sin lugar a dudas, la
normatividad tributaria favorece el uso de agroquímicos, toda vez que el artículo
424 del Estatuto Tributario excluye expresamente del impuesto sobre las ventas a
los abonos minerales o químicos nitrogenados, los abonos minerales o químicos
fosfatados, los abonos minerales o químicos potásicos, los plaguicidas e insecticidas
y las materias primas químicas con destino a la producción de plaguicidas e
insecticidas y de los fertilizantes (exactamente para la producción de los abonos
anteriormente mencionados), es decir que la venta o la importación de los
anteriores bienes no causa el impuesto sobre las ventas). El Decreto 358 de 2002
establece los requisitos que se deben cumplir para que la venta o la importación de
los plaguicidas o sus materias primas este excluida del impuesto sobre las ventas.
En cuanto al impuesto sobre la renta, dispone el estatuto tributario que, no
constituirán renta ni ganancia ocasional para el beneficiario, los ingresos
constitutivos por los contribuyentes por concepto de indemnizaciones o
compensaciones recibidas por concepto de la erradicación o renovación de los
cultivos, o por concepto del control de plagas, cuando esta forme parte de
programas encaminados a racionalizar o proteger la producción agrícola nacional y
dichos pagos se efectúen con recursos de origen público, sean estos fiscales o parafiscales (Montes & García, 2005).
En consecuencia, puede decirse que en Colombia, es necesario crear políticas,
estrategias institucionales, estrategias de regulación, metas corporativas, las cuales
permitan disminuir el impacto ambiental negativo que se produce sobre el suelo
(consecuencia de diversas actividades que se desempeñan en los procesos
productivos de la industria y demás sectores económicos), y generar una conciencia
sobre la importancia de conservar y preservar2 los recursos naturales presentes en el medio.
Específicamente, una estrategia para regular permanentemente la gestión realizada
por las empresas colombianas en cuanto a la generación de impactos ambientales
negativos en el suelo, es por medio de instrumentos económicos que puedan
incentivar a las organizaciones para que inviertan en la protección y conservación
de los recursos naturales. En este sentido, se plantea entonces que los
instrumentos económicos son herramientas eficientes y eficaces para el control y la
posible prevención de fenómenos de contaminación, en tanto permiten generar
acciones costo efectivas y presentan una mayor flexibilidad que las herramientas de
comando y control, pues posibilita generar desarrollo al tiempo que se promueven
prácticas amigables con el medio ambiente como la compra de tecnologías limpias y
la incorporación de buenas prácticas ambientales dentro de una organización. En
este orden de ideas, es fundamental resaltar que la valoración de los bienes y
servicios ambientales brindados por un recurso natural como el suelo es un
elemento clave en la creación de los instrumentos económicos, pues a través de
ella, puede reconocerse la relevancia económica de proteger dichos bienes y
servicios y evitar así su posible pérdida. A continuación se establece entonces una
aproximación a la valoración económica de bienes y servicios brindados por el recurso suelo.
3. Valoración económica de servicios ambientales en empresas floricultoras
La normativa de los recursos naturales está directamente vinculada con el
reconocimiento de la importancia que generan estos recursos para el ser humano y
para el desarrollo de la vida en la tierra. En este sentido, se considera que una
forma de demostrar esta importancia es a través de la valoración económica de los
mismos, pues estas aproximaciones dan una idea general del valor económico y
social del recurso y de lo que significaría su pérdida o deterioro para las actividades
cotidianas del ser humano.
De esta manera, este artículo presenta la valoración económica de servicios
ambientales asociados al suelo empleado en actividades de floricultura de una
unidad productiva de análisis ubicada en el Oriente Antioqueño, para lo cual se
emplea el método de transferencia de beneficios, el cual se define como la
transferencia de valores económicos estimados existentes en un contexto o sitio de
estudio para estimar valores económicos en otro diferente (sitio de política). Así,
este método tiene como base fundamental el uso de valores económicos obtenidos
en estudios previos, para estimar, mediante su transferencia, el valor económico de los cambios en ecosistemas naturales específicos (Correa, 1999).
La elección de este método radica fundamentalmente en su facilidad de aplicación y
en el hecho de que no incurre en costos elevados de aplicación como las
metodologías de valoración contingente, el costo de viaje y el método de los precios
hedónicos, puesto que como ya se mencionó anteriormente, una de sus virtudes es
que se trata de una técnica que se basa en estimaciones obtenidas en estudios ya
realizados. Así, se plantea que frecuentemente las agencias gubernamentales y las
organizaciones privadas tienen la necesidad de establecer estimaciones del valor
económico de los servicios ambientales para realizar análisis de costo-beneficio,
evaluación de daños a recursos naturales o para facilitar las decisiones de política y
gestión en general. Sin embargo, en muchas situaciones no es práctico para una
institución u organización recolectar información primaria sobre la cual basar las
estimaciones de valoración. Por lo tanto, la aplicación de los resultados previos de
otras investigaciones en situaciones similares es una alternativa muy atractiva con
respecto a hacer una nueva investigación que implica tiempo y dinero. No obstante,
es importante aclarar que los valores obtenidos por este método son sólo
indicadores de magnitud de importancia que orientan la toma de decisiones, más no valores para establecer pagos por servicios ambientales estrictamente3.
En este orden de ideas, puede decirse que éste método emplea valores monetarios
de bienes ambientales estimados en un contexto determinado, para valorar los
beneficios de un bien similar bajo distinto contexto, del cual se desconoce su valor
(Osorio, 2006). Existen tres formas de realizar la transferencia de valores: 1)
transferencia de puntos estimados o valores fijos, 2) transferencia de medidas de
tendencia central y, 3) transferencia de estimaciones de valores
administrativamente aprobadas (juicio de especialistas). En el primer caso, los
beneficios totales del sitio objeto de análisis donde se va a establecer la política se
estiman tomando los valores por unidad estándar provenientes de los datos de un
sitio de estudio4. Por su parte, en la transferencia de medias de tendencia central
se calcula el valor promedio u otra medida de tendencia central para los puntos a
estimar. Este valor promedio debe ser calculado a partir de las estimaciones mejor
ajustadas obtenidas de los diversos estudios analizados. Finalmente, en el tercera
forma, beneficios totales de el sitio donde se va a establecer la política se estiman
tomando los valores por unidad provenientes de un juicio de un especialista o de un proceso de opinión5.
Ahora, en este estudio se empleará el método de transferencia a través de valores
fijos o puntos estimados, el cual según Rosenberger & Loomis (2003, citado por
Osorio, 2006) tiene el siguiente procedimiento metodológico:
a) Definir el sitio de análisis (sitio de política). Esta definición debe incluir las
diversas características del sitio a analizar y definir cuál es la información que se necesita y en qué unidades.
b) Localizar y recoger resultados de investigaciones originales. Se debe realizar una
cuidadosa revisión de literatura y obtener copias de potenciales publicaciones relevantes.
c) Revisar cuidadosamente los estudios relevantes, analizando si el contexto de la
investigación original se aproxima al del sitio de política, además si los valores
estimados están en las unidades adecuadas. Por último, se debe revisar la calidad
de la investigación.
d) Seleccionar un punto estimado o un rango de puntos estimados. Este punto o rango estimado debe tener el mejor ajuste de los posibles candidatos.
e) Transferir el punto estimado o el rango de puntos estimados al sitio de política.
Para agregar el punto estimado al contexto del sitio de política se multiplica el valor
por el total del número de unidades logrando de esta manera una estimación del valor total para el bien o servicio ambiental en el sitio de política.
3.1. Aplicación de transferencia de beneficios en una empresa floricultora colombiana
La adopción de esta metodología en la zona de estudio implica la definición de las
características físicas del terreno, la identificación de los servicios ambientales
potenciales ofrecidos por el recurso suelo y la transferencia de los valores monetarios.
3.1.1. Características físicas del terreno de estudio
La zona de estudio se encuentra a una altura aproximada de 2.130 msnm y su
temperatura promedio es de 18°C, lo cual sugiere una clasificación de zona de vida
según Holdrige (1967) correspondiente a Bosque Húmedo Montano Bajo (bh - MB),
piso climático frío (Cornare, 2005). Los suelos son moderadamente inclinados u
ondulados con pendientes inferiores al 12%; con una retención de humedad muy
alta o mediana, permeabilidad lenta y nivel de fertilidad moderada, hay algunos cultivos transitorios y permanentes.
Los usos del suelo de la zona de estudio hacen referencia a Cultivos Transitorios
Confinados Floricultura (Cornare, 2005), de tal manera que el bioma identificado
para este lugar según la clasificación de Costanza et al. (1997)6 puede referirse a Tierra de cultivos y Bosques plantados.
3.1.2. Identificación de servicios ambientales potenciales de la zona de estudio
Como se mencionó anteriormente, al analizar las características de la zona de
estudio se identificó la existencia potencial de dos ecosistemas, los cuales
corresponden a bosque plantado y tierras de cultivo. Esto significa que si en algún
momento el uso del suelo de la zona de estudio deja de ser floricultura, este terreno podría convertirse en los ecosistemas enunciados.
En este sentido se determinó, a partir de Costanza et al (1997), los servicios
ambientales que prestaría cada ecosistema potencial de la zona de estudio, encontrando:
A partir de esta identificación se establecen entonces los valores en dólares y pesos
de cada servicio reportado por Costanza et al (1997) y su valor actualizado a
precios del año 2009, al igual que el monto que representarían estos servicios en
las 50 Ha de terreno analizado en la zona de estudio (Tabla 2). Debe decirse que
Costanza et al (1997) utilizan, igualmente, transferencia de valores fijos, en unos
casos, y promedios, en otros, obtenidos de diversos estudios que valoran
económicamente los diferentes ecosistemas alrededor del mundo (con métodos
directos como la valoración contingente, así como con métodos indirectos cómo el
método de costos de viaje, precios hedónicos y costos de reemplazo)7.
Adicionalmente, esta valoración se realizó considerando un horizonte de 10 años de
sostenimiento de los servicios ambientales mencionados, para lo cual se calculó su
valor presente neto, considerando tasas sociales de descuento de 12%, 8.95% y 4.97%8 (Tabla 3).
Tabla 1. Servicios ambientales presentes en la zona de estudio9
Tabla 2. Transferencia del valor de los servicios ambientales del año 1997 al año 2009 en dólares y pesos colombianos10
Tabla 3. Valor presente neto de los servicios ambientales por 50 hectáreas, en un
período de 10 años, en pesos colombianos11
3.2. Algunas consideraciones sobre la valoración económica obtenida
A partir de los resultados obtenidos (Tabla 2), puede decirse que el valor de los
servicios ambientales de la zona de estudio, como Tierra de cultivo, es de trece
millones trescientos noventa mil quinientos veinticuatro ($13.390.524,40) y
cincuenta y seis millones setecientos sesenta y cuatro mil ciento setenta y nueve
($56.746.179,53) como Bosque. El primer valor mencionado se encuentra asociado
a servicios específicos de polinización, control biológico y producción de alimentos;
mientras que el segundo, se refiere a regulación de agua, abastecimiento de agua,
control de erosión, formación de suelo, materias primas y regulación del clima.
Situación que explica el por qué de la diferencia entre ambas valoraciones, pues el
ecosistema como Bosque genera a su vez una mayor cantidad de servicios ambientales que la Tierra de cultivos.
Adicionalmente, al considerar la valoración de los servicios ambientales en un
período de diez años, es decir, bajo un ecosistema intervenido para producción de
alimentos (tierra de cultivo) o para bosque plantado, se establecen algunos
planteamientos interesantes en función de la importancia económica de tales
ecosistemas. Así, siguiendo los lineamientos de Correa (2006) y Edwards (2002) de
utilizar una baja tasa social de descuento (4.97%)12 cuando se evalúan
económicamente servicios ambientales, se tiene que el valor presente neto de los
servicios en conjunto del ecosistema Tierra de cultivos en 50 Hectáreas de terreno,
genera un valor en pesos colombianos de doscientos cuarenta y cuatro mil millones
novecientos noventa y siete mil quinientos cuarenta y cinco ($244,997,045.36). Por
su parte 50 hectáreas del ecosistema Bosques, en diez años representaría un valor
económico en pesos colombianos de mil treinta y ocho millones quinientos setenta
y cuatro mil cuatrocientos treinta y uno ($1.038.574.431,41) (Tabla 3). La
diferencia entre estos valores significa que en un período de diez años, el valor de
los servicios ambientales generados por el ecosistema Bosques es 4.2 veces mayor
que el valor obtenido por el ecosistema Tierra de cultivos, situación que se presenta
por la diferencia en cantidad, diversidad y singularidad de los servicios ambientales que pueden ser generados en cada uno de los ecosistemas analizados.
En este sentido, es vital resaltar que este estudio pretende dar una idea de la
importancia económica de mantener las características del suelo de la zona de
estudio, como elemento preponderante para su desarrollo, pues en un determinado
momento podrían generarse cambios en los usos del suelo que potencien la
prestación de más servicios ambientales generados por éste recurso. Ahondando en
este último aspecto es importante considerar que de ser factible este proceso de
reconversión en usos del suelo, debería realizarse un estudio más detallado, donde se analice la relación costo-beneficio de dicho cambio.
Ahora, es importante resaltar que la información mencionada en este capítulo
pretende ser incorporada en el diseño de un instrumento económico que permita
una gestión eficaz en el control y la posterior prevención de la contaminación del
suelo generada por plaguicidas en zonas floricultoras (como uno de los principales
sectores de la economía colombiana que emplea sustancias químicas en la
protección de sus cultivos), con el fin de potenciar la prestación de sus diversos servicios ambientales.
4. Diseño de una subvención como mecanismo de fortalecimiento de la gestión ambiental en empresas floricultoras
Los instrumentos económicos son una alternativa de gestión ambiental aplicable al
caso colombiano, porque apuntan a generar soluciones reales a problemas
crecientes que han causado el deterioro ambiental, ya que la flexibilidad que
ofrecen permite a los diferentes agentes que intervienen en el proceso, minimizar
tanto el costo de cumplir con la regulación, como el costo total en que la sociedad
debe incurrir para lograr sus metas de calidad ambiental (García, 2006 y León,
2006). Por tal razón, los instrumentos económicos permiten obtener una solución
costo efectiva. Esto significa que este tipo de instrumentos permiten lograr e l
mismo objetivo de las normas ambientales, reducir la contaminación generada en las actividades productivas; pero a un menor costo que la norma ambiental.
En este sentido, puede decirse que la aplicación de un instrumento económico como
la subvención para estimular procesos ambientalmente limpios, puede convertirse
en una herramienta eficiente y eficaz en la consecución de los objetivos de una
empresa determinada y de la sociedad, los cuales plantean obtener una mayor
rentabilidad garantizando una minimización de sus costos, dentro de los que se
encuentran todos aquellos aspectos relacionados con la temática ambiental. A
continuación, se presenta entonces la propuesta de diseño de la subvención ambiental en una empresa floricultora colombiana.
4.1. Diseño de la Subvención Ambiental
La creación de la subvención ambiental tiene como objetivo incentivar la gestión
ambiental13 y administrativa de organizaciones que promuevan prácticas amigables
con el medio ambiente. En este sentido, su diseño tuvo en cuenta elementos
asociados a la calidad del recurso suelo a partir del uso de sustancias como los
plaguicidas, y aspectos de mejoramiento empresarial como la competitividad de
una empresa en el mercado. En este último aspecto, Porter & Van der Linde (1995)
(citados por Riera et al, 2005) plantean que, si se aplica correctamente, la política
ambiental puede aumentar la productividad y la competitividad de las empresas y,
por tanto, de los países. Así, un país podría mejorar su posición en la economía
mundial si tuviera una política ambiental más estricta, más acertada pero a la vez
más decidida tanto en la aplicación de premios (subsidios) y castigos (impuestos)
(Riera et al, 2005). En este sentido, Porter y Van der Linde (1995) establecen que
las regulaciones pueden impulsar las innovaciones de dos formas. Por un lado, las
empresas pueden mejorar la forma en que gestionan sus problemas de
contaminación, pues las tecnologías que lleguen a adoptar pueden reducir sus
costos. Por otro lado, las innovaciones pueden mejorar tanto los productos de las empresas como el propio proceso de producción.
Así, el proceso de creación de la subvención, se enmarca en la definición de
criterios como: 1) las características del plaguicida, 2) la gestión ambiental
empresarial, 3) la relación empresa-mercado y, 4) el monitoreo de la calidad del
suelo. Estos son los elementos representativos del enfoque ambiental y
administrativo del instrumento económico que se propone en este estudio.
Posteriormente, se definen los pesos de ponderación para cada criterio y se
establece la fórmula para el cálculo, considerando, la determinación de elementos
de apoyo como la tarifa mínima y el fondo ambiental que subsidiará la subvención. A continuación se enuncian los elementos mencionados.
4.1.1. Características del plaguicida
Los plaguicidas son sustancias que poseen diversas propiedades como: clasificación
según el elemento químico que los conforma; estado físico; toxicidad, persistencia;
bioacumulación; solubilidad, entre otros aspectos que los hacen específicos para
diferentes tipos de plagas y cultivos. Así, para el análisis de la contaminación del
suelo, se seleccionaron factores como la persistencia y la toxicidad puesto que
ambos elementos permiten determinar el grado de afectación de este recurso. Por
tal razón, éste criterio será entendido como el grado de toxicidad y persistencia,
donde el primer elemento se refiere a la capacidad o la propiedad de una sustancia
de causar efectos adversos sobre la salud, tanto de personas, como de animales,
vegetales, microorganismos, entre otros. Su medición se representa en clase I:
altamente tóxico (0); clase II: moderadamente tóxico (0,33); clase III: bajamente tóxico (0,66) y clase IV: no tóxico (1) (EPA, 2009).
Con respecto a la persistencia, puede decirse que ésta se define como el tiempo de
vida media de una sustancia, esto indica el tiempo necesario para que la mitad del
residuo desaparezca bajo condiciones normales. Su duración se expresa, según la
Universidad de Hertfordshire (2005) en: menos de 30 días, no persistente (1);
entre 30 y 100 días, moderadamente persistente (0.66); entre 100 y 365, persistente (0,33) y mayor a 365, muy persistente (0).
4.1.2. Gestión ambiental empresarial
Teniendo en cuenta que la gestión ambiental puede considerarse como un conjunto
de acciones encaminadas a lograr la máxima racionalidad en el proceso de decisión
relativo a la conservación, defensa, protección y mejora del medio ambiente, a
partir de un enfoque interdisciplinario y global llevado a cabo por personas,
empresas, organizaciones o instituciones; se determinó que este criterio abarcaría todos aquellos aspectos relacionados con:
• La adopción de programas ambientales como flor verde y/o sellos verdes,
también llamados ecoetiquetas14. Estos programas representan la adopción de
buenas prácticas dentro de una empresa donde además de lograr un desempeño
ambiental, se favorece la articulación de las características sociales y económicas
que rodean la producción. Su medición se representa con uno (1) cuando exista
dicho programa o cero (0) en el caso contrario y se determina a partir del
certificado expedido por el Icontec, Cornare o alguna institución u ONG que sea reconocida en el ámbito mundial y otorgue este tipo de sellos.
• El uso de plaguicidas y su relación con el recurso suelo, lo cual enmarcado en:
1. el manejo adecuado de recipientes de plaguicidas, a través de la creación e
implementación de un programa de manejo que demuestre evidencias tales como
documentos escritos, donde se plasme la labor realizada, tiempos de recolec ción,
tipo de tratamiento final, fechas de entrega del material y contrato con empresa
recolectora; indicadores de su monitoreo, soportes de entrega a empresas con
licencia ambiental para el manejo de los mismos o permisos para su disposición. Su
medición se representa con uno (1) cuando exista este programa y con cero (0) en el caso contrario.
2. en la sustitución de plaguicidas, en el cual se considera a su vez la adopción de
técnicas como el control biológico, donde se cuente con los soportes documentales
de dicha labor. Este parámetro considera la representación en porcentaje del grado
de aplicación de técnicas como el control biológico, relacionado con el tamaño del
cultivo, pues se considera que el área de la empresa que se encuentra en
producción, representa la zona con mayor susceptibilidad de ser contaminada con
el uso de plaguicidas. De esta forma, se determina que entre mayor sea la cantidad
de hectáreas en producción asociada a una política de uso de agroquímicos igual o
superior al 50%, mayor es la posibilidad de afectar el recurso. En este sentido, su
medición corresponderá a: empresas con cultivos de menos de 10 Ha, pequeñas (1); entre 10 y 30 Ha, mediana (0.5); mayor a 30 Ha, grande (0).
En el caso en que la política empleada en la empresa no c onlleve el uso de
plaguicidas de ningún tipo, es decir, que posea un 100% de estrategias sustitutas, el valor de esta variable será siempre 1, sin importar el tamaño del cultivo.
Cuando exista una proporción determinada entre el uso de plaguicidas y un
sustituto de ellos, como el control biológico mencionado anteriormente, se plantea
considerar el siguiente esquema: entre mayor sea la cantidad de hectáreas en
producción, mayor es la cantidad de recurso conservado, cuando se aplican
políticas de sustitutos de plaguicidas. En este sentido, cuando una empresa emplee
un esquema de control biológico superior o igual al 60% (y diferente del 100%), su
medición estará asociada al tamaño de la empresa, así: organizaciones con cultivos
de menos de 10 Ha, pequeñas, (0.25); entre 10 y 30 Ha, mediana (0.5); y mayor a
30 Ha, grande (0.75). Como puede observarse en estas calificaciones, no se
otorgan los valores de cero ni uno. El valor de uno, que corresponde a la máxima
calificación posible del criterio, no se otorga bajo este esquema, porque aunque la
proporción de sustancias químicas empleadas sea baja (menor al 40%) sigue
existiendo uso de ellas, situación que afecta negativamente el recurso suelo. En el
caso del valor cero, mínima calificación posible, el criterio no lo considera, puesto
que lo que se busca es incentivar a la empresa para que lleve a cabo disminuciones
graduales del uso de sustancias químicas, objetivo que teniendo valores de cero no se lograría. Por esta razón, la calificación de este criterio inicia en 0.25.
4.1.3. Relación empresa-mercado
Este criterio plantea elementos que permitan evidenciar cómo a través del tiempo
se genera un mejoramiento en la situación general de la organización, asociado a la
inserción de su gestión ambiental. En este sentido, se considera:
• El tipo de mercado que atiende la empresa, ya sea interno o externo. En este
caso, se favorecerían aquellas empresas que tengan una mayor proyección de
exportaciones, dado que esto incrementaría el nivel económico de la compañía,
posibilitando una mejora sustancial de todas sus características y se generaría un
mayor aporte al mejoramiento de las condiciones nacionales. Su medición será de 1
en el caso en que se exporte la totalidad de la producción generada; 0.25 cuando
sea netamente abastecimiento de mercado interno. Cuando haya representación de
ventas en ambos mercados, se tendrán las siguientes bases: Si de la producción
generada, se exporta 60% o más (0.75); si se exporta menos de este valor, la calificación dada es 0.35.
• Otro elemento considerado en la relación empresa-mercado es la productividad,
definida como el aumento en el número de unidades vendidas por la empresa año a
año. Su medición se hará con respecto a rangos de variación, considerando un
incremento mayor o igual al 15% (1), entre 10% y 15% (0.75), entre 5% y 10% (0.5); entre 1% y 5% (0.25) y menor a 1% o decrecimiento (0).
• Por otra parte, el grado de penetración del mercado, también es considerado y
tiene en cuenta elementos como: (a) la diversificación de mercados, (b) la
diversificación de productos y (c) la estabilidad en el mercado. El primer elemento
se refiere al ingreso a nuevos mercados, es decir, si inicialmente una empresa
exporta a Estados Unidos, se esperaría que con la adopción de herramientas
ambientales, se logre acceder también al mercado español, y así sucesivamente.
Este elemento también considera la expansión de una empresa a diversos
mercados ubicados en un mismo país. En este sentido, si la empresa logra acceder
a nuevos mercados, tendría una calificación de uno (1) y en el caso contrario, de cero (0).
Ahora, la diversificación de productos vendidos, considera la capacidad de una
empresa para vender en un período determinado de tiempo, diferentes productos
en los mercados que atiende o que incursiona, esto significa, que si inicialmente la
compañía A vende un producto Y, se esperaría que en 2 años, venda también el
producto Z; en este caso tendría una calificación de uno (1) y cero en el caso
contrario. Por último, el subcriterio de estabilidad del mercado, tiene en cuenta la
capacidad de una empresa para exportar consecutivamente sus productos en un
período determinado. Su calificación varía de la siguiente manera: si la empresa
logra exportar por un período consecutivo de 5 años o más (1), entre 3 y 5 años (0,75); entre 1 y 3 años (0,5) y menos de un año (0).
4.1.4. Monitoreo de la calidad del recurso suelo
Se define como la concentración del plaguicida encontrado en el suelo analizado, la
cual, si supera el valor límite permisible estipulado tiene una calificación de cero (0)
y en el caso contrario, un valor de uno (1). Este criterio también podría evaluarse
teniendo en cuenta el porcentaje de superación del valor límite permisible (VLP),
por ejemplo, si el dato hallado en el suelo supera en un 5% el VLP, la calificación es
0.75; si lo supera entre 10% y 20% (0.35) y si es mayor al 20% (0).
Adicionalmente, para el cálculo de la subvención es necesario otorgar un peso
específico para cada criterio, que permita ponderar el índice estandarizado y de
ésta forma, obtener el valor del instrumento. En este sentido, se definió que los
criterios características del plaguicida y gestión ambiental, tendría cada uno un
peso de 30% sobre el total, dado que ambos representan el grado de
contaminación o mejora ambiental que puede llegar a generar una empresa en sus actividades cotidianas, relacionadas con el recurso suelo.
Por su parte, los criterios relación empresa-mercado y calidad del suelo, poseen un
peso cada uno de 20% sobre el total. El primer criterio se valoró de esta forma,
puesto que es un elemento que permite representar el grado en que la inserción de
la variable ambiental en el proceso de toma de decisiones de una empresa y en su
manejo en general, logra mejorar sus condiciones económicas. La calidad del suelo
a su vez, fue valorada con este peso, debido a que es un aspecto importante y
representativo del estado del recurso suelo y su grado de afectación o
contaminación. De esta manera, es importante resaltar que sumando el peso de
aquellos criterios que responden al manejo del recurso suelo por parte de las
empresas, se obtiene un valor del 80% del total del peso de la subvención; dato
que permite garantizar que el instrumento económico conserve como base la
relación de la administración general de la empresa, con la temática ambiental,
específicamente, aquella relacionada con el suelo.
Tabla 4. Asignación de factores de ponderación y pesos de cada criterio15
Tabla 5. Valor del factor f requerido para el cálculo de la Tarifa Mínima16
Teniendo en cuenta la información planteada para cada criterio, la Tabla 4,
presenta un resumen donde se asignan los factores de ponderación y la
estandarización de cada uno de ellos, de tal manera que puedan ser comparados entre sí.
4.2. Cálculo de la subvención a partir de la ponderación de criterios
Ahora, el monto de la subvención (MS) a otorgar a una empresa se calcula
mediante las siguientes fórmulas:
S = WCPCP + WGAGA + WREMREM + WCSCS (1)
S, se refiere al valor ponderado de todos los criterios.
MS = S* Tm (2)
Donde Tm corresponde a la tarifa mínima para conceder la subvención. Éste dato
se determina a partir del valor de los beneficios generados en el uso de técnicas
como la biorremediación natural, en la cual los organismos presentes en el suelo se
encargan de transformar aquellas sustancias ajenas a él. En este sentido, se parte
del valor del beneficio económico total estimado por Pimentel & Greiner (1997) de
22.5 billones de dólares por año en 400 millones de hectáreas a precios de 1997,
que corresponde al área promedio de terreno agrícola en Estados Unidos. De esta
manera, la tarifa mínima sería:
Tm = f* Área _ empresa (3)
Donde f corresponde a una constante obtenida al dividir 22.5 billones de dólares
entre 400 millones de Ha, actualizado a valores del año 2009, es decir, 163742.25 dólares/Ha.
Es importante resaltar entonces que el valor de la Tarifa Mínima se calcula teniendo
como base fundamental que la subvención busca dar un incentivo al empresario, de
tal manera que con ésta tarifa se logre reflejar el valor que el Estado ahorraría si
las organizaciones realizaran una gestión ambiental adecuada para el recurso suelo
y de ésta forma, dicho monto se trasladaría al empresario, como reconocimiento a
su labor. La Tabla 5 presenta el valor del factor f en dólares y pesos colombianos.
Ahora bien, los montos de la subvención a otorgar en cada empresa, deben estar
asociados a unas metas de reducción de la contaminación del suelo generadas por
el uso de sustancias como los plaguicidas, ya que, puede presentarse el caso de
encontrar empresas con bajas calificaciones en los criterios ambientales, situación
que conllevaría a que ésta se comprometa a realizar procesos de mejoramiento en
su gestión ambiental. De igual forma, aquellas organizaciones que obtengan altos
valores de la subvención, también deben comprometerse a continuar con el manejo
ambiental que llevan hasta el momento, con miras a alcanzar la máxima subvención posible.
En este sentido, la meta asociada a la subvención tendría en cuenta un período de
cumplimiento de dos años, sin embargo, el monto otorgado a una empresa se
entregaría anualmente y estaría asociado con el grado de cumplimiento de dichas
metas. Por consiguiente, se debe garantizar porcentajes de disminución en el grado
de contaminación del recurso suelo asociado a la implementación de programas de
mejoramiento ambiental, según las características de la empresa y la concertación
entre sus directivos y los representantes del Estado, donde en general, se plantea
que para el año 1 se tenga un cumplimiento del 60% de los programas convenidos
y en el año 2, se logre el 40% restante. Del grado de cumplimiento de estos
programas depende la posibilidad o no que tiene una empresa para adquirir de
nuevo la subvención y aumentar el valor de su monto, cuando aún no haya alcanzado su máximo valor.
4.3. Establecimiento de un fondo ambiental como soporte económico a la subvención
Como se mencionó anteriormente, el fondo ambiental tiene como propósito
sostener el instrumento de la subvención económica que sería concedida a las
empresas con el compromiso de revertir su grado de contaminación del recurso suelo, razón por la cual requiere diversas fuentes de financiación.
En este sentido, los recursos necesarios para la subvención se recogerían a través
de un impuesto ambiental que desestimule el uso de plaguicidas, además de
acceder a créditos con el Banco Interamericano de Desarrollo o el Banco Mundial,
asociar recursos de las Corporaciones Autónomas Regionales a la implementación
de instrumentos económicos; acceder a programas de apoyo internacional para
conservación de bosques, microcuencas y ecosistemas en general. Igualmente, es
importante mencionar que el instrumento de la subvención será aplicado por un
período finito de tiempo en el cual se alcance el nivel deseado de disminución en el uso de plaguicidas.
5. Conclusiones
Los recursos naturales son altamente importantes para el desarrollo de las
actividades cotidianas del ser humano, pues de una u otra forma, intervienen en
sus relaciones y median la producción de diversos satisfactores sociales que
permiten generar una mejora en la calidad de vida de las personas. En este sentido
y haciendo énfasis en el recurso suelo, puede decirse que existe una relación
directa entre las actividades económicas que desempeña el ser humano y el recurso
natural como tal, pues de éste se obtiene un conjunto de materiales e insumos que
son empleados en los procesos productivos de las organizaciones y que la ayudan a mantenerse a través del tiempo, es decir, a permanecer en un nivel competitivo.
Sin embargo, el uso intensivo e indiscriminado de los recursos naturales,
específicamente del suelo, está generando un fuerte impacto ambiental negativo en
el recurso, de tal forma que si no se propende por su protección y conservación,
puede llegarse a perder sus características y por ende su capacidad para ser
empleado dentro de otros procesos productivos posteriores o como soporte para
actividades de ocio y recreo, entre otras. Por consiguiente, la inserción de la gestión
ambiental en las organizaciones se convierte en un elemento preponderante para su supervivencia.
Por su parte, los instrumentos económicos ambientales como herramientas de
incorporación de gestión ambiental en las empresas pueden llegar a ser un
elemento relevante para la estructura general administrativa de una organización,
pues la incorporación de ésta gestión promueve no sólo el aporte organizacional
hacia el medio ambiente, sino que también incentiva el mejoramiento económico de
su actividad, en tanto se reconoce su competitividad y responsabilidad social, como
elementos que pueden posibilitar el ingreso a nuevos mercados y lograr un mayor y mejor posicionamiento dentro de estos.
Es fundamental mencionar que la creación de un instrumento económico ambiental
que considere el manejo adecuado de los recursos naturales, para este caso, del
suelo, asociado al uso de plaguicidas; debe incorporar variables administrativas y
económicas que permitan generar un reconocimiento a las organizaciones por la
labor realizada en todas sus dependencias y campos, puesto que es el correcto
acoplamiento de cada uno de los estamentos de una empresa, lo que le permitirá
incorporar el mejoramiento continuo de sus procesos y el aumento de su
productividad y rentabilidad, a través del desarrollo sostenible, es decir,
promoviendo al máximo el equilibrio entre los componentes social, económico y ambiental de una organización.
Adicionalmente, es importante resaltar que los instrumentos económicos son
herramientas eficientes y eficaces para el control y la posible prevención de
fenómenos de contaminación, en tanto permiten generar acciones costo efectivas y
presentan una mayor flexibilidad que las herramientas de comando y control, pues
permiten generar desarrollo al tiempo que se promueven prácticas amigables con el
medio ambiente como la compra de tecnologías limpias y la incorporación de buenas prácticas ambientales dentro de una organización.
Ahora, el establecimiento de valores económicos de los servicios ambientales de un
recurso natural permite rescatar la importancia, en términos de orden de magnitud,
que dichos servicios representan frente a cada una de las actividades que desarrolla
el ser humano y en los beneficios que le genera. De esta manera, es importante
realizar este tipo de análisis con el fin de determinar el valor económico de los
servicios ofrecidos por un recurso, al tiempo que se establece el valor de su posible pérdida generada por fenómenos antrópicos de contaminación.
Específicamente, en el caso de estudio, el valor presente neto de los servicios en
conjunto del ecosistema Tierra de cultivos en 50 Hectáreas de terreno, genera un
valor en pesos colombianos de doscientos cuarenta y cuatro mil millones
novecientos noventa y siete mil quinientos cuarenta y cinco ($244,997,045.36). Por
su parte 50 hectáreas del ecosistema Bosques, en diez años representaría un valor
económico en pesos colombianos de mil treinta y ocho millones quinientos setenta
y cuatro mil cuatrocientos treinta y uno ($1.038.574.431,41). Es importante
mencionar que la integralidad del esquema de la subvención, plantearía entonces la
inserción de estos valores en el establecimiento de la tarifa mínima empleada en el
cálculo del monto de la subvención, dado que estos representan el monto que el
Estado ahorraría si las organizaciones realizaran una correcta gestión del recurso suelo.
Es esencial plantear que para realizar una implementación rigurosa de la
subvención establecida es necesario llevar a cabo un conjunto de pasos que en
forma sucesiva, ayudarían a obtener resultados más confiables sobre la gestión
ambiental enfatizada en el recurso suelo, realizada por una organización. En este sentido, es importante tener en cuenta las siguientes directrices:
• Determinación de procedimientos claros y específicos para la caracterización de los suelos contaminados.
• Determinación de técnicas de muestreo para dichos sitios, de tal manera que se logre la estandarización de este procedimiento.
• Establecimiento de metodologías de extracción de contaminantes y análisis de los
mismos.
• Determinación de valores límites permisibles generales y metodología de cálculo
de niveles específicos de contaminación en un sitio que considere: el ordenamiento
del territorio, las características del sitio, la evaluación del riesgo al ambiente, los
ecosistemas y la salud humana; dado que éste parámetro aun no se ha reglamentado en Colombia.
• Metodologías de evaluación del riesgo de los sitios contaminados.
• Selección de tecnologías de remediación.
• Alcances y limitaciones de las tecnologías de remediación.
• Determinación del valor económico de los servicios ambientales que genera el recurso natural a analizar.
• Costos de tratamiento de suelos.
En síntesis, puede decirse que en el recurso suelo es fundamental crear una
reglamentación que a partir de un análisis detallado de su problemática, pueda
promover su cuidado y protección, pues aunque en la legislación ambiental
colombiana se plantea la necesidad de realizar dichas prácticas, hasta la fecha no
se ha logrado una intervención real y total por parte del Estado.
Igualmente, debe mencionarse que la creación de un instrumento económico como
la subvención requiere de la existencia de un fondo ambiental que permita su
financiación, para lo cual es necesario recurrir a diversas estrategias de generación
de fondos como los impuestos ambientales. No obstante, es fundamental aclarar
que la existencia tanto de la subvención, como del fondo es finita, puesto que a
medida que disminuya el uso de sustancias químicas como los plaguicidas, se
estará dando cumplimiento al objetivo central del instrumento el cual es disminuir
la contaminación generada por el uso de agroquímicos a la vez que se incentiva a las organizaciones a incorporar procesos de gestión ambiental.
Haciendo énfasis en el fondo ambiental requerido para implementar el instrumento
de la subvención, puede decirse que es necesario realizar un estudio minucioso que
permita determinar el tipo de entidades susceptibles de aportar recursos para el
sostenimiento del fondo, de tal manera que con ayuda de la legislación ambiental
existente en el país y la internacional, se promueva la selección específica de fuentes de financiación regionales, nacionales e internacionales.
Así mismo, se expone que el cálculo de la tarifa mínima empleada en la subvención
es una aproximación o indicativo del valor que debe considerarse en este caso,
pues no se cuenta con la información necesaria para determinar su monto real. En
este sentido, sería necesario iniciar un diagnóstico sobre el grado de contaminación
del recurso suelo en Colombia, para poder realizar un estudio detallado de los
costos de remediación de dichos suelos. De esta manera, se resalta que esta
investigación se especificó en la generación de directrices y el diseño de
instrumentos económicos que permitan minimizar los impactos ambientales
negativos presentes en el suelo y analiza la variación en el valor del subsidio, según
el grado de manejo ambiental y administrativo, sin embargo el monto generado es
un indicativo y no un valor riguroso, puesto que la metodología de transferencia de
beneficios no refleja el costo real del mejoramiento del suelo en Colombia, por lo
tanto, es necesario realizar investigaciones futuras que permitan definir dichos
valores.
Así, la aplicación del instrumento creado es un paso posterior que debe realizarse
con el fin de conocer los diferentes escenarios que podrían presentarse en
empresas que cuenten con diferentes grados de gestión ambiental y empresarial.
Ahora, es fundamental plantear también la necesidad de fortalecer la regulación
ambiental existente en Colombia, de tal manera que sea más rigurosa y cumpla con
su objetivo de preservar los recursos naturales, a través de la disminución de
impactos ambientales negativos en el suelo. Esta situación puede generarse a partir
del fortalecimiento de la capacidad inst itucional, considerando recursos económicos
y humanos, elementos administrativos, infraestructura, entre otros aspectos de relevancia necesarios para la determinación de proyectos de esta índole.
Finalmente, se insiste que un trabajo necesario posterior a este estudio consiste en
el establecimiento de normas sociales a partir de la creación de acuerdos o
resoluciones de implementación de instrumentos económicos a escala regional, que
cuenten con la determinación minuciosa y rigurosa de los costos de
descontaminación de suelos y de los recursos necesarios para la creación del fondo ambiental que permita sustentar la subvención ambiental establecida.
1 El Decreto 2811 de 1974 contiene el Código Nacional de Recursos Naturales
Renovables y de Protección al Medio Ambiente. Por medio de la Ley 99 de 1993, se
crea el Ministerio del Medio Ambiente, se reordena el Sector Público encargado de
la gestión y conservación del medio ambiente y los recursos naturales renovables, se organiza el Sistema Nacional Ambiental, SINA y se dictan otras disposiciones.
2 Conservar se define como "la utilización humana de la biosfera para que rinda el
máximo beneficio sostenible, a la vez que mantiene el potencial necesario para las
aspiraciones de futuras generaciones. Preservar se entiende como "la mantención
del estado natural original de determinados componentes ambientales, o de lo que
reste de dicho estado, mediante la limitación de la intervención humana en ellos al nivel mínimo, compatible con la consecución de dicho objetivo" (DRAL, 2005).
3 Las organizaciones deben tener en cuenta que la transferencia de beneficios
comporta riesgos importantes de obtener resultados sesgados. Este caso se puede
dar, por ejemplo, cuando el bien ya estudiado difiere notablemente del bien al que
se quieren extrapolar las estimaciones, tanto en los impactos físicos como en la
población afectada. En el caso analizado en este trabajo sólo se quiere dar cuenta
de la importancia económica del recurso suelo y, dado el enfoque de valoración
preliminar y la limitación de recursos y tiempo, se optó por aplicar el método de transferencia de beneficios.
4 Por ejemplo, los beneficios totales de pescar en un sitio donde se va a establecer
una política pueden estimarse por el producto, de algún valor estándar por día de
pesca establecido en un sitio de estudio (un estudio ya realizado de un sitio con
similares características al sitio analizado) y el total los días de pesca en el sitio de la política.
5 Por ejemplo, los beneficios totales del sito donde se va implementar la política
pueden ser estimados por el producto de la opinión especializada sobre el valor
ajustado por el día de pesca en un sitio de estudio y el total de días de pesca del sitio de la política.
6 Costanza et al (1997) definen qué es función y servicio ecosistémico, y partir de
estas definiciones establecen una base conceptual sobre la cual soportan la
valoración de los servicios ecosistémicos ofrecidos por los grandes biomas del
mundo. Así, definen las funciones ambientales como aquellas que se refieren
diversamente al hábitat, a las propiedades biológicas o sistémicas y a los procesos
de los ecosistemas. De igual manera, plantea los servicios ecosistémicos como
aquellos que representan los beneficios a la población derivados, directa o
indirectamente, de las funciones de los ecosistemas. De este modo, agrupa los
servicios ecosistémicos en 17 principales categorías y basado en datos de estudios
pasados y algunos cálculos propios, determinan el valor en dólares de los servicios
ambientales de cada ecosistema.
7 Para algunos estimados de servicios ambientales Costanza et al (1997) convierten
el valor estimado en dólares equivalentes utilizando la paridad de poder de compra
del PNB per cápita para el país de origen del estudio con respecto al PNB per cápita
de Estados Unidos, con el fin de hacer los ajustes por efectos de ingreso. Así
mismo, utilizaron valores máximos y mínimos encontrados en la literatura, así como valores promedios con la idea de posibilitar las comparaciones.
8 La tasa de 12% corresponde a la empleada por el Departamento Nacional de
Planeación (DNP) para proyectos públicos; la de 8.95% se refiere a una economía
en crecimiento y la de 4.97% a la productividad marginal de proyectos en Colombia, estos valores son sugeridos por el estudio de Correa (2006).
9 Fuente: Elaboración propia a partir de Costanza et al. (1997).
10 Fuente: Cálculos propios a partir de Costanza et al (1997). El valor total
representa el monto de los servicios ambientales en las 50 Ha de terreno de la zona
de estudio. Para el cálculo del valor de cada servicio ambiental en pesos
colombianos, se consideró una tasa de cambio de 1USD = 2018.93 pesos, correspondiente a julio de 2009.
11 Fuente: Cálculos propios.
12 Los respectivos valores para las tasas sociales de descuento de 12% y 8.95%
son para tierras de cultivo $82,832,918.34 y $94,291,013.51. Para bosques
plantados son 351,139,545.15 y 399,711,905.09, respectivamente. Estos valores
demuestran que tasas de descuento más altas, implican un mayor castigo para los beneficios de largo plazo.
13 La gestión Ambiental administrativa se refiere a un conjunto de acciones
encaminadas a lograr la máxima racionalidad en el proceso de decisión relativo a la
conservación, defensa, protección y mejora del medio ambiente, a partir de un enfoque interdisciplinario y global (Correa, 1999).
14 Flor Verde es un programa que certificado por el Icontec que tiene como
objetivos la adopción de las buenas prácticas agrícolas, la minimización del uso de
agroquímicos, la protección de los derechos fundamentales de los trabajadores, la
calidad del producto y la responsabilidad gerencial. Los sellos verdes a su vez, son
mecanismo para certificar a las empresas en general o sus productos como productos ambientalmente limpios y de bajo impacto ambiental.
15 Fuente: Elaboración propia. *Es importante resaltar que dado que en la
actualidad no se cuenta con un establecimiento estándar de valores límites
permisibles en el suelo, se tendrá en cuenta el procedimiento seguido en España y
los datos proporcionados por la Universidad de Hertfordshire (2005), donde se
presentan algunas características de los plaguicidas, que permitirán calcular dicho
valor.
RESUMEN
En el presente artículo se muestran las razones por las cuales es oportuno valorar desde un punto de vista económico los espacios naturales a través de la realización de un
breve repaso de los beneficios y costes que se derivan de la protección de espacios naturales; y finalmente, se presentan los métodos o técnicas de valoración económica ambiental más utilizadas para la valoración de los bienes y servicios ambientales dentro
del mercado mundial, en la búsqueda de una sustentabilidad del stock de recursos naturales renovables y no renovables.
INTRODUCCIÓN
Hoy en día es bastante generalizada la visión que los mercados son las instituciones más
efectivas y eficientes para asignar los recursos escasos, sin embargo, sabemos que en presencia de externalidades, los mercados no producen asignaciones socialmente
eficientes (ejemplos: contaminación, congestión, etc.).
Para la sociedad, el desafío medioambiental consiste en encontrar los niveles óptimos de contaminación, que surgen de comparar los beneficios que deriva la sociedad de las actividades que generan contaminación con los costos sociales que la contaminación
genera.
Al leer a algunos catedráticos de la Teoría Económica como Diego Azqueta, es posible acercarse al entendimiento del porque aunque la valoración económica del medio
natural no es la respuesta última a los procesos de degradación y sobre explotación de la naturaleza, es una herramienta útil y complementaria en la formulación de políticas tendientes al desarrollo sustentable.
Bajo los lineamientos generales del proceso de globalización de la economía, pareciera ser que el desarrollo sustentable reflejara una utopía ideológica de ecólogos y ambientalistas; siendo solo posible con el cambio radical de los modelos económicos
mundiales.
Por otro lado, dicha situación no parece muy probable bajo el control "explícito" del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (apoyado por la tendencia de
globalización del modelo neoliberal y las potencias económicas alrededor del planeta).
Teniendo en cuenta esta situación no resulta del todo equivoco la inclusión de los bienes y servicios ambientales dentro del mercado mundial, en la búsqueda de una sustentabilidad del stock de recursos naturales renovables y no renovables.
La valoración económica de los recursos naturales es importante en la búsqueda del desarrollo sustentable, en términos económicos el usuario de los recursos naturales tenderá a no tratarlo como un bien gratuito; esto debido, a que su objetivo será el
mantenimiento del flujo de beneficios provenientes de los bienes y servicios proveídos
por ellos.
En otras palabras, el usuario racional de estos recursos tenderá a prevenir la depreciación innecesaria del patrimonio materia prima e internalizado en la contabilidad
empresarial y nacional (Tietemberg, 1988).
El presente artículo, pretende plantear la necesidad de la valoración económica de los recursos naturales a través de los diferentes enfoques de mercado en la búsqueda del
establecimiento de un desarrollo sustentable.
DESARROLLO
La degradación del medio ambiente y de los recursos naturales, conocidos también por bajo el nombre de bienes y servicios ambientales, puede ser ocasionada por un excesivo
desarrollo económico o por un desarrollo económico insuficiente. El crecimiento de la población, la extensión de los asentamientos humanos y la industrialización provocan creciente contaminación en los factores físico-naturales más importantes para la
supervivencia de las especies vivas. Estos problemas son el resultado de un desarrollo inadecuado y parte de su solución se encuentra en un crecimiento económico bien
planificado.
El crecimiento económico por si mismo, frecuentemente ocasiona degradación del medio ambiente y de los recursos naturales. El asunto no es escoger entre desarrollo y medio ambiente, sino proponer incorporar medidas de costo-eficiencia para restablecer,
sustentar y proteger los sistemas naturales.
El desarrollo sustentable aparece como una alternativa desde hace ya varias décadas y al igual que otros modelos surge a partir de las enormes crisis ambientales causadas por
una racionalidad meramente económica y la progresiva pérdida de confianza en la viabilidad del modelo de crecimiento económico y modernización, como única estrategia.
La evolución de estos paradigmas refleja los cambios en la percepción ambiental desde
una preocupación inicial acerca de las externalidades del crecimiento económico, hasta el interés por cuestiones de diversidad e integridad cultural y natural, sustentabilidad y
derechos intergeneracionales.
A fines de la década del '60, el enfoque del crecimiento económico fue revisado a la luz de las críticas que argumentaban que aún cuando muchos países alcanzaron un
crecimiento económico sustancial, este no frenó la pobreza de Tercer Mundo, ni revirtió los procesos de degradación natural y contaminación ambiental del Primer Mundo.
Probablemente la definición más popular ha llegado de la mano del Informe Brundtland, este documento supone que el desarrollo sustentable debe satisfacer las necesidades de
las generaciones presentes sin comprometer el derecho de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. Pero también es sabido que el desarrollo sustentable
demanda estrategias diversificadas que permitan mejorar la realidad social, política, económica y ambiental específica de cada lugar.
La definición e interpretación de este concepto ayuda a aclarar que los recursos
naturales son los insumos de cualquier actividad económica desarrollada por el hombre y es imposible dejarlos de utilizar porque implicaría para la humanidad dejar de
producir, alimentarse y por ende morir.
Los recursos naturales carecen de precio, al no existir un mercado donde puedan ser intercambiados. No obstante, ello no quiere decir que carezcan de valor. Por tanto, es
necesario contar con algún método que nos permita estimar dicho valor o contar con un indicador de su importancia en el bienestar de la sociedad, que permita compararlo con otros componentes del mismo, para lo cual será factible utilizar el dinero como
denominador común.
La valoración económica del medio ambiente arroja información sobre el valor monetario que los miembros de un determinado colectivo le otorgan a las distintas
alternativas medioambientales con las que se les confronta, definiéndose esta, como un conjunto de técnicas y métodos que permiten medir las expectativas de beneficios y costos derivados de algunas de acciones tales como: uso de un activo ambiental,
realización de una mejora ambiental, generación de un daño ambiental, entre otros.
Asimismo, Kriström (1995) señala que la razón principal por la cual se valoran los bienes que carecen de mercado es la misma por la que se valoran los bienes privados, es
decir, probablemente se hará un uso más eficiente de los mismos si dichos bienes muestran un precio.
En las últimas décadas las metodologías de valoración ambiental han tenido un amplio
desarrollo en la medición de aquellos aspectos que antes se clasificaban en intangib les y que en la actualidad pueden ahora medirse en términos monetarios, sin embargo la diferencia entre bienes, servicios e impactos ambientales puede implicar el uso de
diferentes metodologías para la valoración de cada uno.
La diferencia entre los términos anteriores viene dada por que los primeros son recursos tangibles utilizados por el ser humano como insumos en la producción o en el consumo
final y que se gastan y transforman en el proceso, los segundos tienen como características que no se gastan y no se transforman en el proceso, pero generan indirectamente utilidad al consumidor, y los últimos también conocidos como
externalidades, son el resultado o el efecto de la actividad económica de una persona sobre el bienestar de otra.
Un rasgo característico de muchos bienes ambientales, es la multitud de beneficios que
proporcionan. Algunos de ellos están relacionados con el uso, directo o indirecto, del bien ambiental, mientras que otros, cuya cuantificación es más complicada, nada tienen que ver con su uso.
Siguiendo a Boyle y Bishop (1985) se pueden distinguir cuatro tipos distintos de valor.
En primer lugar, aquellos cuyo uso implica un consumo, como es el caso de la pesca o la caza.
En segundo lugar, aquellos que su uso no implica consumo, como puede ser la
satisfacción que se obtiene al observar una puesta de sol en las orillas de un lago. En tercer lugar, aquellos que proporcionan servicios mediante un uso indirecto.
Reorganizando lo expresado anteriormente, se podría realizar una primera distinción
entre valores de uso y valores de no uso. El valor de uso es el más elemental de todos. Por ejemplo, una persona visita un parque natural para contemplar la fauna y la flora,
para caminar o hacer deporte, etc. y, por lo tanto, como usuaria, cualquier alteración en la calidad del mismo afecta a su nivel de bienestar.
En relación a los valores de no uso, identificados tradicionalmente en la literatura
económica, destacaremos dos: el valor de opción y el valor de existencia.
Respecto al primero, Weisbrod (1964) argumentaba que un individuo que no estuviera seguro sobre una eventual visita a un parque natural, podría estar dispuesto a pagar cierta suma de dinero por un derecho de opción a visitarlo en el futuro. Por lo tanto,
para este individuo, la desaparición de dicho parque natural supone una pérdida evidente de bienestar, mientras que la conservación del mismo, lo incrementa.
Por su parte, Krutilla (1967) definía el valor de opción como la disponibilidad a pagar
por la oportunidad de poder elegir entre usos alternativos y competitivos de un bien ambiental. No obstante, para evitar confusiones, conviene distinguir entre el valor de opción propiamente dicho y el valor de cuasi-opción.
En relación al primero, es el que se deriva de la incertidumbre individual que experimenta la persona con respecto a si dicho bien estará o no disponible en el futuro. La idea básica es que, dada esta incertidumbre de la oferta, y dado el hecho de que a la
mayor parte de las personas no les gusta ni el riesgo ni la incertidumbre, un individuo estaría dispuesto a pagar más del excedente del consumidor esperado (ECE) para
asegurar que podrá hacer uso del bien ambiental más adelante. La disposición a pagar total se denomina precio de opción (PO) y comprende el excedente del consumidor esperado más el valor de opción (VO), donde este último es el pago adicional que se
hace para asegurar la disponibilidad futura del bien ambiental (Pearce y Turner, 1995):
PO = ECE + VO (1)
VO = PO - ECE (2)
Finalmente, el valor de existencia es un valor que se otorga a un bien ambiental y que no está relacionado con ningún uso, ni actual ni futuro, del bien. De hecho, existe un
grupo de personas que se ven afectadas en su bienestar con respecto a lo que le ocurra a un determinado bien ambiental aun cuando no son usuarios del mismo, sencillamente valoran positivamente su mera existencia. A primera vista, ésta puede parecer una
categoría muy extraña para un valor económico, puesto que seguramente el valor se derivaría del uso.
La inclusión de las externalidades o valores para los cuales no hay establecido un
mercado dentro de un marco más amplio compatible con los valores de tradicionales de mercado ha sido una constante en la economía ambiental. El marco comúnmente
aceptado es la teoría del valor económico total desarrollada por Pearce (1993) y Pearce y Turner (1990). Esta teoría tiene la bondad de adaptar la economía a la cuantificación de los recursos naturales y ambientales.
La teoría de las externalidades ha sido ampliamente estudiada a partir de Coase (1960).
Su cuantificación, basada generalmente en resultados experimentales obtenidos por métodos estadísticos, fue aplicada al medio ambiente primero fuera de España
(Constanza 1991, Hartwick 1977, Tietemberg 1988, Daly 1989, Johansson 1990, Hausman 1993, Pearce y Turner 1990, Pearce 1993, Cummings y Harrison 1995, por citar algunos ejemplos relevantes entre otros muchos). En la década de los 90 se
desarrollaron numerosas aplicaciones a partir de Naredo (1993). Cabe destacar obras de Azqueta (1994), Azqueta y Pérez y Pérez (1996), Campos y Riera (1996), Riera (1994 y
1995) y Riera et al., (1994).
El cuadro 1 muestra un ejemplo de esta teoría adaptada al bosque.
La existencia de infinitas situaciones reales en las que se hace necesaria la valoración
económica ambiental trae consigo que los profesionales de la economía hayan desarrollado una serie de métodos y técnicas que permitan abordar estos problemas.
La Economía Ambiental puede aportar en ese objetivo:
a) Ayudando a entender las causas económicas de los problemas ambientales en una
economía de mercado.
b) Colaborando en la búsqueda y diseño de los instrumentos de política a ser utilizados para tratar los problemas de contaminación (incentivos de corto y largo plazo,
implicancias económicas, costo-.efectividad),
c) Analizando las implicancias económicas de las iniciativas de política ambiental.
Es de interés acotar que dentro de las posibilidades que ofrece la economía ambiental para valorar el medio ambiente, el análisis económico presenta diversos métodos y
técnicas de valoración. Generalmente se clasifican bajo distintas formas, según el concepto de valor adoptado, los algoritmos de solución usados, a través de los enfoques de mercados y el grado de disponibilidad de la información requerida (Agüero, 1995).
De acuerdo con lo anterior y siguiendo la clasificación de Dixon (1988) y de
Revered(1990) se presenta un resumen de los diferentes métodos de valoración por incluir estas la gran mayoría de métodos de valoración, agrupándolos de acuerdo al
origen de la información en:
Métodos de valoración directa Métodos de valoración indirecta
Métodos de valoración contingente Otros métodos.
Los métodos de valoración directa se basan en precios de mercado disponibles o en observación de cambios en la productividad. Se aplican cuando un cambio en la calidad
ambiental o disponibilidad de un recurso afecta la producción o la productividad. (Pearce y Markandya, 1989).
Los cambios en la productividad, pérdidas de ganancia y el costo de oportunidad se
incluyen generalmente en esta categoría, según la información usada para la valoración, obtenida de mercados convencionales o de comportamientos efectivamente observados.
El cambio en la productividad es una extensión directa del análisis costo-beneficio,
utilizándose cuando proyectos de desarrollo afectan la producción o la productividad (positiva o negativamente), los cambios pueden ser valorados usando precios económicos normales o corregidos, cuando existan distorsiones en el mercado.
Este método está basado en la economía del bienestar neoclásico. Los costos y
beneficios de una acción son contabilizados ya sea que ocurran dentro de la frontera o contexto del proyecto o fuera de el.
Aunque similar a la técnica de valorar cambios en la productividad, en el método de
pérdidas de ganancia se valoran cambios en la productividad humana resultantes de efectos negativos sobre la salud por contaminación o degradación ambiental o cambios en la disponibilidad de recursos naturales.
La pérdida de ganancias (salarios) y gastos médicos, resultantes de un daño ambiental
en la salud, son valorados y considerados como pérdidas de ganancia o de capital humano. Este enfoque puede ser útil en el análisis de la seguridad industrial o carretera
y en proyectos que afectan la calidad del aire.
Los costos de oportunidad por su parte se basan en la idea de que los costos de usar un recurso para propósitos que no tienen precios en el mercado o no son comercializados
pueden ser estimados usando el ingreso perdido por no usar el recurso en otros usos como variable. Tal es el caso, por ejemplo, de preservar un área para un parque nacional en vez de usarlo para fines agrícolas. Los ingresos dejados de percibir en la actividad
agrícola representan, en este caso, el costo de oportunidad del parque.
Así en vez de valorar directamente los beneficios del parque, se estima los ingresos dejados de ganar por preservar el área. El costo de oportunidad es considerado como el
costo de preservación.
Los métodos de valoración indirecta hacen uso de los precios de mercado en forma
indirecta. Estos métodos se usan cuando diversos aspectos o atributos de los recursos naturales o servicios ambientales no tienen precios reflejados en un mercado
establecido. Entre los métodos agrupados bajo este criterio encontramos: precios hedónicos, diferenciales de salario y costo de viaje.
El método de los precios hedónicos se basa en determinar los precios implícitos de
ciertas características de una propiedad que determinan su valor. Este generalmente se le atribuye a las viviendas donde la consideración de diversas variables (tamaño, ubicación, tipo de construcción, etc.), permite determinar el diferencial de precios con
propiedad similares en otras localidades y puede constituir una buena aproximación al valor del entorno o calidad ambiental.
El diferencial de salarios consiste en estimar el diferencial de salario requerido por un
trabajador para aceptar un trabajo a realizar bajo condiciones ambientales distintas a aquellas en que habitualmente se desarrolla. Se basa en la teoría de mercados competitivos en la que la demanda por trabajo es igual al valor del producto marginal
del trabajo y la oferta laboral varía de acuerdo a las condiciones del área o lugar de trabajo. Así se recurrirá un mayor salario para atraer mano de obra a lugares más
contaminados o degradados.
El método de costo del viaje es uno de lo más utilizados para valorar bienes y servicios turísticos o recursos escénicos. Mediante encuestas y estimaciones de costo de traslado del lugar de origen al lugar turístico (parque, playas, montañas, etc.) se determinan los
costos incurridos por los visitantes según distancia, medio de transporte y condiciones de uso. Las encuestas permiten identificar características socioeconómicas de los
entrevistados, lugar de origen, días asignados al uso del lugar (incluyendo tiempo de viaje) e ingresos dejados ganar. Con la información recogida se determina el excedente (beneficio) obtenido con los costos incurridos y este se toma como representante del
valor natural o servicio ambiental.
Los métodos de valoración contingente son usados cuando no existe información de mercado acerca de las preferencias de los individuos respecto a ciertos recursos
naturales o servicios ambientales.
A través de la encuestación se busca conocer las valoraciones que los individuos hacen de aumentos o disminuciones en cantidad o calidad de un recurso o servicio ambiental,
bajo condiciones simuladas o mercados hipotéticos.
Existen una amplia gama de técnicas contingentes específicas basadas fundamentalmente en la teoría de las decisiones y juegos usándose para estimar la disposición a pagar (recibir compensación) por un bien (daño) ambiental, como son:
juegos de licitación, tómalo o déjalo, juegos de intercambio, elección del menor costo y técnicas Delphi.
El método de valoración contingente es una de las técnicas para estimar el valor de
bienes para los que no existe mercado, o sea, trata de simular un mercado mediante la aplicación de encuestas a los consumidores potenciales, preguntándoles la máxima cantidad de dinero que pagarían por el bien si tuvieran que comprarlo. De ahí se deduce
el valor que para el consumidor medio, tiene el bien en cuestión.
El mismo permite también, valorar cambios en el bienestar de las personas antes de que
se produzcan. Las medidas de beneficio de los consumidores que detecta el método de valoración contingente son, teóricamente y en general, diferentes de las detectadas por
los otros métodos. La razón principal reside en el hecho de que además de los valores que el usuario percibe al consumir el bien, la persona puede obtener bienestar o satisfacción aún no siendo usuario directo de bien, entiéndase como valor de opción el
cual se comprende dentro del valor económico de un activo ambiental, entendido por tal el valor que un individuo asocia a un activo ambiental que no está utilizando, pero que
piensa poder usarlo en un futuro.
La utilidad del método va desde la administración que necesita evaluar las alternativas que propone, hasta las organizaciones preocupadas por el medio ambiente, que desean
saber el valor social del patrimonio natural.
Cuestiones muy discutidas en la valoración monetaria de los beneficios y los costos ambientales poseen relevancia en el debate en torno a la valoración monetaria del medio ambiente presentando dos ámbitos consustanciales al análisis económico: el análisis
costo- beneficio (ACB) y el proceso de revisión de la contabilidad nacional.
El método del ACB, se encuentra ligado desde su nacimiento al análisis de proyectos de inversión, pretendiendo revelar las preferencias de la población respecto al proyecto
propuesto. Sin embargo, la decisión final deberá fundamentarse en algún juicio de valor ya que no todos los individuos aceptarían un análisis de costo - beneficios sociales como criterio de decisión para temas controvertidos como lo son ciertas cuestiones
ambientales. No se trata simplemente de sumar algebraicamente, pérdidas y ganancias monetarias en un ejercicio (correctamente ejecutado) de costos y beneficios sociales. Es
decir, este se basa en criterios para la toma de decisiones en una supuesta economía privada y competitiva.
Conclusiones
A manera de resumir los aspectos más significativos a los cuales se arriban se considera
que resulta concluyente exponer lo siguiente:
Se evidencia la necesidad e importancia del uso de la valoración económica de modo que permita la práctica de políticas efectivas y económicamente eficientes para un manejo sustentable de especies y ecosistemas.
El proceso de valorar económicamente el medio ambiente se da a través de la medición
y cuantificación de la calidad ambiental debido a que los cambios que se producen generan cambios en el bienestar de las personas.
Algunas técnicas, como las examinadas, permiten estimar en unidades monetarias el
efecto externo sobre las personas de ciertas políticas, acciones y proyectos con impacto ambiental. Son más fiables cuando la valoración se realiza sobre los usuarios o personas
más directamente afectadas (valores de uso).
El empleo de los métodos de valoración económica ambiental permite conocer los beneficios que la sociedad atribuye a mejorar la calidad ambiental y los costos que los
distintos niveles de intervención implican en el desempeño de los bienes y servicios
ambientales.
Antecedentes
Esta valoración se realizó en la microcuenca Jorupe que es parte de la Unidad en la que se analiza el sistema de agua potable de Macará, que es parte de la subcuenca del mismo nombre.
Entre las características relevantes para la selección de esta unidad destacan:
El diagnóstico del servicio ambiental hídrico de esta unidad determinó que posee un buen grado de conservación de la cobertura vegetal nativa. Dentro de la microcuenca existen 1 376,60 ha (61,33%) que son parte del bosque protector
Jatumpamba-Jorupe, que alberga importantes zonas muy ricas en biodiversidad. La zona de estudio se encuentra en el corazón del "Centro de Endemismo
Tumbesino" (suroeste de las provincias de Loja y El Oro en el sur del Ecuador y noroeste de los departamentos de Piura y Tumbes al norte del Perú), donde existe gran cantidad de especies endémicas de flora y fauna. Entre ellas
sobresale el perico macareño Brotogeris pyrrhopterus, especie endémica y símbolo de la frontera sur del Ecuador.
El rango altitudinal de la microcuenca va de 400 a 2480 m s.n.m., y abarca tres pisos florísticos: tierras bajas, piemontano y montano, en los que se da una mezcla muy importante de ecosistemas y especies. Adicionalmente, se destaca
que según la clasificación ecológica de Holdridge, en la zona se pueden distinguir tres zonas de vida: bosque seco montano bajo (1800-2500 m s.n.m), bosque seco piemontano (1400-1800 m s.n.m) y bosque seco (400-1310 m
s.n.m), que contribuye a la existencia de una gran biodiversidad. Según estudios y registros de la Fundación Arcoris, existen más de 160 especies de aves,
algunas de ellas consideradas "amenazadas" y más de 72 familias de plantas. El grado de conservación de la microcuenca y la existencia del bosque protector
permite que sus habitantes dispongan de una rica fuente de materias primas y
varios productos no maderables que son usados en de múltiples formas, basados en una tradición de tradiciones y costumbres.
La vegetación de la zona es de trascendental importancia para el mantenimiento de la cantidad y calidad de agua, pues aquí se originan las vertientes que abastecerán del líquido vital a los habitantes de Macará,
Servicio ambiental considerado para la valoración
Con base en el principio de la economía ambiental que sostiene que sólo se puede valorar los bienes y servicios que sustenten la vida, y que además sean realmente
tangibles por quienes los disfrutan o utilizan, el servicio ambiental que se seleccionó para la valoración el servicio es Producción de materias primas y alimentos silvestres que son aprovechados de manera tradicional por los habitantes del sector, de tal manera
que son generadores de ingresos o de ahorros en forma de gastos evitados. La valoración de dicho servicio se justifica porque todavía no hay una contabilidad que
estime los niveles de ingresos que están relacionados con el aprovechamiento de ellos.
Para fines del presente estudio el servicio ambiental analizado se abrevia como Servicio
de provisión de materias primas y alimentos silvestres; se trata de un servicio que se genera a nivel de ecosistema, es decir bajo una visión integral, donde se respeten las
interrelaciones entre las comunidades de individuos y se realice un proceso de aprovechamiento sin intervenciones que sobrepasen la capacidad natural de asimilación del ecosistema.
Metodología seguida para la valoración
Se aplicó la valoración con enfoque de precios de mercado y en la existencia de cada uno de los componentes de la biodiversidad susceptibles de aprovechamiento del
bosque de la microcuenca de Jorupe. Se abordó los usos no comerciales que se dan en el ámbito local con base a costumbres y tradiciones que son de extrema importancia para la subsistencia de las poblaciones rurales y pobres (leña, caza, plantas medicinales y
comestibles, etc.).
Para lograr la aproximación económica de los principales componentes de la biodiversidad que se aprovechan desde los bosques de la microcuenca Jorupe, se utilizó
la valoración directa en base a precios referenciales de mercado. Que aunque de la zona no se estén obteniendo, pero de experiencias cercanas o del vivir diario de los campesinos de la provincia ha sido posible interpolar.
Para los datos de la densidad (cantidad de plantas) con potencial de explotación se utilizó datos de estudios realizados por el proyecto Bosque Seco I y II, investigaciones de tesis de estudiantes de la Universidad Nacional de Loja[1]así como visitas y
entrevistas con habitantes de la microcuenca y otros actores relevantes de los cantones Macará y Sozoranga.
Finalmente se indagó los precios de venta de estos productos que en ciertos casos se
están comercializando en mercados locales o cantonal, luego se infirió valores totales en base a existencia y precios de mercado.
Resultados obtenidos
Se identificó que en la microcuenca Jorupe la existencia del bosque protector
Jatumpamba Jorupe y las particulares condiciones ecológicas, favorece la existencia y conservación de una rica biodiversidad que provee múltiples materias primas que son utilizadas por los habitantes del sector. Las principales materias primas que se
aprovechan se agrupan en las siguientes categorías:
Especies forrajeras Postes y leña
Especies medicinales Especies ornamentales
Productos tóxicos Frutos Otros
A continuación se describe cada categoría identificada y los aspectos relacionados a la
valoración económica.
a. Para las especies forrajeras se determinó un valor de 50 $/ha/mes. El valor se lo obtuvo en función del precio que se paga por arriendo de una hectárea de pasto por
unidad bovina.
b. Para los postes y leña, su precio referencial se obtuvo del Ministerio del Ambiente y conversaciones con campesinos que logran vender alguno de estos productos. Así un
poste se vende en $ 0,70. Una pila de leña (0,80 m3) se vende en $ 15. Para la guápala (Simira ecuadorensis) que es la especie que se utiliza con frecuencia para cercos se estimó un costo de $ 10 por "un pilo" que aproximadamente equivale a 0,50 m3.
c. Para la categoría medicinales, hay algunos productos que si existen precios
referenciales en el mercado y en este caso se han tomado. Pero en otros casos se toma el precio de lo que se evitan de gastar en pastillas o medicamentos sencillos para el dolor
de cabeza, estómago, reumatismo, etc. por usar estos recursos.
c.- Para las especies Ornamentales se consideró los precios de mercado que tiene una planta enmacetada de papelillo o buganvilla en el mercado. Este precio es de $ 1,50.
d. Las Fibras fueron valoradas considerando los precios que paga un
comprador (fabricante de colchones) de la ciudad de Loja, quien compra
en el sitio mismo la lana de ceibo Ceiba tichistandra a un costo de $ 15 por un saco que
aproximadamente pesa 30 libras. Vale indicar que de igual manera en base a averiguaciones se conoce que de un árbol en promedio se llega a obtener hasta 4 sacos.
e. Para los productos catalogados como Tóxicos se consideró el precio
sustituto de usar otros productos para la pesca como detonantes o cianuro
que si están en el mercado. La relación se hizo conociendo que para realizar una faena
de pesca se necesita gastar aproximadamente $ 5. Entonces al usar barbasco sé esta ahorrando $ 5, y de cada planta de barbasco al menos se pueden obtener producto o material para cuatro faenas al año. El aporte de una planta de barbasco en este caso sería
de $ 25.
f. Para dar un valor de Frutos que son utilizados por los niños y en otras
ocasiones para alimentar animales especialmente cerdos, se consideró el ahorro o lo que se deja de gastar por usar estos productos nativos del bosque. En la alimentación de
cerdos se asigno un valor de 10 $/ha/año por cada planta que produce frutos. En cambio que para la alimentación de niños y ocasionalmente adultos que lo hacen
esporádicamente se uso un valor referencial de 5 $/ha/año por planta.
g. Otro recurso importante que se extrae de la zona es el perico macareño (Brotogeris pyrrhopterus) se estima que aproximadamente pueden salir 250 ind/año, cada perico se logra vender entre $ 6, el valor anual por extracción de
esta ave sería de $ 1500/año. La chiroca es otra ave que se vende en la zona,
aunque su abundancia es limitada (casi en peligro de extinción local), los valores de venta de esta especie es de $ 2,5, con un promedio de extracción de100
individuos por año.
Con base en las consideraciones expuestas se obtuvo un valor por concepto del servicio de provisión de materias primas y alimentos silvestres de $ 10 456,40 por hectárea de
bosque al año. Adicionalmente, se incluyen $ 1 000 que en la microcuenca se obtiene por la extracción de fauna. En el cuadro 1, se indica el aporte cada categoría al valor del servicio ambiental analizado por hectárea de bosque al año, mientras en la Figura 2 se
ilustra.
Cuadro 1. Valor del servicio ambiental de provisión de materias primas y alimentos silvestres del bosque de la microcuenca Jorupe, según categorías identificadas.
Categoría de materia prima
Valor estimado
$/ha/año %
Forraje 600 5,74
Madera y postes 1 229 11,75
Leña 450 4,30
Ornamental 199,2 1,91
Tóxico 1 420 13,58
Fibra 780 7,46
Medicinal 4 481,2 42,86
Frutos 1 152 11,02
Miel 145 1,39
Total 10 456,4 100,00
Figura 2. Valor económico por hectárea de bosque ($) del servicio de provisión de
materias primas y alimentos silvestres que se genera en la microcuenca Jorupe, según categorías identificadas.
El valor del servicio ambiental de provisión de materias primas y alimentos silvestres
que se genera en la microcuenca se manifiesta a través de nueve categorías de materias primas, a las que se incluye la extracción faunística. Según la figura, la categoría que
tiene marcadaza incidencia en el valor final es la medicinal a la que le siguen la categoría tóxica, madera de construcción y postes y frutos para la alimentación.
El valor obtenido se puede asumir como el valor de existencia de la biodiversidad calculado en función del servicio ambiental de provisión de materias primas y alimentos
silvestres. Este monto equivale al beneficio económico que los habitantes de la microcuenca obtienen al año, se trata de un valor directo no comercial por que algunos
de las materias primas y alimentos identificados no son producto de una venta masiva, la mayoría se trata de gastos evitados (categorías medicinal, tóxico, madera y postes, leña), en el caso de las materias primas que generan ingresos, estos se obtienen de
manera esporádica de tal manera que el flujo de dinero no es constante.
Con el propósito de brindar mayor detalle y comprensión sobre los valores obtenidos, así como las materias primas y alimentos silvestres que existen en la microcuenca
Jorupe, en el cuadro 2 se presenta en detalle de las categorías de materia prima identificadas.
Cuadro 2. Categorías de PNM, especies, densidad, precio unitario y precio total
considerados para la valoración del servicio ambiental de la microcuenca Jorupe.
Adicionalmente debe considerarse 1000 $/año producto de la venta de fauna, según lo
que se indica en el cuadro siguiente:
Cuadro 3. Valor económico por venta de fauna silvestre de la microcuenca Jorupe
Actividad Especie Nombre
vulgar Venta
anual
Precio
unitario
$
Precio
total
estimado
$/ha/año
Extracción
de fauna
Brotogeris pyrrhopterus
Perico
macareño
Chiroca
250
ind/año
100 ind/año
3
2,5
750
250
Total fauna
1000
Con los datos expuestos se sustenta el valor económico del servicio ambiental de provisión de materias primas y alimentos silvestres que es $10 456,4/año/ha. El mismo es significativo debido al buen grado de conservación que tiene el bosque Jorupe, lo
cual se debe a la existencia del bosque protector Jatumpamba Jorupe, a la riqueza ecológica de la zona (tres pisos florísticos con tres tipos de bosque) que determina la
existencia de plantas útiles desde el conocimiento, costumbres y tradiciones de los habitantes del sector.
El aporte del servicio ambiental de provisión de materias primas y alimentos silvestres es muy significativo para la satisfacción de las necesidades de los habitantes de la
microcuenca, además demuestra que este servicio viene siendo explotado económicamente y genera beneficios tangibles en la escala local; la existencia de la
biodiversidad de la zona determina la posibilidad de que existan otras materias primas,
y servicios ambientales en general, cuyo aprovechamiento sea potencial, lo cual puede
incrementar el valor obtenido, Sin embargo de lo expuesto, no hay un reconocimiento explícito del pago de esos servicios por la ausencia de mercados, en los cuales no se
definen precios que lo sustenten.
El valor obtenido para el servicio ambiental de provisión de materias primas y alimentos silvestres es marcadamente superior al obtenido para el servicio ambiental hídrico que,
calculado bajo el enfoque de oportunidad fue de 30,26 $/ha/año, sin embargo la posibilidad de internalización y cobro a los beneficiarios del servicio como medida para captar fondos destinados al mantenimiento y recuperación de bosques, es viable
únicamente para el caso del agua.
4.7. Valoración económica de servicios ambientales
23:26 | Publicadas por ITM Ruiiz |
4.7. Valoración económica de servicios ambientales
La naturaleza nos provee gratuitamente de los servicios ambientales y de otros bienes. No obstante, a muchos de ellos les podríamos adjudicar un valor económico.
En el caso de los bienes, ponerles precio podría resultar muy sencillo, ya que casi todas las materias primas tienen un precio en el mercado (por ejemplo: la madera, las fibras, los alimentos etc.); sin embargo en el caso de los servicios
ambientales es una tarea muy compleja. ¿Te imaginas cómo podrías evaluar en dinero el mantenimiento de la biodiversidad o el control de las
inundaciones? Fijarle precio a los servicios ambientales, es como calcular cuánto nos costaría reproducirlos con la tecnología que poseemos. A pesar de lo compleja que
pueda parecer ésta labor de cálculo, los científicos la han intentado y los resultados son sorprendentes. Se calculado que el valor de los servicios
ambientales que producen los ecosistemas anualmente en el mundo oscila entre los 16 y 54 trillones de dólares. Estas cifras son estimaciones, pero nos dan una idea aproximada de la utilidad y el valor de los ecosistemas en el
planeta. Estas estimaciones equivalen entre 25 y 83% del valor total de los productos
que se fabricaron en el mundo durante el 2006 ó, dicho en términos económicos, el producto interno bruto (PIB) de todos los países en ese año. De forma desglosada, el valor económico de los tipos de ecosistemas en el
mundo, son los siguientes: Ecosistemas marinos: 20949,000000000.
Bosques: 4706,000000000. Lagos y ríos: 1700,000000000. Pastizales: 906000000000.
Estas cifras están en dados en dólares anuales
Se entiende por servicios ambientales el conjunto de condiciones y procesos naturales que ofrecen los ecosistemas por su simple existencia y que la
sociedad puede utilizar para su beneficio (reconociendo a su vez que la obtención de dichos beneficios implica costos ambientales). Entre estos
servicios se pueden mencionar algunos como la conservación de la biodiversidad, el mantenimiento de germoplasma, la estabilidad climática, la conservación de ciclos biológicos y el valor derivado de su belleza y significado
cultural. En particular, se sabe que los humedales han sido zonas muy importantes en
el desarrollo geológico e histórico de nuestro planeta. Entre los humedales se encuentran algunos de los ecosistemas más productivos, tanto por sus componentes como por sus funciones. De entre los distintos tipos de
humedales, en México destacan los manglares. Estos ecosistemas generan bienes y servicios para la sociedad y realizan varias funciones ecológicas y
ambientales; sin embargo, su valor no ha sido reconocido en su totalidad, esto es, bienes y servicios que se pueden medir en términos monetarios no han sido valorados económicamente para un mejor manejo del recurso. Por tal motivo,
muchos de esos valores no se incluyen en las tomas de decisión públicas y privadas, provocando el deterioro de una importante fuente de riqueza para el
país. La valoración económica de servicios ambientales es un tema relativamente nuevo en el mundo y para el cual existen pocos estudios en México. Un
problema recurrente en estos estudios es que se generan parámetros y valores que resultan difícilmente extrapolables a otros entornos ambientales o
contextos sociales (como el mexicano). Lo siguiente, corresponde a lo que se quiere sea el primer paso en la consecución de estudios de valoración económica de servicios ambientales prestados por ecosistemas en México.
Con la finalidad de definir el mejor enfoque para un estudio sobre valoración de servicios ambientales prestados por ecosistemas, en el caso particular del
manglar mexicano, se platearon los siguientes objetivos particulares: I. Recopilar y describir las metodologías de los estudios elaborados previamente, en relación con el valor económico del manglar aplicado a
México. II. recopilar las bases de datos relevantes para la elaboración de estudios de
valoración económica del manglar mexicano, III. definir una zona de estudio que cumpla con las características de diseño para aplicar una amplia gama de metodologías, y que la misma tenga
relevancia política, social y económica. En esto, lo que se requiere es una serie de actividades las cuales incluyen entrevistas con autoridades y personas
enteradas de la materia, esto es, grupos clave que ayuden a determinar las condiciones en las que un estudio de valoración puede dar los mejores productos de interés, y
IV. describir a detalle y analizar las posibles metodologías a seguir en la consecución de una valoración económica del ecosistema propuesto.
A fin de cumplir con los objetivos planteados, el estudio se realizó en seis apartados, incluyendo la introducción. En el segundo apartado se establece el
marco teórico bajo el cual se realizará el estudio. El marco teórico propuesto es
el del Valor Económico Total, el cual requiere de la aplicación de diversas técnicas de valoración ambiental. En el tercer aparatado se recogen los
principales estudios de valoración económica realizada para ecosistemas de manglar en México y en el mundo. Posteriormente se justifica la definición de un área de estudio específica y se realiza una pequeña descripción del medio
físico y socioeconómico de la zona propuesta. Finalmente, en los últimos dos apartados se describe la metodología y los
resultados esperados. En lo que respecta a la metodología se detallan las distintas etapas que deben seguirse para la realización de un estudio sobre el valor económico de un ecosistema, y se realiza una discusión acerca de la
aplicación y diferencias entre los métodos de preferencias reveladas versus los métodos de preferencias declaradas.
Esta discusión incluye tanto los aspectos generales de los distintos métodos, como sus implicaciones específicas para los diferentes bienes y servicios que se deben incluir. Entre estos bienes y servicios se encuentran: la producción
agrícola, pecuaria, silvícola, pesquera, la prestación de servicios recreativos, el servicio de filtrado de aguas residuales, y el valor de existencia de aves
migratorias y tortugas en peligro de extinción. Por su parte en la sección de resultados esperados, se describe de manera detallada el esquema mediante el cual se deben ordenar los resultados de los
estudios de valor económico total, bajo un sistema de cuentas agroforestales que garantice la homogeneidad de los resultados obtenidos.
Las innovaciones que presenta la metodología propuesta, se centran en el tema de estudio, la metodología empleada, y en la integración de los resultados en un sistema de cuentas agroforestales (CAF).
El tema de estudio resulta innovador, ya que aunque sí existen en México dos casos de valoración económica en manglares (Barbier y Strand, 1997 y Lara-
Domínguez et.al., 1998), no existe ninguno que incluya los beneficios por el servicio recreativo de los manglares, ni tampoco alguno que mida la riqueza de los manglares de acuerdo con el crecimiento del capital natural.
La metodología empleada resulta innovadora, ya que salvo el caso de la valuación de los manglares como hábitat crítico de especies en extinción, la
valoración contingente no ha sido utilizada. En la metodología propuesta, la valoración contingente y su comparación con los resultados obtenidos con otros métodos, es fundamental. Adicionalmente el simple hecho de comparar
métodos, es en sí mismo una innovación, que puede tener importantes implicaciones teóricas de suma relevancia científica.
Finalmente, el hecho de organizar los datos en un sistema de cuentas agroforestales, es sumamente innovador y de mucha utilidad para los usuarios del estudio. La organización de resultados mediante el sistema CAF asegura
que los resultados sean medidas de ingreso comparables con las otras mediciones y con los resultados de contabilidad nacional de otros sectores. Por
otra parte, el organizar los resultados mediante este sistema obliga a medir el ingreso del área geográfica estudiada y no los ingresos de las actividades productivas por separado, lo que implica la internalización de las externalidades
generadas por el ecosistema estudiado. Los beneficios del proyecto se dividen en los beneficios para la sociedad y en
los beneficios para la ciencia económica. En lo que se refiera a los beneficios para la ciencia económica destaca el servir como referencia para futuros
estudios de valoración económica de manglares; adicionalmente, la
comparación de métodos de preferencias reveladas versus preferencias declaradas será una de las implicaciones teóricas más importantes. Finalmente
el mayor beneficio para la ciencia es el servir como punta de flecha para iniciar un ambicioso proyecto capaz de medir de manera correcta y depurada la totalidad de los beneficios existentes en un ecosistema de manglar y aplicar
criterios para imputar estos valores a otros manglares del país. Por otra parte, el estudio genera importantes beneficios para una sociedad que
perdió la mitad de sus manglares en un lapso de 20 años. Mostrar la importancia económica de un ecosistema que ha sido tradicionalmente sustituido por otros usos menos rentables, resulta importante para los
tomadores de decisión. La existencia de resultados que demuestren la enorme rentabilidad y los beneficios económicos de la conservación de los manglares
puede llevar incluso, a la futura aplicación de políticas que impidan el deterioro de los manglares. Adicionalmente, al mostrar el valor monetario de los ecosistemas se pueden realizar de manera simple, estudios costo – beneficio
para programas y proyectos enfocados a la protección, conservación o restauración de los ecosistemas estudiados.
Por último, uno de los beneficios que este estudio aportará a la sociedad está íntimamente relacionado con la promulgación, revisión y aplicación de la Norma
Oficial Mexicana que establece las especificaciones para la protección, conservación y restauración de los humedales costeros (NOM-022-RECNAT-
2000), que se encuentra en discusión. Dentro de la propuesta de norma, que se está trabajando en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se establece que debe existir una valoración económica de los
servicios ambientales prestados por los humedales costeros y en particular de los manglares y las marismas. Por tal motivo es indispensable que se realicen
estudios de valoración económica de este tipo de ecosistema y que estos estudios se efectúen con una solidez teórica y metodológica totalmente estricta. ¿Qué son los servicios ambientales?
Los bienes y servicios que las personas obtenemos a partir de nuestro entorno natural se conocen como servicios ambientales (SA). Los servicios ambientales con los cuales estamos directamente vinculados son la provisión de agua, aire
y alimentos, todos ellos de buena calidad, ya que son los principales requerimientos para la vida. Sin embargo, también existen otros servicios que
son igualmente importantes, como es la protección contra desastres naturales como los huracanes, el control de plagas o la recreación. Sin duda, existe una estrecha relación entre la calidad de los servicios ambientales y la calidad y
mantenimiento de nuestra vida (De Groot et al., 2002; Turner et al., 2008). Clasificación de los servicios ambientales
Dependiendo de los bienes y servicios que ofrecen, los servicios ambientales
han sido agrupados como sigue: servicios de soporte, de provisión, de regulación y culturales (MEA, 2005) (Cuadro 1).
Los servicios de soporte: son aquellos que mantienen los procesos de los
ecosistemas que mantienen y permiten la provisión del resto de los servicios. Estos pueden o no tener implicaciones directas sobre el bienestar humano.
Entre ellos se encuentra el mantenimiento de la biodiversidad, el ciclo hidrológico, el ciclo de nutrientes, y la producción primaria. Servicio de soporte. Procesos ecológicos que nos benefician de forma
indirecta, por ejemplo la polinización. Los servicios de provisión: son recursos tangibles y finitos, que se
contabilizan y consumen. Además pueden ser o no renovables. Entre ellos se encuentra la provisión de agua para consumo humano, la provisión de
productos como la madera y la producción de comida. Otro servicio de provisión es el agua limpia mediante la recarga de los mantos
freáticos. Servicios de provisión. Por ejemplo la producción de alimentos, maderas y fibras.
Los servicios de regulación: son lo que mantienen los procesos y funciones
naturales de los ecosistemas, a través de las cuales se regulan las condiciones del ambiente humano. Entre ellos encontramos la regulación del clima y gases
como los de efecto invernadero, el control de la erosión o de las inundaciones. También la protección contra el impacto de los huracanes es un servicio de
regulación Servicios de regulación. Por ejemplo los ecosistemas costeros brindan protección contra inundaciones. Los servicios culturales: pueden ser tangibles e intangibles y son producto de
percepciones individuales o colectivas; son dependientes del contexto socio-cultural. Intervienen en la forma en que interactuamos con nuestro entorno y con las demás personas. Entre ellos se encuentra la belleza escénica de los
ecosistemas como fuente de inspiración y la capacidad recreativa que ofrece el entorno natural a las sociedades humanas