43 carballo

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Los juicios literarios que emiten escritores famosos en un órgano sofisticado se supone que son irrebatibles o, por lo menos, que se aproximan a la ve rdad, a la ve rdad que el statu quo aplaude y el lector común y corriente no osa poner en duda. De viva voz, y entre amigos, esos mismos juicios sue- len ser menos doctorales y más en mangas de camisa. Los “escritores famosos” comentan en confianza lo que no era correcto afirmar por escrito. El autor estudiado no sólo tiene “cualidades” sino también “defectos”. Por con- veniencia callan la lista de imperfecciones y se esfuerz a n por aumentar méritos difíciles de comprobar. A esa crí- tica hablada no tiene acceso el lector común y corriente, quien comulga con ruedas de molino. Otra manera de penetrar en una obra y en un autor son las conversaciones como las que sostuvieron Goethe con Eckermann y, de discípulo a maestro, Boswell con el doctor Samuel Johnson. Por ese camino un interrogador disciplinado como Eckermann pudo llegar al centro mis- mo de la vida y obra de Goethe. Boswell con paciencia e intuiciones formidables logró escribir la biografía de Johnson, uno de los autores predilectos de Borges. Éste, conviene recordarlo, no sentía gran simpatía por el autor de Fausto. Lo que rara vez ocurre para poder entender a un autor es la charla sin tapujos sostenida entre escritores sobresa- lientes a los que une una amistad profunda. Éste es el caso de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, los pro t a g o- nistas de esta mínima antología. Bioy acude a Borges en plena primera juventud (1931) en busca de consejo y de ser posible de tutela. Borges se los otorga y pronto el maestro y el discípulo llegan a ser amigos entrañables y colaboradores en empresas de pri- mera magnitud. REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO | 5 Borges, Bioy y los escritores mexicanos Nota previa y antología de Emmanuel Carballo La reciente aparición del monumental volumen Borges, de Adolfo Bioy Casares, que documenta la amistad de los escritores argentinos a lo largo de mil seiscientas páginas, ha suscitado un profundo interés en el ámbito de las letras hispanoameri- canas y más allá. Con pasión detectivesca el crítico y ensayista Emmanuel Carballo se ha adentrado entre las páginas del libro en busca de las referencias a la literatura mexicana.

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  • Los juicios literarios que emiten escritores famosos enun rgano sofisticado se supone que son irrebatibles o,por lo menos, que se aproximan a la ve rdad, a la ve rd a dque el statu quo aplaude y el lector comn y corriente noosa poner en duda.

    De viva voz, y entre amigos, esos mismos juicios sue-len ser menos doctorales y ms en mangas de camisa.Los escritores famosos comentan en confianza lo queno era correcto afirmar por escrito. El autor estudiado noslo tiene c u a l i d a d e s sino tambin d e f e c t o s. Por con-veniencia callan la lista de imperfecciones y se esfuerz a npor aumentar mritos difciles de comprobar. A esa cr-tica hablada no tiene acceso el lector comn y corriente,quien comulga con ruedas de molino.

    Otra manera de penetrar en una obra y en un autors o n las conversaciones como las que sostuvieron Go e t h ec o n Eckermann y, de discpulo a maestro, Boswell con el

    doctor Samuel Johnson. Por ese camino un interro g a d o rdisciplinado como Eckermann pudo llegar al centro mis-mo de la vida y obra de Goethe. Boswell con pacienciae intuiciones formidables logr escribir la biografa deJohnson, uno de los autores predilectos de Borges. ste,conviene re c o rdarlo, no senta gran simpata por el autorde Fausto.

    Lo que rara vez ocurre para poder entender a un autores la charla sin tapujos sostenida entre escritores sobre s a-lientes a los que une una amistad profunda. ste es el casode Jorge Luis Borges y Adolfo Bi oy Casares, los pro t a g o-nistas de esta mnima antologa.

    Bi oy acude a Borges en plena primera juventud (1931)en busca de consejo y de ser posible de tutela. Borges selos otorga y pronto el maestro y el discpulo llegan a seramigos entraables y colaboradores en empresas de pri-mera magnitud.

    REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO | 5

    Borges, Bioyy los escritoresmexicanos

    Nota previa y antologa de Emmanuel Carballo

    La reciente aparicin del monumental volumen Borges, deAdolfo Bioy Casares, que documenta la amistad de los escritore sargentinos a lo largo de mil seiscientas pginas, ha suscitadoun profundo inters en el mbito de las letras hispanoameri-canas y ms all. Con pasin detectivesca el crtico y ensayistaEmmanuel Carballo se ha adentrado entre las pginas del libroen busca de las referencias a la literatura mexicana.

  • En numerosas pginas de su D i a r i o, escrito casi todoslos das a lo largo de ms de cincuenta aos, Bi oy atrapaa Borges como personaje desde 1947. La ltima mencindata de 1986, poco tiempo antes de su muerte. El Borgesque aqu aparece es el Borges con el cual Bi oy coma dia-riamente en su casa. A las comidas (cenas para nosotro s )asistan, adems de Silvina Ocampo, la esposa de Bioyy un pequeo y exclusivo grupo de escritores cercanosa los dos amigos.

    Despus de la comida se retiraban de la tertulia y serecluan en el estudio de Bi oy. De all salieron, escritos porlos dos, cuentos, novelas policiales, prlogos, antologas,ediciones anotadas, proyectos editoriales, confidenciasemitidas sin tapujos ni hipocresas, libres del menor aso-mo de autocompasin. Bioy y sobre todo Borges nodejan ttere con cabeza. No respetan las jerarquas ni lasridculas glorias nacionales. Para ellos no existen pases,ni continentes, ni idiomas, ni siglos: slo unos cuantosescritores excntricos que tienen una nica creencia, laliteratura. Son slo unos cuantos y el lector comn ycorriente no los ha ledo, tampoco muchos de los escri-tores que respetan el establishment al pie de la letra.

    En este libro Bi oy habla y hace hablar a Borges: tare aun poco difcil. De regreso, sea la hora que sea, Bioyanota de Borges las observaciones, los juicios, los sar-casmos, las bromas, las descargas dirigidas a personasque no lo quieren o subestiman, que escucha tangos, re-cuerda amigos de otros tiempos, habla de su juventud,de las mujeres con las cuales no alcanz nunca satisfac-cin perfecta.

    Aqu conviene decir que Borges no habla para la pos-teridad, para ocupar el primer puesto en el parnaso, parasus dciles y nuevos lectores, para el Estado, la Iglesia y elc rculo del poder econmico; habla, sin conceder dema-siada importancia a sus p u n t a d a s, para s mismo, paraBi oy y para el primer crculo de sus amigos ms pro b a d o s .

    Borges era en el fondo un muchacho travieso, dis-puesto a rerse aunque lastimara de paso a los dems.Nio mimado, no supo respetar a sus prjimos. Dbil,no pudo en el ltimo momento deshacerse de la mujerque lo deshizo, Mara Kodama.

    El B o r g e s de Bi oy Casares produjo malestar entre losp o d e rosos grupos literarios, tanto de izquierda como ded e recha. Lo leye ron sin humor, sin cario, y con el desa-grado que produce el menosprecio del escritor que estpor encima de los escritores argentinos.

    Los juicios de Borges sobre algunas de las g l o r i a smexicanas, casi todas con la excepcin de Lpez Ve l a rd e ,f u e ron vistos como ataques en contra de nuestra litera-tura pulcra y sorpre n d e n t e .

    Borges y a veces Bioy miran a nuestros escritorescomo literatos que escriben, sin pena ni gloria, obras quefueron bellamente creadas en otros tiempos y por otrosautores. Nos miran como escritores sobrevalorados por

    una crtica aldeana que no sabe ni quiere decir la ve rd a dni acepta que se la digan. Por otra parte Borges opina lomismo acerca de su propia literatura y de casi todos susilustres representantes.

    En Mxico hemos tratado el B o r g e s de Bi oy como unaobra maldita y malintencionada hecha para disgustar-nos, para contar a lo largo del libro una sarta de mentirasy juicios productos de la mala leche de Borges contraAlfonso Reyes, a quien envidia su suerte en el amor, susalud que lo hizo gozar los placeres de la juventud ysu estilo difano, sencillo sin ser simple y su curiosidadpor todas y por todos. Molest, y a m tambin memolest, que se burlara de Henrquez Urea por llevarsangre negra en las venas. Los dems juicios no me cau-s a ron molestias. Comparto con algunos y con otros, losmenos, difiero.

    Es conveniente decirle a Daniel Ma rtino, quien hizoy cuid el libro, que La suave patria de Lpez Velardeno le fue encargada por el gobierno: la hizo el poeta comouna sntesis de lo que senta y pensaba acerca del pas.El gobierno en ese momento, y en trminos gruesos, erade izquierd a y el poema, tambin en trminos gru e s o s ,era de d e re c h a .

    En el viaje diplomtico de Re yes a Pars en 1913 nadatiene que ver Go n z l ez Ma rt n ez sino su hermano Ro-d o l f o. Prefiri el exilio que servir a Hu e rt a .

    Por ltimo, quiero referirme al libro como mercan-ca. Es grueso, editado en un papel decoroso, con pocas,muy pocas erratas, empastado, con un prefacio quedebi ser ms amplio (Daniel Martino pudo hacerlo),con un parco aparato erudito. Brilla por su ausencia unndice de nombres, necesario en esta clase de obras, y queconstituye aqu un error de grueso calibre. Publicadopor una editorial catalana, Destino, se imprimi en Co-lombia. La nica rareza que encuentro es sta, el precioes menor de lo que vale.

    El libro lleg a Mxico, recibi poca atencin, no sele hizo la debida publicidad y muy pronto, casi desapa-reci de las libreras. Por qu? Molest a las v i u d a s y alos v i u d o s de las glorias maltratadas. Detrs de todo seesconden algunas porq u e r a s .

    ALFONSO REY E S

    ORT E G A, E L E S T I LO G A LA N O

    En Mar del Plata. Mara Esther V z q u ez y Borges re-g resan a Buenos Aires. Dijo Borges que a Re yes, en la ju-ventud, la vida de Mxico se le haca difcil por el apelli-d o ; su padre, el general Bernardo Reyes, haba apoyadoa Po rfirio Daz. Entonces, con Go n z l ez Ma rt n ez, sefue a Espaa, donde era slo un americano. Lo ayudaro n .Qued siempre agradecido y respetuoso.

    6 | REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO

  • Borges:Un da me coment que el artculo de Ortega sobre Go e t h ele pareca injusto: Weimar no poda compararse a un pue-blito de provincia de Espaa, y por eso lo de un casi caballe-ro, etctera, resultaba inapro p i a d o. Re yes me dijo una vezque tena ganas de contestarle a Ortega, porque Ortegahaba atacado a Goethe, pero que quin era l para pole-mizar con Ortega? Poda hacerlo sin riesgo, porque defen-der a Goethe no es difcil, porque hay toda una supersti-cin en su favor Yo le asegur que l era mucho mejore s c r i t o r, que cualquiera que leyera una polmica entre am-bos lo notara. Ortega tiene mal gusto, abunda en cursi-lera. Bueno, no repuso Reyes: es el estilo galano.

    MA D R I D L E H I ZO M A L

    Mircoles, 15 de junio, 1960. Come en casa Borges.

    B o r g e s :L e yendo el libro de Re yes sobre Goethe uno intuye que esel i b ro es el resumen de otros. Cuando uno siente esto, nopuede respetar mucho el libro que lee. Cul es el gran librode Re yes? El deslinde? No pude leerlo. In d u d a b l e m e n t eRe yes tena una gran curiosidad, pero la larga temporadaen Madrid le hizo mal. Haba en l un lado de vulgaridad,un lado patn. Re c o rds cuando Ma rtn Fi e r ro hablabade lo que coman en los buenos tiempos los gauchos? To d oes limpio. Re yes hubiera llenado el prrafo de re q u e s o n e s ,de olor y de grasa.

    Leemos Ma r g i n a l i a de Re ye s .

    B o r g e s :Me pregunto si el ttulo de la obra de Re yes no podra serTi ras y pelusas. Para qu escribe todo esto? Y si lo escribi,

    para qu lo publica? De Treno para Jos Ortega y Ga s s e tno queda nada; ni siquiera una ancdota. Por qu es tana c a rtonado, tan elogioso, tan poco convincente? Para ser n-timo hay que confesar algo, cometer alguna maledicencia.Imagnate a Wells escribiendo as. En un pas civilizado slopor parodia la gente podra escribir as. Hemos credo queescriba bien? Lo hemos propuesto para el Premio No b e l ?Estaramos locos? Bueno, quiz todo autor, ledo con cui-dado, re vela su imbecilidad. No s o t ros re velamos nuestraimbecilidad. Qu me decs del artculo de Re yes sobreUrea? Mir si lo habr conocido y no dice nada. An mien-te. Re c u e rdo que redeca: Mucho me temo, Pe d ro, quehayas perdido el hbito de la pgina diaria. Y ahora fingeque Urea era un gran trabajador. Aade: Ni siquiera se pro-pone que los lectores le crean. Qu i e re ser amable. Estos art -culos son como cartas, que interesan quizs al destinatario.

    ME J O R QU E LA MI S T R A L

    Elogia a Reyes:

    Si uno abre al azar un libro de Re yes, probablemente caers o b re algo insignificante: por un buen momento tienemuchos momentos de bobera. Pe ro todo est bien escri-t o. Hubiera sido mejor que le dieran a l el Premio No b e ly no a Gabriela Mi s t r a l .

    LO S P R E M I O S N O AY U D A N

    Hablamos, despus, de Re yes y de su deseo de ganar elPremio No b e l .

    B o r g e s :Los premios no ayudan, en la posteridad, a nadie. Pa r aS c h i a vo, s, son la nica posibilidad de que lo conozc a n ;

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    SOBRE BORGES Y BIOY

    Alfonso Reyes Elena Garro Pedro Henrquez Urea

  • p e ro si uno no es Horacio Schiavo, no recibe mucha ayudade los pre m i o s .

    NO H AY O B R A

    Bi oy :Parece que Reyes incluye todo en sus obras completas:El correo de Mo n t e r re y, el arc h i vo de Alfonso Re yes, los bo-letines de la Biblioteca Alfonsina, las cartas de amigos yadmiradores, poemas escritos en su honor.

    Borges: Habra que felicitarlo por la manera en que busca el olvi-do? Los estudiosos no tendrn nada que hacer; ya estartodo servido y por dems, ad nauseam. O habr que feli-citarlo porque sabe que slo mostrndose como un sera b s u rdo se logra la inmort a l i d a d ? .

    Bi oy :Ma rcos Victoria me dijo que Ortega llamaba a Re ye sel To n t n.

    Borges:En El plano oblicuo hay una carta de Re yes a dos amigos:A ti, Pe d ro ( He n r q u ez Urea) por si muero en Amrica; ati Enrique ( D ez-Canedo) por si muero en Es p a a, con ins-t rucciones sobre cmo editar su obra. Es pattico pensarque los ha sobrevivido a ambos. Habl del asunto conUrea, que me dijo: Bueno, lo malo es que no hay obra .

    LA C O M I D A L E I N T E R E S A

    Come en casa Borges. Leemos poemas de Bello: A l o c u-cin a la poesa, Si l va a la agricultura de la zona trrida .

    Borges:Qu le ha dado con los vegetales. Pa rece loco. A Go n z l ezLanuza le gusta. Bueno, l tiene esos poemas con pollosy con pavos. A Reyes tambin le gusta: todo lo que es co-mida interesa a Reyes Qu rara la idea de una Silva ala agricultura de la zona trrida. Eq u i vale a una Oda a laindustria del calzado .

    NO S O N M U Y E S T I M U LA N T E S

    Por la noche, Borges come en casa. Leemos el prlogo deRe yes a su traduccin de La Il a d a; leemos los primero sversos. No son muy estimulantes, opina.

    LO S E LO G I O S S O N P S T U M O S

    Comen en casa James Irby (profesor de Princeton),Sylvia Molloy (profesora de Princeton) y Pezzoni. Des-pus viene Paz Leston. Irby no se explica cmo Borges,subdivisor al infinito de la realidad (en Discusin, enEvaristo Ca r r i e g o), puede componer relatos, que son unfluir y un todo. Como profesor que es, Irby consideraque hay un Borges, autor simultneo de Discusin y delIn f o rme de Bro d i e. Hay varios Borges: del Borges de D i s-cusin proviene el de Brodie; hubo cambios. Irby mecuenta que vio el Diario y el archivo de Reyes. En elDiario no hay (casi?) mencin de Borges; la corres-pondencia de Re yes con Borges fue puramente conve n-cional. Irby sospecha que Reyes estaba resentido poralgo que Borges dijo a Urea y que ste comunic a Re ye s .Si Reyes habra dicho Borges no se resuelve a es-cribir verdaderos libros, y no colecciones de artculos,quedar como algo que le sucedi al idioma. O quizRe yes le tuviera envidia se pregunta Ir by. Todos loselogios de Borges a Reyes (salvo uno) son pstumos.

    PE D RO HENRQUEZ UREA

    NO E R A D E M A S I A D O I N T E L I G E N T E

    Hablamos de Henrquez Urea, caso opuesto al deManuel Peyrou. Por el trato, uno distradamente colo-caba a Urea como hombre de vastas lecturas (tal vezno fueran tan vastas) y, aunque sus libros no son nada,el recuerdo de aquella personalidad prevalece y todo elmundo lo pone entre los mejores escritores.

    8 | REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO

    Octavio Paz

  • Borges:Era como la encarnacin de la indulgencia, de la hospita-lidad y de la urbanidad. Pe ro no creas que era demasiadointeligente. Un da que me vio con un libro de He n ryJames, coment: Bueno, s, est bien, pero hoy dicen loscrticos que ya no hay que leerlo, porque Edith W h a rt o nescribe novelas iguales a las suyas. Qu me decs del es-pritu delicado, que lee por placer?

    EL C O M E RC I O Y LA P RO PAG A N D A

    Ayer sali en los diarios el aviso de Emec, que anunciala aparicin de Gu i rnalda con amore s; se titula Nove d a d e sde abril.

    Bioy:Con el mismo sistema podran llegar a Novedades del aop a s a d o. Esto no es todo: el libro no llegar a las libre r a santes de dos semanas; vale decir, que si alguien hoy re c u e r-da el aviso de ayer y pide el libro le dirn que no apare c i ;lo ms probable es que ese posible comprador olvide paras i e m p re el libro. Qu raro que los mismos avisadores con-t r a r resten la eficacia del aviso.

    B o r g e s :Es cierto, porque lo nico que les interesa es el comerc i oy la propaganda. Si no saben eso, qu saben? Quiz todoel mundo sea un poco as. El que tambin era un poco as p o rque era un negro haragn era He n r q u ez Ure a .Si tena a la mano una edicin conocida, aunque fueramuy imperfecta, la reeditaba, sin darse ms trabajo nipensar ms. Por qu no? Es la traduccin de la Bi b l i o t e c aClsica o de La Lectura, deca, sin entrar en detalles. Lagente cree que esa especie de catlogo, su Historia de lac u l t u ra en la Amrica Hi s p n i c a es una obra import a n t e .Hasta menciona a Ga rd e l .

    UN S U E O VAG A M E N T E S I M B L I C O

    B o r g e s :Cuantos leen mi cuento Ragnark creen que debeni n t e r p retarlo como una stira contra el peronismo, como

    una stira contra la poltica universitaria. No compre n d e nque pueda ser lo que es: un sueo, y como sueo, vaga-mente simblico.

    Bi oy :Aunque esas interpretaciones sean absurdas, sin duda es,como todo sueo, simblico, imprecisamente simblico.

    B o r g e s :Desde luego, Sh a w, escribiendo sobre Ibsen, sola afirmar:Aqu lo que quiere decir es. Alguien le pre g u n t :Cmo sabe eso? Segn usted mismo, Ibsen en ningunap a rte dice que sea eso lo que quiso decir. Contest Sh a wque l era un crtico, que la misin del crtico no era re p e-

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    SOBRE BORGES Y BIOY

    Borges y a veces Bioy miran a nuestros escritorescomo literatos que escriben, sin pena ni gloria,

    obras que fueron bellamente creadas en otros tiempos y por otros autores.

  • tir lo que decan los autores, sino descubrir el sentido pro-fundo de lo que escriban. Estoy de acuerdo: muchas ve c e suno no sabe el significado de lo que escribe y descubrirloes la parte del crtico, pero mi cuento es meramente unsueo, tal como lo so. La gente, acostumbrada a lascosas que yo escriba antes, espera vueltas, que no hay. Lonico que no estaba en el sueo es Urea. Lo puse comoun saludo y tambin un poco prfidamente, para pre p a r a resas caras toscas y negras de los dioses, que se ven al final;no ya mansamente toscas y negras, como la de Urea, sinoa v i e s a m e n t e .

    BU E N O, BU E N O

    Wally Zenner va a recitar un poema de Borges.

    B o r g e s :La primera vez que lo ley en voz alta, lo ley muy bien,como cualquiera; pero ahora, que lo ha trabajado dos ot res das, lo dice de un modo rarsimo, con eses que silbancomo un viento lejano. Lo que va a ser eso cuando lo re c i-te, no quiero pensarlo. Faltan todava dos das, de modoque ya estar bien f a i s a n d . Wally imagina que Urea fueun artista: por qu? Cuando alquien deca un disparatepor ejemplo, Ma rechal, que sostena que Verlaine, tra-ducido al espaol por Dez-Canedo, era mejor que enfrancs, porque estaba libre de rimas, Urea, con suqueda voz que naca en lo hondo de la garganta y re s o n a-ba contra el paladar o los dientes, comentaba: Bu e n o ,b u e n o..., o en Va l o ra c i o n e s citaba la frase y comentaba: Fr a n c a m e n t e . . . .

    NO L E I M P O RTA B A N A D A

    B o r g e s :(ngel) Rosenblat me dijo que en los ltimos aos de suvida, a Urea no le importaba nada de nada y que lo nico

    que quera era no trabajar. Corrigiendo pruebas, cambiel ttulo Los tocados por Los chiflados: era el captu-lo de un libro sobre peinados, pelucas, etctera.

    ER A L I M I TA D O M E N TA L M E N T E

    Hablando de Pedro Henrquez Urea, Borges observa:

    Era mejor que (Amado) Alonso, pero de cultura mo-desta e inteligencia ms bien mediocre. Ha quedadocomo el Ma e s t ro de Amrica. Por un acto de fe se lo con-sidera sabio y muy inteligente. No era muy all, comodeca Madre: era ms bien limitado mentalmente.

    NO S E E QU I VO C A N U N C A

    Martes, 21 de octubre, 1969. Parece que ese veneradom a e s t ro, don Pe d ro (He n r q u ez Urea), razon a lo largode una carta a (Jos) Ro d r g u ez Feo; un minucioso eimplacable ataque a Borges. No me extraa que fueraladino. Tena una sonrisita compradora. Dice la carta:

    Tu admiracin por Borges me parece exagerada (...). Bor-ges tiene aberraciones terribles; detesta a Francia y a Espa-a; todo lo ingls le parece bien; mucho de lo yanqui; nole gusta Grecia. Si no las conociera se podra compre n d e r,p e ro lo grave es que las conoce. De Inglaterra slo detestalo que se parece a lo latino; Keats y Shelley (...). En litera-tura, a Borges slo le interesa el mecanismo (...); el conte-nido humano le es indiferente (...). En resumen, nada delo humano le atrae; para que una novela o un drama lei n t e resen, se necesita que sean: 1) fantsticos; 2) historiasde locos; 3) p u z z l e s de tipo policial. Como idioma, s, tedir, es estupendo; no se equivoca nunca (...). Como esti-lo es muy personal; pero es un modelo muy peligro s o ,p o rque slo tiene un tono y no una serie de tonos (...).( C a rta del 19 de mayo de 1945).

    10 | REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO

    Bioy acude a Borges en busca de consejo y tutela. Borges se los otorga y pronto el maestro y el discpulo llegan a ser

    amigos entraables.

  • RAMN LPEZ V E LA R D E

    LA S UAV E PAT R I A

    Bioy:El momento en que conoc La suave patria (1957) fueuno de los de mayor exultacin literaria de mi vida. Est-bamos en mi casa, en avenida Quintana, y vos recitaste lase s t rofas del p a raso de compotas y de q u i e ro ra p t a rte en lac u a resma opaca. Me pareci un poema tan variado quet a rd en adve rtir que todos los versos eran endecaslabos.Leemos La suave patria. Cuando voy por la estro f a :

    Tus entraas no niegan un asilopara el ave que el prvulo sepultaen una caja de carretes de hilo,y nuestra juventud, llorando, ocultadentro de ti el cadver hecho pomade aves que hablan nuestro mismo idioma...

    Borges comenta:Lpez Velarde trabaj con esos mismos elementos elprvulo, los carretes de hilo, las aves en todos los otrospoemas, y no logr nada. El destino le reservaba la suer-te de poder reunirlos una vez mgicamente en La suavepatria. El poema fue hecho por encargo del gobierno: esun bric--brac deliberado que sali bien.

    De Lpez Ve l a rde tambin leemos con agrado El re t o r n omalfico y Borges aun repunta afortunadas las bromasfinales de:

    ...el lloro de recientes recentales

    ...el amor amorosode las parejas pares.

    Sobre el verso final:...Y una ntima tristeza reaccionaria.

    Siempre ha dicho: Est muy bien.

    NO PI C O S I N O C A S E RO

    Bioy:En el recuerdo, La suave patria es una silva.

    Borges:Es verdad, y es una extraordinaria prueba de la va r i e d a dlograda por Lpez Velarde con los endecaslabos.

    Bioy:Quizs el correo chun est un poco fuera de lugar:

    Navegar por las olas civilescon remos que no pesan, porque vancomo los brazos del correo chunque remaba la Mancha con fusiles.

    Tal vez a esa altura el poeta no saba cmo sera el poema,o prevea otro.

    SOBRE BORGES Y BIOY

    REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO | 11

    Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges con Josefina Dorado y Victoria Ocampo, Mar del Plata, 1935

  • Borges:El poema, a pesar de la promesa de cortar a la epopeya ungajo, no le sali pico, sino casero. Es un poema en quean los ripios estn bien:

    Quin, en la noche que asusta a la rana,no mir, antes de saber del vicio,del brazo de su novia, la galanaplvora de los fuegos de artificio?

    Que asusta a la rana es un ripio.

    M S I N T E N S A Y F LU I D A QU E LA D E LU G O N E S

    B o r g e s :Tal vez un da La suave patria parecer como el poemade los gallipavos celestiales de Gr a c i n .

    Bi oy :Lo ms admirable de Lpez Velarde es haber logrado, enLa suave patria, con su modernismo tan barroco ymetafrico, una poesa intensa y fluida. Generalmentees ms intensa y fluida que la de Lu g o n e s .

    B o r g e s :S, es superior a Lugones.Bioy:E inferior a Rubn.B o r g e s :Es claro, muy inferior a Rubn. Cmo lo juzgarn enMxico a Lpez Velarde?

    Bioy:En todo el continente, el nico pas bastante adulto paradesdear lo propio es la Argentina. Un inteligente literatob r a s i l e ro o mexicano sigue sin dificultad tus bromas nadac o n vencionales contra la Argentina, pero cuando le hablsdel Brasil o de Mxico reacciona como un socio de BocaJuniors a quien le tocan los colores de la camiseta o unm i e m b ro del Instituto Sa n m a rtiniano a quien le dicenque Remedios de Escalada enga a San Ma rt n .

    O C TAVIO PA Z

    AS C R E E S A LVA R S U A L M A

    Comentamos ttulos absurdos. Re c u e rdo Li b e rtad bajopalabra de Octavio Paz:

    A continuacin del ttulo vigoroso, poemas deshilacha-dos. Pe ro no agradables, no vayas a creer: en cuanto asomala posibilidad del agrado, el poeta reacciona, no se dejaganar por blanduras, y nos asesta una vigorosa, o por lomenos incmoda, fealdad. As cree salvar su alma.

    ELENA GARRO

    PI D E S O L I D A R I D A D

    Martes, 22 de octubre, 1968. Despus de comer, llamoa Borges para hablar de la contestacin a un telegramade Elena Ga r ro, que pide telegrafiemos nuestra solidar i-d a d a Daz Ordaz por los ltimos sucesos. Explica El en aque los comunistas tiro t e a ron al pueblo y al ejrcito yahora se presentan como vctimas y calumnian; que haypeligro de que el pas caiga en el comunismo. Adems,pide un telegrama firmado por Victoria, Silvina, etctera.

    B o r g e s :Victoria, como Mallea, es una de esas personas que paradarse importancia quieren saber exactamente lo que fir-man. Es como si un soldado exigiera en la accin una jus-tificacin para cada una de las operaciones, para cada vezque va a apretar el gatillo.

    En cuanto a Silvina, es tambin cavilosa. Mucho metemo que nuestro telegrama (Rogamos hasta llegar nues-tra adhesin al gobierno de Mxico) rena slo tre sfirmas: Borges, Peyrou y yo.

    TO D O S LO S D E M S S O N C O M U N I S TA S

    Lunes, 14 de agosto, 1972. Come en casa Borges. De M-xico me llama Elena Ga r ro. Dice: Lo nico que me

    12 | REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO

    ltima fotografa conjunta de Borges y Bioy, 1985

  • queda son ustedes dos, Borges y t. Todos los dems sonc o m u n i s t a s. Cuando le cuento a Borges, casi molestop rotesta: Le quedo yo?. Entonces le explico que se sien-te perseguida y rodeada por los comunistas, y compre n d e .

    Borges:Yo creo que estamos liquidados. Con Nixon no hay es-peranzas.

    Bi oy :Es la peor calamidad.

    Borges:No; la peor es Lanusse. Un record argentino.

    J UAN JOS ARREOLA

    DI F E R E N T E A KA F K A

    A r reola es un excelente cuentista mexicano. Me contun cuento que escribi en estos das sobre un viaje ent ren. Me dijo: Es un cuento que cuelga de Kafka .Pe ro es injusto consigo mismo porque el empleado delf e r rocarril, que atiende al hroe, es benvolo; en Kafkasera fro y lejano.

    NO E S G R A N C O S A

    Hablamos de Azuela.

    Borges:Los de abajo Lo le hace mucho y no me pareci grancosa. (1958)

    BATA L LA E N T R E F R A N C E S E S Y M E X I C A N O S

    B o r g e s :Groussac no admiraba a Mxico. Habla de una batallaentre cuarenta franceses y tres mil mexicanos. Propor-cin justa, explica.

    SI QU E I RO S Y LA B E L L E ZA

    Borges me dice:A que no sabs qu invoca el pintor Siqueiros para pedirque se prohba el uso de la bomba atmica? La belleza.Qu sabr Siqueiros de la belleza?

    MU Y RU D I M E N TA R I A, M U Y TO S C A

    Viajo a Pa rd o. Me despido telefnicamente de los Borges.

    Borges:

    Vi n i e ron a verme unos escritores mexicanos. Querido maes-tro, me llamaban, gente muy rudimentaria, muy tosca.Qu i e ren hacer un premio ms importante que el Nobel, yaque los suecos no dan el Premio Nobel a escritores de aqu.Este premio ser nicamente para escritores latinoame-ricanos. Les dije que entonces no sera ms importante queel Nobel. Que lo abrieran a escritores de todo el mundo yque, para ensearles a los suecos, premiaran durante losp r i m e ros tres o cuatro aos a escritores suecos. No les gus-t la idea.

    Bi oy :Podras haberles dicho que alguno tendra que haber, noinferior a Gabriela Mistral o a Miguel ngel Asturias o aPablo Neruda.

    CO M I D A Y E XC U S A

    Diplomacias del gran escritor. Mi e m b ros de una delega-cin mexicana lo visitaron para invitarlo a una comidaque el presidente mexicano daba en el Plaza Hotel. Borgesse excus, dijo que no ira por temor de encontrar all ac i e rtos argentinos, pero que les daba las gracias y les ase-guraba que l senta viva amistad por los venezolanos.(1974).

    SOBRE BORGES Y BIOY

    REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO | 13

    Borges y su madre, 1959