4.3. bid unidad espacio publico final

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Liderando el Desarrollo Sostenible de las C iudades Unidad Temática Espacios públicos Documento Extenso

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espacio segun BDI

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  • Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

    Unidad TemticaEspacios pblicos

    Documento Extenso

  • Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

    Gerente Sector de Conocimiento y Aprendizaje:

    Federico Basaes

    Jefe del Instituto Interamericano para el Desarrollo Econmico y Social - INDES:

    Juan Cristbal Bonnefoy

    Coordinador General del Programa:

    Jos E. Yitani

    Equipo del programa:

    Alison Elas Ana Haro Andrea Dusso

    Autor del Documento:

    Santiago Bonifatti

    Correccin de estilo y maquetacin:

    Manthra Comunicacin integral

    Este documento es propiedad intelectual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Instituto Interamericano para el Desarrollo Econmico y Social (INDES). Cualquier reproduccin parcial o total de este documento debe ser informada al INDES- BID en la direccin [email protected]. La revisin de este documento ha contado con la participacin de Jos Yitani, Alison Elas y Ana Haro.La preparacin del presente documento fue financiada por el Fondo de Fortalecimiento de la Capaci-dad Institucional (ICSF), gracias al aporte del Gobierno de la Repblica Popular de China.Las opiniones expresadas en esta publicacin son exclusivamente de los autores y no necesariamente reflejan el punto de vista del Banco Interamericano de Desarrollo, de su Directorio Ejecutivo ni de los pases que representa. Se prohbe el uso comercial o personal no autorizado de los documentos del Banco, y tal podra castigarse de conformidad con las polticas del Banco y/o las legislaciones aplicables.

    Copyright [2014] Banco Interamericano de Desarrollo.

  • 1 Espacios pblicos

    Contenido

    1. Objetivos y estructura de la unidad ..................................... 3

    2. Importancia del espacio pblico .......................................... 32.1 La necesidad de contar con ms y mejores

    espacios pblicos ........................................................................32.2 Urbanismo y espacio pblico. Planificacin urbana.

    La ciudad y su contexto ................................................ 52.3 Quines y qu reas trabajan

    sobre el espacio pblico? ............................................... 7

    3. Evolucin histrica del urbanismo de las ciudades y su relacin con el uso del espacio pblico. Conceptos de ciudad ........................................................... 83.1 Definicin de espacio pblico ..................................... 13

    4. Una mirada al interior del espacio pblico ........................ 164.1 Cmo perciben las personas el espacio pblico?

    Los sentidos, un factor necesario ............................... 164.2 Cmo se utiliza el espacio pblico?

    La vida en estos lugares .............................................. 21

    5. Elementos clave para la implementacin y consolidacin de espacios pblicos: tipologas, quines intervienen, atributos, usos y beneficiarios ........................................... 255.1 Tipologas de espacios pblicos ................................. 255.2 Atributos de los espacios pblicos ............................. 275.3 Elementos especficos de los espacios pblicos........... 29

  • 2Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

    6. Los espacios pblicos de la ciudad. Ejemplos prcticos de la regin latinoamericana .............................................. 316.1 La ciudad y su ambiente: espacios verdes y reas

    de recreacin. Caso de las plazas centrales de San Jos de Costa Rica .......................................... 31

    6.2 Recuperacin y consolidacin de espacios pblicos ....................................................................... 34

    6.2.1 Recuperacin de centros histricos. Caso de Quito, Ecuador .............................................. 34

    6.2.2 Recuperacin de espacios pblicos en territorios de alta vulnerabilidad. Caso de los Parques Biblioteca en Medelln, Colombia ................. 41

    6.3 Espacios pblicos de baja utilizacin o no utilizados. Caso de Brasilia, Brasil ................................................ 42

    6.3.1 Brasilia: culminacin del movimiento moderno.................................................. 44

    7. Qu es un espacio pblico sostenible? ............................ 46

    8. Conclusiones ...................................................................... 46

    9. Bibliografa ......................................................................... 47

  • 3 Espacios pblicos

    Unidad temticaEspacios pblicos

    1. Objetivos y estructura de la unidadLos objetivos de esta unidad son:

    Concientizar sobre la importancia de los espacios pblicos ur-banos.

    Brindar herramientas para estudiar dichos espacios, desde una mirada intersectorial y tomando en cuenta al ser humano como usuario fundamental.

    Comprender las ciudades a partir del estudio del ambiente ur-bano, y a los seres humanos como usuarios.

    Brindar elementos para implementar y consolidar espacios p-blicos sostenibles.

    En este documento se describir, en un primer momento, la im-portancia del espacio pblico, su evolucin histrica, las nociones bsicas del concepto y sus diferentes tipos. Posteriormente, se tra-tar sobre las reas que los planifican, desarrollan y mantienen, el ambiente en donde estn emplazados, las actividades que en ellos se llevan a cabo as como sobre sus usuarios. Finalmente, se desarrollarn los elementos clave para su implementacin y se pre-sentarn casos latinoamericanos.

    2. Importancia del espacio pblico

    2.1 La necesidad de contar con ms y mejores espacios pblicosSin grandes espacios pblicos, no hay grandes ciudades.

    How to turn a place around, Project for Public Spaces

    Hoy en da, muchas ciudades del mundo concentran gran parte de sus recursos econmicos en mejorar la calidad de vida de sus habitantes. De una manera u otra, todos estos esfuerzos estn re-lacionados con los espacios pblicos, ya que es evidente que estos influyen de manera significativa en las actividades econmicas, so-ciales y culturales de la ciudad.

  • 4Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

    Por qu tener ms y mejores espacios pblicos? Identidad. En algunas ciudades alrededor del mundo, la cali-

    dad de los espacios pblicos los convierte en conos que dan identidad a dichas urbes y las diferencian de otras, como el Cen-tral Park en Nueva York, la Torre Eiffel en Pars o la Plaza San Marcos en Venecia. Estos son, adems, los lugares ms visitados y los favoritos de muchas personas. La Torre Eiffel, por ejemplo, recibe siete millones de visitantes por ao.

    Actividad econmica. Los espacios pblicos generan actividad econmica a favor de las ciudades. Por ejemplo, en las urbes mencionadas, estos representan un atractivo turstico que atrae visitantes y, por tanto, fomenta la economa urbana. Adems, incrementan el valor de las propiedades que los rodean, debido a los beneficios que implican.

    Calidad de vida. La calidad de vida de la ciudad se relaciona di-rectamente con la de los espacios pblicos. El Dr. Enrique Pea-losa (2006), ex-Alcalde de Bogot, manifest en una conferencia presentada en San Juan de Puerto Rico que la calidad de vida de la ciudad y sus vecindarios aumenta a medida que la gente se siente segura en sus calles y plazas. Los espacios pblicos son ese motor que la gente necesita para ser incentivada a caminar por las calles de la ciudad.

    Igualdad y seguridad. Pealosa (2006), sobre el trato a las di-ferentes clases sociales y su impacto en la criminalidad: si la gente siente que es bien tratada y que hay ms igualdad y le-gitimidad en la organizacin social, cumple ms las leyes y de-nuncia a quienes las violan. En su ponencia explic cmo la tasa de crmenes disminuy desde que comenzaron a crear ms parques en la ciudad. Por otro lado, William Whyte, en Ciudad, redescubriendo el centro (1988), indica que los vendedores de droga, las prostitutas, los criminales y vagabundos tienden a arrinconarse en los lugares desiertos y oscuros de las ciudades, por lo que la mejor estrategia para combatir este problema es mejorar la calidad de los espacios pblicos y hacerlos ms atrac-tivos.

    Valor ecolgico. Los parques, plazas y jardines contribuyen a mejorar la calidad del aire de la ciudad ya que proporcionan oxgeno a la biodiversidad y otros aspectos ecolgicos pues al-bergan diferentes especies de animales y pjaros y, muchos, se convierten en pequeos ecosistemas. Adems las plantas filtran

  • 5 Espacios pblicos

    los contaminantes del aire y el agua, protegen y fertilizan el sue-lo, regulan la temperatura, aminoran el calentamiento del pla-neta y son la base de la cadena alimenticia.

    Valor cultural y social. Los espacios pblicos representan un valor cultural y social ya que posibilitan diferentes expresiones artsticas, como festivales, conciertos, exhibiciones. Adems, constituyen lugares de encuentro o reunin para ejercer los de-rechos ciudadanos, como el de la protesta.

    2.2 Urbanismo y espacio pblico. Planificacin urbana. La ciudad y su contextoPara comprender el diseo de los espacios pblicos, es importante conocer, por lo menos nociones bsicas y los factores urbansticos que se consideran en la planificacin de las ciudades.

    El ambiente de una ciudad se constituye por factores naturales, es decir, las caractersticas del medio natural, y por factores culturales, es decir, aquellos producidos por el hombre. Ambos deben ser analizados para la planificacin.

    Factores naturales Clima. Es uno de los factores bsicos por analizar. La temperatu-

    ra, la humedad, las precipitaciones, los vientos y los fenmenos meteorolgicos frecuentes influyen, tanto en el tipo de edifica-cin, como en el diseo de los elementos urbanos.

    Geologa y geomorfologa. Permite conocer el tipo de rocas que conforman el territorio de la ciudad y los riesgos ssmicos que esta presenta. Asimismo, determina si es posible usar las rocas como material de construccin (grava, arena, arcilla, etc.).

    Hidrografa .Adems de posibilitar la obtencin de agua en la zona, permite identificar las zonas con peligro de inundacin.

    Topografa. Se refiere al anlisis de las pendientes del lugar. Es importante estudiarlas ya que el valor de los servicios pblicos incrementa cuando se debe atravesarlas.

    Suelos. La clasificacin por tipos determina sus posibilidades de uso.

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    Vegetacin. Determina las zonas ecolgicas que deben pre-servarse, las posibilidades de fomentar ciertos tipos de vege-tacin para la zona urbana, la relacin entre la vegetacin y el medioambiente, etc.

    Fauna. Puede llegar a formar parte del espacio, sobre todo cuando existen grupos de animales o especies caractersticos.

    Factores culturales Uso del suelo y estructura urbana. Todo asentamiento urbano

    utiliza el suelo de distintos modos (habitacional, industrial, co-mercial, recreativo o de circulacin), estos suelos, en conjunto, conforman la estructura urbana.

    Vialidad. Es uno de los elementos de la estructura urbana, pero debido a su importancia, se analiza por separado para clasificar las vas de circulacin primarias, secundarias y terciarias o veci-nales, cada una de las cuales cumple una funcin diferente.

    Infraestructura urbana. Corresponde a las redes de agua potable, los desages pluviales y la red de cloacas, gas y electricidad.

    Equipamiento urbano. Est formado por el conjunto de es-pacios y edificios que brindan servicios a la poblacin, como educacin, salud, comercio, cultura, recreacin y administracin pblica.

    Densidad de poblacin. Se refiere a la cantidad de personas que habitan en una unidad de superficie. Si se analiza grfica-mente se puede ver cmo se organiza una ciudad, y de all se desprenden las reas que se pueden densificar para absorber el crecimiento.

    Tenencia o propiedad de la tierra. Es un factor cultural impor-tante para definir el desarrollo futuro de una ciudad, y un gran insumo en el momento de la planificacin, debido a la diferen-cia que existe para el Estado entre ser propietario de la tierra y tener que dictar normas para tierras en manos privadas.

    Calidad de la vivienda. Persigue localizar qu zonas presentan problemas y determinar qu tipo de accin se requiere para mejorar la situacin habitacional.

    Patrimonio cultural. Corresponde al conjunto de edificios y es-pacios que poseen valor artstico y/o histrico, cuyo rescate y conservacin llegan a ser bsicos para la ciudad.

  • 7 Espacios pblicos

    Imagen urbana. Cada ciudad tiene elementos que se pueden destacar y valorar para definir mejor su imagen, lo cual es una de las tareas importantes del diseo urbano.

    2.3 Quines y qu reas trabajan sobre el espacio pblico?El urbanismo ha existido desde que el hombre empieza a vivir en ciudades y a organizar conscientemente sus espacios, aunque el concepto como tal surgi a principios del siglo XX. Etimolgica-mente, el trmino proviene de urbe (ciudad), derivado del latn urbanus. Por tanto se refiere a todo lo relacionado con la ciudad. En la actualidad, esta concepcin del urbanismo ha sido ampliada y se refiere al estudio y planeacin de las ciudades y las regiones donde estas se asientan. Su objetivo es la modelacin y remodelacin de las ciudades, por lo que es en el estudio de las ciudades enfocado a lograr el diseo del mbito espacial, donde se desenvuelven las actividades sociales del hombre. El urbanismo rene una serie de disciplinas que se concentran en el estudio de la ciudad.

    Disciplinas que conforman el urbanismo:

    Geografa Climatologa GeologaCiencias de la tierra Edafologa Topografa Biologa y zoologa Agronoma

    Economa SociologaCiencias sociales Demografa Antropologa Psicologa Ciencias Polticas DerechoDisciplinas Ingenierainstrumentales Arquitectura Administracin

    Si el urbanismo es interdisciplinario por definicin, ms aun lo ser el trabajo en el espacio pblico. Es a travs de la conjuncin

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    de diferentes disciplinas como se obtendrn los mejores resulta-dos. Si dejramos la planificacin de las ciudades o de los espa-cios solo a los arquitectos e ingenieros, seguramente las formas seran simtricas, cada cosa encajara en su sitio, al igual que en las maquetas, pero tal vez esos espacios no perteneceran a la ciudad en la que fueron implantados; o si solo planificaran las ciu-dades los economistas estaramos en presencia de espacios con un sustento o razones econmicamente sostenibles pero sin per-sonas en ellos; al igual que si solo intervinieran socilogos o an-troplogos, tal vez los espacios tendran estructuras que cederan ante las circunstancias climticas, morfolgicas, o simplemente no podran ser construidos.

    3. Evolucin histrica del urbanismo de las ciudades y su re-lacin con el uso del espacio pblico. Conceptos de ciudadEn la actualidad hay dos tradiciones de concepciones de ciudad y una tercera concepcin mixta.

    La de tradicin latina, que se inspira en la ciudad clsica (del latn polis o civitas). La plaza se convierte en el espacio pblico fundamental en este tipo de ciudades (gora), como lugar de encuentro de ciudadanos, como sala de reunin donde se con-versa, negocia y decide polticamente, con todas las consecuen-cias sociales y econmicas que de ello se derivan.

    Ciudades de tradicin anglosajona o nrdica, ms domsticas y menos pblicas, definidas ms por el recinto de construcciones que la integran que por las otras funciones, integrando entre los edificios espacios ms o menos campestres.

    Entre la ciudad domstica y la ciudad civil queda la ciudad isl-mica, que defiende mucho lo privado pero a la vez practica la vida exterior. Es una vida dividida entre el harn (donde reina lo ntimo, lo privado) y la vida pblica (donde domina lo poltico y lo social). En la ciudad islmica no existe la plaza, pero este pa-pel lo cumple el patio; con carcter ms global, el patio de las mezquitas. Y en medio quedan otros lugares de relacin como el zoco, el bazar o la alcaicera.

    En cualquiera de las concepciones hay una serie de elementos co-munes (casas, calles, etc.), con una organizacin funcional deter-minada, aunque los significados son distintos. As, por ejemplo, la

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    ciudad musulmana se organiza desde adentro hacia afuera, desde la casa hacia la calle, que debe acomodarse a la prevalencia de la casa, adaptndose al espacio que esta le deja: tortuoso, labernti-co, etc. En la ciudad europea, en cambio, predomina la exigencia de la cosa pblica; la calle representa el orden o ley general a la que se supedita la voluntad individual.

    El espacio pblico en la ciudad histricaLas ciudades histricas tuvieron como elemento urbano ms des-tacado la fortificacin y sus trazados irregulares. El surgimiento del espacio pblico en la ciudad histrica puede remontarse a las si-tuaciones que se generaban en el patio de los palacios reales en la antigua Grecia, donde se reunan los ciudadanos para tratar te-mas de inters para la comunidad (cultivos, justicia, guerras, etc). Se desarrollaron espacios como el gora (comercial o poltica), la acrpolis (religiosa) o el foro romano, los antecedentes ms claros de los espacios pblicos que caracterizan a la ciudad como tal.

    La calle y la plaza son los dos tipos principales de espacio pblico en la historia. Por su conformacin a partir de lmites claros y defini-dos, y por la vitalidad social y su funcin como mbito de contacto y comunicacin de los ciudadanos, se ha dicho (Louis Khan) que una plaza o una calle es un saln cuyo techo es el cielo (Napo-len dijo de la Piazza San Marco, en Venecia, que era el saln ms bello de Europa).

    La combinacin de calles y plazas constituye la esencia del paisaje urbano, que en la ciudad histrica, en general, se define por lacon-tinuidad y alineamiento de las fachadas, con algunos puntos focales distintivos constituidos por los edificios monumentales o representa-tivos de la comunidad: la iglesia, los ayuntamientos, los palacios, etc.

    Hay diferencias, obviamente, entre la plaza medieval (en general irre-gular y producto de un agujero en el tejido denso de la ciudad, rea-lizado para dar espacio a los accesos a iglesias y edificios importantes) y la plaza renacentista y barroca (de formas regulares y con una dispo-sicin de pantallas y ejes monumentales basada en la exploracin de la perspectiva). Tambin puede distinguirse la plaza latina, en general seca (sin csped, ni pasto, sin vegetacin) y con mucho contenido simblico y representativo, con la plaza anglosajona, ms concebida como lugar de paseo individual y espacio verde. La plaza de las Leyes de Indias en las ciudades latinoamericanas se obtiene a par-tir del quite de una manzana construida del damero fundacional, alrededor de la cual se establecen los edificios ms importantes.

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    Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

    Y por supuesto, es importante la distincin entre plazas y calles comerciales, polticas, religiosas, ceremoniales, etc.

    Otra caracterstica de la ciudad histrica es lainteraccin entre es-pacio pblico y privado a travs de transiciones, como el atrio, el zagun, los patios de acceso, entre otros. El plano de Roma realizado a fines del siglo XVIII por Gianbatista Nolli representa, a partir de la distincin entre el espacio pblico tratado como forma bsica de la ciudad, y el espacio privado como fondo (dibujado en negro), esa particular relacin entre uno y otro tipo de espacio que conforman la ciudad.

    El espacio pblico en la ciudad industrialCon la revolucin industrial y la oleada de inmigracin a las ciuda-des, surgen nuevas tipologas y variedades de espacio pblico:

    El parque. Aparicin y representacin de la naturaleza en la ciu-dad, sustancialmente distinto a la plaza como saln cuyo techo es el cielo. Ver los bosques de Boulogne y Vincennes en Pars, el Central Park de New York, y el Parque de Palermo en Buenos Aires. Cumplen funciones sanitarias, higienistas, e incluso didc-ticas.

    El bulevar y la avenida. Una variante de la calle tradicional don-de se incorpora la diferenciacin de trnsitos, la especializacin, la inclusin de las infraestructuras en los espacios subterrneos, la aparicin de equipamientos como los cafs y el arbolado, etc. Ver los bulevares de Haussmann en Pars y las avenidas del Ensanche de Barcelona, en especial el Paseo de Gracia.

    El concepto de espacio pblico sufre dos grandes ataques en esta poca: por un lado, elavance incontrolado del automvil como invasor del espacio pblico (llegando a su punto mximo en la destruccin de barrios y reas de fuerte significado urbano por la irrupcin de autopistas urbanas). Por el otro lado,la ideologa de la tabla rasadel movimiento moderno, que tiende a considerar el es-pacio pblico como un mero vaco con usos de parque y circulacin, sobre las que se levantan los edificios como objetos aislados.

    La realizacin de algunos proyectos urbanos y partes de ciudad con este concepto, que se acenta con la reconstruccin europea despus de la Segunda Guerra Mundial y con los proyectos para Chandigarh y Brasilia, lleva progresivamente a la destruccin de la plaza y la calle. Esta idea de recuperacin del concepto de espacio pblico tradicional se expresa con especial nfasis en las polticas llevadas a cabo en Bar-celona en la dcada de los ochenta (Oriol Bohigas).

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    Espacios pblicos

    Urbanismo modernoLos principios en los que se basa la planificacin de la ciudad ac-tual todava son los del urbanismo moderno recogidos en la Carta de Atenas, redactada en uno de los congresos internacionales de arquitectura moderna (CIAM) y escrito bsicamente por el ar-quitecto y urbanista Le Corbusier. En ella se plantea la oposicin entre la ciudad tradicional, caracterizada por la mezcla y falta de diferenciacin de usos urbanos, y la ciudad moderna, racional y funcional, que se rige por un principio fundamental: la zonifi-cacin concepto central del urbanismo moderno e idea clave de la planificacin urbana actual. Frente a la mezcla de usos de la ciudad tradicional, con todos los problemas que plantea el desarrollo (de salubridad, higiene, densificacin, etc.), la divisin del trabajo a escala general en el proceso de industrializacin, cuando fbricas y viviendas comparten el mismo espacio, el ur-banismo moderno plantea que hay que construir ciudades donde los diferentes usos, las diferentes funciones urbanas, estn sepa-radas en espacios distintos.

    Le Corbusier afirmaba que a cada funcin urbana le debe corres-ponder un espacio distinto, que la ciudad debe estar segregada segn los usos y las funciones urbanas, y caracterizada por una es-tricta separacin entre habitar y trabajar. Los espacios residenciales deben estar separados de los espacios del empleo y las activida-des econmicas, aunque, eso s, deben estar conectados a travs de la funcin circular.

    De los nuevos postulados surge un mtodo racional para las ciu-dades. La propuesta se basa en una ciudad funcional, donde exista una clara zonificacin y un emplazamiento consecuentemente ra-cionalizado en ella de las cuatro funciones colectivas.

    Se destaca el Plan, como una nueva metodologa para trabajar la ciudad en general; la importancia de la vista, el asoleamiento y las reas verdes; las autopistas clasificadas; y los bloques regulares de edificios, que constituyan lneas paralelas. Adems, se propone un nuevo mtodo de anlisis comparado de ciudades, a travs de normas de presentacin y elementos similares para todos los pa-ses: la grilla CIAM.

    Una de las principales aportaciones de Le Corbusier fue la idea de liberar el territorio, al construir una ciudad en bloques de cierta altura ubicados en grandes espacios libres y conectados por vas eficientes. Sus propuestas ms radicales se recogen en la llamada

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    Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

    Ville Radieuse, una especie de ciudad terica que se fue concre-tando en varias propuestas: el Plan Voisin para Pars, el Plan Obus para Argel, y Chandigarh. Esta tuvo una enorme influencia en el urbanismo posterior a la Segunda Guerra Mundial. El trfico en la ciudad era lo que ms preocupaba a Le Corbusier, porque amena-zaba con estrangular los centros de las urbes.

    Conceptos bsicos de la ciudad funcional del CIAM El privilegio de la circulacin vehicular

    La bsqueda de mejores condiciones de higiene

    La especializacin de cuatro funciones bsicas de la ciudad: vi-vienda, trabajo, ocio y circulacin

    La cultura moderna enfrenta la concepcin del espacio pblico de la ciudad con el diseo de la ciudad clsica. La ruptura epistemol-gica entre vieja y nueva civilizacin es tambin formal y, por ello, la contraposicin de geometras en el proyecto de Le Corbusier apa-rece como la imposibilidad de reunir algo que, en ese momento, todava era un intento desesperado: la unidad del mundo clsico, representado por la regularidad de la geometra de las formas, con la aleatoriedad del mundo moderno, que representa un repertorio pintoresco.

    El espacio pblico en la metrpolis globalizada contemporneaLa actual oleada de crecimiento metropolitano originaalgunas contra-dicciones muy fuertes en la concepcin del espacio pblico. La ms evidente surge en los grandes objetos urbanos, como elshopping, el parque temtico y el barrio cerrado. Por un lado, estos objetosse cierran a la ciudad existente; y por otro, sus malls, calles y plazas in-ternasse inspiran en el espacio pblico de la ciudad tradicional. Gran parte de las funciones que en otras etapas de la historia se desarro-llaban en las calles, plazas y parques, hoy se desenvuelven en lugares privados (privatizacin del espacio pblico).

    Otra tendencia contradictoria es labanalizacin tursticade los es-pacios pblicos tradicionales, que los priva de su esencia cotidiana significativa y los reduce a meros escenarios de falsas representa-ciones pensadas para el turismo de masas.

    Por otra parte, asistimos a una revalorizacin del espacio pblico en las polticas pblicas, en el debate cultural e inclusive en las

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    Espacios pblicos

    propias estrategias de mercado inmobiliario. En la actualidad se considera que hasta las grandes infraestructuras pueden construir-se como generadoras de espacio pblico, y lacreacin de espacio pblico es un criterio de evaluacin de las polticas pblicassobre la ciudad.

    Por ltimo, merece un estudio especial la gran diversidad de usos contemporneos del espacio pblico, que incluyen los tradiciona-les (comunicacin, paseo, comercio, debate poltico, etc.) pero in-corporan usos deportivos, recreativos, culturales, entre otros.

    Algunos ejemplos y proyectos a estudiar son: los parques Bercy y La Villette, en Pars; el proyecto de reconstruccin del Ground Zero de New York; la Villa Olmpica y el Forum 2004, en Barcelona; y la Favela Bairro, en Ro de Janeiro.

    3.1 Definicin de espacio pblicoPodemos encontrar definiciones de espacio pblico de lo ms di-versas. En una revisin histrica de este concepto se reconoce a Aristteles como el responsable de iniciar su reconocimiento como ese espacio vital y humanizante donde la sociedad se reuna para compartir sus opiniones, evaluar propuestas y tomar la mejor deci-sin; se vislumbraba, as, un espacio pblico poltico.

    El concepto ha ido evolucionando. Para Isaac Joseph (1988) se tra-ta de aquellos espacios donde se desarrolla una faceta de lo social que hace posible observarnos a nosotros mismos como sociedad y cultura.

    En la actualidad el espacio pblico tiene un carcter polifactico que incluye desde los andenes, donde la socializacin es aparen-temente simple, hasta los escenarios que concuerdan con lo que Marc Aug (1992) define como lugares: de identidad (en el sen-tido de que cierto nmero de individuos pueden reconocerse en estos y definirse en virtud de los mismos), de relacin (en el sentido de que cierto nmero de individuos, siempre los mismos, pueden entender en el lugar la relacin que los une a los otros), y de histo-ria (en el sentido de que los ocupantes del lugar pueden encontrar en este los diversos trazos de antiguos edificios y establecimientos, como signo de una afiliacin).

    Jrgen Habermas define la esfera pblica como un rea en la vida social donde los individuos pueden reunirse para discutir libremente

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    Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

    e identificar problemas sociales; y a travs de esa discusin influir en la accin poltica. Es un espacio discursivo en el cual se renen individuos y grupos para discutir asuntos de inters mutuo y, cuan-do sea posible, llegar a una opinin comn.

    Un espacio pblico tambin se puede definir como un lugar abier-to, de carcter urbano, marcado por fronteras naturales o artificia-les, donde una o varias personas se pueden congregar para rea-lizar diferentes tipos de actividades. Mayormente, estos espacios son de carcter urbano y en muchos casos pueden llegar a ser los lugares ms importantes del pueblo o la ciudad donde se encuen-tran. Estos espacios son de dominio pblico y se distinguen de los espacios privados por ser de fcil acceso y no tener un programa definido. Entre los espacios pblicos ms comnmente utilizados se encuentran las calles, los paseos, las plazas, los parques, los jar-dines, las escalinatas y las esquinas.

    Los espacios pblicos pueden generar un sinnmero de activida-des sociales, culturales, econmicas, religiosas, polticas y de ocio personal en provecho de los ciudadanos, por lo que constituyen una parte esencial de la urbe.

    Asimismo, se llama espacio pblico al lugar donde cualquier per-sona tiene el derecho de circular, en oposicin a los espacios pri-vados, donde el paso puede ser restringido, generalmente por criterios de propiedad privada, reserva gubernamental u otros. Por tanto, el espacio pblico es aquel de propiedad, dominio y uso pblico.

    En el aspecto legal, puede decirse que el espacio pblico moder-no proviene de la separacin formal entre la propiedad privada urbana y la propiedad pblica. Tal disociacin normalmente impli-ca reservar, desde el planeamiento, suelo libre de construcciones (excepto equipamientos colectivos y servicios pblicos) para usos sociales caractersticos de la vida urbana (esparcimiento, actos co-lectivos, transporte, actividades culturales y, a veces, comerciales, etc.). Desde una aproximacin jurdica, podemos definirlo como un espacio sometido a una regulacin especfica por parte de la administracin pblica, propietaria o que posee la facultad de do-minio sobre el suelo, que garantiza su accesibilidad a todos los ciudadanos y fija las condiciones de su utilizacin y de instalacin de actividades.

    En cuanto al uso, el espacio pblico es el escenario de la interac-cin social cotidiana, cumple funciones materiales y tangibles: es el

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    Espacios pblicos

    soporte fsico de las actividades cuyo fin es satisfacer las necesida-des urbanas colectivas que trascienden los lmites de los intereses individuales.

    El espacio pblico abarca, por regla general, las vas de circulacin abiertas (calles, plazas, carreteras, parques), as como ciertos edi-ficios pblicos, como estaciones, bibliotecas, escuelas, hospitales, ayuntamientos u otros, cuyo suelo es de propiedad pblica.

    Segn la antroploga Setha Low, un aspecto de la construccin social del espacio pblico es dialgico, esto es, como un proceso en curso, interactivo, al modo de una conversacin, que cambia a travs del tiempo creando nuevas ideas, estructuras sociales y lugares significativos. Adems define las plazas tradicionales lati-noamericanas como un escenario para encuentros donde diversos grupos y clases sociales aparecen juntos en una forma altamente estructurada, segmentada por espacio y tiempo, y, sin embargo, entremezclndose e interactuando en el mismo sitio.

    Dadas estas mltiples definiciones, creo que primero debemos desagregar la frase y explicar a qu espacios nos referimos y cun-do los consideramos verdaderamente pblicos.

    Se define como espacios pblicos aquellos comprendidos entre que dejamos algn espacio privado e ingresamos al siguiente. Para poner un ejemplo, uno podra denominar espacio pblico a la ve-reda de su casa, las calles por donde camina hacia el trabajo o la escuela, hasta que ingresa a otro espacio privado o semipblico.

    Los espacios son verdaderamente pblicos cuando las personas se apropian de ellos y los utilizan en todo su potencial. Entiendo que me acerco ms a la expresin de un espacio popularms que p-blico pero creo que es all donde apuntamos la idea de trabajar en la sostenibilidad de los espacios pblicos. Estos conforman un conjunto de lugares muy utilizados, accesibles, disfrutables que se encuentran en la esfera de lo pblico.

    Por ltimo, la mejor definicin de espacio pblico la da Rosario Palacios, directora de Asuntos Pblicos de la Universidad Catlica de Chile, quien conceptualiza el espacio pblico como aquellos lugares materiales de libre acceso, donde es posible reunirse con otros y desarrollar diversas actividades sin otras prohibiciones que las establecidas por la ley en cuanto a atentar contra los derechos de otras personas. Asimismo, hace referencia a que las ciencias

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    sociales, particularmente la Sociologa y la Filosofa, entienden el espacio pblico como la esfera donde las personas, distintas entre s, concurren y comparten sus diferencias. Tambin hace un anlisis del preconcepto que existe en relacin a asociar espacio pblico con espacios al aire libre, y limitarnos a las plazas o paseos, de-jando de lado las calles, que de tanto ser utilizadas son olvidadas dentro de esta categora.

    4. Una mirada al interior del espacio pblico

    4.1 Cmo perciben las personas el espacio pblico? Los sentidos, un factor necesario

    El hombre es, primero, despus y siempre, como los dems miembros del reino

    animal, prisionero de su organismo biolgico, dice Edward T. Hall (1972) en el prefacio de su libro La dimensin oculta.

    Percepcin del espacio. Receptores de distancia: ojos, odos y narizSi queremos disear y dimensionar todas las formas de espacios exteriores, es importante familiarizarnos con los sentidos del ser humano y el modo en que funcionan, con lo cual, tenemos que sa-ber algo de la naturaleza de sus sistemas de recepcin y de cmo la informacin recibida se ve modificada por la cultura. El aparato sensorial del hombre se divide en dos categoras que pueden cla-sificarse ms o menos as:

    Los receptores de distancia, relacionados con el examen de los objetos distantes, o sea los ojos, los odos y la nariz.

    Los receptores de inmediacin, empleados para examinar lo que est contiguo o pegado a nosotros; es decir, lo relativo al tacto, las sensaciones que recibimos de la piel, las mucosas y los msculos.

    Espacio visual y auditivoLa cantidad de informacin recogida por la vista no ha sido calcu-lada con precisin en comparacin con la del odo. El espacio que el odo puede abarcar con eficacia, sin ayuda, en la vida cotidiana es en extremo limitado. Hasta una distancia de aproximadamente seis metros, el odo es muy eficiente; a unos treinta metros es posible

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    la comunicacin vocal en una sola direccin; ms all de esa dis-tancia, las indicaciones auditivas que ponen sobre la pista al que escucha empiezan a desbaratarse rpidamente. Por otra parte, el ojo, sin ayuda, recoge una extraordinaria cantidad de informacin dentro de un radio de cerca de cien metros, y todava es muy efi-ciente para la interaccin humana a 1,5 kilmetros.

    Por naturaleza, el movimiento del ser humano est limitado predo-minantemente al desplazamiento horizontal a una velocidad apro-ximada de cinco kilmetros por hora, y el aparato sensorial est adaptado de modo preciso a esta condicin. Los sentidos estn orientados fundamentalmente hacia el frente, y uno de los ms desarrollados y tiles, la vista, es claramente horizontal. El campo de visin hacia abajo es mucho ms estrecho, y hacia arriba lo es ms an. El campo de visin hacia arriba es ms reducido porque, cuando vamos andando, el eje se dirige aproximadamente diez grados hacia abajo, para ver por donde caminaremos. Una persona que circula por la calle prcticamente no ve ms que la planta baja de los edificios, el pavimento y lo que pasa en el propio espacio de la calle. Por lo tanto, para que un hecho se perciba debe tener lugar delante del espectador y aproximadamente al mismo nivel, algo que se refleja en el diseo de todos los tipos de espacios para espectadores: teatros, cines y auditorios.

    En cuanto a la experiencia del contacto con otras personas, el sentido de la vista tiene, como los dems sentidos, limitaciones perfectamente definidas. Podemos ver a otros y percibir que son personas a una distancia de entre medio y un kilmetro; a cien metros, aproximadamente, las figuras que se pueden ver a distan-cias mayores se convierten en seres humanos; entre los setenta y cien metros empieza a ser posible determinar con una certeza razonable el sexo de la persona, su edad aproximada y lo que esta est haciendo; llegando a los treinta metros, ya se pueden ver los rasgos faciales, el corte de pelo y la edad; y cuando la distancia se reduce a veinte metros, la mayora de las personas pueden percibir con relativa claridad los sentimientos y el estado de nimo de los dems. En este punto, el encuentro empieza a resultar verdadera-mente interesante y relevante en un contexto social. A distancias an ms cortas, la cantidad e intensidad de informacin se incre-menta enormemente porque, entonces, los dems sentidos em-piezan a complementar al de la vista.

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    Espacio olfativoSegn dice Hall (1972), en la cultura norteamericana el uso del olfato est subdesarrollado, por eso es pertinente preguntarse qu papel desempea y si algn aspecto del mismo todava no es de importan-cia, pese a estar desdeado e incluso suprimido por nuestra cultura.

    Cabe destacar que en nuestras ciudades falta variedad olfativa o que hay un monopolio de olores por aquellos que provienen de las emisiones de los automviles, las aguas servidas, o los desodoran-tes artificiales. En cambio, hay algunos poblados, ms pequeos, donde uno puede caminar por las calles e identificar que est cerca de una panadera, por el olor del pan recin horneado, o que est por llegar a una cafetera, por el olor que proviene del caf, o que se acerca a un espacio verde, por el olor de sus rboles y flores. Los olores de este tipo pueden dar una sensacin de vida; los cambios y las transiciones no solo contribuyen a localizarse en el espacio, sino que aaden un aliciente encantador a la cotidianidad.

    Espacio tctilLas experiencias espaciales, visuales y tctiles estn tan entrelaza-das que no es posible separarlas. Basta recordar cmo alcanzan y se llevan a la boca los nios pequeos todo lo que encuentran y cuntos aos se requieren para acostumbrarlos a subordinar el mundo del tacto al visual.

    La relacin del hombre con su ambiente es una funcin de su apara-to sensorial ms el modo en que est condicionado para responder. Actualmente, el cuadro inconsciente que uno se hace de s mismo, la vida que lleva, el proceso de la existencia minuto a minuto, se compone trozo a trozo con la retroactividad sensorial, en un am-biente, en gran parte, fabricado. Dice Edward Hall (1972) que un examen de los receptores inmediatos revela que, primeramente, los norteamericanos que viven en las urbes y los suburbios tienen cada vez menos oportunidades de experiencias activas de su cuerpo y de los espacios que ocupan. Nuestros espacios urbanos proporcionan pocas emociones o variaciones visuales y virtualmente no ofrecen ninguna oportunidad de hacerse un repertorio cenestsico de ex-periencias espaciales. Adems, el automvil est alejando el cuerpo del medioambiente. Tenemos la sensacin de que el automvil est en guerra con la ciudad y posiblemente con la misma humanidad. Puede considerarse que el hombre tiene aspectos visuales, cenes-tsicos, tctiles y trmicos de su propia persona, que pueden ser inhibidos o favorecidos en su desarrollo por el medio.

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    Territorialidad y espaciadoNos parece importante definir la territorialidad como ese compor-tamiento mediante el cual un ser vivo declara caractersticamente sus pretensiones en una extensin de espacio, que defiende contra los miembros de su propia especie. La territorialidad garantiza la propagacin de la especie, al regular la densidad de poblacin y proporcionar el marco dentro del cual se realizan las actividades: lu-gares para aprender, lugares para jugar, lugares para ocultarse. As, coordina las actividades colectivas y mantiene unidos a los grupos.

    El hombre es territorial y ha inventado muchos modos de defen-der lo que considera su tierra, su campo, su espacio. Se distingue claramente entre propiedad privadaterritorio del individuo y propiedad pblicaterritorio del grupo.

    Las distancias en el hombreLas aves y los mamferos tienen territorios que ocupan y defienden contra los animales de su misma especie; pero tambin tienen una serie de distancias uniformes que mantienen entre uno y otro. Hei-degger las ha llamado distancia de fuga, distancia crtica y distancia personal y social. El hombre tambin trata de un modo uniforme la distancia que lo separa de sus congneres. Con muy pocas excep-ciones, la distancia de fuga y la distancia crtica han sido eliminadas de las reacciones humanas. Pero la distancia personal y la distancia social se mantienen patentemente presentes todava.

    Edward Hall ha resumido estas distancias de los seres humanos, y las ha clasificado en cuatro: ntima, personal, social y pblica.

    A la distancia ntima la presencia de otras personas es inconfun-dible y a veces puede ser muy molesta por la gran afluencia de datos sensorios. Es la distancia del acto de amor y de la lucha, de la proteccin y del confortamiento.

    La distancia personal es la que marca constantemente el no con-tacto entre los miembros de las especies. Puede considerarse una esfera protectora que mantiene un animal entre s y los dems. Un ejemplo es la distancia entre las personas sentadas en torno a la mesa del comedor familiar.

    La distancia social es, segn algunos, el lmite de dominacin, es la lnea que pasa entre la fase lejana de la distancia personal y la fase cercana de la pblica. Es la distancia de conversacin normal entre amigos, conocidos o compaeros de trabajo.

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    La distancia pblica es aquella que est totalmente fuera del cam-po de participacin o de relacin con otros, por ejemplo, cuando alguien quiere or o ver un acto pero no participar de l.

    Por qu es importante estudiar todo esto antes de pensar un espacio pblico?Las poblaciones mundiales se amontonan en las ciudades y los constructores y especuladores meten gente en grandes casilleros verticales, tanto para oficinas como para viviendas. Si uno consi-dera a los seres humanos del mismo modo que los consideraban los viejos tratantes de esclavos, y concibe sus necesidades de es-pacio sencillamente en funcin de los lmites de su cuerpo, poco importan los efectos del hacinamiento. Pero si uno ve al hombre rodeado de una serie de burbujas invisibles pero mensurables, la arquitectura aparece de otro modo. Entonces es posible imagi-nar que la gente se sienta apretada en los espacios donde tiene que vivir y trabajar. Es posible, incluso, que se sienta obligada a comportamientos, relaciones o descargas emocionales en extre-mo estresantes, con lo cual todas estas herramientas nos permiten arrojar ms luz sobre nuestras normas no conscientes y, por este medio, contribuir a mejorar el diseo de las estructuras en las que habitamos, y aun de las ciudades y sus espacios.

    Dimensin y tiempoLa relacin ente la distancia y la intensidad, entre la proximidad y el afecto, en diversas situ aciones de contacto tiene un paralelo im-portante en la percepcin habitual de las dimensiones arquitect-nicas. En las ciudades y los conjuntos edificatorios de dimensiones modestas, calles estrechas y espacios pequeos, los edificios, los detalles constructivos y la gente que deambula por los espacios se experimentan a corta distancia y con una intensidad conside-rable. Estas ciudades y estos espacios se perciben anlogamente como ntimos, clidos y personales. Por el contrario, los conjuntos edificatorios con espacios grandes, calles anchas y edificios altos a menudo se consideran fros e impersonales. Un ejemplo de la im-portancia de la dimensin puede ser la coincidencia de todos los visitantes de Venecia en que la perciben clida, amable e ntima, contraria a la percepcin que se tiene, por sus dimensiones, de algunas ciudades chinas o de los grandes espacios de Brasilia.

    Adems del requisito de que los objetos y los acontecimientos, para percibirlos, estn prximos a la altura de los ojos, y de las

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    condiciones que impone el alcance limitado de la visin humana, otro factor importante de la experiencia de estar con otras perso-nas es que debe haber una cantidad razonable de tiempo en el cual captar y procesar las impresiones visuales. Los rganos de los sentidos estn diseados, en su mayor parte, para percibir y proce-sar los detalles y las impresiones que se reciban a la velocidad que caminamos o corremos, es decir, entre cinco y 15 kilmetros por hora. Si la velocidad de desplazamiento aumenta, la posibilidad de distinguir detalles y procesar informacin disminuye bruscamente.

    Hay un artefacto implantado en nuestra cultura que ha alterado por completo nuestro modo de vida, y que atenta claramente con nuestra capacidad de distinguir detalles: el automvil. Esta incor-poracin a nuestras vidas, cada vez ms aisladas y automatizadas, ha generado la revalorizacin de otras prcticas que nos devuel-ven la percepcin de nuestros sentidos en plenitud, es por lo que andar en bicicleta es valorado por la accin recproca de las expe-riencias visuales, cenestsicas y tctiles. El automvil es, adems, el mximo consumidor de espacio personal y pblico creado por el hombre hasta ahora.

    4.2 Cmo se utiliza el espacio pblico? La vida en estos lugaresSi uno se detuviera a mirar el desenvolvimiento de una ciudad, en un da normal, en cualquiera de sus espacios pblicos podra describir una serie de actividades que se llevan a cabo en simul-tnea y en perfecta armona (aunque no siempre), tales como: los chicos que van de camino a la escuela, un jubilado sentado en una plaza que mira a la gente pasar, los vehculos que circulan con des-tinos inciertos, un mensajero que lleva algn pedido, un camin que descarga mercadera en algn comercio, dos amigos que se encuentran casualmente en la calle y se saludan, una chica que se sienta en el cordn de la vereda a descansar, etc. Todas estas, actividades que no tienen ninguna particularidad en s y que, sin embargo, constituyen la vida en los espacios pblicos.

    Actividades exteriores No obstante, estas actividades son, por lo menos, clasificables en tres grandes categoras, como lo establece Jan Gehl en su libro La vida entre los edificios:

    Actividades necesarias (u obligatorias)

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    Actividades opcionales

    Actividades sociales

    Las actividades necesarias son las ms o menos obligatorias, ya que son aquellas que se desarrollan como consecuencia de con-seguir algn otro objetivo como, por ejemplo, ir al colegio, espe-rar el colectivo, salir de compras, cruzar la calle, etc. Como estas actividades son necesarias son las menos influenciadas por el am-biente fsico, ya que se llevarn a cabo todo el ao, bajo cualquier clima y en casi todas las condiciones. Por tanto, son ms o menos independientes del entorno externo, los participantes no tienen eleccin ms all de que un buen ambiente fsico puede estimular o fomentar formas de traslado ms saludables (por ejemplo, si la calle es insegura o presenta barreras arquitectnicas, voy en auto al trabajo, en vez de ir caminando).

    Las actividades opcionales son aquellas que uno realiza si tiene el deseo de hacerlo, si nuestro tiempo libre nos lo permite, o si el lugar nos resulta apropiado. Entre estas podemos encontrar aque-llas relacionadas con salir a pasear, sentarse en una plaza a tomar sol o caminar por la costa, y solo se realizan cuando las condicio-nes exteriores son favorables, porque el clima o el ambiente son propicios. En esta categora entran la mayora de las actividades recreativas que se desarrollan en el exterior.

    Las actividades sociales son todas las que dependen de la pre-sencia de otras personas en los espacios pblicos. Este tipo de actividades incluye los contactos de carcter pasivo, como ver y or a otras personas, as como los juegos infantiles, los saludos, las conversaciones y las actividades comunitarias ms diversas.

    A estas actividades tambin se les podra denominar resultantes, ya que derivan o son consecuencia de actividades ligadas a las otras dos categoras, pues las personas se hallan en el mismo es-pacio, se encuentran, se cruzan o simplemente estn al alcance de la vista del otro.

    Las actividades sociales se refuerzan indirectamente cuando a las necesarias y optativas se les proporciona mejores condiciones en los espacios pblicos.

    En una interpretacin muy libre, una actividad social se produce cada vez que dos personas estn juntas en el mismo espacio; verse y orse mutuamente, encontrarse, es en s una forma de contacto, de actividad social.

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    Por qu la gente utiliza los espacios pblicos?Existe una necesidad en las personas de establecer contactos. Las oportunidades para reunirnos y realizar actividades cotidianas en los espacios pblicos nos permiten estar entre ms gente,.

    Hay diversos grados de intensidad de estos contactos:

    Amigos ntimos

    Amigos

    Conocidos

    Contactos casuales

    Contactos pasivos

    Intensidad alta

    Intensidad baja

    La vida en el espacio pblico ofrece la oportunidad de estar con otros de un modo relajado y cmodo. Estar con otras personas, verlas, orlas, y recibir estmulos de ellas constituyen experiencias positivas, alternativas a estar solos.

    Los contactos de baja intensidad tambin son una oportunidad para que surjan relaciones de otro tipo, es un medio para lo impre-decible, lo espontneo, lo imprevisto. Un buen ejemplo de esto son los juegos de los chicos, donde normalmente hay uno jugando con algo y otros se acercan para acompaarlo en el juego, pero el requisito indispensable es estar en el mismo sitio, sin esa condicin la integracin sera imposible. Es, tambin, una buena oportunidad para mantener contactos ya establecidos y hacerlo de manera cmo-da y tranquila, como, por ejemplo, con vecinos. Con los encuentros frecuentes la amistad y la red de contactos se mantienen de manera sencilla y menos exigente que por telfono o mediante invitaciones.

    La actividad es, asimismo, una atraccin, dondequiera que haya gen-te. Por lo general las personas y las actividades humanas atraen a otras personas. La gente se siente atrada por la gente. Las nuevas activi-dades empiezan en las proximidades de lo que ya est sucediendo.

    En las casas podemos observar cmo los chicos prefieren estar donde haya otros chicos o donde estn los adultos a los espacios donde solo hay juguetes. Se pueden encontrar tendencias pareci-das al observar dnde elige sentarse la gente en los espacios p-

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    blicos. Los bancos que ofrecen una buena visin de las actividades que se llevan a cabo alrededor se usan ms que los bancos con poca o ninguna visin de otras personas.

    La importancia de la calidad de los espacios pblicosEl alcance y el carcter de las actividades en el espacio pblico estn muy influidos por su configuracin fsica. Un extremo es la ciudad con edificios de muchos pisos, estacionamientos subterr-neos, mucho trfico de automviles y largas distancias entre edifi-caciones y funciones (por ejemplo, las ciudades norteamericanas). El otro extremo es la ciudad con edificios razonablemente bajos y poco separados, con lugar para el trfico peatonal, y buenas zonas para estar en la calle y en relacin directa con las viviendas, los edificios pblicos, los lugares de trabajo, etc.

    La relacin entre la calidad de los espacios pblicos y las actividades que se desarrollan en estosCuando los ambientes exteriores son de poca calidad, aqu solo se llevan a cabo las actividades necesarias, durante el tiempo reque-rido, la gente hace lo que est obligada a hacer y se retira lo ms rpido posible.

    Normalmente, las personas eligen espacios de calidad. Cuando los ambientes exteriores son ptimos, las actividades necesarias que se desarrollan tienden a prolongarse, y la cantidad de actividades optativas aumenta, ya que estar en un espacio pblico de calidad invita a detenerse, sentarse, tomar un caf, comer, jugar, charlar con alguien, observar a otros, etc.

    En el caso de las actividades sociales, es importante destacar que aunque el marco fsico no tiene una influencia directa sobre la ca-lidad, el contenido y la intensidad de los contactos sociales, los arquitectos y los urbanistas pueden tener un impacto sobre las posi-bilidades de encontrar, ver y or a la gente, y llegan a ser importantes como teln de fondo y punto de partida de otras formas de con-tacto. De aqu la importancia de la conformacin de los espacios como generadores de encuentros.

    La incidencia de los avances cualitativos en las actividades cotidia-nas y sociales de las ciudades se puede observar all donde se han establecido calles peatonales o zonas libres de trnsito. La mejora de las condiciones fsicas ha generado un considerable aumento del nmero de peatones, una prolongacin del tiempo promedio

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    de estos en el espacio pblico y una ampliacin del abanico de actividades que all se desarrollan. Un buen ejemplo de esto es la ciudad de Copenhague, donde, a travs de un plan que triplic la cantidad de espacios peatonales y para sentarse, se logr un au-mento del triple de las personas que por all circulan y se sientan.

    Si bien el aumento de las actividades exteriores por las mejoras cualitativas ha sido notable ,prevalece la necesidad de espacios pblicos y actividades exteriores. El establecimiento de un marco fsico adecuado para las actividades sociales y recreativas ha reve-lado, una y otra vez, una necesidad humana reprimida que se ha dejado de lado desde el principio.

    Si volvemos a la escena inicial donde observbamos las actividades que se desarrollaban en un espacio pblico, podemos ver cmo las necesarias, opcionales y sociales se entrecruzan en todas las combinaciones imaginables. Por ello la vida en el espacio pblico no se limita a la circulacin peatonal o a las actividades recreativas o sociales, sino que abarca todo un espectro que hace de los espa-cios comunitarios de las ciudades y las zonas residenciales lugares significativos y atractivos.

    5. Elementos clave para la implementacin y consolidacin de espacios pblicos: tipologas, quines intervienen, atributos, usos y beneficiarios

    5.1 Tipologas de espacios pblicosEs posible generar una clasificacin de los espacios pblicos por tipos, y agruparlos en diferentes categoras aplicables a cualquier ciudad del mundo. Esta organizacin nos sirve para identificar las caractersticas que les son propias e intervenir acorde a ellas.

    Calles y veredas. El trazado de las calles define el crecimien-to de las ciudades con respecto a su forma. La estructura de las calles ha cambiado con el pasar de los siglos, debido a los cambios tecnolgicos y a las necesidades de la urbe. Original-mente se pensaron como espacios peatonales, con lo cual eran estrechas y de poca distancia, pero con la llegada del automvil a principios del siglo pasado, las calles pasaron a ser casi exclu-sivamente de su dominio, trasladando a los peatones a las ve-redas. Es aqu donde se producen principalmente los intercam-

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    bios sociales entre ciudadanos en una ciudad, por esta razn, su diseo es muy importante, para que las personas se sientan a gusto al caminar por ellas, que esta sea una experiencia placen-tera, y que se sientan motivadas a utilizarlas.

    Paseos. Los paseos son otra forma de calles, que generan mu-cha actividad peatonal dentro de un distrito turstico o comer-cial. La forma ms comn de estos espacios se puede apreciar en los paseos comerciales y peatonales dentro de los centros urbanos, siendo una de sus caractersticas la alta densidad de comercios, los cuales generan una alta densidad peatonal. Esta cualidad obstaculiza el trfico vehicular, ya que la circulacin peatonal desborda los espacios asignados para ello. Por estas razones, muchas ciudades optan por cerrar estas calles. Existen varios ejemplos de estos paseos alrededor del mundo, uno de ellos es la ciudad de Copenhague, que desde la dcada de los sesenta comenz un proceso de peatonalizacin de su centro histrico para convertir las calles en paseos peatonales. El cam-bio de esta poltica gener una red de paseos peatonales, pla-zas y parques que hicieron de Copenhague una de las ciudades ms peatonales del mundo, generando beneficios tursticos, econmicos y para la sociedad.

    Plazas. Las plazas son el espacio pblico ms popular dentro de todas las tipologas. Son estrictamente urbanas, abiertas y tie-nen una forma definida, ya sea por las calles o los edificios que las rodean. Son el centro de las actividades polticas, culturales, sociales y religiosas de las ciudades, pues son el escenario para que estas puedan ocurrir en un espacio comn. En las grandes ciudades las plazas se han convertido en espacios de recreo, descanso y paseo para sus habitantes.

    Parques. Los parques son de los espacios urbanos ms grandes de la ciudad y se diferencian de las plazas por tener un enfoque ms natural.. Generalmente cuentan con una gran extensin territorial, llena de vegetacin, veredas y cuerpos de agua. Su utilizacin es habitualmente de recreo, paseo o reas de retiro. Debido a su extensin y escala, los parques proveen un ambien-te natural y rural dentro de la ciudad.

    Jardines. Los jardines son otra forma de espacio pblico marca-do por la vegetacin. El elemento que diferencia este espacio de los parques es la expresin de este elemento, que forma parte del diseo y del programa del espacio. La mayora de jar-dines se convierten en lugares de exhibicin de plantas y flores

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    para los residentes de la ciudad y sus visitantes. Dentro de estos se encuentran los jardines botnicos, los cuales gozan de gran popularidad por su gran colorido y variedad de plantas y flores.

    Escalinatas. Las escalinatas son un tipo de escaleras pero con una mayor extensin. Sirven de accesos a edificios pblicos o conectan dos espacios con diferencia de nivel. Son un espacio abierto y ms all de que son un tipo de espacio menos comn, para las ciudades que las poseen, suelen ser de gran importan-cia. Debido a su diferencia de altura, algunas escalinatas son uti-lizadas como podio para mensajes y protestas. Son un espacio elegido para la expresin popular.

    Esquinas. William Whyte (1988) dice que los espacios urba-nos ms increbles son las esquinas. Estas podran considerarse como parte de las calles, ya que son parte de las veredas, pero tienen un elemento que las distingue, y es que son puntos de convergencia de las calles y los peatones. Debido a que son el sitio de encuentro de los flujos peatonales, tienden a ser lugares de aglomeracin de personas. El autor identifica las esquinas como los lugares ms importantes de las ciudades, ya que la mayora de las conversaciones suceden en estos espacios.

    Arcadas. Las arcadas pueden considerarse como parte de las veredas y son pasajes cubiertos por una sucesin de arcos o bvedas que descansan en columnas. Este espacio pertenece a un edificio, pero por ser de libre acceso se puede considerar pblico.

    5.2 Atributos de los espacios pblicosEn todas las ciudades existen espacios pblicos de agrado para sus habitantes, pero no todos los espacios pblicos funcionan de la misma manera. Para que un espacio pblico funcione debe tener ciertas caractersticas y rasgos que atraigan visitantes a sus alrede-dores. Debido a la importancia que estos espacios han adquirido dentro de los nuevos movimientos urbanos alrededor del mundo, el estudio sociolgico del comportamiento de las personas que los utilizan se ha convertido en una importante herramienta para su diseo.

    Hoy en da existen organizaciones e individuos que se dedican a estudiar el comportamiento humano de los espacios, y han creado importantes guas de diseo para los arquitectos y planificadores.

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    William Whyte, Suzanne Crowhurst y Jan Gehl son algunas de las personas ms respetadas en esta rea.

    La organizacin Project for Public Spaces se dedica a la consultora y a entrenar a profesionales en tcnicas de creacin de espacios pblicos efectivos, para lo que ha producido una serie de parme-tros de evaluacin de la efectividad de los espacios pblicos. Estos estn basados en cuatro atributos principales, necesarios para el xito de un espacio: acceso y conexin, sociabilidad, usos y activi-dades, y comodidad e imagen.

    Acceso y conexin. A diferencia de los otros atributos, el ac-ceso y la conexin pueden estar fuera de las manos del dise-ador del espacio, debido a que el potencial de acceso est relacionado con la ubicacin. Para atraer personas, los espacios deben ser de fcil acceso y deben tener una fuerte conexin con otros espacios y con medios de transporte de la ciudad. Tambin, los espacios pblicos deben ser visibles los peatones deberan llegar a ellos sin ningn tipo de problema e inconve-niente, adems de ser atractivos y persuasivos. La accesibilidad est relacionada con la densidad que existe en estos espacios. En la medida que exista una mayor densidad de usos mixtos, residenciales y comerciales, en las periferias de estos espacios, sern ms propensos a ser frecuentados.

    Sociabilidad. El mayor objetivo de los espacios pblicos es el potencial de sociabilidad que estos puedan brindar a sus visi-tantes. Los espacios pblicos ms famosos del mundo se ca-racterizan por ser sociables. En la medida que la gente pueda utilizar estos lugares para congregarse, socializar y divertirse, el espacio cumple con su objetivo de ser atractivo para la gente. Dentro de los parmetros que Project for Public Spaces utiliza para evaluar la sociabilidad de los espacios urbanos se encuen-tran: el nmero de mujeres, nios y ancianos que frecuentan el espacio, el uso en las tardes y la vida en las calles (medida en trminos de la cantidad de actividades que se desarrollan en estas). Todos estos son sinnimos de la seguridad que pueda brindar el espacio, la densidad que existe a sus alrededores y lo atractivo que pueda ser.

    Usos y actividades. Un espacio pblico idneo podra ser aquel que no tiene un programa de uso especfico, lo que dara a las comunidades la libertad de escoger el uso que se le pudiera dar.

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    Un buen espacio pblico sera aquel que aunque no tuviera un uso programado, siempre estara abarrotado de personas. Aun-que los usos y actividades son un parmetro para la evaluacin de los espacios, estos no se concentran en prcticas especficas. Hay plazas que permiten a los visitantes y a la comunidad plan-tear el tipo de uso que se les quiera dar.

    Comodidad e imagen. El ltimo de los parmetros est estre-chamente relacionado con la percepcin que los visitantes tie-nen del espacio. La seguridad, limpieza y lo encantador que pueda ser un lugar son algunos factores que contribuyen a me-jorar la imagen del espacio pblico. Es en esta categora donde el diseo arquitectnico juega un papel importante. La imagen es un elemento muy utilizado para mercadear cosas. Crear un espacio pblico con una buena imagen sera una buena manera de atraer ms usuarios a este.

    5.3 Elementos especficos de los espacios pblicos Conexin peatonal. Para que un espacio pblico sea efectivo

    debe tener un buen acceso para peatones. Muchos de estos espacios se encuentran dentro de los distritos peatonales de las ciudades. Su xito est ligado a la seguridad que puedan brin-dar a los usuarios, esencialmente a los nios y ancianos.

    Localizacin. Las ubicaciones cntricas dentro de los distritos residenciales son un buen ejemplo de espacios para atraer a los usuarios. La idea general dentro de la localizacin es la cantidad de personas que pueden acceder si se tiene una buena ubica-cin dentro del entorno.

    Tamao o escala. El tamao o la escala de un espacio pblico pueden influenciar en el xito del mismo. No existen parme-tros que definan el tamao de los espacios pblicos, ya que depende del contexto y la ciudad en que estn situados.

    Envoltura. Algunos espacios pblicos ubicados en centros urba-nos densos estn rodeados por edificios que les brindan sombra y definen sus bordes, manteniendo as un sentido de envoltura en el espacio designado. Suzanne Crowhurst (1987), en su libro Livable cities, explica que el encerramiento que puede causar la envoltura del espacio por los edificios que lo rodean hace que el enfoque visual se dirija hacia los usuarios de los espacios y las actividades que ocurren al interior.

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    Variedad. La variedad visual que puedan tener las fachadas de los edificios que rodean al espacio pblico es un elemento que influye mucho sobre este. Las plazas en los centros urbanos eu-ropeos estn, por lo general, rodeadas de edificios histricos de valor cultural y social para la ciudad y despiertan la curiosidad visual de los visitantes.

    Naturaleza. No todos los espacios pblicos exitosos contienen reas de sombra, rboles, fuentes, cascadas y jardines, pero no cabe duda de que estos ayudan a mejorar la experiencia de sus visitantes. Los rboles pueden servir para varios propsi-tos, pues proveen sombra, actan como barreras de sonidos y pueden albergar varias especies animales. Por otro lado, en los lugares subtropicales, las reas de siembra sirven como escena-rios en las estaciones de otoo, invierno y primavera.

    En resumen, este recorrido por las tipologas de los espacios pbli-cos nos indica que al pensar en un espacio pblico debemos tener en cuenta: i) su diversidad; ii) sus atributos, que son una forma de medir su efectividad y/o xito, los cuales estn ntimamente rela-cionados con el uso que le den las personas; y iii) sus elementos, que lo configuran como tal. Por lo tanto, los espacios pblicos en las ciudades podrn perdurar en el tiempo en la medida en que se combinen estas condiciones o factores durante las etapas de dise-o, implementacin y mantenimiento.

    Para ello es necesario conformar una metodologa de abordaje de los mismos, sobre la cual podemos encontrar muchas variantes, pero, a la vez, tendrn una caracterstica comn: poner a las perso-nas en primer lugar. Mediante el estudio del comportamiento hu-mano en los espacios, a travs de las metodologas que propone el arquitecto Jan Gehl (2009; 2010), se obtendr informacin que podr ser utilizada para crear guas de diseo para los arquitec-tos y planificadores, que ms tarde podrn aplicar en sus diseos, ideas, edificios, jardines, escalinatas, mobiliario urbano, etc., para construir espacios pblicos de calidad y utilidad para la sociedad.

    A travs del estudio del contexto urbano, lo que antes se poda considerar un condicionante, hoy son oportunidades. Debido a la diversidad en los espacios pblicos, incluso se pueden tomar ele-mentos que a primera vista son negativos como importantes posi-bilidades de intervencin que nos permitirn revitalizar un espacio, jerarquizarlo, y aun constituir, tal vez, ese elemento como el icono del espacio.

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    La diversidad de usos es otro elemento importante debido a que si comprendemos la diversidad de pblicos, gustos, usos y cos-tumbres que existen, entenderemos que no se puede disear un tipo de espacio pblico en un atril de un estudio de arquitectura y replicarlo en todos los espacios pblicos de la ciudad.

    Siempre que abordemos el estudio de los espacios pblicos ten-dremos que recorrer previamente las caractersticas de la ciudad, quines son sus habitantes, e ir disminuyendo la escala hasta co-nocer las caractersticas de ese barrio, cmo son sus vecinos, para luego conocer esa cuadra, sus frentistas, y quines y cmo acce-den a ese espacio pblico.

    6. Los espacios pblicos de la ciudad. Ejemplos prcticos de la regin latinoamericana

    6.1 La ciudad y su ambiente: espacios verdes y reas de recreacin. Caso de las plazas centrales de San Jos de Costa RicaPara comprender los conflictos que se han expresado en los dise-os urbanos es necesario revisar el contexto y el desarrollo hist-rico de San Jos. A raz de una crisis econmica que comenz a mediados del siglo XX se produjo una creciente segregacin es-pacial y una modificacin de la estructura de clases. Antes de esta crisis, los barrios cntricos de la ciudad haban sido relativamente heterogneos, pero con los cambios subsecuentes, los residentes ms acomodados se movieron lejos del ncleo central.

    La plaza principal de San Jos fue mencionada por primera vez en 1761 y su funcin era de mercado municipal, escenario de la guerra de independencia con Espaa, fuente de agua para los re-sidentes y el lugar donde se sorteaba la lotera mensual. En 1825 San Jos estaba compuesta por seis cuadras que rodeaban lo que aos ms tarde sera el Parque Central, en direccin de los cuatro puntos cardinales. En 1890, las zonas comerciales y de oficinas se expandieron considerablemente y la oligarqua se estableci en las mejores fracciones de tierra alrededor de la Plaza Central, forman-do una verdadera lite urbana.

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    La industrializacin posterior a 1940 fue intensiva en capital, y no pudo absorber la abrumadora migracin interna a la ciudad. Luego de la crisis del precio del petrleo, la intervencin de los orga-nismos internacionales y otras variables de ajuste que azotaron la economa de Costa Rica, se produjo un fuerte incremento de las ocupaciones ilegales de tierras en los barrios, bajo los puentes, junto a las vas del ferrocarril y en zonas industriales.

    El impacto de la crisis econmica sobre los sistemas urbanos de San Jos ha sido catastrfico. Dado que no hubo un plan maestro, han sido los intereses comerciales e industriales privados los que han conducido el desarrollo urbano.

    Otros factores importantes a tener en cuenta a la hora de compren-der la situacin actual son el fuerte centralismo en materia de or-ganizacin gubernamental, con casi ningn presupuesto municipal para mantener los espacios pblicos, y la idea de que la estructura fsica de la ciudad estaba completa y no se necesitaba nada ms.

    Parque CentralLa plaza hispanoamericana estaba habitualmente situada en el centro geomtrico del pueblo o ciudad, con excepcin de las ciu-dades costeras. En las localidades pequeas haba una plaza, pero a medida que el pueblo se expanda, se agregaban barrios adicio-nales o plazas de mercado.

    Diseadas originalmente para procesiones religiosas, hazaas ecuestres y/o como lugares para el mercado, las plazas a menudo comenzaban como un espacio abierto rudimentario, un cuadrado o rectngulo limpio de rboles o cubierto de hierba.

    Con el tiempo la plaza tom funciones especiales, transformndose en el lugar del mercado donde se intercambiaba bienes agrcolas y mercancas, o en un centro ceremonial de significado religioso, gu-bernamental o militar. Pero, a pesar de sus otras funciones, la plaza central permaneci como el espacio preeminente de interaccin social, y es en este mbito de convergencia social en donde las plazas se transformaron en parques y jardines con csped, rboles, flores y paseos escnicos.

    En San Jos no fue hasta 1885 cuando la plaza principal se con-virti en un jardn y el mercado municipal se relocaliz. En 1890 emergi el rebautizado Parque Central con senderos bordeados de rboles y csped, una glorieta de madera, una fuente inglesa,

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    una reja y puertas de hierro forjado. En 1940 fue rediseado y se coloc una estructura de cemento, un quiosco, lo suficientemente grande para albergar una orquesta completa, el mismo que fue donado por Anastasio Somoza, presidente de Nicaragua entonces.

    El inters en este caso radica en cules fueron los objetivos que se trazaron para encarar la remodelacin, si esos objetivos se cum-plieron y qu consecuencias generaron.

    Proceso de remodelacinEl 1 de diciembre de 1991, un plan para remodelar el Parque Cen-tral fue anunciado como parte de un programa conjunto de la Mu-nicipalidad y el Ministerio de Cultura para renovar las plazas y par-ques de la capital. Para empezar, los actores involucrados no se ponan de acuerdo en qu haba que hacer con el quiosco, con lo cual se resolvi convocar un cabildo para que el pblico pudiera participar de esta difcil decisin. La votacin, en la que se espe-raba la participacin de siete mil personas, se llev a cabo el 4 de abril de 1992, pero solamente participaron 1 153 personas. Con base en los resultados, se determin la opcin de demoler la es-tructura; sin embargo, y pese a la decisin de la Municipalidad de avanzar con la demolicin, el Ministerio de Cultura desaprob la destruccin respaldndose en la Ley de Patrimonio Histrico.

    Los ciudadanos que intentaron reconstruir el Parque Central en su imagen elitista del siglo XIX, removiendo el quiosco, no eran sus usuarios cotidianos, sino profesionales y personas de clase media que ya no vivan en el centro de la ciudad. El conflicto por la forma arquitectnica del quiosco fue una lucha por el control del estilo ar-tstico del Parque Central, en el cual el mobiliario tena significados sociales y de clase ms amplios. La resolucin final fue un compro-miso en virtud del cual el quiosco fue remodelado y se agreg una rplica de la fuente; al mismo tiempo, los espacios verdes, muchos de los rboles, la prgola, los espacios de trabajo y los genero-sos escaos de piedra fueron removidos, en respuesta a la imagen de civilidad y urbanidad contempornea de la clase media, y para desalentar las actividades de sus residentes tradicionales.

    Los objetivos de la Municipalidad fueron: i) crear un sentido de escala y proporcin ms balanceado, al mejorar la monumentali-dad del quiosco; ii) reducir la cantidad de asientos y escaos, con lo que la plaza se transformaba en un centro ceremonial ms que en un parque residencial; y iii) agregar pavimento y superficies du-ras, para as convertir el parque en un lugar donde hablaran los

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    presidentes antes que un parque donde reunirse. Estos, por otro lado, han creado un nuevo tipo de espacio pblico, que excluye a muchos usuarios tradicionales debido a la falta de lugares som-breados para sentarse, y a regulaciones que restringen las activida-des comerciales. El nuevo diseo se ve ms seguro con sus vistas abiertas y resulta ms moderno.

    Los resultados obtenidos fueron que los jubilados costarricenses se han ido a un rea varias cuadras al norte del Parque Central, donde se han agregado rboles y escaos; los tradicionales lustrabotas lamentablemente fueron relocalizados y con esto han desaparecido como atractivo del espacio; y los lugares de encuentro se han despla-zado a otros sitios de la ciudad. Con el rediseo se tom un espacio urbano vibrante y vivo y se lo transform en un centro ceremonial ms limpio y ordenado, pero lleno de pandillas y extranjeros.

    6.2 Recuperacin y consolidacin de espacios pblicos

    6.2.1 Recuperacin de centros histricos. Caso de Quito, EcuadorNo hay forma de abordar el patrimonio histrico sin afrontar di-rectamente el tema de su conservacin. Eduardo Rojas (2002), en su publicacin La preservacin del patrimonio histrico urbano en Amrica Latina y el Caribe. Una tarea de todos los actores sociales, asevera que la preservacin del patrimonio urbano es ms sosteni-ble cando se dan tres condiciones: i) todos los actores sociales se involucran simultneamente en el proceso, lo que garantiza un am-plio apoyo social para las acciones de preservacin; ii) los bienes patrimoniales se destinan a usos rentables o con probada deman-da social; y iii) se adopta un enfoque integral de preservacin que incluye tanto los monumentos como sus entornos.

    Asimismo, el autor seala dos grandes formas de financiar la pre-servacin del patrimonio, ya sea con intervenciones privadas o con intervenciones pblicas; en este ltimo caso, siguiendo el esquema propuesto por Schuster, De Monchaux y Riley (1997), el Gobierno puede intervenir de cinco maneras principales:

    Adquirir inmuebles para asegurar su preservacin.

    Intervenir con la regulacin del uso de los bienes patrimoniales para evitar su destruccin o dao.

    Otorgar subsidios e incentivos para inducir a los propietarios o

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    inversionistas a preservar los bienes patrimoniales o para com-pensarlos por los gastos realizados.

    El Gobierno tiene la potestad legal de actuar a travs de la defi-nicin, asignacin y control de los derechos de propiedad, para alinear mejor los intereses de los diversos actores.

    Educar sobre el valor patrimonial para as promover la correcta valoracin del patrimonio.

    Pareciera que, por s sola, ninguna opcin se impone a las dems, sino que pueden conformar una poltica conjunta de preservacin. Sin embargo, el xito de la empresa residir en que los bienes que estn en manos privadas puedan conservarse, pero tambin tener usos rentables o con probada demanda social; ya que en el primer caso el dinero de adquisicin no garantiza su preservacin, en el segundo caso la regulacin puede inutilizar e inmovilizar inmue-bles y no preservarlos, en el tercer caso el dinero puede agotarse, y en el cuarto y quinto se trata de polticas a largo plazo.

    La sustentabilidad de la preservacin del patrimonio histrico de la ciudad de QuitoEl Distrito Metropolitano de Quito, una ciudad de 2,2 millones de habitantes, se caracteriza por la presencia del Centro Histrico, de-clarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1978. Este se define por la presencia de iglesias, plazas, museos y monumentos patrimoniales, que constituyen un pilar fundamental de la identidad de la ciudad. Este espacio ha sido ampliamente estudiado y ha tenido diferentes aproximaciones y delimitaciones, la primera referencia se remonta a 1934 y la ltima se convalida en 2003. En estos setenta aos han surgido distintos proyectos de intervencin, as como se han generado instancias administrativas de gestin y control.

    A partir de los aos sesenta, el abandono del rea central por parte de los residentes, instituciones y comercios de prestigio se inten-sific, por lo que esta se convirti en una zona degradada y en continuo proceso de deterioro, con altos ndices de delincuencia, viviendas en estado precario, edificios y reas pblicas descuida-das y ocupacin de espacios pblicos por comerciantes.

    Las edificaciones patrimoniales abandonadas se redistribuyeron para residencia y comercio de bajo nivel y los espacios pblicos se ocuparon para actividades comerciales, producindose as una

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    sobre-ocupacin del rea y, por ende, un deterioro generalizado que incidi en el surgimiento de problemas sociales profundos.

    A partir de la declaratoria de la UNESCO, Quito emprendi un serio proceso de rehabilitacin del centro, cuyo momento signifi-cativo y de partida fue la formulacin del Plan Maestro del Centro Histrico, con el que se emprendi un diagnstico arquitectnico, urbano y socioeconmico para establecer planes de intervencin. Al inventario de bienes patrimoniales le sucedieron, en los ltimos treinta aos, esfuerzos continuos de rehabilitacin de iglesias y plazas, regeneracin de calles y aceras, reubicacin del comercio minorista, construccin de parqueaderos, centros culturales y de-sarrollo de vivienda, comercio y hotelera, con una moderada par-ticipacin de inversionistas privados.

    La continua e intensa inversin pblica en la rehabilitacin del Cen-tro Histrico de Quito ha logrado preservar el patrimonio cultu-ral de la ciudad y atraer inversiones privadas, aunque en menor cuanta. Por otro lado, la gestin pblica realizada a lo largo de estos ltimos veinte aos en el ncleo del rea central, y la decisin poltica de varios gobiernos locales ha sido claramente efectiva des-de el punto de vista urbano y arquitectnico, aunque no ha logrado dinamizar la economa del rea de manera competitiva con el resto de la ciudad. Adicionalmente, el proceso de rehabilitacin ha trado beneficios para la ciudad y el pas desde la perspectiva cultural y de preservacin de la identidad, factor que justifica el proceso seguido.

    A la fecha, casi la totalidad de los bienes patrimoniales ha sido sujeto de intervencin, lo que no sucede con los bienes de propie-dad privada. A no ser que los propietarios encuentren una motiva-cin para hacer una intervencin, como fuentes de financiamiento fciles y de largo plazo, agilidad en los procesos administrativos, un mercado inmobiliario dinmico y creativo, una poltica de incen-tivos tributarios reales y efectivos, o una poltica de vivienda social, la posibilidad de intervenir, entonces, est claramente cuestiona-da. Ante esto, es inminente la necesidad de un proceso de reac-tivacin de la inversin pblica y privada en bienes patrimoniales.

    Se puede decir que, a pesar de la inversin realizada, poco se ha incidido en el mejoramiento social de la poblacin residente. Si no existe un avance en las condiciones de pobreza de los residentes, ser muy difcil conseguir sostenibilidad en el proceso. Es impres-cindible apuntar a polticas de generacin de empleo e incorpo-racin de la poblacin a las actividades productivas propias del desarrollo del centro..

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    Entre los habitantes del centro, las percepciones sobre la sosteni-bilidad del proceso de preservacin son variadas. Las coinciden-cias entre los actores giran en torno a que si la inversin pblica se vuelve indispensable, entonces, el distrito patrimonial no sera sostenible, debido a los cambios de polticas pblicas fruto de las transiciones.

    Otra visin comn entre los actores est relacionada con la necesi-dad de provocar emprendimientos ciudadanos: privados y comuni-tarios, respetando las caractersticas culturales e histricas de cada barrio, haciendo nfasis en la diversidad del distrito patrimonial, de modo que los planes no homogenicen todos los sectores del centro sino que mantengan el carcter de cada uno. Los residentes requieren procesos de consulta y participacin de los barrios, con el fin de que se pueda particularizar los planes que generen soste-nibilidad y, a la vez, responder a los intereses de todos los actores. Durante los veinte aos de esfuerzos en la preservacin del centro se han dedicado pocos recursos a la gestin comunitaria. La ne-cesidad de incrementar la participacin de mltiples actores para garantizar la sostenibilidad del proceso es evidente.

    La conservacin autosustentable no se alcanza cuando las reas histricas son atractivas para distintas actividades de gobierno, econmicas y residenciales. En el caso de Quito, este atractivo puede convertirse en una desventaja, al convertirlo en un espacio temtico de la ciudad que depende bsicamente de flujos exter-nos, sin incorporar componentes importantes de mejoramiento so-cial para la poblacin residente. A pesar de que el Centro Histrico de Quito ha recibido financiamiento pblico y privado, cuenta con un complejo sistema administrativo de control, y se han desarrolla-do polticas de mejoramiento del transporte y el medio ambiente, los datos analizados reflejan un espacio pblico donde:

    Se pierde poblacin residente debido a las malas condiciones del entorno para la construccin de viviendas de calidad y la falta de vida en las calles.

    Los usos no se desarrollan equilibradamente, predominan el co-mercio y los servicios, sobre la vivienda.

    A pesar de que la inversin privada ha aumentado, esta sigue siendo inferior a la del sector pblico.

    Los ndices de pobreza de la poblacin residente se mantienen, siendo comparables a los de las zonas ms pobres de la ciudad.

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    Su sostenibilidad depende ms de flujos poblacionales externos que de su propia poblacin.

    En el ncleo central se sigue el fenmeno de museo, es un sector que a partir de las 19 horas se vaca, queda solo para vi-sitas tursticas, y esto da pie a la inseguridad.

    Muchos de los mecanismos de control que existen en el daPolica metropolitana, Polica nacionaldesaparecen a partir de esa hora. Los pocos turistas que pasean en la noche son frecuen-temente molestados por la mendicidad, la poblacin alcohlica y la delincuencia. Los sectores identificados con esta problem-tica son: La Marn, la Plaza de San Francisco, la Plaza de Santo Domingo y la Plaza del Teatro. Muchos negocios privados de restaurantes y cafeteras han tenido que incorporar servicios de seguridad privada para que acompaen a sus clientes a las zo-nas de parqueo, lo cual indica un cierto descontrol con respecto al ambiente que se busca para una inversin segura.

    Impulsados por la Municipalidad, ciertos barrios se han conver-tido, prioritariamente, en zonas de cafs y museos, lo que les da una alta afluencia en ciertos das de la semana (viernes y sbados), pero estos corren el riesgo de convertirse en modas temporales que no aseguren la sostenibilidad de la animacin del sector. Tal es el caso de La Ronda, recientemente interveni-da, donde la inversin pblica ha sido muy importante pero ha tenido poca incidencia en el fortalecimiento de otros usos como la vivienda. La Ronda, que antes de la conquista fuera parte del camino de los Incas para obtener agua, y luego desde el inicio hasta mediados del siglo XX el lugar elegido por los bohemios y los artistas, hoy alberga una serie de restaurantes de comida tpica ecuatoriana, cafeteras literarias y bohemias, variedad de comidas y msica.

    Esto nos lleva a concluir que, en el caso de Quito, el mayor motivador para la preservacin es el Gobierno, que busca la pro-mocin y recuperacin del centro para flujos externos: de turistas y eventos masivos con poca incidencia en la promocin del sector privado. La poqusima inversin en usos como la vivienda es re-veladora, pues compromete seriamente su sustentabilidad en el mediano y largo plazos.

    Los resultados obtenidos nos indican que:

    Las intervenciones pblicas s han precedido las inversiones pri-vadas, han mejorado los espacios pblicos, mejorado la calidad de vida de los usuarios y alentado la inversin.

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    Las mejoras en la calidad y funcionalidad del espacio pblico, as como tambin en la infraestructura urbana, han incentivado la inversin privada.

    La rehabilitacin de edificios patrimoniales con fondos pblicos o filantrpicos ha ayudado a cambiar la imagen de deterioro y decaimiento de las reas patrimoniales, pero con poca respues-ta por parte del sector privado.

    Tambin es necesario remarcar que:

    Para alcanzar mayor impacto en el territorio, las acciones deben ser conjuntas y coordinadas entre sectores, adems de estar sustenta-das en polticas de corto, mediano y largo plazos.

    No es el tamao de las intervenciones lo que puede revertir el pro-ceso, sino, ms bien, todas las acciones que tienen que ver con polticas urbanas que incluyan a las reas patrimoniales como com-ponentes dinmicos de la urbe.

    Las inversiones privadas de magnitud son percibidas ms como amenazas que como fortalezas para los residentes, aun cuando a los propietarios vecinos a estas inversiones se les presentan como oportunidades para especular con sus bienes.

    La escala de las intervenciones no garantiza reversin en un pro-ceso de deterioro. Los edificios patrimoniales que representan ,en tamao, un nmero importante de rehabilitaciones, si bien han desacelerado el desgaste, no han logrado el efecto necesario para que el proceso sea autosustentable. En este sentido, afianzar la presencia del sector pblico en la intervencin sigue siendo muy importante, as como la necesidad de ejecutar acciones visibles (limpieza de fachadas, arreglo de