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DOCUMENTO FLACSO Sede Santiago, Chile

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D e l a c u l t u r a l i b e r a l a l a sociedad d i s c i p l i n a r i a .

1 1

I

l

1

José Joaquín Brunner !'

l

1 Santiago, mayo de 1977 ;

I I

I l

V A l a p e s t e responde e l orden; t i e n e po r función desenre - d a r t odas las confusiones: l a de l a enfermedad que se t r a n s m i t e cuando l o s cuerpos se mezclan; l a d e l m a l que se m u l t i p l i c a cuando e l miedo y l a muerte bo r r an l o s i n t e r d i c t o s . P r e s c r i b e a cada c u a l s u l u g a r , a cada c u a l s u cuerpo, a cada c u a l s u enfermedad y su muerte , a ca- da c u a l s u b i e n , por e l e f e c t o de un poder omnipresente y omnisciente que s e subdiv ide 6 1 mismo de manera regu- l a r e i n in t e r rumpida h a s t a l a determinación f i n a l d e l ind iv iduo , de l o que l o c a r a c t e r i z a , de l o que l e p e r t e nece, de l o que l e ocur re . Contra l a p e s t e que es mezz c la , l a d i s c i p l i n a hace v a l e r s u poder que es a n á l i s i s . H a habido en t o r n o de l a p e s t e t oda una f i c c i ó n l i tera- r ia de l a f i e s t a : las l eyes suspendidas , l o s i n t e r d i c t o s l evantados , e l f r e n e s í d e l tiempo que pasa , l o s cuerpos mezclándose s i n r e s p e t o , l o s i nd iv iduos que se desenmas caran , que abandonan s u i d e n t i d a d e s t a t u t a r i a y l a figÜ r a ba jo l a c u a l s e l o s r econoc ía , dejando a p a r e c e r una- verdad to t a lmen te d i s t i n t a . Pero h a habido también un sueño p o l í t i c o de l a p e s t e , que e r a exactamente l o i n v e r so: no l a f i e s t a c o l e c t i v a , s i n o l as p a r t i c i o n e s e s t r i c - tas; no las l e y e s t r a s g r e d i d a s , s i n o l a p e n e t r a c i ó n d e i reglamento h a s t a l o s m á s f i n o s d e t a l l e s de l a e x i s t e n c i a y por medio de una j e r a r q u í a completa que g a r a n t i z a e l funcionamiento c a p i l a r d e l poder ; no las máscaras que se ponen y se q u i t a n , s i n o l a a s ignac ión a cada c u a l de s u

1

"verdadero1' nombre, de s u "verdadero" l u g a r , de su "ver daderol' cuerpo y de l a "verdadera" enfermedad. La pes= t e como forma a l a vez r e a l e imag ina r i a d e l desorden t i e n e po r c o r r e l a t o médico y p o l í t i c o la d i s c i p l i n a . , Por d e t r á s de l o s d i s p o s i t i v o s d i s c i p l i n a r i o s , s e l e e la obsesión de l o s "contagios" , de l a p e s t e , de las r e v u e l t a s , de l o s cr ímenes , de l a vaganc ia , de las dese rc iones , de l o s i n d i v i d u o s que aparecen y desaparecen , v iven y mue Pen en e l desorden"

Foucaul t , V i g i l a r y C a s t i g a r .

-Nos i n t e r e s a d e s a r r o l l a r l a s i g u i e n t e p ropos ic ión : que en

La concepción a u t o r i t a r i a d e l Estado y l a sociedad se produce

ina r u p t u r a , cuyos e f e c t o s b i en pueden ope ra r sob re una m i s m a

)ase m a t e r i a l , con l a concepción l i b e r a l de l a c u l t u r a . En

términos de esta Ú l t i m a , en e f e c t o , l a c u l t u r a debe hace r se

2argo. simultáneamente de la p r e t e n s i ó n de orden de la soc iedad

7 de l a p re t ens ión de f e l i c i d a d de -10s ind iv iduos . Esa doble

metensión s e r e f l e j a r á , con grados d i v e r s o s de t r a n s p a r e n c i a

2onto' veremos, e n l o s p r i n c i p i o s que r egu lan l a organizac ión d e

La c u l t u r a l i b e r a l .

- . -i - - . 'En l a concepción a u t o r i t a r i a d e l Es tado y l a soc iedad , e n

:arnbio, la c u l t u r a juega u? r o l d i f e r e n t e : debe hace r se cargo ,

?royectándolo como p o s i t i v i d a d , d e l s a c r i f i c i o e x i g i d o q - a l o s

iridividuos la mantención de un orden que, a t r a v é s de un

2on5unto de procedimientos y modalidades, t r a b a j a en l o s cuer-

?OS e l s e n t i d o de unas d i s c i p l i n a s que son o t r a s t a n t a s , formas ,

ie &presión d e l poder como desempeño d e l a fue rza . S ,

;

3 / Jento, competencias específicas de interacción comunicativa- .

Pero la cultura.libera1, como hemos dicho, se hace cargo

imultáneamente de un segundo mon,ento de racionalización: su-

,lima, retrotrayéndolos a las profundidades del alma, los . i- ..

,cales de plenitud y felicidad individuales que la facticidad

de la vida material cotidiana niega sistemáticamente. Al acoger-'

los en su pureza meta-física, la cultura liberal los devuelve

1 como razón de vida, distorsionada justificación de las miserias oprimen

gnifica,'

el cuerpo.

más que un

En tal sentido, la cultura liberal

mundo mejor, un mundo más noble: un -

mundo

al que no se ha de llegar mediante la transformación del orden - i

'material de la vida, sino mediante algo que acontece en el

alma del individuo. (...) De esta manera, la cultura eleva 4 /

al individuo sin liberarlo de su sometimiento real7'- . La apología contemporánea de la cultura liberal de masas

renueva e insiste en la doble temática que hemos apuntado. Se

dirá que ella lleva, en los sistema capitalistas más avanzados,

a un "nuevo orden de la sociedad" (Shils) que se acerca "a una unidad moral y a un ordenamiento civil propios de una población -

adultau donde cada vez más se insiste "en lo sacro de cada hom-

bre en cuanto miembro de una sociedad". Hay un mayor ''iguali-

tarismo moralll entre ciudadanos cuya individualidad así se in- i

[tensifica. "La sociedad de masas ha liberado las capacidades 'morales e intelectuales del individuo. Porciones mucho &S. :

,amplias de la población han-gprendido conscientemente a apreciar ' . ,: .

L.

i 10s placeres de la vista, del oído, del gusto, del tacto y de la comunicaciónng'. En suma: la cultura como mediacibn de un

orden real y como plenitud interiorizada y siempre irrealizada

de l individud.' Pues la apología, como se ve,, pasa por alto que

orden determinado es siempre parte del- todo de la vida so-

cial, como'lo es la propia cultura en su relación específica

r i

C

lli~eja eso! " , el siervo no puede a la larga dejar de ordenar, porque le tomaron para que trabajaranz'. Pero es más que eso,

si se va al fondo del asunto. Pues no se trata aquí, meramente,

de un acto ordenador de la exterioridad circundante. El sueño

de Clov es uno de plenitud, de final equilibrio, de quietud y

silencio. Es pues el sueño de un modo-de-estar-en-el-mundo.

~uiere para sí un espacio ordenado, que es también espacio

socialme nte ordenado - desde la Óptica situación actual:

un mundo en que cada cosa estuviese en su lugar, y él tranquilo

entre las cosas. Un mundo sin Hamm, sin esa voz que le ordena,

sometiéndolo; sin esa mirada que lo escruta preguntándole por

la verdad de su acción; mirada de amo/ acción insignificante (o

mentirosa) de siervo. Por eso Clov baja finalmente la voz,

porque corresponde a su situación subordinada y ya más dócil-

mente, más retraído, sin tanta ambición ni tan grandes sueños

agrega que intenta ordenar "un pocoi1. Que es lo mismo que

cumplir su función real en la división del trabajo hasta tanto

el señor no disponga otra cosa.

Como por un agujero en la puerta puede verse aquí el con-

senso de orden organizado por la cultura liberal en funciones.

Es la mecánica de su operación lo que Becket nos muestra.

Como nos mostrará, también la cultural liberal en su otro as-

pecto: en tanto racionalización de la felicidad posible. A través de la palabra que horada la oscuridad y que recupera,

sublimándolo, un destello de lo hermoso, Hamm el señor puede

todavía trascenderse y gozar aquéllo de que carece. "Un poco

de poesía. (Pausa) Tu pedías ... (Pausa. Se corrige). TU

IMPLORABAS la noche; ya viene ... (Pausa. Se corrige). YA CAE; Ya está aqul. (Le repite cantarinamente). Tú implorabas la

noche; ya cae; ya está aquí. (Pausa). Hermoso paso. (Pausa)

¿Y luego? Instantes igual a cero que siempre son iguales a

cero y sin embargo cuentan, para que salga el cálculo y ter- mine la historia".

- 6 -

En ese monólogo entrecortado, mientras cae la noche, la pa-

labra revela a Hamm y a Clov el sentido radical de la cultura Que comparten: hay una posibilidad, por interticial que sea,

de rescatar lo hermoso, casi un tránsito, ese póco de poesía

que, colgando del airna, descuelga la pregunt&wáctica : ¿y luego? Luego es la historia, la duración de los instantes

8 / iguales a cero, "la eterna repetición de lo mismo1'- que, sin

embar cuenta. Pues ; contra toda mise real, es

cultura afirmativa crea una idealidad que se proyecta por encima

de la historia: donde termina la historia, allí está la Promesa.

Tal e esa plenitud pron ieti - de poe-

sía, un hermoso paso - plenitud donde "se ha hi~ostatizado como reino

-

la libertad e -

!n oposición a la xis *

mater

cisamente esa pureza que la cultura separa y ofrece al goce de las almas;

De este modo la cultura liberal organfza un orden .donde el propio concepto de individuo nace como objeto de unos dis-, .

, . Cursos que son parte integrante de ese orden; discurso del ciu-

dadano y sus derechos; de la normalidad y lo anormal; de la

naturaleza ytlo hu~~íano, etc. En la cultura y por la cultura la disposición de ciertos. límites materiales y simbólicos demarcan el espacio humano y encauzan las prácticas sociales. "La división entre funcional. y n ecesario, y lo be Comienzo de un proceso que deja libre el cuerpo para el materia-

lismo de la praxis burguesa por una parte, y por la otra, para

la satisfacciÓn de la libertad en el ámbito exclusivo de la' tl culturaH- l o . Esas divisiones que articulan sistemas de límites no son exteriorestal proceso de reprodudcl6n de la sociedad: Son

interiokes a las .paácticas sociales que ponen eh movimiento el consenso de orden:dominante. El proceso 'por el 'cual una cul-

mganiea hacia su interior como con niveles - "que son niveles de calidad, medidos con un metro estético, 11/ intelectual y'moralfl- -, es a la vez un reflejo de ese &den.

Y de la base material o-.- lo sustenta, por cierto no una cuestión

de patrones abstractamente estéticos, morales e intelectuales.

La clasificación de un sector de la cultura como cultura superior

- aquella que incluye 'las grandes obras en el campo de la poe- sía, la novela, la filosofía, la teoría y la investigación cien-

tífica, la escultura, la pintura, la composición y ejecución

materiales, las obras y las representaciones teatrales, la his-

toria, los análisis económicos, sociales y políticos, la arqui-

tectura y las artesaníasi*-'es un proceso inherente a la orga-

nización de la cultura liberal. Es la creación de un ámbito de

la libertad que debe iluminar sin tocarlo el reino de la nece-

sidad: que desde arriba debe penetrar a la sociedad la cual a

su vez crea las condiciones materiales de base para que ese &n-

bito exista incontaminado por las condiciones reales de vida, separado del resto pero integrado como producto clasificado en

la división social del trabajo y por la división de clase's. -5 <

"Lo existente no obliga a los hombres sólo mediante la violencia

física y los intereses materiales, sinoltambién con la! superpo-

tencia de la sugestión"- . Puede decirse. que la: cultura súperior

es la sugestión sagrada, la recuperación de la esfera de lo sa- grado en una cultura secularizada. En efecto, dentro de la or-

ganización de la~cultura liberal la ootidianidad es degradada a la manera de lo profano, 'La vida cotidiana rehuye la 'defini-

ción rigurosa y la adhesión consistente's reglas tradícionales o racionales, * y ;no,necesita del continuo-contadta'con lo sagrado.

La vida-cotidiana es desordenada, llena de compromisos y de im- provisación; se funda en el aquí :y.ahora7'%'. ~icho en otras

palabras: la vida cotidiana expresa con toda fuerza la presencia

de los antagonismos y las miserias,'de la ~pacidad y el cansancio,

de la lucha y la muerte. En la organización de la cultura liberal el cotidiano es el discurso de la materia, por oposición al dis-

curso de la idea y la razón, de lo consistente y duradero, de

las plenitudes en una palabra que reflejan la presencia del alma,

la sugestión sagrada. *El intelecto (...) supone una capacidad

Que va más allá de las tareas pragmáticas del momento, un com-

Promiso con los valores comprehensivos que trascienden las im-

- 9 -

La sociedad disciplinaria. a . . -

Dijimos inicialmente que en la concepción actokitaria 1 .

del Estado y la sociedad se produce una ruptura con las 6rek-

tensiones de orden y felicidad que se articulan en la organi-

zación de. la cultura liberal. No analizaremos aquí el proceso ,

de ruptura en cuanto tal, sus modos de operación y sus formas de expresarse. En cambio, nos interesa estudiar lo que puede

denominarse la organización de un orden autoritario, y sus re- +

16/ laciones con la cultural liberal- ..

En la concepción autoritaria émergente, en efecto,' la Or- ganización de ir cultura que se postula descansa sobre princi- '

. M . pios de &ticulaclon específicos: de un lado, la cultura ya no

sirve la función de mediar un consenso de orden pues el orden

la cultura debe hacerse cargo ahora de proporcionar una subli-

mativo e idealista.

de o$& ht&nativoz'-i Más bien, ese proceso liquidatorio

involucra una pretensicn de totalidad, al menos en cuanto al

elemento de cónsenso implicado por la organizaci& de la c u k

ormulaciones ideológicas. (Digámoslo de inmediato: '

eologías del autoritarismo emergente es un ejercicio intelectual

-

retrasado, en el sentido que expresa y es preso de los postulados 3 de la cultura liberal. Pues bien: o se le plantea entonces como

un intento por rescatar las posibilidades de esa cultura. caso .i -

en el cual debe también haaerse la critica de su organización,-

o se termina ejerciendo un-oficio ritual que sólo refuerza la - separacibn entre intelecto y realidad y transforma al intelec-

tual en minoria a la Shils: -"En- cada sociedad existe una minoria - de individuos que, en mayor medida que el común de las gentes,

están animados por un espíritu de indagación y anhelan entrar -

en frecuente comunión con sImbolos más genéricos que las inme-

diatas situaciones concretas de la vida cotidiana y más remOtQ$ 18/ en su referencia tanto al tiem~o como al es~acio- . En suma:

la mis.qria ideológica del autoritarismo puede ser un hecho; su ..-* -..a--.. L"-.,--->.*-"-.-,"-.*" ".. . k . , - L . . '

. P , . * , . . *.-, ,- ,.../.*,3.,- - *,-.v.- * # , ,,,-,..,-..... Ad~~!.~+.-'''v . - '

sin embargo, frente al hecho más fundamental de que el autoritar , .,.., . ,w. ,.,,,....,,,,,, - , , , ~ c ~ ~ 5 , 5 , , . 5 , , . +. . r ~ ~ i i - r - r . ~ ~ ~ - r ~ . . ~ ~ ? ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ : - ~ h h . : ~ . --.v....; -,,.. . .. . .. . . .., ,. .. . ... . .,.. . :S .>- -.-.c.. ,. =.....-,-*,.r . . mo como organización de la sociedad cambia radicalmente la fun-,.

,... , * . .z%:,t~?~*<~t.s7~.* .7 '"*-~:m- ".>m- *a-,*,.,.y,~~**>*~q*';d . . . S < . - . , ,- .. . . ,<,,. -.-.b,--.-*l-.?!:t: ..',2,..">,. - _., ,..- . - -- -- . ción de la cultura, y su relación con el orden que encauza el

T-.+% ,"..-+--*-.... ,.- >.,s<,-v...-. ,,>- .! "c,,

cotidiano. * ,

En efecto , el orden rf;=$,Wte, .d~.h-_cmce~ciÓn autoritmia

mos sociales y libere un ámbito interiorizado de i le ni tu d. Re-

les ,e&$stentes, reservando a la organización de la cultura el ' I.

papel .de .validar y.,moviliz+? , esas disciplinas en función de las

exigencias . , del orden y, en particular, de la qeproducción ma- terial d.e la sociedad. Más radicalmente. ese Droceso de liaui-..- . -- , A - - - - - - -- -7- A

dación 7 según las modalidades de su desarrollo histórico espe- . ,

tífico 7 tiene que pasar por un pepíod~ de lucha contra las con' cepciones propias de la cultura afirmativa, en tanto que ellas . - - S < , - I p,ersistan como forma mediatizada del antiguo orden. Lo que el.

h autoritarismo ataca en la cultura liberal, por lo mismo, son

rasgos de su organización social, sobre todo aquellos b

a la expresión política del régimen democrático-

jburgués. En cambio, refuerza - aunque con un sentido diferente rasgos, sobre todo en lo que hace a la cultura superior co

no expresión social de un realismo técnico, es decir, el de

grupos que en uso de un saber experto definen las rea-

lidades constitutivas de la sociedad.

En fin, lucha contra e 1 lib organi

de la cultura es una exigencia de .la propia lógica de desarrollo . orden autc

desarrollo

tario,

onómico

y no sól

1 capital

.o una

.ista.

. determinación

. Es en funció~

impues

1 de la

ta por

. SO-

ciedad disciplinaria y del disciplinamiento de sus miembros

que el orden autoritario tiene que combatir y liquidar los as-

Tpectos esenciales de esa organización. l

Contra el idealismo de una plenitud interiorizada y justi- ficada como promesa, el orden autoritario recurre a la cultura

a mano para socializar, sublimándolo, el. imperio de las necesi- ;

ades demarcadas por las condiciones materiales del cotidiano. 1

e produce aquí, por consiguiente, una inversión completa de I

- l

Os ~entidos~comunicados por la cultura liberal. Surge una

ueva ideología que 'smuestra de manera inmediata lo que es, i 1

Pero trastocando radicalmente los valores; la desgracia se con-

ierte en gracia, la penuria en bendición, la miseria en destino; J

1 viceversa, el afán de felicidad y de mejora material, se vuelve 1

19/ ecado y delito1'- . Puede hablarse en este contexto de una nueva ética de la

breza, bien típica de la concepción autoritaria emergente.

s'fundamentos de esa ética son postulados por cierto en nomL

e de la razón, más exactamente, en nombre de su expresión .

lturalmente más alta: como ética con un fundamento técnico,

PoYada además en el discurso de las cienciasE'. En efecto, es

Partir de un levantamiento científico-técnico de la pobreza,

e una reconstrucción de su realidad que la organiza conforme

=od& para disciplinar.

El surgimiento de las discip linas como política, como

.%presión del poder e infraestructura de apoyo d e la raciona-

1izaciÓn de la economia, la autoridad y el derecho, ha.sido I

finamente descrita por M. Foucault. . , 1,

l

"El momento histórico de las disciplinas es el momento en que nace un arte del cuerpo humano, que no iziende Únicamente al aumento de sus habilidades, ni tampoco a hacer más pesada su sujeción, sino a la formación de un vínculo que, en el mismo mecanismo, lo hace tanto más obediente cuanto más Útil, y al reves. Fórmase entonces una política de las coerciones que constitu- yen un trabajo sobre el cuerpo, una manipulación cal- culada de sus elementos, de sus gestos, de sus com- portamientos. El cuerpo humano entra en un mecanismo de poder que lo explora, lo desarticula y lo recom- pone. Una "anatomía políticati, que es igualmente unaVmecánica del poderi', está naciendo; define cómo se puede hacer presa en el cuerpo de los demás, no simplemente para que ellos hagan lo que se desea, sino para que operen como se quiere, con las técnicas, según la rapidez y la eficacia que se determina.:: La disciplina fabrica así los cuerpos sometidos y ejercitados, cuerpos dóciles ' l . La disciplina aumenta la fuerza de los cuerpos (en términos económicos de

' utilidad) y disminuye esas mismas fuerzas (en térmi- nos políticos de obediencia). En una palabra: disocia el poder del cuerpo, de una parte, hace de este poder una s4aptitud11, una ''capacidad ; que trata de aumentar, y cambia por otra parte la energía, la potencia que de ello podría resultar, y la convierta en una relación de sujeción estricta. Si la explotación económica se- para la fuerza y el producto del trabajo, digamos que la coerción disciplinaria establece en el cuerpo el vínculo de coacción entre una aptitud aumentada y una dominación acrecentada"21/. -

El orden autoritario emergente es un proyecto concebido

Para controlar la vida social desde una Óptica disciplinaria.

orden, por lo mismo, que busca la potenciación de lo Útil en

cada sujeto y la descompresión de sus resistencias al empleo eficaz de esa utilidad. Proyecto total, según dijimos más

arriba, pues lo que se pretende es el disciplinamiento completo

de la vida, hasta en sus expresiones de detalle o, mejor, sobre

- 15 -

en esa "ética económica específicamente burguesa1' (Weber),

liberándose de las ataduras tradicionales del servilismo y

el vasallaje.

En el caso del orden autoritario las bases de la dis- ciplina se han desplazado; constituyen la internalización de

un ethos que la imposición de unas coacciones. Las promesas

de la cultura liberal ya no interesan. La vida no necesita

ser "alerta, inteligente"; los motivos de la acción no cuen-

tan en tanto autonomía ejercida por una razón socializada.

Lo que interesa ,. en cambio, es su encauzamiento (motivos de , '

obediencia Y-disponibilidad Útil) ; interesan pues las disci-

plinas que producen ese encauzamiento. También la razón queda

estrictamehte sujeta al reino de la necesidad; sólo importa

como racionalidad de orden. Este variamiento de la razón,

'les decir, del hombre en tanto ser racional, destruye radical-

mente el poder y la acción de la raz6n, ya que conduce a una

e los datos irracionales y coloca a

la razón bajo la heteronomía de lo irracionals'- 24'. AS^, la función de sublimacion ética de la pobreza que el orden autori-

tario confiere a la cultura lleva por necesidad a una ascética

ir~acionalz : el sacrificio causado por las condiciones rna-

teriales de vida debe ser asumido como positividad, sin recurso

ulterior a una negación, aunque sólo sea abstracta, por la

9qnr Para hacer posible esta conversión de la miseria su-

frida en el cuerpo en una ascética que nada promete, el orden-

autoritario dispone de las disciplinas pero, además, necesita

operar una.completa inversión en la construcción social de la - 3 1 ' . i

realidad de la miseria. Es aquí justamente donde la o~ganizaci

o científico-técnico avalado por el

. Pues de lo que se trata en lo ,

esencial es de desvalorizar la experiencia cotidiana de los

que adquieren directamente de su

ue ser descartado y negado. - Sólo el saber que viene "desde arriba", aquel que es administrado

por expertos, es socialmente validado y comunicado. También I . .

la razón es disciplinada y la definición de lo real deviene-,

una táctica del poder.

En las condiciones del autoritarismo emergente no hay

pues una "privatización de &a r?azÓnll sino una transformación

de la estructura de lo público que afecta profundamente.el .

ejercicio de la razón. De un lado la razán dominante es

llamada a convalidar normativamente lo irracional en la sociedad; del otro, la razón cotidiana es afectada por el

proyecto de disciplinamiento que debe.hacer surgir el orden

de la sociedad.

e De nodo que si se desea entender ese orden emergente no sirve mayormente analizar el poder sólo en términbs de

sus efectos negativos: excluye, reprime, censura, controla,

vigila. Debe entendérsele, primordialmente, en sus efectos

llcreativos": un poder, entonces, que produce realidad, que 26/ , . define su organización', que disciplina un orden- .

1 ' : . En este sentido, 1; primero es bbicar las disciplinas

cono procesos constitutivos del orden autoritario: ellas fijan . ' la relación del poder con el cotidiano. Operación por con-

siguiente "capital1' y no majestuosa del'poder, mecahismos y

procedimientos reticulares, aptos para aprehender y encauzar . I

el detalle. Por doquier se trata de obtener lo mismo: aumenta l - - s

la utilidad de los individuos y su docilidad. i . : 1

La presencia de las disciplinas-no puede entelerse e x 1 .- - - -__- -. _ _------- -

tonces,como un hecho aislado de las,funciones esenciales dei ~ l . - I C i - i l r i . - - , - - 4 4 4 - P - - - - - . , -.i.--.-."-.-.L---~--.--

la- swiedad .. . , No e x 2 a & ~ , - ~ ~ ~ & s c i _ P _ 1 & + ~ ~ ~ 18 disci- -. ."." -C ---.-.- - "-*----.'---L *.--.".-.w---

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ a s a ~ s r - ~ , ~ . s ! ~ o ~ 8 ~ . ~ . ~ ~ ~ ~ - ~ . ~ ~ t a . ~ ~ . & - , f e-d unc&~e~~en teen te , r~c p f ~ ~ ~ d Y Y Se .&ns,tpla- en medio del proceso p~oductiv~, .-. pepmeando

la- empresa;: acompaña el- proceso de transmigión de conocipienWs . . e información; invade %a- ciudad y se introduce Lentamente en las relaciones interpersonales.. - - - -:Ji l-

Simultáneamente, la organizacih de la disciplina se di-

funde: en el orden autoritario hay siempre un "exceso'; de

poder que cada individuo, con cierta normalidad creciente,

hace valer respecto de los otros. Cualquiera sea la racio-

nalización que se emplee, se trata de un sistema donde la vi-

sibilidad de cada miembro aumenta y es puesta bajo observación.

Todo un lenguaje de marcas, estigmas y etiquetas permite ubi-

car a los individuos, clasificarlos, registrarlos, definirlos

y, llegado el caso, atraparlos en esta semántica del poder.

"No quiere decir esto que la modalidad disciplinaria del poder

haya reemplazado a todas las demás; sino que se ha infiltrado

entre las otras, descalific&dolas a veces pero sirviéndoles

de intermediaria, ligándolas entre sí, prolongándolas, y

sobre todo permitiendo conducir los efectos de poder hasta

los elementos más sutiles y más lejanos. Garantiza una dis- 27/ tribución infinitesimal de las relaciones de poderi,- .

Es pues toda una economía del poder la que el orden au-- toritario pone en juego. Quienes simplemente leen este pro-.

ceso complejo como una concentración inusitada del poder, como

un movimiento que ocurriera en una sola dirección, pierden de vista lo- mas esencial: ese mismo movimiento pero invertido, des-

plegándose de arriba hacia abajo, casi insignificantemente,

articulando el cotidiano a través de coacciones pequeñas, a

veces simples, siempre directas y cuyo efecto es continuamente e l resultado de su acción conjunta.

El error de lectura a que se ha hecho mención no es extraño: responde a una concepción transparentista del poder.

El poder, en efecto, parece transparente: está ahí, radica en

el aparato del Estado, dispone del monopolio de la fuerza,

SUS relaciones con los individuos están codificadas por un conjunto de procedimientos políticos y administrativos. Sin embargo el poder tiene otra cara: más opaca, menos visible,

no revestida de los signos de la soberanía. Es el poder trans- mutado en orden social, hecho aparente en la organización, d e ,

la"familia, en las instituciones pedagógicas, en la compleja

estructura de las jerarquías y subordinaciones, en los ritos

de la interacción social, en las menudas imposiciones del

tra*o y las sutiles dominaciones de la comunicación diaria.

De este disimil-material es que se aprovechan las disciplinas

pára encauzar la obediencia y utilidad de los individuos: es en este nivel microsocial donde el poder asegura la efecti-

vidad de su imperio y su resistencia a ser usado contra las

clases dominantes, cuyo dominio descansa en parte esencial,

precisamente, sobre tan inespectaculares técnicas.

21 orden autoritario emergente abandona toda de dejar al libre juego de las fuerzas sociales la aplicación

de esas

como un

técnicas, ni procura socializar su contenido

consenso de orden culturalmente mediatizado.

vinc

En recurrirá, sistemáticamente a todos esos mecanismos y proce-

dimientos, buscando "ponerlos en ordeni', es decir, valiéndose

de ellos para re-ordenarla sociedad en términos de disciplina

total. Al mismo tiempo, el orden autoritario emergente supri-

mirá todos aquelld~ aspectos de la cultura liberal que, de

una manera u otra, pueden entorpecer el advenimiento dk esa '

'sociedad disciplinaria. En efecto, las disciplinas deben

dejar de desempeñar el papel de contrapartes reales de unos derechos individuales formalmente establckidos, 'y transfor-

*

marse'directamente en expresión del ordenrde la sociedad. . - ,-.

/- . . Con ello, ciertos efectos mayores del &der y la políJti~a

en la concepción autoritaria del poder y el Estado Cámbian igualmente. A s í , por ejemplo; la exclusión (económica, 'poli.-

tXca, ctíltural) es un movimiento de orden e'n el proceso'.de. -

integraccón social de ese nuevo orden. No una moratorh, ni '

una antesala, sino un complejo de coacciones aestiiíadas-a

generar en condiciones específicas de fuerza,' ufi- aumento de - - la docilidad social e individual y una mayor utilidad -de 10s

sujetos para el funcionamiento eq~ilibr~do de ese orden. La

represión,-&a su vez, debe operar como un procedimiento que, efi

ulante

cambio

l

N O T A S

2 i . .

Heinemann, 19 72. - ..---- Y / H. MARCUSE, Acerca d e l Carácter Afirmat ivo de l a Cul tura ,en -

i b i d . , Cu l tu ra y Sociedad, 1965, E d i t o r i a l Sur , 1967, p.56.

6 / S. BECKET, F in de Par t ida .Las co r r e spond ien te s c i t a c i o n e s han - I s i d o e x t r a í d a s de E. F i sche r , Arte y Coex i s t enc i a , 1966, Edi-

c iones Penínsu la , 1968, cap. 1. Para una v e r s i ó n completa de "Fin de P a r t i d a " , v e r S. Becket, Esperando a Godot y F in de Par t ida ,Bana l Ediciones , 19 72.

7 / f. FISCHER, op. c i t . , p. 32. - 8 / La formulación t r a n s c r i t a ha s i d o tomada de M. Horkheimer y T -

Adorno, ~ i a l k c t i c a d e l Iluminismo, 1944, E d i t o r i a l Sur, 19 71, p.162.'

- .

9/ I b i d , a n t . , 163. .

10/ H. MARCUSE, op. c i t . , p. 45. - 111 E. SHILS, o p . c i t . , p.145. - . \

12 / i b i d . a n t . , p.146. - -.

13 / M. HORKHEI*R y T. ADORNO, o p . c i t . , p.286. - 14/ E. SHILS, Los I n t e l e c t u a l e s y e l Poder, ~ d i c i o n e s Tres Tiempo -

1976, p. 19.

15 / L. COSER, Hombres de I d e a s , 1965, Fondo de Cu l tu ra ~ c o n ó m i c a , - 1968, p. 10.

a n á l i s i s son producto, primero que nada, de las d e b i l i d a d e s d e l a n á l i s i s i n i c i a l . Pude a p r e c i a r e s S d e b i l i d a d e s e 'n ten- t a r s u p e r a r l a s a l o l a r g o de v a r i o s tr 8 b a j o s g r a c i a s a &S

a p o r t e s c r í t i c o s de d ive r sos c o l e g a s , en p a r t i c u l a r E . F a l e t t o , A . l l i s f i s c h y N. Lechner.

17/ Sobpe e s t o véase J. J. Brunner, Consenso de Orden y Poder, op. - c i t .

18/ E. SHILS, Los I n t e l e c t u a l e s y e l Poder , o p . c i t . , pp. 19-20. - 19/ H. MARCUSE, L a Lucha c o n t r a e l Libera l i smo en l a Concepción -

T o t a l i t a r i a d e l Estado, e n i b i d . , C u l t u r a y Sociedad, o p . c i t . , p. 35.

20/ A l r e s p e c t o puede v e r s e J. Habermas, idem n o t a 3/. 7 - 2 1 / M. FOUCAULT, V i g i l a r y C a s t i g a r , 1975, S i g l o Veint iuno, 1976, 7

pp. 141-42.

2 2 / P. A R I E S , Centur ies of Childhood, 1960, Penguin, 1973, p.166 - 23/ M.WEBER, The P r o t e s t a n t E t h i c and t h e S p i r i t o f Cap i t a l i sm, -

Unwin Un ive r s i t y Books, 1 9 7 0 , p . 119.

24/ H. MARCUSE, La Lucha con t r a . .. , o p . c i t , , p.25. - 25/ Weber i n s i n ú a l a p o s i b i l i d a d de una t ransformación d e l p roceso -

de r a c i o n a l i z a c i ó n en modo i r r a c i o n a l de v i d a en una n o t a po- lemica c o n t r a Brentano. E s c o r r e c t o , s e ñ a l a Weber, afirmar (como l o hace Brentano) , que esa r a c i o n a l i z a c i ó n de l a v i d a puede l l e v a r a un modo i r r a c i o n a l de v i v i r . Y agrega , en una f r a s e que nada r e s u e l v e , "una cosa no es n u n c a i r r a c i o n a l en s í m i s m a , s i n o s ó l o desde un p a r t i c u l a r punto de v i s t a r a c i o - na l " . (En M. Weber, o p . c i t . , n o t a 9 a l cap. 11, p.194).

26/ Véase s o b r e e s t o M. Foucaul t , o p . c i t . , pp. 197 y s i g u i e n t e s . - 27/ M. FOUCAULT, o p . c i t . , p. 219. -