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Crítica de la globalidad Dominación y liberación en nuestro tiempo VÍCTOR FLORES OLEA ABELARDO MARIÑA FLORES

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Crítica de la globalidadDominación y liberación en nuestro tiempo

VÍCTOR FLORES OLEA

ABELARDO MARIÑA FLORES

LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN 297

IV. LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓNSOBRE EL TRABAJO Y LA SOCIEDAD

PRELIMINAR

EN ESTE estudio de amplia perspectiva hemos sostenido que el fenómenode la globalización no únicamente está referido a la economía (aun cuandosu naturaleza y efectos sean decisivos en este campo), sino que su impac-to es también general, con raíces filosóficas y consecuencias en la polí-tica, la sociedad, la cultura, las visiones del mundo vigentes y en el modode ser y reaccionar de hombres y sociedades. En el plano social sus efec-tos son de la más variada especie. Desde luego, ha contribuido poderosa-mente a conformar una nueva sociedad que se relaciona a sí misma y conla naturaleza —a través del trabajo— de manera diferente a las formasque asumía anteriormente. En el segundo capítulo se señaló que la polí-tica ha sufrido un desplazamiento del Estado y de ciertas institucionestradicionales (los partidos políticos, la representación como "subrogación",la participación como consenso pasivo) hacia la sociedad, y que ésta tien-de a erigirse en el actor político fundamental y, más radicalmente, en elactor primordial del acontecer histórico, de los cambios políticos y de lareorientación por la que atraviesa la comunidad.

Desde luego, los procesos de "reconversión" del trabajo en la sociedadglobal han sido factor esencial de estas modificaciones, abriéndose la puer-ta a nuevas acciones, combinaciones, formas sociales y pactos políticos.En esta nueva composición de la sociedad se ha transformado de manerasustantiva el significado tradicional del trabajo en la sociedad, e igual-mente ha cambiado de raíz la función política y social de la clase obrera,del proletariado, tal como se entendía en la sociedad industrial clásica. Sehan modificado también sus perspectivas y formas de lucha.

Por lo demás, en la globalización neoliberal, el trabajo (y la clase tra-bajadora y sus organizaciones) se ha fragmentado y sufre desplaza-mientos, tanto en su función misma —debido a la "flexibilización" deltrabajo— como en su ubicación territorial, que alteran también las formastradicionales de la producción y reproducción de la fuerza de trabajo. Larevolución tecnológica en curso y el lento crecimiento económico, juntocon la tendencia del capital a desplazarse continuamente de las activi-dades productivas a las especulativas, han originado un creciente desem-pleo, marca de la globalización y de la sociedad contemporánea. Este

creciente desempleo en todas las economías, lo mismo en las desarrolla-das que en las incipientes, será el motivo central de nuestra discusión eneste capítulo, ya que se trata de una de las manifestaciones más crueles deuna situación en la que imperan los intereses y la "lógica" del capital, queno considera ni remotamente los efectos socialmente devastadores de suproceder, de su marcha atropellada y ciega. Asimismo, consideraremoslas corrientes migratorias de trabajadores, que se han multiplicado en losúltimos años, dentro de los estados, entre las naciones y aun continentes,en la medida en que la producción es cada vez más "nómada" en el tiempode la desregulación y la globalidad.

Este conjunto de modificaciones estructurales nos ofrece una sociedadesencialmente diferente a la que teníamos hace apenas unos lustros. Porsupuesto, es útil discutir sus significados primordiales y sus efectos pre-sentes y futuros sobre la organización de las relaciones comunitarias. Esindispensable también pasar revista a los efectos de las más recientes in-novaciones tecnológicas sobre el medio ambiente y, en general, a las nue-vas relaciones que se construyen entre la sociedad y la naturaleza, subra-yando los peligros inherentes a una destrucción ecológica que afectaríairreversiblemente la condición humana y social.

EL TRABAJO VIVO (CREADOR) COMO NEGACIÓNDEL CAPITAL (TRABAJO ACUMULADO, INERTE)

En un libro revelador, Enrique Dussel rescata o redescubre en los escritospreparatorios de El capital de Marx el significado profundo del trabajohumano como el "momento" fundamental, no únicamente de la existen-cia y "creación" y "recreación" del hombre, sino como la real sustancia o"tejido" que hace posible la existencia social, siendo el cimiento de sucapacidad innovadora y transformadora.' Dussel examina precisamentela manera en que esta capacidad, tal "cualidad" del hombre, que es eldesempeño de su trabajo —como trabajo creativo, como actividad quesatisface las necesidades materiales y espirituales de la persona—, en elsistema capitalista se convierte en un trabajo despojado de sus cualidadespropiamente creativas y transformadoras del hombre (y de la sociedad),en un trabajo alienado sometido a otras finalidades que no son precisa-

' Enrique Dussel, Hacia un Marx desconocido. Un comentario de los manuscritos del 61-63, Siglo XXI/UAM-I, México, 1988. Véase también, del mismo autor, La producción teóricade Marx. Un comentario a los Grundrisse, Siglo XXI, México, 1985; El último Marx (1863-1882) y la liberación latinoamericana. Un comentario a la tercera y cuarta redacción de "Elcapital", Siglo XXI/UAM-I, México, 1990, y "Las cuatro redacciones de 'El capital', 1857-1 880. (Hacia una nueva interpretación del pensamiento dialéctico de Marx)", Economía:

teoría y práctica, Nueva época, núm. 2, UAM, México, 1992.

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298 LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

mente la satisfacción de las necesidades materiales e intelectuales del serhumano, sino que el hombre se ve subordinado a los fines impuestos porlas relaciones de producción que, en este sistema, tienen que ver primor-dialmente con la obtención de plusvalía y la acumulación de capital enotras manos: la de los propietarios de los medios de producción.

El trabajo vivo, en la interpretación que hace Dussel de Marx, es preci-samente el trabajo concreto, la "actividad laborante material", la técnicaque "imprime una forma", que produce un producto para satisfacer nece-sidades, que "gasta fuerza físico-biológica del trabajador y también ener-gía espiritual". 2 Este trabajo vivo, que es la capacidad de realización delser humano, su capacidad concreta de expresarse y crear objetos útilespara sí mismo y para sus semejantes ("útiles" en el sentido material yespiritual del término), se modifica de manera impresionante en el siste-ma capitalista, convirtiéndose tal capacidad creativa del hombre simple-mente en trabajo "general", en trabajo "sin adjetivos", en trabajo "abstrac-to" (y no concreto), en trabajo "fungible", que es el que impone el sistemacon el fin de crear objetos no destinados a satisfacer necesidades específi-cas, individuales o sociales, sino productos ("genéricos") que están desti-nados a la circulación, al intercambio, a la venta. Trabajo, "genérico" tam-bién, cuyo fin primordial es el mercado. El resultado de ese trabajo (élmismo una mercancía más) se desvincula trágicamente de su especifici-dad humana y se convierte en un trabajo que obedece a las exigencias deuna forma social de producción que le es externa y ajena: aquella quetiene por fin acumular, obtener ganancia. De allí que el esfuerzo del traba-jador se convierta en un trabajo alienado y extraño a él mismo. Su esfuer-zo no está ya destinado a producir "valores de uso" sino "valores de cam-bio" en el mercado y para el mercado.

Es conocido el análisis marxiano de la "apropiación" del "plusvalor" enque radica el fenómeno de la explotación capitalista del trabajo y de sunegación como real fuente creativa para quienes "objetivan" su esfuerzopara otros fines que los suyos, para los fines y los ritmos y modalidadesque le impone el externo sistema de producción capitalista. Dussel reafir-ma el significado y valor del trabajo vivo como principio político y éticoque no es posible perder de vista en ningún análisis de la situación social yeconómica contemporánea, y que menos aún puede olvidarse en un pro-yecto transformador de esa situación. En este reconocimiento del trabajovivo como forma de ser esencial del hombre (y de sus relaciones sociales)se sitúa la razón profunda —que no es solamente una razón de oportuni-dad o de posibilidad política concreta— de la necesidad revolucionaria,de la transformación del sistema capitalista. Dentro de este sistema, el

2 Dussel, Hacia un Marx desconocido, op. cit. pp. 70-71.

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trabajo vivo se ha alienado o cosificado, como se ha alienado y cosificadoel sistema entero de producción capitalista, que subordina a sus fines "ex-teriores" (la acumulación, la reproducción de sí mismo) cualquier deci-sión humana, corrompiéndola y desvirtuándola sustancialmente.

Gracias al monopolio de los medios de producción (que es trabajo pa-sado, objetivado y acumulado anteriormente) que detenta una clase so-cial, que no es la que produce directamente, el trabajo vivo del hombre (elefectivo creador de riqueza) se subordina entonces al trabajo objetivado(a la riqueza ya creada, al capital), sometiéndose de esa manera el sujetoal objeto, la fuente realmente creativa a su producto, la libertad a unanecesidad impuesta y externa. La resultante cosificación del conjunto delas relaciones sociales (que en el caso del fetichismo de la mercancía apa-rece como la "virtud" que tienen las cosas de intercambiarse, y en el delfetichismo del dinero como la esencia "naturalmente" valiosa de una cosaespecífica) tiene como expresión absolutamente irracional la vocación delcapital de acumularse, su "capacidad" de autoincrementarse sin medida.Tal es la "lógica" del capital. Pero esta capacidad de "autovalorización" delcapital —que en su forma plenamente desarrollada, como interés, pierdetodo nexo con la producción creadora de valor, con el real esfuerzo creativodel hombre— está en la raíz de la alienación social e individual: no única-mente los individuos, los grupos y las clases sociales se subordinan a losintereses del capital, sino que en definitiva las mismas actividades produc-tivas y creadoras —el trabajo— quedan subordinadas a actividades no pro-ductivas (por excelencia la especulación). Es precisamente este estado decosas el que es preciso negar, corregir y superar. La liberación —siguiendoa Dussel— resulta así una necesidad ética, una exigencia no únicamentecompatible sino imprescindible para la expresión y el pleno desarrollo delhombre y de sus facultades —y de su vida en sociedad— en completa eíntegra libertad. La transformación del sistema resulta entonces condi-ción imprescindible para el pleno desarrollo de las facultades humanas y,en definitiva, para la plena expresión de la libertad individual y social.

Para Dussel, ontológicamente, la negación del capital, el no capital,sería precisamente el trabajo vivo. Afirma:

Este aspecto ha pasado inadvertido para muchos en la tradición marxista, alconfundirse frecuentemente trabajo vivo (como exterioridad creadora), capaci-dad de trabajo (como pura capacidad que se reproduce con el valor del salario),fuerza de trabajo o potencia productiva (el trabajo vivo subsumido en el capi-tal), trabajo (concepto abstracto y por tanto ambiguo, en cuanto indeterminadotodavía), trabajo productivo (sólo el que produce plusvalor, en sentido estricto)y trabajo asalariado (trabajo subsumido a cambio de salario), etcétera.3

3 Ibid., pp. 294 y ss.

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En este orden de ideas debe llegarse entonces a una conclusión: desdeun punto de vista estrictamente crítico y lógico, la negación del capital noestá representada exclusivamente por el proletariado industrial (por eltrabajador productivo asalariado), sino por todos aquellos integrantes dela sociedad que viven cualquier forma de actividad creadora: material einmaterial, inmediatamente productiva o improductiva, que está subordi-nada directamente al capital o que puede inclusive ser formalmente inde-pendiente del mismo. En tal categoría amplia del trabajo encontraríamosa todas aquellas personas que no viven de la acumulación de trabajo pasa-do (que es, finalmente, trabajo ajeno, explotado y expropiado), a capassociales más extensas de aquellas que en épocas anteriores se considera-ron estrictamente el "sujeto clásico" de la revolución: básicamente el pro-letariado industrial. En la sociedad contemporánea se habría extendi-do enormemente el "real sujeto histórico" de las transformaciones, y en elproceso de la necesidad objetiva de negar al capital encontraríamos en-tonces, al menos potencialmente, contingentes cada vez más extensos deasalariados y trabajadores de todo tipo: profesionistas, técnicos, comuni-cadores, intelectuales, en fin, a muy diversos y variados sectores de lasociedad que son negados en su esencia y subordinados en su trabajo(y en su capacidad creativa, en su capacidad de plena expresión) por elsistema del capital.

En perspectiva similar, André Gorz distingue entre el trabajo como "ne-cesidad individual y social impuesta" y la posibilidad del trabajo como"actividad autónoma". 4 El trabajo "necesario" para vivir, determinado porel sistema social de producción (Gorz aclara pertinentemente que el tér-mino trabajo, como lo entendemos hoy, es una categoría histórico-socialengendrada por el capitalismo y que, específicamente, ha cobrado su sig-nificado actual en la llamada sociedad industrial: como trabajo directa-mente industrial o vinculado con esa forma de producción), se contrapo-ne a la posibilidad del trabajo como actividad autónoma, es decir comoun medio para la autorrealización y plena autoexpresión de la persona(en el sentido hegeliano del trabajo como objetivación de las capacidadesy posibilidades humanas), en la medida en que no produce "objetos alie-nados" o "reificados", "cosificados". Ese "trabajo libre", en que se realizala capacidad creativa de los hombres, sólo podría existir bajo el supuestode una serie de condiciones económicas, políticas, sociales y culturalesespecíficas, radicalmente distintas a las existentes.

Aspecto esencial de la ideología (y de la ética) difundida por el sistemade producción capitalista es que los hombres y las mujeres "realizan suvocación" en el trabajo actual e impuesto que desempeñan. El "socialis-

4 André Gorz, Capitalisme, Socialisme, Écologie, Galilée, París, 1991.

mo real" habría también aplicado esa noción como una manera de con-vencer a sus trabajadores "encadenados" de que cumplían una "tarealiberadora" de sí mismos y de la sociedad. Por lo demás, en tales "socialis-mos" se habría difundido e impuesto la idea de que la "suprema" realiza-ción consistía en trabajar esforzadamente en favor de "la patria del socia-lismo". En esta misma perspectiva parecería que bastara la centralizacióny el control estatal de los medios de producción para que tuviera efecto la"liberación" del trabajo (como trabajo no explotado o expropiado): el tra-bajo que desempeñaban los obreros y empleados, aun en las condicionesmás deplorables, resultaba en sí mismo "liberador" y "realizador". Hoyconocemos bien las falacias contenidas en esas nociones y no parece ne-cesario discutirlas extensamente: el trabajo impuesto y explotado tam-bién se aplicó con extrema rigidez y aun crueldad en los países del "so-cialismo realmente existente".

La actual globalización ha desvirtuado las potencialidades que le abreal trabajo, al hombre y a la sociedad el extraordinario desarrollo tecnoló-gico de nuestros días. En la sociedad contemporánea, el progreso tecno-lógico al servicio del capital ha limitado aún más las posibilidades de op-ción y realización de las personas al colocar en situación extrema acentenares de millones de trabajadores en todo el mundo, vía la mayordesocupación de la fuerza de trabajo mundial en la historia del capitalis-mo, incluso mayor que bajo la Gran Depresión de los años treinta.

TRANSFERENCIAS INTERNACIONALES DE PLUSVALOR

Resulta claro que la globalización y sus efectos sociales, políticos, econó-micos y culturales tienen antecedentes en la historia del propio capitalis-mo, como se ha señalado en capítulos anteriores. Son pertinentes algunasreferencias sintéticas sobre la cuestión.

En el fondo de los análisis sobre la economía mundial y sobre el fenó-meno persistente de las relaciones entre los países que se han desarrolla-do a veces de manera espectacular y aquellos que se han mantenido en elatraso, es decir en la pobreza y en la ausencia de desarrollo, encontramosinvariablemente una categoría fundamental: la transferencia de riqueza delas zonas pobres del planeta a las más ricas o, si se quiere con mayor preci-sión: la transferencia del plustrabajo obtenido en unos países en favor deotros. El fenómeno de las transferencias internacionales se ha efectuadohistóricamente por diversos caminos y métodos, a través de diferentessistemas de producción y explotación: desde el colonialismo en sus varia-das formas a través del tiempo, pasando por el imperialismo —específi-camente capitalista—, también en sus diversas modalidades, hasta llegar

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a las actuales formas de la globalización que implican, en esencia, la trans-ferencia de plusvalor de unas zonas del mundo a otras, también a través demétodos variados.

Seguimos nuevamente a Enrique Dussel —en particular su crítica a las"teorías de la dependencia" (con un gran desarrollo latinoamericano enlas décadas de 1960 y 1970)— cuando señala que, en general, esas teoríasdejaron de lado el concepto esencial de "la transferencia del plusvalor"entre capitales globales y nacionales de diferentes composiciones orgáni-cas, pues dichas teorías, la mayoría de las veces, desvían su análisis acuestiones fenoménicas o "secundarias", casi siempre de carácter históri-co, sociológico y cultural, del fenómeno de la "dependencia". 5 En su libro,Dussel pasa revista crítica a las principales corrientes de la "teoría de ladependencia" elaboradas en Latinoamérica (principalmente las obras deRaúl Prebisch, Günder-Frank, Fernando Henrique Cardoso y Enzo Falleto,Rodolfo Stavenhagen, Ruy Mauro Marini, Agustín Cueva, Theotonio dosSantos y Gérard Pierre Charles), y aun cuando reconoce la riqueza histó-rica y sociológica de muchas de las obras de los autores citados, así comosu frecuente capacidad descriptiva, señala la carencia fundamental en lasmismas de un análisis lógico y teórico de la dependencia basado primor-dialmente en el examen del fenómeno de la "transferencia del plusvalor"de las zonas atrasadas del mundo a las más ricas. La explicación teórica, asus ojos, es previa y primordial a la descripción fenoménica del asunto,y debe lógicamente precederla.6

Inclusive, al examinar críticamente las famosas obras de Lenin (Elimperialismo, fase superior del capitalismo)' y de Rosa Luxemburgo (Laacumulación de capital)8 Dussel advierte que esos autores clásicos abor-daron sólo de manera tangencial la cuestión de la "transferencia delplusvalor" de los países atrasados hacia los adelantados. Desde luego queen tales autores no falta el pleno reconocimiento del "desarrollo desigualy combinado", de la foi mación de monopolios, de la fusión entre capitalesnacionales e internacionales y de las formas de explotación del trabajo

5 Dussel, op. cit., pp. 312-361.8 /bid., p. 348, señala:...la dependencia, en la lógica del pensamiento de Marx mismo, es un concepto irrefuta-

ble. Por ello, toda la polémica latinoamericana al respecto manifestó, simplemente, unafalta de rigurosidad metódica. Es decir, existe la dependencia en un nivel esencial o fun-damental, abstracto, y consiste en la relación social internacional entre burguesías posee-doras de capitales globales nacionales de diverso grado de desarrollo. En el marco de lacompetencia, el capital global nacional menos desarrollado se encuentra socialmente do-minado (relación de personas), y, en último término, transfiere plusvalor (momento formalesencial) al capital más desarrollado, que lo realiza como ganancia extraordinaria.

V. 1. Lenin, "El imperialismo, fase superior del capitalismo", Obras escogidas, Progre-so, Moscú, 1976.

8 Rosa Luxemburgo, La acumulación del capital, Grijalbo, México, 1967.

colonial o dependiente (Rosa Luxemburgo llegaría a mencionar el "plus-valor" que el capital alemán "extrae" de la mano de obra asiática, Turquía,y de su "realización" en Alemania). Sin embargo, al no haber recurridoexplícitamente a la noción marxiana de las diferentes composiciones or-gánicas del capital entre países, con la que se puede explicar con todorigor científico y conceptual el fenómeno de la transferencia neta de plus-valor de unos países a otros, se echaría de menos una explicación real-mente estructural, científica del fenómeno de la explotación internacio-nal en aquellas obras.

Por lo demás, Dussel identifica a aquellos autores que, de manera ex-plícita, utilizan el concepto fundamental de la composición orgánica delcapital para estudiar el fenómeno de la "transferencia de plusvalor" de lospaíses dependientes a los dominantes, entre otros Henryk Grossmann 9 yCharles Bettelheim, 1 ° quienes habrían precisado teóricamente, por ello,en mayor grado el problema de la dependencia.

Para Grossmann, las mercancías del país capitalista sumamente desarro-llado, con una composición orgánica media del capital más elevada, sonvendidas a precios de producción que siempre son mayores que sus valo-res; en cambio, las mercancías de países con una composición orgánicadel capital inferior son vendidas a precios de producción inferiores a suvalor. De esta manera, inclusive en condiciones de libre competencia en elmercado mundial, se generan transferencias del plusvalor producido enel país poco desarrollado al capitalista sumamente desarrollado, dado quela distribución del plusvalor no se realiza según la masa de obreros ocu-pados sino de acuerdo con la magnitud del capital total en funciones.Esto es, en el país poco desarrollado se crea plusvalor que implacable-mente es transferido al bolsillo del más avanzado. 11 Por su parte, Bettelheimseñala que el elemento fundamental en la transferencia internacional deplusvalor es la diferente composición orgánica del capital, que es másgeneral que la simple diferencia de salarios entre una economía y otra:

El primer tipo de intercambio desigual (por la diversidad de la composiciónorgánica del capital) tiene lugar en el momento en que un país está obligado asuministrar más trabajo que el que obtiene a través de las mercancías que com-pra [...] El segundo tipo de intercambio desigual (por la diversidad de salarios)constituye en cierto modo una categoría particular en el interior de la categoríageneral anteriormente definida»

9 Henryk Grossmann, La ley de la acumulación y el derrumbe del sistema capitalista, Siglo

XXI, México, 1984.10 Charles Bettelheim, "Intercambio internacional y desarrollo regional", en Samir Amin

et al., Imperialismo y comercio internacional, México, Cuadernos del pasado y presente (1971).11 Grossmann, op. cit., pp. 277-284.12 Bettelheim, op. cit., p. 34.

LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

Para Dussel, una categoría analítica esencial que tampoco debe perder-de vista es la de la competencia. En el plano internacional (vía la trans-vicia del plusvalor) se hace presente y real la desvalorización del capitalpendiente respecto al dominante. En este sentido, el "capital único" secuentra negado como unidad ya que realmente, a través de la compe-ncia, cada capital se enfrenta a otros, encarándolos precisamente paraesvalorizarlos". La "totalidad" con que frecuentemente se califica al capi-mundial sería en realidad una totalidad "escindida" y, con mayor pre-

sión, una totalidad (las partes relacionadas entre sí, comunicándose) enrisión consigo misma, una totalidad "contradictoria" en sus términos,L la que cada parte tiene la posibilidad de valorizarse o desvalorizarse.nte a las otras: de realizar intercambios que transfieren plusvalor de unasLrtes a otras de la misma totalidad. Tal sería entonces la esencia de la)mpetencia: las mercancías tienen un valor y un precio de costo; la plus-día se obtiene cuando la venta de las mercancías se efectúa a un precioLperior al de costo, independientemente de que la competencia impliquecrificar una parte del valor objetivado en el producto mercantil.En el plano internacional encontraríamos que el sistema capitalista,

msiderado como un todo —ahora el capital global mundial—, sería laima de todos los capitales nacionales, y dentro de esa suma se efectua-a la distribución de la totalidad del "plusvalor mundial". En la dimen-ón internacional de la competencia se hace presente y real la desvalo-zación del capital dependiente respecto al dominante vía la transferencia

plusvalor.Pero la competencia tiene lugar no únicamente en la distribución del

flor producido, sino en el proceso mismo de la producción. La articu-ción de los capitales nacionales con el capital global no sólo tiene lugari la "parte" que le corresponde a cada capital nacional en la distribución

plusvalor mundial, sino también en el nivel de las condiciones técni-ts de producción, que son las que determinan, a través de las composi-ones orgánicas de capital, la distribución del plusvalor mundia1. 13 En.ta perspectiva, los capitales nacionales tendrían una relativa autonomía.specto al capital global, y sus confrontaciones con este último abriríanpuerta a los esfuerzos nacionalistas y autónomos para fijar condiciones

;perales de producción menos inequitativas —participando de mejorLanera en la distribución del capital global— y, desde luego, para interve-n-. más ventajosamente en la distribución del plusvalor mundial. Aquí, enaa distinción nacional de lo global, la presencia del Estado ha sido, his-wicamente, un factor esencial que en sus momentos o etapas nacionalis-.s ha desempeñado un papel de protección respecto a las condiciones de

13 Dussel, op. cit., p. 337.

LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN 305

producción y a la parte de distribución de cada economía nacional. Aquíse encuentra el momento proteccionista de las economías que, si bienobstaculiza la plena operación de las leyes de la competencia, no las anu-la, por lo que sólo afecta limitadamente las relaciones de cada Estado conel capital global.

El hecho fundamental que persiste, aunque sea parcialmente mitigado,es que en la medida en que la composición orgánica del capital es general-mente más baja en los países dependientes que en aquellos con mayoravance tecnológico, el valor producido en estos últimos es relativamentemenor que en los subdesarrollados, ya que la "participación" del trabajohumano es proporcionalmente ("orgánicamente") menor que la del capi-tal fijo utilizado en la producción. En los países subdesarrollados ocurreexactamente lo contrario: el valor producido es relativamente mayor porla mayor participación del trabajo humano en la producción en relacióncon el capital fijo, que es el que incorpora la innovación tecnológica. Portanto, en la competencia internacional, los países desarrollados tienen unlugar estructuralmente privilegiado respecto a los subdesarrollados. En elcampo de las relaciones económicas internacionales, donde se determinaun menor precio por el valor más alto producido en los países subdesarro-llados, encontramos la esencia de la transferencia de plusvalor y, por tan-to, de capitales de las zonas atrasadas del mundo a las más avanzadas.

Por supuesto, encontramos la raíz del fenómeno en el hecho de que elsubdesarrollo se "produce" y "reproduce" a sí mismo. Los países depen-dientes no pueden tener acceso a niveles más altos de desarrollo al care-cer de capitales de inversión suficientes para modernizar sus tecnologíasproductivas, lo que "emparejaría" su composición orgánica de capital conla de los países más desarrollados. Pero su rezago tecnológico determinaque "expulsen" plusvalor y capital —tan escaso— hacia los países másdesarrollados." En el ámbito de este fenómeno esencial, situado en elplano de la operación de la ley del valor, esto es, en el de la determinaciónde los precios a partir de las condiciones de producción y bajo condicio-nes competitivas normales, se sitúa la existencia de diferencias naciona-les de salarios —más bajos en los países dependientes—, que constituye,al mismo tiempo, una consecuencia (compensatoria para los capitalesnacionales de los países dependientes) y un fundamento estructural (pro-piciatorio) de las transferencias internacionales de plusvalor.

En un segundo nivel, existen otros mecanismos más "superficiales" que,sobre la base de la relación estructural esencial de dependencia, acentúanlas transferencias internacionales de plusvalor —bajo la forma de ganan-

" A este fenómeno esencial habría que añadir la ausencia de infraestructuras adecuadaspara la aplicación de tecnologías avanzadas a la producción (ausencia de conocimientos yde la educación pertinente).

306 LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

cias extraordinarias para los receptores de las mismas— a partir del funcio-namiento concreto de los mercados y de los obstáculos que erigen, ya seacompradores o vendedores, a la plena operación de la competencia y de laley del valor. 15 El deterioro estructural de los términos del intercambio en-tre países dependientes y desarrollados es resultado, además de los factoresproductivos estructurales, de la imposición de precios monopólicos, tantode compra como de venta, por parte de los países más desarrollados. Losprecios resultantes son más bajos (en el caso de los productos de la perife-ria) o más altos (en el caso de los productos producidos en las potenciascentrales) que los que regirían en ausencia de barreras a la competencia.

La erosión permanente de los precios de las materias primas produci-das en los países dependientes es resultado de varios mecanismos: algu-nos situados en el plano productivo, como el propio avance tecnológicode los países desarrollados (sustitución de materias primas naturales porsintéticas) y la oferta excedentaria por parte de los empobrecidos produc-tores de materias primas; otros, como los acuerdos de los carteles interna-cionales para contener los precios de las materias primas, se ubican en elplano de los mercados. De manera similar, la apreciación relativa de losproductos manufacturados fabricados en los países más desarrollados—particularmente bienes durables— se explica por una combinación defactores productivos y estrictamente de mercado, entre los últimos, losacuerdos monopólicos establecidos por los grandes consorcios capitalis-tas, que obligan a los países menos desarrollados a pagar proporcional-mente más trabajo por dichos bienes.

En un tercer nivel, los mecanismos financieros —en particular los liga-dos a la deuda externa, pero también a la inversión extranjera directa—constituyen un sistema directo de extracción de plusvalor y capital de laperiferia a los centros capitalistas, independiente de los flujos comerciales.Dichos mecanismos han llegado a conformar un sistema tributario en elámbito mundial, en el que el pago del principal (de la deuda original) estotalmente irrelevante en la medida en que se garantice el flujo perma-nente de los intereses.

En su conjunto, los distintos mecanismos del "intercambio desigual"entre países resultan en una transferencia neta de riquezas del mundosubdesarrollado al desarrollado. De hecho, el fenómeno general del im-perialismo específicamente capitalista ha consistido sobre todo en estaexplotación de las economías dominadas y dependientes por las econo-mías dominantes o centrales a través de dichos mecanismos. En el tiempoactual —el de la globalización—, los mecanismos de transferencia deplusvalor se han desarrollado de tal manera que, aunque tienen raíz en los

15 Dussel, op. cit., pp. 353-355.

LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

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métodos del imperialismo clásico, tienden no sólo a profundizarse y ex-tenderse geográficamente, sino a sofisticarse extraordinariamente.

Por ejemplo, las inversiones directas de los países avanzados en paísesde menor desarrollo buscan aprovechar los menores salarios y las ma-yores tasas de explotación de la periferia, al mismo tiempo que obtienenventaja de la determinación en los mercados internacionales de los preciosa los que venden su producción. Esta sobrexplotación del trabajo "colo-nizado" que realizan directamente los inversionistas extranjeros no sóloes tolerada por los países "receptores", sino que es promovida como me-dio para la creación de nuevas fuentes de trabajo, frecuentemente conmejores condiciones que las proporcionadas por las inversiones naciona-les. La fijación, por parte de los países compradores, de precios "deprimi-dos" para las materias primas y auxiliares que se producen en las zonasmenos desarrolladas del mundo se sustenta en complicados manejos delargo plazo de los inventarios, como es el caso de los gigantescos almace-namientos de petróleo en grutas por parte de Estados Unidos. Las transfe-rencias que tienen lugar a través de los créditos internacionales, de lasremesas de utilidades por parte de las empresas trasnacionales, e inclusode los movimientos especulativos, se han vuelto un aspecto crónico e irre-soluble —en este sentido, estructural— del funcionamiento del capitalis-mo globalizado.

Son evidentes, entonces, las razones de los capitales dominantes en elcapitalismo global para "desbaratar" los proteccionismos que, con dife-rentes niveles y en diferentes épocas, pudieron haber caracterizado a laseconomías nacionales. Es una realidad objetiva que en la "competenciaabierta" entre capitales, el intervencionismo del Estado en los países de-pendientes ha significado un elemento de "distorsión" y "anomalía", de"imperfección", respecto a los intereses de los capitales nacionales másdesarrollados. La explotación y la transferencia de riquezas, sin el Estadoo con un Estado debilitado y reducido al mínimo, se realiza de maneramás "libre", sin cortapisas y de forma ilimitada. Por un lado, la opera-ción plena de la ley del valor en el ámbito de la competencia internacional—una vez eliminadas las políticas proteccionistas— permite el despliegueabsoluto de las relaciones estructurales de dependencia en el plano de ladeterminación de los flujos básicos de plusvalor. Por otro lado, la desre-gulación generalizada de las actividades económicas, en lo que se refiereal acceso irrestricto a la inversión extranjera directa, profundiza la ten-dencia a la "maquilización" de dicha inversión; esto es, a la limitación almínimo de la adquisición de insumos producidos en el país receptor, lomismo que de las transferencias tecnológicas y de know-how, , y a la con-centración en la superexplotación de la mano de obra local. Por lo querespecta a la desregulación de la operación de los grandes consorcios,

308 LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

ésta fortalece los mecanismos monopólicos de fijación de precios y lasconsiguientes transferencias internacionales de ganancias.

De esta manera, aunque en la economía globalizada se realiza una explo-tación internacional análoga a la que tenía lugar en la época del imperia-lismo clásico, ahora se lleva a cabo por caminos y métodos renovados. Unadiferencia importante es que las cañoneras y los ejércitos no son siempreindispensables para someter a los países; muchas veces basta con los envia-dos del FMI y del Banco Mundial. Los capitales internacionales y sus inver-siones cumplen cotidianamente sus funciones con mayor eficacia, pero tam-bién con una "elegancia" que busca ocultar los efectos económicos, socialesy políticos de sus operaciones tras las transacciones que se efectúan en lu-josas oficinas. Pero en el fondo, además de las eventuales "intervencio-nes" disciplinarias directas en los países de la periferia (la intervenciónestadunidense en Centroamérica es un cruel ejemplo), la sangre sigue co-rriendo, aunque de distinta manera: en el sufrimiento y destrucción de lasformas de vida de poblaciones y continentes enteros dominados, superex-plotados por los centros más poderosos del capital; explotación en la quellevan su parte los capitales "nacionales" crecientemente vinculados a loscapitales internacionales, de los cuales, de hecho, en realidad constituyenparte orgánica, momentos imprescindibles y necesarios del mismo.

CAMBIOS EN EL TRABAJO Y RESPUESTAS SOCIALES

Uno de los efectos más devastadóres de la globalización neoliberal, re-sultante de la tendencia a la imposición a nivel planetario de nuevos pa-trones tecnológicos y de división internacional del trabajo, tiene que vercon la modificación sustantiva de los volúmenes globales de ocupación,de la composición del trabajo en la producción de bienes y servicios y, enconsecuencia, de la condición actual y el futuro de la clase trabajadora.

Desempleo crónico

Un hecho fundamental consiste en que, en el límite, "el rápido caminohacia la automatización conduce vertiginosamente a la economía globala un futuro industrial sin trabajadores",' 6 al menos en los países de mayordesarrollo tecnológico. El avance de la llamada tercera Revolución indus-trial —a través del espectacular desarrollo de la computación, la robóticay la informática—, sobre todo en el contexto del lento crecimiento de la

16 Jeremy Rifkin, El fin del trabajo (Nuevas tecnologías contra puestos de trabajo: el naci-miento de una nueva era), Paidós, México, 1996.

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economía mundial, está presionando extraordinariamente a la desocupa-ción: a una liberación forzada del trabajo en que millones de personas enmuy amplias zonas del mundo, en infinidad de industrias, servicios y ofi-cinas, son remplazadas por máquinas que esencialmente efectúan lasmismas funciones, pero con mayor eficiencia. Aunque la automatizaciónde un número considerable de procesos de trabajo abre la posibilidad de"liberar" a los trabajadores de muchas de las cargas de trabajo más agota-doras, repetitivas y hasta embrutecedoras, hasta ahora la sustitución de lamano de obra por máquinas ha originado, sobre todo, una reducción im-presionante de los niveles de empleo en el mundo.

La Organización Internacional del Trabajo (off) señala que en 1997había en el mundo más de 1 000 millones de desempleados de fuerza útilde trabajo, cifra que ha crecido considerablemente en los últimos arios."En la última década del siglo la reducción de empleos formales respecto ala década de 1960 sería de 30%, en tanto que respecto a la década de 1980esa reducción alcanzaría 20%. De hecho, en prácticamente todos los paí-ses encontramos datos sobre los "ajustes" en el empleo, no solamente enlos sectores agrícola e industrial, sino también en el de servicios. Por loque hace a los países más desarrollados (por ejemplo, Estados Unidos,Alemania, Gran Bretaña o Francia), esa reducción de empleos se atribuyóen una época a las abundantes migraciones, que estarían desplazandoaceleradamente de los puestos de trabajo a sus nacionales, bajo el supues-to de que los trabajadores migrantes están siempre dispuestos a desarro-llar las cargas de trabajo más pesadas y con menores salarios. Aunque talhecho es parcialmente cierto en la medida en que en las sociedades ade-lantadas no se encuentran fácilmente trabajadores que desempeñen lasfaenas más duras, en términos generales, las altas tasas de desempleo(que también afectan a los migrantes) deben atribuirse más bien a la auto-matización en las sociedades industriales, condición para el incremento enla productividad en los sectores industriales, agrícolas y, por supuesto, en elsector terciario de los servicios. Es claro, entonces, que mientras la auto-matización se traduzca en desocupación creciente no significará mayorlibertad sino, a la postre, más pesadas y duras cadenas.

El desempleo tecnológico no es, de ninguna manera, un fenómeno nuevodel capitalismo. Marx establece como ley de población, que es peculiar almodo de producción capitalista, la existencia de una población obrera su-pernumeraria, que es resultado de la innovación tecnológica inherente alproceso de acumulación de capital, así como condición general de dichaacumulación al presionar hacia la baja los costos salariales. 18 Por su par-

17 Organización Internacional del Trabajo (orr), The World Employment Situation, Trendsand Prospects , Ginebra, 1994.

18 Carlos Marx, El capital, tomo I, Siglo XXI, México, 1975 (cap. XXIII, pp. 784-786).

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te, Keynes concibe de manera precisa al desempleo tecnológico como unobstáculo que tiende a paralizar la expansión del capital por el insuficien-te poder adquisitivo de los individuos asociado a bajos niveles de empleoy salarios.°

En todo caso, en la actualidad destaca el inmenso potencial para sus-tituir mano de obra que tienen las nuevas tecnologías y la consiguientedificultad para generar empleos. Recordemos las palabras de NorbertWiener, creador de la cibernética y una de las personas más autorizadaspara juzgar las consecuencias de la tercera Revolución industrial: "Si es-tos cambios (los tecnológicos) en la demanda de mano de obra nos llegananárquicamente y de manera poco organizada, podríamos hallarnos anteel periodo de desempleo más largo de que tengamos memoria".20

El "desempleo tecnológico" afecta tanto al mundo menos desarrolladocomo al conjunto de las sociedades más industrializadas. Por ejemplo, Rif-

kin describe la desaparición de los puestos de trabajo en el sector agrícolaestadunidense, la honda transformación de las tradicionales empresasindustriales en que los obreros de "cuello azul" son despedidos (vivimosun réquiem por la clase trabajadora, dice el autor), la reorganización o "re-ingeniería" de las empresas de servicios aparejada a su crecimiento ex-ponencial (lograr mayor eficiencia en tiempos y espacios más reducidos ycon menor mano de obra ocupada), hasta llegar a una "vida peligrosa" enque, en definitiva, nadie está preparado para una sociedad con esos nivelesde desocupación y de carencia de actividades tradicionales específicas.21Para enfrentar estos tiempos radicalmente nuevos no están preparadas nilas instituciones oficiales, ni —desde el punto de vista psicológico y cultu-ral—, los propios desocupados de tiempo completo o parcial.

Es verdad que en ciertos sectores de actividad todavía se encuentranespacios para nuevas posibilidades de trabajo, y que los esfuerzos parareeducar y actualizar a la fuerza de trabajo para su incorporación al ma-nejo de las nuevas tecnologías está en marcha en varios países. En losEstados Unidos, bajo el gobierno del presidente Clinton y la orientaciónintelectual de Robert Reich, se ha seguido una política tendiente a actua-lizar o reeducar a amplios grupos sociales, a fin de que sean capaces deincorporarse a las nuevas tecnologías en proceso de gestación y desarrollo.22

19 "Nos afecta una nueva enfermedad de la que algunos lectores puede que aún no hayanoído el nombre, pero de la que oirán hablar mucho en el futuro inmediato: se denominadesempleo tecnológico", J. M. Keynes, Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero,FCE, México, 1965.

20 Citado por Jeremy Rifkin, op. cit.21 Ibid., capítulo sobre "El declive de la fuerza de trabajo global".22 Robert Reich fue el secretario del Trabajo de los Estados Unidos durante un breve

tiempo del primer mandato del presidente Clinton. En su libro tal vez más significativo,The Works of Nations (1992), aboga con abundantes argumentos por la renovación profundade la educación a fin de "actualizar" los conocimientos y preparar a la gente para el futuro.

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La nueva educación procuraría sobre todo modificar los hábitos tradicio-nales del trabajo y centrar el desarrollo en el conocimiento. La gran inte-rrogante es si, sobre las base de las nuevas tecnologías, habrá capacidadde absorber al conjunto de la mano de obra excedente y desocupada y deproporcionarle trabajos adecuados desde el punto de vista social.

Naturalmente, el alcance de los cambios tecnológicos ha sido muy di-ferente en los países atrasados. En éstos, estructurados progresivamentecomo economías duales (con un segmento atrasado —el rural y la parte delsector industrial orientada al mercado interno— y ciertos polos de desarro-llo articulados con los mercados internacionales —que inclusive han al-canzado niveles de automatización que en ocasiones se aproximan a losde los países industriales avanzados—), la revolución tecnológica, juntocon el estancamiento crónico, también han generado un creciente desem-pleo de la mano de obra.

Las corrientes migratorias del campo a la ciudad no han sido asimila-das por los sectores industriales a los ritmos que prevalecieron entre 1930y 1970. Al mismo tiempo, los sectores rurales han sufrido una severa de-presión, disminuyendo en general su capacidad productiva global, debidoen gran medida a la apertura de los mercados agrícolas, que ha propiciadoque los países industriales, con una agricultura mucho más adelantada,extiendan sus exportaciones de productos agrícolas a los países menosavanzados. El resultado en los países menos desarrollados es, por supuesto,un incremento espectacular de la pobreza y la miseria extrema en los sec-tores rurales y un aumento también exponencial de la marginación socialy económica, urbana y rural, sobre todo por la contracción de los servi-cios educativos, de salud y de las prestaciones sociales. Pero también enlos países adelantados han aparecido, en una dimensión antes insospe-chada, problemas de marginación y de carencia de servicios sociales, edu-cación, salud y vivienda. La economía globalizada de nuestros días apare-ce, en verdad, como una fábrica eficientísima de pobres que no parecentener futuro viable en un horizonte de tiempo predecible.

El avance tecnológico origina diversos efectos, resultantes del lesivo yconsiderable incremento de la desocupación, que se extienden a medidaque el capitalismo se globaliza. Por un lado, si los procesos de auto-matización del trabajo incrementan la productividad, por otro tienden adisminuir relativamente el número de potenciales consumidores y, con-siguientemente, la capacidad de consumo de las grandes masas. Es ver-dad: la llamada "sociedad de consumo" comienza a encontrar sus lími-tes en el propio horizonte, tal vez no en el corto plazo, pero sí en untiempo previsible, cuando la continuidad de la acumulación se funda-menta en la contracción y no en la expansión del poder de compra de lasmayorías.

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La supuesta "salida" o antídoto a la contradicción entre productividady consumo que afirman haber encontrado los impulsores de la economíaglobalizada consistiría en que las insuficiencias en el mercado nacionalquedarían compensadas por la apertura de los mercados exteriores y porel incremento de la demanda externa. Hoy se comprueba irrefutablementeque tal "fórmula" tiene un futuro limitado, en primer lugar porque los mer-cados externos tienen una capacidad de consumo restringida, simplementeporque no todos los países pueden ser comercialmente superavitarios; y

en segundo lugar porque las contradicciones del capitalismo globalizado—concretamente las crisis financieras que avasallan periódicamente a paí-ses y continentes (México, sudeste asiático, Rusia, Brasil)— desestabilizano "hunden" permanentemente a dichos mercados. Tales contradiccionesamenazan la estabilidad del conjunto de las economías globalizadas,revirtiéndose inclusive contra las más desarrolladas, no sólo por la preca-riedad del poder adquisitivo de sus potenciales compradores, sino porqueafectan también a sus propios mercados financieros.

Tampoco la opción de la expansión del crédito, particularmente al con-sumo, parece significar una salida consistente. Los sectores sociales (y lospaíses) que pueden lograr tal lujo parecen haber llegado al límite de sucapacidad de endeudamiento, cuando no lo han excedido ya, lo cual ejercemuy graves presiones sobre los sistemas bancarios y financieros. Casos ex-tremos, como las crisis bancarias en Japón y México, ilustran los límitesdel endeudamiento y sus eventuales repercusiones negativas sobre el sis-tema económico en su conjunto. En México, como es sabido, se sumarona estos factores objetivos otros subjetivos, en cierta forma más graves aún,como la escandalosa corrupción en el manejo de los fondos gubernamen-tales que debían favorecer a los deudores, sobre todo a los más débiles.

Los gobiernos adheridos a las doctrinas neoliberales, que han hechouna religión del ajuste a los gastos de gobierno, sostienen que ésta es laúnica manera de reducir las tasas de interés, lo que a su vez podría hacermás dinámico el gasto de los consumidores y las inversiones de las em-presas. En contraste, estudios en el ámbito mundial muestran que aun-que la disminución de las tasas de interés es capaz ciertamente de impul-sar la venta de viviendas y automóviles, si se basa en la reducción delgasto gubernamental produce en definitiva un efecto sumamente negati-vo sobre la demanda, ya que origina aumento en el desempleo y disminu-ción en el poder adquisitivo de la población. En realidad, históricamentese ha probado que los grandes periodos de crecimiento económico en elmundo han estado estrechamente asociados al crecimiento de los gastosgubernamentales. Los déficit fiscales en los países más desarrollados, to-davía hace alrededor de dos décadas, superaban fácilmente el 4 o 5% desu Producto Interno Bruto (PIB), lo cual quedaba suficientemente com-

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pensado por el incremento de los impuestos a las empresas en expansióny por el empleo creciente de la gente.23

Fragmentación del trabajo y debilitamiento del movimiento obrero

Es muy conocido el papel histórico del sindicalismo y de las luchas obre-ras, sobre todo durante los últimos 150 años de desarrollo del capitalismoindustrial. Su papel reivindicatorio ha sido parte fundamental de la his-toria de la modernidad (un gran intento para racionalizar las relacionessociales) y su militancia en defensa de los trabajadores asalariados cam-bió en buena medida las relaciones sociales en el mundo por muchas ra-zones, entre las cuales destaca el establecimiento de legislaciones labo-rales en la gran mayoría de los países de todos los continentes. La fuerzadel movimiento obrero logró establecer ordenamientos jurídicos que ase-guraron un mínimo de garantías para la clase obrera en sus relaciones detrabajo, lo que constituyó una plataforma para la reivindicación de losderechos humanos generales de toda la población. Tampoco puede ol-vidarse que, vinculados al movimiento obrero y sindicalista, surgieron des-de el siglo pasado fuertes movimientos reformistas y revolucionarios queno sólo trataron de compensar la debilidad del proletariado en la nuevasociedad, sino que en ocasiones procuraron la transformación de la socie-dad misma en favor de la clase obrera. No es necesario repetir que elmarxismo y los movimientos socialistas en sus distintas versiones surgie-ron precisamente de la necesidad objetiva de las luchas obreras en la flo-reciente sociedad industrial que se desarrollaba.

Pero más allá de las "aventuras de la dialéctica" del movimiento obre-ro, de sus organizaciones sindicales y partidos políticos, y de algunos desus principales resultados, no puede olvidarse que el pensamiento sindi-calista y socialista en sentido amplio ha sido una de las fuerzas civilizatoriasmás importantes en la historia de la modernidad, y que más allá del de-sastre sufrido por los países del "socialismo realmente existente", la fuer-za moral y política de las izquierdas —que evidentemente no se explica sino es a partir de la existencia de una sociedad de clases en que los explo-tados son los proletarios o, en sentido amplio, los trabajadores— sigueconstituyendo hoy día uno de los motores fundamentales de progreso yde "humanización" de la sociedad contemporánea.

Sin embargo, no debe desconocerse que la revolución tecnológica enmarcha, lo mismo que la estructura y las tendencias de la globalizaciónneoliberal, han originado una inclinación a la fragmentación del trabajo y

23 Según lo señala Gar Alperovtiz, presidente del National Center for Economics Alter-natives de los Estados Unidos y renombrado economista. (Mencionado por Rifkin, op. cit.)

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de sus organizaciones sindicales: en términos productivos, de acceso a lariqueza, geográficos e incluso ideológicos. Ello ha significado un debilita-miento indudable de las tradicionales organizaciones obreras y sindica-les. El hecho mismo de la enorme presión al desempleo de la más recienterevolución tecnológica y de la larga onda depresiva en que aún se encuen-tra la economía mundial ha provocado que las organizaciones obreras ysindicales hayan pasado, en general, a la defensiva y que batallen en des-ventaja en un mundo que, al restringir estructuralmente la oferta de pues-tos de trabajo y la capacidad de producción y reproducción de la fuerza detrabajo, en general también restringe su influencia sobre la sociedadglobalizada de nuestros días.

Dentro del capitalismo "flexible", las relaciones de trabajo han sufridoimportantes cambios, no solamente por el estancamiento de la ocupación,sino porque las modalidades de "flexibilización" en el trabajo, impuestaspor la globalización neoliberal, generalmente no han sido favorables para lostrabajadores, y mucho menos en beneficio de su capacidad de lucha. Hoy,un creciente número de trabajadores manuales, técnicos e intelectuales, enlas más variadas actividades, no reciben ni remotamente los beneficios deestabilidad en el trabajo, de contratos de tiempo completo y de reconoci-mientos legales a su experiencia y antigüedad. Aunque las nuevas tecnolo-gías de la información y la comunicación han incrementado grandementela actividad y la capacidad de respuesta en ciertos sectores sociales, en con-junto no hay duda de que la precariedad creciente en que se ha colocado ala clase trabajadora ha minado el poder de sus formas de organizacióntradicionales, así como la capacidad específica para "modelar" al conjuntosocial, ya no digamos conforme a sus intereses históricos, sino en ocasio-nes ni siquiera en defensa de sus más elementales derechos adquiridos.

Fragmentación social y movimientos sociales

Andrew Feenberg, basándose en Marx, afirma que, con la utilización de latecnología, el sujeto se separa del objeto y el trabajo humano de su fincreativo, convirtiéndose su acción apenas en una extensión de la máquina,y el trabajador mismo en mera prolongación de los aparatos, en apéndicesde las abstractas necesidades de la técnica. 24 En ese proceso se exige ade-más la ruptura y separación del trabajador de su familia y de la comunidad,lo que llega al extremo en el trabajo migratorio, en el trabajo "obligado" enotras tierras y en otros medios culturales. Todavía más: la división del tra-bajo capitalista tiende a aislar absolutamente al trabajador de todo contex-

24 Andrew Feenberg, Critical Theory of Technology, Oxford University Press, NuevaYork, 1991.

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to propiamente social, más allá del espacio productivo directo, convirtien-do su esfuerzo en una abstracción desvinculada de un medio específico, dela concreta atmósfera comunitaria y cultural en que siempre, hasta antesdel sistema productivo capitalista, se había dado el trabajo humano.

En el capitalismo desregulado y globalizado de hoy se universaliza laimportancia del control del trabajo y del individuo en abstracto, lo mismoque de su productividad, en detrimento de las condiciones concretasen que se desempeña el trabajo. Así, el trabajo de toda la sociedad se rea-liza según los procedimientos del management, bajo una coordinación—realmente una imposición— decidida por las instancias directivas. Eltrabajador, inserto en el aparato económico-tecnológico moderno, ha deaceptar como "natural" este desgarramiento de la persona que se traduceen una profunda fragmentación no sólo individual sino social. La reifi-cación del trabajo se refiere al individuo pero también al conjunto social ya la serie de operaciones que se efectúan para poner en circulación mer-cantil los productos. También la tecnología moderna resulta causa fun-damental de la fragmentación de la sociedad.

Por supuesto, la tecnología que se ha desarrollado en el capitalismoavanzado no es neutra en cuanto a sus objetivos, sino que ha logradolos avances espectaculares que conocemos para servir eminentementea los fines del sistema: acumulación acelerada y ganancia acrecentada.Los avances de la tecnología contemporánea no se han orientado sinoexcepcionalmente a la solución de los problemas sociales de las mayorías(salvo en ciertos casos de atención médica y prevención de las enfermeda-des). Su atención primordial, su capacidad de renovación e inventiva, seorienta casi exclusivamente a elevar la productividad y la eficiencia de losaparatos de producción, distribución y consumo —es decir, a maximizarla ganancia en el menor tiempo posible— y no a la plena realización de losindividuos o grupos.

Vale la pena señalar aquí que la fragmentación y diversificación socialextrema —que incluye la polarización entre riqueza y pobreza, las dife-rencias de consumo entre los diversos sectores sociales, los diferentes ni-veles de vida reflejados también en educación, cultura y salud— tieneimportantes efectos políticos. El Estado —debilitado por las políticasneoliberales y por las fuerzas de la globalización— tiende a descentralizarciertas funciones, no sólo por los procesos de desregulación en curso, sinotambién como efecto de las presiones sociales que rechazan crecientementela concentración jerarquizada y vertical —justificada "técnicamente"—de las decisiones. La diversidad social tiende a oponerse a las jerarquíastécnicas e incontestables del centro y de la cúspide, y las denuncia y refu-ta, abriendo posibles procesos de confrontación política y social. Claroestá que los "micromundos" tan heterogéneos que ha originado la socie-

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dad contemporánea suponen también una variedad de puntos de friccióny conflicto. El hecho es que se incrementa hoy el antagonismo de los "frag-mentos" sociales diversificados y plurales con las formas más tradiciona-les del poder. Las zonas conflictivas se expresan por medio de los movi-mientos sociales de resistencia y rechazo a los poderes concentrados ycentralizados de los aparatos políticos y económicos, así como a travésdel desarrollo de las oposiciones organizadas que se configuran y crecenen contra de la globalización neoliberal del capitalismo, que rechaza su"lógica" inflexible y las terribles secuelas que ha originado.

Estos movimientos sociales han liberado impulsos progresistas de re-futación y oposición al capital, pero a veces también movimientos reac-cionarios que dirigen la mirada hacia atrás: nacionalismos exacerbados,fundamentalismos religiosos o milenaristas y racismos excluyentes. Unareflexión pertinente: los fundamentalismos y nacionalismos extremos querechazan la "modernidad" capitalista frecuentemente tienen su origen enlos atropellos previos sobre pueblos y naciones cometidos por la civiliza-ción occidental, mismos que ésta sigue cometiendo.

No debe olvidarse que el primer rostro del capitalismo occidental enlos países y regiones colonizados fue el de una violencia que no se detu-vo ante otras formas de vida, valores y sensibilidades. Su primera mani-festación fue la del dominio intemperante y cruel. Podrá alegarse, conciertas razones, que los colonialismos y el imperialismo ejercieron even-tualmente en esos países tareas de "civilización" y "evangelización". Sinembargo, las ventajas han sido más bien excepcionales: la liquidaciónde los pueblos indígenas en América (con la resistencia muchas vecesheroica de unos cuantos evangelizadores con otra visión del mundo), laesclavitud en África y el establecimiento de regímenes tiránicos en Asiaal servicio de Occidente resultaron la expresión más evidente, para esospueblos, de que la presencia occidental tenía en primer término el rostrodel aprovechamiento, el atropello y la muerte, y no las virtudes de lacivilización y la cultura. La situación no se ha modificado en estos tiem-pos: la capacidad de empobrecimiento y la devastación espiritual y cul-tural de la globalidad en manos del capital y su pretensión homogenei-zadora, que supone la destrucción de los valores y tradiciones que le sonajenos —lo cual significa otra forma de cruel violencia— origina a suvez violencia y rechazo radicales.

El nuevo significado del trabajo

La composición de la sociedad actual se ha modificado extraordinaria-mente, y no es posible pensar más en "el trabajo" como aquel que lleva a

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cabo exclusivamente un sector social identificado con las relaciones indus-triales de producción y con el proletariado tradicional. Los impactos de latercera Revolución industrial (la informática y los microchips) y de la glo-balización han modificado sustancialmente la composición de la socie-dad y del trabajo dominante en ella. La sustancial concentración del tra-bajo en actividades industriales tradicionales es cosa del pasado. Aunquedicho espacio sigue siendo el de la confrontación directa entre el capital yel trabajo productivo —generador de ganancias—, hoy está desbordadopor la expansión de un inmenso sector terciario de servicios, cuyos emplea-dos y autoempleados (trabajadores y profesionistas por cuenta propia)tienden a ocupar el papel central que antes correspondió al proletariadoindustrial. Por un lado, el sector de los trabajadores de "cuello blanco" haido apropiándose, como espacio y número, del lugar que antes era propiode los trabajadores de "cuello azul". Por el otro, los autoempleados detodo tipo, que desarrollan actividades autónomas de las unidades empre-sariales formales, se han incrementado exponencialmente como respues-ta al escaso dinamismo de la ocupación y, también, como resultado de ladesregulación generalizada de la actividad económica.

La consecuencia ha sido que el contenido concreto de trabajo social seha diversificado extraordinariamente en la actualidad. Por ello, la clase tra-bajadora, esencial en la sociedad industrial, debe entenderse hoy en un sen-tido mucho más extenso que el de la "clase asalariada" tradicional, paraincluir no sólo a los trabajadores productivos explotados directamente porel capital, sino a los trabajadores "improductivos" ocupados en sectoresindustriales y no industriales, así como a todos aquellos estratos de la po-blación cuyas actividades se encuentran vinculadas y subordinadas, auncuando no sea directamente, a los intereses y fluctuaciones del capital. Des-de luego, dentro de la clase trabajadora no sólo entran los que cuentan conhabilidades manuales, sino aquellos que tienen distintas experiencias y co-nocimientos del más variado tipo y diferentes habilidades técnicas e inte-lectuales. Aparte de este importante cambio en el contenido del trabajoy, por tanto, en las características de los trabajadores en activo, nos encon-tramos con una masa de desocupados o semiocupados crónicos que resultauno de los efectos sociales más negativos de la globalización neoliberal denuestros días. La expansión de este "ejército de desempleados" —que con-forma la parte inactiva de la clase trabajadora— es una de las consecuenciasprevisibles de las transformaciones tecnológicas de los últimos tiempos ydel lento crecimiento de la economía mundial.

La progresiva extensión del trabajo que está subordinado al capital haciasectores sociales que quedan fuera de los límites del trabajo industrialexpresa el grado en que se ha extendido, de hecho, la "proletarización" dela sociedad, en esta época de desregulación y globalización. Ello se tradu-

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ce en que los distintos segmentos de trabajadores están crecientementesometidos a los mismos requerimientos y condiciones en que ha vividotradicionalmente el proletariado industrial. Aunque las exigencias y con-diciones concretas de trabajo y de vida para muchos de los "nuevos" tra-bajadores de la automatización y de los servicios sean muy diferentes —y,en ciertos aspectos, menos angustiosas y crueles que las del trabajadorde las factorías industriales tradicionales—, su situación es análoga a la delos trabajadores industriales en la medida en que están sometidos a lamisma lógica, al mismo orden general. Más allá de las mejores o peorescondiciones de vida (aunque tal diferencia es, sin duda, importante), losnuevos sectores de trabajadores sometidos directa o indirectamente alcapital son dependientes, como los segmentos tradicionales, a las mecá-nicas, formas de trabajo y objetivos de producción y operación definidosunilateralmente por los propietarios de los medios productivos (esto es, porel capital) y, en su caso, por los administradores de los servicios no direc-tamente productivos (como es el caso de los servicios estatales de educa-ción y salud) y de ninguna manera por los colectivos de trabajo.

El desempeño del trabajo —sus formas, su orientación—, lo mismoque su remuneración, se definen externamente y con base en criterios deeficiencia que buscan garantizar la maximización de la ganancia, de loscapitales individuales, en el caso del trabajo desarrollado en unidades eco-nómicas privadas, o del capital social, en el caso de actividades efectua-das en entidades no privadas. Ello sin miramiento alguno, por ejemplo, ala destrucción de los ecosistemas, o bien, al desmantelamiento y preca-rización de los sistemas de salud pública, de educación o generación ydifusión de la cultura. En estas definiciones esenciales, al igual que lostrabajadores de "cuello azul", tampoco intervienen los nuevos asalariadosde "cuello blanco" de los servicios y la automatización, ni los trabajadoresy profesionistas independientes.

En el capitalismo, el término "trabajo" se refiere esencialmente al tra-bajo impuesto y no elegido libremente y, desde luego, no alude (en buenainterpretación semántica) a una actividad que signifique la autorrealización.Por ello, el "trabajo" como vía a la autorrealización y plena autoexpresiónindividuales —como propone Gorz— no puede darse en el seno de lascadenas de la producción tradicional. Pero en la sociedad actual tampocopuede darse automáticamente, sin más, fuera de tales cadenas, ya que lasactividades no industriales, lo mismo que todas aquellas que se desarro-llan en unidades económicas no capitalistas, están crecientemente su-bordinadas y moldeadas por la lógica del capital y de sus requerimientosy exigencias.

No basta con la reducción de las jornadas laborales (o inclusive con laeliminación misma del trabajo) para "ir liberando" al hombre del trabajo

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impuesto y para abrirle la posibilidad de autorrealización mediante laoportunidad de ejecutar otras actividades que pudieran conducirlo al efec-tivo trabajo autónomo y creativo. En la actualidad, cuando la reducción delas jornadas de trabajo es propiciada por el aumento en la productividaddel trabajo social comúnmente se traduce en el empobrecimiento y limi-tación severa de las facultades de "objetivación" creativa, por el simplehecho de que ocasiona una "liberación" degradada y forzada de ampliossegmentos de trabajadores, lo que impone severos obstáculos inclusive ala sobrevivencia de las personas. Si dicha reducción simplemente tienepor objeto "redistribuir" el trabajo o disminuir el desempleo, no tiene efecto"liberador" alguno, sino que más bien tiende a extender el ámbito del tra-bajo alienado e impuesto por el capital.

En realidad, el "trabajo liberador" (el "trabajo vivo" de Dussel como posi-tividad) sería aquel que se elige autónomamente y que contiene la verda-dera autorrealización a través de la actividad concreta que es librementeelegida. Lo relevante en esta perspectiva sería la personal autonomía y lasoberana capacidad de elección de cada uno respecto a la dirección ycaracterísticas que se imprimen al propio trabajo y, finalmente, a la pro-pia vida. Gorz sostiene que "es la aspiración de un desarrollo íntegro de lapersona a través de actividades no alienadas que proporciona la críticadel trabajo en el sentido filosófico del término". 25 Y añade: "Este cambiocultural —vinculado por supuesto al desarrollo económico y técnico— esel real meollo de la cuestión..."

Por supuesto, en las modernas sociedades resulta extremadamente difi-cil alcanzar tal situación de libertad, entre otras razones porque el trabajoes fragmentario, en el sentido de que separa en línea los esfuerzos produc-tivos, participando el trabajador únicamente en una porción aislada de lacreación de un objeto (de una mercancía). El trabajador, el sujeto, no in-terviene nunca en todas las fases de elaboración de su producto y, porsupuesto, tampoco en la que se refiere a la planeación de la producción.Por eso Gorz insiste en dos cuestiones clave: la importancia de que lostrabajadores determinen las condiciones de su propio trabajo, esto es, desu participación en el trabajo del conjunto a través de la autogestión; yque, a medida que se desarrolla la capacidad productiva tecnológica, pue-da limitarse socialmente el tiempo necesario para que el conjunto de laclase trabajadora pueda satisfacer efectivamente sus necesidades básicas,a fin de que en el tiempo "liberado" la persona tenga la más amplia opor-tunidad de desarrollar sus propias facultades. Este doble desarrollo esuna condición indispensable para que se desplieguen efectivamente lasposibilidades de autorrealización individual y colectiva.

25 André Gorz, op. cit., pp. 313 y ss.

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El trabajo, en tanto su desarrollo adquiera el significado de una expre-sión y expansión de las actividades libres, requiere precisamente de políti-cas concretas para ocupar el tiempo libre, lo que incluye una redefinicióndel ambiente urbano y natural; de políticas culturales, de educación y entre-namiento, y de una análoga redefinición de los servicios sociales, todo ellocon el propósito de facilitar la realización de actividades "autorreguladas",de la ayuda mutua, de la cooperación voluntaria y de la producción para elpropio uso, con objeto de cumplir con las propias vocaciones. Así comoel trabajo (sus formas, ritmos, organización y productos) no ha de ser im-puesto por fuerzas ajenas o extrañas, el empleo del tiempo libre en sus mu-chas variantes debe ser decidido libremente por las personas en las comuni-dades. El tiempo libre, en tanto otorga más libertad a cada persona, debesignificar para ellas la posibilidad de organizar libremente su vida, susactividades; un tiempo libre apto para enriquecer sus vidas. En principio,tal objetivo es posible en la medida en que el avance tecnológico y la pro-ductividad permiten producir más con menos "trabajo vivo".

La lucha por la reducción de la jornada de trabajo

Un mundo en que imperen las tecnologías de alta productividad, que tien-den a desplazar del empleo a grandes núcleos de la población, planteaserios desafíos económicos, sociales, políticos y culturales. Para algunosautores —y ésta es además una indudable tendencia en el campo prácticode la política y de la sociedad— la solución implica necesariamente lareducción de las jornadas laborales, de tal manera que se incrementen lospuestos de trabajo y se pueda absorber a un número mayor de trabajado-res. Los sindicatos, particularmente en Europa (en Francia, Italia, GranBretaña, Alemania y Suecia), están avanzando ya en las negociacionespara una solución en ese sentido, que podría significar un alivio estructu-ral al problema del desempleo, sobre todo si la reducción de la jornada detrabajo no implica la disminución de los salarios reales y, por tanto, lapérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.

La argumentación de los sindicalistas sosteniendo que es posible, almismo tiempo, reducir el tiempo de trabajo, aumentar la productividad eincrementar la capacidad de compra de los asalariados, tiene fundamen-to en dos órdenes de consideración: uno de carácter histórico y otro decarácter más inmediatamente político. El argumento histórico invocadoalude al hecho de que, a principios de siglo, los asalariados tenían jorna-das de trabajo mucho más largas que ahora, recibían menos salarios yproducían menos. Justamente el amplio progreso durante este siglo per-mitió la reducción del tiempo del trabajo al mismo tiempo que aumenta-

LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN 321

ba la productividad y el poder adquisitivo de los trabajadores. ¿Por qué nopodría extrapolarse este ejemplo a un futuro previsible? ¿Qué impide quevuelva a registrarse este fenómeno?

Por supuesto, en el argumento histórico está implícito el incrementode la eficacia tecnológica que permitiría simultáneamente aumentar laproductividad y disminuir el tiempo del "trabajo vivo". El argumento polí-tico está inevitablemente vinculado a la cuestión de la redistribucióndel ingreso. En realidad, para mantener socialmente la capacidad adqui-sitiva de los asalariados en una situación generalizada de reducción deltiempo del trabajo, inevitablemente se exige una distribución más ade-cuada de los ingresos. Los propietarios de los medios productivos (o delas actividades de servicios, que para nuestro caso es lo mismo) deberíaninevitablemente reducir —en el corto plazo— su masa de ganancias y sutasa de rentabilidad, permitiendo que el nuevo valor creado se distribuyeracon mayor equidad. El mayor poder adquisitivo de los trabajadores resul-tante reanimaría al sistema en su conjunto, por lo que tarde o tempranomejoraría la operación de los negocios, y se incrementarían la masa y latasa de ganancia (compensándose su disminución en el corto plazo).

En todo caso, el eventual avance en la reducción de las jornadas me-dias de trabajo requeriría de una verdadera revolución cultural que per-mitiera enfrentar un conjunto de problemas anexos que pudieran ser gra-ves o de manejo delicado. Por ejemplo, sería necesaria una reorganizaciónsocial y cultural que permitiera que el tiempo libre adicional de los traba-jadores se utilizara de una manera creativa y positiva. Si no fuera así, taltiempo libre podría agudizar ciertos problemas sociales, ya de por sí gra-ves, como el incremento de ciertas formas de delincuencia o de consumode drogas. Asimismo, podría ser necesario enfrentarse a nuevas y sustan-ciales migraciones de dirección inversa a las que se han vivido, por ejem-plo, de las ciudades al campo.

Aunque, como se dijo antes, la lucha por la reducción de las jornadaslaborales no es nunca una panacea que venga a liberar absolutamente a lostrabajadores, es, sin embargo, un mecanismo indispensable para paliarlos efectos más negativos de la globalización neoliberal, al permitir unadistribución más equitativa de las oportunidades de empleo. Pero, ade-más, en la medida en que permite fortalecer los vínculos de solidaridadentre distintos segmentos de la clase trabajadora —en particular, entre losempleados y los desempleados—, aparece ciertamente como el fundamentode una política liberadora concreta en un tiempo no remoto. Sin embar-go, debe decirse que los perfiles dominantes de la globalización neoliberal,que ahora se impone, militan agresivamente en contra de esa posibilidadliberadora. La transformación política —inclusive a través de la confron-tación política— es entonces necesaria para ir construyendo un mundo

322 LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

"más vivible" y humano que el actual. Es aquí donde el argumento políti-co cobra toda su importancia.

La transformación de las relaciones sociales que imperan en el marcode la economía globalizada de hoy es un primer requisito indispensablepara alcanzar una vida mejor en la que las necesidades humanas genera-les se antepongan realmente a los intereses particulares. Se impone en-tonces la urgencia de una democracia más profunda que abra las puertasa las transformaciones apuntadas.

Las respuestas sociales amplias

Una de las principales consecuencias de la extensión del concepto de "tra-bajo" hacia otros sectores sociales, más allá de la tradicional clase delproletariado industrial, es que transforma radicalmente la noción del "su-jeto revolucionario" o del "sujeto de las transformaciones sociales". De lamisma manera que ha quedado desbordado el contenido tradicional del"trabajo", también ha sido rebasada la función transformadora de la claseobrera en un sentido estricto y exclusivo. Las luchas que estaban centra-das en el movimiento obrero tradicional y en sus organizaciones (sindica-tos y partidos) se han ampliado a otros sectores sociales, capaces ahora departicipar en la "negación" del orden establecido.

Hoy, todos los trabajadores que desarrollan actividades directamenteproductivas o de servicios en la sociedad (inclusive en los aparatos burocrá-ticos), directa o indirectamente subordinadas al capital, se han convertidoen posibles sujetos de las transformaciones sociales. En este sentido, pier-de vigencia la noción clásica del marxismo en cuanto a que la revoluciónse concebía únicamente como materia o tarea del proletariado industrial.De la misma manera que pierde vigencia la noción de una nueva sociedadredefinida o construida por los exclusivos intereses de la clase obrera in-dustrial, el proletariado tradicional no es más "el sujeto por excelencia"de la revolución. Las reservas de la lucha "antisistémica" se han ampliadoextraordinariamente y la formación de una nueva sociedad plural ydiversificada, democrática y ampliamente descentralizada y participativa,es necesariamente un proyecto del conjunto social y no sólo de una de suspartes o clases.

De lo anterior se desprende que los análisis sociales e históricos basa-dos en enfoques clasistas estrechos también pierden vigencia, tanto confines de conocimiento como de proyecto al futuro. La formulación de unasociedad renovada (en el sentido de un socialismo democrático) no puedeconsistir exclusivamente en la preeminencia de los intereses de la clasedirectamente explotada de los trabajadores industriales, sino que ha de

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referirse a todos los trabajadores, a la sociedad en su totalidad y a lasposibilidades de desarrollo libre y democrático del conjunto individual ysocial. Asimismo, la lucha de los sindicatos y, con mayor razón, la de lospartidos políticos que se ostentan como representantes del proletariado(ya contados en el mundo), no puede consistir exclusivamente en la de-fensa de los intereses de la clase obrera en su acepción original, sino queha de proporcionar, además, una visión crítica de una sociedad definidapreponderantemente por los intereses de la acumulación y la concentra-ción de capitales y, por supuesto, una visión alternativa para un amplioconjunto social libre y democrático.

Hoy las luchas transformadoras de la sociedad —las luchas "anti-sistémicas"— no son únicamente luchas de clase diáfanamente delimi-tadas, sino luchas de distintos segmentos de la sociedad, de contornosmuchas veces difusos. Tienden a constituirse como luchas de la tota-lidad social, que no sólo persigue mejores formas de vida sino posibili-dades de plena realización individual y social en el futuro, lo que estáexcluido de manera impresionante en una economía dominada por laglobalización neoliberal, que ha resultado en una fábrica de pobres y dedegradación de las condiciones de la sociedad en general. La guerra hasido declarada en contra de toda la sociedad (de su inmensa mayoría),luego entonces la guerra en contra del orden establecido ha de venir dela totalidad social.

La propia fragmentación del trabajo y de sus organizaciones sindica-les, así como la creciente diversificación social —impulsadas tanto por larevolución tecnológica en curso como por los procesos de la globalizaciónneoliberal—, tienden también, paradójicamente, a fragmentar la autori-dad de las fuerzas dominantes. Hoy la totalidad social difícilmente aceptala existencia de una sociedad jerarquizada, vertical y homogénea. La ex-pansiva pluralidad social significa también una gran variedad de intere-ses que se manifiestan en las preferencias políticas, en las actividades so-ciales generales y hasta en la pertenencia a comunidades locales, regionalesy nacionales. La expresión de la diversificación social en organizacionescívicas o políticas, de defensa de los derechos humanos y de las etnias, lasluchas por la igualdad de género y por la preservación del medio ambien-te sólo son algunas de las posibles respuestas que enfrenta una organiza-ción social y económica centrada en aquellos intereses que únicamentebuscan la acumulación del capital, en completo olvido de las necesidadessociales más generales.

Sin embargo, las luchas sindicales y, en general, las luchas de carácter"clasista" siguen siendo estratégicas porque apuntan al centro de la contra-dicción del sistema capitalista: la subordinación del "trabajo vivo" —crea-dor de la riqueza y del propio ser humano— al "trabajo muerto", acumu-

324 LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

lado, inerte. La consideración de la centralidad de la relación clasista quedefine al capitalismo como sistema históricamente determinado es indispen_sable para darle coherencia y perspectiva de largo plazo a las muchas vecesamorfas luchas antisistémicas en curso, a condición de no volver a erigiral proletariado en sujeto único de las transformaciones revolucionarias.26

Es en este horizonte que Bruno Trentin, intelectual y sindicalista italia-no, sostiene:27

Necesitamos de un proyecto que nos permita reunir a todas las capas socialesinteresadas en un positivo cambio social. Hoy los sindicatos se enfrentan al desa-fío de formular objetivos capaces de reunir a todos los trabajadores independien-tes —trabajadores en activo o desempleados—, al corazón de la lucha de clases[...] Con ese propósito, debemos ofrecer a los sectores marginales de la sociedadnuevas formas de organización que les permitan participar y movilizarse, for-mas organizativas que "prefiguren" una estructura horizontal de la democracia[...] hemos de alentar las ligas y organizaciones incipientes de los sin trabajo [...]y ayudarlos a crear nuevas relaciones y vínculos entre la escuela y los centros deformación y el trabajo [...] De ninguna manera esas organizaciones pueden servistas como "satélites" [...] tal cosa implica también cambiar el significado y elalcance de los sindicatos, que tradicionalmente se han ostentado exclusivamenteen representación de los trabajadores empleados [...] Los sindicatos [...] han decrear estructuras horizontales en sus espacios urbanos, y promover "estructurasde movimiento" que organicen a las fuerzas de los "no empleados", a los emplea-dos de tiempo parcial [...] que le permita al conjunto participar activamente en laformulación de las políticas de los propios sindicatos y de los consejos de zona[...] e inclusive [...] cuando sea el caso [...] participar en los consejos municipales.

Así pues, la perspectiva de lucha antisistémica es mucho más amplia quela de la simple "reivindicación" salarial y de las condiciones de trabajo delos obreros. Se trata de apuntar a una verdadera democracia y a las transfor-maciones necesarias de las condiciones culturales generales de la sociedad,a través de fuerzas políticas más amplias que las del proletariado clásico.

Las migraciones

Otro de los fenómenos sociales e internacionales más notables de los últi-mos años es el de las migraciones. El empobrecimiento de las sociedades

26 Boris Frankel, alerta contra "el peligro real de sucumbir ante una nueva forma desustitucionismo, esto es, de que los movimientos sociales sustituyan al proletariado comoel sujeto del cambio histórico. Este error repite todos los viejos problemas asociados con laconsideración de las clases como actores sociales coherentes", en Los utópicos postindustria-les, (1987), Alfons el Magnánim, Valencia, 1990.

27 Citado por André Gorz, Capitalisme, Socialisme, Écologie, Galilée, París, 1991.

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y el desempleo, la economía globalizada neoliberal y la creciente interre-lación económica, política y cultural del planeta ha dado lugar a nuevas ygrandes migraciones en el globo, a vastas poblaciones que cambian depaís y hasta de continente. Las migraciones masivas han tenido muchascausas, desde las persecuciones políticas hasta la situación económico-social de pobreza y miseria extrema en que viven las sociedades de losmigrantes.

Las migraciones han proliferado del este al oeste y del sur al norte; lite-ralmente, pueblos enteros procuran escapar de la penuria, el hambre, lacarencia de los servicios más elementales, la insalubridad y la inseguridad,y son atraídos por la ilusión del trabajo, de ingreso más estable y de mejo-res condiciones de vida. Claro está que la situación económico-social es elacicate más poderoso de las migraciones: las expectativas de empleo y deuna mejor vida resultan el estímulo más poderoso para estos enormesdesplazamientos de población que se han dado en los últimos años enprácticamente todos los continentes. Pero también las políticas autorita-rias y persecutorias han sido aguijón poderoso de las migraciones. Deacuerdo con el Fondo de Naciones Unidas para la Población, las migra-ciones en todo el mundo alcanzaron la cifra de 50 millones de personas en1989; cuatro años después esa cifra se había duplicado: en 1993 las migra-ciones en el mundo se elevaron a 100 millones de personas, es decir, apoco más de 2% de la población mundial.28

De tales "traslados" poblacionales resultan extraordinarios y a vecesnovedosos fenómenos sociales, políticos y culturales: combinaciones étni-cas y mezclas de costumbres, renovación de los idiomas, transformaciónde las sociedades tradicionales, pero también persistencia de sus costum-bres en medio del mundo más desarrollado. Surge igualmente la combi-nación de sensibilidades y experiencias históricas y la aparición de nue-vas formas de arte y cultura. A lo largo de la historia las migraciones hansido formas que suscitan eficazmente originalidad y combinaciones inédi-tas de la inteligencia creativa y la personalidad. Al desarrollo desigualy combinado de la economía se suma este desarrollo igualmente desigual ycombinado de la sociedad mundial misma, de su cultura, de sus ocupa-ciones y preocupaciones. La desocupación, la polarización de los gruposy clases sociales, la concentración de la riqueza, la universalización de lapobreza, las políticas de exclusión y marginación originadas por el capita-lismo neoliberal de la globalidad, son causa de tales desplazamientos, deesas combinaciones de experiencias históricas y sensibilidades diferentesque, de algún modo, confrontan y niegan a la sociedad homogénea y es-tandarizada del capitalismo. En el extremo, cuando se desarrolla la con-

28 ONU, Fondo de Naciones Unidas para la Población, documento preliminar, 1996.

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ciencia de las raíces últimas de la fragilidad de la propia situación, seenfrenta y niega también la primacía absoluta del mercado y la acumula-ción privada como obsesión única de la historia económica de las socie-dades actuales, en su porción dominante.

Pero también ocurren preocupantes reacciones en contra de las po-blaciones que se trasladan, particularmente en algunos países de altodesarrollo, que constituyen la mayor atracción para los desheredados quese desplazan. Ciertos partidos, grupos sociales y líderes políticos de dere-cha reviven la xenofobia y hostilizan violentamente a los inmigrantes, conel falaz argumento de que les arrancan sus limitadas oportunidades deempleo. Así, han aparecido partidos y bandas neonazis y neofascistas enAlemania, Italia, Francia, Gran Bretaña, España y Estados Unidos. Porsupuesto, tales brotes de violencia ideológica y física ponen a dura pruebael Estado de Derecho y las instituciones liberales. La globalización con-trolada por un capitalismo rapaz trae consigo también graves conse-cuencias negativas en el terreno social, político y cultural. Su depredaciónsocial sin freno pone en vilo a la civilización contemporánea.

CONSUMISMO, POBREZA Y DETERIORO DEL MEDIO AMBIENTE

Para nadie es secreto que la raíz de la abusiva destrucción del medio am-biente tiene su origen en la lógica de maximización de la ganancia y laacumulación propia del capital, que busca ser impuesta a nivel universalen nuestro tiempo del capitalismo' globalizador. Además, la sociedad deconsumo que resulta de la combinación de la concentración de la riqueza,de las imágenes de "prestigio" y de la publicidad, ejerce una presión in-sensata y muchas veces extravagante sobre una producción de bienes yservicios que, al tener a la ganancia como finalidad primordial, no consi-dera su acción destructiva sobre los recursos naturales y la ecología.

La destrucción de los ecosistemas

La sobrexplotación de recursos naturales, las emisiones tóxicas y los des-perdicios degradan los ecosistemas, destruyendo definitivamente recur-sos renovables y no renovables, lo que afecta la vida de nuestros contem-poráneos y dañará la de las generaciones venideras. Algunos de losproblemas más graves se refieren a la contaminación y al desperdicio dematerias primas, que superan ya las capacidades de absorción y renova-ción del planeta. En general, en los países industriales los desperdicios detodo tipo, contaminantes de la atmósfera y del agua, se han triplicado en

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los últimos 20 años. Nos enfrentamos, por tanto, al deterioro creciente dela tierra, los bosques, el aire, el agua, las especies animales y, en general,de la biodiversidad.

Así, mientras el consumo de combustibles fósiles se ha quintuplicadoen los últimos 50 años, la emisión anual de dióxido de carbono (CO 2) seha cuadruplicado en el mismo periodo. 29 Esas emisiones contribuyen amodificar el clima planetario, ocasionando inundaciones en amplios es-pacios de tierra, apresurando los periodos de las tormentas y las sequías ymodificando el ciclo de las cosechas. El deterioro de la capa de ozono delplaneta acelera la extinción de algunas especies y propicia la disemina-ción de enfermedades. Al tiempo que el consumo de agua potable se du-plicaba desde 1960, la disponibilidad de agua para la población ha dismi-nuido drásticamente, por lo que en la actualidad 20 países tienen gravescarencias de agua (menos de 1 000 metros cúbicos por persona al año).Conforme la pesca marina se cuadruplicaba, muchas especies desapare-cían; hoy en día, 44% de las reservas se encuentra en su límite biológicode existencia. La destrucción de los bosques del planeta —nutrientes de latierra y obstáculo a su erosión, que regulan los flujos de agua y contribu-yen al equilibrio de los ecosistemas— para alimentar la industria y la cons-trucción de casas es ahora 40% más alto que hace 25 años, lo que haprovocado su estrepitosa declinación desde 1970, ya que entonces se con-taba con 11.4 kilómetros cuadrados de bosques por cada mil habitantes,cifra que ahora se ha reducido a 7.3 kilómetros cuadrados.

Aunque el consumo dominante en el mundo ocurre de manera abru-madora en los países ricos, sus efectos negativos afectan más severamen-te a los pobres. Un niño nacido en el mundo industrial contribuye máscomo generador de contaminación en su vida que 30 o 40 niños nacidosen los países pobres. Una quinta parte de la población mundial, la de ma-yores ingresos, emite 53% de las emisiones de dióxido de carbono, mien-tras que la quinta parte más pobre apenas contribuye con 3% de esasemisiones. Sin embargo, las consecuencias globales de tales emisionessobre la humanidad serán devastadoras, sobre todo para muchos paísespobres. 3° Por ejemplo, Bangladesh, debido al aumento de los niveles delmar, podría perder 17% de su territorio en los próximos años. Casi 1 000millones de personas en 40 países pobres están en peligro de perder parasiempre sus fuentes primarias de proteínas, ya que sus reservas marinasse reducen por la pesca exagerada para pagar su deuda de petróleo o dealimentos para animales. Los problemas del agua se concentran en el con-tinente africano y en ciertos países árabes: la población carente del líqui-

29 Los datos complementarios se incluyen en la Declaración final de la Conferencia Mun-dial sobre la Tierra de la ONU, efectuada en Río de Janeiro en 1992 (oNU, 1992).

" Idem.

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do podría incrementarse en 1 000 o 1 200 millones de personas en el año2050. La deforestación también afecta esencialmente a los países pobres,aunque la mitad de la madera utilizada en el mundo y cerca de 75% delpapel se consumen en los países desarrollados. En las dos últimas déca-das, Latinoamérica y el Caribe han perdido alrededor de 7 millones dehectáreas de bosques tropicales, debido esencialmente a la demanda enaumento de madera y papel. Se estima que en el mundo fallecen cada año2.2 millones de personas debido a la contaminación del aire: 80% de esasvíctimas pertenecen a países pobres. En suma, la degradación de losecosistemas aumenta la pobreza, y ésta, a su vez hace sumamente difícilpreservar de manera adecuada al medio ambiente, que recibe crecien-tes presiones para dar sustento, aunque sea precario, a las poblacionesque viven en la miseria.

Claro está que la explosión demográfica (ligada casi siempre a la po-breza) es también un factor extraordinario de empobrecimiento. Asimis-mo, constituye una de las causas de mayor presión sobre el medio am-biente. En el año 2050, según estimaciones conservadoras, la poblaciónde la Tierra será de aproximadamente 9 500 millones de personas, ¡conmás de 8 000 millones en los países pobres! Para alimentar adecuada-mente a esa población, el mundo deberá producir tres veces más de lascalorías que hoy se consumen (el equivalente a ¡l0 000 millones de tone-ladas de granos por año!). Tal explosión demográfica intensificará grave-mente las presiones sobre el medio ambiente y, de no tomarse medidasdrásticas, se incrementará de manera estructural y exponencial la propor-ción de seres humanos en la miseria.

Desde luego, resulta extraordinariamente complejo predecir cuál seráel comportamiento y las respuestas de las sociedades frente a su proble-mática relación con el medio ambiente. El futuro depende, sobre todo, delas propuestas y acciones que desarrollen las instituciones, las organiza-ciones laborales y políticas y los movimientos sociales, particularmentede su capacidad para modificar los hábitos de consumo que proclama demanera indiscriminada el capitalismo global; de difundir una mayor con-ciencia comunitaria, y de extender los hábitos de solidaridad como basepara modificar las preocupantes tendencias que hoy dominan, y mejorarcon ello las perspectivas ecológicas.

Síntoma revelador de la urgencia de atender la preservación del medioambiente fue la Conferencia de la Tierra de la ONU, efectuada en Río deJaneiro en 1992, naturalmente precedida de muchas otras reuniones in-ternacionales con participación de miles de organizaciones no guberna-mentales de todo el mundo (incluyendo los partidos "verdes") que handesarrollado, con diferente fortuna, una notable actividad en este campodurante las últimas décadas.

LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN 329

Una muestra elocuente de que no se avanza lo suficiente ha sido elincumplimiento por parte de una mayoría de Estados de los principalesacuerdos que resultaron de esa conferencia, y que implicaban compromi-sos precisos. El hecho de que Estados Unidos haya declarado un númeroelevado de reservas sobre el documento final resulta altamente significativo.La propia ONU ha reconocido que muy poco se ha hecho desde entoncespara preservar el medio ambiente, y que por parte de Estados y corpora-ciones, salvo contadas excepciones, no se ha mostrado un particular inte-rés en cumplir los compromisos suscritos.

En última instancia, la preservación del medio ambiente depende enamplísima medida del cambio en los patrones de consumo y producciónde la sociedad contemporánea. Las interrogantes de fondo son: ¿qué pro-ducimos, cómo lo producimos y en qué cantidad lo consumimos? Talespreguntas son válidas sobre todo para los países más desarrollados, en losque se efectúa la mayor parte del gasto mundial y en los que están asenta-das las grandes corporaciones que "organizan" la producción y el consu-mo mundial. Por supuesto, las corporaciones y la inmensa mayoría de losEstados han ignorado esa llamada de atención, de la que depende tam-bién la vida de las futuras generaciones.

Los vínculos recomendados entre desarrollo y formas de producción yconsumo han sido completamente "olvidados" por los principales agentesdel capital en el mundo globalizado de nuestros días. La lógica de lamaximización de la ganancia y la acumulación, es decir, el paradigmacapitalista por excelencia, resulta el criterio antípoda de cualquier intentode protección racional de los sistemas ecológicos. La protección del me-dio ambiente resulta particularmente incompatible en una economía demercado salvaje como la actual, en la que los procesos de desregulaciónbuscan abandonar cualquier actividad al "libre" funcionamiento de losagentes de la competencia. Y es justamente en el ámbito de esta compe-tencia que el capital procura continuamente diferenciar e innovar sus pro-ductos, creando nuevos "deseos" e imágenes "de prestigio" en la sociedady en los individuos; el aspecto fundamental es la intensificación del con-sumo, la ostentación y la renuncia a cualquier autolimitación equilibra-da. Por el contrario, en el marco de la lucha competitiva la consigna con-siste precisamente en estimular, ilusionar y fomentar el consumo como la"marca" de una vida de "más alta calidad" y "reputación".

La cuestión del consumismo

El consumo mundial ha crecido espectacularmente a lo largo del siglo XX.En 1998 los gastos de consumo mundial alcanzaron 24 000 billones de

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dólares, lo doble que en 1975 y seis veces más que en 1950, mientras queen 1900 apenas sumaron 1 500 billones. 31 Tal expansión del consumo sinduda ha beneficiado a muy extensos sectores de la población mundial;hoy encontramos a un mayor número de personas mejor alimentadas ycon mejor habitación, con agua corriente y electricidad que a principiosde siglo, y con un conjunto de opciones educativas y recreativas inimagi-nables en aquel tiempo. Sin embargo, el aumento del consumo ha sidosumamente desigual, empeorando por lo general la distribución de losrecursos económicos.

Según datos de la ONU, mientras en los países industriales él consumoha crecido consistentemente en alrededor de 2.3% anual en los últimos 25años, el gasto en casas-habitación en África es hoy 20% menor al gasto dehace 25 años por ese concepto. 32 Más de 1 000 millones de personas en elmundo carecen de los bienes de consumo básicos, y forman parte, ade-más, de un deprimente cuadro de subalimentación y desnutrición. El 60%de la población carece de servicios sanitarios, 33% no tiene acceso a aguapotable, 250 millones de personas carecen de vivienda mínimamente ade-cuada y otro tanto no cuenta con servicios de salud y tampoco tiene ac-ceso a una educación básica. Globalmente, las personas con 20% de losingresos más altos en el mundo gastan 86% del total de bienes privados deconsumo, mientras que el 20% más pobre apenas consume 1.3%. El 25%más rico consume 45% de la carne y el pescado, 58% de la energía eléctri-ca y tiene a su disposición 74% de las líneas telefónicas. Consume también84% de todo el papel y cuenta con 85% de los vehículos privados. Además,cada vez se incrementa más la pobreza y la marginación de poblacionesenteras dentro de los propios países industrializados. Los indicadores ela-borados por la ONU muestran que entre 7 y 17% de la población de talespaíses vive en la pobreza. En los países ricos, más de 100 millones depersonas viven en la pobreza —e incluso en la pobreza extrema—; cercade 200 millones no podrán alcanzar la edad de 60 años y más de 100millones carecen de vivienda. Asimismo, más de 37 millones carecen detrabajo y muchos más apenas cuentan con trabajos temporales y parcia-les. Los Estados Unidos encabezan la lista con el mayor porcentaje depoblación pobre (por la desigualdad en la distribución del ingreso), entanto que Suecia, que figura entre los países de mayor ingreso per cápita,cuenta con la menor proporción de gente pobre.

La presión en favor de un consumismo de lujo y prestigio, impulsadopor los aparatos publicitarios, se convierte en su adversario al reforzar laexclusión, el empobrecimiento, la desigualdad y, a la postre, la destruc-ción social y ecológica. Las presiones en favor de un consumo (y de una

31 ONU, Informe sobre el Desarrollo Humano, 1997.32 Idem.

producción) dirigida a los pocos transforma la riqueza potencial del pla-neta en pobreza para las mayorías. Cuando la "lógica" del capital se im-pone y prevalece el derroche, las disparidades en el consumo real pro-fundizan la pobreza y la marginalidad de amplios sectores sociales. Dehecho, los gastos de consumo vía crédito (el "dinero de plástico") se hanmultiplicado mundialmente dos o tres veces en los últimos 15 años, entanto que ha disminuido de manera considerable el ahorro familiar. In-vestigaciones recientes muestran que en Estados Unidos las familias ex-presan la necesidad de duplicar sus ingresos respecto a 1986 para "reali-zar" las formas de vida que deseaban "imaginariamente" en 1994.33

En varios países del Tercer Mundo (Brasil, México, Malasia, Chile,Sudáfrica) circulan dos o tres veces más automóviles que los que circula-ban hace 40 años en Austria, Francia y Alemania, cuando estos paísestenían un promedio de ingreso similar. Es evidente la influencia de losaparatos publicitarios en la conformación de estos hábitos de vida y con-sumo que expresan claramente la orientación dominante de la economíacontemporánea: competir dentro de la fracción más alta de ingresos (al-rededor de 20% de la población) y producir los objetos y servicios queinteresan a ese estrato, mientras se agudiza el desinterés y el olvido de lasreales necesidades del restante 80% de la población mundial. Esta econo-mía concentrada y excluyente, profundamente darwinista y discriminato-ria, origina no sólo la destrucción y el deterioro de los valores humanos,distorsionando los fines de la vida, sino que es causa del agotamiento delos recursos y de la ruina del medio ambiente, al tiempo que pone al servi-cio de poblaciones concentradas, de manera prácticamente exclusiva,muchos avances excepcionales de la tecnología contemporánea. La con-signa de la "máxima ganancia en el menor tiempo posible" parece ser laley moral y social más perniciosa que la humanidad haya asumido.

Por supuesto, los procesos de globalización y desregulación de la econo-mía mundial aceleran grandemente las tendencias apuntadas, ampliandoy fortaleciendo el círculo vicioso de desigualdad-pobreza-consu mo-des

-trucción del medio ambiente. La economía globalizada, al tiempo quetiende a integrar los mercados mundialmente, origina nuevas desigual-dades y problemas sociales, y extiende la destrucción del medio ambienteplanetario. En este sentido, la globalización no sólo significa comercio,inversiones y apertura de nuevos mercados financieros; también integra alos consumidores, es decir, les impone imágenes, formas de vida y valoresque corresponden a los intereses del capital y que generalmente entran enflagrante contradicción con los valores y formas de vida de las comunida-des locales, regionales o nacionales.

33 Idem.

332 LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

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La constante presencia de un torrente de nuevos productos coloca a lapublicidad en el primer plano de las estrategias de competencia, ahora enescala mundial. Ésta se convierte en la clave del éxito: para vencer en esajusta es necesario destruir las formas tradicionales de vida y creencias ydifundir los gustos de la "última moda", inclusive presentando las ideali-zadas formas de vida de las élites. Cálculos recientes estiman que unestadunidense medio ve en su vida alrededor de 150 000 anuncios publici-tarios. Los gastos en publicidad en el mundo están aumentando a ritmosbastante más rápidos que los de la población o las inversiones, particular-mente en los países en vías de desarrollo. Según cálculos conservadores,el gasto mundial en publicidad se eleva ya a 435 000 millones de dólaresanuales. En este contexto, los viejos hábitos sociales se colapsan y cam-bian las aspiraciones y patrones de consumo. Naciones Unidas informasobre "...los nuevos jóvenes entre 15 y 18 años de 40 países que `habitan' el'espacio global' (alrededor de 270 millones) y que tienen los mismos gus-tos y cultura, que oyen la misma música, que ven los mismos videos, quecalzan los mismos zapatos y que visten las mismas camisetas y pantalo-nes de mezclilla". 34 ¿Las consecuencias? Si en apariencia se abren varia-das y nuevas opciones de consumo, la verdad es que una mayoría de losconsumidores potenciales (por edad, aspiraciones y formación) queda mar-ginada de ese consumo (definido por los aparatos publicitarios), precisa-mente por falta de recursos para integrarse a los consumos que prescribela moda. No todos pueden alcanzar los estilos y formas de vida que propa-gan la televisión o el cine.

En esta perspectiva, es evidente . que el consumismo no está asociadoautomáticamente al desarrollo humano, y que inclusive hay patrones deconsumo contrarios al desarrollo de largo plazo: cuando exacerba las des-igualdades y agrede el bienestar de terceros, y cuando destruye los recur-sos naturales y el medio ambiente. La polarización del consumo que pro-picia la inequitativa distribución de la riqueza presiona negativamente almedio ambiente por el aumento, tanto en el consumo suntuario como enel de estricta subsistencia, ambos altamente depredadores, debido al re-chazo a sustituir tecnologías contaminantes y devastadoras del medio am-biente por otras limpias, ya sea por la exigencia de maximizar ganancias opor la simple necesidad de sobrevivir. Si estas tendencias continúan, envez de un consumo que satisfaga las necesidades elementales de las ma-yorías de la población de la Tierra prioritariamente, y desde una pers-pectiva más "sobria", se agudizarán aún más, de manera irremisible, lasactuales contradicciones entre el consumo, el desarrollo humano y la es-tabilidad ecológica.

34 Idem.

Pero las tendencias dominantes no son hoy destino inexorable y debepensarse que el cambio es posible y necesario. Debe reorientarse la produc-ción y el consumo (esto es, la economía en conjunto) a satisfacer las nece-sidades básicas de la población, a fortalecer y hacer posible la expresiónde las virtudes y capacidades humanas en todas sus dimensiones; asimis-mo, a ser socialmente responsable y sustentable, en el sentido de que noperjudique a otros individuos y comunidades ni comprometa el futuro delas siguientes generaciones. Resulta esencial modificar hoy los patronesde consumo para que mañana el desarrollo social e individual sea másconsistente y pleno.

Dentro de un nuevo modelo de desarrollo debería prevalecer la pre-ocupación por el medio ambiente (menos contaminación y desperdicios);deberían crearse empleos para los pobres y promover su acceso a losservicios sociales básicos; los países menos desarrollados deberían au-mentar su producción y consumo orientado al desarrollo humano másequilibrado y equitativo (mejor distribución de la riqueza y utilización detecnologías limpias, así como la intensificación en el uso de la energíasolar); otras tecnologías más limpias podrían comenzar a introducirse enla agricultura y los transportes. Diversas alternativas deberían explorarsesistemáticamente en los países industrializados, pero a condición de quese modifiquen de manera radical los esquemas de producción y consumo,por ejemplo "reorientando" este último hacia los servicios y evitando ladestrucción de los recursos naturales. De otra manera, el consumo des-tructor del medio ambiente se multiplicará cuatro o cinco veces en lospróximos 50 años.

Entre las principales acciones que deberán llevarse a cabo urgentemen-te —según el Informe sobre el Desarrollo Humano de la ONU ya citado(1998)—, se encuentra la elevación del consumo de la cuarta parte de lahumanidad que vive en una situación de extrema pobreza, que ha sidodejada al margen de la expansión del consumo y que es incapaz de satis-facer sus necesidades básicas. Es verdad, los países pobres necesitan ex-pandir su consumo pero, desde luego, no siguiendo el modelo de los paí-ses ricos, sino en aquellos bienes necesarios para su bienestar. Los paísessubdesarrollados se enfrentan ahora a un dilema crucial: o imitan el ca-mino del desarrollo que ha prevalecido en el sistema capitalista en lasúltimas décadas, repitiendo un modelo de desarrollo injusto y desequili-brado, con un inadmisible derroche y con la irracional destrucción de losrecursos naturales, o intentan avanzar por el camino de un desarrollojusto y equilibrado, conservando y aumentando además los recursos de lanaturaleza en favor de las generaciones futuras.

La ONU también plantea reorientar el consumo para limitar la destruc-ción del medio ambiente; intensificar la eficiencia en la utilización de los

334 LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

recursos y regenerar los renovables, como el agua, los bosques, las tierrasy la riqueza animal marina; proteger y promover los derechos de los con-sumidores a la información sobre productos perjudiciales y acerca delacceso a los productos necesarios; desalentar patrones de consumo quetienen impacto negativo sobre la sociedad y que extreman las desigualda-des y la pobreza; equilibrar los esfuerzos mundiales para evitar el deterio-ro del medio ambiente del planeta, y reducir la pobreza global.

La clave del éxito de este conjunto de propuestas radica en el fomentode incentivos para que productores y consumidores modifiquen sus pa-trones de producción y consumo de modo que resulten menos perjudicia-les para el medio ambiente y menos devastadores desde el punto de vistasocial. En la actualidad, aunque hay preocupación general por los impac-tos globales del consumismo sobre la salud y bienestar, así como sobre elmedio ambiente y la sociedad, las opciones abiertas a los distintos agen-tes están limitadas por estar sometidas a los "perversos" sistemas de in-centivos que han sido fortalecidos por las políticas de desregulación delos mercados que, en los hechos, apoyan los intereses de los grandes con-sorcios. En la actualidad, "el mundo está gastando cientos de miles demillones de dólares para subsidiar su propia destrucción". 35 Tales subsi-dios deben ser eliminados, restructurando los impuestos para crear in-centivos que favorezcan decididamente la producción y el consumo debienes y servicios no perjudiciales para el medio ambiente y que promue-van el desarrollo humano. Es vital, por tanto, el aumento de impuestos ala producción y consumo perjudiciales a los sistemas ecológicos, lo mismoque la reducción de impuestos al trabajo y a las inversiones que incremen-ten el acceso de la población a los servicios sociales. En varios países euro-peos, pero también en Malasia y Singapur, se han aprobado ya impuestosque desalientan el uso de tecnologías, productos y bienes de consumo quecontaminan el medio ambiente y rompen el equilibrio ecológico.

Además, se requiere de políticas gubernamentales que hagan explícito elderecho de todos —individuos y familias— a condiciones de vida que satis-fagan los requerimientos de alimento, comida, vestido, vivienda, cuidadosmédicos, educación y, en general, de los servicios sociales básicos quepermitan desarrollar hasta el máximo las capacidades físicas e intelectua-les. El cumplimiento de tales objetivos reclamaría una combinación de ac-ciones públicas y privadas impulsadas necesariamente por un marco ade-cuado de políticas fiscales, monetarias, comerciales y de precios. En estadirección, resulta necesaria la expansión del gasto público para asegurarlos servicios sociales básicos y su acceso en igualdad de circunstancias parapobres y ricos, lo mismo que para las poblaciones rurales y urbanas. Debe

35 Como se señala en la Declaración final de la Conferencia Mundial de la Tierra, 1992.

LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

335

intensificarse considerablemente el esfuerzo para construir infraestructurasde transportes, comunicaciones y energía eléctrica para el conjunto de laspoblaciones. Es indispensable crear instituciones que proporcionen créditobarato para la adquisición de tecnologías productivas, así como de materia-les para la construcción de viviendas y el almacenamiento de alimentos.Debe propiciarse el desarrollo de la propiedad y el trabajo comunitariospara promover la producción y la distribución locales.

Por supuesto, este conjunto de medidas implica modificar sustancial-mente los patrones existentes de producción y consumo, utilizando nuevastecnologías más eficientes y menos contaminantes. Existen ya opciones tec-nológicas de consumo y producción que cumplen tales requisitos; otrasdeben ser perfeccionadas o inventadas. 36 Hoy en día ya están a la vista losbeneficios de las tecnologías limpias (por ejemplo en varios países de laOCDE), y muchas están disponibles para producir bienes no perjudicialespara el medio ambiente. El esfuerzo público y privado en esa direccióndebiera alentarse y no detenerse, como en general ha ocurrido.

IMPACTO SOBRE LA EDUCACIÓN Y EL CONOCIMIENTO

El capitalismo globalizado y neoliberal, en voz de sus teóricos y políticos,busca darle a la educación y a la cultura un tratamiento mercantil que lasiguale, en los hechos, con productos como la mantequilla y los cañones.Como consecuencia, se vive un proceso de acelerado desmantelamientode las soberanías nacionales en materia de política educativa. En el casoespecífico del Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos, Cana-dá y México (TLCAN) se considera "a la mayor parte de nuestras institucio-nes sociales, incluyendo la educación, como bienes de servicio que debenser abiertas a las presiones de la competencia y el mercado".37

El TLCAN abre a Canadá y a México a la competencia internacional através de licitaciones y otros métodos, de un conjunto de servicios —inclu-yendo los educativos—, casi siempre por medio de contratos gubernamen-tales que otorgan a las corporaciones trasnacionales los mismos derechosque a las compañías nacionales. Inclusive les conceden un papel preemi-nente, ya que en caso de conflicto pueden recurrir a instancias o arbitrajesde carácter internacional, lo cual está vedado a las empresas nacionales.El tratamiento de los servicios educativos como "mercancías" rompe defi-nitivamente con las tradiciones nacionales y representa un peligro para

36 Desafortunadamente el gasto público mundial en investigación para este tipo de tec-nologías y su aplicación ha declinado más de 30% desde 1980, idem.

37 Como sostienen los canadienses John Calvert y Larry Kuehn, Pandora Box, Our Schools,

Ourselves Education Foundation, Toronto, 1993.

336 LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN 337

los programas educativos que, sobre dicho fundamento, se han construi-do a lo largo del tiempo. Las políticas educativas, que "teóricamente" si-guen dirigidas por cada gobierno, definitivamente tienden a quedar enmanos de las corporaciones trasnacionales. En general, en materia de edu-cación, cultura y su trasmisión a través de los medios de comunicación, elcontenido tiende a escapar enteramente a los criterios nacionales y a que-dar subordinado a aquellos impuestos por dichas corporaciones.

En los países signatarios del TLCAN, además de la cooperación de Nor-teamérica en el plano económico, que —desde el punto de vista oficial delos tres países del TLCAN— tendería a la "aproximación" de las economías,está en marcha la "armonización" educativa a través de la progresivaprivatización de los servicios educativos, así como de actividades anexas,entre otros mecanismos. Desde luego, el mercado de los libros tambiéntiende a integrarse: la producción nacional en Canadá apenas cubre 25%,mientras que el resto es trasnacional; en México la cifra no es tan baja,esencialmente por la producción oficial de los libros de texto gratuitospara el nivel de primaria (alrededor de 130 millones de libros al año),aunque también hay fuertes presiones para que se privatice tal produc-ción. De hecho comienzan ya a operar, a través de las tecnologías de altacomunicación, diferentes corporaciones ubicadas en distintos lugares deEstados Unidos que envían a Canadá y a México su "material didáctico",influyendo por esa vía en el idioma y en los contenidos educativos.

Las corporaciones trasnacionales, que detentan la mayor parte de laspatentes, avanzan crecientemente en el control de la propiedad intelectual,inclusive del conocimiento como tal, a través de las disposiciones avala-das por la omc y por acuerdos como el TLCAN. Ello implica que el conoci-miento, que es en definitiva una "herencia" del conocimiento acumuladode la humanidad, que suma el esfuerzo de generaciones de individuos ycomunidades, se desvanece como esfuerzo colectivo y se convierte en pro-piedad privada que es utilizada para la producción de bienes de consumoy mercancías al servicio de intereses privados.

En México, desde las instituciones creadas por la Revolución mexicana,que se reflejaron particularmente en el artículo tercero constitucional, ha-bía predominado el "interés público" en la determinación de la direccióngeneral y contenidos de la educación. Pero es bien conocido que tal enfo-que se ha debilitado grandemente en los últimos tiempos, y que las tenden-cias hacia la privatización en todos los niveles educativos, inclusive en lasuniversidades públicas, se ha reforzado de manera creciente. Las tenden-cias privatizadoras no se refieren específicamente, al menos en la actuali-dad, a la "propiedad" de los sistemas educativos, sino sobre todo a las for-mas de financiamiento y a la definición de los objetivos, contenidos, formasde operación y mecanismos de evaluación de las actividades educativas.

Los criterios para un desarrollo nacional democrático y equilibrado,tal como lo dispone la Constitución de 1917, ceden terreno rápidamente alos criterios de eficiencia y competitividad de mercado, imponiéndose elinterés particular en el impulso a un tipo de educación orientado privilegia-damente, en sus contenidos y formas, a beneficiar a las corporaciones pri-vadas. Resultan cada vez mayores las presiones para articular integralmen-te la formación educativa a las necesidades de la industria y los serviciospara fortalecer la competitividad de las empresas y corporaciones, nacio-nales y trasnacionales, borrándose de paso los objetivos nacionales y pú-blicos del desarrollo.

La agenda económica de los consorcios privados se impone sobre lasurgencias públicas, con el aval decidido de la mayor parte de las autorida:des educativas tanto gubernamentales como de las distintas institucioneseducativas, en detrimento de los requerimientos para generar un cono-cimiento científico y tecnológico y una formación científica y profesionalal servicio de las comunidades y del desarrollo nacional. La homologa-ción de los curricula académicos entre los países del TLCAN avanza a pasosacelerados (obviamente siguiendo las pautas del sistema educativo de losEstados Unidos), así como la homogeneización de los curricula de las dis-tintas instituciones nacionales (a través, por ejemplo, de la imposición deexámenes nacionales). Algo similar acontece con los programas de for-mación e intercambio de profesores e investigadores. El objetivo últimoes generar programas educativos complementarios e intercambiables quesean funcionales para la competitividad y los intereses globales de las cor-poraciones. La homologación educativa es una forma más de la homologa-ción y estandarización de los valores educativos y culturales que imponela globalización, y se considera un complemento indispensable a la "homo-logación" de gustos y valores que exige el mercado mundial.

Desde otro ángulo, algunos autores sostienen que, en estos tiempos deglobalización, el conocimiento mismo y su aplicación tecnológica rom-pen las fronteras y se han mundializado. Robert Reich, secretario del Tra-bajo de los Estados Unidos durante un tiempo del primer mandato deWilliam Clinton, sostiene que no únicamente el trabajo productivo habríadesbordado las fronteras nacionales, sino que ha sido imposible contenerconocimiento y dinero dentro de estas fronteras. 38 A través de las líneastelefónicas y de comunicación de todo tipo, se envían de un lado al otro dela Tierra, a la velocidad de la luz, conocimientos y capitales: diseños indus-triales, videoimágenes, información y bancos de datos que resuelven proble-mas técnicos, decisiones y órdenes por las que se transfieren instantánea-mente grandes cantidades de dinero de un punto al otro del mundo. En la

38 Robert Reich, The Works of Nations , Vintage Books, Nueva York, 1992.

338 LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACI ÓN

339

época anterior —sostiene Reich— resultaba relativamente sencillo identi-ficar el país "de origen" de un producto. En cambio, en este tiempo

un automóvil deportivo está financiado en Japón, diseñado en Italia y ensam-blado en Indiana, México y Francia, utilizando además avanzados componen-tes electrónicos inventados en Nueva Jersey pero fabricados en Japón [...] Unavión de propulsión a chorro está diseñado en Washington y Japón, ensambla-do en Seattle, con secciones especiales de la cola construidas en Canadá y otrasmás en China e Italia, y cuyos reactores son británicos [...] Un satélite espacialestá diseñado en California, construido en Francia, financiado por los austra-lianos y lanzado al espacio por un cohete de la Unión Soviética...

Tales tendencias del mundo globalizado traerían consigo algunas con-secuencias ineludibles: en primer término, la creciente importancia delconocimiento como medio para lograr mayor productividad e ingresos;en segundo lugar, como ya se mencionó, se subrayaría el carácter "fungible"del trabajo y el debilitamiento de las organizaciones sindicales y de susluchas en todas partes del mundo. Los efectos de tal situación —señalaReich— es que se origina un movimiento de conjunto por el cual los ricosse convierten en más ricos y los pobres en más pobres, estimulándose unatendencia general hacia la concentración de capitales: la fusión crecientede enormes empresas que monopolizan las mejores oportunidades y con-diciones de una competencia y de un mercado diseñado de tal manera.Por cierto, Reich afirma que la actual "ola" de "desregulaciones" no puedesignificar que el Estado se abstenga de equilibrar una serie de aspectosdel mercado, socialmente destructiVos y dañinos.

En esta perspectiva, las actividades del trabajo "tradicional", que simple-mente contribuyen a la producción con tareas repetitivas, estarían conde-nadas a declinar fatal y rápidamente, mientras aquellas que añaden valora la producción con nuevos conocimientos estarían llamadas a tener unbrillante futuro, con un papel fundamental en la producción y como fac-tor esencial en el "valor agregado" de los productos. En su análisis, Reichinsiste entonces en que la principal función del Estado actual es la deampliar, intensificar y elevar la educación de las distintas capas de la socie-dad, como una manera de asegurarles porvenir.

Desafortunadamente, Reich no se refiere a otras alternativas com-plementarias que la sociedad puede y debe cumplir en el tiempo de laglobalización., como las señaladas antes de modificar los patrones de pro-ducción y consumo y de orientar el movimiento económico hacia la elimi-nación de la pobreza, a compensar los rezagos y a solucionar los gravesproblemas sociales que afectan cuando menos a dos tercios de la pobla-ción de la Tierra.

LA POBREZA EN EL MUNDO Y LA LUCHA POR SU ERRADICACI ÓN

En su Informe sobre el Desarrollo Humano de 1997, Naciones Unidas sos-tiene que hoy la pobreza no puede examinarse únicamente como un asuntode ingresos, sino como la negación de las oportunidades para vivir unavida tolerable, en que se satisfagan mínimamente las necesidades de laspoblaciones. 39 Es verdad que, en varios sentidos, la pobreza se ha reduci-do extraordinariamente en lo que va del siglo, más que en los 500 añosanteriores. Como consecuencia de largo plazo de las revoluciones indus-triales y del desarrollo de programas diversos de seguridad social, a partirde 1960 la tasa de mortalidad infantil en los países menos desarrolladosse ha reducido significativamente, lo mismo que las tasas de malnutrición,los niños sin escuela y las familias rurales sin acceso a agua potable. Estosadelantos, y otros que podrían mencionarse, indicarían decisivamente quela erradicación de la pobreza no es un ideal distante y abstracto imposiblede cumplir sino, por el contrario, una posibilidad concreta al alcance denuestras manos y voluntad. No obstante, el hecho dramático es que ade-lantos de este tipo han sido más bien marginales, por lo que han aumen-tando abismalmente las desigualdades en las estructuras sociales, al tiempoque la pobreza se ha generalizado de manera extraordinaria.

De acuerdo con la ONU, en este fin de siglo alrededor de 1 300 millo-nes de personas vivirán con un ingreso diario inferior a un dólar. ElÁfrica subsahariana tendría la mayor proporción de personas que vivenen la pobreza y en la pobreza extrema. América Latina y el Caribe conta-ría con más de 110 millones de seres humanos en pobreza extrema. In-clusive en los países industriales más de 100 millones de personas vivi-rán por debajo de la línea de ingreso necesario. Por su parte, los paísesdel este europeo (la Comunidad de Estados Independientes) tendría al-rededor de 120 millones de personas con una línea de pobreza inferior alos 4 dólares diarios. Con 37 millones de personas sin empleo, las condi-ciones de vida serán particularmente duras para los niños, las mujeres ylos ancianos. Es claro que la transición del socialismo real a la econo-mía de mercado ha resultado trágica en muchos aspectos y mucho máscompleja de lo que supusieron los apologistas del mercado como fácilpanacea social: en tales países la reducción del PIB ha traído consigo unafuerte disminución de los salarios reales y un pronunciado aumento dela delincuencia y ruina de las instituciones de protección social. En al-gunos de estos países las expectativas de vida se han reducido de mane-ra impresionante.

39 ONU, Informe sobre el Desarrollo Humano, 1997.

LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN 341340 LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

Más allá del drástico deterioro de los ingresos de poblaciones enteras, elmencionado Informe de Naciones Unidas se refiere a las condiciones con..cretas de vida, a la ausencia de oportunidades y al hecho de que se amplíasocialmente la penuria de las opciones y posibilidades del desarrollo de cadaser humano y de las comunidades. Alrededor de 1 000 millones de personasen el planeta están marcadas por el analfabetismo, un número mayor notienen acceso a agua potable, y otro tanto sufre hambre y severa desnu-trición. Al mismo tiempo se estima que la tercera parte de la poblaciónde los países menos adelantados (al sur del Sahara) no llegará a los 40 años.Los países con una pobreza generalizada más extendida (más de 50% de lapoblación) son: Níger, Sierra Leona, Burkina Faso, Etiopía, Mali, Camboyay Mozambique. Aquellos en que la pobreza extrema está menos extendida(menos de 10% de sus poblaciones) son: Trinidad y Tobago, Cuba, Chile,Singapur y Costa Rica. La pobreza extrema, en 78 países de menor desarro-llo, abarcaría un promedio de 33% de sus poblaciones; en América Latina yel Caribe, a 24%. Inclusive en los países petroleros árabes, con alto ingresoper cápita, alrededor de 32% de la población vive en la pobreza extrema, loque indica una tremenda concentración de los ingresos y la riqueza."

La ONU sugiere varias medidas de política económica y social indispen-sables para superar la trágica situación descrita:41

I. Potenciar la participación democrática de hombres y mujeres a finde que la sociedad en su conjunto tome las decisiones que afectan susvidas. La confianza de las comunidades y poblaciones pobres en su pro-pia energía y creatividad debe reforzarse aplicando reformas y medidasnormativas que proporcionen plena seguridad en términos de tenencia dela tierra y de viviendas, así como el acceso al crédito y otros servicios finan-cieros. Al mismo tiempo, es indispensable lograr claros compromisos quegaranticen los derechos políticos, económicos y sociales de los más po-bres. Igualmente, educación y salud para todos —incluyendo medidas deplanificación familiar—, abastecimiento de agua y saneamiento, así comoredes de seguridad social en casos de desastre.

2. Lograr la igualdad de género, como fundamento para potenciar elpapel social de la mujer y erradicar la pobreza. Aunque por lo general lamujer está en el primer frente de la lucha para mejorar las condicionesde vida familiares y comunitarias, también con frecuencia carece de lavoz necesaria en la adopción de las decisiones (en lo local, pero tambiénen lo nacional e internacional). La igualdad de género debe formar partede la estrategia de cada país para erradicar la pobreza, comenzando poreliminar la discriminación en términos de educación, salud y aun sobre-

40 Ibid.41 Ibid.

vivencia. Además, ha de garantizarse a las mujeres su derecho al acceso ala tierra, al crédito y a las oportunidades de trabajo. Asimismo, han detomarse medidas para eliminar la violencia contra la mujer, frecuente como"subproducto" de la pobreza. No hay desarrollo sin igualdad de género ysin las aportaciones organizativas de la mujer en cualquier estrategia delucha contra la pobreza.

Lograr un desarrollo acelerado y realmente compartido como basepara una lucha eficiente contra la pobreza. Dado que el crecimiento por símismo no beneficia automáticamente al conjunto de la población si no setoman al mismo tiempo medidas para una distribución más igualitariadel ingreso y las oportunidades, deben impulsarse políticas de desarrolloque incrementen los empleos, la productividad y el salario de los máspobres. Es decir, el crecimiento económico futuro ha de beneficiar esen-cialmente a los pobres y no a los ricos, ello simplemente porque el creci-miento concentrado y desigual se convierte a la postre en un obstáculopara la propia expansión económica, además de aumentar la pobreza ylas desigualdades. 42

Acelerar el crecimiento en los países pobres (un mínimo de 3% anualsería indispensable), con ingresos equitativamente distribuidos, para du-plicar el ingreso en una generación y reducir radicalmente la pobreza enuna década. Para las políticas macroeconómicas, una estrategia de erra-dicación de la pobreza implicaría mucho más que alcanzar ciertas metasde crecimiento: significaría fijar claramente políticas igualitarias.

Como objetivo absolutamente prioritario debe plantearse la erradi-cación de la pobreza en el campo, ya que la población más pobre de cadapaís vive en general en las zonas rurales. Ello implicaría esencialmenteaumentar la productividad agrícola y los ingresos de la gente del campo,lo que requeriría el otorgamiento de créditos baratos, el estímulo a la pro-ducción agrícola en pequeña escala y la creación de microempresas vin-culadas a la producción agropecuaria. Este tipo de actividades, ademásde proporcionar un medio de vida a la mayoría de la gente del campo,ayudaría a reducir el precio de los alimentos y materias primas. De hecho,invariablemente el apoyo a la agricultura en pequeña escala se encuentraen la base de todas las políticas eficaces que se han aplicado para la re-ducción de la pobreza en el campo (por ejemplo, China, Malasia e India,cada uno en diferentes etapas).

El fomento al progreso tecnológico en el trabajo agrícola; el freno alas tendencias que originan el deterioro ambiental; la introducción de

42 En 29 de 68 países de menor desarrollo, el ingreso del 20% más rico de la poblaciónexcede en más de 10 a 1 sus ingresos en relación con el 20% más pobre. En América Latinael 20% más rico tiene un ingreso medio superior a 17 000 dólares anuales, y el 20% pobreapenas tiene un ingreso de 930 dólares, ONU, 1997.

342 LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

nuevas fuentes de energía renovable y limpia (como la energía solar y"molinos de viento"); la "transición demográfica" (la planificación fami-liar) y la educación y la salud para todos resultan necesidades universalesy urgentes a fin de reducir la pobreza mundial, pero sobre todo en lospaíses atrasados.

7. También en los países más desarrollados son necesarias políticasespecíficas para reducir la pobreza, la exclusión social y la marginaciónque se ha generado en su seno durante las últimas décadas como resultadodel aumento del desempleo, la caída de los salarios y la reducción de losservicios sociales de salud y pensiones y, en algunos casos, también deeducación y formación técnica y profesional. En varios de esos paísesno se dio la esperada reconversión social y económica que se esperabadespués del fin de la Guerra Fría, ya que la reducción (relativa) en gastosmilitares no fue aprovechada para la inversión social en la dimensión ne-cesaria. Por cierto, el resurgimiento de la pobreza en el corazón de lospaíses más desarrollados muestra claramente que la igualdad, tanto polí-tica como económica, jamás es automática, sino resultado de una volun-tad y de un propósito definidos, de claras políticas permanentes que sepropongan alcanzar tales metas.

La globalización neoliberal, en su orientación y en su estructura depoder actuales, no sólo no ha contribuido a erradicar la pobreza en elmundo, sino que más bien está detrás de muchas de las catástrofes econó-micas, sociales y humanas que afectan a un número creciente de perso-nas. Al estar montada sobre la concentración de capitales y riqueza enunas cuantas manos y sobre la pobreza de las mayorías, sus engranajesson los del darwinismo social y de la exclusión. El núcleo de su ideologíapublicitaria es el de un sistema que ofrece nuevas oportunidades, pero seva conociendo ya el desenlace real de tales promesas: la globalización haavanzado sin mapa ni brújula, beneficiando efectivamente a algunos sec-tores, pero también produciendo perdedores sin futuro entre los países y

dentro de ellos.Todavía nos dice Naciones Unidas:

A medida que han aumentado el comercio y la inversión exterior, el mundomenos desarrollado ha presenciado una diferencia en aumento entre ganado-res y perdedores, mientras que los países industrializados han visto aumentarel propio desempleo a niveles desconocidos desde los años treinta, y la des-igualdad de ingreso ha llegado a niveles que no se conocían desde el siglo pasado.

Y continúa más adelante:

LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

343

Los mayores beneficios de la globalización han sido obtenidos por unos pocosafortunados. Se supone que una marea creciente de riqueza levante a todos losbarcos. Pero algunos tienen más capacidad para navegar que otros. Los yates ylos transoceánicos suben en respuesta a las nuevas oportunidades, pero mu-chas balsas y lanchas de remo están haciendo agua, y muchas se hunden.43

Puede continuarse ilimitadamente la aescripción de los efectos devas-tadores de una globalización excluyente y favorable a intereses concentra-dos. Así, aunque la relación del comercio y el PIB mundiales ha crecido enla última década, se ha reducido para 44 países de menor desarrollo que,en su conjunto, cuentan con más de 1 000 millones de habitantes. Lospaíses menos adelantados, con 10% de la población mundial, participansólo con 0.3% del comercio mundial, la mitad de su participación de hace20 años. Casi la mitad de los países menos desarrollados ha sido práctica-mente olvidada por la inversión extranjera directa, que ha concentradodos terceras partes en ocho de esos países. Los precios reales de los pro-ductos básicos en la década de 1990 han disminuido 45% respecto a susprecios de los años ochenta, y 10% respecto a sus precios más bajos des-pués de la Gran Depresión, en 1932. Los términos del intercambio, a pre-cios constantes, se han reducido para los países menos adelantados en 50%,acumulativo en los últimos 25 años; el promedio de los aranceles con quelos países de mayor desarrollo gravan las importaciones de los países menosadelantados son 30% superiores al promedio mundial. Los países de me-nor desarrollo pierden unos 60 000 millones de dólares cada año comoconsecuencia de los subsidios agrícolas y de los obstáculos que enfrentala exportación de sus textiles a los países industrializados.

Para sintetizar: 20% de la población mundial más pobre tiene apenas1.1% del ingreso, por debajo de 1.4% que tenía en 1991 y de 2.3% quetenía en 1960. 44 En la práctica, la globalización aparece en la mayoría delas naciones pobres más como una gran amenaza que como una oportu-nidad, más como un huracán violento y destructor que como un vientoque los llevará a buen puerto. Como "antídoto" y remedio a la situación,un buen número de documentos de Naciones Unidas (por cierto, muchosde ellos aprobados expresamente por los representantes oficiales de losEstados) proporcionan un conjunto de sugerencias y consejos que des-afortunadamente, en las condiciones actuales de la dinámica económicay de los poderes reales en el mundo, no pasan de ser un catálogo de buenasintenciones sin fácil aplicación práctica, al menos por el momento. Noobstante, ese tipo de análisis y acuerdos abren sin duda perspectivasteóricas y políticas respecto a las mejores vías para superar algunas de

43 Ibid.44 Ibid.

344 LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

las condiciones desastrosas de pobreza que se viven en el mundo. Lospaíses menos desarrollados —según esos documentos— deberían teneruna mejor preparación educativa, profesional y técnica; los organismosde cooperación y financiamiento internacionales, proporcionar ayudasmás efectivas y generosas a fin de mejorar la competitividad de los paísesde menor desarrollo, así como su incorporación en mejores términos almercado mundial; en general, se recomienda fijar reducciones a la enor-me deuda externa, que es uno de los motivos más serios de descapitali-zación actual de los países pobres. En un tiempo en que el Estado pareceque se debilita y es arrollado por las fuerzas del mercado, se sugieretambién que

el Estado no puede renunciar a su responsabilidad de brindar educación y sa-lud básicas para todos, reformar las instituciones para mejorar el acceso a losactivos productivos, cambiar la orientación de la política macroeconómica haciala meta del pleno empleo, movilizar recursos (tributación) para luchar con-tra la desigualdad y [...] para la erradicación de la pobreza. En todas las esferasnormativas, el Estado debe hacer avanzar los intereses de los pobres y fomen-tar los mercados que beneficien a los pobres [...] No son los recursos ni lassoluciones económicas los que faltan, es el impulso político para enfrentar a lapobreza directamente...45

Por un lado, las soluciones estarían a la vista si hubiera decisión polí-tica definitiva en la dirección indicada; por otro, el Estado vuelve a rei-vindicarse como agente indispensable de un desarrollo que ha de serigualitario y mejor compartido. •

LOS MOVIMIENTOS SOCIALES COMO FACTOR DE CAMBIOY LA PROFUNDIZACIÓ N DE LA DEMOCRACIA

En este punto se llega al meollo de la cuestión: no es la falta de conoci-mientos ni la ausencia de perspectivas científicas y tecnológicas lo quefrena o retarda las necesarias transformaciones sociales, políticas y econó-micas. Se trata, más bien, de una total ausencia de voluntad política pararealizar los cambios y, por el contrario, de la concreta decisión política enprácticamente todos los Estados de mantener el establishment y defenderlos rapaces intereses vigentes. Esta ausencia de decisión para el cambiosignifica que el Estado actual se ha erigido en el principal "brazo armado"de los intereses de la riqueza concentrada. Por consiguiente, el impulsopara el cambio habrá de surgir de otro lado: de la movilización y la pre-

45 Ibid.

LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN

345

sión social permanentes, así como de los partidos políticos que asumanen sus programas la necesidad de las transformaciones y la imposibilidadde continuar con una economía (y una globalización) destructora, exclu-yente, empobrecedora y creadora de más pobres y desamparados.

En un proceso de transformación como el apuntado, naturalmente haymetas u objetivos más próximos, y otros que se conciben para el medianoplazo e inclusive para un tiempo más prolongado. Pero no se trata deobjetivos desarticulados entre sí, sino de metas que, en su propia realiza-ción, originan la necesidad de profundizarse y que remiten a otros proble-mas más complejos pero que igualmente requieren solución. Por eso sehabla expresamente de procesos, en el sentido de que la lucha es al mismotiempo prolongada e ininterrumpida, por objetivos más próximos y mássimples (relativamente) de alcanzar en el corto plazo, mientras otros re-quieren de condiciones políticas y sociales para resolver problemas máscomplejos, sumas y agregados de las conquistas y soluciones anteriores.

En estos procesos es indispensable que los grupos de la comunidad, lasasociaciones profesionales, los sindicatos, los medios de información,los partidos políticos, ciertas empresas privadas y eventualmente las ins-tituciones gubernamentales se unan en alianzas de base amplia para laerradicación de la pobreza. Tales alianzas deberían fundarse en interesescomunes y transacciones negociadas, de tal suerte que socialmente se ex-presen las demandas de los pobres y se resista políticamente a las presio-nes de los intereses económicos más poderosos. Una estrategia real parala erradicación de la pobreza no podría consistir exclusivamente en ladiscusión de "lo que es necesario hacer", sino que exige una lucha políticapara asegurar que las medidas indispensables realmente se tomarán y seharán efectivas.

La lucha contra la pobreza requiere de una ampliación de la participa-ción política de la ciudadanía y de agrupaciones de la sociedad civil, lagarantía de la responsabilidad gubernamental sin corruptelas, la promo-ción de corrientes libres de información y la asignación a grupos de lacomunidad y a las ONG de un papel decidido en la formulación de laspolíticas adecuadas y la elaboración de las medidas legislativas pertinen-tes. Se trata, en realidad, de una profundización y ampliación de la demo-cracia a través de la cual la legitimidad del Estado debe medirse por sucapacidad real para erradicar la pobreza, y "en su capacidad efectiva paramovilizar y ser movilizado en la lucha contra la pobreza".

Por supuesto, en esta lucha parece indispensable contar con un contextointernacional favorable, por ejemplo para reducir o cancelar la deuda ex-terna de los países pobres, incrementar apreciablemente los mecanismosde ayuda y cooperación y abrir los mercados agrícolas a sus exportaciones.Además, se requiere impulsar un conjunto de iniciativas de Naciones Uni-

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das y de varios de sus organismos especializados, como el Programa deNaciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el que surgió de la CumbreMundial sobre Desarrollo Social, en la que los gobiernos se comprometie-ron a erradicar la pobreza, a la brevedad, en cada uno de sus países.

Se mencionó antes el papel innovador que deben y pueden cumplir losorganismos y asociaciones de la sociedad civil, y su papel central demo-cratizador en el mundo actual. Todo indicaría que tales asociaciones sehan incrementado espectacularmente en los últimos tiempos, en un grannúmero de países, en cantidad, número de integrantes, recursos económi-cos y variedad de intereses y funciones, lo cual también ha contribuidonotablemente a la expansión mundial de los movimientos democráticos,la mayoría de los cuales son de carácter no gubernamental. 46 Esas asocia-ciones también han adquirido gran importancia en la mayoría de los paí-ses del Tercer Mundo: hace unos cuantos años se calculaba que existíanalrededor de 35 000 ONG en los países en vías de desarrollo, 47 practicandomuchas y variadas funciones, desde construcción de escuelas y sistemashidráulicos hasta mejoras al transporte público; por supuesto, tambiéncooperativas de producción y distribución. Pero su incidencia no es sola-mente de carácter social y económico en general, sino concretamentepolítico: estos grupos y asociaciones significan hoy sin duda alguna unode los principales impulsos a la democracia local, regional y aun nacio-nal, y a la "recuperación" de la comunidad como base de convivencia y deinterrelación que hace posible la cultura comunitaria y su desarrollo.

Las víctimas de la tercera Revolución industrial "empiezan a contarsepor millones de trabajadores sustituidos para dejar paso a máquinas máseficientes y rentables. El desempleo crece y los ánimos se van encres-pando en todos los países atrapados en las luchas de las empresas pormejorar a cualquier precio los sistemas productivos y la competitividad".48Las "redes" organizadas por los grupos de la sociedad civil ayudan amitigar inmediatamente los efectos más desastrosos de la desocupacióny el abandono económico, pero también contribuyen a generar solucio-nes en el mediano y largo plazo y a crear nuevos empleos. La distanciaque se ha impuesto entre las agencias y oficinas gubernamentales y lasnecesidades sociales, continuamente diversificadas, es compensada enalguna medida por estas organizaciones, mucho más sensibles a la diná-mica social, que también se convierten en grupos de denuncia y deman-

46 El propio Rifkin, op. cit., describe la expansión de dichos organismos en el capítuloxvin de su obra. Por su parte, Seligman (The Idea of Civil Society, 1992) alude al papel

fundamental que jugaron las ONG, casi siempre clandestinas, en la transformación de losregímenes del "socialismo realmente existente".

47 Julie Fisher, The Road from Rio: Sustainable Development and the Non-GovernmentalMovements in the Third World, Westport, CT, Praeger, 1993.

48 Jeremy Rifkin, op. cit.

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da. Hoy resulta inconcebible la participación política y democrática sinla acción de estas asociaciones civiles, en su casi infinita variedad. Aun-que su inmediato significado es de carácter social y económico, tienentambién un profundo significado político que se va afirmando y ensan-chando continuamente, y que se refiere a la profundización y extensiónde la democracia.

El proceso de la globalización, con sus variadas consecuencias en lo po-lítico, económico y social, es un proceso irreversible. Resultaría ingenuopretender lo contrario: volver a encerrar a los países dentro de sus fronterasy mantenerlos aislados. Lo que sí resulta reversible es la dirección que hacobrado la globalización neoliberal que vivimos, bajo los intereses del capi-tal concentrado de los monopolios y de los especuladores. En su esquemaactual, la globalización continuará expandiéndose (limitada periódicamen-te por las crisis recurrentes), y continuará originando desempleo, pobreza,reducción de la capacidad adquisitiva, y también nuevas transformacionestecnológicas que generarán alguna oferta de trabajo, pero muy lejana de lademanda real existente. El crecimiento y la reducción del poder adquisi-tivo seguirán viciando a la globalización, y con ello se hará cada vez másdifícil que los gobiernos sean los únicos gestores, o siquiera preferentes,del desarrollo económico y social. En este sentido, la función histórica delEstado está ya rebasada, con lo que la política se desplaza del Estado a lasociedad. Probablemente estamos en el origen, en las primeras etapas deesa tendencia que hoy es incipiente pero que mañana se desarrollará conuna intensidad y bajo formas difíciles de prever hoy.

Desde luego, el creciente desempleo global y la mayor polarización en-tre ricos y pobres anuncian formas de tensión y de conflicto social que seagudizarán continuamente. El narcotráfico, que se amplía ya extraordi-nariamente, es una de las formas "espurias" y agresivas en que se expre-san las nuevas contradicciones de la sociedad, así como una corrupcióntambién en ascenso en prácticamente todos los países. Las corrientes mi-gratorias serían otra de las expresiones del actual conflicto social, así comoel ascenso de los caudillismos y cacicazgos locales en ciertos países.

En una obra reciente, Alain Touraine plantea que actualmente se presen-tan dos formas de rebelión o de protesta socia1. 49 La primera, más tradicio-nal, tendría un contenido o significado expresamente político, de cambiode las estructuras de dominación y de poder; en cambio la otra tendría unsignificado predominantemente cultural. En los procesos de cambio, laprimera otorgaría preferencia a los partidos políticos y a las direccionesprogramáticas de los mismos; la segunda forma, en cambio, sería másespontánea y cultural, más autónoma de organizaciones formales y de

49 Alain Touraine, ¿Podremos vivir juntos? El destino del hombre en la aldea global, FCE,México, 1998.

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ideologías explícitas. La primera tendría que ver más directamente con lapolítica y el poder, y la segunda con la sociedad. Para Touraine, ambastendencias serían en principio contradictorias e inclusive excluyentes, yseñala que así ha sido en la historia anterior.

Por el contrario, nosotros sostenemos que en el camino de las transfor-maciones que exige la sociedad globalizada actual, ambas tendencias, lasdos formas de rebelión (y seguramente otras que no comprenden las se-ñaladas), son correspondientes, complementarias e incluyentes. En otraspalabras: hoy resulta muy difícil, si no imposible, pensar en que los cam-bios necesarios vendrán exclusivamente de una instancia política, así sellame partido político o Estado. En tal perspectiva, la fuerza de la movili-zación social y de los organismos de la sociedad civil resulta también im-prescindible y decisiva. Los cambios futuros (que son también cambiosen marcha, ya actualizándose y en proceso) se realizarán inevitablementesobre "los dos pies": sobre el apoyo de los movimientos sociales que su-fren —y por tanto rechazan— la situación que impone la actual globalizá-ción del mundo, y los partidos políticos que entiendan y se "sumen" (queefectivamente se "sumen", no que manipulen o subordinen a sus fines alos movimientos sociales en acción). Tal es hoy, a nuestro entender, el "ál-gebra" de las transformaciones en los días que corren, el alfa y el omegade los cambios necesarios, y sostenemos que sólo en esa combinación(que incluya a lo político y a lo cultural, a los partidos y a las organizacio-nes cívicas) podrá tenerse éxito, lográndose entonces una democratiza-ción profunda y extensa de la sociedad que únicamente podrá resultar deesa acción combinada y complementária. La necesidad, pues, de un movi-miento democrático general que sea capaz de ir desmontando los actualesmecanismos de la sociedad globalizada, neoliberal, darwinista, concen-trada y excluyente, y que postule permanentemente y se aproxime a unamundialización de carácter democrático que cambie los signos ominososde la situación actual y de su futuro previsible.

En la experiencia de México (nos referiremos extensamente a ella en elséptimo capítulo de la obra), la "transición democrática" que ha vividopolíticamente el país, con sus avances y retrocesos, sus éxitos y parcialesfracasos, ha tenido lugar sobre la base de una permanente movilizaciónsocial y de partidos políticos que han surgido y comprendido en lo esencialel significado de esa movilización. Sin duda, parecería ser éste el caminomás promisorio. Desde luego, la democracia y los movimientos socialesestán estrechamente vinculados, no sólo por el hecho de que histórica-mente los regímenes democráticos han resultado, de manera invariable,de movimientos sociales, sino porque el contenido de tales movimientosha determinado igualmente el contenido o "sustancia" de la democraciaque se conquista.

En otras palabras, la democracia resultante de fuertes movimientossociales tiende a trascender e ir más lejos que la simple organizacióndemocrática del Estado en que se cumplen estrictamente la legalidad ylos ordenamientos jurídicos (aun cuando ello siempre es indispensable),porque tales movimientos contienen invariablemente aspiraciones, pro-puestas programáticas y valores que le confieren "tono" peculiar y "per-sonalidad", dirección y sentido a la profundización y ampliación de lademocracia a que nos referimos. Nos parece que la transformación de sen-tido de la sociedad globalizada de hoy resultará de la acción multiplicadade movimientos sociales y acciones políticas, en el ámbito local, regional,nacional y propiamente global, y que precisamente le impondrá a la mun-dialización (y al conjunto de admirables logros tecnológicos logrados enla historia) otro sentido, otra dirección y función que la que tiene hoy de"maximizar ganancias en el menor tiempo posible". Precisamente aquelladirección que la orientará a resolver los problemas de la pobreza extremay a satisfacer las necesidades de educación, cultura, salud y vivienda delmayor número de habitantes en el mundo.

Lo dijimos antes y lo repetimos ahora: tal es la gran batalla política ysocial de nuestros días, que es también, en términos más amplios peroindispensables, una batalla cultural y moral.