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SchlegelTRANSCRIPT
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Actualidad del pensamiento de Friedrich Schlegel:
Acercamiento a la deconstrucción
FRANC I SCO JAVIER MuÑozUniversidad de Valladolid
A lo largo del siglo XX se da el paso de una hermenéutica transcenden-tal a una fenomenología hermenéutica, el cambio entre la visión de Husserly su «regreso a las cosas en sí» y la esencia heideggeriana. Este cambio posi-bilita una ciencia hermenéutica tal y como hoy en día la conocemos. A pesarde todo, el término ya es conocido por los griegos y Platón hablaba de her -ménela en el Ion para señalar que los poetas son los intérpretes de los dioses;un sentido similar es el que emplea Aristóteles, que identifica la herméneáein apartir de la facultad del lenguaje como intérprete de los pensamientos (Del
alma). Este será el punto de partida para que el concepto siga un proceso depaulatina identificación con la religión, convirtiéndose, sobre todo a raíz delConcilio de Trento, en el instrumento para juzgar el verdadero sentido delas Sagradas Escrituras. Gracias a la labor racionalista, el término va pasan-do gradualmente a todo tipo de textos y así nos encontramos con Schleier-macher y posteriormente con Dilthey como dos de los más famosos prede-cesores de la hermenéutica en sentido heideggeriano. La hermenéutica pasaa ser la interpretación de todo tipo de texto cuyo sentido no sea transparen-te y del que nos separe cualquier distancia, ya sea lingíiística, histórica opsicológica.
Schleiermacher con su conferencia Uber den Begr¡ff der Hermeneutik mit Bezug auf E A. Wolfs Andeutungen und Asts Lehrbuch ante la «Preui3ische Aka-demie der Wissenschaft» (agosto de 1829), sentará las bases de la hermenéuti-ca romántica (Behíer, 1987: 141), que partía del principio: primero comprenderel discurso tan bien como el autor y luego mejor de cuanto lo comprendiese élmismo.
Revista de Filología Alem an a, n .0 5. 15-28. Servicio d e Publicaciones UCM. Madrid, 1997
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16 1—rancísco .Iawe, Muñoz
Las raíces del pensamiento de Schleiermacher muy bien pueden encontrarse
en E . Schlegel, con el que le unían fuertes vínculos de amistad. De esta manera.
podemos citar el fragmento 82 de Athenóum, en el que es fácil hallar ciertas
reminiscencias hermenéuticas:
• - 1 Es gibt drci Arten von Erklarungen in der Wissenschatt: Erklllrungcn, dic u nsc m Lichí oder cinen Wink gebeíi: Erklarungen. dic nichís crkliiren: u nd Erklárcín-gen, dic a l le s verdunkcln. Dic rechie Dcfinitionen lassen sich pr nichí au s dctiíStegreifcmachen. sondcrn míEsen cincni von sclbst koníínen: cinc Defin don. dicnichí witzig s t, taug nichts. un d von jcdem 1ndividuuíí~ gibí e s doch unendí c hviole ¡cale Dofinitionco. 1 -l Dic Haupísacho abcr blciht doch mmci, da~ man
otwas wciB, un d dM 3 man es sagí. Es hcweison oder pr crklárcn wolien, is t in den
meisten Fallen hcrzlich úbc rflúissig. Doc katcgorisclie SLi l der Gosotze der zWO¡ fTMbln u nd dic Ihctische Methode, vio dio reinen Fakía der Reflexion ohí,e VerbO-llnng. Verddnnung iínd kdnstliche Verstollung wic Texie lOr das Siudium odor dicSymnphilosophic dastehehíi. blcibt der gebildeten Naturphilosophio dic ííngomes-senstc, Sol 1 boides gloiclí gu t gemachí viorden, so s t o s unstro iiig y e l schwercrbohaupten. J IS heweisen. Es gibt Demonstrarionen clic Menge. clic der Eorm núchvorireftl ch sind. flir sehiefo uncí plalte Suite. II (Sol legel. l 988: III - II 2)
Schlegel esquiva la palabra hermenéutica en todo el fragmento, pero sinreferirse a ella está señalando las pautas de todo un método interpretativo, méto-do, que por otro lado, él sigue fielmente para analizar e l Wilhelm Meister deGoethe (Schlegel, 1988: 157ssj, entendiendo la obra mejor que el propio autore intentando explicar y aclarar la novela. Esta es para él la labor del crítico o
intérprete, como indica cii e l fragmento 401 de Athenóum:
U m jernand z. u verstehn, cier sich sctbst nur hatb versccl~t, mu R mao ihr~ erst posun d bcsscr als er solLÉ. dann aher m uc í , nur halb cínd oracle so cuí vio cr selbsí
verstehn. (Schlcgol, 1988: 147)
El hermeneuta para Sehiegel debe ser una especie de rumiante, que desme-nuza varias veces la obra literaria, analizándola e interpretándola: «Hin Kritikerisí c m Leser, der wiederkáut. Fr solíte also mehr als cinen Magen haben»
(Sehíegel, 1988: 240).
A pesar de todo, existen diferencias sustanciales entre la hermenéutica deSehíegel y la de Sehíciermacher, que permiten hablar de un acercamiento delprimero a las interpretaciones postestrueturalistas.
En el pensamiento de Sehíegel juega un importante papel el U/hz —como
hemos podido comprobar en los fragmentos citados-—. Este es una ocurrencia
momentánea que demuestra toda la intensidad, el desarrollo y la formación desu autor. Es el órgano y eí espíritu de la universalidad, como señala en el frag-mente 220 de Athe;iñum:
[st aher Witz Prinuip und Organ cler Univeísalphilosophio, un d aiic Philosoph¡on ichts andres a l s der Geist der Universal ¡tat. dio Wissenschaft a l lcr sich cwig ni i —
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Actualidad de l pensamiento de Friedrich Sclile gel:,.. 17
schendon u nd vijeder trennonden Wissenschaften, cine logische Chemie: so ist d e rWert und dic W ú rd c jenes absolu ten , enthusiast ischen, durch u nd durch materia-le n Wi tzes, viorin Baco u nd Leibniz, d ie Haupter d e r scholast ischen Prosa, jenerciner d e r ersíen, d i ese r eincr d e r grél3ten Virtuosen war, uncndlich. Die wichtig-
sten wísscnschaft l ichen Entdcckungen sind Bonmois de r Gat tung . Das sind sicdurch de i iberraschonde Z.u±hlligkciiibror Entstehting, durch d as Kombinatoris-ch e des Gcdankens, und durch das Harocke des higoworfcnen Ausdrucks. Dochsind sic de m G,ehalt nach freilich wcit mohr a ls d io sich in nichts au f lósendeErwariung des re in poeí ischcíi Wi tzes. Dic beston sind echappées de vu e m sUnendliche. 1 • • .](Schlcgel, 1988: 124-125>
Pero esta forma de pensamiento e interpretación no ha sido demasiado fruc-tífera en el posterior desarrollo de la hermenéutica, como señala E. Behíer:
Aber borcis h ier wird deutlich, d a B d iese Wcise des Denkens u nd Verstehcns in
der deutschen Tradition d e r Hermeneutik unbeachte t geb l iehen isí, ja der innerenSlruktur d i ese r Tradition wegcn nicht au fgenom m et i werden konntc, w o das Vcrs-tohen in tcxtm ál3igen und systemaiischcn Zusammenhángen, in lebenszusam-menhángen, in Horizonten u nd Welthorizonten zu m vorher rschenden Motiv wur-d e . (Behlor, 1 9 8 7 : 143-144)
La hermenéutica de Sehíelermacher y posteriormente la de Dilthey operandesde el punto de vista del pensamiento sistematizado. La interpretación estada
ligada a la distancia histórica que nos separa de las intenciones del autor y de suobra, lineas que serán dominantes en las argumentaciones hermenéuticas. Deesta manera, se habla en la historia de la ciencia interpretativa, de Schleierma-
eher como el originador de la hermenéutica romántica, de Dilthey como el quepuso las bases para unas ciencias del espíritu; con Heidegger llegaría el cambioontológico y con Gadamer llegaría la universalidad de la hermenéutica (Behíer,1993: 277). En este breve repaso se podría hablar también de Ast, Boeekh, Rot-hacker, Bultmann, Habermans o Apel, pero lo que parece determinante es que aSehíegel no se le considera por ningún lado.
Las razones de esto las encontramos en el hecho de que en la época delromanticismo temprano podemos encontrar tres tipos de teoría del conocimien-to, adscritas cada una a u n filósofo. La primera parte de Kant y de su Kritik der
reinen VernunIt, en la que a partir de las ideas de Platón, considera que hay que
modificar su s argumentaciones, justificándolo de la siguiente forma:D aIS os g a r nichts Ungewóhnliches se i , soviohí im g eh e imen Gesprkiche, a ls inSchriften, durch dic V crg le ichung d e r Geda nkon. welche c m Verfasscr tibor s em enGegenstand ául3crt, ihn sogas besger zu verste l ien, a ls cr sich selbst vcrstand,indem o r s em en Begríff nichí genúgsam bcstimmto, und dadu rch bisweilen se inerc igenen Absicht entgegenredetc oder dachte . (Kant, 1 9 6 8 : 246)
Lo que Kant se plantea es establecer las intenciones reales del filósofo grie-go, entendiendo su filosofía mejor que él mismo.
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18 Francisco Javier Mu ñc. ,z
Lo mismo parece que pretendió Fichte, y con esto pasamos al segundo tipode interpretación, en sus Vorlesungen ilber dic Bestimmung des Gelehrten, don-de analizó a Rousseau y afirmó:
Wir v ie rden don Widerspruch losen; wir w e r d e n Rousseau besser vers tchen, a ls crsich seibsí vers tand, u nd wir v ie rden ihn dann in vollkonimener tibercinstiínmungmit s ich seibsí und mit uns antref fen. (Fichto. 1964: 6 1 )
Cuando Fichte interpretó la filosofía de Kant como un ente totalmente con-gruente con el suyo propio, éste levantó voces de protesta con esta exégesis,entonces Fichte pasó a referirse al espíritu de la filosofía de Kant. Este tipo deinterpretaciones abandona totalmente el texto y la intencionalidad del autor,como señala E. Behíer:
Such an interpretation leaves the lelterof the text as vie l í a s it s authorial intentionfar behind and discovers ne w mean ings from a historically or intellectuallyadvanced position. (Behíer , 1993 : 276)
El concepto del que parte la hermenéutica considerada como tradicional serefiere al tercero de los filósofos, a la filosofía de la identidad de Schelling y seasienta en su concepto de la «creación inconsciente». La relación ente autor yobra, intención y texto, que había disuelto el modelo planteado por Fichte, sevuelve a restablecen En este sentido comenta Sehelling en su System des trans-
zendentalen Idealismus:
Der G rundcharakter d e s Kunstwerks ist a lso c inc bewuBtlosc Unendlichkeit.Der K(irmstter scheiut ja se i rm cn i Werk aufier d e m , w as e r mitoffenbarcr Absiehtdare in g e l o g m hat, ins[ inktrnt i l3 ig g leichsarn cinen Uncndlicho dargestelír zuhaben. v iolehe ganz zu einwickcln kein cndlicher Vorstand fiihig isí. (Schelling,1861: 619)
Pero, volvamos a Fichte, de su teoría del conocimiento pueden extraerse
nuevas relaciones entre lector y autor operando desde una posición más adelan-tada que la histórica, ya que trabaja con el propio espíritu de la obra. Fichtehabía invertido la relación tradicional entre lógica y filosofía, la primera no debeservir de fundamento a la segunda, sino más bien a l revés. En efecto, un enun-
ciado del pensamiento no puede ser sujeto y tener conciencia de si mismo(A = A), ésta es una operación reservada al Yo. De esta forma se condiciona elentendimiento a la propia conciencia del Y o . Reflejando esta dualidad en elcampo hermenéutico, nos encontramos con que sin el espíritu creador no puedehaber texto, con lo que el componente fundamental será el análisis de la causa yno el efecto. De esta manera se invierte la relación tradicional que ponía comocentro el texto, para pasar al propio espíritu creador.
El pensamiento de Selilegel se puede vincular de una manera clara con lasideas de Fichte, a pesar dc que existen algunas diferencias bastante marcadas
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Arsuajidad d el pensamiento de Fried.rich Sehíegel:... 19
que se consolidarán posteriormente’. Pero en estos momentos la cercanía entre
ambos pensadores es total. Sehíegel disuelve también el lazo entre texto y autory otorga alaobra su autonomía (Behíer, 1993: 277). Schleiermacher, por el con-trario, encontraría más identificación con la teoría de Schelling de la creacióninconsciente, algo obvio con la lectura de sus escritos (Schleiermacher, 1959:
87-88).Esta opción ha sido la que se ha identificado con la hermenéutica romántica
y laque ha sido realmente productiva en la evolución de la ciencia interpretativa.De esta forma, el fragmento 401 de Athendum, antes citado, adquiere una
nueva interpretación, ya que podemos relacionarlo con el carácter irónico eingenioso del Witz, que, por supuesto, es omnipresente en todos sus fragmentos,
pero además se habla de dos tipos de conocimiento, un mejor entendimiento dela obra (mejor que la del propio autor) que es el primero, y en segundo lugar, elverdadero entendimiento, descrito como un conocimiento parcial. Esto es bas-tante más evidente en una versión previa del mismo fragmento:
Um i emand zu vers tehen m uIS m an erstlich kliiger seyn a ls e r, dann eben so klugund dann auch eben so dumm. E s ist nicht genug d aB m an den eigentlichcn Sinncines confusen W e r ks besser vcrsteht, a ls d e r Autor e s vers tanden hat. Ma n m uíAauch dic Confusion seibst bis au l dic Principien kennen, charakterisicren undsolbst consiruiren kónnen. (Schlegci, 1963 : 63 )
Ernst Behíer ha delimitado perfectamente las diferencias entre Schlegel y
Sehíciermacher del siguiente modo:
T o iliustrate th e basic difference b e t w c e n Sehíege l a nd Schleiermacher by rneansof a sitaple formula, we could ask what occurs more eas iliy and faster accordingte their thcory, u nderstand ing o r bet ter undcrs tanding . Wc immediatcly rea l izethai, for Friedrich Schlegel , bettcr unders tanding comes flrst. viboreas forSchle ierm ache r, undcrstanding is I he firsí act ion, and betier unders tandingfollovis a s tho sccond and more difficult task. In tUs acadcmy tecture on hermo-netít ich a n d criticism, Schleieímacher i ndeed de scribes Ih e process in such a w aythai wc first unders tand ihe speech just a s woll and then bet íer than its author’ b ybringing m uch to consc iousncss that ca n remain unconsc ious for the author’. ForSehíegel . ihe relationship is procisely t hc reverse. For him , belter unders tandingoccurs by itself and is the spontancous, immodiatc, casier act ion, vihile t ruounders tanding isa more complicatod task which wiIl never b e fully a ccoínplishcd.To understand someone belter than be understands hiniself is a daily oceurence.tEeh ier , 1993 : 279-280)
A partir de este punto, Sehíegel se aleja definitivamente de toda la evoluciónhermenéutica tradicional, pero, gracias a la novedad que supone, nos permitevincularlo con la deconstrucción.
Sohíegel rechazará e l solipsism o a l que conducía e l subjetivismo e xacerbado de Fichte.
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20 Francisco Javier Muño;
Prácticamente, definir esta corriente va en contra de ella misma. Esta para-doja nos sirve perfectamente para señalar los obstáculos a la hora de sistemati-zar el pensamiento de Derrida. En efecto, él mismo señala la imposibilidad detoda voluntad de crear un sistema —no sólo el suyo propio—, rechaza cualquiertipo de centralidad de conceptos y , frente a la imagen de un sistema como uncírculo cenado, él propone la imagen del haz:
E l «haz» es un foco dc cruco histórico y s istem ático; es sobre todo la imposibili-dad e s t ruc tura l de cegar esta red , de interrumpir su tejido, de t razar en é l una mar-ca que no se a n u e v a marca. (P eretti, 1989: 1 8 )
De la misma forma, Derrida no puede considerarse estrictamente como filó-sofo, n i tampoco como crítico literario. Tal vez debamos decir que es ambascosas a la vez. Todos sus textos consisten en análisis de otros filósofos y escri-tores, como señala J . Culler:
Los escritos de Derrida consisten e n entradas en una serie de textos, en su mayo-ría dc Rousseau ( D e la grannnatologie), Kant («Econoniimcsis>=,La véiité e n
peinture), H e g e l (Marges, Cías), Heidegger (Mw-ges), F r eud (Lécriture e r le d¡f - férence, La Curte postale), Mallarmé (L a disséminaíion), Saussure (De la gratil - ¡natologie), Austin (Marges). (Culler, t992: 82 >
El discurso filosófico no puede ser cerrado en los márgenes que le asigna laciencia, pero el propio texto filosófico es un género literario particular (Peretti,1989: 20). Derrida señala:
Mis textos no per tenecen n i a l registro «filosófico» n i a l registro «liierario». Dees t e modo comunican, a s í lo espero a l menos, con ot ros que , po r h aber operadouna cierta ruptura, no se llaman ya «filosóficos» o «literarios» m ás que según u naespecie dc paleonin¡ia. (Pe rett i, 1989: 20)
La filosofía es una especie de escritura, es un género literario especial nodemasiado alejado de la poesía. En Marges Den-ida declara,
s e prescribe una tarea: es tud ia r e l texto filosófico en su estructura formal, su orga-nización retórica, l a especifidad y diversidad de su s e st ilos tex tua les , su s mode losde exposición y producción, m ás al lá de lo que una voz s e llamaron géneros. Y ,por último, e l espacio de su puesta en escena y su sintaxis, la cua l n o e s sólo la
articulación de su s significados y su s referencias hacia e l se r o hacia la verdadsino tam bién la disposición de su s procedimientos y todo lo que éstos envue l ven .R e s u m i e n d o , por lo tanto, cons iderar la filosofía «un género literario particular»,que extrae la s reservas de un s istema lingílístico, organizando, forzando o des-viando u n s istem a de posibilidades tropológicas que so n m a s ant iguas que la filo-sofía. (Culler, 1992: 160-161)
Con estas afirmaciones lo que se está planteando es una nueva lectura deltexto filosófico-literario o literario-filosófico, en la que ambas disciplinas nopueden disgregarse pToclamai~do su absoluta independencia entre s í.
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Actualidad de l pensamiento de Friedrich Sehíegel:... 21
A lo largo de la historia de la filosofía ha existido un continuo rechazo a laescritura como forma no demasiado fiel de las ideas categoriales que el pensa-miento expresa. El escribir ha sido continuamente rechazado por filósofos detodas las escuelas ya que lo consideraban una mera forma de expresión sin vida,contraponiendo en rodo momento la voz. Lo ideal sería contemplar directamen-te al pensamiento, es el fonocentrismo. Pero lo cierto es que la filosofía es unaforma de escritura, ocomo dice Richard Rorty: «Dado que la filosofía es un tipode escritura, ¿porqué este planteamiento se topa con tanta resistencia?» (Culler,1992: 83).
Así, Den-ida, en uno de sus pensamientos más difundidos, habla del logo- fonocentrismo preeminente en el discurso Occidental (Peretti, 1989: 32).Éste determina una metafísica de la presencia, una primacia de la voz frentea la escritura, una proximidad de la lengua hablada a la identidad del sentido.De esta manera, la forma de expresión del pensamiento es el habla, mediante
el que se comunican las personas presentes. Frente a éste encontramos laescritura:
~...] último estrato de expresión d e l pensamiento , convierte e l l engua je e n unaserie de m arcas f ísicas sin relación aparente co n e l pen sam iento que la s produce,ya que operan e n ausencia d e l hablante y d e l receptor Para la tradición, esta for-m a de comunicación es vista como represe ntac ión indirecta y artificial d e l habla ,representac ión imperfecta que puede llegar a convertirse e n deformación y que , en
todo caso, constituye u n acceso incierto a l pensam iento . (P eretti, 1989: 37)
Pero sucede que Derrida invierte totalmente los términos: al igual que laescritura es una forma de realización del pensamiento, el habla también lo es.Esto supone el agotamiento del logofonocentrismo dominante de las tradicionesfilosóficas occidentales. Derrida acaba con el mito de la palabra original, el mitode la presencia y en su lugar coloca la escritura. En el origen del lenguaje noexistió la palabra hablada, él habla de una escritura originaria o archiescritura.De este modo invierte los términos y coloca en el lugar de la metafísica unaciencia de la escritura, la gramatología (De la gramatología) que supone unanueva forma de escribir filosofía.
El modus operandi de esta nueva estrategia gramatológicano puede sertam-poco tradicional, su punto de partida es la d¡fférance, la diferencia primera que
cabe relacionar con la diferencia ontológica de Heidegger 2 El ser es irreducti-ble a cualquier forma de identidad, en tanto que ya en sí mismo es diferente desí. Si el ser es una diferencia, en su origen no existiría una presencia sino sólohuellas.
La decostrucción plantea nuevos modos de lectura y de escritura, operandodesde los márgenes:
2 Enese sent ido véase la obra de Martin He idegger , Sein undZeit (1927).
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22 Francisco Javier Muñoz
E n efecto, de lo que se trata es de operar desde e l ma rg en entre lo interior y loexterior, en t re e l dent ro y e l fuera , desde e l cálculo r igurosa m en te regulado d e lmismo a fin d e escapar de una ve z a toda posible división, a toda du a l idad n ieta-física. (Peretti , 1989: 124)
Y esto implica usar, en su beneficio, las estructuras fonocéntricas de la filo-sofía occidental.
La deconstrucción es un procedimiento para leer y escribir de otro modo eltexto filosófico y literario, operando desde la propia lectura y con e l concepto dediftérance. La nueva lectura es una escritura de la escritura:
Un texto no e s un texto m ás que s i esconde a la primera m i rada , a l pritner l l egado,la ley d e su composición y la regla d e su juego. Un texto adem ás permanece siem-p re imperceptible. La ley y la regla no s e cobijan en la innaccesibilidad d e u nsecreto, sencillamonte no se en t regan jam ás, e n e l p i-e rente, a nada que rigurosa-men te pueda se r denominado u na percepción.C on e l riesgo cont inuo y esencial do pordorse a s í definitivamente. ¿Quién podrásaber jamás semejan te desapariciónl
E l disimularse d e la textura puede en cualquier caso lardar s ig los e n deshacer lal e la . Reconstituyéndola tam bién como un organismo. R egene rando indefinida-mente su propio tejido tras la hue l la cortante, la d ec is ión de cada lectura. Reser-vand o s iem pre una sorpresa a la anatomía o a la fisiología d e una crítica que cre-ería dominar s u juego, vigilar todos los hilos a la vez , engañándose asimismo a lq u e r e r mirar e l texto sin tocarlo, s in poner l a mano en e l «objeto>’ , s in arriesgarsea añadir le nada , única posibilidad de entrar e n e l juego pillándose los d e d os enalgún n u e v o hilo. Añadir no es aqu í s i no d a r a leen Hay que arreglárselas parapensar O slo : que no se trata d e bordar , a menos que s e considere que saber bo rda r
es tam bién saber segui r e l hilo dado. E s dccii-, para que s enos siga, oculto. S i exis-te L i na unidad de la lectura y d o la escri tura, ta l como se p iensa fácilmente hoy e ndía, si la lectura es l a escritura, dicha unidad no designa n i l a confusión indiferen-c iada n i la tranqíti la i dent idad: e l esque une la lectura con la escr i tura ha de des-coserías en parte.
Sería, pues, preciso. c on un solo gesto poro desdob lado , l ee r y escribir. Y qu i en socreyese, por ollo mismo, au torizado a añad i r algo por su cuenta, os decir a añad i rclíalcluier cosa, no habría entendido nada dcl juego. No añadir ía nací,, la costurano s e m antendr ía . Re cíprocamente. n l s iquiera coria aque l a qu i en la «prudenciaiacto<lologica>’. l as «normas d e la objetividad» y “los parapetos de l saber» le coar-t ase n para poner ligo d o s u propia cosecha. Idént ica s impleza, idént ica esteri 1 dadde lo «no ser io» y de lo « se r io» . E l su plemento de lectura o dc escritura debe se r
rigurosamente prescrito pero por la necesidad do un juego, signo a l que hay queconcede r e l s istema c ío su s podorcs. (Poretti , 1989: 149— 150)
Habría que destacar, como señala J. M. Pozuelo, el carácter de mise en aby-
me que muestra la deconslrucción:
Porúltimo habría qu e destacar e l deíinitivo carácter especular o de ni,se e n abs’ -
¡ve que la d oconstruce ión m ue stra po r principio. S i no ha y nada , sino escrilu,a,nada misallá cíe su píe me n tos, nada u, is q ríe í.íi/jé,v¡í c es o u na carien a d e ign if i—carlos siem pre sustitutivos sólo c
1 u e d a la releroncia a s í mismo, or igen de u n
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Actualidad d e l pensamiento de Friedrich Seble gel:... 23
movimiento «en a bism o» que de s í toma su fuerza y hacia sise dirige. (Pozuelo ,1989: t34)
Deconstrucción y hermenéutica se aproximarían como estrategias interpre-
tativas, pero la diferencia fundamental entre ambas radicaen que la hermenéu-tica plantea su interpretación a partir de la búsqueda del significado del texto ydel pensamiento del autor, partiendo por tanto de unas bases históricas, ajenastotalmente a la decons trucción. De la misma forma, la hermenéutica parte de laperfección del texto, que lo considera fiel y completo, frente a ello la decons-trucción sospecha de l texto y busca sus fisuras, lee entre líneas o se fija en ele-mentos marginales (Cfr. Peretti, 1989: l5lss.). De una manera simplista, podrí -amos decir que la hermenéutica otorga una interpretación del texto, mientrasque la deconstrucción opera desde la propia interpretación, siendo una especiede interpretación de la interpretación.
La deconstrucción, en definitiva, constituye una nueva estrategia interpreta-tiva que, como dice J. Culler,
equivaJe a mostrar cómo anu la la filosofía que expresa, o la s oposiciones jerár-quicas sobre las que se basa, y esto identificando en e l texto la s ope rac iones retó-ricas que dan lugar a la supuesta base de argumentación, e l concepto c lave o pre-misa. Estas descr ipciones d e la deconstrueción difieren en su énfasis. (Culler,1992: 80)
La decostrucción parte de una inversión total de las estructuras prefijadas, esla búsqueda de vacíos, contradicciones:
1 . ~ . 1 la táctica d e la crítica deconstructiva consiste en hacer ve r cómo los textosacaban por poner en apr ietos su s propios s istemas de lógica. La desconstrucciónpone esto de manifiesto aferrándose a los puntos «sintomáticos», a la s aporías oca l le jones sin sa l ida d e l significado, donde los textos se me ten en dificultades, sedesar t icu lan y están a punto de contradecirse a sí mismos..(Eagleton, ¡993: 162)
Ya mencionábamos anteriormente que los métodos interpretativos de E. Sch-legel diferían sustancialmente de los aportados por Schleiennacher. Los presu-puestos del grupo de Jena costituyen una novedad interpretativa en el sentidoque suponen un choque con la poética tradicional. Uno de los puntos esenciales
de la estrategia de Sehíegel l o constituye la unión entre los géneros literarios, nohay nadaque no pueda ser incluido en una novela, género romántico por exce-lencia para Sehíegel. Esto conlíeva u n paso importante en la crítica. Nos referi-mos a la diferencia que ha perdurado en la historia de la crítica literaria entre ellenguaje que habla de literatura y la propia literatura. Así, compartimos el juiciode Manuei Asensi, que comenta:
Habría q ue seña lar a q u í l o que la teoría literaria d e l romanticismo a l emán de Jenasupuso e n un dob le sent ido: en cuanto a l intento d e trastocar los papeles de esa
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diferencia histórica y e n cuanto a la preparación de lo que conocem os h o y c o m oteoría literaria mode rna . <Asensi. 1990: 1 9 )
La literatura, como modo de escritura, puede incluir la discusión sobre sí
mtsma y de este modo la novela incluir laparodia de la novela y una teoría de lanovela, como E . Sehíegel ejemplificó en Lucinde, La poesía no es ya sólo elhecho literario, sino también la po¿tsie, es decir, la producción, se trata del«absoluto literario» del que hablaban Ph. Lacoue-Labarthe y i.-L. Nancy:
Du ménie coup, cependant . ¡cnjeu se révéle bien p lus cons idé rab le oncore. L’ab-solu de la littérature. ce n ‘est pas taní la poésie ( laque l le invente e l l e a u s s i so nconceptmodernedaws le fragmení 116 de l’Athenaeum) que lapoíesie —sebo u n recours á 1 etyrnologie que le s Romant i ques en m anque n t pa s (le faire. La polesie,c’est-a-dire la prodtíction. La pens¿e du « genre littéiaire » concerne done m oínsla proctuction dc la chose littérai re que la pioduction. absol umen t par laní. La p o é —
se romantiqee en teud pénétrer lessence d e la polesie. la chose littéraire y produitla venté de la production en soi. e t done , on lo vérifiera s a n s cesse ici, d e la pro-duction dc sol, tIc 1 atitopofesie. Et s ‘i 1 e s í vrai ( 1 - l eg e l 1 ‘etahí ira hientót, lo,,! con-
tic le romanti smc) qu e 1 auto—production forme 1 ’ instance u time e l l a clótuí-e (l elabsoln spécutatif. ¡ 1 faut reconnai tre daus l a peusde romaotiquc no n seule inent1 ‘abso l u d e la i ttéraíore, mais la 1 ittérature en tan t que 1 absol u . Le rom an tism e,O e s t 1 ‘inaugural io n de 1 abs-oh, liUé,-ai,-e. (Lacoeu—Lab arthe. Nancy. 1978: 21)
La obra literaria juega consigo misma, integrando en su ámbito elementoshasta ahora ajenos a la propia novela: integra su teoría, su propia gestación yrealización, con unos saltos continuos de niveles y situaciones narrativas, cre-ando y destruyendo las expectativas por medio de la i¡-onía romántica. El ejem-pío más claro de todo esto es Lucinde, que intenta conjugarel ideal de poesía dela poesía de su autor, pero a lo que que hay que añadir de poesía de la poh’sie.
J. Culler, uno de los críticos literarios postestructuralistas más transparente,vuelve a incidir de lleno en la relación producto y producción literaria, inte-grando el procedimiento novelístico de E. Sehiegel en una de las estrategiasdeconstructivas:
La literatura es u n modo de escr i tura <t i ferenciado por la búsqueda d e su propiaidentidad; e l cuestionamiento de la literatura s e convierte a s í e n e l m arco d e loliterario. La novel a incluye la parod i a dc la no ycl a y la teoría d e la nove la . Laesencia de la literatura t rasciende cualquier explicación d e s í m ism a y puede
incluir lo q ue le es opuesto, e s t á reproducida parcialníente e n la noción d e una lite-ra tura genera l i zada que considerar ía a la literatura u n o dc su s subclases, (Cuí lcr,1992: 161)
En otro orden, algunos de los fragmentos de Schlegel se aproximan bastan-te a lo que podríamos considerar una crítica deconstmctiva, ya que como éstahace uso de la demagogia del propio lenguaje, todo ello mediante la utilización
del Witz, la genialidad fragmentaria, estallido de ingenio del autor Los frag-metítos también delatan el absoluto del espíritu literario que 1105 conducen a una
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Actualidad de l pensamiento d e Friedrich S U de gel:. - 25
enorme variedad de juicios en tomo a temas literarios, filosóficos, históricos oteológicos.
Por otro lado, a l considerar su teoría literaria, observamos que F. Schlegelpretendía una poesía trascendental, una poesía de la poesía, en la que la estmc-tura del abismo se repite continuamente.
El pensamiento de Schlegel, de la misma forma que el de Derrida, posee uncarácter asistemático —o to rgado por la propia forma en que se m ues t r a—, algoque se puede extraer también del ya citado fragmento 82 de Athen&um: «eme
Definition, die nicht wiízig ist, taug nichts, und von jedem Individuum gibt esdoch unendlich vicie reale Definitionen». Algo que se parece bastante al pensa-tniento decostructivo que parte de H.-R. Jauss y que considera la experienciaindividual del lector como errónea, como señala J. Culler:
S e puede deci r, a m o d o c íe r e s u m e n e squem á tico , que teorías corno la s comenta-das seña lan q u e n o s e puede determinar a utoritariamente, co n só lo leer e l texto.qué haya e n él, y confían, en focándose hac ia la experiencia d e l lector , en lograr(> 1 ra base segura para la poét ica y la s interpretaciones concretas. Pero no resultam ás sencillo decir qué hay e n la experiencia del lector o de un lector , q ue decir quéha y en e l texto: « la experiencia e s t á dividida y postpuesta — de t rás ya d e nosotroscomo algo que h e m o s d e producir E l resu l tado no e s una n u e v a fundación sinohistorias sobre la lectura, y estas lecturas reesíablecen a l texto corno agente concua l i dades o p rop iedad es definidas, puesto q ue esto oculta narrativas m ás precisasy d ram át icas a l tiempo que cíea una posibilidad d e aprendizaje que no s permiteelogiar la s grandes obras. (Culler. 1992: 76 -77)
Sehiegel — y todo el movimiento de Jena— es también un precedente del post-
estructuralismo con sus conceptos de sympoetisieren y symphilosophie,-en, queplanteaban una profunda imbricación entre poesía y filosofía. A modo de ejem-pío citemos el fragmento lIS del Lyceum en el que E . Seblegel declara:
Die ganze Geschichte d e r m ode rnen Poesie ist c m fortlaufendor Kommentar zud om kurzen T e x t d e r Philosophie: Alíe Kuns t solí W issenschaf t , und alíe Wis-senschaft sol í Kuns t we rden ; Poesie und Philosophie sol len vereinigt 5 c m .(Sehíegel . 1 9 8 8 : 249)
El logofonocent,-ismo y la metafísica de la presencia denunciados por Derri-da, tienen un buen complemento con algunos elementos del pensamiento deSchlegel. Al igual que el francés, éste valora más el lenguaje escrito que elhablado, en su artículo ti/mr dic Phi/osophie:
Dir wáre e in (iesprtich vielleicht l i eber . Aber ich bin nu n cinmal g a i ~ z und ga r e inAuor. Dic Schrift bat flir mich ¡ch weiB nicht we l ch en geheimen Zauber vielleichtdurch d ie Dámmerung vo n Ewigkeit, we lche s ie um schwe bt . Ja ich gestehe Dir,ch wundre mich. welche geheinie Kraft in d iesen Zú g en ve rbo rg en liegt; wie due
einfachsten Ausdrticke. d ie nichts weiter a ls wahr u nd genat i scheinen, s o bedeu-tend sein kónnen, d a lA sie wie aus h e ll e n A u g e n biicken, oder so sprechend wiekunst lose Akzente aus d e r tiefsten S e d e . M an glaubt zu hóren, w as m an nu r lic-
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26 Francisco lavier Muñoz
set, und doch kann c m Vorlesen b e i d iesen eigen tlich sehónen Stellen nichts tun,a ls sich best reben, sic nicht su verderben. Dic stillen Zílge seheinen ‘nir e m eschicklichere Hiille ftir d iese tiefsten, un mittelbarsten A u B e r u n ge n d es Ge istes a lsdas Ger~usch de r Lippen. Fasr móchte ic h in d e r e twas mystischcn Sprache unsers
1 - 1 . sagen: L e b e n se i Schre iben ; dic einzige Bestimmung de s Mensehen sei, dicCedanken d e r Gottheií mit de m Griffel des b i ldende n Geisres in d ie Ta fe ln d e rNatur zu graben.Doch w as Dich betrifft, so denke ich, d a B Du De inem Anteile a nd i ese r Bestimmung des m ensch l ichen Geschlechts vollkommen Genl ige leistenwirst, w e n n Du so vid wie bisher singst, t iul3erl ich und innertich, mi gewóhnli-chen und im symbolischen S inne, weniger schw eigs t, und dana u nd wann auch ingótílichen Schriften mil Andach t l iesesr. nicht bloIS andere flir Dich lesen und Direrziihlen litlAt. Besonders aber mullt Bu d ie Wor te heiliger ha l ten a ls bisher. Sonststtinde es schlimm u m ínich. Denn frei]ich kann ich Dir nichts geben. uíid m u flmir ausdrúcklich bed ingen, d a lA Du nicht mehr v on mir e rwar test a ls Worte, Aus-drhcke V O t das w as Du lángst fhhltest u nó w u l3test, n ur nicht so klar und geor( lnet.Vielleichí tMest Du gut, vo n d e r Philosophie selbst auch nicht mehr s u erwartenals cine Srim m e, Sprache und Grammatik mr d en lnstinkt d e r Góttlichkeit, d e r ihrKeim und wenn m an auf das Wesení l i che s iehí. sic selbst ist. tSchlegel , 1988:170— 171 )
Frente al pensamiento hermenéutico de Schleiermacher, Schlegel nos pro-pone la escritura. Schleiermacher encontraba como medio básico de comunica-ción la lengua hablada y el diálogo, como indica E. Behíer:
Hier tritt c m weiterer grundíegender tinrerschied der Sch lege lschen Theorie desVerstehens zur Hermeneulik Sch le iermachers zutage. welcher d as Medium d e rMitteilung betrifft. D ieses hatte Oir Schleiermacher vorzíiglich im gesprochenen
Wort, in d er Re d e , d e r Untcrhaltung, ita Zwiegespriich u nd im Dialog bes tandewSchleiermacher verwandte dafíir auch spontan und nattirlicherweise immer wic-d e r W e n d u n g e n wie « in d e r R e d e » und im «gesprochenen Wor t» . (Behter, 1987:156)
A todos estos datos que estamos aportando, podemos añadir la opinión delpropio H. G. Gadamer que ha señalado algunos puntos concretos de similitud
entre Schlegel y Derrida, sobre todo aludiendo a l concepto de différence y a l deSelhstve,-stñndnis:
Auch noch in einem ande ren worrgeschichtlichen Vorgang d e r d e im t s chen Sprachc
spiegel t s ich d as Motiv d e r Différance , d as i)errida in den Vorde rgrund sp ie l t . Ic hm eine in d e m Ausdruck ,Setbstverstiindnis. E m relativ ne u e s Wort, das in d e rTheologie d e r zwanziger Jahre langsam aufkam und sicherlicb nicht ohne denphilosophischen Eeitrag l - Ie ideggers. zunial c m prozessuales Momení in d i ese rWortbildung liegt. We nn idi mich frage, w as Selbstverst§ndnis heit3t, so seheinensofort alte Schichíen des religiósen Sprachgebrauchs dahinter auf , dic be i Sehle-gel dann wieder hoe hkom m en . aber sicberlich auf den P ie t ismus zur t ickgehen., tch verstehe mich selbst nicht’, ist cine religióse Urerlahrung de s Christen. Zwargeht es de ta meuschlieheu Leben unx d ic Kontinuitát d e s c igenen Selbstverstánd-nisse,.. aher d iese Kon tinuitát hesteht iii e i nem bestand igen Sich-in-Pragesíellen,wie c m bes tándiges Ande rssein. Eben desha lb kann ciner n ie zu e i nem Selbsíbe-
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wuBtse in im Sinne ciner vollen Identifizierung mit sich selbst ge langen. (Gada-mer, t987: 255)
Ambas estrategias parten de toda una serie de conceptos comunes, que cul-
minan con el intento de crearuna nueva estrategia de la lectura, un nuevo lector,como señala en Uber die Unverstándlichkeit:
Daber halle ich sebon vor langer Zeit den E níschiuB gefaBt, mich rail de m Leserin c m Gesprách < ib e r d iese Materie zu versetzen, und vor s em en c ignen Augen,gleicbsam ihm m s Gesicht, cinen a n d e m n e u e n Leser nach m eine m Sinne zukonstruieren, ja wenn ich e s nó tig finden solite, dense lben sogar zu ded uz i e ren .lch meinte e s emsílieh genug u nd nicht ohne den a l ten Hang zu m Mystizismus.lchwollíe es cinmal recht genau nehm en, wollte dic ganze Kette meiner Versuchedurchgehn, d en o ft schlechten Erfolg mil riicksichls]oser Offenheit bekennen , undso den Lese r su ciner g le ichen Offenheit und Redlichkeit gegen s ich se lbs íallmáhlich hinleiten; ich wollte bewe i sen , d a lA alíe Unve rstándlichkeit relativ, u nd
darstellen, wie unverstándlich mir zu m Beispiel Garve sei; ich wollte ze igen, d a lAd ie W or te s ich se lbs í oft besser vers tehen, a ls diejenigen, von denen sie g ebrauch twerden [..1. (Seh lege l , 1988: 235)
La cercanía entre las consideraciones de F . Schlegel y las de J . Derrida acen-túan la más absoluta actualidad y modernidad del pensamiento del alemán.Creemos que no es posible hablar de una influencia concreta de Sehíegel sobre
las formulaciones de la decons trucción, pero quizá s i pudo existir una vía a tra-vés de Heidegger. Lo más acertado, quizá, sería hablar de dos pensadores, trans-gresores y provocadores por naturaleza, que, cada uno en su momento, revolu-
cionaron e l panorama intelectual europeo.
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