3.3 proceso de conformaciÓn estado –nacion · llegada al poder de agustín de iturbide (1821), y...

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3.3 PROCESO DE CONFORMACIÓN ESTADO –NACION 3.3.1 Proyectos de Nación Al consumarse la independencia de México, surge una nueva nación con serios problemas políticos, económicos y sociales. Trescientos años de dominación y estricto control de las instituciones españolas, no habían fomentado en las clases dominadas, una experiencia en la forma de gobernar. La conformación de una nueva nación requeriría de tiempo y de gente capacitada. Crear una infraestructura económica capaz de competir con otras naciones, en estos primeros tiempos de vida independiente, era todavía un sueño. Al mismo tiempo, si no se buscaba a mediano plazo, consolidar una sólida estructura económica, ningún gobierno sobreviviría. Antes de la independencia, la economía mexicana ya había perdido importantes capitales debido a las muy considerables expropiaciones que la metrópoli había hecho contra el clero, que era el principal prestamista y con mayor capital líquido durante la época colonial. Ante este duro golpe, muchos artesanos, pequeños comerciantes y agricultores, no pudieron producir más por falta de apoyos financieros, estancando aún más la precaria situación económica a fines de este periodo y a principios del México independiente. A principios del s. XIX, España recurrió a grandes préstamos que utilizaría para enfrentar la invasión napoleónica, provocando la desmoralización de criollos y peninsulares acaudalados que hartos de la constante situación de guerra, emigraron hacia la metrópoli. Con estos antecedentes, la primera generación de políticos y caudillos mexicanos tuvo que gobernar a una economía en quiebra y un país carente de sentido de nación en cuanto a gobernar, y una extendida falta de identidad nacional en cuanto a sus habitantes. La situación política tampoco era favorable, porque no existía una organización capaz de solucionar los conflictos surgidos entre los dirigentes que habían logrado la independencia del país. Sus nuevas divisiones políticas agudizaron aun más las profundas diferencias entre esta nueva clase gobernante y los sectores más pobres del país. Dentro de estos grupos dirigentes, con poca experiencia y capacidad política, se encontraban algunos militares sobresalientes durante la guerra de independencia y algunos caudillos civiles con formación intelectual, que habían aprendido algunas estrategias en cuanto a la forma de gobernar, de funcionarios peninsulares, sin embargo, no tenían la experiencia para guiar los destinos de una nación.

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33..33..11 PPrrooyyeeccttooss ddee NNaacciióónn Al consumarse la independencia de México, surge una nueva nación con serios problemas políticos, económicos y sociales. Trescientos años de dominación y estricto control de las instituciones españolas, no habían fomentado en las clases dominadas, una experiencia en la forma de gobernar. La conformación de una nueva nación requeriría de tiempo y de gente capacitada.

Crear una infraestructura económica capaz de competir con otras naciones, en estos primeros tiempos de vida independiente, era todavía un sueño. Al mismo tiempo, si no se buscaba a mediano plazo, consolidar una sólida estructura económica, ningún gobierno sobreviviría. Antes de la independencia, la economía mexicana ya había perdido importantes capitales debido a las muy considerables expropiaciones que la metrópoli había hecho contra el clero, que era el principal prestamista y con mayor capital líquido durante la época colonial. Ante este duro golpe, muchos artesanos, pequeños comerciantes y agricultores, no pudieron producir más por falta de apoyos financieros, estancando aún más la precaria situación económica a fines de este periodo y a principios del México independiente. A principios del s. XIX, España recurrió a grandes préstamos que utilizaría para enfrentar la invasión napoleónica, provocando la desmoralización de criollos y peninsulares acaudalados que hartos de la constante situación de guerra, emigraron hacia la metrópoli. Con estos antecedentes, la primera generación de políticos y caudillos mexicanos tuvo que gobernar a una economía en quiebra y un país carente de sentido de nación en cuanto a gobernar, y una extendida falta de identidad nacional en cuanto a sus habitantes. La situación política tampoco era favorable, porque no existía una organización capaz de solucionar los conflictos surgidos entre los dirigentes que habían logrado la independencia del país. Sus nuevas divisiones políticas agudizaron aun más las profundas diferencias entre esta nueva clase gobernante y los sectores más pobres del país. Dentro de estos grupos dirigentes, con poca experiencia y capacidad política, se encontraban algunos militares sobresalientes durante la guerra de independencia y algunos caudillos civiles con formación intelectual, que habían aprendido algunas estrategias en cuanto a la forma de gobernar, de funcionarios peninsulares, sin embargo, no tenían la experiencia para guiar los destinos de una nación.

De esta asociación de capacidades políticas y militares, surgirá la creación de un imperio, cinco constituciones, dos gobiernos centrales, dos federales y tres guerras internacionales, durante un periodo de 33 años. Ésta iniciará con la llegada al poder de Agustín de Iturbide (1821), y culminará en 1854 con la revolución de Ayutla. Por lo que se refiere al ámbito social, a pesar de la crítica situación prevaleciente durante este periodo, en lo económico, lo financiero y lo político, se tiene fe y esperanza en el porvenir del país. A pesar de que la mayoría de la población pensaba, que por el solo hecho de que ahora México era un país independiente, el bienestar económico vendría solo, ya que la riqueza ahora se quedaría en la naciente nación y serviría para el futuro desarrollo económico. Los acontecimientos posteriores, se encargarían de demostrar lo contrario: surgieron más contradicciones entre los grupos sociales, crecieron los intereses locales de las oligarquías, las diferencias entre los grupos políticos se agudizaron aún más y la ambición personal de altos funcionarios se colocó por arriba de los intereses de la nación. Éste será el marco político y económico en el que el gobierno de Agustín de Iturbide se desarrollará. 3.3.1.1. Régimen monárquico: Imperio de Iturbide Decretada la independencia, el país se encontraba en una situación bastante delicada, debido a que no contaba con una organización política bien consolidada, tampoco existía en el país un desarrollo económico estable, y en el aspecto social las diferencias entre las clases eran muy

marcadas ya que se habían conservado intactas las viejas estructuras impuestas por los españoles durante el periodo colonial, en este sentido, el cambio más bien era de forma que de contenido. Ahora quedaba por hacer la obra gigantesca de reformas sociales y económicas que habrían de traer beneficios a la nación. Agustín de Iturbide procedió a organizar al país, y cumpliendo con la función de presidente de la Junta Gubernativa y de la Regencia (Gobierno provisional propuesto en el Plan de Iguala), inició las transformaciones políticas, organizando un congreso en febrero de 1822. Éste quedó integrado por miembros del alto clero y altos jefes del ejército; como se puede observar, este organismo queda bajo la tutela de la alta aristocracia. Inmediatamente después de instalado el congreso se presentaron diversos conflictos, debido a la división de los grupos políticos en pugna, quienes tenían diferentes propuestas para gobernar y quienes buscaban establecer leyes que protegieran sus intereses particulares, éstos eran los Iturbidistas, Borbonistas y Republicanos.

Dos grupos participaron en el quehacer político del país: Los Monárquicos, quienes buscaban ceder el poder del reino a un príncipe católico, y los republicanos, que pretendían establecer un gobierno federal que garantizara la igualdad de todos los mexicanos. Los monárquicos eran conservadores, pretendiendo conservar los privilegios de la aristocracia, el clero y el ejército; los terratenientes buscaban formar un gobierno fuerte, con un clero económicamente poderoso y con un pueblo sumiso y temeroso que se sometiera a las disposiciones y decisiones de la Iglesia, quien los presionaba bajo la amenaza constante de excomulgar a quien se atreviera a cuestionar la institución. El otro grupo político antípoda al anterior, era el de los republicanos o liberales, quienes tenían fuertes tendencias burguesas, eran partidarios de un liberalismo económico, y por supuesto, se oponían a promover reformas del tipo social, que mejoraran las condiciones del pueblo pobre y el reparto de tierras a los campesinos. En cambio, pretendían una modernización del país despojando a la Iglesia y a la alta aristocracia de sus riquezas. Este partido de tendencia liberal, se reconocía como de tendencia democrática, radical y demagógica, afiliado a las logias masónicas. Ante estos acontecimientos, el pueblo mexicano tuvo que definirse entre una de estas dos propuestas políticas a considerar: la república o la monarquía. La falta de control en el gobierno y las noticias de que las fuerzas españolas atacarían el Puerto de Veracruz, fue la causa de que Pío Marcha y Epitacio Sánchez se pronunciaran a favor de Agustín de Iturbide, el 18 Mayo de 1822. Los soldados y el populacho, los apoyaron al grito de ¡Viva Agustín de Iturbide!, obligando al Congreso a proclamar a Iturbide Emperador, hecho que se consumó el 19 de Mayo de 1822. Gobierno de Iturbide Como se puede apreciar en el tema anterior, Agustín de Iturbide llegó al poder en condiciones sumamente catastróficas, las cuales lo obligaron a recurrir a los préstamos forzosos para mantener aquella ostentosa corte imperial que había construido con la alta aristocracia, descuidando así la problemática del país y lo pactado con los republicanos. Ante estos acontecimientos, Iturbide enfrentó todavía más dificultades con los diputados, quienes en su mayoría eran de extracción republicana, razón por la cual dominaban el congreso. Ante esta situación, el emperador disolvió a este organismo en Octubre de 1822; inmediatamente después formó una Junta Constituyente, con el objetivo de elaborar la constitución Imperial. Durante el gobierno de Iturbide, el país vivió una época de desorden político y anarquía, reflejándose en su gobierno una evidente falta de experiencia en el oficio de gobernar. Como consecuencia de esa falta de capacidad para manejar los destinos de una nación con graves dificultades, y no tomar en

cuenta la problemática existente entre los grupos que representaban el congreso, así como el desconocimiento de dicho organismo, los antiguos insurgentes se pronunciaron en contra del emperador. Antonio López de Santa Anna se sublevó en contra del Imperio, exigiendo un congreso constituyente y la instalación un gobierno republicano. El 1º. De Febrero de 1823 dio a conocer los puntos del Plan de Casamata, mediante el cual desconocía a Iturbide como Emperador, convocaba a la instalación de un nuevo congreso, argumentando la defensa de la soberanía de la nación. Para solucionar las dificultades que enfrentaba su gobierno, sobre todo con los republicanos, Iturbide se dispuso a la reinstalación del congreso. Sin embargo, esta mala decisión enardeció más a los diputados disidentes, obligándolos a pronunciarse en su contra. Ante estas presiones y los evidentes errores políticos cometidos por el emperador, el 19 de marzo de 1823 Iturbide abdica al trono, y el congreso lo declara como un gobierno ilegítimo y entonces es desterrado. Gobierno Provisional 1823 - 1824 Después de la renuncia de Iturbide al gobierno imperial, los mexicanos pusieron todo su empeño para construir la república, y el 30 de Mayo de 1823, el poder ejecutivo estuvo a cargo de un Triunvirato encabezado por Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo y Pedro Celestino Negrete, quienes habrían de convocar a un congreso constituyente para establecer las bases jurídicas del nuevo estado mexicano. 3.3.1.2. Régimen republicano: Primera república federal Una vez instalado el congreso constituyente en noviembre de 1823, predominando la tendencia federalista encabezada por Ramos Arizpe, tendencia que se había impuesto ya sobre los diputados centralistas dirigidos por Fray Servando Teresa de Mier, proponiendo una república federal en el nombre, pero central en la realidad. Finalmente se impuso el criterio federal, garantizando grandes ventajas para el país, debido a que se aseguraba el cambio de una nación que todavía estaba bajo la influencia colonial y además se planteaba la necesidad de la participación del individuo en los quehaceres políticos y económicos.

La Constitución de 1824 Una vez que el congreso constituyente había concluido su misión, el 31 de enero de 1824 fue aprobada la primera acta constitutiva de la nación mexicana y jurada en octubre del mismo año, la cual había tomado como modelo a la constitución de Estado Unidos de América y a la de Cádiz.

La constitución de 1824, organizó al país en una república federal, estableciendo la división de poderes: el Ejecutivo representado por un presidente y un vicepresidente, con duración de cuatro años, en el cual se prohíbe la reelección inmediata; el Legislativo integrado por la cámara de diputados y la de senadores; y el poder judicial del cual se hizo cargo la Suprema Corte. En cuanto al aspecto religioso se establecía la intolerancia de cultos, debido a que la religión católica sería la única oficialmente aceptada. La constitución retomaba en gran parte algunos aspectos de la época colonial, ya que no rompía con el pasado. Permitía que se conservaran los fueros militares y eclesiásticos y, además, no establecía garantías individuales. Gobierno de Guadalupe Victoria

En cumplimiento de las bases jurídicas de la constitución de 1824, se efectuaron las elecciones para elegir al primer presidente de la República Federal, favoreciendo ésta a Guadalupe Victoria y en la vicepresidencia a Nicolás Bravo.

Las funciones del primer presidente iniciaban en Octubre de 1824, con una gran desorganización económica y financiera, por consiguiente, sin recursos por la falta de ingresos fiscales que eran casi inexistentes.

Las riquezas estaban concentradas en la Iglesia y la Aristocracia, mientras que el resto de la población seguía en un estado de pobreza.

El presidente, Guadalupe Victoria, ante la falta de

recursos, se vio imposibilitado de llevar a cabo los proyectos de industrialización del país, por lo que su Ministro de Relaciones Exteriores, propone obtener ayuda del exterior y, logrando el reconocimiento del gobierno británico, consiguió dos empréstitos por un valor de 32 millones de pesos (un peso equivalía a un dólar estadounidense en estos momentos). La decisión de Alamán de solicitar crédito con Inglaterra y no con los Estados Unidos de América, fue porque temía comprometer a México con este país, por la política expansionista que manifestaba el gobierno estadounidense.

Acontecimientos importantes Durante el gobierno de Guadalupe Victoria, se presentaron algunos sucesos importantes en el aspecto político, en 1825 Joel Robert Poinsett, representante de los Estados Unidos Americanos, interviene en asuntos internos del país a través de las logias de rito Yorkino, una tendencia muy parecida a la Doctrina Monroe (discurso de James Monroe, presidente estadounidense, con el lema “América para los Americanos”), la cual hacía una advertencia a las potencias colonialistas, de que se abstuvieran en

intervenir en los asuntos internos de los países de América que habían logrado su independencia, de lo contrario, se consideraría una amenaza directa en contra de los Estado Unidos; sin embargo, se adjudicó el derecho de intervenir en la política interna del país. En Enero de 1827, se presentó un intento de reconquista española, ocasionando aún más el odio contra los españoles. Ante este hecho, se decretó la expulsión de éstos del país el 20 de diciembre del mismo año. Concluido el periodo presidencial de Guadalupe Victoria en 1828, se registraron nuevas elecciones para elegir al próximo presidente de la república mexicana. Se presentaron dos candidatos: los generales Vicente Guerrero y Manuel Gómez Pedraza; los votos favoreciendo a este último. Los radicales que apoyaban a Guerrero exigían que se anularan las elecciones, y se impusieron a la fuerza mediante una rebelión encabezada por Santa Anna, la cual derrocaría a Gómez Pedraza. A principios del año de 1829, Vicente Guerrero ocuparía la silla presidencial y el cargo de la vicepresidencia, quedaría en manos de Anastasio Bustamante (antiguo realista y enemigo de los insurgentes). Presidencia del General Vicente Guerrero

Durante el corto periodo del gobierno del General Guerrero (de abril - diciembre de 1929), tiempo en que se presentó un intento de reconquista por parte de España que aún no reconocía la independencia de México. Esta nación envió a Isidro Barradas con la intención de que México volviera a ser nuevamente colonia de España, siendo derrotado por Antonio López de Santa Anna. Por otra parte, el general Guerrero tuvo dificultades con los opositores a su gobierno (aristocracia civil,

militar y religiosa), los cuales promovieron sublevaciones en su contra, por lo que se vio obligado a dejar la capital para combatir a los rebeldes; Bustamante aprovecha esta situación se apodera de la capital. Inmediatamente después el congreso declara a Vicente Guerrero incapacitado para seguir gobernando al país. En Enero de 1830, Anastasio Bustamante fue reconocido como presidente de la República, iniciándose así las reformas que permitirán establecer para 1833, una República Centralista bajo la dirección del Partido Conservador.

3.3.1.3. Régimen conservador: programa político y económico. Lucas Alamán y el Banco de Avío

A principio del año de 1830, en nuestro país se iniciaba una nueva política nacional dirigida por el presidente Anastasio Bustamante, cuya tendencia era centralista. Formó su gabinete con personas distinguidas del Partido Conservador; una de éstas fue Don Lucas Alamán, quién ocuparía nuevamente el cargo de ministro del Interior y de Asuntos exteriores. Alamán, fue el cerebro de la política del gobierno de Bustamante, se dedicó a organizar y atender los asuntos públicos y su preocupación principal fue la de mejorar las condiciones económicas del país.

El ministro conservador, se dio a la tarea de establecer un programa de acción político, el cual contemplaba eliminar a todos los gobernantes de los Estados que no tuvieran ideas conservadoras, quién además, para concentrar el poder político, tuvo que disolver las legislaturas. Otro aspecto importante para Don Lucas Alamán, eran los territorios de Texas, debido a que Joel R. Poinsett, representante de Estados Unidos de América en México, había intentado comprar al gobierno mexicano dichos territorios por la cantidad de cinco millones de dólares. Texas estaba poblado en su mayoría por colonos de la Unión Americana, quienes habían obtenido un permiso de colonización con anterioridad a la independencia, prohibió la inmigración de extranjeros a las tierras del norte y envió familias mexicanas para que las habitaran. En materia económica, apoyaría la industrialización del país mediante el establecimiento de Escuelas técnicas, publicaciones científicas, la utilización de tecnología extranjera, y además, fortalecería la Industria Textil.

Las ideas progresistas no eran exclusivas del ministro conservador, ya que existían prominentes empresarios con intenciones de establecer empresas industriales en el país; como el proyecto de José María Godoy, quién pretendía establecer un proyecto de industrialización con la asociación del capital inglés, para importar productos textiles con el objetivo de aumentar la recaudación fiscal, y al mismo tiempo establecer mil telares en el Distrito Federal y en los Estados que lo solicitaran. Este proyecto quedó pendiente, debido a que los artesanos de Puebla se mostraron inconformes al

oponerse a la utilización de maquinaria inglesa, debido a que esta nación controlaría la industria textil mexicana.

Para apoyar los proyectos de industrialización del país, Don Lucas Alamán solicitó a Inglaterra un préstamo de un millón de pesos con la finalidad, de fundar el Banco de Avío (octubre de 1830), quería apoyar la Industria Textil. Logró la creación de 14 compañías con un capital de 102,603.00, los cuales se utilizaron para la compra de maquinaria de hilados y tejidos, trilladoras, molinos y despepitadoras, además se contrataron técnicos americanos y franceses, para que capacitaran a los obreros en manejo de la maquinaria. El proyecto no tuvo el éxito que se esperaba, debido a que al poco tiempo se deterioró la maquinaria a tal grado de que quedó inutilizada, por otra parte, los técnicos extranjeros, sin trabajar seguían percibiendo cuantiosos sueldos. El Banco desapareció en 1842, ante la indiferencia del gobierno. La República: Primera República Central, Guerra de los Pasteles, segunda República Central Venta y de la Mesilla

Primera República Centralista En Octubre de 1835 se reunió el Congreso para expedir los lineamientos de la nueva Constitución, que habría de cambiar el sistema federal establecido con la constitución de 1824, por un sistema central, y el 30 de Diciembre de 1836 se promulgó el nuevo código denominado “Las Siete Leyes Constitucionales”, estableciendo un sistema central del país. Éste contenía los derechos, libertades y obligaciones del ciudadano mexicano, se creó el Supremo Poder Conservador, por encima de los poderes Legislativo y Judicial, la duración del presidente será de 8 años, la división del territorio nacional en Departamentos y Distritos, el gobierno de los departamentos a cargo de gobernadores dependientes del central, y religión católica como única, sin tolerancia de otra. La república centralista, dirigida por Antonio López de Santa Anna, produjo importantes acontecimientos: El gobierno de Zacatecas se sublevó en contra del centralismo, decretando su separación y Santa Anna los derrotó. El territorio fue mutilado, y se creó el Estado de Aguascalientes el 11 de abril de 1835. En el Territorio de Texas se organizó otro pronunciamiento ocasionando una guerra que culminó con la independencia en 1836. En 1839 el Estado de Yucatán, se declara independiente de México mientras la nación no adoptara el sistema Federal. Guerra de los Pasteles El centralismo impuesto por la nueva constitución, marcó con más fuerza las diferencias entre los federalistas y centralistas, ocasionando que aumentaran los levantamientos militares en contra del gobierno de Anastasio Bustamante quien había ocupado el poder en Abril de 1837; esta inestabilidad política que

existía en el país, creó las condiciones propicias para que las potencias imperialistas del Siglo XIX, aprovecharan cualquier pretexto para intentar apoderarse del territorio Nacional. Desde 1827, Francia solicitaba a México la firma de un Convenio el cual establecía entablar relaciones comerciales entre ambos países; sin lograr concretar acuerdos definitivos por no estar de acuerdo con algunas de las cláusulas de dicho convenio, en el sentido de que México debía aceptar indemnizar por daños ocurridos a extranjeros radicados en territorio nacional.

Para 1838, México aún no reconocía ningún tratado con Francia, por lo que el representante barón Deffaudis, abandonó el país para preparar la ocupación del territorio mexicano, para volver al poco tiempo acompañado de 10 barcos de guerra, comandados por el contralmirante Carlos Baudin; se apostaron frente al Puerto de Veracruz, reclamaban el pago de 800,000 pesos por daños ocasionados a franceses, entre los que se encontraba el Sr. Remontel, dueño de un pastelería, donde algunos oficiales de Santa Anna, se

habían comido unos pasteles sin pagar la cuenta. A este conflicto el pueblo lo denominó “La Guerra de los Pasteles” El Presidente Bustamante decide firmar la paz, considerando que México no estaba en condiciones de participar en una guerra con Francia, por su incapacidad militar y marítima. El conflicto terminó en 1839, año en que se firmó el tratado de paz, obligando a México a entregar al gobierno francés la cantidad de 600,000 pesos, por concepto de daños a franceses radicados en el país. Segunda República Centralista Durante el período comprendido entre 1840 y 1843, los pronunciamientos de los centralistas y federalistas continuaron con más fuerza en algunos Estados del país. Uno de estos fue el del General Mariano Paredes Arrillaga, quién proclamó el Plan de Tacubaya, el cual derrocaba el régimen fundamentado en Las Siete Leyes. Anastasio Bustamante renuncia a la presidencia, quedando Santa Anna como presidente provisional, y se elegía un nuevo Congreso también centralista en Octubre de 1842. Éste formuló un proyecto de tendencia liberal como la libertad de culto y de imprenta. Santa Anna inconforme por no estar de acuerdo con la actitud de los congresistas que se negaba a someterse a su poder, solicitó licencia y se retiró a su hacienda en Veracruz, quedando en su ligar Nicolás Bravo como presidente interino. El Congreso fue disuelto y en su lugar se nombró una Junta Nacional Legislativa, encargada de redactar la nueva Constitución denominada Las Bases Orgánicas, la cual fue proclamada el 14 de Junio de 1843. El nuevo código establecía la Segunda República Centralistas, que anulaba el Supremo Poder Conservador y dando mayores facultades al ejecutivo.

La Venta de la Mesilla En 1853 se iniciaba el gobierno dictatorial de Santa Anna, y que habría de ser la undécima y última ocasión que ocupara la presidencia de la República Mexicana. Establece un gobierno absolutista que él mismo había criticado años atrás en el gobierno monárquico de Iturbide. Forma su gobierno con prominentes miembros del Partido Conservador; se dio a Santa Anna el tratamiento de “Alteza Serenísima”, y se puso bajo su mando un ejército uniformado al estilo de los europeos. Las características de este nuevo gobierno, pueden resumirse de la siguiente manera: se incrementa la policía secreta en contra de los opositores; se suprime la libertad de imprenta; se incrementan los impuestos de agua, puertas, ventanas, posición de animales domésticos, etc. En esta equivocada política del dictador centralista dirigida por Santa Anna, el país enfrenta un nuevo problema con los Estados Unidos de Norteamérica, quienes presionan al gobierno mexicano para la venta de La Mesilla, territorio situado en los confines de Chihuahua y Sonora; el acuerdo se aceptó mediante el pago de 10 millones de pesos por dicho territorio. La venta de La Mesilla, acabó con el prestigio que le restaba al presidente Santa Anna; los grupos opositores al gobierno manifestaron su oposición a la política centralista e intentaron sublevarse para sustituir a la dictadura por una República Federal. 3.3.1.4. Régimen liberal: La Reforma de 1833 de José María Luis Mora y Valentín Gómez Farías La política represiva del presidente Bustamante y el asesinato del General Guerrero (Febrero de 1831), fue un acontecimiento que permitió a Antonio López de Santa Anna, iniciar su carrera política caracterizada por un prestigio popular, sus triunfos militares y por luchar en defensa de la patria. El fusilamiento de Guerrero, provocó un nuevo levantamiento en contra de Bustamante. Antonio López de Santa Anna inicia la rebelión en Veracruz (Enero de 1832), el movimiento es apoyado por algunos estados de la República. El presidente Bustamante se vio obligado a abandonar su gobierno, y el 23 de diciembre de 1832, firmó los Convenios de Zavaleta; reconociendo como presidente provisional a Manuel Gómez Pedraza, quien solo duraría tres meses en el poder, tiempo que bastaría para convocar a nuevas elecciones que llevarían por primera vez a Santa Anna a la presidencia con Valentín Gómez Farías en la Vicepresidencia, y bajo la bandera del Federalismo.

Gobierno de Antonio López de Santa Anna y de Valentín Gómez Farías (1833–1835) En abril de 1833, Santa Anna habría de ocupar la presidencia, pero como no se presentó, debido a que se encontraba descansando en su hacienda en Veracruz, Valentín Gómez Farías se encargó interinamente de ésta. La preocupación de Gómez Farías era el progreso del país, y para lograrlo, era necesario llevar a cabo una política lejos de la influencia del clero y de los grupos conservadores. En su interinato como presidente de la República figuró Don José María Luis Mora, prominente intelectual de esta época, y promotor de un programa de reformas de las instituciones heredadas de la colonia. Con carácter de presidente, Valentín Gómez Farías habría de ponerlas en práctica. Programa reformista de 1833

Para lograr el programa reformista que pretendía afectar los intereses de la iglesia y del ejército, era necesario modificar cuatro aspectos fundamentales de la sociedad mexicana: reformas eclesiásticas, educativas, del ejército y hacendarías. En lo referente a las reformas Eclesiásticas, se establece la libertad de pagar los diezmos sin la obligatoriedad por parte del Estado. Se suprime la coacción para el cumplimiento de los votos monásticos; también se acuerda la secularización de las misiones de California. La iglesia tiene que reconocer como única autoridad al Estado. En materia Educativa, se suprimen los monopolios de la iglesia y se reconoce al Estado como autoridad para manejar la educación pública. En cuanto a las reformas del ejército, Gómez Farías establece la desaparición de los privilegios militares, como la participación en las decisiones políticas de la nación, y el fuero, porque con este último quedaban casi impunes sus delitos, y además el espíritu de rebelión que los jefes manifestaban. Por tales razones se plantea reducir al ejército en seis batallones y seis regimientos de caballería, así como disminuir el número de altos jefes del ejército. Respecto a las reformas hacendarías, se acuerda la desamortización de los bienes eclesiásticos, con la finalidad de beneficiar al pueblo mexicano. República Federal (1846–1853): Plan de Ayutla, Gobierno de Juan Álvarez e Ignacio Comonfort

Era el año de 1846, el centralismo continuaba influyendo en la vida política del país, así como los privilegios de la aristocracia y del clero, que tenían en sus manos el 80% de la propiedad territorial.

Una vez aprobados los Tratados de Paz, que pusieron fin a la guerra contra Estados Unidos de América, El General José Joaquín Herrera ocuparía el poder con la aprobación del Congreso para el periodo de 1848-1851, tiempo en que la economía del país se encontraba en bancarrota, por lo que el general Herrera utilizó el dinero entregado por Estados Unidos, para pagar los adeudos pendientes. Por otra parte, otra de las dificultades que se presentaron durante la administración del general Herrera, fue el desarrollo de un ambiente de frecuentes conspiraciones y pronunciamientos, uno de éstos fue el de Mariano Paredes Arrillaga, quien acusaba de traidores a los que firmaron el Tratado de Guadalupe - Hidalgo porque en él se entregaba a Estados Unidos una parte del territorio mexicano, tema que se estudiará más adelante. Herrera, a pesar de estos conflictos, logró impulsar la construcción de líneas férreas e introdujo en el país el telégrafo. Para 1852 es electo presidente el General Mariano Arista, quien pretenderá continuar la obra modernizadora del general Herrera; así como también reorganizar el impuesto sobre el tabaco. El general Arista se vio obligado a renunciar a la presidencia, debido a que el Congreso no le concediera facultades extraordinarias para sofocar las rebeliones que se presentaron el país, como fue la que inició en Guadalajara en octubre de 1852, encabezada por José Maria Blancarte, y con el Plan de Hospicio exigían el regreso de Santa Anna al poder. El general Antonio López de Santa Anna se encontraba en Colombia, hasta donde fue una comisión para solicitarle su regreso al país. Lucas Alamán, representante del partido conservador, intervino en esta gestión. En 1853 es recibido con bombos y platillos el general Antonio López de Santa Anna, por parte del grupo conservador que había solicitado se le otorgara nuevamente el gobierno de la Presidencia, porque era el único capaz de restablecer la paz en el país. A partir de este año se establece de nueva cuenta la dictadura santanista, por última y undécima vez, asumió la presidencia. Las características de este nuevo gobierno podrían resumirse de la siguiente manera: se incrementa la policía secreta en contra de los opositores; se suprime la libertad de imprenta; se incrementan los impuestos de agua, puertas, ventanas, posición de animales domésticos, etc. El Congreso lo declara dictador perpetuo, y se hace llamar Su Alteza Serenísima. Santa Anna se dedicó además de despilfarrar y endeudar al país, a perseguir a todo aquel que tuviera ideas contrarias a las suyas, utilizando la represión como el destierro o la cárcel. La venta de La Mesilla acabó con el prestigio que le restaba al presidente, los grupos opositores al gobierno habrían de manifestar su oposición a la política centralista, e intentarán sublevarse para sustituir a la dictadura por una República Federal.

Plan de Ayutla

El abuso de poder del presidente Santa Anna, provocó inconformidad del pueblo mexicano, el cual cansado de las injusticias y de la inseguridad que había sufrido por tantos años, hizo más fuerte la oposición. En el sur del país, Juan Álvarez, Florencio Villarreal e Ignacio Comonfort, se levantaron en armas para derrocar del poder al dictador. El primero de marzo de 1854 se proclamaba el Plan de Ayutla, el cual en esencia contenía lo siguiente: Se desconocía a Santa Anna como presidente, se pedía el nombramiento de un Presidente interino, quien convocaría a un Congreso Constituyente que elaboraría con principios republicanos una nueva Constitución política para el país. El surgimiento de la Revolución de Ayutla en 1854, se inició con líderes convencidos de la necesidad de una reforma radical, que permitiera una verdadera transformación de la sociedad mexicana, no sólo en lo político sino que también en lo económico. Esta visión de los revolucionarios atrajo la atención de algunos mexicanos que estaban a favor del cambio y esto sumado al descontento popular contra el grupo conservador, permitió que el movimiento revolucionario se extendiera por todo el país. Santa Anna recurrió a la persecución y asesinatos a quienes se encontraban con armas, utilizando artimañas para reprimir a los simpatizantes de la revolución, y en medio de una serie de pronunciamientos militares en contra de su gobierno, comprendió que le era imposible sostenerse por más tiempo en el poder, salió de la Ciudad de México el 9 de agosto de 1855 rumbo a Veracruz, en donde se embarcó para la Habana, Cuba. Con el triunfo de la Revolución de Ayutla, puso fin a la era santanista e iniciaba una nueva etapa caracterizada por el triunfo de las ideas liberales. Gobiernos de Juan Álvarez e Ignacio Comonfort (1855–1857) El Gobierno de Juan Álvarez Juan Álvarez fue nombrado presidente Interino de México en el año de 1855. Integró su gabinete con algunos liberales como Benito Juárez, en el Ministerio de Justicia; Melchor Ocampo, en Relaciones Exteriores; Ignacio Comonfort, en el de Guerra; Miguel Lerdo de Tejada, en Fomento; Ponciano Arriaga, como ministro de Gobernación; y Guillermo Prieto como ministro de Hacienda. Una vez instalado su gobierno empezaron los conflictos entre los miembros del gabinete, los liberales se

oponían a la intervención del clero en asuntos oficiales de Estado, mientras que Comonfort resultó ser un hombre moderado, es decir, con algunas tendencias de tipo conservador. En el corto tiempo de la administración pública del gobierno de Don Juan Álvarez, inicia la transformación del país, mediante la primera ley reformista llamada Ley Juárez (por haberla redactado Benito Juárez) expedida el 22 de Noviembre de 1855. Esta suprimía los fueros eclesiásticos y militares para el caso de los delitos comunes. Los tribunales civiles se harían cargo de enjuiciar a los miembros del clero y del ejército en caso de delitos de orden civil (robo, homicidio, etc.). Los intereses de la Iglesia y el Ejército resultaron afectados con esta Ley liberal; por lo que incitaron al pueblo para que se sublevaran y exigieran que dicha Ley fuera derogada. Ante estos hechos de presión, Don Juan Álvarez renuncia a la Presidencia de la República, el 8 de diciembre de 1855 y fue sustituido por el general Ignacio Comonfort, un liberal moderado, elegido por el Congreso.

El Gobierno de Ignacio Comonfort

El 11 de diciembre de 1855 Comonfort fue elegido presidente, el nuevo gobierno aplica una política conciliatoria, permitiéndole ganarse el apoyo de los liberales y conservadores. Sin embargo, ambos grupos lo presionaron para que actuara de acuerdo con sus intereses.

Después de hacerse cargo del poder ejecutivo, Comonfort continuó con la reforma legislativa, y a pesar de las protestas que todavía existían, dictó las siguientes leyes: la que suprimía la coacción civil para el cumplimiento de los votos monásticos. También suprimió la Compañía de Jesús. El 25 de Junio de 1856 se publicó la ley de Desamortización de los Bienes de las Corporaciones Civiles y eclesiásticas, o Ley Lerdo, elaborada por Miguel Lerdo de Tejada, quien consideraba que uno de los principales problemas del estancamiento del desarrollo del país, se debía en gran parte a la falta de circulación de las riquezas que estaban en manos de la Iglesia, y que hacía tanta falta para establecer un sistema tributario uniforme.

Otra disposición legal fue la ley que elaboró José María Iglesias Ministro de Justicia del Gobierno de Comonfort, fue la ley Iglesias que prohibió el cobro de derechos y obvenciones parroquiales a los pobres, que hasta entonces la Iglesia había exigido para administrar los sacramentos; se considerarían como pobres todas aquellas personas que no obtuvieran mediante su trabajo personal más de la cantidad diaria indispensable para la subsistencia.

En respuesta, el clero se opuso a estas leyes, por lo que se iniciaron levantamientos en varias partes del país al grito de “religión y fueros”, principalmente en Puebla y San Luis Potosí.

LA REFORMA LIBERAL: Constitución de 1857. Leyes y Guerra de Reforma. Tratados Mon Almonte y McLane Ocampo

La Constitución de 1857

El 18 de Febrero de 1856 se iniciaron las sesiones del Congreso Constituyente, predominaron los liberales radicales que buscaban la modernización del país mediante una serie de medidas jurídicas a fin de lograr que México se constituyera como un Estado fuerte tanto política como económicamente.

La corriente liberal estuvo representada por Valentín Gómez Farías, Ponciano Arriaga, Santos Degollados, José María Mata, Melchor Ocampo, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez, Francisco Zarco, entre otros.

Después de casi un año de haber iniciado sus funciones, el 5 de Febrero de 1857, bajo la presidencia de Don Valentín Gómez Farías, el Congreso aprobó la Nueva Constitución que organizó al país en forma de república representativa, democrática y federal.

Las características fundamentales de la constitución de 1857 fueron: que dividía al gobierno en tres poderes; Ejecutivo (un Presidente), Legislativo; (El Congreso), y Judicial (la Suprema Corte de Justicia). En esta constitución se suprimía la vicepresidencia porque en gobiernos anteriores sirvió como palanca para derrocar al presidente en funciones. Asimismo, dividía a la República en 23 Estados y un Territorio que era el de Baja California, el Distrito Federal o Estado del Valle de México. Por otro lado, la nueva Constitución contemplaba los derechos del hombre que sería la base de las instituciones sociales, reconociéndose las garantías de libertad, igualdad, propiedad y seguridad. La Soberanía de la nación residirá en el pueblo. Además, en la nueva constitución se incluyeron las leyes sobre la abolición de fueros, desamortización de corporaciones civiles y eclesiásticas y la libertad de enseñanza. Una vez efectuadas las elecciones conforme a la nueva constitución, el primero de diciembre de 1857, Ignacio Comonfort asumió la presidencia y Benito Juárez ocupó el cargo de presidente de la Suprema de Corte de Justicia. El impacto de esta constitución desembocó en el golpe de Estado de Ignacio Comonfort y la Guerra de Reforma. Leyes y Guerra de Reforma Antecedentes: El principal malestar en contra de la Constitución de 1857, fue la reacción por parte del grupo conservador y la Iglesia que veían amenazados sus intereses políticos y económicos.

Ante estos acontecimientos, el Presidente Comonfort llegó a la conclusión de que le era imposible gobernar con una Constitución que le parecía demasiado radical, por lo que declaró la necesidad de realizar algunas reformas, ya que pensaba que éste sería el único camino para evitar la guerra. Estas ideas originaron que los conservadores encabezados por el general Félix Zuloaga, y de acuerdo con el Presidente Comonfort proclamaran el 17 de diciembre de 1857, el Plan de Tacubaya el cual desconocía la Constitución de 1857, para elaborar un nuevo código que garantizara los intereses del pueblo. Algunos colaboradores de Comonfort renunciaron, pero otros como Benito Juárez fueron encarcelados.

El 11 de Enero de 1858, Comonfort fue desconocido como presidente por parte de los conservadores y se nombró en su lugar al general Félix Zuloaga. Después de disolver el Congreso y poner en libertad a Benito Juárez y a los demás liberales, Comonfort abandonó la Presidencia exiliándose en los Estados Unidos, Benito Juárez huye a Guanajuato donde estableció su gobierno, conforme a lo previsto en la Constitución de 1857. Félix Zuloaga en la Ciudad de México, tomó posesión del Palacio Nacional, y fue reconocido Presidente por el grupo conservador. Estos sucesos marcaron el inicio de la llamada Guerra de Reforma, que se prolongaría durante tres años. La Guerra de Reforma se resolvió mediante artillería en diversas plazas del país, de diciembre de 1857 a diciembre de 1860, pueden distinguirse tres etapas:

La primera, en 1858, fue una serie de triunfos para los conservadores, como en Guadalajara, Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosí. La segunda, en 1859 llegó a un equilibrio de fuerzas recurriendo al extranjero para vencer a sus opositores; ya que los dos gobiernos que coexistieron en México de 1858 a 1867 trataron de obtener el reconocimiento del extranjero. Los Estados Unidos reconocieron el gobierno de Benito Juárez, por lo que el primero de diciembre de 1857 se firmó el Tratado MacLane-Ocampo, en el cual comprometió al estado mexicano el interés de los Estados Unidos de obtener más territorios de México; por ello, Ocampo negoció el libre tránsito por el Istmo de Tehuantepec. El objetivo de los norteamericanos, consistía en la posibilidad de obtener con mayor facilidad el paso del Atlántico al Pacífico. Pero el tratado fue rechazado por el Senado norteamericano el 31 de mayo de 1861 por no convenir a los intereses de su nación. Por otra parte, los conservadores fueron reconocidos por España, logrando el apoyo de este país, mediante el tratado entre Juan N. Almonte, representante del gobierno conservador, y don Alejandro Mont, representante del gobierno de España. El tratado Mont-Almonte firmado el 16 de septiembre de 1859, México se comprometía a indemnizar a España por todos los daños causados a los españoles radicados en este país a raíz de la guerra de independencia, además otros pagos pactados en 1853 con Santa Anna.

La tercera etapa en la Guerra de Reforma, en 1860, decidió definitivamente del triunfo liberal, el 22 de diciembre de 1860, que marcó el fin de la guerra. Las principales Leyes de reforma fueron expedidas entre 1859 y 1861, cuando Benito Juárez, presidente de México, estaba establecido en el puerto de Veracruz. Éstas se promulgaron en medio de levantamientos ente los liberales y conservadores.

Estas Leyes de Reforma fueron las siguientes:

Ley que separó al Estado de la Iglesia (1859). Ley que nacionalizó los bienes y propiedades del clero (1859). Ley que suprimía las órdenes monásticas (1859). Ley que creaba el Registro Civil (1859). Ley que secularizaba los cementerios (1859). Ley que otorgaba la libertad de imprenta (1861). Ley secularizó los hospitales se instituciones de beneficencia (1861). Ley que reglamentaba la instrucción pública (1861).

Las Leyes de Reforma, en esencia, decretaban la nacionalización de los bienes del clero, la separación Estado-Iglesia, la institucionalización del matrimonio civil, la secularización de los cementerios y la libertad de culto.

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La conformación de México como país libre y soberano tuvo que enfrentar dos retos formidables en el siglo XIX: el intervencionismo estadounidense y la invasión francesa. El propósito común de estas dos agresiones fue la dominación y expansionismo imperialista.

La situación de México como país emergente con inestabilidad política y económica, era campo fértil para los fines de intervención armada de estas potencias.

Sin embargo, los conflictos internacionales, de alguna manera sirvió como lección para el pueblo mexicano, debido que se perfiló un incipiente nacionalismo que hizo frente al enemigo exterior; se afianzaron los lazos de solidaridad y resistencia popular y se fincaron las bases para la conformación de un Estado-nación.

El despojo de territorios, el pago de indemnización y la violación de la soberanía nacional por los países invasores fueron factores que permitieron a nuestro país buscar intensamente una identidad Nacional.

3.3.2. Contexto nacional e internacional En el panorama político y económico del país, durante los años de 1844 a 1846, por un lado se manifiesta una economía más cerrada, debido a que se limitaron las importaciones de oro y plata, se incrementó el pago de alcabalas a productos extranjeros y aumentaron los impuestos a la venta de tabaco, pólvora y bienes nacionales. A pesar de estas medidas proteccionistas, el pueblo seguía siendo un ferviente consumidor de productos extranjeros, favoreciendo al contrabando, lo cual reducía las posibilidades de continuar impulsando las actividades económicas como la minería y la agricultura. Con respecto a la deuda pública que habían contraído gobiernos anteriores, lejos de reducirse ésta aumentaba en forma exagerada; para 1846 se calcula que la deuda era de 10 mil millones 200 mil pesos con un interés anual del 5%. Éste se convertía en el pretexto perfecto para reclamaciones e intervenciones de otras Naciones en la vida política del país. Como se puede observar el panorama político y económico de México, era desalentador, situación que aprovechará Estados Unidos para lograr sus objetivos de su política expansionista; que desde la Independencia de México, ese país ha manifestado su interés de anexarse nuestro país. En otro orden de ideas, Estados Unidos había crecido fácil y rápidamente, en 1803 compró la Luisiana que era dominio de Napoleón Bonaparte, y más tarde compró a España la Florida.

3.3.2.1. Invasión norteamericana Separación de Texas Los territorios ubicados en la zona fronteriza de la parte norte del país eran muy extensos, además de incomunicados, abandonados, y olvidados por los gobiernos en función, y por su ubicación geográfica, además en estos territorios la población mexicana era muy escasa. El Territorio de Texas se había poblado por emigrantes de Estados Unidos de América, debido a las concesiones que el gobierno español como el mexicano otorgó, con la única condición de que fueran latinos y católicos. Lográndose poblar ese territorio en su mayoría por colonos norteamericanos, ante la escasa población novohispana. Aprovechando la crisis política provocada por la creación de la República Centralista, los texanos en 1835 propusieron su separación de México, por considerar que perdían su autonomía. Apoyados por el Presidente norteamericano Jackson proclamaron la ruptura del pacto Federal y declararon su Independencia. En respuesta el gobierno de Santa Anna, con seis mil soldados se lanzó contra los colonos texanos ocupando San Antonio Béjar y el Fuerte del Álamo; continuó su camino hasta San Felipe de Austin y cuando se encontraba más confiado de alcanzar su victoria contra los texanos, es derrotado y hecho prisionero en San jacinto obligándolo a firmar el Tratado de Velasco en Mayo de 1836 mediante el cual México reconocía su Independencia de Texas y se comprometía a no enviar tropas para recuperar el territorio. Por su parte el gobierno texano representado por David G. Brunei, se comprometía a no incorporar a Texas a ninguna otra Nación, acuerdo que no habrán de cumplir por que en 1845 solicitó su incorporación como un Estado de la Unión Americana. Mientras Santa Anna siendo prisionero de los texanos, había renunciado a la Presidencia, Anastasio Bustamante nuevamente ocupó el cargo del Poder Ejecutivo sustituyendo a Santa Anna. Este conflicto fue el preámbulo de la guerra contra los Estados Unidos. La guerra de 1846-1848

Una vez incorporada Texas, las ambiciones expansionistas de los norteamericanos buscaban también apoderarse de los inmensos territorios mexicanos de California y Nuevo México. El conflicto inició el 13 de Mayo de 1846, después de que el Congreso de Estados Unidos autorizó la declaración de guerra a nuestro país, con el pretexto de que fuerzas mexicanas habían capturado a soldados enemigos en Matamoros, Tamaulipas.

El gobierno norteamericano ordenó al general Zacarías Taylor ocupar Corpus Christi y el bloqueo de los Puertos de Tampico y Veracruz. El Presidente mexicano Paredes designa a Mariano Arista para que se encargue de la defensa del territorio nacional. Los primeros combates se escenificaron en Palo Alto y Resaca de la Palma, donde sería derrotado el ejército mexicano. En septiembre de 1846, después de continuar su trayecto hacia el centro de México, el general norteamericano ocupa Monterrey y posteriormente Saltillo. Ante el avance norteamericano, el gobierno

mexicano designa a Santa Anna jefe del ejército, quien al mando de 13 mil hombres y 30 piezas de artillería enfrentará a los norteamericanos en la Batalla de la Angostura; cuando todo parecía favorecer con el triunfo al ejército de Santa Anna, es informado de la rebelión de grupos conservadores ligados a la Iglesia en contra del gobierno, el cual pretendía vender los bienes eclesiásticos para financiar la guerra. Santa Anna llegó en marzo de 1847 a la capital del país, suprime la Vicepresidencia y solicita apoyo económico a la Iglesia para mantener la guerra. El ejército norteamericano, por su parte, ocupa la Alta California y Nuevo México; aprovechando los conflictos en la capital del país abren un nuevo frente de guerra en el Golfo de México al mando del general Winfield Scott, quien ocupará el puerto de Veracruz después de haberlo bombardeado durante seis días; en esta batalla se considera que murieron más de mil mexicanos entre civiles e integrantes del ejército. Santa Anna, quien había ocupado nuevamente la Presidencia, sale en auxilio de sus compañeros al mando de diez mil hombres, hace frente a los norteamericanos cerca de Jalapa donde será derrotado. A partir de este momento el general Scott continuará ocupando territorio nacional desde Orizaba hasta la capital del país, a donde arribará en el año de 1847. Bastaron cuatro meses a los norteamericanos para derrotar a las tropas santanistas y ocupar el Distrito Federal. En septiembre de 1847 Santa Anna renuncia a la Presidencia y asume el gobierno el licenciado Manuel de la Peña y Peña, quien se verá obligado a trasladar su gobierno a Querétaro y entablar negociaciones con los representantes de Estados Unidos para establecer los acuerdos de paz entre ambas naciones. El 2 de febrero de 1848 en la Villa de Guadalupe se firma el Tratado de Guadalupe - Hidalgo, en el cual se establece que Texas, Nuevo México y la Alta California pasan a poder de Estado Unidos; poco más de dos millones de kilómetros cuadrados le serán arrebatados al pueblo de México.

Estados Unidos se compromete a pagar quince millones de pesos como indemnización por los territorios cedidos por México, además de defender la frontera entre amabas naciones de las incursiones de los grupos bárbaros. Consecuencias Para México, la derrota, el desaliento: diez mil soldados vencieron a todo un pueblo hundido en el caos, la anarquía, que en casi cuarenta años había tenido paz. Estados Unidos tuvo una ganancia muy importante, se convirtió en la potencia que pregonaba la doctrina Monroe y el destino manifiesto, en sus relaciones diplomáticas en el exterior. 3.3.2.2 Intervención francesa 1862-1864 Antecedentes de la Intervención México afrontaba graves problemas económicos originados por la guerra de reforma (1857-1860), pues la industria, la agricultura y el comercio continuaban desorganizados y, en consecuencia las finanzas públicas en bancarrota, así que el estado carente de recursos para solventar sus deudas internas y externas. Era un estado pobre con un pueblo en la miseria, pero con una aristocracia y un alto clero en la opulencia y llenos de egoísmos. La agobiante situación financiera obligó al Presidente Juárez a suspender el pago de la deuda pública por un periodo de dos años, mediante el decreto del 17 de Junio de 1861. La deuda más grande era con Inglaterra, ya que desde el momento de vida del México independiente, se recurrió a los empréstitos con los ingleses. La decisión del Presidente Juárez ocasionó molestias en el extranjero, y fue causa determinante de la intervención europea en nuestro país. Las tres potencias, Francia, Inglaterra y España, unieron sus fuerzas para presentar sus reclamaciones contra México. En consecuencia el 31 de Octubre de 1861, la reina Victoria de Inglaterra, Isabel II de España y Napoleón III, emperador de Francia, firmaron la Convención de Londres. El postulado del convenio estableció la no intervención en los asuntos internos de México; la acción sólo se limitaría a ocupar fortaleza y puestos militares mexicanos para cumplir su propósito. Estados Unidos también había sido invitado a participar, pero el inicio de la Guerra de Secesión le impidió tomar parte en el plan. Francia reclamaba 57 millones de pesos; Inglaterra, 70 millones de pesos y España, 9.5 millones de pesos; en total 136.5 millones de pesos. En la expedición de la Alianza Tripartita, Juan Prim representaba a España, Charles Wycke a Inglaterra, y Dubois de Saligny a Francia.

El 15 de diciembre de 1861, bajo la dirección de Prim, los españoles tomaron San Juan de Ulúa y la ciudad de Veracruz. Mientras, franceses e ingleses llegaban a la costa mexicana en enero de 1862. En medio de esta serie de movimientos Manuel Doblado logró una entrevista con los representantes de los tres Estados Extranjeros para llegar a un acuerdo y solucionar la Intervención Tripartita en México. El resultado de estas negociaciones fueron los Tratados de La Soledad (Veracruz) que se firmaron el 19 de Febrero de 1862, mediante los cuales se confirmaba la validez del gobierno liberal, la renuncia de las tres naciones extranjeras a intervenir en el régimen mexicano, además de la eventual retirada de las tropas europeas del territorio mexicano. El mismo año de 1862 un grupo de conservadores mexicanos representados por Juan Nepomuceno Almonte se declaró en contra del gobierno liberal; la seguridad de éste, nacía del apoyo que le prestaban las tropas francesas asentadas en Veracruz. Ante esta intromisión foránea en los asuntos políticos de México, se declaró rota la Alianza Tripartita; por consiguiente, tanto españoles como ingleses retornaron a Europa. Las tropas francesas no abandonaron el suelo mexicano, lo cual violaba los convenios en Londres, así como los Tratados de La Soledad. Una nueva aventura se cernía sobre México con la llamada intervención francesa respaldada por el imperialismo francés de Napoleón III. Acontecimientos más relevantes de la Guerra El gobierno mexicano tratando de evitar la guerra en abril de 1862; derogó el decreto de la suspensión del pago de la deuda, pero su intento fracasó. Los representantes de Francia declararon la guerra y convocaron al pueblo mexicano para que se unieran a ellos, Juan N. Almonte fue reconocido como jefe supremo de la Nación. La capacidad militar de los franceses era superior al de los mexicanos, ya que contaban con 7,000 hombres, entre ellos extranjeros y conservadores. El ejército mexicano, con 12,000 miembros, una agrupación de indios zacapoaxtlas sin armas, pero convencidos en defender su patria.

El ejército francés era comandado por el general Laurencez, quien ordenó la marcha sobre Puebla, fortificada por Ignacio Zaragoza.

El 5 mayo de 1862 los mexicanos derrocaron al mejor ejército del mundo. Las consecuencias de este suceso fueron trascendentales. Nuestro país era otro, el pueblo mexicano se motivó por estos éxitos de triunfos.

El desprestigio de Napoleón III en Francia y Europa, dudaban del poderío del emperador. Por lo que el

gobierno francés iba adquirir guerra prolongada.

Elías Forey sustituyó a Laurencez y este nuevo mariscal se encargó de los asuntos del gobierno. En septiembre de 1862 Forey llegó a México y Almonte fue destituido de su cargo.

Mientras que el ejército francés ocupaba Córdoba y Perote, en Veracruz, el Congreso convocó al pueblo a luchar contra la invasión, porque Napoleón III quería convertir al país en una colonia. En marzo de 1863 la ciudad de Puebla empezó a ser sitiada. La defensa de la ciudad estaba a cargo de Jesús González Ortega, Ignacio Comonfort y Porfirio Díaz. El 17 de mayo el ejército mexicano se rindió. El 31 de mayo de 1863 Juárez abandonó la capital y empezó su peregrinar al norte del país. Marchó a Querétaro, a San Luis Potosí, Monterrey, Saltillo, Chihuahua y a Paso del Norte, hoy Ciudad Juárez. El ejército Francés, había ocupado casi todo el territorio nacional; así que el pueblo mexicano debilitado defendía la independencia, reconociendo como único y legítimo gobierno el de Juárez. Napoleón III Francia se encontraba en un periodo de rápido crecimiento industrial, gobernaba el país Luis Napoleón Bonaparte o Napoleón III, quien había pasado de Presidente en 1848, a Emperador en 1852. Se propuso la creación de un Imperio en México, contando con el apoyo de algunos miembros del Partido Conservador, entre ellos se encontraban, José Manuel Hidalgo, José María Gutiérrez Estrada, Juan Nepomuceno Almonte, y otros. Segundo Imperio. Maximiliano de Habsburgo, 1864-1867

Los conservadores ofrecen el trono de México al archiduque Fernando Maximiliano de Habsburgo, y empezaron a negociar con él. Quién profesaba ideas liberales que más tarde enfrentará problemas con el grupo conservador.

En Junio de 1863 Forey ocupó la ciudad de México y se dispuso a organizar el gobierno imperial. Este mismo año se creó la Junta Superior de Gobierno, y

Maximiliano de Habsburgo y Carlota Amalia, emperadores de México.

posteriormente la Junta tomó el nombre de Consejo de Regencia dirigida por Juan N. Almonte, el arzobispo Labastida y Mariano Salas. Esta junta convocó a una Asamblea de Notables, que eligieron como emperador a Maximiliano de Habsburgo.

El 10 de Julio de 1863 la Asamblea dispuso la creación de una monarquía moderada, hereditaria, encabezada por un príncipe católico. La asamblea se dispuso a ofrecer el trono a Fernando Maximiliano de Habsburgo, quien podría heredar el trono a sus descendientes, y en caso de que él no aceptara la Corona, Napoleón III nombraría a otro príncipe católico.

El 3 de octubre de 1863 los conservadores José Maria Gutiérrez Estrada, José Manuel Hidalgo, Antonio Escandón, Joaquín Velásquez de León, Ángel Iglesias, y otros, ofrecieron la Corona al archiduque Fernando Maximiliano de Austria en su residencia de Miramar.

Maximiliano recibe en su castillo de Miramar a la delegación mexicana que iba a ofrecerle el trono de México. El archiduque puso por condición para aceptar tal ofrecimiento, que su nombramiento fuera confirmado por el voto de la nación mexicana. Para cumplir con esta condición la Regencia ayudada por el ejército francés, se encargaron de recoger firmas en todos los lugares ocupados por los invasores, con estas firmas falsas se logró la aceptación de Maximiliano, quién viajó a París para entrevistarse con Napoleón III.

El 10 de abril de 1864, después de renunciar a sus derechos al trono de Austria, aceptó oficialmente la Corona mexicana, firmando los Tratados de Miramar el emperador Maximiliano y Napoleón III.

Los Tratados de Miramar contenían 14 artículos, casi todos sobre aspectos económicos. Se establecía que Francia apoyaría incondicionalmente a Maximiliano, otorgando un crédito de 270 millones de francos para los gastos de la expedición, mismo que sería pagado por el Imperio Mexicano con un interés del 3% anual. La parte secreta de los tratados establecía

que Maximiliano formaría un ejército propio además de terminar con toda la resistencia. Las tropas francesas en México serían no menos de 25,000 hombres, permanecerían durante 6 años, incluido la legión extranjera, y a medida que se organizaban las tropas nacionales, éstas abandonarían el territorio mexicano.

México se comprometía a indemnizar a los súbditos franceses que sufrieron perjuicios, mismos que fueron las causas de esta expedición. Además pagaría

Castillo de Miramar, lugar en donde se firmaron los acuerdos

con Maximiliano de Habsburgo en 1864.

1,000 francos anuales por cada soldado francés que permaneciera en el país y 400 francos por cada viaje de transporte; de igual modo se reconocía todos los créditos franceses, inclusive el de Jecker. Maximiliano se comprometía a implantar un gobierno liberal.

Antes de embarcarse para México, Maximiliano y Carlota viajaron al Vaticano para recibir la bendición del papa Pío IX.

De acuerdo al Tratado de Miramar, Maximiliano inició su gobierno en México. Designó a Juan N. Almonte lugarteniente general y a Velásquez de León ministro de Estado.

En cuanto al aspecto político aplicó leyes reformistas, entre ellas la desamortización de los bienes del clero y la libertad de cultos. Los conservadores se inconformaron, Maximiliano rompió relaciones con ellos, los excluyó de su corte y llamó a los liberales moderados, entre ellos José Fernando Ramírez y Juan de Dios Peza.

La política liberal de Maximiliano provocó protestas del Vaticano y del clero local, generándose una relación inestable entre ambos, por lo que el emperador propuso ante el nuncio apostólico su proyecto de Concordato donde estableció: la libertad de cultos, que la Iglesia fuera controlada por el Estado, que los servicios religiosos fueran gratuitos, que el Patronato Regio evitara los abusos del clero, el registro civil, la secularización de los cementerios y la supresión del fuero eclesiástico. A estas dificultades se agregaban los conflictos ocasionados con el ejército francés, el emperador y Aquiles Bazaine se disputaban el mando del ejército,

que no podía pacificar al país por que la resistencia republicana causaba bajas a los invasores. Para terminar con esta situación, el 5 de octubre de 1865, Maximiliano decretó que los republicanos que atacaran a las fuerzas del imperio fueran fusilados como forajidos, que según informes de Bazaine, el gobierno de Juárez había desaparecido y ya no había causa legal que defender. En política exterior, a partir de 1865 Estados Unidos amenazó a Napoleón III y a Maximiliano. Envió soldados a la frontera y navíos de guerra a las costas mexicanas en actitud de desafío contra el Imperio.

En Europa había surgido una nueva nación fuerte y pujante Prusia, era una amenaza para los franceses, quienes buscaban derribar la supremacía de Francia. En consecuencia Napoleón III decidió retirar a su ejército de México, olvidando lo pactado en Miramar. Ante esta decisión del gobierno francés, Maximiliano pensó en abdicar, pero su madre y Almonte lo obligaron a permanecer en México.

La emperatriz Carlota llegó a Francia para entrevistarse con Napoleón para exigirle que cumpliera con lo firmado en Miramar, y éste se negó a ello. Pío IX dio la espalda a Carlota y ella perdió la razón. Defensa de la Soberanía. Benito Juárez Maximiliano al enterarse de la locura de la emperatriz, solo tenía la alternativa de regresarse a Europa o recibir a su lado a los conservadores: Tomás Mejía, Miguel Miramón y Leonardo Márquez. Por otra parte, Juárez ocupó Zacatecas. Los republicanos derrotaron a los imperialistas en Miahuatlán y la Carbonera, Oaxaca. Y se dirigieron a Puebla. (Octubre de 1866). Ante los triunfos de los Republicanos durante el año de 1867, Maximiliano, Miramón y Mejía se rindieron en el Cerro de las Campanas ante Sóstenes Rocha y fueron conducidos ante Mariano Escobedo. El emperador solicitó que le permitieran abandonar el país con sus ayudantes, luego fue conducido al Convento de la Cruz y posteriormente, a Santa Teresa. Maximiliano, Miramón y Mejía fueron juzgados en el Teatro de la República, y se aplicó la ley del 25 de enero de 1862. El 14 de junio fueron sentenciados a muerte, acusados de los delitos de atentado contra la Nación, el orden y la paz pública. Confirmada la sentencia y negado el indulto por Juárez el fallo del tribunal se cumplió el 19 de junio de 1867 en el Cerro de las Campanas. A principios de julio de 1867, Juárez entró a la ciudad de México, acompañado de sus ministros Sebastián Lerdo de Tejada, José Maria Iglesias e Ignacio Mejía, reestableciendo así el orden constitucional. Las armas de la República habían vencido a la reacción.

33..33..33 LLaa RReessttaauurraacciióónn ddee llaa RReeppúúbblliiccaa Se conoce como República Restaurada a los gobiernos civiles de Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada, en el periodo que va de 1867 a 1876. Es en suma el segundo intento de gobernar democrática y constitucionalmente a México. Después de las victorias logradas en Puebla por Porfirio Díaz, éste se apoderó de la ciudad de México el 21 de junio de 1867, por tanto Benito Juárez pudo regresar triunfante a la capital el 15 de julio de 1867. Se considera que la caída del Imperio de Maximiliano representó el triunfo del liberalismo sobre el conservadurismo; la constitucionalidad sobre la rebelión; la independencia nacional sobre la invasión extranjera; el Estado laico frente al dominio de la Iglesia; y la autoridad civil sobre el poder militar. Sin embargo el triunfo de la República dio paso a un nuevo conservadurismo, porqué los liberales eran dueños únicos del poder. Por ejemplo, para que Juárez estableciera su gobierno sobre un Estado fuerte inició el sistema presidencialista, pues en las elecciones de 1867 ganó abrumadoramente; así pues, su tendencia política

fue hacia la concentración del poder, creando un centralismo mediante el control del Congreso, de los Estados y de los gobernadores. Con el gobierno de Juárez el presidente se convirtió en el individuo que asumía todas las responsabilidades de las decisiones del Estado, reservándose el derecho de prolongar su gobierno. Juárez justificó estas circunstancias debido a que el país se encontraba en un momento de reconstrucción nacional después de una invasión extranjera y guerras internas.

3.3.3.1. Aspectos económicos. Agricultura, Minería, Industria y Comercio

La victoria de la República sobre el Imperio y del Partido Liberal sobre el Conservador en julio de 1867, parecía darle a México las soluciones que se habían buscado desde mucho tiempo atrás, sin embargo, ante tan claras perspectivas de progreso, se iba a oponer fuerzas poderosas y profundamente arraigadas en el suelo de nuestro país. La economía nacional, basada en una agricultura de subsistencia y en la minería de plata y oro, había quedado destruida por una guerra de diez años. Por otra parte, los índices de analfabetismo y de mortandad eran muy elevados, las vías de comunicación muy escasas, el latifundismo y el peonaje acentuaban la pobreza de las masas rurales: el erario público estaba en bancarrota, la deuda pública era muy elevada para la época, el crédito y la inversión externa se manifestaban inseguros por el triunfo liberal. 3.3.3.2. Aspectos políticos Gobierno de Benito Juárez, 1867 - 1872

Benito Juárez fue designado presidente de México para el período de 1867 a 1872, y Don Sebastián Lerdo de Tejada, para presidente de la Suprema Corte de Justicia. El programa republicano del presidente Juárez, puede dividirse en tres niveles: Político, Económico y Social.

El programa político, incluyó la reducción del ejército de 60,000 a 30,000 soldados pero bien disciplinados. Esta reducción respondía a un problema económico, ya que el 70% del erario era absorbido por el ejército. Por otra parte, se intensificó la actividad legislativa, reglamentando el juicio de Amparo, se expide los códigos Civil y de Procedimientos y la Ley de Instrucción Pública.

Con respecto al programa económico debe recalcarse que desde el triunfo de los liberales con la guerra de Reforma se definió el carácter capitalista del Estado. Juárez debía impulsar la formación de este ambicioso programa. El propósito consistía en atraer capitales extranjeros tomando en cuanta las mejores propuestas para el desarrollo y modernización de la agricultura, la industria y el comercio con el exterior. Por otra parte, para apoyar la

actividad minera se propuso en 1868 reducir los impuestos con la finalidad de favorecer la inversión privada, intentando recuperar la bonanza minera.

En el aspecto social, su objetivo fundamental era extender la educación pública, se pensaba que gracias a ella se lograría establecer la democracia en México. Decretó la educación laica, para ello, Juárez mandó llamar a Gabino Barreda para confiarle la organización de la educación superior con una orientación positivista, que partía de la teoría del la evolución como la transformación en el campo científico y social. En 1868 Barreda fundó la Escuela Nacional Preparatoria en el antiguo Colegio de los Jesuitas en San Ildefonso.

En las elecciones de 1871 el Congreso declaró como presidente electo nuevamente a Benito Juárez, a quien le responde Porfirio Díaz con el Plan de la Noria el 9 de noviembre de 1871, éste se oponía a la reelección indefinida de Juárez; además señalaba que el presidente violaba constantemente la Constitución porque intervenía en los dos Poderes de La Unión y atentaba contra la autonomía y soberanía de los estados.

El 18 de Julio de 1872 muere Benito Juárez. De acuerdo con lo establecido en la Constitución de 1857, en caso de que el Ejecutivo desapareciera debía sustituirlo, en carácter provisional, el presidente de la Suprema Corte de Justicia. Por lo tanto, Sebastián Lerdo de Tejada ocupa el cargo del Ejecutivo como presidente provisional. Gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada, 1872-1876 Como Presidente interino Sebastián Lerdo de Tejada. Convocó a elecciones y triunfó sobre la candidatura de Porfirio Díaz, y se convirtió en presidente

constitucional para el periodo de 1872-1876. Es importante señalar que el presidente Lerdo de Tejada, continuó con la obra de Juárez. Las características más importantes de su gobierno fueron las siguientes:

• En este periodo se creó el Senado de la

República, para complementar las funciones del Poder Legislativo, con la Cámara de Diputados.

• En 1873, Integró en la Constitución de 1857 las

Leyes de Reforma. • En 1873 se inauguró el ferrocarril de México a Veracruz. • Decretó una ley de amnistía que acabó definitivamente con los rebeldes

porfiristas que encabezaban el Plan de La Noria.

• El gobierno pretendía solucionar los problemas administrativos y económicos del país; no había producción en el campo, había desempleo, y los peones y los campesinos vendían sus tierras para poder sobrevivir.

• En el ramo industrial hubo algunos avances, se mecanizó la planta

industrial en la rama textil. • En el aspecto social, la población rural ahora era urbana, terrenos baldíos

fueron vendidos y los campesinos sin tierra emigraron a la ciudad. En el campo existía desempleo y despojo, causa de inconformidad en contra del gobierno.

• En el ámbito cultural y científico destacaron Manuel Payno, Manuel José

Othón, Ignacio Manuel Altamirano, José María Vigil, Justo Sierra, Manuel Acuña, Ignacio Ramírez, Guillermo Prieto, Manuel M. Flores, Juventino Rosas, Rafael Lucio, José J. Sánchez.

• Desde el gobierno de Juárez destaca la figura de Gabino Barreda, discípulo

de Augusto Comte, trajo el positivismo y ejerció poderosa influencia en el país. Se introdujeron lemas como Orden y Progreso.

• Dentro de la política anticlerical efectuó en 1873 la expulsión de los

jesuitas. • Se levantó en armas en Tepic, Nayarit, el general Manuel Lozada,

exigiendo una política progresista. Exigió concesiones a favor de la iglesia y de los conservadores. La rebelión terminó con la captura y ejecución el 14 de Julio de 1873.

Por otra parte, en medio de la agitada vida política, Sebastián Lerdo de Tejada decidió reelegirse. El 26 de Octubre de 1876 el Congreso publicó que Lerdo sería reelecto para el período comprendido entre el 1 de diciembre de ese año y el 30 de noviembre de 1880. Pero desde el 10 de enero de 1876, en la villa de Ojitlán, Oaxaca, se proclamó el Plan de Tuxtepec, en el cual se desconocía al presidente Lerdo de Tejada y se designaba jefe del ejército al general Porfirio Díaz. 3.3.3.3. Aspectos sociales

La Guerra de Castas En 1847 se inició una cruenta guerra que se desarrolló principalmente en Yucatán, conocida como “Guerra de Castas”; fueron varias las causas las que originaron este movimiento armado, por una parte el abuso y el aislamiento en que se encontraba la Península de Yucatán, y por otra, la población maya sometida a la servidumbre inclusive a la esclavitud; por lo tanto, la injusticia y la desigualdad social en el que vivían los indios, fueron los factores que contribuyeron a que se rebelaran en contra del gobierno.

Los sublevados fueron apoyados por Inglaterra, quienes les proporcionaron armas y recursos a través de su colonia Belice; esta ayuda por parte de los ingleses fue con la finalidad de ampliar su influencia en la zona y lograr el dominio para el suministro de materia prima, como las maderas preciosas que existían. El conflicto se solucionó en 1853, año en que se firmó un tratado de paz por medio del cual se logró la pacificación en la península. Rebelión de la Sierra Gorda Otro conflicto indígena que surgió poco después de la “Guerra de Castas”, (1847) fue la Rebelión en la Sierra Gorda, (parte de Querétaro, Guanajuato Y San Luis Potosí).

La causa de esta rebelión, era el despojo que desde el siglo pasado habían sufrido los Indígenas que fueron arrojados a las zonas más desprotegidas por los dueños de Haciendas agrícolas y ganaderas.