312 la moneda de los iberos

23
La moneda de los íberos Ilturo y los talleres layetanos Alejandro G. Sinner (ed.) Alicia Arévalo González Marta Campo Díaz Joan Ferrer i Jané Pepita Padrós Martí Carles Martí Garcia Del 22 de abril al 30 de junio de 2012

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  • La moneda de los beros. Ilturo y los talleres layetanos

    1

    La moneda de los beros Ilturo y los talleres layetanos

    Alejandro G. Sinner (ed.)

    Alicia Arvalo Gonzlez

    Marta Campo Daz

    Joan Ferrer i Jan

    Pepita Padrs Mart

    Carles Mart Garcia

    Del 22 de abril al 30 de junio de 2012

  • CATLOGO

    Editor cientfico y seleccin de las obrasAlejandro G. SinnerUniversitat de BarcelonaPrograma FPU del Ministerio de Educacin

    PatrocinadorJosep Barcel Garca

    AutoresAlicia Arvalao Gonzlez Marta Campo Daz Joan Ferrer i JanPepita Padrs MartCarles Mart GarciaAlejandro G. Sinner

    CorreccinJordi Ciur i Moreno

    DiseoMHA, estudi grfic SLL

    ImpresinNorprint S.A.

    CRDITOS FOTOGRFICOS

    Museu Nacional dArt de Catalunya, Gabinet Numismtic de Catalunya (MNAC/GNC) Ajuntament de Cabrera de Mar, Dipsit Municipal de Can Bartomeu (DMCB) Museo Arqueolgico Nacional (MAN) Coleccin Montaes (CM) Coleccin Barcel (CB) Archivo Villaronga (AV) Museu de Badalona (MB) Albert Martn Menndez (AM) Juan Brez (JB)

    EXPOSICIN

    ComisarioAlejandro G. SinnerUniversitat de Barcelona Programa FPU del Ministerio de Educacin

    CoordinacinMarta PrevostiDirectora del Museu de lEstampaci de Premi de Mar

    DocumentacinAlejandro G. SinnerUniversitat de BarcelonaPrograma FPU del Ministerio de Educacin

    RestauracinNria Fernndez LlobetTcnica en conservacin, restauracin y difusin del Mu-seu de lEstampaci de Premi de Mar

    AGRADECIMIENTOS

    Ajuntament de Cabrera de MarMuseu de lEstampaci de Premi de Mar Gabinet Numismtic de Catalunya del MNACMuseu de BadalonaMarta Campo DazPere Pau Ripolls AlegreAlbert Martn MenndezAnton Torrents

    Textos de los autoresPrimera edicin: abril 2012

    DL L-478-2012ISBN 84-615-7847-3

  • ndice

    4 Presentacin Marta Prevosti

    5 Prlogo Toni aco del Hoyo

    La moneda de los beros: un breve contexto general

    7 Las acuaciones con escritura ibrica de la Hispania Ulterior Alicia Arvalo Gonzlez

    17 La moneda ibrica en el nordeste de la Citerior Marta Campo Daz

    La lengua de los beros: las leyendas monetales

    28 La lengua de las leyendas monetales ibricas Joan Ferrer i Jan

    La Layetania: talleres y circulacin de moneda

    44 Las cecas layetanas. La ceca de Baitolo Pepita Padrs Mart

    55 La circulacin monetaria en el valle de Cabrera de Mar (El Maresme, Barcelona) Alejandro G. Sinner, Carles Mart Garcia

    72 La ceca de Ilturo. Estado de la cuestin Alejandro G. Sinner

    84 Bibliografa

  • La lengua de las leyendas monetales ibricas 28

    LA LENGUA DE LAS LEYENDAS MONETALES IBRICASJoan Ferrer i JanGrup LITTERA (Universitat de Barcelona)

    Introduccin

    Las cecas ibricas mejor identificadas son las que emiten entre los siglos II-I a.C., mayoritariamente en bronce, pero tambin algunas en plata, dado que en general emiten en cantidades apreciables y en un largo periodo, algunas ya en el siglo III a.C. En cambio las que slo emiten en plata, especialmente en forma de imitaciones emporitanas a finales del siglo III a.C. o principios del II a.C., son generalmente muy escasas y muy fre-cuentemente presentan leyendas con grandes dificultades de lectura, cuando no lecturas aberrantes. Las cecas de uno y otro grupo se diferencian claramente en la productividad de leyendas; mientras que las poco ms de 50 cecas del primer grupo producen en torno a 180 leyendas diferentes, las poco ms de 50 cecas del segundo grupo normalmente slo se conocen por una sola leyenda. Las leyendas pueden estar formadas por un solo elemento, normalmente un topnimo, presente de una forma u otra en casi todas las cecas, o por mltiples elementos combinados, fundamentalmente topnimos, antropnimos, marcas de valor y marcas de emisin.

    Hay que sealar que estrictamente muy pocas veces se puede asegurar que una determinada leyenda pertenezca a la lengua ibrica. Desde un punto de vista lingstico la atribucin a la lengua ibrica de una leyenda slo la asegura el uso de morfos o del lxico caracterstico de la lengua ibrica, independientemente de cul sea la etimologa original del topnimo o del antropnimo que aparece en la leyenda.

    Los topnimos

    ste es el tipo de elemento ms frecuente en las leyendas monetarias ibricas. La interpretacin objetiva de una leyenda o fragmento de leyenda como topnimo se produce bien porque se dispone de un equivalente toponmico plausible en alguna fuen-te antigua, como es el caso de baitolo (A.8) que equivale a la Baetulo (Plin.NH.3.22) de las fuentes antiguas, o porque combina con algn morfo o elemento lxico previamente

  • La moneda de los beros. Ilturo y los talleres layetanos 29

    identificado como caracterstico de topnimos, como por ejemplo alir en eualir (CNH.IV.77), que permite identificar el topnimo eu. Aun as, sta acostumbra a ser la inter-pretacin por defecto de la leyenda principal de una ceca, especialmente las que emiten bronce en los siglos II y I a.C., como por ejemplo gili (A.34) o kelin (A.94).

    El elenco de topnimos identificados suele ser estable desde hace tiempo, no obstante espordicamente algn nuevo hallazgo o nueva lectura permite enriquecerlo. Es el caso de dos nuevos ejemplares (Ferrer et al., e.p.) que han permitido certificar la lec-tura igaa, en lugar de ikabi, ya propuesta como alternativa ms plausible por otros investigadores que ya la relacionaban plausiblemente con la (Ptol.II.6.63) de las fuentes antiguas (Guerrero, 1993). Tambin es el caso de biskagi, en lugar de askarki (Villaronga, 1998: 135), plausible equivalente de la (Ptol.II.6.63) de las fuentes antiguas (Faria, 1996: 177).

    En la tabla siguiente se indican algunos ejemplos de leyendas que son directa-mente interpretables como topnimos por el hecho de disponer de un equivalente topon-mico plausible en alguna fuente antigua.

    Respecto de esta tabla y de las siguientes se debe tener en cuenta que la relacin de ejemplos no es exhaustiva. Especialmente por lo que respecta a posibles topnimos y antropnimos, se han escogido los ejemplos ms claros y de entre ellos los ms prximos a la zona del catlogo. Las referencias que empiezan por A, normalmente las cecas que emiten en bronce, remiten a MLH I (Untermann, 1975), mientras que el resto, normal-mente las emisiones de plata ms antiguas, hacen referencia a CNH (Villaronga, 1994). Respecto de las referencias a topnimos actuales, slo se indican los que plausiblemente son homnimos del topnimo ibrico, no la poblacin actual donde se ubica el yaci-miento que presumiblemente actu de ceca. La equivalencia precisa de una ceca con un yacimiento pocas veces es clara. Las equivalencias y referencias a las fuentes antiguas se han simplificado y no necesariamente tienen que corresponder con la ceca; el objetivo es encontrar una referencia antigua que permita defender plausiblemente la interpretacin de la leyenda como topnimo. En particular, sera el caso de Arsa (Plin.NH.3.14) y (Ptol.II.6.62), probablemente ninguna de las dos referencias corresponda a ars (Sagunto) y quizs tambin fuese el caso de Urci (Plin.NH.3.24) respecto de ukesken.

    Figura 1 Topnimo simple: Unidad de ilduro (DMCB)

  • La lengua de las leyendas monetales ibricas 30

    Ref. Topnimo Equivalencia actual Equivalencias antiguas

    CNH.IV.95 bakeno Barcelona (Ptol.II.3.17) Barcino (Plin.NH.3.22)

    A.8 baitolo Badalona (Ptol.II.3.17)Baetulo (Plin.NH.3.22)

    A.11 ilduro (Ptol.II.6.18) Iluro (Plin.NH.3.22)

    A.9 eutibaikula (Ptol.II.6.69)Baeculonenses (Plin.NH.3.23)

    A.14 lauro (App.BC.1.109)Lauronensia (Plin.NH.14.71)

    A.10 ieo Guissona (Ptol.II.6.71)Iessonienses (Plin.NH.3.23)

    A.17 eo Isona (Ptol.II.6.71)Aessonenses (Plin.NH.3.23)

    A.26 usekerde (Ptol.II.6.62)Osicerdenses (Plin.NH.3.24)

    CNH.IV.31A igaa Segarra (Ptol.II.6.63)Sigarrens(is) (CIL II.4479)

    CNH.IV.31 biskagi (Ptol.II.6.63)Bisgargitani (Plin.NH.3.23)

    Tabla 1 Leyendas simples: topnimos aislados

    El topnimo simple es el ms fcilmente identificable, pero desde un punto de vista lingstico las formas complejas en las que el topnimo combina con otros elemen-tos son las ms interesantes, puesto que permiten aislar los elementos propios de la len-gua usada en la leyenda. Algunos de estos elementos funcionan de forma independiente al topnimo y se identifican en otras leyendas o en otros textos de forma aislada, como es el caso de las marcas de valor, mientras que otros elementos parecen intrnsecamente ligados al topnimo, como en el caso de los morfos. En algunas cecas coexisten for-mas complejas, ildidar o ildidaalir por ejemplo, con la forma simple del topnimo, ildida. Esta dualidad es la que permite certificar la existencia en este caso del morfo r o de la marca de valor alir. En otros casos, aunque no se documenta la forma simple, la identificacin de un elemento ya conocido, alir en eualir por ejemplo, permite aislar eu como topnimo e identificar el morfo r en eur. En otras leyendas, en cambio, el to-pnimo siempre aparece en una forma compleja y la deduccin del topnimo a partir de la fuente antigua no siempre es evidente si tampoco estn claros los sufijos aplicados. Po-dra ser el caso de sedeisken, donde la comparacin estricta con los Sedetani (Liv.34.20.1) de las fuentes antiguas podra hacer pensar en una forma como *sede para el topnimo de base con un posible morfo ei (Ferrer, 2006: 145, Anexo 3) seguido del sufijo complejo sken. Aunque la opinin mayoritaria considera que el topnimo que identificara la ceca sera sedei.

  • La moneda de los beros. Ilturo y los talleres layetanos 31

    Ref. Topnimo Elemento adicional

    Equivalencia actual

    Equivalenciasantiguas

    CNH IV.47, 37-38, 39, 32-35 y 36 / A.19

    ildida - / r /alirutin / alirnai /alir / alirban

    Lleida (Ptol.II.6.67)Ilerdenses (Plin.NH.3.24)

    A.12 / CNH IV.103 / CNH VI.13 / (Espaa, 2000: 30)

    kese - /alir / ku

    (Plb.3.76.5)Cessetania (Plin.NH.3.21)

    A19 / CNH IV.1 ildige - / s /(e)sken / alir

    (Ptol.II.3.17) Ilergetvm (Plin.NH.3.21)

    A.35 / (Ripolls, 2007) aitabi - /kitar / etar

    Xtiva (Ptol.II.6.61)Saetabitani (Plin.NH.3.25)

    aiti - / rCNH.IV.26, 111 y 77 eu r / alirCNH.IV.41A, 54 y 105 / (Villaronga 1998: 126)

    belse - / alir / kuai / ban

    CNH.IV.108 betase alirCNH.IV.56 taakon alir Tarragona (Ptol.II.6.17)

    Tarracon (Plin.NH.3.21) A.25 sede? (e)i / (e)is /

    (e)isken (App.330) Sedetani (Liv.34.20.1)

    sedei? - / s /sken

    A.95 ikale(n) s / sken

    (Ptol.II.6.56)Egelestani (Plin.NH.3.25)

    A.33 / (Ripolls y Llorens 2002.)

    ars esken / e / kitar / eetar / etar / eetarkiterder

    (Ptol.II.6.62) Arsa (Plin.NH.3.14)

    Tabla 2 Leyendas complejas

    No siempre las lecturas y segmentaciones de las leyendas reciben el consenso de todos los investigadores. Entre las indicadas sera el caso de betase, que para Faria (2007: 168) sera una versin deformada de belse; no obstante a mi parecer el signo ta es claro en las fotografas publicadas (de Hoz, 1995: 321). Tambin es el caso de ars, habitual-mente interpretado exclusivamente como arse, no obstante la leyenda arskitar habilita la existencia de ars como topnimo y en el apartado de marcas de valor se defiende la pertenencia de la e final de arse a la marca de valor y no al topnimo. Tampoco no siem-pre la relacin entre el topnimo ibrico y la fuente antigua tiene porqu ser directa. As parece plausible relacionar la (Ptol.II.6.69) de las fuentes antiguas con la leyen-da eutibaikula, que en otras emisiones aparece slo como euti. Menos evidente, pero posible, sera la propuesta de Faria (2004: 177) que defiende que el frecuente elemento ibrico ildu en combinacin con besa (A.30) pudieran dar origen al topnimo *illuersa, sobre el que se construira la indicacin de origen ILLVERSENSIS (TS).

  • La lengua de las leyendas monetales ibricas 32

    Los morfos

    La relacin de morfos que se identifican en las leyendas monetales complejas en las que intervienen topnimos (NL), de acuerdo con el anlisis interno de las propias leyendas monetales sera el siguiente:

    Esquema Ejemplos

    NL + ku kes[e]kuNL + ku + ai belsekuaiNL + MVL + nai ildidaalirnaiNL + r eur aitir ildidarNL + s sedeis ildiges ikale(n)sNL + (e)sken sedeisken ildigesken ikalensken etc.NL + (n)ken neronken elonken okuken bineken?

    Tabla 3 Morfemas identificables en leyendas monetales

    El morfo ku (Untermann, 1990: 171; Velaza, 1996: 48; Rodrguez Ramos, 2005: 49; Ordua, 2006: 71; Moncunill, 2007: 225) se identifica en el contexto monetal en kese-ku (CNH 6.13), y probablemente tambin en belsekuai (CNH 4.41A). Fuera del contexto monetal se documenta al menos en el texto usekerdeku del mosaico de Caminreal (E.7.1), sufijando el topnimo usekerde (, Ptol.II.6.62). Podra ser el caso tambin de los cuatro posibles dobletes consecutivos NP + NL + ku en un plomo de Ullastret (C.2.1), entre los cuales est el posible NL tabeliorku (Ferrer, 2005: 963), que recuerda el etnnimo aquitano Tarbeli. La funcin habitualmente considerada para el morfo ku es la de locativo o ablativo, que en particular servira para marcar un topnimo cuando se quiere indicar como procedencia de un objeto o persona. La presencia habitual en las leyendas monetales de topnimos sin marca se explicara probablemente por el hecho de que en el contexto monetal sta sera la interpretacin por defecto de un topnimo sin marca.

    El morfo s (Prez, 1993: 225; de Hoz, 2002: 163; Faria, 2003: 319; Rodrguez Ra-mos, 2005: 49; Ordua, 2006: 75; Moncunill, 2007: 95) parece que se podra aislar clara-mente a ildiges (A.19) y sedeis (A.25), que no seran formas abreviadas de las leyendas extensas sino formas autnomas que contrastaran con ildige (A.19) y sedei (A.25). Pro-bablemente tambin es el caso de ikale(n)s (A.95), que sigue la misma estructura. Este morfo se podra identificar al menos en una ocasin fuera del contexto monetal aplicado sobre un topnimo al segmento aues de una placa emporitana (C.1.26*, Aquilu y Velaza, 2001), donde de forma coherente aparecera aplicado sobre un posible topnimo *aue o *ausa relacionable con la (Ptol. II.6.69) de las fuentes antiguas y donde parece plau-sible interpretar que est indicando el origen ausetano de alguno de los personajes citados en la inscripcin. El morfo tendra que ser (e)s en lugar de s si el topnimo presentara un vocalismo final /a/, pero hay que tener presente que otros topnimos que aparecen con /a/ final en las fuentes antiguas se documentan con /e/ en ibrico (Quintanilla, 1998: 65):

  • La moneda de los beros. Ilturo y los talleres layetanos 33

    kelse (A.21) respecto de CELSA, por ejemplo. En todo caso la pareja sedei / sedeis certifi-cara la existencia del morfo s. La funcin del morfo s sera similar a la ya indicada para ku. Para Lujn (2005: 486) el morfo sera estrictamente es, o eis en el caso de sedeis. Para otros investigadores el morfo s podra estar presente en otros topnimos acabados en s, por ejemplo sesars (Faria, 2003: 319), y fuera del contexto monetal en el mosaico de Andelos (K.28.1) en el segmento bilbilias (de Hoz, 2001: 357, nota 67; Faria, 2003: 319).

    El morfo r (Lujn, 2005: 483; Ordua, 2006: 73) se identifica en eur (CNH 4.26 y 111), aitir (A.35) e ildidar (CNH 4.32-35). Untermann en MLH I A.18 propone la lec-tura ildida, mientras que Faria (2007: 167) propone la lectura ildidaku. No obstante, en las fotografas publicadas no aprecio ni el trazo vertical de ni el punto central de ku, por lo que mantengo la lectura r. El morfo r probablemente no sera un morfo aplicable slo a topnimos, sino a sustantivos en general, dado que podra ser el mismo que se identifica en las marcas de valor convirtiendo eta en etar o kita en kitar, quizs incluso podra estar en alir. No queda claro si es un morfo diferente o una variante del morfo (a)r (Untermann, 1990: 171; Ferrer, 2006: 144, Anexo 1), que frecuentemente combina con an-tropnimos en las marcas de propiedad y que al menos parece claro en la marca de valor etebanar de algunos hemibolos de ars. En todo caso este morfo parece otra alternativa para indicar la procedencia de la moneda, de forma ms genrica que ku o s. Hay pro-puestas de identificar el morfo r en otras leyendas, abaildur por ejemplo (Lujn, 2005: 483), pero el hecho de que la supuesta forma simple no se documente impide verificar si el supuesto morfo existe o es parte del supuesto topnimo.

    El morfo ai (Untermann, 1990: 157; Velaza, 1996: 46; Ordua, 2006: 57; Mon-cunill, 2007: 71) slo se identifica en la leyenda belsekuai, pero es muy frecuente fuera del contexto monetal, especialmente en los plomos (F.9.5-7) de Orlell (La Vall dUix), donde al menos un par de veces claramente sufija antropnimos en el esquema NP + ai: anbeai (F.9.7) y atabeai (F.9.7). No est clara cul sera la funcin del morfo ai, pero el hecho de que se aplique sobre un topnimo ya sufijado, NL + ku + ai, establece una diferencia sobre los anteriores esquemas. Faria (2004: 177) propone la lectura alternativa: belsekui, en la que se identificara en lugar de ai, en morfo i.

    El morfo nai, que se considera habitualmente una variante del morfo i (Un-termann, 1990: 172; Velaza, 1996: 48; Rodrguez Ramos, 2005: 49; Ordua, 2006: 72; Moncunill, 2007: 242), slo se identifica en la leyenda ildidaalirnai y fuera del contex-to monetal se identifica slo en alfabeto grecoibrico en la firma del plomo de la Serreta sakaiskearnai y en la marca de propiedad gootiginai escrita en alfabeto griego en una cermica tica (C.1.9) de Empries (LEscala). El esquema NL + Marca de valor lxica + nai se debe interpretar como una construccin alternativa que permite indicar la proce-dencia de la moneda a partir del topnimo, en este caso con la presencia explcita de la denominacin de la moneda y quizs en una construccin del tipo objeto parlante (Ferrer, 2006: 148, Anexo 6).

    Figura 2 Topnimo con sufijo: Unidad de laieken (AV)

  • La lengua de las leyendas monetales ibricas 34

    El sufijo complejo -sken / -ken (Untermannm, 1990: 175; Prez, 1993: 34; Correa, 1994: 282; Faria, 2003: 319) es el sufijo ms frecuente sobre topnimos. En algn caso se podra pensar en que la de -ken formara parte del topnimo original: *otobe (de Hoz, 2002: 164), pero en el caso de laieken no parece posible, por lo que se confirmara la va-riante ken. La mayor parte de los investigadores consideran que en algunos casos el sufijo podra incorporar una e inicial (e)sken (Velaza, 2002a: 131; de Hoz, 2002: 160; Lujn, 2005: 485; Rodrguez Ramos, 2005: 62; Ordua, 2006: 74; Moncunill, 2007: 98; Silgo, 2007: 15). La presencia de la e inicial sera necesaria al menos si se confirmara el vocalismo /a/ final de alguno de los topnimos ibricos involucrados. Tambin podra ser el caso de arsesken si el topnimo fuera ars en lugar de arse, pero an as se podra pensar en una vocal epenttica al aplicar el morfo s sobre un topnimo acabado en s. As, laieken sera interpretable (de Hoz, 2002: 160; Rodrguez Ramos, 2005: 62; Prez, 2009: 34) en algo similar a (moneda) de los de laie o (moneda) de los layetanos, donde el morfo -s sera el indicador de origen, -k- sera el pluralizador y en sera el indicador de pertenencia o genitivo. Cabe sealar que la leyenda habitualmente leda bolkan debe leerse bolken (Rodrguez Ramos, 2002: 429). Con la nueva lectura se abre la posibilidad de incluir esta ceca en el grupo del morfo sken, circunstancia que a su vez permite plantear otras alternativas respecto del topnimo de esta ceca tradicionalmente relacionada con OSCA, por ejemplo (Jordn, 2004: 206), que la relaciona con el etnnimo BOLETANO (CIL II 5845).

    Ref. Leyenda extensa Topnimo Sufijo Equivalencias antiguas

    A.33 arsesken ars (e)sken (Ptol.II.6.62) Arsa (Plin.NH.3.14)

    A.19 ildigesken ildige sken (Ptol.II.3.17) Ilergetvm (Plin.NH.3.21)

    A.96 ukesken *uke? sken (Ptol.II.6.13) Urci (Plin.NH.3.24)

    A.7 auesken *aue? sken (Ptol.II.6.69)Ausetani (Plin.NH.3.23)

    A.6 undikesken *undike? sken (S. Byz.)Indigetes (Plin.NH.3.21)

    A.23 otobeken *otobe? sken (Ptol.II.6.62)Otobesanu[s (CIL.II.3794)

    A.13 laieken *laie? ken (Ptol.II.6.18) Laeetani (Plin.NH.3.21)

    A.40 bolken *bol? kenA.25 sedeisken *sedei? sken (App.330)

    Sedetani (Liv.34.20.1)A.95 ikalesken / ikalensken *ikale? (n)sken? (Ptol.II.6.56)

    Egelestani (Plin.NH.3.25)A.1 neronken *nero? nken (Ptol.II.10.6)

    Narbo (Plin.NH.3.32)A.2 elonken *elo? nkenA.32 okuken / okuken *oku? ()kenDCPH II-67 bineken *bine? ken

    Tabla 4 Topnimos que combinan con el complejo sufijal sken / nken

  • La moneda de los beros. Ilturo y los talleres layetanos 35

    El sufijo complejo -(n)ken (de Hoz, 2002: 160; Faria, 2004: 178; Lujn, 2005: 485; Moncunill, 2007: 98; Prez, 2009: 34), con la variante -()ken, presenta una estructu-ra aparentemente paralela al anterior, donde la nasal podra estar sustituyendo el morfo s, pero el significado no tendra que variar significativamente. Para algunos investiga-dores el morfo n formara en realidad parte del topnimo (Velaza, 2002: 131; Rodrguez Ramos, 2005: 62) y el sufijo sera estrictamente -ken. La oscilacin de la nasal se produce claramente en el par okuken / okuken (A.32), y sin nasal quizs (Lujn, 2005: 485) se podra documentar en bineken (Garca-Bellido y Blzquez, 2001: DCPH II 67) si se confirmara esta lectura. En todo caso alguna cosa no acaba de encajar, puesto que esta oscilacin se podra estar repitiendo en el par ikalesken / ikalensken (A.95), donde apa-rentemente conviviran el morfo n con el morfo s.

    Otros investigadores (de Hoz, 1995: 322; Lujn, 2005: 482) identifican otros morfos. Por ejemplo n en kelin (A.94), o (a)te umanbaate, o (i)te ildukoite (A.20), supo-niendo en este ltimo caso que ilduko tuviese relacin con ILVGO (CIL II 3239). Quizs algunos de ellos se acaben confirmando, no obstante actualmente el grado de seguridad en su identificacin es menor que los consignados, puesto que no disponen de contraste inequvoco dentro de las propias leyendas monetales.

    Los antropnimos

    En las leyendas monetales ibricas se pueden identificar unos 50 antropnimos. La mayor parte aparecen en las monedas de bronce de obulco (A.100), undikesken (A.6) y ars (A.33), donde parece que identificaran los magistrados monetarios encargados de la emisin por la autoridad emisora representada por la leyenda principal. El resto apa-recen en las dracmas ibricas de imitacin emporitana en forma casi siempre de leyenda nica, donde podran representar a un caudillo que actuara directamente como autoridad emisora. Tambin hay un caso especial, el de asbigis (as + bigis), nico caso donde el antropnimo aparece seguido de la marca de produccin de + egiar sobre la que hay un cierto consenso en considerar que acompaa al nombre artesano que ha realizado una determinada obra, aunque no hay consenso al determinar si se trata de un sustantivo o de una forma verbal (Ferrer, 2006: 145, Anexo 14, con bibliografa anterior). As pues, en el contexto monetal podra identificar al artesano responsable de los cuos (Velaza, 2002a: 134), aunque para otros investigadores sera estrictamente otro magistrado monetal.

    Figura 3 Antropnimos: Unidad de Obulco con nombres personales de las lites locales (MAN)

  • La lengua de las leyendas monetales ibricas 36

    Los antropnimos de las monedas de bronce casi siempre aparecen en pareja: es el caso de iskebele (iske + bele, MLH III 64/31) e ildiaker (ildi + aker, MLH III 61/14), y de atabels (ata + bels, MLH III 18/32) y tibei, quizs ti + bei (Faria, 1997: 110), en undikesken (A.6). As como de balkagaldur (balka + galdur, MLH III 25/68) e ikobele (iko + bele, MLH III 60/31), y de biulako (biu + lako, MLH III 43/83) y balgaldur (bal(ka) + galdur, MLH III 25/68) en ars (A.33). Tambin probablemente es el caso de la pareja kuukuu (kuu + kuu) y adin (Correa, 1993: 116) en besa. Aunque algunos investigadores (Siles, 1985: 189) consideran que podra ser un solo antropnimo, kuukuuadin. Mientras que otros (Untermann, 1990: 227, nota 79) ven dos, pero seg-mentados de forma diferente kuu (MLH III, 79) y kuuadin (MLH III, 79/19). An as, en algunas cecas los antropnimos aparecen aislados, como es el caso de ikota (iko + ta, MLH III 60/118) en siti (A.35) o aiubas (aiu + bas, MLH III 6/27) en ars (A.33).

    En obulco (A.100) tambin aparecen los antropnimos emparejados; algu-nos se integran sin problemas en los esquemas conocidos de la antroponimia ibrica: ildiadin (ildi + adin MLH III 61/19), iskeadin (iske + adin, MLH III 64/19), ildieur (ildi + eur MLH III 61/55), mientras que otros no lo hacen y quizs podran pertenecer a otra lengua (Faria, 1990-1991: 81). Un problema adicional es que las leyendas de esta ceca estn escritas en signario ibrico suroriental, que todava presenta dudas de lectura en algunos signos y las transcripciones varan de un investigador a otro (Ferrer, 2010a: 93, notas 80-85).

    En las monedas de plata de cronologa ms antigua, como las dracmas de imi-tacin emporitana, parece clara la presencia de antropnimos como nico identificador de la ceca (de Hoz, 1995: 321; Faria, 1999: 277). Los ms claros: oloodin (olo + odin, A.6.9, MLH III 9/95), tigirsgine (tigirs + gine, A.6.13, MLH III 126/75), odinildi (odin + ildi, Villaronga, 1998: 126), niosiske (nios + iske, CNH 4.86), ]alaitiba (]alai + tiba, CNH 6.71), beleu (bele + u, Villaronga, 1998: 130), asaba (A.6.03, as + aba), etc.

    Como pasa probablemente con algunos de los magistrados de Obulco, no todos los antropnimos que aparecen en las leyendas monetales ibricas tienen porqu ser nece-sariamente ibricos. Parece el caso de diui de neronken (A.1), que se ha relacionado con el nombre galo DIVIX, o el de kuukuu de besa (A.30), con el nombre galo CRVCURO (Correa, 1993: 116). Menos clara es la situacin de tibei, luki y ekir en undikesken (A.6), que para algunos investigadores (Untermann, 1975: 8.2.10; Faria, 1997: 110; Rodr-guez Ramos, 2005: 38) podran ser antropnimos romanos iberizados: tibei / TIBERIVS, luki / LVCIVS y quizs ekir / SERGIVS, mientras que para otros investigadores (Velaza, 1998: 72; Moncunill, 2007: 94) la semejanza sera casual y se tratara de antropnimos ibricos. A mi parecer se debe descartar la interpretacin de ekir como antropnimo, puesto que se integra de forma coherente en el sistema de marcas de valor de undikesken, tal como se explica ms adelante. Tampoco luki parece buen candidato, puesto que la leyenda aparece aislada y el signo interpretado como u carece de trazo vertical, con lo que la lectura no puede darse por segura. En cambio tibei s que es claramente un antrop-nimo, puesto que aparece emparejado con atabels en posicin de magistrado. Una vez reducido el grupo a un solo caso, parece plausible pensar en una semejanza casual entre tibei y TIBERIVS, y que por tanto tibei sea un antropnimo ibrico.

  • La moneda de los beros. Ilturo y los talleres layetanos 37

    Las marcas de valor

    La identificacin de marcas de valor se basa en la constatacin de que algunas leyendas aparecen casi exclusivamente en unos determinados valores nominales, aunque stos puedan llegar a tener pesos diferentes con el paso del tiempo. Las marcas de valor estn formadas por dos tipos de elementos, los elementos cuantificados, que probablemente son adaptaciones de las unidades de un sistema metrolgico originalmente usado para medir el peso (Ferrer, 2011), y los elementos cuantificadores, los numerales enteros y fraccionados que permiten generar los mltiplos y los divisores de las unidades del sistema. Algunos ejemplos en otras epigrafas (Head et al., 1911). En monedas de plata de Agrigento (Sicilia) del siglo V a.C.: (5 [litras]) y ([1] litra). En monedas de plata de Corinto de mediados del siglo V a.C.: (3 ( [bolo])) y ( [bolo]). En monedas de bronce de Erix (Sicilia) en el siglo IV a.C. aparecen las marcas ([1] uncia) y (1/6 [litra]). En monedas de Jerusaln del siglo I d.C.: sql ([1] Shekel) y hsyhsql ( Shekel) en laso de plata, y hsy ( de [?]) y rby (1/4 de [?]) en las de bronce. En el caso de las monedas ibricas los elementos cuantifi-cados de base son kita y alir para las unidades de plata, y eta para las unidades de bronce o el divisor equivalente, probablemente duodecimal, de la unidad de plata, mientras que los cuantificadores pueden aparecer bien en forma de numerales lxicos (Ordua, 2005; Ferrer, 2007; 2009), como por ejemplo erder para las mitades, o simblica (Ferrer, 2007), como por ejemplo = para las mitades. Cuando la marca de valor aparece en forma lxica extensa y especialmente cuando se integra en textos complejos, probablemente acte como sinnimo de la denominacin de la moneda de ese valor. Sera el caso de la leyenda ildidaalirnai.

    A continuacin se analizan las cecas que utilizan marcas de valor, principal-mente undikesken, ars, aitabi, neronken e ildida. No todas las marcas aparecen en todas las cecas y cada ceca presenta sus particularidades, no obstante queda clara la base comn de todos los sistemas.

    Resumen de las marcas de valorarsakos neronken undikesken aiti ars ildida taakon

    etaon etaban etebanareba eba eba

    e e

    e-