29 03 2014 areito pdf ok

8
Areíto Zona de la Cultura y de las ideas www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 29.03.2014 “E N C U E NTRO CON LA VIDA” Diógenes enjuicia ponencia de Miguel Aníbal Perdomo Pág 5 (RE)PENSAR LA CRÍTICA Pensar la crítica de arte hoy es pensar una actividad teórica y práctica con una dimensión social. Siendo muchas cosas, la crítica es sobre todo una institución de ejercicio del criterio. Pá g i n a 3 MILDRED CANAHUATE una apuesta renovadora “Persistencia" es una muestra en la que participan once creadores cuyas producciones revelan una sorprendente diversidad y renovación. Pá g i n a 8 ORTEGA FRIER su biblioteca y Balaguer “Fue un coleccionista de libros, pero fue su primer usuario en la lectura. Su vasta cultura, su pensamiento idealista, sus conocimientos los usó en aplicaciones prácticas”. Pá g i n a 7 Pág 6

Upload: periodico-hoy

Post on 12-Mar-2016

236 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

 

TRANSCRIPT

Page 1: 29 03 2014 areito pdf ok

A re í t o Zona de laCultura y de

las ideas

w w w. h oy.co m .d oEditor: BavegadoDiseño: Carla GonzálezS Á BA D O 2 9.0 3.2 014

“E N C U E NTROCON LA VIDA”

Diógenes enjuiciaponencia de MiguelAníbal Perdomo Pág 5

( R E ) P E N SA RLA CRÍTICAPensar la crítica de artehoy es pensar unaactividad teórica y prácticacon una dimensión social.Siendo muchas cosas, lacrítica es sobre todo unainstitución de ejercicio delcriterio. Pá g i n a 3

MILDREDCA NA H UAT Euna apuestare n ova do ra“Persistencia" es unamuestra en la que participanonce creadores cuyasproducciones revelan unasorprendente diversidad yrenovación. Pá g i n a 8

ORTEGA FRIERsu bibliotecay Balaguer“Fue un coleccionista delibros, pero fue su primerusuario en la lectura. Su va s t acultura, su pensamiento idealista,sus conocimientos los usó enaplicaciones prácticas”. Pá g i n a 7

Pág 6

Page 2: 29 03 2014 areito pdf ok

2 Sábado 29 de m a r zode 2 014H OY A RE Í TO

REBELION DE OS CAPITANES: VIVAEL REY Y MUERA EL MAL GOBIERNO

Este es un libro sobre un episodiohistórico ubicado en el período dela colonización. Trata de un temapoco conocido incluso por losestudiosos de la historia. Su autores uno de los principales historiadoresdel país, Roberto Cassá. Es lasegunda edición. Tiene 520 páginas._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Zona

Are

itoZo

na A

reíto

José Saramago (Novelista y Premio Nobel)"Los únicos interesados en cambiar el mundo son lospesimistas, porque los optimistas están encantados conlo que hay."

LI B RO S

DIARIO DE LA GUERRA DE ABRILDE 1965.

La Academia Dominicana de laHistoria publica esta segunda ediciónen español de este importante diario,una especie de bitácora de un granreportero, como lo fue Tad Szulc. Ellibro tiene un prólogo del historiadorBernardo Vega, presidente de laAcademia. Tiene 400 páginas._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

LOS DUEÑOS DE LA MEMORIA

Esta es la última novela de uno delos más prolíficos y versátilesescritores dominicanos, reconocidoaquí y en el extranjero. MarcioVeloz Maggiolo cuenta, además, conlos mayores galardones del país porla vastedad y calidad de sus libros.Con esta novela Marcio regresa aVilla Francisca. Tiene 172 páginas._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Ética en política, el “Padre de laÉt ica”, Dr. Silié Gatón

PERSONAJES DOMINICANOS I

Esta es la segunda edición delprimer tomo de una obramonumental del historiador RobertoCassá. En este tomo desfilan 18personajes fundamentales de lahistoria dominicana, desde AntonioSánchez Valverde hasta UlisesFrancisco Espaillat. El libro tiene 481p ági n a s ._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

PERSONAJES DOMINICANOS II

Este segundo tomo de esta granobra del doctor Roberto Cassácontiene estudios biográficos deGregorio Luperón, Fernando Arturode Meriño, Ulises Heureaux, PedroFrancisco Bonó, Eugenio Deschamps,Máximo Gómez, Eugenio María deHostos y nueve figuras más,incluyendo a Caamaño.

José Silié Ruiz

“ Ética en política”, es el título de uno delos tratados de ética de la autoría de mipadre. Haremos referencia a un artículode análisis, “El retorno de la ética”, pu-

blicado en la sección Areíto de este periódicode la autoría de Fabio Abreu ( 22-3-14), a quienno conozco, menos podría yo endosarlo o pre-tender hacer una reflexión de valores sobre locorrecto o incorrecto de sus juicios. El intere-sante tema me agradó, pues por pura casua-lidad estaba dedicando a un buen amigo po-lítico esa temprana mañana sabatina el libro“Ética en política” de la autoría del Dr. José SiliéGatón, a quien varias instituciones han bau-tizado honrosamente como el “Padre de la Éti-ca Dominicana” en nuestro país. Con unos 12libros publicados sobre los temas de la ética y lamoral, creo que lo hacen más que merecedorde esa alta distinción. No sé si en otras latitudeshaya muchos escritores con esa abultada pro-ducción intelectual sobre un tema de tanta im-portancia social como lo es la ética, sobre todohoy que la humanidad se debate en una crisisde los valores éticos y morales.

No tengo yo ni la capacidad, ni mucho me-nos la intención de enjuiciar ese ensayo so-ciológico, pues se me ha ocurrido ser médico,pero no les niego a mis amables lectores queme hubiera sentido feliz si yo estuviese reves-tido de la erudición necesaria deseada y con ungran dominio de la sintaxis para dejarme en-tender en tales propósitos.

Nuestro interés al hacer referencia de estetrabajo, no es ningún otro que aprovechandoalgunos de sus juicios poder agregar comen-tarios de lo que sería la óptica de mi padre so-bre la ética política, expresados en su libro deética mencionado, siendo extraídas las citas deesta obra moralizante; asumiendo yo de cuálsería su opinión respecto a algunos de los jui-cios aludidos por el señor Abreu. Es en verdadun homenaje al autor de mis días, en razón deque su salud hoy no le permite “d i l e c t a r” s o b reeste tema de la ética, que ha sido la pasión de suvida. Las rayas (– –) son para el señor Abreu y lascomillas (“”) para mi padre. Señala el señorAbreu citando a Max Weber : –… que existendos formas de hacer política–, en ese sentidoopinaría don José: “¿Acaso, cuando se conquis-ta el poder, se puede actuar divorciado de lamoral política? Sería un sacrilegio si esto acon-tece, puesto que se presume que quien manda,es porque lleva en el alma una personalidadcarismática, poseedora de tensas riendas mo-rales, y con un sentimiento dispuesto a pro-yectarse en tal sentido, con inteligencia y fe enel futuro.”

“La naturaleza consciente de un político mi-litante, debe ser normada por la moral, ya quecuando ésta se haya ausente, los partidos sehacen vulnerables a la sin razón y la arbitra-

riedad, porque al grupo le falta consistencia ysustancia auténtica para servir de guía con cer-tidumbre a una nación esperanzada en la ri-queza de los valores políticos”.

Puntualiza Abreu: –Esto es una deuda en elliderazgo político, que ha sido tímido en rea-lizar los cambios estructurales que requiere lasociedad dominicana–. Al respecto plantearíadon José: “Cuando los actores políticos hacencaso omiso a la necesidad de renovación y guíaética sin interés nacional y virtud social, parapor desidia permitir que la perversión hagapresa de la conciencia de muchos que dejanatrás las directrices ideológicas, cabalgan sobreel potro de la ignominia, el engaño, la traición yel desamor, esto le resta importancia al pres-tigio de la política en su esencia filosófica, quees cuando se hace imperativo el sentido de li-beración ética”.

“En tal ocasión precisamente, se impone eldeber de formular con visión profética la em-peñosa tarea de enfatizar en el adecentamien-to de los partidos, con una real organizaciónmoral, en búsqueda del sentido fundamentalde la filosofía política, dentro de un pragma-tismo de la vida real, para renegar de la tristerealidad de ver las normas más elementales dela ética, vapuleadas por la ofensiva del engaño,la vulgaridad, el egoísmo y la mentira.”

Señala Abreu: –Si el liderazgo es ético, va enventaja pues ya tiene un escudo poderoso y uncontexto dominicano que pide a gritos su re-nacer-. Opinaría en este caso el Dr. Silié Gatón:“Es que un buen futuro político ha de estarsustentando en la construcción de un sistemaético fuerte, que contribuya a la formación deseres humanos con calidad, dentro del con-texto social, que a su vez estimule su autocon-fianza, seguridad en su poder, su potencial ysus cualidades individuales dignas de acepta-c i ó n” ’.

“Siendo los partidos fundamentalmente or-ganizatorios, tienen la responsabilidad de dar-le real democratización a su contenido de gru-po, permitiendo que el interés político de losciudadanos entre en juego, liberados ética-mente, cosa que a su vez les permita llegar alpoder en igualdad de condiciones con toda lamilitancia, sin las limitaciones que normal-mente se les impone a los de abajo”.

“Por sobre todo la liberación ética de los par-tidos, se inicia con la voluntad política de ladirigencia, al conceptuar la idea de que un par-tido es tanto más rico en moralidad, cuantomás morales sean sus dirigentes, por lo que seles exige la práctica del honor, la gran energíade carácter, supremo poder persuasivo, com-portamiento veraz, sencillez de carácter, hon-radez, inteligencia, espíritu emprendedor, per-sonalidad bien definida, trabajador, responsa-ble, decente, amante de la libertad, de fácil ex-

presión, espíritu de sacrificio y una aureola degran dignidad.”

Finaliza Abreu: –En suma, necesitamos con-vertir, no sólo en moda el retorno de la ética alliderazgo político, sino también en los nuevosliderazgos que surjan–, en ese sentido consi-deraría don José: “Cúmpleme decir, que bajo lainfluencia de la pasión política, se puede llegarhasta el error, razón por la cual hay que aco-gerse a los frenos de la moral social, para nocaer en desaciertos lamentables, lo que obligaa una especie de examen de conciencia quehaga reflexionar a la persona en torno a la im-portancia de la aplicación de los principios éti-cos, que al entrar al esplendente escenario de lapolítica partidista, principalmente en los paí-ses de economías no bien planificadas, dondela política determina en gran medida su des-tino, su futuro reposa en la mayoría de los casosen el comportamiento de los políticos”.

“Tales razones, entre otras, son las que hanmotivado a escribir esta obra de vivos relievesmorales, en vista de que la buena marcha de lademocracia requiere de políticos alineados vi-gorosamente en propósitos de bien, como unaexigencia perentoria en el proceso de desarro-llo de las naciones necesitadas de sus mejoreshijos que le ayuden a medir la dimensiones ycomplejidades de sus realidades, en plan deprogreso. Misión que reposa principalmenteen políticos bien formados éticamente.” Co m oven se desprende de lo anterior, no creo quehaya muchas diferencias entre el Quijote y mip a d re.

Page 3: 29 03 2014 areito pdf ok

A RE Í TO 3Sábado 29 de m a r zode 2 014 H OY

( RE ) P E N S A RLA CRÍTICA

Pensar la crítica de arte hoy espensar una actividad teórica ypráctica con una dimensión so-cial. Siendo muchas cosas, lacrítica es sobre todo una insti-tución de ejercicio del criterio.

Como ejercicio se instituye y se constituyedesde una cultura y una sociedadcon sus va-lores estéticos propios. Una de sus implica-ciones es la llamada crítica institucional.

La idea de una “crítica institucional” sur -gió a principios de los años setenta del siglopasado como uno de los derivados del arteconceptual. Vinculada a la práctica de ar-tistas contemporáneos como la escultoranorteamericana Lynda Benglis y el instala-dor alemán Hans Haacke, se difundió en pu-blicaciones como la revista Artforum. En esarevista, en 1974, Benglis apareció en una yafamosa y controversial foto con un pene deplástico, desnuda, con gafas y en actitudabiertamente provocativa y desafiante. Lafoto causó revuelo en su tiempo, fue tachadade vulgar y considerada como ataque radicala lo masculino.

La piedra de escándalo no era nueva. Re-cordemos que hace un siglo la crítica con-servadora tachaba como “v u l g a re s” y “es -c a n d a l o s a s” las obras que se hacían en tiem-pos de los dadaístas y los surrealistas, y, unpoco más atrás, de los fauvistas y los impre-sionistas. Este antecedente es una constantea lo largo de la historia del arte moderno.Revela la incomprensión universal de críti-cos y detractores hacia los fenómenos ar-tísticos emergentes.

La noción de “crítica institucional” señalauna relación directa entre un método y unobjeto. El método es la crítica; el objeto, lainstitución artística o cultural: el museo, lagalería, el centro de arte, la colección (pú-blica o privada). En realidad, su objeto des-borda estos espacios tradicionales y apuntamás allá, hacia todo un complejo conjuntode relaciones e interrelaciones con el mundoeconómico, político y social, y aun con lospoderes fácticos (la prensa, la publicidadcorporativa). Así, por ejemplo, la relaciónsingular entre el arte y el desarrollo del ca-pitalismo tardío, la relación entre la econo-mía del arte y la burbuja inmobiliaria (acon-tecimiento que explotó en el año 2008 y de-sató toda una crisis financiera global), la crí-tica de la especulación inmobiliaria y susefectos en el empobrecimiento de la pobla-ción urbana en grandes ciudades del mun-do, y, vinculado a ellas también, la relaciónentre el mercado del arte y la llamada bur-buja cultural. El museo suele ser el objetoprivilegiado, aunque no exclusivo, de la crí-tica institucional.

Me pregunto si esta provocadora nociónno será una contradictio in adjecto, cuandono un término equívoco. Gertrude Stein, alenterarse de la apertura del Museo de ArteModerno de Nueva York (MOMA), exclamó:“¿Un museo de arte moderno? ¿No es esouna contradicción en los términos?”. Porquese piensa en un museo como un archivo his-tórico y cultural de antigüedades, no una co-lección de objetos de una modernidad aúnen debate. De ahí la pregunta azorada de la

Stein. Lo mismo me pregunto, con Estrellade Diego: ¿si es realmente “c r í t i c a”, puede sertambién “i n s t i t u c i o n a l”?

La crítica de arte no es sólo un ejerciciovalorativo de determinados objetos estéticosllamados obras de arte. Es, sobre todo, unainstitución cultural con una responsabilidady una función social. Ahora bien, ¿la insti-tución es en verdad “c r í t i c a” o sólo es ope-rativa, funcional? Pero, ¿qué es lo institucio-nal en sí? ¿No es acaso la afirmación del fun-cionamiento de un orden y la negación im-plícita de toda posibilidad de crítica a la ins-titución que forma parte del sistema, del or-den establecido? En todo caso, ¿cuál es suvínculo con la crítica cultural en sentido am-plio? ¿Es sólo un momento, una instancia deella? ¿Qué es, a fin de cuentas, la crítica ins-titucional: crítica a la institución o críticadesde la institución? Pero he aquí que ellamisma es una institución. Vuelta entonces alpunto de origen. ¿Sería, pues, una crítica a símisma, una autocrítica? ¿O tal vez una críticaal sistema?

Desde su aparición, las vanguardias delsiglo XX asumieron la crítica al sistema, con-siderada necesaria y esencial. Elástico y fle-xible, el sistema puede volver a su favor lacrítica más incisiva y virulenta. El sistema esun boxeador muy bien entrenado: sabe en-cajar los golpes recibidos y devolverlos conmayor fuerza y contundencia. Voraz y ma-nipulador, es capaz de asimilar cualquier crí-tica, ataque o subversión. Tal es su poder derecuperación. Para decirlo con Estrella deDiego: convierte en pura pantomima el ges-to más combativo y provocador.

La institución es el sistema, o, al menos,pieza integral del sistema.¿La crítica institu-cional puede ser una crítica eficaz del sis-tema de poder? ¿Puede ser ella radical y sub-versiva? ¿Es posible hoy, después de todo loque se ha visto y oído, mostrado, represen-tado e instalado, después de tantos ismosque vienen y van, de tantos gestos de rupturavanguardistas, incluso de los más ruidosos yfuriosos, de los más banales, subvertir a lainstitución? ¿Es posible subvertir las estra-tegias de poder formando parte del podermismo? ¿Y cómo? ¿Y qué significa exacta-mente subvertir a la institución? ¿Des-ins-titucionalizarla? ¿Y por qué hacerlo si la pro-pia institucionalización del arte y la culturaha sido una conquista democrática que hacostado tanto esfuerzo y lucha? ¿Acabar conlos museos, galerías y centros de arte? (¡Peroentonces se acabarían también los premiosde concursos y bienales!). ¿El arte fuera de lasinstituciones artísticas y culturales? Pero pa-rece ser que el arte y la cultura sólo puedenprosperar desde tales instituciones. ¿Y en-tonces? ¿A dónde, pues, conducen hoy losdiscursos artísticos de la “re s i s t e n c i a”?

¿Es posible hacer crítica institucional des-de la institución misma, desde el museo, porejemplo? Al exhibir y conservar, el museoprotege a la obra y al artista para la actua-lidad y la posteridad, a la vez que los do-mestica. Se considera al museo una insti-tución del pasado. Y es cierto, pero aclaro:del pasado-presente vivo.

Hoy todo lo que se expone en un museo

falsamente acaba por convertirse en obra dearte, al menos en apariencia. Todo acabasiendo parte de esa lógica institucional, aunla obra más escandalosa. La entrada de unaobra a un museo, no importa cuán trascen-dente o banal ella sea, termina al parecer por“i n s t i t u c i o n a l i z a r l a”, por desactivarla y neu-tralizarla, haciéndola formar parte del sis-tema y su lógica implacable.

Pero no hay que culpar al viejo Marcel Du-champ y su ready-made. La fórmula de Du-champ a principios del siglo XX era: todo loque se expone en un museo se convierte enobra de arte. Al tomar un urinario y llevarlo aun museo, hacia 1917, provocó y escandalizóa la sociedad y la crítica de su tiempo. “Pe ro,¿y esto es arte?”, se preguntaban. En realidad,lo que hizo fue demostrar una sola cosa:queal tomar un objeto cotidiano y colocarlo enun museo, el objeto se eleva automática-mente a la categoría de arte, de objeto dearte. Colocó insólitos objetos cotidianos (unurinario, una rueda de bicicleta sobre un ta-burete de madera) en un espacio nuevo parasubrayar una idea esencial: que el arte guar-da una mayor y más íntima relación con lasideas que con las cosas. Así, logró que el es-pectador se cuestionara su propia raciona-lidad y el modo en que percibía los objetosque le rodeaban. Un urinario en un bañopúblico es un objeto funcional común y co-rriente. Se halla y funciona en el espacio quele es propio. Pero sacado de allí yexpuesto enun espacio diferente e “i m p ro p i o” como loes un museo pasa a ser otra cosa: una “o b rade arte”. Adquiere un valor simbólico. Aun-que sigue siendo un artefacto, un objeto dediseño artesanal o industrial, el contexto lepresta un carácter y un valor nuevos y dis-t i n t o s.

Pero, ¿de qué hablamos en esencia? ¿Deuna obra de arte o de un artefacto o artículode consumo cualquiera? Duchamp era unprovocador genial y un gran burlón. Vino,vio y burló. Se burló de su tiempo y le tomó elpelo a todo el mundo: autor, público y crí-tica. Pero repetir o copiar vulgarmente hoy,casi un siglo después, el gesto duchampianodel ready-made no sólo no tiene nada de ori-ginal, sino que también delata una imitaciónservil y burda de gestos que en su momentofueron significativos y transgresores, peroque hoy ya no significan ni transgreden na-da, salvo el sentido común.

El museo funciona con su propia lógicainmanente. Impone sus preferencias estéti-cas y sus modas teóricas. Auxiliados por fun-cionarios, críticos, curadores y jurados, im-ponen sus gustos por ciertos géneros. En susdecisiones institucionales se suelen mezclarintereses de grupos con prejuicios y arbitra-riedades. En muchos casos parecen serabanderados de tendencias del arte con-temporáneo. En el caso nuestro, hay unamarcada y cuestionable tendencia a privi-legiar arbitrariamente determinadas prácti-cas artísticas (la instalación, la performancey el videoarte) en detrimento de los génerostradicionales (la pintura, el dibujo, la escul-tura). Los nuevos bienalistas dominicanosestán locos por entrar en el museo y ver susobras premiadas expuestas allí, mientraspuristas y radicales desdeñan la institución.

Entrar al museo significa entrar en la his-toria. La entrada de la obra supone su con-sagración definitiva, pero sólo tras someter-se al escrutinio de generaciones enteras ypasar la prueba del tiempo. Entrar en la ins-titución equivale también a entrar en la ló-gica del sistema, y esta lógica obedece a supropia necesidad de reproducción. Por na-turaleza, no admite protesta, ni rebeldía, nisubversión.Y cuando parece admitirlas, a re-gañadientes, en realidad sólo las asimila pa-ra revertirlas a su favor. Y cuando se apropiade las obras y su valor simbólico para legi-timarse, intenta despojarlas de su contenidocrítico y su poder subversivo.

Y, sin embargo, el museo sigue acogiendohoy obras rabiosamente protestatarias, re-beldes y subversivas. Para muestra dos bo-tones de crítica institucional, uno de aquí yotro de allá: la exposición antológica “Silva -no Lora, un arte combatiente”, en la GaleríaNacional de Bellas Artes; la exposición “Cas -tillos en el aire”, de Hans Haacke,en el MuseoReina Sofía de Madrid. Así pues, el museo noes sólo la institución que exhibe, protege yconserva. Ese formidable espacio de la me-moria visual puede ser también estímulo yfuente de inspiración permanente para elejercicio de la libertad creadora.

(Re)pensar la crítica de arte hoy suponetambién pensar de nuevo la relación entrecrítica cultural y crítica institucional. Si noquiere enajenarse por completo, encerrán-dose en sí misma, la institución debe demo-cratizarse, abrirse a lo nuevo y emergente, loalternativo, lo no oficial; abrirse incluso a lossignos de la calle, al arte público. Porque elverdadero arte está siempre latiendo y flu-yendo en el aquí y allá y en el dentro-fuera dela vida y del ser humano.

JOSÉ PELLETIER

FID

EL M

UN

NIG

HAp

orte

Page 4: 29 03 2014 areito pdf ok

4 Sábado 29 de m a r zode 2 014H OY A RE Í TO

R E P E T I CI O N ES,R E P E T I CI O N ES

MU

-KIE

NAD

RIAN

ASA

NG

E n

cu e n

tro s

El corazón y su redoble iracundoel obscuro caballo de la sangrecaballo ciego caballo desbocadoel carrousel nocturno la noria del terrorel grito contra el muro y la centella rotaCamino andadocamino desandado…El cuerpo a cuerpo con un pensamiento afiladola pena que interrogo cada día y no respondela pena que no se aparta y cada noche me despiertala pena sin tamaño y sin nombreel alfiler y el párpado traspasadoel párpado del día mal vividola hora manchada la ternura escupidala risa loca y la puta mentirala soledad y el mundoCamino andado…camino desandado…El pensamiento circular y el círculo de familia¿qué hice qué hiciste qué hemos hecho?el laberinto de la culpa sin culpael espejo que acusa y el silencio que se gangrenael día estéril la noche estéril el dolor estérilla soledad promiscua el mundo despobladola sala de espera en donde ya no hay nadieCamino andado y desandado la vida se ha ido sinvolver el rostro. Repeticiones,

Octavio Paz

CÁPSUL ASG E N E A L Ó G I CAS

w w w. i d g.o rg.d o

De Niza, losDa l m a s í

Johannes Dalmasy(2 de 4)

C omo miembro de una familiaburguesa de modesta holgura,Jean-Baptiste Dalmassy Isnardydejaba atrás el confort de su te-

rruño ambicionando extender la fortunafamiliar a través de la adquisición y ex-plotación de plantaciones en el exóticotrópico caribeño. En los tiempos cuandoese adolescente se establece en Saint Do-mingue, esa colonia era un lugar muy lu-crativo para la clase propietaria y segu-ramente su entusiasmo no le daría cabidapara imaginarse un porvenir en el cual, enmenos de dos décadas, estallarían san-grientas discordias que le causarían la rui-na a él y al propio régimen esclavista queallí imperaba, dando paso además a queal menos uno de sus descendientes, comotantas otras familias de ese entorno, tra-jera el apellido al lado español de la isla.

A diferencia de la mayoría de los eu-ropeos que se establecían en esa colonia,aquel joven no era súbdito francés, puessu lar nativo, el condado de Niza, era unade las unidades territoriales del reino deCerdeña. Ese estado sardo era regido porla Casa de Saboya, que fue la dinastía delos antiguos condes y duques de Saboya,más tarde monarcas sardos y posterior-mente del Reino de Italia que fue creadoen el siglo XIX. Es por esto que aunque elmuchacho Dalmassi que emigró hacia elCaribe venía de una familia que por edu-cación, localización y costumbres transi-taba entre el nizardo, el italiano y el fran-cés, él y sus compatriotas eran forasteros,ya fuese en Marsella, Roma, París, o enSaint Domingue, donde por extensión re-cibían variados gentilicios, tales como sa-boyardos, sardos, y piemontinos, peroque con mayor precisión eran cataloga-dos como lo que eran: nizardos. Hasta eseentonces no fueron franceses y tampocoitalianos pues en esa época no existía aúneste último país, por lo que a sus habi-tantes todavía se les identificaba en el ex-tranjero por su amalgama de regiones:lombardos, napolitanos, venecianos, sici-lianos, toscanos, etc.

Los linajes de aquel joven Jean-BaptisteDalmassi que se estableció en Mirebalaisestán comprobados por muchas genera-ciones precedentes en los archivos de lacomunidad de Sigale, un pueblito del altovalle del río Estéron en las cercanías de laciudad de Niza, que junto a los de su re-gión le rindió fidelidad a los condes deSaboya desde 1388, por lo que la actualubicación de estas comunidades dentrodel mapa de Francia no debe opacar elhecho de que durante la mayor parte desu larga historia estas no fueron parte dela nación gala. Con un pasado en el quese intercalaron los idiomas y las culturasde los potencias aledañas, los pueblosnizardos se forjaron en base a una viejasociedad con características propias deLa Provenza pre-francesa, al que pormuchos siglos le fueron sobrepuestoslos modos formales italianos como con-secuencia del mando de los Saboya y losmodos franceses derivados de las fre-cuentes incursiones que estos tuvieronen esa región.

Instituto Dominicano de Genealogía

Cuando decidí escribir sobre al-gunas profundas reflexionesque atormentan mi alma, mepregunté qué poesía podría en-cabezar este Encuentro conuna temática tan especial. Bus-

qué primero entre las poesías de Neruda, yninguna se correspondía. Me sumergí en mibúsqueda y no aparecía nada que me com-placiera. Entonces recordé a Octavio Paz ysus lamentos. Y, sí, localicé esta poesía ti-tulada Repeticiones. Y al leerla, no sólo de-cidí colocarla para encabezar el artículo, sinoque hasta cambié su título y lo bauticé comoestos versos del mexicano universal.

Repeticiones, una y otra vez, ha sido lapráctica consuetudinaria de esta humani-dad nuestra que se cuece en su propia salsa,en sus propias miserias sin querer cambiar.Mi lamento no ha sido, es ni será el único niel último. Hay mucha gente que sufre tam-bién porque les duele el derrotero de estemundo deshumanizado.

Repeticiones, sí, repeticiones porque hasido la ambición desmedida y sin control laque norma las decisiones de los dueños delmundo. Desde el inicio de los tiempos, losimperios comenzaron a imponerse a losmás débiles, a través de la conquista por lafuerza. Hoy, el dominio es más sutil, pero nomenos eficaz. El mercado, la ley de la oferta yla demanda ha mercantilizado todo, abso-lutamente todo, hasta los sentimientos másnobles y hermosos. El amor de pareja ya tie-ne precio. Se ha dedicado un día en el cual elamor se somete al escrutinio de un regalocostoso. El amor filial, el más puro y her-moso, también es una mercancía. Durantelos días previos a las madres la propagandadice que el amor materno se demuestra conuna lavadora, una estufa o una TV. ¡Qué ba-nalidad tan ofensiva!

Repeticiones, sí, repeticiones, porque lavida política de este país nuestro se haconvertido en una hipérbole de ambicio-nes sin control, donde las sonrisas hipó-critas de los candidatos son más impor-tantes que sus ideas; donde el discurso, elconvencimiento de sus pretensiones ca-recen de sentido, porque lo importante esla compra del favor a través de promesasde cargos y regalos. Se repite, se repite, serepite, como si el tiempo no existiera.Cuando Ulises Heureaux la compra de lalealtad se hacía mediante una lista hecha amano; ahora es más tecnológico a travésde una tarjeta que se corresponde deacuerdo a una lista computarizada.

Repeticiones, sí, sí, sí, repeticiones insen-satas, inhumanas e injustas es la permanen-cia de las eternas diferencias abismales entrelos que tienen todo y los que no tienen nada.Es incomprensible a los ojos de Dios que enun mundo tan rico, lleno de riquezas natu-rales existan millones que mueren de ham-bre y sed.

Repeticiones, sí, sí, lamentablemente sí.En la Edad Media, la Inquisición enviaba a lahoguera a los que eran juzgados como he-

rejes y violadores de la ley de Dios. Después,durante la Guerra de Las Cruzadas, se ex-pulsó del territorio del Reino de Castilla a losárabes porque no eran cristianos.

Hoy, los musulmanes atacan a Occidente,los enemigos de Alá. Y motivados por eseodio irracional, se inmolan. Y mientras lairracionalidad prevalece, las muertes semultiplican.

Repeticiones, sí, repeticiones, sí. ¡Dios quesí! En este terruño querido y maltratado, vi-vimos también pisoteando los terribles ca-minos transitados. Como ayer, los que lleganal Estado, salvo muy escasas excepciones,asumen sus cargos para servirse. La patria essolo una palabra vacía, utilizada en discur-sos hipócritas. Los partidos políticos, másque instrumentos de la democracia, se hanconvertido en corporaciones con accionis-tas que tienen como objetivo la obtención demayores ganancias. Los dueños de turno seconvierten, de la noche a la mañana, en po-tentados y señores. ¡Oh Dios! ¿cuándo de-jaremos de repetirnos?

Repeticiones, sí, ¡Ay sí, repeticiones! el de-bate apasionado liderado por los ultranacio-nalistas, a raíz de la famosa Sentencia delTribunal Constitucional, no es más que unarepetición del eterno conflicto entre Haití yla República Dominicana. Es también la ex-presión, la reiteración, de algunos sectorespolíticos que utilizan el rancio discurso co-mo unificación nacional. La debatida, con-trovertida, enfrentada y apoyada sentenciaha exacerbado, como antes, los sentimien-tos de la población, dividiéndola de manerairracional. Así ocurrió con BuenaventuraBáez cuando utilizaba las desavenencias pa-ra aplastar, mantenerse en el poder. Lo mis-mo hizo Trujillo, quien llevó las diferencias almayor de los extremos, cuando decidió porla fuerza de las balas resolver el tema fron-terizo. Y Bosch, quien mediante una acusa-ción de agresión llevó las diferencias hastauna crisis diplomática sin precedentes. Lahistoria se repite, se repite, se repite y due-le… y duele… d u e l e.

Como se repite también el enfrentamien-to del adversario con diatribas sin argumen-tos, porque la intolerancia constituye su nor-ma. Olvidan que en la discusión abierta ysincera está la clave del verdadero diálogo yla verdadera concertación. Pero no paraellos. Solo hablan con los que están de sul a d o.

Lamento amigos lectores de que mi En-cuentros de hoy no sea un canto a la espe-ranza, y a la necesidad de caminar hacia elhorizonte luminoso de un nuevo día. Quizásporque también hay que darse permisos pa-ra expresar el otro lado de la vida, porque sí,porque la existencia es una mezcla intermi-nable de alegrías, penas, tristezas y preocu-p a c i o n e s.

Sigale, núcleo ancestral de los Dalmasy.

Page 5: 29 03 2014 areito pdf ok

A RE Í TO 5Sábado 29 de m a r zode 2 014 H OY

La ponencia de Miguel Aníbal Per-domo, al ser tan extensa, es la quemás clichés acumula. Uno de losmás mortales para el poema es elinstrumentalismo: “El mundo,como dice la Biblia, fue fundado

a través de la palabra. Esta tiene el poder decrear la luz, la materia; es el instrumento delque se vale Dios para conjurar la oscuridad yel vacío.” (p. 224). El ponente acepta, sin crí-tica, tal aserto.

No ve el ponente la ideología del mito y laacepta para su teoría de la traducción in-genua que no examina la frase hebrea trai-cionada al pasar a la teoría de la traducciónde la Vulgata de San Jerónimo y los Setenta.Estos traductores copiaron la teoría meta-física del lenguaje al pasar de las filologíasdel hebreo al griego y del griego al latín, atri-buyéndole a logos (que quiere decir tantolenguaje, lengua, palabra y discurso) el sig-nificado de palabra, cuando en realidad es elde discurso el que posee el contexto y el valoren aquella traducción.

Treinta o más años tiene Perdomo, desdesu época de estudiante, que ni la palabra ni lalengua ni el lenguaje son instrumentos. Perola inercia y la herencia del partido del signo,al cual pertenece, poseen más fuerza que elsimple planteo de una inquietud. O sea, queel ponente nunca se ha formulado la pre-gunta de por qué ni el lenguaje, ni la lenguani la palabra son un instrumento.

Otro cliché que debe haberlo heredadodel discurso contemporáneo que abominala ciencia y la tecnología, ya que los filósofosmodernos las consideran como el desen-canto del mundo, contrario a la poesía, quees el encanto y la verdad. Dice el ponente:“La ciencia, a través de diferentes teoríascosmológicas, lo que hace es fundar mitosd i s c u r s i vo s …” Ibíd.). El ponente tambiénusa el concepto de modernidad sin saber enqué consiste. De donde colijo que lo usa co-mo sinónimo de moderno, actual o contem-poráneo. No con el sentido de crítica radicaldel historicismo y del racionalismo.

Otro cliché metafísico es la definiciónmisma de la poesía: “El principio poético(creativo) es el soporte de toda actividadt ra s c e n d e n t e.” (Ibíd.). Otro de los clichésmanidos que uno encuentra en todas lasteorías literarias desde la Antigüedad hastahoy es el siguiente: “La literatura entretiene yenseña, como pensaban los latinos, noseduca en el uso de la palabra, el instrumentocultural por excelencia…” (P. 225). Más ade-lante, Perdomo copia a Pitágoras, creador dela escuela que considera, hasta hoy, que laliteratura y el arte son terapéuticos: “Al aden-trarnos en ella buscando respuesta a nues-tros dolores y fracasos, se convierte en te-

rapia, en una necesidad neurológica, higie-ne del cerebro. Puede ser comprometida ytestimonial a lo Sartre, pero es un mensajegratuito; sumerge sus patas en la realidadpero nos arrastra al sueño ayudándonos avadear lo rutinario, lo anodino de la exis-t e n c i a .” (Pp. 225-226).

La ponencia de Perdomo es un conden-sado de la vulgata estilística y marxista: “lacrítica (…) no es más que una lectura per-sonal que varía de acuerdo con el bagaje deexperiencia y formación de cada crítico. Estosignifica que aquel que posea mayor forma-ción podrá lograr un acercamiento máscomplejo a la obra; pero aquí entran en es-cena también los valores subjetivos que lasclases dominantes occidentales han depo-sitado en su mente, una tradición milena-r ia.” (Pp. 226-227). Otro cliché, que Perdomotoma de Aristóteles, a quien cita por su nom-bre, es el que opone la historia a la poesía (p.227).

Para el ponente “la literatura es el reino delo sagrado y de lo profano, lo comunitario ylo individuo, del gozo y de lo lúdico…”(Ibíd.). Esta es una de las definiciones mástradicionales de literatura, pues todo lo quePerdomo dice que es la literatura, es lo con-trario, pues lo sagrado y lo profano, al igualque los demás términos, son ideologías, yjustamente lo que transforma el texto, no laliteratura, son las ideologías de época.

Al final de su trabajo, el ponente perdonaa la crítica y, como instrumentalista al fin,realza su utilidad y “f u n c i ó n”: “la función dela crítica es insustituible. Un crítico bien in-tencionado y honesto puede ser muy útil pa-ra orientar tanto al público como al autor,para estimular y señalar el rumbo”. (Pp.229-230) Por esta razón, Perdomo ve conbuenos ojos que en los Estados Unidos lacrítica se haya comercializado: “En los Es-tados (…) lejos de desaparecer, el crítico estásumiendo un carácter profesional singular:el autor de un libro pagó a ciertos críticospara que le escriban una reseña”. (P. 230). Fa-vorable, por supuesto, porque la crítica, seentiende, debe ser elogio, condena o silen-c i o.

En Perdomo, estas citas de la definición dela obra literaria, la crítica y el valor del textoson un concentrado de la teoría tradicionalde la literatura basada en la metafísica delsigno. Contienen los cinco círculos del in-fierno definidos por Meschonnic como losgrandes enemigos del poema, aparte, porsupuesto, de sus dos adversarios más em-blemáticos: la definición misma de poesía yla filosofía: “el primer enemigo del poemaque hay que escribir (y del poema que hayque leer) es la poesía. El segundo es la fi-l o s o f í a .” (Revista “Eu ro p e” 995, marzo de

2012, dedicada a Meschonnic, p.124).¿Cómo define Meschonnic esos cinco cír-

culos del infierno?: “para ser un poema, unpoema debe franquear cinco círculos del in-fierno: el primer círculo es la confusión entreel verso y la poesía, en la doble confusiónque opone el verso a la prosa y de ahí tam-bién, la poesía (identificada con el verso) a laprosa; el segundo círculo es la definición for-mal de la poesía, consecuencia del primero,y de ahí, cuando se cree hablar del poema, sehabla del signo, la forma y el sentido –gra -cias, mi signo–; tercer círculo, la esenciali-zación, por etimologización, de la palabra‘p o e s í a’, que se desdobla en mística de lacreación o en calculismo de la fabricación;cuarto círculo, que se desdobla también, laconfusión con la emoción, estética o sen-timental, o la confusión con el catálogo delmundo y de los elementos, en los dos casoslo que Mallarmé llama ‘n o m b ra r’. Confusióncon los sentimientos: se dice que el Cantarde los cantares es poético, porque habla delamor. Confusión con las cosas, vea usted aBachelarden el rol de alguacil, y Mallarmedecía de la luna: ‘es poética, esa ramera”;quinto círculo, el almacén de la poesía (lla-mo así a todos los poemas que existen, entodos los idiomas, y en todas las épocas), esdecir, a la confusión entre el poema y la poe-sía, la confusión entre la poesía y el amor a lapoesía, y el amor de la poesía es la muerte delpoema; todo esto para llegar a la poesía co-mo actividad de los poemas, que consistejustamente en desencadenar la crisis en to-do lo que precede, y sobre todo en no aho-garse en el amor a la poesía. Lo que no les hagustado a algunos contemporáneos es estasimple constatación.” (Revista citada, pp.124-125).

DIÓ

GEN

ES C

ÉSPE

DES

/D

CESP

EDES

@CL

ARO.

NET

.DO

Apor

te

Las ponencias deMasa Crítica:Primer Seminario Internacional de la Crítica Literaria en [la] RD

Henri Meschonnic Miguel Aníbal Perdomo

Page 6: 29 03 2014 areito pdf ok

6 Sábado 29 de m a r zode 2 014H OY A RE Í TO

“E N C U E NTROCON LA VIDA”E

s muy estimulador que un ar-tista de tanta maestría nosofrezca celebrar un Encuentrocon la Vida con una actitud queen ningún momento proyectaposes, ni mucho menos ego

exaltado. Manuel Montilla es un artista enacuerdo y seguro de su obra, que a través devarias décadas ha mantenido coherencia,búsqueda y trabajo, sin jamás perder elduende y la poética, incluso, por encima delas circunstancias de la vida.

Al disfrutar la reciente puesta en escenade la exposición de Manuel Montilla, a quienrespetamos y seguimos la trayectoria desdefinales de los 70’s, cuando decidió viajar aEuropa con sus compañeros del Grupo 6, enel que participaron Alonso Cuevas, quienesse radicaron primero en París, y tanto Mon-tilla como Ignacio Rincón Valverde –Ku m a - ,Alberto Ulloa y Héctor Rodríguez se radica-ron en España.

Manuel Montilla exhibe sus últimas obrasdurante los meses de marzo y abril en elCentro Mirador (Centro Cultural Mirador deSanto Domingo), un espacio de arte y cul-tura que ha venido marcando el galerismodel país, presidido por la gestora cultural do-ña Purísima De León-Guerra.

Hemos percibido la ética de este artista,que inicia su carrera ascendente al concluirsus estudios en la Escuela Nacional de BellasArtes, ganando el primer premio de dibujode la Bienal Nacional de 1974. Este premioviene a trazar la trayectoria ética y estética deMontilla, cuya obra gráfica, de dibujo, depintura nos muestra y nos pone a analizar siestamos ante una obra surrealista o realista,desplazada por el símbolo.

La línea y la forma en los dibujos de Mon-tilla se identifican con la factura surrealista,no obstante, el espectro o cuerpo humano ozoomórfico parte de la realidad, una realidadbañada en los mitos y leyendas del Caribe,por eso aparecen en secreto y casi clandes-tinas las señales de la mitología y del feti-chismo caribeño, sin fronteras en el referen-te taíno y africano.

Pasaron más de 25 años hasta entenderque esa escritura gráfica y visual del maestroMontilla viene de una formación nutrida porel trabajo académico, fiel y ardiente de unjoven artista dominicano como lo fue cuan-do llegó a Madrid y empezó a deambular por

las salas de los clásicos en el Museo del Pra-do, hasta dar con el genio del Bosco y em-prender toda una reflexión de lenguaje, cu-yos micromundos y rizomas vienen de lasprofundidades del Jardín de las Delicias delgenio Jerónimo Bosch.

Alrededor de una masa central que nossugiera la visión de un manatí volador, de unzeppelín revolcado en el aire, de una chi-chigua sembrando nubes de sueños, o deuna mujer sirena, sedimentada en su esque-leto. Es obvio que esta obra invita a elevarse ya zambullirse en aguas cálidas y seguras deuna poética cristalina, en la que más allá delsueño y de la ilusión el ser humano nos llamay acude sin frenos…

En este encuentro generoso y excepcionalque hemos sostenido con el talentoso artistafrente a sus obras en compañía de los es-tudiantes de Maestría en Arte de la Univer-sidad Autónoma de Santo Domingo confir-mamos con Montilla que sus masas redon-das, sus círculos, vienen a confirmar la vidacasi siempre focalizada en el cuerpo feme-nino, en estado de fecundidad y procrea-ción. El círculo es, en este sentido, el signomás apropiado de la vida en el universo.

En el intercambio, abordamos los aspec-tos del rigor del trabajo creativo, y queda cla-ro que Montilla no concibe hacer una obrasin antes haber trabajado en bocetos.

Explica con detalles, que antes de arran-car la investigación hay todo un proceso me-ditativo y reflexivo en busca de la idea. Ciertoes, que la pintura y la acrílica son técnicascomplicadas de trabajar, sobre todo cuandose trata de obras constantemente en un diá-logo con el simbolismo.

El artista comparte y recrea sus recuerdos de

niño cuando vivió en el Batey Guaimate en LaRomana, de donde parte su memoria, y real-mente vemos que en algunas de sus obras lapresencia del ga-gá y de cortadores de caña sepueden percatar en detalles de máscaras,cuernos, cintillos y frutos en escala minúsculacon relación a la imagen central.

Montilla considera su trabajo como unlargo proceso estudiado y esbozado en el mí-nimo detalle, antes de tocar la tela o el papelnos confirma que, como Magritte, es “un ar-tista que piensa antes de ejecutar”, y dejabien claro que todo parte del conocimiento yde la meditación.

Más allá de la forma, el conjunto de laobra se enciende en colores ocres, amarillosy verdes muy luminosos con contrastes cro-máticos compartidos con el morado, el ver-de y rojo, cuya convivencia sintoniza una di-mensión de bienestar y de paz que se trans-mite al público y que se hace sentir en todo elespacio de la exhibición.

En estos tres pisos del Centro Cultural Mi-rador Sur presenciamos todo el desplieguegráfico y pictórico del artista, desde el dibujoa punto de lápiz grafito, hasta la puntilla dechina. Todos en pequeños y medianos for-matos, hasta alcanzar el color encendido enfucsia de los grandes formatos, y es así comoes muy difícil deslindar la pintura del dibujoen la obra de este artista, pues vienen de lamano y la frontera, lo que la hace bien com-pleja de definir.

La pintura y el dibujo también reflejan unapoética exaltante de vida universal y cósmica.Esa sugerencia, o impresión, despierta en elpúblico una libertad de reflexión referencialmuy abierta, pues para algunos el duende nosconduce a viajar por el universo, a otros lesinvita a zambullirse en fondos marinos, y amuchos nos lleva de la mano por las reflexio-nes permanentes e inacabadas de la imagenreal y la imagen surrealista, pero el enrique-cimiento alegórico de tantos detalles signográ-ficos nos invita a medir el arte y la vida a travésde dimensiones nunca acabadas.

La obra de Montilla en su poética plásticay visual invita al viaje físico, espiritual y men-tal como el poema de Charles Baudelaire. Esuna obra de alcance universal que se ins-cribe además en las corrientes psicoanalí-ticas y filosóficas que analizan la creaciónartística y visual desde una perspectiva haciala eternidad.

Figuras en constante conversación.

DEL

IA B

LAN

COD

e se

ñal a

señ

al

f Gagá tranquilo

f Composición dee l e m e nto sautóctonos III

f Elementos queflotan en el espacio

f Gagá como temaprincipal

f Reunión de figuras

f Cuerpo con formade hoja

f Transformación deuna figura

f Figuras dem u j e re sd e s c a ns a n d o

f Conjunto def i g u rascontemplando partede este mundo

1 2 3

4 5 6

7 8 9

Page 7: 29 03 2014 areito pdf ok

A RE Í TO 7Sábado 29 de m a r zode 2 014 H OY

Ortega Frier, su biblioteca yJoaquín Balaguer

Es posible que la afirmación iró-nica y despectiva que hizo Joa-quín Balaguer sobre Julio OrtegaFrier en sus Memorias de uncortesano de la Era de Trujillocontribuyera a sembrar la idea

de que él no era intelectual ni culto a pesarde sus rectorados universitarios, su expe-riencia docente, las obras que publicó y lasque dejó inéditas, las carreras cursadas en elpaís y en Estados Unidos y la espléndida bi-blioteca, el mayor atractivo cultural de suépoca. El expresidente escribió que Ortega“poseía probablemente la mejor bibliotecadel país, sin duda la más selecta y rica no soloen textos jurídicos sino también literarios,especialmente libros raros sobre la Repúbli-ca Dominicana y ediciones costosas deobras maestras tanto de la literatura britá-nica como de la francesa y la castellana. Esprobable que muchas de esas obras hayanpermanecido durante años en sus anaque-les sin haber sido hojeadas jamás por sud u e ñ o”. Lo satirizó en otros aspectos de suc u l t u ra .

Presuntamente, el expresidente guardabaresentimiento contra el notable jurisconsul-to desde 1937. Además, el mandatario fuesupuestamente cómplice de la merma deese acopio, según informes llegados a la fa-milia de Ortega Frier que esta no ha con-fir mado.

Jaime Read Ortega, biznieto del exrectorde la Universidad de Santo Domingo, hizoestos relatos y defendió la erudición de suantepasado al que considera docto y sabio ydel que dijo que fue el “primer usuario” delos libros que compiló durante años congran sacrificio desde antes de ir a estudiar aEstados Unidos donde le aguardaban loshermanos Pedro, Francisco y Max Henrí-quez Ureña con quienes convivió en NewYo rk .

Este descendiente, genealogista, conser-va documentos e inmensidad de fotos de lafamilia Ortega Frier, sus fincas y residenciasurbanas, ex libris y títulos. No niega el tru-jillismo ni el servicio que su bisabuelo ofre-ció a los norteamericanos durante la ocu-pación de 1916 pero afirma que no fue de-lator ni sus manos se mancharon de sangre yasegura que aprovechó su influencia duran-te la intervención para mejorar el nivel de laeducación dominicana. Durante el trujillatoenfrentó dificultades y “murió en desgra-c i a”.

Lo que cuenta sobre el “t r á g i c o” destinode la afamada biblioteca de su ancestro, es

impresionante. Declara, además, que laconstrucción de la Ciudad Universitaria sedebe a Ortega Frier.

“Era un estudioso de la problemática na-cional y sumamente culto. A diferencia deotros de su época, no tenía una escritura ele-gante, no era un prosista, era más bien depensamientos e ideas para la acción. Másque un presentador de sus propias ideas fueun propulsor de la cultura”, exclamó.

Agregó que lo que leía Ortega Frier “e rapara interiorizarlo, no para expresarlo enobras publicadas”. “Fue un coleccionista delibros, pero fue su primer usuario en la lec-tura. Su vasta cultura, su pensamiento idea-lista, sus conocimientos los usó en aplica-ciones prácticas”.

Significó que la mayoría de sus libros nose llegaron a publicar por su meticulosidad ycitó entre los inéditos, “que hubiesen sidoopus magnum”: Régimen jurídico de lospredios rústicos en Santo Domingo (Estudiodel desarrollo histórico de las institucionesde derecho real e inmobiliario en Santo Do-mingo), Los orígenes de la Universidad deSanto Domingo. Publicó El lugar del apren-dizaje activo en la Universidad y Base para lareorganización de las facultades profesiona-les de la Universidad de Santo Domingo.“Este último fue de suma importancia, bajoesos fundamentos se organizó la facultad def i l o s o f í a”, acota.

-¿Por qué Balaguer cuestionó la cultura, laintelectualidad de Ortega Frier?-, se le pre-gunta. “La opinión de Balaguer estuvo ses-gada por sus propias diferencias personales,tuvieron posiciones antagónicas después dela matanza de los haitianos. Balaguer erasubsecretario y secretario interino de la can-cillería y Julio Ortega Frier era secretario dejusticia. Ante la aparente inefectividad ad-ministrativa de Balaguer, Trujillo lo quitó ypuso a Ortega y eso creó un problema enBalaguer porque lo destituyeron para colo-car a un hombre más sabio, eso constituyópara él un rechazo, lo vio como un desai-re … ”, contesta.

Jaime Read Ortega cita los cargos que os-tentaba su bisabuelo en casi todas las com-pañías extranjeras radicadas en el país antes depasar a servir a Trujillo y expresa que no fuepartidario del régimen en sus orígenes aunquetampoco fue antitrujillista. No fue de los ar-quitectos de “la Era”, añade y manifiesta que lasposiciones que aceptó fueron en calidad con-sultiva y honorífica. “Recibía un peso comorector pues decía que no podía cobrar por ser-vicios prestados a la Patria”.

Cayó en desgracia cuando José TrujilloValdez reclamó unas tierras a la CompañíaAzucarera Dominicana, de la cual Ortega eraabogado y en un momento en que Trujilloquería comprar la Compañía Eléctrica deSanto Domingo porque el precio que le pre-sentó Ortega a Trujillo era muy alto y el sá-trapa lo interpretó como que el jurista noquería que la adquiriera. Finalmente Trujillole pidió que escribiera una serie de artículossobre la industria azucarera atacando a laCompañía Azucarera Dominicana y al Cen-tral Romana y pese a que los escribió “nofueron todo lo grosero que esperaba Trujillo.Cayó en desgracia y murió a la semana”, el 12de mayo de 1953.

“Su mayor contribución fue la construc-ción de la Ciudad Universitaria en 1943, eldictador lo quitó antes de la inauguración ylo mandó de embajador a Washington”.

LA BIBLIOTECA. No solo eran libros sino quecontenía el archivo particular de OrtegaFrier, periódicos como El Dominicano, ElEco del Pueblo, La República, temas deasuntos haitianos “solo comparables con losde Peña Batlle. Ninguna fuente para el es-tudio de la isla como esta biblioteca”. Con-taba además con óleos encargados a Abe-lardo de Duarte y del padre Billini.

Pero llegó un momento en que la familiano la pudo mantener y la puso en venta, sos-tuvo conversaciones con la Biblioteca delCongreso de Estados Unidos y con la Uni-versidad de Puerto Rico porque la UASD y elgobierno, a los que la ofreció, no se intere-saron. Cuando la iba a adquirir la Univer-sidad de Puerto Rico periódicos locales edi-torializaron pidiendo que no dejaran salirese acervo y la compró el gobierno domi-nicano, “pero nunca la pagó”, declaró Jaime.“Tenía como 16 mil volúmenes y el precio enque se vendió fue de 70 mil pesos que nuncare c i b i m o s”.

“El Estado la recibió y se alojó un tiempoen el Archivo General de la Nación dondesegún informes que nos llegaron comenza-ron a diezmarla con la complicidad de Ba-laguer y de cualquiera que fuera. Despuésfue de las primeras colecciones con que seabrió la Biblioteca Nacional. Lo que quedaestá catalogado en la Biblioteca Nacional”.

“Como biznieto y como ciudadano pien-so que se le ha dado un trato de irrespeto, nosolo a Julio Ortega Frier sino a ese patrimo-nio. El Estado no lo resguardó de la formad e b i d a”.

ÁNG

ELA

PEÑ

A/A .

PE N

A @ .C

O M

. D O

Viaj

e po

r la

his

tori

a

Julio Ortega FrierJaime Read Ortega:“Pienso que se le ha dado un trato deirresp eto”.

PABLO MATOS

Julio Ortega Frier y suesposa Carmita PeñaHenríquez de Ortega

Page 8: 29 03 2014 areito pdf ok

8 Sábado 29 de m a r zode 2 014H OY A RE Í TO

“El arte contemporáneo domini-cano se ha convertido en un ne-gocio. Su dinámica comercial haresultado beneficiosa para mu-cha gente: primero para los mar-chantes, segundo para numero-

sos artistas que han podido alcanzar una rá-pida promoción, y tercero para el públicoque, quiérase o no, ha tenido una mayoroportunidad de acercarse a la creación de sutiempo. Sin embargo, lo que más llama laatención es que este fenómeno ha ocurridocuando el arte dominicano no está pasandoprecisamente por su mejor momento. Talvez resulta chocante decir esto, porque enrealidad nunca ha habido tantos artistas, ninunca se han abierto tantas galerías, ni sehan organizado tantas exposiciones, ni ce-lebrado tantas ferias y bienales, ni se hanrealizado tantos negocios suculentos”...

El comentario que antecede es un extrac-to del artículo titulado “El negocio del artecontemporáneo dominicano”, publicado enla página 5 de Areíto (Hoy/09/11/2013) porPlinio Chahín, laureado poeta y teórico delarte contemporáneo, a quien respeto y pro-feso admiración desde hace más de dos dé-cadas. Sin embargo, aunque taumaturgo dela forma en su “híbr ido” ejercicio reflexivo,en el artículo citado, Plinio Chahín, quientambién es catedrático en la Escuela de His-toria y Crítica de Arte de la Universidad Au-tónoma de Santo Domingo, no puede evitaruna cierta teatralidad en su intención “arra -s a d o ra” del imaginario estado de opulencia ydel “mal momento” que hoy día estarían vi-viendo las artes plásticas y visuales domi-n i c a n a s.

Pero, todavía más distraído y performa-tivamente confuso luce Plinio Chahín cuan-do en su “apor te” ni siquiera puede sumi-nistrarnos datos precisos en torno a la “di -námica comercial”; sobre los “tantos nego-cios suculentos” o sobre los grandes bene-ficios económicos que estarían matizando elmercado del arte contemporáneo en SantoDomingo. Y si el “p ro f e s o r” no está lo su-ficientemente edificado, ¿a cuáles niveles deinformación podrían acceder los estudian-tes y estudiosos de una realidad tan com-pleja e inestable como lo es el sistema actualde producción, promoción, circulación y co-mercialización de la producción artística ennuestro país?

Más que como un “gran negocio”, el artecontemporáneo ha de ser percibido comoun inquietante “Mar de Solaris”; como unenergético, atractivo y alucinante océanofantasma que sigue provocándonos con susimprevistas y sucesivas mareas de elabora-ciones metafóricas. Entonces, en estas bre-ves notas, sólo quisiera advertir sobre la des-lumbrante cascada de rumores, frivolidadesy “mitologías urbanas” que consume muchagente desinformada a la hora de descifrar loscódigos o de contextualizar el intrincado sis-tema de redes, circuitos y plataformas de di-fusión y comercialización del arte contem-poráneo a nivel global.

Ahora bien, sin dudas, las galerías de arteconstituyen una de estas plataformas. Y locierto es que, a la hora de apuntar con pre-cisión, tendríamos que reconocer el hechoincontrastable de que las galerías han juga-do y siguen jugando un papel de suma im-portancia en el proceso de desarrollo, socia-lización, proyección y reconocimiento delarte y los artistas nacionales. La valoraciónde la responsabilidad de nuestros galeristasen tal proceso sería un tema de investigaciónmuy productivo y apasionante por la can-tidad de protagonistas, aportes y trayecto-rias notables. Y esto para no hablar del sa-crificio, el coraje y el renovado entusiasmocon que los galeristas dominicanos han re-sistido y siguen resistiendo frente a la desidiaestatal, la inmisericordia fiscal, la fábrica derumores sobre las “m i e l e s” del mercado delarte dominicano que propagan los “ra d i ob e m b a”, además de las “siete crisis financie-

ra s”, nacionales y globales, de los últimos 15a ñ o s.

Ahora mismo, entre las principales galeríasque asumen con profesionalidad su compro-miso con la proyección del arte moderno ycontemporáneo dominicano destacan Ara-wak Arte Contemporáneo, Galería Lyle O. Reit-zel, Galería de Arte Nader, Mesa Fine Art, Ga-lería Bodden, Galería Shanell, Galería Arte Be-rri, De Guillermo Galería, el Centro CulturalMirador y la galería Art District & Co. Cada unacon sus criterios, cartera de artistas, líneas denegocios y métodos de trabajo particulares.Definitivamente, el tema es amplio y requiereatento seguimiento.

Mientras tanto, la ocasión es propicia pa-ra registrar una muestra de arte contempo-ráneo cuyo título, aparte de la variedad, elrigor y el esplendor que sostienen su cuerpode obras, se torna doblemente significativo.En primera instancia, “Pe r s i s t e n c i a”, exhi-biéndose actualmente en el nuevo local de lagalería Arawak Arte Contemporáneo, es unamuestra que no sólo implica la participaciónde once creadores cuyas producciones re-velan una sorprendente diversidad discipli-nar y discursiva (dibujo, pintura, escultura,fotografía, instalaciones y ensamblajes), si-no también la renovación de la apuesta em-blemática que, desde hace más de tres dé-cadas, mantiene Mildred Canahuate por lasmanifestaciones más depuradas del arte do-minicano. Canahuate también preside laFundación Arawak, el Museo del DibujoContemporáneo y la Asociacion de Galerías(AGA), principal organizadora del Circuitode Galerías.

Con esta muestra, Mildred Canahuate hainaugurado la nueva sede de Arawak, galeríaque desde 1981 desarrolla una extraordina-ria labor de difusión y proyección del arte ylos artistas dominicanos a través de distintosprogramas y eventos: exposiciones, ferias,subastas, concursos, talleres, conferencias ycoloquios sobre arte. Entre los expositoresde “Pe r s i s t e n c i a”, Canahuate incluye algu-nos “buques insignia” de su cartera de ar-tistas, tales como los consagrados pintoresAntonio Guadalupe y Fernando Varela. Lue-go, agrega un sexteto bien representativo de

nuestra contemporaneidad, integrado porJohnny Bonnelly, Belkis Ramírez, PascalMeccariello, Iris Pérez, José Almonte y JoséPelletier. El grupo se completa con el emer-gente José Levy; el consagrado fotógrafo LuisNova y el destacado artista cubano-residen-te- Ángel Urrely, ganador de premios en lasediciones del 2007 y 2013 de la Bienal Na-cional de Artes Visuales.

De Antonio Guadalupe, la directora deArawak ha seleccionado dos obras pictóricasde la serie “Diálogo de Fauna” y de FernandoVarela, tres pinturas de la serie “Forma y Va-c í o”. Johnny Bonnelly aporta una deliciosaescultura en hierro y acero titulada “Canoa -n i z a c i ó n”. Tensión y frescura aportan lasobras tituladas “I Get to Go” y “Fu g a”, dosefectivas “deconstr ucciones” o ensamblajesen madera de Belkis Ramírez”; “Sin título”,impactante pintura abstracta de José Pelle-tier; “Entrante y Saliente”, dos excelentes di-bujos en técnica mixta sobre papel de JoséAlmonte y “La Construcción”, reactiva y gra-ta profecía pictórica de José Levy.

Asimismo, el cuerpo expositivo se expan-de de manera brillante con “Atardecer en elt r ó p i c o”, excitante divertimento pictórico deÁngel Urrely; “Bullying", reflexiva y poéticainstalación de 9 piezas en madera y mate-riales diversos de Iris Pérez; “Urnas para pe-queños superhéroes”, instalación de 5 piezasen plexiglás (collage y dibujo digital) de Pas-cal Meccariello y “C h o c l o”, díptico fotográ-fico manipulado e impreso en planchas dealuminio con el que Luis Nova nos depara lamagia y la sorpresa.

La exposición “Pe rs is te n c ia” per maneceráabierta durante todo el mes de marzo en elnuevo local de Arawak Arte Contemporá-neo, ubicado en la calle Polibio Díaz No. 11,2do. nivel, sector Evaristo Morales. La galeríaestá abierta en horario de 9:00 de la mañanaa 1:00 de la tarde y de 3:30 a 6:30 de la tarde.Se puede llegar más fácil de sur a norte, por laAve. Winston Churchill y doblar en la PolibioDíaz a la izquierda. Cruzando la primera ca-lle y a unos 20 metros a la derecha hay unaplaza de cuatro locales. Los dos negocios delprimer nivel son Aromelia y Ricordi.

Antonio Guadalupe. Diálogo de Fauna.

AMAB

LE L

ÓPE

Z M

ELÉN

DEZ

Arte

con

tem

porá

neo M I LD RE D

C A N A H U ATEUNA APUESTA RENOVADORAPOR EL ARTE CONTEMPORÁNEO

Vista del nuevo espacio expositivo de Arawak. De izquierda a derecha, obras de Belkis Ramírez, PascalMeccariello y Fernando Varela.

Ángel Urelly. Atardecer en el trópico.Iris Pérez. De la serie Bullying. Instalación conmateriales diversos.