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Volumen 9 Número 2 Julio 2009 Instituto Argentino para el Estudio de la Personalidad y sus Desórdenes IAEPD PERSONA Trabajo retrospectivo de adolescentes en conflicto con la ley Dra. María de los Angeles Quiroga, Lic. María Cecilia Schillagi, Dra. Eliana Yañez, Lic. Laura Solanilla, Lic. Patricia Moles, Lic. Graciela Parisi Incidencia del trastorno borderline en las respuestas Rorschach Silvina Laura Catera Descripción cromática de la personalidad. La Tercera Cosa. Neurociencias y Psicoterapia. Capítulo 2 Lucas Raspall Trabajo retrospectivo de adolescentes en conflicto con la ley Dra. María de los Angeles Quiroga, Lic. María Cecilia Schillagi, Dra. Eliana Yañez, Lic. Laura Solanilla, Lic. Patricia Moles, Lic. Graciela Parisi Incidencia del trastorno borderline en las respuestas Rorschach Silvina Laura Catera Descripción cromática de la personalidad. La Tercera Cosa. Neurociencias y Psicoterapia. Capítulo 2 Lucas Raspall DIRECTOR: Néstor Mario Saúl Koldobsky | PROPIETARIO: Néstor Mario Saúl Koldobsky Registro de Propiedad Intelectual Nº 637025

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Volumen 9Número 2Julio 2009

Instituto Argentino para el Estudiode la Personalidad y sus DesórdenesIAEPD

PERSONA

Trabajo retrospectivo de adolescentes en conflictocon la leyDra. María de los Angeles Quiroga, Lic. María Cecilia Schillagi, Dra.Eliana Yañez, Lic. Laura Solanilla, Lic. Patricia Moles, Lic. Graciela Parisi

Incidencia del trastorno borderline en las respuestasRorschachSilvina Laura Catera

Descripción cromática de la personalidad. La TerceraCosa. Neurociencias y Psicoterapia. Capítulo 2Lucas Raspall

Trabajo retrospectivo de adolescentes en conflictocon la leyDra. María de los Angeles Quiroga, Lic. María Cecilia Schillagi, Dra.Eliana Yañez, Lic. Laura Solanilla, Lic. Patricia Moles, Lic. Graciela Parisi

Incidencia del trastorno borderline en las respuestasRorschachSilvina Laura Catera

Descripción cromática de la personalidad. La TerceraCosa. Neurociencias y Psicoterapia. Capítulo 2Lucas Raspall

DIRECTOR: Néstor Mario Saúl Koldobsky | PROPIETARIO: Néstor Mario Saúl KoldobskyRegistro de Propiedad Intelectual Nº 637025

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Comité

Editorial

Editorial (English)

Trabajo retrospectivo de adolescentes en conflicto con la leyDra. María de los Angeles Quiroga, Lic. María Cecilia Schillagi, Dra. ElianaYañez, Lic. Laura Solanilla, Lic. Patricia Moles, Lic. Graciela Parisi

Incidencia del trastorno borderline en las respuestas RorschachSilvina Laura Catera

Descripción cromática de la personalidad. La Tercera Cosa.Neurociencias y Psicoterapia. Capítulo 2Lucas Raspall

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Editor Fundador:Prof. Dr. Néstor M. S. Koldobsky

Editores Asociados:Prof. Dra. Claudia AstorgaProf. Dra. Adhelma Pereira

Colaboradores:Dr. Alvaro Galeano

CCoommiittééComité Editorial:Prof. Ricardo Angelino (Argentina)Prof. Edgar Belfort (Venezuela)Prof. Jorge Folino (Argentina)Prof. Eduardo Gastelumendi (Perú)Prof. Eduardo Mata (Argentina)Prof. Hilda Morana (Brasil)Prof. José Rivas Recaño (Cuba)Prof. Danilo Rolando (Uruguay)Prof. Roberto Sivak (Argentina)Prof. Dante Warthon (Perú)

Comité Científico Consultor:Prof. Julio Acha (Perú)Prof. Renato Alarcon (EEUU - USA)Antonio Andreoli, MD. (Suiza - Switzerland)Prof. Thomas Bronisch (Alemania - Germany)Prof. Vicente Caballo (España-Spain)Prof. José Luis Carrasco Perera (España - Spain)Prof. José Luis Carrera (Argentina)Prof. Herbert Chappa (Argentina)Robert Cloninger, Md. (EEUU - USA)Prof. Jan Derksen (Holanda - The Netherlands)Prof. Héctor M. Fernandez Alvarez (Argentina)Arthur Freeman MD. (EEUU - USA)Prof. Hugo Lande (Argentina)Prof. Fernando Linares (Argentina)John Livesley, Ph. D., MD. (Canada)Prof. Juan Maass (Chile)Cesare Maffei, MD. (Italia - Italy)Prof. Juan Mezzich (Perú - USA)Theodore Millon, Ph.D.(EEUU - USA)Gerard Moeller, MD. (EEUU - USA)Prof. Roger Montenegro (Argentina)Prof. Norma Najt (Argentina)John Oldham, MD. (EEUU - USA)Joel Paris, MD. (Canada)Prof. Antonio Perez Urdaniz (España - Spain)Elsa Ronningstam Pd.D. (EEUU - USA)Prof. Vicente Rubio Larrosa (España - Spain)Prof. Jerónimo Saiz Ruiz (España - Spain)Larry J. Siever, MD. (EEUU - USA)Kenneth Silk, Md. (EEUU - USA)Erik Simonsen, MD. (Dinamarca - Denmark)Prof. Néstor Stingo (Argentina)Michael Stone, MD. (EEUU - USA)Prof. Dr. Manuel Suarez Richards (Argentina)Peter Tyrer, MD. (Inglaterra - United Kingdom)Per Vaglum, MD. (Noruega - Norway)Prof. Angel Valmaggia (Uruguay)Prof. Raquel Zamora Cabral (Uruguay)

Corresponsales:Prof. Julio Acha (Perú)Dra. Thalia Attie (México)Prof. Juan Maass (Providencia, Chile)Lic. Silvina Hollidge (Rosario, Argentina)Prof. Javier Irastorza (Madrid, España - Spain)Prof. Fernando Linares (Mendoza, Argentina)Prof. Raúl Masino (Tucumán, Argentina)Prof. Danilo Rolando (Montevideo, Uruguay)

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IAEPD | PERSONA4

Continuamos nuestra tarea con el segundo número de PERSONA del año 2009. Cada vezmás autores del país y del extranjero nos confían sus artículos, lo que va consolidando aPERSONA como un Journal acreditado en el campo de la personalidad y sus trastornos.

Seguimos abarcando diferentes aspectos de la problemática de la personalidad y sus tras-tornos, así como artículos no específicos pero que también revisten interés para el campode los trastornos de personalidad.

Fieles al estilo abarcativo de la revista, presentamos en esta ocasión un interesante traba-jo de investigación de un grupo encabezado por la Dra María de los Angeles Quiroga, dela ciudad de Mendoza, Argentina, quienes se caracterizan por una intensa y muy seriaproductividad. La psicóloga Silvina Catera nos ofrece una exhaustiva evaluación con eltest de Rorschach, lo que nos permite revalorizar los tests proyectivos en la evaluación dela personalidad. Lucas Raspall, psiquiatra y caracterizado pintor, hace una profunda con-junción entre el color y la personalidad, tema poco frecuente pero que nos acerca a unavisión integrada de cultura y personalidad.

Queremos hacer conocer que Persona ha sido inscripta en el Registro Nacional delDerecho de Autor con el Nº 637025.

Agradecemos a todos los que a través de sus interesantes aportes contribuyen año a añopara enriquecer las ediciones de PERSONA y renovamos la invitación a todos los autoresque quieran publicar sus artículos sobre la problemática de la personalidad y sus desór-denes. Mantenemos el compromiso de seguir incorporando artículos en inglés, portuguésy castellano.

Esperamos recibir nuevos comentarios y sugerencias que fortalezcan el crecimiento dePERSONA.

La Plata, Argentina, julio de 2009.

Prof. Dr. Néstor KoldobskyDirector

EEddiittoorriiaall

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We continue with our task in this second 2009 number of PERSONA. More authors fromArgentina and abroad trust us to send their articles, consolidating Persona as an accredi-ted Journal in the field of personality and its disorders.

We still cover different aspects of personality and its disorders, as well as others whichalthough non specific, are interesting to personality disorders field.

Keeping the encompassing style of PERSONA, we submit on this occasion an interestingresearch work by a group of investigators headed by Dr María de los Angeles Quiroga,from Mendoza, Argentina who characterize for an intense and very serious productivity.The psychologist Silvina Catera offers us and exhaustive evaluation with the Rorschachtest, which allows us to revalue projective tests in the evaluation of personality disorders.Lucas Raspall, psychiatrist and characterized painter, makes a combination betweencolour and personality, topic rarely frequent but which brings us closer to an integratedvision of culture and personality.

We want to announce that Persona has been registered as Intellectual Property under thenumber 637025.

We thank all the authors who help us with their contributions to enrich the different PER-SONA issues year after year and renew our invitation to all our colleagues who want topublish their articles about personality and its disorders. We keep our compromise to con-tinue incorporating articles in English, Portuguese and Spanish.

We look forward for your comments and suggestions in the hope to strengthen PERSONA'sgrowth.

La Plata, Argentina, july, 2009.

Prof. Dr. Néstor KoldobskyDirector

EEddiittoorriiaall

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""TTrraabbaajjoo rreettrroossppeeccttiivvoo ddee aaddoolleesscceenntteesseenn ccoonnfflliiccttoo ccoonn llaa lleeyy""

AUTORES:Dra. María de los Angeles Quiroga, Medica Psiquiatra Forense de los Tribunales deFamilia (C.A.I.)Lic. María Cecilia Schillagi. Psicóloga de los Tribunales de Familia (C.A.I.)Dra. Eliana Yañez. Médica Clínica de los Tribunales de Familia (C.A.I.).Lic. Laura Solanilla. Trabajadora Social, de los Tribunales de Familia del C.A.I.Lic. Moles, Patricia, Psicóloga de los Tribunales de Familia (C.A.I.).Lic. Parisi, Graciela, Psicóloga de los Tribunales de Familia (C.A.I.).

INTRODUCCIÓN

La adolescencia, época caracterizada por continuos cam-bios bio-psico-sociales en el joven se encuentra conformadapor la problemática de afianzarse como individuo único, defi-niendo su personalidad y roles que desempeñará en la socie-dad.

Asimismo podemos definir la adolescencia (siguiendo adiversos autores) como:

Edad de transición que sucede en la niñez y que transcurredesde la pubertad hasta el completo desarrollo del orga-nismo.

Es el período de crecimiento y desarrollo humano que trans-curre entre la pubertad y la edad juvenil. Su aparición estáseñalada por la pubertad, pero la aparición de este fenó-meno biológico es solamente el comienzo de un procesocontinuo y más general, tanto en el plano somático comoen el psíquico y que prosigue por varios años hasta la for-mación completa del adulto. Aparte del aspecto biológicode este fenómeno, las transformaciones psíquicas estánprofundamente influenciadas por el ambiente social y cul-tural. Inclusive por completo en algunos pueblos llamadosprimitivos.

Es un período vital de transición entre la infancia y la edadadulta (...) la adolescencia en tanto una construcciónsocial como un período de formación de la personalidad.

Stone-Church lo define como un período de brote o creci-miento de la pubescencia que termina, cuando.....?.

Según Aberastury: es un período de gran necesidad deentrar y formar parte del mundo adulto etapa decisiva deun proceso de desprendimiento.

J. Rossear: "renacimiento en el que el amor asimismo se con-vierte en amor a la especie".

(Basado en pericias efectuadasen los años 2004- 2006")

PODER JUDICIAL DE LA PROVINCIA DE MENDOZATRIBUNALES DE FAMILIACUERPO AUXILIAR INTERDISCIPLINARIO

Año 2008

ResumenLa presente investigación se efectúa en base a periciasrealizadas en el Cuerpo Auxiliar Interdisciplinario(C.A.I.) (psiquiatría, psicología y clínica médica) pororden de los Juzgados Penales de Menores de laProvincia de Mendoza, con la finalidad de evaluar elestado psíquico actual del menor y capacidad paraefectuar indagatorias. Para ello se tomaron en consi-deración variables tales como grupo de referencia,antecedentes penales propios o de la familia, consu-mo de alcohol o de otras sustancias, antecedentes psi-quiátricos, violencia en el grupo de origen, lesiones clí-nicas y otros datos más. La muestra seleccionada se compone de 65 menoresen conflicto con la Ley que han concurrido al C.A.I. enel lapso 2004-2006, (turno vespertino); analizandoen dichas pericias, similitudes y diferencias que seencontraron en las variables investigadas, basándoseen la entrevista clínica libre y semi-dirigida. Se comple-menta el presente trabajo de investigación con infor-mación obtenida a partir de pericias medicas efectua-das en el mismo organismo. Se utilizo como métodos estadísticos el Test de Fischer,ANOVA, Test de "Studends", para una P < 0.05, esta-dísticamente significativa.El estudio arroja los siguientes resultados: menorescon escolaridad primaria en curso, predominancia deldelito de robo agravado y pertenencia a familia uni-parental, entre otros.

AbstractThe investigation present, is about adolescent conflict ofthe law and requirement the studies psychologist,psychiatric and medical clinical, solicitude by CourtFamily Penal Law., investigation use or abuse substancestoxic, psychiatrics antecedent or family antecedent, etc.The statistical methods utilized was Fischer´s Test,ANOVA, "Studente´s" by P <0.05 statistic significant.The resulted are studies on curse, aggravated robbery,uni-parental family, and others.

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F.Dolto señala "fase de mutación".W. Stanley Hall refiere "es un segundo nacimiento". L. Kaplan expresa "una etapa de la vida dedicada a una revisión vigorosa de la infanciay la niñez".

La adolescencia, considerada como momento trascendente, constituye el "segundogran salto hacia la vida". Si el primer gran salto está dado por el nacimiento, donde elbebé abandona el confortable equilibrio de la existencia intra-uterina y se lanza a unnuevo mundo desconocido, este segundo salto es efectuado hacia sí mismo, como serindividual, el cual luego de un largo proceso definirá su identidad personal.

Si entendemos por "crisis", momentos de desorganización, cambios y logro de nue-vas formas de organización, se puede afirmar que la adolescencia es un período de cri-sis aguda ya que en ella se manifiestan y conjugan importantes rupturas y transforma-ciones en lo biológico, lo psicológico y lo social.

Desde esa perspectiva, se comprende cómo el adolescente está sujeto a desequili-brios e inestabilidades extremas, a variaciones emocionales que van desde la soledad ala audacia, de la timidez al arrasamiento social, de la apatía al fanatismo ideológico, delateísmo al misticismo, de la conducta sexual dirigida hacia el heteroerotismo, y a la inhi-bición de sus impulsos.

Algunos especialistas sintetizan este cuadro como "Síndrome Normal de laAdolescencia".

El vocablo "adolescencia" provienen del verbo latino "adolecer", que significa "crecer"o "llegar a la maduración". Esto significa no sólo el crecimiento físico, sino también eldesarrollo mental.

Por otro lado al acercarnos a la conformación de la personalidad, nos enfrentamoscon un serio problema, desde que ámbito abordaremos la personalidad? Para ello debe-mos tener en cuenta que disponemos de varias teorías en relación a la misma, enten-diendo por teoría: "un modelo de realidad que nos ayuda a comprender, explicar, pre-decir y controlar la realidad" .

En la adolescencia se conforman rasgos de la personalidad que durante toda la vidasufrirá cambios puesto que la misma, es un sistema dinámico que se inter-relaciona conel medio que la rodea.

Las emociones, complejos sistema de nuestro psiquismo, son las expresiones de losimpactos que se producen entre los estímulos del medio externo y las respuestas denuestra psiquis interior frente al mismo, siendo el sistema límbico, el centro de las mis-mas.

Dos de las etapas más importantes del desarrollo humano a lo largo del ciclo vital, loconstituyen la pubertad y la adolescencia. La primera representa el periodo más desta-cado para el acontecimiento de los cambios fisiológicos, endocrinos, neurológicos, psi-cológicos y anatómicos que experimentan los organismos humanos entre los 10 y 13años de edad aproximadamente. Mientras que la segunda categoría hace referencia a unperiodo del desarrollo de mayor complejidad en los distintos niveles de organización delser humano. A diferencia de la pubescencia, donde ocurren cambios relativamente tanacelerados como los observados durante la primera infancia, en la adolescencia se con-figuran patrones más establecidos del funcionamiento mental futuro. La presencia defenómenos biopsicosociales de elevada intensidad en cada una de las esferas del com-portamiento de los adolescentes, origina movimientos de procesamiento cognitivo yafectivo conducentes a mayores niveles de integración y complejidad en la organizaciónde la personalidad (6).

Operaciones de naturaleza defensiva y relacional son reorganizadas para dar paso ala emergencia de una estructura yoica tendiente hacia la estabilidad, la adaptación, larevisión de los propios contenidos que la integra (gracias a la capacidad cognitiva delpensamiento formal), y el desempeño de nuevos guiones y roles de comportamientoiniciados con las conductas de prueba y ensayo en situaciones sociales normativamentecontroladas (como los clubes, las escuelas, los grupos de pares y la familia), para un pos-terior desenvolvimiento social en la vida adulta.

Psicológicamente el adolescente experimenta sentimientos inconscientes de ambiva-lencia respecto a los cambios y transformaciones que le acontecen. Renunciar al statusde niño, con todas las ganancias que supone esta etapa, para aceptar el desafío deenfrentar nuevos roles con demandas jamás experimentadas, empleando un cuerpo

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que sufre modificaciones consistentes, representa uno de los principales dilemas en estaetapa (6).

Es importante distinguir un aspecto crucial en la concepción de la adolescencia, y essu eminente contenido sociológico y cultural. Desde las ciencias sociales, la adolescen-cia ha sido concebida como una representación social del ejercicio de un conjunto deconductas culturalmente normadas, valoradas y funcionales para un entorno sociocul-tural específico, en el que los infantes han sido socializados con la finalidad de entrenar-se para un desempeño futuro exitoso, o para transitar en el menor tiempo posible haciael mundo de los adultos.

El carácter socioantropológico de esta categoría, queda demostrado con la no-exis-tencia de esta etapa en algunas culturas tradicionales; o por lo menos, con la ausenciade comportamientos característicos de esta etapa, evidente en las sociedades occidenta-les, aunque, para algunos investigadores, se trate solamente de diferencias en la expre-sión de contenidos sustancialmente comunes y representativos de este periodo del des-arrollo humano, pues según el entender de estos, se trata de universales conductualescontrapuestos a los hallazgos de Margaret Meat en Samoa. En tal sentido, podríamosdecir existen características universales en el funcionamiento psicológico durante elperiodo de vida comprendido entre los 13 y 18 años de edad, aproximadamente, y den-tro de un rango inferior y superior máximo que puede llegar hasta los 10 y 20 años deedad respectivamente.

Así, observamos la adquisición de la capacidad de procrear, el cambio del pensa-miento concreto hacia el abstracto, permitiendo la capacidad de realizar operacioneslógicas y juicios morales complejos, la aparición del pensamiento consecuencial, la pla-nificación del comportamiento dirigido hacia el futuro a través de la vocación y las metasde vida (7).

En medio de todos estos cambios y transformaciones, la tarea principal que debe rea-lizar el adolescente es construir la propia identidad, es decir, establecer un sentido demismidad y continuidad psíquica a través del tiempo (5 1980). Para Rice ( 8-2000), losnuevos retos que debe enfrentar un adolescente incluyen incorporar los cambios físicosa un nuevo esquema corporal, utilizar nuevas habilidades cognitivas para la introspec-ción y relación con otros e instrumentalizarlas con el fin de formular un proyecto de vidaque le permita responder a las nuevas exigencias sociales ( 10-Silbersein y Todt, 1992).

Una tarea importante a nivel del ajuste o la adaptación del comportamiento adoles-cente, es el control de los impulsos y el empleo adaptativo de los mecanismos de defen-sa que son reorganizados. Ambos constituyen criterios importantes al momento dehablar de salud mental entre esta población, por ser considerados importantes predic-tores evolutivos de un adecuado funcionamiento social, particularmente respecto almanejo de las relaciones interpersonales, la capacidad para postergar la gratificación yplanificar la conducta, y el riesgo de incurrir en conductas delincuenciales (Barletta yMorales, 2003).

Los cambios a nivel de la personalidad, se ubican en los dominios de los rasgos denaturaleza sociocognitiva, antes que entre aquellos influenciados por el temperamento,como la introversión, la extroversión, el nivel de impulsividad y la estabilidad emocional,cuyo carácter es fundamentalmente constitucional. De este modo, podríamos pensarque también la personalidad sufre cambios importantes, mientras que otros aspectosdel dominio psicológico quedan estables, especialmente frente aquellos componentesreferidos a la socialización, el aprendizaje social y la influencia vincular, que serán sensi-bles a posteriores transformaciones a lo largo del ciclo de vida (Barletta y Morales, 2003).

Otra importante tarea del adolescente, consiste en construir su autonomía; para ello,es común y hasta saludable, el distanciamiento temporal de los padres con el fin deencontrar nuevos objetos de identificación y amor, así como desafiar a las figuras deautoridad y cuestionar el "statu quo". Su mundo social se amplía, y a las relaciones conlos pares se suma la búsqueda de integrar sexualidad e intimidad en una relación depareja (Carvajal, 1993).

Todos estos fenómenos se insertan en una serie de intercambios entre el adolescen-te y su ambiente. Los psicólogos del desarrollo coinciden al proponer una visión ecoló-gica para el estudio de la adolescencia (Silbersein y Todt, 1992). Según ellos, el desarro-llo se debe a la influencia de múltiples niveles contextuales y de organización individual,a las modificaciones en las relaciones de intercambio entre el adolescente y su medio, ya las diferencias individuales (De la Flor, 2003).

Finalmente, también existe consenso en dividir el periodo adolescente en tres etapas,

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aunque los limites cronológicos de cada una son relativos, pues los límites están plante-ados por las tareas evolutivas o del desarrollo 3 características de cada fase encontradaspor el adolescente, antes que por su edad (Carvajal, 1993).

La primera fase, la adolescencia puberal, se caracteriza por los cambios físicos queexigen el reacomodo de la imagen corporal y la integración de los impulsos sexuales. Enla adolescencia nuclear o intermedia, el desarrollo cognitivo y moral conduce a la revi-sión de los valores. Es la etapa en que ocurre el distanciamiento de los padres -necesa-rio para afirmar la propia autonomía- y del crecimiento de otras relaciones. Finalmente,durante la adolescencia juvenil se producen elecciones laborales y vocacionales, y elfuturo cobra mayor importancia a través de la construcción de un proyecto de vida per-sonal (Iza, 2002).

2-El modelo bioecológico del desarrollo humano durante laadolescencia

El desarrollo humano es el proceso por el cual la persona en desarrollo adquiere unaconcepción del ambiente ecológico más amplia, diferenciada y válida, y se motiva y sevuelve capaz de realizar actividades que revelen las propiedades de ese ambiente, loapoyen y lo reestructuren, a niveles de igual o mayor complejidad, en cuanto su formay contenido. El desarrollo supone un cambio de las características de la persona que noes efímero ni depende de la situación. El cambio del desarrollo tiene lugar, a la vez, endos campos: el de la percepción (el punto de vista se extiende hasta abarcar otros entor-nos) y el de la acción (capacidad para usar estrategias eficaces para las nuevas situacio-nes). Para demostrar que ha habido desarrollo humano es necesario establecer que uncambio producido en las concepciones y/o actividades de la persona en desarrollo seextiende también a otros entornos y otros momentos (2 ).

En la actualidad, los psicólogos del desarrollo están de acuerdo en plantear un mode-lo que integre los distintos niveles de interacción biopsicosocial a lo largo del ciclo dedesarrollo humano. La clave de este planteamiento radica en la calidad de los intercam-bios que las personas adultas y/ o los cuidadores realizan con las personas en desarro-llo.

Para Bronfenbrenner (2), la ecología del desarrollo humano comprende el estudiocientífico de la progresiva acomodación mutua entre un ser humano activo, en desarro-llo, y las propiedades psicológicas cambiantes de los entornos inmediatos en los quevive la persona en desarrollo, en cuanto este proceso se ve afectado por las relacionesque se establecen entre estos entornos, y por los contextos más grandes en los que estánincluidos. La interacción del adolescente con el ambiente en que se desenvuelve es bidi-reccional, es decir, se caracteriza por su reciprocidad.

El adolescente en desarrollo es entendido como una entidad creciente y dinámica,que va adentrándose progresivamente a distintos espacios de desarrollo, y reestructurael medio en que vive. El ambiente ecológico se concibe, topológicamente, como unadisposición seriada de estructuras concéntricas (elípticas), en las que cada una está con-tenida en la siguiente, y está integrada por 4 sistemas: microsistema, mesosistema, exo-sistema y macrosistema.

Un microsistema es un patrón de actividades, roles y relaciones interpersonales quela persona en desarrollo experimenta en un entorno determinado, con característicasfísicas y materiales particulares. Los factores de la actividad, el rol y la relación interper-sonal constituyen los elementos o componentes del microsistema. Lo que es importan-te de un ambiente de desarrollo no son sólo sus propiedades objetivas sino, especial-mente, el modo en que las personas perciben estas propiedades. Un entorno de desarro-llo es un lugar en el que las personas pueden interactuar cara a cara fácilmente, comoel hogar, la guardería, el campo de juegos, la escuela, etc.

En este sentido, un mesosistema comprende las interrelaciones de dos o más entor-nos en los que el adolescente en desarrollo participa activamente (por ejemplo, las rela-ciones entre el hogar, la escuela y el grupo de pares del barrio). De este modo, un meso-sistema es, por lo tanto, un sistema de microsistemas. Se forma o se amplía cuando lapersona en desarrollo entra en un nuevo entorno.

Un exosistema se refiere a uno o más entornos que no incluyen a la persona en des-arrollo como participante activo, pero en los cuales se producen hechos que afectanaquello que ocurre en el entorno que comprende a la persona en desarrollo, o que seven afectados por lo que ocurre en ese entorno. Por ejemplo, para el adolescente podríaser el lugar de trabajo de sus padres, la clase a la que asiste un hermano mayor, el círcu-

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lo de amigos de sus padres, las actividades del consejo escolar del barrio, etc. El macrosistema se refiere a las correspondencias, en forma y contenido, de los siste-

mas de menor orden (microsistema, mesosistema y exosistema) que existen o podríanexistir, a nivel de la subcultura o de la cultura en su totalidad, junto con cualquier siste-ma de creencias o ideología que sustente estas correspondencias. Por ejemplo, en cadapaís los entornos se construyen a partir del mismo conjunto de esquemas. Los esque-mas de los sistemas varían para los distintos grupos socioeconómicos, étnicos, religiososy de otras subculturas, reflejando sistemas de creencias y estilos de vida constratantes,que a su vez, ayudan a perpetuar los ambientes ecológicos específicos de cada grupo.

Una transición ecológica, es decir, el tránsito del adolescente de un entorno de des-arrollo más inmediato hacia otros más remotos, se produce cuando la posición de unapersona en el ambiente ecológico se modifica como consecuencia de un cambio de rol,de entorno, o de ambos a la vez, tal como ocurre de manera característica durante laadolescencia. A continuación se presenta un diagrama adaptado del modelo originalpropuesto por el autor.

El Modelo ecológico del desarrollo humano, plantea que especialmente en las fasestempranas del desarrollo, como en la adolescencia, y en gran dimensión durante elcurso de la vida, el desarrollo humano toma lugar a través de procesos de interaccióncada vez más complejos entre un organismo humano biopsicológico activo y en evolu-ción, y las personas, objetos y símbolos de su ambiente externo inmediato. Para ser efec-tivo el desarrollo, la interacción debe ocurrir de forma regular a lo largo de extensos perí-odos de tiempo. Tales formas perdurables de interacción en el ambiente inmediato sonllamadas procesos próximos. Se pueden encontrar ejemplos de patrones perdurables deprocesos próximos en las actividades padre-adolescente y adolescente-adolescente, enel juego solitario o en grupo, en la lectura, el aprendizaje de nuevas habilidades, el estu-dio, las actividades atléticas y en la realización de tareas complejas.

La forma, poder, contenido y dirección de los procesos próximos que afectan el des-arrollo, varían sistemáticamente como una función conjunta de las características de lapersona en desarrollo, el ambiente, tanto el inmediato como el más remoto- la natura-leza de los resultados del desarrollo bajo consideración, la continuidad social y los cam-bios ocurridos durante el tiempo que dure el periodo histórico en el que ha vivido la per-sona.

En su modelo bioecológico, Bronfenbrenner concibe el desarrollo como un fenóme-no de continuidad y cambio de las características biopsicologicas de los seres humanos,tanto de los grupos como de los individuos. El elemento critico de este modelo, es laexperiencia que incluye no sólo las propiedades objetivas de los entornos del desarrollo,sino también las que son subjetivamente experimentadas por las personas que viven enaquellos entornos. Finalmente, este autor plantea, respecto a la efectividad del desarro-llo humano, los siguientes requisitos:

1. Para que el desarrollo ocurra, la persona debe comprometerse en una actividad.2. Para que sea efectiva, la actividad debe ocurrir de forma regular en un periodo

"extenso de tiempo." Un fin de semana ocasional en el que se hace algo con el papá ola mamá no cuenta, como tampoco lo hacen las actividades que a menudo son inte-rrumpidas.

3. Una razón para que esto sea así, es porque para ser efectivas para el desarrollo, lasactividades deben ser lo suficientemente largas para que se vayan volviendo "cada vezmás complejas". La mera repetición no funciona.

4. Los procesos próximos efectivos para el desarrollo no son unidireccionales, debehaber iniciativa y respuesta en ambas direcciones (es decir, deben ser bidireccionales).

5. Los procesos próximos no se limitan a la interacción interpersonal, también pue-den involucrar la interacción con objetos o símbolos. Bajo estas circunstancias, para quela interacción recíproca ocurra, los objetos y símbolos en el ambiente inmediato debenser de un tipo que invite la atención, exploración, manipulación, elaboración e imagina-ción.

Aquí reside la principal justificación para hacer una distinción entre procesos próxi-mos por un lado y el ambiente en que éstos ocurren por otro. A saber, el primero resul-ta ser la fuerza más poderosa en el desarrollo futuro. El poder de los procesos próximosvaría sistemáticamente en función del contexto ambiental (por ejemplo, clase social,nivel educativo y empleabilidad de los padres) y de las características de la persona (porejemplo, peso al nacer, estilo de afrontamiento).

Los procesos próximos tienen el efecto general de reducir o amortiguar las diferen-

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cias ambientales en los resultados del desarrollo; específicamente, bajo altos niveles deinteracción padres-adolescentes, donde las diferencias de clase social en la conductaproblemática se reducen, así como en los espacios de re-educación o rehabilitación decomportamientos disfuncionales, como es el caso de los centros correccionales, dondelos procesos próximos entre el personal y los internos, tienen efectos importantes en tér-minos de cambio sostenido y habilitación de comportamientos adaptativos.

En el contexto internacional ha sido una preocupación permanente el trato que se lesda a los adolescentes que infringen la Ley Penal. Al ser personas menores de edad, enproceso de formación y desarrollo, no pueden recibir el mismo tratamiento que los adul-tos que comete un delito.

La Convención sobre los Derechos del Niño, en su art. 40 se refiere a los derechos delos jóvenes en conflicto con la Ley Penal. En el se subraya que es necesario que los ado-lescentes que estén acusados o se declaren culpables de haber infringido la ley penalreciban un tratamiento desde la acusación hasta la sentencia, que implique haber pasa-do por el proceso de investigación, detención, presentación de los cargos, período deprisión preventiva (en caso de ser necesario) , juicio y aplicación de la sanción correspon-diente, promoviendo además la educación, atención integral e inserción del adolescen-te a las familias.

En la República Argentina el derogar la Ley de Patronato e implementar un Sistemade Responsabilidad Penal Juvenil se encuentra en estudio. En este sentido cabe aclararque las Legislaturas provinciales de Chubut, Neuquén, Mendoza, Misiones, Tierra delFuego y la Ciudad autónoma de Buenos Aires han iniciado este proceso de adecuacióna la Convención en sus legislación, receptando la doctrina de la protección integral.

El Poder Ejecutivo Nacional ha presentado recientemente un proyecto que crea unrégimen legal aplicable a las personas menores de 18 años infractoras a la Ley penal. Eleje fundamental del mencionado proyecto se basa en las siguientes pautas:

· El marco mínimo de la reforma está integrado por las normas internacionales incor-poradas a la Constitución Nacional así como otras normas internacionales no vinculan-tes pero que expresan la opinión más evolucionada de la comunidad internacional sobreel tema (Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de la Justicia deMenores-Reglas de Beijing-, Reglas de las UN para la protección de los menores privadosde libertad, Directrices de las UN para la prevención de la Delincuencia Juvenil y ReglasMínimas de las UN sobre medidas no privativas de la libertad- Reglas de Tokyo-). · Se creaun sistema de respuesta a la situación en que una persona menor de 18 años es impu-tada o encontrada responsable de haber cometido un delito, con adecuación a losArtículos 12, 37 y 40 CIDN, donde:

· Se incorporan todos los derechos y garantías procesales que amparan a un niño entodos los procedimientos administrativos, judiciales o de otra índole dirigidos al restable-cimiento de sus derechos.

· Se fija la edad de 14 años por debajo de la cual el Estado, renuncia a toda forma deintervención coactiva en el supuesto de comisión de un delito.

· Se introducen mecanismos de solución de conflictos en instancias no judiciales y demecanismos de terminación anticipada del proceso dirigidos a la composición del con-flicto originario

· En relación a la sanción privativa de libertad: a) se definen sus diferentes modalida-des, b) se distingue entre adolescentes de 14 y 15 años y los de 16 y 17 a fines de la impo-sición de la sanción, c) se establece una limitación.

Todo lo anteriormente señalado, lleva a plantearse una pregunta? Qué ocurre conestos adolescentes que no solo viven los cambios explicitados, sino que además presen-tan conflictos con la Ley?, Qué significa para estos adolescentes la Ley?, Qué rebeldía,no solo propia de la edad sino dirigida al exterior y/o autoagresión, los lleva a transgre-dir las normas y límites impuestas por nuestra sociedad y por la "crianza" en sus hoga-res de orígenes, infiriendo que la misma respeta o no las pautas de la sociedad?.

La definición de familia según la Ley 20061, (15), Ley Nacional de Protección Integral,en su articulo 7º define: " se entenderá por familia o núcleo familiar, grupo familiar,grupo de familiar de origen, medio familiar comunitario y familia ampliada, además delos progenitores, a las personas vinculadas a los niños, niñas y adolescentes a través delíneas de parentesco por consanguinidad o por afinidad , o con otros miembros de lafamilias ampliada . Podrá asimilarse al concepto de familia a otros miembros de la comu-nidad que representen para la niña niño o adolescente, vínculos significativos y afectivosen su historia personal como así también en su desarrollo asistencia y protección. Los

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organismos del estado y de la comunidad que presten asistencia a las niñas niños y susfamilias deberán difundir y hacer saber a todas las personas asistidas de los derechos yobligaciones emergentes de las relaciones familiares.

MARCO TEORICO

El presente marco teórico aporta conceptos teóricos básicos, centrado principalmen-te en las variables elegidas, a fin de facilitar la lectura y comprensión del presente traba-jo de investigación, en el cual la población estudiada abarca un grupo de jóvenes, de 12a 20 años de edad, atravesando diversas etapas de la adolescencia.

Se propone, en base al estudio realizado un modelo unificado de entrevista interdis-ciplinaria basado, en la técnica de entrevista clinica libre y semi-dirigida; tomándosecomo datos relevantes: edad, estudios cursados, si el menor trabaja, antecedentes per-sonales médicos y familiares, consumo de sustancias tóxicas o no, primer delito o no,familiares convivientes, el tipo de delitos se obtiene de la carátula del expediente con laque se remite al CAI para efectuar la pericia respectiva.

Los adolescentes se enfrentan a dificultades en el acceso, permanencia y terminali-dad en el sistema educativo; a problemas derivados de temprana maternidad y situacio-nes de violencia intrafamiliar.

Dentro de las características distintivas de esta etapa, sobresale la inestabilidad emo-cional, que se expresa en constantes dificultades en la interrelación con los adultos, irri-tabilidad, hipersensibilidad, bipolaridad entre la introversión y extroversión; todo esto hacontribuido a la visión comúnmente difundida de esta etapa como critica o caótica,contrastando con la etapa anterior, edad escolar en que la personalidad del niño y suconfiguración física son muy estables y predecibles.

El objetivo no es agotar todos los conceptos, sino que en primera medida se comien-za con un esbozo acerca del contexto social, político, económico y cultural actual, suscaracterísticas principales y el papel que cumple la educación en el mismo. Luego, nosadentramos en la temática de la familia, sus cambios, diferentes concepciones y tipos defamilia; mencionando también algunas nociones básicas de la violencia familiar.Encontramos pertinente desarrollar también el tema de la adolescencia como crisis ybúsqueda de identidad, ya que la población seleccionada para el presente trabajo, sehalla en esta etapa evolutiva.

También se expondrán conceptos referentes a la problemática de las drogadepenciasy el delito juvenil.

La sociedad actual en la que hoy nos desenvolvemos, está caracterizada por cambiosque se producen en lapsos cortos de tiempo, un factor determinante lo constituye lainformación, el instrumentos de trabajo de la sociedad deja de ser "las manos", para serreemplazada por la "mente". Las relaciones sociales están marcadas por el acceso o no,al mercado laboral, el cual pasa a constituirse en mercado global.

Desde lo social podemos mencionar algunas características tales como: brecha cadavez mayor entre los que "menos tienen" y los pocos que cada vez "tienen más", apareceasí nuevas categorías sociales los "nuevos pobres". Mayor desigualdad, exclusión.

Desde lo económico nos encontramos con el fenómeno de la globalización, la cons-titución de bloques regionales, y el mercado global como eje dominante.

Desde lo político se están produciendo transformaciones sustanciales en la geopolí-tica mundial, nuevas relaciones entre el Estado y la sociedad, desaparece el "Estado deBienestar" o "Estado Benefactor", que se hacía cargo de las necesidades de la población(políticas de descentralización).

En lo cultural el consumo, la producción y la eficacia, el pragmatismo y el mercado seconvierten en los máximos valores sociales. La educación orientada a la productividad yla competencia conducen inevitablemente a un materialismo práctico en el que se des-arrollan en individualismo, el utilitarismo y el hedonismo, y en donde están ausentes lasexigencias de la justicia social y del bien común.

Existe una estrecha relación entre el mundo cultural de una sociedad y el modo enque sus miembros proyectan y viven sus vidas. Los jóvenes, representan siempre elpunto de condensación de la novedad cultural.

En medio del pluralismo ideológico respecto a "cómo, por qué y para qué vivir....",los jóvenes experimentan con gran confusión la etapa de definir una identidad y elabo-rar un proyecto de vida. La diversidad de ofertas de sentido de vida los lleva a incorpo-rar muchas contradicciones vitales puesto que no se encuentran puntos de referencia

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seguros. Esto se expresa en una fragmentación interior. La dinámica cultural no facilitael logro de un proyecto de vida coherente.

Algunas de sus características principales son:

Un neoindividualismo, entendido como afirmación radical de autodeterminación ycomo desconfianza de lo colectivo, de lo solidario y de todo lo que aparezca comoasomo de compromiso con los demás.

Una nueva forma de nihilismo que acaba con cualquier posible fantasía utópica.Recupera la dimensión de lo personal, lo íntimo y lo privado frente a lo público; peroreduce horizontes, promueve el inmediatez, la ausencia de visiones a largo plazo y lafalta de entusiasmo para trabajar por el cambio de la situación.

Una mayor permisividad en la cultura moral, fruto del neoindividualismo y consecuen-cia de la falta de puntos de referencias universales y de valores absolutos. Antes, lafamilia, la educación y la misma religión imponían las formas de conductas, las for-mas de pensamiento. Hoy, hay multiplicidad de ámbitos de vida y de comunicacióndonde todos se expresan libremente, sin que haya un poder capaz de imponer ideasy conductas para todos.

Un pensamiento débil frente a las ideologías más o menos radicales. Este pensamientodébil quiera echar abajo un mundo que tenga consistencia en sí mismo y una con-ciencia capaz de descubrir, conocer y expresar el mundo real. Prefiere experimentarlas cosas antes que discutir teorías, recupera el valor de lo cotidiano, el sentido de losimbólico y de lo ritual. Pero aumenta la fragmentariedad de la vida, dificulta la ela-boración de proyectos globales y favorece la manipulación por la publicidad, lasmodas, los medios de comunicación social y las imposiciones culturales.

"Perturbación de la conducta en la familia contemporánea

La familia contemporánea (11), disfruta más de las cosas materiales de la vida, perono está feliz por esto. Está respondiendo a los efectos inexorables de la industrialización,urbanización adelantos tecnológicos, y el antagonismo correspondiente de valores vita-les.

El siglo XIX fue testigo de la respuesta adaptativa de la familia a los efectos económi-cos de la revolución industrial, pero sólo ahora en el siglo XX nos encontramos con losefectos sociales y psicológicos postergados. Podemos resumir el cambio caracterizadocomo una degradación de la autoridad de los padres, la incertidumbre paterna, declina-ción de la importancia de los abuelos, una tendencia hacia la igualdad en las relacionesentre hombre y mujer, con una disminución relativa de la autoridad del padre e irres-ponsabilidad de los hijos.

El adolescente que va hacia la madurez está obligado a encontrarse a sí mismo, perole es increíblemente fácil perderse. La identidad es la creación de un sentimiento internode mismidad y continuidad, una unidad de la persona sentida por el individuo y reco-nocida por otro, que es, el "saber quién soy".

Para emanciparse de la autoridad paterna y cultivar su autonomía, debe preservar losaspectos de identificación saludable con sus padres y con su familia; si estos aspectosestán trastornados, pueden no llegar a encontrarse a sí mismos en el mundo externo.

Una unión sana con la familia, significa una sana separación del YO.

Según la OMS la adolescencia, período de la vida en el cual el individuo adquiere lacapacidad de reproducirse, transita de los patrones psicológicos de la niñez a la adultez yconsolida su independencia económica.

La definición occidental de adolescencia no puede cubrir a toda la población púberde América Latina, donde todavía hay grandes masas aún no plenamente incorporadasa Occidente, como es el caso de comunidades indígenas peruanas, bolivianas y brasile-ñas. Sin embargo, parece ser verdad para los sectores geográficos más urbanizados deAmérica Latina que la definición occidental de adolescencia es la más influyente, espe-cialmente por la fuerza persuasiva de los medios de comunicación.

Por otra parte, desde una perspectiva profundamente psicoanalítica, que apuntaespecíficamente al desarrollo psicodinámico de los sujetos en esta fase, plantea que esteproceso evolutivo no se da en línea recta ni en forma necesariamente ordenada: "la

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obtención de las metas en la vida mental que caracterizan las diferentes fases del perío-do de la adolescencia son a menudo contradictorias en su dirección y además cualitati-vamente heterogéneas; es decir, esta progresión, disgresión y regresión se alternan enevidencia, ya que en forma transitoria comprenden metas antagónicas. Se encuentranmecanismos adaptativos y defensivos entretejidos, y la duración de cada una de las fasesno puede fijarse por un tiempo determinado o por una referencia a la edad cronológi-ca".

A pesar de plantearse una dinámica psicológica variable y elástica, se nos proponeuna secuencia ordenada de fases más o menos distintas que enfatizan unos u otrosaspectos del desarrollo psicológico, con el fin de acceder a una mejor comprensión dela adolescencia.

Así plantea la existencia de tres fases a saber: La Adolescencia Temprana o Preadolescencia (10-13 Años): presenta las siguientes

características generales:

Maduración orgánica y fisiológica. Confusión y caos por los cambios corporales (ej; necesidad de cambiarse constan-

temente de ropa) Impulsos polarizados por sus genitales queridos y temidos. Separación de sus objetos primarios de amor (reedición edípica, figuras parentales) Desorientación y reorganización de funciones yoicas. Nueva imagen corporal (auto contemplación narcisista) Aislamiento, introversión. Duelos por el cuerpo infantil, modelos parentales ideales. Masturbación exploratoria. Enamoramiento de figuras adultas. Amigo/a íntima (otro como reflejo). Barra de amigos como medio de aprendizaje. Separación de los grupos según su sexo.

La Adolescencia Media O Propiamente Dicha (14-16 Años): presenta lassiguientes características generales:

Énfasis en lo psíquico, emocional, afectivo. Desarrollo de ideas, valores, conciencia moral, adhesión a movimientos. Alejamiento mayor de vínculos familiares, busca afuera a otros para apoyarse. Son consumistas afectivamente (dar y recibir) Aprendizaje de roles sexuales: seducción. Asunción de la propia identidad sexuada (acercamiento entre varones y mujeres).

La Adolescencia Tardía (17 Años En Adelante): presenta las siguientescaracterísticas generales:

Etapa de consolidación más definitiva. El Yo es responsable. Arreglo estable y personal de las funciones yoicas. Mayor continuidad en el compromiso. Estabilización de las funciones mentales. Estructura de carácter: modo de representación de la personalidad. No ay un progreso a la heterosexualidad, sino que queda fijado a un lugar de satis-

facción auto erótica (propia de la infancia). El abandono a la posición infantil no esfácil, es una de las tareas más difíciles.

Antes de estas tres fases, se resalta la importancia de la fase que evolutivamente seencuentra antes de la llegada de la adolescencia: la etapa de latencia. Este período "pro-porciona al niño los instrumentos, en términos de desarrollo del yo, que le preparanpara enfrentarse al incremento de los impulsos en la pubertad". Así se desarrollan lasfunciones relacionadas con la percepción, la memoria, el pensamiento, el aprendizaje,la compresión de los fenómenos sociales, la empatía, el juicio crítico, la independenciafísica y un relativo control del ambiente. Funciones todas que le permiten al sujetoenfrentar las variaciones en la "tensión instintiva", en la vida cotidiana y en las relacionescon el medio social, sin que la integridad del yo se vea demasiado amenazada o afecta-da. De esta forma, la latencia es considerada como "un pre-requisito para entrar a la fasede la adolescencia de la organización de los impulsos ya que de otro modo el niño púberexperimenta una simple intensificación de sus deseos en la prelatencia y muestra una

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conducta infantil un tanto regresiva". Ahora, conviene señalar que la principal diferenciaentre la fase de latencia y el período adolescente, radica en el enriquecimiento y com-plejización de la vida emocional, la cual se sumerge en una actividad física y mental queempuja al sujeto a crecer aceleradamente en una inquietante búsqueda de autodefini-ción.

Otros estudiosos definen a la adolescencia como un período crucial en el desarrollodel ser humano, durante el cual se generan procesos de cambio bio-psico-social que lle-van a las personas a reconstruir su identidad y tomar una dirección diferente en su des-arrollo.

En cuanto a los procesos por los que atraviesan los sujetos en la fase adolescente, semenciona que durante la adolescencia, una gran cantidad de personas -si no es que lamayoría- atraviesan por una serie de experiencias evolutivas, entre las cuales interesadestacar:

a. La aceptación de su nueva estructura física o esquema corporal y del papelsocial asignado según su identidad masculina o femenina.

b. El establecimiento de nuevas relaciones con coetáneos (de ambos sexos).c. La búsqueda y establecimiento de una independencia emocional, tanto de sus

padres como de otros adultos significativos.d. La adquisición de una mayor seguridad personal e independencia económica.e. La elección vocacional y el proceso de preparación para asumirla ( capacitación/

formación ).f. El desarrollo de una serie de aptitudes y conceptos intelectuales necesarios para

la asunción de las distintas conductas socialmente aceptadas y las responsabilidadespropias de la adultez, incluyendo aquellas que se refieren a la ciudadanía.

A partir de los elementos aportados por los diferentes autores, es importante resaltarque la adolescencia no es tan solo una transición entre la niñez y la edad adulta sino quese trata de una etapa de suma importancia con características y transformaciones pro-pias que originan una crisis que potencia el crecimiento y el desarrollo de los sujetos. Talcomo lo señala "no hay otra fase del ciclo de vida en la cual la promesa de hallarse y laamenaza de perderse están tan estrechamente unidas".

ADOLESCENCIA COMO CRISIS ACCIDENTAL.

La adolescencia es una crisis accidental o particular del proceso de desarrollo evolu-tivo humano. La palabra crisis viene del griego KRINOMAI y significa juicio, como deci-sión, encrucijada. Situación que plantea una opción. La crisis es el pasaje de relativoequilibrio para pasar a una inestabilidad y volver a un nuevo equilibrio. Es una oportu-nidad para progresar o regresar. Las crisis pueden ser:

- Universales: tienen anclaje en lo biológico como el nacimiento, pubertad, vejez,muerte.

- Accidentales: son más particulares, tienen que ver con lo cultural, personal de cadauno. Por ejemplo la adolescencia, la paternidad.

La adolescencia es un fenómeno específico dentro de la historia del desarrollo del serhumano y su exteriorización depende del marco sociocultural en que se desarrolla. Trasla expresión sociocultural existe un basamento psicobiológico que le da característicasuniversales.

Según Anna Freud, toda conmoción (o conducta 'patológica') en este período debeestimarse como normal, señalándose anormal al presencia de un equilibrio estable enel adolescente. La normalidad se establece en la adaptación al medio, capacidad parautilizar los elementos existentes para satisfacer necesidades.

EL SÍNDROME NORMAL DE LA ADOLESCENCIA. (1)1. Búsqueda de sí mismo y de la identidad.

El niño entra en la adolescencia con conflictos e incertidumbres, para salir a la madu-rez estabilizadora, con determinado carácter y personalidad adulta. Se logra una entidadyoica, una autocognición: sí mismo, conocimiento de la individualidad biológica ysocial.

El cuerpo y el esquema corporal son variables interrelacionadas en el proceso de defi-nición de sí mismo y de la identidad.

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Para Erikson (5), uno de los problemas de la identidad es la capacidad del yo paramantener la mismidad y continuidad frente a un destino cambiante. Identidad: procesopsicosocial que preserva algunos rasgos en el individuo y la sociedad.

2. La tendencia grupal.

En la búsqueda de la identidad, la conducta defensiva del adolescente es la búsque-da de uniformidad; surge así el espíritu de grupo junto a un proceso de sobre identifica-ción masiva donde todos se identifican con cada uno.

El adolescente se inclina a los dictados del grupo (moda, costumbres). Las actuacio-nes del grupo y de sus integrantes, representan la oposición a las figuras parentales yuna manera activa de determinar una identidad distinta a la del medio familiar.

3. Necesidad de intelectualizar y fantasear.

Es una forma típica del pensamiento adolescente, una manifestación defensiva, porla necesidad que la realidad impone de renunciar al cuerpo, al rol y a los padres de lainfancia.

Intelectualización, es ligar los fenómenos instintivos con contenidos ideativos yhacerlos así accesibles a la conciencia y fáciles de controlar.

4. Las crisis religiosas.

El adolescente puede mostrarse como un ateo exacerbado o místico fervoroso, pudepasar por ambos períodos.

Tienen necesidad de una identificación proyectiva con imágenes muy idealizadas lafigura de una divinidad puede representar una salida mágica. El refugiarse en una acti-tud nihilista, como aparente culminación de un ateísmo reivindicatorio puede ser unaactitud defensiva y compensadora.

5. La desubicación temporal.

El adolescente vive con una cierta desubicación temporal, convierte el tiempo en pre-sente y activo como un intento de manejarlo. Las urgencias son enormes y a veces laspostergaciones son aparentemente irracionales. Es durante la adolescencia que ladimensión temporal va adquiriendo lentamente características discriminatorias.

Hay dificultad para distinguir presente-pasado-futuro, el pasaje del tiempo despiertaculpa persecutoria. Esto se relaciona con el sentimiento de soledad típico del adolescen-te, en que se encierra en su cuarto, se aísla y retrae. La percepción y discriminación tem-poral es una de las tareas más importantes de la adolescencia vinculada con la elabora-ción de los duelos típicos.

6. La evolución sexual desde el autoerotismo hasta la heterosexualidad.

Oscila entre la actividad de tipo masturbatoria y los comienzos del ejercicio genitaldonde existe más un contacto genital de tipo exploratorio y preparatorio, que una geni-talidad procreativa.

Surge el enamoramiento apasionado con vínculos intensos pero frágiles de la rela-ción interpersonal del adolescente. La figura del padre y de la madre son fundamenta-les.

Aparece la curiosidad sexual expresada en el interés por revistas pornográficas, elexhibicionismo, etc.

En el varón aparecen idealizaciones del padre, que permite visualizar los sentimien-tos del adolescente a su padre real e identificarse con sus aspectos positivos superandoel temor a la castración.

En la niña al elaborar la citación edípica puede aceptar la belleza de sus atributosfemeninos y realizarse en el estudio o en el trabajo de una manera femenina; e identifi-cación con aspectos positivos de su madre.

7. Actitud social reivindicatoria.

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No todo el proceso de la adolescencia depende del adolescente mismo, la constela-ción familiar es la primera expresión de la sociedad que influye y determina gran partede la conducta de los adolescentes. Existe una situación de ambivalencia dual: la mismasituación de ambivalencia que presentan los hijos separándose de los padres, la presen-tan éstos al ver que aquellos se alejan.

Toda la sociedad interviene activamente en la situación conflictiva del adolescente, elmedio en que vive determina nuevas posibilidades de identificación, incorporación depautas socio culturales, etc.

La adolescencia es recibida en forma hostil por los adultos, los adultos se sientenamenazados por los jóvenes que van a ocupar su lugar. La sociedad le impone restric-ciones al adolescente que con su fuerza reestructuradora de su personalidad trata demodificar la sociedad.

8. Contradicciones sucesivas en todas las manifestaciones de la conducta.

La conducta del adolescente está dominada por la acción, no puede mantener unalínea de conducta rígida, permanente, absoluta aunque lo intente.

El mundo adulto no tolera los cambios de conducta del adolescente, ni tampoco quetenga identificaciones ocasionales, transitorias. Exigen una identidad adulta.

Estas contradicciones, con la variada utilización de defensas, facilitan la elaboraciónde los duelos típicos y caracterizan su identidad.

9. Separación progresiva de los padres.

Es una de las tareas básicas (duelo). La aparición de la capacidad efectora de la geni-talidad impone la separación de los padres y reactiva los aspectos genitales que se ini-ciaron en la fase genital previa.

La evolución de la sexualidad depende en gran parte de cómo los padres aceptan eldesprendimiento de los hijos y sus conflictos.

Gran parte de la relación con los padres está disociada, son figuras muy buenas omuy malas, lo que depende de cómo han sido introyectadas estas figuras en las etapaspregenitales.

Si la figura de los padres aparecen con roles bien definidos, en una unión amorosay creativa, disminuye los aspectos persecutorios y se convierte en el modelo de vín-culo genital que el adolescente busca.

Si las figuras paternales no son estables, ni tienen roles bien definidos pueden apa-recer ante el adolescente desvalorizados y obligarlo a buscar identificaciones conpersonalidades positivas consistentes y firmes en sentido compensatorio o idealiza-do (identificación con ídolos).

10. Constantes fluctuaciones del humor y del estado de ánimo.

Un sentimiento básico de ansiedad y depresión acompañarán permanentementecomo substrato a la adolescencia.

La mayor o menor anormalidad de este síndrome normal se deberá en granparte a los procesos de identificación y de duelo que haya podido realizar el ado-lescente, y en la medida que los haya elaborado, el adolescente verá su mundointerno mejor fortificado y esta normal anormalidad será menos conflictiva y porlo tanto menos perturbadora.

El papel de la Educación:La educación es un tema que ha adquirido distintas connotaciones a la largo de la

historia del hombre, según diferentes culturas y modos de vida.Entendemos la educación como un conjunto de actividades tendientes a la forma-

ción de la persona en sus dimensiones intelectual, física, moral y ética, a fin de integrar-la en una sociedad y tiempo determinado.

Hoy mas que nunca, la educación cumple ese rol de integración. Asi lo afirma AlciraArgumedo (2), cuando expresa: "uno a otros cambios de magnitud , la revolución cien-tífico técnica impone el conocimiento como el nuevo recurso estratégico que ha defini-do a distintos países y regiones al comenzar el tercer milenio. Actualmente las ramas masdinámicas del mercado mundial son las llamadas conocimientos-intensivas que son las

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que incorporan una mayor cantidad de conocimientos en la producción servicios ocomercialización de los productos : ya sea el conocimientos materialización en nuevosinstrumentales "inteligentes", como el conocimiento de quienes los operan".

En una sociedad altamente competitiva, el acceso al sistema educativo formal essólo el primer paro. Poder completar los estudios primarios y hasta terciarios, se ha trans-formado casi en una exigencia requisito básico par acceder tanto a un empleo, o adqui-rir otro tipo de calificación especializada. A pesar de que la educación constituye underecho social, el acceso y calidad de la misma no se presenta equitativamente para todala población. Puryear (9) describe: " los sistemas de educación primarios y secundariosde América latina están fuertemente segmentados en función del status económico delas personas, quedando las más pobre relegadas al sistema público en tanto los rico s yla mayoría de las clases media asisten a colegios privados. Como resultado se tiene unsistema profundamente segmentado, en el cual los pobres reciben una educación quees abiertamente inferior a la que reciben los ricos" 4.

Un sistema educativo segregado distingue al "diferente" excluyéndolo.Constituye una discriminación en sentido negativo, es decir: discrimina, separa, aísla

al que por condiciones particulares de su contexto social inmediato no forma parte dela estructura educativa.

Desarrollo de la Personalidad:

De acuerdo a Vidal (9), el desarrollo de la personalidad está condicionado en partepor una disposición heredobiológica y comienza a formarse con las experiencias infanti-les y la situación sociocultural que atraviesa el individuo a lo largo de su desarrollo.Ambos factores (heredados y adquiridos) dan lugar a una serie de rasgos o característi-cas de personalidad .

"Los rasgos de personalidad son patrones persistentes de formas de percibir, relacionar-se y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una ampliagama de contextos sociales y personales." ( DSM IV, pag. 646) (1). Se consideran patoló-gicos y constituyen trastornos de la personalidad cuando son inflexibles y desadaptati-vos y causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo. Estas caracte-rísticas patológicas pueden ser: cognoscitiva, afectiva, de la actividad interpersonal o delcontrol de los impulsos.

Los rasgos de personalidad, entonces, se constituyen tempranamente en la vida yconforman lo que se denomina personalidad básica, previa o predisponente.

El Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM IV), presenta una clasificación deTrastornos de Personalidad. Uno de ellos es la personalidad antisocial, que considero essobre la que debo ahondar para ingresar en la conducta homicida. El DSM IV designalos siguientes criterios diagnósticos para este trastorno (1).

a) Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que sepresenta desde la edad de 15 años, como lo indican tres (o más) de los siguientes ítems:

Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamien-to legal, perpetrando repetidamente actos que son motivo de detención;

Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias y estafar a otrospara obtener beneficio personal o por placer;

Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro; Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones; Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás; Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo

con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas; Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haberdañado, maltratado o robado a otros.

b) El sujeto tiene al menos 18 años.c) Existen pruebas de un trastorno disocial, que comienza antes de la edad de 15

años.d) El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una

esquizofrenia o un episodio maníaco.

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Personalidad antisocial

Esta personalidad fue definida por Kurt Schneider como el desalmado. Señala elautor "son individuos carentes de compasión, de vergüenza, de arrepentimiento, de con-ciencia moral; en su modo de ser son hoscos, fríos, gruñones; en sus actos, asociales, bru-tales" (61).

Gaupp, acentuaba la falta de compasión, pero Schneider indicaba las transicionesinsensibles, desde los pocos compasivos a los indiferentes y desde estos a los fríos o des-almados, reconocibles casi desde la infancia, aunque con reservas para efectuar desde lainfancia este diagnóstico. Y agrega que no todos los criminales son desalmados, pero laincorregibilidad en sus actos es el rasgo especial de estas personalidades.

Millon la integra dentro del capítulo de las personalidades con problemas interper-sonales: patrón fanfarrón (43).

En cada una de las perspectivas que aborda el tema existe la responsabilidad de losactos humanos, los que pueden abordarse como reacción orgánica, emocional, apren-dida o como reacción a la socialibilización, pero ninguna de las teorías hasta el momen-to propuestas brinda una respuesta total o absoluta, probablemente por la inmensacomplejidad del ser humano (43).

El modelo de Millon intenta explicar que la personalidad antisocial está basada en elsi mismo: el otro no existe. Sólo busca la satisfacción de su placer y modifica activamen-te el medio para lograr sus objetivos.

Koldobsky, señala que la característica central de este desorden es un modo de irre-ponsabilidad social que refleja una desconsideración por los derechos de los demás (30).

Son individuos asociales o antisociales que presentan patrones de conducta en con-flicto con la sociedad. Son incapaces de ser leales a los valores individuales, grupales osociales. Son egoístas, insensibles, impulsivos e incapaces de sentirse culpables o deaprender de la experiencia. Tienen baja tolerancia a la frustración. Proyectan en losdemás sus propios errores. Criminalidad y personalidad antisocial pueden ir juntas perono son sinónimos (28, 67).

Nótese que ni el DSM IV ni Millon mencionan la conducta homicida, la que puedepresentarse en algunas de las situaciones mencionadas como el robo, la amenaza, la inti-midación; tal vez porque el acto de llegar a matar a otra persona puede o no ser la con-secuencia de lo anteriormente expuesto.

Sin embargo revisando la bibliografía internacional se menciona el asesinato u homi-cidio serial (51, 56) y muchos de estos homicidas seriales comparten características de lapersonalidad antisocial. Pero otros, a la base, presentan rasgos de una personalidadparanoide, narcisística e histriónica y a veces con trastornos de la identidad sexual.

La pregunta por lo tanto es ¿el homicida es un antisocial, paranoide, histriónico, per-verso sexual o nos encontramos frente a un nuevo patrón de personalidad o a una inter-acción de todos ellos?

Al observar estas conductas podemos pensar en la descripción que hacía KurtSchneider del psicópata desalmado (61) o como a veces se le denomina psicópata per-verso, porque obtiene placer en la conducta que efectúa y no siempre tiene que estarligado a los trastornos de sexualidad, aunque a veces lo está.

La enfermedad daña en algún momento, a diferencia, la perversión es el rasgo quecaracteriza a estas personalidades. Son asociales, no antisociales y son amorales no inmo-rales, porque lo que prepondera no es contra la norma o la ética, puesto que no las hanincorporado, no pueden respetar, por lo tanto, lo que no tiene incorporado en su ser.

Volviendo a Millon (43), éste señala que estos individuos presentan:

Afectividad hostil: temperamento irascible que se transforma en ataques y discusio-nes, presenta con frecuencia comportamientos verbalmente abusivos o físicamen-te crueles;

Autoimagen afirmativa: se enorgullece de no depender de nadie y de ser enérgicoy obstinado, posee valores competitivos y un estilo de vida orientado al poder;

Venganza interpersonal: carece de valores como el sentimentalismo, compasión yhumanismo;

Falta de temor con connotaciones hipertímicas, se mantiene hipertérrito ante elpeligro y el castigo;

Proyección malevolente: cree que la mayoría de las personas son malas, controlado-ras y punitivas, por ello justifica su desconfianza y sus actitudes hostiles.

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TABLA DE VARIABLES ESTUDIADAS

VARONES MUJERES

EDADES EDADES

12 AÑOS: 1 12 AÑOS 0

13 AÑOS: 1 13 AÑOS 0

14 AÑOS: 2 14 AÑOS 1

15 AÑOS: 5 15 AÑOS 3

16 AÑOS: 3 16 AÑOS 1

17 AÑOS: 3 17 AÑOS 1

18 AÑOS: 8 18 AÑOS 0

19 AÑOS: 3 19 AÑOS 0

20 AÑOS: 2 20 AÑOS 0

ESCOLARIDAD

ESC. 1º EN CURSO 18 ESC. 1º EN CURSO 3

ESC. 1º INCOMPLETA 31 ESC. 1º INCOMPLETA 4

ESC POLM INCOM 3 ESC POLM INCOM 7

ESC 1º COMP. 2 ESC. 1º COMP. 0

ESC POLIM CURSO 3 ESC. POLIMODAL EN CURSO 0

ANALFABETO 1 ANALFABETO 0

PRIVADOS DE LIBERTAD 19 PRIVADO DE LA LIBERTAD 1

OBRA SOCIAL

1 (SI) 3 (SI)

TIPO DE FAMILIA

FLIA.UNIPARENTAL 19

FLIA.UNIPARENTAL 3

FLIA.ENSAMBLADA 2 FLIA.ENSAMBLADA 1

FLIA.NUCLEAR-TIPO 15 FLIA.NUCLEAR-TIPO 2

HIJOS-PROPIOS 3 HIJOS-PROPIOS 1

EN-PAREJA 2 EN-PAREJA 0

DELITOS

DAÑO AGRAVADO 1 DAÑO AGRAVADO 0

ROBO AGRAVADO 25 ROBO-AGRAVADO 2

TENT. DE ROBO 1

LESIONES GRAV 1 LESIONES-GRAVES 2

AV, INCEN-DAÑO 1

AV. AGRESION 1

AV. LESIONES 1

AV. ENCUBRIM. 1

TENT. HURTO 3

PORT. DE ARMAS 3

INTEG. SEXUAL 3

HOMICIDIO 5

PRIV. DE LIBERTAD 1

ROB. AGRA. TENT 3 ROBO-EN-GRADO-TENT. 3

ENCUBRIM.AGRAV 1

ROBO SIMPLE 4

LES. AGRAV 1

AMENAZA ARMA 1

PELEA 1

CONSUMO DE SUSTANCIAS

ALCOHOL 20 ALCOHOL 3

OTRAS 15 OTRAS 2

VARIABLES PSIQUICAS COGNITIVAS

NIVEL INT. NORMAL 41 NIVEL INT.NORMAL 1

NIVEL-INT. BAJO 17 NIVEL-INT.-BAJO 0

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PENSAMIENTO CONCRETO 30 PENSAMIENTO-CONCRETO 1

ESCASA AUTOCRITICA 28 ESCASA-AUTOCRITICA 1

SIN CAPACIDAD TELEOLOGICA 19 SIN-CAPACIDAD-TELEOLOGICA 0

NO EFECTUA EXPERIENCIA 14 NO-EFECTUA-EXPERIENCIA 1

INFLUENCIABILIDAD 12 INFLUENCIABILIDAD 1

ALUCINACIONES 1 ALUCINACIONES 0

MINIM.OCULTAM-INF 17 MINIM-OCULT-INFOR 1

RELATO ESCUETO 16 RELATO-ESCUETO 1

VARIABLES PSIQUICAS EMOCIONALES

INMADUREZ PSICOAFECTIVA 31 INMADUREZ PSICOAFECTIVA 2

AUSENCIA FIGURAS CONTIN. 24 AUSENCIA FIGURAS CONTIN. 0

FIGURAS ADULTAS CONTIN. 4 FIGURAS ADULTAS CONTIN. 0

INTROVERSION 12 INTROVERSION 2

EXTROVERSION 6 EXTROVERSION 1

ESCASA EMPATIA 23 ESCASA EMPATIA 1

DESCONFIANZA 10 DESCONFIANZA 0

TENDENCIA TEDIO 8 TENDENCIA TEDIO 1

SENTI VACIO DESESPERANZA 1 SENTI VACIO DESESPERANZA 1

SENTIMIENTOS TEMOR 2 SENTIMIENTOS TEMOR 2

DEPENDENCIA EMOCIONAL 6 DEPENDENCIA EMOCIONAL 1

TRISTEZA 4 TRISTEZA 0

ANSIEDAD 4 ANSIEDAD 1

ANGUSTIA 5 ANGUSTIA 3

FALLAS IMPULSOS 45 FALLAS IMPULSOS 4

HOSTILIDAD 5 HOSTILIDAD 1

AUSENCIA SENTIM CULPA 8 AUSENCIA SENTIM CULPA 0

DISOCIACION IDEOAFECTIVA 5 DISOCIACION IDEOAFECTIVA 0

FRAGILIDAD YOICA 1 FRAGILIDAD YOICA 2

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR 10

VARIABLES CONDUCTUALES

ANTAG. FIGURAS AUTOR. 12 ANTAG. FIGURAS AUTOR. 0

DIFIC. ACATAR NORMAS Y LIM 19 DIFIC. ACATAR NORMAS Y LIM. 1

BAJA TOLER FRUSTRAC 30 BAJA TOLER FRUSTAC 0

AUTOLESIONES 2 AUTOLESIONES 1

DEF. HAB. SOCIALES 18 DEF. HAB, SOCIALES 1

ESCASA CAPAC. ASERT. 16 ESCASA CAPAC. ASERT. 0

PARES NEGATIVOS 22 PARES NEGATIVOS 2

COND. ACTING OUT 5 COND. ACTING OUT 1

RASGOS SEDUCCION 2 RASGOS SEDUCCION 0

ANTECEDENTES PERSONALES

PROB.COND. ESC. 9 PRO. COND. ESC. 0

ANT.PSIQUIAT. 5 ANT. PSIQUIAT. 1

ANT. PENALES PROPIOS 17 ANT. PENALES PROPIOS 2

ANT. PENALES FAMILIARES 5 ANT. PENALES FAMILIARES 1

ANT. FUGAS DEL HOGAR 5 ANT. FUGAS DEL HOGAR 0

ANT. CLINICOS 2 ANT. CLINICOS 1

VIF 10 VIF 0

TRASTORNOS PSIQUIATRICOS

TRAST. DISOCIALES 9 TRAST. DISOCIALES 1

TRAS. PSICOTICO 1 TRAST. PSICOTICO 0

SINDROME DEPRESIVO 1 SINDROME DEPRESIVO 0

TRAST. PARANOIDE 1 TRAST. PARANOIDE 0

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RESULTADOS:

Procedimos a evaluar cada una de las variable estudiadas obteniendo los siguien-tes resultados:

Con respecto a la edad, predomino en los varones la edad de 17 años, y en lasmujeres la edad de 15 años. La estadística utilizada arrojó una p< 0.001, extremada-mente significativa en relación a las otras edades.

En relación a la escolaridad primaria incompleta, predomino en los varones respec-to de los demás tipos de escolaridades, y en relación con las mujeres no arrojó dife-rencias significativas.

Utilizando el test de Fischer correlacionando actual privación de la libertad señalóuna p< 0,0344 considerada significativa en relación hombres-mujeres.

Si analizamos los tipos de familias en ambos grupos, es la familia uniparental la quepredomina es relación a las demás , utilizando el test de "t" Studentes con una p<0,11considerada significativa.

Si comparamos los delitos cometidos por ambos grupos, predominó el robo agra-vado en los hombres en relación al robo agravado y robo en grado de tentativa en lasmujeres, con una p< 0.023 considerada significativa.

Respecto del consumo de sustancias tóxicas, en los hombres no hubo diferenciassignificativas entre alcohol y otras sustancias. No obstante si comparamos con lasmujeres, puede ser interpretado por la muestra: 7 mujeres, 58 varones, el consumode ambos tóxicos resultó significativo.

Como clasificación diagnóstica según el DSM IV, solo 9 varones fueron diagnosti-cados como trastornos disociales, siendo una sola de las adolescentes diagnosticadacon el mismo.

Los varones fueron diagnosticados con trastornos psicótico, sindrome depresivo ytrastorno paranoide, en número de a uno solamente. No hallándose en las mujeresotros tipos de trastornos.

Relacionando los antecedentes entre los varones y mujeres encontramos que en losvarones se detectaron problemas conductuales escolares, antecedentes psiquiátricos,violencia intrafamiliar, antecedentes penales propios y penales familiares, fugas delhogar y antecedentes clínicos, con una p < 0.0035 considerada muy significativa conel el "t" studentes, respecto de las mujeres obtuvimos solamente la presencia de unacon antecedentes psiquiátricos, 2 con antecedentes penales propios y 1 con antece-dentes penales familiares y una con antecedentes clínicos.

Respecto de las variables emocionales es importante destacar que en los varonespredominaron la falla en el control de los impulsos, seguidos de la inmadurez psicoa-fectiva, la ausencia de figuras adultas continentes y escasa empatía. En las mujeres dedetectaron como variables mas significativas fallas en el control de los impulsos, laangustia, inmadurez psicoafectiva y fragilidad yoica.

Al comparar entre ambos grupos con el "t" studentes, se obtuvo una p< 0.0001extremadamente significativa. no obstante ello se advierte que ambos grupos la fallaen el control de los impulsos es llamativa en ambos grupos.

Respecto de los delitos cometidos por los varones destaca el robo agravado conuna n= 25, seguida por homicidio en una n=5; con una p< 0.0023.

En las mujeres robo agravado en tentativa en un 47% (n=3), seguido de robo agra-vado en un 29% (n=2) y lesiones graves en un 29% (n=2).

Respecto de las variables conductuales en ambos grupos podemos aportar que elantagonismo con la escasa tolerancia a la frustración, el antagonismo con figura de laautoridad y los pares negativos predominaron en los varones, respecto de las mujeres, la presencia de pares negativos y las conductas acting-out, la deficiencia en las habi-lidades sociales fueron lo mas destacado en las mujeres.

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Fig. Nº Variables conductuales en las mujeres.

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Fig. Nº Variables conductuales varones.

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21/08/2009 - 23/08/2009 -

XI International ISSPD CongressNew York City - 2009

The Mount Sinai School of Medicine 100th Street and Madison Avenue- New York CityResilience and change: interpersonal and neuroscience perspectives onthe personality disorders

Major Clinical and Research Advances in the Field: Resilience, Trauma,Developmental Factors, Genetics, Epigenetics, Gene-EnvironmentInteractions, Pathogenesis, Mechanisms of Change, Advances inPsychotherapy, New Pharmacologic Approaches, New ResidentialTreatment Models, Dealing with Comorbidity, Neuroimaging Findings,Toward DSM-V, Working With Advocacy Organizations

Keynote Talks By The Leaders in the Field

Bringing Together Advances from: Molecular Genetics, SocialNeuroscience, Neuroeconomics, Cognitive Science, Psychophysiology,Neuroimaging, Psychoanalysis, Psychotherapy Research,NeuroPharmacology and Clinical Practice

Plenary Talks, Symposia, Interactive Workshops, Debates, Blind ClinicalPresentations

CME Credit through the Mount Sinai School of Medicine

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Introducción

La importancia que tiene el Psicodiagnóstico de Rorschach en la evaluación de lapersonalidad, se fundamenta en los conceptos de percepción y proyección. La percep-ción entendida no como la suma de sensaciones singulares sino como la respuesta delorganismo en su conjunto a la situación total. Proyección, término que hace referen-cia a un mecanismo inconciente a partir del cual la persona atribuye sentimientos,impulsos, deseos y actitudes inconcientes a otros, sin reconocerlos como propios (5).Su finalidad es disminuir la tensión y restablecer el equilibrio psíquico. Las manchasdel Rorschach actúan como un disparador de la proyección provocando una reacciónque será evaluada. La diversidad de las respuestas, se asienta sobre la base de la aper-cepción donde la forma percibida se integra con los contenidos internos del sujeto ycon su propia experiencia dando como resultado una respuesta propia y única que lodistingue de los otros. Por lo tanto el test pone en juego los mecanismos menciona-dos anteriormente que revelaran el funcionamiento y estructura de personalidad. Elcaso que sigue a continuación, muestra un patrón de respuestas que evidencian ras-gos perversos, tendencias homosexuales, defensas primitivas, narcicismo, ansiedadcrónica, transgresiones e Identificación Proyectiva, que se conjugan en una configura-ción de personalidad límite o borderline. Tales características son estudiadas en elmarco de un análisis cuantitativo pero fundamentalmente haciendo hincapié en elaspecto cualitativo del discurso que pone de manifiesto la gramática de la enunciación(sujeto del inconciente), permitiendo el acceso a un examen más fino de los nivelesde funcionamiento mental.

El caso que desarrollaré se presta para una lectura más amplia que la que aborda-ré en este escrito. Pero la elección de determinadas respuestas se fundamenta en laintención de poner de manifiesto los aspectos sutiles de un discurso encubridor quemuestra un funcionamiento patológico de personalidad.

Presentación del caso clínico

El trabajo versa sobre un interno que en la actualidad se encuentra detenido. Perdiósu libertad en el año 1991 por delitos graves que mencionaré al final. El psicodiagnós-tico fue solicitado por médico psiquiatra. En el ámbito forense las evaluaciones psico-lógicas son muy resistidas y generalmente la disposición a colaborar con las técnicasno es genuina. En este caso el interno había establecido un vinculo transferencial conel psiquiatra porque a través de aquel podría acceder a la posibilidad de externacio-nes progresivas. Por este motivo accedió a realizar un psicodiagnóstico.

Datos Histobiográficos:Al momento del presente estudio contaba con 37 años de edad y esperando un

hijo de su pareja actual. Cuenta con dos hijos de 20 y 18 años fruto de su primer matri-monio.

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Autor: Silvina Laura Catera M.M 52409Psicóloga ForenseCurso: Especialización en Psicodiagnóstico de Rorschach. Otorgado por la AsociaciónArgentina de Psicodiganóstico de Rorschach.Curso: Herramientas prácticas para la actividad del psicólogo en el ámbito forense.Otorgado por Psicologosforenses.comCurso: La practica pericial psicológica en los distintos fueros de la Justicia. Otorgado porPsicologosforenses.comCurso: Seminario intensivo sobre daño psíquico. Otorgado por Psicologosforenses.com Perito Psicólogo del Gabinete Psiquiátrico Forense del Servicio Penitenciario Bonaerense

IInncciiddeenncciiaa ddeell ttrraassttoorrnnoo bboorrddeerrlliinneeeenn llaass rreessppuueessttaass RRoorrsscchhaacchh

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En cuanto a su grupo familiar primigenio, el interno dijo no conocer a su padre ysu crianza estuvo a cargo de su abuela materna. Refirió que su madre accedió a lamaternidad cuando era muy joven (menor de edad). Los abuelos maternos fueronpersonas muy rígidas en cuanto a la moral familiar, y su madre tuvo que ocultar elembarazo hasta el momento de dar a luz. El relato que hace el interno de aquella giraen torno a sentimientos de rechazo, bronca y negación ante cualquier manifestaciónde cariño (caricias, besos) por parte de la misma, en épocas tempranas del desarro-llo. En una declaración judicial el interno describe dos tiempos diferentes en su rela-ción materno - filial. Durante el transcurso de la escolaridad primaria, en términos depasividad e indiferencia y posteriormente en la etapa del secundario como violenta yproblemática. Estuvo en situación de calle, se juntó con grupo de pares para delinquir,comenzó con el consumo de drogas (alcohol, marihuana, psicofármacos, cocaína).

A los 19 años aproximadamente ingresa a trabajar como policía y al año y ochomeses de su ingreso, fue puesto en disponibilidad. Dijo que antes de su detención,anduvo en la calle permanentemente drogado, no sentía culpa por lo que hacía y alparecer se excitaba con la violencia y el miedo de la víctima.

Análisis de las respuestas de Rorschach

Transgresiones que distorsionan la relación transferencial

Antes de comenzar con el registro de las respuestas, se esgrime la consigna inicialcorta y concisa en la que se le dice al entrevistado que se le expondrán unas láminaspara que diga qué ve. Se incluye el pedido de apoyarlas boca abajo, formando otrapila, se le demuestra cómo hacerlo con la primer lámina, sin que vea la mancha. Porúltimo se pregunta si entendió el procedimiento. Su respuesta fue positiva y comen-zamos con el test.(5)

Lámina I

L. I: “Una mosca, ésta mosca. No sé como es, ¿la tengo que dejar acá?, ¿aga-rro otra?.

Interpretación.La lámina 1, investiga la imagen que el sujeto tiene de sí mismo, la identidad,

donde lo que el sujeto hace con la lámina es lo que desde su postura más habitualhace con toda situación nueva.(2)

Desde el inicio se detectan transgresiones en cuanto a la norma pautada (consig-na) con las preguntas que me dirige. El interno dijo entender el procedimiento que

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fuera mencionado instantes previos con el pedido expreso de formar otra pila bocaabajo. Las preguntas “ingenuas” que efectuó es una forma de distorsionar la relaciónentrevistador – entrevistado consistente en mostrar una sumisión al menos aparentea la regla dada, mostrando de esta manera una actitud de colaboración inauténtica,asegurando al examinador que pone lo mejor de sí para satisfacer la demanda. Setrata de la puesta en marcha de la personalidad “como si” a partir de la cual ofreceuna imagen interesada al otro, pero sin el correlato afectivo correspondiente, es decirsin angustia, sin comentarios, sin gestos, sin actitudes, que pondrían de manifiestoaspectos conflictivos del sujeto.

En la segunda parte de la administración o fase de interrogatorio que tiene porfinalidad conseguir todos los datos que hagan falta para clasificar las respuestas, seespera que el examinado pueda ver algo nuevo. (2) Para ello se menciona unasegunda consigna.

Su respuesta fue: L.I: “No en esta no”

Nuevamente persevera en la transgresión a la norma (consigna), en tanto que ase-vera que no dará nuevas respuestas, filtrándose a su vez en la relación transferencialuna modalidad relacional donde intenta apoderarse del saber, guardándose para sí lasrespuestas. Con su negativa, está afirmando que vio más cosas pero que en esta lámi-na particularmente no lo va a decir. Ello implica una renegación de la función quecumple el entrevistador de, sujeto supuesto saber (función a partir de la cual elpaciente atribuye un saber al psicólogo sobre la significación de sus conflictos). Frentea la posibilidad de quedar en evidencia, el examinado invierte los roles reelaborandolas reglas dadas, tomando a su vez el dominio de la situación. Se guarda para sí res-puestas, no comparte información, transgrediendo la norma (consigna).

Rasgos Perversos, Homosexuales, Actuación.

Lámina II

Respuesta: L.II: “una flor no sé me parece una flor”Interrogatorio:Entrevistador: ¿donde?Interno: …“sinceramente toda me parece una flor, parece como esas flores exóticas

yo miro Discovery Channel parece como esas flores exóticas que aparecen en la selva, no

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sé de las enredaderas. Como si tuviera pétalos de diferentes colores como una florabierta así, pétalos negros y rojos. Mi abuela tenía unas rosas que eran así, eran rojasy negras parecían de terciopelo…”

E: ¿Qué le dio la idea?I: …“Vi que era una enredadera que tenía un tipo de flor así, como esta imagen”.

Respuesta Adicional:

Lámina II- Respuesta Adicional

I: “Veo la imagen de un animal tomando agua en un arroyo y reflejándose en el aguacomo si este fuera el animal y esto su reflejo en la laguna”

E: ¿Donde? I: “Acá en la mitad”E: ¿Tipo de animal?:I: …“no se puede determinar, no representa un animal, se vé lo que parecería pero

no es, podría ser un ciervo, que se yo, no sé”.E: ¿Idea de ciervo?: I: …“no sé porque es lo que me pareció fue lo primero que me salió, podría ser otro

animal pero no me acuerdo el nombre, un alce no”.E: ¿Descripción?I: … “manos, patas cuarto trasero, cuerpo, cuarto delantero, lo que pasa es que en

este caso la cabeza tendría que estar al revés, está para abajo así, tendría queestar derechita”.

Interpretación Respuesta Principal:La lámina dos investiga el manejo que el sujeto hace de la agresión, en ella es intro-

ducido el color rojo el cual puede movilizar vivencias y sentimientos impulsivos.(2)El análisis cualitativo del discurso muestra que la elección de los significantes hacen

referencia a simbolismos femeninos que aluden a contenidos sexuales y posiciones. Larespuesta “como una flor abierta así”, revela una posición específica del cuerpofemenino abierto (piernas abiertas). Al nivel del desarrollo psicosexual, se vislumbranlos rasgos perversos del quehacer sexual del interno (6). La alusión a ciertas partes delcuerpo y no a la representación de éste en su totalidad remite a la fijación y perseve-rancia de pulsiones sexuales parciales (6). El aspecto cuantitativo de la respuesta, (FC-+, FC’-+, cuya significación alude a la coincidencia en una misma respuesta de aspec-tos vitales y melancólicos sin control cognitivo), revela la actuación de las tendencias

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opuestas, de manera agresiva y por falla de la defensa. Por lo tanto se asiste a unapatología, donde el apetito sexual es puesto en acto en el vínculo interpersonal conuna mujer, a la que rebaja a una categoría de objeto, que puede usar y desechar a suantojo. Hipótesis: ¿Violación?

Interpretación Respuesta Adicional:

“Veo la imagen de un animal tomando agua en un arroyo y reflejándose enel agua como si este fuera el animal y esto su reflejo en la laguna”

La clasificación de la respuesta suscita Fenómenos Especiales de Reflejo yFabulación. Fenómeno Especial es la denominación que recibe la evaluación de la con-ducta total del individuo verbal y no verbal. (4)

Reflejo porque en lugar de emitir dos conceptos, la percepción se focaliza en unaparte de la mancha y articula un significante único reflejado en la otra parte del estí-mulo. La significación psicológica alude a narcisismo y se da en personas que no serelacionan con otras, sino tomándolas como prolongación de ellos mismos.

Al solicitar la descripción de lo percibido, comienza nombrando las partes del ani-mal (manos, patas, cuarto trasero, cuerpo, cuarto delantero, cabeza). En ningúnmomento señaló el agua. La pregunta obligada fue ¿el agua la vé? Respondiendo queno. El agregado del agua sin localización en la lámina produce el Fenómeno EspecialFabulación porque el entrevistado nombra elementos que no están en la manchahaciendo con ellos un relato por medio de un ejercicio imaginativo.Psicodinámicamente se interpreta como la tendencia a mentir y fantasear, proyectan-do su mundo interno sin tener en cuenta la realidad externa (4). También alude arenegación (mecanismo de la perversión) que surge ante la emergencia de una falta.En este caso la respuesta gira en torno a una parte de la lámina, donde el agregado designificantes tales como agua, reflejo vienen a completar la otra parte de la mancha.Renegación porque percibe la falta, sabe de ella, pero la reniega y completa con ele-mentos que la sustituyen.(1)

Interpretación de la descripción de la respuesta:

“En este caso la cabeza tendría que estar al revés, está para abajo así, ten-dría que estar derechita”.

El enunciado apunta a homosexualidad “estar al revés”, o en términos psicológi-cos, estar invertido. Además la insistencia (sobre un símbolo fálico) de corregir lo quepara el interno está mal “está para abajo así, tendría que estar derechita”, revelala constatación de aquello que lo acercaría a admitir la posibilidad de aceptar una falta(1). En lugar de ello surge la renegación tratando de corregir una realidad que se levuelve insoportable. El determinante obtenido (FM-+) está sujeto a varias interpreta-ciones pero en función de la respuesta obtenida, se advierte indicios de que la ansie-dad de castración y la posibilidad de sentimientos de impotencia, inunda el área men-tal (por eso la mala calidad del determinante) y la representación corporal sufre alte-raciones (cabeza para abajo así, tendría que estar derechita). También indica impulsospregenitales sin control.

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Identificación Proyectiva, Actuación del vínculo.

Lámina III

Respuesta Principal en L.III:

I: “ ni idea lo que es esto, una mariposa”

Interrogatorio:

Entrevistador: ¿Dónde? Interno: “sinceramente acá”. (Señala el detalle cuya respuesta popular es maripo-

sa).E: ¿Idea? I: “parece una mariposa tiene forma de mariposa”E: ¿Descripción?I: “ no he visto mariposas rojas, usted dijo por la forma no por el color”E: yo no dije el color lo nombró usted.E: ¿Descripción?I: “alitas, cuerpo, le falta las antenitas. Fue lo único que vi con una imágen que pueda

asociar con algo después lo otro (haciendo mención a las partes rojas de la mancha),no se me ocurrió nada”.

E: ¿Ahora se le ocurre?I: “y tendría que girarla a ver si veo otra cosa”.

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Respuesta Adicional

Lámina III- Respuesta Adicional

I: “Me da la sensación de parecer una hormiga incompleta porque le faltaría más pati-tas, le faltaría el cuerpo ahí donde está la mariposa. Da la sensación de haber un vacíoen esta zona. En el vacío no hay nada, sería parte de una hormiga con una maripo-sa encima”.

InterpretaciónLa identificación proyectiva (I.P.) es un mecanismo primitivo que tiene por caracte-

rística básica por parte del yo, el manejo súbito y brusco tendiente a paralizar y anu-lar la capacidad de discriminación del objeto. Busca depositar lo malo (fantasíascorrespondientes a cualquier nivel libidinal) en el objeto. La finalidad de dicho meca-nismo es que el yo mantiene el control de lo proyectado para evitar la reintroyeccióny para inducir al objeto a la asunción activa de las características proyectadas.

En la identificación proyectiva normal, el yo mantiene el control de lo depositadoen el objeto a los fines de mantener los límites de la identidad y discriminarse del obje-to (no para evitar la reintroyección).(3)

En el presente caso la I.P. se puso en marcha en la lámina tres de Rorschach la queinvestiga el modo de relacionarse con el prójimo, la posibilidad de identificarse conotros, explorando como son las relaciones interpersonales(2). El paciente mencionauna respuesta popular (mariposa) pero al momento de la descripción de lo percibidosurge de manera inesperada y sorpresiva la I.P. Dicho mecanismo se puso en marchamediante la adjudicación en mi persona, de palabras que tomó de respuestas anterio-res “…usted dijo por la forma no por el color…”

Es decir que aprovecho el “aprendizaje previo” para incorporar información, con elclaro propósito de crear una situación confusa. En el momento que lanzó el mecanis-mo, encontró un límite en mi respuesta. Pero al clasificar la misma en un tiempo pos-terior, me generó la pregunta en cuanto a si tales palabras las había nombrado elpaciente o yo.

La I.P es específico de las psicopatías cuando es masivo e inductor. Al seguir con elanálisis de la respuesta adicional surge que la fantasía proyectada en la I.P. correspon-de al nivel sádico anal de la organización libidinal, que es actuado en el vínculo conel otro. El paciente es sádico, él está encima de otro “…una hormiga con una mari-posa encima…”, sometiéndolo. Pero también está identificado a la hormiga, destro-zado porque le faltan partes (según su respuesta) revelando así una posición maso-quista. El paciente fue maltratado y maltrata a otros. La patología del acto que seactualiza en las relaciones interpersonales remiten a una problemática vital primariaen la relación materno – filial la que describe de la siguiente manera: “…Tenemos unarelación de amor y odio, ella me manipulaba hacía cosas para que yo me irritara y erade los dos lados, tenía una relación enferma, teníamos batallas campales por teléfono,

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relación de sometido – sometedor…”.

Mecanismos de seducción, Afecto artificial

Respuesta Principal

Lámina XL. X: “No sé un amanecer, se me ocurrió eso por lo celeste, así las nubes el

cielo, los colores”Interrogatorio:E: ¿Dónde?P: “Todo. Esto el cielo celeste donde hay celeste, las nubes cuando las refleja el sol que

se ponen medias naranjas, rosas, las amarillas también. Porque al amanecer cuando saleel sol, sale una gama interesante de colores”

E: ¿Qué le dio la idea de nubes?I: “Porque al rayo del sol las que cambian de colores son las nubes. No sé qué decirle

no es fácil esto, todas no es muy fácil”.

Respuesta Adicional

I: “Acá en esta parte así parecen tulipanes, el tallo y esto la flor, tulipanes amarillos.Si usted me pregunta qué es esto, es una mancha”

E: ¿Dónde?I: “En todo”P: ¿Por qué le parece una mancha?I: “No se me ocurre que pueda ser otra cosa, mancha de pintura, es difícil buscarle una

forma”

Interpretación:

Los determinantes que corresponden a la clasificación de su respuesta (C/ CF forz.,color y color forma forzado) indican una respuesta de conflicto. El primero (C), por-que representa la impulsividad y la expresión de la pura descarga sin la mediatizaciónque supone el pensamiento. No hay en aquel el contenido formal. Esto es una res-puesta afectiva pura, carente de lógica. El segundo determinante (CF forz, color formaforzado), indica sentimientos intensos cuya forma de expresión emocional no está

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muy bien modulada con fallas del control cognitivo. Al adquirir la clasificación de for-zado, indica que es una persona que trata de mostrarse adaptada afectivamente peroesa adaptación no es real. Sus reacciones va a ser adaptadas y equilibradas pero a tra-vés de un forzamiento personal (inconciente o no) donde el afecto es puesto de mane-ra superficial. Sería el caso de una persona que seduce a otra para obligarla a respon-der en función de sus necesidades. Psicodinámicamente, el interno utiliza comporta-mientos histéricos de seducción para establecer un falso insight (falso contacto) mos-trando una realidad que no es, cuya finalidad es captar las necesidades del otro paramanipularlo y luego descargar su impulsividad de manera intempestiva. El internointentó mostrarme a través de su respuesta que tiene cualidades morales relacionadascon la sensibilidad y el sentimentalismo pero los determinantes indican todo lo con-trario.

Conclusión

Delitos cometidos: homicidio agravado, robos, violación.El interno fue detenido en el año 1991 y en la actualidad sigue institucionalizado.

Los delitos por los cuales perdió su libertad fueron cometidos mientras se encontrabatrabajando como policía. El modus operandi fue mediante la utilización de la creden-cial de policía que portaba en aquel momento identificándose como tal. Las víctimasfueron parejas de adolescentes quienes ante el pedido del victimario de llevarlos paraaveriguar sus antecedentes, las amenazaba a punta de pistola, con un compañero ylas llevaba a un descampado. Allí violaba a la chica y mataba al novio.

El análisis de las respuestas Rorschach y del proceso psicodiagnóstico en su totali-dad, muestra la inadecuación grosera del carácter y la imposibilidad de aprender de laexperiencia. Los años que lleva institucionalizado no han cambiado ni modificado supersonalidad sino que han reforzado el manejo psicopático y las maniobras de mani-pulación. El interno se halla alojado en una cárcel neuropsiquiátrica y los partes disci-plinarios dan cuenta de los avatares a los que se encuentran sometidos los pacientesque sufren de alienación mental. El índice de peligrosidad que detenta es altísimodado que es notorio dentro de la cárcel frente a un otro desvalido. Pero también eslatente (7) porque su personalidad “como si” no cesa de enmascarar los sentimientosde odio y repulsión hacia un tercero.

Bibliografía:

(1) C. Mercerón, O.Husain, F. Rossel. Clasificación particular de los estados límites.Las organizaciones perversas de la personalidad a través del Rorschach. AsociaciónArgentina de Estudio e Investigación en Psicodiagnóstico. A.D.E.I.P. 1991. 25-40

(2) Marta Alessandro de Colombo, Hilda L. Alonso, Rita B. Barreira, Marta S.Codarini, María Cristina Gravenhorst, María Teresa Herrera, Norma B. Menestrina,Alicia M. Passalacqua. El Psicodiagnóstico de Rorschach. Interpretación. Agosto 2005.Capital Federal. Cuarta Edición. Ediciones Klex.

(3) Maria L. Siquier de Ocampo, maría E. Garcia Arzeno, Elsa Grassano y colab. Lastécnicas proyectivas y el proceso psicodiagnóstico. Mayo 2004. Editorial Nueva Visión.Buenos Aires..

(4) Alicia M. Passalacqua y María Cristina Gravenhorst. Los Fenómenos especialesen Rorschach. Septiembre 2001. 4° Edición Aumentada. JVE PSIQUE. Capital Federal.

(5) Alicia M. Passalacqua y colaboración de: Marta Alessandro de Colombo, HildaLeonor Alonso, Marta Susana Codarini, María Cristina Gravenhorst, María TeresaHerrera. Psicodiagnóstico de Rorschach- Sistematización y nuevos aportes. Septiembre2003. Ediciones Klex. 5° Edición Aumentada. Ciudad de Buenos Aires

(6) Sigmund Freud – Obras Completas. Volúmen VII. Fragmento de análisis de uncaso de histeria (Dora) – Tres ensayos de teoría sexual y otras obras (1901 – 1905).Editorial Amorrortu. Marzo 1995. Buenos Aires

(7) Néstor Ricardo Stingo, María Cristina Zazzi. Evaluación de la heteroagresividad.Vertex. Revista Argentina de Psiquiatría 61. 2005 Vol. XVI: 178-187 . Editorial Polemos.Buenos Aires.

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INDICE:

1- INTRODUCCIÓN2- ASPECTOS GENERALES PARA EL TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DE

PERSONALIDAD. NÉSTOR KOLDOBSKY3- TEORÍAS. NÉSTOR KOLDOBSKY4- TEORÍAS ACTUALES DEL TRATAMIENTO DE LOS TP. ADHELMA PEREIRA5- LA PSICOPATÍA Y LA ANTISOCIALIDAD. SU TRATAMIENTO. CLAUDIA ASTORGA6- TERAPIA CON FOCO EN LOS ESQUEMAS COGNITIVOS. HERBERT CHAPPA,

HÉCTOR FERNÁNDEZ ÁLVAREZ7- TERAPIA CONDUCTUAL DIALÉCTICA (DBT) PARA CONSULTANTES CON

DESORDEN LÍMITE DE LA PERSONALIDAD. PABLO GAGLIESI8- TERAPIA ENFOCADA EN LA TRANSFERENCIA. DANILO ROLANDO9- PLAN PARA EL TRATAMIENTO BAJO INTERNACIÓN PARA PACIENTES CON

TRASTORNOS DE PERSONALIDAD. NÉSTOR KOLDOBSKY10- EL BORDERLINE EN LA INTERNACIÓN. NÉSTOR KOLDOBSKY, ÁLVARO GALEANO,

INÉS ZAIDMAN, VICTORIA KYRIACÓPULOS11- PRINCIPIOS. UN CASO CLÍNICO. NÉSTOR KOLDOBSKY12- TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DE LOS TP. GENERALIDADES Y FUNDAMENTOS

EN LA EVIDENCIA. VIOLENCIA, INESTABILIDAD AFECTIVA, ANSIEDAD EIMPULSIVIDAD. ANDREA MÁRQUEZ LÓPEZ MATO, PABLO BERETTA

13- TRATAMIENTO DE LOS TP EN LOS SERVICIOS NACIONALES DE SALUD. JUANMAASS VIVANCO

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TTrraassttoorrnnooss ddee PPeerrssoonnaalliiddaadd..AAssppeeccttooss ggeenneerraalleess ppaarraa ssuu ttrraattaammiieennttooNéstor M. S. Koldobsky (comp.). Ed. Polemos, 2009.

"El Instituto Argentino para el Estudio de la Personalidad y susDesórdenes (IAEPD), formado hace 18 años, realiza desde hacevarios períodos lectivos, un curso anual de tres módulos acercadel estudio y tratamiento de los Trastornos de la Personalidad, des-tinado a profesionales de la salud mental. Nos motiva el rol queen estos trastornos tienen la etiología, la clínica, la evolución, elsufrimiento de los pacientes y sus familias, y los largos peregrina-jes en búsqueda de soluciones, ya sea cuando son entidades úni-cas o en su amplia participación de la patología dual. La presen-cia de uno o varios trastornos de la personalidad determina enor-mes dificultades para el abordaje y tratamiento específico o cuan-do participan de la comorbilidad de otros trastornos. La realiza-ción del tercer módulo dedicado al tratamiento, nos permitió con-vocar a reconocidos expertos argentinos y extranjeros, junto alequipo multidisciplinario del Instituto, todos con larga experien-cia en el tema. Un extenso programa e intenso proceso de traba-jo teórico práctico, acentuando los últimos aspectos teóricos y losavances en el abordaje del paciente, posibilitó transmitir a losalumnos tan ricos aportes. Este libro nos permite acercar a losprofesionales que trabajan en el ámbito de la salud mental, loscontenidos del módulo de tratamiento del curso anual del IAEPD,los que serán de mucha utilidad para que los TP sean tenidos en

cuenta, mejor abordados, y se alcancen técnicas integradas de tratamiento (psicotera-péuticas y psicofarmacológicas), que posibiliten una notable mejoría de la calidad devida de los pacientes y sus familias, muchos de los cuales se acercan al tratamientocon seria disfuncionalidad en muchos aspectos de su vida". Prof. Dr. Néstor Koldobsky.

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1- EL ESTUDIO DE LA PERSONALIDADHe debatido largamente conmigo mismo si este estudio

aportaba valor al objetivo general del libro, y debo confesarque finalmente he decidido volcarlo sin que los fundamen-tos afirmen por sí solos esta decisión. Adelanto entoncesque las palabras que escriben este capítulo parecen haberescapado de las páginas del campo psi y, tras haberse cru-zado con libros de arte, retornado con otra pigmentadariqueza. En su repaso se rinde tributo primeramente a quie-nes han colaborado de inmensa manera a la observación dela personalidad. Más adelante, se describen algunos linea-mientos de la teoría del color para, finalmente, llegar al pin-tado de animadas imágenes que contienen a los paisajes dela personalidad, siempre únicos e irrepetibles.

Insisto: sin estar muy seguro, estimo que el interés de laspáginas siguientes va

a recostarse en el modo en que una personalidad esorganizada, en el diseño de sus herramientas de manejofundamentales, en la crucial participación de las emociones,en la recursividad de ciertos circuitos de procesamiento yconducta, y en todo lo que neurobiológicamente subyace asus manifestaciones. Por último, el resultado de todo esteinusual abordaje contribuirá a la comprensión de la génesisy declaración de los circuitos adictivos, reconociendo en elmapa de sus insistentes colores los matices ausentes quepermitirían nuevas gamas, las alternativas perseguidas en elobjetivo de la psicoterapia.

Desvergonzadamente coloreado, este ensayo incita adesafiar la pretensión de conocimiento que imponen lasciencias duras, hospedándose en la posada del arte. Así, esteexperimento agasaja a sus invitados con las delicias de laestética, invitando al observador/lector a soltar sus ataduras

y a perderse en la flexibilidad de su subjetivo encanto.

FORTALECIENDO ALGUNOS CONCEPTOS CLAVE

Definiciones de personalidad

“(…) el Yo en tanto que dueño de su carácter, autor de su personaje, artesanode su mundo y sujeto de su conocimiento” (Ey, 1971).

Con envidiable elegancia, Henry Ey define el concepto de sistema de la personali-dad, cita que encabeza el superficial desglose de sus elementos constituyentes, con-ciliando los enfoques de distintos autores para alcanzar una síntesis que permita com-prender el desarrollo de los puntos siguientes. Sin extenderme en ninguno de los con-ceptos emergentes, intentaré generar solamente algunos disparadores que facilitenuna base para pensar este tema. La personalidad puede concebirse como una organi-zación relativamente estable compuesta por disímiles modalidades y subsistemas,

DDeessccrriippcciióónn ccrroommááttiiccaa ddee llaa ppeerrssoonnaalliiddaaddLa Tercera Cosa. Neurocienciasy Psicoterapia. Capítulo 2

Lucas RaspallUNR Editora, edición en curso 2009

Indice del capítulo:1- El estudio de la personalidad

- Fortaleciendo algunos conceptos clave-Definiciones de personalidad-La constitución de la personalidad-El funcionamiento del sistema-Los "famosos" trastornos de la personalidad

- Un breve repaso de la historia-El trágico y genial psicoanálisis-El reaccionario enfoque interpersonal-El riguroso conductismo-La revolucionaria psicología cognitiva-El valioso aporte posracionalista-El prolijo modelo eysenckiano-El minucioso estudio de Millon-La integradora propuesta de Cloninger-El disciplinado eclecticismo de Beutler-El superador modelo evolutivo

2- La Teoría Tradicional del Color- El color- La rueda cromática- La provocación de Goethe- Psicología del color

3- Personalidad: una compleja mezcla de colores- Pensando un colorido enfoque- Los cruces de los meridianos- Las cualidades de los colores primarios- Otros atributos del color: tono y saturación- Los esquemas de procesamiento buscan su matiz- Los dispositivos jugando en la paleta- Bajo el microscopio: las infraestructuras

4- Anexo: gráficos

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estructuras estrechamente entrelazadas que son responsables de la secuencia que vadesde la recepción de un estímulo hasta el punto final de una respuesta, pasando portodos los fenómenos intermedios. Alude entonces a la regularidad y consistencia enlas formas de percibir, sentir y pensar las experiencias, integrando y organizando ras-gos y cualidades y, finalmente, determinando un patrón estable de comportamientoen el que el individuo puede reconocerse y ser reconocido.

La personalidad puede leerse en las bases de la continuidad mental de una organi-zación unitaria, cuyas representaciones y sentimientos son atribuidos al sujeto y que,por medio de las voliciones, con la inevitable colaboración de la memoria, afectividady pensamiento, traducen al exterior la propia forma de ser. Califico como continuidadmental el mismo sentido que Beck traza como organización estable, es decir, ciertapersistencia en el tiempo, cierta constancia. La cara visible de la forma de ser, aquellaque puede observarse a partir de reacciones estables y parejas ante estímulos diver-sos, es solamente la

superficie de una estructura mucho más profunda, que expresa la síntesis integralde la actividad psíquica. Vista desde adentro, la personalidad aglutina la totalidad defenómenos y herramientas que hacen al individuo, sean de manejo interpersonal ointrapersonal, racionales o emocionales, biológicos o psicológicos, aspectos todossiempre interrelacionados entre sí. Cada uno de estos elementos, que abarcan la cons-telación completa de la persona, estabiliza y otorga consistencia al sistema y, en suconstante interacción, sostienen la integridad de la estructura.

Su gobierno maneja un juego de disposiciones de sentido claramente bidireccio-nal: adentro-afuera y viceversa. Me explico. Adentro-afuera cuando, a partir del mate-rial neurobiológico (con anclaje en el mapa genómico) y desde el depósito de viven-cias y conocimientos (residentes en la memoria experiencial), se inclina el rumbo haciael otorgamiento de significados a las personas y a las cosas que nos rodean, a la vezque se figuran las sesgadas anticipaciones de situaciones venideras. En la direcciónopuesta, afuera-adentro, cuando la personalidad, y su subyacente arquitectura bioló-gica, es la arcilla que las contingencias externas modelan, aunque veremos luego queesta distinción no es tan precisa, ya que todo lo que entra de afuera es internalizadode acuerdo a propias representaciones subjetivas, de ninguna manera objetivas. Enesta compleja mecánica de generar información que hace a cada organización parti-cular, es indudable el reconocimiento de la participación del contexto, entendiendoque la expectativa del derivado de la interacción social real o imaginada forma partedel gobierno del sistema generado. En este nudo, los impredecibles sucesos externosy la producción de los otros significativos, ambos (relativamente) independientes deuno mismo, el producto invierte el sentido de la flecha. De este modo, el estudio deuna individualidad ajena a su entorno, forastera de sus experiencias y desligada de sumatriz biológica, queda condenado al calabozo de pretenciosas ilusiones que nuncapodrán dar con el objetivo.

La constitución de la personalidad

“La formación de la personalidad es compleja y ondulante. Se construye por con-tracciones y dilataciones sucesivas, conforme a líneas de fuerza que en forma progre-siva se hacen continuas y determinan, en un cierto estadio, una orientación definitiva”(Stingo, M. & Zazzi M. C., en Marchant & Monchablon Espinoza, 2006).

Dos elementos básicos fundan la constitución de la personalidad: el temperamen-to y el carácter. Su comprensión define a la personalidad como una entidad siempredependiente del interjuego de los terrenos biológico, psicológico y social.

El temperamento alude a las tendencias predominantes orgánicas innatas, disposi-ción biológica básica hacia ciertas sensibilidades y comportamientos. El

código genético incluye cualidades heredadas que son transmitidas como partede la historia evolutiva de nuestra especie, involucrándose aquí entonces elemen-

tos de corte socio-biológico. Vale aquí una aclaración importante: la función transcrip-cional del gen (distinta de la función patrón), regulación epigenética altamenteinfluenciable por factores del desarrollo, del aprendizaje, de la interacción social y delmedio ambiente en general, permite la incorporación biológica de la adaptación pro-ducida a través de la expresión modificada de genes específicos. Pero estos cambios (adiferencia de la función de patrón del gen) no se transmiten genéticamente de una

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generación a otra, ya que la función transcripcional no incorpora en las gametas loscambios en la expresión de genes. Sí la transmisión de lo aprendido puede ser cultu-ral, vehiculizada en la interacción social y, con el tiempo de aliado, después de unaindeterminada cantidad de generaciones el mapa genético puede verse modificado.Cierro el paréntesis y retomo. Si bien existe consenso general en que el término tem-peramento alude al sustrato biológico de la personalidad, puede entenderse que, alser imposible la separación de rasgos de base biológica de aquellos otros influidos porel ambiente, su definición debe ser entendida como una propuesta teórica y no comouna distinción precisa factible de reconocerse. Algunas de las características reunidasbajo el manto del temperamento pueden observarse desde la niñez o incluso desde elmismo momento del nacimiento, sin haber hecho aún una gran impronta el entorno,lo que permite diferenciar, por ejemplo, un bebé tranquilo de uno irritable. Así, desdeel comienzo mismo de la psicogénesis hay una receta primaria, un camino trazado deantemano. “Es posible que en ciertos casos el temperamento sea más importante queotros aspectos de la personalidad, y que ejerza una influencia más global. Dado quenuestro sustrato físico existe antes de que emerjan otras áreas de la personalidad, lastendencias conductuales de raigambre biológica preceden y pueden excluir la apari-ción de otras posibles vías de desarrollo” (Millon & Davis, 2001).

El carácter, por otro lado, hace referencia a las características adquiridas durante eldesarrollo y como resultado de la socialización, formado de capas sucesivas depen-dientes fundamentalmente del afecto, la voluntad, el pensamiento y la inteligencia,alejándose un poco más (aunque nunca separándose por completo) de las disposicio-nes biológicas. Las tendencias distinguidas pueden, a su vez, ofrecer significativas dife-rencias en sus diversos aspectos constituyentes: amplitud, pureza, intensidad y sensi-bilidad, por lo que las distintas combinaciones de estos elementos dan como resulta-do un abanico interminable de personalidades. Esta sentencia explica de antemano laimposibilidad de realizar un sistema preciso de clasificación de la personalidad, siem-pre única, siempre diferente; sólo el hallazgo de más o menos rasgos en común per-mitirá esbozar un sistema de clasificación que, a pesar de ser invariablemente simpli-ficador y reduccionista, es necesario para nuestra práctica.

Temperamento y carácter hablan entonces de dos dimensiones diferentes paraentender el siempre distintivo modo de una personalidad, pero no por esto opuestasni independientes entre sí. Y sin profundizar mucho más, al reconocer estos elemen-tos queda firmemente contemplado que su constitución está entonces determinadatanto por factores biológicos, neuroanatómicos y neuroquímicos, como ambientales,aquellos relacionados con la cultura, las influencias socioeconómicas, lo individualsubjetivo y demás, todos modelados por el aprendizaje. Es decir que el genotipo de lapersonalidad, que puede entenderse como un legado familiar, sólo muestra una con-dición de predisposición que será luego ajustado por las influencias del ambiente,determinando el fenotipo de la personalidad, el resultado final que se manifiesta en losfuncionamientos interno neurobiológico, que no se ve, y externo comportamental,expresión final de la personalidad que puede ser evaluada por el entorno social. Es deeste modo como el ambiente y sus inacabables influencias impresionan o marcan lobiológico y, como veíamos antes, viceversa.

El funcionamiento del sistema

“Patrón distintivo en cuanto al comportamiento, al pensamiento y al sentimientoque caracteriza a los individuos, y que se refiere a la manera como esos comporta-mientos, pensamientos y sentimientos influencian la adaptación de éstos a las situa-ciones que se encuentran en sus vidas” (Mischel, 1979).

La personalidad como sistema tiene una finalidad muy clara: al generarse y mode-larse dentro del marco de circunstancias dadas, su forma tenderá a acomodarse a lasexigencias del ambiente. Pero este sentido de adaptación tiene algunos mandatos: elajuste debe siempre poder sostener una autoimagen dentro de los parámetros poruno mismo dispuestos y aceptados, un modo de relación válido y viable (ni bueno, nimalo) con las personas que nos son significativas y una vinculación con el entornoque permita un grado de

funcionamiento capaz de cancelar las necesidades primarias. Cada patrón globalde personalidad determina entonces la forma de responder de acuerdo a

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sus habilidades de afrontamiento y flexibilidad adaptativa, convirtiéndose en labase de la capacidad individual para la actividad general, señalada luego como sana opatológica de acuerdo a los resultados observados.

Así, como desarrollara años atrás en el libro “La construcción delirante” (Raspall,2007), los procesos de la personalidad se forman y operan al servicio

de la adaptación. La evaluación de las exigencias particulares de situaciones ante-riores y sus resultados desencadenan estrategias adaptativas únicas que, de acuerdoal resultado obtenido, serán repetidas o no en circunstancias posteriores análogas.Cada acontecimiento recibe un significado que disparará una reacción determinadade acuerdo a los rasgos particulares de cada personalidad, culminando en distintostipos de conducta abierta. Esta respuesta

última, el comportamiento, debe entenderse sólo como el final de un largo proce-so, aunque siga de manera casi inmediata al estímulo, y estará siempre vinculado conun intento de adaptación y supervivencia. Refuerzo: toda organización de la persona-lidad persigue este último fin, el de la adaptación y supervivencia, ordenando paraello un sistema coherente y estable. Vittorio Guidano aseveraba, y yo me manifiestode acuerdo, que los organismos buscamos regularidades y recurrencias en el mundode nuestra experiencia, a fin de ordenarla de un modo eficaz para la supervivencia(Quiñones, 2001).

Queda implícito que esta prolija búsqueda de regularidades no cuenta con unadispersión no intencionada de la atención hacia todos los estímulos, sino que existensesgos que la conducen con mayor probabilidad hacia estímulos determinados. Y traseste paso pueden existir o no distorsiones preceptúales que consigan encajar lo obser-vado en los sistemas de clasificación ya vigentes, manteniendo de este modo una his-toria coherente con lo hasta aquí narrado de

su vivencia. De esta forma, puede observarse que la adaptación no es solamenteun proceso por el cual una complexión va abdicando frente a las presiones delambiente, amoldándose inertemente a éste, sino que, por el contrario, se trata de unproceso por el cual el organismo transforma las presiones del medio en un ordeninterno, en un mundo de significados propios que dan consistencia a sus percepcio-nes y a su experiencia (Guidano, 1991). Los procesos cognitivos, afectivos y motiva-cionales dependen de estos esquemas básicos ya citados, que son las unidades funda-mentales de la personalidad. Estos esquemas, funcionales o disfuncionales al objetivoperseguido por el sujeto, adaptados o desadaptados según el juicio del entorno, seoriginan, como ya hemos visto, en la interacción de la predisposición genética delindividuo con la exposición al ambiente, a influencias deseables e indeseables de otraspersonas y a hechos específicos registrados en la propia biografía. Es de esta maneracomo, en estos procesos en los que construimos los acontecimientos y generamosuna actuación abierta, influyen siempre los procesos antiguos, aprendidos y someti-dos a la evaluación de sus resultados.

De esta interminable evaluación surge la base de la programación de la personali-dad y la selección de formas de conducta destinadas a alcanzar metas que, mediantesistemáticas nuevas evaluaciones, resulten satisfactorias para el individuo y favorablesa su supervivencia, al permitirle adaptarse a las distintas situaciones y exigencias quele propone su vida, y manteniendo siempre la autoimagen dentro de los parámetrospor él mismo pretendidos y permitidos.

Luego, estas tendencias podrán acentuarse o atemperarse con el tiempo, depen-diendo del refuerzo que el resultado arroje en el proceso.

Las distintas personalidades muestran estrategias típicas, con pautas hiperdesarro-lladas de acción frecuente y fundamental, contra otras infradesarrolladas que pocasveces logran manifestarse, quedando marginadas

a la sombra de las anteriores. Dicho de otra manera, ciertos esquemas poseenmayor fuerza que otros en determinadas personalidades. Al ser éstos hiperdesarrolla-dos o hipervalentes, se activarán hasta ante un estímulo trivial o aparentemente inco-nexo, al poseer un umbral bajo para desencadenar la respuesta que sigue este patróndeterminado. Además, se activarán con mucha mayor frecuencia que otros esquemasque podrían también cumplir un papel ante ese mismo estímulo, desalojándolos apesar de que su respuesta pudiera ser más apropiada en un momento y una culturadeterminados, sin dejarles espacio para manifestarse y condenándolos a seguir siendoinfradesarrollados.

Esto es siempre así, y esta regularidad y consistencia en el mundo de la propia

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experiencia es lo que permite definir una personalidad con coherencia. Pero distintoes cuando estas inclinaciones imperantes se hacen rígidas, es decir, cuando pierdenflexibilidad, ya que un enorme abanico de estímulos será ahora reducido a unos pocosesquemas de interpretación y reacción consecuente.

Finalmente consolido una premisa fundamental: la personalidad es un sistemaorientado hacia la adaptación y supervivencia como objetivos primeros, sin dejar derecordar que el criterio de adaptación en este punto es seguido del calificativo viable,es decir aquel que la persona pueda coordinar desde su particular organización. Deesta manera, el temperamento y el carácter, fundidos desde su origen en la persona-lidad, marcan una tendencia a la hora de responder ante la demanda que impone elestímulo, siempre más cercana a

las posibilidades que a la voluntad. Y de este modo, aunque implícitamente aún,la metáfora de las adicciones (Capítulo 3) va mostrando sus contornos.

Los «famosos» trastornos de la personalidad

“Es presumible que la selección natural haya generado algún tipo de ajuste entrela conducta programada y las exigencias del ambiente. Pero nuestro ambiente hacambiado con más rapidez que nuestras estrategias adaptativas automáticas. (...) Unainadecuación puede ser un factor en el desarrollo de la conducta que diagnosticamoscomo «trastorno de la personalidad»” (Beck & Freeman, 1995).

John Livesley (2001) define un trastorno de la personalidad como una estructuradeterminada que impide a un sujeto alcanzar con éxito una solución adaptada a losrequerimientos universales de la vida. En este orden identifica tres esferas de funciona-miento interrelacionadas: la del sí mismo, la de las relaciones familiares y la de las rela-ciones de grupo o sociales en general que, en términos de disfunción, podrían distin-guir fenómenos particulares. La primera involucraría el fracaso en poder acceder a unarepresentación estable e integrada de sí mismo y de los otros. Otros reconocidos auto-res han escrito también, desde sus puntuales perspectivas, sobre este aspecto. Así, ErikErikson (1950) acuñaba los conceptos de crisis y difusión de la identidad para descri-bir la imposibilidad de acceder a la sensación de la propia identidad como

integrada. Heinz Kohut (1977), de forma similar desde la escuela de la psicologíadel self, describía las fallas en el sentimiento de cohesión del sí mismo como condiciónen algunos trastornos, mientras que Otto Kernberg (1987), a su vez, definía el aspec-to señalado como un elemento central de su teoría. Desde un enfoque diferente, lasterapias cognitivas consideran esta falla

en términos de creencias, pensamientos o esquemas disfuncionales utilizados paraprocesar la información sobre el sí mismo y la propia imagen. Siguiendo con Livesley,la segunda esfera descrita, referida ya al plano interpersonal, podría sugerir la incom-petencia en una dificultad o imposibilidad de compartir la

intimidad, de generar un vínculo seguro, de poder ejercer como una figura deapego o de establecer relaciones de afiliación. Finalmente, el revés en la función socialde adaptación, el tercer distrito, estaría indicado por la imposibilidad de desarrollarconductas en beneficio de la sociedad o vínculos de cooperación con los demás. Estostres dominios de funcionamiento son reconocidos por la mayoría de las teorías de lapersonalidad, acomodándolos a

sus vicios y lenguajes particulares. Desde los perfiles más duros y reconocidos dela psiquiatría, estas reflexiones encuentran también asidero, recostándose en la áspe-ra superficie de los denominados «trastornos de la personalidad».

La APA (American Psychiatric Association), por su lado, los describe como “unpatrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que seaparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en laadolescencia o principio de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y compor-ta un deterioro funcional o malestar significativos en quienes lo presentan”. El DSMIV, en sus páginas, reedita una definición similar. De estas líneas me interesa tomarsolamente algunas contemplaciones, en las que me detendré un rato. Un patrón per-manente e inflexible de experiencia interna es

una sentencia interesante que remarca una crucial diferencia entre aquellos sujetosnormales (entre comillas) y aquellos pasibles de ser reconocidos en alguna categoríaclínica de los trastornos de la personalidad. Quiero decir, con respecto al criterio tem-

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poral, todas las organizaciones funcionan de un modo estable en el tiempo, incluso elfenómeno clínicamente observable de inestabilidad, visto en un modo longitudinal enla biografía del individuo, se transforma en una característica estable, un fenómeno derasgo. Pero el adjetivo «permanente», en cambio, suma una cuota de invariabilidadque lo acerca al campo de los trastornos. Es sabido también que a mayor grado de rigi-dez o «inflexibilidad» le siguen mayores dificultades, mientras que con el aumento deplasticidad o flexibilidad se gana en capacidad adaptativa y bienestar. En este punto,donde se conjugan la rigidez de la personalidad y una

presunta condición de inmutabilidad, se dispone un notable obstáculo al acomo-damiento de la persona a su entorno. Y en ese nodo vuelco entonces la operación delos dispositivos adictivos que luego desarrollaré. En la sentencia que indica que su pre-sencia comporta un deterioro funcional o malestar significativos en quienes lo presentan,encuentro otra idea de vital importancia

en el desarrollo de este libro. No es necesario detenerse a realizar juicios calificati-vos de los modos de cada persona, en términos de bueno o malo, pero sí es necesa-ria la comprensión de que esos esquemas son disfuncionales para

el consultante, en tanto provocan un deterioro en el funcionamiento dentro de suámbito familiar, laboral o social. En un grado menos abiertamente conflictivo, la dis-funcionalidad puede evidenciarse en sentimientos de minusvalía o percepciones deuno mismo como problemático, inadecuado o incapaz, dificultando la adaptación alas situaciones externas e internas, o alcanzándola con inusual esfuerzo y sufrimiento.

Las debilidades y dificultades propias de los desequilibrios entre los sistemas queconforman la organización, están presentes, en mayor o menor medida, en el patrónde funcionamiento de todas las personas, incluidos aquí los pasos de entrada o per-cepción, de definición o significación y de comportamiento o pasaje a la acción. Apesar de esto, solamente cuando la magnitud del desnivel

alcanza cierta jerarquía llegan a invocar una limitación funcional. Cuando esto últi-mo sucede, se ven entonces afectadas todas las áreas que hacen finalmente a la cali-dad de vida de un individuo: el crecimiento personal, el desarrollo académico, profe-sional y laboral, las relaciones interpersonales…

Aunque a esta altura parezca tarde, o caiga ya de maduro, aclaro que no es en lomás mínimo mi intención profundizar en un completo desarrollo de la personalidad,y mucho menos lo es aludir puntualmente a los trastornos de la personalidad.Tampoco busco encasillar, y mucho menos estigmatizar, a las personas con condicio-nantes rótulos que supongan casi inexorablemente una imposibilidad de cambio.Confieso, aunque no haga falta, que no sospecho esta maliciosa intención en el des-arrollo de obras como el DSM IV: esa obstinada observación es tantas veces repetidaque por momentos me suena ya hasta obvia e infantil. Pero sí es frecuente que susencabezados y definiciones se escurran entre las grietas de la comunicación académi-ca y la práctica profesional y caigan en calificaciones peyorativas y, en ocasiones, hastaen diplomas que acreditan insanía o locura. Al margen de este riesgo, puede destacar-se ahora su innegable utilidad como lenguaje común, reconociendo la necesidad decrear estos artefactos de clasificación para de algún modo ordenar nuestra práctica.Más allá de la tergiversación de sus conceptos, y de su aparente intención de validarla presunta objetividad de la ciencia, creo que la mayor falta o yerro de este texto resi-de en el traspapelado y la confusión de planteamientos descriptivos y diagnósticos, denotas y explicaciones con ciertas implicancias etiológicas, evolutivas y pronósticas,desconcierto que tiende a dejar al individuo en una instancia de callejón sin salida. Esmi impresión que en los casos en que su lectura no se limita exclusivamente a una des-cripción psicopatológica estática, los caminos a transitar por la persona se cierran enun mapa sin alternativas, recorriendo los mismos senderos una y otra vez (más de lomismo), escudándose y excusándose en un diagnóstico que supone una cualidad deser: su marca, al aseverar un aparente atributo de imposibilidad, se transforma en unaescurridiza ladrona que roba la esperanza necesaria para todo cambio. Y con esta dis-tinción quiero establecer una última diferencia, de vital importancia psicoterapéutica,con respecto a la categoría de ser frente a la de hacer: si se es algo («soy así, explosivoy violento»), entonces no hay posibilidad de cambiar nada, ya que no existe en lanaturaleza del ser una alternativa distinta, eliminándose a su vez todo tipo de respon-sabilidad frente a lo que sucede; en cambio, si se hace algo («hago explosiones conmanifestaciones de violencia»), existe la alternativa de reconocer la conducta y empe-ñarse en modificarla, es decir, hacer otra cosa. De todos modos, esta harina es de otro

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costal, por lo que retomaré estas líneas en capítulos posteriores.

UN BREVE REPASO DE LA HISTORIA

“Mientras que la investigación en las ciencias naturales puede llegar a completar-se a partir de la interacción entre la teoría y la investigación, las ciencias sociales sonabiertas. En este caso, el progreso se produce cuando surge repentinamente un nuevoe interesante punto de vista. Lejos de sustituir a los paradigmas establecidos, la nuevaperspectiva coexiste con sus predecesoras, lo que permite el estudio de la materia encuestión desde un nuevo ángulo” (Millon & Davis, 2001).

En los puntos anteriores ya he insinuado algunos conceptos básicos de distintosautores, desprendidos en singulares momentos de la historia y elaborados desde disí-miles enfoques epistemológicos y teóricos. Y lo he hecho simplemente porque a par-tir de sus desarrollos emerge una pieza fundamental para comprender la propuestade este colorido capítulo. Continuando ahora con la revisión, en pos de llegar a unnovedoso enfoque, muchos autores han descrito y realizado extensos y profundos tra-bajos sobre la personalidad, arrancando quizás con las minuciosas y exquisitas des-cripciones tipológicas del alemán Kurt Schneider, hasta la actual perspectiva catego-rial de los pragmáticos coautores del DSM IV. Pero, a pesar de sus respectivas firmesconvicciones, es imposible dejar de pensar que éste es un tema que nunca podrá serresuelto, encontrándose nuevas posiciones cada vez que algún observador quiera fijarallí su lente. No obstante, así como en todas las distinciones se resaltan diferencias teó-ricas muy significativas, los distintos enfoques comparten también, en mayor o menormedida, algunos caracteres fundamentales. Antes de dar vuelta el reloj de arena deesta exposición, voy a presentar dos modos dispares de abordar el estudio de la per-sonalidad, sustanciales para la posterior comprensión de mi propuesta: los enfoquescategorial y dimensional.

En las consideraciones tipológicas existe una mayor autonomía en cada una de susgrupos, ya que el enfoque categorial presenta entidades cualitativamente distintas, sín-dromes que pueden estar presentes o ausentes. Las categorías nomotéticas hacenreferencia a un conjunto de atributos o criterios necesarios y

suficientes para delimitar la pertenencia a un grupo determinado (por ejemplo losdistintos tipos de trastorno de personalidad del DSM IV: paranoide, histriónico, etc.).Cada fracción aparece como una entidad aislada, independiente y casi arbitrariamen-te demarcada, elegida de una bolsa general de heterogéneo contenido. Estas delimi-taciones necesitan de un prototipo que las describa, una construcción teórica decarácter hipotético que presenta una determinada configuración de característicasinterrelacionadas, sobre la base de observaciones y reflexiones de orden teórico. Lascategorías politéticas, por su lado, suelen estar ordenadas de forma jerárquica (porejemplo los clusters de trastornos de la personalidad del DSM IV: dramáticos y erráti-cos, ansiosos e

inhibidos, etcétera), clasificaciones definidas por una amplia gama de rasgos, delos cuales cada individuo posee algunos de los atributos pertenecientes a la

categoría. El abordaje dimensional de la personalidad, en cambio, se muestra más abarcador

y cuenta con más pruebas experimentales a su favor, resaltando las variaciones cuan-titativas de ciertos rasgos o cualidades dentro del amplio espectro que engloba la per-sonalidad normal y la patológica. Su visión logra un equilibrio entre precisión y flexi-bilidad más firme que el de las nociones categoriales.

Finalmente, con notables semejanzas y criteriosas diferencias entre todas las des-cripciones, y con obvias sinonimias y abiertas disidencias que terminan no siéndolotanto, fanáticos seguidores y fervientes detractores terminan comprendiendo que esimposible llegar a una sentencia que pueda señalar a una como la mejor.

Ahora sí es momento de puntualizar el abordaje de este tema en el marco de lahistoria, entendiendo la aparición de los conceptos fundamentales de cada escue-

la en la búsqueda de respuestas a las preguntas de la época. Sin lugar a dudas, las ten-dencias propias de cada período han marcado la forma de acercamiento a este tópi-co. Así, podrían definirse al menos dos corrientes cualitativamente muy diferentes:una que persigue el estudio científico, ligada a investigaciones que pudieran observary registrar datos o patrones de conducta

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mensurables, en un estudio más objetivo; y la otra, con afinidad a un modelo decaracterísticas más subjetivas, que singulariza la calidad de las experiencias íntimas ylas muestra como un objeto difícil o hasta imposible de ser medido.

En el primer modelo encuentran un hogar las teorías biologicistas, mientras queen el segundo yacen las teorías humanistas que responden al sentimiento social

contra el materialismo que deshumaniza al hombre-máquina.Los autores en los que me enfocaré, volcados con absoluta imprecisión cronológi-

ca, son solamente unos pocos, los que más han influenciado la gestación de esta pro-posición, reconociendo que muchos otros de los que no hago mención han realizadotambién un aporte más que significativo al estudio de la personalidad. Por último,aclaro que es mi interpretación de los textos de los autores citados la que bajo en estaspáginas, entendiendo en esta justificación las posibles diferencias en la comprensiónde sus teorías.

El trágico y genial psicoanálisis

El psicoanálisis, surgido de la brillante mente del médico vienés Sigmund Freuden el siglo XIX, expone cualidades que jerarquizan lo subjetivo. La emergencia de

los conceptos de inconciente, preconciente y conciente (propios del modelo topográ-fico) imponen la necesidad de su estudio para la comprensión de la construcción dela personalidad, mientras que la complejidad de los terrenos del Yo, Ello y Superyo(del modelo estructural) agudizan su relevancia en el marco de los distintos estadíospsicosexuales. El eje de la motivación y la personalidad humana descansan sobre losimpulsos inconcientes; así, el deseo de su satisfacción es la principal fuerza promoto-ra de la conducta. Su deferencia se enfoca entonces fundamentalmente en los puntosque resuelven el espacio entre el estímulo y la respuesta, involucrando en esta dispu-ta a los términos antes mencionados y sumando también otros conceptos como reso-luciones libidinales, complejo de Edipo, fijaciones, pulsiones de vida y de muerte yotros tantos propios del estudio psicoanalítico. Así, la mayor parte de su teoría serecuesta en lo que los cognitivistas definirían más adelante como la caja negra. Y den-tro de esta caja encuentra también a los mecanismos de defensa que luego AnnaFreud retomaría, en uno de los aportes más interesantes para el desarrollo de estelibro.

En el modelo topográfico, perteneciente a la etapa de fundación del psicoanálisis,Freud distinguía en el aparato psíquico tres niveles de conciencia. El inconciente esgobernado por procesos primarios (ilógicos y atemporales) y continente de recuer-dos, imágenes, sentimientos y deseos no accesibles a la conciencia. Una contrafuerza,como puede ser la represión, impide el paso de contenidos que, de algún modo, sonpercibidos como inaceptables, amenazadores o hasta repugnantes. El preconciente,por su lado, es una estación intermedia entre el inconciente y el conciente, espaciodonde pueden acceder solamente ciertos contenidos; si se realiza un esfuerzo paraconcentrar la atención, entonces esos sucesos mentales podrán hacerse concientes. Elnivel conciente, por último, es gobernado por procesos secundarios (lógicos y racio-nales) e identificado fundamentalmente con el Yo y con el principio de ajuste al entor-no; todo lo conciente es aceptado y reconocido como propio por el sujeto en elmomento presente. Luego de advertir la (teórica) existencia del inconciente y los otrosniveles del aparato, añadiría que no existe entonces la casualidad en la vida psíquica:el hecho de que cada suceso psicológico esté determinado por otro que lo precedeconstituye no sólo el eje de la vida normal sino también de la enfermedad mental.

En el modelo estructural, el Yo (estructura que opera basándose en el principiode realidad), como brazo ejecutivo de la personalidad, debe lidiar con las exigen-

cias del Ello (gobernado por el principio del placer) y del Superyo (regidopor el principio de moralidad) de la mejor manera que pueda. Pero cuando la

ansiedad o la angustia lleguen a adquirir determinado nivel, el Yo deberá defendersea sí mismo, y lo hará bloqueando inconcientemente los impulsos (reprimiéndolos, porejemplo) o distorsionándolos (sublimándolos, por ejemplo), logrando que sean másaceptables y menos amenazantes. Estas técnicas con las que cuenta la personalidadson reconocidas como mecanismos defensivos yoicos, fenómenos que pueden sermás o menos maduros. Librada la batalla freudiana, mientras emana el deseo de satis-facción de aquellos impulsos dominantes de la personalidad (el sexo y la agresividad),la conciencia y el ego ideal exhiben su gesto adusto y severo y dictan lo que se debe

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hacer.El Yo, para ser efectivo, procura constantemente realizar el cálculo preciso de ries-

gos y beneficios para conciliar ambas partes y elaborar un trato que los complazca alos dos. La eterna pugna entre deseos y limitaciones hace de la teoría psicodinámicade la personalidad un sistema de continuo desgaste, de inacabable fricción, casi asfi-xiante, un modelo que, centrado en la aparición y la

resolución de estos conflictos, parece estar restringido a lo individual, convirtiendoa los otros en objetos que pueden solamente satisfacer o frustrar las demandas delello. Frente a esta cualidad de asunto privado reaccionaría, entre otros, Sullivan, pre-sentando la perspectiva interpersonal y devolviendo al sujeto al contexto ecológico.Por otro lado, pero enfrentado fundamentalmente contra el acento subjetivo del psi-coanálisis, el conductismo surgiría para imponer pretensiones de objetividad, recos-tándose en el terreno de las ciencias

más duras.Continuando con este superficial repaso del intento de comprensión de la perso-

nalidad desde la teoría psicoanalítica, Karl Abraham (1927) presenta una caracterolo-gía fundada en las etapas de desarrollo libidinal (oral, anal, fálica) propuestas porFreud. En la etapa oral se diferencian dos fases: de chupar y de

morder. Una actitud indulgente con los impulsos de incorporación oral daría lugara un tipo oral-dependiente, optimista imperturbable e ingenuamente seguro de símismo, así como emocionalmente inmaduro y de apariencia feliz.

Las frustraciones en la fase agresiva de la oralidad darían lugar en la vida adulta alsarcasmo y a la hostilidad verbal, carácter sádico-oral que tendería a la desconfianzaextrema y a la petulancia. La etapa anal también presenta dos fases distinguibles,variando así la actitud frente a la autoridad de acuerdo a la resolución de cada perío-do y a la aparición de posibles fijaciones. La fase analexpulsiva se relaciona con la ten-dencia al desorden, actitudes de negativismo, suspicacia, arrogancia, extrema ambi-ción y autoafirmación; la anal-retentiva, por su parte, traería consigo obstinación,orden estricto, meticulosidad y rígida devoción hacia los roles y normas sociales(Livesley, 2001). Más adelante, en la etapa fálica, los impulsos libidinales hacia figurasdel otro sexo podrían dirigirse hacia el Yo, dando lugar a una búsqueda de liderazgo,a la necesidad de sobresalir en un grupo. De este modo, el denominado carácter fáli-co-narcisista se describió como arrogante, orgulloso, descarado, reservado, frío, conexcesiva seguridad en sí mismo y defensivamente agresivo.

Por último, Otto Kernberg (1987), nacido en Austria, formado como médico, psi-quiatra y psicoanalista en Chile, pero desarrollando la mayor parte de su trabajo enEstados Unidos, abogó por clasificar los diversos tipos de personalidad en tres nivelesde organización: psicótico, borderline (un nivel fronterizo de la organización de la per-sonalidad) y neurótico, unificando sutilmente la tradición psicoanalítica con textoscomo el DSM. En contraste con

estas formas, la personalidad normal se caracteriza por poseer una imagen de símismo coherente e integrada. Cada una de estas aproximaciones a la personalidadcuenta con distintivas cualidades a nivel de tres criterios fundamentales: la identidaddel Yo, el juicio de realidad y los mecanismos de defensa.

Finalmente, a pesar de considerar increíblemente valioso el aporte de la teoría psi-codinámica, no me detendré más en su enfoque, simplemente porque la elaboracióndel tema que convoca el capítulo llevaría cuanto menos un libro aparte.

El reaccionario enfoque interpersonal

El enfoque interpersonal del psiquiatra norteamericano Harry Sullivan le discute alas perspectivas de la época, y fundamentalmente al psicoanálisis, que no existe nin-gún sí mismo esencial bajo el manto del inconciente freudiano, sino una indefinidaentidad que es constantemente redefinida por lo interpersonal, por la permanentecomunicación con los otros. La personalidad es así el producto de las interaccionescon los otros significativos.

Timothy Leary, otra figura significativa de este movimiento, amplió en la década del´50 los conceptos propuestos por Sullivan, afirmando que toda conducta está relacio-nada, abierta, conciente o simbólicamente con otro ser humano individual o colecti-vo, real o imaginado. Más adelante contribuyó al desarrollo del circumplejo interperso-nal: sobre este círculo se describen dos dimensiones

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bipolares, sostenimiento (LOV) y dominancia (DOM), muy bien interpretadas enlas representaciones circumplex de Wiggins (1988). Leary sugería que los cuadran-

tes del circunflejo resultantes del cruce de estos ejes representan los cuatro humoreso tipos de temperamento de la medicina de la Grecia antigua.

Luego retomadas por Donald Kiesler, las dimensiones de contenidos serían renom-bradas como dominio y afiliación, campos que se entrecruzan y definen la comunica-ción interpersonal. Cada uno de los dieciséis segmentos de esta figura geométricaresulta de la mezcla de cantidades dispares de estos dos niveles de funcionamiento,mostrándose los segmentos contiguos íntimamente relacionados y compartiendoalgunas características entre sí. La distribución circular evidencia que las variables queestán más cercanas entre sí son más parecidas que las que están más alejadas. A suvez, cada segmento es dividido en tres niveles. El interno designa el rango de conduc-ta interpersonal usando las variantes dominante, exhibicionista, confiado y sumiso. Elsiguiente nivel representa el grado medio o normal y, por lo tanto, dominante se con-vierte en controlador y exhibicionista en espontáneo, por ejemplo. El nivel más exter-no o periférico representa la conducta anormal de cada forma, recordando que parala teoría interpersonal ésta es considerada como una forma inadecuada y rígida decomunicación. Aquí las denominaciones ejemplificadas se corresponderían como dic-tatorial e histriónica, respectivamente.

Un importante aporte de este enfoque reside en la noción de complementariedad,que entiende que la conducta interpersonal busca provocar en los demás determina-das reacciones que otorguen validez a la esencia que tenemos de nosotros mismos.Un claro atractivo de este círculo es la posibilidad de observar directamente la relaciónde la personalidad elegida (el segmento señalado entre los 16 descritos) con su com-plementario, recordando que nuestras acciones interpersonales buscan provocar,impulsar y extraer determinadas formas de reacción de las personas con las que inter-actuamos, con especial acento en las que nos son significativas (Kiesler, 1983), ofertainterpersonal que pretende excluir las respuestas incongruentes con la imagen de símismo que se intenta sostener y confirmar.

Más adelante veremos, anticipando el acento de mi planteo, que la rigidez del sis-tema hará que, con inusual frecuencia, una persona pretenda generar en sus relacio-nes un tipo particular de respuesta que le permita confirmar su constreñida idea dequién es. Este esquema, reconocido por la mayoría de las teorías, tomará distintosnombres en cada perspectiva; esta propuesta ofrece el

concepto de trampa o dispositivo adictivo para comprenderlo... luego explicarépor qué.

El riguroso conductismo

El conductismo, por su lado, propone ciertas observaciones que lo distinguen conabsoluta claridad. La personalidad se entiende como el conjunto de conductas consis-tentes que muestra una persona en un determinado ambiente, y su origen se encuen-tra en los procesos de condicionamiento clásico y aprendizaje instrumental, con susfenómenos de habituación, extinción y generalización de respuesta. Aquí, la naturale-za básica del ser humano no difiere de la de cualquier otro animal, siendo regida lacapacidad del aprendizaje por las mismas reglas y principios básicos que cualquierotra especie. Un aprendizaje defectuoso deviene en una conducta maladaptativa,constituyendo en sí misma el síntoma, sin mente, subjetividad, ni ninguna otra cosapor debajo. La supresión de este comportamiento o su sustitución es el objetivo y, conesta noción de problema, la cura.

Ivan Pavlov, fisiólogo ruso, estudiaba en animales el nivel global de estimulación yla capacidad para inhibir la activación, extrapolando luego estos resultados al terrenode consideración de la personalidad humana. El equilibrio o balance entre excitación-inhibición del conductismo sería luego emulado por explicaciones fisiológicas máscomplejas. Pavlov y el psicólogo norteamericano Edgard Thorndike pusieron a prue-ba en el laboratorio el primitivo postulado aristotélico luego mejor elaborado por JohnLocke: aprendemos mediante la asociación de ideas. El primero descubrió el condicio-namiento clásico (el animal asocia dos estímulos), mientras que el segundo advirtió elcondicionamiento instrumental (el animal asocia un comportamiento suyo con unaconsecuencia).

Los estudios pavlovianos, retomados y enriquecidos por Watson, Skinner y Tolman,

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entre otros, fueron una influencia muy importante para el posterior desarrollo de HansEysenck.

Considerado el creador del conductismo, el psicólogo estadounidense JohnBroadus Watson durante toda su vida fue enemigo de las ideas imprecisas y de lasinvestigaciones descuidadas, y consideraba que las teorías de Freud eran muy vagas.Según él, para salir de los oscuros y tenebrosos senderos de la filosofía especulativa yde la psicología subjetiva debía seguirse el camino del conductismo, escuela de psico-logía para la cual el concepto de conciencia no era útil ni necesario en la descripción,explicación, predicción y control de la conducta. A pesar de esto, Watson nunca nególa existencia de los fenómenos psíquicos internos, pero señalaba que esas experien-cias no podían ser objeto de estudio científico, porque no eran observables y experi-mentables, condenando el estudio de los fenómenos psíquicos mediante la introspec-ción, como venía haciéndolo la tendencia dominante de la época. El análisis de la per-sonalidad, en este enfoque, se basa fundamentalmente en el estudio de los patronesde comportamiento observables y mensurables, mientras que el autoconocimientopor parte del individuo no comporta ninguna relevancia en la práctica del terapeutaconductista. Todo aquello que se halle entre el estímulo y

la respuesta es rechazado por su carácter de no científico. Así, la forma particularde percibir de cada persona es un dato innecesario o irrelevante, del mismo modo quelos procesos inconcientes, los esquemas cognitivos mediantes y otros elementos pro-pios de teorías alternativas, no redundan en datos significativos. Como opinión estric-tamente personal, añado que la vacante ignorada o dejada de lado por Watson, elespacio de la mente, es el lugar más interesante para investigar en nuestro campo deacción.

Su compatriota Frederick Skinner afirmaba en la década del ´30 que la meta dela psicología debía consistir en analizar la conducta localizando determinantes

específicos de conductas puntuales y establecer la naturaleza exacta de la relaciónentre la influencia antecedente (variable independiente) y la conducta resultante(variable dependiente), sin considerar una actividad mental que intervenga entre estasdos variables. Sus estudios enseñan que un organismo produce continuamentevariantes de conducta: algunas de ellas conducen a consecuencias favorables y sonreforzadas, y otras no. Aquellos actos que contribuyen a la supervivencia del organis-mo son aprendidos y favorecidos, mientras que aquellos que no son reforzados no seaprenden y desaparecen del repertorio del organismo, del mismo modo que las espe-cies más débiles se extinguen. En 1937, se opuso al simplista esquema de Watson ypropuso, estudiando la conducta de las ratas, el modelo de condicionamiento operan-te o instrumental.

Por su lado, el psicólogo Edward Tolman definía el sistema en el que venía traba-jando en paralelo a los dictámenes skinnerianos como Conductismo Operacional. Eltérmino operacional se refiere a la forma en que operan las variables intervinientes(aquellas que se encuentran entre el estímulo como variable independiente y la res-puesta como variable dependiente) y al modo en que la conducta incide sobre elambiente. En 1920 escribía en “Instinto y propósito” que los pensamientos podíanconcebirse desde un punto de vista objetivo, como representaciones internas delorganismo de estímulos que no están presentes. Estas declaraciones lo colocaban enuna posición de firme ruptura con el conductismo. En 1925 publicaba “Conductismoy Propósito”, definiendo que el propósito de la conducta, la meta, era un aspectoobjetivo de

la conducta y no una inferencia subjetiva del observador respecto de la conductaobservada. Finalmente, hacia 1948, incorporaba el concepto de mapas cognitivoscomo representaciones del entorno que son consultadas o tenidas en cuenta paraseguir una conducta inteligente hacia alguna meta o propósito. Con este último autorcierro aquellos aspectos que me interesan destacar del aporte conductista, para ane-xar ahora, y por último, los valores sumados por la etología, disciplina científica queenriquece fundamentalmente con sus observaciones tanto al conductismo como almodelo evolutivo.

La etología (del griego ethos, que significa «costumbre») es la rama de la biologíay de la psicología experimental que estudia el comportamiento de los animales en elmedio ambiente natural y observa las características distintivas de un grupo determi-nado y cómo estas evolucionan para la supervivencia del mismo. Los seres humanos,en tanto que somos animales, también entramos en el campo de estudio de la etolo-

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gía: esta especialización se conoce con el nombre de etología humana.A principios del siglo XX se creó la psicología comparada, disciplina que consiste

en el estudio de la conducta y las capacidades psicológicas de las diferentes especiesanimales considerando, en este sentido, la conducta humana como una conducta ani-mal más. Los conductistas utilizaron este método en sus estudios, pero a partir de1973, cuando los científicos Lorenz, Frisch y Tinbergen recibieron el premio Nobel porsus estudios sobre la conducta de los animales, la etología comenzó a formar parte dela ciencia como miembro de pleno derecho, integrándose la psicología comparada enesta nueva ciencia.

Konrad Lorenz, zoólogo austríaco y fundador de la etología, llegó a ser muy cono-cido por sus esfuerzos para identificar lo que él llamaba «patrones de acción fijos»,que en su opinión estaban genéticamente determinados y se manifestaban a través dela influencia del medio ambiente particular a una especie animal. Sugería que dichospatrones eran tan importantes para la supervivencia del animal como sus característi-cas fisiológicas, y que ambos factores tenían un desarrollo evolutivo similar.

Varios aspectos relativos a la conducta, el instinto y el descubrimiento de pautasque guían la actividad innata o aprendida de las diferentes especies animales fueronenfocados por los etólogos, como la agresividad, el apareamiento, el desarrollo delcomportamiento, la vida social y otros. En su obra “Sobre la agresión” (1963), Lorenzpostulaba que el origen genético de la agresividad humana estaba en el comporta-miento observado en animales inferiores cuando defienden su territorio. Aunque lateoría no tardó en popularizarse, provocó duras reacciones por parte de los especia-listas en muchos campos, fundamentalmente los de orientación sociológica. Las ideasde Lorenz significaron un adelanto en el conocimiento del comportamiento animal yde su papel en el proceso de adaptación y supervivencia de la especie. Al final de sucarrera intentó aplicar sus ideas a la conducta de los humanos como miembros deespecies sociales, una aplicación cargada de controvertidas implicaciones filosóficas ysociológicas. En este humilde ensayo, sus enseñanzas adquieren categórica importan-cia para el desarrollo y fundamento de la estructuración de la personalidad y susmodos de manejo intra e interpersonal.

La revolucionaria psicología cognitiva

La psicología conductual sentó las pautas directrices desde la década del ´20 hastael ´60, embolsando los campos de aplicación social de la educación y la actividadlaboral. Asimismo se hizo su lugar en la clínica, ganándole terreno al psicoanálisis, quecon mucho trabajo se había instalado sobre el biologicismo y la psiquiatría conserva-dora. Sublevándose contra el dominio teórico del conductismo, la naciente psicologíacognitiva estableció la necesidad de centrar nuevamente el estudio del sujeto en elcampo de la psicología como un ser activo y capaz de influir decididamente en la ela-boración de la realidad que le toca vivir: su experiencia comenzó a ser concebidacomo un acto de construcción de la realidad. Su particular punto de vista epistemo-lógico conecta

la cognición (término derivado del latín «cognoscere», que significa poseer cono-cimiento) con la vida cotidiana y el desarrollo humano: ¿qué podemos conocer?¿Cómo llegamos a conocer lo que conocemos? Reaccionado entonces contra el para-digma conductista estímulo-respuesta en los años ´50, el cognitivismo estableció lanecesidad de centrar el estudio en las variables mediadoras. De este modo otorgó pri-mordial importancia a los fenómenos ocurridos en la mente del individuo, concebidaésta como un operador activo que regula la transición entre el estímulo y la respues-ta. Y esto implica nada menos que reaccionar contra la certeza de la objetividad empi-rista, contra el peso indiscutible de la metodología positivista y contra una visión delsujeto cognoscente como mero reproductor de una realidad exterior que algún obser-vador esclarecido podría describir de forma exacta y verdadera. Entonces, si para lapsicología de la conducta la actividad psíquica radica en las operaciones de conexiónentre estímulos y respuestas y en el papel de las contingencias reforzadoras sobre elcomportamiento (tanto abierto como encubierto), para el cognitivismo, en cambio, laactividad psíquica es, precisamente, el resultado del funcionamiento cognitivo, odicho con otras palabras, el fruto de los procesos mentales.

El primer período de la psicología cognitiva estuvo marcado principalmente por elempleo del paradigma del procesamiento de información, sentencia que anticipa sin

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dificultad el modo de entender la personalidad. Los comportamientos habían llegadoa poder ser descritos y explicados con los términos de la metáfora computacional: losseres humanos se comportan como

sistemas u organismos capaces de operar con la realidad, procesando secuencial-mente la información recibida. La mente entonces capta y selecciona

activamente la información sobre el mundo, el sí mismo y los otros, luego la orde-na y la clasifica y finalmente actúa en consecuencia. “Fenómenos tales como la inten-cionalidad de los actos, aspectos fenomenológicos del pensamiento y la esfera afecti-va son componentes del procesamiento humano de información que no tienen equi-valencia en los modelos teóricos del sistema de información, por lo que el empleo dela similitud mente-computadora como basamento teórico de las investigaciones de lapsicología cognitiva tiene una utilidad limitada” (Álvarez González & Trápaga Ortega,2005).

El segundo período o segunda revolución cognitiva se inició cuando tal enfoque,válido para describir el funcionamiento de las máquinas (modelo computacional),resultaba insuficiente para dar cuenta de la manera en que operan los seres humanos.Esta dificultad residía en que las personas despliegan sus conductas en secuencias nolineales sino recursivas, en la ambigüedad como fenómeno inherente al ser humano(que no puede manejarse desde el sistema binario computacional) y, además, por elhecho de que las informaciones que los individuos procesan están condicionadas porla esfera social, exigiendo validez ecológica. En esta instancia el concepto de persona-lidad se hacía más complejo, considerando la necesidad de una visión más holística.El enfoque cognitivo-constructivista reposicionó al sujeto como mediador de la expe-riencia, en función de que las operaciones que son llevadas a cabo por el sujeto orga-nizan su propia realidad, construyendo su mundo y constituyéndose así en operacio-nes claramente activas, distintas de las pasivas supuestas por el paradigma de proce-samiento de información (Fernández Álvarez, 1996). Se adelantaron desde esta segun-da revolución cognitiva nuevas maneras de explicar las operaciones de procesamien-to atendiendo a la capacidad autoprogramadora y anticipatoria que caracteriza la con-ducta de los seres humanos. Lejos de reproducir fielmente la realidad, una represen-tación interna, una cognición, es una construcción de lo observado que dice tambiénde uno mismo, distinción básica del constructivismo. El análisis de los procesamientospermite agrupar luego diferentes estilos cognitivos, prototipos con esquemas recono-cidos que incluyen desde vagas sensaciones hasta pensamientos definidos y compor-tamientos determinados, actuando como un verdadero filtro que facilita el sosteni-miento del mundo creado y, en forma coherente con esta hipótesis, otorgando a cadapaso un significado a la información entrante. Es decir que el estilo cognitivo incluye,no solamente creencias aisladas, sino también sesgos atencionales, distorsiones per-ceptuales, mecanismos de evaluación y clasificación de la información entrante ydemás.

Cada personalidad procesa la realidad de un modo diferente, y sus sesgos cogniti-vos serán los encargados de afianzar un patrón coherente que, a la vez, cumple conuna función adaptativa. Desde otra perspectiva, Albert Bandura avanzó hacia la for-mulación de un modelo cognitivo-social, intentando explicar así la conducta en térmi-nos de interacciones entre ambiente, persona y cogniciones, teniendo en cuenta lanaturaleza social del comportamiento e incluyendo los procesos motivacionales den-tro del esquema explicativo de la conducta.

El valioso aporte posracionalista

Con las reflexiones cognitivistas parecen quedar respondidas las preguntas: ¿cuá-les son los esquemas que elige cada personalidad? ¿Qué selecciona la persona comodigno de su atención? Pero otro interrogante emerge y queda abierto: ¿Por qué cadapersonalidad selecciona lo que selecciona? Desprendido del seno cognitivista clásico,el italiano Vittorio Guidano produjo un viraje hacia el posracionalismo, término quedebe su concepción a la situación de primacía de la emoción por sobre la razón. El tér-mino posracionalista no es antitético con el pensamiento racional, pero su acentoimplica un énfasis en aspectos distintos de lo lógico y lo abstracto, como lo afectivo,lo sensorial y lo perceptual (Guidano, 1999). Inserto en el marco de la revolución epis-temológica que removió los cimientos de la ciencia oficial desde los inicios del sigloveinte, este desarrollo se sostiene en la epistemología evolutiva y en la autoorganiza-

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ción, ambos elementos estrechamente conectados con la noción de vínculo.La Teoría del Apego del inglés John Bowlby es aquí planteada como la matriz prin-

cipal para comprender la construcción del conocimiento de sí mismo y del mundo,generándose de su matriz el concepto de intersubjetividad. Esta noción amplía elpapel central del vínculo en su modelo, abriendo el tema de la alteridad o, dicho deotro modo, el papel del otro en la construcción de la identidad personal. Por conduc-ta de apego se entiende cualquier forma de comportamiento que hace que una per-sona alcance o conserve proximidad con

respecto a otro individuo diferenciado y preferido (Bowlby, 1980). Desde esta ópti-ca, el sí mismo (la conciencia y el self son planteados como fenómenos tanto psicoló-gicos como biológicos) aparece como el agente regulador central de la organizacióndel conocimiento. La construcción de la propia identidad surge de un proceso queocurre en el interjuego entre dos niveles de conocimiento, la experiencia inmediata yla explicación de ésta, en un constante reordenamiento del conocimiento explícito desí mismo y del mundo. De este modo, la adquisición de conocimiento o la compren-sión es vista como un proceso interpretativo de las vivencias. Y es en este sentido queesta escuela comienza a interesarse en el tema narrativo y hermenéutico del cual tomasu lenguaje para mejor articulación de sus ideas fundacionales.

En el desarrollo del italiano surge un aporte valiosísimo que, si bien ya estaba esbo-zado en las otras teorías, toma en el posracionalismo una dimensión primordial: elconcepto de autoimagen. Partiendo desde la afirmación que indica que vivimos en unmundo intersubjetivo, entiendo que el propio conocimiento es siempre dependientedel conocimiento de los otros, y que la propia identidad, edificada siempre en relacióna los demás y a lo demás, adquiere sus formas en virtud de la aceptación por parte delas figuras de apego y, muy ligado a esto, de la propia aceptación. Dicho de otramanera, nos reconocemos desde los otros, otorgando desde nuestras conductas deapego (esas disposiciones que tienden a buscar un vínculo necesario para su protec-ción, cuidado y afecto) y separación (en instancias de exploración), y de sus ulterioresresultados, un particular sentido a nuestra experiencia. Pero esta trama no es absolu-tamente libre, sino que parece tener, al menos, una condición: ningún ser humanopuede tolerar una imagen de sí mismo tan poco aceptable como para no sentirse con-firmado y legitimado por los demás, ya que ésta es una experiencia que lo llevaría a ladesintegración (Balbi, 1994). De aquí se desprende la importancia de la autoimagenen torno a una autoidentidad diferenciada y reconocida por los otros, y aceptada tam-bién como válida por uno mismo, aspecto central de la experiencia y asunto vital parala continuidad funcional del sistema personal y la conservación de la vida misma.

La construcción gradual del sentido de uno mismo, regulada entonces de maneraintersubjetiva, persigue el logro de una identidad diferenciada y reconocida comoúnica, haciendo de la autoorganización un sistema individual de permanente regula-ción que tiende a su mantenimiento a través del ciclo vital

consolidando una determinada trama narrativa. Y dado que cada observación essiempre autorreferencial, conocer es construir y reconstruir una realidad que da cohe-rencia al curso de la experiencia de quien observa, realidad que entiende no ser inde-pendiente de este observador, sino estrechamente ligada a

su existencia. Por supuesto que esta cualidad del proceso de adquirir conocimien-to descubrirá un mecanismo que, en sus humanas deficiencias y dificultades, seacapaz de eliminar las discrepancias. Pero este idóneo artilugio con el cual lo consigueinvolucra poco a la reflexión y a la reevaluación de los conceptos previamente toma-dos como conocimiento, dándole participación al procedimiento definido porGuidano como autoengaño. El autoengaño es una operación normal que busca alcan-zar en sus explicaciones de las experiencias suficiente consistencia y congruencia conlos elementos antes incorporados al sistema. De este modo la organización logra man-tener con cierta coherencia una identidad estable en el tiempo, dueña de una autoi-magen aceptable para sí

mismo. Pero en ocasiones el precio que cobra la autoestima es sumamente eleva-do, y esta operación se perfila hacia los terrenos de la psicopatología. Esto sucede, porejemplo, cuando es necesario un notable incremento de los niveles de autoengañopara conservar las condiciones que le permiten sentirse

aceptado y confirmado por sí mismo y por los otros.La personalidad como sistema hace referencia a un ordenamiento específico de sig-

nificados personales conectados con un sentido de unicidad y continuidad histórica

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en el curso del ciclo vital. Así nace el concepto de organización del significado perso-nal, ordenamiento de la propia experiencia que se caracteriza por una particularmanera de agrupar y combinar, en términos de procesos, las tonalidades emociona-les básicas, más un sistema explicativo que, en relación funcional con el anterior,intenta hacer consistente esa experiencia en torno a una imagen conciente de símismo que otorgue un significado viable a la experiencia.

Cada una de las cuatro organizaciones descritas por Guidano (dápica, depresiva,fóbica y obsesiva) se explica desde el patrón de apego que caracteriza el desarrolloindividual, el sentido de sí mismo que ese patrón despliega y el modo en que se orga-niza ese sentido de sí mismo en el curso de la vida. Estos procesos de ordenamientoson distintos de contenidos de conocimiento; son entidades que no existen en estadopuro, sino solamente como llaves conceptuales propietarias de una cierta coherenciainterna. A través de su análisis, el individuo transmite su forma personal de hacerseconsistente, permitiendo la lectura de su propia coherencia sistémica.

Tras el fallecimiento de Guidano en 1999, sus seguidores han continuado desarro-llando el modelo posracionalista. Recientemente Giampiero Arriero (2004) ha enfati-zado los aportes de la fenomenología y la hermenéutica, fortaleciendo, por otro lado,la relación con las neurociencias y apuntando a la validación del enfoque por parte delas ciencias duras. En nuestro país, Juan Balbi (1994, 2004) ha tomado la posta del ita-liano y continuado la profundización de su desarrollo. Una vez más, como a lo largode toda la historia, la génesis de esta clasificación estuvo ligada a la insatisfacción conla nosografía psicopatológica vigente.

Sin lugar a dudas, éste es el tinte dominante en el libro que presento, anclado fuer-temente en los pilares del constructivismo y en los elementos de otros autores que voysumando a su hipótesis; por esto es que su contemplación y comprensión son indis-pensables para seguir adelante.

El prolijo modelo eysenckiano

El psicólogo alemán Hans Jürgen Eysenck, quien residió y estudió en Inglaterradurante toda su vida, fue un crítico vigoroso de la opinión establecida en su época,

fundamentalmente de los pensamientos freudianos. Aseguraba que la personalidaddebía analizarse pensando y examinando las diferencias y las similitudes individualesen dimensiones comunes a todos. Sumó a la escuela conductista de su época laimportancia de la consideración de las disposiciones

biológicas, hasta entonces no contempladas en el análisis del comportamiento ysus posibilidades.

Eysenck consideraba dos momentos al analizar la personalidad: uno descriptivo oestático y otro explicativo o dinámico. El primero carece de explicaciones de las dife-rencias individuales y prescinde de la investigación entre las relaciones causales entrelas variables observadas; sólo se interesa en la descripción y repara en las categoríasde carácter, temperamento y físico (desde su perspectiva, hace referencia a la configu-ración corporal y dotación neuroendócrina). El segundo momento, en cambio, sí sedetiene en las relaciones causales entre las variables consideradas en el estudio de lapersonalidad. A pesar de esta aclaración, puede notarse en este modelo que, a

las dificultades epistemológicas y metodológicas propias de este objeto de estudio,se le suman también enredos conceptuales, confusos momentos de estudio y super-posición de calificaciones que entorpecen la discriminación de las dimensiones y elanálisis del resultado último de la personalidad.

El modelo jerárquico de la personalidad eysenckiano habla de una estructura de cua-tro niveles de organización del comportamiento, a saber: reacciones, respuestas oacciones específicas (se observan aisladamente y pueden ser características del indivi-duo o no; se catalogan como de plano inferior), hábitos (componentes de cierta esta-bilidad en situaciones análogas de la vida), rasgos (constructos teóricos resultantes deinterrelaciones entre hábitos, con características tales como perseverancia, exactitud,rigidez y otros) y tipos generales (de plano superior o cuarto nivel: distingue tres áreaso dimensiones consideradas como un continuo, aquellas que identifican al estudio deEysenck).

En su teoría, sustentada fundamentalmente en el aspecto biológico del ser huma-no, describe tres dimensiones o ejes de la personalidad. Primero nomina los tipos neu-roticismo y extraversión, a los que posteriormente le suma el tipo psicoticismo, dimen-

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siones que, no sin dificultades, darán finalmente lugar a las innumerables variantes dela personalidad. Cada una de estas dimensiones tiene la característica de estar polari-zada, es decir, de presentar dos extremos opuestos en su eje: el neuroticismo encuen-tra en su polo antagónico a la estabilidad emocional, la extraversión a la intraversióny el psicoticismo al control de los impulsos. El estudio de las dos dimensiones inicial-mente descritas se corresponde con los escritos hipocráticos de la tipología griega clá-sica, basada en cuatro humores o fluidos; el colérico: extraversión alta y neuroticismoalto, el sanguíneo: extraversión alta y neuroticismo bajo, el melancólico: extraversiónbaja y neuroticismo alto, y el flemático: extraversión baja y neuroticismo bajo.

Sin profundizar demasiado, voy a exponer los rasgos constituyentes de cada unode los tipos descritos por el autor alemán. El neuroticismo incluye la timidez, lo triste ydepresivo, lo tenso y ansioso, lo irracional, lo emotivo, el sentido de baja autoestimay los sentimientos de culpa. Son también habituales la alta reactividad, la vulnerabili-dad, la sugestionabilidad, la falta de persistencia, la dificultad en la sociabilización y laalta cota de evitación, elementos que ejercen una influencia negativa sobre el rendi-miento. La extraversión agrupa otros heterogéneos rasgos distintivos, considerando laalta

actividad, expresividad y sociabilidad, lo despreocupado y lo vital, la búsqueda deaventura, sensaciones y dominio. Otros rasgos frecuentes de encontrar bajo

su manto incluyen lo cambiante, arriesgado y ambicioso, al mismo tiempo que sedestacan la baja responsabilidad, previsión, persistencia y autoexigencia. Por último,el psicoticismo es un tipo que incluye lo agresivo, impersonal, antisocial, egocéntrico,desconcertante y creativo, así como la frialdad, la falta de empatía y, fundamental-mente, lo impulsivo. Suele observarse en una alta puntuación de este eje menor flui-dez, indecisión en relación a las actitudes sociales, interés por objetos o cosas inusua-les o poco comunes, débil concentración y pobre memoria.

Éstas son descripciones estáticas de los constructos tipo que, como en cualquierotra teoría, engloban un conjunto de elementos específicos (rasgos, conductas, etcé-tera) que no siempre va a ser hallado en su totalidad, sino, por lo general, solamenteen algunas de sus consideraciones. El análisis dinámico o explicativo de estos cuadrospuede mostrar, a su vez, algunas fallas de correspondencia.

Finalmente, todo lo apuntado en las descripciones de cada una de las dimensionesestudiadas es la refracción de un vasto trabajo de investigación, que repara en profun-das observaciones en el terreno de la psicobiología y en importantes trabajos decampo que asientan las evidencias empíricas. Adelanto que en el comentario sobre lateoría de este autor me detendré en otros capítulos de este libro, entendiendo en sulegado un pilar importante en el desarrollo de mi propuesta.

El minucioso estudio de Millon

Sin margen a vacilaciones, el psicólogo Theodore Millon ha realizado un notableesfuerzo en la intención de ligar la psicopatología, los trastornos de la personalidad yel abordaje terapéutico, obteniendo finalmente un resultado altamente satisfactorio. Alo largo del tiempo, su teoría ha presentado dos modelos, un modelo sujeto al apren-dizaje biosocial (desde el 1969 hasta el 1989 aproximadamente) y un modelo evoluti-vo (desde 1990 en adelante).

La primera propuesta teórica de Millon estaba basada en un modelo de aprendiza-je biosocial (Millon, 1976), utilizando como aglutinante las nociones de aprendizaje yrefuerzo. La combinación de factores biológicos dados y de experiencias de aprendi-zaje da lugar a estilos de relación interpersonal que se perpetúan por la obligada yconstante interacción con el medio, desde la infancia hasta la actualidad. La personapersigue, según este desarrollo, el placer o la evitación del dolor (existencia: polaridadplacer-dolor), refuerzo buscado en sí mismo o en los otros (replicación: polaridad símismo-otros) y alcanzándolo de acuerdo a una actitud activa o pasiva (adaptación:polaridad activa-pasiva). El estudio de estas tres polaridades permite el análisis de losdistintos tipos de personalidad y, enfocándose en sus defectos fundamentales y

en la combinación de cada una de estas polaridades, la deducción de ocho formasbásicas de trastornos de la personalidad. Luego se definiría un cuarto principio, deabstracción: polaridad pensamiento-sentimiento.

Más adelante, en la década del ´90, Millon reformulaba su teoría de la personali-dad y sus trastornos tomando en cuenta aspectos más relacionados a lo evolutivo y

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filogenético (Millon, 1990). Así, características disímiles de las encontradas en el mode-lo precedente completarían la explicación de la base del funcionamiento humano,como fenómeno adaptativo que considera tanto las fuerzas del organismo como lasdel ambiente. Del mismo modo que una personalidad normal exhibe un estilo distin-tivo de funcionamiento adaptativo frente a su entorno, un trastorno de la personali-dad marcaría también un específico acomodamiento al ambiente que, en este caso,resultaría finalmente desadaptativo o maladaptativo. Tanto en la normalidad como enla enfermedad, los rasgos de personalidad pueden ser entonces definidos como “pau-tas duraderas de percibir, pensar y relacionarse con el ambiente y con uno mismo, yse hacen patentes en una amplio margen de importantes contextos personales ysociales” (Belloch, Martínez-Narváez & Pascual, 1996). Sin modificarse demasiado laspolaridades inicialmente descritas, los trastornos de

la personalidad definidos responderían a tipos ideales o puros. No obstante, estasversiones prototípicas difícilmente se observarían en la práctica clínica, en la que lacombinación de aspectos de más de un trastorno básico es la regla (Millon & Davis,2001).

La integradora propuesta de Cloninger

Claude Robert Cloninger, médico estadounidense, ha desarrollado un método deevaluación de la personalidad con fuerte anclaje en los conocimientos actuales de lapsicobiología de la conducta, pero sin esconder el enriquecimiento de los aporteshumanísticos de Frankl o transpersonales de Bandura, por citar solamente un par deejmplos. De este modo, la profundización en la trama neurobiológica se ve acompa-ñada también por la participación del estudio de los valores. La personalidad, comosistema jerárquico complejo, está definida por las diferencias individuales en los siste-mas de adaptación implicados en la recepción, procesamiento y almacenamiento dela información sobre el entorno.

Cloninger reconoce la distinción entre temperamento y carácter, y define cualida-des particulares relativas a cada uno. En cuanto al temperamento, trama arraigada a losrasgos heredados, advierte tres dimensiones: evitación del daño, búsqueda de nove-dad y dependencia de la recompensa (Cloninger, 1986); más adelante agregaría unacuarta, relacionada con la persistencia (Cloninger, 1994). Se trataría de predisposicio-nes estables a lo largo del desarrollo, reflejando los estudios de Gray, Zuckerman yEysenck. Las dimensiones así agrupadas bajo el dominio del temperamento reúnencaracterísticas emocionales, cognitivas y conductuales determinadas estrechamenteasociadas a definidos sistemas cerebrales. Estos circuitos están

mediados por ciertas aminas cerebrales como la serotonina, la dopamina y la nor-adrenalina, y el producto de su implicancia resultará en el mantenimiento o inhibiciónde la conducta en respuesta a tipos específicos de estímulos.

Concretamente, una alta actividad basal del sistema serotoninérgico se relaciona conla evitación del daño (lo que refleja una respuesta intensa a estímulos aversivos), una bajaactividad dopaminérgica con la búsqueda de novedad (predispone a la persecución depotenciales recompensas rápidas) y una pobre tarea del sistema noradrenérgico con ladependencia de la recompensa (responde a señales de refuerzo positivo).

Según el norteamericano, en el campo del carácter se destacan las intenciones, lasestrategias de afrontamiento, las metas y las creencias sobre uno mismo y sobre elentorno, es decir, los valores de la persona, lo elegido a partir del aprendizaje en elmedio sociocultural. Las tres dimensiones que la definen son la autodirección, la coo-peración y la autotrascendencia. La autodirección hace referencia a la habilidad paracontrolar, regular y adaptar la conducta a la situación, de acuerdo a sus metas y valo-res. La cooperación refleja la adaptación interpersonal y el grado de percepción de símismo como una parte integral de la sociedad, reflotando conceptos como la toleran-cia, el altruismo, la empatía y la caridad. La autotrascendencia, por último, reúne ele-mentos como la espiritualidad y la creatividad, integrando la propia persona al univer-so y la historia. Éstas son características de baja heredabilidad y modificables a lo largode la vida, sin duda, estimaciones divergentes a las del temperamento.

El disciplinado eclecticismo de Beutler

En esta breve reseña, que pretende mostrar algunos puntos que harán de base y

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fundamento a mi propuesta, lo presento ahora a Larry Beutler, quien, con más dequince libros y varios cientos de artículos publicados en su haber, desde inicios de ladécada del ´80 ha descrito un modelo de psicoterapia ecléctica, aproximamiento quebusca adecuar la forma de abordaje del problema del consultante de acuerdo a unasistematización que considera el estilo de intervención de las psicoterapias y las varia-bles de la personalidad del paciente.

Más allá de sus contemplaciones acerca de esta elección, que aprecia, entre otrascosas, el síntoma o el conflicto del paciente y la directividad o no directividad de la psi-coterapia, lo que me interesa destacar en estos párrafos es

su acercamiento a ciertos aspectos de la personalidad.La revisión de Beutler y Clarkin (1990) de los trabajos de investigación que relacio-

nan personalidad y psicoterapia han encontrado y distinguido cuatro variables comolas más importantes. El estrés motivacional es una de ellas, referente al grado en quela ansiedad generada por el malestar personal motiva

al propio sujeto para buscar ayuda terapéutica. La gravedad del problema es lasegunda variable considerada, observando la cronicidad y las áreas vitales afectadaspor el malestar. Las dos que siguen las subrayo por su importancia para el desarrollopróximo de mi propuesta. El estilo de afrontamiento es comprendido como el conjun-to de maniobras defensivas que usa el individuo frente a la ansiedad generada. Estacualidad oscila entre dos polos: uno de ellos es el estilo internalizante, más centradoen las propias preocupaciones, pensamientos y emociones, generalmente autocrítico,hipervigilante, depresivo y sensibilizado hacia las propias emociones y la ansiedad per-sonal. El carácter autopunitivo de esta forma explica un sentido de atribución interna,concesión del malestar a aspectos o rasgos de sí mismos más o menos estables. El esti-lo externalizante, en el otro extremo del continuo, se centra en las conductas mani-fiestas y en las situaciones externas ajenas de su participación, señalando una atribu-ción del malestar personal y los propios problemas a las circunstancias o conductasde otras personas por las que se considera o cree sometido. El nivel de reactancia es lacuarta variable en la que repara Beutler, constructo que abarca no sólo el marco de lapsicoterapia, semejante al reconocido término clínico de resistencia, sino también elestilo personal tendente a resistir la influencia interpersonal, el influjo de otras perso-nas. Las personas con baja reactancia suelen cumplir las directrices e instrucciones quese le aconsejan, mientras que las personas con alta reactancia suelen oponerse a ellas,evidenciándose cierta similitud con los patrones de conducta operante descritos porMillon como pasivo y activo respectivamente. Así, las personas con alta reactancia sue-len mostrar un estilo de cambio focalizado en sus propios recursos, decisiones perso-nales e iniciativas, mientras que las personas con una baja reactancia, por el contrario,suelen buscar ayuda y apoyo externo para lograr sus objetivos.

El superador modelo evolutivo

Finalmente, es importante reconocer en todas las teorías presentadas, al menos,dos denominadores comunes: la supervivencia y la adaptación. Y al destacar la super-vivencia como la tarea fundamental de cualquier organismo y la adaptación como suvehículo obligado, como hemos brevemente repasado en puntos anteriores, es funda-mental ahora distinguir que la evolución es una elección lógica para establecer comonúcleo integrador de una ciencia aplicada al estudio de la personalidad, como aseve-rara Millon. Y es ésta justamente la elegida en mi propuesta como aglutinante de losdistintos enfoques, sostenida fundamentalmente en sus premisas esenciales, propie-dades de su misma naturaleza, las anteriormente mencionadas como denominadorescomunes. De este modo, invito a conciliar las distintas perspectivas presentadas paraobservar el fenómeno de la personalidad como una organización con una finalidadbásica: adaptarse al medio (y adaptar el medio a sí mismo) para sobrevivir. Por otraparte, suscribir al paradigma de la complejidad (tan fomentado en la teoría pero pocorespetado en la práctica actual) implica conocer y reconocer los aportes, estudios einvestigaciones que se producen en todos los campos del conocimiento, validando lascontribuciones psicodinámicas, interpersonales y demás, y ajustándolas a los conoci-mientos que la biología y las neurociencias nos acercan, de manera que nuestros plan-teamientos no sean incongruentes con los avances científicos.

El modelo evolutivo enseña que el primer reto de todo organismo es su propiasupervivencia, que, de no poder superarlo, quedará fuera de la selección y sus genes

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y sus características no se transmitirán a sucesivas generaciones. “Todos los animalestienen que aprender a distinguir las presas de los predadores, el alimento nutritivo deltóxico, los lugares aptos y seguros para descansar de los que están atestados y sonpeligrosos” (Kandel, 2007). A través del aprendizaje y de su conservación a lo largo dela evolución este primer desafío es superado.

La segunda gran tarea que tiene planteada todo organismo es la de conseguir unahomeostasis con su entorno, ya que su existencia siempre transcurre en un ecosiste-ma abierto. Finalmente, la tercera empresa es relativa a la reproducción, siendo selec-cionados para este fin los organismos que cuenten con un repertorio más amplio yefectivo de atributos para adaptarse al medio.

De algún modo el individuo logra entonces adaptarse al entorno, adaptando tam-bién el entorno a sí mismo, para satisfacer sus necesidades primarias y conseguir esatarea primera que es la supervivencia. Aquí aparecen mecanismos evolutivos básicosque defienden el objetivo planteado por la especie, orientados al incremento de lavida y a la preservación de la especie, es decir, al crecimiento y multiplicación. Lasestrategias implementadas, aunque suene muy simplificado, predisponen hacia aque-llas conductas que aumentan las probabilidades de supervivencia y lo alejan de laspotencialmente peligrosas para la vida. Admitiendo lo excesivamente simplista deestas líneas, y sin olvidar que el ser humano es mucho más complejo que esta simpleecuación, es difícil objetar este planteo que sí es abiertamente reconocido como ban-dera para el resto de los animales. Incluso en los episodios más aciagos de la biogra-fía de nuestra especie, archivos nefastos como los de una guerra podrían pensarsecomo un intento tribal por expandirse y sobrevivir. Los medios de ninguna manerajustifican el fin en estos casos, ni la depredación indiscriminada y el agotamiento denuestra tierra pueden serlo tampoco, pero entiendo en estas formas actuales una anó-mala lectura de la supervivencia, torcida y viciada por el egoísmo y la ambición quehacen del hombre su prisionero.

Entre los mecanismos que persiguen la adaptación funciona un eje distinguidocomo polaridad placer-dolor, reconociendo en las sensaciones gratificantes un objeti-vo que volverá a ser perseguido (se repetirán), al mismo tiempo que en las experien-cias aversivas un lugar al que no querrá volver (no se repetirán).

Este sencillo artefacto, de inusual fuerza, es vital para la consecución de la acomo-dación pretendida. Es válido advertir entonces, continuando con esta línea de pensa-miento, que aquellos esquemas (medios) que son descritos por el observador y por lapropia persona como negativos o displacenteros, de algún modo encierran una nece-sidad (fin) que está siendo satisfecha. Es decir que, a pesar del dolor generado, susengranajes revisten un recurso viable para la adaptación. De no ser así, esta conductano se repetiría, buscando rápidamente un reemplazante.

La seguridad y el vínculo son aspectos primarios para un ser social, y su acceso seráprocurado con las herramientas que, siendo continuamente ajustadas al entorno, elindividuo posea. El camino directo hacia una figura de apego y el sentido de pertenen-cia a un grupo no son entonces trivialidades o placeres solamente, sino una claranecesidad para la supervivencia: aquí la viabilidad de las relaciones interpersonales setransforma en un requisito excluyente. En esta instancia, y en circunstancias ajenas aeste territorio también, puede perfilarse la polaridad sí mismo-otros del modelo evolu-tivo. Quizás pueda encontrarse la seguridad de cuidado, por ejemplo, detrás de lasinterminables quejas somáticas del hipocondríaco. En este caso se dibuja una orienta-ción pasiva del sujeto que, recostado sobre el polo otros, busca acomodarse alambiente, distinta con seguridad de la que podría articular un individuo con las carac-terísticas del antisocial del DSM IV, orientación activa enfocada en el extremo sí mismoque pretenderá amoldar el nicho ecológico a su silueta.

Con la presentación de este último modelo doy por cerrada la revisión de los dis-tintos enfoques que a lo largo de la historia han contribuido a entender la personali-dad, esa compleja y dinámica organización definida por las diferencias

particulares de cada individuo y siempre orientada a la adaptación.

2- LA TEORÍA TRADICIONAL DEL COLOR

“Los colores parecen proponernos un enigma, un enigma que nos estimula, quenos perturba” (Wittgenstein, en Reyes, 1999).

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Para comprender el punto siguiente, aunque parezca insólito dada la materia dellibro, es necesario un conocimiento mínimo de la Teoría Tradicional del Color, ya queserá ésta la anfitriona de un particular modo de descripción y clasificación de las dis-tintas formas de personalidad. Lejos de ser una provocación para quienes se amparanen los costados más rígidos de la ciencia, es solamente una inocente invitación a enri-quecer su conocimiento con los pigmentos del arte y a disfrutar de su ofrenda.

El punto de partida tiene origen en una simple observación: si a partir de los trescolores primarios (rojo, azul y amarillo) pueden formarse millones de colores, segura-mente de la combinación de unos pocos aspectos o dimensiones de temperamento ycarácter podrán distinguirse un sinnúmero de formas de personalidad. Por otro lado,el color es quizás el mejor ejemplo de que el significado de lo contemplado no es sinoel resultado de la interacción del observador, organización e historia mediantes, conel objeto, dueño de atributos determinados.

EL COLOR

“Primero, el estudio del color ofrece un microcosmos de las ciencias cognitivas,pues cada disciplina -neurociencias, psicología, inteligencia artificial, lingüística y filo-sofía- ha realizado importantes aportes a nuestra comprensión del color.

Segundo, el color tiene significación perceptiva y cognitiva inmediata para la expe-riencia humana. Por estas dos razones, el color ofrece un dominio paradigmáticodonde nuestro doble interés en la ciencia y la experiencia humana confluye con natu-ralidad” (Varela & otros, 2005).

El color es la impresión producida al incidir en la retina los rayos luminosos difun-didos o reflejados por los cuerpos. El color es luz: Newton fue quien primeramenteconcibió la teoría ondulatoria o propagación de rayos lumínicos, que más tarde fueampliada por Laplace y otros físicos. Lo que se designa como luz blanca es la impre-sión creada por el conjunto de radiaciones que son visibles por nuestro ojo; cuando laluz blanca es descompuesta se produce el fenómeno de arco iris, donde se imprimeaquello que llamamos colores. El conjunto de éstos, esa franja continua de longitudesde onda creada por la luz al descomponerse, constituye el espectro. Cuando nos refe-rimos al concepto de color, nos estamos situando en el análisis de aquello percibidopor el ojo, ya no observando fielmente la longitud de onda; sólo deberíamos hablarde colores cuando designemos las percepciones del ojo. La percepción del color cam-bia cuando se modifica la fuente luminosa porque, en principio, el color no es másque el impacto en el órgano visual del observador (sensación) y, tras la toma de con-ciencia de tal fenómeno, una percepción. A pesar de esto, el color posee cierta inde-pendencia respecto de la luz reflejada localmente, contemplación manifiesta en dosfenómenos complementarios: la relativa constancia en la percepción del color a pesarde los cambios en la iluminación («constancia aproximada del color») y la divergenciaen el color percibido según el contexto donde esté situado pese a la reflexión de lamisma composición espectral («inducción cromática»). Si bien somos capaces dememorizar las diferencias de colores, nunca percibimos un color visualmente (subje-tivamente) tal como es físicamente (objetivamente). En la física, una zona percibidacomo verde, por ejemplo, hace referencia a una reflexión de alto porcentaje de luz deonda media, y una baja proporción de luz de onda larga y corta: el área luce verdeporque refleja más luz de onda media hacia el ojo (Varela & otros, 2005). Los seresvivos que poseen el órgano de la vista intacto son capaces de orientarse por determi-nadas radiaciones de energía, y con ello tienen la aptitud de captar ópticamente suentorno y de enjuiciar su situación y sus posibilidades de movimiento con cierto crite-rio de realidad. Pero la percepción en sí misma no es el fenómeno (obstáculo) más difí-cil de analizar científicamente o comprender, sino la subjetividad. Es relativamentesencillo determinar, tomando registros de células nerviosas individuales en el sistemavisual de diferentes personas, si todos vemos un matiz similar del verde proyectado,ya que lo percibido corresponde a las propiedades de longitud de onda de la luz refle-jada. Mas la respuesta frente a ese estímulo, y esto puede ser extrapolado a cualquierestímulo, es sumamente variable de una persona a otra. Y aquí se levanta una pregun-ta sin respuesta: ¿cómo consigue la actividad eléctrica de las neuronas excitadas origi-nar el sentido atribuido a ese color? Al respecto, Eric Kandel (2007) aclara: “las cien-cias biológicas pueden explicar fácilmente cómo surgen las propiedades de las molé-culas que la componen. Pero la ciencia carece de reglas para explicar cómo surgen las

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propiedades subjetivas (la conciencia) a partir de propiedades de ciertos objetos (lascélulas nerviosas interconectadas)”.

El estudio del color es muy amplio y varía en su objeto de acuerdo a quien lo ana-lice. Así, los físicos se interesan por el fenómeno de luz, la mezcla de luces cromáticas,la clasificación del color a través de la comprensión de las frecuencias y longitudes deonda de los rayos luminosos de colores. La investigación de los fisiólogos, por su lado,versa sobre nuestro aparato visual y la reacción neurológica ante la luz y los colores.El interés de los psicólogos se centra fundamentalmente en la percepción y la influen-cia del color en términos del simbolismo subjetivo, superponiéndose muchas vecescon el centro de estudio del artista. Los intereses del artista se enfocan en el aspectoconstructivo del color, es decir, cuál es su aspecto expresivo y cómo funciona un deter-minado matiz en las distintas relaciones y composiciones. Esta comunicativa condi-ción del color muestra su potencialidad para la traslación de la impresión visual quese tiene del mundo exterior y su potencialidad como vehículo emocionalmente elo-cuente del universo interior.

Los colores tienen elementos diferentes que los hacen únicos y cuya importanciavisual se basa fundamentalmente en el matiz, el tono y la saturación. Repasaremosalgunas líneas de cada elemento, dejando para más adelante el aporte de cada una deestas características al estudio de la personalidad.

El matiz o tinte es la primera cualidad del color, precisamente por ser la caracterís-tica que nos permite diferenciar un color de otro. El matiz se emplea usualmente comosinónimo de color, ya que se refiere específicamente a las características cromáticas delcolor: éste es el atributo que nos permite hablar, por ejemplo, de azul y amarillo. Elmatiz es el resultado de la sumatoria de longitudes de onda que puede reflejar unasuperficie. Sólo en el espectro o bajo condiciones especiales encontramos coloresmonocromáticos, puros, es decir que el color que vemos en los pigmentos es en rea-lidad una sensación compuesta.

El valor o tono es la segunda cualidad del color, y hace referencia a la frecuencia dela longitud de onda de un color. El valor de un color se define por la cantidad de luzu oscuridad del mismo, permitiendo distinguir un color oscuro de uno claro. El tonoes entonces una identidad única de cualquier color dentro del espectro. Que un colorsea primario, secundario o terciario, o que haya sido creado por un proceso sustracti-vo o aditivo, no tiene importancia alguna en relación al tono; a su vez, que un colorexista como una entidad única define también el tono. Dos colores diferentes (comopor ejemplo el rojo y el verde) pueden llegar a tener el mismo tono, comprendiendoeste concepto como el grado de claridad u oscuridad, siempre en relación a la canti-dad de blanco o negro que contengan, según cada caso. La descripción clásica de losvalores usa los términos de claro (cuando contiene mayores cantidades de blanco),medio u oscuro (cuando contiene mayor proporción de negro). El valor de color serefiere entonces a la luminosidad u oscuridad del color, es su posición respectiva en laescala blanco-negro, siendo éstos los valores de luz más alto y más bajo respectiva-mente. El blanco tiene el grado más alto de reflexión de la luz, mientras que el negroes el que tiene el grado más bajo de reflexión de la luz; es decir que, en el espectro decolor, los tonos claros tienen un grado de reflexión de la luz mayor que los coloresoscuros. Así, para controlar el valor del tono de un color, puede agregarse blanco (seaumenta el valor), negro (se disminuye el valor) o un pigmento de valor distinto (seaumenta o disminuye el valor). No podemos cambiar el valor de un pigmento cromá-tico sin modificar al mismo tiempo otras dimensiones del color. Agregando negro,blanco o gris, se introduce un componente acromático. El valor se modificará y tam-bién el nivel de intensidad. El tono resultante será más claro o más oscuro y más neu-tral.

También se producirá algún cambio en el matiz, porque tanto el pigmento negrocomo el blanco tienden a enfriar la mezcla, produciéndose una desviación hacia elmatiz frío adyacente. Tal efecto es notable, por ejemplo, cuando mezclamos amarilloy negro: éste último actúa como un azul, disminuyendo el valor y la intensidad, cam-biando el matiz hacia el verde.

La saturación de color o intensidad, también conocida como cromo o pureza, sepuede concebir como si fuera la brillantez de un color. Es la tercera dimensión delcolor, el grado de pureza de tinte que puede reflejar una superficie. Un color satura-do es aquel que se manifiesta con todo su potencial cromático, inalterado, completo.Esta cualidad permite diferenciar un color intenso de uno pálido. Cada uno de los

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colores primarios tiene su mayor valor de intensidad antes de ser mezclado con otros.Para reducir la intensidad se agregan o quitan otros colores, mientras que el color seencontrará en su estado más intenso y saturado por completo cuando sea puro. Si aun color, por ejemplo el rojo, lo mezclamos con blanco, no sólo aumentará su valor,como vimos ya antes, sino que también disminuirá su saturación. Un color intensocomo el azul, perderá su saturación a medida que se le añada blanco y amarillo y seconvierta en verde agua. Para desaturar un color sin que varíe su valor, hay que mez-clarlo con un gris u otro color de su mismo valor, produciéndose su neutralización.Basándonos en estos conceptos podemos definir un color neutro como aquel en elcual no se percibe con claridad su saturación. Esta propiedad es siempre comparativa,ya que la intensidad es determinada en relación con un par. Los colores vivos, en todasu pureza y plena saturación, no los presenta nunca la naturaleza en amplias exten-siones, sino solamente como acentos o pequeñas áreas de animación. Lo importante,en última instancia, es entender y distinguir las relaciones de intensidad, ya quemuchas veces cambia cuando un color está rodeado por otro, comprendiéndose queen sí misma es difícil de ser evaluada.

La semiótica, como disciplina que está en la base de todos los sistemas cognitivosbiológicos, humanos y no humanos, engloba y provee el marco epistemológico ade-cuado para todas las otras perspectivas. Si consideramos el

color como signo, estamos incluyendo todos los aspectos, así, el color puede fun-cionar como signo para un fenómeno físico, para un mecanismo fisiológico o

para una asociación psicológica. El signo es un elemento que está por alguna otracosa y que es entendido o tiene algún significado para alguien: señala un contenidoespecífico. Un signo sirve para representar o sustituir algo que no está presente paraalgún sistema que sea capaz de interpretar tal sustitución.

Charles Morris (1985), utilizando la concepción triádica del signo, ha planteadotres niveles o dimensiones de la semiosis, que intentaré presentar superficialmentepara comprender mejor lo abordado en los puntos siguientes. La dimensión sintácticaes aquella donde se consideran las relaciones de los signos entre sí; la sintaxis hacereferencia a los signos, como unidades elementales, y los códigos del lenguaje, laforma en la se acomodan dichos códigos, respetando las leyes propias de su organi-zación, para poder ser entendidos por muchas personas. En los estudios en el nivelsintáctico es donde la teoría del color alcanza sus mayores logros. Aquí podemos con-siderar los numerosos sistemas de orden de color, las variables para la identificación y

definición de todos los colores posibles, las leyes de combinaciones e interaccionesde los colores, las armonías en las agrupaciones cromáticas y cada aspecto que haceposible hablar de una gramática del color.

En la dimensión semántica, en cambio, se consideran las relaciones de los signoscon los objetos denotados; aquí los signos son considerados en su capacidad pararepresentar o significar otras cosas, para transmitir información o conceptos que estánmás allá de los signos en sí mismos. En la ciencia de los colores, esta área explora lasrelaciones entre los colores y los objetos que ellos pueden representar, los códigos yasociaciones establecidos mediante colores y las maneras en que los significados delcolor cambian según el contexto de aparición.

La dimensión pragmática es aquella donde se consideran las relaciones de lossignos con los intérpretes, con los observadores de turno. Cada una de estas

dimensiones marcará de modo particular el análisis de la personalidad, puntos queserán implícitamente insinuados a lo largo del presente capítulo.

LA RUEDA CROMÁTICA

“No existe teoría posible de/sobre los colores, porque los colores no pueden con-vertirse en imágenes de algo. Son una dis-culpa, ficciones útiles, espectros, proyeccio-nes atemporáneas de formas o de juego de formas. Los colores son pre-textos de con-textos provisionalmente fijables. Los colores son la justificación de la diferencia, elsoporte de un escalamiento que no admite medida, como la complejidad de maticestras los que el sentimiento -y el gustose manifiesta” (Reyes, 1999).

La Teoría Tradicional del Color indica que existen tres colores que no se pueden for-mular a partir de ninguno de los otros existentes: éstos son el amarillo, el azul y el rojo,

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los llamados colores primarios. También son denominados colores fundamentales yaque, al ser convenientemente mezclados, permiten formar cualquier color. Los colo-res secundarios son creados a partir de la mezcla de dos de los tres colores primarios.Ubicándolos en la rueda cromática (imagen 1), creada por Eugène Chevreul (químicofrancés nacido en Angers en 1786), la mixtura entre los primarios adyacentes daránpor resultado el violeta, el verde y el naranja. Hasta aquí entonces encontramos sola-mente seis colores. En la rueda así compuesta ya pueden identificarse los colores com-plementarios, aquel opuesto en la circunferencia, el hallado al trazar una línea que unaun punto del perímetro con su extremo opuesto y pasando siempre por el centro.

A partir de la destilación entre un primario y su secundario adyacente en la ruedadel color se obtiene un color terciario, llegándose así a describir doce colores. Así ter-minada la rueda cromática de doce colores, podemos guiarnos en cuestión de laarmonía del color. En todas las armonías cromáticas pueden describirse tres colorescon rangos determinados (imagen 2): el dominante, el de mayor extensión e impor-tancia, que sirve para destacar los otros colores que conforman la composición gráfi-ca y para reconocer al opuesto; el tónico, aquel que es complementario del color dedominio, el más potente en color y valor y el que se utiliza como nota de animacióno audacia en cualquier pieza; y el de mediación: que actúa como conciliador y modode transición entre cada uno de

los dos anteriores, soliendo tener una situación en el circulo cromático cercano a ladel color tónico.

Existen principalmente dos formas diferentes de considerar los colores: desde elpunto de vista sustractivo y desde el punto de vista aditivo (imagen 3).

El punto de vista sustractivo hace referencia a la forma en que los colores son per-cibidos por el ojo humano al reflejarse la luz sobre un objeto, lo que produce que ésteabsorba ciertas longitudes de onda de la misma, reflejando otras, cuya mezcla va a darlugar al color final del objeto. Este fenómeno es el que se produce en pintura, dondeel color final de una zona va a depender de las longitudes de onda de la luz inciden-te reflejadas por los pigmentos de color de la misma. Los colores primarios en estecaso son el amarillo, el magenta (similar al rojo) y el cyan (equivalente al azul), queson los empleados en pintura y artes gráficas. Si mezclamos los tres colores sustracti-vos primarios nos darán un sucio marrón que tiende a negro; por esto se les llamasutractivos, porque tienden a sustraer el color blanco de la luz. Éste es el enfoque enel que me pararé a la hora de definir esta vistosa forma de estudio de la personalidad.Desde el punto de vista aditivo los colores se perciben como longitudes de onda de laluz que pasan directamente a nuestros ojos, sin ser reflejadas previamente por ningúncuerpo, como es el caso de la luz directamente percibida de una fuente luminosa,como una bombita, una pantalla de televisión o el monitor de un ordenador. Los colo-res primarios pasan a ser entonces el rojo, el verde y el azul. La suma de los tres da elblanco, y la ausencia de los 3 el negro. Este es el sistema RGB (Red, Green, Blue), aquelque va a definir la cantidad relativa de cada uno de los colores primarios presente uncolor determinado. Como ya he señalado, a partir de la mezcla de los colores prima-rios se obtienen los colores secundarios, y mezclando los primarios con los secunda-rios se logran los terciarios. Como curiosidad, los colores secundarios por adición secorresponden con los primarios en sustracción, y viceversa.

La rueda cromática, continuando con esta reseña, admite la identificación de dis-tintas gamas, de las cuales mencionaré solamente las desplegadas en este inusitadoestudio de la personalidad. Las características de la personalidad que iré puntualizan-do, emparentadas con matices, tonos, brillos y gamas, serán solamente agrupadas enfunción de asentar algunas proposiciones descriptivas, y nunca como artefactos oconstrucciones que necesariamente simbolicen mayor o menor proximidad con enfer-medades o trastornos. Por otro lado, al ser conjugadas las gamas escogidas para pin-tar cada personalidad con los esquemas preponderantes y las trampas adictivas, aun-que tibiamente, se expondrán algunos elementos que explican no sólo la foto sinotambién el proceso sistémico.

La gama fría (gama fría vs. gama cálida -imagen 4-), descrita por Oswald, brindasensación de tranquilidad, seriedad y distanciamiento. Los colores que pertenecen

a esta gama son el azul, el verde, el azul verdoso, el violeta, el cian y a veces el celes-te. El azul en su máxima saturación convoca al frío y nos recuerda en su sensación al

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hielo y la nieve; en su estado más brillante es dominante y fuerte. Los sentimientosgenerados por esta gama son opuestos a los generados por los colores ardientes;actúa aminorando el metabolismo y aumentando nuestra sensación de calma. Los tin-tes fríos en sus matices claros expresan frescura, descanso, soledad, mientras que losmás oscuros insinúan misterio, reserva, pesadez y melancolía.

La gama cálida da sensación de actividad, alegría, dinamismo, confianza y amistad.Los colores que la componen son el amarillo, el rojo, el naranja y el púrpura, enmenor medida. El rojo y el naranja son los colores con mayor potencia de excitación.El rojo de máxima saturación, en su estado más intenso, remite al color más ardienteen el círculo cromático. Los colores abrasadores se proyectan hacia fuera y atraen laatención, son fuertes y agresivos y parecen vibrar dentro de su espacio propio. Lospigmentos cálidos en sus matices claros sugieren amabilidad, delicadeza y regocijo,mientras que los más oscuros denotan poder y riqueza.

La gama luminosa (gama luminosa vs. gama oscura -imagen 5-) inspira limpieza,juventud y jovialidad y está compuesta por los colores llamados claros, como los ama-rillos, verdes y naranjas. Los colores claros como verdes livianos, marfil, crema y beigeson confortables y tienen leve acción estimulante. Pueden sugerir también liviandad,descanso, suavidad y fluidez.

La gama oscura deja la sensación de seriedad y madurez, como es el caso de lostonos rojos, azules y negro. Puede volcar también la impresión de una emoción con-centrada, severa y dramática.

En la gama positiva o activa propuesta por Goethe (gama activa vs. Gama pasiva -imagen 6-) se distinguen los colores amarillo, el naranja y el rojo amarillento comoaquellos que causan una actitud animada, emprendedora y activa.

La gama negativa o pasiva es aquella que parece adaptarse a un humor intranqui-lo, en algunos momentos frágil, dócil y maleable, y en otras circunstancias llena deemoción, apasionada e indomable. Está compuesta por el azul, el rojo azulado, el rojoy todos sus intermedios.

LA PROVOCACIÓN DE GOETHE

“Cuando el ojo ve un color se excita inmediatamente, y ésta es su naturaleza,espontánea y de necesidad, producir otra en la que el color original comprende laescala cromática entera. Un único color excita, mediante una sensación específica, latendencia a la universalidad. En esto reside la ley fundamental de toda armonía de loscolores” (Goethe, 1999).

En un claro paréntesis frente a la Teoría Tradicional del Color, aunque son innega-bles algunos de los aportes del alemán a su desarrollo, intentaré ahora bajar algunosde los productos de su intempestivo trabajo. Johann Wolfgang Goethe, nacido enFrankfurt en 1749, aceptó la invitación a filosofar que le proponían los colores y dise-ñó una teoría propia con la que intentó ir más allá de la racionalista mirada newtonia-na, desafiándola en un escrito de doscientas páginas en 1810 e iniciando una crítica ala ingenuidad del moderno pensamiento científico de la época. Reconocía ya desdefines del siglo XVIII que las ciencias necesitaban ser organizadas de modo interdiscipli-nar para conseguir el estudio exhaustivo de un fenómeno, en un sofisticado pluralis-mo que combatía el reduccionismo vigente. Y en este punto residía su mayor objecióna la mirada newtoniana, criticando la falta de profundidad e invitando a la liberaciónde las predisposiciones conceptuales para el abordaje de una teoría repleta de proble-mas, sumando en la Teoría de los Colores la inspiración y la inmediatez sensual de lapoesía con el cultivo de la racionalidad que constantemente se pone a prueba a símisma. Novelista, dramaturgo, poeta, científico, geólogo, botánico, anatomista, físi-co, historiador de ciencias, pintor, arquitecto, diseñador, economista, director de tea-tro, filósofo humanista y uno de los personajes más influyentes de la historia, estudióentonces las alteraciones fisiológicas y psicológicas de las personas ante los diferentescolores, completando aquello que el físico sólo había vislumbrado. La Teoría de

los Colores de Goethe (de título original en alemán “Zur Farbenlehre”) no es unaóptica, sino una morfología de los colores, nacida del conocimiento espontáneo quela naturaleza ofrece; es un ejemplo de su opinión filosófica: el color es un símbolo delo que sucede en nuestro alma. Este interés en la reacción humana frente a la percep-ción cromática vincula directamente sus investigaciones con la vigente psicología del

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color, dando lugar a lo que constituyó las bases de la cromoterapia según Goethe.Su sistema se desarrolla a partir del contraste elemental entre los colores claros y

los oscuros: el amarillo es comparable a la claridad, evocando vida, actividad y esfuer-zo, mientras que el azul lo es a la oscuridad, determinando un sentimiento de inquie-tud, endeblez y nostalgia. El amarillo se relaciona con efecto, luminosidad, claridad,fuerza, calor, proximidad e impulso, mientras que el azul con examen, sombra, oscu-ridad, debilidad y alejamiento (Goethe, 1999).

Su perspectiva muestra el vínculo del “efecto sensual-moral” de los colores aisla-dos sobre el sentido visual, y por medio de éste sobre el humor, que luego sería pola-rizado en las gamas activa o positiva y pasiva o negativa. El contenido conciente de lascualidades sensuales de cada matiz afianza sus interpretaciones en el área de la psico-logía, devolviendo el romanticismo la calidad simbólica de los colores. Pero Goethe noquería quedarse en esa postura parcial, sino que quería hacer ciencia, presentando fir-mes nexos entre el efecto sensual moral y lo racional, territorio de la física. Así, suexquisita descripción contiene algunas de las primeras y más precisas descripciones dela sombra coloreada, la refracción y el acromatismo/hipercromatismo. Define de

un modo distinto el espectro luminoso, aseverando que cuando un haz de luz estárodeado de oscuridad, se encuentran tonos amarillo-rojizos en la parte superior yazul-violáceos en la parte inferior, a la vez que el verde en el centro aparece sólo cuan-do los bordes violáceos se superponen a la parte rojaamarilla.

Cuando un haz de oscuridad está rodeado de luz, en cambio, encontramos tonosazul-violáceos en el borde superior y amarillo-rojizos en la inferior (imagen 7).

Goethe condiseraba que su teoría era una explicación más general y que las obser-vaciones de Isaac Newton eran casos especiales dentro de su teoría. Si bien la obra delalemán no recibió mucha aceptación entre la comunidad física, su trabajo no sólorompió radicalmente con las teorías ópticas newtonianas de su tiempo, sino tambiéncon toda la metodología de la ilustración concerniente al reduccionismo científico. Apesar de esto, es hoy de común acuerdo que hay que distinguir entre el espectro ópti-co tal y como lo observó Newton y el fenómeno de la percepción humana.Considerada por el mismo Goethe como su mayor logro, la Teoría de los Coloresfunda una innegable inspiración de la

ciencia holística.

PSICOLOGÍA DEL COLOR

“Los colores actúan sobre al alma, en ella pueden excitar sensaciones, despertaremociones e ideas que nos calman o nos agitan y provocan la tristeza o la alegría”(Goethe, 1999).

El color es sin dudas un medio muy valioso para transmitir sensaciones, por lo queel buen artista logrará plasmar una experiencia interna al utilizar el color con buenconocimiento de su naturaleza y efectos. Nada puede expresar quizás con tanta sen-sibilidad y hablar tan fielmente de la personalidad de un artista y de las cualidades eintenciones de su mente creadora, como la composición de su paleta, el uso y distri-bución de sus colores y la música que en su inacabable combinación resuena.

El objetivo primordial de la psicología de los colores es la determinación de relacio-nes lo más claras posibles entre los colores como signos o manifestaciones y los acon-tecimientos psíquicos asociados a ellos. La evaluación de los significados de los colo-res ha sido profundamente estudiada, acercando rigurosos criterios investigadorescomo Heiss & Halder (autores del Test Piramidal del Color, 1979) o Max Lüscher (autordel examen clínico psicométrico Test de Lüscher, 1969). Desde el punto de vista psi-cológico, finalmente, parece haber general acuerdo sobre el hecho de que cada unode los colores posee una expresión específica. No obstante la obvia imposibilidad deasociación entre una sensación y un color que para todos resulte veraz, existen algu-nos consensos que, salvando también la ausencia de importantes factores intervinien-tes como son el contexto en que el color se encuentra, el valor y el grado de satura-ción, entre otros, permiten relacionar el azul con el frío y el rojo con la calidez, pornombrar solamente un par de ejemplos. Para complicar más el asunto, un color deter-minado no impresionará a la misma persona siempre de la misma manera, sino queel impacto tendrá relación estrecha con el estado de ánimo. Siguiendo esta línea gene-ral y superficial de análisis, los colores cálidos son generalmente considerados como

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estimulantes, alegres y hasta excitantes y los fríos como tranquilos, sedantes y en algu-nos casos deprimentes. Algunas investigaciones han demostrado que son corrientesestas percepciones en la mayoría de los individuos, determinadas por reaccionesinconcientes ligadas a diversas asociaciones que tienen relación con la naturaleza, sen-saciones irreflexivas incluidas en el bagaje genético que acumula miles de años deevolución de nuestra especie. Así como los colores expresan estados anímicos y emo-ciones de muy concreta significación psíquica, también ejercen una acción fisiológicadeterminada, por lo que puede asociárselos a reacciones y funciones específicas.

Intentaré repasar ahora algunas de las cualidades vinculadas a los tres colores pri-marios, los tres secundarios, al blanco, al gris y al negro, resaltando solamente aque-llas que tienen mayor consenso, y pisando fuerte fundamentalmente las vívidamenteliterarias descripciones de Goethe. Comenzando arbitrariamente por el amarillo,seguirán luego el orden presentado en la rueda cromática.

Amarillo: es el color de mayor relación con la precisión en lo intelectual y puede serasociado con una gran lucidez y creatividad. Vasili Kandinsky, artista ruso maestro dela acuarela abstracta, relacionaba el amarillo con cualidades imaginativas. Es el colordel sol y de la luz radiante, y simboliza acción, poder, arrogancia, fuerza, voluntad,constancia y estímulo. Así como puede indicar envidia, avaricia e hipocresía, tambiénpuede vinculárselo al buen humor, al entusiasmo, la pasión mesurada y la primavera.Max Lüscher lo reconocía como un color que irradia serenidad y alivio. Es un colormedido que puede sugerir, cuando es suave, delicadeza, generando un clima de bien-estar, grato, cómodo y distendido, y cuando es fuerte, saturado y brillante, peligro.

Mezclado con negro constituye un matiz verdoso muy poco apacible que sugiereenemistad, disimulo, crimen, brutalidad, recelo y bajas pasiones. Mezclado con blan-co puede expresar cobardía, debilidad o miedo y también riqueza, cuando tiene unaleve tendencia verdosa.

Se lo considera como estimulante de los centros nerviosos, por lo que se lo sueleasociar a la intelectualidad y al pensamiento claro. Pero hay que tener en cuenta quees uno de los colores que, cuando es intenso y brillante, más puede

fatigar a la vista, pudiendo llegar a ser aplastante al causar una estimulación exce-siva de los ojos, por lo que un entorno amarillo brillante provoca sensación de irrita-bilidad en las personas.

Naranja: mezcla de amarillo y rojo, tiene las cualidades de éstos, aunque en menorgrado. Es algo más cálido que el amarillo y actúa como estimulante y tonificador.Sugiere informalidad, visceralidad, alegría, sociabilidad, amistad y se destaca sobre elentorno que lo rodea; posee una fuerza activa y expansiva.

Simboliza optimismo, entusiasmo, estímulo y vigor, y, cuando es muy encendidoo rojizo, euforia, exaltación, ardor y pasión. En ocasiones resulta demasiado atrevidoy puede crear una impresión impulsiva que parece llegar a ser agresiva. El naranjatambién puede indicar tentación lujuriosa, orgullo y ambición.

Mezclado con el negro sugiere engaño, conspiración e intolerancia, y cuando esmuy oscuro, opresión. Mezclado con blanco constituye un rosa carne que tiene unacalidad muy sensual.

Rojo: este primario simboliza fuego, sangre, calor abrasador, revolución, alegría,acción, fuerza, agitación, pasión y sexo. Asimismo se vincula con la guerra, disputa,agresividad, desconfianza, destrucción, impulso, crueldad y rabia. Se lo relacionainequívocamente con una personalidad extrovertida, que vive hacia afuera, que tieneun temperamento vital, ambicioso y material, que se deja llevar por el impulso másque por la reflexión. De acuerdo a Kandinsky, las vibraciones de este color se relacio-nan por excelencia con lo altamente emocional.

Según Max Lüscher (1969) el rojo es la expresión de la fuerza vital y cumbre de laexcitación vegetativa: “El rojo eleva el pulso, la presión sanguínea y la frecuencia respi-ratoria (...) con lo cual tiene el significado del anhelo y todas las formas del apetito. Elrojo es el impulso para causar efectos, para conquistar el éxito y para codiciar con ansiaslo que brindan la intensidad y la abundancia de vivencias. El rojo es el impulso, la volun-tad vital de conquista y la potencia, desde la fuerza instintiva sexual hasta la transforma-ción revolucionaria”. Según Halder, el rojo es la medida de la excitabilidad emocional.

Mezclado con blanco es frivolidad, inocencia y alegría juvenil, y en su mezcla con

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el negro estimula la imaginación y sugiere dolor, dominio y tiranía. El rojo está relacio-nado con la sangre y el fuego y sugiere calor y excitación; es el color del movimientoy la vitalidad: fisiológicamente ejerce un efecto tonificante, aumenta la tensión mus-cular, activa la respiración, estimula la presión arterial, acelera la circulación y promue-ve el impulso, la acción y el combate. Es un color muy sobresaliente que roba la aten-ción y suele incitar a tomar una acción, busca la autoridad y la dominación; su pode-rosa intensidad, más aún cuando impera en la superficie, cansa rápidamente y agotapor su enorme potencial de excitación. Moviliza hacia los sentimientos enérgicos y laexcitación sexual, también hacia la pasión violenta, el enfado, la cólera y la ira.

Violeta: resultante de la mixtura entre los primarios rojo y azul, y conciliando losdos extremos del espectro propuesto por Goethe como colores negativos o pasivos,significa profundidad, tristeza, nostalgia, débil vitalidad, conformismo, desasosiego,melancolía, aflicción y hasta martirio. Con menor frecuencia se lo asocia a la toleran-cia, la madurez y la experiencia. El violeta también se liga a la intuición y esconde unlado enigmático, lleno de misticismo. Es el color de la fantasía y de los estados desueño, y puede sugerir pesadillas o locura. Suele evocar un clima de frivolidad, artifi-cialidad y engaño.

En su variación al púrpura, convoca autoridad, realeza, dignidad, suntuosidad,abundancia y sofisticación. Mezclado con negro es deslealtad, desesperación y mise-ria; mezclado con blanco, rigidez y dolor, aunque en sus matices claros el violetapuede sugerir también delicadeza.

Según el Test Piramidal del Color, el violeta es un color mezcla que presenta doscaras, ya que en este tinte conviven tanto fenómenos inhibidores como elementosestimulantes. Así, el violeta representa a la vez intranquilidad e inestabilidad internas,que puede ser tanto un signo de alteraciones como un indicador de tendencias evo-lutivas y de desarrollo (Heiss & Halder, 1979).

Lüscher añade que este matiz puede significar la indecisión vacilante, ya que fundelo conquistador impulsivo del rojo y el repliegue del azul.

Azul: es el más frío e inmaterial de los colores. Como tinte que pinta el cielo y delmar, significa serenidad, fidelidad y verdad. Como color que matiza la distancia y elinfinito se arrima a la frialdad y al control. Está entonces vinculado con sentimientos desosiego, comodidad y tranquilidad que, en exceso, parecen acercarse al frío, rigor, tiran-tez, tristeza, anestesia emocional, frigidez, vacío, miedo y desvaríos. Se lo asocia con losintrovertidos y reservados, personalidades concentradas en una vida interior; está vincu-lado con la circunspección, la inteligencia y las emociones profundas pero reposadas,calladas. Román Reyes lo entiende como el color detrás del que se esconden los amoressecretos. La racionalidad cerebral es la esencia energética que este color despertaba paraKandinsky. Halder, al comienzo de su investigación, consideró al azul oscuro como elcolor de la intraversión, de la dedicación al interior propio, del repliegue hacia la propiapersona y del mundo de las vivencias individuales. “Esta forma de intraversión conducea un gobierno de las emociones” (Heiss & Halder, 1979).

Mezclado con blanco es cielo, pureza, frescura y fe. Mezclado con negro, desespe-ración, fanatismo e intolerancia. Un azul turquesa, por ejemplo, es más inquieto queel azul ultramar, ya que en el primero hay participación del amarillo.

Fisiológicamente regula y reduce el pulso, la presión sanguínea, la frecuencia res-piratoria y las funciones del estado de vigilia, alcanzando una tranquilidad difícil deperturbar (Lüscher, 1969). También parece influir sobre el apetito, disminuyéndolo,probablemente porque no hay ningún alimento azul en la naturaleza. También puedefacilitar el descanso, aunque la sensación es distinta de la calma de los verdes. En gran-des extensiones no fatiga los ojos.

Verde: es un color de gran equilibrio porque sus compuestos se sitúan en un puntotransicional en el espectro de los colores vinculados a la emoción mesurada (cálidosamarillos) y el juicio (fríos azules); esta combinación de energía y uniformidad lo ubicacomo un color de tensión elástica. Significa juventud, esperanza, razón, lógica y rea-lidad. Por esto se lo asocia con las personas superficialmente inteligentes y, segúnKandinsky, ecuánimemente estructuradas y organizadas. También sugiere humedad,frescura, vegetación y fertilidad; simboliza la naturaleza y el crecimiento. Halder des-cribe a las tonalidades del verde como un momento de estabilidad y una conseguida

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regulación de las fuerzas. Puede ser interpretado como una señal de integración,como signo de sensibilidad madura y de la compensación entre el mundo exterior yel interior. Para Lüscher, por su lado, el verde azulado, uno de

los elegidos para su test, es la expresión de la defensiva ante los cambios, signo deestabilidad y autoconfirmación, de perseverancia acentuada y de tensión de la volun-tad con un propósito. Esta aparente disidencia entre ambos autores se explica en laelección de una fría forma de verde en el test de Lüscher, distinto del escogido porHalder, lo que realza notablemente la tenacidad con la que defiende una postura.

Cuando su valor se oscurece, y de acuerdo a particulares modos de composición,puede sugerir también angustia y ansiedad, al mismo tiempo que suele ser señaladocomo el color de los celos, de la degradación moral y hasta de la locura.

El verde, color vinculado directamente a la naturaleza, a los prados húmedos y alaire libre, es fresco, tranquilo y reconfortante. Suele ser destacado como el color másdescansado para el ojo humano. Sugiere calma y frescura, es tranquilizador, libera elespíritu y equilibra las emociones.

Blanco: es el color que mayor sensibilidad posee frente a la luz. Es la suma o sínte-sis de todos los colores (desde el punto de vista aditivo) y el símbolo de lo absoluto;entrega la sensación e idea de unidad, integridad, modestia, pureza, inocencia, per-dón, paz, suavidad, limpieza y pulcritud. Es aceptación incondicional, a la vez que, enun sentido más negativo y pesimista, puede representar frialdad, poca vitalidad, vacíoy ausencia. Reforzando la ya mencionada influencia subjetiva de la individualidad y dela colectividad en las culturas, podemos entender esta descripción del blanco en elmarco de la cultura occidental, mientras en otras culturas los colores pueden expresarsentimientos totalmente opuestos a los antes indicados: en Japón, por ejemplo,

el color blanco simboliza la muerte.Mezclado con cualquier color reduce su cromo y cambia sus potencias psíquicas,

la del blanco es siempre positiva y afirmativa.

Gris: formado por la transición entre el blanco y el negro, es el producto de la mez-cla de ambos en distintas proporciones. Las gamas blanco-gris-negro son, en realidad,«colores sin color». Simboliza neutralidad; es una fusión de alegrías y penas, del bieny del mal. Genera sensación de duda, de indecisión, de resignación y, finalmente, dedesánimo y tristeza, aunque más leve que un azul oscuro o negro. De acuerdo a losescritos de Lüscher, no es ni tenso ni aliviador y refleja una falta de compromiso: sim-boliza el deseo de no darse a conocer, de mantenerse protegido frente a toda influen-cia. Halder coincide con estos postulados, afirmando que el gris indica una diestraconducta evasiva, una inclinación a la fuga de los compromisos emocionales.Disminuye la saturación de cualquier color en su fusión, casi sin ninguna otra funciónaparente más que ésta, como carente de personalidad propia. Es un tinte que buscaigualar todas las cosas, hacerlas más parejas. Parece libre de cualquier tendencia psí-quica, aunque a veces sugiere una leve atenuación de las reacciones psicológicas.

Negro: es la ausencia del color, la ausencia de luz; no es un color en absoluto, notiene tono ni intensidad. Simboliza el error, el mal, la noche, el abismo, las tinieblas,la muerte y el duelo. Significa rigor, prudencia y seriedad, pero también misterio, tris-teza, luto, inconsciencia y odio. Frecuentemente es considerado como expresión denegación. Es el color de la disolución, de lo impuro, de lo imperfecto; busca el respe-to en el aislamiento, por una reconocida falta de capacidad de integración. Halder loevoca en el Test Piramidal del Color como una tendencia a bloquear y rechazar los sen-timientos afectivos, mientras que Lüscher lo ve como una parada final, un límite abso-luto: es el rechazo a la aceptación que en el blanco alcanza su apogeo en absolutalibertad y sin defectos (Lüscher, 1969).

3- PERSONALIDAD: UNA COMPLEJA MEZCLA DE COLORES

PENSANDO UN COLORIDO ENFOQUE

“En vez de rendirnos frente a este eclecticismo incierto, debemos preguntarnos siexiste alguna teoría capaz de reflejar la personalidad como el patrón de variables queabarca la constelación completa de la persona” (Millon & Davis, 2001).

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Si comprendemos que la personalidad es una globalidad de ámbitos que inevita-blemente interactúan entre sí, entonces localizar sus principios organizadores es unatarea posible. No obstante, la propia materia de estudio es desde la largada una limi-tación a la universal validez de la teorización, ya que comprende en su seno fenóme-nos tan cercanos a las ciencias más duras como a las más blandas, estrechándose ensu intención las manos de la biología con las de la psicología, la sociología y la filoso-fía. A su vez, es sabido que las leyes físicas, de naturaleza definida y atemporal, logransuperar los avatares del tiempo (son sólo las explicaciones las que pueden cambiar),pero eso no puede ser esperable en las disciplinas sociales, tan abiertas, imprecisas ysiempre dependientes del momento histórico y del marco cultural. Aún así, espero alo largo de este texto poder conectar con suficiente coherencia y solidez esas visionesparciales que pretenden mantenerse ajenas entre sí, integrando una descripción quelas contenga, sin presentarse como una perspectiva más, otra paralela a las demáspero sin contacto con ellas, sino entrecruzándolas y aunándolas. Por supuesto quepara intentarlo deberé desafiar las naturales objeciones a los encontronazos epistemo-lógicos que no dudarán en mostrar sus asperezas, suavizándolas en la necesaria con-ciliación de aspectos tan diversos como los involucrados en este objeto de estudio.Pero confieso que trascender los enfoques particulares no es una empresa sencilla y,con certeza, no puedo asegurar que lo logre.

El andamiaje elegido para sostener la integración de los puntos de vista involucradosen mi propuesta serán las premisas básicas del modelo evolutivo, con sus sentidos desupervivencia, adaptación y prolongación de la vida como proclama. Los retos que pro-pone la clarísima distinción de este paradigma, como hemos repasado anteriormente,los fundo aquí en un solo concepto que los amalgama, explicando de mejor manera laintención de este capítulo: la adaptación. Esta tarea entiende la superación de las nece-sidades primarias y la homeostasis con el entorno ecológico, reconociéndose aquí porsupuesto los requerimientos psicosociales, asegurando la supervivencia y favoreciendola continuidad de la especie. Y en este sentido refuerzo el concepto de adaptación via-ble (más que adaptación válida) para leer las líneas que desfilan a lo largo del libro, evi-tando el filtrado de connotaciones ideológicas y estigma social vinculadas a los criteriosde normalidad y enfermedad. Luego, el representacionismo, como proceso en el que sig-nifican todas las imágenes mentales (en general, sin referencia al sólo aspecto visual),hará de los procedimientos cognitivos lo propio del adaptacionismo para la teoría evo-lutiva: así, el sistema de otorgamiento de sentidos emocionales y racionales a las situa-ciones, personas y cosas será la clave para adaptarse al mundo construido.

Menos dramático que el brillante psicoanálisis, menos científico que el productode la severa escuela del conductismo, menos inteligentemente fundamentado que elcuidado enfoque eysenckiano, menos minucioso que el extraordinario desarrollo deMillon, menos obediente que el metódico abordaje de Beutler, menos preciso que elmagistral avance de Güidano, menos pragmático que el cosmopolita DSM IV, pero, almenos, con la misma buena intención de generar una explicación que pueda resultar-le útil, o cuanto menos interesante, a quien esté leyendo, voy a dar inicio formal alcapítulo, reflexionando en una proposición que intenta reunir a las restantes conclu-yendo en un nuevo enfoque, evitando que su producto sea solamente una nuevavisión paralela del mismo fenómeno.

De a poco empezaré a describir las pautas para entender esta particular exposiciónque busca enriquecer el objeto de estudio con los inacabables matices que el arte nosofrece. Entre colores primarios, disímiles saturaciones, privados sentimientos, públicoscomportamientos y gamas contenidas en posibles realidades, la nominación de unestado de las cosas buscará ser simbolizada con los valores del arte, perpetuando enlos infinitos colores la identificación y descripción de una personalidad. Sabemos que,así como la materia es incolora y que el color sólo comporta su apariencia, la perso-nalidad tampoco tiene un tinte: el observador sólo puede explicar su forma de perci-bir los rayos luminosos difundidos por el cuerpo indagado. De este modo, al igual quela determinación social del conocimiento tiene el objetivo de ordenar las cosas por ypara el uso que nosotros les damos, la impresión generada en este acto de contem-plar nos permite clasificar las distintas formas de personalidad. La imposición de estosjuegos conceptuales que enmarcan nuestra realidad esconde entonces el secretomismo de esta teoría, restringiendo ahora el interés en el aislamiento y reserva de tin-tes, brillos y valores para filtrar y clasificar las distintas formas de personalidad.

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A priori vale señalar que el resultado de la utilización de esta rueda cromática de lapersonalidad no es nunca un color sino una gama, más o menos definida. Este recor-tado abanico muestra un tinte dominante que se ubica en el centro de su banda cro-mática, citando las cualidades imperantes que gobiernan la personalidad. Del mismomodo que en un cuadro, la presencia de matices por fuera de la gama seleccionadaen la paleta es no sólo una posibilidad sino una necesidad, que con pequeños deta-lles y puntos precisos acercan el resultado a la infinita diversidad de la naturaleza, aña-diendo una cuota de dramatismo en la obra terminada. La gama de personalidad evi-dencia entonces: un tinte dominante que gobierna la composición por su amplia pro-porción de uso (ligado a los esquemas preponderantes), ubicado en el centro deldinámico sector escogido para señalar sus modos; colores mediadores, allegados almatiz y cualidad dominante; y otros tónicos o complementarios, opuestos en la ruedacromática, dueños de cualidades que suelen brillar por su ausencia en la

organización observada (pautas infradesarrolladas).Aparecerán en primer orden los meridianos, arbitrarias y absurdas construcciones

teóricas que trazarán un corte diametral de la rueda cromática. En su nítida distinción,el primer meridiano quiebra la continuidad circular en dos medias lunas que se inte-resan por valores disímiles. Cada una de ellas es dueña de un atributo polar, antagó-nico al de la opuesta, difuminando para sus costados cualidades de decreciente inten-sidad que buscan fundirse en lo más suave del semicírculo opuesto. Tras la selecciónde uno de ellos, de acuerdo a las características identificables en la dimensión que latitula, el dibujo del segundo meridiano exige una nueva decisión. Con la misma mecá-nica, esta línea que cruza a la anterior, determina una división que permite la identifi-cación ahora con un cuarto del semicírculo ya escogido. La tercera dimensión, deno-minada eje en cruz, buscará por su lado especificar aún más el

sector enfocado: así, el cuarto seleccionado reducirá su superficie en un intento deconseguir mayor precisión.

Antes o después -el orden de los factores no altera el producto- podrán ser identi-ficadas las cualidades básicas predominantes de la personalidad, señaladas en los trescolores primarios como hielo (azul), fuego (rojo) o equilibrio/estabilidad (amarillo).Cada uno de estos títulos abarca un espectro de atributos ilustrados desde la sublimesensibilidad de Goethe en su Teoría de

los Colores, añadiendo los valores de otros autores y los propios. Toda personali-dad es construida obligadamente por los tres colores primarios: no existe, por ejem-plo, la posibilidad de un rojo absoluto, sin presencia de cuotas de amarillo y azul. Lostres fundamentales están siempre presentes, aunque en variables proporciones en lamezcla, permitiendo sólo un señalamiento de mayor proximidad a la cualidad hielo,fuego o equilibrio, vinculado a las secuencias predominantes de emoción, pensamien-to y conducta.

Finalizado este rápido esquema orientador e ilustrativo de la personalidad en estu-dio, se considerarán otras cualidades del color. La saturación tiene estrecha relacióncon el grado de pureza del tinte seleccionado. Una gran proporción de azul, claramen-te superior a la mínima participación de los otros primarios, deja una impresión deazul puro, recordando que la saturación de un color va disminuyendo en la medidaen que éste es ensuciado por otros. Como resaltara anteriormente, no es factibleencontrar un color en la naturaleza que sea absolutamente puro; no es posible tam-poco determinar una personalidad que muestre un repertorio de ideas, afectos y com-portamientos tan estrecho y rígido como para ser simbolizado con tanta pureza. Laúltima cualidad del color ponderada en esta revisión es el tono o valor del resultadode la mezcla, en función de la claridad u oscuridad, de la cantidad de blanco o negroque se añada en la paleta. Aquí reside una cuarta dimensión no considerada directa-mente en las particularidades manifiestas por el cruce de los meridianos, que otorgauna significación aparte de los atributos antes señalados. Así, el tono agregará unacalificación a los matices advertidos, adjetivando con mayor precisión la disposiciónglobal.

En la anunciada invitación a jugar, podrán reconocerse por fuera de la rueda algu-nos pensamientos, emociones y comportamientos, todos entreverados en complejosesquemas de procesamiento que hacen a particularidades del sentido de sí mismo.Sumando dificultad a la comprensión del objeto de estudio, estos fenómenos se dis-ponen en los márgenes del contorno circular, como desprendidos de un efecto cen-trífugo. Con cierto desorden y arbitrariedad, confeso de antemano para evitar irrepri-

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mibles objeciones, se disponen cercanos a los terrenos de la rueda que más los con-tienen. No obstante, su presencia ligada a gamas más o menos definidas no quita laposibilidad de su utilización en áreas disímiles del aro. Es un criterio estadístico, enreferencia a la frecuencia de su aparición, el que termina determinando la posiciónque les atribuyo en la periferia del círculo cromático.

Finalmente, y con la misma mecánica que los esquemas recién repasados, los dis-positivos adictivos participarán con la inequívoca intención de mantener el resultadode la mezcla sin alteraciones, estable, imperturbable. La síntesis de las ideas, las sen-saciones, las emociones, los afectos y las conductas transforma su nominación a tram-pa adictiva solamente cuando su utilización denote una repetitiva disposición queescapa del poder de la voluntad, un fenómeno recursivo que eluda el análisis, unaextrema rigidez que busque prescindir de alternativas, y una sustancial dificultad decambio. Su producto, invariablemente, hace a una debilidad de la personalidad queentiende un severo obstáculo a la adaptación flexible, perpetuándose en reconocidosrasgos, hábitos y vicios que tenazmente se afirman en la personalidad. Los dispositi-vos adictivos no son fenómenos señalados en la rueda graficada, ya que ellos no sonmás que los esquemas mencionados con un alto drive y una elevada cuota de agarro-tamiento que, a pesar de un reconocido o no resultado desfavorable o maladaptativo,no puede ser modificado. Su presencia es un disparador a apretar el mismo pomo decolor de manera recurrente, impidiendo el cambio de tinte y la variación de la gama,manteniendo su cualidad con inusual perseverancia y, considerando otra de las cuali-dades descritas, sosteniendo una saturación llamativamente exagerada.

Del mismo modo que en el resto del libro, no pretendo superar otras teorías uordenamientos en cuanto al acabado y minucioso estudio de sus elementos constitu-yentes sino, por el contrario, acercar la intuición y sensualidad del arte a una discipli-na que parece querer emanciparse, renunciando con implícita cobardía a la sabia invi-tación de Goethe a articular asignaturas para observar la totalidad de un fenómeno.Siempre más cercana a los flexibles contornos de la pintura que a las duras aristas dela ciencia, la paleta de esta colorida propuesta dejará lugar a la riqueza, al ingenio y ala creatividad del artesano, para elegir los matices que plasmarán aquello que obser-va en la naturaleza: en este caso, en una forma de personalidad, sin posibilidad algu-na de que el resultado no sea siempre distinto de otros. Es obvia la confesión de asu-midas falencias y puntos a discutir (¡y por suerte esto siempre va a ser así!), por lo quesin mayor cautela comenzaré a volcar un colorido abordaje que se ajusta con como-didad a la silueta de este informal libro.

LOS CRUCES DE LOS MERIDIANOS

Ese conjunto de esquemas de procesamiento y características distintivas que hacea los rasgos, la actitud y conducta de cada personalidad determina las condiciones delos vínculos interpersonales, los modos de comunión con el entorno en el que actúay la relación particular de la persona consigo mismo, distorsionando todas estas for-mas de alianza de acuerdo a las posibilidades de su organización. Su estilo de afron-tamiento varía en función a los atributos y valencias de cada una de sus dimensionesde estudio. Estas extensiones serán ahora facilitadas por ejes que cruzan la rueda cro-mática y reconocen y separan características diametralmente opuestas de una mismacualidad. Como primera medida entonces, para ubicar de modo rápido la gama conla que mejor podríamos describir a una persona, encontramos estas distinciones,dibujadas por el cruce de los tres meridianos.

Los atributos apreciados en cada uno de los sectores marginados varían en suforma e intensidad, en su calidad y su cantidad, y, tras la combinación con otras par-ticulares cualidades, en su expresión final. Y si bien sus formas saben distinguir carac-terísticas específicas de cada organización de personalidad, la relativamente establenoción de rasgo que ellos bosquejan puede dejar lugar a variaciones inconstantescompatibles con el concepto de estado. De este modo, las cuotas de cada uno de losfenómenos señalados detrás de cada cisura pueden ser modificadas en cortes puntua-les transversales de su biografía, sin cambiar el cuadro general, las formas, pero sí sugrado de funcionalidad o disfuncionalidad.

El primer meridiano (imagen 8) nace de un color primario, el amarillo, para termi-nar su recorrido en uno secundario, el violeta, por supuesto, encontrando una esta-

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ción de paso obligado en el centro del círculo, en ese punto donde se trenzan estostres ejes.

El segundo meridiano (imagen 9) une dos colores terciarios: el azul verdoso (colorintermedio ubicado entre el azul y el verde) y el rojo anaranjado (situado en la ruedaentre el rojo y el naranja).

El tercer meridiano (imagen 10) es aquel descrito por Goethe, que separa los pasi-vos de los activos. En su teoría conecta el rojo con el azul, haciendo del centro de larueda el tercer vértice del triángulo que identifica los colores negativos o pasivos. Peroen mi propuesta es necesaria una modificación que pierde la precisión del impactocromático en la sensibilidad del observador, pero que suma practicidad, celo y detallea esta descripción de la personalidad. Una vez dibujadas las líneas del alemán, debepensarse un trazo imaginario (el del segundo meridiano) que adquiere las caracterís-ticas de un espejo: las dos mitades separadas por esta banda reflejarán así la una a laotra. La disección enseñada por Goethe, ese triángulo que liga centro con rojo y azul,se refractará en otro trilátero cuyos vértices serán el centro, el naranja y el verde.Entonces este meridiano, denominado eje en cruz, quedará finalmente constituidopor tres líneas rectas que van de lado a lado y se cruzan en el centro de la rueda. Unaune el rojo con el verde, la otra el azul con el naranja, y la restante el azul verdoso conel rojo anaranjado.

El primer meridiano (imagen 8) separa dos medias lunas, tal como lo hace tambiénel segundo, pero esta línea conlleva la distinción del clima de los colores, discriminan-do así la gama fría de la cálida. Como ya hemos visto, los matices de un lado y del otrodel eje poseen características diferentes que imprimen en el observador una sensacióncualitativamente distinta. Ahora las ligaré más firmemente al examen de la personali-dad.

La gama cálida encuentra a aquellas personas con tendencia a la sociabilidad y gre-garismo, con ganas y necesidad de relacionarse con otros. Son individuos que suelentener el sentido de exploración más manifiesto, representado en su costado más exa-gerado en interminables búsquedas de emociones que encuentran en el objetivoapuntado el inicio de una nueva partida. Comenzando su sendero en el amarillo delequilibrio, sus tonos van aumentando de temperatura a medida que se acercan alfuego; así, por ejemplo, el adjetivo sociable muta en frenéticamente gregario y espon-táneo en histriónico y exhibicionista. El rojo se viste de polo en cuanto al ardor delcolor, así como también al calor de la personalidad. En este punto suelen detectarsecualidades agobiantes y asfixiantes de expresión emocional, tanto como de demandade contención y urgencias afectivas. Presentan una clara tendencia a amplificar aspec-tos perceptuales y afectivos de la experiencia, manteniendo así su sentido de realidad.Son muy sensibles a sus vivencias internas, emociones, motivaciones y necesidades,orientando la mira casi de manera excluyente hacia el interior. No es frecuente que suconciencia por las experiencias del otro gane el foco de atención, menos cuanto másse acerca al violeta y un poco más cuado se corre hacia el amarillo. Enardecidos deentusiasmo, sus intereses pocas veces se limitan a actividades solitarias o individuales,sino que necesitan de un público o personas que lo sigan o acompañen; raramenteorientan su tiempo hacia las tareas o intereses particulares. Finalizando el viaje imagi-nario iniciado en el amarillo, tras el encuentro del punto máximo de temperatura enel rojo, el sendero de los cálidos lleva hasta el violeta, que suma a estos encendidossentidos una dificultad para hacerlos consistentes en la propia trama narrativa, desor-denando el producto y haciéndolo desconcertante.

Las personas que habitan la gama cálida son fácilmente equiparables con los extra-vertidos descritos por Eysenck en una de las dimensiones de estudio de su teoría de lapersonalidad, que aquí comportará parte de las luego definidas

infraestructuras.La predominancia de los colores cálidos, por ejemplo, no excluye mezclas con los

colores fríos, de hecho éstos son necesarios para producir sombras y para matizaralgunas composiciones excesivamente puras. Esta combinación, sin embargo, noresta protagonismo a la tendencia cálida del conjunto, a la vez que la enriquece y per-mite posibles notas de contraste que dramatizan y realzan el resultado.

Los colores cálidos están cortados por el segundo eje (imagen 11), que separa a losluminosos de los oscuros, y por el tercer eje (imagen 12), que señala la posibilidad deque los cálidos y oscuros o cálidos y luminosos sean, a su vez, activos o pasivos.

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La gama fría, en cambio, hospeda a aquellos individuos de estilo más intelectualque afectivo, más cerebrales que viscerales, esas personas que expresan un restringi-do y contenido abanico de emociones, más controlados en la manifestación de susafectos. Estas personas parecen ser más duras, menos conmovibles y mucho másreservadas, permitiéndose expresiones pasionales solamente en contadas ocasiones ycon personas determinadas, cuando no por algún raro accidente que le quita el piedel freno cognitivo al mundo emocional.

En general se trata de personas que escogen largamente las actividades individua-les, aquellas en las que puede manejarse y arreglárselas solo, y, preferentemente, lasde corte intelectual. No busca tener muchas amistades y no goza de las reunionessociales, pero tampoco es un ermitaño ni un desadaptado. De la misma forma que encualquiera de los otros atributos señalados en los distintos cortes, cada cualidad, en símisma, es dueña también de un abanico que presenta mayores y menores intensida-des: así, la reserva de los tonos fríos se puede transformar en una glacial pared queparece castigar al otro implicado en un vínculo, de igual modo que una sutil preferen-cia por solitarias actividades puede virar en una supremacía casi excluyente. No es suobjetivo destacarse en los grupos de gente y menos aún transformarse en el centro deatención. Las caricaturas de este tipo podrían ser, sólo ilustrativamente, un erudito, unpensador, un investigador, un filósofo o quizás un músico. Este sector del círculo nace,para comprender mejor la descripción cromática propuesta, en el amarillo y viaja portodas las tonalidades

intermedias hasta el violeta. Su punto de partida no es un dato irrelevante, ya que,al tratarse del color asignado al equilibrio y la estabilidad (esto será mejor explicadoen el punto siguiente) considera el sitio menos exagerado y más adaptativo del conti-nuo de los colores fríos. Este recorrido, que no tiene correlato con la Teoría del Color,ya que ésta no hace la presente distinción, encuentra en el azul el más frío de sus tin-tes, aquel que de manera más sobresaliente expresa las cualidades atribuidas a lagama. En cambio, a medida que se acerca más al amarillo, sus cualidades se ven másdisipadas, mostrando rasgos más tibios. El hielo del azul congela la gama, y en el restodel sendero hasta el violeta, no gana en frío sino en desorganización, en desordenemocional.

Esta media luna se condice con los intravertidos de Hans Eysenck, con quienescomparte muchas características y, posiblemente, una base biológica o de tempera-mento determinada, como señalara también en la franja cálida.

Si consideramos ahora el cruce del segundo eje (imagen 11), veremos entoncesque los colores fríos pueden ser luminosos u oscuros, de acuerdo a su ubicación conrespecto al azul verdoso como frontera. Mil veces más haré esta aclaración, y esperono hostigar al lector, pero es sumamente necesaria: los límites señalados por cada unade las rectas que cruzan la rueda deben ser vistos con absoluta flexibilidad y compren-diendo que, así como en el arte, en el estudio de la personalidad estas distincionesnunca serán tan netas y precisas, sino más difusas y movibles, cuando no hasta con-fusas. Los fríos y luminosos, del mismo modo que los fríos y oscuros, pueden a su vezser distinguidos en activos o pasivos de acuerdo al lado en que se encuentren del lími-te presentado por el tercer eje (imagen 12).

Antes de pasar al segundo meridiano, refuerzo un punto de singular importancia:la nota más atenuada de frío o calor es el amarillo, ese tono donde nacen tanto lagama fría como la cálida. A medida que éstas se alejan de su dominio, caminando elcontorno de la rueda hacia el violeta, sus temperaturas se hacen más extremas. Losfríos encuentran su punto más gélido en el azul, al mismo tiempo que los cálidoshallan su sitio más abrasador en el rojo.

Siguiendo sus respectivos viajes hacia el violeta, y terminando así el recorrido delperímetro, la pérdida de la capacidad de integración y la incoherencia aparecen comocualidades que se suman a la exaltada temperatura manifiesta, dificultando la nociónde equilibrio o estabilidad.

El segundo meridiano (imagen 9), a su vez, abre el mar de las personalidades en dosaguas: las luminosas y las oscuras, gamas que obtienen su nombre de acuerdo a lacualidad de luz que obtienen sus colores integrantes. La selección formada por lososcuros se condice con aquella dimensión señalada por Eysenck como neuroticismo,siendo ésta señalada como otra infraestructura de la personalidad en mi propuesta.Un alto nivel de neuroticismo se pinta aquí con tonalidades oscuras, mientras que unbajo nivel de este elemento utiliza tintes luminosos. En esta partición, si bien las cua-

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lidades agrupadas detrás de la línea divisoria hablan de características de rasgo, de for-mas estables y hasta relativamente perennes, un efecto embolsa poder: sus atributossaben modificar grandemente sus intensidades, fundamentalmente del lado de lososcuros. Así, estados puntuales transitorios se convierten en un gobierno que parececondenar los rasgos habitualmente dominantes en fenómenos solamente secunda-rios. Pero por ahora dejo pendiente esta observación, para ser aclarada en el momen-to más pertinente.

Los colores luminosos conforman un reino del cual el amarillo es el rey. Como cen-tro de su poblado, el color del sol abre sus rayos hacia uno y otro lado del semicírcu-lo, perdiendo intensidad mientras los tintes se alejan más de su núcleo, viajando hacialos extremos del meridiano. Así, el rojo anaranjado y el azul verdoso, tienen menos luzque el naranja o el verde, por ejemplo, mostrando en sus particulares característicasmenor proporción de equilibrio y estabilidad, del mismo modo que van sumandotambién otras cualidades. Estas valencias sugieren mayor calidez o frío a medida quesu travesía se orienta hacia el rojo anaranjado o azul verdoso, inclinando la aún vigen-te ecuanimidad hacia los estilos más pasionales o cerebrales respectivamente. En lagama de los luminosos, entonces, cuanto más se aprieta el pomo del amarillo, mayorequilibrio tiene la mezcla de la personalidad, ganando en armonía y nivelando la pro-porción de esquemas de procesamiento de tipo racionales y emocionales. La músicade este contrapeso resulta en una melodía suave, tranquila, tenue, sin mayores sobre-saltos, una cadencia que raramente encuentra grandes sorpresas. Su amplia capaci-dad de abstracción, su pensamiento claro y su pasión mesurada generan habitual-mente un clima de bienestar, relajado y distendido. Pero si su prolija armonía llega ahacerse casi invariablemente inalterable y excesivamente previsible, reconociendo enla humana estabilidad la posibilidad y necesidad de ciertos desniveles en circunstan-cias puntuales que la exijan, entonces es probable que un amarillo saturado estéimpregnando toda la muestra. De no ser así, entonces es probable que esa falsa ecua-nimidad esté escudada detrás de tonos lindantes con el hielo.

Los colores oscuros presentan un gobierno de leyes opuestas al anterior. Su primermandatario es el violeta, color complementario en la rueda cromática al rey de losluminosos. También el rigor de su constitución va perdiendo intensidad mientras losmatices se separan de su cetro. De este modo, para un lado o para el otro de este vio-leta saturado, los matices disipan la carga de violeta para llegar en sus extremos al rojoanaranjado y al azul verdoso, pasando por el rojo y el azul como estaciones interme-dias en cada uno de los senderos. Por el contrario de los luminosos, que se jactan deser equilibrados y estables, los oscuros son más inestables e inseguros, cargando detinta sus cualidades tanto más cuando se acercan al violeta. En este punto de máximaoscuridad en la gama presentada y prestada a la descripción cromática, otras cualida-des suelen hacerse aparentes como resultado de una profunda inestabilidad del sen-tido de sí: la oscilación entre supravaloraciones narcisísticas e infravaloraciones melan-cólicas ilustran una destacada volatibilidad. La inhibición y la excitación en todos losniveles de expresión del aparato psíquico son fenómenos que conviven permanente-mente, sin conciliaciones, peleando por un lugar. Son en el mismo día tanto autóno-mos e independientes, sin querer ni precisar nada de nadie, como absolutamentedependientes y necesitados de un apoyo y consejo excesivo. Al encontrarse en elpunto medio entre el hielo y el fuego, pueden presentar manifestaciones emociona-les tan altamente expresadas, como gélidas respuestas que disfrazan su enorme y con-tenida carga afectiva en la cuidadosa y sesuda elección de sus palabras. Los estados deánimo pueden fluctuar de un lado al otro, en fugaces trances desde lo eufórico hastalo depresivo. Finalmente, esta desintegración de la propia identidad y estas alternan-cias en los niveles de la autoestima los hacen más intranquilos de sus capacidades quesólidos y seguros. En circunstancias puntuales, todas las cualidades residentes en esteespacio parecen ganar en intensidad, incrementando sus fenómenos en un espiralque aparenta ser irrefrenable: aquí se entra en una escalada que, de manera pasajera,sabe modificar la forma global de la personalidad, llegando en ocasiones a grados lla-mativos de desorganización. Bajo este denso manto de desconcierto las desbordadasemociones se confunden y aturden al individuo que, preso de este trance de pertur-bación, no puede discriminar entre sus propias sensaciones y las contingencias exter-nas, entre las valoraciones internas y los juicios foráneos. La capacidad de abstraccióny juicio parece debilitarse dejando sitio a un nivel más concreto que imposibilita unavisión panorámica de la experiencia y la posibilidad de arrinconar los problemas pun-

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tuales. Así, vestido de violeta saturado, sometido y azorado por el capricho de sus des-enfrenadas emociones y sus inconsecuentes pensamientos, por momentos disparata-dos y hasta absurdos, la contradictoria e incoherente amalgama de vehementes cuali-dades cálidas y frías es una condena transitoria que dificulta una conveniente adapta-ción. En cambio, la insondable sensación de pérdida de control deja lugar a una mayorparticipación de la razón cuando, por propias aptitudes o por el solo paso del tiempo,lo excesivo de sus anárquicas emociones se disuelve y permite al sistema hallar unaexplicación suficiente de su experiencia. La inestabilidad se va perdiendo a medidaque el violeta se diluye al caminar por el perímetro de la medialuna, encontrandomayor equilibrio y definiendo con un poco más de precisión su tendencia fría o cáli-da, de acuerdo a la elección del sendero que lo guía al azul verdoso o al rojo anaran-jado respectivamente.

A su vez, tanto los oscuros como los luminosos podrán ser valorados como positi-vos o negativos por el tercer quiebre (imagen 12), el del eje en cruz, adquiriendo deta-lles dispares.

El tercer meridiano (imagen 10), por su lado, separa también propiedades disímiles;así, los colores positivos o activos tendrán particulares diferencias con sus pares delotro lado de la rueda, los negativos o pasivos. A diferencia de los demás cortes, estadistinción creada por Johann Goethe, que va del centro del círculo al rojo y al azul,suma en mi propuesta otras características. Si continuamos la línea que une el rojocon el centro (como un radio del círculo) hasta el verde, entonces quedará plasmadauna recta que cruza de lado a lado la rueda transformando la noción geométrica deradio en diámetro. Otro eje perpendicular al primero unirá dos puntos distantes entresí, el azul con el naranja, una secante que muestra en la cruz resultante cuatro ángu-los, dos agudos y dos obtusos. Como anticipara en párrafos anteriores, puede notar-se que los sectores definidos son una imagen reflejada de un espejo que une ilusoria-mente el rojo anaranjado con el azul verdoso. Esta adición de mi autoría, pidiendo dis-culpas a la falta que origina en la teoría de los colores del famoso pensador alemán,tiene solamente una intención práctica que facilita la comprensión y mayor precisiónde la descripción cromática de la personalidad.

Ensayaré una explicación que aclare esta transitoria confusión. Goethe ofreció esta«V» imaginaria para separar las gamas positiva o activa de la negativa o pasiva, senten-ciando los atributos ya señalados para cada una de ellas. Tras el

trazado de esta figura, invito a repetirla del lado opuesto, con un vértice clavadonuevamente en el centro. El resultado es el de una cruz que abre la rueda en cuatroporciones dispares, dos grandes y dos chicas.

Este meridiano debe proyectarse sólo una vez que los dos primeros hayan sido yabosquejados en la rueda. De acuerdo a la suma de los dos primeros ejes, una perso-na va a ser ubicada en un cuarto de la rueda, entre las coordenadas que separan estosdos carriles. Hasta aquí las posibilidades son solamente cuatro, de acuerdo a las gamaselegidas: cálidos y luminosos, cálidos y oscuros, fríos y luminosos o fríos y oscuros.Ahora es tiempo de trazar la tercera línea y ubicar la personalidad en los dos sectoresremanentes dentro del cuarto ya elegido. Este corte en cruz abre cada uno de los cuar-tos que generan los dos primeros meridianos en dos terrenos que permiten mayorprecisión de las cualidades hasta entonces elegidas. Así, esta doble frontera separacuatro espacios, que se reducen en dos en función de las características que descri-ben, de acuerdo al sentimiento de valía personal, de autoestima y confianza en símismo, enlazados finalmente con los conceptos de autodirección, autotrascendencia(que modelan el carácter según Cloninger) y persistencia (relativo al temperamento,de acuerdo a los escritos del norteamericano). En esta partición se homologan tam-bién las polaridades activa y pasiva de Millon (2001), una de cada lado, uno de los tresgrandes aspectos que permiten, de acuerdo a sus escritos, el análisis de los distintostipos de personalidad.

Por el lado de los negativos o pasivos están entonces las personas que tienen bajosestos sentidos, con mayor inclinación a la dependencia de otros, a la búsqueda deapoyo y toma de decisiones en otros de supuestas mayores capacidades. Pierden enautonomía e independencia y se sienten más inseguros y vulnerables que el resto. Ala vez suelen ser más inconstantes y abandonan sus emprendimientos precozmente,al no confiar en su sentido de autodirección. Les resulta más difícil enfocar la atencióny delimitar los problemas presentes con la mira puesta en hallar una resolución, lo que

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señala un estilo atencional difuso. Coincidente con lo último mencionado, suelenrecostarse en orientaciones temporales que viajan al pasado, donde residen preocu-paciones y reproches por lo no vivido o aprendido, mientras que les es más difícilsopesar el presente y prever las consecuencias futuras del actual comportamiento.Puede notarse también que de su sector se van desprendiendo solapadamente emo-ciones más aciagas, desfavorables o desafortunadas, esto referido solamente en el sen-tido en que son percibidas internamente, como ajenas al placer, pero de ningunamanera inútiles, perjudiciales o nefastas; ni mejores ni peores, aclaro. Así, tanto loscálidos como los fríos de la gama oscura, pueden presentar en su inseguridad, inesta-bilidad y falta de confianza, oscilaciones del sentido de sí mismo que llevan a la oca-sional emergencia de sentimientos más cercanos a la inutilidad, culpa, falta de valor,autodesprecio y disposiciones depresivas. Pero, como en las otras especificaciones,todo y nada, siempre y nunca, son calificativos prohibidos. Lo negativo de una gamafluctúa de acuerdo a un rango de posibilidades más o menos intensas de cada atribu-to señalado, por ejemplo, de confiado a crédulo y compasivo, de afable a condescen-diente, de cooperador y solícito a indulgente y devoto, de dócil a servil, o de dubita-tivo a indefenso, atemperando o exagerando el mote de la cualidad en función de unamenor o mayor percepción de necesidad y dependencia de un otro fuerte y capaz. Esposible que con incrementada frecuencia las magnitudes más exorbitadas de cadauna de las condiciones aquí detalladas se reconozcan del lado de los oscuros delsegundo corte.

En general, estos estados suelen ser más breves y superficiales en la medialunaluminosa (separada por el segundo eje) que los manifestados en las gamas oscuras, alencontrarse sus tendencias siempre más cercanas a la nivelación del equilibrado ama-rillo. Esta precisión hacia los tonos negativos que presta el tercer eje, acentúa enton-ces estos caracteres cuando se traten de personalidades dentro de la gama de los oscu-ros, sean cálidos o fríos, potenciándose y coronándose en inclinaciones hielo o fuegoun profundo desequilibrio que empuja el sistema a la desorganización.

Por el otro lado, los matices más positivos o activos pintan a las personas que sonmás seguras de sí mismas, con mayor autoestima y confianza en sus capacidades. Sonen general individuos más independientes, emprendedores, competitivos y con ten-dencia a la búsqueda de dominancia. Como fuera apuntado anteriormente, tambiénen esta delimitación existe un rango que se balancea entre importes leves, moderadosy excesivos. Así, de seguro y confiado puede virarse hacia arrogante y rígidamenteautónomo, de competitivo a ambicioso, de crítico hasta rivalizante y desdeñoso, o dedominante a controlador y dictatorial. En líneas generales, pero no de manera unifor-me e inequívoca, abundantes cuantías de los elementos en este sector apreciados sue-len estar más presentes en los cortes oscuros, mientras en los luminosos las dosis deestas cualidades suelen ser más leves y mesurados.

De este lado del corte son más frecuentes las emociones de carga positiva como lasatisfacción y la plenitud, sostenidas en la posibilidad de perpetuar la voluntad y laconstancia. Es por estas cualidades que su estilo atencional es focalizado, sin presen-tar dificultades para concentrarse en un problema y su posible resolución, y su orien-tación temporal no suele demorarse en rumiar sobre el pasado sino que coteja las con-tingencias presentes con los objetivos futuros. Son personas persistentes en sus tare-as y fines, afirmados en una sólida constancia construida sobre su seguridad y confian-za en sí mismos. En ocasiones, esta tendencia también puede perder el equilibrio. Aúnasí, está claro a esta altura que de ambos lados de la línea que divide se puedenencontrar emociones y estados similares; lo que cambia es fundamentalmente la pro-porción en la que hacen su aparición en el escenario de la experiencia. Refuerzo algu-nos puntos más de este complejo meridiano en cruz. En la división que marca elsegundo meridiano (imagen 12), la que señala las gamas de colores luminosos y oscu-ros, hay una distinción importante de destacar: en el abanico de los luminosos existeuna proporción dominante de matices positivos con respecto a los negativos del ter-cer cruce. Esto se corresponde con una mayor probabilidad de presentar las cualida-des señaladas del lado de las positivas del tercer eje en los espectros luminosos de lapersonalidad, sumando cuatro porciones de las seis que propone esta mitad de larueda, y dejando solamente dos fracciones negativas. Por el contrario, en aquellosinestables del lado oscuro de la rueda cromática, de acuerdo a la segunda dimensiónpresentada, la chance de ubicar las disposiciones de la rama negativa del eje deGoethe es mayor a su par opuesta. De este modo, cuatro lotes negativos dominan la

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estadística contra los dos positivos que admite la medialuna de los oscuros.Con respecto a la división trazada por el primer meridiano, la sumatoria de los seg-

mentos positivos es igual a la de los negativos, pero con una distribución despareja alo largo de su superficie que concentra las cualidades negativas o pasivas tras los már-genes del rojo y del azul, en el recorrido que parte desde el amarillo contorneandohacia uno y otro lado. Dicho de otra manera, alrededor del violeta se condensan pre-ferentemente las constituciones más negativas o pasivas.

LAS CUALIDADES DE LOS COLORES PRIMARIOS

De acuerdo a la Teoría Tradicional del Color, como ya he expuesto, existen trescolores fundamentales a partir de los cuales pueden formarse los restantes tintesencontrados en la naturaleza. En este punto haré referencia en forma exclusiva a la pri-mera cualidad del color, a aquella que lo define como tal: el matiz o tinte. No existe laposibilidad de concebir una personalidad formada con uno solo de estos primarios, yaque, en más o en menos, una carga de cada color es siempre obligada. Si la propor-ción de azul (cerebralidad) es muchísimo

mayor a la del rojo y el amarillo, entonces puede ser aparente para el observadoruna gama monocromática como la del período azul de Picasso, que

no dejaba de tener otros tonos logrados a partir de la mezcla con los otros primarios.También hemos visto que los detalles de estos otros distintos al tono dominante resaltanaún más su presencia. Mucho rojo (visceralidad) en la composición de un cuadro gene-ra, en cambio, una sensación cualitativamente distinta, con destellos de mayor intensi-dad en la medida en que otros tonos refresquen su presencia y dominio en la mezcla. Elamarillo (equilibrio), por su lado, es el que se encuentra en el medio de ambos, separa-do de ellos de manera equidistante. Es el elegido en mi descripción cromática de la per-sonalidad como aquel que también se encuentra en su cualidad en un punto de contra-peso, de ecuanimidad. Haciendo de las dos líneas que unen el centro del círculo con elrojo y con el azul, una barrera impermeable, entonces la única vía que permite la cone-xión del rojo con el azul es a través del amarillo (imagen 13). Disfrazado de mediador,será el punto en el que la cantidad de los otros primarios es templada y balanceada. Enla medida en que el amarillo se abra camino hacia uno u otro lado, su carga de rojo oazul se hará más significativa, virando hacia el naranja y el verde respectivamente, parallegar finalmente a tintes más saturados de los primarios que conforman los otros vérti-ces. El viaje virtualmente interrumpido desde el rojo hasta el azul encuentra en esta teo-ría una fusión de ambos matices en forma desordenada, no como un tono homogéneoy continuo sino como una apariencia lograda solamente por la visión a la distancia,como si fueran píxeles que en la medida en que se acerca el ojo pueden diferenciarsemejor en secuencias de rojo y azul alternados; hielo y fuego conviven y se turnan entresí sin ligarse. En realidad, todos los colores que pierden la pureza del primario seráncompuestos de este modo, pero a fines prácticos de la descripción de la personalidad, yya no de la teoría del color, la intención es señalar este efecto de heterogeneidad enaquella recta trazada solamente entre el rojo y el azul, y no en aquellas sostenidas entreel rojo y el amarillo, y entre éste y el azul.

El rojo es el nombre de la visceralidad y el fuego (imagen 14). Su color enciende almáximo los atributos distinguidos en la gama de los cálidos, incinerando con susardientes cualidades los papeles de los restantes elementos de la paleta. Cuando susaturación y pureza lo definen con total nitidez, entonces su tinte visceral domina elestilo en la gran mayoría de las circunstancias, perturbando con seguridad otras alter-nativas de afrontamiento de las situaciones. Cuanto más se acercan los colores alfuego, más se queman con estas propiedades de cargada intensidad. El rojo está llenode amor y pasión, así como de ira, agresión y guerra. El humo de sus brasas fundeestos elementos y los presenta de manera alterna en períodos de tiempo indetermina-bles, tan breves como una fusa o tan largos como las todas las composiciones deMozart juntas. En la hoguera del fuego reside una fuente de incansable fuerza, accióny agitación, siempre encendida por ese peón de la impulsividad, pieza rebelde remo-ta al relegado cerebral tablero de ajedrez. La reflexión raramente sofoca su inacababley ambiciosa llama, así como suele ser baja la predisposición para las tareas solitarias ointereses intelectuales. El rojo como color, y el fuego como cualidad, roban la atencióny no tardan en dominar la escena, pero con frecuencia y sin demora suelen agotar con

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su exaltada potencia a todo observador, que pasará de ser objeto de amor de supasión al blanco de su cólera.

Su opuesto no es el azul, bandera del hielo en este estudio de la personalidad, sinoel verde, aquel que le es complementario en la rueda cromática de Chevreul. Estopuede ser entendido ya que el azul le es semejante en cuanto a

la intensidad y pureza de sus atributos. Y es quizás esta característica una de lasmás importantes a la hora de definir una cualidad de color primario, sea éstafuego/visceralidad (rojo), hielo/cerebralidad (azul) o equilibrio/estabilidad (amarillo).Como he intentado señalar, el amor y el odio se funden en el fuego, por lo que su luzno se hace antitética en la calidad del sentimiento sino en la intensidad de la emoción,y en la menor participación del juicio en su pigmento. El verde, como hemos ya repa-sado, es un color de mayor equilibrio y armonía por su situación transicional en elespectro de los colores vinculados a la emoción y al juicio, pero su mayor proximidaden la rueda cromática con el azul lo acerca a las nociones de razón, lógica y realidad.El ruso Kandinsky no dudaba en señalarlo como una esencia energética estructuraday organizada. Es vinculado directamente a la naturaleza, a la humedad y al aire libre;es fresco y reconfortante. Pero de acuerdo a la composición, y en situaciones particu-lares, este color puede sugerir también angustia y ansiedad, sobre todo cuando sutinte se inclina más hacia el lado de los oscuros del tercer meridiano.

El azul nomina a la cerebralidad y al hielo; es, como ya hemos revisado en laTeoría Tradicional del Color, el más frío e inmaterial de los colores. Simboliza cua-

lidades cercanas a la serenidad, la paciencia y la frialdad. En su costado más frío pare-ce vincularse con sensaciones de pasividad, anestesia emocional, rigidez y vacío. Sugélido efluvio parece congelar la posibilidad de disfrute con los otros, creando unmundo volcado hacia el interior. Introvertido y tímido, representa una forma de per-sonalidad centrípeta que poco manifiesta hacia fuera, reservando con recelo sus pro-fundas emociones, siempre calladas y atenuadas en su reflejo social. Estos atributos loacercan con firmeza a la cualidad de cerebralidad, recostándose con claridad sus pre-ferencias en actividades individuales y preferentemente intelectuales. Si bien aparentatranquilidad, su calma es muy distinta a la del verde, más relacionada con la falta desinceridad en la exposición de sus afectos, o en un aplanamiento aparente, que conun sosiego real.

Su complementario es el naranja, color opuesto en la escala cromática. Resultadode la mezcla de amarillo y rojo, tiene cualidades atenuadas de estos dos: es tan dueñode una dosis de mesura como de una cuota de pasión, ambos atributos opuestos alhielo. Puede indicar informalidad, visceralidad y sociabilidad, de fuerza centrífuga. Suexpansividad se diferencia notablemente de lo centrípeto y retraído del hielo, aunquetambién separado de la notable exaltación del pasional rojo. Del mismo modo, a pesarde no llegar a la extraordinaria intensidad del fuego, puede crear una impresiónimpulsiva por su espontaneidad. Del mismo modo que en la díada rojo-verde comocomplementarios, el naranja sabe distinguirse como antagónico del hielo más por suligereza que por las cualidades de su dominio.

El amarillo pinta las cualidades de equilibrio y estabilidad. Este color es asociado fre-cuentemente con la inteligencia, la imaginación y la creatividad; en función de los atri-butos de la personalidad, esta inteligencia, tanto emocional como estrictamente inte-lectual, permite mayor flexibilidad y equilibrio entre las polaridades del fuego y delhielo. Sugiere estímulo, entusiasmo, acción, ingenio, voluntad y constancia para tra-zar objetivos y consolidar los proyectos. Su posición entre los otros dos colores prima-rios simboliza la independencia de sus excesos, dominándolos con su sentido de equi-librio y manteniéndolos en las proporciones necesarias para generar comodidad ybienestar. Su tendencia es hacia la superficialidad y la falta de intensidad, contrapesoque lo aleja de la profundidad y exceso del fuego y del hielo, pero que a la vez le impi-de saborear la vehemente pasión de sus frutos. Sabe leer el peligro y responder concreatividad y delicadeza.

Su color complementario en la rueda cromática, aquel que más contrasta con sutinte, es el violeta, resultado de la mezcla de rojo y azul. El violeta está lleno de exce-sos, oscilaciones y perturbación. Independientemente de la forma de los atributos quecomponen su naturaleza, su resultado es siempre exagerado y desorganizado. Esgeneralmente asociado, del lado de los azules, con profunda tristeza, melancolía,aflicción y hasta martirio, desorganizando la experiencia en su punto más antagónico

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con el amarillo. Señalado como de débil vitalidad y conformismo, el violeta confundeel autocontrol y la temperancia con la pasividad y la sumisión, alejándose siempre delequilibrio. Este color esconde también un lado enigmático y místico, donde la fanta-sía se pierde en los estados del sueño para acercarse a las pesadillas y a la locura.Asimilado muchas veces con el engaño, este matiz, cuando se acerca al rojo pareceevocar cierta (falsa) tranquilidad, disimulando la frivolidad, la deslealtad, la artificiali-dad y el implícito severo egoísmo de su inestimable e inocultable pasión. Cuandollega a instancias de verdadera desesperación, su rigidez y falta de creatividad losumergen en un desorden y desequilibrio que lo hacen sentir miserable.

Finalmente, el punto neto de cada cualidad en su estado puro es una utopía quepresta su letra a esta teoría descriptiva, pero, a fines prácticos, es conveniente consi-derar siempre los intermedios. Estos colores, que no serán más precisados por dificul-tades técnicas que exceden las intenciones de esta propuesta (denominados antepo-niendo el color primario y seguido por el secundario adyacente: rojo-naranja, porejemplo), son dueños de cualidades cercanas a los contiguos, con elementos propiospero siempre coherentes con sus colindantes. La franja que se dispone alrededor delrojo, y con tendencia hacia el naranja, contiene a los viscerales. La banda que rodea alazul, volcada fundamentalmente hacia el verde, a los cerebrales. En torno al amarillodomina el equilibrio, de igual manera hacia uno u otro lado. El espacio pendienteentre el rojo y el azul, involucra cualidades de ambos confundidas en un clima demayor desorganización, inestabilidad y desequilibrio.

OTROS ATRIBUTOS DEL COLOR: TONO Y SATURACIÓN

Los cambios del tono o valor

La cantidad de luz u oscuridad, esa segunda cualidad de un color que es conveni-da por la carga de blanco o negro y su proporción, permite distinguir el color o gamaelegida como claro, medio u oscuro. Su posición en la escala blanco-(gris)-negro mos-trará respectivamente valores más altos o más bajos de acuerdo al grado de reflexiónde la luz: de este modo un tono claro, independientemente del matiz o color, refleja-rá más la luz que uno oscuro, que parecerá absorverla. Llevado al campo de estudiode este ensayo, el tono o valor de una gama tiene relación con esa dimensión queHans Eysenck proponía como psicoticismo, con puntos en común con la esquizotaxiaque fuera inicialmente presentada por Meehl, en la década del ´60. Este concepto,referido en su origen como un defecto integrativo neural, fue ulteriormente utilizadopara describir la labilidad premórbida que se encuentra en la base de la esquizofrenia.Algunos de los elementos que pretendo señalar en las variaciones del tono subyacena esta condición de peculiaridad, continuidad entre el comportamiento normal y elpsicótico, considerando también la conducta psicopática.

En esta descripción, el mayor valor de un color o claridad, considera un bajo nivelde esta dimensión, mientras que un menor valor, menor claridad o mayor oscuridad,relfexionará sobre mayores condiciones de psicoticismo. Así, un alto valor (más cargade blanco) tiene mayor grado de reflexión de la luz (en la teoría de los colores) y de larealidad (en la descripción de la personalidad).

Cuanto más negro se aporte a la mezcla, desvinculado esto de esa primera cuali-dad del color que hace referencia al tinte, será creciente la participación de las cuali-dades asignadas a esta medida, que tienen como cara visible una interpretación cuan-to menos muy particular de la realidad y, por momentos, hasta extravagante.

Sin más demoras, intentaré describir los contornos de este atributo de peculiaridad,que hacen referencia, cuando se encuentran en un alto nivel, fundamentalmente auna irregular apreciación de la realidad (tomada aquí sin paréntesis, para ilustrarmejor la condición) y una llamativa interpretación/explicación de las contingenciasinternas y externas. También aluden al descontrol de los impulsos, la falta de empa-tía, lo inconmovible, la agresividad, la conducta antisocial, un incierto grado de inade-cuidad en la expresión de las emociones y los afectos, el defecto en la esfera volitiva yla constancia, la despreocupación por el sentido común y las convenciones, lo excén-trico, peculiar y desconcertante. La menor fluidez en las relaciones interpersonales ysu confeso desinterés, la escasa competencia social y la tendencia al aislamiento con-tribuyen a la observación de la rareza de este modo, que de ninguna manera se pre-

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senta como un camino obligado hacia la psicopatía o la psicosis (ni mucho menos),sino que comparte con ellos más o menos características descriptivas. Como fueraseñalado ya en nutridas ocasiones, la adición de azabache no se mide con la vara detodo o nada, siempre o nunca; de esta manera, la reserva puede girar hacia la desvin-culación y la evitación de las personas, como la inhibición y retracción puede mutaren insensibilidad. A medida que el tinte negruzco incrementa su dosis, también el per-fil antagonista gira hacia rencoroso y hostil, del mismo modo que la desconfianza setransforma en suspicacia, resentimiento y paranoia. Este rasgo puede entenderse enparte como un bajo sentido de cooperación, como lo propusiera Cloninger (una delas tres dimensiones que definen el carácter), reflejando un particular modo de adap-tación interpersonal que parece ubicar al sí mismo como una parte ajena a la socie-dad, desconociendo o indiferentemente descuidando cualidades como la tolerancia,el altruismo, la empatía y la caridad.

De este modo, la adición de color negro a la gama elegida en el círculo cromáticosugiere un mayor grado de peculiaridad, de confusa o desacertada impresión de larealidad (en un criterio estadístico de esta noción), de desinterés por alcanzar un rela-tivo consenso con los demás en los modos de sentir su experiencia o de explicarla. Lasuma de blanco vale ser considerada en esta teoría como la carencia de negro, y noen sí mismo como un color. Esta

condición, por el contrario, evidencia una tendencia a la normalidad, a la falta delas características mencionadas con anterioridad.

Este gesto dice sin dudas mucho de la personalidad, y su guiño no es menor a lahora del análisis de los modos con que una persona se relaciona consigo mismo, conlos demás y con el entorno que crea y en el que vive. Es factible que esta modalidadsea tan constante como el resto de las características hasta aquí descritas, pensadacomo una noción de rasgo, pero también puede ser que tenga que ver con formas defuncionamiento puntuales y transitorias en la biografía de un individuo, destacadasaquí bajo el manto de estado. En esos lapsos, reversibles y discontinuos, las propieda-des apuntadas en otros cortes pueden realizar un giro cuando se añade negro a lamezcla. En esta instancia, a diferencia de lo apreciado en las cualidades cerebralidad,visceralidad y ecuanimidad, la elección del tono tendrá mucho que ver con el cortetransversal en la historia, considerando oportunamente las circunstancias que se estánsucediendo en esos momentos del reloj de arena.

Los cambios de la saturación o intensidad

Creo haber ya anticipado alguna de las notas que ahora intentaré pormenorizar.Esta cualidad, definida como la tercera en lo que hace a la descripción del color, sumaun detallista capricho de esta particular forma de desmenuzamiento de la personali-dad. Una gran pureza de color está definida por un potencial cromático completo einalterado. Es mayor la intensidad de un matiz en la medida en que éste sea menosensuciado o mezclado con otros, aunque sea esto tan difícil de detectar en la natura-leza como en una persona. Quiero decir, es poco frecuente distinguir un color nota-blemente puro en la mezcla de una personalidad, lo que estaría indicando de algunamanera un clarísimo predominio de un carril preciso, dueño de una emoción, unsurco ideico y un comportamiento determinados. Esta pétrea supremacía correspon-de al par antitético de la flexibilidad (y por ende al de salud), por lo que, en su casiexcluyente participación, comporta una alarma o hasta un indicador de impedimen-to al restar elasticidad y alternativas a los modos de funcionamiento. Y si bien es abso-lutamente imposible una descripción en función de un solo matiz puro e inalterado,es útil la reflexión a la hora de la lectura de una organización que parece ser goberna-da casi de manera autárquica por un cargado pigmento único. En cambio, la menorsaturación de un color entiende proporciones más equitativas de colores diversos enla mezcla de la personalidad, involucrando modos y esquemas de funcionamiento dis-pares, más abiertos y flexibles.

LOS ESQUEMAS DE PROCESAMIENTO BUSCAN SU MATIZ

Ya se ha explicado el modo de elección del sector de la rueda cromática quemejor parezca describir una personalidad determinada, en base a la consideración

de los meridianos. A partir de aquí, ya se pueden reconocer algunas cualidades com-

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binadas en los aspectos de la paleta como cálidos o fríos (allegados a la disímil cuotade extraversión/intraversión), claros u oscuros (concernientes al grado de equilibrio yarmoniosidad de sus componentes) y positivos o negativos (relativos al sentimiento devalía personal, de autoestima, de confianza en sí mismo, de autodirección y de persis-tencia). Pero así como una sola flor es dueña de un interminable juego de colores yluces, la personalidad no lo es menos. Luego de haber elegido uno de los sectores dela rueda cromática, otras características del color serán entonces sopesadas para ajus-tar un poco más la observación: el tono o valor de la gama perfilada apreciará el valorde peculiaridad (término ligado al psicoticismo de Eysenck), mientras que la satura-ción se limitará a reparar en la pureza del color y al eventual predominio de un pig-mento que pretenda excluir a los otros de la paleta (patente de los dispositivos adicti-vos). Arrimada de este modo la mirada a una personalidad, quedan aún muchos ele-mentos por definir.

Hasta aquí, y aunque no haga falta precisarlo, el desarrollo volcado hace única-mente a una descripción estática de la personalidad. Este inventario de característicasy elementos no da cuenta de lo explicativo, de lo relativo a los motivos de su particu-lar detalle. Como sucede con la mayoría de los abordajes de la personalidad comoobjeto de estudio, los modos de gestación de esta organización no son considerados,pero existen excepciones. Quizás pueda enumerar solamente unas pocas teorías de lapersonalidad que, con coherencia intrínseca, intentan explicar cómo es que se llega aconformar una disposición determinada: el psicoanálisis, aunque con el tiempo mehaya distanciado de algunas de sus explicaciones, y el posracionalismo, enfoque conel cual me siento actualmente más ligado, son dos de mis preferidas. De un modo dis-tinto, el modelo eysenckiano, por su parte, intenta dar explicaciones desde un puntode vista biologicista, pero su réplica se parece más a la justificación de un cuadro quea una interpretación de los motivos por los cuales se generó. Sus disímiles lenguajesy casi antagónicas epistemologías parecen exigir una suerte de incompatibilidad,pero, en cambio, resulta exquisita la labor de compaginación que persigue sus pun-tos de contacto. A partir de este punto, algunos de los conceptos presentados comen-zarán a explicar el sistema interno que diagrama la individual configuración de la per-sonalidad, habiendo sujetado ya los fundamentos de cada diseño en la dinámica vin-cular temprana.

Los colores primarios y secundarios se presentan como las aristas de un hexágonoque mucho dicen del individuo, cualidades indefinidas que encierran un claro predo-minio de determinadas disposiciones, percepciones, emociones, pensamientos y com-portamientos. Todos éstos se fusionan en distintas combinaciones que hacen al dia-gramado de los singulares esquemas de procesamiento. Y cada uno de estos recurren-tes esquemas explica la tendencia a la finalización de dispares situaciones en unamisma secuencia determinada, como si las variables mediadoras (intervinientes) entreel estímulo y la respuesta ajustaran el contorno del primero (variable independiente)a las formas del segundo (variable dependiente). Los invito a pensarlo así, aceptandoa priori que la repetición de esa secuencia, de alguna manera, cancela una necesidad.Y ahora vamos a cuestionar ese «a priori» y a pensarlo con mayor recato y sensatez.

Un nuevo dato en este recorrido es ahora vital de ser considerado para intentaracercarse a un criterio más explicativo de la personalidad, aunque sin ninguna garan-tía de precisión. La emoción es el núcleo de este punto (aunque de ninguna maneraexcluye la participación de las otras esferas referidas), el nexo entre lo descriptivo y loexplicativo, el corazón de la trampa adictiva y la reina de la posibilidad de cambio. Ysi bien las emociones son entidades independientes de las diferentes gamas de perso-nalidad y pueden aparecer indistintamente tanto en una como en otra, existen ciertasrecurrencias en el modo de sentir frente a disímiles situaciones que marcan una ten-dencia emocional. También habitan ciertas características propias de cada persona enel modo de sentir una emoción y de explicarla. De esta manera, podemos notar quela lectura que una persona hace de sus emociones puede acercarse más a una ópticasensorial, racional o de estados corporales, teniendo mayor o menor conciencia inme-diata de su impresión en el alma. Si bien son solamente unas pocas las emociones des-critas como básicas, pasibles de ser contadas con los dedos de las manos, éstas danlugar, de acuerdo al cortejo cognitivo que busca estabilizarlas, a tantas otras, ahoramás complejas. Su inicial asalto, desprovisto de conciente sentido, llevará entonces auna particular lectura que encuentra en el depósito de la memoria una explicación. Su

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descripción encierra palabras que sopesan el exabrupto emocional y lo reducen ten-denciosamente a vagas a exaltaciones del tono afectivo, intelectualizados esclareci-mientos o imprecisas sensaciones corporales, exposiciones que se alejan de la expe-riencia para acercarse a la interpretación de la vivencia. Así, en torno a cada una de lascontadas emociones básicas se abre un abanico de posibilidades, con distintos mati-ces y significados.

Por ejemplo, la rabia es una emoción no desconocida para ningún ser humano, seacual fuere su virtual ubicación en la rueda cromática de la personalidad. Pero su tona-lidad varía notablemente: la calidad y claridad de su percepción, la delimitación de suintensidad, la capacidad de contención de su inmediata manifestación, la particularexplicación de su origen, la concepción de su naturaleza y su singular tendencia deconducta hacen de ésta una entidad siempre diferente. No será igual, seguramente, sise percibe como el chispazo que arranca el irrefrenable motor de la violencia o comoun nudo en el estómago, opuestas condiciones de apreciación de esta emoción.Tampoco se parecerá si alude en su percepción a una inmerecida agresión a su inma-culada persona o a un justo agravio a su inútil existencia, esquemas recostados sobredistintos perfiles de atribución del conflicto. De este modo, son los distintos estilos depersonalidad los que modelan las emociones con un criterio que es coherente al sen-tido de su sistema, encontrándose en las explicaciones de la experiencia las palabrasque intentan definir su cualidad e intensidad. Voy a pormenorizar un poco más estailustración, ya que la comprensión de esta sentencia es decisiva para mantenerse en lasenda propuesta en este módulo. Enfocando ese giro que hace el sentido de atribu-ción interna, la irritación o el fastidio percibidos bajo el manto de la rabia, serán segu-ramente explicados en forma de reproches hacia sí mismo y en sentimientos de culpaque agudizan aún más su baja autoestima y el desprecio de su persona. Esta modali-dad de afrontamiento internalizante, siempre muy autocrítica e hipervigilante, hallarájustificada entonces la implementación de respuestas autopunitivas, mesuradas ofrancamente exageradas, llegando a la contemplación de ideas suicidas. La inusualobstinación de sus pensamientos, puede así verse respaldada en esa necesidad de sen-tir ira hacia sí mismo, buscando constantes humillaciones y reacciones negativas de laspersonas que refuercen la calidad de esa experiencia. En orientaciones de personali-dad hacia la atribución externa del problema, por el contrario, ante la percepción deesta clase de emoción la escalada puede llegar a una actividad psicomotriz muy incre-mentada que busca hacer justicia contra el culpable. Su final comportamiento podráencontrar a la silenciosa y calculada venganza en los más cerebrales y fríos de sus pro-tagonistas, mientras que en los más emocionales e impulsivos podrá desencadenaruna reacción violenta inmediata, un estallido de ira. Tampoco la conducta reactiva ala percepción de la rabia será igual en todos aquellos que se manifiesten hacia afue-ra: aquellos que encuentren en su exteriorización un obstáculo en el objetivo de susendero de autodirección y autotrascendencia preferirán callarlo, mientras que sujetosmás impulsivos y con una lectura más difusa y débil de la meta no encontrarán en laapagada pasión de la meta una mordaza. En individuos que utilicen una óptica deestados corporales internos en la lectura de las emociones será factible notar un per-sistente dolor de estómago, que no reconoce en la experiencia la posibilidad de haberpadecido una injusticia. No será entonces admisible en su discurso una descarga haciaotra persona por la solapada agresión perpetrada ni hacia sí mismo por callar.Finalmente, puede evidenciarse que, definidos todos sus profundos matices de unaforma más superficial como rabia, en un artilugio artificial y casi arbitrario del lengua-je, su pigmento será modificado, del mismo modo que su tono y saturación, de acuer-do a la precisión que la personalidad haga de su potestad. De esta manera, cada unode los modos de sentir una emoción, de explicarla y de organizar un comportamien-to en función de su contenido, volcará sus tintes en la paleta que pinta la personali-dad. Y de la misma forma, pero en sentido inverso, cada gama de personalidad tende-rá a generar recursivamente un tipo predeterminado de emociones que, en busca delinapelable requisito de afianzar con coherencia y consistencia una trama narrativa,gatillará el inicio de una secuencia ya conocida. La insistente agitación de este melo-drama hará de determinados esquemas de procesamiento un fiel esclavo que sabrásiempre responder a las exigencias del sí mismo. Y es este carácter autoorganizante dela experiencia el carril explicativo de la fundación de un modo de personalidad comosistema: la realidad va sucediendo de acuerdo a la propia lectura, observación siem-pre sesgada por las necesidades de las singulares cualidades emocionales y racionales

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de la organización. Así, las escenas que suceden en la tira de una persona no son sim-plemente situaciones azarosas e imprevisibles

que se van interponiendo en el correr de la vida, como obstáculos en una carrera,sino que los actos son programados en forma dinámica en la constante interaccióncon los otros actores y con uno mismo. La modalidad de funcionamiento que permi-te señalar una personalidad en el cuadrante cálido, oscuro y negativo, por ejemplo,no es una foto solamente favorecida por un caprichoso y efímero guión, sino que esgenerado por un sistema dominado por la abrasadora cualidad visceral del fuego(rojo), con notas acercadas a la inconsistencia y falta de integración de la identidad,con tendencia clara a una dificultad o imposibilidad de encontrar un equilibrio en elsentido de sí, oscilando permanentemente en sensaciones de autodesprecio y supra-valoración, de inutilidad y eficacia, con enormes trabas a la autodirección y a la tras-cendencia en una meta. Sólo con un sistema gobernado por estas leyes (esquemaspreponderantes y dispositivos adictivos) una personalidad podrá ser pintada en formaperenne con estos tonos, saturados e irreprimibles. Y estas normas no son diagrama-das sino desde los primeros momentos de ensamblado de la personalidad, en los queestos dictámenes alcanzaban los objetivos planteados. Cierro con una última distin-ción: la presencia de esquemas de procesamiento preponderantes es absolutamenteesperable, ya que su estampa es la que define todo estilo de personalidad. Lo quesucede con los dispositivos adictivos (esquemas rígidos, irreflexivos, automáticos eirreprimibles) es que el fin adaptativo de su estatuto, en algún momento de su bio-grafía redactado, parece haber caducado, quizás porque han cambiado los actores dereparto, porque se ha modificado la manera de observarse, porque se han hechomucho más complejas las carencias a suspender, porque se ha reformado el guión, oacaso por todas ellas juntas, calificando hoy la persistencia de estas herramientas demanejo como inútiles, insuficientes o aberrantes, pero, en última instancia, siempremaladaptativas.

LOS DISPOSITIVOS JUGANDO EN LA PALETA

La trampa adictiva no es más que una estrategia de procesamiento que, por algu-na razón, se vuelve perniciosa. El dispositivo es una secuencia patológica y patologi-zante que camina los mismos pasos que los esquemas apuntados como normales;solamente es por su forma y resultado cambia su destino nosológico.

Y no es el resultado medido en términos de la conducta emergente su principalcaracterística, sino su insensata recursividad cuando se lo mira en la línea del tiempo.Por otro lado, es la inflexibilidad de su talante el corazón de su destino maladaptativo,rigidez que impide un dócil acomodamiento a las presentes circunstancias, funcionan-do de la misma manera casi en forma independiente a la calidad y cantidad del estí-mulo. A pesar de sus justos calificativos de patológico, por cuanto su mecanismo essevero e inquebrantable, y patologizante, por su capacidad de generar un daño queexcede su espacio, la trampa adictiva es finalmente un mecanismo que persigue elobjetivo mismo de todo esquema preponderante de la personalidad: la adaptación.

Dentro de cada uno de los espacios señalados por los ficticios meridianos, ejes quearbitrariamente intentan señalar imposibles puntos de corte, podemos ubicar un puña-do de dispositivos adictivos gatillo que generan ante un estímulo determinando unaexplosión y un inevitable corrimiento, torciendo inexorablemente sus tendencias haciaun lugar ya conocido y transitado. Cada uno de estos fusibles es el catalizador de unmovimiento de ideas, emociones y comportamientos, de final traducción interpersonal,intrapsíquica y biológica. Como se ha remarcado ya con los esquemas de procesamien-to de tipo normales, los dispositivos adictivos advierten en las emociones un lugar deprivilegio, pero también existen indudablemente otros elementos que hacen más com-plejo su funcionamiento y comprensión. El motivo de la génesis de cada particular dis-positivo puede hallarse solamente en la dinámica de las relaciones primarias. Y en estesentido, dado que la experiencia está atrás en la historia del consultante, este encuentroes siempre un trabajo de exploración, observación, interpretación y redimensionamien-to de lo sucedido. Originada y modelada por las singulares vivencias del individuo, latrampa adictiva, cuando ésta puede ser identificada, puede ser ahora visualizada en sumodo de funcionamiento. Intentaré entonces graficar tibiamente su recorrido en larueda cromática, plasmando su obstinado fin de conservar la gama alcanzada, confun-diendo con su inflexible metodología la atención y percepción, los matices emocionales,

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los contenidos de pensamiento y los ulteriores comportamientos.Cada meridiano es, como hemos visto, un eje que separa dos polos opuestos de

un continuo con un sentido determinado. Al mismo tiempo, otro eje imaginario seubica en este plano bidimensional cortándolo y generando una separación en el áreacruzada. A partir de un núcleo común, el centro de la rueda, parecen así abrirse diver-sos meridianos que, a pesar de mostrarse como ejes independientes, terminan siendosiempre absolutamente interdependientes. En ese punto de intersección se encuentrala caja negra que los conductistas se propusieron no considerar, esa que por primeravez el psicoanálisis abrió de par en par. La psicología de la conducta, en sublevaciónal flamante modelo freudiano, negó la importancia de la subjetividad y, retirándoletodo rigor científico, con ironía relegó su potestad a los magos. En abierto disenso ala psicología de la conducta que buscaba imponerse desde la década del ´20, de laque él se desprendía, Eduard Tolman consideraba que el propósito revestía un aspec-to objetivo de la conducta, y dio curso a la distinción de las variables intervinientesentre el estímulo y la respuesta. En última instancia, toda escuela, y cada observadoren particular, que se animó a mirar el interior de la caja negra notó una cosa incues-tionable: su lenguaje no era claro. Ciencia o no, el análisis de su contenido es, a mi cri-terio, indispensable, pero es cierto que los afectos, emociones, ideas, recuerdos yexperiencias no hablan un idioma despejado, por lo que el trabajo de quien busqueindagar su tesoro consistirá en una suerte de interpretador de jeroglíficos, y nuncamás que eso. En uno de sus incandescentes destellos, yo creí ver una trampa adictiva,como si fuera un torpe mecanismo recurrente... (Freud había visto ya algo similar, y élera sin dudas mucho menos miope que yo). Como si se tratara de un nivelador de bur-buja de aire (artefacto utilizado comúnmente en albañilería), en la esencia de esta cajanegra imaginaria viajan de una punta a la otra estas escasas burbujas que parecenseñalar una ubicación al modo de coordenadas. En las infinitas combinaciones posi-bles de movimiento en el espacio, las burbujas van adoptando posiciones determina-das en cada uno de los ejes trazados, dibujando su perfil y preferente destino en elmapa de la personalidad que esboza el círculo cromático. Un disparo será generadopor una situación externa, un estímulo cualquiera, en ese indefinido núcleo central dedonde parten las ramificaciones que llevan el nombre de los meridianos. Y si bien laparticular circunstancia existe en sí misma, nada significa si no encuentra quien le déun significado, falta que reluce en la simplista óptica conductista. A partir de esta infle-xión la situación ya pierde toda posibilidad de objetividad para empantanarse en elterreno de la subjetividad de quien la lee, procesador ubicado en un lugar preferen-cial del núcleo. La interpretación de este estímulo, con toda la puesta en marcha queesto supone, generará desde leves e imperceptibles movimientos hasta grandes sacu-didas que llevarán la nunca calma agua de este artefacto y sus dimensiones a tenden-ciosas oscilaciones de las burbujas que la navegan. Bien puede ser que este navío sedesplace casi sin poder ser detectado, como también puede darse que inicie un máso menos veloz viaje entre los polos de su hoja de ruta, escribiendo a puño y letra ensu bitácora las propias explicaciones de su nuevo destino. Por supuesto, tras el desen-cadenante, la cara de esta situación ya no será la misma; sus facciones habrán toma-do los rasgos propios de la estación en la que sus burbujas se encuentren.

La noción de trampa adictiva enseña que, por más diversos que puedan parecer losestímulos desencadenantes, un modo de lectura, interpretación y posterior respuestaserá claramente predominante, en forma más o menos independiente del disparador,ya que se trata de un engranaje, de un mecanismo, y no de una respuesta particular.Y si bien esta cualidad propia de todo esquema de procesamiento es la que define laestabilidad de la personalidad, en estos casos su particular corrimiento destaca menorflexibilidad, mayor necedad y, generalmente, menor conciencia de situación, provo-cando finalmente una dificultad en la adaptación y una calificación con valenciasnegativas de la experiencia vivida. Aquí, el nivelador de burbuja ilustra un momentoen que la caja negra es sacudida y, casi independientemente del tipo de golpe, elmovimiento de la rueda cromática señala un repetido destino para la burbuja, mar-cando nuevamente una reiterativa posición en el círculo que dibuja las gamas de lapersonalidad. Es entonces el dispositivo adictivo, como una compleja estrategia defuncionamiento, el fenómeno que recurrentemente escoge los mismos tonos de pale-ta, impidiéndole al artista salir de una determinada gama. Incluso cuando la situaciónasí lo convoque, la posibilidad de cambio se verá siempre dificultada por su persisten-te vinculación con los pocos tonos que integran su estructura, generando interpreta-

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ciones y comportamientos que otorguen consistencia al sentido de sí mismo y cohe-rencia a su trama narrativa. A mayor obstinación de un esquema, y alcanzando así larigidez necesaria que lo califica con el mote de adictivo, mayor será la recidiva a deter-minados espacios de la rueda, reduciendo el abanico de posibilidades (emocionales,de pensamiento y conductuales) a una cualidad pintada con un saturado color. Peroasí como en la vida, en el arte de la psiquiatría, no hay cuadros (el deslumbrante resul-tado de la obra acabada: la personalidad) buenos o malos, pinturas bien o mal hechas,imágenes lindas o feas... eso dependerá de cada observador: éste sabrá decir si lo quele toca ver (vivir) se ve (siente) bien o no.

Sin desconocer que en este punto quedan aún muchos puntos confusos, voy aseguir adelante, ya que en las páginas siguientes estos conceptos serán más profun-damente desarrollados.

BAJO EL MISCROSCOPIO: LAS INFRAESTRUCTURAS

Pudo traslucirse en puntos anteriores que existen estructuras que subyacen alcampo que surcan los meridianos y otras cualidades del color. De este modo, los lotesseparados por el primer meridiano como cálido y frío esconden la dimensión de extra-versión/intraversión del alemán Hans Eysenck. Bajo las tierras divididas como oscuraso luminosas por el segundo meridiano descansa, por su lado, la dimensión de neuro-ticismo. El eje en cruz trazado por el tercer corte, encubre una infraestructura másimprecisa y de menor anclaje biológico que las anteriores, relativa a las subjetivasvalencias de autoestima y su final orientación hacia la autodirección y autotrascenden-cia del norteamericano Cloninger. El psicoticismo de Eysenck es la infraestructura quepinta con negro la cualidad de peculiaridad, enterrando en las posibilidades disparesde la carga de azabache en la mezcla, el cofre del valor o tono.

Los colores cálidos de la inicial división de Oswald, los veo bajo el microscopioemparentados con los extravertidos de Eysenck. Así, sus pigmentos amarillentos,

rojizos y tierra muestran al zoom una mayor inhibición cortical vinculada a una baja acti-vación del sistema activador reticular ascendente (SARA), resultando su acción en unamenor planificación de la respuesta frente a un estímulo dado. En el polo opuesto, losfríos quedan ligados a los intravertidos, revelando contrarias evidencias bajo la lente.

Las cualidades tendientes a la desorganización alineadas en los altos niveles deneuroticismo, por su lado, habitan la gama de los oscuros, dejando paso a los equili-brados luminosos para los bajos niveles de esta dimensión. Los oscuros de este campose traducen biológicamente en un alto tono del componente simpático del sistemanervioso autónomo (SNA), que se muestra vulnerable a disparar inusuales descargasante estímulos leídos desde su subjetividad como de tensión, preocupación o peligro.

Los señalamientos de Cloninger sobre ciertas propiedades del carácter podríanbarnizar en subidos escalones de autodirección y autotrascendencia a los positivos oactivos de la franja pensada por Goethe, guiados por un alto sentimiento de valía per-sonal hacia el objetivo señalado por las cualidades de las otras gamas. Entretanto, susnegativos o pasivos quedarían relegados a pobres cuotas de estos atributos. A pesarde la posibilidad de entramado con la facultad de persistencia, asimismo señalada porCloninger como la cuarta a ser considerada en el estudio del temperamento, dominiode predisposiciones estables asociadas a definidos sistemas cerebrales, en este escalónpuede destacarse con claridad una menor traducción en el idioma de la biología y unabaja heredabilidad.

Finalmente, elevadas cuotas de psicoticismo hacen a tonos oscuros, de bajo valory absorción de la luz, mientras que pobres niveles de este señalamiento describen alos tonos claros, de alto valor y reflexión de la luz. Puesta debajo del microscopio, estainfraestructura muestra en uno de los extremos de su dimensión el producto de un sis-tema nervioso central (SNC) que fracasa en el reflejo de la realidad objetiva, es decir,que se separa de la apreciación regular de las situaciones (en términos estadísticos denormalidad) y dificulta el cumplimiento de sus funciones de adaptación al medio.Biológicamente se trataría de un particular desequilibrio del sistema, manejado por unpatrón de covariación de medidas de arousal incoherente.

Con excepción de la distinción delimitada por el eje en cruz, el resto de las divisio-nes encuentra en su infraestructura una explicación en el terreno de las neurociencias,nociones escritas con la tinta de la biología. Pueden así ser consideradas como unabase que sostiene lo fenomenológico, dueña de aquellas complejas estrategias lleva-

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das a cabo en el terreno de las moléculas, células, sistemas y demás. Su invisible tra-bajo culmina en singulares formas de percepción de las experiencias y conductasabiertas que permiten al observador aglomerar fenómenos para llegar a una descrip-ción de la personalidad, construcción teórica necesaria para ordenar nuestro accionar.

De este modo, enmarañados circuitos neurológicos, caprichosos neurotransmiso-res y eléctricos impulsos que pretenden despolarizaciones e hiperpolarizaciones servi-rán como sustrato biológico-científico, de acuerdo al trabajo de los autores que perti-nentemente sean señalados, a las gamas que la pintura presta para este desarrollo.Pero como sus intenciones exceden la somera presentación que en este capítulo mepropuse, dejaré pendiente para la segunda parte del libro su profundización. Eso sí,una reflexión es a estas alturas inevitable. El bagaje de miles de años de aprendizajeque arrastra en forma codificada el mapa genético implica que esta forma de predes-tinación sabe del fin: es en este sentido teleonómica. Y el hecho de que exista un tra-zado del camino de antemano, una receta del destino de la morfogénesis es un datomuy significativo: da por supuesto que existe un objetivo determinado, un proyectoque debe ser cumplido. En esa dirección corre el modelado de la personalidad, enca-jando sus formas con esa meta impuesta; pero las mudas trazas orgánicas gozan de lasiempre variable impronta de las experiencias y de la posibilidad de cambio.

4- ANEXO: GRÁFICOS

Presento en este último apartado algunos gráficos que, a pesar de su primitivo yheterogéneo concepto de diseño, soportan lo transmitido en el texto. Este anexo estáaún en proceso en la edición final del libro.

La Teoría Tradicional del Color

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Im. 1: la rueda cromática

Im. 2: dominante, tónico y mediador

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Im. 3: sustractivo y aditivo

Im. 4: gamas fría y cálida

Im. 5: gamas luminosa y oscura

Im. 6: gamas negativa y positiva

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Im. 7: el espectro luminoso según Goethe

Personalidad: una compleja mezcla de colores

Im. 8: Gamas de los colores cálidos y fríos

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Im. 9: Gama de los colores luminosos y oscuros

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Im. 10: Colores negativos y positivos

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Im. 11:Primer y segundo meridiano

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Im. 12: El corte de los ejes en cruz

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Im. 13: Las cualidades de los colores primarios

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Im. 14: De acuerdo a los colores primarios

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LLiibbrrooss rreecciieenntteessVictimología. Aproximación psicosocial a las víctimasAutor: Wilson López López, Annette Pearson Y BlancaPatricia Ballesteros, editoresAño de edición: 2008ISBN: 978-958-716-176-2Editorial: Pontificia Universidad Javeriana

Reseña:Este libro recoge una parte de los diez días de trabajo en loscuales se enmarcó el primer curso colombiano y segundo sura-mericano de victimología y atención a víctimas. Este evento fueorganizado por el Programa de Educación Continua yConsultorías de la Facultad de Psicología de la PontificiaUniversidad Javeriana y la Sociedad Mundial de Victimologíacon el apoyo de la USAID, con el fin de hacer visible la situa-ción de las víctimas en distintos contextos. Según Ángela MaríaRobledo, decana de la Facultad de Psicología de la PontificiaUniversidad Javeriana, "la complejidad de las fases de estaguerra y de sus modos de expresión armada y política; lamovilidad territorial de los grupos armados; la transformaciónde sus demandas e intereses, y las solidaridades de las pobla-ciones con estos grupos son algunos de los elementos quehacen aún más difícil la construcción de relatos sobre el con-flicto, ya sea desde sus víctimas directas o desde las poblacio-nes indirectamente victimizadas"

Oxford Textbook of Suicidology and Suicide Prevention.A Global PerspectiveAutor: Danuta Wasserman (Editor), Camilla Wasserman(Editor)Colaboraciones: Alterwain, PabloBasile, Héctor S.Martínez, CarlosPérez Barrero, Sergio AEditorial: OUP Oxford , 2009ISBN-10: 0198570058 ISBN-13: 978-0198570059

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