266 la guerra en la edad media - cuadernos historia 16.pdf

Upload: carlos-santos

Post on 10-Feb-2018

227 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    1/36

    La guerra en la Edad Media. . Emilio Mitre

    HIS 169/266 266 190 ptas8 , ._-,~ -,,--,

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    2/36

    Guerrero en un relieve de la catedral de Estrasburgo, siglo XIV

    IndiceLA GUERRA EN LA EDAD MEDIAPor EmilioMitre Fernndez.Catedrtico de Historia Medieval.Universidad Complutense. Madrid.La guerra en la Baja Edad Media 4La guerra y sus factores. . . . . . . . . . . . . . . . . .. 12La Guerra de los Cien Aos: una sntesisdeconflictos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 26Bibliografa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 31Textos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . I-VIII

    j)~~~

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    3/36

    La guerraenla BajaEdadMediaEmilio Mitre Fernndez

    Catedrticode Historia Medieval. UniversidadComplutense.MadridLA expresin crisis de la Baja Edad Media justificaban ciertas modalidades de guerra oes ya un lugar comn dentro de la histo- que ennoblecan las funciones de sus prota-riografaeuropea.Mltiples han sido los estu- gonistas.dios acometidosdesde lasmsdiversaspers- Todas las actividades de la vida cotidiana,pectivas:las relacionesinternacionales,lavida incluso las ms srdidas, disponan de unasocial y econmica, las actividades intelectua- especie de homologacin mstica. La guerra,les, las estructuraseclesisticas...Las conclu- por supuesto, no se libr de este procesosiones tienen siempre algo en comn: la es- mental. La vida del hombre era presentadatabilidad y el relativo esplendor alcanzados como una especie de combate que servadepor el Occidentea partir del siglo XIempiezan propeduticapara la otravida. Los sacramen-a quebrar en las ltimasdcadas del siglo XIII. tos y otros auxiliosespiritualesconstituan lasSe ha destacado que la conciencia de cri- armas o, en su caso, las medicinas espiritua-sis estaba presenteya en las propias genera- les administradas por los sacerdotes, consi-ciones que la sufrieron.As, en la Francia de deradps como mdicos de las almas.principios del XIVse hablar de los buenos Distintas guerras emprendidas por la Cris-tiempos del SeorSan Luis para idealizar los tiandadeuropea eran vistas como una espe-aos centrales del siglo XIII. EnCatalua,a su cie de psicomaquia.As,San Bernardo,a prin-vez, se recordarel 1333como lo mal anypri- cipios del sigloXIIen su De laude novae mili-mer para definir el conjunto de desgracias tiae hablabade malicidio para definir lamuer-que, a partir de esta fecha, se abatirn sobre te del enemigo de la fe. Un siglo ms tarde,la sociedad del Principado. Cuando los hom- el abad y cronista Pedro des Vauxde Cernay,bres de los siglosXIVYxv clamanA fame, be- presentaba en su Historia albigensis la lucha110etpeste, libera nos,Domine!estn respon- entre catlicos y herticos en el sur de Fran-sabilizando al hambre, la peste y la guerra cia como un combate entre las fuerzas delcomo causas de sus desgracias. Cada uno Bieny del Mal.de estos factores por s solo poda tener una Las analogas entre lo espiritual y lo militarlimitada incidencia en las poblaciones. Sin fueronharto frecuentes,segnContamine,porembargo, la concatenacin y recurrencia de dos razones: porque la omnipresencia de lalos tres flagelos podan tener unosefectos de- guerra haca que los oyentes comprendieranmoledores. mejor estos ejemplos, y porque una larga tra-Resultaextremadamenteconvencional pre- dicin mantuvo undespiadado combate entresentar el BajoMedievocomo una poca par- las cohortes celestialesy las legionesdiabli-ticularmente sacudida por los conflictos bli- casoTales ideas se transmitieron al Bajo Me-cosoTodo el Medievo, en efecto, fue prdigo dievocon algunos autores -Bertolom de Ur-en enfrentamientos militares de los que los bino, JuanGerson,Bernardinode Siena- quetestimonios narrativas han dejado cumplida seguan predicando la comparacin entre lasreferencia.Sin embargo, hay algo que queda guerras temporales y las espirituales.fuera de duda: la mayor fuerza de los Esta-dos, la tendencia a la constitucin de ejrci-tos permanentes y la mayor capacidad mort- El principio de gUemljustafera del armamento, hicieron de la guerra unfenmenoque golpe duramente lasconcien-cias de las sociedades de los siglos XIVYxv.Hacia 1386,el autor francs Honor Bovet ensu Arbol de las batallasdestacaba la genera-lidad y crueldad de las guerras del momento,diciendo que no haba por entonces ningnpas de la Cristiandad,por muy pequeo quefuera, que gozara de verdadera paz.Los mentoresideolgicos del BajoMedievoheredaron muchas de las viejas pautas que4/LAGUERRADELOSCIENAOS

    La defensa del recurso a las armas en cier-tos casos habaforjado el concepto de guerrajusta en el que confluyeron elementos roma-nos y cannicos.San Isidoro (Etimologas, lib. XVIII,cap. 1)menciona cuatro clases de guerra: justa, in-

    Retrato de Juan I de Castilla (del Libro de los retratosde los Reyes del Alczar de Segovia)

    '-'.'.'-"'~=~-" n.= m ~'"7~ - .. .~=

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    4/36

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    5/36

    justa, civil y msque civil. Laprimeratenaqueacoplarse a alguno de estos tres principios:vengar un agravio, expulsar al invasor o serdeclarada por autoridades legtimamenteconstituidas. Desde la primera mitad del si-glo XII, la doctrina escolstica profundiz enestos esquemas. El camaldulense Gracianoaadira una cuarta circunstancia a la guerrajusta: la conduccin dentro de ciertos lmites.Ya en el Bajo Medievo, Juan de Legnanomenciona siete clases de guerra: cuatro jus-tas y tres injustas. Entre las primeras esta-ban: la guerra romana, conducida contra losinfieles; la guerra judicial emprendida contrarebeldes a fin de imponer el orden; la guerraconducida por autoridad legtima para repa-rar injusticias; y la guerra presuntuosa em-prendida por rebeldes a la autoridad de unjuez; la guerra temeraria e ilcita, similar a laanterior; y laguerra voluntaria u ofensivacon-ducida por autoridades seculares sin permi-so del prncipe.Una sociedad como lamedieval,dominadapor valoresy coartadas religiosas,dispuso demltiples motivos para justificar acciones ar-madas cubiertas con el manto de guerra jus-ta e incluso santa.Lasecularizacinde lavidaintelectual-perceptible ya en el sigloXIIIse-gn la magistral obra de G. Lagarde- contri-buy a enriquecer el concepto de justicia deciertas operacionesmilitares.Aunquese insis-tiese en argumentos no comprometidos conpresupuestos de orden espiritual, stos noeran ni mucho menos rechazados.Sin duda, el discurso pronunciado por JuanI de Castillaen las cortes de Segoviade 1386sintetiza perfectamenteesta actitud. Con mo-tivo de su enfrentamientodinstico con Juande Gante, duque de Lancaster, el soberanoTrastmaradir que se estaban dando todaslas condiciones para que los castellanos to-maran las armas: defensa de la fe, defensadel rey legtimo,defensa de la tierray defensade s mismos.

    Anttesisy paliativosa la guerra:paz, treguay arbitrajeIncluso en casos de flagrante agresin, laguerra era presentadacomo el recursoltimopara la defensa de una causa justa.La paz, por su parte, era presentada -in-

    cluso por autoresque redactarontratados so-bre las virtudes del combatiente- como unbien digno de la ms alta estima. La Iglesiahabacreado en torno al Ao Mil toda una ca-6/LA GUERRADELOSCIENAOS

    sustica para combatir, o al menos, paliar laviolenciageneralizada.Fueel principio de Pazy Treguade Dios predicadas con el nimo deproteger de los efectos devastadores de lasguerras al personal no combatiente, cose-chas, animalesde labor,etc. Paralelamentesetrataba de limitarel nmerode dasen que seconsideraba lcitohacer uso de las armas.La idea fue tomada por los poderes laicosde Occidente a medida que se fueron recons-truyendo. As, los soberanos del Sacro Impe-rio proclamaranen numerosas ocasiones lasLandfrieden con intencin de acabar con lasguerras privadasy reservarseel monopolio dela violencia.El modelo fue seguido por todoslos prncipes del Occidente con muy irregula-res resultados.ElBajoMedievofue prdigo enescritosqueensalzabanlos beneficios de la paz. Entorno

    a 1324,Marsiliode Paduaredactabasu De-fensorpacis, tratado en el que no se hablabatanto de paz internacionalcomo de paz civilalterada por el empeo pontificio de ostentarla plenitudo potestatis sobre el conjunto de lasociedad cristiana. En los aos siguientes, enun Occidente vctima de la conflagracin ge-neralizadade laGuerrade los CienAos, tex-tos bajo el ttulo de Le livre de la paix seranredactados por Cristina de Pisan o el borgo-n GeorgesChastellain.De forma similar aparecieron otras obrasque cifraron la estabilidad general en la exis-tencia de un poder arbitral capaz de mediaren los ms variados conflictos. El De Monar-cha de Dante, defender la existencia de laideade imperio (romano,por supuesto) comoinstrumentode equilibrio de laCristiandad eu-ropea. Por los mismos aos, el consejero deFelipe IVde Francia, PierreDubois, abogarapor una prevencinde laguerramediante ins-tituciones apropiadas. Paraello se precisarala existencia de un arbitraje internacional al

    margen de toda autoridad imperial o pontifi-cia. Propone, para ello, una especie de con-federacin de monarcas, cuyas diferenciasseran solventas por una asamblea de rbi-tros elegidos por su prudencia, experienciayfidelidad.EnPierreDuboisy en otros autoresbajome-dievales se trata de reavivarel viejo ideal deconfrontacin con el Islam como la mejor vade entendemiento entre los monarcas euro-peos. El peligro turco facilitaba el mejor pre-texto. A fines del XIV,el poeta francs Eusta-quio Deschamps se expresa ell estos trmi-nos. Medio siglo despus el papa Po 11hizouna invocacin similar intimidando a Maho-

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    6/36

    Muertede Pedro I de Castilla

    met II con la potencia del pueblo cristiano,ilustrada en la suma de las virtudes militaresde los pueblos europeos. Por los mismosaos, Jorge Podiebrad, un husita moderadollegado a rey de Bohemia,propugnara la or-ganizacin de una nuevaEuropainvocando lacaridad mutuay fraternidad en medio de unaloable unin.Serala va para terminarcon lasmiserias y guerras que acosaban en los dis-tintos reinos. Tal proyecto era presentadocomo una alianza defensivade la cristiandadcontra los turcos.Losprincipiosde unidad, paz, arbitraje,etc.,seguan, as, lastrados por inercias del pasa-do.Sin embargo, ni la guerra continuada ni lapaz general darn el tono a la sociedad euro-pea del Bajo Medievo. El signo ms caracte-rstico es el de la tregua. SegnHonor Bovetsupona una esperanzade paz...y, de hecho,una paz siempre inestablealteradapor el ejer-cicio de la violencia de quienes habanhechode las armas una profesin.Contaminehaes-tablecido para la primerafase de la Guerrade

    los Cien Aos -grosso modo entre 1337 y1400- 28 aos de guerraabierta por 36 aos,correspondientes a distintos periodos de tre-gua oficial.Resultadifcil, en muchas ocasiones, sabersi unas negociaciones se entablan con vistasa una tregua -suspensin temporal de hos-tilidades- o para fijar las condiciones de unapaz en firme tomada como fin acordado deuna guerra. Muchos conflictos, adems, seextinguensin formalidades de este tipo. Ser,por ejemplo, el caso de la Guerra de los CienAos, el conflicto ms sangrientodel Bajo Me-dievo: no concluye ni con un acuerdo de pazni con la renuncia de la monarqua inglesa asus derechos al trono francs. Llegasu fin, lisay llanamente, con la expulsin de los britni-cos de este lado del Canal, salvo de la ciudadde Calais.

    Laguerrabajomedieval:artey tcnicaHacia 1519, Nicols Maquiavelo inici la re-daccin de su Del/'artedellaguerra, texto queha creado la imagen de la Italia del Renaci-

    LAGUERRADELOSCIENAOS/7

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    7/36

    miento como creadoray codificadora de unafilosofa y.un arte de la guerra. Sin embargo,en los siglos precedentes no faltaron los tex-tos orientadosen esta direccin.Losautoresdel Medievorecurrieroncon fre-cuencia a versionesde la obra de un contem-porneo de San Agustn, FlavioVegecio, titu-lada De re mltar. Igualmente, interpretaronciertas obras del pasado clsico como exalta-doras de las virtudesmilitares. Entreellas seencontraban las Dcadas de Tito Livio, verti-das al francs y al castellano -aqu por elcancillery cronista Pero Lpezde Ayala- enla segundamitaldel siglo XIV.De 1360eslare-daccin del Debello, de represalset de due-//0 de Juan de Legnano, que habra de crearescuela en lo que a conduccin de la guerrase refiere. Unos aos ms tarde, el alemnConradoKyeserescribasu Bellforts,descrip-cin de los instrumentosmilitaresde lapoca.La continuidad e intensidadde los conflic-tos blicos bajomedievalesexigieronunamo-vilizacinde esfuerzoscada vez mayor. Lafis-calidad de estos siglos tiene en la guerra uno-aunque, desde luego, no el nico- de susmotores. As la batalla por controlar el Estre-cho de Gibraltar, bajo Alfonso XI, provoc eldesarrollo de un impuesto que habra de sercaractersticode la fiscalidad castellana: la al-cabala. En Francia, desde el principio de laGuerra de los CienAos se va imponiendo latalle o fouage. La guerra provoc, a su vez,que los presupuestosde la corona inglesa sedisparasen: segn Pastan a lo largo del pri-mer tercio del siglo XIVse pasa de las 40/70mil libras anualesa Ia.sdoscientasmil.Elbotnobtenido enoperacionesmilitaresopor rescatede prisioneros-vg. el muy creci-do de Juan 11de Franciaapresado por los in-gleses en Poitiers en 1356- contribuyerontambin a alimentar el esfuerzo de guerra.Peroen ms de unaocasin sus efectos fue-ron contraproducentes:as, una Francia repe-tidamente esquilmada por las bandas arma-das, poco poda ofrecer a veces a lasvidasar8as de los poderes pblicos. Petrarcadiraa mediados del siglo XIV,que el pas era unmontn de ruinas. En 1435, Eneas Silvio Pic-colomini, enviajeal Nortede Europa,diraqueen Francia escaseabanya hasta las ruinas...Tales expresionestienen, sin duda, mucho deretrico, pero expresan bien la inseguridad ypenuriadel territoriogalo durante buenapartedel Bajo Medievo.El nmero de combatientes movilizadospara las grandes campaas nunca fue muyelevado.Hay que desconfiar de las cifras da-8/LA GUERRADE LOSCIENAOS

    das por los cronistas que tienden siempre ala hiprbole. Los treinta y dos mil soldados in-gleses sitiadores de Calais en 1346 consti-tuanun respetableejrcito.Unsiglo despus,Carlos VII de Francia no moviliza de una vezms de veintemil hombres para expulsara losinglesesdel pas. Lo que parece claro es quelos poderespblicos van prefiriendola calidady disciplina a la cantidad y el valor anrquico.Las batallas campales que enfrentaron avarios milllares de combatientes no fueronmuy numerosas aunque algunas -Crecy,Azincourt, Aljubarrota, Nicpolis, Tannen-berg- fueran espectaculares y de decisivosresultados. Se prodigaron ms otro tipo deoperaciones. Sern los golpes de mano ca-ractersticos de las zonas de frontera: caste-llanos contra granadinos, ingleses contra es-coceses... Sern las cabalgadas, incursioneshabituales en la Francia de la Guerra de losCienAos: consisten en lapenetracin de co-lumnas de soldados -bastan unos pocosmiles- hasta el corazn del territorio enemi-go a fin de destruir sus recursos econmicosy minar la moral de la poblacin. O ser laocupacin del territorio del rival merced a laconquista de importantes plazas. As, Calais,tomada por los ingleses en 1347 les permititener una cabeza de puente a este lado delCanal durante toda laguerra. Laconquista deHarfleur, Caen y Rouen por Enrique V en losprimeros aos del siglo XV,permiti a la casade Lancaster un dominio frreo sobre Nor-manda. Por el contrario, su fracaso unosaos despus, frente a Orleans les impidi laprogresin al sur del Loira.Laexpugnacinde ciudades -ms que losencuentros a campo abierto- impuls el de-sarrollo de un arma cuyos rudimentosen Oc-cidente parecen remontarse al cerco de Nie-bla, a fines del siglo XIII:la artillera.Dado suelevadocosto, slo los prncipesy algunas im-portantes ciudades pudieron permitirseel lujode disponer de unarmatan innovadora.El h-bil manejo de los caones ayud decisiva-mente a CarlosVII de Francia a expulsara losingleses de las posiciones que antes habanconquistado. Por los mismos aos (1543), laartillera turca bata sin piedad los muros deConstantinoplay pona fin al Imperio Romanode Oriente.En la recta final del siglo, la artille-ra real facilitaraa los ReyesCatlicos la con-Caballeroscastellanosdel sigloXIV(miniaturas del Librode los Caballerosde Santiago,Archivo Municipalde Burgos)

    .

    I

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    8/36

    r: , ....-'"lXbm:go..;

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    9/36

    quista del reino de Granada cubierto por unared de importantes plazas fuertes.A la par que la artillera-arma nueva- lasdos armas tradicionales de los conflictos me-dievales experimentaron un notable impulso.Desde tiempo inmemorial, el caballo era lasea de identidad del guerrero medieval. Allado de formaciones de caballera ligera (jine-tes castellanos,hobelars ingleses...)funciona-ba otra acorazada a las que se encomenda-ba la misin de romper las lneas enemigas.La armadura (loriga de mallas o conjunto deplacas metlicas articuladas) experimentunperfeccionamiento progresivo. A mediadosdel siglo xv, el soldado de la caballera pesa-da (el hombre de armas por excelencia)tenaun impresionante aspecto. Sin embargo, lasarmas de tiro y su uso perfeccionado, le ha-ban convertido en un combatiente demasia-do vulnerable.Laartillerapudo dar a fines del xv ungolpemortala la caballera,peroya aosatrs,el in-fante armado de alabarda, ballestao arco lar-go, habacausado gravesestragosa la gentemontada. Las compactas masas de arquerosusadas por los inglesescontra los escocesesen Falkirk en 1298, y luego contra franceses(Crecy, Poitiers) o castellanos (Njera, Alju-barrota) resaltaronel valor militar de las gen-tes de a pie, hastaentonces piezasecundariaen la estrategiamilitar.Las marinas al servicio de los Estados delOccidente acabaran mostrndose tambincomo un importantearma, no slo en loscho-ques frontales -tipo batalla de L'Ecluse en1340 entre ingleses y franceses- sino, ade-ms, en otro tipo de operaciones:en el trans-porte de importantes efectivos humanos y vi-tuallas -caso ingls- o en el hostigamientodel comercio del enemigo. La guerra en laBajaEdad Media se libra,desde luego,en loscampos de batalla, pero tambin en las rutasmercantiles: Canal de la Mancha y Golfo deVizcaya,en donde se enfrentan las potenciascomprometidas en la Guerra de los CienAos; mar Bltico en donde chocan danesesy hanseticos;o elMediterrneo,escenariodela pugna por la hegemonaentregenovesesyvenecianos o entre aragonesesy angevinos.Los limitados recursosde los poderes pol-ticos bajomedievales impedan que la guerrafuera tan totalcomo retricamentedejan tras-lucir algunos textos de la poca. Sin embar-go, la concentracin de esfuerzos,el uso casiintegradode las distintas armasy la progresi-va especializacin de los combatientes, per-miten hablar de los siglos XIVYxv como del10/LA GUERRADE LOSCIENAOS

    perodo en que la guerra y sus protagonistasapuntan ya hacia pautas ms modernas, y,consiguientemente,ms destructivas.Imageny actuacindel combatiente.Dela funcina la profesinDesde principios del siglo XI,y de la manode dos obispos -Adalbern de Lan y Ge-rardo de Cambrai-, el Medievo popularizuna imagen de la sociedad. En ella se reco-noca la existenciade tres categorascon susfunciones bien definidas. Los servicios quecada una de ellas prestaba a las otras doseran garantade estabilidad. La masa consti-tua el orden de los laboratores, identificados,esencialmente,con el campesinado. Una mi-nora rega los asuntos espirituales: eran los

    oratores.Otra minora estaba al frente de losasuntos temporales: eran los bellatores, pug-natoreso defensores.Pese a los cambios que el desarrollo eco-nmico fue introduciendo en la sociedad eu-ropea, los idelogos se mantuvieron sustan-cialmente fieles al sistematripartito.As se ex-presaron ilustres cronistas del Bajo Medievocomo el franco-hainuyerFroissarten la segun-da mitad del siglo XIVo el castellano DezdeGames y el borgon Georges Chastellainenel siglo siguiente. Una abundante literaturacontribuy, a su vez, a glorificar las funcionesdel guerrero a quien se identificaba, funda-mentalmente,con aquel que se mova en lasesferas de la casta feudal. A fines del XIII,Ra-mn Llull exalta la caballeraen un texto (Li-bro de la orden de caballera),que es todo uncompendio de virtudes para los comprometi-dos en elejercicio de las armas.Algomstar-de, DonJuan Manuelhara algo similar en suLibro del caballero et del escudero. Distintosautoresdedicaron sus mejorespginasa can-tar las glorias militares tomadas como motorde la historia. Determinados caballeros aca-baron, a su vez, por ser protagonistas de im-portantes textos narrativas:el PrncipeNegro,Beltrn Du Guesclin, Pero Nio, el mariscalBoucicaut, etc.Sin embargo, como ya advirti Huizinga, loheroico empieza a ser sustituido por el artifi-cio de lo heroico. Contrasta la exaltacin su-perlativa de unas virtudes caballerescas conla sordidez de unas guerras que, abiertamen-te, contradicen los principios ticos pregona-dos por la literatura.Enefecto, la imagendel combatiente comomiembro de una clase encargadade defen-

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    10/36

    der al conjunto de la sociedad, cuadraba yamal con la realidad del Bajo Medievo. Junto alos contingentes estrictamente feudales -losque luchan en virtud de su rango social y acambio de un beneficium recibido de su se-or- los prncipes fueron explotando otrasposibilidades que les brinda su creciente po-der. Podanser los efectivosde las miliciasco-munales o los extrados de la pura y simplemovilizacinen masa (elarriere-ban)de todoslos habitantes del reino con capacidad paramantener las armas entre los 15/20 y los 60aos. Los monarcas disponan as, de reser-vorios militares importantes en nmero, perodemasiado heterogneosy, por ende, de du-dosa eficacia militar llegada la hora.Elloexplica que prncipes y ciudades impor-tantes recurran con frecuencia a mercenariospara satisfacersus necesidadesmilitares.A fi-nes del siglo XIIse hablar de brabanzones,aragoneses, triaverdinosy cote/eros,para de-finir las gentes armadas a sueldo (los routiers)contra los que el 111Concilio de Letrn lanzun anatema especial. Las pautas morales es-

    tablecidas consideraban poco admisible com-batir por dinero en vez de por obligacin fun-ciona/.Con todo, el mercenariado sigui sien-do utilizado por los diferentes poderes pbli-cos en sus conflictos armados. As, veremosa los monarcas franceses reclutando contin-gentes de ballesteros provenzales y genove-ses que combaten junto a los procedentes delarriere-ban o del servitium debitum feudal.Efectivos al servicio indistintamente de uno uotro monarca combatirn durante la segundamitad del siglo XIVen los distintos teatros deoperaciones: son las llamadas compaas deaventuramandadas por personajes como Ai-merygot Marchs, John Hawkod o Arnaud deCervole. Despus de 1400, un tipo similar decombatientes (los corcheurs) sembrarontambin el pnico en territorio francs.Los poderes pblicos trataron de limitar laanarqua provocada por estas bandas a tra-vs de distintas reglamentacionesque, con eltiempo, perfilaron ejrcitos profesionales convisos de permanencia. La recluta selectivapropici, desde principios del siglo XIV,la di-

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    11/36

    vulgacin de contratos (condotas, lettres deretenue,indentures...)por los que un prncipeo una ciudad adquira los serviciosde un ca-pitn y su gente por un tiempo determinado.Talesoperaciones-caso de la ItaliadelTres-cientosy elCuatrocientos- puedenpermitirala larga a algunos de esos capitanes conver-tirse en amosde la situacin.Casos como losde CastruccioCastracani,convertidoenseorde Luca en 1327,o de FrancescoSforza,du-que de Milndesde 1450,son altamente ilus-trativos.Enel Occidente, la creacinde rdenes decaballera(la Bandaen Castilla,laJarreteraenInglaterra,la Estrellaen Franciao elToisndeOro en Borgoa) supuso un intento de revita-lizarel viejo ethosmilitarfeudal conjugado conla estricta fidelidad de sus miembros al prn-cipe. Sinembargo,para lacreacinde unejr-cito realfueronmseficaces lasdisposicioneslegales que, tras largasexperiencias,posibili-taron la creacinde unasfuerzasarmadas es-tables, dependientes de los reyes y pagadaspor ellos.Elmodelo ms acabado fue ideadopor Carlos VII de Francia, a mediados del si-glo xv. LaGranOrdenanzapromovi la reclu-ta de un determinado nmerode lanzas: uni-

    dades de combate a caballo que constituye-ron un pequeo, pero efectivo ejrcito mvil.La PequeaOrdenanza cre un cuerpo a piepara cubrir las guarnicionesdel pas recinre-conquistado a los ingleses. El cuerpo defrancs-archers,exentosde impuestosy paga-dos por las parroquias, constituy una econ-mica infantera nacional. Paralelamente, loshermanos Boureaudotaron a las fuerzas rea-les de una potente artillera.Algunos aosmstarde, los Reyes Catlicos tendran en laGuerra de Granada un excelente banco depruebas para que, a partirde experienciasan-teriores (levas municipales, contingentes deHermandad, h.uestesseoriales), se constitu-yera un ejrcito suficientementeoperativo.Con todo, la nacionalizacin de los ejrci-tos dista mucho de ser una realidad a finesdel Medievo.El recurso a los mercenarios si-gue siendomoneda corriente.A mediadosdelsiglo xv, Gilles le Bouvierredactaba una obra-Oescription des pays- en la que se reco-gen, entre otras cosas, las virtudes guerrerasde cada pueblo. Los suizos, presentadoscomo gentes crueles y rudas, se llevaban lapalma en estos aos, como servidoresmilita-res de los diversos poderes polticos.

    La guerra y susfactoresDVERSOSactorespesanenlosconflictosarmadosdel BajoMedievo.Algunosse-rn decisivos.Otros semejanms simplespretextos.Resultadifcilencontrarun conflictomilitardel BajoMedievoquepuedainvocarel factorreligincomonicomotor.Sin embargo,laubicuidaddel hechoreligiosoa lo largo detodalaEdadMediahacequemuchasguerrasseveancondicionadasporcircunstanciasomerascoartadas- espirituales.1) La ideade cruzaday su crisis:LacadadeSanJuandeAcreenmanosdelosmusulmanes1291)pusofina laaventurade losoccidentalesenTierraSanta.Elulteriorprocesoa los Templarios(1307-12)o fue aunaordenmilitara la que,entreotrascosas,la opininpblicaacusabade haberdejadode servirsus interesesundacionales.Pores-tas fechas,la ideade Cruzadahabasufridoya numerosascrticas,especialmentepor serla plasmacinde un abusivoidealteocrtico12/LAGUERRADELOSCIENAOS

    pontificio. Sin embargo -como ya hemosadelantado- algunos idelogos del Occiden-te siguieron manteniendo el ideal cruzadistacomo medio de uninde la sociedad europeafrente a un enemigo comn. Incluso algunosautores, que en su juventud fueron crticosante la predicacin de la cruzada, llegados ala madurez, se manifestaroncomo sus since-ros admiradores. El caso de EneasSilvioPic-colomini puede resultar paradigmtico: en1443 critica a Eugenio IV por promover unacruzada contra los turcos, pero, llegado apapa unos aos ms tarde, se convertir enuno de los paladines de la idea...Tanto en Occidente como en Oriente,ells-lam segua siendo el objetivo nmero uno abatir mediante una guerra religiosa.En la PennsulaIbrica,ocupado el valle delGuadalquivir, los monarcas castellanosorien-tan su actuacin militara controlar el Estrechode Gibraltar a fin de evitar nuevas sorpresasdesde el Magreb. ElPoemadeAlfonsoOnce-

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    12/36

    Los caballeros defienden Jerusaln (miniaturadel siglo XIVde la obra Descriptio TerraeSanctae)

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    13/36

    no, redactado a mayor gloria de este sobera-no,alcanzasusmomentosmsdramticosenla guerra contra granadinosy benimerines.Labatalla del Salado (1340) es equiparada altriunfo de las Navas de Tolosa contra los al-mohades y a unaespecie de desenlaceen elenfrentamientoentre la cristiandad europea yla barbarieafricana.Sigloy pico ms tarde, lacampaa contra Granda emprendida por losReyesCatlicos poda recubrirse tambin deun manto ideolgico religioso.En relacin con el Estede Europa,el factorreligioso fue insuficientepara impulsar un es-fuerzo militar contra la agresin turca. Laderrota de los caballeros occidentales en Ni-cpolis (1396)fue unserioaldabonazode avi-so. En los aos siguientes, los esfuerzos paraunir a las cristiandadesde Orientey Occiden-te (concilio de Florenciade 1439)a fin de su-perar el trauma del cisma y de conjurar el co-mnpeligro otomana,se revelaronintiles.Lacada de Constantinoplaen manos de Maho-met 11acabara hipotecando polticamente lascomunidades cristianas balcnicas durantevarios siglos.La idea de cruzada en el ms estricto sen-tido jurdico, se orient tradicionalmente con-tra los enemigos de la fe cristiana:musulma-nes y, secundariamente, paganos del, reabltica. Existentambin otros brotes ms es-pontneos y, consiguientemente, ms anr-quicos que sedesarrollanparalelamentea losmovimientosoficiales.Enel Bajo Medievoanse manifiestanen estallidoscomo una cruza-da popular de pastoureauxhacia 1320que re-cuerda otra habida a mediados del siglo an-terior. O en pintorescos intentos como el delmaestre de AlcntaraMartnYezde la Bar-buda que, en un arrebato emocional invadiel Reinode Granada en 1394 seguidode unaturba de desheredados, slo para obtener unrotundo fracaso.2) Guerra, cisma y hereja:La cruzada fue tambin el expediente utili-zado por la SantaSede para erradicar la disi-dencia religiosa en el interior del Occidente.Bajo el ttulode negotium {idei et pacis se ha-bapredicadoa principiosdel sigloXIII la cru-zada contra los ctaros del Mediodade Fran-cia con una terrible eficacia. A la postre fue-ron tambin los enemigos domsticos delPontificado los que sufrieron el peso de esteinstrumentoque, ante lasconcienciasmscr-ticas, estabaexperimentandounadevaluacinprogresiva. As ocurri, por ejemplo, con Pe-dro 111e Aragn, excomulgado por el papaMartnIVquien, en 1285, lanz contra sus Es-14/LA GUERRADE LOSCIENAOS

    tados hispnicos unejrcito d cruzados fran-ceses. La operacin se saldaracon un fiascototal.Elmanto religioso cubri muy variadasope-racionesmilitaresde los siglos XIVYxv.As En-rique de Trastmaraen su lucha por usurparel trono castellano acusar en 1366 a su her-manastro Pedro I de tirano, pero tambin dehereje.En1429,Juanade Arco arropsus xi-tos militares con una mezclade vago misticis-mo y elementalpatriotismo...Sinembargo, se-rn el estallido del Cisma de Occidente en1378y ciertos brotes autnticamenteherticoslas circunstancias que faciliten coartadas reli-giosas de ms entidad.ElCisma de Occidente fue utilizadopor losdos bandos -romanistas y avionistas-para lanzarse terribles acusaciones. No sloeran los papas respectivosobjeto de reproba-cin por la parte contraria, sino tambin losmonarcas que haban optado por una u otraobediencia. Estavenaen buenamedida con-dicionada por el alineamiento poltico en laGuerra de los Cien Aos. Los contendientesde este conflicto generalizado dispusieron,as, de un arma propagandstica para des-prestigiar a sus rivales.En concreto, en los aos ochenta del si-glo XIVla acusacin de cismtico frente a unantagonista acaba siendo moneda corriente.As, en 1383,con la cobertura jurdica de cru-zada amparada por Roma, el obispo de Nor-wich dirigi una operacin contra las fuerzasfrancesas ocupantes de Flandes. Entre estamisma fecha y 1385, los partidarios de Juan Ide Avis -romanistas a la postre, como susaliados ingleses- acusaran de cismtico aJuan I de Castilla, pretendienteal trono lusita-noy avionistacomo sus socios franceses.En1386,el propio Juan I deCastillaacusa de cis-mtico a su rival Juan de Gante, duque deLancaster,...y losejemplos semultiplicanhas-ta el aburrimiento.El factor religioso, sin embargo, resultpoco decisivo enestos conflictos. Mucho msimportante lo fueen otra gravsimaconmocinque sacudi en elsiglo xvtoda laEuropaCen-tral: la herejahusita.El movimiento tiene una enorme compleji-dad, de ah que resulte difcil su encuadra-miento en una sola categora. Algunos auto-res como J, Macek han resaltado las circuns-tancias sociales en las que el husismo se de-senvolvi; circunstancias que harande l notanto una hereja como un movimiento socialcon hondas races populares.Aunqueesto no pueda ponerse enduda, re-

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    14/36

    sulta igualmente incuestionableque son idea-les religiosos los que sirven de cemento deunin a los distintos grupos sociales que in-vocan el nombre de Juan Hus tras su ejecu-cin en Constanzaen 1415.As ocurrir entrelos moderados utraquistas, defensores de lacomuninde los laicos bajo las dos especies;y entre los radicales taboritas partidarios deunaverdaderasubversinsocial amparada enuna violentaaplicacin de los idealesevang-licos.Hay que tener en cuenta adems otro he-cho: el que Romarecogierael guante, utilizan-do contra los husitasel arma tradicional de lacruzada. Fracasada en varias ocasiones, ob-tendra al fin una importantevictoria en Lipanyque erradic las msviolentasexpresionesdela herejay posibilit, en los aos siguientes,la existenciade una iglesia autnoma checa.El fenmeno husita anticipa, al menos ensus distintas manifestacionesformales, lo que

    Izquierda: BeltrnOuguesclin. Derecha:Juan" de Castilla(grabados de laHistoria de EspaaIlustrada, de Rafael delCastillo)

    ser el posterior estallido protestante. Lasguerras de religinde la Europa moderna dis-ponen, as, de un magnfico precedente.Conflictossacesoriosgamas dinsticas

    Lasdos grandes monarquascon aspiracio-nes universalesmantuvieronen el Bajo Medie-vo el principio de sucesinpor va electiva.Pa-pas y Emperadores lo eran merced a la vota-cin de cuerpos electorales a los que se ha-ba dotado de una regulacin formal: el cole-gio de cardenales para los Pontficesy un co-lectivo de siete prncipes (cuatro laicos y treseclesisticos) para los soberanos del SacroImperio.Ello no evit el que los conflictos en estasdos altas instituciones menudeasen. As, elImperio conoci dos importantes crisis suce-sorias:en 1314y 1410.Dehecho,tres grandes

    LAGUERRADE LOSCIENAOS/15

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    15/36

    familias-los Wittelsbach, los Luxemburgo ylos Habsburgo- ostentanlatitularidad del Im-perio en distintos momentos a lo largo delBajo Medievo. En el campo pontificio, la msgravecrisises lahabida a partirde 1378 comoresultado de una doble eleccin. Ser la razdel GranCismadeOccidente liquidadooficial-mente en el Concilio de Constanza(1414-1418). Las elecciones de papa objetode contestacin se seguirn produciendo enlos aos siguientes, pero sin alcanzar tal do-sis de dramatismo.En las monarquasdel Occidente, la suce-sin por va hereditaria en el primognito sehaba consolidado a lo largo del PlenoMedie-vo. Esta circunstancia dot de una cierta es-tabilidad poltica a las comnmente denomi-nadas monarquas feudales que, progresiva-

    mente, fueron identificndose con entidadesseminacionales. No faltaron, sin embargo,complicaciones a la horade aplicar este prin-cipio de sucesin.As, a lamuerte de AlfonsoX de Castilla (1284) an no se haba estable-cido debidamente la primaca: se dudaba sila corona haba de recaer en el heredero delya fallecido primognito -infante Fernandode la Cerda- o en el segundognito vivo: elque haba de ser Sancho IV...El agotamiento de la lnea directa de la di-nasta reinante, o el simple golpe de estadode unpretendientecontrael monarca legtimo,marcarn poderosamente las trayectoriaspo-lticas de las monarquas europeas desdeprincipios del siglo XIVhasta fines del XV.Siguiendo un orden cronolgico, nos en-contraremos con el siguiente panorama:1) Guerra de los Cien Aos: Supone elconflicto poltico -o cadena de conflictos po-lticos- ms destacado de todo el mundo ba-jomedieval. (Por su trascendencia le dedica-mos un captulo especial en este cuaderno.)Primahoy la idea de que suestallido no fuecausado directamentepor unacuestindins-tica: laextincinen 1328de la rama mayordelos Capeto, gobernante en Francia desde fi-nes del siglo x. Sin embargo, la coartada di-nstica ser frecuentementeutilizada por lossoberanos ingleses para intervenirmilitarmen-te en Francia.2) Los Trastmaraen el trono castellano(1366-9):Estamos ante otro episodio de laGuerra de los Cien Aos, que trae la sustitu-cinviolentade unmonarcalegtimo-Pedro-por su hermano bastardo Enriquede Trast-mara.Ms que un cambio de dinastasuponela sustitucin de la rama mayor de la casa deBorgoa por otraesprea.18/LAGUERRADE LOS CIENAOS

    Ladefinitivalegitimacindel cambio slo seproducir diez aos despus. En efecto, losderechos esgrimidos por Juan de Gante, du-que de Lancaster,a la corona castellana (porsu matrimonio con una hija de Pedro 1)plan-tearn serios problemas a Enrique 11y, sobretodo, a su sucesorJuan 1.Elconflicto se liqui-dar mediante una avenenciaen 1388: com-promiso matrimonial de los herederos de losdos Juanes -Catalina de Lancaster y el In-fante Enrique- que obtendran el ttulo dePrncipesde Asturias.En este conflicto -al igual que en otros deestetipo- los contendientesesgrimieron,tan-to razonesmoralescomo estrictamentedins-ticas. As, Enrique11acusar a Pedro I de tira-no y enemigo de la fe cristiana,con lo que dioa la guerra el sentido casi de una cruzada yal fraticidio de Montiella dimensin de un au-tntico tiranicidio. En los aos siguientes, tan-to Juan I como Juan de Gante -puenteandoindudables tachas familiares- fundamenta-rn su legitimidad, remontndose a genera-ciones atrs. El castellano invocara los an-tepasados de su madre los infantesde la Cer-da; el ingls se remontar a su bisabuela (!)la infantacastellanaLeonor,esposa de Eduar-do I de Inglaterra.3) El ascenso de los Avis en Portugal(1383-5):AlmorirFernandode Portugal(1383)el trono habade recaeren su hija Beatriz,ca-sada meses atrs con Juan I de Castilla. Losrecelos de buena parte de la opinin pblicaportuguesa, temerosa de una absorcin porCastilla,abrirnungraveconflicto.Tiene -en-tre otras- unadimensinabiertamentedins-tica y, como el conflicto castellanoantes cita-do, se inscribe tambin en la gran conflagra-cin que es la Guerra de los Cien Aos.La entronizacin del maestre Juan de Aviscomo reyde Portugalen 1385, supone un im-portante relevo dinstico slo consolidado acosta de un sangrientoconflicto con sus veci-nos castellanos. Sus secuelas se prolonganan hasta los inicios del siglo siguiente,cuan-do losTrastmararenunciana cualquier velei-dad, bien de absorcin del reino lusitano obien de instalacin,frente al de Avis, de otrosmonarcas ms manejables: los infantes donJuan o don Dions, hermanastrosde Juan deAvis refugiados en suelo castellano.4) Los Lancaster y el trono ingls: En1399 un autnticogolpe de estado acabacon el reinado de Ricardo 11,muerto misterio-samente meses despus. Su primo Enriquede Lancaster, hijo de Juan de Gante, ascen-der al trono encabezando una amplia coa-

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    16/36

    Batalla de Auray, 1364,en la que los franceses,mandados por Beltrn du Guesclin derrotaron a losingleseslicin nobiliaria hostil a los pujos autoritariosdel rey destronado. Como en el caso caste-llano no ~e puede hablar en puridad de unanuevadinasta -por ms que esta figura seacomnmente admitida- sino de una ramade la dinasta ya reinante: la Plantagenet. Ycomo en el caso castellano, estamos anteuna especie de revolucin nobiliaria cuyosefectos tratarn de ser limitados por el.nue-vo beneficiario del trono.5) El relevodinsticoen la Coronade Ara-gn: La muerte en 1410 de Martn el Huma-no, ltimo representantede laCasade Barce-lona, provoc en laCorona aragonesa un va-co de poder que variospretendientestrataronde colmar. En 1412,el controvertidoCompro-miso de Caspe eligi como nuevomonarca aun infante de Castilla: Fernandode Trastma-ra, tutor a la sazn de su sobrino Juan 11.Taldecisin y sus secuelas han sido juzgadascon gran apasionamiento: desde iniquidadcontra Catalua (L. Domenech i Montaner) aproceso de autodeterminacin de un pueblo(R. MenndezPidal). La entronizacinde Fer-nando trajo un acercamiento dinstico entrelos dos principales Estados peninsulares. Y,casi de inmediato, provoc una breve guerraentre el nuevomonarcay otro de los candida-tos al trono: Jaimede Urgel,vencido y obliga-do a rendirseenBalaguer.Bajo los sucesoresde Fernando -Alfonso V y sobre todo, Juan11- los conflictos entre la nuevadinastay las

    institucionesdel Principado cataln desembo-carn en guerra abierta.6) El caso napolitano: Aqu los aragone-ses obtendrn un xito notorio que culminauna carrera iniciada en 1282 con las VsperasSicilianas. En 1421, Juana II de Npoles, en-frentada a Luis de Anjou, prohij a Alfonso Vde Aragn, a cambio de apoyo militar.La cuestin se hara harto conflictiva a lamuerte de la reina, dados los recelos antiara-goneses de las principales ciudades italianas.Alfonso V se vio embarcado en una prolonga-da aventuramilitar,que empez con un gravefracaso: su derrota y prisin en la batalla na-val de Panza (1435). Sin embargo, la habili-dad diplomtica del aragons y su renovadoesfuerzomilitardaranal fin sus frutos: en 1442entraba triunfanteen Npoles.Estos seis casos no agotan, ni mucho me-

    nos, la dimensindinstica -bien seaprimor-dial o simplementeaccesoria- de los conflic-tos europeosdel BajoMedievo.Otros Estadosde menor envergadura poltica conocieron si-tuaciones similares, aunque, a veces, sin lle-gar a la guerra abierta:- El pequeo reino de Navarra,estratgi-camente ubicado entre tres grandes potencias(Castilla, Francia y la Corona Aragonesa) co-noce distintas casas reales desde fines del si-

    glo XIII: los Capeto, los Evreux, los Trastma-ra, los Foix y los Albret.

    - SobreEscocialos poderososvecinosdelsur mediarn en los conflictos dinsticos o pro-piciarn otros de forma artificial: caso de la pro-teccin inglesa al clan de los Balliol, frente a lafamilia de los Bruce, desde finales del siglo XIII.

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    17/36

    - Elcaso mallorqun,endondeladinastaindependiente establecida en el testamentode Jaime I fue violentamenteliquidada por Pe-dro IVde Aragn tras la batalla de Luchmajor(1349) El archipilagobalear quedar,deesta forma, integrado definitivmente,en losEstados de la ramamayor de la casa de Bar-celona.- El caso bretn. El ducado de Bretaaser, desde 1341, vctima de una guerra en-dmica entre dos familias: los Montfort y losBlois. En tierra bretona, precisamente, ingle-ses y franceses tratarn ms de una vez desaldar sus diferencias.- Elcasoborgon,surgidocon lamuer-te en 1364 del duque Felipe de Rouvresy laelevacin, frente a otros candidatos, de unprncipe de la casa real francesa: Felipe elAtrevido.- El casodeArtois,quesearrastraren-tre 1302y 1329Yenfrentara sucondesa Ma-tilde con su sobrino Roberto.De hecho cualquier Estado seorial puedeplantear en el Bajo Medievoconflictos suce-sorios jurdicamentesimilaresa los de una co-rona real. Tampoco hay que olvidar que laEdadMedia secierraen elOccidente con dosgraves crisis sucesorias: la que entroniza enInglaterraa EduardoTudor y la que instalaenel trono castellanoa Isabel la Catlica.

    GUemJsintestinas

    Losautoresdel Medievodistinguieron -taly como hemos adelantado- entreguerra ci-vil y ms que civil. La primera tena lugar en-tre conciudadanos. Lasegunda tambin entreparientes.Todo el Medievofueprdigo enconflictos li-brados en escalones inferiores al del Estadocontra Estado.Muchasde las guerras no su-peraron las pautas de lo jurdicamentefeudal:seores contra vasallos. El factor nobiliariocondiciona muchas veces la dimensin civilde las guerrasmedievales: se trata a menudode enfrentamientosentre facciones aristocr-ticas que acaban arrastrando a toda una pl-yade de familiares y clientes en una cadenade venganzas y revanchas. Incluso los quepodran definirse como conflictos internacio-nales de los siglos XIXYxx tienen una buenadosis de guerra civilmoremedievale.Dosescalonespodramosestablecer:1) Unidades polticas tipo reino:La Guerra de los Cien Aos, vista comn-mente como una confrontacin anglofrance-20/LA GUERRADE LOSCIENAOS

    sa, tuvo tambin mucho de guerra civil fran-cesa en sus distintas etapas. Varias circuns-tancias contribuyerona ello: la cambiante mi-litancia de las bandas de combatientes quetanto luchan del lado Valois como del Planta-genet; la fidelidad de un importantesector dela poblacin francesa (zona Burdeos-Gascu-a) a la realeza britnica a lo largo de casitoda la guerr; y, sobre todo, la abrupta rup-tura que se produce en suelo francs desde1415-1419entre dos bandos formados en losaos anteriores. Uno, el borgon, partidariode la uninde las coronas inglesay francesa,en manos de la familia Lancaster.Otro, el ar-magnac, partidario de una monarqua france-sa independiente y de la expulsin de los in-glesesdel continente.Estecmulo de circuns-tancias explica lo encarnizado del conflicto alque un poeta francs, Alain Chartier, califica-ba hacia 1420, deguerracivily msquecivil.En el caso castellano, la guerra que entro-niza a los Trastmara es no slo dinstica,sino tambin autnticamente civil, por msque slo se hayaenfatizadoen el apoyo de lanoblezaa Enrique11.El recursode stea lasciudades (Cortes de Burgos de 1367) parasancionar la usurpacino la cerrada defensaque de Pedro I hacenciertas pOblacionessonhechos harto ilustrativos.Un siglo despus, elconflicto que asientaen el trono a IsabellaCa-tlica frentea susobrinaJuana,adquieretam-bin los tintes de una guerra civil.El Portugal revolucionariode 1383-1385estambin el de unconflictocivil abierto. Recien-tes investigaciones han matizado el viejo es-quema un tanto simplista de nobleza lusitanaprotrastamaristaen su totalidad frente al bajopueblo y burguesaplenamente identificadoscon el maestre de Avis.Enel caso de la Corona de Aragn los con-flictos internos van evolucionando a lo largode todo el Bajo Medievo. En un primer mo-mento sern lasguerrascontra las Unionesdenobles (aragonesesy valencianos)aplastadaspor Pedro IV. Ms adelante sern los conflic-tos derivados de la crisis dinstica y de la en-tronizacin de Fernando de Trastmara, noaceptado de forma unnime.Y ser, al final,la gran conmocin catalana que enfrentaabuscarios y bigarios y, a la postre, a buenapartede laopinin del Principadocontrael au-toritarismo de Juan 11.Elgrave problema rural-conflicto de los payesesde remensa- con-tribuye a enmaraaran ms el conflictivopa-norama poltico-socialde Catalua en el oca-so del Medievo.En Inglaterra, algunos conflictos internos

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    18/36

    Nobles castellanos del siglo XIV(de unaminiatura del Libro de la Coronacin delos Reyes de Castilla. Monasterio deEl Escorialj

    LAGUERRADE LOSCIENAOS/21

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    19/36

    -luchas en ocasionesentrefaccionesmino-ritarias- se saldancon lasangrientadesapa-ricin del monarca: Eduardo 11(1327), Ricar-do 11(1400), Enrique VI (1461), Eduardo V(1483) YRicardo 1111485). Lo dinstico que-da en los conflictos ingleses suplantado no yapor lo civil,sino por lo ms que civil.La Guerrade las Dos Rosas, en efecto, se presentacomo un largo ajuste de cuentas en el senode la familiareal inglesa.En Alemania, las luchas entre los grandespoderes se doblan con anrquicos enfrenta-mientos en nivelesinferioresde lanobleza: loscaballerosdel pas (los rittetvana lanzarseen el bajo Medievoa una polticade autnticobandidaje que se convertiren factor de gra-ve inestabilidad.EnEstados de menor extensin las guerrasciviles acaban haciendo tambin estragos yposibilitando,con ello, su absorcin por veci-nos ms poderosos. As suceder, por ejem-plo, con el ducado de Bretaa, dotado de unafuerte personalidad pero en permanente crisisinterna:desaparecer como Estado indepen-diente con la uninmatrimonialde CarlosVIIIy la heredera del ducado. En laPennsulaIb-rica hay dos ejemplos notoriosque beneficia-rn a laCoronade Castilla:elde Granada, vc-timade las discordiasentre zegresy aben-cerrajes; y el de Navarra,que lofue de la pug-na a muerte entre las facciones de agramon-teses y beamonteses.2) Ambitos polticosde reducidas dimen-siones:Enfrentamientosde facciones que cubrentodo un reino reflejanen ocasiones y aprove-chan en otras conflictosentre parcialidades lo-cales y regionales. Guerras civilesy pleitosdi-nsticosfueroncaldo de cultivo para ajustesde cuentas entre familias que se disputabanel poder dentro de las ciudades o en territo-rios de reducida extensin. En algunos casosslo se trata de la agudizacin de viejas ten-siones. En otros, la crisis econmicacrear si-tuaciones realmenteexplosivas.En el mbito ibrico presenciaremos cade-nas de enfrentamientosentre bandos familia-res:Oacinosy Gamboinos en el PasVasco,Fajardos y Manueles en Murcia, Lunas yUrreasen Zaragoza, Centellesy Soler en Va-lencia, etc.Las ciudades italianas contaban con unaaeja tradicin de luchas entre gelfos papa-listas y gibelinos imperialistas. A este conflic-to suceder la pugna entre blancos y negrosque, en el caso florentino, cost el exilio a ilus-tres ciudadanos como Dante Alighieri. Los en-22/LA GUERRADE LOSCIENAOS

    frentamientos estrictamentepolticosy familia-res se entreveraroncon otros derivados de losrecelos entre los distintos gremios. La crisiseconmica se manifestara en Florencia en1378 con una grave conmocin social: el tu-multo de los Ciompi.Como otras muchas re-vueltas, sta tambin fracasar a la postre. Sinembargo, permitir a una familia -los Medi-ci- dar importantes pasos para convertir elrgimen florentino en un gobierno desde elque se ejercerun poderoso control.Lacontinuada inseguridado ladebilidad delpoder central generan importantes movimien-tos de autodefensa.EnCastilla, por ejemplo,sern las hermandades: una con carcter ge-neral aparece en 1282.Con alcance ms res-tringido surgenotras asociaciones en los dis-tintos Estadoseuropeos. EnAlemania, dondeel papel arbitral del emperador se va difumi-nando, aparecen diversas ligas de ciudades:en el Bltico y en el Rin desde fecha tempra-na; luego en otras zonas: en Lusaciaen 1346o en Suabia en 1378.Sin embargo, las guerras civiles y ms queciviles lograrn en el Occidente otro efecto:potenciar la imagen del poder monrquico-all donde consigui reconstruirse- comoel nico capaz de facilitar paz y estabilidad alconjunto de la sociedad. Elprecio sera la de-jacin de algunas de las libertadestradiciona-les.

    Guerras, fronteras y esferas de influenciaEn el Bajo Medievo se dieron importantespasos para modernizar el sentido de la pala-bra frontera. Hasta entonces, lo que primabacomo divisoria entre las distintas entidades

    polticasera lamarca -rea un tanto difusa-y no la lneade separacinperfectamentede-finida. Laspropias relacionesde dependenciafeudal hacan difcil saber hasta dnde se ex-tendan las verdaderas esferas de influenciapoltica de los prncipes.Las reas fronterizas se convirtieron conharta frecuenciaen autnticos campos de en-trenamiento militar: castellanos y granadinos-incluso en perodos de paz oficial- prota-gonizan casi continuados golpes de mano; elborder que separaba a ingleses y escocesesera permanente lnea de friccin; la Guyenafue tambin campo de confrontacin entre losocupantes inglesesy sus vecinos franceses...Conflictos fronterizos de escasa envergadurapueden propiciar, a la larga, enfrentamientosa granescala.Enciertoscasos permitirna al-

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    20/36

    ~-~~.-

    ~ .,-- -- _."- --- ---Murallas de la ciudad de Torhn,construida por la ordenteutnicagunos monarcas bajomedievales erigirse enlos futuros grandes poderes del mundo mo-derno. Este fenmeno en distintos nivelespuede apreciarse.1) Elcaso italiano:Las ms pujantes ciudades de la pennsulaacabarn por neutralizara las dems y con-vertirseen cabezas de entidades polticas detipo medio y en poderes econmicos de pri-meramagnitud. Milanesesen Lombarda;ve-necianos en la costa dlmata y la Terra Fer-ma del bajo Po; florentinossobre toda Tosca-na; genovesesen la costa ligur; pontificios enla Italia central y angevinos primero y luegoaragoneses en Npoles... fijarn las ~randesesferasde influenciasobre territorio italico. Lapaz de Lodi de 1454 permiti la creacin deunapolticade equilibrioentre las grandesciu-dades-repblicaque se prolongar hastafina-les de la centuria.

    2) El caso ibrico:Hasta fines del Medievo,los lmitesentre losdistintosEstadosexperimentanescasasvaria-ciones. Las diversas guerras habidas no de-terioraron -pese al descalabro frente a Por-tugal- la hegemona de la Corona Castella-na. Incluso ciertos Estados seorialesfronte-rizos de ambiguo estatuto jurdico (Cameros,Molina o Villena)acabarn englobndose ensu esferade accin. La gran novedad se pro-

    -....""" -,.ducir al clausurarse la Edad Media con lade-saparicin de dos Estados perifricos: Grana-da y Navarra.3) Tierrasal Oeste del Rin:A principios del siglo XIVera difcil saberhastadnde llegaba enestazona laautoridadde los monarcas franceses y la de los empe-radoresgermnicos. Un siglo ms tarde, la si-tuacin se hizo ms compleja con la forma-cin de los Estados del duque de Borgoaque cubrandesde los PasesBajos hasta lasdos Borgoas: la ducal al Oeste y la condal(el conocido como Franco Condado) al Este.Tan prometedora entidad poltica fue vctimade sus contradicciones internas -territoriosdemasiado heterogneos- y de las fracasa-das aventuras militares del ltimo de sus du-ques (Carlosel Temerario)contra suizos y 10-reneses.A su muerteen 1477 sus poderososvecinos - Valois franceses y Habsburgo im-periales- se repartirnlos despojos borgoe-seso De rechazo, crearon una rivalidad quemarc profundamente las relaciones interna-cionales en los inicios de la Edad Moderna.4) Las fronteras orientales: en los lmitesde la Cristiandad:El drang nach Osten (marcha hacia el Este)haba sido uno de los objetivos de la germa-nidad en la Plenituddel Medievo. LaGran Lla-nura Central Europease convirti, as, en unagigantesca fronteramvil que permiti impor-tantes avances a seores, rdenes religiosasy campesinos alemanes sobre reas pobla-

    LAGUERRAE LOSCIENAOS/23

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    21/36

    das por elementoseslavos. La Orden Teut-nica fue la ms eficaz punta de lanza de estaprogresin: a principios del XIVconstituy so-bre el Bltico un Estado apoyado en una te-mible maquinariablica. Los caballeros teut-nicos llegaron a su mximo esplendor con elmaestreWinricde Kniprode (1351-1382).Des-de este momento, sin embargo, la unin delreinode Poloniay el Granducado de Lituaniabajo la dinasta Jaguelln puso freno a estahegemona.En 141O,la Orden sufrauna duraderrota en Tannenberg. En los aos siguien-tes, polacos y lituanosconsolidaronsus posi-cionesen unespacio que cubradesde el Bl-tico a los cursos bajos del Dnieper y Bug. Acosta de sus vecinos, el reino de Polonia seconvertaen la potencia ms importantede lacristiandad latinaen laEuropaCentro-Oriental.Muy desiguales fueron los destinos de losEstadossituadosentreel DanubioMedioy losUrales.Enel rea rusa,Mosc acabar impo-niendo su autoridad sobre otros principadoscomo Vladimir, Susdal y Riazan. Su mximoprestigio lo conseguir,sin embargo, en luchacontra los trtaros. En 1380, el prncipemos-covita Dimitri Donsky obtena sobre ellos unaimportantevictoriaen Kulikovo.Posterioresre-trocesos no privaron a esta batalla del senti-do demito histrico:a finesdel Medievo,Mos-

    c se alzaba como smbolo del renacimientopoltico del pueblo ruso y como la terceraRoma.Era la respuesta a la cada en 1453 deConstantinopla(SegundaRoma)en manosdelos otomanos. Los Balcanes,e incluso toda lallanura danubiana se convertan, desde estafecha, en una frontera demasiado vulnerable.Las preocupaciones cruzadistas de Po 11e-nan, as, una justificacin.5) Guerras e identidades nacionales:Factores religiosos, econmicos o dinsti-cos alimentaronguerras en las que, en repe-tidas ocasiones,se invocaron ladefensa de latierra y el odio contra el enemigo. Algunosconflictos del Bajo Medievo dieron al trastecon la independencia de ciertos territorios.Otros,porel contrario,contribuyerona alimen-tar y afirmar el sentimientode nacin.Francesese ingleses se sintieronms pro-fundamente convencidos de su identidad atravs de su enfrentamientoen la Guerra delos CienAos. As, los ingleses abandonarnel uso del francs en sus relaciones por con-siderarla lengua del enemigo. Del otro lado,echar a los inglesesde Franciaacaba convir-tindose en objetivo preferente.En la PennsulaIbrica los sentimientosde24/LA GUERRADELOSCIENAOS

    independencia contribuyeron a fortalecer losespritus en distintas contiendas. En Portugalse hablar de buenos y de malos portugue-ses para definir a quienes militan respectiva-mente en las filas de Juan de Avis y en las deJuan I de Castilla.EnCatalua, los sentimien-tos pactistas alimentaron la confrontacin en-tre las institucionesdel territorio y los monar-cas Trastmarahastael punto de llegara unasangrienta guerra slo concluida con el totalagotamiento de la capital del Principado.En la periferia de las dos grandes monar-quas del Occidente los sentimientos de de-fensa de la tierra alimentanel odio de peque-as entidades polticas contra sus poderososvecinos. Sern los casos de galeses y esco-ceses contra ingleses. O los de flamencos ybretones contra franceses. Hacia 1370, Gui-lIermode SaintAndr,consejero del duque deBretaaJuande Montfort,redactaraunopscu-lo en el que junto a las excelencias canta-das de su passevierten duras crticascontralos franceses, acusados de gentes afemina-das y sin escrpulos...En la Europa Central, la hereja husita senutri de unos sentimientos nacionales po-tenciados desde la Universidad de Praga,muy recelosa de la presencia germnica.Como contrapartida, los pueblos fronterizoscon el Cuadriltero de Bohemia llegarn acreartoda unaequivalencia:checo = her-tico. Enotra de las fronteras del Reich, losve-cinos de los valles de Uri, Schwitz y Unter-walden fundaran en 1291 una liga que, en-frentndose a austriacos y borgoeses, sen-tara las bases de una Confederacin Helv-tica independiente del Imperio.Con todo, los principales logros del patrio-tismo se alcanzan merced a una sntesis delealismo dinstico y de identificacin de lasdinastas con los pases sobre los que go-biernan. Ser natural del reino fue una garan-ta para ciertos monarcas en sus luchas di-nsticas: lo fue para los Valois contra losPlantagenet; lo fue para los Avis frente a losTrastmara y lo fue para los Trastmara fren-te a Juan de,Gante.Los Estados nacionales son una creacineuropeaen la que las guerrasdel BajoMedie-vo han tenido un importante papel. Que talcreacin sea un logro positivo o no, es temaque entra en el terreno de lo opinable.

    I.1"t!l

    I

    Batalla naval de La Esclusaen la que los barcosbritnicos batieron a los franceses apoyados porCastilla (arriba).Entrevistade Eduardo1/1de InglaterrayFelipe VIde Francia (abajo)

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    22/36

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    23/36

    La Guerra de los Cien Aos:una sntesis de conflictos

    AFelipe, que se hace llamar rey de Francia.En estos trminos se expresaba Eduar-do 111e Inglaterraen carta a FelipeVIde Va-lois en 1337. El soberano ingls negaba, as,la legitimidad del destinatario. Como contra-partidaalegabasusderechosa lacorona fran-cesa rechazadosunos aos antes (1328)porunaasambleade baronesqueoptaronpor Fe-lipe trasde lamuertesindescendenciamascu-lina del ltimo monarca de la rama mayor delos Capeto: Carlos IV.Tradicionalmentese ha sostenido que estadisputa dinstica (Valoiscontra Plantagenetyluegocontra su ramamenorlos Lancaster)fuela causa y el alimentocontinuado de un con-flicto que en los medios acadmicos segui-mos designando como Guerra de los CienAos. Lasmatizacionesson obligadas.Lacoartada dinstica, en efecto, fue utiliza-da por los monarcas ingleses cuando lo cre-yeron conveniente. Sin embargo, hubo otrascircunstancias que mantuvieronviva la llamade este conflicto... o sntesis de conflictos.

    Fueron, as, los intereses mercantiles en elrea de Flandesy en las rutas del Canal de laMancha-Golfode Vizcaya.Fuerontambin losconflictos perifricos atizados por Londres yPars en Flandes, Bretaa,Escocia o los rei-nos ibricos. Y fueron -ah se tiende a radi-car los orgenes de la guerra- las friccionesprovocadas por la presenciainglesaen Guye-na, ltimo resto del viejo imperio que Enrique11Plantagenet (1154-1189)se habalabradoen Francia. El eje econmico Burdeos-Ingla-terraexplica la fidelidadde las poblacionesdela regin a la corona britnica. Por otro lado,el deseo de los monarcas Capeto de inteNe-nir en los asuntos internos de Guyena causms de unapuro a los soberanosde Londres.ParaEduardo 111n 1337 la reclamacin de laCoronafrancesa, era la mejor baza paraman-tener su presencia en el Golfo de Vizcaya.De las victorias inglesasa la paz deBretignyEn 1340, la escuadra de Eduardo 111bte-na una rotunda victoria sobre la de FelipeVIa la altura de L'Ecluse, antepuerto de Brujas.En los mesessiguientes,estallabaunaguerra

    26/LA GUERRADE LOSCIENAOS

    civil en Bretaa,que fue utilizadapor ParsyLondres para tomar este ducado como cam-po de experimentacinmilitar. La frontera en-tre Guyenay el territorio de Tolosa se convir-ti tambin en frente de batalla.Sin embargo, las grandes decisiones ven-dran en la zona de Normanda-Pasode Ca-lais, en donde los dos monarcas se enfrenta-ron directamente. Crecy-en-Ponthieu fue unhecho de armas verdaderamenterevoluciona-rio: las masas de arqueros del rey ingls y desu herederoEduardo (el Prncipe Negro) die-ron buena cuenta de la valerosa e indiscipli-nada caba!lera francesa el 26 de agosto de1346. En los meses siguientes los britnicosexplotaraneste xito, con la conquista de laplaza fuerte de Calais. En ella tendran unamagnfica cabeza de puente para trasladarfuerzas desde la isla con casi total impunidad.LaPesteNegra,que seceb enelOcciden-te, a partir de 1347,y mediaciones de diversotipo enfriaron la pasin blica que, slo a par-tir de 1355, cobr renovado impulso. El Prn-cipe Negro fue otra vez el protagonista princi-pal. En una gran cabalgada recorri todo elMediodade Francia,desde Burdeosal Medi-terrneosinencontrargran resistencia.Ypocoms tarde, derrotabay hacaprisioneroal nue-vo monarca francs -Juan.!1 el Bueno- enun choque en las cercanas de Poitiers.Ladebilidad de la situacin internade Fran-cia se puso de inmediato al descubierto. Du-rante algunos meses,el pasviviuna conmo-cin autnticamente revolucionaria: los bur-gueses de Pars,encabezados por el prebos-te EstebanMarcelexigieron una radical depu-racin de la administracin; el rey de Navarray conde de Evreux,Carlos11el Malomaniobren medio de la anarqua general para acre-centar su poder; y, como remate, estall unasangrienta rebelin de campesinos hartos delas exacciones y de los excesos de las gen-tes de armas: la jacquerie.La crisis fue superada gracias a la actua-cin del heredero de la corona francesa, eldelfnCarlos. Elmovimientocampesino fue r-pidamente aplastado y la agitacin burguesaperdi toda su fuerzatras el asesinatode Mar-cel. Frentea los ingleses, el delfn-regentedelreino por la prisin de su fJadre- logr, tras

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    24/36

    Esquema de labatalla de Crecy yrepresentacin deun caballero demediados delsiglo XIV(SanJorge atacando aldragn, catedralde Basilea)

    algunos tanteos, que se suscribiera un acuer-do. Fue la paz de Bretigny-Calais, de 1360.Eduardo III renunciaraa la corona francesa, acambio de un amplio botn: un fuerte rescatepor Juan 11,una GranAquitaniay los enclavesde Calais,Guinesy Ponthieu.Estosupona untercio del territoriofrancs. Un alto precio porlograr el fin de las hostilidades.En el ao 1364 mora Juan 11y el delfn-re-gentequedaba entronizadocomo CarlosVdeFrancia.Hombre de delicada salud, Carlos V fuems unmonarcade despacho que de accin.Tuvo la habilidad de rodearsede eficaces co-laboradoresde muy distinta extraccinsocial:sus hermanosFelipe (duquede Borgoa des-

    FRANCESES I INGLESES~CJ m!::::::::::!- -rincheras ........Empalizadas 111/111 ""111

    de 1365 Y seor de Flandes desde 1384) yLuis (condeAnjou y lugartenienteen el Medio-da); cualificados jefes miltares como BeltrnDu Guesclin o Juan de Vienne; y destacadosfuncionarios como Ral de Preslesy Nicolsde Oresmes.

    Carlos V Y la reconquistu francesaCarlos supo devolver el prestigio anterior yexteriorde la monarqua.Como rey,su primerxito fue la victoriaobtenida enCocherel, fren-te al turbulentoreyde Navarraque, desde esemomento, perdi mucha de su influencia po-ltica en Francia.

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    25/36

    Para neutralizar la preponderancia inglesa,Carlos busc apoyos internacionales.Los lo-gr merced a la intervencinen el conflicto ci-vil que en Castilla enfrentabaa su rey Pedro Icon su hermano bastardo, Enriquede Trast-mara, cabeza de una.amplia coalicin nobilia-ria. Con el apoyo de mercenarios mandadospor DuGuesclin, Enriquese proclam rey. Lareaccinde Pedro I no se hizo esperar: con elconcurso de refuerzosdirigidos por el Prnci-pe Negro,seorde la GranAquitania, recupe-r el trono tras la batalla de Njera (1367).Sin embargo, la incapacidad de Pedro Ipara pagar a sus aliados provoc la retiradadel herederodel trono ingls. ElTrastmarayDu Guesclin retornarona Castilla. En Montiel(1369)elpleitodinstico sesald con lamuer-te de Pedro. Enel nuevomonarca, Enrique11,tuvo Carlos V un buen aliado para activar lasoperacionesmilitaresque se haban reanuda-do en territoriofrancs. Elpretextofue unavie-ja ficcin jurdica: el supuesto derecho de Pa-rs a actuar como instancia suprema en plei-tos surgidos en los territorios cedidos en Bre-tigny.Algo que el PrncipeNegro consider in-tolerable.Du Guesclin, elevado a condestable porCarlos V, impuso una tctica agotadora desus oponentes: nada de grandes batallascampales, pero s permanentehostigamientocon pequeas partidas. La victoria de la ma-rinacastellanasobre la britnicaen LaRoche-la (1372) fue decisivapara el desarrollode lasoperaciones militares. En los meses siguien-tes, los ingleses fueron expulsados de buenaparte del territorioque ocupaban. En 1375 sesuscribi una tregua en Brujasa laque los bri-tnicos acudieron por primera vez como per-dedores. Las muertes entre 1376 y 1380 delPrncipe Negro, Eduardo 111,Carlos V, DuGuescliny Enrique11hicieronpresagiarun pe-riodo de apaciguamiento.Haciael signodela treguaenelOccidenteLos jvenes Ricardo 11en Inglaterra,CarlosVI en Franciay Juan I en Castilla, marcan unrelevo de generaciones. Las operaciones mi-litares, enfriadas durante algn tiempo, sereactivaron a partir de 1383 con la crisissu-

    cesoria abierta en Portugala lamuertedel reyFernando. .Juan I de Trastmaradefendi los derechosal trono de su esposa Beatriz, hija del difuntomonarca. Sin embargo, el escaso tacto des-plegado en ello despert suspicacias en am-2B/LAGUERRADELOSCIENAOS

    plios sectores de la opinin portuguesa queteman, con ello, una absorcin del reino lusi-tano por partecastellana.Unbastardode san-gre real, Juan, maestre de Avis, se puso alfrente de este movimiento que concentr auna buena parte de las fuerzas burguesas ypopulares del reino junto a algunos miembrosde la pequea nobleza. En frente, Juan deTrastmara cont con las simpatas de ciertonmero de magnates lusitanos.ElmovimientoencabezadoporJuandeAvisfue tambin la oportunidad de lamonarquain-glesa para abrir brecha en el eje militar fran-co-castellano.Elduque de Lancaster,JuandeGante, mentor de su sobrino Ricardo 11,mo-vi los hilos para atizar el conflicto.Enel frente lusitanoJuan 1de Castillasufridos graves descalabros militares: uno anteLisboa en 1384. Y otro, mucho ms grave, alao siguiente, y a campo abierto: las fuerzasde Juan de Avis --proclamado ya, reyde Por-tugal por sus parciales- y sus auxiliares in-gleses causaron una tremenda derrota a loscastellanos en Aljubarrota.Para Juan de Gante era la oportunidad es-peradaa fin de reivindicarsus derechosal tro-no castellanopor su matrimoniQcon una hijadel difunto Pedro 1.Sin embargo, las opera-ciones planeadasno trajeron el resultadoape-tecido por el duque de Lancaster.Desembar-cado en Galicia, sus fuerzas avanzaron haciala Meseta, pero se vieron detenidas delantede Benavente. Las ciudades castellanas semantuvieron fieles a Juan I de Trastmara,bien respaldado tambin por su colega fran-cs. El desgaste de los contendientes impo-na,por tanto, una solucin pactada. Juan I deCastilla y Juan de Gante llegaron a un acuer-do: fue la tregua de Bayona, por la que el in-gls renunciabaa la coronacastellana,a cam-bio de una renta vitalicia y del matrimonio desu hija Catalina con el infante Enrique, here-dero de la corona castellana.l EuropadelsistemadeLeulinghenEn otros frentes de batalla, tampoco loscontendientes haban llegado a obtener sus-tanciosas ventajas. De ah que en Leulinghense suscribiesen unas teguas generales porLosarquerosnglesesntercambianusdisparosconlos francesesenunabatallade la Guerrade losCienAos(arriba).Batallade Crecy:losarquerosnglesesbatena losballesterosgenovesesal serviciodel reydeFrancia(abajo)

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    26/36

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    27/36

    las que los distintos Estados se comprome-tan a respetarsemutuamente.Aunque no se tratara de una paz en el sen-tido estricto, Europa conoci, a partir de en-tonces, un largo periodo de apaciguamiento.En 1396, incluso, Ricardo 11y CarlosVIse en-trevistabanenArdres (cercade Calais)presa-Qiandotiempos de bonanza:el ingls se pro-meta con una princesa francesa, y ambosmonarcas se comprometana trabajar para li-quidar el Cisma de Occidente.Vanaesperanza.En Inglaterra,elautoritaris-moy la francofiliade Ricardodespertaronam-plios recelos. En 1399 una conjura nobiliariadestronaba al soberano y entronizabaa Enri-que (IV)de Lancaster,hijo de Juan de Gante.En la nueva casa real, los sectores inglesesms belicistas vean la posibilidad de reanu-dar hostilidadescontrael enemigode Francia.La oportunidad fue madurando en los aossiguientes. La demencia de CarlosVI desper-t las ambiciones polticasde los duques Luisde Orleansy Juan sin Miedo de Borgoa. En1407 el primero caa asesinado y Franciaco-noca una polarizacin suicida. Dos partidosirreconciliables acabaron formndose: el delos borgoones, apoyado en los sectores re-formistas del reino;y el de los armagnacs, detendencias ms pronobiliarias. Pars conocilas sangrientas alternancias de unos y otrosen el poder. En 1413, un nuevo monarca in-gls, EnriqueV, empez a sopesar las posibi-lidades de reanudar las aventurasmilitaresenFrancia con todas sus fuerzas.El imperialismoancasterianoy la DobleMonarqua

    Enelveranode 1415,efectivos ingleses to-maban la importantebase navalnormandadeHarfleur.EnriqueV se repleg luegohaciaCa-lais perseguido por las fuerzas francesas delbando de los armagnacs.Junto aAzincourtserepiti un viejo lance: la arquera inglesa y lacaballeradesmontada causaban un desastretotal en las filas enemigas.Aunque el ingls retorna su reino, la msabsoluta desmoralizacincundi sobre Fran-cia. Conscientede ello, EnriqueV volvia cru-zar el Canal en 1417, ya en plan de conquis-tador y en disposicin de reivindicar los viejosderechos dinsticos de Eduardo 111.Ante se-mejantepeligro, borgoonesy armagnacsop-taron por limar diferencias mediante una en--1rvista en Montereau. El resultado fue trgi-',co:'pomo lejana venganza por la muerte de30/LAiGUERRA DE LOS CIEN AOS

    Luis de Orleans, un escudero del delfn Car-los (erigido en cabeza de los armagnacs) diomuerte a Juan de Borgoa. Su hijo Felipeopt, ante ello, por negociar con los inglesesque, en aquellos momentos (1419), 'habanocupado casi toda Normanda.EnriqueV ofreci una solucin al inoperan-te Carlos VI y a su entorno. Se plasm en lapaz de Troyes. Por ella, el ingls casara conCatalina,hija del soberanofrancs, y retendraNormanda a ttulo personal. El vstago deesta unin ostentara las coronas francesa einglesa que conservaransus leyes particula-res.Elduque Felipede Borgoa,seorde am-plios Estados,se convertiraen piezaclave deese nuevo orden europeo. El sacrificio erael delfn Carlos, a quien se desposea de susderechos al trono.Elacuerdo de Troyesfueaceptado en algu-nas zonas de Francia,especialmenteen don-de los aliados anglo-borgoones ejercan suautoridad: Borgoa,Normanda, la cuenca deParsy Guyena. Perofue rechazado en otras,especialmenteen elSur,en donde el delfnen-contr apoyo. En1422moranCarlosVIy En-riqueV. Este dejaba un heredero de pocosmeses -Enrique VI- cuya regencia fue to-mada pQrsu to, el duque de Bedford, el mscapacitado jefe militar ingls. Por su parte, el

    delfn era reconocido por sus parciales comoCarlosVIIde Francia,y establecauna corte yuna administracinparalelaa la de Parsen laciudad de Bourges.Durante siete aos, la suerte de las armasen una Franciadividida fue contraria a los del-fineses, mote dado a los partidarios de Car-los VII, por los afectos a la tesis de la DobleMonarqua. Las intrigas palatinas y la inope-rancia de algunos jefes militares de Bourges,dieronclaraventajamilitaral bando anglo-bor-gon. En los primeros meses de 1429, Or-leans, llave del Loira, se hallaba acosada porlas fuerzasdel duque de Bedford.Con su ca-da, esperaba penetrar hasta el corazn delos dominios de CarlosVII.Contra todo lo previsto, a principios demayo, un pequeo ejrcito de socorro forza-ba el dispositivo de cerco, y pona en fuga alos ingleses.La victoriafinaldelosValoisJuana de Arco, la joven iluminada que diri-gi la operacin, lograba el necesario impac-to psicolgico para galvanizara las desmora-lizadas fuerzas delfinesas.

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    28/36

    El lancefue explotadoa fondo en las sema-nassiguientes,merceda otraspequeasvicto-riasmilitaresy, sobre todo, gracias a la consa-gracinde CarlosVII en la catedralde Reims,siguiendoel viejo ritualde los reyesde Francia.Los anglo-borgoonesnunca pudieron haceralgo semejantecon su reyEnriqueVI.Juana era el smbolo de un nacionalismofrancs en el que se mezclaban vagos senti-mientos religiososcon el odio hacia el enemi-go ingls y sus colaboradores. Los fracasosposteriores de la joven delante de Pars yCompiegne y su posterior juicio y ejecucinpor los ingleses en Rouen no cambiaron elsigno de unasoperacionesmilitaresque, des-pus de muchos aos, empezaban a favore-cer a Carlos VII.En los aos siguientes el Valois altern eluso de las armas y la diplomacia. As, en1435, una magna conferencia internacionalreunidaenArraspresencila reconciliacindeCarlosVIIy Felipede Borgoa.Elmonarcapa-gaba un alto precio -reconocer la autonomatotal del duque en sus Estados-, pero dabaun golpe mortal al principio de la Doble Mo-narqua.Al ao siguiente, Carlos entraba enunParsexhaustopor laguerra. Laopinin ge-neralizadaen Francia se torn hacia el Valoisque,as,vio facilitada la tareade recuperacinterritorial.Una agitacin nobiliaria con la con-nivencia inglesa (la Praguerie de 1440) fuevencida por el monarca, con relativafacilidad.Demostr, con ello, que la realeza francesaestabaen situacin de imponersea las distin-tas faccionesque aos atrshabanllevadoalpasa la quiebra.Un ltimo intento -treguas de Tours de1444- por establecer la concordia entre elValois y el Lancaster no supuso ms que undescansoen unconflicto al que empujaron denuevo los sectoresms belicistas de Franciae Inglaterra.Con unas fuerzas perfectamente equipa-das, CarlosVIIemprendi en 1450 una rpidaofensiva sobre Normanda. Un desesperadointento ingls fue deshecho en Formigny.Todo elterritorionormandosevio librede ocu-pantes.Al ao siguiente le toc el turno a Guyena.Burdeos y Bayona cayeron en manos de lasfuerzas reales francesas. Sin embargo, la fal-ta de tacto de las nuevas autoridades provo-c la rebelinde unaspoblaciones unidasdu-rante siglos a la monarqua britnica. DesdeLondresse hizo unesfuerzosupremo: fue en-viado unejrcitoque recuperel territorioperoque, a la postre, sufriun decisivodescalabro

    en Castilln. Enel campo de batalla quedabatendido Juan Talbot, el ltimo de los grandesjefesmilitaresingleses.Enoctubre de 1453 lasfuerzas de Carlos VII (el Victorioso)recupera-ban definitivamenteBurdeos.1453 se acostumbra a considerar como elpunto final de la Guerrade los Cien Aos. Sinembargo, ningnacuerdo de paz se firm en-tre Pars y Londres. En manos inglesas anquedaba la plaza de Calais, rodeada de terri-torios del duque de Borgoa.Sloen 1558se-ra recuperada por la monarqua francesa.

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    29/36

    Infante medieval en un relieve de un sepulcrode la catedral deEstrasburgo

    La guerraenlaEdadMediaTextos

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    30/36

    Dante:Sobreanecesidadeunpodermonrquicoarbitral

    Lacaballeracomoes-tadoidealdeloslaicos

    Disputaentrelosheral-dosdeFranciae lngla-te"a sobreel dominiodelmar

    II/TextosLAGUERRADELOSCIENAOS

    DONDEhayaun conflictodebe haberalguienque lo juzgue.Locontrario sera lo imperfecto sin su propia correccin, cosaimposible ya que Dios y la naturaleza no fallan en lo nece-sario. Dos prncipes que no estn sometidos el uno al otro, puedentener un litigio,bien por culpa suya, bien por la de sus sbditos. Con-viene, por tanto, que alguien juzgue. Como uno no puede procesaral otro puesto que no le est sujeto y el igual no tiene autoridad so-bre el igual, es conveniente que haya un tercero con mayor autori-dad y que tenga ambos bajo su jurisdiccin. Este ser el Monarca,o no lo ser. En el primer caso, conseguiremos nuestro propsito.En caso contrario tendremos a un igual a aquellos, fuera del mbitode su jurisdiccin; de nuevo ser necesario un tercero. De esta for-ma, o tenemos un proceso infinito, cosa que no es posible, o bienconvendr acudir al juez primero y soberano. Mediante sus senten-cias se dirimirn, de forma mediata o inmediata, todos los litigios.Este juez ser el Monarca, o el Emperador. La Monarqua es, por tan-to, necesaria para el mundo. Esto ya lo vea el filsofo [Aristteles]cuando deca que los seres no quieren ser mal dispuestos; por loque es mala la pluralidad de principados y, consiguientemente, elPrncipe ha de ser uno. (DANTEALIGHIERI,DeMonarchia, lib. 1,cap. XII.)

    ~jj

    A lo que me preguntastes cual es mas honrado estado entre loslegos, sin duda de las preguntas que fasta aqu me fecistes,esta es la que mas ligeramente vos puedo responder. Et porende vos digo que el mayor e mas honrado estado que es entre loslegos es la caballera. Ca como quier que entre los legos hay mu-chos estados, as como mercadores, menestrales et labradores, etotras muchas gentes de muchos estados, la caballera es mas nobleet mas honrado estado-que todos los otros; ca los caballeros sonpara defender et defienden a los otros, et los otros deben pechar etmantener a ellos. Et otros, porque desta orden et deste estado sonlos reyes et los grandes seores, et este estado non puede haber nin-guno por s, si otro non ge lo da, et por esto es como manera de sa-cramento, ca bien as como los sacramentos de Santa Iglesia son ens cosas ciertas, sin las cuales el sacramento non puede seer cum-plido, otros la caballera ha mester cosas ciertas para se facer comodebe... La caballera ha mester que sea y seor que da la caballeraet el caballero que la recibe, et la espada con qe se face. Et as esla caballera complacida, ca todas las otras cosas que se y facen sonpor bendiciones e por aposturas et honras, et por esto semeja mu-cho a los sacramentos. Et por estas razones todas es el mas honra-do et mas noble estado que entre los legos puede ser. (DONJUANMANUEL:Librodel Caballeroet del Escudero,en Biblioteca de Au-tores Espaoles, vol. 51,p. 236. Madrid 1952). ,

    ES cierto que quien es mas fuerte en la mar puede titularse reydel mar mientras que su podero se mantenga. Es cierto que. [los ingleses] teneis magnficos navos, pero por la sencilla ra-zn de que vuestro reino es una isla y todo lo que entra y sale deella debe ser por mar.Pero puedo demostraros que la potencia de vuestra flota no seusa de forma que os honre. Sivuestros predecesores o vosotros hu-bierais hecho la guerra a los infieles, se habra hecho constar en lascrnicas. Sin embargo, de su lectura se colige lo contrario. Enel es-

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    31/36

    trecho que va de Calais a Dover habeis usado vuestros navos paraguerrear contra pobres comerciantes y para saquear sus mercan-cas, de forma que habeis actuado como ladrones del mar. Ello esdigno de reproche ya que, as, impedis el comercio en la Cristian-dad. Consiguientemente, no haceis la guerra a los infieles y haceisobjeto de guerra y saqueo a los cristianos.Por todo ello, heraldo de Inglaterra, os desafo a que os mostreispor qu os proclamais rey del mar. Cuando el rey de Francia lo con-sidere oportuno os demostrar que est mejor preparado para elloque vosotros.

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    32/36

    Lasucesinal tronofrancsn1328

    EustaquioDeschampsexhortahacia1395)alospuebloseuropeosaqueemprendanunanuevacruzada

    IV{Textos LAGUERRADELOS CIENAOS

    a, ms an, de necesidad, desenmascarar el sofisma de la dichasingular causa de las contiendas, y para los reinos y comunidadesamenaza de males no pequeos, cada uno debe poner vigilante ydiligente cuidado, queriendo y pudiendo mirar a lo til. Porque, deno saberlo, no se puede evitar esta peste ni cortar del todo su efec-to funesto para los reinos y las sociedades civiles.(MARSILlODEPA-DUA, Eldefensor de la paz, Ed. L. Martnez Gmez, pp. 5-6,Ma-drid, 1988.)

    Ala muerte del rey Carlos, los barones fueron convocados paratratar de la guarda del reino. Como la reina estaba encinta yno era posible prever el sexo de la criatura nadie os, de for-ma precaria, asumir las prerrogativas reales. Todo el problema erasaber a quin, por derecho de prximo parentesco, se le deba con-fiar la guarda del reino, sobre todo en razn del principio que enFrancia la mujer no haba tenido acceso al poder real. De su parte,los ingleses declararon que su joven rey Eduardo era el ms prxi-mo pariente, en tanto que hijo de una hija de Felipe el Hermoso y,por consiguiente, sobrino del difunto rey Carlos. Si la reina no traaal mundo un varn, este prncipe debera asumir la guarda del reinoe incluso su gobierno, ms que Felipe, conde de Valois, que no erams que primo-hermano del difunto.Numerosos juristas competentes en derecho cannico y derechocivil acordaron declarar a Isabel, reina de Inglaterra, descartada dela guarda y conduccin del reino, no en razn de su grado de pa-rentesco, sino a causa de su sexo. Si hubiera sido varn le hubieracorrespondido el gobierno del reino.La polmica prosigui cuando se pas a discutir la sucesin altrono. Los franceses no admitan fcilmente la idea de ser sujetadosa Inglaterra. Pues, si el hijo de Isabel tenan algn derecho que ale-gar, era en funcin de su madre. Si su madre no tena ningn de-recho, suceda lo mismo con el hijo. De otra forma hubiera sido re-conocer que lo accesorio quedaba por delante de lo principal. Ha-bindose considerado esta sentencia como la ms sensata, los ba-rones otorgaron la guarda del reino a Felipe, conde de Valois, querecibi el ttulo de regente del reino. (lEANVENNETTE,Chronique,Ed. Geraud, Pars, SHF, 1843, t. 11,p. 83.)

    1

    J

    TODOSlos prncipes de la Cristiandad / reyes, condes, duques,caballeros y barones / que tanto los unos contra los otros ha-bis / incendiado, destruido y matado, segn sabemos / quetodo se perder y nos destruiremos / si no hay piedad que sostengala fe / Somos hermanos, un pueblo y una ley/ que Jesucristo quisoganar por su sangre / Pongmonos de acuerdo y emprendamos elcamino / para conquistar de corazn Tierra Santa / la cual por nues-tra iniquidad / por nuestra codicia, como orgullosos y felones / a losenemigos de Dios, lo que es lstima / hemos dejado durante muchotiempo. iOh desgracia! nos herimos / somos pocos y si nos desper-digamos / de tal forma que cada uno no tenga de qu / vivir,pense-mos en el buen duque Godofredo / que conquist Jerusaln por bue-na guerra / l mismo cruz el mar, como creo / para conquistar decorazn Tierra Santa.Animmonos a emprender esta conquista / para hacer la cual he-mos de hacer largas treguas / si no hacemos la paz voluntariamen-te / Requiramos al rey de los francos y al de Espaa / llamemos al

    ~J

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    33/36

    de Aragn y al de Inglaterra / al Preste Juan, a los genoveses / a losvenecianos, a Chipre, a Rodas, al rey/ de Portugal, llamemos a Na-varra / Papa y Emperador, aprestaos / para conquistar de coraznTierra Santa. (EUSTACHEDESCHAMPS,Oeuvres compltes, Ed.Queux de Saint-Hilaire,t. 11,Pars, /878-/90/, pp. /38-/39.)

    TODOlo que se poda cultivar en estos tiempos en aquellos pa-rajes, tena que serIo solamente en el interior o en tomo a lasciudades, plazas fuertes o castillos y lo suficientemente cer-ca para que, desde lo alto de una torre o una garita, el ojo del ata-laya pudiera avisar de la llegada de bandidos. Entonces, una cam-pana, una trompa o algn otro instrumento daba la seal de reple-garse hacia un punto fortificado a todos aquellos que trabajaban enlos campos o en los viedos.Era cosa comn o, al menos, frecuente que los bueyes y caba-llos de labor, una vez separados del arado, cuando oan la seal delatalaya, inmediatamente, sin que nadie les condujera, y gracias a unhbito adquirido, emprendiesen la carrera, enloquecidos, hacia al-gn refugio donde se consideraban seguros. Ovejas y cerdos habanadquirido el mismo hbito. (TH.RAS/N:Histoirede Charles VII,t.11.Ed. Samaran p. 87.)J ESUSy Mara.Gentiles y leales franceses de la ciudad de Tournai, la Don-cella os hace saber la noticia de que en siete das ha expulsa-do a los ingleses de todas las plazas que mantenan en la orilla delLoira, bien por asalto, bien por otros medios. Ha habido numerososmuertos y prisioneros y se ha sembrado la confusin en la batalla.Sabed que el conde de Suffolk, su hermano Pole, el seor de Tal-bot, el seor de Scales y el seor Falstaff, junto con muchos caba-lleros y capitanes, han sido capturados. El hermano del conde deSuffolky Glasdale han muerto. Manteneos -os lo ruego- firmes yleales franceses. Os ruego tambin que estis prestos para la con-sagracin del gentil rey Carlos en Reims en donde nos estaremos.Os recomiendo a Dios para que os guarde y os d gracia para sos-tener la buena causa del reino de Francia.En Gien a 25 de junio. (Recogido en J. QUlCHERAT:Procs decondamnation et de rehabilitation de Jeanne d'Arc. Pars, S.H.F./847, t. V,p. 308.)

    E N el ao mencionado, Castruccio da e incendi los conta-dos de Florencia y de Prato, tal como hemos dicho poco an-tes. Logr en sus diversos ataques muchos prisioneros y elmayor botn que obtuviera hasta su derrota, casi inestimable. DejSigna bajo la guarda de los exiliados de Florencia y de 300 caballe-ros y devolvi al obispo de Arezzo los trescientos caballeros que ha-ba mantenido consigo, de continuo, durante la guerra, ricos con losdespojos de los florentinos. EllO de noviembre volvicon gran triun-fo y gloria a Lucca para festejar a san Martn.Salieron a su encuen-tro una gran procesin y todos los hombres y mujeres de la ciudad,como si fuese un rey. Para mayor escarnio de los florentinos hizoque avanzara delante de l el carro con la campana que stos te-nan en su hueste, cubiertos los bueyes con armas de Florencia. Or-

    El impacto de la guerraen la poblacin civilfrancesa (hacia 1420)

    Juana de Arco haceun balance de susxitos militares

    Operaciones delcondottiero italianoCastruccio Castracanien 1325

    Textos LAGUERRADE'LOSCIENAOSIV

  • 7/22/2019 266 La guerra en la Edad Media - Cuadernos Historia 16.pdf

    34/36

    VictoriadelospolacossobrelosCaballerosTeutnicosnTannenberg1410)

    ElcaudillohussitaradicalJuanZizkahaceunallamadaa lague"a religiosa(1422)

    VI/TextosLAGUERRADELOS CIENAOS

    den que se taera la campana y que detrs del carro avanzaran losmejores prisioneros de Florencia y micer Raimondo con pequeasantorchas encendidas, dones para san Martn.Las enseas real y dela comuna de Florencia iban colocadas en la parte posterior delcarro. Luego ofreci cena a todos -unos 50 de los mayores ciuda-danos-. Despus los hizo aprisionar y les impuso insufribles grav-menes. Orden que se les diera tormento y graves penas sin ningu-na humanidad. Por ello, muchos de los ms ricos, para librarse delos tormentos, se rescataron por medio de grandes sumas. Castruc-cio obtuvo de nuestros prisioneros y de los franceses y forasteroscasi cien mil florines de oro, con los que provey a la guerra. (G/O-VANN/ V/LLAN/: Crnicas Florentinas, Ed. y seleccin de N. Guiglie-mi. p. 52. Buenos Aires 1967.) ..

    APLASTADOSos carros teutnicos, el ejrcito "realavanz ha-cia la colina en la que se encontraba el campamento enemi-go. Varios de sus escuadrones haban sido puestos en fuga.Las armaduras de los guerrero