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COMPARTE Y RECICLA PRECIO AL PÚBLICO 10 PESOS Año 03 • Núm.26 • Junio 2011 Cuarenta años se leen fácil.

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No a todas las personas se les hace un homenaje y menos un libro. Mauricio Achar fue tan especial que, cuando surgió la idea de armar el rompecabezas de su vida a través de las personas cercanas que lo conocieron, me fui encontrando con una congruencia poco común en la actualidad.

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COMPARTE Y RECICLA

PRECIO AL PÚBLICO 10 PESOS

Año 03 • Núm.26 • Junio 2011

Cuarenta añosse leen fácil.

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JUNIO 2011No a todas las personas se les hace un home-naje y menos un libro.Mauricio Achar fue tan especial que, cuando surgió la idea de armar el rompecabezas de su vida a través de las personas cercanas que lo conocieron, me fui encontrando con una congruencia poco común en la actualidad. Un hombre que dejó huella en todos los te-rrenos de la vida, marcó a una generación de estudiantes que reconocen su apoyo para ter-minar sus estudios. Nunca pasaba desapercibido, bastaba verlo una sola vez para que te cambiara la vida. No usaba máscaras en un mundo donde la ma-yoría las lleva y podías adorarlo y reprobarlo. Pero caerte indiferente, jamás. Rompió esquemas en el mundo librero, se atrevió a cambiar formatos de compra-venta y exhibición de libros que son todavía vigen-tes en la actualidad.Autodidacta, con el olfato y la intuición para lograr el éxito en su proyecto de vida: las li-brerías Gandhi. Un niño eterno al que no le importó en abso-luto lo que opinaran los demás. Por eso jugaba siempre: juegos de azar y juegos verbales. [...] No tenía formalismo alguno, en su oficina reunía a amigos con vendedores y compra-dores competidores entre sí y podían acabar todos juntos comiendo tacos en el mercado.Sencillo en el vestir, le bastaban un par de pantalones, un par de zapatos y su eterna guayabera. Aborrecía las corbatas y todo el mundo aún recuerda las dos ocasiones en que se las puso.Era comprador compulsivo de cosas que no necesitaba pero que estaban en oferta, las metía en su cajuela y luego las regalaba a todo aquel que se encontrara a su paso. Su esposa, sus cinco hijos, familiares, amigos y empleados dan testimonio de la parte íntima de Mauricio. A quienes su muerte dejó con el sentimiento de desamparo, como cuando muere un protector. Mauricio no fue un líder político ni religioso, ni un artista famoso. No fue objeto de mer-cadotecnia en los medios de comunicación por lo que mucha gente ni oyó su nombre. Sin embargo cuando el lector […] recorra las páginas a través de los testimonios de las per-sonas que lo conocieron, quedará en su áni-mo el ejemplo de un hombre que se atrevió a aventurarse y a triunfar; que se atrevió a ser él mismo sin roles preestablecidos; que fue feliz e hizo feliz a quienes lo rodearon y que dejó este mundo mejor de como lo encontró. Mauricio Achar fue un hombre especial, sin duda. Fue un librero de nuestro tiempo y al rendirle este tributo se hace también exten-sivo a todos los libreros que llevan tan digna-mente su oficio en México.

Inés Rancé, introducción tomada del libro Mauricio Achar Un librero de nuestro tiempo de Editorial Océa-no de México 2005.

No. 26 Tema: 40 ANIVERSARIO

EDITORIAL

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Directora GeneralYara Vidal

Director Creativo yDirección de ArteManuel Muguira Casanova

Coeditor yCoordinador EditorialJorge Vázquez Ángeles

DiseñadorVictor Baca Vargas

ComercializaciónEditorial Ámbar

Consejo editorial Alberto AcharJorge Lebedev

Editor responsable: Yara Beatriz Sánchez De la Barquera Vidal, Avenida Coyoacán 1874-501. Colonia Del Valle. C. P. 03100, México D.F. Información: 5524 65 80. [email protected] Presidenta: Yara Beatriz Sánchez De la Barquera Vidal. Administración: Héctor Valdéz. Ven-tas Publicidad: Yara Vidal, Cel. 04455 54 13 03 97 Tel. 52 11 92 66. Correo electrónico: [email protected] Distribución: Librerías Gandhi, S.A. de C.V. Benja-mín Franklin 98, Piso 1 y 3, Escandón, Delegación Miguel Hidalgo, 11800, Mexico, D.F. Tiraje: 50 mil. Lee+ es una publicación mensual producida por Editorial Ámbar Comunica, S.A. de C. V.,para Grupo 78, S.A. de C.V. y Librerías Gandhi, S.A. de C.V. Editor responsable: Yara Beatriz Sánchez De La Barquera Vidal. Número de Reserva al Título ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2009-051820092500-102. Certificado de Licitud de Tí-tulo No. 14505 y Certificado de Licitud de Contenido No. 12078 expedidos en la Comisión Calificadora de Publica-ciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Goberna-ción. Registro Postal EN TRÁMITE. Preprensa e impresión: Transcontinental de México. Democracias 116. Colonia San Miguel Amantla. Azcapotzalco. C.P. 02700, México D. F.La presentación y disposición en conjunto y de cada página de Lee+ son propiedad de Grupo 78, S.A. de C.V. y Librerías Gandhi, S.A. de C.V.. Derechos reservados Editorial Ámbar Comunica S.A. de C. V. Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa e indirecta, por cualquier medio o procedimiento, del contenido de la presente obra, sin contar con la autorización previa, expresa y por escrito del editor, en términos de la legislación autoral y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables, la persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones correspondientes. El contenido de los artículos es respon-sabilidad de los autores. Hecho en México.

NERD PLUSCUANDO DESPERTÉ, GANDHIYA ESTABA AHÍ P.5Por Bernardo Fernández, BEF

ESTE MES1971 AÑO EN EL QUE SE FUNDÓ GANDHI P.6Por Jacobo Grossman

SOBRE MAURICIO ACHAR P.8 Por Staff Leemás

LOS LIBROS DE LOS LIBROS P.10Por Brenda Ríos

SOBRE MAURICIO ACHAR P.12 Por Staff Leemás

DE OFICIO LIBRERO P.14 Por Rafael Toriz

LA ENTREVISTAJORGE VOLPI P.16Por Jorge Vázquez Ángeles

ARTETOP 5 PUBLICIDAD GANDHI P.18Por Staff Leemás

PARA NO OLVIDARMAURICIO ACHAR P.19Por Mario Nawy

EXPEDIENTES SECRETOSEL PAPEL DE UN SOÑADOR P.23Por Sir Reed A. Lot

CINENARANJA MECÁNICA NACIONAL P.27Por Erick Estrada

¡NIÑOS A LEER!JUEGO DE LETRAS P.28Por Rodrigo Morlesín

INSOMNIOLOS AYERES DEL MAÑANA P.30Por Diego Rabasa

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Circulación certificada por Moctezuma & Asociados.Título incorporado en el Padrón Nacional deMedios Impresos de la Secretaría de Gobernación.

POR BERNARDO FERNÁNDEZ, BEF

Promover libros o librerías en nuestro país no es pu-blicidad, sino acción social. Bien dice mi amigo Benito Taibo que alguien que a los ocho años lee a Emilio Sal-gari no puede convertirse en sicario. Estoy totalmente de acuerdo.Toda mi vida he sido un cliente asiduo de las librerías. Ello tiene raíces familiares:Tuve el privilegio de nacer en una familia de lectores. Mis abuelos paternos eran devoradores de libros que leían a sus cuatro hijos (mis tres tías y mi papá) episodios de Tom Sawyer para dormirlos. Seguidores devotos de Giovanni Papini y Selma Lagerlöf.Recuerdo su casa repleta de libros. Siempre leyendo algo. Mi abuelo, entusiasta de las novelas de James A. Miche-ner. Mi abuela, leyendo en 1980 La tercera ola de Alvin Toffler y preguntándose “¿qué maravillas habremos de ver en el futuro?”Por ello, uno de los destinos obligados de los paseos do-minicales de mi familia eran las librerías. La primera que recuerdo haber visitado era una llamada El Ágora, desapa-recida hace años y, desde luego, Gandhi.Fue ahí, entre las mesas de novedades y los estantes don-de encontré las lecturas que habrían de definir mi vida.Estoy convencido de que el único vicio que vale la pena promover es el de la lectura, y sin duda nuestro mejor dealer ha sido siempre la célebre librería con nombre de prócer indio. Mucho antes de que los gringos tuvieran Amazon, para nosotros Gandhi ya era el referente obligado. El lugar donde están todos los libros. Y si no lo tienen, te lo consi-guen, aunque no exista, como el Necronomicón.Las cosas no siempre fueron así. Mi querido Eduardo del Río, Rius, escribió alguna vez una entrañable crónica so-bre las librerías en la ciudad de México de su juventud. Hoy en día cuesta trabajo pensar que hubo un tiempo en que los libros se despachaban desde un mostrador al que llegaba uno preguntando, por ejemplo, “¿Tiene El llano en llamas, de Juan Rulfo?” y allá iba el empleado, como en botica, a buscar el volumen solicitado.Si lo encontraba, lo lanzaba sobre el mostrador mur-

murando el precio entre dientes e indicaba al com-prador que pagara en caja, para atender de inmedia-to a otro cliente.Puedo entender que con librerías así la gente no leyera.Pocas experiencias se comparan a aquella de llegar a una librería grande y bien surtida para perderse en sus pasillos, recorriendo estantes, tomando libros de aquí y allá, leyendo cuartas de forros, buscando aquel libro que habrá de seducirte.Fue en la primera sucursal de Gandhi en Coyoacán don-de se forjó una buena parte de mi educación sentimen-tal. Entre los apretados pasillos repletos de libros des-cubrí a aquellos autores que habrían de enamorarme de la palabra. Ahí fue donde compré mis primeras novelas de Jorge Ibargüengoitia.De adolescente pasé tardes enteras explorando los es-tantes en busca de una lectura interesante. De alguna manera sumergirse en una librería es una excursión a lo desconocido, de la cual habrás de volver con un tesoro atrapado entre las tapas de un libro.Siempre que viajo visito la librería local. Así se trate de una modesta casa de cultura en algún pueblito perdido en la Cañada oaxaqueña o la librería Chapters, en To-ronto, presentada orgullosamente como la más grande de Norteamérica. Más de una vez he tenido que selec-cionar los libros por su peso, previendo que volveré en avión a casa. Por ello no tengo recuerdo de viajero bibilófilo más tris-te que el de un viaje a una ciudad texana donde la única librería cerraba sus puertas y remataba todo. Qué tris-te imagen la de una librería agonizante. Los anaqueles se iban vaciando lentamente. El dueño agradecía cada compra con una sonrisa resignada.Compré una novela de Robert Crais, de su serie pro-tagonizada por el detective Elvis Cole y Quantico, de Greg Bear, escritor de ciencia ficción metido a hacer novela policiaca.Volví pensando en el privilegio que es vivir en una ciu-dad con librerías. Feliz aniversario, Gandhi. Muchos años de éstos. +

CUANDO DESPERTÉ, GANDHI YA ESTABA AHÍ.

NERD PLUS5 LA COLUMNA DE BEFDibujante de cómics y novelista.Su novela Hielo negro ganó el Premio Grijalbo 2011 y ya se puede comprar en Gandhi.

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1971

ESTE MES ¿QUÉ OCURRIÓ EN EL AÑO QUE SE FUNDÓ LIBRERÍAS GANDHI? 6

POR JACOBO GROSSMAN

Como otros tantos años, 1971 no pintaba para ser espectacular o relevante en la vida nacional, y como ha venido sucediendo los últimos años, el arte y la cultura dieron la buena nota. El 68 y sus ecos aún resonaban en los corazones de muchos, cuyos testimonios Elena Poniatowska plasmó en La noche de Tlatelol-co, editado precisamente en 1971. En febrero de ese mismo año, Carlos Montemayor ganó el premio Xavier Villaurrutia por su libro Las llaves de Urgell, y un chileno de nombre Ricardo Elié-cer Neftalí Reyes Basoalto, quien decía “tengo miedo de todo el mundo, del agua fría, de la muerte”, y cuyos Veinte poemas de amor y una canción desesperada son material obligado en el fino arte de enamorar señoritas, obtenía el premio Nobel de Litera-tura 1971. Su nombre artístico: Pablo Neruda.

El 21 de junio de ese mismo año, once días después de los vio-lentos sucesos del Jueves de Corpus, una pequeña librería era inaugurada en Miguel Ángel de Quevedo, de esas por las que di-fícilmente alguien hubiera apostado a que sobreviviría. Su nom-bre, más cercano al misticismo hindú que a la literatura, sobre-salía en la marquesina: “Gandhi”. En un ambiente de crispación política y de pesadumbre nacional, ese pequeño local abría una pequeña ventana de luz para la literatura, el teatro y la música, que siempre que se acompañan con una buena taza de café y un cigarrillo —y en esto Mauricio Achar, fundador de Gandhi, creía devotamente— se vuelven más placenteros. Gandhi se convirtió en punto de encuentro para escritores y editores, universitarios y jóvenes en general, que acudían a esa inusual librería donde los libros se apilaban a ras del suelo y podían abrirse para hojearse, o sobre algunas mesas coronadas por dos palabras que emocio-nan a los apasionados de la lectura: “Descuentos” y “Oportuni-dades”. No resulta difícil imaginar que entre el acervo ahí exhi-bido se podían encontrar los siguientes libros, editados original-mente en 1971: Las venas abiertas de América latina (Eduardo Galeano); Álbum de familia (Rosario Castellanos); Chin chin el teporocho (Armando Ramírez); Congreso de futurología y Vacío perfecto (Stanislaw Lem); Días de guardar (Carlos Monsiváis); El regreso de Conejo (John Updike); La condesa sangrienta (Ale-jandra Pizarnik) o Viernes (Michael Tournier).

Es muy probable que en Gandhi decenas de jóvenes se pusieran de acuerdo para marchar al Festival de Rock y Ruedas, versión nacional de Woodstock, a celebrarse en Avándaro, un pequeño

LA NOCHE DETLATELOLCO

Elena PoniatowskaERA

VIERNESMichael Tournier

ALFAGUARA

pueblo cercano a Valle de Bravo, los días 11 y 12 de septiembre de 1971. Aunque la carrera de autos que daba sentido al festival se canceló en el último momento, el concierto reunió a las ban-das más famosas de la época, entre las que destacaban Peace and Love, White Ink y Three Souls in my mind, germen del fa-moso Tri. Se estima que al concierto acudieron más de cien mil personas, que literalmente devoraron toda la comida disponible en los alrededores de Valle de Bravo, e hicieron intransitables las carreteras y caminos de buena parte del Estado de México. Si bien es cierto que las distancias con Woodstock, su herma-no mayor, son indiscutibles, la prensa amarillista fue lapidaria contra Avándaro. Se destacaban en grandes titulares que la ju-ventud mexicana había participado en una bacanal de propor-ciones bíblicas, y que todo tipo de drogas habían animado sus más bajos instintos. En el colmo del delirio alucinógeno, cien-tos de mujeres habían participado, completamente desnudas, en un aquelarre que carbonizaba en una hoguera la decencia y las buenas costumbres. En el jugo de su propio exceso, una generación entera se diluía para siempre. El rocanrol nacional fue censurado y desapareció de la vida pública. A merced de las razzias policiacas, la banda buscó refugio en los más recóndi-tos hoyos funkies, lejos de la tiránica momiza que no agarraba la onda. Tendrían que pasar 16 años para que este telón de acero se desgarrara, como el Muro de Berlín, gracias a los vientos de libertad que ya comenzaban a soplar y que permitieron a Miguel Ríos presentarse en la Plaza de toros México. Mientras tanto, la librería Gandhi dio cobijo a decenas de grupos y cantantes que para no ser catalogados como rockeros y sufrir las consecuencias, se refugiaron en el nuevo canto latinoameri-cano, el folclorismo y la trova, en torno a las célebres “peñas”.

El sábado 3 de julio de 1971 Jim Morrison fallecía dentro de una tina en su departamento parisino ingresando, así, al célebre y mortal club de la “J”, presidido por Janis Joplin y Jimi Hendrix. No sería descabellado suponer que la muerte del rey Lagarto se conmemoró en la pequeña librería Gandhi escuchando Riders on the storm o Light my fire, y tampoco lo sería que hacia finales de ese año, mientras se buscaba alguna joya editorial, la voz de Freddy Mercury resonara en todos los rincones de esa pequeña semilla, que a cuarenta años de distancia sigue siendo el más importante de los proyectos de fomento a la lectura. 1971 fue, sin duda alguna, un año relevante para la cultura. La fundación de Librerías Gandhi es una muestra de ello. + PE

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VEINTE POEMASDE AMOR Y ...

Pablo NerudaDEBOLSILLO

LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA

Eduardo GaleanoSIGLO XXI

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19711971

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ESTE MES SOBRE MAURICIO ACHAR8

Estar con él no era trabajar, era divertirse. Gloria Blas

Mauricio era Mauricio. No tenía la capacidad de suspender por un rato el ser él mismo para ser otro, su tarea escénica era totalmente distinta. […] aunque fuera un inspector nórdico de policía, lo convertía en Mauricio Achar. Germán Dehesa

[…] Estábamos negociando con unos proveedores ingleses, personas muy serias y ceremoniosas. Mauricio, antes de ter-minar la negociación, les preguntó muy seriamente: “¿Ustedes saben qué es la libertad?”. […] Mauricio se inclinó hacia adelante, balanceándose en la silla y les dijo: “La libertad…es una estatua que está en Nueva York…”. Gerardo Barrera de Negri

Siempre le decía a un amigo: “Mauricio no es gordo, es el tamaño de su corazón lo que no le cabe en el cuerpo”. Luis Concheso

Desde donde sea que estés, querido amigo, sé que te acompañan otros hombres que, como tú, han sido fieles a un sueño, por eso puedo imaginarte jugando ajedrez con Juan José Arreola, leyendo poesía con Sabines, contando historias con Rulfo, cantando hasta la madrugada con Caito, charlando sobre teatro con Usigli y riendo a carcajadascon Ibargüengoitia. Hiquíngari Carranza

Yo creo que Mauricio manejaba el chiste quizá muy diferente del concepto freudia-no de que el chiste es una proyección del inconsciente; él lo manejaba como una filosofía de vida. Arnaldo Coen

Él era un autodidacta con mucha visión, con una inteligencia nata desarrollada y con un orden anárquico. Ricardo López

Decía Stevenson que un artista puede renunciar a muchos dones o no tenerlos, pero hay uno que, ese sí, es indispensable y es el encanto, y Mauricio lo tenía de manera caudalosa. Germán Dehesa

Siempre me decía: “A lo que te dediques siempre hazlo con cariño, con amor y nunca lo hagas por negocio, las cosas se van dando solitas”. Faustino, peluquero de Mauricio

Extraídas del libro Mauricio Achar Un librero de nuestro tiempo, las siguientes burbu-jas intentan recrear la figura del fundador de Librerías Gandhi, vista a través de los ojos de sus amigos, empleados, colaboradores y artistas.Puntos de vista diversos con una constante: admiración por un hombre excepcional.

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ESTE MES10

POR BRENDA RÍOS

El libro es un objeto dual: es físico y es otra cosa. Es una metá-fora en sí mismo: viene de un lado y llega a varios. Son las pala-bras de los muertos hacia los vivos, dice Machado de Assis, este caminante del siglo XIX que tanto amaba discutir sobre libros y sus hacedores. Pocos son los escritores que no dedican parte de su trabajo a hablar del quehacer del mismo. La escritura es una labor que puede ser desde sí misma y buscarse fuera, no siempre dentro. Ítalo Calvino ama la disertación de la escritura, la elabo-ración de la ficción desarmando el atril donde se monta. La signi-ficación no puede ser sólo la creación sino la misma configuración de esta creación. Si una noche de invierno un viajero (1979) es pre-cisamente eso: la idea de novelar la novela, de ponerle ahí dentro lo que trata, lo que es y lo que refiere. Por eso el personaje prin-cipal es el lector. No olvidemos el truco del narrador dirigiéndose a un lector que sabe que en cualquier momento podría cerrar el libro y dejarlo callado. El Cortázar de Rayuela (1963) reconfigura la apropiación de la obra de manera no lineal; ya el lector mismo afirma su identidad al momento de la duración de la lectura y el momento posterior: no hay una sola lectura posible, así como no hay un solo libro posible.

Los tiempos son otros y las lecturas responden a una configura-ción de nuevos escenarios intervenidos/desplazados/desconfigu-rados/desarmados y nunca últimos.

Hay una novela –entre miles de novelas- que habla de libros –en-tre miles de libros- y una relación de la protagonista que es la misma autora –entre miles de autoras- sobre la correspondencia que sostuvo con un librero de Londres cuando ella vivía en Nue-va York en las primeras décadas del siglo XX: 84 Charing Cross Road, de Helene Hanff (1970). Así, entre todas las relaciones posibles que una mujer-narradora puede tener, esta sobresale

por un tipo particular de intimidad. No se trata de una relación sentimental –que lo es finalmente- y sí de un vínculo espiritual y docto entre la persona que busca libros y aquél que los provee. No quiero decir aquí que sólo alguien que ame los libros puede entender esto. Sin embargo, alguien que ame los libros puede compartirlo. Se trata de un amor/adicción muy particular. Podría-mos decir, de otra manera, que este dealer libresco satisface a una clienta exigente, le da los calmantes que precisa: ora biogra-fía histórica, ora poesía inglesa…

Una mujer sola. Que no tiene gatos. Que no se casó nunca. Que se dedica a escribir guiones de televisión y, con todo, es pobre. Que sus obras de teatro no fueron apreciadas y que su obra más importante, irónicamente, es la colección de cartas que sostuvo con su librero. Una relación tan personal que no puede lograrse quizá en un matrimonio: esta comunicación y comprensión de lo que se conoce conmueve al otro. Una relación ideal entre dos se-res que no se conocen nunca. El primor de esta correspondencia radica precisamente en el misterio de no ver al otro sino de verlo en lo escrito. Es decir, ver a la persona en lo que dice de sí misma y en lo que se cuentan de los libros que van compartiendo.

Hay otra novela sobre una idea medieval de la lectura: no sólo de comparar el libro como metáfora de la vida, el libro como cuerpo, sino el libro como un lugar de encuentro: La mano de la buena fortuna de Goran Petrovic. Un joven estudiante de filología re-cibe un trabajo que le ayudará con sus problemas económicos, ya que su empleo como corrector en la revista Nuestras Belle-zas no es suficiente. Un hombre misterioso le encarga leer una novela pagada por su autor, de pocos ejemplares, y le pide que haga un tipo de correcciones, por decirlo así, intervencionistas; la novela contiene sólo descripciones, no hay trama ni diálo-gos, ni personajes, sólo hay un narrador que enuncia, cataloga; el lector-corrector se ve inmerso en la realidad de la novela, en la realidad de su realidad y en otra tercera: la producida por el texto. La teoría es la siguiente: si varias personas a la vez leen el mismo libro pueden encontrarse en él, en el espacio narrado, en un tiempo dentro del tiempo, en una atmósfera que no es la del espacio de la lectura sino la del interior del texto. La novela que el estudiante “corrige” es sobre una historia de amor, un encargo de un autor amoroso, la historia del “corrector” se enlaza con otros personajes que también conocen el libro y él mismo se ena-mora de otra lectora; una lectura arrebatadora es lo menos que podríamos decir. “Las palabras vuelan, lo escrito permanece”, dirá en la entrada de la casa del interior del libro que está en el nuestro, el que tenemos en las manos. La mano de la buena for-tuna es una teoría de la memoria. Escribir es permanecer y ser. Uno de sus personajes, una anciana que comienza a olvidar las palabras, no puede subir las escaleras porque se olvidó qué eran las escaleras, no puede comer porque no consigue recordar los nombres de los alimentos. Para saber que estamos tenemos que recordar en la escritura los tantos nombres de nuestra estancia, de otra manera nos desvanecemos y la historia —por insignifican-te que sea— no es, no logra ser. El lector es capaz de reconstruir las escenas humanas y meterse a un libro de viaje y conocer el mar, y traer objetos de ahí, donde no se está. + Im

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84 CHARINGCROSS ROAD

Helene Hanff ANAGRAMA

LA MANO DELA BUENA FORTUNA

Goran PetrovicSEXTO PISO

SI UNA NOCHEDE INVIERNO ...

Italo Calvino SIRUELA

RAYUELA Julio Cortázar

PUNTO DE LECTURA

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12

Su hijo Pepe me hizo un comentario muy juicioso: Mi papá era como un niño. Si se le antojaba comer, comía. Si se le antojaba echarse una siesta, no le importaba que lo estuvieran esperando los proveedores más copetudos, él se encerraba y se echaba la siesta. Si se le anto-jaba ir a un restaurante al otro extremo de la ciudad porque había muy buenas tostadas, se recorría la ciudad por ellas. Si se le antojaba jugar póquer se ensartaba a quien fuera para tener una partida de póquer. Vivía por impulso. Ese era su carácter. Ricardo López

Tenía una manera muy seduc-tora de convencerte, una oferta del Gordo no era rechazable. Germán Dehesa

Dios, el Dios de todos, lo tiene muy ocupa-do, como siempre. Ahora en el cielo de los libreros y allí, sin lugar a duda, es el líder. Jorge Velasco y Félix

ESTE MES SOBRE MAURICIO ACHARExtraídas del libro Mauricio Achar Un librero de nuestro tiempo, las siguientes burbujas inten-tan recrear la figura del fundador de Librerías Gandhi, vista a través de los ojos de sus amigos, empleados, colaboradores y artistas.Puntos de vista diversos con una constante: admiración por un hombre excepcional.

Un día que lo vi con un suéter rojo, gordo y su barba blanca, le dije: “Realmente tú ya encarnaste en Santa Claus”, porque era el prototipo de la risa, el humor y la bondad. Lilly Dayan

Cuando íbamos a Garibaldi llegábamos al Tenampa, luego pedía a un grupo jarocho para cantar “La bruja”, para finalizar con los “Tres cochinitos”. Alejandro López

Así somos los pobres, Mau. Como tú dices: “Lo importante es el dinero; la salud va y viene.” Néstor Medina

Por primera vez en México, los libros no estaban encerrados en estantes herméticos, franqueados por un mostrador y un dependiente o bibliotecario al cual había que solicitarle el libro que se iba a comprar o a leer, sino abierto a la mirada, al tacto y a la lectura, y con precios accesibles . Javier Sicilia

¿Recuerdas la vez que te encontré en un viaje de regreso de Nueva York, a donde habías ido a comprar dos containers de libros de arte? Cuando te pregunté qué hacías en clase turista en ese avión de Continental, me respondiste: “Vengo en segunda porque no hay tercera”. Raúl Cremoux

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ESTE MES14

NADIE ACABARÁCON LOS LIBROS

Umberto EcoLUMEN

POR RAFAEL TORIZ

Si algo puede decirse del oficio de librero, además de encontrarse en peligro de extinción, es que se trata de un oficio divino: el buen consejo de un apasionado de los libros puede convertirlo en nues-tro ángel de la guarda o su comentario superficial, ignorante y has-ta malintencionado puede arruinarnos para siempre. Se trata de una profesión que comunica en un instante al cielo con el diablo.

Mi historia con los custodios de los libros ha sido mayormente pro-vechosa. Mis primeras sugerencias literarias se confunden, pero al-canzo a distinguir los cuentos que mi madre nos contaba, historias repetidas una y otra vez hasta que la fatiga la hizo determinar “a partir de ahora van a leer sus propios cuentos” y nos regalaría, a mi hermano y a mí, una colección de cuentos formidable. Luego, durante la primaria, alguna tía insistiría con la poesía declamatoria de Amado Nervo y los versos de Nezahualcóyotl, con la precisa in-tención de ver en la poesía una guía de las buenas maneras, como una extensión de la clase de civismo. Por azares del destino o acaso por la extraña moral que suele campear entre lectores, esa misma tía fue quien me obsequió a los 14 años un hermoso tomo con las Narraciones completas de Poe, que se ha perdido para siempre. Una vez descubierto ese maravilloso y siniestro mundo la experien-cia se vería completada por El retrato de Dorian Grey, libro que mi padre me dio cuando todavía no era consciente del rumor ronco del tiempo.

Posteriormente, con la excepción honrosa de dos maestras de se-cundaria, tuve el infortunio de contar con profesores abocados a recomendar lecturas espantosas para un adolescente calenturien-to: de las aventuras del Cid Campeador hasta las gracias y desgra-cias de Calixto y Melibea, encontré en la escuela un excelente antí-

CÓMO HABLAR DELOS LIBROS ...

Pierre BayardANAGRAMA

BIBLIOTECAS LLENAS DE FANTASMAS

Jaques BonnetANAGRAMA

doto para alejarme de la lectura. Por definición, la escuela como la vivimos existe para castrar los más espléndidos placeres.

Poco tiempo después, ya con la necesidad de evasión combinada con el placer de la lectura, fui conociendo a esos seres ambiguos, en mi caso exclusivamente hombres, invariablemente de anteojos, extrañas maneras y facilidad de palabra que en ocasiones me han prodigado incontables maravillas y en otras, no pocas, arteras men-tadas de madre.

Charles Nodier, célebre vampirólogo, bibliotecario y entomólogo francés, escribió que “después del placer de poseer libros, poca cosa hay más dulce que hablar de ellos” y tuvo toda la razón. Ha-blar de los libros que se han leído –e incluso de los que no se han leído, como dice Pierre Bayard en Cómo hablar de los libros que no se han leído– es una manera de volver a saborearlos y poseerlos completamente. Un libro no ha perdido del todo su castidad hasta que es acariciado o maltratado de boca en boca, dando pie a un condimento esencial en el arte de la palabra: el chisme literario, ese río del que beben los ensayistas. La plática, sin lugar a dudas, es el mejor lubricante conocido para aceitar la vida en sociedad. Y es ahí donde aparece el librero, voz autorizada para abrir el apetito y sugerir lecturas. Su trabajo, a la manera de un intérprete o guía, es alumbrar esas casas con espectros que son las bibliotecas, como lo señala Jacques Bonnet en Bibliotecas llenas de fantasmas.

Por desgracia, en últimas fechas el oficio ha caído en manos de mercaderes, gente sin pasión y sin criterio a cuyas preguntas im-pertinentes un lector sensible y cultivado no puede sino responder con fastidio. El oficio de librero es un tanto más digno por su carác-ter accesorio y circunstancial, por ese contrato invisible en que yo, ciego, me dejo conducir por unos ojos que han recorrido el camino antes, viajeros de incontables continentes que saben en qué luga-res conviene detenerse y desplazarse, insistir o naufragar. Nada ni nadie puede obligar al librero a compartirnos sus afanes, de ahí la gratuidad de su labor, que destila belleza. Un librero dedicado es el comodín de la baraja, aquel que sugiere una ruta que puede sernos provechosa: el librero verdadero es un susurro sostenido que nos alienta, como Virgilio en el infierno, entre los bosques y la noche.

Desde luego, en tanto lector consagrado, es un potente crítico li-terario, conspicuo podador de la mala hierba al que la experiencia ha curtido en sin sabores. Un librero sin filias ni enconos, por más insólitos o arbitrarios que parezcan, resulta tan sabroso como un chayote sin sal. Hay que estar en contra o favor de algo, pero no quedarse en una tibieza pudorosa. Hay que ser aventurero, arries-gado, un apostador orate o por el contrario un agudo defensor del canon. Hay que empeñar la vida en lo que se dice y saber cuán-do retractarse. A veces hay que imponer el gusto y otras observar absoluta mansedumbre pero, sobre todo, hay que amar los libros con una devoción insana, sabiendo que el calor que prodigan, como todo en la vida, es momentáneo y pasajero; y que el fuego con que abrasan se alimenta con el recuerdo de antiguos amores.

Personalmente, siento un gran afecto por los libreros por ser custodios del mejor convenio que concibo entre la boca y el oído: el encanto. +

DE OFICIO

LIBRERO

El barril de petróleo podrá llegar a los 500 dólares; el agua se cotizará algún día en la bolsa de valores; África será una potencia económica; lo único que no ocurrirá, dice Umberto Eco, será la desaparición de los libros. Siendo así, tampoco se extinguirán los libreros, guar-dianes eternos de las letras. NADIE ACABARÁ CON LOS LIBROS. Umberto Eco

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EXTRACTO 15

Las llamas trazan grotescas sombras en las paredes y los rostros y depositan reflejos tornasola-dos en las pupilas y las dentaduras expuestas de los niños. Un poco más allá, se dibuja la silueta bermeja de un bisonte. Muy cerca de la hoguera, un hombre improvisa una contorsión o una danza: sus brazos extendidos y sus manos ganchudas arañan el aire, su boca se abre con violencia, a conti-nuación da un salto repentino y por fin cae al suelo, como si tuviera cuatro patas.

Su actitud parecería amenazante, pero nadie se asusta, nadie se mueve de su sitio. Alguien ríe y de pronto las carcajadas retumban en la piedra, seguidas por leves palmadas, lo que mucho después identificaremos como aplausos. ¿Un juego primigenio? Por supuesto, y más que eso: el primer ho-mínido que imitó a un dientes de sable o a una pantera inventó también, sin darse cuenta, el arte de la ficción. Y acaso dio origen a una nueva especie: la nuestra.

Intentar comprender el sentido y el valor de la ficción implica remitirse a sus orígenes, a los pri-meros pasos del homo sapiens sobre la Tierra. Lo advertí antes: sólo una perspectiva darwiniana podría arrojar luz sobre su naturaleza y sobre el papel que ha desempeñado en nuestra historia. Como ha señalado Daniel Dennet, la evolución por selección natural es una de las ideas más bri-llantes, y peligrosas, que se le hayan ocurrido jamás a un humano. Porque gracias a ella es posible explicar cualquier fenómeno biológico sin necesidad de recurrir a una fuerza ignota, a la interven-ción divina o a eso que los creyentes ahora llaman, con implícita vergüenza, “diseño inteligente”. Poco a poco, a lo largo de milenios, mediante un moroso proceso de prueba y error, la naturaleza ha ido conformando los distintos organismos hoy existentes: mientras los más aptos han sobrevi-vido, los menos hábiles se han extinguido sin remedio. La vida no busca otra cosa sino la perma-nencia. Esquivar el tiempo. Proseguir su andadura. Anhelar la eternidad. La entropía lo impide, por desgracia, y sólo unas cuantas variaciones han logrado conservarse. Estas son, justamente, las adaptaciones naturales: cambios ligeros que a la larga se convierten en mutaciones, nuevas conductas que garantizan la supervivencia de quienes la practican. Algunos piensan que la fic-ción pertenece a esa familia —una invención imprescindible para el bienestar de nuestra especie. Otros, que se trata de un subproducto evolutivo, esto es, de una especie de sorpresa añadida a la enmarañada complejidad de nuestro cerebro. Yo coincido con los primeros; nuestro amigo, el novelista neoyorquino, con los segundos.

Para comprender la naturaleza de cualquier cambio anatómico y de cualquier conducta animal, biólogos y filósofos recurren al esquema de la ingeniería inversa, esa disciplina propia de espías industriales que consiste en averiguar la función de un artilugio a partir de su estructura. En la na-turaleza proliferan los diseños y a partir de ellos es posible tratar de averiguar —de imaginar— para qué fueron concebidos. (Insistiré en que el diseño aquí nada tiene de “inteligente”). La ficción, y en particular la ficción literaria, sería la estructura que se somete, pues, al escrutinio: en este capítulo nos corresponde investigar (o fabular) cómo y para qué apareció entre nosotros.

Todos los seres vivos —lo sabemos gracias a la inquietante formulación de Richard Dawkins— no son sino máquinas al servicio de sus genes. De otro modo: son los genes egoístas quienes, valga la metáfora, se empeñan en permanecer y adaptarse, y para ello construyen contenedores que los albergan y a los que obligan a cumplir con esa tiránica tarea —somos sus esclavos.

Impulsados por un enmarañado conjunto de órdenes codificado entre la guanina, la adenina, la citosina y la timina, los seres vivos nos empeñamos en perseguir la homeostasis: buscamos fuentes de energía, mantener el equilibrio químico, conservar nuestra estructura frente al desgaste y es-quivar o detener a los agentes externos que nos amenazan con la enfermedad o la destrucción. +

LEER LA MENTE

En Leer la mente, Jorge Volpi se adentra en el cerebro para detallar los mecanismos que nos permiten “ficcionar” cuando leemos una novela o vemos una película. Lee+ ofrece a sus lec-tores un extracto de “El falso mamut y los auténticos superhéroes”, primer capítulo del libro.

Jorge Volpi

LEER LA MENTEJorge VolpiALFAGUARA

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LEER LA MENTEJorge Volpi

ALFAGUARA

POR JORGE VÁZQUEZ ÁNGELES

JORGE

VOLPIJorge Volpi nació en la ciudad de México en 1968. Es uno de los más prolíficos e importantes escritores mexicanos en la actua-lidad. Autor de El fin de la locura, El juego del Apocalipsis, No será la tierra, Oscuro bosque oscuro y El insomnio de Bolívar, entre otros, ganó el premio Biblioteca Breve con la novela En busca de Klingsor, en 1999. Con motivo de la aparición de Leer la mente (Alfaguara, 2011), libro que expone de manera clara y concisa aquellos descubrimientos que la ciencia ha realizado entorno al cerebro y sus mecanismos que nos permiten “fic-cionar”, Jorge Volpi conversó con Lee+ acerca de su gusto por la ciencia y su relación con la literatura, en el foro del Parque México de la colonia Condesa.

Jorge, ¿de qué se trata Leer la mente?Es un ensayo que de la manera más clara y más fácil posible, uti-liza la ciencia para tratar de entender cómo funciona la ficción en nuestro cerebro, no sólo la ficción literaria sino cualquiera (el cine, la televisión, el teatro o incluso los videojuegos). De qué manera nos relacionamos con la ficción cuando la leemos, cuan-do la presenciamos o cuando la escribimos. Este ensayo intenta abordar varios de los mecanismos centrales del cerebro: la in-teligencia, la conciencia, la memoria, la empatía, y como todos estos procesos funcionan a la hora de estar frente a la ficción.

El humor que inesperadamente surge en cada capítulo, ¿es una prueba de que disfrutaste la escritura de Leer la mente o es un mecanismo para relajar al lector que no conoce el Teorema de Gödel o la máquina de Turing?Quizás sean las dos cosas. El ensayo, como género literario, siempre ha sido uno de mis favoritos, y siempre he tratado de utilizar un poco el humor para que las disquisiciones no tengan que ser necesariamente siempre solemnes, que sean profun-das, sí, pero que también puedan ser en cierto momento diver-tidas. Y más porque este libro deriva de un año de clases que impartí en la UNAM, y luego de un curso de verano que di en la universidad Menéndez Pelayo en Santander. Ese contacto con los alumnos hacía mucho más fácil que aparecieran de pronto destellos de humor que quise recuperar en el libro.

EL INSOMNIO DE BOLIVAR

Jorge VolpiDEBATE

En Leer la mente señalas que la ciencia y otras disciplinas están conectadas a través de vasos comunicantes que han permitido el avance de una y otras… Siempre lamenté, estudiando literatura y derecho, no haber seguido estudiando matemáticas. Creo que habría que eli-minar tajantemente esta división y pensar que ambas son manifestaciones de la cultura humana. La ciencia también es cultura y debemos de entenderla, no como especialistas, no quizá sabiendo las sutilezas matemáticas, pero sí al menos los principios generales que la guían, tanto las ciencias fisicoma-temáticas como en este caso las ciencias biológicas, vincula-das directamente con el cerebro.

Hay en el libro una frase maravillosa: “Recordar es hilar, lo sa-bían las Parcas”.La memoria humana es lo que se llama auto-asociativa. No es que tengamos presentes en el cerebro todo el tiempo todos nues-tros recuerdos. No. Se almacenan de alguna manera en nuestras neuronas y quedan ahí. Basta con que toquemos un pequeño fragmento de un recuerdo para que ese recuerdo se desoville casi por completo, y de esa misma manera funciona también la escritura: no podemos escribir un libro completo, siempre lo va-mos escribiendo como si estuviéramos desovillando una madeja.

¿Sería posible plantear un sistema o método para que más per-sonas disfruten de la ficción a través de los libros, a partir de la imitación que nos permiten las neuronas espejo?Las neuronas espejo son la base científica de la empatía, y por lo tanto la base de que al leer un libro nos identifiquemos con sus protagonistas. Esta debería ser la manera esencial de enseñar a leer, nunca como una obligación, sino como el placer que repre-senta descubrir otras vidas posibles. No sólo de manera meta-fórica como creían los escritores sino de manera real, al menos por unos segundos, nos convertimos en otros cuando leemos, del mismo modo en que nos convertimos en otros cuando con-versamos. Tendríamos que encontrar esa manera lúdica para que mucha más gente lea. ¿Qué sigue después de Leer la mente? Sabemos que te vas a Italia… Exacto, me voy como agregado cultural. Estos últimos años había estado escribiendo novelas breves o ensayos. Ahora escribo una novela larga otra vez, que supongo estará lista el año próximo. +

LA ENTREVISTA16

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Tanta página buena, tanto párrafo entrañable, tantos fantasmas que siguen jugando al ajedrez, tanta tarde lluviosa… tantos años y tantos buenos libros que nos quedan por leer.Jorge F. Hernández

ESTE MES ¿QUÉ LE DIRÍAS A GANDHI EN SU 40 ANIVERSARIO?17Diversos autores felicitan a Librerías Gandhi.

Tengo 43 años (desde luego no empecé a ir a los tres años), pero sí recuerdo que desde que me convertí en un lector apasionado, hacia los doce o trece años, ir a Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo siempre era un gran gusto, era una excursión. Durante estos cuatro años en México todos los lunes religiosamente voy a la librería a comprar un libro o un disco. En una época en que yo empezaba a escribir, un día estaba yo como siempre en la vieja librería Gandhi buscando un libro entre los anaqueles, levanto la cabeza y enfrente de mí, haciendo lo mismo, estaba Gabriel García Márquez. Lo saludé, en ese momento no había tanta gente como uno podría haber imaginado, me firmó un libro y fui muy feliz.

Jorge Volpi

Felicidades, que me alegra que vayamos envejeciendo juntos. Que sin libros la vida puede ser terrible. Que a veces es terrible con todo y libros. Que los libros son el tren de alta velocidad que transporta el pensamiento crítico y el pensamiento utópico. Que los sigan cuidando y abaratando. Que otros 40 años por lo menos. Paco Ignacio Taibo II¡Ahora sí,

a revisarse la próstata!¡Felices 40!

Antonio Malpica

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ARTE EL TOP 5 PUBLICIDAD GANDHI 18Sin necesidad de imágenes grandiosas o recargadas, los anuncios espectaculares de Librerías Gandhi emplean la palabra y el humor como medios para invitar, o mejor dicho, retar al público para que se acerque a los libros. Lee+ comparte con sus lectores una selección de los cinco mejores eslóganes.

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PARA NO OLVIDAR

Conocí a Mauricio hace nueve años cuando comencé labores en el grupo Gandhi en el al-macén general, que era uno de los puntos donde Mauricio tenía mayor influencia y mayor contacto. Ahí empecé a tener mucha relación con él, iba a visitarme, me platicaba, me pedía información y, al paso del tiempo, me pedía mi opinión. Así paso de ser una relación laboral a una amistad. A veces fuimos a comer al mercado de Mixcoac, al Rincón de la Lechuza, a los famosos taquitos de higaditos y últimamente pasé a ser invitado a los famosos juegos de póquer los lunes en Chimalistac. […] Siempre fue una persona muy divertida. No tenía inhibiciones, él hacía comentarios delan-te de quien estuviera y si le entendía bien y si no también. Tenía un lenguaje en el póquer, por ejemplo: pedías dos lotes y te decía: “Si pides tres te rega-lamos un peluche”.Mauricio tenía un timing y un ingenio impresionantes, hacía los comentarios apropiados en el momento apropiado y siempre causaban risa. Como jefe era a veces duro, quería que las cosas se hicieran en ese momento y presionaba para que salieran a como diera lugar. Siempre fue una persona que podía escuchar razones con la que podías explicar. Soy relativamente nuevo en Gandhi, pero he oído experiencias que en las navidades llegaba con tortas para todos. En alguna ocasión, vi su cajuela donde tenía video-caseteras, televisiones y grabadoras, y al poco rato vi a la gente con las cajas por todos lados porque en ese momento se le hizo bien darlas. Como administrador a veces me decía: “Hay que pagarle a tal proveedor”. Le contestaba que no había dinero, que cómo le pagaba y me decía: “Con dinero”.Entonces ya buscaba alguna una fórmula para negociar el pago. […] Fue un ser lleno de virtudes, muy auténtico. Vivió la vida como la quiso vivir, que muy pocas personas podrían decir lo mismo. Con Mauricio nunca tuve un pleito, no te podías enojar con él, era un tipo demasiado bueno como para poder enojarte.[…] En esa época tuve mi oficina al lado de la de él. De repente me llamaba y yo me preguntaba qué relación tenía toda esa gente que estaba ahí y qué tipo de maniobra hacía para tenerlos a todos contentos. Por ejemplo, tenía un cuate que trataba de venderle artesanía de Chiapas, un gerente de ventas de alguna de las editoriales, un amigo personal y un cuate que acababa de conocer, todos en el mismo espacio y Mauricio coordinando todo.El conocerlo me deja un reto personal de aprender a vivir la vida como uno quiere vivirla. Tras su muerte te das cuenta de que vale la pena intentarlo, porque si de algo Mauricio nunca se va a arrepentir es que no se quedó con ningún sueño en la mano. Ojalá todos pudiéramos tener la capacidad y la habilidad para realizarlo. A veces la vida te va llevando y Mauricio llevó su vida. Sueño que quiso, brincándose todos los procesos y todas las críticas, lo hizo por el gusto de hacerlo. Una vez le pregunté cómo había caído en el negocio de los libros y me contestó que porque le gustaba. Pienso que Mauricio no visualizó en lo que finalmente se convirtió. Él quería un lugar dónde estar, esa cafetería con sus libros y le resultó un negocio fenomenal porque movió el mercado, innovó, fue un emprendedor. Los lunes que Mauricio llegaba a la oficina siempre traía una idea nueva, a veces la dejaba pero a veces la echaba a andar y entonces sí, aventaba la aplanadora y hazte a un lado. El resultado es Un metro de libros, el grupo como tal; el resultado es todo lo que hizo. Él modificó la comer-cialización de libros en los años setenta. Inventó lo de las mesas, que luego imitaron otras libre-rías. La razón por la cual existen descuentos en los libros es porque a Mauricio se le ocurrió la genialidad de obtenerlo y transferirlo. Puso las mesas en las calles. Abarrotó la librería, le quitó la mitificación del orden, bastante acorde con su personalidad, y aventó los libros, los puso para que la gente pudiera tropezarse con ellos. Él decía que la gente debía poder cachondear con los libros. […] Le gustaba comprar fuerte, la adrenalina de arriesgar. Su forma de vida es digna de imitar.Me hubiera gustado tener más tiempo para conocerlo, para tener más intimidad en ese sen-tido, más posibilidad de platicar con él de vivencias personales o razonamientos de por qué hacía las cosas como las hacía; me faltó tiempo.Por ejemplo, un día me contó que una de las motivaciones para abrir la librería es que leyó la novela La muerte de Iván Ilich, y en ese libro se dio cuenta de que la vida es corta y que hay que vivirla, que nadie la tiene comprada y se abocó a lo que quería hacer. +

POR MARIO NAWY

Mario Nawy, director general de Librerías Gandhi.El siguiente texto, tomado de Mauricio Achar Un librero de nuestro tiempo, nos ofrece un acercamiento al am-biente cotidiano que transformó una relación laboral en una amistad entrañable.

MAURICIO ACHAR1937-2004

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Las librerías Gandhi cambiaron la relación de los lectores y los libros en México. Gandhi siempre fue mucho más que una librería, muy pronto se convirtió en un centro cultural. Mauricio Achar fue el inventor de esa nueva forma de vender libros, lo recuerdo tomando café en el primer piso de la librería de Miguel Ángel de Quevedo, rodeado siempre de dos o tres amigos, retocando el sueño que debutaba en la vida cultural mexicana y que hoy cumple sus primeros cuarenta años. Rafael Pérez Gay

Cuando muere un río todo se seca en su entorno. Muere la naturaleza, la flora, la fauna y se incrementa la amenaza en contra de la supervivencia del ser humano y, a la inversa, cuando se le rehabilita y crece su volumen de agua, entonces la vida, los colores y el ambiente recuperan su esplendor. Lo mismo acontece cuando cierran una librería: nuestras raíces y nuestro futuro se ven agredidos por doquier. Por todo ello me felicito cuando descubro el nacimiento de una nueva librería Gandhi: es la mejor evidencia de que estamos recuperando lo mejor de México, llenándonos de optimismo, floreciendo lo mejor de nosotros y llenándonos de esperanza en el porvenir. Si tuviéramos 1000 librerías Gandhi en México tendríamos otro país. Francisco Martín Moreno

Mis primeros recuerdos de la Gandhi están asociados, no a los libros, sino al ajedrez. Hace más de 15 años, en aquella vieja cafetería de la Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo, un grupo de entrañables viejos me enseñó a jugar ajedrez. Me volví, durante un tiempo, la parroquia-na más joven del café. Desde entonces, Gandhi ha sido una especie de segunda casa para mí. Ahí he encontrado muchos de los libros que me han formado como lectora, y he pasado largas y placenteras horas hojeando o leyendo. ¡Celebro las 40 vueltas al sol de la Gandhi y espero que dé muchas muchas más! . Valeria Luiselli

ESTE MES ¿QUÉ LE DIRÍAS A GANDHI EN SU 40 ANIVERSARIO?Diversos autores felicitan a Librerías Gandhi.

La mayor parte de los libros de mi biblioteca fueron comprados en alguna de las librerías Gandhi. La frecuentaba en Miguel Ángel de Quevedo desde mis épocas de estudiante y es uno de los poco lugares donde me siento parte de una comunidad. La literatura mexicana se empobrecería si no existieran librerías como ésta, que no se limitan a vender los libros de éxito garantizado, sino los clásicos antiguos y modernos, la literatura de búsqueda y las obras de los nuevos escritores que tratan de conquistar el favor del público. Los felicito calurosamente por estos 40 años de existencia y espero que la cadena siga creciendo. Enrique Serna

Gandhi posee todos los elementos para que se le componga un corrido. Ha representado todos los papeles: desde el morro boxeador de estrato pobre que logra salir del barrio, a base de coraje, para convertirse en campeón del mundo, pasando por el mercader establecido, hasta el villano a la Darth Vader. Es difícil para cualquier caballo mantenerse cuatro décadas en la carrera. Por lo anterior Gandhi merece su historia contada por acordeón y bajo sexto. Llevará bastantes estrofas contar la épica de una librería que ha recibido el castigo de un país con una crisis de lectores. Felicidades por los cuarenta años. Carlos Velázquez

GANDHI Richard Attenborough

DVD

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Nombre completo: Mauricio Achar HamuiLugar y fecha de nacimiento: 1937, colonia Roma, ciudad de México.Ocupación: LibreroDomicilio(s): Chimalistac; Cuernavaca, Morelos.Alias: “El rey Midas de los libreros”, “El Gordo”, “El Gordito”Habilidades: Gran capacidad de negociación; obtiene jugosos descuentos en beneficio de los lectores.Vestimenta típica: Pantalones de mezclilla, guayabera y chamarra MEMBERS ONLY. Sólo dos veces usó cor-bata: en la inauguración de “Un metro de libros”, y durante una reunión con Andrés Manuel López Obrador.Comida y bebida favorita: Tacos; café Express. Restaurante(s) favorito(s): El Rincón de la Lechuza; Mercado de Mixcoac.Pasatiempos: Ajedrez, póquer y backgammon.Deporte(s) favorito(s): futbol; beisbolEquipo de futbol: Pumas de la UNAMCanción(es) favorita(s): “La bruja” y “Los tres cochinitos” Primer negocio: Una vinateríaSegundo negocio: Tienda de pinturas vinílicas “Colorama”Tercer negocio: Librerías GandhiLema: “La cultura a buen precio”.Superficie de la primera librería Gandhi: 150 metros cuadradosSuperficie aproximada de las 25 librerías Gandhi: 14,000 metros cuadrados

Lee+

EXPEDIENTES SECRETOS EL PAPEL DE UN SOÑADOR23

POR SIR REED A. LOT

Como detective me he dedicado a seguirles las huellas a innume-rables personas. Por gusto propio, me he reservado algún tiempo y energía para seguir el rastro a aquellos individuos que me pare-cen interesantes, de vidas enigmáticas y pasados intrigantes. Es así que en 1971, haciéndome pasar por un aficionado a la literatura de Ian Fleming, le pregunté a un individuo alto, de barba, parecido a un patriarca bíblico, si tenía Casino Royale, donde debuta el famoso James Bond. Suponía que no la iba a tener. Sólo necesitaba entablar conversación para comenzar mi trabajo. Para mi sorpresa apareció, no sólo con Casino Royale sino con otros de los libros de Fleming. Sin dinero en el bolsillo ni con la posibilidad de esconderme en al-gún lugar —la librería carecía de mostrador y los libros estaban a la mano de quien los quisiera ver— el dependiente me dijo que podría-mos discutir el costo de los libros o apostarlos en una partida de aje-drez. Lo mejor era seguir hablando más que apostar y, un instante después, me encontraba platicando en la oficina de Mauricio Achar.

Salí de la librería, dos horas después, con cuatro aventuras del Agente Secreto 007, unos pesos de menos y la amistad de Mau-ricio Achar, el dueño fundador de la librería. A 40 años de este en-cuentro, me parece apropiado compartir con ustedes mi invaluable investigación. Transcribo algunas anécdotas tomadas de otras con-versaciones que mantuvimos posteriormente. A cambio, yo le tenía que contar historias detectivescas.

¿Oye, Mauricio y roban en la tienda?En una ocasión detuvieron a un muchacho robándose un libro, y le pregunté: “¿Por qué estás robando?” El ladrón me contestó: “Estu-dio en la universidad y no tengo para pagar los libros…” Entonces, le dije muy serio: “Llévatelos, nada más te voy a pedir un favor: cuando acabes la carrera me traes el título…” ¿Y qué crees? Dos años des-pués, un cuate entra a la librería y pide hablar conmigo. Para sorpre-sa de quienes estaban en la oficina en ese momento, el hombre me entregó su título universitario. Aún lo conservo aún en mi oficina.

Y allí no acaban las anécdotas de este estilo. Una vez en la pa-quetería, uno de los casilleros llevaba mucho tiempo cerrado. No aparecía la llave y tuvieron que abrirlo. Adentro encontraron un morral de Gandhi con diez o doce libros (los precios eran de cuando existían los tres ceros), una carta y unos mil 500 o dos mil pesos. La carta decía algo así como: “Me siento muy mal, mi conciencia no me ha dejado en paz, la verdad es que a lo largo de los años yo les he estado robando un montón de libros porque no tenía para pagarlos, y necesitaba terminar la carrera. Hoy ya puedo pagarlos. Les regreso los libros y se los dejo pagados”.

Los libros liberan…Fíjate, hay otra anécdota bellísima, bellísima… Una vez recibimos una carta, era de un preso que nos agradecía porque a través de la lectura había cambiado su forma de ser, y había encontrado la manera de ser libre. Quería saber si existía la posibilidad de comprar los libros por Internet y que se le enviaran a la cárcel.

Pregunta muy difícil e injusta: ¿algún libro favorito?La muerte de Iván Ilich de Tolstoi. Un libro en el que me sentí muy identificado porque parece que habla de mi vida en algunas partes, de un tipo que no se quedó en el consenso social, en una postura cómoda de vivir, en un lugar donde todos están conten-tos. Ambos somos tipos que arriesgamos, que quisimos cambiar las cosas. El libro habla de que no nos percatamos de las cosas que dejamos de hacer, y que el miedo nos hace renunciar a nues-tras aspiraciones y deseos.

¿Por qué se llama Gandhi?Tras leer la biografía de Mahatma Gandhi, me quedé impresiona-do con la figura del líder hindú, quien a través de la inteligencia, la educación y el amor —sin violencia—, había liberado a toda una nación. Así concebí mi librería: como un lugar donde se propi-ciara el diálogo, la libertad, la literatura, y la educación… todo eso que Mahatma Gandhi hizo a lo largo de su vida. Siempre he creído que muchos de los problemas de este país tienen que ver con esa falta de lectura y de educación. Entonces el nombre de Gandhi quedaba perfecto.

El día que Mauricio Achar dejó su antiguo empleo y abrió la cortina de su librería por primera vez, ese mismo día dejó de trabajar, porque para él la librería era su campo de recreo. El 9 de noviembre de 2004 falleció de un infarto en la ciudad de México, probablemente de tanta felicidad y amor. +

LA MUERTEDE IVAN ILICH

León TolstoiALIANZA

GANDHI Richard Attenborough

DVD

Y no podía faltar, como en todas las Librerías Gandhi, la imagen de Mahatma.

DESCLASIFICADO

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LEONORAElena Poniatowska

SEIX BARRALElena Poniatowska gana el premio Biblioteca Breve 2011 con una biografía ficcionada de Leonora Carrington. Elena Ponia-towska sumerge al lector en el París vanguardista de entre-guerras de la mano de Leonora Carrington, una indomable pintora surrealista, amante de Max Ernst y compañera artís-tica de Pablo Picasso y André Breton. Una vida de película, o al menos, de momento, de novela. Arte, pasión, creatividad y

desenfreno de la mano de dos grandes mujeres.

1Q84 1 Y 2Haruki Murakami

TUSQUETSEn japonés, la letra q y el número 9 son homófonos, los dos se pro-nuncian Kyú, de manera que 1q84 es, sin serlo, 1984, una fecha de ecos Orwellianos. Esa variación en la grafía refleja la sutil alteración del mundo en que la habitan los personajes de esta novela, que es, también sin serlo, el Japón de 1984. En ese mundo en apariencia normal y reconocible se mueven Aomame, una mujer independien-te, instructora en un gimnasio, y Tengo, un profesor de matemáti-cas. Ambos rondan los treinta años, ambos llevan vidas solitarias y ambos perciben a su modo leves desajustes en su entorno, que los

conducirán de manera inexorable a un destino común.

LA TIERRA DE LAS CUEVAS PINTADASJean M. Auel

OCEANO-MAEVALa forma de hablar de Ayla, su pasado en el clan con los nean-dertales, así como los tres caballos y el lobo domesticado que la acompañan, causan sorpresa allí donde aparece. La tutora de Ayla decide mostrar a la joven para su aprendizaje los lugares sagrados, unas cuevas donde se encuentran unas impresionan-tes pinturas de sus ancestros. Allí la protagonista de la saga tiene una gran experiencia espiritual, escucha la voz de la gran

madre que le desvela un secreto esencial para la humanidad.

EL CEMENTERIO DE PRAGAUmberto Eco

LUMENDemasiado larga fue la ausencia de Umberto Eco en el mundo literario. Después de siete años, nos trae una novela que él ha de-finido de estilo folletinesca, la cual cuenta la historia de Europa de finales del siglo XIX, a través de un estafador: el capitán Simone Simonini, quien con una crisis de identidad, es aconsejado por Freud a escribir sus vivencias. Historia, antisemitismo y mentiras,

envuelven esta interesante historia.

CIEN AÑOS DE SOLEDAD, EDICIÓN CONMEMORATIVA

Gabriel García MárquezALFAGUARA

Un clásico de la moderna literatura en castellano, ofrece una aventura de lectura insustituible. Proyectada como una descripción de la vida familiar de la casa donde transcurrió la infancia de García Márquez. Poco a poco, se convierte en una fabulación mágica, en morada de unos personajes ya legendarios inscritos en los mitos profundos de la cultura universal. En Macondo conviven lo real y lo cotidiano con lo

poético y lo imaginario.

LOS +VENDIDOSFICCIÓN NO FICCIÓN

LOS SEÑORES DEL NARCOAnabel HernándezGRIJALBODescubra la historia del círculo de protección y complicidad del Cha-po Guzmán. ¿Quién estuvo detrás del avionazo donde perdió la vida Juan Camilo Mouriño? ¿Nacho Coronel fue abatido por el ejército o sólo se retiró del narcotráfico y continúa vivo? Es una descarnada crónica sobre las alarmantes complicidades de los altos círculos polí-ticos, policíacos, militares y empresariales con el crimen organizado. Anabel Hernández tuvo acceso no sólo a una vasta documentación, inédita hasta hoy, sino a testimonios directos de autoridades y ex-pertos en el tema, así como de personas involucradas con los princi-pales cárteles mexicanos de la droga.

PEQUEÑO CERDO CAPITALISTASofía MaciasAGUILAR¿Realmente quieres sacarle el mejor provecho a tu dinero? No im-porta si eres músico, poeta y loco; doctor en ciencias ocultas, bo-hemio, activista, amante de la naturaleza, cirujano, arquitecto de tu propios destino, floricultor, psicoanalista… no importa si no tie-nes idea de finanzas personales, tienes grandes nociones o crees que eres un experto. Con Pequeño cerdo capitalista tendrás las herramientas más efectivas para saber ahorrar, invertir y repartir de la mejor manera tus ingresos.

100 MITOS DE LA HISTORIA DE MÉXICOFrancisco Martín MorenoAGUILAR¿Existen sucesos oscuros detrás de las figuras de Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Francisco Villa o Venustiano Carranza? ¿Quiénes han construido nuestra patria: próceres o forajidos, luchadores incansables a favor de la justicia de México o dictadores terribles? ¿Ha intervenido la Iglesia en la política de México?Con la pluma filosa y espléndidamente documentada que lo ca-racteriza, Francisco Martín Moreno responde a estas y a otras muchas interrogantes relacionadas con la deslumbrante historia de México y sus zonas más tenebrosas.

Y COLORÍN COLORADO ESTE CUENTOAÚN NO SE HA ACABADOOdin Dupeyron DISIDENTEY colorín colorado este cuento aún no se ha acabado sigue siendo la misma extraordinaria historia que nos habla de la vida, de los miedos escondidos que nos paralizan y del deseo de ser libres. De la importancia de conocerse a uno mismo, de indagar en el pasa-do, de entender quiénes somos y de dónde venimos para saber así a dónde vamos. Un mágico cuento que nos habla de los finales y los eternos comenzares de la vida.

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDOViktor FranklHERDEREn esta obra, Viktor E. Frankl explica la experiencia que le llevó al descubrimiento de la logoterapia. Prisionero, durante mucho tiempo, en los desalmados campos de concentración, él mismo sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda, ¿cómo pudo él, que todo lo había perdido, que había visto destruir todo lo que valía la pena, que padeció hambre, frío, brutalidades sin fin, que tantas veces estuvo a punto del exterminio, cómo pudo aceptar que la vida fuera digna de vivirla?

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Pertenece a la cada vez ya más rara estirpe de los editores cultos, literarios. Y asiste todos los días conmovido al espectáculo de ver cómo la rama noble de su oficio —editores que todavía leen y a los que les ha atraído siempre la literatura— se va extinguiendo sigilosa-mente a comienzos de este siglo. Tuvo problemas hace dos años, pero supo cerrar a tiempo la editorial, que a fin de cuentas, aun habiendo alcanzado un notable prestigio, marchaba con asombrosa obstinación hacia la quiebra. En más de treinta años de trayectoria independiente hubo de todo, éxitos pero también grandes fracasos. La deriva de la etapa final la atribuye a su resistencia a publicar libros con las historias góticas de moda y demás zarandajas, y así olvida parte de la verdad: que nunca se distinguió por sus buenas gestiones económicas y que, además, tal vez pudo perjudicarle su fanatismo desmesurado por la literatura.Samuel Riba —Riba para todo el mundo— ha publicado a muchos de los grandes escritores de su época. De algunos tan sólo un libro, pero lo suficiente para que éstos consten en su catálogo. A veces, aunque no ignora que en el sector honrado de su oficio quedan en activo algunos otros valerosos quijotes, le gusta verse como el último editor. Tiene una imagen algo romántica de sí mismo, y vive en una permanente sensación de fin de época y fin de mundo, sin duda influenciado por el parón de sus actividades. Tiene una notable tendencia a leer su vida como un texto literario, a interpretarla con las deformaciones propias del lector empe-dernido que ha sido durante tantos años. Está, por lo demás, a la espera de vender su patri-monio a una editorial extranjera, pero las conversaciones se encuentran encalladas desde hace tiempo. Vive en una potente y angustiosa psicosis de final de todo. Y aún nada ni nadie ha podido convencerle de que envejecer tiene su gracia. ¿La tiene?

Ahora está de visita en casa de sus ancianos padres y los está mirando de arriba abajo, con curiosidad nada contenida. Ha ido a contarles cómo le fue en su reciente estancia en Lyon. Aparte de los miércoles —cita obligada—, es una vieja costumbre que vaya a verlos cuando regresa de algún viaje. En los dos últimos años, no le llega ni una décima parte de las invitacio-nes a viajar que recibía antes, pero ese detalle lo ha ocultado a sus padres, a los que también ha escondido que ha cerrado su editorial, ya que considera que tienen una edad demasiado avanzada para darles según qué disgustos y, además, está seguro de que no lo asimilarían nada bien.Se alegra cada vez que le invitan a alguna parte, porque, entre otras cosas, eso le permite seguir desarrollando ante sus padres la ficción de sus múltiples actividades. A pesar de que pronto cumplirá sesenta años, tiene con ellos, como puede apreciarse, una fuerte depen-dencia, quizá porque no tiene hijos, y ellos, por su parte, sólo le tienen a él: hijo único. Ha llegado a viajar a lugares que no le apetecían demasiado, sólo para contarles después el viaje a sus padres y así mantenerles en la creencia —no leen periódicos ni ven televisión— de que sigue editando y sigue siendo reclamado en muchos lugares y, por tanto, las cosas continúan marchando muy bien para él.Pero eso no es para nada así. Si cuando era editor estaba acostumbrado a una gran actividad social, ahora apenas tiene alguna, por no decir ninguna. A la pérdida de tantas amistades fal-sas se ha unido la angustia que se ha apoderado de él desde que hace dos años prescindió del alcohol. Es una angustia que procede tanto de su conciencia de que, sin beber, habría sido menos atrevido publicando como de su certeza de que su afición a la vida social era forzada, nada natural en él y quizá tan sólo provenía de su enfermizo temor al desorden y la soledad. +

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DUBLINESCAEnrique Vila-MatasSEIX BARRAL

EXTRACTO 25

DUBLINESCA

Como el presente número de Lee+ celebra los 40 años de Librerías Gandhi, fundadas por Mauricio Achar, el siguiente extracto de Dublinesca, rinde, también, un homenaje a la figura del editor, que junto con lector y el librero, conforman la santísima trinidad de la literatura.

Enrique Vila-Matas

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ZOÉMTV Unplugged, música de fondoEMI MUSICUna vez logrado el éxito total por medio de discos exitosos y conciertos a reventar, la agrupación mexi-cana decide incursionar en el ámbito de las grabacio-nes acústicas, dándole a su música una nueva dimen-sión, además de contar con invitados especiales.

REYLIBien acompañadoSONY MUSICEl cantautor chiapaneco se hace acompañar de bue-nos amigos y colegas en este disco donde interpreta clásicos de su carrera, con nuevos arreglos y con las voces de sus invitados para hacernos pasar un rato muy ameno.

SAÚL HERNÁNDEZRemandoEMI MUSICConsagrado con Caifanes y posteriormente con Ja-guares, el emblemático líder de dos de las mejores e históricas bandas del rock mexicano hace su debut como solista, ya con una madurez espiritual y musical a toda prueba que no decepcionará a sus miles de fans.

VARIOSSongs for JapanSONY MUSICÁlbum doble con las mejores canciones de artistas como U2 o Beyoncé, entre otras estrellas de la músi-ca, en benificio de la nación asiática que fue devasta-da por sendos terremotos a principios de año.

VARIOSOpera 2011EMI MUSICLa ópera es uno de los géneros que con el paso del tiempo ha incrementado su popularidad sin abando-nar los estándares de calidad que exige el público co-nocedor; con nuevas voces y algunas ya consagradas, ésta recopilación anual no debe faltar en ningún ana-quel con discos excelsos.

LA FRONTERA INFINITADir. Juan Manuel Sepulveda

OPTIMA FILMSCada año, cientos de miles de centroamericanos se inter-nan clandestinamente en México en su camino a los Esta-dos Unidos. Este es un relato sobre la voluntad y la espe-ranza a través de la contemplación de hombres y mujeres

que viajan buscando una mejor condición de vida.

UNA ZETA Y DOS CEROSDir. Peter Greenaway

CINE, VIDEO Y T.V.Un accidente de coche hace que los hermanos Deuce pierdan a sus esposas. Los hermanos, biólogos de pro-fesión, se obsesionan con su condición mortal y por ello investigan y observan a los animales del zoológico sufrir este proceso natural. Ambos hermanos comienzan a mantener relaciones con Alba Bewick, la conductora del

coche que chocó con sus mujeres.

UNA PAREJA DISPAREJADir. Glenn Ficarra y John Requa

CINE, VIDEO Y T.V.Steven solía guardar muy bien sus secretos, aparentaba ser un buen padre de familia, esposo y un devoto cristia-no, hasta que un día después de sufrir un terrible acci-

dente todo cambió.

ASESINO DENTRO DE MIDir. Michael Winterbottom

CORAZÓN FILMS Con una frialdad extrema y una violencia nada conte-nida, el director Michael Winterbottom disecciona al asesino descrito en la novela de Jim Thompson con puro cine negro y gran estilo. Casey Affleck encarna de forma notable a un complejo protagonista perfectamente se-cundado por las intérpretes Kate Hudson y Jessica Alba.

ENTRA AL VACIODir. Gaspar Noé

CINE, VIDEO Y T.V.Óscar y Linda, en plena orfandad, se prometen jamás separarse. Sin embargo, tras el accidente automovilístico que acabó con la vida de sus padres, las autoridades no tienen otra alternativa que separarlos. Después de 20 años, ambos personajes se reencuentran y descubren que se han convertido en seres marginales; cerca de la promiscuidad sexual, las drogas y la muerte. Pero eso no es del todo una tragedia; al menos no lo será para Óscar.

PARA VERDVD CD

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Hace 40 años se creía en el futuro. Las juventudes se sentían conmovidas: estar a favor o en contra de una guerra significaba tomar una postura política clara.Si tuviéramos que escoger alguna película emblemática de esos años obtendríamos una lista gigan-tesca. En 1971 la actividad creativa —como siempre que la humanidad se encuentra en crisis— fue enorme. Sin embargo, el espíritu humano a esas alturas de la evolución, después de inventar la agricultura, desarrollar la escritura, generar imperios y luego la democracia, llevar a cabo la revo-lución industrial y sobrevivir a dos guerras mundiales, puede muy bien recogerse jugando con dos películas que tienen más en común que una de las palabras de su título.La primera es Naranja mecánica, un prodigio, obra de Stanley Kubrick, con la violencia proto punk en su expresión más, por así decirlo, simpática. La otra es Mecánica nacional, otro garbanzo de a libra, obra de Luis Alcoriza que con ese espíritu mexicano tan metido en la sangre, pasa del costum-brismo al humor ácido sin que nos demos cuenta: otro tipo de simpatía.Expliquemos el asunto.Mucho del legado de una película como Naranja mecánica se nota gracias a esa atemporalidad con que la dotó Kubrick. En esos años hablar de libertad y de expresión era casi necesario. Por ello es que la historia (desde la novela) usó ese truco de la ciencia ficción para evidenciar la “mecánica” y el funcionamiento del Gran Hermano, que en el caso de la novela de Burgess y de la película de Kubrick, somos todos.Al mismo tiempo, esa “mecánica” del título mostraba que ese Gran Hermano Controlador no había llegado de un día para el otro, y que nosotros éramos culpables por no originar el cambio. En ese pasado de 1971, Naranja mecánica usaba lo real para decirnos que el futuro se vislumbraba peligro-so. La unión de esos dos tiempos, para bien y para mal, la encontramos en dos secuencias claves: una en la que Alex y sus “colegas” golpean a un anciano que llora los tiempos buenos, antes de que el hombre volara en satélites alrededor de la Tierra; la otra, cuando Alex se planta en la tienda de discos y a su alrededor vemos desde la referencia a 2001 hasta discos de Pink Floyd (Atom Heart Mother), Crosby Still Nash & Young (Deja Vu) o de Neil Young (After The Gold’s Rush).La otra “mecánica”, la nacional, puede ser interpretada a la inversa y cerrar el círculo. Ambientada en un presente atemorizantemente universal, quita los tornillos y la tapa de un ser mexicano para que se le noten los engranes. Su presente es tan evidente que también se hace atemporal. La pe-lícula está montada alrededor de un mecánico y sus colegas que organizan un picnic -que resulta caótico- para ver pasar la carrera Panamericana. A través de ello, Alcoriza transparenta la maqui-naria que ha hecho del mexicano lo que es. También hay dos escenas claves: la muerte de la madre (nada) abnegada (Sara García) y las peleas por “infidelidad” en medio de un campo lleno de autos en donde ninguno puede moverse (Manolo Fábregas y Lucha Villa). Es el futuro encadenado al machismo, al conservadurismo, a la doble moral, al revanchismo y demás linduras que construyen ese otro gran hermano, el interior, que vigila simplemente para hacerse presente en el momento menos conveniente. Lo desesperanzador funciona casi igual que en la película de Kubrick. Si ese Hermano interior llega más lejos, y así lo hizo, hoy podemos constatarlo con la película a 40 años de distancia. Será porque preferimos esconderlo a transformarlo.Naranja mecánica nos condena a un futuro idéntico al pasado.Mecánica nacional nos señala que el presente puede llegar al futuro de manera casi irremediable.Ambas señalan que el cambio depende de nosotros. ¿Cuánto hemos cambiado en 40 años?Esa es la extraña pregunta de la Naranja Mecánica Nacional. +

POR ERICK ESTRADA

CINE LA COLUMNA DE ERICK ESTRADADirector editorial del portal dedicado al cine www.cinegarage.com

NARANJA MECÁNICA NACIONAL

LA NARANJAMECÁNICAAnthony Burgess BOOKET

Y ESCUCHAR

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POR RODRIGO MORLESÍN

¡NIÑOS A LEER! JUEGO DE LETRAS

Si las palabras son mágicas y pueden lograr que las cosas sucedan, los libros son cofres de tesoros inimaginables.Cajas de Pandora que al ser abiertas revelan mundos nuevos, mundos antiguos y universos por explorar.Al abrir un libro, las palabras se tejen una a una, letra tras letra, para confabular una intriga, desarmar una bomba o construir una nave espacial. Por eso, hoy rendimos tributo no sólo a los libros, sino a las mil y una noches que nos mantienen en vela; si logramos vencer al sueño, nos aguarda una larga noche para soñar despiertos con historias y ficciones alocadas, sorprendentes y fascinantes. Cinco recomendaciones que rinden tributo a los libros.

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Michael EndeALFAGUARA INFANTIL

LA HISTORIA INTERMINABLE

LEÓN DE BIBLIOTECACon gustos literarios.Un león entra a una biblioteca y de repente… De repente su-cede que no te voy a contar esta historia, que es muy buena: el león resulta ser un amante de los libros y entonces aprenderá a respetar las reglas de la biblioteca… y alguien más aprenderá a romperlas. Para los niños que gustan de los libros y tienen un enorme corazón de león.

Michelle Knudsen / Kevin HawkesEKARÉ

¡Shhhh! Contando historias.Este libro es un homenaje a 8 cuentos clásicos de manera silenciosa pero impactante. Las 8 historias están representa-das por el mismo número de ilustraciones, sin textos que nos indiquen de cuál se trata. Echa mano de tus recuerdos para descubrir cada escena. Algunas son sencillas; otras son como adentrarse en la boca de un lobo.

Benjamin LacombeEDELVIVES

El gran clásico.Algunos lo hemos leído o hemos visto la película; otros han es-cuchado hablar de La historia interminable o La historia sin fin. Bastián se sumerge en este libro para adentrarse en la mayor aventura jamás contada. Llena de seres mágicos como Fújur, el dragón blanco, o el valiente guerrero Atreyu, y quienes junto a él mantienen viva Fantasía, lugar donde se desarrolla esta increí-ble aventura. No por nada se ha traducido a más de 30 idiomas.

Kathrin SchärerOCEANO TRAVESÍA

El libro del libro que aparece en el libro…Me explico: En Las Crónicas de Spiderwick, serie de cinco libros, Jared encuentra un libro que es la llave para descubrir el mundo mágico que nos rodea, con hadas y trolls muy cerca de ti. Si tú también quieres tener el mismo libro te recomiendo que compres éste, que contiene toda la información que Arthur Spiderwick fue recopilando al paso de los años.

Tony DiTerlizzi / Holly BlackSIMON AND SCHUSTER

Una historia de una puerquita y su ilustradora.Resulta que Kathrin trabaja en su siguiente libro, que trata sobre una cerdita. ¿Cómo se llama? ¿Qué hace trepada en un tren? Esas son las dudas de la cerdita que Kathrin tendrá que responder, aunque pensándolo bien, parece que no tiene muy claro a dónde va la historia de Johanna, la cerdita que recién acaba de dibujar.

CUENTOS SILENCIOSOS

JOHANNA EN EL TREN

THE CHRONICLES OF SPIDERWICK ...

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30 INSOMNIO LA COLUMNA DE DIEGO RABASAEditor, columnista y, por si fuera poco, americanista.

POR DIEGO RABASA

Si hace cuarenta años le hubieran dicho al más delirante de los escritores de ciencia ficción que tan sólo cuatro dé-cadas más adelante podríamos hacer videoconferencias con alguien al otro lado del mundo, que conoceríamos se-cretos del genotipo humano, o que existiría un entramado social cibernético que reuniría 500 millones de usuarios activos, seguramente nos habría dejado hablando solos a la mitad de la conversación. Se iría vituperando por haber perdido su tiempo con semejantes dementes. El progreso, bandera por excelencia de la historia reciente del mundo occidental, parece haber superado el más audaz de todos los pronósticos y esto se traduce en una mejor vida para los seres humanos, ¿cierto? Veamos. Ubiquemos un punto en la historia reciente del mundo: 1971. Elegimos esta fecha porque fue entonces que nació Gandhi, cuyas librerías re-presentan hoy en día un referente protagónico en el mun-do de las letras de nuestro país, y a cuyo personal dedico la presente columna como un merecido homenaje. Hagamos una frívola pero divertida comparación entre los eventos y personajes más relevantes del segundo año de la mítica década de los setenta y el año en curso, para evaluar si en verdad la humanidad ha mejorado durante este periodo o el halo progresista que sugiere un análisis superficial, es tan real como el color del cabello de Shakira. Si la humanidad ha podido acompañar a Gandhi en su camino progresivo y progresista, o si esta cadena más bien ha sido el orden que desata el caos entrópico de nuestro México.

PRESIDENTE DE EURichard Nixon vs Barack ObamaBarack Obama.

CAMPEÓN DEL MUNDO (y su mejor jugador)Brasil (Pelé) vs España (Iniesta)Brasil y Pelé.

BILLBOARDBrown sugar, Rolling Stones vs Born this way, Lady GagaBrown sugar, Rolling Stones

PREMIO NOBELAleksandr Solzhenitsyn (URSS) vs Mario Vargas Llosa (Perú) (El Nobel en 1971 fue para Pablo Neruda pero

como todavía no sabemos quién será el Nobel en el 2011 he elegido al de 1970 y 2010 respectivamente)So riesgo de linchamiento popular, me quedo con el soviético.

GANADORES DEL OSCAR Mejor Película (director)Patton (Franklin J. Schaffner) vs The King’s Speech (Tom Hopper)Patton.

ALGUNOS LIBROS REPRESENTATIVOS (entre 1970 y 1971 vs 2010 y lo que va del 2011)Las venas abiertas de América Latina, Eduardo Ga-leano, Vacío perfecto de Stanislaw Lem, La mujer del teniente francés, John Fowles, Islas en el golfo, Ernst Hemingway, Infierno de todos, Sergio Pitol, Conversa-ción en la catedral (1969), Mario Vargas Llosa, Muerte constante más allá del amor, Gabriel García Márquez, El Rey de los Alisos, Michel Tournier.VERSUSEl insomnio de Bolívar, Jorge Volpi, 19Q4, Haruki Mu-rakami, Viuda embarazada, Martin Amis, Nemesis, Phi-lip Roth, Autobiografía soterrada, Sergio Pitol, El viaje del Celta, Mario Vargas Llosa, Yo no vengo a decir un discurso, Gabriel García Márquez, La Carta y el terri-torio, Michel Houllebecq

Me quedo, sin dudarlo, con el inicio de los setenta (aun-que en la década actual existen honrosísimos exponen-tes, los 70, en la suma colectiva, aún pesan mucho más).

De acuerdo a esta flagrantemente arbitraria, amañada y sesgadísima encuesta (quizá debí decir sólo encuesta para no redundar en las acepciones), los psicodélicos setenta tenían mucho más que ofrecer que la incipiente década de los dos mil. Aunque siempre podemos volver la vista a Nietzsche para observar que no importa cuánto nos esfor-cemos por pensar bien, casi siempre fracasamos en nues-tra misión argumentativa (Fail again, fail better, diría Bec-kett): “Lo futuro y más lejano ha de ser la razón de tu hoy”. Así que si no nos gusta mucho aquello a lo que nos parece-mos hoy en día, no hay sino recriminar al pasado por haber permitido la gestación de este desfigurado presente. +

LOS AYERES DEL MAÑANA

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LA COLUMNA DE DIEGO RABASAEditor, columnista y, por si fuera poco, americanista.

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