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1 21 SALONES 21 VERSIONES maría angélica mejía pimienta michelle ocampo · daniel salcedo fabián medina · miguel olaya Un estudio de caso de los salones de los apartamentos de las Torres del Parque

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la inspiración de este ensayo recae en el diálogo, a veces suscitado a veces olvidado, entre la arquitectura de la casa y la vivencia interior. en pocas palabras, la obvia pero a la vez ingrata relación entre forma y uso. dicha experiencia interior implica la variación de la vida misma, transiciones y reinvenciones hechas por la mano no artística, consciente y no consciente de sus protagonistas: los residentes.

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21 SALONES21 VERSIONES

maría angélica mejía pimientamichelle ocampo · daniel salcedofabián medina · miguel olaya

Un estudio de caso de los salones de los apartamentos de las Torres del Parque

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21 SALONES21 VERSIONESUn estudio de caso de los salones de los apartamentos de las Torres del Parque

Monografía para la opción en Arquitectura y CiudadDepartamento de Arquitectura · Facultad de Arquitectura y DiseñoUniversidad de Los AndesMayo de 2009

maría angélica mejía pimientamichelle ocampo · daniel salcedofabián medina · miguel olaya

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Investigación y textos:

Fotografías:

Diseño editorial:

María Angélica Mejía Pimienta

Michelle OcampoDaniel SalcedoFabián Medina

Miguel Olaya

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Gracias a:

Alessandra y Pablo, Álvaro, Amalia y Giselle, Amparo y Jorge, Ana Gabriela, Andrés, Angelika, Amelie y Eva, Carolina, Miguel y Pablo, Claudia, Shawn y Siena, Felipe Arturo y Lui-sa, Francisco, Inés y Daniel, Juan Camilo, Lily, María Cecilia, Marta, Martín, Rosario y Dieguito, Santiago, Sara, Stefania y Matilde por darle la oportunidad a la investigación de existir.

Michelle, Daniel y Fabián por ser cómplices en esta visita a la arquitectura doméstica de Rogelio; por registrar y editar ingeniosamente los espacios con sus temperaturas y texturas.

Santiago por las numerosas visitas de prueba a su apartamento y por confesar sus opi-niones como artista frente a este experimento.

Inés y Daniel por refrescar la investigación con nuevas y muy acertadas ideas; por permitirme visitar su casa en naturaleza de biblioteca.

Miguel por apoyar la posproducción del documento y por dejar huella de su sensibili-dad gráfica —y arquitectónica— en cada una de las páginas.

Fabio por compartir accidentalmente su idea en una mañana de febrero; por guiar y comentar la investigación.

Rafael por su firme ayuda tras una y otra temática para esta monografía.Antonio por alimentar con cada encuentro mi fijación por la arquitectura; la emoción

que genera habitar y observar el espacio y su relación con mi oficio. Fabio Zambrano por dar espacio a mis reflexiones fanáticas en sus cursos de historia

de Bogotá a través de la plaza y los barrios.

agRadEcImIENtOS

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cONtENIdO

El objetivo 4

Contextualización histórica del proyecto 13

Aspectos del proyecto 19

Introducción al estudio de caso 29

Presentación del material 31

Interpretaciones 51

Conclusiones 61

Referencias 63

Apéndice 65

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El ObjEtIVO

la inspiración de este ensayo recae en el diálogo, a veces suscitado a veces olvidado, entre la arquitectura de la casa y la vivencia interior. En pocas palabras, la obvia pero a la vez ingrata relación entre forma y uso. Dicha experiencia interior implica la variación de la vida misma, transiciones y reinvenciones hechas por la mano no artística, consciente y no consciente de sus protagonistas: los residentes.

La vida cotidiana no está hecha solo de sentimiento, sino también de creación, y el

arte es considerado como paradigma de toda actividad creadora y productiva.

Sierra 1996, 32

No es claro si la arquitectura consideró la continuidad de la vivienda más allá del impecable taller de proyectos y la fijación de los primeros pilotes. Todo indica que los arquitectos hablan de vivienda y espacio, mientras los habitantes hablan de casa y uso. Sin embargo, la intención de estas líneas no

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es agitar bruscamente la genialidad del diseño residencial ni la metodología arquitectónica impartida en la academia. Se busca reflexionar sobre el medio que hace posible el nexo entre los habitantes y la arquitectura a través de un reino que, por su aparente quietud y reducida escala, ha sido desligado del sofisticado proceso arquitectónico. En concreto se hace referencia a los artefactos y lógicas que guían el proceso de amoblamiento, capaces de convertir el espacio ‘genérico’ y desnudo en una casa; lejos de la finalidad de un museo o un monumento.

Son muchos los interrogantes que despierta la obser-vación consciente de la casa. ¿Cómo se usa? ¿Qué opiniones hay sobre ella? ¿En qué ideología se inspiró su creador, el res-ponsable de la envolvente estructura? ¿Cuál es la naturaleza de los artefactos que habitan el espacio? y consecuentemente ¿Cuál es el carácter de la casa? El tema implica enfrentarse a dualidades como forma y contenido, arquitecto y habitante, rigidez y mutabilidad, unidad inmobiliaria y universo mobi-liario. Estas dualidades son física, teórica y emocionalmente incluyentes.

Comedor, dibujo de Xavier Monteys.

Comedor de las Torres del Parque.

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A la luz de lo anterior, el presente ensayo extrae sus más interesan-tes conclusiones del estudio de caso de un espacio particular de la casa cuyo lienzo es a la vez un proyecto arquitectónico específico: los salones de los apartamentos de Residencias El Parque de la ciudad de Bogotá.

La metodología que guiará las próximas líneas se resume a continuación: Contextualización histórica del proyecto.•Aspectos del proyecto.•Introducción al estudio de caso.•Presentación del material.•Interpretaciones.•Conclusiones. •Se reitera entonces: el espacio a observar es el salón de las unidades

habitacionales, unidades cuya piel envolvente son las Residencias El Parque del arquitecto Rogelio Salmona, mejor conocidas como Torres del Parque.

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cONtExtualIzacIóN hIStóRIca dEl pROyEctO

Ese trozo decisivo de ciudad [el centro] adquirió, entre

1955 y 1970 un carácter urbano y arquitectónico señala-

do por dos hechos básicos: El primero, la inexistencia, en

ese lapso, de una planeación integral del sector, e inclu-

so de una reglamentación estable de alturas permisibles,

densidad y espacios libres o públicos, puesto que éstas

últimos normas fueron variando según las presiones e

intereses de propietarios y promotores. El segundo, el

predominio total en el sector de la arquitectura comer-

cial de “estilo internacional”

Téllez 2006, 178

los primeros bocetos del proyecto Residencias El Parque, o mejor conocido como Torres del Parque, se remontan a

Dibujo para el proyecto de las Torres del Parque, 1965 según apareció en Credencial Historia 114, junio de 1999.

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Uno de los primeros es-quemas, en volumen único, para las Torres del Parque que realizó Rogelio Salmona en 1963. Téllez 2006,180.

1964. Seis años después se concretaría la construcción de las Torres con-virtiéndose así en una obra arquitectónica fundamental dentro del centro de Bogotá. Desde el Anuario de Arquitectura Colombiana hasta la revista de arquitectura Proa hacen referencia a las Torres del Parque como un proyecto que buscaba solucionar el problema de densificación de la ciudad así como nutrir el paisaje del entonces cotizado “Centro Internacional”.

Las Torres estuvieron lideradas por el Arquitecto Rogelio Salmona en colaboración de los colegas M.V. Acosta, C. Castillo, L. Martínez, U. Ri-poll, M.V. Téllez, L.E. Torres y E. Zárate. El impulso financiero recayó en

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una de las empresas industriales y comerciales del Estado: el Banco Central Hipotecario (BCH). Dicha organización, fundada en 1932, estaba vinculada al Ministerio de Hacienda y Crédito Público. Paralelo a su función de captar ahorro, el BCH lideraba convocatorias y programas de financiamiento para proyectos residenciales (Saldarriaga y Carrascal 2006, 29).

Según Rogelio Salmona: Obra Completa 1959–2005 (Téllez 2006), para lo que concierne a las Residencias El Parque, el BCH se apartó de su política tradicional de brindar vivienda a las clases medias en focos urbanos alejados del centro histórico de la capital. Téllez (2006, 178) recuerda el discurso arquitectónico vigente en la década del 60 en cuanto al proceso de urbanización de Bogotá: “(…) una necesaria densificación de los sectores centrales de la ciudad, en preferencia a una continuada dispersión de la mis-ma”. El autor menciona la incursión de dos hoteles en la zona así como el conjunto residencial Bavaria y uno adyacente al Hotel Tequendama.

Las Torres del Parque y la renovación urbana del barrio colonial Santa Bárbara fueron las últimas grandes iniciativas de urbanismo y cons-trucción del BCH en la década del 60.

Entre el abanico de los diversos proyectos arquitectónicos del siglo XX, las Torres del Parque fueron seleccionadas como Monumento Nacio-nal casi veintisiete años después de su inauguración (Téllez 2006, 184). La

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Fotos de la autora

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íntima relación que existe entre el Proyecto y el imaginario bogotano es el reflejo de la acertada inserción de las Torres en el centro capitalino en dos naturalezas: 1. Como obra de arte dentro de la ciudad y 2. Como solución de vivienda.

La ideología de Salmona en cuanto al poder de la arquitectura para asombrar (las relaciones sociales y poéticas que surgen de la experiencia urbana) logra cristalizarse en las Torres. La estructura permite el dinamismo entre el espacio público y el espacio privado. Los empinados volúmenes se abren a la ciudad para recibir no solo el impresionante paisaje sino los tran-seúntes que en ella habitan.

En una entrevista concedida en 1999 a El Malpensante, Salmona, hablando de su propia obra, resaltaba el valor emotivo de la arquitectura y la diversidad de espacios que un único conjunto es capaz de brindar:

A mí me gusta que la arquitectura sea tranquila, serena, que uno pueda des-

cribirla a medida que la recorre, que la conoce, que la vive. Me gusta la

arquitectura que produce una emoción contenida, no una emoción a gritos.

También me gusta que tenga una gran variedad dentro de la mayor unidad

posible, porque la idea de un conjunto me parece importante. Me gusta crear

espacios variado sin que se pierda la armonía en el conjunto. Y busco que al

pasar de un espacio a otro, por medio de los recorridos, vayan encontrando

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ambientes sorpresivos. El objeto de la arquitectura es, como decía LeCorbu-

sier, crear espacios increíbles.

Posada Barbosa 1999, 34

La proyección de entes comerciales y zonas sociales, entre otras disposicio-nes arquitectónicas, responden a la tipología del mercado residencial de cla-se media de entonces, no solo a nivel local sino internacional. En el artículo “Nuevas ciudades”, publicado en la revista Proa en 1966, aparecen las si-guientes palabras de Lewis Keeble, entonces presidente del Town Planning Institute de Londres:

La promoción de vida social e instituciones no es ni mucho menos labor de

los planificadores; su trabajo está relacionado con solares y edificaciones,

pero puede contribuir su éxito si consigue aumentar al máximo su accesibili-

dad. La pauta aceptada generalmente, y que ha demostrado ser satisfactoria,

es que deberían existir comercios locales, una guardería infantil y espacios

abiertos, en un radio de cinco minutos a pie desde cada casa, y una escuela

primaria a no más de 10 minutos de cada vivienda.

Keeble 1966, 2

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aSpEctOS dEl pROyEctO

Aunque el conjunto de las Torres del Parque es hoy re-

conocido como una de las mejores obras arquitectónicas

latinoamericanas del siglo XX, su construcción a co-

mienzos de los años setenta estuvo rodeada de fuertes

polémicas. No era fácil entender por qué unos edificios

de apartamentos no eran juiciosamente rectangulares,

como lo eran todos, sino que se torcían en curvas ascen-

dentes que parecían caprichosamente escultóricas.

Arango 1999

Fachada del Tercer Anteproyecto. 4arquitecturas 1999, 35

las residencias el parque están ubicadas entre las calles 26 y 27, lindando con la Plaza de Toros Santamaría en el sentido occidental y la carrera 5ta en el oriental. Las particularidades del terreno (8.046 m²) fueron ingeniosamente trabajadas por

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el arquitecto, en especial la pendiente del sector hacia la ciu-dad recurriendo a soluciones escalonadas (Proa 1967, 11).

El proyecto consta de 294 apartamentos distribuidos en tres masas arquitectónicas de alturas y dimensiones hete-rogéneas. “La forma general y las alturas están resueltas en función del contorno urbano” (Proa 1972, 8). El área prome-dio de las unidades habitacionales es de 128 m² y cuentan con tres o cuatro dormitorios, sala comedor, cocina y demás servicios para el confort (hall de entrada, estudio, lavande-ría, terraza). En resumen, cada edificio goza de las siguientes características:

PlantasApartamentos

AlcobasNiveles por apartamento

AscensoresLocales comerciales

Cafetería

tORRE c32

1171 a 4

1, 2 o 338–

tORRE a39

1123 a 42 o 3

34–

tORRE b2265

1 a 41, 2 o 3

271

La curvatura de las fachadas responde al deseo del arquitecto por maximizar la luz en los interiores así como por ofrecer espacios de diversa naturaleza dentro del mismo complejo.

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Si bien la distribución de los tres volúmenes establece un diálogo con la ciudad inmediata, es evidente la relación es-pacial entre ellos.

Como se mencionó en el apartado 1, el Complejo goza de unidades comerciales y zonas comunales. Según la revista Proa en una de sus ediciones de año 1967, las Torres contarían con 17 almacenes, una guardería infantil, una ca-fetería, una sala de reunión, 70% de área libre con jardines y 2 plazoletas y parqueaderos bajo cubierta. El número de los parqueaderos ha variado; se han reducido los límites origi-nales y con ello ampliado el número total.

Desde el uso de materiales como la ocupación del te-rreno corresponden a las características locales del proyecto. En una entrevista realizada al arquitecto Daniel Bermúdez (2009) para fines de esta investigación, este compartió “(...) claro que sí, el Proyecto fue una solución a la vivienda; a la vivienda del sector no a la del país”.

Cada unidad habitacional es el reflejo de los prin-cipios generales del conjunto; a su vez la sumatoria de los apartamentos —en sentido agregado— influye en estructu-

Sistema de generatrices de trazado de las Torres del Parque.Téllez 2006, 185.

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ración de la totalidad. El artículo “Torres del Parque”, publicado en 4arqui-tecturas expresó lo siguiente:

La implejidad formal de cada torre obedece en realidad a un esquema geomé-

trico sencillo y repetitivo que integra las razones morfológicas de relación

con el contexto con las tipologías de apartamento; se trata de de un módulo

básico que se repite y se une al anterior de tal manera que conforma una

estructura radial. La lógica ortogonal y la radial se combinan para producir

un volumen

4arquitecturas 1999, 40

En cuanto a la experiencia interior de los apartamentos, es evidente la forma como el espacio responde a los principios generales del proyecto. De ma-nera orgánica las unidades se “deforman” para incorporar el paisaje urbano y con este, la penetrante luz de la ciudad. La decisión de cubrir con ladrillo tanto las fachadas de los tres edificios como sus áreas adyacentes, responde al genuino interés del arquitecto por la identidad que este materail establece con el contexto local. Dada la existencia de ventana corrida, es de esperar que la ventanería goce de una extensión tan impresionante como la del la-drillo mismo.En general, las posiciones frente a los espacios de las Torres, resaltan la so-lución “fluida y continua” de la zona social permitiendo así la separación y

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caracterización del salón y del comedor. El ya mencionado arquitecto Ber-múdez, hace alusión a la eficiencia de las zonas de circulación en 120 m²y la forma acertada en que se pensó el proyecto del salón y el comedor. Si bien la existencia de ángulos no ortogonales exige una especial atención por parte de los habitantes al momento de dirigir sus procesos de amoblamien-to, Bermúdez afirma que la estructura autónoma de las Torres no es menos rigurosa a la de un modelo inspirado en el Estilo Internacional. De hecho, opina Bermúdez

(…) pero las Torres responden a todos los principios de la arquitectura mo-

derna: aire y luz. Los principios Le Corbusianos y todo el proceso higienista

de la construcción se satisfacen acá. Por ejemplo la ventilación cruzada e

independencia entre las alcobas. Al analizar los planos estructurales uno se

da cuenta que las formas son tan racionales como las que propone la arqui-

tectura moderna. Los casquetones son iguales en los tres casos lo que pasa

es que no son ortogonales.

En las Torres del Parque se identifican tres tipos de apartamentos cuya dis-tribución no está condicionada a un edificio en particular. Es una distribu-ción transversal de las diversas unidades habitacionales a lo largo de las tres torres del complejo. En las siguientes páginas se muestra la tipología según apareció en la revista Proa (1972, 12).

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apaRtamENtO tIpO IEste tipo de apartamento se encuentra en las primeras plantas de los edificios a y c.

1 Hall de entrada

2 Sala comedor

3 Cocina

4 Lavandería

6 Dormitorio principal

7 Dormitorio de niños

11 Dormitorio de servicio

12 Estudio

13 Terraza

Planta baja

Planta superior

1

4 3

2

12

11

13

7 7

7

6

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4

12

3

5

7

7

7

6

apaRtamENtO tIpO IIEste tipo de apartamento se halla en varios pisos de los edificios a, b y c.

1 Hall de entrada

2 Sala comedor

3 Cocina

4 Dependencias del servicio

5 Balcón

6 Dormitorio principal

7 Dormitorio de niños

Planta baja

Planta superior

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apaRtamENtO tIpO IIIEste tipo de apartamento se encuentra en diferentes pisos de los edificios b y c.

1 Hall de entrada

2 Sala comedor

3 Cocina

4 Lavandería

5 Balcón

6 Dormitorio principal

7 Dormitorio de niños

8 Alacena

10 Baño principal

Planta baja

Planta superior

1

10

7

7

6

2

8

9 5

3

4

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Una vez familiarizada la mente del lector con los aspectos funda-mentales del Proyecto, las siguientes líneas invitan a la reflexión consciente sobre la casa —en especial el salón— su correspondencia con las caracterís-ticas estructurales, las soluciones de amoblamiento, las preferencias de los habitantes; sus posibilidades y ambiciones creativas dentro del espacio. El diálogo entre forma y uso, casa y vivienda fue expresada por Salmona en el prólogo del artículo “Repertorio Formal de Arquitectura Doméstica. Cartagena de Indias. Época Colonial” (Téllez y Maure 1982).

La casa es nuestro rincón del mundo. Es nuestro primer universo. La ar-

quitectura doméstica —la casa y su entorno inmediato—, es el legado más

humilde, pero no el menos importante que una sociedad deja a la historia.

Es la arquitectura hecha por el grupo familiar, para conformar el sitio alre-

dedor del cual se va a organizar y desarrollar la vida doméstica, y también el

sistema de relaciones de todo el conjunto de la comunidad.

Al final, en su fase concluyente, el presente ensayo volverá a las reflexiones de Salmona, así como a otras tantas citadas a lo largo de estas líneas: Ban-chelard, Bermúdez, Fuentes y Monteys, Sierra, Rybczynski, Corsini y claro, los habitantes.

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INtROduccIóN al EStudIO dE caSOdEScRIpcIóN dE uN pROcESO

el estudio de caso del presente ensayo se apoya en un riguroso registro fotográfico de 21 salones, así como las correspondientes 21 apreciaciones que los residentes compartieron. El cuestionario constó de las siguientes preguntas:

¿Hace cuánto vive en las Torres del Parque?¿Cuántas personas viven en el apartamento?¿Ha tenido algunas dificultades amoblando el espacio (ejemplos, experiencias)?¿En qué estilo decorativo se ha inspirado para amoblar el espacio?¿Qué tipo de muebles tiene en su sala (qué historia han tenido)?¿Cuál es su mueble preferido?¿Cuál es la característica que más aprecia de su sala?

El levantamiento de la información se llevó a cabo durante el mes de marzo de 2009. Se acudió a la convocatoria formal a través de la Oficina Admi-nistrativa del Conjunto así como a colaboraciones y contactos previamente

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No.1* · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·2 · · · · · · · · · 3 · · · · · · · · · 4 · · · · · · · · · 5 · · · · · · · · · 6 · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 7 · · · · · · · · · 8 · · · · · · · · · 9 · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 10 · · · · · · · · · 11 · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 12 · · · · · · · · ·13 · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 14 · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·15 · · · · · · · · · 16 · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·17 · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 18 · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·19 · · · · · · · · · 20 · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 21 · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·

establecidos, siendo la segunda situación la más ventajosa para la investi-gación. El equipo involucrado en el levantamiento de dicho material estuvo integrado por Michelle Ocampo, Daniel Salcedo, Fabián Medina y la inves-tigadora, María Mejía.

Según las características estructurales de las Torres del Parque —ex-puestas en el apartado 2—, la distribución de la muestra de las unidades es de la siguiente manera:tIpOiii

iii

total

tORRE a

1204806

1807703

605205

204

2405

606

2804

10

tORRE b907

309

1304

302

4

tORRE c

1107

1507

509

904

905

2101701

7

tOtal1

18

2

* Con estos números se identificarán las unidades en el resto del documento.

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pRESENtacIóN dEl matERIaldEScRIpcIóN

laS fOtOgRafíaS

En resumen, en la más interminable de las dialécticas, el ser amparado sen-

sibiliza los límites de su albergue. Vive la casa en su realidad y en su virtua-

lidad, con el pensamiento y los sueños. (...)

Así, abordando las imágenes de la casa con la preocupación de no quebrar la

solidaridad de la memoria y de la imaginación, podemos esperar hacer que

sentir toda la elasticidad psicológica de una imagen que nos conmueve con

una profundidad insospechada.

Bachelard 1975, 35–36

de los 21 salones observados, 8 cuentan con una o varias de las siguientes intervenciones: ampliación de la ventana de la terraza, eliminación de la pa-red que separa la zona de lavandería del salón o traslado de la cocina.

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Ventana del salón hacia la terrazaSe opta por continuar la ventana hasta el piso con el propósito de ampliar la fuente de luz hacia el salón y conquistar la vista de la terra-za desde la altura de los sofás en los salones.

1

1

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35

2 9

134

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Pared divisoria de la zona de lavanderíaAlgunos residentes han suprimido la pared que separa el salón de la zona de lavande-ría. Los casos en que dicha intervención es parcial son los salones 8 y 19. El primero, soluciona el interés por una contemplación continuada hacia el exterior haciendo una pequeña intervención no estructural. El caso del salón 19 amplía el salón en las dimensio-nes del original cuarto de servicio. El caso en que dicha intervención es más radical se evidencia en el salón 4, donde el residente amplió el salón incluyendo en su totalidad la original zona de lavandería.

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37

4 8

19

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Trasladar la cocinaEn el caso de los apartamentos 13 y 18, se ha optado por trasladar la cocina a donde ori-ginalmente estaba la zona de lavandería. La forma como se ha resuelto el deseo por una cocina más amplia e iluminada, en los casos referenciados, ha incidido directa y significa-tivamente sobre la habitabilidad del salón; ya sea a través de la contemplación continuada e iluminación como en el salón 18 o el caso del apartamento 13 —de forma más evidente— dado el monoespacio que resulta de la cocina y el espacio adyacente. Tal “espacio adya-cente” a la cocina se destina comúnmente al salón; sin embargo, los residentes del aparta-mento 13 lo han destinado al comedor.

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39

18

13

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lOS cuEStIONaRIOS

La gente, las personas que habitan los edificios, siguen siendo, en el fondo

los grandes olvidados de la arquitectura residencial. Sin embargo, una casa,

es una vivienda más la gente que la habita y los objetos que guarda.

Fuentes y Monteys 2001, 14

A continuación se presentan las observaciones resumidas frente a cada una de las categorías del cuestionario. Dichas observaciones constituyen una primera aproximación al perfil de los residentes; perfil compuesto por prefe-rencias, fijaciones, lógicas afectivas, entre otros parámetros que direccionan el proceso del amoblamiento.

Tiempo en el apartamentoEn resumen se encuentra que en menor periodo de residencia es de mes y medio, pasando por 7, 15 y hasta 20 años de vida en el apartamento. Hay casos en que el residente ha vivido en otros apartamentos diferentes al fo-tografiado; en ese orden de ideas el tiempo como residente (general) del Complejo es mayor. Un ejemplo de ello es un matrimonio el cual lleva 30 años en las Torres y, en particular, 19 años en el actual al momento de la fotografía. Una posible explicación de ello, expresada por los residentes, tiene que ver con la naturaleza de la propiedad. Es decir, en seis de los casos, los residentes han “rotado” en diferentes unidades dentro del complejo en

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carácter de arrendatarios. Finalmente, consiguen la propiedad definitiva del apartamento instalándose con proyecciones de tipo permanente.

Número de habitantesEl número de los habitantes refleja los patrones demográficos de la ciudad en lo concerniente a las clases media-alta y alta. Las familias de los residen-tes en cuestión, son de máximo 4 miembros; un matrimonio con uno o dos niños pequeños (9 casos). Se observó un caso en que los 4 habitantes de una misma unidad eran jóvenes universitarios; otro caso dos amigos profesiona-les. Finalmente, en la mayoría de las situaciones residen únicamente pare-jas. Dichas parejas son matrimonios cuyos hijos ya se han independizado y, en algunos casos incluso, viven en el mismo complejo.

Dificultades amoblando el espacioLas posiciones frente a este tema varían bastante y sería radical definir un juicio definitivo. En algunos casos los muebles principales (aquellos que absorben gran cantidad del espacio del salón) han sido hechos a la medida justa o en general, el espacio en cuestión ha sido intervenido según las pre-ferencias de los residentes.

Aquellos residentes que cuentan con un universo objetual (citando a Sierra) afortunado para la estructura arquitectónica del salón, no expresan molestia alguna en su experiencia como amobladores del espacio. Tal es el

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caso de un juego de muebles definido: algu-nos sillones, un sofá, mesa de centro, uno que otro mueble de piso (anulando el piso primitivo), sin cómodas o armarios gigan-tescos.

Por ejemplo, los residentes del salón #1 optaron por reducir la altura de todos los muebles del salón. Se esforzaron por eva-dir muebles altos y anchos; en general crea-ron una atmósfera de altura media en donde la luz, el aire y la gente circula sin mayo-res complicaciones. “Acá optamos por tener muebles bajitos, les recortamos las patas”.

Sin embargo, vale la pena mencio-nar algunas apreciaciones que reflejan los desafíos a lo que se enfrentaron o se enfren-tan aun, algunos de los residentes. En el caso de los apartamentos ubicados en las plantas muy bajas, la altura del observador sentado en un sofá o una silla es “baja” para poder

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apreciar el paisaje más inmediato (los árboles, la calle o la Plaza de Toros Santamaría). “A la altura normal del sofá uno queda hundido”.

Una solución al problema anterior tiene que ver con el salón 1 y también con el caso de los salones 4, 9 y 13. Los residentes optaron por continuar hasta el piso aquel venta-nal hacia la terraza. De esa forma, desde la altura normal de las sillas se logró contemplar enteramente la terraza.

En el caso de los apartamentos de tipo 1 y tipo 3, el acceso a la terraza es parcial o totalmente incorporado al salón, respectivamente. Lo anterior exige reflexionar con especial atención los muebles que irán cerca de dicho acce-so. Un residente en esta situación, compartía que para no bloquear el acceso a la terraza, no le compramos al diván la otra parte. El diván está incompleto. Teníamos pensado un sofá, pero ocurría lo mismo, era muy grande. Es decir, los muebles ubicados en el perímetro inmediato al acceso a la terraza deben ser si no ausentes, contar con características amigables con el constante tránsito; por ejemplo sillas muy ligeras y de dimensiones discretas.

Si uno tiene plata, uno puede

hacer lo que quieraLa estructura de

la sala es muy tiránica

La sala es trapezoidal.

Por ejemplo mi organeta quedó

volando ahí

Todo fue hecho a la medida. Casi todo lo

hizo mi papá, las lámparas, la biblioteca, el mueble del

televisor…

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Estilos en que inspiraron su proyecto de amoblamiento

Más que estilos, los residentes hicieron re-ferencia a sus preferencias frente a ciertos materiales o juego de colores para el salón. Por ejemplo los muebles rústicos en made-ra de dimensiones macizas y combinaciones con hierro u otros materiales. El cuero para los sillones y los sofás. Los tonos marrones y en otros casos negros y grises. Así mismo mencionaron sus preferencias frente a lo que Sierra llamaría la cualificación superficial de los límites, como la pintura, los frisos, la alfombra y los tapices.

Ninguno. Estilo personal e

intransferible

Es un instinto libre. Queremos

reflejar lo que somos

En esta fase de la vida los muebles son

rojos. Antes los tenía verdes. En general,

prefiero combinar lo

clásico con lo moderno

Me he guiado por el Feng

Shui, abajo y arriba también

Ecléctico. Hay de todo. Un

sofá fue regalo de un amigo.

La hamaca la compré en Homecenter,

el comedor es de uno de los

roommates. Las repisas, las

copas de vino y las sillas son

regalo de mi mamá

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El sofá era de la época de mi suegra. Ella lo

tenía con rosetas en el exterior del

brazo y faldón. Nosotros lo

empelotamos y lo dejamos como

originalmente era.

Los muebles fueron

comprados por mi mamá. Se inspiró en el

mueble suizo

Muchos los heredé de mi

tía abuela. Son de estilo cincuentero

Varios fueron regalos de

matrimonio. 1995, la época

en que estaba de moda lo rústico

Tipo de muebles presentes en el salónEn muchos de los casos se encuentran mue-bles heredados; de tradiciones familiares y cuyo valor estético o sentimental despertó el interés de los residentes por incluirlos en el salón. Los residentes hablaron de muebles heredados, comprados, reciclados, regalados y claro mandados a hacer. Se observaron muebles propios de la década del 50, íco-nos del diseño moderno; Breuer, Bastiano, Eames, Brunn o Noguchi. Muebles contem-poráneos así como sillas provenientes de la remodelación del Teatro Metro en Bogotá, mesas adquiridas en el mercado de las pul-gas y muebles tapizados frecuentemente con uno u otro color de tela. Bibliotecas musica-les y literarias; algunas de piso a pared otras hasta la altura media del salón. Pianos ver-ticales, guitarras, hamacas, baúles y cuadros colgados en la pared.

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El mueble favoritoEn las observaciones compartidas por los re-sidentes, el componente afectivo fue supre-mamente importante al momento de señalar el mueble favorito. Por ejemplo, regalos de familiares hechos especialmente para el sa-lón. Por otro lado, el mueble favorito resultó ser el que brindaba mayor comodidad y por ende, en el cual el residente “habitaba” la mayoría de las oportunidades.

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Característica favorita de la sala

Sin mayor esfuerzo es evi-dente encontrar que todos los residentes agradecen la luz y la vista con la que cuentan los salones; el primero es un fenómeno totalizante en el apartamento. Así mismo, se mencionaron atributos como la movilidad y la cómoda metamorfosis que el amobla-miento y el espacio permiten; escenario que puede ser una pista de juego para Matilde y Eva así como un lugar de amigos, pasabolas y vinos.

La vista hacia los árboles. De noche también

me gusta, es más oscuro

pero es muy acogedora

Lo que más me gusta de la sala es que es mía. Es mi espacio;

es un lugar muy tranquilo

La luz y que es un espacio

perfectamente proporcionado y delicioso de

estar

La luz y la vista a los

árboles. Son una compañía

maravillosa, hacen que la

ciudad este en un quinto plano.

Me produce felicidad verlos

Podemos hacer de todo:

gimnasia, trabajamos,

comemos, vemos

televisión…

Lo que más aprecio de la

sala es la vista al Colpatria de noche a

vista hacia los árboles

Lo que más me gusta es que es un solo espacio

La luz, el ventanal amplio

y también la movilidad.

Cuando invito a un cierto número

de personas es fácil ubicar la

visita más hacia la sala o más

hacia el comedor

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alguNaS pROblEmátIcaS

Las siguientes apreciaciones corresponden al genuino interés de esta investi-gación por armar un dialogo entre la forma estructural del salón y su uso. En concreto, las decisiones y lógicas que alimentan el proceso de amoblamiento en correspondencia con el aspecto estructural. Resulta obvio concluir que los límites que impone la estructura al uso del es-pacio son evidentes. Sin embargo ¿Fue calculado también el destino de dichos límites desde el taller del arquitecto? ¿Anticipó alguien los límites del salón a escala “humana” y profetizó las posibles soluciones en la forma habitacional? ¿En qué momento del camino se desentendió el arquitecto de la relación entre su obra residencial y el habitante móvil que llegaría a ella? Una vez más, la finalidad del presente escrito no es cuestionar la metodología arquitectónica —tarea ambiciosa— sino rescatar del polvo el papel del proceso de habitar un espacio. La casa es objeto de juego, escenario de veneración, cajón de recuer-dos y refugio incomparable para los allí habitan. Así se llega de la vivienda a la casa, de los planos a los recuerdos, de las estructuras a las soluciones. Todo el proceso es el medio (médium) entre la obra y las personas. Cuál es la lectura desde el en escenario a escala real; escenario sobre el cual el habitante debe enfrentarse a una forma rígida, definida y protectora. En úl-timas, la génesis de la arquitectura.

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Ahora ¿Qué problemáticas generalizadas han experimentado los residentes? ¿Qué susurros les ha sugerido la estructura?

Las problemáticasEs usual encontrar espacios triangulares “ambiguos” y quizá olvidados, dada la dificultad al momento de amoblarlos. Se hace referencia al lado izquier-do de los salones (vistos desde espectador de las fotografías). En algunas situaciones y de forma acertada, los residentes acuden a la instalación de muebles-piso; salones 2 y 12. Sin embargo, en otros casos, el objeto que re-suelve la ausencia de ángulos rectos en la estructura del salón, no consigue estar alineado con los muebles situados en su entorno más próximo creando rincones en los cuales el “uso” directo no es evidente. (Aplica para salones 4, 6, 8, 14 y16). En el caso del lado derecho de los salones (vistos desde espectador de las fotografías), la arista de la ventana (hacia la terraza) plantea un problema serio entre los límites del salón, la incorporación del comedor y la terraza. El espacio de convergencia de los tres espacios mencionados implica defi-nir con especial atención los parámetros bajo los cuales será habitado cada espacio según su destino funcional. Por ejemplo, en muchos casos la insta-lación del mueble del comedor intenta no interferir con los límites del salón; al mismo tiempo, dicho proceso de amoblamiento se esfuerza por permitir el

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fácil acceso a la terraza. La anterior situación, con sus diferentes soluciones, amerita ser observada en los casos 3, 5, 8, 9, 11, 14 y17.

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INtERpREtacIONES

Lo hogareño no es ordenado. Si no, todo el mundo viviría en réplicas del

tipo de las casas estériles e impersonales que se ven en las revistas de diseño

de interiores y de arquitectura.

De lo que carecen esas habitaciones inmaculadas, o lo que unos fotógrafos

astutos han eliminado laboriosamente, es de toda huella de que están habita-

das por seres humanos.

¿Puede la gente vivir de verdad sin desorden? (…) ¿Dónde esconcen el de-

tritus de sus vidas cotidianas?

Rybczynski 2006, 29

¿cómo se apropian las personas de la arquitectura? ¿Cómo se apropia la arquitectura de la casa? A los ojos del visitante común la presencia obvia de los artefactos domésticos suscita, en el mejor de los escenarios, un regocijo doméstico cuya euforia no supera los pocos minutos. Más allá de ello rige la pasiva contemplación.

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Sin embargo, los artefactos prolongan la vivienda, la transforman en casa y hacen del espacio un escenario del teatro de la reinvención. La condi-cionan para su uso cotidiano. Por lo tanto, la arquitectura necesita del uni-verso de objetos: útiles e inútiles, mesas y recuerdos, sillas y afectos, para comunicarse con el habitante. Es evidente que ello traspasa las paredes del taller arquitectónico. Bien lo anunció Sierra (1996, 16) al afirmar que

La arquitectura nace para los hombres y para los dioses de los hombres, que

es lo mismo, y, sin embargo, una ausencia se interpone entre ella y su des-

tino de servicio. Es evidente que los espacios insertados en un mismo plano estructural, limitados por dimensiones homogéneas: corredores de entrada, salón, cocina, lavandería, etc. significan una ecuación de infinitas combinaciones. Tantas constelaciones como la mente de los habitantes imagine y sus economías permitan realizar. Las fotografías de los 21 salones que componen el presente estudio de caso son un vivo testimonio de ello; 21 ideas que representan un mosaico de estructuras gemelas y calculadas desde los planos, pero profundamente distantes en su textura, color, motivaciones y lineamentos de habitabilidad. Las 21 fotografías son representa-ciones de salones “arreglados”, que gozan de una arrítmica armonía dirigida por el desorden y el color de los deseos. Las 21 tomas arman un rompecabezas de tem-peraturas hogareñas y salones habitados por familias, parejas, niños y amigos.

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El arquitecto Corsini en Edificio Mitre, hace referencia a las suger-encias de amoblamiento incluidas de forma literal en el catálogo de venta de los apartamentos. Dado el reto que implicaba mejorar la calidad de vida en espacios de 46m², los promotores de dicho proyecto optaron por aconsejar un paquete mobiliario a los futuros residentes. El apartado 14 del folleto edi-tado para la promoción y publicidad del Edificio, sugiere lo siguiente

Le ofrecemos la fórmula para amueblar su vivienda para su máximo aprovechamien-

to. Puede Vd. comprobarlo en los pisos de muestra amueblados al efecto.

Sin embargo, las últimas 4 páginas del libro, con 22 fotografías tomadas desde el mismo ángulo a los mismos espacios, son 22 unidades intervenidas y reinventadas, ejemplos de la genialidad que un espacio de 46m² exige. Los 22 salones —muestra de la actualidad del Edificio— poco tienen que ver con la uniformidad.

La arquitectura con personas está saturada de enseres y lógicas afecti-vas. No obstante, aun hay resistencia a concluir con voz entusiasta que el pro-ceso de instalar un par de sillas, colgar un cuadro a la entrada o en el fondo del salón y tapizar de rojo en enero y de verde en agosto el sofá Bastiano, consti-tuye una continuación de la arquitectura. Los habitantes como su etimología de su entorno lo insinúa se convierten en los economistas, administradores de su espacio; protectores y principales tomadores de decisiones del oikos.

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la playa y El SalóN

Uno de los residentes, profesora de cine italiano, en su tesis doctoral “Los objetos en el cine” dio forma —sin sospecharlo— a los pensamientos de Sierra y lo que él llamaría “Los objetos de la casa”.

Pero no solo de muebles y útiles está compuesto el universo de los objetos

cotidianos: queda todavía el amplísimo grupo de los inútiles; el arte, los re-

cuerdos, los regalos y las cosas encontradas en la playa.

Sierra 1996, 45

Dada su fijación objetual, la profesora dispuso de la superficie de la bibliote-ca del salón para exhibir algunas piedras negras con pinceladas blancas, es-tructuras orgánicas de formas envolventes y hierros naturalmente doblados que se resisten a envejecer; traidos desde las playas italianas directamente al salón. Antes de pasar a ser objetos en el cine e inspirar su documento y sin que nadie lo infiera, las piedras de Italia son objetos del salón.

El fóSIl y El SalóN

En el ensayo sobre la fenomenología de las imágenes, es decir “el surgir de la imagen en una conciencia individual”, Blanchelard hizo referencia a la casa como refugio de recuerdos inmóviles. Así mismo mencionó la capacidad biográfica de la casa, la cual se traduce en historias de uso exterior, historias para contar.

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Aquí el espacio lo es todo, porque el tiempo no anima ya la memoria. (…)

Es por el espacio, es en el espacio donde encontramos esos bellos fósiles de

duración, concretados por largas estancias.

Blanchelard 1996, 39

El fósil de uno de los salones; el otro hijo de mi abuela, como lo compartió la residente, es un piano vertical.

De las generaciones de nietos, el único salón apropiado para recibir el piano estaba en el piso 21 de una de las Torres de Rogelio. Sin embargo, la artista ha empezado a lidiar con otro de los atributos de las unidades de las Torres —aparte de la amplitud— la luz. La joya familiar está al lado del enorme ventanal de la terraza por lo que luz, fósiles y espacio deben meditarse cautelosamente. En este caso, más que un límite estructural de ángulos no or-togonales y formas trapezoidales, la memoria del pasado se encuentra frente al intangible atributo y más poderoso modificador de espacios: la luz.

la dIVERSIóN y El SalóN

Una vez más, las reflexiones de Fuentes y Monteys (2001) simpatizan con las observaciones de esta investigación. La reflexión se inspira en la pre-sencia de los niños; aquellos principiantes en la lógica de la distribución y cálculo dimensional pero responsables de muchas de las trasformaciones del

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salón. Sin saberlo, ellos son quizá los agentes que más dinamismo imprimen a los espacios y cuya huella es imposible de ocultar. La tierna resignación de esta huella hace de los enseres infantiles una parte esencial del salón.

En una ocasión, la mesa de centro del salón cambió de color a causa de la hora (las horas) de juego de un pequeño personaje. Sin crayolas ni pinturas se tenía la siguiente transformación: para las amistades la mesa de centro mostraba una piel oscura; para Matilde, se instalaba la superficie roja hecha a la medida en el mismo material y así “por arte de magia” la funcionalidad cambió.

Los niños en la casa permiten una reflexión más. (…) Como tales, irrumpen

en la arquitectura doméstica moderadamente y nos sirven para ofrecer un

punto de vista distinto de la casa.

Fuentes y Monteys 2001, 36

El canasto repleto de juguetes a la hora de la gimnasia. El montoncito de sutilezas de diversión infantil en cajones y recipientes que naturalmente re-basan los bordes. Eva en la gimnasia, Matilde sobre el sofá Bastiano, Pablo sobre la mesa y Siena sentada en la barra de la cocina; una opinión nueva de la casa. El jugueteo de Eva, Amelie, Matilde, Siena, Pablo y Diego en el espacio ideado por Rogelio.

El enorme rompecabezas de colores y acolchonadas letras sobre la tableta de madera del salón. Un área virtual, un espacio que automáti-

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camente se vuelve exclusivo para ellos (los niños). Es innegable la rel-ación que se establece entre estos objetos, la imaginación de los niños y el resto del universo del salón. El nido debajo de la mesa, la cueva en-cima del sofá, la cocina debajo de la silla, la casa de muñecas sobre las tabletas del piso. ¿Alguna otra muestra de habitabilidad y uso del espacio desde una altura diferente? Los niños se ubican literalmente desde un punto de vista diferente.

la cIudad y El SalóN En Edificio Mitre, Corsini y Monteys hicieron referencia al siguiente apar-tado del folleto publicitario del Edificio

desde su casa… vd. disfrutará de esta vista

Lo que ocurrió fue lo siguiente: se dio un giro a la forma de mostrar el proyecto y sus unidades. A la vez que se explicó la fachada del Mitre a sus usuarios, se dio vuelta al punto de referencia y se mostraron las ventanas desde su cara interior.

Ventanas (…) que ahora con independencia del papel que tienen en la com-

posición de la fachada, se convierten en el marco de un entorno cambiante:

las vistas de las que se disfruta.

Corsini y Monteys 1998, 37

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Los cerros, las calles, las rosadas casas del Barrio La Macarena, los edificios, los árboles, la gente, la Plaza de Toros Santamaría, la Torre Col-patria, entre otros colgandejos de la ciudad, son parte fundamental (íntegra) del salón. La imponente presencia de la fotografía urbana, a veces verde a veces de hormigón, absorbe no solo la atención de los visitantes que cami-nan ansiosos por el corredor de bienvenida sino por los mismos habitantes de las Residencias. El paisaje y la luz que éste amarra es quizá el atributo más agradecido en sus testimonios:

La vista a los cerros. Eso no se da en todos los apartamentos, en muchos te

tienes que parar. Acá el paisaje hace parte de la misma sala, los cerros están

metidos. Veo las montañas, los edificios; veo cómo cambian los verdes, la

luna.

En su segundo número del año 1999, la revista 4arquitecturas inauguró sus páginas con la editorial de Tatiana Urrea en colaboración con Camila Pin-zón. El artículo se tituló “Interior y Ventana: Doscientas noventa y siete variaciones sobre el tema de habitar” y se inspiró en el análisis de las unida-des de habitación de las Torres del Parque. Análisis dirigido por un por una mente con la firme convicción de la relación inneglable, coherente y contun-dente entre la ciudad y la vivienda… “como una traslación de escalas”. Así lo compartió Urrea en una comunicación durante el desarrollo del presente

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ensayo. Entre repetidas coincidencias programáticas y emocionales que el artículo tiene con esta investigación, alguna de las líneas de la autora en “In-terior y ventana” expresó:

(…) la forma consigue unificar dos características que son tal vez las más

importantes para exponen las relaciones que establece el habitar en el inte-

rior y habitar el centro de la ciudad: la primera es que el interior y el exterior

están en permanente relación e intercambio de cualidades, sin arriesgar por

esto el escenario privado para la vida cotidiana que se desarrolla para cada

una de las soluciones de vivienda. La segunda, es que a partir de esa permea-

bilidad no recíproca, la ciudad es traída por la forma abanicada e incluida

como fachada interior de cada uno de los apartamentos.

Urrea 1999, 5

Tal como lo incluyó Corsini en el folleto de publicidad del Mitre, el componen-te paisajístico de las unidades de las Torres es un atractivo esencial capaz de modificar la vivencia interior. Tan significativo y decisivo como lo son el resto de ventajas económicas y funcionales divulgadas en el discurso de los promo-tores de ventas. Gracias a los volúmenes sueltos de Salmona y a la distorición geométrica de sus fachadas, la entrada de la luz se optimiza al rebotar sobre las innumerables ventanas y la presencia del paisaje y su cosmología penetran sin previa aprobación todos y cada uno de los doscientos noventa y cuatro salones.

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cONcluSIONES

si bien el valor del presente escrito recae en suscitar reflexiones en torno a la casa y el salón, las aproximaciones descriptivas sobre los espacios —de la mano del registro fotográfico así como de las percepciones de sus residen-tes— imprimen el pragmatismo característico de un estudio de caso.

Los apartados descriptivos cristalizan las reflexiones expuestas tan-to en la introducción como en el apartado de las interpretaciones de este ensayo. Cada autor mostró algo: Corsini, sus ideas sobre el componente paisajístico de los interiores; Fuentes y Monteys, la insistencia en la visión habitada de los espacios; Blanchelard, la concepción de la casa como un re-fugio de recuerdos inmóviles y lugar de biografías; Rybczynski, el llamado por no leer de forma “inmaculada” los espacios como si la huella de la vida cotidiana fuera un asunto de esconder; Sierra, las categorías sobre el univer-so de objetos y las relaciones que estos establecen entre ellos mismos y con

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el espacio; Rogelio, finalmente, lo que él llamó “la arquitectura hecha por el grupo familiar”, capaz de construir el lugar que cobijará la vida doméstica y el sistema de relaciones de todo el conjunto de la comunidad.

La arquitectura hecha por la mano no consciente o consciente de los habitantes y las lógicas que guían el proceso de amoblar el espacio por parte de los habitantes (entenderse con las estructuras y abrazarlas con un ánimo personal) invitan a la observación juiciosa de los espacios y su interpreta-ción no domesticada. De nuevo, el trabajo descriptivo es una aproximación “transparente” del diálogo olvidado entre la forma y su uso; casa y vivien-da; arquitecto y habitante. 21 salones, 21 versiones es una recopilación del testimonio de los protagonistas del espacio así como el registro vivo —no arreglado ni maquillado— de los salones.

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REfERENcIaS

4arquitecturas. 1999. Torres del Parque. 4arquitecturas 2: 44–47.Arango, Silvia. 1999. Torres del Parque en Bogotá. Rogelio Salmona. Credencial Historia 114. Bachelard, Gaston. 1975. La poética del espacio. México: Fondo de Cultura Económica.Corsini, Barba. 1998. Edificio Mitre. Barcelona: Ramón Crusi More. Keeble, Lewis. 1966. Nuevas ciudades. Proa 184: 1–2.Monteys, Xavier y Pere Fuentes. 2001. Casa Collage: Un ensayo sobre la arquitectura de la

casa. Barcelona: Gustavo Gili.Posada Barbosa, Ricardo. 1999. Arquitectura para la memoria : una entrevista con Rogelio Sal-

mona. El Malpensante 19, 32–51.Proa. 1967. Residencias el Parque. Bogotá. Proa 186: 11–13.— — —. 1972. Residencias el Parque. Bogotá. Proa 231: 6–16.Rybczynski, Witold. 2006. La casa: Historia de una idea. Madrid: Nerea.Saldarriaga, Alberto y Rodrigo Carrascal. 2006. Vivienda social en Colombia. Bogotá: Bochica.Sierra, José Ramón. 1996. Sobre el destino poético de los objetos cotidianos en la casa del artista

no adolescente no habita el diseño. Barcelona: Universitat Politècnica de Catalunya.Téllez, Germán. 2006. Rogelio Salmona: Obra Completa 1959–2005. Bogotá: Escala.Urrea, Tatiana. 1999. Interior y Ventana: Doscientas noventa y siete variaciones sobre el tema

de habitar. 4arquitecturas 2: 4–8.

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apéNdIcElOS SalONES EN pERSpEctIVa cOmpaRada

las diferentes interpretaciones estéticas de un mismo espacio que hacen diferentes personas es el eje fundamental de este trabajo.

A continuación se ofrece un catálogo con los 21 salones de las To-rres del Parque que se observaron, los muebles favoritos de sus residentes y una frase que resume su sentir.

En manos del lector queda pasar las páginas para llevar a cabo el ejercicio comparativo. Quedará retenida la imagen de una misma forma que cambia de contenido y textura o de particularidades que se aprisionan en una misma forma. Ambas lecturas son válidas y necesarias en la reflexión consciente sobre el espacio, la forma, su uso y su habitar.

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1Habitantes

Matrimonio de arquitectos. Viven con su hijo de 18 años.

Tiempo en el apartamento

19 años. Sin embargo, han vivido en otros apartamentos de las Torres del

Parque. En total son 30 años en el complejo.

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Lo que más aprecio de la sala es la luz en todo el apartamento y que es un espacio

perfectamente proporcionado y

delicioso de estar

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2Habitantes

Matrimonio. Su hija y su familia viven en el mismo complejo

Tiempo en el apartamento

1 año y 3 meses

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Casi todo lo remodelamos. Lo recibimos en tan

malas condiciones que decidimos remodelarlo

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3Habitantes

Matrimonio con hija pequeña

Tiempo en el apartamento

4 años. Sin embargo, han sido 10 años en total en las Torres del Parque.

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Lo que más me gusta es la vista a los cerros.

No se da en todos los apartamentos, en

muchos te tienes que parar.

Acá el paisaje hace parte de la misma sala. Los cerros están

metidos

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4Habitantes

Matrimonio de profesores universitarios. Viven con sus dos hijas pequeñas.

Tiempo en el apartamento

7 años. Vivieron en el apartamento de arriba durante la remodelación.

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La sala es amplia y muy clara. Eso es algo que se aprecia en esta

ciudad fría

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5Habitantes

Joven matrimonio. No tienen hijos.

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6Habitantes

Matrimonio con hija de 22 años.

Tiempo en el apartamento

Año y medio.

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Los muebles los compraron mis papás

cuando se casaron. Mi mamá hizo la lámpara

de vitral, es mi pieza favorita junto con el

escritorio de mi papá

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7Habitantes

Cuatro amigos universitarios. Estudian música, economía e ingeniería.

Tiempo en el apartamento

1 año y algunos meses.

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El estilo es ecléctico. Hay de todo, recibimos

lo que caiga. (…) Las repisas, las copas de

vino y las sillas son regalo de mi mamá.

La tesis de ella de la universidad está

colgada en la pared

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8Habitantes

Familia de arquitectos, diseñadores y artistas. Matrimonio e hijos.

Tiempo en el apartamento

21 años.

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Casi todo fue hecho para la sala. En general

los muebles fueron hechos por mi papá

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9Habitantes

Madre profesora universitaria de arte. Vive con su hija pequeña.

Tiempo en el apartamento

7 años.

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Para amoblar me guío por la diagonal que se forma desde el hall de entrada hasta el borde

de la ventana

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10Habitantes

Profesora universitaria.

Tiempo en el apartamento

1 año.

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Lo que más me gusta es la luz y la vista a los árboles. Son una

compañía maravillosa, hacen que la ciudad

esté en un quinto plano

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11Habitantes

Matrimonio de profesores universitarios. Viven con su hijo pequeño.

Tiempo en el apartamento

15 años.

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Lo que más me gusta es la luz y la movilidad;

es fácil ubicar la visita más hacia la sala o

hacia el comedor

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12Habitantes

Matrimonio. Su hija vive también en las Torres del Parque.

Tiempo en el apartamento

18 años.

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La vista es lo que más aprecio de la sala

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13Habitantes

Matrimonio de profesores universitarios de historia. Viven con su hija

pequeña.

Tiempo en el apartamento

14 años.

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El apartamento tiene todo a la medida

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14Habitantes

Pareja de jóvenes.

Tiempo en el apartamento

4 meses.

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El estilo es lo que vaya llegando. Estilo

espontáneo

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15Habitantes

Matrimonio de profesores universitarios. Viven con su hijo pequeño.

Tiempo en el apartamento

2 meses.

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El mueble favorito me lo hizo mi papá

especialmente para mi música

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16Habitantes

Dos amigos profesionales.

Tiempo en el apartamento

4 años.

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Nos inspiramos en la espontaneidad

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17Habitantes

Madre e hijo.

Tiempo en el apartamento

5 años.

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Los muebles fueron comprados por mi

mamá; se inspiró en el mueble suizo

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18Habitantes

Matrimonio con hija de 22 años.

Tiempo en el apartamento

2 años.

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Es un estilo normal, sobrio y muy libre

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19Habitantes

Padre e hijo.

Tiempo en el apartamento

7 años.

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La profundidad de la biblioteca en un extremo es de 28 cm y en el otro

extremo es de 30 cm

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20Habitantes

Profesora universitaria de arte. Vive con su hijo.

Tiempo en el apartamento

7 años, aunque desde 1999 vivió en otro apartamento del mismo conjunto.

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Me he guiado por el feng sui abajo y arriba también, la

pared es color arena por ejemplo. También dividí la sala en nueve

cuadrantes

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21Habitantes

Dos profesoras universitarias.

Tiempo en el apartamento

7 años.

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Este apartamento antes era un depósito de todo.

Encontramos unas sillas Breuer y el dueño

las iba a botar. Le ofrecimos 80.000 pesos

y él accedió

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Este libro se terminó de componer el 30 de mayo de 2009 día del vigésimo noveno aniversario de matrimonio de Noel Olaya y Josefina Gómez, usando tipos London Two y Times Sans Serif

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la INSpIRacIóN dE EStE ENSayO REcaE EN El dIálOgO, a VEcES SuScItadO a VEcES OlVIdadO, ENtRE la aRquItEctuRa dE la caSa y la VIVENcIa INtERIOR. EN pOcaS palabRaS, la ObVIa pERO a la VEz INgRata RElacIóN ENtRE fORma y uSO. dIcha ExpERIENcIa INtERIOR ImplIca la VaRIacIóN dE la VIda mISma, tRaNSIcIONES y REINVENcIONES hEchaS pOR la maNO NO aRtíStIca, cONScIENtE y NO cONScIENtE dE SuS pROtagONIStaS: lOS RESIdENtES.