2MiseriCordiae

3. A MIS HERMANAS... #Catalina Rosselló: «Acoge la vida»

5. COLABORACIONES #Tania Ávila: «Tukuy sonqowan ruaspa ruana. (Si vamos a hacer algo hay que hacerlo con todo el corazón)»

6. ASAMBLEA DELEGACIONAL Latinoamérica

#Maribel Perales-Maritza Marianela Rondo: «V Encuentro delegacional de Latinoamérica 2019»

8. DESDE EL CORAZÓN #La Comunidad: «Padilla (Bolivia). Acogida y misericordia»

10. NUESTRA HISTORIA #María Rigo: «La acogida en nuestra historia congregacional»

12. QUIÉN ES QUIÉN EN LA CONGREGACIÓN #Antonia Estrany Pujadas

#Bárbara Perelló Sansó

15. RECREACIÓN #Paulina Aguirre: «El milagro de la canción de un hermano»

17. OBITUARIOS #Delegación de Castilla-Italia: «Dolores Pradillo Agenjo» #Delegación de Mallorca-Menorca: «Jerónima Obrador Socías»

19. A PROPÓSITO DE... #La Comunidad: «Taizé. Encuentro Europeo de Jóvenes. Madrid, 2018»

22. NUESTROS PUEBLOS #La Comunidad: «Comunidad ‘Santa Rosa de Lima’, Trujillo (Perú)»EDITA:HERMANAS FRANCISCANAS

HIJAS DE LA MISERICORDIA C/ DEL NÉCTAR, 18 28022MADRID

E-MAIL. MISERICORDIAE@HIJASDELAMISERICORDIA.

COM COORDINAN: CATALINA ROSSELLÓ, ISABEL Mª PICÓ, PETRA OVEJERO Y Mª JOSÉ FEBRERO DISEÑO DE CUBIERTA: PAULA

DALIÀ MARTORELL COLABORA: ISABEL MARTÍNEZ MORENO DEPÓSITO LEGAL

145/1984

«Solo siendo conscientes de que nuestros pies son de barro podemos afrontar las implicaciones que conlleva la misión de misericordia.»

(Catalina Rosselló)

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MiseriCordiae 3

Un nuevo año ha entrado con fuerza en nuestra vida, iluminán-dola y entregándonos las pági-

nas en blanco de la historia que se nos ha confiado narrar. Crónicas que cada una de nosotras escribiremos a través de nuestra capacidad de tomar lo que nos es dado y dejarán la huella de aque-llo ante lo que Dios nos ha conferido la responsabilidad. Con ilusiones renovadas, unidas en la misión de misericordia, digamos sí a la vida mediante la apertura, la aceptación y la gratuidad de nuestra entrega. Acojámosla desde el corazón para con-tinuar desplegando ternura, cumplien-do así el carisma que nos une y que da

sentido a quienes somos. En esta reflexión, os propongo compar-tir una visión del nuevo año fundamentada en nuestra responsabilidad desde la acogida. Y a hacerlo a través de cuatro perspectivas que marcan especialmente nuestro desafío.

EL NUEVO AÑO

«No os olvidéis de practicar la hospi-talidad, pues gracias a ella algunos, sin sa-berlo, hospedaron ángeles». Heb. 13, 2

El calendario nos invita a un nuevo co-mienzo. Acojamos este 2019 como el desper-tar de nuevas oportunidades para ser hogar de quien no tiene un techo; apoyo para quie-nes necesiten esperanza; impulso para los que sientan haber perdido las fuerzas. Os invito a reorganizar espacios para que al abrir el corazón, tengamos sitio sufi-ciente y podamos albergarlos a todos. Busquemos, también, refugio en nues-tro entorno más próximo cuando seamos no-

A MIS HERMANAS

Acoge la vida

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al sotras las que nece-sitemos un lugar de descanso. Porque la paz y la respuesta es-tán en lo propio y en lo ajeno.

NOSOTRAS

«Cuando la persona se abre a su fragilidad, también se abre sin saberlo a su belleza y experimenta el don de poder acoger y sentir su vida desde Dios, de desear que abra y libere sus fuen-tes, que pueda presentir todo el potencial que guarda dentro de ella» . Mariola López

Acojámonos también a nosotras mis-mas, desde el reconocimiento de la propia fra-gilidad. Afrontemos los miedos que nos llevan a establecer fronteras, a formular juicios… a mantener divisiones. Miremos a ese Alguien que está empe-ñado en hacernos mujeres capaces de per-dón; de amar a las personas tal y como son, y de hacerles presentir, más allá de sus heri-das, su propia belleza. Solo siendo conscientes de que nues-tros pies son de barro podemos afrontar las implicaciones que conlleva la misión de mise-ricordia. No nos olvidemos, pues, de acoger también nuestros errores, porque cuanto más nos equivoquemos, más aumentarán las posi-bilidades de acierto. Seamos valientes, intrépidas, aventu-reras… Insaciables a la hora de dar respues-ta a la llamada que Él realiza a través de la mirada de los más vulnerables.

4MiseriCordiae

A MIS HERMANAS

EL TRANSCURSO DE LA VIDA

«Acoger quiere decir dar las gracia; dar las gracias quiere decir tomar lo que me es dado. Sujetarlo cuidadosamente con las manos, llevarlo a mis adentros, a mi corazón hasta que yo sienta que interiormente es una parte mía. Dar las gracias también quiere decir transformar lo que me ha sido regalado en una acción que deje también a otros ganar en lo que a mí me ha enriquecido. Solo entonces lo que me ha sido regalado alcanza su perfección». Bert Hellinger

Proyectos que se frustran, expectativas que no se cumplen, realidades que imaginábamos y que no llegan del modo previsto. La vida y sus sobresaltos. Pero también, la hermosura de la vida. El mensaje de Jesús nos abre los ojos a la realidad: hay tan-tos lugares donde despunta la buena noticia, tanta sanación que quiere acontecer… Tanta bendición que acoger a través de los vul-nerables, de los más pequeños. Desde el agradecimiento por la oportunidad de ser portado-ras de su mensaje de Vida, que su Palabra nos devuelva la frescura en los tiempos de oscuridad. Y que sea también el acompañamiento en nuestros momentos de lucidez y alegría. En la luz y en las som-bras, Él nos guía.

EL DEVENIR DE LA HISTORIA

«No se trata de aprovechar el tiempo, se trata de vivirlo». Pablo D’Ors

¡Tomemos partido en la vida! Acoger significa implicarnos. Luchar como lo hicieron nuestras hermanas desde el primer día, inmersas en la historia que les tocó vivir. Asumamos el tiempo al que nos enfrentamos. Son momentos convulsos en los que el egoísmo y crueldad más sangrantes, con-viven con movimientos vitales y reivindicativos. Sumerjámonos en esta revolución porque hoy nuestra misión es más actual que nun-ca: igualdad de género, ecología integral, justicia social… Las mujeres están siendo especialmente protagonistas y no-sotras no podemos no implicarnos. Sigamos el ejemplo que con fuerza, valentía y convencimiento nos regaló María de Nazaret: frente a los obstáculos, fe y convencimiento. Aunemos capacidades y demostremos con nuestro compro-miso y desde la misión compartida, que caminando unidas se puede viajar más lejos.

«Acogemos desde el corazónpara continuar desplegando ternura».

MiseriCordiae 5

hacen a nuestro ser quien es y solo desde ahí poder vincu-larnos con las otras personas desde lo más hondo… desde el Espíritu. Y ese vínculo con ‘los otros’ que se genera a tra-vés de acciones concretas, «pues, la misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor»3, es la clave andina–quechua «tukuy sonqowan ruaspa ruana» –si vamos a hacer algo hay que hacerlo con todo el corazón–. Esta clave condiciona que solo se puede hacer alguna acción, sea cual sea, si se hace con todo el corazón. No valen acciones o actividades, así sea por el bien de la otra persona o de la comunidad. Si se hacen por obligación o por cumplimiento, se rompe la armonía de la acción en el cosmos. Su gratuidad es condi-cionada y esta acción ya no produce la alegría interna que la persona irradia a la comunidad con libertad. Como la refe-rencia que Jesús hace al profeta Oseas- «yo quiero amor, no

Para cuidar esta armonía vital que permite entre-tejernos como comunidad, necesitamos preguntarnos, en lo cotidiano nuestras vidas, «tukuy sonqoywanchu ruasani» -¿Estoy haciendo con todo el corazón... con todo mi ser…

las asumir la decisión, no simplemente la opción, sino la decisión de hacer las cosas, solo si lo hago con todo mi ser. Intuyo que esta clave de vida que mi abuela Mauri-cia aprendió en los valles cochabambinos y en el altiplano orureño podría ayudarnos, como sociedad, a ser artesanas tejedoras de una convivencia intercultural donde no haya periferias ni centros, sino que todos seamos uno. Porque como dice Juan de la Cruz: «En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados en el amor».

Leer el lema «Impulsa vida con tu miseri-cordia»1 me trajo a la memoria las palabras de mi abuela Mauricia2 que nos decía, en

quechua, «Tukuy sonqowan ruaspa ruana». Nos lo decía cuando nos disponíamos a hacer una tarea cotidiana como cocinar o recibir en casa una visi-ta. Pero también lo decía cuando se trataba de un evento extraordinario, como un viaje o el cuidado

ralmente: «Si vamos a hacer algo, hay que hacerlo con todo el corazón» y nos lo decía con determina-ción, con una fuerza marcada por la ternura. Era un modo de decir que si lo vas a hacer por obligación o porque tienes que hacerlo, mejor no hacerlo; si se hace, se hace con todo el corazón o no se hace.

propia cosmovisión quechua, esta frase ha cobra-do más sentido. Y en esta oportunidad, quisiera compartirles unas intuiciones que entretejen ambas frases y sus sentidos porque considero que nos ayu-da a intuir un modo de vida alternativo al deber ser

y deber hacer, que marca las relaciones interpersonales en nuestra sociedad actual. Si bien la traducción literal de «tukuy sonqowan»

en un sentido profundo cuando se dice «todo» no se re-

conjunto, a la totalidad del ser. Es decir, con toda voluntad, con toda la mente, con todo el sentimiento, con todo el cuerpo… con todo el espíritu. Es solo desde el centro vital de la persona misma que surge la disposición a hacer algo para las otras perso-nas, como en el lema «Impulsa vida con tu misericordia» donde se percibe que solo se puede impulsar vida desde la propia misericordia. No hace referencia a una actividad desintegrada del ser de la persona; no se puede impulsar vida desde el tener que o deber hacer, solo se puede impul-sar vida desde la propia conexión interna, que podríamos llamar «vivir el don de la misericordia». Entonces, hacer con todo el corazón «tukuy son-qowan» e impulsar la vida con tu misericordia implica estar completos, estar conectados en todas las dimensiones que

COLABORACIONESTa

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«Tukuy sonqowan ruaspa ruana»(Si vamos a hacer algo, hay que hacerlo con todo el corazón)

1 XIX Capítulo General de la Congregación.2 Mauricia Meneses Medrano, nacida en el pueblo quechua de Albarrancho, Cochabamba, Bolivia. Fallecida en 2008.3

6MiseriCordiae

• Entre todo lo que se tocó en lo profundo, nos quedan resonando frases como: las imá-genes cambiantes de Dios a lo largo de la his-toria, los símbolos con los que el pueblo ha ido

son los símbolos que nos acercan al

nitivamente, creemos en un Dios en-carnado en la humanidad; cercano, tierno, misericordioso. No hay otra forma de encontrar a Dios que no sea en la humanidad. Por tanto, esa es la

cípulas. • La fe no es un manual de verda-des, es una búsqueda constante de sentido. Nos sentimos en ese dina-mismo, como congregación, y como

Epara nosotras. Desde el re-encuen-tro hemos podido compartir y gozar

juntas de la vida y de un proceso de for-mación con las hermanas del Perú y Boli-via, así como de dos representantes del Gobierno General, Alicia García y Cata-lina Rosselló. Los días de formación estuvieron repletos de conocimiento, experiencia, gratitud y emotividad. Las jornadas, cen-tradas en el tema «Signos, Símbolos y Creencias», se desarrollaron a cargo de Juan Bosco, una persona abierta, crítica y conocedora de la realidad latinoameri-cana, tanto social como política, religiosa y eclesial. Juntas, volvimos a revivir ese espíritu de entusiasmo, de inquietud por encontrar sentido a nuestro seguimiento de Jesús en lo cotidiano y, sobre todo, viviendo nuestra identidad de Francisca-nas Hijas de la Misericordia. Es mucho lo que podríamos ex-

traer del tema, pero nos centramos en trans-mitir lo que consideramos esencial para nues-tra etapa de vida religiosa joven en el contexto actual, en el que supone ir contracorriente y donde nos toca ser minoría.

ASAMBLEA DELEGACIONAL

LATINOAMÉRICA

V Encuentro Delegacional de Latinoamérica 2019

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Trujillo, Perú

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personas insertas en la realidad que hoy esta-mos viviendo en nuestros pueblos, con toda su problemática y, a la vez, sus encantos. • La Eucaristía como invitación de Jesús a compartir el pan, la vida, el servicio, los bienes, la circularidad, la amistad… Todo ello, frente a la realidad clerical, patriarcal y machista que aún está fuertemente marcada en nuestra igle-sia y sociedad. Es difícil manifestarla y, a la vez,

ello, pero es importante sentirnos en sintonía.

de entusiasmo y plenitud, nos invita a entrar en esa dinámica de «Reino» posible, en el aquí y ahora.

contexto en el que vivimos? Implica reconocer-nos, mirar en profundidad nuestro ser y queha-cer. Nos sentimos en ese camino de vida con-sagrada inmersa en la realidad, situadas en el contexto. Creemos que desde los criterios evangélicos es posible impactar en la transfor-mación de una sociedad inclusiva, justa, más humana; partiendo desde lo cotidiano, «los mí-nimos evangélicos». • Lo que también nos impactó y llenó de entusiasmo en gran magnitud fue el concepto de «Mujeres transgresoras». Modelos de fe en la vida de Jesús que ahora se nos propone a nosotras. Nos sentimos en sintonía con ellas, reconocemos igualmente dentro de la Congre-gación estos modelos de mujeres arriesgadas, capaces de trasgredir normas y esquemas es-

tablecidos por el sistema y orden institucional

trato digno, defender la vida, etc. Estamos agradecidas con Dios por ha-bernos llamado a formar parte de una fami-lia congregacional sencilla y abierta, que va respondiendo día tras día a los signos de los tiempos. Y ahora, al culminar este encuentro,

para hacer vida esto que nos ha movido en lo profundo. Nos embargan sentimientos de gra-titud, de alegría y de esperanza renovadora. El compartir momentos entrañables con cada hermana hace que encontremos mayor senti-do a nuestra vida de mujeres comprometidas en un proyecto común, y nos anima a seguir apostando por aquel sueño y realidad de dos hermanos, que desde hace 163 años continua vigente: «Inclinar el corazón hacia los más desprotegidos, los vulnerables, los excluidos allí en las periferias existenciales de la vida».

8MiseriCordiae

MARCO GEOGRÁFICO SOCIAL

Padilla es un municipio boliviano de la provincia de Tomina, en el Depar-tamento de Chuquisaca, al sudeste

del país. Este núcleo de población cuen-ta con servicios básicos de agua (aunque hay mucha escasez en parte del año), luz eléctrica y señal de TV y las zonas urbanas

tienen acceso a Internet. El desequilibrio en este sentido es importante y existe una grave brecha con las zonas del extrarradio y las áreas rurales, que carecen de este tipo de recursos. Su eco-nomía se basa principalmente en la agricultura, siendo el mayor productor de ají, maní, papa, fri-joles, trigo, yuca, camote y en los últimos años, amaranto. La población es de 12.562 habitantes, especialmente concentrada en las áreas rurales (78,40%) que en el núcleo urbano (21,60%). La población es joven, con un elevado índice de ni-ños en edad escolar. Por ello, Padilla cuenta con tres escuelas de primaria, dos colegios para el nivel secundario, dos centros de educación al-ternativa y una universidad en la que se ofrecen dos carreras técnicas. El acceso a la educación para los jóve-nes de este municipio está sujeto a las posibi-lidades económicas de las familias. Mientras

se pueden hacer cargo del desembolso que implica el desplazamiento por estudios, como vivienda y manutención durante la época esco-lar, muchos otros, especialmente de las zonas rurales, no pueden hacerse cargo de los gastos que conlleva. Para estos casos, el internado es una opción muy valiosa a todos los niveles: tie-nen acceso a formación académica acudiendo a un centro de secundaria, pero también les permite, a través de la experiencia de vida en comunidad, adquirir valores y habilidades so-ciales fundamentales para su desarrollo perso-nal y profesional de futuro.

DESDE EL CORAZÓN

Acogida y misericordia

EL INTERNADO tiene capacidad para aco-ger a 40 adolescentes. Las alumnas viven perma-nentemente a lo largo todo el curso escolar, cuya duración es de 10 meses y medio. Su incorpora-ción se produce unos días antes del inicio de las clases, la primera semana de febrero, y se prolon-ga hasta la primera semana del mes de diciembre (200 días hábiles). Hay jóvenes que pueden visi-

dos semanas de vacaciones invernales. Los padres de familia y /o tutores que vie-nen a visitar a las adolescentes y no tienen un lugar en el que alojarse son acogidos por el tiem-po necesario, brindándoles una cama y comida. De esta manera, además de disfrutar un tiempo con sus seres queridos, los familiares también

ciben sus hijas.

EXPERIENCIA DE ACOGIDA La experiencia de acogida en la comu-nidad se inicia con la escucha abierta y atenta a cuantos vienen a tocar la puerta de nuestra casa. Habitualmente, el contacto comienza con la visita de padres, madres y otros familiares que solicitan la inscripción para adolescentes prepa-radas para iniciar el nivel secundario. En algunos casos más excepcionales hemos decidido recibir a niñas de nivel primario, pero siempre a cau-

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PADILLA, BOLIVIA

MiseriCordiae 9

tas un futuro esperanzador. El mayor deseo de estas personas es proporcionar a estas niñas la oportunidad de rehacer sus vidas y evi-tar que ellas sufran, como muchas de sus madres y abuelas, las consecuencias de una sociedad que opri-me tan injusta y duramente a la mujer.

Casos de extrema gravedad son los que con demasiada frecuencia llaman a nuestra puerta. Muchas son las madres que han llega-do hundidas, pidiendo apoyo porque el padre alcohólico decidió casar a su hija y evitar así los gastos de sus estudios. Son muchas las que tienen la entereza de enviar, por decisión propia, a sus hijas adolescentes a trabajar a la ciudad, alejándolas de padres acosadores que en demasiadas ocasiones truncan sus vidas con apenas 15 años. Lo cierto es que nuestro corazón se encoge ante la impotencia de poder hacer algo más y nos esforzamos al máximo por ofrecerles lo que está en nuestras manos para que, al menos, puedan volver a su casa habiéndose desahogado y compartido tanto abatimiento. Muchas otras veces la llamada de ayu-da es para encontrar un apoyo económico que permita aliviar el sufrimiento por problemas de salud imposibles de atender debido a la falta de recursos. Y otras tantas son personas indigentes que se sienten apreciadas y acogidas en nuestra

casa, hasta el punto de lograr la

un sencillo baño caliente, o un plato de comida con el que sa-tisfacer el hambre.Pasa el tiempo y nuestro desa-fío cada vez es mayor. Mantener la puerta siempre abierta es una experiencia de paciencia y tam-bién de paz. Una forma de vida entregada para dar alivio desde el encuentro y la escucha. Una vida repleta de testimonio y de oración.

sa de una historia personal vulnerable y como forma de cubrir sus necesidades bási-cas. Muchas de las ado-lescentes proceden de fa-milias desestructuradas como madres solteras, des-asistidas, padrastros que acosan. O niñas abandona-das, dejadas bajo la responsabilidad de otros porque los padres van en busca de trabajo al ex-tranjero, rehacen sus vidas y dejan a su suerte a estas pequeñas. También atendemos unidades familiares cuyo principal problema es que se en-cuentran en situación de pobreza extrema y que además viven en zonas remotas, a horas cami-nando del pueblo o núcleo urbano más cercano, por lo que no tienen acceso a un centro educati-vo de nivel secundario. Para nuestra comunidad es todo un reto acoger a estas jóvenes tan vulnerables y brindar-

entrada en el internado impulsamos un cambio de vida, a través de la dedicación a sus estu-dios y aprendiendo a valorar la importancia de la formación. Por las características sociales y cultu-rales de su procedencia, en muchas ocasiones la primera etapa de las jóvenes resulta un poco

conseguir que se abran y se sientan cómodas. A veces es especialmente difícil para algunas ni-ñas a las que se les ha privado de una vida acorde con su edad. Por ello, resulta necesario un tiempo de adaptación hasta conseguir que se sientan libres, actúen con espontaneidad, deseen compartir su vida y vayan sanando las heri-das que albergan en su corazón. La escucha misericordio-sa a los familiares nos ofrece, por otro lado, la oportunidad de

esconden tras aquellos que lu-chan por ofrecer a sus hijas o nie-

10MiseriCordiae

La página de nuestra historia que Misericordiae pone hoy en nuestras manos presenta un rostro nuevo.

Pero es continuación de la misma his-toria. La que dio comienzo el día 14 de septiembre de 1856, bajo la mirada bon-dadosa del Fundador D. Gabriel Maria-

no Ribas de Pina y su hermana la Sra. Dña. Josefa María, Sor Concepción de San José, Fundadora de la Congregación. (Documents. Vol. II (1856-1873) pág. 24-25)

Bajo esta mirada bondadosa del Funda-dor y de la Fundadora, el actual equipo de Go-bierno General de la Congregación de Hijas de la Misericordia, ha presentado a las comunidades, uno de los principales objetivos del Proyecto Im-pulso y también una de las principales resolucio-nes del XIX Capítulo General de la Congrega-ción. Dicho objetivo nos sitúa al inicio de nuestra historia congregacional. Porque recogiendo el

LA FUENTE aplica al vocablo acoger, nuestra Congregación de Hijas de la Misericordia, tiene

amparar… a toda persona pobre y desvalida con especial preferencia al más miserable. Lo más costoso y lo más humilde. Condiciones todas ellas que, sólo desde el corazón inclinado hacía una persona pobre y desvalida pueden abrazar-se. (Documents. Vol. II, pág. 123)

Nuestros Fundadores, conscientes de que sólo desde el corazón «conformado con el Espíritu del Divino Redentor y unido íntimamente al Dios de toda bondad, las Hijas de la Misericor-dia, ayudadas de la gracia de Dios, estarían en condiciones de inclinar el corazón hacia el mise-rable. De acogerle y aliviarle al menos» (Obres Vol. I, pág. 19).

Siendo así, el lema escogido por las Her-manas del Gobierno General y propuesto a to-

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NUESTRA HISTORIA

La acogida en nuestra historia congregacional

das las comunidades de nuestra Congrega-ción, invita a unir fuer-zas. Y esto, para dar vida acogiendo con mi-sericordia.

El Fundador, en el Capítulo XII de las Constituciones, como si quisiera resumir en po-cas palabras la constante actitud de la acogida al desvalido, al enfermo, al pobre, al necesitado… que las Hijas de la Misericordia debemos man-tener, escribe: «grandes y muy grandes son los

ricordia…» (Obres. Vol. I, pág. 31)

Porque nuestra Congregación nace para acoger. Para servir y no para ser servida, dice la Madre Fundadora, Sor Concepción de San José. Ella sólo buscaba «la gloria del Señor y el bien de los pobrecitos que tanto el Señor ama», decía a su hermano D. Gabriel. Al unísono, decían los dos hermanos: «Las Hijas de la Misericordia, en primer lugar irán con prontitud y alegría a ser-

ricos… y al instante de tener noticia de alguno, volarán a ofrecerle sus servicios» (Obres. Vol. I pág. 41). La acogida, el servicio al necesitado de ayuda, no sabe de esperas. El Fundador, más bien habla de «volarán», las Hijas de la Miseri-cordia, cuando tengan noticia que algún enfermo precisa de ayuda o cuidado.

Las Hijas de la Misericordia, urgidas por los Fundadores, desde el inicio, hicieron de la acogida a los pobres enfermos, su porción pre-ferida. Los acogieron primero en su corazón; para convertirse luego en la porción más com-prometida. (Documents. Vol II. pág. 22-24). La

manera que el día 19 de noviembre del año

MiseriCordiae 11

1859, Sor Concepción de San José, Superiora General, ofreció cinco Hijas de la Misericordia a la Reina de España Isabel II, para ejercitar-se al cuidado de los enfermos en un hospital de sangre en el campo de África. Cuidado que ejercieron hasta el 8 de junio del año 1860. Sólo con un corazón inclinado hacía el nece-sitado y un total convencimiento de que Dios vale más que todas las cosas, hacen verdad las siguientes palabras de Sor Concepción de San José a la Reina: «Las Hermanas se dedi-carán a prestar todos los servicios que permi-tan sus fuerzas».

La misma actitud de acogida manifes-taron los Fundadores y las Hermanas el año 1865, durante la epidemia del cólera morbo que azotó la ciudad de Palma. En esta ocasión, nuestra Congregación, en un principio, ofreció al gobernador civil seis o siete Hermanas, que era lo único que podía ofrecer en aquel momen-to. No obstante, fueron dieciséis las Hermanas, que con mucho esfuerzo pasaron a Palma para asistir y cuidar a los apestados. Y en el año 1870, fueron cuatro Hermanas que pasaron a Palma de nuevo para servir a algunos heridos

No queremos pasar en silencio la muerte de Sor Luquesia de Santa Margarita, acaecida el día 3 de noviembre de este año 1870, vícti-

«es la primera mártir de la caridad que presen-ta nuestra Congregación, no sólo delante de los ojos purísimos de Dios, sino también delante de los de este mundo». (Documents. Vol. II pág. 294-295)

En medio de esta situación dolorosa que azotaba la ciudad de Palma y sumía en la mayor miseria a toda Mallorca se escuchaban estos co-mentarios: «Las Hermanas son los ángeles del Señor que llevan en sus manos las medicinas para los pobres enfermos y en sus labios pala-

bras de consuelo que alivian el corazón». (Docu-ments. Vol. II pág. 190)

A la distancia de más de un siglo de

qué fue posible este milagro? Por la actitud de acogida que nacía del corazón de las Hi-jas de la Misericordia, sostenido por el amor sin medida a Dios. Por la acogida a los más necesitados que brotaba del corazón de los Fundadores, D. Gabriel Mariano y Sor Con-cepción de San José, y que capacitaba a las Hermanas, las primeras necesitadas de ayu-da y sostén, porque las Hijas de la Misericor-dia eran pocas y frágiles, pero rebosantes de una fuerza interior, merecida desde una acti-tud de pequeñez y humildad. Con la certeza de que eran acogidas por Dios para realizar una obra que, sólo desde un corazón lleno del amor sin límites de Dios Padre, del Amor Crucificado del Dios Hijo y del Amor del Dios Espíritu Santo. La historia Congregacional de las Hijas de la Misericordia, cuenta con muchas páginas escritas desde una actitud de pequeñez y humil-dad. Fieles a la advertencia del Fundador que les amonesta: «Es imposible ser verdaderamen-te misericordiosas sin estar animadas de caridad con Dios, por esto las Hijas de la Misericordia procurarán en primer lugar subir a la montaña santa de la perfección cristiana… unidas íntima-mente con aquel Dios cuya naturaleza es bon-dad y cuyas obras están llenas de misericordia». (Obres. Vol. I pág. 21)

La acogida a los más necesitados que han mantenido las Hijas de la Misericordia desde el primer día de la Fundación, el 14 de septiem-bre del año 1856, ha sido siempre considerada la perla escondida de gran valor, fruto de un im-pulso irresistible que, con palabras del Fundador «da y esperamos en Dios, que dará la humilde Congregación de las Hijas de la Misericordia». (Documents. Vol. II pág. 22)

12MiseriCordiae

a poco fue constru-yéndonos una boni-ta casa… Yo quería sólo consagrarme al Señor y a la Virgen, que siempre ha sido mi Madre.

Ya religiosa Franciscana he pro-curado siempre se-guir la vida común ocupándome en los trabajos que se me han ido encomen-dando. En la Casa Cuna de Santa Catalina el trabajo fue superior a mis fuerzas y enfermé. Pero, gracias a Dios, he ido haciendo y viviendo con normalidad. Mi forta-leza ha sido la oración; serena, sin estridencias. Ahora a mis 86 años soy muy feliz. Todos los días, desde mi Comunidad de Selva, una Her-mana me acompaña a Caimari, pequeño y bello pueblo de montaña, en donde desde la rectoría atiendo en lo que puedo a las necesidades de la gente, al cuidado de la parroquia, a la limpieza

nemos los miércoles y los domingos celebrada por un neosacerdote, etc. Otra Hermana viene a buscarme al atardecer y colaboro en lo que puedo a la vida de la Comunidad aunque yo, por carácter, soy más bien adusta.

Agradezco a Dios su llamada: Que me haya llamado a formar parte de su rebaño en el

que me llame a la Vida con Él.

.

Fui feliz rodeada de mis padres y her-manos: siete niñas y un niño. Mi ma-dre estaba delicada y frecuentaba

mi casa una religiosa enfermera que iba a curarla y que ya de jovencita movió mi corazón. Fui al colegio con las Hermanas y después en la escuela pública. A los 14 años fui a una escuela nocturna.

Tenía sólo 12 años y hubo en mi pueblo, Inca, una Misión popular. Seis Misioneros de los Sagrados Corazones enardecieron la vida cristia-na de las tres parroquias. Yo me entusiasmé con la persona de Jesús que empezó a ser para mí esencial. Yo ya trabajaba en el calzado en una casa particular pues no tenía edad como para ir a una fábrica. A los 14 sí que empecé con mucho afán y me compré mis primeros zapatos de tacón.

Tenía una amiga -que fue también religio-sa, Sor María Vallespir- y teníamos mucho afán por ir al convento pues había llegado, destinada, Sor Antonia de Cristo Rey, de quien nos gustaba escuchar enseñanzas, consejos, ejemplos y de-más. Reunió a las Hijas de María y nos animó a encontrarnos una vez al mes, lo que me ayudó muchísimo. Teníamos Eucaristía y, además, to-dos los días, al salir de la fábrica, con las amigas nos parábamos en el Convento y hacíamos la visita al Santísimo: mi vocación iba madurando. A los 16 años yo bordaba el ajuar para mis her-manas. Un día, sabiendo que la Superiora Ge-neral estaba en Inca, fui a visitarla y le pedí para entrar, pero mi madre se negó pues le parecía que era demasiado joven. Esperé hasta los 19, seis meses después de Sor María. Recuerdo que mi padre, que era maestro de obras, poco

QUIÉN ES QUIÉN EN LA CONGREGACIÓNA

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Sor Antonia Estrany Pujadas

HIJA DE MATEO Y MAGDALENA. NACE EL 24 DE AGOSTO DE 1932, EN INCA (MALLORCA). INGRESA EN LA CONGRE-GACIÓN EL 16 DE ABRIL DE 1952. UN AÑO DESPUÉS, EL 16 DE OCTUBRE DE 1953, REALIZA SU PRIMERA PROFESIÓN. EMITE SUS VOTOS PERPETUOS EL 17 DE SEPTIEMBRE DE 1958, EN PINA. COMO FRANCISCANA HIJA DE LA MISERI-CORDIA HA DESEMPEÑADO SU MISIÓN DENTRO DEL CAMPO DE LA ENFERMERÍA, GUARDERÍAS Y EN LAS PARROQUIAS. SUS DESTINOS HAN SIDO: COSTITX, SA POBLA, SANTA CATALINA, CALA RATJADA, LLORET, ALQUERÍA BLANCA, SANTA EUGENIA, SON CARRIÓ, CAIMARI Y SELVA, DONDE RESIDE ACTUALMENTE.

MiseriCordiae 13

Nací en Manacor el día 9 de septiem-bre del año 1943, en el seno de una familia sencilla, donde lo pequeño

contaba mucho y la honradez se respiraba por todos los rincones de la casa. Mi ma-dre muy trabajadora y buena administra-dora para que todos tuviéramos cubiertas nuestras necesidades y con un gran em-peño por sacar provecho de todo cuanto

teníamos. Mi padre, un santo varón; limpio y or-denado. Gozaba de ver a sus hijos contentos y estaba orgulloso de su familia.

Como no podía ser de otra manera, de muy pequeñita empecé a ir al colegio con las Franciscanas. Las Religiosas más sencillas de mi pueblo, ya que en Manacor había la presen-cia de tres Congregaciones más, que también tenían colegios. De este primer contacto con las Hermanas guardo muy grato recuerdo, trato y acogida.

A los 12 años empecé preguntándome que era un Santo, y la respuesta que encontraba era que ser Santo consistía en cumplir la volun-tad de Dios. Y que de ello dependía la felicidad.

A los 14 años dejé de ir al colegio y empe-cé a trabajar en una fábrica de Perlas donde la mayoría de las trabajadoras éramos chicas jóve-nes. Trabajo que mantuve hasta el momento en

Bár

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Per

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que entré en el Congregación. Todo ello, y junto

gurar mi personalidad y mi carácter.

Mi vida transcurría en la familia, el traba-jo y los tiempos libres en casa de las monjas, la parroquia, las amigas… ambiente que me hizo tomar conciencia de que Dios me estaba llamando a la Vida Religiosa a pesar de mi re-sistencia interior, ya que en todos los ambientes que frecuentaba me sentía muy feliz y hubiera deseado no sentir dicha llamada. Hasta llegué a

yo no tenía vocación. Pero con todas las per-sonas a las que manifestaba mis sentimientos ninguna dudó de ella. Incluso mi madre, que no quería que yo fuera religiosa, creyó segura mi vocación.

Intenté marchar a los 20 años, después de comunicarlo a mis padres, pero mi madre me pidió que esperara; a los 23 años volví a insistir y esta vez fue decisiva mi resolución.

Escogí nuestra Congregación, porque era la que conocía. Pero cuando he estado en ella, pienso que era claramente la Congregación a la que el Señor me llamaba. Me llena de gozo es-cuchar en palabras del Fundador llamarla «mí-nima Congregación», ya que es un matiz con el

INGRESA EN LA CONGREGACIÓN EL 14 DE SEPTIEMBRE DE 1966. COMIENZA EL NOVICIADO EL 28 DE MARZO DE 1967. DOS AÑOS DESPUÉS, EL 25 DE MARZO DE 1969, REALIZA SU PRIMERA PROFESIÓN. EMITE SU PROFESIÓN PERPETUA EL 19 DE MARZO DE 1975. SUS DESTINOS HAN SIDO: MATER MISERICORDIAE (ALTERNANDO TRABAJO Y ESTUDIOS DE BACHILLERATO), PINA, SA POBLA, SANTANYÍ, PAGUERA, SA POBLA (POR SEGUNDA VEZ), MURO, ANTILLÓN (DONDE RESIDE ACTUALMENTE).

Sor Bárbara Perelló Sansó

14MiseriCordiae

Aunque mis raíces se fundamenten en un pueblo grande como es Manacor, por mi estilo y persona no solo me sien-to mejor llevando a cabo mi misión en un pueblo, sino que mejor si éste es un pueblo pequeño. Me gusta estar y ser próxima a la gente sencilla, pe-queña y cercana.

No fue fácil deci-dirme a dar el paso para entrar en la Vida Reli-giosa, por dos motivos: primero porque sabía que causaría mucho su-frimiento tanto a mis pa-dres como a mi hermana pequeña que quedaba sola en casa, y siempre habíamos ido juntas a todas partes, ya que mi hermano mayor no vivía en casa, porque años atrás había marchado al seminario para ser sacerdote. Y en segundo lugar porque yo me encontraba bien y feliz en el ambiente en que vivía, trabajaba y me movía. Pero dentro de mi interior sentía que debía res-ponder al Señor y cumplir su voluntad, ya que la llamada, cada vez era más fuerte e interpela-dora. Este hecho fue el que me ayudó a vencer todos los obstáculos.

Si tuviera que hacer balance de mi vida religiosa diría que experimento un grado de sa-tisfacción bastante elevado. Ya desde mis prime-ros años de formación anhelaba vivir lo pequeño y experimentar mi pobreza para darme cuenta de la grandeza de Dios. De tal forma que cuando

me dieron el primer destino, que fue Pina para acompañar el proceso de formación de las novi-

cias, lo que me animó a aceptar este servicio fue que sería una ocasión para experimentarla, y lo fue. Aunque con ella, vino una riqueza por el gran esfuerzo que tuve que hacer por formarme a mí misma.

Desde siempre he estado convencida de que debía existir un hilo conductor que guiara mi vida y éste que empezó en las primicias de mi vida consagrada sigue siendo el mismo: es-tar y hacer aquello que crea es la voluntad de Dios y buscar siempre lo pequeño y senci-llo. Siento que el Dios «cuya naturaleza es

bondad» me ha acompañado siempre y sigue acompañándome.

Si tuviera que decir algo a las jóvenes de hoy les diría, que busquen la felicidad y no se cansen de buscarla, porque Dios nos quiere fe-lices, pero una felicidad duradera y auténtica. Y seguro que en esta búsqueda se encuentran con Dios.

En esta etapa concreta de mi vida, me en-cuentro muy feliz y mis ánimos están en dejarme atrapar por ese Dios ternura y misericordia para ser cauce de Dios en el mundo y en el lugar que me toca vivir.

QUIÉN ES QUIÉN EN LA CONGREGACIÓN

MiseriCordiae 15

RECREACIÓN

El milagro de la canción de un hermano

Paul

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Como cualquier madre, cuando Karen se enteró de que otro bebé venía de camino, hizo lo que pudo para ayu-

dar a su hijo de cuatro años a prepararse para la llegada del nuevo hermanito. Cuan-do Michael se enteró, se llenó de gran ale-gría. A Michael le gustaba cantarle bellas e infantiles canciones mientras ponía las ma-nos en la barriguita de su mamá y sentía el

movimiento del nuevo hermano.

El embarazo progresó normalmente para Karen, un miembro activo de la Iglesia de St Pa-trick, en Morristown, Tennessee. Llegaron las contracciones del parto, pero surgieron compli-caciones, por lo que fue llevada rápidamente al hospital. Los médicos dijeron que iba a ser un parto de horas y que probablemente requeriría de una cesárea.

Finalmente, la pequeña hermana de Mi-chael nació; pero estaba grave. Con la sirena au-llando en la noche, la ambulancia llevó al bebé a toda prisa a la Unidad Neonatal de «Cuidados Intensivos» del Hospital St. Mary’s en Knoxville, Tennessee.

Los días pasaron lentamente. La pequeña empeoró. El pediatra dijo a los padres:

— Hay muy pocas esperanzas. Estén pre-parados para lo peor.

Karen y su marido contactaron con el ce-menterio local para adquirir una tumba. Ellos, que habían preparado con toda ilusión una ha-bitación especial para el nuevo bebé, tenían que hacer ahora los arreglos para su funeral.

Cuando Michael se enteró que su herma-na estaba enfermita, pidió a sus padres que le permitieran ir al hospital para verla:

— Quiero cantarle, dijo.

Los días siguieron pasando. El bebé con-tinuaba ingresado en «Cuidados Intensivos» sin experimentar mejoría alguna. Daba la impresión que el funeral tendría lugar antes de acabar la semana.

Michael continuó obsesionado con lo de cantarle a su hermana, pero su mamá le dijo que los niños no podían entrar en la zona de «Cuida-dos Intensivos».

Ante la insistencia de Michael, la madre entonces trazó un plan. Llevaría a Michael tanto si les gustaba como si no a los médicos. Ella pensó:

— Si no ve a su hermana ahora, posible-mente nunca la verá viva.

Lo vistió con ropa varias tallas más gran-des y lo condujo a la UCI. Cuanto entró la madre con Michael a la «Unidad de Cuidados Intensi-vos», la enfermera jefa se dio cuenta de que era un niño y vociferó:

— ¡Llévese a ese niño fuera de aquí aho-ra mismo! ¡No se permiten niños!

Entonces, la madre que había en Karen emergió con fuerza, y la que normalmente era una dama de buen carácter, mirando con ojos de acero a la cara de la enfermera jefe, le dijo:

—¡No va a irse de aquí hasta que le cante a su hermana!

Karen condujo a Michael junto a su her-mana. Él miró a la pequeña que estaba perdien-do la batalla por vivir. Y empezó a cantar. Con la armoniosa voz de un niño de cuatro años, Mi-chael cantó:

16MiseriCordiae

Tú eres mi rayo de sol,mi único rayo de sol.Por favor, Dios, no te lleves mi rayo de sol.

¡Al día siguiente -justo al día siguiente- la

para irse a casa!

Semanas después aparecía el caso publi-cado en la revista Woman’s Day Magazine, con el título: «El milagro de la canción de un herma-no». El servicio médico simplemente lo llamó ‘mi-lagro’. Karen lo llamó ¡un milagro de amor divino!

Tú eres mi rayo de sol,mi único rayo de sol,tú me haces feliz cuando el cielo está gris.

Instantáneamente la pequeña respondió. El pulso se serenó y se regularizó. Michael si-guió cantando:

Nunca sabrás cariño, cuánto te quiero.Por favor Dios, no te lleves mi rayo de sol.

La áspera y forzada respiración del bebé se volvió tan apacible como el ronroneo de un gatito pequeño.

—Sigue cantando, Michael, le dijo la madre.

La otra noche, cariño, mientras dormía,soñé que te estrechaba en mis brazos…

La pequeña hermana de Michael se re-lajó. Mientras, el reposo, un reposo reparador, parecía extenderse sobre ella.

La cara de la enfermera jefe se llenó de lágrimas. Karen sollozaba. Mientras Michael le seguía cantando a su hermanita:

Este hecho, que aconteció hace años, se repite con relativa frecuencia, aunque casi nunca llega a los periódicos. Hay ocasiones en las que Dios ve tanto amor que es capaz de cambiar la

En mis treinta y tantos años de sacerdocio tuve la dicha de experimentar un caso bastante parecido mientras que estaba trabajando como sacerdote en Guayaquil, Ecuador. Un bebé nació con serios problemas en la «Clínica Kennedy». A los pocos días de su naci-miento se agravó. Cuando ya los médicos y la familia lo daban por muerto, vinieron a verme para que lo bautizara. Me hinqué de rodillas ante el Señor y le supliqué por la vida de la niña. A la se-mana me volvieron a ver los familiares diciendo que la niña estaba con encefalitis aguda y que le daban horas de vida. Volví a hincarme de rodillas ante el Señor orando por esa niña y por sus pa-dres. La niña, «milagrosamente» se curó. Un año más tarde, cuando la niña cumplía justo un año, los padres me la trajeron a la Iglesia para hacerse una foto conmigo. La fe y el amor son capaces de hacer milagros. Me viene a la memoria esa frase del Señor:

en todo momento, aceptemos su voluntad, y, sobre todo, sigamos rezando. Recordemos que Dios nunca abandona a los que ama. Y, por encima de todo, nunca olvidemos lo que nos enseñó San Pablo: «Para los que aman a Dios, todo lo que les ocurre es para su bien».

RECREACIÓN

MiseriCordiae 17

Toda su vida estuvo marcada en el ser-vicio a los más necesitados de su tiempo, los enfermos y los niños.

Su misión en Mallorca la realizó en los pueblos de: Lluc, Inca, Valldemossa, Marratxi-net, y unos años en Valencia. De ahí pasó a

Castilla; estuvo en Puebla de Almoradiel, en Madrid (Guz-mán) Santa Cruz de la Zarza, Villamayor, Ciudad. Real, Hor-cajo de Santiago, y Corral de Almaguer. Siempre apoyando en los trabajos de manera dis-creta y sencilla en la comuni-dad.

Vino a esta casa de Vi-llanueva (su pueblo natal) en noviembre del 2013. Había lle-gado la hora de dedicarse al reposo, a la oración y el des-canso, prestando algún servicio como era regar las plantas y recoger las hojas del patio que

a ella le gustaba hacer y que lo hacía con es-mero y dedicación.

Sin sufrir enfermedad, el Señor ha que-rido recompensar su entrega en el día de hoy llamándola a su presencia, para con Él y con tantas hermanas y hermanos, gozar del des-canso Eterno en la Vida que no acaba.

Hoy, en esta celebración Eucarística, agradecemos tanta vida entregada al servi-cio del Reino que el Señor ya le ha recom-pensado.

Sor Dolores, descansa en paz y ruega al Señor por todas nosotras.

Festividad de San Francisco de Asís

OBITUARIOS

Con los cantos de los ángeles a Dios en Belén, la muerte de nues-tra hermana Sor Dolores se une a

ellos para glorificar a este Dios presente en nuestras vidas. San Esteban confe-só su fe en Jesús hasta dar la vida por Él de la manera más cruel, nuestra her-mana Dolores vivió su fe entregada al servicio de la misericordia de mane-ra sencilla y callada, y en este marco de la Navidad

está ya celebrando la fiesta de San Esteban, Protomártir de la Iglesia y con tantos y tantas Santas en el Reino de Dios.

Estamos aquí para acompañar y despedir a nues-tra hermana, agradecer a Dios su vida y cuanto a través de ella fue realizando como Fran-ciscana Hija de la Misericordia.

Sor Dolores nació en Vi-llanueva de Alcardete el 15 de septiembre de 1930; hija de Ignacio y Valentina. Recibiendo el Sacramento del Bautismo el 18 del mismo mes y

De familia cristiana y religiosa, creció en la fe y educación frecuentando el convento de las Hermanas Franciscanas Hijas de la Mise-ricordia, y en contacto con ellas descubrió su vocación y deseo de entregarse a este servicio de misericordia al que el Señor la llamaba.

Marchó a Pina (Mallorca) comenzando el postulantado en abril de 1954. El Novicia-do en octubre de 1954 y la Profesión Perpetua el17 de septiembre de 1961.

Villanueva de Alcardete, 26 de diciembre de 2018Sor Dolores Pradillo Agenjo

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18MiseriCordiae

OBITUARIOS

nota que esta monja es maes-tra examinada» queriendo con estas palabras alabar su prepa-ración-, Costitx, Es Pil.larí, Cap-dellà, Sa Pobla (por circunstan-cias familiares), Colonia de Sant Jordi, Barcelona, Sa Cabaneta, Llubí, Pórtol y,

gen de la Esperanza», que había ya llegado el tiempo del reposo. En Es Pil.larí, en los tiempos en que se construía el templo parroquial de San Francisco de Asís, para recaudar ayudas organi-zó un grupo de teatro. Además, con las jóvenes organizaba reuniones y retiros y consiguió de

Padres Franciscanos, Jaime Genovard y Barto-lomé Nicolau fundaron allí, a instancias de Sor Jerónima, el movimiento «Oasis», encaminado a la consagración a la «Virgen del Sí»; y todavía encontraba tiempo para ayudar a la gente penin-sular que llegaba para trabajar en hostelería y se encontraban, a menudo, en situación de pobreza.

Durante muchos años, unos 12, ha estado postrada sin hablar ni mirar ni moverse apenas, bien atendida y alimentada por las Hermanas y el personal de servicio, para quienes va nuestro agradecimiento, esperando que el Padre la lla-mara para la Vida Eterna. Ayer, Fiesta del Bau-tismo del Señor, acabó su paso por este mundo para entrar en la Vida para siempre. Descanse en Paz.

Como una hormiguita, trabajadora, activa, siempre disponible, atenta a las necesidades de las personas

de su entorno (sobre todo, a tantos niños a los que enseñó), profundamente espiritual y dada a la oración, con un gran celo por la Casa del Señor, de mirada sonriente que daba gozo… Así fue Sor Jerónima todo el tiempo en que la salud y los años se lo per-mitieron.

De tradición muy cristiana, en su familia

grada: un hermano, Misionero de los Sagrados Corazones; una hermana, monja Clarisa, otra Capuchina y ella misma, Franciscana Hija de la Misericordia. Prima hermana de nuestra mártir Beata Catalina Caldés. Ciertamente con este ra-millete se demuestra que sus padres, José y Je-rónima, en su trabajo para tirar adelante con sus hijos e hijas, mantuvieron una honda Fe cristiana

Sor Jerónima nació el 14 de enero de 1920, en Sa Pobla (Mallorca). Hoy, día de su fu-neral, hubiera cumplido 99 años. En el mismo día fue bautizada en la Fe de la Iglesia y de sus padres y, ya desde entonces, guiada por los bue-nos ejemplos y por el Espíritu Santo, empezó su camino de donación a Quien la había escogido

devota de la Inmaculada, el Rosario fue su ora-ción preferida.

En cuanto hizo su profesión religiosa pasó a Inca para cursar sus estudios de educadora infantil y a continuación empezó su periplo por muchos conventos ejerciendo su trabajo: Palma (Antillón), Manacor -en donde una madre, satis-fecha por los avances de su hijo exclamó: «se

Palma, 14 de enero de 2019

Sor Jerónima Obrador Socías

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MiseriCordiae 19

Participar en este encuen-

tro ha sido una e x p e r i e n c i a

realmente especial. Fui a ciegas, era mi primera vez y no sabía lo que me iba a encontrar. No sa-bía si me gustaría o, por el contrario, me encon-traría fuera de lugar. Me dejé llevar e intenté empaparme del ambiente. Entre 15.000 y 20.000 personas lle-gadas de toda Europa, algunos habían hecho un viaje realmente largo para llegar hasta allí. Madrid iba a ser la ciudad de acogida de un

• La vivencia real de la comunión en el mo-

el respeto por el otro para que pueda encontrar-se con la fuente de la vida, colaborando con el si-lencio, los cantos en diversos idiomas; todo ello embellecía y hacía real la comunión. • Por ultimo, destacar la invitación a descu-brir en Dios la fuente de la hospitalidad: un Dios que acoge a cada persona. Alabar a Dios por nuestros dones. Acoger también nuestras fragili-dades como una puerta por la que Dios entra en nosotros. Acoger el amor de Cristo para conver-

y lejos de nosotros.

«Tu Palabra, Señor, nunca muere. Tu Palabra, Señor, es la vida misma»

cuentro de Taizé? Es la pregunta que me llega de her-manas y amistades. Pues sí, decirles que ha

cativa en esta etapa de mi vida. Además, mi primer encuentro de Taizé. Aquí unas pince-ladas de esos cuatro días:• La disponibilidad para ponerte en camino hacia el lugar de encuentro en estos días de navi-dad, fechas en las que apetece quedarse en casa.• Como parte del camino, experimentamos la acogida de las hermanas de la Comunidad de Néctar, en Madrid. El don de las hermanas, la riqueza de la fraternidad y gratitud por encontrar en una gran ciudad: hermanas y casa.• La diversidad de jóvenes de distintas na-cionalidades y confesiones religiosas, participan-do del Encuentro: unos, acogiendo; otros, colabo-rando como voluntarios y otros, gozando de estos bellos momentos de plegaria y peregrinación por las diversas parroquias del Centro de Madrid.

A PROPÓSITO...

Encuentro Europeo de Jóvenes. Madrid, 2018

montón de gente que desprendía una alegría desbordante. Un encuentro ecuménico, gente muy di-ferente, diferentes lenguas y culturas, diferen-tes formas de vivir la fe. Vivimos la experiencia de comunión en todos los sentidos, encuentros

sible entre las personas más diversas. De los momentos más bonitos y espe-ciales para mí fueron las oraciones de la tarde en IFEMA. 15.000 jóvenes, sentados todos en el suelo, en silencio. Después los cantos, estilo Taizé, tan reconocibles y bellos, cantados en di-ferentes lenguas, hacían que esa conexión entre

Aina Profesora del colegio «San Francisco de Asís» de Antillón

Taizé

Adriana E. Benites, fhm

20MiseriCordiae

A PROPÓSITO...

Teníamos los bi-lletes de barco de Mallorca a

Valencia para el día 28 de diciembre. Salía-

mos a las 11h de la mañana para llegar sobre las 20h a Valencia. Y después tocaban casi 5 horas de coche para llegar a Madrid. Teníamos pen-sado participar de las dinámicas del Encuentro de Taizé de una parroquia que conocíamos, que

Encuentro. Teníamos planeado compartir los últi-mos días del encuentro con unos amigos de Ma-drid que regresaban de viaje el 30 de diciembre, y a última hora habían tenido un imprevisto fami-liar que hacía que regresaran a Madrid después

de nuestro regreso a Palma. Teníamos la inten-ción de regresar el día 2 de enero, para poder

no había barco de vuelta hasta el día 3. Con este panorama nos encontrábamos durante las comidas familiares de Navidad, ante nuestro plan de participar del Encuentro Europeo de Taizé en Madrid. Y la verdad es que durante

tal. No eran las condiciones que nosotros tenía-mos previstas. Viajar con niños y participar de los Encuentros de Taizé, adaptando la participación a los ritmos familiares es siempre algo difícil. Y eso que tenemos experiencia. Aparte de algu-nos encuentros europeos a los que participamos de solteros, en familia hemos participado en los

las personas que estábamos allí fuese todavía más fuerte. En el momento que hablaba el Hermano Alois, un profundo silencio y ganas de escuchar-

acogida, esperanza, amistad y solidaridad. No defraudó, pues fue un resumen perfecto de todo lo que se vivió durante esos 5 días de encuentro.

antes de asistir… enseguida tuve la respuesta. Los días pasaron y pudimos compartir mu-chos momentos. En nuestra parroquia de acogi-da en pequeños grupos y también en la Catedral y muchos otros puntos de la ciudad donde se ha-

Boni MartínezDirector del Centro «Mater Misericordiae»

cían diferentes actividades y te permitía compar-tir ideas y experiencias con gente de muchísimos lugares diferentes Ya lo dijo el Hermano Alois en una de las oraciones: «Somos parte de la misma familia. Más que nunca, nos necesitamos unos a otros. Tantos desafíos sólo pueden resolverse si traba-jamos juntos, más allá de las fronteras (…). La experiencia de comunión que vivimos estos días es de corta duración. Pero es real». La valoración que hago del encuentro es

desprende te atrapa desde el primer momento. Este ha sido mi primer Encuentro Europeo de Jó-venes, pero seguro que no va a ser el último.

MiseriCordiae 21

encuentros de Ginebra 2007, Bruselas 2008 y Valencia 2015. Pero ahora, Madrid 2018, se nos hacía engorroso y la pereza nos invadía. Cuatro niños (11, 9, 7, y 4) y un bebé de cinco meses. Dejar la casa a la cual hacía poco que nos había-mos mudado, con un montón de cosas pendien-tes de ordenar durante unos días de vacaciones.

parar. Y así también llegamos a Madrid. Nos ins-talamos en la casa de Guzmán el Bueno de la Congregación, compartiendo con 4 jóvenes ma-llorquines que también habían ido a participar del Encuentro. La dinámica con niños sólo nos dejó participar de las oraciones de la noche en IFEMA y del encuentro por países. Pero poco a poco fuimos entrando en la dinámica. Los niños ya conocían este tipo de oraciones. Pero compartirla con 15.000 jóvenes de toda Europa, te lo hace vivir de manera muy especial. Y todos entramos tan naturalmente en ese ritmo de oración y de canción, de hospita-lidad y amabilidad, de ser uno más de entre tantos. Coincidimos con unas familias mallorqui-nas que también asistían al Encuentro. Y disfru-tamos con ellos de esta nuestra Iglesia universal, que desde Mallorca, muchas veces vemos ridícula y con poca vitalidad. Dando un sen-tido especial a esta nueva can-ción de Taizé preparada para este encuentro, con un texto de Unamuno: «Tu Palabra Señor no muere, y no muere porque es la vida misma. Y la vida Señor no solo vive, no solo vive, la

Y se hace realidad la

a través de la Tierra, que los Hermanos de Taizé propician.

viajar hasta Madrid, vencien-

cultades, para beber de esa

fuente que nos preparan los Hermanos. Tal y como dijo Juan Pablo II: «…se pasa por Taizé como se pasa junto a una fuente. El viajero se detiene, bebe y continúa su ruta».

es fruto de esa comunión de la Iglesia, y que sale de la fuerza de la Oración. Participamos de la

rroquia de la Santísima Trinidad del barrio de la Concepción había preparado para todos los jó-

de año con alemanes, franceses, italianos, po-lacos… Y los niños (y mayores) disfrutamos de

una diversión de un ambiente sano, de hospitalidad y frater-nidad, como muy pocas veces han podido y podrán experi-mentar. Hemos bebido de una fuente, que permanecerá en nuestro corazón durante mu-cho tiempo. Que te hace agra-decer todo, a las hermanas que nos ofrecieron la acogida en Madrid, a los jóvenes con los que compartimos casa, a las familias Mallorquinas con las que estuvimos, a todos los jóvenes que forman parte de esta peregrinación de con-

propician este acercamiento a Jesús, fuente de nuestra ale-gría y de nuestra paz.

22MiseriCordiae

NUESTROS PUEBLOS

Según las crónicas de la comunidad, consta que en Asamblea delegacio-nal de enero 2003 proponen abrir

una casa en Trujillo ya que desde hace mucho tiempo se pensaba en esta posi-bilidad, de extender nuestro carisma de misericordia. Siendo en ese momento la

Delegada, Sor María Elisa Raspa. Trujillo es la capital del departamento de la Libertad, donde la gente de la sierra migra en busca de mejorar su vida a través del traba-jo y del estudio. Esto hace que a su alrededor, vayan creciendo distritos con familias de todos los niveles económicos y sociales. La delegación optó por una zona en la que no hay presencia religiosa y desde allí poder desplazarnos a otros lugares a realizar nuestra misión de Misericordia. El lugar escogido fue el sector Ra-món Castilla, distrito de Huanchaco, co-menzando con dos hermanas, Sor Marga-rita Caldentey y María Concepción García, en una casita alquilada. En nombre de la delegación inician con mucho gozo y gran responsabilidad

esta nueva experiencia, teniendo la misión de ir descubriendo las necesidades de este barrio, de sembrar la semilla de una Hija de la miseri-cordia al estilo de San Francisco y de nuestros fundadores. Dicho lugar pertenece a la parroquia de Huanchaco, donde existen 23 capillitas con un solo sacerdote, rodeadas de varias iglesias no católicas; en un primer tiempo vemos la nece-sidad de insertarnos en el barrio y en el día a día ir descubriendo cuales son las necesi-

Comunidad «Santa Rosa de Lima» (Trujillo, Perú)

La C

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idad

MiseriCordiae 23

dades del lugar. Debemos es-cuchar a todos, ser prudentes y misericordiosas y lanzarnos a la evangelización y extensión del Reino. Las primeras actividades fueron abrir nuestra casa para acoger grupos de niños ya que no existían guarderías y las ma-dres tenían que trabajar. Hacía-mos el reforzamiento escolar, la catequesis de niños y la celebra-ción de la Palabra con la gente. Viendo tanta necesidad de acoger a los niños, nos abrimos a una nueva misión en el Barrio de San Fran-cisco de Asís y a impartir clases de religión en el colegio del barrio del Trópico. También a la promoción de la mujer, la pastoral rural y cate-quética. Con la llegada de una tercera hermana, Catalina Vallespir Llompart, nos vimos en la urgencia de desplazarnos a una casa un po-quito más grande, hecha de triplay, ubicada en el mismo barrio y a expandir nuestra labor a petición del Obispo, de colaborar con Cari-tas Trujillo. Con el deterioro de la casa, y puesta en venta por el dueño, nos vimos con la urgen-cia de comprar una casa propia. Por tanto, en 2012, la Congregación adquirimos un terreno en la Zona de la Alameda del Cortijo, también perteneciente al mismo distrito de Huanchaco. Y fue en mayo de 2013 cuando pudimos ver inaugurada nuestra casa actual. Conociendo ya más lugares de esta ciu-dad, se nos dio a conocer el centro poblado «El Milagro», perteneciente al mismo distrito en el que vivimos, zona muy vulnerable y de alto riesgo por ser un lugar donde recibe en botadero no controlado, toda la basura de la provincia. A petición de la gente y viendo su necesidad, se nos pide un programa de ayuda para educación y alimentación, debido a que los niños trabajan a muy corta edad en la se-

lección de los residuos sólidos. E, igualmente, a contribuir a erradicar el trabajo infantil. Iniciamos en el año 2006 con un come-dor y dos aulas de inicial, llegando actualmen-te a contar con un proyecto educativo: Inicial/ primaria/secundaria y educación básica alter-nativa. Se hizo un convenio: la Congrega-ción con el Ministerio de Educación, para que sea una Institución Educativa de acción conjunta. Hoy formamos la comunidad 4 herma-nas: Catalina Vallespir Llompart, María Con-cepción García, Santos Cruz y la juniora, Ma-ritza Marianela Rondo Torres. Desplegando la misión: Coordinadoras del centro educativo-Pastoral social; Pastoral catequética; Pastoral Rural, en San Alfonso, y acogida de Volunta-rios que desde hace más de 13 años venimos compartiendo con ellos, vida y Misión. Y la ju-niora llevando a cabo la misión de prepararse con los estudios universitarios. Nos sentimos muy dichosas de estar en esta porción, acompañando y compartiendo esta vida dura y bella al mismo tiempo, donde palpamos la encarnación y la misericordia de nuestro Dios en todo lo que somos y hacemos.Agradecemos a la Congregación que nos haya puesto en este lugar privilegiado y concluimos deseando seguir haciendo vida el lema de este año en nuestra Congregación «acoger desde el corazón para seguir desplegando ternura».

24MiseriCordiae

Pensaba cómo expresar en pocas líneas todo lo que he observado y

convivido con las Hermanas Franciscanas Hijas de la Mise-ricordia desde que las conoz-co, y de eso hace ya 11 años. Es importante no solo saber llegar a un lugar, sino también saber estar y apren-der a caminar por el camino que Dios nos va trazando en la vida, esto es lo que las Her-manas Franciscanas hicieron al llegar a la ciudad de Truji-

poblado de «El Milagro». La labor que realiza la Congregación en este sector de extrema pobreza es muchas veces descono-cida, pero no por ello menos importante, pues su labor es con los más necesitados y olvidados, con quienes realizan una notable acción social, como por ejemplo con el colegio «Toni Real Vi-cens», a través del cual brindan no solo educa-ción que es la base del desarrollo de estos niños, sino que lo hacen de manera integral y con ello logran hasta mejorar la calidad de sus vidas. Cuando comparto con amigos y familiares sobre el colegio «Toni Real Vicens», les expreso que es como un oasis dentro de todo este cen-tro poblado, lugar que dicho sea de paso es muy necesitado, carente no solo de cosas materiales sino también espirituales, y es así que el colegio «Toni Real Vicens», sirve de ejemplo para otras instituciones públicas y privadas, pues de granito

Personalmente no sólo me siento orgu-lloso de formar parte del colegio «Toni Real Vi-

cens», sino que también creo ser privilegiado de que Dios me haya permitido poder colabo-rar con esta obra, de ser parte de un proyecto y brindar desde mis posibilidades un apoyo en el día a día de su ardua labor; digo ardua, no solo por el lugar donde se encuentra ubicado el colegio, sino también por sus condiciones de calor, frío y la misma idiosincrasia de la po-blación; y esos sentimientos de gratitud, orgullo y apoyo son transmitidos por las her-manas, a quienes no les ami-lana ni el trabajo abnegado ni

el cansancio, pues siempre están dispuestas a seguir sirviendo y dando todo de su parte porque todo camine y marche de bien a me-jor. Soy consciente de que he aprendido y aun ahora voy aprendiendo mucho de las herma-nas quienes van contribuyendo a que mi per-sona crezca, no solo en el ámbito profesional sino también personal. Para terminar quiero agradecer a las Hermanas Franciscanas, y sé que no solo ha-blo por mí mismo sino todas las personas que conocemos y sabemos de su gran trabajo en la ciudad. Gracias, hermanas, por contribuir al me-joramiento de la calidad de vida de estos niños y adolescentes. Solo me queda orar porque Dios continúe derramando su bendición y les conceda mucha prosperidad institucional, y que la respon-sabilidad que recae sobre ustedes al proyectarse en un grupo poblacional tan necesitado, sea su aliciente y un factor generador de mucho éxito en la labor evangelizadora de su Congregación.

NUESTROS PUEBLOS

T E S T I M O N I O S

Leonardo Zavaleta (Contador del Colegio «Toni Real Vicens»)

MiseriCordiae 25

Como anécdota personal, mis abuelos paternos me contaron que llegaron a

la provincia de Cajabamba, dis-trito de Cauday, por el año 1981, unas hermanas españolas muy jovencitas a realizar su labor religiosa. Ellos tuvieron la suer-te de compartir junto a ellas su

más necesitados y siempre son recordadas con mucho cariño.

Dios cada día por haberme per-mitido corroborar y ser partícipe de la loable e incansable labor que realizan día a día nuestras Hermanas Fran-ciscanas Hijas de la Misericordia. Mi primera experiencia fue junto a la Her-mana Catalina Vallespir, en Caritas Trujillo, don-de fui partícipe de su gran labor en favor de la caridad hacia los más necesitados, en especial con las personas con discapacidad, niños espe-ciales, ancianos. Siempre llevo presente como enseñanza de vida en esta labor que primero tenemos que aprender a ser personas, todos so-mos iguales, un cargo no te hace mejor persona.

Quiero dar gracias a Dios y a la Congre-gación de Hermanas Franciscanas Hijas de la Misericordia por permitir tener su

presencia aquí en Trujillo. Personalmente puedo decir que desde que las conocí, mi forma de pen-sar y de actuar cambió mucho, con el testimonio de vida de las hermanas, el amor, entrega, la pa-ciencia y capacidad de escucha hace que uno quiera ser como ellas.

Edith Ivonne Calderón Rodríguez(Profesora del taller de reposteria en el Colegio «Toni Real Vicens»)

Gracias por enseñarnos que al conocer, amar y servir con un corazón misericordioso, nuestros días son más felices. De ellas vamos aprendiendo a poner en práctica este lema, a saber acoger a todos sin distinción, porque así las vemos hacerlo, acogiendo a cualquie-ra sin importar el color, la condición social o religión, siempre muestran un total y admira-ble respeto.

Rosa Benites Vera(Profesora del Colegio «Toni Real Vicens»)

Luego, en el colegio «Toni Real Vicens», que se encuentra ubicado en el sector del relle-no sanitario, donde habitan fa-milias en medio de la basura, bajo condiciones deplorables, sin igualdad de oportunidades, con distintos problemas psico-sociales, donde las autoridades están ausentes. Mi experiencia directamente en el colegio fue con los alum-nos de Educación Básica Alter-nativa, en el taller de repostería, donde preparamos diferentes recetas, compartimos experien-

cante para mí como persona fue compartir y ser vocera de las enseñanzas de nuestra queridas hermanas. Motivarlos a creer en sus sueños, a que se valoren, se respeten y luchen por ser me-jores cada día. Mi agradecimiento, cariño y respeto in-condicional por siempre a las Hermanas Francis-canas Hijas de la Misericordia. Dios las bendiga y fortalezca cada día en su noble labor que reali-zan en nuestro Perú.

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Mi cariño, mi reconocimiento y agradecimiento a las Herma-nas Franciscanas Hijas de la Misericordia. Para mí, cono-cerlas de cerca es una verdadera bendición, es conocer el

verdadero rostro de la bondad de Dios, el servicio inagotable, la ver-dadera solidaridad con los más necesitados. Primero en Sánchez Carrión–Huamachuco, zona con altos índices de extrema pobreza y por ende anemia y desnutrición crónica donde en la década de los ochenta azotó el terrorismo; allí, sorteando peligros y amenazas, se hizo sentir la mano amiga, el acompañamiento, la esperanza de nuestras hermanas religiosas. Actualmente, la labor continua, precisamente donde están los más necesitados, allí donde ni el Estado se atreve a intervenir, junto a un penal donde están los delincuentes más despiadados

(sicarios, secuestradores, etc), rodeado por un ilegal botadero de basura de cerca de mil doscientas toneladas diarias, allí donde cientos de familias se han apostado para sobrevivir del reciclaje de basu-ra, donde los niños nacen y crecen en medio de la contaminación ambiental pero también de la conta-minación de la delincuencia. Allí han puesto una luz de esperanza llevando a aquellas familias el amor de Dios a través de la Educación; asímismo, educación en valores, la solidaridad con el ejemplo. He visto a niños hechos jóvenes, con pensamientos diferentes, apostando por una vida mejor, por enrum-barse en un mejor destino, dando oportunidades que en otras instituciones los negaron en descubrir sus talentos y habilidades. Gracias, hermanas, por su encomiable labor. Dios les fortalezca cada día.

Es muy importante la presencia de las hermanas en Trujillo y, sobre todo, en «El Milagro», por todo el bien que hacen a toda nuestra gente, que llega buscando sentirse escuchada. Sin ellas creo que no sabríamos cómo reaccio-nar frente a tantos problemas emocionales y de falta de va-lores con los que llegan estas familias. Éstas agradecen el sentirse valoradas y con fuerza de enfrentar los problemas que cargan, ya sea de enfermedad, de alimentación o de cariño. En la Institución se valora la ecología, a ejemplo de san Francisco. Y las hermanas, dan-do testimonio del amor evangélico, nos enseñan cada día a querernos como una gran familia, a

practicar la humildad, la en-trega, el perdón, el servicio, y apoyarnos en todo momento, ya sea de alegría o de tristeza. Estoy muy feliz de conocer a las hermanas y haber apren-dido muchas cosas de ellas pido a Dios que podamos se-guir contando con su presencia ya que ellas son el timón que lleva el barco sin desviarse de su objetivo, hacen que en me-

dio de tanta basura suceda el milagro de tener

estudiantes se sientan a gusto y con ganas de colaborar con la naturaleza, poniendo su granito de arena para no seguir contaminando. Gracias hermanas de todo corazón, Dios las bendiga en todo momento. Con cariño.

Lucy Sandoval de la Cruz (Directora del Colegio «Toni Real Vicens»)

NUESTROS PUEBLOS

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Vida y misiónen Trujillo,

Perú

HERMANAS DE LA COMUNIDAD. DE IZQUIERDA A DERECHA: SANTOS CRUZ, CATALINA VALLESPIR, CONCHI GARCÍA, MARITZA MARIANELA RONDO