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Vivencias refl exivas desde el hecho de ser gerente

ARJÉ Revista de Postgrado FACE-UC. Vol. 6 Nº 10. Enero-Junio 2012 / 363-378

VIVENCIAS REFLEXIVAS DESDE EL HECHO DE SER GERENTE

Ponencia presentada en el Primer Congreso Latinoamericano y del Caribe.

Fenomenología: Un escenario reflexivo en la Investigación del Programa Doctoral. Facultad de Ciencias de la Educación, Campus Bárbula, los días 3,

4 y 5 de Febrero del año 2011.

Nerys Olivares

Recibido: 25/05/2012 Aceptado: 29/06/2012

resUMen

El presente ensayo; plantea algunas refl exiones inherentes a la Gerencia, imbricándolas desde una perspectiva teórica, epistemológica y práctica. Es un alto que desde la cotidianidad me posibilita hacer remembranzas para otorgarle signifi cado al pasado y revalorizar el presente, es asumir desde un conocimiento específi co desde la práctica y la teoría de ese conocimiento un actuar un desempeño desde la Gerencia; para ejecutar acciones, para realizar cosas o actividades, en defi nitiva prestar un servicio, en benefi cio del ser humano, de un determinado contexto social, es decir, mi país. A partir de la revisión bibliográfi ca de varios connotados autores, expresando de manera enfática que la Gerencia está confrontando tremendos desafíos y por ende quienes ocupan las posiciones gerenciales por cuanto hoy se viven épocas de turbulencias, cambios, transformaciones en todos los escenarios: económicos, políticos, tecnológicos y otros, para ello el Gerente debe aprender a sumergirse en esas transformaciones, renovar sus conocimientos y su pensamiento, de acuerdo a lo sostenido por Morín (1999), “El conocimiento vuelto a consultar y ser revisado por el pensamiento”. Este cambio hace alusión a todo un proceso global que comprende entre otros una revitalización de la cultura organizacional y una reconceptualización de la Filosofía de la Gerencia.

Palabras clave: vivencias refl exivas, gerencia, fenomenología.

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Nerys Olivares

ARJÉ Revista de Postgrado FACE-UC. Vol. 6 Nº 10. Junio-Diciembre 2009 200363-378

justificación

Se presenta el presente Ensayo enmarcado en la línea de investigación del Programa de Doctorado en Educación y su Prosecución en los Estudios Postdoctorales e imbricada con el área temática o del conocimiento Gestión del Conocimiento y Gerencia Estratégica, cuya intención es poner de relevancia desde una perspectiva teórica, epistemológica y práctica, el desempeño del Gerente, desde sus propias vivencias, sus experiencias, es decir una filosofía de vida desde el rol del Gerente en consonancia con el rol del Líder, cuya fusión nunca debe perder de vista para conectarse con una práctica diaria a fin de realizar las actividades pautadas tras la consecución de la visión y misión institucional.

Así como también asumirá esa praxis de SER GERENTE desde una posición preminentemente horizontal con el resto de los miembros de la institución; para destacar que lograr alcanzar la visión y misión institucional, pasa por reconocer los drásticos cambios a los cuales se enfrenta hoy la Gerencia y por ende, quienes ocupan esas posiciones; poniendo de relevancia el papel que juega el hombre, el ser humano a nivel organizacional, conceptualizando hoy como capital más valioso de que dispone la organización, en atención a lo cual está compelido actualizarse por la vía de renovar su pensamiento como lo sostiene Morín (1999) actualizar simultáneamente sus conocimientos para de esta manera y a través de una fuerza indetenible, la fuerza de la sabiduría, poner su desempeño al servicio del contexto social, en el cual está inmersa la organización donde labora, es así como a través de estas vivencias reflexivas se concluye que una de las claves para el éxito organizacional reside fundamentalmente, en el ser humano indistintamente de la posición que ocupe pero considerando que el Gerente es la coadyuva mediante su liderazgo a mover esas fuerzas antes señaladas y colocarlas al servicio de la Institución y de su país.

Vivencias reflexivas desde el hecho de ser gerente

Quisiera comenzar estas reflexiones parafraseando a Kemmis (1999) quien dice que tendemos a pensar que la reflexión es algo reposado y personal, en su opinión la misma está orientada a la acción, es social y política.

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Por lo tanto, señala el autor que la reflexión es meta – pensamiento, es decir, pensamiento sobre el pensamiento, lo cual nos permite hacer consideraciones entre nuestros pensamientos y nuestras propias acciones en un contexto determinado. De igual manera Kemmis sostiene que no nos detenemos a reflexionar en un vacío.

Reflexionamos porque surgen algunas cuestiones que exigen que hagamos una pausa y evaluemos o tengamos algo en cuenta antes de actuar, de tal forma que así llegamos a tener conciencia del influjo o inferencia de nuestra actuación en la sucesión de hechos, al menos, para nosotros y, a menudo para los demás. También expresa el autor en referencia que cuando hayamos abandonado la opinión de que la reflexión es algo que sucede en nuestra mente, y hayamos reconocido que es un proceso consciente en el que el pensador se hace eco de la relación entre su pensamiento y su acción en contextos históricos reales y es allí cuando se podrá tomar conciencia de que es un proceso social, no solamente individual.

Es desde estas perspectivas teóricas, epistemológicas y prácticas, en donde quiero contextualizar mis reflexiones y vivencias sobre la Gerencia.

Previo a la presentación de mi ponencia en este I Congreso Latinoamericano y del Caribe tuve la maravillosa oportunidad de escuchar a la Dra. María Fisher (2011), quien en nuestro curso de Estudios Postdoctorales sostenía que la fenomenología era la ciencia de las vivencias, de las experiencias, de lo vivido, de lo sentido.

Yo seguía con sumo interés su conferencia y al mismo tiempo relacionaba la fenomenología con el tema que deseaba abordar en el Congreso, inmediatamente vinieron a mi mente recuerdos que hoy soy capaz de ubicar con la Gerencia cuando siendo aún una jovencita estudiante de bachillerato era capaz de reunir a todos mis vecinos y evaluar con ellos alguna problemática que confrontábamos (luz, agua, aseo urbano), para proceder plantearlo a los órganos gubernamentales (relaciones interpersonales) pertinentes; siempre en un diálogo profundo de ideas plurales y diversas.

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Más tarde durante mi desempeño profesional como personal técnico, siempre tuve la oportunidad de ocupar posiciones gerenciales, Coordinadora, Jefe de Sección de Vivienda, Jefe de Departamento en distintas instituciones del Estado Bolívar, de donde soy oriunda. Quiero expresar mi interés en trabajar con grupos de seres humanos, siempre con un elevado concepto del Ser Humano, por cuanto había egresado de mis Estudios en Educación Media, como Bachiller en Humanidades, mención Trabajo Social, hago referencia a estas experiencias porque de hecho todavía no tenía el conocimiento teórico ni práctico para afirmar que me erigía como gerente en esas posiciones.

Es así cuando me inscribo en la Universidad de los Andes (ULA) para cursar estudios de Nivel Superior, opto por la licenciatura en Administración Educacional.

Haciendo remembranza sobre mi desempeño profesional, en una relación compartida con estudiantes de medicina del último bienio clínico, me correspondía realizar funciones de planificación, organización, dirección y control para llevar a cabo un Programa de Educación para la salud, dirigido a toda la comunidad Merideña, que acudía en demanda de atención médica al hospital Universitario de los Andes, donde laboraba como trabajadora Social.

Para ejecutar el trabajo en Equipo como señalaba, escrudiñaba profundamente mi pensamiento, mis ideas, mi intuición y las llevaba al seno del Equipo de Trabajo que integraba con los referidos estudiantes para proceder a analizarlas, reflexionarlas y luego, integrarlas para llevarlas a la acción cito seguidamente a Güedez (1998) quien dice gerenciar “es tomar más ideas, unas instituciones, unas iniciativas, unos sentimientos y convertirlos en propósitos luego de aplicarles una serie de recursos y de administrarlas a través de determinadas acciones organizacionales. Así considero mi inicio, mis primeros pasos como Gerente por la vía de la institución y de los sentimientos que le imprimían al trabajo que realizaba en esa institución, hoy, se considera la institución como un factor bien interesante en el ámbito de la Gerencia para determinar propósitos y objetivos organizacionales.

Así transcurrieron los años y una vez egresada de la Universidad de los Andes como Licenciada en Educación mención Administración

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Educacional, pasé a formar parte de la Planta Docente de la Universidad de Carabobo y allí comencé a sentir una gran pasión por formarme en el área de la Gerencia, como lo expresa Senge (2005), “La pasión nace del corazón y se manifiesta en forma de optimismo, entusiasmo, conexión emocional, determinación. Para quien siente la mejor manera de predecir el futuro es crearlo”. Es de esta manera como el hacer cosas me motivaron a realizarlas cada vez de mejor manera.

Considero que a partir de dictar cátedras relacionadas con la Gerencia, di inicio a un proceso de investigación de estudios de formación sobre la misma; aún hoy puedo afirmar que soy una pertinaz de la Gerencia.

He estudiado y he enseñado por varios años, fundamentándome en autores como Taylor (1961), considerando el padre de la Administración Científica, cuyos postulados están centrados en la maximización de la productividad del trabajo, mediante la búsqueda de una óptima eficiencia del hombre en la manera de aplicar su energía sobre materias primas, herramientas, máquinas y productos.

Tiene en cuenta los incentivos económicos y establece un marcado énfasis en la división del trabajo, una élite pensante ubicada en la cúspide de la pirámide y otro grupo que sólo recibe órdenes pasivamente.

Otro connotado autor es Fayol (1961), pionero de la Teoría Clásica, es considerado al lado de Taylor uno de los fundadores de la Administración, considerados como procedimientos universales a ser aplicados en cualquier tipo de organización o empresa.

El énfasis como puede observarse se encuentra dado en la estructura, por lo cual él aborda al igual que Taylor solamente la organización formal.

No menos importante, en los estudios realizados, ha sido la Teoría Burocrática, expuesta por Weber (1974), cuyos principales postulados reposan en lo siguiente:

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• Lasrelacionesentrelosmiembrosdelaorganizaciónhande ser impersonales y regidas por criterios formales no en base a la amistad, la relación familiar o la pertinencia a algún grupo social.

• Todaslasdecisionessehanderegistrarporescrito.

• Cada puesto de trabajo, ha de estar detalladamentedescrito, lo cual facilita el control, las recompensas y las penalizaciones, según los resultados obtenidos por cada individuo.

• Hadeexistirunaclaraseparaciónentrelapropiedaddela organización y las personas que trabajan en ella, de forma que se facilite la adopción de decisiones racionales en beneficio de la organización.

En cada una de las anteriores teorías, se observa que gran parte de las instituciones venezolanas responden a este perfil de organización, basadas en la obediencia, el orden y una autoridad eminentemente lineal.

Las creencias humanísticas de la teoría X – Y, planteadas por Mc Gregor (1974), enfatiza que por dirección de empresa humanista no se entiende que sus directivos sean buenas personas, lo cual está muy bien o que sepan citar autores clásicos en los discursos de fin de año. La corriente humana pretende superar las limitaciones de los planteamientos burocráticos formales de principios y mediados del siglo XX, para centrarse en las posibilidades de desarrollo personal y social del individuo, dentro de un nuevo modelo de organización. Este autor consideraba que muchas de la creencia tayloristas que hasta entonces sustentaban la manera eficaz posible de dirigir a las personas eran erróneas, a esta Teoría la denominó Teoría “X” o autoritaria.

Al igual que en ingeniería, el control consiste en acomodarse a las leyes físicas naturales, el humanista MC Gregor argumenta que muchos de los intentos por controlar la conducta humana, violan directamente la naturaleza del hombre en lugar de representar adaptaciones selectivas. En este sentido, la denominada Teoría “X” más que describir la naturaleza humana en acción con el trabajo,

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explica las consecuencias de las teorías de dirección de empresas, basadas en las creencias racional – económica y burocrática – formales.

No obstante, otro conjunto de supuestos de la teoría “Y”, plantea que las personas sólo son verdaderamente capaces cuando su trabajo tiene sentido para ellas y sus valores y necesidades individuales se pueden llegar a integrar con los objetivos de la empresa. Mc Gregor, antes citado, sostiene que gran parte de la conducta humana no es consecuencias de la naturaleza humana, sino de la forma en que se organiza y dirige a los empleados.

La resistencia a producir más, el antagonismo a la gerencia y todas las formas autoritarias de anular los esfuerzos de la organización, no son expresiones características de la naturaleza humana, sino resultados o consecuencias de haber estructurado organizaciones y métodos de control que generan precisamente las teorías hasta aquí presentadas, las cuales han influido profundamente en las prácticas gerenciales actuales a partir de la segunda mitad del siglo pasado y que algunos denominan gerencia científica.

Con el enfoque humanístico, es decir a partir de Mc Gregor, la teoría administrativa sufre una verdadera revolución conceptual: la transferencia del énfasis antes puesto en la tarea y en la estructura organizacional, al énfasis en las personas que trabajan o que participan en las organizaciones.

Desde el inicio de este enfoque la preocupación por la máquina y por el método de trabajo y la organización formal; ceden prioridad a la preocupación por el hombre y su grupo social, de los aspectos técnicos y formales; a los aspectos psicológicos y sociológicos: la integración social, procesos de socialización, el comportamiento social de los empleados, la satisfacción de nuevas formas de recompensas, el estudio de la llamada organización informal, el despertar de las relaciones humanas, el énfasis puesto en los aspectos emocionales y no racionales del comportamiento de las personas y la importancia del contenido de los cargos y tareas en las personas que lo realizan.

En párrafos anteriores estaba refiriendo las vivencias durante mi desempeño laboral, en 1976 en el Departamento de Administración

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y Planeamiento Educativo de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Carabobo. En mi encuentro con los autores referenciados venían a mi mente, mi accionar, mis relaciones con los compañeros de trabajo; estaba convencida que en las distintas posiciones gerenciales que había ocupado siempre había tenido un comportamiento distinto al sostenido por ellos, respecto a cómo dirigir al ser humano.

Difería por ejemplo de Max Weber, cuando expresaba que las relaciones entre los miembros de la organización “han de ser impersonales” y regidas por criterios formales, no en base a la amistad. Difería de lo propuesto por Taylor, en lo que respecta a la división del trabajo: una élite pensante en la cúspide de la pirámide y otro grupo que sólo acepta órdenes pasivamente. Éstas ideas me resultaban inadmisibles por la formación recibida en el hogar paterno; en donde el reconocimiento al otro dependía de sus argumentos, de sus ideas, de lo tanto que podía convencer por la vía del diálogo. En esa escuela me formé para comenzar a erigirme como una potencial gerente en el ámbito educativo, de manera muy particular en el nivel de educación superior.

Desde épocas anteriores consideraba que el Gerente debía poseer condición de líder, quien es aquella persona que entusiasma, que es optimista, que siente pasión por lo que hace y que incentiva a otros a realizar lo que en conjunto o mejor, en equipo de seres humanos requiere realizarse. Una de las cosas que he aprendido en mi transitar por la gerencia, es que los líderes son obcecados, perseverantes, tenaces en su quehacer, parafraseando a Sharma (2010) hacen lo que los fracasados no están dispuestos a hacer, aunque tampoco sea de su agrado. Continuando con la idea del mismo autor sobre lo ya señalado, éste sostiene que el liderazgo no es un complicado arte reservado sólo para unos pocos. Todos los miembros de una organización podrían ser líderes. Y con las grandes transformaciones en los tiempos actuales, el liderazgo es la cualidad más importante que hay que ejercer para que las organizaciones en general tengan éxito y logren sus propósitos.

Es importante considerar que el liderazgo hay que practicarlo en todos los aspectos de nuestras vidas, no es algo que se pueda aplicar solamente en el trabajo. Hay que ejercerlo en nuestro entorno familiar, en las finanzas, en el sito donde residimos y otros. Lo

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fundamental es saber que la esencia de todo es la capacidad de ejercerlo con uno mismo. Podría decirse que si no puedes guiarte a ti mismo, nunca podrás influir sobre otra persona. La primera responsabilidad tuya eres tú mismo.

Es este marco de ideas entiendo a la gerencia y aún hoy la concibo como acción o acciones que compartes con otros para lograr unos determinados objetivos, por supuesto, ésta acción pasa por un proceso de pensamiento de tomas de decisiones previas que coadyuvarán al logro de los objetivos, tomando en cuenta los diversos recursos necesarios para tal finalidad. Es pertinente además poseer un conocimiento profundo, respecto al ser humano y simultáneamente sobre procesos importantes de la Gerencia como son: Planificar, organizar, dirigir y controlar.

Quiero hacer énfasis en que cada uno de estos procesos involucran otros subprocesos, bien significativos e importantes que no se pueden obviar, mencionaremos de manera sucinta: toma de decisiones, ética y razonamiento crítico, estructura organizacional, conflictos, cultura y clima organizacional, comunicación interpersonal, organizacional y formal e informal. Redes de comunicación. El proceso de la Gerencia para la consecución de personal, Gerencia del cambio, la innovación. El proceso de control e importancia del control. En este Orden de ideas puede considerarse que entre estos procesos y subprocesos se establece una relación estrecha de recurrencia organizacional, se ubican y dificultan una diferenciación durante su ejecución.

Comentaba anteriormente que al finalizar mis estudios del pregrado en la Universidad de los Andes (ULA), me sitúo como personal Docente en la Universidad de Carabobo; ésta institución me adoptó y me brindó extraordinarias oportunidades para desempeñar mi rol como Gerente, líder – Gerente, en mi opinión, no es una opción ser Gerente sin ejercer el liderazgo, se puede ser líder sin ser Gerente, por ello debe existir una relación univoca entre ambas, quien es Gerente está obligado a ser líder, no así el líder a ser Gerente. De tal manera que me correspondió desempeñarme en ésta institución como Coordinadora de Cátedra, Adjunta al Jefe de Departamento, Jefe de departamento, Directora de la Facultad, hasta llegar a ser decana encargada de la misma. Recuerdo que unos veinte años atrás aún no pasaba por la mente de muchos

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Gerentes lo de la Gerencia aplanada, yo me aproximaba a ejercerla en todas esas posiciones que desempeñé.

Hoy hay testigos de excepción en el Departamento de Administración y Planeamiento Educativo, que pueden corroborar esta afirmación: Nelly Inojosa, Minerlines Racamonde, Juana Ríos, Saúl Escobar, Amada Mogollón, entre otros. Por ejemplo en la Coordinación de Cátedra nos brindábamos la oportunidad de que todos ejercieran el rol como Coordinadores de Cátedra y por ende asumir las responsabilidades que esa posición implicaba.

Todos los integrantes de esa Cátedra eran extraordinarios seres y brillantes profesionales. En equipo se planificaban las actividades y todos nos sentíamos copartícipes de su ejecución. La dirección motivaba, no imponía, de tal forma que el trabajo se cumplía en un clima organizacional de compromiso y participación, la Agenda de Trabajo no podía faltar en ninguna de nuestras reuniones, bajo el concepto de que lo escrito queda, y lo hablado el viento se lo lleva.

Posicionada como Directora de la Facultad, Primera mujer en ocupar ésta posición; confieso mis temores al llegar a ese cargo, sin embargo hoy diría que constituyó uno de mis más grandes desafíos como profesional e inigualable experiencia. Aquí constituí Equipo de Trabajo con destacados colegas, entre otros: Carlos H. Bazán, ángel Orcajo, Elvia Pino, Carmen Esteller, ángel Perozo y otros no menos connotados; por primera vez se reúnen los Jefes de Departamentos convocados por la Dirección, para planificar las actividades propias del inicio de cada Semestre, generalmente en un clima de incertidumbre, caos y complejidad dadas las peculiaridades propias de la Facultad.

Cabe destacar que ésta fue una maravillosa experiencia. Aquí puse de manifiesto que el Gerente exitoso no se ancla en su oficina, va de un lado a otro, camina, se mueve, busca información, es hiperactivo, accede hasta las instancias académico administrativas que le son inherentes, utiliza de manera prioritaria y de manera significativa, el diálogo para tomar decisiones en una comunicación interactiva de escucharse mutuamente, pero más acentuado de escuchar al otro, considerando siempre que por muy alta que sea la posición que ocupas en la organización, tu

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trabajo como Gerente también consiste en ayudar a los demás, no esperar a que los demás siempre deben ayudarte a ti.

En cualquier posición que el Gerente se desempeñe debe procurar tener siempre que su misión en la organización es servir e inspirar a los demás miembros para que también lo tengan en cuenta. Todos los integrantes de la institución poseen un poder natural para ser imaginativos, creativos, y alcanzar grandes logros, éstas premisas deben caracterizar el reconocimiento que hace el Gerente a sus compañeros de trabajo. Él debe creer y estar firmemente convencido que una de las claves para el éxito de cualquier organización está en propiciar unas relaciones humanas profundas, pero fundamentalmente que todos puedan mostrar sus talentos al máximo y comprometerse con la misión y visión de servicio para el contexto social en el cual está inmersa la Institución en el cual se labora.

Recientemente reflexionando como ahora respecto a la Gerencia decía “es válido hacer una retrospectiva sobre esta transición de ser Gerente y el poder escribir sobre la Gerencia; sostenía en esa ocasión que la Gerencia viene de una formación, también viene del alma, de tus creencias, de tus convicciones, de tus valores, de tus sentimientos; debiendo encontrar eco en la filosofía de la organización a la cual estas adscrito. Como docente y como gerente, he tenido la oportunidad de experimentar esos dos roles, ambos me fortalecieron en la interacción con mis pares; pudiendo expresar de manera categórica que sin su presencia, sin su participación, sin que formaran parte de mi Equipo de Trabajo; hoy no sería posible hablar de la Gerencia en los términos en que ahora lo abordo.

La decisión de ser Gerente dependerá profundamente de tus conocimientos, de tus convicciones y del crecimiento esencial de cada uno, para lograr alzar vuelo y no quedarse anclado. Aquí considero que cada uno adopta su propio estilo gerencial, personal y profesional y decide sobre qué va a gerenciar: a los recursos, a la capacidad instalada, a los seres humanos, a la tarea y además cómo lo va a hacer.

Considero que hoy la gerencia está confrontando tremendos desafíos, por ende quienes ocupan posiciones como Gerente

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también, debido a que se están viviendo épocas turbulentas, épocas de cambio en todos los escenarios: económicos, políticos, tecnológicos, culturales y otros, no obstante atendiendo a principios expuestos por la filosofía japonesa, las épocas de crisis, generan una buena oportunidad para crear grandes transformaciones, grandes líderes. El Gerente enfrenta el reto en esta oportunidad de convertirse en un gran líder. Hoy el se enfrenta al caos, a la incertidumbre, la competencia es el pan de cada día, se requiere mayor competividad. La tecnología influye drásticamente en la manera de trabajar y la globalización impregna casi toda actividad en multiplicidad de esferas, así que si no aprende a sumergirse en esas transformaciones, terminará rezagado conjuntamente con la organización.

Hoy se preconiza y hasta con sobrada prepotencia que la solución a la mayoría de los problemas que enfrentan las organizaciones, está en apoyarse en la información y en las nuevas tecnologías; sin descalificar tal criterio, soy de la opinión que aquello será sumamente valioso si tienen como aliadas renovadas formas de pensar, de acuerdo a lo expuesto por Morín (1999) cuando señala “El conocimiento debe ser vuelto a consultar y ser revisado por el pensamiento, la reforma del pensamiento permitirá el pleno empleo de la inteligencia para responder a estos desafíos. Se trata entonces, de una reforma no pragmática sino paradigmática”.

El cambio como queda suficientemente explicitado en el texto anterior de Morín está supeditado al conocimiento o a ambos, mejor, tanto al conocimiento como al pensamiento del Gerente. He allí un tremendo reto al cual éste se enfrenta hoy; referenciado al mismo autor se impone una redimensión organizacional, lo cual hace alusión a todo un proceso global que comprende simultáneamente una revitalización de la cultura organizacional, una reorientación de los procesos gerenciales, una renovación del pensamiento gerencial y una reconceptualización de la filosofía de la Gerencia.

Es así como cualquier cambio o transformación que desee emprender pasa por repensar al hombre mismo, cómo se visualiza a ese hombre. Algunos investigadores, entre ellos Sánchez (2008), postula el criterio de que el hombre es pura posibilidad,

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al respecto lo acreditan como poseedor del habla para pronunciar las cosas, para denominarlas y darles significado.

No obstante otros autores, lo definen como ser el mundo, ser con otros y además con marcadas características, podría decirse, ser inconcluso. El hombre ser en el mundo significa que él está relacionado con factores socio – económicos, culturales e históricos, un ser espacio – temporal, será en constante intervención con su medio, actúa en esa realidad tal como se presenta esa realidad. Cito en este momento a Heidegger (2006), “la relación con la realidad y el yo que la vive están planamente fusionados”.

De esta manera el hombre situado en el mundo interactúa con ese mundo y con otro. Existe como ser ahí, como experiencia vivida, como situacional y como ser con otro, en opinión del mismo Heidegger antes citado. Es aquí donde el Gerente debe emprender su accionar, haciéndose cargo de sí mismo y luego comprometiéndose en una relación de ser a ser, con su entorno, con la organización, con la cultura organizacional; en definitiva con un entorno dinámico, cambiante inacabado, para ello el Gerente debe comprometerse a crear nuevos patrones de pensamiento, ensayar nuevos estilos de comportamiento, ello coadyuvará a que se generen nuevas formas de conocimiento, a que su pensamiento se flexibilice y propicie la innovación esperada en esa especificidad.

Finalmente debo expresar que he contextualizado éstas reflexiones – vivencias en el marco del Primer Congreso Latinoamericano y del Caribe. Fenomenología: Un escenario reflexivo en la investigación del Programa Doctorado en Educación de la Facultad de Ciencias de la Educación de lña Universidad de Carabobo FACE – UC.

Interpretando a la Doctora Fisher (2011), manifiesto que lo expresado en este ensayo, constituye en este momento mi verdad, ella afirma “que los estilos humanos hacen posible cualquier forma de verdad”, lo cual imbricado en lo que sostiene Husserl (1952) tiene una significación relevante, éste sostiene “ninguna experiencia se da en el vacío, siempre van a estar compuestas o van a contener una corriente intencional; en este caso mis propias

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vivencias en el ámbito de la Gerencia; fundamentándome para ello, reitero, en la fenomenología “como ciencia de las vivencias, de las experiencias, de lo vivido, de lo sentido”, Fisher antes citada.

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NERyS OLIVARES: Doctora en Educación Universidad de Carabobo. Postdoctora en Educación

Universidad de Carabobo. Miembro de la Comisión Coordinadora del Doctorado en Educación FaCE-

UC. Profesora de diversos programas de postgrado FaCE-UC. [email protected]

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