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Isla sinfónica Manolito Simonet Premio de Honor Pág. 4 y 5 Entrevista a Pág. 6 Mayo 18-26 / Feria Internacional 2013 Dedicada a los jóvenes, a la música de concierto y al violín mayo 2013 [email protected] www.cubadisco.soycubano.cu RPNS 0531 4 /5

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Isla sinfónica

Manolito Simonet

Premio de Honor Pág. 4 y 5

Entrevista a

Pág. 6

Mayo 18-26 / Feria Internacional 2013Dedicada a los jóvenes, a la música de concier to y al violín

mayo 2013

[email protected] www.cubadisco.soycubano.cu RPNS 0531

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mayo2013

Por Ana María RuizFoto: José Dos Santos

Juzgar una obra artística es em­peño delicado, más aún cuando se trata de elegir, de premiar a unos so­bre otros, con el prisma de la impar­cialidad, de la objetividad y también de la contribución al desarrollo de la carrera de un creador que lo mere­ce, y en general de la música cubana, que es patrimonio de todos.

Esa es la difícil labor del Comité del Premio y del jurado de la Feria Internacional Cubadisco, que en su vigesimoséptima edición recibió 225 fonogramas, cifra que sobrepasó las expectativas y que significó mayor intensidad de trabajo y la decisión de abrir nuevas categorías para hacer justicia, en la mayor medida posible, a los discos concursantes, cuyo número no es tan significativo como la elevada calidad de muchos de ellos.

La musicóloga Neris González Bello es presidenta del Comité del Premio desde el 2009, labor que con­sidera todo un reto y que asumió a propuesta de Ciro Benemelis, como heredera de Jesús Gómez Cairo y Roberto Valera, dos figuras grandes de la música cubana a quienes admira.

Neris conversó con el periódi­co Cubadisco tras darse a conocer la decisión del jurado, integrado en esta ocasión por 95 especialistas de disímiles esferas.

¿Cuán compleja es la labor del jurado?

El trabajo del Comité de Premio es uno de los más delicados, sobre todo porque se está juzgando la obra de un ser humano y esto siempre im­plica un respeto, un código de ética que debe primar como base funda­mental para lograr toda la calidad requerida.

Es una labor muy sacrificada. Comenzamos a sesionar desde princi­

pios del año y lo hacemos ininterrum­pidamente hasta el momento en que se dan a conocer las premiaciones. Es un trabajo que no tiene otra recompensa que no sea la de la satisfacción de ha­ber cumplido con una misión del me­jor modo posible, de haber sido justos sobre todas las cosas y de haber dado un reconocimiento valedero.

Lo más difícil es el momento de la conceptualización, porque la produc­ción fonográfica y la creación musical van hacia una dinámica vertiginosa; en los últimos tiempos se proyectan hacia una pérdida de fronteras y se propician mezclas, fusiones de géne­ros verdaderamente difíciles de clasi­ficar en una categoría.

Son categorías operativas, no res­ponden a criterios necesariamente genéricos ni de formatos, y las acti­vamos y las cerramos en dependencia de la naturaleza de los fonogramas que recibimos y de la cantidad.

En ocasiones sucede que mu­chos músicos se muestran incon­formes de que su disco haya sido nominado en una categoría y no en la que ellos esperaban. Tomamos estas decisiones porque nuestro único empeño es tratar siempre de darle oportunidad a la mayor can­tidad de fonogramas posibles que consideremos que tienen la calidad suficiente. Ojalá que este mensaje llegue a los músicos que de alguna manera han estado optando por nuestro reconocimiento.

Algunos fonogramas no fueron nominados teniendo una excelente factura. Aquí entramos en conflicto con nosotros mismos, pero tenemos que respetar las bases del concurso, que dicen que son solamente cinco nominados por categoría. Este año el hecho de que hayan sido tantos fonogramas intensificó el trabajo del Comité del Premio. Requirió muchas más sesiones de escucha, de decan­tación, de valoración, de reflexión, y

tuvimos que aumentar las categorías a cuarentisiete, con seis nuevas.

¿Cómo cumple en la práctica sus funciones?

El proceso acontece en tres fases fundamentales: primero la ubicación en categoría, luego las nominaciones y finalmente la premiación. La más difícil es la nominación. A veces te­nemos hasta 25 fonogramas optando por una misma categoría y ese mo­mento en que tenemos que decantar cinco es un verdadero reto. De ahí que ser nominado constituya un re­conocimiento y también un premio.

El proceso de la premiación a ve­ces se convierte en un acto muy polé­mico. En ocasiones nos queda incluso la insatisfacción de haber tenido que votar por un solo fonograma cuando hay dos que tienen una calidad in­cuestionable, y tenemos que apelar a otros patrones, al detalle, a la in­tegralidad del producto: un diseño coherente, calidad de la grabación, la mezcla, la masterización…

Este año, además de las nuevas categorías, refrendamos la de audio­visual didáctico, que abrimos el año pasado por primera vez, así como la de música latina. Queremos apro­vechar la oportunidad para aclarar que la creamos para valorar discos que proponen música popular bailable, pero con una mirada más variada respecto a esta funcionalidad. Son discos que no se sostienen sobre un único hilo conductor, como pueden ser los de timba, salsa o son, sino que ofrecen una variedad genérica den­tro de lo bailable, como el merengue, el merengue electrónico, el reguetón cubano de calidad, alguna que otra música tecno...

Los audiovisuales también se mantuvieron. Las categorías audio­visuales siempre son sumamente polémicas, porque nos estamos re­planteando criterios sobre las dife­rencias entre documental y making of, o el hecho incluso de cuán justo o no puede ser la valoración de un making of de un videoclip respecto a un making of de un producto mayor, como puede ser un concierto o la grabación de un disco, que siempre va a tener más tela por dónde cortar.

¿Quiénes lo componen?El jurado del Comité del Premio

Cubadisco tiene como caracterís­tica que lo distingue de otros cer­támenes que es multidisciplinario, integrado por especialistas de disí­miles esferas, y eso permite una mi­rada con varias perspectivas.

Ello hace que se convierta en un espacio de superación profesional para todos los que allí estamos. Los convocados son voces autorizadas

en alguna u otra esfera, pero no en todas. Y ese espacio de confronta­ción, de intercambio, de reflexión, de conceptualización, se convierte en una escuela gigante.

¿Está satisfecho el Comité del Premio con los resultados?

En los resultados priman sobre todo la seriedad, el compromiso y la responsabilidad ante todas las obras que se evalúan.

Somos un comité formado por seres humanos y eso significa que siempre vamos a estar propensos a cometer errores, pero tratamos de volver sobre nuestros pasos; muchos de nosotros incluso perdemos el sue­ño pensando en cuán bien lo estamos haciendo. Nos reunimos las veces ne­cesarias hasta llegar a un consenso.

La experiencia me ha dicho que hay que estar dentro del Comité del Premio para entender la dinámica que se genera en él. Como soy una especie de moderadora de todos los criterios que se esgrimen, me he visto obligada a aplicar muchísimas herramientas que van más allá de la musicología y que son más bien de la sociología, de la antropología, de la psicología, porque son muchos intereses los que están en juego, y somos humanos. Intentamos buscar la mayor objetivi­dad, pero es inevitable que haya algo de subjetivo. Y hay que desempeñar un rol bien delicado, muy cuidado­so, apelando a esas herramientas de otras ciencias, para lograr un consen­so y sobre todo ser justos.

Tendría que agradecer mucho el apoyo de músicos como Evelio Morales, Yolo Bonilla, Adiané Perera, Prisca Martínez, la realizado­ra audiovisual Roxana Fuentes, Joel Domínguez, Mónica Mesa, Moisés Valle Yumurí, Michel Herrera, Alina Orraca y Ana Casanova, personas que lo toman con mucha seriedad, mucha entrega.

Siempre hay detractores, cri­terios encontrados; un certamen siempre genera eso. Todo el mundo considera que su obra es la mejor y eso es lógico, es humano, es com­prensible, pero hago un llamado de atención: siempre va a ser mucho más parcializada la mirada de un músico en competencia que la mira­da desprejuiciada de un jurado, que domina todos los discos en el cer­tamen y los puede evaluar con una misma vara y dictaminar desde dis­tintas miradas.

Ojalá que esos músicos que no re­sultan nominados o premiados y cues­tionan el resultado del premio puedan desmarcarse y evaluar, como profesio­nales que son, todos los discos en com­petencia. Estoy convencida de que van a llegar a coincidir con nosotros.

Los desafíos del juradoPremios Cubadisco

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Como subsede de la XVII Feria Internacional Cubadisco 2013, la Universidad de las Artes vivió inten­sas jornadas que incluyeron concier­tos, clases magistrales, conferencias, talleres y presentaciones de discos, así como el Concurso Nacional de Interpretación Violinística, para es­tudiantes de nivel elemental.

Del 13 al 22 de mayo, la feria re­volucionó el ambiente de la Facultad de Música del centro de altos estu­dios, que ha hecho significativos aportes al desarrollo de la música de concierto y en especial a la enseñan­za del violín en Cuba.

El panel “El violín en la obra de Juan Piñera”, con Alfredo Muñoz, María Victoria del Collado y el pro­pio Piñera; las conferencias “El violín en Cuba” y ”La metodología de la en­señanza del violín en Cuba”, del pro­fesor Evelio Tieles; un conversatorio con Jeff Multer, primer violinista de la Sinfónica de la Florida, y la con­ferencia “La sonoridad de la flauta”, de la flautista Niurka González, es­tuvieron entre los temas abordados en estas jornadas.

La casa discográfica Producciones Colibrí presentó Piñera concertante; La tumbadora y la percusión en la música popular cubana; Mokekeré okagua; Carraguao vs. Pueblo Nuevo; María Matilde Alea, maestra de

Cubadisco en la Universidad de las Artesmaestros; Cuento sinfónico; Veinte pianos y el Premio Especial de Cubadisco 2013 Lecuona todo piano, este último con la actuación de su in­térprete, el pianista Franco Rivero.

Las presentaciones artísticas con­taron con la presencia de los violinistas Jorge Saade y Eva Steinsleger, de Ecuador, país Invitado de Honor, y con un con­cierto ofrecido por la cantante y pianista japonesa Satomi Morimoto, además del encuentro de compositores con la parti­cipación de Gerardo Guevara, destaca­do compositor ecuatoriano y Premio de Honor Cubadisco 2013.

También actuaron como solis­tas alumnos de violín, que tocaron instrumentos confeccionados en el taller de luthería de la Oficina del Historiador de la Ciudad. Además, el Oratorio San Felipe Neri, en el centro histórico, recibió a coros de la Universidad, dirigidos por estu­diantes de quinto año de Dirección Coral, en un recital de graduación que evidenció la elevada calidad de la enseñanza artística de esta institución.

Con un concierto de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de las Artes, dirigida por el Maestro José Antonio Méndez, interpretando obras del proyecto Popularmente sinfónico, concluye Cubadisco 2013 en esta sub­sede.

La holguinera Yilian Con­cepción Valada, de la Escuela Vocacional de Arte Raúl Gómez García, obtuvo el primer premio del Concurso de Interpretación Violinística para nivel elemental, efectuado en la Universidad de las Artes como parte de la XVII Feria Internacional Cubadisco 2013.

El segundo lugar fue compar­tido por Héctor Eduardo Montoya Sánchez, de Santiago de Cuba, quien también ganó el premio de mejor in­terpretación de la música cubana, y Liliet Silva Carmenate, de Camagüey, y el tercero por Marcos Antonio Duque de Estrada Echevarría y Alberto Denis Galdona, ambos de Ciego de Ávila.

Recibieron menciones Patricia Vega González­Piñera y Sandra Escribano Pérez, de La Habana, y Laura María Valdivia Morgado, de Sancti Spíritus, quien será alumna del profesor Alfredo Muñoz.

Yisel Guerra Hernández, de Camagüey, y Amanda Michelle Estra­da Rodríguez, de La Habana, obtu­vieron reconocimientos.

El certamen, en el que parti­ciparon catorce alumnos de 14 y 15 años, contó con un jurado de alto nivel presidido por Evelio Tieles, profesor consultante de la Universidad de las Artes, e inte­

Concurso de Interpretación Violinística

Niurka González en la conferencia “La sonoridad de la flauta”.

Recital de graduación de Dirección Coral.

grado por Alfredo Muñoz, jefe del Departamento de Cuerdas de la institución y presidente de honor de Cubadisco 2013; el violinista Jorge Saade, de Ecuador, país invitado de honor; Felipa Moncada, profeso­ra de la escuela de nivel medio de Matanzas y miembro de la Sinfónica de esa provincia; Sydney Campbell,

docente de los tres niveles de la enseñanza artística, y Carmen Amador, jefa de cátedra de la Escuela Nacional de Música.

Los premios del Concurso de Interpretación Violinística fueron entregados anoche en la Gala de las Escuelas de Arte, en la sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba.

Participantes en el certamen.

4 mayo2013

Por Yelanys Hernández FustéFotos: Roberto Ruiz

Con una dedicación riguro­sa, Manolito Simonet escuchaba con atención los acordes de varios instrumentistas en los habaneros Estudios Abdala. Perfeccionó cada detalle de la Violinada, el espectácu­lo donde el violín fue protagonista en este Cubadisco 2013.

Simonet explicó que el proyecto reverenció a un instrumento cla­ve en la música popular. “Ha sido básico, fundamental, y se han hecho muchas cosas interesantes”, opinó el líder del Trabuco.

Al comentar detalles del con­cierto, Manolito señaló que “la idea partió de Ciro Benemelis, presidente fundador del certamen fonográfico, quien deseaba que se uniera la músi­ca clásica y la popular en esa velada.

”Pensaron en mí para este traba­jo por mi experiencia en una orques­ta charanga y en el Trabuco, donde actualmente también tengo cuerdas. No estuve solo en la Violinada. Fue una dirección colectiva que compar­tí con Lázaro Dagoberto González y Joaquín Betancourt, violinistas”.

¿Comprende este proyecto al-gún fonograma?

Fue inmensa la cantidad de músi­cos utilizados y decidimos grabar una parte en los Estudios Abdala, ya que es muy complicado montar una microfo­nía para tantos violines y una orquesta grande, que en parte estuvo integrada por el Trabuco. Solo hicimos una base de grabación y sobre ella tuvimos la música en vivo, en aras de lograr un mejor sonido.

Sin freno, el último de tus discos, ya se escucha en la radio. ¿Podrías darnos detalles?

Ya está en fábrica. No compite en Cubadisco 2013, pues saldrá unos días después del evento. Esperamos presentarlo en la edición del próxi­mo año. Quizá cuando compita sea un álbum “viejo” y eso sucede mu­chas veces con este certamen.

Hay muchos temas que son po­pulares ya: La cuenta no da, Déjala que siga y Chiquita. Te comento que Sin freno lo componen doce temas de varios autores. Están como in­vitados Germán Velasco (saxofón), Jorgito, cantante de Los Cuatro, quien interviene en un número, y

Yulién Oviedo, que aparece junto a Ricardo Amaray en una bachata que dedicamos a ese público dominica­no que nos sigue.

En una ocasión dijiste que no hacías concesiones en los textos que escribes para el Trabuco, pues el bai-lador se merece, ante todo, respeto.

Sin pasar por alto el doble senti­do y la picardía que siempre se han utilizado en la música cubana, no creo necesario atacar a las mujeres para poder llegar al público. Nuestra música ha trascendido en el mundo por su ritmo y melodía. La prueba es que se ha colocado en el corazón de personas que no hablan español y se identifican con lo que escuchan.

No es necesario caer en un tex­to desagradable para conectar con la gente. Debe haber una letra bo­nita, una buena melodía y un buen concepto del ritmo. Estos elementos hacen que te sigan y así lo han de­mostrado compositores como Juan Formell, a quien admiro mucho. No hay ningún tema del líder de Los Van Van que el público rechace y esa orquesta lleva más de cuarenta años en el primer lugar de la prefe­rencia de los cubanos. Siempre han sido la crónica social o las vivencias de mucha gente de las que ha escrito Formell sin necesidad de atacar.

Lo mismo sucede con los humo­ristas. He ido a muchos de sus espec­táculos y no apruebo que se ataque a alguna persona del auditorio para hacer reír. Cuando hay recursos, no

hay que acudir al que no se peinó o al del color más oscuro para que la gente se divierta. Eso pasa cuando haces un texto negativo para conec­tar con los bailadores.

¿Piensas que en los últimos años ha habido un cambio en el bailador cubano?

Han cambiado mucho y ha sido precisamente porque han desapa­recido los festivales de baile, esos que se llaman carnavales. Les llamo festivales porque, por ejemplo, a mi Camagüey natal iban cincuenta or­questas a tocar en igual número de espacios y la gente estaba hasta las seis de la mañana bailando. Lo mis­mo con las agrupaciones que con

el órgano. Y se aprendía a bailar de todo, porque actuaba Pacho Alonso y tocaba pilón, la Revé con el changüí, Rumbavana con el son montuno…

La gente estaba todo el año bailando, ya que el carnaval comen­zaba y terminaba en enero, porque recorría la Isla. Los bailadores viajaban de una provincia a otra y eso hizo que el mundo desviara su atención hacia Cuba. Esa es la razón por la que nuestra música ha estado unida al baile. Eso desapareció y ahora se hacen las fiestas populares.

Si falla uno de esos elementos, el otro se debilita, porque son un binomio. Al disminuir los carna­vales se debilitaron las orquestas y, por ende, los bailadores. Sucede que hay lugares en la actualidad a los que se puede ir a bailar, pero no todos pueden pagar lo que cuesta la Casa de la Música. Trescientas personas que asisten a esos locales no son una muestra significativa de ese pueblo que nos sigue. Todo ello ha atentado contra nuestra música.

Ahora que mencionas a tu

Camagüey natal, deberías contar-nos de tu estancia en la orquesta Maravillas de Florida.

Fue mi escuela. Estuve nueve años. Es una orquesta que se creó en 1948 y se llamó primeramente Armonía del 48 para luego, en la década del 50, tomar el nombre de Maravillas de Florida. Estuve en esa agrupación en tres oportunidades: las primeras dos veces como suplente, y ya en su staff en los años 80, primero como pianis­ta y después como director.

Los secretos de la música cubanaEntrevista a Manolito Simonet, Premio de Honor Cubadisco 2013

5mayo2013

Cuando entré no me lo creía. Había terminado el Servicio Militar Activo. Tenía una forma de hacer los tumbaos del tres en el piano que gustaba a todos, aunque no me creía un pianista. Aún hoy no me lo creo.

Tres, bajo, percusión y piano.

¿Dónde aprendiste a tocar tantos instrumentos?

Soy autodidacta. Hace rato que no toco la percusión, aunque sí el tres y el bajo. Saber ejecutar estos instrumentos me permite expresar lo que deseo hacer con la sonoridad de mi orquesta.

Soy un músico empírico; sin embargo, tuve buenos maestros como el pianista Eduardo Cana y mi tío, el tresero Ramón Hernández (Sonsito). Cuando me mudé a La Habana aprendí mucho con el Niño Rivera, Pancho Amat y Papi Oviedo. Porque siempre me gusta ampliar mis conocimientos.

Hay algo importante que no hemos destacado y es que eres pro-ductor musical, en lo que te desem-peñas con éxito.

Empecé a participar en pro­ducciones musicales, pero no como productor. Me llamaban Germán Velasco y Joaquín Betancourt para que hiciera las orquestaciones de al­gunos temas y me fui metiendo en ello. Cuando el Trabuco firmó con la disquera Eurotropical tuvimos la po­sibilidad de grabar en Islas Canarias. Fue allí donde aprendí, pues los dos grabadores que trabajaban conmigo eran músicos y productores y me de­velaron los secretos de esa labor en los siete años que estuvimos con esa casa discográfica.

He hecho producciones a artis­tas internacionales como Los Saban­deños, la Sinfónica de Barcelona y el septeto Los Troveros de a Siete, todos de España; la orquesta Camagüey, de Perú; el nicaragüense Luis Enrique y los jamaiquinos Bahamed.

Aquí he trabajado con casi todo el mundo: Waldo Mendoza, Rumbatá, Vania Borges, de quien acabo de ter­minar un CD y será un éxito; y Tania Pantoja, con la que comienzo dentro de poco, entre otros. También hago esa labor en mis discos, en los que me gusta llamar a muchos músicos, para que me den ideas y toquen en ellos.

Lo fundamental en la produc­ción es dominar el estudio, saber qué efecto, compresor o de microfonía, quieres utilizar y la sonoridad que deseas lograr con cada instrumen­to. Es mucho más que conocer de música.

Al analizar la música cubana actual, reconocidos soneros han

manifestado que no ven un relevo serio. ¿Manolito Simonet suscribe o desmiente tal afirmación?

Me sumo a ese criterio. Ya lo he dicho: mientras Cuba no tenga el gran festival de la música popular bailable (el carnaval), la juventud que viene incorporándose se va por otras vertientes, a lo mejor más fáciles des­de el punto de vista económico.

Eso es un gran peligro para la mú­sica cubana, porque hay muchas cosas que se hacen en la Isla que no son repre­sentativas nuestras. Si fuera a escuchar a un baladista de aquí, creo que me so­braría con los dedos de esta mano.

Nosotros hemos sido intérpre­tes de boleros, no de baladas. Me imagino que si alguien desea escu­charlas escoja las que se hacen en muchas partes del mundo, amén de que hay quienes en nuestro país la defienden muy bien y es bueno que se cultive.

Pero la real música cubana, la que ha trascendido en el mundo, es la que tiene sus ramificaciones en el chacha­chá, el bolero, el danzón, el mambo, el son montuno y la guaracha. Hay una riqueza incalculable en lo nues­tro. En Cuba se hace muy buen rock, balada y reguetón; no obstante, hay

Fotos: Roberto Ruiz

Gerardo Guevara Viteri

Su trayectoria como composi­tor, pianista, director de orquesta

intercambio es muy importante para nosotros, pues es necesario que se conozca la historia y que se sepa que hay un paso adelante en la música ecuatoriana, protagoni-zado, entre otros, por compositores jóvenes que cultivan la dodecafo-nía, enriqueciéndola con otros gé-neros como la música electrónica.

Esperamos que en un futu-ro los intercambios entre Cuba y Ecuador —que ya han comenza-do a través de algunos músicos e investigadores— sean mucho más prolíficos para que en ambos paí-ses se tenga conciencia de lo que se está produciendo.

y de coros le ha merecido el recono­cimiento como uno de los mejores músicos de su país. Luego de estu­diar en París con la internacional­mente conocida Nadia Boulanger, su carrera despegó hasta conver­tirse en director de la Orquesta Sinfónica Nacional de su país y del Conservatorio de Quito. Entre sus obras figuran piezas sinfónicas, co­rales y para orquestas de cámara.

Me siento muy honrado y feliz de estar en Cuba y de recibir el recono-cimiento de Cubadisco, pues este es un país con el cual los ecuatorianos nos hemos identificado siempre. Este

Jorge Saade Scaff

Notable violinista, reconocido como el mejor en la ejecución del instrumento en su país y como uno de sus más altos representantes en Latinoamérica. Fue el primero y hasta ahora el único ecuatoriano

en realizar estudios con Ruggerio Ricci, en Salzburgo. Ha actuado en más de cuarenta países y ha imparti­do docencia en importantes centros, como la Universidad de Guayaquil, ciudad donde trabaja actualmente al frente de la Dirección Cultural.

A la hermana nación de Cuba me une una amistad de varios años de intercambio y relación con la Orquesta Sinfónica Nacional y maestros como Enrique Pérez Mesa, Alfredo Muñoz, Zenaida Castro Romeu y Guido López-Gavilán. Para mí representa un reto venir a tocar a este país, que es la primera nación americana con tradición vio-linísitica y que tiene en la historia de su música a figuras tan admiradas como José White.

Considero que el intercambio que propone Cubadisco es vital, porque si en América Latina esta-mos en un momento de búsqueda de nuestras raíces más profundas, tenemos que encontrar también las raíces del violín. En países como Colombia, Perú y Ecuador no existe una escuela violinística, y por ello debemos aprender de una academia tan bien implantada como la cubana. En este país —lo hemos comprobado en el concurso de violín— hay buenos maestros, mucho talento y mucha dedicación al estudio por parte de los instru-mentistas. Es importante que entre todos nos apoyemos y defendamos los repertorios nacionales de la re-gión, para aportar a nuestra pro-pia cultura.

ECUADOR

que ver qué es lo que verdaderamente nos representa y en eso tienen mucho que hacer los medios de difusión. Son responsables de que la Isla pueda con­tinuar en el corazón de los bailadores del mundo entero.

No quisiera que mis criterios se interpretaran como un ataque a otros géneros. Simplemente respondo a tu pregunta. Y aprovecho la oportuni­dad para felicitar a los últimos gru­pos que se han incorporado a esta sonoridad como Havana D’ Primera, que dirige el virtuoso trompetista Alexander Abreu, y Salsa Mayor, guiada por Maykel Blanco.

Presentación del grupo ecuatoriano MashisDomingo 26 de mayo, 4:00 p.m. La Pérgola, Pabellón Cuba (N e/ 21 y 23, Vedado)

Ecuador, país Invitado de Honor a Cubadisco 2013, hará donación al Museo de la Música de una marimba confeccionada por creadores ecuatorianos como homenaje al pueblo de Cuba.

Por Mabel Machado

Por Pedro de la Hoz

La colaboración de las orquestas sinfónicas con la programación de Cubadisco tiene hondas raíces. No es posible obviar la integración de sus músicos a las llamadas Orquestas Cubadisco, idea lanzada por Ciro Benemelis y el siempre recordado Manuel Duchesne Cuzán que tuvo un fuerte impacto en la agenda de este festival. Ni el monumental en­garce de la Carmina Burana, de Carl Orff, dirigida por Leo Brouwer en el teatro Amadeo Roldán, con el des­pliegue de un rumbón gigantesco en el aledaño parque Villalón. Ni la conjunción de las agrupaciones de Santiago de Cuba y Holguín para sostener el peso de los espectáculos de gala cuando por primera vez el cuerpo central salió de La Habana y se instaló en la heroica ciudad oriental.

Ahora, en la versión 2013, la presencia de este emblemático for­mato instrumental cobra un pro­tagonismo mayúsculo, por cuanto se trata de mostrar el alcance y las perspectivas del movimiento sinfó­nico a escala insular, y de confrontar los avances de uno de los programas de desarrollo jerarquizados durante el último decenio por el Instituto Cubano de la Música.

Ello nos lleva a hacer memoria. A ponderar la quijotesca hazaña de quie­nes en la primera mitad del siglo xx

fundaron y alentaron la Sinfónica de La Habana y la Filarmónica, y a evocar los nombres de Gonzalo Roig, Pedro Sanjuán y Amadeo Roldán. A saldar una deuda de gratitud con los músicos que, hacia la cuarta década de la cen­turia, convirtieron a la Filarmónica en una formación de excelencia, con la que trabajó el mítico Erich Kleiber, y que acompañó a figuras de primer orden que sentían a la capital cubana como una privilegiada plaza en el con­texto latinoamericano.

Pero sobre todo Cubadisco pone de relieve la temprana cosecha de la política cultural de la Revolución en el campo de la cultura musical, la cual se tradujo en la fundación en 1960 de la Orquesta Sinfónica Nacional, que de manera ininterrum­pida lleva más de medio siglo de teso­nera labor iniciada por los maestros Enrique González Mántici y Manuel Duchesne Cuzán, y la creación su­cesiva de los organismos sinfónicos de Oriente, Camagüey, Las Villas y Matanzas, así como de la orquesta del Teatro Lírico Nacional.

En el despegue del movimiento sinfónico de la etapa revolucionaria debe valorarse el aporte de decenas de profesores extranjeros, muchos de ellos procedentes del desaparecido campo socialista europeo, aunque también hubo amigos solidarios de América Latina.

Con el desarrollo de la enseñan­za artística, las líneas instrumentales

se fueron nutriendo de egresados de nuestros conservatorios y de otros centros de formación en Europa del Este, adonde viajaron becados por el Gobierno revolucionario. Muchos de ellos han sido, a su vez, los maestros de los jóvenes que hoy en número apreciable ocupan los atriles.

Al mismo tiempo, en este medio siglo han emergido directores de no­table talento, entre los que se cuentan Guido López­Gavilán, María Elena Mendiola, Elena Herrera, Gonzalo Romeu, Jorge López Marín, Zenai­da Romeu, Marlene Urbay, Iván del Prado y Enrique Pérez Mesa. Es necesario citar los aportes a la Sinfónica Nacional de Leo Brouwer, Roberto Valera, el pianista Jorge Luis Prats, este último durante una etapa asesor de la OSN, y el actual director general de la institución, Roberto Chorens.

El programa de desarrollo del movimiento sinfónico tuvo como punto de partida el diálogo sosteni­do por el Comandante en Jefe Fidel Castro con los creadores e intelec­tuales en el Congreso de la Uneac de 1998 y en los plenos del Comité

Isla sinfónica

6 mayo2013

Maestro Enrique Pérez Mesa, director de la OSN.

Orquesta Sinfónica de Villa Clara. Orquesta Sinfónica de Oriente.Orquesta Sinfónica de Matanzas.

Nacional de la organización en los años subsiguientes, los cuales dieron lugar a la implementación de diver­sos proyectos culturales de vasto al­cance social.

Atención prioritaria a los re­pertorios, al completamiento de las líneas instrumentales, a la pro­gramación y a la cobertura de los requerimientos técnico­materiales, siempre que ha sido posible, así como a la gestación de nuevos organismos como el de Holguín, constituyen pi­lares del programa de desarrollo.

Cubadisco 2013 es una prueba. Concurren al festival la Orquesta Sinfónica Nacional (dirección: Enri­que Pérez Mesa); la Sinfónica de la Universidad de las Artes (José Antonio Méndez), la Sinfónica de Matanzas (María Elena Mendiola y Esther González Tristá), la Sinfónica de Villa Clara (Jorge López Marín e Irina Toledo), la Sinfónica Juvenil del Conservatorio Amadeo Roldán (Daiana García), la Sinfónica de Santiago de Cuba (Guido López­Gavilán y Daria Abreu), la Sinfónica de Camagüey (Jorge Rivero) y la Sinfónica de Holguín (Orestes Saavedra).

Orquesta Sinfónica Nacional (OSN).

Orquesta Sinfónica de Holguín.

Foto: Roberto Ruiz

7mayo2013

FOTODISCOFOTODISCO FOTODISCOFoto: Roberto Ruiz y Pepe Cárdenas

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ColaboradoresYELANYS HERNÁNDEZ FUSTÉMABEL MACHADO

Calle 15, no. 452, esq. a F, El Vedado Plaza de la RevoluciónLa Habana, Cuba CP 10400Teléfono: (53-7) 832-8298Fax: (53-7) 833-3716Email: [email protected]@cubarte.cult.cuWeb: www.cubadisco.soycubano.com

Impresión: PALCOGRAF

Consejo EditorialNERIS GONZÁLEZJOAQUÍN B. TRIANAJOSÉ DOS SANTOSRADAMÉS GIROPEDRO DE LA HOZJOSÉ REYES FORTÚNGUILLE VILAR

Diseño de imagen CUBADISCO 2013ERNESTO MORENO

mayo2013

mayo de 2013

4/5DirecciónCIRO BENEMELIS Dirección EditorialCARY DIEZEdiciónANA MARÍA RUIZDiseño Gráfi coRICARDO MESA HERNÁNDEZCorrecciónJORGE FERNÁNDEZ ERA CoordinaciónLOURDES MARTÍNEZ ABREU

Concierto Latinoamericano en homenaje al Co man dante Hugo Chávez Frías, con la participación de todos los artistas latinoa-mericanos invitados a Cubadisco 2013 e im-portantes fi guras de la música cubana.

Viernes 24 de mayo, 6:00 p.m.Casa del Alba Cultural de La Habana

(Línea No. 556, esq. D, Vedado)

Gala por los 10 años de Producciones ColibríOrquesta Sinfónica Nacional y músicos de sinfónicas provinciales. Dirección: Maestro Enrique Pérez Mesa. Omara Portuondo, Bárbara Llanes, William Roblejo, Nachito Herrera, Clave y Guaguancó, Argelia Fragoso, Pancho Amat y el Cabildo del son, Fadev Sanjudo, Coro Entrevoces (dirección: Maestra Digna Guerra), Nora Long y Maurice Jacox (EE.UU.). Dirección artística: Efraín Sabás. Domingo 26 de mayo, 11:00 a.m.Teatro Nacional de Cuba, Sala Ave llaneda (Paseo y 39, Vedado).

Concierto “Locos por la música”Invitados: Eliades Ochoa, Manolito Simonet y su Trabuco, Interactivo, Kelvis Ochoa, Adrián Berazaín, Mauricio Figueiral, David Blanco, Septeto Nacional, Pupy y los que Son Son, Ernesto Blanco, Tony Ávila, Polito Ibañez, Haila, David Torrens, Waldo Mendoza, Yumurí y sus Hermanos, Lázaro Valdés y Bamboleo, Qva Libre, Los Muñequitos de Matanzas y Elito Revé. Dirección artística: Silvio Veloso. Producido y organizado por Bis Music. Por los 20 años de Bis Music y Musicalia y los 15 de Clave Cubana. Viernes 24 de mayo, 9:00 p.m. Teatro Karl Marx (1ra. y 10, Miramar).

Concierto para niñosProducido por Bis Music. Con Rosa Campo, Lidys Lamorú y el Coro Diminuto. Dirección artística: Silvio Veloso. Domingo 25 de mayo, 5:00 p.m. Teatro Karl Marx (1ra. y 10, Miramar).

Concierto IntimidadJorge Reyes e invitadas

Domingo 26 de mayo, 5:00 p.m.Teatro Nacional de Cuba

Sala Covarrubias Paseo y 39, Vedado