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-12- AMÓS, EL PROFETA DE LA JUSTICIA SOCIAL Dios actúa en la historia para liberar a su pueblo. Los profetas expresan cómo modela Dios la existencia humana para forjarla a su imagen y semejanza. Amós y Oseas son dos profetas contemporáneos que predicaron en el Reino del Norte en el siglo VIII a.C. y deben leerse al unísono porque ambos reflejan un momento privilegiado de la intervención de Dios en el corazón humano. Amós proclama la exigencia divina de la justicia social y Oseas refleja la identidad de Dios: el Señor que reclama justicia, tiene entrañas de misericordia. Contexto histórico de Amós A la muerte de Salomón (931 a.C.), el reino que habían construido con su padre David se dividió en dos: Reino del Norte y Reino del Sur. El Reino del Norte se llamó “Israel” y, con el tiempo, en el siglo IX estableció su capital definitiva en Samaría. El Reino del Sur se llamó “Judá” y conservó su capital en Jerusalén. El Reino del Norte tenía un territorio más grande y más fértil que el de Judá, cuyo territorio era mucho más pequeño y en su mayor parte desértico, por eso pudo prosperar rápidamente que el Reino del Sur. La desigualdad social entre el norte y el sur dio lugar a una emigración desesperada. Muchos habitantes de Judá buscaban una solución a su miseria emigrando hacia el norte, a Israel. Allí esperaban iniciar una nueva vida y encontrar la acogida de sus hermanos de religión, pues tanto los habitantes de Israel como los de Judá creían en el mismo Dios. Pero los emigrantes del sur no sólo eran mal acogidos en Israel, sino que sufrían la explotación de los poderosos del país. La desigualdad social en Israel alcanzó su punto más alto durante el reinado de Jeroboam II (784-744 a.C.). Como Jeroboam ya no tenía la presión del reino de Siria, ocupado en la lucha con los asirios que pronto se convertirían en potencia mundial, conquistó nuevos territorios, reconstruyó ciudades, desarrolló el comercio y embelleció los palacios, pero a costa de una desigualdad social escandalosa: los ricos eran cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. El libro de Amós describe sin tapujos la injusticia social de Israel y especialmente de su capital, Samaría. Los palacios de las familias adineradas estaban decorados con marfil (Am 3,15), material que además de riqueza denota ostentosidad. Los poderosos no sólo explotaban a los pobres sino que abofeteaban con la riqueza ostentosa de sus casas la pobreza y el dolor de los humildes. En contraste con el lujo de los ricos, el texto bíblico señala la miseria de los pobres, que debían venderse por un par de sandalias (Am 2,6). El papel de la religión era triste, porque no condenaba la extrema injusticia, sino que mantenía el orden establecido. Parafraseando el texto podríamos imaginar su manera de pensar: los ricos son ricos y los pobres son pobres porque Dios lo determinó así desde el principio y no queda otra alternativa. Los ricos agradecían a Dios los bienes que disfrutan y los pobres acudían a Dios para que aliviara su miseria. ¡Habían convertido la religión cimentada en el Dios liberador en instrumento de opresión! Al mismo tiempo los cultos cananeos a Baal y Astarté estaban en su esplendor, ya que a pesar de que los profetas Elías y Eliseo habían luchado por desterrarlos en el siglo anterior, no habían desaparecido y muchos israelitas “cojeaban con ambos pies”, es decir, daban culto a Yahvé pero buscaban a Baal para que satisficiera sus necesidades materiales. Otros vivían sumergidos en el disfrute de los bienes materiales y se olvidaban de Dios. A pesar de la desidia religiosa, la Sagrada Escritura es muy clara: Dios no abandona al pobre que clama justicia. Dios escuchó al pueblo oprimido en Israel y suscitó dos profetas: Amós y Oseas. Amós, un campesino rudo, con el tono encendido y directo de sus palabras, expondrá la voluntad divina: ¡El

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    AMS, EL PROFETA DE LA JUSTICIA SOCIAL

    Dios acta en la historia para liberar a su pueblo. Los profetas expresan cmo modela Dios la existenciahumana para forjarla a su imagen y semejanza. Ams y Oseas son dos profetas contemporneos quepredicaron en el Reino del Norte en el siglo VIII a.C. y deben leerse al unsono porque ambos reflejan unmomento privilegiado de la intervencin de Dios en el corazn humano. Ams proclama la exigencia divinade la justicia social y Oseas refleja la identidad de Dios: el Seor que reclama justicia, tiene entraas demisericordia.

    Contexto histrico de AmsA la muerte de Salomn (931 a.C.), el reino que haban construido con su padre David se dividi en dos:Reino del Norte y Reino del Sur. El Reino del Norte se llam Israel y, con el tiempo, en el siglo IX establecisu capital definitiva en Samara. El Reino del Sur se llam Jud y conserv su capital en Jerusaln. El Reinodel Norte tena un territorio ms grande y ms frtil que el de Jud, cuyo territorio era mucho ms pequeoy en su mayor parte desrtico, por eso pudo prosperar rpidamente que el Reino del Sur. La desigualdadsocial entre el norte y el sur dio lugar a una emigracin desesperada. Muchos habitantes de Jud buscabanuna solucin a su miseria emigrando hacia el norte, a Israel. All esperaban iniciar una nueva vida y encontrarla acogida de sus hermanos de religin, pues tanto los habitantes de Israel como los de Jud crean en elmismo Dios. Pero los emigrantes del sur no slo eran mal acogidos en Israel, sino que sufran la explotacinde los poderosos del pas.

    La desigualdad social en Israel alcanz su punto ms alto durante el reinado de Jeroboam II (784-744 a.C.).Como Jeroboam ya no tena la presin del reino de Siria, ocupado en la lucha con los asirios que pronto seconvertiran en potencia mundial, conquist nuevos territorios, reconstruy ciudades, desarroll el comercioy embelleci los palacios, pero a costa de una desigualdad social escandalosa: los ricos eran cada vez msricos y los pobres cada vez ms pobres.

    El libro de Ams describe sin tapujos la injusticia social de Israel y especialmente de su capital, Samara. Lospalacios de las familias adineradas estaban decorados con marfil (Am 3,15), material que adems de riquezadenota ostentosidad. Los poderosos no slo explotaban a los pobres sino que abofeteaban con la riquezaostentosa de sus casas la pobreza y el dolor de los humildes. En contraste con el lujo de los ricos, el textobblico seala la miseria de los pobres, que deban venderse por un par de sandalias (Am 2,6).

    El papel de la religin era triste, porque no condenaba la extrema injusticia, sino que mantena el ordenestablecido. Parafraseando el texto podramos imaginar su manera de pensar: los ricos son ricos y los pobresson pobres porque Dios lo determin as desde el principio y no queda otra alternativa. Los ricos agradecana Dios los bienes que disfrutan y los pobres acudan a Dios para que aliviara su miseria. Haban convertidola religin cimentada en el Dios liberador en instrumento de opresin!

    Al mismo tiempo los cultos cananeos a Baal y Astart estaban en su esplendor, ya que a pesar de que losprofetas Elas y Eliseo haban luchado por desterrarlos en el siglo anterior, no haban desaparecido y muchosisraelitas cojeaban con ambos pies, es decir, daban culto a Yahv pero buscaban a Baal para quesatisficiera sus necesidades materiales. Otros vivan sumergidos en el disfrute de los bienes materiales y seolvidaban de Dios. A pesar de la desidia religiosa, la Sagrada Escritura es muy clara: Dios no abandona alpobre que clama justicia. Dios escuch al pueblo oprimido en Israel y suscit dos profetas: Ams y Oseas.Ams, un campesino rudo, con el tono encendido y directo de sus palabras, expondr la voluntad divina: El

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    Seor exige justicia social! El testimonio de la vida de Oseas nos permitir conocer el interior del corazn delDios liberador: El Seor tiene entraas de misericordia!

    PANORAMA DEL LIBRO DE AMS

    Foco ocho profecas tres sermones cinco visiones cinco promesas

    Referenciabblica

    1,1---------------------3,1-------------------------7,1-----------------------9,11------------------9,15

    DivisinJuicio sobre Israel

    y las nacionescircundantes

    Pecado de Israel:pasado, presente

    y futuro

    Cuadros del juiciosobre Israel

    Restauracin deIsrael

    TemaAnuncios de juicio Provocaciones

    para el juicioFuturo del juicio Promesas

    despus del juicio

    JUICIO ESPERANZA

    Lugar Nacionescircundantes Reino del Norte (Israel)

    poca Aproximadamente del ao 760 al 745 a.C.

    Quin era Ams?El inicio del libro nos dice que era vena de Tcoa, una pequea poblacin de Jud y predic en el Reino delNorte en el santuario de Betel. No era un profeta de profesin vinculado a un santuario, sino un campesino,pastor de ganado y cultivador de higueras. En el captulo 7 durante su enfrentamiento con el Amasas,sacerdote de Betel, Ams alega que no es profeta profesional sino que ha sido forzado por Dios a ir aprofetizar a Israel (Am 7,14-15). Ams pronuncia dursimas palabras de juicio contra el rey Jeroboam II ycontra la gente del Reino del Norte: les dice que perdern la tierra, sern llevados el exilio y sus lderes sernasesinados. Amasas por supuesto no estaba contento con estas palabras y amonesta a Ams y le dice quese vaya a predicar a su propio pas, pero nunca da a entender que Ams no estaba predicando la palabra deDios. Claramente se ve que la divisin poltica entre el sur y el norte no significaba que los dos reinosrechazaban la idea de que seguan siendo el nico pueblo de Dios.

    Como Ams hace una referencia al ataque de Asiria, podemos suponer que vivi poco antes de la subida altrono del rey asirio Tiglat-Pileser III (745-727), tal vez entre el 760 y el 745 a.C. El libro contiene numerososmensajes que l pronunci en distintas ocasiones. El libro no sigue el orden en que fueron pronunciados losorculos ni contiene los temas agrupados ordenadamente por captulos, sino que se mueve de formadramtica condenando primero la maldad de las otras naciones (captulo 1), pasa luego a condenar la terribleinjusticia y maldad de Israel (captulos 2 a 6) y termina con una serie de visiones sobre el castigo divino queva a caer sobre el pueblo (captulos 7 a 9).

    En su mensaje, Ams enfatiza la soberana de Dios sobre el mundo entero y sus exigencias de justicia ydefensa de los pobres y oprimidos. Ams tiene un universalismo sorprendente en su perspectiva de fe. Dioscuida de cada nacin: No son ustedes para m como los etopes, hijos de Israel? No saqu yo a Israel deEgipto, a los filisteos de Creta y a los sirios de Quir? (Am 9,7). Sin embargo, Dios ha escogido especialmente

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    a Israel y estableci con ellos una relacin profunda de conocimiento y de amor con ellos (Alianza) y por esohace particularmente responsables a los israelitas de vivir una vida segn el derecho y la justicia: De todaslas familias de la tierra slo a ustedes los eleg, por eso los castigar por todas sus maldades (Am 3,2). Amsconecta la injusticia que ve a su alrededor a una sociedad israelita decadente amarrada a la riqueza y a laprosperidad que se ha olvidado del autntico culto a Dios. Nunca se ha escuchado una condenacin tan fuertecomo la que se encuentra en las palabras de Ams contra Israel: Son tantos los crmenes de Israel, que nolo perdonar. Porque venden al inocente por dinero y al necesitado por un par de sandalias; porque pisoteanen el polvo de la tierra la cabeza de los pobres y no hacen justicia a los indefensos; porque hijo y padre seacuestan con la misma muchacha, profanando as mi santo nombre; porque se echan junto a cualquier altarsobre ropas tomadas en prenda y beben en la casa de su dios el vino confiscado a los multados. (Am 2,6-8).

    Ams condena el lujo egosta de las mujeres de la nobleza: Escuchen esta palabra, vacas de Basn, queviven en la montaa de Samara: oprimen a los indefensos, explotan a los necesitados, dicen a sus maridos:Trigannos de beber (Am 4,1). Fustiga a los mercaderes que no pueden esperar a que termine el sbadoo el da de fiesta para seguir estafando en sus negocios (Am 8,4-7). Sus graves crmenes claman al cielo.

    Aunque Ams nunca menciona explcitamente los diez mandamientos, sus acusaciones los reflejan en cadacaptulo de su libro. La gente viola las exigencias de Dios hechas en la solemne Alianza sobre el monte Sina.Sus palabras ponen el dedo en la llaga del fracaso moral de todos los sectores de la sociedad: la ley, elgobierno, la vida econmica y hasta el culto a Dios. El Reino del Norte es un pueblo confiado en que Dios losproteger no importa lo que hagan gracias a la alianza que los vincula con Dios. Pero Ams entiende laalianza de manera distinta: l habla una y otra vez de las pocas en que los israelitas sufrieron ataquesenemigos y de los desastres naturales como castigo por sus maldades y sin embargo, siguen sin convertirsea Dios (Am 33,3-8; 4,6-12), canta un lamento fnebre sobre el pueblo para anunciarle la cercana de la muerte(Am 5,1-5) y ataca sus ms queridas celebraciones litrgicas. En un conmovedor pasaje (Am 5,18-20), Amscontradice tajantemente la esperanza proclamada en los das de fiesta de que Yahv vendra como Diosguerrero a pelear en favor de Israel contra todos sus enemigos y a ponerlo a la cabeza de todas las naciones;al contrario, el Da del Seor ser un da en que Dios se volver contra ellos y los destruir por sus pecados(Am 5,18-20). Ams dice que Dios no se complace en el culto y los sacrificios que no estn respaldados poruna rectitud de vida: ...Aparten de m el ruido de sus cnticos, no quiero or ms la msica de sus arpas.Hagan que el derecho corra como el agua y la justicia como ro inagotable (Am 5,21-24).

    Como el panorama de infidelidad a la alianza le pareca tan terrible, Ams se vio obligado a usar un lenguajeduro para confrontar a la gente a fin de que corrigieran sus actitudes de orgullo y conformismo. Toma prestadoel lenguaje de batalla y maldicin propio de las antiguas tradiciones y habla de ciudades envueltas en llamas,casas aplastadas, mujeres y nios llevados con ganchos en las narices y cadveres sin sepultar ypudrindose, el pas devastado y abandonado. Ams se da cuenta de que Dios no permanece indiferente yobserva que la maldad va a seguir. Para Ams, las maniobras polticas de Asiria y sus pavorosas victoriasmilitares no son accidentes de la historia sino acontecimientos permitidos y dirigidos por Dios para castigara Israel. Israel no lograr escapar del castigo y casi nadie sobrevivir: ...como un pastor rescata de la bocadel len dos patas o la punta de una oreja, as sern rescatados del enemigo los hijos de Israel, que habitanen Samara... (Am 3,12). Podra pensarse que el mensaje de Ams es slo un anuncio de desgracia y queno hay esperanza; sin embargo, en el centro del libro (captulo 5),despus del lamento fnebre inicial, hayclaramente una luz de esperanza para el pueblo de Israel. Ams anuncia tambin la posibilidad de que Israeltome en serio sus palabras, se convierta a Yahv y obtenga el perdn: As dice el Seor al pueblo de Israel:Bsquenme y vivirn. No acudan a Betel ni a Guilgal, no pasen a Berseba... Busquen al Seor y

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    vivirn...Busquen el bien y no el mal para que vivan; as estar con ustedes el Seor todopoderoso comopretenden. Odien el mal y amen el bien, restablezcan el derecho en el tribunal; quizs el Seor todopoderosotenga piedad del resto de Jos (Am 5,4-5.14-15). Sin embargo, el pueblo no hizo caso a las palabras deAms, porque los versculos 16-17 vuelven a retomar el tono de lamento fnebre.

    Las visiones de AmsLas cinco visiones de Ams que ocupan la tercera parte del libro (7,19,4), son cada vez peores y muestranla gravedad del castigo son: la plaga de langosta (7,1-3), el juicio por el fuego (7,4-6), la plomada (anak)(7,7-9), la canasta de frutas maduras (8,1-3) y el terremoto (9,1-4).

    Ams es expulsado por AmasasAmasas, sacerdote de Betel, no toler las palabras de Ams, entera al rey de lo que est sucediendo yexpulsa a Ams del santuario por hablar en contra del rey, del culto y de la gente dirigente del pas (7,1017).El mensaje fue despreciado por la gente opulenta del pas pero cal en el corazn de los pobres. En estepasaje, Ams encarna la voz del Dios liberador que ve el sufrimiento de los dbiles y se enfrenta aldespotismo de los fuertes, representado por Amasas. La disputa se encuentra en medio del discurso de lasvisiones (7,19,4), donde Ams encara la solidez de la justicia contra la sinrazn de la maldad y anuncia elfracaso de la injusticia y la falta de solidaridad humana.

    El texto deja entrever cmo el sacerdote Amasas estaba ms al servicio de los intereses del rey y de la clasedirigente que al servicio de los intereses de Dios. La acusacin de Amasas es falsa, pues afirma que Amsconspira contra el rey (7,10). Si leemos el libro de Ams desde el principio, advertiremos que Ams en ningnmomento se ha referido directa y personalmente contra el rey, sino que ha condenado la injusticia, lacorrupcin de Samara, el lujo desmedido, la opresin de los pobres y, especialmente, la falsedad del cultode Betel. Ams condena globalmente la sociedad opulenta y el culto que la sostiene.

    Un segundo motivo resalta la falsedad de la denuncia: el pas no puede ya soportar todas sus palabras(v.10b). A qu se refiere el trmino pas? Evidentemente no puede referirse a los pobres vendidos por unpar de sandalias ni a los dbiles aplastados contra el polvo de la tierra (2,6-7), que veran en el profeta Amsal defensor de sus derechos. Quienes no soportaban la voz del profeta eran los opulentos. La palabraproftica era para ella como una espada afilada que pona al descubierto la rapia de su riqueza y el embustede su religiosidad.

    Amasas es quien, con su culto pomposo y vaco, justifica el poder de los ricos a costa de la miseria de lospobres. Amasas sabe que Ams est diciendo la verdad, entiende que sus palabras descalifican el sistemacorrupto sobre el que los poderosos descansan plcidamente. Por eso el sacerdote no se enfrentadirectamente con el profeta, sino que intenta provocar la ira del rey para expulsar a Ams, y dice: Ams andadiciendo; Jeroboam morir a espada e Israel ser deportado lejos de su tierra (v.11). La acusacin esindirecta, pues Amasas le manda decir al rey esas cosas sobre el profeta, la acusacin del falsario siemprees por la espalda, mientras que el grito proftico, la palabra capaz de transformar la realidad, se dice de frentey sin miedo, como lo hizo Ams.

    El proceder de Amasas evoca la conducta de los sumos sacerdotes para detener a Jess: usan la traicinde Judas (Mt 26,47), lo acusan mediante falsos testigos en el sanedrn (Mt 26,60-61), provocan su condenacomprando al pueblo por dinero (Mt 27,20) y amenazando a Pilatos con acusarlo como enemigo del Csar(Jn 19,12). Pero es el mismo Jess, el profeta por excelencia, que desenmascara la falsedad de Ans, sumo

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    sacerdote: Yo he hablado siempre en pblico... pregunta a mis oyentes y ellos podrn informarte, yresponder con decisin al criado que lo abofetea: Si he hablado mal, demustrame en qu; pero si hehablado como se debe, por qu me pegas? (Jn 18,19-24).

    Amasas expulsa a Ams como si fuera un charlatn o un profesional de la profeca. Sin embargo Amsarremete contra Amasas: Yo no soy profeta ni discpulo de profeta, sino que me dedicaba a cuidar el ganadoy a cultivar higueras. Pero el Seor me tom y me orden que dejara el rebao dicindome: Vete y profetizaa mi pueblo Israel (Am 7,14-15). Ams es el profeta tomado, literalmente agarrado por Dios y enviado aprofetizar a Israel. En el Antiguo Testamento es bastante raro que Dios agarre a alguien; cuando as lo hace,debemos interpretar el verbo agarrar como sinnimo de elegir. As, Dios agarra a Abraham (Gn 24,7),David (2Sam 7,8), Ams (7,14) y Zorobabel (Ag 2,23). Cada uno de estos personajes fue agarrado para unamisin importante, y concretamente Ams, para profetizar a Israel, para proclamar la justicia y exigir lasolidaridad. Dios no le da a Ams una potencia mgica para aniquilar a los opulentos. El Seor lo enva aprofetizar, es decir, a dar testimonio, con la coherencia de su vida y la fuerza de su palabra, de que unarealidad pervertida puede transformarse en un mbito de justicia y equidad.

    Los dirigentes de Israel constituyen una sociedad corrupta, pero el Seor los llama todava con cario mipueblo Israel (7,15). Y desea su conversin, no su destruccin; por eso Ams no cesa de repetir a lospudientes: Busquen al Seor y vivirn (5,6). Qu significa buscar al Seor? Ciertamente no significapretender encontrarlo en el culto ostentoso de los santuarios de Betel o Guilgal (5,5). Entonces, dnde estel Seor? Dios no est en el culto vaco ni en la limosna mal entendida de los ricos. La fuerza transformadorade Dios est palpitante en el clamor de los pobres. Slo quien opta decididamente por Dios y por reconocerloen los pobres encuentra la ternura del Dios liberador. As lo dice Jess en el evangelio: Dichosos los pobresen el espritu porque suyo es el Reino de los cielos (Mt 5,3).

    La profeca de Ams no consiste en adular o lisonjear a Amasas ni en decirle mentiras al pueblo. La profecade Ams afirma que Dios est con los pobres y exige, en nombre del Seor, la transformacin del orden socialinjusto en una realidad basada en la justicia y la solidaridad.

    Israel no escuch a AmsAms predic durante el reinado de Jeroboam II (782-753 a.C.), cuando los ricos amontonaban fortunas acosta del sudor de los pobres. El hijo de Jeroboam II, Zacaras (753 a.C.) slo rein 6 meses, pues Salnconspir contra l, lo mat y rein en su lugar. Saln permaneci en el trono un mes (753 a.C.), porqueMenajn le dio muerte y lo sucedi en el trono (752-741 a.C.). Menajn perdi la cabeza: arras la ciudad deTirs, abri en canal a las embarazadas y entreg al rey de Asiria treinta y cuatro mil kilos de plata para quele ayudara a consolidar su poder en Samara (2Re 15,8-22).

    Lo sucedi en el trono Pecajas que lleg a reinar dos aos (741-740), pues Pecaj (740-731 a.C.) lo asesiny usurp el trono. El orgullo de Pecaj lo enfrent al rey de Asiria, Tiglet-Pileser III. Pecaj fue derrotado porAsiria y perdi gran parte de su territorio (2Re 15,23-31). Despus subi al trono Oseas, hijo de El, despusde matar a Pecaj (731-722 a.C.) pero no le qued ms alternativa que someterse al vasallaje de Asiriapagando fuertes tributos. Aos despus, el rey asirio lo sorprendi traicionndolo y lo encarcel. El ao 722a.C., Tiglatpileser III, el rey asirio conquist Samara y deport a sus habitantes dispersndolos en lasciudades de su imperio (2Re 17,1-6).

    El mismo afn de poder y riqueza que embruteci a los poderosos de Samara los llev al desastre. La Biblia

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    muestra las races profundas de esta catstrofe: Esto sucedi porque los israelitas pecaron contra el Seor,su Dios, que los haba sacado de Egipto..., se fueron tras dioses inconsistentes... y adoraron a todos losastros del cielo (2Re 17,7-23).

    Los israelitas adoraron a todos los astros del cielo (2Re 17,16), es decir el sol, la luna y las estrellas, que sonsmbolos de los dolos que seducen el corazn: el sol simboliza el poder; el idlatra no se inclina slo anteun astro, sino que pretende hacerse con el poder que simboliza. La luna, que cambia de cara con frecuencia,encarna a la apariencia. El adorador de la luna representa al soberbio que muestra un rostro distinto segnle convenga, con tal de alcanzar sus intereses. El nmero incontable de las estrellas representa el afn detener ms y ms cosas, sabiendo que por muchas que se posean nunca quedar colmada la ambicinhumana. La idolatra consiste en el afn de poder, el ansia de tener y el deseo de aparentar.

    La idolatra que provoca la opresin de los pobres resecar a Israel hasta la muerte (Am 7,17). Pero en laprofeca de Ams permanece todava un rasgo que amarga an ms el error de entregar la vida a los dolos:la vana esperanza en el da del Seor, que ofreca a los pobres una falsa esperanza en la oscuridad de sumiseria y permita a los opresores acallar, con esa fingida promesa, el clamor de los pobres. Ams echa portierra esa idea falsa. El da del Seor en contra de lo que piensan secretamente los poderosos, vendr, perono ser para ellos un da de luz sino de oscuridad (5,20). Ciertamente llegar ese da pero servir paradestruir el poder de los fuertes adquirido con la explotacin de los humildes y devolver a los pobres la libertadque les fue robada.

    Sntesis final y aplicacin a la vidaEl clamor de los pobres del Reino del Sur que sufran la opresin de los opulentos de Samara lleg a odosdel Dios de la misericordia. El Seor suscit al profeta Ams para que proclamara la exigencia divina de lajusticia social.

    La voz de Ams no tuvo eco en el corazn de los ricos, aunque les ofreciera el perdn de Dios y los animaraa vivir la solidaridad con los pobres. Pero la palabra de Ams no cay en saco roto. Afirm con decisin queel deseo de Dios es la justicia y que sus preferidos son los pobres. Anunci el fin de la corrupcin y de lariqueza robada al sudor de los dbiles.

    El mensaje de Ams es muy claro: un sistema social basado en la explotacin no tiene capacidad desobrevivir. Solamente la solidaridad tiene futuro, porque Dios quiere que todos los seres humanos trabajemospor la solidaridad y la justicia para transformar el mundo en algo ms fraterno.

    El tiempo que nos corresponde vivir presenta aspectos muy parecidos a la poca de Ams. Muchos hombresy mujeres del sur huyen de la miseria desesperada para recomenzar su vida en las tierras del norte; igual queen vida de Ams los habitantes del sur (Jud) emigraban al norte (Israel) para poder sobrevivir. Depositabansu confianza en la acogida fraterna, pues los habitantes de Jud e Israel crean en el mismo Dios. Pero losemigrantes se encontraban con la ostentacin de los palacios revestidos de marfil y la explotacin de lospobres por los de la clase dirigente. Aquella sociedad opulenta se desmoron aplastada por el peso de lasoberbia y la codicia de su dinero. Suceder lo mismo hoy con la nuestra?

    La voz de Ams denunciaba la injusticia, exiga la solidaridad, permaneca al lado de los pobres y reclamabala conversin. Nuestro Dios exige justicia social y sus entraas de misericordia mantienen la esperanza deque optemos por la solidaridad en el tiempo de globalizacin que nos corresponde vivir.

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